Relatos de portada

7/25/2019 Relatos de portada

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RELATOS DE PORTADA

Mario Gonzlez Snchez
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WWW.COMETADIGITAL.COM Mario Gonzlez Snchez

09/07/2009

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El DestierroRelatos de Marc Reins

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cementerio. Hice una seal al

n. No se olvide de nosotras.

jor homenaje que puedo hacer a mi familia. Aqu

s. Cuando me desped de ella empez a llorar.

qu.

ra soltarme. Yo devolv aquel carioso apretn con dos besos

Ernesto muri semanas despus de haber entrado en

estado de coma. Por entonces, Vernica ya me haba

abandonado definitivamente y Jaime y Paula se haban

alejado de mi vida. El destino quiso que saliera del hospital

el da que enterraban a Ernesto. Empezaba el proceso de

recuperacin de las heridas provocadas por los disparos de

Jaime y regresaba a casa. Cuando llegu a Montevello me

encontr con la comitiva fnebre que se diriga al

conductor para que detuviera el coche. Me baj y segu el

cortejo a distancia ayudndome de unas muletas. Estuve observando cmo daban sepulturaa Ernesto. Haba mucha gente acompaando a la familia. Vernica, que estaba al lado de

Paula, me vio e hizo una seal a sus amigos para advertirles de mi presencia en el

cementerio. Segu la ceremonia desde aquel lugar hasta que el cuerpo de Ernesto qued

tapiado con una gran losa de mrmol. Mientras la gente daba el psame a la familia empec

a recorrer lentamente el camino hasta el vehculo. Me alej renqueante del cementerio. Me

costaba caminar con aquellas muletas y las heridas me tensaban el pecho. Antes de

empezar el verano me march de Montevello. Tal y como habamos acordado en la

redaccin del contrato que me una a Flora, ella se encargara de la casa en mi ausencia. Y

as fue. Me desped de Flora y de su hija una maana de finales de primavera.Adis, Mart

Adis, Flora. Cuida esto. La casa es el me

quedan enterrados nuestros recuerdos.

Ana segua con atencin mis movimiento

Adis, Ana. Cuida de tu madre. Recuerda los buenos momentos que hemos pasado a

Olvida esta triste despedida.

Ana se abraz a m y no que

en sus mejillas y un amigable tirn de orejas. A los pocos minutos el coche empez a

recorrer el camino del destierro, igual que lo hicieron mis padres muchos aos atrs. A lo

lejos vi cmo se empequeeca aquella ostentosa residencia que haba levantado para

reencontrarme con mi pasado.


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arta a tu CoraznRelatos de Nagore

timamente soy yo la que reclama una palabra, unas frases que

unan nuestros corazones como la msica que tocas al piano. S

forma a nuestra relacin.

tanta gente que los lee sta es una Carta a tu Corazn, para

l Extrao Peregrinocias de Un Peregrino a Compostela

Marcos piensa en las palabras que pronunci el extrao peregrino:

se avecinan das difciles. Una vez ms, no consigue interpretar el

figura que hace unos m

ilusin ptica que se de

C

l

todo lo que sientes, porque me lo dices al odo en susurros

placenteros. S que me amas cuando nos abrazamos hasta que el

sueo nos agota y nos duerme la madrugada, cuando nos

despertamos entre risas de asombro al descubrirnos. Por eso, otra

vez ms te digo que te amo con locura y cordura, dejando que mi

amor se desboque sin ponerle freno, y que mi mente asimile y de

Hace mucho tiempo que no escriba como lo hago ahora, en esa explosin de sentimientos

desnudos que comparto con

que te des cuenta de que en m todo est intacto; que cada da que pasa siento ms la

necesidad de verte, de sentirte, de amarte en silencio o a gritos, con ternura o deseo,

conviviendo o en nuestra parcela de libertad tan necesaria para ambos. Por todo lo que me

llenas, sencillamente, te amo.

EExperien

significado de sus mensajes, y esto le provoca cierta angustia.

Cuando levanta los ojos puede ver que este hombre ya se ha alejado

unos metros de su posicin. Ahora recuerda que an hay preguntas a

las que debe responder: Cmo es posible que no apareciera en las

fotografas que le hizo en el Alto de la Pedraja? Marcos camina con la

intencin de acercarse. Cuando llega a su altura intenta sujetarle de

un brazo para llamar su atencin; sin embargo, una extraasensacin se apodera de Marcos al comprobar cmo este personaje

se diluye en el aire. Fascinado, observa cmo su mano atraviesa la

inutos representaba a un ser humano, y que ahora es tan slo una

svanece en segundos. Una extraa sensacin provoca que su cuerpo

perciba un descenso brusco de temperatura poco habitual para las fechas en que estamos.

Cada vez que se encuentra con este hombre las cosas se complican un poco ms, y ya es la

tercera vez que sucede. Silvia, que observa los gestos de su amigo, puede comprobar que

alguna duda ha vuelto a crear este nuevo encuentro con el enigmtico viajero.


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e Nagore

Nos encontramos en un momento decisivo: l navegaba entreaguas de pasiones vacas, buscaba relaciones que le apartaran de

sin darme cuenta de quedudas en mi fe; mis creenlo que un da me reconfort

n. Nos remos, cunto nos remos! y esas

Mi Compaero de Vida

elatos dR

un dolor que an hoy sigue latente. Hiri y fue herido. Senta lanecesidad de amar, pero su corazn no encontraba En lasoledad de su casa le faltaba ella. Busc refugio en la paz de unmonasterio. Pregunt a su fe por qu se haba dejado mecer enla traicin, y se sinti vulnerable. Decidi que todo tena un

porqu, y en cierta manera slo l era el culpable. Segua en suvida, y nos encontramos. Es cierto que la insistencia fue suya.Yo, como l, sin saberlo, tambin era una errante del amor. Mibagaje no estaba exento de dolor propio y ajeno. No haba cabidaal amor, slo buscaba la tranquilidad de una vida sin sobresaltos,mi corazn lata cada vez ms fuerte al verlo. Yo tambin tuvecias personales se tambalearon ms de una vez, apartndome deaba.

Hoy caminamos juntos, soamos con ser compaeros de vida. Nos ilusionamos conpequeos momentos compartidos. Conocemos poco a poco nuestro mundo. Hacemos

partcipes de nuestro amor a los que nos quiererisas nos llenan de paz. No necesitamos metas, cada da es un reto a la futura convivencia.Piano piano desgranamos nuestra intimidad, descubriendo nuestros cuerpos, amandonuestros defectos, empapndonos de cada una de nuestras pequeas virtudes. Me haenseado vida; s, cmo poder vivir sin sufrir. Mirarme a los ojos y sentirme amada.Despertar la mujer que pugnaba en m, para dar el amor que ahora l me provoca.Sloespero poder darte algo de lo que t generosamente me regalas.


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Las ruinas del Convento de San Antn: Un lugar mticoCamino de Santiago

Mario Gonzlez Snchez

En

la

etapa

que

transcurre

entre

las

poblaciones

de

Hontanas Frmista se encuentran las ruinas del

onventodeSanAntn.Enestelugarlosfrailescurabana

a

afectadosporestemalylesimponanlaTh

comosignodeproteccincontralospeligro

Hayvariasteorasquetratandeexplicarladisoluci

queselesdabaalosmiembrosdeestacom

es

C

la

gente

de

una

enfermedad

muy

extendida

en

la

Edad

Media:

Mal

del

Fuego

o

Fuego

de

San

Antn.

Era

una

enfermedad que devoraba las entraas o produca

gangrena en las extremidades; se originaba al comer

cerealesafectadosporcornezuelo,unhongomuycomn

en el centeno. Los frailes tendan a los peregrinos

au,unaespeciedeescapularioconlaformadeestaletray

sdelCamino.

n

de

la

orden

de

los

Antonianos,

que

era

el

nombre

unidadtanextendidaporEuropa.Fueprohibidaenelao

milsetecientosnoventayunoporordendelmonarcadeaquellapoca.Sedecaqueestosmonj

realizaban

prcticas

ilcitas

con

enfermos

que

padecan

dicho

mal

y

a

los

que

amputaban

diferentes

miembrosdesucuerpo.Despusdeserdenunciados,laordenquedclausurada.Sinembargo,otras

informaciones

que

circularon

en

aquellos

tiempos

afirmaban

que

muchos

enfermos

que

haban

sido

curados

por

estos

monjes,

en

virtud

de

su

agradecimiento,

enviaban

ofrendas

que

luego

estos

colgabande la iglesia.Dadoelmalqueeramotivodecuracin,estasofrendasconsistanenbrazosy

piernas

de

madera

o

cera.

Algunos

peregrinos,

impresionados

por

todo

lo

que

vean

colgado

en

las

paredesdel convento,propagaron lanoticiadeque losmonjes cometan tales atrocidades con los

enfermos,amputndoleslasextremidades.


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n Mundo Ms Justo

amargo Surez

Es curioso comprobar cmo nos olvidamos del dolor ajeno cuandono vemos ms all de nuestra circunferencia. Nos alejamos de la

idad por el simple hecho de no sentirnos salpicados por ella. Enuna ciudad tan cmoda para vivir como es Ourense, en unos

de ilusin, esperanza, futu

Dejemos de mirarnos elvivimos siempre hay gen

LOS REYES MAGOS

o mucho que te quiero

aos, los Reyes Magos cogieron un gran atasco ytrajeron mi juguete un cinco de abril: una mueca de grandes

quise y te quiero. Hoy t abri

hermoso: una hermana co

U

Marta T

real

metros, mientras compartamos tertulia de amigos en una terraza,me sorprendi ver cmo una persona sin recursos era rica ensonrisas. Como en la calle del Paseo, entre tanta pasarela de

modelos, haba alguien concienciado con la pobreza extrema, meacerqu para pedirle un folleto de su programa, y con una sonrisame lo dio explicndome que dentro llevaba unas semillas paratrasplantar. Slo espero que se conviertan, al regarlas, en plantasro y progreso de tanto ser humano que nos necesita.

ombligo por una vez, y sintmonos orgullosos de que aqu dondete que dona parte de su tiempo, ese tiempo tan valioso y a veces

desaprovechado para darlo a los menos favorecidos.

Desde mis humildes palabras, gracias por tu entrega, tus ideales y por hacer remover los

mos.

ODA APara recordarte l

Hace treinta

rizos y mirada risuea. Te vest, te mim, jugu contigo, tegas mis sueos, me mimas, me

arropas y me das momentos de sensatez. Estuviste a mi ladocuando hace un ao me sent desnuda de afectos. Hoy eres tquien juega con mi hija; me hiciste fuerte en la vulnerabilidad.Hoy te doy mi cario de la mejor forma que s: la palabra. Hoy micarta de los Reyes Magos tiene ms sentido que nunca. Hoy,despus de muchos invisibles, me tocaste t. Hoy te doy estacarta de ilusin para que sientas que los Reyes Magos,sabiamente, supieron hacerme esperar y me dieron el regalo msmo t. TE QUIERO


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En el Silencio de la Noche

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Relatos de Nagore

Hola, amor; me estoy volviendo polglota. Amor, amore, monamour, amorcio, cunto amor. Parece que ya empiezo a

quera pillarme sentimentalmente con nadie. Bailara con la

poco preocupada al verme enque seas tan compresivo con r spuesta, pero no meconsuela. No quiero hacer de la mentira una constante en nuestra relacin; sobre todocontigo. Un da te dije que me

lo que siento en mi corazn, pero este sentimiento no esconde misdudas, mis miedos, mis momentos de reflexin. No podemos garantizar una seguridad

quedarme corta. Me promet no volver a enamorarme; no

vida, y que fuese ella quien marcara los pasos: me prometdejarme llevar. Sin embargo, un buen da t irrumpes en mivida como una bocanada de aire fresco. Quise ser cauta y

an sigo sindolo, pero estoy viendo que mis defensas ya nose sienten blindadas para no volver a amar, y todas esasemociones tienen nombre propio: T.

No quiero ser empalagosa, pero te confieso que estoy unmedio de una encrucijada. No me gusta mentir, y me asustaespecto a ello. S cul puede ser tu re

gustara ser la pgina en blanco de un libro que slo nosotrospodamos escribir.

Ya no somos adolescentes, pero mis ojos te miran con la dulzura de una nia que te buscacon avidez, pero que te ama como una adulta, porque ahora ya no me cuesta escribir lapalabra AMOR. S

plena en las relaciones de pareja; no tenemos la llave de mandala, pero debemos saber quelo que tenemos nos llena lo suficiente para no mentirnos ni mentir. Si algn da tenemosque decirnos adis s que encontraremos a alguien que puede cubrir nuestras ausencias,pero nuestras vidas se cruzaron en un momento muy especial para ambos, y espero ydeseo que nada pueda romper esta bonita aventura que hemos empezado juntos. Te amo.


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eclaracin de Amor en el Umbral de la "Hora Bruja"

Hola cielo, hoy no es Celia quien escribe sus vivencias con elpianista. Hoy, casi a la hora bruja, es Mara quien, teniendo el

compartidos, Mara y Marcasa, de tus momentos,amor; s, Marcos, porquemanifestacin de amor ha

hermoso que est creciendo se llegara a perder por culpa

DRelatos de Nagore

alma desgarrada por el dolor de una despedida, abre una puerta ala vida, a la ilusin, a un camino de sorpresas y descubrimientoscon Marcos. Hoy no quiero metforas, slo necesito manifestar la

realidad de una relacin que se sustenta en el sentimientorecproco, en las miradas limpias, en las manos que se buscan yencuentran. Entre ellos, como un mundo de sentimientoscos; qu bien suena. Cuando me haces partcipe de tu vida, de tude tu dedicacin, se emociona el corazn, se acelera, vibra dees cierto que t eres hombre de palabras, pero yo soy toda unacia ti.

A veces, mis besos esconden tanto amor que yo misma me asombro. Me llenas de ternuracuando me dices que compartirs horas de tu vida conmigo en la residencia; cmo no voya emocionarme cuando te veo?

Soy de impulsos, creo que lo sabes, por eso tambin soy vehemente, y me lleva a decir quenecesitamos aire. No es que no quiera sentirte, porque lo hago incluso cuando respiro. Perono podra entender que algo tandel dolor ajeno; nada ms y nada menos, jajaja. Por eso, ahora te digo que s que tequiero, aunque no es mrito alguno. Hay una lnea muy fina que marca el umbral entre elquerer y el amar; y t, Marcos, con tu paciencia y caballerosidad, la has pasado con creces;sin lastimarme. Por eso espero que me ames como sabrs que lo hago yo. Estoy convencidade que sers, aunque otros intenten impedirlo, mi compaero de vida. Quiero tu mundo, tuamor, tu limpia mirada y, sobre todo, robar tu corazn.


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l Pianista (Primera parte)

Bass

El pianista haba pasado los ltimos aos dando tumbos deinseguridad. Toc en todos los locales y tugurios de la

estlido. Sus manos

que necesitaba arrancar de susnoche, regresaba a casa recorrde ver cmo se hunda un poco

tena la mirada ausente. Pareca que estaba huyendo de su pasado. Al mirarla a

ERelatos de Diego

ciudad sus tristes melodas, para un pblico indolente yno eran las de antao. La ruptura de

aquella relacin le haba marcado hondamente, y sus notas

dibujaban pentagramas envueltos en nostlgicos recuerdos.El pianista viva inmerso en un mundo imaginario, quemanaba de un estado ausente de emociones e inquietudes.Pensaba que nada sera capaz de rescatarle de aquel mundode abandono y ostracismo en que se haba sumergido. Aveces, cuando alguna chica se le acercaba se esforzaba porsacar esa obra maestra que estaba dormida en su interior, yentraas; quera volver a ser feliz. Sin embargo, como cadaiendo los callejones lgubres de la ciudad, y con la tristezams en la oscura realidad de su pasado.

El pianista pensaba que jams volvera a sonrer; que la felicidad le haba vuelto la espalda,y que de sus manos no volveran a manar bellas melodas. Pero un da, como si los hadosdel destino se volvieran a su favor, apareci aquella chica. Estaba sola, en la ltima mesadel local;los ojos, el pianista descubri todo un mundo de inesperadas sensaciones. De sus manos,como si de un mago se tratara, surgi aquella meloda de primavera que an quedaba porescribir. Dej que un manantial de inspiracin se derramara por el piano; no puso freno a laemocionante aventura musical que empezaba nacer en el ambiente de aquel local. Todopareca haber cambiado de repente. Era noche alta, pero el sol volva a brillar en el rostrodel pianista. Con la alegra de un nuevo encuentro con el mundo de las emociones, seacerc a ella


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l Despertar de Celia

elatos de Nagore

...ya no era un sueo. Estaban los dos, dejndose querer.

Necesita sentir sus labios posndose en los suyos, arrancando

gemidos de placer cuando los morda. Se iban vistiendo con una

realidad sensual. Deseaba entregarse sin reservas, ya no tena

miedo, se senta protegida. Slo quera mirarlo; mirarlo hasta que

tocara sobre su cuerpo e

La Meloda

necer destap no un nuevo da sino la prolongacin de

noche de amor. Entre copa y copa, besos fugaces; otros clidos y prolongados; caricias

sus cuerpos entrelazados en abrazos de pasin. Celia le susurraba una y otra

enamorarse, en clara contradiccin a su mirada, a sus gestos, a la

ecesidad infinita de acariciarlo. Ahora saba que la msica que la envolvi de nostalgia en

on sin rozarse, se amaban en silencio para no romper

ado en el tablero cual pieza de ajedrez. Daban

imientos precisos, ninguno quera perder al otro

soledad, que tanto haba aorado, ya no tena sentido. Se dejaba querer y quera. Las horas

E

R

sus ojos se velaban por la emocin de verlo. No queraenamorarse pero su corazn, como el cauce del ro, buscaba

amarlo.

Era todo tan intenso, tan dulce, que el deseo impregnaba su

nombre cuantas veces lo pronunciaba en silencio; cuantas veces

visualizaba su piel en la de ella, en una simbiosis perfecta de

aquella msica; la msica que un da llev a Celia a soar que

pianista.

...Como una suave meloda el ama

l

una

sin final, con

vez que no quera

n

aquel local marcara el camino que ansiaba, un compaero de vida... Cada caricia era una

sacudida de pasin; necesitaba de l como las rocas la bravura del mar, para fundirse en un

paisaje agreste, sensual como ella....

....regres de nuevo a casa con la sonrisa dibujada en su rostro, contando las horas para

volver a verlo. Cunto tiempo sin experimentar esa necesidad. Envueltos en la tenue luz del

local, se dijeron sin hablarse, se sintier

el hechizo. Saban que la vida les haba coloc

los mov

...Celia se dio cuenta de que los momentos compartidos eran tan plenos que su parcela de


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rto, el primero que brot de sus

anos aquella madrugada, Celia saba que el preludio dara paso, increscendo, a la sinfona

Un atardecer de primavera, cuando el sol ceda el

protagonismo a la luna, Celia decidi que dejara caer

lentamente su pasado. Arropando su desnudez con el manto

oscuro de la noche afrontaba un nuevo reto. Se

Irrumpi como una brisa sua

embriagndose de l al sonido l xana del

bosque en una danza de deseo

Entreabri la puerta de su cor

sucumbir por el ligero roce de sus manos; por el lenguaje oculto de su mirada, por su risa.

Senta que su coraza no resis

pezaban

desbordarse. A su lado, l; en presencia, en pensamiento, en gestos y dulces miradas. En

veladas cmplices de confidencias, en tardes de cafs; todo un mundo en unos das. Decidi

pasaban sin hacer ruido. Buscaban intensamente sus manos en un baile entrelazado de

sentimientos, todo era viento a favor. Como en un concie

m

que todava quedaba por sonar. Cada vez estaba ms cerca de l; no quera nostalgia, slo

que sus manos volvieran a crear, que su msica fuera la que un da hizo arte con las notas;

ella quera ser su partitura... Senta que formaba parte de l, de su mundo. Creando

ilusiones, sueos. Aquel boceto inicial daba pasos lentos, pero firmes a ser pareja.

Hablaban, debatan. Se escuchaban empapndose de su esencia. En su coraza frente al

amor l la desnudaba lentamente, y ella arrinconaba el pudor de su corazn para

entregarse sin medida...

EL SUEO DE CELIARelatos de Nagore

desprendera de aquel cordn umbilical que la ataba a una

relacin abocada al fracaso, nociva e impregnada de dudas

en una espiral agridulce con fecha de caducidad.Por delante un camino incierto, sinuoso, lleno de sorpresas,

que a esta altura de su vida no esperaba encontrar....se

era l.

ve en su vida, despeinando con ternura sus cimientos,

de un piano. A su lado el tiempo bailaba cua

contenido.

azn para dejar pasar lentamente las emociones. Se dej

tira mucho tiempo el envite, y a la vez tampoco estabadispuesta a no sucumbir ante aquel caballero andante que el destino le regalaba...

SEGUNDA PARTE/ EL SUEO DE CELIA

Celia estaba cada da ms cmoda; no quera despertar del apacible sueo que la envolva

en aquellas notas que manaban de un pentagrama de armona. Sus emociones em

a


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o poner cortapisas a la ternura y al deseo.

aminara por sendas prohibidas dejando libre el corazn, los sentidos y el alma. No era

aban juntos. Intensas emociones se apoderaban

e ella cuando lo vea. No queran dolor, ambos lo haban sentido en su alma an por

o, pero la vida caprichosa los haba enredadon tiernos lazos. Caminaban despacio, mezclando con cautela los ingredientes de una

os

eseos. Empezaban a ser dos. Hacan planes. Miraban con el mismo prisma la vida.

das, noches de placer. Robaban momentos al

empo para verse. Se buscaban como dos adolescentes en besos robados. Escriban

que era el momento de volver a sentir, de n

C

fcil, pero estaba firme en la decisin tomada. Tena derecho a ser, por momentos, feliz. No

haba metas ni las quera, no haba plazos ni horarios consentidos, slo el momento en el

que cada vez sumerga ms su corazn....

TERCERA PARTE / EL SUEO DE CELIA

...Celia dejaba pasar las horas uniendo los das a su lado. No renunciaba a dejarse querer;

cada llamada se converta en un juego de seduccin, jeroglficos descifrados entre ellos

dejando paso a la aoranza cuando no est

d

cicatrizar. No eran nios. No se haban buscade

incipiente relacin. Dibujaba sonrisas pensando en l. Todo le llevaba al pianista que aquella

madrugada la envolvi de su magia. Buscaran ms amaneceres donde perderse; llenaran

el mundo, su mundo, de luces en una paleta de colores dando forma al lienzo de su vida.

CUARTA PARTE / EL SUEO DE CELIA

...Celia abri sus almendrados ojos a un nuevo da, sacudiendo la pereza emocional que la

sumerga. Sonri de nuevo a la vida, ilusionada con su nueva cita; s, porque cada momentoa su lado era como una tmbola de feria, un carrusel de msica, un billete al tren de l

d

Soaban con viajes, con senderos de casca

ti

mensajes en las miradas....se sentan.

Celia recuperaba todo lo que haba arrinconado en el desvn de su corazn. Ya no era slo

ella; a su lado, arropndola, su pianista. Navegaban cual marinero experto entre instantes

que paralizaban la soledad compartida que les perteneca por completo; eran dueos de su

tiempo....


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a Guerra Civil en Montevello

la memoria de Tefilo Fernndez

Reins

En mis conversaciones con Tefilo Fernndez pude conocer

historias que sucedieron en Montevello durante la Guerra

Sin embargo, me pareci fascinante que el hombre

s haba padecido las embestidas indiscriminadas de

esin, que el hombre que estuvo a punto de ser

asesinado en ms de una ocasin, dijera que no fue tanto

horrorosas experiencias que empe

palabras, vinieron a mi memori

acusado de un delito que no cometi. Pero Tefilo

igual que lo hicieron miles de p

indiscriminados, las palizas despia

pasado muchos aos desde entonce

quines le llevaron al paredn.

L

ARelatos de Marc

Civil.

que m

la repr

como se lleg a comentar. Tal vez el paso del tiempo y lasganas de olvidar borraron de su memoria aquellas

z a vivir cuando tan slo era un nio. Al escuchar sus

a los hechos ocurridos cuando le expulsaron del colegio,

ha podido olvidar. Tefilo quiso olvidar, al

ersonas que vivieron en sus carnes los encarcelamientos

dadas e incluso la muerte de algunos familiares. Haban

s, y yo estaba all recordando a mi abuelo. Quera saber

Hubo momentos en que daba la impresin de que Tefilo no

quera hablarme de l. Pensaba que no era bueno abrir nuevas heridas ni avivar viejos

rencores. Haca muchos aos que haba superado aquella etapa y no quera que empezase aremover las pginas ms oscuras de la historia de Montevello. Yo segua preguntando:

Se acuerda de aquella Misin que hubo despus de la guerra?

S. Perfectamente. Cmo no me voy a acordar? dijo con un tono cada vez ms

cansino. Los frailes fueron por las casas y fincas de aquellos que haban dejado de ir a la

iglesia. Se hizo famosa una frase pronunciada por un vecino: yo no puedo pasar delante de

la casa de un hombre que me ha hecho tanto dao. Se refera a un falangista que haba

firmado denuncias falsas contra l y otros vecinos.


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rimavera de 2001 en MontevelloReins

Pronto se cumplira un ao de mi vuelta a casa. Estbamos a

principios de Marzo de 2001 y la primavera anunciaba su

inminente llegada. El campo se engalanaba con sus mejores

atuendos y el color verde asuma todo el protagonismo del

entorno. Al igual que haba hecho en aquellos das de otoo,alar el trpode en la galera. Quera robar las

mejores imgenes que ofrecan los montes que se abran paso

preparar el traslado a la par

perciban los primeros sntom

el tiempo que dur la muda

ms gruona que de costum

a entender por qu tenamo

cambio de estacin.

Es que no le vale este lu

estar en armona con el en

ldiciones lingsticas, pero resultaba imposible. Siempre tuve el

. Para estas cosas, Flora tena una agilidad mental fuera de

de mis novelas.

PRelatos de Marc

volv a inst

detrs de la casa, y que se prolongaban hasta la lnea que

defina el horizonte lejano. Por aquellos das empezamos a

te sur de la vivienda. Aunque el fro segua con nosotros, ya se

as de una recuperacin gradual de las temperaturas. Durante

nza, Flora pareca estar siempre de mal humor. Se mostraba

bre y cualquier discrepancia era motivo de discusin. No llegaba

s que andar saltando de un lado a otro de la casa con cada

gar? Flora no era capaz de entender que un escritor necesita

torno. Es necesario mantener viva la fuente de inspiracin,

elemento vital para el narrador.

Perdona, pero te falta sensibilidad para comprender estas cosas.

Pues, la verdad, no lo entiendo. Qu quiere que le diga? repeta mientras se alejaba.

Flora recorra la casa hablando sola. Cuando estaba enfadada hablaba sin parar en un

idioma que slo ella poda entender. Muchas veces me acercaba para poder descodificar

algunas de sus ma

convencimiento de que utilizaba aquellas expresiones para que nadie pudiera entenderla. En

ocasiones, para devolverle sus malintencionados comentarios, dejaba caer frases irnicas a

las que ella enseguida responda

lo comn. Su comportamiento pudiera ser el de cualquier personaje


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En pocos minutos empezamos la ascensin al Alto de la

Pedraja, en plenos Montes de Oca. En los primeros kilmetros

de subida el silencio nos acompaa. Las leyendas medievales

que hablan de atracos sufridos por los peregrinos a manos de

los bandoleros nos hacen imaginar historias que algunos

Cada paso, cada

pisada nos recuerda a otros peregrinos que nos precedieronel tiempo. En uno de los tramos finales, antes de llegar al

carretera, y juntos cruzamos

mella en nuestras condiciones

intentamos superar este mal m

da la bienvenida al Alto de La

buscamos un lugar dnde po

fuerzas para terminar la jorn

grupos consiguen alcanzar la c

una constante en estos lugare

emi vida. Eran das muy difciles. Estaba huyendo de miciudad y de mi pasado, y decid volar a Barcelona. No era

liz y la vida se me haba complicado de repente.

Descubrir un lugar como Las Ramblas en Navidad fue una

este maravilloso espacio, pudedescubr maravillosas sensacioespectculo sorprendente. En ebrazos de Eduardo Manostijeras y otros curiosos personajes cinematogrficos. Paseando por

El Camino de Santiagoida al Alto de la Pedraja / Experiencia de unos peregrinosLa sub

intentan escenificar mientras caminan.

en

Alto de La Pedraja, se produce un nuevo encuentro con la

el ro Cerrata de La Pedraja. La dureza de la ascensin hace

fsicas. Con elocuentes gestos de sufrimiento y cansancio

omento. Cuando las fuerzas escasean, un pequeo llano nos

Pedraja. Sin decir palabra, nos liberamos de las mochilas y

der descansar unos minutos. Es el momento de recuperar

ada. Mientras tomamos posicin, podemos ver cmo otros

ima en condiciones semejantes a las nuestras. El silencio es

s. Desde aqu podemos ver el extraordinario escenario querepresentan las montaas y paisajes que se pierden en el horizonte lejano.

Encuentro en Las RamblasRelato de Conrado Mart

Haban transcurrido poco ms de tres meses cuando volv apasear por Las Ramblas de Barcelona. En aquella ocasin

fue por Navidad, y buscaba el reencuentro con una parte d

fe

experiencia inolvidable. Envuelto en la magia que rodea aolvidarme de los fantasmas que no dejaban de acosarme ynes. En cada rincn, en cada esquina me aguardaba unsos das conoc el show de Barrio Candela. Me refugi en los


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Relatos

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Portada

Las Ramblas me di cuenta de que en esta ciudad nadie es extranjero. Barcelona es punto deencuentro de civilizaciones, culturas e idiomas.

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tonces cuando Sonia me dijo que escribiera un

relato, y me dej su libreta de notas. Mara y Jorge miraban queriendo

to. Ella tena por costumbre

dormirse en los viajes largos, y en esta ocasin me pidi que le contara

alguna historia para que esto no sucediera. A Rachi le gustaba mi voz y

el nfasis que pona en mis relatos. Me contaba que siempre soaba con

princesas, y que en sus dibujos nunca faltaban estos dos

. Yo, queriendo agradar a mi amiguita, me esforc en aquel

relato, no quera defraudarla. Rachi segua mis palabras con absoluta

me acompaaba con la mirada, sin perder ningn detalle de

Los dos disfrutamos

Ya en el aeropuert

maletas. All nos inPara matar aquel m

unos minutos de ale

nos despidi con un

cierta distancia. Era

destino, Barcelona.

He vuelto a pasear por Las Ramblas en primavera. Das de sol y luz.Ha sido un encuentro feliz. En esta ocasin pudimos disfrutar de las

terrazas que hay a cada lado de la calle, y perdernos curioseando en

la diversidad de personajes que la transitan. Mi aficin a la literatura

me ha recordado que libros tan conocidos como La Sombra del

Viento, El Juego del ngel o La Catedral del Mar, hacen referencia

a este lugar. Fue en

descifrar aquellas frases inconexas que escriba con tanta rapidez. Yo

slo necesitaba plasmar en el papel sensaciones y vivencias, y

entonces me di cuenta de que volva a ser feliz

Para Rachi, con cario...Viaje a Barcelona

Aquel da, Rachi nos acompa al aeropuer

castillos y

elementos

devocin y

lo que yo estaba contando. El camino se nos hizo corto, a Rachi y a m.

de nuestra compaa, y los dems nos miraban con cara de asombro.

o, Rachi vivi su primera experiencia cuando fuimos a facturar las

formaron que nuestro vuelo se iba a retrasar un tiempo considerable.omento de espera nos refugiamos en la cafetera. Despus de compartir

gre conversacin nos encaminamos hacia la puerta de embarque. Rachi

beso y un ligero movimiento de mano; Maribel y Mara nos seguan a

noche alta cuando nuestro avin se puso en marcha en direccin a su


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El valor de la amistad

Diego Bass / Relatos

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Despus de aquel grave incidente, habl con Boly.

Qu piensas hacer ahora? No vas a cambiar de vida?

A mis aos ya se puede cambiar muy poco respondi. La

vida termina por arrastrarte, y te deja pocas opciones.

Voy a decirte algo que puede resultar un poco fuerte, pero

quiero que veas en mis palabras un intento por ayudarte a salir

elante Le dije con firmeza.

Boly escuchaba mis palabras sin decir nada.uando vi a tu madre sent mucha pena. Es una mujer apagada,

a y las ganas

de vivir. Me da la impresi uy poco

por ella.

Enseguida me di cuenta d necesario

tratar esta situacin antes

observaba desde la venta

pasa por las proximidades s espaldas, yo aguardaba a que

dijese algo. Al girar su as mejillas de estehombretn que ha perdido

Diego dijo con ojos llo

os muchas noches a buscarle, pero no nos haca caso. Aos despus yo

n de haberme

bla con ella. Haz que se sienta arropada con tu presencia, y te sentirs

es que los dems te respeten, antes debes hacerlo t.

ad

C

de mirada triste. Parece que le han robado la alegr

n de que tanto t como tu padre os habis preocupado m

e la dureza de aquellas palabras, pero entend que era

de que volviera a casa. Mientras intentaba digerir aquel mensaje,

na el movimiento de vehculos que circulan por la carretera que

del hospital. Unos metros a su

cuerpo vi cmo unas lgrimas recorran lparte de su vida dando bandazos de inseguridad.

rosos, yo no s vivir de otra forma. Mi padre gastaba el dinero

en las tascas y bares del pueblo. Cuando llegaba a casa vena borracho y sin un cntimo. Mi

madre y yo bajbam

segu su camino.

Pero t no eres un borracho!

Bebo ms de lo que puedo, y malgasto el dinero ya sabes dnde dijo, en un acto de

nobleza.

T puedes intentarlo! Y debes hacerlo insist. Yo creo en ti. He credo en ti desde elprimer da que te vi. No quiero marcharme de Galicia con la sensaci

equivocado.

No s si podr hacerlo, pero te prometo que lo intentar. Estar ms tiempo en casa.

En vez de quedarte en el mesn, tienes que ir a comer con tu madre dije, queriendo

convencerle. Ha

mucho mejor.

Lo har.

Si quier


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solo, con mi vida y con mis miserias.

una Respuesta

cesitaba descubrir aquello quequera contarme mi abuelo. Durante la cena guardamos

silencio. Las palabras se sucedan tras largas ausencias, y casi

siempre transmitan pensamientos e inquietudes personales

re lo que nos deparara aquella noche. Nuestros corazones

latan a un ritmo ms alto de lo normal. Eran los ltimos das

del mes de enero y las tardes iban ganando en luz; sin

embargo, el fro segua con nosotros. La chimenea era nuestro

punto de

estaba nerviosa y, aunque asum

ocultar cierto temor en su mi

estar en otro mundo. Sus ojos se clavaban

sinusoide hasta perderse difumi

nos estaba aguardando, me instal delante de

nuevo captulo. Fue imposible. Las

capaz de imaginar. Haba perd

imaginacin. No quise martir

silln y estuve curioseando por l

entre las sombras la respuesta a

Boly se levant del silln y me abraz con todas sus fuerzas.

Es maravilloso dijo mirndome a los ojos, pero un da te marchars y yo me quedar

aqu, otra vez

BuscandoRelatos de Marc Reins

Cuando estuve preparado, invit a Flora y a su hija a pasar un

fin de semana en la casa. Ne

sob

encuentro antes de retirarnos a descansar. Ana

a el papel que le haba tocado representar, no poda

rada. Yo le segua atentamente en sus movimientos. Pareca

en las llamas que se elevaban en forma de

nadas en la nada. Intentando evadirme de la situacin que

mi novela y quise seguir trabajando en un

palabras no conseguan reflejar todo lo que mi mente era

ido el sincronismo que un escritor necesita para ser fiel a su

izarme por este hecho y cerr el manuscrito. Me levant del

a ventana. Estaba con la mirada perdida, quizs buscaba

lo que iba a encontrarme horas despus. Era noche alta

cuando decid sentarme al piano. Las partituras descansaban en el atril esperando serinterpretadas y no quise retrasar aquel momento tan emocionante. Las notas pronto

cubrieron el saln. Era una armona de sonidos encadenados, que buscaban liberarme de la

pesadilla que guardaban aquellas silenciosas paredes.


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Sptimo da despus de Roncesvalles

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iario de un Peregrino a Compostela)

Hoy he visto la muerte de cerca. El cuerpo del vigilante de laiglesia de Santiago ha pasado delante de m. An puedo verla expresin de su rostro cuando dirig mi cmara hacia l. Aveces pienso que la profesin de periodista es ingrata ydetestable. Con el nico pretexto de informar deambulo de unlado para otro en busca de una imagen impactante. Somos

olor de quienes estn sufriendo a nuestros

Despus de aquel encuentropuedo decir que tras esa mirad

Esta noche parece que los hadnos hemos encontrado a la minspector y su ayudante estnel punto de referencia.

Hay un detalle que nos ha ll n. El conductor del vehculo de HSC es un

(D

conscientes del dpies?

A medida que pasan los das estoy descubriendo el lado ms amable del inspector Alonso.en Estella, donde me pareci una persona detestable, ahoraa inquisidora hay un hombre justo y razonable.

os del destino se han confabulado, y por las calles de Njeraayora de las personas que tienen relacin con el grupo. Elaqu para avanzar en las investigaciones; parece que somos

amado la atencihombre solitario y misterioso. La verdad es que slo me he cruzado con l en dos ocasiones,y su comportamiento me ha parecido muy extrao. Por lo que he podido averiguar, cruzamuy pocas palabras con Javier y sus compaeros, y cuando salen a comer lo hacen porseparado. En prximos das intentar saber algo ms de su vida.

Me retiro a descansar. Hoy ha sido un da diferente. Necesitamos recuperar la tranquilidad,aunque esto es un decir...

Marcos Santos Yebra


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Roncudo (A Costa da Morte)

elatos de Diego Bass

Necesitaba volver a O Roncudo; quera reencontrarmecon este maravilloso espacio natural y con losrecuerdos que guardaba de ese lugar acompaado deMara. Aquel da el mar estaba en su nivel ms bajo, yel entorno presentaba un silencio monacal. All lasrocas dibujan diferentes figuras que han sido labradasa partir de golpes y ms golpes de mar. Observando

la naturaleza, descubr imgenes que sta ha sidocapaz de esculpir de forma caprichosa. Me enfrent a

interior de mi mundo. Queriendo huir delaparente, y pens en la ciudad deturbulentas aguas del mar. Ser cieruna ciudad ms all de la tierra queuna mente bloqueada por la tragediade Mara y lo que aquella noche haacontecimiento me hacen reflexionamomento, nadie pudo explicar cmoMara dijo que ste es uno de los muc

escasas y diminutas nubes algodonadas que se desplazaban

en direccin este. El sol luca con toda su intensidad y el aire

que respiraba pareca tener un frescor estimulante. Las

irregulares montaas que delimitaban el horizonte visible y

los tejados rojos y grises de las casas ms cercanas se

O

R

la profundidad del ocano, y ste me invit a viajar almundo real, busqu refugio en lo ilusorio, en lo

Nabor de Baio. Una ciudad que se eleva sobre lasto lo que cuenta este hombre? Verdaderamente hayestoy pisando? Puede que esto sea simple fantasa deque supuso aquel naufragio. Sin embargo, las palabrasblamos en la terraza de mi apartamento sobre ester. Segn las informaciones que se barajaron en suapareci Nabor de Baio das despus del naufragio.

hos misterios que guarda el mar en esta costa.

De Vuelta a CasaRelatos de Marc Reins

Llegu a Montevello un hermoso da de primavera. El cielopresentaba un color azul intenso, y estaba salpicado de


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ezclaban con las tonalidades del verde claro e intenso de la naturaleza. El follaje

primaveral luca su mejor imagen, y esto quedaba reflejado en la variedad de escenarios

naturales que haba a mi alrede

Al pasar por la villa descubr q

pareca haber llegado a este re

que las explotaciones ganade

econmico de la comarca. En po

propiedad. Desde su interior e

otro lado de la ostentosa puert

is ojos era una invitacin para viajar en el tiempo y en

m

dor.

ue todo haba cambiado. Un aire de progreso y bienestar

cndito lugar de Galicia. Sin embargo, pronto pude advertir

ras y la agricultura seguan siendo el principal motor

cos minutos haba estacionado el vehculo a la entrada de la

stuve observando con detenimiento todo lo que apareca al

a de hierro que haba mandado instalar. Fue en ese preciso

instante cuando asomaron en mi memoria los recuerdos ms alejados de la infancia.

Empec a recordar aquellos aos en que corra por estos montes, y emprend un viaje en el

tiempo. Cada imagen que perciban m

el espacio, y vivir un mundo de sensaciones que parecan dormidas en mi subconsciente. Enesta ausencia no pude evitar escenas conmovedoras, vivencias compartidas con los que ya

no estaban a mi lado, pero que seguan vivos en mi corazn. Afloraron, entonces, los

sentimientos ms alejados en el tiempo, y no pude evitar que unas lgrimas se derramasen

por mi mejilla. Hay quien afirma que el pasado no nos pertenece, que hay que vivir el

presente con toda intensidad. Pero el pasado es nuestra seal de identidad, es el pilar sobre

el que se asienta nuestra vida y refleja, en gran medida, todo lo que somos y lo que

queremos ser.

Abstrado de toda realidad que flua en las proximidades me vi corriendo por aquellos verdes

prados, con otros nios que en ese instante no pude reconocer. Hubo momentos en quejurara haber sentido la presencia de mis padres. Pareca que estaban all, conmigo, como si

no quisieran dejarme solo en este momento tan importante. Fue entonces cuando,

inesperadamente, regres al mundo de la realidad, y me maldije mil veces por haber

perdido aquellas maravillosas sensaciones.


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Cuarto da despus de Roncesvallesiario de un peregrino a Compostela

Hoy acabo de escribir una historia detestable. He vendido

y traicionado a mis amigos; espero que esto no traiga

consecuencias irreparables. Con estas palabras podramos

resumir lo que ha dado de s el da de hoy. Sin embargo, lo

nico que pretendo es ayudar a avanzar en la investigacinque estn sucediendo, y a los que se debe

uesta.

esional del periodismo tengo que evitar perderme

en sentimentalismos, y buscar la noticia all donde pueda

producirse; incluso bajo supuestos desconocidos y realidades por demostrar. Cualquier

persona ajena a esta profesin

necesidad que tengo de avanz

intenciones son nobles y debo

como sta para demostrar todo

En Lorca mantuvimos una charperdido a un gran amigo en ma

que nos ha puesto los pelos de a la cordura de los asesinos y la

sensibilidad de los polticos pong

Con el paso de los das las

D

de unos hechos

pronta respdar una

Como prof

sera incapaz de entender lo que siento en mi interior, y la

ar en este tema. No quiero daar a mis amigos, pero mis

seguir adelante. Puede que jams tenga una oportunidad

lo que llevo dentro como periodista.

la sobre el problema terrorista en Euskadi. Samuel, que hanos de unos asesinos enloquecidos, ha narrado una historia

punta. Espero que algn d

a fin a tanto dolor; a tanta humillacin.

cosas se estn poniendo ms emocionantes. Maana

continuamos nuestra particular travesa del desierto; llegaremos a la ciudad de Los Arcos.

Seguimos en la Comunidad Autnoma de Navarra.

Marcos Santos Yebra


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l Velo del Placerarlos Bonelli

La ruptura de aquella relacin me haba marcado profundamente.

Llevaba algn tiempo sin poder centrarme en mi trabajo y mi obra

literaria acumulaba importantes retrasos; la fuente de inspiracin se

haba agotado. Un da vino a verme mi editor y me propuso que me

tomara unas largas vacaciones. Aquella ciudad me estaba

consumiendo en vida. El recuerdo de Nerea y las interminables

noches de placer no me dejaban respirar. Me senta atrapado por lasvivencias del pasado, y no era capaz de salir de aquel laberinto de

uando ya haba decido huir de la ciudad, conoc a Paula. Nuestras

primeras conversacion

territorio que quera ac

cabeza golpeaba con in

quiero. Tal vez ese m

embargo, el encuentro

destino. Quedamos paPaula en su ms pura

humor. Aunque segua

complicidades.

Un da vino a visitarm

hicimos el amor. Su p

EC

dolor.

C

es fueron muy distantes. Sus palabras marcaron perfectamente el

otar, y no consegua interpretar sus mensajes subliminales. Sobre mi

sistencia aquella frase: soy muy independiente y s muy bien lo que

ensaje me hizo pensar que Paula era una mujer inaccesible. Sin

de aquella tarde en el parque de la gran avenida cambi nuestro

ra tomar un caf y entonces conoc la realidad de Paula. Descubr aesencia: agradable, amena, inteligente y con un gran sentido del

marcando su territorio, pronto empezamos a tejer una telaraa de

e y esa noche se qued en la casa. Yo no tena ganas de trabajar e

resencia entre mis sbanas me hizo olvidar la extraa sensacin que

se haba apoderado de m el da que nos conocimos. Desnudamos nuestras almas y salimos

al encuentro del placer. Derramamos besos por cada parte de nuestros cuerpos. Nos

acariciamos y descubrimos nuevos horizontes. El contacto de su piel me rob calor, pero

necesitaba de esa maravillosa trasformacin. Avanzamos con nuestras manos entrelazadas

sobre un territorio que ansibamos descubrir. Acariciamos nuestros sexos y nosembriagamos de placer. Descubr sensaciones que an permanecan inditas cuando mi

sexo encontr su lugar en el cuerpo de Paula. Fue entonces cuando nuestros gemidos se

estrellaron contra las piedras que sellaban aquella alcoba. Abrazados, esperamos a que nos

sorprendieran las primeras luces de la maana. Cuando se despidi me beso en los labios y

me susurr al odo: te quiero, Carlos


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enea y regresamos de la mano en el tiempo. Paula

staba muy guapa. Se haba hecho una gran mujer. Creo que estaba en su mejor momento.

us ojos, azules, parecan tener luz propia, y cambiaban de tonalidad con los reflejos del

termitente fuego de la chimenea. Todo en ella era natural. Tena un rostro expresivo e

teligente, pero se vea que era una mujer que tuvo que abrirse camino en la vida.

altamos de tema en tema como si fuese una partida de ajedrez, y de pronto nos

ablando de literatura y de mis libros. Jaime haba pasadon segundo plano. Desconoca mi obra literaria, y se limitaba a seguir

con la mirada nuestras intervenciones. Ahora que lo pienso, creo que

pero pronto desista

reafirmar su presen

no tard en volver a

aquella cmica situ

Estuvimos conversa

se limitaba a avivar

su testimonial prese

Encuentro de viejos amigosRelatos de Marc Reims

Despus de recuperar nuestro lugar en la mesa, y tras dar buena cuenta de aquella

exquisita cena, nos acercamos a la chim

e

S

in

in

S

encontramos ha u

fue la forma en que Paula quiso vengarse de lo que nos haba hecho

unas horas antes. Jaime nos observaba como el espectador de una

tertulia que ignora el tema de debate. Nos miraba con compasin, pero

fuimos firmes en nuestro comportamiento: era nuestra especial forma

de vengarnos del mal momento que nos haba hecho pasar. Al final, l

tambin decidi ignorarnos. Vagaba por el saln con una copa en la

mano y dirigindonos la mirada de un cordero a punto de ser degollado.Se acercaba y haca ademn de querer participar de nuestras opiniones,

al comprobar que no dbamos pie a sus intervenciones. En un acto por

cia y llamar nuestra atencin, sali al patio para dar un paseo, aunque

dar vueltas a nuestro alrededor. Nosotros nos reamos entre dientes de

acin y l haca gestos de no importarle ser un hombre ignorado.

ndo hasta bien avanzada la noche. Por entonces, la presencia de Jaime

el fuego y a servirnos alguna bebida; a estas simples tareas se resuma

ncia.


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esde A Costa da Morte, con afecto

Hace das que he llegado a esta hermosa tierra. Aunque los

efectos del Prestige no se perciben a primera vista, las

rocas de los acantilados y otros lugares de difcil acceso

siguen como entonces.

Est cayendo el da y la imagen que estoy viendo es de una

extraordinaria belleza. Provocado por el efecto de las capas

ra, el sol parece multiplicar varias veces su

nal. Lo que hoy es una maravillosa escena en

de los celtas y otras antiguas civilizaciones era un autntico misterio. Aqu, donde

se crea que era el final de la tierra conocida, el sol desapareca perdindose en el mar para

realizar un misterioso viaje por

por el este con toda su fuerza y

aquellas gentes. Crean que dur

llamado Charonte vena en busc ertos en su barca de piedra, que de

noche se converta en madera.

En A Costa da Morte hay impor

sol y a la piedra. La piedra era

de otros elementos de la natu

r llamado O Roncudo, el mar se muestra con toda su fuerza

D

de la atmsfe

tamao origi

tiempos

la tierra de Hades, o de las desgracias, y volver a aparecer

brillantez. Este fenmeno no tena explicacin posible para

ante la ausencia del sol, al que llamaban Helios, un barquero

a de las almas de los mu

tantes vestigios de antiguos cultos paganos de adoracin al

para los primitivos un smbolo de invariabilidad a diferencia

raleza que estaban sujetos a cambios. Esta propiedad, quetransciende de la precaria cualidad humana que tambin est sometida a este proceso de

cambio, muerte y desaparicin, ha sido la causa de que fuese motivo de culto y adoracin.

En A Costa da Morte existe una especial relacin entre el hombre y el mar. Sobre las

piedras milenarias de estos acantilados pueden verse los efectos devastadores que los

temporales van marcando con el paso del tiempo. Tierra de grandes catstrofes marinas, la

gente sigue viviendo con los ojos puestos en unas aguas que representan un smbolo de

bienestar y progreso. En un luga

y bravura. En sus piedras quisiera desnudarme por fuera y por dentro. Con las manos

abiertas, levantadas al cielo, quisiera gritar con todas mis fuerzas y romper con mi vozdesgarradora el paso de las mareas. All, podemos arrancar todos los miedos que llevamos

en nuestro interior y liberarnos de los fantasmas que

impiden manifestar la pureza de nuestros sentimientos.

En el poco tiempo que llevo en Muxa he conocido a dos

personajes muy curiosos. Uno de ellos fue vctima de un

naufragio. De los diez tripulantes de aquel barco slo l

pudo salvarse. Desde entonces, este hombre sale todas las

tardes al encuentro con el mar. Desde las rocas de los


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onces todos afirman que est

s que ocurrieron en estas tierras en

le a pescar con el pretexto de

anas de la zona. Sin embargo,

atractiva, ha despertado en m

a. Todo lo que estoy viviendo

. Siempre haba pensado que

uedo jurar que esto es cierto.

acantilados pasa varias horas mirando el horizonte, all donde las aguas quieren

encontrarse con el infinito. Dice que el da del naufragio vio una ciudad que se encumbraba

sobre el nivel del mar. Tambin dice que estuvo all. Desde ent

loco. Heabl con l y me ha contado historias asombrosa

tiempos remotos. El otro hombre, es un tipo muy singular. Sa

sacar un poco de dinero que luego gasta en las barras americ

tiene algo especial. Algo que me ha cautivado.

He conocido a una chica maravillosa. Sencilla, amable y muy

sentimientos que haban quedado dormidos en la adolescenci

en A Costa da Morte me est haciendo madurar como persona

jams un hombre enamorado podra ser un buen amigo. Hoy p

Helios ya ha iniciado su especial travesa por la tierra de Hades. Puede que esta noche las

tinieblas vengan a visitar la costa, y el barquero Charonte asome en mi ventana.

A Costa da Morte, Galicia

Diego Bass

Relatos de portada

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