Patologias autoinmunes

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PATOLOGIAS AUTOINMUNES UNIVERSIDAD SANTO TOMAS ESCUELA DE ENFERMERIA FISIOPATOLOGIA FISIOPATOLOGIA LUIS ISMAEL CRISTIAN ROJAS MARTINEZ POR: NELSON CAMPILLAY QUEVEDO | ESCUELA DE ENFERMERIA / UNIVERSIDAD SANTO TOMAS

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PATOLOGIAS AUTOINMUNES

UNIVERSIDAD SANTO TOMAS

ESCUELA DE ENFERMERIA

FISIOPATOLOGIA

FISIOPATOLOGIA LUIS ISMAEL CRISTIAN ROJAS MARTINEZ

POR: NELSON CAMPILLAY QUEVEDO | ESCUELA DE ENFERMERIA / UNIVERSIDAD SANTO TOMAS

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LUPUS ERITEMATOSOS SITEMICO (LES)

El lupus eritematosos sistémico es una enfermedad auto-inmunitaria crónica, multiorganica, que evoluciona con

exacerbaciones y remisiones y que afecta sobre todo a las mujeres y con mayor incidencia en mujeres de raza negra y

asiáticas.

En los pacientes con LES se encuentran muchos auto-anticuerpos distintos, y los más frecuentes son los

antinucleares, principalmente anti ADN; otros se dirigen frente a ribonucleoproteinas, histonas y antígenos

nucleolares.

Los anticuerpos patógenos en la enfermedad son anticuerpos de afinidad elevada dependientes de los linfocitos T y

específicos de los componentes nucleares. Se supone que los linfocitos B específicos del ADN propio se unen a

complejos formados por proteínas nucleosomicas y ADN, procesan las proteínas y presentan los epitopos peptídicos

a los linfocitos T cooperadores, con la consiguiente producción de auto-anticuerpos anti-ADN.

Un modelo actual de la patogenicidad de la enfermedad es que las células apoptosicas no son eliminadas de forma

eficiente, lo que da lugar a la persistencia de antígenos nucleares. Junto con la ausencia de la autotolerancia, esto da

lugar a la producción de anticuerpos frente a las proteínas nucleares y a la formación de inmunocomplejos.

Cabe recalcar que los factores genéticos también contribuyen a la enfermedad. En alrededor de 10% de los pacientes

con LES existen deficiencias de las proteínas de la vía clásica del complemento, sobre todo de C2 y C4.

Los síntomas son diversos y se pueden dividir en 9 grandes clasificaciones:

1. Síntomas generales: cansancio, pérdida de peso y fiebre prolongada, que no se debe a ningún proceso

infeccioso.

2. Síntomas articulares y musculares: El 90% de los pacientes con lupus tienen dolor e inflamación de las

articulaciones (artritis.) Las que más se afectan son las de los dedos de las manos, muñecas, codos, rodillas y

las de los pies. Puede conducir a que las articulaciones se deformen, aunque en líneas generales la función

articular se conserva bien. Pueden aparecer dolores musculares en los brazos y las piernas.

3. Piel: La lesión más conocida, aunque no la más frecuente, es el “eritema en alas de mariposa”, que consiste

en un enrojecimiento y erupción de la piel en las mejillas y nariz. Es frecuente la caída del cabello cuando la

enfermedad está activa. Los pacientes con lupus tienen una piel muy sensible a los rayos ultravioletas

(fotosensibilidad) y no es infrecuente que la enfermedad aparezca tras una exposición solar prolongada.

4. Corazón y pulmones: El lupus inflama las membranas de revestimiento del corazón (el pericardio) y de los

pulmones (la pleura), lo que origina pericarditis y pleuritis. Ambos procesos tienen síntomas parecidos: dolor

en el tórax y a veces fiebre.

5. Riñón: La lesión más frecuente es la inflamación (nefritis.) Aumenta la urea en sangre, y aparecen proteínas o

sangre en la orina.

6. Cerebro: Es prácticamente imposible saber con qué frecuencia se afecta el cerebro en el lupus. Los dolores

de cabeza y las depresiones, son muy frecuentes en la población general y pueden deberse al lupus o a otras

muchas circunstancias. Además, el hecho de saber que tiene lupus puede originar en él paciente angustia y

síntomas depresivos.

7. El síndrome antifosfolípido: Se caracteriza por la aparición de trombosis, abortos de repetición y alteraciones

hematológicas (trombopenia o anemia hemolítica), asociados a la presencia de anticuerpos antifosfolipídicos

(AAF.)

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DERMATOMIOSITIS (DM)

La causa de este trastorno es desconocida. En teoría, la enfermedad puede ser causada por una reacción autoinmune

o viral de los músculos del cuerpo y puede afectar a personas de cualquier edad, aunque es más común en personas

entre 40 y 60 años o en niños entre 5 y 15 años. La dermatomiositis es una miopatía idiopática inflamatoria con

manifestaciones cutáneas características.

En la dermatomiositis, los capilares son las dianas principales, de manera que los anticuerpos y el complemento

atacan a la micro-vascularización, provocando la formación de focos de necrosis isquémicas de los miocitos. La

presencia de los completos de ataque a la membrana formados por C5b-9 en los pequeños vasos sanguíneos

respalda esta hipótesis.

El depósito precede a la inflamación y a la destrucción de las fibras musculares. En el interior del musculo se

encuentran células B y T CD4+, pero en las áreas de la lesión de las miofibrillas no se identifican células. Es probable

que las células T CD4+ ejerzan una función colaboradora para la secreción de Igb por las células B.

Como su nombre lo indica, los pacientes con dermatomiositis presentan alteraciones cutáneas y de los músculos

esqueléticos. Esta enfermedad puede afectar a niños o adultos, y se caracteriza por una erupción cutánea peculiar

que puede ir acompañada o preceder al desarrollo de la enfermedad muscular. La erupción clásica consiste en una

coloración violácea o heliotropo de los parpados superiores con edema periobitario.

A menudo va acompañada de una erupción eritematosa y descamativa o de manchas rojo oscuro sobre los nudillos,

los codos y las rodillas, comúnmente llamadas lesiones de Grotton. La debilidad muscular, de comienzo lento, es

simétrica y bilateral, típicamente afecta primero a los músculos proximales. Por tanto, tareas cotidianas se empiezan

a volver muy dificultosas. Los movimientos finos solo se ven afectado en la fase final de esta enfermedad. La tercera

parte de los pacientes pueden desarrollar disfagia, debida a la afección de los músculos orofaringeos y esofágicos. En

algunos casos se asocian manifestaciones extramusculares, como enfermedad pulmonar intersticial, vasculitis y

miocarditis.

Algunas personas se pueden recuperar y hacer que los síntomas desparezcan por completo. Los médicos han

informado acerca de algunos de estos casos, especialmente en niños.

En adultos, la muerte se puede presentar como resultado de debilidad muscular prolongada y severa, desnutrición,

neumonía o insuficiencia pulmonar. Las mayores causas de muerte son el cáncer (neoplasia maligna) y la enfermedad

pulmonar.

Los análisis cuantitativos revelan una reducción espectacular de los capilares intramusculares, que parece ser

consecuencia de la lesión del endotelio vascular y de las fibrosis. La atrofia perifascicular está relacionada con el

estado de hipoperfusion de los fascículos musculares de esta región. Además, existen varias alteraciones

inespecíficas indicativas de necrosis y regeneración de las fibras musculares.

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ESCLERODERMIA (ES)

La esclerosis sistémica es una enfermedad de causa desconocida pero de base autoinmune caracterizada por el

endurecimiento de la piel (esclerosis) que se puede acompañar de afectación de los órganos internos del cuerpo. Se

divide en función del grado de extensión de la esclerosis cutánea (esclerodermia) en Esclerosis Sistémica con

afectación cutánea difusa y Esclerosis Sistémica con afectación cutánea limitada.

La sobreproducción de matriz extracelular por parte de los fibroblastos es el principal marcador de la esclerodermia.

La acumulación de colágeno es resultado de una interacción anormal entre las células endoteliales, las células

mononucleares (linfocitos y monocitos) y los fibroblastos, lo que conduce a la producción de citoquinas inductoras de

fibrosis, en un contexto de hiperreactividad vascular e hipoxia tisular. Por otro lado, han sido identificados numerosos

autoanticuerpos en el suero de pacientes con esclerodermia; sin embargo, su rol patogénico permanece incierto.

En la esclerosis sistémica, la extensión del compromiso cutáneo define el subtipo clínico de la enfermedad. Los

pacientes con compromiso de la piel proximal al cuello, codos o rodillas presentan esclerosis sistémica cutánea

variedad difusa (EScd), mientras que aquellos con compromiso sólo distal a esos sitios corresponden a esclerosis

sistémica cutánea variedad limitada (EScl); este último grupo ha sido también llamado síndrome de CREST en Estados

Unidos (del inglés calcicosis, Raynaud´s, esophageal dysmotility, sclerodactyly, telangiectasis). Sin embargo, esta

terminología es cada vez menos utilizada, ya que muchas veces los pacientes no desarrollan todas las características

de CREST o evolucionan con complicaciones orgánicas no consideradas en esta denominación, tales como

hipertensión o fibrosis pulmonar.

La patogenia de la esclerodermia presenta fundamentalmente tres fases:

Vasculopatía: Tanto funcional como estructural, la que se expresa clínicamente como fenómeno de Raynaud

y patológicamente se manifiesta como una injuria y activación de la célula endotelial.

Inflamación: Corresponde a un infiltrado perivascular inicialmente de monocitos macrófagos, y luego de

múltiples tipos celulares.

Fibrosis: En esta tercera fase de la enfermedad se observa un aumento del depósito de componentes de la

matriz extracelular, con la consiguiente destrucción de la arquitectura tisular normal, lo que constituye la

base para la disfunción de los órganos y tejidos comprometidos.

Algunos tipos de esclerodermia afectan sólo la piel, mientras que otros afectan todo el cuerpo.

La esclerodermia localizada por lo regular afecta sólo la piel en las manos y la cara. Se desarrolla lentamente

y en muy pocas ocasiones, si alguna vez sucede, se propaga a lo largo del cuerpo o causa complicaciones

serias.

La esclerodermia o esclerosis sistémica puede afectar grandes áreas de la piel y órganos como el corazón, los

pulmones y los riñones. Hay dos tipos principales de esclerodermia sistémica: enfermedad limitada

(Síndrome CREST) y enfermedad difusa.

Los síntomas musculares y óseos pueden abarcar:

Dolor articular.

Entumecimiento y dolor en los pies.

Dolor, rigidez e inflamación de los dedos y articulaciones.

Dolor de muñeca.

El síndrome de Sjögren se presenta en el 20% de los pacientes y pueden deberse a infiltración linfocitaria o

sustitución fibrotica. Puede existir hipotiroidismo asociada a inflamación linfocitaria o sustitución fibrosa del tiroides.

Se ha descrito neuropatías sensitiva del trigémino y de otros pares craneales, normalmente asociadas a Esclerosis

sistémica Limitada.

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ARTRITIS REUMATOIDE (AR)

La artritis reumatoide es un proceso inflamatorio crónico y generalizado que puede afectar a muchos órganos y

tejidos (piel, vasos sanguíneos, corazón, pulmones y musculo), pero ataca principalmente a las articulaciones,

produciendo una sinovitis proliferativa no supurada que suele evolucionar hasta destruir el cartílago articular y

provoca anquilosis de la articulación. La causa de la AR sigue siendo desconocida, pero la autoinmunidad desempeña

un papel esencial en su evolución crónica y progresiva.

Aunque sigue habiendo muchas dudas, actualmente se cree que la AR se desencadena cuando un huésped

inmunogeneticamente susceptible se pone en contacto con un antígeno microbiano capaz de generar artritis. De ese

modo comienza el proceso artrítico agudo, pero es la reactivación autoinmunitaria continuada, la activación de las

células T CD4+, y la liberación local de citosinas y mediadores de la inflamación. Por tanto, en la patogenia

intervienen:

La susceptibilidad genética

Un factor artritogeno exógeno primario

Una reacción autoinmunitaria que ataca a los componentes de la articulación

Los mediadores de la lesión articular

En cuanto a un agente exógeno desencadena la sinovitis inflamatoria, aparece una reacción autoinmunitaria (en la

que las células T desempeñan un papel esencial) que es responsable del carácter destructivo crónico de la AR. no se

conoce con seguridad el antígeno que desencadena esta reacción. Es importante mencionar el posible papel que

desempeña el colágeno de tipo II, pero hay otras pruebas que sugieren que la glucoproteina-39 del cartílago humano

es un autoantigeno. Esta proteína es elaborada por los condrocitos del cartílago hialino y se ha probado que se une a

los péptidos de DR4, convirtiéndolos en una posible diana de la reacción inmunitaria regulada por las células T. por

otro lado, en las primeas fases evolutivas de la AR se encuentran, dentro de las articulaciones afectadas, células T

que son principalmente células T CD4+ de memoria. las células endoteliales de los capilares sinoviales se activan

enseguida, siendo la primera consecuencia de ello la expresión de la molécula de adhesión intercelular 1, que

produce fijación transmigración de otras células inflamatorias nuevas. Esta seria de fenómenos se acentúa con la

liberación de citosinas por parte de las células inflamatorias y con la secuencia de los circuitos célula/citocina, dando

lugar a una lesión crónica mediana inmunitariamente. En la AR, parece prudente destacar el papel de la IL-15,

secretada por los macrófagos y las células T activadas.

El comiendo es lento e insidioso en más de la mitad de los pacientes. Al principio, hay malestar, cansancio y dolores

musculo esqueléticos generalizados: solo semanas a meses después se afectan las articulaciones. El tipo de

afectación articular varia, pero en general las articulaciones pequeñas enferman antes que las grandes. Los síntomas

suelen comenzar en los pequeños huesos de las manos y de los pies, seguidas por las muñecas, codos y rodillas.

Pocas veces hay afectación de la parte superior de la columna, mientras que la región lumbosacra y las caderas están

respetadas.

Las articulaciones enfermas están hinchadas, calientes y dolorosas; la rigidez aparece especialmente al levantarse o

tras un periodo de inactividad prolongada. En un 10% aprox. de los pacientes, el proceso comienza de forma aguda,

con síntomas poliarticulares graves que se desarrollan en pocos días.