pe56d.s3.amazonaws.com · Web viewque me ha guiado, me ha transformado y ha puesto en mi vida...

Mujer y madre joya valiosa

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Martha Lucia Londoño

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MUJER Y MADRE, JOYA VA-LIOSA

El dinámico esfuerzo de una ma-dre para plantar raíces eternas en

sus hijos.

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Martha Lucía Londoño Pardo.

1ª Edición Diciembre 2014

Mujer y madre joya valiosaMartha Lucia Londoño Pardo

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Impreso en Colombia – autoreseditores.com 2014

Agradecimientos

Nadie se hace solo ni se transforma solo. Primeramente le doy gracias a Dios que me ha guiado, me ha transformado y ha puesto en mi vida personas hermosas que con sus enseñanzas, ejemplo y amistad sincera han aportado riqueza espiritual a mi vida, la han llenado de amor y felicidad.

Gracias a mis hijas Pilar y Lina, que han sido mi inspiración, motivación, compañía y apoyo en todo momento.

Al Pastor Andrés Arana, guía, amigo, y motor que me ha mostrado el privilegio que tenemos de servirle al Señor y disfrutar el Poder de Su amor en cada momento, a mis amigas Janet Bernhard y Jeannette Patiño, mujeres esforzadas y valientes, que con su ejemplo y tenacidad me empujan a ser mejor cada día y me dan a conocer el valor de una amistad sincera, leal e incondicional.

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Gracias a todas las personas que a lo largo de los años han dejado huellas imborrables en mi cora-zón, con sus enseñanzas, apoyo, cariño y solidari-dad.

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Contenido

Introduccion............................................................9Como leer y aprovechar este libro........................11

1...........................................................................13

Dos semillitas para cuidar y proteger en la tormen-ta...........................................................................13sugerencias y enseñanzas...................................17

2...........................................................................25

¡Peligro! el terreno esta contaminado y requiere limpieza.................................................................25Sugerencias y enseñanzas...................................33

3...........................................................................39

Sobreviviendo con pildoritas de formacion..........39Sugerencias y enseñanzas...................................45

4...........................................................................49

El gozo de la libertad............................................49Homenajes en rima..............................................53

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INTRODUCCION

En diferentes momentos y situaciones de mi vida, tuve la intención de escribir un libro para las muje-res. Pensaba en temas que pudieran interesar y edificar a las madres, a las hijas, a las mujeres solas… infinidad de títulos inquietaron mi mente y colmé muchas páginas de libretas y cuadernos con escritos y reflexiones. ¡Al fin me enfoqué! Voy a escribir para las madres, voy a compartir mi expe-riencia como mamá y mi aprendizaje en esta difícil pero maravillosa tarea.

Es una necesidad imperante para nosotras las mu-jeres, saber desempeñar nuestro papel de madres y conducir adecuadamente a los hijos cuando son niños, luego adolescentes, cuando se enamoran y cuando forman su propio hogar. Aunque por instin-to y amor, una madre guía a sus hijos de la mejor forma, no podemos desconocer que cometemos errores en la crianza, pero siempre hay una oportu-nidad para corregir, mejorar, sanar heridas y apren-der de los traspiés.

En este libro, no van a encontrar un tratado de psi-cología, ni fórmulas para manejar a los hijos con técnicas elaboradas, ni mucho menos teorías cien-tíficas que programen los comportamientos mater-nos. Solamente van a pasearse por un cúmulo de

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vivencias, de experiencias y circunstancias que serán, en un momento dado, instrumentos de aprendizaje y aplicación en casos similares.

Mi experiencia como educadora, formadora de ma-estros y especialmente como madre de las dos pre-ciosas mujeres que Dios me dio, me impulsan a compartir algo de mi vida y de la forma como El Señor me ha guiado para ser instrumento de bendi-ción en el rol y propósito que El tiene conmigo.

Pido al Señor Jesús, que quien lea este libro, en-cuentre caminos, luces, estrategias y consejos oportunos. Que en cada página, el lector encuentre esa única fuerza que transforma, que motiva a la excelencia, que impulsa a la acción y al compromi-so: EL AMOR que viene de Dios.

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COMO LEER Y APROVECHAR ESTE LIBRO.

El deseo de dejar un legado de apoyo, formación y testimonio a las mujeres, especialmente en el pre-cioso y delicado arte de la maternidad, me ha lleva-do a escribir estelibro utilizando dos estrategias de lectura activa:

- Mi testimonio de vida , que sin ser la más extraor-dinaria ni especial, ha estado inspirada y motivada por el AMOR. Si… el amor a Dios y a mis hijas, que han sido el motor de mi Vida. Las vivencias, superación de obstáculos, el logro de metas y todo lo que narro, serán una motivación que inspire al cambio y al mejoramiento personal.

-Sugerencias y Enseñanzas . A medida que leen, encontrarán en algunos párrafos, un llamado en paréntesis, con numeraciones del 1 al 15.

Cada número indica que hay una enseñanza o su-gerencia relacionada con la narración o vivencia que están leyendo, la cual está consignada al fi-nalizar cada una de las 3 partes de contenido.

Son principios de formación para los hijos en las diferentes etapas de la vida, enseñanzas para to-das las mujeres que anhelen una vida plena y feliz, los cuales he ido recopilando por ser el fruto de mis

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vivencias, experiencia, conocimientos Psicopeda-gógicos y de mi profunda relación con Dios, quien ha sido mi guía y mi salvación.

Los comparto, con el fin de aportar elementos y estrategias de formación y apoyo a las madres y mujeres en general, con todo mi amor.

- Los poemas y cartas al final , son una manifesta-ción de sentimientos de amor, que dejan el corazón lleno de satisfacción y alegría por el deber cumpli-do, además de la gratitud recíproca.

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1DOS SEMILLITAS PARA CUIDAR Y PROTEGER

EN LA TORMENTA.

“Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo, no se apartará de él.” Proverbios 22:6

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Nací con la vocación de maestra, desde muy niña mi único deseo fue estudiar pedagogía. Recuerdo, cuando tenía 5 o 6 años, sentaba a todas las mu-ñecas para enseñarles. Luego, más grande, jugaba con mis amiguitas a las tareas y la profesora siem-pre era yo.

Esta vocación innata y los fundamentos pedagógi-cos arraigados en mi ser a través de los estudios universitarios y de la extraordinaria formación en educación personalizada que recibí de unas sabias religiosas españolas, me llevaron a ser más cons-ciente de la responsabilidad tan grande que tene-mos las mujeres en la formación de nuestros hijos. Desde muy joven, aprendí que las experiencias familiares y la educación en los primeros años de vida, marcan el futuro del ser humano; se forjan los valores, comportamientos, sentimientos, actitudes que determinarán el carácter en la vida adulta y por consiguiente definen una vida exitosa, equilibrada o con dificultades de ajuste, comportamientos inade-cuados, sentimientos de fracaso.(*1)

Con estas bases, diseñé mi proyecto de vida, y de educación para mis dos hijas, el cual estaba cen-trado en la pasión profunda por el respeto a la per-sona y en su preparación para una vida íntegra, equilibrada y feliz. (*2) Y comencé a caminar con los ojos puestos en la meta final.

Siempre recordaré los primeros años de colegio,

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cuando mis niñas iniciaban su vida escolar. Como madre y con mis metas claras, me ocupé de tener-las en colegios que brindaran una buena formación, donde pudieran reforzar los valores que les estaba forjando en la casa y donde fueran felices.

El colegio ideal, posiblemente no existía, pero si busqué el más cercano al objetivo de formación que había diseñado. Mi hija mayor inició su pre-es-colar en un colegio grande, donde yo trabajaba como directora académica y la menor fue la prime-ra alumna matriculada en un jardín infantil que ini-ciaba labores en el barrio donde vivíamos. Eran instituciones de un buen nivel sociocultural, sin ser exclusivos ni extremadamente costosos y la forma-ción impartida estaba sustentada en valores espiri-tuales y morales que yo compartía totalmente.

Mi esposo no estaba de acuerdo conmigo en que las niñas estudiaran en instituciones privadas con fundamentos de formación sólidos aparte de la ins-trucción, pero gracias a Dios, logré convencerlo de lo importante que era un entorno social enriquecido y una educación, donde el eje fuera la formación ética y moral especialmente durante la educación primaria. No podía desviar mis objetivos a largo plazo. La formación en valores que había inicia-do no se podía negociar. (*3)La vida escolar inicial transcurrió en forma normal, mis hijas eran niñas muy juiciosas y adaptables, sin mayores dificultades… Pero sucedió algo que yoja-más imaginé que me pudiera pasar. Todo mi pro-

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yecto de vida se desplomó en un abrir y cerrar de ojos. Mi hija mayor, con 12 años y la menor con 9, se vieron involucradas en algo que no tenían ningu-na responsabilidad, y que sin ser culpables, paga-rían las consecuencias: La separación.

Toda nuestra vida se revolcó y la línea de forma-ción que llevaba, desvío su rumbo. Los valores sembrados se desvanecieron, fue un caos total. Mis hijas se desubicaron, sufrieron muchos tropie-zos y yo tuve que replantear mi proyecto de vida y los objetivos familiares que me había propuesto lograr.

Las semillitas, que ya estaban germinando, se en-frentaron y soportaron tormentas, ríos de lágrimas, sequedad y desierto. Yo, tenía que darles ánimo, confianza, provisión, aliento y no tenía los recursos, porque yo estaba destruida, pero la luz del amor no se extinguía en mi ser y sacaba fuerzas, y lu-chaba y buscaba caminos. (*4)

Ahora, después de tantos años, reconozco que en medio de toda la desolación, Dios estaba ahí, sos-teniéndome, enseñándome y dándome la fortaleza para continuar con la tarea de educar y formar a mis niñas, como me lo había propuesto y como El, sin yo saberlo me lo había prometido (*5)

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en-que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos” Salmo 32:8

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SUGERENCIAS Y ENSEÑANZAS

1-EL EJEMPLO: LA MEJOR ESTRATEGIA PARA TRANSMITIR VALORES.

Desde que nacen, los niños reciben y asimilan lo que su entorno les ofrece. Por lo tanto, es respon-sabilidad de los padres transmitir por medio de sus actitudes y comportamientos, sentimientos de amor, alegría, paciencia, bondad. Cómo? Con el ejemplo. No hay una forma más efectiva de ense-ñanza y formación. Se aprende a respetar, cuando se nos respeta. Un ambiente de alegría, llena el corazón de los niños de felicidad. Si manifestamos amor, los niños darán amor.

“Los primeros años de vida son cruciales. Los niños y niñas que reciben protección y cariño durante su primera infancia tienen más probabilidades de so-brevivir y crecer saludablemente, de padecer me-nos enfermedades y trastornos y de desarrollar al máximo sus aptitudes cognitivas, lingüísticas, emo-cionales y sociales. Es también más probable que sean buenos estudiantes cuando comiencen la es-cuela, y como adolescentes tendrán una mayor autoestima. Y más adelante en la vida, tendrán más posibilidades de convertirse en miembros creativos y productivos de la sociedad.” (UNICEF)”

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2- EL RESPETO

Significa valorar a los demás, acatar su autoridad y reconocer su dignidad. El respeto se acoge siem-pre a la verdad; no tolera bajo ninguna circunstan-cia la mentira, y repugna la calumnia y el engaño.

El respeto exige un trato amable y cortes; el respe-to es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía de transparencia.

El respeto crea un ambiente de seguridad y cordia-lidad; permite la aceptación de las limitaciones aje-nas y el reconocimiento de las virtudes de los de-más. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la autonomía de cada ser humano y acepta complacido el derecho a ser diferente.

El respeto a las personas es la aceptación y valora-ción positiva del otro por ser persona. Lleva consi-go una aceptación incondicional de la persona tal y como es. Es decir, una aceptación sincera de sus cualidades, actitudes y opiniones; una comprensión de sus defectos. En el plano humano, el respeto a las personas implica no considerarse superior a nadie.

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Todos sentimos que tenemos el derecho a ser res-petados por los demás en nuestro modo de ser, de actuar y de expresarnos. Esto exige de nosotros el deber de respetar igualmente a todas las personas. Nuestros hijos aprenden a respetar, cuando los respetamos a ellos y reciben de sus padres el ejemplo de respeto a todos y a todo. Un niño que conoce el límite del otro, porque en el hogar lo ha vivido, podrá vivir una vida sana y saludable, sea en su entorno familiar o escolar. Un niño que sabe respetar a los demás, será más fácilmente respeta-do, y así con todo.

3- LA TRANSMISIÓN DE VALORES A LOS HI-JOS

Los valores son las reglas de conducta y actitu-des según las cuales nos comportarnos y que es-tán de acuerdo con aquello que consideramos co-rrecto. Al nacer, los niños no son ni buenos ni ma-los. Con la ayuda de sus padres, educadores y de los que conviven con ellos, aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir.

¿Pero cómo educamos en valores? Primero, cono-ciendo e interiorizando cada uno de los valores, practicándolos para así dar ejemplo a nuestros hi-jos

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VALORES PARA EDUCAR

El amor a Dios y al prójimo como punto de par-tida ya que de éste mandamiento han de salir valores humanos como la amabilidad, amistad, obediencia, honestidad, perseverancia, respeto, tolerancia, lealtad, bondad, generosidad, espiri-tualidad, prudencia.

Los niños aprenden con el ejemplo. Las actitudes y comportamientos de los padres en su forma de re-lacionarse con los demás, de pedir las cosas, de compartir mesa, asiento, de cooperar, de ayudar a los demás, de defender, de reclamar, de tolerar y aceptar, son herencia que reciben los hijos

¡Manos a la obra!

4- EL AMOR: ARMA PODEROSA EN LA SEPA-RACIÓN DE LOS PADRES.

Es necesario comprender que los hijos deben ser el proyecto más importante en la vida de los padres. Por esto, lo mejor que puede sucederle a un niño que se ve abocado a la separación son unos proge-nitores presentes, activos y amorosos.

En general, los niños sienten lo mismo que un adul-to frente a una situación difícil. Esto es tristeza, miedo, confusión, desorientación, soledad y temor al abandono, creándoles inseguridad y angustia

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porque pueden llegar a pensar que si uno de sus padres se marchó, el otro también puede hacerlo.

Cuando esto sucede es importante reforzar su au-toestima, darles más afecto, demostrarles que si-guen siendo importantes, que no van a ser despla-zados, que el amor a ellos superara cualquier obs-táculo.

El amor por los hijos es la mejor medicina para lograr disminuir el impacto de la separación. Permite superar las tristezas y seguir aportando a su educación, lo cual lleva a invertir tiempo, mate-rial y preparación en ser mejores padres y brinda la oportunidad de construir a pesar de las dificultades.

FRASES DE REFLEXIÓN

“Cuando amo con respeto a mis hijos, su salud físi-ca y mental elijo.”

Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros.

Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: Uno, raíces; el otro, alas.

El amor de tus hijos y hacia tus hijos, es eso que te hace despertar cada día, te da aliento esperanzas y fuerzas para afrontar todos los obstáculos y retos que se te presenten en la vida. Y al final agradece-

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rás a Dios por ese amor que te acompaña cuando más lo necesitas.

“Vive de tal manera que, cuando tus hijos piensen en justicia, cariño e integridad, piensen en ti.

“No le evites a tus hijos las dificultades de la vida, enséñales más bien a superarlas. Louis Pasteur”

5- DIOS: FORTALEZA Y SOPORTE EN MO-MENTOS DE DOLOR Y ANGUSTIA

En los momentos de dificultad y oscuridad, el temor y la soledad nos debilitan física y espiritualmente, y hasta sentimos que Dios no nos escucha y no ha-llamos respuesta.

Pero la verdad es que Dios conoce nuestras limita-ciones, así como también las capacidades, El cono-ce cuáles son nuestras fortalezas y como reaccio-namos frente a las circunstancias; por tal razón per-mite que lleguen a nuestra vida situaciones que cada uno, individualmente podemos soportar.

Cuando nos sentimos cansados, sin energías, sin ánimo de seguir o de comenzar, recuerda que El Señor dice en su Palabra:

“Él da fortaleza al cansado, y multiplica las fuer-zas al que no tiene ningunas.” (Isaías 40:29)

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“Por tanto no desfallecemos, antes bien, aun-que nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día.” (2 Corintios 4:16)

Esta es la hermosa y única verdad: en medio de las dificultades, de esos tiempos de silencio, Dios no nos abandona. El siempre está a nuestro lado y en el momento indicado, su abrazo de amor y consue-lo llegan para darnos paz y para decirnos: “Esfuér-zate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas.”Josué 1:9

El es Padre que perdona y aun cuando nos en-contremos alejados espiritualmente, envueltos en los problemas y dificultades, El viene y nos susten-ta, pues El es la fuente de agua viva.

Dios es Fiel, es amor, es fuerza y El nos ama con amor eterno.

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¡PELIGRO! El TERRENO ESTA CONTA-MINADO Y REQUIERE LIMPIEZA

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”Mateo 11

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En una cafetería de la ciudad, haciendo mis últimos esfuerzos por salvar el hogar, tuve con mi esposo un diálogo muy corto y decisivo que me mostró el fin: - ¿Vale la pena luchar? Le pregunté- Lucha si quieres, pero no esperes nada. - me respondió.- Ahora sí veo que mi matrimonio se acabó. Soy luchadora, mi deseo es continuar defendiendo la unión familiar – dije. Y en verdad lo haría, pero ya había demasiado impedimento para librar la batalla.

Así de fácil, en un abrir y cerrar de ojos, entré a formar parte del ejército de mujeres cabeza de ho-gar. Me costó mucho aceptar este papel ya que por tradición y ejemplo familiar y por la educación que recibí, tenía muy claro que el matrimonio era para toda la vida, que el hombre era la cabeza del hogar.

¡Yo, separada! La que tenía menos probabilidades de hacerlo,- era un matrimonio modelo ante amigos y familiares- ahora era una realidad que me causa-ba rabia, dolor, vergüenza. Me parecía que todos me señalaban. No quería asistir a reuniones fami-liares; era una experiencia amarga y dolorosa llegar con mis dos hijas a cualquier sitio. Me faltaba algo que era parte de mí… y comencé a ocultarme en mi fracaso. Se me oprime el corazón al recordar episodios tan tristes como cuando ponía la mesa para comer… muchas veces coloqué el plato de mi esposo. Era muy triste; el llanto no se hacía esperar, me perse-

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guía sin compasión y mis niñas tenían que soportar esa tristeza y frustración.

En esta misma época yo me encontraba realizando un posgrado en educación. No sé cómo pude termi-narlo. Pocos días después que mi esposo abando-nó la casa, yo tenía un examen final en la universi-dad. Me veo en el escritorio tratando de concen-trarme para asimilar algo del contenido, pero era imposible. Me ahogaban las lágrimas, el dolor me consumía. De repente, timbraron y era mi esposo. Seguí ha-ciéndome la que estudiaba y él me dijo: “¿Te puedo ayudar a estudiar?” lógicamente le dije que no, ha-ciendo un gran esfuerzo para no llorar y no expre-sar el inmenso dolor que oprimía mi ser. (*6)

¡Qué momentos tan difíciles! Pero cuán satisfacto-rio es haber podido triunfar en la derrota. No sé cómo, pero pasé el examen. A pesar de querer de-jar mis estudios, me sobrepuse y obtuve el título.

El área emocional destruida, la autoestima por el suelo y para acabar de completar, todos los pro-blemas económicos. Sobrevivir se convirtió en mi prioridad, pues aunque siempre había trabajado, ahora el dinero no alcanzaba, pero yo sabía que no me iba a dejar vencer. Ahora, ya restaurada, reconozco que aunque nun-ca lo hice voluntariamente, causé muchas heridas a mis hijas por la angustia, la escasez, los obstácu-

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los, el resentimiento y mi lucha permanente por producir para que ellas pudieran estudiar y formar-se; también veo con alegría que esos momentos de dolor y escasez nos enseñaron, a las tres, a no desfallecer, a valorar todo, a aprovechar las cir-cunstancias para aprender, crear y crecer. (*7)

Además, como aún no conocía a ese Dios Padre, fiel y amoroso, vivía ahogada en mis problemas, la auto compasión y el cansancio de luchar sola, justi-ficando las acciones negativas con mi tragedia y proyectando esa sensación de derrota a familiares y amigos, quienes, por mi culpa, se referían a mí como “la pobre Martica”, “pobre mujer”, “las pobres niñas”, expresiones que no ayudaban en nada y sí me hacían sentir más abandonada.

Sin embargo, mi ser buscaba elevar el espíritu con las herramientas que poseía. Escribía poemas, en algunas ocasiones me retiraba a pintar, trataba siempre de mostrarles a mis hijas que no todo era malo, que si podíamos salir del caos. ¿Qué era esto sino la mano de Dios protegiéndome y guián-dome? (*8)

Muchos poemas salieron de mi corazón adolorido y tenían ese sabor amargo de la desesperanza. Esos, con la llegada de Jesús a mi vida, se fueron, se borraron; otros, sí están guardados en hojas amarillas por el paso de los años, pero que siguen vigentes en mi corazón; son poemas inspirados en el amor a Dios, en el de madre, de amiga…

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El primer poema me lo inspiró mi hija mayor, cuan-do tenía 13 años:

SENTIMIENTO MATERNAL

Fruto eres de un amor puro y eternoHija mía, bella niña, tierna suave cariñosa.Nada tengo que envidiarle yo al mundo.Siendo madre, es sentir que soy grandiosa.

Presiento que muy pronto una mujer serás.Recorrerás caminos de espinas y de rosas.Cantarás de alegría, a solas llorarás,Verás cosas terribles y otras muy hermosas.

Cuando en tus noches tristes te sientas angustiada,Piensa que no estás sola, que alguien te acompañaQue aunque lejos te encuentres tendrás la fiel mira-da,De tu madre hija mía, de la que nunca engaña.

Aún eres muy niña, quizás no entiendas nada.Sin embargo hoy quiero dejar en tu tierna alma,Semillas que te guíen, una vez germinadas:Nunca hagas daño a nadie, vive siempre con cal-ma.

Ama sinceramente, no traiciones en nada;Sé grata con quien sirve, sé desinteresada,Confía siempre en Dios, El nunca te defrauda.Sé feliz hija mía… no vivas engañada

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…. A mi hija menor, que tenía 9 añitos:

LINITA

Te asemejas a una flor Bella, frágil, delicadaQue con orgullo y candorDas una tierna mirada.

Para seguir siendo así,Debes cuidar en tu serTus hermosas cualidadesY tus defectos vencer

Aprende con entusiasmoY así puedes enseñarA todos los que a ti lleganEn busca de tu amistad.

Eres linda, ya lo séPero la belleza valeSi dentro del corazónSiembras nobles ideales.

Así transcurrían esos días de oscuridad. Con todas las responsabilidades, con muchísimas limitaciones y con el inmenso amor por esas dos hijas precio-sas, que eran el combustible poderoso para conti-

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nuar el recorrido por caminos desconocidos pero con metas claras.

Muchos errores cometí...Palabras que jamás debí declarar, reacciones desesperadas que no contro-lé, decisiones personales que no debí tomar, con-sejos que no pedí, en fin, tendría que escribir otro libro con el sinnúmero de desaciertos que tuve, pero querido lector, quiero decirte que esos errores son parte del camino, son ingredientes muy valio-sos para enseñar, aprender y mejorar. Algo bien importante: si los colocamos en una balanza frente a los principios y valores, te garantizo que los erro-res pierden totalmente su peso.

Lo que queda arraigado, son los valores y los principios. Aunque a veces parezca que no que-daron en el corazón, ahí están y saldrán a la luz cuando sea el momento. Lo aprendido en la niñez, especialmente con el testimonio y el ejemplo, es indeleble. Los errores se corrigen, se perdonan, se olvidan. Los valores y principios se arraigan, se practican y se transmiten.

Cuando mi esposo se fue de la casa, en medio del caos, mandé a las niñas para la finca, donde esta-ban mis padres. Allí estuvieron varias semanas. Cuando fui a visitarlas me tenían un hermoso poe-ma:

(Transcribo como ellas lo escribieron.)

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Una madre que trabajaba y estu-diaba mucho, mandó a sus hijas para que se quedaran con sus abuelitos; Aquella madre como era tan buena, llamaba a sus hijas to-dos los días, ellas siempre le de-cían: “Vente rápido mamita, esta-mos ansiosas de verte otra vez.”…. y ella les decía: “no se preo-cupen, llegaré pronto”.Un día llamó y dijo: “mañana voy”. Las niñas el día anterior, se pusie-ron a arreglarle regalitos, claro que no tan buenos como los que ella trajo, como por ejemplo, vol-verla a ver. Autoras: Rocío, Lina (colombianas)

Este poema infantil, sincero, sentido, refleja cómo los valores y buenos sentimientos se adhieren en los niños, y cómo ellos expresan sus vivencias, manifestando y proyectando lo que han recibido. (*9) En la actualidad puedo ver que el abono utilizado en el cuidado de mis dos semillas, a pesar de ha-ber tenido piedrecillas, maleza, bichos dañinos, sí estaba enriquecido con los ingredientes necesarios para producir plantas fuertes y de buen fruto.

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Tengo muchas cartas y tarjetas que mis hijas me escribieron en diferentes momentos y circunstan-cias y puedo percibir con satisfacción, que el acom-pañamiento, el interés demostrado, las normas, el diálogo, fueron ingredientes efectivos en el proce-so de formación.


6- ENFRENTAR CON VALOR LOS MOMENTOS DIFICILES.

Toda circunstancia tiene influencia en la actitud que tengamos. No podemos elegir lo que sentimos, pero sí podemos elegir la forma en que reacciona-mos ante lo que nos ocurre. Los sentimientos emergen solos, pero la actitud que asumimos frente a la vida es lo que va a establecer la diferencia.

¿Cómo enfrentar esos momentos difíciles? Puede tratarse del fracaso de una empresa, un divorcio, la pérdida del empleo, un hijo esclavizado a las dro-gas o el descubrimiento de una enfermedad termi-nal. Sin importar cuál sea la dificultad, las personas manejan de varias formas los reveses que surgen en la vida.

Reacciones que NO sirven

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A) Enojarse en forma exagerada, contribuye a que el problema se vuelva aún mayor.

B) Culpar a los demás, lleva a que nunca se resuelva el problema o se supere la crisis.

C) Inclinarse por complicadas justificaciones para explicar el por qué del conflicto, lleva a que se añadan innecesarios obstáculos.

D) Ocultar el conflicto, para que nadie perciba que existe.

Los obstáculos o problemas son parte importante en la vida, ya que aunque duelan, nos dan oportu-nidades únicas para crecer, madurar, acercarnos a Dios.

¿Acaso no es hermoso abrir el corazón y pedirle a alguien que nos preste el hombro para llorar? Po-demos pedirle a un amigo que venga a hablar con nosotros, que haga una oración a Dios para que brote fe del corazón y renazca la esperanza

Las dificultades crean la oportunidad de poner en orden las cosas, entre ellas, pedir perdón por los errores u ofensas, poder abrazar a nuestros se-res queridos y decirles cuánto les amamos..

A través de las dificultades, por ejemplo, puedo descubrir amigos del alma, de esos que están cuando los demás se han ido. Cada uno de noso-tros poseemos el potencial para vencer la adversi-dad, para sobreponernos a los errores o a los ma-los resultados. Podemos ver estos momentos como

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victorias viables, momentos que nos brindan la oportunidad de aprender y crecer. Una dificultad puede ser la ocasión para descubrir lo que no habíamos visto hasta este momento.

Si estamos atentos, las dificultades pueden aportar-nos muchos tesoros incalculables. ¿Qué es lo que hace la diferencia? La actitud frente al desafío.7. SACAR PROVECHO DE LAS EXPERIENCIAS DOLOROSAS.

John Maxwell en uno de sus libros hace una inte-resante comparación entre los que se dejan vencer y los que han decidido transformar la adversidad en victoria. Maxwell señala que el vencido culpa a los demás por lo que le ocurre. Quien decide triunfar en la adversidad, asume la responsabilidad de sus actos. El que se deja vencer espera nunca más fracasar, ¡pero es impo-sible!Todos los que abordan algún proyecto pasarán por el valle de la dificultad.

El que decide transformar la adversidad en vic-toria, reconoce que el fracaso es parte del ca-mino, parte del proceso. El que se deja vencer cree que va a seguir fracasando o, peor aún, se dice a sí mismo: soy un fracasado.

El que elige convertir los fracasos en triunfo, mantiene una actitud positiva frente a la vida. Quien se deja vencer se siente limitado por los errores del pasado. Sin embargo, quien quiere ca-

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minar y llegar, está dispuesto a volver a arriesgar-se.

La persona que decide dejarse vencer, accede y se relaciona con las personas incorrectas, y de-pende de lo que otros hacen. Quien decide trans-formar la calamidad en victoria, persevera. Al entender que cada dificultad puede ser una oportu-nidad para avanzar un paso más en el proyecto que se le ha confiado, avanza con una mayor segu-ridad.

8. ELEVAR EL ESPÍRITU, BUSCAR LA LUZ

Hay momentos en la vida que pareciera que Dios se ha escondido, y por más que oremos parece que El no nos escucha o por lo menos no quiere contestarnos.

En esos períodos es donde El viene como un vien-to sosegado y nos dice al oído: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10

Todos en algún momento hemos sentido temor y en más de una ocasión nos hemos sentido solos, agobiados, sin esperanza, pero si tenemos la fe en El Señor, si le creemos, con seguridad el momento

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difícil, el dolor, el miedo, se vuelve positivo, creativo y da buen fruto.

Esta fe es la que debemos transmitirle a los hijos, desde pequeños. Que ellos sientan la compañía de ese Ser sobrenatural y todopoderoso que nos saca de cualquier circunstancia.

9. LOS VALORES Y PRINCIPIOS SE ARRAIGAN, SE PRACTICAN Y SE TRANSMITEN.

La educación en el hogar debe ser formativa, no destructiva. Es importante saber que los niños, tie-nen una gran capacidad de aprendizaje y por lo tanto, hay que prestar atención desde los primeros años en la forma como vamos a afirmar valores y principios fundamentales en nuestros hijos, para que logren una vida adulta armoniosa. La manera más adecuada es respetando, estimulando y dando ejemplo.

Los niños aprenden lo que viven. Si nosotros los irrespetamos, ellos nos irrespetarán a nosotros y a otras personas. Una forma común en que nosotros como padres irrespetamos a nuestros hijos es cuando no los disciplinamos en el momento que ellos nos irrespetan con desobediencia, respuestas agresivas, con mentiras o engaños, porque les es-tamos admitiendo antivalores. Si nos reímos cuan-do nos faltan el respeto (lo que harán a veces) o no los corregimos, irrespetamos las necesidades de ellos. Los niños necesitan guía.

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El guiarlos toma mucho tiempo y mucho amor. Si los niños saben que son amados, especiales e im-portantes para sus padres y aprenden a respetar a los demás, están caminando hacia un futuro sano y feliz.

Pero la clave es ser persistente y darse cuenta que ese pequeñito que nos da tanta alegría, vino a este mundo con muchas necesidades, que podemos satisfacer si somos conscientes de la responsabili-dad en la formación y los amamos en todas las eta-pas del crecimiento.

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3SOBREVIVIENDO CON PILDORITAS DE

FORMACION.

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La educación personalizada, es un estilo de forma-ción, que gracias a Dios, tuve el privilegio de cono-cer y ser pionera de su aplicación y enseñanza en Colombia. Se fundamenta en cuatro principios bási-cos: Autonomía, singularidad, apertura y tras-cendencia que vienen a ser las dimensiones del ser humano. De la misma forma como enseñaba y transmitía esta filosofía educativa a docentes de diversos establecimientos, lo aplicaba en casa con mis hijas. Yo sabía que lo sembrado en la etapa de la niñez, quedaría arraigado, indeleble..

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Me ocupé mucho más del SER que del HACER de mis hijas; mi meta era que llegaran a ser muje-res libres (Autonomía), que desarrollaran sus talen-tos, sus habilidades (singularidad), que fueran soli-darias, amigas, sociables, sensibles (apertura) y lo más importante, que entendieran su papel en el mundo, ese que va mas allá de una profesión, de un talento, de una realización. Que tenemos una meta final: DIOS (trascendencia). (*10)

Siempre he sido solidaria con ellas, sin ser permisi-va. Un día llegó mi hija muy triste, desilusionada y brava porque le fue muy mal en el colegio. Recuer-do que me dijo: “Mami, yo no sirvo para nada”. Le respondí que ella no podía valorarse por unas no-tas. Que así perdiera todos los años, ella valía para mí y para el mundo, mucho más que una califica-ción, y de verdad así lo sentí. No entiendo cómo algunos padres pisotean la personalidad de sus hijos, porque no sacaron buenas notas, porque tu-vieron un fracaso. Es en esos momentos donde nuestros hijos necesitan saber que su mamá está con ellos y no contra ellos. Mi hija quedó tranquila, no sintió rechazo y siguió adelante, sin problema acumulando éxitos escolares.(*11)

Les enseñé, más que todo con la práctica a ser sensibles y solidarias. Algo que me pareció impor-tante hacer, fue sembrar en ellas el sentido de res-ponsabilidad social y solidaridad. En Diciembre y a principios de año, compraba regalos y útiles escola-

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res para repartir en algunos barrios marginados. Yo me iba con mis dos hijas, entregábamos los regalos a los niños, compartíamos golosinas y charlábamos con ellos por largo rato. Siempre estaba haciéndo-les reflexiones acerca de la necesidad y le obliga-ción de servir y compartir.

No puedo dejar de sonreír cuando me acuerdo que en mi afán de enseñarles y de impregnarles men-sajes formativos a mis hijitas, les leía los prover-bios. Ellas apenas se miraban y se reían. Me de-cían:- “Mami que no sea muy largo”. Pero también escuchaban mi lectura. Posiblemente, en el mo-mento, no les gustaba mucho, pero de lo que sí estoy segura es que esas pildoritas de formación, han dado salud espiritual y siguen haciendo efecto.

Enseñé muchas cosas a mis hijas en su niñez y pre-adolescencia con el ejemplo ya que siempre me veían estudiando, creando programas, inge-niándome actividades, realizando labores pedagó-gicas como entrenamientos a maestros, talleres de capacitación. Muchas veces me acompañaban y eran parte del auditorio en diferentes sitios donde dictaba conferencias. Sabían que su mamá, a pe-sar de las muchas dificultades, era una mujer que tenía muchísimo para dar y lo hacía con agrado y responsabilidad a pesar de todo.(*12) No lo digo con orgullo, sino con la alegría de haberles podido transmitir cosas buenas y fundamentales para aprender a vivir. Si somos conscientes de la res-

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ponsabilidad que tenemos como madres, de sem-brar en nuestros hijos las herramientas para saber enfrentar la vida, cualquier actividad, acción o la-bor ha de ser realizada con el objetivo de ser luz para ellos. Las necesidades económicas y afectivas también fueron instrumentos de crecimiento y formación. Me ingenié cualquier cantidad de material didáctico para incrementar los ingresos. Mis hijas, mis papás y yo formamos una mini-empresa de materiales educativos. Ellos me ayudaban bastante, fueron mi apoyo en la elaboración de los materiales que yo me iba ingeniando y que luego vendía en unos cen-tros de matemáticas que prestaban asesoría en distintos puntos de Bogotá y de otras ciudades co-lombianas. Era lindo y fuerte este equipo: creativo, laborioso, solidario y lleno de amor. (*13)

La etapa de la vida en que más me formé y apren-dí, fue cuando hice realidad el sueño de trabajar en mi propio centro de educación.

Nació INCENTIVAR, un establecimiento de educa-ción no formal, dentro del cual pude desarrollar con toda libertad, programas formativos individualiza-dos para niños, jóvenes y adultos.

La primera estudiante que tuve, fue mi hija. Ella debía prepararse para presentar el examen de ad-misión en un colegio de calendario B, ya que había-mos decidido cambiar todo en nuestra vida, mi tra-

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bajo, el colegio donde estudiaban... Así fue como elaboramos un programa auto- didáctico que ella comenzó a trabajar, mientras yo cimentaba el cen-tro de educación y diseñaba los programas y pro-yectos para presentar en la Secretaría de educa-ción.

Fue una excelente experiencia que llevó a mi hija a ganar el cupo en un colegio donde era bien difícil la admisión de estudiantes colombianos; y a mí me dio herramientas didácticas para implementar, con los estudiantes que ingresaran.

Los programas formativos y académicos del centro, como establecimiento de educación no formal, atendía la necesidad específica de cada estudian-te, respetando su ritmo personal, motivando, valo-rando su trabajo y llevándolo al éxito académico, aspecto que fue muy valorado por los habitantes del sector y que llevó a mantener un flujo de estu-diantes muy favorable en términos generales, pero…

Yo, con mi autosuficiencia intentando ser la súper-mujer y a la vez con la gran responsabilidad tanto laboral como familiar, hacía cuanto estaba a mi al-cance para sacar adelante mis proyectos yo sola. Así como obtenía logros y satisfacciones, también cometí errores administrativos y financieros gra-ves que me obligaron a cerrar el centro después de 8 años de funcionamiento! Esto fue caótico! Tuve que vender la casa por lo que me ofrecieran y salir,

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con dos maletas y mis dos hijas a un apartamento arrendado y, comenzar de nuevo.

Comenzar. ¿Con qué? ni casa, ni trabajo, ni opcio-nes inmediatas....! Nada! Solo dos hijas por las que tenía que responder como fuera. Me sentía a la orilla de un abismo a punto de caer. Pero el amor lo puede todo (*14). Mucho tiempo antes de la separación, no habíamos podido hacer un paseo con mis hijas y ellas me lo pedían con ansias, lo necesitábamos las tres. Así que, destiné una parte del dinero que quedo de la venta de la casa y pro-gramamos un viaje. Lo merecíamos y lo disfruta-mos mucho. Jamás olvidamos esos días felices, con todo el confort en un lindo hotel, playa, mar, descanso y diversión.

Las cosas esenciales no se pueden dejar de lado, ni se pueden colocar en segundo lugar. Era muy importante cuidar el dinero en este momento, pero la felicidad de las hijas era lo esencial y sobre todo era una forma de estimular y elogiar lo valiosas que eran para mí. (*15) Fue una de las mejores inversiones, haber destinado un dinero para pasear y compartir con ellas momentos inva-luables.

Como Dios siempre está presente para ayudarnos en momentos difíciles, Él obró de manera sobrena-tural en mí, para solucionar mi situación laboral del momento. Un dia cualquiera recibí una llamada de

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mi prima para decirme: - “Martica, siéntese para recibir una noticia”

Le respondí: -“Ya estoy sentada. ¿Qué pasó?

-“ ¡Acaba de ser nombrada Asesora del Goberna-dor!. Aliste papeles para posesionarse. – Me dijo.

Fue así como en el término de quince días, inicié mi trabajo en la Gobernación de Cundinamarca, experiencia que fue maravillosa, de muchísimo aprendizaje, viajes y buenos ingresos.


La experiencia de todos estos años, el amor incon-dicional y el esfuerzo por dar a mis hijas lo mejor que pudiera, me permiten con toda certeza, dejarle a mis lectores una serie de consejitos que sin duda, ayudarán en la tarea de formar a sus hijos:

10 La instrucción y formación de los padres es un camino que comienza al nacer y continúa por muchos años. Se presentarán muchas circunstan-cias cuando los hijos tomen decisiones incorrectas y hasta elijan rechazar la instrucción. Esos son los momentos cuando la disciplina es más necesaria.

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La Biblia es el manual de la vida y si como padres ponemos en práctica la Palabra, con certeza que formaremos hijos felices y buenos.

11Disciplinar. Las teorías acerca de la disciplina “correcta” cambian con los años. Si nuestro eje es Dios, en su Palabra encontramos cómo disciplinar a los niños. la Biblia nunca cambia. Si los hijos no obedecen, necesitan ser corregidos. “La vara de la corrección da sabiduría, más el muchacho con-sentido avergonzará a su madre.” (Proverbios 29:15).

12 Dios encomienda a los hijos para su cuidado específico. Él quiere que conozcan esa corrección firme, bondadosa, que enseñará a los hijos a obe-decerle a Él. “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor” (Colo-senses 3:20

13 La corrección amorosa y sólida ayuda a los hi-jos a aprender verdades bíblicas como la auto-dis-ciplina. Dios sabía que Abraham criaría hijos teme-rosos de Dios y lo bendijo. Al aplicar los principios de Dios, nosotros también podemos recibir las ben-diciones de El, como padres.

14 Los niños no pueden crecer y ser adultos sanos, felices y bien ajustados, si no se les ama

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genuinamente.. Los niños necesitan saber que son especiales, importantes e irremplazables. De otra manera, no estarán equipados emocionalmen-te para soportar de frente la presión de grupo mas adelante. Como padres no seremos capaces de dar esta aprobación, si no les damos nuestro tiempo y atención. Si tú como madre no entiendes lo esen-cial que es esto en lo profundo de tu corazón y tu mente, entonces el mensaje que le darás a tus ni-ños es que son una carga. Esto es amor genuino, es amor que se vive en el dia a dia.

15 Es importante utilizar tácticas de elogio y estí-mulo. Si no prestas atención al comportamiento bueno de los niños y a sus necesidades de recono-cimiento y estímulo, los buenos comportamientos y sentimientos se van apagando.

Según Robert Conklin: “Educar a los niños no cons-tituye ningún secreto. Basta con alabarles. Cuando coman bien, cuando hagan un dibujo, cuando reco-jan sus juguetes”. Un elogio o un estímulo positi-vo mantendrán en los hijos una buena autoima-gen. Por lo tanto, trata a tus hijos cómo te gustaría que te trataran a ti”.

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EL GOZO DE LA LIBERTAD

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Este es el epílogo, el fruto de una vida que aún si-gue sembrando y cosechando y que no se cansa de agradecer tantas bendiciones.

Cada mañana, abro mis ojos y el primer sentimien-to es de gozo y felicidad. Agradezco a Dios por todo lo que me ha dado, por lo que ha hecho en mi

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vida, porque en cada instante está presente, prote-giéndome y guiándome.

Hoy comienzo a desenterrar mi pasado, cargado de circunstancias positivas, realizaciones y triunfos, así como también con fracasos, frustraciones y de-rrotas, pero que me enseñaron, me hicieron crecer y me dieron las herramientas para ayudar, orientar y enseñar a muchas mujeres, desde el momento que tuve la maravillosa experiencia de recibir a Je-sús, conocerlo y depender de Él.

Actualmente vivo feliz. Cada día es un hermoso regalo que disfruto con sencillez y plenitud. Mis hi-jas ya no viven conmigo, pero las siento cerca, por-que nuestros corazones están unidos.

La tecnología, bendita sea, me mantiene unida a ellas cuando están lejos. Hablamos y nos vemos diariamente, nos hacemos largas visitas, me mues-tran su casa, las compras y hasta cocinamos “en pantalla”.

En realidad no las siento lejos, somos muy buenas amigas, y ellas cuentan siempre conmigo. Soy par-te de ellas, sin tener ni crear dependencia alguna.

Mis hijas tienen su vida propia, llenas de bendición, con muchas satisfacciones y así mismo dificultades y pruebas, que les dan herramientas de crecimiento y superación, siempre de la mano de Dios. Ya ten-go dos hermosos nietos y espero otros!

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Yo las acompaño en todos los procesos de ajuste y adaptación, doy mis opiniones si me lo piden y es-toy ahí, cuando lo requieren, pero minuto a minuto están en mis oraciones y en mi corazón.

Pero el papel de madre no se limita solo a las hijas. El Señor, con su inmenso amor y misericordia, me permite llegar a diferentes personas, para brindar-les mi amistad y consejo. Lo he dicho muchas ve-ces: “Mientras yo estoy acompañando mujeres que llegan con necesidades, o simplemente en busca de amistad, El Señor Jesús cuida, protege y guía a mis hijas.

Sé que ellas y sus proyectos están bajo la protec-ción de Dios, mientras yo me realizo siendo instru-mento de restauración y desarrollando actividades diversas con mujeres que buscan ser transforma-das. Ahora estoy recogiendo el fruto de mi siembra. Hace muchos años inicié la tarea de sembrar, cui-dar las semillas, abonar el campo y mantenerlo pro-tegido de todos los peligros. No fue fácil, no fue perfecto. Ardua y difícil labor…. Solo el amor y los objetivos claros permiten que las metas propuestas se cumplan dentro de nuestros proyectos de vida y sobre todo dentro del plan que Dios tiene para cada uno.

“Cambiaste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta, para que te

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cante y te glorifique y no me quede callada.” Salmo 30: 11-12 (NVI)

Dejo a mis lectores una serie de poemas que en diferentes etapas he escrito y 2 cartas de amor de mis hijas, de las muchas que me han escrito y que muestran el profundo amor y unión que nos profe-samos.

Solo espero que mi objetivo se logre: Llevar un mensaje de amor a la mujer y algunas enseñanzas a las madres, para que logren hacer felices a sus hijos y a sí mismas.

HOMENAJES EN RIMA

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El ser humano ha sido para mí la mayor fuente de inspiración. Mi corazón palpita de emoción cuando pienso en los niños, en los amigos que dejan hue-lla, en los que se van, en los que nos enamoran, nos enseñan y hasta nos causan dolor, porque des-piertan los sentimientos mas sublimes, más profun-dos. Es por ello que rindo éste homenaje poético al sentimiento de amor que he experimentado en la amistad, la maternidad, la inocencia, la pasión, la muerte, la vida.

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ACCION DE GRACIAS

Cómo pudiera expresar todo mi agradecimientoa tan especial amigo, Padre, Señor y Maestro?

Con estos pequeños versos, quiero Señor darte gracias por la vida que me das, por las dichas y esperanzas.

Gracias oh divino Padre porque me permites darel fruto de los talentos que me obsequias con bon-dad.

Gracias porque has colmado mi hogar de mil bendi-ciones; amor, comprensión has dado a todas nues-tras acciones.

Gracias por darme tu amor Dios mío, único amigo, que jamás niegas perdón y te siento aquí conmigo.

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Por todo lo que me das, día a día te agradezco,Poder reír y cantar, crecer con el sufrimiento.

No me cansaré jamás de expresar a cuatro vientos,que en ti se encuentra la paz y el amor, pues tu eres ellos.

¡Gracias mi rey celestial, gracias mi sincero amigo,gracias por tu gran bondad. ¡Iluminas mi camino!

HOMENAJE A LOS NIÑOS.

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A los niños les escribo porque saben escuchar.Son sinceros, amorosos; son almas que saben dar.

Conozco niños maestros que enseñan mucho me-jor, que los grandes catedráticos venidos del exte-rior.

Sin título en medicina, alivian cualquier dolordel cuerpo de algún amigo, con su amistad y su amor.

Si vemos jugar a un niño, con otros de su edad,Recibimos un ejemplo de amistad e igualdad.

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A ellos no les importa tratar con pobres o ricos,Con feos o con bonitos… no saben discriminar.

Y si ya tienen prejuicios, se debe a que los adultos han inyectado sus juicios con pretensiones y absur-dos.

El niño siempre es auténtico. Dejadlo actuar siem-pre así,

No acabemos con su mundo, que adulto será por sí.

Los niños son el futuro, formemos su integridad.Que sean rocas, que sean muros impenetrables del mal.

Enseñemos con ejemplo la justicia y buen vivir,mostrando el camino recto que en la vida han de seguir.

Somos hoy los responsables de hacer al niño feliz,Pues en casa y el colegio forjamos su porvenir.

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SONETO ENAMORADO

Sin saber cómo ni tampoco cuando,Mi corazón aceleradamente palpitó;Cobró sentido la música y el canto,Las flores recobraron su color.

Siento los pajarillos trinar en mi ventana,Las calles ahora más hermosas son,El astro rey ilumina la mañana,La luna y las estrellas regalan resplandor.

¿Es esto amor? tal vez así lo seaY me hace tan feliz este sentir, Porque mi Dios, el rey del universo.es fuente de amor, de vida y pazl.¡Gracias Señor por permitirme amar!

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NO TE HAS IDO

Te quedaste dormida en eterno silencio.No escuchamos tu risa, ni te vemos danzar.No gozamos tus ojos siempre llenos de dicha,Sin embargo querida, no te has ido… ahí estás.

Ni siquiera hay vacío. Todo el aire está llenoDe tu cálido aroma, de tu gracia al andar.Has crecido en esencia, eres ahora perfecta.Con los santos convives, encontraste la paz.

GRACIAS AMIGA

Me inspiras hoy amiga inigualable,Para expresarte en versos mi sentir.Gratitud hacia ti, amor sincero…Sin reparos enseñas a vivir.

Un refugio de paz me has brindado.Y con tu ejemplo puedo comprenderQue una meta se alcanza caminandoPuestos los ojos en Dios y en su poder

Agradezco tu tiempo dedicado,A entregar mucho amor y dar consuelo;Un tesoro el Señor me ha regalado!Gracias preciosa amiga, eres parte del cielo.

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AMOR VERDADERO

Con doradas letras he ido plasmando, Los bellos recuerdos en mi corazón,

Momentos preciosos que llenan mi vida,De mucha alegría de luz y pasión.

Nada pido a cambio de mis sentimientos,De este amor inmenso que invade mi ser,

Si en verdad se ama, en ningún momentoExiste exigencia…ya dar es tener.

SUBLIME PAZ

¡Qué dulce soledad!Palpita el corazón

Con ansias de exaltarLas grandes maravillasQue El Señor nos da.

¡Qué hermosa paz!Armonioso conciertoHacen agua y jilguerosViento, rocas, insectos…Se podrá pedir más?

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¡Sí! Dios del cielo.Te suplico hoy por

La humanidad.Para que saboree

Tu sublime amistad.

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Cartas especiales.

Carta de mi hija mayor, cuando regresé a mi país luego de una temporada en su casa, en el año 2010.

Mami,

La extraño mucho, pero no estoy triste, por-que tengo la certeza de que el Señor nos tie-ne preparado más de lo que imaginamos, y será en un futuro no muy lejano que poda-mos ser la familia unida que siempre soña-

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mos; además este es el momento de mostrar de qué estamos hechas y de encarar al mun-do llenas de todo, porque cada día nos faltan menos cosas, porque el Señor cada día nos muestra de manera más real, la cantidad de bendiciones y prodigios que nos tenia prepa-rados desde siempre...me atrevo a decir q ahora si estamos muy cerca de la felicidad plena.

La verdad que en estos momentos, solo pue-do estar agradecida con Dios por lo que nos da y muestra cada día, porque somos la prueba fehaciente del amor y la lucha, por-que a pesar de las adversidades estamos mejor que muchos de los que conocemos, que no apostaron nada por nosotras; porque El siempre estuvo allí aunque no fuéramos conscientes de eso y nunca nos soltó.

Esos duros momentos fueron los que nos hi-cieron lo que somos, ese desierto nos prepa-ro para vivir lo que viene en bendición, El todo lo hace perfecto...solo nos queda espe-rar un poco más para el feliz momento de estar juntas, las tres y Dios...y nos reiremos de todo lo anterior.

La quiero mucho y oro todos los días porque llegue ese feliz momento de la re-unión, gra-cias por ser tan linda y haber luchado tanto por nosotras. Piense siempre que todo lo que

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El hace es por ponernos cada vez más en alto, nunca este triste piense en lo bueno que hemos pasado y que lo venidero será mejor, y vera como el corazón se le llena de gozo, Dios está definitivamente con nosotras antes, ahora y siempre.

Con amor, PilarCarta de mi hija menor en Noviembre del 2011, luego de mi visita a su país de residencia.

Mami,

No la dejo de pensar un segundo. La extraño mucho y estoy segura de que Gabriel tam-bién. Incluso Wes.

Quiero darle las gracias por tanto amor y apoyo incondicional. En estos dos últimos viajes he aprendido mucho de usted. Usted me ha mostrado un amor muy grande y eso nunca lo voy a olvidar.

Yo pienso en usted y pienso en sus manos siempre dispuestas a ayudar con todo el gus-to, y siempre contenta aunque no hagamos nada en especial.

Usted ha aprendido algo muy importante en la vida y es a estar contenta y agradecida en cualquier circunstancia. Yo sé que eso lo ha

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aprendido de su relación con Dios. Yo lo he vivido por medio de usted.

Usted da y da amor sin condiciones y sin car-gar de obligaciones a los demás. Yo no he visto un amor más perfecto que ese en un ser humano.

Gracias mami por mostrarme algo tan inmen-so, eso me va a quedar de por vida.

Hoy he estado dando gracias a Dios por todo, porque quiero tener un corazón agradecido. Yo le pido a Dios que nos podamos reunir pronto y que en algún momento usted se pueda venir a vivir acá o nosotros a algún lugar más cerca. Yo se que Dios nos va a ayudar con eso.

La quiero muchoLina

Con Pilar

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Con Lina

Queridos lectores, esta es una parte de mi expe-riencia como mujer y madre. Espero que estos sen-cillos consejos y vivencias sean un aporte para quienes tienen esa loable misión de formar hijos, de educar, de asesorar y ayudar a quien lo necesi-ta.

La fuerza y constancia que tuve en todo el proceso de formación y acompañamiento de mis hijas me la ha dado mi Dios Todopoderoso. Sin ÉL, no hubiese sido posible lograr todo lo que hasta ahora hemos alcanzado, que es mucho más abundante y hermo-so que lo soñado.

Las promesas del Señor siempre se cumplen y por eso yo confío solo en Él. “Encomienda a Dios tu camino, confía en Él y él hará”, dice el salmo 37:5

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Recuerden siempre que sin Dios, nada podemos hacer. Él es quien nos guía hacia su propósito y si dependemos de Él, todo se logra por difícil que pa-rezca la tarea.

Dejen en manos de Dios la educación de sus hijos. Que la guía de formación sea el manual de la vida: La Palabra de Dios. Es de la única manera que po-demos tener hijos felices, nietos felices, equilibra-dos, llenos de amor y hacedores de justicia.

Dios nos permite tener hijos para darle sentido a la existencia, para poder palpar su perfecta manifes-tación y presencia en éste mundo. Es por esta ra-zón que ser madre es lo más sublime y el amor hacia los hijos es tan grande y único, que no se puede describir con palabras. ¡Hay que experimen-tarlo!.

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….. Y la vida sigue su curso…

Con fe, esperanza y mucha ilusión vivo cada día con mi corazón lleno de agradecimiento, disfrutan-do ese tesoro tan grande que Dios me ha regalado: Mi hermosa familia. Dificultades, tristezas, proble-mas para solucionar e inconvenientes para afrontar estarán presentes, pero dependo y descanso en la palabra de Dios. Vivo confiada en la promesa que dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Je-sús.” Filipenses 4:19

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Mis hijas

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Mi nieta

Mi nieto

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