Perseverar por el bien común. Cooperación y solidaridad en el ámbito local

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Comunicado conjunto de Alboan y Entreculturas por el que se suman a la campaña "Las personas primero", promovida por CONGDE para sensibilizar a la ciudadanía sobre las consecuencias de la reducción de la ayuda al desarrollo y pedir al Gobierno que cumpla el Pacto de Estado contra la Pobreza de 2007 y no reduzca la Ayuda Oficial al Desarrollo

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PERSEVERAR EN EL BIEN COMUN

Cooperación y solidaridad en el ámbito local

ALBOAN Y ENTRECULTURAS

Octubre 2010

Nuestros tiempos exigen una determinación firme y perseverante por el bien común. Entendemos éste como “el bien de todas y cada una de las personas”

1 con las que

compartimos el planeta, que tiene su origen en el respeto a la dignidad humana y el compromiso con la solidaridad. La cooperación internacional al desarrollo comparte este objetivo: perseverar en la creación de condiciones para el bien común. Creemos que todas las personas y las instituciones tenemos una responsabilidad en la construcción de este bien común. Y esto nos exige un compromiso activo y una participación en la vida colectiva en el ámbito local, nacional e internacional. Todas las personas somos corresponsables de un mundo que percibimos cada vez más roto, violento y desigual, y estamos llamadas a ser coprotagonistas en su transformación. Las ONGD hemos sido testigo de la rápida evolución que ha experimentado la cooperación al desarrollo. Hemos pasado de “ayudar” a “cooperar” para después “acompañar”; hemos hablado de “desarrollo”, de “post-desarrollo” y, finalmente, de “buen vivir”. Hemos vivido la profesionalización creciente del mundo de la cooperación y la sofisticación de su discurso. Pero no nos olvidamos de la principal fuerza que ha impulsado la cooperación al desarrollo en nuestro país: la movilización de la ciudadanía por la solidaridad internacional

2 y el compromiso

por crear un mundo más justo para todas y todos. Ahora que nuestros gobiernos autonómicos y locales experimentan serias dificultades presupuestarias, y que en algunos casos se está llegando a cuestionar la pertinencia de su labor en la cooperación internacional, queremos compartir nuestras constataciones y consideraciones sobre la cooperación que practican las comunidades autónomas y las entidades locales españolas. Creemos que es un momento oportuno para compartirlas, porque consideramos que ahora más que nunca es necesario valorar el espacio de lo local y lo regional como ámbito preferente para la construcción del bien común. A nuestro juicio, algunos de los elementos diferenciales de la cooperación descentralizada, en los que reside parte de su valor añadido pueden resumirse en los siguientes:

1 Sollicitudo rei socialis, 38f formulado como “la determinación firme y perseverante de empeñarse por el

bien común; es decir, por el bien de todas y cada una de las personas, porque todos somos verdaderamente responsables de todos”. 2 Un ejemplo claro de estas movilizaciones fueron las campañas que reclamaron el 0,7% de la Renta

Nacional a principios de la década de los 90, ante las que respondieron muchos ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos asignando fondos para cooperación internacional.

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1. PROMOCION DE LA SOLIDARIDAD Y DE LA EDUCACIÓN PARA EL

DESARROLLO

Constatamos que la cooperación descentralizada española ha aportado un elemento fundamental para la construcción de la solidaridad: la promoción de la educación para el desarrollo. Han sido predominantemente los gobiernos autonómicos, los ayuntamientos, las diputaciones y las ONGD quienes más esfuerzos han invertido en la promoción de la solidaridad internacional

3. Han sido múltiples las iniciativas en las que se han embarcado para

ofrecer experiencias, propuestas y metodologías para ayudar a que la ciudadanía se haga consciente de la complejidad del mundo y de sus profundas interdependencias y asimetrías, y se pueda plantear posibilidades de actuación y participación en la construcción del bien común. Solicitamos que sea el espacio local, en cada uno de nuestros pueblos y ciudades, un lugar desde el que se debe seguir fomentando el valor y la práctica de la solidaridad internacional en las propuestas de educación para el desarrollo. Son los gobiernos de nuestras comunidades autónomas y ayuntamientos, en diálogo con las organizaciones sociales, los que están mejor posicionados para acercarse a la ciudadanía con este tipo de propuestas. En este mundo globalizado, con sus profundas contradicciones y sus inmensas posibilidades, la educación para el desarrollo tiene un fuerte potencial para aportar a la formación de una ciudadanía crítica, informada, formada y libre, que apueste por la solidaridad y persevere en la lucha por el bien común. Y es sobre todo desde el compromiso de muchas personas con lo local y desde lo concreto como lograremos una ciudadanía verdaderamente abierta al mundo, vigilante y crítica con las políticas públicas que afectan al desarrollo y co-protagonista de los cambios estructurales y culturales que un mundo más justo y en paz necesita.

2. PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y DEMOCRATIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Constatamos que la cooperación descentralizada también ha jugado un papel clave en el proceso de democratización de la sociedad, al haber fomentado la participación ciudadana para la construcción de políticas públicas en los ámbitos autonómicos y locales

4. La propia

política de cooperación ha significado un ejercicio de diálogo que ha ido incluyendo a los distintos actores sociopolíticos involucrados en la agenda de la ayuda local, autonómica y estatal. Gobiernos autonómicos y locales, ONGD y otros agentes hemos ido afianzando nuestra capacidad para participar en las construcción conjunta del desarrollo en los espacios locales, tratando de transversalizar las políticas de cooperación a políticas de otros ámbitos y tratando de construir una sociedad civil organizada, capaz de asumir su rol y avanzar en la democratización de las estructuras políticas, y mejorar la coherencia de nuestras políticas locales. Solicitamos que se siga profundizando en la construcción participativa de todas las políticas públicas que afectan al desarrollo en los ámbitos locales y autonómicos.

3 Solo un 1% de la cooperación de la Administración General del Estado se destina a la educación para el

desarrollo. Este porcentaje oscila entre el 6 y el 15% en algunas comunidades autónomas y entidades locales. 4 El impulso a la participación y al diálogo de políticas se constata de forma creciente en los sucesivos

planes directores que han ido aprobando comunidades autónomas y entidades locales.

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3. EL ACOMPAÑAMIENTO: UN ESTILO DE TRABAJO

Constatamos que en el esfuerzo por impulsar la cooperación, que reconocemos imperfecto e inacabado, se ha ido afianzando el valor del acompañamiento

5 como estilo y forma de trabajo

de organizaciones de la sociedad civil y agentes de la cooperación descentralizada. Consideramos que éste alberga un inmenso potencial para apostar por el establecimiento de vínculos de largo plazo entre territorios, grupos humanos y autoridades locales, sosteniendo una cooperación de ida y vuelta y, en definitiva, de construcción conjunta de gobernanza, de bien común. Pensamos que el acompañamiento debe impregnar la filosofía de cooperación que impulsen nuestros gobiernos autonómicos y locales, favoreciendo el fortalecimiento del tejido asociativo y gubernamental local y regional. El potencial de la cooperación descentralizada consiste en interiorizar el acompañamiento como forma de trabajo y como criterio de eficacia. Solicitamos pasar del apoyo puntual a proyecto, a apostar por procesos de desarrollo local y regional integral, de la asistencia al apoyo institucional y al reforzamiento del tejido asociativo, de los beneficiarios a una relación de asociación, del proyecto a la creación de redes y de la transferencia de recursos, a la creación de vínculos entre personas, comunidades y colectivos.

4. EL VALOR GERMINAL DE LA COOPERACIÓN DESCENTRALIZADA Finalmente, queremos destacar el valor germinal de la cooperación descentralizada. Por su tamaño y su mayor flexibilidad, la cooperación desde lo local, tiene potencialidades para detectar, buscar y construir iniciativas innovadoras, que pueden ser aprensibles y observables, y que permitan generar criterios, aprendizajes y metodologías que sean replicables y ampliables como políticas públicas de mayor impacto. Solicitamos que se impulse con mayor vigor el potencial para el aprendizaje y la innovación que alberga la cooperación desde lo local, favoreciendo el intercambio de experiencias y aprendizajes como un estilo de trabajo.

5. CERCANÍA A LA REALIDAD DE LAS PERSONAS MÁS VULNERABLES Gran parte de la cooperación que han promocionado los gobiernos autonómicos y entidades locales ha optado como instrumento para hacer operativa su cooperación el apoyar proyectos y programas de ONGD españolas que trabajan codo con codo con organizaciones aliadas locales. Este tipo de instrumento tiene entre sus bondades la cercanía al contexto y las problemáticas que experimentan las poblaciones del Sur. Esta cercanía es muy valorada por la ciudadanía, que siente la satisfacción de ver cómo los recursos son invertidos en programas de cooperación realmente transformadores, dirigidos a quienes más lo necesitan.

5 El acompañamiento podría ser un forma de aplicar en la práctica el principio de apropiación

(democrática) que se cita en al Declaración de París de 2005 y en la Agenda de Acción de

Accra de 2008. En ALBOAN y Entreculturas definimos el acompañamiento como “un proceso

que promueve el potencial de las organizaciones y de las personas, a fin de que puedan

ofrecer un mejor servicio solidario para avanzar hacia la transformación social”. Se entiende el

acompañamiento como un camino compartido de escucha, diálogo y apoyo permanente, en el

que ambas partes se enriquecen e interpelan mutuamente en lo que son y en lo que hacen.

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Sabemos que los desafíos son grandes y los tiempos difíciles para la cooperación en general, incluida la de nuestros gobiernos autonómicos y locales. Pensamos que es ahora el momento de perseverar en el bien común y en su construcción, desde abajo, desde lo cotidiano, desde lo local.

¿QUÉ LES PEDIMOS A NUESTROS GOBIERNOS LOCALES?

1. Perseverar en las apuestas locales por la solidaridad internacional desde un claro mensaje de justicia social y construcción del bien común.

2. Impulsar los pactos contra la pobreza en las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos.

3. Profundizar en el diálogo de políticas del desarrollo en el espacio autonómico y local, incorporando el concepto de coherencia de políticas al discurso de la cooperación descentralizada.

4. Fomentar el acompañamiento como estilo de trabajo de la cooperación descentralizada y como criterio de calidad y eficacia.

5. Impulsar la innovación, el intercambio de experiencias y la búsqueda de aprendizajes como horizontes preferentes de la cooperación descentralizada.