Marco institucional, funciones empresariales y...

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7 Marco institucional, funciones empresariales y crecimiento económico 1 Luis Palma Martos 2 1. Este artículo se recibió el 29/03/2006 y se aprobó el 07/06/2006. 2. Ph.D. en Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Sevilla, España. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Sevilla, España. Profesor titular, Departamento de Teoría Económica y Economía Política, Universidad de Sevilla, España. Correo-e: [email protected] Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

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Marco institucional, funciones empresariales

y crecimiento económico1

Luis Palma Martos2

1. Este artículo se recibió el 29/03/2006 y se aprobó el 07/06/2006.

2. Ph.D. en Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Sevilla, España. Licenciado en Ciencias

Económicas y Empresariales, Universidad de Sevilla, España. Profesor titular, Departamento de Teoría Económica

y Economía Política, Universidad de Sevilla, España. Correo-e: [email protected]

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RESUMEN

El trabajo explora las causas del

crecimiento económico, para lo cual: 1)

reflexiona acerca del concepto desarrollo

económico, haciendo énfasis en la teoría del

desarrollo endógeno; 2) analiza la relación

entre empresarialidad y crecimiento,

considerando en el análisis: la oferta total

de empresarios; las características de los

empresarios; el desarrollo de sus funciones,

que deben ser productivas, más que

destructivas o improductivas, si se busca el

crecimiento; el fomento de la actitud

empresarial; y el impulso a la enseñanza

artística como herramienta para desarrollar

la creatividad, cualidad necesaria de los

empresarios; 3) analiza el marco

institucional, es decir, las reglas del juego

en las cuales se mueven los empresarios

puesto que, a través de acciones políticas

transformadoras, que alteren las estructuras

de incentivos del sistema, se puede incidir

en la aparición de funciones empresariales

productivas.

Palabras clave: desarrollo económico,

crecimiento económico, teoría de desarrollo

endógeno, empresarialidad, funciones

productivas, funciones improductivas,

funciones destructivas, economía de la

cultura, instituciones.

ABSTRACT

This work examines the causes of

economic growth, for the purposes of which

it: 1) considers the concept of economic

development, emphasizing the theory of

endogenous development; 2) analyzes the

relationship between entrepreneurship and

growth, considering the total offer of the

businessmen, their characteristics, how they

carry out their functions which should be

productive more than destructive or non-

productive, if growth is required;

encouragement of entrepreneurial attitudes,

and the furthering of artistic teaching as a

tool to inspire creativity, which is a necessary

quality in entrepreneurs, and 3) analyzes the

institutional framework, in other words the

rules of the game in which entrepreneurs

operate, since, through their policy-

transforming actions which alter the

incentive-based structures of the system, this

can have a bearing on productive

entrepreneurial functions.

Key words: economic development,

economic growth, endogenous development

theory, entrepreneurship, productive

functions, non-productive functions,

destructive functions, economy of culture,

institutions.

Clasificación JEL: O12, 01.

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INTRODUCCIÓN

El trabajo que se introduce con

estas líneas explora las causas del cre-

cimiento económico, adentrándose en

una línea argumental bien definida que

pasamos a esbozar brevemente.

En primer lugar, esbozamos al-

gunas reflexiones acerca del concep-

to de desarrollo.3 Nos detendremos

sobre todo en la teoría del desarrollo

endógeno. También nos ocuparemos

de los costes del progreso y del he-

cho de que los temas relacionados con

el crecimiento hayan vuelto a erigir-

se en el núcleo del análisis económi-

co, desplazando al equilibrio general

(Lasuén y Aranzadi 2002, 14).

La segunda parte del trabajo ana-

liza la relación entre empresarialidad

y crecimiento. La tesis, en absoluto

original, que subyace en este análisis

es que el desarrollo depende, en bue-

na medida, de la oferta total de em-

presarios. Pero no únicamente. Así,

comenzamos por esbozar una carac-

terización del empresario desde la

perspectiva funcionalista, es decir,

nos preocupamos por el quehacer del

empresario. A continuación, veremos

cómo el fomento de la actitud empre-

sarial es una condición necesaria pero

no suficiente para el crecimiento. Nos

detendremos en explorar cómo el

impulso de las enseñanzas artísticas

puede ser una buena política para el

fomento de actitudes creativas, esen-

ciales para la aparición de vocacio-

nes empresariales. Este argumento

puede considerarse una incursión li-

mitada a un frente, pues aceptamos

la existencia de otros elementos de-

terminantes de la oferta total de em-

presarios. No obstante, incidimos en

ella por lo sugestivo del planteamien-

to y las posibles derivaciones del mis-

mo a otros campos del análisis eco-

nómico.

Esta segunda parte se cierra con

un análisis de la condición suficiente

para que la actividad empresarial im-

plique crecimiento. Esta actividad

hace que de las posibles opciones con

que cuenta el empresario para desa-

rrollar sus funciones, destructivas,

improductivas y productivas, opte por

las últimas, y muy especialmente por

la función empresarial innovadora,

entendida en su sentido amplio.

La tercera parte introduce un nue-

vo elemento en el discurso. Se trata

del marco institucional, que podría-

mos denominar reglas del juego, me-

diante las cuales los empresarios de-

sarrollan su labor. El vínculo que va-

mos a explorar es el que relaciona el

3. Aunque somos conscientes de las diferencias en-

tre los conceptos crecimiento y desarrollo, noso-

tros vamos a hacer un uso prácticamente indistin-

to, si bien el acento está puesto en los procesos de

crecimiento.

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diseño del marco institucional y la

aparición de funciones empresariales

productivas. Naturalmente, es preci-

so esbozar los elementos que confi-

guran el marco institucional. Esto es

así porque llegaremos a la conclusión

de que acciones políticas transforma-

doras de este marco, es decir, que al-

teren las estructuras de incentivos del

sistema, son fundamentales para im-

pulsar las funciones empresariales

productivas y, naturalmente, el desa-

rrollo (Baumol y Batey 1993).

El trabajo se cierra con un con-

junto de conclusiones derivadas del

análisis.

1. EL CRECIMIENTO ECONÓ-

MICO COMO OBJETIVO.

ALGUNOS ELEMENTOS

DELIMITADORES

En una primera aproximación

podríamos usar como referente una

concepción del desarrollo vinculada

esencialmente con el crecimiento de

la productividad y de la renta per cá-

pita de un país o región determinada

(Torres Villanueva 1997, 53).

A partir de una concepción como

la anterior es innegable un importan-

te progreso a escala global en los úl-

timos decenios. Sin embargo, este

progreso no se ha producido sin cos-

tes. Apuntemos dos (Lasuén y Aran-

zadi 2002, 13): el flagrante deterioro

de los recursos naturales y la acen-

tuación –que Lasuén y Aranzadi cali-

fican de insoportable- de las diferen-

cias en el nivel de vida de las nacio-

nes o incluso de las regiones dentro

de determinados países.

Estos costes, cada vez más visi-

bles, han llevado al análisis económi-

co a desplazar al equilibrio general del

eje de la investigación y volver a lo

que fue el núcleo de la disciplina en

sus orígenes: el crecimiento econó-

mico. Esto significa una clara aten-

ción a las teorías del crecimiento, fun-

damentalmente a la emergente teoría

del desarrollo endógeno.

Esta teoría considera a la empre-

sarialidad y la innovación elementos

clave en los procesos de crecimiento.

En general, el crecimiento se basaría

en el impulso de las actividades in-

tangibles, las más abundantes y diná-

micas en los países avanzados, acti-

vidades que originarían las innovacio-

nes que serían imitadas por el resto

de países en un proceso impulsor del

progreso.

En el contexto anterior aparece

como trascendente el empresario in-

novador y, por ello, el mayor obstá-

culo para el crecimiento sería la falta

de empresarios. Naturalmente el con-

cepto de empresarialidad no es está-

tico y hoy en día, junto con la figura

imprescindible del empresario como

individuo, deben destacarse los con-

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dicionantes institucionales y organi-

zativos. Por otra parte, también varía

a lo largo del tiempo el factor esen-

cial que los empresarios deben utili-

zar para favorecer el desarrollo. En

la actualidad este factor sería la ge-

neración de conocimiento, que servi-

ría de base para el impulso de las in-

novaciones, entendidas éstas en un

sentido schumpeteriano amplio.

En definitiva, se necesitan empre-

sarios con capacidad innovadora que

operen en contextos adecuados, favo-

recedores de esta función. En este tra-

bajo avanzaremos algunas ideas en

dos direcciones. En primer lugar,

abordaremos la cuestión de cómo

puede aumentar la oferta de empre-

sarios; en segundo lugar, y no menos

importante, bosquejaremos los ele-

mentos del marco institucional que

podrían favorecer una función empre-

sarial productiva, como sería cual-

quier proceso de innovación.

Quizá, y así lo hemos entendido,

el marco conceptual más adecuado

para abordar un análisis del impulso

para el crecimiento derivado de la

función empresarial innovadora sea

el que nos ofrece la tradición schum-

peteriana. El esquema de análisis

schumpeteriano, basado en los «pro-

cesos de destrucción creadora» es, no

obstante, susceptible de ser enrique-

cido en, al menos, dos extensiones.

En primer lugar es preciso incor-

porar como determinantes de los pro-

cesos de crecimiento (desarrollo) a las

innovaciones menores, donde el

aprendizaje, copia y difusión desem-

peñan un papel sustancial (López

García 1997, 94). En este contexto, y

para regiones con menor grado de

desarrollo, es de gran importancia el

análisis del impacto de la tecnología

importada, su grado de adaptabilidad

y difusión. Las aproximaciones evo-

lutivas son un buen marco de referen-

cia para este tipo de análisis.

La segunda extensión al modelo

debería abarcar la asignación de la

función empresarial. A la tantas ve-

ces citada lista de innovaciones («rea-

lización de nuevas combinaciones»,

propuesta por Schumpeter), podrían

añadirse otras tipologías. Baumol y

Batey (1993, 97) hacen, al respecto,

algunas sugerencias. Señalan que la

lista no abarca explícitamente las ac-

tividades innovadoras de transferen-

cia de tecnología, que aprovechan la

oportunidad de tecnologías disponi-

bles y las adaptan a las condiciones

locales. Pero, como novedad impor-

tante, la lista de Schumpeter podría

incluir supuestos de innovaciones en

los procedimientos especulativos;

podríamos poner como ejemplo, el

descubrimiento de una táctica legal,

no utilizada previamente, eficaz para

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desviar rentas hacia los que la explo-

tan por primera vez.

En suma, vamos a entender los

procesos de crecimiento en clave evo-

lutiva y dinámica, y vamos a incor-

porar acciones por parte de los em-

presarios que limiten e incluso minen

estos procesos. Conocer y caracteri-

zar las funciones empresariales nos

ayudará a entender esta última afir-

mación. Asimismo debemos indagar

en las acciones políticas que propi-

cien, por un lado, la aparición de em-

presarios y, por otra, la definición de

marcos institucionales que incentiven

a los empresarios a llevar a cabo fun-

ciones empresariales productivas.

2. LA CARACTERIZACIÓNDEL EMPRESARIO DESDEUNA PERSPECTIVA FUN-CIONALISTA

Cabría una aproximación al es-

tudio de la actividad empresarial des-

de dos enfoques. Bajo el enfoque in-

dicativo, la preocupación está centra-

da en determinar quién es el empre-

sario y lo caracterizaríamos como

aquel agente que toma decisiones,

asume el riesgo, crea riqueza, ostenta

la propiedad y el control de la empre-

sa... Un segundo enfoque, el funcio-

nal, dedica su análisis a lo que hace

el empresario (O’Kean 1989).

O’Kean (1989, 1991) señala, des-

de esta perspectiva funcionalista, cua-

tro aportaciones fundamentales a la

teoría empresarial. La primera con-

cebiría al empresario como organiza-

dor de la producción y su preocupa-

ción fundamental estaría centrada en

la reducción de las posibles ineficien-

cias de su empresa. La segunda

aproximación entiende al empresario

como un agente inmerso en los pro-

cesos de mercado y a la busca ince-

sante de oportunidades de beneficios.

Una tercera teoría sitúa al empresa-

rio en un entorno de incertidumbre y

le arroga la responsabilidad de esti-

mar el futuro. En fin, la cuarta apor-

tación considera que el empresario es

el agente innovador por excelencia

del sistema económico (O’Kean

1991, 51). A continuación veremos

con más detalle estas cuatro aproxi-

maciones.

2.1 Leibenstein y la reducción deineficienciasLa aportación de Leibenstein a la

teoría empresarial parte del rechazo

de las hipótesis básicas del modelo

neoclásico. En el marco neoclásico la

confluencia de hipótesis y el meca-

nismo de la competencia determina-

ban una eficiencia máxima del siste-

ma productivo (O’Kean 1989; 1991,

53).

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El mundo, según Leibenstein, es

substancialmente distinto al descrito

en el esquema neoclásico. Como sig-

nos de imperfección, Leibenstein se-

ñala lo incompleto de los mercados

de trabajo, la falta de especificación

concreta de la función de producción,

incluso el desconocimiento de la mis-

ma, y por último la imposibilidad de

adquirir todos los factores de produc-

ción en el mercado.

En la aportación de Leibenstein,

es destacable la consideración de in-

tereses contradictorios en el seno de

la unidad productiva. Esta realidad,

en sintonía con los planteamientos del

capitalismo directivista y la teoría de

la agencia, podía conducir a decisio-

nes claramente distintas a las previs-

tas por el modelo neoclásico. Otro

factor novedoso introducido por Lei-

benstein es la motivación (O’Kean

1991, 54).

En las circunstancias considera-

das por Leibenstein, las empresas no

minimizan los costes y se origina un

cierto grado de ineficiencia que pue-

de disminuirse. Para llevar a cabo este

objetivo se realizarán tres tipos de

actividades: superar los obstáculos

futuros y resolver los vacíos que pre-

sente el mercado de factores; comple-

tar los factores necesarios para la pro-

ducción, no proporcionados por el

mercado, y por último asumir la in-

certidumbre de la organización y su

entorno (O’Kean 1989; 1991, 54).

Como responsables de las imper-

fecciones puestas de manifiesto por

Leibenstein, éste señala al entorno

político y a la misma actividad em-

presarial.

2.2 Kirzner y la captación de opor-

tunidades de beneficios

Kirzner, autor que puede consi-

derarse dentro de la tradición austría-

ca, discípulo de Mises y sintetizador

de las ideas de éste con las de Hayek

en su libro Competencia y Empresa-

rialidad, elabora su teoría de la fun-

ción empresarial basándose en dos

ideas de Mises. La primera, relativa

al carácter especulador del empresa-

rio, carácter consustancial a todo

hombre que actúa. Su actividad se

centra en la ponderación de circuns-

tancias futuras, inciertas por natura-

leza. Su éxito dependerá de lo exacto

de sus acciones. La segunda idea de

Mises resalta el carácter del hombre

provocador de cambios e innovacio-

nes con la esperanza de una ganancia

(O’Kean 1989; 1991, 57).

Su punto de partida también es

crítico respecto del modelo neoclási-

co, y sitúa al empresario en un proce-

so de mercado, entendido como

«toma de decisiones dinámicamente

competitivas en un mundo en el que

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los sujetos, que en absoluto son om-

niscientes, persiguen sus propios fi-

nes» (Kirzner 1998, 11).

El mercado se entiende, pues,

como un proceso que se caracteriza

por la imperfecta información que

poseen los agentes participantes. Esta

realidad provoca en el mercado una

serie de desajustes que, en opinión de

Kirzner, propician la aparición de

oportunidades de beneficios. La de-

tección de esos desajustes y las opor-

tunidades de beneficios concomitan-

tes constituye la función del empre-

sario. De ese modo, el empresario es

una pieza fundamental en el proceso

de mercado. Kirzner plantea la posi-

bilidad de que la actuación del em-

presario en pos de las oportunidades

de beneficios vaya más allá de la de

un agente equilibrador, y llegue a al-

canzar naturaleza innovadora

(O’Kean 1989).

Respecto de la paternidad de esta

teoría del empresario, nos resulta cu-

rioso y elegante un comentario de

Kirzner en el prólogo a la segunda

edición de Competencia y Empresa-

rialidad, con el que cerramos el apar-

tado:Como ya he señalado, no preten-

día ofrecer con este libro una con-

tribución teórica original y sigo

creyendo firmemente que las ideas

principales en él desarrolladas

(ideas que muchos escritores pos-

teriores han seguido rutinariamen-

te atribuyéndome a mí casi en su

totalidad, tales como la noción de

perspicacia empresarial o el carác-

ter sistemáticamente «equilibra-

dor» de la empresarialidad en el

proceso de mercado) no pasaban

de ser una nueva exposición y de-

sarrollo de los principios misianos

(Kirzner 1998, 9).

2.3 Knight y la lucha contra la in-

certidumbre

La principal aportación de Frank

Knight a la teoría del empresario es

la inclusión de la variable tiempo y la

imperfecta información que esto ori-

gina. Esta incertidumbre relaciona

directamente la actividad económica

con la acción empresarial (O’Kean

1989). La teoría de Knight, expuesta

en su libro «Riesgo, Incertidumbre y

Beneficio» puede considerarse la de

más impacto en la economía conven-

cional. La primera función que Knight

asigna al empresario es la de organi-

zador de la producción y como tal,

(...) deberá aventurarse en una ac-

ción en la que puede conocer las

circunstancias actuales con certe-

za, pero sobre la cual, desconoce

el resultado final. La imposibili-

dad de realizar esta predicción ni

aún en términos de probabilidad

es lo que se denomina incertidum-

bre según Knight... El aventurarse

a profetizar el futuro y el actuar

en consecuencia, conlleva un

«riesgo» no asegurable y es éste

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el merecedor del excedente resi-

dual si la predicción ha sido co-

rrecta, si la acción ha tenido éxito

(O’Kean 1989).

El empresario no es necesaria-

mente, según Knight, quien afronta

el riesgo. Se preocupa por asegurar a

los propietarios de los servicios pro-

ductivos contra la incertidumbre y la

posible fluctuación en sus rentas. La

función empresarial, profética como

vemos, debe ofrecer suficientes ga-

rantías para hacer que otros agentes

arriesguen los factores que poseen.

No hay que confundir, sin embargo,

incertidumbre con mala información.

El empresario no dispone de los da-

tos, sencillamente porque éstos no

existen. El papel del empresario ra-

dica en la estimación de estos datos y

la exactitud de esta estimación supon-

drá el éxito de su actividad. Esta fun-

ción de estimar los datos requiere un

práctico y muy amplio conocimiento

del entorno de la empresa, amén del

perfecto conocimiento interno de la

misma.

Para concluir con esta función

empresarial, veamos la opinión que

sobre el riesgo expone un empresa-

rio. Su planteamiento es eminente-

mente pragmático, y se incluye en un

capítulo dedicado al riesgo en un li-

bro titulado «El Oficio de Empresa-

rio» (Servan-Schreiber 1991, 77):

Frente a un riesgo, es decir, ante

cualquier acción a emprender, no

me he arrepentido nunca de haber

hecho caso a mi intuición. Pero

antes, al igual que todos mis cole-

gas cuando están a punto de tomar

una decisión, trato de introducir un

poco de lógica en el proceso que

conduce a ella.

2.4 Schumpeter y la función empre-

sarial innovadora

El empresario innovador de

Schumpeter es un viejo conocido de

la literatura sobre la función empre-

sarial y sobre el análisis económico

del cambio tecnológico.4

El empresario de Schumpeter ac-

túa en clave dinámica y desequilibra-

dora. Su «proceso de destrucción

creadora» supone la ruptura de un

equilibrio establecido para imponer

uno nuevo. En la nueva situación el

empresario tendrá una posición de

privilegio (poder de mercado) que

resultará ser la recompensa por su in-

novación (nuevos productos, nuevos

procesos, nuevos mercados, nueva

fuente de aprovisionamiento, nueva

organización). Pero la trascendencia

de la función del empresario schum-

peteriano reside en que esta acción

desequilibradora impulsa al sistema

económico a un proceso de desenvol-

4. Ver Schumpeter (1976, 1984).

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vimiento –terminología de Schumpe-

ter– en el que cada nuevo equilibrio

se determina en un nivel de creci-

miento mayor. En definitiva, la fun-

ción empresarial innovadora es el fac-

tor más relevante de desarrollo eco-

nómico y además, arrastra con su ac-

ción a un proceso de imitación al res-

to de los empresarios, en beneficio de

los consumidores (O’Kean 1989). En

efecto, este proceso de entrada de

imitadores al mercado destruye la

posición de monopolio lograda, tem-

poralmente, por el innovador, lo que

determina una situación de mayor

competencia y por ende una reduc-

ción de precios en el mercado.

Las características de la «respues-

ta creadora» schumpeteriana serían:

a) no puede ser predicha aplicando las

reglas ordinarias de inferencia de los

datos preexistentes; b) modela todo

el curso subsiguiente de los aconteci-

mientos y sus resultados a largo pla-

zo y c) tiene que ver con la calidad

del personal disponible en una socie-

dad y con las decisiones, acciones y

esquemas de comportamiento indivi-

duales. Insiste además Schumpeter en

que los mecanismos del cambio eco-

nómico en la sociedad capitalista se

fundamentan en la actividad empre-

sarial (O’Kean 1989).

Schumpeter hace una clara dis-

tinción entre el empresario innovador

y el capitalista, el director o el pro-

pietario de la empresa. También lo

distingue del inventor. El empresario

trata de lograr realizaciones. En defi-

nitiva, ser empresario no es para

Schumpeter una profesión. Sólo se es

empresario cuando se llevan a la prác-

tica innovaciones, o nuevas combi-

naciones en terminología schumpete-

riana. Por tanto, el carácter de empre-

sario es efímero y funcional.

Con anterioridad, hemos señala-

do que el empresario innovador era

el agente clave en los procesos de

desarrollo económico. Nos gustaría,

sin embargo, matizar lo anterior,

puesto que ya el propio Schumpeter

descargó de la responsabilidad única

de la innovación al empresario inno-

vador individual, característico del

modelo expuesto en la «Teoría del

desenvolvimiento económico». En un

segundo modelo asociado a «Capita-

lismo, Socialismo y Democracia»

plantea un proceso más instituciona-

lizado, también más burocratizado, en

el que cabría hablar de un tejido em-

presarial innovador, donde la figura

del empresario individual juega un

papel de menor relevancia (Palma

1996). Tal como apuntábamos ante-

riormente, los condicionantes institu-

cionales o de carácter organizativo

pueden, finalmente, resultar determi-

nantes en los logros de los empresa-

rios desde una perspectiva del bie-

nestar social.

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3. EL FOMENTO DE LA ACTI-VIDAD EMPRESARIAL IN-NOVADORA Y LA POLÍTICACULTURAL

La idea que subyace a este apar-

tado y que pretendemos explorar es

la de que la actitud creativa de los

individuos que componen una socie-

dad genera conductas propicias a la

empresarialidad y la innovación, ele-

mentos, como hemos visto, claves

para los procesos de desarrollo, tal y

como pone de manifiesto la teoría del

crecimiento endógeno. Como apunta

Towse (2005, 33) los defensores de

esta teoría destacan la inclusión de los

factores culturales en la función de

producción, si bien es preciso seña-

lar que el uso del concepto cultura se

lleva a cabo en un sentido antropoló-

gico amplio y no en un sentido artís-

tico, mucho más restringido.

En definitiva, la línea argumen-

tal sobre la que se debe trabajar es la

que llevará desde la formación artís-

tica a la creatividad y desde ésta a las

actividades empresariales e innova-

doras, favorecedoras de un crecimien-

to endógeno sostenible, al ser inde-

pendiente de la base física, es decir,

de los factores naturales de produc-

ción.

3.1 Un apunte sobre el marco ge-neral de análisisDos elementos van a ser apunta-

dos en este trazo del marco de análi-

sis acerca de la relación entre cultu-

ra-creatividad-empresarialidad-inno-

vación-crecimiento. Por un lado, nos

detendremos en la actual dinámica

global-local y en sus efectos sobre las

condiciones de vida de los territorios.

Por otro, nos referiremos, en el esce-

nario que constituye la sociedad del

conocimiento, al gigantesco incre-

mento de la información digitaliza-

da.

En relación con la dinámica glo-

bal-local y su impulso sobre el bie-

nestar de los territorios, Pilotti (2003)

resalta algunos elementos en los que

los territorios basan sus ventajas com-

petitivas:

(...) la ventaja competitiva se

basa (…) en la riqueza cultural de

un territorio, fundada… en su his-

toria y en la de sus instituciones,

en la capacidad de alimentar con

sus propias raíces nuevos modos

de hacer, producir, consumir, pero

sobre todo, nuevas modalidades de

conexión y relación entre los hom-

bres: un territorio entre múltiples

territorios que reconvierte en teji-

do (…) relevante y específico en

el que profundizar y explorar nue-

vas fuentes de creatividad.

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En el contexto señalado, los bie-

nes y servicios culturales cumplen

una pluralidad de funciones erigién-

dose en un componente fundamental

de los factores determinantes de la

creatividad y la innovación, contribu-

yendo de ese modo a la calidad del

desarrollo con una creciente inciden-

cia territorial.

Además, la sociedad del conoci-

miento, a la que aludiremos a conti-

nuación, puede reforzar la alianza

entre arte, cultura y ciencia, al propi-

ciar una cierta comunidad global de

los saberes, comunidad ésta que per-

mitiría la difusión de los impulsos

creativos.

En definitiva, el fomento del arte

y la cultura adquiriría una incuestio-

nable relevancia estratégica, susten-

tada en su papel reforzador en rela-

ción con el capital humano, el entor-

no medioambiental y el entorno cog-

nitivo y simbólico, elementos funda-

mentales, como venimos señalando,

en los procesos de crecimiento endó-

geno (Pilotti 2003).

Detengámonos ahora en el otro

elemento aludido. Nos referimos al

ingente incremento de la información

digitalizada en el escenario de la so-

ciedad del conocimiento. Esta nueva

realidad obliga a un cambio radical

de actitud ante la información. Como

señalan Lasuén y Aranzadi (2002,

165), el problema que plantea la in-

formación no es ya un problema de

inteligencia convergente, es decir, de

conocimiento objetivo, sino que se

erige en un problema de conocimien-

to divergente, con un alto componente

de creatividad.

3.2 Un esquema interpretativo de

la relación entre cultura y acti-

tud empresarial innovadora.

A partir de los elementos concep-

tuales arriba enunciados, podemos de-

finir la empresarialidad pura como:

el despliegue de la capacidad crea-

tiva de la persona sobre la reali-

dad que la rodea. Estamos, en el

fondo, manejando los mismos con-

ceptos desde perspectivas cientí-

ficas diversas: desde la Economía

hablaríamos de empresarialidad e

innovación, desde la Psicología de

creatividad (Lasuén y Aranzadi

2002, 167-168).

Si volvemos al concepto de em-

presarialidad y a su vínculo con la

creatividad, debemos entender que la

empresarialidad, en tanto que creati-

vidad, no es un conocimiento objeti-

vo y científico que pueda adquirirse

en el mercado.5 Como hemos apun-

5. En todo caso, pueden verse modelos teóricos que

incorporan el mercado de funciones empresaria-

les a la hora de analizar las decisiones y óptimos

de una empresa. Véase, por ejemplo, Gravelle y

Rees 2004, cap.20.

LUIS PALMA MARTOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

19

tado anteriormente, no se trata de un

problema de conocimiento conver-

gente o formal. En ese contexto, la

empresarialidad debe entenderse

como la capacidad de proyectarse

desde lo dado e imaginarse posibili-

dades de ganancia. Saber qué y cómo

hacer algo nuevo y útil (innovar) con

la información existente. Naturalmen-

te, este comportamiento económico

se define en un mundo con informa-

ción imperfecta.

La noción de empresarialidad se

presenta como central para explicar

las dificultades que algunos territo-

rios tienen para desarrollarse. Al res-

pecto, Lasuén y Aranzadi (2002, 17)

afirman:

El obstáculo fundamental que hay

que superar, para conseguir que el

crecimiento económico que se ge-

nera en el mundo económico se

difunda, mediante la globaliza-

ción, rápidamente, al menos desa-

rrollado, de manera que se puedan

reducir las diferencias de nivel de

vida entre los dos, es la falta de

empresarialidad en la mayor parte

de los países del globo.

A partir de esta convicción, se tra-

ta de rastrear los determinantes de la

empresarialidad, pues la literatura, en

sintonía con la cita anterior, viene re-

forzando la idea de que el crecimien-

to depende del número y de la cali-

dad –en cuanto a la naturaleza de las

funciones que lleven a cabo– de los

empresarios que una sociedad posea.

En este apartado no pretendemos

ofrecer una teoría completa acerca de

los determinantes de la oferta de em-

presarios. Nos interesa, a modo de

incursión analítica, esbozar una hipó-

tesis que vincule el arte, la creativi-

dad y la empresarialidad.

Lasuén y Aranzadi (2002, 19) se-

ñalan a los artistas como anticipado-

res de los cambios filosóficos, sien-

do éstos, a su vez, anticipadores de

los cambios científicos y tecnológi-

cos. En la misma línea apunta Verdú

(2003, 142): «Los militantes de las

vanguardias alardeaban de ver más

allá, en consonancia con la posición

encimada del artista. Veían aquello

que los demás no podían ver y eran,

desde todos los puntos de vista, pro-

fetas». En definitiva, la creatividad

que los artistas aportan a la sociedad

favorece el que el resto de los indivi-

duos adopten actitudes empresaria-

les.6

A partir de la convicción arriba

expuesta pueden extraerse dos con-

6. En consonancia con esta idea, una forma de ha-

cer a una sociedad más creativa es fomentar el

número de artistas. Un análisis muy sugerente

sobre el tema, centrado en el apoyo a los artistas,

es el de Abbing (2005).

MARCO INSTITUCIONAL, FUNCIONES EMPRESARIALES Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

20

clusiones con claras implicaciones de

política. La primera sería la necesi-

dad de potenciar la educación artísti-

ca de toda la población, lo que ayu-

daría a configurar una amplia deman-

da de servicios artísticos, y contribui-

ría, por ende, a mantener una oferta

estable de éstos, al margen de un po-

sible mecenazgo, ya sea de carácter

público o privado. La segunda con-

clusión, complementaria de la ante-

rior y que más nos interesa ahora, nos

llevaría a reclamar medidas que po-

tencien la creatividad de la población

en general.

El gráfico 1 puede servirnos de

esquema para interpretar adecuada-

mente lo que venimos argumentan-

do. Es preciso indicar que el análisis

que subyace en la gráfica se basa en

los desarrollos de la psicología cog-

nitiva, que resultan de gran utilidad

para lograr una mejor comprensión

acerca del comportamiento de los in-

dividuos, incluso si entendemos que

éstos se encuentran envueltos en pro-

blemas de naturaleza económica.

Como hemos señalado, Lasuén y

Aranzadi (2002)7 han avanzado en el

estudio de la relación entre formación

artística y creatividad. Frey (2005),

por su parte, señala que la producción

artística puede contribuir a una edu-

cación más liberal y abierta y al pro-

greso social de los participantes en la

producción. Abunda en el hecho de

que algunas experiencias artísticas de

naturaleza experimental pueden con-

tribuir al fomento de la innovación y

a la adopción de actitudes más favo-

rables al riesgo en los más diversos

sectores de la sociedad.

7. Ver sobre todo la segunda parte titulada «La

empresarialidad y el arte».

LUIS PALMA MARTOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

21

(causa suficiente) (condición necesaria)

FORMACIÓN ARTÍSTICA

ENTRENAMIENTO EMOCIONAL

ENTRENAMIENTO INTELECTUAL

ENTRENAMIENTO INTELECTUAL

CREENCIAS

MOTIVACIÓN (Búsqueda del logro)

INTELIGENCIA (Episódica)

ACTITUD CREATIVA

CONDUCTAS PROPICIAS A LA

EMPRESARIALIDAD Y LA INNOVACIÓN

4. FUNCIONES EMPRESARIA-LES PRODUCTIVAS, IM-PRODUCTIVAS Y DES-TRUCTIVAS. IMPLICACIO-NES PARA EL CRECIMIEN-TO ECONÓMICO

Comencemos planteando como

hipótesis de partida la formulada por

Baumol y Batey (1993, 91):

Mientras la oferta total de empre-

sarios varía de unas sociedades

a otras, la contribución produc-

tiva de las actividades empresa-

Gráfico 1. Formación artística, creatividad y empresarialidad.

Fuente: Elaboración propia a partir de Lasuén y Aranzadi (2002).

riales varía mucho más, a causa

de su diferente asignación entre

actividades productivas tales

como la innovación y activida-

des en gran parte improductivas

tales como la especulación o el

crimen organizado.8

8. El País de Madrid (2005, 59) recoge una noticia

con el siguiente titular: «Los casos de corrupción

ponen en peligro el prestigio de la industria ale-

mana». Según estimaciones de Schaupensteiner,

coautor junto a Banenberg del libro «Corrupción

en Alemania», la corrupción le cuesta a la econo-

mía alemana unos 350.000 millones de euros

anuales.

MARCO INSTITUCIONAL, FUNCIONES EMPRESARIALES Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

22

Así, no es la existencia de em-

presarios, sino que éstos lleven a cabo

funciones empresariales productivas

lo que determinará el crecimiento. Se

considerarán, por tanto, funciones em-

presariales productivas las que contri-

buyan al crecimiento económico, es

decir, al aumento de la productivi-

dad de los recursos, de la renta per

cápita y, en general, al desplaza-

miento hacia afuera de la frontera de

posibilidades de producción (Torres

Villanueva 1997, 65).

Las cuatro funciones empresa-

riales que hemos analizado anterior-

mente desde una perspectiva funcio-

nalista, pueden calificarse de produc-

tivas. En todo caso es difícil distin-

guir nítidamente la frontera entre

actividades productivas, improduc-

tivas o destructivas, puesto que los

empresarios, al desarrollar su labor,

llevan a cabo funciones de diverso

tipo. El predominio de una de ellas

puede ser el determinante del creci-

miento (Torres Villanueva 1997, 64).

Las funciones empresariales im-

productivas serán las que busquen la

obtención de beneficios, rentas o ven-

tajas económicas en el ámbito de las

acciones del Estado (regulación o re-

distribución de la renta); también pue-

den utilizarse los requisitos legales,

incluso la infracción de la legisla-

ción vigente (Torres Villanueva

1997, 68). Las teorías de la Elección

Pública estudian estas funciones bajo

la definición de actividades de búsque-

da de rentas. En definitiva, se trata de

la utilización del sector público por

los grupos de presión para crear y dis-

tribuir rentas al margen del mercado

(García Viñuela, 1995). Naturalmen-

te, entendemos que el mercado no es

un mecanismo de asignación infalible,

y al plantear sus fallos –externalida-

des negativas por ejemplo– nos en-

contraremos con funciones empresa-

riales destructivas. Las consecuencias

de las funciones empresariales impro-

ductivas afectan a la equidad, la eficien-

cia y la legitimidad de las instituciones

políticas. La búsqueda de rentas pue-

de llegar incluso a transitar el cam-

po de la corrupción. Puesto que los

agentes económicos públicos tratarán

de maximizar su función de utilidad,

la corrupción podrá darse si la utili-

dad del gestor público excede a la de-

sutilidad esperada del castigo (García

Viñuela 1995). Junto a los fallos del

mercado, se plantea el concepto de

fallos políticos, cuando la actividad

política o la de los empleados públi-

cos se ve influida por objetivos dis-

tintos a los propios del Estado: co-

rrección de fallos del mercado y fa-

vorecimiento del interés general. En

opinión de Tanzi (1995), la existencia

de relaciones estrechas en una socie-

dad y el desempeño por parte del Es-

tado de un papel muy activo en la eco-

LUIS PALMA MARTOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

23

nomía, son circunstancias que favo-

recen la corrupción.9

El análisis de las funciones em-

presariales destructivas debe relacio-

narse, como dijimos anteriormente,

con las externalidades negativas. Pen-

semos, por ejemplo, en la introduc-

ción de innovaciones en la industria

química. Junto a los innegables be-

neficios sociales de estas innovacio-

nes, pueden producirse fenómenos

claramente perjudiciales para el en-

torno medioambiental y las condicio-

nes de vida. La destrucción de recur-

sos sería el efecto determinante para

nuestro análisis. Es evidente que la

acción de los empresarios está moti-

vada por los rendimientos espera-

dos de su inversión y no por los be-

neficios o perjuicios externos que

puedan generarse. En todo caso, su

acción está en consonancia con la

definición y garantía de una deter-

minada estructura de los derechos

de propiedad sobre el uso de los re-

cursos productivos. Una mala defi-

nición o garantía de los derechos de

propiedad propiciará la aparición de

actividades económicas con efectos

destructivos (Torres Villanueva 1997,

65-66).

5. MARCO INSTITUCIONAL,FUNCIONES EMPRESA-RIALES Y CRECIMIENTOECONÓMICO

Volvamos a Baumol y Batey y

partamos de nuevo de una hipótesis

planteada por ellos (1993, 98):

Uno de los principales determinan-

tes del comportamiento empresarial

en cualquier circunstancia son las

reglas imperantes del juego que

rigen los beneficios relativos de

cada actividad empresarial.

Entendemos por reglas del juego

imperantes, al marco institucional en

el que se desarrolla la actividad em-

presarial y vamos, pues, a esbozar los

elementos esenciales del mismo.

5.1 Una aproximación a los ele-mentos del marco institucio-nalCuando los agentes económicos

toman sus decisiones se encuentran

con un sistema que viene configura-

do por dos importantes restricciones:

la tecnología y el conjunto o estructu-

ra de los derechos de propiedad (Gra-

velle y Rees 2004, cap. 1).

9. Resulta curioso, no obstante, el papel que la co-

rrupción pudo llegar a representar en entornos de

economía planificada. Pejovich (1989) piensa que

en la economía soviética la corrupción fue un po-

deroso y tal vez necesario instrumento para la co-

rrección de los errores que los planificadores co-

metían. En Hierro Recio (1996) puede verse una

síntesis de los elementos que debería integrar una

estrategia anticorrupción.

MARCO INSTITUCIONAL, FUNCIONES EMPRESARIALES Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

24

Aunque el stock de conocimien-

to científico útil en cada momento

debe considerarse como integrante de

las reglas del juego, nosotros vamos

a centrar la atención en la estructura

de los derechos de propiedad, es de-

cir, en su definición y garantía. Pode-

mos asumir la definición que propo-

ne Eggertsson (1995, 4):

Derechos que tienen los individuos

para utilizar los recursos: un siste-

ma de derechos de propiedad es un

método mediante el cual se confie-

re a los individuos la potestad de se-

leccionar, para bienes específicos,

cualquier uso entre todo un conjun-

to de usos posibles no prohibidos»

(Alchian 1965, citado por Eggerts-

son 1995, 41).

El concepto de derechos de pro-

piedad propuesto, vinculado a la Eco-

nomía Neoinstitucional, es más am-

plio que el concepto jurídico de de-

rechos de propiedad, puesto que se

incluyen también reglas sociales.

Este concepto de reglas de jue-

go ha sido definido por North (1993,

citado por Torres Villanueva 1997,

72) como:

las instituciones de una sociedad,

esto es, limitaciones ideadas por el

hombre para dar forma a la inte-

racción humana o elementos que

definen y limitan el conjunto de

elecciones de los individuos. En

consecuencia, estructuran incenti-

vos en el intercambio humano, sea

político, social o económico.

La estabilidad de las institucio-

nes dependerá de la percepción que

tengan los agentes, especialmente los

empresarios, de las ventajas o incon-

venientes de las mismas. En definiti-

va, este cambio institucional acumu-

lativo no siempre conducirá a situa-

ciones mejores desde el punto de vis-

ta de la eficiencia, ya que como he-

mos visto, la dirección del cambio

dependerá de la percepción subjetiva

de los agentes que lo impulsen.

Un concepto de gran trascenden-

cia en la definición del marco institu-

cional es el de coste de transacción.

Según Eggertsson (1995, 25) «el coste

de realizar transacciones hace que sea

primordial la asignación de derechos

de propiedad, introduce la cuestión de

la organización económica y hace que

la estructura de las instituciones po-

líticas sea clave para la comprensión

del crecimiento económico».

Eggertsson cita una definición de Ma-

tthews (1986) según la cual «la idea

fundamental de los costes de transac-

ción es que son los costes derivados

de la suscripción de un contrato y de

su control y cumplimiento ex post, al

contrario de los costes de producción

que son los costes de ejecución de un

contrato» (Eggertsson 1995, 25).

LUIS PALMA MARTOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

25

Las instituciones tendrían como

principal misión el proporcionar in-

formación a los agentes y mitigar en

lo posible los costes de transacción.

El modelo institucional estaría inte-

grado por un conjunto de convencio-

nes informales, normas formales y

procedimientos de cumplimiento

obligatorio de las mismas. Las con-

venciones informales son costumbres,

códigos de conducta y normas de

comportamiento que proceden de la

cultura, y tienden a dar continuidad

en el tiempo a las soluciones que se

aplican a los problemas derivados del

intercambio. Las normas formales

pueden ser de carácter político, judi-

cial, económico (caso de la delinea-

ción de derechos de propiedad) o bien

configurar contratos. Al plantear el fe-

nómeno de la corrupción se puso de

manifiesto que puede resultar intere-

sante destinar recursos a la alteración,

en beneficio propio, de estas normas

formales. Por último, se han señala-

do los procedimientos de cumpli-

miento obligatorio de las normas

como un tercer elemento del modelo

institucional. Este elemento viene de-

terminado por la existencia de incen-

tivos para incumplir las normas y con-

tratos. El Estado asume normalmen-

te esta competencia, si bien, como ya

se ha apuntado, no necesariamente

con la imparcialidad requerida (To-

rres Villanueva 1997, 73).

Una visión de las instituciones

que se abre camino en el análisis eco-

nómico es la evolucionista. Así, Nel-

son (1995) considera que las institu-

ciones son el resultado de un proce-

so, relacionado con la evolución de

los mercados y la estructura empre-

sarial.10

5.2 Asignación de funciones em-

presariales y marco institucio-

nal

Llegados a este punto podemos

estimar que los procesos de creci-

miento están relacionados con la exis-

tencia de funciones empresariales

productivas; sin embargo, la aparición

de este tipo de función empresarial

no es natural, sino que viene deter-

minada por el conjunto de incentivos

o cortapisas que constituyan el mo-

delo o marco institucional, también

definido como «reglas del juego»,

que caractericen al sistema económi-

co. Estas reglas del juego definen la

estructura de las rentabilidades rela-

tivas de las actividades empresaria-

les y en función de ellas los empresa-

rios tomarán sus decisiones. Como sa-

10. Pueden rastrearse los antecedentes de esta visión

evolutiva de las instituciones en la obra de Bernard

Mandeville. Hayek resaltaba de la obra de

Mandeville «La explicación de las instituciones

como procesos evolutivos lentos». Ver Martín

(2002, cap. 17).

MARCO INSTITUCIONAL, FUNCIONES EMPRESARIALES Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

26

bemos, el objetivo de éstos es acre-

centar su propia riqueza, poder o pres-

tigio y no el de perjudicar o benefi-

ciar deliberadamente a la sociedad

(Baumol y Batey 1993, 97).

Tras una revisión histórica de

marcos institucionales diversos (An-

tigua Roma, China medieval, Alta

Edad Media, Baja Edad Media, el

Siglo XV y la temprana especula-

ción...), Baumol y Batey (1993, 100-

114) llegan a la conclusión de que «las

reglas del juego pueden ejercer una

influencia decisiva para determinar si

las funciones empresariales se asig-

narán de forma predominante a acti-

vidades productivas, improductivas o,

incluso, destructivas».

Al considerar los procesos de in-

novación y difusión de los avances

tecnológicos, la principal fuente de

crecimiento, Baumol y Batey anali-

zan la influencia de la asignación de

las funciones empresariales entre pro-

ductivas e improductivas, aunque re-

conocen otras influencias, sobre es-

tos procesos. Para ello vuelven a ba-

sarse en la evidencia histórica, esta

vez a partir de Roma y el Egipto he-

lenístico, la China medieval, los años

oscuros –año 814 hasta finales del

Siglo X, la Baja Edad Media (siglos

XI–XIII) y la Revolución Industrial

(Baumol y Batey 1997, 115-122). La

evidencia histórica confirma, para el

caso de los procesos de innovación,

la importancia de la asignación de

funciones productivas.

En este sentido, el retraso tecno-

lógico de los países de economía pla-

nificada y su dificultad para lograr una

rápida introducción y difusión de in-

novaciones, se ha achacado a facto-

res de tipo institucional, relacionados

en su mayor parte con el conjunto de

derechos de propiedad vigente en esos

países. Como una condición necesa-

ria para mitigar esta brecha tecnoló-

gica, se propuso una reforma de la es-

tructura de los derechos de propiedad,

que debe incorporarse al proceso ge-

neral de reformas en esos países (Pe-

jovich 1989; Schroeder 1989).

Pero el marco institucional de las

economías de mercado permite, e in-

cluso favorece la aparición de funcio-

nes empresariales improductivas. La

especulación, a través de actividades

como pleitos o absorciones para li-

mitar la competencia, ha consumido

grandes recursos económicos y enor-

mes esfuerzos personales por parte de

los directivos de grandes empresas.

Naturalmente, las recompensas esta-

ban a la altura de los esfuerzos «im-

productivos» realizados (Baumol y

Batey 1993, 122).

La estructura del sistema impo-

sitivo es también determinante en la

asignación de funciones empresaria-

les. La evidencia muestra la dificul-

tad para obtener altas recompensas en

LUIS PALMA MARTOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

27

un sistema normal de producción con

elevados tipos en el impuesto de so-

ciedades. Este hecho propiciaría de-

dicar esfuerzos y recursos a paliar el

impacto del impuesto o incluso a de-

fraudar.11

5.3 Cambios en el marco institucio-

nal, asignación de funciones

empresariales y crecimiento.

Un apunte

La hipótesis central sobre la que

se ha discutido en el presente trabajo

es la formulada por Baumol y Batey

(1993, 92) cuando planteaban que:

Es el conjunto de reglas y no la

oferta de empresarios o la natura-

leza de sus objetivos lo que expe-

rimenta cambios significativos de

un período a otro y contribuye a

dictar el efecto esencial sobre la

economía por la vía de la asigna-

ción de los recursos empresaria-

les.

El análisis de la evidencia histó-

rica a la que hemos aludido anterior-

mente nos confirma con bastante én-

fasis que «las reglas del juego que

determinan los rendimientos relativos

de las diferentes actividades empre-

sariales varían de forma esencial, se-

gún el tiempo y el lugar» (Baumol y

Batey 1993, 99).

Asimismo, esta evidencia histó-

rica nos sugiere con fuerza que «el

comportamiento empresarial varía de

una economía a otra, en función de

las variaciones en las reglas del jue-

go» (Baumol y Batey 1993, 99).

Puede admitirse una cierta esta-

bilidad, con los matices que se quie-

ra, en la definición de los objetivos

empresariales. Por tanto, ceteris pa-

ribus los objetivos empresariales, la

asignación hacia funciones empresa-

riales productivas vendrá determina-

da por las «reglas del juego» impe-

rantes. A partir de aquí se puede con-

cluir que si se plantea como objetivo

social –susceptible de una acción po-

lítica– la reasignación del esfuerzo

empresarial hacia acciones producti-

vas, esto se puede conseguir con ma-

yor facilidad mediante cambios en las

reglas del juego, determinantes de las

recompensas relativas, y no tratando

de modificar el orden de preferencias

de los empresarios.

Baumol y Batey (1993, 125) con-

sideran que es fácil pensar en medi-

das que puedan cambiar el marco ins-

11. Ver al respecto el número monográfico de la Re-

vista Hacienda Pública Nº 1. 1994, sobre «El

Fraude Fiscal en la Historia de España».

MARCO INSTITUCIONAL, FUNCIONES EMPRESARIALES Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

28

12. Baumol y Batey en la nota 14, p.136 hacen una

reflexión interesante sobre el papel del economis-

ta en una propuesta de cambio de valores sociales

que acabaría por provocar cambios en las reglas

del juego.

titucional –reglas del juego– de for-

ma rápida y profunda.12

Los dos ejemplos propuestos por

Baumol y Batey apoyan la afirmación

anterior y abren una muy interesante

vía de investigación al respecto. El

primero de ellos alude a la redefini-

ción de la legislación de defensa de

la competencia con vistas a evitar pro-

cesos legales muy costosos para pre-

servar o crear posiciones de dominio

en el mercado. En este contexto ca-

bría hablar también de los procesos

de liberalización de mercados y la

apertura a la competencia de merca-

dos tradicionalmente al abrigo de ella.

El segundo ejemplo se centra en

los impuestos como instrumentos ca-

paces de reorientar los esfuerzos em-

presariales. Plantean un cambio im-

positivo que desincentive los proce-

sos especulativos. Se trataría de esta-

blecer el impuesto sobre los benefi-

cios de capital de forma progresiva,

penalizando a los activos que se man-

tienen por períodos cortos. A medida

que aumenta el período de manteni-

miento del activo, se reduciría el tipo

impositivo (Baumol y Batey 1993,

126).

6. CONCLUSIONES

Las ideas expuestas en este tra-

bajo son tan sólo un esbozo que ha-

brá que madurar para ser integradas,

con las debidas garantías científicas,

en un modelo, dinámico y en clave

evolutiva, explicativo del crecimien-

to económico.

La línea argumental es clara. El

desarrollo económico tiene un deter-

minante fundamental en los procesos

innovadores (tecnológicos o no). La

existencia de estos procesos de inno-

vación depende de que las funciones

empresariales sean asignadas hacia

las de naturaleza productiva. Esta

asignación de actividades empresaria-

les hacia las productivas estará en fun-

ción del marco institucional imperan-

te, pues éste definirá la estructura de

recompensas relativas a percibir por

los empresarios (Ver gráfico 2).

LUIS PALMA MARTOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

29

Fuente: Elaboración propia.

Por lo tanto, si consideramos es-

tables los órdenes de preferencias de

los empresarios –no se propone un

cambio de valores13– la modificación

del marco institucional mediante la

acción política, podría tener efectos

beneficiosos para el crecimiento a tra-

vés de funciones empresariales inno-

vadoras de naturaleza productiva.

Concluyamos con Baumol y Ba-

tey (1993, 128):

Gráfico 2. Marco institucional, funciones empresariales y crecimiento económico.

No tenemos que esperar paciente-

mente a que, a través de un lento

cambio natural, se encuentren

medidas para reencauzar el flujo

de la actividad empresarial hacia

objetivos más productivos... pue-

den cambiarse las reglas de tal for-

ma que ayuden a contrarrestar in-

fluencias institucionales indesea-

bles o a reforzar influencias que

actúen en direcciones beneficio-

sas.14

13. Véase, no obstante, lo expuesto en el apartado 3,

relativo a la influencia sobre los valores sociales

de la formación artística y de una adecuada polí-

tica cultural.

14. El planteamiento de Baumol y Batey hundiría sus

raíces en la corriente de pensamiento constructi-

vista; según esta corriente las instituciones son

producto de la acción deliberada de los individuos.

Puede observarse una cierta contradicción con las

corrientes evolucionistas. Sobre el constructivismo

y sus raíces ver Martín, J. (2002, cap. 8).

MARCO INSTITUCIONAL, FUNCIONES EMPRESARIALES Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

INDIVIDUOS OFERTA DE

EMPRESARIOS

ASIGNACIÓN DE FUNCIONES

PRODUCTIVAS

CRECIMIENTO ECONÓMICO

FORMACIÓN

MERCADO ESTADO MARCO INSTITUCIONAL

(Reglas del juego) Estructura relativa de incentivos/cortapisas

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 7 - 31 Noviembre - 2006

30

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