Comprendiendo la Globalización 1 -...

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69 Comprendiendo la Globalización 1 Jaime Rafael Ahcar Olmos 2 1. El autor agradece a la profesora María Teresa Victoria por sus valiosos consejos y correcciones que permitie- ron conseguir una mayor claridad en la redacción de este artículo. Igualmente, agradece al doctor Manuel Jiménez, por sus comentarios y revisión de estilo. Este artículo se recibió el 26/08/2005 y se aprobó el 02/11/ 2005. 2. Magíster en Comercio Internacional, Universidad de Alicante, España. Economista, Universidad Externado de Colombia. Especialista en Economía Internacional, Universidad Externado de Colombia. Profesor ins- tructor, Departamento de Economía, Pontificia Universidad Javeriana, Cali, Colombia. Correo electrónico: [email protected] Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

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Comprendiendo la Globalización1

Jaime Rafael Ahcar Olmos2

1. El autor agradece a la profesora María Teresa Victoria por sus valiosos consejos y correcciones que permitie-

ron conseguir una mayor claridad en la redacción de este artículo. Igualmente, agradece al doctor Manuel

Jiménez, por sus comentarios y revisión de estilo. Este artículo se recibió el 26/08/2005 y se aprobó el 02/11/

2005.

2. Magíster en Comercio Internacional, Universidad de Alicante, España. Economista, Universidad Externado

de Colombia. Especialista en Economía Internacional, Universidad Externado de Colombia. Profesor ins-

tructor, Departamento de Economía, Pontificia Universidad Javeriana, Cali, Colombia. Correo electrónico:

[email protected]

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

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RESUMEN

Debido al uso indiscriminado que se

hace del concepto globalización, es pertinen-

te que nos cercioremos de entenderlo correc-

tamente. Si entendemos la globalización

como un fenómeno complejo, reversible, que

no es nuevo, ni homogéneo y que consiste

en el incremento de las múltiples redes de

interdependencia a distancias supracontinen-

tales, en sus diversas dimensiones, gracias

al aumento de la rapidez y a la reducción de

los costos de transporte y de las comunica-

ciones, y a los procesos de liberalización y

apertura, podremos alcanzar una mejor com-

prensión de cómo la globalización transfor-

ma nuestras sociedades. En sí misma la glo-

balización no podrá mejorar o empeorar el

mundo en el que vivimos. Los efectos del

proceso de globalización estarán asociados

a las decisiones políticas, de producción y

consumo que tomen los agentes generado-

res de la globalización que se encuentran en

la parte alta de la pirámide de influencia,

encabezada por los gobiernos de los países

más poderosos, las firmas multinacionales y

los organismos multilaterales. Los movi-

mientos alterglobalización, la comunidad

académica y estudiantil y los ciudadanos del

común pueden contribuir a la construcción

de una globalización alternativa que contri-

buya a garantizar el desarrollo sostenible y

la reducción de las desigualdades a escala

global.

Palabras clave: globalización, movimien-

tos alterglobalización, movimientos antiglo-

balización, cultura, dimensiones de la glo-

balización, Estados, interdependencia, mul-

tinacionales, redes, regionalización, ONG.

ABSTRACT

Due to the indiscriminate use that is

done of the concept of globalization, there

becomes pertinent that we make sure of

understanding it correctly. If we deal to

globalization as a complex, reversible

phenomenon, which is neither new, nor

homogeneous and that implies the increase

of the multiple nets of interdependence to

supra-continental distances in its different

dimensions thanks to the increase of the

rapidity and the reduction of the costs of

transport and communications, and to the

processes of liberalization and opening, we

will be able to reach a better comprehension

of how the globalization transforms our

societies. It is not globalization itself that will

be able to improve or to worsen the world in

which we live. The effects of the process of

globalization will be associated with the

political, production and consumption

decisions that there take the generating

agents of the globalization who are in the

high part of the pyramid of influence, headed

by the governments of the most powerful

countries, the multinationals corporations

and the multilateral organizations. The alter-

globalization movements, the academic and

student community and the ordinary citizens

can contribute to the construction of an

alternative globalization that helps to

guarantee the sustainable development and

the reduction of worldwide inequities.

Key words: globalization, alter-

globalization movements, anti-globalization

movements, culture, dimensions of the

globalization, States, interdependence,

multinationals, nets, regionalization, ONG.

Clasificación JEL: F50.

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

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INTRODUCCIÓN

Existe en nuestro medio una gran

variedad de palabras abstractas y di-

fíciles, tales como relatividad, descen-

tralización, ventaja comparativa, glo-

balización y tantas otras que forman

parte del vocabulario cotidiano de

políticos, académicos, estudiantes y

de buena parte de los ciudadanos co-

rrientes, y que sin embargo son mal

comprendidas y peor utilizadas. De

todas éstas, nos ocuparemos única-

mente de la palabra «globalización»,

dada su particular importancia en la

época actual.

De hecho, apenas hasta el otoño

de 2001, apareció el término globali-

zación en el diccionario de la Real

Academia Española de la Lengua

(2005), definido como la «Tendencia

de los mercados y de las empresas a

extenderse, alcanzando una dimen-

sión mundial que sobrepasa las fron-

teras nacionales».

Autores como Goerge Soros de-

finen la globalización como «el libre

movimiento de capitales y el aumen-

to del dominio por parte de los mer-

cados financieros y las corporaciones

multinacionales de las economías na-

cionales» (Soros 2002, 7).

Joaquín Estefanía, por su parte,

escribe: «La globalización, según en-

tiendo, no es ni un progreso, ni una

regresión, ni una ideología, ni siquiera

una política; es una etapa de la histo-

ria de la humanidad y un proceso que

da una dimensión nueva a los fenó-

menos presentes» (Estefanía 2003,

14).

Este tipo de definiciones y otras

aproximaciones metafóricas, como

tratar de entender la globalización

como si fuera una «aldea global», sue-

len ser bastante imprecisas, incomple-

tas o apocalípticas.

Quizás la mejor aproximación a

una definición de globalización, nos

la proporcionan Keohane y Nye

(2000); el enfoque de estos autores

pone énfasis sobre el elemento esen-

cial y caracterizante principal de la

globalización, su inherente vínculo

con el crecimiento, con la condición

de que algo se está incrementando.

Del trabajo de estos autores, se pue-

de fácilmente desprender una defini-

ción de globalización como el fenó-

meno que consiste en el incremento

de las múltiples redes de interdepen-

dencia entre regiones distantes del

mundo, en sus diversas dimensiones,

gracias al aumento de la rapidez y a

la reducción de los costos de trans-

porte y de las comunicaciones, y a los

procesos de liberalización y apertu-

ra.

Sin embargo, esta noción no pa-

rece estar presente en la sabiduría po-

pular. Para comprobarlo, basta pre-

guntar a cualquier persona ¿qué es la

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globalización? ¿o qué entiende por

ese concepto? y se observará como

prácticamente nadie hace explícita la

noción de que algo se encuentra en

crecimiento.

A lo largo de este trabajo, se in-

tentará penetrar en los más íntimos

detalles de este enigmático fenó-

meno llamado globalización con el

fin de facilitar su comprensión de una

forma clara y sencilla, primero estu-

diando sus distintas dimensiones; se-

gundo, explorando sus características

principales; tercero, abordando el

tema de la complejidad de las redes

de interdependencia; cuarto, pregun-

tándonos si es posible medirla; quin-

to, diferenciando la globalización de

la regionalización; sexto, profundi-

zando sobre el tema del transporte y

las comunicaciones; y séptimo, for-

mulando unas conclusiones.

1. LAS DIFERENTES DIMEN-

SIONES DE LA GLOBALI-

ZACIÓN

Para comenzar, resulta muy útil

entender la globalización como un fe-

nómeno pluridimensional, pues es

más sencillo inferir el verdadero sig-

nificado de la globalización a partir

del conocimiento del funcionamien-

to de una o varias de sus dimensio-

nes por separado. Aunque no existe

una lista única, y es evidente que cada

dimensión está interconectada con las

otras, la globalización se puede divi-

dir a grandes rasgos en sus dimensio-

nes económica, política, cultural, so-

cial, tecnológica, militar y ambiental.

1.1 La dimensión económica

Esta dimensión abarca las inte-

rrelaciones entre países a distancias

supracontinentales en las esferas co-

mercial, financiera y migratoria. El in-

cremento de este conjunto de interre-

laciones se denomina globalización

económica. Hay que notar que es po-

sible que una esfera crezca mientras

otra retroceda en un período determi-

nado; tratar de entender qué sucede

con la globalización económica en

general depende de la ponderación

que se le dé al comercio, a las finan-

zas y a los flujos migratorios.

La esfera comercial incluye las

exportaciones e importaciones de bie-

nes y servicios; la esfera financiera

contempla todos los flujos, tanto de

entrada como de salida, de inversión

directa, inversión de cartera, deuda

externa y los flujos de remuneración

a la inversión como intereses o divi-

dendos; por último, la esfera migra-

toria considera los flujos transitorios

o permanentes de entrada y salida de

personas, independientemente del

gasto que estos movimientos generen

que, por lo general, es considerado del

ámbito comercial, al ser el turismo

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clasificado como servicio. Las trans-ferencias o remesas de los inmigran-tes se incluyen dentro de la esfera fi-nanciera aunque bien podrán ser en-tendidas como parte de la globaliza-ción de los flujos de personas.

Cuando se considera el flujo mi-gratorio dentro de la dimensión eco-nómica se está destacando el carácterde factor productivo inherente al tra-bajo raso o al capital humano que re-presentan las personas; sin embargo,la globalización de los flujos migra-torios también tiene una dimensióncultural que se deriva del intercam-bio cultural que se produce cuando

entran en contacto las masas de in-migrantes y las sociedades anfitrio-nas.

El incremento de las interrelacio-nes comerciales entre regiones distan-tes del mundo se conoce como glo-balización comercial, en tanto que elincremento de las interrelaciones fi-nancieras a distancias supracontinen-tales se conoce como globalizaciónfinanciera.

El siguiente gráfico ilustra la glo-balización comercial. Éste compara elcrecimiento del valor de las exporta-ciones mundiales frente al crecimien-to del PIB mundial entre 1974 y 2003.

Gráfico1. Globalización Comercial: crecimiento del valor de las exportaciones mundiales

y del PIB. En porcentajes (%). 1974-2003

Fuente: Cálculos propios. OMC. 2005.

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1974-78 1979-83 1984-88 1989-93 1994-98 1999-03

Crecimiento del comercio (valor)

Crecimiento del PIB

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Se puede observar cómo el cre-

cimiento del comercio es superior al

crecimiento del PIB mundial, lo cual

significa que las relaciones comercia-

les internacionales han venido ganan-

do importancia frente a la actividad

económica global. Esto podría con-

siderarse un indicador aproximado de

la globalización comercial.

Por su parte, la globalización fi-

nanciera también ha sido destacable.

De hecho, para muchos se presenta

como el principal factor globalizador

de nuestros tiempos (A.T. Kearney/

Foreign Policy 2005).

Las grandes firmas multinaciona-

les y los inversionistas instituciona-

les como los fondos de pensiones, los

fondos de inversión y las compañías

de seguros han jugado un papel cru-

cial al aprovechar la liberalización

financiera para extender sus operacio-

nes a nivel global materializando una

globalización financiera de grandes

proporciones. Las inversiones extran-

jeras directas pasaron de representar

6.7% del PIB mundial en 1980 a

22.3% del mismo en 2002 (Cheva-

llier 2004).

Para Herrera (2005, 207), el ar-

gumento teórico para globalizar los

flujos de capitales «se funda en una

versión de la hipótesis del mercado

eficiente: los mercados de capital li-

berados de la injerencia gubernamen-

tal optimizan la determinación de pre-

cios de los activos de capital y la asig-

nación eficiente de los recursos sus-

ceptibles de invertirse»; el mismo

autor nos aclara que esta teoría pre-

senta diversas fallas asociadas a pro-

blemas de información asimétrica,

errores de interpretación de los ope-

radores técnicos e incertidumbre in-

herente a los rendimientos futuros del

capital.

Un grave síntoma de la imperfec-

ción de los mercados de capitales fue-

ron las crisis financieras internacio-

nales que se presentaron tras su des-

regulación desmedida en los merca-

dos emergentes, entre finales de la dé-

cada de los noventa y comienzos del

siglo XXI. Esta situación estuvo en la

génesis de las crisis financieras del

sudeste asiático, Colombia y Argen-

tina, por poner algunos ejemplos.

Afortunadamente, superado lo peor

de esas crisis se ha generado un cam-

bio positivo en la composición de los

flujos financieros globales, de forma

que la deuda externa ha cedido terre-

no a las inversiones directas, menos

riesgosas, como principal fuente de

financiamiento internacional (Crook

2003).

1.2 La dimensión política

Al reconocer el papel fundamen-

tal que juega la interacción de los ac-

tores políticos a escala global, nos po-

demos dar cuenta nuevamente de la

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interdependencia inherente a todas las

dimensiones de la globalización; así

por ejemplo la globalización econó-

mica se expresa en su dimensión po-

lítica en las diferentes instancias de

diálogo y cooperación internacional

que intentan moldearla: el Fondo

Monetario Internacional (FMI), el

Banco Mundial (BM), la Organiza-

ción Mundial del Comercio (OMC),

la Cooperación Económica del Asia-

Pacífico (APEC), etc. Sin estas orga-

nizaciones, los procesos de liberali-

zación comercial y financiera en el

mundo muy probablemente no hubie-

ran podido avanzar.

La máxima expresión de la glo-

balización política es la Organización

de las Naciones Unidas (ONU) que a

su vez tiene ramas en prácticamente

todas las dimensiones de la globali-

zación. Esto se hace evidente cuando

revisamos su estructura organizacio-

nal y detectamos su faceta militar en

el Consejo de Seguridad, su faceta

económica en el Consejo de Asuntos

Económicos y Sociales y su faceta

tecnológica en la Unión Internacio-

nal de Telecomunicaciones, por ci-

tar apenas tres de sus líneas de ac-

ción.

Otras expresiones de la globali-

zación política se pueden observar en

agrupaciones como el G-8, la Orga-

nización para la Cooperación y el De-

sarrollo Económico (OCDE), el Pro-

tocolo de Kioto o los Países no Ali-

neados.

La eliminación de los obstáculos

a los intercambios económicos, tec-

nológicos y culturales a escala mun-

dial sólo es posible mediante el diá-

logo y la voluntad política. La otra op-

ción es el uso de la fuerza y la anexión

territorial que, por supuesto, suele ser

más destructiva que constructiva. Los

procesos de apertura, unidos a las me-

joras en los medios de comunicación

y de transporte, dinamizan el proce-

so de globalización.

1.3 La dimensión cultural

Esta dimensión se refiere al con-

junto de interrelaciones culturales que

suceden entre regiones distantes del

mundo. No hay que ir muy lejos para

encontrar diferencias en la manera

como viven los distintos pueblos. In-

cluso dentro de las fronteras de un

mismo país son normales las diferen-

cias regionales.

Sin embargo, hay quienes se que-

jan de una estandarización cultural a

nivel mundial, es decir, de la pérdida

de identidad cultural de los pueblos

debido a la adopción de los hábitos y

costumbres norteamericanos. Este

efecto es entonces causado por la glo-

balización cultural, la cual, a su vez,

involucra varias subdimensiones

como las lenguas, religiones, formas

de vestir y hábitos recreativos.

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Por ejemplo, el inglés es estudia-

do en casi todos los rincones del mun-

do, los mismos letreros de las mis-

mas multinacionales como Mc Do-

nalds, Ford o Tower Records se pue-

den apreciar en los cinco continentes,

sin que los individuos tengan que es-

forzarse mucho por encontrarlos.

No obstante, para autores como

Marc Chevallier (2004), el mundo no

debe temer una americanización cul-

tural, porque la importación de cier-

tas costumbres norteamericanas no se

hace nunca sin que se presente una

hibridización y una reapropiación por

parte de aquellos que son sus desti-

natarios. Asimismo, no hay que via-

jar a Medio Oriente para encontrar

una mezquita o una sinagoga; el Yoga

es practicado en muchos países occi-

dentales, de forma que la interdepen-

dencia cultural es menos desigual de

lo que se pretende.

Incluso, los modelos económicos

asociados a una cultura organizacio-

nal, siguen difiriendo sustancialmen-

te entre regiones distantes. Aunque el

modelo capitalista norteamericano

inclinado en exceso hacia la desregu-

lación de los mercados sirve de refe-

rencia para las reformas de la organi-

zación económica en buena parte del

mundo (Consenso de Washington), en

aquellos países que lo absorben, ter-

mina siendo adaptado en el largo pla-

zo a la realidad particular de sus es-

tructuras organizativas, pues su répli-

ca exacta suele estar marcada por el

fracaso.

Lo anterior ocurre porque las cul-

turas nacionales tienen una capacidad

de resistencia generalmente subesti-

mada. Las culturas se nutren y se

construyen de su contacto con el ex-

tranjero. Las estrategias de adaptación

no son algo nuevo, pero demuestran

la complejidad de las interrelaciones

culturales; Chris Lowney (2004, 178),

en su libro El liderazgo al estilo de

los jesuitas nos muestra cómo la es-

trategia de aculturación seguida a

principios del siglo XV por Roberto

de Nobili, quien adaptó su forma de

vestir y alimentarse italianos a las for-

mas del sur de la India, fue el mejor

camino para fomentar el cristianismo

en esa región. Algo parecido está ocu-

rriendo todo el tiempo con los inter-

cambios culturales a nivel global. Es

así como compañías como Mc Do-

nalds no tardan mucho tiempo en des-

cubrir la importancia de vender ade-

más de hamburguesas, pastas y ensa-

ladas, para penetrar el mercado ita-

liano, pues aunque abiertas, las dife-

rentes culturas conservan un fuerte

poder de resistencia.

El tema cultural es complejo y de-

licado. Autores como Samuel Hun-

tington (1997) interpretan en la resis-

tencia de las culturas al cambio una

fuente de conflicto. No obstante, otros

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menos apocalípticos como el actual

presidente de España, Rodríguez Za-

patero, ven más bien en este fenóme-

no de divergencias culturales un pro-

ceso de aprendizaje mutuo, un diálo-

go entre civilizaciones.

Esta idea puede ser vista «como

una visión alternativa al Choque de

Civilizaciones predicho por el poli-

tólogo norteamericano Samuel Hun-

tington en 1993 (...). La teoría de Hun-

tington afirmaba básicamente dos

cosas: que el orden mundial se esta-

ba rehaciendo en base a unas civili-

zaciones culturo-religiosas que ha-

bían reemplazado a las naciones e

ideologías como fuerzas motrices de

la política mundial; y que los mayo-

res conflictos globales (choques) se

producirían a partir de entonces entre

civilizaciones, especialmente en las

zonas geográficas en las que las civi-

lizaciones entran en contacto» (Man-

glano 2005, 1).

Aparentemente, los atentados del

11 de septiembre en Estados Unidos

le daban la razón a Huntington, pero

mirar el mundo desde esa óptica se-

ría desconocer lo que normalmente

sucede con los intercambios cultura-

les a escala global, a saber, que la asi-

milación, la adaptación y la conviven-

cia prevalecen sobre las relaciones de

conflicto; eso sí, hay que recordar que

los medios de comunicación no se

encargan de hacernos conocer lo que

es normal porque esto no despierta la

atención de los consumidores de no-

ticias; muy pocas veces nos mostra-

rán los cotidianos gestos de conviven-

cia y retroalimentación cultural que

marcan la historia de los pueblos.

1.4 La dimensión social

La dimensión social de la globa-

lización está asociada a los grupos o

movimientos sociales de resistencia

a las decisiones u omisiones que to-

man los grandes poderes moldeado-

res de la misma (gobiernos y empre-

sas multinacionales, etc.) en busca de

mejorar lo que consideran una con-

secuencia indeseada o dañina del pro-

ceso de globalización.

En general, el proceso de globa-

lización, por su naturaleza, no garan-

tiza la igualdad, la justicia, la asimi-

lación cultural, la preservación am-

biental, la prosperidad, la seguridad

o la paz en todos los rincones del

mundo:

• Los derechos humanos están le-

jos de ser cumplidos universal-

mente. Los países permisivos con

el trabajo infantil no sólo dejan

de brindar a sus niños el derecho

esencial a la educación sino que

son cómplices de un dumping

social hacia los países que han

construido y desean preservar sus

Estados de Bienestar.

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• La deslocalización de las empre-

sas genera desempleo en los paí-

ses desarrollados: el fabricante

americano de bluyines Levis ce-

rró hace pocos años su última

planta de producción en los

EE.UU. y lo mismo ocurre con

las industrias de software que

emigran a la India.

• Las crisis financieras internacio-

nales, como la conocida crisis

asiática, producto de una muy

laxa regulación de los flujos in-

ternacionales de capitales, frenan

el desarrollo de los mercados

emergentes (Stiglitz 2002).

• El deterioro del medio ambiente,

además de contribuir al calenta-

miento global, agota los recursos

no renovables de ciertas locali-

dades dejando sin perspectivas de

futuro a las comunidades que tra-

dicionalmente subsisten de ellos.

Es ante estos efectos negativos de

la globalización que reacciona la so-

ciedad, organizándose a nivel global

para hacer resistencia.

Cuando los grupos o movimien-

tos sociales alcanzan a tener una pre-

sencia global, como el caso de las

ONG Green Peace, ATTAC, o Médi-

cos sin Fronteras, se convierten ellos

mismos en agentes de cambio y en

una dimensión activa de la globali-

zación: sus militantes utilizan redes

globales de comunicación para orga-

nizar sus comunicados y manifesta-

ciones. Anualmente se celebra el Foro

Social Mundial y muchas ONG fun-

cionan como verdaderas multinacio-

nales con sucursales en los distintos

continentes.

A estos movimientos se los lla-

mó equivocadamente, a finales de la

década pasada, movimientos antiglo-

balización. Pero ¿son realmente mo-

vimientos que están en contra de la

globalización? Una mirada más pro-

funda a la forma como actuaban ha

terminado por reconocer que más que

estar en contra de la globalización,

surgen como agentes que plantean

una globalización diferente, más jus-

ta, más pacífica o más respetuosa del

medio ambiente. Es decir, no se opo-

nen al incremento de las redes de in-

terdependencia a nivel global, sino

que buscan que este incremento de la

interdependencia produzca unos re-

sultados que consideran más desea-

bles. En consecuencia, ha comenza-

do a llamárseles movimientos alter-

globalización (Estefanía 2003, 67 y

Boniface 2003, 9).

¿Dónde se dejan ver con más

fuerza las expresiones de la globali-

zación social? Contrario a lo que se

podría pensar, no es en los países po-

bres o en vía de desarrollo, sino en

las naciones más desarrolladas. Dos

razones explican mejor esta situación.

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Primero, los niveles de educación de

estos países son mejores y la toleran-

cia a las protestas y manifestaciones

suele ser mayor. Segundo, es en estos

países donde se suelen celebrar las

cumbres y reuniones de políticos y

empresarios; por ejemplo, el Foro

Económico Mundial, que aglutina a

los líderes políticos y empresariales

del planeta, se celebra en Davos, Sui-

za, uno de los países más ricos del

mundo y es ahí donde se concentra la

atención de los medios de comunica-

ción. Además, las sedes de las orga-

nizaciones multilaterales también

suelen estar situadas en países desa-

rrollados.

Estos movimientos suelen hacer-

se notar de formas no convenciona-

les, llegando incluso a ocasionar al-

teraciones del orden público, como

cuando se han expresado enérgica-

mente en escenarios como la Ronda

de Seatle de la OMC celebrada en

1999 o la reunión del Grupo de los

Ocho (G-8) en Escocia en julio de

2005. Casualmente, en esta última

manifestación se pudo observar una

tendencia nueva que afecta estos mo-

vimientos; se trata de la nueva políti-

ca de los gobiernos de ser bastante

restrictivos y cuidadosos de la con-

servación del orden público como

estrategia en la nueva lucha global

contra el terrorismo. Los atentados del

7 de julio de 2005 en Londres, que

nada tienen que ver con el accionar

de los movimientos alterglobaliza-

ción, volvieron a quitar rápidamente

de la escena y de las calles a los ma-

nifestantes. El hecho de que estos gru-

pos suelan valerse de alteraciones del

orden público para llamar la atención

no resulta compatible con las medi-

das de seguridad extremas que se han

visto forzados a tomar los gobiernos

para garantizar el orden público. Pero

las autoridades deberían poder distin-

guir entre unos y otros.

1.5 La dimensión militar y de se-

guridad

Los atentados del 11 de septiem-

bre de 2001 en Estados Unidos, no

son la primera expresión de esta cara

oscura de la globalización. Hace al-

gunos siglos las guerras solían tener

un alcance regional, pero el desarro-

llo de las nuevas tecnologías milita-

res posibilitó el acaecimiento de la

primera y la segunda guerra mundial

durante la primera mitad del siglo XX.

Casi toda la segunda mitad de ese si-

glo se vivió bajo la llamada guerra

fría, basada en la carrera armamen-

tista nuclear de los dos bandos victo-

riosos de la Segunda Guerra Mundial,

originando escenarios de cooperación

militar global como la Organización del

Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El siglo XXI sigue estrechando

perversamente los vínculos entre las

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regiones distantes del mundo, ahora

a través del terrorismo y de la guerra

contra el terrorismo que incluyen las

«visitas» de las tropas aliadas a Afga-

nistán e Irak. Esta guerra contra el

terrorismo, además, ha llevado a ata-

car decididamente por lo menos cin-

co frentes distintos, los que Moisés

Naím (2003) ha llamado las cinco

guerras de la globalización, que son

el tráfico de armas, el tráfico de dro-

gas, el lavado de activos, la piratería

y el contrabando, al identificar la es-

trecha relación de estas actividades

delictivas con la financiación del te-

rrorismo internacional.

Pero no todo en materia de glo-

balización militar es necesariamente

oscuro: es bien sabido que el desa-

rrollo de la Internet, del cual se bene-

fician los negocios y las personas de

todo el mundo, también tuvo su ori-

gen en la necesidad de idear una es-

trategia de defensa basada en las co-

municaciones frente a la amenaza

soviética durante la guerra fría.

Las interrelaciones de la dimen-

sión militar con las demás dimensio-

nes de la globalización son también

muy fáciles de reconocer. Las prime-

ra y segunda guerras mundiales im-

plicaron la reducción de los flujos co-

merciales y financieros, debido, lo

primero, a la destrucción de infraes-

tructuras y al resurgimiento del na-

cionalismo; y lo segundo, a la absor-

ción del ahorro privado por parte de

los gobiernos para financiar sus es-

fuerzos bélicos.

Asimismo, las pruebas nucleares,

o la destrucción de las infraestructu-

ras petroleras durante las dos guerras

de Irak han implicado el deterioro del

medio ambiente y seguramente tienen

efectos directos sobre el calentamien-

to global.

1.6 La globalización ambiental

Todos los países del mundo com-

parten una misma atmósfera e inevi-

tablemente todos los ríos y mares del

mundo están conectados de una u otra

forma. Es cierto que los desastres na-

turales aparentemente sólo causan

efectos locales o cuando toman gran-

des dimensiones, como la explosión

de la central nuclear de Chernobil en

1986, o los derrames petroleros que

ocurren con regularidad, llegan a afec-

tar a un grupo reducido de países; sin

embargo, el calentamiento global y la

destrucción de la capa de ozono son

manifestaciones que nos recuerdan

que todos vivimos interconectados y

que las decisiones de contaminación

ambiental tomadas independiente-

mente por cada país repercuten en el

estado ambiental de todo el planeta.

Los casos de salud pública como

el de las vacas locas de comienzos de

la década de los noventa, o la gripe

aviar presente en Asia durante el año

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

81

2005, nos muestran también cómo las

sustancias, virus y enfermedades tie-

nen el potencial de trasladarse de un

rincón a otro del mundo.

La reivindicación ambiental es tal

vez una de las más recientes expre-

siones de la globalización: hasta hace

relativamente poco, muchos países

del mundo incluida Colombia no te-

nían ni siquiera un Ministerio de Am-

biente. Actualmente, existen partidos

políticos, incluso muy fuertes como

el Partido Verde en Alemania, que se

fundamentan en la bandera ambien-

tal, al igual que Organizaciones no

Gubernamentales de carácter global

como Green Peace. No obstante, tam-

bién existen quienes piensan que el

tema ambiental es menos importante

de lo que pretenden estos agentes

(Lomborg 2001).

De cualquier modo, el proceso de

globalización actual no puede ser

comprendido sin revisar esta dimen-

sión que evidentemente tiene fuertes

interrelaciones con los aspectos polí-

ticos y económicos globales. La no

participación de la administración

Bush en el Protocolo de Kyoto, ex-

plica buena parte de la mala imagen

de Estados Unidos en el exterior que,

junto con otros aspectos como su ale-

jamiento de la formación de la Corte

Penal Internacional, incidieron en la

poca aprobación de los ciudadanos

europeos a la cooperación militar con

las tropas aliadas en Irak y Afganis-

tán.

2. ENTENDIENDO LA GLOBA-

LIZACIÓN POR SUS CA-

RACTERÍSTICAS PRINCI-

PALES

La globalización no es nueva.

Con esto se quiere hacer notar que el

incremento de las redes de interde-

pendencia a nivel global tiene viejas

raíces, los viajes de Marco Polo entre

Europa y Asia en el siglo XIII, la con-

quista de América por parte de Euro-

pa en el siglo XVI, fueron probable-

mente los primeros pasos. «El presi-

dente de EE.UU., Ulysses Grant, pen-

saba ya en 1873 que el mundo estaba

a las puertas de volverse una nación

única gracias a la elevación en los

niveles de educación, la revolución

tecnológica y la del barco a vapor»

(Chavagneux 2004, 1).

De hecho, lo que es relativamen-

te nuevo, pero que también ha sido

progresivo, es la mayor participación

de la gente del común en las relacio-

nes internacionales. De los viajes de

Marco Polo y los intercambios que

generaban apenas tenían conocimien-

to un grupo pequeño de nobles y bur-

gueses de la época; hoy todo el que

tenga acceso a Internet puede leer los

periódicos de España o escuchar la

música de un grupo australiano. Las

COMPRENDIENDO LA GLOBALIZACIÓN

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

82

barreras lingüísticas y la baja cober-

tura de conexiones a Internet en mu-

chos países limitan el potencial de in-

tercambio de este medio, pero la ven-

tana ya está abierta.

La globalización es reversible. La

reversibilidad de la globalización es

una de sus características más impre-

sionantes, en especial, porque cuan-

do revisamos nuestras experiencias

recientes damos por sentado que cada

vez estamos más integrados y que

necesariamente cada vez lo estaremos

más, pero así sea sólo teóricamente,

existe la posibilidad de que las mis-

mas fuerzas que se han encargado de

estrechar nuestras relaciones con los

diversos rincones del mundo opten

por revertir el proceso. Imaginemos

cómo sería esto: supongamos el sur-

gimiento de grupos de extrema dere-

cha o de extrema izquierda que se to-

man el poder en las naciones más in-

fluyentes del mundo. Estos grupos

comienzan por suprimir libertades y

por imponer el nacionalismo, no se

permiten películas extranjeras, no se

permite el ingreso de inmigrantes, se

expulsa a sus lugares de origen a quie-

nes profesan distintas religiones de la

oficial o a quienes sean de otra raza y

así sucesivamente.

Que este escenario tan oscuro sea

muy poco probable no significa que

al menos teóricamente no deba ser

considerado. De suceder, experimen-

taríamos un fenómeno de des-globa-

lización, es decir, de reducción de las

redes de interdependencia a distancias

supracontinentales.

En realidad, no hay que recurrir

a ejemplos hipotéticos. A comienzos

de 2002, la revista The Economist,

frente a una larga lista de pronuncia-

mientos y documentos que predecían

el fin de la globalización, publicó un

artículo titulado Globalisation, is it

at risk? Ahí se mostraba cómo los

atentados del 11 de septiembre, el in-

cumplimiento en el pago de la deuda

argentina y la sincronización de los

ciclos recesivos en las economías de-

sarrolladas ponían en peligro la inte-

gración mundial: «Tales advertencias

no deben ser desestimadas. La lección

de principios del siglo XX, fácilmente

olvidada durante el boom de los no-

venta es que la globalización es re-

versible» (The Economist 2002a, 65).

De lo anterior se desprende que

las interrelaciones a distancias supra-

continentales pueden crecer, acelerar-

se y desacelerarse, pero también man-

tenerse estables, decrecer, acelerar el

ritmo de decrecimiento o desacelerar

su decrecimiento. Los tres primeros

casos se denominan globalización,

aceleración de la globalización y de-

saceleración de la globalización; los

tres últimos, desglobalización, acele-

ración de la desglobalización y de-

saceleración de la desglobalización.

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

83

La globalización es diferente de

la regionalización: los intercambios

de cualquier tipo entre Colombia y

Venezuela, o entre Bélgica y Holan-

da, son de carácter regional y su in-

cremento se denominará regionaliza-

ción. La internacionalización de las

empresas, al realizar algún tipo de ac-

tividad económica fuera de las fron-

teras del país, suele ocurrir al menos

en primera instancia, en una escala re-

gional, sin que ello signifique un apor-

te al proceso de globalización. Asi-

mismo, cuando los intercambios su-

peran el difícilmente definible límite

regional, como el que realizan las fir-

mas multinacionales, adquieren un

carácter global. Es al incremento de

estos intercambios, no sólo de tipo

económico, entre lugares distantes del

mundo al que llamamos globaliza-

ción.

La globalización no es universal.

Todavía existen países que viven re-

lativamente cerrados, Libia o Laos

son ejemplo de ello. Más aún, inclu-

so dentro de países que consideramos

altamente integrados, existen pobla-

ciones aisladas.

Las comunidades indígenas del

Amazonas o los pueblos del centro

de la China se han mantenido fuera

del contacto con el resto del mundo,

no realizan viajes al extranjero ni re-

ciben visitantes de afuera, no escu-

chan noticias internacionales, mantie-

nen sus propias creencias y no utili-

zan ni la Internet ni el teléfono para

comunicarse con el extranjero.

En este orden de ideas, es nece-

sario aclarar que la globalización tam-

poco es homogénea, lo que significa

que existen países más integrados que

otros. Además, los países se integran

con mayor intensidad en unos aspec-

tos específicos de la globalización que

en otros, por ejemplo, Francia desem-

peña un rol más intenso en las rela-

ciones políticas que un país como

Alemania, al tiempo que este último,

se integra de forma más intensa que

Francia en materia de comercio inter-

nacional.

El comercio exterior (exportacio-

nes más importaciones) como porcen-

taje del PIB de Alemania asciende al

105% mientras que en Francia es del

90%, según datos de la OMC para el

año 2004. Estas diferencias persisten

al interior mismo de los países, don-

de hay regiones con vocación turísti-

ca, regiones que concentran las rela-

ciones políticas (las capitales), regio-

nes exportadoras o importadoras, e

incluso regiones que escasamente in-

teractúan con el exterior.

Aunque es un fenómeno, la glo-

balización no sucede de forma natu-

ral. Es el fruto de compromisos, de

elecciones y omisiones políticas, que

un número importante de actores po-

nen en escena, entre ellos no sólo los

COMPRENDIENDO LA GLOBALIZACIÓN

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

84

Estados, sino también las firmas mul-

tinacionales, y otros (Chavagneaux

2004).

La lista de agentes generadores

de la globalización se puede clasifi-

car de alguna manera atendiendo a la

capacidad de direccionamiento o mol-

deamiento que estos agentes le pue-

den imprimir como se ilustra en la

pirámide del gráfico 2.

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

Gráfico 2. Agentes generadores de la globalización.

Fuente: Elaboración propia.

Otra característica que da muchas

luces a la hora de comprender la glo-

balización, es que ésta es un fenóme-

no exento de juicios de valor: es in-

correcto decir que la globalización sea

algo bueno o algo malo, que sea justa

o injusta o ponerle calificativos posi-

tivos o negativos, pues ella por sí

Gobiernos de las naciones más poderosas

Principales firmas multinacionales

Organismos multilaterales

Gobiernos de los países menos poderosos

Demás empresas internacionalizadas

ONG y Centros Universitarios

Ciudadanos comunes

Nivel de

influencia en el proceso de

globalización

misma no es otra cosa que un fenó-

meno, no un fenómeno natural como

las lluvias o las estaciones, sino un

fenómeno social que involucra las

relaciones humanas.

Lo que en efecto puede estar su-

jeto a calificativos o juicios de valor

son las consecuencias que genera la

85

globalización, consecuencias que de-

penderán de la forma como la mol-

deen los actores que tienen injeren-

cia en las decisiones de política, de

consumo y producción a nivel global,

de acuerdo con el cuadro arriba pre-

sentado. Siendo así, si priman las con-

sideraciones de política económica

neoliberal, lo más probable es que la

globalización contribuirá a aumentar

las desigualdades. Por el contrario, si

priman consideraciones redistributi-

vas, ella podrá contribuir a disminuir

los niveles de pobreza o desigualdad.

Igualmente, si priman los intere-

ses de las industrias contaminantes

sobre los derechos de los habitantes

de la tierra de vivir en un mundo lim-

pio, la globalización conducirá al de-

terioro del medio ambiente. Si por el

contrario, prosperan iniciativas como

las del Protocolo de Kyoto, la globa-

lización estará contribuyendo a pre-

servar el planeta.

Por último, dado que la globali-

zación actual cada vez involucra a

más gente y que los medios de comu-

nicación modernos incluidas las se-

ñales internacionales de televisión por

cable y el cine, han conseguido el

efecto de hacer más visibles las dife-

rencias en la calidad de vida entre los

países desarrollados y los países en

vía de desarrollo, no nos debe sor-

prender que buena parte de la pobla-

ción de los países menos avanzados

se suma en la frustración, el incon-

formismo y la envidia, enrareciendo

el ambiente y dando origen a una re-

novada ola de flujos migratorios (The

Economist 2002b).

La expresión fuertemente arrai-

gada en la comunidad académica y es-

tudiantil de que los ricos se vuelven

cada vez más ricos y los pobres cada

vez más pobres, desconoce los pro-

gresos que el siglo XX trajo al plane-

ta. En una casa de una familia pobre

colombiana es muy probable encon-

trar televisión o algún servicio públi-

co que en el pasado no tenían, lo cual

muestra que no son cada vez más po-

bres, al menos en términos absolutos,

pues ahora tienen un acceso mayor a

bienes y servicios que antes. El pro-

greso de la China y la India rural ini-

ciado en el último cuarto del siglo XX

ha contribuido a sacar a millones de

personas de la pobreza; sin embargo,

lo que sí ha prevalecido e incluso ha

empeorado, es el incremento de la

desigualdad. La caída del comunis-

mo en la última década del siglo XX

y la implantación del neoliberalismo

en América Latina y los países en tran-

sición han contribuido aún más a

agravar el problema y, como antes se

mencionaba, la cada vez más fácil

comparación de los niveles de vida

en una y otra parte del planeta alimen-

COMPRENDIENDO LA GLOBALIZACIÓN

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

86

tan el sentimiento de que algo anda

mal con la globalización (Wade

2001).

3. LA INTERDEPENDENCIA

COMPLEJA Y LA NOCIÓN DE

REDES DE INTERDEPENDEN-

CIA

El tema de la interdependencia

compleja es precisamente complejo

de explicar. Una buena forma de te-

ner un primer contacto con él es pen-

sar en el famoso «efecto mariposa»

del meteorólogo Edward Lorenz: el

más pequeño movimiento como el

que produce el aleteo de una maripo-

sa, puede llegar a afectar cualquier

predicción sobre el estado del tiem-

po.

Si agita hoy, con su aleteo, el aire

de Pekín, una mariposa puede mo-

dificar los sistemas climáticos de

Nueva York el mes que viene ...

Se denomina, por tanto, efecto ma-

riposa a la amplificación de erro-

res que pueden aparecer en el com-

portamiento de un sistema comple-

jo. En definitiva, el efecto mari-

posa es una de las características

del comportamiento de un sistema

caótico, en el que las variables

cambian de forma compleja y errá-

tica, haciendo imposible hacer pre-

dicciones más allá de un determi-

nado punto, que recibe el nombre

de horizonte de predicciones (Gó-

mez 2002, 1).

En términos del estudio y la com-

prensión de la globalización, la inter-

dependencia compleja hace referen-

cia a la manera como están interco-

nectadas las diferentes dimensiones

de la globalización mediante un com-

plejo mecanismo de redes que trans-

miten los cambios, producto de deci-

siones o reacciones, entre los distin-

tos rincones del globo en diversas di-

recciones que resultan a menudo im-

predecibles.

En el siguiente gráfico 3 se re-

presenta la interdependencia comple-

ja, a través de flechas de doble vía que

generan una red de interrelaciones

entre las diferentes dimensiones de la

globalización: las flechas en dos sen-

tidos representan el carácter de inter-

dependencia entre dos países en cada

dimensión de la globalización y las

flechas verticales representan los ca-

nales o vínculos de interdependencia

entre las diferentes dimensiones de la

globalización, los cuales se pueden

recorrer en todas las direcciones po-

sibles incluso de manera simultánea

y no sólo en línea recta. Si multipli-

camos las relaciones por el número

de países que se interrelacionan a

grandes distancias, que por supuesto

es mayor a dos, podemos crearnos una

idea de la complejidad de las redes

de interdependencia que constituyen

el material incrementable o globalis-

mo.

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

87

Una forma sencilla de observar

la forma como funciona la interdepen-

dencia compleja es recordar la triste-

mente famosa crisis asiática de fina-

les de los noventa: cuando en el vera-

no de 1997 se depreció el Bath tai-

landés, se dio origen al llamado efec-

to dominó para describir el contagio

financiero en las economías del su-

deste asiático.

Sin embargo, las cosas no termi-

naron ahí, la globalización amplificó

la crisis a diferentes puntos del pla-

neta, los precios del petróleo llega-

ron a mínimos históricos, Brasil y

Rusia sintieron los estragos, el prime-

ro depreció su moneda, el segundo de-

claró el incumplimiento de pagos, la

cadena de acontecimientos terminó

Gráfico 3. Las redes de interdependencia de las diferentes dimensiones de la globalización.

Fuente: Elaboración propia.

afectando a Colombia donde la fuga

de capitales provocó la primera rece-

sión en 70 años; ante la crisis, más de

un millón de colombianos emigraron

principalmente hacia Estados Unidos

y Europa, uniéndose a las masas de

inmigrantes de otros países afectados

que también trataban de escapar de

su penuria económica. La pobreza y

la desigualdad se agravaron, la insti-

tucionalidad política global se encon-

tró bajo presión, los movimientos al-

terglobalización se fortalecieron y

pidieron medidas como la introduc-

ción del impuesto Tobin a los flujos

financieros... la imagen exterior de

Colombia asociada únicamente con el

narcotráfico cambió con las nuevas

versiones que daban de primera mano

Económica

Política

Social

Cultural

Militar

Económica Militar Social Política Cultural

COMPRENDIENDO LA GLOBALIZACIÓN

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

88

los inmigrantes, el español se conso-

lidó como segunda lengua en la Flo-

rida y así sucesivamente. Como lo

muestra el ejemplo anterior, la glo-

balización debe ser entendida a la luz

de la interdependencia compleja que

encarna.

La depreciación del Bath, un

acontecimiento que podría haberse

considerado como un hecho aislado

y normal, terminó por desencadenar

una serie de repercusiones tanto ne-

gativas como positivas en diversas di-

mensiones y tocando prácticamente

todos los rincones del planeta a tra-

vés de la interrelación compleja que

caracteriza al mundo globalizado ac-

tual.

4. ¿PUEDE MEDIRSE LA GLO-BALIZACIÓN?

Hay quienes piensan que no se

puede comprender aquello que no se

puede medir. Aunque evidentemente

resulte una posición bastante extre-

ma, en cierta forma, tienen algo de

razón pues es evidente que la posibi-

lidad de medir el objeto de análisis

facilita la comprensión del mismo.

Así, cuando se trata del tema es-

pecial de la globalización, dada sus

características complejas, resulta es-

pecialmente revelador encontrar un

esfuerzo para intentar medir el fenó-

meno. Afortunadamente, la revista

Foreign Policy desde hace cinco años

ha venido trabajando en esta dirección

construyendo un sistema de medición

y finalmente un ranking de los países

más globalizados.

De hecho, si se mira bien el in-

forme del año 2005, se puede apre-

ciar que el ranking presentado en rea-

lidad no mide la globalización sino

el estado de las redes de interdepen-

dencia, es decir, qué tan globalizado

está un país en un momento dado. No

obstante, la información entregada

por esta revista permite establecer si

se ha presentado o no un proceso de

globalización, a través de la compa-

ración de los datos de diferentes pe-

ríodos (A.T. Kearney/Foreign Policy

2005, 52-60).

Un esfuerzo tan ambicioso como

el de medir la globalización está lle-

no de imperfecciones: las críticas al

estudio apuntan a la omisión de cier-

tas dimensiones claves de la globali-

zación como la cultural, la ambiental

y la militar. Asimismo, cuando se con-

tabilizan las interrelaciones de un país

en concreto, se incluyen las que éste

tiene con sus países vecinos. Esta de-

ficiencia, explica por qué países tan

pequeños como Singapur, Luxembur-

go o Suiza aparecen como países al-

tamente globalizados. Técnicamente

estas interrelaciones a nivel regional

deberían estar excluidas del estudio,

al ser la globalización un fenómeno

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

89

de escala supracontinental. En la prác-

tica, se reconoce la dificultad de de-

terminar la distancia exacta a partir

de la cual una relación deja de ser re-

gional para ser global además de las

complicaciones que acarrea refinar la

información a ese nivel.

5. GLOBALIZACIÓN Y RE-

GIONALIZACIÓN

Definir los límites que separan las

relaciones regionales de las relacio-

nes globales es bastante complicado;

en el caso de Colombia, las relacio-

nes con la Comunidad Andina de

Naciones (CAN) y con Centroaméri-

ca y el Caribe se podrían considerar

relaciones de alcance regional, mien-

tras que las relaciones del país con el

resto del mundo incluido Japón,

Unión Europea y Estados Unidos se

entenderán como globales. Para otros

países, la delimitación puede ser más

compleja. Basados en el criterio de la

distancia, España, por ejemplo debe-

ría incluir entre sus relaciones regio-

nales a Marruecos, aunque política-

mente no estén muy integrados.

Superando este inconveniente y

reconociendo que no existe un radio

de alcance único aplicable a todos lo

países, nos enfrentamos a otra cues-

tión no menos compleja: ¿Son la glo-

balización y la regionalización nece-

sariamente antagónicas?; en otras

palabras, ¿la tendencia a la regionali-

zación implicaría una reducción de las

relaciones a nivel global? La respues-

ta es aparentemente positiva, sin em-

bargo, si se tienen en cuenta algunas

consideraciones dinámicas, se puede

pensar en la regionalización como una

forma de potenciar los intercambios

globales.

El cuadro 1 puede ayudarnos a

responder la pregunta. Allí se repre-

sentan los valores hipotéticos del

comercio intra y extraregional de un

país cualquiera, así como la parti-

cipación porcentual del comercio en

el PIB.

COMPRENDIENDO LA GLOBALIZACIÓN

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

90

Analizando las cifras se puede

observar cómo en términos relativos,

el comercio intrarregional como por-

centaje del PIB, gana participación

dentro del comercio total. Igualmen-

te, se aprecia cómo la tasa de creci-

miento del comercio intrarregional ha

sido mayor que la del comercio con

el resto del mundo; esta interpretación

de los datos llevaría a la conclusión

de que una mayor regionalización sig-

nifica automáticamente menor globa-

lización. Lo que oculta este análisis,

es que en términos absolutos, las re-

laciones comerciales del país con el

resto del mundo en el segundo perío-

do son mayores en $10.000 millones

que las del primer período; es decir,

en términos absolutos existe una ma-

yor interrelación con el resto del mun-

do, ya que se han producido al mis-

mo tiempo procesos de globalización

y regionalización.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 1. Variación porcentual y absoluta del comercio intra y extra regional de un país.

En valores y como proporción del PIB.

En realidad, se reconoce que los

procesos de integración regional al es-

tilo de la UE o la CAN, favorecen en

primera instancia el desarrollo del

comercio intrarregional, pero al ge-

nerar economías de escala, facilida-

des de negociación, y en general, la

reducción en los costos de transac-

ción, el crecimiento económico que

produce el paso de un mercado na-

cional a uno regional, implica que las

importaciones aumenten no sólo des-

de la región sino desde otros países

lejanos. Igualmente, el aumento en la

escala de producción que permite el

mercado ampliado regional generará

mayor producción a costos competi-

tivos, la cual podrá ser colocada no

sólo en la región sino también en el

resto del mundo.

Así, aunque la integración regio-

nal puede producir una desviación del

comercio y las inversiones y de otras

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

Valor del

comercio.

Período 1

Participación

del comercio

en el PIB.

Período 1

Valor del

comercio.

Período 2

Participación

del comercio

en el PIB.

Período 2

Variación

porcentual

Variación

absoluta

Comercio

intrarregional $30.000 30% $60.000 43% 100% $30.000

Comercio

extrarregional $70.000 70% $80.000 57% 12.5% $10.000

TOTAL $100.000 100% $140.000 100% $ 40.000

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

91

variables, si ésta se realiza de forma

que no se incrementen las barreras a

los intercambios fuera de la región,

la regionalización actuaría como un

mecanismo de reducción de los cos-

tos de transacción a escala global y

por lo tanto como un dinamizador de

la globalización.

6. EL TRANSPORTE Y LAS

COMUNICACIONES

Evidentemente, mejorar la rapi-

dez de los desplazamientos de mer-

cancías, capital, personas e informa-

ción ha sido una obsesión de la hu-

manidad desde hace mucho tiempo.

La aparición del motor a vapor, lue-

go del motor a combustión, del telé-

grafo y del teléfono y aún de la Inter-

net, han reducido considerablemente

el tiempo empleado en transportar y

comunicar, favoreciendo el proceso

de globalización en todas sus dimen-

siones. Sin embargo, Kohene y Nye

(2000, 117) nos alertan de la ilusión

que representa la rapidez como ele-

mento potenciador de la globaliza-

ción, al advertirnos que más que la

rapidez, el elemento crucial son los

costos de transporte y comunicación.

Pero en realidad, ¿es solamente

la reducción de los costos de trans-

porte la que facilita los intercambios?

Lo más probable es que sea una com-

binación de ambos, disminución de

costos y amento de la velocidad: el

Concorde era el avión más rápido del

mundo permitiendo un ahorro de cua-

tro horas en los viajes de pasajeros

entre las ciudades de París o Londres

y Nueva York, pero el Concorde es

hoy una máquina del pasado, pues

aunque mucho más rápido que todos

los demás aviones, el tiquete resulta-

ba extremadamente caro (US$ 5.000

frente a US$ 1.400 en un Boeing 767).

Viajar en el Boeing era más econó-

mico, transportaba más pasajeros y

aunque era más lento que el Concor-

de, prevaleció en el mercado (The

Economist, 2000).

Parecería entonces que no es la

velocidad el factor esencial sino los

costos, pero reconozcamos que la ra-

pidez también tiene su importancia:

de nada serviría poder transportar el

capital a una décima parte del costo

actual (una comisión a los interme-

diarios financieros de alrededor del

1% del monto de la transferencia), si

el dinero tardara 30 días en estar dis-

ponible. ¿Quién estaría dispuesto a

sacrificar los intereses o el costo de

oportunidad durante 30 días por re-

ducir el costo de realizar una transfe-

rencia internacional? Aquí, como en

el caso del transporte de los bienes

perecederos, es claro cómo la rapidez

por sí misma juega un rol importante.

Considerando lo anterior, el pro-

ceso de globalización se facilita gra-

COMPRENDIENDO LA GLOBALIZACIÓN

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

92

cias a la reducción de los costos de

transporte y de comunicación y gra-

cias al aumento de la rapidez de los

intercambios.

7. CONCLUSIONES

¿Por qué no entendemos la glo-

balización? La popularización en el

uso de la palabra, la tendencia a defi-

nirla de forma imprecisa, apocalípti-

ca o metafórica suponen la falta de

comprensión sobre el tema. Para en-

tenderla, antes que nada, se debe te-

ner una definición apropiada del con-

cepto para luego explorar sus más ín-

timos detalles. La definición que pro-

pongo por ser la menos metafórica y

apocalíptica, y por ser la más precisa

que he podido formular proviene en

buena parte de los autores Keohane y

Nye, así: la globalización debe ser

entendida como el fenómeno que con-

siste en el incremento de las múlti-

ples redes de interdependencia entre

regiones distantes del mundo, en sus

diversas dimensiones, gracias a la re-

ducción de los costos de transporte y

de las comunicaciones y a los proce-

sos de liberalización y apertura.

Hay una tendencia de larga dura-

ción del capitalismo para funcionar

en un espacio que supera las fronte-

ras políticas de una nación. Una ten-

dencia que, sin embargo, no es una

garantía. La desglobalización, así pa-

rezca sólo una curiosidad teórica, nos

ayuda a comprender el verdadero sig-

nificado de la globalización, a saber,

que involucra el incremento de los

lazos de interdependencia a nivel su-

pracontinental.

La exploración de la globaliza-

ción en sus diversas dimensiones

(económica, política, cultural, social,

militar y ambiental) permite apreciar

el papel de los diferentes actores que

la moldean: los Estados, las institu-

ciones multilaterales, las firmas mul-

tinacionales, las ONG y las personas.

También nos permite apreciar que la

globalización implica el incremento

de redes de interdependencia comple-

jas puesto que los países y las dimen-

siones de la globalización están in-

terconectados unos con otros. En con-

secuencia, un cambio en un hilo con-

creto de esas redes de interdependen-

cia tendrá efectos positivos y negati-

vos en todas las demás, muy difíciles

de predecir de antemano, más aún

cuando los desarrollos tecnológicos

de los últimos años han contribuido

a vincular más gente a los diversos

sistemas de redes a nivel mundial.

La complejidad del fenómeno di-

ficulta su medición, sin embargo, es-

fuerzos como el de la Revista Foreign

Policy, aunque imperfectos, han con-

tribuido a una mejor comprensión del

tema.

JAIME RAFAEL AHCAR OLMOS

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

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La globalización no es ni univer-

sal ni homogénea. Hay países y re-

giones del mundo excluidas de la glo-

balización. Asimismo se reconoce

cómo los países y las regiones se in-

tegran de formas distintas y a ritmos

distintos. El poderío militar de

EE.UU. y Rusia le dan una gran im-

portancia en esa dimensión en tanto

que el liderazgo político y cultural de

Francia, la destaca en esas dimensio-

nes.

Aunque en primera instancia la

globalización y la regionalización pa-

rezcan irreconciliables, es fácil apre-

ciar que los efectos dinámicos de los

procesos de regionalización al estilo

de la Unión Europea o la CAN aso-

ciados con la reducción de los costos

de transacción y el aprovechamiento

de las economías de escala, contribu-

yen a facilitar el proceso de globali-

zación, el cual, a su vez, se ve poten-

ciado por el aumento en la rapidez y

la reducción en los costos de trans-

porte y de las comunicaciones, así

como por los procesos de apertura y

liberalización producto de la coope-

ración y la voluntad política interna-

cional.

Por último, pero no menos im-

portante, es que hemos aprendido que

la globalización es un fenómeno

exento de juicios de valor y que por

lo tanto, es de esperar que según la

forma como se moldee por parte de

los actores políticos y económicos

más influyentes, se producirán secto-

res ganadores y perdedores.

Por consiguiente, es desacertado

culpar a la globalización del deterio-

ro del medio ambiente, del aumento

de la desigualdad o de muchos otros

males, pues no es el incremento de

las redes de interdependencia en sí

mismo lo que genera esos efectos ne-

fastos, sino las decisiones políticas y

económicas de los actores que la

moldean. Este tipo de análisis ha per-

mitido reconocer que diversos movi-

mientos sociales contrarios a ciertos

efectos concretos causados por la for-

ma como se ha manejado la globali-

zación, no se enfrentan a ella en sí

misma, sino que proponen una glo-

balización alternativa; por eso se les

conoce hoy como movimientos alter-

globalización, que desean una inte-

gración diferente, en vez del término

confuso de movimientos antiglobali-

zación.

Reconociendo el verdadero sig-

nificado de la globalización, sus ca-

racterísticas principales y la forma

como se moldea, nos podemos dar

cuenta de que no es un fenómeno

inexplicable ni inalterable que domi-

na nuestro mundo, sino que está a

nuestro alcance mostrarle a los líde-

res y empresarios mundiales el tipo

de mundo en el que deseamos vivir

para que entre todos contribuyamos,

COMPRENDIENDO LA GLOBALIZACIÓN

Econ. Gest. Desarro. Cali (Colombia) N°. 4 69 - 95 Noviembre - 2006

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gracias a las poderosas fuerzas de la

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lo más justo y habitable.

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