MAYORES EN RESIDENCIAS - Envejecimiento...

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Lourdes Pérez OrtizUAM

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Como complemento a la Encuesta SobreCondiciones de Vida (ECVM), en la que se en-trevistaba a mayores que vivían en hogares, elObservatorio de Personas Mayores ha realiza-do este año otra encuesta a mayores que vivenen residencias, la hemos llamado Encuesta sobreCondiciones de Vida de Mayores en Residencias(ECVMR).El trabajo de campo se realizó durantelas primeras semanas del otoño de 2004 a unamuestra de 610 personas de 65 o más años.Rea-lizar una muestra de este tipo presenta algunasdificultades, la primera de ellas no es de pocaimportancia, se trata de la dificultad para delimi-tar lo que técnicamente se denomina el universode la encuesta,es decir, la población de referenciade la que la encuesta quiere ofrecernos informa-ción. Conocemos sólo aproximadamente el nú-mero de personas que viven en establecimientosde este género y, aún más aproximadamente, lascaracterísticas que presentan. El Censo de 2001estimaba para ese año el número de personas de65 o más años que vivían en «asilos o residenciasde ancianos» en 84.607.La fecha de referencia delos datos del Censo es el mes de noviembre de2001, sin embargo, según el Informe 2002, ya enenero de ese año había en España más de dos-cientas mil plazas residenciales; tan sólo la sumade plazas propias y plazas concertadas se aproxi-ma a la estimación del Censo (según el Informe2002, había 89.962 plazas de este tipo, 55.289propias y 34. 673 concertadas). La diferencia noes baladí, con la información censal, la ratio o índi-ce de cobertura, es decir, el número de plazas resi-denciales por cada cien mayores resulta ser de1,1, con los del Informe 2002, casi del triple (3,1plazas por cada cien personas de 65 o más años).

En enero de 2004, más lejos ya de la fecha dereferencia del Censo, el número de plazas resi-denciales era de 265.712 y la ratio de coberturaigual a 3,65 plazas por cada cien mayores (verCapítulo 7 de este informe). Claramente el Cen-so subestima la cifra, seguramente, el dato de lasplazas ofertadas se aproxima más a la realidad.Enrelación con las características de los ingresados,es procedimiento habitual considerar que, aun-que las cifras censales en número absolutos nosean correctas, sí se puede considerar como váli-da la distribución por características sociodemo-gráficas básicas.Así lo hemos hecho en las opera-ciones previas a la selección de las personas aentrevistar.De esta manera hemos supuesto queentre los residentes hay, aproximadamente, unhombre por cada tres mujeres y que,de cada cin-co, uno tiene menos de 75 años, dos tienen másde 84, y los otros dos pertenecen al grupo deedades intermedio. En nuestra muestra, final-mente, la distribución por sexos se parece bas-tante a la que ofrece el Censo, mientras que ladistribución por edades está algo más envejecidaque aquélla. (Tabla 9.1).

En la muestra también se ha intentado con-trolar el peso de las características, no ya de losresidentes, sino de los centros residenciales.Por ejemplo, los entrevistados se distribuyenmás o menos equitativamente en residencias decuatro tamaños establecidos previamente, me-nos de 50 plazas, de 50 a 100, de 100 a 150 ymás de 150.También se ha intentado controlarel número de entrevistas según la titularidad delas residencias, finalmente, cuatro de cada diezentrevistas se han realizado en residencias pú-

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blicas y el resto en residencias pertenecientes aentidades privadas con o sin ánimo de lucro.Con respecto a las condiciones de los residen-tes, en la muestra priman las residencias mixtas,es decir que combinan plazas para residentessin discapacidades funcionales, con otras paradependientes. Tan sólo la octava parte de lasentrevistas se han realizado en residencias sinplazas de asistidos, otro 10,6% en residenciascon plazas exclusivamente de este carácter, y elrestante 76,6% en residencias mixtas con unporcentaje variable de plazas de válidos y deasistidos.Además, en la muestra hay un 6,1% depersonas que están viviendo en la residenciasólo de forma temporal; esta es una variable deimportancia considerable, por este motivo,en lamayor parte del análisis que se describe a conti-nuación se ha distinguido entre residentes per-manentes y residentes temporales.

9.1. LA DECISIÓN DE INGRESAR EN LA RESIDENCIA

9.1.1. Las razones

La primera circunstancia que hemos queridoanalizar se refiere al ingreso en la residencia, esdecir, qué condiciones hacen que una personaviva o no en una residencia. En primer lugar, laencuesta ha pedido a los mayores su impresióndirecta de cuál piensa que ha sido el motivoprincipal por el que ha venido a vivir a una resi-dencia. Entre los motivos que expresamente se-ñalan los mayores, destaca la búsqueda de com-pañía (34,5%), seguida por los problemas desalud y los familiares.Aproximadamente la cuar-ta parte de los residentes temporales señalanmotivos relacionados con el deterioro del esta-do de salud o con la pérdida de autonomía fun-cional: no podía atender la casa (4,3%),por moti-vos de salud (11,3%), porque no podía «valersepor sí mismo/a» (10,1%); y algo menos, motivosfamiliares: por «no estorbar» a la familia (8,9%),porque la familia no puede atenderlo/a (6,2%),porque su marido o esposa ha tenido que ingre-sar (4,5%) o por carecer de familia (2,6%). Por elcontrario, la afirmación rotunda de que «no te-nía otra solución» es compartida por muy pocos(2,7%), destaca asimismo la escasa importanciaque los mayores conceden a las razones econó-micas (0,3%). Por edad y sexo, evitar la soledad

tiene más importancia como motivo del ingresopara los hombres y para las mujeres más vetera-nas. La salud, sin embargo es más importanteentre las mujeres, sobre todo, las menores de 85años,mientras que los motivos familiares cobranimportancia a medida que lo hace la edad del re-sidente. Entre las personas que están en la resi-dencia sólo temporalmente, los motivos familia-res y, especialmente los de salud, cobran mayorimportancia: dos de cada tres residentes tempo-rales han ingresado por razones de salud, laquinta parte están en la residencia por motivosde «respiro» de la familia con la que vive y otro5,4% por una incapacidad temporal para aten-derlos de la persona que los cuida habitualmen-te. (Gráficos 9.1 y 9.2;Tablas 9.2, 9.3 y 9.4).

Para profundizar en las razones que condi-cionan la institucionalización es importante co-nocer la situación anterior al ingreso.Tenemosinformación sobre las formas de convivenciaanteriores y sobre la vivienda de la que proce-den los residentes. La mayoría de los residentes,casi ocho de cada diez, proceden de su propiavivienda, tan sólo la décima parte ha pasado an-tes por una fórmula intermedia de convivenciaen la vivienda de otras personas. Un 7,7% pro-cede de otra residencia, este porcentaje podríainterpretarse como un índice de rotación entreresidencias. Entre los que vivían en su propiacasa, más de la mitad vivía en solitario, más lasmujeres que los hombres. Entre los varonestambién es importante la proporción de los quevivían en pareja, muchos de ellos habrán ingre-sado en la residencia al enviudar. Esta distribu-ción indicaría que para los hombres enviudarpuede precipitar el ingreso en la residencia,mientras que hay más mujeres que, al perder asu esposo, continúan en sus propias viviendasviviendo solas, antes de ir a una residencia. Laconsideración de la edad introduce un nuevomatiz y es que enviudar a una edad elevada mul-tiplica las posibilidades de que se produzca lainstitucionalización. La distribución del estadocivil nos habla del extraordinario predominiode personas no casadas entre los residentes, lacuarta parte son solteros, el 60,6%, viudos y el4% separados o divorciados, tan sólo uno decada diez está casado o vive en pareja. De ma-nera que no tener pareja se revela como un fac-tor de peso en la decisión de vivir en una resi-dencia. (Tablas 9.5, 9.6 y 9.7;Gráfico 9.3).

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En relación con la vivienda, la proporción depersonas que proceden de hogares en propiedades más baja que en la población en viviendasfamiliares, especialmente entre las mujeres. Esteresultado indica que es muy probable que notener vivienda en propiedad favorezca el ingresoen la residencia. Más de la tercera parte de losresidentes conservan su vivienda en propiedad,eso significa que casi la mitad de los internos queeran propietarios de sus viviendas no las hanvendido ni cedido a otras personas. Este es unode los motivos, sin duda poderoso, de que elCenso subestime el número de personas que vi-ven en residencias de mayores, estas personasseguirán empadronadas en sus lugares de origeny habrán cumplimentado las hojas censales comosi efectivamente siguieran viviendo allí. Los hom-bres parecen más propensos a conservar la vi-vienda. Entre los más veteranos, como es lógico,hay más personas que han perdido la propiedad,por venta o por haberla donado a los hijos, queentre los menores de 85 años.Las alternativas dealquilar o hipotecar la casa cuentan con muy po-cos adeptos. Si la vivienda es accesible, está pró-xima a la residencia y su propietario puede llegara ella fácilmente, simplemente, los mayores esta-rán reservando sus viviendas para su propio uso;en otro caso, las viviendas estarán vacías y elhecho de conservarlas en propiedad puede de-berse a un conjunto de razones, entre ellas, quela vivienda tiene un valor simbólico, en la medidaque puede significar la posibilidad de volver y,portanto, de no romper por completo los vínculoscon la vida anterior. Entre los que han vendido suvivienda, priman los motivos de carácter econó-mico, unos seis de cada diez citan este tipo demotivaciones: para tener dinero (22,6%), no te-ner gastos (15,3%), para pagar la residencia o po-der venir a la residencia (16,1%) o para dar dine-ro a algún familiar (6,5%). La constatación de queya no la necesitan o no van a volver ha motivadola venta en algo más de la cuarta parte de los ca-sos;esta apreciación es importante porque impli-ca la ruptura con lo anterior, vender la viviendapor estas consideraciones supone «quemar lasnaves». El 7,3% afirman que vendieron la casapara no estar solos,de manera que la decisión devender la vivienda habría ido íntimamente unida ala decisión de ingresar en la residencia. Por fin, el2,4% de los que han vendido la casa parece queno han intervenido en la decisión, estos residen-tes contestan que «la vendió su hijo/a»; es una

proporción pequeña, pero implica que los mayo-res no han intervenido,que no han tenido capaci-dad de decisión en este acto de ruptura con loanterior. (Tabla 9.8;Gráficos 9.4 y 9.5).

El juicio de los mayores sobre las condicio-nes de sus hogares, refuerza la idea de que lascaracterísticas de la vivienda intervienen en ladecisión de vivir en una residencia.Aunque la in-mensa mayoría de los residentes considera quesus viviendas eran cómodas para vivir, aproxima-damente la quinta parte de ellos declara diver-sos grados de incomodidad; los hombres y losmás jóvenes son más críticos a este respecto. Lavaloración del entorno de la vivienda es aún máspositiva, el 85% de los residentes muestran susatisfacción a este respecto; de nuevo los másjóvenes emiten un juicio más negativo. Se puedeinterpretar en el sentido de que para los másjóvenes, la vivienda actúa con más fuerza comomotor del ingreso en la residencia, mientras quepara los más mayores, es la propia edad, la sole-dad o los problemas de salud o de autonomíafuncional asociados a su edad más avanzada. Lavaloración de la calidad del entorno de la vivien-da, del barrio o municipio, discrepa absoluta-mente con la circunstancia de que casi seis decada diez residentes han tenido que desplazarselejos para ingresar en la residencia; uno de cadatres incluso ha tenido que abandonar el munici-pio en el que residía habitualmente. La distanciafísica entre el centro residencial y el domiciliohabitual, puede reforzar el desarraigo que acom-paña en muchas ocasiones al ingreso en la resi-dencia; se añade a la separación de los objetos yseres queridos entre los que ha discurrido suvida anterior de los mayores. La importancia deeste factor queda de manifiesto porque, precisa-mente, la distancia geográfica es uno de los fac-tores que inclinan la elección de la residenciaconcreta: la proximidad al domicilio ha inclinadola decisión de más de la quinta parte de los resi-dentes (21,3%). Más de un tercio se reparten enun conjunto de respuestas que indican una muyescasa capacidad de decisión sobre el centroresidencial: «me metieron» (10,5%), «me gestio-naron otros el ingreso» (8,5%), «me la asignaronlos servicios sociales» (7,4%), fue «la primera enaceptarme» (4,5%) o «la única que conocía»(3,4%). No obstante casi uno de cada cinco con-testa que se inclinó por esa residencia en parti-cular simplemente porque era la que más le gus-

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taba (19,2%). (Tablas 9.9, 9.10, 9.11, 9.12 y 9.13;Gráficos 9.6 y 9.7).

9.1.2. Los agentes que intervienen en la decisión

En la decisión de ingresar en una residencia,en general, los mayores expresan una gran auto-nomía, aproximadamente las dos terceras partesde los residentes afirman haber tomado la deci-sión por sí mismos. El segundo agente que inter-viene en la decisión es la familia:de una u otra for-ma ha estado presente en la decisión de la cuartaparte de los mayores, su intervención es bastantemás decisiva en el caso de las personas que estánpasando una temporada en la residencia. Si losmayores han tomado por sí mismos la decisiónde ingresar en la residencia puede derivar en unasensación de dominio de la propia vida, inclusoaunque la alternativa no sea la que más les agra-de, y puede facilitar la aceptación de la vida en laresidencia; si la decisión ha sido adoptada porotros, el ingreso puede estar, sin embargo,marca-do ya desde el origen por sentimientos negativos.Si el interno no ha intervenido en la decisión,puede iniciar su vida en la residencia con la per-cepción de que ya no tiene capacidad alguna paradecidir sobre su propia vida, o con un sentimien-to de despersonalización, que la vida en un esta-blecimiento colectivo y estandarizado, agravaríadespués (Kaufman, Sánchez y Frías, 1997: 60)1.Como parece lógico, los servicios sociales tienenuna intervención bastante más reducida, su pre-sencia ha mediado en el 6,1% de los ingresos,según la encuesta. Las mujeres y los más jóvenesexpresan un grado de autonomía mayor en ladecisión de ingresar. La presencia de los serviciossociales parece más decisiva en la elección con-creta del centro residencial; en este caso, los ser-vicios sociales u otros de carácter profesionalhan intervenido en uno de cada ocho ingresos.También la familia interviene más a este respecto,mucho más en el caso de las mujeres. Cuando setrata de los agentes que han proporcionado in-formación sobre la residencia, la situación es másvariada. La familia sigue siendo un agente primor-dial, pero la intervención de servicios profesiona-les, incluidos los asistentes sociales es mayor ytambién intervienen de una manera importanteamigos y conocidos. Estos tres agentes han inter-

venido en las tres cuartas partes de los casos,además, uno de cada ocho no recibió ningunainformación especial y, por fin, uno de cada dieztomó la iniciativa de visitar el centro. (Tablas 9.14,9.15,9.16 y 9.17;Gráficos 9.8 y 9.9).

9.2. LA VIDA EN LA RESIDENCIA

Una vez ingresados, interesa conocer siquie-ra aproximadamente cómo se desarrolla la vidaen la residencia, la encuesta ha investigado, pri-mero en términos generales, lo que los mayoresconsideran mejor y peor de vivir en una residen-cia y el tiempo que llevan viviendo en la misma.Después analiza la sociabilidad de los mayores,tal como se realiza dentro y fuera de la residen-cia, es decir, algún dato sobre la relación entrelos residentes, las visitas que reciben y las oca-siones en las que salen de la residencia.En tercerlugar, se analizan las actividades que, a lo largo dela semana, estructuran el tiempo de los mayoresy la medida en que la dirección de la residenciainterviene en su organización, y los asuntos quemás interesan a los mayores a través del interésque muestran por la información en un conjuntode áreas temáticas. Por fin se presentan algunosindicadores de posicionamiento de los residen-tes ante la vida en general, es decir, la frecuenciacon la que experimentan determinados estadosde ánimo,sus sentimientos generales ante la viday las situaciones que en estos momentos másdesean o más temen.

9.2.1. Consecuencias positivas ynegativas de la vida en la residencia

En general, vivir en una residencia implicaconsecuencias positivas y negativas, aunque losmayores expresan con más claridad los efectosbenéficos. El 12% de los residentes afirma que elingreso en la residencia no le ha supuesto ningu-na ventaja sobre su situación anterior, pero el53,6% dice que tampoco le ha supuesto ningunadesventaja. Entre las consecuencias positivas, losmayores destacan que estar en la residencia lesproporciona, sobre todo, comodidad (42,4%),tranquilidad (35,4%) y la compañía de otras per-sonas (28,6%); entre las consecuencias negativas

1 Kaufman,Sanchez y Frías, 1997;Barenys,1990;Miranda,López i Casasnovas,2000.

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destacan sentimientos de añoranza y tristeza(15,9%), la falta de intimidad o problemas rela-cionados con la convivencia (13,3%) y la soledad(8,2%); existe un 5,1% que expresa de una formaradical las consecuencias negativas del ingreso,afirmando que no se acostumbra a la vida en laresidencia. De manera que, a juicio de los mayo-res, el ingreso en la residencia produce conse-cuencias materiales e instrumentales fundamen-talmente positivas (comodidad); en cuanto a lasconsecuencias sociales, el balance es más difícilde interpretar puesto que la vida en la residenciapermite obtener compañía para muchas perso-nas, pero para otros produce exactamente locontrario, soledad,con el agravante de la pérdidade intimidad y de los problemas relacionadoscon la convivencia obligada con extraños; losnúmeros están bastante equilibrados, además, el28,6% destaca la compañía de otros como prin-cipal ventaja de la vida en la residencia,y el 21,5%destaca la soledad o los problemas de conviven-cia como su principal defecto. (Tablas 9.18 y9.19;Gráfico 9.10).

Una vez ingresados, la estancia en la residenciano parece muy larga: más de la mitad de los resi-dentes permanentes lleva en la residencia menosde tres años, algo más de la cuarta parte más decinco años.El incremento de la esperanza de vidaen las décadas recientes debería haber produci-do, quizá, estancias más largas o en la expresiónde Barenys (1990: 172), una «esperanza de vidaen la residencia» también más larga, sin embargo,lo que sucede es que se han sumado dos fuerzasque actúan en sentido contrario: el incrementode la esperanza de vida de los mayores y la ten-dencia a ingresar en las residencias cada vez aedades más avanzadas, y todo parece indicar queha ganado esta segunda. No obstante, entre algu-nos residentes se pueden encontrar estanciasmás largas, se trata lógicamente de los más vete-ranos y de las mujeres que tienen mayor esperan-za de vida que los hombres y que, en la muestra,son mayores que ellos por término medio. Demanera que puede ser verdad, tal como señalabaBarenys, que a algunos residentes les espera unaestancia de diez o veinte años. (Tabla 9.20).

9.2.2. Relaciones personales

No es necesario argumentar demasiado parareconocer la importancia de las relaciones per-

sonales, en este caso, para los mayores que vivenen residencias, sin embargo, en la encuesta hayuna pregunta muy elemental que nos corroboraesta cuestión.Y es que las tres cuartas partes delos mayores que viven en la residencia de formatemporal prefieren pasar su tiempo libre en lacompañía de otros; la edad no afecta a esta dis-posición a la sociabilidad, el género sí, los hom-bres, sobre todo los más jóvenes, parecen mos-trar mayor disposición a pasar su tiempo libreen soledad. Dentro de la residencia, la mayoríaestima también que las relaciones entre residen-tes son buenas o muy buenas; el diagnóstico pa-rece compartido por los dos sexos y los dosgrupos de edades,aunque,en general, los más jó-venes se muestran ligeramente más críticos, tansólo el 2,4% juzga que el clima de relacionesdentro de la residencia es malo y un 15,4% quees regular. (Tablas 9.21 y 9.22).

Los intercambios entre la residencia y elexterior toman la forma de visitas que el resi-dente recibe, pero los residentes también salena menudo de la residencia. Se ha señalado la im-portancia de las salidas por varias razones: por-que constituyen, en sí mismas, un signo de vitali-dad; porque permiten al interno recuperar laidentidad como ciudadano dueño de sus actos yporque las personas internas que salen suelenanticipar la salida, es decir, que además del tiem-po que pasan fuera de la residencia, los mayorespasan otro tiempo adicional planificando lo queharán durante las salidas y las posibilidades derepetirlas (Barenys, 1990: 165). Una parte de lassalidas serán obligadas para ir al médico o reali-zar gestiones, pero también para realizar com-pras, acudir a centros de sociabilidad como ba-res y clubes de jubilados, visitar a familiares oacudir a servicios religiosos. Los resultados de laencuesta indican que la mitad de los residentessale todas las semanas e, incluso el 33,7% lo hacetodos o casi todos los días; una proporción simi-lar (35,3%), sin embargo,no sale nunca,bien por-que se lo impide una enfermedad (19%) o porotras razones (16,2%). La edad es determinantea este respecto, superar la barrera de los 85años supone que, cuatro de cada diez residen-tes, ya no abandonan nunca la residencia, perotambién lo es el sexo.Combinado género y edadobtenemos que si el 69,3% de los varones me-nores de 85 años sale todas las semanas y aun el58,8% lo hace prácticamente a diario, entre las

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mujeres de 85 años las proporciones ya se hanreducido al 38,4% y al 20,5%, respectivamente;en el otro extremo, dos de cada diez hombresjóvenes no sale nunca de la residencia, pero en-tre las mujeres más mayores el porcentaje es del44,3%. (Tabla 9.23;Gráfico 9.11).

Recibir visitas es síntoma de que se mantie-nen los vínculos con el exterior, que el residenteno está aislado o no ha perdido el contacto conlo que ha sido su vida anterior. Por el mismo mo-tivo las visitas pueden convertirse en un motivode valoración social (Barenys, 1990: 160). La en-cuesta indica que más de la mitad de los residen-tes recibe al menos una visita semanal, pero un15% no ha recibido ninguna en el últimos mes; losmás mayores y las mujeres reciben visitas más amenudo y unas cinco personas de cada cien nohan recibido visitas en el curso de los últimos seismeses. Las visitas las realizan fundamentalmentelos familiares, aunque cerca de la quinta parte delos mayores son visitados por otras personas, es-pecialmente amigos o amigas (16,6%); entre lasmujeres y a medida que avanza la edad, sin em-bargo, las visitas de personas que no pertenecena la familia reducen su presencia. Los contactostelefónicos con personas que viven fuera de laresidencia son relativamente frecuentes,el 14,5%de los residentes permanentes mantiene unaconversación telefónica con una de estas perso-nas todos o casi todos los días, otro 26,9%,dos otres veces a la semana; en el otro extremo, el31,3% no recibió ni realizó una llamada en el cur-so de las últimas tres semanas; los que más usanel teléfono son los más jóvenes, quizá los másveteranos presenten deficiencias auditivas quedificulten el mantenimiento de la conversaciónde una forma satisfactoria; las mujeres jóvenes loutilizan más que ningún otro grupo, a excepciónde los residentes temporales. (Tablas 9.24, 9.25 y9.26;Gráficos 9.12,9.13 y 9.14).

En términos generales, los mayores que vivenen residencias parecen tener redes de familiaresy amigos restringidas y lejanas. Hay que tener encuenta que, en muchos casos, la residencia en laque han ingresado está lejos de su domicilio y,por tanto, lo estarán también de sus familiares yamigos más próximos. Muchas veces además, lacostumbre de edificar las residencias en lugaresalejados de los núcleos de población, dificulta elmantenimiento de los lazos con el entorno habi-

tual en el que se ha desarrollado la vida de losmayores. Como resultado de la acción de estosfactores, la encuesta refleja que los porcentajesde personas que tienen cerca a un hijo, hermanoo cuñado o a un nieto no alcanzan ni siquiera elveinte por ciento, los que tienen cerca a un amigoson algunos más, el 24,4%. En el caso de los fami-liares más próximos, los hijos, casi la mitad de losresidentes (44,7%) no los tiene, seguramenteeste es un factor importante en la adopción de ladecisión de vivir en una residencia, así parecesuceder, sobre todo, en el caso de los hombresmás jóvenes.De manera que,en la mayoría de loscasos no es que los hijos vivan lejos, sino que noestán, que no los tienen; de todas formas, hay un35,8% adicional que, aun teniendo hijos, los tienea una distancia considerable. En el caso de loshermanos es diferente, la situación más abundan-te consiste en tener hermanos, pero tenerloslejos. No obstante, la edad ejerce una poderosainfluencia sobre la disposición de estos familiares,hay que tener en cuenta que, en general, tendránla misma edad o parecida a la de los residentes,de forma que, al aumentar la edad, aumentarátambién el riesgo de haberlos perdido por defun-ción. Con respecto a los amigos, los que los tie-nen cerca son, fundamentalmente, los hombresmás jóvenes; para los más mayores aumenta,sobre todo, el porcentaje de los que afirman notener amigos, probablemente por consideracio-nes similares a las que hacíamos con respecto alos hermanos, en el sentido de que como sonrelaciones horizontales, intrageneracionales, losamigos van desapareciendo biológicamente amedida que aumenta la edad. No obstante, elgénero también ejerce una influencia poderosa,las mujeres tienen menos amigos que los hom-bres. Hemos combinado las distintas posibilida-des con el fin de averiguar la proporción de resi-dentes que carece de redes de apoyo,entendidas,como personas que no tienen cerca de ningunode estos familiares (hijos o hijas, nieto/as, herma-no/as o cuñado/as) ni a un amigo o amiga. Lasconclusiones son bastante impactantes porqueseis de cada diez mayores de los que viven en unaresidencia no tienen cerca a ningún familiar oamigo; si excluimos a éstos y nos quedamos sólocon las redes familiares, la proporción de perso-nas que carece de ellas se eleva hasta el 72,9%, loque arroja una proporción de personas aisladassocialmente, al menos en términos de distanciafísica, muy importantes. Por sexo y edades, las

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mujeres y los varones de 85 o más años parecenmás aislados que los hombres jóvenes, pero sólosi incluimos a los amigos. (Tablas 9.27, 9.28 9.29 y9.30;Gráficos 9.15 y 9.16).

A pesar de este «aislamiento social» de lasredes de relaciones más íntimas, la valoración delas relaciones familiares no puede ser más positi-va: el 81,8% de todos los que viven en la residen-cia de forma permanente estima que sus relacio-nes son buenas o muy buenas y, aun, el 94,6% delos residentes temporales. Por sexo y edad, loshombres son más críticos que las mujeres, sobretodo los más veteranos, las mujeres juzgan susrelaciones de una manera más positiva, en estecaso también más las más veteranas. Entre otrascosas, estas diferencias se explican porque lasmujeres son las que reciben más visitas familia-res. En general, ni hombres ni mujeres percibenque las relaciones que mantienen con sus fami-liares hayan cambiado de calidad tras el ingresoen la residencia, apenas la quinta parte dice ha-ber notado algún cambio, casi siempre positivo,pero en cualquier caso,de poca envergadura.Lasmujeres son las que notan más cambios, peromás o menos con las mismas características, po-cos cambios y de signo positivo. Esta constata-ción contradice la idea comúnmente aceptadade que los vínculos familiares, en los que descan-saría gran parte del equilibrio afectivo de los ma-yores, se transforman e incluso en ocasiones serompen al ingresar en la residencia (Kaufmann,Frías y Sánchez, 1997: 59). No obstante, tambiénsabemos que para los residentes es muy impor-tante mostrar que las relaciones familiares sonestrechas y buenas (Barenys, 1990: 161). (Tablas9.31 y 9.32;Gráfico 9.17).

Con respecto a las relaciones personales,por último, la encuesta sometió al contraste dela opinión de los residentes algunas observacio-nes sobre la amistad. El diagnóstico que emitenlos mayores también es bastante positivo, el45,4% dice que tiene amigos de confianza, peroel 26,7% considera que no los tiene, que sóloson conocidos; un 35,3% más considera que sucírculo de amistades se ha reducido en los últi-mos años, pero un 26,7% considera que se haenriquecido, que tiene más amigos ahora queantes, y un 44,7% estima que es básicamente elde siempre,el círculo de amigos de toda la vida.Yes que los residentes también han tenido oca-

sión de establecer nuevas relaciones de amistaden la vejez, así lo estiman casi la mitad (48,5%),pero son más bien nuevas amistades, y no ami-gos del pasado con los que hayan recuperado elcontacto (11%). Entre estas valoraciones desta-ca la afirmación de que la residencia puede sertambién un lugar para expandir la sociabilidad,puesto que el 50,3% de los mayores estima quees fácil hacer nuevos amigos en ella, es la afirma-ción que ha suscitado el mayor apoyo por partede los residentes.Y es que los compañeros en laresidencia pueden ser una fuente de compañía ysociabilidad, proporcionando relaciones quepueden ir desde el compañerismo hasta la amis-tad y que pueden permitir reordenar la estruc-tura afectiva de los mayores. El impulso de afilia-ción y la inclinación hacia los grupos de pares(de los iguales) se han considerado durante mu-cho tiempo patrimonio casi exclusivo de la ado-lescencia y de la primera juventud, sin embargo,nada impide que surja entre los mayores. La im-posición de nuevas compañías que implica lavida en la residencia se puede convertir así enuna oportunidad de redefinir y reforzar el espa-cio de relaciones sociales del interno (Kauf-mann, Frías y Sánchez, 1997: 59). En la distinciónpor sexo y edad, llama la atención la situación delos hombres mayores de 85 años que son losque emiten un retrato más negativo de sus rela-ciones de amistad,no obstante, la información sebasa para ellos en un número muy reducido deobservaciones muestrales, lo que invita, comomínimo a tomarla con cierta precaución. Ellosson los que señalan preferentemente que no tie-nen amigos o que tienen menos que antes. Loshombres jóvenes y las mujeres resultan más di-námicos y más partidarios, sobre todo las muje-res, de establecer nuevas relaciones de amistad,en particular en la residencia. (Tablas 9.33; 9.34 y9.35;Gráfico 9.18).

Por último, en este apartado de relacionespersonales, la encuesta incluye tres preguntas:una que intenta pulsar la opinión de los mayoresen residencias sobre la posibilidad de que se es-tablezcan relaciones sentimentales entre mayo-res que no estén casados; las otras dos en rela-ción con la preocupación de los residentes porsu aspecto físico. Con respecto a las relacionessentimentales entre personas de su edad, la cuar-ta parte de los residentes las aprueban de formaclara,pero bastantes más, cerca del cuarenta por

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ciento, las desaprueba. Los hombres y las perso-nas más jóvenes se muestran más partidariosque las mujeres y los más veteranos. Los dosgrupos extremos, es decir, hombres jóvenes ymujeres veteranas, muestran unas actitudes bas-tante diferentes: entre los varones menores de85 años, el 39,5% aprueba las relaciones y un14,2% las desaprueba; entre las mujeres de 85 omás años las proporciones son del 14,2% y del24,7%, respectivamente. La preocupación por elaspecto físico se evalúa a través de dos pregun-tas, una escala de grado de preocupación y unapregunta directa sobre la medida en que a losresidentes les gusta o no arreglarse sin que exis-ta un motivo especial.A esta segunda pregunta,el 73% de los mayores han respondido afirmati-vamente, menos los hombres, sobre todo losmás jóvenes.Los resultados de la escala de preo-cupación por el aspecto físico indican un interésgeneralizado entre los residentes por estascuestiones: entre los hombres, más de la mitaddice estar muy o bastante preocupado, las preo-cupación no obstante en bastante mayor entrelas mujeres, sobre todo, las más jóvenes y bas-tante menor entre los residentes temporales.(Tablas 9.36 y 9.37;Gráficos 9.19 y 9.20).

9.2.3. Actividades e intereses

Entre las actividades más frecuentes de losmayores, las primeras son la audiencia de mediosde comunicación, sobre todo la televisión, y lalectura; son actividades que no requieren activi-dad física y que se pueden realizar dentro de laresidencia, incluso en privado, sin necesidad decompartirlas con otras personas. Es difícil, a tra-vés de una encuesta,evaluar las consecuencias dela audiencia de medios entre los residentes, noobstante,no siempre será una mera forma pasivade llenar el tiempo.Por ejemplo, si la audiencia serealiza en lugares colectivos, puede convertirseen todo un acto social si el mayor comparte conotros comentarios o conversaciones en relacióncon lo que ve u oye o a propósito de cualquierotra cuestión; incluso si se realiza en la propiahabitación en compañía de otros podría tenereste carácter.También es cierto que el visionadoo la escucha de los medios en lugares colectivospuede impedir el control de estas actividades,por ejemplo, por las dificultades que implica paraescoger un determinado programa o, incluso,regular el volumen del receptor de una manera

aceptable para todos (Barenys, 1990: 169). Des-pués de la audiencia de medios y la lectura, apa-rece ya una actividad eminentemente física, prac-ticar algún deporte o gimnasia, otra que requieresalir de la residencia, como es ir al parque o apasear, y una tercera que implica la solidaridadcon otros residentes. El género no altera sustan-cialmente estas prioridades, aunque los hombressuelen practicar más las actividades que se reali-zan en el exterior o las que requieren actividadfísica, excepto la gimnasia, en la que las mujeresresidentes participan tanto como los hombres;las mujeres ayudan más a otros residentes, vanmás a la iglesia y realizan más trabajos manuales.A este respecto, Barenys destacaba en su análisisde centros residenciales realizado durante la dé-cada de los ochenta del siglo pasado, que la reali-zación de labores era aprovechada al final portodos, por hombres y por mujeres, para ellasporque era una de sus formas preferidas parapasar el tiempo, para los hombres no porque lesgustase hacer labores (la encuesta indica que nolas hacen), sino porque gustaban de permanecerjunto a las mujeres en las salas de costura o simi-lares (1990:167). La edad reduce la frecuencia decasi todas las actividades, salvo, entre otras, laaudiencia de radio, que parece sustituir a la tele-visión entre algunos de los residentes más vete-ranos. (Tablas 9.38,9.39 y 9.40;Gráfico 9.21).

Para algunas actividades, una semana no es unhorizonte temporal muy apropiado; en la en-cuesta se preguntó también a las personas queno habían realizado en ese tiempo algunas de lasactividades, si las habían hecho en el curso delúltimo año. De esta forma, algunas actividadesmás minoritarias o menos frecuentes, cobranmayor importancia.Por ejemplo,casi tres de cadadiez residentes salió en algún momento de la re-sidencia para visitar a algún familiar, el 18,7% par-ticipó en una excursión y un 16,4% acudió a al-gún espectáculo fuera de la residencia. Uno decada nueve fue a bailar y más o menos la mismaproporción asistió a clases o a alguna charla y,además,unos cuatro de cada cien impartieron al-gún tipo de enseñanza a otras personas.Entre es-tas actividades se encuentran algunas de las másvaloradas por los internos, fundamentalmenteporque son actividades extraordinarias, querompen la rutina de la vida en el centro y, ade-más, porque suelen implicar pasar bastante tiem-po fuera de la residencia. Barenys (1990: 171)

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constata,por ejemplo,el interés que despertabanlas excursiones entre los internos de las residen-cias en las que realizó su trabajo de campo. Losmayores las preparaban con mucha ilusión y conmucho tiempo de antelación y, en los días poste-riores, eran objeto de conversaciones y comen-tarios animados. (Tabla 9.41,Gráfico 9.22).

Algunas de estas actividades dependen de lacapacidad de la residencia para organizarlas ydarlas a conocer a sus internos. Entre las activi-dades que organizan las residencias, las más fre-cuentes son los oficios religiosos y la gimnasia,los juegos educativos y los talleres de manualida-des; también son comunes las excursiones, lascharlas y tertulias; en las residencias de más de lamitad de los mayores se organizan estas activi-dades.Algo menos común es el baile, las salidas aespectáculos y el teatro. Las actividades que losmayores no realizan y quisieran son, fundamen-talmente, actividades que requieren salir de laresidencia, como asistir a espectáculos o ir deexcursión, en tercer y cuarto lugar, las mujeresdemandan poder coser o realizar labores y bai-lar, y los hombres, encontrarse con amigos o irde visita al domicilio de algún familiar. (Tabla9.42;Gráfico 9.23).

Las áreas de interés de los residentes no tie-nen una traducción inmediata en las actividadesque desarrollan, tal como se han descrito en laspáginas anteriores. El primer área de interés en-tre los residentes, igual que entre los mayoresque viven en hogares familiares,es la salud: las dosterceras partes de los residentes están muy obastante interesados en estas cuestiones. A con-tinuación aparecen dos áreas que despiertan elinterés aproximadamente de la mitad de los ma-yores, se trata de la naturaleza y de cuestionesculturales. Las dos son áreas socialmente pocoproblemáticas, correctas, cualquiera podría de-clarar en una encuesta que se interesa por estascuestiones;en el caso de los mayores, sin embar-go, el interés por la naturaleza puede estar rela-cionado con el origen rural de la mayor parte delas personas de estas generaciones, y la cultura,con sus deseos de aprender para compensar susbajos niveles de educación formal. A continua-ción, más o menos la tercera parte se interesanpor la mayoría de las áreas (sociedad, ciencia,cocina, belleza, deportes y sucesos); las que sus-citan menos interés son la política y los temas

económicos y laborales. No obstante, el ordende prioridades resulta muy marcado por el gé-nero, aunque las dos primeras áreas, salud y na-turaleza, siguen manteniendo sus posiciones, loshombres están más interesados que las mujerespor el deporte (que ocupa el tercer lugar), la po-lítica y la economía y, mucho menos por los su-cesos y los temas considerados «femeninos»(sociedad, belleza y cocina). Entre las mujeres,por el contrario, estas áreas interesan más queotras como la ciencia; entre las que despiertanmenos el interés de las mujeres se encuentra,como era previsible, el área masculina por exce-lencia,es decir el deporte; sin embargo incluso eldeporte suscita, entre las mujeres,mayor interésque la política y mucho más que la economía. Ladistribución por edades refleja el predominio delos intereses de las mujeres en el grupo de edadmás avanzada, porque en este grupo hay consi-derablemente más mujeres que hombres. Ade-más, con la edad se reducen los porcentajes depersonas interesadas pero sólo en algunas áreas,por ejemplo, salud, deportes y naturaleza, en elresto el interés no decae de forma significativa apartir de los 85 años. (Tablas 9.43, 9.44 y 9.45;Gráfico 9.24).

9.2.4. Sentimientos generales ante la vida

El posicionamiento general ante la vida se hainvestigado en la encuesta preguntando a losresidentes con qué frecuencia experimentan unconjunto de estados de ánimo, cuáles son lassituaciones que temen más en estos momentoso en cuales se concretan sus deseos y, por fin,cómo evalúan su vida en general, a través de unaescala de grado de satisfacción.En los estados deánimo,decididamente dominan los estados posi-tivos sobre los negativos, en general en ambossexos y en los dos grupos de edades. Más delochenta por ciento de los residentes experi-menta normalmente felicidad o alegría, el seten-ta por ciento se sienten ilusionados o con ganasde hacer cosas y más del sesenta por ciento sehan sentido útiles. La frecuencia con la que sepresentan sentimientos negativos es más baja,pero no desdeñable: aproximadamente la mitadexperimentan tristeza y, cuatro de cada diez, sesienten deprimidos, intranquilos, solos o aburri-dos. En general, los hombres experimentan máslos sentimientos positivos que las mujeres, so-bre todo el de sentirse útil. La expresión de los

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sentimientos negativos parece adoptar formasdiferentes para cada uno de los sexos, en co-rrespondencia con el contenido de los roles tra-dicionales de género.En los hombres los estadosnegativos se concretan más bien en la experien-cia de soledad y aburrimiento;este segundo sen-timiento, en particular, estaría relacionado con lamayor orientación a la acción de los varones.Lasmujeres,por el contrario,experimentan con ma-yor frecuencia depresión, tristeza e intranquili-dad. La edad parece reducir la frecuencia de losestados de ánimo bajos, aunque los jóvenes sesienten útiles más a menudo; todos los demássentimientos positivos se producen con más fre-cuencia en los residentes que han superado los85 años. Entre los sentimientos negativos, la so-ledad se presenta con una frecuencia relativa-mente elevada, se presenta de forma habitual aunas cuatro de cada diez mujeres, pero casi a lastres cuartas partes (74%) de los hombres. Sinembargo, los resultados de la encuesta indicanque se trata, básicamente, de una soledad deocasiones especiales (37,4%) o que se presentaen caso de enfermedad (11,8%); no obstante, el15% se siente solo durante todo el día o en todomomento, lo que equivale a que la soledad espara ellos un estado permanente, en otros seconcentra en horas o momentos determinados,fundamentalmente por la noche (16,8%) y, enmenor media, por la tarde o durante los fines desemana. (Tablas 9.46, 9.47 y 9.48; Gráficos 9.25 y9.26 y 9.27).

La encuesta se ha aproximado a las expectati-vas de los residentes preguntándoles directa-mente por sus principales deseos y temores. Enprimer término, tres de cada diez mayores(29,3%) manifiestan no tener ninguno en espe-cial, que no sea seguir como hasta ahora. Es undeseo que implica pocos cambios, parece unaforma muy conservadora de estar ante la vida,sin embargo, lo que de verdad revela es que entrelos residentes existe una expectativa cierta deempeorar. Entre los que sí manifiestan deseosmás concretos, la mayoría se orientan a la familiay los viajes.Casi la cuarta parte desearían tener asus familiares cerca (22,7%), el 17,2% desearíaemprender un viaje (12% en primera respuesta);con menor intensidad, los mayores manifiestandeseos de conocer a otras personas (9%), o par-ticipar en actividades que beneficien a la sociedad(5,1%); es muy digno de reseñar el que los pro-

blemas económicos sólo aparezcan referidospor el 4% de los residentes (1,9% en primeraopción). Entre los temores destacan los que tie-nen que ver con la salud y con las capacidadesfuncionales. La salud, bajo la forma genérica detemor a la enfermedad, o las más concretas deperder la memoria o experimentar dolor, consti-tuye el temor fundamental de la tercera parte delos residentes;una proporción ligeramente supe-rior los cita en segunda respuesta. La pérdida dela autonomía (no poder valerse por sí mismos odepender de otros), preocupa a más de la mitadde los internos (el 29,3% como primer temor).Un tercer grupo de expectativas negativas estáen el horizonte de la cuarta parte de los residen-tes, y tiene que ver con la muerte, pero no con lapropia,sino con la de seres queridos o de la pare-ja. La muerte propia y la soledad ocupan, sinembargo, los últimos lugares entre las preocupa-ciones de los residentes. (Gráficos 9.28 y 9.29).

El que existan temores en el horizonte vitalde los mayores que viven en residencias no im-pide, desde luego, que muestren un elevado gra-do de satisfacción por la manera en que transcu-rren sus vidas. En esta apreciación se comportancomo los que viven en hogares familiares. Encualquier caso, el diagnóstico parece muy rotun-do, ya que siete de cada diez internos se mues-tran muy o bastante satisfechos con su situacióngeneral. El género y la edad actúan sobre estavariable de forma extraña y es que, para loshombres, la edad parece reducir la satisfacciónvital, pero la información relativa a las mujeresrefleja exactamente lo contrario; de todas for-mas, las diferencias entre unas y otros son bas-tante pequeñas. Los residentes temporales sonlos que expresan menor satisfacción vital, noobstante, la información que nos ha proporcio-nado la ECVMR está basada en un número deobservaciones muestrales extremadamente re-ducido, lo que invita a contemplar este dato concautela. (Tabla 9.49;Gráfico 9.30).

9.3. CARACTERÍSTICAS Y EVALUACIÓN DE LAS RESIDENCIAS

Por último se presentan un conjunto de indi-cadores relacionados con las residencias en lasque viven los mayores, en primer lugar se ha pe-

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dido a los residentes que evalúen las dotacionesde las que disponen y los servicios que ofrecen,empezando por el ámbito más reducido de lahabitación que ocupan y siguiendo por otroconjunto más general. En algunos casos, la infor-mación busca datos objetivos; en otros, se com-plementa también con la valoración subjetivaque realizan los entrevistados. Pero, además, seles ha pedido una evaluación general sobre lasresidencias, al entender que los ingresados pue-den ofrecer un juicio privilegiado en este senti-do, por cuanto son de verdad quienes las cono-cen y quienes mejor pueden apreciar la medidaen que se adaptan o no a sus necesidades. A esterespecto se han obtenido de la encuesta, porejemplo, un conjunto de indicadores de «adhe-sión» a la residencia y se les ha preguntado quéotras alternativas a la institucionalización habríapreferido y cuáles estaban realmente a su alcan-ce. El capítulo se cierra con la opinión de losresidentes sobre el papel de las residencias en elmarco de la atención global a los mayores.

9.3.1. Dotaciones

El primer aspecto que nos ha interesado en elanálisis de las dotaciones de los centros residen-ciales es la habitación, por entender que es ellugar de referencia básico de los mayores queviven en las residencias; el verdadero sustitutode la vivienda. Según la ECVMR, casi las dos ter-ceras partes de los residentes viven en habita-ciones compartidas, más las mujeres que loshombres; entre los hombres esta situación esmás común entre los más jóvenes, que son losque tienen más posibilidades de compartir lavivienda con su pareja; entre las mujeres sucedelo contrario,es la edad la que incrementa la posi-bilidad de compartir habitación. Las habitacionescompartidas son, sobre todo, dobles, pero casiun tercio corresponde a viviendas compartidascon dos o más personas.Todo parece indicar quecuando los hombres comparten habitación lohacen básicamente con sus mujeres, mientrasque entre éstas, cuando se comparte la habita-ción se hace sobre todo con extraños. Sin salirde este recinto, las dotaciones más críticas, esdecir, el cuarto de baño y el interfono o un dis-positivo similar que permita comunicarse de for-ma rápida con el personal de la residencia, faltaen la habitación de uno de cada cinco residentes.La mayoría de los residentes, sin embargo,dispo-

nen en su habitación de una pequeña zona deestar o, al menos un sillón, esta instalación tanbásica puede ser de una importancia fundamen-tal para poder recibir visitas en la habitación, delexterior o de otros residentes, y para hacer deeste espacio algo más que un sitio para dormir.La cuarta parte de los residentes no dispone deesa «zona de estar» en su habitación.La mitad delos residentes cuentan con un aparato de televi-sión en el dormitorio, la quinta parte de un telé-fono fijo, y el 16,1% tiene una nevera. La televi-sión es importante porque ocupa una partesustancial del tiempo de los mayores, tenerla ensu dormitorio puede suponer un cierto riesgode aislamiento para los residentes, pero a cam-bio permite que también ellos realicen un consu-mo televisivo personal e individualizado, como elque realizan ya la inmensa mayoría de los miem-bros de nuestra sociedad.Además de este elec-trodoméstico, la nevera es un equipamiento im-portante para los mayores, porque les permiteconservar en su propia habitación algunos ali-mentos que hayan comprado personalmente oque se les hayan facilitado en la propia residenciao en el exterior y, con ello, permitan eludir enparte la rigidez de los horarios de las comidas.Por último, aproximadamente uno de cada cincomayores tiene teléfono en su habitación, lo queles permite, sin duda, un contacto más fluido conel exterior. Hemos preguntado también a losresidentes si tenían un teléfono móvil a su dispo-sición, los resultados obtenidos indican que elteléfono móvil empieza a afirmar su presenciatambién entre los mayores institucionalizadosSeguramente esta es una de las dotaciones per-sonales más importantes que puede tener unapersona que vive en un alojamiento colectivo,por la autonomía que proporciona en el estable-cimiento y el mantenimiento de las relacionespersonales dentro o fuera de la residencia. El te-léfono móvil está más extendido entre las muje-res menores de 85 años y entre los varones ymucho menos entre los residentes temporales.En los demás equipamientos no hay diferenciasdestacables en las dotaciones según el sexo delos residentes. Existen diferencias sólo ligeras enfunción de la edad, pero son de signo positivo, esdecir,que afortunadamente,algunos equipamien-tos como el baño o el interfono están más pre-sentes en las habitaciones de los más mayores.(Tablas 9.50 y 9.51;Gráficos 9.31 y 9.32).

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Uno de los inconvenientes de la vida en unalojamiento colectivo es la necesidad de some-terse a las normas que lo rigen; la imagen este-reotipada de la residencia de mayores respondea un lugar donde la convivencia está rígidamenteregulada,por normas escritas o como fruto de lacostumbre, con horarios rígidos e inamovibles.El propósito de la reglamentación sería facilitarla organización del trabajo del personal del cen-tro y el mantenimiento de la disciplina. Losresultados de la encuesta indican que, en gene-ral, en las residencias existe bastante libertad enla disposición de las habitaciones, en la circula-ción por las instalaciones de la residencia y enlas visitas. Las normas permiten a los ingresadosir a su habitación cuando quieran,moverse libre-mente por la residencia y usar el teléfono. Lalibertad se concreta también de una manera im-portante en las visitas que pueden recibir cuan-do quieran y también en su propia habitación.Las dos terceras partes se sienten capacitadospara presentar quejas o reclamaciones;más de lamitad pueden decorar su habitación con ense-res propios y disponer de algunos alimentos enla habitación. La libertad es menor con respectoa los horarios, el 46,9% puede elegir el horariopara el aseo, pero sólo el 14,4% para las comidasprincipales del día, otro 40,3% puede elegir co-mer solo o con las compañías que desee. Lasnormas son bastante más estrictas en asuntosque afectan directamente a la atención de losmayores: consultar el expediente personal oparticipar en la elaboración de su plan de cuida-dos.También es bastante difícil participar en lasdecisiones que se adoptan en la residencia y, enparticular, sobre la posibilidad de tener un ani-mal de compañía. Los varones expresan mayorcapacidad para presentar quejas o reclamacio-nes, a cambio las mujeres expresan mayor liber-tad para decorar sus habitaciones. Los hombrestambién se sienten más libres para ver su expe-diente personal, aunque no para elaborar su plande cuidados, y para participar en las decisionesde la residencia. (Tabla 9.52).

La evaluación de los atributos de la residen-cia es en general muy positiva, sobre todo en loque se refiere a los aspectos físicos (localizacióny facilidad para desplazarse); la asistencia delpersonal y los servicios de la residencia, aunquetambién son objeto de un juicio más positivo,tienen una proporción de detractores algo

mayor (aproximadamente una de cada diez per-sonas); les siguen las normas de la residencia y larelación con los administradores. Lo que suscitamenos acuerdo es lo que se refiere a la forma depago y al importe de las cuotas de la residencia.El sexo y la edad no cambia demasiado la evalua-ción de estos atributos, aunque los hombresestán menos satisfechos en lo que se refiere alos aspectos más formales de la vida en la resi-dencia: la relación con los administradores y lasnormas. En el juicio sobre otras instalaciones yservicios se repite, con algunas excepciones, lapauta de valorar muy positivamente las instala-ciones físicas (el comedor, la habitación, el cuar-to de baño, las salas comunes de estar o de tele-visión), excepto los jardines y las escaleras, quevaloran bien o muy bien menos de las dos terce-ras partes de los residentes. Los servicios médi-cos y sanitarios también obtienen muy buenacalificación. Otros servicios tienen una valora-ción menos positiva: la comida, los de trabajosocial, la peluquería, los talleres, la cafetería y labiblioteca. Esta elevada consideración de las ca-racterísticas concretas de la residencia es la queexplica que los mayores señalen pocas carenciasen los centros; cuando se les pregunta por lascosas que echan en falta,un 5% echa de menos lacafetería, y proporciones inferiores biblioteca,jardines, peluquería, talleres y más servicios mé-dicos y sanitarios.La accesibilidad de las distintasinstalaciones de la residencia parece ser muybuena, el 92,6% de los residentes afirma quepuede acceder a todas las instalaciones del cen-tro, las personas más jóvenes, que son las quetienen menores probabilidades de sufrir dificul-tades físicas, son sin embargo las que se mues-tran más críticas a este respecto. Quizá sólosean más exigentes. (Tablas 9.53, 9.54 y 9.55;Gráficos 9.33 y 9.34.

9.3.2. Valoración general de las residencias

El grado de adhesión a las residencias parecebastante elevado, ocho de cada diez internosvolverían a elegir vivir en una residencia o lorecomendarían a un amigo y nueve de cada diezmanifiestan que seguirán viviendo en la residen-cia en los próximos años. En general la adhesiónes más alta entre las mujeres y entre los hom-bres más jóvenes. Entre todos ellos, su opiniónsobre las residencias ha variado después de vivir

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en una de ellas, sobre todo, a juicio de las muje-res más jóvenes; los hombres menores de 85años, por el contrario, se muestran otra vez máscríticos.Ante este elevado grado de adhesión alas residencias no resulta extraño que la valora-ción global resulte muy positiva, nueve de cadadiez residentes se muestran muy o bastantesatisfechos. Las mujeres y los más veteranos tie-nen una impresión general de la residencia másentusiasta que la de los hombres y las personasmás jóvenes de los dos sexos. (Tablas 9.56, 9.57,9.58 y 9.59;Gráficos 9.35 y 9.36).

La adhesión a las residencias también se ma-nifiesta sólidamente cuando se pregunta a losmayores por lo que habrían deseado hacer enlugar de ingresar en el centro. En primer lugar,destaca que más de la mitad (56,8%) expresanque prefieren vivir en la residencia; algo más dela tercera parte de los mayores (35,8%) habríaoptado por una situación alternativa. Esas alter-nativas consisten fundamentalmente en perma-necer en su casa, pero sin ayuda (20,2%), en me-nor medida, con un empleado de hogar (5,8%) y,muy marginalmente, con la ayuda de los servi-cios sociales (1,9%). Otro 7,9% habría optadopor abandonar su vivienda e ir a vivir con otrosfamiliares. Las mujeres optan más por quedarseen su casa, especialmente las menores de 85años; los hombres por ir a vivir con sus familias.Cuando se pregunta a los mayores, con indepen-dencia de sus deseos, cuáles de esas alternativasestarían realmente a su alcance, la situación varíaconsiderablemente: si el 35,8% habría deseadouna situación distinta a la institucionalización, locierto es que sólo el 20,1% podría efectivamen-te cambiarla. Además, los mayores expresan undesconcierto importante con respecto a lacuestión, y es que el 18,3% se refugia en la op-ción «No sabe/No contesta», lo que puede serreflejo de que su problema no admitía una solu-ción fácil o de que la decisión no depende deellos. La discrepancia mayor se produce alrede-dor de la opción de permanecer en casa sin ayu-

da, sólo el 5,6% de los residentes podría hacerlo,de manera que un 14,7% de ellos desearía ha-cerlo, pero no puede. La alternativa de ir a vivircon la familia registra menos discrepancias entreel deseo y la disponibilidad real de esa posibili-dad. Este resultado podría indicar que, aunqueuna buena parte de los residentes, especialmen-te los varones, desearían vivir con ellos, al finaldecidieron no hacerlo, conocedores de las difi-cultades prácticas que puede ocasionar esta for-ma de convivencia. (Tablas 9.60, 9.61 y 9.62;Grá-fico 9.37).

9.3.3. La residencia en el marco de la atención a los mayores

Precisamente, con respecto al papel de las fami-lias la encuesta ha realizado también dos pregun-tas, en la primera se requiere a los residentesque valoren cómo los hijos de las generacionesactuales atienden a sus padres mayores, en com-paración con lo que hicieron generaciones ante-riores. El diagnóstico es bastante claro, los resi-dentes consideran que el trato es peor ahora,asílo afirman con rotundidad el 43,6% de todos losentrevistados, frente al 7,9% que afirma lo con-trario; todos los demás se refugian en posicionesintermedias como que es igual que antes (18%),que no se puede comparar porque las circuns-tancias han cambiado (16,4%) o, sencillamenteno contestan (14,1%). En correspondencia, losresidentes estiman que la atención de los mayo-res ha dejado de ser competencia exclusiva delas familias, tan sólo el 9,2% lo afirma; ni siquieraestiman que las familias deban asumir el papelprincipal, antes al contrario, los residentes juz-gan que la atención de los mayores es responsa-bilidad principal (36,9%) o incluso exclusiva(22,7%) de la Administración pública. El sexo y laedad, en este caso, actúan de forma contrapues-ta, los hombres jóvenes y las mujeres más mayo-res son las que reclaman mayor protagonismode las familias. (Tablas 9.63 y 9.64; Gráficos 9.38y 9.39).

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Ambos sexos Varones Mujeres

Personas 84.607 23.293 61.314

Porcentajes sobre el total

65 o más años 100,0 27,5 72,5

65-74 años 20,3 7,8 12,5

75-84 años 40,8 11,7 29,1

85 o más años 38,9 8,1 30,8

Índice de cobertura = 1,1 personas en residencias por cada 100 personas de 65 o más años.Fuente: INE. INEBASE, Censos de Población y Viviendas, 2001. INE 2004.

Tabla 9.1POBLACIÓN EN ASILOS O RESIDENCIAS DE ANCIANOS SEGÚN EL CENSO DE 2001 POR SEXO Y GRUPOS DE EDAD

0

5

10

15

20

25

30

35

Porc

enta

je

Evitar lasoledad

Razonesfamiliares

Motivos desalud o

autonomíapersonal

Por estar mejoratendido

Otros motivos No tenía otrasolución

Motivoseconómicos

Gráfico 9.1MOTIVO PRINCIPAL PARA VIVIR EN UNA RESIDENCIA, 2004

Fuente: Observatorio de Mayores-IMSERSO,Encuesta sobre Condiciones de Vida de los Mayores en Residencias, Septiembre-Octubre 2004.

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Tabla 9.2MOTIVO PRINCIPAL POR EL QUE VIVE EN LA RESIDENCIA SEGÚN EDAD, 2004. AMBOS SEXOS

EdadTotal

Menos de 85 años 85 y más años

Por no estar solo/a 31,7 37,4 34,5

Porque no podía atender la casa 4,0 4,7 4,3

Por estar mejor atendido 12,0 9,4 10,6

Por acompañar a mi marido/esposa 4,3 4,7 4,5

Por no estorbar a mi familia 5,3 12,6 8,9

Por estar más libre 0,3 0,7 0,5

Para estar más seguro en el futuro 0,7 1,4 1,0

No puedo valerme por mí mismo/a 12,7 7,6 10,1

No tenía otra solución 2,7 2,9 2,7

No tengo familia 2,7 2,5 2,6

Por motivos de salud 13,7 8,6 11,3

Porque mi familia no puede hacerse cargo

7,3 5,0 6,2

Motivos económicos 0,3 0,0 0,3

Otros 1,0 0,4 0,7

No sabe 0,3 1,4 0,9

No contesta 1,0 0,7 0,9

N 300 278 583

Fuente: Observatorio de Mayores-IMSERSO, Encuesta sobre Condiciones de Vida de los Mayores en Residencias, Septiembre-Octubre 2004.

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Tabla 9.3MOTIVO PRINCIPAL POR EL QUE VIVE EN LA RESIDENCIA SEGÚN EDAD, 2004. VARONES

EdadTotal


Por no estar solo 37,4 36,2 37,4


Por estar mejor atendido 13,9 13,8 13,8

Por acompañar a mi esposa 6,1 13,8 8,6




No puedo valerme por mí mismo 9,6 6,9 8,6





7,0 5,2 6,3


Otros 1,7 0,0 1,1

No sabe 0,9 0,0 0,6


N 115 58 174


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Tabla 9.4MOTIVO PRINCIPAL POR EL QUE VIVE EN LA RESIDENCIA SEGÚN EDAD, 2004. MUJERES

EdadTotal


Por no estar sola 28,1 37,7 33,3


Por estar mejor atendida 10,8 8,2 9,3

Por acompañar a mi marido 3,2 2,3 2,7




No puedo valerme por mí misma 14,6 7,7 10,8





7,6 5,0 6,1


Otros... me lo aconsejaron 0,5 0,5 0,5

No sabe 0,0 1,8 1,0


N 185 220 409


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Po r de scanso o

vacacione s de sus

familiares

21, 6%Por su e stado de salud

62, 2%

Po r incapa cidad tempo ral

de la pe rsona qu e lo/a

cu ida

5,4%

Por ac ompañar a un

familiar

5,4%N. C .

5,4%

N=37

Gráfico 9.2MOTIVO PRINCIPAL POR EL QUE HA VENIDO A PASAR UNA TEMPORADA EN LA RESIDENCIA, 2004


Tabla 9.5FORMA DE CONVIVENCIA ANTERIOR AL INGRESO POR SEXO, 2004

SexoTotal

Hombres Mujeres

En su propia casa 70,7 80,0 77,2

En casa de un hijo o una hija 3,4 6,6 5,7

Por temporadas en diferentes casas de hijo/as o familiares

4,0 2,7 3,1

En casa de otros familiares 3,4 3,9 3,7

En casa de otras personas 2,3 1,0 1,3

En otra residencia 13,2 5,4 7,7

Hotel/Hostal/Pensión 2,3 0,2 0,9

No recuerda 0,6 0,2 0,3

N 174 409 583


831

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabl

a 9.

6FO

RM

AS

DE

CO

NV

IVE

NC

IA A

NT

ER

IOR

ES

AL

IN

GR

ESO

DE

LA

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SON

AS

QU

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IVÍA

N E

N S

U P

RO

PIA

CA

SA

PO

R E

DA

D Y

SE

XO

, 200

4

Solo

/aEn

par

eja

Con

par

eja

e hi

jos

Con

alg

ún h

ijoO

tras

No

sabe

N

Am

bos

sexo

s

Tota

l42

,340

,64,

11,

610

,60,

812

3

Men

os d

e 85

año

s46

,834

,23,

80,

015

,20,

079

85 y

más

año

s32

,653

,54,

74,

72,

32,

343

Var

one

s

Tota

l56

,323

,50,

96,

411

1,8

327

Men

os d

e 85

año

s58

,522

,50,

74,

211

,32,

814

2

85 y

más

año

s54

,424

,21,

18,

210

,91,

118

2

Muj

eres

Tota

l52

,428

,21,

85,

110

,91,

645

0

Men

os d

e 85

año

s54

,326

,71,

82,

712

,71,

822

1

85 y

más

año

s50

,229

,81,

87,

59,

41,

322

5

Fuen

te: O

bser

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rio

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es-IM

SER

SO, E

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de lo

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ayor

es e

n Re

siden

cias,

Sept

iem

bre-

Oct

ubre

200

4.

832

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


VARONES

Soltero31,4%

Casado oconviviendoen pareja

21,9%

Viudo38,5%

Separado odivorciado

8,3%

MUJERES

Soltera22,0%

Viuda69,9%

Separada odivorciada

2,2%

Casada oconviviendoen pareja

5,9%

Gráfico 9.3ESTADO CIVIL DE LOS RESIDENTES SEGÚN SEXO, 2004



p j

Soltero/aCasado/a o en pareja

Viudo/aDiv. o

separado/aN

Ambos sexos

Total 24,8 10,6 60,6 4,0 573

Menos de 85 años 31,1 11,7 50,5 6,7 299

85 o más años 17,9 9,5 71,5 1,1 274

Residentes temporales 2,7 24,3 73,0 0,0 37

Varones

Total 31,4 21,9 38,5 8,3 169

Menos de 85 años 41,2 20,2 28,1 10,5 114

85 o más años 10,9 25,5 60,0 3,6 55

Mujeres

Total 22,0 5,9 69,8 2,2 404

Menos de 85 años 24,9 6,5 64,3 4,3 185

85 o más años 19,6 5,5 74,4 0,5 219

Tabla 9.7ESTADO CIVIL DE LOS RESIDENTES SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004

(Porcentajes horizontales)

833

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



j

Alquilada PropiedadCedida, prestada

Ns/Nc N

Ambos sexos

Total 22,2 74,1 2,7 1,0 583

Menos de 85 años 22,2 75,6 2,1 0,0 300

85 y más años 21,7 73,0 3,3 2,0 278

Varones

Total 19,4 79,1 1,6 0,0 174

Menos de 85 años 23,2 74,4 2,4 0,0 115

85 y más años 13,0 87,0 0,0 0,0 58

Mujeres

Total 23,2 72,3 3,1 1,4 409

Menos de 85 años 21,7 76,3 2,0 0,0 185

85 y más años 23,7 69,7 4,0 2,5 220

Tabla 9.8RÉGIMEN DE TENENCIA DE LA VIVIENDA EN LA QUE VIVÍA ANTES DE INGRESAR EN LA RESIDENCIA SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004

(Porcentajes horizontales)

0

5

10

15

20

25

30

35

Porc

enta

je

Co nserva l apropiedad

La haalquilado

La hatenido quehipotecar

V ivía d ealquiler

No era desu

La havendido

La donó asus hi jo/as

No sabe Noconte sta

propiedad

Gráfico 9.4DESTINO DE LA VIVIENDA EN LA QUE VIVÍAN ANTES DE INGRESAR EN LA RESIDENCIA, 2004


834

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


16,9

6,5

11,3

15,3

22,6

4,8

10,5

7,3

2,4

1,6

2,4

7,3

5,6

0 5 10 15 20 25

Porcentaje

No la necesita

Para dar el dinero a algún familiar

Para pagar la residencia

No tener gastos

Para tener dinero

Para poder venir a la residencia

No va a volver

No quería estar solo/a

La vendió su hijo/a

No la quería cerrada

Por cambio de municipio

Otros

No sabe

Gráfico 9.5RAZONES POR LAS QUE HA VENDIDO SU VIVIENDA, 2004


835

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



Tabla 9.9VALORACIÓN DE LA COMODIDAD DE SU VIVIENDA Y GRADO DE SATISFACCIÓN CON SU ENTORNO SEGÚN EDAD, 2004. AMBOS SEXOS

EdadTotal


Comodidad de la vivienda

Muy cómoda 33,0 32,4 32,8

Cómoda 40,3 45,7 42,9

Regular 14,0 7,9 11,0

Incómoda 8,7 5,4 7,2

Muy incómoda 2,3 2,9 2,6

Ns/Nc 1,7 5,8 3,6

Grado de satisfacción con la vida en el barrio o municipio

Muy satisfecho/a 39,3 44,2 41,9

Satisfecho/a 43,3 45,0 44,1

Regular 12,0 3,2 7,7

Insatisfecho/a 3,3 2,9 3,1

Muy insatisfecho/a 1,0 0,4 0,7

Ns/Nc 1,0 4,3 2,6

N 300 278 583

836

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


VIVIENDA

Cómoda42,9%

Incómoda7,2%

Muyincómoda

2,6%NS/NC3,6%

Regular11,0%

Muy cómoda32,8%

BARRIO O MUNICIPIO

Satisfecho/a44,1%

Regular7,7%

Insatisfecho/a3,1%

Muyinsatisfecho/a

0,7%Ns/Nc2,6%

Muysatisfecho/a

41,9%

Gráfico 9.6VALORACIÓN DE LA COMODIDAD DE SU VIVIENDA Y GRADO DE SATISFACCIÓN CON SU ENTORNO (BARRIO O MUNICIPIO), 2004


837

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



Tabla 9.10VALORACIÓN DE LA COMODIDAD DE SU VIVIENDA Y GRADO DE SATISFACCIÓN CON SU ENTORNO SEGÚN EDAD, 2004. VARONES

EdadTotal



Muy cómoda 32,2 50,0 38,5

Cómoda 39,1 32,8 36,8

Regular 16,5 5,2 12,6



Ns/Nc 2,6 3,4 2,9


Muy satisfecho 36,5 48,3 40,8

Satisfecho 48,7 43,1 46,6

Regular 11,3 3,4 8,6

Insatisfecho 2,6 1,7 2,3

Muy insatisfecho 0,0 0,0 0,0

Ns/Nc 0,9 3,4 1,7

N 115 58 174

838

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O




Tabla 9.11VALORACIÓN DE LA COMODIDAD DE SU VIVIENDA Y GRADO DE SATISFACCIÓN CON SU ENTORNO SEGÚN EDAD, 2004. MUJERES

EdadTotal



Muy cómoda 33,5 27,7 30,3

Cómoda 41,1 49,1 45,5

Regular 12,4 8,6 10,3



Ns/Nc 1,1 6,4 3,9


Muy satisfecha 41,1 43,2 42,3

Satisfecha 40,0 45,5 43,0

Regular 12,4 3,2 7,3

Insatisfecha 3,8 3,2 3,4

Muy insatisfecha 1,6 0,5 1,0

Ns/Nc 1,1 4,5 2,9

N 185 220 409

Tabla 9.12DISTANCIA ENTRE LA VIVIENDA ANTERIOR Y LA RESIDENCIA POR SEXO Y EDAD, 2004

Sexo Edad

TotalHombres Mujeres

Menos de 85 años

85 y másaños

Muy cerca de la residencia 25,9 23,5 24,3 23,4 24,2

Lejos, pero en el mismo barrio o municipio

23,0 26,4 23,7 27,7 25,4

Lejos, en otro barrio o municipio

31,0 33,7 33,0 33,1 32,9

Ni cerca, ni lejos 2,9 3,4 3,3 3,2 3,3

Nc 17,2 13 15,7 12,6 14,2

N 174 409 300 278 583

839

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Ni cerca, ni lejos3,3%

Lejos32,9%

N.c.14,2%

Cerca24,2%

Lejos, pero en el mismobarrio o municipio

25,4%

Gráfico 9.7DISTANCIA ENTRE LA RESIDENCIA Y LA VIVIENDA ANTERIOR, 2004


840

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.13RAZONES PARA ELEGIR LA RESIDENCIA EN LA QUE HA INGRESADO SEGÚN LA DURACIÓN DE LA ESTANCIA, 2004

Tipo de estancia

Permanente Temporal

Era la más cercana a su domicilio 21,8 13,5

Era la que más le gustaba 19,4 13,5

Tenía conocidos o amigos 5,8 8,1

Su pareja u otro familiar estaba allí 2,4 0,0

Fue la primera en aceptarlo/a 4,5 5,4

Era la única que conocía 3,7 0,0

Era la que más le convenía por razones económicas 5,6 0,0

Era la que más le convenía por motivos de salud 4,5 16,2

Le metiero allí 10,3 10,8

Es del lugar 3,5 0,0

Gestionaron otros el ingreso 8,2 16,2

Se la asignaron los Servicios Sociales 7,2 10,8

Le hablaron bien de ella 0,9 2,7

Por su situación 0,5 0,0

Estaba próxima a la vivienda de algún familiar 0,7 0,0

Ya estuvo residiendo en ella 0,4 0,0

Otras 0,0 2,7

No recuerda 0,7 0,0

N 573 37


841

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.14AGENTES QUE INTERVINIERON EN LA DECISIÓN DE INGRESAR EN UNA RESIDENCIA Y EN LA ELECCIÓN DE LA RESIDENCIA EN LA QUE ESTÁ VIVIENDO, SEGÚN EDAD Y TIPO DE ESTANCIA, 2004. AMBOS SEXOS

Estancia permanente

Estanciatemporal

Edad

TotalMenos de 85 años

85 o másaños

Decisión de ir a vivir en una residencia

Mía, aunque tengo familia 60,5 56,2 58,5 21,6

Mía, porque no tengo familia 8,4 9,9 9,1 0,0

De mi familia 13,4 17,9 15,5 32,4

Fue una decisión conjunta 10,0 10,2 10,1 32,4

Servicios Sociales 7,0 5,1 6,1 5,4

No contesta 0,7 0,7 0,7 8,1

Elección de la residencia en la que vive

Yo 52,8 47,8 50,4 24,3

Mi familia 27,8 33,9 30,7 59,5

Amigos o conocidos 3,7 5,8 4,7 2,7

Servicios Sociales 13,4 10,2 11,9 5,4

Sacerdote 1,3 0,4 0,9 0,0

No contesta 1,0 1,8 1,4 8,1

N 299 274 573 37


842

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Mía, aunquetengo familia

Mía, porque notengo familia

De mi familia

Fue una decisiónconjunta

Servicios Sociales

No contesta

Decisión de ingresar en una residencia

0 20 40 60

Yo

Mi familia

Amigos oconocidos

Servicios Sociales

Sacerdote

No contesta


0 20 40 60

PorcentajePorcentaje

Gráfico 9.8AGENTES QUE INTERVINIERON EN LA DECISIÓN DE INGRESAR EN UNA RESIDENCIA Y EN LA ELECCIÓN DE LA RESIDENCIA EN LA QUE ESTÁ VIVIENDO, 2004


843

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.15AGENTES QUE INTERVINIERON EN LA DECISIÓN DE INGRESAR EN UNA RESIDENCIA Y EN LA ELECCIÓN DE LA RESIDENCIA EN LA QUE ESTÁ VIVIENDO SEGÚN EDAD, 2004. VARONES

EdadTotal

Menos de 85 años 85 o más años


Mía, aunque tengo familia 50,9 50,9 50,9

Mía, porque no tengo familia 13,2 12,7 13,0

De mi familia 10,5 21,8 14,2

Fue una decisión conjunta 14,0 9,1 12,4

Servicios Sociales 9,7 5,5 8,3



Yo 55,3 50,9 53,8

Mi familia 26,3 30,9 27,8

Amigos o conocidos 3,5 3,6 3,6


Sacerdote 0,9 0,0 0,6


N 114 55 169


844

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


EdadTotal



Mía, aunque tengo familia 66,5 57,5 61,6

Mía, porque no tengo familia 5,4 9,1 7,4

De mi familia 15,1 16,9 16,1

Fue una decisión conjunta 7,6 10,5 9,2




Yo 51,4 47,0 49,0

Mi familia 28,6 34,7 31,9

Amigos o conocidos 3,8 6,4 5,2


Sacerdote 1,6 0,5 1,0


N 185 219 404

Ambos sexos Hombres MujeresResidentestemporales

Familiares 33,2 28,4 35,1 54,1

Amigos o conocidos 19,0 18,9 19,1 21,6

Medios de comunicación 1,2 1,8 1,0 0,0

La había visitado 10,1 10,7 9,9 8,1

Asistente social u otros servicios profesionales públicos o privados

22,5 23,1 22,3 13,5

De nadie 12,6 16,0 11,1 0,0

Otros 0,9 0,6 0,9 0,0

Ns/Nc 4,2 3,0 4,7 13,5

N 573 169 404 37



Tabla 9.16AGENTES QUE INTERVINIERON EN LA DECISIÓN DE INGRESAR EN UNA RESIDENCIA Y EN LA ELECCIÓN DE LA RESIDENCIA EN LA QUE ESTÁ VIVIENDO SEGÚN EDAD, 2004. MUJERES

Tabla 9.17PERSONA O PERSONAS DE LAS QUE RECIBIÓ INFORMACIÓN SOBRE LA RESIDENCIA POR SEXO Y TIPO DE ESTANCIA, 2004

845

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

5

10

15

20

25

30

35

Porc

enta

je

Familiares Asistentesocial, otros

serviciosprofesionales

Amigos oconocidos

De nadie La habíavisitado

Medios decomunicación

Otros Ns/Nc

Gráfico 9.9PERSONA O PERSONAS DE QUIENES RECIBIÓ INFORMACIÓN SOBRE LA RESIDENCIA EN LA QUE VIVE, 2004


846

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.18ASPECTOS POSITIVOS DEL INGRESO EN LA RESIDENCIA EN OPINIÓNDE LOS PROPIOS RESIDENTES SEGÚN SEXO, 2004

SexoTotal

Hombres Mujeres

Nada, sigue igual 15,4 10,6 12,0

Comodidad 45,0 41,3 42,4

Tranquilidad 33,1 36,4 35,4

Se siente acompañado/a 20,7 31,9 28,6

Se siente como en mi casa 13,6 11,4 12,0

Ha mejorado su salud 7,7 8,9 8,6

Tiene más independencia 5,9 5,9 5,9

Se siente bien atendido/a o bien tratado/a

4,7 3,7 4,0

Ha resuelto sus problemas económicos 1,8 1,2 1,4

Aseo 1,2 0,7 0,9

Se siente más contento/a 1,2 0,5 0,7

Ha mejorado su alimentación 1,2 0,2 0,5

Recibe asistencia médica 0,0 0,7 0,5

Otros 3,0 1,0 1,6

No sabe 0,0 2,0 1,4


N 169 404 573


847

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.19ASPECTOS NEGATIVOS DEL INGRESO EN LA RESIDENCIA EN OPINIÓNDE LOS PROPIOS RESIDENTES SEGÚN SEXO, 2004

SexoTotal

Hombres Mujeres

Nada, sigue igual 55,6 52,7 53,6

Añoranza 8,3 9,4 9,1

Tristeza, pena 4,7 7,7 6,8

Falta de intimidad 5,9 5,9 5,9

Se siente solo/a 7,1 5,4 5,9

No se acostumbra 3,6 5,7 5,1

Falta de independencia 4,1 3,7 3,8

Problemas de convivencia 2,4 4,0 3,5

Se siente abandonado/a 1,8 2,5 2,3

La comida 0,6 2,0 1,6

Desconfi anza 0,0 0,7 0,5

Mezcla de válidos y asistidos 0,0 0,7 0,5

El personal de la residencia 0,6 0,5 0,5

No se siente bien tratado/a 0,0 0,5 0,4

Se aburre 0,6 0,2 0,4

La religión 0,6 0,2 0,4

Otros 1,8 0,7 1,0

No sabe 5,9 8,9 8,0


N 169 404 573


848

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Aspectos positivos

0 10 20 30 40 50 60

Comodidad

Tranquilidad

Estoyacompañado/a

Me siento comoen mi casa

Ninguno

0 20 40 60

Ninguno

Añoranza,tristeza

Falta deindependencia

Soledad,abandono

No meacostumbro

Aspectos negativos

PorcentajePorcentaje

Gráfico 9.10ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DEL INGRESO EN LA RESIDENCIASEGÚN LA OPINIÓN DE LOS RESIDENTES, 2004


Tabla 9.20TIEMPO QUE LLEVA VIVIENDO EN LA RESIDENCIA POR SEXO Y EDAD, 2004

Sexo Edad


Menos de85 años

85 y másaños

Menos de 6 meses 18,4 15,6 19,0 13,7 16,5

Entre 1 y 3 años 40,2 35,7 40,3 33,8 37,0

Entre 3 y 5 años 14,9 19,1 19,3 16,2 17,8

Entre 5 y 10 años 15,5 16,4 12,3 20,1 16,1

Más de 10 años 9,2 9,8 6,7 12,6 9,6

No recuerda 1,7 2,4 1,7 2,9 2,2

No sabe 0,0 1,0 0,7 0,7 0,7

N 174 409 300 278 583


849

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.21PREFERENCIAS DE LOS RESIDENTES SOBRE LA SOLEDAD O LA COMPAÑÍA DE OTROS EN SU TIEMPO LIBRE POR SEXO Y EDAD, 2004

Porcentajes horizontales


j

Solo/aEn compañía de otras personas

No contesta N

Ambos sexos

Total 20,6 75,6 3,8 573

Menos de 85 años 21,1 75,6 3,3 299

85 o más años 20,1 75,5 4,4 274

Varones

Total 22,5 72,2 5,3 169

Menos de 85 años 23,7 71,9 4,4 114

85 o más años 20,0 72,7 7,3 55

Mujeres

Total 19,8 77,0 3,2 404

Menos de 85 años 19,5 77,8 2,7 185

85 o más años 20,1 76,3 3,7 219

Residentes temporales 16,2 78,4 5,4 37

850

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.22VALORACIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE LOS RESIDENTES POR SEXO Y EDAD, 2004

EdadTotal


Ambos sexos

Muy buenas 19,4 18,6 19,0

Buenas 59,5 64,6 62,0

Regular 17,4 13,1 15,4

Malas 2,3 1,5 1,9

Muy malas 0,7 0,4 0,5

Nc 0,7 1,8 1,2

N 299 274 573

Varones

Muy buenas 23,7 12,7 20,1

Buenas 54,4 70,9 59,8

Regular 15,8 14,5 15,4

Malas 3,5 1,8 3,0

Muy malas 1,8 0,0 1,2

Nc 0,9 0,0 0,6

N 114 55 169

Mujeres

Muy buenas 16,8 20,1 18,6

Buenas 62,7 63,0 62,9

Regular 18,4 12,8 15,3

Malas 1,6 1,4 1,5

Muy malas 0,0 0,5 0,2

Nc 0,5 2,3 1,5

N 185 219 404


851

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.23FRECUENCIA CON LA QUE LOS RESIDENTES HAN SALIDO DE LA RESIDENCIADURANTE LA ÚLTIMA QUINCENA POR SEXO Y EDAD, 2004

EdadTotal


Ambos sexos

Todos los días 28,8 14,2 21,8

Casi todos los días 14,4 9,1 11,9

Alguna vez a la semana 17,4 16,8 17,1

Una o dos veces al mes 10,0 16,1 12,9

Nunca, no puede salir por enfermedad 15,4 23,0 19,0

Nunca, por otras razones 13,4 19,3 16,2


N 299 274 573

Varones








N 114 55 169

Mujeres








N 185 219 404


852

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

10 0

Varones menores

de 85 años

Mujeres menores

No contesta

Nunca, porotras razones

Nunca, porenfermedad

Una o dos veces

Alguna vez a lasemana

Casi todos los días

Todos los días

Porc

enta

je

Varones de

de 85 años 85 o más años

Mujeres de

85 o más años

Gráfico 9.11FRECUENCIA CON LA QUE LOS RESIDENTES HAN SALIDO DE LA RESIDENCIADURANTE LOS ÚLTIMOS QUINCE DÍAS POR SEXO Y EDAD, 2004


853

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.24FRECUENCIA CON LA QUE LOS RESIDENTES HAN RECIBIDO VISITAS DEL EXTERIOR DURANTE EL ÚLTIMO MES POR SEXO Y EDAD, 2004

EdadTotal


Ambos sexos

Ninguna 16,7 13,1 15,0


Una a la semana 28,4 29,2 28,8

Dos o más a la semana 17,1 31,8 24,1


Nc 3,0 2,2 2,6

N 299 274 573

Varones

Ninguna 19,3 14,5 17,8





Nc 3,5 3,6 3,6

N 114 55 169

Mujeres

Ninguna 15,1 12,8 13,9





Nc 2,7 1,8 2,2

N 185 219 404


854

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Porc

enta

je

Varones menores Varones menores

de 85 años

Mujeres menores Mujeres de 85

de 85 añosde 85 años o más años

Ninguna

No recuerda ono contesta

Una o dos al mes

Una a la semana

Una o dos al mes

Dos o más a lasemana

Gráfico 9.12FRECUENCIA CON LA QUE LOS RESIDENTES HAN RECIBIDO VISITAS DEL EXTERIOR POR SEXO Y EDAD, 2004


Una o dos al mes26,9%

Dos meses3,8%

3-4 meses2,3%

5-6 meses0,9%

Más de 6 meses1,9%

Nunca ha recibido visitas3,0%

contesta3,1%

No recuerda o nocontesta

5,2%

Ninguna15,0%

Una o más a la semana52,9%

No recuerda o no

Gráfico 9.13FRECUENCIA CON LA QUE LOS RESIDENTES HAN RECIBIDO VISITAS DEL EXTERIOR DURANTE EL ÚLTIMO MES Y TIEMPO TRANSCURRIDO DESDELA ÚLTIMA VISITA PARA LOS QUE NO RECIBIERON NINGUNA, 2004


855

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


pEdad

TotalMenos de 85 años 85 o más años

Ambos sexos

Hija 27,6 36,9 32,2

Hijo 30,2 43,1 36,5

Otros familiares 69,0 68,0 68,5

Un/a amigo/a 18,1 15,1 16,6

Un/a vecino/a 3,4 3,1 3,3

Un voluntario 1,3 0,0 0,7

Otras personas 4,3 4,0 4,2

N 232 225 457

Varones

Hija 25,0 46,5 32,1

Hijo 25,0 44,2 31,3


Un/a amigo/a 23,9 16,3 21,4




N 88 43 131

Mujeres

Hija 29,2 34,6 32,2

Hijo 33,3 42,9 38,7


Un/a amigo/a 14,6 14,8 14,7




N 144 182 326

Tabla 9.25PERSONAS QUE SUELEN VISITAR A LOS RESIDENTES POR SEXO Y EDAD, 2004

Multirrespuesta


856

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

10

20

30

40

50

60

70

Una hija Un hijo Otros familiares Un amigo/a ovecino/a

Otras personas Ns/Nc

Gráfico 9.14PERSONAS QUE SUELEN VISITAR A LOS RESIDENTES, 2004


857

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.26FRECUENCIA CON LA QUE LOS RESIDENTES HAN HABLADO POR TELÉFONOCON ALGUNA PERSONA DEL EXTERIOR DURANTE LA ÚLTIMA SEMANA, POR TIPO DE ESTANCIA, SEXO Y EDAD, 2004

Total

TotalResidentestemporalesMenos de 85

años85 o más años

Ambos sexos

Todos o casi todos los días 19,7 8,8 14,5 29,7

Una o dos veces a la semana 28,8 24,8 26,9 13,5

Dos o tres veces al mes 13,0 15,7 14,3 16,2

Con menor frecuencia 28,1 34,3 31,1 18,9

No tiene 5,0 9,9 7,3 5,4

Nc 5,4 6,6 5,9 16,2

N 299 274 573 37

Varones

Todos o casi todos los días 18,4 9,1 15,4

Una o dos veces a la semana 20,2 25,5 21,9

Dos o tres veces al mes 13,2 10,9 12,4

Con menor frecuencia 34,2 30,9 33,1

No tiene 6,1 16,4 9,5

Nc 7,9 7,3 7,7

N 114 55 169

Mujeres

Todos o casi todos los días 20,5 8,7 14,1

Una o dos veces a la semana 34,1 24,7 29,0

Dos o tres veces al mes 13,0 16,9 15,1

Con menor frecuencia 24,3 35,2 30,2

No tiene 4,3 8,2 6,4

Nc 3,8 6,4 5,2

N 185 219 404


858

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.27DISTANCIA A LA QUE VIVEN FAMILIARES Y AMIGOS SEGÚN EDAD, 2004. AMBOS SEXOS

EdadTotal


Hijo/a

Cerca, en el mismo barrio o pueblo 14,7 19,0 16,8

En la misma ciudad o pueblo, pero lejos 13,0 13,5 13,3

En otra ciudad o pueblo 21,1 24,1 22,5

No tiene 47,8 41,2 44,7


Hermano/a o cuñado/a

Cerca, en el mismo barrio o pueblo. 15,1 12,8 14,0



No tiene 30,1 45,3 37,3


Nieto/as




No tiene 48,2 39,1 43,8


Amigos/as íntimos/as




No tiene 25,8 32,5 29,0


(N) 299 274 573


859

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.28DISTANCIA A LA QUE VIVEN FAMILIARES Y AMIGOS SEGÚN LA EDAD, 2004. VARONES

EdadTotal


Hijo/a




No tiene 54,4 36,4 48,5






No tiene 28,9 38,2 32,0


Nietos




No tiene 56,1 36,4 49,7






No tiene 17,5 34,5 23,1


N 114 55 169


860

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.29DISTANCIA A LA QUE VIVEN FAMILIARES Y AMIGOS SEGÚN EDAD, 2004. MUJERES

EdadTotal


Hijo/a




No tiene 43,8 42,5 43,1






No tiene 30,8 47,0 39,6


Nietos




No tiene 43,2 39,7 41,3






No tiene 30,8 32,0 31,4


N 185 219 404


861

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Hijo/a Hermano/a o cuñado/a Nietos Amigo/as

Cerca

En el mismo municipio, lejos

En otro municipio

No tiene

Gráfico 9.15DISTANCIA A LA QUE VIVEN FAMILIARES Y AMIGOS, 2004



j

No tieneAl menos un hijo

Al menos otro familiar

Al menos un amigo

N

Ambos sexos

Total 61,4 16,8 10,3 11,5 573

Menos de 85 años 59,9 14,7 12,0 13,4 299

85 o más años 63,1 19,0 8,4 9,5 274

Hombres

Total 56,8 16,6 13,0 13,6 169

Menos de 85 años 55,3 12,3 14,0 18,4 114

85 o más años 60,0 25,5 10,9 3,6 55

Mujeres

Total 63,4 16,8 9,2 10,6 404

Menos de 85 años 62,7 16,2 10,8 10,3 185

85 o más años 63,9 17,4 7,8 11,0 219

Temporales 48,6 37,8 2,7 10,8 37

Tabla 9.30REDES DE APOYO DE LOS RESIDENTES POR SEXO Y EDAD, 2004

Porcentajes horizontales

862

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

20

40

60

80

100

Varones menoresde 85 años

Varones de 85 omás años

Mujeres menores de85 años

Mujeres de 85 omás años

16,8%

10,3%

11,5%61,4%

Al menos un hijo

Al menos otro familiar

Al menos un amigo

No tiene

Gráfico 9.16REDES DE APOYO DE LOS RESIDENTES POR SEXO Y EDAD, 2004


863

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



TotaltemporalesMenos de 85


Ambos sexos

Muy buenas 30,1 39,8 34,7 40,5

Buenas 50,8 43,1 47,1 54,1

Regular 10,0 4,7 7,5 2,7

Malas 2,0 1,8 1,9 2,7

Muy malas 1,7 0,4 1,0 0,0

No tiene familia 4,0 6,9 5,4 0,0

No tiene relación 1,3 0,7 1,0 0,0

Nc 0,0 2,6 1,2 0,0

N 299 274 573 37

Hombres

Muy buenas 21,9 36,4 26,6

Buenas 57,9 36,4 50,9

Regular 8,8 5,5 7,7

Malas 1,8 1,8 1,8

Muy malas 2,6 0,0 1,8

No tiene familia 5,3 12,7 7,7

No tiene relación 1,8 1,8 1,8

Nc 0,0 5,5 1,8

N 114 55 169

Mujeres

Muy buenas 35,1 40,6 38,1

Buenas 46,5 44,7 45,5

Regular 10,8 4,6 7,4

Malas 2,2 1,8 2,0

Muy malas 1,1 0,5 0,7

No tiene familia 3,2 5,5 4,5

No tiene relación 1,1 0,5 0,7

Nc 0,0 1,8 1,0

N 185 219 404


Tabla 9.31VALORACIÓN QUE REALIZAN LOS RESIDENTES SOBRE SUS RELACIONESFAMILIARES POR TIPO DE ESTANCIA, SEXO Y EDAD, 2004

864

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


VARONES

Muy buenas26,6%

Buenas50,8%

Regular7,7%

Malas1,8%

Muy malas1,8%

No tiene/Nc11,3%

MUJERES

Muy buenas38,1%

Buenas45,5%

Regular7,4%

Malas2,0%

Muy malas0,7%No tiene/Nc

6,2%

]

Gráfico 9.17VALORACIÓN QUE REALIZAN LOS RESIDENTES DE LAS RELACIONES FAMILIARES POR SEXO, 2004


865

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



Tabla 9.32MEDIDA EN QUE EL INGRESO EN LA RESIDENCIA HA CAMBIADO SUS RELACIONES FAMILIARES POR TIPO DE ESTANCIA, SEXO Y EDAD, 2004

Edad



Ambos sexos

Mejorado mucho 4,6 6,9 5,7 2,7

Mejorado algo 11,7 8,5 10,2 16,2

Más o menos igual 76,0 76,8 76,4 78,4

Empeorado algo 3,5 4,9 4,2 0,0

Empeorado mucho 1,8 0,8 1,3 2,7

Nc 2,5 2,0 2,3 0,0

N 283 246 529 37

Hombres

Mejorado mucho 0,9 6,8 2,7

Mejorado algo 11,3 4,5 9,3

Más o menos igual 78,3 79,5 78,7

Empeorado algo 3,8 9,1 5,3

Empeorado mucho 1,9 0,0 1,3

Nc 3,8 0,0 2,7

N 106 44 150

Mujeres

Mejorado mucho 6,8 6,9 6,9

Mejorado algo 11,9 9,4 10,6

Más o menos igual 74,6 76,2 75,5

Empeorado algo 3,4 4,0 3,7

Empeorado mucho 1,7 1,0 1,3

Nc 1,7 2,5 2,1

N 177 202 379

866

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Edad

TotalResidentestemporalesMenos de

85 años85 o más

años

No tengo amigos, sólo conocidos 25,8 27,7 26,7 27,0

Ahora tengo menos amigos que antes 33,1 37,6 35,3 32,4

Mi círculo de amigos es el de toda la vida 48,2 40,9 44,7 51,4

En los últimos años he recuperado el contacto con mis amigos/amigas

12,0 9,9 11,0 21,6

Tengo amigos/amigas de confi anza o íntimos

48,5 42,0 45,4 62,2

En los últimos años, tengo nuevos amigos 47,8 49,3 48,5 32,4

Ahora tengo más amigos que antes 31,1 23,7 27,6 16,2

En la residencia, es fácil tener un grupo de amigos

49,5 51,1 50,3 45,9

N 299 274 573 37

Tabla 9.34EVOLUCIÓN RECIENTE DE LAS RELACIONES DE AMISTAD DE LOS RESIDENTES SEGÚN EDAD, 2004. VARONES

Edad

Menos de 85 años

85 o másaños

Total

No tengo amigos, sólo conocidos 24,6 34,5 27,8

Ahora tengo menos amigos que antes 30,7 50,9 37,3

Mi círculo de amigos es el de toda la vida 55,3 34,5 48,5


16,7 10,9 14,8

Tengo amigos/amigas de confi anza o íntimos 52,6 34,5 46,7

En los últimos años, tengo nuevos amigos 47,4 29,1 41,4

Ahora tengo más amigos que antes 29,8 18,2 26,0

En la residencia, es fácil tener un grupo de amigos 49,1 41,8 46,7

N 114 55 169



Tabla 9.33EVOLUCIÓN RECIENTE DE LAS RELACIONES DE AMISTADDE LOS RESIDENTES SEGÚN TIPO DE ESTANCIA, EDAD Y SEXO, 2004.AMBOS SEXOS

867

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.35EVOLUCIÓN RECIENTE DE LAS RELACIONES DE AMISTAD DE LOS RESIDENTES SEGÚN EDAD Y SEXO, 2004. MUJERES

Edad


85 o másaños

No tengo amigos, sólo conocidos 26,5 26,0 26,2

Ahora tengo menos amigos que antes 34,6 34,2 34,4

Mi círculo de amigos es el de toda la vida 43,8 42,5 43,1


9,2 9,6 9,4

Tengo amigos/amigas de confi anza o íntimos 45,9 43,8 44,8

En los últimos años, tengo nuevos amigos 48,1 54,3 51,5

Ahora tengo más amigos que antes 31,9 25,1 28,2

En la residencia, es fácil tener un grupo de amigos 49,7 53,4 51,7

N 185 219 404


0 10 20 30 40 50 60

Porcentaje

Ahora tengo menos amigos que antes

No tengo amigos, sólo conocidos

Mi círculo de amigos es el de toda la vida

En los últimos años he recuperado el contactocon mis amigos/amigas

En los últimos años, tengo nuevos amigos

En la residencia, es fácil tener un grupo de amigos

Tengo amigos/amigas de confianza o íntimos

Ahora tengo más amigos que antes

Gráfico 9.18RESIDENTES QUE ESTÁN DE ACUERDO O MUY DE ACUERDO CON DISTINTASVALORACIONES SOBRE LA AMISTAD, 2004


868

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.36OPINIÓN DE LOS RESIDENTES SOBRE LA POSIBILIDAD DE ESTABLECER NUEVAS RELACIONES SENTIMENTALES ENTRE MAYORES QUE NO ESTÉNCASADOS, SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004

Bien Mal Me da igual Ns/Nc N

Ambos sexos

Total 24,4 39,1 29,1 7,3 573

Menos de 85 años 30,4 31,1 32,1 6,4 299

85 o más años 17,9 47,8 25,9 8,4 274

Hombres

Total 37,3 18,9 36,1 7,7 169

Menos de 85 años 39,5 16,7 38,6 5,3 114

85 o más años 32,7 23,6 30,9 12,7 55

Mujeres

Total 19,1 47,5 26,2 7,2 404

Menos de 85 años 24,9 40,0 28,1 7,0 185

85 o más años 14,2 53,9 24,7 7,3 219


VARONES MUJERES

Bien19,1%

Mal47,5%

Me da igual26,2% Ns/Nc

7,2%Bien37,3%

Ns/Nc7,7%

Me da igual36,1%

Mal18,9%

Gráfico 9.19OPINIÓN DE LOS RESIDENTES SOBRE LAS RELACIONES SENTIMENTALESENTRE MAYORES NO CASADOS SEGÚN SEXO, 2004


869

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



Tabla 9.37PREOCUPACIÓN DE LOS RESIDENTES POR SU ASPECTO FÍSICO SEGÚN TIPO DE ESTANCIA, SEXO Y EDAD, 2004

Edad



Ambos sexos

Preocupación por el aspecto físico

Mucho 24,8 19,3 22,2 18,9

Bastante 38,1 40,5 39,3 27,0

Personas a las que les gusta arreglarse aunque no haya un motivo especial

Sí 72,2 74,1 73,1 73,0

N 299 274 573 100

Varones

Preocupación por el aspecto f ísico

Mucho 21,9 21,8 21,9

Bastante 35,1 32,7 34,3


Sí 67,5 72,7 69,2

N 114 55 169

Mujeres

Preocupación por el aspecto f ísico

Mucho 26,5 18,7 22,3

Bastante 40,0 42,5 41,3


Sí 75,1 74,4 74,8

N 185 219 404

870

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


¿Le gusta a usted arreglarseaunque no haya un motivo

especial?

Sí73%

No27%

0

10

20

30

40

50

60

70

Varonesmenores de

85 años

Varonescon 85 omás años

Mujeresmenores de

85 años

Mujeres de85 o más

años

Residentestemporales

BastanteMucho

Mayores que se preocupan mucho o bastantepor su aspecto físico

Gráfico 9.20PREOCUPACIÓN DE LOS RESIDENTES POR SU ASPECTO FÍSICO SEGÚN TIPODE ESTANCIA, SEXO Y EDAD, 2004


871

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



Tabla 9.38RESIDENTES QUE HAN REALIZADO DISTINTAS ACTIVIDADES TODOS O CASITODOS LOS DÍAS A LO LARGO DE LA ÚLTIMA SEMANA POR EDAD Y SEXO, 2004. AMBOS SEXOS

Edad


85 o másaños

Ver la TV 80,3 68,6 74,7

Oír la radio 46,5 47,1 46,8

Leer 43,1 33,6 38,6

Ir a un parque, pasear fuera de la residencia 35,5 21,5 28,8

Hacer algún deporte/gimnasia 23,4 23,0 23,2

Ayudar a otros residentes 20,4 12,8 16,8

Ir a un bar o cafetería fuera de la residencia 22,4 5,8 14,5

Hacer recados, comprar alguna cosa 18,1 7,7 13,1

Ir a la iglesia o parroquia fuera de la residencia 11,7 12,4 12,0

Hacer manualidades, bricolaje 12,0 11,3 11,7

Coser, hacer punto 9,4 9,9 9,6

Reunirse con amigos fuera de la residencia 12,0 5,8 9,1

Asistir a clases, charlas 4,3 5,1 4,7

Ir a casa de familiares 4,7 3,3 4,0

Estar con niños o con jóvenes 4,3 3,3 3,8

Asistir a espectáculos fuera de la residencia 2,0 0,7 1,4

Dar clases, enseñar a otros 1,3 1,1 1,2

Ir de excursión 1,0 1,1 1,0

Bailar 0,3 1,1 0,7

N 299 274 573

872

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.39RESIDENTES QUE HAN REALIZADO DISTINTAS ACTIVIDADES TODOS O CASITODOS LOS DÍAS A LO LARGO DE LA ÚLTIMA SEMANA POR EDAD Y SEXO, 2004. VARONES

Edad


85 o másaños

Ver la TV 85,1 67,3 79,3

Oír la radio 55,3 65,5 58,6

Leer 52,6 41,8 49,1






Ir a la iglesia o parroquia fuera de la residencia

5,3 7,3 5,9










Bailar 0,0 0,0 0,0

N 114 55 169


873

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.40MAYORES QUE HAN REALIZADO DISTINTAS ACTIVIDADES TODOS O CASI TODOS LOS DÍAS A LO LARGO DE LA ÚLTIMA SEMANA POR EDAD Y SEXO, 2004. MUJERES

Edad


85 o másaños

Ver la TV 77,3 69,0 72,8

Oír la radio 41,1 42,5 41,8

Leer 37,3 31,5 34,2






Ir a la iglesia o parroquia fuera de la residencia

15,7 13,7 14,6










Bailar 0,5 1,4 1,0

N 185 219 404


874

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0 20 40 60 80

Ver la TV

Oír la radioLeer

Ir a un parque, pasear fuera de la residenciaHacer algún deporte/gimnasia

Ayudar a otros residentes

Ir a un bar o cafetería fuera de la residenciaHacer recados, comprar alguna cosa

Ir a la iglesia o parroquia fuera de la residenciaHacer manualidades, bricolaje

Coser, hacer puntoReunirse con amigos fuera de la residencia

Asistir a clases, charlasIr a casa de familiares

Estar con niños o con jóvenesAsistir a espectáculos fuera de la residencia

Dar clases, enseñar a otros

Ir de excursiónBailar

Varones

Mujeres

Porcentaje

Gráfico 9.21RESIDENTES QUE REALIZARON DETERMINADAS ACTIVIDADES TODOS O CASI TODOS LOS DÍAS A LO LARGO DE LA ÚLTIMA SEMANA SEGÚN SEXO, 2004

Tabla 9.41RESIDENTES QUE HAN REALIZADO DETERMINADAS ACTIVIDADES A LO LARGO DEL ÚLTIMO AÑO POR SEXO Y EDAD, 2004



Total

Sexo Edad

Varones MujeresMenos de 85

años85 o más

años

Asistir a espectáculosfuera de la residencia

16,4 18,3 15,6 18,7 13,9

Ir a casa de familiares 29,5 31,4 28,7 28,1 31,0

Bailar 11,0 9,5 11,6 12,4 9,5

Asistir a clases, charlas 10,6 14,2 9,2 11,7 9,5

Dar clases, enseñar a otros

3,8 4,7 3,5 5,0 2,6

Ir de excursión 18,7 20,7 17,8 20,7 16,4

N 573 169 404 299 274

875

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

5

10

15

20

25

30

35

Porc

enta

je

Varones

Mujeres

Visitar a familiares Ir de excursión Asistir aespectáculos

Bailar Asistir a claseso charlas

Dar clases

Gráfico 9.22RESIDENTES QUE HAN REALIZADO DISTINTAS ACTIVIDADES A LO LARGODEL ÚLTIMO AÑO SEGÚN SEXO, 2004


876

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.42ACTIVIDADES QUE NO REALIZAN Y LES GUSTARÍA REALIZAR A LOS RESIDENTES SEGÚN SEXO, 2004

Multirrespuesta TotalSexo

Varones Mujeres







Bailar 6,5 3,0 7,9




Ir a la iglesia o parroquia fuera de la residencia 4,7 4,1 5,0






Leer 2,6 0,6 3,5

Oír la radio 0,7 0,6 0,7

Ver la TV 0,5 0,0 0,7

N 573 169 404


.

877

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

% 87 ,6 82,9 77 ,0 72,9 63 ,2 57,8 56 ,2 45,7 40 ,0 35,4

Ofic io s

re lig io sosGimnasia

Juegos de

me sa

Talleres de

manual i-

dadesEx cursiones Charlas Tertulia s Baile

Sal idas a

espec tácu-

los

Te atro

Gráfico 9.23ACTIVIDADES QUE ORGANIZAN LAS RESIDENCIAS, 2004

Tabla 9.43RESIDENTES QUE DECLARAN MUCHO O BASTANTE INTERÉS POR LA INFORMACIÓN EN DISTINTAS ÁREAS SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004.AMBOS SEXOS



Edad


85 o másaños

Salud 70,6 63,1 67,0

Naturaleza, ecología 56,2 50,7 53,6

Arte: literatura, pintura, música, teatro, cine... 44,1 41,2 42,8

De sociedad, de los famosos 33,1 33,6 33,3

Avances científi cos y tecnológicos 35,1 30,7 33,0

Cocina 31,4 34,7 33,0

Belleza 31,1 33,9 32,5

Deportes 33,4 25,2 29,5

Sucesos 28,8 27,7 28,3

Política 19,1 17,9 18,5

Económicos y laborales 14,7 14,6 14,7

N 299 274 573

878

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.44RESIDENTES QUE DECLARAN MUCHO O BASTANTE INTERÉS POR LA INFORMACIÓN EN DISTINTAS ÁREAS SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004. VARONES

Edad


85 o más años

Salud 65,8 63,6 65,1





Cocina 14,0 14,5 14,2

Belleza 14,9 14,5 14,8

Deportes 55,3 60,0 56,8

Sucesos 22,8 25,5 23,7

Política 25,4 27,3 26,0


N 114 55 169


879

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Edad


85 o másaños

Salud 73,5 63,0 67,8





Cocina 42,2 39,7 40,8

Belleza 41,1 38,8 39,9

Deportes 20,0 16,4 18,1

Sucesos 32,4 28,3 30,2

Política 15,1 15,5 15,3


N 185 219 404

Tabla 9.45RESIDENTES QUE DECLARAN MUCHO O BASTANTE INTERÉS POR LA INFORMACIÓN EN DISTINTAS ÁREAS SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004.MUJERES


880

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Porcentaje

Hombres

Mujeres

Salud

Naturaleza

Arte

Sociedad

Ciencia

Cocina

Belleza

Deporte

Sucesos

Política

Economía

70 60 50 40 30 20 10 0 10 20 30 40 50 60 70

Gráfico 9.24RESIDENTES QUE DECLARAN MUCHO O BASTANTE INTERÉS POR LA INFORMACIÓN EN DISTINTAS ÁREAS SEGÚN SEXO, 2004


881

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Porcentaje

Feliz

Alegre

Ilusionado/da con ganas de hacer cosas

Sentirse útil

Triste

Solo/sola

Aburrido/a

Deprimido/da

Intranquilo/a o nervioso/a

Menos de 85 años

85 o más años

Gráfico 9.25RESIDENTES QUE HAN EXPERIMENTADO DISTINTOS ESTADOS DE ÁNIMOSEGÚN LA EDAD, 2004



Tabla 9.46RESIDENTES QUE HAN EXPERIMENTADO DISTINTOS ESTADOS DE ÁNIMOPOR SEXO Y EDAD, 2004. AMBOS SEXOS

Edad


85 o másaños

Aburrido/a 40,1 39,4 39,8

Alegre 79,3 82,8 81,0

Deprimido/a 46,2 39,1 42,8

Feliz 78,9 83,6 81,2

Ilusionado/a con ganas de hacer cosas 70,6 69,7 70,2

Intranquilo/a o nervioso/a 45,5 38,0 41,9

Sentirse útil 67,2 59,1 63,4

Solo/a 41,8 41,6 41,7

Triste 54,9 50,4 52,7

N 299 274 573

882

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.47RESIDENTES QUE HAN EXPERIMENTADO DISTINTOS ESTADOS DE ÁNIMOPOR SEXO Y EDAD, 2004. VARONES

Edad


85 o másaños

Aburrido 42,1 43,6 42,6

Alegre 82,5 87,3 84,0

Deprimido 35,1 32,7 34,3

Feliz 86,8 85,5 86,4

Ilusionado con ganas de hacer cosas 73,7 74,5 74,0

Intranquilo o nervioso 39,5 34,5 37,9


Solo 44,7 45,5 45,0

Triste 52,6 49,1 51,5

N 114 55 169

Tabla 9.48RESIDENTES QUE HAN EXPERIMENTADO DISTINTOS ESTADOS DE ÁNIMOPOR SEXO Y EDAD, 2004. MUJERES

Edad


85 o másaños

Aburrida 38,9 38,4 38,6

Alegre 77,3 81,7 79,7

Deprimida 53,0 40,6 46,3

Feliz 74,1 83,1 79,0

Ilusionada con ganas de hacer cosas 68,6 68,5 68,6

Intranquila o nerviosa 49,2 38,8 43,6


Sola 40,0 40,6 40,3

Triste 56,2 50,7 53,2

N 185 219 404



883

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Porcentaje

Fe liz

Al egre

Ilus ionado/da co n gan as de hac er cosas

Sen tirse ú til

Tr iste

Solo/so la

Abu rrido /a

Depr imido /da

Intranquilo/a o n ervios o/a

VaronesMujeres

Gráfico 9.26RESIDENTES QUE HAN EXPERIMENTADO DISTINTOS ESTADOS DE ÁNIMOSEGÚN SEXO, 2004


0

5

10

15

20

25

30

35

40

Todo el día /en todomomento

Por la noche Cuando estáenfermo/a

En o casionesespec iales

Los f ines desemana

Por la tarde Cuandopienso en mi

familia

Cuando sequeda solo

Multirrespuesta; N=374

Gráfico 9.27OCASIONES EN LAS QUE LOS RESIDENTES QUE SE SIENTEN SOLOS EXPERIMENTAN LA SOLEDAD, 2004


884

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

Seguir comohasta ahora

Tener cerca ami familia

Emprender unviaje

Conocergente nueva

Aprender algonue vo

Participar enactividades

que beneficiena la sociedad

Resolver misproblemas

económicos

Trabajar

Segunda respuesta

Primera respuesta

Gráfico 9.28PRINCIPALES DESEOS DE LOS RESIDENTES, 2004


0

5

10

15

20

25

30

35

No podervalerse porsí mismo/a

Laenfermedad

La pérdidade la

memoria

Dependerde otraspersonas

La pérdidade seresqueridos

El dolor La soledad La muerte La pérdidade su pareja

Tener quedejar su casa

Segunda respuesta

Primera respuesta

Gráfico 9.29PRINCIPALES TEMORES DE LOS RESIDENTES, 2004


885

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.49SENTIMIENTOS GENERALES (GRADO DE SATISFACCIÓN) ANTE LA VIDA DE LOS RESIDENTES POR TIPO DE ESTANCIA, SEXO Y EDAD, 2004-2005

Edad


años85 o más

años

Ambos sexos

Muy satisfecho/a 20,4 16,4 18,5 13,5

Bastante satisfecho/a 48,5 55,1 51,7 37,8

Regular 21,1 17,2 19,2 27,0

Poco satisfecho/a 5,7 7,3 6,5 13,5

Nada satisfecho/a 2,0 1,5 1,7 5,4

Nc 2,3 2,6 2,4 2,7

N 299 274 573 37

Varones

Muy satisfecho 18,4 18,2 18,3

Bastante satisfecho 54,4 47,3 52,1

Regular 19,3 23,6 20,7

Poco satisfecho 1,8 7,3 3,6

Nada satisfecho 1,8 0,0 1,2

Nc 4,4 3,6 4,1

N 114 55 169

Mujeres

Muy satisfecha 21,6 16,0 18,6

Bastante satisfecha 44,9 57,1 51,5

Regular 22,2 15,5 18,6

Poco satisfecha 8,1 7,3 7,7

Nada satisfecha 2,2 1,8 2,0

Nc 1,1 2,3 1,7

N 185 219 404


886

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Bastante51,7%

Regular19,2%

Poco6,5%

Nada1,7%

Nc2,4%

Mucho18,5%

0

20

40

60

80



Mujeres menoresde 85 años


Residentestemporales

% Muy o bastante satisfecho/a

Gráfico 9.30SENTIMIENTOS GENERALES (GRADO DE SATISFACCIÓN) ANTE LA VIDA EN GENERAL Y RESIDENTES MUY O BASTANTE SATISFECHOS POR SEXO, EDADY TIPO DE ESTANCIA, 2004


887

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.50RESIDENTES SEGÚN EL TIPO DE HABITACIÓN QUE OCUPAN EN LA RESIDENCIA Y NÚMERO DE PERSONAS CON LAS QUE LA COMPARTENPOR SEXO Y EDAD, 2004

Porcentajes horizontalesjIndividual Compartida Nc N

Ambos sexos

Total 35,5 64,2 0,3 620

Menos de 85 años 35,9 64,1 0 320

85 o más años 35,3 64,1 0,7 295

Varones

Total 39,3 60,7 0 183

Menos de 85 años 37,2 62,8 0 121

85 o más años 44,3 55,7 0 61

Mujeres

Total 33,9 65,7 0,5 437

Menos de 85 años 35,2 64,8 0 199

85 o más años 32,9 66,2 0,9 234

Número de personas con las que comparten la habitación

Una 77,2

Dos 18,8

Tres 2,8

Cinco o más 1,4

N 394


888

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.51INSTALACIONES DISPONIBLES EN LA HABITACIÓN QUE OCUPA EN LA RESIDENCIA POR SEXO Y EDAD, 2004

Instalaciones

Sexo Edad


Menos de 85 años

85 y másaños

Cuarto de baño 80,3 81 79,4 82 80,8

Interfono o sistema para avisar al personal

81,4 81 77,8 84,4 81,1

Zona de estar, sillón 73,8 73,7 73,8 73,6 73,7

Televisor 47,5 49,2 50,6 46,8 48,7

Teléfono fi jo 23 20,4 20,6 20,7 21,1

Nevera 15,8 16,2 16,3 16,3 16,1

Ninguna de ellas 2,7 2,1 2,5 1,7 2,3

N 183 437 320 295 620

Fuente: Observatorio de Mayores-IMSERSO, Encuesta sobre Condiciones de Vida de los Mayores en Residencias, julio 2004.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Porc

enta

je

Cuarto debaño

Interfono osistema para

avisar alpersonal

Zona deestar, sillón

Televisor Teléfono fijo Nevera Ninguna deellas

Menos de 85 años

85 o más años

Gráfico 9.31RESIDENTES QUE DISPONEN DE DETERMINADAS DOTACIONES EN LA HABITACIÓN QUE OCUPAN EN LA RESIDENCIA SEGÚN LA EDAD, 2004


889

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

Porc

enta

je



Mujeres menoresde 85 años


Total Residentestemporales

Gráfico 9.32RESIDENTES QUE DISPONEN DE UN TELÉFONO MÓVIL POR SEXO, EDAD Y TIPO DE ESTANCIA, 2004


890

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.52RESIDENTES SEGÚN ACCIONES QUE LES PERMITEN REALIZAR LAS NORMAS DE LA RESIDENCIA EN LA QUE VIVEN POR SEXO, 2004

Varones Mujeres Ambos sexos

Ir a su habitación cuando usted quiera 92,3 93,4 93,1

Moverse libremente por la residencia 95,1 91,1 92,3

Llamar por teléfono cuando usted desea 89,6 88,3 88,7

Recibir visitas en su habitación 80,3 80,3 80,3

Recibir visitas en cualquier momento 79,2 76,7 77,4

Presentar reclamaciones o quejas 71,0 64,8 66,6

Decorar su habitación con cosas propias (muebles, cortinas...)

52,5 59,7 57,6

Tener algo de comida en su habitación 52,5 54,0 53,5

Elegir sus horarios para su aseo personal 49,2 46,0 46,9

Participar en la organización de las actividades 39,9 41,0 40,6

Comer solo/a o con las personas que usted desee 42,6 39,4 40,3

Ver su expediente personal 35,5 27,0 29,5

Participar en la elaboración de su plan de cuidados 23,5 24,0 23,9

Participar en las decisiones de la residencia 25,7 21,7 22,9

Elegir entre diferentes horarios para los desayunos, comidas y cenas

14,2 14,4 14,4

Tener un animal de compañía 3,3 3,9 3,7

N 183 437 620


891

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabl

a 9.

53V

ALO

RA

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2004

N=

610

Muy

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52,3

43,9

2,4

0,8

0,2

0,5

Las

com

odid

ades

de

que

disp

one

46,8

45,2

6,3

1,0

0,2

0,6

La a

sist

enci

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del

per

sona

l53

,238

,76,

60,

80,

30,

3

La r

elac

ión

con

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adm

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ores

de

la r

esid

enci

a42

,144

,86,

50,

30,

55,

8

Las

norm

as d

e la

res

iden

cia

31,6

55,5

9,0

1,6

0,2

2,1

Los

serv

icio

s de

tod

o tip

o de

los

que

disp

one

la r

esid

enci

a41

,849

,06,

82,

10,

20,

2

La c

uota

y fo

rma

de

pago

23,4

48,5

10,8

2,9

0,6

13,7

La fa

cilid

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ara

desp

laza

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)45

,248

,25,

01,

50,

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tiem

bre-

octu

bre

2004

.

892

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Porcentaje

La localización de la residencia

La facilidad para desplazarsedentro de la residencia

Las comodidades de las quedispone

La asistencia que recibe delpersonal

Los servicios disponibles

Las normas

La relación con losadministradores

La cuota y forma de pago Muy bienBien

Gráfico 9.33RESIDENTES QUE VALORAN POSITIVAMENTE (BIEN O MUY BIEN) ALGUNASCARACTERÍSTICAS DE LA RESIDENCIA EN LA QUE VIVEN, 2004


893

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.54RESIDENTES QUE VALORAN POSITIVAMENTE (BIEN O MUY BIEN) DISTINTASINSTALACIONES Y SERVICIOS DE LA RESIDENCIA EN LA QUE VIVEN POR SEXO Y EDAD, 2004

Sexo Edad


Menos de 85 años

85 o másaños

Su habitación 94,4 91,0 92,8 91,1 92,0

Cuarto de baño 90,5 88,2 87,5 90,4 88,9

Ascensores 85,4 88,0 86,5 88,0 87,2

Escaleras 69,1 63,7 66,1 64,3 65,2

Comedor 92,1 93,3 92,5 93,5 93,0

Sala de estar común 87,6 90,3 89,3 89,7 89,5

Sala de TV 87,1 88,0 88,1 87,3 87,7

Servicios sanitarios (enfermería, rehabilitación)

87,1 86,6 88,4 84,9 86,7

Servicios médicos 83,7 86,6 85,3 86,3 85,7

Talleres de manualidades, ocupacionales

55,1 58,1 58,3 56,0 57,2

Cafetería 46,1 39,1 40,8 41,6 41,1

Biblioteca 39,3 34,5 38,9 32,6 35,9

Peluquería 56,7 63,9 60,8 62,9 61,8

Trabajo Social 66,3 70,8 68,3 70,8 69,5

Jardines 75,8 72,9 71,2 76,6 73,8

La comida 79,2 75,9 78,1 75,6 76,9

N 178 432 319 291 610


894

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0 1 2 3 4 5 6

Porcentaje

Servicios sanit arios

Servicios m éd icos

Tal leres ocup acional es o de m anual idades

Cafet er ía

Bib lio teca

Pe luquería

Tr aba jo social

Jard ines

La com ida

Gráfico 9.34CARENCIAS DE LAS RESIDENCIAS EN LAS QUE VIVEN SEGÚN LA OPINIÓN DE LOS RESIDENTES, 2004


Tabla 9.55ACCESIBILIDAD DE LAS INSTALACIONES DE LAS RESIDENCIAS EN LAS QUE VIVEN SEGÚN LA OPINIÓN DE LOS RESIDENTES, POR SEXO Y EDAD, 2004

Sexo Edad

TotalVarones Mujeres

Menos de 85 años

85 o másaños

Accesibles 96,1 91,0 91,9 93,1 92,5

No accesibles 1,7 5,6 4,1 4,8 4,4

No sabe 1,1 1,6 1,3 1,7 1,5

No contesta 1,1 1,9 2,8 0,3 1,6

N 178 432 319 291 610


895

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.56INDICADORES DE ADHESIÓN A LA RESIDENCIA POR SEXO Y EDAD DE LOS RESIDENTES, 2004. AMBOS SEXOS

Edad


85 o másaños

Volvería a elegir vivir en una residencia

Sí 77,4 80,4 78,9

No 8,2 5,5 6,9

Yo no lo elegía 9,1 7,6 8,4

No sabe 3,1 5,2 4,1

Nc 2,2 1,4 1,8

Aconsejaría a un amigo que viniera a vivir a una residencia

Sí 76,8 78,0 77,4

No 7,2 7,2 7,2

Depende 9,1 7,6 8,4

No sabe 5,6 6,9 6,2

Nc 1,3 0,3 0,8

Piensa seguir viviendo en la residencia

Sí 87,5 88,7 88,0

No 3,8 1,7 2,8

Depende 2,8 3,1 3,0

No sabe 5,0 6,5 5,7

Nc 0,9 0,0 0,5

Opinión sobre las residencias despu és de vivir en una de ellas

Mejor 52,0 52,6 52,3

Igual 38,9 37,1 38,0

Peor 7,2 5,8 6,6

Nc 1,9 4,5 3,1

N 319 291 610


896

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.57INDICADORES DE ADHESIÓN A LA RESIDENCIA POR SEXO Y EDAD DE LOS RESIDENTES, 2004. VARONES

Edad


85 o másaños


Sí 75,0 72,4 74,2

No 7,5 6,9 7,3


No sabe 5,0 10,3 6,7

Nc 2,5 0,0 1,7


Sí 73,3 74,1 73,6

No 5,8 8,6 6,7

Depende 12,5 8,6 11,2

No sabe 5,8 8,6 6,7

Nc 2,5 0,0 1,7


Sí 88,3 89,7 88,8

No 5,0 1,7 3,9

Depende 2,5 6,9 3,9

No sabe 3,3 1,7 2,8

Nc 0,8 0,0 0,6


Mejor 46,7 46,6 46,6

Igual 42,5 37,9 41,0

Peor 7,5 8,6 7,9

Nc 3,3 6,9 4,5

N 120 58 178


897

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.58INDICADORES DE ADHESIÓN A LA RESIDENCIA POR SEXO Y EDAD DE LOS RESIDENTES, 2004. MUJERES

Edad


85 o másaños


Sí 78,9 82,4 80,8

No 8,5 5,2 6,7


No sabe 2,0 3,9 3,0

Nc 2,0 1,7 1,9


Sí 78,9 79,0 78,9

No 8,0 6,9 7,4

Depende 7,0 7,3 7,2

No sabe 5,5 6,4 6,0

Nc 0,5 0,4 0,5


Sí 86,9 88,4 87,7

No 3,0 1,7 2,3

Depende 3,0 2,1 2,5

No sabe 6,0 7,7 6,9

Nc 1,0 0,0 0,5


Mejor 55,3 54,1 54,6

Igual 36,7 36,9 36,8

Peor 7,0 5,2 6,0

Nc 1,0 3,9 2,5

N 199 233 432


898

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Porcentaje

Volvería a elegir

Aconsejaría a un amigo vivir

en una residencia


Su opinión sobre lasresidencias ha mejorado

0 20 40 60 80 100

Gráfico 9.35INDICADORES DE ADHESIÓN A LA RESIDENCIA, 2004


899

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.59GRADO DE SATISFACCIÓN CON LA RESIDENCIA EN LA QUE VIVEN POR SEXO Y EDAD DE LOS RESIDENTES, 2004

TotalEdad


Ambos sexos

Mucho 42,8 40,1 45,7

Bastante 47,2 50,2 44,0

Indiferente 4,8 3,8 5,8

Poco 3,3 4,4 2,1

Nada 0,7 0,9 0,3


N 610 319 291

Varones

Mucho 39,3 38,3 41,4

Bastante 51,1 50,8 51,7


Poco 4,5 5,8 1,7

Nada 0,6 0,8 0,0


N 178 120 58

Mujeres

Mucho 44,2 41,2 46,8

Bastante 45,6 49,7 42,1


Poco 2,8 3,5 2,1

Nada 0,7 1,0 0,4


N 432 199 233


900

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Porc

enta

je

Varon es menores de 85años

Varones de 85 o más años Mujeres meno res de 85años

Mujeres de 85 o más años

BastanteMucho

Gráfico 9.36GRADO DE SATISFACCIÓN CON LA RESIDENCIA EN LA QUE VIVEN POR SEXO Y EDAD DE LOS RESIDENTES, 2004


901

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.60ALTERNATIVAS AL INGRESO EN LA RESIDENCIA PREFERIDAS Y POSIBLES PARA LOS RESIDENTES SEGÚN TIPO DE ESTANCIA, SEXO Y EDAD, 2004. AMBOS SEXOS

Edad


años85 o más

años

Alternativa que habría preferido

Quedarse en casa 21,7 18,6 20,2 27,0

Quedarse en casa con un empleado de hogar

4,7 6,9 5,8 13,5

Quedarse en casa con la atención de los Servicios Sociales

3,3 0,4 1,9 5,4

Vivir con la familia 9,7 5,8 7,9 27,0

Prefi ere vivir en la residencia 55,5 62,0 58,6 21,6

No sabe 3,7 5,5 4,5 5,4

Nc 1,3 0,7 1,0 0,0

Alternativa que podría haber adoptado

Quedarse en casa 6,0 5,1 5,6 8,1


5,4 5,8 5,6 21,6


3,0 0,7 1,9 8,1

Vivir con la familia 8,4 5,5 7,0 24,3

Sólo la residencia 55,9 67,9 61,6 27,0

No sabe 15,7 12,4 14,1 10,8

Nc 5,7 2,6 4,2 0,0

N 299 274 573 37


902

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.61ALTERNATIVAS AL INGRESO EN LA RESIDENCIA PREFERIDAS Y POSIBLES PARA LOS RESIDENTES SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004. VARONES

Edad


85 o másaños


Quedarse en casa 16,7 14,5 16,0


4,4 3,6 4,1


5,3 0,0 3,6

Vivir con la familia 14,9 7,3 12,4

Prefi ere vivir en la residencia 51,8 70,9 58,0

No sabe 5,3 3,6 4,7

Nc 1,8 0,0 1,2




4,4 3,6 4,1


4,4 3,6 4,1


Sólo la residencia 53,5 63,6 56,8

No sabe 17,5 14,5 16,6

Nc 6,1 5,5 5,9

N 114 55 169


903

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.62ALTERNATIVAS AL INGRESO EN LA RESIDENCIA PREFERIDAS Y POSIBLES PARA LOS RESIDENTES SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004. MUJERES

Edad


85 o másaños




4,9 7,8 6,4


2,2 0,5 1,2


Prefi ere vivir en la residencia 57,8 59,8 58,9

No sabe 2,7 5,9 4,5

Nc 1,1 0,9 1,0




5,9 6,4 6,2


2,2 0,0 1,0


Sólo la residencia 57,3 69,0 63,6

No sabe 14,6 11,9 13,1

Nc 5,4 1,8 3,5

N 185 219 404


904

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

10

20

30

40

50

60

70

Porc

enta

je

DesearíaPodría

Quedarseen casa

Quedarse encasa con un

empleado dehogar

Quedarse encasa con la

atención de losServiciosSociales

Vivir con lafamilia

Prefiere vivir enla residencia

No sabe Nc

Gráfico 9.37ALTERNATIVAS AL INGRESO EN LA RESIDENCIA PREFERIDAS Y POSIBLES PARA LOS RESIDENTES, 2004


Medianas (50-80 plazas)21,8%

Pequeñas (menos de 50plazas)18,7%

Minirresidencias (de tipohogareño)

5,5%

No sabe20,7%

Grandes (más de 90plazas)33,3%

Gráfico 9.38PREFERENCIAS DE LOS MAYORES SOBRE EL TAMAÑO DE LAS RESIDENCIAS, 2004


905

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O



Tabla 9.63OPINIÓN DE LOS RESIDENTES SOBRE EL TRATO QUE DIPENSAN LOS HIJOS DE LAS GENERACIONES ACTUALES A SUS PADRES MAYORES SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004

Edad


85 o más años

Ambos sexos

Mejor que antes 9,7 5,8 7,9

Igual 16,3 19,9 18,0

Peor que antes 45,1 41,9 43,6

Las circunstancias han cambiado mucho y no se puede comparar

16,3 16,5 16,4

Ns/Nc 12,5 15,8 14,1

N 319 291 610

Varones


Igual 17,5 13,8 16,3



13,3 10,3 12,4

Ns/Nc 10,8 17,2 12,9

N 120 58 178

Mujeres


Igual 15,6 21,5 18,8



18,1 18,0 18,1

Ns/Nc 13,6 15,5 14,6

N 199 233 432

906

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


Tabla 9.64OPINIÓN DE LOS RESIDENTES SOBRE QUIÉN DEBE ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DEL CUIDADO DE LOS MAYORES SEGÚN SEXO Y EDAD, 2004

Edad


85 o másaños

Ambos sexos

Exclusivamente la Administración 25,9 19,2 22,7

Principalmente la Administración 34,7 39,3 36,9

Principalmente las familias 28,1 29,2 28,6

Exclusivamente las familias 9,0 9,5 9,2

No sabe 2,2 2,7 2,4

N 319 291 610

Varones





No sabe 2,5 0,0 1,3

N 120 58 178

Mujeres





No sabe 2,0 3,4 2,8

N 199 233 432


907

CA

PÍT

UL

O N

OV

EN

O


0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

Porc

enta

je

Mejor Igual Peor No sepuede

comparar

Ns/Nc

Trato de los hijos

0 10 20 30 40

Porcentaje

LaAdministración

Sobre todo laAdministración

Sobre todo lasfamilias

Las familias

No sabe

Papel de la Administración y de las familias

Gráfico 9.39OPINIÓN DE LOS MAYORES SOBRE EL TRATO QUE DISPENSAN LOS HIJOS DE LAS GENERACIONES ACTUALES A SUS PADRES MAYORES Y SOBRE QUIÉNDEBE ASUMIR EL PAPEL FUNDAMENTAL EN EL CUIDADO DE LOS MAYORES, 2004


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