Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra...

87

Transcript of Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra...

Page 1: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante
Page 2: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 3

PÁGINA 4. Editorial. PÁGINA 70. Séptimo encuentro Jóvenes y Memoria. Recordamos para el futuro. PÁGI-NA 72. Recomendaciones de nuestra videoteca. PÁGINA 74. Comisión Provincial por la Memoria. PÁGINA 76.Cultura, memoria y transformación social. Jornadas en Mendoza. Por María Emilia de la Iglesia y PaulaBonomi. PÁGINA 89. Dossier documentos. De lo secreto a lo público: Una tardecita de fútbol. Episodio derepresión durante un partido entre Estudiantes de La Plata y Huracán, rememorado por un sobreviviente.

SUMARIO

PÁGINA 6Políticas de memoriaEscriben Enzo Traverso, Ricard Vinyes, IsabelPiper y Nancy Nicholls.Conflictos entre historia, justicia y memorias en elmarco de una globalización de las políticas de memo-ria. Usos rituales y usos críticos.

PÁGINA 51Niños, adolescentes y jóvenes en riesgo

La estigmatización y criminalización deamplios sectores sociales como parte de

una sociedad desigual.Comunicado de la Comisión por la Memoria

Opina: Julián Axat.

PÁGINA 83Los exilios

de Remo BianchediEntrevista de Laura Ponisio.

PÁGINA 61El lugar de la educaciónDerechos Humanos en institutos militares.Por Ana Cacopardo, Julieta Sahade y J.B. Duizeide.Opina: Nilda Garré.

Page 3: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 20084

De este modo, con estos principios editoriales la revista Puentes se presentaba ensociedad. Corría el mes de agosto del año 2000. Ruckauf gobernaba la provincia deBuenos Aires e imponía el discurso de “mano dura y meter bala a los delincuentes".

Puentesdaba cuenta de la espiral represiva, advertía que la violencia generaba más violenciay describía el clima de miedo y sospecha que fomentaba el discurso oficial. La crónica deentonces se titulaba: “De la represión a la mano dura: pasado presente”. Nada preanunciabaaún la estrepitosa caída de diciembre de 2001 y en el compromiso de algunos dirigentes dela Alianza se cimentaba la esperanza de quebrantar las políticas de olvido e impunidad frentea los crímenes de la última dictadura militar. Cuando todavía estaban vigentes los indultos ylas leyes de Punto Final y Obediencia Debida, el título de tapa de Puentes fue “La justicia nose rinde”. Y efectivamente, la justicia no se rendía porque la sociedad no se resignaba al olvido.Los Juicios por la Verdad abrían por entonces un camino que se proponía el horizonte de lapersecución penal de los represores.

Pasaron desde entonces 8 años y 25 números de Puentes que han procurado expresarlos sentidos de un ejercicio crítico de la memoria inescindible de la agenda de derechoshumanos que nos impone el tiempo presente. Hoy, claro, el contexto es bien diferente alque se vislumbraba en el 2000. Desde el estado nacional existen políticas públicas dememoria y con la nulidad de las leyes de impunidad promovida durante la gestión delpresidente Kirchner, llegaron los primeros juicios penales y las condenas a represoresemblemáticos.

Sin embargo, cuando revisamos la agenda de este año, reaparecen las señales de esepasado que no pasa, como advertía aquel primer número de Puentes. Se cumplieron dosaños sin que la desaparición del testigo Julio López haya sido esclarecida. El discurso de lamano dura cosecha votos en un clima de época signado por la marginación y estigmatización

25años de democracia, números de Puentes

Llegó el momento de construir puentes. Puentes que unan a las generaciones y se con-viertan en espacios de diálogo y transmisión. Puentes para llegar a otros territorios, habi-tados por otros ciudadanos en este vasto país de la memoria. Puentes, en fin, que nos per-mitan pararnos justo en el medio, en este minúsculo presente, para poder pensar elpasado y el futuro al mismo tiempo.

Page 4: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 5

de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico quesignificó la aplicación durante más de una década de políticas neoliberales. Los medios decomunicación refuerzan el miedo, imponen y trastocan el sentido de las palabras hasta elextremo de convertir las garantías en un obstáculo y el garantismo en una suerte de adjetivocalificativo que menoscaba a los jueces que cumplen con la ley y la Constitución.

En sus veinticinco números, fiel a su nombre, la revista no dejó de tender puentes: entreépocas, entre generaciones, entre disciplinas, entre distintas experiencias y distintasprácticas. Así fueron pasando por sus páginas historiadores, militantes de derechoshumanos, periodistas, narradores, poetas, sociólogos, antropólogos, politólogos,economistas, militantes políticos, gremialistas. En una rápida mirada a los primeros 25números resaltan las firmas de Pilar Calveiro, James Young, Zigmunt Bauman, LeónRozitchner, Nancy Nicholls, Ludmila da Silva Catela, Enzo Traverso, Alain Brossat, JuliánCasanova, Hector Schmucler, Julián Chaves Palacio, Alessandro Portelli, Federico Lorenz,Roberto Herrscher, Cecilia Flachsland, Pablo Pozzi, Inés Izaguirre, Leigh Payne, RobertoPittaluga, Hilda Sábato, Patricia Funes, Silvia Sigal, Leopoldo Schiffrin, Hugo Cañon,Horacio Verbitsky, Bruno Groppo, Laura Conte, Miguel Dalmaroni, Guillermo Saccomanno,Gustavo Caso Rosendi, Martín Raninqueo, Mario Goloboff, Sergio Pujol, Ana Longoni. Entrelos artistas plásticos y fotógrafos que sumaron su aporte figuran Carlos Gorriarena, LuisScafati, Carlos Alonso, Roberto Páez, Norberto Gómez, Luis Felipe Noé, Rep, RemoBianchedi, Eduardo Sapia, León Ferrari, Chelo Candia, Helen Zout, Lucila Quieto, AlfredoSrur. La lista es incompleta. Y a ella deben sumarse Gabriela Cerruti, directora de la revistadurante 3 años y Alejandra Correa, su primera editora. A Sandra Raggio, directora de losdossier de Educación y Memoria producidos por el área de Investigación y Enseñanza. AlCentro de Documentación y Archivo DIPBA por los dossier con documentacióndesclasificada del Archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía bonaerense. Y a losrestantes miembros de las distintas áreas de trabajo que aportaron sus reflexiones políticasy académicas. A todos ellos y a los lectores, nuestra gratitud.

Una revista indispensable paracomprender la historia del presente

Con este número se entrega un disco compacto que contiene los primeros 24 números de la revista Puentes, inclui-dos los dossiers de educación, los dossiers que cuentan la historia de los organismos de derechos humanos y los dos-siers De lo secreto a lo público, basados en documentos de la Dirección de Inteligencia de la Policía Bonaerense.

Page 5: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 24 |Agosto 20086

DE LA MEMORIA y su uso crítico

En todo el mundo nos encontramos ante un nuevo paisaje político, en el que la

memoria ocupa un lugar más importante que nunca, un proceso de globalización

de la memoria que se articula en torno a diferentes acontecimientos del pasado

según los contextos nacionales, pero presenta en todas partes características

similares: las víctimas y sus herederos plantean una demanda de reconocimiento

y de reparación, material o simbólica, a los que fueran responsables en el pasado

de persecuciones y crímenes. Ese horizonte memorial es a la vez,

indisociablemente, un horizonte político. Un horizonte de conflicto en el que se

tensan las relaciones entre justicia, historia y memoria.

Por Enzo Traverso

Imágenes Juan Carlos Distéfano

Page 6: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Hast

a cier

to p

unto

II

Page 7: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 20088

trategias de los medios de comunicación y de la industria cul-tural. La reificación mercantil y el encuadramiento jurídicodel pasado se superponen así modificando las formas y lasestructuras de la memoria colectiva.

La experiencia perdida La irrupción de la memoria en el espacio público de nues-

tras sociedades forma parte de una tendencia general propiade la modernidad: la crisis de la transmisión. Walter Benjamíncaptó sus síntomas en la década de 1930 localizando en el de-clive de la experiencia transmitida (Erfahrung) en beneficio dela experiencia vivida (Erlebnis) uno de los rasgos definitoriosde la época inaugurada por la Primera Guerra Mundial. La pri-mera es colectiva; permite a los individuos forjarse una iden-tidad inscripta en un marco social y cultural estable, moldea-do por generaciones sucesivas. Era la forma dominante de lasrepresentaciones del pasado hasta finales del siglo XIX. Así,un conjunto de culturas, de conocimientos prácticos, de mo-dos de vida y de pensamiento se transmitían, en un continuumexistencial, de generación en generación y de una época a lasiguiente. La memoria estaba en cierta forma incorporada a lavida cotidiana, pues el trabajo en el campo vehiculaba unsaber ancestral, del mismo modo que los rituales colectivospautaban la existencia de una comunidad. La tierra y los muer-tos, el campanario y el cementerio, un cuerpo de familias queviven en vez de una reunión de individuos que votan: la de-finición de nación elaborada por los conservadores desde fi-nales del siglo XIX, con su culto romántico al pasado y suaversión a la modernidad, se hacía eco, de alguna manera, deesta crisis de la transmisión. Para Charles Maurras la nación esante todo un fenómeno de herencia. El nacionalismo de de-recha constituye la versión reaccionaria de la toma de concien-cia de esta ruptura de la tradición que atraviesa la cultura ensu conjunto -de la literatura y las artes a las ciencias sociales-a lo largo del siglo XX. La memoria es la materia prima de laobra narrativa de Proust, cuya escritura no es sino una pug-na inacabable dirigida a capturar el sabor y las emociones aso-ciados a una experiencia perdida. Y la experiencia perdida esasimismo la marca secreta de una obra por lo demás tan so-bria y austera como la de Max Weber, que veía en el avanceimplacable de la racionalidad moderna la destrucción de la tra-dición, la sustitución de la experiencia por la eficacia técnicay la pérdida irremediable de los valores humanos, ahogadosen el mar helado de un mundo desencantado, dominado porel espíritu de cálculo y por monstruosos aparatos anónimos:las empresas, las administraciones, los ejércitos. Según Wal-ter Benjamín, fue la generación sacrificada en las trincheras dela Primera Guerra Mundial la que sufrió en sus carnes este trau-matismo fundador del siglo XX. Para millones de campesinos

En junio de 2007, en una reunión del Consejo de laUnión Europea en Bruselas, el primer ministro pola-co Jaroslaw Kaczynski afirmó que la ocupación ale-

mana de su país durante la Segunda Guerra Mundial habíacausado un déficit demográfico de, al menos, veinte millo-nes de personas. Proponía en consecuencia que Polonia dis-pusiera en el Consejo de un número de votos suficiente pa-ra representar no sólo a sus ciudadanos, sino a sus víctimas,tanto los muertos como los que no habrían nacido a causade la guerra. El hecho de que durante tres días los más al-tos responsables europeos discutieran un argumento comoéste es revelador de que nos encontramos ante un nuevopaisaje político, en el que la memoria ocupa un lugar másimportante que nunca, no sólo en Polonia sino en todo elcontinente europeo.

Pero la misma tendencia se perfila también fuera delviejo mundo. China y Corea del Sur no pierden ocasión derecordarle a su poderoso vecino nipón sus crímenes de gue-rra y sus atrocidades contra sus propios civiles durante laSegunda Guerra Mundial, cuando Japón los utilizó como co-bayos humanos en experimentos médicos o forzó a prosti-tuirse por centenares de miles a sus mujeres. La memoriaconstituye así un aspecto más de la diplomacia en el Leja-no Oriente, con los arrepentimientos rituales del presidentedel gobierno japonés cada vez que visita oficialmente susex colonias y las protestas que se organizan regularmenteante cada una de sus visitas al santuario militar de Yasuku-ni, lugar de conmemoración de los dos millones y medio dejaponeses muertos en combate, entre los cuales figuran tam-bién bastantes criminales de guerra.

Podrían ponerse muchos otros ejemplos relacionados conEuropa, África o América. Todos ellos indican una activacióngeneral de la memoria, llamada cada vez más a desempeñarun papel político en el presente. Esta activación toma tam-bién la forma de un proceso de globalización de la memoriaque bien puede articularse en torno a diferentes aconteci-mientos del pasado, según los contextos nacionales, peroque presenta en todas partes características similares: las víc-timas y sus herederos -sean un grupo, una minoría o una co-munidad nacional- plantean una demanda de reconoci-miento y de reparación, material o simbólica, a los paísesque fueran responsables en el pasado de persecuciones ycrímenes. El esclavismo, el colonialismo, los crímenes de gue-rra y los genocidios invaden de esta suerte nuestro espaciopúblico y delimitan un horizonte memorial que es a la vez,indisociablemente, un horizonte político. La memoria se si-túa en la encrucijada en la que se encuentran la escriturade la historia, la política de los Estados y sus relaciones re-cíprocas, la mutación de las identidades nacionales, las es-

Page 8: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 9

convertidos en soldados la ruptura de la tradición se manifes-tó en formas trágicas, con el paso de una existencia sujeta alos ritmos de la naturaleza, con su organización arcaica deltiempo de trabajo, a una organización industrial de la masa-cre, con la sumisión de los cuerpos y los espíritus a las exi-gencias de la guerra tecnológica. Sin duda, cabe considerar lagran emoción colectiva exteriorizada en los homenajes a losmuertos de la Primera Guerra Mundial, ya desde principios dela década de 1920, como la primera manifestación de esta emer-gencia de la memoria ligada a una crisis profunda de la trans-misión.

El siglo XX estará dominado por la Erlebnis, la experien-cia vivida, efímera, fugaz, transitoria, típica de las socieda-des de masas, con la vida urbana anónima, una organiza-ción del tiempo dictada por las exigencias de la producción,el advenimiento del universo mercantil. La innovación per-manente, la crisis profunda de la tradición y la ruptura en-tre las generaciones son los rasgos que distinguen, en el pla-no social y cultural, el advenimiento de la modernidad. Elproceso de globalización de la economía ha acentuado enor-memente esta tendencia, difuminando fronteras y referen-tes. Para las nuevas generaciones la búsqueda de un tra-bajo y la elección de un lugar donde vivir se llevan a caboen un contexto global, en el que las fronteras nacionales sonrestricciones cada vez más débiles. Nuestras sociedades lí-quidas, dominadas por la precariedad, la falta de referentesy el movimiento fluido e inaprensible de las mercancías, pro-ducen inevitablemente nuevas identidades, fundadas en unavivencia fragmentaria y cambiante, pero vaciadas de cual-quier experiencia transmitida. La necesidad de memoria quese deriva de esto es, en muchos aspectos, una reacción fren-te al advenimiento de un mundo que ha perdido, con su pa-sado, el sentido mismo del pasado, un mundo sin memoria.La Erlebnis posmoderna, marca antropológica del capita-lismo global, ofrece un sustituto ilusorio de la experienciaperdida, pues el universo fantasmagórico de la mercancíase revela en todas partes igual a sí mismo. Hoy en día lasgrandes cadenas hoteleras permiten a los hombres de ne-gocios que recorren el planeta sentirse siempre como en ca-sa, pues disponen de lugares que son iguales en todos lossitios, con la misma decoración e idéntica gastronomía enNairobi y en Nueva York, en Lisboa y en Tokio. Los hombresse sienten en casa en todas partes -escribía Kracauer en Elornamento de la masa (1927)-, en su país lo mismo que enel extranjero, o que en ningún lugar. Las gentes no se handesarraigado, pero al mismo tiempo han perdido todosentimiento de pertenencia. La uniformización del mundo vapareja con esta pérdida de experiencia. En 1938, Adorno de-tectaba una relación estrecha entre la difusión radiofónica

de la música, llamada a llenar el espacio sonoro de nues-tra vida cotidiana, y el declive de la capacidad de escuchade sus contemporáneos. La emergencia del discurso públi-co sobre la memoria -un concepto ausente hasta principiosde la década de 1980 tanto del lenguaje de los medios decomunicación como del de las ciencias sociales- es una ma-nera de amueblar este gran vacío que ha dejado el declivede la experiencia.

Tiempos comprimidosNacido en las trincheras de 1914 y finalizado en Berlín en

1989, el siglo XX ha sido un siglo corto. Entre tanto los pro-gresos de la ciencia médica y la mejora de las condicionesmateriales de existencia han determinado, sobre todo en elmundo occidental, un aumento considerable de la espe-ranza de vida. Según datos de la Organización Mundial dela Salud, la esperanza media de vida ha pasado en Franciade 40 a 78 años entre 1900 y 2000. Los seres humanos vivenmás tiempo, mientras que su historia se acelera. Si conside-ramos el siglo XX en términos históricos -una época mar-cada por cesuras sociales y políticas- y no como una suce-sión meramente cronológica, hallaremos testigos cuya exis-tencia se ha extendido a lo largo de tres siglos. En un her-moso libro de memorias, II cavallo e la torre, el sindicalistaVittorio Foa, nacido en Turín en 1910, evoca los días de la en-trada de Italia en guerra, en 1915, y es capaz de restituir lafrescura de la mirada infantil. Narra después su compromi-so político antifascista, su detención, la Resistencia, sus res-ponsabilidades sindicales en la posguerra y finaliza su au-tobiografía con un balance crítico del siglo que ha finaliza-do. Conserva en la memoria briznas de recuerdos del sigloXIX -la era del orden y la estabilidad aristocráticas, con supersistencia del Antiguo Régimen, de la que pudo observarlos últimos estertores- y se interroga sobre el porvenir delmundo en el siglo XXI. En una palabra, historia y memoriase prolongan, se cruzan, se entreveran. Algunos actores delsiglo XX participan hoy en día en conmemoraciones de unpasado que vivieron intensamente. Los testigos de la Segun-da Guerra Mundial son aún relativamente numerosos, a lavez que existe ya una inmensa bibliografía histórica dedica-da a aquellos acontecimientos. El historiador coexiste con eltestigo; historia y memoria establecen una dialéctica nueva,a veces fructífera, a veces conflictiva.

En tanto que discurso crítico sobre el pasado, la historiaprecisa de ciertas premisas. Una cesura -aunque sólo seasimbólica- con el pasado. Para escribir la historia hace fal-ta poder pensar el pasado, aun el más próximo, como unaexperiencia ya clausurada, respecto de la cual se estableceuna distancia, una separación. Es la condición para distin-

Page 9: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200810

do, que no puede sino comparar su cultura de origen con laque comparte en la vida cotidiana, el historiador formula enel presente las preguntas que planteará al pasado, las cate-gorías con las que elaborará su interpretación, a veces losjuicios que emitirá sobre los actores del pasado. Este des-fase es fructífero, pues puede dar lugar a una mirada críti-ca. Es más fácil que el exiliado se sustraiga a los conformis-mos, a las mentalidades dominantes. El historiador se bene-ficia de las ventajas epistemológicas que derivan de una mi-rada retrospectiva, del privilegio -negado fatalmente a losactores- de conocer el fin de la historia. Pero este privilegiocomporta también sus trampas, en las que han caído tantoshistoriadores pillados en delito flagrante de anacronismo,después de haber cedido a la tentación irresistible de lasproyecciones a posteriori.

Hay que ser conscientes de estas trampas, sin duda. La es-critura de la historia contemporánea, no obstante, sufre me-nos por ese desfase que por su ausencia, es decir, por la di-ficultad de distanciarse del pasado. Hoy en día las tempora-lidades de la historia y la memoria se cruzan. La discordan-cia de los tiempos, ligada a la estructura heterogénea del uni-verso histórico, se manifiesta en la coexistencia de memoriasdiversas. De entrada, la de los propios actores de la histo-ria, es decir, los recuerdos y las representaciones que los ha-bitan y contribuyen a moldear sus actitudes. El recuerdo dela Semana Sangrienta -la masacre de los communards trasla derrota de la Comuna de París, en 1871- atormentaba lasmentes de los bolcheviques durante la guerra civil rusa, em-pujándoles a menudo a la adopción de soluciones extremas.El recuerdo de la Guerra Civil española, en cambio, tuvo unefecto moderador sobre las opciones de los actores de la tran-sición a la democracia, a partir de 1975, una vez muerto Fran-co. Es cierto que los contextos eran muy distintos y sería ab-surdo considerar la memoria como el único resorte de las elec-ciones políticas realizadas por los protagonistas en estas dosgrandes encrucijadas de la historia del siglo XX, pero no ca-be duda de que desempeñó su papel. La memoria de los ac-tores se transforma luego en memoria de los testigos delpasado, una memoria a partir de ese momento reconocidaplenamente como una fuente para la escritura de la historia.Tenemos, en fin, la memoria de la sociedad en su conjunto,esto es, la pluralidad de las representaciones que definen elcontexto en el que se elabora un discurso histórico sobre elpasado. Y aún habría que añadir a esta memoria plural la me-moria, desde luego que singular, del propio historiador, esdecir, la trama de recuerdos personales que orienta sus elec-ciones, que le lleva a seleccionar sus fuentes y sus objetos deestudio, que determina sus empatías. Todas estas memoriasno sólo se transforman y se modifican, sin llegar a fijarse nun-

guir entre el pasado y el presente. En segundo lugar, la cons-titución de las fuentes. Es el aspecto más problemático, puesa menudo los archivos -los de los Estados, pero también losde instituciones privadas y de particulares- no están abier-tos ni son accesibles hasta pasados muchos decenios, sobretodo aquellos que tienen que ver con los llamados temassensibles. Basta pensar en los archivos franceses de Vichyy de la guerra de Argelia, en los que la reserva y la inter-dicción son práctica habitual en nombre de la protección dela vida privada, por no hablar de los archivos del dictadorFrancisco Franco, que siguen bajo control de sus herederos.Las fuentes, empero, no se limitan a los archivos. Su multi-plicación (fuentes orales, visuales, materiales, que van delos escritos a las imágenes y los documentos sonoros) sonprecisamente uno de los rasgos característicos de la histo-riografía contemporánea, que reconoce la existencia de unamultiplicidad de sujetos. En tercer lugar, una demanda so-cial de conocimiento, sin la que el trabajo del historiador nosería sino un ejercicio de pura erudición. El historiador viveinmerso en una sociedad y participa de sus preocupaciones,expectativas, curiosidades e indignaciones. No escapa a suscontradicciones. Su función es precisamente responder a es-ta demanda de conocimiento que surge de la sociedad.

El vuelco de 1989 permite ya pensar históricamente elsiglo XX. Sus testigos -es decir, un gran número de contem-poráneos- adquieren un status de fuentes potenciales. Laemergencia de la memoria en el espacio público genera ine-luctablemente una exigencia cada vez más apremiante deconocer el pasado, yendo más allá de los recuerdos per-sonales y de las representaciones colectivas. Los historiado-res están llamados a poner orden en la materia confusa ycaótica del pasado; localizan pistas, formulan hipótesis, su-gieren interpretaciones. Frecuentemente esto da lugar a que-rellas y conflictos que alimentan la conciencia histórica deuna comunidad (utilizo esta convención de lenguaje, perohay que señalar que estas querellas y conflictos tienden ca-si en todas partes a desbordar las fronteras nacionales).

Esta nueva dialéctica entre historia y memoria obliga alhistoriador a cuestionarse, a reflexionar sobre las premisasde su oficio, sobre las condiciones cambiantes de su traba-jo. La metáfora del historiador como exiliado -tal como laproponía Siegfried Kracauer en su última obra, History. TheLast Things Before the Last (1969)- exige sin duda un aggior-namento. Según Kracauer, el historiador, como el exiliado,es una figura de la extraterritorialidad. Como el exiliado,desgarrado entre la patria abandonada y el país de acogi-da, lleva una doble vida, a caballo entre dos épocas: de unaparte, la suya, el mundo en el que vive; de otra, el pasadoque ha elevado a objeto de estudio. Al igual que el exilia-

Page 10: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

La p

uerta

estrec

ha .

Page 11: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200812

nente tragado por la historia, con su dimensión totalitariapero también con su dimensión emancipadora, con su corte-jo de víctimas y de derrotados: las víctimas de su sistema dedominación, en los países del socialismo real, y los derrota-dos de sus revoluciones fracasadas, caídos en un combate quese quería liberador.

No es casualidad que la caída de los regímenes comunis-tas haya dado pie al mito del fin de la historia. La necesidadde repensar el siglo que había acabado se impuso en un mun-do huérfano de utopías, privado de su porvenir, incapaz demirar hacia el futuro. La transformación del mundo ya noestaba en el orden del día -o en todo caso quedaba en ma-nos del automatismo creador del mercado- y la memoria ocu-pó todo el espacio disponible. Museificar el pasado, rememo-rarlo y conmemorarlo pasaron a ser las tareas del presente.Como no podía dejar de suceder, esta recuperación ávida delpasado cayó en las redes de la industria cultural, que ha trans-formado el pasado en objeto de consumo cultural. La memo-ria colectiva no escapa a los imperativos de la sociedad mer-cantil y este inicio del siglo XXI se ha caracterizado por laaparición y la presencia en el espacio público de una me-moria reificada. En la década de 1990 se rodaron en Holly-wood los primeros filmes sobre el Holocausto, y un museode Texas se ofreció para adquirir la momia de Lenin, que yano era el símbolo de una religión política sino simple íconode la sociedad del espectáculo. Con la caída del comunismose ha desvanecido la memoria de las revoluciones. Del comu-nismo ya no pervive sino la fachada totalitaria. En 1989 las re-voluciones de terciopelo en Europa oriental estuvieron pre-cedidas por algunos meses de celebraciones -orquestadas porFrangois Furet- del bicentenario de la Revolución Francesa,que tuvieron un gran eco mediático. Diversos historiadoreslas interpretaron como una tentativa de decir definitivamen-te adiós a la herencia subversiva y crítica de 1789.

Auschwitz como paradigma memorial El vacío dejado en nuestro imaginario por el eclipse de

las utopías ha sido llenado por la memoria del pasado, delque la Shoah constituye una especie de paradigma en elmundo occidental. Sin embargo, su impacto sobre el pensa-miento de la época de posguerra no fue inmediato. La per-cepción del Holocausto que predomina en el tránsito al si-glo XXI no es la misma que la de 1945. La impregnación an-tisemita de las mentalidades y la cultura -mucho más fuer-te en aquella época- fue sin duda un factor de la indiferen-cia e incomprensión en aquel momento, pero desde luegoel fenómeno es mucho más vasto. La conciencia y el pen-samiento no siempre van pegados a los acontecimientos, aveces necesitan un tiempo de elaboración largo y difícil. Tal

ca, sino que además coexisten, se entrecruzan, interactúany se influyen recíprocamente. Nuestro presente cargado dememoria se perfila así como una especie de tiempo compri-mido, un cortocircuito en el que el pasado y el presente, lahistoria y las memorias, entran en colisión.

Eclipse de las utopías Mientras que el pasado reactivado de Europa retorna como

un pasado presente, las esperanzas que llevara consigo hansido definitivamente archivadas a manera de un futuro pasa-do. Eric Hobsbawm fija en 1989 el fin del siglo XX, con la caí-da del Muro de Berlín, seguida por el colapso de la Unión So-viética y la finalización de la Guerra Fría. Esta fecha no mar-ca sólo el hundimiento de una serie de regímenes políticos, si-no que simboliza una cesura, el fin de una experiencia histó-rica. El comunismo ha abandonado el presente para entrar de-finitivamente en el pasado, se ha despedido de la historia quese hace (res gestae) para pasar a la historia que se escribe yconmemora (historia rerum gestarum). Vivimos pues una épo-ca de transición y eso determina una memoria híbrida. Senti-mos ya la necesidad de pensar el siglo XX como historia, pe-ro este pasado forma parte aún, para la mayoría de nuestroscontemporáneos, de la experiencia vivida. Historia y memoriase entrecruzan. Tal es la razón, sin duda, por la que estos dosconceptos, antaño rigurosamente distintos, tienden hoy en díaa cruzarse, a interpenetrarse, casi a devenir sinónimos. Por unparte, el siglo XX es historia en el sentido más profundo dela palabra: una guerra franco-alemana o una guerra civil enEspaña serían hoy inimaginables, más lejanas en nuestras men-talidades que la distancia cronológica que nos separa de acon-tecimientos así. Por otra parte, términos como fascismo, an-tifascismo o comunismo no se han convertido todavía en ca-tegorías históricas axiológicamente neutras, susceptibles de unuso desapasionado o puramente descriptivo como Absolutis-mo, Reforma o Contrarreforma. Para muchos de nosotros aque-llos términos evocan un pasado vivido, una memoria que haentrado en la historia pero que sigue ensamblada en una tra-ma compleja de recuerdos personales o familiares, de expe-riencias sociales y políticas, emociones, esperanzas, ilusiones,decepciones o, por el contrario, aversión y odio. Empeza-mos a contemplar este pasado reciente, todavía tan cercano,como una época clausurada, con un perfil reconocible. Estamutación implica una inversión dialéctica de gran enverga-dura. Surgido en 1917, al alba del siglo XX, como una espe-ranza y un movimiento proyectados al futuro -destino provi-dencial para unos, pesadilla totalitaria para otros-, el comu-nismo es contemplado hoy como una experiencia del pasado,meteorito que ha atravesado un siglo de sangre y fuego hoyya finiquitado. En otras palabras, el comunismo es un conti-

Page 12: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 13

es la razón por la que algunos de los cataclismos más des-garradores y cargados de consecuencias del siglo XX fue-ron ignorados o pasaron desapercibidos a sus contemporá-neos. Este fue el caso del sistema concentracionario sovié-tico, del que la opinión pública internacional no se hizo car-go realmente hasta la publicación de El Archipiélago Gulagde Soljenitsin, o del bombardeo atómico de Hiroshima, quela prensa occidental saludó en un primer momento como unacontecimiento feliz que marcaba el fin de la guerra y comoel inicio de una revolución científica. Éste fue el caso tam-bién del genocidio de los judíos de Europa, que resultó enuna primera fase tragado por el inmenso cortejo de vio-lencia y destrucción de la Segunda Guerra Mundial. Duran-te los juicios de Nuremberg, en 1945, el Holocausto no ocu-pó en modo alguno el centro de atención, y fue simplemen-te colocado entre los crímenes de guerra. La cultura refleja-ría necesariamente este estado de espíritu y así los intelec-tuales que reflexionaban sobre la significación de las cá-maras de gas fueron casos excepcionales.

En la Europa continental la cultura estaba dominada en-tonces por el antifascismo, más decantado a destacar la he-rencia de la deportación política que a meditar sobre un ge-nocidio perpetrado en nombre de un proyecto de domina-ción racial. El símbolo de la barbarie nazi no era Auschwitz,sino Buchenwald, el campo que había acogido la mayor con-centración de deportados antifascistas. Esta cultura parecíaredescubrir en ese momento la tradición de la Ilustración yla idea de progreso. Una vez eliminado el nazismo, la civi-lización podía retomar su camino. El nazismo aparecía co-mo un paréntesis, del que el continente emergía como unconvaleciente tras una enfermedad que había estado a pun-to de acabar con él. Ésta es precisamente la imagen -elfascismo como enfermedad moral de Europa- que se des-prende de los escritos de figuras tan diferentes como elescritor Thomas Mann, el historiador Friedrich Meinecke ylos filósofos Karl Jaspers o Benedetto Croce. El advenimien-to de la era del testigo, según la penetrante expresión deAnnette Wieviorka, es por tanto paralelo a la afirmación deuna nueva percepción del lugar de los campos de extermi-nio en la historia, que ya no se contemplan como expresiónde una recaída de la civilización en la barbarie sino más biencomo íconos de una barbarie inscrita en la modernidad mis-ma, que había mostrado finalmente sin tapujos su dimen-sión destructiva. En la posguerra se ignoraba a los testigosy por otra parte se consideraba a los críticos de la filosofíadel progreso como adeptos de una especie de romanticis-mo reaccionario incurable. Dialéctica de la Ilustración, deTheodor Adorno y Max Horkheimer, no pasaba de ser unaobra de exilio, olvidada o desconocida, del mismo modo

que Si esto es un hombre, de Primo Levi, languidecía enlas estanterías de un pequeño editor. La toma de concienciade los efectos devastadores de la razón instrumental fue pa-ralela a la emergencia de la figura del superviviente de loscampos de la muerte como testigo privilegiado de su siglo.

A sesenta años de distancia, el paisaje memorial es muydiferente. El Holocausto se sitúa hoy en el centro de la me-moria colectiva. El siglo XX se ha convertido, a posteriori,en el siglo de Auschwitz. Olvidado o punto menos que ig-norado ayer como un no-acontecimiento, el genocidio delos judíos ha dado lugar a una memoria presente en el es-pacio público de manera casi obsesiva. La transición de larepresión a la obsesión memorial ha venido marcada poruna mutación considerable en las representaciones del pa-sado. Durante la etapa del olvido, se impone la idea dedominar el pasado, esa Vergangenheitsbewaltigung que Le-vi consideraba una pura y simple impostura consistenteen olvidarlo todo y perdonarlo todo. El silencio sobre el pa-sado se justificaba entonces en nombre de su superación yde la reconciliación sobrevenida. Durante la etapa de la anam-nesia y de la obsesión memorial, predomina en cambio laidea de un pasado que no quiere pasar. Frente a un murode silencio y de indiferencia, los testigos reivindicaron la me-moria como un deber incumplido de una sociedad olvidadi-za. Primo Levi hablaba entonces de un uso a la vez terapéu-tico y pedagógico de la memoria: terapéutico para las víc-timas privadas de reconocimiento y pedagógico para la so-ciedad, culpable de su olvido y de su indiferencia. CuandoAdorno presentó en 1966 su consigna Nunca más Auschwitzcomo una suerte de nuevo imperativo categórico derivadode la época nazi, su toma de posición no tenía nada de tri-vial. Más bien aparecía como una provocación saludable.Hoy en día, cuando la memoria del Holocausto parece sa-turar el espacio público, el deber de memoria se ha conver-tido en un discurso retórico, más bien conformista, utiliza-do como fórmula ritual en todas las conmemoraciones.

La memoria como religión civil Según el historiador Peter Novick, el recuerdo de Ausch-

witz se ha transformado en religión civil del mundo occiden-tal, con sus dogmas (el deber de memoria) y sus rituales(las conmemoraciones, los museos). Antaño ignorados ypostergados, los supervivientes del Holocausto son hoy endía elevados a la condición de santos laicos. Como todas lasreligiones civiles, la memoria del Holocausto posee susvirtudes: afirma su fe en la democracia, la igualdad, losderechos del Hombre. Celebrando sus aniversarios, rindien-do homenaje a sus víctimas, sacralizando los lugares de susufrimiento, transformado a posteriori en una especie de

Page 13: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200814

un conflicto fratricida. Con el paso de los años, los propiosalemanes se han sumado progresivamente a esta representa-ción del pasado, abandonando su antigua percepción de di-cho acontecimiento como una derrota y una profunda humi-llación nacional, seguida de la privación temporal de la sobe-ranía y de la ocupación militar de un país repartido en esfe-ras de influencia. En 1985 el presidente de la RFA, Richard vonWeiszácker, definió el 8 de mayo de 1945, en un discurso quetuvo un enorme eco, como día de la liberación y veinteaños después el canciller alemán Schroder incluso participójunto a Jacques Chirac, Silvio Berlusconi, Jack Strow yGeorge W. Bush en las conmemoraciones del desembarco alia-do en Normandía del 6 de junio de 1944. La adhesión de Ale-mania a una forma de patriotismo constitucional fuertemen-te anclado a Occidente quedó así definitivamente sellada.

En Europa oriental, en cambio, el final de la Segunda Gue-rra Mundial no se celebra como un acontecimiento liberador.Los soviéticos exaltaron siempre la rendición alemana a lasfuerzas soviéticas, firmada en Berlín el 9 de mayo, como elmomento culminante de la Gran Guerra Patria», pero esa fe-cha ha pasado a la memoria de los países ocupados por elEjército Rojo como la continuación de una dominación ex-tranjera, el fin de la pesadilla nazi pero el comienzo de unaprolongada época de hibernación estaliniana, cuando un tro-zo de Occidente fue secuestrado por la Unión de Repúbli-cas Socialistas Soviéticas y arrancado de Europa. La libera-ción, para los europeos del Este, no llegaría sino en 1989. Esoexplica la violencia de los enfrentamientos que estallaron es-te año en Tallinn, la capital de Estonia, cuando la minoría ru-sa se opuso al desmantelamiento de un monumento dedi-cado a la memoria de los soldados soviéticos caídos en la lu-cha contra las fuerzas alemanas entre 1941 y 1945. Para la ma-yoría de los estonios esta estatua es el símbolo de una opre-sión nacional que ha durado muchos decenios. Su memoriano se reconoce en el relato soviético y hoy ruso.

En África del Norte, el 8 de mayo de 1945 evoca recuerdosmuy diferentes. Aquel día las fuerzas coloniales francesas ma-sacraron a varios miles de argelinos que habían bajado a lascalles de Sétif para festejar la victoria aliada contra el nazis-mo y se negaron a retirar la bandera del movimiento nacio-nalista. Los disturbios violentos se extendieron a los pobla-dos próximos y concluyeron con nuevos desfiles en los quelos argelinos fueron obligados a bajar la cabeza en señal desumisión ante la enseña nacional francesa. Hubo 15.000 muer-tos según fuentes oficiales francesas y 45.000 según las fuen-tes argelinas. Sétif fue el punto de partida de una nueva olea-da de masacres en las colonias francesas, especialmente enMadagascar, donde fue reprimida una insurrección en 1947.Cuando los poderosos del mundo occidental celebraban el fi-

martirio, esta religión civil ha convertido la memoria deAuschwitz en uno de los fundamentos éticos de nuestras de-mocracias occidentales, especialmente en la Europa unifica-da y reconciliada. El antisemitismo ha sido radicalmente y,nos atrevemos a esperar, definitivamente desterrado.

La memoria del Holocausto tiende entonces a convertirseen paradigma de una reactivación del pasado que afecta aotras comunidades, otras experiencias históricas, otrasvíctimas, otras memorias. La anamnesia se extiende aotros genocidios olvidados o faltos de reconocimiento (delgenocidio de los hereros al de los armenios) y a otras víc-timas políticas (las de las dictaduras militares latinoameri-canas, las del comunismo soviético) y se remonta en oca-siones a épocas lejanas (el esclavismo, el colonialismo, laconquista del Nuevo Mundo).

La emergencia de la memoria coincide así con el advenimien-to del testigo, portavoz de las víctimas de la historia. Esta vi-sión del pasado no carece de peligros, pues corre el riesgode transformarse en un prisma deformante que comprime lahistoria en una relación binaria de verdugos y víctimas. Reco-nocidas éstas como los verdaderos héroes del pasado, se con-figura una nueva situación en la que, para conseguir un lugaren las representaciones colectivas del pasado, los actores dela historia deben aparecer como víctimas o someterse a un pro-ceso de victimización. Inevitablemente, esta tendencia generauna hermenéutica histórica estrecha, a menudo mutilada, puessuprime la pluralidad de los sujetos históricos.

Tras haber clausurado un largo periodo de represión y am-nesia, la era del testigo se expone ahora a conducirnos a unavisión de la historia en blanco y negro. La era del totalitaris-mo es la era de las víctimas, cuya conmemoración parece aveces que sustituye a la interpretación histórica y al análisiscrítico. La piedad por los muertos oscurece el pasado y se eri-ge en obstáculo a la formación de la conciencia histórica.

Memorias cruzadasLos relatos históricos que propone la memoria de las víc-

timas no son siempre convergentes. Pensar el pasado desdela perspectiva de las víctimas no significa esbozar un cua-dro homogéneo. El historiador germano-israelí Dan Diner hallamado la atención sobre los conflictos de memoria que secondensan en la celebración de una misma fecha de aniver-sario: el 8 de mayo de 1945. Declarada fiesta nacional en mu-chos países, esta fecha no significa lo mismo en el mundo oc-cidental, en Europa oriental y en los países del norte deÁfrica. El oeste celebra la rendición incondicional del TercerReich a las fuerzas aliadas como un acontecimiento liberador,el punto de partida de una era de paz, libertad, democraciay reconciliación de un continente que se había desgarrado en

Page 14: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Hom

enaj

e a

Cata

luña

Page 15: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200816

sus orígenes están en una retórica argumentativa que es pro-pia del derecho. Este arte de argumentación se cultiva enlos tribunales. Pero el hecho de que se encuentren ancladasal mismo zócalo factual no significa que la verdad del histo-riador y la del juez sean las mismas. La del juez es normati-va ya que, después de haber establecido los hechos, pro-clama la inocencia y castiga las faltas. La del historiador, encambio, es relativa y problemática ya que, después de haberesclarecido los hechos -en la mayor parte de los casos loshistoriadores trabajan con hechos ya establecidos, cuya rea-lidad es incontestable-, propone una interpretación de los mis-mos. Por eso la mirada del historiador sobre el pasado cam-bia a cada época pues según las épocas pasan surgen nuevassensibilidades, nuevos interrogantes, nuevas categorías inter-pretativas, nuevas aproximaciones a las fuentes.

Por tanto, no habría que menospreciar el vínculo constituti-vo que une a la historia con el derecho, pero también es cier-to que desde la Antigüedad la historia se ha liberado del de-recho, como da a entender claramente la observación de MarcBloch, y la nueva mezcla de géneros a que asistimos estos úl-timos años no deja de plantear problemas. No cabe ningunaduda de que la justicia puede interferir en la elaboración dela memoria colectiva, porque permite pasar página, marcar unaruptura, hacer bascular a la esfera del pasado aquello que, has-ta la víspera, aparecía como de una actualidad candente. Lamemoria de la Segunda Guerra Mundial no sería la misma sinlos juicios de Nuremberg, ni la del Holocausto sin el proceso aEichmann en Jerusalén, quince años después, ni la del Apart-heid sin los trabajos de la comisión Verdad y Justicia. En todosestos casos el derecho respondió a una demanda de justiciaformulada por las víctimas que no aceptaban ya el silencio. Porotro lado, las actas de los procesos ofrecen con frecuencia alos historiadores fuentes de primera importancia, como lo de-muestran numerosos ejemplos. Fue gracias a las actas de losjuicios de Nuremberg que vieron la luz las primeras obras his-tóricas sobre el exterminio de los judíos en Europa, como Lebréviaire de la haine de Leon Poliakov, y fue gracias a las ac-tas de otro proceso, este más tardío, que Christopher Brow-ning pudo escribir una obra como Ordinary Men. En fin, la his-toria responde, ya lo hemos visto, a una demanda social de co-nocimiento del pasado que surge de la sociedad civil y se apo-dera de las representaciones colectivas. El derecho, la memo-ria y la historia constituyen por consiguiente tres modalida-des diferentes a través de las cuales una sociedad define su re-lación con el pasado. Estas tres dimensiones coexisten y fre-cuentemente se solapan, pero sería útil tener presentes las di-ferencias que hay entre unas y otras. La institucionalización dela memoria, en cambio, parece borrar las pistas.

Los Parlamentos, deseosos de traducir en hechos las vir-

nal de la Segunda Guerra Mundial el 8 de mayo de 2005, elpresidente argelino Abdel Aziz Buteflika reclamó oficialmen-te el reconocimiento de la masacre de Sétif, exigiendo repa-raciones a Francia. El 8 de mayo de 1945 condensa, por tan-to, memorias distintas, entremezcladas y antagónicas a la vez.Según se vea desde una perspectiva occidental, oriental oposcolonial, la historia del siglo XX toma una coloración dis-tinta. Los relatos históricos derivados de esta fecha no son losmismos. Reconocer esta pluralidad significa librar a la histo-riografía de un viejo tropismo eurocéntrico y abandonar lailusión de una única memoria, la del Occidente europeo. Tales la vía que sugería, en su última obra, Edward Said para re-novar y de esta manera salvar al humanismo.

Ante la leyLa transformación de la memoria en religión civil confiere

nuevas prerrogativas al Estado. La declaración de días del re-cuerdo, la construcción de monumentos, la creación de museosy de lugares memoriales, la promoción de una determinada po-lítica educativa, requieren la intervención del legislador. LosParlamentos votan leyes tendientes a preservar, mantener, in-culcar u orientar la memoria de ciertos acontecimientos. La me-moria se institucionaliza y deviene, así, discurso oficial sobreel pasado, situándose en paralelo a la historia -la escritura dela historia- que se quiere discurso crítico sobre el pasado.

La institucionalización de la memoria pasa inevitablemen-te por su encuadramiento jurídico y crea una nueva dia-léctica entre la historia y el derecho. Las políticas de lamemoria practicadas hoy por los Estados occidentales tien-den a tomar la forma de lo que Michel Foucault llamaba dis-positivos, es decir, herramientas para el encuadramiento yla normalización de la sociedad. En este caso herramientaspara formatear la memoria.

Si bien la relación entre la historia y el derecho adquiereun nuevo carácter en nuestros días, eso no significa, desdeluego, que sus trayectorias hayan discurrido siempre separa-das. La observación de Marc Bloch, citada con frecuencia, se-gún la cual la tarea del historiador es elucidar, explicar y com-prender, no la de juzgar, es sin duda saludable, pero noborra un vínculo antiguo, casi constitutivo, entre la historia yla justicia, que no se debería olvidar. Como recuerda el his-toriador Carlo Ginzburg, en polémica con el relativismo post-moderno que reduce la historia a un simple relato de tipo li-terario, la historia y la justicia comparten un mismo objetivo:la investigación de la verdad, y para establecer la verdad hayque presentar pruebas. Dicho de otra manera, la historia esuna narración del pasado que se construye en torno a hechosestablecidos, procediendo así a su elucidación e interpreta-ción. Su relato puede, sin duda, tomar forma literaria, pero

Page 16: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

En e

l río

, al a

tard

ecer

II

Page 17: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200818

mas, estas leyes están llamadas a multiplicarse. Instaurar unrégimen de excepción para el Holocausto o para un númerolimitado de genocidios equivaldría de facto a establecer unajerarquía entre las víctimas, con la competencia entre ellasque se derivaría. Instaurar una legislación especial para ungrupo particular de víctimas sería a la vez éticamente inacep-table y políticamente peligroso. Pero más allá de estas con-sideraciones pragmáticas, estas leyes son discutibles por unarazón más profunda, pues han contribuido inevitablemente ala instauración de una norma oficial en la percepción delpasado, transformando la verdad histórica en verdad de Es-tado. Sin duda esto lleva el agua al molino de un cierto con-servadurismo académico -ya hay quien reivindica un Nurem-berg del comunismo- pero suscita también la crítica de ungran número de historiadores. En Francia algunos de los máseminentes lanzaron en diciembre de 2006 un manifiesto titu-lado Libertad para la historia, que propone la derogación dediversas leyes memoriales. En enero de 2007, gracias a otromanifiesto que repercutió mucho en los medios de comuni-cación, más de doscientos investigadores italianos en histo-ria contemporánea paralizaron la tramitación de una ley an-tinegacionista que el Ministro de Justicia pretendía someter ala aprobación del Parlamento. En ambos casos, estos mani-fiestos han suscitado un vasto debate social en torno a unprincipio fundador de la democracia: la verdad histórica notiene necesidad de protección legal, ha de ser resultado deuna investigación realizada en libertad. Y no puede evolu-cionar al albur de las mayorías parlamentarias. Si no es tareade los jueces escribir la historia, los Parlamentos tampoco hande tener entre sus atribuciones la de dictaminar acerca del pa-sado, fijando por un voto la verdad histórica.

Justicia simbólica El encuadramiento jurídico del pasado se expresa a tra-

vés de leyes declarativas que se proponen una reparaciónsimbólica -por ejemplo con la declaración de jornadas dela memoria-, leyes que pueden tener efectos fecundos, pe-ro que tienden en la mayor parte de los casos a instaurarmemorias nacionales apologéticas. El reconocimiento de laresponsabilidad del Estado francés en la deportación de losjudíos a los campos de exterminio nazis en la época del ré-gimen de Vichy, con el que inició en 1995 su mandato elpresidente Jacques Chirac, fue saludado unánimemente co-mo un acto necesario. Sin embargo, los ejemplos queacotan un espacio memorial en un sentido más bien con-formista o apologético son más numerosos. Evocaré algu-nos de ellos, señalando asimismo eventuales resistencias ocorrecciones sobre la marcha.

El primero es el de la Neue Wache, inaugurada en Berlín

tudes de una memoria elevada a religión civil, han sido es-cenario de una proliferación legislativa que encuadra el pa-sado tanto en el terreno penal como en el simbólico. Esta-mos así en presencia de dos tendencias paralelas e indiso-ciables. Por una parte, el pasado es encuadrado por leyesrepresivas que sancionan la negación de determinados crí-menes y que, atribuyéndoles carácter de imprescriptibles,permiten la instrucción de nuevos procesos. Estos últimosaplican así una justicia tardía, en ocasiones a muchas dé-cadas de distancia de los hechos incriminados. Por otra par-te, se vuelve sobre el pasado con ayuda de leyes declara-tivas que instauran jornadas del recuerdo, crean museos ylugares memoriales o promueven políticas educativas. Estasdos tendencias merecen un tratamiento distinto.

Tras varios años de aplicación, se ha demostrado con cre-ces que las leyes antinegacionistas aprobadas en diferentespaíses europeos -de Francia a Alemania y de Austria a Ucra-nia- han resultado ser nefastas. No dejaría de tener interésaveriguar los orígenes de esas leyes, promulgadas por le-gisladores animados a menudo por intenciones loables, pe-ro a veces inspirados en intenciones bastante menos nobles.Tal es el caso de la ley francesa que castiga la negacióndel genocidio de los armenios, votada masivamente por unosdiputados felices de poder disimular su islamofobia traslas virtudes cívicas de la memoria y de paso poner trabasal ingreso de Turquía en la Unión Europea. Pero sean cua-les sean sus orígenes y motivaciones, estas leyes son en mu-chos sentidos discutibles y se han revelado incluso contra-producentes. De entrada, han tenido el efecto perverso detransformar a los asesinos de la memoria en mártires, en víc-timas de leyes que limitan la libertad, de expresión. Los ne-gacionistas tratan regularmente de legitimar sus mentiras ennombre del coraje, del inconformismo y de la libertad. Otroefecto perverso ha sido el gran eco mediático que alcanzantodos los procesos, sanciones o encarcelamientos derivadosde la aplicación de dichas leyes, que se han convertidoasí, paradójicamente, en vectores formidables de propagan-da para los negadores de la Shoah. La detención en Vienadel negacionista británico David Irving polarizó la atenciónde los medios de comunicación de todo el mundo. ArthurButz, en cambio, puede publicar sus panfletos con total im-punidad, pues ninguna ley le penalizará, pero también conla mayor de las indiferencias del mundo circundante, puesningún periódico ni cadena de televisión estarán dispuestosa convertirlo en estrella mediática.

La ley francesa de 2006 que penaliza la negación del geno-cidio de los armenios muestra que la represión legal de lamentira sobre la Shoah tiende a sentar jurisprudencia. En uncontexto memorial que favorece la emergencia de las vícti-

Page 18: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

En u

n ca

min

o I

Page 19: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200820

en 1993, que culminaba los esfuerzos del canciller alemánHelmut Kohl. Según las declaraciones de los legisladores,ese monumento debía rendir homenaje a la memoria de to-das las víctimas de las guerras, sin ninguna distinción. Su-gería de manera obvia el advenimiento de una Alemania reu-nificada y finalmente normalizada, liberada de su pasadoque no quiere pasar, presta a enlazar con una tradiciónnacional asumida a partir de ahora como plenamente legíti-ma. Si hay que conmemorar a todos los muertos, de los na-zis a los judíos y a los antifascistas, eso quiere decir que susmemorias son equiparables. La inauguración del HolocaustMahnmal en el corazón de Berlín doce años después indi-ca claramente que esta tendencia ha sido revertida. La his-toria de estos dos monumentos memoriales, con los deba-tes asociados a su gestación, es un espejo de la trayecto-ria de la conciencia histórica alemana, con sus contradiccio-nes y sus conflictos.

En los últimos años, el Parlamento italiano ha promulga-do una oleada de leyes orientadas explícitamente a satis-facer la memoria de todas las víctimas: las del Holocausto,las de la represión de la Resistencia yugoslava en la regiónde Trieste, las del comunismo en Europa oriental y, más re-cientemente, las del terrorismo. No es difícil constatar quelas únicas víctimas excluidas de toda conmemoración, en es-te país, son las del colonialismo italiano que, particularmen-te en África y pese a su breve duración, perpetró masacresde carácter genocida que hoy reconocen todos los historia-dores. Y es que recordar a estas víctimas podría ser demo-ledor para un mito nacional muy consolidado, el mito de ilbravo italiano. Tal vez se extendería también la idea deque este país ha podido contraer una deuda histórica contodos aquellos que en el presente desembarcan cotidiana-mente en sus costas y que no son acogidos con leyes de lamemoria, sino con decretos de expulsión o con medidas deinternamiento en centros para sin papeles que son lugaresdel no-derecho.

Una nación es portadora de una memoria -la suya, lade los diferentes regímenes políticos que la han encarnadoy de los actos que se han llevado a cabo en su nombre- quedebe asumir. No se trata de una tiranía del arrepentimien-to impuesto a las nuevas generaciones como un imperati-vo moral, sino de un trabajo autorreflexivo sin el cual sulegitimidad fallaría. El Estado debe permitir a los historia-dores, con independencia de su nacionalidad o grado deproximidad a las instituciones, realizar libremente sus in-vestigaciones, lo que implica la apertura, accesibilidad ytransparencia de sus archivos. Una nación debe reconocerasimismo las víctimas que ha causado, esto es, las víctimasde los crímenes perpetrados en su nombre, y este reco-

nocimiento exige -lo mismo que la apertura de los archi-vos- el recurso al derecho. He recordado antes lo saluda-ble de la declaración del presidente Chirac en 1995, cuan-do reconoció la responsabilidad del Estado francés en ladeportación de los judíos en la Segunda Guerra Mundial.Habría que recordar el efecto catártico, liberador, de las le-yes de rehabilitación de las víctimas del estalinismo -de loscomunistas muertos en las purgas a los deportados del Gu-lag- que marcaron el advenimiento de la glasnost en laU.R.S.S. en la época de Gorbachov. Cabría recordar aun eldebate que tuvo lugar en Alemania en el momento de lareunificación en torno a la propuesta de inscribir la memo-ria de Auschwitz en la carta constitucional del Estado. Estainscripción no se llegó a efectuar, pues la reunificaciónfue en realidad una anexión que extendió a la antigua Re-pública Democrática Alemana la ley de la República Fede-ral Alemana, pero el debate fue fructífero y constituyó elprimer acto de resistencia a las tentativas de normalizacióndel pasado alemán. Aquella iniciativa retomaba las grandeslíneas de una propuesta formulada por Hannah Arendt en1946, cuando escribió que el nuevo Estado alemán sólo ha-llaría de nuevo su lugar en el seno de la comunidad inter-nacional si se declaraba dispuesto, a través de sus leyes,a acoger como conciudadanos suyos a todos los judíosde Europa que habían sido perseguidos bajo el nacionalso-cialismo. Cabe aventurar que la adopción de una ley del re-torno similar para los palestinos sería la condición indis-pensable para alcanzar una aceptación árabe de Israel. Laley de memoria histórica que se discute actualmente en Es-paña, cuyo objetivo principal es declarar ilegítimas las con-denas dictadas por los tribunales franquistas y permitir unreconocimiento público de sus víctimas, sería sin duda unabuena ley. Se trataría de un acto de justicia y de un nue-vo umbral de la democratización del país, poniendo fin enel plano jurídico a las ambigüedades heredadas de una tran-sición amnésica. Estas leyes no aprisionan el pasado en unacamisa de fuerza, ni decretan la verdad histórica ni pena-lizan su negación. Simbolizan más bien el reconocimientode una responsabilidad histórica sin la que una democraciano sería creíble ni sólida.

En Francia, la Asamblea Nacional aprobó en febrero de2005 y en octubre de 2006 dos leyes cuya yuxtaposición sepresta a la reflexión. Primero, una ley que exalta la obradel colonialismo francés en África del Norte y en los depar-tamentos de ultramar, y que llega incluso a prescribir laenseñanza de esta misión civilizadora en las escuelas de laRepública. Luego, una ley que penaliza la negación del ge-nocidio de los armenios bajo el Imperio otomano, durante laPrimera Guerra Mundial. Nuestros legisladores proponen la

Page 20: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 21

persecución de los negadores de los genocidios que hantenido lugar en otra parte, a la vez que niegan los crímenesperpetrados en nombre de Francia. La primera ley fue perci-bida como una apología del colonialismo y suscitó una vas-ta protesta que condujo a la derogación de su artículo máscontrovertido. La segunda, en cambio, sigue en vigor. ¿Quése pensaría si el Parlamento turco votase dos leyes, una exal-tando la obra de la política otomana en relación con los ar-menios, y la otra amenazando con sanciones penales a to-dos aquellos que negasen los crímenes perpetrados por elcolonialismo francés en Argelia? La religión civil del recuer-do puede transformarse en espejo grotesco de las aporíasde las memorias nacionales.

Un fenómeno de este tenor se ha dado ya en Estados Uni-dos, donde -paradójicamente- el Museo Federal del Holo-causto, dedicado a un genocidio que tuvo lugar en Euro-pa, carece de equivalente en relación con los crímenes dealguna manera fundadores de la nación americana, como laesclavitud de los negros y el genocidio de los indios. Cabeañadir que este Museo Federal fue inaugurado en 1995, enel quincuagésimo aniversario de las bombas atómicas sobreHiroshima y Nagasaki, que siguen figurando en la lista degestas militares de una guerra patriótica.

En los países de Europa oriental que se vieron someti-dos hasta 1989 a la dominación soviética, las leyes de me-moria promulgadas estos últimos años tienden sobre todoa reforzar un proceso de renacionalización de la memoriacolectiva, volviendo sobre el pasado desde un punto de vis-ta casi exclusivamente nacionalista. Los estados que han in-gresado en la Unión Europea deploran así lo que conside-ran un tratamiento desigual por parte de las instituciones deesta última de la memoria de los crímenes del nazismo y delos del comunismo, y no dejan de manifestar una tendenciaexplícita a querer invertir la perspectiva.

Reclaman de esta forma un estatuto de víctimas en tanto co-munidades nacionales. La promulgación en Kiev de una ley quecalifica de genocidio contra el pueblo ucraniano la colectivi-zación de la agricultura decidida por Stalin en 1930-1932, na-cionaliza la memoria de un crimen cuyas víctimas no fueron

sólo ucranianas y hace altamente problemática la compren-sión de este acontecimiento histórico. Si es indiscutible que es-ta política tuvo efectos devastadores en Ucrania, nada indicaque Stalin hubiese querido provocar el hambre y matar a loskulaks porque eran ucranianos. Todos estos ejemplos indicanlas contradicciones sobre las que se basa esta proliferación deleyes memoriales: su inspiración ética va acompañada frecuen-temente de una doble moral o de una moral delimitada porfronteras nacionales bien protegidas. El deber de memoria seconcede, por una suerte de derogación nacional, una parte deolvido: el olvido de la razón de Estado.

No resulta inútil, en un contexto así, recordar la consta-tación por lo demás trivial de que ningún país posee unamemoria monolítica. Sólo los estados totalitarios, en los quela historia oficial hace las veces de ideología, prescriben asus ciudadanos -o más bien a sus súbditos- lo que deben ono deben recordar, lo que hay que conmemorar o lo quehay que ignorar. El descrédito que se abate hoy sobre elantifascismo en Alemania, tras su transformación en ideo-logía de Estado en la R.D.A., debería hacernos meditar. Eneste sentido, la creación de un Instituto de la MemoriaNacional en Polonia denota tanto la voluntad de romper conel pasado comunista como la perpetuación de sus métodosautoritarios.

Una democracia no puede tener una memoria oficial, norma-tiva y prescriptiva. Entre los derechos y libertades de una de-mocracia se cuenta también el de expresión en el seno de lasociedad civil de las diferentes memorias que coexisten dentrode sus fronteras, ya sean monárquicas en una República o fas-cistas en una democracia. Eso no quiere decir que deba asumiruna especie de neutralidad o, aún peor, encarnar una memo-ria consensual, convertirse en depositaría, como dice SergioLuzzatto, de memorias simétricas e intercambiables.

(El presente artículo es una adaptación de la ponencia deEnzo Traverso en el encuentro organizado por el Memorial enBarcelona a principios de 2008, traducida por Gustau Muñoz).

Enzo Traverso Es historiador. Trabaja en temas relacionados con el Holo-

causto, el nazismo y el antisemitismo. Es profesor de cien-

cias políticas en la Universidad Julio Verne de Picardía, y en

la École des Hautes Études en Sciences Sociales, Francia. En-

tre sus libros se cuentan La historia desgarrada: ensayo so-

bre Auschwitz y los intelectuales, Los judíos y Alemania: en-

sayos sobre la simbiosis judío-alemana, El pasado, instruc-

ciones de uso: historia, memoria, política y Siegfried Kra-

cauer: itinerario de un intelectual nómada.

¿Qué se pensaría si el Parlamento turco votase dosleyes, una exaltando la obra de la política otomanaen relación con los armenios, y la otra amenazandocon sanciones penales a todos aquellos que negasenlos crímenes perpetrados por el colonialismo francésen Argelia? La religión civil del recuerdo puedetransformarse en espejo grotesco de las aporías delas memorias nacionales. Un fenómeno de este tenorse ha dado ya en Estados Unidos.

Page 21: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Las maneras en que se han ido desarrollando las polí-ticas públicas de memoria, y también otras actuacio-nes memoriales en nuestro tiempo, han constituido un

modelo canónico, prácticamente universal, fundado y sos-tenido en un principio imperativo: el deber de memoria, elimperativo de memoria. Mi intención es razonar y argumen-tar el propósito de alejamiento de este principio que esta-blece la memoria como deber, como imperativo moral, so-bre el cual se sostiene este modelo y del que derivan con-secuencias importantes:

1) El establecimiento de un relato transmisible único, enor-memente coherente, cartesiano, impermeable en su lógica yque el ciudadano tiene el supuesto deber moral de saber y detransmitir de manera idéntica a como lo ha recibido, un fun-cionamiento que es el propio de la transmisión de cualquierconfesión religiosa. Y es eficaz en su bloqueo a cualquier po-sible resignificación bajo pena de herejía y descalificación.

2) Y de este imperativo moral se deriva aún hoy la coin-cidencia frecuente de establecer el daño sufrido y el dolorgenerado al individuo como el activo esencial de la memo-ria transmisible, su capital, y por lo tanto el dolor es el di-rector, el dolor es el guión privilegiado de la memoria trans-misible. De este hecho se derivan consecuencias graves, porejemplo la constitución del dolor y el daño en principio deautoridad sustitutivo de la razón.

El dolor, el sufrimiento, no es un valor, es una experiencia.El dolor causado forma parte de la experiencia histórica delos procesos democráticos y debe ser conocido por la vulne-ración que significa de los derechos de las personas. Pero de-masiado a menudo se ha instaurado como el denominadorcomún de la memoria transmisible. Cuando probablemente eldenominador común de la resistencia a la dictadura, de lasluchas democráticas, y osaría decir que el capital transmisi-ble de la memoria democrática, son las múltiples prácticas detrasgresión. El antifranquismo no era sólo una militancia po-lítica, era también el disentimiento de una parte importantede la sociedad que no podía realizar sus proyectos de vida,y el anhelo de realizarlos los hacía disidentes y resistentes deintensidades muy diferentes. La trasgresión es la vulnera-ción consciente de aquello que es considerado injusto y opre-sivo, y es esto lo que han practicado los agentes de la resis-tencia a las dictaduras; y no afecta sólo las relaciones políti-cas. La trasgresión no es sólo política, es también de géne-ro, es artística, es cultural, es vital, es social.

El antifranquismo, la resistencia, impuso prácticas de tras-gresión en todos los órdenes de la vida porque la dictadu-ra los afectaba a todos. Por otro lado, el sentimiento de in-justicia no acaba con la democracia, se apacigua y cambia,pero existe y genera perplejidades diversas, desacuerdosmúltiples, resistencias distintas.

Puentes 25 |Diciembre 200822

LOS ESTADOS Y L A MEMORIA

LA MEMORIA como política PÚBLICA

“Hay una línea infranqueable, la que separa democracia y franquismo. Democracia y dictadura. Una frontera

que a menudo el estado democrático no ha respetado” afirma el autor , quien a partir de su experiencia como

coordinador de la comisión que redactó el proyecto del Memorial Democrático de Cataluña, reflexiona acerca

del paso del deber de memoria al derecho de memoria, y de las versiones cerradas del pasado a la apertura

de espacios que permitan a las nuevas generaciones apropiarse del legado y resignificarlo.

Por Ricard Vinyes

Page 22: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Adán

Page 23: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200824

Considerar la memoria como un deber moral, o consi-derar el olvido como un imperativo político y civil (como senos repite impúdicamente hasta el cansancio), genera unelemento de coerción. Y es esta actitud imperativa la quecrea un dilema y una retórica engañosa cuando plantea laopción entre olvido y recuerdo. ¿Cabe recordar o cabe ol-vidar? Es un dilema. Como en cualquier dilema, la opciónentre una de las dos proposiciones contrarias siempre tieneargumentos disponibles. Siempre los tiene. El argumenta-rio es inacabable, por eso es un dilema. Y es estéril porqueparaliza cualquier decisión y acción.

Pero lo más preocupante de este dilema engañoso (de-rivado de las consecuencias prácticas de proclamar la me-moria como un deber), lo más preocupante, es que reducetoda la cuestión a una decisión estrictamente individual, yen consecuencia exime a las administraciones de cualquierresponsabilidad, porque la decisión -de olvidar o de re-cordar, la que sea- queda reducida a la más estricta intimi-dad, al ámbito privado. La sociedad no tiene ninguna impli-cación, sólo el individuo y por lo tanto no puede haber ac-tuación pública, sólo inhibición de la administración.

Lo que pasa es que la inhibición del Estado y de los go-biernos que lo gestionan, en la práctica no existe, es una fic-ción. De hecho, comprobamos que siempre el Estado ha ge-nerado y ha distribuido un relato propio tendiente a la si-metría entre dictadura y democracia en aras de una inter-pretación sesgada y opinable como la que se condensabajo las expresiones reconciliación y consenso. Expresionesque sustituyen y ocultan procesos y causalidades históricasy en consecuencia hacen desaparecer a los protagonistasque han contribuido a la instauración del Estado de Dere-cho que tenemos y los valores en que se fundamenta.

Una operación o un proceso que para tener éxito necesi-ta instalar también en el olvido los costos de la democraciay por lo tanto las reales y fuertes resistencias de muchos ciu-dadanos a la implantación de la democracia. Por esto habla-mos de simetría. No estoy diciendo que la producción de lasdiferentes ramas del conocimiento no hablen de estas cau-salidades, procesos y agentes, expresándose con los ins-trumentos y soportes técnicos que les son propios, desde laedición hasta la cinematografía, pasando por la creaciónartística, a las cuales podemos acceder todos los ciudada-nos. Estoy hablando de la negativa del Estado de Derechoa reconocer en qué se basa el sedimento ético de las institu-ciones que tenemos, del sistema de convivencia que nos he-mos dado, y por lo tanto renuncia a explicar la democraciacomo un bien conquistado con un esfuerzo coral y desde lacalle. Es esta negativa del Estado y sus administradores laque hace que el pasado no acabe de pasar y se instaure un

El dolor es una experiencia. La trasgresión es un valor, en elpasado y en el presente, de alcance y consecuencias distintasporque el sistema de convivencia en democracia y las normaspolíticas y sociales son otras que nada tienen que ver con ladictadura, con su dramatismo. Pero la trasgresión existe por-que existe el reclamo ético contra la percepción de incomodi-dad o injusticia con el estado de cosas presente. Y osaría decirque es el núcleo central, la masa crítica de la memoria demo-crática, y por lo tanto el capital transmisible en el tiempo.

Memoria imperativa, unicidad discursiva, ficción didactis-ta y dolor director han ido constituyendo un guión canóni-co casi universal, no sólo para las administraciones que hanpracticado políticas públicas, sino también en buena partedel movimiento asociativo memorial.

Me gustaría decir que este modelo hace del pasado fe-cundo, del pasado utilizable una memoria intransitiva, esdecir una memoria que no admite, que no hace posible eltrabajo social, la elaboración permanente, la resignificación,porque de ella nada se puede decir, no es posible distan-ciarse. Es una memoria acabada, seca y está cerrada al fu-turo y al presente. Lo es porque en el presente conviven ge-neraciones distintas con percepciones, con aproximacionesque conviene que sean libres, que no estén determinadas enla recepción y valoración memorial, que tienen derecho aresignificar y revalorar. Y este derecho queda clausurado.

El hilo argumental de este propósito de alejamiento delmodelo que acabo de describir procede en buena partedel resultado de los trabajos efectuados por la Comisión Re-dactora del Proyecto del Memorial Democràtico, de la queformaban parte los historiadores Manel Risques, FrancescVilanova, Pere Ysàs, la museóloga y antropóloga MontserratIniesta, y que yo mismo coordiné.

Afortunadamente, disponíamos de importantes experien-cias en varios países y de un notable capital de reflexionesy de análisis independientes sobre la materia, que la Co-misión utilizó y aprovechó en sus trabajos de cara a de-terminar un criterio propio en el que basar el proyectoque nos había pedido el Gobierno a través de la Conselle-ría de Relacions Institucionals i Participació.

La decisión primordial sobre la que se construyó todo elproyecto fue establecer una premisa empírica: el imperati-vo de memoria, el deber de memoria, no existe. En realidad,el deber, el imperativo de memoria no es otra cosa que unpostulado moral (religioso), que con el tiempo y según elcontexto histórico ha colonizado ideologías distintas, inclu-so antagónicas, con los usos básicos de cohesión doctrinaly aleccionamiento.

Page 24: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 25

vacío ético, generando reclamos y creando conflictos. Por ejemplo, en 1995 el presidente de la República Fran-

cesa, Jacques Chirac, reconoció públicamente, por primeravez, en el Velódromo de invierno de París, la responsabili-dad del Estado en la masiva deportación de judíos france-ses a los campos de concentración y exterminio. En aquelmomento, el conocimiento académico, profesional, la divul-gación de los hechos por varios medios y la responsabili-dad del Estado francés había circulado ampliamente, comomínimo desde 1963 con la publicación del libro de Paxtonsobre Vichy. Pero aun cuando la verdad histórica ya esta-ba suficientemente establecida y divulgada desde hacía años,el pasado no acababa de pasar. Hacía falta la sanción delEstado para llenar el vacío ético existente hasta entonces.Pues es esto a lo que me refería en nuestro caso y en rela-ción al vacío ético instaurado por carencia de sanción delEstado sobre este sedimento ético de la democracia.

Vemos crecer un discurso público que nos dice que los de-rechos humanos son un obstáculo para la seguridad de la so-ciedad, afirmando que algunas formas de tortura y maltratosson justificables precisamente por garantizar esta seguridad. Ylo vemos crecer en estados democráticos con ciudadanías quehan luchado por erradicar estas prácticas cuyo ejemplo másilustrativo es la red de prisiones secretas, ilegales, desperdiga-das por todas partes con connivencia de países de la Unión Eu-ropea. Vemos crecer este discurso y también vemos difundirpor todos los medios un discurso que plantea que la memo-ria democrática, la de las tradiciones que se han esforzado porerradicar aquellas prácticas e instaurar el Estado de derecho,es también un obstáculo; en este caso la memoria democráti-ca es un obstáculo para la convivencia. Y hemos visto que lasrepresentaciones simbólicas de esta tradición democrática enel espacio público, nombres de calles, liquidación de emble-mas de las dictaduras o conservación del patrimonio democrá-tico en general, se dice que reabren las heridas, una frase quecada dos por tres escuchamos cuando hay alguna demanda deestas características. Es por estos motivos y sus derivacionesque el imperativo de memoria no puede fundar ni debe funda-mentar nunca ninguna política pública: por la carga coactivaque transmite a la ciudadanía; porque la rutina ritual que pro-voca contribuye a bloquear cualquier resignificación genera-cional sobre la democracia y más bien promueve un efectode alienación, de alejamiento y fatiga y porque deja las manoslibres al Estado para elaborar una memoria oficial sobre elnacimiento del nuevo Estado democrático.

El derecho civil / el patrimonio El esfuerzo de una parte de la ciudadanía para lograr

relaciones sociales equitativas y democráticas, los valores

éticos de estos proyectos y decisiones, la reacción y la apli-cación del terror de Estado y sus causas para evitar estosprocesos de democratización, constituyen un patrimonio, elpatrimonio ético de la sociedad democrática. Y así ha sidopercibido por el movimiento asociativo memorial, y así que-dó bien reflejado en la letra y el espíritu del texto de laDeclaración del Liceu, leída en aquel tan importante acto dereferencia que tuvo lugar en el Teatro del Liceu el año 2002,con la participación de prácticamente todo el movimientoasociativo y la presencia de representantes de las institucio-nes y de diversos ámbitos profesionales. Una declaración enla que leemos: Queremos, pedimos, que la memoria de laexperiencia de la dictadura y sus consecuencias, que la me-moria y la experiencia de la lucha por la libertad, se incor-pore al conocimiento común de las futuras generaciones (...)Queremos que éste sea nuestro legado (…) Un legado delconocimiento que haga a los ciudadanos civilmente más sa-bios y por lo tanto más libres.

Es el reconocimiento de este patrimonio y la demanda detransmisión de este patrimonio, su valoración positiva, loque constituye a la memoria democrática en un derechocivil que funda y basa un ámbito de responsabilidad en elgobierno. Y el deber político generado en la administra-ción es garantizar a los ciudadanos el ejercicio de este de-recho con una política pública de la memoria, no instauran-do una memoria pública. La primera, la política pública, esgarantista, protege un derecho y estimula su ejercicio.

La segunda, la memoria pública, se construye en el deba-te político, social y cultural que produce la sociedad segúncada coyuntura, con la intervención de todos los agentes.Este derecho civil generado no se circunscribe a la posibi-lidad de leer libros espléndidos escritos por nuestros inte-lectuales desde las más variadas ramas del saber, ni se limi-ta al conocimiento histórico que se introduce en las escue-las, si bien lo uno y lo otro son sin duda necesarios. Loque requiere es situar en el espacio público la presencia yel ejercicio de este derecho, explicitarlo y regularlo, esta-bleciendo como norma primera que hay una línea infran-

Vemos crecer un discruso público que nos dice quelos derechos humanos son un obstáculo para laseguridad de la sociedad, afirmando que algunasformas de tortura y maltratos son justificablesprecisamente por garantizar esta seguridad. Y lovemos crecer en estados democráticos conciudadanías que han luchado por erradicar estasprácticas cuyo ejemplo más ilustrativo es la red deprisiones secretas, ilegales, desperdigadas por todaspartes con connivencia de países de la Unión Europea.

Page 25: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200826

yectorias familiares durante la dictadura con el propósito deformar su conciencia ética en los valores democráticos y elconocimiento de su entorno: ¿Por qué vivían en los barriosen que vivían? ¿Cómo se habían formado? ¿Por qué se ha-bían trasladado o emigrado?

Además, las aulas se abrieron a los miembros de las en-tidades en las que los actores de la resistencia se habíanagrupado, facilitando así que los testigos directos contaranlo vivido.

Este proceso cuajó bajo una expresión tan confusa comosignificativa: recuperar la memoria histórica.

El reclamo de memoria no es un reclamo de conoci-miento histórico académico, profesional. Esta expresión co-loquial y popular que se ha instalado entre nosotros -re-cuperar la memoria histórica- no es otra cosa que una me-táfora social que expresa un desacuerdo moral, una insu-rrección ética ante este modelo de impunidad y sus conse-cuencias en la construcción del relato fundacional que so-bre nuestra democracia han mantenido los sucesivos gobier-nos desde 1977. Y que se ha mantenido y divulgado inclusocon representaciones simbólicas potentes. Por citar sólo unareciente: el desfile conjunto el Día de las Fuerzas Armadasde 2005 de un partisano que luchó por la restauración de lademocracia en los frentes europeos, y de un falangista quecombatió bajo las banderas hitlerianas en la División Azul,y todo bajo el aplauso del Presidente del Gobierno, el Mi-nistro de Defensa (autor de la iniciativa) y el Jefe del Esta-do. No se debe entrar en el conflicto, el conflicto se decre-ta socialmente superado.

Es el desacuerdo, la insurrección ante esta forma de im-punidad la que ha hecho crecer el interés social por el co-nocimiento del pasado reciente. Y también la que ha ido de-mostrando que el conflicto último está en la transmisiónde la memoria democrática y su constante resignificación.Porque es inacabablemente incómodo, conflictivo.

Un ejemplo de esta incomodidad, de este conflicto, es losucedido el 11 de octubre de 2005, cuando el dirigentemás importante de la derecha catalana por aquel entonces,Josep Piqué, un hombre relativamente ponderado en susintervenciones y con indudables aptitudes políticas, de-claró, alarmado, que “se quiere sustituir la legitimidad de-

queable, la que separa democracia y franquismo. Democra-cia y dictadura. Una frontera que a menudo el Estado de-mocrático no ha respetado como consecuencia del parti-cular modelo español de impunidad.

Si bien la expresión impunidad está vinculada a la exi-gencia de consecuencias judiciales, desde Nüremberg y enespecial desde el restablecimiento de los sistemas demo-cráticos en el Cono Sur de América, que han popularizadola expresión, en el caso español y catalán la expresiónimpunidad, en referencia a la dictadura, se ha modeladocon un contenido diferente, específico: impunidad no equi-vale a la inexistencia de procesos judiciales a los respon-sables políticos de la dictadura y a los directamente im-plicados en la vulneración de los derechos de las personas,sino que el particular trayecto cronológico, el ordenamien-to jurídico derivado de la amnistía de 1977 y la evoluciónpolítica, social y cultural del país, han ido vinculando la ex-presión impunidad a la negativa del Estado de destruir po-lítica y jurídicamente la vigencia legal de los Consejos deGuerra y las sentencias emitidas por los tribunales especia-les de la dictadura contra la resistencia, la oposición y suentorno social. Así como el mantenimiento del criterio deequiparación ética entre rebeldes y leales a la Constituciónde 1931, o entre servidores y colaboradores de la dictadu-ra con sus opositores, que la administración del Estado to-davía sostiene hoy, haciéndolos por lo tanto impunes éti-camente y culturalmente, y por lo tanto políticamente. Esasí que observamos que el reclamo al Estado españolcontra la impunidad está desprovisto de vocación o volun-tad jurídica punitiva y tiene, en cambio, un fuerte, esencial,y conflictivo contenido ético-político.

Hoy se puede observar, empíricamente, que desde fina-les del siglo pasado y comienzos de este siglo, coincidierony se yuxtapusieron elementos que contribuyen a una nuevasituación. La historiografía había consolidado conocimien-tos verídicos con bases empíricas notables sobre el tema yofrecía perspectivas nuevas que contradecían el discurso he-gemónico sobre la dictadura y la transición. Profesionalesde los medios de comunicación hicieron suya la necesidadde dar presencia a las temáticas de la represión y los cos-tos de la democracia en los espacios en los que incidían, re-curriendo ahora a los nuevos planteamientos historiográfi-cos; y sectores académicos -pocos- colaboraban con las en-tidades memoriales para encarar proyectos comunes de di-fusión que obtenían un respaldo nada desdeñable. Pero, so-bre todo, la generación que había nacido en plena demo-cracia se benefició de un fenómeno escolar importante: laacción de muchos maestros, en especial del sector públi-co, estimuló la indagación de los más pequeños en las tra-

El reclamo de memoria no es un reclamo deconocimiento histórico académico, profesional. Estaexpresión coloquial y popular que se ha instaladoentre nosotros -recuperar la memoria histórica- noes otra cosa que una metáfora social que expresa undesacuerdo moral, una insurrección ética ante estemodelo de impunidad y sus consecuencias.

Page 26: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

El fi

sgón

II

Page 27: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200828

vertebran las pautas de convivencia democrática de la so-ciedad que nosotros mismos hemos construido y sobre loscuales se sostienen sus expresiones institucionales, la Cons-titución y el Estatuto de Autonomía. Y por lo tanto garan-tizar la transmisión de este complejo patrimonio. Es estepatrimonio el que conmemora el Memorial y a sus actores.El Memorial no fue pensado ni descrito como un victima-rio o un martirologio, o una agencia de rituales sociales,un templo, sino como el perenne homenaje de este patri-monio y sus actores, y dando posibilidades de revisitarloy resignificarlo.

El programa son las actuaciones diversas destinadas apreservar, estimular y socializar este patrimonio material einmaterial; actuaciones que estimulen la comprensión y eluso de los valores y tradiciones que han construido este pa-trimonio. El instrumento, es, en definitiva, el Memorial De-mocràtic. Una institución que tiene el mandato de garanti-zar los objetivos, crear y desarrollar el programa y contri-buir al diseño de la política del gobierno en esta materia, através de la Direcció General de la Memòria Democràtica.

Este instrumento, el Memorial, para garantizar los ob-jetivos de esta política, tiene hoy la ventaja de poder apro-vechar la experiencia aportada por las prácticas desa-rrolladas en varios países y las reflexiones de una exten-sa literatura que se ha pronunciado sobre el tema, losaciertos, las disfunciones, los estorbos, los errores y lasvirtudes de las diversas prácticas y mecanismos y mode-los instrumentales.

Es desde la valoración de todo este capital que el Memo-rial no ha sido proyectado ni como un museo, ni como unarchivo, ni como un centro de interpretación. Ha sido pen-sado como un ágora a partir del objetivo que lo define: lagarantía de ejercer un derecho, el derecho de acceder al pa-trimonio democrático, garantizar el derecho de resignificar-lo hoy, en el presente.

Y la primera consecuencia que de este planteamientoderiva en efectos prácticos, es la negativa a establecer unrelato único, solemnizado y transmitido a través de la re-presentación simbólica de una exposición permanente, con-dicionada por la ficción didactista que es presente, moda-lidad cada vez más extendida en muchos espacios memo-riales o museos contemporáneos -no en todos, pero sí enmuchos- y que se expresa transmitiendo un relato cerra-do, cartesiano, impermeable, con el apoyo de un desplie-gue de recursos técnicos impresionantes de pretensión di-dáctica, cuando en realidad lo que se consigue es la susti-tución de la educación por la instrucción, es decir la susti-tución del estímulo de capacidades por la transmisión de co-nocimientos empíricos o de certezas morales.

mocrática surgida de la transición y que culminó con laConstitución de 1978, por otra de los auténticos demócra-tas, que serían los vencidos de la guerra civil española (dia-rio El País, 12 de octubre 2005).

Esta afirmación es impagable porque revela una preocu-pación. Y revela cuál es hoy el discurso de la derecha de tra-dición franquista, que aceptó finalmente el juego demo-crático al final de la dictadura, un discurso que ahora seha revitalizado y que consiste en convertir la Constituciónen una clase de carta otorgada, procedente de la habilidadpolítica y de la buena disposición de los herederos de losvencedores franquistas.

Y al hilo de este discurso, la pretensión de que la le-gitimidad democrática de la Constitución resida en losvencidos y en la resistencia posterior a la dictadura -taly como se quejaba Josep Piqué-, no sólo es considera-da de mal gusto histórico sino que rompe -se dice- el es-píritu de la transición, considerando cierto el lugar co-mún que afirma que el espíritu de la transición era lareconciliación, cuando en realidad el espíritu verdaderode la transición era la democracia, que evidentemente ex-cluía la reproducción de cualquier confrontación e incluíala discusión sobre las formas institucionales a tomar encuenta en el marco del juego de hegemonías parlamen-tarias de aquel momento, y que dio por resultado el tex-to Constitucional de 1978. Negado, en aquel año, por mu-chos de los que hoy se levantan como los únicos salva-dores de la Constitución.

La eclosión de este discurso, de este relato, es la que hasituado la memoria democrática en la agenda de inquietu-des políticas incómodas de la derecha, del centro y de al-gunas izquierdas.

Y en buena medida es esta incomodidad la razón por lacual no ha habido una política pública de reparación inte-gral, que incluya la reparación memorial y la social. En rea-lidad, en España y Cataluña tan sólo se han decretado leyesy órdenes de beneficios limitados a determinados grupos deafectados buscando la equiparación de lo que había hechola dictadura para producir la simetría justa.

Y la ausencia de una política pública de reparación inte-gral es la causante de la segmentación a la que se ha lle-gado, en la que diversos colectivos aparecen y reclaman suparte de gloria y reconocimiento, generando conflictos yconfusión.

Una política pública es la combinación de tres elementos:un objetivo, un programa y un instrumento.

En este caso, el objetivo es asumir como patrimoniode la nación los esfuerzos, conflictos, luchas y memoriasque han hecho posible el mantenimiento de los valores que

Page 28: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 29

Y es así, porque el efecto real de este creciente formalis-mo técnico que ampara el didactismo de muchos espaciosde memoria o museos, resulta ser el bloqueo de la disposi-ción crítica del pensamiento, que queda neutralizada con elesplendor de los recursos técnicos aportados, que deslumbrany predisponen a la aceptación del relato único transmisible.

Soy consciente del exceso que pueden contener estasafirmaciones, incluso el punto de injusticia frente a los ele-mentos positivos de algunas exposiciones permanentes,pero incluso asumiéndolo, prefiero plantearlo de este mo-do. Porque la mejor de las exposiciones permanentes esun punto final cultural y simbólico, en cuanto nos indica loque debemos saber y bloquea cualquier resignificación po-sible, cualquier trabajo de memoria: ¿por qué debe estarla resignificación si aquello tiene toda el aura de la certe-za, de la estabilidad y la permanencia? No puede haberdistancia crítica.

Si el objetivo es garantizar un derecho, probablementelo más adecuado es una política estable de exposicionestemporales -sea cual sea su temporalidad- que por su natu-raleza están desprovistas de la solemnidad que les da la per-manencia, contribuyen a fomentar la diversidad de públicosy, sobre todo, abren el abanico temático del patrimonio quehace falta difundir y la posibilidad de ejercer el trabajo dememoria, su construcción social, porque tienen más capa-cidad de estimulación al debate, a la circulación.

Una política pública parte de una afirmación empírica con-trastada: el daño causado por la dictadura es irreparable.

Nada, absolutamente nada, puede reparar lo sucedido,ni en la esfera individual ni en la social; porque lo que hasucedido ha dejado marca y señal para siempre y encualquiera de los niveles de la sociedad. La afirmación dela irreparabilidad, además de ser un dato empírico proce-dente de la historiografía y la psicología social, la antropo-logía y la economía, constituye un fundamento ético pri-mordial, cuyas consecuencias ya expresó con contunden-cia Primo Levi. Y la primera es que ante lo irreparable, elperdón no tiene sentido. No lo tiene ni la demanda de per-dón por parte del Estado, ni la concesión que pueda ha-cer la sociedad afectada. No hay nada que perdonar. El da-ño causado por el golpe de Estado y por los cuarenta añosde dictadura de un Estado que hizo de la violencia su pri-mer valor y por lo tanto su práctica permanente, ha tenidounas consecuencias y un legado sencillamente imperdo-nable. Tan sólo debe ser explicado, reconocido y asumidocon todas las consecuencias que la sociedad establezca des-de la perspectiva democrática. Nada más.

La democracia es realmente un ágora. Y el memorial ha

sido pensado como la representación simbólica de esta ágo-ra y ha de actuar en consecuencia. Si el Memorial ha sidopensado como un ágora en su conjunto es por esta volun-tad decidida de no presentar el discurso acabado, sino laactuación permanente sobre los significados de la democra-cia, sus expresiones, insatisfacciones y esfuerzos.

Es la existencia permanente de este ágora, de este mo-delo instrumental, lo que debe garantizar la administra-ción. Un modelo instrumental destinado a implementarespacios públicos compartidos que ayuden a los ciuda-danos a realizar un trabajo de elaboración intelectual yemocional. Y el pilar principal de este trabajo es el te-rritorio, estimular las iniciativas del territorio, recibirlasy regularlas.

Se trata, en definitiva, de que este instrumento, el Me-morial Democràtic, contribuya a convertir la memoria delantifranquismo en uno de nuestros pasados utilizables, quecontribuya a los esfuerzos que una parte de los ciudada-nos de este país hicieron, que nuestro patrimonio demo-crático deje de ser invisible para el mundo, que tenga pre-sencia en el mundo y sea utilizable. Cataluña no es otracosa que la concreción, en este territorio, de todo lo queha pasado en el mundo y por tanto el destinatario últimode nuestro pasado utilizable no es otro que el mundo mis-mo. Esperemos que este esfuerzo comience a dejar de serignorado por todos aquellos que se ocupan de los traba-jos de la memoria.

(El presente artículo es una adaptación de la ponencia deRicard Vinyes en el encuentro organizado por el Memorial enBarcelona, a principios de 2008, traducida por Silvina Jensen).

Ricard Vinyes es profesor de historia contemporánea en la Universitat

de Barcelona. Ha desarrollado programas de investigación

en el Dokumentazionem Zentrum de Viena y la Fondazione

Feltrinelli de Milán. Especialista en los movimientos socia-

les europeos y su articulación cultural y política, sus últi-

mas investigaciones se han dirigido al estudio de la violen-

cia y represión de la época franquista y al análisis de las

políticas públicas de gestión de la memoria en Europa y La-

tinoamérica. Ha sido coordinador de la Comisión redacto-

ra del Proyecto del Memorial Democrático de la Generali-

tat de Catalunya. Entre sus últimas publicaciones figuran

Irredentas. Las presas políticas y sus hijos en las cárceles

franquistas (2002), Els nens perduts del franquisme (2002),

El daño y la memoria (2004).

Page 29: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200830

POLÍT ICAS DEL RECUERDO EN CHILE

LA CONSTRUCCIÓN del sujeto víctima

Los efectos de la represión política no son un asunto del pasado y la tortura es una experiencia que nunca deja de

ser actual. Produjo un quiebre en la vida de quienes fueron sus víctimas, una huella que no se puede borrar. Pero

lo que sí puede transformarse, para no permitir nuevas situaciones de tortura, es la sociedad. Y por eso los trabajos

de memoria deben poner en juego la articulación entre pasado y presente con una vocación transformadora.

Por Isabel Piper Shafir

El in

saciab

le

Page 30: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 31

En diversas ocasiones he sostenido que los chile-nos recordamos nuestro pasado articulando susnarraciones en torno a una retórica de la marca.

El golpe de Estado de 1973 y los 17 años de dictadura mili-tar ocupan en los discursos sobre el pasado el lugar deuna fractura, un quiebre que habría dado un vuelco a lahistoria de nuestro país. Según esta retórica, la dicta-dura es señalada como una enorme irrupción que habríadividido el camino de la historia de Chile, dejando atrásuna gran grieta que la divide en un antes y un después.La dictadura y su violencia habrían introducido un sellopermanente determinando lo que somos como país y comopersonas. Vivir situaciones de violencia nos habría mar-cado de tal manera que ya nunca habríamos vuelto a serlos mismos. Los discursos construyen así un sujeto nacidode las experiencias traumáticas cuyo presente estaría cons-tituido por los legados del pasado.

La convicción de que la dictadura opera como un acci-dente que marcó y transformó identidades opera en diver-sos niveles, uno de ellos es el de los afectados directos,cuyas historias personales e identidades habrían sido inte-rrumpidas dando inicio a una nueva vida marcada por laexperiencia de ser víctima.

Dicha retórica se articula en torno a tres ejes argumen-tativos, ampliamente compartidos por los discursos hege-mónicos de derechos humanos. El primero de ellos se basaen la certeza de que la violencia represiva de la dictaduratuvo un efecto negativo sobre la sociedad en general, ysobre los grupos y personas que la vivieron directamenteen particular, efecto que ha sido llamado “trauma político”(con sus diversos matices y acepciones). Dicha violenciaconstituiría un quiebre, una fractura que habría dejadola marca de su daño, la que operaría como origen de iden-tidades sociales y personales.

Al argumento del daño le sigue el de la reparación, esdecir, la convicción de que dicho daño o trauma debe serreparado y que ello permitiría a la sociedad chilena recon-ciliarse. Para eso sería necesario reconocer las violacionesa los Derechos Humanos y resolver sus consecuencias: esdecir, reparar el daño, borrar la marca, y si esto no es posi-ble, por lo menos de mitigar la intensidad de sus efectos.

La reconciliación de los grupos contrapuestos es vistacomo requisito necesario para construir una convivenciapacífica que garantice la estabilidad democrática. Comose entiende que la polarización es producto del daño,entonces la reparación sería un paso necesario para quela reconciliación sea posible.

El tercer elemento se refiere a la necesidad de recons-truir las memorias de las víctimas para que la reparación

(y por tanto la reconciliación) puedan llevarse a cabo.Es decir que el trauma producido por la dictadura sólopodrá ser elaborado cuando la sociedad asuma la ver-dad de lo ocurrido y reconstruya su historia en base a losacontecimientos silenciados por el poder militar.

Trauma, reparación (reconciliación) y memoria, seríanpor tanto los ejes de la retórica de la marca, según la cuallas heridas dejadas por la violencia deben ser sanadas ysus cicatrices curadas para así asegurar una convivenciapacífica y una sociedad en la que los hechos de la dicta-dura no vuelvan a repetirse. Los discursos hegemónicosacerca de los derechos humanos se articulan en torno aesa retórica, constituyéndose, por una parte, en funda-mento de las demandas de las agrupaciones de víctimasy de sus defensores.

Por otro lado, los gobiernos post dictatoriales han asu-mido diversas iniciativas políticas y legales basadas en losmismos supuestos. Estas han sido formuladas como unamanera de abordar el legado de las violaciones a losDD.HH. y de lograr la reconciliación, entendiendo a estaúltima como el encuentro entre bandos contrapuestos conel fin de asegurar la gobernabilidad. A esas medidas se lesllama hoy “políticas de la memoria”, aunque yo creoque es más preciso hablar de iniciativas autónomas y suce-sivas que quizás a posteriori pueden generar el efectode parecer una política pública, pero que, como conjunto,no han sido formuladas con un objetivo común, ni hancontado con un programa o instrumento unificado.

La preocupación por la reparación y la reconciliacióncomo base de las iniciativas o medidas de memoria, sonseñales de la opción que hacen los gobiernos de transi-ción por una justicia restaurativa (en lugar de una resti-tutiva) como modo de reestablecer la paz social. Es decir,se busca compensar los efectos de la violencia a través dela implementación de estrategias que promuevan la ela-boración del daño, priorizando el camino terapéutico porsobre el legal.

Entre las iniciativas o medidas de memoria, se encuen-tran la constitución de comisiones encargadas de investi-gar lo ocurrido y de establecer una verdad compartida,una memoria común de los hechos. Chile ha tenido dosComisiones de Verdad: la Comisión Nacional de Verdad yReconciliación (año 1991) y la Comisión Nacional SobrePrisión Política y Tortura (año 2004). Ambas Comisioneselaboraron un informe final en el que se establece una ver-sión consensuada, una verdad oficial que toma en cuentalas diversas visiones de lo hechos de violencia ocurridosdurante la dictadura. Entre sus tareas, estuvo la de reco-ger testimonios, analizar el impacto de la violencia en quie-

Page 31: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

nes la sufrieron (al que califican como daño y llaman“trauma”), así como de proponer estrategias para enfren-tar dichos efectos.

Las propuestas de reparación hechas por las comisio-nes de verdad se tradujeron en una ley y en un conjuntode medidas específicas dirigidas a reparar el daño en lasvíctimas. Para su implementación fue indispensable defi-nir, delimitar y calificar a quien era objeto de dicha ley,es decir, quién podía ser considerado víctima de viola-ciones a los DD.HH. o víctima de la violencia política, tareaque había sido abordada por dichas comisiones: otorgarla calidad de víctimas a quienes se consideró que califi-caban para ello.

Iniciativas de memoriaEn este proceso, el status de víctima se va transformando

en algo importante de alcanzar. Distintas agrupaciones deafectados insisten en demandar su derecho a ser consi-derados como tales y poder, por tanto, acceder a ser repa-rados por el Estado. Sin embargo, un análisis en profun-didad de sus discursos permite sostener que su impor-tancia trasciende dicha posibilidad, y que lo que estaríaen juego es el reconocimiento de su existencia, o más bienla existencia de un nuevo tipo de sujeto social: la víctima.

Las luchas sociales centradas en la reivindicación de unaidentidad determinada no son algo nuevo, y su análisispermite entender los efectos identitarios de dichos dis-cursos, así como el tipo de relaciones sociales que con-tribuyen a construir.

La lectura del informe, con su descripción de la tor-tura y sus efectos, así como la presentación resumida deaspectos importantes de los 35.550 testimonios que reci-bió, permiten a cualquier lector a formarse una idea tantode las experiencias relatadas como de la interpelación quea partir de ellas se le hace al Estado. Lo que yo hehecho es analizarlo en tanto discurso identitario.

Nada volvió a ser igual Con distintas palabras y mediante el relato de diver-

sas experiencias, el informe de la Comisión Nacional SobrePrisión Política y Tortura relata una y otra vez la expe-riencia de la tortura como un quiebre vital, un hito dolo-roso que demarca un antes y un después. Los aconteci-mientos posteriores -incluyendo la muerte- no dejan derelacionarse con el hecho re-fundante de haber sido dete-nido y con las consecuencias que ello produce.

La tortura es narrada como una experiencia que se cuelaen nuestra sociedad transformando la vida de quienes lasufrieron en una cotidianeidad confusa, en la que la viven-

cia de ser torturado no se abandona, no se deja de sen-tir en ningún momento y se transforma en el aconteci-miento que da sentido a las identidades actuales. La tor-tura habría interrumpido las trayectorias vitales, cerrandoposibilidades, transformando la vida en una trayectoriaque se queda fijada en el momento de la detención, a par-tir del cual nada habría vuelto a ser como era antes, nise habrían vuelto a presentar las mismas posibilidades.

El informe muestra la indignación, la nostalgia, la angus-tia y la desesperación por lo que podrían haber sido lasvidas pero no fueron, por lo que podría ser el presentepero no es, y por los futuros que podrían haber sido posi-bles pero no son.

Lo que se relata es la pérdida de la posibilidad de reco-nocerse a sí mismo y de insertarse como ciudadano dederecho; para pasar a ser identificado y a identificarse así mismo como portador de una marca, de un estigma quedelata la violencia ejercida sobre su cuerpo y su vida. Elhaber sido degradados, humillados, heridos y marginadosse constituye en eje del proceso de construcción de esaidentidad marcada (como es frecuentemente llamada) queremite a la particular forma de vida que comienza a con-figurarse desde el momento de la detención.

Se es llamado (y se llama a sí mismo) “víctima”, que-dando atrapando en dicha identidad y haciéndose dife-rente a aquellos que siguen viviendo normalmente, es decir,como si habitaran un país en el que no se tortura. El quie-bre es sentido como algo que divide la vida y la identidaden un antes y un después, y también establece una bre-cha entre quienes han sufrido directamente la represiónpolítica y quienes la silencian, la niegan o la justifican.

Los discursos de la tortura se refieren a una experien-cia que se instala en nuestra sociedad y en la vida desus miembros como si fuese una herida que deja cicatri-ces, que marca con tal fuerza que se constituye en el cen-tro del pasado y del presente. Sus señales serían una actua-lización de los horrores vividos, del quiebre, la materiali-zación que recuerda insistentemente que una vez se fueotro. Grupos, familias y personas sienten que la detención

Puentes 25 |Diciembre 200832

Los discursos de la tortura se refieren a unaexperiencia que se instala en nuestra sociedad yen la vida de sus miembros como si fuese unaherida que deja cicatrices, que marca con talfuerza que se constituye en el centro del pasado ydel presente. Sus señales serían una actualizaciónde los horrores vividos, del quiebre, lamaterialización que recuerda insistentemente queuna vez se fue otro.

Page 32: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Mira

ndo

pasa

r.

Page 33: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200834

prueba, como indicio de aquello que nunca debería haberacontecido, pero que es necesario poder mostrar a la socie-dad a modo de sentencia. La marca es usada como argu-mento que da sostén y credibilidad a la memoria, operacomo materialidad de lo sucedido. La marca opera comola causa de los problemas del presente y la explicación denuestra manera de ser y actuar.

Esta afirmación contiene varios elementos que es nece-sario analizar. En primer lugar, se está entendiendo la his-toria como un conjunto de hechos positivos que sesuceden configurando lo que más tarde es llamado“pasado”. Entendido de esta manera (como hecho posi-tivo) el pasado no sería posible de modificar, sino sólo deconocer y preservar, buscando permanecer lo más fielposible a la verdad de lo sucedido, y limitando las posi-bilidades de la memoria, la que no podría ir más allá desu función pedagógica, ejemplificadora y por tanto nor-mativa. En segundo lugar, la dictadura se construye en unlugar argumentativo donde se depositan las causas de lo

que somos y hacemos hoy en día. Dado que es tratadacomo una causa, o un conjunto de causas, situadas en elpasado (positivo), resulta ajena a nuestras prácticas socia-les actuales y por lo tanto es imposible de modificar.

Esta retórica de la marca pone las causas de lo quesomos en un lugar ajeno a nuestra agencia y con estemecanismo restringe la posibilidad de cambio sólo a lareparación de los efectos de la violencia. Más grave aúnes cuando se sitúa la clave de dicha reparación en el esta-blecimiento de la verdad de lo ocurrido en el pasado (aun-que se incluyan las resistencias en esa verdad), pues yani siquiera se habla de la necesidad de transformar la socie-dad, sino sólo de reconocer aquello que ocurrió en untiempo que ya no es, a sujetos que ya no son, en unpaís que ya cambió. Dicha retórica establece una relacióncausal entre los acontecimientos positivos del pasado ynuestros problemas presentes, produciendo así una pér-dida de foco de las prácticas sociales y políticas actuales

y la tortura los fracturó, los cambió y los marcó; y esaexperiencia es significada como causa de los sucesos pos-teriores. Se constituye en un argumento, en la columnavertebral de historias y memorias, en un centro (muchasveces silencioso) articulador de sentidos y sensacionesdesgarradoras.

La materialización del quiebreLas consecuencias de la prisión y tortura son relata-

das a través de la materialización efectiva de sus mar-cas, que se instalan en la cotidianeidad sin permitir a quienla vive ni a sus seres queridos reconocerse como los mis-mos de antes. El quiebre se concretiza en padecimientospalpables en el presente que definen la vida cotidiana. Sepercibe cada vez que la persona se mira en el espejo(como es el caso de los daños en el cuerpo) o cada vezque se relaciona con otro (como es el caso de sus efectospsicológicos y relacionales). En este sentido, el daño noes algo del pasado que se recuerda o rememora, sino quees un hecho activo del presente.

La sensación de inseguridad y humillación, el miedo yla culpa, la angustia y la desesperanza, los problemas paraconcentrarse, los conflictos familiares, la pérdida de losgrupos de referencia, son algunos de los efectos de la vio-lencia que han sido vividos por años y que siguensiendo una experiencia cotidiana. Los daños en el cuerpoconstituyen la inscripción material más visible de la tor-tura. Es mucho más que un vestigio del pasado; es un dolorque se vive en el presente de manera regular y cotidiana,que hacen de la tortura algo permanente.

Los efectos de la represión política no son un asuntodel pasado, la tortura es una experiencia que no da tre-gua y que nunca deja de ser actual: las personas sesienten mal, les duele la cadera, tienen lumbago, proble-mas con la familias, mueren de cáncer o de otras enfer-medades, y todo esto lo relacionan directa o indirecta-mente con el quiebre y con aquellos acontecimientos quelo produjeron.

Reparación El informe, siguiendo la lógica de los discursos hege-

mónicos sobre DD.HH., habla de una marca que no seborra, que se instala en la vida quebrada (que pasó aser la nueva vida) como una nueva identidad, convir-tiéndose en el eje de la nueva trayectoria, y recordandocontinuamente la inflexión. La marca, cuyo dolor persiste,condicionaría lo que se puede hacer o ser en el futuro,cerrando posibilidades y limitando opciones. La marca,que sería física, psicológica, y social, operaría como

Esta retórica de la marca pone las causas de loque somos en un lugar ajeno a nuestra agencia ycon este mecanismo restringe la posibilidad decambio sólo a la reparación de los efectos de laviolencia. Más grave aún es cuando se sitúa laclave de dicha reparación en el establecimiento dela verdad de lo ocurrido en el pasado (aunque seincluyan las resistencias en esa verdad), pues yani siquiera se habla de la necesidad de transformarla sociedad.

Page 34: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 35

que generan el estado de nuestras relaciones sociales.El informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Polí-

tica y Tortura contribuye a construir un sujeto nacido delas experiencias traumáticas, cuyo presente estaría cons-tituido por los legados del pasado. Esta retórica de la marcano deja espacios para la transformación de dicho sujetoni del conjunto de las relaciones sociales, lo único modi-ficable (e incluso con límites) son las marcas. En el esce-nario más optimista éstas podrían ser borradas si hubieraverdad, justicia y una reparación que abarcara espaciossociales y personales. Pero los discursos de la dictadurason más bien pesimistas, y aunque defienden con fuerzala necesidad de borrar las cicatrices dejadas por la vio-lencia, muestran la convicción de que la herida es tan pro-funda que sus huellas no pueden desaparecer.

La superación de la retórica de la marca Creo que es posible (y preferible) entender los efec-

tos de las violaciones a los DD.HH. -más que como unamarca o una señal del pasado- como un hecho actual queopera en el presente, que transciende los cuerpos indivi-duales y se expande incluyendo a toda la red que losostiene. Nunca ha dejado de sentirse, de doler, de dañar;ni de señalar insistentemente la precariedad de las condi-ciones actuales; ni de recordar que la vida pudo haber sidodistinta y no lo fue, que el futuro podría estar abierto amúltiples posibilidades pero no lo está.

El informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Polí-tica y Tortura nos muestra numerosos ejemplos de ello:como el caso de quienes perdieron sus estudios y la posi-bilidad de construir (o mantener) la vida que deseaban,teniendo que adaptarse a la crónica falta de trabajo (pro-ducida y reproducida por el estigma de la detención); ode quienes nunca dejaron de tener pesadillas; o quienesnunca pudieron volver a tener relaciones afectivas satis-factorias; o perdieron para siempre la capacidad de tenerhijos; o perdieron la vista o el oído. Éstas son, entre otras,experiencias que vuelven a potenciar y rearticular aque-llo que duele, transformando la detención y la tortura enun proceso que se dinamiza desde y en las relacionesactuales; un pasado que insiste en seguir siendo presente.

El sufrimiento y la nostalgia se hacen más profundosfrente a la continuidad de la experiencia. La violencia dela dictadura no es un acontecimiento del pasado sino unhecho actual que va mucho más allá de los maltratos vivi-dos algún día. Es una experiencia que genera en quien lavivió directamente y en sus familias la percepción de estarmarcado por un dolor indeleble. La violencia no está pre-sente a través de sus marcas sino que duele día a día.

Para quien perdió un proyecto de vida y tiene que viviruna vida que dista mucho de ser lo que deseó y para laque se esforzó, con una cotidianeidad que nunca ha sen-tido propia, la tortura no sucedió hace décadas sino quesucede en el presente, a cada momento, contribuyendoa hacer de dicha experiencia, de sus efectos y de sus afec-tos, un padecimiento plenamente actual. La reparación notendría que buscar volver atrás, ni borrar huellas o rever-tir las vidas ya vividas. Quienes demandan reparación nobuscan reposición. No es una transformación de lo ocu-rrido ni una restitución de la salud. No se trata de borraro exorcizar el pasado, sino de exigir que la sociedadchilena se pueda reconocer como una sociedad que tor-tura y saber que debe hacer lo que sea para evitar quevuelva a suceder.

Para las políticas de la memoria lo que debería estar enjuego no es el pasado sino el presente y las condicionespara vivir una vida mejor, y para poder integrar ambos(pasado y presente) en una realidad de la que sea posi-ble hablar. La necesidad de reparación tiene que ver conla posibilidad de transformar las condiciones actuales paraque pueda existir un futuro posible. Generar mejores con-diciones para construir un presente que deje de dañar, dedoler y que permita vivir una vejez digna. No se busca sertratados de manera especial, sino ser reconocidos comociudadanos y ciudadanas que tienen derechos, cosa queno ha sucedido hasta ahora (no han tenido educación, nisalud, ni trabajo, ni jubilación). La violencia produjo unquiebre en la vida, pero lo doloroso ahora no es sólo loque queda de ese quiebre sino la vida que produjo. La tor-tura y sus huellas no se pueden borrar. El quiebre no sepuede deshacer y en ese sentido es irreversible. Pero nues-tra sociedad sí se puede transformar. La historia esnuestra, la hacemos nosotros y somos quienes tenemos elpoder y el deber de transformarla.

Isabel Piper Shafir es doctora en Psicología Social por la Universidad Autó-

noma de Barcelona. Desarrolla su actividad académica

en el Departamento de Psicología de la Universidad de

Chile. Es investigadora del Instituto Latinoamericano de

Salud Mental y Derechos Humanos. Ha publicado Memo-

ria y Derechos Humanos, ¿prácticas de dominación o resis-

tencia? (editora), ARCIS-CLACSO, Santiago, 2005; Políti-

cas, Sujetos y Resistencias: Debates y críticas en Psicolo-

gía Social (editora), ARCIS, Santiago, 2002; Voces y ecos

de la violencia, CESOC, Santiago, 1998.

Page 35: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200836

“Saquemos la política DEL CEMENTERIO”

Crónica y reflexiones en torno a una propuesta que en principio parecía simple: invertir el recorrido de la marcha

que desde hace años organizan los organismos de derechos humanos para el 11 de septiembre en Chile. En

vez de marchar de la Casa de la Moneda al Cementerio, caminar del Cementerio a la Casa de la Moneda. Del

lugar íntimo de recordación a las víctimas de la dictadura, al espacio público y político. Sin embargo, nada es

simple cuando se trata de memoria.

ENTREVISTA CON ISABEL PIPER SHAFIR

Page 36: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 37

Las conmemoraciones son una forma específica de pro-ducción de memoria, una práctica social que a me-nudo contribuye a fijar las versiones hegemónicas

del pasado. Es precisamente lo que creemos que ocurrecon la marcha que cada año se realiza el 11 de septiembre,que camina desde La Moneda al Cementerio, reproducien-do una y otra vez el recorrido de la derrota. Aunque dichoritual posibilita el encuentro y la elaboración del sufrimien-to de las víctimas, ha dejado de constituirse en un referen-te político para muchos y muchas que nos sentimos repre-sentados en él. Creemos que el 11 de septiembre debe se-guir siendo una fecha significativa en la vida nacional, yque los diversos sectores sociales, con sus múltiples me-morias, debemos contribuir a su conmemoración resistien-do, por un lado, los intentos de invisibilización de nues-tros conflictos y, por otro, el cierre de la transición. Con-siderando lo anterior es que proponemos que la marchadel 11 de septiembre del 2005 no termine en el Cementerio.Con un conjunto de acciones performativas y por mediode la utilización simbólica de la imagen del memorial, con-vocamos a seguir para volver al centro cívico. Es decir, lue-go de conmemorar a los muertos y desaparecidos de esedía, regresar a La Moneda llevando la acción política devuelta al centro de nuestra ciudad.

De esta forma comenzaba la convocatoria que un gru-po de intelectuales, investigadores y artistas chilenos rea-lizaron en el año 2005 para conmemorar el 11 de sep-tiembre, aniversario del golpe de Estado que derrocó al

gobierno socialista de Salvador Allende. Fecha emblemá-tica en la que los organismos de derechos humanos - es-pecialmente los de familiares y víctimas- marchan por lascalles de Santiago -desde la Plaza de los Héroes, en cer-canías de La Moneda, hasta el Cementerio General- parahomenajear a los asesinados, desaparecidos y encarce-lados por la dictadura de Augusto Pinochet. “El golpe deEstado del 11 de septiembre del 73 es un epicentro de lasmemorias en torno a nuestro pasado reciente; las conme-moraciones han adoptado diversas formas, pero los re-ferentes son casi los mismos y van constituyendo las fi-guras de la herida, el quiebre, la fractura”, reflexiona laacadémica Isabel Piper Shafir, una de las participantes delcolectivo Rearme que convocó a la marcha. “Los recuer-dos que circulan ese día tienen que ver con el dolor, elsufrimiento, el miedo; el recuerdo de los que lucharon porun país más justo y ya no están; el proyecto social detransformación, su fracaso y su derrota”. En este marcode análisis surgió la propuesta de invertir el camino habi-tual: marchar del Cementerio a La Moneda.

-¿Cómo surge la idea de intervenir de forma distinta enla conmemoración del 11 de septiembre?

-Un equipo de académicos conformado por psicólogos so-ciales y una historiadora llevábamos a cabo un programa deinvestigación sobre memorias, estética y espacio y lo que es-tábamos trabajando era la dimensión estética de la memoria.Es decir, no entender la memoria como contenido del arte, si-

Por Ingrid Jaschek

Page 37: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200838

de grupos de derechos humanos, liderada por la Agrupaciónde Familiares de Detenidos Desaparecidos, una de las orga-nizaciones más antiguas, más visible, de las que tiene más re-lación con el Estado y la más tradicional también…

-¿Cuál era el recorrido habitual de la marcha? -Nosotros investigamos esta marcha y -más allá de algu-

nas modificaciones que son consensuadas entre los gruposcada año, o que son producto de las restricciones de uso delespacio público que imponen las autoridades- la marcha ha-ce el mismo recorrido, que es una reivindicación de los or-ganismos de derechos humanos. Se juntan en una plaza, laPlaza de los Héroes, que está cerca de La Moneda; de allíparte la marcha, pasan por un costado de la Casa de laMoneda, y ahí se detienen en la puerta de Morandé 80. Es-ta puerta fue por la que se sacó el cuerpo sin vida de Sal-vador Allende y fue clausurada al día siguiente del bombar-deo por la dictadura y reabierta al cumplirse los 30 años delgolpe. Se detienen ahí para dejar flores, luego se dirigen ala Plaza de la Constitución donde está el monumento a Sal-

no cómo la memoria tiene una dimensión que es puramenteestética y cómo hay una dimensión de la memoria que noes discursiva, que no tiene que ver con la narración, con elrelato, sino que tiene que ver con otras formas de expresión-y no solamente de expresión- sino de hacer memoria. Queson precisamente aquellas formas que tienen que ver con loafectivo. En estas prácticas se entrelazan palabras, silencios,ritmos, cuerpos, movimientos. Entonces por ahí llegamos aformas de hacer memoria que no son lingüísticas, como porejemplo las conmemoraciones. Pensamos las conmemoracio-nes como una performance social, en donde se ponen enescena las distintas memorias. Ahí se ponen en juego y en es-cena las distintas estéticas, las distintas versiones, las distin-tas pugnas. Nosotros las vemos así, como una performancesocial, como un momento o una acción donde se hace me-moria y al mismo tiempo donde se hacen las identidades quesostienen las memorias. Entonces centramos la investigaciónen la marcha del 11 de septiembre que es una de las mássignificativas, la más oficial de los organismos. La organiza laAsamblea de Derechos Humanos, que es una coordinadora

Page 38: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 39

vador Allende y luego siguen con algunas estaciones cami-nando hasta el Cementerio. Entran por una puerta lateral, quees donde está el Memorial del Detenido Desaparecido y Eje-cutado político, allí se hace un acto y termina la marcha. Eneste seguimiento de la marcha nosotros fuimos viendo quela marcha sigue un recorrido que es el mismo recorrido dela derrota, que es: partimos de los Héroes, que está al ladode la Moneda, en el poder, gobernando y transformando elpaís, y luego terminamos en el Cementerio. Hace el mismorecorrido: empezamos en el poder y terminamos en la muer-te y en la derrota. Y también con una estética que acompa-ña eso: las canciones, que cuando empieza la marcha tienenun tono muy entusiasta -se canta Venceremos, El pueblo uni-do y canciones de Violeta Parra y Víctor Jara- acaban con untono mucho más triste, más derrotista, y siempre de una for-ma muy religiosa, que es la forma de la romería. Pero en elanálisis de su recorrido geográfico, lo que nosotros plantea-mos es que la apropiación de este recorrido geográfico loque hace es reproducir la memoria de la derrota, que es lamemoria más hegemónica de cómo se recuerda el pasado.Es decir, estábamos bien, éramos felices, estábamos en la víade la transformación de la sociedad, vino el golpe y nos mar-có para siempre, cambió eso para siempre. Nos condujo ala derrota y de ahí en adelante, en todo lo que hemos sidocomo país y como sociedad ya no lo volveremos a ser.Nos quedamos en esa derrota que administramos de algu-na u otra manera, con la que tratamos de revertir sus efec-tos presentes, pero instalados en esa derrota y tratando demanejarnos lo mejor posible en esa derrota.

- ¿Quiénes se suman a esta conmemoración, quiénes sesienten convocados?

-Nosotros hablamos con mucha gente que nos decía quehabía dejado de ir a la marcha porque sentía que no te-nía ningún espacio. Como que había ciertas identidadesmuy fijadas: sentían que había gente que podía marchar,

que tenía más legitimidad, que sabe, que pertenece a al-gún organismo o a algún partido político que tiene quever con los derechos humanos. Entonces mucha gente sien-te que no pertenece a ningún grupo: “yo no soy exonera-do, no soy retornado, o ex preso político, entonces notengo adónde ponerme, no tengo ningún sitio”. Es unamarcha donde las identidades son muy fijas. La convo-catoria limita las identidades que pueden participar y lasversiones del pasado que pueden ponerse en juego, sinpermitir la participación de otros sujetos sociales o deotras interpretaciones del pasado, distintos a los hegemó-nicos.

-Fue entonces que surgió la propuesta del ColectivoRearme…

-Efectivamente. Porque entendemos que las conmemoracio-nes en tanto prácticas, así como pueden fijar ciertas versionesdel pasado, clausurar significados, pueden también subver-tir, cuestionar y tensionar esas versiones y transformar iden-tidades. Entonces a nosotros nos surgió la propuesta de rever-tir la marcha, de introducir una fisura para crear las condi-ciones para que otras identidades también se sientan convo-cadas. Es decir, llamamos a las agrupaciones a marchar alrevés. A juntarse en el Cementerio para conmemorar a losmuertos, hacer el duelo, y luego marchar a la Moneda. Y, ade-más, haciéndolo por el camino principal de entrada al Cemen-terio. Nuestra propuesta era: revirtamos el camino de la de-rrota; en vez de ir del poder a la muerte, vayamos de la muer-te al poder. Entonces recordamos a los muertos y después va-mos y tomamos el poder… Simbólicamente ¿no? Y sobre to-do saquemos la política del Cementerio, saquemos la políti-ca de la muerte -que no es negar que ahí hubo muerte rela-cionada a la política- pero es ir, recordarlo, y luego separe-mos la muerte de la política y regresémosla a la plaza públi-ca, cosa que si la policía nos persigue, si tenemos problemascon la policía, sea al lado de La Moneda y no en el Cemente-

Page 39: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200840

que organizan habitualmente la marcha?-Fue una larga cruzada para poder llegar a plantearle es-

to a las agrupaciones, y nunca pudimos. Nunca nos recibie-ron, nunca logramos hablar con ellos. Siempre lo hicimospor vía indirecta, un amigo al que le gustó el proyecto yque a la vez es familiar logró llegar a la agrupación y lo-gró plantearlo. Y el mensaje de la Asamblea fue que no, quele parecía muy interesante la idea pero que amenazaba conromper la memoria, que la memoria había que hacerla deuna manera, y que eso amenazaba con romperla. Y que esedía era de ellos. Era para llevarle flores a los muertos y quelos nombres estaban en el Cementerio. Que era muy inte-resante la propuesta, que ellos nos apoyaban y que la hi-ciéramos otro día, pero que no nos apropiáramos de su día.

-¿Y qué decidieron? -Nosotros debatimos mucho. Había propuestas distintas;

gente que decía que había que hacer una marcha paralela ala misma hora, o volver sobre la misma marcha…Despuésde darle muchas vueltas lo que decidimos fue esperar la mar-cha de las agrupaciones en el Cementerio y cuando llega-ban, invitarlos a regresar al centro. Yo ahora, a posteriori,pienso que fue la mejor solución. Porque creo que está bienque las agrupaciones hagan su marcha -no se trata de que

rio. Lo pensamos como un cambio en la apropiación del espa-cio que permitiera rescatar a los que murieron en tanto suje-tos políticos, desplazándolos del lugar de las víctimas al lugarde la política.

-¿Por qué la marcha se llamó Rearme? -Porque creemos que la memoria es una construcción siem-

pre provisoria, que siempre se está armando a partir delpresente. Pero, además, el nombre está relacionado con la per-formance central de nuestra propuesta, que fue construiruna gigantografía del Memorial del Detenido Desaparecido yEjecutado Político, separada en 64 piezas de medio metro porsesenta y seis centímetros cada una. La idea era llevarlas des-de el Cementerio hasta La Moneda, en donde sería rearmadoel Memorial. Sacar simbólicamente los nombres del cemen-terio y devolverlos a la plaza pública. El lema del afiche deconvocatoria fue Marcha Rearme, una posibilidad de resigni-ficar y dar nuevos sentidos a la memoria social. Era una ape-lación directa a rearmar la memoria, y esto hizo que muchosse sintieran convocados. Otros interpretaron que era una pro-puesta para retomar las armas….

-¿Pudieron plantearle la propuesta a las agrupaciones

Page 40: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 41

no la hagan- se trata de que uno no se quede en eso, de tra-tar de darle continuidad y un giro. No es que ellos no estén,porque ellos también son parte de la memoria, pero no laúnica. Se trata de romper la hegemonización Y eso no sepuede hacer negándola y reemplazándola por otra hegemo-nía, sino hacer una acción que logre tensionar esa memo-ria hegemónica y decir hay otra memoria posible, o comonosotros decíamos en la convocatoria, “crear las condicio-nes para hacer que otras memorias también sean posibles”.

-¿Cuál fue la respuesta de la gente? -Nos pusimos al costado del Memorial en el Cementerio e

invitamos a la gente a volver a La Moneda. Determinamos cin-co estaciones en donde se realizarían otras performances, yla idea era que la gente se fuera sumando donde quisiera. Hayque tener en cuenta que ya eran las dos de la tarde y veníanmarchando desde la mañana y hacía calor. Se sumó muchísi-ma gente, alrededor de mil personas. Es sorprendente, y ade-más habla de la necesidad de algunos sectores sociales a losque les preocupa mucho el tema y están hartos de hacer lomismo siempre, de encontrar otros espacios de memoria.

- ¿Lograron hacer todo el recorrido? -Había muchísima policía. La prensa habla de 600 efectivos

policiales. Empezamos el recorrido previsto pero no logra-mos llegar. La policía estaba muy alterada; estaba muy pen-diente de que nosotros hiciéramos algo violento. Leyeron es-ta idea de rearme como volver a tomar las armas… El día pre-vio a la marcha, cuando tomamos conciencia de la repercu-sión que estaba teniendo, fuimos a la intendencia a pedir per-miso. Cuando llegamos el hombre que nos atendió nos dijo:“Yo les recomiendo que no salgan a la calle mañana, porquevan a tratar de retomar las armas y nosotros vamos a repri-mir”. Y efectivamente fue así. Había mucha policía. La prime-ra caminata por avenida La Paz hasta llegar al río la hicimoscaminando por la vereda para no cortar el tránsito y no dar

la excusa a la policía para reprimir. Cuando llegamos al río,el río estaba sitiado y no nos dejaron seguir. Y ahí mucha gen-te se fue y alrededor de 500 seguimos. Para poder seguir porel otro puente nos revisaron todos los bolsos, nos hicieronrequisa y fue bastante desastroso. Y nos empezaron a lla-mar de las otras paradas para decirnos que no fuéramos por-que estaba sitiado, así que sobre la marcha decidimos ir a laUniversidad de Chile caminando por una calle peatonal (ahíno nos podían decir nada) y la gente fue marchando, cantan-do canciones, y fue muy bonito porque los protagonistas prin-cipales de la marcha fueron las piezas, la gente caminaba de-trás de las piezas del Memorial. Los que llevaban las piezasse convirtieron involuntariamente en líderes naturales de lamarcha. Alrededor de 200 personas llegamos a la Catedral dela Plaza de Armas y se produjo un rearme espontáneo delMemorial. Y la policía empezó a molestarnos para que nos di-solviéramos. Y un chico -seguro que era un extranjero- seacercó a darles una flor, y ahí se desató la represión: carroslanza agua, gases lacrimógenos, persecución muy violenta,muy desproporcionado todo, porque realmente no estaba pa-sando nada. Y logramos llegar a la Alameda algunas piezas,no todas, y hacer nuevamente el rearme.

-¿Cuál fue la reacción de los organismos? -Hay varios organismos que finalmente trabajaron con

nosotros a pesar de que la posición oficial de la Asambleafue no participar. Pero en general hubo un silencio abso-luto: no se habló en la prensa y en las agrupaciones tam-poco. Sin embargo, al año siguiente surgió un grupo queno tenía nada que ver con nosotros y que hizo una pro-puesta bastante similar. Y de a poco se han ido diversifican-do las formas de recordar. No digo que haya sido a partirde nosotros solamente, pero fue algo que contribuyó.

(Para más datos acerca de esta marcha y sus organizado-res, se puede consultar la página www.marcharearme.ya.st)

Page 41: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200842

La idea de crear este Archivo surgió, por un lado, de laexistencia de los testimonios de la represión que seencontraban en la Fundación de Ayuda Social de las

Iglesias Cristianas (F.A.S.I.C.)1 y, por otro, de la voluntadpor rescatarlos del olvido en el contexto democrático actual,en el cual la memoria de la represión constituye una memo-ria débil, si nos remitimos a la clasificación que diversosautores, entre ellos Enzo Traverso, han establecido sobre elstatus de las memorias colectivas en una sociedad.2

En el contexto de dictadura, las instituciones de defensade los DD.HH. como F.A.S.I.C. intentaron mitigar las conse-cuencias de la represión a través de asesoría jurídica, apoyosocial y económico y también atención psicológica y psi-quiátrica, acciones orientadas a todos quienes vieron susderechos fundamentales vulnerados. Los testimonios sur-gieron en el marco de un programa de atención que el EquipoMédico Psiquiátrico de F.A.S.I.C., constituido en 1977, comenzóa articular destinado a aquellas personas que llegaban pararecibir asesoría legal, o apoyo de tipo social y económico,pero que mostraban profundos grados de daño psicológicocomo consecuencia de las experiencias vividas: estamoshablando de la prisión, la tortura, la muerte de un familiar,la relegación, diversas formas de amedrentamiento. Prontose atendió también a sus familiares directos.

Sin embargo, desde el inicio de la transición a la demo-cracia -1990- muchos de los casos judiciales que llevaba lainstitución fueron cerrándose, las terapias por su partefueron concluidas o la ayuda social que otorgaba la insti-tución cesó, bajo el supuesto de que el Estado tendría quehacerse cargo de las secuelas heredadas de la dictadura. Porlo tanto, la documentación acumulada como producto deesta diversidad de programas de apoyo fue dejándose delado, arrumada en bodegas, depositada en cajas proviso-

OLVIDOS Y MEMORIASde la represión

Por María Graciela Acuña, Galia Aguilera y Nancy Nicholls

Surgió gracias a un proyecto conjunto entre la

Fundación de Ayuda Social de las Iglesias

Cristianas, la Universidad Academia de

Humanismo Cristiano y la Fundación Universidad y

Desarrollo. Comenzó a ejecutarse en julio de 2007.

En su construcción trabaja un grupo compuesto

por una conservadora, una historiadora, una

psicóloga y tres estudiantes egresados de la

carrera de Licenciatura en Historia de la U.A.H.C.

Ello ha permitido abordar su desarrollo desde

diferentes perspectivas disciplinarias.

CHILE: REFLEXIONES EN TORNO A LA CONSTRUCCIÓN DE UN ARCHIVO TESTIMONIAL

Page 42: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Acción

dire

cta

II.

Page 43: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200844

contenido y objetivos de un Archivo Testimonial de la Repre-sión Dictatorial en Chile, por ejemplo: ¿Qué documentos debíanconsiderarse como testimonios? Ello, porque en un princi-pio sólo fueron considerados los testimonios que proveníande las terapias psiquiátricas y psicológicas, pero la revisiónde las Carpetas de beneficiarios F.A.S.I.C. modificó totalmentelos planteamientos metodológicos iniciales. Sucedió que variasde las personas que recurrieron por ayuda no sólo dieronsu testimonio dentro del marco de terapias psicológicas o psi-quiátricas, sino que su experiencia quedó registrada en infor-mes sociales, recursos de amparo, cartas, recortes de prensa,declaraciones públicas, fotografías. Pronto fue evidente quevarios informes hechos por las asistentes sociales conteníaninformación que podía caber dentro del concepto de testi-monio. Pudimos comprobar que había declaraciones testi-moniales registradas por la mano de las asistentes sociales;había además recursos de amparo y declaraciones públicasque constituían escritos en primera persona alejados de laformalidad escritural jurídica y que contenían un alto gradode información sobre experiencias represivas sociales ypersonales en dictadura. Por tanto, se consideró que tanto lasdeclaraciones testimoniales anotadas por el puño y letra delas trabajadoras sociales así como los testimonios judicia-les, los recursos de amparo y las declaraciones juradas, debíansumarse al archivo, ya que se trataba de experiencias de vidarelatadas en primera persona, que además daban cuenta acabalidad de las experiencias represivas de toda una genera-ción y en particular de los titulares que dieron a conocersus vivencias.

La segunda etapa del proyecto -que se ha ido ejecutandoen forma paralela a la primera- fue el contacto con los tes-timoniantes, cuyo objetivo era obtener la autorización parahacer públicos sus testimonios e integrarlos al archivo de larepresión en desarrollo. El proyecto ha permitido hasta octu-bre de 2008 la sistematización, conservación preventiva ydigitalización de 559 testimonios, de los cuales 445 han sidofichados4 y digitalizados y 114 solamente fichados. El númerode testimonios autorizados para su publicación ha sido de65 de un total de 69 personas contactadas.

El archivo para los testimoniantesDebido a que la gran mayoría de los testimonios fueron

dados en el marco de consulta psiquiátrica o psicológica,y por tanto de confidencialidad y ética profesional, se hizoabsolutamente necesaria la incorporación de una psicó-loga al proyecto, que resguardara dicha confidencialidad enel caso de que los testimoniantes así lo solicitaran.

Al iniciar esta tarea pensamos que iba a ser compleja, por-que se trataba de testimonios que comprometían aspectos dolo-

rias, sin orden, sin clasificación, sin las condiciones técnica-mente adecuadas para su conservación y por lo tanto sinninguna posibilidad de ser consultada.

A más de veinte años de que estos documentos testimo-niales fueran constituidos, surgió la necesidad imperiosa derescatarlos del olvido, del polvo y del moho, de la amenazaen definitiva de su desaparición. Posiblemente, como unsigno de los tiempos, en que la memoria débil, subalterna,busca recuperarse, reflotarse y posicionarse de un espacioen la sociedad, se impuso tanto en F.A.S.I.C., F.U.D. comodesde la reflexión historiográfica de la U.A.H.C., la urgentetarea de preservar una parte importante de la memoriareciente de Chile, registrada en estos testimonios otorgadosen las décadas de los 70 y de los 80.

El proyecto en su primera etapa consistió en la sistema-tización de aproximadamente cien testimonios rotuladoscomo tales en el marco de terapias psiquiátricas, almace-nados en cajas, pero sin ningún criterio de clasificación,muchos de ellos casi borrados del papel por el transcursodel tiempo, con un importante estado de deterioro. El pri-mer paso, fue realizar la conservación preventiva, luego seprosiguió con el respaldo de la información en papel y final-mente en formato digital.

A medida que avanzaba el proyecto, fueron incorporán-dose nuevos testimonios gracias a la revisión de las Car-petas de beneficiarios F.A.S.I.C.3; en ellas se registrabatoda la información de cada una de las personas que recu-rrieron al apoyo que otorgaba la institución -tramitación devisas para viajar al exilio dentro del Programa de Reunifi-cación Familiar, ayuda económica para quienes vivían pro-longadas cesantías, programas de reinserción para retorna-dos, becas de estudio para jóvenes que sufrían persecución-por nombrar algunos de los beneficios otorgados. Dentrode las carpetas se encontraban además múltiples testimo-nios de familiares de detenidos desaparecidos, familiares deejecutados políticos, presos políticos, exiliados, retornados,relegados, amedrentados, exonerados, detenidos y expul-sados de universidades. Se trataba de un sinnúmero de expe-riencias de vida guardadas en las carpetas que las asisten-tes sociales de F.A.S.I.C. elaboraban.

El proceso no sólo ha consistido en la sistematización dedocumentos, sino también en la configuración de nuevas meto-dologías para ser aplicadas a un tipo de archivo particular,específico -uno que se vincula directamente a la historia polí-tica reciente de Chile-, ya que las propuestas metodológicasoriginales pronto evidenciaron ser insuficientes para este tipode construcción archivística. Ocurrió que a medida que íba-mos avanzando en la sistematización de la información nosfuimos preguntando por problemáticas relacionadas con el

Page 44: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 45

rosos provenientes de las experiencias de la detención, de latortura y de la desaparición o ejecución de familiares, y portanto, el reencuentro con ellos podía significar la rememora-ción de episodios altamente traumáticos. Se reflexionó, ade-más, que el tiempo transcurrido entre la entrega del testimo-nio y la actualidad podría haber implicado modificaciones enla forma en que los testimoniantes entendieron, dotaron de sen-tido y significaron tanto la acción de testimoniar como el con-tenido de los testimonios mismos. Se pensaba que muchosno querrían referirse a las experiencias de represión de supasado, en un intento de olvidar o dar vuelta la página.

En el trabajo conjunto con la psicóloga reflexionamos entorno a cómo explicar a los testimoniantes la propuesta deque sus narraciones pudieran formar parte de un archivopúblico, de una manera tal que significara un proceso lomenos doloroso posible. La participación de la psicólogaaseguraba en todo caso la posibilidad de otorgar terapiaprofesional -contención en el momento en que el testimo-niante se reencontrara con el testimonio- a aquellas perso-nas que lo necesitaran.

Como primer acercamiento a los testimoniantes, se loscontactó por teléfono explicándoles el proyecto y enfati-zando el valor de su testimonio como parte de la memoriade nuestra historia reciente. Las aprensiones que el equipotenía antes de ese primer contacto fueron desapareciendoal constatar que una gran mayoría se encontraba dispuestaa dar su aprobación. Al momento del encuentro que tuvo lapsicóloga con los testimoniantes, éstos leyeron sus testi-monios, y en varias ocasiones -a pesar de la dificultad quesignificaba rememorar episodios dolorosos- no sólo die-ron su aprobación, sino que aportaron otros realizados entiempos más recientes u otorgaron nuevos datos que hanenriquecido la información existente. En la gran mayoría delas personas que han autorizado a hacer públicas sus narra-tivas de vida ha habido una alta valoración del proyecto, loque sin duda tiene que ver con el escaso interés demostradopor la clase dirigente de nuestro país por sacar a la luz lamemoria dolorosa, la memoria traumática, la memoria con-flictiva de nuestras últimas décadas. Valeria Moscoso, la psi-cóloga del equipo argumenta: “Hay mucha necesidad desacar las historias a la luz, la gran mayoría de las personasse muestra interesada en que se sepan las cosas, los nom-bres, etc., tanto así que muchos se han ofrecido a contarmás cosas, a hacer más testimonios o buscar documentos,papeles de la época para enriquecer el archivo, han mos-trado también muchas ganas de aportar contactando gente(…) pareciera haber una necesidad de ser considerados ytomados en cuenta en su historia, su dolor y los esfuerzosque han hecho para salir adelante”5 .

Voluntad de escuchar y voluntad de re-narrarRescatar de los oscuros depósitos de una institución de

DD.HH. un número indeterminado aún de testimonios de larepresión, no es sólo una decisión que concierne al ámbitode las ciencias sociales, de la historiografía y de la archi-vística. Es sin duda una decisión con tintes políticos. En talsentido, la literatura que aborda la temática de la cons-trucción de archivos, sobre todo la más clásica, no se engarzóteórica ni metodológicamente al proyecto que desarrollá-bamos. Tal vez, lo más iluminador de su revisión fue el con-cepto mismo de creación de un archivo. Por un lado, esampliamente reconocido que desde la historia oral cada vezmás se construyen archivos, y como lo ha señalado E.Fogerty, a pesar de que pocos historiadores son archivistas,algunos entre ellos inician sus proyectos de historia oral,conscientes de la documentación que resultará del proceso6.Y entonces necesariamente terminan planteándose la cues-tión de archivar. La reflexión nos hizo sentido -por obviaque parezca- porque en este proyecto, si bien el materialestaba construido, el archivo mismo no lo estaba y esonos llevaba a las preguntas de por qué levantar un archivotestimonial, por qué ahora y bajo qué soportes teóricos seiniciaría su construcción.

La bibliografía, en este aspecto, nos mostró que ya desdehace varios años los archivistas no son meros constructoresneutrales de depósitos donde se ordenan y clasifican

materiales documentales, sino cada vez más -dada lanecesidad de destruir material- tiene un rol fundamentalen la selección de lo que deberá ser preservado. Jean-Pie-rre Wallot y Normand Portier, lo ponen en los siguientes tér-minos: Ahora y en el futuro, el legado documental que unasociedad o una época deja no será el resultado de una sedi-mentación inconsciente o una sedimentación de ocurrenciascasuales, de alguna manera será construido. Por eso, nosencontramos con las condiciones para un cambio profundoen la ciencia de la archivística: en el proceso de selección,el punto principal de referencia no es ya el documento, sino

Ahora y en el futuro, el legado documental que unasociedad o una época deja no será el resultado deuna sedimentación insconsciente o unasedimentación de ocurrencias casuales, de algunamanera será construido. Por eso, nos encontramoscon las condiciones para un cambio profundo de laarchivística: en el proceso de selección el punto dereferencia no es ya el documento, sino la actividadhumana para la cual se hace necesaria la existenciade una narrativa.

Page 45: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200846

la actividad humana para la cual se hace necesaria la exis-tencia de una narrativa, en otras palabras, el contexto decreación, sus raíces, su función7.

Si bien no concordamos con Wallot y Portier cuando res-tan importancia al documento mismo, sí adherimos a la rele-vancia que los autores otorgan al contexto de creación, a lanecesidad que articula la creación de un archivo. El archivotestimonial de nuestro proyecto, sin lugar a dudas surgiócomo una necesidad de expresión a nivel societal de lamemoria de la represión, de esa memoria que por un ladopuede llegar a ser profundamente dolorosa y traumática,y por otro, aquella memoria sucia, la del horror, la del malque estaba aquí, que ocurre entre nosotros y no a milesde kilómetros de distancia, ese mal sobre el que resulta fácilemitir juicios de valor e incluso condenar8. Surgió como lanecesidad de ponerla en el tapete, cuando sectores mayo-ritarios de la clase política chilena no han mostrado volun-tad para abordar la memoria conflictiva del pasado reciente,la que causa desencuentros y disentimientos9. Surgió cuandotampoco ha habido voluntad de la sociedad en su con-junto para dialogar sobre ese pasado, que en gran medidanos modela hoy, y cuando desde la historiografía (por suobvia relación con la memoria) el tema en general seelude o saca chispas10.

Y surgió en este contexto, a más de veinte años que lostestimonios fueran entregados, porque para que haya testi-monio es fundamental la necesidad no sólo de contar sinotambién de escuchar. Hace veinte años hubo voluntad paraque ambas acciones se encontraran, pero sólo hoy, eneste contexto, se dibujó nuevamente la posibilidad de escu-char y la necesidad de volver a contar.

La psicóloga del equipo, Valeria Moscoso, explica: “A laspersonas les parece importante que se sepa no sólo lo queles pasó a ellos, sino también lo que pasó en Chile en gene-ral, lo que sucedía en las detenciones, los allanamientos,la persecución, las dificultades enfrentadas en términos labo-rales, jurídicos, físicos, psíquicos, relacionales, etc. (…) algosobresaliente ha sido las ganas de varios testimoniantes decontar más allá del testimonio, cosas que hacían, sus res-ponsabilidades políticas, sus aventuras para pasar clan-destinos, las preocupaciones, los sentimientos, lo quepasó después, lo que han pasado estos años, creo quehay una necesidad muy grande de que se les reconozcano sólo su dolor, su tortura o exilio, sino su vida más amplia”.

Un archivo que se forma a partir de testimonios elabora-dos hace veinte años o más, es un archivo testimonial par-ticular. Y eso nos mereció un par de reflexiones. En primerlugar, los archivos orales que se forman en la actualidad sobrelos acontecimientos pasados puede que tengan la ventaja de

Las obras cuyasfotografías acompa-ñan esta sección so-bre políticas de me-moria son del escul-tor argentino JuanCarlos Distéfano,nacido en 1933. Trasestudiar artes gráfi-cas en una escuelaindustrial, Distéfano

completó el profesorado de dibujo en la Escuelade Bellas Artes Manuel Belgrano. Muy activo apartir de los años ‘60, su obra comienza a teneruna recepción crítica y una circulación pública quese irían acrecentando con el tiempo. En 1964realizó su primera exposición de pinturas: fue enuna muy recordada exposición de arte surrealis-ta curada por Aldo Pellegrini -poeta, compiladorde una famosísima antología de la poesía su-rrealista, traductor de Lautreámont- que se reali-zó en el mítico Instituto Di Tella, al que posterior-mente Di Stefano se incorporó como diseñadorgráfico. Por entonces comenzó a trabajar relievescon yeso y alambre, papier maché y lana de vi-drio y luego se interesó por el tratamiento de lasresinas. Luego de su envío a la Bienal de San Pa-blo en 1968, optó definitivamente por la escultu-ra sin renunciar al uso del color de un modo ab-solutamente original. En 1970 instaló un estudio dediseño gráfico junto a Rubén Fontana y comen-zó a trabajar en esculturas de poliester. En 1977se exilió en Barcelona, de donde regresó dos añosdespués. En 1991 presentó su primera exposiciónretrospectiva y se publicó un libro sobre su obra.El Museo Nacional de Bellas Artes presentó suobra escultórica completa en 1998. En 1999, jun-to a otros ocho artistas argentinos, formó partede la exposición Cantos Paralelos: Visual Parodyin Contemporary Argentinean Art, curada por Ma-ri Carmen Ramírez y organizada por la Universi-dad de Texas. Esa muestra recorrió distintos mu-seos de Estados Unidos y Latinoamérica. Entre1999 y el año 2000 Distéfano expuso en el MuseoReina Sofía de Madrid.

Encrucijadas, tensiones, intenciones

Page 46: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 47

la pregunta11. Somos los cientistas sociales los que pregunta-mos a los llamados testimoniantes sobre sus vivencias pasa-das. Podemos preguntar todo aquello que nos parezcarelevante para la temática que nos concierne, todo lo quedesde nuestro presente parezca importante y significativopara dilucidar las problemáticas que nos aquejan. En estesentido, un archivo sobre la represión podría dar lugar a unamultiplicidad de inquietudes sobre su formación12.

El archivo que tenemos en proceso de construcción, notiene esa posibilidad -la de la pregunta- pero en cambiootorga una inmensa ventaja y es que sus testimonios dancuenta en primer lugar, de las formas de pensar, de la ide-ología, del imaginario que los hombres y mujeres que vivie-ron la represión tuvieron contemporáneamente a los hechosvividos y no en un presente -2008- mediado por múltiplesfactores que han cruzado tanto su historia personal como lade la sociedad donde se insertan. Da cuenta además de lasemociones que experimentaron en ese tiempo asociadas alos hechos represivos -el miedo, la incertidumbre, la per-plejidad, el trauma-, pero también nos relatan sobre la resi-liencia, la solidaridad, la capacidad de lucha aun en las cir-cunstancias más adversas. Finalmente, los testimonios sonuna ventana al mundo de los ‘70 y los ‘80 en Chile, del climaque se vivía en aquellos años de dictadura, de la resisten-cia -y no sólo la represión-, de las formas de organizaciónen la clandestinidad, de las vivencias de los dirigentespolíticos de oposición pero también de los simples militan-tes o simpatizantes. En definitiva, los testimonios dan cuentadel ethos de una época crucial de nuestra historia reciente.

Se trata además de testimonios muy heterogéneos: dedirigentes políticos, de hombres y mujeres militantes conherencias familiares de generaciones en la política pero tam-bién de opositores sin compromiso político, de sindicalis-tas, de activistas sociales, de jóvenes pobladores, de pri-sioneros políticos, de relegados, de torturados, de ame-drentados. En fin, la lista es larga, pero todos nos entre-gan esa riquísima dimensión de la complejidad del serhumano, en la que los estereotipos caen13, y surge en cam-bio un complejo entramado en que el rol del militante sefunde con el del poblador, o el del padre, de la madre, delhijo o la hija, del hermano o hermana; en que se distinguen

además otros roles, el del profesional, el del trabajador, eldel cesante, y en que finalmente se dibuja claramente lafigura de la mujer y la del hombre.

Si tan sólo quisiéramos poner un ejemplo, podríamoshablar de José Caucamám, profesor de matemáticas de 42años, militante de un partido de izquierda, detenido el año1982 y torturado. El testimonio de José es el relato de su tor-tura, pero no de la víctima torturada, sino del sujeto hom-bre torturado, que piensa, que piensa políticamente, quepiensa ideológicamente, que durante la tortura es capazde analizar la experiencia límite que está viviendo, que sientemiedo, que es capaz de anteponer su compromiso político-ideológico por sobre todo. José Caucamám señala, a pro-pósito de cómo resistió la tortura: “A mÍ me ayudó mi con-ciencia (…) mi conciencia de clase, en el sentido de que yono debo perder el control porque están por delante intere-ses superiores que hay que resguardar; entonces todas esascosas hacen que uno no se descontrole”14.

El testimonio de José Caucamán no es sólo un testimonioacerca de la experiencia de la tortura, tortura que parecieraresponder a patrones conocidos, repetitivos, pero que nodeja de sorprender cuando se descubren sus elementos iné-ditos, horrorosos; que posiblemente encuentra dificultad enel plano de la expresión lingüística, como lo ha meditadoPrimo Levi a propósito de las narrativas sobre los camposde concentración nazis15. Es también una entrada al mundodel sujeto comprometido con su ideología y con su rol deresistencia y lucha bajo la dictadura de Pinochet, es unaentrada al concepto de militante, es una entrada también ala psicología de la resistencia, del imaginario que permitesobrellevar una experiencia como la tortura y estar dispuestoa entregar la vida y la de la familia o resistir para salvar lavida y de ese modo continuar la lucha. “Me amenazaron deliquidar a mi familia”, relata en su testimonio José. Teníamiedo por su madre anciana, les creía y no, sin embargoestaba dispuesto a afrontarlo todo, “no soy ningún héroe,pero así están las cosas”16.

En segundo lugar, el contexto y los objetivos para loscuales fueron creados los testimonios nos hicieron cuestio-narnos también su naturaleza en tanto tales, ya que proyec-tábamos que podrían ser utilizados como fuentes para la inves-tigación en el área de las ciencias sociales. Por ejemplo,algunos fueron copiados a mano por un psiquiatra o psicó-logo en la medida que el testimoniante hablaba, otros fuerongrabados en cassettes y luego transcriptos17, otros fueron saca-dos de los informes sociales, sin que en ese caso hubiera nociónacabada de que se estaba dejando un testimonio registrado,incluso algunos son notas escritas desde la cárcel que luegofueron entregadas a F.A.S.I.C. y tipeadas en el papel. Desde un

José Caucamán señala, a propósito de cómo resistióla tortura: “A mí me ayudó mi conciencia de clase, enel sentido de que yo no debo perder el controlporque están por delante intereses superiores quehay que resguardar; entonces todas esas cosashacen que uno no se descontrole”.

Page 47: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200848

tar proyectos históricos, sociológicos, antropológicos queindaguen en la represión desde perspectivas integradoras dela experiencia y del sujeto, nos parece un área de utilizaciónrelevante que puede abrirse a través del archivo.

Finalmente resta referirse al significado del archivo paralos propios testimoniantes. Para muchos ha significado “reen-contrarse con pasajes de su historia que no recordaban (…)ha implicado abrir emociones y dolores, vulnerabilidades,sin embargo también ha servido para darle unan nuevamirada a estos recuerdos, desde el presente (…) ha permi-tido resignificar y repensar cosas”22. Las debilidades que ellosperciben tanto en el Informe Rettig23 como en el InformeValech24, unido al silenciamiento de sus historias por largosaños, ha comprometido a estos testimoniantes altamente enla tarea de publicar sus experiencias de vida. Y todos los queautorizaron a que sus testimonios formaran parte de estearchivo también lo hicieron para que en un futuro cercanose creara además un archivo virtual. Esto ha sido materia dediscusiones que no caben dentro de este artículo, pero almenos dejamos planteada un par de preguntas: ¿Permite unarchivo virtual de la represión una difusión pública que deotro modo no se lograría? ¿Da la posibilidad, sin embargo,de manipulación o tergiversación de testimonios que enmuchos casos comprometen dimensiones muy profundas,íntimas y delicadas del ser humano?

Nancy Nicholls es doctora en Sociología por la University of Essex, de Ingla-

terra. Miembro de The Oral History Society. Licenciada en

Historia en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Entre sus áreas de trabajo pueden mencionarse la historia

local, las identidades populares urbanas contemporáneas, la

historia oral y las historias de vida.

María Graciela Acuña Flores es tesista de Licenciatura en Historia en la Universidad

Academia de Humanismo Cristiano. Se desempeña como ayu-

dante de conservación, en la formación del Archivo Testi-

monial de la Represión Dictatorial. Es colaboradora del

Archivo Historia del Tiempo Presente en la Escuela de His-

toria de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Galia Aguilera Caballero es tesista de Licenciatura en Historia en la Universidad

Academia de Humanismo Cristiano. Se desempeña como ayu-

dante de conservación en la formación del Archivo Testi-

monial de la Represión Dictatorial. Es colaboradora del

Archivo Historia del Tiempo Presente, en la Escuela de His-

toria de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

punto de vista metodológico, ninguno de estos testimoniosrespondía a los supuestos con los que se trabaja en la histo-ria oral. No existió probablemente una trascripción rigurosa,porque quienes hicieron el trabajo de trascripción no estabanconscientes del valor documental de los testimonios que seiban creando, y aquellos que por otro lado fueron tomadosa mano, ¿no habrán omitido o quizá habrán agregado pala-bras o expresiones que no estaban en la voz del testimoniante?

En efecto, si nos atenemos a las específicas normas segúnlas cuales una entrevista de historia oral debiera conducirse,expuestas por Paul Thompson en su clásico La voz delpasado. Historia Oral, los testimonios de nuestro archivo,muy probablemente, no son el resultado del tipo de trabajocientífico que dicho autor sugiere18. Si nos atenemos a lasdiversas escuelas de trascripción que Kate Moore distingue,tampoco podemos hablar de una u otra, porque no sabe-mos los criterios de trascripción19. Pero a pesar de todo ello,creemos que los testimonios son fiables, fidedignos, verídi-cos en su subjetividad plena -como lo destaca AlessandroPortelli-20 y lo que es más importante sabemos que unavez pasados al papel, fueron devueltos a sus autores paraque éstos los leyeran y decidieran si era necesario hacer-les cambios. Son en definitiva -más allá de todos los repa-ros técnicos y metodológicos que pueda hacérseles- testi-monios que encarnan la violación a los derechos humanosen sujetos concretos, que permiten ir más allá de la carac-terización de la represión y encontrarse con personas quelevantaron un proyecto de vida, un proyecto político y desociedad, y que una vez que éste fue truncado, construye-ron historias, intentando burlar la paralización que produceel daño infligido por la violación a los derechos humanos.Historias diversas, de resistencia, de temor, de solidari-dad, de supervivencia.

¿Un archivo Virtual? No sabemos a ciencia cierta las implicancias que el Archivo

de la Represión Dictatorial tendrá en la sociedad chilena.Somos una sociedad fracturada tras el golpe de Estado21- yningún intento por la reconciliación lanzado desde la clasepolítica bajo democracia- ha logrado superar dicha fractura.Pensamos que la existencia del archivo va a contribuir a posi-cionar públicamente una memoria acallada, silenciada, asfi-xiada - incluso para los propios protagonistas- y probable-mente reedite los disensos, conflictos, temores e incluso trau-mas de muchos chilenos y chilenas. Pero si la reposiciónpública de esa memoria subalterna que es la de la represión,logra abrir un debate por pequeño que sea, logra hacer dia-logar las diversas memorias en juego, entonces, el archivojustifica su existencia. Por otro lado, la posibilidad de levan-

Page 48: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 49

1.F.A.S.I.C. es una institución aún vigente creada el año 1975 por un directorio

ecuménico. Su tarea fundamental en los inicios consistió en la aplicación de un

programa jurídico que permitiera conmutar la pena de presidio político -en

virtud del Decreto Supremo 504- por extrañamiento, de tal modo que los

prisioneros pudieran recuperar su libertad, aunque fuese en el exilio. Pronto

-dada la naturaleza de la represión- sus tareas se vieron multiplicadas exten-

diéndose desde el ámbito jurídico al socio-económico y psicológico. Véase:

Para una Historia de los DDHH en Chile. Historia Institucional de la Fundación

de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas FASIC 1975-1991, Mario Garcés y Nancy

Nicholls, Santiago, LOM, 2005.

2,Enzo Traverso, El pasado. Instrucciones de uso. Historia, memoria, política,

Enzo Traverso, Marcial Pons, Barcelona, 2007.

3. Carpetas que F.A.S.I.C. creaba cada vez que un nuevo beneficiario acudía

para recibir apoyo social, económico, jurídico, psiquiátrico o psicológico, y en

las que se recopilaba toda la información necesaria sobre él, relativa a las

formas específicas en que fue objeto de algún tipo de represión estatal.

4, Se refiere a una ficha en la cual se anotan los datos del testimoniante, el tipo

de represión que sufrió, los organismos que actuaron en la acción represiva

y la mayor cantidad de datos posibles del perfil de quien dio su testimonio.

5. Entrevista a Valeria Moscoso, psicóloga del equipo, Santiago, 28 de octubre del

2008. El aporte de nuevos testimonios al que hace referencia la psicóloga ha

sido muy significativo para el proyecto, ya que a través del contrapunto entre

éstos y los entregados en las décadas del ‘70 y ‘80 se podrá hacer un análisis de

cómo la memoria ha resignificado las experiencias represivas. La entrega de nue-

vos antecedentes -como la militancia política, muchas veces callada por medi-

das de seguridad, las organizaciones en las cuales participaron los testimonian-

tes, y los proyectos de sociedad en los cuales creían- ha enriquecido la caracte-

rización de su perfil y por lo tanto también ha sido una contribución destacable..

6. Oral History and Archives: Documenting Context, de James E. Fogery, en His-

tory of Oral History. Foundations and Metodology, de Thomas L. Charlton, Lois

E. Myers y Rebecca Sharpless (editores), Altamira Press, Reino Unido, 2007.

7. Archival science and oral sources, de Jean- Pierre Wallot y Normand Portier,

en The Oral History Reader, de Robert Perks y Alistair Thomson, Routledge,

Londres, 1998, p. 369.

8. Sontag se refiere a cómo EE.UU. ha optado por eludir la memoria de la escla-

vitud africana, recordando profusamente sin embargo el Holocausto, ya que

al hacerlo escapan a la memoria del mal que estaba aquí, y optan por la memo-

ria del mal que estaba allí. Ante el dolor de los demás, Susan Sontag, citado

por Enzo Traversa en El pasado...

9. El Senador Adolfo Zaldívar, por ejemplo, expresó en sesión del año 1995 lo

siguiente: “Las lecciones del pasado deben ser plenamente asumidas, para

no incurrir en los mismos errores. Eso significa no seguir proyectando sobre

nuestra actual convivencia los conflictos y odiosidades que nos destruyeron.

Chile se ha encontrado con sus valores tradicionales, desea vivir en armonía y

tiene claras sus prioridades (…). Estamos en el camino de la reconciliación;

pero a fin de avanzar más en él, debemos asumir, como tarea común, la

tolerancia y la comprensión mutuas, y requerimos -¡por qué no decirlo!- de

una fuerte dosis de perdón recíproco. Aquí no hubo verdades ni mentiras abso-

lutas. (...) Nadie debe, irresponsablemente, revivir los sectarismos del pasado.

Es preciso, definitivamente, dar vuelta esta página de la historia, en bús-

queda de un futuro mejor”. Senador Adolfo Zaldívar, Legislatura 331, Ordina-

ria, Sesión 6, Ordinaria en martes 13 de Junio de 1995, www. senado. cl , página

consultada el 4 de noviembre del 2008. Esta postura ha sido mantenida por

el dirigente político hasta la actualidad.

10. Ver por ejemplo las voces discordantes de varios historiadores frente a la

decisión gubernamental de crear un Museo de la Memoria en el año 2009- cen-

trado en el tema de los DD.HH. de nuestro pasado reciente. En 2009, Chile ten-

dría un Museo de la Memoria en el sector Matucana’ El Mercurio, Santiago,

jueves 24 de mayo de 2007.

11. Es el caso por ejemplo del interesante proyecto que está realizando en Chile

el Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile y la Corpora-

ción Parque por la Paz Villa Grimaldi, centrado en la formación de un archivo tes-

timonial -que además será audiovisual- de sobrevivientes del centro de deten-

ción de la dictadura. Ver Proyecto Archivo Oral villa Grimaldi presenta sus avan-

ces en:http://www.uchile.cl, página consultada el 30 de octubre de 2008.

12. Ver por ejemplo Memoria y política en la situación de entrevista. En torno

a la construcción de un archivo oral sobre el terrorismo de estado en la Argen-

tina, de Vera Carnovale, Federico Lorenz y Roberto Pittaluga, en Historia, Memo-

ria y Fuentes Orales, de Carnovale, Lorenz y Pittaluga (compiladores), Memo-

ria Abierta, CeDInCI Editores, Argentina, 2006.

13. Por ejemplo el del militante héroe.

14. Testimonio de tortura de José Caucamán Pérez, autorizado para formar

parte del Archivo Testimonial de la Represión Dictatorial en Chile.

15. Si esto es un hombre, Primo Levi, citado por Robert Perks y Alistair Thomson.

16. Testimonio de tortura de José Caucamán Pérez.

17. Muchos cassettes fueron reutilizados, es decir se grabaron otros testimo-

nios encima, dado que en ese momento no se valoraba el documento, sino la

necesidad de responder de la mejor manera a la urgencia y gravedad de los

casos que se atendían.

18. Ver The Voice of the Past. Oral History, de Paul Thompson, Oxford Uni-

versity Press, 2000.

19. Ver Sentido y sensibilidad: Forma y contenido en las transcripciones de his-

toria oral, de Kate Moore, en Historia, Antropología y Fuentes Orales, 1, 21,

1999, pp. 163-169.

20. Ver Historia y Memoria: La muerte de Luigi Trastulli, de Alessandro Portelli,

en Historia y Fuente oral, 1, 1989. También El uso de la entrevista en la historia

oral, de Alessandro Portelli en Historia, Memoria y pasado reciente, Anuario nº

20. Escuela de Historia, U.N.R., 2003/2004, HomoSapiens Ediciones, Argentina.

21. Construcción social de las memorias en la transición chilena, de Norbert

Lechner y Pedro Guell, en Subjetividad y figuras de la memoria, de Elizabeth

Jelin y Susana G. Kaufman (compiladoras), Siglo XXI, Argentina, 2006.

22. Entrevista a Valeria Moscosot.

23. Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, dado a cono-

cer al país en el año 1991. Su objetivo fue esclarecer las violaciones a los dere-

chos humanos entre septiembre de 1973 y marzo de 1990.

24. Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, que cubre

el periodo comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y marzo de 1990. Fue

dado a conocer en noviembre del 2004.

Page 49: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200850

En la provincia de Buenos Aires tres millones de menores son pobres y un millón

y medio sobrevive en la indigencia. Uno de cada cinco adolescentes que debería

estar cursando la escuela secundaria no fue contenido por ella, terminó

abandonándola y tampoco trabaja. Se trata de hijos de familias arrasadas por

el neoliberalismo que barrió con miles de puestos de trabajo, rompió redes

sociales de solidaridad y quebró sistemas de valores vinculados con la inclusión

en el mundo productivo. Una deuda que el Estado continúa sin saldar.

N I Ñ O S , A D O L E S C E N T E S Y J Ó V E N E S E N R I E S G O

El crimen del hambre

Fotografías Helen Zout

Page 50: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 51

y de la marginación

Page 51: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200852

dieran un mínimo de abrigo. Uno, de once años, llegó apernoctar durante dos meses dentro del hueco que for-ma un arbusto en los jardines de la legislatura. Impre-siona ver la foto que tomó la fotógrafa Helen Zout -aquíincluida- del chico mostrando su refugio. Cuando el fríodel invierno comenzó a apretar, unos cuantos de ellos serefugiaron en dependencias de la Universidad Nacional deLa Plata: un entrepiso a la entrada del edificio de la Facul-tad de Humanidades. No fue fácil la convivencia con ellosasí como no es fácil para ellos sobrevivir por fuera de loscircuitos de la educación y la salud, muchas veces ex-pulsados de entornos familiares y barriales que fueronconvirtiéndose en infiernos.

Aunque existen destacables esfuerzos de militantes dela carrera de Trabajo Social y autoconvocados por asis-tir aunque fuera mínimamente a estos chicos y morigerarlos efectos de su situación, el Estado continuó ausente ylos chicos continuaron a la intemperie. La mayor parte deese grupo hostigado se refugió en la glorieta de la PlazaSan Martín, situada en el centro neurálgico de la ciudad,con la legislatura provincial a un lado y la casa de gobier-no al otro.

Sería hipócrita sorprenderse ante las evidencias de queesos chicos consumieron drogas durante su estadía en laglorieta de la plaza, o ante la reiteración de agresiones yrobos. Como escribió el periodista Daniel Badenes–que cubrió lúcidamente todo este proceso desde la re-vista platense La Pulseada, fundada por el padre CarlosCajade-, estos chicos pasaron meses en pleno centro ro-bando para sostener la vida y drogándose para aguan-tarla (ver La Pulseada, números 62, 63 y 64). Sin ocupar-se de las circunstancias de los chicos y sin vincular laemergencia de este problema con las condiciones de vi-da de amplios sectores de la población local, los me-dios tradicionales de la capital de la provincia se ensaña-ron. No hubo día en que no hablaran de delincuenciajuvenil, ola de inseguridad, menores con más de 100 en-tradas a la policía, tristemente célebres, comerciantes ate-rrorizados, todos les tienen miedo, tierra de nadie. Co-

ronaron la campaña con un título que era prácticamenteuna convocatoria a la acción directa: Plaza San Martín.¿Un foco de peligro e impunidad?

No se referían a la impunidad con que un grupo de per-

“No tenemos que cuidarnos de nuestra infancia, sinoque tenemos que cuidar a nuestra infancia. Si a los pi-

bes los recibimos en el país del hambre, la desnutrición,el frío y la intemperie, ¿cómo pretendemos que nos tra-ten cuando se hagan adolescentes? Sabemos que los ni-ños se vuelven humanos en condiciones humanas y sal-vajes en condiciones salvajes. Da vergüenza que algu-

nos propongan como solución bajar la edad de imputa-bilidad. Lo que tenemos que bajar es el riesgo que correla vida de estos chicos. Para resolver nuestra seguridadtenemos primero que construir un país que garantice la

seguridad de ellos”.

Padre Carlos Cajade (1950-2005), miembro de la Co-misión Provincial por la Memoria, creador del hogar pa-

ra niños Madre Tres Veces admirable.

Sucedió en la capital de la provincia de Buenos Ai-res. Uno vendía flores en la calle para ayudar a sumadre y a los diez hermanos que viven con ellos

de un total de 12. El otro, proveniente de un entorno arra-sado por la exclusión, la miseria, la falta de derechos, so-brevivía en la calle. Dos víctimas, por tanto, de la vio-lencia que es el incumplimiento de los derechos funda-mentales. Se encontraron una noche en pleno centro de laciudad. Discutieron. O uno provocó al otro. La exactitudde la secuencia no es algo que importe demasiado. Pelea-ron por algo que seguramente resulta una nimiedad antelas enormidades que sufrían. O uno atacó al otro sin quemediara palabra. Esos últimos detalles no son lo funda-mental. Lo cierto es que uno, el más grande, un chico de14 años, rompió una botella, se le fue encima al otro, de12 años, y le provocó una herida interna gravísima, quedías después truncó su vida.

Esa muerte habría que sumarla a la cantidad de muer-tes evitables que el Estado argentino, desmantelado en losaños ´90 y aún no repuesto, no evita. Muertes quenuestra sociedad carga sobre sí misma. Porque una de lasvíctimas no tendría que haber estado allí trabajando. Yla otra víctima -un niño / adolescente que llega a matarsin duda es también una víctima- no tendría que haber es-tado en la calle.

Cualquiera que no pretendiese calzarse anteojeraspodía ver a esos chicos de los que el agresor formaba par-te. Dormían en los portales de los negocios céntricos, enlos bancos de las plazas, en umbrales, en huecos que les

El problema de los chicos que viven en las calles platenses no se resolvió, así como tampoco se resolvió el de los chicos bonaerenses en su conjunto.

Page 52: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 53

sonas de civil, armadas con elementos contundentes, ar-mas blancas y armas de fuego, coordinadas por un suje-to que portaba un handy talky, golpeó y amenazó a loschicos que pernoctaban en Plaza San Martín el lunes 25de julio a la noche, cuando se iban retirando los autocon-vocados que organizaron una olla popular como parte delas actividades de solidaridad y concientización. Esto su-cedió -se reitera para que no queden dudas- en pleno cen-tro de la capital de la provincia, en una plaza que tienea un lado la legislatura provincial y al otro la casa degobierno, por lo cual la presencia de custodia policial espermanente. Puede llegar a incomodar la mención que vin-cula este modus operandi a las épocas de la represión po-lítica durante la última dictadura, ¿pero cómo no pensar

en la existencia de una zona liberada?El problema de los chicos que sobreviven en las calles

platenses no se resolvió, así como tampoco se resolvió elde los chicos de la provincia en su conjunto. Vinieron otrasnoticias: la muerte de un ingeniero en San Isidro duranteun asalto, hechos de los que fueron imputados dos meno-res con una participación policial que resulta difícil no ca-lificar de dudosa o directamente delictiva; y luego decla-raciones de la presidenta y el jefe del partido gobernan-te responsabilizando por la inseguridad a los jueces que“liberan, liberan, liberan”, mientras una policía aparente-mente intachable “apresa, apresa, apresa”.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, DanielScioli se pronunció a favor de la baja de la edad de im-

Page 53: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200854

encierro en condiciones ya denunciadas en cada uno delos informes del Comité Contra la Tortura, violando to-dos los acuerdos que firmó nuestro país y tienen por lotanto rango constitucional. Además, al gatillo fácil -2.500muertes en 25 años de democracia según cifras deCoordinadora Contra la Represión Policial e Institucional-no se lo debe mencionar a la ligera, naturalizándolo co-mo un dato de la realidad, sino que se lo debe denunciary combatir.

Como constatación de las condiciones que imperan enlos centros cerrados, basta citar la intervención al institu-to de menores Almafuerte dispuesta por la Subsecretaríade Minoridad bonaerense, fundamentada en una serie dedenuncias por maltratos a manos de empleados y fun-

putabilidad penal y propuso endurecer el régimen de ex-carcelaciones enviando a la Legislatura un nuevo proyectode reforma del Código Procesal Penal. En medio de eseclima enrarecido, la Corte Suprema de Justicia de la Na-ción -inesperadamente para la mayoría, dado el historialde sus miembros- falló en contra de una resolución de laCámara de Casación que declaraba inconstitucional el de-creto de la última dictadura que permite mantener a cen-tenares de niños de cualquier edad privados de su li-bertad sin proceso ni defensa. Resulta insostenible laargumentación según la cual manteniéndolos en los ins-titutos se los protege del gatillo fácil que impera en lascalles. Ante un riesgo por cierto factible, pero potencial,se optó en concreto por someter a los niños y jóvenes al

Page 54: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 55

cionarios que formularon los allí detenidos, a la que se su-mó un informe del Comité Contra la Tortura de la Comi-sión Provincial por la Memoria que constató irregulari-dades graves. A instituciones como ésta le confía la Cor-te Suprema de Justicia la protección de los menores.

La reacción de los familiares del chico muerto a ma-nos de otro chico en La Plata fue bien distinta a la histe-ria mediática y el oportunismo político de corto plazo. Enmedio de un dolor inmenso, mantuvieron la serenidadde ánimo como para no sumar las voces de su tragedia alcoro que pide mayor represión sin tener en cuenta quéviolencias son las que originan la violencia delictiva y cuá-les son los medios más eficaces y a la vez más éticospara combatirla. “Aquí hay dos víctimas, Pedro y el chico

que lo atacó”, declaró su tío Kiki. A su vez, el Taller dela Amistad -un emprendimiento social en el que participa-ba Pedro- emitió un comunicado que dice:

Creemos que la falta de una política y un programa porparte de las autoridades provinciales y municipales en lamateria es la causa de que estos pibes hayan llegado ala situación de vulnerabilidad, exclusión y violencia en laque están insertos. Este gobierno y los anteriores vienenlavándose las manos sistemáticamente con relación a lasituación de nuestros niños y jóvenes.

En las antípodas ideológicas, la edición correspondien-te al domingo 14 de diciembre de 2008 del diario de Ba-hía Blanca La Nueva Provincia, incluyó un editorial que esuna muestra de los extremos a los que puede llegar la

Page 55: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200856

anexo de la Cámara de Diputados de la provincia- unajornada de discusión sobre Políticas de seguridad y ni-ñez, reforma del sistema procesal penal y violaciones alos derechos humanos. Durante su desarrollo, expusieronlas diputadas Laura Berardo y Valeria Amendolara; HugoGodoy, de la Central de Trabajadores Argentinos; el fis-cal Hugo Cañón, presidente de la Comisión Provincial porla Memoria; Laura Tafettani, del Movimiento Chicos delPueblo; Marcelo Saín, interventor de la Policía de Segu-ridad Aeroportuaria; Gustavo Palmieri, del Centro deEstudios Legales y Sociales; Francisco Tapia, juez degarantías de Mar del Plata; Marcelo Madina, juez de cá-mara de Mar del Plata; Benjamín Sal Llargués, juez delTribunal Provincial de Casación; Leopoldo Schiffrin,juez de la Cámara Federal de La Plata y asesor acadé-mico de la Comisión Provincial por la Memoria; Hugo Blas-co, de la Asociación Judicial Bonaerense; José María Ghi,director de Protección y Promoción de Niños y Adoles-centes de Morón; Fabián Cascivio, juez del fuero de Res-ponsabilidad Juvenil; Alcira Daroqui, socióloga del Insti-tuto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires yRoberto Baradel, del Sindicato Unificado de Trabajado-res de la Educación.

campaña mediática por la seguridad. El matutino, sindica-do como vocero oficioso de la Armada durante la últimadictadura, publicó: Ni miras de que ministros de la CorteSuprema, como Fayt y Argibay, fiscales como el bahien-se Cañón o jueces como el bonaerense Sal Lari piensenpor un momento más en las víctimas que en los victima-rios.

Ni miras de que depongan su criterio de liberación amansalva de los menores delincuentes, ni tampoco de queintuyan y ponderen con cautela el sordo rencor que ensectores amplios de la población ha empezado a incubar-se contra ellos, a los cuales, por momentos, se los con-sidera tan peligrosos como los malvivientes que, a todacosta, los garantistas quieren poner en libertad.

En la república Argentina ya se sabe adónde condujoel señalamiento y la estigmatización de un sector social,pero además habría que recordarle al anónimo amanuen-se responsable del escrito que las garantías contra las queensaña su prosa, no son caprichos o potestades de de-terminados jueces o fiscales, sino obligaciones que el or-denamiento jurídico nacional e internacional establece.Para éste, nadie es culpable hasta tanto se lo demues-tre, sólo se puede mantener preso preventivamente aun imputado cuando se piense que en caso de permane-cer libre pueda entorpecer la investigación o fugarse, yno se puede privar de la libertad por tiempo indetermi-nado a alguien que carezca de condena firme. La historiada cuenta de otros sistemas posibles, por ejemplo unoen que todo lo que no es prohibido es obligatorio y enel que todo ciudadano es culpable hasta tanto no demues-tre su inocencia. Se llamó nazi-fascismo y dejó millonesde víctimas.

Ante la escalada mediática en pos de supuestas solucio-nes basadas en la represión y el encarcelamiento masivo,y las declaraciones en consonancia de parte de diversosactores políticos con poder de decisión y consenso públi-co, la Comisión Provincial por la Memoria se sumó a unaserie de iniciativas que pretenden reencauzar el debatey generar políticas públicas que tengan como base la in-clusión social.

Así, la Comisión decidió participar en la marcha con-vocada por la Central de los Trabajadores Argentinos y elMovimiento Chicos del Pueblo del viernes 12 de diciem-bre, de la que tomaron parte unas cincuenta mil personas,y firmó con una serie de organizaciones políticas y socia-les una declaración conjunta (ver aparte) contra el recru-decimiento del autoritarismo y en reclamo de políticas deinclusión universales.

Además, realizó el 9 de diciembre -en el auditorio del

Las fotografías que acompañan esta secciónfueron tomadas por la fotógrafa Helen Zout.Son parte de un trabajo de acompañamientode niños y adolescentes en situación de calleque viene realizando en la ciudad de La Pla-ta desde agosto de 2008.

Helen Zout, santafesina de Carcarañá, pe-ro radicada en La Plata desde pequeña,ha ve-nido investigando desde 1999 las señales de-jadas por la metodología represiva de las de-sapariciones de personas en nuestra socie-dad. Su serie Huellas de desapariciones, quefue expuesta en el Museo de Arte y Memoria,fue premiada a nivel nacional e internacional,y fotos suyas forman parte de importantes co-lecciones públicas y privadas en distintas par-tes del mundo.

Con los chicos, para los chicos, para todos

Page 56: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 57

tarismo y la exclusión de vastos sectores de la sociedad.Nuevamente el debate público gira en torno a la deman-

da social de mayor seguridad. Desde la gestión encabe-zada por el gobernador Daniel Scioli se buscaron rápi-

DECL AR ACIÓN CONJUNTA

La provincia ante un dilema crucial

A25 años del regreso de la democracia y el fin de ladictadura, la provincia de Buenos Aires enfrenta undilema crucial: la profundización del sistema demo-

crático y la equidad social o el recrudecimiento del autori-

Page 57: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200858

ve retroceso para la vigencia de los derechos humanos enla provincia. Como si el reloj atrasara y nuevamente es-tuviéramos situados en el año 2000, esta reforma propi-cia la generalización del encierro preventivo sin la me-nor evaluación o preocupación por las consecuenciassociales que provocará y sin ningún reparo respecto desu demostrada ineficacia. Es indispensable que la legisla-tura provincial tome en cuenta el impacto negativo queesta reforma tendrá para la vigencia de los derechos hu-manos y para el funcionamiento del sistema penal y pe-

nitenciario, a partir de lo que será un nuevo aumento sos-tenido de las personas privadas de libertad. El régimenrestrictivo de excarcelación que rigió desde el año 2000por iniciativa del entonces gobernador Ruckauf y su mi-nistro Casanovas, provocó el colapso del sistema judi-cial y penitenciario. Fue modificado en el año 2006, pororden de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.Ahora se intenta dar marcha atrás y convertir al poder ju-dicial en el verdugo de las políticas represivas, para queencierre a más personas en cárceles superpobladas,donde reina la violencia estructural, se practica la tortu-ra y se violan los derechos más básicos de las personas.En el marco de estas políticas apresuradas, se evitó todoespacio de discusión abierta sobre un proyecto de indu-dable trascendencia social.

4) Desde la asunción del gobernador Scioli, las políti-cas impulsadas por el Ministerio de Seguridad represen-taron un fuerte retroceso en relación con la promoción deuna conducción democrática de las instituciones de segu-ridad, que sea respetuosa de los derechos humanos, y efi-caz en la prevención e investigación de los delitos. Las de-claraciones públicas del ministro Stornelli, apelaron a prin-cipios autoritarios en el uso de la fuerza y colocaron eleje en que “la potencia de fuego de los cuadros policia-les debe mejorarse”. Este tipo de discursos impacta direc-tamente en una fuerza que registra escandalosas estadís-ticas de casos de gatillo fácil, torturas y apremios. Pero

damente respuestas de alto impacto mediático y se pro-movieron iniciativas tales como la baja en la edad deimputabilidad de los menores y el endurecimiento del sis-tema penal.

Frente a este debate e interpelando la responsabilidadde los legisladores de la provincia de Buenos Aires, lasorganizaciones e instituciones firmantes declaran que:

1) El aumento del delito y la violencia tienen raíces com-plejas y profundas, tanto sociales como institucionales: ladesintegración de lazos sociales, el desempleo, la exclu-sión, la desarticulación de las políticas educativas, la co-rrupción y las falencias policiales y judiciales. Los índicesde violencia y criminalidad más altos en la provincia coin-cidieron siempre con etapas donde hubo un fuerte debili-tamiento de las políticas sociales y un recrudecimiento dela mano dura policial. Una política democrática de segu-ridad debe articularse con otras políticas públicas y nopuede abordarse únicamente desde la perspectiva policial– judicial. No obstante, observamos con preocupación elimpulso predominante de políticas represivas por sobrelas orientadas a la equidad social, la redistribución de lariqueza y la democratización de las instituciones.

2) La fuerte tendencia a la criminalización de la pobre-za es un núcleo articulador de las políticas neoliberalesy tiene como principal víctima a los jóvenes. La baja dela edad de imputabilidad no resuelve de ningún modo elproblema de la inseguridad, y tal como está planteada per-mite eludir el debate sobre la responsabilidad central delEstado: garantizar el ejercicio pleno de los derechos delos niños. Por el contrario, es preciso profundizar laspolíticas de contención de los más jóvenes y no aquéllasque, basadas en la privación de libertad, contribuyen aprofundizar la brecha social existente en nuestro país.En todo caso, la responsabilidad penal de los menores deedad debe estar enmarcada en la implementación del fue-ro penal juvenil. En este marco es imprescindible garan-tizar la efectiva implementación del sistema de promocióny protección de los derechos de los niños, establecido ennuestra legislación; poner en marcha todos los órganosprevistos por la ley 13.298: la comisión interministerial, losconsejos locales, el defensor de los derechos del niño yel observatorio social; promover políticas universales desalud, educación, vivienda y trabajo; así como impulsarla asignación universal por hijo menor de 18 años.

3) El proyecto de reforma al código procesal penalenviado por el ejecutivo provincial a la legislatura, se hapresentado como otro de los atajos mágicos para resol-ver la demanda pública de seguridad y significa un gra-

La fuerte tendencia a la criminalización de lapobreza es un núcleo articulador de las políticasneoliberales y tiene como principal víctima a losjóvenes. La baja de la edad de imputabilidad noresuelve de ningún mmodo el problema de lainseguridad, y tal como está planteada permiteeludir el debate sobre la responsabilidad principaldel Estado: garantizar el ejercicio pleno de losderechos de los niños.

Page 58: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 59

aún más, estas declaraciones fueron acompañadas de me-didas políticas concretas. Se volvió a las lógicas de cen-tralización del poder; se restituyó y gradualmente forta-leció la figura del jefe policial; se desarticularon las polí-ticas de promoción de nuevos perfiles profesionales y ru-tinas de trabajo policial; al mismo tiempo que se reforza-ron las políticas para promover la reincorporación a la ac-tividad de policías retirados. Por otra parte, se desarti-cularon las incipientes acciones de control y participaciónciudadana en el diseño de las políticas de seguridad y sesuspendieron los proyectos de articulación entre políticassociales y políticas de seguridad, único modo de aumen-tar la protección de los habitantes de los barrios margi-nados y estigmatizados por las políticas públicas.

5) En el marco de políticas criminales que culpabilizana los más vulnerables de la sociedad, la policía de la pro-vincia detiene a jóvenes adolescentes por el simple hechode ser portadores de un estigma. Esto se hace evidente enel uso extendido de figuras inconstitucionales y arbitra-rias como las de averiguación de identidad y averiguaciónde medios de vida. La utilización de estas figuras legalesno sólo contradice lo establecido por la Corte Interameri-cana de Derechos Humanos en el caso Bulacio, sino quecarece de efectividad en materia de prevención del deli-to. En este contexto, constituyen únicamente un meca-nismo de persecución de los sectores más desprotegidosde la sociedad. Para citar apenas un ejemplo: de un totalde 658 actas de detención por averiguación de identidadremitidas por los jueces de garantías del departamento ju-dicial de La Plata, únicamente en 3 casos, es decir un 0,30% del total, se iniciaron acciones penales. Los márge-nes de discrecionalidad de las fuerzas de seguridad sobrelos grupos más desprotegidos han crecido y afectan jus-tamente a aquellos a los que las políticas públicas nollegan o, si llegan, lo hacen a través del clientelismo deestructuras corruptas del conurbano bonaerense. El incre-mento de las detenciones por razones de averiguación deidentidad y por casos de flagrancia es el que permite alministerio manipular las interpretaciones estadísticas pa-ra sostener que son estos grupos los principales respon-sables del aumento del delito.

6) Este aumento del control social y el debilitamientode los derechos de los sectores más pobres no produjoninguna mejora en las condiciones de seguridad. La efica-cia de la policía se reduce a perseguir los delitos más ele-mentales y a los grupos vulnerables de la sociedad. Si-guen siendo insignificantes las investigaciones que recaensobre la criminalidad más compleja. No existen políticascriminales específicas para desarticular las redes de ilega-

lidad que, con complicidad o tolerancia de funcionariosprovinciales y locales, regulan la organización del delitoy la violencia en la provincia.

7) La promoción de este tipo de políticas regresivas seda en el contexto de una provincia en la que diversos he-chos han mostrado la permanencia de redes de inteligen-cia y grupos operativos que actúan impunemente, como lodemuestran el caso de Julio López y la reciente escaladade intimidaciones y secuestros de los que fueron víctimaseducadores y jóvenes del Movimiento Nacional de los Chi-cos del Pueblo. Estos últimos hechos han sido denuncia-dos ante la justicia, las máximas autoridades provincialesy aún permanecen impunes. Todos los episodios sucedie-ron en el territorio de la provincia de Buenos Aires. To-das las obras e instituciones afectadas impulsan la campa-ña pública el hambre es un crimen, y por lo tanto, detrásde estas acciones intimidatorias existe un claro móvil po-lítico. El gobierno tiene la responsabilidad indelegable deesclarecer estos hechos, de asumir su gravedad y de to-mar medidas pertinentes para que no vuelvan a repetirse.

Foro Provincial por los Derechos de la Niñez, la Adoles-cencia y la Juventud; Comisión Provincial por la Memo-ria, Central de Trabajadores Argentinos provincia de Bue-nos Aires; Centro de Estudios Legales y Sociales; Asocia-ción Judicial Bonaerense; Sindicato Unificado de Trabaja-dores de la Educación; Movimiento Nacional de los Chi-cos del Pueblo; Libres del Sur; Movimiento Evita; Barriosde Pie; Frente Transversal Nacional y Popular Instituto deDerechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas ySociales de la Universidad Nacional de La Plata; Facultadde Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata,Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Pla-ta; Partido Socialista; Hogar del Padre Cajade; AsociaciónTrabajadores del Estado; Encuentro por la Democracia yEquidad; Movimiento Barrial Bonaerense; Unión delPersonal Banco Provincia; M.T.L.; De Igual a Igual; GrupoAl Borde; Colegio de Trabajadores Sociales; Solidaridade Igualdad; Colectivo de Derechos de la Infancia y Ado-lescencia; Pueblos Originarios La Plata; Mujeres Origi-narias en la Política Social y Comunitaria; Red por los De-rechos de la Infancia Lomas de Zamora; Coordinadora Ins-tituto de Investigación Social, Económica y Política Ciu-dadana La Plata.

Page 59: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200860

Las flores del mañana seránlos pétalos en los tachos de basura.

Sex Pistols, 1974

Yo, antes de ser defensor oficial, soy Hijo. Hijo de desapa-recidos. Ésa es mi verdadera identidad. Tenía sólo 7 me-ses cuando la dictadura hizo desaparecer a mis viejos por-

que creían en un mundo muy distinto al que hoy vivimos.Ellos tenían la misma edad que yo tengo ahora. Los que naci-mos en ese 1976 -simbólicamente hablando- somos los hijos delproceso militar que, tras el exterminio de nuestros padres,nos apropió, o nos dejó al cuidado de nuestros abuelos, nues-tros tíos -o acaso- los familiares o amigos que nos quedaron ensuerte.

Soy parte de la generación que nació a la vera de un pro-yecto de infancia dictatorial establecido por ley nacional 22.278que, para protegernos y sacarnos del abandono moral y mate-rial, nos dio trato de objetos, de cosa. Estoy seguro que aque-llos que hoy tienen entre 31, 32, 33 años, sean de la extracciónsocial que sean, hijos de desaparecidos o no, vivieron de al-gún modo u otro los estertores de la dictadura: las razzias po-liciales que nos llevaran alguna vez a una comisaría, los juecesque como buenos padres de familia nos daban un sermón y sino nos liberaban por piedad, nos mandaban por carta de pobre-za a los institutos. Pero siempre estaba la posibilidad de salir, deencontrar un laburo, una changa, o de vivir de los viejos hastala mayoría de edad. El futuro todavía estaba ahí, porque era unapromesa alcanzable.

Muchos de los pibes que nacieron en los ‘90, los que ahoratienen entre 14 a 18 años, son hijos del Menemismo. La gene-ración hija de ese (otro) terrorismo económico de Estado lla-mado neoliberalismo, que les hizo ver cómo sus familias entra-ban en decadencia. Que les mostró a sus padres desempleados,expulsados: sin casa, sin cobertura, sin proyecto de vida másque la subsistencia del día a día. Esos pibes son los que hoy for-man parte de la llamada “pobreza estructural”, donde el futurono existe ni es una promesa.

Un modelo de infancia responsable y democrático debe apren-der del pasado para no repetirlo. Debe tener presente todo eltiempo los principios conquistados por la Convención Universalde los Derechos del niño: una infancia sujeto de derechos, a laque se le otorgue la palabra, la escucha; a la que en vez de te-nerle piedad y conmiseración por su cara de pobreza, se le res-tituya con fuerza activa todos los derechos sociales, económi-

cos y culturales. Se trata de luchar por un Estado de Derecho,que debe incluir a los jóvenes marginados y no seguir expulsán-dolos con respuestas punitivas autoritarias, demagógicas, o aca-so tutelares y caritativas. Un Estado que debe ciudadanizar a lainfancia y no estigmatizarla echando mano a chivos expiatorios.

A casi 30 años del restablecimiento del sistema democráti-co, se verifica un aprendizaje: las conquistas en el área de lamemoria y de los derechos humanos, y la lucha contra la im-punidad, significan ir dejando atrás una cultura política que se-ñalaba enemigos públicos. A esta altura, utilizar la idea de jó-venes - peligrosos - delincuentes -así como antes el subversivofue el chivo expiatorio- es echar mano a la mejor excusa parabarrer bajo la alfombra un problema estructural: la forma enque se distribuye la riqueza en la provincia, y como ésta llegaa los niños y jóvenes que menos tienen.

La vigencia y la puesta en marcha gradual de un Sistema Pro-vincial de Responsabilidad Penal Juvenil, y la lenta, pero necesa-ria, implementación de un robusto Sistema de Promoción y Pro-tección de Derechos del Niño (leyes provinciales 13634 y 13298),hacen necesario suspender la discusión sobre la baja de la edadde imputabilidad, ello hasta tanto las políticas públicas en dichasáreas tengan efectos reales y positivos.

No es responsable en esta coyuntura estar hablando al mis-mo tiempo de bajar la edad de la imputabilidad de los meno-res, cuando todavía el Sistema de Promoción y Protección de laInfancia no ha dado sus verdaderos frutos. Tampoco es respon-sable, cuando la mayoría de los Departamentos Judiciales de laProvincia no han implementado hasta el momento el nuevo fue-ro y se espera que gradualmente lo hagan.

Las repercusiones acerca de la baja de la edad de imputabili-dad dejan a la vista una puja provincial entre sectores: aquellosque -no ingenuamente- aprovechan la escalada de un caso me-diático y del clamor popular, y buscan instalar la cuestión de for-ma tal de lograr una contra-reforma represiva. Y aquellos com-prometidos con ese cambio, que buscan un debate serio, respon-sable y democrático. Nunca para reprimir o dar recetas mágicasal tema de la inseguridad, sino como forma de garantizar los de-rechos de los niños menores de 16 años.

Que el futuro de la juventud sea una promesa posible, y queno se cumpla aquella profecía cantada por los Sex Pistols.

Julián Axat es Defensor Oficial del Fuero de Responsabilidad Penal Juve-

nil de La Plata.

Se receta calmante mágico para dolor estructural

Por Julián Axat

Page 60: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 61

EL LUGAR de la EDUCACIÓN

DD.HH. EN INSTITUTOS DE FORMACIÓN DE L AS FF.A A .

Producción Julieta Sahade, Ana Cacopardo y Juan Bautista Duizeide

Fotografías Helen Zout

Como complemento del abordaje judicial de los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura, y de

modo concurrente con los trabajos de memoria que se vienen llevando adelante, se ha iniciado una labor

educativa al interior de las mismas FF.AA. En esa línea, la Comisión Provincial por la Memoria se sumó a la

iniciativa del Ministerio de Defensa de propiciar un debate sobre las órdenes apartadas de la ética o ilegales,

a partir de la proyección del documental Desobediencia. Además, se presentó el programa Jóvenes y Memoria

a los cadetes del Liceo Naval Militar Almirante Brown.

Page 61: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200862

licía política interna, empeñada en una guerra sucia en lacual todo valía.

Como complemento del abordaje judicial de los crímenesde lesa humanidad, retomado tras el largo paréntesis quesignificaron las leyes de Punto Final y Obediencia debida, yde modo concurrente con los trabajos de memoria que sevienen llevando adelante en nuestro país, se ha iniciado unalabor educativa al interior de las mismas FF.AA. Sería con-tradictorio separar de ellas a quienes las implicaron en elgenocidio que tuvo lugar en Argentina, y enjuiciarlos, si elsistema de formación tiende a que se reproduzcan el tipode conductas castigadas.

En esa línea, la Comisión Provincial por la Memoria se su-mó a una iniciativa del Ministerio de Defensa consistente enpropiciar el debate sobre las órdenes apartadas de la éticao directamente ilegales, a partir de la proyección del do-cumental Desobediencia. El largometraje del realizador chi-leno Patricio Henríquez toma tres casos de soldados que serehusaron a cumplir órdenes indebidas. El del teniente co-ronel del Ejército Chileno Efraín Jaña, comandante de la guar-nición de Talca, que desobedeció la orden de ejecutar aintegrantes del derrocado gobierno constitucional de Salva-dor Allende. El del soldado israelí Igal Vega, integrante deun cuerpo de combate de elite, que se negó a disparar con-tra una manifestación de civiles. Y el de Camilo Mejía Go-doy, un nicaragüense que se sumó como soldado al Ejér-cito estadounidense y en Irak se negó a disparar contra unamanifestación.

Con distintas repercusiones, y siempre con la presenciade su director, fue presentado en la Escuela Naval Militar,ámbito de formación de los oficiales de la Armada, el Co-legio Militar de la Nación, instituto análogo del Ejército, yla Escuela Superior de Guerra, donde oficiales ya recibidoscursan postgrados. Asimismo, en el edificio Libertad -sededel Comando en Jefe de la Armada- la Comisión presentó elprograma Jóvenes y Memoria ante los cadetes del Liceo Na-val Militar Almirante Brown, acompañados por algunos desus profesores, el sub-director del Liceo y el Director de Edu-cación Naval, contralmirante Álvaro Martínez.

En la Escuela Naval MilitarEsta institución, fundada en 1872 por Domingo Faustino

Sarmiento, tiene desde 1943 su sede en las cercanías de laciudad de Ensenada. Ocupa la isla Monte Santiago Oeste.Por un costado, el canal W la separa de otra franja de la mis-ma isla donde había funcionado previamente. En esas insta-laciones la sucedió el Liceo Naval Militar Almirante Brown,y al ser trasladado éste al predio de la Escuela de Mecáni-ca de la Armada, funcionó allí durante algún tiempo una pri-

El tipo de educación impartida a los miembros de lasFuerzas Armadas argentinas ha tenido una influenciadecisiva sobre la sociedad en su conjunto. Es cierto

que no deben dejarse de lado cuestiones como la formaen que se selecciona a los aspirantes a integrarlas, la extrac-ción de clase de sus miembros efectivos, la ideología pre-dominante en sus cuadros superiores y el rol político ejer-cido de manera continua durante el siglo XX. Tampocodebe olvidarse que éste jamás fue del todo autoasignado.

El problema del golpismo en la Argentina de la centuriaque pasó nunca fue puramente un conflicto entre militaresy civiles. La clase social que organizó el país a fines del si-glo XIX no logró luego crear un partido político que tu-viera una eficacia a la medida de sus intereses, y ante se-mejante carencia, cada vez que pensaron que esos intere-ses peligraban recurrieron al partido militar. En cada una deesas ocasiones tuvieron a su favor consensos más o menosamplios, fervorosos y demostrativos tanto de las clases me-dias como de trabajadores. Todos los golpes de estado fue-ron golpes cívico-militares. No sólo ni principalmente porese apoyo obtenido, sino por la cantidad de cuadros nointegrantes de las FF.AA. que revistaron en los gobiernosgolpistas, desde las intendencias hasta los niveles más altosde decisión política y económica. Incluso sin ocupar cargoalguno en esos gobiernos, hubo civiles que fueron determi-nantes en la línea gubernamental.

Tan cierto como todo lo anterior es que determinadas doc-trinas y formas de construcción del espacio educativo im-perantes en los institutos militares tuvieron efectos especí-ficos que no pueden ser desdeñados. No hubiera sido el mis-mo el Ejército Argentino de fines del siglo XIX sin el posi-tivismo y el prusianismo. Iniciado el siglo XX esas tenden-cias dejaron lugar al integrismo católico, el concepto de na-ción cristiana y el anticomunismo. Y desde fines de la dé-cada del ‘50 fueron determinantes sobre las tres fuerzas laDoctrina de Seguridad Nacional y las enseñanzas de los ve-teranos franceses de Indochina y Argelia, así como los cur-sos de guerra contrainsurgente que la oficialidad recibió porparte de sus pares estadounidenses. Las Fuerzas Armadasen cierto modo rompieron su contrato fundante con la so-ciedad –defender a la patria- para dedicarse al rol de po-

Nunca haga nada que sea contrario a su conciencia aunque el Estado se lo pida.

Albert Einstein (citado al inicio de Desobediencia).

Page 62: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 63

sión naval para ex marinos condenados por violaciones alos derechos humanos. En sus cercanías, en edificios dondefuncionó antiguamente una inmensa base naval que conta-ba incluso con astilleros propios, se sospecha que funcionóun centro de detención durante la última dictadura. En-frente de la actual Escuela Naval Militar, se encuentran losastilleros Río Santiago, que a causa del activismo de sus tra-bajadores fue uno de los blancos privilegiados de la re-presión ejercida por la Armada en toda la zona ribereña.

De la Escuela Naval Militar han egresado genocidas tanemblemáticos como el Almirante Cero Emilio Massera o elángel rubio Alfredo Astiz. Se trata de un territorio mar-cado de manera muy profunda por la historia reciente. Unaanécdota que circula a uno y otro lado del río Santiagocuenta que cuando la presidenta María Estela Martínez dePerón visitó la Escuela Naval Militar, el oficial de guardia,a modo de provocación y de piolada, ordenó a la bandade música recibirla con la Marcha de la Libertad, una es-pecie de himno de los golpistas de 1955, los de Arambu-ru y el almirante Rojas. Y no importa que lo narrado porella haya ocurrido efectivamente, sino que tal discurso seaposible. Poder proyectar allí Desobediencia, y discutir lue-go acerca de sus implicancias en una atmósfera donde noprimaran la hostilidad y la desconfianza, constituye unavance innegable, más allá de los límites que la iniciativapueda tener.

Una vez finalizada la proyección, el director de la E.N.M.,contraalmirante Pablo Vignolles, introdujo un concepto: nohay que confundir lealtad con incondicionalidad ni tampo-co con obediencia ciega. A continuación intervino uno de losoficiales presentes, manifestando que veía “poco sólido” elcaso del soldado norteamericano. “¿Cómo negarse a ir a unaguerra que decide un gobierno legalmente constituido?”,planteó. Y como contrapunto puso el caso del coronel chi-leno, “que pertenecía a un Ejército que hasta entonces te-nía una larga tradición de respeto a la institucionalidad de-mocrática”.

Un cadete intervino en el mismo sentido, criticando la de-serción de Camilo Mejía Godoy. A lo cual el realizador Pa-tricio Henríquez contestó: “Camilo asumió su responsabili-dad como militar, porque se presentó y fue juzgado por unacorte marcial. En un contexto como el planteado en laguerra de Irak, no es fácil para un soldado encontrar opcio-nes a la deserción. Por ejemplo, en la cárcel de Abu Graiebno hay un solo oficial condenado por las torturas que fue-ron corroboradas, pese a que ellos tenían la responsabili-dad del mando. Sólo soldados”.

El capitán retirado Luis Tibiletti, director del Centro de Es-tudios Estratégicos Manuel Belgrano, complejizó la cues-

tión: “Si la deserción no era la opción, ¿cuál era? Trabaje-mos el dilema ético a partir de las opciones”. Posteriormen-te, él mismo abordó el caso del soldado israelí Igal Vega,quien había formado parte -como integrante de una tropade elite- de muchísimas misiones en territorio palestino yconfesaba haber matado cientos de personas. Pero cuandose le ordenó disparar sobre manifestantes con piedras, senegó y fue enviado a prisión. “El soldado israelí tiene unacrítica ética y una crítica política”, señaló Tibiletti.

Un oficial joven de la E.N.M., que había estado en una mi-sión de paz en El Líbano, hizo un aporte interesante: “Tene-mos que replantearnos lo que entendemos por valor. El va-lor no es sólo valor físico, tenemos que pensar en el valormoral. Esto implica decir no aunque uno sea subordinado.A mí me gusta más hablar de objetores de conciencia quede militares que desobedecen. Al fin y al cabo, el hombrees hombre. En la guerra de hoy no hay un oponente mili-tar tan claro y muchas veces se combate en medio de po-blaciones civiles. No hay ejércitos nacionales. Y lo digopor mi experiencia porque participé de una misión de paz,es preciso controlar que en esas condiciones de conflicto nose produzca una especie de animalización y por lo tanto quese termine perdiendo de vista la ley internacional. Un sol-dado en Tel Aviv tiene conductas normales. Un soldado enEl Líbano hace cosas que nunca haría”.

Otro cadete se refirió a los “límites de la legalidad”: “Pa-ra nosotros la doctrina es la Constitución. Somos ciudada-nos antes que militares”. Ante lo cual Tibiletti replicó: “¿Yqué pasaría si el Congreso dicta una ley de seguridad in-terior y las FF.AA. tuvieran que intervenir en conflictos in-ternos?”. Esa pregunta obró como una suerte de pasada enlimpio de lo complejos que son estos asuntos. No alcan-za con decir que la doctrina es la constitución: ¿la ley es-tá por encima de la conciencia, la norma por encima de losvalores?

En el Colegio Militar de la NaciónDos cosas impresionan a quien accede por primera vez

a las instalaciones del Colegio Militar de la Nación situa-das en El Palomar: una es el contraste entre lo señorial desus edificios y la pobreza de buena parte de las edificacio-nes en torno; la otra, el tamaño imponente, incluso intimi-dante, de sus instalaciones, inauguradas en 1937.

Así como sucedió con la Escuela Naval Militar, fueSarmiento quien tuvo la iniciativa de organizar un institu-to de formación de oficiales para el Ejército poco despuésde finalizada la guerra del Paraguay, en los albores de supresidencia. En 1870 se designó como cuartel del ColegioMilitar nada menos que el edificio que había sido residen-

Page 63: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200864

co es legítimo? ¿Cuáles son los límites de la obediencia? ¿Enqué circunstancias no debe respetarse la obediencia?”.

Ante el silencio de los cadetes, fue necesario que eldirector del colegio, el general Roberto D’Amico, ordena-ra intervenir al abanderado (él y los escoltas de la bande-ra eran los únicos vestidos con uniforme de gala azul yrojo, a diferencia del resto, que llevaba uniforme de faji-na color verde). Su intervención siguió la línea del coro-nel que lo había antecedido: “Los soldados estamos su-bordinados al poder político. Si las guerras son justas ono, no lo pueden decir los cadetes, si no se resquebraja-ría la disciplina”.

Llamó la atención la ingenuidad de algunos planteos quesiguieron -tanto de parte de los cadetes como de oficia-les- por su enfoque legalista, excesivamente teoricista, yla absoluta prescindencia de menciones a los hechos dela historia argentina reciente. Destacaron la “buena forma-ción” recibida, que impediría descontroles, excesos y en-trada en pánico durante situaciones de combate; la “mo-ral del Ejército”; la “confianza en superiores que jamásdarían una orden indebida”. El capitán retirado Tibiletti se-ñaló que no bastan las leyes, que las conductas humanas,incluidas las militares son complejas y múltiples factoresinciden sobre ellas. No se trata de elecciones plenamen-te racionales, sujetas a un cálculo costo-beneficio que in-cluya las consecuencias legales de los actos. Y recordóque después de la Segunda Guerra Mundial las fuerzas ar-madas francesas incluyeron en su reglamentación el de-ber de desobediencia ante órdenes ilegítimas e inmorales,sin embargo el ejército francés masacró y torturó en In-dochina y en Argelia.

Otras intervenciones criticaron los testimonios que in-cluye el documental: soldados que habrían entrado por ra-zones equivocadas al Ejército. Patricio Henríquez se expla-yó en cuanto a la composición real de la tropa tanto en Irakcomo en Israel y a las motivaciones reales para ingresar alas FF.AA. más allá de efusiones patrióticas cuasi-líricas. Enel caso del actual Ejército de los EE.UU., ya que desde laépoca de la guerra de Vietnam no existe el servicio militarobligatorio, se ofrecen una serie de ventajas -incluso la ciu-dadanía- a quienes ingresen a sus filas. En de Igal Vega, elcombatiente israelí que se negó a disparar contra palestinosarmados con piedras, no puede señalarse como presunta ca-racterística negativa que fuera extranjero: por tratarse Israelde un estado de reciente creación, en su época no habíacombatientes nacidos en ese lugar.

De especial interés resultó la intervención de un cadete,ya que implícitamente planteó la instrumentalidad de la tor-tura que precisamente se quiere desterrar. “Quizás una or-

cia del derrotado Juan Manuel de Rosas. Una decisiónde inmenso valor simbólico. Todavía se encontraban allímuebles, arañas, estufas y espejos que habían sido pro-piedad del Restaurador de las Leyes. El colegio tuvo unbreve paso por la localidad de San Martín antes de mu-darse a su actual emplazamiento, que alberga dos sitiosdeclarados monumentos históricos nacionales: el Palomary la Casa de Caseros, donde tuvieron lugar la batalla delmismo nombre y las conversaciones preliminares del Pac-to de San José de Flores. Otro simbolismo muy podero-so, que se vincula con la pretensión sostenida durante mu-cho tiempo de que el Ejército es anterior o simultáneo alnacimiento de la patria. Además, aunque por supuesto eldato no figura en su página web oficial, se trata de la ins-titución educativa argentina de la cual han egresado máspresidentes de la nación, si bien uno solo obtuvo el car-go en elecciones: el general Juan Domingo Perón, entres oportunidades.

Al efecto de las dimensiones edilicias, debe sumarse lamarcialidad de los movimientos y las voces, mucho más mar-cada que en el caso de la E.N.M., la cantidad de cadetes pre-sentes en el salón de actos -alrededor de cuatrocientos- yla cantidad de personal abocado a tareas de guardia. Aun-que tanto el director del colegio como integrantes de la de-legación del Ministerio de Defensa, encabezada por la mi-nistra Nilda Garré, habían explicado los objetivos de la ini-ciativa e invitaron a la participación, ésta no se dio de ma-nera fluida.

La primera intervención, que signó a todas las que segui-rían, estuvo a cargo de un oficial que se presentó como te-niente coronel. Puntualizó que no hablaba desde la merateoría, ya que había estado en situación de combate, dispa-rando contra enemigos que a su vez le disparaban a él,durante la guerra de Malvinas. Muy enérgicamente sostu-vo que no es potestad de los militares calificar la justicia deuna causa por la que marchan a la guerra, sino cumplir lasórdenes que emanan del estamento político. Siguió a esaalocución un extendido aplauso por parte de los cadetes;estruendoso, desafiante y difícil de encuadrar dentro de ladisciplina castrense.

De inmediato, con tanta energía como el militar que laprecedió e incluso con una apelación a la ironía, intervinola ministra Nilda Garré, quien señaló lo sesgado de la inter-vención del coronel, ya que no se pretendía discutir quié-nes deben dar las órdenes, sino cuáles órdenes son legíti-mas y cuáles no. A modo de ejemplo, se dirigió directamen-te a él: “…porque a usted, coronel, seguramente nadie le ha-brá ordenado torturar…”. A continuación planteó otras cues-tiones que disparaba la película: “¿Cuándo el poder políti-

Page 64: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 65

den es ilegal pero responde a determinados fines u objeti-vos. Desde el punto de vista del subalterno uno no juzgasi la orden es inmoral o no. Si no si responde a los finesde la institución”.

A esa afirmación, centrada en un concepto que deja abier-ta una brecha para la reincidencia en metodologías quellevaron al Ejército a la abyección, contestó el doctorMontenegro, secretario de Asuntos Militares del Ministeriode Defensa: “Cuando visitamos hace unos días la EscuelaNaval, el director nos contó un dilema que tuvieron duran-te la guerra de Malvinas: atacar o no atacar el buque hos-pital inglés. De hacerlo, se podría haber retrasado el desem-barco. No se lo atacó pese a que, como ya se sabía, eso sig-nificó más bajas propias y aceleró la derrota”.

Otro cadete, intentó diferenciar, dentro de las órdenes ile-gítimas, algunas que serían aberrantes y otras que no: “Sicon un acto inmoral puedo salvar a mis hombres no lo du-do, no es lo mismo la aberración de torturar a ordenarfuego para preservar a mis hombres”. En este caso fue elmismo director de la institución quien contestó: “Ustedesson muy jóvenes, pero muy pronto les van a enseñar unprincipio básico, el principio de la proporcionalidad de lafuerza, nunca usar armas contra los que están desarma-dos. El error es muchas veces poner el ejército en medio depoblaciones civiles”.

Una de las últimas intervenciones de la jornada tuvo lavirtud de traer nuestra historia reciente a un debate que sehabía desarrollado de manera bastante abstracta. “Hace cua-renta años veíamos acá mismo la película La batalla de Ar-gel”, recordó el capitán retirado Tibiletti. “Pero no había nin-guna clase de debate. Se pretendía que hiciéramos eso mis-mo que veíamos hacer al ejército francés y la O.A.S.”.

En la Escuela Superior de GuerraNada parecido a una apertura al debate, aunque fuera mí-

nima, se dio en la Escuela Superior de Guerra Luis MaríaCampos, donde oficiales ya recibidos cursan para conver-tirse en oficiales de Estado Mayor. Aunque la puntualidades una virtud de la que suelen jactarse los militares, yaque en operaciones lo que a una hora determinada es pro-cedente minutos después puede ser una catástrofe, el iniciode la actividad se demoró de manera notoria. Antes de laproyección, a puertas cerradas, una alta autoridad de la ins-titución le había anticipado al realizador Patricio Henrí-quez que allí no iba a producirse ningún debate porque nohabía interés.

Nadie presentó a los civiles presentes en el auditorio–personal del Ministerio de Defensa y de la Comisión Pro-vincial por la Memoria- y tampoco fueron estipulados losobjetivos de la actividad. La escueta presentación para unos

Page 65: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200866

tal acerca del cierre de la siderúrgica Lucini de Bragado, pro-ducto de la intervención de escuelas y jóvenes de esa loca-lidad en el programa. Al finalizar, algunos alumnos y docen-tes que habían participado en su realización comentaron as-pectos relacionados con ella.

La primera en manifestar sus impresiones acerca deldocumental fue una profesora de literatura del L.N-.M.A.B. Tras destacar la validez del esfuerzo de losrealizadores, planteó que cuando se trata de mos-trar algo como lo que ellos intentaban mostrar era in-dispensable un amplio abanico de testimonios “paraque el espectador tenga todos los elementos nece-sarios para sacar sus propias conclusiones”. Y seña-ló que en el caso del documental que se había visto,“todos los testimoniantes eran trabajadores despe-didos, faltaba la voz de alguno de los dueños”. No sehizo esperar la respuesta de una de las docentes deBragado, aduciendo que habían sido vanos todos susesfuerzos para acceder a alguno de los antiguos pro-pietarios -que ya no viven en Bragado-, a alguno delos integrantes de los directorios de las empresas be-neficiadas por el cierre de Lucini o a las fojas judicia-les correspondientes. Otro profesor del L.N.M.A.B. -sociólogo, titular de la cátedra de Ética- pidió la pa-labra. Argumentó que si bien los trabajadores esta-ban sobrerepresentados entre los testimoniantes,era necesario tener en cuenta que todo acto de comu-nicación se inscribe en un contexto. Y que el contex-to en el que el documental acerca de Lucini lo hacetiende a darle la voz siempre a los poderosos, porlo tanto esa sobrerepresentación resultaba compen-satoria. Además, puntualizó, una nueva tendencia his-toriográfica tiende a indagar en las vidas de los sec-tores subordinados de la sociedad.

A esa altura de la tarde, el encuentro corría peligro deconvertirse en un debate entre profesores. El Director deEducación Naval, contralmirante Martínez propuso que loscadetes aprovecharan para decirles a los alumnos de Bra-gado presentes qué pensaban acerca del documental reciénvisto. Entonces se dio un intercambio muy participativo e in-teresante entre alumnos de ambas instituciones educativas.Lo destacable es que los discursos que aparecieron en estainstitución militar no son diferentes a los que uno puede en-contrar en la sociedad, incluida la teoría de los dos demo-nios. Uno de los cadetes planteó que él tiene “un tío chupa-do”. Además, algunos de los reclamos de los jóvenes uni-formados, si bien desde la perspectiva de sus propias pro-blemáticas, están relacionadas con la falta de justicia y dereparación que hubo en Argentina respecto a los crímenes

treinta militares de entre 40 y 55 años de edad estuvo acargo de un profesor. Éste anticipó que no se propiciaríaun espacio de cine-debate visto que “poco interesa eneste ámbito discutir cuestiones referentes a la imagen yal sonido (sic)”.

Lo sucedido durante la proyección no fue precisamenteuna postal de la disciplina: cuchicheos continuos, movi-mientos en las butacas, retiradas, risas jactanciosas y co-mentarios en voz alta. Finalizado el documental, comenza-ron a alzarse manos para pedir la palabra. Fueron unáni-mes los señalamientos de “falta de objetividad” y “conta-minación ideológica”, y abundaron las citas de códigos mi-litares, las precisiones técnicas sobre los tipos de armasque habían aparecido en la pantalla y las alusiones a am-bas guerras mundiales. Nadie, uniformado o de civil, seatrevió a hablar de Argentina, de los años ‘70 -durante loscuales buena parte de la concurrencia había estado enactividad-, ni de lo que la obediencia debida significa ennuestra experiencia.

“Yo cuestiono que se nos proyecte esta película”, sinte-tizó un oficial y no hubo ninguna autoridad para avalar lainiciativa. Desde una butaca del fondo, con un tono intimi-datorio, llegó una pregunta: “¿Qué posibilidades hay de sa-ber quiénes son las personas que están acá, a qué vienen,qué piensan de esto y qué intentan que pensemos noso-tros?”. Al salir del auditorio, un oficial comentaba con otroque si no se habían opuesto a ver la película había sido pre-cisamente por una cuestión de obediencia.

Presentación de Jóvenes y Memoria en el Liceo Naval MilitarEl edificio del Estado Mayor General de la Armada situa-

do sobre la avenida Comodoro Py de Retiro, en las cerca-nías del puerto, no tiene nada que envidiar por su tamañoa las instalaciones de propiedad del Ejército que venía re-corriendo el film Desobediencia. Según consta en una pla-ca a su entrada, fue inaugurado durante la dictadura de On-ganía. Como otras cosas en la Armada -la fragata que es elprincipal buque de instrucción del arma, una marcha- se lla-ma Libertad. La recurrencia a ese nombre no es precisamen-te un arrebato ácrata, sino un tributo a la autodenominadaRevolución Libertadora, en la cual tuvo un rol preponderan-te la Armada. Todo un dato ideológico.

Allí se presentó el programa Jóvenes y Memoria a los ca-detes del Liceo Naval Militar Almirante Brown. SandraRaggio, responsable de éste, introdujo sus lineamientos an-te la totalidad de los alumnos del instituto, de trece a dieci-siete años de edad, o sea nacidos todos ya en democracia.También se encontraban presentes algunos profesores y au-toridades navales. Posteriormente se presentó un documen-

Page 66: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 67

de la dictadura.Un cadete de quinto año: “Me gustó el documental, aun-

que me parece que tendrían que haber mostrado más quépasó en el resto del país. Lo que pasó con Lucini es un ejem-plo de la política desindustrializadora que tuvo el Procesode Reorganización Nacional (…) Quería preguntar si la pu-blicidad que incluyen era una publicidad oficial” (se referíaa una publicidad de la época en que un hombre se sienta enuna silla con un cartel que dice industria argentina y al ha-cerlo ésta se rompe; luego aparecen sillas construidas endistintas partes del mundo y el hombre puede ir probándo-las, ninguna se rompe).

Alumno de Bragado: “Era una publicidad oficial de laépoca”.

El mismo cadete de quinto año: “Entonces ahí está el otrotipo de testimonio que la profesora no encontraba”.

Otro cadete de quinto año: “Es importante la memoriaporque en lo que sucedió durante la dictadura están las raí-ces de lo que nos pasa ahora. Pero es cierto que tambiénhay un uso demagógico de la memoria, y un uso que sirvepara ocultar cuáles son los problemas de hoy”.

Cadete de tercer año: “En los medios ahora se muestra

todo lo que hicieron mal los militares, pero no se mues-tran otras cosas que pasaban en la época”.

Cadete de tercer año: “A nosotros nos sacaron de la E.S-.M.A. porque ahí hubo un centro clandestino de detención.¿Por qué no arreglaron las cosas treinta años antes?

Una alumna de Bragado: “A ustedes qué les parece, ¿lamilitancia de hoy tiene esa magia que tenía antes?

Cadete de quinto año: “Nosotros no tenemos centro deestudiantes. Pero yo tengo amigos en distintos colegios yveo un poco el funcionamiento de los centros de estudian-tes. Y a veces es como si trataran de copiar lo que pasabaen otra época. No se entiende bien contra qué luchan”.

Cadeta de cuarto año: “Me parece que en nuestra socie-dad falta respeto. Por ejemplo, ¿por qué cuando vamos porla calle de uniforme nos insultan?”.

Ex alumno que sigue participando de Jóvenes y Memo-ria: “Para que uno respete tiene que reconocerse hasta cier-to punto en el otro. No digo reconocerse como amigo ointegrante de una misma corriente, sino como ser humano”.

Cadete de tercer año: “¿Qué culpa tenemos de lo que hi-cieron Astiz o Massera. Que los enjuicien y los metan presos.Nosotros no tenemos nada que ver con ellos, no queremostener nada que ver con ellos, que nos dejen tranquilos”.

Page 67: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200868

En este terreno, la idea autoimpuesta de que el carácter ola condición militar implicaba un estadio superior al del restode las organizaciones sociales (al respecto resulta sumamentegráfica la concepción de las Fuerzas Armadas como “reservamoral” de la Nación) es generalmente invocada cuando seaborda la cuestión de la autonomía militar y sus amargosresultados.

Pero también son este tipo de concepciones las que hansostenido una indebida intrusión en aspectos de la vida pri-vada de las personas que poca o ninguna relación guardaya con las necesidades de la vida actual en cuanto al perfilprofesional de las Fuerzas Armadas que, por cierto, no puededefinirse haciendo abstracción de las condiciones básicas dela democracia entre las que se encuentra, desde ya, la estrictavigencia de los derechos humanos.

De allí que la inclusión de una perspectiva democráticaen el ámbito de la defensa implica necesariamente poner enrevisión los paradigmas institucionales y culturales bajo loscuales estas instituciones se han gestado; y, siendo los dere-chos humanos el sustrato ético del Estado Democrático deDerecho, resulta impensable desarrollar procesos de forta-lecimiento institucional a tono con éste sin recurrir a la pers-pectiva del derecho y a la construcción de ciudadanía.

Es en esta clave que las políticas de derechos humanosimpulsadas por el Ministerio de Defensa deben considerarseparticularmente en lo referido a las actividades de formacióny difusión. Tales actividades están dirigidas principalmente apromover condiciones amplias de debate y reflexión que per-mitan a los distintos estamentos de las Fuerzas Armadas afron-tar el desafío de repensarse bajo la perspectiva de la queaquí nos estamos ocupando. Allí se inscriben desde el iniciode la gestión las más diversas actividades.

Concretamente, en conjunto con la Comisión Provincialpor la Memoria, hemos abordado dos procesos de trabajosumamente novedosos y que, a juzgar por sus resultados,auspician importantes avances en la materia.

En el desarrollo de las políticas de fortalecimiento ins-titucional para el ámbito de la Defensa ocupa un lu-gar relevante la inclusión de una agenda de dere-

chos humanos, orientada protagónicamente a los hombresy mujeres que integran las Fuerzas Armadas.

Este enfoque es todo un desafío no sólo desde lo con-ceptual; también lo es en cuanto a los modos y mecanismosa través de los cuales la temática es abordada.

En cuanto a la inclusión en forma sustancial de la pers-pectiva de derechos humanos supone trabajar en lo queen sucesivas ocasiones hemos señalado como las dos dimen-siones de la temática que resultan insoslayables tratán-dose de miembros de las Fuerzas Armadas.

De un lado, su carácter de obligados por los compromi-sos asumidos estatalmente en la materia, circunstancia quese deriva de su condición de funcionarios públicos; del otro,y en el plano de lo que nos iguala a todos, civiles y milita-res, el desafío consiste en repensar el andamiaje institucio-nal y sus prácticas bajo una perspectiva inclusiva y no anta-gónica respecto de los derechos humanos.

Es sabido que la opción por el desarrollo de una profe-sión portadora de las especificidades de lo militar, tales comola existencia de una estructura fuertemente jerárquica y conla disciplina como herramienta del mando, implica muchasveces una restricción mayor de derechos que la que debidoa la opción profesional les es impuesta a otras personas.

Sin embargo, en la cultura militar hasta la actualidad, esposible advertir que la construcción de subjetividad del mili-tar ha estado afincada prácticamente en la negación de locivil para dar lugar al militar.

Así, esta distinción ha ocupado un lugar central en el modoen que la propia institucionalidad militar ha concebido a laciudadanía, no sólo en término de sus relaciones con la socie-dad civil u otros actores externos, sino también por elimpacto que esto ha tenido hacia el interior de la propia cul-tura institucional.

Una perspectiva de derechos humanosen el ámbito de la Defensa Nacional

Por Nilda Garré

Page 68: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 69

Me refiero, por un lado, a la proyección del documentalDesobediencia, del director Patricio Henríquez, que tuvo comoobjetivo central el de permitir al personal militar y a quienesse encontraban cursando en las escuelas militares debatirdesde su perspectiva los alcances de un aspecto central enla formación militar, dramática por las condiciones en quedebe ejercerse muchas veces, pero trascendental por la cen-tralidad que la obediencia tiene como condición de existen-cia de la institución militar y de su capacidad operativa.

Resulta interesante al respecto lo que un joven instructorque participó en uno de los debates dijo sobre el sentido dela actividad, a la que calificó de “indispensable” porcuanto - asumía él-, la guerra es muchas veces una instan-cia de despersonalización, un ámbito que “animaliza” (sic)a las personas y contar con la reflexión como recurso coti-diano, si bien no asegura el desenlace, permite avanzar conmayor claridad cuando las circunstancias son extremas y laspersonas se encuentran en ese contexto debatiéndose entreel cumplimiento o no de una orden a la que, desde su pro-pia perspectiva y actuando como militares, consideran ile-gítima o contraria a toda ética.

La otra iniciativa consiste en garantizar a los jóvenes delos liceos militares la posibilidad de participar en el pro-

grama Jóvenes y Memoria que desde hace años lleva ade-lante la Comisión. Hemos dado un primer paso en elmarco del encuentro con alumnos del Liceo Naval y jóve-nes de la provincia de Buenos Aires que ya habían partici-pado de la experiencia. Ellos han estado, holgadamente, porsobre todas las expectativas. Ciertamente, el encuentro fueintenso, desprovisto de hipocresías y/o mensajes encu-biertos; franco, lúcido y directo.

Finalmente, y más allá de la formalización que elabordaje de los derechos humanos adquiera hacia el inte-rior de procesos de cambio más ambiciosos, como el queestamos impulsando en materia de educación para las Fuer-zas Armadas, bien vale la pena reivindicar la necesidad demultiplicar iniciativas que, como las aludidas, promuevanescenarios para el debate del programa de derechos huma-nos entendido como programa político básico en el quetodas las personas debemos interesarnos. Visto así,quienes tenemos responsabilidades desde el Estado tene-mos el deber de cooperar con el desarrollo de ese tipo deescenarios.

Nilda Garré es Ministra de Defensa de la Nación.

Page 69: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200870

de teatro, 6 power point, 3 páginas web, 2 muestras artísti-cas, 3 programas de radio, 13 murales, 9 producciones grá-ficas, 2 muestras fotográficas, 2 trabajos de composición musi-cal, 2 murgas, 1 obra de títeres y 1 noticiero de televisión.

En paralelo a las presentaciones, se realizaron talleres deproducción y expresión y foros de debate. Para los prime-ros, la propuesta fue variada: video, radio, stencil, murga,fotografía. En los foros de debate, el tema de discusión prin-cipal giró en torno a la propuesta de ley de la baja de laedad de imputabilidad de los menores en el ámbito de laprovincia de Buenos Aires. Para la finalización de cada unade las tandas, los jóvenes produjeron, a partir del debatede los tres días, un documento final en el que manifesta-ron sus ideas y argumentaron sus posturas.

Chapadmalal es una experiencia intensa. Predomina unclima de entusiasmo, respeto mutuo, nerviosismo y adre-nalina. Chapadmalal es un lugar especial. El esfuerzo pro-pio y ajeno es valorado por todos, los aplausos se sucedenpara dar aliento y sentirse acompañado. Chapadmalal esun momento particular. Es posible la reflexión y el inter-cambio de experiencias y puntos de vista; también el entre-tenimiento, el encuentro con otros diferentes y la oportu-nidad de hacer amigos.

Una vez más, la posibilidad de reunirse potenció el tra-bajo y el compromiso con el que cada grupo lleva adelantela tarea de indagar en las memorias locales. En este sentido,el encuentro, que siempre es anunciado como el cierre anualdel programa Jóvenes y Memoria, se convierte en un nuevopunto de partida. Los jóvenes seguirán escribiendo la his-toria, con sus formas de entenderla y nombrarla, en cadauna de sus comunidades.

Del 13 al 24 de noviembre se realizó el VII encuentrode Jóvenes y Memoria, en el hotel número 8 delcomplejo turístico de Chapadmalal. Participaron

2500 jóvenes de escuelas secundarias de más de 60localidades de la provincia de Buenos Aires. En cuatro tandasde tres días cada una, se presentaron las producciones finalesque resultaron de la investigación realizada durante todo elaño en el marco del programa JJóóvveenneess yy mmeemmoorriiaa,,rreeccoorrddaammooss ppaarraa eell ffuuttuurroo..

Durante 12 días, el auditorio del hotel número 8 fue el esce-nario principal en el que los jóvenes se reunieron para mos-trar sus trabajos y contar sus historias; hablar y escucharse.Allí se vieron 90 videos documentales y de ficción, 18 obras

VI I ENCUENTRO JÓVENES Y MEMORIA

Por séptimo año consecutivo, los jóvenes toma-

ron la palabra y narraron las historias no conta-

das de sus comunidades. Historias ocultas, silen-

ciadas por el miedo y la complicidad. Los jóvenes

hicieron memoria, desafiaron el presente e ima-

ginaron el futuro.

Un encuentro, todos los

ENCUENTROS

Page 70: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 71

Hoy se habla del “aumentode la inseguridad” porculpa de los “menores de-

lincuentes” y se plantean supues-tas soluciones como la baja de laedad de imputabilidad. Sin em-bargo, nada podrá remediarse sino se ataca la verdadera raíz delproblema. Nuestra grave situa-ción social reclama prevención yno soporta más represión. Quiencrea lo contrario, terminará pro-poniendo absurdos, como lamultiplicación infinita de lascárceles.

La sociedad argentina actuales producto de largos años depredominio del capitalismo sal-vaje, un sistema que se basa enla desigualdad y la promueve,un orden que es más cruel e injusto aun en los países pe-riféricos. Las políticas económicas implementadas en esasnaciones han acentuado la concentración de la riqueza yaumentado notablemente la marginación. Al mismo tiem-po, el Estado abandonó todas las formas de protección alos más débiles. Y algunos hasta han sacado provecho po-lítico de la pobreza por medio del clientelismo. Mientrastanto, sigue faltando trabajo, la educación se degrada y lasalud pública continúa en crisis.

Sectores sociales muy amplios evitan el compromiso y re-niegan de la solidaridad con los demás. La cultura del capi-talismo difunde la ley del más fuerte y estimula la competen-cia despiadada. Promueve el consumismo a través de lapublicidad y busca convencernos de que para ser alguien hayque tener cierto celular o determinada marca de zapatillas.

Ante un cuadro semejante, no debería sorprendernos queprolifere la violencia. ¿Podemos hacer responsables de ellaa chicos y adolescentes? ¿Incluso si viven en la calle y notienen una familia que pueda darles techo, alimento y afec-to? ¿Qué cabe esperar del abandono, la soledad, el desam-paro? ¿Podemos culpar a alguien que sobrevive en esascondiciones porque busque a veces escapatoria en las dro-gas y cometa hechos gravísimos sin tener siquiera concien-

cia de ello? ¿Por qué tendríaque llamarnos la atención quequien ha sido tratado por lasociedad como si no valiese na-da, tenga por su parte una to-tal falta de respeto por la vidapropia y la ajena?

Es este sistema el que verda-deramente prepara el caminodel crimen y los llamados “me-nores delincuentes” no son másque su forzado brazo ejecutor.Por eso, proponer más castigocomo solución es tan ineficaz co-mo injusto.

En lo inmediato, mientras se lo-gra una mejor distribución del in-greso, es necesario que la accióndel Estado garantice una vida mí-nimamente digna para todos y un

respeto estricto de los derechos humanos. Porque un cam-bio profundo es un proceso lento y mientras tanto no po-demos quedarnos de brazos cruzados. Pero a más largo pla-zo, el modelo de la inequidad debe ser definitivamente reem-plazado por otro basado en la justicia social.

Acordemos o no respecto del nombre que le correspon-de a ese sistema, existan o no modelos disponibles para imi-tar, lo cierto es que se ha vuelto imprescindible la creaciónde una sociedad nueva. Lo indudable es que la única salidaes la construcción colectiva de un mundo distinto en elque la igualdad haya dejado de ser un sueño inalcanzable.

Chapadmalal, 24 de noviembre de 2008

Este documento fue elaborado -entre otros- por Ánge-les (17 años), Ariel (20), Daniela (16), Débora (17), Gabriel(20), Leandro (17), Mariano (21), Micaela (15), Pilmayquén(17) y Valentina (17), que son algunos de los 2.500 alumnosde 180 escuelas de todo el territorio bonaerense que par-ticiparon durante 2008 del programa Jóvenes y Memoria,organizado por la Comisión Provincial por la Memoria.

Declaración de Chapadmalal 2008 (CUARTA TANDA)

Page 71: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200872

• CCoorraazzóónn ddee ffáábbrriiccaaVirna Molina y Ernesto Ardito.Documental. 129 minutos.El film va indagando en la vida de ungrupo de obreros, hombres y mujeresde la Patagonia argentina, que inicianuna lucha para frenar las muertes ylos accidentes que se producen en lafábrica de cerámicos donde trabajan.En un país pobre, saqueado por suspropios gobiernos y empresarios, lostrabajadores de Cerámica Zanondeciden tomar la planta cuando eldueño la cierra y ponerla a producirsin jefes ni patrones. Esto es undesafío permanente, y a diario tienenque enfrentarse a un sistema que seempeña en boicotearlos. Pero lamayor barrera a sortear no estáafuera sino adentro, en la propiaformación como parte de estasociedad. Justamente es en estabatalla interna donde se encuentra lallave para la construcción de unmundo completamente diferente.

• MMaauurroo WWiicchhíí Marcelo Gálvez. Documental. 48 min.El film nos sumerge en lacotidianeidad de la comunidad wichíy su cultura a través de un chico de15 años que lucha entre ir a laescuela y su supervivencia. Larelación con su perro nos traslada aun mundo casi niño de cacerías yjuegos por el monte salteño ypermite reflexionar sobre la libertaddel ser humano, sus tradiciones ycostumbres. Este documental fue

realizado por La MirillaProducciones en la Comunidad wichíde Carboncito, Salta.

• LLaass PPaallmmaass CChhaaccoo Alejandro Fernández Moujan.Documental. 105 minutos.Pasaron doce años desde larealización de Banderas de humo(1988), documental en el que semuestran los trabajos de la que seríala última zafra de la CompañíaAzucarera Las Palmas, en la provinciadel Chaco. En 1991 se cierradefinitivamente el ingenio. En el año2001, los realizadores vuelven alpueblo de Las Palmas para concretarun segundo documental. Las PalmasChaco trata acerca de los efectos queel fin de la producción del ingeniotuvo sobre la vida del pueblo.

• GGaavviioottaass bblliinnddaaddaass II YY IIII HHiissttoorriiaass ddeell PP..RR..TT..--EE..RR..PP.. Documental. Mascaró Cine.(Egresados de la carrera deInvestigación Periodística de laUniversidad Popular Madres dePlaza de Mayo.)Documental sobre los inicios delPartido Revolucionario de losTrabajadores y su líder MarioRoberto Santucho. Desde el trabajopolítico con los hacherossantiagueños y de la zafra azucareraen Tucumán, pasando por elproletariado en las grandes fábricas,hasta la destacada participación enel Frente Sandinista nicaragüense.

• CChhiiaappaass,, llaa oottrraa gguueerrrraa Carlos Mendoza. Documental.Análisis de las causas del alzamientoarmado en los Altos de Chiapas, asícomo de los objetivos del EjércitoZapatista de Liberación Nacional. Elfilm relata el conflicto y susrepercusiones en la sociedadmexicana. Contiene una entrevistacon el subcomandante Marcos, elComité Clandestino del E.Z.L.N. yconcluye con el inicio de la consultaen las comunidades zapatistas.

• EEll llaaddoo oossccuurroo ddee llaa DDaammaa BBllaannccaaPatricio Henríquez. Documental.El Esmeralda es uno de los velerosmás hermosos del mundo. Es elbuque-escuela de la Armada de Chiley motivo de orgullo nacional. Perotras la belleza de la Dama Blanca,como le llaman los chilenos, seesconde un pasado turbio. El pasadode un buque-prisión utilizado en elpuerto de Valparaíso como centro detortura en los momentos del golpede Estado de 1973. Más de treintaaños después, la impunidad perduray las víctimas de la dictadura aúnexigen justicia.

• LLaa bbaattaallllaa ddee AArrggeelliiaa Gillo Pontecorvo. Ficción. 122 minutos.La lucha por la libertad de Argelia,magníficamente recreada por ellaureado director Gillo Pontecorvo.La película fue prohibida en laArgentina después de su estreno,por su vigoroso contenido político.

En la sede del Museo de Arte y Memoria -calle 9 número 984 entre 51 y 53, La Plata- fun-ciona esta videoteca especializada que cuenta con casi 500 títulos. Los préstamos son gra-

tuitos y para asociarse basta concurrir con los documentos. Para consultar el catálogo y las con-diciones de uso de la videoteca, se puede visitar la página www.comisionporlamemoria.org, comu-

nicarse al teléfono 0221- 483-5590 o dirigirse personalmente a la sede. Aquí, algunas recomendaciones:

Page 72: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 73

Finalmente, fue autorizada por lasautoridades democráticas. Este filmmereció el Premio León de Oro delFestival de Venecia.

• IInnvviieerrnnoo eenn BBaaggddaadd Javier Corcuera. Documental. 80 min.Los presidentes de Estados Unidos,George Bush, del Reino Unido, TonyBlair, y de España, José María Aznar,declaran que Irak posee armas dedestrucción masiva que puedenponer en peligro al mundo. Se inicianmovilizaciones contra la guerra y ungrupo de españoles decide marchar aIrak, donde se encuentran con gentecomprometida de muchos otrospaíses. Allí los sorprende la guerra yse entrevistan con heridos, mutiladosy víctimas de la agresión,especialmente niños. Todos relatansus pocas expectativas de futurocomo consecuencia del brutal ydespiadado cambio que la guerraproduce. Han pasado a formar partede una población que utilizacualquier fórmula para sobrevivir,conviviendo con el horror cotidiano.

• BBOOLLIIVVIIAA Adrián Caetano. Ficción.Bolivia es un cuento pequeño, enblanco y negro. Su protagonista,Freddy, deja a su familia en Bolivia yviaja a la Argentina con la esperanzade encontrar trabajo. Pero la ciudadno es tan amigable como él creía.Descarnado relato de las tragediascotidianas de muchos inmigranteslatinoamericanos que viajan a nuestropaís en busca de un futuro más digno.

• SShhooaahh (colección completa de 4 DVD)Claude Lanzmann. Documental.

Es mediante la palabra, la palabratestimonial de los que escaparon,que Claude Lanzmann describe loinnominable y deja brotar elrecuerdo a la memoria viva de unpasado negro: el viaje de los judíoshacía la muerte durante la SegundaGuerra Mundial. El mundo cambia, elpasado permanece. Ninguna imagende archivo, ni una línea decomentario: una película de historianarrada en presente.

CCOOLLEECCCCIIÓÓNN JJÓÓVVEENNEESS YY MMEEMMOORRIIAAProducciones de alumnos y docentesde escuelas polimodales de laprovincia de Buenos Aires, en elmarco del programa Jóvenes yMemoria, recordamos para el futuro.

• LLaa ssaannggrree ddeerrrraammaaddaa nnoo sseerráánneeggoocciiaaddaa EEMN°204. Bolívar. 2007. 25 minutos.Este trabajo aborda el recorridopolítico de Rodolfo Ortega Peña,abogado de organizacionessindicales y de presos políticos,asesinado en 1974 por la Triple Acuando sólo habían pasado cuatromeses desde que asumiera comodiputado nacional. En estaproducción, los alumnos de laEEMN°204 se centran en la visita deOrtega Peña a la ciudad de Bolívar,en la que participó de una cena conamigos. Sobre esta reunión, laDirección de Inteligencia de laProvincia de Buenos Airesconfeccionó un detallado informe ylos chicos no dejan de preguntarsecómo fue que la policía obtuvo esainformación.

• DDeesseenntteerrrraannddoo ssiilleenncciiooss Instituto Anchorena. Pergamino.

2007. 15 minutos. Una noticia en el semanario locallleva a los chicos a investigar sobrelos N.N. en el cementerio. Laaparición de un cuerpo calcinado enlas inmediaciones de Pergamino lespermite indagar sobre el accionar delas fuerzas represivas en la zona,apelando al testimonio de untrabajador del cementerio local, querompe un silencio de años.

• HHiillooss ddee jjuulliiooEEMNº9. La Plata. 2004. 20 minutos.Este documental indaga sobre lapersecución ideológica, política ysindical en la Hilandería Olmos, deLisandro Olmos, durante el período‘74 / ’83. A partir de entrevistas atrabajadores de la época, se dibuja elclima de politización, en el que lamilitancia sindical y la convivencia coninfiltrados de la policía dentro de lafábrica se entrecruzan con las tomas,las intervenciones y los secuestros.¿Hubo desaparecidos en lahilandería? La historia de JulioBeltaco es otro de los ejes que loschicos eligen para contarnos através del testimonio de su esposa ysu hermano, quienes relatan a su vezsus propios secuestros, laexperiencia límite de la tortura y lalucha de Julio como legado.

Los tres títulos forman parte delsegundo DVD de la colecciónJóvenes y memoria.En la videoteca existen en formatoDVD las siguientes películas: LaHistoria Oficial; La República PerdidaI y II; Plata dulce; Botín de guerra;Montoneros, una historia; Tire Die;Hijos, el alma en dos; Los Rubios;Papá Iván; Garage Olimpo.

VIDEOTECA EN EL MUSEO DE ARTE Y MEMORIA

Page 73: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200874

En el segundo piso de laCCoommiissiióónn PPrroovviinncciiaall ppoorr llaa

MMeemmoorriiaa, en calle 54 Nº 487de La Plata, funciona su

Biblioteca, dependiente del Área de Investigación yEnseñanza, teléfono 483-1737 int. 120. Se especializaen historia reciente, memoria y derechos humanos.Cuenta con 900 libros y 138 títulos de revistas.Ofrece el catálogo alfabético de autores de loslibros, y el catálogo de ejemplares de las revistasen la página web www.comisionporlamemoria.org.La biblioteca es pública y abierta a la comunidad.Facilita la consulta de su material en sala de

lectura, pero no se realizan préstamos con retirodel material.

Durante el año han ingresado más de 170 títulos,entre ellos: Holocausto. Recuerdo y representación,de Alejandro Baer; La historia política del Nunca Más,de Emilio Crenzel; La Argentina fascista. Los origenesideológicos de la dictadura, de Federico Finchelstein;El exilio. Argentinos en Francia durante la dictadura,de Marina Franco; La memoria colectiva y Los marcossociales de la memoria, ambos de MauriceHalbwachs; La lluvia curó las heridas, de GabrielSagastume; Maus. Relato de un superviviente, de ArtSpiegelman; Primo Levi, de Ian Thomson.

BIBLIOTECA Y HEMEROTECA ESPECIALIZADA

Bajo control

Esta instalación de la artistaMariana Rojkin se expuso en elMuseo de Arte y Memoria apartir del martes 11 de noviembre.Según su autora, "Proyecto BajoControl indaga acerca de laconstrucción del mundo duranteel terrorismo de Estado. Desde lamirada infantil recrea un universosimbólico que da cuenta, a travésde objetos, sonidos yfotografías, del secuestro, laapropiación y el horror. Larelación entre ficción y realidadaparece transgredida y lo que asimple vista parece un juego deniños, devela otra historia menostranquilizadora".

Page 74: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 75

COMISIÓN PROVINCIAL POR LA MEMORIA

Archivo y Centro de Documentación

En agosto se inauguró en el Museo de Arte yMemoria de La Plata -calle 9 número 984, entre 51y 53- una muestra dedicada al tema cárcel y políticaentre los años 1955 y 1953, titulada Para la libertad.Dicha muestra se compuso con las fotos tomadas porAlicia Sanguinetti en la cárcel de Villa Devoto el 25de mayo de 1973, las pintadas callejeras que proli-feraron tras la masacre de Trelew, recortes perio-dísticos, cartas de Alberto Camps a su padre, poe-mas de amor de María Rosa Pargas dedicados aAlberto Camps, libros, documentos de la Direcciónde Inteligencia de la Policía bonaerense, papeles guar-dados por la madre de Jorge Rulli y cuadros de Ger-mán Gargano, además de dar cuenta de la dura letrade las leyes represivas de excepción. Una violenciaestatal enfrentada con múltiples formas de resisten-cia dentro y fuera de las cárceles.

Para la libertad

El 23 de octubre se realizó la entrega de informespara la causa 10.194 denominada Secretaría deDerechos Humanos de la provincia de Buenos Airessobre denuncia desaparición forzada de personas… enel Juzgado Federal del Junín. Dicha documentación,referida a más de 60 legajos y 27 fichas personales, dacuenta del circuito represivo (comisaría local,destacamento Morse, regimiento) y del accionarconjunto de la Dirección de Inteligencia de la Policíabonaerense sección Regional Junín y el regimiento deJunín en la persecución ideológico política, secuestro,interrogatorio y cuatro casos de asesinato deciudadanos de la región (General Pinto, Leandro N.Alem, Lincoln, General Arenales, Junín, GeneralViamonte, 9 de Julio, Bragado, Alberti, Chivilcoy,Chacabuco, Carmen de Areco y Rojas) durante los años1974 a 1983.

El informe, junto a las copias de los legajosrelevados, fue entregado al juez federal Héctor Plou enpresencia de representantes de las secretarías deDerechos Humanos nacional, provincial y municipal.Ahora, el Juzgado Federal tiene en sus manos laresponsabilidad de llevar adelante la causa en la queresultan imputados al menos seis ex miembros de lainteligencia provincial, que elaboraban y firmaban lospropios documentos y daban cuenta de los operativosrealizados.

Page 75: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200876

CULTURA, MEMORIA y transformación social

JORNADAS INTERNACIONALES EN MENDOZA

Por María Emilia de la Iglesia y Paula Bonomi

El objetivo era generar un espacio de encuentro e intercambio entre los grupos artísticos, instituciones y

universidades que trabajan con herramientas culturales para promover transformaciones sociales. Durantes tres

días se realizaron conferencias, foros de discusión e intercambio de experiencias, talleres de capacitación, mesas

de trabajo y ciclos de video. Los ejes de debate fueron: arte y derechos humanos, producción cultural en cárceles,

artes comunitarias, escuela y teatro, cultura y salud mental, y artes escénicas como herramienta de acción política

Page 76: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 77

El arte no cambia las condiciones materiales de nuestravida, pero toca profundamente nuestro sentir, nuestro

espíritu. Por eso lo necesitamos tanto como necesitamosel pan. Porque sin arte, una nación muere de

aburrimiento, de amnesia y de fealdad. César Brie

La Comisión por la Memoria participó de las JornadasInternacionales de Cultura y Desarrollo Social que serealizaron durante septiembre de 2008, en Mendoza.

Organizadas por la Asociación Artes Escénicas, la Red deCultura y Desarrollo Social y la Asociación Cultural Men-doza, contaron con el apoyo del Instituto Nacional delTeatro, la Secretaría de Cultura de la provincia de Mendozay las municipalidades de Godoy Cruz y Mendoza.

La presencia de la CCoommiissiióónn PPrroovviinncciiaall ppoorr llaa MMeemmoorriiaa, repre-sentada por su área de Comunicación y Cultura, tuvo comometa central socializar el trabajo de gestión en políticas públi-cas de memoria que la institución viene desarrollando desdeel año 2000. En la mesa Arte, derechos humanos y políticasculturales se relató la experiencia de funcionamiento del Museode Arte y Memoria, su articulación con los artistas, la reali-zación de muestras, talleres, encuentros de teatro y el cons-tante trabajo pedagógico con las escuelas de la provincia deBuenos Aires. Se compartió la concepción del arte como underecho humano y excelente vehículo de sensibilización ytransmisión de nuestra historia reciente, con capacidad paraactuar de modo transformador sobre el presente.

A continuación, algunos protagonistas de este encuentrorelatan su experiencia en espacios como las cárceles, lasfábricas recuperadas y las plazas. Un trabajo que construyeposibilidad desde lo marginado, lo excluido, lo silenciado.

Asociación Artes Escénicas Es una asociación civil sin fines de lucro que comenzó a

funcionar en mayo de 1998, con la primera edición del perió-dico del mismo nombre. Organizó la primera edición delas jornadas en 2003. Su propuesta consiste en el desarro-llo y consolidación de redes de trabajo en las áreas dearte y comunicación que permitan una mejor articulacióny aprovechamiento de los recursos culturales existentes, através de planes y programas de gestión y capacitación conorganismos públicos y privados, que promuevan el desa-rrollo sociocultural en los países donde trabaja. Actualmentesu presidente es el gestor cultural Claudio Pansera. Puedeencontrarse mayor información acerca de su historia, susactividades y sus objetivos en los sitios web www.arteses-cenicas.org.ar;www.mensajerocultural.org; www.culturay-

desarrollo.com.ar y www.artesolidario.net. Pansera plantea: “Existen desde ciertos campos intelectua-

les prejuicios respecto de lo que genera la producción artís-tica, siendo muchas veces considerada como mero generadorde belleza y de subjetividades de los creadores, sin otra apli-cación práctica. Sin embargo, en el proceso de creación,durante la observación de lo creado y en las posteriores ree-laboraciones hay un permanente proceso de pensamiento,donde el artista medita, se inspira, goza, busca, investiga, ana-liza, compara y contrapone conceptos, organiza las ideas,especula y relaciona hechos, para llegar a su obra. La gene-ración de nuevas ideas o conceptos entonces es un hecho”.

“Si en cambio elegimos una perspectiva de teatro social,generado con objetivos que apuntan más allá del productoestético creado, para incidir en la realidad a través de sucontenido, su forma de creación, sus objetivos, sus espaciosde trabajo, vemos que el teatro puede producir política. Peroya no desde los mecanismos tradicionales de la política par-tidaria o institucional, sino que -al igual que en la búsquedade un resultado en el proceso creativo- va trabajando y refle-xionando desde su accionar, generando nuevas formas, nue-vas metodologías y nuevos resultados”.

Programa U.B.A. XXII: Taller de teatro en cárceles La educación es un derecho establecido por la Constitución.

Sin embargo, hay una reticencia generalizada a garantizar alos presos el derecho a estudiar. Para brindarles la posibili-dad de hacerlo, la Universidad de Buenos Aires creó hace casidos décadas U.B.A. XXII, un programa educativo dentro delas cárceles. Dentro de ese programa, desde el año 2000 estáfuncionando un taller de teatro: El cuerpo en acción hacia laescena, coordinado desde 2007 por el sociólogo César Planesy los actores Alejandro García y Diego Cejas, quienes expo-nen los principios que guían esta experiencia:

“Nuestro eje de trabajo se estructura sobre la libertad demovimiento, que básicamente trabaja el eje del cuerpocon los ejercicios de clown; la libertad de acción que apuntaa -una vez rotos los límites corporales de la cotidianeidadcarcelaria- romper los límites espacio-temporales de la rea-lidad carcelaria, construir algo colectivo, que se apropia delespacio y de los movimientos; y la libertad de creación”.

“Hacemos ejercicios para la ruptura del espacio, de lasestructuras intramuros. Por ejemplo, cuando les pedimosque caminen, lo hacen por los perímetros, como en la prác-tica cotidiana de la cárcel, mirando hacia abajo, porque nopueden mirar, ni mirarse. La mirada está vedada en el lugarde encierro. Con la intensidad del ejercicio queremos rom-per eso, reconceptualizar la subjetividad corporal”.

“Trabajamos con personas que están privadas de la liber-

Page 77: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200878

los hijos. En este sentido nosotros pensamos la actividadque hacemos. No hay que ocultar que están presos, perohay que ir haciendo un camino para dejar la cárcel”.

“Nos reunimos dos veces por semana. Primero nos juntamosen la vereda a ver la gente pasar. Luego subimos al aula dondehacemos una ronda con mates y galletitas. La idea es com-partir algo con el que está al lado. Después hacemos trabajocolectivo: ir escuchándonos de a uno por vez. Parece pavo,pero escuchar y que el otro me escuche es un trabajo impor-tante. Hablamos de cosas que les preocupan, sus causas, cosasfamiliares. Compartimos sentimientos, tristezas. Luego nos pre-paramos para el entrenamiento físico, la parte teatral. Trabaja-mos desde lo que ellos cuentan: sus anécdotas, sus textos, hace-mos teatro espontáneo. El grupo dice qué historia contar y loabordamos desde la improvisación, intentamos complejizarlo”.

“Somos un equipo transdisciplinario de seis coordinado-res. Trabajamos con las unidades 19, 3, 31, 2 y 18. Hay unarotación constante de gente, lo que implica un trabajopermanente para mantener un código. Es difícil controlar atreinta personas, cuando pueden estar afuera en la calle.Controlar el estar ahí es muy difícil para muchos. Tenemosclaro que los presos quieren salir de la cárcel para salir a lacalle, no para ser Alfredo Alcón. Pero ésta es una herramientaque nos ayuda a pertenecer a un grupo, asumir las reglas ygenerar las propias. Es complejo, pero es una de nuestrasmayores apuestas”.

Al cierre de esta edición, el Grupo de Teatro Salvatablasse encontraba organizando el tercer encuentroDetenidos enmovimiento, a realizarse durante el mes de diciembre enel marco del VII Congreso de Salud Mental y Derechos Huma-nos en la Universidad de las Madres, Capital Federal.

Taller de Teatro en la Cooperativa Chilavert Artes Gráficas La pregunta inicial fue ¿por qué hacer un taller teatral

en un lugar como éste si se hace en cualquier lado? La res-puesta: que el trabajo cultural construyera un vínculo esen-cial con el espacio donde se desarrolla la actividad, la fábricarecuperada Chilavert Artes Gráficas. Coordinado por MaríaSbarman, el colectivo teatral Dramaticón nace en 2007 conla idea de articular la experiencia de los trabajadores de laex-Gráfica Gaglianone -actualmente Cooperativa ChilavertArtes Gráficas- con la comunidad del barrio de Pompeya.

Sbarman repasa la experiencia:“Antes de hacer el taller sinceramente no sabía mucho

acerca del proceso de recuperación de fábricas en nuestropaís. Hace dos años que estoy viviendo en Capital Federaly la verdad es que no me había metido de lleno en laindagación de estos nuevos espacios. Conocía algunas his-torias. Con otro grupo de teatro independiente de San Miguel

tad. Hemos logrado trabajar con estudiantes universitariosy no universitarios. Pero hay un nivel institucional que afectala libertad. No accede cualquiera a estos derechos, hay pabe-llones determinados que acceden y otros no; acceder es con-siderado un beneficio que se otorga por buena conducta”.

“No hay control sobre lo que hacemos, el Servicio Peniten-ciario intenta avanzar y trabar, quiere saber qué hacemos, venira ver qué pasa; nosotros no los dejamos, es un trabajo aca-démico cerramos la puerta del aula y el que manda acá soy yo;éste es un espacio pedagógico. La lógica del sistema peniten-ciario la serpenteamos cotidianamente. Nos movemos en losintersticios. Por ejemplo, en el taller de teatro en la cárcel deDevoto había travestis, que en la cárcel son el personaje másconflictivo. Y no eran estudiantes universitarios. Pero me hacenllegar que de tal pabellón quieren participar y hago que ellosme escriban una nota y yo voy y digo, quiero tener una entre-vista con tal; por eso aparecieron los travestis”.

“No queremos que vengan a teatro a hacer catarsis, a des-cargarse la mochila que llevan; lo que pretendemos es quevengan a cargarse de elementos que les permitan acercarsea la libertad, entendida como capacidad y posibilidad deelegir, qué cosas de la carga quieren asumir, con qué cosasde la carga quieren trabajar”.

Grupo de Teatro Amplio Salvatablas A cargo de la actriz María José Trucco, el grupo Salvata-

blas trabaja con presos de diferentes penales federales enlibertad condicional. Con un trabajo que promueve la inclu-sión de un sector marginado, se cuestiona la eficacia delos espacios de encierro: “Hacemos teatro para restringirel daño que le produce a un ser humano perder la liber-tad, estar en la cárcel”.

Trucco desarrolla el concepto de trabajo del grupo: “Porley está dispuesto que los privados de la libertad puedansalir a trabajar, estudiar, ver a su familia. Es un derecho delas personas en situación de encierro. Conscientes de esederecho y creyendo que estar en la cárcel le hace mal a cual-quiera, hicimos un grupo de teatro para restringir el dañoque le produce a un ser humano perder la libertad. Uno denuestros objetivos es promover el acceso plural a la culturacomo derecho y, por otro lado, nuestro trabajo estáorientado a ser puente entre el adentro y el afuera. Nocreemos en la reinserción ni en la re-socialización, porquela persona que está presa es parte de la sociedad que loencierra. Esa persona no deja de existir en el colectivo social”.

“Cuando la persona sale a la calle se produce un reaco-modamiento. Lo que fue necesario adentro para sobrevivirhay que sacárselo de encima, porque sino es mucho másdifícil transitar, conseguir un trabajo, ir a un acto escolar de

Page 78: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 79

había hecho un trabajo de investigación y en base a eso con-tamos una historia sobre la formación de una cooperativaen San Pedro de Jujuy, un ingenio azucarero. Venía con estoen la cabeza, trabajando este imaginario de espacios recu-perados por los trabajadores, del laburo en manos del pro-pio obrero, de las cooperativas y casualmente un compa-ñero de mi grupo teatral estaba vinculado a la gráfica y élme invitó a acercarme a la experiencia. Así presenté mi pro-puesta de taller, una idea que ligue lo teatral al funciona-miento de ese espacio, a los conocimientos de los procesosde trabajo. La idea fue transmitir eso, aprovechando todaslas herramientas, elementos, sonidos, espacios de la fábrica”.

“Desde mi rol de capacitadora, me pregunté qué queríaenseñar, qué recorte hacer del tema, qué trasmitir…Cómo y de qué manera. Sentía que el trabajo tenía que estarligado a lo que pasaba ahí. A modo de experimentación,buscar el máximo provecho posible del lugar y viceversa,que los trabajadores de ahí aprovecharan también el máximomi actividad y vincularnos así con la comunidad de la mismafábrica y del barrio”.

“Hay mucha gente periférica a la Cooperativa que ha tenidola intención de hacer un centro cultural dentro de la fábrica,un tema siempre complejo. Si bien desde afuera se puede tenertoda la buena voluntad, son los trabajadores lo que están enuna asamblea y toman las determinaciones de lo que pasa ono ahí adentro. Implica mucho compromiso sostener ese pro-yecto y que además incluya otro tipo de actividades. Toda-vía están con su trabajo cotidiano que se consolida lentamentey donde siempre hay coyunturas que hay que atender, lo queposterga un poco la resolución del centro cultural. Pero se res-peta mucho el trabajo del taller y se brinda solidariamente elespacio para su funcionamiento. Lo cierto es que uno estáafuera de las decisiones que se toman y fuera de ese cotidiano”.

“Por el momento, no son los trabajadores sino los vecinos

los que participan. El acuerdo inicial fue el préstamo del lugar,nada más. Existe un grado de desconfianza natural en poderevaluar cuál es el compromiso con el espacio que tiene uno,el taller, si nos vamos a quedar o es transitoria nuestra inter-vención ahí. Lo cierto es que ellos le abren el espacio a muchagente para que se acerque, participe, pero muchas veces nohay devolución de eso o lo que vuelve no es bueno. Es unarelación a construir conjuntamente y hay que respetar los tiem-pos. Creo que es una etapa interesante, pero al mismo tiempodifícil la que están viviendo, ya no están peleando por la tomade la fábrica, ahora el tema es cómo se logra el desarrollo”.

“Cuando comencé con esto salí por mi cuenta a las callesa convocar y de alguna manera, testear qué pensaba la gente.Fue muy lindo porque descubrí lo importante que era lafábrica para la historia del barrio. La gente ha participadode los festivales, han sacado la silla a la calle en las fiestasde fin de año para saludar la recuperación de la fábrica. Estáligada a la vida de la gente, al imaginario. La sienten propiaa la imprenta porque tiene que ver con las historias fami-liares, la impresión de las tarjetas de casamiento de uno, lastarjetas de bautismo de otro, hace 50 años, hace 30años…. Por eso, cuando fue recuperada fue muy apoyadoel proceso por todo el barrio. Que hoy sea parte de los tra-bajadores para ese barrio es una alegría”.

“Toda persona tiene derecho a realizar una actividad artís-tica. Resulta muy enriquecedor sacar de cada uno lo crea-tivo y además ponerle el plus de que pueda contactarse conuna realidad diferente, con un lugar donde se están gene-rando nuevas redes sociales, nuevas formas de trabajo,donde circulan concepciones y valores muy interesantessobre los fenómenos sociales. El teatro social lo mejor quepuede hacer, y hace, es convocar a la pluralidad. A todo elque quiera ser parte de ese proceso, darle un espacio.Que cualquier persona con ganas de hacer pueda acercarse”.

En el barrio de Pompeya de la Ciudad de Buenos Aires,los trabajadores recuperaron la fábrica y se unieron enuna cooperativa a fines del 2002, tras la quiebra de la exGráfica Gaglianone. Esta organización en la actualidadintegra la Red Gráfica Cooperativa Limitada junto con lascooperativas Cogtal, Gráfica Campichuelo, Ferrograf, Coo-perativa Patricios, Artes Gráficas El Sol, Cooperativa Grá-ficos Asociados. Son los trabajadores de estas fábricaslos que han decidido unirse para poder desarrollar la

comercialización, venta, capacidad tecnológica, coordi-nar sus producciones y constituirse como firma editorial.

RED GRÁFICA COOPERATIVARivadavia 767 (C1002AAF) Capital Federalwww.redgraficacooperativa.blogspot.com4331-5650 - 54*603*1001Federación de Cooperativas de Trabajo (Fecootra).http://www.fecootra.org

Cooperativa Chilavert Artes Gráficas

Page 79: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

La investigadora Patricia Devesa realizó una exposi-ción acerca de las diferentes expresiones de las artesescénicas como praxis social en la Argentina post-

dictatorial. Como investigadora, buscar armar una carto-grafía de aquello que no transita el circuito de teatrotradicional, por lo que ha reconocido más de cincuentaproducciones de Capital Federal y Gran Buenos Aires queincluyen actividades culturales en cortes de rutas eintervenciones callejeras.

Devesa referencia y contrapone las experiencias argen-tinas contemporáneas con la corriente de Teatro-Movi-miento ‘60, opuesta al teatro-institución, que comenzó aconcebir las expresiones teatrales integradas a las luchassociales y políticas. Ese teatro de agitación levantaba

reivindicaciones y comportaba un profundo sentido polí-tico. El artista tenía un rol social, no sólo estético. Sus refe-rentes fueron el Living Theatre, la San Francisco MimeTroupe, el Teatro campesino de Juan Valdez y la Breadand Puppet. Estos grupos tenían una idea de autogestióny sus artistas eran perseguidos por las obras que se arries-gaban a poner en escena. El arte para la emancipación ycontra la alienación son principios que toman del MayoFrancés. La Guerra de Vietnam, las huelgas, el consumocreciente, el racismo, fueron temas en los cuales el artepodía intervenir. Algunos cambios en las formas de crea-ción de este movimiento fueron pasar de la obra escrita ala improvisación, del teatro a la calle, de la representa-ción a la participación. Conjugaron el mimo, la danza, la

Puentes 25 |Diciembre 200880

Las artes escénicas como herramienta de intervención política

Page 80: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 81

tiones sociales y políticas desde una estética brechtiana.En los barrios también reconoce al grupo Norberto Saltodel ex M.T.D. de Claypole.

-Teatro Macropolítico Metafórico: desde un discursomás político, trabajan el espacio público, lo callejero ypreponderan elementos visuales y acciones físicas, com-binando profesionales de las artes y no profesionales.

Los ejemplos que trabaja son: Al borde, F.P.D.S. El grupo Al Borde, de la C.T.A., está en el sur de Bue-

nos Aires, tiene más de 16 años. Son artistas plásticos quetrabajan en movilizaciones y desde las propuestas del tea-tro del oprimido de Augusto Boal, con los propios veci-nos y miembros del sindicato.

En la marcha por los 30 años del golpe, Devesa se topócon el grupo La murga de los muertos de hambre ¿nuncamás? , del Frente Popular Darío Santillán, y con el grupoE.T.C., que tiene una raíz teatral y trabaja en las movili-zaciones sobre el imaginario del terrorismo internacionalcomo errorismo internacional.

En las temáticas de derechos humanos también seencuentran G.A.C.: trabajan con HIJOS en plástica, porejemplo la consigna Juicio y Castigo en los escraches. Elgrupo Filete Colectivo participa con HIJOS de las regio-nales Oeste, La Plata y Neuquén en torno a la desapari-ción de Julio López y el asesinato de Carlos Fuentealba.

Hijas e Hijos del exilio es otra organización cuya formade expresión es la danza y la expresión corporal. Abordala temática de los exiliados como víctimas de violación desus derechos humanos desde el binomio exilio/desexilio.

-Teatro Micropolítico de Resistencia: resistencia frenteal neoliberalismo y la globalización. Combina múltiplesestéticas y en general reúne profesionales.

El ejemplo más palpable es Teatro por la identidad deAbuelas de Plaza de Mayo, surgido en el año 2000 con unaobra de Patricia Zangaro: La duda. Sus integrantes devie-nen del teatro institución. Tiene grupos en España y susexpresiones se multiplican en el tiempo; hay fotografía porla identidad, plástica, teatro y televisión por la identidad.

Hay otras organizaciones que están discutiendo el rolsocial del arte: Bailarinas toda la vida, quienes trabajanen fábricas recuperadas; Maquinando-Gráfica Patricios, diri-gida por Norman Brisky y Argentina Autonomista Proyect.

Las temáticas que trabajan todos estos grupos desde elarte son: juicio y castigo a los genocidas, restitución dela identidad, estatización de los recursos, lucha contra laburocracia, la criminalización de la protesta social y la vio-lación de los derechos humanos.

comedia del arte, los títeres y grandes muñecos.Frente al panorama desalentador surgido de la última

dictadura y la aplicación a ultranza de políticas neolibe-rales durante los ‘90, con la consecuente ruptura de lazossociales, emergieron expresiones culturales diferentes alas conocidas, con otras lógicas de trabajo político y artís-tico. Centros culturales, nuevos movimientos sociales ypartidos políticos empiezan a construir más que una resis-tencia cultural: poder popular. Los artistas están junto aorganizaciones por los Derechos Humanos, sindicatos debase, partidos políticos de izquierda, fábricas recupera-das, asambleas barriales y movimientos de trabajadoresdesocupados. Están en permanente movilización, en labúsqueda de superar lo micropolítico y lo micropoético,trabajan en redes y piensan el arte y la cultura como partedel proyecto político, haciendo de las resistencias coti-dianas y locales luchas más generales y organizadas.

Nuevas condiciones culturales, nuevas cartografías teatrales La cartografía realizada por Devesa abarca el teatro y

sus formas híbridas, concibe la multiplicidad que implicahorizontalidad/descentralización. El teatro concebido comoacontecimiento, experiencia y subjetividad, donde plásti-cos, actores, clowns, músicos, fotógrafos, militantes, veci-nos, trabajadores, se articulan en función social y esté-tica. Ser parte del cotidiano donde surgen estas expre-siones, en las marchas, escraches, encuentros y tallerespermite un registro pormenorizado que va complejizandoeste mapa.

Entre las experiencias de artes escénicas, Devesa dife-rencia tres grandes líneas.

-Teatro Macropolítico de Choque: tiene una estética tosca,al servicio de la lucha de clases. Parte del concepto que elteatro no es para iluminados. Los ejemplos que trabaja son:Brazo largo, A.T.E., M.T.D. Solano, Grupo Molina Cantero.

En estas experiencias de teatro social y político es impor-tante la figura de Norman Brisky, quien desde la Asocia-ción Madres de Plaza de Mayo formó antes del año 2001los grupos de teatro político Brazo Largo y Octubre. Tam-bién desde las Madres surgió el teatro participativo deSAVA y Salvatablas.

Entre los partidos políticos de izquierda, Devesa reco-noce al grupo de teatro Molina Cantero, del Partido Obrero,cuya forma de organización responde a la lógica del par-tido: tienen asamblea, personajes rotativos y realizan elFestival de Lucha de La Clase Obrera planteándose cuál esel arte de liberación.

La compañía Bachín Teatro de La Comuna trabaja cues-

Page 81: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200882

Page 82: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 83

Pape

les de

l des

tierro

LO

S E

XIL

IOS

DE

RE

MO

BIA

NC

HE

DI

Page 83: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200884

A través de una serie de dibujos y grabados que

realizó durante su exilio entre los años 1977 y

1983, cuando estudiaba en Alemania con Joseph

Beuys, el artista radicado en Córdoba abordó las

violencias y soledades de quien es expulsado de

su tierra. En una larga conversación, repasa

aquellos años, la militancia previa, el arte como

una clandestinidad dentro de la misma

clandestinidad, y reflexiona acerca del presente.

Entrevista Laura Ponisio

Page 84: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 85

la crisis espiritual que causa la vida contemporánea”. Duran-te esa estadía nació, “como una constancia de estar vivo”,otra parte de su obra más o menos secreta y paralela: los“libritos”: “No son diarios, son libros que yo mismo en-cuaderno (…) Todos los días, a cierta hora, me sentaba yescribía o dibujaba, recordaba o anotaba nombres (…) Eranmi casita, mi país, mi memoria”.

Para Bianchedi, el trabajo de pintor es sentarse y pensar.“La ejecución es rápida”, sostiene. “Una mera resolución téc-nica. Como si la idea fuera un fantasma y yo mismo el lugardel fantasma”. Y así como Juan Carlos Onetti -cuya novelacumbre se había aprendido casi de memoria- alguna vez de-claró que era un escritor amante, que escribía sólo cuandolas ganas lo visitaban, Bianchedi define: “Pintar es el lugarde mayor goce que tengo, es donde -utilizando el concep-to de Rimbaud- yo soy otro. No soy un pintor de ocho ho-ras diarias ni nada por el estilo, por ahí paso meses sin to-car un pincel. Pinto con la cabeza, pienso”.

Bianchedi por BianchediSeninMi viejo era urbanista, llevaba la cátedra de Paisajismo

en la Facultad de Arquitectura. Yo lo acompañaba al estu-dio. Ahí, él tenía una linda biblioteca de arte, y medio meenseñó los rudimentos para comenzar a laburar. A mí meencantaba la madera de los tableros y hacer ciudades conplastilinas.

Cuando cumplí catorce años, me llevo a Leidi y mecompró papeles, acuarelas, lápices, pinceles.

Cuando tenía 15 años, yo dibujaba todo el santo día. Élquiso que estudiase y me mandó con Urruchúa.

Fui. Era un conventillo en la calle Carlos Calvo. Me acuer-do que había una escalerita caracol y nos sentamos en unsofá borravino todo gastado. El tipo abre la carpeta queyo le llevaba y empieza a mirar. Yo estaba convencido delo que hacía.

Termina de mirar, cierra la carpeta, y me dice: -¿Viste lo que es un árbol de ciruelos? ¿Sabés lo que es

una ciruela?-Sí, es el fruto del ciruelo…-Bueno, vos nunca vas a dar frutos.Yo iba bajando la escalera y pensaba yo a vos te voy a

recagar, de mí no van a olvidarse.

Soy loco por ti, AméricaMe fui de viaje porque era el espíritu de la época. Sen-

tíamos que el mundo estaba delante nuestro. Todos girabanpor Latinoamérica. Llegué a Bolivia un par de meses des-pués de que lo mataran al Che. Me fui con los indios, estu-

Anadie, en el mundillo de los galeristas, se le había ocu-rrido preguntarle a Remo Bianchedi ¿qué hiciste du-rante tu exilio? Y así hubo una cantidad de obras que

permanecieron guardadas en su casa de Cruz Chica, Córdo-ba, donde vive y pinta. Su exposición pública en el Museode Arte y Memoria de La Plata, inaugurada el 6 de junio,tuvo entonces carácter de estreno. Como señaló Victoria Ver-lichak en su libro En la palma de la mano. Artistas argentinosde los ‘80, el poder, la violencia y la muerte constituyen latemática central de la obra de los últimos años de Bianche-di. Mucho de eso hay en este conjunto de dibujos y graba-dos. Su autor, entrevistado por Verlichak, declaró: “Si ten-go que llamar de algún modo a lo que hago, diría que ha-go arte político”. Pero no se trata de un arte de consignas,sino de una obra que multiplica los misterios del mundo: “Es-toy seguro de que hay una parte mía secreta. Cuando miromis trabajos sé que encierran un secreto pero no sé cuáles, sé que hay algo que yo mismo no sé qué es”.

Remo Bianchedi nació en Buenos Aires en 1950. Suabuelo era coleccionista de grabados antiguos, por lo quesu casa estaba llena de cuadros y libros. Probablemente, al-gunas de sus pesadillas infantiles y de sus visiones adoles-centes guarden relación con las copias de las Carceri d’in-venzione de Gianbattista Piranesi, que constituían la deco-ración de su cuarto. Aunque tenía una abuela carbonaria quese jactaba de sus agarradas contra la policía, su familia per-tenecía a “una clase media alta burguesa, políticamente muyreaccionaria”. Él asegura recordar que cuando tenía cincoaños, mientras vibraban los vidrios al paso de los avioneslibertadores que iban camino a derrocar al gobierno dePerón, su padre le dijo: “Ahí van las alas de la libertad”.

En algún momento, decidió dejar todo para dedicarse ala pintura. Salía a las siete de la mañana de su casa con eluniforme escolar, pero vagabundeaba todo el santo día.Cuando su padre descubrió ese modus operandi se fue dela casa. Trabajó en la revista Eco Contemporáneo, dirigidapor Miguel Grinberg, y vivió en La Plata con los integrantesde La Cofradía de la Flor Solar. Cuando logró juntar unospesos para irse con un amigo a recorrer América, su padrearquitecto (a quien define como “pintor frustrado”) quemótodos los dibujos de él que habían quedado en la casa. Sinembargo, se convertiría luego en su representante en Bue-nos Aires.

Tras una militancia al filo del peligro, partió al exilio en1977. Llegó a Alemania con un bolso, un manualcito paraaprender el idioma en quince días y un ejemplar deLa vidabreve de Juan Carlos Onetti. Allí tomó contacto con Jo-seph Beuys, a quien caracteriza como “una suerte de mo-derno chamán interesado en representar el dolor y curar

Page 85: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200886

villas, que tuvieran agua potable, periódico... Mi familia nosabía qué hacía por un problema de seguridad. Me fui me-tiendo de a poco y después estaba metido hasta las orejasy no podía salir. Yo andaba armado por seguridad. Fueronaños de muchísima intensidad. Llevaba una vida de dormirtres o cuatro horas por día. Laburaba a la mañana en la Uni-versidad, volvía a casa, almorzaba, llevaba a los chicos alcole, a la tarde atendía la librería y después a la noche co-sas de la militancia y recién más tarde me ponía a dibujar,me encontraba con mis imágenes surrealistas.

El año terribleApenas comenzado el ‘76 ya fueron cayendo compañeros.

Empezamos a ver que la cosa venía más rara. Cada uno te-nía su pastillita de cianuro, porque si nos agarraban era por-que sabían quiénes éramos, quería decir que alguno habíacantado. Recuerdo que nos habían entrenado, que para elcaso de torturas teníamos memorizados unos cuantos nom-bres, que no tenías que decirlos enseguida, sino bancártelosun rato, para que fuera más creíble, que eran nombres de ti-pos que habían caído o que estaban fuera del país. El 22 a lanoche desaparecieron diez compañeros, y el 24 a la ma-drugada golpearon la puerta de mi casa y yo dije pun, ca-gamos. Bajé a abrir, era el que vivía al lado, y me dijo:

-Te vengo a avisar, se armó la podrida, hay gobierno mi-litar. Pero quedémonos tranquilos porque me han nombra-do Secretario de Gobierno, y yo pregunté:

-¿Quién es el gobernador nuevo? -Es Urdampilleta.¡El padre de Alejandro Urdampilleta! Y Alejandro se pa-

saba las tardes en mi librería…Esa misma noche me pegué un baño, agarré el Fiat 600 y

me fui a la Universidad; saqué todos los archivos que po-dían comprometer gente y los tuve en el Fiat como dos me-ses dando vueltas. Nosotros vivíamos afuera de la ciudad,que es como una isla, rodeada por el río Chico y el río Gran-de, teníamos que cruzar inevitablemente un puente para lle-gar. Allí había retenes militares y yo tenía que llevar los chi-cos a la escuela y pasaba todos los días por allí. Bajabas, terevisaban … Y yo armado. El arma siempre la tenía escon-dida, no me agarraron nunca, pero yo estaba dispuesto amorir; primero, porque no me iba a bancar la tortura y des-pués, porque no quería que me agarren.

Y así sobreviví.

Botas locasEn 1975 había ganado la beca Alberto Durero. El Fondo

Nacional de las Artes administraba los fondos de un orga-nismo alemán, el Instituto Académico de Intercambio con Ex-

ve un año ahí, en Yarinacocha, al sur de Iquitos. Era comoun lugar mítico en el que ya había estado el escritor nortea-mericano William Burroughs, iban los hippies y era como unobjetivo de la gente que venía de todos lados. La idea míaera llegar a Manaos y de ahí tomarme un barco a Grecia oa La India. Pero también vi otra realidad; por ejemplo, enBolivia, no era todo tan poético, la explotación y la pobre-za me dejaron la cabeza hecha trizas.

Viva la puna, viva JujuyA principios de los ’70, en Jujuy había muchísimos artis-

tas. Guillermo Roux, por ejemplo, era maestro en un pue-blo de la Quebrada. Eran todos bohemios. Había uno quetenía un diente postizo y si a otro le faltaba un diente tam-bién y tenía que salir con una mina se lo prestaba. Yo aguan-taba seis meses en cada trabajo, luego me echaban y entra-ba a trabajar en otro lado. Dibujaba en secreto. Un amigo,Cali Herrera, sin decirme nada y en complicidad con mi mu-jer, Inés, me sacó dos laburos y los mandó a un concursode artistas visuales del interior. Era el más importante quehabía en ese momento. En cada provincia se concursaba yel primero de esa provincia pasaba a concursar con el res-to de los primeros de todas las provincias. De ésos se ele-gían tres en las disciplinas de pintura grabado y escultura.Yo hacía unos pseudo grabados que eran copias heliográ-ficas provenientes de mi trabajo en Aguas Potables interve-nidas con dibujos. En ese momento adhería a la estética yal modo de proceder de los surrealistas, algo similar a loscollages de Max Ernst pero dibujados. Eran composicionesde figuras rotas sobre cuadros famosos, por ejemplo hicela Maja de Goya comida, llena de migas, y la Olimpia deManet era un esqueleto hecho con hierros y todo lo otrobien dibujadito, hiperrealista. Quedé seleccionado entre lostres nacionales. Me dieron un montón de plata.

Corazón clandestinoEn ese momento había comenzado la militancia tam-

bién, eran como dos universos paralelos que no se tocabannunca. En la clandestinidad tenía otro nombre, mi mujer nun-ca se enteró. Yo era un cuadro de inteligencia de la Juven-tud Peronista. Éramos cinco en esa célula y los únicos quesabíamos que estábamos en esa célula éramos nosotros cin-co. Yo me llamaba Santiago Fernández, tenía libreta de en-rolamiento, pasaporte, todo a nombre Santiago Fernández.Nadie supo de mi militancia; yo no podía ir a manifesta-ciones, no podíamos ser visto en público en actos políticos.

Erámos los que diseñábamos las políticas de la J.P. de laRegional Quinta del Noroeste: Salta, Tucumán. Viajábamospermanentemente, a mí me tocaba organizar el tema con las

Page 86: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 2008 87

tranjeros, que ponía la plata. Me tendría que haber ido enmarzo del ‘76. No me mandaban noticias; entonces, me fuia Buenos Aires y me presenté en el Fondo Nacional de lasArtes con un abogado amigo de mi papá, de quien dije queera mi tío. Habían puesto de interventor a un capitán delejército. Me atendió uno vestido de fajina que no sabía quéhacer. Finalmente, el capitán me atendió.

-Así que vos sos el que ilustró el libro del dictador- medijo de entrada.

Se refería a una edición de superlujo de un diccionariode voces araucanas escrito por Perón. Yo había ganado unconcurso para ilustrarlo. Pero al final, por el golpe, no sehizo. Yo no entendía bien. Yo tenía miedo, y por las dudastenía una pastilla de cianuro en el bolsillo.

-Sí, soy yo. Pero ahora vengo por el tema de la beca-le dije.

-Acá no hay más becas, porque usted sabe que los tiem-pos han cambiado. Y los peronistas y el gobierno dictato-rial de Perón….

Lo corté:-¿Quiere decir que me quedé sin beca?

Y me contestó:-Acá no hay papeles suyos.-¡Pero yo presenté una carpeta con cuarenta grabados!-Acá no hay nada.-Tiene que estar acá. Mire. Éste es el certificado de que

gané la beca. Y vamos a hablar claro, el señor no es mi tío,es mi abogado, y de acá nos vamos a hacer una denuncia,porque esto no puede ser.

Cuando salí a la calle me temblaba todo. El tipo que me acompañaba me dice: -Remo, ni se te ocurra venir nunca más acá.

Mejor me voyDe ahí nomás me fui a la Agregaduría Cultural de la Em-

bajada. Estaba sacado, yo. “Vivo no me van a agarrar, ten-go que zafar”, me decía. Tenía tres chicos y ésta era la úl-tima carta que me quedaba.

El agregado, un doctor Larens, me hizo pasar a su des-pacho y me dijo:

-Pero Bianchedi, usted nunca mandó los papeles. Ahorala beca la perdió.

Page 87: Puentes 25 - CPM · 2017. 9. 7. · Puentes 25|Diciembre 2008 5 de inmensos sectores de nuestra juventud, hijos del descalabro social y económico que significó la aplicación durante

Puentes 25 |Diciembre 200888

-No es mi culpa. Si querés, vení a mi taller, te enseño apintar .

Rajá, turrito, rajáEl año pasado, en Buenos aires, resulta que un tipo me

quería comprar un cuadro. Le dije 100. Y el tipo cuando mefue a pagar, sacó 25. Y le dije disculpame, ¿esto qué es?¿laprimera cuota? Y me dijo no, esto es lo que yo pago porel cuadro. Yo soy empresario. Y yo le dije yo también soyempresario. Sí, soy productor de un bien, soy dueño deun medio de producción que es el arte. No dependo denadie. Los precios de mis productos los pongo yo. No mevengas a patotear así, porque yo no voy a tu empresa y tedigo que un pollo vale 5 en lugar de valer 10. Y el tipo medijo yo sé que los artistas siempre tienen problemas econó-micos, y yo le contesté ¿esta casa te da el índice de un ar-tista que tiene problemas económicos? Y me contestó bue-no, no, y yo dije: y aunque los tuviera, así va este país, co-rreteás a la gente que no tiene un mango, le pagás centavosy generás esclavos. Te pido que te retires de mi casa y an-date a la mierda. Porque no les vas a poner poéticas al ca-pitalismo, aprendé cómo se maneja, el tema es que uno mis-mo no se confunda en esas reglas.

Verde memoriaLa militancia es parte de mi vida, no la voy a ignorar. Hoy

me sostiene en otras cosas. En saber que la vida consiste entácticas y estrategias, que si vos querés llegar ahí tenés quesaber cómo llegar ahí. No porque tenés ganas, porque tedieron un premio, o tenés un papá que te lleva. Eso me que-dó grabado. Y saber también que en este país o nos salva-mos todos o no se salva nadie. Me quedó ese tipo de cosasincorporadas como parte de la vida cotidiana. A veces pien-so que suerte que no llegamos al poder. Otras, siento queme queda por lo menos la satisfacción, a pesar de todas laspérdidas, de haber sido lo que debía ser en mi tiempo, enlugar de estar pintando, porque la revolución no se hacepintando, eso lo sigo creyendo. Y conocí gente alucinante,verdaderos héroes que se jugaban la vida por los otros. Novoy a dejar de desear un mundo mejor, porque crecí, meformé, me formaron para construir un mundo mejor, y nome voy a bajar de ésa, ésa es mi causa.

Le expliqué que había sido una cosa del Fondo Nacionalde las Artes y a él le chupó un huevo. Entonces le dije:

-¿Usted tiene un momento?-Sí, sí.Y le conté mi historia.Y cuando terminé, me dijo:-Tranquilo, yo los saqué del país a Antonio Di Benedetto

y a Bayer. Soy amigo de ellos.Y yo dije:-Ufffffff…….Porque Alemania pintaba como que estaba defendiendo

gente de acá. -¿Usted tiene dónde quedarse en Buenos Aires?-Sí, en lo de mi vieja, en lo de mi hermana…-No sirve. Tiene que ser un lugar anónimo. Tome -y saca

plata de su bolsillo-vaya al hotel Die schiffe y espéreme ahí.Yo me voy a contactar. No se mueva de ahí.

Nadie sabía que yo estaba en ese lugar. A los quince días me llamó y me dijo que iba a pasar a

tal hora. Y pasó y me dijo: -Acá están los pasajes para usted y su familia. Pero va a

tener que estar seis meses solo para aprender alemán. Yo lovoy a llevar personalmente a Ezeiza, lo voy a esperar has-ta que se embarque, despídase de quien deba despedirse ynos vamos.

Así que de Buenos Aires llamé a Jujuy y me fui.Aterricé en Frankfurt a las cuatro de la tarde. Estaba oscu-

ro. Había nieve y un frío de cagarse. No sabía una sola pa-labra de alemán. Mi viejo me había dado un manualcito pa-ra aprender el idioma en diez días. Me servía para preguntar.Pero cuando te contestaban, no entendías un joraca.

El tiempo es sólo tardanzaLa otra vez me invitaron en Buenos Aires a una charla

en un banco para unos ejecutivos que estaban comprandoobra, y un empresario me preguntó:

-Ustedes, los artistas, no pueden parar de trabajar nun-ca, ¿no?

Y yo le dije: -Yo laburo y te hablo como empresario, y trabajo para

descansar.Y el tipo me dijo: -¿Cómo? Y yo le dije: -Por ejemplo, me tomo este año seis meses de vacaciones.Y el tipo me contestó:¡¡¡¿¿¿Cuánto???!!! ¡¡¡Seis meses!!! Yo acá en el banco ten-

go solamente diez días…Y yo le contesté:

Aterricé en Frankfurt a las cuatro de la tarde. Estabaoscuro. Había nieve y un frío de cagarse. No sabíauna sola palabra de alemán. Mi viejo me había dadoun manualcito para aprender el idioma en diez días.Me servía para preguntar. Pero cuando tecontestaban no entendías un joraca.