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Bogotá D.C. No. 85, domingo 18 de diciembre de 2005 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected] Investigación Los gestos en las conversiones cristianas. 21 Intangibles de la historia, cultura para aprender y sentir. Cultura 20 Coyuntura El Galeras: su historia geológica explica el presente. 17 ¿Deuda, guerra o inversión social? Los actuales niveles de endeudamiento que presenta Colombia con organismos multilaterales y la banca interna, dificultan el incremento en los rubros destinados a educación y seguridad social. 6 El sutil legado de Franco En 2006 se cumplen 60 años del inicio de la Guerra Civil Española y aunque son evidentes las conquistas democráticas de la sociedad, el silencio sobre el franquismo mantiene vivos el miedo y un fundamentalismo latente. 2 Universidad Empresa, el estilo alterno de ser profesional. 14 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 En su calidad de abanderada de las univer- sidades públicas, la Universidad Nacional de Colombia se repiensa permanentemente como ejercicio académico y social de cara al país. De hecho, no pocas de las innovaciones a lo lar- go de su centenaria historia han sido asumidas por el sistema de educación superior, por lo que tales propuestas rebasan las fronteras internas para convertirse en un asunto de interés público. En diálogo, entonces, con las necesidades actuales de la sociedad colombiana, UN Periódico presenta un especial que permite conocer diferentes miradas sobre el tema. P ÁG 8 Guillermo Flórez P. fortalecimiento de la universidad pública Reforma UN: “La reforma académica y demás políticas institucionales pueden y deben ser de nuevo discutidas, revidas y argumentadas”, invita la reciente declaración del Consejo Académico.

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Bogotá D.C. No. 85, domingo 18 de diciembre de 2005 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected]

InvestigaciónLos gestos en las conversiones cristianas.

21Intangibles de la historia, cultura para aprender y sentir.

Cultura20CoyunturaEl Galeras: su historia geológica explica el presente.

17

¿Deuda, guerra o inversión social?Los actuales niveles de endeudamiento que presenta Colombia con organismos multilaterales y la banca interna, dificultan el incremento en los rubros destinados a educación y seguridad social. 6

El sutil legado de FrancoEn 2006 se cumplen 60 años del inicio de la Guerra Civil Española y aunque son evidentes las conquistas democráticas de la sociedad, el silencio sobre el franquismo mantiene vivos el miedo y un fundamentalismo latente. 2

UniversidadEmpresa, el estilo alterno de ser profesional.

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Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

En su calidad de abanderada de las univer-sidades públicas, la Universidad Nacional de Colombia se repiensa permanentemente como ejercicio académico y social de cara al país. De hecho, no pocas de las innovaciones a lo lar-go de su centenaria historia han sido asumidas por el sistema de educación superior, por lo que tales propuestas rebasan las fronteras internas para convertirse en un asunto de interés público. En diálogo, entonces, con las necesidades actuales de la sociedad colombiana, UN Periódico presenta un especial que permite conocer diferentes miradas sobre el tema. PÁG 8

Guillermo Flórez P.

fortalecimiento de la universidad

pública

Reforma UN:“La reforma académica y demás políticas institucionales pueden y deben ser de nuevo discutidas, revidas y argumentadas”, invita la reciente declaración del Consejo Académico.

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Una nueva España

El pasado 20 de no-viembre se cumplieron los 30 años de la muerte del gene-ral Francisco Franco, quien gobernó dictatorialmente a España durante casi 40 años, luego de haber derrocado al gobierno republicano, tras una cruenta guerra civil.

Si algún extranjero visi-ta las ciudades más impor-tantes de España por estos días le parecerá que ya no queda ninguna huella del franquismo. En lugar de igle-

sias atestadas, militares con licencia para detener a cual-quier sospechoso y periódi-cos cerrados o censurados, encontrará una sociedad más bien agnóstica, unas fuerzas armadas expertas en leyes de protección al ciudadano y, por supuesto, millares de revistas, periódicos y libros donde prácticamente se pue-de publicar cualquier opinión sin consecuencias.

En lo referente a la mo-ral sexual, las cosas también han cambiado radicalmente: del morbo soterrado de los años setenta, en el que mi-les viajaban a Francia para ver películas censuradas o abiertamente pornográficas, se pasó en los años ochenta a un destape un poco desme-

dido. Desde los noventa en cambio se asumió la libertad sexual con menos espectá-culo y mayor serenidad: se generalizaron las relaciones prematrimoniales aun en

las familias conservadoras, se popularizó la convivencia como un paso previo a un enlace conyugal (muchas ve-ces católico), y la subcultura de diversión gay se fusionó sin conflicto con el resto de las ofertas de ocio (a veces transformándolas).

Sombras en el paraíso

Si bien es justamente en el campo de la política en el que todo parece indicar que la famosa transición de finales del setenta, de la cual es fru-to la actual constitución, no tiene ya vuelta atrás, también es importante reconocer que la democracia española está menos blindada que hace una década. Y es que en el nuevo milenio parece romperse el

consenso entre los partidos mayoritarios sobre temas tan delicados como la unidad de España, la monarquía, la lu-cha contra el terrorismo y las relaciones Iglesia-Estado.

En efecto, el triunfo de los socialistas en la recta final tras el 11 de marzo, y la acep-tación por parte de estos en primer debate de un proyec-to de mayor autonomía de Cataluña (hasta el punto de denominarla nación), contra la total resistencia del Partido Popular (PP), han enrareci-do el ambiente político. Y a la actitud clara del rey Juan Carlos en defensa de la uni-dad de España, han seguido la publicación de estadísticas que muestran a las nuevas generaciones menos afec-tas a la monarquía (aunque no abiertamente opuestas), y artículos de opinión que cuestionan el hecho de que tal opción política no ha sido refrendada por la mayoría del actual pueblo español.

Hasta hace muy poco también, los partidos políti-cos mayoritarios en España, habían respetado otro pacto, el de no hacer política con temas de terrorismo. Hoy, el PP acusa abiertamente al presidente socialista de estar haciendo un pacto secreto con ETA, lo que supone, se-gún ellos, un abandono de los acuerdos de lucha anti-terrorista conjunta pactados en la década anterior por los partidos democráticos (aun-que en realidad el PP ya había abandonado el partido du-rante su mandato).

A todo ello, se ha suma-do el resurgimiento del de-bate religioso, que también se consideraba superado con el mantenimiento de las sub-venciones a la iglesia católica durante el largo periodo so-cialista de Gonzáles. El PP, de la mano con la iglesia católica, ha organizado marchas ciu-dadanas contra la ley de edu-cación del Partido Socialista Español (PSOE), que cambia el régimen de financiación pública de los colegios pri-vados (casi todos católicos), y que convierte a la asigna-tura “religión” en una clase no evaluable. El PSOE insi-nuó que pueden perderse los privilegios dados a la iglesia a cambio de su prudencia y pidió al Vaticano que contro-lara a los jerarcas españoles. En pleno siglo XXI vuelven a leerse en España improperios tanto fundamentalistas como anticlericales, solo que aho-ra se hacen básicamente en incendiarias páginas web, en blogs de todo tipo y por su-puesto invadiendo los correos particulares (la cadena radial COPE, sin embargo, ha sido la más agresiva en este sentido).

Franco ha muerto... pero no se ha olvidado

Y es justamente en este contexto de confrontaciones en el que el pasado 20 de noviembre, los españoles re-

David Roll Profesor De-

partamento de Ciencia Política de la Universi-dad Nacional,

corresponsal de UN Periódico en España, investi-gador visitante Universidad de

Salamanca.

El fantasma del franquismo en la España del

tercer milenio

A las huellas del general Francisco Franco se sobreponen los avances democráticos políticos y sociales de la nueva España; sin embargo, los ciudadanos que cargan con serenidad la dureza de esa época esperan que los partidos mayoritarios resuelvan la permanencia o no del archivo secreto, órgano represor del franquismo.

Los líderes políticos ayudaron a no olvidarlo [a Francisco Franco], bien haciendo alusiones a la dictadura por causa de los mencionados debates (el presidente Zapatero, cuyo abuelo fue fusilado por Franco), o bien haciendo comparaciones absurdas para contestar a estas afirmaciones (el opositor Rajoy, diciendo que hablar de Franco es como hablar de Felipe V).

Fotografías cortesía: David Roll.

Comité editorial: Egberto Bermúdez Cujar � Luis Eduardo Hoyos Jaramillo � Carlos Patiño Villa � Rocío Londoño Botero � Clara Helena Sánchez Botero � Fabio González Benítez � Jorge Cossio � Juan Carlos Chica.

Coordinadoras editoriales: Zoraida Rueda, María C. Rojas � Editor invitado: Pedro Medellín � Coordinador gráfico: Andrés Leonar-do Cuéllar V. � Corrector: Fernando Carretero P. � Diseño e impresión: Impresiones Periódicas S. A.

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Director: Ramón Fayad Nafah

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no compromenten los principios ni las políticas de UN Periódico.

Franco posa en El Pardo junto a su último Gobierno, presidido por Arias Navarro, en la toma de la posesión de José Solís Ruiz (20 de junio de 1975).

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cordaron que la persona más influyente en España durante el siglo XX había muerto 30 años atrás. Y contrariamente a lo que se pensaba, se dieron cuenta de que no se trataba de un capítulo completamen-te cerrado de su historia. Sus líderes políticos les ayudaron a no olvidarlo, bien haciendo alusiones a la dictadura por causa de los mencionados debates (el presidente Zapa-tero, cuyo abuelo fue fusilado por Franco), o bien haciendo comparaciones absurdas pa-ra contestar a estas afirma-ciones (el opositor Rajoy, di-ciendo que hablar de Franco es como hablar de Felipe V).

Pero más allá de esos exabruptos para la prensa, basta mirar los titulares de los periódicos y escuchar las ter-tulias en los cafés, para darse cuenta de que el franquismo aún pesa sobre las mentes de los españoles, y no como un simple recuerdo histórico, cual si se tratase de Isabel la Católica o incluso de Primo de Rivera. Si bien es cierto que los jóvenes españoles no habían nacido cuando murió Franco, y les interesa poco el tema, ello se debe más al adormecimiento propio de una sociedad marcadamente consumista que a un autén-tico procesamiento colectivo de esos años terribles de con-frontación y represión.

Las huellas físicas y mentales

del franquismo

Prueba de lo anterior es la lucha que han librado en los últimos meses el PP y el PSOE en torno al archivo secreto del órgano represor del franquismo, situado en la Casa Masónica de Salaman-ca (Museo Antimasónico de Franco), ciudad donde el dic-tador tuvo su cuartel gene-ral durante la guerra. En este edificio, conocido como El Archivo de la Guerra Civil, se conservan intactos los docu-mentos (cartas, telegramas, delaciones, carnés, etc.), que utilizó la dictadura para reco-nocer a los líderes o simpati-zantes republicanos. A partir de estas fichas (véase foto), muchos españoles, durante la guerra y después de ella, fueron fusilados o encarcela-dos, y sus familias sometidas a la marginación del Estado y de la sociedad. Por ello su contenido es ahora objeto de disputa política entre los par-tidos mayoritarios: el PSOE,

UN Periódico: ¿Desde hace cuánto están disponibles estos archivos al público?

Miguel Ángel Jaramillo: Los archivos han sido usados desde el fin del franquismo, pero para reconocer pen-siones a los militantes de la república y sus familias u otro tipo de reivindicaciones. Ya ha habido exhuma-ciones, análisis de ADN, etc. Hubo un funcionario del franquismo que siguió trabajando aquí ayudando en esa tarea, y con el mismo ahínco que antes investiga-ba a los sospechosos, luego intentaba que les dieran indemnizaciones.

UNP: ¿Pero ese proceso no ha terminado o hay un nuevo interés?

MAJ: Ahora se consulta por el sencillo deseo de co-nocer la verdad, de saber qué paso con los familiares

vigilados por el régimen. Los hijos de las víctimas del franquismo aceptaron la transición y el pacto de silencio, porque querían mirar solo adelante y no querían venganza. Pero sus nietos, criados en la de-mocracia, y sin temor alguno, vienen aquí a saber qué ocurrió con sus abuelos, por qué su padre tuvo una infancia tan difícil, etc. Tampoco quieren revancha, pero necesitan que se diga la verdad.

UNP: Colombia atraviesa por un conflicto, pero al mismo tiempo está tratando de dejar atrás hechos muy tristes mediante acuerdos políticos. ¿Cuál es su opinión al respecto?

MAJ: Si en un conflicto reciente, como los del cono sur, la situación es delicada, mucho más lo será en uno que aún persiste. No conozco el contexto, pero sí

tengo claro que un país no puede seguir adelante sin antes reconocer públicamente lo que ha pasado y de-jarlo en el pasado de la forma apropiada. No se hace de un día para otro, pero tampoco puede postergarse indefinidamente. Hay que tratar de conservar la me-moria de esos hechos, para que llegado el momento pueda hacerse el proceso.

Aquí tuvimos la suerte de que el propio régimen guardó estos archivos de inteligencia, y sobre los in-vestigadores o los familiares han logrado reconstruir los hechos. Aún falta quizá hablar de ello con más claridad, sin el miedo que había antes de afectar la estabilidad política.

Entrevista con el director del Archivo General de la Guerra Civil en Salamanca, Miguel Ángel Jaramillo (español).

que acepta la devolución de los documentos a las comu-nidades autónomas para que vuelvan a manos de las fa-milias de los ciudadanos re-primidos por el régimen, y el PP, que defiende la unidad del archivo a toda costa, así como de las instituciones pú-blicas y privadas que fueron expoliadas.

Pero lo que resulta más diciente sobre la pervivencia del recuerdo franquista, es hablar con cualquier ciudada-no cuya familia haya sufrido por el franquismo, que no son pocos, dado que el régimen se dedicó a perseguir a quienes perdieron la guerra aunque hubiesen estado en el bando contrario por puro azar. Es-tos ciudadanos serenos, que votan normalmente por el so-cialismo solo para no favore-cer las opciones más radicales de la derecha, se transforman: con la voz un poco alterada, las pupilas dilatadas y agu-dos movimientos de manos, hablan de sus abuelos fusila-dos, de sus abuelas viudas y despreciadas por sus propios vecinos, del temor que sus pa-dres aún sienten cuando un líder de derecha asume gestos que recuerdan otras épocas, y de su propias dudas de que puedan regresar a España esos tiempos oscuros, justa-mente por el hecho de haber enterrado el pasado con tanta ingenuidad.

Ese miedo no se corres-ponde con la realidad de una España cuyas conquistas de-mocráticas no tienen vuelta atrás, por lo menos en lo fun-damental. Y no puede haber un retroceso como tal justa-mente porque no surgieron por el simple fallecimiento del dictador, sino porque la sociedad había evolucionado a tal punto en ese momento que desbordaba al sistema político vigente. Fue así como los líderes de entonces, de de-recha y de izquierda, y sobre todo el Rey, hicieron un nue-vo sistema. Pero lo hicieron sobre la base de un pacto de silencio sobre el franquismo, que hoy parece no necesario ni justo seguir manteniendo. En 2006 se cumplen los 60 años del comienzo de la Gue-rra Civil Española, y los es-pañoles decidirán si quieren seguir adelante sin procesar el fantasma del franquismo, o hacer frente a ese recuerdo reciente y terrible, para ente-rrarlo por siempre en el baúl de la historia.

Franco, brazo en alto, rinde homenaje a los caidos en la Guerra Civil, bajo los símbolos de la Falange.

En el Archivo General de la Guerra Civil Española en Salamanca, cualquier ciudadano puede acudir para saber por qué sus familiares fueron reprimidos por el régimen e incluso quién los delato.

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No hay recetas pero sí justicia por aplicar. En pro-cesos de negociación y bús-queda de la paz, mucho tiene que decir la perspectiva psi-cojurídica sobre el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación integral. Dos expertos in-ternacionales en el tema, la psicóloga española, Nieves Gómez, perita ante la Comi-sión y la Corte Interameri-cana de Derechos Humanos en procesos de reparación de comunidades indígenas de Guatemala; y el abogado cos-tarricense, Carlos Urquilla, especialista litigante del Sis-tema Interamericano de De-rechos Humanos, dialogan sobre la democratización y reconciliación de sociedades en conflicto.

P: Desde su experiencia de acompañamiento a co-munidades indígenas, ¿cómo definiría el impacto de viola-ciones de derechos humanos al colectivo?

Nieves Gómez: Las co-munidades indígenas son sociedades más colectivis-tas que individualistas. Por eso, uno de los impactos más fuertes es el daño a la colecti-vidad. A través del miedo, la desconfianza y la ruptura de la solidaridad se destruyen las relaciones que les permi-ten construir su vida social. En Guatemala, la sociedad quedó inmersa en una situa-ción de terror, paralización y silencio. La Comisión de Esclarecimiento Histórico re-conoció que hubo genocidio en la intención de eliminar al pueblo maya; los lideraz-gos y prácticas culturales quedaron destruidos. No se permitió hablar el idioma ni llevar trajes tradicionales. La sociedad se militarizó me-diante relaciones jerárquicas, producto de la sustitución de las autoridades tradicionales por normas militares.

P: ¿Y en el individuo?

NG: Este impacto se ex-presa en pesadillas, paranoia, alcoholismo, accesos de có-lera, sensación de abando-no y falta de concentración. Conocí muchos casos en Guatemala de mujeres que iban al mercado y olvidaban el canasto, o campesinos que olvidaban llevar el machete al sembrado. Por ausencia de un proceso de recuperación colectiva, 25 años después, hay muchas personas gra-vemente dañadas, situación que afecta la calidad de vida de las familias y la comu-nidad. El daño psicológico de los padres afecta, a largo plazo, la segunda generación, pues los hijos crecen en un ambiente con temas tabú y generan culpas. En Guatema-la sucedió lo que aquí denun-cian los indígenas del Cauca: el incremento del índice de suicidios en jóvenes de las comunidades. Las mujeres tuvieron que asumir el sus-tento económico y fueron es-tigmatizadas por ser “viudas de guerrilleros”, generando un aislamiento social.

P: ¿Se está contemplan-

do este impacto diferencial en escenarios jurídicos inter-nacionales de reparación?

Carlos Urquilla: Hasta hace poco la Corte Interame-ricana de Derechos Huma-nos (Cidh) empezó a reflexio-nar sobre estos impactos. En 1989, en el primer caso que resuelve de desaparición for-zada en Honduras, solo re-conoció compensación eco-nómica por daño material e inmaterial, pero los peritajes psicológicos demostraron que los impactos trascienden a la persona. Este hecho tuvo un referente en 1994, en el ca-so Aloeboetoe de integrantes de una comunidad indígena ejecutados por militares del gobierno de Surinam pues, además de indemnizar con dinero, la Cidh ordenó al Es-tado reabrir un dispensario médico y un centro educati-vo de la comunidad que ha-bían sido cerrados. Los daños a una persona van más allá de lo que dejó de ganar y del impacto psicológico directo. También hay un impacto en el proyecto de vida que hay que reparar. En el caso de la desaparición forzada de 19

comerciantes del Magdalena Medio y la masacre de Mapi-ripán, en Colombia, la Corte reconoció que no solo son víctimas las personas direc-tamente afectadas y ordenó reparaciones integrales que pasan por tratamiento de sa-lud mental para las familias.

P: ¿A qué se debe esta apertura del Sistema Intera-mericano de Derechos Hu-manos?

CU: Por un lado, a la persistencia del movimiento de víctimas que plantea que los daños exceden lo estric-tamente material: una madre que pierde un hijo, lo que menos espera es que se lo retribuyan con dinero. De otra parte, hay un desarro-llo evolutivo de la jurispru-dencia. En el caso citado de Honduras, la Cidh no se ex-playó tanto en las medidas de reparación, como en sentar las bases del funcionamiento del Sistema Interamericano. Hasta el momento, la prin-cipal fuente de reparaciones ha sido económica y los es-tados pagan fácilmente. Pero puede ser una trampa pues las víctimas no se sienten

reparadas porque el Esta-do no investiga ni sanciona a los responsables. Hay que cuestionar hasta qué punto la reparación económica es-tá ayudando a cambiar las políticas de los Estados para prevenir las violaciones de derechos humanos.

P: Desde la perspectiva de reparación integral, ¿qué se entiende por reparación simbólica y cómo traducirla en justicia material?

NG: Cualquier tipo de reparación será simbólica. No se puede devolver un fa-miliar asesinado o desapare-cido. Una persona torturada nunca olvidará el daño. Las graves violaciones a los de-rechos humanos pretenden destruir a las personas como actores sociales, su posibili-dad de participación política y expresión. Cualquier tipo de reparación debe ir en ese sentido. Cuando no hay jus-ticia, la responsabilidad de lo sucedido recae en las víc-timas y son estigmatizadas, pues se percibe que “algo habrán hecho para merecer-lo”. La justicia debe devol-verle a víctimas y victimarios

Laura Zapata Barrera

Periodista, especialista en temas de paz

y derechos humanos.

“La historia también se construye desde la

Miedo, desconfianza, silencio y paranoia son algunas de las secuelas que se han desconocido en los conflictos armados. La evidencia psicológica como herramienta probatoria para juzgar a los responsables de crímenes de lesa humanidad y adelantar procesos de reparación a las víctimas, comienza a tener relevancia en los estrados internacionales de derechos humanos.

verdad de las víctimas”

Fotografía cortesía: Laura Zapata.

Actualmente la psicóloga española Nieves Gómez (derecha) hace parte del equipo red del Proyecto de Asistencia Psicológica a Víctimas de Torturas del Instituto Interamericano de Derechos Humanos.

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el lugar que les corresponde, pues la impunidad implica una doble victimización. Hay que preguntar a las víctimas cómo se sentirían reparadas. Es fundamental que la his-toria también se empiece a construir desde la verdad de las víctimas.

CU: Hay iniciativas co-mo llamar una escuela con el nombre de la persona, pedir perdón públicamente, esta-blecer un banco de datos de huellas genéticas para iden-tificar desaparecidos o hacer un monumento. Los Estados no son tan reacios a cum-plir con estas reparaciones simbólicas. Pero la verdadera justicia material es que la ins-titucionalidad cierre la herida mediante el cumplimiento de las otras obligaciones que se desprenden de las senten-cias: investigar los hechos, identificar a los responsables, juzgarlos y sancionarlos. Y es ahí donde los estados fallan. Asentar un proceso democrá-tico sobre la base de la impu-nidad es como construir una casa pero cada tres ladrillos dejar un hueco. La impuni-dad opera como una burbuja en el proceso de construc-ción democrática. Y, en cual-quier momento, explota.

P: ¿Por qué es tan difí-cil consolidar políticas que demuestren voluntad de los Estados de reparar integral-mente a las víctimas?

CU: Por un lado, está la inercia de los gobiernos. Cuando se establecieron los gobiernos antidemocráticos en Centroamérica a partir de violaciones graves a los dere-chos humanos, se generalizó la estigmatización que asoció

a las organizaciones subver-sivas con la reivindicación de derechos humanos; para los gobiernos, reivindicarlos, sería como borrar parte de sus cimientos ideológicos. Por otro lado, en la medi-da en que no se construyan procesos democráticos sos-tenibles, difícilmente se rom-perá la impunidad. La mejor muestra, en sentido inverso, es Chile y Argentina, donde los poderes judiciales son in-dependientes para decir que los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles, que las amnistías no pueden ser obs-táculo para construir una so-ciedad democrática y que la reconciliación no puede olvi-dar el dolor de las víctimas y generar impunidad. Políticas de Estado para la reparación integral de víctimas se logran en sociedades que han alcan-zado un estatus democrático fuerte.

P: ¿Cómo afrontar la tensión entre los derechos de las víctimas y los procesos de negociación y búsqueda de la paz?

CU: A partir de la ratifi-cación de los tratados inter-nacionales de derechos hu-manos, ese margen de apre-ciación política se reduce. Si bien es lícito buscar la recon-ciliación de la sociedad, no lo es desconocer los derechos de las víctimas a la justicia y reparación integral. En el caso de la masacre de Las Ho-jas, en El Salvador, en 1988, la Comisión Interamericana es-tablece que las leyes de am-nistía violentan el derecho de las víctimas a acceder a la justicia. En un caso contra Perú, señaló que el derecho interno no puede obstacu-

lizar el cumplimiento de las obligaciones internacionales. Y en el caso Barrios Altos en Perú, se desarrolló una tesis más fuerte: no solo las am-nistías sino las excluyentes de responsabilidad penal, la prescripción y cualquier otro instituto procesal, no pueden impedir el juzgamiento de los perpetradores de graves violaciones de derechos hu-manos.

P: ¿Qué opinión le me-rece la Ley de Justicia y Paz de Colombia y la constituida Comisión de Reparación y Reconciliación?

NG: No conozco a pro-fundidad la ley, pero hablaría desde el contexto de Guate-mala. Allí, se creó la Comisión Nacional de Resarcimiento, compuesta por personas del gobierno y de la sociedad ci-vil, víctimas o sus familiares, para operativizar el Programa de Resarcimiento. Esta Comi-sión ha tenido fuertes peleas y cambios de sus integrantes pues la inexistencia de justi-cia generó problemas inter-nos por la imposibilidad de reconocer y responsabilizar a los culpables.

CU: Estas leyes son in-tentos fallidos y la realidad lo demuestra. El Salvador y Guatemala no tienen una herida cerrada; Argentina y Chile han tenido que darle la vuelta a la legislación; en Uruguay, que aprobó por re-feréndum la Ley de Caduci-dad de la Pretensión Punitiva del Estado, hay movimientos que buscan cesar la impuni-dad. En El Salvador, 15 días después de que la Comisión de la Verdad publicó el in-forme para que el Estado ejerciera la acción penal co-rrespondiente, se aprobó la Ley de Amnistía General para la Consolidación de la Paz. Por eso, son tan importantes los juicios jurisdiccionales en los que la institucionalidad se compromete a romper con vínculos de poder que de-terminan sus políticas. Si la impunidad prevalece, se con-vierte en un modus operan-di del ejercicio de gobierno. El juicio contra un cabecilla responsable de violaciones graves de derechos humanos es simbólico pues envía un mensaje contundente: la im-punidad ya no será tolerada por la sociedad.

MARÍA ESTHER GALVISNoticia sobre la autora

Diseñadora Gráfica y ma-gíster en Artes Plásticas y Visua-les de la Universidad Nacional de Colombia. Hizo estudios en la Escuela Nacional de Fotografía en Arles (Francia), y en París con los fotógrafos Ignacio Gómez-Pulido, Dennis Brihat, Philippe Salaum y Bruno Jarret. Profesora Asociada de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia en el área de Fotogra-fía. Ha desempeñado los cargos de directora del Departamento de Bellas Artes, directora curri-cular de Diseño Gráfico y vicede-cana académica de la Facultad de Artes. Ha participado, entre otras exposiciones, en la Primera Bie-nal de Arte Latinoamericano, en Cuba; XIX Bienal de Fotografía, en Liltemberg (Alemania); 5x5, en la Biblioteca Luis Ángel Aran-go de Bogotá; Mes de la fotogra-fía, en el Museo de Arte Moderno de Bogotá; Tránsito y Portátil, Museo de Arte de la Universidad Nacional; III, V y VI Salón Co-lombiano de Fotografía, en Me-dellín y Bogotá; XXXIII Salón de Artistas, en Bogotá. ¿Se acabó el rollo? Historia de la fotografía en Colombia, 1950-2000. En 1995 recibió el premio Ilford al mejor portafolio fotográfico en blanco y negro para Latinoamérica. Ha publicado fotografías en Artistas por la paz, Villegas editores; Fo-tografía Latinoamericana 1994, y en las revistas Fotografía Con-temporánea No. 35 y 36; En otras palabras No. 5; Artefacto No. 7 y 8, publicación de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Miradas a la Uni-versidad Nacional de Colombia, publicación de la Dirección Na-cional de Divulgación.

Noticia sobre la obra“La Plaza” se convirtió en

un laboratorio para realizar cier-tos experimentos con la forma. Experimentos que podemos llamar “montaje”. Montaje, en el sentido de W. Benjamin pero también de Bataille. Significa en este caso desplegar visualmente discontinuidades en el tiempo, generando innumerables para-dojas. Las “contradicciones” ma-nifiestas son casi siempre marcas de vínculos latentes y viceversa. Mostrar las imágenes (¿las ve-mos realmente?) no es unificar narrativamente un fenómeno sino escindir la tradición icono-lógica de las prácticas visuales.

“La Plaza” al acercar épo-cas, se vuelve un experimento anacrónico. La memoria no se descifra en textos orientados por sucesiones históricas sino en un rompecabezas de fotogramas anacrónicos. El experimento se realiza igualmente entre la ins-tantaneidad y la ruptura de la foto y la continuidad histórica del lugar. “La Plaza” no rompe con el pasado, pero sí con cier-tas formas de pensar del pasado transformando el “ícono arque-típico”, que focaliza la atención en una rigidez definitiva, en una imagen dialéctica de las relacio-nes entre imágenes.

La Plaza

Fotografía cortesía: Laura Zapata.

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Gómez ha sido perita en dos masacres de comunidades indígenas en Guatemala: Plan Sánchez y las Dos Erres.

Carlos Urquilla, abogado litigante del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

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Economía

La amortización de la deuda pública y el pago de sus intereses es quizá el obs-táculo más serio que tienen los países llamados del Ter-cer Mundo para materializar sus aspiraciones a conseguir condiciones dignas de vida, a la democracia, a la autode-terminación y a la vigencia plena de los derechos eco-nómicos, sociales, cultura-les y ambientales. Por ésta entendemos una obligación contraída por personas o gobiernos para devolver con intereses los recursos reci-

bidos. Según el documento “En deuda con los Derechos”, puede ser de carácter interno o externo, y puede ser con-traída por agentes públicos o privados.

El sector público acude al crédito externo cuando el financiamiento del gasto no lo suplen los ingresos del pre-supuesto nacional (principal-mente impuestos). El gobier-no hace uso de operaciones financieras para manejar el endeudamiento externo del país, éste puede provenir de recursos generales, como la

colocación de bonos del go-bierno (TES) en las bolsas de valores de Nueva York y Japón principalmente, o créditos de política que se negocian con organismos multilatera-les (como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo). El crédito externo privado depende de la deci-sión de industriales o empre-sarios, y generalmente se hace para el desarrollo de proyectos que pueden ser de inversión como la telefonía celular, o la compra de un canal de televi-sión, entre otros. La aproba-ción de los créditos externos está sujeta al cumplimiento de unas condiciones específi-

cas de ejecución de la política económica y social por parte de los gobiernos deudores, que se expresan en los planes de ajuste estructural y en los acuerdos con el Fondo Mone-tario Internacional.

“Para que un Estado tenga los recursos necesa-rios que conlleva la inversión pública, el gasto social, los pagos de nómina, etc., tiene que endeudarse”, asegura el catedrático Daniel Libreros, argumentando: “Al Estado le ocurre lo mismo que a los particulares; uno no alcanza

a conseguir todos los recur-sos para el funcionamiento mínimo del núcleo familiar, y de alguna manera debe recu-rrir al crédito, necesidad de la sociedad capitalista”.

Aunque todos los países utilizan el crédito externo e interno, y aun más los sub-desarrollados, no son los úni-cos que le adeudan a bancos o grupos económicos. Para el profesor Jairo Estrada, el problema radica en las con-diciones en que se adquiere el préstamo y sus implicacio-nes, por ejemplo, en términos de transferencia de recursos. “Lo que muestran diversos escenarios de Latinoamérica es que, pese a que los países han pagado sus obligaciones con creces, mantienen índi-ces de endeudamiento como si no hubieran hecho ningún tipo de aporte al empréstito”.

Los países de Latino-américa y el Caribe registra-ron entre 1960 y 1981 un rápi-do crecimiento de su deuda pública externa, debido a que su necesidad de capital para financiar proyectos de desa-rrollo coincidió con una gran liquidez en los mercados in-ternacionales, causada por los incrementos en los depó-sitos bancarios en Europa y Estados Unidos por parte de los países de la Opep, esto a raíz del alza en los precios del petróleo.

Entre 1988 y 1992, los flujos de deuda externa se habían estabilizado y la po-lítica de financiamiento del gobierno se reorientó a la sustitución de deuda externa por deuda interna, política que coincidió con la imple-mentación de la apertura en el país. Entre 1992 y 2002, los flujos de deuda externa del sector privado disminuyeron

a propósito de la crisis finan-ciera internacional de 1997 y la deuda externa del sector público se volvió creciente, consecuencia de los mayores niveles de déficit fiscal.

Las condiciones de los empréstitos ya otorgados cambiaron, y con ellas lle-garon reformas estructurales que tienden a garantizar el servicio oportuno de la deu-da. Jairo Estrada, catedrático de la Universidad Nacional explica cómo Colombia fue una excepción: “En ese mo-mento hubo crisis de la deu-da en países como Bolivia, Argentina, Brasil y Venezuela, que se acompañó de una caí-da de los precios del petróleo. Ello dio lugar a programas de ajuste económico impuestos por el Fondo Monetario In-ternacional. Colombia fue el único país de Latinoamérica que no entró de manera for-mal en estos programas, pe-ro adoptó políticas de ajuste ‘voluntariamente’”.

Nuevo entorno de financiación

Durante la última dé-cada, la deuda ha pasado de tener un carácter externo a ser una deuda interna con-traída principalmente con agentes financieros, privados y públicos. Esto por medio de la compra de bonos y títulos emitidos por el Estado, que re-presentan un valor en capital e intereses pagaderos a su te-nedor. En Colombia, la mayor parte de los bonos están en manos de los llamados Crea-dores de Mercado (un grupo de 11 instituciones financieras y fondos de pensiones).

Por eso para Daniel Li-breros, “la explicación del endeudamiento y de la crisis fiscal no está ni en los sala-

rios altos de los trabajadores, ni en que cuesten demasiado los hospitales o los colegios y por eso haya que cerrarlos –justificación convencional que hacen los tecnócratas neoliberales y estos gobier-nos–, está en el nuevo mo-delo financiero que conlleva al Estado a endeudarse con particulares, a que su finan-ciamiento tenga que pasar por los negocios privados, y convirtió en negocio tal endeudamiento. Por consi-guiente produce, como en el conjunto de la economía, un crecimiento descomunal”.

La mayor parte de la deuda pública es con inver-sionistas institucionales, y ¿en el caso colombiano quié-nes son? Según Jairo Estra-da, “son los fondos privados de pensiones, cuyos dueños son los grupos económicos, principalmente el grupo Luis Carlos Sarmiento Angulo, aunque hay otros involucra-dos en el negocio financiero, que además, tienen estrechos vínculos con entidades trans-nacionales”.

“Entre 1932 y 1991, el gobierno colombiano utili-zaba un cupo o un crédito del Banco Central, o sea emi-sión monetaria, dentro de los márgenes que existen en una economía, pero esa po-sibilidad se eliminó. Lo más curioso es que a nosotros nos exigen cumplir con esta or-todoxia monetaria, mientras por ejemplo en los Estados Unidos el gobierno sí se pue-de financiar con los recursos de la reserva federal de su banco central”, argumenta César Giraldo.

En 1991, antes de la po-lítica monetaria y financiera, el pago anual de acreencias tanto en deuda pública in-

Nelly Mendivelso Unimedios

una bola de nieve

En Colombia la economía gira en función de los acreedores, de ahí que acceder a los derechos sociales sea cada vez más difícil. El común de la gente ignora cómo la deuda pública repercute en su vida y en la vigencia de sus derechos, por eso varias organizaciones sociales, no gubernamentales y académicos intentan explicarla de manera pedagógica, mediante la campaña nacional “En deuda con los derechos”.

La mayor parte de la deuda pública colombiana es con inversionistas institucionales, representados en los fondos privados de pensiones, cuyos dueños son los principales grupos económicos, aunque hay otros involucrados en el negocio financiero, que además, tienen estrechos vínculos con entidades transnacionales.

La deuda pública:El gasto en defensa y seguridad pasó de 2,1% a 4,03% del PIB, entre 1994 y 2002, lo que representó un aumento de 92% en ocho años, duplicando el promedio de la región.

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terna como externa era de $8 billones, “ahora pagamos aproximadamente $37 billo-nes al año”, dice el profesor Libreros.

Según informes de la Contraloría General de la Re-pública, de 1994 a 2003 la deuda del gobierno central pasó de representar un 12% del producto interno bruto (PIB) a un 53%. El tamaño de la deuda del sector público se calcula en $160 billones, que equivale a su vez a un 71% del PIB. A finales de 2004, el tamaño de la deuda públi-ca bruta colombiana llegó a $167.4 billones, es decir el 65,4% del PIB del país. En otras palabras, más de la mi-tad de la producción anual de Colombia debe ser desti-nada al pago del servicio de la deuda.

Así mismo, en términos de presupuesto del Estado, se observa que son cada vez menores los montos desti-nados para gasto en políti-ca social y cada vez mayores los recursos necesarios para suplir el creciente déficit fis-cal y cumplir con los ajustes estructurales acordados con los organismos multilatera-les: cerca del 50% del presu-puesto para 2005 se destinó al servicio de la deuda y a la seguridad democrática.

La deuda pública, mal de todos

Hay ejemplos palpables de cómo la deuda pública afecta al ciudadano de a pie. Los recortes de personal en los gobiernos locales, muni-cipales y departamentales, así como la parálisis de la in-versión pública, se deben al sometimiento de estos entes a programas de ajuste moni-toreados por el Ministerio de Hacienda, bajo la exigencia de los acreedores.

Para el analista César Giraldo, la ingerencia de la banca multilateral es clara. “Si no se hace flexibilización laboral –ley que elimina la estabilidad del trabajo y su-prime las horas extras–, si no se privatiza la seguridad social y la salud, así como la educación, y además no se reduce el salario mínimo y se aumentan los impuestos etc., el Banco Mundial, las firmas

calificadoras de riesgo, y el Fondo Monetario Internacio-nal, van a señalar que la eco-nomía colombiana está mal manejada, pues no se ajusta a sus exigencias”.

Entre la guerra y el ser-vicio de la deuda desapare-cen los recursos de inversión social. A marzo de 2004, se-gún el informe de la Contra-loría, la deuda pública para la financiación del llamado Plan Colombia, ascendía a US $1.302 millones, de los cuales 830 millones corres-pondían a créditos externos, y US $472 millones a deuda interna, contraída a través de los bonos de paz creados por la Ley 487 de 1998.

De ahí que para Daniel Libreros, “hoy el Plan Colom-bia es una guerra al debe, nos prestan para que nosotros después paguemos las armas de los norteamericanos”.

El endeudamiento de largo plazo compromete la sostenibilidad fiscal a tal punto que el gobierno con-trae deuda para pagar deuda. “Lo que pasa en Colombia es parte de lo que está ocu-rriendo en el mundo. Para citar un ejemplo, la econo-mía norteamericana hoy es-tá endeudada al doble de su capacidad en economía real. El capital financiero ha teni-do un posicionamiento muy grande desde 1972, cuan-do cambiaron las reglas de juego del sistema financiero internacional y cuando se ex-pandió el crédito y se volvió más importante el negocio

de prestar dinero que el pro-pio desarrollo de inversiones productivas, lo que se cono-ce como financiarización”, explica Libreros.

“Por eso la reducción en la inversión del Estado no es causa sino consecuencia de la crisis fiscal. Nos están mos-trando el mundo al revés, al-go así como que el problema es de lo fiscal a lo financiero cuando es a la inversa, por tanto el ajuste tiene que ha-cerse por lo financiero”, dice César Giraldo

Valle del Cauca, un problema más visible

Los entes territoriales se encuentran entre la espada y la pared en consecuencia de un excesivo endeudamiento que sufrieron en la década del noventa, así como por las reformas estructurales desarrolladas por el gobier-no central durante el mismo periodo.

“Un vínculo entre el problema de la deuda por un lado y la reducción de re-cursos para financiar gasto social, lo representa el ac-to legislativo 01 de 2001 que produjo un recorte sensible a las transferencias que debe hacer el Gobierno Nacional a los entes territoriales para fi-nanciar la educación, la salud y otros rubros, trasladando mayores responsabilidades a las regiones en términos de la generación de recursos para la inversión y el desarrollo social”, aclara el investigador

de la Universidad Nacional, Jairo Estrada.

El caso del Valle del Cauca es pertinente para vi-sualizar este problema. “Los recaudos por impuestos, tari-fas, sanciones, multas, entre otros, constitucionalmente deben orientarse al proceso de desarrollo, pero por el ex-cesivo endeudamiento los re-cursos públicos se convierten en un mecanismo de transfe-rencia hacia el sector priva-do, eso es lo que estamos vi-viendo en el departamento”, asegura Julián Lemos, asesor de la Gobernación del Valle.

Por decisión del Minis-terio de Hacienda, el depar-tamento del Valle suscribió, a través de la Dirección de Apoyo Fiscal, un plan de desempeño. “El departamen-to quedó prácticamente hi-potecado a la banca, no tiene autonomía para manejar sus recursos, y está supeditado a la fiduciaria popular, a un comité de los bancos, que son los que administran los recursos que pagamos los ciudadanos”, dice Lemos.

Ante esto la sociedad civil del departamento inter-puso una acción popular en contra de la banca privada que Leonidas Gómez, miem-bro de la Unión Nacional de Empleados Bancarios, defi-ne “como un mecanismo de reclamación para demostrar la responsabilidad que existe en cada uno de los actores que han contratado la deuda como son los agentes polí-

ticos en términos de la de-cisión de endeudar a las re-giones, los entes territoriales en este caso departamentos y municipios y obviamente la responsabilidad y la acción moral que le cabe al sector fi-nanciero en cabeza de quien toma la decisión de desem-bolsarles unos créditos y pro-ducir un endeudamiento”.

“La acción popular que esperamos sea favorable a los intereses del departamento está cimentada en tres ele-mentos: declarar la nulidad del convenio de desempeño, que se le restituyan las ac-ciones al Valle del Cauca, y se reprograme en consecuencia la deuda porque en opinión nuestra, el departamento ya pagó esa deuda”, concluye Lemos.

El gobernador del de-partamento y su equipo ha-cen lo posible para que el ser-vicio de la deuda no afecte su compromiso con la sociedad vallecaucana. En palabras de Angelino Garzón, “el esfuerzo que hemos hecho de rebajar la deuda en $127 mil millo-nes ha estado paralelamente unido a un aumento en la in-versión social, e incluso a un mejoramiento laboral de los propios trabajadores del de-partamento. Lo que tenemos es que seguir haciendo ges-tión en materia financiera, pero de manera disciplinada y rigurosa”.

Una propuesta aparece entonces en el espectro políti-co para aminorar los nefastos efectos que tiene el servicio de la deuda pública sobre la inversión social. “Hemos di-cho que más que renegociar nuestra propia deuda, nues-tro interés es que los dueños de los bancos le rebajen a to-dos los municipios y depar-tamentos del país el 10% del total de la misma, a fin de que el dinero se pueda destinar a programas a favor de los ni-ños y niñas pobres en temas de educación, alimentación, madres lactantes, gestantes, y también de mujeres pobres de la comunidad”.

Las campañas en con-tra de la deuda externa han sido promovidas por organi-zaciones de países tanto del centro como de la periferia, pero todos los esfuerzos coinciden en la socialización y la movilización social frente al problema.

De acuerdo con César Giraldo, “si nosotros no for-talecemos una capacidad de negociación interna, y la po-blación se interesa por cono-cer realmente el tema de la deuda, además de pelear en los foros internacionales, y demostrar que esa deuda es ilegítima, obviamente queda-rá difícil hacer una ruptura con la comunidad financiera internacional, pues nos verán tan solo como un país aislado y sin ninguna justificación”.

Contribuir a tal inter-pretación colectiva acerca de los efectos estructurales del endeudamiento externo del país para vigencia de los de-rechos humanos integrales, es el propósito de la campaña “En deuda con los derechos”, cuyas afirmaciones y entre-vistas, registradas en este texto, se convierten en una herramienta pedagógica para entender esta problemática.

Revisión de la Ley Orgánica de Presupuesto: Incluir patrones inter-nacionales, información sobre rentas de destinación específica, un reporte semestral al Congreso.

Decreto eliminando las vacantes existentes en el sector público

Aprobación de la ley de responsabilidad Fiscal

Reforma al régimen especial de los maestros y el de los militares

Reestructuración de Bancafé y anuncio de la subasta de Granahorrar

Puesta en práctica de un Plan Conpes (Consejo Nacional de Política Económica y Social), para eliminar el déficit del sistema de salud del ISS (Instituto de Seguros Sociales)

Reforma constitucional para eliminar los regímenes especiales de pensiones, eliminar la 14ª mesada y poner un tope de 25 salarios mínimos a las pensiones

Aprobación de una estrategia para fortalecer el esquema de descen-tralización fiscal

RESUMEN DE LOS CRITERIOS DE DESEMPEÑO Y REFERENTES ESTRUCTURALES BAJO LOS PROGRAMAS 2003, 2004 y 2005, ADOPTADOS

EN LOS ACUERDOS SUCESIVOS CON EL FMI

Presentado al Congreso en diciembre de 2003, aún no ha sido aprobado

Cumplido octubre de 2002

Cumplido en junio de 2003

Cumplido en mayo y julio de 2003 respectivamente

Cumplido en marzo de 2005 (Bancafé) A cumplir en diciembre de 2005Cumplido

Cumplido junio 2005

No cumplido. En diciembre de 2005 se publicará un informe sobre el esquema de descentralización fiscal

Fuente: Acuerdos Stand by con el FMI 2003, 2004, 2005

COMPROMISO CUMPLIMIENTO

La realidad de la deuda ha originado movimientos mundiales que reaccionan en contra de lo que llaman “un cáncer que hipoteca el desarrollo y las condiciones de vida y de trabajo de nuestros pueblos”.

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La Reforma Académica que se ha emprendido en la Universidad Nacional de Co-lombia, se constituye en un esfuerzo decidido por forta-lecer la universidad pública en el país. Se trata de un pro-ceso que busca modernizar el esquema curricular y ade-cuar las estructuras institu-cionales a las exigencias de la sociedad del conocimiento. Ésta es la sociedad en donde la competitividad no está da-da por la relación costo-be-neficio, sino por la capacidad para producir e incorporar conocimiento nuevo a sus procesos de formación.

El punto de partida es claro. Esta capacidad no puede quedar reducida a los sectores más ricos, ni a las élites. Una universidad pú-blica, como la Universidad Nacional, tiene la tarea clave de democratizar ese conoci-miento. Es decir, ofrecerles a los estudiantes de meno-res recursos las condiciones académicas e institucionales que les permitan acceder a ese nuevo conocimiento y desempeñarse en él. Nos re-ferimos, específicamente, a esa población que tiene a la universidad pública como única alternativa. Así, por ejemplo, de los 5.400 admi-tidos para el primer semestre de 2006 (de los 63.000 inscri-tos), el 48% es de estratos 0, 1 y 2 (de los 29.400 inscritos de esos estratos).

Este desafío impuso la necesidad no solo de repen-sar la naturaleza y objetivos que deben regir cada una de las etapas de la formación en la universidad, sino que, ade-más planteó la exigencia de mejorar el nivel y la calidad de los profesores que deben impartir ese nuevo conoci-miento.

Desde el punto de vista de los programas académi-cos, el examen minucioso de los pregrados y posgrados de-jó ver una universidad con rí-gidos esquemas curriculares y una estructura institucional poco flexible a las exigencias del cambio. Los procesos de

autoevaluación, iniciados por administraciones ante-riores, habían caracterizado bien el problema: mientras el mundo avanzaba hacia una nueva gestión del conoci-miento universitario basada en la apertura al diálogo entre disciplinas y la colaboración interinstitucional, la Univer-sidad Nacional se mantenía en la formación disciplinaria de los pregrados y estaba ce-rrada a la colaboración con el exterior.

No se trata solamente de entender que los estudiantes de la Universidad Nacional deben beneficiarse de los desarrollos académicos de otras instituciones públicas y privadas, y que los de aque-llas pueden sacar provecho de ésta. También es cuestión de asumir que la Universidad está ante el reto de abrirse al exterior, de manera que le permita medir qué tan competente es la formación que imparte y qué tan sóli-do es el conocimiento que sus profesores y estudiantes producen.

El problema habría po-dido quedarse en la pregunta inicial: ¿La Universidad Na-

cional le está respondiendo a las demandas de la sociedad colombiana? Sin embargo, la tarea reformadora tiene otros alcances: ¿La Univer-sidad Nacional está en con-diciones de seguir siendo la mejor del país? ¿Puede pro-ducir nuevo conocimiento que desate nuevas fuerzas productivas que potencien el desarrollo del país? ¿Debe limitarse a ser la mejor uni-versidad colombiana?

El primer paso: la flexibilización

del pregrado

En el esfuerzo de demo-cratizar el conocimiento, se hizo evidente la necesidad de que los estudiantes no solo egresaran del pregrado con una formación de alta calidad, sino que además estuvieran habilitados para avanzar en su proceso de formación como generado-res de nuevo conocimiento o como portadores de él.

Por esa razón, los planes de estudio de pregrado ten-drán dos ciclos: uno básico que le confiere la formación teórica y conceptual nece-saria para abordar el mundo

desde una disciplina o pro-fesión (formación en un área del conocimiento); y uno dis-ciplinar profesional que lleve al estudiante del tratamiento de temas generales a la obser-vación de problemas especí-ficos, forzando a un diálogo entre disciplinas (paso a la in-terdisciplinariedad). Por esto, cada programa deberá definir el porcentaje mínimo de cré-ditos (no menos del 20% del total) que el estudiante puede optar como electivos. A su vez, este 20% mínimo se dividirá así: un 10% que toma libre-mente (en su propio plan o por fuera de él) y otro 10% que obligatoriamente tomará por fuera de su plan de estudios.

Pero la flexibilización del pregrado no se detiene allí. Se busca llevar el diálo-go interdisciplinario mucho más allá, ofreciéndoles a los estudiantes la posibilidad de obtener una doble titulación. Aún cuando no están obli-gados, los pregrados pueden ofrecer un área menor para aquellos estudiantes ávidos de perspectivas interdiscipli-narias. El área menor es un conjunto de asignaturas para estudiantes provenientes de otros programas que estén in-

teresados en enriquecer su formación. El área menor no solo contribuirá a la doble titulación sino que permiti-rá relacionar el pregrado con el posgrado al hacer posible el paso fluido de graduados de aquellos programas a los otros de nivel superior.

La adopción de los cré-ditos académicos para el pregrado es simplemente una puesta al día, ya que la Universidad tiene sus pla-nes de estudio de posgrado definidos en créditos desde 2001 (Acuerdo 020) y todas las universidades colombia-nas ya los han adoptado para el pregrado desde hace varias décadas. Un crédito se defi-ne como 48 horas de trabajo académico del estudiante y éste no debería estudiar en promedio más de 48 ho-ras semanales, teniendo en cuenta el tiempo de las clases y el tiempo de estudio fuera de clase, lo cual equivale a 8 horas diarias de trabajo, du-rante 6 días a la semana. En tal caso, un plan de estudios no debe contemplar más de 16 créditos por semestre y el número máximo de créditos adoptado para el pregrado es 160 (16 créditos por 10 semestres). Obviamente ha-brá otros programas como Veterinaria u Odontología cuyo número de créditos por semestre sea superior a 16 debido a que pueden tener actividades académicas (clí-nicas) que duran más de 16 semanas, y en tal caso supe-ren el tope de 160.

Con estas medidas se in-tenta racionalizar la intensi-dad de los planes de estudio, usualmente recargados de asignaturas, y flexibilizarlos en el sentido de permitir di-versas rutas de formación pa-ra un estudiante. Esto quie-re decir que, un programa puede determinar cuántos créditos debe completar un estudiante según su elección entre un conjunto de asigna-turas en el ciclo básico como en el profesional.

Es importante aclarar que la duración de los pre-grados seguirá siendo la mis-ma: 4, 5 ó 6 años como el caso de Medicina; lo que signifi-ca que la calidad no “se está

La Reforma Académica de la UN

Documento preparado por Vicerrectoría Académica.

El desafío de democratizar el conocimiento

contribuir al desarrollo

y

Guillermo Flórez P.A partir del 16 de enero se concluirán las actividades académicas del segundo semestre de 2005 en la Sede Bogotá.

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reduciendo o sacrificando”, como muchos afirman. So-bre esto último vale la pena hacerse la siguiente reflexión: la calidad no depende única y exclusivamente del número de asignaturas ni de créditos, sino de la calidad de los es-tudiantes, garantizada por el examen de admisión, y de la idoneidad de los profesores, respaldada por los concursos de méritos académicos como el “2017”, que exige el título de doctorado como condi-ción de ingreso a la carrera docente en la Universidad y por un Estatuto Docente ri-guroso, como es el caso del Acuerdo 016 de 2005 en el que se establecen unos nive-les de producción razonables y se demanda una buena do-cencia para que un profesor se promocione de una cate-goría a otra.

Hacia una Universidad de doctorados

La adaptación de la uni-versidad a la sociedad del conocimiento solo depende de la capacidad investigativa que la institución pueda de-sarrollar. Sin investigación no hay universidad.

No se trata únicamen-te de impulsar programas y proyectos de investigación en temas o problemas estratégi-cos para el país. Se necesita darle una institucionalidad que sostenga en el largo pla-zo este esfuerzo. La Universi-dad Nacional solo cuenta con 134 grupos reconocidos en el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología de los cuales, 36 son clase A, 30 categoría B y 30 grupos en la C, del total de los 479 existentes en la UN. Y solo cuenta con 25 programas doctorales en el nivel nacional.

Con la creación de la Vi-cerrectoría de Investigacio-nes, en desarrollo de la Re-forma, la Universidad está es-tableciendo las condiciones institucionales con las cuales está apostando a consolidar los grupos de investigación y a duplicar el número de doctorados para los próxi-mos años.

Sin embargo, la Vice-rrectoría no es el único re-curso que institucionalmente tiene una universidad para consolidar la investigación. Es imprescindible conectarla con los posgrados, particu-larmente con las maestrías y, sobre todo, con los doctora-dos. Solo en las universidades que cuentan con programas doctorales y estudiantes en investigación doctoral, se tie-nen posibilidades de consoli-dar el conocimiento existente o producir nuevo. En cuanto a los grupos de investigación el reto es promover la asocia-ción e interdisciplinariedad entre ellos.

No hay duda de que la Reforma de la Universidad Nacional impulsa la creación y el desarrollo de nuevos pro-gramas doctorales y la con-solidación de los existentes, como una apuesta al futuro.

Por otra parte, uno de los propósitos de que la UN sea la universidad de los doctorados es aprovechar el carácter nacional de la insti-tución que cuenta con siete campus, cuatro grandes se-des (Bogotá, Medellín, Palmi-ra y Manizales) y otras tres de presencia nacional (Leticia, Sede Amazonia; Arauca, Se-

de Orinoquia, y San Andrés, Sede Caribe), para contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación superior del país, aumentando la oferta y cobertura de formación de profesores universitarios de otras instituciones públicas y privadas.

A su vez, la posición frente al fortalecimiento de la universidad pública coin-cide con una declaración de la última reunión de rectores de megauniversidades públi-cas de América Latina (una iniciativa de la Universidad Nacional de México a la que adhirió la UN hace algunos años), en la que protestó, an-te los jefes de Estado de los países iberoamericanos, por-que la baja inversión en edu-cación pública superior en universidades como ésta, y la reducción de fondos esta-tales para financiar la inves-tigación científica, entraña un grave riesgo para nuestra sociedad, que así difícilmen-

te podrá sobrevivir, en condi-ciones de soberanía, en el si-glo XXI. Como acción afirma-tiva, en la misma reunión se suscribió un convenio multi-lateral de movilidad, para los estudiantes de doctorado de todas las megauniversidades adherentes.

El factor crucial

El proyecto de Refor-ma tiene un soporte crucial: la incorporación de nuevos profesores que, por su nivel de formación y contribución académica, les permitan a los estudiantes de la Universidad Nacional estar al tanto de los más recientes y novedosos desarrollos académicos.

Esa fue la filosofía que inspiró la convocatoria del Concurso 2017, en la que se condiciona el ingreso de docentes e investigadores a poseer formación docto-ral. Se presentaron más de 4.000 candidatos de más de

40 países. Como resultado ingresaron a la Universidad 154 doctores, que entrarán a complementar el trabajo de los profesores actuales en la formación de los estudiantes del pregrado y los posgrados. Este es, sin duda, uno de los más audaces esfuerzos por fortalecer la universidad pú-blica. El conocimiento de docentes e investigadores de nivel doctoral, solo puede producir estudiantes mejor formados.

Esa decisión tiene un precio. El ingreso de los nue-vos profesores solo puede producirse a costa de los que en la universidad se han reza-gado. La Universidad no pue-de mantener docentes que no contribuyan a mejorar la calidad de los estudiantes, ni el alcance de los programas académicos. La Universidad Nacional, como el conjun-to de las otras instituciones de su nivel, debe propiciar la actualización permanen-

te de su planta profesoral. A mejores profesores, mejores estudiantes. Es un principio que no se puede negar.

Ese ha sido el esfuer-zo reformador en que se ha comprometido la Universi-dad Nacional. Un esfuerzo que no es producto de esta administración, sino que es el resultado de muchas ac-ciones de administraciones anteriores que avanzaron en distintas direcciones con el propósito de mejorar la Ins-titución y, más precisamente, de fortalecer la universidad pública.

En efecto, la actual Re-forma se enmarca en una tra-dición de reflexión y cambio que ha sido el hilo conductor de la historia de la UN des-de su fundación. Como to-do proyecto académico, éste no puede ser ni enteramen-te perfecto ni enteramente errado. Lo que no se puede negar sin faltar a la verdad es que esta Reforma está inspi-rada en la reivindicación del carácter público y nacional de la Universidad Nacional. La Reforma es un mecanis-mo audaz para blindar la Universidad contra quienes la desprecian como proyecto público creado para demo-cratizar el conocimiento.

Quizá uno de los ele-mentos más relevantes es que la Reforma ha vuelto a poner a la Universidad Nacional en el centro del debate acadé-mico e intelectual del país. La Reforma ya no solo se discute y se desarrolla en esta institu-ción, cruzó sus propias fron-teras: muchas instituciones de educación superior están en serio proceso de reflexión motivado por los cambios en la UN. La Reforma puso a pensar al país sobre el tipo de universidad que se necesita. Es la manifestación más clara de la manera como la univer-sidad vuelve a enlazarse con la sociedad. Ese solo hecho defiende y justifica el carác-ter público que tiene y debe seguir teniendo la Universi-dad Nacional de Colombia.

Durante los últimos tres años se ha promovido una reforma académica que no se plantea como el proyecto de la Universidad sino como un proyecto académico, científico e institucional.

Especial Universidad

En los últimos meses el conjunto de la Universidad y especialmente sus unidades académicas básicas estuvieron inmersas en un proceso de discusión de la reforma curricular.

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El 2005 será tristemente recordado como el año de una profunda crisis institucional en la UN, pero también mar-ca paradójicamente 20 años de una intensa y continua pre-ocupación por diversos temas relacionados con la calidad de la educación que se ofrece en esta institución. Entre 1985 y 2005, en diversas rectorías, se han realizado numerosos estu-dios, diagnósticos y propuestas de reforma sobre distintas di-mensiones de lo académico. En 1985 se realizó el Diagnóstico para una reforma académica y administrativa de la Universi-dad Nacional, (primera recto-ría de Marco Palacios), estudio que sirvió de referente para la llamada “reforma Mockus” (Acuerdo 14 de 1990). Los prin-cipales contenidos de estas propuestas han sido publica-dos en Transformación social y transformación de la Universi-dad. Las reformas académicas de 1965 y 1989, vols. 1 y 2, 2001.

El estamento profesoral, reunido en el IV Congreso de Profesores UN (1999), propu-so diversos lineamientos de política universitaria, publi-cados en UN Proyecto Públi-co. Debates. También, durante la administración de Víctor Manuel Moncayo se impul-saron diversas propuestas de reforma académica, de au-toevaluación de programas curriculares y de acreditación internacional de sus progra-mas (ver Autoevaluación de programas curriculares: con-ceptos y procesos, 2002; y Re-forma Académica. Documen-tos. 2002). Los documentos de autoevaluación de los progra-mas curriculares de pregrado y posgrado constituyen la más valiosa fuente de información sobre la calidad y pertinen-cia de la formación ofrecida. Ésta ha sido sistematizada y

analizada en el documento Problemas curriculares y pe-dagógicos del pregrado en la UN, de la Dirección Nacional de Programas Curriculares, 2003. Finalmente, el Acuerdo 37 de 2005 cierra este ciclo intenso de estudios y pro-puestas de reforma académi-ca en la UN.

Es necesario, sin em-bargo, preguntarse por la eficacia práctica –o capaci-dad transformadora– de este gran volumen de producción intelectual sobre la calidad de la educación que se ofre-ce en la UN. Si se compara el diagnóstico realizado en 1985 con el análisis de las autoevaluaciones de progra-mas curriculares de 2003, el resultado es que su eficacia ha sido prácticamente nula. En 1985, el diagnóstico cita-

do planteaba que los progra-mas curriculares eran enci-clopédicos, conformados por gran número de asignaturas, en un contexto de inflexibili-dad curricular y de predomi-nio del modelo oral-frontal de “dictar” clase a un con-junto pasivo de estudiantes, con escasas oportunidades de autonomía y creatividad en el proceso de aprendizaje (UN, 1985: 57). Estos mismos pro-blemas reaparecen, 18 años más tarde, en las autoevalua-ciones de programas curricu-lares (DNPC, 2003). Las que pueden sintetizarse en los si-guientes puntos:

1. Concepción del pregra-do como etapa o nivel “termi-nal” de educación. El pregrado es todavía concebido, en mu-chas carreras, como la única y última oportunidad de educa-

ción de los jóvenes, en lugar de ser visto como una de las varias etapas, niveles y ciclos de edu-cación y calificación continuas requeridas por el rápido ritmo de cambio –y obsolescencia– en el conocimiento, y por las profundas transformaciones en la estructura ocupacional, en el mercado de trabajo y en la naturaleza de profesiones y disciplinas.

Otro importante factor, comúnmente ignorado en los programas curriculares, es la devaluación del pregrado en el mercado de trabajo. La du-ración del pregrado no deter-mina las oportunidades de trabajo. La mayor parte de las oportunidades laborales para egresados de las disciplinas se encuentra en el trabajo académico en las universida-des, para el cual el pregrado

ya no tiene ningún valor pues el requisito mínimo de ingre-so es actualmente posgrados y, cada vez más, doctorados. En las licitaciones, concursos, convocatorias, nacionales e internacionales, de investi-gación, consultorías y aseso-rías, se requiere acreditación de maestría o doctorado para poder concursar. Además, en el desempeño ocupacional a mediano y largo plazo, en disciplinas y profesiones, es clara la necesidad de pos-grados, especializaciones y oportunidades de califica-ción continuas.

Es entonces un burdo engaño al estudiante prome-terle mayor calidad y desa-rrollo profesional con pre-grados largos, generalmente atiborrados de asignaturas (principal factor que explica

Víctor Manuel Gómez Instituto de Investigación

en Educación, Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de

Colombia.

Dos décadas de atraso educativo en la UN

1985-2005Durante los últimos 20 años han sido varios los intentos de reforma al modelo de formación en la Universidad Nacional, sin embargo respuestas conservadoras han mantenido en lo fundamental una tradición propia de los años sesenta, en la que se creía que los profesionales debían ser especializados en una sola área.

Especial Universidad

Guillermo Flórez P.Con el actual modelo académico “asignaturista”, el estudiante se ha convertido en un sujeto sin autonomía ni creatividad en el proceso de aprendizaje.

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la duración, y modelo de edu-cación como acumulación de información). Este engaño es común en instituciones pri-vadas pues les permite cobrar durante un mayor espacio de tiempo. Pero es inaceptable en instituciones públicas. En éstas, financiadas por el gasto público social, se exige racionalidad y eficiencia en el uso de estos recursos. No da lo mismo, desde la perspec-tiva del gasto público, finan-ciar carreras de cuatro o cin-co años, si no existen sólidas justificaciones de la mayor duración. En ingenierías, por ejemplo, el promedio de asig-naturas de pregrado es de 52, siendo solo de 32 a 36 en Es-tados Unidos y Europa. Igual comparación puede hacerse con el número de créditos.

La discusión entonces es si esa justificación existe o si es sólo una “ideología” pa-ra mantener el statu quo, pa-ra que nada cambie, para que los mismos sigan dando los mismos cursos, tal vez inne-cesarios pero que garantizan su carga docente. La calidad de la educación no depende de su duración sino de sus prácticas pedagógicas, de lo cualitativo, de lo que no se puede expresar ni medir en créditos ni en semestres ni en número de asignaturas.

La prolongación del tiempo de los estudios tiene, además, importantes impli-caciones económicas debi-do a altos sobrecostos (77% anual en muchas carreras), lo que incrementa significativa-mente el costo de cada gra-duado y deteriora los indica-dores de eficiencia interna de la UN respecto a los de otras universidades públicas.

El exceso de asignatu-ras y la larga duración de las carreras, o su actual equi-valente en créditos según el Acuerdo 37, no garantiza ni la calidad ni la pertinencia de la educación ofrecida, por varias razones:

a. La calidad de la for-mación no depende de la cantidad de información aprendida sino del desarro-llo de competencias gene-

rales de conceptualización, abstracción, investigación y aprendizaje continuo, en ca-da campo de formación.

b. Un número conside-rable de asignaturas son in-cluidas en programas curri-culares por diversas razones endogámicas e inerciales, co-mo la preservación de cursos dictados por determinados docentes, la continuación de la tradición, supuestos sub-jetivos sobre el mercado de trabajo, etc. Por otra parte, una rigurosa evaluación cu-rricular externa revelaría un alto grado de redundancia entre algunas asignaturas y en muchos contenidos entre diversas asignaturas.

c. La pertinencia de la formación es tanto mayor cuanto más generalizable y adaptable sea frente a los rá-pidos cambios en el conoci-miento y en la estructura de oportunidades laborales. De manera contraria, la forma-ción de pregrado, altamente especializada y estrechamen-te monodisciplinaria no faci-lita la adaptación laboral ni los cambios en opciones de formación y ocupación que son cada vez más frecuentes en estudiantes y egresados.

d. Es necesario interro-garse por el sentido forma-tivo de una alta intensidad de asignaturas por semestre (5 a 7), lo que implica un al-to grado de fragmentación y dispersión de la experiencia educativa, con efectos nega-tivos sobre la integración del conocimiento, la capacidad de síntesis y la posibilidad de trabajo autónomo e indepen-diente del estudiante. ¿A qué hora piensa, integra, formula, investiga y genera proyectos intelectuales, el estudiante sometido a 5 ó 7 asignaturas por semestre?

2. Problemas en la co-municación pedagógica. Uno de los principales pro-pósitos de la Reforma Acadé-mica de 1990 (Acuerdo 14), al postular el principio de las “pedagogías intensivas” y al ampliar las opciones de asignaturas electivas, fue fo-mentar el trabajo académi-

co autónomo del estudiante, reduciendo la presencialidad pasiva e intensificando la re-lación tutorial del docente. Se esperaba así generar una nueva relación del estudian-te con el conocimiento, de mayor responsabilidad, com-promiso, creatividad e inte-rés personal, en lugar de la tradicional relación pasiva, repetitiva y poco creativa.

A 15 años de esta pro-puesta académico-pedagógi-ca es muy escaso y limitado su efecto sobre la calidad de la comunicación pedagógica en la UN. En los documentos de autoevaluación se eviden-cian numerosas críticas a:

• La alta intensidad de tra-bajo presencial requerido en muchas carreras.

• El mencionado exceso de asignaturas por semestre.

• Prácticas de evaluación centradas en la reproducción y repetición de lo “dictado” por el profesor.

• Predominio de quiz so-bre trabajos creativos.

• Prácticas de laborato-rio también centradas en la repetición fiel de fórmulas, protocolos o ensayos.

• Prácticas comunicati-vas limitadas a la exposición oral-frontal del docente que “dicta” clase.

• Dificultades de acceder a bibliografía actualizada, lo que limita el conocimiento a lo disponible en fotocopias.

• La todavía escasa utiliza-ción pedagógica de las nue-vas tecnologías de comunica-ción e información.

3. Oferta de formación monodisciplinaria. Otra im-portante característica de la oferta curricular en la UN es el carácter marcadamen-te monodisciplinario de sus programas de pregrado, con el propósito principal de re-producción de determinadas tradiciones y saberes discipli-narios. Es escasa y limitada la comunicación e hibridación entre diversas disciplinas, aun entre aquellas que com-parten tradiciones intelec-

tuales y objetos de estudio, como es el caso de las cien-cias sociales en la Facultad de Ciencias Humanas.

Esta Facultad –carente de proyecto interdisciplina-rio– se limita a administrar diversos programas mono-disciplinarios y aislados entre sí; en áreas como Sociología, Historia, Geografía, Trabajo Social, Antropología y Psico-logía, se priva al estudiante de la necesaria comprensión interdisciplinaria de la ma-triz intelectual común de las ciencias sociales. Otros sabe-res también pertenecientes a esta matriz como Economía, Administración y Ciencias Políticas son ofrecidos de manera aislada y monodis-ciplinaria en otras faculta-des. Una importante conse-cuencia es la fragmentación y debilitamiento del campo intelectual de las ciencias so-ciales en la UN y una forma-ción limitada y autorreferida a cada tradición disciplinar.

Situaciones similares se encuentran también en in-genierías, ciencias naturales y ciencias de la salud. En el caso de la primera, sus di-versas especialidades no son sino aplicaciones específicas de un conjunto general de fundamentos conceptuales y metodológicos que confor-man las ciencias técnicas. En las ciencias naturales es clara la estrecha interdependencia existente entre Física, Quími-ca y Biología, lo que señala la necesidad de mayor hibrida-ción interdisciplinaria en la formación de pregrado.

En el contexto de la Uni-versidad Nacional, pueden señalarse dos principales obstáculos a la interdiscipli-nariedad. El primero, es con-secuencia de la organización académica predominante: los programas de formación es-tán adscritos a departamen-tos, usualmente monodisci-plinarios, de tal manera que departamento equivale a una carrera y la función de ésta es la reproducción de aquél. Son necesarias nuevas moda-lidades de organización de los programas de formación, con

responsabilidades comparti-das entre diversos departa-mentos o disciplinas afines y complementarias. La segun-da, es la ya señalada concep-ción del pregrado como etapa o nivel terminal de formación, concepción que refuerza el carácter mono-disciplinario de la formación ofrecida.

Los temas anteriores revelan grandes problemas y carencias de calidad y perti-nencia en la educación ofre-cida en la UN, situación que ha cambiado poco en los últi-mos 20 años, a pesar del gran volumen de debates, estudios y propuestas de reformas. Frente a la gravedad e impor-tancia de estos problemas es claro que el actual Acuerdo 37, mal llamado de “Reforma Académica”, es totalmente in-suficiente e ignora problemas y carencias de gran importan-cia. Representa sólo un tími-do avance en la definición de los niveles de formación, en la flexibilización de requisitos de grado y en la necesaria inserción de la UN a la mé-trica curricular internacional-mente establecida desde hace más de 40 años.

Las propuestas iniciales de reforma académica (Li-neamientos curriculares pa-ra una reforma del pregrado y del Acuerdo 14 de 1990, DNPC, 2004) fueron de ma-yor ambición y envergadura. Proponían un núcleo común de formación en grandes áreas del conocimiento e in-greso a estas áreas, en lugar de ingreso a monodiscipli-nas, con el fin de estimular la formación interdisciplinaria, en consonancia con reformas curriculares similares en mu-chas universidades del mun-do, incluyendo algunas en este país. Proponía también criterios de flexibilidad curri-cular orientados a fomentar la mayor autonomía del estu-diante en la escogencia de su perfil de formación y a supe-rar la concepción obsoleta de que el proceso educativo se organiza según una secuen-cia predeterminada de asig-naturas (o “asignaturismo” como criterio de definición curricular). La propuesta de 4+1 (cuatro años de pregrado más uno de especialización con el mismo costo de ma-trícula) constituía una solu-ción creativa a la necesidad de reducir la larga e inne-cesaria duración del pregra-do y ofrecer un mayor nivel de calificación, en el mismo tiempo en que solo se alcan-za –nominalmente– el título de pregrado.

Éstas y otras propuestas de reforma fueron intensa y extensamente discutidas en departamentos, facultades y consejos, y fueron reducidas a un mínimo común deno-minador: la mal llamada “re-forma” del Acuerdo 37, actual piedra de escándalo y pretex-to de bloqueo violento de la UN. De esta manera se cie-rran dos décadas de reformas académicas frustradas, de in-tentos tímidos e insuficientes para modernizar el proceso educativo en la Institución. Dos décadas perdidas al con-servadurismo curricular y pedagógico, dos décadas de atraso educativo en las que se ha demostrado claramente la ineficacia e incompetencia del actual sistema de gobier-no y toma de decisiones en la UN. ¿Es “más de lo mismo” lo que nos espera?

Nelson Nieto.Una de las críticas a las pedagogías en ciencias naturales va dirigida a las prácticas de laboratorio, centradas en la repetición fiel de fórmulas y ensayos, que impiden una relación responsable del estudiante con el conocimiento.

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El Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia, reunido en sesión ordinaria durante los días 6 y 7 de diciembre de 2005, después de considerar amplia y dete-nidamente la situación actual de la Universidad y especial-mente las circunstancias que condujeron a la medida de la suspensión de actividades en la Sede Bogotá el pasado 28 de noviembre, de evaluar el impacto de la misma y de coincidir en que es prioritario encontrarle salidas viables a esta crisis, lo que supone entre otras cosas la definición de criterios, espacios y mecanis-mos que garanticen el retorno a la normalidad académica sin menoscabo de los principios, naturaleza e institucionalidad de la Universidad, se permite hacer el siguiente pronuncia-miento a la comunidad uni-versitaria y la ciudadanía en general.

1. La suspensión de ac-tividades docentes en la Sede Bogotá y su consiguiente re-programación a partir del 16 de enero de 2006 para concluir el semestre II-2005, configura una situación en extremo de-plorable para la Universidad, de una parte por sus impli-caciones académicas, finan-cieras, operativas y de con-vivencia interna en relación con el quehacer de todos sus miembros en el logro de sus fines misionales y, de otra, por su incalculable costo social. Por tal razón, es imperativo para las instancias superiores de la Universidad, en primer lugar, así como para todos sus estamentos y cada uno de los miembros de la comunidad universitaria, asumir respon-sablemente el compromiso de realizar todos los esfuerzos necesarios con miras a la re-apertura de la Sede, el resta-blecimiento de la normalidad académica y la recuperación del ambiente indispensable para adelantar las activida-des normales, así como las discusiones y reflexiones que reclaman distintas voces en la Universidad. En lo que res-pecta al Consejo Académico, no sólo estamos dispuestos a ese compromiso sino esta-mos ya en pleno desarrollo del mismo.

2. La situación des-crita amerita una mayor puntualización, con ma-yor razón en tanto que los componentes que la definen siguen presentes y se entre-cruzan con perspectivas de corto y mediano plazo que responden a intereses muy diversos, internos y externos, académico-institucionales y políticos. Por eso creemos conveniente subrayar que la dolorosa y costosa medida de la suspensión de activi-dades docentes en la Sede Bogotá fue, aunque parezca paradójico decirlo, la más prudente posible, dadas las circunstancias que la rodea-ron y motivaron. En efecto, este Consejo quiere llamar la atención de la comunidad universitaria y la ciudadanía en general sobre el hecho de que fueron los bloqueos generalizados a los edificios y demás instalaciones del Campus, promovidos con el fin de interrumpir e impe-dir por la fuerza el normal desempeño de profesores, estudiantes y empleados y el consiguiente clima de zo-zobra, amenazas e intimida-ciones que se generalizó en la Sede, los factores sustan-tivos que obligaron a adop-tar la medida para prevenir que se dieran otros hechos más lamentables e irreversi-bles. Cualquier convocatoria sensata y sincera a concer-tar, dialogar y escuchar para

buscarle salidas a la crisis, independientemente de su origen, no puede soslayar es-te hecho, que muestra inequí-vocamente que el argumento de algunos acerca del carác-ter “pacífico” del movimiento, encubre que internamente se vivió una situación con-traria a los más elementales principios de la convivencia universitaria y la controversia política.

3. En los últimos meses, el conjunto de la Universidad y especialmente sus unidades académicas básicas estuvie-ron inmersos en un proceso de discusión de la reforma curricular que ha sido lidera-do por los comités asesores de los programas curricula-res, ha involucrado en dis-tintos niveles a profesores y estudiantes y el cual, como es apenas natural, no ha estado exento de aportes y críticas. Durante las últimas semanas y sobre todo a raíz de la situa-ción en Bogotá, en la Univer-sidad se han expresado varios sectores críticos y lo han he-cho tanto en forma individual como colectiva (opiniones personales o de grupo, con-ceptos de comités asesores de programas curriculares, consejos de facultad o uni-dades académicas, de sedes e institutos, pronunciamien-tos de claustros, asambleas de profesores, reuniones es-tudiantiles, de representantes de uno y otro estamento, etc.)

y a través de los más diversos medios (cartas, comunica-ciones, declaraciones, docu-mentos, entre otros), lo que ciertamente es indicativo de las legítimas preocupaciones de la comunidad universita-ria acerca de distintos proble-mas de muy diversa natura-leza, que no obstante deben ser identificados y abordados desde una estrategia de forta-lecimiento institucional. En este contexto, las llamadas “asambleas multiestamenta-rias” han canalizado parte de ese ambiente de críticas. Pre-tenden, sin embargo, arrogar-se la representación de toda la comunidad universitaria, han radicado un “pliego de exigencias” ante el Consejo Superior Universitario de al-cances impredecibles, han nombrado una Comisión pa-ra tramitar dichas exigencias y han anunciado su continui-dad para el año entrante.

Frente a este conjunto complejo y heterogéneo de expresiones, críticas y ma-nifestaciones provenientes de la comunidad universi-taria, el Consejo Académico se permite reafirmar, con la mayor consideración y res-peto, lo ya conocido: duran-te estos últimos tres años se ha promovido una reforma académica que no entende-mos como el proyecto de la Universidad, sino como un proyecto académico, científi-co e institucional que ha sido

ampliamente razonado, argu-mentado y discutido y que, en sus lineamientos genera-les, consideramos pertinente y necesario para el futuro de la Universidad y de la Socie-dad a la cual se debe. En el desarrollo de este proyecto académico se han cometido, sin duda, errores como la dis-cusión simultánea de varios temas, lo que contribuyó a que se generaran confusio-nes, desaprovecharan ciertos espacios y oportunidades pa-ra una mayor discusión y que no se hiciera un uso más ade-cuado de la comunicación, entre otros. Todo esto se debe asumir con el compromiso de estar más atentos a las distin-tas voces de la comunidad universitaria y de corregir el rumbo cuando sea razona-blemente necesario. En tal sentido, este Consejo reitera su disposición a la discusión razonada de sus propuestas, políticas y proyectos acadé-micos y exhorta, por ende, a toda la comunidad universi-taria a compartir esta sincera disposición al diálogo, a la discusión, a la corrección, a la construcción colectiva del proyecto académico, a la bús-queda de distintos espacios y mecanismos que faciliten una mayor información, apropia-ción e implementación de las políticas académicas, con lo cual no hacemos cosa dis-tinta que reafirmar principios académicos y racionales uni-versales. Así pues, la reforma académica y demás políticas institucionales pueden y de-ben ser de nuevo discutidas, revisadas y argumentadas, de cara a las comunidades académicas, a sus unidades académicas y facultades, a los profesores y a los estudiantes en general y con el ánimo de que en esas discusiones pre-valezca el peso de los argu-mentos. Por ello, el Consejo Académico saluda y respalda la decisión del Consejo Su-perior de realizar una con-vocatoria general a Claustros en términos que pronto se harán conocidos a la comuni-dad académica y a la opinión pública.

En el propósito de avan-zar hacia un ambiente de dis-cusión racional, registra asi-mismo como positivas las re-

Pronunciamiento ante la situación actual de la

Universidad Nacional de Colombia

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Consejo Académico

Nelson Nieto.Para una sociedad en conflicto, la Universidad debe fortalecer su democracia interna a través del respeto por la opinión de todos, reglas de juego claras y su acatamiento por los jugadores.

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cientes señales enviadas por el Señor Rector de la Univer-sidad, como la derogatoria de las resoluciones sobre el tema de pensiones, su carta al pro-fesorado acerca del asunto de la planta docente en los Insti-tutos y Sedes de Presencia Na-cional y su actitud de diálogo. Sería deseable que también algunos de los voceros más críticos de la Administración contribuyeran a generar un clima de discusión y diálogo libre de presiones innecesa-rias, ya que en la actualidad éste se encuentra saturado de adjetivos y presidido por la distorsión de los hechos.

4. La crisis por la que atraviesa la Universidad y la manera como la resolvamos, ponen a prueba nuestra tra-yectoria histórica y la capa-cidad institucional para avi-zorar el futuro desde nuestra identidad y autonomía, pero sin olvidar que ellas hacen parte sustantiva de la cons-trucción de una sociedad más justa para las nuevas gene-raciones de colombianas y colombianos. Precisamente, por el hecho de ser parte sin-gular de una sociedad desga-rrada por un conflicto secu-lar, que históricamente se ha pretendido “resolver” por vías violentas, la Universidad está obligada a proponer y cons-truir una vía diferente y acor-de con su esencia, por lo cual debe ratificarse en la práctica del libre pensamiento, de la discusión argumentada, de la promoción del conocimiento, la ciencia y la cultura como valores universales irrenun-ciables. Pero no hay duda que esta perspectiva institucional requiere, para su cabal de-sarrollo, de condiciones ele-mentales de respeto por la opinión de todos, de reglas de juego claras y su acatamiento por todos los jugadores, del principio de la diversidad en la unidad, del fortalecimiento institucional y la democracia interna.

5. Nos permitimos en-fatizar que no obstante las circunstancias actuales des-critas, la Universidad Nacio-nal de Colombia mantiene su compromiso responsable con el conocimiento y la so-ciedad colombiana, lo que se concreta en la continuidad de sus programas de forma-ción de profesionales e inves-tigadores y en la producción académica en general, en sus grupos y proyectos de inves-tigación, la divulgación cien-tífica y cultural y su aporte sistemático al análisis y solu-ción de múltiples problemas económicos, sociales, cultu-rales y políticos.

Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, el Consejo Académico:

• Rechaza la práctica de los bloqueos en la Univer-sidad por su esencia antiuni-versitaria, antidemocrática y desinstitucionalizante.

• Respalda la medida de suspensión de actividades en la Sede Bogotá y la repro-gramación del calendario aca-démico adoptada por el Con-sejo Superior Universitario.

• Manifiesta su total disposición a explorar cami-nos como las conversaciones, los espacios de diálogo y los mecanismos que contribuyan a darle una salida realista a la crisis actual.

• Ratifica en lo sustan-tivo las políticas académicas propuestas e implementadas por esta Administración.

• Asume el compro-miso de contribuir a que la discusión de la reforma aca-démica, sus fundamentos, componentes, tiempos y de-más aspectos que generan inquietud en la comunidad universitaria, sean tramitados en los espacios adecuados y con la participación debida de los estamentos.

• Saluda y respalda la decisión del Consejo Supe-rior de convocar a Claustros y, en congruencia, propone a la comunidad universitaria y especialmente a las unida-des académicas básicas, fa-cultades e institutos, adoptar agendas de discusión, con temas y fechas concretos, que permitan la expresión de las opiniones, identificar los puntos fundamentales en de-bate y revisar la propuesta de reforma académica.

• Invita a toda la co-munidad académica a practi-car la controversia razonada y preservar un ambiente de-mocrático en la Universidad, por consiguiente, a aislar y desaprobar éticamente las prácticas intolerantes que pretenden reemplazar los ar-gumentos por las medidas de fuerza.

Original firmado por:

Ramóm Fayad Nafah, Rector; Alexis de Greiff, Vi-cerrector General; Lisímaco Parra París, Vicerrector Aca-démico; Natalia Ruiz Rodgers, Vicerrectora de Investigación; Fernando Viviescas Monsal-ve, Vicerrector Sede Bogotá; Argemiro Echeverri Cano, Vi-cerrector Sede Medellín; Jorge Eduardo Hurtado Gómez, Vi-cerrector Sede Manizales; Ma-ría Sara Mejía Tafur, Vicerrec-tora Sede Palmira. Decanos Sede Bogotá: Fabio Rodrigo Leyva Barón, Agronomía; Fer-nando Montenegro Lizarral-de, Artes; Moisés Wasserman Lerner, Ciencias; Luis Ignacio Aguilar Zambrano, Ciencias Económicas; Germán Arturo Meléndez Acuña, Ciencias Humanas; Adolfo Salamanca Correa, Derecho; Clara Bea-triz Sánchez Herrera, Enfer-mería; Jesús Alberto Delgado, Ingeniería (e); Jaime Gallego Arbeláez, Medicina; Martha Moreno de Sandino, Medicina Veterinaria y Zootecnia; Gla-dys Azucena Núñez Barrera, Odontología. Decanos Sede Medellín: María Clara Eche-verría Ramírez, Arquitectura; Diego Mejía Duque, Ciencias; Julio César Arango Tobón, Ciencias Agropecuarias; Os-car Almario García, Ciencias Humanas y Económicas; Fa-rid Chejne Janna, Minas. De-canos Sede Manizales: Ger-mán Albeiro Castaño Duque, Ciencias y Administración; Gabriel Hernán Barreneche Ramos, Ingeniería y Arqui-tectura. Decanos Sede Pal-mira: Carlos Iván Cardozo Conde, Ciencias Agropecua-rias; Raúl Madriñán Molina, Ingeniería y Administración. Representante Profesoral: Jesús Sigifredo Valencia Ríos. Secretaria del Consejo: Eliza-beth López Rico.

Bogotá, 6 y 7 de diciembre de 2005.

Nelson Nieto.

Guillermo Flórez P.

La permanencia de las sedes de Presencia Nacional (Orinoquia, Amazonia y Caribe) es objeto de discusiones razonadas, promovidas por el rector.

En enero se realizará una convocatoria general a Claustros en condiciones que pronto serán conocidas por la comunidad universitaria.

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Jóvenes

Los helados de fabrica-ción que se hacen en pailas de cobre, retomando la tra-dición de las altas montañas nariñenses, donde los indí-genas extraían el hielo de los nevados Cumbal y Galeras, fue la inspiración del plan de negocios de Paula Andrea Giraldo, egresada de la Uni-versidad Nacional, y Tatia-na Ceballos, de El Bosque, quienes bajo el nombre de Helados de paila de mi pue-blo, rescatan algunos valores de la población autóctona de Colombia.

Al contrario de la tec-nología del refrigerador que funciona con energía eléc-trica y gas freón, los hela-dos de paila solo requieren el movimiento envolvente de la mano de quien los fabrica. El resultado, un producto cien-to por ciento natural, libre de químicos y preservantes, que se elabora en presencia del consumidor y ofrece una apariencia de nevado, dife-rente al helado crema. La es-trategia de mercado propues-ta por las jóvenes empresarias consiste en vender en puntos directos, helados en cono o vaso y en litro o galón, te-niendo la cadena completa de producción y venta, lo cual no requiere de una alta inversión y maneja un efec-tivo diario suficiente para la adquisición de los insumos básicos. Según se desprende de las proyecciones finan-cieras, el negocio alcanzaría su punto de equilibrio en los tres primeros años, generan-do utilidades a los socios a partir del cuarto de iniciada la inversión.

Helados de paila de mi pueblo, con personería ju-rídica limitada y domicilio en la calle 52 con carrera 18 (Bogotá), obtuvo el primer lugar en la categoría empre-sas constituidas, dentro de la Segunda Feria Empresarial y Muestra Estudiantil Sé em-presa, realizada en la Heme-roteca Nacional del 2 al 4 de noviembre.

Soluciones ambientales

Un ingeniero de merca-dos de la Universidad Piloto, un estudiante de nutrición de la Nacional, un ingeniero industrial de la Distrital y un profesional de agroecología de la Unad, se dieron a la tarea de impulsar Bio Procam

Ltda., productora de biofer-tilizantes, abonos orgánicos, acondicionadores de suelo, micorriza arbuscular y pro-teína de lombriz, mediante la utilización de tecnologías controladas de la más alta calidad fitosanitaria. Además de comercializar de forma directa y a gran escala ma-terial susceptible a procesos

de reciclaje, como cartón, metal, papel, vidrio y plásti-co, la propuesta tiene como ventaja competitiva la alian-za estratégica con la Empresa de Servicios Públicos de Fu-sagasugá (Emserfusa), quien les suministrará el material orgánico proveniente de la plaza de mercado de esa ciu-dad sin ningún costo. La ini-ciativa fue la ganadora en la categoría Semilleros, dentro de 25 expositores empresa-rios en el recinto de la Heme-roteca.

“Lo innovador es el pro-ceso de compostaje acelera-do, que mediante el empleo de una planta piloto automa-tizada reduce la descomposi-ción de los residuos orgánicos a solo 21 días, cuando lo nor-mal es entre cuatro y cinco meses”, explica Estyben Pira-chicán, uno de sus gestores. Ya se han hecho las pruebas a escala menor para una pro-

ducción de cuatro toneladas diarias, pero se llevará a una escala industrial que recoja la totalidad de residuos que arroja Fusa, del orden de las 70 toneladas diarias.

Como grupo emprende-dor, aspiran aliarse también al proyecto liderado por la Cámara de Comercio de Bo-gotá, que busca integrar las cadenas productivas orgáni-cas con el fin de complemen-tar la oferta y responder a una oportunidad latente de abastecer los mercados de países desarrollados, con un portafolio que consolide la competitividad de la cadena como estrategia de desarrollo regional.

Creatividad contextualizada

Chocolates finos en una variedad de presentaciones, triciclos ergonómicos para adultos mayores, crema rege-neradora a base de baba de caracol de tierra, producción y comercialización de desin-fectantes y antisépticos para laboratorios, setas comesti-bles libres de químicos, tien-das de productos exóticos y orgánicos, joyería en plastili-na, arroz ecológico, y calzado y accesorios fabricados con

fibras naturales, fueron otros productos y servicios que se mostraron en la feria, auspi-ciada por la Unidad de Em-prendimiento, la Dirección de Bienestar y el Consultorio Empresarial.

“El valor agregado de estas ideas innovadoras se traduce en un mayor interés por la producción orgánica, el aprovechamiento de resi-duos, el uso de tecnologías limpias y el rescate de los valores culturales”, explica Diana Santamaría del grupo estudiantil Gestionar.

“Impacto social, visión estratégica y realismo empre-sarial, se tuvieron en cuenta para la calificación de los pro-yectos”, agrega María de los Ángeles Briceño, directora de la Unidad de Emprendimien-to de la Facultad de Ciencias Económicas. “Desde aquí, canalizamos las iniciativas de los estudiantes y egresados, apoyándolos a través de un proceso de sensibilización, orientación y formación en gestión empresarial y habili-dades emprendedoras, para que además puedan bene-ficiarse de los programas de apoyo públicos y privados”.

Por otra parte, las ferias los conectan con otros miem-

bros de las cadenas producti-vas, como cultivadores, em-presarios, comercializadores y clientes. “Las muestras estudiantiles se constituyen en plataforma para que los jóvenes se acerquen al mun-do real, constituyéndose en un complemento a los fines de docencia, investigación y extensión”, señala Héctor Vi-llamil, director de la División de Promoción Estudiantil.

Desde la Dirección de Bienestar, con el Proyecto Consultorio Empresarial y la Unidad de Gestión de Pro-yectos Estudiantiles, se apoya este tipo de iniciativas, con el fin de “fortalecer la proyec-ción profesional mediante una alternativa ocupacional diferente al empleo, abrien-do espacios de verdadero de-sarrollo profesional”, señala Zulma Camargo. “Para noso-tros como Universidad, como Bienestar, nuestra principal preocupación es propender por la formación de profesio-nales emprendedores, cons-cientes de la responsabilidad de cambiar la realidad”.

A la Feria fueron invi-tadas compañías de finan-ciamiento empresarial, co-mo el Fondo Emprender y la Fundación Corona, así co-mo delegados de Bancoldex, Coomeva y Fomipyme. Para Adriana Chaparro, gerente de la Corporación Plantta, a la Universidad le falta proyec-tarse con sus egresados o no lo hace con la efectividad que se requiere. “En Plantta, en su totalidad egresados de la UN, tenemos claro que para los estudiantes de provincia y profesionales de las univer-sidades públicas sí hay opor-tunidades de crear empresa y de tener gobernabilidad respecto a su inclusión en la sociedad”.

Yolima Suárez Quiroga

Asesora Di-rección de

Bienestar de la Universidad

Nacional.

La preocupación por recuperar la naturaleza, la producción de alimentos orgánicos y la tecnificación de procesos agropecuarios y artesanales, es la tendencia de las ideas producidas por más de 25 jóvenes en la Segunda Feria Empresarial y Muestra Estudiantil Sé empresa.

Si la academia fundamenta al dar los conocimientos teóricos y prácticos, las ferias se constituyen en plataforma para que los jóvenes presenten sus ideas innovadoras y se acerquen al mundo real.

de emprendedoresVitrina

Nelson Nieto.Niños, jóvenes y adultos pueden disfrutar de una nueva forma de helados elaborados artesanalmente y que además resultan muy nutritivos.

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Ciencia

Alrededor de 35 tonela-das mensuales de pigmentos son importados desde Espa-ña, Italia y China para colo-rear azulejos, baldosas, ado-quines y vajillas, entre otros productos; lo que representa una inversión cercana a los US $350 mil ($700 millones) que genera altos costos para la industria cerámica nacional.

Pese al potencial comer-cial de los pigmentos cerámi-cos en Colombia no existe un mercado consolidado en esta área, la cual se encuentra en ascenso, situación que mo-tivó al Grupo de Cerámicos y Vítreos de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, a crear una línea de investigación dedicada a explorar, implementar y ca-racterizar los procesos de fa-bricación de estas materias primas.

Después de tres años, el resultado se traduce en la producción de pigmentos que poseen la misma calidad de los que se comercializan en otras latitudes. “Vemos que este es un nicho intere-sante para generar desarrollo tecnológico y científico; nos ofrece la posibilidad de for-mar a nuestros estudiantes e incidir en la economía na-cional, mediante la produc-ción de conocimiento nuevo”, afirma Óscar Jaime Restrepo Baena, director del grupo.

Negros, rojos, marrones, verdes, azules, amarillos y naranjas, entre otros, hacen parte de los colores produ-cidos en el moderno Labora-torio de Cerámicos y Vítreos, los cuales son en la actuali-dad los más demandados por la industria cerámica nacio-nal. “Aunque los resultados

obtenidos hasta ahora se han realizado a pequeña escala, calculamos que la industria de la construcción podría te-ner un ahorro aproximado al 40% del costo de su impor-tación”, predice el ingeniero mecánico, Sergio Correa.

La óptima proyección de este subsector de la industria cerámica ha sido reconoci-da no solo por Colciencias al ubicar al Grupo de Cerá-micos y Vítreos en la cate-goría C, sino por empresas como Corona, Eurocerámi-ca y Esmalgrés, entre otras, con las cuales se avanza en convenios enfocados hacia la duplicación de los colores importados.

De la oxidación al color

Las materias primas empleadas en la producción de los pigmentos cerámicos desempeñan un papel fun-damental para conseguir diferentes propiedades en su calidad y resistencia. Es-te trabajo se ha desarrollado a partir de materias primas existentes en el país, tales como: óxidos metálicos, de hierro, de aluminio, de zinc y de cromo.

“Con estos productos químicos hemos obtenido pigmentos a través de pro-cesos de síntesis (como cal-cinación o sinterización) que utilizan alta temperatura y otros que se consiguen por vías químicas y a baja tempe-ratura, siendo, en teoría, más económicos debido a que se soportan en un menor con-sumo energético”, comenta el profesor Restrepo.

Así mismo, el grupo tra-baja actualmente en la bús-queda de materias primas pa-ra la producción de pigmen-tos por métodos alternativos,

como la obtención de óxidos de hierro a partir de procesos biotecnológicos (lixiviación con bacterias), avances en donde ha sido trascendental la participación de un equipo interdisciplinario compuesto por docentes y estudiantes de pregrado y posgrado de las ingenierías de Minas, Me-cánica y Química, así como Física.

Luego de estandarizar los procesos de obtención de los pigmentos, algo comple-tamente nuevo en el país, el paso a seguir era su aplica-ción en los productos. En es-ta parte ha sido fundamental la colaboración de empresas cerámicas que ven en este aporte la posibilidad de con-tar con un proveedor nacio-nal con todas las ventajas que ello trae, especialmente en materia económica.

En la Compañía Colom-biana de Cerámica Ltda. (Co-rona), con sede en Medellín, por ejemplo, el grupo ha teni-do la oportunidad de probar los pigmentos, aplicándolos en sus modernas y coloridas vajillas, con un óptimo re-sultado.

Precisamente, uno de los principales retos del Gru-

po de Cerámicas y Vítreos es completar la fabricación de la gama de colores para co-menzar a producir pigmentos cerámicos a mayor escala y con la misma competitividad de los productos importados, según se indica en los estu-dios comparativos realizados hasta el momento.

Matices empresariales

Los resultados satis-factorios en todas las líneas de producción cerámica no solamente le han abierto la posibilidad a la industria de adquirir en un futuro próxi-mo los pigmentos produci-dos por el grupo, sino que además le han permitido a algunos de sus integrantes, conformar su propia empresa de fabricación de pigmentos.

Pigmentos Cerámicos de Colombia (Picercol Ltda.) es el nombre de la recién con-formada empresa por Sergio Correa, Ómar Palacio y Édgar Dávila, egresados de la Sede Medellín pero que permane-cen vinculados a la Línea de Investigación en Cerámicos y Vítreos por sus estudios de posgrado en Ingeniería de Materiales y Procesos.

“Representamos un nue-vo concepto y una alternativa de vanguardia en el mercado de los pigmentos cerámicos con productos regidos por los parámetros internacionales para su producción, dirigi-dos a la industria de revesti-mientos cerámicos y afines, así como a las de cementos, ladrillos, gres, pinturas espe-ciales, entre otras”, menciona Correa, gerente de esta na-ciente empresa que cuenta con el apoyo de la Unidad de Emprendimiento de la Sede Medellín.

Aunque reconocen ser “pequeños” frente a los gran-des fabricantes de pigmentos saben que tienen una gran

ventaja a su favor: ellos com-piten con un producto de ca-lidad para un mercado ciento por ciento nacional. “Nuestro compromiso también no sólo se centra en la comercializa-ción de estos materiales sino que además, gracias a la for-mación que hemos obtenido y continuamos recibiendo dentro del grupo, podemos ofrecerles a nuestros clientes un acompañamiento técnico para mejorar sus aplicacio-nes y hacerlas más producti-vas”, dice por su parte Ómar Palacio, otro de los socios de Picercol Ltda.

Hasta el momento la empresa cuenta con una pro-ducción mensual cercana a una tonelada de pigmentos, la cual ha sido facilitada tan-to a los grandes fabricantes de cerámicas como a la pe-queña y mediana industria, con el interés de que conoz-can el producto, lo prueben y se queden con él.

Diana Manrique Horta Unimedios

El color de la

Pigmentos obtenidos por investigadores del Grupo de Cerámicos y Vítreos la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, contribuirán al desarrollo de la industria cerámica nacional. A diferencia de los materiales importados con un alto costo, los colombianos representarían un ahorro cercano al 40%.

industria cerámica

Negros, rojos, marrones, verdes, azules, amarillos y naranjas, entre otros, hacen parte de los colores producidos en el moderno Laboratorio de Cerámicos y Vítreos, los cuales son en la actualidad los más demandados por la industria cerámica nacional.

Fotografías: Diana Manrique Horta.

El Laboratorio de Cerámicos y Vítreos cuenta con tecnología de punta para medir la calidad del color lo que lo hace altamente competitivo en el ámbito internacional.

El Laboratorio de Cerámicos y Vítreos cuenta con tecnología de punta para la evaluación de la calidad del color.

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Cultura

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Aviso publicitario de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.

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Coyuntura

El volcán Galeras es el centro eruptivo más reciente y actualmente el más activo del Complejo Volcánico del Galeras ubicado en el Depar-tamento de Nariño. Se trata de un estratovolcán1 cuya ci-ma alcanza 4.230 m.s.n.m., y se encuentra ubicado a 8 km de la ciudad de Pasto, en cercanías a otras poblacio-nes y corregimientos que en conjunto suman 400.000 ha-bitantes, expuestos en mayor o menor grado a diferentes amenazas como flujos piro-clásticos2, de lava, de lodo, caída de ceniza y ondas de choque que pueden causar pérdidas humanas y materia-les (véase figura 1).

La evaluación general de la actividad que realiza Ingeominas, permite esta-blecer que el proceso erup-tivo del Galeras que inició a mediados de 2004, no ha concluido. La erupción del pasado 24 de noviembre per-mitió liberar condiciones de presión existentes en el in-terior del volcán y modificó las condiciones del sistema previas a la erupción. Sin em-bargo, el aporte magmático a niveles superficiales aún está actuando y es necesario el seguimiento del fenómeno para establecer su evolución y los posibles escenarios.

Antecedentes

Desde la reactivación del volcán en 1988, el Observato-rio Vulcanológico y Sismoló-gico de Pasto (OVSP) ha ejer-cido una constante vigilancia de su actividad y, aunque en la actualidad no es posible predecir una erupción volcá-nica, la permanente obser-vación de sus características permite establecer niveles de alarma ante cambios en su comportamiento, disminu-yendo el riesgo en el área.

Recientes dataciones radiométricas han ofrecido una edad para la formación de la caldera principal entre 12.850 y 4.520 años, y se han identificado seis erupciones principales que fueron fun-damentalmente de tipo vul-caniano3, produciendo flujos piroclásticos de pequeño volumen y explosiones repe-tidas con expulsión de rocas de diferente tamaño.

La erupción del 27 de agosto de 1936 fue la más im-portante de los últimos 500 años, y se sintió a más de 15 km del volcán, arrojando blo-ques a más de 3 km, y consi-guiendo un flujo piroclástico que bajó por la ladera norte (véase figura 2).

Tras más de 50 años de reposo, el volcán Galeras se reactivó en abril de 1988 ini-ciando con actividad de ga-ses, seguida de una explosión y elevación de una pluma de gas a 200 m. Durante los me-ses de octubre y noviembre

de 1991 ocurrió la forma-ción y emplazamiento de un nuevo domo en el fondo del cráter principal que fue des-truido en 1992, y la ocurren-cia de una pequeña erupción asociada a emisión de gases el 24 de septiembre de 1994. En abril de 1993, noviembre-diciembre de 1993 y marzo de 1995 se registraron tres se-cuencias sísmicas originadas por fracturamiento de roca que desencadenaron situa-ciones de crisis. Las fuentes sismogénicas estuvieron lo-calizadas al norte y noreste, en inmediaciones del edifi-cio volcánico; algunos de los sismos de estas secuencias fueron sentidos en la ciudad de Pasto y en otras poblacio-nes de la zona de influencia del volcán. Estas erupciones han permitido un mejor co-nocimiento de su dinámica soportado en un importante registro instrumental.

Riesgo alrededor del Galeras

Gracias al sigiloso mo-nitoreo de la actividad del volcán por parte del OVSP, se han podido identificar patrones eruptivos posterio-res a la destrucción del do-mo en 1992. Dentro de los más evidentes se encuentran las deformaciones del cono volcánico, la variación en la composición química de los gases y aguas emanadas des-de diferentes fuentes terma-les, así como la presencia de eventos sísmicos de diferen-tes formas como el tremor y los sismos tipo “tornillo”. Estos últimos han sido inter-pretados como eventos que representan un esquema de interacción entre el magma y los fluidos, y han sido una constante predecesora en ca-si todas las erupciones del Galeras (véase figura 3).

Respecto a la actividad más reciente, Ingeominas informa que a partir de ju-nio de 2004 se han obser-vado varias manifestaciones reflejadas por procesos como ascenso de material magmá-tico y apertura y limpieza de conductos (julio-agosto de 2004), erupciones explosivas (11 y 12 de agosto y 21 de noviembre 2004), intrusio-nes de material magmático (septiembre y diciembre de 2004, y abril, agosto y sep-tiembre de 2005). A partir del 30 de octubre de 2005 se inició un periodo de registro de eventos sísmicos tipo “tor-nillo”, además de la ocurren-cia de deformaciones en el edificio volcánico (septiem-

bre-noviembre de 2005) y significativa disminución en los procesos de emisión de gases.

Si bien en este periodo se han presentado eventos sísmicos no volcánicos, prin-cipalmente entre el 19 y el 27 agosto de 2005, seis de ellos con magnitudes locales entre 4.0 y 4.7, que corresponden a sismos muy energéticos en el contexto volcánico, estos pueden estar sugiriendo un rompimiento de material de la corteza terrestre.

De acuerdo con In-geominas, el proceso erupti-vo ocurrido el 24 de noviem-bre pasado, se caracterizó por involucrar los niveles superficiales del sistema vol-cánico, baja explosividad y volúmenes pequeños de ma-teriales emitidos. Según in-

formes dados por habitantes de las poblaciones de Nariño, Genoy, Mapachico y el Cho-rrillo (localizadas al norte y noreste del Galeras), el even-to eruptivo estuvo asociado con reportes de “llamaradas y fogonazos” así como por “bramidos y truenos”. Des-pués del evento, las señales sísmicas tipo “tornillo” han desaparecido y los procesos de emisión de gases son ac-tualmente notorios desde diferentes puntos del cono activo.

La decisión guberna-mental de declarar la zona ale-daña al volcán como zona de desastre, tiene dos elementos estructurales trascendenta-les: el primero, al dejar como precedente que zonas donde existan poblaciones expues-

tas ante amenazas naturales inminentes deberán entrar en un proceso concertado de desplazamiento hacia zonas menos expuestas, garanti-zando la justa evaluación del escenario que contemple la adecuada recuperación de zonas y compense el impacto social, económico y cultural de las poblaciones involucra-das; el segundo, impone la necesidad de mantener una adecuada socialización del fenómeno, generando con-ciencia sobre las amenazas a las que se vería expuesta la población si decidiera re-tornar. De nada serviría que decisiones tan importantes no fueran acompañadas con políticas adecuadas de pre-vención que se mantengan en el tiempo.

Carlos Alberto Vargas Profesor Departamento

de Geociencias de la Fa-cultad de Ciencias de la

Universidad Nacional de Colombia.

1 Volcán cónico formado por superposición de depósitos de lava y materiales piroclásticos. 2 Masas incandescentes formadas por ceniza, gases y fragmentos de roca. Se desplazan pendiente

abajo a altas velocidades (50 km/h -250 km/h) y tienen elevadas temperaturas al momento del depósito (350 ˚C -1000 ˚C). Se producen durante las erupciones explosivas por el colapso de

las columnas eruptivas o por el colapso de un domo de lava. 3 Erupción explosiva donde se involucra lava viscosa, la cual rápidamente se encostra en la superficie. Por lo general, la chimenea del volcán se tapona

con facilidad, y los gases se acumulan saliendo violentamente. Debido al carácter explosivo, la lava se pulveriza, generando procesos donde predominan nubes de cenizas.

una mirada a su historia reciente

Volcán Galeras:

Aunque no es posible predecir con absoluta certeza la erupción del Galeras, el estudio de su estructura y el monitoreo de su actividad pueden facilitar la adopción de medidas preventivas para mitigar los impactos de una catástrofe.

Figura 2. Erupción del 27 de agosto de 1936. Se observa el colapso de la columna hacia el noreste y el flujo piroclástico que produjo (Foto histórica).

Figura 3. Sismograma de evento tipo tornillo del volcán Galeras registrado el 12 de Marzo de 1993. Figura tomada del trabajo “Señales sísmicas tipo tornillo en Galeras y otros volcanes activos”. R. Torres, D. Gómez, A. Ortega y S. Dieter. En las memorias del Primer Simposio Colombiano de Sismología, Bogotá, 2002.

Figura 1.

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Ciudad

En las grandes ciudades del mundo, el espacio pú-blico es importante para la calidad de vida de los ciuda-danos, aunque con el creci-miento poblacional eso cada vez se vea más inalcanzable. Por ejemplo, en Nueva York el espacio es de 32 m2 por habitante, mientras que pa-ra Bogotá el promedio está en 4,75 m2 y sin embargo en los barrios clandestinos de la capital los índices de es-pacio se reducen a 1,3 m2 por individuo, lo cual señala un enorme hacinamiento.

En el marco de la distri-bución responsable y el dere-cho al suelo que desde 2000 está promoviendo el distrito, el Instituto de Hábitat, Ciudad y Territorio de la Universidad Nacional hizo un diagnósti-co urbano para las unidades de planificación zonal (UPZ), una demarcación a medio ca-mino entre barrio y localidad. Bajo la dirección del profesor René Carrasco se identifica-ron deficiencias de espacio que afectan principalmente la vivienda de cada familia, las zonas compartidas, como calles y cuadras, los colegios, las zonas de recreación y la estructura ecológica. Res-pecto a este último punto, el

problema consiste en que al estar ubicados en los cerros, donde nacen las quebradas y las reservas forestales, éstas son invadidas por los habi-tantes que buscan estar cerca del agua para subsistir. Dicha concentración en las orillas interrumpe la continuidad entre las quebradas y el río Bogotá, afectando la flora y la fauna nativas y disminu-yendo el espacio para la re-creación, además de consti-tuirse en áreas de alto riesgo que en temporadas de invier-no sufren deslizamientos.

Según Hilda María He-nao, subdirectora de gestión urbanística del Departamen-to Administrativo de Planea-ción Distrital (Dapd), “este y otros estudios se tuvieron en cuenta en la formulación de cinco UPZ de Usme y opera-ciones para un hábitat digno en Bogotá”, lo que implica disponer de condiciones sa-nitarias, servicios públicos,

seguridad, calidad de los materiales de construcción, comodidad y desarrollo e in-tegración social.

Poner todo en su lugar

La propuesta de la Uni-versidad Nacional busca in-cluir a la población de las lo-calidades de Usme, Usaquén y San Cristóbal a la oferta de transporte de Bogotá; por ejemplo, vías nuevas que

faciliten el desplazamiento rápido y más económico, ac-ceso al sistema de alimenta-dores de Transmilenio y de ciclorrutas que mejoren la movilización, ya que sin ella las personas pueden durar entre dos y tres horas para ir de su vivienda hasta su sitio de trabajo o estudio.

Una travesía como ésta es la que tiene que vivir Es-meralda Cabativua, residente de Usme desde hace 26 años, quien tiene seis hijos, y vive en el barrio La Flora en una casa en obra negra de un piso

con dos habitaciones que le heredó su suegra. Es vende-dora ambulante de tintos y a veces trabaja por días en el norte de la ciudad. Para des-plazarse hasta allá dura dos horas y gasta $4.800 por día, solo en transporte.

Otra problemática del sector donde vive Esmeralda es la falta de vías pavimenta-das y bombillas para el alum-brado público, pues las pan-

dillas juveniles las rompen para robar más fácilmente en las noches, aumentando el peligro de salir a la calle. “Además, el servicio de sa-lud en La Flora es deficiente, no hay equipos ni personal suficiente para atender a la población, sobre todo cuan-do hay una emergencia”, cuenta.

Por lo tanto, generar otros equipamientos como colegios, guarderías, puestos de salud de emergencia, par-ques, zonas para prácticas culturales (teatro, danza, pin-

tura...), para que los habitan-tes puedan acceder sin tener que alejarse mucho de sus vi-viendas, es una prioridad. Lo anterior a través de procesos de reubicación de estos servi-cios dentro de la misma UPZ en edificios de máximo dos pisos, que las entidades mu-nicipales puedan comprar y adecuar o ampliar, cuando solo tengan un piso.

El porcentaje de pisos refleja el ritmo de crecimiento económico de familias líderes y por tanto las más respetadas en su comunidad. La mayoría de las construcciones en Yo-masa y 20 de Julio tienen dos niveles con placa para un ter-cero; en Tesoro y La Flora son comunes las de un piso con placa para el segundo. Veinte de Julio tiene el índice más alto de hogares por vivienda (2,08), lo cual resalta su ven-taja sobre otras UPZ, pues es más atractivo para tomar en arriendo por la cercanía al centro de la ciudad, aunque también deja ver un alto gra-do de hacinamiento.

Los habitantes de los barrios clandestinos cons-tituyen la segunda o terce-ra generación desde que su familia comenzó a emigrar desde otras regiones del país en la década del seten-ta. Compraban los predios a los urbanizadores piratas y comenzaban a construir paulatinamente. Estas nue-vas generaciones son bogo-tanas y sus prioridades están asociadas al ascenso social, mientras que sus padres o abuelos buscan construir más pisos en sus casas cada vez que ahorren algún dinero –lo cual no ocurre muy fre-

cuentemente– para construir así su propia jubilación.

Según el profesor Ca-rrasco, “ellos están excluidos respecto a lo económico y lo cultural, porque los ni-veles de educación llegan máximo a cuarto elemental, como sucede en La Flora y Libertadores. Solamente en San Cristóbal y el 20 de Julio encontramos bachilleres por-que son barrios más antiguos y mejor establecidos que han tenido colegios”. En conclu-sión, la mayoría no maneja competencias para acceder a mejores empleos, ni hay sufi-cientes equipamientos esco-lares que cubran la demanda de cupos.

La construcción de vi-vienda de interés social es otro problema, ya que, como lo expresa Óscar Arcos, sub-gerente de planeación de Me-trovivienda, “existe escasez de suelo para dichos proyectos y poca inversión del estado”.

Para fortalecer la acti-vidad económica se mantu-vieron los sectores que te-nían comercio y se crearon Corredores de Movilidad Lo-cal: vías donde puede pasar transporte público o parti-cular y se instalen negocios. Además, por petición de los habitantes, no se construirán centros comerciales para no atraer gente de otros sectores y no afectar la economía de los negocios familiares.

Ahora todo queda en manos del Dapd así como de los habitantes de las UPZ para incluirlos socialmente en el contexto urbano de Bo-gotá, lo cual costaría $320 mil millones.

Laura Salazar Lingüista

Unimedios

remodelación para el futuro Barrios marginales:La Universidad Nacional diseñó un soporte técnico para el reordenamiento de cinco sectores marginales en Usme, Usaquén y San Cristóbal, con el fin de regular el uso y tratamiento del espacio público, formulado por el Departamento Administrativo de Planeación Distrital y las alcaldías menores.

Por petición de los habitantes, no se construirán centros comerciales para no atraer gente de otros sectores y no afectar la economía de los negocios familiares.

Cristian Martínez.Los habitantes de La Flora desean una universidad para su localidad y mejores servicios en el centro de salud del Sisbén.

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Literatura

Posiblemente, los sacer-dotes franciscanos que en el siglo XVI impartieron las dis-ciplinas clásicas en territorio mexicano –principalmen-te– no imaginaron los valio-sos escritos que sus alumnos más adelantados, indígenas y mestizos, lograrían como pruebas de la adaptación de las técnicas narrativas de la tradición clásica occidental a su propia herencia, y de la apropiación de un espíritu que, autores como Suetonio y Virgilio, dejaron impregna-dos en sus obras. Un patri-monio universal tomado por los aborígenes educados en el latín y recién colonizados, que con el tiempo les servi-ría, no solo para concebir sus propios relatos épicos, sino para mostrar que no existe una sola tradición clásica.

Esta fue una de las prin-cipales tesis que presentó el profesor Andrew Laird, de la Universidad de Warwick, en el conversatorio “La épica de América”, coordinado por la investigadora Carla Bocetti, profesora de la Universidad Nacional. A propósito del tiempo que le tomó su traba-jo y la metodología emplea-da, Laird comentó:

Andrew Laird: La inves-tigación para mi libro tomó alrededor de un año. Sin em-bargo, he escrito artículos so-bre el humanismo mexicano desde 2001, y hay una vida de trabajo que me espera. En cuanto a la metodología es preciso tener en cuenta que los métodos filológicos (tra-ducción, comentario exegéti-co, identificación de fuentes antiguas y renacentistas), son necesarios pero no suficien-tes, ya que el idioma latín asume una nueva identidad en las Américas; no es el mis-mo objeto de investigación, como en el mundo antiguo romano. Aquí, el latín es un segundo idioma de origen europeo y además un ins-trumento y reflejo de varias ideologías.

UN Periódico: ¿Y cómo es posible abordar la investi-gación de este problema que parece rebasar el marco es-trictamente filológico?

AL: Hay que desarro-llar una filología histórica-ideológica para el contexto latinoamericano. Las teorías políticas y poscoloniales me interesan: la obra de Edward Said en particular. Pero no hay que emplear toda la jerga y los neologismos de escri-tores como Gayatri Spívak y otros para cultivar una sensi-bilidad ética o política. Es cla-ve entender que no estamos leyendo la poesía latina de las cortes o palacios ducales, como hacen los estudiosos del humanismo latino de Ita-lia. Las producciones latinas de América –por criollos, in-dígenas y mestizos– indican otros temas y otras realida-des, y es un patrimonio que aún existe.

UNP: Hablemos de al-gunas de esas producciones y las influencias de la tradición clásica que se pueden iden-tificar.

AL: A manera de ejem-plo: El Inca Garcilaso de la Vega en Comentarios reales de los Incas compara a Cuzco con Roma: “Porque el Cuzco en su imperio fue otra Roma en el suyo; y así se puede co-

tejar la una con la otra, por-que se asemejan en las cosas más generosas que tuvieron”. No solo su estilo sino tam-bién sus métodos muestran la influencia de Polibio, Táci-to, Suetonio, entre otros au-tores. Así mismo, Diego Vala-dés, hijo de un conquistador y una mujer que pertenecía a la nobleza tlaxcalteca, autor de la Rhetorica Cristiana, usó el pensamiento y erudición clásicos para interpretar los sistemas indígenas del saber. Cabe agregar que su obra fue la primera escrita por un americano que se editó en Europa en 1579. Un príncipe

de Xaltocán, Pablo Nazareo, tradujo del latín al náhuatl el ciclo de lecciones para el año litúrgico. Es bastante cla-ro que la cultura clásica –no solo el idioma latín– había invadido México sorpren-dentemente poco después de la conquista española.

UNP: Luego, ¿es posible hablar de una tradición clá-sica en territorio americano y en la época colonial?

AL: Una condición para la existencia de una “tradi-ción clásica” (en el sentido fuerte), en cualquier épo-ca es que sobreviva el latín

tanto hablado como escrito. Otra condición es la incor-poración, más o menos es-pontánea, de la antigüedad grecorromana a la corriente dominante de la cultura. Para la mayor parte de la historia latinoamericana moderna, ambos requisitos han sido satisfechos: en primer lugar, el latín floreció hasta fina-les del siglo XVIII, incluso en algunos lugares de América tiempo más tarde. Libros co-legiales, gramáticas, poesía épica y didáctica, elegías y otros escritos están por ser leídos, catalogados e inter-pretados. En segundo lugar,

la civilización grecorromana había invadido la literatura vernácula, el teatro y muchas formas del discurso público.

UNP: Lo cual hace pen-sar que para el siglo XVIII las tradiciones clásicas en Lati-noamérica alcanzaban cierta madurez…

AL: La fama de esta épo-ca como una edad de oro de las letras latinas se basa en las obras de algunos estudiosos y poetas destacados como Die-go José Abad, el veracruzano Francisco Xavier Alegre y el guatemalteco Rafael Landí-var. Sus logros, aunque cu-bren una gran variedad de te-mas y disciplinas, tienen dos rasgos en común: muestran la incorporación de las ideas distintivas de la Iluminación del siglo XVIII y presentan un énfasis en la identidad mexi-cana o americana. Abad, por ejemplo, escribió una épica didáctica en 43 cantos de hexámetros latinos: “Versos heroicos sobre Dios, y sobre Dios como Hombre”, en el que en muchas ocasiones se refiere a “México” y no a la Nueva España. A su vez, Ale-gre es considerado el mayor helenista del país azteca y compuso la Alexandriada, un poema épico sobre la toma de Tiro por Alejandro Magno, que concluye con una loa a México. Finalmente en Lan-dívar –considerado el mayor poeta de su nación– es evi-dente la influencia de Ovidio y Lucrecio, y en su Rusticatio Mexicana el énfasis está en el valor del saber, de las cos-tumbres y de las tradiciones indígenas.

UNP: ¿Su trabajo es una forma de rescatar una tradi-ción ante el mundo académi-co europeo y anglosajón?

AL: Mucha gente en el mundo anglosajón no tiene idea de la profundidad y del cosmopolitismo intelectual de las culturas latinoame-ricanas. No se imagina por ejemplo, que hay una tradi-ción clásica –o tradiciones clásicas–. Si existen deben ser algo de segunda mano desde Europa. Es necesario desafiar tales estereotipos. Así mis-mo espero que los temas de mi investigación sirvan para mostrar que hay un patrimo-nio grecorromano, que exis-te en Latinoamérica con sus rasgos propios. De hecho, ¡no es europeo! Escritores como el mencionado Diego Valadés o los peruanos Blas Valera y el Inca Garcilaso de la Vega, mostraron verdadero orgullo por su identidad americana.

Yino Castellanos Unimedios

al abrigo del olimpoAmérica:La recreación de la cultura clásica en tierras del nuevo mundo influyó decisivamente en la configuración de una épica latinoamericana, revelando la dinámica del acervo grecolatino que, en la pluma de indígenas y mestizos, se transformó en tradición propia, según lo señala el investigador inglés Andrew Laird, en charla con UN Periódico.

Guillermo Flórez P.Andrew Laird sostiene que es posible hablar de una tradición clásica latinoamericana.

Ilustración de la Universidad de México, patrimonio espiritual de los “manitos,” en el que uno de los mayores intelectuales: Carlos de Sigüenza y Góngora dictó matemáticas hacia 1700.

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Cultura

¿Cuántas veces hemos participado en celebraciones en las cuales en medio del merengue, hip hop, rock, re-ggae o dance, aparecen bam-bucos, rajaleñas, joropos, va-llenatos, cumbias, chandés o pasillos? Al oírlos respiramos un aire de patriotismo en el que pocas veces nos pre-guntamos cuál es su origen, quiénes mantienen estos rit-mos como tradición, quiénes construyen los instrumentos musicales, o qué represen-tan para quienes aprenden a componerlos e interpretar-los. Esas canciones que senti-mos como propias, pero que resultan a veces tan lejanas, subvaloradas y desconocidas, son el resultado de profun-dos procesos históricos, es-tán definidas en un territorio, y lejos de ser exóticas consti-tuyen una parte de la identi-dad de quienes las crean y las mantienen vigentes. Siendo expresiones vivas y recreadas permanentemente, hacen parte del rico y diverso patri-monio cultural del país.

Históricamente hemos malentendido el patrimonio cultural y lo referimos exclu-sivamente a las evidencias físicas, materializadas en ar-tefactos, obras de arte, cons-trucciones o monumentos, las cuales han tenido la suerte de contar con presupuestos, programas y proyectos para su protección. Sin embargo, esta cultura material es el re-sultado de procesos, ideas, conocimientos y técnicas que hacen parte de una cul-

tura inmaterial que aunque no podemos tocar, podemos aprender, transmitir y sentir. A diferencia de la protección y conservación que requie-re el patrimonio material, la vigencia del patrimonio in-material conocido también como folclor o cultura tradi-cional, necesita de procesos de apropiación, fortaleci-miento y revitalización que garanticen su transmisión a las futuras generaciones. El patrimonio cultural es en-tonces, la integración de esas expresiones

inmateriales y materiales de la cultura, enraizadas en la historia y en la identidad las poblaciones, y la relación de estas expresiones con el con-texto natural y los espacios en los que se desarrollan.

Si pensamos en cuál es ese patrimonio inmaterial de los colombianos, debe-mos remitirnos a ese univer-so cultural, transmitido de generación en generación, integrado por las tra-diciones orales de nuestra diversidad lingüística, en los

dichos, refranes, arrullos, rondas, décimas, trovas, poe-sías, trabalenguas, retahílas, adivinanzas, acertijos, rezos, fábulas, historias, mitos, le-yendas o cosmologías. Com-puesto también por esa va-riedad de músicas y danzas que van desde el chotis o la mazurca en el archipiélago de San Andrés y Providencia, los pasillos y bambucos de la Región Andina, el joropo de la Orinoquia, hasta el curru-lao del Pacífico.

De ésta también hacen parte la imponderable gas-tronomía, basada en esos sa-beres culinarios que definen claramente las identidades de diferentes regiones del país, con una variada preparación de recetas y alimentos que saboreamos en platos típi-cos, dulces, postres, sopas o bebidas. Los conocimientos y prácticas sobre la naturaleza y el universo que determinan

siembras y cose-chas, velando

por una relación sostenible con el entorno natural. La medicina tradicional viva en llanos, selvas y montañas, así como en algunas zonas urbanas del país, en donde las enfermedades se curan gracias a los conocimientos acerca de las propiedades medicinales de plantas y ani-males, en un contexto ritual y espiritual. La elaboración de objetos, instrumentos, ves-tuarios, construcciones y or-namentación corporal, cuyo valor se encuentra más en los saberes, técnicas, símbolos y representaciones a los que estos deben su existencia, que en los objetos mismos. Las expresiones rituales, es-cénicas, ceremoniales, actos festivos, juegos y deportes que van desde los carnavales en Barranquilla, Pasto o Rio-sucio, las diferentes fiestas de nuestros pueblos, represen-taciones tradicionales como las Cuadrillas de San Mar-tín en el Meta, entre muchos otros.

Encontramos también en el patrimonio inmaterial colombiano las diferentes formas de organización so-cial, jurídica y política pre-sentes en grupos indígenas, afrocolombianos y en el pueblo Rom; por ejemplo, la institución del palabreo Wayuu en La Guajira cuya función, entre otras, es solu-cionar conflictos intraétnicos mediante el diálogo y la ne-

gociación. También, la organización de los

Kuagros, o grupos de edad que, ba-

sados en la solidari-

dad, dinamizan la sociedad y fortalecen la identidad de los habitantes del Palenque de San Basilio en el depar-tamento de Bolívar, recien-temente proclamado por la Unesco, al igual que el Car-naval de Barranquilla, como obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la huma-nidad.

Entre otras 98 expresio-nes amenazadas por la globa-lización y sus procesos aso-ciados de homogeneización y mercantilización, están las fiestas indígenas dedicadas a los muertos en México; La Pa-tum, una celebración pagana vigente desde el medioevo en la ciudad de Berga, Espa-ña; la música tradicional del Maqam en Irak; o la lengua, danza y música del pueblo Garífuna presente en Belice, Honduras, Nicaragua1.

Acciones en Colombia

Gracias a la campaña de sensibilización “Patrimonio inmaterial colombiano, de-muestra quién eres”, finan-ciada por el fondo japonés de la Unesco y desarrollada por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), con el apoyo del Mi-nisterio de Cultura, existe una conciencia creciente sobre la vulnerabilidad de este patri-monio y la necesidad de crear los mecanismos apropiados para su fortalecimiento y pre-servación. Para tal fin, actual-mente se encuentra en trámi-te la ratificación por parte del Estado colombiano a la Con-vención internacional para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial aproba-da por la Unesco en 2003, por lo que este patrimonio contará con marco legislati-vo dirigido a identificarlo, a través del levantamiento de inventarios, y a garantizar su preservación en el tiempo a través de la consolidación de una política pública partici-pativa. Para que esto sea po-sible, es fundamental admitir que el patrimonio cultural inmaterial no es dominio exclusivo del sector cultural sino que su vigencia depende también de la vinculación y compromiso de otras áreas como economía, educación, comercio, salud y turismo.

El concepto de patrimo-nio cultural inmaterial debe hacernos reflexionar sobre la posibilidad que tenemos de aceptarnos como diferentes, y desde la diversidad cultural, el reconocimiento, el respeto y la valoración de esa diferen-cia, repensarnos como país. 1 http://www.unesco.org/culture/intangible-heritage/index.htm

Leonardo Bohórquez Díaz Antropólogo Universidad Na-

cional de Colombia, coordi-nador Patrimonio Inmaterial

en el Instituto Colombiano de Antropología e Historia

(Icanh).

Expresiones de un patrimonio intangibleLenguas, músicas, rituales, formas tradicionales de organización social, danzas y hasta recetas culinarias, hacen parte de un patrimonio que ya no ocupa un lugar importante en el pensamiento y forma de vivir de muchos colombianos. Un inventario de esta cultura inmaterial, elaborado entre la comunidad e instituciones nacionales, permitirá identificar nuestras manifestaciones y hacer un diagnóstico de su estado actual.

Dichos, refranes, arrullos, rondas, décimas, trovas, poesías, trabalenguas, retahílas, adivinanzas, acertijos, rezos, fábulas, historias, mitos, leyendas o cosmologías, nos remiten también al patrimonio inmaterial de los colombianos.

En el universo cultural inmaterial de los colombianos, los saberes culinarios ocupan un delicioso puesto.

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Investigación

Hablando a los demás es como los cristianos evan-gélicos han cumplido “La gran comisión” de predicar el evangelio a todas las na-ciones. Hablando han logra-do expandirse por el mundo, y en Colombia lo han he-cho sobre todo a partir de la Constitución de 1991. Dado que dentro de una conversa-ción la parte no verbal puede ser incluso más decisiva que la verbal, analizarla serviría para descubrir el papel de los gestos en la forma como los cristianos convierten a los no cristianos. Inspirado en ello, Nelson Andrés Molina, estudiante de la maestría en Lingüística de la Universidad Nacional, indaga las estrate-gias narrativas y paralingüís-ticas usadas por los cristianos evangélicos para persuadir.

La comunicación no verbal constituye el 70% de la información más contun-dente que recibe y procesa el cerebro en un diálogo. Pero no hay que perder de vista que al hablar, el discurso de las palabras y el de los gestos son indisociables, ambos se complementan, reafirman o contradicen. Nelson Andrés se centró en dos aspectos: los gestos y el testimonio, que es una narración que el cristia-no hace de hechos “milagro-sos” de su vida para que su interlocutor crea en Dios y se convierta. Aunque algunos de sus hallazgos no se pueden generalizar, lo que descubrió en la “Comunidad cristiana los ungidos de Dios”, muchas veces corresponde a rasgos compartidos por todos.

Herencias gestuales

Mientras saluda son-riente y camina hacia la ta-rima, la figura corpulenta de la pastora Alba Rubi llama la atención de las 50 personas que la esperan en el pequeño recinto, el primer piso de una casa ubicada en el barrio La Camelia. Tres adolescentes ponen a vibrar la batería, la guitarra y el bajo mientras el coro y el público entonan canciones que esperan atra-vesar los cielos. “Renuévame Señor Jesús, pon en mí tu co-razón, todo lo que hay dentro de mí necesita ser cambiado”. La batola blanca y el chal ro-sado de la pastora se mueven al compás de su danza mien-tras realiza movimientos que pocos saben descifrar: eleva los brazos con las palmas ha-cia atrás, luego pone la ma-

no izquierda sobre el vientre mientras sostiene la derecha arriba o exhibe las palmas de sus manos.

Son un buen ejemplo de los gestos que han nacido de la comunicación entre Dios y los sacerdotes y que están guardados en la memoria; muchos existen desde el na-cimiento mismo del cristia-nismo y se hicieron visibles, sobre todo, en las pinturas medievales. Del corpus ana-lizado, el lingüista explica dos que ejemplifican esta re-lación. “Las manos estiradas hacia arriba demuestran que la sierva está recibiendo el poder de Dios como si fuera agua que cae de una cascada, los cuatro dedos largos de ca-da mano están pegados entre sí, esto significa que no deja escapar una ‘gota’ de ese po-der”, explica Nelson Andrés.

Otro, exclusivo de Alba Rubi, consiste en levantar la mano derecha y poner la izquierda sobre el vientre. “La derecha extendida con los dedos juntos y la palma hacia arriba es signo del con-tacto con el poder de Dios, continúa recibiéndolo, o está asumiendo que Dios mismo, desde ella, imparte poder al auditorio. La izquierda so-bre el vientre representa la voluntad. La pastora recoge en su interior el poder que recibe y se dispone a actuar motivada por la voluntad”.

En la ceremonia ocurren otros gestos, mezcla de su-misión y de triunfalismo. “Se explica porque los cristianos están sometidos a Dios, pues él tiene el poder para aca-barlos o vivificarlos pero, al mismo tiempo, son guerreros vencedores porque están con el mejor”. Tras ellos hay “una energía que los guía y les da más vigor, lo comparo con el Kabuki o el No (teatro japo-nés); los cristianos manejan una energía parecida”, asegu-ra Nelson, pero los cristianos no hacen sus movimientos a partir del entrenamiento cor-poral, sino cuando están en trance espiritual.

“Ellos conservan la fuer-za de la retórica. ¿Realmente qué es lo que hacen?: hablar, cantar y bailar. El pastor hace una especie de imitación: ‘¡Es que la fe es lo que importa!; ¡tienes que tener fe porque sin fe tú no vas a llegar a nin-guna parte!, ¿me entiendes?, ¡dilo!’. ‘¡Sííí!’. ‘¡Dilo!’. ‘¡Qué sííí!’. ‘¡Bendito sea Dios!’. ‘¡Sííí!’. Lo acompaña con ges-tos de una fuerza increíble, da golpes con las manos ha-

cia el frente y los lados como si combatiera con enemigos invisibles que están dentro de la persona y luego la va lle-vando con suavidad. Primero te rompe y dice: ‘Has estado mal, has fallado, ¿tiene sen-tido tu vida?’; tú respondes: ‘¡No!, he estado vacío todo este tiempo, ¡ahhhh!’. Y luego te lleva a la calma: ‘debes ser una persona nueva, deja atrás todo lo que eras, el pasado se acabó, Jesús te lo quitó, em-pieza otra vez, eres fuerte’, y comienza el triunfalismo, donde los gestos se asemejan mucho a los de los jugadores de fútbol cuando ganan: las manos abiertas hacia el cielo y la cara sonriente hacia las alturas, giros, abrazos, caer de rodillas, lágrimas”.

Testimonio de cambio

Además, los gestos es-tán articulados a una de las estrategias más eficaces para los cristianos a la hora de reafirmar la fe del creyente y de convencer al no creyen-

te: el testimonio. Esta es una narración que da cuenta de hechos que han cambiado sus vidas.

La vida se divide entre antes y después del hecho; narra un problema que aque-jó al cristiano; cómo reflexio-nó acerca de sí mismo e hizo un alto en el camino para pensar y saber qué hacer. Después viene la claridad dada por Dios de encontrar solución; hay una oración pidiendo ayuda; una acción restauradora en la que el orador emprende, por ins-piración divina, una acción eficaz; finalmente se solucio-na el problema y se concluye con una moraleja.

Entre las estrategias na-rrativas están, por ejemplo, la duplicación, en la que el na-rrador hace sentir al oyente que ha vivido algo similar, y el valor de la verdad, “realmen-te narran milagros. La veraci-dad es un factor clave, pues si no hay convencimiento es imposible transmitirlo”.

Entre más experiencia tenga el narrador, más com-petencias tendrá en el ma-nejo de la estructura y de las estrategias de este género discursivo. “Esto combinado con gestos como cambios de voz, fuerza interior, lágrimas, mirada fija a los ojos, hace que el oyente asuma una participación activa-pasiva, dejándose afectar emocio-nalmente por lo narrado y cambiando de manera gra-dual sus propias creencias”.

El estudio de Nelson se suma a los escasos trabajos que en este sentido se han adelantado desde la lingüís-tica, quizá porque el peso ha estado puesto en las pala-bras. “Lo no verbal nos acerca a aquello que hemos dejado de lado por parecernos obvio, sin embargo comunica sobre nosotros mismos más de lo que pensamos, de hecho está más cerca de la verdad por-que, contrario a las palabras, está en el subconsciente y lo irracional”.

Paula Grisales Unimedios

de los gestosLa persuasión

Los gestos han tendido un lugar central en la misión cristiana de llevar la palabra de Dios y convencer. Un estudio lingüístico analiza las particularidades de la comunicación no verbal en una de estas comunidades.

En la comunicación con Dios intervienen múltiples códigos, en donde las palabras, los gestos y el espacio determinan el significado en la interacción. Cristian Martínez

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Sociedad

Fotografías: Guillermo Flórez P.

Para el mundo de la fe cristiana, la navidad constitu-ye un evento único. Es la cele-bración de un misterio: Dios hecho hombre ha decidido afrontar todas las penurias y goces de su amada criatura. Una tradición que para la cul-tura secular de occidente con-serva rasgos que le confieren cierto estatus ritual, aunque decididamente atravesado por el influjo desacralizador de la modernidad.

Es inabarcable la litera-tura que ha estudiado el fe-nómeno de la secularización de las sociedades modernas y su repercusión en todos los ámbitos de la cultura. Heide-gger, por ejemplo, se refiere a la modernidad no solo como la “época de la imagen del mundo” sino como el mo-mento en “el que el hombre se abre hacia sí mismo”. Tam-bién se ha definido esta época como la de la afirmación de los poderes de este mundo. Pareciera que la sentencia del psicoanalista francés Charles Merman, “los cielos están va-cíos”, cobrara pleno sentido.

Sin embargo, con la re-valoración de los relatos mo-dernos y de su crisis, lo que ha llevado a Lyotard a decla-rar la “condición posmoder-na” de la sociedad occidental contemporánea, el retorno de lo mítico se aloja en las reflexiones de pensadores que como Gianni Vattimo o el arquitecto italiano Gian Do-menico Amendola perciben –especialmente este último en su libro La ciudad posmo-derna– un mundo re-encan-tado en el que el individuo, “militante de sí mismo”, ob-tiene (cuando puede pagarlo) una gratificación sensorial permanente.

Esta situación plantea, a la luz de otros tantos ensayos como el de “El arte de redu-cir cabezas” de Danny Robert Dufour, el lugar de lo ritual en la época de la “esclavitud deseada en la era del capita-lismo total”, como anota el psicoanalista francés. En es-ta medida, si lo ritual, como observa el profesor Fabián Sanabria, se instituye en la

Sentados a la mesa para compartir un sucu-lento pavo relleno –cuando se puede pagar–, son pocos los cristianos que reconocen en los ritos navideños los aspectos sacros de esta fiesta espiritual. Sin embargo, la celebra-ción goza de prestigio social.

cultura para crear un deter-minado orden y dar un lugar a cada cosa, las olas de gente que se lanzan a desocupar las vitrinas navideñas parti-ciparían de una forma social ritualizada en el sentido en que, es en esta época del año y no en otra, que se da tal flu-jo. Es evidente que la ciudad cambia su traje y es ilumi-nada –siguiendo a Amendo-la– como un escenario.

Cabría preguntarse si con la presencia de los sím-bolos que la comunidad re-conoce como navideños y la renovación del tiempo que supone cada ritual, bastaría para hablar de una fiesta es-piritual en la que se busca contactar con lo sagrado. Para el etnopsicólogo barcelonés Joseph Fericgla tal función de lo ritual propia de las comu-nidades tradicionales, es muy difícil de hallar en la sociedad abierta contemporánea.

Es necesario tener en cuenta que los ritos de transi-

ción, por ejemplo, buscan en el individuo activar estructu-ras psicológicas que faciliten el paso de un estado a otro: la primera menstruación –que supone en la mujer el inicio de su vida reproductiva– o la llegada de la adolescencia entre los varones, instaura-da en el grupo con pruebas diseñadas para que el joven demuestre que alcanzó tal etapa. Entre nosotros, afirma Fericgla, se ha querido ven-der la idea que los centros co-merciales serían los nuevos lugares del ritual, olvidando que lo ritual se realiza para propiciar un cambio de es-tado en la propia vida de las personas, mientras el mer-cado busca el efecto exacta-mente contrario: enfatizar en conductas consumistas.

¿Navidad sin Papá Noel?

Una rápida mirada a la ciudad en esta época revela una alteración esperada de

su actividad habitual. Surge así la pregunta por la natu-raleza del sentimiento que cobija a los creyentes-consu-midores que aspiran a formar parte del ágape navideño, advirtiendo, con el filósofo Regis Debray, que lo sagrado no está en el objeto sino en la relación del creyente con és-te, y que claro, esta categoría de suyo compleja, dificulta determinar con certeza si las personas buscan un pretexto para el encuentro con la tra-dición, o con algo realmente significativo para sus vidas de creyentes, o ambas cosas.

Es necesario para una sociedad abierta que, re-cibe todo tipo de flujos de información que inciden en la reelaboración de los ritua-les sociales y por ende en la configuración del orden social (aunque reelaborar un ritual lleva mucho tiempo), administrar a conveniencia aquello que es aceptado co-mo importante. Así mismo, la desacralización del mundo,

deseada incluso por auto-ridades de la iglesia católi-ca como Monseñor Héctor Gutiérrez Pabón, podría ser interpretada como la acep-tación de que la celebración de la navidad es importante porque de entrada propicia la renovación, año tras año, de actividades fundamenta-les para el vínculo social, no necesariamente aunadas al inefable sentimiento religio-so que debiera acompañar-las.

Es así que la comunidad de creyentes termina acep-tando como propios, íconos cuyo origen, función y circu-lación sufren transformacio-nes relacionadas con el con-texto sociocultural de cada época, y luego son reciclados como soporte de una “tra-dición renovada”, de manera que hoy el mercado navideño está dispuesto a ofrecer to-do tipo de artículos capaces de evocar algún sentimiento para la época, pero mejor si produce algo de hilaridad, diversión, y por supuesto, si está bien hecho.

De esta manera tenemos Papá Noel de todos los colo-res, pero sin tocar la espesa barba de la representación del viejo San Nicolás. Así mis-mo, la cena navideña se re-toma de la antigua tradición pagana de “Saturliana”, que se celebraba del 17 al 24 de diciembre en honor a Satur-no, dios de la agricultura. Ca-be agregar que durante esta festividad romana se supri-mían las diferencias sociales en un acto de comunión.

Como esta, muchas celebraciones paganas im-pregnaron el espíritu de la tradición navideña, que se sigue transformando, aun cuando conceptos comple-jos y disímiles como el de “desencantamiento del mun-do”, desmitificación, desri-tualización o desacralización sirvan para caracterizar una fiesta que, ya sea espiritual, social o comercial, o las tres juntas, refiere un momento de socialización del indi-viduo, pues como anota el profesor Sanabria, los ritua-les sirven para saber que no estamos solos en el mundo.

Equipo periodístico Unimedios El espíritu trashumante

navidadde la

Un incremento en las ventas entre el 35% y el 62% es esperado cada navidad por los vendedores bogotanos.

La dinámica social alterada, el cambio de imagen de la ciudad y la celebración de la fecha sirven para renovar un tiempo, que de otra manera sumiría a hombres y mujeres en un hastío insoportable.

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Crónica

¿Qué tienen en común un santo moreno turco con un gordo bonachón nórdi-co? Todo, ya que son el mis-mo personaje; Santa Claus, o Papá Noel, es en realidad San Nicolás. Este personaje fue un obispo turco al que le atribuyeron varios milagros. Quizá el de la reencarnación de tres infantes es el que da forma a la costumbre de en-tregar regalos a los niños en la navidad.

Sin embargo, lo más pe-renne de este santo son sus seguidores, pues gracias a ellos su vida se hizo leyenda luego de varios viajes trans-continentales, especialmente en épocas decembrinas.

El milagro hace la leyenda

Según cuentan los teólo-gos en Bari (Italia), el obispo Nicolás entró a un albergue en algún lugar en Turquía y al darse cuenta de que la carne que servían era de niños, pu-so fin a tal crueldad: reunió sus partes en un barril y debi-do a su fe los resucitó. La his-toria se divulgó rápidamente; contaban que el obispo Ni-colás había devuelto la niñez a esos cuerpos, y por el paso de la tradición oral, la entre-ga de regalos se convirtió en el símbolo por excelencia de “devolver la niñez”.

Otro de los milagros mundialmente conocidos se resume en la narración de un padre muy pobre, quien al no tener la dote para casar a sus tres hijas, decide pros-tituirlas. El obispo, al darse cuenta de tal intención, opta por ayudarlos. Espera a que caiga la noche y les arroja tres bolsas llenas de mone-das por la chimenea. De allí nace la costumbre de colocar los calcetines rojos en este lugar para recibir gustosos los premios a nuestro buen comportamiento.

Con el paso de los siglos y luego de su muerte que al parecer ocurrió entre 342 ó 350 d. C., las historias en tor-no a este personaje aumen-taron y se hicieron cada vez más fantásticas. Pronto, San Nicolás fue acogido como santo de los niños, aunque algunas solteras lo invoca-ban para conseguir marido siguiendo el ejemplo de las tres jovencitas a quienes les entregó las bolsas de mone-das. Quizá fueron los mari-neros los que cargaron sus leyendas como regalos para desembarcarlas por los ma-res que rodean Europa.

Sin embargo, el traslado de sus restos mortales des-de Myra (Turquía) hasta Bari no fue propiamente un rega-lo; los italianos necesitaban abrir una ruta de peregrina-ción hasta la Puglia, región ubicada en el tacón de la bo-ta itálica, cercana a Grecia y

Turquía, por ello enviaron a unos marineros a robar sus reliquias y colocarlos en la actual y muy exquisita Ba-silica di Bari, donde fueron recibidos con pompa y fiesta en mayo de 1087. Esta fue una estrategia de los bareses con el fin de destacar su ciu-dad y hacerla más poderosa económicamente mediante albergues, hosterías y res-taurantes, en torno a las pe-regrinaciones provenientes de toda Europa. Hecho que simultáneamente permitió la llegada de los rusos para compartir el santuario y for-talecerlo como el epicentro de las romerías dedicadas a un turco.

Gracias a la inteligente divulgación de los bareses, San Nicolás comenzó su via-je por Europa, conquistando la fe de los marineros que le atribuían la calma de los mares. Sus leyendas fueron arribando a puertos rusos, donde a principios de siglo X lo convirtieron en santo na-cional, igualmente ocurrió en puertos griegos, alemanes y holandeses. A medida que pi-saba otras tierras, su nombre era ligeramente modificado, en Alemania por ejemplo le llamaban San Nikolaus y en otros países comenzaron a abreviarlo a San Nic, en Ho-landa lo denominaban Sinter klaas y su figura ya para aquel tiempo había cambiado. Su tez morena se había transfor-mado en blanca, sin efectos de la cirugía pero con todo el peso histórico y extático que ya había adquirido; algunos lo denominaban el brujo nór-dico que traía regalos a los

niños buenos y con una vara propinaba algunos golpes, no muy severos, a los malos.

Pero fueron los inmi-grantes holandeses quienes desembarcaron en la nueva Ámsterdam o la actual isla de Manhattan (Estados Unidos) los que entregaron el culto de celebrar el día de San Nicolás el 6 de diciembre, y así todos los habitantes de la Améri-ca del Norte acogieron dicha tradición.

El toque final se lo daría la multinacional de cola, que transformó por completo al personaje. Su mitra obispal fue cambiada por un traje ro-jo y un gorro, y su lugar de residencia pasaría a ser la gé-lida Ártica; continuaba eso sí, profesando su generosidad hacía los niños, recordándo-les su magnífica condición mediante regalos. Estos aho-ra son llevados en un trineo jalado por unos renos, que pese a ser una invención, se legitiman sus nombres a tra-vés de juegos y concursos.

Sin embargo, la fecha fue trasladada al 25 del mismo mes; a mediados del siglo IV, el Papa Julio I aprovechó la cercanía a muchas fiestas del solsticio de invierno que se celebran en la antigüedad, pa-ra incluir ésta en particular.

La historia al español

Continuamos en Euro-pa, se había establecido como fecha de entrega de regalos el 25 de diciembre, San Nicolás también adoptaría el nom-bre de Father Chrismas (Pa-pá Navidad) que ligarían en

tierras americanas al ícono del comercio. Al pasar a Fran-cia fue llamado Père Noël y en España tradujeron solo la mitad del nombre, Papá Noel, siendo este el legado de los países latinoamericanos, en su proceso histórico para adoptar al personaje infalta-ble en la decoración decem-brina que se acompaña con

villancicos. Así nuestra tradi-ción navideña es un cúmulo de tradiciones internacio-nales mezcladas con el paso de los siglos y que hoy son fuertes manifestaciones co-merciales que opacan la ver-dadera historia acerca de la bondad de un obispo turco, cuyo recuerdo está presente en el acto de dar.

Liliana Rocío León Moreno Unimedios

El obispo que se viste

Santa Clausde

¿Qué hace que Italia, el país más católico de Europa, permita celebrar, en una de sus iglesias, misa ortodoxa bajo el mismo techo en que se promulga la religión católica? La respuesta es que las dos vertientes profesan lealtad a San Nicola de Myra, que con el paso de los siglos su figura y nombre fueron transformados al actual ícono de la navidad.

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El actual Papá Noel fue en realidad un hombre moreno turco que durante su obispado tuvo como virtud una generosa devoción hacía los niños.

La misa católica cristiana se celebra en medio de una exquisita muestra de arte donde reposan los restos de San Nicolás.

En el sótano de la Basílica se oficia la tradicional liturgia ortodoxa rusa.

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