MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la...

105
MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE Avalado por Sociedad Española de Neurología DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO

Transcript of MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la...

Page 1: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Avalado por

Sociedad Española de Neurología

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS

MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO

Page 2: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

Fernández de la Hoz, 61, entreplanta. 28003 MadridTelf.: 91 536 08 14 • Fax: 91 536 06 07 • Correo electrónico: [email protected], 21-25, bajos, oficina 1. 08024 BarcelonaSV: 61/05 - R – CM • ISSN: 1885-5520 • Depósito legal:

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de producción, sin la autorización por escrito de los titulares del Copyright.

© Copyright 2010 de los autores.

Las manifestaciones aquí recogidas no reflejan necesariamente la opinión sustentada por Bayer Schering Pharma.

Page 3: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

3

Dr. J. Carlos Álvarez CermeñoHospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

Dr. Txomin Arbizu UrdiainHospital Universitari de Bellvitge. L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

Dr. Rafael Arroyo GonzálezHospital Clínico San Carlos. Madrid

Dr. Bonaventura Casanova StruchHospital Universitario La Fe. Valencia

Dr. Óscar Fernández y FernándezHospital Regional Universitario Carlos Haya. Málaga

Dr. Guillermo Izquierdo AyusoHospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla

Dr. J. Antonio García MerinoHospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid

Dr. Xavier Montalbán GairinHospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona

Dr. José M.ª Prieto GonzálezComplejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (A Coruña)

Dr. Alfredo Rodríguez-AntigüedadHospital de Basurto. Bilbao

[ Consejo Editorial ]

Page 4: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

5

Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocalesAutores: S. Martínez Yélamos, V. Casado RuizEditores: T. Arbizu Urdiain, A. Rodríguez-Antigüedad .................. 7

Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral, del nervio óptico y cognitivosAutor: J.M. Prieto GonzálezEditores: G. Izquierdo Ayuso, R. Arroyo González .......................... 33

Mielopatías agudas y neuromielitis ópticaAutores: J.M. López Arlandis, R. Mañes MateoEditores: B. Casanova Struch, X. Montalbán Gairin

El diagnóstico diferencial de las mielopatías agudas no compresivas .......................................................... 63

La neuromielitis óptica ........................................................... 83

[ Sumario ]

Diagnóstico diferencial de la esclerosis múltiple

desde el síndrome de inicio

Page 5: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

7

[ Índice ]{ Síndromes agudos y subagudos:

monofocales y multifocales }

1/ Enfermedades multifocales

2/ Enfermedades mono o unifocales

Bibliografía

Autores: Sergio Martínez Yélamos1, Virginia Casado Ruiz1

Editores: Txomin Arbizu Urdiain2, Alfredo Rodríguez-Antigüedad3

1 Unidad de Esclerosis Múltiple. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Bellvitge. Barcelona

2 Servicio de Neurología. Unidad de Esclerosis Múltiple. Hospital Universitari de Bellvitge. L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

3 Servicio de Neurología. Hospital de Basurto. Bilbao

Page 6: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

8

Resumen

La EM, por su variabilidad clínica, complejidad patogénica y ausencia de marcador

específico, supone en muchas ocasiones un reto diagnóstico. Por otra parte, la existencia de

tratamientos específicos para la EM hace más importante si cabe la precocidad y precisión del

diagnóstico. El diagnóstico de EM requiere de la presencia de lo que se ha dado en llamar

“diseminación en el espacio” junto a la “diseminación en el tiempo”. Sin embargo, nunca he-

mos de olvidar que la EM es un diagnóstico de exclusión que requiere que las manifestaciones

clínicas que presenta el paciente no sean explicables por ninguna otra entidad. En los últimos

años, un mayor conocimiento de la enfermedad y la disponibilidad de técnicas diagnósticas

más sofisticadas han contribuido a facilitar el reconocimiento de patrones más o menos carac-

terísticos de la EM. De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son

sugestivos de EM, lo más probable es que el paciente tenga una EM. Siempre hemos de tener

en cuenta que la probabilidad de falsos positivos para otras entidades es más alta si el contexto

clínico es muy sugestivo de EM.

Veremos, pues, que son muchas las entidades que hemos de tener en consideración a la hora

de establecer el diagnóstico de la EM. No existe consenso sobre qué exploraciones complemen-

tarias se han de practicar de forma protocolizada ante la sospecha de EM, con el objeto de

descartar otras entidades. El diagnóstico diferencial ha de ser, pues, tan exhaustivo como sea

necesario, al tiempo que adecuado a cada caso individual.

Algunas de las entidades que estudiaremos se presentan con muy baja prevalencia. Así, en

la práctica, son las manifestaciones atípicas de enfermedades frecuentes como el ictus, la mi-

graña, el vértigo o la mielopatía cervical las que más confusión diagnóstica generan, en lugar

de la larga lista de entidades raras que pueden afectar a la sustancia blanca.

Page 7: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

9

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

1/Enfermedades multifocales

Enfermedades multifocales desmielinizantes

Encefalomielitis aguda diseminada

La encefalomielitis aguda diseminada (EAD) es una enfermedad desmielinizante infla-matoria aguda monofásica que afecta predominantemente a niños y más raramente a adultos jóvenes. Generalmente, viene precedida de una vacuna y/o infección viral.

La patogenia autoinmune y los hallazgos histológicos, con desmielinización periveno-sa e infiltrados perivasculares linfomonocíticos y meníngeos, son similares a los de la en-cefalitis alérgica experimental. La presentación clínica suele ser polisintomática (mielitis, meningitis, ataxia –característica tras una infección varicelosa–, crisis epilépticas, síndro-mes de tronco cerebral, mielitis, neuritis...). El curso puede ser agudo rápidamente pro-gresivo en forma de cefalea, fiebre y coma, lo que conlleva una mortalidad elevada (hasta del 20%) y secuelas frecuentes, o bien lentamente progresivo, leve e indistinguible de un primer brote de esclerosis múltiple (EM), con respuesta favorable a corticoterapia.

El espectro de gravedad varía desde formas monofocales con recuperación completa en pocas semanas (típicamente cerebelitis, neuritis ópticas, mielitis), en las que se plantea el diagnóstico diferencial con un primer brote de EM, hasta formas fulminantes con disminución del nivel de conciencia, crisis comiciales, focalidad neurológica y mala evo-lución clínica.

El diagnóstico diferencial se complica más al haberse descrito formas de EAD de evo-lución multifásica, tanto en niños como en adultos. Por otra parte, el inicio de la EM en la infancia parece ser más frecuente de lo que se aceptaba clásicamente.

En la serie de Dale(1) se comparan las características clínicas de 28 pacientes con EAD aguda y monofásica, 7 con encefalomielitis diseminada multifásica y 13 con EM. Los pacientes con EAD presentaron una edad de inicio más temprana, mayor frecuencia de antecedentes infecciosos (74% vs. 38%), de encefalopatía (69% vs. 15%), de síndrome piramidal (71% vs. 23%), de clínica polisintomática (91% vs. 38%), de leucocitosis (64% vs. 22%) y de pleocitosis (64% vs. 42%), mayor presencia de lesiones en ganglios basales (28% vs. 8%) y menor presencia de lesiones periventriculares (44% vs. 92%). También la fiebre, cefalea o vómitos son más frecuentes en la EAD que en la EM. Aun-que ambos grupos presentaron neuritis óptica, ésta fue siempre bilateral en los pacientes con EAD. En las resonancias magnéticas nucleares (RMN) craneales de seguimiento, el 90% de las EAD presentaron resolución parcial o completa de las imágenes, sin aparición de nuevas lesiones en ningún paciente. Los 7 pacientes con encefalomielitis recurrente presentaron una sola recurrencia, que aconteció a los pocos meses del primer episodio y en el contexto de una disminución de las dosis de corticoides.

La RMN muestra lesiones múltiples en el sistema nervioso central (SNC), gene-ralmente con distribución simétrica y alrededor del cuerpo calloso (Dawson’s fingers), aunque la presencia de estas últimas es menos frecuente que en la EM. Las lesiones sue-

Page 8: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

10

len ser de tamaño variable, pero no es infrecuente que presenten efecto masa. En algún caso pueden presentar componente hemorrágico. Tras la administración de contraste, en pacientes con EAD todas las lesiones tienden a comportarse de la misma manera, aunque en algunos casos pueden observarse al mismo tiempo lesiones captantes y no captantes de gadolinio. Además, parece que la captación de gadolinio no es tan fre-cuente como nos suponíamos; de hecho, en alguna serie sólo un tercio de los pacientes con EAD presentan captación de gadolinio en la RMN. Más frecuente que en la EM es la aparición de lesiones en los ganglios basales, y especialmente en el tálamo, aunque sólo una tercera parte de los pacientes con EAD presentan este hallazgo. El 12% de los pacientes con EAD tienen afectación talámica bilateral en la RMN. A diferencia de lo que sucede en la EM, no aparecen nuevas lesiones en el seguimiento –excepto en las raras formas recidivantes–.

En el líquido cefalorraquídeo (LCR) se encuentran cambios inflamatorios con pleo-citosis y proteinorraquia, pero la presencia de bandas oligoclonales (BOC) de IgG es más rara (0-29%) que en niños afectos de EM, en los que aquéllas son positivas en el 64% de los casos(1). La síntesis intratecal de IgG disminuye a lo largo de la EAD. El LCR también puede ser normal en esta enfermedad.

Hasta en un 10-25% de los casos pueden observarse recurrencias de la EAD, lo que plantea el diagnóstico diferencial con la EM, aunque hay que tener en cuenta que las reagudizaciones de la EAD afectan a las mismas zonas del SNC que ya se afectaron al inicio. No obstante, en una serie francesa reciente(2,3) hasta una tercera parte de los pacientes menores de 16 años que habían sido diagnosticados en un principio de EAD desarrollaron una EM. Es de destacar que, de los 296 niños incluidos en el estudio, más de la mitad fueron diagnosticados de EM tras un seguimiento medio de unos 2 años. Éstos se caracterizaron por una mayor edad en el momento del primer episodio en la EM que en los pacientes con EAD (medias de 13,1 vs. 6,4 años). Así pues, deberemos sospechar que un primer episodio desmielinizante puede acabar convirtiéndose en una EM con relativa frecuencia, sobre todo en niños mayores de 10 años. No obstante, no existen exploraciones ni criterios específicos para diferenciar el diagnóstico ante el primer episodio.

Por tanto, continúa la controversia sobre si se consideran la EM y la EAD enti-dades diferentes o manifestaciones diferentes de una sola entidad patológicamente indistinguible.

Neuromielitis óptica de Dévic

La neuromielitis óptica, en su significado literal, es una afectación óptica bilateral y me-dular (generalmente cérvico-dorsal), simultánea o secuencial y, a menudo, recurrente. Puede observarse al inicio o en el curso de la EM, con hallazgos de RMN y de LCR simi-lares, lo que se ha dado en denominar la “forma óptico-espinal” de la EM, pero también en otras enfermedades autoinmunes y/o inflamatorias del SNC con predilección por afectar a la médula espinal y al nervio óptico, como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido, el síndrome de Sjögren o la sarcoidosis.

Remitimos al lector al capítulo de esta monografía titulado “Mielopatías agudas y neuromielitis óptica”, en el que se describe de forma específica este proceso.

Page 9: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

11

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

Leucoencefalopatía con sustancia blanca evanescente

Esta entidad, también llamada VWM (leukoencephalophaty with vanishing white matter), CACH (childhood ataxia with diffuse central nervous system hypomyelination) o MCD (myelinopathia centralis diffusa), es una enfermedad hereditaria de transmisión autosómi-ca recesiva, descrita en 1997 y caracterizada por el inicio infantil de un síndrome cerebe-lo-espástico (junto con epilepsia, atrofia óptica y afectación del tronco cerebral), de curso progresivo y con agravaciones episódicas desencadenadas por traumatismos y/o infec-ciones banales. La RMN craneal, característica, muestra una afectación precoz, difusa y simétrica de la sustancia blanca de los hemisferios cerebrales con la presencia de cavidades cuya intensidad de señal es similar a la del LCR. Años después se han descrito las alte-raciones genéticas responsables: mutaciones diferentes en cualquiera de los cinco genes que codifican las cinco subunidades del factor de iniciación de la traducción, eIF2B, que juega un papel en la producción y regulación de proteínas en condiciones de estrés. La presentación clínica se ha revelado muy variable desde que se conoce la alteración genéti-ca subyacente. Puede cursar con agravamientos episódicos, que junto con la variabilidad clínica plantearían el diagnóstico diferencial con una EM “a brotes” (con diseminación espacial y temporal), aunque es característica una afectación difusa del SNC de curso más bien progresivo. La prevalencia es desconocida. Los casos se describen generalmente en niños, aunque en la literatura reciente encontramos también algún caso de inicio tardío en adultos con manifestaciones atípicas como psicosis y demencia(4).

Enfermedades multifocales no desmielinizantes

Lupus eritematoso sistémico

El LES puede producir manifestaciones neurológicas hasta en el 37-42% de los pacien-tes, en la mayoría de ellos acompañando a la afectación sistémica.

Los síntomas neurológicos y/o psiquiátricos pueden ser la primera manifestación de la enfermedad en menos del 3% de los pacientes, lo que implica un peor pronóstico. Hace relativamente poco tiempo que se han clasificado y sistematizado los diferentes síndromes clínicos que pueden considerarse manifestaciones neuropsiquiátricas del LES, síndromes que incluyen desde trastornos de ansiedad o del estado de ánimo hasta los más clásicos como mielopatías y corea(5). Las manifestaciones neurológicas posibles del LES pueden ser desde las típicas de la EM tales como neuritis óptica, mielitis, parálisis de pares craneales u oftalmoplejia internuclear hasta otras menos frecuentes en la EM como corea, psicosis, crisis epilépticas o parálisis pseudobulbar. En el LES son posibles además la afectación meníngea (meningitis aséptica) y del sistema nervioso periférico (polineuropatía, mononeuritis).

El curso clínico puede ser remitente-recurrente, simulando brotes de EM, pero tam-bién progresivo, sobre todo en el caso de la afectación medular. La afectación visual, frecuente tanto en el LES como en la EM, puede ocurrir en forma de neuritis aguda retrobulbar o neuropatía isquémica. Las lesiones visibles en la RMN pueden resultar indistinguibles de las de la EM, tanto en el cerebro como en la médula espinal.

Page 10: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

12

A menudo, el LCR de los pacientes con LES y manifestaciones psiquiátri-cas se encuentra alterado. En el 30% de los casos puede haber pleocitosis leve de linfocitos e hiperproteinorraquia. En el 50% de los pacientes existe una disfun-ción de la barrera hematoencefálica que se manifiesta inicialmente como síntesis intratecal de IgM seguida de síntesis de IgG y rara vez de IgA. Se encuentra sín-tesis intratecal de IgG en el 30-80% de casos (la fracción de IgG intratecal puede alcanzar el 60% del total de IgG presen-tes en el LCR).

Los pacientes afectos de LES con síntomas neurológicos suelen presentar además clínica de afectación sistémica, en forma de patología articular, rash cu-táneo, alopecia, fiebre, fallo renal y otros estigmas de enfermedad sistémica. Los criterios diagnósticos incluyen tanto cri-terios clínicos como de laboratorio, y se requieren al menos cuatro para establecer el diagnóstico de LES (Tabla 1).

Los hallazgos de laboratorio como los anticuerpos antinucleares (ANA), anti-ADN, velocidad de sedimentación globular (VSG), proteína C reactiva y factor reumatoide elevados, así como la afectación hematológica (leucopenia...) orientan al diagnóstico de LES. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que hasta en el 25% de los pacientes afec-tos de EM se han encontrado ANA positivos en suero, y hasta en el 81% de los casos a títulos bajos.

Los pacientes con LES y afectación neurológica no trombótica se deben tratar con pulsos de corticoides y/o ciclofosfamida, aunque también se puede contemplar la posibi-lidad de utilizar inmunoglobulinas endovenosas, plasmaféresis, azatioprina o micofeno-lato mofetilo. Recientemente también se ha ensayado el rituximab en casos selecciona-dos(6). Si el paciente presenta una afectación trombótica y/o anticuerpos antifosfolípido (AFL), se habrá de asociar tratamiento anticoagulante, asociado a dosis bajas de ácido acetilsalicílico (AAS) en casos recidivantes.

Síndrome de Sjögren

La afectación del SNC puede ocurrir en el síndrome de Sjögren primario hasta en un 20-30% de los pacientes(7). Puede simular una EM durante años, apareciendo poste-riormente los síntomas típicos del síndrome de Sjögren, tales como boca y ojos secos, fenómeno de Raynaud, afectación articular, astenia o afectación cutánea. Hasta un 81% de los pacientes con afectación neurológica por síndrome de Sjögren debutaron

Tabla 1. Criterios diagnósticos* de lupus eritematoso sistémico

1. Rash malar

2. Rash discoide

3. Fotosensibilidad

4. Úlceras orales

5. Artritis

6. Serositis (derrame pleural o pericarditis)

7. Alteración renal (proteinuria > 0,5 g/24 h o cilindros celulares)

8. Alteración neurológica (convulsiones o psicosis no debidas a otras causas)

9. Alteraciones hematológicas (anemia hemolítica, leucopenia, linfopenia o trombocitopenia, no atribuibles a fármacos)

10. Alteraciones inmunológicas (anti-DNA, anti-Sm o antifosfolípidos)

11. Anticuerpos antinucleares* Son necesarios al menos 4 criterios para establecer

el diagnóstico definitivo

Page 11: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

13

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

con clínica neurológica(8). La mielopatía tanto de presentación aguda como progresiva es una manifestación relativamente frecuente del síndrome de Sjögren. También lo es la neuropatía óptica. Los síntomas de afectación del sistema nervioso pueden seguir un curso fluctuante. Aunque la manifestación neurológica más frecuente en el síndrome de Sjögren es la neuropatía periférica, también se han descrito meningitis aséptica, miopatía y vasculitis y, en lo que a nosotros más nos atañe, afectación de sustancia blanca en el SNC.

En el LCR se detectan BOC en una alta proporción de enfermos. No obstante, la presencia de BOC parece exclusiva de los pacientes con afectación del SNC. En cuanto a la síntesis intratecal de IgG, puede verse en el 75% de los casos; en el 90% de los casos es de IgM. Existe pleocitosis moderada en el 50% de los pacientes, aunque el recuento suele ser normal en los casos crónicos de la enfermedad. Las proteínas también pueden estar moderadamente elevadas. La glucosa puede estar disminuida en el LCR.

Hasta el 40% de los pacientes con afectación neurológica asociada al síndrome de Sjögren presentan alteraciones en la RMN que pueden simular una EM. Aunque en la RMN no encontramos características distinguibles de la EM, se ha descrito que es menos frecuente la afectación del cuerpo calloso y más frecuente la afectación de los ganglios basales. En pacientes con mielopatía aguda no es infrecuente la imagen de mielopatía longitudinalmente extensa.

En estudios en series de pacientes afectos de EM no se encontró evidencia de síndro-me de Sjögren asociado(9).

No existe una prueba diagnóstica única para el síndrome de Sjögren. La existencia de manifestaciones reumáticas y neuromusculares, de xerostomía, queratoconjuntivitis, anticuerpos anti-SS-A y anti-SS-B, y la demostración de focos inflamatorios en la biopsia de glándula salival contribuyen a establecer el diagnóstico diferencial con la EM. Los criterios diagnósticos se describen en la Tabla 2.

El tratamiento ensayado en pacientes con afectación del SNC suele consistir en cor-ticoides o ciclofosfamida. Más recientemente se ha propuesto la utilización de rituximab en pacientes con Sjögren y afectación neurológica.

Tabla 2. Criterios diagnósticos* del síndrome de Sjögren

I. Síntomas de xeroftalmia

II. Síntomas de xerostomía

III. Signos de ojo seco • Test de Schirmer positivo• Test de Rosa de bengala positivo

IV. Biopsia positiva de glándula salivar menor

V. Evidencia objetiva de afectación de las glándulas salivares

• Secreción salival sin estímulo < 1,5 mL en 15 min• Sialografía parotídea alterada• Gammagrafía de glándulas salivares alterada

VI. Anticuerpos séricos positivos anti-Ro/SS-A y/o anti-La/SS-B

* Se requieren al menos 4 de los 6 criterios si se incluye el IV (histopatología) o el VI (serología), o al menos 3 de los 4 criterios objetivos (III, IV, V y VI)

Page 12: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

14

Poliarteritis nodosa

Se trata de una vasculitis sistémica necrotizante que afecta a arterias de mediano y pe-queño calibre.

La panarteritis nodosa (PAN) afecta con frecuencia al sistema nervioso en forma de múltiples lesiones. Clínicamente cursa como accidentes vasculares cerebrales. También pueden aparecer convulsiones y alteración del estado mental. Se manifiesta frecuentemente como infartos lacunares, incluidos los síndromes sensitivos puros, síndrome de hemipare-sia-hemihipoestesia o síndrome de ataxia-hemiparesia. Se ha descrito también la afectación del tronco cerebral en forma de oftalmoplejia internuclear. No suele suponer un problema de diagnóstico diferencial con la EM, porque la afectación neurológica, que ocurre aproxi-madamente en el 30% de los pacientes, suele presentarse cuando la panarteritis ya está avanzada a nivel de otros órganos. Incluso si dicha afectación ocurre al inicio de la PAN, suele acompañarse de síntomas sistémicos que orientan al diagnóstico, fundamentalmente derivados de la afectación renal y junto con síntomas generales (fiebre, mialgia, astenia).

El estudio del LCR puede ser normal, o mostrar linfocitosis y proteinorraquia leves. La acumulación de múltiples infartos lacunares puede dar lugar a imágenes en la RMN craneal similares a las de la EM.

Los hallazgos de laboratorio no son específicos. Se encuentran anticuerpos anticito-plasma de neutrófilo (ANCA) elevados en un número variable de pacientes, fundamen-talmente ANCA-p, así como VSG elevada, leucocitosis y neutrofilia. La arteriografía puede demostrar alteraciones características (aneurismas, estenosis vasculares...), y la biopsia de tejidos afectados confirma el diagnóstico.

Granulomatosis linfomatoide

Se trata de un proceso proliferativo linforreticular maligno que se manifiesta en forma de lesiones angiocéntricas y angiodestructivas de los vasos de mediano y pequeño calibre. A nivel neurológico pueden aparecer lesiones multifocales a nivel cerebral, de tronco cerebral, cerebelosas o meníngeas. El cuadro se acompaña a nivel sistémico de afectación pulmonar, cutánea o renal, y hasta el 50% de los pacientes pueden desarrollar un linfoma maligno sensu stricto.

Enfermedad de Behçet

La enfermedad de Behçet cursa con afectación del SNC en un 4-43% de los pacientes (neuro-Behçet). Clásicamente se han diferenciado formas de afectación parenquimatosa y no parenquimatosa. Entre estas últimas se encuentran la meningitis aséptica, la trom-bosis venosa cerebral, la hipertensión endocraneal idiopática y las complicaciones de aneurismas arteriales. Las formas parenquimatosas afectan en la mitad de los pacientes al tronco cerebral. Así, los síntomas derivados de la meningoencefalitis focal del tronco encefálico son la forma de afectación neurológica más frecuente. Estos síntomas pueden ser fluctuantes, lo que sugeriría una EM. En un 25% de los casos también puede ocurrir la afectación de pares craneales aisladamente, de la médula espinal, la neuritis óptica retrobulbar y la trombosis de senos venosos(10).

Page 13: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

15

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

Dado que la clínica más frecuente es por afectación del nervio óptico, remitimos al lector al capítulo de esta monografía titulado “Síndromes progresivos: medulares, del tronco cere-bral, del nervio óptico y cognitivos”, en donde se describirá con más detalle este proceso.

Sarcoidosis

La sarcoidosis afecta al SNC en aproximadamente el 5% de los casos. A nivel de la mé-dula espinal, la sarcoidosis cursa con paraparesia espástica, progresiva y/o fluctuante con remisiones. Puede causar también meningoencefalitis difusa y cursar con convulsiones, signos de tronco y lesiones en hemisferios cerebrales, pero la afectación más característica y que plantea más dudas diagnósticas con la EM es la multineuritis craneal, con afectación recurrente y recidivante de diferentes pares craneales, sobre todo del nervio facial y del fascículo óptico. Algunas manifestaciones clínicas, como la anosmia, la parálisis facial, la sordera y la atrofia óptica progresiva, son más frecuentes en la sarcoidosis que en la EM.

En el capítulo de esta monografía titulado “Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral, del nervio óptico y cognitivos”, donde se describen las neuropatías ópti-cas progresivas, se muestra con mayor extensión este proceso.

Vasculitis primaria del sistema nervioso central

En esta entidad, la vasculitis está localizada exclusivamente a nivel cerebral (en raras oca-siones, también a nivel medular) y muestra predilección por los pequeños vasos leptome-níngeos. La vasculitis puede ser granulomatosa o no, según los hallazgos histológicos.

Las manifestaciones clínicas son las de un accidente vascular cerebral, siendo frecuen-tes la cefalea o la confusión mental. Si el cuadro progresa, aparecen crisis comiciales, déficit neurológico focal que evoluciona a la tetraparesia y coma.

En algunos casos, la vasculitis granulomatosa del SNC puede aparecer tras la infec-ción por herpes zóster, o asociada a diversas entidades como el sida, el linfoma de Hod-gkin o la angiopatía amiloide.

El LCR suele estar alterado, en forma de pleocitosis e hiperproteinorraquia leves, aunque esta última suele estar presente en la mayoría de los pacientes.

En la RMN craneal pueden aparecer lesiones que se realzan con gadolinio, hemorra-gias y dilatación de los espacios de Virchow-Robin.

La angio-RMN craneal puede no ser suficiente para poner de manifiesto las alteracio-nes vasculíticas en los vasos de pequeño y mediano calibre –los principalmente afectados en esta entidad–, por lo que suele ser necesaria una arteriografía para orientar el diagnós-tico, que finalmente será histológico. El tratamiento consiste básicamente en corticoides y ciclofosfamida.

Granulomatosis de Wegener

Se trata de una vasculitis sistémica necrotizante granulomatosa que afecta preferentemen-te a la vía aérea, superior e inferior, y al riñón. La granulomatosis de Wegener afecta al sis-tema nervioso –con mayor frecuencia al periférico que al SNC– hasta en un 25-34% de los casos, en forma de neuritis de los nervios craneales y de mononeuritis múltiple. Afecta

Page 14: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

16

al SNC hasta en un 2-8% de los pacientes. La afectación puede ser en forma de vasculitis cerebral, a consecuencia de la cual los pacientes pueden presentar episodios isquémicos cerebrales, cefalea y síndrome confusional. Además, las lesiones granulomatosas pueden afectar a la duramadre, tanto encefálica como espinal, lo que da lugar a paquimeningitis. La afectación orbitaria puede producir una neuropatía óptica, bien compresiva, bien isquémica, así como neuropatías de los pares craneales oculomotores.

La afectación neurológica se acompaña de síntomas sistémicos (fiebre, astenia...) y de disfunción respiratoria y renal, predominantemente, aunque no todas estas manifestacio-nes típicas ocurren de forma simultánea.

En los análisis existen reactantes de fase aguda en grado variable y son característicos los ANCA-c, sobre todo en periodo de actividad de la glomerulonefritis. El LCR puede ser normal o mostrar pleocitosis monocítica e hiperproteinorraquia leves. Las BOC de IgG pueden estar presentes, y los ANCA suelen ser positivos. El diagnóstico es anatomo-clínico y demuestra la vasculitis granulomatosa necrosante en los tejidos afectos (prefe-rentemente riñón, nervio sural o pulmón). El tratamiento se basa fundamentalmente en la combinación de corticoides y ciclofosfamida, aunque se han ensayado el cotrimoxazol, el metotrexato, el micofenolato mofetilo y otros inmunosupresores con un perfil de efec-tos secundarios más tolerable para situaciones especiales.

Granulomatosis alérgica (enfermedad de Churg-Strauss)

Se afecta el sistema nervioso en aproximadamente el 20% de los pacientes con la en-fermedad de Churg-Strauss, causando polineuropatía y/o mononeuritis múltiple en la mayoría de los casos y, en algunas ocasiones, pérdida visual. La afectación del SNC no es frecuente en esta entidad, aunque sí se ha descrito la presencia de neuropatía óptica.

Esta entidad, una vasculitis granulomatosa con afectación de múltiples órganos, pre-senta muchas similitudes con la PAN. A diferencia de ésta, el principal órgano afectado es el pulmón, en forma de crisis asmáticas graves.

El hallazgo de laboratorio más característico es la eosinofilia intensa, presente en el 80% de los pacientes. También se suelen encontrar reactantes de fase aguda y, como en la PAN, positi-vidad para los ANCA-p. El LCR muestra pleocitosis leve eosinofílica, típica de esta entidad.

El diagnóstico se establece por biopsia del tejido afecto, que muestra vasculitis granu-lomatosa con infiltración tisular característica por eosinófilos.

Esclerodermia

La afectación del SNC es rara en esta entidad. Puede consistir en migraña y/o en mielitis transversa. La neuropatía trigeminal, la afectación del sistema nervioso periférico (polineu-ropatía axonal o autonómica) y la polimiositis son algo más frecuentes (15% de los casos). En algún caso puede cursar con hemiparesia y signos inflamatorios en la RMN craneal.

Al diagnóstico se llega por la clínica, al coexistir afectación de otros órganos y sistemas (lesiones cutáneas, fenómeno de Raynaud, afectación visceral) y mediante la confirma-ción histológica. Al igual que en otras conectivopatías, en los análisis de sangre se en-cuentran reactantes de fase aguda y autoanticuerpos en grado variable (anticentrómero, ribonucleoproteína [RNP]).

Page 15: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

17

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

Celiaquía

La enteropatía celíaca puede afectar al sistema nervioso en forma de polineuropatía pre-dominantemente sensitiva con cierta frecuencia y, en raras ocasiones, al SNC. En estos casos cursa generalmente como ataxia de la marcha, por la afectación del cerebelo y de las columnas posteriores de la médula espinal. También se han descrito encefalopatía, corea, mielitis y síndromes de tronco cerebral.

El diagnóstico se basa en el cumplimiento de tres criterios: signos de malabsorción intestinal (diarrea, pérdida de peso), biopsia yeyunal característica (atrofia de vellosidades intestinales) y mejoría tanto clínica como histológica con dieta sin gluten. Los anticuer-pos antiendomisio y antigliadina están presentes en el 90% de los pacientes.

Infección por virus de la inmunodeficiencia humana

Hasta el 70% de los enfermos de sida tendrán alguna complicación neurológica en su evolución. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) afecta al SNC y al sistema nervioso periférico a lo largo de las diferentes fases de primoinfección, de latencia y de inmunosupresión de la enfermedad.

A las pocas semanas (4-8) de la primoinfección, el VIH puede provocar una leucoen-cefalopatía aguda, que o bien cursa como un deterioro rápido cognitivo y motor, o bien adopta un curso remitente-recurrente. En este caso las lesiones visibles en la RMN cra-neal y la anatomía patológica son indistinguibles de las de la EM. La patogenia se relacio-na con fenómenos inflamatorios e inmunológicos más que con la invasión del SNC por el VIH. El síndrome de reconstitución inmune asociado a la terapia antiviral HAART (del inglés highly active antiretroviral therapy) puede producir un empeoramiento clínico y radiológico en pacientes con VIH e infecciones oportunistas del SNC. En algunas de estas lesiones se ha descrito la presencia de una leucoencefalitis perivenosa aguda no es-pecífica, que se supone secundaria a la disfunción inmune(11).

El LCR puede ser patológico, dependiendo del estadio de la enfermedad: desde pleo-citosis leve linfocitaria hasta síntesis intratecal de anticuerpos específicos contra el VIH, pasando por la presencia de BOC (en un tercio de los pacientes) y por la síntesis intrate-cal de IgG (que suele disminuir al avanzar la enfermedad).

Ya en la fase avanzada de sida, el VIH puede dar lugar a otras dos entidades: la mie-lopatía vacuolar y el complejo demencia-sida, que podrían simular una EM de curso progresivo.

Enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme se debe a la infección de la espiroqueta Borrelia burgdorferi, que se produce a través de la picadura de una garrapata del género Ixodes. La infección es frecuente en zonas boscosas y en los meses de verano. Una primera fase de la infección consiste en una lesión cutánea característica alrededor de la picadura –eritema crónico migrans– junto con afectación articular y reacción sistémica variable e inespecífica en forma de síndrome pseudogripal. El eritema crónico migrans es indoloro y se resuelve espontáneamente, por lo que esta primera fase puede pasar desapercibida. En la segunda

Page 16: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

18

fase, semanas después de la picadura, ocurren los síntomas neurológicos: parálisis facial, parálisis oculomotoras y trastornos sensitivos y motores derivados de mononeuritis múl-tiple y/o radiculopatías y mielitis transversa aguda. Esta última puede ser consecuencia de invasión directa por el germen o de un proceso inmunomediado. En esta fase existe también afectación cardiológica, en forma de miopericarditis, bloqueos de conducción y disfunción ventricular. Meses o años después de la infección, o incluso sin evidencia alguna de ésta, tiene lugar una tercera fase en la que aparece sintomatología neurológica aguda o subaguda, más o menos progresiva: mielitis transversa, paraparesia espástica, ataxia cerebelosa, parálisis de nervios craneales recurrentes o hemiparesia. La clínica neu-rológica se puede acompañar en esta fase de acrodermatitis crónica atrófica, muy suges-tiva de la enfermedad.

La RMN es normal en las dos primeras fases pero indistinguible de la EM en la ter-cera, con lesiones periventriculares de sustancia blanca. En el LCR, a partir de la segunda fase, encontramos frecuentemente síntesis intratecal de IgG y BOC. Los recuentos de células y proteínas suelen ser más altos que en la EM, incluso en las fases crónicas de la infección.

El diagnóstico es serológico (positividad de anticuerpos en sangre y LCR), aunque conviene interpretar la serología positiva con cautela en zonas endémicas de la enferme-dad de Lyme. Entre el 4% y el 10% de la población sana, e incluso un 35% en zonas de alta prevalencia, pueden tener títulos elevados de anticuerpos contra la B. burgdorferi sin manifestar síntomas neurológicos. Además, pueden existir falsos positivos en pacientes con enfermedades sistémicas como LES, sífilis y mononucleosis infecciosa. Para estable-cer el diagnóstico, además de la serología, se ha de considerar la clínica compatible (erite-ma crónico y afectación articular y sistémica) y descartar otras patologías posibles.

Cuando existe clínica neurológica o bloqueo aurículo-ventricular, el tratamiento de elección consiste en penicilina G endovenosa, ceftriaxona o cefotaxima, durante al me-nos 30 días.

Enfermedad cerebrovascular

La mayoría de las entidades que comentamos a continuación son enfermedades que afectan a los pequeños vasos del SNC –vasculopatías de pequeño vaso– que dan lugar a múltiples lesiones isquémicas de pequeño tamaño y de aparición más o menos secuencial que podrían incluirse dentro del diagnóstico diferencial de las patologías con “disemina-ción temporal y espacial”. Al inicio del cuadro se debe descartar un origen embolígeno. Pueden ser debidas a alteraciones tanto de la pared vascular como del contenido del propio vaso. Las vasculopatías cerebrales de pequeño vaso y de evolución crónica son las que más a menudo se prestan a confusión con la EM.

El LCR es normal en la mayoría de los casos de enfermedad cerebrovascular, aunque en el 30% de los casos puede existir una discreta elevación de proteínas. Las imágenes de la RMN craneal pueden ser similares a las de la EM, aunque con afectación preferente de la sustancia blanca subcortical.

Comentamos sólo algunas entidades a tener en cuenta en el diagnóstico diferencial de la EM.

Page 17: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

19

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

Embolismos cerebrales múltiplesLa endocarditis bacteriana y un tumor intracardiaco como el mixoma auricular son causa de embolias cerebrales múltiples. En personas jóvenes son más frecuentes los ictus de mecanismo embólico que los de mecanismo aterotrombótico. Los síntomas sistémicos (fiebre, malestar) y cardiológicos (disnea) asociados nos pueden ayudar a sospechar estos diagnósticos. La ecocardiografía es imprescindible en el diagnóstico de estas entidades.

Otra entidad que también se caracteriza por la presencia de embolias múltiples, poco reconocida entre los neurólogos, pero cada vez más frecuente por el aumento del número y complejidad de intervencionismos vasculares, es el síndrome de embolias de colesterol. Tras el antecedente de una intervención endovascular, el paciente puede iniciar de forma aguda un cuadro de focalidad neurológica con encefalopatía, insuficiencia respiratoria e insuficiencia renal. Las lesiones cutáneas son clave en el diagnóstico y consisten en dedos azulados por acrocianosis en un paciente con pulsos distales preservados. En la analítica puede aparecer eosinofilia.

Síndrome antifosfolípido Los AFL son una familia heterogénea de anticuerpos que incluyen los anticuerpos anticar-diolipina (responsables del test VDRL [venereal disease research laboratorios test] falsamente positivo), los anticuerpos anti-β2-glicoproteína-I y el anticoagulante lúpico. Pueden apare-cer en ancianos, en relación con diversos fármacos (fenotiazinas y antiepilépticos), infeccio-nes y/o neoplasias, en enfermedades sistémicas autoinmunes como el LES (40-50% de los pacientes de LES) y aisladamente en el síndrome antifosfolípido (SAF) primario.

El SAF primario es una causa frecuente de síntomas focales transitorios en el adul-to joven. Se han propuesto dos mecanismos básicos en la patogenia de la afectación neurológica.

Los fenómenos trombóticos característicos del SAF pueden afectar tanto a los senos venosos encefálicos, dando lugar a trombosis venosas cerebrales, como al sistema arterial, dando lugar a infartos en cualquier estructura del SNC. Por otra parte, a pesar de que en el SNC no se han identificado antígenos diana de los anticuerpo AFL, ciertas manifesta-ciones clínicas del SAF (corea, crisis convulsivas) se han atribuido a la acción directa de los anticuerpos AFL, que presentarían una reacción cruzada contra antígenos diana aún por identificar. Así, el SAF se ha asociado a corea, hemidistonia, crisis epilépticas, migra-ña, amnesia global transitoria, síndrome de Guillain-Barré, alteraciones de la conducta e incluso demencia(12,13). A nivel sistémico es también causa frecuente de trombosis de va-sos de la retina, coronarios, pulmonares y periféricos, de abortos y de trombocitopenia.

En el caso de la afectación medular, que es la que más a menudo nos planteará el diagnóstico diferencial con la EM, en algunos pacientes no hay duda de que se trata de un proceso isquémico, mientras que en otros podría ser inflamatorio. En una serie española reciente, el 0,4% de los pacientes con SAF presentaron afectación medular(13). También puede ocurrir que, de forma simultánea o secuencial, el SAF se asocie a una neuropatía óptica, configurando un cuadro de neuromielitis óptica (síndrome de Dévic). Además, estos pacientes pueden presentar múltiples imágenes hiperintensas en la RMN, de presumible origen isquémico y silentes en la mayoría de los pacientes, que por sus ca-racterísticas son difíciles de distinguir de las propias de la EM, aunque las del SAF suelen presentar una localización más subcortical que periventricular.

Page 18: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

20

El diagnóstico se basa en la positividad de los anticuerpos AFL (anticardiolipina, anti-β2 glicoproteína-I, anticoagulante lúpico o VDRL falsamente positivo) ante un síndro-me clínico compatible y en ausencia de otras conectivopatías autoinmunes como el LES. La RMN muestra infartos e hiperintensidades de sustancia blanca. En la práctica clínica, cada vez nos encontramos con mayor frecuencia con pacientes con títulos bajos o tran-sitorios de anticuerpos AFL, a los que se les realiza una RMN por sintomatología poco específica (cefalea, vértigo, etc.) y que presentan alteraciones múltiples y focales de la señal de RMN, de predominio en sustancia blanca. Diferenciar si nos encontramos ante un paciente con SAF y afectación del SNC o ante una enfermedad desmielinizante tiene implicaciones terapéuticas importantes y no siempre es tarea fácil. El resto de exploracio-nes complementarias y, en muchos casos, la evolución ayudan a perfilar el diagnóstico. La determinación de anticuerpos AFL a todos los pacientes con clínica sugestiva de EM puede dar lugar a una alta proporción de falsos positivos. Debemos recordar que para el diagnóstico de SAF se requiere la positividad de los anticuerpos AFL a títulos moderados o elevados en dos determinaciones separadas más de 6 semanas, además de la clínica propia derivada de la trombosis vascular o de la morbilidad gestacional.

En pacientes con títulos elevados de anticuerpos AFL y trombosis cerebral, el riesgo de recurrencia de accidente isquémico transitorio es del 20% al año (56% al año para trombosis no cerebrales). Se recomienda el tratamiento profiláctico con antiagregantes plaquetarios, heparina o warfarina (esta última ha demostrado mayor eficacia cuando se mantienen niveles de INR ≥ 3). Sobre los corticoides y otros inmunosupresores no existe consenso.

CADASILEs una arteriopatía cerebral hereditaria, autosómica dominante, causante de infartos sub-corticales y leucoencefalopatía (CADASIL, leucoencefalopatía autosómica dominante con arteriopatía e infartos subcorticales, del inglés cerebral autosomal dominant arteriopa-thy with subcortical infarcts and leukoencephalopathy). Está provocada por mutaciones del gen Notch3, localizado en el cromosoma 19, mayoritariamente en sus exones 3 y 4. Este gen codifica un receptor transmembrana con varios dominios funcionales que interviene en el crecimiento celular. Está ligado al locus D19S226 del cromosoma 19, al igual que el gen relacionado con la migraña hemipléjica familiar.

La enfermedad se inicia en el adulto entre los 30 y los 50 años de edad. Se caracteriza por episodios de migraña con o sin aura, a los que se asocian posteriormente episodios de isquemia subcortical de repetición que pueden confundirse con una EM y evolucionar finalmente hacia una parálisis pseudobulbar y demencia subcortical, todo ello en ausen-cia de factores de riesgo cardiovascular habituales como la hipertensión arterial. También se han descrito trastornos psiquiátricos, crisis convulsivas, hipoacusia y alteraciones del aprendizaje. Los antecedentes familiares y la presentación ictal de los déficits neurológi-cos nos alertan sobre esta entidad, pero pueden descubrirse tardíamente ya que la pene-trancia de la enfermedad no es completa hasta los 60 años de edad. La RMN craneal de familiares asintomáticos puede mostrar lesiones de sustancia blanca.

A diferencia de lo que ocurre en la vasculopatía hipertensiva, la RMN craneal muestra múltiples infartos de pequeño tamaño que afectan fundamentalmente al polo temporal y a la cápsula externa de la sustancia blanca subcortical, sobre todo en fases evolucionadas.

Page 19: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

21

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

Suele existir leucoencefalopatía parcheada o difusa y focos hemorrágicos múltiples bila-terales. Las fibras en “U” están generalmente preservadas. A diferencia de lo que ocurre en la EM, las lesiones de la sustancia blanca hiperintensas en T2 tienden a ser simétricas y confluentes.

La biopsia de piel es más específica que la RMN craneal y puede ser diagnóstica; se objetiva la capa media de la pared de arterias de 100-200 mm de diámetro engrosada, con depósitos de un material eosinofílico, PAS positivo, granular, osmiófilo y electrón-denso. Este material remplaza las fibras musculares, fragmenta la elástica interna y reduce la luz de las arterias. La especificidad de la biopsia de piel es del 100%, con una sensi-bilidad de sólo el 45%, aunque las tinciones de inmunohistoquímica que utilizan anti-cuerpos monoclonales anti-Notch3 pueden aumentar esta sensibilidad hasta un 96%. La biopsia cerebral resulta más sensible y específica, mostrando este material no amiloideo infiltrando la pared de arterias perforantes de la sustancia blanca, leptomeníngeas y de los ganglios basales. En la biopsia muscular de algunos pacientes también pueden aparecer estas alteraciones.

El diagnóstico de confirmación viene dado por la detección de las mutaciones del gen notch3 en el cromosoma 19, posible en el 70% de los casos en el estudio genético de rutina (se han descrito pacientes con microangiopatía no amiloidea hereditaria con un cuadro clínico indistinguible del CADASIL pero que no presentaban dichas muta-ciones). En el resto de casos la biopsia de piel puede ser diagnóstica, mostrando tinción positiva para la proteína notch3. No existe tratamiento específico para esta entidad. Se recomienda la antiagregación. La supervivencia es de unos 20 años tras el diagnóstico.

Se ha descrito también otra arteriopatía familiar con herencia autosómica recesiva, denominada CARASIL (Cerebral Autosomic Recesive Arteriopathy with Subcortical Infarcts and Leukoencephalopathy) o síndrome de Maeda. Se afecta preferentemente la sustancia blanca, y en las lesiones arteriales, a diferencia de en el CADASIL, no existe material grumoso PAS-positivo.

Síndrome de SneddonSe trata de otra arteriopatía oclusiva que afecta a vasos de pequeño y mediano calibre, de naturaleza no inflamatoria. Se caracteriza por la aparición de livedo reticularis difusa idio-pática y lesiones cerebrovasculares. Hay que descartar la presencia de AFL. La patogenia es desconocida, aunque existen casos familiares con herencia autosómica dominante que sugieren una determinación genética. Afecta predominantemente a mujeres jóvenes. Se manifiesta como ictus isquémicos recurrentes en diferentes territorios cerebrales y gene-ralmente con buena recuperación, hemorragias cerebrales e incluso demencia vascular. Se suelen asociar hipertensión arterial e isquemia periférica.

El diagnóstico se establece con la exclusión de otras entidades similares. La RMN craneal muestra fundamentalmente lesiones múltiples, profundas y de pequeño tamaño que pueden ser indistinguibles de las de la EM. En la angiografía, tanto en la cerebral como en la digital, son visibles oclusiones arteriales en los vasos de mediano calibre. La biopsia de piel también puede ayudar al diagnóstico.

En cuanto al tratamiento, se sugiere la antiagregación con AAS, e incluso la anticoa-gulación oral en algunos casos. El control de otros factores de riesgo cardiovascular es esencial.

Page 20: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

22

Estados protrombóticosExisten múltiples estados protrombóticos predisponentes de infartos cerebrales. En ge-neral, la alteración cuantitativa o cualitativa de cualquier elemento de la sangre puede generar hiperviscosidad sanguínea y ser causa de ictus a cualquier edad.

Entre los estados protrombóticos se incluyen los que generan hipercoagulabilidad, los que aumentan la reactividad plaquetaria y los derivados de fallos en el mecanismo fibrinolítico.

Dentro del primer grupo la anomalía más frecuente es la resistencia hereditaria para la activación de la proteína C, debida a una mutación en el factor de la coagulación V de Leyden. Otros trastornos hereditarios de la coagulación como los defectos de proteína C, de proteína S y de antitrombina III también son causa de ictus isquémicos aunque con menor frecuencia.

La segunda causa más frecuente de estado protrombótico por anomalía en una pro-teína es el síndrome AFL ya comentado. La prevalencia de anticuerpos AFL aumenta con la edad y se estima en el 2-12% de la población. Otras situaciones protrombóticas son la hiperfibrinogenemia, la disminución de activador del plasminógeno, el aumento del inhibidor del activador de plasminógeno tisular, trastornos mieloproliferativos como la policitemia vera y la trombocitemia esencial, trombocitosis secundaria a enfermedades sistémicas, la anemia de células falciformes, la hiperhomocisteinemia (por alteración del metabolismo de la metionina, que puede ser hereditaria –entre el 0,3% y el 1,5% de la población es heterocigota para la deficiencia de la cistationina-beta sintetasa, responsable de la alteración metabólica– o adquirida), la contracepción hormonal, el embarazo y las primeras semanas del puerperio.

Las características clínicas, patogénicas, de diagnóstico y de tratamiento dependen de cada entidad. Hay que tener en cuenta que los niveles de proteínas C y S y de anti-trombina están disminuidos temporalmente tras el ictus, por lo que la determinación diagnóstica debe hacerse varios meses después.

Enfermedad de EalesFue descrita por Henry Eales en 1880 como un síndrome de hemorragias vítreas recu-rrentes y vasculopatía retiniana inflamatoria, en pacientes varones jóvenes, que pade-cían también epistaxis y estreñimiento. Posteriormente han surgido controversias sobre si constituye una enfermedad específica o si es un tipo de retinopatía, inflamatoria o no, que puede estar presente en otras entidades. Se caracteriza por el envainamiento de venas y, con menor frecuencia, arterias de la retina, la obstrucción de venas retinianas y hemo-rragias retinianas. Afecta predominantemente a varones jóvenes, de 20-30 años de edad, en áreas de la India y Oriente medio.

Clínicamente cursa con síntomas visuales diversos, hemorragias retinianas y vítreas, iridociclitis, uveítis, degeneración macular y neovascularización retiniana. Las manifes-taciones extrarretinianas son raras y ocurren solamente a nivel del SNC: pleocitosis en el LCR, crisis epilépticas, hipoacusia neurosensorial, mielopatía, meningitis crónica, placas de desmielinización y, en algunas ocasiones, infartos cerebrales corticales y subcorticales e infartos medulares. El diagnóstico es anatomopatológico, al constatarse el revestimiento característico de vasos retinianos (perivasculitis), junto con la sospecha clínica adecuada (uveítis y hemorragia vítrea).

Page 21: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

23

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

Vasculopatías cerebro-cócleo-retinianas (enfermedad de Susac, SICRET, HERNS)Se trata de un grupo de entidades, probablemente de etiopatogenia diversa, que se carac-terizan por afectar a los pequeños vasos del cerebro y de la retina. A menudo se afecta el oído interno produciendo sordera neurosensorial.

La tríada clínica de encefalopatía, sordera y oclusiones de ramas de la arteria retinia-na fue descrita por Susac en 1979. Esta entidad afecta predominantemente a mujeres jóvenes, con una presentación clínica subaguda consistente en encefalopatía, infartos cerebrales recurrentes córtico-subcorticales, crisis convulsivas, retinopatía por infartos retinianos y sordera neurosensorial con acúfenos por afectación de arterias del oído inter-no. Estos síntomas pueden no ocurrir simultáneamente y evolucionan con periodos de remisión (con o sin tratamiento) seguidos de periodos de recurrencia y empeoramiento. Los síntomas más frecuentes de la encefalopatía son cefalea, trastornos de personalidad y de conducta, deterioro cognitivo, ataxia, disartria, nistagmo, disfunción piramidal y dismetría. La lesión patológica subyacente es la oclusión arteriolar, de mecanismo des-conocido, en ausencia de signos de vasculitis y coagulopatía. La RMN craneal muestra lesiones hiperintensas de la sustancia blanca pero, a diferencia de la EM, se localizan frecuentemente en la sustancia gris y generalmente son de menor tamaño y se presentan en mayor número. A pesar de que también pueden afectar al cuerpo calloso, a diferencia de la EM, las lesiones no contactan con la lámina inferior del mismo, afectando en su mayoría a la lámina media en una imagen que se ha descrito como “copos de nieve”. En el LCR puede haber hiperproteinorraquia, pero las BOC están ausentes. El diagnóstico se establece por los hallazgos funduscópicos y de la angiografía fluoresceínica.

Posteriormente se han descrito otros síndromes dentro de este grupo de vasculo-patías, que para algunos autores constituyen diferentes denominaciones de una misma entidad clínica. Uno de ellos es la microangiopatía cerebro-retiniana, el síndrome red-M (retinopathy, encephalopaty, deafness associated Microangiopathy), la arteriolopatía retino-cócleo-cerebral o SICRET (Small Infarcts of Cochlear, Retinal and Encephalic Tissue). Este síndrome también afecta preferentemente a mujeres jóvenes y cursa clínicamente con en-cefalopatía aguda, seguida de sordera, retinopatía y síntomas sistémicos; a lo largo de un año se desarrolla de forma subaguda o crónica. Los hallazgos funduscópicos y de RMN son similares a los del síndrome de Susac.

En este mismo grupo incluimos el síndrome HERNS (Hereditary Endotheliopathy with Retinopathy, Nephropathy and Stroke), que afecta a arterias cerebrales y retinianas de pequeño calibre. Clínicamente aparecen síntomas visuales por maculopatía vascular, mi-graña, síntomas focales y neuropsiquiátricos, proteinuria y hematuria. Se afectan pacien-tes jóvenes, con patrón de herencia autosómico dominante. En la RMN craneal pueden aparecer múltiples lesiones focales hiperintensas en T2 de localización subcortical.

El tratamiento de estas entidades no está claramente establecido, aunque en las fases agudas generalmente se emplean corticoides y en algún caso inmunosupresores, anticoa-gulantes o antiagregantes plaquetarios.

Enfermedad de BinswangerEste término hace referencia a una encefalopatía aterioesclerótica subcortical, con afecta-ción difusa de la sustancia blanca de causa vascular, que aparece en el contexto de hiper-tensión arterial. Fue originalmente descrita por Binswanger como una desmielinización

Page 22: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

24

de la sustancia blanca cerebral periventricular en pacientes dementes con historia de hipertensión arterial.

La clínica predominante consiste en trastorno de la marcha, demencia (en la mayoría de los casos es el primer síntoma), síndrome pseudobulbar, bradipsiquia y trastornos de conducta de inicio gradual, a lo que se añaden episodios agudos de déficit motor y caí-das frecuentes. Es más frecuente conforme avanza la edad y en pacientes con factores de riesgo cardiovascular. Cuando aparece en edades medias de la vida se puede plantear el diagnóstico diferencial con la EM. Algunos datos radiológicos, como la presencia de le-siones en el cuerpo calloso o en los pedúnculos cerebelosos (mucho menos frecuentes en la patología cerebral isquémica que en la EM), orientan al diagnóstico, que se basa en la clínica y en las imágenes de RMN craneal. Recientemente se emplea el término enferme-dad de Binswanger para describir las imágenes radiológicas características de afectación confluente de la sustancia blanca profunda, solapado a veces con el término leucoaraiosis (afectación periventricular en forma de múltiples infartos lacunares). El hallazgo patoló-gico clásico es la lipohialinosis descrita por Fisher y los microaneurismas.

El tratamiento se basa en el control estricto de los factores de riesgo cardiovascular y la antiagregación plaquetaria.

Cavernomatosis múltipleLos cavernomas son un tipo de malformación vascular no aneurismática, formada por vasos anormales sin parénquima cerebral entre ellos. En el 5% de casos son familiares y se transmiten de forma autosómica dominante. En estos casos los cavernomas suelen ser múltiples y se encuentran además en tejidos diferentes del SNC, como el hígado, la piel o las mucosas. Se han descrito relacionados con los loci CCM1 en 7q21.2, CCM2 en 7p15-13 y CCM3 en 3q25.2-q27.

En la mayor parte de los casos son asintomáticos y si dan clínica suele ser epilepsia y/o hemorragias cerebrales. También pueden dar lugar a múltiples signos focales recurrentes motores, sensitivos, cerebelosos y de pares craneales que antes de la llegada de la RMN podían confundirse con una EM recurrente-remitente.

La imagen de RMN es característica. No son visibles en la angiografía. El tratamiento recomendado es la cirugía únicamente en los casos en que haya ocurrido sangrado pero no en los detectados de forma incidental.

Infarto medular

Es una patología poco frecuente, ya que la arterioesclerosis no suele afectar a las arte-rias espinal anterior y posteriores, que irrigan la médula. Las lesiones en la arteria aorta pueden ser las responsables de infartos a nivel medular al interrumpirse el flujo en las arterias radiculares. Así, pueden ocurrir ocasionalmente como complicación de la cirugía sobre la aorta tóraco-abdominal por un mecanismo de hipoperfusión. Otras etiologías a valorar son aneurismas disecantes, trombosis, conectivopatías, angeítis sifilítica, compre-sión tumoral, hipotensión, anemia de células falciformes, síndrome de descompresión y embolia de núcleo pulposo.

La presentación clínica es un síndrome de la arteria espinal anterior que consiste en paraparesia y alteración sensitiva que respeta la sensibilidad profunda (ya que los cordo-

Page 23: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

25

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

nes posteriores están preservados, al estar irrigados por las arterias espinales posteriores), dolor radicular y disfunción esfinteriana. Se afectan sobre todo los niveles C5-6, D2-4 y lumbares. El inicio de la clínica puede ser súbito o más progresivo, entrando entonces a formar parte del diagnóstico diferencial con procesos como la EM, malformaciones arteriovenosas (MAV), hernias discales, abscesos y metástasis.

El diagnóstico se establece mediante la clínica y la RMN. Ésta muestra ensancha-miento del cordón medular en T1 e hiperintensidad linear en T2, que se hacen más evidentes pasadas 24 horas del inicio de los síntomas.

Neuropatía óptica isquémica (arterítica y no arterítica)

La isquemia del nervio óptico o neuropatía óptica isquémica ocurre en la mayoría de los casos a consecuencia del infarto del nervio óptico en su porción distal. Se debe a arte-riolopatías de etiología arterioesclerótica (pacientes hipertensos y diabéticos) o a arteritis como la de células gigantes de Horton.

Produce una pérdida de visión de instauración aguda en minutos u horas, indolora, que afecta generalmente a la mitad inferior del campo visual. Ocasionalmente es progre-siva. El diagnóstico se basa en el fondo de ojo (edema pálido de papila, estrechamiento arterial) y en la clínica.

La arteritis de células gigantes se ha de sospechar en ancianos con cefalea, polimial-gia, fiebre, claudicación mandibular, deterioro del estado general, paresia oculomotora y VSG elevada, aunque ésta puede ser normal en el 17% de los pacientes. Ante esta sospe-cha se ha de realizar biopsia de la arteria temporal.

Las neuropatías ópticas isquémicas no arteríticas también son más frecuentes en pa-cientes mayores de 50 años, a diferencia de lo que ocurre con las neuropatías ópticas de causa inflamatoria, que predominan en edades jóvenes.

El pronóstico funcional es malo, con recuperación pobre del déficit visual sea cual sea la causa de la isquemia óptica. En caso de arteritis, es esencial la prevención mediante corticoterapia y el control estricto de los factores de riesgo cardiovascular. El riesgo de recidiva en el ojo contralateral alcanza hasta el 40% en la arterioesclerosis y el 100% en la arteritis sin tratamiento.

Leucoencefalopatía posterior reversible

En esta entidad la RMN muestra una hiperintensidad más o menos difusa de la sustancia blanca de predominio posterior bihemisférica que desaparece en varias semanas.

En más de la mitad de los pacientes esta entidad se debe a una encefalopatía hiper-tensiva. En el curso de la misma los pacientes pueden presentar síntomas visuales transi-torios como ceguera cortical, borrosidad visual y hemianopsia. Puede cursar además con cefalea intensa, crisis epilépticas, náuseas, vómitos, estado confusional y coma, por lo que resulta difícil confundir la clínica con la de una EM. No obstante, en raras ocasiones se pueden presentar además signos focales, transitorios o persistentes.

Además de en las situaciones de hipertensión maligna, la leucoencefalopatía posterior reversible se ha descrito en relación con diversos tóxicos, fármacos (vincristina, vebacizu-mab), cáncer y enfermedades sistémicas como la enfermedad de Wegener o LES.

Page 24: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

26

Síndrome de Kolmeier-Degos

También llamada papulosis maligna atrófica, es una vasculopatía oclusiva multisistémica con afectación del SNC (infartos y hemorragias cerebrales), cutánea (lesiones cutáneas características con borde rosáceo y centro blanco porcelana) y gastrointestinal. Al diag-nóstico se llega mediante la biopsia de piel. La RMN muestra múltiples lesiones (infar-tos) que pueden plantear diagnóstico diferencial con la EM. El LCR suele ser normal.

Angiopatía amiloide cerebral

A pesar de que es más frecuente en edades avanzadas, ocasionalmente puede debutar en la cuarta o quinta décadas de la vida y plantea el diagnóstico diferencial con una EM. A menudo se manifiesta como hemorragias lobares recidivantes, pero no es infrecuente que se presente como una leucoencefalopatía más o menos simétrica con lesiones isquémicas añadidas. Se han descrito enfermos que presentaron lesiones de la sustancia blanca rever-sibles por imágenes por resonancia magnética(14). Nos ayudan a sospechar el diagnóstico el deterioro cognitivo (frecuente en esta entidad) y la RMN craneal con secuencias de eco-gradiente, que suele detectar microsangrados a nivel subcortical muy sugestivos de esta entidad.

Sífilis meningovascular

La sífilis, provocada por la infección de la espiroqueta Treponema pallidum, se puede acompañar de afectación neurológica en cualquier fase de la infección. Menos de un 10% de los pacientes con sífilis desarrollan en su historia natural una neurosífilis tardía. La incidencia de la sífilis se redujo drásticamente con el uso de la penicilina a partir de los años cincuenta-sesenta y parece haber resurgido en la última década en relación con el sida y los movimientos migratorios. La coinfección con el VIH es frecuente. En estos casos las manifestaciones de la sífilis son algo atípicas, con afectación neurológica y ocular más agresiva, y es frecuente encontrar falsos negativos en la serología.

Podemos clasificar las diferentes formas clínicas de la neurosífilis en una meningitis linfocitaria o inicial y, en segundo lugar, en una meningoencefalitis crónica, que engloba la sífilis meningovascular (cerebral y/o medular) y la afectación parenquimatosa, en forma de parálisis progresiva o demencia paralítica (la tabes dorsal es excepcional). La fase de primo-infección puede ser más o menos sintomática e incluso puede pasar desapercibida, dado que el chancro sifilítico se caracteriza precisamente por ser indoloro. En la fase crónica (fa-ses secundaria y terciaria, desde días hasta años después de la primoinfección) pueden ocu-rrir infartos cerebrales recurrentes, paraplejia aguda por infarto medular, meningomielitis, paraparesia espástica progresiva, neuritis óptica, deterioro cognitivo, síntomas neurológi-cos focales como parálisis oculomotoras, parálisis de pares craneales y hemiparesia, altera-ciones de conducta, alucinaciones, convulsiones, mioclonias, psicosis, demencia, labilidad emocional, ataxia progresiva, dolores lacinantes junto con déficits sensitivos y motores en las extremidades inferiores, disfunción esfinteriana y atrofia óptica. No en vano, la sífilis fue considerada durante años el “gran simulador”, por su amplia variabilidad de manifes-taciones clínicas. Las neuropatías ópticas agudas por neurosífilis suelen ser bilaterales, y

Page 25: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

27

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

en ocasiones acompañan a una neurorretinitis. Las mielopatías pueden adoptar la forma de una mielitis transversa aguda o de una paraparesia espástica progresiva. En contra de la EM iría la asociación de los síntomas de afectación focal con cefalea, epilepsia y trastornos pupilares (clásica pupila de Argyll-Robertson), frecuentes en el caso de la sífilis.

Se ha de practicar una punción lumbar para descartar neurosífilis a todos los pacien-tes con sífilis que presenten cualquier tipo de clínica neurológica. También está indicado el examen del LCR en los pacientes con sífilis no tratada de más de un año de evolución o de evolución desconocida. El LCR puede ser normal pero muestra casi siempre pleocito-sis, elevada sobre todo en la parálisis progresiva (hasta 300 células/μL) y con predominio de células mononucleadas. Las proteínas están elevadas en el 70% de los pacientes, y las BOC de IgG están presentes en el 90%.

El diagnóstico de sífilis se confirma mediante la demostración de la espiroqueta en las lesiones cutáneas y las pruebas serológicas. Las pruebas reagínicas (VDRL y RPR) tienen una alta posibilidad tanto de falsos positivos como de falsos negativos, sobre todo en la sífilis terciaria; las treponémicas (FTA-abs) tienen mayor especificidad, pero permanecen positivas a lo largo de toda la vida del paciente, independientemente de que la enferme-dad se encuentre activa o curada. El diagnóstico de neurosífilis requiere VDRL positivo en el LCR y FTA-abs positivo en sangre, indicativo de que el resultado del LCR no es un falso positivo. Así, en la actualidad, la tríada diagnóstica de neurosífilis viene dada por VDRL o FTA-abs positivos en sangre, pleocitosis en LCR y VDRL positivo en LCR. No obstante, en pacientes con neurosífilis tardía el VDRL en LCR puede ser negativo hasta en un 30% de enfermos. Únicamente la negatividad del FTA-abs en LCR puede excluir el diagnóstico de neurosífilis.

El tratamiento es con penicilina o eritromicina en alérgicos; la ceftriaxona y la doxi-ciclina pueden ser alternativas.

2/Enfermedades mono o unifocales

En este apartado nos referiremos a aquellos síntomas neurológicos que se resuelven en el tiempo y que pueden simular un primer brote de EM. En el 45% de los pacientes afectos de EM, el síntoma inicial de la enfermedad puede ser atribuido a una única lesión en el SNC. Algunos de estos síntomas neurológicos iniciales, como una retención aguda de orina en un adulto joven o el signo de Uhthoff, son más sugestivos de EM que de otras entidades.

Enfermedades monofocales desmielinizantes

Síndrome neurológico aislado

Se denominan síndromes neurológicos aislados (clinical isolated syndroms [CIS]) la neu-ritis óptica unilateral, los síndromes de tronco y las mielitis parciales. Se describen como síndromes clínicos susceptibles de desarrollar diseminación espacial y temporal en un

Page 26: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

28

seguimiento prospectivo, es decir, susceptibles de “convertirse” en una EM definida. El riesgo de conversión depende de las características del grupo considerado. Según se des-prende de revisiones recientes, oscila entre un 20% a los 10-15 años de seguimiento para las neuritis ópticas y un 80-90% a los 5 años de seguimiento cuando la RMN craneal muestra 4 o más lesiones desmielinizantes. Se han descrito otros síndromes clínicos ais-lados atípicos, como las parestesias autolimitadas, que no son inicialmente tan sugestivos de EM como los anteriores y en los que habrá que interpretar con cautela los resultados de la RMN craneal. La sobreinterpretación de la RMN craneal puede llevar a un diag-nóstico incorrecto de EM hasta en un 33% de los casos.

Enfermedades monofocales no desmielinizantes

Tumores

MeningiomaEs un tumor benigno, en la mayoría de los casos, que se origina en la aracnoides, cerebral o espinal. Se trata de uno de los tumores más frecuentes de la cavidad craneal. Predo-mina en mujeres en la sexta-séptima década de la vida. Con frecuencia es asintomático y se halla por neuroimagen. Cuando los meningiomas dan clínica, ésta depende de la localización: diplopía, pérdida visual, afectación de pares craneales, paresia, alteración de la marcha, crisis epilépticas, cefalea o cambios de personalidad. Se han descrito casos de remisión de síntomas en relación con el puerperio cuya clínica planteaba dudas con una EM. La convexidad de los hemisferios cerebrales, los laterales del seno longitudinal, las alas del esfenoides, el tracto olfatorio, el ángulo pontocerebeloso y el agujero occipital son localizaciones frecuentes. En la RMN se muestran como lesiones iso o hipointensas que se realzan de forma intensa y homogénea con gadolinio. En el 15% de los casos aparecen características atípicas como necrosis, hemorragia central o quistes. En los meningiomas de comportamiento más agresivo la captación de contraste es irregular, existe necrosis y destrucción ósea. Estas características de neuroimagen hacen difícil su confusión con una enfermedad desmielinizante. En el 5-15% de los pacientes los meningiomas pueden ser múltiples, sobre todo en asociación con neurofibromatosis de tipo II. Dependiendo del tamaño y la localización del meningioma, el tratamiento, no siempre necesario, se basa en la cirugía, la radioterapia y la cirugía estereotáxica.

GliomasSon los tumores primarios cerebrales más frecuentes. Su incidencia aumenta con la edad, y las radiaciones ionizantes son un factor de riesgo para su aparición. Dependiendo de la localización y del tipo histológico, clínicamente cursan con cefalea, náuseas, vómitos, trastornos del comportamiento, signos focales (paresia, ataxia, afasia), parálisis de pares craneales y crisis epilépticas. Los glioblastomas ocurren con frecuencia en adultos jóve-nes. Los gliomas de tronco cerebral son probablemente los que clínicamente podrían simular más una EM. En la RMN craneal se muestran como lesiones grandes, infiltrati-vas y con la captación de contraste, implicando una mayor malignidad. Una variante de glioma es la gliomatosis cerebri.

Page 27: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

30

Malformaciones vasculares

Dentro de las MAV se incluyen las arteriovenosas (MAV durales o parenquimatosas), las venosas (angiomas venosos, cavernomas) y las capilares (telangiectasias). Generalmente ocurren de forma esporádica y más raramente en el contexto de síndromes determinados genéticamente como la cavernomatosis múltiple familiar, el síndrome de Rendu-Osler o el síndrome de Sturge-Weber. Su incidencia global es de unos 3 pacientes por 100.000 habitantes/año, sin incluir los hallazgos autópsicos.

Las MAV suelen ser causa de epilepsia focal, de hemorragia cerebral (riesgo de san-grado del 2-4% anual) y de deterioro neurológico progresivo por efecto de “robo” de sangre al parénquima normal, en forma de síndromes de tronco cerebral, déficits moto-res o sensitivos y paraparesia progresiva cuando se localizan a nivel medular. Las fístulas durales suelen adoptar un curso lentamente progresivo al que se añaden empeoramientos bruscos. Es en estos casos cuando más fácilmente pueden confundirse con una EM, tanto clínicamente como por los cambios de señal visibles en la RMN medular. El diagnóstico se confirma con la angiografía. El tratamiento consiste en la escisión quirúrgica, la embo-lización y la radiocirugía estereotáxica, dependiendo del tamaño y la localización. A veces ocurre una remisión de los síntomas debido a trombosis espontánea.

Los angiomas venosos están formados por venas de mayor calibre de lo normal, con parénquima cerebral entre ellas, que convergen en una vena de drenaje. Son frecuentes en la sustancia blanca cerebral y cerebelosa, suelen constituir un hallazgo de neuroimagen –asintomáticos en casi todos los casos– y no precisan tratamiento.

Los cavernomas aparecen como un hallazgo incidental en un 0,3-0,9% de las RMN practicadas por otros motivos. Es característico su aspecto de “diana” a consecuencia de microsangrados en la RMN, pero no son visibles en la angiografía por el pequeño tamaño de los vasos anómalos que irrigan o drenan la malformación, a diferencia de las MAV. Como ya hemos mencionado más atrás, existen casos familiares, aunque la mayo-ría son esporádicos. Generalmente son asintomáticos, pero pueden ocasionar epilepsia, hemorragia cerebral, cefalea o déficit focal neurológico progresivo. También pueden dar lugar a síntomas focales recurrentes por microsangrados sucesivos. Los angiomas, aunque pueden estar presentes desde el nacimiento, suelen producir los síntomas en el adulto. El tratamiento, en caso de ser necesario, es quirúrgico.

Mononeuritis aisladas de pares craneales

La afectación de los pares craneales puede ocurrir en el contexto de enfermedades sistémicas, como se ha mencionado en apartados anteriores, o de forma aislada, idiopática.

Así, es frecuente la parálisis facial idiopática de Bell, también llamada a frigore, conse-cuencia de la inflamación del VII par craneal en el canal intrapetroso. Tiene una inciden-cia anual de 20-50 pacientes/100.000 habitantes y predomina en mujeres. Clínicamente puede ser indistinguible de una lesión protuberancial. El vértigo puede ser consecuencia de una lesión del tronco cerebral y/o cerebelosa, o bien de una neuronitis vestibular (afectación del VIII par craneal).

La diplopía puede ser secundaria a una parálisis aislada del VI par craneal.

Page 28: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

31

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

La neuralgia del trigémino, cuando aparece en un adulto joven, es más probable que se deba a una EM que a una neuralgia esencial de dicho par craneal.

Encefalitis de Bickerstaff y otras encefalitis de tronco

La encefalitis de Bickerstaff es un cuadro agudo que combina síntomas de afectación de tronco cerebral, como oftalmoplejia o ataxia, con síntomas piramidales o alteración del nivel de conciencia. Tanto la presencia de alteración del nivel de conciencia como de clínica piramidal diferencia este cuadro de la forma de Fisher del síndrome de Guillain-Barré. En ambos casos se puede demostrar positividad para los anticuerpos anti-GQ1b IgG. En el 30% de los pacientes con encefalitis de Bickerstaff se demuestran alteraciones de la RMN craneal. El cuadro se autolimita en días o semanas, con buena recuperación funcional en más de la mitad de los pacientes. En el LCR puede haber pleocitosis pero raras veces hay BOC.

Otras entidades pueden cursar con cuadro encefalítico que afecta predominantemen-te al tronco cerebral. Es lo que de nuevo se ha dado en llamar romboencefalitis. Además de la forma descrita anteriormente, encontramos pacientes con infección por Listeria monocytogenes, tuberculosis, infección por virus de Epstein-Bar o por herpes-virus.

Como hemos visto, el diagnóstico diferencial de la EM es amplio, sobre todo a ex-pensas de entidades infrecuentes. Por lo tanto, es difícil establecer de forma protocolizada una serie de exploraciones a realizar en todos los enfermos con sospecha de enfermedad desmielinizante primaria. No obstante, ciertos datos clínicos, radiológicos o de labora-torio han de hacernos sospechar que el paciente no sea portador en realidad de una EM (Tabla 3).

Tabla 3. Señales de alarma o red flags ante las que habrá que sospechar otros diagnósticos diferentes de la esclerosis múltiple

1. Exploración neurológica normal

2. Ausencia de diseminación espacial (localización única en el SNC) y/o temporal (curso progresivo, sobre todo si es de inicio en pacientes jóvenes)

3. Ausencia de signos típicos de EM como la neuritis óptica, signo de Lhermitte, déficits sensitivos, paresia, afectación esfinteriana y trastornos oculomotores

4. Edad de inicio en la infancia y/o pasados los 50 años

5. Instauración del déficit neurológico brusco, “ictal”

6. Curso benigno anormalmente largo

7. Presencia de enfermedades concomitantes sistémicas y/o psiquiátricas, y/o de familiares afectos de patologías hereditarias

8. Síntomas de afectación de la sustancia gris (demencia, afasia, crisis epilépticas) y/o del sistema nervioso periférico (fasciculaciones, polineuropatía)

9. Normalidad de la RMN craneal y/o del LCR

10. Hallazgos atípicos en analítica sanguínea (sin olvidar la posibilidad de falsos positivos)

Page 29: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

32

BIBLIOGRAFÍA

1 Dale RC, de Sousa C, Chong WK, Cox TC, Harding B, Neville BG. Acute disseminated encephalomyelitis, multiphasic disseminated encephalomyelitis and multiple sclerosis in children. Brain 2000; 123 Pt 12: 2407-22.

2 Mikaeloff Y, Suissa S, Vallée L, Lubetzki C, Ponsot G, Confavreux C, Tardieu M; KIDMUS Study Group. First epi-sode of acute CNS inflammatory demyelination in childhood: prognostic factors for mul-tiple sclerosis and disability. J Pediatr 2004; 144: 246-52.

3 Mikaeloff Y, Adamsbaum C, Husson B, Vallée L, Ponsot G, Confavreux C, et al.; KIDMUS Study Group on Radiology. MRI prognostic factors for relapse after acute CNS inflammatory demyelination in childho-od. Brain 2004; 127: 1942-7.

4 Gascon-Bayarri J, Campdelacreu J, Sánchez-Castañeda C, Martínez-Yélamos S, Moragas M, Scheper GC, et al. Leukoencephalopathy with vanishing white matter presenting with presenile dementia. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2009; 80: 810-1.

5 The American College of Rheumatology nomenclature and case definitions for neuropsy-chiatric lupus syndromes. Atrhritis Rheum 1999; 42: 599-608.

6 Ramos-Casals M, Brito-Zerón P, Muñoz S, Soto MJ; BIOGEAS STUDY Group. A systematic review of the off-label use of biological therapies in systemic autoimmune diseases. Medicine (Baltimore) 2008; 87: 345-64.

7 Ramírez M, Ramos-Casals M, Graus F. Afección del sistema nervioso central en el síndrome de Sjögren primario. Med Clin (Barc) 2009; 133: 349-59.

8 Delalande S, de Seze J, Fauchais AL, Hachulla E, Stojkovic T, Ferriby D, et al. Neurologic manifestations in primary Sjögren syndrome: a study of 82 patients. Medicine (Baltimore) 2004; 83: 280-91.

9 Noseworthy JH, Bass BH, Vandervoort MK, Ebers GC, Rice GP, Weinshenker BG, et al. The prevalence of primary Sjögren’s syndrome in a multiple sclerosis population. Ann Neurol 1989; 25: 95-8.

10 Akman-Demir G, Serdaroglu P, Tasçi B. Clinical patterns of neurological involvement in Behçet’s dis-ease: evaluation of 200 patients. The Neuro-Behçet Study Group. Brain 1999; 122: 2171-82.

11 Vendrely A, Bienvenu B, Gasnault J, Thiebault JB, Salmon D, Gray F. Fulminant inflammatory leukoenceph-alopathy associated with HAART-induced immune restoration in AIDS-related progressive multifocal leukoencephalopathy. Acta Neuropathol 2005; 109: 449-55.

12 Sastre-Garriga J, Montalbán X. APS and brain. Lupus 2003; 12: 877-82.13 Cervera R, Piette JC, Font J, Khamashta MA, Shoenfeld Y, Camps MT, et al.; Euro-Phospholipid Project Group. An-

tiphospholipid syndrome: clinical and immunologic manifestations and patterns of disease expression in a cohort of 1,000 patients. Arthritis Rheum 2002; 46: 1019-27.

14 Cano LM, Martínez-Yélamos S, Majós C, Albertí MA, Boluda S, Velasco R, Rubio F. Reversible acute leukoen-cephalopathy as a form of presentation in cerebral amyloid angiopathy. J Neurol Sci 2010; 288: 190-3.

Page 30: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

29

[ Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales ]

La cirugía, la radioterapia y la quimioterapia pueden controlar algún tiempo el tu-mor, pero éste suele recurrir en la misma localización en casi todos los pacientes. El pro-nóstico es malo y la supervivencia oscila generalmente entre pocos meses y pocos años dependiendo de la velocidad de crecimiento del tumor.

LinfomasLos linfomas pueden afectar al encéfalo de forma primaria (linfoma primario cerebral) o como consecuencia de la extensión de un linfoma sistémico.

El linfoma primario cerebral ocurre predominantemente en varones de alrededor de 60 años y en pacientes inmunodeprimidos. Recientemente se ha detectado un in-cremento en la incidencia en pacientes no inmunodeprimidos. En el caso de los lin-fomas primarios del sistema nervioso suele tratarse de linfomas de células B. Pueden presentarse de forma multicéntrica o como lesión única. También pueden presentarse de forma indistinguible de la gliomatosis cerebri. Cursan con sintomatología variable dependiendo de la localización (síntomas focales, epilepsia, cefalea), sintomatología que puede remitir espontáneamente; de ahí su posible confusión con brotes de una EM. La RMN también puede plantear dudas, mostrando lesiones en la sustancia blan-ca hemisférica, en el cuerpo calloso y/o en ganglios de la base, con realce uniforme de contraste y sin edema perilesional. La biopsia cerebral puede ser necesaria para el diagnóstico. En cuanto al tratamiento, la respuesta a los corticoides es espectacular, al igual que en otras enfermedades desmielinizantes e inflamatorias. No obstante, su uso debe ser juicioso, pues los corticoides pueden enmascarar los resultados de una biopsia posterior.

El linfoma endovascular o angioendoteliomatosis neoplásica es una variedad rara de linfoma. Es en realidad un tumor sistémico, con manifestaciones principalmente cere-brales por oclusión de los vasos, en forma de infartos y posteriormente con un deterioro mental progresivo. La RMN puede mostrar múltiples lesiones de sustancia blanca se-cundarias a infartos cerebrales, y en el LCR no se detectan células malignas, localizadas éstas en los vasos cerebrales (no hay infiltración parenquimatosa ni meníngea), aunque sí puede haber aumento de proteínas y linfocitosis leves. Suele haber signos de afectación general (elevación de la VSG, fiebre), cutánea y renal. La biopsia cerebral y/o cutánea confirma el diagnóstico. El pronóstico es infausto a pesar del tratamiento con corticoides, la radio y la quimioterapia.

MetástasisLos tumores cerebrales normalmente no producen metástasis fuera del SNC, pero las metástasis de otras localizaciones son el proceso neoplásico más frecuente a nivel del SNC. Los tumores viscerales implicados más frecuentemente son el de pulmón, mama, melanoma, riñón y tubo digestivo. Un 15% de los pacientes con neoplasia sistémica desarrollan metástasis cerebrales. La clínica es muy variable: hallazgo asintomático, cri-sis convulsivas o síntomas focales. La imagen de RMN craneal puede ser inespecífica y generar confusión con otros procesos como tuberculomas, gliomas, o incluso EM, sobre todo cuando ésta última adopta una forma pseudotumoral. Las metástasis cerebrales implican un mal pronóstico, y la supervivencia es por lo general menor de 1 año, aun con tratamiento.

Page 31: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

33

[ Índice ]{ Síndromes progresivos:

medulares, del tronco cerebral, del nervio óptico y cognitivos }

1/ Introducción

2/ Síndromes de la médula espinal

3/ Síndromes del tronco cerebral

4/ Síndromes del nervio óptico

5/ Síndromes cognitivos

Bibliografía

Autor: José M.ª Prieto González1

Editores: Guillermo Izquierdo Ayuso2, Rafael Arroyo González3

1 Servicio de Neurología. Hospital Clínico Universitario. Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (A Coruña)

2 Servicio de Neurología. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla3 Servicio de Neurología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid

Page 32: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

34

Resumen

Los síndromes neurológicos progresivos abarcan gran cantidad de procesos que pueden

plantear problemas de diagnóstico diferencial con las formas progresivas de la EM. En este

capítulo hemos descrito estas enfermedades según una clasificación topográfica: síndromes me-

dulares, del tronco cerebral, del nervio óptico y cognitivos. De las mielopatías progresivas, los

procesos que con mayor frecuencia pueden simular una forma PP de la EM son la infección

por HTLV-1 y VIH, la enfermedad celíaca, la adrenoleucodistrofia y las formas heredita-

rias de paraparesia espástica. Además, cada vez cobra mayor interés el déficit de cobre. De

los síndromes progresivos del tronco cerebral, la enfermedad de Whipple y las heredoataxias

son procesos a considerar cuando nos planteamos el diagnóstico. Las neuropatías ópticas pro-

gresivas a considerar por su frecuencia son la enfermedad de Leber, la causada por tóxicos,

fármacos y la sarcoidosis, y la neuropatía óptica isquémica. Por último, en relación con los

síndromes cognitivos progresivos, el CADASIL, las vasculitis y la leucodistrofia metacromática

son procesos a tener en cuenta, sobre todo en las formas “familiares” de la enfermedad, y merece

una atención especial la leucoencefalopatía multifocal progresiva porque probablemente en los

próximos años el desarrollo de terapias más eficaces y agresivas dará lugar a un aumento de

su prevalencia.

Page 33: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

35

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

1/Introducción

En un 10-15% de los pacientes, la esclerosis múltiple (EM) se presenta como un síndro-me neurológico progresivo, generalmente con síntomas sugestivos de lesión medular, y en menos enfermos la pérdida progresiva de agudeza visual, de las funciones cerebrales superiores o la inestabilidad de la marcha serán los síntomas fundamentales de un pro-ceso desmielinizante(1-3).

En la anatomía patológica de la EM primaria progresiva (EMPP) predominan los procesos degenerativos sobre los inflamatorios, lo que ha llevado a interpretar su fisiopa-tología más como un problema primario de la microglía (astrocitos y oligodendrocitos) que como un problema secundario a una reacción inflamatoria autoinmune)(4). En los estudios de resonancia magnética (RM) se observan pocas lesiones con escasa o nula captación de contraste. A pesar de ello, el grado de invalidez de los pacientes suele ser elevado.

El pronóstico es adverso, con una evolución más rápida hacia la invalidez que en las formas remitente-recurrentes (RR) de la enfermedad y, aunque no existan parámetros clínicos o de neuroimagen que permitan establecer un pronóstico, la EDSS (expanded disability status scale) al inicio, la carga lesional en T

2, la aparición de nuevas lesiones,

la captación de contraste en RM y el área de la médula cervical pueden tener un valor predictivo(5).

A excepción de la biopsia, no hay pruebas específicas que permitan tener una absoluta seguridad diagnóstica, por lo que se han establecido una serie de criterios que se funda-mentan en dos principios básicos: a) las lesiones en el sistema nervioso central (SNC) deben estar diseminadas en el espacio y en el tiempo, y b) deben descartarse razonable-mente otras posibles explicaciones de los síntomas. Con ambos principios en mente, se han elaborado una serie de criterios aplicables a las formas RR y a las formas PP de la enfermedad. En capítulos anteriores de estas monografías (Esclerosis múltiple primaria progresiva, capítulo “Concepto, clínica y diagnóstico”) se han descrito cuáles son y cómo deben ser interpretados estos criterios, por lo que en el presente capítulo describiremos los síndromes clínicos, desmielinizantes y no desmielinizantes, que afectan al nervio óp-tico, a los hemisferios, al tronco cerebral y a la médula espinal y que con más frecuencia pueden plantear un problema de diagnóstico diferencial con la EM.

2/Síndromes de la médula espinal

En la EM, la afectación de la médula espinal puede presentarse como un episodio agudo y recurrente, con recuperación total o parcial, asociado a otros síntomas neurológicos carac-terísticos de la EM, pero en las formas medulares progresivas se plantea un diagnóstico di-ferencial más amplio y difícil, al existir gran número de procesos infecciosos, autoinmunes e inflamatorios que pueden dar lugar a una mielopatía progresiva con trastorno de la marcha,

Page 34: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

36

alteraciones sensitivas y alteración del control de los esfínteres. En estos casos, los nuevos criterios diagnósticos de McDonald subrayan la importancia del líquido cefalorraquídeo (LCR) y de los potenciales evocados visuales (PEV) en el diagnóstico de la EMPP:

Progresión clínica durante un año, y 2 de los siguientes:• RM cerebral positiva (9 lesiones en T2 o ≥ 4 lesiones en T2 con PEV positivos)• RM medular positiva ( ≥ 2 lesiones en T2)• LCR positivoEn la monografía sobre Esclerosis múltiple primaria progresiva de esta misma serie se

describe con mayor detalle el valor del análisis del LCR en esta forma clínica, aunque es de subrayar que la presencia de bandas oligoclonales (BOC) de IgG en un paciente con un trastorno progresivo es muy altamente sugestiva de una forma PP de la EM.

En la Tabla 1 describimos los procesos clínicos causantes de un síndrome medular progresivo y que plantean con frecuencia el diagnóstico diferencial con la EMPP. Algunos de ellos, como la mielopatía cervical, la siringomielia o los tumores, no suelen presentar dificultades diagnósticas, aunque en ocasiones los astrocitomas medulares pueden exigir estudios más agresivos o la realización de un seguimiento clínico y radiológico para esta-blecer el diagnóstico definitivo. La malformación arteriovenosa y la fístula venosa de la duramadre pueden dar síntomas recurrentes, con imágenes de resonancia bastante carac-terísticas. En caso de duda, la arteriografía medular permite confirmar su diagnóstico.

La mielopatía por HTLV-1 o paraparesia espástica tropical fue descrita inicialmente en la Martinica y es un mielopatía inflamatoria causada por el retrovirus linfotrópico T humano de tipo I(6). La enfermedad es endémica en determinadas poblaciones asiáticas y áreas próximas al ecuador, y en caucásicos que viven en esas áreas la infección general-mente se produce por contacto sexual o por abuso de drogas intravenosas. Se supone que los linfocitos CD4+ infectados por el virus generan una respuesta específica de células natural killer (NK), que son las causantes finales de la lesión de la médula espinal(7). En la anatomía patológica destaca un infiltrado inflamatorio con desmielinización que afecta de forma preferente a la médula torácica.

Clínicamente evoluciona en varios años y afecta con más frecuencia a mujeres adul-tas. Se caracteriza por dolor lumbar y disestesias de predominio distal asociados a epi-

Tabla 1. Síndromes medulares

Mielopatía por HTLV-1 Sarcoidosis

Neuromielitis óptica Enfermedad de Lyme

Mielopatía por VIH Estenosis cervical

Déficit de vitamina B12 Siringomielia

Déficit de cobre Tumor epidural

Paraparesia espástica hereditaria Malformación AV medular

Adrenoleucodistrofia Fístula venosa de la duramadre

Neurolúes

AV: arteriovenosa; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana

Page 35: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

37

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

sodios de retención urinaria no dolorosa. En los años siguientes el paciente refiere una dificultad progresiva para caminar por debilidad bilateral de evolución disto-proximal y espasticidad con marcha en tijeras. En la exploración se aprecia una paraparesia espás-tica simétrica e hiperreflexia muscular con signo de Babinski y clonus bilaterales. Los pacientes tienen disestesia con sensación quemante. Las extremidades superiores suelen estar respetadas o sólo ligeramente afectadas, y puede apreciarse una hipotrofia muscular bilateral. Cuando el proceso está muy avanzado, existe distensión vesical, hiperreflexia mandibular, nistagmo y palidez papilar bilateral. La evolución es lentamente progresiva, precisando de silla de ruedas para sus desplazamientos en un plazo de unos 15 años desde el diagnóstico. Existen síndromes clínicos que pueden asociarse a esta mielopatía y difi-cultar el diagnóstico: neumonitis, dermatitis, uveítis, polimiositis y, en menos pacientes, síndrome de Sjögren, episodios de artritis y síntomas de neuropatía periférica.

El diagnóstico de probabilidad se basa en criterios clínicos (espasticidad de inicio a edad adulta con disfunción vesical y curso progresivo). En estudio de sangre periférica es posible observar linfocitos infectados por el virus con núcleos anormales (células en flor). El LCR puede mostrar BOC de IgG; los PEV pueden mostrar un aumento bilateral de las latencias, y en RM se pueden ver lesiones hemisféricas de hiperseñal(8), lo que hace que en algunos casos pueda ser difícil establecer el diagnóstico diferencial con la EM. En la actualidad, la realización de proteína C reactiva (PCR) en suero y en LCR es la mejor técnica para confirmar el diagnóstico y diferenciar entre el HTLV-1 y el 2.

Una vez que se han excluido por neuroimagen procesos medulares compresivos, el diagnóstico diferencial se establece fundamentalmente con la EMPP y otras mielopatías progresivas, fundamentalmente la neurolúes, el sida, el déficit de vitamina B

12, la sarcoi-

dosis y el lupus y otras enfermedades del tejido conjuntivo. El tratamiento es sintomático, ya que no responde a los antirretrovirales(9). Es impor-

tante prevenir las complicaciones urinarias con oxibutinina, anticolinérgicos y cateteris-mos intermitentes, y disminuir la espasticidad con benzodiacepinas, baclofeno y tizani-dina, solos o en combinación. Se ha sugerido que la administración de metilprednisolona 3 días cada 3 meses podría enlentecer el curso de la enfermedad(10).

El pronóstico de la enfermedad es malo, y el paciente suele quedar restringido a silla de ruedas en unos 10-15 años desde su diagnóstico. La sepsis urinaria suele ser la causa de muerte.

La neuromielitis óptica (NMO) o neuro-óptico-mielitis de Devic es una alteración de causa desconocida que se caracteriza por la lesión selectiva del nervio óptico y la mé-dula espinal. Afecta más frecuentemente a mujeres mayores de 40 años, sobre todo de raza negra o asiática. Su causa se desconoce y, aunque se ha sugerido una asociación con procesos infecciosos previos, se supone que los mismos dan lugar a una activación ines-pecífica del sistema inmune que afecta de forma preferente a los linfocitos B. Dado que suele presentarse de forma brusca, se describe de manera específica en la segunda parte (“La neuromielitis óptica”) del capítulo de esta monografía titulado “Mielopatías agudas y neuromielitis óptica”.

La mielopatía por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)-1 es poco frecuente y se presenta cuando la enfermedad ha evolucionado en el tiempo y su diagnóstico resulta evidente con cifras de CD4 inferiores a 200 μL. La lesión del sistema nervioso se debe a mecanismos inmunológicos y a la propia neurotoxicidad del virus, pero han de consi-

Page 36: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

38

derarse como mecanismos coadyuvantes los efectos secundarios de los antirretrovirales, la malnutrición y las infecciones oportunistas. Clínicamente se caracteriza por parapare-sia espástica, hipoestesia y disfunción vesical. En la exploración se aprecia hiperreflexia muscular bilateral, apalestesia y ataxia sensorial. El virus alcanza la médula dentro de los macrófagos y linfocitos T(11) y desde un punto de vista anatomopatológico existe una va-cuolización con edema intralaminar, respeto de los axones e infiltración de las columnas posteriores por macrófagos infectados(12). Es posible detectar proliferación de microglía y células gigantes multinucleadas.

En el diagnóstico, el LCR puede ser normal o mostrar una pleocitosis leve con hiper-proteinorraquia, y en RM es posible apreciar una atrofia de la médula. Sin embargo, el diagnóstico se basa en demostrar una serología positiva para VIH con clínica compatible. En cualquier caso, es importante descartar déficit de vitamina B

12 y procesos infiltrativos

e infecciosos de la médula, sobre todo linfoma, neurolúes, tuberculosis y toxoplasma.El tratamiento es con antirretrovirales y sintomático, pero el pronóstico funcional es

variable y va a depender de la evolución general de la enfermedad.El déficit de vitamina B

12 (cobalamina) es poco frecuente en occidente y puede obser-

varse en ancianos, en personas con dietas vegetarianas muy estrictas, pacientes con sida y gastrectomizados. La metformina también puede empeorar la absorción de vitamina B

12.

Con menos frecuencia se debe a factores hereditarios. Entre 1992 y 1993 se describió en Cuba un brote epidémico que afectó a miles de pacientes malnutridos(13). Las mani-festaciones clínicas del déficit de vitamina B

12 son fundamentalmente gastrointestinales,

hematológicas y neurológicas. Un aspecto de interés es que las manifestaciones hematoló-gicas y neurológicas están disociadas. Los trastornos neurológicos se presentan en un 39% de los enfermos y, de ellos, en un 80% los síntomas neurológicos son las manifestaciones predominantes(14) e incluyen polineuropatía periférica, mielopatía, síntomas psiquiátricos, demencia y neuropatía óptica. Esta última es la menos frecuente y se caracteriza por un es-cotoma cecocentral con aumento progresivo y bilateral de la mancha ciega, generalmente asociado a paraparesia espástica, ataxia, parestesias y alteraciones cognitivas y psiquiátricas. Esta multiplicidad de síntomas puede hacer sospechar una enfermedad desmielinizante.

El mecanismo que da lugar a las manifestaciones neurológicas no es bien conocido, pero se ha sugerido que se debe a una síntesis anormal de los fosfolípidos de la mielina por una incorporación anormal del metilmalonato y metilpropionato a los ácidos grasos, lo que da lugar a una mielinización anormal. En la anatomía patológica se describen pér-dida de fibras mielinizadas con desmielinización y degeneración axonal, más prominen-tes en la médula espinal. En el cerebro se puede encontrar desmielinización perivascular y edema axonal fusiforme(15). La RM puede mostrar lesiones de hiperseñal en la médula y los hemisferios cerebrales(16). En pacientes sin síntomas visuales los PEV pueden ser patológicos.

El diagnóstico se establece al detectar niveles séricos bajos de cobalamina, aunque la determinación más importante sería la transcobalamina II (en los hepatópatas existen niveles falsamente elevados de cobalamina). En pacientes con niveles borderline de vita-mina B

12 puede ser de utilidad la detección de niveles séricos elevados de homocisteína

(20 μM/L) y ácido metilmalónico (350 nM/L).El tratamiento es con suplementos de cianocobalamina (4 inyecciones intramuscula-

res de 1.000 μg de cianocobalamina durante 2 semanas o 1.000 μg de hidroxicobalami-

Page 37: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

39

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

na cada 3 meses). Es conveniente tener en cuenta que se han descrito empeoramientos bruscos de los síntomas neurológicos en pacientes con déficits de vitamina B

12 tratados

con ácido fólico.La mielopatía por déficit de cobre es muy rara, ya que la cantidad presente en la

comida es suficiente. Sin embargo, en el síndrome nefrótico, hiperingesta de zinc (pastas dentales), enfermedad celíaca, sprúe, cirugía bariátrica o la nutrición parenteral es posi-ble que se produzca un déficit de este oligoelemento. Recientemente se ha descrito una mielopatía por déficit de cobre clínicamente indistinguible de la debida al déficit de vita-mina B

12, lo que probablemente explica algunos casos de mielopatía con niveles normales

de vitamina B12

(17). Es posible que coexistan un déficit de cobre, hierro y vitamina B12

. El paciente tiene un curso clínico subagudo con marcha ataxio-espástica por lesión de los cordones posteriores. La neuropatía asociada da lugar a debilidad con hiporreflexia, aunque en la exploración es posible encontrar combinaciones clínicas diversas(18).

Se ha descrito en Japón un síndrome de neuropatía mielo-óptica secundaria al consu-mo mantenido de clioquinol que es clínicamente similar a la debida al déficit de cobre, pero la fisiopatología de estos procesos se desconoce. El cobre actúa como coenzima en múltiples vías enzimáticas, por lo que se ha sugerido que la interrupción del ciclo de me-tilación a múltiples niveles da lugar a un fallo en el mantenimiento de la mielina y causa desmielinización con degeneración walleriana.

El diagnóstico se basa en demostrar niveles séricos disminuidos de cobre y ceru-loplasmina. Cuando los suplementos dietéticos son muy bajos es posible apreciar una reducción de la cupruria. Existe además anemia micro o macrocítica con neutropenia y menos veces trombocitopenia o pancitopenia. En el estudio de médula ósea se aprecia una vacuolización citoplásmica de los precursores mieloides y eritroides, lo que sugiere un síndrome mielodisplásico o una anemia sideroblástica. La RM de la médula puede mostrar una hiperseñal en T2 en la mitad posterior que afecta a varios cuerpos vertebra-les, fundamentalmente de la médula cervical, y es posible observar lesiones hemisféricas que recuerdan a la EM(19).

El tratamiento se basa en reducir la ingesta de zinc y en administrar suplementos en forma de sales de cobre. Con ello puede conseguirse una mejoría lentamente progresiva hasta la remisión completa de los síntomas, aunque no siempre es así; en algún caso se han descrito recaídas clínicas a pesar de mantener el tratamiento en dosis adecuadas. En algunos pacientes el suplemento de cobre debe ser administrado por vía parenteral.

La paraparesia espástica hereditaria o enfermedad de Strümpell-Lorrain es un proce-so de carácter hereditario que en la actualidad se subclasifica en función de su mecanismo de herencia y el cromosoma donde se localiza el gen(20). Su prevalencia es muy variable entre los distintos países. En España, el estudio más extenso realizado en Cantabria de-terminó una prevalencia de 9,6 por 100.000 habitantes(21). En la anatomía patológica, el hallazgo más característico es una degeneración de los axones de la vía piramidal y de las columnas dorsales, y en un pequeño porcentaje de pacientes es posible apreciar lesión del tracto espinocerebeloso(22). Clínicamente se pueden describir dos fenotipos:

• Una paraparesia espástica pura, caracterizada por una dificultad progresiva para caminar de inicio a los 20 años, con espasticidad, hiperreflexia y signos de Babinski y clonus bilaterales. Son frecuentes los episodios de retención o de urgencia urinaria y raras veces las alteraciones del esfínter anal. No existen otros síntomas ni signos neurológicos,

Page 38: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

40

aunque en estadios avanzados puede apreciarse una disminución de la sensibilidad vibra-toria y artrocinética y atrofia muscular moderada.

• Una paraparesia espástica complicada en la que a la paraparesia descrita se asocian otros síntomas y signos neurológicos: retinopatía y/o atrofia óptica, neuropatía periférica, síndrome extrapiramidal, sordera, epilepsia, retraso mental, trastornos psiquiátricos o demencia(23).

Desde el punto de vista genético se puede hablar de formas autosómicas dominantes y formas autosómicas recesivas. En ambos casos existen formas puras y formas compli-cadas de la enfermedad. Las formas autosómicas dominantes tienen 14 loci conocidos, la mayor parte con formas clínicas puras. La más frecuente en los adultos es la SPG4, debida a un defecto del gen de la espastina, una proteína que promueve la formación de las redes de microtúbulos e interviene en el desarrollo y crecimiento axonal(24). La SPG31 es la otra forma más frecuente en adultos y es debida a un defecto de la proteína mito-condrial (REEP-1) que da lugar a una paraplejia espástica antes de los 20 o después de los 30 años. De las formas autosómicas recesivas el primer gen que se identificó fue la paraplegina (SPG7), aunque ésta es una forma poco frecuente de la enfermedad; la más frecuente es la SPG11 y se caracteriza por asociar signos cerebelosos como consecuencia de la atrofia cerebelosa y de las lesiones de la sustancia blanca, con atrofia cortical frontal y del cuerpo calloso(25), lo que puede plantear dificultades diagnósticas con la EM.

En la Tabla 2 se muestran las formas clínicas descritas hasta el momento y se destacan las más frecuentes en adultos. Los estudios genéticos actualmente en marcha hacen que esta clasificación sea provisional.

El diagnóstico diferencial se establece fundamentalmente con las ataxias espinoce-rebelosas (SCA), trastornos metabólicos que afectan a la sustancia blanca (adrenoleuco-distrofias [ALD], enfermedad de Krabbe, leucodistrofia metacromática y encefalopatías mitocondriales), y causas metabólicas (degeneración combinada subaguda, déficit de vitamina E, abetalipoproteinemia y déficit de arginasa). Los procesos infecciosos, com-presivos, estructurales y neoformativos de la médula espinal son más fáciles de diferenciar con estudios de serología y de neuroimagen. Puede ser precisa la realización de estudios complementarios con determinación de vitamina B

12, ácido fólico, electroforesis de pro-

teínas, serologías, ácidos grasos de cadena muy larga (VLFA) en suero, función suprarre-nal, arilsulfatasa, galactocerebrosidasa, LCR y electroneuromiografía (ENMG).

El tratamiento es sintomático con toxina botulínica, dandroleno, tizanidina o con baclofeno oral o intratecal asociados a fisioterapia.

La ALD es una enfermedad peroxisomal debida al acúmulo de VLFA en la corteza suprarrenal y en la sustancia blanca del SNC. En la actualidad se considera un continuum del síndrome de Zellweger. La enfermedad tiene una herencia recesiva ligada al cromo-soma X, por lo que las mujeres son portadoras sanas y clínicamente afecta a varones. Un 20% de los pacientes están asintomáticos o únicamente tienen síntomas derivados de insuficiencia suprarrenal (fenotipo Addison), pero dependiendo de la combinación de los síntomas neurológicos se ha utilizado una amplia variedad de términos para denominar este proceso: adrenomieloneuropatía, encefalitis periaxial difusa, enfermedad de Schil-der, leucodistrofia melanodérmica, enfermedad bronceada de Schilder, enfermedad de Addison-Schilder y leucodistrofia sudanofílica. El desarrollo neurológico es inicialmente normal y clínicamente suele manifestarse en niños varones hacia los 7 años de edad con

Page 39: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

41

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

déficit de atención y grados variables y progresivos de alteración cognitiva, alteraciones visuales, ataxia y signos piramidales y extrapiramidales, hasta llegar a un estado vegetati-vo en unos 2-3 años. En los adultos, la enfermedad se inicia a los 20-30 años de forma progresiva con paraparesia espástica, trastornos esfinterianos e impotencia que se asocian a grados variables de neuropatía periférica (adrenomieloneuropatía). En unos 10 años aparecen trastornos debidos al acúmulo de VLFA, inicialmente parieto-occipital y poste-riormente en la región frontotemporal, el cuerpo calloso, la cápsula interna y los tractos córtico-espinales, dando lugar síntomas cognitivos con un predominio de los trastornos ejecutivos(26). En un 20% de las mujeres portadoras se han descrito síntomas neurológi-cos que se inician a los 35-40 años y que recuerdan a la adrenomieloneuropatía.

Se desconoce el mecanismo por el que se produce el acúmulo de VLFA, pero se ha sugerido que es debido a un defecto de la proteína de membrana encargada de transpor-tar los VLFA al interior de los peroxisomas, lo que desencadena una respuesta inmune

Tabla 2. Paraparesias espásticas hereditarias*

Paraparesias espásticas autosómicas dominantes Paraparesias espásticas autosómicas recesivas

Genotipo Locus Tipo Gen Genotipo Locus Tipo Gen

SPG3A 14q11-21 Pura Atlastina SPG5 8q11.1-q21.2 Pura CYP7B1

SPG4 2p21-p22 Pura SPAST (espastina) SPG7 16q24.3 Pura o

complicada Paraplegina

SPG6 15q11.1 Pura NIPA1 SPG11 15q13-15 Pura o complicada

KIAA1840 (espatacsina)

SPG8 8q23-q24 Pura KIA0196 (estrumpelina) SPG14 3q27-28 Complicada

SPG9 10q23.3-q24.2 Complicada SPG15 14q22-24 Complicada ZFYVE26 (espastizina)

SPG10 12q13 Pura o complicada KIF5A SPG20 13q12.3 Complicada Epartina

SPG12 19q13 Pura SPG21 15q22.31 Complicada Maspardina

SPG13 2q24-34 Pura HSPD1 (Hsp60) SPG23 1q24-q32 Complicada

SPG17 11q12-14 Complicada BSCL2 (seipina) SPG24 13q14 Pura

SPG19 9q33-q34 Pura SPG25 6q23.3-q24.1 Complicada

SPG29 1p31.1-1p21.1 Complicada SPG26 12p11.1 Complicada

SPG31 2p12 Pura REEP1 SPG27 10q22.1-24.1 Pura

SPG33 10q24.2 Pura ZFYVE27 SPG28 14q21.3-q22.3 Pura

SPG37 8p21.1-q13.3 Pura

SPG38 4p16-p15 Complicada * Con fondo de color, las formas más frecuentes en adultos

Page 40: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

42

con infiltración linfocítica perivascular y rotura de la barrera hematoencefálica causan-tes de la lesión irreversible de la mielina. El acúmulo de VLFA en el sistema nervioso generalmente es bilateral y simétrico, y el principal hallazgo anatomopatológico es una axonopatía que afecta principalmente al fasciculus gracilis y al tracto corticospinal de la médula espinal(27).

El diagnóstico de la ALD se basa en la detección de niveles plasmáticos elevados de VLFA, generalmente asociados a cortisol sérico bajo, test de ACTH negativo y niveles séricos elevados de ACTH. El diagnóstico diferencial de las formas adultas y de las por-tadoras sintomáticas se establece con la EMPP y con la paraparesia espástica hereditaria, pero en el primer caso no existen BOC de IgG en el LCR, y en el segundo el estudio genético permite el diagnóstico. En la RM cerebral se aprecian lesiones de hiperseñal en las secuencias T2, con o sin captación de contraste, que habitualmente son grandes, simétricas y de localización parieto-occipital; raras veces son asimétricas, planteando el diagnóstico diferencial con un tumor cerebral. Es necesario identificar pacientes asinto-máticos y portadores entre los hermanos, hermanas y parientes maternos en primer gra-do. Actualmente la técnica más extendida es la determinación plasmática de los VLFA(28), pero en mujeres portadoras con resultados dudosos puede ser necesario el cultivo de leucocitos y/o fibroblastos para detectar material inmunorreactivo. En el futuro posible-mente el estudio genético de marcadores Xq28 podría ser el test diagnóstico.

El tratamiento se basa en restituir la función suprarrenal con 25 mg de cortisona o 20 mg de hidrocortisona a la mañana seguidos de la mitad de esas dosis a mediodía. En situaciones de estrés e infecciones deberán incrementarse estas dosis para evitar una insuficiencia suprarrenal aguda. La dieta con restricción de ácidos grasos poliinsaturados y un suplemento de ácidos grasos monoinsaturados (aceite de Lorenzo) puede enlentecer la progresión de los síntomas neurológicos. En niños, es posible plantear un trasplante de médula ósea, y está en estudio la administración oral de estatinas, fenilbutirato, hormo-nas tiroideas y dehidroepiandrosterona.

El síndrome de la sustancia blanca evanescente es una enfermedad hereditaria de transmisión autosómica recesiva que podría plantear algún problema diagnóstico con la EM, aunque de forma característica se presenta en la infancia con un síndrome cerebe-loso, convulsiones y síntomas y signos de disfunción del tronco como consecuencia de una hipomielinización generalizada y bilateral que se traduce por hiperseñal difusa en la sustancia blanca de ambos hemisferios y en el tronco cerebral sin captación de contraste. En las formas adultas las manifestaciones clínicas son fundamentalmente cognitivas y psiquiátricas. En la RM existe atrofia cerebral y del vermis cerebeloso e hiperseñal difusa de la sustancia blanca con cavidades con señal similar a la del LCR. El estudio genético suele confirmar el diagnóstico, generalmente alguna mutación de los genes que codifican las cinco subunidades del factor de iniciación eIF2B. En los adultos la mutación más frecuente es la G338A del gen eIF2B5.

La neurolúes es un diagnóstico a considerar, aunque había disminuido en frecuencia. Clásicamente se ha dividido la infección por el Treponema pallidum en tres estadios:

• Sífilis primaria con primoinfección, en la que el chancro es la lesión característica.• A las 4-8 semanas existe una sífilis secundaria, en la que la afectación neurológica

más frecuente es la meningitis aséptica, que en algunos pacientes se asocia a sordera agu-da y neuritis óptica.

Page 41: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

43

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

• En un 10% de pacientes previamente trata-dos, entre 2 y 7 años más tarde se puede desarro-llar una sífilis terciaria. En este caso es posible una presentación neurológica variable.

En la Tabla 3 se señalan los procesos que pue-den observarse en la sífilis terciaria, pero en este capítulo nos centraremos en la mielopatía progre-siva, que puede plantear problemas de diagnóstico diferencial con las formas PP de la EM.

La tabes dorsal aparece de forma característica entre 15 y 30 años después de la primoinfección con dolores lancinantes en piernas y abdomen,

marcha atáxica con apalestesia, signo de Romberg y alteración de los reflejos pupilares con pupila de Argyll-Robertson. El paciente desarrolla úlceras perforantes plantares y artropatía de Charcot debidas a la alteración de la sensibilidad profunda como consecuencia de las lesiones de los cordones posteriores de la médula espinal. En algunas ocasiones, la tabes dorsal se manifiesta con oftalmoplejía, ataxia y arreflexia (síndrome de Miller-Fisher).

La sífilis meningovascular afecta entre 5 y 10 años después de la primoinfección en forma de episodios ictales con clínica dependiente de la región afectada. Habitualmente es hemisférica pero en ocasiones puede debutar como síndromes del tronco o de la mé-dula espinal. La meningomielitis sifilítica se caracteriza por una paraparesia lentamen-te progresiva con alteraciones esfinterianas, hiperreflexia y signos de Babinski y clonus bilaterales, pérdida de los reflejos cutáneo-abdominales y alteración de la sensibilidad vibratoria y artrocinética.

Desde el punto de vista de la anatomía patológica, en la tabes dorsal existe una in-filtración linfocítica de las columnas posteriores de la médula dorsal y lumbosacra junto con infiltración meníngea a diferentes niveles de la médula espinal. Las lesiones del sis-tema nervioso pueden deberse a una infección directa por los treponemas, pero en las formas secundarias y terciarias existe una vasculitis con proliferación de la capa íntima y necrosis de la media de las arteriolas. Los gomas sifilíticos suelen observarse en los hemis-ferios como lesiones granulomatosas ocupantes de espacio con infiltración de linfocitos y células plasmáticas y pocas veces es posible observar las espiroquetas.

El diagnóstico serológico se describe en el capítulo de esta monografía titulado “Sín-dromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales”. Los estudios de neuroimagen pueden ser normales, pero se han descrito realce de las meninges y lesiones isquémicas de vasculitis(29). Los gomas sifilíticos se comportan como lesiones avasculares con edema circundante, que son isointensas en T1 e hiperintensas en T2. En ocasiones, pueden observarse lesiones múltiples de hiperseñal en la sustancia blanca periventricular y sub-cortical(30). En la parálisis general progresiva se observan hidrocefalia y atrofia cortical.

El pronóstico de la mielopatía por sífilis es malo y con tratamiento es posible con-seguir una estabilización del proceso, precisando tratamiento sintomático de la espasti-cidad y de las alteraciones esfinterianas. Existen diferentes pautas de tratamiento, todas ellas utilizando la penicilina como antibiótico. En los alérgicos a la penicilina se puede utilizar la eritromicina. Está por demostrar la verdadera utilidad de la ceftriaxona y de la doxiciclina.

Tabla 3. Mielopatías sifilíticas

Tabes dorsal

Sífilis meningovascular

Meningomielitis sifilítica

Paquimeningitis hipertrófica

Goma medular

Poliomielitis sifilítica

Compresión vertebral

Page 42: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

44

Tras el tratamiento, las BOC de IgG desaparecen, y el VDRL tiende a negativizarse, aunque se aconsejan análisis semestrales del LCR en los 2-3 años siguientes.

La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa multisistémica que debuta habi-tualmente entre los 20 y los 30 años y que en un 5% de los pacientes que la sufren afecta al sistema nervioso, principalmente con parálisis facial sola o combinada con alteración de otros nervios craneales y/o síntomas neurológicos derivados de afectación del SNC y del sistema nervioso periférico. La afectación de la médula espinal es poco frecuente y se manifiesta como paraparesia, hemiparesia y dolor en ambas extremidades inferiores. Al afectar preferentemente a pares craneales, hemos descrito este proceso en el apartado correspondiente a las neuropatías ópticas progresivas, por lo que referimos al lector al mismo.

La enfermedad de Lyme puede dar lugar en fases tardías a una mielopatía progresiva. Dado que se describe con extensión en el capítulo de esta monografía titulado “Síndro-mes agudos y subagudos: monofocales y multifocales”, remitimos al lector al mismo.

Otros procesos que pueden ser causa de un síndrome medular progresivo son la este-nosis cervical, la siringomielia, las lesiones tumorales y las malformaciones arteriovenosas medulares. En todos ellos los estudios de neuroimagen suelen aportar hallazgos caracte-rísticos, por lo que no suelen plantear problemas de diagnóstico diferencial.

3/Síndromes del tronco cerebral

Los síndromes progresivos del tronco cerebral pocas veces pueden dar problemas de diag-nóstico diferencial, puesto que las lesiones desmielinizantes de esa localización son poco frecuentes. Sin embargo, en los pacientes mayores de 50 años es posible el desarrollo de síndromes clínicos lentamente progresivos que se asocian a síntomas de diferentes localizaciones con lesiones en neuroimagen que se podrían confundir con una EM. Esta situación es rara y generalmente se puede plantear en estadios precoces de la enfermedad. En la Tabla 4 exponemos los procesos que más frecuentemente podrían plantear proble-mas diagnósticos y describiremos aquellos que por su evolución y neuroimagen pueden simular una EM a su inicio.

Las ataxias hereditarias son un grupo heterogéneo de procesos clínicamente progre-sivos cuyo síntoma predominante es la ataxia asociada a síntomas de tronco cerebral y medulares que se presentan a edades tempranas. La ataxia de Friedreich es la más frecuen-te(31), pero desde las descripciones originales los estudios genéticos han permitido clasifi-car estos síndromes clínicos en función del tipo de mutación, del cromosoma afectado y del trastorno molecular. Podemos hablar de ataxias hereditarias recesivas y dominantes.

En la Tabla 5 exponemos las ataxias recesivas, que en algún momento pueden plan-tear problemas diagnósticos con la EM.

• La ataxia de Friedreich es debida a la expansión del trinucleótido GAA entre 66 y 1.700 veces(32), lo que da lugar a una síntesis insuficiente de frataxina, una molécula necesaria en el metabolismo del hierro de la mitocondria y que se expresa en múltiples tejidos, incluidos el núcleo dentado del cerebelo y el corazón. Por esta razón debe con-

Page 43: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

45

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

siderarse una enfermedad mitocondrial. El acú-mulo de hierro en el interior de la mitocondria es tóxico y da lugar a un fallo de la cadena respi-ratoria mitocondrial. En la anatomía patológica, los hallazgos más destacados se encuentran en los cordones posteriores de la médula espinal y los tractos espino-cerebelosos y córtico-espinales en forma de axonopatía distal. En el corazón se pro-duce una fibrosis intersticial con miocardiopatía hipertrófica obstructiva.

Clínicamente se caracteriza por inestabilidad de la marcha y torpeza para los movimientos an-tes de los 25 años. En la exploración destacan dis-metría bilateral, nistagmo, disartria, pérdida de la sensibilidad profunda con signo de Romberg, hipotrofia muscular distal y arreflexia muscular con signo de Babinski bilateral. Otros hallazgos clínicos son pie cavo, escoliosis y miocardiopatía con arritmia y signos de insuficiencia cardiaca. En un 10% de los pacientes la enfermedad se inicia a edades más tardías y los síntomas predominantes son cerebelosos con una evolución clínica más lenta.

El LCR suele ser normal, y la electroneurografía (ENG) muestra un aumento de la velocidad de conducción. La confirmación se basa en la demostración de la expansión del trinucleótido GAA, sobre todo en las formas esporádicas y en las de inicio tardío, de forma que un resultado negativo excluye el diagnóstico. El diagnóstico diferencial es muy extenso y debe plantearse desde la atrofia múltiple de sistemas hasta los síndromes paraneoplásicos, enfermedades metabólicas, déficits nutricionales o errores innatos del

Tabla 4. Síndromes del tronco cerebral

Ataxias espino-cerebelosas

Enfermedad de Whipple

Déficit de vitamina E

Síndrome de Wernicke

Encefalitis vírica o postinfecciosa

Miastenia gravis

Tumor del tronco cerebral

Infecciones:• Encefalomielitis aguda diseminada• Epstein-Barr• Micoplasma• Borrellia burgdorferi

Tabla 5. Ataxias hereditarias recesivas*

Nombre Cromosoma Producto genético Mutación o defecto

Ataxia de Friedreich 9q13-21 Frataxina (FRDA o FXN) Expansión GAA

Ataxia con déficit aislado de vitamina E 8q13 Proteína transportadora

del α-tocoferol

Ataxia telangiectasia 11q22-23 Ataxia telangiectasia mutada (ATM) Mala reparación del ADN

Ataxia con apraxia oculomotora de tipo 1 9p13 Aprataxina (APTX)

Ataxia con apraxia oculomotora de tipo 2 9q34 Senataxina (SETX)

Ataxia espástica autosómica recesiva 13q11 Sacsina Mutaciones truncadas

Anemia sideroblástica ligada a X

Sintetasa eritroide específica de ácido 5-aminolevulínico Variable

* Con fondo de color, las formas más frecuentes en adultos

Page 44: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

46

metabolismo. Han de tenerse en cuenta los antecedentes familiares, la edad de presenta-ción, los síntomas asociados y los resultados de estudios complementarios.

El tratamiento es sintomático. En la actualidad no existe tratamiento curativo, aun-que se han intentado sin éxito los quelantes del hierro, la amantadina o el triptófano. El antioxidante ubiquinona parece que puede prevenir las complicaciones cardiacas, aun-que los resultados son contradictorios.

El pronóstico es malo, con fallecimiento del paciente a los 40-50 años de edad, gene-ralmente por problemas cardiovasculares o infección respiratoria.

• La ataxia con déficit aislado de vitamina E se ve en pacientes del área mediterrá-nea. Se hereda siguiendo un patrón autosómico recesivo y se debe a una mutación en el cromosoma 8 que impide que el α-tocoferol se incorpore a las lipoproteínas, dando lugar a un cuadro clínicamente indistinguible de la ataxia de Friedreich. El diagnóstico de sospecha se realiza detectando niveles séricos bajos de vitamina E, y se confirma con un estudio genético. El tratamiento consiste en suplementos de vitamina E.

• La ataxia espino-cerebelosa ligada a X afecta a varones adultos y es un trastorno progresivo debido a un acúmulo anormal de hierro en las mitocondrias. Clínicamente se caracteriza por un síndrome cerebeloso progresivo asociado a anemia sideroblástica y, en estadios avanzados, síndrome extrapiramidal, disfunción autonómica y neuropatía peri-férica. Los estudios de RM muestran lesiones de hiperseñal en pedúnculos y hemisferios cerebrales, así como atrofia cerebelosa(33). No tiene tratamiento.

• La ataxia-telangiectasia, la ataxia con apraxia oculomotora de tipo 1 y la ataxia con apraxia oculomotora de tipo 2 son síndromes clínicos de presentación en la infan-cia, por lo que no deben plantear problemas diagnósticos con la EM.

En la Tabla 6 exponemos las ataxias dominantes que pueden plantear problemas de diagnóstico diferencial con la EM. Su prevalencia es variable, con un predominio de de-terminadas razas y etnias en algunas de ellas. Se caracterizan por un síndrome cerebeloso progresivo como consecuencia de atrofia del cerebelo y de los cordones posteriores y late-rales de la médula. La edad de inicio y la combinación de otros síntomas y signos oculo-motores, extrapiramidales, cognitivos y de neuropatía periférica sugieren el diagnóstico, pero en todos ellos el estudio genético es imprescindible para confirmarlo(34).

Gran parte de las ataxias se deben a la repetición y expansión del trinucleótido CAG o del pentanucleótido ATTCT, que dan lugar a una disfunción genética con depósito de proteínas tóxicas en el cerebelo y en los cordones posteriores y laterales de la médula espinal. En algunos procesos se produce una alteración de los canales de potasio (EA1) o del calcio (EA2).

Para el diagnóstico los estudios complementarios deben realizarse orientados en fun-ción del fenotipo. Una batería razonable de estudios bioquímicos debería incluir de ini-cio hemograma, bioquímica, estudio inmunológico, función tiroidea y determinación de vitamina B

12, ácido fólico, vitamina E, anticuerpos antigliadina y amonio, así como estudio

de tóxicos en sangre y orina. Los estudios de RM cerebral muestran atrofia cerebelosa, del tronco cerebral y de la médula espinal y, en algún caso, hiposeñal por calcificación de los núcleos dentados (SCA de tipo 20). En la ENMG hay retraso de la conducción, y en los potenciales evocados somatosensoriales puede apreciarse un aumento de las latencias dis-tales. Estos estudios permiten excluir otros procesos que podrían explicar la clínica, pero el diagnóstico actualmente sólo se puede realizar con estudios de genética molecular.

Page 45: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

47

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

Tabla 6. Clínica diferencial de las ataxias hereditarias dominantes en adultos

Nombre Síntomas asociados Cromosoma Mutación o defectoSCA 1 (olivopontocerebelosa) Neuropatía y signos piramidales 6p23 Expansión CAG

SCA 2 Sacadas, polineuropatía y demencia 12q24.1 Expansión CAG

SCA 3 (Machado-Joseph) Síndrome piramidal, parkinsonismo y polineuropatía 14q32.1 Expansión CAG

SCA 4 Neuropatía axonal sensorial (ataxia pura) 16q22.1 Sustitución C-T

SCA 5 Síndrome cerebeloso a los 30-40 años con mioquimias 11p13 SPTBN2

SCA 6 Síndrome cerebeloso puro, nistagmo e inicio a los 50 años 19p13.1 Expansión CAG

SCA 7 Ceguera por degeneración retiniana y sordera 3p14 Expansión CAG

SCA 8 Disartria intensa con síndrome cerebeloso moderado 13q21 Expansión CUG

SCA 10 Convulsiones, polineuropatía y alteración conductual 22q13 Expansión ATTCT

SCA 11 Síndrome piramidal y cerebeloso sin alteración sensitiva 15q14-q21.3

SCA 12 Temblor intenso con síndrome piramidal y extrapiramidal 5q32 Expansión CAG

SCA 13 Síndrome cerebeloso y piramidal y retraso mental leve 19q13.3-4

SCA 14 Mioclono axial, alteración cognitiva y ataxia pura muy lentamente progresiva

19q13.4

SCA 15 Ataxia pura muy lentamente progresiva 3p24.2-3pter

SCA 16 Temblor cefálico 3p26.2-pter

SCA 17 Demencia, psicosis, convulsiones y síndrome extrapiramidal 6q27 Expansión CAG/CAA

SCA 18 Polineuropatía, atrofia muscular y ataxia sensorial 7q31-q32

SCA 19 Ataxia, retraso mental leve, mioclono y temblor postural 1p21-q12

SCA 20 Temblor palatino, disfonía y calcificación del estriado Cromosoma 11

SCA 21 Hiporreflexia, retraso mental, rigidez y temblor mixto 7p21.3-p15.1

SCA 22 Ataxia con hiporreflexia 1p21-q23

SCA 23 Ataxia sensorial, signos piramidales e hiporreflexia 20p13-12.3

SCA 25 Polineuropatía, atrofia cerebelosa grave y clínica gastrointestinal

2p21-p13

SCA 26 Síndrome cerebeloso puro sin otros síntomas 19p13.3

SCA 27 Temblor, discinesia y síntomas psiquiátricos 13q34 Mutaciones (F145S)

SCA 28 Oftalmoparesia, hiperreflexia y nistagmo de inicio juvenil 18p11.22-q11.2

SCA 29 Temblor y mioclonus 3p26 ¿Variante SCA 15?

Atrofia dentato-rubro-pálido-Luysiana (DRPLA)

Demencia, psicosis, convulsiones y síndrome coreico 12p13.31 Expansión CAG

Ataxias episódicas:EA 1EA 2EA 3EA 4EA 5EA 6EA 7

Duración de segundos a minutos con mioquimiasDuración de minutos a días con vértigo y náuseasAtaxia, vértigo y tinnitus de varios minutos a horasAtaxia, vértigo y tinnitus de varias horasDuración de minutos a días con vértigo y náuseasSíndrome cerebeloso, hemiplejia y convulsionesDisartria y fatiga de horas a días

12p1319p 13.11q42

2q22-q235p

Page 46: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

48

El tratamiento de las SCA es sintomático, ya que no hay en la actualidad un trata-miento curativo. La levodopa es muy eficaz en el control de gran parte de los síntomas de la SCA 2, y la acetazolamida puede ser de utilidad en las ataxias episódicas y en las SCA 1, 6 y 7, sobre todo en la 6.

La enfermedad de Whipple es un proceso infeccioso debido a la bacteria Tropheryma whipplei(35), un Gram-positivo débil que alcanza el organismo tras la ingesta de agua. La existencia de un trastorno de la inmunidad celular facilita la invasión por parte del germen. Clínicamente debuta como poliartritis distal seronegativa; después aparece do-lor abdominal episódico y diarrea con esteatorrea, y posteriormente, síndrome de ma-labsorción intestinal con pérdida de peso. Pueden asociarse episodios de tos, pleuritis, pericarditis y miocarditis que sugerirían una neoplasia oculta. Cuando afecta al SNC, el paciente tiene síntomas de neuropatía periférica, de mielopatía y de lesión de fosa posterior. Se han descrito alteraciones del sueño, trastornos del humor y alteración de la memoria. Son sugestivos de la enfermedad la ataxia, disartria y diplopía, así como la oftalmoplejía internuclear y supranuclear. Aunque es poco frecuente, se ha descrito como patognomónica la miorritmia oculomasticatoria, consistente en un movimiento de con-vergencia ocular durante la masticación(36).

Para el diagnóstico los resultados de los análisis son inespecíficos y compatibles con un síndrome de malabsorción. En la RM cerebral pueden apreciarse pequeñas lesiones de hiperseñal, alguna de ellas con captación parcial de contraste. El LCR puede ser normal o mostrar una pleocitosis mononuclear con hiperproteinorraquia moderada. Aunque se han descrito casos aislados de PCR positivos, los estudios serológicos no son de utilidad. En algunos pacientes es posible encontrar en LCR células infectadas con el T. whipplei.

La confirmación diagnóstica requiere una biopsia yeyunal que demuestra la existencia de inclusiones intrahistiocitarias PAS-positivas resistentes a la diastasa. En el estudio de microscopía electrónica es posible encontrar fragmentos de bacterias o bacterias com-pletas. En los casos en los que no hay manifestaciones digestivas, el estudio del germen es más útil que la biopsia yeyunal y, si persiste la duda diagnóstica, puede ser necesario realizar una biopsia cerebral.

El tratamiento consiste en trimetroprim y sulfametoxazol durante al menos un año, ya que ambos atraviesan la barrera hematoencefálica. En caso de intolerancia o alergia, puede utilizarse penicilina, tetraciclina, rifampicina, minociclina o penicilina oral.

El pronóstico es bueno en los respondedores al tratamiento antibiótico, pero es necesario tener en cuenta que puede haber recaídas por pautas antibióticas insuficientes o por resisten-cia a los antibióticos, por lo que en algunos casos se recomienda un tratamiento inicial con ceftriaxona intravenosa durante 2 semanas, seguido de una pauta oral de larga duración.

4/Síndromes del nervio óptico

La neuropatía óptica se manifiesta clínicamente como una disminución uni o bilateral de la agudeza visual, generalmente asociada a una pérdida de la discriminación del color y de la sensibilidad al contraste; también puede haber dolor con el movimiento ocular o

Page 47: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

49

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

con la luz brillante. En la Tabla 7 se exponen las causas más frecuentes de neuritis óptica aguda o subaguda, que en algún momento de su evolución pueden confundirse con la EM. No obstante, en este capítulo describi-remos aquellos procesos que por su frecuen-cia y evolución progresiva pueden plantear un problema diagnóstico, fundamentalmen-te aquellos en los que los estudios serológi-cos y de neuroimagen no hagan evidente el diagnóstico de un problema primariamente ocular, infeccioso o proliferativo del nervio óptico o de la órbita.

La enfermedad de Leber es una neuro-patía óptica de herencia materna debida ge-neralmente a una mutación en el ADN mi-tocondrial que codifica los elementos de la cadena de fosforilación oxidativa, lo que da lugar a una producción insuficiente de ener-gía. Las primeras mutaciones se describieron en las posiciones 11778, 3460 y 14484. Re-cientemente se han descrito cuatro nuevas mutaciones: la A14495G, la 3376, la 14568 y la 14459, esta última asociada a distonía espástica. La más prevalente es la mutación 11778. Probablemente existan más muta-ciones del ADN mitocondrial que den lugar a una neuropatía óptica hereditaria del tipo Leber, y está por determinar si existen dife-rencias en el pronóstico, aunque en algunos pacientes con la mutación 14484 puede ha-ber una recuperación parcial que es espontá-nea y transitoria(37).

Dado que existen similitudes con la neu-ropatía por déficit de vitamina B

12 y la ambliopía nutricional, se ha sugerido que la en-

fermedad se debe a un déficit de adenosín trifosfato (ATP) mitocondrial, aunque esto no se ha podido demostrar de forma definitiva. En la anatomía patológica se describe una pérdida de las células ganglionares de la retina y atrofia del nervio óptico. La proporción varones/mujeres es 6:1, y la edad de presentación es de entre 20 y 30 años, aunque se han descrito pacientes a edades más tardías(38). Clínicamente se caracteriza por una dis-minución progresiva y no dolorosa de la agudeza visual, asociada a pseudoedema papilar y finas telangiectasias en el borde de la papila óptica. De forma característica, en las for-mas de presentación unilateral no se aprecia una pupila de Marcus-Gunn(39). El inicio es rápido y frecuentemente unilateral, pero el otro ojo resulta afectado en semanas o pocos meses más tarde. En sólo un 25% de los pacientes debuta con disminución bilateral de

Tabla 7. Posibles causas de neuropatía óptica progresiva

Esclerosis múltiple

Enfermedad de Leber

Déficit de vitamina B12

Tóxicos

Sarcoidosis

Enfermedad de Behçet

Neuropatía óptica isquémica posterior

Neuromielitis óptica

Enfermedad de Leigh

Enfermedades neurodegenerativas hereditarias

Infecciones:• Tuberculosis• Sífilis• Virus de la varicela-zóster• VIH• Cryptococcus• Virus del Nilo occidental• Toxoplasmosis• Histoplasmosis

Hipertensión intracraneal

Causas oculares:• Glaucoma• Desprendimiento de retina• Degeneración macular• Megalopapila• Sistema hialoide persistente• Displasia del nervio óptico• Procesos expansivos de la órbita• Procesos expansivos del nervio óptico

Page 48: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

50

la agudeza visual. La pérdida de visión es irreversible y cuando se presenta en mujeres el pronóstico funcional es peor.

En el estudio diagnóstico, la tomografía de coherencia óptica (OCT) muestra una disminución del grosor de la retina, y en la angiografía fluoresceínica existe una ausencia de captación del contraste, pero la confirmación de la enfermedad se basa en la detección de la mutación del ADN mitocondrial en una muestra de sangre del paciente. No suele ser necesario el estudio de PEV. La RM cerebral, el estudio del LCR y las serologías en sangre y LCR permiten excluir o confirmar algunos otros procesos. El diagnóstico dife-rencial con otras neuropatías hereditarias suele ser fácil debido a la edad de presentación más precoz y a la asociación de otros síntomas neurológicos (atrofia óptica dominante de Kjer, atrofia óptica recesiva o distrofia de los conos).

No existe prevención, pero se debe evitar el tabaco y el alcohol, y en los pacientes portadores de alguna de las mutaciones descritas se puede aconsejar el uso de antioxidan-tes como vitamina C, vitamina E o coenzima Q10. La probabilidad de enfermedad en familiares de primer grado de un afectado por la línea materna es del 20-46% en varones y del 4-10% en mujeres.

El déficit de vitamina B12

(cobalamina) ha sido descrito anteriormente como causa de mielopatía progresiva. Como ya se señaló, la neuropatía óptica es la complicación neurológica menos frecuente. Se caracteriza por un escotoma cecocentral con aumento progresivo y bilateral de la mancha ciega, generalmente asociado a paraparesia espástica, ataxia, parestesias y alteraciones cognitivas y psiquiátricas. La RM puede mostrar lesiones de hiperseñal en la médula y los hemisferios cerebrales, y en pacientes sin síntomas visua-les los PEV pueden ser patológicos.

El diagnóstico se establece al detectar niveles séricos bajos de cobalamina, aunque la determinación más importante sería la transcobalamina II (en los hepatópatas existen niveles falsamente elevados de cobalamina). En pacientes con niveles borderline de vita-mina B

12 puede ser de utilidad la detección de niveles séricos elevados de homocisteína

(20 μM/L) y ácido metilmalónico (350 nM/L).Como señalamos anteriormente, el tratamiento consisten en suplementos de ciano-

cobalamina. Es conveniente tener en cuenta que se han descrito empeoramientos bruscos de los síntomas neurológicos en pacientes con déficits de vitamina B

12 tratados con ácido

fólico.La ambliopía tabaco-alcohólica es una entidad que puede plantear problemas de

diagnóstico diferencial con el déficit de vitamina B12

. Tiene una causa multifactorial y suele deberse a la toxicidad por la cianida del tabaco en pacientes con déficit de vitami-na B

12 por malnutrición, por malabsorción o por consumo de alcohol. Clínicamente se

caracteriza por una disminución progresiva y bilateral de la agudeza visual. La deficiencia de vitamina B

12 (tiamina), de vitamina B

2 (riboflavina) y de ácido fólico causan un cua-

dro clínico similar. El diagnóstico se basa en la historia clínica detallada y la demostración de niveles séricos bajos de vitamina B

12 y/o ácido fólico.

La neuropatía óptica tóxica es poco frecuente, pero con el uso de nuevos fármacos y de citostáticos su prevalencia ha aumentado(40). Suele asociarse a parestesias, ataxia, sordera u otras alteraciones dependientes de la afectación de otras estructuras del SNC y del sistema nervioso periférico. Desde el punto de vista oftalmológico destacan discroma-topsia (fundamentalmente para el rojo) y un escotoma cecocentral para la luz blanca que

Page 49: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

51

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

empieza en el campo visual nasal y se extiende hacia el punto ciego. La pérdida bilateral y simétrica de la visión raramente es inferior a 20/400. Hay disminu-ción de los reflejos pupilares y puede haber parálisis de músculos extraoculares y ptosis palpebral. No hay dolor ni fotopsias. En el fondo de ojo, el primer signo clínico es la hiperemia del disco, y cuando ha evolucio-nado se apreciará palidez papilar bilateral.

La Tabla 8 muestra los tóxicos más frecuentemente relacionados con este proceso. El mecanismo por el que el nervio óptico es particularmente sensible a los déficits nutricionales y a tóxicos no es bien conocido, pero se ha sugerido que la disminución de la síntesis mitocondrial de ATP en neuronas con axones largos y finos altera el transporte axonal, que es altamente dependiente de la energía y, al carecer de los mecanis-mos compensatorios de otras células del organismo, se produce una degeneración distal y muerte axonal.

El diagnóstico se basa en una historia clínica deta-llada orientada al consumo de fármacos y/o la exposi-ción a tóxicos y la determinación sérica y/o urinaria de los mismos (la orina de 24 horas es importante para determinar metales pesados). En la ceguera psicógena los PEV pueden ser de utilidad.

El tratamiento se basa en la supresión de la expo-sición al tóxico. El pronóstico es muy dependiente de la rapidez del diagnóstico. La visión puede recuperarse incluso 12 meses después de la suspensión del tóxico, especialmente la relacionada con el etambutol.

La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa multisistémica que debuta habitualmente entre los 20 y los 30 años. En un 5% de los pacientes que la sufren afecta al sistema nervioso, principalmente con parálisis facial sola o combinada con alteración de otros nervios craneales y/o síntomas neurológicos derivados de afec-tación del SNC y del sistema nervioso periférico. El nervio óptico se afecta en un 35% de los pacientes con neurosarcoidosis y se manifiesta como disminución lentamente progresiva de la agudeza visual asociada a edema de papila y disfunción pupilar(41). En algu-nos enfermos puede haber neuritis retrobulbar con pérdida brusca de la agudeza visual. Dependiendo del momento evolutivo, la exploración puede demostrar uveítis, papilitis o atrofia óptica. La pérdida de agudeza visual puede deberse a múltiples mecanismos: infiltración granulomatosa del nervio o hipertensión intracraneal por hidrocefalia y/o granulomas intracraneales con efecto masa.

Tabla 8. Neuropatía óptica tóxica

Cloranfenicol

Linezolida

Etambutol, isoniacida, rifampicina

Dapsona

Suramina

Hexaclorofeno

Disulfiram

Amiodarona

Digoxina

Barbitúricos

Quinina

Clioquinol

Feniprazina

Sildenafilo, tadalafilo, vardenafilo

Tacrolimus

Carmustina

Fluorouracilo

Vincristina

Tamoxifeno

Penicilamina

Metanol, etilenglicol

Óxido nítrico

Monóxido de carbono

Tetracloruro de carbono

Arsénico

Talio (de cremas depilatorias)

Plomo

Cianida

Page 50: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

52

La sarcoidosis aislada del sistema nervioso es muy rara. Generalmente los pacientes presentan síntomas y signos que pueden hacer sospechar el diagnóstico. De forma ca-racterística, en la sarcoidosis podemos encontrar granulomas en la radiografía de tórax, nódulos de hipercaptación en la gammagrafía con galio-67 y en la tomografía de emisión de positrones (PET) con fluorodeoxiglucosa y aumento sérico de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), del calcio urinario y de la fosfatasa alcalina. El test de Kveim-Sil-tzbach consiste en el desarrollo de un granuloma intradérmico no caseificante en el sitio en que se ha inyectado un homogeneizado derivado de tejido sarcoideo tratado con calor. Aunque se ha considerado característico, su sensibilidad es muy limitada. En caso de neurosarcoidosis, la RM cerebral suele mostrar lesiones parenquimatosas de hiperseñal con captación de contraste que pueden ser indistinguibles de las observadas en la EM. Se han descrito realce lineal meníngeo y realce de la vía óptica. Aunque no es patognomó-nico, el examen del LCR puede mostrar aumento de la presión intracraneal, pleocitosis mononuclear, hipoglucorraquia, aumento de los niveles de ECA e hiperproteinorraquia moderada con BOC de IgG. La biopsia conjuntival, uni o bilateral, con demostración de granulomas es el mejor test diagnóstico, ya que puede ser positiva aun en ausencia de síntomas oculares(42).

El tratamiento de la neurosarcoidosis consiste en la inmunosupresión con corticoides (asociados o no a pentoxifilina), metotrexato, azatioprina, clorambucilo, ciclosporina, ci-clofosfamida o micofenolato mofetilo. El infliximab ha aportado resultados prometedo-res en los ensayos clínicos. La talidomida ha demostrado utilidad en la neurosarcoidosis refractaria.

La enfermedad de Behçet es un proceso multisistémico crónico, con historia familiar, y caracterizado por úlceras orales recurrentes al menos 3 veces por año y al menos dos de los siguientes criterios: a) úlceras genitales, b) afectación ocular, c) lesiones dérmicas y d) test de patergia positivo. Otras manifestaciones son artralgias, trombosis venosas, epi-didimitis y síntomas gastrointestinales, vasculares y neurológicos. Los síntomas visuales se presentan en el 85% de los pacientes, debutan de forma unilateral y afectan al otro ojo en los 2 años siguientes. Suelen ser en forma de brotes de uveítis, conjuntivitis e in-flamación de córnea y esclera. En un pequeño porcentaje de pacientes existe inflamación perivenosa, hemorragias vítreas, exudados y alteración del pigmento del epitelio macular que causan una disminución progresiva de la agudeza visual. En un 50% de los pacientes hay manifestaciones neurológicas asociadas(43) que pueden manifestarse en brotes o de forma progresiva con síntomas piramidales, cerebelosos y cognitivos combinados en gra-dos variables como consecuencia de las lesiones de la sustancia blanca, la sustancia gris, los ganglios basales y el tálamo. Son más raros los síndromes medulares, extrapiramidales y periféricos(44).

La causa de la enfermedad es desconocida. En las formas pediátricas se ha sugerido un modelo autosómico recesivo y el hallazgo anatomopatológico fundamental es una infil-tración perivascular sin necrosis de la pared. El diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas con la combinación de los criterios señalados anteriormente. La RM cerebral puede ser indistinguible de la observada en la EM, salvo porque las lesiones de hiperseñal son más pequeñas y/o puntiformes y hay alteraciones en la sustancia gris cortical y en los ganglios basales. El LCR puede ser normal o con datos indistinguibles de la EM, inclui-das BOC de IgG. No existe un test diagnóstico patognomónico, aunque se ha descrito

Page 51: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

53

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

como característica (en el 60-70% de los casos) la aparición de una pústula estéril tras la punción o la inyección intradérmica de una pequeña cantidad de solución salina estéril (test de patergia) pero su sensibilidad es baja. La demostración de HLA-B5 puede ser de utilidad para realizar el diagnóstico diferencial con las artritis seronegativas.

El tratamiento en pacientes con alteraciones visuales se realiza con dosis bajas de prednisona asociada a inmunosupresores (clorambucilo, azatioprina, ciclofosfamida y metotrexato). Otros fármacos son la dapsona, levamisole, talidomida o colchicina, sobre todo en las lesiones dérmicas. Con ellos se suele retrasar la afectación del otro ojo unos 4 años, aunque se ha descrito empeoramiento de los síntomas neurológicos en los trata-dos con ciclosporina. El infliximab también podría ser eficaz en algunos pacientes con neuro-Behçet.

La neuropatía óptica isquémica posterior puede deberse a un sangrado masivo (trau-matismo abdominal, úlcera péptica), cirugía lumbar en pronación prolongada, radiote-rapia de tumores de la base del cráneo 12-18 meses antes, arteritis de células gigantes o a mucormicosis. En estos casos una historia clínica detallada orienta el diagnóstico.

La enfermedad de Devic o NMO es un proceso limitado en la mayoría de los casos a los nervios ópticos y la médula espinal. Cuando debuta como neuritis óptica, la afec-tación suele ser bilateral, con gran alteración de la agudeza visual y mal pronóstico. En las formas ópticas, el diagnóstico diferencial debe establecerse con la sarcoidosis y las vasculitis sistémicas. En estos casos puede resultar de ayuda la detección en suero de anti-cuerpos anti-acuoporina. En el capítulo de esta monografía titulado “Mielopatías agudas y neuromielitis óptica” se describe este proceso de forma específica.

Las enfermedades neurodegenerativas hereditarias pueden iniciarse en la vida adul-ta asociándose una atrofia óptica progresiva a unas manifestaciones neurológicas más o menos características. Generalmente el diagnóstico diferencial con la EM suele ser fácil. En el mismo debemos considerar las SCA hereditarias, las neuropatías sensitivo-motoras hereditarias, las esfingolipidosis, las leucodistrofias, la enfermedad de Canavan, la enfer-medad de Alper, la enfermedad de Refsum y las mucopolisacaridosis. Todas ellas tienen una presentación generalmente a edades precoces, y los hallazgos de laboratorio suelen confirmar la sospecha diagnóstica.

La enfermedad de Leigh se manifiesta en edades tempranas de la vida, por lo que no suele presentar problemas de diagnóstico diferencial, pero en un 2% de los pacientes co-mienza a los 15 años, con una combinación de síntomas y signos debidos a hipertensión intracraneal y a afectación de ganglios basales, tronco, cerebelo, médula y nervios perifé-ricos. La atrofia óptica es bilateral y se asocia a degeneración pigmentaria de la retina(45). El diagnóstico se basa en la demostración de niveles elevados de lactato y piruvato en suero y LCR, aunque su normalidad no excluye el diagnóstico.

La neuropatía óptica infecciosa puede presentarse con pérdida progresiva de visión y edema papilar. Su diagnóstico se establece tras la realización de pruebas serológicas en sangre y/o LCR y, en menos ocasiones, tras un cultivo positivo. No hay hallazgos caracte-rísticos de una u otra infección, aunque en algunos casos puede orientarse un diagnóstico etiológico:

• En la tuberculosis la afectación de los nervios ópticos puede ir asociada a meningitis tuberculosa con aracnoiditis optoquiasmática. En el examen del fondo de ojo es posible observar edema de papila, y en un 10% de pacientes, tubérculos coroideos. Es más fre-

Page 52: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

54

cuente la neuropatía óptica progresiva como consecuencia del tratamiento prolongado con etambutol.

• En la actualidad la neurosífilis se diagnostica tras un análisis del LCR al encontrar una serología positiva en un paciente neurológicamente asintomático. Las formas neuro-lógicas más frecuentes son la meningitis (5%) y las parálisis craneales, que clásicamente se describen en orden descendente de forma aislada o combinada. La lesión del nervio óptico suele ser aguda pero cuando es progresiva va asociada a lesiones estructurales del SNC y, más raras veces, a síndrome meníngeo.

• La neuropatía óptica por virus varicela-zóster se cree debida a una vasculitis en el territorio del nervio y va precedida de una característica erupción pápulo-maculosa en el territorio de la primera rama del trigémino.

• La neuropatía óptica por criptococos o por citomegalovirus es más frecuente en pa-cientes inmunodeprimidos. El VIH puede ser causante de neuropatía óptica por invasión directa del nervio.

El síndrome de hipertensión intracraneal y las causas oculares son procesos en los que la medición de la presión del LCR y/o un estudio oftalmológico detallado suelen ser suficientes para establecer el diagnóstico etiológico de la disminución de la agudeza visual.

5/Síndromes cognitivos

Las lesiones de la sustancia blanca pueden ser causa de alteración cognitiva. Aunque esto ya era conocido por estudios de anatomía patológica, la tomografía computarizada (TC) y posteriormente la RM han puesto de manifiesto que esos síntomas pueden aparecer precozmente en el curso de la enfermedad en lo que clásicamente se ha denominado “demencia subcortical”(46). Las lesiones de hipodensidad en la TC se corresponden con una hiperseñal en la RM y se asocian a una alteración periventricular que da lugar al con-cepto radiológico (que no clínico) de leucoaraiosis. Aunque estos hallazgos se producen fundamentalmente en pacientes mayores de 65 años, en jóvenes puede ser una alteración predominante e independiente de la edad, sobre todo cuando el volumen de la lesión de sustancia blanca es superior a 10 cm3(47). En las mujeres se ha descrito un predominio de alteraciones subcorticales y de localización frontal. Aunque con diferencias en función de su etiología, los trastornos cognitivos en las enfermedades de la sustancia blanca se caracterizan por bradipsiquia, enlentecimiento del lenguaje, alteración de la memoria y trastorno de las funciones ejecutivas así como trastornos de la marcha con facilidad para las caídas. La leucoaraiosis puede apreciarse en personas mayores de 65 años clínicamente asintomáticas y en pacientes psiquiátricos, pero se ha descrito con más frecuencia en pa-cientes con factores de riesgo vascular, fundamentalmente fibrilación auricular, hiperten-sión y diabetes. En la Tabla 9 describimos los procesos en los que la lesión de la sustancia blanca se asocia más frecuentemente a un trastorno cognitivo progresivo.

La leucodistrofia metacromática es un enfermedad lisosomal de herencia autosómica recesiva debida a un déficit de la arilsulfatasa A causante de un depósito de sulfátido en

Page 53: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

55

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

el tálamo, la cápsula interna, el cerebelo y la lámina cuadrigémina. Este acúmulo en los oligodendrocitos y en las células de Schwann da lugar a una desmielinización extensa en el SNC y a una desmielinización segmentaria en el sistema nervioso periférico. El acúmulo de sulfátido se traduce en gránulos metacro-máticos que se observan además en el inte-rior de las células microgliales, oligodendro-citos, células de Schwann y en otros órganos y sistemas (vejiga, retina, riñón, recto).

En función de la edad de presentación, se habla de una forma infantil, juvenil pre-coz, juvenil tardía y forma adulta. Clínica-mente esta última evoluciona en 5-10 años y suele debutar con trastornos de la persona-lidad, dificultad de concentración y trastor-nos emocionales que progresan a síntomas psiquiátricos más graves con despersonali-zación, psicosis esquizofrénica o paranoia, lo que hace que estos pacientes acudan con frecuencia a consultas psiquiátricas. Los sín-tomas neurológicos más frecuentes son de-rivados del acúmulo de sulfátido en nervios

periféricos, ganglios basales y tronco cerebral con para o tetraparesia, trastorno de la mar-cha, alteraciones sensitivas, distonía, disartria, disfagia, torpeza para los movimientos, convulsiones y disminución progresiva de la agudeza visual. En los estadios finales existe una parálisis pseudobulbar.

En el estudio diagnóstico, la RM demuestra una hiperseñal difusa de predominio frontal por desmielinización extensa sin realce tras la administración de contraste. Los estudios electrofisiológicos confirman una neuropatía periférica. Ambos hallazgos per-miten excluir la EM como primer diagnóstico y orientan hacia una leucodistrofia me-tacromática o una leucodistrofia de Krabbe. El estudio bioquímico puede detectar una reducción de la actividad de la arilsulfatasa-A en fibroblastos cultivados, lo que junto al incremento de sulfátidos en orina de 24 horas sugiere el diagnóstico. La biopsia del nervio sural permite demostrar los gránulos metacromáticos. El estudio genético debe ser planteado con precaución, ya que hasta el momento se han identificado más de 100 mutaciones del gen ARSA localizado en el cromosoma 22 (locus 22q13.33). Debido a que es preciso combinar estas observaciones, se ha planteado un algoritmo que puede ayudar al diagnóstico(48).

En relación con el tratamiento, en los casos que no han desarrollado síntomas neuro-lógicos podría ser eficaz el trasplante de médula ósea y se está estudiando la posibilidad del trasplante de células mesenquimales y la terapia génica. Cuando los síntomas neuro-lógicos se han desarrollado, estas opciones no son posibles y únicamente disponemos de tratamiento sintomático.

Tabla 9. Causas de alteración cognitiva progresiva

y enfermedad de la sustancia blanca

Leucodistrofia metacromática

Adrenoleucodistrofia del adulto

Leucoencefalopatía multifocal progresiva

Encefalomielitis aguda diseminada

CADASIL

Vasculitis

Migraña

Traumatismo craneoencefálico

Meningitis tuberculosa

Encefalopatía por VIH

Demencia multiinfarto

Enfermedad de Alzheimer

Abscesos cerebrales múltiples

Tumores (primarios o metastásicos)VIH: virus de la inmunodeficiencia humana

Page 54: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

56

La ALD ha sido descrita anteriormente en el apartado de las mielopatías progresivas, por lo que referimos al lector al mismo.

La leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP) fue descrita por Hallervorden en 1930 pero su causa se conoce desde 1971. Es una infección oportunista causada por el virus JC(49), que está acantonado en los riñones y en el cerebro de humanos sanos, pero que en ausencia de un sistema inmunológico competente prolifera y causa una lesión que en el cerebro es más predominante en la sustancia blanca. La descripción de casos de LMP se hizo exponencial cuando el sida se convirtió en una enfermedad epidémica. Actualmente se describe no sólo en estos pacientes, sino también en enfermos en trata-miento con citostáticos y otros fármacos inmunosupresores. En el campo de la EM la importancia de la LMP se ha hecho relevante desde que disponemos del natalizumab, aunque se han descrito casos con otros anticuerpos monoclonales e inmunosupresores como efalizumab, rituximab, alemtuzumab, micofenolato y leflunomida.

La patogenia de la enfermedad no es bien conocida. La mayoría de los individuos sanos dispone de linfocitos específicos contra el virus JC y su depleción permite la pro-liferación del virus, que utiliza los receptores serotoninérgicos 5HT2 para su desarrollo intracelular. El virus se acantona en los túbulos renales, y probablemente una mutación de su forma nativa (“forma arquetípica”) facilita su proliferación en el SNC de pacientes inmunodeprimidos. En los pacientes con EM tratados con natalizumab, se supone que el cierre de la barrera hematoencefálica por inhibición de la migración y adhesión de los leu-cocitos permite la reactivación intracerebral del virus y el desarrollo de la enfermedad.

Histológicamente la LMP se caracteriza por pérdida masiva de la mielina y de oli-godendrocitos en las áreas desmielinizadas junto con proliferación de astrocitos atípicos con núcleos hipercromáticos. Es posible detectar el virus dentro de los oligodendrocitos afectados. Cuando la enfermedad progresa se detectan macrófagos con inclusiones de fragmentos de mielina y lípidos. Todos estos hallazgos son más manifiestos en los hemis-ferios cerebrales, que se afectan de forma simétrica, y en menos pacientes se han descrito en el cerebelo y el tronco cerebral; son excepcionales en la médula espinal.

Clínicamente la enfermedad evoluciona de forma lentamente progresiva y se manifiesta inicialmente con síntomas inespecíficos como alteraciones del carácter y humor que se siguen o asocian a síntomas focales motores, sensitivos o sensoriales. Es excepcional la afectación de la médula espinal y se han descrito casos con síntomas predominantes del tronco cerebral.

El diagnóstico se sospecha en un paciente de riesgo que desarrolle síntomas neuro-lógicos de predominio cognitivo; la determinación de la carga vírica en orina refuerza la sospecha. En las secuencia FLAIR y T2 de los estudios de RM cerebral se aprecia una hiperseñal bilateral extensa, que traduce la lesión de la sustancia blanca. No suele existir captación de contraste, aunque se han descrito casos aislados con captación de gadolinio. El LCR puede mostrar una pleocitosis mononuclear con aumento de proteínas y se puede detectar el virus por PCR. La biopsia cerebral es la técnica que confirma el diagnóstico, al permitir detectar las partículas víricas en el interior de astrocitos y oligodendrocitos.

El diagnóstico diferencial más importante es con el linfoma cerebral (en el que existe una gran captación de gadolinio) y con infecciones/abscesos del SNC, tuberculosis y, raras veces, la sarcoidosis.

El tratamiento de la LMP consiste en el lavado del fármaco por plasmaféresis y anti-rretrovirales, aunque su eficacia a largo plazo está sin determinar. Se ha sugerido que la

Page 55: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

57

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

risperidona podría ser de utilidad, al bloquear los receptores serotoninérgicos que utiliza el virus JC para su replicación.

Es necesario considerar que los pacientes que han respondido al tratamiento antirre-troviral intensivo pueden desarrollar un proceso conocido como síndrome de reconsti-tución inmune (IRIS), caracterizado por inflamación extensa del SNC y edema cerebral reactivos, que puede ser mortal, aunque puede responder a megadosis intravenosas de metilprednisolona.

El CADASIL (leucoencefalopatía autosómica dominante con arteriopatía e infartos subcorticales, del inglés cerebral autosomal dominant arteriopathy with subcortical infarcts and leukoencephalopathy) es un proceso caracterizado clínicamente por episodios repe-tidos de déficit neurológico como consecuencia de infartos cerebrales de localización preferentemente subcortical que causan déficits neurológicos focales asociados a migraña y alteraciones cognitivas con trastornos del humor, episodios maníacos o depresivos y síntomas progresivos característicos de una demencia subcortical que progresan rápida-mente hacia parálisis pseudobulbar y causan la muerte del paciente a edad joven. En el capítulo de esta monografía titulado “Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales” se describe este proceso.

Aunque gran cantidad de vasculitis pueden afectar al SNC(50), su presentación como trastorno cognitivo es muy rara y suele producirse tras episodios isquémicos repetidos. No existe una clínica definida, aunque se han descrito cefalea y trastornos depresivos con alteración del humor, del comportamiento y trastornos de la marcha como rasgos clínicos que sugieren alteración subcortical. En la anatomía patológica de estos procesos destaca infiltración de pequeños vasos leptomeníngeos, arteriolas y vénulas con linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos y, en algunos casos, células gigantes multinucleadas.

Para el diagnóstico de las vasculitis es preciso realizar un estudio de hemostasia y de-terminación de anticuerpos antinucleares, antifosfolípido, anticoagulante lúpico y anti-citoplasma de neutrófilos. La RM cerebral muestra lesiones corticales y subcorticales de hiperseñal con afectación característica de núcleos basales. La angiografía cerebral puede ser normal y en algunos casos mostrar lesiones alternantes de estrechamiento y dilatación con amputaciones distales de los pequeños vasos. El LCR puede ser normal pero lo más frecuente es una moderada pleocitosis mononuclear con hiperproteinorraquia.

El tratamiento consiste en dosis elevadas de prednisona (80 mg/día) y/o ciclofosfami-da (2 mg/kg/día). En algunos enfermos es posible controlar de forma crónica el proceso con azatioprina. Algunos episodios de reagudización pueden responder al tratamiento con inmunoglobulinas.

En la Tabla 10 describimos las vasculitis que más frecuentemente pueden dar lugar a un trastorno cognitivo.

• En el lupus eritematoso sistémico es rara la presentación como alteración cognitiva progresiva y suele precederse de episodios isquémicos, generalmente embólicos. Es más fre-cuente que el paciente presente alteraciones de conducta con síntomas psicóticos. Siempre existen datos clínicos e inmunológicos de la enfermedad pero no se ha apreciado relación con la actividad del lupus. En el suero pueden detectarse anticuerpos anti-ribosomales, y en el LCR pueden detectarse BOC de IgG y anticuerpos antineuronales positivos.

• En la poliarteritis nodosa y en la arteritis de células gigantes pueden existir al-teraciones cognitivas secundarias a procesos isquémicos, pero habitualmente existen

Page 56: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

58

síntomas, signos y datos complementarios que facilitan el diagnóstico diferencial con la EM. En algunos pacientes puede haber trastornos psicóticos, confusión o convulsio-nes. En los estudios de neuroimagen pueden apreciarse pequeños aneurismas junto con lesiones vasculares isquémicas que brillan en las secuencias de difusión de RM. En el diag-nóstico diferencial de estos procesos deben considerarse la granulomatosis de Wegener, la enfermedad de Behçet y el síndrome de Churg-Strauss.

• La angeítis primaria del SNC se ma-nifiesta con síntomas de demencia de rápida

evolución en un 25-30% de los casos. Pueden existir síntomas medulares, meningitis aséptica y edema de papila. Su diagnóstico se confirma por biopsia cerebral(51) ya que los hallazgos de neuroimagen son inespecíficos e indistinguibles de otras vasculitis, pero pueden apreciarse lesiones con captación de contraste; las lesiones granulomatosas con efecto masa son raras.

• Los anticuerpos anticardiolipina y el anticoagulante lúpico son del tipo IgG y de forma aislada pueden encontrarse en pacientes con trastorno cognitivo progresivo como única manifestación, generalmente secundaria a multiinfartos cerebrales, aun-que en algunos pacientes se ha descrito un trastorno cognitivo progresivo no asociado a ictus(52).

• El síndrome de Susac (vasculopatía retino-cócleo-cerebral) es una vasculitis con afectación selectiva de retina y nervio coclear que se manifiesta con pérdida de visión y sordera neurosensorial asimétrica. La afectación del SNC con multiinfartos da lugar a al-teraciones psiquiátricas y cognitivas. En sangre puede detectarse un aumento de la VSG, y en el LCR, una ligera pleocitosis mononuclear con hiperproteinorraquia. Al presentarse en mujeres jóvenes (es más raro en varones) y asociarse a imágenes de hiperseñal en RM, puede plantearse el diagnóstico diferencial con la EM.

• El síndrome de Sneddon se caracteriza por livedo reticularis y síntomas neurológicos que en algunos casos se caracterizan por alteraciones cognitivas secundarias a lesiones vasculares múltiples con afectación cortical y subcortical(53). Puede ser un síndrome ais-lado o cursar asociado a colagenosis. Se ha descrito un patrón autosómico dominante. Puede haber anticuerpos antifosfolípido. La anatomía patológica muestra vasculopatía de pequeño vaso con proliferación de las capas íntima y media e infartos corticales.

Otros procesos que en algún momento pueden plantear un problema diagnóstico al cursar clínica y/o radiológicamente como EM son los traumatismos craneales, la hipoglu-cemia recurrente de los diabéticos, la electrocución y el sida, pero la historia clínica de-tallada y los estudios complementarios ayudan a establecer el diagnóstico con seguridad. Otras leucodistrofias (Krabbe, Alexander, Canavan, Pelizaeus-Merzbacher, Cockayne, Hurler y Lowe), la enfermedad de Leigh y el síndrome de Kearns-Sayre pueden manifes-tarse como enfermedades de la sustancia blanca, pero su edad de presentación y el curso clínico orientan el diagnóstico.

Tabla 10. Vasculitis causantes de trastorno cognitivo

Lupus eritematoso sistémico

Poliarteritis nodosa

Arteritis de células gigantes

Angeítis primaria del SNC

Anticuerpos anticardiolipina

Síndrome de Susac

Síndrome de Sneddon

SNC: sistema nervioso central

Page 57: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

59

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

BIBLIOGRAFÍA

1 Lublin FD, Reingold SC. Defining the clinical course of multiple sclerosis: results of a international survey. Neurology 1996; 46: 907-11.

2 Kremenchutzky M, Cottrell D, Rice G, Hader W, Baskerville J, Koopman W, et al. The natural history of multiple sclerosis: a geographically based study. 7. Progressive-relapsing and relapsing-progressive multiple sclerosis: a re-evaluation. Brain 1999; 122: 1941-50.

3 Minderhoud JM, van der Hoeven JH, Prange AJ. Course and prognosis of chronic progressive mul-tiple sclerosis. Results of an epidemiological study. Acta Neurol Scand 1988; 78: 10-5.

4 AA VV. Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva. Monografías en Esclerosis Múltiple. Madrid: Grupo Acción Médica; 2006.

5 Sastre-Garriga J, Ingle GT, Rovaris M, Téllez N, Jasperse B, Altmann DR, et al. Long-term clinical outcome of primary progressive MS: predictive value of clinical and MRI data. Neurology 2005; 65: 633-5.

6 Gessain A, Barin F, Vernant JC, Gout O, Maurs L, Calender A, et al. Antibodies to human T-lymphotropic virus type-I in patients with tropical spastic paraparesis. Lancet 1985; 2: 407-10.

7 Kubota R, Kawanishi T, Matsubara H, Manns A, Jacobson S. Demonstration of human T lymphotropic virus type I (HTLV-1) tax-specific CD8+ lymphocytes directly in peripheral blood of HTLV-1-associated myelopathy/tropical spastic paraparesis patients by intracellular cytokine de-tection. J Immunol 1998; 161: 482-8.

8 Howard A, Li D, Oger J. MRI contributes to the differentiation between MS and HTLV-1 associ-ated myelopathy in British Columbian coastal natives. Can J Neurol Sci 2003; 30: 41-8.

9 Taylor GP, Goon P, Furukawa Y, Green H, Barfield A, Mosley A, et al. Zidovudine and lamivudine in HTLV-1 associated myelopathy: a randomized trial. Retrovirology 2006; 3: 63.

10 Croda MG, de Oliveira AC, Vergara MP, Bonasser F, Smid J, Duarte AJ, et al. Corticosteroid therapy in TSP/HAM patients: the results from a 10 years open cohort. J Neurol Sci 2008; 269: 133-7.

11 Koenig S, Gendelman HE, Orenstein JM, Dal Canto MC, Pezeshkpour GH, Yungbluth M, et al. Detection of AIDS virus in macrophages in brain tissue from AIDS patients with encephalopathy. Science 1986; 233: 1089-93.

12 Tan S, Guiloff RJ, Scaravilli F. AIDS-associated vacuolar myelopathy, a morphometric study. Brain 1995; 118: 1247-61.

13 Sadun AA, Martone JF. Cuba: response of medical science to a crisis of optic and peripheral neuropathy. Int Ophthalmol 1995; 18: 373-8.

14 Healton EB, Savage DG, Brust JC, Garrett TJ, Lindenbaum J. Neurologic aspects of cobalamin defi-ciency. Medicine 1991; 70: 229-45.

15 Duchen LW. Nutritional deficiencies and metabolic disorders. En: Greenfield JG, Adams JH, Duchen LW (eds.). Greenfield’s Neuropathology. New York: Oxford University Press; 1992. p. 828-34.

16 Larner AJ, Zeman AZ, Allen CM, Antoun NM. MRI appearances in subacute combined degenera-tion of the spinal cord due to vitamin B12 deficiency. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1997; 62: 99-100.

17 Kumar N. Copper deficiency myelopathy: human swayback. Mayo Clin Proc 2006; 81: 1371-84.

Page 58: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

60

18 Goodman BP, Bosch EP, Ross MA, Hoffman-Snyder C, Dodick DD, Smith BE. Clinical and electrodiagnostic findings in copper deficiency myeloneuropathy. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2009; 80: 524-7.

19 Kumar N, Gross JB Jr, Ahlskog JE. Copper deficiency myelopathy produces a clinical picture like subacute combined degeneration. Neurology 2004; 63: 33-9.

20 Fink KK. Hereditary spastic paraplegia: spastin phenotype and function. Arch Neurol 2004; 61: 830-3.

21 Polo JM, Calleja J, Combarros O, Berciano J. Hereditary ataxias and paraplegias in Cantabria, Spain: an epidemiological and clinical study. Brain 1991; 114: 855-66.

22 Behan WM, Maia M. Strümpell’s familial spastic paraplegia: genetics and neuropathology. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1974; 37: 8-20.

23 McDermott C, White K, Bushby K, Shaw P. Hereditary spastic paraparesis: a review of new develop-ments. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2000; 69: 150-60.

24 Wood JD, Landers JA, Bingley M, McDermott CJ, Thomas-McArthur V, Gleadall LJ, et al. The microtubule-severing protein Spastin is essential for axon outgrowth in the zebrafish embryo. Hum Mol Genet 2006; 15: 2763-71.

25 Stevanin G, Azzedine H, Denora P. Mutations in SPG11 are frequent in autosomal recessive spastic paraplegia with thin corpus callosum, cognitive decline and lower motor neuron degen-eration. Brain 2008; 131: 772-84.

26 van Geel BM, Bezman L, Loes DJ, Moser HW, Raymond GV. Evolution of phenotypes in adult male pa-tients with X-linked adrenoleukodystrophy. Ann Neurol 2001; 49: 186-94.

27 Powers JM, DeCiero DP, Ito M, Moser AB, Moser HW. Adrenomyeloneuropathy: a neuropatho-logic re-view featuring its noninflammatory myelopathy. J Neuropathol Exp Neurol 2000; 59: 89-102.

28 Moser HW, Moser AB. Measurements of saturated very long chain fatty acids in plasma. En: Hommes F (ed.). Techniques in diagnostic human biochemical genetics. New York: Wiley-Liss; 1991. p. 177-91.

29 Zifko U, Wimberger D, Lindner K, Zier G, Grisold W, Schindler E. MRI in patients with general paresis. Neuroradiology 1996; 38: 120-3.

30 Fadil H, Gonzalez-Toledo E, Kelley BJ, Kelley RE. Neuroimaging findings in neurosyphilis. J Neuroim-aging 2006; 16: 286-9.

31 López-Arlandis JM, Vílchez JJ, Palau F, Sevilla T. Friedreich’s ataxia: an epidemiological study in Valen-cia, Spain, based on consanguinity analysis. Neuroepidemiology 1995; 14: 14-9.

32 McCabe DJ, Ryan F, Moore DP, McQuaid S, King MD, Kelly A, et al. Typical Friedreich’s ataxia without GAA expansions and GAA expansions without typical Friedreich’s ataxia. J Neurol 2000; 247: 346-55.

33 Brunberg JA, Jacquemont S, Hagerman RJ, Berry-Kravis EM, Grigsby J, Leehey MA, et al. Fragile X premu-tation carriers: characteristic MR imaging findings of adult male patients with progressive cerebellar and cognitive dysfunc-tion. Am J Neuroradiol 2002; 23: 1757-66.

34 Soong BW, Paulson HL. Spinocerebellar ataxias: an update. Curr Opin Neurol 2007; 20: 438-46.35 Wilson KH, Blitchington R, Frothingham R, Wilson JA. Phylogeny of the Whipple’s disease-associated

bacterium. Lancet 1991; 338: 474-5.36 Schwartz MA, Selhorst JB, Ochs AL, Beck RW, Campbell WW, Harris JK, et al. Oculomasticatory myorhyth-

mia: a unique movement dis-order occurring in Whipple’s disease. Ann Neurol 1986; 20: 677-83.

Page 59: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

61

[ Síndromes progresivos: medulares, del tronco cerebral (...) ]

37 Nikoskelainen EK, Huoponen K, Juvonen V, Lamminen T, Nummelin K, Savontaus ML. Ophthalmologic findings in Leber hereditary optic neuropathy, with special reference to mtDNA mutations. Ophtalmology 1996; 103: 504-14.

38 Shah VA, Randhawa S, Mizen T, Lee AG, Foroozan R. You’re too old for that. Surv Ophthalmol 2008; 53: 403-10.

39 Wakakura M, Yokoe J. Evidence for preserved direct pupillary light response in Leber’s heredi-tary optic neuropathy. Brit J Ophthalmol 1995; 79: 442-6.

40 Grant WM, Schuman JS. Toxicology of the Eye. 4th ed. Springfield, IL (EE UU): Charles Thomas; 1993.

41 Koczman JJ, Rouleau J, Gaunt M, Kardon RH, Wall M, Lee AG. Neuro-ophthalmic sarcoidosis: the Uni-versity of Iowa expe-rience. Semin Ophthalmol 2008; 23 (3): 157-68.

42 Leavitt JA, Campbell RJ. Cost-effectiveness in the diagnosis of sarcoidosis: the conjunctival bi-opsy. Eye 1998; 12: 959-62.

43 Joseph FG, Scolding NJ. Neuro-Behcet’s disease in Caucasians: a study of 22 patients. Eur J Neu-rol 2007; 14: 174-80.

44 Rubio-Agustí I, Bosca ME, Casanova B. Neuro-Behçet con afectación encefálica y espinal. Neurolo-gía 2009; 24: 811-2.

45 Howard RO, Albert DM. Ocular manifestations of subacute necrotizing encephalomyelopathy (Leigh disease). Am J Ophthalmol 1972; 74: 386-93.

46 de Groot JC, de Leeuw FE, Oudkerk M, van Gijn J, Hofman A, Jolles J, et al. Cerebral white matter lesions and cognitive function: The Rotterdam Scan Study. Ann Neurol 2000; 47: 145-51.

47 Boone KB, Miller BL, Lesser IM, Mehringer CM, Hill-Gutierrez E, Goldberg MA, et al. Neuropsychological correlates of white-matter lesions in healthy elderly subjects: a threshold effect. Arch Neurol 1992; 49: 549-54.

48 Tylki-Szymanska AT, Czartoryska B, Lugowska A. Practical suggestions in diagnosing metachromatic leukodystrophy in probands and in testing family members. Eur Neurol 1998; 40: 67-70.

49 Greenlee JE, O’Neill FJ. Polyomaviruses. En: Richman DD, Whitley RJ, Hayden FG (eds.). Clinical Virology. Washington DC: ASM Press; 2009. p. 581-602.

50 Futrell N, Bowler JV, Hachinski V. Vasculitis, collagen vascular disease and vascular dementia. Vascular cognitive impairment: preventable dementia. Oxford: Oxford University Press; 2003.

51 Alrawi A, Trobe JD, Blaivas M, Musch DC. Brain biopsy in primary angiitis of the central nervous system. Neurology 1999; 53: 858-60.

52 Gómez-Puerta JA, Cervera R, Calvo LM, Gómez-Ansón B, Espinosa G, Claver G, et al. Dementia associated with the antiphospholipid syn-drome: clinical and radiological characteristics of 30 patients. Rheumatology 2005; 44: 95-9.

53 Wright RA, Kokmen E. Gradually progressive dementia without discrete cerebrovascular events in a patient with Sneddon’s syndrome. Mayo Clin Proc 1999; 74: 57-61.

Page 60: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

63

[ Índice ]{ Mielopatías agudas y

neuromielitis óptica }

1/ Introducción

2/ Las enfermedades

3/ La orientación desde el síndrome

Bibliografía

Autores: José Manuel López Arlandis1, Rocío Mañes Mateo1

Editores: Bonaventura Casanova Struch2, Xavier Montalbán Gairin3

1 Unidad de Neurología. Hospital Virgen de los Lirios. Alcoy (Alicante) 2 Unidad de Esclerosis Múltiple. Servicio de Neurología. Hospital Universitario La Fe. Valencia

3 Unidad de Neuroinmunología. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona

El diagnóstico diferencial de las mielopatías agudas no compresivas

Page 61: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

64

Resumen

Las mielopatías agudas agrupan a aquellas enfermedades medulares que alcanzan el nadir

en menos de 4 semanas. El primer paso es descartar una causa compresiva mediante una RM

medular o un estudio mielográfico. Posteriormente, el diagnóstico etiológico se basará en la

clínica, los hallazgos de la RM medular con contraste, el LCR y la RM cerebral. Las lesiones

medulares se consideran inflamatorias cuando captan contraste. También son informativos el

abombamiento medular, la multiplicidad de las lesiones, su localización, su extensión trans-

versa, su longitud y su evolución. El LCR se considera inflamatorio si muestra pleocitosis y/o

hiperproteinorraquia y también si el índice de IgG está alterado o hay BOC.

Las mielopatías agudas no compresivas se agrupan en: desmielinizantes, autoinmunes sis-

témicas, infecciosas, vasculares, post-radioterapia, deficitarias (de vitamina B12

) e idiopáticas.

La EM es la causa más frecuente, con un síndrome incompleto de predominio sensitivo, RM

medular con lesiones pequeñas dorsolaterales, localización cervical, RM cerebral con lesiones,

y LCR no inflamatorio pero con BOC. La mielitis postinfecciosa y la mielopatía de la encefa-

lomielitis aguda diseminada tienden a ser más extensas y completas, con LCR inflamatorio y

bandas infrecuentes. Las enfermedades sistémicas que con más frecuencia afectan a la médula

son el lupus y la enfermedad de Sjögren. No podremos llegar al diagnóstico si no hay otros

signos de la enfermedad. Producen lesiones de longitud variable, centromedulares, captación

y abombamiento moderados y líquido inflamatorio, en el que puede haber BOC. Las caracte-

rísticas de la mielopatía en la neuromielitis óptica son semejantes a las de otras enfermedades

con auto-anticuerpos. Sus lesiones se extienden longitudinalmente más de 3 segmentos medu-

lares, constituyendo el paradigma de la mielitis longitudinal extensa. La isquemia medular se

diagnostica por el síndrome medular anterior y la normalidad del LCR. La mielopatía post-

radioterapia puede aparecer años después de la irradiación y tiene características radiológicas

inflamatorias, aunque el LCR suele ser normal. En casi un 20% de los casos el diagnóstico es

de mielitis transversa aguda idiopática al no hallarse una etiología. Pese a ser un diagnóstico

de exclusión, tiene criterios estrictos. Sus características semiológicas son parecidas a las de la

mielitis postinfecciosa.

La frecuencia de casos idiopáticos es inquietante, pero el seguimiento de una buena siste-

mática diagnóstica nos permitirá determinar las causas que estén a nuestro alcance y, en todo

caso, tomar las mejores opciones terapéuticas.

Page 62: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

65

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

1/Introducción

Se denominan mielopatías agudas aquellas que alcanzan el máximo de sus manifestaciones (nadir) antes de 4 semanas, aunque en algunos casos particulares se han impuesto criterios más restrictivos. Un síndrome medular con este rápido desarrollo impone al neurólogo la necesidad urgente de descartar una causa compresiva extrínseca que pueda requerir una in-tervención, por lo que para nuestros fines utilizar el término mielopatía aguda no compresiva (MANC) resulta preferible al de mielitis transversa aguda (MTA), que además de implicar un mecanismo inflamatorio describe un síndrome que pocas veces vemos completo. Hoy en día la resonancia magnética (RM) es la técnica de elección en el despistaje de causas quirúrgicas. Por otro lado, en el diagnóstico diferencial se requiere interés, pero no gran genialidad, en el caso de los pacientes ya diagnosticados de una enfermedad y que presentan un síndrome me-dular agudo atribuible a ésta. Con ello queda bien delimitada la materia a tratar: el diagnóstico diferencial de los síndromes medulares agudos en pacientes sin causa ya conocida, y cuya RM (normal o no) haya descartado compresión extrínseca. El paciente con posible esclerosis múl-tiple (EM) que se incluiría en este grupo sufriría un síndrome clínico aislado (SCA) medular. En él pueden existir hallazgos clínicos y paraclínicos que utilizamos como factores pronósticos de conversión en EM definida, pero habrá que distinguir netamente su valor pronóstico (que no nos ocupa ahora) de su valor en el diagnóstico diferencial. Unas lesiones desmielinizantes cerebrales asintomáticas en una mielitis aguda nos hablan de una más probable conversión a EM definida, pero sólo si hemos descartado que no se trate de otra enfermedad.

No es fácil valorar la incidencia de las MANC, pues los estudios incluyen conjuntos diferentes de enfermedades y éstas presentan por su naturaleza variaciones geográficas importantes. La incidencia de MTA aguda de todas las causas se ha estimado en 1,3-4,6 casos por millón y año, pero los casos de MTA idiopática y asociada a EM pueden con-tabilizarse en 1-10,8 por millón y año(1). Si nos centramos en pacientes ya diagnosticados de EM definida, en el 85% el primer síntoma puede ser atribuido a una sola localiza-ción lesional(2), y en la serie de Phadke(3) el primer síntoma fue medular en el 42% de los pacientes. Con ello y a grandes rasgos podemos considerar que más de un tercio de nuestros pacientes con EM ya diagnosticada nos planteó al principio de su enfermedad el problema que vamos a tratar.

El diagnóstico diferencial siempre incluye dos aspectos: el conocimiento de las en-fermedades implicadas y la orientación diagnóstica desde el síndrome, incluyendo las exploraciones paraclínicas. Dividiremos esta primera parte del presente capítulo en estos dos bloques, intentando solapar lo menos posible sus contenidos.

2/Las enfermedades

La lista de enfermedades que pueden causar MANC como primera manifestación es larga, pero su agrupación es sencilla: enfermedades desmielinizantes, enfermedades auto-

Page 63: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

66

inmunes sistémicas (incluyendo la neuromielitis óptica [NMO] y la sarcoidosis), mielitis infecciosas, enfermedades vasculares (sobre todo isquémicas), mielopatía por radiotera-pia, mielopatías deficitarias y MTA idiopática. Esto no pretende ser una clasificación, pues los grupos se solapan entre sí.

Mielitis en las enfermedades desmielinizantes

La mielitis aguda es la forma de presentación más frecuente en la EM, y la EM es la causa más frecuente de MANC (37%)(4,5). La valoración de los riesgos de conversión en EM definida y el temor a ignorar un diagnóstico alternativo son las dos grandes inquietudes ante un SCA medular. Por fortuna, la mielitis aguda que alerta sobre el inicio de una EM tiene rasgos propios, aunque por supuesto no son exclusivos, ni su falta es exclu-yente. Los síntomas son con mayor frecuencia sensitivos, asimétricos y normalmente sin nivel delimitador, o constituyen síndromes medulares parciales. Su pronóstico es en general favorable. El cuadro suele establecerse en días. Las lesiones son pequeñas, afectan transversalmente a la médula sólo en parte (< 50%), se extienden en longitud menos de 2 segmentos medulares y se localizan preferentemente en la región posterolateral y en la médula cervical(5-7) (Figura 1). En la EM sólo el 10% de las mielopatías transversas son completas(5). En fase aguda las placas tienen forma de nódulos, anillos o arcos, con cap-tación incompleta, mientras que más tarde tienen forma oval y no captan. La captación no es suprimida por los corticoides(8).

La coexistencia de lesiones medulares y cerebrales orienta a un diagnóstico de EM. En un primer episodio de mielitis, la tasa de conversión a EM clínicamente definida (EMCD) en 20 años es del 19% si la RM cerebral es normal, y del 88% si hay dos o más lesiones(7). En 1991 McDonald(9) propuso la introducción de los hallazgos de RM en el diagnóstico de EMCD bajo unos criterios que han sufrido diversas modifica-ciones posteriores. El objetivo era predecir la conversión de un SCA en EMCD, pero estas propuestas son útiles también para el diagnóstico diferencial inicial en cuan-to definen las lesiones típicas de EM. Es primordial la localización, periventricular, yuxtacortical o de fosa posterior; en segun-do lugar, el tamaño, mejor si es superior a 6 mm; y en tercer lugar el número de le-siones, al menos dos y mejor cuantas más existan. También la presencia de bandas oligoclonales (BOC) en el líquido cefalo-rraquídeo (LCR) orienta a un diagnóstico de EM, pero no debemos olvidar que las

Figura 1. Paciente de 24 años con EM. Imagen de RM en T2 (fast spin-echo). Lesión aguda localizada en C3, incompleta, dorsal y de 10 mm de diámetro.

Page 64: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

67

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

BOC pueden estar presentes, aunque con menor frecuencia, en casi cualquier mielopatía de carácter inflamatorio. En la EM hay BOC en el 75-90%, mientras que esta tasa es sólo del 30% para el resto de las causas. En la EM es frecuente la positividad de los an-ticuerpos antinucleares (AAN) (27%), los anticuerpos antifosfolípido (AAF) (4,8-44%), síndrome de Sjögren (SS)-A (2-15%) y, en menor grado, de otros auto-anticuerpos(10). La valoración de estos auto-anticuerpos debe posponerse en ausencia de otros datos que aporten criterios diagnósticos suficientes.

Hay afectación medular en el 25% de los casos de encefalomielitis aguda disemina-da (EMAD)(11). Tanto la EMAD como la encefalomielitis posvacunal (EMPV) pueden presentar un síndrome medular predominante y carecer del habitual dramatismo de su clínica cerebral. La EMAD es más frecuente en niños. La EMPV ocurre a las 3 o 4 se-manas de la vacunación, y se ha relacionado con vacunas de la viruela, rabia, hepatitis B, tifus, gripe, rubeola y tétanos(7). La afectación cerebral forma parte del diagnóstico, de modo que existirán lesiones cerebrales monofásicas, aunque quizás no todas capten ga-dolinio. En la RM las lesiones medulares tienen una extensión variable, pero en general son más numerosas, con más edema, más captación y mayor engrosamiento medular que en la EM(12). En ambas enfermedades puede haber BOC en el LCR, como en la EM, pero también son frecuentes la pleocitosis y la hiperproteinorraquia. Hasta un 25% de los pacientes diagnosticados de EMAD pueden llegar a cumplir criterios de EMCD a lo largo de su evolución posterior.

La mielitis postinfecciosa (MPI) puede ser considerada una forma limitada de EMAD. La define el antecedente de enfermedad viral en las 3-4 semanas anteriores. El cuadro es rápido y completo, y la RM muestra la afectación axial de toda la médula, a veces con engrosamiento, pese a lo cual suele haber buen restablecimiento posterior. En el LCR es frecuente la pleocitosis (< 50) y la elevación de proteínas. Si el antecedente infeccioso pasó desapercibido o no hay pruebas serológicas de infección reciente, es muy probable que el cuadro sea finalmente calificado como idiopático.

Enfermedades autoinmunes sistémicas

Estas enfermedades se caracterizan por su afectación multiorgánica y por la presencia de an-ticuerpos no órgano-específicos. Constituyen la segunda causa de MANC en frecuencia(4). Nada impide en teoría que la médula espinal sea el primer órgano afectado, en cuyo caso el diagnóstico será difícil. Dan lugar a mielopatías en general más graves que las desmie-linizantes, con mayor frecuencia de síndromes completos. El lupus eritematoso sistémico (LES) y el SS son las que con más frecuencia causan mielopatía aguda, aunque no las únicas. De origen autoinmune son también las enfermedades paraneoplásicas. La NMO es tratada en la segunda parte del presente capítulo. Aunque afecta exclusivamente al sistema nervioso central (SNC), el hallazgo de un anticuerpo altamente específico para la enfer-medad (NMO-IgG) la ha situado nosológicamente cerca de las enfermedades sistémicas. Realmente sus rasgos clínicos se sitúan más cerca de las manifestaciones neurológicas de dichas enfermedades que de las de la EM. Además, es frecuente la presencia de NMO-IgG en casos de LES y SS con mielitis, lo que plantea un probable solapamiento de enfermeda-des autoinmunes. Al contrario que la NMO, la sarcoidosis es incluida aquí más por ser una enfermedad inflamatoria multiorgánica que por sus características inmunológicas.

Page 65: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

68

El escenario que plantea la descripción de las mielopatías de este grupo aparenta una pesadilla para el neurólogo. En el 50% de los casos la enfermedad no se conoce en el mo-mento de la lesión medular(5). Sin embargo, una buena sistemática de trabajo dejará poco margen de error. No podremos llegar al diagnóstico sólo por la afectación medular, por lo que es fundamental la búsqueda de alteraciones en otros niveles del sistema nervioso, el examen minucioso de otros órganos, la relativización de los hallazgos de las exploraciones complementarias y la protocolización de los exámenes inmunológicos y serológicos. Es posible que tras ello y en algunos casos no lleguemos aún a un diagnóstico preciso, pero no es un error no descubrir lo que aún no existe, mientras que los datos obtenidos muy probablemente nos bastarán para orientar el tratamiento.

Neuromielitis óptica

La NMO ha sido tratada durante años como un síndrome multicausal. Desde que fue descubierta su relación con los anticuerpos anti-aquaporina 4 se define como una enfer-medad que a su vez sirve de eje para un conjunto de cuadros englobados en el concepto de difícil traducción de NMO-spectrum disease. En la segunda parte de este capítulo se describe de forma específica esta entidad.

Lupus eritematoso sistémico

La mielopatía es una complicación rara que sólo afecta al 1-3% de los casos(10,13,14) y se asocia con frecuencia a AAF positivos. Es más frecuente en mujeres jóvenes (87%) y normalmente ocurre en los primeros 5 años de evolución, por lo que en el 39% de los casos aún no hay afectación de otros órganos en el momento de su presentación(15). La presentación es aguda, aunque de intensidad variable, y es más rara la mielopatía crónica. Las lesiones más frecuentes ocupan 2-4 segmentos y afectan sobre todo a niveles torácicos (D5-D8), y pueden existir o no existir ensanchamiento medular y captación de contras-te. Con menor frecuencia hay casos de mielitis transversa longitudinal extensa (MTLE), incluso de curso catastrófico(16). El LCR puede ser desde normal a muy inflamatorio, y hay BOC en el 50% de los casos. A diferencia de la EM, las BOC suelen desaparecer tras la inmunoterapia(17).

Remitimos al lector al capítulo de esta monografía titulado “Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales”, en el que se han tratado otros aspectos de esta entidad.

Síndrome de Sjögren

El SS puede aparecer de forma aislada (SS primario) o asociado a otras enfermedades autoinmunes. La participación del SNC puede ser difusa o focal, y es más frecuente en pacientes con anticuerpos SS-A positivo. Las lesiones focales se han comparado a veces a las de la EM(18) por el modo en que afectan a la sustancia blanca. Sin embargo, éste es un tipo de alteración neurológica infrecuente en el SS(19), más aún en ausencia de xerosis(20). La mielopatía suele ser aguda, aunque se da un curso crónico con más frecuencia que en otras enfermedades autoinmunes, y puede adoptar la forma de una mielitis transversa,

Page 66: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

69

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

síndrome de Brown-Sequard, vejiga neurógena o afectación de la neurona motora. Se ha descrito la mielopatía como forma de presentación de un SS, así como coexistencia con neuropatía óptica. Las lesiones en RM son variables, como en el LES, y las BOC en LCR no suelen estar presentes. La localización más frecuente es la cérvico-torácica alta, con lesiones centromedulares extensas. Los anticuerpos SS-A positivos se asocian a lesiones más grandes y síntomas más graves. También se ha descrito la presencia de NMO-IgG en pacientes con SS con mielopatía(21), siendo dudosa la situación nosológica de estos casos. Plantearemos más tarde esta discusión.

En el capítulo de esta monografía titulado “Síndromes agudos y subagudos: mono-focales y multifocales” se describen con mayor detalle todos los aspectos neurológicos de esta entidad.

Enfermedad de Behçet, vasculitis y otras enfermedades sistémicas

La enfermedad de Behçet afecta a hombres con el doble de frecuencia que a mujeres, y se suele iniciar entre los 30 y los 40 años. Tiene afectación neurológica en el 5-15% de los casos, normalmente a los 3-6 años de las manifestaciones sistémicas(22,23). Sin embargo, en un 6% de los casos los síntomas neurológicos pueden inaugurar el cuadro. Si contamos con que hay lesiones medulares en el 10% de los casos de neuro-Behçet, se plantea la rara posibilidad (0,1 × 0,6 × 0,1 = 0,06%) de que una mielopatía aguda sea la forma de inicio de una enfermedad de Behçet, lo que nos crearía un serio problema diagnóstico. Esta situación será extraordinaria teniendo en cuenta que la afectación neurológica suele darse en la forma parenquimatosa difusa de la enfermedad.

Remitimos al lector al capítulo de esta monografía titulado “Síndromes agudos y subagudos: monofocales y multifocales”.

Enfermedades paraneoplásicas

La mielopatía necrotizante paraneoplásica es una rara entidad descrita por primera vez en 1964(24). Habitualmente acompaña a casos de enfermedad oncológica avanza-da, pero se ha descrito con presentación previa a ésta(25,26). Puede asociarse a diversas neoplasias: linfoma, leucemia aguda, pulmón, mama, ovario, estómago, próstata, ti-roides y riñón. La presentación aguda es menos frecuente que la subaguda o crónica. La paraparesia es asimétrica y ascendente, y el paciente puede fallecer si se alcanza el nivel bulbar. Es común el nivel sensitivo, las alteración de esfínteres y la lesión de la segunda motoneurona. El LCR es inflamatorio, con pleocitosis leve e incremento de proteínas. La RM muestra una extensa hiperseñal T2 con ensanchamiento medular, seguida de atrofia en el curso de la enfermedad. Aunque la patogenia es desconocida, se han descrito algunos anticuerpos ligados a la mielopatía paraneoplásica en tumores diversos(7):

a) En el carcinoma pulmonar de células pequeñas: anfifisina-IgG, CRMP-5 IgG (col-lapsin response-mediator protein), GAD (glutamic acid decarboxilase) y anticuerpos de los canales catiónicos.

b) En el cáncer de mama la PCA 2 (Purkinje cell antibody) y anfifisina-IgG. c) En el cáncer de ovario los ANNA 2 (antineuronal nuclear antibodies).

Page 67: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

70

d) En el carcinoma pulmonar de células grandes: collapsin response-mediator protein (5-CRMP) y anticuerpos al receptor de acetilcolina neuronal y muscular.

De éstos el más frecuentemente implicado es la CRMP-5 IgG, ligada a oat-cell, pero la determinación de estos anticuerpos no es habitual.

La mielitis necrotizante puede también presentarse sin cáncer (mielopatía necroti-zante idiopática). Se trata de una enfermedad rara que se ha asociado a diversos virus y enfermedades autoinmunes (SS, cirrosis biliar primaria)(27). En muchos aspectos esta enfermedad es semejante a la forma grave de la mielopatía de la NMO, y de hecho ya se han descrito nuevos casos con NMO-IgG positiva(28). Muy probablemente la mielopatía necrotizante es un cuadro estereotipado al que se puede llegar desde más de un agente de activación y con la mediación de diversos anticuerpos.

Sarcoidosis

Los síntomas neurológicos son infrecuentes en la sarcoidosis (5%), y las lesiones medula-res aún lo son más (0,43%). Sin embargo, pueden ser la manifestación inicial. La presen-tación es con más frecuencia subaguda(29). Se manifiesta como un tumor intramedular y mejora habitualmente con corticoides(30). Las lesiones se localizan sobre todo en la unión cérvico-dorsal y son fusiformes, con captación de contraste, en la que a menudo (60% de los casos) participan la pía y la duramadre. La captación meníngea puede ser previa a la lesión medular, lo que permitiría un diagnóstico preclínico(12). Tras la resolución de la lesión puede existir atrofia medular. La RM cerebral puede ser de gran ayuda, con capta-ción leptomeníngea alrededor del hipotálamo y la hipófisis, y lesiones parenquimatosas parecidas a las de la EM(8). Además de la presentación pseudotumoral, se ha descrito la MTLE como forma de afectación medular en la sarcoidosis(31).

Mielitis infecciosas

Tanto los virus como las bacterias, los hongos y los parásitos pueden producir infección directa de la médula espinal. El paciente mostrará signos generales de infección (fiebre, malestar...), meningismo y los signos locales propios del agente causal (tuberculosis, her-pes zóster, endocarditis…). La imagen de la RM en las mielitis virales es semejante a la de los síndromes parainfecciosos. Sin embargo, en algunas infecciones la imagen puede ser más específica(8). En la enfermedad de Lyme la imagen se asemeja a la de la sarcoidosis, con lesión intramedular y captación leptomeníngea y de las raíces nerviosas(32). También puede haber lesiones cerebrales(33).

Los abscesos bacterianos medulares son raros y se producen por diseminación hema-tógena, por contigüidad o por inoculación (punción, cirugía). Las lesiones son más fre-cuentes en la médula torácica y tienen una evolución semejante a la del absceso cerebral: mielitis de bordes poco definidos y débilmente captantes, seguida por la formación de un absceso de paredes captantes, contenido irregular y ensanchamiento de la médula.

El LCR será siempre inflamatorio, con marcada pleocitosis y elevación de proteínas. El estudio microbiológico debe ajustarse al agente casual, pues las serologías “a ciegas” (por ejemplo, en mielitis virales) rara vez son diagnósticas.

Page 68: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

71

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

Mielopatías vasculares

Las mielopatías isquémicas tienen síndromes topográficos estereotipados correspondien-tes a la distribución de las arterias espinal anterior (síndrome cordonal anterior), espinal posterior (síndrome cordonal posterior) y sulcocomisural (síndrome de Brown-Sequard). La clínica es especialmente orientativa en el más frecuente, el de la espinal anterior, pero el síndrome neurológico no orienta respecto a la etiología, que requiere su propio diagnósti-co diferencial (disección aórtica o vertebral, coagulopatía, vasculitis, embolismo, hipoten-sión, coagulopatía). Suele tratarse de pacientes de más de 50 años(4) con factores de riesgo vascular. La clínica es muy aguda (minutos-horas), con nivel sensitivo y alteración de esfínteres. La RM puede ser normal en inicio. Su patrón típico es una lesión T2 que afecta a varias metámeras, con forma en punta de lápiz de localización anterior(6). En la imagen axial puede aparecer la imagen de “ojos de lechuza” por afectación de las astas anteriores. No suele haber engrosamiento medular. La captación puede faltar al inicio y ser irregular en la fase subaguda. Las imágenes de difusión pueden demostrar el edema citotóxico. Aso-ciada al infarto medular puede haber una hiperseñal en la porción dorsal de la médula ósea del cuerpo vertebral. Ocasionalmente este signo puede ser el único hallazgo(12). El LCR no tendrá anomalías o mostrará una leve elevación de proteínas, sobre todo en diabéticos(4).

Las malformaciones arteriovenosas (FAV) y los cavernomas medulares son las causas más frecuentes de hematomielia. Las hemorragias intramedulares tienen una topografía transversa muy variable, pero habitualmente es posible determinar su nivel longitudinal, y la RM es específica en la identificación de restos hemáticos. No obstante, puede no identificar la malformación, cuyo diagnóstico requerirá una angiografía. Las fístulas du-rales producen congestión venosa con paraparesia de curso subagudo o crónico (síndro-me de Foix-Alajouanine), pero salpicado de episodios de debilidad que pueden coincidir con el esfuerzo. La RM puede identificar la hiperseñal medular, cuya localización prefe-rente es la torácica. El LCR puede o no ser hemorrágico en la hematomielia, y cuando existe congestión venosa puede haber hiperproteinorraquia sin pleocitosis.

Mielopatía tardía post-radioterapia

Tras la irradiación de la médula espinal puede existir una mielopatía precoz, que aparece en los primeros 3 meses, cursa sobre todo con signo de l’Hermitte y se resuelve espontá-neamente. Sin embargo, la mielopatía tardía puede presentarse desde pocos meses tras la irradiación hasta 15 años después. Su curso es progresivo. No obstante, su inicio puede confundirse con un cuadro agudo, sobre todo por sus manifestaciones radiológicas. La imagen de RM muestra inicialmente ensanchamiento medular y una lesión larga con captación de gadolinio. En la vértebra adyacente puede haber una hiperseñal T2. Tardía-mente hay atrofia medular sin cambios de señal(33). El LCR es normal(4). El antecedente de irradiación es fundamental en el diagnóstico(7).

Mielopatías deficitarias

La degeneración combinada subaguda por déficit de vitamina B12

y la mielopatía por déficit de cobre se describen en el capítulo de esta monografía titulado “Síndromes pro-

Page 69: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

72

gresivos: medulares, del tronco cerebral, del nervio óptico y cognitivos”, por lo que remi-timos al lector al mismo.

Mielitis transversa aguda idiopática

Podríamos también incluirla entre las mielopatías desmielinizantes(7), pero es mejor considerarla aparte, pues por definición su diagnóstico sigue siendo de exclusión. Aun después de un estudio exhaustivo un buen número de mielopatías transversas serán idiopáticas. Su frecuencia es variable en el conjunto de las MANC, situándose entre el 9% y el 60%. El 16,5% de Seze(4) parece una cifra razonable por las condi-ciones de su estudio. Las series más actuales y las de mayor tiempo de seguimiento consiguen excluir más diagnósticos, pero también las diferencias en los criterios uti-lizados crean tasas distintas. Por ello se impone el uso de unos criterios comunes. En el año 2002 el Consorcio de Mielitis Transversa(34) propuso unos criterios que han sido ampliamente aceptados (Tabla 1). Un caso definido de MTA idiopática (MTAI) debe incluir:

Tabla 1. Criterios diagnósticos de la mielitis transversa aguda idiopática

Criterios de inclusión Criterios de exclusión

Desarrollo de disfunción sensitiva, motora o autonómica atribuible a la médula espinal

Historia de irradiación previa sobre la columna en los últimos 10 años

Síntomas y/o signos bilaterales (aunque no necesariamente simétricos)

Déficit clínico de clara distribución arterial congruente con una trombosis de la arteria espinal anterior

Nivel sensitivo claramente definido Vacíos de flujo anormales sobre la superficie de la médula espinal congruentes con MAV

Exclusión de etiología compresiva extra-axial por neuroimagen (IRM o mielografía; la TC de columna no es adecuada)

Evidencia clínica o serológica de enfermedad del tejido conectivo (sarcoidosis, enfermedad de Behçet, síndrome de Sjögren, LES, enfermedad mixta del tejido conectivo, etc.)*

Inflamación dentro de la médula espinal demostrada por pleocitosis de LCR, o índice de IgG elevado, o captación de gadolinio. Si en el momento del comienzo no se cumple ninguno de los criterios de inflamación, repetir la IRM y la punción lumbar entre 2 y 7 días después del síntoma de inicio

Manifestaciones en el SNC de sífilis, enfermedad de Lyme, CIH, HTLV-1, micoplasma y otras enfermedades virales (p. ej., HSV-1, HSV-2, VZV, EBV, CMV, HHV-6 o enterovirus)*

Progresión hasta el nadir entre las 4 horas y los 21 días siguientes al comienzo de los síntomas (si el paciente despierta con síntomas, los síntomas deben hacerse más pronunciados desde el momento del despertar)

Anormalidades cerebrales en la IRM sugestivas de EM*

Historia de neuritis óptica clínicamente aparente

CMV: citomegalovirus; EBV: virus de Epstein-Barr; EM: esclerosis múltiple; HHV: virus del herpes humano; HSV: virus del herpes simple; IgG: inmunoglobulina G; IRM: imágenes por resonancia magnética; LCR: líquido cefalorraquídeo; LES: lupus eritematoso sistémico; MAV: malformaciones arteriovenosas; SNC: sistema nervioso central; VIH: virus de la inmunodefi-ciencia humana * No excluye mielitis transversa aguda asociada a enfermedad

Page 70: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

73

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

a) Un criterio temporal (nadir entre 4 horas y 21 días). b) Un criterio espacial (síndrome transverso bilateral con nivel identificable). c) Un criterio de exclusión (deben excluirse causas conocidas de MTA). d) Debe demostrarse la inflamación por examen de LCR o RM, pues en caso contra-

rio el caso se calificará como posible. Si la inflamación no puede demostrarse al inicio, las exploraciones se repetirán 2-

7 días después. Los casos con lesiones cerebrales típicas de EM son excluyentes, y aqué-llos con instauración en menos de 4 horas son sugestivos de infarto medular. La MTA en que se identifica una causa se denomina MTA asociada a enfermedad, por contraposición a la MTA idiopática. Estos criterios son restrictivos, lo cual resta valor a su uso clínico. En particular, deja fuera a los síndromes parciales y a aquellos en que la punción lumbar o la RM se hayan realizado en momentos donde la inflamación no es manifiesta. En 2005 el grupo de Scott(35) propuso unos criterios alternativos que distinguen las formas comple-tas de las incompletas, y excluyen la necesidad de demostrar la inflamación (Tabla 2). La mayor virtud de estos criterios es que demuestran la distinta naturaleza de ambos grupos en base a su diferente tasa de conversión en EMCD: a los 5 años un 2% en la completa, y un 20-30% en la parcial. No obstante, estos criterios desvirtúan el concepto de MTAI, pues su contenido será inevitablemente más heterogéneo.

Existen dos picos de presentación en la segunda y en la cuarta década de la vida. Las lesiones en RM tienen una longitud muy variable, que puede abarcar desde un único segmento a la casi totalidad de la médula. Lo más habitual es que se extienda a lo largo de 3 o 4 segmentos, con lesiones de márgenes netos, localizadas en el centro de la médula ocupando más de 2/3 de su sección, con captación de contraste parcheada periférica y con abombamiento medular. Los segmentos más frecuentemente afectados son los torá-

Tabla 2. Criterios propuestos por Scott para la mielitis transversa aguda completa y parcial

Mielitis transversa aguda completa Mielitis transversa aguda parcial

Debilidad simétrica moderada o grave y disfunción autonómica (vejiga) atribuible a la médula espinal

Disfunción leve sensitiva o motora atribuible a la médula espinal, bilateral o unilateral. Cuando están presentes déficits graves se observa una marcada asimetría

Nivel sensitivo simétricoSíntomas o signos sensitivos atribuibles a un nivel o hemi-nivel sensitivo o a una lesión en IRM típica de mielitis

Exclusión de otras formas de enfermedad desmielinizante (p. ej., ausencia de lesiones cerebrales sugestivas de EM; considerar: test serológicos de infecciones y autoinmunidad, potenciales evocados, etc.)

Exclusión de otras formas de enfermedad desmielinizante (p. ej., ausencia de lesiones cerebrales sugestivas de EM; considerar: test serológicos de infecciones y autoinmunidad, potenciales evocados, etc.)

La evidencia de inflamación dentro de la médula espinal por IRM o LCR puede o no estar presente

La evidencia de inflamación dentro de la médula espinal por IRM o LCR puede o no estar presente

Progresión hasta el nadir entre 4 horas y 21 días Progresión hasta el nadir entre 4 horas y 21 díasEM: esclerosis múltiple; IRM: imágenes por resonancia magnética; LCR: líquido cefalorraquídeo

Page 71: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

74

cicos (80%), seguidos de los lumbares(8,12,36). Dentro de la lesión de alta señal T2 puede existir una pequeña zona isointensa central (“signo del punto” o dot sign), que no se da en otras lesiones intramedulares.

En el LCR suele haber pleocitosis moderada (50-100) y aumento de proteínas, mien-tras que la presencia de BOC es mucho menos frecuente que en la EM y a menudo transitoria. Una evolución desfavorable de la mielitis, con secuelas más graves, se puede predecir por niveles elevados en LCR de proteína 14.3.3, interleucina-6, enolasa no es-pecífica, proteína básica de mielina y proteína S-100(36).

Otras causas de mielopatía aguda

La electrocución puede producir un daño medular grave. Parece que no debería plantear problemas de diagnóstico diferencial, pero puede aparecer semanas o meses después de la descarga eléctrica(37) y producir un síndrome transverso o parcial. La administración intratecal de quimioterápicos puede inducir una mielopatía necrotizante semejante a la paraneoplásica. Se ha descrito con el metotrexato, la citarabina, la doxorubicina y la vin-cristina. También se ha descrito mielopatía aguda anterior no reversible con el consumo de heroína(38). El óxido nitroso utilizado en anestesia puede producir una inactivación de la vitamina B

12, con la consiguiente mielopatía aguda(39).

En la propuesta de criterios diagnósticos de la MTAI del Consorcio de Mielitis Trans-versa(34) se citan la lipomatosis epidural y el embolismo fibrocartilaginoso como causas no inflamatorias de mielopatía aguda junto a las mielopatías vasculares y la radiación. Se trata de dos enfermedades muy raras. La lipomatosis epidural acompaña a hipercortiso-lismo endógeno o exógeno. Aunque excepcionalmente es primaria, puede producir com-presión medular principalmente en segmentos torácicos. El embolismo fibrocartilagino-so se produce por isquemia secundaria a material intravascular procedente de un disco intervertebral dañado; afecta más a segmentos cervicales, y los síntomas se producen en dos tiempos: dolor por lesión discal, periodo libre y clínica de isquemia medular.

3/La orientación desde el síndrome

El diagnóstico diferencial real se basa en los hallazgos clínicos y paraclínicos y en las deci-siones que deben tomarse en cada momento. No se trata sólo de analizar el mismo proble-ma desde otro punto de vista. Disponer del diagnóstico final es lo ideal para el tratamien-to, pero se puede tardar años o no llegar nunca. Mientras tanto hay que tomar decisiones terapéuticas, que sólo pueden basarse en la valoración de la semiología y en aquello de lo que nos informa ésta sobre la fisiopatología y las posibilidades diagnósticas.

El síndrome clínico

La topografía medular es el primer parámetro a valorar. Los cuadros transversos completos son propios de infecciones víricas y mielitis parainfecciosas. La hemisec-

Page 72: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

75

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

ción medular orienta a una EM y muy rara vez a una causa vascular. El déficit cor-donal posterior agudo es propio del déficit de vitamina B

12, mientras que el cordonal

anterior es característico de la mielopatía isquémica. Se ven síndromes centrales en la NMO y en hemorragias intramedulares. Lesiones discretas que afectan a fascículos aislados nos orientan a EM, origen paraneoplásico o déficit de vitamina B

12. Rara

vez una EM puede producir también afectación de tractos medulares aislados, como ocurre en el síndrome de la mano inútil, debido a una lesión en el tracto posterior cervical(40).

Junto al síndrome topográfico medular debemos buscar sistemáticamente una afec-tación cerebral concomitante. Esto es difícil en presencia de afectación medular. Debe prestarse especial atención a los pares craneales, sobre todo en busca de neuropatía óptica y/o de anomalías de la movilidad ocular extrínseca.

La exploración general debe buscar signos de infección vírica (adenopatías, rash, erupción herpética), bacteriana (endocarditis, eritema crónico migrans), signos asociados a enfermedad sistémica (úlceras orales o genitales, artritis, rash, síndrome seco, Raynaud, uveítis, eritema nodoso). La recurrencia es propia de la EM, la NMO, las conectivopatías y el síndrome antifosfolípido.

Análisis en sangre

Los exámenes rutinarios del hemograma, la coagulación y la bioquímica hemática rara vez serán anormales, pero deben ser leídos con atención. Cuando muchas cosas son po-sibles, los detalles son importantes: leucocitosis (mielopatías bacterianas), leucopenia (LES), macrocitosis (vitamina B

12), proteína C reactiva (PCR) y otros reactantes (en-

fermedades sistémicas, neoplasias), tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPA) (síndrome antifosfolípido).

Las determinaciones más específicas a realizar en todos los casos deberían incluir vitamina B

12 y fólico, marcadores de enfermedades sistémicas (AAN, AAF, anticuerpos

SS-A y B, enzima convertidora de angiotensina), anticuerpos a virus neurotropos (herpes simple, varicela-zóster, citomegalovirus [CMV], virus de la inmunodeficiencia humana [VIH], virus de Epstein-Barr [VEB]) y serología de Borrelia. Se han descrito algunos anticuerpos antineuronales asociados a mielopatía paraneoplásica, pero su determinación no es habitual por el momento. Sí lo es el estudio de NMO-IgG, aunque su sensibili-dad en nuestro medio está por determinar. La determinación de NMO-IgG debería realizarse cuando menos en los casos de MTLE, mielitis recurrente y neuropatía óptica antecedente o concomitante, diagnosticada por clínica o por potencial evocado visual. La presencia de NMO-IgG y, en menor grado, de anticuerpos SS-A implica mayor riesgo de recurrencia de la mielitis.

Análisis en líquido cefalorraquídeo

El examen citobioquímico básico del LCR es ya de por sí muy informativo, aunque no diagnóstico. El recuento celular es normal en la mielopatía isquémica, la EM, las mie-lopatías deficitarias y la mielopatía post-radioterapia. Los recuentos con frecuencia son moderadamente elevados en la NMO (< 50), las enfermedades sistémicas y la MTAI;

Page 73: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

76

algo más incrementados en las postinfecciosas (50-300), y marcadamente altos en las infecciosas. Las proteínas siguen un patrón semejante.

Debe investigarse la presencia de BOC de IgG, que serán positivas en el 90% de las EM pero también en menor grado en enfermedades sistémicas (incluyendo el 20% de las NMO), cuadros postinfecciosos y posvacunales y MTAI. Las BOC presentes en la EMAD, encefalomielitis aguda posvacunal, mielopatía aguda pos-tinfecciosa, mielopatía aguda posvacunal y MTAI son a menudo transitorias. Son negativas en las mielitis isquémicas. El valor de las BOC IgM es predictivo, pues su presencia implica mayor tasa de conversión en la EMCD. Dado que la EM es la causa más frecuente de MANC, es razonable la determinación de BOC IgM ya en el primer examen de LCR.

Los cultivos de LCR rara vez serán positivos si no hay una sospecha de cuadro infeccioso agudo. Tampoco el examen serológico amplio, realizado en paralelo al suero, suele ser diagnóstico sin una orientación clínica. Se incluyen virus del grupo herpes (simple, zóster, VEB, CMV), VIH, hepatitis, diversos enterovirus, micoplas-mas, lúes y Borrelia. Disponemos de estudios de PCR para el examen de diversos virus y bacterias, y debemos considerarlos sobre todo en las mielopatías infecciosas graves (virus herpes simple y varicela-zóster), así como en presencia de polirradicu-litis (CMV).

La resonancia magnética

En una mielopatía aguda el uso de otra técnica de imagen que no sea la RM no es justificable más que por su falta de dispo-nibilidad. Si el cuadro clínico exige descar-tar con urgencia una compresión medular, estará justificado el uso de otras técnicas (mielografía o mielotomografía axial com-putarizada [mielo-TAC]) y posteriormente estudiaremos la médula con RM.

Resonancia magnética medular

No hay imágenes patognomónicas en la RM medular, aunque determinados rasgos son, sin embargo, de gran utilidad:

a) Extensión longitudinal. Las lesiones cortas (1-2 segmentos) son propias de la EM (Figura 1) y acompañan con frecuencia a síndromes parciales, mientras que las ex-tensas (más de 3 cuerpos vertebrales) lo son de la NMO (Figura 2) y suelen acompañar a los síndromes transversos completos. Aun-que la descripción clásica de la MTLE se

Figura 2. Neuromielitis óptica. Extensa hiperseñal que afecta a la médula espinal en todo su diámetro y en múltiples niveles contiguos cervicales (caso del Hospital Universitario La Fe de Valencia).

Page 74: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

77

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

hizo en la NMO, puede darse también en enfermedades sistémicas y en mielitis parainfec-ciosas. En este último caso es más frecuente la captación de gadolinio que en la NMO(6). Pese a lo dicho, la longitud lesional es muy variable en la MTAI, la EMAD y la MPI.

b) Extensión transversal. Las lesiones posterolaterales son propias de la EM; las an-teriores, de la mielopatía isquémica; las posteriores, del déficit de vitamina B

12, y las

centromedulares, de la NMO, la mielopatía isquémica, la mielopatía postinfecciosa y las enfermedades sistémicas. La afectación bilateral longitudinalmente extensa de tractos específicos medulares, sobre todo si la lesión es captante, es altamente sugestiva de un sín-drome paraneoplásico(7). Las lesiones medulares transversas completas son más frecuentes en la NMO, la MTAI y la MPI.

c) Engrosamiento medular. El engrosamiento es propio de lesiones graves con afectación de toda la médula: MTAI completa, NMO, mielitis necrotizante y mielitis infecciosas.

d) Captación de contraste. Es común en las mielopatías desmielinizantes, en la MTAI y en las asociadas a enfermedad sistémica, mientras que es rara en la mielopatía isquémica.

e) Multiplicidad de las lesiones. Un patrón de lesiones parcheadas es más propio de la EM, la afectación medular de la EMAD, las enfermedades sistémicas y la NMO.

f) Nivel afectado. Los niveles altos (cérvico-dorsales) se afectan más en la EM, la MPI y el déficit de vitamina B

12. La unión cérvico-torácica es el lugar preferente de la

sarcoidosis. Los niveles torácicos son más frecuentes en la mielopatía de las enfermedades sistémicas, la MTAI y los abscesos bacterianos. Los niveles bajos (región torácica inferior, región lumbar y cono medular) son propios de la mielopatía isquémica.

g) Evolución. La mielopatía necrotizante tiene un patrón ascendente característico. Las lesiones desmielinizantes puras no asociarán una atrofia medular como secuela. El engrosamiento inicial seguido de atrofia se ve en las mielopatías graves (necrotizante, NMO), en la mielopatía post-radiación y en la sarcoidosis.

La correlación clínico-radiológica respecto al nivel de lesión puede no ser buena, por lo que siempre se requiere un examen medular completo(41).

Resonancia magnética cerebral

Debe realizarse RM cerebral en toda MANC. Las razones son evidentes: puede haber afectación cerebral subclínica en la EM, la EMAD, en la neuroborreliosis y en las enfer-medades autoinmunes sistémicas, mientras que su existencia es excluyente en la NMO inicial y la MTAI. También nos descarta lesiones cerebrales que puedan simular mielopa-tía y, en caso de SCA, la RM cerebral sigue siendo el mejor factor pronóstico de conver-sión a EMCD. Las lesiones predominantes en el LES y el síndrome antifosfolípido son las subcorticales, mientras que en la EM lo son las periventriculares. Las lesiones ovoideas elongadas y los agujeros negros son más propios de la EM(10).

Causas de resonancia magnética normal(7)

Ante un cuadro clínico medular agudo, la RM medular normal puede ser desconcertan-te, pero un 10% de los pacientes no tienen lesiones detectables en RM, y en un 40% no hay captación de gadolinio(41).

Page 75: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

78

La primera cuestión es si realmente es una mielopatía, pues las polirradiculitis agudas pueden ser equívocas e incluso, rara vez, conservar los reflejos tendinosos. No obstante, ante un cuadro medular grave es poco probable encontrar la disociación albúmino-ci-tológica de un Guillain-Barré. El problema es mayor en lesiones medulares pequeñas, pero entonces los síntomas son asimétricos y de predominio sensitivo. La captación de contraste en las raíces y la electromiografía pueden ser de ayuda. En ocasiones, una mie-litis grave puede mostrar potenciales de denervación por lesión de las raíces ventrales, lo que indicaría un peor pronóstico. Asimismo, algunas lesiones cerebrales pueden simular una paraparesia por lesión medular (trombosis venosa, oclusión de las arterias cerebrales anteriores...), o puede tratarse de una simulación.

La segunda cuestión es si el cuadro es realmente agudo. En las mielopatías subagudas y crónicas la RM es frecuentemente normal, tanto si el origen es degenerativo (por ejem-plo, en la enfermedad de Friedreich) como infeccioso (mielopatía por HTLV-1) o caren-cial (déficit de cobre). Sin embargo, diversas alteraciones (infecciones, traumas, fatiga) pueden producir agravamientos que simulen el inicio agudo de un cuadro desapercibido hasta el momento.

La tercera cuestión es que puede que la lesión realmente no se aprecie, quizás por ser demasiado pequeña, por artefactos de movimiento o porque la RM se hizo demasiado pronto (sobre todo en mielopatías isquémicas) o demasiado tarde (sobre todo en mielo-patías inflamatorias de buen pronóstico).

También se han documentado casos de mielopatía transversa grave con RM normal y LCR sin signos inflamatorios pero con BOC presentes(6). Si añadimos que sólo 1/3 de los pacientes con RM normal(41) tienen un cuadro sensitivo leve, es posible que pue-dan existir mecanismos de lesión axonal no bien conocidos que sean predominantes en un pequeño porcentaje de pacientes y que produzcan lesiones poco manifiestas en la RM.

Actualmente se considera que las técnicas de RM más adecuadas son las secuencias short-tau inversion recovery fast spin echo y las secuencias T2-weighted fast spin echo(41). Sin duda, la mejora de las técnicas de imagen permitirá en el futuro incrementar las tasas de detección.

Otras exploraciones

Los potenciales evocados son de ayuda en la búsqueda de lesiones no medulares. De-bido a la frecuente asociación de neuritis óptica, tanto en la NMO como en otras en-fermedades, deberían realizarse los potenciales evocados visuales en toda mielopatía aislada. Los potenciales somato-sensoriales en miembros inferiores están afectados en el 85% de los casos de MTAI, y su normalidad es un factor de buen pronóstico funcional(36). La radiografía de tórax también debe realizarse en todos los casos en búsqueda de neoplasias o de su afectación en enfermedades sistémicas. Por último, en función de las sospechas concretas de cada caso, deberán plantearse otras explora-ciones (arteriografía medular, aortografía, TAC tóraco-abdominal, biopsia cutánea, biopsia de glándulas salivares, test de Schirmer, test de Kveim, complemento, anti-cuerpos anti-ADN).

Page 76: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

79

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

Un algoritmo diagnóstico

La mielopatía aguda es una urgencia, por lo que en los pasos de su diagnóstico deben definirse prioridades(34):

1. Descartar una etiología compresiva: es necesaria la RM o la mielografía-TAC.2. Definir la presencia o ausencia de inflamación medular. Es necesaria la RM con

contraste y la punción lumbar con estudio en LCR de células, proteínas, cociente de IgG y BOC.

3. Definir la extensión de las lesiones fuera de la médula. Es necesaria la RM cerebral y los potenciales evocados visuales.

La clínica y los resultados de estas pruebas nos orientarán el estudio etiológico. En la Figura 3 se describe el algoritmo diagnóstico de estos procesos. Ante el hallazgo de cambios inflamatorios abordaremos el diagnóstico diferencial etiológico, cuyos rasgos más destacados se resumen en la Tabla 3.

Figura 3. Diagnóstico del síndrome medular transverso. IRM: imágenes por resonancia magnética; LCR: lí-quido cefalorraquídeo.

Compresión medular

IRM cerebral

VascularDiagnósticoetiológico(Tabla 3)

No mielopatíaprecoz/tardía

Síndrome medular transverso

Descartar compresión(IRM o mielografía)

Ausencia de compresión medular

LCR IRM medular

Normal Inflamación Normal

Page 77: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

80

Tabl

a 3.

Car

acte

rístic

a d

e IR

M y

LC

R d

e la

s p

rinci

pal

es

mie

lop

atía

s ag

udas

no

co

mp

resi

vas

MTAI

CEM

ADEM

NMO

Sistém

icas

Infec

ciosa

sRa

dioter

ápica

Para

neop

lásica

sIsq

uémi

cas

Long

itud

Varia

bleVa

riable

Corta

Exten

saVa

riable

Varia

bleEx

tensa

Exten

saEx

tensa

Ampli

tud>

50%

> 50

%<

50%

> 50

%>

50%

> 50

%>

50%

Varia

ble>

50%

Ubica

ción a

xial

Centr

alCe

ntral

Poste

rolat

eral

Centr

alCe

ntral

Centr

alCe

ntral

Varia

bleAn

terior

Ubica

ción

longit

udina

lTo

rácic

aTo

rácic

aCe

rvica

lTo

rácic

aTo

rácic

aTo

rácic

aTo

rácic

aTo

rácic

aLu

mbar

Engr

osam

iento

++

++

0+

++

++

++

++

+/0

Capta

ción

++

++

++

++

++

++

+

Múltip

les0

++

++

0+

+0

00

0

Cere

bral

0+

++

++

0+

+0

00

++

Célul

as+

++

0+

++

++

0+

0

Prote

ínas

totale

s+

+0

++

++

+0

+0

BOC

++

++

++

++

0+

0

BOC:

band

as ol

igoclo

nales

; EM:

escle

rosis

múlt

iple;

EMAD

: enc

efalom

ielitis

agud

a dise

mina

da; IR

M: im

agen

por r

eson

ancia

mag

nétic

a; LC

R: líq

uido c

efalor

raqu

ídeo;

MTAI

C: mi

elitis

tran

sver

sa

agud

a idio

pátic

a com

pleta;

NMO

: neu

romi

elitis

óptic

a

Page 78: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

81

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

BIBLIOGRAFÍA

1 Young J, Quinn S, Hurrell M, Taylor B. Clincally isolated acute transverse myelitis: prognostic fea-tures and incidence. Mult Scler 2009; 15: 1295-302.

2 Miller D, Alastair C. The differential diagnosis of multiple sclerosis. En: Alastair C et al. McAlpine’s Multiple Sclerosis. Elsevier Inc.; 2006. p. 422.

3 Phadke JG. Clinical aspects of multiple sclerosis in north-east Scotland with particular referen-ce to its course and prognosis. Brain 1990; 113: 1597-628.

4 de Seze J, Stojkovic T, Breteau G, Lucas C, Michon-Pasturel U, Gauvrit JY, et al. Acute myelopathies: Clini-cal, laboratory and outcome profiles in 79 cases. Brain 2001; 124: 1509-21.

5 de Sèze J. Myélites aigües transverses. Rev Med Int 2009; 30: 1030-1. 6 Brinar VV, Habek M, Zadro I, Barun B, Ozretic D, Vranjes D. Current concepts in the diagnosis of trans-

verse myelopathies. Clin Neurol Neurosurg 2008; 110: 919-27. 7 Jacob A, Weinshenker BG. An approach to the diagnosis of acute transverse myelitis. Sem Neu-

rol 2008; 28: 105-20. 8 Sheerin F, Collison K, Quaghebeur G. Magnetic resonance imaging of acute intramedullary mye-

lopathy: radiological differential diagnosis for the on-call radiologist. Clin Radiol 2009; 64: 84-94.

9 McDonald WI, Compston A, Edan G, Goodkin D, Hartung H-P, Lublin FD, et al. Recommended diagnostic criteria for multiple sclerosis: guidelines from the international panel on the diagnosis of multiple sclerosis. Ann Neurol 2001; 50: 121-7.

10 Cikes N, Bosnic D, Sentic M. Non-MS autoinmune demyelination. Clin Neurol Neurosurg 2008; 110: 905-12.

11 Pandit L. Transverse myelitis spectrum disorders. Neurol Ind 2009; 57: 126-33.12 Bou-Haidar P, Peduto AJ, Karunaratne N. Diferential diagnosis of T2 hyperintense spinal cord lesio-

ns: Part B. J Med Imaging Radiat Oncol 2009; 53: 152-9.13 Gómez-Argüelles JM, Martín-Doimeadios P, Sebastián-De la Cruz F, Romero-Ganuza FJ, Rodríguez-Gómez J,

Florensa J, Oliviero A. [Acute transverse myelitis in seven patients with systemic lupus erythe-matosus]. Rev Neurol 2008; 47: 169-74.

14 Lukjanowicz M, Brzosko M. Myelitis in the course of systemic lupus erythematosus: review. Pol Arch Med Wewn 2009; 119: 67-72.

15 Kovacs B, Lafferty TL, Brent LH, DeHoratius RJ. Transverse myelopathy in systemic lupus erythema-tosus: an analysis of 14 cases and review of the literature. Ann Rheum Dis 2000; 59: 120-4.

16 Heinlein AC, Gertner E. Marked inflammation in catastrophic longitudinal myelitis associated with systemic lupus erythematosus. Lupus 2007; 16: 823-6.

17 Kurne A, Isikai IC, Karlioguz K, Kalyoncu U, Aydin OF, Calguneri M, Karabudak R. A clinically solated syn-drome: a challenging entity. Multiple sclerosis or collagen tissue disorders: clues for diffe-rentiation. J Neurol 2008; 255: 1625-35.

18 Alexander EL, Malinow K, Lejewski JE, Jerdan MS, Provost TT, Alexander GE. Primary Sjögren syndrome with central nervous system disease mimicking multiple sclerosis. Ann Int Med 1986; 104: 323-30.

19 Vincent TL, Richardson MP, Mackworth-Young CG, Hawke SH, Venables PJ. Sjögren’s syndrome-associa-ted myelopathy: response to immunosuppressive treatment. Am J Med 2003; 114: 145-8.

Page 79: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

82

20 Taguchi Y, Takashima S, Dougu N, Tanaka K. Two cases of myelitis associated with Sjögren syndro-me without xerosis: characteristic MRI findings. No To Shinkei 2006; 58: 701-7.

21 Sofat N, Venables PJ. Is Sjögren myelopathy Devic disease? Ann Reumath Dis 2008; 67: 730-1.22 Al-Araji A, Kidd DP. Neuro-Behçet’s disease : epidemiolgy, clinical characteristics, and manage-

ment. Lancet Neurol 2009; 8: 192-204.23 Akman-Demir G, Serdaroglu P, Tasçi B. Clinical patterns of neurological involvement in Behçet’s

disease: evaluation of 200 patients. Brain 1999: 122: 2171-81.24 Mancall EL, Rosales RK. Necrotizing myelopathy associated with visceral carcinoma. Brain 1964;

87: 639-56.25 Gonzales N, Jarboe E, Kleinschmidt-DeMasters BK, Bosque P. Acute multifocal CNS demyelination as

first presentation of systemic malignancy. Neurology 2005; 65: 166.26 Mayette M, Rivest J, Sawan B. Subacute progressive paraneoplastic necrotizing myelopathy: a

rare presentation of lymphoma. Can J Gen Int Med 2008; 3: 131-3.27 Parmar RC, Bavdecar SB, Sira P, Kamat JR. Necrotizing myelitis in an immunocompetent child: a

case report with review of literature. Indian J Med Sci 2003; 57: 556-8.28 Okai AF, Muppidi S, Bagla R, Leist TP. Progressive necrotizing myelopathy: part of the spectrum of

neuromyelitis optica? Neurol Res 2006; 28: 354-9.29 Boulaajaj FZ, Rafai MA, El Otmani H, El Moutawakkil B, Hakim K, Fadel H, Slassi I. [Subacute myelopathy

revealing systemic sarcoidosis]. Rev Neurol (Paris) 2007; 163: 1049-53.30 Beros V, Houra K, Rotim K, Kovac D, Cupic H. Thoracic intramedullary sarcoidosis mimicking an

intramedullary tumor. Coll Antropol 2008; 2: 645-7.31 Dolhun R, Sriram S. Neurosarcoidosis presenting as longitudinally extensive transverse myeli-

tis. J Clin Neurosci 2009; 16: 595-7.32 Agosta F, Rocca MA, Benedetti B, Capra R, Cordioli C, Filippi M. MR imaging assessment of brain and

cervical cord damage in patients with neuroborreliosis. AJNR 2006; 27: 892-4.33 Bou-Haidar P, Peduto AJ, Karunaratne N. Differential diagnosis of T2 hyperintense spinal cord lesio-

ns: Part A. J Med Imaging Radiat Oncol 2009; 52: 535-43.34 Transverse Myelitis Consortium Working Group. Proposed diagnostic criteria and nosology of acute

transverse myelitis. Neurology 2002; 59: 499-505.35 Scott TF. Nosology of idophatic transverse myelitis syndromes. Acta Neurol Scand 2007; 115:

371-6.36 Sá MJ. Acute transverse myelitis: a practical reappraisal. Autoimmun Rev 2009; 9: 128-31.37 Freeman CB, Goyal M, Bourque PR. MR imaging findings in delayed reversible myelopathy from

lightning strike. Am J Neuroradiol 2004; 25: 851-3.38 Riva N, Morana P, Cerri F, Gerevini S, Amadio S, Formaglio F, et al. Acute myelopathy selectively invol-

ving lumbar anterior horns following intranasal insufflation of ecstasy and heroin. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2007; 78: 908-9.

39 Pema PJ, Horak HA, Wyatt RH. Myelopathy caused by nitrous oxide toxicity. Am J Neuroradiol 1998; 19: 894-6.

40 Coleman RJ, Russon L, Blanshard K, Currie S. Useless hand of Oppenheim--magnetic resonance imaging findings. Postgrad Med J 1993; 69: 149-50.

41 Sellner J, Lüthi N, Schüpbach WM, Gebhardt A, Findling O, Schroth G, et al. Diagnostic workup of patients with acute transverse myelitis: spectrum of clinical presentation, neuroimaging and labora-tory findings. Spinal Cord 2009; 47: 312-7.

Page 80: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

83

[ Índice ]{ Mielopatías agudas y

neuromielitis óptica }

1/ Evolución nosológica de la neuromielitis óptica

2/ Epidemiología de la neuromielitis óptica

3/ Cuadro clínico

4/ Patogenia

5/ Exploraciones complementarias

6/ Criterios diagnósticos

7/ Pronóstico

8/ Tratamiento

9/ Más allá de la forma clásica de neuromielitis óptica

Bibliografía

Autores: José Manuel López Arlandis1, Rocío Mañes Mateo1

Editores: Bonaventura Casanova Struch2, Xavier Montalbán Gairin3

1 Unidad de Neurología. Hospital Virgen de los Lirios. Alcoy (Alicante) 2 Unidad de Esclerosis Múltiple. Servicio de Neurología. Hospital Universitario La Fe. Valencia

3 Unidad de Neuroinmunología. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona

La neuromielitis óptica

Page 81: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

84

Resumen

La NMO es un trastorno autoinmune humoral que afecta selectivamente a la médula

espinal y al nervio óptico. Se producen depósitos de IgG e IgM perivasculares con activación

del complemento y lesiones de la sustancia blanca y gris. El auto-anticuerpo NMO-IgG (o

anticuerpo AQP4) es responsable del 75% de los casos de curso recurrente y del 10% de los

monofásicos. Se dirige contra el canal de agua aquaporina-4, que se encuentra en los podocitos

astrocitarios en la zona central de la médula, periacueducto, hipotálamo y cabeza del nervio

óptico. Es una enfermedad rara, con prevalencia de 0,5-4/100.000. Afecta más a mujeres

en la tercera década, y es más grave que la EM. Es más común y grave la forma recurrente

(70%) que la monofásica descrita por Devic. La neuritis óptica es a menudo bilateral, y la

mielitis es transversa completa. En sangre es común la presencia de otros auto-anticuerpos. En

LCR hay pleocitosis y no suele haber BOC. La RM medular muestra lesiones centromedulares

que ocupan 3 o más segmentos medulares (MTLE). En la RM cerebral puede haber lesiones

en el 60% de los casos, en su mayoría inespecíficas, pero otras veces afectan a las zonas ricas

en AQP4 o a la sustancia blanca hemisférica, y pueden ser sintomáticas. El diagnóstico exige

que exista mielitis y neuritis óptica, junto con 2 de estos 3 criterios: NMO-IgG (+), ausencia

de lesiones en RM cerebral propias de EM, o MTLE. Si sólo hay neuritis óptica o mielitis,

hablaremos de síndrome de alto riesgo. El tratamiento de los brotes debe ser precoz y se realiza

con dosis elevadas de metil-prednisolona, y plasmaféresis si no hay mejoría. Las recaídas se

previenen con inmunosupresores, sin que exista evidencia de cuál es mejor: azatioprina, ciclo-

fosfamida, mitoxantrona, ciclosporina, micofenolato o rituximab. La NMO-IgG se encuentra

también en muchos casos de mielitis recurrente (50%) y no recurrente (25%), que pueden,

por tanto, ser formas parciales de NMO y constituyen, con la forma completa, la llamada en-

fermedad del espectro NMO. También está presente en un 60% de las formas óptico-espinales

de EM, por lo que es posible que muchas de éstas sean NMO recurrentes. La NMO es ahora el

paradigma de las enfermedades desmielinizantes por autoinmunidad humoral, pero más allá

de la NMO-IgG quedan muchas cuestiones por resolver, a fin de conseguir un tratamiento

más precoz y eficaz.

Page 82: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

85

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

1/Evolución nosológica de la neuromielitis óptica

Desde su descripción, el concepto de neuromielitis óptica (NMO) ha pasado por tres fases:

1. La enfermedad. En 1894 Fernand Gault presentó su tesis doctoral, dirigida por Eugène Devic, bajo el título De la neuromyélite optique aiguë. En ella describía un pa-ciente de Devic y 16 más recogidos de la literatura de lo que hoy llamaríamos una forma monofásica aguda de la enfermedad. Se dibujaba el cuadro estereotipado de una nueva dolencia. Los criterios de Devic y Gault exigían que una mielitis aguda y una neuritis óptica (NO) bilateral ocurrieran a la vez o separadas por pocas semanas.

2. El síndrome. Durante las siguientes décadas la NMO fue considerada una forma de esclerosis múltiple (EM) particularmente grave (curso monofásico con secuelas) y de localización peculiar (sólo NO y mielitis). La asociación de lesiones medulares y de los nervios ópticos también estuvo ligada a otras enfermedades autoinmunes, a infecciones y a la presencia de marcadores inmunológicos órgano y no órgano-espe-cíficos (Tabla 1). Por tanto, la NMO pasó a ser contemplada como un síndrome con etiologías diversas.

3. El complejo. En 1999 se iniciaron en la Clínica Mayo las investigaciones que conseguirían en 2004 describir un anticuerpo ligado a la NMO con alta especificidad: la NMO-IgG o anti-aquaporina-4 (Ac AQP4). La NMO volvía a ser una enfermedad, de la cual se fijaron criterios claros. Sin embargo, este marcador demostró estar presente con gran frecuencia en otras tres situaciones: a) formas particulares de EM con afectación óptico-espinal predominante (EM óptico-espinal [EMOE] asiática); b) mielitis o NO monofásicas o recurrentes, y c) enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso sistémico [LES], síndrome de Sjögren [SS]…) con afectación medular y/o de nervios ópticos. Este nuevo camino desde una patogenia a una enfermedad con facetas diversas ha definido lo que se ha dado en llamar la enfermedad del espectro NMO (EE-NMO, neuromielitis optica spectrum disease).

2/Epidemiología de la neuromielitis óptica

La NMO es una enfermedad rara. Debemos buscar estudios recientes que apliquen los criterios diagnósticos actuales, pues los datos anteriores son muy variables. En el estudio realizado en La Toscana(1) la prevalencia de EE-NMO fue de 1,5 casos por 100.000 habi-tantes, con una ratio respecto a la EM de 1/42,7. Un 56% de ellas fueron NMO defini-das, un 38% NO, un 77% tenían lesión medular extensa, y un 23% lesiones cerebrales. En la Martinica la prevalencia fue de 4,2/100.000 habitantes en 2007(2), y en Cuba, de 0,52/100.000, no existiendo diferencias significativas entre razas(3). En otras poblaciones sí ha existido diferencia interracial. La enfermedad es, de hecho, más frecuente en pobla-ción oriental y negra que en la occidental. En los EE UU prevalece entre nativos america-

Page 83: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

86

nos, hispanoamericanos, asiáticos y de origen mediterráneo y africano(4). Entre los árabes es más común en el Golfo Pérsico que en el Mediterráneo, y en el Caribe y Brasil es más frecuente entre los negros que en los caucásicos(5). En estas poblaciones es también menos frecuente la EM, con lo que la ratio NMO/EM puede llegar a ser de 1/1(5,6). En India, el 9-24% de los casos de enfermedad desmielinizante cumplen criterios de NMO(7).

3/Cuadro clínico

La enfermedad se presenta algo más tarde que la EM, entre los 35 y los 47 años. La media es de 39 (10 años más que en la EM)(8). Existen también casos infantiles, y 1 caso iniciado a los 81 años(9). Hay predominio en mujeres (3-9/1), mayor que el observado en la EM. Hasta un 20-30% de los pacientes sufren una infección viral previa al inicio de los síntomas neurológicos(6). También se ha descrito el inicio tras timectomía en la miastenia gravis(10).

Tabla 1. Distintas enfermedades y marcadores que han sido asociados a la neuromielitis óptica

Enfermedades sistémicas autoinmunes

Lupus eritematoso sistémicoSíndrome de SjögrenEnfermedad mixta del tejido conectivo Poliarteritis nodosaTiroiditis de HashimotoMiastenia gravisPúrpura trombótica trombocitopénicaAnemia perniciosaColitis ulcerosaColangitis esclerosante primaria

Auto-anticuerpos

Anticuerpo anti-peroxidasa tiroideaAnticuerpos antinuclearesAnticuerpos anticardiolipinaAnticuerpos anti-SSA y anti-SSBAnticuerpo citoplásmico antineutrófilo-perinuclear (p-ANCA)Factor reumatoide

Infecciones

Virus varicela-zósterVirus de Epstein-BarrVIHTuberculosis

Tóxicos (formas subagudas con neuropatía) ClioquinolTuberculostáticos

Enfermedades desmielinizantesEsclerosis múltipleEncefalomielitis aguda diseminadaEncefalomielitis posvacunal

Page 84: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

87

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

Como es lógico, en la NMO debe haber mielitis y NO. Los síntomas se desarrollan en días. No es necesario que la mielitis sea transversa completa(11), aunque suele serlo. La NO puede ser uni o bilateral, o incluso puede estar representada por la alteración de los potenciales evocados(4). En el inicio no suele haber síntomas de afectación cerebral, pero hoy en día éste no es un dato excluyente. El tiempo transcurrido entre la NO y la mielitis no es relevante para el diagnóstico, aunque no podremos hablar de NMO hasta que no se den ambas. Cuando sólo exista NO o mielitis hablaremos de formas parciales o incompletas de NMO o bien de síndromes de alto riesgo.

La enfermedad se inicia indistintamente como NO o como mielitis en caucásicos, mientras que en africanos es más frecuente el inicio como NO. La NO es grave en compa-ración con la de la EM, frecuentemente bilateral y con mala respuesta a corticoides. La mie-litis suele presentarse como un síndrome transverso completo, con alteración de esfínteres, nivel sensitivo, espasmos flexores y dolor raquídeo o signo de l’Hermitte. Se ha descrito el mioclonus segmentario(12). No existe un límite de tiempo entre la presentación de la mielitis y la NO (o viceversa). En un 80% de los casos el cuadro se completa en menos de 3 meses (mielitis más NO), pero ello depende de la forma clínica. Existen dos formas definidas por la evolución: las formas monofásicas y las recurrentes. Las formas monofásicas constituyen el 32% de los casos(11). Son igual de frecuentes en mujeres y hombres y se inician antes, a los 29 años de media. En ellas sólo existe un brote de la enfermedad a lo largo de la vida, y el cuadro se completa en una media de 5 días. Hasta 1/3 de ellas comienzan simultáneamente con NO bilateral y mielitis. Las formas recurrentes constituyen el otro 68%. Son más fre-cuentes en mujeres (5/1), con inicio más tardío (promedio de 41 años), y en ellas el cuadro es completo en una media de 166 días(11). Los brotes en las formas recurrentes de NMO son más frecuentes que en la EM. Ante un primer brote completado, son predictores de forma recurrente el sexo femenino, el inicio a una edad superior a los 40 años, un primer brote leve, la presencia de marcadores de autoinmunidad y un mayor tiempo sin completar el sín-drome. El riesgo de sufrir una forma recurrente aumenta 2,6 veces por cada mes transcurri-do entre la afectación óptica y la medular. Los cuadros que se completan en un mes suelen ser monofásicos, mientras que pasados 6 meses son casi siempre recurrentes. Sin embargo, ésta es una observación retrospectiva. Ante un primer episodio de NO o mielitis que acabe siendo una NMO recurrente, el cuadro puede tardar años en completarse: el 55% lo hará en el primer año, el 78% en el tercero, y a los 5 años el 90%. Será pues importante disponer de otros medios que nos permitan prever el riesgo de NMO ante un cuadro incompleto. La progresión secundaria es muy rara en la NMO recurrente. Wingerchuk(13) encontró sólo 2 casos entre 96 pacientes con 6,1 años de seguimiento. De haber sido pacientes con EM, habría sido esperable que 21 sufrieran progresión en este periodo.

Los pacientes con infección previa al desarrollo de NMO tienen rasgos propios(14). El curso es con más frecuencia monofásico, con un síndrome grave y con secuelas. Suelen ser seronegativos para la NMO-IgG, y los agentes infecciosos previos más frecuentes son el virus de la varicela-zóster y el Mycobacterium pneumoniae.

La NMO puede aparecer en la edad pediátrica, aunque es rara. La NMO infantil ha sido referida como una enfermedad monofásica y de buen pronóstico(15). Sin embargo, en un estudio de 88 pacientes NMO-IgG positivos en EE UU el perfil clínico fue dife-rente(16). El paciente tipo es un niño no caucásico, con forma recurrente, sin predominio de NO o mielitis, con otros auto-anticuerpos positivos, síntomas de afectación encefálica

Page 85: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

88

(encefalopatía, vómitos, ataxia, oftalmoparesia, crisis) y lesiones cerebrales en resonancia magnética (RM). Hasta un 45% de los niños con NMO y seropositivos a NMO-IgG tienen síntomas cerebrales.

4/Patogenia

Factores inmunológicos

En 2004 Lennon(17) describió un anticuerpo específico presente en el suero de los pa-cientes con NMO. La determinación se realizó mediante inmunofluorescencia indirecta sobre tejido cerebral de ratón. En el estudio se incluyeron 102 pacientes estadounidenses con NMO o síndromes de alto riesgo, 12 japoneses con EMOE y 14 pacientes positivos obtenidos de 85.000 sueros de posibles cuadros paraneoplásicos. El anticuerpo, llamado MNO-IgG, se fijó a los microvasos, la pía, subpía y los espacios de Virchow-Robin. En el grupo de NMO clásica, la sensibilidad fue del 73%, y la especificidad del 91%. En el grupo de EMOE, la sensibilidad fue del 58%, y la especificidad del 100%, y en los pacientes de alto riesgo la sensibilidad fue del 50%. De los 14 positivos incidentales 12 resultaron tener una NMO o un síndrome de alto riesgo. La presencia de NMO-IgG fue mucho mayor en las formas recurrentes (86%) que en las monofásicas (12,5%).

Al siguiente año, Lennon(18) describió que la NMO-IgG se ligaba selectivamente al canal de agua aquaporina-4 (AQP4), localizado en los podocitos de la astroglía que ro-dean a los capilares conformando la barrera hematoencefálica. Se trata del canal de agua predominante en el sistema nervioso central (SNC). En el mismo complejo proteico que la AQP4 se encuentra la EAAT2 (sodium-dependent excitatory aminoacid transporter-2), cuyo papel es fundamental en la recaptación de glutamato. La AQP4 se expresa con intensidad en la zona central de la médula, el periacueducto, el periepéndimo, el hi-potálamo y la cabeza del nervio óptico. La AQP4 tiene un efecto facilitador del edema citotóxico, mientras que promueve la eliminación del edema vasogénico(19).

Pese a la alta especificidad, se han descrito casos de EM clínicamente definida (EMCD) con lesiones extensas (> 10 segmentos vertebrales) y NMO-IgG positiva(20). Por otro lado, una sensibilidad del 73% deja fuera un 27% de falsos negativos. Éstos pueden ser atribuidos a una falta de sensibilidad de la técnica de inmunofluorescencia, al uso de tejidos de ratón, a la existencia de otros auto-anticuerpos no conocidos o a la inclusión de cuadros de muy corta evolución. En un estudio posterior utilizando células humanas transfectadas con AQP4 (células de riñón embrionario)(21) la sensibilidad au-mentó al 91% en la NMO y al 85% en síndromes de alto riesgo, ambos con especifici-dad del 100%. Los anticuerpos detectados con esta técnica se denominan Ac AQP4. El uso de AQP4 recombinante humana aumenta la sensibilidad de la técnica(22) (Tabla 2). Sin embargo, pese a la mejora de la sensibilidad de las técnicas, en todas las series y especialmente en las asiáticas, hay una presencia constante de casos seronegativos. El cuadro clínico, inmunopatológico y terapéutico de la NMO es igual entre seropositivos

Page 86: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

89

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

y seronegativos(7), exceptuando un peor pronóstico de los seropositivos en el Caribe(23). La conclusión es que podrían existir diferentes dianas inmunológicas que den lugar a procesos inmunopatogénicos comunes(8).

Los títulos de la NMO-IgG varían con la actividad de la enfermedad(24), incrementán-dose durante las recaídas. Los auto-anticuerpos no NMO-IgG que puedan estar presen-tes (anticuerpos antinucleares [ANA], SS-A…) no se modifican. Los títulos disminuyen bajo tratamiento inmunosupresor (más con rituximab que con azatioprina o ciclofosfa-mida), pero no con interferón (IFN)-β. La variabilidad entre individuos impide, como sucede en la miastenia gravis, fijar unos títulos indicadores de reactivación que sirvan para cualquier paciente. Los títulos tampoco tienen valor pronóstico de la gravedad del brote, valor que, sin embargo, sí posee la medición de la capacidad del suero del paciente para dañar células que expresen AQP4 en presencia de complemento(25). Además de los anticuerpos NMO-IgG, también los Ac anti-AQP4 se correlacionan con la gravedad de la enfermedad (ceguera y lesiones medulares extensas) y descienden con la inmunosu-presión, permaneciendo bajos durante la remisión. Estos anticuerpos son detectables en

Tabla 2. Técnicas de determinación de los anticuerpos contra la aquaporina-4 en la neuromielitis óptica*

Método Sensibilidad (%) Especificidad (%)

IFI en tejido de ratón (NMO-IgG)Lennon (2004)(17)

Saiz (2007)(42)

Marignier (2008)(43)

Fazio (2009)(41)

McKeon (2009)(40)

86100543958

91

94100

IFI en células humanas (anticuerpos anti-AQP4)

Takahashi (2007)(21)

Fazio (2009)(41)

Jarius (2010)(44)

Jarius (2010) (AQP4 recombinante)(44)

91396678

100100

RadioinmunoprecipitaciónPaul (2007)(96)

Fazio (2009)(41)

McKeon (2009)(40)

573333

98100

Fluoroinmunoprecipitación Waters (2008)(39) 83 100

ELISAHayakawa (2008)(97) 71 98

Citometría de flujoFazio (2009)(41) 30 95

Western blotMarnetto (2009)(98) 81 97

* En redonda, NMO; en cursiva sólo NMO recurrente. La especificidad está referida a la EM

Page 87: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

90

líquido cefalorraquídeo (LCR) en relación 1/500 respecto al suero(21), por lo que serán indetectables en LCR si en suero los títulos son bajos. Sin embargo, se ha descrito la positividad de la NMO-IgG restringida al LCR(26).

Los anticuerpos contra la AQP4 no son simples marcadores, sino que participan de un modo determinante en la producción de lesiones. Se sintetizan en el tejido linfoide fuera del SNC, aunque recientemente se ha descrito su producción intratecal al princi-pio de la enfermedad(27). Sus dianas se sitúan en la barrera hematoencefálica, en regiones cerebrales con alta expresión de la AQP4, o en regiones libres de barrera. Es allí donde se produce la destrucción tisular y los cambios en la microvasculatura. Los anticuerpos se fijan sólo a la isoforma M23 de la AQP4, ya que sólo ésta forma los agregados orto-gonales necesarios para la fijación(28). La inactivación y posterior internalización afecta tanto al canal de agua como a la proteína EAAT2, produciéndose un doble mecanismo de lesión: la inactivación del transporte de agua en los astrocitos y la citotoxicidad del glutamato extracelular, que afecta tanto a los oligodendrocitos como a las neuronas(29). La inflamación se produce por activación del complemento, deposición perivascular de IgM e IgG y atracción de los macrófagos. Existe una extensa desmielinización, necrosis y cavitación, que afectan tanto a la sustancia blanca como a la gris, con buena definición de los bordes de las placas. Hay engrosamiento endotelial sin cambios vasculíticos, depósito perivascular de complemento e inmunoglobulinas, presencia de eosinófilos y marcada infiltración de macrófagos con restos glicoproteicos de mielina.

Realmente aún quedan dudas sobre el papel de la AQP4 en la NMO. La inyección de Ac AQP4 en ratas sólo produce lesiones cerebrales si previamente se induce una encefali-tis alérgica experimental o se aporta complemento humano(30,31). Sin embargo, in vitro la acción de la NMO-IgG es directa, sin precisar linfocitos T antígeno-específicos(32). Tam-poco conocemos por qué no existen lesiones en otros órganos como el riñón, el pulmón, el oído interno, el músculo y la mucosa gástrica, que también tienen este antígeno, ni la causa de que los anticuerpos puedan no producir la enfermedad durante años(33). Tampo-co está claro por qué la deleción del gen de la AQP4 no induce cuadros semejantes a la NMO en ratones(34), y desde luego conocemos muy poco sobre los mecanismos lesionales en los casos NMO-IgG negativos.

Factores genéticos

A pesar de la predominancia racial, existen pocas pruebas de la intervención de factores genéticos en la NMO. En Japón el HLA-DPB1*0501 es más frecuente en la NMO que en la población general, pero no es clara la diferencia respecto a la EM. Esta diferencia tampoco se da en Francia(35), aunque en este país el alelo DPB es raro en caucásicos. No existe la asociación con el HLA-DRB1*1501 que se observa en la EM(4). En mulatos brasileños el HLA-DRB1*03 es más frecuente en pacientes con NMO, mientras que el HLA-DRB1*15 lo es en pacientes con EM(36).

Los casos familiares y la asociación en gemelos es muy infrecuente. No hay mutacio-nes propias. En una serie de más de 100 casos esporádicos y familiares se encontraron sólo 2 pacientes con mutaciones de sentido erróneo (missense) en el gen de la AQP4, situado en 18q11.2-q12.1. Las mutaciones afectaban además a la isoforma M1 y no a la

Page 88: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

91

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

M23, que es la diana de la AQP4-IgG. No obstante, no hubo mutaciones en el grupo control, con lo que se plantea, como en otras enfermedades autoinmunes, la posible exis-tencia de factores de susceptibilidad genética(7). Este hecho se demuestra en el trabajo de Kim(37), un estudio de asociación genómica amplia que realiza un mapeo mediante SNP (polimorfismos simples puntuales) y encuentra una región en CYP7A1 con un marcado efecto protector sobre la NMO (genotipo G/G de rs3808607).

5/Exploraciones complementarias

La única exploración de alta especificidad en la NMO es la determinación de NMO-IgG. Otras exploraciones son características, pero no específicas, mientras que muchas otras van destinadas a descartar otras enfermedades. El diagnóstico diferencial de las mielitis agudas ya ha sido tratado en la primera parte de este capítulo. Es necesario hacer un breve apunte sobre las NO agudas. En niños, las causas más comunes son las infecciosas. Son entonces bilaterales, y ocurren durante la fase aguda de una infección vírica. En mayores de 50 años las causas más frecuentes de neuropatía óptica aguda (NOA) son las isquémicas, y de ellas sólo el 5% son arteríticas. En edades medias prevalecen las desmielinizantes (parainfeccio-sas o en contexto de EM) y las asociadas a enfermedades autoinmunes. Las tóxicas (alcohol) y carenciales (vitamina B

12) completan el cuadro junto a la rara atrofia óptica de Leber.

Determinaciones en sangre

Pueden trasladarse aquí los exámenes mencionados en el diagnóstico de las mielitis agu-das. En el caso de neuropatía óptica aguda habrá poco que añadir. La gasometría venosa será de ayuda en la intoxicación por alcohol metílico (alcohol de quemar), que cursa con acidosis metabólica. En la NOA recurrente o con antecedentes familiares (varones jóvenes, transmisión materna) habrá que añadir la búsqueda de mutaciones primarias del complejo I de la cadena mitocondrial.

Así como en las recaídas del LES o el SS existe hipocomplementemia, en los pacientes con NMO y NMO-IgG (+) existe elevación del CH50 (no de C3 y C4)(38). La hipercomple-mentemia también se observa de forma inespecífica en infecciones, tumores y vasculitis.

Los anticuerpos contra la AQP4 se determinan en sangre periférica. Se han propuesto diversos métodos(39) (Tabla 2), de los cuales el de uso más común sigue siendo el original-mente utilizado por Lennon sobre tejido cerebral de ratón (NMO-IgG). El más sensible es la inmunofluorescencia indirecta sobre células humanas transfectadas (Ac AQP4). La radioinmunoprecipitación es menos sensible que la inmunofluorescencia, pero junto a ésta aumenta la sensibilidad en un 5%(40). Aún no se ha determinado una técnica que pueda considerarse estándar(41). En caso de negatividad, puede repetirse pasados 6 meses, pues se ha descrito la positivización a lo largo de la evolución(20). El estudio se puede realizar de forma rutinaria en los laboratorios de referencia de nuestro país, donde las cifras de positividad parecen más bajas que las citadas. En el estudio del Grupo Hispano-

Page 89: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

92

Italiano de Estudio de la NMO(42), la sensibilidad fue del 62,5% en la NMO (con un 100% de especificidad), del 50% en la mielitis transversa longitudinal extensa (MTLE) y del 14,3% en la neuropatía óptica recurrente (NOR). Los resultados obtenidos por Marignier(43) en Francia son aún más bajos, con un 54% de sensibilidad y un 94% de especificidad. La determinación de NMO-IgG es costosa, y tendrá escaso valor diagnós-tico ante cuadros clínicos típicos o francamente atípicos. Su máximo valor estará en los cuadros incompletos, donde su positividad puede decidir el inicio de un tratamiento que evite el desarrollo de recurrencias graves(7).

Los Ac AQP4-IgM están presentes en cerca del 10% de pacientes con NMO AQP4-IgG positivos(44). Sin embargo, se desconoce su valor pronóstico, por lo que no se acon-seja su determinación rutinaria(45).

Determinaciones en líquido cefalorraquídeo

Hay pleocitosis en el 80% de los pacientes, de más de 50 células en el 30%, con neutrófi-los y eosinófilos(6). Las proteínas pueden estar elevadas. No hay producción intratecal de anticuerpos, por lo que el índice de IgG es normal, y las bandas oligoclonales (BOC) se encuentran en menos del 20% de los casos. La presencia de BOC puede ser transitoria, como sucede en la encefalomielitis aguda diseminada (EMAD)(46). Sin embargo, se ha descrito su persistencia sobre todo en NMO asociadas a otras enfermedades autoinmu-nes, con lo cual se plantea la duda de a qué enfermedad representan estas BOC(47). La proteína acídica glial fibrilar (GFAP), un marcador astrocitario, está mucho más elevada en LCR en la NMO que en la EM, la EMAD o el infarto medular(48). También se incre-mentan la interleucina (IL)-17, el IFN-γ, el factor estimulante de colonias de granulocitos (GCSF) y la IL-8, independientemente de la positividad de la NMO-IgG(49). También se ha encontrado una elevación de la IL-6(50), que es mayor en los pacientes NMO-IgG positivos(51). Estas determinaciones no tienen por el momento un uso clínico.

En la EM existe una respuesta humoral poliespecífica intratecal contra virus neurotropos. Tomando los tres más comunes (sarampión: M; rubeola: R; varicela-zóster: Z), puede definir-se una reacción MRZ (MRZR) como la respuesta intratecal a al menos dos de los tres virus. La MRZR es positiva en el 80-100% de las EM. Esta respuesta no es un marcador general de autoinmunidad. Se ha descrito en vasculitis, pero no se da en los síndromes paraneoplási-cos(52). Tampoco se da en la NMO, donde fue encontrada en sólo 1 de 20 pacientes(53).

Potenciales evocados

La neuropatía óptica suele ser grave, por lo que es más frecuente encontrar una abolición de los potenciales evocados visuales que un aumento de sus latencias. En un estudio con 17 pacientes con NMO y 84 con EM(54) la p-100 estuvo abolida en el 64% de las NMO y el 23,8% de las EM, mientras que estuvo sólo lentificada en el 5,9% de las NMO y el 33,3% de las EM. Sin embargo, la frecuencia de falta de respuesta o retrasos de conduc-ción en los potenciales evocados somato-sensoriales no fue significativamente diferente entre la NMO y la EM.

Page 90: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

93

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

Resonancia magnética

La RM medular nos mostrará en el 90% de los casos una mielitis larga, con extensión igual o superior a tres segmentos vertebra-les (MTLE), y afectación preferente de seg-mentos cervicales y torácicos altos. Su dis-tribución axial es de predominio central. Es frecuente la captación irregular de contraste y el abombamiento medular. Esta imagen típica se correlaciona con la presencia de anticuerpos NMO-IgG(55). En un estadio tardío la médula puede mostrar atrofia y cavitación central (Figura 1).

Los nervios ópticos exhiben también en la RM una hiperseñal difusa en T2, engro-samiento y captación irregular. En general, las lesiones son más graves y extensas que en la EM y a menudo bilaterales.

La RM cerebral puede mostrar anoma-lías en más del 60% de los pacientes, en su mayor parte inespecíficas. Más tarde descri-biremos estas lesiones.

Tomografía de coherencia óptica

La tomografía de coherencia óptica (TCO) muestra un adelgazamiento peripapilar de la capa de fibras de la retina, mayor que el encontrado en la EM. Una pérdida de grosor de la capa de fibras mayor de 15 micras sobre los valores normales (que rondan las 100 micras) puede considerarse sospechoso de NMO(56). La pérdida es mayor en los cua-drantes superior e inferior(57). No hay alteraciones significativas de la TCO en pacientes con MTLE, por lo que su uso no estaría indicado en ausencia de clínica ocular. Deberá definirse cuánto tiempo tardan en aparecer estas alteraciones para conocer su valor en casos recientes.

6/Criterios diagnósticos

Como es lógico, mientras la NMO fue un síndrome, sus criterios diagnósticos fueron muy variables(6). En 1999 Wingerchuck(11), del grupo de la Clínica Mayo, estableció unos criterios más restrictivos, y en 2006(58) los revisó para incluir los anticuerpos anti-NMO y la posibilidad de afectación del SNC. Los criterios de 2006 (Tabla 3) mostraban un 99%

Figura 1. Lesión cervical extensa, retráctil y cavitada en la fase de secuelas de una neuromielitis óptica (caso del Hospital Universitario La Fe de Valencia).

Page 91: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

94

de sensibilidad y un 90% de especificidad. Se precisan los 2 criterios absolutos y 2 de los 3 de apoyo.

Los criterios para las llamadas formas parciales o de alto riesgo no son tan claros. Estrictamente son los criterios de 2006 pero sólo con NO o mielitis. A priori, cualquier mielitis o NO puede acabar siendo una NMO, pero para hablar de alto riesgo debe-ríamos ser más exigentes. Mandler(4) estableció unos criterios en 2005 en los que llama NMO parciales a las que añaden una NMO-IgG positiva, pero admitiendo que también la MTLE o las características de la RM cerebral podrían considerarse factores de alto riesgo. Asimismo, deberíamos añadir el carácter bilateral y grave de la NO.

Potencialmente un paciente con NMO puede cumplir los criterios de Poser para EMCD, lo cual puede producir confusión especialmente en formas óptico-espinales de EM. El único factor en los criterios de NMO que excluye una EM es la RM. En una re-ciente serie japonesa(59), de 148 pacientes consecutivos con EM (Poser), 38 cumplían los criterios de NMO. La frecuencia con que los pacientes con NMO presentaron lesiones cerebrales cumpliendo los criterios de RM de Barkhof y Paty fue muy elevada (33,3 y 73,5%), aunque en el primer caso (Barkhof ) la tasa fue significativamente menor que en los pacientes con EM NMO-IgG negativos.

7/Pronóstico

El pronóstico de la NMO es peor que el de la EM, especialmente en las formas recurren-tes. A los 5 años del inicio el 50% de los pacientes con formas recurrentes ya no pueden caminar. Las alteraciones oculares no evolucionan mejor, y hasta un 50% de las formas monofásicas y un 28% de las recurrentes conducen a la ceguera. El pronóstico es peor si existe una enfermedad autoinmune concomitante, si hay ataques frecuentes en los 2 primeros años y si en la primera mielitis la recuperación no es buena(11). Los pacientes de raza negra tienen peor pronóstico, con más recaídas y mayor deterioro motor(3). En una reciente serie francesa(60) se alcanzó una EDSS (expanded disability status scale) de 6 en una mediana de 10 años. El primer episodio de mielitis produjo un EDSS ≥ 4 en un

Tabla 3. Criterios diagnósticos de la neuromielitis óptica (Wingerchuck, 2006)*

Absolutos (se precisan los 2)1. Neuritis óptica

2. Mielitis

De apoyo (se precisan 2 de 3)

1. Evidencia en RM de lesión medular contigua de 3 o más segmentos de longitud

2. RM cerebral inicial sin criterios de EM

3. Seropositividad a los anticuerpos NMO-IgG

* Si sólo existe un criterio absoluto, se trata de un síndrome de alto riesgo, incluido en el concepto de enfermedad del espectro NMO

Page 92: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

95

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

22% de los pacientes, y el primero de NO, una pérdida visual grave en el 37,3%. Las lesiones cerebrales iniciales en RM predijeron un déficit visual mayor.

La supervivencia a los 5 años es del 68% en las formas recurrentes, y del 90% en las monofásicas(11). La causa de la muerte suele ser la parálisis diafragmática debida a la lesión cervical. En un estudio retrospectivo(2), el 65% de los pacientes que fallecieron lo hicieron en los primeros 5 años, y fueron predictores independientes de muerte precoz la alta frecuencia de ataques durante el primer año, la ceguera, la alteración de esfínteres al inicio y la falta de recuperación tras el primer ataque.

8/Tratamiento

Tratamiento del brote

Las frecuentes complicaciones (fallo respiratorio, trombosis venosa, disfunción vegetati-va…) suelen requerir la asistencia en unidades de cuidados intensivos. Los brotes de la NMO se tratan con altas dosis de corticoides, habitualmente con 1 g/día de metilpred-nisolona i.v. durante 5 días, seguido de 1 mg/kg/día de prednisona oral con descenso paulatino, manteniendo una dosis baja (10 mg a días alternos) durante 6-12 meses. Sin embargo, los fracasos de este tratamiento son frecuentes. Si existe empeoramiento bajo el tratamiento con corticosteroides, la alternativa es el recambio plasmático, que se ha demostrado eficaz en más del 50% de los casos(61,62). Esto es lógico, dada la patogenia de la enfermedad, con un mecanismo fundamentalmente humoral. La mejoría tras la plasmaféresis se inicia en los primeros días, y son predictores de buena respuesta el sexo masculino, la conservación de los reflejos y, sobre todo, la rapidez en el inicio del trata-miento. Se realizan 7 sesiones a lo largo de 2 semanas. Se ha descrito también mejoría tras linfocitaféresis en un paciente resistente a corticoides e inmunoglobulinas i.v.(63), en otro rebelde a corticoides y plasmaféresis(64) y en una embarazada(65). Los dos primeros eran seronegativos a NMO-IgG. Pese al potencial beneficio que podría obtenerse de la gammaglobulina i.v., las comunicaciones sobre su uso son escasas. Fue eficaz en un caso de MTLE con NMO-IgG (+) en un varón de 81 años(9).

Tratamiento preventivo

Dado el mal pronóstico funcional e incluso vital de la NMO, debe iniciarse pronto un tratamiento preventivo de nuevos brotes. Los anticuerpos NMO-IgG predicen nuevos brotes en las formas parciales y un curso recurrente en la NMO, por lo que en los pa-cientes seropositivos puede seleccionarse un tratamiento preventivo mejor dirigido(8). No obstante, las diversas propuestas de tratamiento surgen de descripciones aisladas o estu-dios no controlados, por lo que no es posible establecer comparaciones ni conclusiones acerca de qué tratamiento preventivo tiene hoy en día mejor relación beneficio-riesgo

Page 93: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

96

en la NMO (Tabla 4). Inmediatamente después de la fase aguda debe iniciarse un trata-miento con corticosteroides orales, dada la demora del efecto de los inmunosupresores. El tratamiento con IFN no sólo no mejora la evolución de la NMO, sino que se ha des-crito el incremento de la frecuencia de las recurrencias(66). Se ha publicado una reducción de la frecuencia de recaídas con acetato de glatirámero(67), pero el régimen más clásico es la combinación de azatioprina (2-3 mg/kg/día) y prednisona (1 mg/kg/día)(68). Tras 2 meses la prednisona se reduce muy lentamente hasta una dosis de mantenimiento de 10 mg/kg/día. La duración del tratamiento no está estandarizada. Pueden utilizarse con éxito otros inmunosupresores como la ciclofosfamida, la mitoxantrona o la ciclosporina (Tabla 4). Curiosamente las series más numerosas provienen de los dos fármacos más costosos, el micofenolato y el rituximab. Este último se une selectivamente al antígeno CD20 de la superficie de los linfocitos B, y por diversos mecanismos reduce su recuento en sangre periférica sin actuar sobre las células hematopoyéticas. Actualmente también se encuentra en marcha en la Clínica Mayo un estudio abierto sobre el tratamiento con eculizumab, basado en la eficacia de este fármaco en la hemoglobinuria paroxística nocturna, en cuya patogenia también es fundamental la activación del complemento. Indudablemente el micofenolato y el rituximab son fármacos eficaces, reducen significa-tivamente la tasa de recaídas, estabilizan el curso en la mayoría de los pacientes e incluso consiguen una mejoría funcional. No obstante, no está demostrado que sean superiores a los inmunosupresores de menor coste.

El problema del primer brote

No será frecuente encontrar un paciente con un cuadro como el que vio Devic en 1894. A no ser que se trate de pacientes con historia previa de la enfermedad, nuestro proble-ma más común será diagnosticar y tratar una NO o una mielopatía transversa, no una

Tabla 4. Tratamiento profiláctico en la neuromielitis óptica

Autor Año Fármaco Pacientes /Mejor o estable

Mandler(68)

Jarius(24)

1998

2008

Azatioprina +prednisonaAzatioprina +M-prednisolona

7

5

/7

/5

Jarius(24) 2008 Ciclofosfamida 1 /1

Bakker(99) 2004 Ig i.v. 2 /2

Weinstock(100)

Jarius(24)20062008

MitoxantronaMitoxantrona

53

/4/1

Falcini(101)

Jacob(102)20062009

MicofenolatoMicofenolato

124

/1/22

Cree(103)

Jarius(24)

Jacob(104)

200520082008

RituximabRituximabRituximab

8425

/7/4/20

Page 94: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

97

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

NMO. Muchos pacientes pierden la visión o quedan gravemente paraparéticos en el primer brote, y el principal determinante de la eficacia de la plasmaféresis es la rapidez en su inicio. Tenemos que tomar decisiones tempranas, aun sin un diagnóstico seguro, pero sin asumir riesgos innecesarios. La NMO IgG no estará disponible hasta pasados unos días (al menos en nuestro medio) y dará falsos negativos en al menos un 25% de los que vayan a ser recurrentes y en un 90% de los monofásicos. Podemos considerar que es indiferente, pues en todo caso vamos a administrar bolos de metilprednisolona y, si el paciente “va mal” (¿cuánto tiempo?), iniciaremos la plasmaféresis (o las olvidadas inmu-noglobulinas). Además, la afirmación de que la plasmaféresis es superior a los corticoides es también empírica, pero dentro del empirismo, y como enemigos de la ceguera y la paraplejia, ¿hay parámetros que nos indiquen que hay que ser más agresivos desde el ini-cio?, ¿podemos definir con fines meramente operativos una enfermedad desmielinizante humoral con más de una causa pero con un tratamiento diferenciado? Quizás sea posible en base a diversos parámetros de obtención rápida: a) clínicos: NO bilateral, mielopatía transversa completa; b) radiológicos: MTLE, lesiones periacueductales e hipotalámicas, hiperseñal extensa y bilateral en los nervios ópticos; c) sangre: autoanticuerpos, elevación del complemento (CH50); d) LCR: pleocitosis, a la que en un futuro se añadirían otros marcadores (GFAP, IL-17, IFN-γ, GCSF).

9/Más allá de la forma clásica de la neuromielitis óptica

Lo descrito hasta ahora es el núcleo de la NMO tal como hoy es entendida. Desde aquí podemos abordar otras facetas de la enfermedad que plantean nuevas y saludables cues-tiones nosológicas tanto sobre la NMO como sobre otras patologías.

Participación del sistema nervioso central en la neuromielitis óptica

En los criterios de Wingerchuck de 1999, la afectación del SNC, clínica o por RM, era excluyente del diagnóstico de NMO. Esto fue útil para aislar la enfermedad, pero no se correspondía con la evidencia clínica, en la que se acumulaban casos con afectación hipotalámica(69), ni con lo esperable por la distribución periependimaria de la AQP4. En 2006(70) Pittok publicó el estudio de RM de 60 casos de NMO con una media de 6 años de evolución: el 60% presentaba lesiones inespecíficas cerebrales, pero en un 10% había lesiones típicas de EM, y en un 10%, lesiones que seguía la distribución de la AQP4 en el cerebro: hipotálamo, región periacueductal, tracto soltario y área póstrema. En el 17% de este 60% (6% del total) las lesiones eran sintomáticas, más frecuentemente en formas recurrentes (90%) y más en niños (< 16 años). Las lesiones hipotalámicas y peri-mesencefálicas son las más características de la NMO, y son casi siempre sintomáticas(71). Sin embargo, pueden existir lesiones subcorticales extensas confluentes bihemisféricas y lesiones callosas extensas(7) (Figura 2). La imagen de RM sugiere que ese tipo de imá-genes se producen por edema vasogénico(72,73). Las lesiones múltiples y parcheadas de

Page 95: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

98

captación “en nube” (cloud-like en-hancement), con bordes borrosos, se han descrito como típicas en la RM cerebral de la NMO(74). En la EM, la espectroscopía de la sustancia blanca aparentemente no lesionada muestra un cociente NAA/Cr (cociente N-acetil aspartato-creatina) anormal, lo que indica una lesión axonal que se correlaciona con la discapacidad. Sin embargo, en la NMO es normal, lo que indica que la sustancia blanca cerebral no es un objetivo primario del ataque inmunológico(75).

Los síntomas son habitualmente moderados: vértigo, sordera, hipo, diplopia, Parinaud, nistagmus, de-bilidad facial, neuralgia del trigémi-no y vómitos. Sin embargo, puede haber hemiparesia, hipersomnia, narcolepsia, labilidad afectiva y agi-tación; asimismo, puede producirse la muerte por encefalopatía y parada respiratoria. Puede haber también

disminución del rendimiento intelectual, indistinguible de los pacientes con EM y sin relación con las lesiones de la RM(76). El hipo pertinaz y las náuseas han sido descritos como síntomas premonitorios de una recaída medular u óptica(77). La narcolepsia se aso-cia a lesiones hipotalámicas bilaterales con déficit de hipocretina en el LCR(78).

A partir de estos datos, los criterios diagnósticos que se establecieron en 2006 ya no excluyeron la participación cerebral. Tan sólo la RM no típica de EM se convierte en un criterio de apoyo para el diagnóstico de NMO.

La NMO con afectación central puede asimilarse retrospectivamente a la neuromie-litis recurrente con endocrinopatías descrita por Vernant en 1997(79) en 8 mujeres de la Martinica y Guadalupe. Éstas sufrían un cuadro grave de NMO recurrente con ame-norrea, galactorrea, hipotiroidismo, diabetes insípida e hiperfagia. También se describió hiperprolactinemia en 9 de 48 mujeres japonesas con EM, de las cuales 7 tenían una forma óptico-espinal(80).

Recientemente se han comunicado 5 casos de encefalopatía posterior reversible (EPR) ligada a NMO(81) En un seguimiento de 70 pacientes consecutivos con NMO en el mismo centro (Clínica Mayo), el 7% sufría EPR(7), una tasa muy alta para ser casual. Todos eran NMO-IgG positivos, y el pronóstico fue favorable. Sin embargo, en otros 14 pacientes con EPR sin NMO ninguno fue NMO-IgG positivo. Resulta tentador impli-car la alteración de los canales de agua en la patogénesis de la EPR, pero en ausencia de NMO su participación es dudosa. Debemos añadir la posible influencia de los fármacos inmunosupresores en la producción de la EPR.

Figura 2. Extensas lesiones subcorticales asimétricas en un paciente con neuromielitis óptica (caso del Hospital Uni-versitario La Fe de Valencia).

Page 96: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

99

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

La esclerosis múltiple óptico-espinal asiática

En Japón se describen dos formas de EM, la convencional (EMC) y la EMOE. Esta úl-tima existe también en India y en otros países de Oriente. La forma óptico-espinal repre-senta en Japón el 15-40% de los casos, aunque su prevalencia está disminuyendo a la par que aumenta la de la forma convencional(49), sobre todo en el norte del país. En ella predo-minan la mielitis, la NO y la afectación leve del tronco cerebral. Respecto a la EMC, hay mayor frecuencia de mujeres, la edad de inicio es mayor, las recaídas son más frecuentes, la incapacidad es más grave, hay menos lesiones cerebrales en la RM, las lesiones espinales son más extensas, hay pleocitosis en el LCR y ausencia de BOC en el LCR.

La positividad de los anticuerpos NMO-IgG en la EMOE ha sido variable (entre el 27 y el 91%[20,21,55]). Esta variabilidad ha servido para defender que existe un continuo entre las formas convencional y óptico-espinal, que serían dos extremos de una misma enfermedad. Sin embargo, los estudios son difícilmente comparables por el tipo de pacientes incluidos, por lo que las semejanzas clínicas e inmunológicas entre la EM asiática y la NMO recurrente se hacen evidentes. El concepto de NMO en Japón se ha restringido clásicamente a la forma monofásica, mientras que las formas recurrentes eran consideradas formas óptico-espinales de EM. Muchos autores aún consideran que existe un continuo entre la EMOE y la EMC por razones clínicas y epidemiológicas(82). Los nuevos criterios diagnósticos y la determina-ción de NMO-IgG replanteará en el futuro la nosología de las enfermedades desmielinizan-tes en Oriente. La realidad no será probablemente tan simple como identificar la EMOE con la NMO recurrente. En un amplio estudio de 113 pacientes con criterios de Poser y formas EMC y EMOE se demostraba que existía MTLE ligada y no ligada a NMO-IgG(20), con lo cual la EMOE asiática podría ser heterogénea. Esta hipótesis tiene apoyo inmunológico, pues los pacientes con EMOE que son anti-AQP4 positivos tienen una polarización Th2 de los linfocitos CD4, mientras que en los anti-AQp4 negativos hay polarización Th1(83).

La mielitis transversa longitudinal extensa

La MTLE (LETM según el acrónimo inglés) es una imagen radiológica que define la pre-sencia de una lesión inflamatoria medular idiopática que se extiende tres o más segmentos vertebrales de forma contigua. Es la marca radiológica de la NMO. Los pacientes con MTLE tienen clínicamente una mielitis transversa completa. Los anticuerpos anti-NMO son positivos en el 50% de los casos, y ante un primer ataque de MTLE predicen la apari-ción posterior de recaídas o de NO(84). En los japoneses con EM existe MTLE en el 25% de los casos con forma convencional y en el 59% de los que sufren la forma óptico-espinal.

La MTLE puede representar por sí misma una forma parcial de NMO. También pue-de haber MTLE en una EM, sobre todo en la infancia, donde un 10% de los pacientes pueden tener MTLE(85). Por último, puede haber MTLE asociada a otras enfermedades inflamatorias: neurosarcoidosis, mielitis por varicela-zóster, auto-anticuerpos no órgano-específicos sin anti-NMO, mielopatía isquémica y mielitis atópica. Esta última entidad, descrita en Japón, rara vez ha sido descrita en caucásicos. Cursa de forma crónica con un comportamiento clínico y radiológico pseudotumoral, ausencia de lesiones cerebrales, hiper-IgE-emia, hiper-IgE específica a ácaros y eosinofilia(86).

Page 97: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

100

Mielitis recurrente y mielitis necrotizante

Las mielitis recurrentes son un conjunto diverso de enfermedades. En primer lugar, en-contramos un grupo relacionado con la mielitis transversa idiopática, sin criterios de EM ni anticuerpos anti-NMO. Un segundo grupo está relacionado con la NMO, y se diferencia de las recurrencias medulares en la EM por la ausencia de lesiones cerebrales en la RM, los anticuerpos anti-NMO positivos (53%), la ausencia de BOC y el cuadro clínico transverso completo. Por último, son causa de mielitis recurrentes las enfermeda-des sistémicas autoinmunes, ligadas a anticuerpos no órgano-específicos.

La mielopatía necrotizante es conocida como una enfermedad paraneoplásica, in-fecciosa o idiopática. Cursa como una mielopatía ascendente grave que frecuentemente lleva a la muerte. Los casos paraneoplásicos se ligan sobre todo a anticuerpos CRMP-5/anti-CV2, y pueden ser indistinguibles de una NMO(87). En 2001 Katz describió 9 casos idiopáticos, y ya planteó que eran clínicamente indistinguibles de una forma limitada de enfermedad de Devic(88). Okai(89) en 2006 describió 5 casos que establecen una conexión firme con la NMO. Sufrían una mielitis recurrente progresiva y rebelde con tetraplejia en 5 años, sin NO ni afectación del SNC, con lesiones de tipo MTLE, NMO-IgG posi-tivos, pleocitosis leve y en algunos casos BOC en LCR.

La presencia de una neoplasia en una NMO plantea la posibilidad de que ésta pueda ocasionalmente ser en sí misma un síndrome paraneoplásico. En la descripción de la NMO-IgG de 2004(17) se hallaron 14 positivos entre 85.000 sueros examinados por posible síndrome paraneoplásico (0,016%). De ellos, 12 tenían una EE-NMO (85,7%). En 2008 ya eran 180.000 sueros y 33 positivos incidentales (0,02%), 26 de ellos con EE-NMO (93%), 7 de los cuales (27%) tuvieron cáncer, 5 antes y 2 después: mama, pulmón, tiroides, linfoma, cuello de útero y gammapatía monoclonal. Dos pacientes con NMO-IgG sin EE-NMO tuvieron cáncer. Así pues, la NMO-IgG po-dría tener ocasionalmente un origen paraneoplásico, siendo casi siempre sintomática (EE-NMO)(90).

Neuropatía óptica recurrente

Probablemente la NOR es más heterogénea en sus causas que la MTLE, pues la positivi-dad de los anticuerpos anti-NMO es sólo del 5-25%(91). La positividad de los anticuerpos predice un peor pronóstico y una probable conversión a NMO. A los 10 años la tasa de conversión de la NOR a EM es del 29,8%, y a NMO del 12,5%(92). Respecto al grupo de los que evolucionan a EM, el que deriva en NMO tiene mayor proporción de mujeres, recurrencias más numerosas, mayor defecto visual y conversión más precoz.

Neuromielitis óptica y enfermedades autoinmunes sistémicas

Los anticuerpos NMO-IgG son anticuerpos no órgano-específicos, igual que los ANA o los anti-SS-A. Del mismo modo que un paciente con SS puede tener positivos los ANA, y un LES, positivos los anti-SS-A, ambos pueden tener positivos los anti-NMO.

Page 98: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

101

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

También un paciente con NMO puede tener positivos otros auto-anticuerpos. La cuestión es cuál es su frecuencia y qué valor merecen. En el estudio de Pittock(93) (2008) se determinaron los anticuerpos NMO, ANA y SS-A en un primer grupo de 153 pacientes con enfermedad del espectro NMO. Las positividades fueron, respec-tivamente, del 66,7, el 43,8 y el 15,7%. El grupo de positivos a NMO presentó ade-más un incremento relativo de ANA y SS-A asociados. Sin embargo, en un segundo grupo de 33 pacientes con LES y SS sin rasgos clínicos de NMO ningún paciente tuvo anticuerpos NMO-IgG positivos. Ante la alta especificidad de los anticuerpos NMO-IgG, los autores concluyen que la presencia de mielopatía en un LES o un SS debe interpretarse como una NMO asociada. En el mismo año, Sofat(94) describió un paciente con SS, MTLE y NMO-IgG, cuestionándose si la mielopatía del SS no es en realidad una NMO. Probablemente se trata de conclusiones extremas. Dando la vuelta al problema, Javed(95) describió la presencia de cambios inflamatorios en la biopsia labial (glándulas salivares menores) del 80% de los pacientes con NMO o MTLE. En las glándulas salivares el canal de agua predominante es el AQP5, que comparte un 50% de la secuencia de proteínas con el AQP4 y, por tanto, podría tener determinantes antigénicos comunes.

Es adecuado resaltar la particular especificidad de los anticuerpos NMO-IgG frente a otros anticuerpos, pero estamos ante enfermedades con cuadros estereotipados, por un lado, y anticuerpos de especificidad variable, por otro. El concepto de mielopatía lúpica o del SS, sea o no heterogénea, es operativo, y no conoceremos más sobre ella por deno-minarla de otra forma.

Enfermedad del espectro NMO

¿Qué define hoy en día la NMO de Devic? Realmente, ni la clínica, ni los anticuer-pos, ni las lesiones radiológicas son al 100% específicos. Sin embargo, no hay duda de que el conjunto de lesión óptica + lesión medular + MTLE + NMO-IgG consigue dibujar un cuadro homogéneo. La falta de uno o más de los elementos complica el diagnóstico diferencial y da lugar a los síndromes de alto riesgo. Los cuadros completos más las formas de alto riesgo constituyen la enfermedad del espectro NMO, traducción poco eufónica de NMO spectrum disease. Este concepto es sobre todo clínico y patogénico. Hace referencia a una única entidad nosológi-ca definida por un trastorno de la inmunidad humoral que afecta selectivamente a la médula espinal y al nervio óptico. Conocemos el anti-cuerpo implicado (la NMO-IgG) en la mayoría de los casos recurrentes y sólo en una minoría de los monofásicos. Puede haber tanto formas parciales como otras con lesiones en otros pun-tos del SNC.

En la Tabla 5 se resume un listado de los com-ponentes de este espectro:

Tabla 5. Enfermedad del espectro NMO

1. NMO clásica o estricta (monofásica)

2. NMO recurrente

3. NMO con afectación encefálica

4. NMO con enfermedades autoinmunes

5. Síndromes de alto riesgo para NMO

6. Encefalopatías autoinmunes infantilesNMO: neuromielitis óptica

Page 99: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

102

• La NMO clásica se corresponde con la descripción original de Devic, que en Orien-te se denomina enfermedad de Devic y que ahora conocemos como NMO monofásica. Originalmente se exigía una NO bilateral, ausencia de síntomas centrales y pocas sema-nas entre la NO y la mielitis. A partir de los trabajos de la Clínica Mayo no se considera relevante el tiempo en completarse ni la bilateralidad de la NO.

• La NMO recurrente es indistinguible de la forma óptico-espinal o asiática de la EM. Son sus marcas: preponderancia femenina, inicio tardío, auto-anticuerpos, posi-bilidad de síntomas cerebrales y mal pronóstico. Las lesiones cerebrales o no existen o, si existen, son más frecuentemente asintomáticas e inespecíficas, aunque en un 10% de los casos pueden cumplir criterios radiológicos de EM, y en otros puede haber síntomas encefalopáticos junto a los de tronco.

• NMO con enfermedades autoinmunes: hasta 1/3 de los pacientes con NMO pueden tener manifestaciones clínicas o serológicas de otras enfermedades sistémicas.

• Síndromes de alto riesgo. La NO o la mielitis aislada son reconocidas como un síndrome clínico aislado susceptible de conversión a EMCD, pero también pueden ser interpretados como síndromes de alto riesgo o formas parciales de NMO. Los rasgos que nos pueden orientar en una u otra dirección han quedado expuestos a lo largo de este capítulo. La NO o la mielitis recurrente se consideran síndromes de alto riesgo de NMO, con una alta tasa de anticuerpos NMO-IgG positivos.

• Encefalopatías autoinmunes infantiles. Las lesiones cerebrales en la NMO infantil son especialmente extensas y precoces, por lo que el diagnóstico de NMO debe plantear-se en las encefalitis agudas con afectación óptico-espinal.

¿Aquaporinopatías?

¿Puede la NMO-IgG estar implicada en otras enfermedades además de en la de Devic? La investigación de la patogenia de la NMO ha estimulado el estudio del papel de los canales de agua en otras patologías, de modo que la AQP4 ha sido relacionada con algunos procesos que ya hemos descrito: la EPR, los síndromes paraneoplásicos y los cambios inflamatorios en las glándulas salivares. Realmente en ninguno de estos casos nos encontramos con enfermedades neurológicas o sistémicas fuera del contexto de la NMO.

Los trabajos de la Clínica Mayo iniciaron una reacción en cadena que ha revolucio-nado el conocimiento de la NMO y de otros síndromes asociados. La implicación de la AQP4 es ahora una referencia constante en la investigación de la enfermedad. Sin embargo, la verdadera revolución no ha sido el descubrimiento de la NMO-IgG, sino la descripción de una enfermedad desmielinizante de base humoral y patogenia totalmente distintas de las de la EM. Probablemente es el momento de reubicar la NMO-IgG y avanzar en las grandes cuestiones que quedan abiertas, como los mecanismos de lesión en los casos seronegativos, la definición de la EM óptico-medular, la ausencia de lesiones fuera del SNC en seropositivos o el hallazgo de marcadores de autoinmunidad humoral independientes de la NMO-IgG que permitan en cualquier caso una orientación inme-diata del tratamiento.

Page 100: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

103

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

BIBLIOGRAFíA

1 Bizzoco E, Lolli F, Repice AM, Hakiki B, Falcini M, Barilaro A, et al. Prevalence of neuromyelitis optica spectrum disorders and phenotype distribution. J Neurol 2009; 256: 1906-8.

2 Cabre P, González-Quevedo A, Bonnan M, Saiz A, Olindo S, Graus F, et al. Relapsing neuromyelitis optica: long term history and clinical predictors of death. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2009; 80: 1162-4.

3 Cabrera-Gómez JA, Kurtzke JF, González-Quevedo A, Lara-Rodríguez B. An epidemiological study of neuromyelitis optica in Cuba. J Neurol 2009; 256: 35-44.

4 Mandler RN. Neuromyelitis optica - Devic’s syndrome, update. Autoimmun Rev 2006; 5: 537-43.

5 Lana-Peixoto NA. Devic’s neuromyelitis optica. A critical review. Arq Neuropsiquiatr 1980; 66: 120-38.

6 Cree BAC, Goodin DS, Hauser SL. Neuromyelitis optica. Semin Neurol 2002; 22: 105-22. 7 Jacob A. Neuromyelitis optica – an update: 2007-2009. Ann Indian Acad Neurol 2009; 12: 231-7. 8 McKeon A, Pittock SJ. Neuromyelitis optica and the evolving spectrum of water channel auto-

immunity: a new direction. Eur J Neurol 2009: 433-5. 9 Nakano Y, Miyamoto K, Inatsugi Y, Suzuki H, Kusunoki S. Senile-onset recurrent myelitis with anti-aqua-

porin-4 antibody. Brain Nerve 2009; 61: 601-4. 10 Kister I, Gulati S, Boz C, Bergamaschi R, Piccolo G, Oger J, Swerdlow ML. Neuromyelitis optica in patients

with myastenia gravis who underwent thymectomy. Arch Neurol 2006; 63: 851-6. 11 Wingerchuk DM, Hogancamp WF, O’Brien PC, Weinshenker BG. The clinical course of neuromyelitis

optica (Devic’s syndrome). Neurology 1999; 53: 1107-14. 12 Vetrugno R, D’Angelo R, Alessandria M, Fabbri M, Liguori R, Montagna P, et al. Axial myoclonus in Devic

neuromyelitis optica. Mov Disord 2009; 24: 1708-9. 13 Wingerchuk DM, Pttok SJ, Lucchinetti CF, Lennon VA, Weinshenker BG. A secondary progressive clinical

course is uncommon in neuromyelitis optica. Neurology 2007; 68: 603-5. 14 Sellner J, Hemmer B, Mühlau M. The clinical spectrum and immunobiology of parainfectious

neuromyelitis optica (Devic) syndromes. J Autoimmun 2009 (en prensa). 15 DjemalN, Ben Salah M, Ben Hlima N, Ben Rhomdhane W, Ben Ammar H, Chaabouni M, et al. Devic’s neuro-

myelitis optica in children: a case report and review of the literature. Arch Pediatr 2007; 14: 1337-40.

16 McKeon A, Lennon VA, Lotze T, Tenenbaum S, Ness JM, Rensel M, et al. CNS aquaporin-4 autoimmunity in children. Neurology 2008; 71: 93-100.

17 Lennon VA, Wingerchuk DM, Kryzer TJ, Pittock SJ, Lucchinetti CF, Fujihara K, et al. A serum antibody marker of neuromyelitis optica: distinction from multiple sclerosis. Lancet 2004; 364: 2106-12.

18 Lennon VA, Kryzer TJ, Pittock SJ, Verkman AS, Hinson SR. Ig marker of optic-spinal sclerosis binds to the aquaporin-4 water channel. J Exp Med 2005; 202 (4): 473-7.

19 Saadoun S, Papadopoulos MC. Aquaporin-4 in brain and spinal cord oedema. Neuroscience 2009 (en prensa).

20 Matsuoka T, Matsushita T, Kawano Y, Osoegawa M, Ochi H, Ishizu T, et al. Heterogeneity of aquaporin-4 autoimmunity and spinal cord lesions in muntiple sclerosis in Japanese. Brain 2007; 130: 1206-23.

Page 101: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

104

21 Takahashi T, Fujihara K, Nakashima I, Misu T, Miyazawa I, Nakamura M, et al. Anti-aquaporin-4 anti-body is involved in the patogenesis of NMO : a study on antibody titre. Brain 2007; 130: 1235-43.

22 Jarius S, Probst C, Borowski K, Franciotta D, Wildemann B, Stoecker W, Wandinger KP. Standardized meth-od for the detection of antibodies to aquaporin-4 based on a highly sensitive immunofluo-rescence assay employing recombinant target antigen. J Neurol Sci 2010; 291: 52-6.

23 Cabrera-Gómez JA, Bonnan M, González-Quevedo A, Saiz-Hinarejos A, Marignier R, Olindo S, et al. Neuromy-elitis optica positive antibodies confer a worse course in relapsing-neuromyelitis optica in Cuba and French West Indies. Mult Scler 2009; 15: 828-33.

24 Jarius S, Aboul-Enein F, Waters P, Kuenz B, Hauser A, Berger T, et al. Antibody to aquaporin-4 in the long-term course of neuromyelitis optica. Brain 2008; 131: 3072-80.

25 Hinson SR, McKeon A, Fryer JP, Apiwattanakul M, Lennon VA, Pittock SJ. Prediction of neuromyelitis optica attack severity by quantitation of complement-mediated injury to aquaporin-4-ex-pressing cells. Arch Neurol 2009; 66: 1164-7.

26 Klawiter EC, Alvarez E 3rd, Xu J, Paciorkowski AR, Zhu L, Parks BJ, et al. NMO-IgG detected in CSF in seronegative neuromyelitis optica. Neurology 2009; 72: 1101-3.

27 Bennett JL, Lam C, Kalluri SR, Saikali P, Bautista K, Dupree C, et al. Intrathecal pathogenic anti-aquapo-rin-4 antibodies in early neuromyelitis optica. Ann Neurol 2009; 66: 617-29.

28 Nicchia GP, Mastrototaro M, Rossi A, Pisani F, Tortorella C, Ruggieri M, et al. Aquaporin-4 orthogonal arrays of particles are the target for neuromyelitis optica autoantibodies. Glia 2009; 57: 1363-73.

29 Hinson SR, McKeon A, Lennon VA. Neurological autoimmunity targeting aquaporin-4. Neurosci-ence 2009 (en prensa).

30 Bradl M, Misu T, Takahashi T, Watanabe M, Mader S, Reindl M, et al. Neuromyelitis optica: pathogenic-ity of patient immunoglobulin in vivo. Ann Neurol 2009; 66: 630-43.

31 Saadoun S, Waters P, Bell BA, Vincent A, Verkman AS, Papadopoulos MC. Intra-cerebral injection of neu-romyelitis optica immunoglobulin G and human complement produces neuromyelitis op-tica lesions in mice. Brain 2010; 133: 349-61.

32 Kinoshita M, Nakatsuji Y, Kimura T, Moriya M, Takata K, Okuno T, et al. Anti-aquaporin-4 antibody induc-es astrocytic cytotoxicity in the absence of CNS antigen-specific T cells. Biochem Biophys Res Commun 2010 (en prensa).

33 Nishiyama S, Ito T, Misu T, Takahashi T, Kikuchi A, Suzuki N, et al. A case of NMO seropositive for aquaporin-4 antibody more than 10 years before onset. Neurology 2009; 72: 1960-1.

34 Saadoun S, Tait MJ, Reza A, Davies DC, Bell BA, Verkman AS, Papadopoulos MC. AQP4 gene deletion in mice does not alter blood-brain barrier integrity or brain morphology. Neuroscience 2009; 161: 764-72.

35 Zéphir H, Fajardi I, Outteryck O, Balc F, Roger N, Fleury M, et al. Is neuromyelitis optica associated with human leukocyte antigen? Mult Scler 2009; 15: 571-9.

36 Brum DG, Barreira AA, dos Santos AC, Kaimen-Maciel DR, Matiello M, Costa RM, et al. HLA-DRB association in neuromyelitis optica is different from that observed in multiple sclerosis. Mult Scler 2010; 16: 21-9.

37 Kim HJ, Park HY, Kim E, Lee KS, Kim KK, Choi BO, et al. Common CYP7A1 promoter polymorphism associated with risk of neuromyelitis optica. Neurobiol Dis 2010; 37: 349-55.

38 Doi H, Matsushita T, Isobe N, Matsuoka T, Minohara M, Ochi H, Kira JI. Hypercomplementemia at re-lapse in patients with anti-aquaporin-4 antibody. Mult Scler 2009; 15: 304-10.

Page 102: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

105

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

39 Waters P, Vincent A. Detection of anti-aquaporin-4 antibodies in neuromyelitis optica: current status of the assays. Int MS J 2008; 15: 99-105.

40 McKeon A, Fruer JP, Apiwattanakul N, Lennon VA, Hinson SR, Kryzer TJ, et al. Diagnosis of neuromyelitis spectrum disorders: comparative sensitivities and specificities of immunohistochemical and immunoprecipitation assays. Arch Neurol 2009; 66: 1134-8.

41 Fazio R, Malosio ML, Lampasona V, De Feo D, Privitera D, Marnetto F, et al. Antiaquaporin 4 antibodies de-tection by different techniques in neuromyelitis optica patients. Mult Scler 2009; 15: 1153-63.

42 Saiz A, Zuliani L, Blanco Y, Tavolato B, Giometto B, Graus F. Revised diagnostic criteria for neuromy-elitis optica (NMO). Aplication in a series of suspected patients. J Neurol 2007; 254: 1233-7.

43 Marignier R, De Sèze J, Vukusic S, Durand-Dubief F, Zéphir H, Vermersch P, et al. NMO-IgG and Devic’s neuromyelitis optica: a French experience. Mult Scler 2008; 14: 440-5.

44 Jarius S, Franciotta D, Bergamaschi R, Wildemann B, Wandinger KP. Immunoglobulin M antibodies to aquaporin-4 in neuromyelitis optica and related disorders. Clin Chem Lab Med 2010; 48: 659-63.

45 Jarius S, Wildemann B. AQP4 antibodies in neuromyelitis optica: diagnostic and pathogenetic relevance. Nat Rev Neurol 2010; 6: 383-92.

46 Bergamaschi R, Tonietti S, Franciotta D, Candeloro E, Tavazzi E, Piccolo G. Oligoclonal bands in Devic’s neuromyelitis optica and multiple sclerosis: differences in reppeated cerebrospinal fluid examinations. Mult Scler 2004; 10: 2-4.

47 Nakamura M, Nakashima I, Sato S, Miyazawa I, Fujihara K, Itoyama Y. Clinical and laboratory features of neuromyelitis optica with oligoclonal bands. Mult Scler 2007; 13: 332-5.

48 Misu T, Takano R, Fujihara K, Takahashi T, Sato S, Itoyama Y. Marked increase in cerebrospinal fluid glial fibrillar acídic proteín in neuromyelitis optica: an astrocytic damage marker. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2009; 80: 575-7.

49 Kira J. Recent advances of multiple sclerosis research in Japan. Rinsho Shinkeigaku 2009; 49: 549-59.

50 Uzawa A, Mori M, Ito M, Uchida T, Hayakawa S, Masuda S, Kuwabara S. Markedly increased CSF interleu-kin-6 levels in neuromyelitis optica, but not in multiple sclerosis. J Neurol 2009 (en prensa).

51 Içöz S, Tüzün E, Kürtüncü M, Durmus H, Mutlu M, Eraksoy M, Akman-Demir G. Enhanced IL-6 production in aquaporin-4 antibody positive neuromyelitis optica patients. Int J Neurosci 2010; 120: 71-5.

52 Jarius S, Eichhorn P, Jacobi C, Wildemann B, Wick M, Voltz R. The intrathecal, polyspecific antiviral immune response: specific for MS or a general marker of CNS autoimmunity? J Neurol Sci 2009; 280: 98-100.

53 Jarius S, Franciotta D, Bergamaschi R, Rauer S, Wandinger KP, Petereit HF, et al. Polyspecific, antiviral immune response distinguishes multiple sclerosis and neuromyelitis optica. J Neurol Neu-rosurg Psychiatry 2008; 79: 1134-6.

54 Watanabe A, Matsushita T, Doi H, Matsuoka T, Shigeto H, Isobe N, et al. Multimodality-evoked poten-cial study of anti-aquaporin-4antibody-positive and –negative multiple sclerosis patients. J Neurol Sci 2009; 281: 34-40.

55 Nakashima I, Fujihara K, Miyazawa I, Misu T, Narikawa K, Nakamura M, et al. Clinical and RMI features of Japanese patients with multiple sclerosis positive for NMO-IgG. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2006; 77: 1073-5.

56 Ratchford JN, Quigg ME, Conger A, Frohman T, Frohman E, Balcer LJ, et al. Optical coherence tomogra-phy helps differentiate neuromyelitis optica and MS optic neuropathies. Neurology 2009; 73: 302-8.

Page 103: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

106

57 Naismith RT, Tutlam NT, Xu J, Klawiter EC, Shepherd J, Trinkaus K, et al. Optical coherence tomogra-phy differs in neuromyelitis optica compared with multiple sclerosis. Neurology 2009; 72: 1077-82.

58 Wingerchuk DM, Lennon VA, Pittok SJ, Luchinetti CF, Weinshenker BG. Revised diagnostic criteria for neuromyelitis optica. Neurology 2006; 66: 1485-9.

59 Matsushita T, Isobe N, Piao H, Matsuoka T, Ishizu T, Doi H, et al. Reappraisal of brain MRI features in patients with multiple sclerosis and neuromyelitis optica according to anti-aquaporin-4 antibody status. J Neurol Sci 2010; 291: 37-43.

60 Collongues N, Marignier R, Zéphir H, Papeix C, Blanc F, Ritleng C, et al. Neuromyelitis optica in France: a multicenter study of 125 patients. Neurology 2010; 74: 736-42.

61 Keegan M, Pineda AA, McClelland RL, Darby CH, Rodriguez M, Weinshenker BG. Plasma exchange for severe attacks of CNS demyelination: predictors of response. Neurology 2002; 58: 143-6.

62 Watanabe S, Nakashima I, Misu T, Miyazawa I, Shiga Y, Fujihara K, Itoyama Y. Therapeutic efficacy of plasma exchange in NMO-IgG-positive patients with neuromyelitis optica. Multiple Scle-rosis 2007; 13: 128-32.

63 Nozaki I, Hamaguchi T, Komai K, Yamada M. Fulminant Devic disease sauccessfully treted with lym-phocytapheresis. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2006; 77: 1094-5.

64 Moreh E, Gartsman I, Karussis D, Rund D, Hiller N, Meiner Z. Seronegative neuromyelitis optica: im-provement following lymphocytapheresis treatment. Mult Scler 2008; 14: 860-1.

65 Aguilera AJ, Carlow TJ, Smith KJ, Simon TL. Lymphocitaplasmapheresis in Devic’s syndrome. Trans-fusion 1985; 25: 54-6.

66 Tanaka M, Tanaka K, Komori M. Interferon-beta(1b) treatment in neuromyelitis optica. Eur Neurol 2009; 62: 167-70.

67 Bergamaschi R. Glatiramer acetate treatment in Devic’s neuromyelitis optica. Brain 2003; 126: e1.

68 Mandler RN, Ahmed W, Dencoff JE. Devic’s neuromyelitis optica: a prospective study of seven patients treated with prednisone and azathioprine. Neurology 1998; 51: 1219-20.

69 Poppe AY, Lapierre Y, Melançon D, Lowden D, Wardell L, Fullerton LM, Bar-Or A. Neuromyelitis optica with hypothalamic involvement. Mult Scler 2005; 11: 617-21.

70 Pittock SJ, Lennon VA, Krecke K, Wingerchuk DM, Lucchinetti CF, Weinshenker BG. Brain abnormalities in neuromyelitis optica. Ach Neurol 2006; 63: 390-6.

71 Pittock SJ, Wewinshenker BG, Lucchinetti CF, Wingerchuk DM, Corvoy JR, Lennon VA. Neuromyelitis op-tica brain lessions localizad at sites of high aquaporin 4 expression. Arch Neurol 2006; 63: 964-8.

72 Matsushita T, Isobe N, Matsuoka T, Ishizu T, Kawano Y, Yoshiura T, et al. Extensive vasogenic edema of anti-aquaporin-4 antibody-related brain lesions. Mult Scler 2009; 15: 1113-7.

73 Saiki S, Ueno Y, Moritani T, Sato T, Sekine T, Kawajiri S, et al. Extensive hemispheric lesions with ra-diological evidence of blood-brain barrier integrity in a patient with neuromyelitis optica. J Neurol Sci 2009; 284: 217-9.

74 Ito S, Mori M, Makino T, Hayakawa S, Kuwabara S. “Cloud-like enhancement” is a magnetic reso-nance imaging abnormality specific to neuromyelitis optica. Ann Neurol 2009; 66: 425-8.

75 Bichuetti DB, Rivero RL, de Oliveira EM, Oliveira DM, de Souza NA, Nogueira RG, et al. White matter spec-troscopy in neuromyelitis optica: a case control study. J Neurol 2008; 255: 1895-9.

76 Blanc F, Zéphir H, Lebrun C, Labauge P, Castelnovo G, Fleury M, et al. Cognitive functions in neuromy-elitis optica. Arch Neurol 2008; 65: 84-8.

Page 104: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

107

[ Mielopatías agudas y neuromielitis óptica ]

77 Takahashi T, Miyazawa I, Misu T, Takano R, Nakashima I, Fujihara K, et al. Intractable hiccup and nausea in neuromyelitis optica with anti-aquaporin-4 antibody: a herald of acute exacerbations. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2008; 79: 1075-8.

78 Kanbayashi T, Shimohata T, Nakashima I, Yaguchi H, Yabe I, Nishizawa M, et al. Symptomatic narcolepsy in patients with neuromyelitis optica and multiple sclerosis: new neurochemical and im-munological implications. Arch Neurol 2009; 66: 1563-6.

79 Vernant JC, Cabre P, Smadja D, Merle H, Caubarrère I, Mikol J, Poser CM. Recurrent optic neuromyelitis with endocrinopathies: a new syndrome. Neurology 1997; 45: 58-64.

80 Yamasaki K, Horiuchi I, Minohara M, Osoegawa M, Kawano Y, Ohyagi Y, et al. Hyperprolactinemia in op-tico-espinal multiple sclerosis. Intern Med 2000; 39: 296-9.

81 Magaña SM, Matiello M, Pittock SJ, McKeon A, Lennon VA, Rabinstein AA, et al. Posterior reversible encepha-lopathy syndrome in neuromyelitis optica spectrum disorders. Neurology 2009; 72: 712-7.

82 Ishizu T, Kira J, Osoegawa M, Fukazawa T, Kikuchi S, Fujihara K, et al. Heterogeneity and continuum of multiple sclerosis phenotypes in Japanese according to the reslts of the fourth nationwide survey. J Neurol Sci 2009; 280: 22-8.

83 Matsushita T, Isobe N, Matsuoka T, Shi N, Kawano Y, Wu X, et al. Aquaporín-4 autoimmune syndrome an anti-aquaporin-4 antibody-negative opticospinal mutiple sclerosis in Japanese. Mult Scler 2009; 15: 834-47.

84 Weinshenker BG, Wingerchuk DM, Vukusic S, Pittok SJ, Lennon VA. Neuromyelitis optica IgG predcts relapse alter longitudinally extensive transverse myelitis. Ann Neurol 2006; 59: 566-9.

85 Banwell B, Tenembaum S, Lennon VA, Ursell E, Kennedy J, Bar-Or A, et al. Neuromyelitis optica-IgG in childhood inflammatory demyelinating CNS disorders. Neurology 2008; 70: 344-52.

86 Yoon JH, Joo IS, Li WY, Sohn SY. Clinical and laboratory characteristics of atopic myelitis: Korean experience. J Neurol Sci 2009; 285: 154-8.

87 Ducray F, Roos-Weil R, Garcia PY, Slesari J, Heinzlef O, Chatelain D, et al. Devic’s syndrome-like phe-notype associated with thymoma and anti-CV2/CRMP5 antibodies. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2007; 78: 325-7.

88 Katz JD, Ropper AH. Progressive necrotic myelopathy: clinical course in 9 patients. Arch Neurol 2001; 58: 677.

89 Okai AF, Muppidi S, Bagla R, Leist TP. Progressive necrotizing myelopathy: part of the spectrum of neuromyelitis optica? Neurol Res 2006; 28: 354-9.

90 Pittock SJ, Lennon VA. Aquaporin-4 autoantibodies in a paraneoplastic context. Arch Neurol 2008; 65: 629-32.

91 Petzold A, Pittock S, Lennon V, Maggiore C, Weinshenker BG, Plant GT. Neuromyelitis optica-IgG (aqua-porin-4) autoantibodies in immune mediated optic neuritis. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2010; 81: 109-11.

92 Pirko I, Blauwet LK, Lesnick TG, Weinshenker BG. The natural history of recurrent optic neuritis. Arch Neurol 2004; 61: 1401-5.

93 Pittock SJ, Lennon VA, de Seze J, Vermersch P, Homburger HA, Wingerchuk DM, et al. Neuromyelitis optica and non-organ-specific autoimmunity. Arch Neurol 2008; 65: 78-83.

94 Sofat N, Venables PJ. Is Sjogrem myelopathy Devic disease? Ann Rheum Dis 2008; 67: 730-1. 95 Javed A, Balabanov R, Arnason BG, Kelly TJ, Sweiss NJ, Pytel P, et al. Minor salivary gland inflammation

in Devic’s disease and longitudinally extensive myelitis. Mult Scler 2008; 14: 809-14. 96 Paul F, Jarius S, Aktas O, Bluthner M, Bauer O, Appelhans H, et al. Antibody to aquaporin 4 in the diag-

nosis of neuromyelitis optica. PLoS Med 2007; 4: e133.

Page 105: MONOGRAFÍAS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE · De este modo, si el curso clínico y los hallazgos de la RMN y del LCR son ... como el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido,

[ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE DESDE EL SÍNDROME DE INICIO ]

108

97 Hayakawa S, Mori M, Okuta A, Kamegawa A, Fujiyoshi Y, Yoshiyama Y, et al. Neuromyelitis optica and anti-aquaporin-4 antibodies measured by an enzyme-linked immunosorbent assay. J Neu-roimmunol 2008; 196: 181-7.

98 Marnetto F, Hellias B, Granieri L, Frau J, Patanella AK, Nytrova P, et al. Western blot analysis for the detection of serum antibodies recognizing linear Aquaporin-4 epitopes in patients with Neuromyelitis Optica. J Neuroimmunol 2009; 217: 74-9.

99 Bakker J, Metz L. Devic’s neuromyelitis optica treated with intravenous gammaglobulina (IVIG). Can J Neurol Sci 2004; 31: 265-7.

100 Weinstock-Guttman B, Ramanathan M, Lincoff N, Napoli SQ, Sharma J, Feichter J, Bakshi R. Study of mito-xantrone for the treatment of recurrent neuromyelitis optica (Devic disease). Arch Neurol 2006; 63: 957-63.

101 Falcini F, Trapani S, Ricci L, Resti M, Simonini G, de Martino M. Sustained improvement of a girl af-fected with Devic’s disease over 2 years of mycophenolate mofetil treatment. Rheumatol-ogy (Oxford) 2006; 45: 913-5.

102 Jacob A, Matiello M, Weinshenker BG, Wingerchuk DM, Lucchinetti C, Shuster E, et al. Treatment of neu-romyelitis optica with mycophenolate mofetil: retrospective analysis of 24 patients. Arch Neurol 2009; 66: 1128-33.

103 Cree BA, Lamb S, Morgan K, Chen A, Waubant E, Genain C. An open label study of the effects of ritux-imab in neuromyelitis optica. Neurology 2005; 64: 1270-2.

104 Jacob A, Weinshenker BG, Violich I, McLinskey N, Krupp L, Fox RJ, et al. Treatment of neuromyelitis op-tica with rituximab: retrospective analysis of 25 patients. Arch Neurol 2008; 65: 1443-8.