Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades - Unidad Temática Espacios Públicos

Liderando el Desarrollo Sostenible de las

Ciudades

Unidad TemáticaEspacios Públicos

Semana 4

Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

Gerente del Sector de Conocimiento y Aprendizaje:

Federico Basañes

Jefe del Instituto Interamericano para el Desarrollo Económico y Social – INDES:

Juan Cristóbal Bonnefoy

Coordinador General del Programa:

José E. Yitani

Equipo del programa:

Ana Haro Alison Elías

Autor:

Santiago Bonifatti

Corrección de estilo y maquetación:

Manthra Comunicación

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Las opiniones expresadas en este video son de los autores y no necesariamente reflejan el punto de vista del Banco Interamericano de Desarrollo, de su Directorio Ejecutivo ni de los países que representa.

Contenido

1. ¿Qué es un espacio público? �� 3

2. El espacio público en la ciudad �� 3

3. Tipología de los espacios públicos �� 4

4. Importancia del espacio público �� 8

5. ¿Cuál es la situación de los espacios públicos en las ciudades de América Latina? �� 9

6. ¿Qué desafíos enfrentan las ciudades en materia de espacios públicos? �� 10

7. ¿Cómo asumen las ciudades estos retos? �� 11

8. Conclusiones �� 12

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Espacios Públicos

Unidad temática: Espacios Públicos

1. ¿Qué es un espacio público?Existen varias definiciones de “espacios públicos”. Ya Aristóteles definió al espacio público, “como ese espacio vital y humanizante donde la sociedad se reúne para compartir sus opiniones, evaluar propuestas y elegir la mejor decisión”. Esta definición se acerca más a la de un espacio político, ya que en él los ciudadanos se encontraban para ejercer sus derechos.

En líneas generales, se puede entender al espacio público como todos aquellos espacios comprendidos, entre que dejamos algún espacio privado, e ingresamos al siguiente espacio privado; es el espacio donde cualquier persona tiene el derecho de circular, en oposición a los espacios privados, donde el paso puede ser restrin-gido, generalmente por criterios de propiedad privada o reserva gubernamental. En otras palabras, todo espacio público es aquel en el que transitamos, andamos, corremos, viajamos y que no co-rresponde a un espacio privado, como una casa, un comercio o una escuela, entre otros.

Si tenemos que elegir una definición concreta de espacio público, cabe considerar la definición de Rosario Palacios (2008: 1), Directo-ra de Asuntos Públicos de la Universidad Católica de Chile, quien explica que los espacios públicos son “aquellos lugares materiales de libre acceso, donde es posible reunirse con otros y desarrollar diversas actividades sin otras prohibiciones que las establecidas por la ley”. Añade, por otro lado, que las ciencias sociales, particu-larmente, la sociología y la filosofía, entienden los espacios públi-cos como la esfera donde las personas, distintas entre sí, concurren y comparten sus diferencias.

2. El espacio público en la ciudadEl tipo de ciudad en el que nos encontremos tendrá una influencia grande en el tipo de espacio público que se termine desarrollan-do. Una breve mirada a los diferentes tipos de ciudad, nos puede ayudar a visualizar este condicionamiento.

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De manera general, se puede decir que hay tres tradiciones en la concepción de la ciudad:

• Ciudades de tradición latina. Se inspiran en la ciudad clásica, la ciudad civil (polis o civitas). La plaza, conocida como ágora, es el lugar de encuentro de los ciudadanos, donde se conversa, negocia y se toman decisiones políticas.

• Ciudades de tradición anglosajona o nórdica. Son más do-mésticas y menos públicas. Están definidas por el recinto de construcciones que la integran (edificios y espacios campestres).

• Ciudades de tradición mixta. Este tipo de ciudad defiende el ámbito privado, pero a la vez posibilita la vida exterior. La plaza pública no tiene la misma importancia que en otras tradiciones, ya que existen otros espacios que promueven la interacción, como el patio de las mezquitas en las ciudades islámicas, por ejemplo.

3. Tipología de los espacios públicosEn cualquier ciudad del mundo, es posible clasificar los espacios públicos en diferentes categorías cuyas características permiten identificarlos e intervenir en ellos de manera adecuada.

• Calles y veredas. El trazado de las calles define el crecimiento de las ciudades con respecto a su forma. Con el pasar del tiem-po, debido a los cambios tecnológicos y las necesidades ur-banas, su estructura se ha transformado. Originalmente, fueron pensadas como espacios peatonales, por lo que eran estrechas y de corta longitud; sin embargo, con la llegada del automóvil a principios del siglo pasado, se desplazó a los peatones a las veredas donde, por tanto, ocurren la mayoría de intercambios sociales entre ciudadanos. De esta manera, su diseño debe con-siderar la comodidad y seguridad de los transeúntes de modo que caminar por ellas sea una experiencia placentera.

• Paseos. Son calles que generan mucha actividad peatonal en un distrito turístico o comercial. Generalmente, se encuentran en los centros urbanos y se caracterizan por una alta densidad de comercios los cuales, a su vez, generan una alta circulación pea-tonal que obstaculiza el tráfico vehicular, ya que desborda los espacios asignados para ello. Por eso, muchas ciudades optan por cerrar estas calles. Un ejemplo es la ciudad de Copenhague que, desde la década de los sesenta, comenzó un proceso de peatonalización en el centro histórico. Esto generó una red de

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paseos peatonales, plazas y parques que convirtieron a Copen-hague en una de las ciudades más peatonales del mundo, lo que atrajo beneficios turísticos, económicos y sociales.

• Plazas. Las plazas son el espacio público más popular. Son es-trictamente urbanas, abiertas y su forma es definida, sea por las calles o los edificios que las rodean. Sirven como escenario de actividades políticas, culturales, sociales y religiosas. En las grandes ciudades, se han convertido en espacios de recreación, descanso y paseo.

• Parques. Son los espacios urbanos más grandes de la ciudad y se diferencian de las plazas por el componente natural, por lo que proveen un ambiente. Generalmente, su gran extensión territorial presenta vegetación, veredas y cuerpos de agua. Re-presentan áreas de recreación, paseo o de retiro.

Muelle del Calderón, Santander (Fuente: imágenes de Google)

(Fuente: imágenes de Google)

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• Jardines. Los jardines son otra forma de espacio público orien-tado a la vegetación. El elemento que diferencia a este espacio de los parques es la expresión de la vegetación, la cual forma parte del diseño y del programa de espacio. La mayoría de estos espacios se convierte en lugares de exhibición de plantas y flores. Dentro de los jardines se encuentran los botánicos, los cuales son muy populares por su gran colorido y variedad de plantas y flores.

• Escalinatas. Son escaleras de gran extensión que sirven como acceso a edificios públicos o conectan dos espacios ubicados en diferentes niveles. Representan un espacio abierto menos común, pero de gran importancia. Debido a su altura, algunas escalinatas son utilizadas como podio para mensajes y protes-tas: son el espacio elegido por la expresión popular.

Escalinatas del Congreso Argentino. Buenos Aires (Fuente: imágenes de Google)

Jardines de Sabatini, Madrid. (Fuente: imágenes de Google)

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• Esquinas. Según William Whyte (1988), las esquinas son los espa-cios urbanos “más increíbles” e importantes de las ciudades ya que, si bien son parte de las veredas, se diferencian de estas por ser puntos de convergencia tanto de calles como de peatones y, de esta manera, aglomeran una gran cantidad de personas.

• Arcadas. Son consideradas parte de las veredas y son pasajes cubiertos por una sucesión de arcos o bóvedas que descansan en columnas. Pertenecen a los edificios, pero, por ser de libre acceso, representan un espacio público.

(Fuente: imágenes de Google)

Rambla del Hotel Provincial de la ciudad de Mar del Plata (Fuente: Turismo Mar del Plata)

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4. Importancia del espacio públicoHoy en día, muchas ciudades del mundo concentran gran parte de sus recursos económicos en mejorar la calidad de vida de sus habitantes. De una manera u otra, todos estos esfuerzos están re-lacionados con los espacios públicos, ya que es evidente que estos influyen de manera significativa en las actividades económicas, so-ciales y culturales de la ciudad.

• Identidad. En algunas ciudades alrededor del mundo, la calidad de los espacios públicos los convierte en íconos que dan iden-tidad a dichas urbes y las diferencian de otras, como el Central Park en Nueva York, la Torre Eiffel en París o la Plaza San Marcos en Venecia. Estos son, además, los lugares más visitados y los favoritos de muchas personas. La Torre Eiffel, por ejemplo, recibe siete millones de visitantes por año.

• Actividad económica. Los espacios públicos generan actividad económica a favor de las ciudades. Por ejemplo, en las urbes mencionadas, estos representan un atractivo turístico que atrae visitantes y, por tanto, fomenta la economía urbana. Además, incrementan el valor de las propiedades que los rodean debido a los beneficios que implican.

• Calidad de vida. La calidad de vida de la ciudad se relaciona di-rectamente con la de los espacios públicos. El Dr. Enrique Peña-losa (2006), ex-Alcalde de Bogotá, manifestó en una conferencia presentada en San Juan de Puerto Rico que “la calidad de vida de la ciudad y sus vecindarios aumenta a medida que la gente se sient[e] segura en sus calles y plazas. Los espacios públicos son ese motor que la gente necesita para ser incentivad[a] a ca-minar por las calles de la ciudad”.

• Igualdad y seguridad. Peñalosa (2006), sobre el trato a las dife-rentes clases sociales y el impacto de esto en la criminalidad: “si la gente siente que es bien tratada y que hay más igualdad y legi-timidad en la organización social, cumplen más las leyes y denun-cian a quienes las violan”. En su ponencia explicó cómo la tasa de crímenes disminuyó desde que se comenzaron a crear más parques en la ciudad. Por otro lado, William Whyte, en Ciudad, redescrubriendo el centro (1988), indica que los vendedores de droga, las prostitutas, los criminales y vagabundos tienden a arrin-conarse en los lugares desiertos y oscuros de las ciudades, por lo que la mejor estrategia para combatir este problema es mejorar la calidad de los espacios públicos y hacerlos más atractivos.

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• Valor ecológico. Los parques, plazas y jardines contribuyen a mejorar la calidad del aire de la ciudad ya que proporcionan oxígeno, así como a la biodiversidad y otros aspectos ecológi-cos pues albergan diferentes especies de animales y pájaros y, muchos, se convierten en pequeños ecosistemas. Además, las plantas filtran los contaminantes del aire y el agua protegen y fertilizan el suelo, regulan la temperatura, aminoran el calenta-miento del planeta y son la base de la cadena alimenticia.

• Valor cultural y social. Los espacios públicos representan un valor cultural y social ya que posibilitan diferentes expresiones artísticas, como festivales, conciertos, exhibiciones, Además, constituyen lugares de encuentro o reunión para ejercer dere-chos ciudadanos, como el de la protesta.

5. ¿Cuál es la situación de los espacios públicos en las ciudades de América Latina?América Latina asume las consecuencias de un tipo de planifica-ción “moderna” que dejó de lado a a las personas y priorizó otro tipo de intereses, como el desarrollo inmobiliario, la vialidad, etcé-tera. Asimismo, los tomadores de decisiones optaron por caminos no del todo viables para el entorno y, por tanto, perjudicaron los ecosistemas; sin embargo, en nombre del progreso, siguieron ade-lante y generaron un daño calculado o estimado.

Lo mismo ocurrió con el espacio público que, de a poco comenzó a ser planificado en función de dichos intereses, según un crite-rio economicista de la distribución del espacio y la obtención de ganancias o renta. De esta manera, en la actualidad, se observan ciudades latinoamericanas donde se han demolido edificios pa-trimoniales, lugares históricos, parques y jardines, para construir carreteras, centros comerciales, parques temáticos, entre otros. Asimismo, cabe mencionar que esta forma de planificar no consi-deró las callecitas bajas, pequeñas, peatonales, que la gente tanto usaba y disfrutaba, y dio paso a las grandes avenidas, un alto trán-sito vehicular, y la construcción de altos edificios.

Por otro lado, la ausencia de infraestructura para peatones y bici-cletas en las ciudades convirtió al automóvil en el medio de trans-porte más óptimo, incluso, para ir a un lugar cercano. En la ciudad de Brasilia, por ejemplo, si no se cuenta con uno, resulta muy difí-cil movilizarse, así como en las ciudades sureñas norteamericanas, donde el clima y las grandes distancias entre un lugar y otro, lo

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hacen indispensable. Sin embargo, en la actualidad, las ciudades aprenden, reconocen sus acciones y no solo se dan cuenta de los errores cometidos, sino que empiezan a enmendarlos mediante intervenciones en los espacios públicos.

En efecto, hoy en día se observa que, en varias ciudades, se recu-peran espacios públicos mediante programas de peatonalización de los centros históricos, entre otros, y que las construcciones los incluyen como parte importante de su infraestructura. De hecho, los desarrolladores inmobiliarios descubrieron que los espacios pú-blicos de calidad incrementan el valor de la propiedad, por lo que hoy apuestan por el diseño de espacios comunes que representen lugares de esparcimiento y disfrute para niños, jóvenes y adultos. Este proceso necesita legislaciones que reviertan las tendencias negativas del pasado y consideren al peatón.

Somos los ciudadanos los que hemos definido que no nos da lo mismo vivir en un tipo de ciudad que en otra, que no es igual atra-vesar malas experiencias diarias para poder tener alguna buena experiencia los fines de semana en un parque lejos de nuestras ca-sas, que preferimos disfrutar más del trabajo y de la vida en familia, que pasarla conduciendo por horas en tráfico interminable y que desearíamos vivir en lugares que nos agraden más.

6. ¿Qué desafíos enfrentan las ciudades en materia de espacios públicos?El primer desafío es evitar replicar un mismo modelo en el diseño de los espacios públicos. No existe un modelo de espacio público sostenible ni reproducible, ni uno prediseñado que se adapte a las necesidades de todas las ciudades, barrios o esquinas, ya que cada uno presenta características y una idiosincrasia propias. De esta manera, es necesario comprender que los espacios públicos se de-ben diseñar pensando en los usuarios y, por tanto, es importante considerar una serie de elementos concretos, o visibles (como la infraestructura, el mobiliario, la accesibilidad, la localización y el patrimonio histórico, entre otros), así como aspectos sociológicos, de percepción y de comportamiento relacionados con los usos y actividades, comodidad, variedad y presencia de elementos natu-rales en dichos espacios.

Por otro lado, el segundo desafío consiste en saber ubicarse en el tiempo y el espacio, y comprender el rol que un espacio públi-co determinado cumple en la comunidad y el entorno. No es lo mismo trabajar sobre la plaza central, ferias, galerías o escalinatas,

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que en pequeños pasajes o esquinas céntricas. Por lo tanto, es necesario que las ciudades planifiquen e intervengan espacios pú-blicos diversos, porque así como en ellas se desarrollan diferentes actividades económicas, culturales y deportivas, también lo hacen diferentes tipos de usuarios, o posibles usuarios, cuya edad, géne-ro e intereses deben ser considerados.

Finalmente, el tercer desafío es entender que la labor de las perso-nas que trabajan en los espacios públicos nunca termina. Estos son dinámicos y las personas cambian, por eso, es necesario generar nuevas propuestas, repensar espacios y acercarse a los centros ur-banos o nuevas centralidades.

7. ¿Cómo asumen las ciudades estos retos?En la actualidad, las ciudades repiensan las decisiones tomadas en el pasado, y se proyectan hacia futuro. De alguna manera, tratan de deshacer lo que se hizo mal y revertir procesos negativos al planificar de manera diferente. De esta forma, las ciudades que buscan un desarrollo sostenible recuperan espacios mediante la peatonalización de calles céntricas, la ampliación de esquinas, la disminución de carriles en avenidas céntricas o históricas, la gene-ración de calles peatonales, la incorporación de mobiliario urbano y la liberación de veredas, calles y cruces de aquellos elementos que obstaculizan a los transeúntes.

Asimismo, se invierte en zonas conflictivas o inseguras y se apli-can herramientas de empoderamiento ciudadano; se redescu-bren y reacondicionan zonas costeras para lo cual se destapan cursos fluviales de agua que fueron entubados según un criterio práctico, de desarrollo o seguridad; y los puertos se trasladan a las afueras de las ciudades. Por otro lado, se han puesto en mar-cha inversiones movilizadoras o dinamizadoras por parte de los Estados, para recuperar edificios emblemáticos o históricos, así como sus alrededores. Las leyes emitidas al respecto obedecen a un criterio preservacionista que busca el uso y disfrute de los espacios públicos.

Además, se desalienta el uso de vehículos particulares mediante la construcción de circuitos de “bicisendas” que conecten puntos estratégicos de la ciudad y que consideren la bicicleta como una solución de movilidad; la promoción del uso del transporte públi-co, ya sea mediante el mejoramiento de su calidad o la creación de carriles exclusivos o BRT; y la restricción al ingreso de vehículos particulares a los grandes centros urbanos.

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Estas propuestas, entre otras, se desarrollan para revertir muchas de las acciones negativas del pasado. Algunas utilizan herramien-tas, plataformas y sistemas que, a partir de indicadores, miden una serie de parámetros relacionados con los espacios públicos (como la cantidad de hectáreas verdes o espacios públicos por habitante), y promueven intervenciones junto con consultoras de prestigio internacional, universidades y empresas del sector pri-vado, entre otros.

8. Conclusiones • La importancia de los espacios públicos en las ciudades tiene relación directa con la calidad de vida de sus habitantes, esta relación no es solo medible de manera cuantitativa, o sea a ma-yor cantidad de espacios públicos mejor calidad de vida, sino también cualitativa, donde la relación de las actividades y pro-grama de los espacios públicos influencian en el éxito de los mismos. Los espacios públicos son importantes también ya que influencian en las actividades económicas, sociales y culturales de las ciudades.

• La contribución que realizan los espacios públicos al desarrollo sostenible se expresa de múltiples maneras, ya sea desde el pun-to de vista de su contribución a una vida más sana con espacios públicos llenos de plantas que contribuyan con el medio ambien-te, cuantos más espacios púbicos ocupados por ciudadanos, me-nos posibilidades de que se desarrollen actividades ilícitas, con lo cual su contribución a la seguridad es muy concreta, los espacios públicos generan ciudadanía, ya que en ellos se puede ejercer el derecho de protesta y fomentan la sociabilización.

• Es importante comprender que se diseñan espacios públicos pensando en sus usuarios y es allí donde se debe tener en cuen-ta una serie de elementos, algunos bien visibles, fácilmente detectables, como son la infraestructura, el mobiliario, su ac-cesibilidad, su localización, el patrimonio histórico, pero funda-mentalmente se debe prestar atención a otros elementos que se obtienen a través de estudios observacionales o sociológicos que están relacionados con sus usos y actividades, su comodi-dad, variedad, naturaleza.

• Hay que conformar una metodología de abordaje de los espa-cios públicos, poniendo a las personas en primer lugar. Median-te el estudio del comportamiento humano en los espacios, se obtendrá información que podrá ser utilizada para crear guías

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de diseño para los arquitectos y planificadores, que más tarde les servirán para aplicar a sus diseños, ideas, edificios, jardines, escalinatas, mobiliario urbano, etc.

• Siempre que abordemos el estudio de los espacios públicos te-nemos que recorrer previamente las características de la ciudad, quiénes son sus habitantes, e ir disminuyendo la escala a cono-cer las características de ese barrio, cómo son sus vecinos, para luego conocer esa cuadra, sus frentistas y quiénes y cómo ac-ceden a ese espacio público. Esto nos permitirá conocer mejor las necesidades de los futuros usuarios y diseñar espacios más acordes con las mismas.

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