Przeworski, Adam_Las Condiciones Económicas

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Las condiciones económicas e institucionales de la durabilidad de las democracias* IFLACSO Biblioteca A dam P rzeworski New York University M ichael Á lvarez De Paul University J osé A ntonio C heibub University o f Pennsylvania F ernando L imongi Universidade de Sao Paulo I ntroducción C uáles son las condiciones en que debería encontrarse este año un país que será democrático el próximo año? La res- puesta es: democracia, prosperidad, crecimiento con mo- derada inflación, desigualdad en descenso, un clima internacional favo- rable e instituciones parlamentarias. Esta respuesta se basa en el análisis de los casos de supervivencia y quiebra de regímenes políticos en 135 países entre 1950, el año de su in- dependencia o el primer año de que se disponen datos económicos (año «de ingreso»), y 1990 o el último año de que se dispone de datos (año «de salida»), lo cual implica un total de 4.318 países-años.1 Encon - tramos 224 regímenes, 101 de los cuales eran democracias y 123 dictadu- ras, y registramos 40 transiciones a la dictadura y 50 a la democracia. * Versión revisada del trabajo presentado en la conferencia «Consolidating Third Wave Democracies: Trends and Cballenges», organizada por eJ National Research Insti- tute y el International l’orum for Democratic Studies, Taipei, 26-30 de agosto de 1995. 1. La mayoría de los datos fueron obtenidos por los autores, pero en algunos casos son recogidos de Arthur S. Banks, Cross-National Time-Series Data Archive , Binghamton, Nueva York, Center for Social Analysis, State University of New York at Binghamton, cinta magnética, 1993. Son descritos en Alvarez, Cheibub, Limongi y Przeworski, «Clas- sifying Political Regimes for the A C L P Data Set», W orking Paper n° 3, University of Chi- cago Center on Democracy, 1994. La mayoría de los datos económicos proceden de las Penn W orld Tables, versión 5,6; otros datos son del Banco Mundial y del Fondo Mone- tario Internacional. Nos referimos a esta base de datos como la base ACLP. Arabia Sau- dita y los cinco estados del Golfo Pérsico fueron excluidos porque los dividendos por las actividades petroleras significan más del 50% de sus PIB.

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Przeworski, Adam_Las Condiciones Económicas

Transcript of Przeworski, Adam_Las Condiciones Económicas

  • Las condiciones econmicas e institucionales de la durabilidad

    de las democracias*IFLACSO Biblioteca

    A d a m P r z e w o r s k i

    New York University

    M i c h a e l l v a r e z

    De Paul University

    J o s A n t o n i o C h e i b u b

    University of Pennsylvania

    F e r n a n d o L i m o n g i

    Universidade de Sao Paulo

    I n t r o d u c c i n

    C ules son las condiciones en que debera encontrarse este ao un pas que ser democrtico el prxim o ao? La respuesta es: democracia, prosperidad, crecimiento con m oderada inflacin, desigualdad en descenso, un clima internacional favorable e instituciones parlamentarias.Esta respuesta se basa en el anlisis de los casos de supervivencia y

    quiebra de regmenes polticos en 135 pases entre 1950, el ao de su independencia o el prim er ao de que se disponen datos econmicos (ao de ingreso), y 1990 o el ltimo ao de que se dispone de datos (ao de salida), lo cual implica un total de 4.318 pases-aos.1 E ncontramos 224 regmenes, 101 de los cuales eran democracias y 123 dictaduras, y registramos 40 transiciones a la dictadura y 50 a la democracia.

    * V ersin revisada del trabajo presen tado en la co n fe ren cia C o n so lid atin g T h ird

    W a v e D em o cracies: T re n d s an d C b alle n g e s , o rgan izad a p o r eJ N atio n al R esearch Insti-

    tute y el International l oru m for D e m o cra tic Stu d ie s, T aip ei, 26 -30 d e agosto de 1995.

    1. L a m ayora de los datos fuero n o b ten id o s p o r los autores, p ero en algunos casos

    son reco gid o s de A rth u r S. B an k s, Cross-National Time-Series Data A rchive , B in gh am ton , N u e v a Y o r k , C e n te r for So cial A n a lysis, State U n iversity o f N e w Y o r k at B in gh am to n ,

    cinta m agntica, 1993. So n d escrito s en A lvare z , C h e ib u b , L im o n g i y P rzew o rsk i, C la s-

    sifyin g Political R egim es fo r the A C L P D ata S e t , W o r k in g P a p e r n 3, U n iversity o f C h i

    ca g o C e n te r on D e m o cra cy , 1994. L a m ayora d e los datos eco n m ico s p ro ce d e n d e las

    P enn W o r ld T a b le s , versin 5,6; otros datos son del B a n co M u n d ial y del F o n d o M o n e

    tario In tern acion al. N o s referim os a esta base d e d ato s co m o la base A C L P . A ra b ia S a u

    dita y los cin co estados del G o lfo P rs ico fu ero n ex clu id o s p o rq u e los d ivid en d o s p o r las

    activid ad es p etroleras significan m s del 5 0 % de sus P IB .

  • Entre los regmenes democrticos, 50 eran sistemas parlamentarios, 46 presidenciales y 8 m ixtos.1

    Adoptam os una definicin minimalista de la democracia. Seguimos el clsico Poliarqua , escrito por Robert A. Dahl en 1971: consideramos democrticos a todos los regmenes basados en elecciones en los que la oposicin tiene cierta posibilidad de ganar y acceder al poder. Optamos por denominar dictatorial al rgimen en que la existencia de esta posibilidad es dudosa. Nuestra clasificacin no es idiosincrsica, pero est estrechamente relacionada con diversas escalas de democracia alternativas. Las razones y las reglas de esta clasificacin de regmenes polticos se exponen en el Apndice.

    L a s c o n d i c i o n e s

    Democracia

    Puede parecer tautolgico afirmar que el rgimen de un pas debe- ser dem ocrtico este ao para que sea democrtico el ao prximo. Nuestra afirmacin se propone romper el mito, predominante en ciertos crculos intelectuales y polticos (particularmente de los Estados Unidos) a partir de finales de la dcada de [950, segn el cual el camino a la democracia es tortuoso. E l razonamiento es el siguiente: 1) las dictaduras son ms capaces de impulsar el desarrollo econmico en los pases pobres, y 2) una vez que los pases estn desarrollados, los regmenes dictatoriales dejan su lugar a las democracias. Para alcanzar la dem ocracia, entonces, se debe apoyar, o al menos tolerar, la dictadura.

    Am bas proposiciones son, sin embargo, falsas:

    1) Mientras los estudios del impacto de los regmenes polticos sobre el crecimiento econmico han arrojado resultados divergentes, la evidencia econmica reciente no basta para descubrir ningn efecto econmico claro del tipo de rgimen. D e hecho, la tasa prom edio de inversin es levemente ms alta en las democracias pobres que en las d ictaduras pobres; el crecimiento de la poblacin es mayor en las dictaduras pero la productividad es menor; por otra parte, la inversin es distribuida con ms eficiencia bajo regmenes democrticos. Las dictaduras no tienen mayores probabilidades que las democracias de activar el desarrollo econmico.' Incluso, las 56 dictaduras con un ingreso per

    2. L o cual totaliza 104 sistemas institucionales dem ocrticos, dad o q ue tres regm enes dem ocrticos cam biaron su m arco institucional sin atravesar una experiencia dictatorial.

    3. A d a m P rzew orsk i y F e rn a n d o L itn on gi, D e m o crn cy and D e v clo p m e u t . trab a

    jo p resen tad o al N o b e l S vm p o siu m on D e m o cra cy, U p p sala , S u ecia , 27-30 de agosto de

    1994. P ara evaluaciones d ivergentes d e la m anera en que los regm enes afectan al c re c i

    m iento, vase la resea presen tada en P rzew o rsk i > L n n o n p i, P o litical R edim es and

    E c o n o m ic Qrow\, Journ al o f Ecunow ic Pcrspectivts, 1993, p^s. 51-9 P ara evidencia eco n m ica reciente vase Jo h n F . H elliw ell. K m p irical Linkuge* E o tw ecn D e m o cra cy

  • cpita anual de menos de $1.000 en el ao de ingreso simplemente no pudieron activar el desarrollo.4 Para el ao de salida, slo 18 alcanzaron los $1.000 (bajo un rgimen democrtico o manteniendo la dictadura!, slo 6 alcanzaron los $ 2.000, y slo 3 lograron un ingreso per cpita de ms de $3.000. Corea del Sur y Taivvan son casos excepcionales: son las nicas dictaduras que comenzaron con menos de $1.000 en 1950 y llegaron a un ingreso anual per cpita superior a los $5.000 en 1990. Si consideramos iuicialmcnte pobres a aquellos pases con menos de $2.000 en el ao de ingreso, encontramos que de las 98 dictaduras ini- cialm entc pobres, en el ao de salida slo 16 alcanzaron los $2.000, 15 los $3.000, 7 los $4.000 y 4 los $5.000. Estas correlaciones deberan bastar para desechar toda idea de que la dictadura de alguna manera prom ueve el desarrollo econmico en los pases pobres.

    2) Las democracias no son producto del desarrollo de las dictaduras.' Si lo fueran, la tasa de transicin de la dictadura a la democracia aumentara con el nivel de desarrollo: sin embargo, los anlisis ele las perspectivas de supervivencia de las dictaduras indican que esto no es as. Concretam ente, las transiciones .1 la democracia mantienen una relacin aleatoria con el nivel de desarrollo: ni una sola transicin a la dem ocracia puede ser predicha con slo atender al nivel de desarrollo.'

    Dado que las dictaduras pobres no tienen ms probabilidades de desarrollarse que las democracias pobres y puesto que las dictaduras desarrolladas no tienen ms probabilidades que las pobres de convertirse en democracias, las dictaduras no representan ninguna ventaja si se trata de lograr la meta doble de desarrollo y democracia. Para fortalecer las

    and E c o n o m ic G r o w th . Bri/isb Journ al o f Poli'ical Scicnct. 24. 199*1. pgs. 22 5-14 8 ; Ro- berr J . B arro, D e m o c r a c v and G r o w th , W o r k in g P ap er n" 4 .90 9, N ation al B ureau o

    E c o n o m ic R esearch . C a m b r id g e , M a ss., 1994.

    4- L o s datos referidos al in greso per cpita anual son exp resad o s co m o pod er a d

    quisitivo en dlares J e los L stad o s U n id o s segn precios :n iern acion alcs J e 1985, co m o fi

    gu ran en las P enn W o rld Tn bles, versin 5,5. Un algunos casos, los datos difieren sign i

    ficativam en te de la versin 5,6. em p lead a en el resto del trabajo para m edir el nivel de

    d esarrollo.

    5. Lo s resultados alu d id o s en este p rrafo son tratados extensam en te en A dam

    Pivc\vor>ki y 1 cen an d o Lim o n gt. M o d e rn i/a iio n ; l heories and F jc t s , W o rk in g P ap er n 8. IJn ivcrsitv o f C h ic a g o C e n te r on D e m o c v jc y , 1995.

    6. R etrosp ectivam en te, puedo p arecer que el d esarrollo co n d u jo a la d em ocracia.

    S u p o n g a m o s una dictad u ra co n un in greso per cpita de $ 2 .0 0 0 por ao y un crecim ien

    to del 2 ,5 % anual. Su p o n g am o s tam bin q u e a $ 2 .0 0 0 todas las d ictaduras se enfrentan

    con el m ism o riesgo d e m orir, eq uivalen te a 0 ,025. Si esta dictadura nutriera ex actam en

    te 2X aos despu s de su n acim ien to, a $4 .0 0 0 , nos veram os tentados a atribuir su cada

    ni desarrollo. P e to esta d ictad u ra habra tenido una p ro b a b ilid a d acum ulativa de m orir

    del 5 0 % al llegar a los $ 4 .0 0 0 aun cuando la probabilidad marginal J e supervituntcia (la tasa J e riesgo) fuera exactamente la misma a i 4 . croo y j $2.00a. A la inversa, tom em os el caso de E sp a a , q u e en el m om ento inicial de nuestro esttidio (,195o) tena un ingre>o per

    cpita d e $1.9 53 anuales y creci a un p ro m e d io del 5 ,2 5 % antial hasta alcan zar los $7 .351

    en 19^6. Su p o n g am o s que ln d ictadura espaola tena tina p robabilidad de m orir de 0,03 en

    cada ao a lo largo de to d o el perod o; con una funcin de riesgo ex p o n en cial, habra

    tenido una p ro b ab ilid ad de d esap are cer J e l 5 0 % en 19 74 a-tn si no se hubiera desarrollado en absoluto. 9 1

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  • democracias, deberamos fortalecer a las democracias, no apoyar a las dictaduras.

    Prosperidad

    El nivel de desarrollo econm ico de un pas tiene un efecto muy fuerte sobre las probabilidades de supervivencia de su dem ocracia. Las dem ocracias pobres, particularm ente las de un ingreso per cpita anual (ipa) inferior a los $1.000 , son extrem adam ente frgiles: segn nuestro estudio, la probabilidad de quiebra en cualquier ao es de 0,12. La tasa desciende a 0,06 para las dem ocracias con un ipa de entre $1.000 y $2.000, a 0,03 cuando el ipa es de $2.000 a $4.000, y a 0,01 cuando es de $4.000 a $6.000. Estos nm eros im plican que puede esperarse que una dem ocracia sobreviva, en prom edio, 8,5 aos en un pas con un ipa de menos de $1.000 anuales, 16 aos si el ipa es de $1.000 a $2.000, 33 aos si es de $2.000 a $4.000, y 100 aos si se ubica entre $4.000 y $6.000.

    Ms all de sus diferencias tericas y polticas, tanto Samuel P. Huntington com o G uillerm o O Donnell sostienen que existe un nivel a partir del cual un mayor desarrollo econm ico en realidad dism inuye las probabilidades de supervivencia de la dem ocracia." Huntington argumenta que tanto las dem ocracias como las dictaduras se desestabilizan cuando un pas atraviesa el proceso de m odernizacin, lo cual ocurre en cierto nivel intermedio de desarrollo. O Donnell, por su parte, sostiene que las dem ocracias tienden a m orir cuando un pas agota la etapa fcil de sustitucin de im portaciones, nuevamente en cierto nivel intermedio. N uestro descubrimiento, sin em bargo, es que no hay un nivel de ingresos en el cual las dem ocracias sean ms frgiles que cuando eran ms pobres. Slo los pases del Cono Sur de Am rica latina atravesaron experiencias autoritarias en niveles intermedios de desarrollo. Cuatro de las nueve transiciones al autoritarism o en pases con un ipa superior a los $3.000 se desarrollaron en Argentina. Si agregamos Chile y Uruguay, com probam os que los casos en que quiebran las democracias de desarrollo intermedio son en im portante medida d istintivos del Cono Sur.8

    Con un ipa superior a los $6.000, las democracias son inexpugnables y probablemente vivan por siempre: nunca un sistema democrtico fue derribado en pases con un ingreso per cpita anual superior a los $6.055 (el nivel de Argentina en 1976). Por lo tanto, Seym our Martin

    7 . Sam uel P. H u n tin g to n , Political Order in ChangingSocieties , N ew ' H a ve n , V a le U n iversity P ress, 1968 (trac!, cast.: E l orden poltico en las sociedades en cambio, B u en os A ires, P aid s, 19 72 ); Sam u el P . H u n tin gto n y Jo a n N e lso n , S o llasy Cboicc: Political Pat- licipation in D eveloping Countries, C a m b rid g e , H a rv a rd U n iversity P ress, 19 76 ; G u ille r m o O D on n e ll, Modernization and Bureaucratic-Au/horitarianism: Studies in South A m erican Politics, B erk eley, Institute o f International Stu d ies, U n iversity o f C alifo rn ia, 1973.

    8. A la s tra n s ic io n e s en A r g e n t in a en 1 9 5 5 ,1 9 6 2 ,1 9 6 6 y 19 7 6 , s e a g re g a n las q u ie b r a s e n C h i le en 19 73, U r u g u a y en 19 73, S u r in a m en 1980 , T u r q u a en 19 6 7 y F i j i en 1987.

  • Lpset estaba en lo cierto cuando sostena que cuanto ms rica sea una nacin, ms probable es que se mantenga democrtica.* Una vez instalada en un pas desarrollado, la democracia se mantiene ms all de cmo se desarrolle y de todas las condiciones externas a las cuales est expuesta.

    Por qu las democracias son ms duraderas en los pases ms desarrollados es una cuestin que ha dado origen a grandes especulaciones. Una razn, adelantada por Lpset en P oliticalM an, es que la intensidad de los conflictos distributivos es menor cuando los niveles de ingreso son ms altos. Otra hiptesis plausible, sugerida por Larry Diam ond, se basa en las instituciones: los actores polticos en los pases ms desarrollados probablem ente adopten un mejor marco institucional en el momento en que se instala la democracia. M s adelante, examinaremos esta hiptesis en relacin al parlamentarismo y al presidencialismo. Con todo, antes consideraremos la tercera condicin de durabilidad de la democracia: el desarrollo econmico.

    Desarrollo econmico

    Para ciertos pases, en consecuencia, la historia termina aqu: una vez instalada la democracia, la prosperidad es una condicin suficiente de su supervivencia, sean cuales fueran las dems circunstancias. Pero las democracias pueden sobrevivir en pases ms pobres si logran im pulsar el desarrollo econmico con una moderada tasa de inflacin.

    La hiptesis, compartida por Lipset, el economista M ancur Olson y Huntington, de que la democracia se desestabiliza cuando un pas crece rpidamente no podra haber sido ms errada. E l crecimiento rpido no es desestabilizante para las democracias (ni para las dictaduras): ms an, las democracias que crecen a un ritmo superior al 5% anual cuentan siempre con mayores probabilidades de sobrevivir que las que crecen ms lentamente. A la vez, la fragilidad de las democracias cuando los niveles de desarrollo son menores, proviene principalmente de su vulnerabilidad ante las crisis econmicas." Las democracias pobres, aquellas con un ingreso per cpita inferior a los $1.000, tienen una p ro babilidad de 0,22 de quebrar el ao siguiente a la cada de su ingreso (lo

    9. Sevm o u r M artin L ip se t, Sonic* Social R equisites o f D e m o cra cy: E c o n o m ic D e -

    v jo p m c n t and Eoltica! L e g itim a e \ , American Political Science R ev ieiv , 53, 1959, p g. 56. Nhicstru conjetura es que ios pases J e E u ro p a q ue su cu m b iero n al fu scism o cn rrc Jas g u e rras tenan ingreso:* per cpita 110 su periores a S i .000 segn Jos p recio s internacion ales de j9S5. Vase Er/ewoi nL \ Lim o n gi (1995).

    iu. L ip se i, Poltica! M an: The Social Bases o f Poli/ics, B altim o re, Jo h n s H o p k in s U n ivcrsity Prcas, 1960, cap. pgs. 17 - 6 3 ,4 5 9 -4 7 6 y 488-503; M a n cu r O ls o n , R a p iJ G r o w th

    as a D estabilizin g fo r c , Journal o f lcononuc History, 23, 1963, pgs. 4 53-4 72 ; v H u n tin gton , Poltical O rJcr in Cbanging Soacties.

    11. E ste descu b rim ie n to es d e n u evo afn a los resultados de Jo h n B . L o n d re g a n y

    K eith T . P o o le en cu an to a Jos go lp es de E sta d o , q ue son m enos p ro b ab les cu a n d o Ja e c o

    nom a crece . V a se L o n d re g a n y P o o le , P o v e rty , the C o u p T r a p , and the Seizu re o f

    E x e c u tiv e P o w e r , W orld Polilics, 4 2, 1990, pgs. 151-183.

  • cual les asigna una expectativa de vida de menos de 5 aos) y una probabilidad de 0,08 (o una expectativa de vida de 12,5 aos) si su ingreso crece. Entre los $1.000 y los $6.000 el rango intermedio , las dem ocracias son menos sensibles al crecimiento pero tienen mayores probabilidades de m orir si se estancan: se derrumban con una probabilidad de 0,059 cuando declinan, de manera que su expectativa de vida es de 17 aos, y con una probabilidad de 0,027, lo cual implica una expectativa de vida de 37 aos aproximadamente, cuando crecen. Asi que Larry Diam ond y Juan Linz estn en lo cierto cuando afirman que las crisis econmicas representan una de las amenazas ms frecuentes a la est.tbi lidad dem ocrtica. A la inversa, el crecimiento econmico favorece la supervivencia de la democracia. Incluso, cuanto ms rpidamente crece la economa, mayor es la probabilidad de que la democracia sobreviva.

    La inflacin tambin amenaza a estabilidad democrtica. Un rgimen dem ocrtico cuenta con una probabilidad de 0,023 de morir y una expectativa de vida de 44 aos cuando la tasa de inflacin anual se ubica por debajo del 6 % ; una probabilidad de 0,014 >' t|r>a expectativa de vida de 71 aos cuando la inflacin es del 6 al 30% ; y de 0,064 y una e x pectativa de vida de alrededor de 16 aos cuando la inflacin supera el 30% . Advirtase que estos resultados confirmaran la hiptesis, form ulada por Aiberr Hirschman en 1981, segn la cual una tasa de inflacin m oderada prom ueve la estabilidad dem ocrtica.

    E l desarrollo econmico es, entonces, crucialmente importante para la supervivencia de la dem ocracia en los pases ms pobres. Cuando la econom a crece rpidamente con una tasa moderada de inflacin, la democracia tiene muchas ms probabilidades de sobrevivir, incluso en las tierras ms humildes.

    Desigualdad de ingresos

    El estudio de los electos polticos de la desigualdad de ingresos se ve entorpecido por la escasez y pobreza de los datos disponibles. E l mejor acopio de datos internacionalmente comparables, realizado por el B anco Mundial, incluye 266 observaciones para 84 pases, irregularmentc distribuidas a lo largo del tiempo.

    Intentamos evaluar el impacto de la desigualdad de ingresos sobre la probabilidad de que una dem ocracia sobreviva por tres y por cinco aos, ajustndonos a los perodos sobre los cuales disponemos de dalos. A diferencia de Edward N. M uller, no pudimos establecer ningn tipo

    12. L a r r v D iam o n d y Ju a n J . L in z . In tro d u ctio n P olitics, D e m o cra cv , an d So cicty

    n L a tin A m e ric a , en D ia m o n d , L in z y L ip se t (co m p s.l, Dcmocracy in Dcvidoping Coun- tries: Latin Am erica, B u u ld cr, C o lo ., L v n n c R ien n er, 1989.

    13. E l argum ento d e H irsch m an sostiene que una tasa de in lla ii n m oderada p e r

    m ite a los go b iern o s pacificar a los gru p o s m ilitantes. V a se T h e So cial and P n litica1

    M a trix of Intlation : E lab o ratio n s on thc L atin A m erican E x p e r ic n c e , en Lisnys in Tres- passing: Economas tu Politics and lu y o tul, N u e v a Y o rk , C a m b rid g e U n ive rsiiy P ress, 1981, pgs. 17 7 -2 0 7 ,

  • de correlacin.'4 D ado que la desigualdad de ingresos tiende a disminuir en los pases pobres, donde la mayor parte de la fuerza de trabajo est empleada en la agricultura de subsistencia, y en pases ricos, donde la mayora de los trabajadores son asalariados, v dado que la democracia es endeble en los pases pobres e inexpugnable en los ricos, no se com prob ningn tipo de correlacin global en este anlisis. La escasez de datos, adems, nos impidi mantener controlado el nivel de desarrollo.

    Por otro lado, s encontramos que es mucho ms probable que la democracia sobreviva en pases donde la. desigualdad de ingresos disminuye a lo largo del tiempo. Para Jos pases democrticos acerca de los cuales dispusimos de ms de un registro, calculamos la probabilidad de que el rgimen muera tamo si la desigualdad aumenta como si disminuye. Descubrim os que la expectativa de vida de las democracias con desigualdad en descenso es de S.| aos aproximadamente, mientras que la expectativa de vida de las democracias con desigualdad creciente es de unos n aos (estos nmeros iueron elaborarlos a partir de 599 antis democrticos, con 262 aos de desigualdad en aumento y 337 de desigualdad en descenso). Advirtase que estos descubrimientos contradicen la idea de que las presiones distributivas amenazan la supervivencia de la democracia: la gente espera que la democracia reduzca la desigualdad de ingresos, 3' las democracias que lo hacen tienen mayores probabilidades de sobrevivir.

    Clim a internacional

    Los tactores econmicos no son los nicos que afectan a la durabilidad de la democracia. D e hecho, las condiciones internacionales predicen la supervivencia del rgimen mejor que el nivel de desarrollo. Si bien no podemos distinguir estadsticamente los diferentes mecanismos por los cuales el clima internacional se transmite a los pases singulares, el total de dem ocracias en la regin y en el mundo afectan de forma separada a la supervivencia de la democracia de cualquier pas singular: cuanto mayor sea la cantidad de democracias en el globo y en la regin durante un ao, ms probable es que la democracia de un pas singular sobreviva. E l efecto global es aproximadamente dos veces ms im portante que el regional, pero estos descubrimientos indican que el contagio opera de forma independiente de la influencia directa de los gobiernos occidentales y de las diferentes instituciones internacionales.

    Aprendizaje poltico

    A m enudo se afirma Rusia es un ejem plo predilecto cjuc la ausencia de tradiciones dem ocrticas im pide la consolidacin de las nuevas instituciones dem ocrticas. A la inversa, se sostiene que la de-

    14. E d w a r d N . M u ller, D e m o c ra c y . E c o n o m ic D evelo p m e n t, and In com e In e

    q uality)', Am erican Sociological R eview , 53, 1988, pgs. so -68. 93

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    6 mocracia es ms estable en pases que com o Chile han gozado de una vigorosa tradicin dem ocrtica en el pasado. L o que este argumento pasa por alto es que si un pas tuvo un rgimen dem ocrtico (ntese el pretrito de la conjugacin verbal), es veterano no slo de la dem ocracia sino tam bin de su subversin exitosa. El aprendizaje poltico, en otras palabras, acorta am bos caminos. A los dem cratas puede resultarles ms sencilla la tarea de la consolidacin cuando encuentran tradiciones pasadas a las cuales recurrir, pero las fuerzas antidem ocrticas tam bin cuentan con una im portante experiencia de la cual extraer lecciones: la gente sabe que es posible derribar la dem ocracia y puede incluso saber cm o hacerlo. E l hecho de que el golpe fracasado de los duros rusos en 1991 fuera ms un coup de thtre que un coup d tal quiz se deba a que los conspiradores sim plemente no saban a qu se enfrentaban una ignorancia por la cual fueron justamente ridiculizados por sus expertos colegas latinoam ericanos.

    Es menor la expectativa de vida del rgimen democrtico de cualquier pas cuya historia registre un derrocamiento de la democracia. En la medida en que se concreta el aprendizaje poltico, parece ser que las lecciones que las fuerzas antidemocrticas extraen de anteriores exp eriencias subversivas de la democracia son ms electivas que las tradiciones en que pueden descansar los demcratas.''

    E l efecto de las instituciones

    Las dem ocracias no son todas iguales. Los sistem as de representacin, los m odos en que se dividen y supervisan los poderes y los m todos de organizar los intereses, as como las doctrinas legales y los derechos y deberes asociados a la ciudadana, pueden variar considerablemente entre regmenes generalm ente considerados dem ocrticos. Estas diferencias, expresadas en los detalles de las instituciones, generan efectos que dos siglos de reflexin e investigacin todava no nos han perm itido entender de form a acabada. Estam os muy lejos de poder responder a la pregunta que Rousseau form ulara en su C onstitucin de P o lo n ia : Q u instituciones tienen qu efectos bajo qu condiciones histricas?

    Deberamos esperar que la dem ocracia sea ms duradera bajo un sistema institucional que bajo otro? Nuestro anlisis adopta un solo criterio de clasificacin de los sistemas institucionales democrticos: el que distingue al parlamentarismo del presidencialismo (dejamos de lado los sistemas mixtos porque representan una muestra demasiado pequea como para elaborar una proposicin robusta). Concretamente, pondremos a prueba la hiptesis de Juan Linz, quien ofrece varias razones por

    96

    15. N te se nu evam en te la afin idad co n el descu b rim ie n to de L o n d re g a n y P o o lc ,

    P o v e rty , the C o u p T r a p , and the S eizu re o f E x e c u tiv e P o w e r : los golpes alim entan los

    golpes.

  • las cuales las democracias parlamentaristas deberan resultar ms resistentes que las presidencialistas."'

    Uno de los argumentos de Linz es que la apuesta es mayor en los sistemas presidenciulisras, dado que la carrera por la presidencia slo puede tener un nico ganador. Linz observa que un candidato presidencial derrotado carece de rol en la poltica y muy probablem ente ni siquiera sea miembro de la legislatura, mientras que en un sistema parlamenta- rista el candidato ai primer ministerio ser el lder de la opos'icin.'7 Adems, es probable que el mandato del cargo pblico legalmente establecido en un sistema presidencialista sea ms largo que el esperado en lu sistema parlamentariste. Finalmente, en un sistema presidencialista el jele del ejecutivo es a la vez la cabeza del estado, con lo cual puede presentar los intereses de sus partidarios como el inters nacional y socavar la legitimidad do la oposicin.

    !,a segunda razn por la cual las democracias presidencialistas pueden ser menos durmieras es que cuentan con mayores probabilidades de provocar una parlisis legislativa. Este tipo de parlisis puede ocurrir en ambos sistemas: bajo c! parlamentarismo cuando no se logra form ar una coalicin n a ) oritaria y bajo el presidencialismo cuando el legislativo es controlado poi una mayora hostil al presidente pero no lo suficientemente grande corno para revocar sistemticamente el veto presidencial.En los sfoem as presidencialistas, el ejecutivo, en virtud de su m andato legalmente lijado, puede sobrevivir junto a legislaturas hostiles, de modo que el bloqueo recproco de sus poderes es un resultado posible.(lom o observara el gran escritor poltico ingls del siglo xtx W alter Bagehot. cuando aparece una diferencia de opiniones, el poder legislativo se ve obligado a luchar contra el ejecutivo, y el ejecutivo a luchar contra el legislativo; y es muy probable que la contienda se mantenga hasta L conclusam de sus mandatos."' En varios sistemas presidencialistas contemporneos, la principal lnea de conflicto poltico se traza

    V . S o n ' ! n / , - V ! i . ' I V n b o ! P ro !,l/n ria li-, 111, Joan.-::! a f ein o c n u y , i, in viern o i l i i [ -mis , i - i : i v .< ] !h- V i r t u c s v i P r e s i v n t i i i l i s n i , jo u tn a l ot D t'm o a vcy . i , tito-

    no do pags. poii Ju.iii f I .un . v ! T i. a -o .ic \ . I YoMiicntiiil :' P arlam en tare - D oes lt M a k e Dj-

    V r e u o c ." ib.gn p vjru fo m -> |.tn. A . on Pulirical Partios in the Sou th ernC u n e, li.v- v P o n Lm -rn aik -iu ! ( orer lor Scholurs, W ash in gto n O .C ., 1984. C 1 argu m en to 1 j. 1 in* ; s ciiiic . J o [H*i Sco ti Muinw afin g > M aithevv Sh u gart. Ju a n Lin z,Pivsn!on?ial>ni and D enm e; .k y: ( tica! p p risa l , W 'orkin g P ap er n 2 0 0 ,1 lelen K ellogg In siu te un' iiic!-i'i.i' 111 n! S tu d ics, b n ir e rs u v oJ N o ir e D am e, 1993.

    i v >'a lie" iC g e iv i ' ! . L n g li-h C o n su n u o n : T h e C a b in e t . en A re n d Lijp h art

    li .ib tp ', .\ lJrcM,k >r. Gota a im c n t , O x fo r d , O x fo r d U n iversitvPrcz-o i } v g . 18. la eo>a\ n de 1SS4 de W o o d r o w W 'ilson. C o m m itte e o r C ab in e t G o - \ 01 nm enr.m : ivim p- eso en el m ism o libro), ex p o n e un argu m en to sim ilar al d e B ageh o t.

    T a m b i n se puede e n c o n n .ir en la com pilacin J e Lijp h art un anlisis d e la estructura

    poltica de los e s t a jo s [/n id o s realizado pea el C o m m itte e o n the C on stitu cion al System

    con m o tive del b u en ien n rio de la indepenJe*ncia. L l C om m itte e seala q u e la sep ara

    cin d e p od eres, co m o p rin cip io de la estru ctu ra co n stitu cion al, nos ha servid o efectiva

    m en te p ara p reven ir la tirana y el ab u so d e los altos cargo s en el go b iern o, p ero lo ha he

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    89-1

    08

  • entre el presidente y el congreso ms que entre los diferentes partidos. Bajo este tipo de condiciones, nadie puede gobernar.

    La form acin de mayoras legislativas es ms frecuente en sistemas presidencialistas que en sistemas parlamentaristas: se alcanza el 57,9% de las veces en los primeros y el 49,0% en los segundos. 1 Feto en el 24,2% de los aos presidencialistas, el partido ms im prtame ocup menos de la mitad de los escaos en la legislatura y mas de la teicera parte. D ado que tpicamente la proporcin requerida para revocar un veto presidencial es de dos tercios, estos datos indican que son comunes los deadlocks ejecutivo-legislativo en los presidencialismos. Ll prom edio de partidos efectivos es aproxim adam ente el mismo en los dos sistemas: 340 en el parlamentarismo y 3,05 en el presidencialismo. Con iodo, la fraccionalizacin extrem a el caso en que ningn partido controla ms de un tercio de los escaos es ms frecuente en el presidencialismo (se verifica en el 18% de los casos) que en el parlamentarismo (se registra en el 8,9% de los casos).

    E s correcta la observacin de Linz en cuanto a la durabilidad de los diferentes diseos institucionales. Durante el perodo considerado, murieron 14 dem ocracias parlamentaristas (o el 28% de 50 casos). Slo m uri una dem ocracia mixta (el 12.5% de 8 casos), y murieron 24 dem ocracias presidencialistas (el 52% de 46 casos Id" Entre aquellas dem ocracias que murieron durante el perodo estudiado, los sistemas parlam entarios duraron un prom edio de 8 anos, mientras que los presidencialistas duraron 9 aos. Pero los sistemas parlam em aristas todava en pie en 1990 eran mucho ms viejos: llevaban 43 aos prom edio de duracin contra 22 de los sistemas presidenciales. La probabilidad de que una dem ocracia presidencialista muriera en cualquier ao de nuestro estudio fue de 0,049; Ia probabilidad de muerte de la parlatnenta- rista fue de 0,014. Si esta diferencia parece pequea, pensemos en trminos de expectativas de vida: la dem ocracia tiene una expectativa de vida de menos de 20 aos si es presidencialista y de yr aos si es parla- mentarista.

    La diferencia en la durabilidad no es un efecto de los niveles de desarrollo en que operan los regmenes parlamentaristas y los presidencia- listas. Mientras los sistemas parlamentaristas se ubican en torno del promedio de los pases ms ricos, las democracias presidencialistas son menos duraderas en casi todos los niveles. Excluyendo a los pases cuya poblacin en 1990 era inferior al milln tic personas (muchos de ios cuales tienen sistemas parlamentarios) nada cambia: las tasas de riesgo las

    19. N te se q ue siem pre nos referim os slo a la p o rci n del p artid o m s im p o rta n

    te en la legislatura, haya sido o no el m ism o p artid o del p resid en te. E n lo> E sta d o s U n i

    dos, d esd e 1968, el control de al m enos una de las cm aras del co n greso estu vo en m anos

    d e un p artid o diferente del q ue o cu p a b a la p resid en cia el 8 u % del tiem po.

    20 . M a in w arin g registr las q uiebras dem o crticas d esd e 1945, y en co n tr 7 d e

    rru m b es de p residen cialism os, 19 de parlam entarism os y 4 bajo sistem as m ixtos. P resi-

    d en talism , M u itip artism , and D e m o cra cy: T h e D ificu lr C o m b in a tio n , C.omparaiive Political Studies, 26 , 1993, pgs. 198-228.

  • probabilidades condicionales de que un rgimen muera dado que ha sobrevivido hasta entonces son exactam ente las mismas. Esta diferencia tampoco se debe a rasgos ocultos en Amrica latina: de hecho, los regmenes presidencialistas de Amrica latina viven mucho ms tiempo que los de otras regiones, exceptuados los Estados Unidos. D e modo que no es porque se encuentran en Amrica latina que las democracias presi- dencialistas tienen vidas ms cortas.

    Scott Mainwnring, como Alfrecl Stepan y C indy Skach, tambin est en lo cierto: es menos probable que las democracias sobrevivan cuando combinan presidencialismo con un sistema de partidos fragmentado.21 La combinacin del presidencialismo con una legislatura en que ningn partido cuenta con la m arora es el beso de la muerte: las democracias con este compuesto tienen una expectativa de vida de slo 15 aos. Las democracias presidencialistas en que un partido s cuenta con la mayora legislatix a pueden esperar vivir 26 aos. E l deadlock, una situacin en la cual los escaos del partido ms importante representan entre un tercio y la mitad del total, es an ms nocivo para los regmenes presidencialistas. Su tasa de mortalidad es de 0,091 (lo cual equivale a una e x pectativa de vida de 11 aos) cuando sufren un deadlock , mientras que desciende a 0,038 (una expectativa de vida de 26 aos) cuando escapan de l. Per otra parte, los informes acerca de los sistemas parlamenta- ristas apoyan el argumento de Scoll M aimvaring y Matthew Shugart, segn el cual los sistemas parlamentaristas con partidos disciplinados y un partido con la mayora legislativa, oponen la menor cantidad de controles al poder ejecutivo, y en consecuencia promueven la lgica de el ganador se lo lleva todo" con ms fuerza que los sistemas presidencia- listas.21 Las mayoras formadas por un solo partido no favorecen la supervivencia de las democracias parlamentaristas: si un solo partido o b tiene la mayora de los escaos en la cmara baja, su expectativa de vida es de 55 aos, mientras que los sistemas parlamentaristas en que ningn partido alcanza la mayora cuentan con una expectativa de vida de 111 aos. Con todo, esta diferencia no es estadsticamente significativa.

    Qu capacidad tienen los distintos diseos institucionales para hacer frente a las crisis econmicas? Cuando la economa declina durante un ao en particular, las democracias parlamentaristas mueren a una tasa de 0,039: pueden esperar vivir 26 aos en esas condiciones. Cuando la economa crece, su tasa de mortalidad es de 0 ,0 0 7 ) 'su expectativa de vida llega a los 143

    21. M n n w arin g, Presidcn tialM n in P atn A m e ric a , l.cfm America Research Re- vif'iu, 25, 1990 , pgs. 15 7 -179 . A lire d Step an y C in d y S k a ch . M eta-In stitu tio n al F ram e- W orks and D e tn o cra tc C o n s o lid a ro n , W orld Rohtics, 4 6 ,1 9 9 3 . pgs. 1-22.

    22. iVJainw arin g y Sh u gart, en Ju a n L in z , P residen tialsm , and D e m o cra cy , estn

    de acu erd o co n L in z en q ue es el parlam en tarism o m ayoritarista, y no el p resid en cialis

    m o, 1c q ue agran d a las apuestas polticas, C o n to do, a pesar de que los sistem as parla- m entarlos m ayoritaristas duran m enos q ue los m in oritarisias, la vid a de las d em ocracias

    parlam en rarbtas. sean J e l tipo q u e sean, es m s larga q ue la de los regm enes presid en

    cialistas. Sin e m b a rg o , 110 sabem os si esta diferencia se debe a la in tensidad de los co n

    flictos polticos.

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    aos. De modo que los sistemas parlanientari.stas son vulnerables a las crisis econmicas. Los sistemas presidencial stas son menos sensibles, pero mueren a tasas mucho ms altas bajo cualquier tipo lie condiciones. Caan do la economa declina, mueren a una tasa tic o.y6.j lo cual equivale a una expectativa de vicia de 16 aos. Cuando la economa crece, mueren a una tasa de 0,042 y su expectativa de vida es de >.4 aos. Jai democracia es vulnerable rente a la crisis econmica en amitos sistemas institucionales, pero los sistemas presidencialisras que pozan de buenas condiciones econmicas tienen menos probabilidades de sobrevivir que los sistemas parlament aristas que tienen problemas con su economa.

    El anlisis estadstico refuerza la evidencia a favor de! parlamentarismo. La expectativa de vida de los sistemas presidencialisras depende del nivel de desarrollo, del crecimiento ecotu.mico y de la presencia de mayoras legislativas. Quiz ms sorpr*. ndeme sea que el anlisis estadstico confirma que los sistemas presidencial islas son a!lamento vulnerables a Jos deadlocks legislativo-ejeciuivos. En contraste, en los sistemas parlameuta- ristas ni la distribucin de escaos ni e! crecimiento econmico son predic- tores estadsticamente significativos de la supervivencia de la demociacia.

    Asimismo, las estadsticas conlirnuu que los regmenes presidoncialis- tas tienen menos probabilidades de sobreviv: .11 aquellos pases que en 1950 todava no haban alcanzado la independencia do cual es otra numera de decir en pases lucra de la regin latinoamericana), mientras que los sistemas parlamentarios tienen uU-n ticas probabilidades de soi>revi\ ii tanto en los pases viejos como en los nuevos, A su vez. slo ios sistemas parlamentarisras son sensibles a a fragmentacin tnica de su poblacin. Pero este efecto, aunque estadsticamente signilicativo, implica slo una minscula diferencia en trminos de expectativa ele ' ida. Una vez mas, !a< democracias presidencialisras sor. simplemente mas quebradizas.

    A modo de resumen, la supervivencia de ias democracias electivamente depende de sus sistema institucionales. 1 .os regmenes parla- mentaristas duran ms, mucho ms, que los pivc-idi-ncialistas. Las instituciones electorales que fomentan la formacin de mayoras aumentan las probabilitlades de supervivencia de los presidencialismos: los sistemas presidencialisras que padecen J c a J lo c h legislativos son particular mente dbiles. Am bos sistemas son vulnerables a un pobre desarrollo econmico, pero las democracias presidi-ncialist-.ts. incluso cuando su economa crece, tienen menos probabilidades de sobreviv! que os sistemas parlamentaristas con una economa en contraccin. La evidencia de que la democracia parlamentarista vive por ms iu ipo \ bajo un m.i vor espectro de condiciones qtie la dcir.ocr.idit prou.oficialista paro. o. en consecuencia, incontrovertible.

    Lii eleccin J e instituciones

    Dado que las dem ocracias parlamentarisras tienen ms expectativas de vida, es desconcertante por que tantas dem ocracias adoptan instituciones presidencialistas. Q u determina la eleccin inicial de

  • instituciones democrticas.-* Parte im portante de la respuesta puede ser iluminada echando un vistazo a la historia. Los pases que tuvieron m onarquas pero 110 experim entaron revoluciones, transfirieron la responsabilidad gubernam ental desde la corona al parlam ento y arribaron a esquemas parlamentaristas. Los pases en que la m onarqua fue abolida (Francia en 1848 y 1875, Alem ania en 1919) y las colonias que se rebelaron contra poderes m onrquicos (los Estados L u id o s y los p ases de Am rica latina entre fines del siglo xvin y principios del xix) reemplazaron las m onarquas con presidentes. Com o Simn Bolvar dijera, elegimos monarcas que llamamos presidentes. Los pases que se libraron de la dominacin colonial tras la Segunda G uerra M undial, tpicam ente heredaron el parlam entarism o de las potencias colonizadoras. De lorma caracterstica, sin em bargo, estos mismos pases instituyeron sistemas presidenciales tras el derrum be de la prim era dem ocracia. Tam bin es caracterstico que las dem ocratizaciones de las dictaduras retuvieran el presidencialism o.

    Segn nuestro recuento, de los 45 pases que se democratizaron entre 1974 y 1990, 19 adoptaron sistemas presidencialistas, 13 eligieron el parlamentarismo y 3 optaron por sistemas mixtos. En tanto las apuestas polticas son ciertamente mayores en el presidencialismo, resulta difcil encontrar la razn de que se opte por este sistema si los partidos polticos estn perfectamente informados y procuran evitar riesgos. Una e x plicacin podra ser que los partidos son indebidamente optimistas: todos proyectan ganar las elecciones y suponen obtener la presidencia. De todas maneras, no creemos que la eleccin del presidencialismo sea nicamente decisin de los partidos polticos.

    Advirtase que casi todos los pases que tuvieron experiencias democrticas antes de la tercera ola eligieron el ltimo diseo institucional democrtico vigente.11 Esta continuidad, particularmente en Amrica latina, puede satisfacer a quienes prefieren buscar explicaciones en la cultura o la tradicin/1 Sin embargo, es ms probable que refleje cierta persistencia del rol de las fuerzas armadas, que parecen preferir los regmenes presidencialistas, quiz porque dichos regmenes ofrecen una clara jerarqua. Esta razn es suficiente para que los militares negocien a favor del presidencialismo cuando la cuestin de las futuras instituciones democrticas aparece en la agenda de la transicin. Los patrones empricos pare-

    i;,. S G P ak b tn hic del parlam entarism o (19^0-1955} al p resid en cialism o (1972-

    1 9 ~(>' \ \ oivin sil p .laiu, n i.i'isn io en 1 0 S S . S lo G h a n a . N igeria , C o re a del S u r (que fue

    u.'Ki d em o cracia [..irkuiKiirari-ta poi un ano, en io 6 o } y T u rq u a eligieron un sistem a prc-

    sidencialista despue*- de hsilvr e x p erim e n tad o dem ocracias parlam entaristas. F in a lm e n te, slo Su n n n in o p t por un sistem a m ixto d esp u s d e h ab er ex p erim e n tad o la d e m o

    cracia pat lam ciitarista.

    2 4 . F s r e e s e l a rg u m e n to d e l N ig c r ia n C o n s titu c i n D r a ft in g C n m m it te e d e 1 9 7 6 :

    '

  • cen apoyar esta conjetura: mientras de los 17 regmenes democrticos que reemplazaron a dictaduras civiles, 10 establecieron un sistema presidencialista, de las 28 democracias que sucedieron a dictaduras militares, fueron 22 las que eligieron esa opcin. Com o la proporcin de presidentes que reemplazaron a dictaduras militares es abrumadoramente mayor que la de los que relevaron a dictaduras civiles, el presidencialismo parece ser, al menos en parte, una herencia del gobierno militar.

    Tom ando en cuenta que es ms probable la adopcin de un sistema presidencialista tras la cada de un rgimen militar, la pregunta obvia es si todos estos descubrimientos referidos a la longevidad de las dem ocracias presidencialistas no son espurios. La democracia puede ser ms frgil cuando adopta un sistema presidencialista precisamente porque este complejo institucional es elegido cuando los militares intervienen de form a activa en la poltica. En parle, esto es efectivamente as: mientras que la expectativa de vida de las dem ocracias presidencialistas que suceden a dictaduras civiles es de 24 aos, las que reemplazan a dictaduras militares pueden esperar vivir por slo 17 aos, Pero las dem ocracias parlamcntaristas que suceden a gobiernos militares duran mucho ms: 71 aos. 1 Por lo tanto, parece ser el presidencialismo per se lo que debilita la democracia.

    Si dejamos de lado las instituciones heredadas de los gobiernos coloniales, el nivel de desarrollo de un pas durante su transicin dem ocrtica parece tener cierto impacto sobre la eleccin institucional: entre 1950 y 1990, el nivel de desarrollo prom edio en que se eligieron instituciones parlamcntaristas fue de $2.945, mientras que se opt por instituciones presidencialistas en un nivel promedio de $2.538. Las modalidades de la transicin, al menos si para diferenciarlas lomamos en cuenta huelgas y otras formas de protesta social (segn las concibe Arthur S. Banks), parecen no afectar a la eleccin institucional."'

    Nos detenemos en el momento de la transicin porque el marco institucional particular tiende a persistir una vez establecido, como si fuera a prueba de renegociacin. Com o parece indicar el reciente referndum brasileo, en el que la poblacin rechaz la propuesta de adoptar instituciones parlamentaristas, la dilicultad de cambiar sistemas institucionales complejos reside en que generalmente se favorece el status quo, cualquiera que sea. Si los prom otores del cambio ofrecen slo un eslgan, parlamentarismo, entonces los defensores del status quo pueden exigir conocer los detalles del nuevo esquema institucional; si los promotores del cambio oirccen estos detalles, entonces los defensores del status quo pueden siempre encontrar innumerables defectos en

    25. S lo dos d em o cracias p arlam cn taristas su ced iero n a d ictad u ras civiles y m u rie

    ron antes de 1991. S u ex p ectativa de vid a es de 22 aos, pero el p eq u e o n m ero de casos

    d ism in u ye sign ificativam en te la fiab ilid ad de este pro n stico .

    26. V e r B an k s. C ro ssS a tio n c 77ne-,SV>u,1> Ditfd A rch iv . I.n trc las 35 transicion es posteriores a 1973, las instituciones p arlam entaristas fu ero n elegidas en 13 casos en un n i

    vel p ro m ed io d e $ 3 .4 14 , y las p residen cialistas en 19 casos en un nivel p ro m ed io de $2.59 1,

    h acien d o q ue el efecto resulte ms p ro n u n ciad o .

  • el nuevo sistema. A lo largo del perodo 1950-1990, se registraron slo tres instancias en que los regmenes democrticos modificaron su sistema institucional: Francia cambi en 1958 el parlamentarismo por un sistema mixto; Brasil en 1960 tambin adopt un sistema mixto, pero el esquema reemplazado era presidencialista. La experiencia brasilea dur slo tres aos: en 1963 retorn al presidencialismo. Ambas transformaciones se desarrollaron en circunstancias excepcionales. Los pases que adoptan instituciones presidenciales cuando transitan a la democracia quedan adheridos a ellas.1"

    C o n c l u s i o n e s

    Nuestro descubrimiento central es la importancia de los factores econmicos en la sustentabilidad de las democracias. Mientras la teora de la m odernizacin se equvoca cuando supone que el desarrollo impulsado por una dictadura conduce a la democracia, Lipset tiene razn cuando sostiene que una vez instalada en 1111 pas rico, la democracia tiene mayores probabilidades de sobrevivir. Incluso encontramos que una vez que un pas es lo suficientemente rico, con un ingreso per cpita de ms de $6.000 anuales, la democracia subsistir con seguridad, pase lo que pase. Adems, mientras los factores internacionales y las instituciones polticas son importantes para la durabilidad de la democracia en los pases con menos recursos, el desarrollo econmico sigue siendo crucial: de hecho, la democracia tiene mayores probabilidades de sobrevivir en una economa en expansin con un ingreso de menos de S i.000 per cpita que en un pas cuyo ingreso per cpita es de entre S i.000 y $4.000, pero con una economa en contraccin. Las democracias pueden sobrevivir incluso en las naciones ms pobres si se las arreglan para impulsar el desarrollo, s reducen la desigualdad, si el clima internacional es propicio y si cuentan con instituciones parlamcntaristas.

    Por varias razones, sin embargo, sta no es una conclusin optimista. La pobreza es una trampa. Pocos pases con un ingreso per cpita anual inferior a los $1.000 logran desarrollarse, no importa cul sea su rgimen poltico: su tasa de desarrollo prom edio es inferior al 1% ; muchos experim entan una prolongada declinacin econmica. Cuando los pases pobres se estancan, cualquier expresin democrtica que aparezca tiende a morir rpidamente. La pobreza alimenta la pobreza y la dictadura.

    1 7 . listo no sign ifica q u e los pases que ad o p taro n instituciones presden cialistas

    durante I r reciente transicin a la d em o cracia deberan intentar m udarse inm ediatam en

    te al p arlam en tarism o. C u a n d o la eleccin institucional form a parte de la agen d a p o lti

    ca, los co n flicto s sustan tivo s, in cluso los m enores, tienden a p revalecer sobre las cu estio

    nes in stitucionales. Hstas situaciones son peligrosas para la dem o cracia , pues im plican

    que n o existen reglas claras q u e guen la resolucin de los co nflictos sustantivos. D e

    m o d o q ue tener un sistem a institucional claro y estable es m ejor que tener uno p e ro d o .

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  • La eleccin institucional ofrece una salida parcial a esta trampa: los sistemas parlamentaristas en los pases ms plices, aunque no dejen de ser trgiles, cuentan con casi el doble de probabilidades de sobrevivir que las democracias presidencialistas. y con el cudruple de probabilidades cuando la economa atraviesa un perodo de expansin, (ion todo, dado que parece que los pases pobres tienden a elegir el presidencialismo, poco alivio ofrece la ingeniera constitucional. Igualmente escaso es el consuelo que olrece el aprendizaje poltico. La mayora ele los pases que retornan a la democracia recuperan sus constituciones del pasado, aun cuando nunca funcionaron, como en Argentina, donde la primera sucesin presidencial viol la letra de la Carta Magna revivida/'

    Finalmente, 110 encontramos evidencias de consolidacin. Una democracia llega a consolidarse si su tasa re riesgo disminuye con la edad, de modo que, como Robett Dalil sostuv o, las democracias tienen mayores probabilidades de sobrevivir si ya llevan un tiempo en lun- eionamiento/'' Encontram os cierta evidencia a lavor de este argumento, pero tambin que las democracias son heterogneas. Si se mantiene controlado el nivel de desarrollo, la heterogeneidad desaparece y las tasas de riesgo se independizan de la edad, lo cual implica que para determ inado nivel de desarrollo, las democracias cuentan con las mismas probabilidades de morir, cualquiera que sea su edad. Dado que las dem ocracias tienen muchas ms probabilidades de sobrevivir cuando operan en pases desarrollados, estos descubrimientos indicaran que las tasas de riesgo caen porque los pases desarrollan sus economas, y no porque una democracia ejercitada tenga mayores probabilidades de mantenerse en ejercicio.

    Por cierto, no pensamos que la consolidacin sea meramente una cuestin de tiempo, cierto tipo de habituacin o institncionaJiza- cin' mecnica. Descubrimos que las democracias tienen mayores pro-

    28. 1.a co nstitucin de tXq estab lece que el p eriod o enere l;i eleecion y l:i asuncin

    presidenciales d ebe .ser de n ueve m eses, pun que los eleerores del interior del p.is pue

    dan llegar a tiem po a buenos A ires. L a transferencia del presiden te K a l A lon sn al p re

    sidente electo C.arlos M en em fue adelan tada to m o resultado de un acu erd o sellado ba|o

    la presin de una crisis ntfaconnriu.

    29. l l o b c r i A . D a h l , T r a n s i t o n s l o D e m o c r u c v a . c o m u n i c a c i n a! s i m p o s i o s o l u c

    V e l ic es o D e m o c r a c v . U n i ' . c i s i r v of l / .n ron, C e n i e r l o r Inte ; n a t ion a l S u id ics . m - m de*

    m arzo d e 1990.

    ;o. G u ille rm o O 'D o n n c ll, en Purrial In stiiu u o n alizaion : l.atin A m e rica and l.l

    s e v h c r e , trabajo presen tado a la co n jeren cia so b re

  • habilidades de sobrevivir en niveles ms altos de desarrollo. Pero tambin encontramos que las democracias pueden sobrevivir si impulsan el desarrollo econmico y si logran controlar las presiones distributivas con cierta inflacin y reduciendo la desigualdad de ingresos. Esto no implica negar que las instituciones son importantes: de hecho s lo son, y no slo el parlamentarismo y los sistemas electorales, sino tambin otras que dejamos de lado por falta de espacio. La capacidad de la democracia para sobrevivir es tanto una cuestin de relaciones y medidas polticas como una cuestin de suerte. Sin embargo, a la inversa, si las democracias llegaran a consolidarse, no importa por qu razn, entonces deberamos observar que en cualquier nivel de desarrollo el mero paso del tiempo resta posibilidades a su derrumbe, (lomo no encontramos evidencias en este sentido, concluimos que consolidacin es un trmino vaco.

    En suma, el secreto de la durabilidad democrtica parece hallarse en el desarrollo econmico; reside en una economa que crece, no bajo una dictadura como la teora dominante en la dcada de 1960 supusiera , sino dentro de un rgimen democrtico basado en instituciones parlamentaristas.

    A p n d i c e : c l a s i f i c a n d o r e g m e n e s

    Definimos la democracia como un rgimen en el cual la ocupacin de los cargos gubernamentales es el resultado de elecciones com petitivas. Slo si la oposicin tiene permitido competir, ganar y ocupar los cargos, el rgimen es democrtico. Puesto que se centra en las elecciones, sta es obviamente una definicin minimalista.

    Esta definicin tiene dos partes: cargos y competencia. En ningn rgimen todos los cargos del gobierno son ocupados mediante elecciones. Lo que es esencial para considerar dem ocrtico a un rgimen es que dos tipos de cargo sean ocupados por medio de elecciones: el cargo de jele del ejecutivo v los escaos del cuerpo legislativo efectivo.

    La competencia viene dada por la existencia de una oposicin que tiene ciertas posibilidades de ganar los cargos del gobierno como consecuencia de las elecciones. Tomarnos literalmente el dictum de Przewors- ki segn el cual la democracia es un sistema en que los partidos pierden elecciones: si esta caracterstica del sistema est en duda, consideramos democracias slo a aquellos sistemas en que los partidos gobernantes efectivamente perdieron las elecciones. La alternancia en los cargos constituye evidencia prima /a ci de la competencia.

    La competencia, a su vez, implica tres rasgos: 1) incertidum bre ex ante, 2) irreversibilidad ex post, y 3) repetibilidad.

    Con incertidumbre ex ante nos referimos a la existencia de cierta probabilidad positiva de que al menos un miembro de la coalicin gobernante pierda el cargo en alguna ronda electoral. Incertidumbre no es sinnimo de impredecibilidad: las probabilidades electorales de cada partido son habitualmente conocidas. Todo lo que se necesita para que los resultados sean inciertos es que algn partido en el gobierno pueda perder.

  • Con irreversibilidad ex post nos referimos a la seguridad de que quienquiera que gane las elecciones podr asumir el gobierno. En un rgimen democrtico, el resultado de las elecciones debe ser irreversible aun si gana la oposicin. La consecuencia prctica de este atributo es la exclusin tanto de las elecciones fraudulentas como de los periodos de liberalizacin. Tpicamente, la liberalizacin es un proceso en el que los regmenes dictatoriales procuran una apertura con'rolada del espacio poltico. Cuando fracasa esto es, cuando la oposicin se impone . la liberalizacin es a menudo sucedida por la proscripcin. De modo que no existe la certeza de que la oposicin vaya a poder celebrar su victoria.

    E l ltimo atributo de la competencia es la existencia de la expectativa de que se repitan las elecciones. Quienquiera que gane una ronda electoral no puede emplear su cargo para eliminar la posibilidad de que alguna de las fuerzas polticas en competencia gane la prxima vez. La democracia, como en cierta ocasin dijera Juan Linz, es gobierno pro leu/pare. T o dos los resultados polticos deben ser temporales: los derrotados no pierden el derecho a competir en el futuro, a negociar de nuevo, a ejercer influencia sobre el legislativo y presin sobre la burocracia o a recurrir a los tribunales. Ni las provisiones constitucionales son inmutables; las reglas tambin pueden ser cambiadas si se siguen las reglas.

    Operacionalmente, un rgimen fue clasificado como democracia si no cumpla algunas de las cuatro reglas formuladas abajo. (Con respecto al tiempo, procedimos de la siguiente manera: computamos el rgimen que prevaleca al final de cada ao, aun si hubiera llegado al poder el 31 de diciembre, como, por ejemplo, la dictadura que se impuso en Nigeria en 1983. Las transiciones al autoritarismo estn signadas por un coi

  • diferentes grados de libertad a la oposicin y un mismo partido siempre gana. Existen ciertos regmenes que no pueden ser inequvocamente clasificados sobre la base de toda la evidencia histrica: no hay manera de determinar si los representantes polticos hubieran permitido que se celebraran elecciones de no estar seguros de que iran a ganar. En tales casos debemos decidir qu error prelerimos evitar: clasificar como democrticos regmenes que pueden no sedo o negar la credencial dem ocrtica a regmenes que pueden merecerla. La posibilidad de equivocarnos es inevitable; el problem a es en qu sentido. Aqu decidimos equivocarnos desde el lado conservador, negando el carcter dem ocrtico a regmenes que. aunque no cumplen las reglas anteriores, s observar. la siguiente:

    Regla 4. Error Je ! tipo 11. Los funcionarios permanecieron en sus cargos gracias al proceso electoral por ms Je Jos man Jatos o sin ser elegidos, y basta el momento o basta su derrocamiento no perdieron ninguna eleccin.

    A lo largo de todo este anlisis, nos centramos en la democracia. Consideram os la dictadura simplemente como una categora residual, que quiz seria mejor denominar no democracia. A pesar de que a menudo escuchamos que la democracia es una variable continua, aqu insistimos en dicotomizar los regmenes polticos. 1) Si bien algunas democracias son ms democrticas que otras, a menos que se compita por los cargos, ningn rgimen debera ser considerado democrtico. Kenneth A. Bollen y Robert W. Jackm an, en su ensayo aparecido en la American Sociological R eview en 1989, Democracy, Stability and D ichotomies. confunden el argumento segrn el cual ciertas democracias son ms democrticas que otras con la idea de que es posible distinguir el grado de dem ocracia en cualquier par de regmenes. 2) La idea de que deberamos como Bollen y Jackm an sugieren en su anlisis de los casos lmite ubicar los casos que no pueden ser inequvocamente clasificados en una categora intermedia, a mitad de camino entre la democracia y la dictadura, parece ridicula. 3) Los casos lmite no son ms que errores sistemticos o errores aleatorios. Los errores sistemticos se pueden subsanar con reglas explcitas, como nuestra regla del error tipo II, y sus consecuencias pueden ser evaluadas estadsticamente. Una vez que adoptamos esta decisin, la clasificacin es inequvoca. 4) Por otro lado, ciertos errores aleatorios con respecto a las reglas son inevitables y debemos convivir con ellos. Pero no existen razones a priori para pensar que una clasificacin ms refinada cometer menos errores de medicin. Una escala ms fina cometera menores errores pero en mayor cantidad, una escala ms esquemtica generara errores mayores aunque en menor cantidad. Si la distribucin de las observaciones acertadas es unimodal y se acerca a la simetra, una clasificacin ms refinada sufrir errores menores, pero de hecho las observaciones de todas las escalas policotmicas tienden a adoptar una forma de U, con lo cual la clasificacin dicotmica es ms conveniente. ro7

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  • Cualquiera que sea la peculiaridad de nuestras realas, la clasifica- cin resultante ditiere en escasa medida de los enfoques alternativos: la escala Coppedge-Reinecke para i