Los Secretos de La Hipnosis

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LOS SECRETOS DE LA HIPNOSIS ¿Qué es la Hipnosis? La hipnosis es un estado mental o de un grupo de actitudes generadas a través de un procedimiento llamado inducción hipnótica. Usualmente se compone de una serie de instrucciones y sugerencias preliminares. Dichas sugestiones pueden ser generadas por un hipnotizador o pueden ser autoadministradas (autosugestión). El uso de la hipnosis para uso terapéutico se conoce como hipnoterapia. Podemos definir el estado hipnótico como un estado alterado de conciencia y a la hipnosis como la técnica que nos conduce al mismo. Para alcanzarlo, debemos tener una atención intensa y focalizada en algo, por tanto, el hipnotizado se aísla poco a poco de los estímulos exteriores y alcanza cierto bloqueo sensorial. En resumen, la hipnosis es un estado neurofisiológico que en gran medida se produce por la famosa ley: "a mayor excitación, mayor inhibición". Esto podemos verlo en una situación de intenso estrés o pánico... el estímulo o la percepción que nos produce la situación estresante es tan intensa, que se bloquean nuestras reacciones emocionales, motoras (movimientos), mentales, etc. Por ejemplo, un estudiante que ante un examen se lo sabe todo perfectamente, pero se pone tan nervioso que a la hora de escribir no recuerda nada o sólo parcialmente. La diferencia es que en hipnosis hacemos una dosificación programada y progresiva del estímulo para producir una inhibición controlada y con los efectos que tenemos previstos. Llegados a este punto debemos distinguir también entre la diferencia entre hipnotizador e hipnólogo. La primera denominación podemos dársela a cualquier persona que consigue inducir a otra a la hipnosis. En el segundo caso, hipnólogo es un profesional con una formación suficiente realiza un uso clínico de la hipnosis con unos conocimientos teóricos y prácticos suficientes en materia de hipnosis clínica. Definición de Hipnosis de la American Psycholgical Association (2004) Habitualmente, la hipnosis conlleva una introducción al procedimiento durante la cual se dice a un sujeto que se le presentarán sugestiones de experiencias imaginativas. La inducción hipnótica es una sugestión, extensa y amplia para usar la propia imaginación, que se da al comienzo (initial), y que puede incluir mayores detalles (elaborations) de la introducción. Se usa un procedimiento hipnótico para fomentar y evaluar respuestas a las sugestiones. Al usar la hipnosis, una persona (el sujeto) es guiado por otra (el hipnotizador) para que responda a las sugestiones de cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento o conducta. Las personas pueden aprender también auto-hipnosis, que es el acto de administrar procedimientos hipnóticos a uno mismo. Si el sujeto responde a las sugestiones hipnóticas, generalmente se infiere que se ha inducido una hipnosis. Muchos creen que las respuestas y experiencias hipnóticas son características de un estado hipnótico. Aunque algunos piensan que no hace falta usar la palabra "hipnosis" como una parte de la inducción hipnótica, otros lo ven esencial. Los detalles de los procedimientos y sugestiones hipnóticos diferirán según los objetivos de quien la practique, y de los propósitos de la tarea clínica o de investigación que se intenta realizar. Tradicionalmente, los procedimientos incluyen

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LOS SECRETOS DE LA HIPNOSIS

¿Qué es la Hipnosis? 

La hipnosis es un estado mental o de un grupo de actitudes generadas a través de un procedimiento llamado inducción hipnótica. Usualmente se

compone de una serie de instrucciones y sugerencias preliminares. Dichas sugestiones pueden ser generadas por un hipnotizador o pueden ser

autoadministradas (autosugestión). El uso de la hipnosis para uso terapéutico se conoce como hipnoterapia. 

Podemos definir el estado hipnótico como un estado alterado de conciencia y a la hipnosis como la técnica que nos conduce al mismo. Para

alcanzarlo, debemos tener una atención intensa y focalizada en algo, por tanto, el hipnotizado se aísla poco a poco de los estímulos exteriores y

alcanza cierto bloqueo sensorial. En resumen, la hipnosis es un estado neurofisiológico que en gran medida se produce por la famosa ley: "a mayor

excitación, mayor inhibición". Esto podemos verlo en una situación de intenso estrés o pánico... el estímulo o la percepción que nos produce la

situación estresante es tan intensa, que se bloquean nuestras reacciones emocionales, motoras (movimientos), mentales, etc. Por ejemplo, un

estudiante que ante un examen se lo sabe todo perfectamente, pero se pone tan nervioso que a la hora de escribir no recuerda nada o sólo

parcialmente. La diferencia es que en hipnosis hacemos una dosificación programada y progresiva del estímulo para producir una inhibición

controlada y con los efectos que tenemos previstos. 

Llegados a este punto debemos distinguir también entre la diferencia entre hipnotizador e hipnólogo. La primera denominación podemos dársela a

cualquier persona que consigue inducir a otra a la hipnosis. En el segundo caso, hipnólogo es un profesional con una formación suficiente realiza un

uso clínico de la hipnosis con unos conocimientos teóricos y prácticos suficientes en materia de hipnosis clínica. 

Definición de Hipnosis de la American Psycholgical Association (2004) 

Habitualmente, la hipnosis conlleva una introducción al procedimiento durante la cual se dice a un sujeto que se le presentarán sugestiones de

experiencias imaginativas. 

La inducción hipnótica es una sugestión, extensa y amplia para usar la propia imaginación, que se da al comienzo (initial), y que puede incluir

mayores detalles (elaborations) de la introducción. Se usa un procedimiento hipnótico para fomentar y evaluar respuestas a las sugestiones. Al usar

la hipnosis, una persona (el sujeto) es guiado por otra (el hipnotizador) para que responda a las sugestiones de cambios en la experiencia subjetiva,

alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento o conducta. Las personas pueden aprender también auto-hipnosis, que es el acto

de administrar procedimientos hipnóticos a uno mismo. Si el sujeto responde a las sugestiones hipnóticas, generalmente se infiere que se ha

inducido una hipnosis. Muchos creen que las respuestas y experiencias hipnóticas son características de un estado hipnótico. Aunque algunos

piensan que no hace falta usar la palabra "hipnosis" como una parte de la inducción hipnótica, otros lo ven esencial. 

Los detalles de los procedimientos y sugestiones hipnóticos diferirán según los objetivos de quien la practique, y de los propósitos de la tarea clínica

o de investigación que se intenta realizar. Tradicionalmente, los procedimientos incluyen sugestiones para relajarse, aunque la relajación no es una

parte necesaria para la hipnosis, pudiéndose usar una amplia variedad de sugestiones, incluidas las de alerta. Tanto en ámbitos clínicos como de

investigación se pueden usar sugestiones que permiten evaluar el alcance de la hipnosis comparando las respuestas con escalas estandarizadas. Si

bien la mayoría de los sujetos pueden responder, al menos, a algunas sugestiones, las puntuaciones de las escalas suelen abarcar un rango que

oscila desde lo elevado a lo insignificante. 

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Tradicionalmente, las puntuaciones se han agrupado en las categorías de bajas, medias y altas. Tal y como ocurre con otras medidas de

constructos psicológicos escaladas positivamente, como la atención y el apercibimiento, la claridad de la evidencia de haber logrado la hipnosis se

incrementa con la puntuación del individuo.

Definición de Hipnosis de la Sociedad Británica de Psicología, 2001/02 

El término "hipnosis" denota una interacción que se da entre una persona, el "hipnotizador", y otra u otras personas, el "sujeto" o "sujetos". 

En esta interacción, el hipnotizador intenta influir en la percepción, sentimientos, pensamientos y conductas de los sujetos, pidiéndoles que se

concentren en ideas e imágenes que pueden evocar los efectos que se pretenden conseguir. Las comunicaciones verbales que el hipnotizador

emplea para alcanzar esos efectos se denominan sugestiones. Las sugestiones se diferencian del resto de instrucciones de la vida cotidiana, en que

aquéllas implican que el sujeto experimenta, con "éxito", una respuesta caracterizada por una cualidad de involuntariedad o por la carencia de

esfuerzo. Los sujetos pueden aprender a poner en práctica los procedimientos hipnóticos por sí mismos, lo que se denomina "auto-hipnosis". 

MITOS SOBRE LA HIPNOSIS 

Mito 1: La hipnosis no pertenece al campo de la Psicología científica. Quienes la practican suelen ser charlatanes, curanderos u hombres del espectáculo. Las personas que mejoran con ella, son crédulos, ignorantes y "dependientes". 

Mito 2: la hipnosis puede dejar a la persona "enganchada" en un trance, de forma que, al no poder "salir del estado hipnótico", quedaría mermada en su volición o devendría en un demente. 

Mito 3: la hipnosis puede explicitar o agravar psicopatologías "latentes" de la persona. Incluso puede desarrollar alteraciones psíquicas en los individuos sanos. Los individuos con problemas psicopatológicos, puede empeorar con la hipnosis 

Mito 4: la hipnosis provoca un "estado" similar al del sueño, en el que la persona muestra unas características especiales. Si no se alcanzan tales características, la persona no está hipnotizada. Sólo se puede estar en esa situación especial, si se ha recibido un método de inducción hipnótica. 

Mito 5: la hipnosis elimina y anula el control voluntario de la persona. Ésta deviene en un autómata en manos del hipnotizador, por lo que puede cometer actos delictivos, antisociales, inmorales o que le llevan al ridículo social. 

Mito 6: la hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y cuasi mágicas en las personas. 

Mito 7: la hipnosis es una terapia (hipnoterapia), sumamente útil, rápida y eficaz, que no exige ningún esfuerzo por parte del cliente para cambiar de comportamiento. Sólo las personas muy susceptibles, sin embargo, pueden beneficiarse de ella.

Historia de la Hipnosis

Aunque ya existen precedentes históricos del uso de técnicas similares a la hipnosis empleada por los

egipcios en los llamados Templos del Sueño, no sería hasta mediados del siglo XVIII cuando se inicia el

primer estudio sistemático de lo que suponía un estado psico-fisiológico especial que más tarde se conocería

con el término de hipnosis. Franz Anton Mesmer, (1734-1815) doctorado en Medicina y Filosofía a sus 35

años en Viena, escribió su tesis doctoral titulada "De planetarium Influxu", influenciada por las teorías de

Paracelso sobre la interrelación entre los cuerpos celestes y el ser humano. Mesmer formuló la

famosa Teoría del Magnetismo Animal que nos venía a decir que todo ser vivo irradia un tipo de energía

similar o parecido al magnetismo físico de otros cuerpos y que puede transmitirse de unos seres a otros,

llegando a tener una aplicación terapéutica. El médico austriaco se instaló en París y con el paso del tiempo,

fue tan grande su influencia y tan extendida su fama, que se convirtió en el médico tanto de los pobres y

desheredados como de los ricos y poderosos, incluso del mismísimo rey de Francia. El asunto llegaría hasta

la Academia de Medicina de Francia, que determinó que no existía ningún tipo de influencia o energía

magnética en las curaciones mesméricas. 

Para Mesmer la hipnosis se produce gracias a un fluido o energía etérica que lo interpenetra todo y que se

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podía transmitir de unos cuerpos a otros. A través de dicho fluido se podía inducir a los sujetos a un estado

especial llamado sueño magnético. A dicho estado se llegaba colocando en el sujeto unos imanes o bien

realizándole unos pases con las manos alrededor del cuerpo.

¿Qué era lo que realmente producía la curación? 

Serían los discípulos de Mesmer y posteriores investigadores quienes determinarían que las "milagrosas" curaciones en los trances hipnóticos,

llamados sueños magnéticos o mesmerismo hasta aquel entonces, se producían por una condición llamada sugestión. Un cirujano escocés llamado

James Braid (1795-1860) fue el primero en acuñar el término hipnosis enunciando una de las formas que lo explicaban: "la fijación sostenida de la

mirada, paraliza los centros nerviosos de los ojos y sus dependencias que alterando el equilibrio del sistema nervioso, produce el fenómeno". 

No es de extrañar que esta técnica despertara tanto apasionamiento o desprecio desde sus primeras investigaciones. Serían los seguidores de

Mesmer y posteriormente otros investigadores quienes irían desentrañando parte los los misterios de la hipnosis y por tanto, del psiquismo

humano. Así por ejemplo un paciente del Marqués de Puységur, llamado Víctor Rase, que era campesino de humilde condición y prácticamente

analfabeto, al caer en los trances magnéticos, hablaba con una facilidad que nunca antes había tenido, manifestando conocimientos sobre

anatomía y medicina, incluso llegando a diagnosticar con total precisión males y enfermedades y a prescribir remedios para sí mismo u otros que

finalmente eran efectivos. Tales hechos se han ido repitiendo en diferentes épocas y sujetos a lo largo de la historia. 

Mecanismos fisiológicos de la Hipnosis 

El mecanismo principal en el que se basa la hipnosis, son las sugestiones constantes y repetitivas como por ejemplo: relájate y deja que tus

músculos liberen tensión... cada vez estás sintiendo un sopor más profundo... más profundo... Esto consigue producir un bloqueo progresivo del

cortex cerebral, que ralentiza su actividad. Simultáneamente se activa más intensamente el sub-cortex o áreas del cerebro medio y profundo,

(conocido también como cerebro arcaico) que intervienen fundamentalmente en todos los procesos subconscientes de la actividad psíquica. 

Se ha observado que algunos supuestos indicadores hipnóticos y cambios subjetivos pueden conseguirse sin relajación o larga inducción, hecho que

aumenta la controversia y nacen intensos debates que rodean el tema. Algunos científicos han disputado sobre su existencia, mientras que otros

insisten en ambos, su realidad y valor. Una fuente de controversia ha sido la gran variedad de teorías tradicionalmente divididas entre campos de

'estado' y 'no estado'. Esta controversia puede decrecer debido a que las modernas técnicas de 'imagen cerebral', ofrecen esperanza para un

aumento del entendimiento de su naturaleza y el valor de ambas perspectivas es altamente reconocido. 

En realidad es el propio individuo quien se hipnotiza, por tanto podríamos afirmar que sólo existe la auto-hipnosis. El hipnólogo lo único que hace es

ir marcando los pasos o pautas para que su paciente vaya entrando progresivamente en el 4 trance. Otra de las ideas mal entendidas de la hipnosis

es que dicho estado no podemos enterarnos de lo que sucede (pérdida de conciencia), que se pierde el control sobre el propio comportamiento o

que al despertar no recordaremos nada; esto es falso y sólo en determinadas ocasiones se da. Por tanto cualquier persona en un estado de

atención aguda puede llegar a la hipnosis, ser consciente y recordar después todo lo que ha sucedido. 

Aplicaciones de la Hipnosis 

Las aplicaciones en las que puede ser usada varían ampliamente. Se enfoca eventualmente a los sujetos haciendo parecer a la audiencia que éste

está despierto o, popularmente conocido, como en trance. Durante la actuación, éstos parecen obedecer las órdenes del hipnotizador, llevando

incluso a cabo comportamientos que normalmente no realizarían. Por otro lado, las aplicaciones hipnóticas en los campos de la salud, la psicología

y la medicina, a menudo se experimentan diferentemente. La evidencia apoya su uso clínico para controlar el dolor, el peso, el tratamiento del

Síndrome de intestino irritable y como adjunto para el comportamiento cognitivo, además de otras terapias. La hipnosis misma no es una terapia,

pero es efectivamente usada como adjunto a otras terapias. Por lo tanto la hipnoterapia es menos preferible que el uso de técnicas relacionadas

con la hipnosis como parte de un paquete integrado psicológico. 

Hay que destacar también la profunda vinculación de la hipnosis con el efecto placebo observado en las investigaciones con fármacos, puesto que

se logran cambios en la patología o en los síntomas investigados, sin que la droga o tratamiento investigado haya sido el agente de cambio. 

La hipnosis clínica en sí misma está basada en una modalidad vincular de relación bipersonal o multipersonal, y debemos verla también como una

forma de comunicación. Una forma de comunicación donde el terapeuta se comunica con el mundo de su paciente, a través de vivencias que

provoca en él por medio de la palabra. Tomando como elemental punto de partida el comunicar en primer término sensaciones de reafirmamiento,

de seguridad, de cuidado, consideración y respeto. De este modo a través de esa relación de comunicación, permite que el paciente atenúe sus

mecanismos de defensa de vigilia y se permita alcanzar un estado de intensa serenidad física y mental, de tranquilidad, un profundo estado

hipnótico al volcarse sobre sí mismo. Desde esta óptica la hipnosis clínica se la puede ver claramente como un fenómeno de comunicación Sui-

generis, específico especial, que evoca la comunicación de un ser protegido y de un protector, totalmente desprovista de elementos mágicos o de

presunta posesión de poderes por parte del hipnoterapeuta. No existe la posibilidad de posesión de poderes, pues del mismo modo que una

persona alcanza un estado de trance mediante la labor de un hábil psicólogo o hipnólogo también puede alcanzar ese mismo y profundo estado con

el empleo de un reproductor de sonido, y claramente se puede convenir que un aparato reproductor por más electrónica y tecnología que tenga, no

puede poseer poderes mágicos de ninguna naturaleza. 

La hipnosis por un lado sigue siendo investigada y aplicada en su forma clásica, pero al mismo tiempo ha generado nuevas disciplinas y líneas de

investigación. Entre ellas, se ha desarrollado la programación neurolingüística o PNL, así como también, a su vez producto de la PNL, la técnica

EMDR. 

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Sugestión 

El Dr. James Braid acuño el termino hipnosis después de darse cuenta de que no hacían falta pases magnéticos ni fluidos misteriosos para llegar a

este estado; dado que era parecido al sueño fisiológico, le llamo con tal denominación (hipnos en griego significa sueño). Tanto él como otros

descubrieron que una de las características de este estado era la sugestionabilidad, es decir, la voluntad y capacidad de discernimiento del sujeto

quedaban sensiblemente reducidas y las órdenes y sugestiones (sugerencias) que venían dadas por parte del hipnólogo eran aceptadas. Ello dio

lugar por ejemplo a operaciones de cirugía mayor sin ningún tipo de anestesia química, en las que al sujeto se le decía que no sentiría ningún dolor,

cosa que sucedía.

Cómo se llega al estado hipnótico 

Son muchas y muy numerosas las técnicas empleadas y sólo mencionaremos algunas sucintamente. Sin embargo es importante reseñas las

características comunes a cualquiera de ellas. Para conseguir una hipnosis deben darse un requisito esencial: 

- El sujeto debe estar concentrado; dicha atención puede situarse sobre un estímulo exterior (un foco de luz, un punto visual concreto, un

péndulo, una imagen, el sonido repetitivo de un metrónomo, música, etc) o bien sobre una sensación interior (una recreación mental agradable, el

ritmo respiratorio, una cuenta numérica hacia atrás, estado de rigidez de alguna de todo el cuerpo o alguna de sus partes, etc). El caso es que

estemos concentrados en una sola idea o estímulo, sea éste externo o interno. 

- En el caso de hipnosis instantánea podemos captar repentinamente la atención del sujeto dándole un pequeño "susto" por ejemplo

golpeándole ligeramente con la yema de los dedos sobre su frente y exclamando enérgicamente: ¡duerme!; si es suficientemente sugestionable,

entrará en trance hipnótico. 

- Una vez conseguido el primer paso, debemos profundizar en la hipnosis. Para ello lo haremos por medio de la sugestión oral con ideas

como: "cada vez estará más a gusto, se siente más dormido, va profundizando más y más en este estado, cada vez mas, cada vez más..." 

Métodos de Hipnosis 

Existen muchos métodos de inducción. Incluso podemos inventarnos variantes adecuadas o adaptadas al sujeto que se ha de someter al trance, tal

y como hacia en muchas ocasiones el Dr. Milton Erickson, que usaba en muchos de sus "diálogos hipnóticos" metáforas, situaciones imaginarias,

historias y cuentos, etc. Exponemos aquí algunos muy usados. 

Método de inducción oral 

Quizás sea largo, pero es bastante seguro a la hora de obtener resultados. El sujeto puede estar sentado o tumbado. En todo caso en una

posición cómoda. Preferiblemente con los ojos cerrados le iremos induciendo con nuestra voz relajando parte a parte del cuerpo, empezando

por los pies y acabando por la cabeza o viceversa. Al terminar esta relajación progresiva vamos introduciendo sugestiones de pasividad y

sueño: "Ahora te encuentras tan a gusto que dormirás... sientes como un ensueño agradable te va 5 envolviendo..." 

Métodos de fijación de la mirada 

Son todos aquellos en que indicamos a un sujeto que se fije en cualquier cosa exterior, bine fija, bien movimiento. Puede tratarse de un foco de

luz, un péndulo oscilante, un disco hipnoidal. Antes o después incluso sin sugestiones por parte del hipnólogo- se irá produciendo un cansancio

ocular que nos irá adormeciendo. Si introducimos sugestiones serán de este tipo: "Conforme miras este objeto, tus ojos van sintiendo un ligero

cansancio que cada vez se hace más intenso. Poco a poco los párpados su vuelven más pesados y es como si quisieras cerrar los ojos porque

quieres dormir o descansar..." 

Método de la catalepsia 

Pedimos al sujeto que una con fuerza sus piernas y que apriete los brazos estirados hacia el cuerpo, que ponga rígidos todos los músculos de su

cuerpo, que apriete el abdomen y en definitiva, que se imagine que una especie de tabla o estatua de bronce. Acto seguido la imprimiremos un

ligero balanceo para que note su rigidez. Una vez conseguida la rigidez total, podemos con ayuda de otras personas, tumbarle en el suelo, en

un diván o camilla. Inmediatamente le indicaremos que se encuentra muy concentrado y que dormirá o entrará en un estado profundo y

especial a nuestra indicación. Podemos dar un pequeño chasquido con los dedos o tocarle ligeramente la frente con los dedos al mismo tiempo

que decimos: ¡duerme! o ¡Ya está... estas en un estado profundo y especial! A partir de ahí, usamos sugestiones para profundizar. 

Método de la rigidez del brazo 

La persona está sentada... le estiramos el brazo y lo colocamos a la altura del hombro. Le sugerimos que se encuentra bien y que su brazo cada

vez está más rígido. Le hacemos sentir con ligeras presiones sobre la mano dicha rigidez para que se retroalimente en la sugestión... una vez

conseguido le indicamos que el brazo comenzará a pesar, que se ha transformado en plomo...” el brazo en tan pesado que se peso se hace

insostenible e irá cayendo. Conforme el brazo va bajando, notarás como un sueño agradable e intenso te va invadiendo... cuando el brazo se

desplome por completo, dormirás!. Si la sugestión surte efecto, el sujeto irá bajando el brazo hasta soltarlo por completo; en este momento

daremos la orden ¡duerme!. 

Método de la expectación 

Especialmente cuando se hace hipnosis de espectáculo, este método es útil. Supongamos un aforo donde se espera al hipnotizador con

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expectación... por tanto ya existe un ambiente lo suficientemente sugestivo para inducir con facilidad a cualquier asistente. El hipnotizador

deberá hablar con cierto misterio y persuasión. Al acercarse a cualquier espectador que ponga reparos a su proximidad ante el temor de ser

hipnotizado, a un solo toque u orden del inductor, entrará con facilidad en hipnosis. 

Método del "engaño" 

Especialmente para usarlo con sujetos difíciles. Pondremos a una persona ante nosotros indicándole que le vamos a hipnotizar (le habremos

comentado previamente que en realidad no será a ella a quien induciremos, sino que simplemente debe fingir que está durmiendo); a su lado

pondremos a otra –a la que realmente que remos inducir- y le explicaremos que su misión es observar con todo el detalle y atención que pueda

cómo se duerme la otra persona. Preferiblemente podremos a uno frente a otro y el inductor se sitúa en medio. Bien... llegado este punto a

nuestro compinche le pasaremos un péndulo oscilando por delante de los ojos, por ejemplo y el comenzará a fingir su adormecimiento.

Deberemos estar atentos a nuestra verdadera víctima, pues cuando su atención sea intensa, soltaremos de una el péndulo y de inmediato sin

darle tiempo a reaccionar, situaremos nuestra mano delante de su frente o sus ojos cerrándoselos y diciéndole enérgicamente: ¡duerme!

Una puntualización a tener en cuenta es que muchas personas son reacias ante términos como "hipnosis", "hipnotismo" o "sueño" por el temor que

estos suscitan de pérdida de la propia conciencia. En ese caso podemos sustituirlos por parlabas o expresiones como "estado especial", "trance",

"ensueño", "sopor", etc.

INDUCCIONES HIPNÓTICAS POR RELAJACIÓN

I. RAPPORT 

II. FOCALIZACIÓN Y RESTRICCIÓN DE LA ATENCIÓN, PARA CONSEGUIR QUE LA PERSONA CIERRE LOS OJOS: 

II.1. Reacción física de pesadez ocular: 

a) Mirar a punto de luz, punto en la pared, a los ojos del hipnotizador, etc.

b) Conteo (abrir y cerrar los ojos).

c) Ligero enrollamiento ocular (mirar a un punto en el techo sin levantar la cabeza...).

II.2. Crear confusión o sorpresa: 

a) Hipnosis rápidas (caídas hacia atrás, apretón de manos, etc.).

b) Confusión. 

III. FORMAS DE "PROFUNDIZACIÓN" HIPNÓTICA 

1. Instrucciones de relajación. 

2. Conteo.

3. Aumento creciente de la dificultad de los ejercicios.

4. Sugestiones de caía o descenso.

5. Técnica de Vögt.

6. Fantasías dirigidas a un objetivo y metáforas.

INDUCIENDO HIPNOSIS 

a) Eliminar objetos molestos. 

b) Señal de salida.

c) Indicar sensaciones "hipnóticas&": mareo, hormigueo, pesadez, como en cualquier relajación.

d) Avisar del posible contacto físico con el hipnotizado.

e) Indicar cómo contrarrestar pensamientos y distracciones: intención paradójica, dejarlos pasar, etc.

f) Señal de reinducción rápida. 

AUTO-HIPNOSIS POR ENROLLAMIENTO OCULAR (Spiegel & Spiegel, 1987) 

1- Levantar los ojos SIN LEVANTAR LA CABEZA (una cosa).

2- Bajar los párpados, SIN BAJAR LOS OJOS, y tomar aire reteniéndolo en los pulmones (dos cosas).

3- Soltar el aire CON BRUSQUEDAD, bajar los ojos, y experimentar FLOTACIÓN (tres cosas). Para experimentar la flotación nos podemos ayudar de

imágenes como: estamos flotando en el espacio ingrávido, como los astronautas; o que flotamos encima de una colchoneta sobre el mar en un

tranquilo día de verano.

4- Centrarse en las manos, notando cómo, especialmente una de ellas, se hacen cada vez MÁS Y MÁS LIGERAS Y LIVIANAS. Poco a poco, una mano

comenzará a subir (levitar), más o menos lentamente. Para ello, nos podemos ayudar de imágenes, como que nuestro brazo está hueco y relleno de

un gas ligero (helio), o que unas poleas tiran de él levantándolo, o que se infla un globo muy fuerte bajo nuestra mano, y la empuja hacia arriba.

Cuando la mano ha subido 10 cms. más o menos, nos damos las auto-sugestiones hipnóticas, similares a las siguientes: “Durante la próxima media

hora estaré tranquilo y en calma. Podré pensar con claridad”.

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5- Para “salir” de auto-hipnosis, sólo hay que ABRIR LOS OJOS, mirar el brazo y dejar que caiga. 

AUTO-HIPNOSIS RÁPIDA (Capafons, 1998) 

1. Busca una posición cómoda en el sillón.

2. Separarse unos 10 cms. del respaldo.

3. Juntar las manos y tomar aire.

4. Soltar el aire LENTAMENTE, mientras se aprietan un POCO las manos.

5. Sin aflojar las manos, tomar aire y soltarlo LENTAMENTE, apretando un POCO MÁS las manos (repetirlo tres veces).

6. Cuando se ha exhalado completamente el aire en la última vez, se dejan caer BRUSCAMENTE las manos sobre las piernas, y el cuerpo sobre el

respaldo del sillón.

7. Notar la pesadez de las manos, y cómo se van pegando a las piernas.

8. DECIRSE QUE LA MANO ESTÁ TAN PEGADA que no se puede separar. Cuando se consigue, nuestra mente ya esta preparada para decirse “calma,

tranquilidad”, etc.

9. Contar hasta tres, y mover las manos para dejar la hipnosis.

10. Practicar tres veces seguidas, tres veces al día durante una semana.

11. “DISOCIAR” el brazo, para notarlo pesado, pegado o, simplemente, como si no fuera nuestro. En este momento, la mente está preparada para

darse instrucciones de tranquilidad.

ALGUNAS SUGESTIONES TERAPÉUTICAS 

- Sugestiones de que las sugestiones y las técnicas serán eficaces.

- Fortalecimiento del yo: seguridad, capacidad, fuerza, energía.

- Bienestar: alegría, satisfacción, relajación.

- Distancia: indiferencia, objetividad, calma, serenidad.

- Deseo/control.

- Ansiedad, confusión, tristeza, preocupación excesiva.

- Asco, repulsión rechazo.

- Saciedad-apetito.

- Analgesia/anestesia.

- Sugestiones motoras de inmovilidad, ralentización, o aceleración de movimientos.

- Sugestiones de disociación, partes de uno mismo, del entorno. Amnesia, alucinaciones de soluciones, etc.

- Sugestiones de distorsión del tiempo: aceleración y ralentización.

- Sugestiones de regresión de edad a cuando no estaba el problema: ¡¡NO PARA RECUERAR MEMORIAS O RECUERDOS!!

- Sugestiones de progresión el tiempo cuando no haya problema.

- Sugestiones de alteración de la experiencia psicofisiológica de ansiedad o similar.

- Sugestiones de reinterpretación las reacciones psicofisiológicas y pensamientos.

- Sugestiones de intención paradójica.

INDUCCIONES HIPNÓTICAS DESDE UNA PERSPECTIVA COGNITIVO-COMPORTAMENTAL (Dr. Antonio Capafons) 

Una presentación cognitivo-comportamental de la hipnosis 

La evidencia empírica muestra que lo más importante para predecir éxito terapéutico en los tratamientos que incluyen la hipnosis son las actitudes y expectativas hacia la hipnosis. Ello depende en parte de que el cliente entienda que el terapeuta conoce el campo en profundidad, que va a aplicar unos procedimientos que han mostrado ser útiles, y que va a ser diáfano en cuanto a los procedimientos hipnóticos y sus usos. No obstante, es habitual que todavía queden dudas, recelos, o simplemente reparos en aceptar que la hipnosis no entraña riesgos (salvo un muy mal uso por parte del terapeuta). Por ello es importante que el cliente experimente por sí mismo ciertas reacciones que le ayuden a entender lo que puede esperar de la hipnosis. Según la orientación teórica de cada terapeuta, las explicaciones que dará sobre tales ejercicios mencionarán conceptos como trance, disociación, alteración de conciencia, o no. Desde una vertiente cognitivo- comportamental, tales conceptos no se ajustan a la ingente cantidad de resultados experimentales acumulados. Más aún, se asume que tales conceptos suelen asustar a las personas (cuando no a los mismos terapeutas), y dificultan la aceptación de que la hipnosis no es peligrosa, o de que los estados de conciencia diferentes (o alterados) no lo son tanto. Incluso, aunque estos estados de conciencia, como indican algunos autores de vertiente tranceáticas, sean similares a los que denominamos cotidianamente como ensoñación, concentración, absorción, etc. (lo cual aún está por demostrar), sigue siendo difícil entender otros modos de usar la hipnosis, que no sea la hipnosis por focalización de la atención, concentración y ojos cerrados. Por lo tanto, a continuación relatamos un modo cognitivo-comportamental de presentar la hipnosis a un cliente, a través de un ejercicio con el péndulo de Chevreul. Este ejercicio puede tener distintas explicaciones. La que se indica a continuación destaca ciertos conceptos que ayudan a enfatizar la continuidad del comportamiento hipnótico con el no hipnótico, y así enfatizar el concepto de auto-control. Así pues, a través de esta presentación se procura transmitir las siguientes ideas: 

a) Las respuestas a las sugestiones son actos del usuario, por lo que no dependen de ningún poder del terapeuta. Éste solamente es una ayuda. 

b) Tales actos son automáticos, pero voluntarios, puesto que depende del cliente el que se inicien o se bloqueen. 

c) Lo que ocurra durante la hipnosis depende en buena medida de que el cliente ponga en marcha ciertos recursos. Los recursos que se ponen en marcha son similares a otros muchos actos de la vida cotidiana, luego, 

d) La hipnosis implica reacciones de la vida cotidiana, que se activan o desactivan a voluntad en un momento concreto. 

e) Desde este punto de vista, la hipnosis es una forma de auto-control, si bien requiere de menos esfuerzo consciente por parte de la persona para regular ciertos comportamientos. 

f) Estar hipnotizado no implica alcanzar un trance o estado alterado de conciencia, sino tener la mente preparada para poner en marcha los

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recursos que también en la vida cotidiana nos llevan a activar respuestas que percibimos como automáticas. 

Tales puntos se basan, como se ha indicado, en la investigación experimental sobre la hipnosis, desde una perspectiva cognitivo-comportamental, en la que las respuestas a la sugestión hipnótica son intencionales pero también automáticas. Automatismo significa menor esfuerzo volitivo y un menor consumo de los recursos atencionales. En ningún caso significa que la persona no emita nada de esfuerzo, o no consuma ningún recurso atencional. 

En última instancia, la persona evocará una respuesta ante un contexto que generalmente no elicitaría tal respuesta. En este sentido, lo que ocurra bajo hipnosis será una respuesta controlada, pero automática. Finalmente, la presentación que se describe más abajo, se basa, también, en las teorías de expectativa de respuesta, dramatúrgica, así como en el concepto de auto-engaño y atribución errónea, y conducta dirigida a un objetivo y regulada por normas. 

Para realizar la presentación cognitivo-comportamental, se proporciona al usuario un reloj de cadena, o algo que pueda funcionar como un péndulo. El terapeuta indica que va a realizar un ejercicio, explicándole (y modelando) en qué consiste: con el brazo dominante estirado hacia adelante se sujeta el péndulo. En ese momento se pide al reloj que realice movimientos circulares, u oscilaciones en distintas direcciones. Cuando el terapeuta ha realizado el ejercicio, le pide al cliente que haga lo mismo más o menos de la siguiente forma: 

Terapeuta (T): Ahora extiende el brazo, dejando el péndulo quieto. Muy bien. Pídele al reloj que haga algo, como trazar círculos, u oscilar de izquierda a derecha, o de delante a atrás. Pídele lo que quieras, menos que suba hacia el techo. A mí nunca me ha funcionado eso, y si ocurriera, me daría un buen susto. ¿Qué le vas a pedir? (el cliente responde y el péndulo se mueve). ¡Ajá, Estupendo!. Veo que eres hábil para esto. ¿Por qué crees que se ha movido el reloj? 

Cliente (C): No sé, se ha movido él sólo. ¡Es increíble! Pero quizá haya sido yo, y no me he dado cuenta. 

T: Si, es divertido. Hazlo otra vez, pero ahora observa detenidamente tu mano (el reloj se mueve). ¿Observas algo? 

C: Creo notar movimientos muy pequeños en mi mano ¡Pero no lo hago adrede! 

T: ¡Exacto! ¿Sabes lo que es este péndulo...? 

C: ¡Claro!: un péndulo. 

T: De acuerdo, es obvio. Pero en este caso funciona como un amplificador, de modo que los movimientos casi imperceptibles de tu mano, se amplifican al final del péndulo, y por eso observas los movimientos. Si acortamos mucho la cadena que lo sujeta (el terapeuta coge el péndulo casi por su base), no se movería prácticamente nada, aunque le pidiéramos que lo hiciera (el terapeuta lo demuestra). Pues la hipnosis, es en parte, esto. Cuando oigas mi voz al darle sugestiones (o tu propia voz cuando te las des a ti mismo), tu cerebro enviará “ordenes” a los órganos implicados en las respuestas que experimentarás, y harás cosas para conseguir experimentar esas respuestas. Pero generalmente serán tan sutiles, que no te darás cuenta, y las experimentarás como si ocurrieran por sí mismas, como que te acaecen. ¿De acuerdo? Pero recuerda que siempre eres tú el que pone en marcha las cosas que te ocurran. También eres el que las detiene. Vamos a hacer otro ejercicio. Estira el brazo, y pide al reloj que se mueva en una dirección concreta (el reloj se mueve). Ahora piensa en que lo que haces es realmente una estupidez, un juego sin sentido, que estás haciendo el ridículo... o simplemente piensa en lo que tienes que hacer urgentemente en casa o el trabajo (el reloj suele detenerse)... ¿Observas lo que ocurre? Sin darte cuenta dejas de mover la mano y el reloj se detiene. A esto le llamamos interferencia. Generalmente la palabra interferencia tiene connotaciones negativas: una interferencia no nos deja ver la TV, o nos impide usar el teléfono móvil. Si alguien interfiere, es que nos obstaculiza la consecución de un objetivo. Pero para mí, en este caso, una interferencia es algo positivo: me demuestra que eres una persona activa y que controla en todo momento lo que ocurre en hipnosis. Si algo te disgusta o no te parece oportuno, puedes interferirlo y detenerlo. Cuando alguien está hipnotizado no pierde el control. Las reacciones que experimenta son automáticas (tú le pediste al reloj que se moviera, no a tu mano que moviera el reloj. Sin embargo, el cerebro entendió la instrucción y por sí mismo, activó los movimientos de la mano), pero voluntarias, ya que tú mimo iniciaste la respuesta y la detuviste (estuviste de acuerdo en pedirle algo al reloj, y éste se detuvo en cuanto pensaste que era una estupidez, o dejó de interesarte). Como ves, esto funciona como otras cosas que hacemos habitualmente. Por ejemplo, el mero hecho de hablar es voluntario, pues yo puedo parar cuando lo desee (el terapeuta calla unos segundos), pero no tengo que buscar las palabras para hablar: brotan sin pensar en ellas. En este sentido, el hablar es automático. Si tuviera que hablarle en otro idioma que no es tan familiar para mí, tendría que pensar muchas de las palabras; sería algo voluntario, pero no automático. La hipnosis es algo parecido a cuando hablamos en nuestro idioma: experimentarás reacciones voluntarias, pero automáticas. ¿Comprendes lo que le te quiero decir? 

C: Sí, creo que sí: es como andar, que es voluntario pero automático a la vez ¿No? 

T: ¡Exacto! Pero permíteme que hagamos un ejercicio más: estira el brazo y pídele al reloj que se mueva; pero pídeselo como si dependiera tu vida de ello, con impaciencia, exigencia ¡Pídeselo ya! (el cliente lo hace, pero el reloj no se mueve). Fíjate: ésta es otra forma de interferencia. Si pretendes experimentar algo y estás muy pendiente, exigiendo con impaciencia que ocurra, es muy probable que no ocurra. ¿Recuerdas lo que te comenté sobre la ley del efecto inverso? Si esperas demasiado de la hipnosis, creyendo que no has de hacer nada y que todo ocurre sin ningún tipo esfuerzo, es muy probable que no experimentes nada. Como te dije antes, es como cuando queremos acordarnos de algo que tenemos en la punta de la lengua: cuanto más queremos recordar, más en blanco se nos queda la mente ¿Te ha ocurrido antes algo parecido? 

C: Sí, muchas veces. Creo que voy entendiendo lo que significa estar hipnotizado. 

T: ¡Estupendo! Hace un momento te he dicho que la interferencia es algo positivo para mí. No obstante, existen algunas interferencias que serían inadecuadas. ¿Sabes cuáles son? 

C: No. No sé a qué te refieres. 

T: Me refiero a que mantuvieses silencio y no me comunicases el que, por la razón que sea, no estuviera a gusto o de acuerdo con algunas sugestiones, o con las cosas que hagamos para ir superando el problema que quieres solucionar. Y no es positivo, porque implicaría que se ha interrumpido nuestra comunicación. En tal caso ambos estaríamos perdiendo el tiempo. ¿Entiendes lo que te quiero decir? 

C: Sí, creo que sí. 

T: Pero todavía quiero preguntarte algo más: si deseases interferir con las sugestiones o la terapia ¿Cómo crees que lo harías? 

C: Pues no sé, no creo que lo haga. 

T: Probablemente no, pero haz un esfuerzo e intenta imaginar qué harías. 

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C: Creo que pensar en otra cosa, no seguir las instrucciones, o no aportar ninguna idea para buscar soluciones. 

T: Entiendo. Te voy a pedir un favor: si descubres que estás haciendo algo de lo que me acabas de decir, dímelo enseguida. De lo contrario se rompería la comunicación, perderías la confianza en mí, y yo no podría ayudarte. Como te he comentado hace un momento, sólo estaríamos perdiendo el tiempo. ¿De acuerdo? 

C: De acuerdo, lo intentaré. 

T: Bien, ahora quiero explicarte algo más. Sé que ya has comprendido lo que puedes esperar de la hipnosis, pero aún quisiera que nos pusiéramos de acuerdo en algo más. Te aseguro que todo el tiempo que invertimos en esta conversación lo ahorraremos después, al no haber malos entendidos. Comenzaré por preguntarle si has visto alguna película de terror. 

C: Sí. 

T: ¿Te generan estas películas miedo? ¿Qué notas? 

C: Sí me dan miedo. Noto tensión, miedo... 

T: ¿Sientes algo de taquicardia, sudor en las manos, sensación de peligro? 

C: Sí, incluso a veces, aunque me guste la película, dejo de mirar las escenas más terroríficas. 

T: Correcto. Ahora trata de pensar que yo soy un extraterreno, y que te observo mientras miras la película. ¿Crees que pensaría que te asustas de algo que sabes que es irreal, una fantasía, una mentira? ¿No te parece que pensaría que eres poco inteligente? 

C: Mirado así (risas), pues sí, es cierto. 

T: Pero realmente no es así. El cine es un arte. Tú sabes que existe un director, actores, cámaras, un guionista, etc. Y que todo es como un cuento ¿Cierto? 

C: Sí, por supuesto (risas). 

T: En otras palabras, tú, voluntariamente, tratas de no pensar en que todo es una fantasía, y te implicas en la historia que te están contando. De forma no consciente "olvidas"; que existe todo un equipo que ha rodado la película, y que en la pantalla sólo observas el efecto de unas luces reflejando fotogramas. En el fondo es un gran esfuerzo, ya que debes "olvidar"; algo que es obvio. 

C: En efecto, pero no me supone esfuerzo, salvo que la película esté muy mal hecha. 

T: Correcto. El caso es que, cuando miras una película que te interesa, experimentas reacciones intensas y automáticas, aunque enriquecedoras para ti. A pesar de que sabes que todo es falso, te dejas llevar por lo que te propone el director de la película, y te acaecen emociones intensas. Incluso muestras comportamientos como sobresalto, taparte los ojos, llorar, etc. ¿Es así? 

C: En general, sí. 

T: Pues, en el fondo, la hipnosis funciona de forma parecida: en ocasiones yo seré el director de la película (las sugestiones hipnóticas) y en otras tú mismo (con la auto-hipnosis). Yo te propondré que experimentes ciertas cosas, de las que sabrás que no son verdad (como que no puedes levantar tu brazo, o que olvidas algo). Pero que si dejas que las cosas ocurran (como en el cine), ocurrirán. Esas reacciones pueden ser a veces muy intensas, pero siempre estarán bajo tu control. De hecho, ¿qué haces tú u otras personas cuando no desean ver ciertas secuencias de una película de terror? 

C: Miro hacia otro lado, o me voy de la butaca, a veces me tapo la cara y veo entre mis dedos. Hay gente que hace lo mismo que yo. A veces pienso que todo es mentira y me distancio del argumento. 

T: Eso es. ¿No te parece que esos comportamientos son como interferencias? 

C: Pues ahora que lo dices, sí. 

T: Ir al cine es un acto voluntario, como "olvidar"; que todo es fantasía y el permanecer atento a la pantalla. Las reacciones que experimentas son automáticas, como el miedo, la alegría o la pena que te generan las imágenes. Pero todas esas reacciones están bajo tu control. Sólo tienes que evitar ir al cine, o dejar de atender a lo que el director te propone. Incluso puedes abandonar la sala. Pues bien, la hipnosis es como un cuento, una película. Lo que ocurre en hipnosis es voluntario y automático a la vez: tú puedes no iniciar los procesos para experimentar ciertas reacciones, o puedes interferirlo. Depende de ti. Si te gusta el guión que te propongo, podrás experimentar sensaciones y reacciones intensas, enriquecedoras, y que te ayudarán a solucionar el problema que me has planteado. Si decides que la historia no es de tu interés, simplemente no la escuches, pero no olvides decírmelo ¿De acuerdo? 

C: Sí. No había pensado nunca que la hipnosis funcionara de esta forma. Creo que ahora entiendo por qué sin perder el control, puedo sentir que hago cosas como si no las hiciera yo voluntariamente. 

T: Correcto, si lo deseas, podemos comenzar con unos ejercicios que nos darán información sobre tu nivel actual para responder a las sugestiones hipnóticas. 

C: De acuerdo, estoy deseando experimentar lo que es estar hipnotizado. 

Como puede observarse, la presentación de la hipnosis que se ha relatado liga la hipnosis a la vida cotidiana. Así mismo, desmitifica las creencias de que las personas susceptibles son ignorantes, estúpidas o enfermas mentales; o que la hipnosis es peligrosa para el hipnotizado, o que provoca un estado alterado de conciencia diferente a los que se experimenta a lo largo del día, en el cual podría quedar atrapado la persona. Más aún, esta presentación conceptualiza a la hipnosis como una forma de auto-control, lo que generalmente, dificulta la dependencia del paciente hacia el terapeuta, o que la persona siga teniendo miedo de perder el control. En este sentido, es mucho más probable que el cliente desee continuar con el proceso de evaluación de la susceptibilidad hipnótica, sin demasiadas reticencias, y con creencias y expectativas más adecuadas sobre la hipnosis. 

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Método de inducción hipnótica por fijación de la mirada y relajación 

Una vez el sujeto se ha sentado cómodamente en un sillón, y se le ha avisado de los fenómenos esperables durante la inducción (mareo, hormigueo, somnolencia, pesadez, sensación de flotación, etc.), y se le ha indicado cómo combatir los pensamientos e imágenes interferentes, se le pide que extienda su brazo dominante a la altura del hombro. En ese momento, se le da un péndulo, que debe sujetar con la mano de ese brazo, y se le dice más o menos lo siguiente: 

"Ahora, concéntrate en el péndulo. Observa su color, forma y rugosidades (si las tiene). Dentro de un momento, notarás el brazo más pesado, y los ojos cansados. Te voy a pedir que no bajes el brazo ni cierres los ojos hasta que yo te lo indique. Cuando yo te lo pida, dejarás caer el brazo (no te preocupes por el péndulo, yo lo sujetaré) y cerrarás los ojos. 

En ese momento ya estarás en hipnosis "ligera", es decir, ya habremos comenzado con el proceso de activar tu cerebro para que funcione deprisa y con eficacia. Ahora observa cómo se cansan los ojos y el brazo. Cada vez los notas más y más pesados..., pesados..., muy pesados y cansados... Cada vez te cuesta más y más el tener el brazo extendido y los ojos abiertos... Cada vez apetece más el dejarlos caer, caer..., eso es..., nota cómo se cierran los ojos y el brazo se mueve por el cansancio y la pesadez, pero no los bajes todavía... (cuando hay signos evidentes de fatiga). 

Ahora cierra los ojos y deja caer el brazo (si el sujeto no lo hace, interrumpimos la sesión, pues está interfiriendo con el proceso). Ahora céntrate en mi voz, escúchame con atención, puedes escucharme y concentrarte en lo que te digo. Sigue mis instrucciones y observarás cómo puedes realizar unos ejercicios divertidos, interesantes y enriquecedores para ti. 

Muy bien, relaja tus brazos, eso es... los hombros.... relaja la cabeza y la cara.... cada vez más y más relajados... relaja el pecho, eso es... la tripa.... las nalgas... muy bien.... las piernas y los pies.... Cada vez estás más y más pesado..., relajado..., somnoliento..., hipnotizado..., hipnotizado..., muy bien..., estupendo... Ahora contaré de 20 a 0. A medida que me acerque al 0, te notarás más y más pesado, relajado, hipnotizado..., muy pesado, relajado e hipnotizado. (lentamente) 20, 19, 18, relajado..., pesado..., hipnotizado..., 17, 16, 15, 14, 13, cada vez más y más hipnotizado, somnoliento, adormecido... hipnotizado, 12, 11, 10, 9, 8, profundamente hipnotizado y somnoliento..., 7, 6, 5, 4, pesado y relajado, muy relajado...3, 2, 1 y 0. 

Ahora trata de imaginar lo que te vaya sugiriendo. Estás flotando tumbado en una colchoneta encima del mar calmado en una tarde de verano. Estás muy pesado pero flotando, pesado y flotando. Ahora caes suavemente al agua, pero estás dentro de una burbuja ingrávida de aire. Comienzas a descender hacia el fondo del mar... es muy agradable.... vas cayendo y cayendo..., muy despacio caes y caes..., puedes observar cómo suben las burbujas de aire hacia la superficie, mientras tu sigues bajando y bajando..., la superficie cada vez está más lejos..., a medida que caes, estás más hipnotizado, adormecido, aunque tu mente está activa y receptiva, activa y receptiva..., sigues cayendo mientras observas cómo algunas algas y peces quedan por encima de ti, a medida que desciendes, desciendes..., eso es. 

Ahora estas profundamente hipnotizado, relajado. Tu mente esta muy receptiva. Sabes que ahora funciona a gran velocidad y ante cualquier solicitud que le hagas. Sabes que bajo hipnosis podemos conseguir reacciones increíbles para ti, muy divertidas y enriquecedoras. Por ejemplo, céntrate en tu brazo (el que extendió al inicio de la inducción), y observarás que, si dejas que las cosas ocurran, como lo has hecho hasta ahora, lo notarás cada vez más y más ligero, liviano, como una pluma... eso es, observa cómo tiende a ascender, a levitar..., sólo deja que las cosas ocurran, y ocurrirán... (el brazo comienza a ascender), muy bien, sube y sube, cada vez más y más, eso es, sin fatiga ni cansancio, sólo sube ligero, como si lo impulsara un enorme chorro de aire... (En el caso de necesitar apoyo con imaginación: tu brazo está como hueco..., relleno de una gas muy ligero, gas helio, el que hace que los globos de los niños se eleven..., o quizá unas poleas sujetan tu muñeca, estiran de ella hacia arriba, subiendo tu brazo cada vez más y más..., eso es... observa cómo sube...)". 

Tras realizar los ejercicios que tuviéramos previstos para esa sesión, daremos las instrucciones para abandonar la relación hipnótica, más o menos de la siguiente forma: 

"Ahora contaré hasta tres. A medida que nos acerquemos al tres, estarás menos hipnotizado, somnoliento y pesado. Cuando alcancemos el tres, te sentirás tranquilo, relajado, pero activado, y motivado; con ganas de hacer cosas, despejado y activado. Muy bien, 1, más activo y despejado; 2, relajado y motivado... despejado, saliendo de hipnosis; 3, estás totalmente despejado y activado, fuera de hipnosis... ya puedes abrir los ojos ¿Cómo te encuentras?". 

En ocasiones, la persona muestra todavía signos de estar muy relajado y dice tener dificultades para "salir" de hipnosis. A veces son tan agradables

para el paciente las sensaciones que ha experimentado, que se resiste a abandonar la relajación "hipnótica". 

Si éste es el caso, se le deja un minuto más y luego se repite el proceso anterior. En el caso de la persona no desee estar más tiempo "relajado", sino que desea "deshacerse" de la pesadez o somnolencia que pudiera experimentar todavía, se repite el conteo para deshipnotizar, dando instrucciones de activación biológica a través de imágenes como que la persona tiene sed y debe correr para beber agua, o se da un chapuzón en agua muy fría, etc. 

En el momento en que la persona ya se sienta "fuera de hipnosis", debemos realizar una entrevista en la que evaluemos los aspectos siguientes: qué sensaciones pudo experimentar, qué imágenes le ayudaron a experimentarlas, que imágenes generó por sí mismo, qué sugestiones le funcionaron y cuáles no, qué ejercicios le resultaron agradables y cuáles molestos, y una valoración de su experiencia subjetiva sobre la hipnosis.

Es decir, debemos preguntarle al sujeto si se sintió "hipnotizado", y en base a qué experiencias decidió si lo estuvo o no. 

Método de auto-hipnosis rápida (Capafons, 1998)

El método de auto-hipnosis rápida consta de tres pasos muy estructurados. Todos ellos, especialmente los dos primeros, están diseñados para que

instiguen sensaciones de relajación, pesadez e inmovilidad corporal. Todos los movimientos que se realizan se explicitan como formas de conseguir

estas reacciones, de forma que el cliente, no sólo no "dude" de que se deben a "trucos", sino que, por el contrario, sepa de forma clara y

contundente, que los ejercicios están pensados como "trucos" para fomentar tales reacciones. Con este planteamiento, se busca la colaboración del

cliente, de modo que, con su actitud, fomente la evocación de las sensaciones, y se eviten las pugnas frecuentes entre hipnotizador e hipnotizado

acerca de la "veracidad" de las reacciones. Así, el terapeuta deberá indicar que todos los ejercicios buscan reacciones naturales (Capafons, 2001), y

que, por lo tanto, son nuestros aliados para conseguir que funcionen las sugestiones terapéuticas. 

La forma de entrenar al cliente adopta la lógica operante del Análisis Funcional de Conducta Aplicado respecto del moldeamiento (incluido el

modelado e instrucciones verbales, además de la instigación) y del encadenamiento. Es decir, se entrenan los pasos por separado, y luego se

encadenan, asumiendo que los reforzadores son tanto sociales (los que da el terapeuta), propioceptivos (el éxito en lograr las reacciones y

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sensaciones como resultado de administrar las sugestiones terapéuticas) y auto-refuerzos (el sentimiento de eficacia del paciente). 

Finalmente, todo el procedimiento se asemeja a un proceso de desvanecimiento y de generalización de estímulos. En este caso lo que se

desvanece son las instrucciones del terapeuta, los ejercicios instigadores, y las reacciones de pesadez, si bien pueden seguir usándose los dos

últimos elementos como medida de mantenimiento del hábito y para fomentar el sobreaprendizaje. 

1. Pasos de la auto-hipnosis rápida 

Previo al aprendizaje de los pasos, debe explicársele al cliente la lógica del método. Para ello se le dice más o menos lo siguiente: "Existen varias

formas de inducir la hipnosis de forma muy rápida, en cuestión de segundos. Nosotros utilizaremos dos de ellas. Las he elegido porque son muy

potentes y, además, pueden utilizarse de modo que pasen desapercibidas en su vida cotidiana. Me refiero al apretón de manos y a la caída hacia

atrás. (en el caso de que se haya evaluado la sensibilidad a la hipnosis del cliente, a través de ejercicios de caída hacia atrás apretón de manos; ver

Capafons 2001) Cuando evalué su susceptibilidad a la hipnosis, realizamos un ejercicio en el que yo le sugerí que caería hacia atrás, y otro en el

que tuvo que trenzar las manos y notar una sensación de inmovilidad (no poder separarlas). ¿Lo recuerda? Bien, pues estos dos ejercicios se

pueden reconvertir en métodos rápidos de inducción hipnótica. Y eso es lo que haremos a continuación, sólo que en formato de auto-hipnosis. No

se preocupe, pues los ejercicios que vamos a hacer, están pensados para que no deba caerse al suelo ni hacerse daño. Tampoco hará falta que le

sujete nadie ni notará sus manos pegadas. Lo importante es sólo tener la sensación de caída, aunque no caiga realmente en ningún sitio, y de

presión en las manos." 

2. Apretón de manos 

Una vez se ha desglosada la justificación de los pasos, el terapeuta junta las manos, sin trenzar los dedos, sino cogiéndolas la una con la otra, y sin

realizar presión alguna. "Ello es útil, se le dice al paciente, para evitar hacerme daño en el caso de que lleve anillos o sortijas. También es

conveniente para personas con problemas artríticos o reuma, etc.". 

A continuación, el terapeuta inspira aire profundamente y, mientras lo exhala lentamente, aprieta ligeramente las manos. En este momento se dice

al paciente: "Fíjese. Es muy importante apretar sólo un poco mientras suelta el aire muy lentamente. No es adecuado ni soltar el aire con

brusquedad, ni apretar demasiado. No se trata de tensar mucho. Sólo lo suficiente como para notar más adelante sensación de pesadez en los

brazos. Al fatigarlos ahora, en este ejercicio, nos será más fácil después notarlos pesados y hacer un ejercicio de inmovilidad del brazo. La

respiración lenta nos ayudará a notar pesadez general y sensación de relajación. Recuerde que todo lo que nos pueda ayudar a experimentar las

sugestiones, hemos de utilizarlo. Aquí no hay ni trampa ni cartón. Hemos de ayudarnos de todo lo posible. Ahora repetiré el ejercicio dos veces

más, sin aflojar las manos en cada nueva inspiración (el terapeuta ejecuta los pasos). Ahora debe realizar Ud. mismo este ejercicio. Recuerde, no se

trata de que apriete mucho, sino de notar las manos cada vez más tensas a medida que repite la inspiración y la exhalación (el cliente lo realiza,

corrigiéndole y ayudándole las veces que sean necesarias)". 

Conviene aclarar detenidamente al paciente que en cada exhalación debe apretar ligeramente más las manos, llegando a la tercera exhalación con

un nivel de tensión leve pero suficiente como para notar pesadez en las manos y en los brazos, al dejarlos caer bruscamente sobre las piernas. No

se trata, pues, de tensar mucho las manos cada vez que se libera el aire, sino de aumentar suavemente y de forma creciente la fuerza con las que

las manos se unen. 

Por otro lado, algunas personas exhalan el aire con demasiada brusquedad o velocidad. Si el cliente tiene dificultad en exhalar lentamente, se le

pide que imagine una vela colocada a 25 cms. de distancia de su boca. Al soltar el aire, la llama debe moverse, pero no pagarse. Esa sería la

intensidad de la exhalación. Si el cliente no lo imagina o no suelta el aire con lentitud, el terapeuta coloca una llama real, de modo que el paciente

aprenda a no apagarla, sino sólo moverla. Una vez se ha conseguido esto, se continúa con el siguiente ejercicio, reforzando verbalmente el logro

del paciente: "Muy bien, está consiguiendo aprender muy deprisa. Es una buena señal para tener éxito con este método. Ahora pasaremos al

siguiente paso, la caída hacia atrás". 

3. Caída hacia atrás 

El terapeuta modela el ejercicio, como en el paso anterior, diciendo más o menos lo siguiente: "Ahora me reclino en el sillón para adoptar una

postura cómoda. Es la postura que resultará cuando me deje caer hacia atrás. A continuación me inclino hacia delante, separando mi espalda unos

10 cms. del respaldo, y me dejo caer bruscamente, como cuando cambio de posición al estar sentado hacia delante y quiero ponerme más cómodo.

(El terapeuta hace dos o tres veces el movimiento, dejándose caer hacia atrás). Cuando hago esto, noto una cierta sensación de relajación

muscular (al estar más cómodo) y de inmovilidad momentánea. Esta inmovilidad ligera, es una reacción natural, presente en muchos animales

cuando cambian bruscamente a una posición en la que están más indefensos. Esta reacción no es "hipnótica", sino una respuesta biológica, que

nos ayudará a fomentar una reacción posterior, muy importante para conseguir activar nuestra mente y entrar en auto-hipnosis, algo que sólo los

humanos podemos conseguir. Ahora repita Ud. este ejercicio. Verá que no es difícil ni molesto, pero debe adquirir práctica para quedar en una

posición cómoda, y para poder hacerlo de forma disimulada, sin que nadie note nada. (El cliente lo repite varias veces, como en el ejercicio de caída

hacia atrás). Muy bien, ahora, vamos a unir ambos pasos. Después, le daré algunas sugestiones para notar reacciones de pesadez y de inmovilidad

corporal. Sabe que si no interfiere podrá notar las reacciones que le propondré. También sabe que si no son de su agrado, puede interrumpirlas en

cualquier momento y sin dificultad, por lo que le ruego que colabore todo lo posible". 

4. Encadenamiento de los dos pasos 

El terapeuta modela este ejercicio, tal y como hizo en los anteriores, separándose del respaldo 10 cm., uniendo sus manos, e inspirando aire. Al

soltar el aire, aprieta ligeramente las manos y exhala el aire lentamente. A continuación lo repite dos veces más, sin aflojar las manos en cada

nueva inspiración, tal y como hemos indicado. Cuando ya ha terminado de apretar en la última exhalación, deja caer las manos sobre sus piernas y

el tronco sobre el respaldo, realizando ambos movimientos de forma brusca, y explicando, al mismo tiempo, lo que hace. 

A continuación, le pide al cliente que haga lo mismo, ayudándole y corrigiéndole de forma amable y "motivadora", especificando las reacciones que

se provocan: "Como podrá observar, las manos están más pesadas, realmente todo su cuerpo está más pesado, y Ud. se nota ligeramente relajado"

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(algunas personas se relajan realmente mucho en este paso, ante lo cual, el terapeuta debe mostrar sorpresa, e indicar el buen pronóstico que

implica esta reacción). Bien, esto nos permite fomentar las reacciones del siguiente paso". 

Si el cliente indica que no siente nada de lo descrito, debemos sospechar que está interfiriendo, ya que los ejercicios están diseñados para que todo

el mundo note pesadez y relajación: el 90% de las personas que realizaron la auto-hipnosis rápida noto sensaciones de gran pesadez. Ello contrasta

con el porcentaje reducido de personas que necesitó de imágenes para lograrlo (el 43.3%). Por lo tanto, si el paciente dice no poder notar pesadez,

el terapeuta debe interrumpir la sesión y averiguar cuál es el problema (puede ser temor a la hipnosis, incredulidad ante lo que observa, temor a

hacerse daño, o desencanto por creer que el método no es suficientemente potente o "esotérico"). Hasta no eliminar tales dudas o temores, no

debe pasarse al siguiente paso. Una vez el cliente domina la secuencia descrita (es decir, ha encadenado el apretón de manos y la caída hacia

atrás), el terapeuta prosigue con el siguiente paso: inmovilidad corporal. 

5. Inmovilidad corporal 

"Ahora, indica el terapeuta, repetirá esta secuencia que acaba de aprender, y cuando haya "caído hacia atrás", yo le sugeriré ciertas reacciones en

las cuales notará sus manos cada vez más y más pegadas a sus piernas. Cuando le sea muy difícil poder separar las manos de las piernas o esté

tan relajado y pesado que le genere demasiada pereza el intentar separarlas, Vd. ya habrá activado su mente, su cerebro, podrá provocar

reacciones extraordinarias, enriquecedoras y útiles para su problema. Recuerde que en cualquier momento puede interrumpir tales reacciones.

Pero lo que importa aquí, es que pueda usarlas para poder autoadministrarse las sugestiones terapéuticas con suma eficacia, y en cualquier

momento y lugar que Ud. desee ¿De acuerdo?". 

Una vez el cliente ha realizado, de nuevo, el apretón de manos, y la caída hacia atrás, el terapeuta inicia las sugestiones: "Ahora, cierre los ojos, si

lo desea, y céntrese en sus manos. Una de ellas, o ambas, estarán cada vez más y más pesadas, pegadas a las piernas,... (en tono lento y pausado)

más y más pesadas, pegadas, pesadas y pegadas, como si fueran sólidas a las piernas. Para ello, si lo cree oportuno, puede ayudarse de imágenes

como que una cuerda suave ata sus manos a las piernas, o que un pegamento o cemento muy poderoso une sus piernas a sus manos, o que un

objeto muy pesado impide que pueda levantar las manos. Si nota esas reacciones, observará que dentro de un momento le será muy difícil levantar

las manos, muy, muy difícil, tanto que intentará hacerlo y no podrá. Ud. sabe que si lo desea, puede levantar las manos en cualquier momento.

Pero si Ud. permite que su mente actúe, que su cerebro se active lo suficiente, observará que no puede despegar las manos de las piernas. Más

aún, cuanto más y más lo intente, más difícil le será levantarlas, incluso más y más se pegarán a las piernas. Inténtelo y observará lo difícil que es

separar la manos de las piernas (el cliente lo intenta y no "puede"). Muy bien, estupendo, veo que ha conseguido controlar su mente, de modo que

ésta sigue sus instrucciones. Ahora, céntrese en las manos. Cada vez estarán más y más ligeras, recobrando su tacto habitual... eso es, ahora ya

podría separarlas. Cada vez están más y más ligeras... Eso es. Ahora contaré hasta tres. Cuando lleguemos al tres ya estará "fuera" de auto-

hipnosis, abrirá los ojos (si el paciente los cerró) y se encontrará despejado, activado, con ganas de trabajar sobre su problema, tranquilo y relajado.

Muy bien, 1..., 2... y 3. ¿Cómo se encuentra?". 

Por otro lado, algunos pacientes muestran pesadez y somnolencia a pesar de haber acabado con la situación "hipnótica", especialmente si son

pacientes hipotensos (presión arterial baja). En este caso, se les pide que no se asusten, pues es una reacción relativamente frecuente y normal.

Más bien, se reatribuye esas reacciones a la buena capacidad de la persona para manejar con éxito el método. A continuación, simplemente se les

pide que cierren los ojos y vuelvan a contar hasta tres. Si presentan aún dificultad, se realizan ejercicios de imaginación en los que el paciente debe

correr para coger un autobús o tren, o para beber un trago de agua cuando está sediento en un día de verano, etc. Una vez terminado este ejercicio

motor de reto, se realiza una breve entrevista para comprobar las reacciones que se han provocado, cómo las ha experimentado el cliente

(intensidad y si han sido agradables), qué imaginó, si lo hizo, etc. Con esta información se adaptarán los ejercicios a las características y

preferencias del paciente en las sucesivas sesiones. Téngase en cuenta que es fundamental que el ejercicio de reto se haya logrado, al menos

parcialmente, pues al sorprender al paciente, deviene en una "prueba" contundente de que se ha estado hipnotizado. Ya hemos indicado que un

porcentaje elevadísimo de personas nota esta reacción motora de reto, incluso sin utilizar la imaginación por lo que, si no apareciera en nuestro

paciente, debemos sospechar que está interfiriendo, o bien debemos hacer ejercicios correctores basados en el recuerdo sensorial para mejorar su

respuesta a las sugestiones. 

Por otra parte, se indicará al cliente que lo importante es que practique todos los días el método tres veces seguidas, tres veces al día (por la

mañana, al mediodía y por la noche), durante una semana, al menos, hasta que consiga realizarlo con velocidad y con los ojos abiertos. Además, se

le aconseja que lo practique en varios lugares diferentes, siguiendo con las pautas generales sobre generalización de estímulos. La AHR ha

mostrado ser más agradable y preferida al Hypnotic Induction Profile, además de ser en un método polivalente, ya que permite usar la hipnosis

despierta y por relajación. 

Posteriormente, se instruye al cliente para que provoque una reacción que le sirva como "señal" para poner en marcha sus habilidades sugestivas,

introduciéndole en el concepto de recuerdo sensorial más o menos, del siguiente modo: "Cuando ya domine los pasos que ha aprendido, podrá

auto-hipnotizarse en público de forma aún más disimulada y rápida, pues no tendrá que apretar las manos ni caer hacia atrás. Sólo debe centrarse

en uno de sus brazos (el de la mano que más se inmovilice de las dos), y empezar a notar cómo deviene cada vez más pesado y pegado a su

cuerpo. Ud. está activando en esos momentos su recuerdo sensorial: es decir, pondrá en marcha su capacidad para reproducir emociones,

sensaciones, sentimientos, comportamientos, etc., que Ud. experimentó en un momento de su vida, y que han quedado almacenados en su cerebro

(piense que cuando oye determinadas canciones que asoció a algo, tras mucho tiempo de no haberlas oído, le sobrevienen recuerdos que creía

olvidados, así como emociones y sensaciones que se asociaron a ellos). 

Sin embargo, la memoria no es una grabadora. Nuestros recuerdos son interpretaciones selectivas y, al menos, simplificadas de la realidad. Pero la

memoria tiene un valor adaptativo importante. Si conseguimos disciplinarla, nos ayudará a reconocer fuentes de peligro y/o de seguridad. Nos

ayuda a mantener las habilidades que nos han servido para mejorar nuestra situación, o que necesitamos para comunicarnos con nuestro entorno.

Por lo tanto, la memoria, aun no siendo una grabación fiel y exacta de lo que nos ocurre, sí puede mantener aspectos relevantes y necesarios de

nuestras reacciones o de eventos del entorno, que nos permiten seguir recordando, por ejemplo, cuál es nuestro nombre, la lengua con la que nos

comunicamos, los números de teléfono más familiares para nosotros, etc. Sin embargo, a veces, nuestro almacenamiento de la información se

realiza de forma involuntaria, sin que tengamos especial interés en conservar ciertas imágenes, emociones o sentimientos. Esto suele ocurrir

cuando asociamos, por ejemplo, ciertos olores o canciones, tal como le he explicado, a determinadas reacciones nuestras (emociones de ternura,

amor, etc.). A pesar del paso del tiempo, cuando oímos u olemos ciertos estímulos, evocamos de forma automática las reacciones que asociamos a

Page 12: Los Secretos de La Hipnosis

ellos. Estas reacciones no son una copia exacta de lo que experimentamos, pero sí muy parecida, y sobre todo, valiosa. Si las reacciones activadas

o evocadas son desagradables, tenderemos a evitar tales estímulos, mientras que si son satisfactorias, no evitaremos tales eventos, sino que,

probablemente, intentaremos mantenerlos. 

Para aprovecharnos de nuestro recuerdo sensorial, debemos disciplinar y entrenar nuestro cerebro para que pueda evocar, activar o reproducir

(aunque no sea de manera exacta) aquellas reacciones que nos interesan en un momento dado (conductas, imágenes, sensaciones, emociones,

etc.) y que experimentamos tiempo atrás. 

Por ello, no hará falta que Ud. repita todos los pasos que le he enseñado. Únicamente debe centrarse en su brazo, y, al activarse el recuerdo

sensorial de la sensación de pesadez e inmovilidad, su brazo devendrá pesado e inmóvil. Ud. sabe que puede interrumpir estas sensaciones en

cualquier momento. Lo que nos importa es que cuando le sea muy costoso moverlo, ya habrá activado su mente lo suficiente para poder empezar a

darse sugestiones. Podrá mantener los ojos abiertos incluso mantener una conversación, mientras se relaja, o se activa, se anestesia, etc. según lo

que Ud. necesite ¿Comprende lo que le quiero decir?". 

Los datos experimentales sobre la eficacia de estas instrucciones, indican que la versión breve de la AHR es más potente, preferida y agradable que

la versión completa. 

Cuando hayamos logrado la inmovilidad del brazo, se pueden realizar varios ejercicios en los que el paciente note las reacciones que pretendemos

activar a través de la hipnosis (relajación, activación, anestesia, cambios de temperatura corporal, etc.), para que se convenza de que realmente

esta "auto-hipnotizado". Usando este último eslabón (la disociación del brazo), estamos iniciando la hipnosis despierta. Es decir, podemos utilizar la

sugestión "hipnótica", sin inducción "hipnótica" formal tradicional (ojos cerrado, relajación, somnolencia, etc.), mientras la persona se siente

activada, con los ojos abiertos, manteniendo una posición corporal "natural" y una conversación fluida, con todas las ventajas que ello supone para

la generalización a la vida cotidiana de los avances conseguidos en terapia. 

Utilidades de la Hipnosis 

En general, tanto la hipnosis como el resto de técnicas psico- físicas pueden emplearse en cualquier campo de la actividad humana con mayor o menos intensidad. Pero exponemos aquí los campos en los que más incidencia tienen. 

Medicina 

- Producir insensibilidad al dolo r (anestesia)

- Eliminar o atenuar todo tipo de dolores o molestias

- Mejorar la efectividad del sistema inmunitario

- Mejorar cualquier enfermedad en general

- Especial uso en dermatología, donde se eliminan con facilidad eczemas, verrugas o erupciones cutáneas

Psicología

- Tratamiento de todos los trastornos mentales.

- Timidez, enuresis, fobias (agorafobia, claustrofobia, miedo a los animales, etc.), adicciones (tabaquismo, ludopatía,

alcoholismo...)

- Indecisión, falta de concentración, estrés, depresión, angustia, tartamudez...

- Mejorar las relaciones sociales...

Educación y enseñanza 

- Mejorar el rendimiento escolar

- Mejorar la memoria y acrecentar la asimilación al estudiar

- Estimular las capacidades creativas

- Incrementar la capacidad de comprensión y asimilación

- Motivar para el estudio, incluso de aquellas asignaturas que se "resisten"

Economía, empresa, ventas 

- Mejorar los dones de convicción

- Estimular la capacidad para crear estrategias

- Adquirir conocimientos para convencer más y mejor a los clientes

- Trabajar en equipo con eficacia

Política y comunicación social

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- Comunicación de masas

- Sugestión colectiva

- Técnicas de comunicación social

Deporte 

- Incrementar la resistencia

- Desarrollar los reflejos y la rapidez

- Aumentar la concentración durante competiciones o ejercicios

- Desarrollar la capacidad física total del cuerpo

- Coordinar óptimamente la relación pensamiento-movimiento

- Aumentar la fuerza física

- Aumentar la motivación

- Etc.

Las 10 preguntas más frecuentes acerca de la hipnosis

1.-¿Todo el mundo puede ser hipnotizado? 

Si entendemos la hipnosis como un estado focalizado de atención, donde no necesariamente tiene que darse la pérdida de conciencia o la falta de

memoria sobre lo que ha sucedido en la sesión, la respuesta rotunda es SI. Pero si entendemos esta pregunta como si todo el mundo puede

alcanzar el trance profundo (sonambúlico) – entendido en términos de hipnosis clásica- con una sugestionabilidad prácticamente total y con pérdida

de consciencia, la respuesta sería un relativo NO. Conseguir un trance ligero o medio es relativamente fácil. Llegar a un trance profundo es más

complejo; aproximadamente un 80% de sujetos puede llegar sin mucha dificultad a un estadio profundo. Al 20 % restante les sería difícil por

diversas variables complicadas de saber o controlar (temor a perder la propia consciencia, prejuicios o creencias, falta de confianza en el inductor,

etc.) Pese a este hecho, si usamos la hipnosis a nivel clínico o médico, en la mayoría de las ocasiones es suficiente con un trance medio para

obtener resultados. 

2.- ¿Quién puede hipnotizar? 

La hipnosis es esencialmente una técnica. Por tanto todo aquel que la conozca lo suficiente y aprenda a aplicarla, puede hipnotizar. Otra cosa es

que el inductor sepa después enfrentarse y resolver las diferentes situaciones que se le presenten durante la sesión. Si el hipnotizador no cuenta

con conocimientos teorico-prácticos concretos y suficientes (incluso aunque se trate de médicos o psicólogos), podría ocasionar graves daños al

hipnotizado. Más aún si el inductor persigue fines poco lícitos e intenta vulnerar la integridad física, psíquica o moral del inducido, lo cual ha

sucedido numerosas veces, manipulando al hipnotizado. En algunos países la hipnosis clínica sólo está permitida a médicos y psicólogos

previamente autorizados y preparados. En España existen centros de formación no académicos, aunque cada vez más en el ámbito universitario se

están impartiendo cursos de postgrado o especialización. 

3.- ¿Se puede quedar alguien eternamente dormido? 

Es completamente imposible que suceda. Tanto si practicamos la auto-hipnosis (sobre nosotros mismos), como la hetero- hipnosis, es decir, sobre

otra persona, siempre acabaremos saliendo del estado hipnótico. Si por cualquier causa el hipnotizador desapareciera, el sujeto inducido pasaría

progresivamente del trance hipnótico al sueño natural e iría despertando y despejándose progresivamente. Sucede en ocasiones que la persona

está en una situación tan plácida que se resiste a despertarse. En ese caso podemos realizarle una contra-sugestión como: “si quieres permanecer

o regresar en un futuro a este estado, debes despertar ahora” –y normalmente abandonará la hipnosis. O simplemente le dejamos reposar hasta

que despierte al cabo de un tiempo que suele ser corto. 

4.- ¿Tiene la hipnosis contra-indicaciones? 

La hipnosis y todos los estados y técnicas similares producen un gran beneficio a l organismo, ya que ayuda a eliminar tensiones físicas o

emocionales, reduce ligeramente la tensión arterial, regula el ritmo cardíaco y respiratorio, equilibra los hemisferios cerebrales y si hablásemos en

términos energéticos, reequilibra la bioenergía del cuerpo. Por tanto si somos personas normalmente sanas, no correremos ningún peligro. 

Sin embargo existen dos contra indicaciones absolutas: en general no debe practicarse hipnosis a personas con esquizofrenia o graves

enfermedades mentales ¿por qué? Porque podríamos agravarles sus síntomas a parte de que serían difícilmente inducibles. El segundo caso se

trata de personas con epilepsia o que hayan tenido crisis de este tipo recientes: durante la hipnosis les podría sobrevenir una de estas crisis, por lo

que la prudencia aconseja no someterlas. 

5.- ¿Tiene el hipnotizador algún poder especial? 

Rotundamente NO. Cuando se emplea la hipnosis como espectáculo, el hipnotizador se suele presentar con una aureola de poderes mentales

excepcionales; esto forma parte del ambiente sugestivo que el inductor empleará para conseguir sus efectos espectaculares. Todo depende de lo

sugestionables e impresionables que seamos. 

Page 14: Los Secretos de La Hipnosis

Realmente si una persona no lo desea, es muy difícil que se le induzca, a no ser que exista un miedo o un convencimiento tan extremo de que el

hipnotizador tiene tal poder (ficticio) que nuestra propia creencia o convencimiento nos hará caer en hipnosis incluso a veces de forma instantánea

a la más mínima sugerencia o toque del inductor. Para hipnotizar no se necesitan dotes especiales, aunque sí un mínimo de aptitudes. Por ejemplo

una persona tímida, dudosa e insegura de sí misma sería un mal hipnólogo o hipnotizador. 

6.- ¿Se puede inducir a alguien a realizar lo que no desea? 

Aunque diversos autores niegan esta posibilidad, nuestra práctica sólo con fines experimentales nos demuestra que SI. Todo depende de muchas y

distintas variables, pero si el sujeto inducido tiene un grado suficiente de profundidad hipnótica, puede en todo o en parte, aceptar sin posibilidad

de negarse las sugestiones que le imponga el hipnotizador. Se han dado numerosos casos de violaciones y de manipulación mental bajo estados de

hipnosis esto no es nada nuevo- Por ello no debemos dejarnos hipnotizar por personas que no tengan nuestra confianza. 

7.- ¿Nos podemos hipnotizar a nosotros mismos? 

Por supuesto. La auto-hipnosis es una de las vertientes más interesantes de esta técnica. Para ello podemos utilizar –por ejemplo- un cassette,

donde nos grabaremos una inducción para relajarnos progresivamente, incluyendo sugestiones como: "cada vez estoy más tranquilo, mis músculos

se van soltando, poco a poco voy sintiendo un ensueño agradable y profundo..." Al final, añadiremos las sugestiones que deseemos implantarnos

para diversos fines, como estudiar más y mejor, dejar el tabaco, estar más tranquilos, etc, etc. 

8.- ¿Nos pueden hipnotizar sin que nos demos cuenta? 

La hipnosis está más presente en nuestras vidas de lo que nos imaginamos. De hecho si ésta sólo es un estado de atención más o menos aguda y

focalizada, todos los días sufrimos en mayor o menor medida una o varias "hipnosis". La publicidad especialmente en la TV pretende hipnotizarnos

(sugestionarnos) para que compremos 16 un producto... los políticos usa técnicas de comunicación e imagen muy elaboradas para captar nuestra

atención, incluso donde es más importante la impresión final que el discurso en sí. Pero volviendo a la hipnosis clásica, existen técnicas

subliminales para inducir a un sujeto a estados hipnóticos e inducirle -sin necesidad de que exista pérdida de conciencia- a determinado

comportamiento o actitud. 

A parte de esto existen algunos casos excepcionales como el del polaco Wolf Messing. Stalin la irrupción de la II Guerra mundial detuviera el trabajo

de los “psicotrónicos” (parapsicólogos) soviéticos. El propio dictador le propuso en 1.940 que realizara una demostración: debía atracar un banco

con las únicas armas de su potencia psíquica. En un céntrico banco de Moscú, Messing entregó una hoja en blanco al empleado, quien en pocos

segundos le entregó sin dilación 100.000 rublos. 

9.- ¿Existe la hipnosis instantánea? 

Si. Por ejemplo en los espectáculos hipnóticos, cuando el inductor se percata de que alguien entre su público es muy sugestionable e incluso

muestra cierto miedo al acercársele, el propio temor y el hecho de que se vea al hipnotizador revestido de un poder especial, hará que a la más

mínima insinuación de éste, el espectador caiga inmediatamente en hipnosis (normalmente se tratará de un trance ligero o medio y habrá que

profundizar). El otro caso sería cuando una vez conseguida una inducción, al sujeto se le deja implantada una orden post- hipnótica como por

ejemplo: "cuando despiertes y en las próximas ocasiones en que yo te lo indique, caerás inmediatamente en este mismo estado" Dicha orden si el

estado conseguido es suficientemente profundo- queda implantada en la mente profunda del sujeto y puede perdurar incluso por tiempo

indefinido. 

10.- ¿Se puede hipnotizar a distancia? 

Esta es una de los campos de investigación más apasionantes de la materia. Es inquietante comprobar que en muchas ocasiones bajo hipnosis la

actividad mental, su ámbito y alcance de conocimiento superaran espacio y tiempo. Nuestro sistema nervioso es una auténtica red por donde

circula electricidad de bajo voltaje; donde hay electricidad, se puede dar electro-magnetismo, por lo cual el entramado sistema de neuronas

extendidas a lo largo de nuestra anatomía se convierte en un virtual emisor-receptor de frecuencias que pueden llevar incorporada determinada

información.

HISPAMAP. "Sociedad Hispano Americana de Psicología Aplicada"

http://www.hispamap.net

Teléfono y fax 91 797 55 11 y 677 09 60 08