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DE

BANDIDOS,

MONTONERAS

Y

OTRAS

HIERBAS

SILVESTRES

(Primer borrador)

CARLOS HURTADO PERALES MADRID- 2012

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A mis hijos: Mara, Jos Carlos y Manuel y a los hijos de los hombres de caminos, que vivieron la angustia de los momentos aciagos.

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INDICE

I.

ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES1. El bandolerismo: un producto social de carcter universal

2. Necesidad de precisar la naturaleza del problema 3. Los iniciadores del estudio sobre el bandolerismo peruanoII.

BANDOLEROS Y MONTONERAS EN PIURA 1. Segn el cristal con que se miren: delincuentes natos o producto social.2. El bandolerismo como parte del proceso econmico-social peruano

y piurano.3. Los tres perodos de crisis en que hizo eclosin el bandolerismo

3.1.

Fin del perodo colonial, inicio y crisis de la repblica postiza y auge del bandolerismo peruano 1810-1850.

El bandolerismo colonial y poscolonial en Piura Frustracin republicana, restablecimiento del poder aristocrtico de base colonial, respuesta campesina y del bandolerismo en Piura.

3.2-

Cambio del ciclo internacional, nacional y regional; inicio de la modernizacin en la produccin, lucha por el relevo en la hegemona de las lites piuranas y rebrote de bandoleros y montoneras.

De Rudecindo Vsquez a Sambamb Sambamb de bandido a montonero La agudizacin de la crisis por el relevo de poder en Piura y las montoneras de Chalaco, Santo Domingo y Fras. Montoneras y bandidos en la guerra con Chile.

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Desmovilizacin y Restauracin del orden terrateniente 1885-1894. Se enciende la pradera Bandidos y montoneras en la Guerra Civil de 1894-1995

3.2.

Nuevo ciclo: predominio econmico norteamericano, la nueva modernizacin y la muerte del bandido social.

De Isidro Villar a Froiln Alama Inicio, vida, pasin y muerte de estos bandidos, hroes populares, que adormecieron el dolor y sufrimiento popular, ante la incapacidad de mostrarles un camino cierto.

La dcada prodigiosa del Bandolerismo Piurano 19201930. El ltimo de los bandidos nobles El bandolerismo entre la poblacin de la sierra El fallecimiento tardo del bandido social piurano

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I. ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES. 1.- EL BANDOLERISMO: UN PRODUCTO SOCIAL DE CARCTER UNIVERSAL. EL bandido, delincuente, ladrn, forajido, proscrito, criminal, huido, fugado, hombre armado dedicado al pillaje, al robo, a la extorsin, al contrabando, al asalto, al rapto, al secuestro y que vive al margen de la ley y de la sociedad en la que se desenvuelve, individualmente es como la Golondrina que sola no hace verano y que para que se exprese como un problema social de carcter endmico o permanente, as como virulento o epidmico y hasta extremadamente violento como generalizado o pandmico, requiere determinadas condiciones econmicas, sociales, polticas, climatolgicas, sanitarias y de orden militar; no obedeciendo por tanto su presencia a razones de degradacin racial o de depravacin personal del individuo. En ese sentido resulta pues siendo un hecho social, histrico y universal, consustancial al ordenamiento social de desigualdad e injusticia; en tanto y en cuanto se ha expresado de manera muy similar en una parte de la historia de las diversas sociedades de clase. As se expresaron en las grandes culturas antiguas de China, Persia, India, Grecia y en las sociedades agraristas o de pastores como fueron los Normandos, Germanos, los Anglos, sajones, Bretones, Celtas, Ibricos etc. Tenemos conocimiento de la existencia de los bandidos: Caco, Epidauro y otros gracias a la mitologa Griega de Skiron y Procusto por los escritos posteriores. El perodo de crisis de las sociedades esclavistas multiplic la

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presencia de bandas de esclavos fugitivos y alzados que crearon zozobra y profundizaron el caos; la gesta del bandido y esclavo Espartaco da cuenta de ello. Sabemos sobre los famosos bandidos Dimas y Gestas y sus iguales, como del terrible castigo de la crucifixin al que eran sometidos, por los escritos del libro bblico hebreo. Y sobre la terrible plaga de bandidos en la Hispnica Sierra Morena, como en la Btica, gracias a los historiadores romanos Cicern y Tito Livio. Como a Din Casio Coseyano (tambin conocido como Dio Cassius) sobre los salteadores de los caminos romanos. El declive de las sociedades esclavistas, el advenimiento del feudalismo y las invasiones de los pueblos llamados Barbaros Mongoles o Vikingos a occidente crearon tambin condiciones para el desarrollo del bandidaje. Ms tarde, como producto de las guerras imperiales en el mundo occidental este se convirti en endmico y haca explosiones violentas, de carcter epidmico, en momentos en que convergan grandes males como las guerras, pestes, enfermedades, perodos de catstrofes naturales o climticas y cuando el poder no tena los medios necesarios para reprimirlos en razn de su progresivo debilitamiento. El problema lleg a tener tal magnitud que se tuvieron que desarrollar guerras con el exclusivo propsito de erradicarlas en Francia y en Espaa, sumidas en crisis por sus prolongadas contiendas de conquista, situacin parecida lo tuvieron Inglaterra, Alemania e Italia. Las organizaciones de delincuentes llamados Bagaudas (Francia); los rombritters (Alemania); las hermandades de los ladrones diferenciados por especialidades (Espaa) y dentro de ella las organizaciones de criminales constituidas por las minoras Gitanas, de Judos o Moriscos. As como los llamados highwaymen Ingleses o de los Outlaw forajidos fuera de control- en Francia, dan cuenta de lo extendido que estuvo en Europa; sin ser por ello un fenmeno social privativo de las sociedades occidentales, tal como lo demuestran muchas de las cuadrillas de bandidos y Samuri orientales que

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ofrecan sus servicios a seores feudales y de la guerra o que degeneraban en bandas armadas de forajidos. Las organizaciones de bandidos por castas en la India o la de sus equivalentes en los pueblos rabes y de religin musulmana dan cuenta del carcter universal de este aspecto social. Tambin tenan presencia en los pueblos persas, ms all de la historia de Ali Bab y sus cuarenta ladrones, estaban las bandas de famosos bandidos como: Ibn Hamdum, Al al Tanuji Imran b. Sahin, entre muchos otros, tal como lo registra el portal de Wiki peda. Las caractersticas, formas de organizacin y modalidades de actuacin son muy diversos en cada uno de dichos pases, pero estn emparentados por ser resultado de un ordenamiento econmico, social y poltico similar que los crea y retroalimenta y que en las sociedades europeas se desarroll, con carcter endmico, entre los siglos XV y XVIII, mientras que en los dems pases, como en los de Amrica Latina se expresaron entre los siglos XIX Y XX con igual grado de intensidad. Otro rasgo comn y universal del bandolerismo es que dentro de l conviven una diversidad de bandidos y que de manera general podramos diferenciarlos en dos tipos: los que adoptan y practican el delito comn, sin ningn otro inters o motivacin que el del lucro o beneficio inmediato, personal o grupal, de lo obtenido en el latrocinio y sin ninguna condescendencia o consideracin hacia uno u otro sector social en el que desenvuelven sus fechoras ; y otros, los menos, que se diferencian no solo por el uso de la violencia frente a los grandes propietarios, al poder o a los dems miembros de las instituciones vinculadas con este sector, sino que procuran establecer niveles de relacin positiva con los sectores sociales del pueblo, del que provienen, y en razn de ello son admirados, reciben, de alguna manera, proteccin o ayuda en sus actos, mientras que son criminalizados y perseguidos por las esferas del poder. A este sector de bandidos se les conoce como buenos, nobles o sociales teniendo al interior de ellos algunos rasgos de diferenciacin. Desde el inicio del presente trabajo quisiramos precisar que no compartimos el criterio de quienes le asignan un carcter transformador o revolucionario, de por s, a este sector del bandolerismo. Y la diferenciacin que hacemos entre

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bandidos criminales y sociales obedece al carcter objetivo del mismo y sobre todo a que la aparicin del segundo grupo, de un modo epidmico, nos ayuda a comprender el carcter del momento en que atraviesa la sociedad y de la importancia que esos perodos tienen dentro del proceso econmico-social y poltico de los pueblos que luchan por alcanzar mejores condiciones de vida y trabajo. Con el objeto de ilustrar el carcter universal del bandido social, as como el que estos comparten factores comunes (procedencia, edad temprana en la que se inician y terminan, o la forma y motivos por el que estn all todos los que son. que son capturados o muertos), mostramos en el cuadro N 1 una relacin de ellos, sin pretender

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CUADRO No. 1 ALGUNOS BANDIDOS, LADRONES NOBLES, VENGADORES Y HEROES POPULARESNombre o Apelativo SIGLOS XV XVI Nacionalidad Extraccin Procedencia Edad Inicio Muerte Causa de su muerte Caractersticas de su accionar

Robn de los bosques Chao Kai Marco sciarra Marko Kraljevic SIGLOS XVII - XVIII Stenka Razin 1670 Juro Janosik 1688-1713 Cartouche 1693-1721 Dick Turpin 1705-1739 Johannes Pueckler Schinderhannes Robert Mandrin 1724-1755 Rob Roy Diego Corrientes 1753-1781

Inglaterra China Italia Macedonia Campesino Campesino Rey 43 60 Traicin

Ladrn noble robaba a los ricos para los pobres. Ladrn noble Bandido insurgente hroe popular Hizo de bandido hroe nacional-frente a Turcos.

Rusia Eslovaquia

Campesino Campesino

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41 25

Miembro de ladrones, lder cosaco-hroe popular. Hroe carpato, smbolo de resistencia a la opresin. Bandido vinculado al crimen se hizo hroe

Inglaterra Alemania Francia Escocia Espaa Italia Espaa Espaa

Carnicero Campesino Campesino campesino campesino campesino campesino

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Bandido vinculado al crimen se hizo hroe Bandido vinculado al crimen se hizo hroe Bandido hroe

18 21 29 15 24 41 28 Traicin Traicin Traicin Traicin

Bandido hroe nacional Ladrn noble Ladrn Noble se hizo por acusacin injusta Ladrn noble hroe de la independencia Ladrn noble

ngelo Baca Angiolillo 1760-1784 Jaime Alonso El barbudo Jos Mara del Carmen Tempranillo

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Joaqun Murrieta Melnikov Jan Salapateck El guila Mehmed

Mxico Rusia Polonia Turqua Espaa India Espaa India Italia Espaa

campesino campesino

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Traicin

Ladrn noble smbolo resistencia latinoamericana Ladrn noble hroe casaca Ladrn noble no haca dao a nadie

17 campesino castas bajas castas bajas campesino campesino 21 79 Traicin 36 Traicin

Ladrn noble y hroe bandido turco Bandido hroe popular cataln Bandido de la casta de afilador de cuchillos Bandido de la casta de hombres de harapos Ladrn noble robaba a los ricos y daba a pobres Bandido hroe nacional lucho contra invasor Napolenico.

Juan Salas Serrallonga Crefeld, Neuss y Keil 1790

Perandrs. Hesse Waldeck Musolino

El EmpecinadoSIGLO XIX - XX Sandro Roska Sobry Joszi Hungra Hungra Macedonia Brasil Italia Rusia Espaa Espaa Mxico Mxico Uruguay Campesino Campesino 45 Traicin Traicin Albail Campesino Herrero 15 64 21 20 69 Traicin 1914

Bandido Bandido Bandido hroe popular Ladrn noble robaba para los pobres Ladrn noble hroe popular Ladrn noble el Musolino de Galicia Ladrn noble hroe nacional Ladrn noble hroe nacional Comenz como bandido. Hroe continental.

Kota Christov de Roulia Antonio Silvino 1875-1944 Nazzareno Guglielmi Cinicchio Zelim Khan de Daguestan Mamed Casanova Diego Padilla Juan Palomino Pancho Villa Emiliano Zapata

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Artigas Virgulino Ferreira Da Silva El capitn o Lampiao 1898-1938 Labareda Luis Pardo Froiln Alama

Brasil Brasil Per Per Balcanes Italia EE.UU. EE.UU. EE.UU.

Campesino

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Traicin

Bandido vengador el ms famoso de los cangaceiros brasileos Ladrn noble se inicio por asunto de honor familiar.

Hacendado Campesino

18 22

35 43 Traicin Traicin 35 19 24-25 Traicin Traicin Traicin

Ladrn noble se inicio por crimen contra su padre. Ladrn noble robaba y daba dinero a pobres. Ladrn noble. Ladrn noble - se inicio por resistirse a un agente y no tener como comprarlo Bandido que solo mataba en defensa propia Bandido que solo mataba en defensa propia Pareja de bandidos con emocin social.

Campesino

19 19 15

Bukovallas Salvatore Giuliano Jesse James 1847-1882 Billy el nio Bonny y Clay MUJERES BANDIDOS Schattinger 1858-1862

Bvara Espaa Argentina Brasil Brasil Per Per Per Campesina Campesina Campesina 17 16 15 20 Campesina 18 19 27

Ladrona famosa Bandida de Andaluca Hija de Cacique Roba a los ricos y da a los pobres Bandida esposa del famoso bandido Lampiao Esposa de Coriseo, lugar Teniente de Lampiao Bandida de carcter fuerte

Torralba de Lucena Martina Chapanay

Mara Bonita Dada Rosa Palma 1917-1937 Rosa Ruidias

Brbara Ramos

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2.- NECESIDAD DE PRECISAR LA NATURALEZA DEL PROBLEMA Para las clases propietarias en el poder de todas las sociedades los bandidos siempre fueron simples criminales, seres perturbados, malvolos, terribles, sobre los que se deba tener el cuidado de demonizarlos y perseguirlos, aplicndoles seversimas sanciones y formas extremadamente crueles de castigo y muerte, siendo el garrote o la horca las ms benignas, frente a la crucifixin o el descuartizamiento con la exposicin de la cabeza cercenada. Con el fin de justificar la necesidad de estos castigos a quienes ponan en peligro los bienes y riquezas, en especial de las clases opulentas y propietarias, como el atrevimiento de alzarse contra sus fuerzas de seguridad, encargadas del control y el orden; se afirmaba que con estos seres el nico remedio posible era la muerte, por ser personas marcadas por el destino para delinquir, por lo que no tenan alternativa alguna y que su naturaleza criminal o su proclividad a la desobediencia de la ley se expresaba en sus rasgos fisonmicos: lnea de las manos, de los pies, formas del crneo, etc. Es decir que gracias a determinados rasgos fsicos, lgicamente comunes a cuerpos desatendidos y mal nutridos del pueblo, se poda reconocer las caractersticas de la personalidad del individuo, es decir sus formas de pensar y actuar. Algunos de esos eminentes estudiosos y conocedores del comportamiento humano, a travs de su fisonoma, fueron en el mundo occidental antiguo, Aristteles, Scrates y Galeno. Quienes centraron las bases de la escuela fisonomista del siglo XVIII que relacion las partes de la cara: tipos de ojos, nariz, forma y tamao de la frente, como del cerebro para establecer, a partir de ello, el carcter del individuo. Ms tarde se perfeccionaron estos conceptos a travs de la denominada antropologa criminal que vino a asociar el crimen con estadios de locura, ambos aspectos degenerativos del comportamiento humano; el psiquiatra y mdico italiano Cesar Lombroso desarrollo los conceptos de la naturaleza atvica del delincuente y de que este naca ya destinado al crimendelincuente nato- el que estaba sometido a fuerzas desconocidas y a la herencia racial. Estas teoras fueron ampliamente difundidas en las

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universidades latinoamericanas durante el siglo XIX, e iluminaron los anlisis de mdicos, investigadores sociales, criminlogos y de la intelectualidad de la poca. En el Per bebieron de esas fuentes tanto Varallanos, como nuestro gran Lpez Albujar y cuya influencia se ve reflejada en sus estudios sobre el bandolerismo peruano y piurano, hecho que desgraciadamente limito sus anlisis, como su aguda capacidad de observacin y descripcin de este fenmeno social. Los avances del conocimiento, la gran revolucin industrial y el desarrollo del movimiento social y obrero, como de las nuevas corrientes del pensamiento social, convirtieron en obsoleta esa teora que hizo del bandido una subespecie humana, de naturaleza salvaje y patolgica. Sin embargo, sigui de alguna manera influenciando en las nuevas corrientes del pensamiento positivista que buscan explicar el comportamiento criminal del individuo en su subconsciente, alimentado por traumas de su pasado prximo o remoto, mientras que otras corrientes, de la misma orientacin, lo hacan indagando en los hechos sociales, pero siempre entendiendo al delincuente como un ser predestinado irresponsable y esclavo de su destino. 3.- LOS INICIADORES DEL ESTUDIO SOBRE EL BANDOLERISMO PERUANO Motivados por el auge y extensin que adquiri el bandolerismo a fines del siglo XIX e inicios del XX y bajo el influjo de la criminologa positivista aparecieron los trabajos de Vctor Modesto Villarn: Algunos aspectos de nuestra sociologa criminal, de Jos Varallanos: Los Bandoleros en el Per y de Enrique Lpez Albjar: Los caballeros del delito en la dcada del 30. El primero de ellos exponente de la criminologa positivista intento traducir esas ideas al lenguaje y experiencia nacional y el segundo muy influenciado por ellas no logro desprenderse del peso de las mismas para abordar el estudio de la criminalidad y el bandolerismo acusando aspectos raciales en el bandidaje cimarrn. Y a la falta de educacin o a otras consecuencias del orden colonial y republicano como causales del mismo, pero mediatizadas por la supuesta naturaleza atvica del infractor de la ley.

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El trabajo de Lpez Albjar fu ms all de los primeros y si bien es cierto que estuvo limitado por la visin del hombre de derecho, para el que todo aquel que va contra la ley es un infractor, delincuente o criminal que se pone al margen de la legalidad y debe de ser castigado, as como por la visin que le proporcionaba la criminologa positivista en boga por entonces, tambin es cierto que su gran capacidad de observacin, su vena de literato y su militancia liberal -en la poltico e ideolgico- le llevaron a entrar en contradiccin con los conceptos positivistas sobre el crimen y el bandidaje, dando como resultado obras orientativas de carcter pionero. Mostramos algunas citas en su obra caballeros del delito, bajo la influencia de la criminologa positivista y del darwinismo social, que establecen la naturaleza infractora del hombre del pueblo, del indio. Por lo mismo que el indio tiene una mentalidad de radio corto, sus juicios no se pierden en anlisis intrincados ni divagaciones obtusas, va directamente al objetivo que le impresiona, con lgica de primitivo y frente a esta autoridad que le gobierna y extorsiona, discierne, a la vez, de esta manera, ms o menos. No puede ser malo que yo tome las cosas de los otros, cuando el misti que nos ha mandado de subprefecto se toma las mas. Acaso el me las ha comprado? Acaso se las ha dado mi padre, o me ha ayudado a m a trabajar para adquirirlas? Por qu ser pues, que me la quita y dispone de ellas? Y despus de rascarse un poco la cabeza, como queriendo sacar de ella una respuesta satisfactoria, concluye Misti quita todo lo que puede porque tiene fuerza, porque tiene soldados. Yo tambin voy buscarme fuerza, compaeros y armas para reponer lo que me ha quitado subprefecto De raciocinios como este sale naturalmente un bandolero1 La raza como factor de disminucin, ignorancia, carencia de horizontes amplios en el indio, es una constante en el anlisis de Lpez Albjar, aunque de la reflexin y conclusin a la que llega en el prrafo anterior, no podra deducirse ello, pues llegar a comprender que el problema del poder del hombre blanco1

LOPEZ ALBUJAR, Enrique. Los caballeros del delito. Editorial. Meja Baca. 2da edicin 1973.

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radica en las armas y que la posibilidad de disputar ese poder radicara en tambin tenerla, reflejara la posesin, por parte del indio, de una mentalidad de radio amplio y desarrollado, antes que corto. Nuestro querido Enrique prosigue relacionando la chicha, el algarrobo, el techo de barro de sus casas y el clima con factores de atraso y embrutecimiento del Piurano. La chicha es, pues, uno de los elementos que ms contribuye a caracterizar la fisonoma moral del piurano de bajo pueblo y hasta de esa porcin que dragonea de burguesa. Completa con el clima, el techo y el algarrobo, los cuatro elementos gnoseolgicos que plasman la psiquis del hibrido piuranoLa chicha es para este hombre, lo que la coca para el indio Qu le importa que a la larga lo imbecilice y lo convierta en un triste pingajo adiposo, si de ella va sacando, mientras la bebe y paladea, alegras y estmulos?...sin la chichera- y entindase que no decimos chicha- el piurano del bajo pueblo se morira de tedio o habra que darle, en cambio, un sustitutivo en el cual pudiera encontrar todo lo que su atavismo tallana exigees esta bebida la mejor aliada del clima, en esto del enervamiento de la raza.2 Aunque ms adelante tomar distancia de las teoras de Lassagne, y de cuantos vean en el clima el elemento causal del hecho criminal o delincuencial y agudizando su vertiente de poltico liberal y de gran observador tambin podr ver en el Sechura, gran bebedor de la chicha y descendiente de la raza tallan a un hombre que no sabe salir a los caminos pblicos, a pesar de ser el mayor traficante de ellos. Asaltar no es para l un aliciente no obstante la modicidad de su vida y los fracasos que continuamente sufre en el cultivo de sus tierras. Aunque buen caballista y ms inteligente y audaz que su pariente el Catacaos, desprecia este gnero de vida. El horizonte de sus aventuras est en otra parte, en el mar Del mar recibe su principal elemento de subsistencia, ese elemento cuya provisin no est sujeta a las velocidades del tiempo y de las lluvias, a las contingencias de las plagas ni al abuso y rapacidad del

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LOPEZ ALBUJAR, Enrique. Op.cit. 1973: 184-85-86

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hombre. Ah no est el terrateniente poderoso para quitarle el agua ni para imponerle a su produccin la ley de su codicia. Todos los sentimientos e ideas bsicas de su vida social le han venido del mar. No se siente sojuzgado, la choza de carrizo o totora y el pedazo de tierra, pobre, como el catacao. No sabe huir y esconderse como este a la presencia del mestizo o del blanco. Y gracias a la prctica del comercio se sustrajo de esa ley de inercia mental, tan caracterstica de la raza.3 As mientras que el talln sechura lograba sustraerse de las limitaciones que supuestamente le impona la raza, nuestro literato no poda sustraerse de ella, en el anlisis de la personalidad y caractersticas del poblador nativo; y refirindose al poblador de Morropn deca: Es un hombre que mira siempre de frente y obra en todos sus actos con resolucin. tnicamente diferente en forma absoluta del serrano de las dems regiones del Per, al menos que yo sepa. Tiene muy poco del indio, al cual lo han dejado cuatro o cinco generaciones atrs La raza ha prevalecido aqu sobre el clima y triunfado a pesar de su poder absorbente y modificador. El espritu conquistador del siglo XVI se ha sobrepuesto a la sordidez del mercader hispano del siglo XVIII y a la mezquindad y apocamiento del yunga.4 Y en cuanto al bandolero que nace en las tierras piuranas dice que es: menos reflexivo que el indio, es en cambio, mas impetuoso en la acometida, mas rpido en el desvalijamiento, menos codicioso y detallista, menos cruel y sanguinario. No goza, salvo raras excepciones con el espectculo de la sangre y el dolor, no siente esa especie de delectacin sdica y un poco ritualista del bandolero andino, esa que le lleva a beber la sangre de sus vctimas, a sacarle los ojos y el corazn y a comerse este con un fin ideolgico.5 Sin embargo, y a pesar de la influencia que las ideas predominantes de la poca tuvieron en los trabajos de enrique Lpez Albjar, este supo trazar las3

Ibid. pp. : 210-211 Ibd. pp. :216-24 Ibd. p: 196

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lneas fundamentales para los anlisis posteriores del bandolerismo en el Per y en Piura, dejando claro que: El bandolerismo sea cual fuere el punto de vista de donde se contemple, es una protesta, una rebelda, una desviacin o un mero recurso de subsistencia, protesta contra la injusticia del poderoso o la extorsin del fuerte, rebelda contra las rudas determinaciones sociales hostiles con el dbil y contemporizadores contra el fuerte.. Enjuici de manera irreverente a la sociedad y a las elites piuranas descargando sobre ellas gran parte de la responsabilidad por la existencia, padrinazgo y desarrollo del bandolerismo al promover, proteger y utilizar en sus luchas por la hegemona del poder y prestigio familiar en el departamento, como al reclutarlas para ponerlas, organizadas en montoneras, al servicio de los caudillos nacionales enfrascados en improductivas contiendas militares. Aspecto fundamental en la comprensin de este fenmeno social que ser desarrollado por muchos investigadores posteriormente. Tambin nos permiti comprender, con su anlisis comparativo sobre el bandolerismo en Moquegua, Lambayeque y Piura, dos factores determinantes de la delincuencia bandoleril; el primero referido a la relacin directa del rgimen de tenencia de la tierra con el bandidaje y las luchas de montoneras campesinas y el segundo aspecto relacionado con las causas econmicopolticas de la desaparicin de este flagelo social, expresado magistralmente al sealar el papel del latifundio capitalista en Chiclayo frente al mantenimiento seorial y de servidumbre en las haciendas piuranas. Otros aspectos mostrados de manera pionera, en relacin con el crimen montado en recia cabalgadura, es la situacin del poder del Estado o de sus elites y su estrecha ligazn con los periodos de auge o decadencia del mismo. De igual modo lo constituyeron sus observaciones sobre el tipo de relacin que el bandolero estableca con el pueblo y la forma en que se mova entre ellos, logrando apoyos, formas de encubrimiento como de proteccin. Tal como lo fueron sus aportes en relacin con las diversas formas que adoptaban los bandidos a fin de mantenerse con vida y las mltiples, como aparentes, relaciones contradictorias que estos establecan con el poder. Esperamos desarrollar estos puntos de vista a lo largo del presente trabajo, no sin antes sealar que gran parte de lo dicho ha sido tambin recogido por investigadores que posteriormente estudiaron el bandolerismo en el Per y en el mundo. Es el caso del acucioso investigador ingles Erick Hobsbawm.

4.- OTRAS TEORIAS SOBRE EL BANDOLERISMO.

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A fines del siglo XIX y con la expansin del capitalismo, la antropologa y sociologa criminal desarrollaron nuevas teoras, innovadoras y novedosas acerca del fenmeno del bandolerismo de origen campesino, que corra sus ltimos aos de vida en las sociedades del hemisferio norte al amparo del desarrollo del urbanismo, del transporte y de los medios de comunicacin, como de las fuerzas represivas de estados ms estables y fuertes y especialmente debido al desarrollo vigoroso de nuevas formas de organizacin social y de lucha sindical de obreros urbanos y rurales. Mientras que en el hemisferio sur el bandolerismo reverdeca y se renovaba asolando no solo los viejos y polvorientos caminos, sino que se vinculaba y mimetizaba entre los movimientos independentistas o entre las luchas de las facciones de caudillos militares de los nuevos estados nacionales, como en las guerras internacionales de los nuevos pases de la Amrica al sur del rio bravo, aflorando o decayendo al ritmo de las pulsaciones de las crisis que se generaban debido a las alzas o bajas de los precios de sus materia primas, como de la proliferacin de plagas o desgracias naturales y humanas. Esas nuevas teoras de las ciencias sociales que estudiaban y explicaban el bandolerismo y al delincuente ya no centraban su atencin exclusivamente en el individuo, sino en el medio ambiente, en el entorno socio-cultural. Llegando a sostener que el delito vena a resultar de la reaccin que ciertos individuos tienen frente a la sociedad, de la que son parte y se sienten afectados. As del capitalismo librecambista, con su expresin poltica, la democracia, surgirn nuevas teoras, todas ellas alejadas del criterio de que el delito o el crimen son fenmenos patolgicos de la persona, sino que es resultado del orden social, que a travs de diversos factores producir en el individuo una serie de reacciones, algunas de ellas sern de tipo criminal. De modo que la accin criminal, sus ejecutores y sus causas sern

comprendidos como manifestaciones de la vida social, y como parte de las relaciones entre quienes, por diversos factores sociales y culturales mantiene situaciones de conflicto con las normas, funciones y estructuras de la sociedad, o como resultado del estado de desorden social. Estas teoras, de algn modo,

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encubran las contradicciones que se generan entre el capital y el trabajo, dando origen a la diversidad de conflictos al interior de la sociedad. Pero al cambiarse el enfoque de que las causas de la criminalidad se encuentran en la sociedad resultaba que esas eran mltiples y diversas e impedan acusar a un solo aspecto como elemento de causalidad del delito, surgiendo una diversidad de enfoques en el anlisis del mismo. Unos sostendrn que el delito se trasmite o aprende por la vinculacin del individuo con quienes la ejercen y practican y este aspecto se relacionar con las areas urbanas donde su progresivo crecimiento atrae a migrantes de realidades sociales y culturales diversas, donde el ambiente se tuguriza y degrada, generando focos de desorden social. Otros sostendrn que el delito est asociado al nivel de desorden transitorio, caos, desgobierno o crisis por la que atraviesa una sociedad y en medio de la cual se vive un periodo de desajuste o alteracin de normas, valores que se trasmiten y aprenden en la interaccin y convivencia con elementos potencialmente infractores, por vivir bajo la influencia de factores condicionantes. Este aspecto asociado al anlisis del bandidaje ha dado origen y sustento a muchas investigaciones y publicaciones.(------------------) Todas estas teoras se refieren ms al crimen de raz urbana y abundan en las manifestaciones y formas de trasmisin del delito pero no profundizan en las causas que las generan, as como privilegian algunos aspectos de esas manifestaciones pecando de unilaterales. De igual modo se desarrollar la teora de la anomia, entendida como la ausencia de cohesin social entre los miembros de un colectivo o la existencia de la misma como factor determinante para evitar la reproduccin de conductas antisociales sustentadas por Durkeim- las que han servido para analizar el comportamiento de los indgenas integrados en sus organizaciones ancestrales, como son las comunidades de indios, frente al bandolerismo, del que se apartaban; mientras que los indios, sin vinculacin con estas

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organizaciones, o en relacin con los denominados, cholos o mestizos, con los negros esclavos o libertos o con los chinos coolies, si se convertan en bandidos o criminales. Precisamente por carecer de vnculos culturales idiomticos, sociales o histricos que garanticen su convivencia y cohesin social. Teora que ms tarde sera enriquecida por otros tericos como Robert Merton y Talcott Parsons, manteniendo los fundamentos bsicos pero incorporando nuevos elementos del estructural funcionalismo relacionados con el funcionamiento de un colectivo o sociedad, sobre la base de normas consensuadas que hacen posible su funcionamiento ordenado, armnico y sobre el que pueden derivarse comportamientos desadaptados en diversos grados que pueden poner en peligro al conjunto. Los grandes cambios econmicos, polticos, sociales y militares que se sucedieron como producto de la Primera y Segunda. Guerra mundial as como de las revoluciones suscitadas en la URSS y otros pases, influirn con el surgimiento de teoras que al no poder eludir el conflicto como factor de cambio (lucha de clases) incorporaran este aspecto en el estudio del delito, de donde resultaron las tesis del conflicto cultural entre grupos tnicos distintos y de cuyo proceso conflictual se desarrollan la criminalidad y el conflicto social. Los trabajos sobre el bandolerismo de raz tnica tienen en estas teoras su sustento y han dado origen a un sinnmero de investigaciones. Pero resulta que- segn estas corrientes sociolgicas- el conflicto puede muy bien generar la integracin, el cambio positivo cuando es funcional al sistema social y no lo ser si es disfuncional. Hay quienes analizan el problema del bandolerismo, desde esta perspectiva y navegan en la disyuntiva de que este resulta funcional a las sociedades latinoamericanas, porque no tienen el carcter revolucionario sino conservador, mientras que otros lo califican de no funcional porque llegaron a agravar la crisis de sociedades tradicionales, oligrquicas, aristocrticas, etc. Una variante de este planteamiento sostiene, a diferencia de las teoras del consenso e integracin, que el conflicto es un aspecto fundamental del cambio social y desde esa perspectiva se han sustentado estudios en los que el

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bandolerismo fue un factor del cambio social, sobre todo al vincularse con el movimiento social de su poca o con una de las facciones de las clases dominantes en conflicto (liberales). Mientras sus detractores sostienen, partiendo del mismo hecho social que su vinculacin con las elites polticas no tuvo como objetivo el cambio sino la obtencin o satisfaccin de sus propios intereses de carcter delincuencial. Entre los diversos puntos de vista est tambin el que habla sobre la dicotoma de los valores, es decir, del carcter ambiguo, ambivalente del comportamiento del delincuente y que este comportamiento es propio de los sectores sociales bajos. No obstante que este argumento no explica las causas del delito, sino una de sus manifestaciones, ha sido tomado como referencia para ilustrar como el bandolero acta unas veces a favor de la ley o por lo menos de quienes dicen estar al lado de ella, desde el poder, y otras lo hacen desde la ubicacin y perspectiva delincuencial, sin obedecer ningn patrn, salvo el de su pura conveniencia. Sealar que este proceder es propio de los delincuentes y por tanto de los sectores sociales de las clases bajas, por lo menos en el caso peruano y piurano, es una incongruencia y falsedad muy gorda, pues son precisamente los sectores de las elites econmicas y polticas quienes han mostrado tener parentesco con el camalen, pues no han demostrado capacidad para sostener sus posiciones y han cambiado de bando, color, bandera y hasta de sentimiento de pertenencia a su patria cuando sus intereses econmicos as lo requeran. Las subsiguientes teoras sobre la criminalidad como las que sostienen que estos conforman una subcultura o la de sus detractores que la cuestionan afirmando que el delincuente o bandido no se rige por cdigos de conducta especiales, sino por los mismos que son generales a la sociedad y en razn de ello tienen sentimientos de culpa sobre sus acciones y/o reconocen haber delinquido, entre otras que se han venido exponiendo y que concuerdan en la predominancia de factores externos, sociales o ambientales como influyentes en la comisin de los crmenes, terminan, al fin y al cabo, reconociendo que a pesar de ello, la disposicin y/o capacidad para delinquir o no depende o

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radica en el individuo, el mismo que lgicamente podra tener alguna familiaridad con el delincuente nato. En fin toda esta gama de argumentaciones si bien reflejan algunos aspectos del problema social y del bandolerismo o de la criminalidad, tienen algunas limitaciones para explicarlas en su proceso contradictorio y totalizador, as como tienden a abordar el tema como un hecho social, cultural o poltico, eludiendo la base econmica que les da origen y sustento. Por otro lado, diversos intelectuales desde otras perspectivas, han abordado el anlisis del bandolerismo de manera totalizadora, es decir no como un problema tnico, cultural o social, sino como un aspecto ms de una formacin econmica social, del que es parte y resultado; no pudiendo ser comprendido al margen de este, ni del proceso general de la sociedad. Eric Hobsbawm es el que ha logrado explicar de mejor manera este aspecto en su libro Rebeldes Primitivos y en el que privilegia el anlisis de uno de sus componentes: El bandido social. Con el objeto de ser fieles a lo dicho por este investigador expondremos textualmente parte de su argumentacin, que la inicia como un estudio sobre las formas arcaicas de los movimientos sociales en el siglo XIX y XX, precisa el carcter universal y uniforme del bandolerismo, para seguir argumentando lo siguiente: Bandoleros y asaltadores de caminos preocupan a la polica, pero tambin deberan preocupar al historiador. Porque en cierto sentido, el bandolerismo es una forma ms bien primitiva de protesta social organizada, acaso la ms primitiva que conocemos. En cualquier caso en no pocas sociedades, lo ven as los pobres, que por lo mismo protegen al bandolero, lo consideran su defensor, le idealizan y le convierten en un mitoA su vez el propio bandido trata de vivir conforme a su papel, an cuando el mismo no sea un rebelde social consiente

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El duro que no est dispuesto a cargar con las cruces tradicionales que corresponden al estado llano de una sociedad de clases: la pobreza y la sumisin, puede librarse de ellas unindose a los opresores o sirvindoles, tanto como alzndose en su contra. En todas las sociedades campesinas existen bandoleros de los seores tanto como bandoleros campesinos. Clientelas seoriales, guardias, soldados mercenarios, provienen pues no pocas veces de la misma cantera de los bandoleros sociales. La caracterstica ms chocante del bandolerismo social es su notable uniformidad y la reiteracin de sus formas son tan similares, por ms que se extiendan a lo largo de periodos tan alejados como la mitad del siglo XVIII y mediados del siglo XX y a lugares tan inconexos uno de otro como Sicilia y Ucrania carptica, que se llega a generalizar con suma confianza. Esta uniformidad se aplica tanto a los mitos relativos al bandolerismoes decir al papel que el pueblo hace desempear al bandido como a la actuacin del bandolero. Unos cuantos ejemplos de este paralelismo servirn para ilustrar lo que decimos. -

La poblacin casi nunca ayuda a las autoridades para capturar al bandido campesino sino le protege contra ellas Casi todos los bandidos acaban igual: traicionados La justicia, para ocultar su impotencia, reclama para s el merito de haber capturado vivo o muerto al bandido. Y los campesinos a su vez aaden a las muchas otras cualidades legendarias y heroicas del bandido la de la invulnerabilidad.

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como es lgico, ninguna de estas prcticas ni creencias provienen una de otra. Surgen en distintos lugares y perodos, porque las sociedades y situaciones generadoras del bandolerismo son muy parecidas.

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Acaso convenga esbozar la imagen tpica de la carrera del bandolero social. Un hombre se vuelve bandolero porque hace lo que la opinin local no considera delictivo, pero que es criminal ante los ojos del Estado o de los grupos rectores de la localidad La carrera de un bandolero empieza casi siempre con algn incidente, que por si no es grave pero le echa fuera de bando: un cargo de origen policiaco por alguna infraccin y encaminado mas contra su persona que ha sancionar un delito; un falso testimonio, un error o una intriga judicial, una sentencia injusta de confinamiento, o una sentencia de este tipo considerada injusta por el interesado Importa que el balbuceante bandolero social sea considerado como honrado o sencillamente como no culpable de delito, por los vecinos de la regin, ya que de lo contrario, y si fuera visto como infractor de los valores locales, dejara de gozar la proteccin local con la que debe contar del todo. Desde luego casi todo el que tome la contra de los opresores y el estado ser con toda probabilidad considerando como vctima, un hroe o ambas cosas. Una vez huido un hombre, pasa pues a tener la proteccin natural de los campesinos Lo peor que puede acontecerle a un bandolero es quedar cortado de sus fuentes de abastecimiento locales, porque entonces se ve realmente obligado a robar y hurtar, es decir a hurtar a los suyos, pudiendo por lo tanto convertirse en delincuente al que se denuncia puede robar mas del rico que del pobre y porque si le arrebata lo suyo al pobre, o se convierte en asesino ilegtimo, derrocha su mejor baza, la ayuda y las simpatas pblicas. Si se muestra prodigo con sus ganancias, puede que sea solamente por el hecho de que un hombre en su situacin en una sociedad donde imperan los valores pre capitalistas, es persona que evidencia su poder y rango con la largueza. Y aunque l no vea sus propias acciones como protesta social, el pblico lo har de forma que hasta un criminal puramente profesional, puede llegar a cuadrar con la imagen que la opinin pblica se ha formado de l

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Los criminales provienen de la clase pobre y se muestran sentimentales en lo que a estas cosas se refiere No porque su camino fuese un callejn sin salida hemos de negarle el anhelo de libertad y de justicia que les impulsaba Es natural que las vctimas caractersticas del bandolero fueran los enemigos quintaesnciales del pobre. Segn nos ensea la tradicin, siempre se cuentan las vctimas entre miembros de los grupos singularmente odiados por los desheredados, abogados.prelados y monjes desocupados prestamistas y mercachifles, extranjeros y otros que venan a perturbar la vida tradicional del campesino El bandolero social solamente surge mientras el pobre no ha alcanzado conciencia poltica, ni ha adquirido mtodos, ms eficaces de agitacin social. El bandolero es un fenmeno pre poltico, su fuerza est en proporcin inversa de aquella con que cuentan los movimientos revolucionarios agrarios organizados y el socialismo o el comunismo. En esas sociedades, el bandolerismo es endmico. Pero parece que la probabilidad de que el bandolero generoso se convierta en un fenmeno importante aumenta cuando el equilibrio tradicional llega a quebrarse: durante perodos de estrechez anormales como hambres y guerras, despus de ellos, o en momentos en que los colmillos del dinmico mundo moderno se hincan en las comunidades estticas para destruirlas y transformarlas La sociedad campesina lo crea y se vale de l cuando siente la necesidad de un defensor, de un protector, pero este es precisamente el momento en que no puede ayudarla. Y es que el bandolerismo social, aunque protesta, es una protesta recatada y nada revolucionaria. No protesta contra el hecho de que los campesinos sean pobres y estn oprimidos, sino contra el hecho de que la pobreza y la opresin resultan a veces excesivas. De los hroes bandoleros no se espera que configuren un mundo de igualdad. Solamente pueden enderezar

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hierros y demostrar que algunas veces la opresin puede revertirse y todava es menos posible de que entiendan lo que est ocurriendo en los pueblos La funcin practica que desempea el bandido es en el mejor de los casos la de imponer ciertas limitaciones a la opresin tradicional en la sociedad tradicional, so pena de desorden, asesinato y extorsin. Ni siquiera alcanza a cumplir a la perfeccin este cometido. Adems es un mero sueo de lo magnifica que sera la vida si los tiempos fueran siempre buenos Se trata de un sueo poderoso y esta es la razn por la que se forman mitos acerca de los grandes bandoleros, leyendas que se les dotan de poderes sobrenaturales y de tipo de inmortalidad que corresponde a los grandes reyes justos del pasado que no murieron de veras, sino que se hallan adormecidos y volvern. Qu sera del pueblo si sus defensores estuvieran irrevocablemente muertos? Y frente a los cambios que se suceden en la sociedad dice Hobsbawm: El bandidose halla inerme ante las fuerzas de la nueva sociedad que no alcanza a comprender. Lo ms que puede es luchar contra ella y tratar de destruirla. Esta es la razn por la que el bandolero es a menudo destructor y salvaje hasta un punto que rebasa los lmites impuestos por su mito, el cual destaca fundamentalmente su carcter justo y su moderacin al prodigar la muerte La venganza que en perodos revolucionarios deja de ser cosa privada para convertirse en asunto de clase, requiere sangre, y el espectculo de la iniquidad destrozada puede embriagar a los hombres. Y la destruccin, como ha visto atinadamente Olbracht, no es tan solo una liberacin nihilista, sino un intento sutil de eliminar todo cuanto puede impedir la edificacin de una comunidad campesina sencilla y estable: los productos de lujo, el mayor enemigo de la justicia y el trato condigno. Y es que la destruccin nunca es indiscriminada. Lo que resulta til para los pobres se salva.

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pasaron un torbellino por ellas, abriendo crceles, quemando archivos, saqueando las casas de los ricos y distribuyendo lo que no queran para s al pueblo: un procedimiento rudo, salvaje, heroico y revelador de su desamparo. Porque el bandolerismo como fenmeno social en situaciones semejantes era y es ineficaz desde todo punto de vista. Primero, lo es porque es incapaz de suscitar hasta una organizacin de guerrilla eficiente. En segundo lugar lo es porque su ideologa les impide convertir en eficaz la rebelinporque la fuerza tradicional por la que luchan estaba condenada al fracaso, o porque la vieja y nueva opresin se aliaban, dejndoles aislados o indefensos Para convertirse en defensores eficaces de su pueblo los bandoleros tenan que dejar de serlo. El futuro estaba del lado de la organizacin poltica. Los bandoleros que no se adaptan a las nuevas formas de la lucha por la causa de los campesinosson bandoleros que dejan de ser los defensores del pobre para convertirse en meros delincuentes o quedar a sueldo de los partidos polticos de los terratenientes y de los comerciantes. No hay futuro para ellos. 6 Esta es de manera resumida el derrotero del inicio, pasin y muerte del bandolero social, segn Hobsbawn, y sobre lo escrito en los aos 70 se desarroll una amplia polmica, dividindose la intelectualidad, como era lgico, entre defensores y detractores. Estos ltimos expresaron una serie de crticas muchas veces contradictorias unas de otras, sobresaliendo entre ellas las de Anton Block, quien no neg la existencia del Bandolero social como muchos argumentan, sino que sostuvo : que prest demasiada atencin a los campesinos y a los bandidos mismos en detrimento del anlisis sobre la sociedad y sus estructuras de poder y poltica, de igual modo sostuvo que el bandolerismo y su mito debilitan la movilizacin campesina, cosa con la que Hobsbawn si no estuvo de acuerdo.6

Eric Hobsbawm. Rebeldes Primitivos 1era Edicin. Trad. ARIEL 1983. Pp. del No. 45 a la 49

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De esta crtica se han derivado otras contrapuestas que han llegado a cuestionar la validez y existencia del concepto bandolero o bandido social en tanto que, segn ellos, todo bandido expresa de algn modo una protesta. Sin embargo, y este es un hecho objetivo, los propios delincuentes, las autoridades y los cuerpos represivos y ms an el pueblo llano suelen diferenciarlos unos de otros. Hobsbawn sostiene que la confusin surge en la mente de los observadores que aplican los criterios de otras pocas y otros lugares a los de otros grupos sociales sin duda dice- ninguno de los dos [bandido social y el simplemente criminal] tena en si mismo mucho de revolucionario si los juzgamos de acuerdo con criterios modernos. Y luego seala que puede ser que el talante neo anarquista de parte de la ultraizquierda posterior al decenio de 1960 haya fomentado la creencia de que la criminalidad como tal es una forma de actividad revolucionaria, como ya haba sugerido Bakunin. Otras crticas han tenido que ver con el limitar el bandolerismo a sociedades agrarias pre modernas y a la perduracin de estos personajes en sociedades capitalistas. Pero est claro, y as lo confirman la mayora de investigaciones, que el bandolerismo, del tipo al que nos referimos, tiende a disminuir cuando se dispone de un estado fuerte y estable, con mejores medios para reprimir la delincuencia y, sobre todo, cuando el campesino dispone de mejores mtodos y formas de organizacin para la lucha contra sus opresores. Lgicamente su desaparicin es progresiva, como lo es el proceso de transito de una sociedad agrarista a otra industrial y la evidencia de ello es que en la mayor parte de Europa el bandidaje es una cruda realidad entre los siglos XV al XVIII y en otras latitudes como Amrica indo hispana lo es entre los siglos XIX y XX, cuando en el norte ya era historia, una historia romntica que Hollywood llevaba al cine.

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Con posterioridad a las crticas al Bandido Social expuesta por Hobsbawm en el libro Rebeldes Primitivos, que dicho sea de paso no invalidan ni cuestionan los aspectos fundamentales del mismo, el investigador Ingls desarroll el primer trabajo en otro denominado Bandidos dejando establecidos algunos aspectos orientativos para cualquier investigacin que pretenda abordar el tema del bandolerismo en general y el social en particular. II.- BANDOLEROS Y MONTONERAS EN PIURA 1. SEGN EL CRISTAL CON QUE SE MIRE: Delincuente nato o producto social. La elite piurana y sus intelectuales de fines del siglo XIX e inicios del XX, e incluso la de mediados del mismo, seguan considerndose herederas de la aristocracia colonial y cualquier smbolo que los vinculara a esa sociedad los haca, segn su estrecho entender, de mayor alcurnia y respetabilidad; razn por la que consideraban a las supuestas razas inferiores conformada por indios, negros y chinos, como a todos sus derivaciones, las causantes de la degradacin econmica, social y cultural a la que haba llegado la sociedad piurana. Ya hemos visto de qu modo, incluso uno de los ms lucidos de sus intelectuales, el Doctor Vctor Eguiguren, conceptualizaba a la raza de origen asitico y al mismo indio, no obstante reconocer la gran sabidura de sus ancestros en la construccin de una extraordinaria obra de ingeniera hidrulica en el Alto Piura. De modo que al considerar el tema del bandolerismo y de la criminalidad en general, no hacan sino ratificar que este era la manifestacin y el resultado de esas razas inferiores. Lpez Albjar, con rasgos faciales de la raza negra, liberal y contestatario de su poca, fue quien puso en cuestin dichos planteamientos y no obstante las influencias que tuvo de la criminologa positivista, como ya quedo dicho, abri una brecha en la muralla ideolgica que el rgimen de hacienda habra labrado en torno al pueblo para denigrarlo y someterlo. Despus de l y debido al

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hegemonismo intelectual, a su apabullante peso sobre las instituciones reproductoras de la ideologa centros educativos, peridicos, etc.- que tena la elite piurana, y sobre todo al papel que jugaron las instituciones religiosas en la internalizacin en el imaginario popular de esas ideas que sostenan las clases propietarias, no hubo otro escritor de su altura, como de su infatigable labor propagandista del ideario liberal en el departamento. Con posterioridad a l y gracias a la emergencia del movimiento obrero y campesino, influenciadas por la doctrina socialista, Piura ver no solo las huelgas de las masas petroleras duramente reprimidas, sino una creciente ola de acciones reivindicativas del sindicalismo campesino, como del movimiento anti feudal de los yanaconas en las haciendas de los valles interandinos y propiamente serranos. Al amparo de esta emergencia popular se confrontaron no solo intereses sino ideas Y en relacin al tema del bandolerismo la elite piurana persisti en lo bsico de sus planteamientos, aunque algunos sectores, reformularon la manera de sustentarla. Uno de sus intelectuales orgnicos, como lo fue el escritor y diplomtico Francisco Vegas Seminario, en sus obras: Montoneras y Taita Yoveraqu mudar de los conceptos puramente criminalizadores del bandolerismo, como del desborde popular, a otros de carcter paternalista, en el que se pintaba al indio, como al comunero o al bandolero enrolado en las montoneras como un ente sumiso, capaz de dar la vida por su patrn, como tambin capaz de llegar al crimen, bajo el influjo de la herencia atvica que le impona su raza. Por su parte intelectuales orgnicos del mundo obrero, campesino y popular como el Doctor Luciano Castillo, Hildebrando Castro Pozo, entre otros, juzgarn al bandolerismo como resultado de un ordenamiento socio-econmico que tena como base al rgimen de hacienda y a la servidumbre, con las que entraron en contienda ideolgica y poltica. Pero tendrn an que pasar muchas aguas bajo el puente del ro Piura, para que el bandido en general y el social en particular sea rescatado de la

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proscripcin como de la criminalizacin gratuita y pueda ser debidamente comprendido. Ser nuevamente la literatura, antes, y muy por encima de las ciencias sociales, la que se encargar de abordar este complejo asunto. Es para Piura un orgullo que sea uno de sus hijos el que, de manera magistral y veraz, recree la gestacin, las motivaciones y consecuencias del bandolerismo, especficamente a travs de sus obras Hombre de Caminos, La destruccin del Reino y La violencia del Tiempo No es casual que sean dos piuranos Miguel Gutirrez y Enrique Lpez Albjar (Este ltimo si bien naci en Chiclayo, se hizo piurano por adopcin y afecto, tal como muchas veces lo dijera.) quienes hayan sido los encargados de develar el complejo mundo de este sector, por siglos criminalizado, y sea tratado en su real dimensin; como tampoco lo es el que sea Piura uno de los primeros departamentos del pas con mayor desarrollo del bandidaje y de los hombres de caminos. Nuestra pretensin ser explicar el porqu de esta situacin a lo largo del presente trabajo. Las ltimas dcadas del siglo XX y la primera del siglo XXI sern muy ricas en la produccin literaria referida al tema y esta situacin tambin no es una coincidencia o casualidad, pues la muerte del bandido social personificado en la figura de Froiln Alama tambin resulta ser tarda. No ser que la persistencia de las bases materiales, que dan origen y sustento al bandolerismo, hayan permanecido en Piura ms all de los parmetros del espacio tiempo que en las dems regiones del Per? Otra situacin coincidente con los dems aspectos anteriores es que, a pesar de todo lo andado y dicho, persistan an muchos de los criterios que satanizaron al bandido y por ms que sus autores se esfuercen en negarlo, las pginas escritas y/o sus entrelineas as lo confirman. Tomaremos dos ejemplos que nos muestran la persistencia de los viejos conceptos en obras recientes de autores piuranos que abordan la vida y obra del ltimo de los Hombres de caminos de la tierra piurana: el gran bandido Froiln Alama.

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Sobre l dice Rmulo Len, que de nio fue querido por sus patrones, que goz de la consideracin y carios de los hacendados, por lo que no tena motivos para guardar rencor alguno a estos. Y para explicar el porqu devino en bandido dice con un aire paternal y protector.(*) Son los resentidos de la vida, los hijos del complejo de inferioridad, los hurfanos del acaso fatal, estos desdichados que las vicisitudes de la vida, el hado adverso los empuja por la senda del vicio, por el camino del crimen a guarecerse en la oscura y solitaria caverna de la desgracia.7 Por su parte Ral Estuardo Cornejo en su obra El gran Bandolero Froiln Alama despus de sostener que este no pudo ser un bandolero social porque su alcance intelectual no le daba para sostener una ideologa firme en la relacin dominante dominado.; porque: El bandolero social es clibe, mientras que Alama es mayormente un petrador (sic) solitario por s y para s Tampoco puede ser comparado, como algunos de sus admiradores lo hacen, con el gran bandido Pancho Villa, porque no se sabe que Alama perteneciera a un movimiento armado mayor que una banda. Por ejemplo una montonera un grupo o partido poltico, y menos an, puede ser considerado en escala mundial, un criminal de alto rango, sus seis muertes oficiales, comprobadas no dicen nada frente a bandoleros europeos. Que como el italiano Gasperone mato en su carrera bandoleril a 127 personas. Y despus de lo sostenido concluye que: la personalidad de Alama, como la de casi todos los bandoleros, no parece ser la de un hombre absolutamente normal. De hecho tuvo trastornos de la personalidad durante su adultez

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Protector no solo en el sentido literario sino prctico, pues en la vida real el autor y su entorno familiar y hacendario, actuaron de garantes frente a la justicia de Piura, ante los pedidos de libertad bajo fianza solicitados por Froilan Alama y su banda. Tal como se muestran en los legajos judiciales de los archivos de Piura: causas criminales.7

Diario El Tiempo de Piura: 26-11-1961 (Edicin Dominical) Citado por Ral E. Cornejo.

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inicial tras el sicariato que perpetrara al ministro de guerra, general Enrique Varelale pudo desencadenar una paranoia de persecucin. El inicial trastorno referido pudo derivarlo en la estacin final de una personalidad esquizoidese advierte por su auto exclusin social. De hecho si puede colegirse que fue un psicpatano tenia sentimiento de culpabilidad por sus crmenes sin sentimientos autnticos sino falsos, un hombre en el fondo inafectivo (sic) solo interesado. La esquizofrenia simple de Alama poda conjeturarse tambin por dos vas: la de su megalomana y la de su necesidad de matar. Ambas se imbrican. Lo dicho acerca de la probable personalidad psicpata de Alama puede calificarse de meras conjeturas -reconoce cornejo y confirma que lo son-, pero con fundamento.8 Sin embargo, y en defensa de Ral Estuardo Cornejo tendramos que decir que no se trata de cualquier comentarista del tema bandolerismo, sino de un profesional de trayectoria que ha incursionado como abogado en un tema que, como el mismo lo seala, le ha cautivado desde nio y ha hecho acopio de informacin por espacio de varios aos. Cornejo reconoce y seala con claridad que el bandolerismo es el resultado de un orden econmicosocial, pero sigue influenciado, como sus predecesores, por el criterio de que el bandido, como persona, es el resultado de las perturbaciones psquicas, e incluso raciales. Esto es totalmente explicable cuando se analiza al bandolero como individuo y cuando se enuncia que este es resultado de un rgimen econmico-social, se hace ms con el criterio de exculparlo, de algn modo, de las atrocidades cometidas, antes que adentrarse en el anlisis de ese rgimen, del desarrollo

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CORNEJO, Ral G. El Gran Bandolero Froiln Alana: 147-148, 149,153, 154 (los subrayados son nuestros).

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del mismo y de la forma como este va modelando la vida de los hombres y consecuentemente del bandido. A partir de 1920 se sucede en Piura un cambio sustancial en la organizacin del estado, del control y hegemona del poder, por otra faccin modernizante de las elites regionales, como de los mecanismos administrativos y represivos, todo ello bajo la direccin del capital comercial y bancario nacional y extranjero. Por tanto, estos ya no requeran de las bandas armadas organizadas bajo la modalidad de montoneras o contra montoneras, para desarrollar su proceso de acumulacin y concentracin de la propiedad territorial, ni para ejercer influencia o prestigio familiar, como lo hacan las antiguas familias de raigambre aristocrtico, pues esta nueva clase dirigente lograba mayores grados de acumulacin gracias al crdito bancario, a la habilitacin de la produccin hacendaria a travs del comercio que actuaba como intermediario financiero, convirtiendo en eterno acreedor al pequeo y mediano agricultor y en muchos casos se haca de grandes propiedades hipotecadas por hacendados acostumbrados a la vida fcil, al consumismo parasitario y a la produccin sostenida solo por el trabajo de sus yanaconas y arrendatarios, acelerando de ese modo el proceso de concentracin de la propiedad rural. Por tanto los bandoleros perdieron a sus antiguos protectores y patrocinadores, teniendo que recurrir a la delincuencia para sobrevivir o se convertan en parte del aparato represivo del gamonalismo, como del nuevo Estado; mientras que los nuevos grupos hegemnicos, en la alianza de las clases en el poder, mejoraban los aparatos represivos con ayuda del gobierno nacional y de otros medios que el capitalismo desarrollaba como: el ferrocarril, telgrafo, telfono vas terrestres, armamento ms mortfero, etc. El bandido Froiln Alama no fue un Pancho Villa, no porque no tuviera cualidades personales para ello, sino porque las circunstancias histricas de Piura no crearon un movimiento campesino de carcter revolucionario, creando las condiciones para que el bandido se integre a su vanguardia, o por lo menos colabore con l, como fue el caso de Villa; y porque, claro est, parte de la nueva burguesa mexicana, que alent la modificacin de las trabas feudales, como la servidumbre, la renta de la tierra y la usura de los viejos

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hacendados, se hallaban a aos luz de la elite terrateniente y comercial piurana. As como el sentimiento nacionalista de la nueva clase rica emergente de Mxico era totalmente desconocida en nuestro departamento entre los patrones de espuela y ltigo, de mentalidad colonizada, que prefirieron entregarse al invasor chileno antes que alentar la resistencia india y pueblerina. Nada tuvo que ver el que Froiln no fuera clibe, o que era un mestizo, acholado, pequeajo, hirsuto, y panzn, menos an el que haya sido iletrado, como villa, para no poder ser un bandolero lder o, cuando menos integrante, de un movimiento revolucionario. Todo lo anterior no quiero decir que no haya habido, en Piura, intelectuales que tengan una percepcin correcta del problema, all estn Cesar Espinoza Claudio, entre otros, pero ese es un tema a desarrollar ms adelante. Hay por ltimo un aspecto, tambin coincidente en el estudio del bandolerismo en Piura y es el hecho de que se ha soslayado la participacin de la mujer en este aspecto y de manera autocrtica me incluyo por no haber hecho un esfuerzo investigativo serio en esa direccin, el nico que se salva es Miguel Gutirrez pues, cuando no, desarrolla una hermosa y apasionada narracin sobre una capitana de bandoleros: la zarca en su libro La destruccin del reino, as como en Cinco Historias de mujeres y otra sobre Tamara Fiol. O en Pacto con el diablo Esa coincidencia a la que hago alusin est referida a que en Piura, como en ningn departamento del Per, el machismo sigue moldeando el espritu y mentalidad, como nuestros actos, tanto entre las elites como en el pueblo llano; muestra de ello es que el matrimonio en las clases altas sigue siendo una forma de acrecentar los bienes y la propiedad de las familias emparentadas, hecho que no solo es emulado por las clases medias, sino entre el pueblo urbano y el campesinado, donde la mujer es considerada un objeto de propiedad. A la que se le entrega con un dote en las clases altas y en las bajas se las roba, an hoy en el campo e incluso en la ciudad, cuando el Padre -dueo de la propiedad- no ve en el pretendiente de su hija a una persona de

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su agrado o conveniencia. Pero como en las clases de escasos recursos no hay nada que acrecentar con el matrimonio, ms que las penas y la esperanza de un maana mejor, entonces el joven desestimado por el o los padres, pero muy estimada por la moza, procede a robarla. Accin lgicamente coordinada entre los amantes; por lo que se podra decir que el amor en este sector social es ms genuino, sino, menos interesado. Pero como todo robo significa la apropiacin del bien ajeno, a la perpetracin del delito le sigue la denuncia ante la autoridad policial o judicial a fin de ubicar lo robado y prender, como reprimir, al ladrn. Entonces el drama se convierte en Comedia, pues no hay correspondencia entre el hecho objetivo de hacer del matrimonio una forma de acrecentamiento de la propiedad y los implicados; y para no dejar maltrecha la institucin patriarcal, el raptor o sus padres recurren ante el propietario de la raptada para reconocer la infraccin y arreglar. El padre, sin dar muestras de que su autoridad ha sido mermada, se ve obligado a arreglar un matrimonio en tanto que considera que su bien ya perdi su valor original. La base material de esas concepciones feudales, quiz ya no existan como tales, pero su peso ideolgico, junto al de la religiosidad, permanecen lozanas y siguen an orientando nuestros actos en la Piura del siglo XXI, en tanto y en cuanto persisten factores de la semifeudalidad. Y ese mismo peso en las ideas, es posible que haya sido el causante para que no hayamos expuesto la participacin de la mujer en el tema bandoleril, que si la hubo, no solo como compaera, confidente y colaboradora, sino como protagonista, prueba de ello estn las bandoleras, Rosa Palma, Rosa Ruidias, Brbara Ramos, La Zarca entre otras, alguna de las que son mencionadas por Lpez Albjar en Caballeros del delito y por Miguel Gutirrez. 2.- EL BANDOLERISMO COMO PARTE DEL PROCESO ECONOMICOSOCIAL PERUANO Y PIURANO. Como la presencia de una golondrina no significa, por si sola, la llegada de la primavera; del mismo modo la presencia de unos bandidos no sirven para caracterizar una situacin especial o de crisis en la sociedad.

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Para que el bandolerismo en general y el social en particular, adquiera caractersticas especiales se requieren determinadas condiciones econmicas, sociales, polticas, militares, climticas, etc., del mismo modo que la presencia masiva de golondrinas requieren de la modificacin de todas las condiciones atmosfricas y climticas que hagan posible la presencia y desarrollo de la primavera, periodo que les proporciona condiciones para su desenvolvimiento. Las condiciones que auguran la presencia masiva y generalizada del bandolerismo en sociedades, fundamentalmente pre capitalistas, estn dadas por la agudizacin de problemas socio-econmicos (alteracin de la situacin anterior por fuerzas y factores que tienden a afectar las condiciones de vida y trabajo de la mayora de la poblacin y de algunos sectores de la elite, as como la modificacin de las relaciones de propiedad, produccin y distribucin de la riqueza generada en la sociedad), de problemas poltico-militares (alteracin de los trminos sobre los que sustenta el reparto del poder y la imposibilidad de resolver los conflictos que ello genera a travs de la negociacin poltica, dando paso a la contienda militar). La presencia de fuerzas militares extranjeras tambin genera una reaccin en la sociedad intervenida y tiende a implicar al conjunto de sus miembros, entre los que estn inmersos los bandidos. Y en muchos casos a reformular las bases de unidad sobre las que se sustenta el poder, Hay otros factores que contribuyen a la agudizacin de los conflictos y son los referidos a cambios o trastornos de tipo natural y climtico (lluvias de carcter diluvial o ausencia extrema y prolongada de estas, catstrofes como los terremotos, todos ellos favorecen la presencia de plagas y enfermedades) que afectan con mayor gravedad a quienes se encuentran ms desprotegidos y profundizan los problemas subyacentes en la estructura de desigualdad e injusticia que caracteriza a esas sociedades. Del grado de alteracin del orden socio-econmico depender el carcter que adquiera la delincuencia, pudiendo mantenerse de forma endmica: latente o permanente; epidmica: violenta y pandmica: virulenta o generalizada, y de manera especial influir en la forma en que se exprese el bandolerismo social.

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Todo est en relacin en la sociedad y existe pues una vinculacin mltiple y compleja entre todos sus miembros y de estos con fuerzas externas al conjunto, los mismos que adoptarn una u otra forma segn, el tiempo, modo e intensidad en que se relacionen. El anlisis de su especificidad nos permite diferenciar los momentos de relativa estabilidad, de los tiempos de crisis y ya hemos visto que el bandolerismo se expresa en los momentos de crisis. Segn este criterio estableceremos tres momentos en la historia de la sociedad peruana y piurana, en que se asocian una serie de factores y dan como resultado el afloramiento epidmico del bandolerismo, notndose que no difiere mucho entre lo expresado a nivel nacional con sus manifestaciones en la sociedad piurana. El cuadro No. 2, que sigue, nos permite mostrar esas relaciones entre los mltiples factores y establecer los tres momentos de crisis: a.- El primero de ellos se expresa entre los aos previos a la cada del rgimen colonial espaol, las luchas independistas y la lucha de los caudillos posterior a la instauracin de la vida republicana. B.- El segundo momento corresponde a los aos previos a la guerra con Chile y su posterior ocupacin del territorio patrio, tiempo de crisis que se extiende hasta 1895, en que termina la guerra civil protagonizada por los caudillos Cceres, Iglesias y Pirola. C.-El tercer momento lo determina la crisis generada por la 1era Guerra Mundial y la gran depresin de 1929. De all que el bandolerismo social tenga entre los aos 1875-1895 y 1910-1930 sus aos de gloria. Estos criterios son coincidentes con lo sealado por Heraclio Bonilla en su periodizacin de las fases de la coyuntura comercial en el siglo XIX, como con lo sealado por diversos autores que analizaron el periodo pos colonial hasta 1950. Wilfredo criterio. El vagabundaje y el bandolerismo se presentaron asociados a los momentos de crisis y de pobreza tanto local como nacional. As podemos indicar que la Kapsoli es uno de esos investigadores que sostienen ese

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coyuntura de la independencia auspicio la irrupcin masiva del bandidaje y del vagabundeo. un segundo momento -sostiene Kapsoli- de crisis nacional est asociada a la guerra con Chile y a su secuela posterior. un tercer momento de crisis es de los aos 1929-1933 El crac del 29 fue tan violento que comprometi toda la estructura productiva, a las finanzas y a la circulacin del capital y repercuti en el aumento del costo de vida, en la desocupacin, en el empobrecimiento.9 Sin embargo, si bien es cierto que el bandidaje creci, el bandolerismo social tuvo su epilogo, ante el advenimiento de nuevas y superiores formas de protesta y organizacin social, en razn de los mayores niveles de conciencia de su vanguardia obrero y campesina. Pero tambin por el perfeccionamiento de las fuerzas represivas y de control poltico militar que fue adquiriendo el Estado, dominado por las elites en el poder. Corresponde pues desarrollar esos tres momentos, esos picos de la crisis que vivi la sociedad piurana y que dieron lugar a la presencia epidmica de la delincuencia y el bandido social.

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KAPSOLI, Wilfredo. El Bandolerismo social, S/N Edicin digital

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CUADRO No. 2 RELACIN EN LA SOCIEDAD PIURANA DE LOS PROCESOS DE MODERNIZACIN, CON LA SITUACIN DEL ESTADO,Entre 1815-1833 - Receso de la produccin y el comercio por las guerras de la independencia. - Reclutamiento de esclavos e indgenas y desorganizacin del mercado interior y exterior. - Cada del estado colonial y del virreinato. - Fragilidad del nuevo Estado e inestabilidad poltica. - Imposibilidad de poder conformar gobierno estable. 1833-1852 - Recuperacin econmico lenta - Impulso de las exportaciones de: cascarillas, carbn cueros, pieles, algodn. 1852-1876 1876-1895 - Crisis en la produccin por guerra con Chile y por la guerra civil. As como por receso econmico internacional. - Reinicio de la demanda del algodn en 1889 Expansin de Haciendas y Modernizacin. - Estado dbil es sustituido por gobierno de ocupacin con la colaboracin de las elites nacionales y regionales. - Reinicia modernizacin privada de sistema de riesgo. - Construccin ferrocarril en Piura.

ESTADO DE LA PRODUCCIN, PRECIOS Y DEL COMERCIO DE EXPORT E IMPORTACION

- Prodigioso crecimiento de laexportacin del algodn de cueros, pieles, sobreros. - Expansin de las haciendas.

- Paulatino restablecimientodel poder de la antigua aristocracia colonial en el nuevo estado independiente. - Persiste fragilidad del Estado y gobierno por lucha de caudillos. - Familias aristocrticas de la colonial pugnan por restablecer influencia. - Emergen paulatinamente nuevas familias criollas en el comercio.

SITUACIN DE ESTADO Y GOBIERNO.

- Representacin Monrquica saleSITUACIN DE LAS ELITES del pas, pero quedan elites que sirvieron a la corona. - Nuevas elites son continuacin de la anterior y ms opuestas al indio. - Persisten la esclavitud y el rgimen de servidumbre colonial pero se anulan leyes de proteccin a los indios. - Las comunidades de indios reclaman ofrecimientos del programa libertario.

CONDICIONES DE VIDA Y TRABAJO DE LA POBLACIN.

- Crece cimarronage y elboicot esclavo a la produccin. - Comunidades de indios al no conseguir apoyo de la repblica buscan defender propiedad va juicios y organizacin.

- Estado reconoce responsabilidad en la salud pblica pero es incapaz de enfrentar pestes. - Debilidad del Estado lleva a establecer alianzas con elites regionales dirigidas por caudillos Montero y otros. - Declive de hacendados de familias aristocrticas. - Nuevas familias vinculadas al capital comercial nacional y extranjero disputan liderazgo a caudillos. - Luchar por la hegemona. - Restablecimiento del tributo indgena en gobierno de Echenique. - Necesidad de mano de obra para expansin del algodn y azcar en Haciendas. Reproduce servidumbre arrendamiento y yanaconaje.

- Elites cooperan con invasor antepeligro de lucha popular y para preservar sus bienes. Disputas por la hegemona Y guerra civil 1894-95 Reinician modernizacin y expansin de haciendas. Comunidades no pueden contener avance de las haciendas sobre sus tierras. Desarrollo de la servidumbre Se hace ms penosa el trabajo en el agro.

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PRESENCIA DE SEQUIAS INUNDACIONES Y EPIDEMIAS

- Lluvias moderadas cada 2 aosen promedio no afecta produccin. - No se presentan epidemias, pero la salud de poblacin es precaria.

- Sequa entre 1838-1844 - Nio con temblor 1845 - Sequa entre 1847-1850 - La fiebre amarilla se presento en Guayaquil en 1842 pero no llego a Piura.

- 1852-56 epidemia fiebreamarilla, as como en 1867-69 - Aos muy lluviosos 1865-69 - Aos de sequa -1858 al 63 de1872 a 1876 y de 1866 a 1870.

- 1885 epidemia de fiebre amarilla - Aos tipo Nio 1878-84 y91 - Sequa entre 1880-83 y entre 1885 y 1889.

NIVEL DE DESARROLLO DEL BANDOLERISMO Y LA DELINCUENCIA.

- Desarrollo del bandolerismo con presencia de cimarrones. - Participacin de excombatientes de independencia en conflictos por defensa de tierras comunales.

-Desarrollo del bandolerismo criminal. En Lima gobierno autoriza a cnsules la intervencin de fuerza militar extranjera para su proteccin: Charles Walker. - Bandolerismo afecta comercio y haciendas en Piura.

Mantenimiento del bandolerismo criminal afecta comercio y produccin de haciendas. - Expansin de las Haciendas y conflicto con comunidades por las tierras, genera inestabilidad y favorece al bandolerismo.

-Auge del bandido social y de montoneras bajo proteccin de caudillos y Hacendados locales, participan en guerra civil pero mantienen sus propios intereses. Se desarrolla montoneras campesinas y aprovechan vaco de poder entre elites.

(*) Para la descripcin del estado de la produccin, Precios y comercio de exportacin se ha tomado en cuenta las fases de la coyuntura comercial descritas por Heraclio Bonilla en su libro UN SIGLO A LA DERIBA Cap. 1 La Coyuntura Comercial del siglo XIX en el Per. (**) En 1925 por efecto de las epidemias la poblacin del distrito de Catacaos paso de 50,000 habitantes a tan solo 8,000 La mortalidad lgicamente no fue igual entre las clases sociales.

LA SITUACION DE LAS ELITES, LAS CONDICIONES CLIMTICAS Y DE VIDA DE LA POBLACION, CON EL BANDOLERISMO

42Entre 1895-1920 1920-1950 - Declive de la produccin y de los precios concentracin de la produccin en grandes haciendas. - Crisis por inestabilidad de precios 1920-25-29 - 1930 se restablece niveles de produccin y precios. 1920- 25- 29 - 1930 se restablece. - Legua moderniza el Estado, desarrollo de obras pblica con mayor endeudamiento y creciente presencia del Estado en la agricultura. - Limita poder de elite regional y refuerza F.A y Policiales. - Nuevo cdigo de Aguas y otros. - Prdida influencia a nivel regional y nacional de elite piurana. - Predominio de burguesa vinculada a EE.UU y regreso de capital alemn hasta 1940. - Crece habilitacin a las haciendas. OBSERVACIONES - La periodizacin de la produccin y de sus ciclos de auge y declive obedecen al proceso de articulacin creciente de la economa piurana a los mercados extranjeros y a sus ciclos de expansin y contracciones.

- Creciente destino de la produccindel algodn al mercado norteamericano, as como de cueros, pieles, sombreros y petrleo. - Prosigue expansin de haciendas y de la modernizacin privada. - 1895 inici de la Repblica Aristocrtica. - Predominio del comercial sobre la Hacienda tradicional. - Crece influencia de EE.UU - Prosiguen proyectos capital privado canal Miguel Checa. - Elites comerciales con vinculacin a capital ingls, alemn y norteamericano, hegemonizan sociedad piurana. - Prdida de peso, en 1915, de burguesa vinculada a Alemania.

- La debilidad o fortaleza del estado est en relacin directa con la necesidad de control de las elites sobre el pueblo piurano, pero sobre todo con la necesidad que tiene el capital exterior para articular la economa piurana a su mercado.

- En la primera etapa de la repblica la elite piurana de origen colonial retomar el control de departamento. Pero ser incapaz de contribuir a la construccin del estado nacional por lo que se subordinar el capital y mercado exterior.

Comunidades contina resistiendo expansin de Haciendas y adems de la Internacional Petroleum Company. - Comunidades y Yanaconas serranos resisten a Haciendas. - Crece descontento social 1914

- Se profundiza explotacin de mano de obra indgena. - Ley de conscripcin vial, Ley de Vagancia Impuesto a la chicha y otros. - Crece protesta popular y sindical Petroleros Yanaconas.

- Las condiciones de vida y trabajo de la poblacin empeoraron no obstante que creci la produccin y se modernizaron las obras de infraestructura de riego y los sistemas de produccin. - Persisten formas serviles de explotacin, no se generaliza el trabajo asalariado en el campo, como en Chiclayo.

43 - Sequa aos 1892 al 96- 1906 a1911 - Epidemia peste bubnica 190305/1906-10/1916-20 - Epidemia de fiebre amarilla 1919surge en tamarindo. - Sequa entre 1920-24 - Gran nio de 1925-26 - Epidemia de fiebre amarilla y peste diezma poblaciones 1921-25/-1927 Proliferacin de plagas, uso de Insecticidas en el campo por 1 Vez.

- No obstante la modernizacin la produccinsigui dependiendo de la naturaleza y de la mano de obra semi libre o yanaconizada. Lo que tuvo que ver con el atraso e insalubridad de la poblacin por lo que las epidemias la diezmaron. **

- Desarrollo del bandolerismo delincuencial despus de desmovilizacin de montoneraspreocupa a comercio y haciendas. - Campaa de montoneras de chalaco y fras.

- 1920-30 poca de oro del bandolerismo se expande a todo el departamento es solo delincuencial-ante las nuevas formas de movimiento social sindicales.

- El bandolerismo creci con la alteracin del orden tradicional, con el crecimiento de los males sociales, econmicos, climticos y sanitarios. Se mudo a montonero por necesidad e inters propio, pero nunca sostuvo al movimiento social.

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3.- LOS TRES PERIODOS DE CRISIS EN QUE HIZO ECLOSION EL BANDOLERISMO 3.1.- Fin del perodo colonial, inicio y crisis de la repblica postiza y auge del bandolerismo peruano. 1810-1850 Aunque no es correcto hablar del bandolerismo peruano en general, pues la naciente repblica no solo no era una unidad homognea sino que los espacios serranos y costeos eran sustancialmente diferentes, es, en este caso, ms propio hablar del bandolerismo costeo y limeo en especial, en tanto que los cuatro autores que nos sirven de referencia para abordar el anlisis han desarrollado sus estudios en esta rea geogrfica. De todas maneras es un referente para tener una idea de lo que pasaba en la parte costera central del pas entre los aos 1810 a 1850 en relacin a la crisis econmica y el bandolerismo como su resultado natural. Carmen Vivanco Lara que desarrolla el anlisis del bandolerismo entre 1760 y 1810 seala que en la base de este problema se encuentra el factor econmico: el bandolerismo social fue una respuesta social que conlleva contenido econmico. Los documentos consultados nos muestran que este fenmeno social fue permanentey su incremento e intensidad estuvo sujeto a variaciones coyunturales de la economa colonial. Pero no se entienda que en pocas de auge o recuperacin econmica la situacin de los esclavos, campesinos y hombres libres sin propiedad mejoraban y en pocas de crisis o baja produccin empeoraban. No, debido al carcter de la economa colonial ambos perodos significaban empeoramiento y sobre explotacin de la mano de obra y deterioro de sus condiciones de vida y es all cuando se entiende porque el bandolerismo tuvo un carcter permanente, endmico. Carmen Vivanco explica que en economas cuyo eje productivo gira en torno a la produccin agrcola, como la economa colonial, los ciclos de crisis econmica ocurren cuando una lnea de alza elevada y cuasi vertical en dicha produccin reemplaza a la lnea de baja.

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Es decir que ante una mayor demanda de productos agrarios que el mercado requera y ante las mayores ganancias que el hacendado obtena por el aumento de la produccin demandada, le corresponda al esclavo y campesino una mayor sobreexplotacin de su fuerza de trabajo -nico factor determinante en el proceso productivo- y cuando disminua la produccin por efectos de la baja en la demanda del mercado, suceda que era nuevamente la fuerza de trabajo la que tena que atenuar el menor ingreso del terrateniente cmo? Trabajando ms. Todo ello aunado al riguroso trabajo existente, la mala alimentacin, psimos condiciones laborales as como a la mayor coercin fsico que la nueva coyuntura exiga, diezmaban a la poblacin trabajadora sea porque esta mora o hua para liberarse. Estas condiciones determinaron que invertir en fuerza de trabajo esclavo no fuera tan beneficioso para el hacendado. Aunado a este problema de falta de fuerza de trabajo, el siglo XVIII afront otro a saber: el cambio de una produccin agraria orientada a abastecer el mercado interno (productos de pan llevar) a una agricultura para la exportacin en base a caa de azcar promovida por los grandes comerciantes al ser esta ms acorde con sus intereses econmicos (Flores Galindo 1984). Otros factores se aaden a los anteriores agravando la economa hacendaria y la vida de sus pobladores y son segn prosigue Vivanco: - El nuevo gravamen (elevacin de los cabezotes y alcabalas)sobre la venta de los frutos de las haciendas con el fin de disminuir los impuestos al comercio (Febres Villarroel 1964-Rodrguez Vicente 1973-74). - El gravamen doble sobre el azcar, la elevacin del impuesto sobre el aguardiente y la prdida de mercados externos particularmente el de Buenos Aires a raz de la creacin del nuevo virreinato, as como la cada del precio del azcar y la extensin de su cultivo en diversas zonas de la costa y sierra sur del pas (Morner 1977).

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- La instalacin del estanco de aguardiente en Guayaquil y Panam signific la prdida de dichos mercados en especial para los productos de vid, que tenan a dichos pases como plazas principalesse ven abatidos sin saber que destino darles por falta de compradores. (Macera 1977). A ello se uni la elevacin del impuesto que agobiaba a dicho producto. Como consecuencia en todas partes se hacan visibles haciendas en ruinas y campos abandonados (Cspedes Castillo 1947). Esta situacin de crisis sectorial agraria no era exclusiva de Lima y valles aledaos donde la produccin de caa de azcar, alfalfa y productos de subsistencia primaba. Tambin la zona norte (caera por excelencia) sufra una situacin parecida (Burga 1976) as como en la sierra sur (Morner 1977) El deterioro que viva el sector agrario contrasta con la situacin de alza que viva el sector comercial y fiscal en general. Vale decir que el carcter colonial y dependiente de la produccin del virreinato del Per de fines del siglo XVIII, dependiente de mercados forneos, con un mercado interior raqutico, sufra permanentemente las fluctuaciones del mercado arrastrando a la crisis, sino a la ruina, al sector terrateniente, en medio del encumbramiento del sector comercial. De modo que no solo ampliaba las contradicciones entre hacendados y esclavos o trabajadores yanaconizados, sino que ahondaba la contradiccin entre las clases propietarias debilitando el estado colonial, razn por lo que: Los testimonios documentales que existen sobre este perodo nos permite afirmar que la mayor intensidad del bandolerismo estuvo en estrecha relacin con estos ciclos coyunturales arrtmicos, pues el mpetu y fuerza que tuvo este fenmeno durante estos aos contrasta con los de los aos anteriores a l. El bandolerismo dentro de este contexto, constituy una de las mltiples formas que la mayora dominada utiliz para mostrar su rebelda, disconformidad o protesta contra el orden socioeconmico establecidocon los desniveles econmicos en el sistema social del que forman parte donde el que ms trabaja y menos tena era el trabajadorpero que en vez de convertirse en un movimiento netamente poltico, funciona ms bien como Vlvula de escape.

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Es solo un movimiento de protesta contra la sobre explotacin no establecida, contra los abusos, los excesos no permitidos ni por la tradicin, ni por las leyes. Es solamente una va de desfogue. 10 As definida la base material que sustenta el bandolerismo de la poca y su carcter reformistas de vlvula de escape o va de desfogue de las tensiones sociales, por tanto funcional al orden colonial, Carmen Vivanco pasa a exponer las distintas manifestaciones del bandidaje como: El que reciban permanente colaboracin de los sectores populares, quienes los encubran de las fuerzas del orden; que estos bandidos atacaban a todo transente; que no aceptaban el rol que el sistema les conceda, por lo que hacan ostentacin con los medios robados y terminaban personificando a un sui generis actor seorial. Alberto Flores Galindo, que analiza el bandolerismo de la costa entre 1760 y 1830, coincidiendo con Carmen Vivanco en el carcter reformista del mismo, agrega que No ataca ni a los centros de poder, ni a los mecanismos de extraccin de excedentes. Agudiza, por otro lado, las tensiones entre negros e indios. No consigue ser erradicado pero tampoco llega a unirse con ningn movimiento de masasen el mejor de los casos se limita a castigar o sancionar al rico, pero no desea su abolicin como clase. En una sociedad donde, adems, la clase dominante (comerciantes) tena solo una relacin marginal con la propiedad terrateniente, el bandolerismo no representaba ninguna amenaza directa. Las rutas comerciales podan volverse peligrosas, el oficio de comerciante itinerante requera de ciertas precauciones, pero la aristocracia mercantil permaneca oculta tras mil rostros de sus intermediarios, sin ser percibida por hombres como Rojas o Bravo. Ellos ignoraban que con sus actos desempeaban tambin el papel de conductos por los que desembolsaban las tensiones sociales, evitando as una repentina ruptura en los diques de contencin. Se repite la opacidad que observamos en la conciencia social de los esclavos es un signo de deterioro de las haciendas, del inicio de la crisis comercial, y de la descomposicin que antecede a la independencia. La10

VIVANCO, Lara. Carmen. Bandolerismo colonial peruano 1760-1810 en Bandoleros, abigeos y montoneras 1990 Carlos Aguirre y Charles.

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persistencia del bandolerismo, a pesar de su debilidad interna, no se entiende sin considerar la pattica debilidad del estado colonial. Y en cuanto a las caractersticas del bandolerismo nos dice que no tuvo rasgos de violencia incontenible. Los asaltantes se limitaban a apropiarse de objetos de valor, pocas veces matan o hieren a sus vctimas, los que se resisten solo acaban golpeados; se puede encontrar por excepcin el caso anecdtico de un viajero a quien dejan desnudo en medio del desierto. Tambin seala que fueron poqusimos los indios que se hicieron bandidos: entre ms de veinte bandoleros excluidos muchos casos inciertos o dudosos procesados entre 1791-1814, encontramos negros, esclavos y libertos, zambos, chinos, algunos mestizos, incluso criollos, pero no hay un solo indio. Y en cuanto a la edad y ocupacin dice que: las bandas que proliferaron en la costa estaban en su mayora compuestas por hombres jvenes, cuyas edades fluctuaban entre los 20 y 30 aos, raro era el bandido que estaba casado, pero ninguno de ellos dejaba de tener una o ms convivientes. En lo que se refiere a ocupaciones, estos se repartan por igual entre oficios del campo (gaan, esclavo de hacienda) y de la ciudad (sastre, jornalero, zapatero, albail). En resumen ambos escritores que analizan el Per a fines de la colonia e inicios de la repblica y que manifiestan tener discrepancias con Hobsbawm en cuanto a que este bandolero sea un Robn de los bosques (bandido social), no tienen en si mayores discrepancias con las tesis fundamentales del autor Ingles. Y para refrendarlo repitamos lo dicho y ya citado por l, en el sentido que el bandolerismo social es poco menos que una protesta endmica del campesino contra la opresin y la pobreza: un grito de venganza contra el rico y los opresores, un sueo confuso de poner algn coto a sus arbitrariedades, un enderezar entuertos individuales, sus ambiciones son pocas, quieren un mundo tradicional en el que los hombres reciban un trato de justicia, no un mundo nuevoEl bandolerismo social carece prcticamente de organizacin o de ideologa y resulta por completo inadaptable a los movimient