PROPUESTAS PEDAGÓGICAS E INVESTIGATIVAS SOBRE...
Transcript of PROPUESTAS PEDAGÓGICAS E INVESTIGATIVAS SOBRE...
PROPUESTAS PEDAGÓGICAS E INVESTIGATIVAS SOBRE CULTURA DE PAZ
EDUCACIÓN PARA LA PAZ Y NO VIOLENCIA
Mireya Quintero Romero. Magister en Investigación Social Interdisciplinaria, Magister en
Infancia y Cultura, Especialista en Infancia, Cultura y Desarrollo. Universidad Distrital Francisco
José de Caldas. [email protected]
Resumen
El artículo presenta los resultados del análisis de algunas investigaciones y propuestas
pedagógicas sobre Cultura de Paz en el ámbito educativo. Desde la metodología de análisis de
contenido se identificaron conceptos y apuestas pedagógicas que fomentan la educación para la
paz en la escuela. Se halla que la escuela es considerada como campo social para el desarrollo de
la cultura de paz a partir de la transformación pacífica del conflicto, la disminución de la
violencia y haciendo de la infancia y la juventud los precursores de la paz.
Palabras clave: Violencia, conflicto, no violencia, educación para la paz, cultura de paz.
Abstract
The article presents the results of the analysis of some investigations and pedagogic proposals
on Culture of peace in the educational ambience. From the methodology of analysis of content
there were identified concepts and pedagogic bets that encourage the peace education in the
school. One finds that the school is considered to be a social field for the development of the
culture of peace from the pacific transformation of the conflict, the decrease of the violence and
doing of the infancy and the youth the precursors of the peace.
Keywords: Violence, conflict, nonviolence, peace education, culture of peace.
Resumo
O artigo apresenta os resultados da análise de algumas investigações e propostas pedagógicas
da Cultura da paz na ambiência educativa. Da metodologia da análise do conteúdo houve
conceitos identificados e as apostas pedagógicas que estimulam a educação de paz na escola.
Cada um encontra que se considera que a escola é um campo social do desenvolvimento da
cultura da paz da transformação pacífica do conflito, a redução da violência e a realização da
infância e os jovens os precursores da paz.
Palavras-chave: Violência, conflito, não-violência, educação de paz, cultura de paz.
Introducción
En el caso concreto del territorio colombiano, la violencia toma fuerza desde hace más de
cincuenta años, considerándose como un fenómeno relacionado con el conflicto armado y el
narcotráfico, lo que ocasiona desplazamiento, pobreza y desigualdad social; realidades que
afectan directamente la cotidianidad de las familias y por ende de las escuelas (Pecaut, 2003). Sin
embargo, el tema por la Cultura de Paz en Colombia ha ido creciendo en los últimos años,
principalmente desde la firma del acuerdo de paz (Acuerdo Final para la Terminación del
Conflicto y la Constitución de una Paz Estable y Duradera, 2006); presentado como un proceso
que no es competencia exclusiva de las partes firmantes, sino que es un compromiso social.
En consecuencia, la escuela pasa a ser el escenario en el que puede desarrollarse un entorno de
paz (Montaño, 2015). Este hito en la historia de Colombia ha despertado el interés de
investigadores en proponer estrategias que promuevan el respeto y el reconocimiento del otro;
especialmente en el contexto escolar que es considerado como un contexto en donde los
diferentes tipos de violencia y sus consecuencias se viven diariamente e influye en todos los
miembros de la comunidad educativa (Cruz, 2008).
El acercamiento a las propuestas pedagógicas e investigaciones se consolida como un aporte a
las estrategias pedagógicas que pretenden transformar el contexto violento del ámbito escolar.
Teniendo en cuenta lo anterior el problema de la investigación se encamina a la identificación,
caracterización y análisis de diferentes propuestas investigativas sobre la Cultura de Paz y
Noviolencia en el ámbito escolar. En este sentido, el análisis de los trabajos busca dar respuesta a
¿cuáles son las características de algunas propuestas pedagógicas e investigaciones sobre cultura
de paz y noviolencia desarrolladas para el ámbito escolar?
El objetivo general se basó en identificar y caracterizar algunas propuestas pedagógicas e
investigativas sobre Cultura de Paz y Noviolencia en el ámbito escolar a través del análisis de
contenido, que dé cuenta de las estrategias que se establecen para este campo. Para dar
cumplimiento a este objetivo se formulan los siguientes objetivos específicos:
- Clasificar algunos trabajos sobre Cultura de Paz, Educación para la Paz y la Noviolencia
enfocados al ámbito escolar.
- Identificar las posturas de los diferentes trabajos sobre Cultura de Paz, Educación para la
Paz y Noviolencia.
- Describir el tipo de propuestas planteadas para promover la Cultura de Paz en la Escuela.
En el artículo se presenta los resultados de la indagación de la siguiente manera: en un primer
apartado se hace un acercamiento a los conceptos sobre las categorías, que se hace necesario para
apoyar la búsqueda realizada; luego de esto se explica la metodología del trabajo que es de corte
cualitativo con una metodología de análisis de contenido; seguido a ello se presentan los análisis
y resultados. En el apartado de fundamentos sobre la paz, se presenta las diferentes perspectivas
que presentan los trabajos sobre las categorías iniciales y por último se desarrollan las
conclusiones generales de la investigación.
Referente Teórico
En el proceso de la investigación se consolidó una serie de categorías que necesitaron definirse
para fortalecer el análisis de las propuestas pedagógicas e investigaciones que aquí se presentan.
Lo anterior le otorga significado a la investigación ya que parte comprender los procesos de paz
en la escuela como fundamento para desnaturalizar la violencia: principio que se encuentra en los
diferentes trabajos analizados.
El ejercicio de la paz debe comprenderse como un proceso que busca modificar la cultura que
naturaliza la violencia y para comprender sus dimensiones es necesario acercarse a los
significados de la violencia. En palabras de López (2012) “la cultura de la violencia tiende a
naturalizar y a hacer imperceptible una visión crítica del mundo, admitiendo sus iniquidades,
desajustes o sus injusticias” (p.19). Desde una perspectiva teórica Weberiana (1979), la violencia
es un medio propio del Estado para mantenerse como asociación política; es decir, el Estado
reclama para sí el monopolio de la violencia legítima, haciendo que las demás agrupaciones se
sometan su disposición y las que no, se obligaran a través de la violencia legítima. En este
sentido, para dicho autor, el monopolio de la violencia es el “medio exclusivo” del Estado para
mantener el poder cuando los tipos de dominación, no encuentran obediencia y disciplina en las
otras asociaciones.
La naturalización de la violencia se comprende desde múltiples factores; para Galtung (2004), la
violencia directa se manifiesta en el comportamiento y tiene sus raíces en la violencia cultural,
que consiste en cualquier aspecto dentro de una sociedad que promueva la legitimación de la
violencia; y en la violencia estructural, entendida como una afectación u obstáculo para satisfacer
las necesidades básicas humanas. A partir de esta tipología, se define la violencia como la
privación de los Derechos Humanos, la reducción del nivel de satisfacción de las necesidades
básicas y las amenazas; teniendo como consecuencia la reproducción de más violencia y por ende
su naturalización.
La violencia es compleja de definir, lo que lleva a encontrar definiciones diversas que,
“reconocen el carácter multifacético del fenómeno, al cual le adjudican variados orígenes,
alcances y efectos, pero ha ocupado su atención cuando su presencia sale de cánones ya
aceptados y/o naturalizados” (Castañeda & Torres, 2015, p.8). Otras definiciones contemplan la
violencia como un fenómeno que acompaña a la sociedad humana desde los tiempos más
remotos; como forma de vida, traspasa a la familia, los medios de comunicación, la vida social y
la escuela; sin embargo, cada sociedad en sus múltiples manifestaciones, recrea patrones y
modelos de relaciones sociales violentas, por lo que su expresión se modifica de acuerdo con la
realidad histórico-social, tornándose el fenómeno más o menos visible debido a que existen
conductas y formas de relaciones violentas que, al naturalizarse, pasan a ser habituales y llegan a
legitimarse, lo cual hace más difícil su reconocimiento en el plano social. (Rodney & García,
2014, p. 41)
En relación con lo anterior, la violencia está presente en la vida de la sociedad y así lo
confirman entidades como la Organización Mundial de la Salud OMS, en su informe sobre la
violencia y la salud (2002), que afirma que “la violencia está tan presente, que se la percibe a
menudo como un componente ineludible de la condición humana, un hecho ineluctable ante el
que hemos de reaccionar en lugar de prevenirlo” (p.4). Luego la define “como el uso deliberado
de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra
persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones,
muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” (p.5).
Ante esta realidad existen alternativas para resolver situaciones adversas y están relacionadas
con la percepción del conflicto. La tendencia a asumir el conflicto como destructor, lo convierte
en un elemento negativo que debe evitarse, pues como lo plantea Funes (2000) se relaciona
“automáticamente a la manera en que se suelen resolver, es decir, mediante la violencia, la
eliminación o anulación de una de las partes. Además, existe la idea muy extendida de que hacer
frente al conflicto implica invertir mucho tiempo” (Funes, 2000, p.92). Sin embargo, el conflicto
presenta múltiples opciones, como lo afirma Fisas (1998) “El eje central es el conflicto, en
abstracto, del que surgen diversas ramificaciones que pueden ser positivas, si llevan semillas de
paz, o negativas cuando portan semillas de odio y destrucción (p.17); es decir, el conflicto no
siempre tiene una consecuencia negativa o violenta, y puede tramitarse con la intensión de
obtener resultados positivos.
Otras definiciones enfatizan el conflicto como una necesidad humana básica en el desarrollo
de la identidad, la seguridad, la participación y el bienestar de la persona. El conflicto es un
hecho relacionado con la vida en sociedad, evidenciado en las confrontaciones constantes dadas
en la historia de todas las culturas, siendo el causante de los cambios de la dinámica de la vida
humana (Silva, 2008). Tal definición lleva a relacionar el conflicto con convivencia, en palabras
de Reyes & García (2015) “la convivencia por sí misma es causa generadora de los conflictos, ya
que al relacionarnos con otras personas, necesariamente existirán diferencias de intereses,
opiniones o necesidades que en determinado momento pueden generar conflicto; lo que resulta
inevitable” (p.29).
En esta perspectiva, la cultura del conflicto “se refiere a las normas, prácticas e instituciones
específicas de una sociedad relacionada con la conflictividad”. (Ross, 1995, p. 44); es decir, que
la cultura establece lo que los miembros de un grupo social pueden valorar como importante y las
formas e instituciones en que será protegido. Para Serrano (2010) “Teniendo en cuenta la
multitud de factores que inciden en la formación de la personalidad y el carácter de ser humano,
es normal que se produzcan conflictos; lo que no es normal, ni propio del ser humano, es que
estos terminen convirtiéndose en violencia” (p.147)
Según Ross (1995), “el conflicto ocurre cuando las partes se hallan en desacuerdo con
respecto a la distribución de recursos materiales o simbólicos y actúan movidas por la
incompatibilidad de metas o por una profunda divergencia de intereses” (p.38). Para su
resolución, debe tenerse en cuenta las conductas y motivaciones que se encuentran en un
conflicto y comprenderlo desde todas sus dimensiones; proceso que permitiría considerarlo parte
de la evolución humana y de las dinámicas sociales. Mesa (2009), refuerza esta idea al afirmar
que “El conflicto no es positivo ni negativo en sí mismo, lo que es importante es la forma en que
se regulan o transforman estas incompatibilidades, si es de una forma destructiva o constructiva”
(p.1); lo que ofrece una visión del conflicto como una fuerza de desarrollo social que promueve la
creatividad en la conformación de las relaciones humanas.
El conflicto entendido como parte de la naturaleza humana y como motor de diversas
transformaciones sociales, no debe entenderse como algo anómalo para las personas y las
sociedades ante bien “Los conflictos no son casuales, sino producto sistemático de la estructura
de la propia sociedad. Según esta idea, el orden social sólo existe dentro de una evolución. Las
oposiciones y pugnas constituyen un principio estructural de la sociedad” (Dahrendorf, 1962). Al
entenderse el conflicto de este modo, significa que siempre estará presente en la vida del ser
humano, haciéndose necesario trabajar para su transformación y no para omitirlo o evitarlo.
(Entelman, 2002). En este sentido, el conflicto “tiene su origen en las necesidades enfrentadas e
insatisfechas. El hecho de no enfrentarlo y no resolverlo da lugar a que comience la dinámica del
conflicto, en la cual se va añadiéndola desconfianza, los temores, la incomunicación, los malos
entendidos, etc. (Contreras, 2014. p.111)
En esta línea Galtung (2003), propone una triada del conflicto: En el nivel manifiesto se sitúa
la conducta que es la parte visible del conflicto, y en el nivel latente las actitudes/ presunciones y
las contradicciones que son la parte teórica deducible del conflicto y este puede iniciarse en las
actitudes (agresividad) o en la conducta negativa (predisposición a la agresión), a través de
sentimientos hostiles o como percepción negativa del otro. El dilema o la disputa son los átomos
del conflicto, contradicciones necesarias para que este se geste; es decir, en el conflicto debe
evidenciarse una contradicción palpable no sólo teniendo en cuenta el estado de tranquilidad o
intranquilidad del sujeto–actor; sino que “tiene que darse entre ambas una contradicción
identificable que pueda ser utilizada para formular hipótesis razonables sobre la estructura total y
su dinámica en circunstancias diversas” (Galtung, 2003, p.111).
El conflicto como dinámica social activa, permite acercarse a formas alternativas para su
transformación, que se agrupan en lo que se ha denominado Noviolencia1. La Noviolencia es
identificada con “una forma de prácticas socio – política, como todo un conjunto de estrategias y
procedimientos de lucha, forcejeo y presión político–social” (López, 2004). Este concepto tiene
estrecha relación con el conflicto ya que la “Noviolencia es una actitud que se asume frente al
conflicto, cualquiera que este sea. La mejor manera de comprender o asumir la Noviolencia es a
partir del conflicto mismo. Pues de la forma en que se aborde éste dependerá también su
comprensión y la manera de asumir la Noviolencia” (López y Ruiz, 2006, p.19). La Noviolencia
entones “es una forma de transformar el conflicto: nos incita a ser creativos, identificando tácticas
y estrategias que nos llevan a conseguir nuestros fines, sin la eliminación, perjuicio o daño del
otro”; Es un proceso que además busca “la transformación social y cultural. Ésta empieza desde
el nivel más personal: un rechazo abierto a la violencia, no solo a su uso estructural, sino al
ejercicio cotidiano” (Fernández y Trujillo, 2011, p.13).
La Noviolencia implica reconocer los derechos del otro y defender que la verdad es cambiante
y diversa o en términos populares, es entender que la última verdad es la penúltima mentira. Por
1 No violencia, no – violencia o Noviolencia, son terminologías que se han utilizado en diferentes momentos
históricos y en algunos casos se usa indistintamente de su intención. Sin embargo, El término Noviolencia, propuesto
por Aldo Capitini, se refiere al concepto ahimsa propuesto por Gandhi y pretendía que su semántica no dependiera en
su totalidad del término violencia (López, 2004).
ello la convergencia de diversas realidades, conlleva al uso del diálogo para promover la verdad,
el respeto, los derechos y el uso de mecanismos alternativos Noviolentos (López y Ruiz, 2006).
En palabras de Martínez Hincapié (2010) “la Noviolencia nos sugiere este camino de la
humanización del otro como ruta hacia la deconstrucción de la violencia como método, a partir
de deshacer el dualismo de los buenos y malos” (p.37). Significa que la Noviolencia es una
respuesta al conflicto que reconoce al otro en su dignidad, dando paso a la creatividad para
resolver situaciones adversas. Su puesta en práctica, plantea modificar las relaciones violentas;
propone límites móviles que aparecen y desaparecen y nuevas formas de relacionarse sin
fronteras y sin muros que parecían imprescindibles (Martínez, 2010).
En este sentido, se evidencia que la definición de la Noviolencia “encuentra denominadores
comunes “con otras realidades y construcciones mentales y sociales (humanismo, democracia,
etc.), se desarrolla junto a otros conceptos que le son colaterales con los que dialoga y se
enriquece (justicia, libertad, etc.), marca distancia con otras nociones con las que puede verse
confundida (pasividad indiferencia, etc.)” (López, 2010, p.306)
El ejercicio de la Noviolencia busca consolidar una cultura de paz. Para la Asamblea General
de las Naciones Unidas (1999); la cultura de paz es “un conjunto de valores, actitudes tradiciones,
comportamientos y estilos de vida” donde el respeto a la vida, a la soberanía, a los derechos
humanos, el compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos, con el desarrollo sostenible del
ambiente y la adhesión a los principios de libertad, justicia y democracia, entre otros; son la
esencia de la cultura que se desea establecer (Resolución 53/243, Declaración y Programa de
Acción sobre una Cultura de Paz). Así, la Noviolencia es la base para su construcción, al buscar
una “nueva concepción teórica, ética y deontológica, que permita tener los conocimientos, las
aptitudes o habilidades y las actitudes para idear nuevas formas de convivencia social basada en
la solidaridad, la justicia y el respeto al ambiente” (Benavidez de Pérez, 2017, p.33).
El establecimiento de una cultura de paz basada en el ejercicio de la Noviolencia se da a
través de la educación; ideal que es apoyado por la UNESCO en su Declaración y Plan de Acción
Integrado sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia, en la que se
prioriza la garantía de las libertades, los Derechos Humanos, la democracia y la paz, a través de
una educación que fomente valores y comportamientos acordes a una cultura de paz y el ejercicio
de estrategias no violentas para resolver los conflictos (UNESCO, 1995). En palabras de Cerdas-
Agüero (2015) “Esta se va construyendo cada día en torno a la realidad individual y social; en
este devenir, es trascendental la educación para la paz como un proceso que permite transformar
las personas y las realidades, para que cada quien asuma la paz como una práctica en sus
relaciones cotidianas” (p.151).
Metodología
El enfoque metodológico de la presente investigación es el enfoque cualitativo que “posibilita
desarrollar y concentrar los paradigmas históricos, hermenéuticos, crítico–social, constructivista,
complejo y dialógico, que en la indagación se desarrolla a partir de diseños emergentes y
convergentes que se van estructurando durante el proceso de búsqueda” (Cifuentes, 2011, p. 15).
El enfoque cualitativo busca la comprensión de un contexto social para establecer descripciones
detalladas de la situación, hacer una aproximación global para captar la realidad social y avanzar
en la comprensión de la forma en que se construye la realidad social (Cifuentes, 2011).
La metodología empleada para puntualizar las temáticas de interés es el análisis de contenido,
que se centra en “la lectura (textual o visual) como instrumento de captura de información,
lectura analítica que a diferencia de la lectura común debe realizarse siguiendo el método
científico, es decir, debe ser, sistemática, objetiva, replicable, y valida” (Abela, 2000, p.2). El
análisis de contenido cualitativo profundiza en el contenido de cualquier comunicación a través
de diversos instrumentos de compilación, y para el caso del presente rastreo este método permitió
interpretar y profundizar en el contenido de las propuestas pedagógicas e interpretativas sobre
cultura de paz y Noviolencia.
Como técnica de recolección de información se procede a la búsqueda en bases de datos y
repositorios de universidades, teniendo como categorías de búsquedas: educación para la paz,
cultura de paz y Noviolencia. Una vez compilada la información a partir de las categorías
mencionadas se clasifica la información a través de mallas para organizar la información y definir
las categorías a la luz del material seleccionado y desarrollar el análisis y los resultados finales.
El proceso metodológico se inicia con la recolección de tesis y artículos relacionados con las
categorías, su respectiva clasificación y sistematización en mallas según el tipo de documento, la
población quien se dirige y el tipo de investigación que plantean los trabajos. Seguido a esto el
análisis se establece a partir de las definiciones de las categorías que ofrecen las investigaciones y
las propuestas que exponen en relación con la cultura de paz, educación para la paz y
noviolencia. Teniendo en cuenta lo anterior se elaboran las conclusiones y se procede a la
construcción del artículo.
Análisis y resultados
La sistematización parte de la clasificación de informes que aparecen en los repositorios de las
Universidades de Colombia principalmente, que enfatizaran en propuestas pedagógicas o
investigativas sobre cultura de paz en la escuela, enfocados en la Noviolencia en su mayoría. Se
tuvieron en cuenta trabajos realizados a partir del año 2003, lo que permite definir 15 trabajos que
cumplen con los parámetros, de los cuales 3 hacen parte de investigaciones internacionales, y 12
a nivel nacional.
Se encuentra que el tema de cultura de paz, es abordado por diversas áreas, evidenciado en los
trabajos de grado estudiados que corresponden a los programas de Doctorado, Maestría y
Pregrado y artículos en las que se aplican diferentes conocimientos de área en este tema. Dentro
del análisis se hallan los siguientes programas que han desarrollado trabajos sobre cultura de paz:
Doctorado en Educación Moral y
Democracia
Doctorado UNED
Maestría en Investigación Social
Maestría en Infancia y Cultura
Maestría en Educación
Maestría en Educación artística
Maestría en Estudios Políticos
Maestría en Derechos Humanos
Maestría en estudios para la paz y
resolución de conflictos
Pregrado licenciatura en Filosofía
Pregrado Licenciatura en filosofía
Cuatro artículos que profundizan
en la conceptualización desde la
investigación.
Dentro de la variedad de programas que profundizan en la cultura de paz, se enfocan
principalmente en el ámbito escolar y en su mayoría son investigaciones con estudiantes; seguido
de propuestas pedagógicas y por último investigaciones con docentes. Es importante destacar que
el interés por acercarse a la cultura de paz y la Noviolencia ha crecido de forma considerable,
teniendo en cuenta tres aspectos: el primero, la normatividad, programa y proyectos que se ha
implementado en los colegios, tales como: el decreto 1620 de 2013, la Cátedra de paz o el
proyecto HERMES, que pretenden mejorar la convivencia en la escuela; segundo, desde la firma
del acuerdo de paz en Colombia se da paso a cuestionamientos sobre sus implicaciones, y,
tercero, y teniendo en cuenta los dos puntos anteriores, se han abierto en los últimos años
programas académicos, en especial de maestría, sobre estudios de paz.
Los objetivos de las investigaciones indagan sobre diversos ámbitos; dentro de los que se
encontraron:
Indagar sobre los imaginarios que promueven una cultura de paz descritos en los
trabajos de Quimbay (2018) y Cañón (2019)
Desarrollar de talleres que promueven una cultura de paz y mejorar la convivencia, en
los trabajos de Núñez (2013), Gil y Rodríguez (2018) y Becerra y Forero (2019)
Indagar sobre representaciones sociales sobre violencia y paz en las investigaciones de
Flórez y Obando (2018) y Henao, López y Mosquera (2014)
Analizar iniciativas que parten del ámbito pedagógico hacia otros contextos sociales,
aparece en los objetivos de los trabajos de Cruz (2008) y Posada, Briceño y Munar
(2017)
Analizar e investigar sobre programas y proyectos sobre cultura de paz aplicados en el
ámbito escolar en los trabajos de Vásquez, Villanueva, Rico y Ramos (2005), Cobano
– Delgado y Terrón (2008) y Velásquez (2014)
Aplicar propuestas de otras disciplinas que promuevan la cultura de paz mencionadas
en Serrano (2011) y Guete, Pineda y Zambrano (2011)
Analizar experiencias pedagógicas en el trabajo de Montaño (2015).
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA
Las preguntas guía de las investigaciones y artículos se enfocaron en los imaginarios y
representaciones de los jóvenes y docentes sobre la violencia, el conflicto y la cultura de paz; las
propuesta pedagógicas que promuevan una cultura de paz en la escuela, dentro de las que se
encuentran las artes (Gil y Rodríguez, 2009) y la tecnología (Guete, Pineda y Zambrano, 2011);
Otras investigaciones se enfocan en las posibilidades de vivir en un mundo civilizado y los
valores y comportamientos que se requieren para tal propósito; la efectividad de programas y
experiencias en la promoción de la cultura de paz y la construcción de ciudadanía. Los enfoques
de las preguntas investigativas y los objetivos corroboran que la cultura de paz debe tener su
origen en la escuela y en una educación que “abarca diversos espacios no violentos en los cuales
priman el respeto y reconocimiento de la dignidad humana; es, además, un proceso político, que
busca transformar el ejercicio del poder para tener relaciones más igualitarias, solidarias y
equitativas” (Cerdas– Agüero, 2015, p.151).
En cuanto a los enfoques metodológicos que presentan las propuestas e investigaciones, en su
mayoría son de corte cualitativo, teniendo como resultado que 12 de los 15 trabajos son
investigaciones cualitativas; 1 de investigación cuantitativa y 2 que combinan los enfoques
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN
cualitativos y cuantitativos. Específicamente en los artículos encontramos que 3 de ellos tienen
un enfoque cualitativo y 1 de enfoque cuantitativo.
ENFOQUE METODOLÓGICO NÚMERO DE TESIS
CUALITATIVO 12
CUANTITATIVO 1
CUALITATIVO - CUANTITATIVO 2
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA
Los trabajos de enfoque cualitativo pretenden consolidar un proceso interpretativo de
indagación, sobre las experiencias de las personas, sus actitudes, sus acciones, sus sentimientos
o su organización y características culturales (Gil y Rodríguez, 2018); es decir que parte de la
realidad, se define desde las interacciones humanas y desde los significados que le asignan a sus
diversas experiencias (Becerra y Forero, 2019), para luego comprenderla desde la perspectiva de
sus agentes. Los horizontes metodológicos de las investigaciones de enfoque cualitativo se
centran en el método etnográfico (Becerra y Forero, 2019; Guete et al., 2011; Cobano – Delgado
y Terrón, 2008); Etnografía escolar (Quimbay, 2018; Serrano, 2011); Estudio de caso (Flórez y
Obando, 2018); horizonte socio - crítico (Gil y Rodríguez, 2018); Sistematización de
experiencias (Posada et al., 2017); Exploratorio, descriptivo y cartografía social (Montaño, 2015);
análisis descriptivo (Velásquez, 2014); narrativas (Henao et al., 2014); y el método socio afectivo
(Núñez,2013).
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
HORIZONTES METODOLÓGICOS DE INVESTIGACIONES CUALITATIVAS
MÉTODO ETNOGRÁFICO
ETNOGRAFÍA ESCOLAR
ESTUDIO DE CASO
HORIZONTE SOCIO - CRÍTICO
SISTEMATIZACIÓN DEEXPERIENCIAS
EXPLORATORIO DESCRIPTIVO
El trabajo de enfoque cuantitativo, se expone en el artículo de Vázquez et al. (2005); quienes
afirman que al hacer uso de la investigación cuantitativa, y el horizonte observacional,
comparativo y transversal, lograron evidenciar las actitudes y percepciones que la comunidad
educativa tiene frente a la violencia y no violencia. El instrumento de trabajo fue la encuesta y el
análisis de resultados se realizó con el programa EPI- INFO 2002, software de base de datos que
emplean profesionales de la salud pública para el control y prevención de enfermedades, con el
cual “se estudiaron la distribución de las frecuencias, las mediadas de tendencia central y de
dispersión así como la prueba Chi cuadrada para comparar resultados, esta última con un nivel de
confianza del 95 por ciento” (Vásquez et al., 2005, p. 1057).
Las investigaciones que combinan los enfoques, se centran principalmente en el enfoque
cualitativo, pero se valen de herramientas cuantitativas para realizar gráficos y estadísticos que
apoyaran el proceso de investigación, bajo el argumento de que su combinación apropiada facilita
y mejora la investigación (Cañón, 2019). Para Cruz (2008), “el proceso de investigación en el
ámbito de las ciencias humanas y sociales, requiere de manera indispensable ambas perspectivas,
pues una no puede funcionar sin la otra” (p.225). Es así que las investigaciones sobre cultura de
paz se enriquecen con el aporte de los enfoques ofrecidos por la investigación social
interdisciplinaria. Los horizontes metodológicos de las investigaciones cuantitativas se basan en
la etnografía y a su vez en la estadística (Cañón, 2019); y en la mayéutica y hermenéutica (Cruz,
2008).
La población tratada en las propuestas e investigaciones se pueden clasificar en tres grupos: el
primero, dirigido a niños entre los 6 y 18 años de edad; el segundo grupo son los docentes y
padres de familia; y el tercero son organizaciones sociales que apuestan por la educación;
adicionalmente sólo 1 tiene en cuenta otros miembros de la comunidad educativa como lo es el
personal administrativo y de servicios (Vázquez et al. 2005). Dentro de los contextos en los que
se desarrollan se encuentran principalmente instituciones públicas y sólo 1 se aplica en
instituciones privadas; seguido de organizaciones sociales católicas (Cobano – Delgado y Terrón,
2008); y de experiencias pedagógicas indígenas y campesinas (Montaño, 2015).
Fundamentos para una Cultura de Paz
Los fundamentos teóricos que presentan las propuestas e investigaciones, resaltan que la
cultura de paz se construye a partir de la educación para la paz, basada en valores y actitudes que
faciliten la transformación del conflicto y el fortalecimiento de relaciones pacíficas. Los trabajos
exponen su perspectiva sobre los temas que implican una cultura de paz, que son Violencia y
conflicto; Noviolencia, Cultura de Paz y Educación para la Paz.
En la mayoría de trabajos, al tratar el conflicto se define a su vez la violencia, ya que el
conflicto se confunde generalmente con violencia. El conflicto entonces tiene una connotación
negativa el cual hay que evitar (Becerra y Forero, 2019), y su ausencia total es considerada una
paz permanente (Flórez y Obando, 2018). A su vez la violencia se entiende como las actitudes o
comportamientos contra el otro que compromete su integridad física, psíquica, moral, y la
vulneración o privación de derechos o libertades (Vásquez et al., 2005); la cual se origina por
causas diversas, se expresa en múltiples formas y presenta fuertes consecuencias para las partes
implicadas y sus contextos.
La violencia es retomada desde la teoría propuesta por Galtung; (Becerra y Forero, 2019;
Flórez y Obando, 2018; Velázquez, 2014 y Cruz, 2008) definiéndola como los ultrajes a las
necesidades humanas reduciendo su satisfacción y a la vida misma, (Galtung, 2003 citado por
Flórez y Obando, 2018). Tal definición incluye una triada de tipos de violencia: directa,
estructural y cultural; donde su engranaje conlleva a su naturalización, y a entender el conflicto
como su sinónimo. Esta concepción de la violencia aterriza en el contexto escolar al especificar
su definición como violencia juvenil (Cruz, 2008) y violencia escolar (Becerra y Forero, 2019;
Gil y Rodríguez, 2018, Henao et al., 2014; Núñez, 2013; Cobano – Delgado y Terrón 2008); en
las que se expone la influencia del contexto en la violencia escolar, en palabras de Henao et al.
(2014) “La violencia escolar es un fenómeno social relacionado con las condiciones y procesos
sociales, económicos y políticos. Se produce como interacciones naturalizadas entre integrantes
de una comunidad educativa” (p.27).
Los trabajos precisan diferenciar los conceptos de violencia y conflicto, este último es definido
como la relación entre personas o grupos que presentan objetivos o percepciones discordantes
(Cruz, 2008); los cuales no deben gestionarse a través de la violencia. Es este punto que los
términos se distancian, al ser la violencia un mecanismo para responder a los conflictos y los
conflictos son situaciones que se presenta en la vida de las personas y las sociedades. A través de
las investigaciones y propuestas la definición de conflicto trasciende, y pasa a considerarse parte
de la vida y las relaciones sociales, como un proceso donde su finalidad es obtener la paz (Flórez
y Obando, 2018). Teniendo en cuenta lo anterior, se establece que el conflicto debe transformarse
por vías pacíficas y evitar el uso de la violencia; de esta forma, en la construcción de una Cultura
de Paz los conflictos son asumidos como parte de la socialización de las personas, ofreciéndoles
la oportunidad de ser creativos para definir respuestas alternativas a la violencia (Henao et al.,
2014).
En este sentido es necesario desaprender la guerra, pero primero hay que conocerla, visualizar
su magnitud y su origen para obtener herramientas históricas y socioculturales, que ofrezcan una
comprensión sobre sus nefastas consecuencias. Lo anterior permite concientizar a las personas
sobre que los valores se aprenden más con acciones que con definiciones y reconocer la
existencia del conflicto para luego identificarlas formas de resolución noviolentas (Flórez, 2000).
La violencia escolar es la evidencia de las múltiples problemáticas sociales que viven los
diferentes grupos sociales, y esto afecta la convivencia escolar y distorsiona la función primordial
de la escuela que es formar sujetos garantes de derechos y con habilidades para la vida; en
palabras de Delors (1994), el sentido y concepción de la educación “debería llevar a cada persona
a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, […] (…) para considerar su
función en toda su plenitud, a saber, la realización de la persona que, toda ella, aprender a ser”.
(p. 91). El problema de la violencia escolar se ha abordado principalmente desde la agresión que
afecta la convivencia escolar de toda la comunidad educativa evidenciando que la violencia se
presenta en cualquier institución educativa y en el aula principalmente como lugar primordial
donde se manifiestan agresiones de diversa índole, basados principalmente en estudiantes
conflictivos, la falta de respeto a la autoridad de los profesores (Parra, González, Moritz,
Blandón y Bustamante, 1992).
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA
Los autores exponen la violencia y el conflicto desde diferentes perspectivas, varias de ellas se
refieren a la violencia desde el conflicto armado en Colombia y sus antecedentes (Cañón, 2019;
Quimbay; Flórez y Obando, 2018; Serrano, 2011; Posada et al., 2017; Montaño, 2015; Cobano –
Delgado y Terrón, 2008; Vásquez et al., 2005); otras se enfocan en sus definiciones y en la
postura de que el conflicto es inherente al ser humano (Becerra y Forero, 2019; Gil y Rodríguez
2018; Flórez y Obando, 2018; Velásquez, 2014; Henao et al., 2014; Guete et al., 2011; Vásquez
et al., 2005); se encuentran las que entienden el conflicto desde su transformación (Becerra y
Forero, 2019; Serrano, 2011, Posada et al., 2017; Núñez, 2013; Cruz, 2008) y Adicionalmente
todas hacen énfasis en la violencia y conflicto escolar.
En cuanto al conflicto escolar, se entiende de la misma forma que otros conflictos, como parte
de la vida misma y del desarrollo del ser humano. Sin embargo, en el ámbito escolar, y como se
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
PERSPECTIVAS SOBRE VIOLENCIA
VIOLENCIACOLOMBIANA
VIOLENCIA INFANTIL
TEORÍA DE LA VIOLENCIA
VIOLENCIA ESCOLAR
PÉRDIDA DE VALORES
menciona anteriormente, tienen una connotación negativa imperante al igual que en la sociedad,
“predomina la concepción tradicional, tecnocrática y conservadora del conflicto; aquella que lo
califica como algo negativo, no deseable, sinónimo de violencia, disfunción o patología y, en
consecuencia, como una situación que hay que corregir, y, sobre todo, evitar” (Jares, 1997, p. 55).
Dentro de los trabajos se encuentra que “al pensar la escuela como un espacio sociocultural en el
cual interactúan diversas visiones de mundo y en done se ponen en juego los más variados
intereses individuales y colectivos, resulta obvio reconocer que el conflicto hace parte
consustancial de ella” (Pinilla, 2009 p. 40)
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
5
PERSPECTIVA SOBRE EL CONFLICTO
PARTE DE LA INTERACCIÓNSOCIAL
CONFLICTO ARMADO
TRANSFORMACION DELCONFLICTO
CONFLICTO INHERENTE AL SERHUMANO
Para tramitar el conflicto debe acudirse a formas alternativas Noviolentas; los trabajos la
presentan relacionada con el concepto de paz (Cañón, 2019; Quimbay, 2018; Gil y Rodríguez,
2018; Posada et al., 2017; Guete et al. 2011; Henao et al., 2014), evidenciando que como
concepto es compleja al no tener una definición evidente y al no puede reducirse a simples
acciones que promuevan la paz (Cruz, 2008). La Noviolencia se considera una filosofía para
actuar y vivir de acuerdo a los principios de paz y los Derechos Humanos (Flórez y Obando,
2018; Velázquez, 2014; Núñez, 2013); y en su totalidad también es definida como un valor
(Serrano, 2011). También se presenta relacionada con el pacifismo y sus representantes: Henry
David Thoreau, Mahatma Gandhi, Luther King o Nelson Mandela, haciendo énfasis en su
acciones de resistencia civil (Cruz, 2008; Cobano – Delgado y terrón 2008). Por último, se
relaciona con la convivencia y específicamente en el ámbito escolar, asumida como el conjunto
de valores que deben ser aplicados en la escuela (Becerra y Forero, 2019; Montaño, 2014;
Vázquez et al., 2005).
Este proceso de noviolencia que parte de la confianza en el otro, desnaturaliza la violencia y
crea conciencia de que en un mundo intercultural no es posible seguir un solo modelo de
Desarrollo Humano para un solo tipo de ser humano. La noviolencia, por ende, lleva a la
construcción de relaciones económicas más solidarias: “Rescatar la solidaridad en cuestión de
inversión no es una mera cuestión económica, implica también una inversión en investigación,
inteligencia, tiempo, energías, proyectos e iniciativas que secunden la solidaridad, para hacer de
esta pretendida globalización algo más humano, más real y menos partidista y sectorializado”
(Elizalde, 2006, p.151)
La Noviolencia se definen como una actitud que se asumen ante el conflicto (López y Ruiz
2006); y desde la percepción ético - polìtica “subvierte la violencia como medio para lograr
transformaciones socio-políticas, desarrollando principios, estrategias y acciones que inciden en
los cambios deseados sin hacer uso de la violencia, sin dañar el adversario o el entorno, y con
profundo respeto por el otro” (Ballesteros, 2012, p52). La comprensión de la Noviolencia se da a
partir del conflicto mismo, pues de la forma en que se aborde éste, dependerá también su
comprensión y la manera de asumir la Noviolencia. Teniendo en cuenta lo anterior, la mayoría de
trabajos establecen una relación entre el conflicto y la noviolencia; lo que ratifica las
afirmaciones de Lanza del Vasto (1981):
“Lo primero que llama la atención en esta primera definición es que no se puede hablar de
Noviolencia mientras no hay conflicto, que no se puede llamar no-violento a aquel que se pone
en lugar seguro mientras que el mundo está en llamas. El que vive tranquilo es quizá no-
violento, pero no puede saberse. Se sabría el día en que estalle un conflicto y se le vea resolver
el conflicto sin recurrir a la coerción ni a la astucia” (p. 16).
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA
Los principio de la paz y la Noviolencia, son la base para consolidar una Cultura de Paz (Gil y
Rodríguez, 2018), ya que le da prioridad a la justicia y los Derechos Humanos para la
consolidación de una convivencia armónica entre las personas y los grupos (Cruz, 2008). La
cultura de paz busca una mejor organización y estabilidad social; una adecuada relación con su
entorno; y que las acciones de las personas se encaminen hacia el bien común alejándose de la
0
1
2
3
4
5
6
PERSPECTIVAS SOBRE LA NOVIOLENCIA
DESDE EL CONCEPTO DE PAZ
DESDE SU COMPLEJIDAD
COMO FILOSOFÍA
COMO UN VALOR
DESDE EL PACIFISMO
DESDE LA ESCUELA
violencia (Flórez y Obando, 2018). En este sentido Galtung (1981) citado por Velásquez (2014),
propone la Paz Cultural como lo opuesto a la cultura de la violencia; la cual debería tener los
elementos para soportar la paz directa y la paz estructural, y sólo cuando existen estos tres
elementos se puede hablar de un entorno de paz donde no exista desigualdad, injusticia y
sometimiento.
La Cultura de Paz también es definida como la regulación pacífica de los conflictos, donde las
partes proponen alternativas para su transformación teniendo en cuenta el bienestar de las partes
involucradas (Flores y Obando, 2018). El desarrollo de una cultura de paz debe promover el
conflicto como inherente a las relaciones humanas, los Derechos Humanos, la participación
ciudadana y el uso de nuevas técnicas para la gestión de conflictos (Gil y Rodríguez, 2018). El
trabajo de Núñez (2013), define la cultura de paz como el conjunto de valores, actitudes,
tradiciones y comportamientos que promueve la libertad, la justicia, la democracia, la tolerancia y
la solidaridad; lo que incluye también el desarrollo sostenible y el respeto por el entorno.
En este sentido, el reto para la sociedad actual es la consolidación y mantenimiento de la
Cultura de Paz, a través del reconocimiento del otro y establecimiento de valores y actitudes
Noviolentas para la gestión de los conflictos y la sana relación con el entorno. Así, “el objetivo de
la cultura de paz consiste en lograr que los valores de paz sean los que rijan las soluciones de los
conflictos inherentes a las relaciones humanas. Una Cultura de la paz implica el aprendizaje de
nuevas técnicas de resolución pacífica de los conflictos” (Gil y Rodríguez 2018, p.40), por ello
los valores y técnicas de resolución pacífica de conflictos son las características particulares de la
Cultura de Paz que la diferencian de la cultura de la violencia y la guerra.
Algunos autores relacionan el concepto Cultura de Paz con convivencia escolar, al ser
considerado como un “proceso en el cual se fortalece y forma al sujeto en habilidades y
capacidades que lo empoderen frente a los desafíos de la cotidianidad” (Becerra y Forero, 2019);
logrando que la escuela sea “un espacio que permite ser, aprender y compartir” (Henao et al.,
20014), donde se forma en valores y actitudes para la convivencia pacífica. La convivencia
escolar es entendida como el conjunto de interacciones entre las personas que son parte de la
escuela y en donde se consolidan diversos procesos y tipos de relaciones (Becerra y Forero,
2019); siendo el lugar propicio para poner en práctica estrategias para la resignificación de la
violencia, el conflicto y del desarrollo de la paz.
Los trabajos afirman que la Cultura de Paz se desarrolla a través de la educación para la paz,
que “se apoya en los instrumentos y mecanismos fundamentales que ofrece la pedagogía en una
sociedad. Se encarga de manera directa o transversal de ofrecer y respaldar búsquedas de
conocimientos, conceptos, dinámicas, ejercicios, relaciones y sobre todo de actitudes positivas”
enfocados en la paz, los valores, los Derechos Humanos, el tratamiento y transformación de los
conflictos (Cruz, 2008, p.154). Es un proceso continuo sobre la concepción de la paz positiva y la
transformación creativa del conflicto a través de la aplicación de diversas metodologías con
características particulares según el contexto en el que se desarrolle, conllevando a la
construcción de una cultura de paz (Velásquez, 2014). En consecuencia, educar para la paz debe
basarse en: la construcción valores sociales y de empatía; saber vivir con los demás; ser el
protagonista de sus propias experiencias; resolver conflictos; promover el desarrollo de un
pensamiento crítico, propiciar el diálogo y la comunicación como estrategia en la resolución de
conflictos; fomentar la tolerancia y la diversidad, así como el desarrollo humano integral (Núñez,
2013).
La educación para la paz debe tener objetivos claros para su establecimiento, de este modo
Amorocho, Giraldo, Granados, Hilaron y Arias (2018), proponen lo siguiente:
La educación para la paz permite identificar tres grupos de objetivos: los primeros
relacionados con la construcción de una paz estructural con justicia y la garantía de
los derechos humanos; los segundos relacionados con una paz cultural con los aprendizajes
para la convivencia, la prevención de la violencia y la construcción de sentido y
corresponsabilidad por una vida digna y buena y finalmente, el tercer grupo incluye
fines relacionados con la paz directa que contribuyan a los aprendizajes para la
transformación pacífica de los conflictos, la construcción de memoria y la inclusión social de
las víctimas y de los victimarios (p. 112).
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA
Propuestas pedagógicas e investigativas sobre Cultura de Paz
Las propuestas pedagógicas e investigaciones, resaltan la importancia de la consolidación de
una cultura de paz, siendo la educación el mejor medio para transmitirla a otros espacios sociales
y debilitar las bases de la violencia. Para ello, se plantean propuestas que evalúan las
percepciones de la violencia y la paz; revisar la incidencia de programas sobre resolución de
conflictos o establecer acciones pedagógicas. Se encuentran tres énfasis: Investigaciones
conceptuales; Investigaciones y análisis de propuestas aplicadas y propuestas pedagógicas –
talleres.
En las investigaciones conceptuales, Flórez y Obando (2018); a partir de encuestas a
profundidad, grupos focales y técnicas gráficas, indagan las representaciones sociales de
violencia y paz en estudiantes de dos colegios distritales. Algunas representaciones encontradas
sobre la violencia son causar daño y necesaria para vivir; y la paz es considerada como un
símbolo y convivir en armonía y se analizan las prácticas de aula identificando dificultades y
posibilidades para consolidar una cultura de paz. Henao et al., (2014), aplican entrevistas
0
1
2
3
4
5
6
7
ÉNFASIS SOBRE EDUCACIÓN PARA LA PAZ
TRANSFORMACIÓN DELCONFLICTO
EDUCACIÓN QUE VINCULA OTROSCONTEXTOS
PRÁCTICAS DE AULA Y MEDIACIÓNPEDAGÓGICA
semiestructuradas y narrativas a estudiantes de tres instituciones educativas de oficiales, para
definir desde la voces de los jóvenes las categorías de violencia escolar, educación para la paz y
convivencia escolar, concluyendo que los jóvenes consideran que el conflicto está ligado a la
convivencia y que la familia debe ser formadora de valores. La concepción de paz es relacionada
por los jóvenes con participación ciudadana y agenciamiento de la paz, asumida desde una actitud
activa y una formación ciudadana.
En las investigaciones y análisis de propuestas aplicadas, Vásquez et al. (2005), analiza la
influencia de la capacitación “eliminación de la violencia” en la comunidad de la preparatoria 2
de Guadalajara. A partir de un cuestionario autoaplicable se evidencia que a pesar de la
capacitación, la violencia se mantiene haciendo necesario la creación de programas para mejorar
la convivencia. De igual forma las definiciones sobre violencia encontradas son respuestas
generalizadas y los programas académicos no permiten abordar a profundidad los procesos de la
no violencia. Cobano – Delgado y Terrón (2008), elaboran un análisis sobre la perspectiva de los
docentes de religión (católicos e Islámicos) sobre cultura de paz; encontrando diferencias en los
conceptos de paz y no violencia, la importancia del trabajo mancomunado entre sectores
educativos y sociales para la formación de los ciudadanos y la satisfacción de necesidades
primarias para consolidar un entorno de paz.
Serrano (2011), realiza un análisis a la Filosofía para Niños y su aplicación en un colegio
femenino de Bogotá para fomentar una educación en la noviolencia. Velázquez (2014), analiza el
impacto del programa de gestión de conflictos escolares “HERMES” en dos colegios oficiales de
Cajicá, a partir de entrevistas a rectores, docentes, y estudiantes. Se concluye que el programa sí
se relaciona con los postulados de una cultura de paz y ha permitido una mayor aceptación de la
diversidad y reducción de la violencia; sin embargo comprenden la paz como la ausencia de
violencia y de los conflictos. Montaño (2015), presenta la historia de dos experiencias
pedagógicas del Valle del Cauca, a partir de la cartografía social desarrollada por sus miembros.
Son propuestas escolares exitosas que empodera a la comunidad indígena y campesina en
proyectos de desarrollo social y económico; siendo la escuela el lugar del que puede surgir una
cultura de paz. Por último Posada et al. (2017), elabora un análisis a los dispositivos en
construcción de paz liderados por la iglesia católica que apoyan iniciativas educativas y sociales
que promuevan la cultura de paz y la no violencia.
Los trabajos de propuestas pedagógicas - talleres, hacen un acercamiento investigativo y sobre
este elaboran su propuesta. Cañón (2019), genera una propuesta desde el teatro foro para
identificar los imaginarios de violencia y paz en niños de 6 a11 años de edad, que consta de 13
módulos aplicados en 25 sesiones en las cuales se realizan entrevistas y un diario de campo para
comprender sus imaginarios sociales y sus propuestas de paz. Se concluye la importancia de la
influencia de la familia y el contexto urbano en la consolidación de los imaginarios de los niños
sobre violencia y paz, distanciándose de las percepciones que tienen los niños que han vivido el
conflicto de forma directa. Por su parte Becerra y Forero (2019), elaboran encuestas a
estudiantes, docentes y padres de familia para hacer una intervención con talleres sobre temas
relevantes de la cultura de paz. Se evidencia que la aplicación de actividades lúdicas permite el
aprendizaje experiencial, posicionando el cuerpo como el primer lugar en el que solidifica una
cultura de paz; sin embargo en los talleres se encuentra resistencia hacia el trabajo de aspectos
emocionales.
Quimbay (2018), elaboran entrevistas y talleres a niños entre los 9 y 12 años de un colegio
distrital sobre sus imaginarios de paz, quienes la consideran como algo posible, que implica lo
individual y lo social y que parte de afrontar los conflictos. Como estrategia los niños elaboran
una propuesta de 12 talleres para ser aplicado en la institución. Gil y Rodríguez (2018), aplican
encuestas a estudiantes de grado séptimo y octavo de un colegio privado, evidenciando que la
violencia es constante y las definiciones sobre violencia y paz no son claras, lo que lleva al
desarrollo de actividades artísticas enfocadas en la fotografía y a danza para reducir la violencia.
Cruz (2008) realiza encuestas a los estudiantes para evidenciar la incidencia de la violencia en
la escuela y luego desarrollar una propuesta de formación que implica otros sectores sociales que
han sido afectados por el conflicto armado colombiano, en la que se concluye que la presencia del
conflicto bélico en la región no permite erradicar la cultura de la violencia. Núñez (2013), genera
una serie de talleres para capacitar a los docentes a sobre la educación para la paz. Finalmente
Guete et al. (2011), elabora una encuesta a docentes sobre educación para la paz y sobres sus
resultados propone un software para promover las competencias ciudadanas.
Conclusiones
En el acercamiento a los trabajos analizados es necesario diferenciar conceptualmente la
violencia del conflicto, la violencia se entiende como las respuestas que causan daño y el
conflicto son las contradicciones cotidianas presentes en las relaciones sociales. Esta
diferenciación hace del conflicto un elemento positivo inherente a la vida del ser humano que
requiere de creatividad para transformarlo. Tal percepción hace frente a la violencia, al reducirla
en su definición a una simple respuesta al conflicto entre muchas otras que existen y que no es la
mejor opción; de esta forma se da paso a instaurar en la cultura los fundamentos de la paz.
La Noviolencia, aunque es nombrada en algunos trabajos, no es definida claramente, y se
presenta indistintamente como paz o cultura de paz. Sólo en dos investigaciones se relaciona con
resistencia pacífica desligándose un poco del ámbito escolar, haciendo referencia a líderes que
hicieron frente a injusticias sin el ejercicio de la violencia. Lo anterior muestra que este concepto
es difuso y que no es diferenciado de otros términos referidos a la paz, creando la necesidad que
desde la investigación social se profundice en la Noviolencia, se expanda como teoría y se
aterrice en contextos sociales como la escuela.
Las propuestas pedagógicas e investigaciones son ricas en análisis y metodologías aplicadas a
la escuela, lo que demuestra que la cultura de paz no es exclusividad de áreas sociales sino que
involucra otras disciplinas. Es importante resaltar la investigación en representaciones sociales
sobre la violencia y la paz, ratificando que en el entramado social existen unas ideas imperantes
de violencia y paz sobre la cual el sujeto interactúa, y sobre las cuales debe trabajarse para
establecer una cultura de paz. Sin embargo, el análisis evidencia que la mayoría de propuestas e
investigaciones, son estructuradas para un corto periodo de tiempo, y no hay continuidad en los
procesos de interiorización de los principios paz. Es fundamental que se establezcan proyectos
sostenibles en el tiempo, de esta manera la educación para la paz tendrá resultados evidentes en la
comunidad escolar y sobre todo debe involucrar a otros sectores sociales
Otra consideración que se manifiesta en las investigaciones es la importancia de la escuela
como campo social para establecer una cultura de paz. Es el lugar donde converge la diversidad,
y se expone a la violencia por el mal manejo del conflicto, y tal situación es la oportunidad para
implementar fomentar principios y valores propios de la cultura de paz. La educación es para la
cultura de paz la forma en que ella puede instaurarse y luego extenderse a otros grupos sociales,
logrando nuevas formas de relaciones sociales que construyan y deslegitimen la violencia
Por último se considera a los niños, niñas y jóvenes, los sujetos pioneros del crecimiento de la
cultura de paz, es en ellos y con ellos que se construye un pensamiento pacífico. En los trabajos
analizados se concluye que es la infancia y la juventud la clave para arraigar la paz, su misión
será reproducirla por medio de acciones y actitudes de reconocimiento del otro. En este sentido el
docente tiene un papel fundamental en la educación para la paz, pues es el agente que ofrecerá las
bases y herramientas del cambio de cultura, a partir de la transformación de su propia
experiencia, su formación, y su creatividad pedagógica. Desafortunadamente el papel de la
familia se explica desde su influencia en la naturalización de la violencia, lo que hace necesario
que pase por un proceso de transformación y de formación para que sea pieza importante del
engranaje de la cultura de paz.
REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS
Abela, J. (2000). Las técnicas de análisis de contenido: una revisión actualizada. Fundación
Centro de Estudios Andaluces, Universidad de Granada, 10(2), 1-34. Recuperado de
https://www.centrodeestudiosandaluces.es/index.php?mod=buscador&op=adv&b_t=Las
+t%E9cnicas+de+An%E1lisis+de+Contenido%3A+Una+revisi%F3n+actualizada&b_a=
&b_e=&b_s=
Amorocho, Giraldo, Granados, Hilaron y Arias (2018). Reflexiones de la educación para la paz
en tiempos de postconflicto en Colombia. Revista de Estudios Socioeducativos. 1(6) 118-
128). Recuperado de https://revistas.uca.es/index.php/ReSed/article/view/S.2.8N6
Asamblea General de las Naciones Unidas. (1999). Resolución 53/243 Declaración Sobre una
Cultura de Paz. Recuperado de https://undocs.org/es/A/RES/53/243
Ballesteros, G. (2012). Noviolencia y desobediencia civil. Desafíos, 24(2), p. 45-68). Recuperado
de https://revistas.urosario.edu.co/index.php/desafios/article/viewFile/2270/1975
Becerra, J. y Forero J. (2019). Hacia una cultura de paz: un modelo para la paz en las
instituciones educativas distritales Aquileo Parra y Carlos Pizarro Leongómez (Tesis de
Maestría). Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.
Benavidez de Pérez, A. (2017). Educación para la paz: un reto insoslayable de la educación
superior en Colombia. En Vallejo, E. (Ed.), Reflexiones interdisciplinarias en torno a la
educación para la paz. (pp. 13-22)
Cañón, A. (2019). Imaginarios de paz en la infancia: una propuesta desde el teatro del oprimido.
(Tesis de maestría). Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá, Colombia.
Castañeda Salgado, M P; Torres Mejía, P; (2015). Concepciones sobre la violencia: una mirada
antropológica. El Cotidiano, 7-19. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32538023002
Cerdas-Agüero, E. (2015). Desafíos de la educación para la paz hacia la construcción de una
cultura de paz. Revista electrónica Educare 19(2), 135-154. doi:
http://dx.doi.org/10.15359/ree.19-2.9
Cifuentes, R. (2011). Diseño de proyectos de Investigación Cualitativa. Buenos Aires, Argentina:
Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico.
Cobano - Delgado, V. y Terrón, T. (2008). La perspectiva del profesorado sobre la cultura de paz
y la no violencia. Estudio comparado de la asignatura de religión en España y Marruecos.
Tendencias pedagógica, 1(13), 107-119.
Contreras, J. Formación para la convivencia. Bogotá, Colombia: Magisterio.
Cruz, A. (2008). Educar para gestionar conflictos en una sociedad fragmentada. Una propuesta
educativa para una Cultura de Paz. (Tesis de Doctorado). Universidad de Barcelona,
Barcelona, España.
Delors, J. (1994). Los cuatro pilares de la educación, en La Educación encierra un tesoro.
México: El Correo de la UNESCO, pp. 91-103.
Elizalde, A. (Diciembre de 2004). Seis tesis y una propuesta a cerca del Desarrollo Humano y la
Noviolencia. Reconciliación y Derechos Humanos: la noviolencia y la resistencia civil
como instrumentos para la reconciliación. Conferencia llevada a cabo en Seminario
Internacional, Bogotá, Colombia.
Entelman R. (2002). Teoría de conflictos: hacia un nuevo paradigma. Barcelona España: Gedisa
editorial.
Fernández, C. y Trujillo, L. (2011). Noviolencia. Manual de introducción a la Noviolencia en la
perspectiva de transformación de conflictos. Bogotá, Colombia: Pax Christi International
–ASBL.
Fisas, V. (1998). Cultura de paz y gestión de conflictos. Barcelona, España: Icaria.
Flórez, Y. y Obando, M. (2018). Prácticas de aula y representaciones sociales sobre violencia y
paz en los grados sexto y séptimo de dos instituciones educativas de Bogotá. (Tesis de
Maestría). Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.
Funes, S. (2000). Resolución de conflictos en la escuela: una herramienta para la cultura de paz y
la convivencia. Contextos Educativos: revista de educación, 3(3), 91-106.
Galtung, J. (2004). Violencia, guerra y su impacto. Sobre los efecto visibles e invisibles de la
violencia. http://red.pucp.edu.pe/wp-content/uploads/biblioteca/081020.pdf
Gil, F y Rodríguez A. (2018). Bionauttas constructores de paz. Propuesta pedagógica:
ecosistemas artísticos de paz para la reflexión sobre la importancia del respeto por la
diferencia en las aulas de clase. (Tesis de Pregrado). Corporación Universitaria Minuto
de Dios, Bogotá, Colombia.
Gobierno Nacional de Colombia, FARC-EP y países garantes (24 de agosto de 2016). Acuerdo
Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y
Duradera. Acuerdo Final. La Habana, Cuba.
Guete, D., Pineda, A. y Zambrano, E. (2011). Aplicación de un programa de educación para la
paz mediante la última utilización de un software educativo, en estudiantes de básica del
distrito de Santa Martha. Revista Praxis 7(1), 103-113.
Henao, R., López D. y Mosquera, O. (2014). Narrativa de jóvenes sobre los sentidos de
convivencia pacífica en la escuela (Tesis de Maestría) Universidad de Manizales,
Manizales, Colombia.
Jares, X. (1997) El conflicto en la organización escolar. Revista Iberoamericana de Educación,
1(15), 53-73. Recuperado de https://rieoei.org/historico/oeivirt/rie15a02.htm
Lanza del Vasto (1978). La aventura de la no – violencia. Salamanca, España: Ediciones
Sígueme
López, M. (2004). Noviolencia para generar cambios sociales. POLIS, Revista Latinoamericana,
3(9), 0. Recuperado de https://journals.openedition.org/polis/7326#text
López, M. (2010). Política sin violencia. La noviolencia como humanización de la política.
Bogotá, Colombia: Universidad Minuto de Dios.
López, M. (2012). Noviolencia. Teoría, acción política y experiencias. Recuperado de
https://www.ugr.es/~mariol/files/publicaciones/libros/1.pdf
López, M. y Ruiz, S. (2006). La Noviolencia: un camino para la reconciliación. Bogotá,
Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá.
Martínez, H., Espejo, J. y Useche, O. (Comp.) (2010). Noviolencia: creando mundos posibles.
Bogotá, Colombia: Corporación Universitaria Minuto de Dios.
Mesa, M. (2009). Paz y seguridad. Recuperado de
http://www.ceipaz.org/images/contenido/16_paz_seguridad_castellano.pdf
Montaño, A. (2015). Retos y desafíos de la escuela para la construcción de una cultura de paz:
experiencias pedagógicas significativas en contextos de violencia Valle del Cauca -
Colombia. (Tesis de Doctorado). Universidad Nacional de Educación a Distancia,
Madrid, España.
Núñez, A. (2013). Educción para una cultura de paz y de no violencia (Tesis de maestría)
Universidad Estatal a Distancia, San José, Costa Rica.
Organización Mundial de la Salud. (2002). Informe mundial sobre la violencia y la salud.
Recuperado de
https://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/world_report/es/summary_es.p
df
Parra, R., González, A., Moritz, O., Blandón, A., & Bustamante, R. (1992). La escuela violenta.
Bogotá, Colombia: Tercer Mundo Editores.
Pecaut, D. (2003). Crisis y construcción de lo público. En: Violencia y política en Colombia.
Elementos de reflexión. (Ed,) Cali, Colombia. Hombre Nuevo Editores-Universidad del
Valle.
Pinilla, A. (2009). Conflicto escolar y formación ciudadana. Apuntes para una lectura agnóstica
de la cotidianidad escolar. Educación y ciudad, 1(17), 37-52. Recuperado de
http://revistas.idep.edu.co/index.php/educacion-y-ciudad/article/view/157
Posada, J., Briceño, P. y Munar Y. (2017). Análisis de experiencias y dispositivos en
construcción de paz desde una perspectiva intergeneracional - intercultural. Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Quimbay, A. (2018). Imaginarios de paz en niñas y niños del colegio Antonio José Uribe en
Bogotá. (Tesis de maestría). Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá,
Colombia.
Reyes, E. & García S. (2015). Convivencia con conflicto y sin violencia en la escuela: la
prevención como estrategia de paz. Ra Ximhai 11(1) 19-32. Recuperado de
https://www.redalyc.org/pdf/461/46139401001.pdf
Rodney-Rodríguez, Y; García-Leyva, M; (2014). Estudio histórico de la violencia escolar.
VARONA, 41-49. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=360636905008
Ross M. H. (1995). La cultura del conflicto: las diferencias interculturales en la práctica de la
violencia. Barcelona, España: Ediciones Paidos.
Serrano A. (2010). Violencia escolar. En Sanmartín J. Reflexiones sobre la violencia. (pp.147-
160). México: Siglo XXI.
Serrano, J. (2011). La educación en la noviolencia, un reto a implementar desde Filosofía para
niños. (Tesis de pregrado). Corporación Universitaria Minuto de Dios, Bogotá,
Colombia.
Silva G. (2008) La teoría del conflicto. Un marco teórico necesario. Recuperado de
https://es.scribd.com/doc/100610720/LA-TEORIA-DEL-CONFLICTO
UNESCO. (1994). La educación encierra un tesoro. Recuperado de
http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF
UNESCO. (1995). Declaración y Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los
Derechos Humanos y la Democracia. Recuperado de
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000112874_spa
Vázquez, R., Villanueva, A., Rico, A. y Ramos A. (2005). La comunidad de la preparatoria 2 de
la universidad de Guadalajara. Actitudes de sus miembros respecto de la violencia y la no
- violencia escolar. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 10(27), 1047-1070.
Velásquez, A. (2014). Análisis de experiencias en educación para la paz. El programa de gestión
de conflictos escolares "HERMES", en los colegios Pompilio Martínez y San Gabriel de
Cajicá (Tesis de Maestría) Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.
Weber, M. (1979). El político y el científico. Madrid, España: El libro de bolsillo. Alianza
Editorial Madrid.