Ni Pies Ni Cabeza

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Ni pies ni cabeza Se han entendido ya las múltiples maneras en que el cuerpo humano es un objeto artístico, tanto como tema, como forma, como idea, aún como material de la obra. El cuerpo es la materialización más primigenia de todo lo humano. Todo lo que se adjudica a la humanidad como especie y como entidad espiritual puede representarse –es representado– mediante la silueta corporal, y es a partir de esta forma que todas sus posibilidades se concretan en el ejercicio estético del artista, el espectador, y en la obra de arte. Entre entonces lo grotesco, lo antihumano en lo humano, lo que es del cuerpo pero no como el cuerpo. Una silueta sin un miembro, aunque no denote un tono de violencia, inmediatamente evoca en la menta la idea de que ese cuerpo no está bien, ya sea por acción de un desmembramiento o un defecto congénito, la silueta humana es clara y consistente en la forma que ha creado en la conciencia. El cuerpo propio, si no ha sido marcado de manera radical, es el primer tabulador con el que se juzga a todos los otros cuerpo; y lo es también a la inversa, juzgando el cuerpo propio en comparación con los demás, ejemplos claros los estándares comerciales de belleza. No obstante, cuando un elemento de la idea de cuerpo es impresionantemente distinto a la norma, es imposible dejar de inferir una inestabilidad de lo humano, sospechar que sólo un evento terrible pudo conducir a semejante situación, y pensar que, como las tragedias antiguas, nadie es capaz de evadir los hados, que cualquiera puede verse privado de su forma natural. Éste es el principio del terror y la frontera con lo paranormal. Por eso los vampiros, los licántropos y los zombis son iconos tan eminentes de la perturbación, porque son humanos sin serlo, porque han sido presas de una transformación terrible y maligna, o están condenados a vivir

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Artículo breve en torno al significado estético del cuerpo humano.

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Ni pies ni cabeza

Se han entendido ya las mltiples maneras en que el cuerpo humano es un objeto artstico, tanto como tema, como forma, como idea, an como material de la obra. El cuerpo es la materializacin ms primigenia de todo lo humano. Todo lo que se adjudica a la humanidad como especie y como entidad espiritual puede representarse es representado mediante la silueta corporal, y es a partir de esta forma que todas sus posibilidades se concretan en el ejercicio esttico del artista, el espectador, y en la obra de arte.

Entre entonces lo grotesco, lo antihumano en lo humano, lo que es del cuerpo pero no como el cuerpo. Una silueta sin un miembro, aunque no denote un tono de violencia, inmediatamente evoca en la menta la idea de que ese cuerpo no est bien, ya sea por accin de un desmembramiento o un defecto congnito, la silueta humana es clara y consistente en la forma que ha creado en la conciencia. El cuerpo propio, si no ha sido marcado de manera radical, es el primer tabulador con el que se juzga a todos los otros cuerpo; y lo es tambin a la inversa, juzgando el cuerpo propio en comparacin con los dems, ejemplos claros los estndares comerciales de belleza. No obstante, cuando un elemento de la idea de cuerpo es impresionantemente distinto a la norma, es imposible dejar de inferir una inestabilidad de lo humano, sospechar que slo un evento terrible pudo conducir a semejante situacin, y pensar que, como las tragedias antiguas, nadie es capaz de evadir los hados, que cualquiera puede verse privado de su forma natural.

ste es el principio del terror y la frontera con lo paranormal. Por eso los vampiros, los licntropos y los zombis son iconos tan eminentes de la perturbacin, porque son humanos sin serlo, porque han sido presas de una transformacin terrible y maligna, o estn condenados a vivir sin estar vivos. Lo grotesco es la imagen de lo mal que un cuerpo puede mostrarse, lo mal que pude funcionar, y es, ante todo, la muestra innegable de que pese a la belleza y misticismo que encarna, el cuerpo humano es escalofriantemente frgil.

Ismael Antonio Borunda Magallanes

Maestra en estudios de arte y literatura, 4 generacin.

9 de octubre de 2012

Referencias

She-wolf of london. Dir. Jean Yarbrough. Int. June Lockhart, Don Porter. Estados Unidos. 1946.