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T T E E C C U U A A N N I I BOLETÍN DEL CENTRO INAH GUERRERO Año 1 número 2, septiembre - diciembre de 2004 CONTENIDO EN TORNO AL HALLAZGO DE LOS RESTOS DE CUAUHTÉMOC PROYECTO DE CONSERVACIÓN DE LAS PINTURAS RUPESTRES DE OXTOTITLÁN ARQUEOLOGÍA DE CHILPANCINGO DISPOSICIONES JURÍDICAS QUE NORMAN LA PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LAS TAREAS DE DEFENSA Y PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL PROYECTO DE CONSERVACIÓN DE LAS PINTURAS RUPESTRES DE OXTOTITLÁN, GUERRERO: AVANCES 2002-2004

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BOLETÍN DEL

CENTRO INAH GUERRERO Año 1 número 2, septiembre - diciembre de 2004

CONTENIDO

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PROYECTO DE CONSERVACIÓN DE LAS PINTURAS RUPESTRES DE OXTOTITLÁN

ARQUEOLOGÍA DE CHILPANCINGO

DISPOSICIONES JURÍDICAS QUE NORMAN LA PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LAS TAREAS DE DEFENSA

Y PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

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DIRECTORIO

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

Director General Sergio Raúl Arroyo García

Secretario Técnico Moisés Rosas Silva

Secretario Administrativo Luis Armando Haza Remus

Coordinador Nacional de Centros INAH Edgardo García Carrillo

CENTRO INAH GUERRERO

Directora

Blanca Jiménez Padilla Administradora

Teresa Barragán Martínez Directora del Museo Regional de Guerrero

Leticia Atilano Caballero Directora del Museo Histórico de Acapulco Fuerte

de San Diego Julieta Gil Elorduy

Directora del Museo Guillermo Spratling Wendy Morales Quaas

Departamento de Trámites y Servicios Legales Tomás Hernández Palma

Arqueología Elizabeth Jiménez García

Miguel Pérez Negrete Historia

Teresa Pavía Miller Etnología

Fernando Orozco Monumentos Históricos

Marco Antonio Romero Torralva Restauración y Conservación

Claudia Alejandra Sánchez Gándara Control y Seguimiento de Proyectos

Cuauhtémoc Reyes Álvarez Biblioteca Vicente Guerrero

Jorge Reducindo Bibiano

BOLETÍN TECUANI

Editores Miguel Pérez Negrete

Cuauhtémoc Reyes Álvarez

Revisión Teresa Pavía Miller

TECUANI Es una publicación trimestral del CENTRO INAH Guerrero. Edición, diseño, formación, título y logo: Cuauhtémoc Reyes Álvarez y Miguel Pérez

Negrete. Fotografías: Archivo del Centro INAH Guerrero. Toda correspondencia o solicitud de canje

deberá enviarse a calle Cuauhtémoc # 3, barrio de San Mateo, Chilpancingo, 39022, Guerrero, México. Correo electrónico: boletí[email protected]

Portada: Trabajos de restauración, Oxtotitlán, fotografía del Proyecto de Conservación de las Pinturas Rupestres de Oxtotitlán.

Dibujos: Motivos de Oxtotitlán por Miguel Pérez Negrete y Cuauhtémoc Reyes Álvarez.

PRESENTACIÓN

Desde su fundación, el Instituto Nacional de

Antropología e Historia ha sido la institución federal

encargada, por ley, de preservar, investigar y difundir el patrimonio histórico y arqueológico, parte

del gran patrimonio cultural de la Nación. Dentro de estas atribuciones, el Centro INAH Guerrero ha

dedicado especial atención a las denuncias de

saqueo arqueológico y a la promoción de la creación de grupos coadyuvantes dentro de la sociedad civil

que colaboren en la vigilancia de nuestro patrimonio arqueológico. Otro de los aspectos también

importantes han sido las labores realizadas por especialistas que trabajan para la conservación y

restauración de nuestro patrimonio. Muestra de ello

es el caso, reseñado en este Boletín, del Proyecto de Conservación de las Pinturas Rupestres de

Oxtotitlan, y que ha recibido especial seguimiento por parte de nuestra institución a través de la

Coordinación de Restauración y Conservación. Ante

la importancia de dicho sitio, que ya se encontraba en serio riesgo de afectación, es meritoria la labor

de investigadores como Sandra Cruz y su equipo de trabajo, ya que con su labor se permite dar atención

a uno de los pocos vestigios de pintura rupestre olmeca que hay en nuestro país.

Guerrero es una entidad federativa muy

extensa y compleja. A su abrupta geografía se añaden problemas técnicos, políticos y financieros

en cuanto al conocimiento de su patrimonio cultural, el cual es muy vasto y rico. Gran parte del Estado

sigue siendo poco conocido, por lo cual se requiere

de esfuerzos y recursos para su investigación, preservación y difusión. La dirección de este Centro

INAH expresa su compromiso por dar continuidad a los proyectos en marcha y mantener la supervisión

y apoyo a las actividades que deriven de dichos proyectos, así como cumplir con la atribuciones que

la sociedad ha puesto en nuestra institución, sin

mayor interés que el de preservar nuestro legado histórico y cultural. En dicha labor hemos recibido el

apoyo de amplios sectores de la población y deseamos incorporar a un mayor número de

personas interesadas en nuestro patrimonio.

También, por ello, queremos dar continuidad a este Boletín, para que siga siendo vehículo de

comunicación entre el Centro INAH Guerrero y la sociedad civil e instituciones de investigación y de

cultura.

BLANCA JIMÉNEZ PADILLA

Directora del Centro INAH Guerrero

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EDITORIAL

En esta segunda edición del Boletín Tecuani reflexionamos sobre un tema muy interesante, al presentar un artículo que trata acerca del descubrimiento de los supuestos restos de Cuauhtémoc en la población de Ixcateopan, en la región Norte de Guerrero. El tema tiene más de una cara por donde verlo, desde la filiación chontal y proveniencia de su madre hasta los dictámenes de identificación de los restos. Actualmente quizá no sea realmente importante que los restos óseos resguardados en la iglesia de Santa María de la Asunción sean o no de Cuauhtémoc, pues la identificación simbólica dada por la gente del pueblo y por quiénes lo visitan para venerarlos puede ser de mayor trascendencia al hacerlos símbolo de la resistencia indígena. Por otro lado, en la región de la Montaña hay otra población, San Lucas Ixcateopan, en la que sus pobladores aseguran que verdaderamente Cuauhtémoc era de este lugar y cuentan que una vez que Cortés intentó matarlo en su viaje a Las Hibueras, los súbditos más fieles del último tlatoani mexica lo trajeron moribundo pero vivo, a éste su pueblo natal. Los españoles los venían persiguiendo y al llegar al lugar, los habitantes les entregaron el cuerpo sin vida de otro indígena muerto, que llevaron luego al otro Ixcateopan, donde lo enterraron. Pero esto es marginal. Cuauhtémoc sigue vivo en la identidad de la gente, como símbolo, como leyenda. También presentamos los avances del Proyecto de Conservación de las Pinturas Rupestres de Oxtotitlán, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, dirigido por la Mtra. Sandra Cruz en una concepción multidisciplinaria y de alcances que van más allá de la pura restauración de las pinturas del sitio, pues su acercamiento a la población de Acatlán ha hecho que la comunidad se apropie de su patrimonio cultural, lo respete y lo proteja. En arqueología, tenemos la presentación de un panorama general del pasado prehispánico de Chilpancingo, resultado del Proyecto Atlas Arqueológico de la Región Centro de Guerrero, que revela dos hechos que comúnmente suceden aparejados: que el suelo de nuestro Estado es tan rico en restos arqueológicos, como depredado por el saqueo y el crecimiento urbano descontrolado y sin planificar, como lo muestran las alarmantes cifras citadas en el artículo, en que sólo el 14 % de los sitios registrados se encuentran fuera de peligro y todos los demás han sido destruidos o están en proceso de destrucción. Uno de estos sitios es la zona arqueológica de INDECO, que también sufrió graves afectaciones, pero que afortunadamente se está recuperando por un proyecto de investigación, en el que también se hace labor para fortalecer la participación social para la salvaguarda del sitio. Por ello, presentamos algunas precisiones sobre este aspecto trascendental para evitar la desaparición de los vestigios de nuestro pasado, referente a las asociaciones civiles, juntas vecinales y uniones de campesinos que pueden funcionar como órganos auxiliares del INAH; para ello, se señalan sus objetivos, los requisitos para su funcionamiento, reconocimiento, y su estructura interna. Presentamos también una breve semblanza de la exhacienda de Tecoyutla, que fuera propiedad de la revolucionaria Eucaria Apreza, y que está siendo intervenida para hacer la Universidad Tecnológica de la Montaña. Además, se incluye una reseña de un viaje México-Acapulco, hecho en los años veinte del siglo pasado, con la carretera recién inaugurada. En fin, damos paso al Boletín Tecuani número 2.

LOS EDITORES

Torso femenino de la Colección Castrejón, procedente de Chilpancingo, donada al

Museo Regional de Guerrero

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LA EXHACIENDA CAÑERA DE TECOYUTLA EN CHILAPA GUERRERO

Marco Antonio Romero Torralva CENTRO INAH GUERRERO

La intervención de los monumentos históricos es un ejercicio conceptual, que en mucho de los casos obedece a la naturaleza propia que refleja cada uno de los inmuebles que se pretende intervenir. Así entendido, existe la posibilidad de que en cada inmueble se contengan cualidades históricas, artísticas, funcionales y de autenticidad que, en todo caso, representan una herencia cultural real de aquello que formó parte de la vida pretérita de los pueblos. Es a lo que llamamos patrimonio cultural o patrimonio histórico edificado. El caso de la exhacienda de Tecoyutla, localizada a escasos kilómetros al norte de la población de Chilapa de Álvarez, refleja cualidades históricas y artísticas de gran valor cultural. En ella se hallan diversas etapas constructivas, que van muy probablemente del siglo XVI al XIX, en los cuales se perciben actividades agrícolas, industriales (trapiche), y domésticas, dentro de un espacio físico con crujías, patios y pasillos, construidos mediante muros de piedra, cubiertas de madera con tejas y pisos de barro. En su momento surgió la pretensión del municipio de intervenir dicha estructura, adecuando dichos espacios a un uso en forma de museo y actividades culturales. El Centro INAH Guerrero, como entidad normativa en la materia, conjuntamente con un grupo de alumnos de tesis de Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Autónoma de Guerrero, se dio a la tarea de regular dicha iniciativa, considerando justamente los valores que por si sólo nos muestra el monumento. Al respecto, surgió la disyuntiva inicial de cómo intervenirlo, en el entendido de que en todo momento se debe contemplar un respeto irrestricto a todos esos

valores y datos a que se hace referencia, so pena de perderlos irremediablemente. De ésta manera se definió conceptualmente que es factible intervenirlo bajo acciones de consolidación, reconstrucción menor, rehabilitación y adecuación de espacios. Específicamente entran en juego algunos conceptos teóricos de la restauración que hasta la fecha se ha venido manejando, desde las ideas iniciales de Violet Leduc, Ruskin, pasando por los textos de Riegel, seguida por la carta de Atenas en 1931, hasta las teorías de César Brandi. El concepto bajo estas consideraciones, se define en una búsqueda y recuperación de todos aquellos elementos arquitectónicos y constructivos, que en éste caso se encuentran expuestos casi en un 90%, lo que nos posibilita la intervención, sin caer en la inventiva, que puede poner en riesgo el valor de la autenticidad. Por otro lado, se percibe una relación que guarda el inmueble con el contexto establecido, que en este caso, se provoca por su medio natural, y por la construcción de la Universidad Tecnológica de la Montaña, con los cuales se pretende la integración y convivencia formal entre sus estructuras y el medio natural colindante. Todo ello, contemplado en una propuesta de intervención, mediante un proyecto de restauración, dónde se integren cada una de las acciones, tanto en el inmueble como en su contexto exterior, de tal suerte que se logre con el mayor respeto, la intervención a tan valioso legado.

MONUMENTOS HISTÓRICOS

Imagen de la exhacienda de Tecoyutla, en Chilapa.

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PROYECTO DE CONSERVACIÓN DE LAS PINTURAS RUPESTRES

DE OXTOTITLÁN, GUERRERO: AVANCES 2002-2004

Sandra Cruz Flores Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH

EL SITIO Y SU RELEVANCIA

La relevancia del sitio arqueológico de Oxtotitlán, en el municipio de Chilapa, estado de Guerrero, México; se centra en su conjunto pictórico rupestre de tradición cultural olmeca que constituye un excepcional testimonio del pasado de la región con una antigüedad estimada entre el 1000/900 y el 700/600 a.C. Este sitio forma parte de un asentamiento prehispánico mayor que abarca varias hectáreas de extensión, actualmente en investigación por parte del Arqlgo. Paul Schmidt.

Las pinturas registradas en el sitio se encuentran plasmadas en 10 paramentos de una cueva caliza así como en un frente rocoso y corresponden tanto a diseños naturalistas como abstractos monocromos, bicromos y policromos; relacionados con la fertilidad y la lluvia y para los cuáles se emplearon diversas técnicas de elaboración, entre ellas: tinta plana, delineado e impresión al negativo.

Además de su importancia por los vestigios arqueológicos que contiene, la cueva de Oxtotitlán en la actualidad sigue siendo sede de rituales indígenas. PROBLEMÁTICA DE CONSERVACIÓN DEL SITIO Si bien, gran parte de los grupos de pinturas que se encuentran en la cueva fueron registrados e interpretados desde la década

de los años sesenta y principios de los setenta por el Arqlgo. David Grove, el sitio recibió escasa atención y no había sido objeto nunca de trabajos de conservación y restauración. El paso del tiempo y la falta de mantenimiento, llevó a que Oxtotitlán se viera gravemente afectado. A la degradación acumulativa ocasionada en el conjunto

pictórico por el intemperismo, se sumaron los efectos negativos de la acción antrópica, entre ellos el vandalismo, el saqueo y el descuido generalizado. Así, a principios del año 2002, Oxtotitlán se encontraba en total abandono: el avance de los deterioros por factores naturales, entre los que sobresalen la proliferación de colonias de microorganismos, amplias zonas con eflorescencias y concreciones salinas, así como ennegrecimientos de las superficies pétreas, impedían la visualización de la mayoría de las pinturas rupestres; además de que las paredes y rocas del sitio estaban fuertemente afectadas por la presencia de suciedad y graffitis que incluso sobreyacían a las pinturas prehispánicas. También gran acumulación de desechos y basura

dejados por los visitantes impedían observar el sitio en su integridad y de manera digna.

PROYECTOS EN GUERRERO: RESTAURACIÓN

Y CONSERVACIÓN

Trabajos de conservación

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EL PROYECTO DE CONSERVACIÓN En abril del 2002, por parte de la CNCPC del INAH, se llevó a cabo el dictamen del estado de conservación del sitio de Oxtotitlán; este primer acercamiento puso en evidencia no sólo su alto valor cultural sino la gravedad de su acelerado deterioro. A partir de ello, en la misma dependencia se elaboró el proyecto general de conservación y en diciembre del 2002 se presentó, junto con el Centro INAH Guerrero, la nominación de este sitio dentro del Programa World Monuments Watch, quedando inscrito en la lista de los 100 sitios en mayor peligro a nivel mundial. Con estos antecedentes y de acuerdo al proyecto general de conservación, Oxtotitlán comenzó a recibir atención gracias a los primeros productos de diversas gestiones y trabajos que, desde el 2002, ha estado realizando el Instituto Nacional de Antropología e Historia a través de dos áreas de la CNCPC: la Subdirección de Conservación Arqueológica y Acabados Arquitectónicos y la Subdirección de Proyectos Integrales de Conservación con Comunidades; contando con el apoyo del Centro INAH Guerrero. El proyecto de conservación, autorizado institucionalmente a partir del 2003 y programado para llevarse a cabo en un lapso de 4 años; está a cargo de la restauradora Sandra Cruz Flores de la CNCPC del INAH, y tiene como objetivo principal la valoración y conservación del patrimonio cultural del sitio de Oxtotitlán y de su entorno, bajo un enfoque integral, interdisciplinario y de corresponsabilidad social.

El proyecto se desarrolla con recursos aportados por el INAH así como con apoyo del Ayuntamiento de Chilapa, del Comisariado de Bienes Comunales y del Comisario Municipal del poblado de Acatlán, así como de habitantes de dicho poblado; también se ha contado con el apoyo de instancias educativas y de investigación como la UNAM, la ECRO y la ENCRyM, entre otras. Con ello, se han emprendido los trabajos a través de programas anuales enfocados tanto a la dignificación como a la conservación integral del sitio de Oxtotitlán.

AVANCES 2002-2004

Hasta la fecha, se han logrado avances que responden a los diversos ámbitos de acción que integran el proyecto general de conservación y que se resumen a continuación:

Trabajos comunitarios y de gestión

Este ámbito ha buscado la vinculación comunitaria y la generación de una corresponsabilidad social frente a la conservación del patrimonio cultural. Entre las

acciones que ha incluido, se encuentran las visitas iniciales de reconocimiento, los trabajos de registro generales para la conservación del sitio de Oxtotitlán, el establecimiento de vinculaciones y acuerdos con instancias estatales, municipales y locales para la generación y desarrollo del proyecto de conservación, así como diversas actividades informativas y de difusión del proyecto y de los trabajos en desarrollo, dirigidas a los pobladores de las inmediaciones del sitio, entre ellas: pláticas comunitarias de acercamiento al patrimonio cultural y natural, exposiciones gráficas de avances del proyecto, trabajos de sondeos, así como el registro de tradiciones locales y celebraciones rituales vinculadas con las

Visitas comunitarias al sitio

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cuevas. También se ha propiciado la organización comunitaria para la conformación de un grupo de apoyo para la conservación y mantenimiento de la cueva de Oxtotitlán. Las actividades en este ámbito se realizan con la participación de personal de restauración, de antropología social y de promotoría comunitaria.

Paralelamente con ello, se han aprovechado diversos foros académicos y de difusión para dar a conocer el proyecto de conservación, sus avances y sobre todo para buscar que se sumen otras instancias y personas en la conservación de este legado rupestre.

Trabajos de saneamiento de la cueva y su entorno

Se han realizado, a lo largo de los trabajos del proyecto, diversas jornadas comunitarias de limpieza que han ido contribuyendo a la dignificación del sitio, si bien aún no se cuenta con personal permanente para efectuar las labores de limpieza general de la cueva y su entorno, cabe señalar que desde el inicio del proyecto de conservación se ha visto una disminución notable de basura acumulada en el sitio, y la reincidencia de graffitis ha sido cada vez más baja. Trabajos de conservación y restauración de las pinturas rupestres Hasta el momento se han realizado dos temporadas de trabajos de conservación y restauración en el sitio de pinturas rupestres de Oxtotitlán. La primera se llevó a cabo en agosto del 2003 y la segunda en julio-agosto del 2004.

Las actividades realizadas, hasta el momento son las siguientes:

El equipo de prospección y levantamiento topográfico ha realizado trabajos de levantamiento topográfico y de registro de los paneles con pinturas.

El equipo de conservación y restauración ha llevado a cabo el registro de deterioros en los diferentes paneles con pinturas, el monitoreo microambiental en la cueva y los trabajos de conservación y restauración especializados de las pinturas, contándose hasta el momento con los siguientes avances: el panel C-2 ha sido atendido a nivel de conservación, los paneles 2, C y C-1 se encuentran en procesos de conservación y los paneles 1 y A han sido restaurados completamente. Además este equipo ha

coordinado actividades de mejoramiento contextual, como son: los trabajos de limpieza y eliminación de graffitis en andadores, escaleras y rocas de la cueva, la realización y colocación de letreros informativos, las gestiones para el cercado del sitio (en conjunto con personal del área de arqueología del CINAH Guerrero); así como para la vigilancia y mantenimiento general del sitio.

Estudios e investigación aplicados a la conservación Paralelamente con los trabajos de conservación y restauración y a lo largo de los programas anuales del proyecto, se han estado desarrollando trabajos de investigación y estudios aplicados para la conservación de las pinturas, abarcando ámbitos como son la caracterización e identificación de los materiales constitutivos y técnicas empleados para la elaboración de las pinturas rupestres y el estudio de las causas, procesos y efectos de deterioro en ellas. Estas investigaciones se desarrollan con

Eliminación de graffitis y pintas.

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apoyo de investigadores, de diversas disciplinas, tanto del INAH como de la UNAM. Actividades de educación social para la conservación: talleres de valoración del patrimonio cultural A lo largo del desarrollo del proyecto se han llevado a cabo diversos talleres infantiles y juveniles de acercamiento y valoración del patrimonio cultural dirigidos a poblaciones escolares, habiéndose atendido, para este momento, las diferentes escuelas del poblado de Acatlán, que es el más cercano a Oxtotitlán (niveles de primaria y secundaria), cerrando con ello el primer nivel de talleres iniciado en el 2003. TRABAJOS PROGRAMADOS PARA LA CONTINUACIÓN DEL PROYECTO Los trabajos realizados en Oxtotitlán desde el 2002, han permitido contar con un mayor conocimiento y comprensión de la problemática general del sitio, al mismo tiempo que los esfuerzos realizados han contribuido gradualmente a devolverle su dignidad e integridad. No obstante, aunque ahora Oxtotitlán ya no se encuentra en abandono y está en proceso de conservación, aún falta mucho por hacer para asegurar su

preservación tanto a corto, como a mediano y a largo plazo. Por ello, dentro del proyecto de conservación integral, los trabajos programados para su continuación en el 2005 presentan, paralelamente con los avances en la conservación y restauración de las pinturas rupestres, un reforzamiento en el componente social basado en la consolidación del acercamiento de las comunidades y de las diversas instancias de autoridad, hacia el patrimonio; así como en los procesos reflexivos y de capacitación que desemboquen en la revaloración de éste y que impulsen la participación permanente de los miembros organizados de la sociedad en la conservación del sitio. Junto con ello, será relevante avanzar en la planeación de un programa de manejo y conservación del sitio de Oxtotitlán, aunado a procesos de gestión cultural y de generación de recursos que permitan, una vez terminado el actual proyecto de conservación y restauración de las pinturas, que se den procesos autosustentables que aseguren a largo plazo el mantenimiento, manejo y conservación de este importante legado cultural. Las fotografías han sido proporcionadas por el Proyecto de Conservación de las Pinturas Rupestres de Oxtotitlán, Gro. y forman parte del acervo de la Fototeca de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH.

El sitio de pinturas rupestres de Oxtotitlán fue publicado entre los 101 Sitios Más Amenazados 2004 del World Monumentos Watch, de la forma siguiente: “Pinturas de Oxtotitlán

Oxtotitlán, en el estado mexicano de Guerrero, es uno de los dos únicos sitios[*] en cuevas que contienen murales polícromos hechos por los olmecas hace más de 2,700 años. Entre las imágenes más impresionantes están las de un personaje sentado en un trono que viste un elaborado atuendo de ave, pintado de manera que revela una cara humana detrás de su máscara. Pintada en lo alto de un peñasco y mirando hacia los sembradíos, se piensa que la pintura estuvo relacionada con la llegada de la temporada de lluvias y la fertilidad en la agricultura. Descubiertas en la década de los sesenta, las pinturas están en relativamente buenas condiciones; sin embargo, están comenzando a mostrar signos de deterioro, como resultado de la exposición a los elementos naturales, la exfoliación de la superficie de la roca, la actividad microbiológica y el vandalismo. El sitio se ha convertido en lugar para visita de turistas en los últimos años. Más importante aún, la cueva funcionando como sitio religioso para la población local, y sus paredes se han oscurecido por el hollín de fogatas y antorchas. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México ha preparado un proyecto para la evaluación de condiciones y la conservación del sitio, que busca conciencientizar a la comunidad sobre su importancia cultural, y ya comenzó a realizar actividades de conservación de emergencia, incluyendo el retiro de graffiti y la consolidación de áreas dañadas.” [* En realidad son cuatro sitios arqueológicos, uno de ellos en Chiapas. En Guerrero son: Oxtotitlán en Chilapa, Juxtlahuaca en Quechultenango y Cahuaziziqui en Copanatoyac].

Flash! El 1º de mayo de 1910 el presidente Porfirio Díaz inauguró el tramo de carretera Iguala-

Chilpancingo. Díaz recorrió todo el tramo hasta la capital del Estado, donde le fue ofrecido un banquete.

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DISPOSICIONES JURÍDICAS QUE NORMAN LA PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LAS TAREAS DE DEFENSA Y PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

Tomas Hernández Palma CENTRO INAH GUERRERO

La realidad social y política impone la necesidad de abrir los espacios de participación de la sociedad civil en las acciones del quehacer gubernamental; de manera particular en esta entrega, abordaremos las normas jurídicas que regulan la participación social en las tareas de defensa y preservación del patrimonio cultural de los mexicanos, como coadyuvantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que como ya se mencionó en el artículo del Boletín Tecuani no. 1, “EL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA (INAH), SU ORIGEN Y ATRIBUCIONES”, en el estado de Guerrero se ha venido fortaleciendo día a día. El cuerpo jurídico que norma la función operativa del Instituto Nacional de Antropología e Historia es la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972; en este ordenamiento jurídico y su propio reglamento, encontramos las bases legales para la conformación y participación de organismos coadyuvantes del INAH en las tareas de protección, conservación, restauración y recuperación del patrimonio cultural arqueológico e histórico de la nación; la Ley, en el párrafo tercero del Artículo 2º reconoce de manera muy general a las asociaciones civiles, juntas vecinales y uniones de campesinos, como órganos auxiliares del Instituto Nacional de Antropología e Historia para impedir el saqueo arqueológico y preservar el patrimonio cultural de la Nación, otorgándole la facultad al mismo Instituto para promover su organización o autorización, en tanto que el reglamento puntualiza de manera precisa en los artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 6º y 7º, el objeto de estos organismos, los requisitos a satisfacer para su conformación, su composición orgánica y los criterios a considerar para su autorización y en su caso, para la revocación.

Así tenemos, que el objeto de estos órganos es el de auxiliar a las autoridades federales en el cuidado o preservación de zona o monumento determinado; llevar a cabo una labor educativa entre los miembros de la comunidad, sobre la importancia de la conservación y acrecentamiento del patrimonio cultural de la Nación; promover la visita del público a la correspondiente zona o monumento; hacer del conocimiento de las autoridades cualquier exploración, obra o actividad que no este autorizada por el Instituto respectivo y realizar las actividades afines a la anteriores que autorice el Instituto competente. Entre los requisitos requeridos para su funcionamiento se encuentra el que se obtenga del Instituto competente la autorización por escrito, debiendo presentar para ello, copia autorizada del acta constitutiva, en el caso de las asociaciones civiles, y en el caso de las juntas vecinales o uniones de campesinos, levantar un acta de constitución ante el Instituto competente, para lo cual deben contar como mínimo con diez miembros y acreditar que estos gozan de buena reputación y que no han sido sentenciados por la comisión de delitos internacionales. En materia de su estructura orgánica o directiva, el reglamento de la Ley establece que las asociaciones civiles elegirán sus órganos directivos de conformidad con sus estatutos, en tanto que las juntas vecinales y las uniones de campesinos contarán con un presidente, un secretario, un tesorero y tres vocales que serán electos por el voto mayoritario de sus miembros y durarán en su cargo un año, pudiendo ser reelectos. La disolución de las asociaciones civiles, juntas vecinales o uniones de campesinos, acordada de manera mayoritaria en asamblea general y el no cumplir con las disposiciones de la Ley, del propio reglamento

NORMATIVIDAD

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o de las autorizaciones otorgadas, son causales para que la autorización sea revocada por el Instituto competente. De este modo, Las asociaciones civiles, juntas vecinales o uniones de campesinos constituyen en la práctica, entidades de apoyo o auxilio para el Instituto Nacional de Antropología e Historia en su tarea fundamental de preservar el patrimonio arqueológico e histórico de la Nación; se conforman generalmente por personas voluntarias, naturalmente amantes de la preservación de la cultura, que desarrollan sus actividades en forma gratuita, pues no existe ni se permite el ánimo lucrativo dentro de sus funciones y poseen un reconocido prestigio dentro de la comunidad, colonia y ciudad en la que radica. En los últimos tres años, en el Estado de Guerrero se han constituido cuatro órganos coadyuvantes en la defensa del patrimonio cultural de los mexicanos; así tenemos la junta vecinal de la Colonia INDECO, en la ciudad de Chilpancingo, que tiene por objeto la preservación de la Zona Arqueológica que se encuentra asentada en dicho núcleo poblacional; la junta vecinal de Ixcateopan, Municipio de Alpoyeca, en la

región de la montaña, cuyos integrantes impulsan labores para lograr la delimitación y rescate del asentamiento prehispánico que se encuentra en la colindancia inmediata de esta comunidad; la Junta vecinal de Ajuchitlán del Progreso, en la región de la tierra caliente, que se ha echado a cuesta la salvaguarda de materiales arqueológicos para la conformación de un museo comunitario y la propia conservación de los vastos monumentos arqueológicos e históricos que abundan dentro de ese Municipio; y la más reciente, cuya autorización se encuentra en trámite, es la junta vecinal de Tlaxmalac, Municipio de Huitzuco de los Figueroa, cuyos miembros han manifestado su inquietud de participar activamente en las tareas que se orienten a la conservación del asentamiento prehispánico ahí existente. De esta manera, el INAH en Guerrero promueve los cauces para la participación social en las funciones sustantivas de preservación del patrimonio arqueológico e histórico de la Nación, en el marco de las disposiciones jurídicas establecidas en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y su propio Reglamento.

NOTICIAS

HALLAZGO EN CHILAPA A principios de julio del 2004, el Dr. Chris Kyle, de la University of Alabama Birmingham, se percató del hallazgo de un entierro cuando unos trabajadores hacían una fosa séptica en los terrenos del señor Prisco García, notificándole al Dr. Paul Schmidt, quien hizo la correspondiente denuncia al Centro INAH-Guerrero. Así, nos trasladamos a la localidad de La Ciénega, Chilapa de Álvarez, para hacer un rescate arqueológico. El hallazgo consistió en una caja o cista formada con lajas de caliza, y su tapa. En el interior se hallaban los restos de un individuo con 6 vasijas y una cuenta de jadeíta. Se fecha para el Epiclásico (650 a 950 dC).

El descubrimiento está en proceso de estudio, encontrándose en una de las vasijas una pequeña placa de piedra verde y diminutas plaquitas de material similar a la turquesa.

[Miguel Pérez]

Restos óseos con una ofrenda de seis vasijas

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EN TORNO AL HALLAZGO DE LOS RESTOS DE CUAUHTÉMOC EN EL PUEBLO DE IXCATEOPAN, MUNICIPIO DE IXCATEOPAN, GUERRERO.

Elizabeth Jiménez García CENTRO INAH GUERRERO

LA HISTORIA DOCUMENTAL Y LA

TRADICIÓN ORAL En febrero de 1949 en la prensa de la ciudad de México dio noticia de que en Ichcateopan (actualmente Ixcateopan), estado de Guerrero, existían documentos atribuidos a fray Toribio de Benavente, Motolinia, en los cuales se daba noticia de que en el pueblo se encontraba el entierro que contenía los restos

de Cuauhtémoc (Matos, 1980:23). Entonces se comisionó a Eulalia Guzmán para que estudiara los documentos que se conservaban con recelo en Ichcateopan y opinó que eran

copias de algún documento desconocido

y más antiguo (Reyes, 1979:9-10). Ya en el pueblo, Eulalia Guzmán encontró nuevos documentos que, después de haberlos revisado, y además de conocer lo que decía la tradición oral de los ancianos de Ichcateopan, concluyó que la hipótesis de que los restos de Cuauhtémoc yacieran en Ichcateopan, era posible.

El 26 de septiembre de 1949, inició entonces una exploración bajo el altar mayor de la iglesia de Santa María de la Asunción, donde se suponía habían sido sepultados los restos de Cuauhtémoc, resultando durante su intervención el hallazgo de restos humanos, objetos de metal (dos placas de cobre, una de ellas con inscripción y una lanza de cobre), piedra, amatista y cristal de roca (Matos, op.cit.:43, y Reyes, op.cit.:14). A raíz de esa excavación, se presentaron el arqueólogo Jorge R. Acosta, Ignacio Marquina como Director del INAH y Alfonso Caso, entonces Director del INI. El Secretario de Educación Pública pidió al INAH se nombrara una comisión de académicos y especialistas para que

dictaminaran sobre las investigaciones y exploraciones efectuadas, obteniéndose los siguientes resultados:

Los restos humanos correspondían a por lo menos cinco individuos de los dos sexos y de varias edades

Ni el contenido ni la letra de los documentos que se habían presentado como prueba, podían atribuirse al siglo XVI (Reyes, op.cit.: 21), sino probablemente fueron redactados a finales del siglo XIX y principios del siglo XX (Ibídem: 15).

Aunque siempre se ha generado polémica en torno a si son o no los restos de Cuauhtémoc, cabe señalar dos situaciones hipotéticas igualmente importantes que, aunque por el momento no nos inclinamos por alguna de ellas, es pertinente señalarlas: 1.- Que por asuntos relacionados con la tenencia de la tierra desde siglos anteriores (consultar Archivo General de la Nación, Ramo de Tierras e Indios), en el siglo XIX se elaboraran documentos que probaran lo que ya decía la tradición oral, que Cuauhtémoc era originario de Ichcateopan y rey de los chontales nativos de la región, y que por lo tanto, eran poseedores de la tierra que habían heredado del tlatoani, como puede deducirse de las siguientes citas:

“…pueblo de Ichicatemoteopan de mi señor

rey Coatemo descendiente de raza chontal de nuestros antepasados…” (Manuscrito de

Mariano Moctezuma Chimalpopoca, 1683, en Reyes, op.cit.:1) [Texto escrito entre 1947 y

1948].

“…nuestro señor rey Coatemo dueño de estas

mis santas tierras de estas que yo tengo para mis hijos y para la herencia de esta pobre

gente de este pueblo Ychicamoteopan…

nuestro señor rey Coatemo descendiente de

Glifo de Ichcateopan en la Matrícula de Tributos

ARQUEOLOGÍA

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nuestra raza y nativo de nuestro querido Ychcateopan …” (Manuscrito de José Amado

Amador, 196(?), en Reyes, op.cit.:72-73)

[Texto escrito por el año 1950].

“Me dijeron los nativos que su raza eran las chontales mandaban toda esta tierra desde

Zacualpa y Chulacuton (¿?)

hasta Acamista y Cataguatla (¿?) por el río grande hasta

este lugar se llama Zonpancuali o sea

Ychatecmoteopan que dice, aquí está Tu señor Rey

Cuactemo,…” (Manuscrito

de Motolinía, 1523, en Reyes, op.cit.:63) [Texto

escrito por el año 1950].

2.- Que los restos de Cuauhtémoc efectivamente se hayan depositado en el lugar donde posteriormente se construiría la iglesia del pueblo y con el paso de los siglos, al enterrar sucesivamente a los difuntos en el atrio de la iglesia, y particularmente después de un incendio al que se hace referencia, éstos hayan quedado revueltos al tratar de rescatar sus huesos:

“En Ixcateopan de Santa María de la Asunción

donde se guardan las reliquias de nuestro señor Rey Cuauhtémoc según la tradición de

nuestros antepasados … se ordena que no se destruya ese altar que se reponga todo lo

quemado y destruido que quedó de la

quemazón aunque se cubran las paredes con cubierta de teja en vez de zacate como tenía

pero sin escarbar el lugar que los naturales reclaman con mucho afán …” (Manuscritos de

Don Florentino, 1810, en Reyes, op.cit.:7-89) [Textos escritos a principios del siglo XX].

“Queda enterrado y no quemado como los demás restos que estaban tirados más de mil

quinientas calaveras han(¿?) de quemar y a los cinco días hice el entierro de los restos de

este señor rey …” (Manuscrito de Motolinía,

1523, en Reyes, op.cit.:63). [Texto escrito por el año 1950].

La tradición oral señala que en 1504 (Manuscrito de José Francisco, 1768, en Reyes op.cit.:80-81) [Texto escrito alrededor del año 1950], el señor Cuayauhtitla, oriundo de la ciudad de México, emparentado con las familias reales de Texcoco, era el rey de

Zompancuagüitl, o sea, Ichcateopan. Cuayauhtital, hija de él y de una señora noble de Coatepec (actualmente Coatepec Costales), se casó con el tlatoani de México-Tenochtitlan, el señor Ahuízotl, cuando ella y su padre habían sido hechos prisioneros y llevados a México. De este matrimonio, nació Cuauhtémoc, el último tlatoani de los mexicas y máximo gobernante indígena, quien fue torturado por los españoles y luego ahorcado, cuyo cuerpo, según la tradición de

Ichcateopan, pasó por varios pueblos hasta llegar aquí, cuyos restos habían regresado

al pueblo de donde era su madre.

ICHCATEOPAN EN EL SIGLO XVI Ichcateopan es una palabra nahua que significa “Templo del algodón”. El glifo de su nombre aparece en la Matrícula de Tributos (lámina 20) y en el Códice Mendocino (lámina 40r), documentos pictográficos indígenas del siglo XVI. Entre 1440 y 1468, el hueytlatoani Moctezuma Ilhuicamina, quien intensificó y expandió sus conquistas en la región Norte del actual territorio guerrerense, sujetó a los pueblos de Taxco Viejo, Nochtepec, Teticpac, Acapetlahuaya, Oztuma e Ichcateopan (Matos, op.cit.:17). Probablemente a partir de estos años fue cuando Ichcateopan se convirtió en pueblo recolector de los tributos que debían enviarse a México-Tenochtitlan. La Matrícula de Tributos registró a Ichcateopan como uno de los catorce pueblos cabecera de la Provincia Tributaria de

Los supuestos restos de Cuauhtémoc, resguardados en la iglesia de la Asunción.

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Tepecoacuilco. En la primera mitad del siglo XVI se convirtió en un pueblo importante para los mexicas desde el punto de vista económico al formar parte de su sistema tributario, es decir, como punto estratégico para la recolección de los tributos. En el siglo XVI, los chontales o chontalli (palabra nahua que significa “extranjero” o “extraño”), ocupaban lo que es el actual municipio de Ixcateopan, así como Teloloapan, Apaxtla y la mayor parte de Cuetzala (Vélez, 1998:289, 291-292). En el documento La Relación de Ichcateopan y su partido, de 1579, se escribió que Ichcateopan se llamaba antiguamente Tuzteca, por ser la lengua de los que lo poblaron, tuzteca, quienes se vieron obligados por los chontales a trasladarse al este y sur de Ichcateopan. De acuerdo a este mismo documento, los chontales arribaron al mando del señor Huehuetecutli, que fue quien fundó el pueblo (Vélez, op.cit.:291-292).

A la llegada de los españoles, los chontales cambiaron su lengua por el náhuatl, pues la mayoría de los frailes evangelizadores sólo conocían esta lengua y con ella catequizaban a los indígenas (Ibídem: 294-295). Bajo el control de la Triple Alianza, la Provincia Tributaria de Tepecoacuilco, de la que Ichcateopan era uno de sus centros recolectores, debía entregar periódicamente: mantas blancas y labradas, trajes y escudos guerreros, sartales de cuentas de piedra verde, hachuelas de cobre y ollas de miel, entre otros bienes de suma importancia. Es difícil precisar qué bienes produjo Ichcateopan durante la época prehispánica, sin embargo, es interesante que su nombre o glifo toponímico se representara con un capullo de algodón sobre un templo. Dada la naturaleza templada del lugar, aparentemente no propicia para el cultivo del algodón, sugiere que los pobladores de

Ichcateopan hayan rendido culto al algodón, o bien que sus funciones como recolector de tributos se hubieran enfocado básicamente al acopio del algodón. Desde las primeras décadas de la dominación española, Ichcateopan era un pueblo tributario de la Corona pero se desconocen las estancias sujetas a ella. Sin embargo, para 1579 seguía teniendo importancia regional, pues era pueblo cabecera con nueve sujetos o estancias, quienes integraban una República de Indios, junto con las poblaciones de: Amilco, Tequisisapa, Jalostoque, Pahuiya, Pipicantla, Atenango, Amatepeque, Husquilla y Tlazala (Rubí, 1998:130).

LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE IXCATEOPAN

La zona arqueológica, al igual que otros asentamientos del Posclásico (alrededor del año 1500 después de Cristo) situados en la

región Norte de Guerrero, como Taxco Viejo y Puente

Campuzano, por mencionar los más conocidos, fue hecha con un sistema de construcción a base de lajas de pizarra para columnas y basamentos. Puede decirse tentativamente que las construcciones fueron realizadas por pobladores

que tenían una misma ideología y por lo tanto,

sus templos y palacios eran concebidos de manera similar. El conjunto de los restos arqueológicos que observamos en Ixcateopan, representa un centro ceremonial-administrativo que albergaba construcciones dedicadas a ceremonias religiosas y actividades administrativas, así como de intercambio, de almacenamiento y transformación de productos (Matos, 1980, quien se basa en el Informe arqueológico de Juan Yadeun, 1976). Los restos arquitectónicos encontrados en las excavaciones de Ixcateopan y que

Cuauhtémoc. Museo Regional de Guerrero

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pudieron ser definidos, corresponden principalmente a la penúltima fase de ocupación prehispánica (años 1350 a 1450), y sus evidencias pertenecen a por lo menos cinco momentos constructivos diferentes (Ibídem: 37). El montículo excavado por Juan Yadeun en 1976, puede considerarse como uno de los más importantes de Ixcateopan, ya que las construcciones encontradas presentan un área ceremonial (templetes), un cuarto de posible almacenamiento y un área de trabajo textil (se encontraron malacates de barro que servían para hacer hilo) (Ibid.).

La zona arqueológica muestra una arquitectura típica mexica, que denota al asentamiento un carácter claramente habitacional, cuyos residentes eran gentes con cierto rango o status social elevado (Hernández, 1994:137). En cuanto a las construcciones que se hicieron durante la última época de ocupación prehispánica, sabemos que se ubican entre los años 1450 y 1521 (Matos, op.cit.:36). Esto significa que cuando ocurrió la conquista de México-Tenochtitlan por parte de los españoles, Ixcateopan estaba en su apogeo como una población importante que cumplía con sus funciones de centro recolector de tributos que dependía de Tepecoacuilco, cuyos bienes finalmente irían a dar al Centro de México. Los restos arqueológicos de Ixcateopan, cuya arquitectura se compone de estructuras estucadas en pisos y paredes, señalan su posible funcionamiento como un centro ceremonial. Los materiales cerámicos llamados tipo Chontal o Metlapilcóatl, Marrón sobre Crema y otros tipos de filiación mexica (Hernández, 1991:25) como el tipo Azteca III (Lister, 1948) indican claramente su ocupación durante el Posclásico Tardío,

cuando sus nexos culturales y comerciales con México-Tenochtitlan estaban en pleno desarrollo. El hallazgo de un soporte de vasija del tipo Chontal o Metlapilcóatl durante los trabajos de la exploración de una de las iglesias de Ixcateopan cuando estuvieron a cargo de Eulalia Guzmán (Matos, op.cit., fotografía 11), sugiere que el asentamiento prehispánico se extendía por debajo del pueblo actual, o bien, que formó parte de alguna ofrenda funeraria del siglo XVI. Es interesante que la tradición oral que ha perdurado por siglos en Ixcateopan y que se materializó en documentos de los siglos XIX y XX probablemente como copias de otros más antiguos, señale que Cuauhtémoc era descendiente tanto de la nobleza chontal de esta región del ahora

estado de Guerrero (por parte de la madre), como de la nobleza gobernante de Texcoco (por parte del abuelo), que era ni más ni menos una de las cabeceras de la Triple Alianza (junto con Tenochtitlan y Tlacopan), cuya clase gobernante había conquistado gran parte de

Mesoamérica. La Matrícula de

Tributos y el Códice Mendocino, documentos que registraron al pueblo de Ichcateopan como un centro recolector de tributos, le infieren un estatus de centro regional para los mexicas y un asentamiento de prestigio con respecto a los demás pueblos de la región. Habría que considerar que esa relación entre Ichcateopan y México-Tenochtitlan no sólo haya sido de tipo económico, sino también de parentesco, pues en la época prehispánica, la relación entre los distintos pueblos en el poder se basaba en las alianzas políticas, económicas y por supuesto, matrimoniales. La parte explorada de la zona arqueológica, que se restringe a una hectárea

Zona arqueológica de Ixcateopan.

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de extensión aproximadamente, muestra algunos de los vestigios arquitectónicos que fueron habitados por la clase noble, seguramente de un sector de la clase que gobernaba Ichcateopan con el apoyo del tlatoani de México-Tenochtitlan alrededor del año 1521. Si son o no los restos de Cuauhtémoc los que se conservan en la iglesia del pueblo, la tradición oral, los sucesos históricos y sobre todo, la importancia de la zona arqueológica, presenta a Ixcateopan como un pueblo con pasado histórico, cuyo legado es ese orgullo que lo ha convertido como el símbolo de México que se opuso a la invasión de los extranjeros españoles y a la supervivencia de los indígenas de la región que en el siglo XVI habían sido los dueños y señores de estas tierras. BIBLIOGRAFÍA HERNÁNDEZ RIVERO, José. 1991 Informe de los trabajos de conservación efectuados en la zona arqueológica de Ixcateopan, Gro., temporada 1991. Mecanoscrito, INAH, Centro INAH Guerrero.

HERNÁNDEZ RIVERO, José. 1994 Arqueología de la frontera tarasco-mexica. Conformación, estrategia y tácticas de control estatal. México, INAH-ENAH, Tesis de licenciatura en Arqueología. LISTER, Robert H. 1948 “An Archaeological Survey of the Region about Teloloapan, Guerrero”, en IV Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología: El occidente de México, pp. 107-122. MATOS MOCTEZUMA, Eduardo. 1980 Informe de la revisión de los trabajos arqueológicos realizados en Ichcateopan, Guerrero. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas. REYES GARCÍA, Luis. 1979 Documentos manuscritos y pictóricos de Ichcateopan, Guerrero. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas. RUBÍ ALARCÓN, Rafael. 1998 “Era de los Habsburgo (1521-1700)”, en Historia General de Guerrero, tomo II. México, INAH-Gobierno del estado de Guerrero-JGH Editores, pp. 9-232. VÉLEZ CALVO, Raúl. 1998 “Etnohistoria”, en Historia General de Guerrero, tomo I. México, INAH-Gobierno del estado de Guerrero-JGH Editores, pp. 141-478.

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS

EN INDECO, CHILPANCINGO En noviembre de 2004 se inició la cuarta temporada de campo de las excavaciones de la zona arqueológica de INDECO en Chilpancingo. Las actividades se concentraron en la conservación de muros que estaban a punto de colapsarse en la fachada que en 1982 fue afectada por la maquinaria que abría una calle. También se inició la exploración de los muros de la plataforma en su parte sur, con lo cual, progresivamente se hará la liberación del gran basamento piramidal. Resta decir que durante los trabajos, se contó con el apoyo de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Chilpancingo y de la Junta Vecinal para la conservación de la zona arqueológica. [Miguel Pérez, Hans Martz].

NOTICIAS

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Muro sur del basamento en INDECO.

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ARQUEOLOGÍA DE CHILPANCINGO

Miguel Pérez Negrete CENTRO INAH GUERRERO

De mayo a noviembre de 2004 se realizó una investigación documental y de campo para detectar remanentes de ocupación prehispánica en el Valle de Chilpancingo. Ese trabajo formó parte de la Fase I de un proyecto de mayor envergadura conocido como Atlas Arqueológico de la Región Centro de Guerrero, que si bien abarca 11 municipios y la creación de una base de datos temática, se decidió iniciar con Chilpancingo al darle prioridad a aquellas regiones en proceso de lotificación y urbanización que han estado alterando el medio geográfico y afectando sitios arqueológicos. Ante ello, la Fase I se consideró en la categoría de rescate arqueológico. Asignamos esta categoría por el intenso proceso de urbanización que en este momento se está llevando a cabo en Chilpancingo, lo cual incluye la apertura de calles, el entubamiento de agua potable y drenaje, la delimitación de predios, la cimentación de casas habitación y hasta los invasores de predios. Con la revisión bibliográfica y el recorrido de superficie se posee actualmente un total de 57 sitios arqueológicos en el valle, aunque se espera que la cifra aumente conforme obras expongan remanentes que se hallan bajo la mancha urbana o se encuentren nuevos sitios en la serranía al poniente de la ciudad. Respecto a los antiguos habitantes, los llamados arqueológicamente como olmecas representan la ocupación más temprana, remontándose al 800 a.C., es decir, hace 2800 años, en el periodo conocido como Preclásico. Los olmecas se establecieron principalmente en el centro-oriente del Valle, en lomeríos bajos, al oeste de la colonia Rodolfo Neri Vela, en Coovisur y en Temixco, así como elevaciones altas en la Colonia CNOP “C”. Posiblemente en los estratos más antiguos de INDECO se hallen remanentes olmecas.

Para el periodo Clásico, entre el año 200 y 650 d.C., que es cuando logra su esplendor la Ciudad de Teotihuacan en el Altiplano Central, la arqueología de Chilpancingo, y en general de Guerrero, posee pocos datos. Todavía no sabemos si en el Clásico, en la mayor parte de guerrero, ocurre una desocupación, o por el contrario, una extensión de las tradiciones cerámicas del Preclásico, lo que nos dificulta arqueológicamente diferenciar las ocupaciones del Clásico. Parece ser que el único sitio en Chilpancingo del que se tiene con seguridad una ocupación del Clásico es el sitio de Cerrito Rico, donde hace unas décadas, el arqueólogo Paúl Schmidt halló arquitectura teotihuacana. Posteriormente, durante el Epiclásico, sucede un gran auge poblacional en Chilpancingo, con grandes asentamientos emplazados en la parte baja y alta del valle. Nos ubicamos ahora entre los años 650 a 900 d.C. Innegablemente, el Valle de Chilpancingo formó parte de la extensión geográfica de la Cultura Mezcala. Durante este tiempo, Cerrito Rico alcanza su mayor extensión con cerca de 80 hectáreas, fortaleciéndose centros como el sitio de INDECO y surgiendo otros que actualmente ocupan Tlalpizaco, Cerro Trincheras, los cerros aledaños a Villas de Ocotepec, Altos de Tepango y un sitio desaparecido bajo Atlitenco de Altamira. Algunos de esos sitios se ubican en las crestas de cerros y en posición defensiva, pudiendo deberse a un contexto bélico entre diversos centros poblacionales. Durante el siguiente subperiodo, el Posclásico Temprano (950 a 1300 d.C.), Cerrito Rico se contrae y la mayoría de sitios en las crestas de los cerros desaparecen, existiendo una concentración poblacional de 80 hectáreas en el centro oriente del valle, cuyos remanentes arquitectónicos pueden

ARQUEOLOGÍA

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verse en INDECO. A ese poblado pertenecía una escultura Tláloc actualmente expuesta en el Museo Regional, procedente de la Primaria Antonio A. Guerrero. Sabemos que los vestigios de INDECO no eran un templo, sino que se trata de lo que se conoce como Tecpan, es decir, una estructura palaciega o donde residía la clase gobernante, de un gran asentamiento desaparecido bajo la actual ciudad de Chilpancingo. Desconocemos el nombre de ese asentamiento, el cual presenta rasgos de filiación tolteca. Otros sitios del Posclásico Temprano se ubicaban en las cercanías de Villa Lucerna y en Huitzicatzin. Ya al final de la época prehispánica, en el Posclásico Tardío, es desocupado el sitio en INDECO a la par de un despoblamiento del cual sólo quedaron pequeñas aldeas en la parte alta de Atliltenco de Altamira, la Colonia Ruiz Massieu y el centro de la Ciudad de Chilpancingo. Para ese momento, en tiempos de la expansión de los mexicas, el valle parece haber sido ocupado por los yopes, grupo semisedentario que nunca pudo ser conquistado por los mexicas. Resta decir a groso modo, que la franja de lucha entre yopes y mexicas se ubicaba entre Zumpango, Chilpancingo y Quechultenango. Así, la investigación inició con el catálogo de sitios y la recolección de materiales cerámicos con los que se hará un primer ajuste cronológico, para posteriormente implementar estudios que nos permitan entender los procesos sociales y naturales involucrados en la dinámica poblacional apreciada en el recorrido de superficie. Lamentablemente, las características de algunos sitios se han perdido por la misma expansión urbana. Como muestra de ellos podemos decir que de los 57 sitios, el 42% se halla en proceso de destrucción, el 5% de los sitios están bajo la categoría de destrucción inminente (corto plazo) y 21 % se consideran en riesgo de afectación (largo plazo).

Tenemos 18% de sitios desaparecidos y solamente el 14% se encuentran sin peligro. Ante ese panorama desolador, el recorrido de superficie y catalogación de sitios se presenta como una de las herramientas más eficientes para evitar la pérdida de vital información para el entendimiento de las sociedades prehispánicas desde un nivel local y regional. Además, de entre las estrategias que nos lleven a una mejor protección del patrimonio cultural se encuentra el acercamiento del INAH con autoridades municipales, campañas sociales para crear conciencia y el impulso de museos comunitarios y organismos coadyuvantes. Por el gran potencial que tiene el recorrido de superficie, el Proyecto Atlas Arqueológico de la Región Centro de Guerrero continuará por varios años más Por último, en cuanto a los avances del Proyecto Atlas Arqueológico de la Región Centro de Guerrero, ya contamos con la base de datos analítica con la información de los 433 sitios arqueológicos de la Región Centro. Así se instrumentarán acciones de índole académica y administrativa para fomentar la investigación, la salvaguarda y la protección del patrimonio arqueológico.

Escultura con rasgos de Tláloc, deidad de la lluvia, procedente de la Primaria Antonio

A. Guerrero, Chilpancingo.

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Flash! Durante la guerra de independencia Vicente Guerrero solicitó apoyo del poblado de San Juan Bautista

Atlamajalcingo, quienes le dieron plomo, los tubos de cobre y bronce del órgano y las dos campanas de la iglesia.

Guerrero acusó recibo de puño y letra, prometiendo la devolución una vez tomada Tlapa. A pesar de que Guerrero

pidió al Congreso el pago, este no se realizó. El documento aún se conserva.

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MÉXICO – ACAPULCO: LA GRAN TRAVESÍA

Cuauhtémoc Reyes Álvarez Centro INAH Guerrero

El camino que lleva desde el puerto de Acapulco a

la ciudad de México siempre fue importante. En la

época prehispánica el comercio y el tributo llevaron productos de la costa del Pacífico al

altiplano central y es posible que Acapulco participara en esta actividad. En

el Códice Mendocino aparece un Acapulco entre las conquistas

del octavo tlatoani mexica,

Ahuítzotl, hechas entre 1486 y 1502. El transporte de materia

prima desde lo que ahora es Guerrero se hacía, por

supuesto, a pie. El primer

camino de herradura se mandó a hacer hasta 1592 por orden

del virrey Luis de Velasco. En 1750 José de la Borda mejoró

este camino en el tramo comprendido entre Taxco y

Cuernavaca, para optimizar el

transporte del metal enviado a la ciudad de México. En 1842

Santa Anna ordenó hacer una carretera que uniera

Chilpancingo con Acapulco,

suspendiéndose la obra casi de inmediato apenas comenzada,

por falta de dinero, cosa que sucedió otra vez 12 años

después, con la misma obra,

contratista y presidente. En el decreto de construcción de

1842 se especifica que las distancias itinerarias de los

caminos de primera clase (las que iban a los Departamentos,

ahora Estados y a los Puertos

de Veracruz y Acapulco) se esculpirán en la inscripción “A

México tantas leguas…”, debiendo tomarse la distancia

desde la puerta principal del

Palacio de Gobierno. En la construcción de la carretera, que se hizo en tramos, participaron los

gobiernos de Porfirio Díaz, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, que

inauguró la carretera el 11 de noviembre de 1927, en que es retirado un tapón montañoso y los

primeros 10 autos llegan a Acapulco por esta vía.

Con la premisa de que las distancias

fueron tomadas desde la puerta del Palacio de

Gobierno del D. F. hasta las playas de Acapulco, en 1927 el Ing. José R. Benítez se propuso realizar

el recorrido completo, haciendo la narración de su recorrido en la “Guía Histórica y Descriptiva de la Carretera México-Acapulco”, que ofrece el

romántico panorama de un viaje, hasta entonces,

épico. De cada población

que pasa en su recorrido,

el Ing. Benítez hace una breve descripción y una

semblanza en forma de anecdotario histórico. La

entrada al estado de Guerrero se hacía por

Cacahuamilpa “y desde ese momento, el turista comienza a malabarear con la imaginación todo el esplendor que le concede a aquella admirable obra de la naturaleza, cuya fama a (sic) traspasado las fronteras desde hace muchos años”. Las grutas

fueron descubiertas por

casualidad en 1833 y en 1835 se hizo la primera

“excursión científica” para explorarlas. Más adelante

“cuando menos lo espera el viajero, los pneumáticos del coche comienzan a descender por un empedrado de rápida pendiente: es la primera calle de Taxco… sus calles, ya hacia arriba, ya hacia

abajo, pero siempre chuecas, siempre en planos inclinados, no tienen el orden y simetría de bostezo que se mira en todas las modernas ciudades trazadas en cuadrícula, formando matemático canevá de manzanas… este desorden de urbanización que encanta a la vista, es causa de que muchas veces, la casa de un solo piso domine a la de varios, según el lugar en que se

POR LOS

CAMINOS DEL SUR…

Trazo de la carretera México-Acapulco en 1928.

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encuentre. Hay algunas que sólo tienen dos plantas por su frente y hasta cinco pisos por la parte posterior…”. Mención aparte merece el cruce del río Balsas, a la altura de la población de Mezcala: “El chalán, atado como galeote al cable que va de orilla a orilla de la corriente, recibe sobre su cubierta a los autos y pasajeros, y lentamente, perezosamente, los traslada a la otra ribera en cualquier sentido que tengan que continuar su camino…”. Entre Mezcala y Chilpancingo “treinta y cinco kilómetros hay que recorrer, encajonados en la hermosa Cañada del Zopilote…bordeando un manto carrujado de eterna primavera, manchado aquí y allá con caprichosos acantilados y todo dentro de una alegría pagana indefinible y majestuosa a la vez”. Es en esta parte del camino

que los viajeros

tenían que pasar por un túnel que aún

existe, ya sin utilizar

al modificarse el trazo de la carretera.

Mas adelante “está Zumpango del Río, que desde lejos enseña al turista los

gorros clownescos de sus torres” y luego viene Chilpancingo, “el fundo

en que está asentada, es verdaderamente notable. Se encuentra a orillas del Río Huacapa y del arroyo de Apatzingo y rodeado por todas partes de montañas que en las mañanas se visten al capricho de la luz del sol, y en la tarde como lo disponen las nubes… Chilpancingo produce…cacao, café, algodón y piñas, que son de tierra caliente, y trigo, cebada y papa que son cultivos de tierra fría”. Después de la capital está la Cañada de Acahuizotla, donde se

pasaba por el “Medio Túnel”, y mas adelante por “El Paso de las Termópilas”, que era un tajo hecho

en la tierra para hacer pasar por ahí la carretera.

La cañada desemboca “en un pequeño valle en que se asienta el Rancho y Campamento de Ocotito, plano de ricos terrenos de acarreo”. Ya desde Xaltianguis el camino comienza a bajar de

manera notable y el poblado de más importancia

que se encontraba es El Treinta “formado cuando la carretera se comenzó a abrir, y que, de simple campamento se fue convirtiendo en pueblo, absorbiendo a los caseríos próximos, y aún algunas rancherías de importancia… Lleva tal nombre por ser la distancia en kilómetros que hay a Acapulco”. La llegada a Acapulco se hacía por “La

Garita” [que ahora se encuentra relativamente cerca del centro]

donde el turista “hará seguramente un alto, al quedar frente a frente de una visión inconmensurable de tonos opalinos de mar y cielo, separados por una línea enrojecida en el horizonte que acaricia en lontananza la unión de esos dos infinitos, en donde caben todas las grandezas. El poblado de Acapulco, de casas aseadas, que siempre tienen en su exterior el portal que da fresca sombra al viandante, se levanta entre callejas corvas y chuecas, por cuyos disparejos empedrados corren cristalinos arroyuelos que parecen mitigar la sed de los pavimentos que reverberan al sol”. De la vieja carretera queda el

trazo general y algunos vestigios, como el ya

dicho túnel, el Puente

de Campuzano junto al puente moderno y un

bello puente en el km 48 desde Acapulco.

Así era el camino a Acapulco, ese que

ahora se hace en 4 o 5 horas por la Autopista del

Sol, y que en aquel entonces la modernidad redujo el tiempo quizá a un día completo o mas,

haciendo del viaje un paseo y del paseo una aventura maravillosa por los caminos de Guerrero.

* Los datos, la narración, mapa y fotos de los lugares fueron tomados del libro Guía Histórica y Descriptiva de la Carretera México-Acapulco del Ing. José R. Benítez, Editorial Cultura, México, 1928. Es posible aún conseguir reedición de este libro

en alguna librería de Chilpancingo.

Cruce del río Mezcala.

Túnel que aún existe en el km 198 de la vieja carretera.

La Garita, entrada a Acapulco.

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Invitamos a todos los investigadores que estén desarrollando o hayan realizado investigaciones en cualquiera de las áreas de antropología e historia en el estado de Guerrero, a colaborar con el Boletín Tecuani. Las

normas para la presentación de originales son las siguientes:

Originales Las colaboraciones deberán remitirse al Centro INAH Guerrero, Cuauhtémoc no. 3, barrio de San

Mateo, c. p. 39022, Chilpancingo, Guerrero, acompañados por una copia en disco magnético de 3.5”, o se pueden enviar al correo electrónico boletí[email protected] incluyendo la dirección y el

número telefónico del autor. Los textos deberán estar formato Word a doble espacio con 28 líneas de

65 a 70 golpes cada una en papel tamaño carta. Notas

Deberán estar numeradas, completas y al final de la página de referencia. Referencias bibliográficas

Deberán contener los siguientes datos, en este mismo orden: Año de edición, apellidos y nombre del(los) autor(es), título de la obra subrayado, editorial, lugar de edición, número de páginas. En el

caso de artículos o capítulos de libros deberá colocarse entre comillas el título y posteriormente los

datos citados. Abreviaturas

Cuando se usen abreviaturas deberá escribirse la primera vez el nombre completo y entre paréntesis la abreviatura usual o la escogida.

Ilustraciones

Deberán ser enviadas aparte, numeradas y acompañadas de las notas y fuentes utilizadas, indicándose el lugar preciso en el que se ubicarán dentro del texto. También se pueden enviar en formato JPG de

300 ppp.

4 de octubre de1855. Juan Álvarez es elegido presidente interino de la República en Cuernavaca, Morelos. 27 de octubre 1849. Se erige el Estado libre y soberano de Guerrero. 28 de octubre 1865. El general republicano Porfirio Díaz toma Taxco. 1 de noviembre de 1527. Sale de Zihuatanejo una expedición rumbo a las Islas Malucas, enviada por Hernán Cortés, la cual nunca regresó. 5 de noviembre de 1815. Morelos es hecho prisionero en Temalaca. 6 de noviembre de 1813. Promulgación del Acta Solemne de la Declaración de la Independencia de la América Septentrional en el Palacio Nacional de Chilpancingo. 9 de noviembre de 1820. Iturbide es nombrado Comandante General del Sur y Rumbos de Acapulco para combatir a Vicente Guerrero. 25 de noviembre de 1799. Expedición de la Cédula Real del rey Carlos IV de España que concede el título de Ciudad de los Reyes al puerto de Acapulco. 26 de noviembre de 1985. Rodolfo Neri Vela inicia su viaje espacial en el transbordador Atlantis. 2 de diciembre de 1810. El comandante realista José Antonio de Andrade tomó por las armas Tepecuacuilco que era el principal centro de la insurgencia en la región Norte del actual estado de Guerrero. 3 de diciembre de 1758. Se concluyen las obras de la iglesia de Santa Prisca y San Sebastián.

2004

INVITACIÓN

INAUGURACIÓN VIERNES 10 DE SEPTIEMBRE, 18:00 HRS

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EXPOSICIÓN

LA CULTURA MEZCALA

Y EL TEMPLO MAYOR

EFEMÉRIDES GUERRERENSES

Fe de erratas: La Mtra. Teresa Pavía nos hace las siguientes observaciones de la información aparecida en el número anterior: - En el Flash! de la página 7 se puso el nombre del General Juan

Álvarez con una "N" que no tuvo, pues Álvarez jamás firmó de esa manera, ni en los documentos de su época se le agregó a su nombre esa letra. El ponérsela es un error muy difundido.

- El Flash! de la página 20 dice que el estado de Guerrero se formó con porciones de Michoacán, México, Puebla y Oaxaca. Sin embargo éste último no aportó territorio. La confusión puede deberse a que, en la división religiosa -no en la política-, el actual estado de Guerrero estuvo repartido, hasta la primera mitad del siglo XIX, entre los obispados de Michoacán, México, Puebla y Oaxaca.

Agradecemos mucho sus comentarios.