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    IMMANUEL KANT.

    PEDAGOGA

    INTRODUCCION

    El hombre es la nica criatura que ha de ser educada. Entendiendo por educacin los cuidados(sustento, manutencin), la disciplina y la instruccin, juntamente con la educacin

    Segn esto, el hombre es nio pequeo, educando y estudiante.Tan pronto como los animales sienten sus fuerzas, las emplean regularmente, de modo que no

    les sean perjudiciales. Es admirable, por ejemplo, ver las golondrinas pequeas, que, apenas salidasdel huevo y ciegas an, saben, sin embargo, hacer que sus excrementos caigan fuera del nido. Losanimales, pues, no necesitan cuidado alguno; a lo sumo, envoltura, calor y gua, o una cierta

    proteccin. Sin duda, la mayor parte necesitan que se les alimente, pero ningn otro cuidado.Se entiende por cuidado (Wartung), las precauciones de los padres para que los nios no

    hagan un uso perjudicial de sus fuerzas. Si un animal, por ejemplo, gritara al nacer, como hacen losnios, sera .infaliblemente presa de los lobos y otros animales salvajes, atrados por sus gritos.La disciplina convierte la animalidad en humanidad. Un animal lo es ya todo por su instinto;

    una razn extraa le ha provisto de todo. Pero el hombre necesita una razn propia; no tiene ningninstinto, y ha de construirse l mismo el plan de su conducta. Pero como no est en disposicin dehacrselo inmediatamente, sino que viene inculto al mundo, se lo tienen que construir los dems.

    El gnero humano debe sacar poco a poco de s mismo, por su propio esfuerzo, todas lasdisposiciones naturales de la humanidad. Una generacin educa a la otra. El estado primitivo puedeimaginarse en la incultura o en un grado de perfecta civilizacin. Aun admitiendo este ltimo comoanterior y primitivo, el hombre ha tenido que volverse salvaje y caer en la barbarie.

    La disciplina impide que el hombre, llevado por sus impulsos animales, se aparte de sudestino, de la humanidad. Tiene que sujetarle, por ejemplo, para que no se encamine, salvaje y

    aturdido, a los peligros. As, pues; la disciplina es meramente negativa, esto es, la accin por la quese borra al hombre la animalidad; la instruccin, por el contrario, es la parte positiva de la educacin.La barbarie es la independencia respecto de las leyes. La disciplina somete al hombre a las

    leyes de la humanidad y comienza a hacerle sentir su coaccin. Pero esto ha de realizarse temprano.As, por ejemplo, se envan al principio los nios a la escuela, no ya con la intencin de que

    aprendan algo, sino con la de habituarles a permanecer tranquilos y a observar puntualmente lo quese les ordena, para que ms adelante no se dejen dominar por sus caprichos momentneos.

    Pero el hombre tiene por naturaleza tan grande inclinacin a la libertad, que cuando se haacostumbrado durante mucho tiempo a ella, se lo sacrifica todo. Precisamente por esto, como se hadicho, ha de aplicarse la disciplina desde muy temprano, porque en otro caso es muy difcil cambiardespus al hombre; entonces sigue todos sus caprichos. Se ve tambin entre los salvajes que, aunque

    presten servicio durante mucho tiempo a los europeos, nunca se acostumbran a su modo de vivir; lo

    que no significa en ellos una noble inclinacin hacia la libertad, como creen Rousseau y otrosmuchos, sino una cierta barbarie: es que el animal an no ha desenvuelto en s la humanidad.

    Por esto, se ha de acostumbrar al hombre desde temprano a someterse a los preceptos de larazn. Si en su juventud se le dej a su voluntad, conservar una cierta barbarie durante toda su vida.

    Tampoco le sirve de nada el ser mimado en su infancia por la excesiva ternura maternal, puesms tarde no har ms que chocar con obstculos en todas partes y sufrir continuos fracasos, tan

    pronto como intervenga en los asuntos del mundo.

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    Este es un defecto habitual en la educacin de los aristcratas; pues por nacer destinados amandar, nunca se les contrara. Es preciso desbastar la incultura del hombre a causa de su inclinacina la libertad; el animal, al contrario, no lo necesita por su instinto.

    El hombre tiene necesidad de cuidados y de educacin La educacin comprende la disciplinay la instruccin: Ningn animal, que se sepa, necesita de sta; ninguno de ellos aprende nada de losviejos, excepto los pjaros, que aprenden su canto. Aqullos instruyen a los jvenes, y es deliciosoverlos, como en una escuela, cantar con todas sus fuerzas delante de los pequeos, y a stos

    afanndose en sacar el mismo sonido de sus gargantas. Para convencerse de que los pjaros nocantan por instinto, sino que realmente aprenden -vale la pena de comprobarlo- se quitan la mitad desus huevos a un canario y se cambian por otros de gorrin, o mejor an, se sustituyen sus

    pequeuelos por gorrioncillos. Si se les coloca entonces en una caja, donde no puedan or losgorriones de fuera, aprendern el canto de los canarios, y de este modo se tendrn gorriones quecanten. Es admirable tambin, que cada gnero de pjaros conserva un cierto canto caracterstico entodas sus generaciones, siendo esta tradicin la ms fiel del mundo.

    nicamente por la educacin el hombre puede llegar a ser hombre. No es, sino lo que laeducacin le hace ser. Se ha de observar que el hombre no es educado ms que por hombres, queigualmente estn educados. De aqu, que la fa-Ta de disciplina y de instruccin de algunos, les hacetambin, a su vez, ser malos educadores de sus alumnos. Si un ser de una especie superior recibieraalgn da nuestra educacin, veramos entonces lo que el hombre pudiera llegar a ser. Pero como la

    educacin, en parte, ensea algo al hombre y, en parte, lo educa tambin, no se puede saber hastadnde llegan sus disposiciones naturales. Si al menos se hiciera un experimento con el apoyo de lospoderosos y con las fuerzas reunidas de muchos, nos aclarara esto lo que puede el hombre dar de s.

    Pero es una observacin tan importante para un espritu especulativo, como triste para unamigo del hombre, ver cmo los poderosos, la mayor parte de las veces, no se cuidan ms que de s yno contribuyen a los importantes experimentos de la educacin, para que la naturaleza avance un

    poco hacia la perfeccin.No hay nadie que haya sido descuidado en su juventud, que no comprenda, cuando viejo, en

    qu fue abandonado, bien sea en disciplina, bien en cultura (que as puede llamarse la instruccin). Elque no es ilustrado es necio, quien no es disciplinado es salvaje. La falta de disciplina es un malmayor que la falta de cultura; sta puede adquirirse ms tarde, mientras que la barbarie no puedecorregirse nunca. Es probable que la educacin vaya mejorndose constantemente, y que cada

    generacin d un paso hacia la perfeccin de la humanidad; pues tras la educacin est el gransecreto de la perfeccin de la naturaleza humana. Desde ahora puede ocurrir esto; porque se empiezaa juzgar con acierto y a ver con claridad lo que propiamente conviene a una buena educacin.Encanta imaginarse que la naturaleza humana se desenvolver cada vez mejor por la educacin, yque ello se puede producir en una forma adecuada a la humanidad. Descbrese aqu la perspectiva deuna dicha futura para la especie humana.

    El proyecto de una teora de la educacin es un noble ideal, y en nada perjudica, aun cuandono estemos en disposicin de realizarlo. Tampoco hay que tener la idea por quimrica ydesacreditarla como un hermoso sueo, aunque se encuentren obstculos en su realizacin.

    Una idea no es otra cosa que el concepto de una perfeccin no encontrada an en elexperiencia. Por ejemplo, la idea de una repblica perfecta, regida por las leyes de la justicia, es poresto imposible? Basta que nuestra idea sea exacta para que salve los obstculos que en su realizacinencuentre. Sera la verdad una mera ilusin por el hecho de que todo el mundo mintiese? La idea deuna educacin que desenvuelva en los hombres todas sus disposiciones naturales, es, sin duda,verdadera.

    Con la educacin actual no alcanza el hombre por,` completo el fin de su existencia; porque,qu diferentemente viven los hombres! Slo puede haber uniformidad entre ellos, cuando obren porlos mismos principios, y estos principios lleguen a serles otra naturaleza. Nosotros podemos trabajaren el plan de una educacin conforme a un fin y entregar a la posteridad una orientacin que poco a

    poco pueda realizar. Las orejas de oso, por ejemplo, cuando se las trasplanta, tienen todas el mismocolor; al contrario, cuando se siembran, se obtienen colores diferentes.

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    La Naturaleza, por tanto, ha puesto en ellas los grmenes, y basta para desarrollarlas, susiembra y trasplante convenientes. Lo mismo sucede con el hombre.

    Se encuentran muchos grmenes en la humanidad; y a nosotros toca desarrollarlos, desplegarnuestras disposiciones naturales y hacer que el hombre alcance su destino. Los animales lo realizan

    por s mismos y sin conocerlo. El hombre ha de intentar alcanzarlo; pero no puede hacerlo, si notiene un concepto de l. La adquisicin de este destino es totalmente imposible para el individuo.Aun admitiendo una primera pareja realmente educada, todava es preciso saber cmo ha educado

    sus alumnos. Los primeros padres dan ya un ejemplo a sus hijos, stos lo imitan y as se desarrollanalgunas disposiciones naturales. Todas no pueden ser cultivadas de esta manera, pues lo nios, lamayor parte de las veces, slo ven los ejemplos ocasionalmente. Antes no tenan los hombres ningnconcepto de la perfeccin que la naturaleza humana puede alcanzar. Nosotros mismos no lo

    poseemos an con pureza. Pero es asimismo cierto, que obrando aisladamente los hombres en laformacin de sus alumnos, no podrn conseguir que estos alcancen su destino. No son los individuos,sino la especie humana la que debe llegar aqu.

    La educacin es un arte, cuya prctica ha de ser perfeccionada por muchas generaciones.Cada generacin, provista de los conocimientos de las anteriores, puede realizar

    constantemente una educacin que desenvuelva de un modo proporcional y conforme a un fin, todaslas disposiciones naturales del hombre, y conducir as toda la especie humana a su destino. LaProvidencia ha querido que el hombre deba sacar el bien de s mismo y le habl, por decirlo as:

    Entra en el mundo!; yo te he provisto de todas las disposiciones para el bien. A ti tocadesenvolverlas, y, por tanto, depende de ti mismo tu propia dicha y desgracia. El hombre debedesarrollar sus disposiciones para el bien; la Providencia no las ha puesto en l ya formadas; sonmeras disposiciones y sin la distincin de moralidad. El hombre debe hacerse a s propio mejor,educarse por s mismo, y, cuando malo, sacar de s la moralidad.

    Meditndolo maduramente, se encuentra esto muy difcil: la educacin es el problema msgrande y difcil que puede ser propuesto al hombre. La inteligencia, en efecto, depende de laeducacin, y la educacin, a su vez, de la inteligencia. De aqu que la educacin no pueda avanzarsino poco a poco; y no es posible tener un concepto ms exacto de ella, de otro modo que por latransmisin que cada generacin hace a la siguiente de sus conocimientos y experiencia, que, a suvez, los aumenta y los pasa a las siguientes. Qu cultura y qu experiencia tan grandes no suponeeste' concepto? No poda nacer sino muy tarde; nosotros mismos no lo hemos podido obtener en toda

    su pureza. Debe imitar la educacin en el individuo la cultura que la humanidad en general recibede sus diferentes generaciones? El hombre puede considerar como los dos descubrimientos msdifciles: el arfe del gobierno y el de la educacin y, sin embargo, se discute an sobre estas ideas.

    Por dnde, pues, empezaremos el desenvolvimiento de las disposiciones humanas?Debemos partir del estado inculto, o por uno ya cultivado? Es difcil imaginarse un desarrollo

    partiendo de la barbarie (por esto lo es tambin el concepto de los primeros hombres), y vemos que,inicindose aqul en semejante estado, se ha vuelto siempre a caer en la animalidad, y que otra vez sehan necesitado numerosos esfuerzos para elevarse. En los ms antiguos informes escritos dejados por

    pueblos muy civilizados, encontramos que estaban en una gran proximidad a la barbarie -y qugrado de cultura no supone ya el escribir?- tanto que respecto al hombre civilizado, se podra llamaral comienzo del arte de la escritura el principio del mundo.

    Toda educacin es un arte, porque las disposiciones naturales del hombre no se desarrollan por s mismas. -La Naturaleza no le ha dado para ello ningn instinto. Tanto el origen como elproceso de este arte es: o bien mecnico, sin plan, sujeto a las circunstancias dadas, o razonado. Elarte de la educacin, se origina mecnicamente .en las ocasiones variables donde aprendemos si algoes til o perjudicial al hombre. Todo arte de la educacin que procede slo mecnicamente, ha decontener faltas y errores, por carecer de plan en que fundarse. El arte de la educacin o pedagoga,necesita ser razonado' ' si ha de desarrollar la naturaleza humana para que pueda alcanzar su destino.Los padres ya educados son ejemplos, conforme a los cuales se educan sus hijos, tomndolos pormodelo. Si stos han de llegar a ser mejores, preciso es que la Pedagoga sea una disciplina; sino,nada hay que esperar de ellos, y los mal educados, educarn mal a los dems.

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    En el arte de la educacin se ha de cambiar lo mecnico en ciencia: de otro modo, jams seraun esfuerzo coherente, y una generacin derribara lo que otra hubiera construido.

    Un principio de arte de la educacin, que en particular deban tener presente los hombres quehacen sus planes es que no se debe educar los nios conforme al presente, sino conforme a un estadomejor, posible en lo futuro, de la especie humana; es decir, conforme a la idea de humanidad y de sucompleto destino. Este principio es de la mayor importancia.

    Los padres, en general, no educan a sus hijos ms que en vista del mundo presente, aunque

    est muy corrompido. Deberan, por el contrario, educarles para que ms tarde pudiera producirse unestado mejor. Pero aqu se encuentran dos obstculos: a) Los padres slo se preocupan,ordinariamente, de que sus hijos prosperen en el mundo, y b) los prncipes no consideran a sussbditos ms que como instrumentos de sus deseos.

    Los padres, cuidan de la casa; los prncipes, del Estado. Ni unos ni otros se ponen como finun mejor mundo (Weltbeste), ni la perfeccin a que est destinada la humanidad y para lo cual tienedisposiciones. Las bases de un plan de educacin han de hacerse cosmopolitamente. Es que el bienuniversal es una idea que puede ser nociva a nuestro bien particular? De ningn modo; pues aunque

    parece que ha de hacerse algn sacrificio por ella, se favorece, sin embargo, el bien de su estadoactual. Y entonces, qu nobles consecuencias le acompaan! Una buena educacin es precisamenteel origen de todo el bien en el mundo. Es necesario que los grmenes que yacen en el hombre seancada vez ms desarrollados; pues no se encuentran en sus disposiciones los fundamentos para el mal.

    La nica causa del mal es el no someter la Naturaleza a reglas. En los hombres solamente haygrmenes para el bien.De dnde debe venir, pues, el mejor estado del mundo? De los prncipes o de los sbditos?

    Deben stos mejorarse por s mismos y salir al encuentro, en medio del camino, de un buengobierno? Si los prncipes deben introducir la mejora, hay que mejorad primero su educacin; porquedurante mucho tiempo se ha cometido la gran falta de no contrariarles en su juventud. El rbol

    plantado solo en un campo, crece torcido y extiende sus ramas a lo lejos; por el contrario, el rbolque se alza en medio de un bosque, crece derecho por la resistencia que le oponen los rboles

    prximos, y busca sobre s la luz y el sol. Lo mismo ocurre con los prncipes. Sin embargo, es mejorque los eduque uno de sus sbditos, que uno de sus iguales. Slo podemos esperar que el bien vengade arriba, cuando su educacin sea la mejor. Por esto, lo principal aqu son los esfuerzos de los

    particulares, y no la cooperacin de los prncipes, como pensaban Basedow y otros; pues la

    experiencia ensea que no tienen tanto a la vista un mejor mundo como el bien del Estado, parapoder alcanzar as sus fines. Cuando dan dinero con este propsito hay que atenerse a su parecer,porque trazan el plan. Lo mismo sucede en todo lo que se refiere a la cultura del espritu humano y alaumento de los conocimientos del hombre. El poder y el dinero no los crean, a lo ms, los facilitan;aunque podran producirlos, si la economa del Estado no calculara los impuestos nicamente para sucaja. Tampoco lo han hecho hasta ahora las Academias, y nunca ha habido menos seales que hoy deque lo hagan.

    Segn sto, la organizacin de las escuelas no deba depender ms que del juicio de losconocedores ms ilustrados. Toda cultura empieza por los particulares, y de aqu se extiende a losdems. La aproximacin lenta de la naturaleza humana a su fin, slo es posible mediante losesfuerzos de las personas de sentimientos bastante grandes para interesarse por un mundo mejor, ycapaces de concebir la idea de un estado futuro ms perfecto. No obstante, an hay ms de un

    prncipe que slo considera a su pueblo, poco ms o menos, como una parte del reino natural, que nopiensa sino en reproducirse. Le desea, a lo ms, cierta habilidad, pero solamente para poder servirsede l, como mejor instrumento de sus propsitos. Los particulares, sin duda, han de tener presente, en

    primer lugar, el fin de la naturaleza; pero necesitan mirar, sobre todo, el desenvolvimiento delhumanidad, y procurar que sta no slo llegue a ser hbil, sino tambin moral y, lo que es ms difcil,tratar de que la posteridad vaya ms all de lo que ellos mismos han ido.

    Por la educacin, el hombre ha de ser, pues: a) Disciplinado. Disciplinar es tratar de impedirque la animalidad se extienda a la humanidad, tanto en el hombre individual, como en el hombresocial. As, pues, la disciplina es meramente la sumisin de la barbarie.

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    b) Cultivado. La cultura comprende la instruccin y la enseanza. Proporciona la habilidadque es la posesin de una facultad por la cual se alcanzan todos los fines propuestos. Por tanto, nodetermina ningn fin, sino que lo deja a merced de las circunstancias. , Algunas habilidades son

    buenas en todos los casos; por ejemplo, el leer y escribir; otras no lo son ms que para algunos fines,por ejemplo, la msica. La habilidad es, en cierto modo, infinita por la multitud de los fines.

    c) Es preciso atender a que el hombre sea tambin prudente, a que se adapte a la sociedadhumana para que sea querido y tenga influencia. Aqu corresponde una especie de enseanza que se

    llama la civilidad. Exige sta buenas maneras, amabilidad y una cierta prudencia, mediante las cualespueda servirse de todos los hombres para sus fines. Se rige por el gusto variable de cada poca. As,agradaban an hace pocos aos las ceremonias en el trato social.

    d) Hay que atender a la moralizacin. El hombre no slo debe ser hbil para todos lo fines,sino que ha de tener tambin un criterio con arreglo al cual slo escoja los buenos. Estos buenos finesson los que necesariamente aprueba cada uno y que al mismo tiempo pueden ser fines para todos.

    A1 hombre se le puede adiestrar, amaestrar, instruir mecnicamente o realmente ilustrarle.Se adiestra a los caballos, a los perros, y tambin se puede adiestrar a los hombres.Sin embargo, no basta con el adiestramiento; lo que, importa, sobre todo, es que el nio

    aprenda a pensar. Que, obre por principios, de los cuales se origina toda accin. Se ve, pues, lomucho que se necesita hacer en una verdadera educacin. Habitualmente, se cultiva poco an lamoralizacin en la educacin privada; se educa al nio en lo que se cree sustancial, y se abandona

    aqulla al predicador. Pues qu, no es de una inmensa importancia ensear a los nios a aborrecer elvicio, no slo fundndolo en que lo ha prohibido Dios, sino en que es aborrecible por s mismo! Deotro modo, les es fcil pensar que podran muy bien frecuentarlo, y que les sera permitido, si Diosno lo hubiera prohibido; que, en todo caso, bien puede Dios hacer alguna excepcin en su provecho.Dios, que es el ser ms santo y que slo ama lo que es bueno, quiere que practiquemos la virtud porsu valor intrnseco y no porque l lo desee.

    Vivimos en un tiempo de disciplina, cultura y civilidad; pero an no, en el de la moralizacin.Se puede decir, en el estado presente del hombre, que la felicidad de los Estados crece al mismotiempo que la desdicha de las gentes. Y es todava un problema a resolver, si no seramos ms felicesen el estado brbaro, en que no existe la cultura actual, que en nuestro estado presente.

    Pues cmo se puede hacer felices a los hombres, si no se les hace morales y prudentes? La

    cantidad del mal no disminuir, si no se hace as.Hay que establecer escuelas experimentales, antes deque se puedan fundar escuelas normales.

    La educacin y la instruccin no han de ser meramente mecnicas, sino descansar sobre principios.Ni tampoco slo razonadas, sino, en cierto modo, formar un mecanismo. En Austria, casi no hay msque escuelas normales establecidas conforme a un plan, en contra del cual se dice mucho, y conrazn, reprochndosele especialmente el ser un mecanismo ciego. Las otras escuelas tenan queregirse por ellas, y hasta se rehusaba colocara la gente que no hubiera estado all.

    Muestran semejantes prescripciones lo mucho que el gobierno se inmiscua en estos asuntos;haciendo imposible con tal coaccin que prosperase nada bueno.

    Se cree comnmente, que los experimentos no son necesarios en la educacin, y que slo porla razn se puede ya juzgar si una cosa ser o no buena. Pero aqu se padece una gran equivocacin,y la experiencia ensea, que de nuestros ensayos se han obtenido, con frecuencia, efectoscompletamente contrarios a los que se esperaban. Se ve, pues, que, naciendo de los experimentos,ninguna generacin puede presentar un plan de educacin completo. La nica escuela experimentalque, en cierto modo, ha comenzado a abrir el camino, ha sido el Instituto de Dessau.

    Se le ha de conceder esta gloria, a pesar de las muchas faltas que pudieran achacrsele; faltasque, por otra parte, se encuentran en todos los sitios donde se hacen ensayos; y a l se le debeasimismo que todava se hagan otros nuevos. Era, en cierto modo, la nica escuela en que los

    profesores tenan la libertad de trabajar conforme a sus propios mtodos y planes, y donde estaban enrelacin, tanto entre s, como con todos los sabios de Alemania.

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    La educacin comprende: los cuidados y la formacin. Esta es: a) negativa, o sea ladisciplina, que meramente impide la faltas; b) positiva, o sea la instruccin y la direccin;

    perteneciendo en esto a la cultura. La direccin es la gua en la prctica de lo que se ha aprendido.De ah nace la diferencia entre el instructor (Infrmator), que es simplemente un profesor, y el

    ayo (Hofmeaster), que es un director. Aqul educa slo para la escuela; este, para la vida.La primera poca del alumno es aquella en que ha de mostrar sumisin y obediencia pasiva;

    la otra, es aquella en que ya se le deja hacer uso de su reflexin y de su libertad, pero sometidas a

    leyes. En la primera hay una coaccin mecnica; en la segunda, una coaccin moral.La educacin puede ser privada o pblica. La ltima no se refiere ms que ala instruccin, ysta puede permanecer siendo pblica siempre. Se deja a la primera la prctica de los preceptos.

    Una educacin pblica completa es aquella que rene la instruccin y la formacin moral.Tiene por fin promover una buena educacin privada. La escuela en que se hace esto se llama uninstituto de educacin. No puede haber muchos institutos de esta clase; ni puede ser tampoco muygrande el nmero de sus alumnos, porque son muy costosos; su mera instalacin exige ya muchodinero.

    Estos institutos vienen a ser como los asilos y hospitales. Los edificios que requieren y elsueldo de los directores, inspectores y criados restan ya la mitad del dinero destinado a este fin; yest probado que los pobres estaran mucho mejor cuidados, envindoles este dinero a sus casas.Tambin es difcil que la gente rica mande sus hijos a estos centros.

    El fin de tales institutos pblicos es el perfeccionamiento de la educacin domstica.Cesaran sus gastos si estuvieran bien educados los padres o los-que les ayudan en laeducacin. En ellos se debe hacer ensayos y educar individuos, y as crearn una buena educacindomstica.

    De la educacin privada cuidan, o bien los mismos padres, o bien otras personas, que sonauxiliares asalariados, cuando aqullos no tienen tiempo, habilidad o gusto; pero en la educacindada por stos, se presenta la dificilsima circunstancia de hallarse dividida la autoridad entre los

    padres y los ayos. El nio debe regirse por las instrucciones de los ayos y seguir al mismo tiempo loscaprichos de los padres. En una educacin de esta clase es necesario que los padres cedan toda suautoridad a los preceptores.

    Pero en qu puede aventajar la educacin privada -a la pblica o sta a aqulla? Parece serms ventajosa, en general, la educacin pblica que la privada, no slo desde el punto de vista de la

    habilidad, sino tambin por lo que se refiere al carcter del ciudadano. Es muy frecuente que laeducacin domstica no solamente no corrija las faltas de la familia, sino que las aumente.

    Cunto debe durar la educacin? Hasta la poca en que la misma Naturaleza ha decidido queel hombre se conduzca por s mismo, cuando se desarrolla en l el instinto sexual; cuando l mismo

    pueda llegar a ser padre y deba educar; aproximadamente hasta los diecisis aos. Pasado estetiempo, se puede emplear an los recursos de la cultura y aplicar una disciplina disimulada, pero nouna educacin regular.

    La sumisin del alumno puede ser, o bien positiva: cuando ha de hacer lo que se le haprescrito, por no poder juzgar por s mismo y por tener an la facultad de imitar, o negativa: cuandonecesita hacer lo que deseen los dems, si quiere, a su vez, que stos hagan algo por complacerle.

    En el primer caso se aplica el castigo; en el segundo, no se hace lo que l quiere; aqu estpendiente de su placer, aunque ya pueda pensar.

    Uno de los ms grandes problemas de la educacin es conciliar, bajo, una legitima coaccinla sumisin con la facultad de servirse de su voluntad. Porque la coaccin es necesaria. Cmocultivar la libertad por la coaccin? Yo debo acostumbrarle a sufrir una coaccin en su libertad, y almismo tiempo debo guiarle para que haga un buen uso, de ella. Sin esto, todo es un meromecanismo, y una vez, acabada su educacin, no sabra servirse de su libertad. Ha de sentir desde el

    principio la inevitable resistencia de la sociedad para que aprenda lo difcil de bastarse a s mismo, deestar privado de algo y de adquirir para ser independiente.

    Aqu es preciso observar lo siguiente: a) que se deje libre al nio desde su primera infancia entodos los momentos (exceptuados los casos en que pueda hacerse dao, como, por ejemplo: si quierecoger un cuchillo afilado), con tal que obre de modo que no sea un obstculo a la libertad de otro, por

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    ejemplo: cuando grite o su alegra sea tan ruidosa que moleste a los dems; b) se le ha de mostrar queno alcanzar sus fines, sino dejando alcanzar los suyos a los dems, por ejemplo: que no se leconceder gusto alguno si no hace lo que se le manda, que debe aprender, etc.; c) es preciso hacerlever que la coaccin que se le impone le conduce al uso de su propia libertad; que se le educa para quealgn da pueda ser libre, esto es, para no depender de los otros. Esto es lo ltimo. Los nios tardanmucho, por ejemplo, en hacerse cargo de que ms tarde estn obligados a preocuparse de susostenimiento. Creen que suceder siempre lo mismo que en casa de sus padres, donde reciben la

    comida y la bebida sin tener que cuidarse de ello. Si no se les trata as, continan siendo nios todasu vida, como los habitantes de Otahit, particularmente los de padres ricos y los hijos de prncipes.La educacin pblica tiene aqu sus ms evidentes ventajas, pues en ella se aprende a medir susfuerzas y las limitaciones que impone el derecho de otro; no se disfruta de ningn privilegio porquese halla resistencia por todas partes, y no se sobresale ms que por el propio mrito; es la educacinque mejor imagen da del futuro ciudadano.

    Pero todava hay que resolver una dificultad que se presenta aqu: consiste en anticipar elconocimiento sexual para impedir el vicio antes de entrar en la pubertad. Ms adelante se hablar deello.

    TRATADO

    La Pedagoga o teora de la educacin es o fsica o prctica. La educacin fsica es aquellaque el hombre tiene de comn con los animales, o sea los cuidados. La educacin prctica o moral esaqulla mediante la cual el hombre debe ser formado para poder vivir, como un ser que obralibremente. (Se llama prctico a todo lo que tiene relacin con la libertad). Es la educacin de la

    personalidad, la educacin de un ser que obra libremente, que se basta a s propio, y que es unmiembro de la sociedad, pero que puede tener por s mismo un valor intrnseco.

    As, pues, esta educacin se compone: a) de la formacin escolstico-mecnica, que se refierea la habilidad; entonces es didctica (instructor); b) de la formacin pragmtica, que se refiere a la

    prudencia (ayo); c) de la formacin moral, que se refiere a la moralidad.El hombre necesita de la formacin escolstica o instruccin para llegar a alcanzar todos sus

    fines. Le da un valor en cuanto a s mismo como individuo. La educacin por la prudencia le haceciudadano, porque adquiere un valor pblico. Aprende con ella, tanto a dirigir la sociedad pblica asus propsitos como a adaptarse a ella. Finalmente, por la formacin moral adquiere un valor enrelacin con toda la especie humana.

    La formacin escolstica es la primera y ms antigua. Pues toda prudencia supone habilidad.La prudencia es la facultad de aplicar bien la habilidad. La formacin moral es la ltima, en tanto quese apoya en principios que el hombre mismo debe comprender; pero hay que practicarla desde luego,igual que la educacin fsica, mientras slo descanse en el sentido comn; de otro modo, fcilmentearraigaran las faltas, en las que todo esfuerzo de la educacin es intil. En cuanto a la habilidad y ala prudencia, ha de ser continua la labor. Apenas si vale ms ser, de nio, hbil, prudente, benigno,astuto, al modo de un hombre, que infantil de carcter cuando adulto.

    DE LA EDUCACIN FSICA

    Aun cuando el que se encarga como ayo de una educacin no toma al nio bajo sus cuidadoslo bastante pronto para que pueda cuidar asimismo de la educacin fsica, conviene saber sinembargo, todo lo que es necesario observar en la educacin desde el principio hasta el fin. Puedeocurrir, aun no siendo ayo ms que de nios mayores, que nazcan en la casa otros nios, y, si seconduce bien, convertirse en el ntimo de los padres, que le pedirn entonces consejo sobre la

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    educacin fsica de sus hijos, ya que con frecuencia es el nico entendido en el hogar. Por estonecesita el ayo tales conocimientos.

    La educacin fsica propiamente no consiste sino en los cuidados de los padres, nodrizas onieras. La leche de la madre es el alimento que la Naturaleza ha destinado al nio. Es un mero

    prejuicio creer que chupa su carcter con la leche; muchas veces se oye decir: T lo has mamadocon la leche de tu madre! Lo ms ventajoso para la madre y el nio es que ella misma lo cre. Sin

    embargo, tambin hay en esto excepciones: en casos extremos, por enfermedad. Se crea antes que la primera leche despus del parto, serosa, era perjudicial para el nio, y que la madre haba desuprimirla antes que pudiera mamar. Pero Rousseau fue el primero que llam la atencin de losmdicos, sobre si esta primera leche podra tambin ser buena, pues la Naturaleza no ha dispuestonada en vano. Y se ha encontrado realmente que esta leche (llamada por los mdicos meconium) esla que mejor quita las inmundicias que se encuentran en los recin nacidos, siendo, por lo tanto, muyconveniente para los nios.

    Se ha suscitado el problema de la posibilidad de criar mejor al nio con la leche de animal.La leche humana es muy diferente de la leche de los animales. La de todos los herbvoros se

    cuaja muy pronto cuando se le aade algn cido, por ejemplo, el trtrico o el ctrico, yparticularmente el cido que se llama cuajo. La leche humana no se cuaja. Pero cuando la madre o lanodriza comen slo vegetales durante algunos das, la leche se cuaja del mismo modo que la de vaca,

    aunque vuelve a ser tan buena como antes, si no comen ms que carne durante algn tiempo. De estose ha deducido que lo mejor y ms provechoso para el nio es que su madre o su nodriza sealimenten de carne durante el tiempo que cran. Pues si el nio devuelve la leche, se ve que estcuajada. El cido de su estmago tiene que favorecer el cuajamiento mejor que los dems; sino, enmodo alguno podra cuajar la leche humana. Qu mal se hara si se diera al nio una leche que por smisma ya se cuajara! Pero se ve en otras naciones, que no depende todo nicamente de esto. Lostunguses, por ejemplo, apenas comen ms que carne, y son gentes sanas y fuertes; sin embargo, todosestos pueblos no viven mucho, pudindose levantar con poco esfuerzo a un gran muchachote a quien,al verle, no se le creera tan ligero. Los suecos, y particularmente los indios, por el contrario, nocomen casi ninguna carne, y sin embargo se cran muy bien. Parece, pues, que esto slo depende dela salud de la nodriza, y que el mejor alimento es aquel que sienta mejor.

    Aqu se pregunta: con qu se ha de alimentar al nio cuando termine la leche de su madre?

    Desde hace algn tiempo se ha ensayado toda clase de papillas; pero no es bueno alimentar al nio,al principio, con tales cosas. Particularmente, se ha de evitar darle excitantes, como vino, especias,sal, etc. Es extrao, sin embargo, que los nios tengan tan grande afn por estas cosas. Ello es debidoa que proporcionan a sus sensaciones, an confusas, una irritacin, una animacin que les sonagradables. Los nios rusos reciben, sin duda, de sus madres el mismo gusto que tienen stas por

    beber aguardiente, y se observa que los rusos son sanos y fuertes. Bien es cierto, que los que loresisten han de tener muy buena constitucin; y as mueren muchos que no haciendo esto, hubieran

    podido vivir; pues tal prematura irritacin de los nervios produce muchos desrdenes. Hay quepreservarlos cuidadosamente hasta de los alimentos o bebidas calientes, pues tambin les debilitan.

    Se debe evitar, adems, no mantener al nio muy caliente, pues su sangre lo est ya por smisma mucho ms que en los adultos. El calor de la sangre de los nios llega a 110 Fahrenheit, y lade los adultos slo a 96. El nio se asfixia en una temperatura en que otros de ms edad seencuentran perfectamente. La habitacin fresca generalmente hace fuerte al hombre. No es buenotampoco para los adultos abrigarse demasiado, cubrirse con exceso y acostumbrarse a bebidas muycalientes. Por tanto, hay que tener al nio en lecho fresco y duro. Los baos fros son buenostambin. No se debe emplear excitante alguno para despertar el apetito de los nios; ha de nacer slode la actividad y de la ocupacin. No se debe dejar que el nio se acostumbre a nada, pues lacostumbre se convierte en necesidad. Aun para el bien, no se le ha de hacer de todo un hbito pormedio del arte.

    Los pueblos brbaros no envuelven en mantillas a sus nios. Los salvajes de Amrica, porejemplo, hacen para sus hijos hoyos en la tierra; cubren el fondo con polvo de los rboles carcomidos

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    para que absorba la orina y dems secreciones y permanezcan secos los nios, y, despus, los cubrencon hoyas; pero, por lo dems, les dejan el libre uso de sus miembros. Nosotros envolvemos a losnios como momias por nuestra pura comodidad, para no cuidar de que se hagan dao; lo que, noobstante, sucede con las mantillas, que adems les causan mucho temor y les hacen caer en unaespecie de desesperacin, impidindoles a menudo hacer uso de sus miembros; se cree entonces

    poder apagar sus gritos con meras palabras; pero que se envuelva tan slo una vez a un hombre, y sever si no grita tambin y no cae en la angustia y en la desesperacin.

    En general, es necesario observar que la primera educacin slo tiene que ser negativa, esdecir, que no se ha de aadir nada a la previsin de la Naturaleza, sino nicamente impedir que se lapueda perturbar. Si hay un arte permitido en la educacin, es slo el del endurecimiento: una raznms para desechar las mantillas. Si, no obstante, se quiere tomar algunas precauciones, lo msconveniente es una especie de caja guarnecida en la parte alta por correas. Los italianos la usan y lallaman arcuccio. El nio permanece siempre en esta caja, y all se le deja hasta para amamantarle.

    Se impide a la vez con ella que la madre pueda aplastar al nio si se duerme por la noche.Entre nosotros mueren muchos nios de esta manera; semejante precaucin es, pues, mucho mejorque las mantillas, porque los nios tienen ms libertad y les impide deformarse, comofrecuentemente ocurre con ellas.

    Otra costumbre de la primera educacin es el mecer a los nios. El modo ms fcil es el queemplean algunos campesinos. Suspenden la cuna, mediante cuerdas, de una viga, y no tienen ms

    que empujarla para que se mueva de un lado a otro. En general, no sirve de nada el brizar a los nios;pues el vaivn les es perjudicial. Se ve hasta en las personas mayores que el columpiarse les producevrtigos y un movimiento como para vomitar. De este modo se quiere aturdir a los nios para que nogriten; pero los gritos les son saludables. Tan pronto como salen del seno materno, donde no handisfrutado ningn aire, respiran el primero. Alterado con ello, el curso de la sangre les produce unasensacin dolorosa; pero por sus gritos desarrolla el nio mejor sus partes interiores y los canales desu cuerpo. Tambin se les perjudica mucho acudiendo a ellos cuando gritan, cantndoles algo, porejemplo, como tienen costumbre de hacer las amas; sta es habitualmente la primera perversin delnio, pues al ver que todo viene a sus gritos, los repite con ms frecuencia.

    Se puede decir con verdad, que los nios de la gente vulgar estn peor educados que los delos seores, porque la gente ordinaria juega con sus hijos como los monos: los cantan, los zarandean,los besan, bailan con ellos; piensan hacerles algn bien corriendo a ellos cuando lloran, forzndoles a

    jugar, etc.; pero as gritan ms a menudo. Cuando, por el contrario, no se atiende a sus gritos, acaban por callarse, pues ninguna criatura se toma un trabajo intilmente. Si se les acostumbra a verrealizados todos sus caprichos, despus ser demasiado tarde para quebrar su voluntad. Dejndolesgritar, se cansan ellos mismos; mas si se satisfacen todos sus caprichos en la primera juventud, se

    pervierte su corazn y sus costumbres.El nio, sin duda, no tiene an ningn concepto de lo moral; pero se tuercen sus disposiciones

    naturales porque hay que emplear despus castigos muy duros para volver bueno lo corrompido.Cuando despus se quiere desacostumbrar a los nios de que se acuda presurosos a sus deseos,manifiestan un furor tan grande en sus gritos, como slo son capaces de mostrarlo las personasmayores; faltndoles slo las fuerzas para traducirlo en obras. Mandan de modo completamentedesptico, en tanto que no tienen ms que gritar para conseguirlo todo. Es muy natural que se enojenante la prdida de este dominio, pues aun las personas mayores, cuando han estado mucho tiempo en

    posesin de un poder, les es muy difcil deshabituarse de pronto.

    Los nios no ven bien al principio, aproximadamente hasta los tres primeros meses; tienen, enefecto, la sensacin de la luz, pero no pueden diferenciar unos objetos de otros. Para convencerse deello basta ensearles una cosa brillante; no la siguen con los ojos. Con la vista aparece tambin lafacultad de rer y de llorar. Cuando el nio se encuentra en este estado, grita con reflexin, sea statodo lo oscura que se quiera. Entonces cree que siempre se le hace dao. Dice Rousseau, que cuandose pega en la mano a un nio de seis meses, grita como si le hubiera cado en ella un tizn ardiendo.Realmente aqu supone ya la idea de una ofensa. Comnmente los padres hablan mucho de quebrar

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    la voluntad de los hijos. No hay que contrariarles ms que cuando previamente se les ha corrompido.Pues la primera corrupcin nace de acceder a la voluntad desptica de los nios, en tanto que puedenconseguirlo todo con sus llantos. Despus es muy difcil reparar este mal, y apenas se llega aconseguirlo.

    Puede muy bien lograrse que el nio est tranquilo; pero en tanto, consume su clera ymantiene ms y ms su rabia interior. As se le acostumbra al disimulo y a las emociones internas.

    Es muy extrao, por ejemplo, que los padres exijan a sus hijos que les besen la mano despus

    de haberle pegado con la palmeta. De este modo se les habita al disimulo y a la falsedad; pues lapalmeta no es un regalo tan hermoso que hayan de agradecerlo, y es fcil pensar con qu coraznbesarn entonces la mano.

    Para ensear a andar a los nios se emplean ordinariamente los andadores y los carretones.Es chocante que se quiera ensear a andar a un nio; como si un hombre no pudiera andar por

    falta de instruccin. Los andadores, especialmente, son muy perjudiciales. Cierto escritor se quejabaun da de asma, que no atribua sino a los andadores. Pues como el nio todo lo coge y arrastra por elsuelo, apoya el pecho en los andadores, y como el pecho est tierno an, se aplasta y despusconserva esta forma. Los nios no aprenden con tales auxilios a andar tan firmemente como sihubieran aprendido ellos solos. Lo mejor es dejarles que se arrastren hasta que empiecen a andar

    poco a poco, por s mismos. Por precaucin se puede guarnecer el cuarto con cobertores de lana paraque no se claven astillas, ni caigan en duro.

    De ordinario se dice que los nios caen muy pesadamente; pero sin contar que no siempresucede eso, no les hace dao caerse alguna vez. As aprenden a guardar mejor el equilibrio y a hacerque la cada no les perjudique. Habitualmente se les pone las llamadas chichoneras, que son lo

    bastante salientes para impedir que el nio nunca pueda caer sobre su cara. Es una educacinnegativa emplear instrumentos all donde el nio los tiene naturales. Aqu lo son las manos, que elnio pone ante l en las cadas. Cuantos ms instrumentos artificiales se usen, tanto ms depender elhombre de ellos.

    En general, lo mejor sera usar menos instrumentos al principio y dejarles aprender ms por smismos; lo realizaran ms slidamente. Sera as posible, que el nio aprendiera, por ejemplo, aescribir solo, pues alguien lo ha inventado una vez, y esta invencin tampoco es muy difcil.

    Bastara decirle, v. gr., cuando quiere pan: Podras pintarlo? Entonces dibujara una figuraovalada.

    Se le podra decir que no se sabe si representa un pan o un canto rodado; tratara despus dedibujar la P y llegara de esta manera a inventar con el tiempo su propio A B C, que ms tarde podracambiar por otros signos.

    Algunos nios vienen al mundo con ciertos defectos. No hay medio de corregir sus formasdefectuosas a stos mal conformados? Los trabajos de muchos sabios escritores han probado que elcors no sirve en este caso ms que para empeorar el mal; para impedir tanto la circulacin de lasangre y de los humores, como la muy necesaria dilatacin de las partes exteriores e interiores denuestro cuerpo. Cuando se deja en libertad al nio, ejercita todava su cuerpo; siendo el hombre quelleva cors mucho ms dbil cuando se lo quita, que otro que no se lo haya puesto nunca. Quiz se

    pudiera auxiliar a los que han nacido ladeados, colocando mucho peso donde los msculos sean msfuertes. Pero esto es tambin muy peligroso; pues qu hombre puede determinar su equilibrio? Lomejores que el nio se mueva por s mismo y tome una postura, aun cuando le sea molesta, puestodas las mquinas no consiguen nada en este asunto.

    Todos estos aparatos artificiosos son tanto ms perjudiciales, cuanto ms en contradiccinestn con el fin de la naturaleza en los seres organizados y racionales; en consecuencia, hay quedejarles la libertad de aprender a usar sus fuerzas. Slo se debe impedir en la educacin que los nioslleguen a ser flojos. El endurecimiento es lo contrario de la molicie. Se arriesga demasiado queriendoque los nios se acostumbren a todo. La educacin de los rusos va en esto muy lejos.

    Pero tambin muere all un nmero increble de nios. El hbito es un goce o una accin quese ha convertido en necesidad por la frecuencia de repetir el mismo goce o la misma accin. A nada

    pueden los nios habituarse con ms facilidad (y por eso nada se les tienen que dar menos) que a lascosas excitantes, por ejemplo, las bebidas calientes, el aguardiente, el tabaco. Es muy difcil despus

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    deshabituarse de esto, y al principio va unido a molestias, porque el placer repetido produce uncambio en las funciones de nuestro cuerpo.

    Un hombre es tanto menos libre e independiente, cuantos ms hbitos tiene. El hombre, comotodos los dems animales, conserva cierta inclinacin a lo que se le ha acostumbrado desde el

    principio. Impdase, pues, que los nios se habiten a alguna cosa y que nazca en ellos ningunacostumbre.

    Muchos padres quieren acostumbrar sus hijos a todo. Pero esto nada vale, porque lanaturaleza humana, en general, y la de los individuos, en particular, no se deja acostumbrar a todo, ymuchos nios se quedan en el aprendizaje. Quieren, por ejemplo, que puedan dormir y levantarse acualquier hora o que coman cuando ellos lo exijan. Para poder sobrellevarlo es necesario un modo

    particular de vida, un rgimen que fortalezca el cuerpo y que repare el mal que aquello haocasionado. Sin embargo, encontramos tambin en la Naturaleza mucha periodicidad. Los animalestienen un tiempo determinado para el sueo. El hombre deba tambin acostumbrarse a hacerlo ahoras fijas para no perturbar al cuerpo en sus funciones. En cuanto a que los nios puedan comer acualquier hora, no se puede alegar aqu el ejemplo de los animales. Porque siendo lo que comen losanimales herbvoros poco nutritivo, el comer les es una ocupacin ordinaria. Pero es muyconveniente para el hombre comer en tiempo determinado. Asimismo, quieren muchos padres quesus hijos puedan soportar grandes fros, malos olores, toda clase de ruidos, etc. Esto no es necesario

    cuando no se les ha acostumbrado a nada. Y para ello, conviene mucho colocar al nio en distintascondiciones.Una cama dura es mucho ms sana que una blanda. Generalmente, una educacin dura sirve

    mucho para el fortalecimiento del cuerpo. Entendemos por educacin dura el mero impedimento dela comodidad. Para la confirmacin de este aserto, no faltan ejemplos notables, slo que no seatienden o, dicho ms exactamente, no se quieren atender.

    En lo que se refiere a la educacin del espritu, que, en cierto modo, tambin se puede llamarfsica, se ha de cuidar ante todo que la disciplina no esclavice al nio; ste debe, por el contrario,sentir siempre su libertad, de tal modo que no impida la de otro; por lo que ha de encontrarresistencia. Muchos padres rehsan todo a sus hijos para ejercitar su paciencia, exigindoles muchams de la que ellos mismos tienen: esto es cruel. Que se d al nio todo lo que necesita y que se lediga despus: tienes bastante! Pero es absolutamente necesario que esto sea irrevocable. No se

    preste atencin a los lloros de los nios, ni se acceda a sus deseos cuando quieran alcanzar algo porsus gritos; pero dseles cuando lo pidan amigablemente, si les conviene. El nio se acostumbrar poreste medio a ser sincero, y como no importuna a nadie con sus gritos, cualquiera, en cambio, les ser

    benvolo. La Providencia parece haber dado a los nios un aire agradable para que puedan mover ala gente en su favor. Nada ms perjudicial para romper su obstinacin, que una disciplina servil yestrecha. Se dice ordinariamente a los nios: Uf, avergnzate! Qu indecente es esto!, etctera.Pero semejantes expresiones no debieran encontrarse en la primera educacin. El nio no poseetodava idea alguna del pudor ni de la decencia; no tiene por qu avergonzarse, no debeavergonzarse; as no se har ms que un hurao.

    Quedar perplejo a la vista de los dems, y se ocultar gustoso de la gente. De tal modo,adquiere una reserva y un disimulo perjudiciales. No se atreve a pedir nada y deba pedirlo todo;oculta su carcter, parece siempre de otro modo que es, y debera poder decirlo todo con franqueza.En vez de estar siempre con sus padres, huye de ellos y se arroja en los complacientes brazos de loscriados.

    Los mimos y caricias ininterrumpidas no son nada mejor que esta educacin estrecha. Estofortifica al nio en su propia voluntad, le hace falso, y como le revela una debilidad de los padres, lesroba la estimacin necesaria a los ojos del hijo. Pero cuando se le educa de modo que no puedaconseguir nada con sus gritos, es libre, sin ser impertinente, y discreto, sin ser tmido. No se puedesufrir a un hombre atrevido. Muchos, tienen un rostro tan insolente, que ante ellos se teme siempreuna grosera; as como se ven otros, por el contrario, a quienes se cree incapaces de decir unainconveniencia a nadie. Se puede parecer siempre franco, cuando a ello va unida cierta bondad. La

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    gente dice, con frecuencia, de los hombres de alto linaje, que tienen un aire de realeza; pero la mayorparte de las veces ste no es sino una cierta mirada altanera, a la cual se han acostumbrado desde sujuventud, porque no se les ha rehusado nada.

    Todo lo dicho se puede considerar como perteneciendo a la educacin negativa. Pues muchasdebilidades del hombre, vienen no de que se le ensee nada, sino de comunicarle impresiones falsas.As, por ejemplo, las nodrizas hacen que los nios teman las araas, sapos, etc.

    Los nios podran ciertamente coger las araas igual que las otras cosas. Pero como lasnodrizas muestran su terror en su aspecto tan pronto como ven una araa, este terror obra sobre elnio por una cierta simpata. Muchos, lo conservan durante su vida y permanecen en esto siemprenios.

    Porque, en efecto, las araas son peligrosas para las moscas, su picadura les es venenosa; peroal hombre no le perjudican. Y un sapo es un animal tan inocente como una hermosa rana verde u otroanimal cualquiera.

    La parte positiva de la educacin es la cultura. El hombre se distingue por ella del animal.Consiste, sobre todo, en el ejercicio de las facultades de su espritu, por lo cual, los padres

    han de proporcionar ocasiones favorables a sus hijos con este fin. La primera y principal regla aques que se prescinda, en lo posible, de todo instrumento. As, al principio, no se usan andadores nicarretoncillos, y se deja arrastrar al nio por el suelo hasta que aprende a andar por s mismo, que es

    como andar ms firmemente. Los instrumentos no hacen ms que destruir la habilidad natural. Yas, cuando se usa un cordel para medir una extensin, pudindolo realizar muy bien calculando asimple vista; cuando se emplea un reloj para determinar el tiempo, bastando para ello la posicin delsol; cuando se sirve de un comps para saber el sitio de un bosque, pudindolo hacer asimismo por elsol, de da, y por las estrellas de noche. Hasta se puede decir, que en vez de usar una barca para ir porel agua, se puede nadar. El ilustre Franklin se extraaba de que no aprendiera a nadar todo el mundo,siendo no obstante tan agradable y til. Citaba tambin una manera fcil para aprender a nadar por smismo: se pone un huevo en un arroyo, en cuyo fondo descansa el individuo, teniendo, por lo menos,la cabeza fuera del agua. Se intenta entonces cogerlo; al agacharse, suben los pies por alto y se echala cabeza sobre la nuca para que el agua no entre en la boca, y as se tiene la postura que es necesaria

    para nadar; basta ahora mover las manos y se nada. No se trata, sino de cultivar la habilidad natural.Frecuentemente, se necesita una instruccin para esto; a menudo, tambin el nio mismo es bastante

    rico en invenciones, o encuentra l solo los instrumentos.Lo que ha de observarse en la educacin fsica y, por consiguiente, en lo referente al cuerpo,

    se reduce, o bienal movimiento voluntario, o bien a los rganos de los sentidos. Se trata, en el primercaso, de que el nio se baste siempre a s mismo. Para ello necesita fuerza, habilidad, agilidad yseguridad; por ejemplo, que pueda andar por un sendero estrecho, por una altura escarpada, dondeante s vea un abismo, o por un suelo vacilante. Cuando un hombre no pueda hacer estas cosas, no estodo lo que podra ser. Desde que dio el ejemplo el Philantropinum, de Dessau, se han hecho muchosensayos de esta clase en otros Institutos. Es maravilloso leer, cmo los suizos se acostumbran desdesu juventud a ir por las montaas y la habilidad que esto les da; pudiendo pasar con la ms completaseguridad por los ms estrechos senderos y saltar sobre los abismos, habiendo previamente juzgado asimple vista que pueden salvarlos sin riesgo. Pero la mayor parte de los hombres temen una cadaimaginaria, y este temor les paraliza de tal modo los miembros, que les hace muy peligroso el andarde esta manera. Este temor crece generalmente con la edad, y abunda sobre todo, en los hombresacostumbrados a trabajos intelectuales.

    Tales ensayos con los nios no son realmente muy peligrosos, porque stos tienen, enrelacin a sus fuerzas, un peso mucho menor que los hombres, y por eso no caen tampoco de unmodo tan pesado. Adems, sus huesos no son ni tan secos ni tan frgiles como lo llegarn a ser con laedad. Los mismos nios ensayan sus fuerzas. As se les ve frecuentemente trepar sin propsitoalguno. El correr es un movimiento saludable y que robustece al cuerpo. Son buenos ejerciciostambin, el saltar, levantar, llevar, lanzar, arrojar hacia un objeto, luchar, correr y todos los de estaclase. El baile artstico parece prematuro para los nios propiamente dichos.

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    El juego de lanzar, ya a lo largo, ya para dar en el blanco, tiene tambin como fin el ejerciciode los sentidos, y en particular, el de la vista. El juego de la pelota es uno de los mejores juegosinfantiles porque origina una carrera saludable. En general los mejores juegos son los que, a ms dedesenvolver la habilidad, ejercitan tambin los sentidos; por ejemplo, los ejercicios de clculo asimple vista para juzgar exactamente sobre la lejana, el tamao y la proporcin; para encontrar lasituacin de los lugares segn las regiones, en lo cual tiene que ayudar el sol, etc, todos stos son

    buenos ejercicios. Tambin es muy ventajosa la imaginacin local, que consiste en la habilidad de

    representarse todo en los lugares en que realmente se han visto; por ejemplo, el placer de encontrar lasalida de un bosque, observando los rboles por los cuales se pas antes. Lo mismo sucede con lamemoria localis, mediante la cual, no slo se sabe en qu libro se ha ledo alguna cosa, sino tambinel lugar donde est. As, el msico tiene la representacin de las teclas, para no tener que mirarlas.Tambin es necesaria la cultura del odo de los nios a fin de que conozcan por l si una cosa seencuentra lejos o cerca y el sitio en que est.

    El juego de la gallina ciega, era ya conocido por los griegos; lo llamabanvrvoa. Los juegosde los nios son muy generales; los de Alemania se encuentran tambin en Inglaterra, Francia, etc.Se fundan en una cierta tendencia natural de los nios; en el de la gallina ciega, por ejemplo,comprenden cmo podran arreglarse si estuvieran privados de un sentido. El pen es un juego

    particular; sin embargo, estos juegos de nios proporcionan materia a los hombres para ms vastasreflexiones, y a veces tambin, ocasin para inventos importantes. As, Segner ha escrito una

    disertacin sobre el pen, y el pen ha dado motivo a un capitn de navo ingls para inventar unespejo, mediante el cual se puede medir sobre el barco la altura de las estrellas.Los nios gustan de los instrumentos ruidosos, por ejemplo, las trompetillas, los tamborcitos,

    etc. Pero stos no valen nada, porque importunan a los dems. No obstante, ya sera otra cosa si ellosmismos aprendieran a cortar una caa para poder tocar.

    El columpio es tambin un buen ejercicio, los mismos adultos lo utilizan para su salud; slonecesitan los nios que se les vigile, porque puede llegar a ser muy rpido el movimiento. La cometaes igualmente un juego inofensivo; educa la habilidad, porque el levantarla muy alta depende de la

    posicin que se tome respecto al viento.El muchacho se aparta de otras necesidades por el placer de estos juegos, y as aprende poco a

    poco a pasarse sin otras ms graves. Adems, adquiere la costumbre de una ocupacin continua.Tampoco deben ser meros juegos, sino que han de tener una intencin y un fin. Cuanto ms se

    fortifica y se curte de tal modo su cuerpo, se asegura tanto ms contra los perniciosos resultados delmismo. La gimnasia slo debe guiar a la Naturaleza; no debe producir una gracia forzada.Primeramente ha de venir la disciplina y no la instruccin. Pero es preciso considerar, que en lacultura del cuerpo del nio se le forma tambin para la sociedad. Dice Rousseau: No llegaris aformar hombres enteros si no hacis antes pillos. Se puede hacer mejor de un muchacho despiertoun hombre de bien, que de un indiscreto un hombre que obre prudentemente. El nio no ha de serimportuno en sociedad, y menos, adulador; ser, incitado por los dems, confiado sin importunidad,franco, sin impertinencia. El medio de conseguirlo es no mimarle nada, ni darle un concepto de lasconveniencias sociales, porque se volver tmido y silvestre, o le sugerir, por otra parte, la idea dehacerse valer. Nada hay ms ridculo que la presuntuosa modestia o la indiscreta vanidad de losnios. En este ltimo caso, hemos de hacerle notar sus faltas, pero sin que sienta mucho nuestrasuperioridad y dominio, a fin de que se forme por s mismo, pero en la sociedad, donde el mundo hade ser bastante grande para l y para los dems.

    Toby, en Trzstram Shandy, dice a una mosca, que le haba molestado mucho tiempo y a laque deja salir por la ventana: Vete, perverso animal, que el mundo es bastante grande para m y parati. Y esto podra tomarlo cada uno por lema. No debemos importunarnos unos a otros; el mundo es

    bastante grande para todos.Llegamos ahora a la cultura del alma, que, en cierto modo, tambin se puede llamar fsica.Hay que distinguir la naturaleza de la libertad. Dar leyes a la libertad es muy otra cosa que

    formar (bilden) la Naturaleza. La naturaleza del cuerpo y la del alma estn de acuerdo en que se hade impedir perturbar su recproca educacin, y en que el arte an ha de aadir algo tanto a una como

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    a otra. Por consiguiente, -de alguna manera- puede llamarse fsica a la educacin del alma como a ladel cuerpo.

    La formacin fsica del espritu se diferencia de la formacin moral en que sta no se refierems que a la libertad y aqulla slo a la naturaleza. Un hombre puede estar fsicamente muycultivado, puede tener el espritu muy formado, pero estar moralmente mal educado y ser una malacriatura.

    Hay que distinguir la cultura fsica de la prctica, que es pragmtica o moral. La ltima tiene

    por fin la moralizacin y no el cultivo del hombre.Dividimos la cultura fsica del espritu en libre y escolar. La libre, poco ms o menos, no es

    ms que un juego; la escolar, por el contrario, supone un proceso; la libre es la que se ha de seguirsiempre en el alumno; se le considera en la escolar como sometido a la coaccin. Se puede estarocupado en el juego, lo que se llama pasar el tiempo, pero tambin se puede estarlo por la coaccin,y esto se llama trabajar. La educacin escolar debe ser un trabajo para el nio; la libre, un juego.

    Se han trazado distintos planes de educacin para buscar, lo que es muy loable, cul es elmejor mtodo. Se ha pensado, entre otros, hacer que los nios aprendan todo jugando. Lichtembergse burla, en un nmero del Magazin de Gotinga, de la ilusin de que los muchachos lo hagan todocomo juego, en vez de acostumbrarles desde temprano a los negocios, porque alguna vez han deentrar en la vida activa. Esto produce un resultado absurdo. El nio debe jugar, debe tener sus horas

    de recreo; pero tiene tambin que aprender a trabajar. La cultura de su habilidad es, sin duda, tanbuena como la del espritu; pero ambos modos de cultura han de practicarse en diferente tiempo. Yaes una gran desgracia para el hombre ser muy propenso a la ociosidad. Cuanto ms ha holgazaneado,ms difcil le es decidirse a trabajar.

    En el trabajo, la ocupacin no es agradable por s misma, si no se emprende con otropropsito. La ocupacin del juego, por el contrario, es agradable en s, sin que haya necesidad deproponerse para ello ningn fin. Cuando se va a pasear, el propsito es el mismo paseo, y por esto,cuanto ms largo es el camino, tanto ms agradable nos resulta. Pero cuando vamos a algn sitio, seaa la sociedad que se encuentra en tal punto, sea otra cosa el objeto de nuestro paseo, escogemos congusto el camino ms corto. Lo mismo pasa con el juego de cartas. Es realmente singular, ver cmohombres razonables son capaces de estar sentados, mezclando las cartas, horas y horas. Esto pruebaque los hombres no dejan de ser nios tan fcil mente. Pues aventaja en algo este juego al de la

    pelota de los nios? No quiere decirse precisamente que las personas mayores monten a caballo enlos bastones, aunque cabalgan en otras manas.

    Es de la mayor importancia que los nios aprendan a trabajar. El hombre es el nico animalque necesita trabajar. Ha de estar muy preparado para que pueda gozar de su sustento. Se contesta,sin duda, negativamente, a la pregunta de si se hubiera mostrado el cielo ms propicio Es falso,asimismo, creer que al haber permanecido Adn y Eva, en el Paraso, hubiera hecho ms que estar

    juntos, cantar canciones pastoriles, y ,contemplar las bellezas d la Naturaleza. En tal estado leshubiera atormentado el aburrimiento, lo mismo que a los dems hombres.

    El hombre ha de estar ocupado de tal modo que, lleno del fin que tiene a la vista, casi no sesienta a s mismo; su mejor descanso es el que sigue al trabajo. Por consiguiente, se ha deacostumbrar al nio a trabajar. Y dnde mejor que en la escuela debe cultivarse la aficin altrabajo? La escuela es una cultura coercitiva (zwangmssige). Es de lo ms perjudicial habituar alnio a que mire todas las cosas como un juego. Ha de tener un rato para recobrar fuerzas, pero es

    preciso tambin que tenga sus momentos de trabajo. Si no comprende inmediatamente para qu lesirve esta coaccin, ms tarde advertir su gran utilidad. En general, se acostumbrara a los nios a laindiscrecin, si se contestara siempre a sus preguntas: para qu es esto? y aquello? La educacintiene que ser coercitiva, pero sin que por ello haya de esclavizar a los nios.

    En lo que se refiere a la cultura libre del espritu, se ha de observar, que contina siempre.Tiene que dirigirse propiamente a las facultades superiores. Se cultivarn adems las

    inferiores, pero slo en vista de aqullas; el ingenio, por ejemplo, en vista de la inteligencia. La reglaprincipal en este asunto es que no se ha de cultivar aisladamente ninguna facultad, por s misma, sinocada una en relacin con las dems; la imaginacin, por ejemplo, en provecho del entendimiento.

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    Las facultades inferiores no tienen por s solas ningn valor, v. gr.: un hombre de muchamemoria, pero sin ningn juicio. Semejante individuo no es ms que un lxico viviente. Sonnecesarias tambin estas bestias de carga del Parnaso, porque aunque no realicen nada razonable pors, arrastran materiales con los cuales otros pueden producir alguna cosa buena. El ingenio hacegrandes necedades, cuando no le acompaa el juicio. El entendimiento es el conocimiento de logeneral. El juicio es la aplicacin de lo general lo particular. La razn es la facultad de comprenderla unin de lo general con lo particular. Esta cultura libre sigue su curso desde la infancia hasta- que

    cesa toda educacin. Cuando un joven, por ejemplo, aduce una regla general, se le puede hacer citarcasos de la historia, de la fbula en que est disfrazada, pasajes de los poetas donde est expresada, yproporcionarle de este modo ocasin de ejercitar su ingenio, su memoria, etc.

    La mxima tantum scimus, quantum memoria tenemus1 tiene, sin duda alguna, su exactitud,por lo cual es muy necesaria la cultura de la memoria. Todas las cosas estn dispuestas de tal modo,que el entendimiento ha de seguir las impresiones sensibles y la memoria, conservarlas. Esto sucedecon las lenguas. Se las puede aprender, bien de memoria -formalmente- o mediante la conversacin,y este ltimo mtodo es el mejor en las lenguas vivas. El estudio de los vocablos es realmentenecesario, pero es mucho mejor, que los aprendan los nios cuando los encuentren en un autor, quese les ha mandado leer. La juventud ha de tener una tarea fija y determinada. Se aprende mejor lageografa por un cierto mecanismo. La memoria prefiere particularmente este mecanismo, que estambin muy conveniente en una porcin de cosas. Hasta ahora no se ha encontrado todava ninguno

    a propsito para la historia; se han ensayado unas tablas; sin embargo, parece que no dan buenosresultados. La historia es un excelente medio para ejercitar en el juicio al entendimiento. La memoriaes muy necesaria, pero no vale absolutamente nada, cuando se hace de ella un mero ejercicio; porejemplo, cuando se hace aprender los discursos de memoria. En rigor, esto no sirve ms que parafavorecer la osada; y la declamacin, por otra parte, no conviene ms que a los hombres. Aqu

    pertenecen tambin todas las cosas que no se aprenden ms que para un futuro examen o enconsideracin al futuran oblivionen2. No se ha de emplear la memoria ms que en las cosas cuyaconservacin nos sea conveniente y que tengan relacin con la vida real. Es perjudicial a los nios lalectura de novelas, porque no les sirven ms que de distraccin mientras las leen; debilita tambin lamemoria, pues sera ridculo retener la novela y quererla contar a los dems. Se ha de retirar, portanto, toda novela de manos de los nios. Mientras las leen; imaginan en ellas otra novela, porque serepresentan de otro modo las circunstancias, divagan y quedan como aturdidos.

    No se han de permitir nunca las diversiones, a lo menos en la escuela, pues acaban porproducir cierta inclinacin, cierto hbito a ellas. Los que son dados a las diversiones, pierden sus mshermosas cualidades. Aunque los nios se distraigan en sus juegos, vuelven pronto al recogimiento;cuando preparan una mala partida, se les ve con frecuencia distrados, pues entonces reflexionancmo han de ocultarla o repararla. En estos momentos, no oyen ms que la mitad de lo que se leshabla, responden al revs, no se enteran de lo que leen, etc.

    La memoria se ha de cultivar desde muy temprano, sin olvidar tampoco la inteligencia.Se cultiva la memoria: a) Reteniendo los nombres que se encuentran en las narraciones; b)

    mediante la lectura y escritura, pero ejercitndolas reflexivamente y no por el deletreo; c) mediantelas lenguas, que los nios han de aprender hablndolas, an antes de que lleguen a leer. Puede prestarun buen servicio, convenientemente arreglado, el llamado orbis pictus, pudindose comenzar

    principalmente por la botnica, la mineraloga y la fsica. Al hacer una indicacin en estas materias,se da motivo a modelar y dibujar, para lo que se necesitan las matemticas. Lo ms conveniente esque la primera instruccin cientfica s dirija hacia la geografa, tanto matemtica como fsica. Losrelatos de viajes, explicados con grabados y mapas, conducen en seguida a la geografa poltica. Delestado actual de la superficie terrestre, se vuelve al primitivo y se llegar a la geografa e historiaantiguas.

    1 El conocimiento est en relacin directa con la memoria.2 Que se ha de olvidar.

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    Hay que tratar de unir lentamente en la instruccin del nio el saber y el poder. Lasmatemticas parecen ser, entre todas las ciencias, el nico medio de satisfacer este fin. Adems, es

    preciso unir el saber y el idioma (la elocuencia, el bien decir y la retrica). Tambin ha de aprender elnio a distinguir claramente el conocimiento, de la mera opinin y de la creencia. De este modo, se

    prepara un recto entendimiento y un gusto, no fino o delicado, sino exacto. Hay que preparar antes elgusto de los sentidos, sobre todo el de la vista, y, en ltimo lugar, el de las ideas.

    Ha de haber reglas en todo lo que deba cultivar al entendimiento. Es muy til abstraerlas, paraque el entendimiento no obre slo mecnicamente, sino con conciencia de una regla. Es tambin muyconveniente cristalizar las reglas en ciertas frmulas y confiarlas as a la memoria.

    Nosotros tenemos las reglas en la memoria y no las encontramos pronto cuando descuidamosusarlas. Se pregunta aqu: deben .preceder las reglas in abstracto? se deben aprender comoconsecuencia del uso? las reglas y el uso deben ir a pasos iguales? Esto ltimo es lo que nicamenteconviene. En otro caso, el uso es muy largo e inseguro hasta que no se llega a alcanzar las reglas.Han de aprenderse stas ocasionalmente, pero tambin clasificadas, pues no se pueden retener,cuando no estn unidas entre s. Por eso, ha de preceder algo la gramtica en el estudio de losidiomas.

    Tambin es preciso dar un concepto sistemtico del fin completo de la educacin y del modode alcanzarlo.

    A) La cultura general de las facultades del espritu, diferente de la especial. Tiene por objetola habilidad y el perfeccionamiento; no ensea en particular al alumno, sino que fortifica lasfacultades de su espritu. Es: a) o fsica, dentro de lo que todo descansa en el ejercicio y en ladisciplina, sin que los nios necesiten conocer ninguna mxima; pasiva para el alumno, que ha deseguir la direccin de otro; otros piensan por l: b) o moral, no se apoya en la disciplina, sino enmximas. Todo se pierde, si se quiere fundarla sobre ejemplos, amenazas, castigos, etc. Seraentonces mera disciplina. Se ha de procurar, que el alumno obre bien por sus propias mximas y no

    por costumbres; que no slo haga el bien, sino que lo haga porque es bueno. Pues el nico valormoral de las acciones est en las mximas del bien. La educacin fsica se diferencia de la moral enque aqulla es pasiva para el alumno, mientras que sta es activa. Ha de comprender siempre elfundamento y la derivacin de los actos por la idea del deber.

    B) La cultura particular de las facultades del espritu. A ella pertenece la cultura de las

    facultades del conocimiento, de los sentidos, de la imaginacin, de la memoria, de la atencin y delingenio, en lo que concierne a las facultades inferiores del entendimiento. Se habl ya anteriormente,de la cultura de los sentidos, por ejemplo, de la vista. Por lo que hace a la cultura de la imaginacin,es preciso observar lo siguiente: los nios tienen una imaginacin extremadamente fuerte, y no hayque excitarla y alimentarla con cuentos. Ms bien se la ha de sujetar y someter a reglas; pero sindejarla del todo desocupada.

    Los mapas tienen cierto encanto para todos los nios, hasta para los ms pequeos. Aunfatigados, aprenden algo todava, cuando se usan. Es sta una labor, que no deja vagar suimaginacin, antes bien, la detiene en ciertas figuras. Podra hacrseles comenzar por la geografa, yal mismo tiempo unir a sta, figuras de animales, vegetales, etc., que la vivifiquen. La historiavendra despus.

    En cuanto a la atencin, obsrvese que es preciso fortificarla. Una persistente aplicacin denuestro entendimiento a un objeto, revela, ms que una buena condicin, debilidad de nuestro sentidointerno; porque en tal caso pierde la flexibilidad y no se puede emplear a voluntad. La distraccin esenemiga de toda educacin. Y en la atencin descansa la memoria.

    Lo relativo a las facultades superiores del espritu comprende la cultura del entendimiento,del juicio y de la razn. Al principio tambin se puede educar el entendimiento, en cierto modo,

    pasivamente, citando ejemplos para la regla, o al revs, encontrando reglas para los casosparticulares. El juicio indica el uso que se ha de hacer del entendimiento. Es necesario comprender loque se aprende o se habla, y no repetir nada sin que se comprenda. Cuntos leen y oyen sincomprender, aun creyndolo as! Para evitar esto, se necesitan imgenes y cosas.

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    Mediante la razn se comprenden los fundamentos; pero hay que pensar que se habla aqu deuna razn an no dirigida. El nio no debe querer, pues, razonar siempre; tampoco ha de razonarmucho sobre lo que supera a nuestras ideas. An no se trata en este sitio de la razn especulativa,sino de reflexionar sobre lo que procede segn sus causas y efectos. El nio tiene una razn prcticaen su economa y organizacin.

    Se educan mejor las facultades del espritu, haciendo por s mismo todo lo que se pretende, por ejemplo, cuando se pone en prctica la regla gramatical que se ha aprendido. Se comprende

    mucho mejor un mapa, cuando se le puede hacer por uno mismo. El mejor recurso para comprender,es producir. Lo que, ms o menos, se aprende por s mismo, es lo que se aprende ms slidamente ylo que mejor se conserva. Con todo, slo algunos hombres se encuentran en esta situacin: se lesllama autodidactas

    En la cultura de la razn se ha de proceder socrticamente. En los dilogos que Platn, dealgn modo, ha conservado, da Scrates -que se llamaba la partera de los espritus- el ejemplo decmo las gentes de edad pueden sacar mucho por s mismas de su espritu. Se usa la razn de losnios en muchas cosas que no deba usarse. No han de razonar en todo. No deben conocer losfundamentos de aquello que se emplea para educarlos; pero s, los principios, en cuanto se trata deldeber. Se ha de mirar principalmente en esto, no meterles los conocimientos racionales, sino ms

    bien sacarlos de ellos mismos. El mtodo socrtico deba dar la regla al catequstico. Aqul es, sinduda, lento y difcil de acomodar para que, mientras se sacan los conocimientos a unos, puedan

    aprender algo los otros. En muchas ciencias es tambin bueno el mtodo mecnico-catequstico, porejemplo, en la exposicin de la religin revelada. En la religin universal, por el contrario, se tieneque usar el mtodo socrtico. Se recomienda especialmente el mtodo mecnico-catequstico para loque se tiene que ensear histricamente.

    Corresponde aqu tambin la educacin del sentimiento de placer y de disgusto. Tiene que sernegativa, pero sin halagar el sentimiento mismo. La inclinacin a la comodidad es para el hombre

    peor, que todos los males de la vida. Por eso es de una extrema importancia, ensear a trabajar a losnios desde el principio. Cuando no estn ya mimados, les gustan las diversiones a las cuales vaunida la fatiga y las ocupaciones en que necesitan fuerzas. No hay que dificultarles sus placeres nidejrselos escoger. Ordinariamente las madres educan mal a sus hijos y los miman. Y no obstante, seobserva que los nios, en particular los hijos, quieren a sus padres ms que a sus madres. Esto nacede que las madres no les dejan saltar, corretear, etc., por temor a que puedan hacerse dao. El padre,

    que, por el contrario, los rie, los pega cuando han sido malos, a veces los lleva al campo y all losdeja corretear, jugar y estar contentos, como es propio de su edad.

    Se cree ejercitar la paciencia de los nios hacindoles esperar las cosas mucho tiempo. Sinembargo, esto no debe ser necesario. Pero s necesitan la paciencia en las enfermedades, etc. La

    paciencia es doble. Consiste, o bien en renunciar a toda esperanza, o bien en recobrar un nuevo valor.La primera no es necesaria cuando slo se pide lo que es posible, y se tiene siempre la ltima cuandose desea slo lo que es justo. La desesperacin agrava tanto las enfermedades, cuanto las mejora el

    buen valor. Pero quin es capaz de hacer comprender a los enfermos, que no abandonen laesperanza de su estado fsico o moral? Tampoco ha de hacerse tmidos a los nios. Sucede esto

    principalmente, cuando se les dirige injurias y se los avergenza con frecuencia. Aqu encajanparticularmente las palabras de muchos padres; Puf; avergnzate! No se ve propiamente de qudeban avergonzarse, por ejemplo, cuando tienen los dedos en la boca, etc. Se les puede decir: estono es conveniente, pero no se les debe dirigir un puf, avergnzate!, ms que en el caso dementir. La Naturaleza ha dado al hombre el rubor para que le traicione en cuanto mienta. Por eso los

    padres no deben hablar nunca de la vergenza a los nios, ms que en el caso de que mientan, y deeste modo conservarn el rubor para la mentira durante toda su vida. Pero si se estn avergonzandoconstantemente, adquirirn una timidez, que conservarn toda la vida.

    Es preciso no romper la voluntad de los nios, como ya se dijo antes, sino slo guiarla demodo que ceda ante los obstculos naturales. Al principio, el nio tiene que obedecer a ciegas. No esnatural que mande por sus gritos y que el fuerte obedezca al dbil. Nunca, pues, habr que complacera los nios por sus gritos, aun en su infancia, ni dejarles conseguir nada por este medio.

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    Ordinariamente se equivocan los padres en este asunto, y quieren ms tarde repararlo,negndoles en absoluto todo lo que desean. Es muy absurdo negarles sin motivo alguno lo queesperan de la bondad de sus padres, slo por contrariarles y hacer -a los dbiles- sentir susuperioridad.

    Se mima a los nios, cuando se satisface sus gustos, y se les educa de un modocompletamente falso, saliendo al encuentro de su voluntad y de sus deseos. Esto sucedeordinariamente, cuando los nios sirven de juguete a los padres, particularmente en la poca que

    comienzan a hablar. Pero esto mismo les causa un gran mal durante toda su vida. Efectivamente seles impide mostrar su enojo, saliendo al encuentro de su voluntad, pero entonces se enfurecen ms yms interiormente. An no han podido conocer el modo cmo deben portarse; por consiguiente, laregla que se ha de observar con los nios desde su ms tierna infancia, es auxiliarles cuando griten yse crea que algo les hace dao, pero no hacerles caso cuando meramente griten por clera. Ms tarde,se observar de modo continuo una conducta semejante. Es del todo natural, la resistencia queencuentra el nio en estos casos, y es propiamente negativa, slo porque no se acude a sus splicas.

    Por el contrario, muchos nios obtienen de sus padres todo lo que piden cuando ruegan.Dejndoles conseguirlo todo con sus gritos, se encolerizan, pero si lo obtienen con ruegos, llegan ahacerse blandos. Hay que acceder a las splicas de los nios si no se tiene ninguna razn importanteen contra; pero habiendo motivos para no ceder, tampoco hay que dejarse conmover por sus muchassplicas. Una negativa tiene que ser irrevocable. Esto lleva a no tener que negar frecuentemente.

    Suponiendo que existiera en el nio una inclinacin natural a la obstinacin, lo que slo sepuede aceptar como extremadamente raro, el mejor modo de proceder, es no complacerle en nada,cuando tampoco nos haga nada con gusto. -El quebramiento de la voluntad le produce un modoservil de pensar; por el contrario, la resistencia natural ocasiona la docilidad.

    La cultura moral tiene que fundarse en las mximas, no en la disciplina. Esta impide losvicios, aqulla forma el modo de pensar. Ha de mirarse, pues, a que el nio se habite a obrar pormximas y no por ciertos estmulos. Con la disciplina slo queda una costumbre, que se extingue conlos aos. El nio debe aprender a obrar por mximas, cuya justicia comprenda l mismo.

    Fcilmente se ve, que es difcil conseguir esto con los nios pequeos, y que la educacinmoral exige la mayor ilustracin de parte de los padres y de los maestros.

    Cuando el nio miente, por ejemplo, no se le ha de castigar, sino acogerle con desprecio,decirle que no se le creer en lo futuro, etctera. Pero si se le castiga cuando obra mal o se le

    recompensa cuando obra bien, har lo bueno para que se le trate bien. Ms tarde, vendr al mundoen que no sucede as, donde puede hacer el bien sin una recompensa, y el mal sin un castigo, yentonces ser un hombre que slo mire el medio de prosperar, y ser bueno o malo, segn loencuentre ms ventajoso.

    Es preciso que las mximas nazcan del hombre mismo. En la cultura moral se debe inculcarpronto a los nios el concepto de lo que es bueno o malo. Si se quiere fundamentar la moralidad, nohay que castigar. La moralidad es algo tan santo y tan sublime, que no se la puede rebajar y poner ala misma altura que la disciplina. Los primeros esfuerzos de la educacin moral son para fundar uncarcter. Consiste ste en la facilidad para obrar por' mximas. Al principio son las mximas de laescuela, y despus, las de la humanidad. El nio en los comienzos obedece a las leyes. Las mximastambin son leyes, pero subjetivas; se derivan del propio entendimiento del hombre. No ha de quedarimpune ningn quebramiento de la ley de la escuela, aunque el castigo tiene siempre que serapropiado a la trasgresin.

    Al formar el carcter de los nios, se trata de hacerles perceptible un cierto plan en todas lascosas, ciertas leyes que tienen que seguir punto por punto. As, por ejemplo, se les seala un tiempofijo para el sueo, para el trabajo, para las diversiones y esto no se ha de alargar o acortar. En lascosas indiferentes se les puede dejarla eleccin, habiendo slo de seguir constantemente despus loque hicieron una vez por las leyes. No hay que formar en los nios el carcter de un ciudadano, sinoel de un nio.

    Los hombres que no se han propuesto ciertas reglas son veleidosos; ocurre con frecuencia,que no se les puede entender ni conocer nunca bien cmo son. En efecto, se censura a menudo a lagente que obra siempre por reglas; por ejemplo, al hombre que fija un tiempo para cada obra; pero

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    muchas veces es injusta esta censura; esta precisin asienta una disposicin favorable para elcarcter, aunque parezca meticulosidad.

    Es necesario, ante todo, la obediencia en el carcter de un nio, particularmente en el de unalumno. Esta es doble; en primer lugar, una obediencia absoluta al director, y luego, a la razonada yrecta del que dirige. La obediencia puede nacer de la coaccin y entonces es absoluta, o de laconfianza y entonces es razonada. Esta obediencia voluntaria es muy importante, pero aqulla es enextremo necesaria, porque prepara el nio al cumplimiento de las leyes, que despus tiene que

    cumplir como ciudadano, aunque no le agraden.Por eso, los nios han de estar sujetos a una cierta ley de necesidad. Pero esta ley tiene que

    ser universal, en vista de la cual hay que obrar siempre en la escuela. El maestro no ha de mostrarentre varios nios predileccin ni afecto aluno de preferencia por uno determinado, pues si no, la leydeja de ser universal. El nio se vuelve rebelde en cuanto ve que no se somete a todos a la misma ley.

    Se habla constantemente de que se ha de presentar todo a los nios de modo que lo hagan porgusto. En muchos casos esto es bueno sin duda, pero hay que prescribirles tambin muchas cosascomo un deber. Despus les es esto de la mayor utilidad en toda su vida; porque slo el deber, y no lainclinacin, nos puede conducir en los puestos pblicos, en los trabajos del oficio y en otros muchoscasos. Suponiendo que el nio no comprendiera el deber, lo mejor es hacerle entender que tienedeberes como nio, puesto que es ms difcil que comprenda, que los tiene como hombre. La

    obediencia sera ms completa si pudiera comprender esto, que slo es posible con los aos.Toda infraccin por un nio de lo mandado es una falta de obediencia, que lleva consigo uncastigo; tampoco est dems en la infraccin de una orden cuando es por descuido. Este castigo es, o

    bien fsico o bien moral.Se castiga moralmente cuando se contrara la inclinacin a ser respetados y queridos, cuando,

    por ejemplo, se avergenza al nio, recibindole con tono fro y seco. Hay que conservar estainclinacin en cuanto sea posible. Por ello este modo de castigar es el mejor, porque viene en auxiliode la moralidad; v. gr., cuando un nio miente, una mirada de desprecio es un castigo suficiente yaun el que ms conviene.

    El castigo fsico consiste en no acceder a sus deseos, o en la aplicacin de una pena. El primermodo de castigar es semejante al moral y, adems, negativo. Los dems castigos tienen que usarsecon prudencia para no producir una andoles servilis. Conviene no conceder recompensas, porque as

    se hacen interesados y se les causa una indoles mercenaria.La obediencia es, adems, o bien del nio o bien del muchacho. A la infraccin de ella sigue

    el castigo, que es, o natural, que el mismo hombre contrae con su conducta, por ejemplo: cuando elnio enferma por haber comido mucho, y stos son los mejores, porque el hombre los experimentatoda su vida y no slo mientras es nio, o bien es artificial.

    La inclinacin a ser apreciado y querido es un medio seguro de hacer permanentes loscastigos. Los fsicos slo tienen que ser un complemento de los morales. No se llegar a formarningn carcter, cuando los castigos morales apenas sirvan y se tenga que acudir a los fsicos. Pero al

    principio tiene que suplir la coaccin fsica a la falta de reflexin de los nios.Los castigos que se aplican con seales de clera, son contraproducentes. Los nios no los

    ven entonces ms que como efecto de la pasin de otro, y ellos mismos se creen objeto de estapasin. En general, los castigos se han de aplicar siempre con prudencia, para que vean que el nicofin de stos es su mejoramiento. Es insensato -y convierte en esclavos a los nios- cuando tienen queagradecerlos, besar las manos, etc. Se hace tercos a los nios aplicando a menudo los castigos fsicos;cuando los padres castigan a sus hijos obstinadamente, slo les hacen ser cada vez ms testarudos.Los tercos no son siempre los peores hombres; a veces se conducen fcilmente por buenasrepresentaciones.

    La obediencia del joven es diferente de la del nio. Consiste en la sumisin a las reglas deldeber. Hacer algo por deber es obedecer a la razn. Es un trabajo intil hablar al nio del deber;acaban por verlo como algo a cuya infraccin sigue la palmeta. El nio podra ser guiado por susmeros instintos; pero en cuanto crece hay que darle el concepto del deber. Tampoco se ha de acudir

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    al recurso de la vergenza con los nios, sino solamente en los aos de la juventud. Esto no puedehacerse hasta que la idea del honor haya echado races.

    La veracidad es otro rasgo principal en la fundacin del carcter del nio. Es lo bsico yesencial de un carcter. El hombre que miente, apenas tiene carcter alguno; y si posee algo bueno,nicamente lo debe a su temperamento. Muchos nios son inclinados a la mentira, que procedefrecuentemente de una imaginacin viva. Es asunto de los padres procurar que los nios no seacostumbren a ella, pues las madres, ordinariamente, lo miran como una cosa de ninguna o escasa

    importancia; encuentran en esto una prueba lisonjera de las disposiciones y capacidades superioresde sus hijos. Este es el momento de hacer uso de la vergenza, pues ya comprende bien el nio. Elrubor nos traiciona cuando mentimos, pero no siempre es una prueba de ello. Nos ruborizamos amenudo de la imprudencia con que otro nos acusa de una falta. Por ningn motivo hay que tratar dearrancar la verdad