Libro competencia ministerial pdf
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Índice
Introducción: …………………… La buena carrera o la mala competencia?
Capítulo 1: .………………………. Competencia y consecuencia.
Capítulo 2: ………………………. De quién has aprendido?
Capítulo 3: ………………………. Mejor son dos que uno
(Eclesiastés 4.9:10.)
Capítulo4: ………………………. Pueblo competente o competitivo?
Capítulo 5: ………………………. Un cuerpo en Jesús.
Capítulo 6: ………………………. La carrera a la eternidad.
Capítulo 7: ………………………. Puestos para llevar fruto.
Capítulo 8: ………………………. Aires de grandeza Señal de debilidad.
Capítulo 9: …………………….. Carrera hacia la eternidad.
Capítulo 10: …………………….. Juntos y en armonía.
Capítulo 11: …………………….. No hay competencia buena.
Capítulo 12: …………………….. Consecuencia espiritual.
Capítulo 13: …………………….. La buena relación.
Capítulo 14: …………………….. Cruzando la meta.
Capítulo 15: …………………….. Nacimos para servir y no para competir.
Escrito por: Jeffrey Fernando Arguedas Sánchez.
San José Costa Rica.(506)84184240
Versión Bíblica utilizada:
Reina Valera Revisión de 1960
Diseño de Portada: Alexander Vásquez.
Agradecimiento
Es un hecho principal el agradecimiento a mi Dios y Padre celestial,
por inquietar en todo momento mi corazón. Gracias por esa libertad
en Jesucristo, para disfrutar de sus misericordias nuevas y sus
bendiciones espirituales antes de cualquier otra cosa. De él
provienen las fuerzas para terminar la carrera, no conforme a nuestra
voluntad, sino más bien conforme a su perfecta voluntad, sabiendo
que es un honor servirle y vivir para él.
(Efesios 5.10.)Comprobando lo que es agradable al Señor.
Le agradezco a mi madre María de Jesús Sánchez Navarro, por
enseñarme ejemplos con su propia vida de que debemos ser
esforzados y valientes. Gracias por amarme tanto Mamá, Dios te
bendiga.
Mujeres hay muchas, pero mujer virtuosa no todos la tienen.
Gracias a mi esposa Roxana Arroyo Vargas por no permitir
pasar por alto lo incorrecto y ser para mi vida esa luz de alerta.
Puedo decir que definitivamente es mi ayuda idónea. Te amo.
Pastor Geovanny Mora. Su consejo lo guardo en mi corazón.
Somos la sal del mundo y debemos ser siempre agradables a
los demás, así será el Señor siempre glorificado.
Gracias Saúl Martínez Loyola por su consejo y apoyo.
Siempre es bueno aprender de un gran escritor.
Introduccio n “La buena carrera o la mala
competencia.”
o que quiero primeramente, es que cada uno tenga muy claro el concepto de competencia, no como algo competente; si no como la disputa entre personas,
animales o cosas que aspiran a un mismo objetivo o a la superioridad en algo. Si bien es cierto cada persona es muy capaz para desarrollarse en algo, no así la competencia dentro del cristianismo, púes solamente debe existir la capacidad y no la competencia. Hay quienes solamente desean ser superiores a quienes tienen a su alrededor, perdiendo así el ser aptos o adecuados para el llamado de Dios para sus vidas, y es cuando dejan de ser suficientes para alguna cosa; convirtiendo sus vidas en una mala competencia. Hoy en día lastimosamente es muy común ver la competencia dentro de las congregaciones, y a lo largo de los años he podido ver como muchos compiten por ver quién es el mejor pastor de la ciudad, el mejor maestro, o quien es inclusive el mayor profeta. Muchos alardean de a cuantos enfermos han sanado y olvidan que es el nombre de Jesús quien tiene poder y que es para la gloria de Dios todo lo que podamos lograr. Así que al ver tanta competencia en medio del pueblo de Dios, me ha llevado a escribir este libro a razón de la gran problemática dentro de los ministerios, púes muchos ignoran lo perjudicial que esto es para sus vidas. Mi deber es denunciar este mal comportamiento en la vida del creyente a fin de que vivamos una vida en unidad, y así con esta crítica, muchos
L
“Nuestro propósito como
embajadores de Cristo no es
competir, sino correr la buena
carrera. No pasando por encima
de quien viene atrás. Sino
alcanzando a quien va adelante,
ayudando a quien viene atrás
para así juntos cruzar la meta.
puedan encontrar el consejo y se aparten del mal proceder de competencia y cumpla cada uno el propósito para el cual cada hijo de Dios, ha sido llamado. Por eso dice el Señor: Jeremías 6.16.Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Pero dijeron: No andaremos en él. Por eso te digo: Atiende a lo correcto y sea Cristo glorificado en tu vida, púes no nos ha llamado el Señor a esclavitud, sino más bien a libertad. (1Corintios8.9.)Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Principio básico en la vida del nuevo creyente, no ser
tropezadero para nadie.
Nuestro Señor mismo sirve como el mejor ejemplo de unidad.
Él vino a unir y llevar al Padre lo que se había apartado desde
un principio por la desobediencia del hombre.
Había el hombre quedado destituido de la Gloria de Dios, pero Cristo vino a ser el camino para que el ser humano volviera al Dios que lo formó. Qué tal que Jesús hubiera caído en la competencia? Obviamente él es Santo, Santo, Santo, y no hubiera caído, pero si hubiera sido así, tú y yo no tendríamos razón de ser. Debemos recordar algo muy importante en la vida de cada redimido, y nos lo dice claramente Pablo en su primera carta a los Corintios. Tal vez un tema muy utilizado para las fechas de aniversario o para el día del amor y la amistad, (1Corintios 13.10:13).Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. Por eso podemos estar completamente seguros de que Cristo nos ama, y tomar su vida como ejemplo de que el no vino a competir, púes el amor; como dice la escritura “No hace nada indebido y no busca lo suyo”. Y si él nos amó, debemos hacer así nosotros también, siempre buscando el bien para los demás. Recuerdo en una ocasión me llamaron para orar por una mujer que tenía cuájalos de sangre en su cerebro, yo le pregunté si creía ella en que Dios la podía sanar y contestó que sí; entonces comencé a orar pero no por su cabeza, sino por su vientre. A l mes me dijo que estaba embarazada y que los cuájalos en su cabeza eran causados por un problema que tenía en su vientre. Los doctores no se explicaban como había quedado embarazada, pues ellos sabían que su útero estaba al revés. Debo decir que quedé maravillado de lo que Dios hace cuando uno se dispone a servir a los demás. Debemos en todo momento recordar que no nacimos para competir, sino para servir, y que el amor no hace nada indebido, ni busca lo suyo, y así como Cristo nos amó y nos ama, debemos también hacerlo con los demás. Una mala carrera es aquella en la que tu no cumples el propósito por y para el cual tu corres. Una triste realidad que hoy en día vemos dentro del ministerio en la mayoría de las Iglesias, pero una buena carrera siempre va de la mano de la verdad, cumple el propósito y se apega a las reglas, no convirtiendo la buena carrera en una mala competencia.
Capí tulo 1” “Competencia y consecuencia”
ra una noche de verano y conducía rumbo a mi casa; manejaba mi Volkswagen Jetta 2.0 MK4(Cuanto me gusta la velocidad),un auto veloz definitivamente.
El semáforo en rojo, pronto esa luz cambiaria a verde, indicándome que podría avanzar. Que larga e impaciente esa espera bajo la luz de un semáforo, pero pronto avanzaría a mi rumbo planeado. En ese momento se puso otro auto a mi lado, (Yo sé que él sabía que mi auto era veloz).Comenzó a acelerar, haciendo un ruido infernal. Pronto esa luz verde nos daría la salida para que tanto el como yo, pudiéramos avanzar.
Cada quien establece el rumbo que quiere tomar.
3, 2,1 En ese momento el semáforo cambió el color, de
rojo a verde, y el auto que estaba a mi lado; salió chillando llantas. Por un momento pensé: Por qué no acelero y compito? Yo se la calidad de auto que tengo, le podría ganar, podría demostrar que yo no soy un contrincante fácil de traspasar. Puedo demostrar que soy mejor, pero eso me llevaría a olvidar mi rumbo, y me convertiría igual a quien estaba a mi lado, “Un Competidor”.
Valdría la pena ser igual, o sería mejor marcar la diferencia?
Cada decisión es importante
E
Así cada persona tiene un
rumbo al que quiere llegar.
Nosotros los hijos de Dios,
tenemos un rumbo; y es llegar
a estar para siempre en el cielo
al lado de Jesús.
Una de las mayores causas de muerte en Costa Rica, se debe a los accidentes de tránsito. El gran culpable de muerte en carretera, el peligro al volante a manos de una pequeña decisión, un descuido y podría ser fatal. Pablo nos recuerda y advierte de estas cosas, (1 Corintios 6.12) Todas las cosas me son licitas, más no todas convienen; todas las cosas me son licitas, más yo no me dejare dominar de ninguna. Tenía cincuenta metros para tomar una decisión, competir o seguir, doblar en la siguiente calle que me llevaría rumbo a casa, donde me esperaba alguien que me amaba, mi esposa. Creo que de haber tomado una mala decisión; probablemente hubiera obtenido una consecuencia fatal. No había en mi ningún deseo de competir, pero quien no tenía claro lo que debía de hacer y como lo debía de hacer, era quien aceleraba su auto a mi lado. Si bien es cierto que todo cuanto queramos hacer está a nuestro alcance, no todo lo que podamos hacer será para nuestro beneficio. No existen decisiones menos importantes, todas las decisiones son importantes. Las reglas no se hicieron para romperlas, se hicieron para ser respetadas. Que importante es quien está a tu lado; podemos aprender tantas cosa como para bien, así como podemos aprender cosas para mal. Lo podemos ver en la vida de los discípulos de Jesús. A su lado tenían a Jesús, de quien aprendían; tanto así que aunque al pasar el tiempo, después de la muerte y resurrección de Jesús, Pedro en una ocasión lleno del Espíritu Santo; hablaba con denuedo y entendimiento sobre todo. Y quienes escuchaban hablar a Pedro y le conocían, decían:
“Quienes conocen al Señor saben
que hay cosas que no se deben de
hacer, pues no son agradables al
Señor. Las reglas no se hicieron para
romperlas, se hicieron para
respetarlas."
Este definitivamente andaba con Jesús, y es cierto; aprendió de Jesús pues andaba con él. Así mismo se puede notar en nuestras vidas al lado de quien andamos y de quien hemos aprendido. (Hechos 4.8:13). Pablo a su vez le recomendaba a Timoteo, que persistiera en lo que había aprendido y de quien había aprendido. (2 Timoteo 3.14).Hombres y mujeres que son ejemplo de vidas renovadas por el amor de Dios, que tienen la humildad y sencillez de corazón para tener una buena conducta, y amor sin fingimiento, que no buscan su propio beneficio, sino que buscan primeramente el beneficio de los demás. Se cuidan de sí mismos (1Timoteo 4.16), sabiendo que haciendo lo que es agradable al Señor, no solo se salvaran a ellos mismos, sino que también a los demás. Al lado de quién puede usted y debe andar? De quienes compiten por la vida, sin pensar en las consecuencias? Quien más que Salomón sabría qué tan importante es con quien tú te relacionas; alguien dijo una vez: Dime con quién andas y te diré quién eres. Que dicho popular más acertado, diría yo; por eso.
(Proverbios 17.17). En todo tiempo ama el amigo,
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Capí tulo 2” De quién has aprendido?
omo hay cosas que nos recuerdan algunas situaciones o
circunstancias vividas en nuestras vidas, algunas nos hacen
reír, y otras; nos hacen recordar porqué actuamos
como actuamos en muchas ocasiones.
Salía una tarde de mi trabajo, y eso me hizo recordar por qué
tengo pies como de gacela, (jajaja) ¡Como aprendemos de
Papá y Mamá!
Saben, yo aprendí a caminar muy rápidamente, y no digo que a
temprana edad, sino más bien que muy rápido, de una manera
veloz. Además nos suele pasar a quienes somos de muy baja
estatura. De quién lo aprendí?, de mi Madre.
A ella la acompañaba en ocasiones por la mañana, cuando
teníamos que ir al hospital; como no teníamos mucho dinero,
entonces no teníamos auto, y tampoco podíamos pagar un taxi,
por lo tanto no había más opción que caminar, y caminar, y
caminar y caminar.
Como siempre íbamos con el tiempo contado, (Osea que
íbamos siempre tarde), entonces
ella debía caminar muy rápido o
perdería su cita o en algunos casos
perderíamos nuestra cita.
Imagínate a un niño de tan solo
diez años de edad teniendo que
apurar el paso para alcanzar a
alguien que ya estaba
acostumbrada a caminar muy
rápido y a pasos como de gigante.
C
(Timoteo4.8) Porque el
ejercicio corporal para
poco es provechoso,
pero la piedad para
todo aprovecha, pues
tiene promesa de esta
vida presente, y de la
venidera.
Si en ese momento hubiera conocido la palabra de Dios, le
hubiese dicho a mi madre; ¡Mamá, recuerda que el ejercicio
corporal para nada es provechoso, mejor tomemos un taxi,
¡Ten piedad de mí, Mamá!
Definitivamente no fuimos creados para competir.
Pero de algo podemos estar seguros; que si queremos
competir
probablemente
vamos a topar
con alguien
que es mejor,
y podría
alguno llegar a
ser
“avergonzado”.
¡Por poco lo olvido! Esa tarde después de mi jornada laboral,
caminaba hacia casa muy rápidamente, como hoja que lleva el
viento. Cuando tras de mi venía un joven, (Sabes, me sentía
como un gato perseguido por un perro), era notable que él
estaba decidido a alcanzarme y a sobrepasarme. No puedo
negar que por poco lo logró; con su frente sudada y su pecho
agitado, volvió su mirada hacia mí, y pude ver en él, una cara
de pocos amigos; me pareció que estaba molesto porque no
podía pasarme.
La verdad es que no sé por qué él creyó que yo estaba
compitiendo si yo lo único que estaba haciendo era querer
llegar pronto a casa.
Para beneficio mío en ese momento, comenzamos a subir una
gran cuesta que para mí no era complicado subir, para mí era
muy normal caminar a paso veloz, yo estaba acostumbrado a
caminar así desde niño. Pero para quien estaba decidido a
competir y no era normal caminar tan rápidamente, le iba a ser
muy difícil seguirme el paso.
Yo no tenía ningún problema con esa calle inclinada, pero para
quien tenía la intención de alcanzarme y sobrepasarme, no era
tan sencillo.
Quienes compiten, en algún
momento podrían llegar a
quedar avergonzados sin
querer, por quienes son
competentes.
Esa tarde escuché a muchos susurrar; Miren a ese hombre
como camina de rápido. La verdad ese día yo no quería, ni
pensaba en competir, lo único en lo que pensaba era en llegar
a mi destino.
Existen muchas cosas en la vida cotidiana que podrán ser
competencia, por ejemplo. Quién podría ganar un mundial de
futbol si no compite o quién podrá ganar una medalla olímpica
si no es mejor que otro, y quién podría ser el Presidente de la
republica si no compite? Sin duda alguna, solo quienes
compiten por ese premio podrán obtener la ganancia por la que
se han preparado y esforzado.
En este mundo, gana el que se esfuerza, y en la competencia,
solo puede haber un ganador, el que se preparó y logró pasar
por encima de todos hasta llegar al primer lugar.
El atleta para llegar al premio soñado, se debe dar el máximo
esfuerzo para alcanzar a quien está por encima de él o ella
para arrebasarle, si es que quiere obtener ese premio. La
competencia es muy común naturalmente. Pero dentro de la
nueva vida en Cristo, qué tan natural podría ser la
competencia, será agradable para el Señor que el cuerpo de
Cristo, compita contra los demás, con tal de obtener un primer
lugar?
Capí tulo3”
(Eclesiaste s 4.9 “Mejor son dos que uno”
uan bella es la infancia y que bueno es tener a tu lado a un
buen amigo.
Cuando yo era un joven de tan solo 16 años de edad, me
gustaba ir por las tardes a jugar fútbol con mis amigos .Tenía un
amigo; mi gran amigo Jasón, quien era tan buen jugador como yo
(Modestia aparte), por lo tanto que no podíamos jugar los dos en el
mismo equipo. Era obvio que dos jugadores buenos no podían jugar
juntos, es la regla de toda mejenga, por lo consiguiente teníamos que
competir el uno contra el otro.
Tengo que reconocer que soy de las personas a las cuales no les gusta
competir, aunque en cada competencia en las que lo he tenido que
hacer, siempre he dado lo
mejor de mí para ganar y
nunca me doy por vencido.
Pero me entristece ganarle a
alguien y saber que para muchos el hecho frustrante de perder, les
dejaría un sin sabor a la derrota. Soy de los que saben aceptar la
derrota, pero no de los que les gusta hacer sentir mal a nadie,
aunque así es la competencia, uno gana y otro pierde.
Pero esa tarde fue diferente, mi amigo Jasón y yo; pudimos jugar en
el mismo equipo, eso sí que con una pequeña condición. Solamente
debíamos de aceptar la condición de jugar con los niños más
pequeños.
C
Mejor son dos que uno porque
tienen mejor paga de su trabajo.
Eclesiastés 4.9
Como yo sé que nunca hay que subestimar a nadie, y que siempre
voy a dar lo mejor de mí, para así poder ganar, entonces aceptamos.
Si David mató a Goliat, cómo no íbamos a poder ganar? Como dijo
alguien una vez.
A lo que venimos, comienza el partido.
Comenzó el partido y pasaron pocos minutos y ya íbamos perdiendo
cinco a cero (5 a 0), pasaba el tiempo y logramos anotar un gol. Los
niños a los que habíamos escogido no lo podían creer, les estábamos
anotando a los más grandes; aunque en pocos minutos ya estaríamos
perdiendo trece a uno (13 a 1) Jasón y yo reunimos a los muchachos y
les preguntamos, Quién quiere perder? Claro que todos
respondieron que ninguno quería perder. Entonces les dije que
debíamos de dar lo mejor de cada uno; no importaba que
perdiéramos, pero que si perdíamos que no fuera por no dar lo
mejor, debía ser por haberlo dado todo.
“Vamos equipo a ganar” ¡Nunca olvidaré esa tarde!
Comenzamos a anotar goles, 13 a 5,13 a 9,13 a 12, no lo
podían creer, pero mi amigo Jasón y yo sabíamos que
podíamos ganar.Gooooooool en contra, 14 a 12, se complicó
un poco; el partido terminaría cuando alguno de los dos
equipos anotara el gol número 15, parece que se nos estaba
escapando la victoria.
Ahora veo porqué el Señor le dijo a Josué; “Mira que te mando
que te esfuerces y seas muy valiente; no temas ni desmayes
porque Jehová estará contigo donde quiera que vayas. (Josué
1.9)
El esfuerzo traerá la recompensa.
Que si el esfuerzo trae recompensa? Esa tarde mi amigo y yo
pudimos haber hecho muchos goles pero no fue así. Cada vez
que estábamos en el marco contrario le pasábamos el balón a
algún niño para que fueran ellos quienes anotaran; así ellos
podrían ver que el esfuerzo habría valido la pena.
El equipo contrario tenía la ventaja, les faltaba un gol, pero en
ese momento logramos anotar, 14 a 13, un gol más a nuestro
favor. ¡Vamos muchachos, un poco más!
GOOOOOOOOOOOL...Anotamos otro tanto, acabábamos de
empatar, 14 a 14, que emoción cada vez que recuerdo ese
momento se me vienen las lágrimas, que hermosa tarde.
Sin duda alguna; en la competencia es definitivo que solamente
uno se lleva el premio. Si alguien quiere ganar deberá
esforzarse y dar lo mejor de sí, y pasarle por encima al
contrincante para poder lograr el triunfo.
Esa fue una gran tarde de victoria. Que quién ganó?
Jasón, lo hace usted o lo hago yo?
Hágalo usted Jeff, me dijo mi amigo!
Bueno, vamos por esa victoria.
En pocos momentos solo uno de los dos equipos vería la
victoria; corrí con el balón, dando lo mejor de mí, sabía que
estaba apoyado por mi amigo y por muchos niños que estaban
dando lo mejor de cada uno. Jasón venía respaldando mi
espalda por aquello que yo perdiera el balón. Corrí con la bola
como pegada a mis zapatos; no permitiría dejar pasar la
oportunidad de ganar.
En ese momento sabía sin tan siquiera volver a ver, que mi
amigo venía a mi lado. Llegamos al marco contrario y cuando
estaba a punto de anotar; le hice el
pase a un niño que no había
anotado en todo el partido. Pude
haber hecho el gol de la victoria y
llevarme los méritos, pero nunca
olvidé que éramos un equipo; Jasón
pudo haber anotado, pero él
confiaba en mí, y tenía claro que la
victoria sería disfrutada por todos.
Ese niño pudo haber fallado el gol,
pero no lo hizo, sabía que tenía una oportunidad y que
confiábamos en él, dio lo mejor de sí mismo y anotó el gol.
Si yo hubiera querido
competir contra los
jugadores de mí mismo
equipo con tal de
demostrar que tan
bueno era yo,
probablemente no
hubiésemos ganado.
Ese era el gol final, 14 a 15, ganamos el partido después de ir
perdiendo 13 1.
Pero qué tiene que ver esto con la vida espiritual, y la
Competencia en la Iglesia?
Habrá división en el cuerpo de Cristo? Acaso no somos un
cuerpo que no debe de estar dividido entre sí? Se habrá
fortalecido el deseo de la carne en los corazones de los hijos de
Dios? Hemos cambiado el ser competentes por ser competitivos
dentro del ministerio?
Si yo hubiera competido contra los mismos jugadores de mi
equipo con tal de demostrar que tan bueno era para jugar
fútbol, muy probablemente no hubiésemos ganado. Eso sí, lo
que hubiese quedado al descubierto habría sido el egoísmo de
alguien que no piensa en los demás.
Hoy en día hay muchos dentro del ministerio (Servicio), que
han alcanzado grandes puestos, creyendo que hacen lo
correcto por haber alcanzado lo que han querido, pero no se
han puesto a pensar si de la manera como lograron obtener
sus Ministerios, es de la manera correcta, que agrade a Dios, y
que no ponga en riesgo la vida espiritual y emocional de los
demás.
Capí tulo 4” Pueblo competente o competitivo?
ristemente hoy en día es muy común ver aun dentro de
la Iglesia de Dios, a hombres y mujeres compitiendo
entre sí para demostrar quién es mejor que el otro y
con tal de conseguir un mejor puesto ministerial que el
otro, sin importarles la unidad en el espíritu; olvidando así que
en Cristo Jesús Señor nuestro se es un cuerpo, eso sí, con
diferentes funciones pero jamás dividid ni arrancando partes
del cuerpo para quedar un solo miembro. Qué tal que en un
cuerpo la cabeza quiera arrancar los brazos y las piernas para
solo verse bonita la cabeza y así llamar la atención para que
todos los que vean el cuerpo vean solo la cabeza? Esto se
podría esperar del mundo que está separado de Dios, pero del
pueblo de Dios esto no puede ni debe esperarse y mucho
menos verse. Algo que lastimosamente es muy común en estos
tiempos dentro del Cristianismo; creyendo que buscan su
propio bien, están acumulando maldición tras maldición.
El Apóstol Pablo nos recomienda, recuerda y aconseja las
mismas palabras que Dios mismo le dijo a Jeremías. Dios
sabiendo lo que es mejor para sus hijos lo comunica, y acaso
no es sabio no solo escuchar el consejo de quien
verdaderamente nos ama, sino que también ponerlo por obra
para así recibir el beneficio?
Hay un dicho muy popular que dice: Es de sabios
equivocarse…La palabra de Dios nos enseña que el sabio ve el
mal y se aparta, también nos enseña que, el necio es quien
cava el pozo para caer en él. Dios no quiere que a nadie le
vaya mal, más cada quien toma la decisión que le parece
correcta.
Jeremía 15.19 Nos dice: Si te convirtieres, yo te restauraré, y
delante de mí estarás, y si entresacares lo precioso de lo vil,
T
serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te
conviertas a ellos.
Pero bien, qué ha pasado en el corazón de los hijos de Dios
que un día se convirtieron a Cristo y ahora viven, aún dentro de
un ministerio, pero compitiendo entre ellos? Acaso no son
nuevas criaturas? No han pasado las cosas viejas y todas han
sido hechas nuevas en las vidas de quienes entregan sus vidas
a Jesús?
Hombres y mujeres que han sido restaurados por el poder de
Dios, se han conformado a este siglo y han dejado de lado a
Dios, adoptando así la vil manera de conseguir las bendiciones
(creen ellos) de la manera tan deshonrosa a como lo hace el
mundo; y esta manera es compitiendo entre sí; volviéndose
nuevamente como el mundo y no permitiéndole al mundo que
se vuelvan a Jesús, dejando así de ser parte de un cuerpo, del
cuerpo de Cristo, sirviendo más bien de tropiezo para quienes
también han sido llamados a servirle al Señor para gloria de su
nombre y no permitiéndole al Señor ser glorificado. No solo
siendo tropiezo y obstáculo a quienes tiene a su alrededor, sino
que también siendo de tropiezo al mismo Señor de la obra. Y
aunque esto está pasando con los hombres y mujeres dentro
del ministerio, aún no se detienen a pensar en su manera tan
inadecuada de vivir, pues están decididos a conseguir sea de
la manera que sea, su propia gloria y el mayor reconocimiento
en este mundo. Porque si estuvieran buscando ser agradables
a Dios, buscarían la unidad y no la competencia.
No os conforméis a este siglo
Pero qué es conformarse? Veamos su significado y
asociémoslo a la nueva vida en Cristo para llegar a la
conclusión de si debemos o no conformarnos a este siglo.
Conformarse es aceptar voluntariamente algo que se
considera insuficiente o no satisface completamente un
deseo, ilusión o necesidad.
El creyente no puede ahora en su nueva naturaleza en Cristo;
aceptar voluntariamente la vana manera de vivir a como la vive
el mundo. Debe y tiene que poner su mirada solamente en las
cosas de arriba para que pueda recibir las bendiciones acá
abajo en la tierra, sin tener que causar un daño a quien esté a
su lado, ni fuera del ministerio, ni mucho menos a quienes
están dentro del ministerio.
Un fin desastroso en la vida de un hijo de Dios comienza
cuando su comienzo en la carrera hacia la eternidad es
incorrecto y empieza a competir, pues ese comienzo lo llevará
o la llevará a vivir una vida creyendo que está sirviendo a Dios,
pero que en realidad esa vida no se sujeta a la voluntad de
como Dios anhela que la vivamos; perjudicándose a sí mismo y
a los demás.
Algo que Pablo entendió desde sus principios en el
Cristianismo, ya que, si no lo hubiese entendido entonces
habría seguido en el Cristianismo, pero haciendo las cosas que
practicaba en el Judaísmo, aceptando voluntariamente su
deseo con tal de satisfacer su necesidad, cosa que la voluntad
del hombre siempre es insuficiente.
No tomar en cuenta la gran consecuencia que acarrea la
competencia dentro del servicio a Dios, no logrará nada más
que florezca cada día más y más ese deseo de superioridad,
sin lograr más que una segura condenación eterna. Lo
lamentable es que creen por lo que han alcanzado, que es Dios
el que les está honrando, y se aferran tanto a lo que hacen,
que no le permitirán a nadie, aún puesto por el Señor poder
hacer lo que el Señor les has llamado a hacer o decir,
perdiendo ellos mismos la bendición y no permitiéndole a Dios,
bendecir al pueblo.
¿Competencia dentro del Cristianismo?
Pablo no solo lo sabía, sino que también lo denunciaba, púes él
entendía que esto no traería beneficio a la amada Iglesia del
Señor, sino que esto podía hacer que quienes servían al Señor,
no podrían crecer sanamente. Recordemos que la competencia
es una disputa entre personas que aspiran a un mismo
objetivo, o a la superioridad.
Por eso poner tropiezo a alguien, sea quien sea y en el lugar y
por el motivo que sea, aún más preocupante, dentro del
cristianismo; no es correcto ni sabio. No es un mandato del
Señor para nuestras vidas, el pretender ser superiores a los
demás. Sabemos que nuestra lucha no es contra carne ni
sangre; y todos tenemos un objetivo del cual no deberíamos
desviarnos, y es estar por la eternidad con el Señor. No
debemos olvidar que aún estamos acá, en la tierra, y no
precisamente para pasar por encima de los demás, sino que es
más bien para ayudar a los demás.
Dios nos ha escogido para ser siervos fieles, de todos y para
todos, así como lo hizo el mismo Jesús; Señor nuestro.
Tal vez hay quienes compiten dentro del ministerio (De que los
hay, los hay); y aun así alcanzan gran renombre, y si no lo
alcanzan, obligan a los que tienen a su lado a que los llamen
con distinción para así alimentar su ego y hacer ver a otros que
él o ella son superiores, y lo hacen porque han segado su
entendimiento al dejar de poner su mirada en el autor y
consumador de la fe. Han deseado más las añadiduras y no
han deseado a quien es el que añade, se han deleitado en
ellos mismos y en los ministerios, más que deleitarse en el que;
y el que es digno de servir con
algún ministerio, creyendo que por
todo lo que alcancen, eso será lo
que los lleve al agrado del Señor.
Es un hecho que cualquiera puede
alcanzar y lograr cualquier cosa
que se proponga; pero que se esté
haciendo de la manera correcta,
esa es la diferencia y la más
importante. Siempre que debamos
y podamos llegar a hacer algo para
el Señor, debemos pensar como
decía Pablo. (Efesios 5.10) “Comprobando lo que agradable al
Señor. Pues de que me beneficiaría ganar el mundo si pierdo
mi alma. Podría alcanzar muchos ministerios, muchos puestos,
muchos títulos, podría predicar en muchos programas de radio
o de televisión, o podría ir a muchos lugares, pero si no
compruebo que lo que haga y como lo haga, sea agradable a
Dios, podría estar simplemente cavando mi propia tumba.
Vosotros, maridos,
igualmente, vivid con
ellas sabiamente,
dando honor a la mujer
como vaso más frágil, y
como a coherederas de
la gracias de la vida,
para que vuestras
oraciones no tengan
estorbo.
Ejemplo que podemos tomar del matrimonio
Si por no dar honor a la mujer dentro del matrimonio, las
oraciones son estorbadas como dice 1Pedro 3.7.Cuanto no
mas será en la relación íntima con el Señor, el no darle honor a
él, perjudicial para nuestras vidas. Esto es competencia dentro
del ministerio, estar por encima de otros, perjudicando y
estorbando lo que verdaderamente Dios quiere hacer con cada
hijo suyo. (1Corintios 10.32.No seas tropiezo ni a Judíos, ni a
gentiles, ni a la Iglesia de Dios.
Y una de las principales maneras e ser agradables al Señor, es
siendo un cuerpo unido con Jesús; amándonos los unos a los
otros, como Dios nos ha amado, con un amor sin fingimiento.
Jeremías 15.19 dice: Conviértanse ellos a ti, y tú no te
conviertas a ellos.
Mas los hombres se han conformado a este siglo, y han traído
la competencia del mundo a la Iglesia. (Lamentablemente).
Capí tulo 5” Un cuerpo en Jesús
a Biblia nos enseña y nos recuerda que somos un
cuerpo en Jesús, pero tal parece que cada quien, hoy
en día quiere o busca como independizarse del cuerpo
y parece que han tapado sus oídos y torcido su cerviz
(Cuello) del consejo del Señor.
Quienes no conocen a Cristo son quienes se deben de volver a
Cristo, y quienes conocen al Señor deben cada día rendir sus
vidas a Jesús, para ser ejemplo del amor de Dios fluyendo
como ríos de agua viva desde su interior hacia su exterior,
impactando nuestro entorno.
Uno de los deberes, y no por obligación, sino que por amor, de
cada nueva criatura en Cristo; es presentarse al Señor cada
día, como un sacrificio vivo, santo y
agradable a él; pero hay quienes
han preferido volver su mirada a lo
cotidiano, y aunque están dentro del
ministerio, están utilizando las
artimañas del mundo para
aparentemente atraer al mundo y
así convertirlo en una Iglesia. Pero
sin embargo lo que en realidad han
estado haciendo es llevar la Iglesia
al mundo adoptando características
propias de la carne, y de esta
manera entorpecen de una manera
muy ignorantemente en algunas
ocasiones, la obra del Señor.
Vemos como Pablo nos enseña que somos un cuerpo,
miembros los uno de los, especifica y aclara, por aquello del
egoísmo; un cuerpo en Cristo y miembros los unos de los otros.
L
(Romanos 12.4:5)
Porque de la manera
que en un cuerpo
tenemos muchos
miembros, pero no
todos los miembros
tienen la misma
función, así nosotros,
siendo muchos, somos
un cuerpo en Cristo, y
todos miembros los
unos de los otros.
“Así que hermanos os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y
agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
A diferencia del mundo, la competencia ministerial o
competencia dentro del servicio al Señor, no nos va a dejar
ningún beneficio; probablemente se puedan lograr muchos
atributos naturales, más no beneficios espirituales. Al contrario,
la competencia ministerial, haría que ese culto racional al Señor
sea más bien desagradable a Dios.
Es sin duda alguna, que quienes viven buscando la
superioridad sobre los demás, dentro del ministerio; no están
haciendo nada más que acumulando ser cada día, más y más
desagradables al Señor. (Romanos 2.5) Pero por tu dureza y
por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para
el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual
pagará a cada uno conforme a sus obras.
Cuando Cristo vive en mí (Gálatas 2.20)
Con Cristo esto juntamente crucificado ,y ya no vivo yo, mas
vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la
fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó así mismo por
mí.
Cuando realmente Cristo vive en el corazón de un creyente y
ese creyente, verdaderamente ha muerto a sí mismo, entonces
las características de Cristo a como Cristo vivió en la tierra, se
verán reflejadas en la vida de ese hombre o esa mujer de Dios.
Recordemos que es de adentro hacia afuera y no dando lugar
a un comportamiento impropio del amor de Dios.
Características de que en realidad somos apartados de Dios,
para toda buena obra, y no apartados de Dios para no hacer
bien la obra, que es muy acertado ese comportamiento en la
vida de quienes compiten dentro del cuerpo de Cristo, que es la
Iglesia. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado
sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
(Romanos 6.6)
Es lamentable como a nivel mundial, muchos de los ministros
dentro de todas las religiones quieren solamente ser vistos y
tratados con honores, olvidando así que es aún mucho mejor
ser visto por Dios para honrarle a él.
Estos son quienes hacen sus propios cultos racionales,
conforme a sus desviados pensamientos y conforme a sus
erradas doctrinas. A estos eran a quien el mismo Jesús les
llamaba hijos del diablo, pues no se comportaban como
verdaderos hijos de Dios, pues no daban testimonio vivo del
amor y la unidad en Cristo Jesús.
El creyente de hoy en día ha puesto su mirada en las cosas de
este mundo, y lo podemos ver reflejado en quienes dentro del
ministerio, sea cual sea el ministerio que ejerza, compiten por
un objetivo.
Por más bueno que parezca ser ese objetivo, lo único que
están haciendo es satisfacer su ego, más que satisfacer al
mismo Señor, olvidando el motivo de su llamamiento santo, que
es estar unidos en un cuerpo para toda buena obra,
sirviéndonos los unos a los otros con amor sincero y puro, así
como Dios nos ha amado, para alabanza de su nombre.
Así también el creyente está compitiendo dentro del ministerio,
contra su propio cuerpo y contra el cuerpo de Cristo, arraigando
en su corazón, el mismo deseo homicida de satanás. Muchos
con artimañas y astucia dentro de las congragaciones han
alcanzado subir como la espuma, sin que Dios sea el que los
lleve, y han hecho con esto un sentido de propiedad que los ha
vuelto egoístas; dejándose así
cegar por el sentimiento de
poderío absoluto. Pasando por
encima de cualquiera que se les
cruce en su camino, sin
importarles ni pensar en el daño
que puedan estar ocasionando.
(1Juan 3.15)Todo aquel que
aborrece a su hermano es
homicida.
En esto se manifiestan
los hijos de Dios y los
hijos del diablo, todo
aquel que no hace
justicia y que no ama a
su hermano, no es de
Dios. 1Juan 3.10
Se han vuelto homicidas al igual que el padre al que sin
pensarlo, están imitando con sus malas acciones de
competencia. Profesando ser hijos de Dios, están negando con
sus hechos el ser verdaderamente reflejo del Dios que creen
servir.
Tendrán apariencia de piedad, parecerá y dirán que aman,
pero es un hecho que competir dentro del Cristianismo, es una
señal de no ser un hijo de Dios justo; y la medida de Dios para
la justicia es un balance exacto, una actitud
humilde,justa,integra y perfecta.
El Señor nos ha dado dos instrucciones de la cual depende
toda la ley, Marcos 12.29.31 nos recuerda cuáles son esas
instrucciones.
1 -“Amarás al Señor tu Dios y
2 -“Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Podría entonces quien pisotea a su prójimo dentro del cuerpo
de Cristo, estar verdaderamente amando a Dios? O se ha
dejado engañar así mismo? Podría estar siendo agradable al
Señor, quien sienta aires de grandeza contra los miembros del
cuerpo de Cristo, dentro y fuera de su congregación?
Déjame decirte que quien tal haga, ha dejado su rumbo y ha
tomado otro camino. Está en el camino correcto, aunque no
caminando correctamente.
Juan nos aclara como debe caminar un hijo de Dios, Juan 14.6
Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene
al Padre, sino por mí. Y cuando el Señor dice que nadie,
entonces ese es nadie. Y en 1Juan 2.6 El Señor nos aclara
que quien le conoce debe andar como él anduvo. “El que dice
que permanece en él, debe andar como él anduvo.”
Capí tulo 6” El camino a la eternidad
diferencia de lo comúnmente visto en una
competencia, el único competidor con el que debemos
estar en contra, es con nosotros mismos; contra
nuestra humanidad, no hay alguien más. Pablo en una
ocasión le escribió una carta a Timoteo, y podemos estar
seguros que cuando lo tenía en persona se lo recordaba aún
más, y le decía: o Timoteo, ten cuidado de ti mismo y de la
doctrina, persiste en ello, (En tener cuidado) pues haciendo
esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. (1Timoteo
4.16).
Debemos tomar en cuenta las últimas palabras que le dice
Pablo a Timoteo; te salvarás a ti mismo. Sabiendo que estaría
haciendo conforme a la voluntad de Dios y no conforme a sus
pensamientos, y esto no solo le sería beneficioso a él, sino que
también a los que le oyeren, para que así mismo los que le
oyeren fuesen instrumento para otros, y así cada uno hiciere lo
correcto y agradable al Señor. Quiere decir esto, que hay
quienes también necesitan conocer al Señor y crecer en él.
Juan 3.16 dice: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. No por algunos, vino
el Señor, sino que vino por todos y para todo aquel que en él
crea, le da la potestad de ser hecho su hijo. (Juan 1.12)
Por lo tanto, quienes ya tenemos el más grande privilegio de
ser hijos de Dios, debemos de mostrar al mundo ese mismo
amor; y cuanto no más se lograría si hiciéremos la obra del
Señor, unidos en un cuerpo, juntos y en armonía.
Sin duda alguna hay quienes vienen atrás de nosotros y que
necesitan alcanzarnos para estar a nuestro lado y así juntos
correr la carrera a la eternidad, o hay quienes necesitamos
A
alcanzar a los que van delante de nosotros, para juntos cruzar
la meta.
¿Recuerdan a mi amigo Jasón y el partido de fútbol? ¿Cómo
olvidarlo verdad?
Cuánto no más deberíamos estar unidos quienes somos parte
del cuerpo de Cristo; sin olvidar que Cristo es la cabeza y
nosotros miembros con diferentes funciones, pero unidos,
nutridos y enlazados por las coyunturas y los ligamentos,
creciendo con el crecimiento de Dios. Todos con un mismo
propósito.
La carrera a la eternidad es muy diferente a cualquier otro tipo
de carrera.
¿Recuerda el semáforo?
En la vida habrán muchos que se acercan a ti con el propósito
de competir; la diferencia la haces tú, pues quien ya haya
adoptado y se halla acostumbrado a ese estilo de vida de
competencia, es muy probable que no lo cambie, pues de esa
manera ha obtenido sus logros personales. Pero tú y yo aún
estamos a tiempo de no caer en esa trampa y así poder hacer
verdaderamente la voluntad de nuestro Padre celestial.
Durante muchos años he tenido el privilegio de servirle al Señor
donde quiera que Dios me ha permitido estar, y siempre lo he
hecho en lo que él ha querido y como él lo ha querido,
sabiendo y teniendo muy claro que lo que hacemos lo debemos
hacer como para él, para su gloria, y conforme a su voluntad y
no a la nuestra.
Una de las más arraigadas palabras que guardo en mi corazón
cada día para servirle al Señor; son entender que yo no nací
para competir, sino que nací para servir, sabiendo que cuando
sirvo a otros, al Señor sirvo y de esa ministración a los demás,
mi vida se verá beneficiada, claro está que no lo hago por
saber que voy a recibir un beneficio, sino más bien lo hago
porque sé que de eso se agrada el Señor y que hemos sido
creados para alabanza de su nombre. Que privilegio saber que
podemos servirle al Dios que nos dio la vida, al único y sabio
Dios, creador de los cielos y la tierra, y de todo lo que hay en
ella.
Así he servido en la música, en consejería con los matrimonios,
con los jóvenes, en escuela bíblica, en el Pastorado, y aun en
lo que no he pertenecido también he servido. Muchos esperan
a ser nombrados en un puesto para comenzar a servir, pero
déjame decirte que es mucho mejor servir sin que tengas un
nombramiento que todos puedan ver, así sabrás que estas
sirviendo de una manera natural, en la nueva naturaleza
espiritual, y no por obligación, tan solo porque el puesto te lo
demande. Debemos recordar que ya hemos obtenido un
puesto ministerial, y es ser administradores en el reino de Dios,
no debe pasar de nuestro lado, la oportunidad de hacerlo bien,
ahora es cuando lo verdaderos adoradores adorarán en
espíritu y en verdad, con su estilo de vida.
Nunca he tenido que pasarle por encima a nadie de una
manera deshonesta con tal de estar sirviendo en lugares o
puestos de autosuficiencia para muchos. Por qué digo puestos
de autosuficiencia? Porque muchos creen que por su gran
“superioridad “es que están donde están, y olvidan que si
están donde están es por misericordia de Dios y para gloria del
Señor, y no para gloria de ellos mismos.
Yo nunca veo los puestos como un trofeo, más bien lo veo
como un privilegio y que, sin importar el nombre del ministerio,
siempre es un honor servir al Señor, y entre más personas
estén a nuestro lado sirviendo en lo mismo ,mejor es el trabajo
que se hace y mejor es el resultado que se obtiene. Mas aun
así, siempre han habido personas que se levantan creyendo
que yo estoy allí para competir, creen que se les está quitando
algo que no es ni de ellos, ni para ellos, olvidando que todo es
del Señor y para el Señor que los ha escogido para servir.
Esas personas son quienes han permitido entrar a sus
corazones el deseo de competencia; son quienes no han
puesto sus ojos en el autor y consumador de la fe, y han
puesto su mirada en las riquezas de este mundo, que tienen
más que ver con la soberbia y la vana gloria, cosa que no tiene
que ver en nada con el dinero.
Movidos por la tendencia espiritual de hoy en día,llamado”Nivel
Espiritual”, son arrastrados a sentirse más que otros y así
llegan a menospreciar a quienes el Señor ha puesto a su lado,
para edificación de la obra.
Personalmente me ha ocurrido en muchas ocasiones, he tenido
que ceder los puestos de privilegio para otros ,no porque
desprecie el llamado de Dios para mi vida, sino que con el fin
de que las personas puedan entender que lo que importa no es
el puesto que tengas, sino el corazón que tengas para servir en
cualquier puesto.
En una ocasión se acercaron dos hombres a orar delante del
Señor; creo que conoces la historia!
Lucas 18.9:14 A unos que confiaban en sí mismos como justos,
y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el
otro publicado.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera:
Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres,
ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos
al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo:
Dios, sé propicio a mí, pecador.
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el
otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el
que se humilla será enaltecido.
¡En cuantas de infinidades de veces he escuchado ese tipo de
oraciones!
Ocurre muy comúnmente en los momentos de adoración, y
comúnmente son quienes no reconocen sus errores, pues
sienten que caminan en otro nivel más que los demás quienes
hacen este tipo de oraciones: Señor, cámbialos, Señor,
transfórmalos, gracias Señor porque no soy como ellos…Estos
son quienes no tienen el más mínimo deseo de ser ellos
quienes sean transformados por el Señor, para así ser ellos el
ejemplo que muchos necesitan ver.
Pierden el tiempo de adoración al Señor, y ni son
transformados, y ni permiten que otros sean transformados.
¡Una triste competencia dentro de las Iglesias!
Nuestra nueva naturaleza no es para competir
Suele suceder que en un equipo existan quienes no quieran a
un Aarón y a un Josúe : “Sabes, esto es un equipo:Dicen
algunos, pero hay muchas cabezas.Parece ser que más que un
cuerpo, somos un fenómeno”;y quienes piensan y actúan de
esta manera,terminan quedando solos,él o ella como
cabeza,pues ven a quienes están a su alrededor como una
competencia y no como una ayuda.Aunque la mejor opción es
sugerir que no apartemos la mirada de la cabeza principal que
es Cristo,al contrario hacen los que compiten,pues declaran
que quienes son parte del servicio,le son estorbo para donde
Dios les quiere poner. Creo que olvidan que solo somos parte
del cuerpo, y que la única cabeza es Jesús (Pobres).Cuan triste
y dañados suelen salir de ese lugar quienes solamente tienen
el deseo de servir,hay quienes nunca buscan ser el primero en
la fila.En mi caso,yo había aprendido que dentro del cuerpo de
Cristo, todos somos números uno.
Escuchar de alguien decir que le eres estorbo, muy
probablemente no será muy alentador, pero en fin,no habría de
ser ningún problema,para quienes saben servir al Señor sin
necesidad de tener un nombre que le identifique delante de los
hombres.Nuestra vida misma es la que dice delante de Dios,
quiénes
somos en
el Señor y
para que
nos ha
escogido el Señor.
“En todo momento debemos de recordar quiénes
somos en el Señor, y lo que debemos hacer en el
Señor”.
Sentido de propiedad
En muchos lugares, como de manera modernista, he escuchado la frase, “Sentido de propiedad”. Lastimosamente quienes se aferran a este pensamiento de una manera inapropiada, caen en el pensamiento de que todo les pertenece a ellos, y se vuelven tan egoístas, que olvidan que solamente somos; administradores de la obra y no dueños de la obra. Hay quienes sienten el poderío de una manera absoluta de las vidas de las personas que están a su cuidado, y no para sus caprichos(cabe rescatar), que es en ese momento cuando caen en el error de aprovecharse de los demás, cayendo en los casos más deshonrosos, delante de los hombres, pero aún más perjudicial, delante del Señor. Hay quienes aprovechan esta muy tergiversada frase, “Sentido de propiedad”, para declarar delante del pueblo, que solamente ellos son los dueños del lugar, los dueños del ministerio, y que nadie podrá hacer lo que él o ella están llamados a hace para el servicio de Dios, (En algo tienen razón, y es que; Sí que no hay que hacer eso, jajaja).
Quizá tú hayas escuchado en algún lugar, decir: Aquí nadie
más podrá ser lo que yo soy, o quizá hayas escuchado decir:
Yo pongo al que quiero y tendrá que hacer lo que yo digo!
Podrías estar pasando por esto en este preciso momento.
Pero que dice la Biblia al respecto?
Mateo 25.15 dice la palabra que Dios dio a unos cinco talentos,
y a otro dio dos más que a uno dio solamente uno, pero
podemos ver que a cada uno, el Señor les dio, conforme a su
capacidad; y luego se fue lejos.
Estos hombres pudieron entender que el Señor es,
definitivamente el dueño de todas las cosas. Ellos habían
recibido un monto especifico cada uno, para administrar, y que
el que había recibido cinco, negoció y ganó otros cinco para su
Señor, el que recibió dos, también negoció y ganó otros dos,
para su Señor, y cuando regresó el Señor de aquellos
hombres, dice que arregló cuentas con ellos.
Sin duda alguna podemos ver que quienes administraron bien,
recibieron de su Señor, una buena recompensa; mas el que
recibió un talento, lo escondió, y no solamente tuvo miedo, sino
que fue egoísta y no hizo la voluntad de su Señor.
Quizá llegó al punto de pensar; bueno, es mío y haré con él lo
que quiera! Sabes lo que puede ocasionar el sentido de
propiedad mal administrado, en la vida ministerial? Esto es lo
que ocasiona cuando egoístamente, guardamos lo que juntos
podemos hacer para el Señor. Dios no nos ha puesto en
ministerios para sobresalir, al contrario, él nos ha puesto en
ministerios para negociar, (En el buen sentido de la palabra), y
ganar aún más, para él.
Aunque muchas veces se utiliza este pasaje de Mateo 25.15
para ilustrar el esfuerzo como algo que agrada a Dios. En esta
ocasión quiero tomarlo como ejemplo de que Dios nos ha
encomendado, el guardar como si fuese nuestro, pero el
administrar sabiendo que es para él, la ganancia. Esto es lo
que ocasiona el sentido de propiedad en los corazones de los
hombres que creen ser los dueños de la obra, y caen en el
decir dentro de las congregaciones: Me demuestran que…yo
quiero que…Yo soy…entre otras cosa que dicen, como si fuera
para ellos que se hacen las cosas; y se olvidan así de hacer la
voluntad de su Señor, y así terminan enterrando, quizá, el
único talento que recibieron de su Señor, según su capacidad.
El sentido de propiedad mal administrado, te podría volver un
egoísta empedernido, y llegar a olvidar que el Señor de la obra
es Dios y que nosotros somos sus siervos. Pablo nos lo
recuerda diciendo que hay un Dios y Padre de todos; ni tú, ni
yo, somos los dueños. Dios es quien está sobre todos y sobre
todo; él es quien está en el trono y reina con poder.
Podemos ver como dentro de los ministerios existen quienes
dicen que solamente ellos o ellas son quienes son guiados por
Dios. En ocasiones topé con quienes me decían que yo no
podía tener la razón en asuntos espirituales, pues yo no era ni
igual al Pastor, y mucho menos mejor que el Pastor.
Por más que sea verdad que Dios te haya puesto algo en el
corazón para hacer o decir, cuando hay un sentido de
propiedad en los líderes religiosos, es muy probable que te
vayan a querer estorbar y opacar la luz que hay en ti. Un mal
consejo sería decirte que te callaras o que no actuaras, pero
más bien te digo que hagas y digas lo correcto, sabiendo que
estas obedeciendo a las voz del Señor.Ay de quienes te
quieran estorbar, cada quien le dará cuentas al señor, y si en
realidad estás haciendo lo correcto, entonces Dios te va a
respaldar, eso sí; debes hacerlo con sabiduría y amor.
Quienes han arraigado el sentido de propiedad en sus
corazones, dicen de sí mismos; Dios no me ha revelado nada,
así que nadie puede hablar, pues yo soy quien apruebo lo que
sí es de Dios y lo que no es de parte de él.
En el mejor de los casos, un ministro guiado por Dios, tendrá
cuidado desde un buen principio, de a quien permite que se
levante en un pulpito en nombre de Jesús, para hacer o decir lo
que en apariencia Dios le ha puesto a decir o hacer.
Recomendación tenemos en la palabra para saber probar los
espíritus, para saber si son o no son de Dios. Para esto
tenemos las escrituras, para no hacer conforme a nuestro
parecer, sino que lo podamos pesar a la luz de la palabra,
(1Juan 4:1), nos dice: Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus para ver si son de Dios; porque muchos
falsos profetas han salido al mundo. Y a la verdad que no
estamos para que el mundo sea confundido y se pierda, sino
para que el mundo conozca al Señor y Salvador del Mundo.
Habrán quienes se sienten inspirados por Dios, pero Juan nos
recomienda ponerlos a prueba, y tampoco debemos olvidar las
instrucciones de Pablo a Timoteo, donde le menciona no solo
el cuidado de sí mismo, sino también le recuerda que haciendo
y diciendo correctamente lo que desde niño había aprendido de
las sagradas escrituras, haría no solo salvar su alma, sino que
haría salvar a quienes lo oyeren.
Debemos entender que hay cosas que parecen buenas, pero
no todo es tan bueno como parece; y el hacer las cosas bien,
no quiere decir que se están haciendo correctamente; y esto es
algo que se debe comprobar, (Efesios 5.10), para saber qué
tan agradable al Señor es lo que se dice y lo que se hace.
Pablo en este aspecto nos recuerda que todas las cosa nos
son permitidas, mas no todas nos convienen, aunque parezcan
inofensivas, se deben de analizar y pesar en balanza justa y
exacta.
Hay quienes están tan inseguros de que Dios verdaderamente
los escogió, que toman la posición de Jueces absolutos. Dios a
mí me escogió y nadie puede tener más autoridad que mí en
este lugar, yo soy, yo voy, yo tengo, yo sí que hago, por lo
tanto aquí quien dice lo que se debe y no se debe hacer, soy
yo, dicen algunos inseguros. Y por qué digo que inseguros?
Porque si estuviesen verdaderamente seguros de que Dios los
llamó, entonces no se preocuparían más que por hacer lo que
es correcto, conforme a la voluntad del Señor que los llamó.
Esos son quienes sienten y confiesan que están caminando en
otro nivel espiritual, mayor que cualquier otra persona, Y no
olvidemos que ese sentir de superioridad, proviene de alguien
que tiene un corazón competitivo y que la competencia dentro
del ministerio, trae consecuencias graves.
Cuando alguien en lo natural, nota que tiene una posible
competencia a su lado, muy probablemente actuará de la peor,
deshonrosa y comúnmente forma en como el mundo actúa.
Pasar por encima de quien se le ponga en frente,
desacreditando en lo más que pueda ser posible a su
oponente, con tal de que su aparente oponente no obtenga lo
que a él o ella le ha costado obtener. Es muy común pensar en
que como es posible que alguien, ya sea nuevo en un trabajo,
o joven en una disciplina, pueda llegar a tener tan rápidamente
lo que a él o ella tanto les ha costado, y esto les lleva a hacer
lo indebido (crece la envidia). Aunque es en muy pocas
ocasiones en que se pude ver que alguien opte por la manera
decente y correcta, tal y como es esforzarse para que en todo
momento dé lo mejor, sabiendo que quienes siempre dan lo
mejor no van a recibir lo peor; esto es en lo natural, lo hagan de
corazón y sin dañar a nadie más.
También ocurre en los ministerios.
Aunque no debería de ser así, lamentablemente también
ocurre dentro del cuerpo que profesa conocer y amar a Dios;
trayendo consecuencias naturales y espirituales, tanto para
quienes se comportan de esa manera, como para quienes son
víctimas, y perjudicando también a las futuras generaciones
que creerán que esa es la manera en cómo se debe ganar un
puesto dentro del servicio al Señor, en el ministerio que sea
que hayan sido llamados.
Quizá alguna vez has escuchado un dicho que dice; una
manzana podrida, pudre a las demás. Pues esto es tan cierto
como que un mal maestro enseñe a otros para que algún día
estos que fueron enseñados, enseñen lo que una vez
aprendieron. Si aprendieron mal, enseñaran mal, aunque
creyendo que han aprendido bien, y que por lo tanto, están
enseñando bien.
Debemos de ser luz y no tinieblas; mas hay quienes se han
conformado a este siglo, y han experimentado que ese estilo
de vida les ha sido tan beneficioso, que han preferido vivir así,
el camino hacia la eternidad.
Capí tulo 7” Puestos para llevar fruto
uienes se han conformado y han aceptado en sus
vidas los rudimentos de este mundo, son quienes
están buscando su propia gloria, y no han entendido
que solamente han sido puestos para dar gloria a Dios
con su manera de vivir, siendo testimonio vivo del amor de
Jesús en sus vidas. Nuestro
Señor nos ha escogido, para que
llevemos fruto, y que ese fruto
permanezca.
Por lo tanto, no es acaso mejor
hacer la voluntad de Dios, llevar
fruto y así recibir de él los
beneficios que sabemos que son
aún mejores que las cosas que
por nuestro pensar creemos que
son de bendición para nuestras
vidas. En lugar de estar
compitiendo en contra de quien está a tu lado en el ministerio?
Debemos de tener muy en claro, que la competencia
ministerial, no es lo que Cristo quiere para su Iglesia, pues él
nos dejó un claro ejemplo de servicio.
Jesús, siendo el Señor, no vino a ser servido, sino que vino a servir.
Juan 13.14
Pues si yo, el Señor y maestro, he lavado vuestros pies,
vosotros debéis lavaros los pies los unos a los otros.
En el mundo, esto de no llevar fruto, podría verse desde cierto
punto de vista, muy normal, pues cada quien busca lo suyo
propio. Pero en el ministerio, dentro y fuera de cuatro paredes,
no debería ni puede faltar un buen fruto. Santiago 4.17 no nos
engaña cuando nos recuerda que al que sabe hacer lo bueno,
Q Juan 15.16 dice: “No me
elegisteis vosotros a mí
,sino que yo os
elegí a vosotros, y os he
puesto para que vayáis y
llevéis fruto, y vuestro
fruto permanezca; para
que todo lo que pidiereis
al Padre en mi nombre, él
os lo de”.
y no lo hace, le es pecado; esto por la misma razón de que
ahora nuestra naturaleza es otra, no la pecaminosa, sino la que
es en Cristo Jesús.
Ese fruto que debe de permanecer en nosotros, es el fruto del
amor, pues debemos de recordar que el Señor nos ha dado un
gran ministerio como lo es el ministerio de la reconciliación.
Para que el hombre sea reconciliado con Dios, por medio de
Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros.
El gran problema de que la Iglesia de Dios, no está dando fruto
que permanezca, es por permitir que la competencia ocupe un
gran campo en el corazón del creyente, y en lugar de estar
reconciliando al hombre con Dios, más bien se le está siendo
causa de tropiezo.
Quienes le servimos al Señor, debemos de saber que no
podemos hacer lo que a nosotros nos parece que es bueno,
sino que se debe hacer lo que ya el Señor ha establecido, pues
sabe Dios lo que verdaderamente es bueno y agradable,
delante de él.
Por lo tanto en nuestro fruto, no debería de haber variación, en
nuestro trato con el cuerpo de Cristo, con cada miembro, no
debería de haber variación, pero tristemente la hay.
Lamentablemente es, hoy en día, muy común, dentro de las
congregaciones que han sido llamados a proclamar las virtudes
de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Hay quienes se han olvidado que somos un pueblo, que debe
de estar
unánime, juntos
y en armonía,
pero cada quien
ha corrido por
otro camino que
nos es Cristo,
pues Cristo no
vino a competir, ese no era el fruto que caracterizaba a Jesús.
Toda buena dadiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del
Padre de las luces, en el cual no
hay mudanza, ni sombra de
variación. Santiago 1.17
Jesús no vino a vivir sus propias leyes, él vino a cumplir la
voluntad de su Padre, él no era egoísta, no buscaba, no
buscaba la fama ni el renombre, él vino a buscar lo que se
había perdido. Mas hoy en día hay quienes dicen tener a Cristo
en sus corazones, pero no permiten que se vea Cristo reflejado
en su carácter. A muchos no les importa cuántas ovejas se
estén perdiendo y siendo robadas por el ladrón que solo vino a
robar, matar y destruir, claro; mientras estén los ministros de
Dios compitiendo por buscar la grandeza, eso les es
satisfactorio, pues han puesto sus ojos en las riquezas de este
mundo, y su corazón está en el tesoro de la vanidad.
Se está más ocupado en lo que se puede lograr
personalmente, para engordar el ego, que en los que se pueda
lograr para el Señor, y así están siendo arrastradas las miles de
almas, nuestras familias, los miembros de nuestras
congregaciones, nuestros vecinos,amigos,compañeros de
trabajo, y hasta nosotros mismos, a la condenación eterna.
Hay quienes están tan cegados con sus puestos, que olvidan por
completo, que han sido puestos para servir.
Injertado para ser árboles que dan fruto.
Nunca me ha gustado hablar bien de mí mismo; pues quién va
a decir algo malo de sí mismo, casi siempre contamos lo
buenos que somos o algo bueno que hemos hecho, pero en
esta ocasión, quiero ser uno más que cuenta lo bueno que ha
hecho, jajaja.
Recuerdo en un tiempo como por un lapso de un año y medio
fui pastor de una pequeña iglesia. Siempre me sentía un poco
incómodo de que me llamaran pastor,
prefería que me llamaran por mi nombre, así podría hacerle ver
a quienes estaban a mi lado, que en el Señor no hay nadie más
que otros. Hoy en día no soy el pastor de ese lugar, aunque
sigo sirviendo en ese lugar, y no solo en ese lugar, sino que
también sirvo donde todos somos probados a ser hijos de Dios,
fuera de las cuatro paredes y del nombramiento ministerial.
Recuerdo en una de tantas ocasiones en mi lugar de trabajo,
sin que las personas me conocieran con que yo era o no
pastor, me pedían oración por diferentes situaciones, se me
acercó una compañera de trabajo para pedirme oración por
otra compañera de trabajo que tenía un pequeño problema de
cuájalos de sangre en su cabeza, quizás estés pensando que
era obvio que yo orara por ella pues aunque ya yo no era
pastor, tenía ese llamado y mi corazón estaba acostumbrado a
servir, pero aunque sí oré por ella, no deberíamos de pensar en
servir como una obligación al llamado, o porque el puesto nos
obliga a hacerlo, sucede así con otros, pero con los que aman
a Dios no deberían de servir por obligación, sino más bien por
amor. Hay muchos que si no son parte de un ministerio en su
congregación, entonces no sirven al Señor fuera de su
congregación, a como hay otros que sirven solo por obligación
a su puesto y cuando dejan ese puesto, entonces dejan de
servir donde es aún más impactante servir, y eso es fuera de
su congregación.
Recuerdo que esa vez que oré por esa mujer, en lugar de orar
por su cabeza, oré por su vientre, al tiempo supe que los
problemas de su cabeza eran por problemas que tenía en su
vientre.
Dos meses después, quedó ella embarazada, y los doctores no
se explicaban como el útero de esa mujer, volvió a tomar la
posición normal, pues ese útero estaba al revés.
Basta que alguien se olvide que es necesario un puesto para
servir y comience a servir, para que Dios haga lo que él quiere
hacer. A partir de ese día, cada vez que alguien tiene una
necesidad, me llaman para que ore por ellos o por alguien más
que necesite oración, como me sucedió con la madre de una
mujer extranjera, que había sufrido un accidente de tránsito, el
problema es que ella estaba en Costa rica y su madre en
Estados Unidos. Me llamaron y oramos, y al siguiente día ella
había recibido una llamada que alegraría su corazón, pues su
madre estaba rápidamente recuperada, más de lo que los
médicos habían declarado de lo que iba a ser su recuperación,
y así tantas cosas como por ejemplo orar por el tobillo de un
jugador de futbol, al que su doctor le dijo: Esteban, tardarás
una semana en recuperación. Pero aunque era un jugador de
un equipo al cual no soy aficionado, recordando que fuimos
puestos para servir, ese día oré por él, y al instante su tobillo se
desinflamó, y como era de suponer, su médico se sorprendió.
Es cuando entiendes que has sido puesto para llevar fruto, y no
esperas ser parte de un ministerio reconocido para comenzar a
servir, que verdaderamente sin saberlo, estás haciendo la labor
en el ministerio en que Dios te ha puesto, y recibiendo aun sin
notarlo al instante, y aun así sin tenerlo en esta tierra, los
tesoros que el Señor acumula para tu beneficio.
¿Cómo aprender a llevar un buen fruto?
Para aprender a llevar fruto, es importante tener un ejemplo a
seguir, y que mejor ejemplo que Jesús.
Nunca está de más, aprender de alguien más, y es muy
importante poder reconocer que siempre hay alguien más
capaz que nosotros. Es necesario reconocer quien es mejor
que uno, y así poder aprender de esa persona. Pero qué
pasaría si creemos que nadie puede ser mejor que nosotros, o
que no quisiéramos aprender de los demás, porque nos
creemos autosuficientes?
1Corintios 3.18,Pablo nos recomienda una muy buena opción
para lograr mejorar nuestra vida, siempre es bueno ser mejor
que ayer y buscar hacer las cosas de mejor manera, no todo lo
sabemos, ni todo lo podemos, si primero no se aprende de
quien sabe.
Acaso cuando nacemos, nacemos hablando o caminando, o
acaso sabemos resolver los problemas de matemáticas en el
primer grado de escuela, no verdad, primero debemos de
aprender.
No vamos primero a la Universidad, sino pasamos primero por
el colegio; como decía mi abuelo, nadie nace aprendido.
Y Pablo nos dice:
“Nadie se engañe así mismo; si alguno entre vosotros se cree
sabio en este siglo; hágase ignorante para que llegue a ser
sabio”.
Definitivamente estamos para aprender cada día, los unos de
los otros.
Muy probablemente, dependiendo de qué clase de corazón
tengamos, así vamos a tener la posibilidad de aprender. En
Mateo 11.29, Jesús nos dice: Llevad mi yugo sobre vosotros y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y
hallareis descanso para vuestras almas.
Nos está diciendo el mismo Señor Jesús, que es necesario
aprender, si no hubiese sido necesario, entonces él nos lo
hubiese dicho, es una realidad. Es bueno aprender de alguien
más; así pasó con los discípulos, ellos ni siquiera se parecían a
Jesús, antes de conocerle a él. Y cuando aprendieron,
aprendieron, y quienes los veían y oían hablar, reconocían que
ellos andaban con Jesús, pues lo que Jesús hacía, ellos
también lo hicieron.
Si no fuese necesario aprender de alguien más, entonces hoy
en día solamente se necesite creer que Jesús es el Salvador,
aunque el creer no es solamente tener consiente algún
pensamiento, sino que creer me lleva a actuar. Si yo creyese
que puedo volar, entonces no tomaría el auto todos los días,
sino que alzaría vuelo desde mi casa al trabajo, y así ahorraría
gasolina, (Tan cara que está).
Aprended de mí, dijo Jesús!
Vivir una vida ministerial, sin humildad, sin amor y sin santidad,
es acaso una señal de que hemos aprendido de Jesús? No era
ese el carácter del hijo de Dios, verdad. Más en estos postreros
tiempos hay hombres y mujeres que por creer que son mejores
que los demás, no han querido aprender a llevar el yugo y la
carga de Cristo, para ser como Cristo.
Podemos reconocer aun así, si nosotros somos esos hombres
que se sienten superiores, pues la principal característica es la
falta de humildad para aprender de quien este a su lado, no
necesitan aprender pues creen saberlo todo, aun cuando
hablan palabra de Dios, si se les corrige en algún punto en el
que hayan estado equivocados, hacen creer que no estaban
equivocados, solo que nadie, dicen ellos; entiende el mensaje
de Dios en su boca. Son quienes no necesitan un equipo de
trabajo, pues nadie es mejor que ellos, no aceptan la
corrección ni la exhortación, y ven a su hermano, en un nivel
inferior al nivel que ellos declaran estar, porque solo lo
declaran, pero no lo demuestran.
Acaso no son mejor, dos que uno?
Acaso no podríamos aprender muchas cosas, el uno del otro?
Tendríamos, sin duda alguna, mejores herramientas para la
obra del Señor, si todo el cuerpo estuviese unido, para llevar
buen fruto.
“Romanos 12.3”
“Ninguno tenga mayor concepto de sí mismo, sino que piense
de sí con cordura”.
Capí tulo 8” Vivimos para servir
ecuerdo hace muchos años servía en una Iglesia cerca
de mi residencia en ese entonces. Era una tarde de
sábado y los jóvenes del lugar y yo, ministrábamos al
Señor; yo estaba en el grupo de música, y cuando acabábamos
de entregar el pulpito para la predicación; mi gran amigo el
Pastor Rusvelt Arce, me llama aparte y me dice: Podrías ir al
pasillo y ver que le sucede a nuestro amigo Juan? Con mucho
gusto, le contesté, y fui a ver qué era lo que estaba ocurriendo
con nuestro amigo.
Mi amigo Juan hacía poco tiempo que había llegado a la Iglesia
y se estaba integrando como nuevo miembro.
Pensará usted, por qué no fue el Pastor para ver qué era lo que
le ocurría a un miembro de su Iglesia, al fin y al cavo era
trabajo del Pastor?
Yo había bajado del pulpito esa tarde, y a él le tocaría llevar la
palabra; como entre él y yo, no existía ninguna competencia,
entonces él podía encontrar en mí, a alguien en quien confiar y
sentirse apoyado. Yo estaba a su lado para apoyarlo en lo que
él necesitara, y podía estar seguro de que yo no competiría
contra él, ya que nuestro servicio era para el Señor, lo
teníamos muy claro.
Fui al pasillo donde se encontraba Juan, y él estaba sentado en
el suelo.
¿Te sucede algo, Juan? Le pregunté, y me miró con una
mirada retorcida y sus ojos en blanco, con una respiración
como de un toro embravecido.
¡Jehová te reprenda Satanás, en el nombre de Jesús! Exclamé
a gran voz, y en ese momento su cuerpo comenzó a retorcerse
R
y estremecerse como una serpiente al haber escuchado el
nombre de Jesús.
Probablemente en ese momento mi voz se escuchó por todo el
lugar, porque de inmediato llegaron mis hermanos al apoyo.; la
hermana Marielos y mi hermano Rusvelt; y Juan esa tarde fue
liberado de un espíritu que hace muchos años le atormentaba.
Vivimos para Servir
Nunca debemos de olvidar que la obra en la que servimos, es
del Señor, así será más fácil hacer lo que Dios quiere y no lo
que a nosotros nos parece.
La obra es del Señor y nosotros somos sus obreros, somos
árboles que deben de dar fruto, y buen fruto.
Mas aún hay quienes han olvidado esto, y en lugar de edificar,
destruyen con sus manos lo que más bien hay que edificar,
olvidando que un reino dividido contra sí, no prevalece, y esta
pronto a su destrucción y desolación.
Muchos no toman como ejemplo la vida de la mujer virtuosa
porque quizá en primer lugar, no son mujeres, y otros porque
probablemente no están casados o casadas y piensan, bueno;
yo no tengo familia, no tengo hijos, entonces no tengo como
edificar mi casa, y no tengo como derribarla porque no hay, ni
hijos, ni esposo o esposa.
Quienes creen que el pasaje de la mujer virtuosa es solamente
para la mujer virtuosa, aunque es muy obvio que está hablando
de una mujer, están un poco equivocados, pues este pasaje se
puede aplicar para cada uno de nosotros como una
característica que cada creyente debe de tener en su nueva
naturaleza en Cristo Jesús.
Acaso no debemos de edificar nuestra propia vida,
indiferentemente de que seamos hombres o mujeres? Quizá no
tengas hijos, pero tienes Padres y hermanos, y si no los tienes,
acaso no tienes una familia en Cristo, que debe de ser
edificada, no es quien tienes a tu lado, tú hermano en Jesús?
Acaso no es tu cuerpo esa casa donde mora el Espíritu Santo
de Dios, y no debe acaso ser cada día edificado para gloria del
Señor?
Cada uno de nosotros como hijos de Dios, debemos de
edificar, y no de derribar, por eso no podemos permitir que los
aires de grandeza interfieran en el servicio al Señor, para que
no vengan a ser debilidad contra nosotros mismos.
Que habría sucedido ese día, si el Pastor no piensa de el
mismo con cordura?
Pues muy probablemente nuestro amigo Juan, hoy en día
seguiría siendo
atormentado por ese
espíritu. Y aun así
podemos ver en muchas
congregaciones, división,
enemistades, pleitos, ira,
contienda; y podría
prevalecer un reino dividido de esa manera? Lucas 11.17:18
Nos da un claro ejemplo de que aun si Satanás estuviese
dividido contra sí mismo, entonces ese reino dejaría de existir.
Claro está que un día ese reino dejara de existir, no
precisamente porque este dividido entre sí, sino porque está
dividido del reino de Dios y su justicia.
Entonces mi querido lector, cómo permaneceremos y
prevaleceremos si en el ministerio estamos divididos?
Difícilmente podremos permanecer en pie.
Nuestra ciudadanía es celestial, y tenemos que tomar el rumbo
correcto, por el único verdadero y camino para llegar a la patria
celestial.
Debemos caminar por el camino, conociendo el camino, y de la
manera correcta a como se debe caminar por ese camino que
es Jesús, conforme a la medida, a la estatura del varón
perfecto.
Entonces porqué la competencia dentro de las congregaciones?
El Señor nos ha llamado a ser como él, que es manso y
humilde, y a que vivamos una vida en santidad e integridad,
poniendo nuestra mirada en todo momento, en las cosa de
Los aires de grandeza
hacen que el hombre esté
cada día más lejos de
reconciliar al mundo con
Dios.
arriba, y no en las de la tierra. En estos tiempos el creyente
promedio, ocupa su tiempo en buscar las añadiduras, más que
deleitarse en el Señor. Llenan sus corazones con la tanta
grandeza ministerial que han alcanzado, que dejan de lado la
humildad de corazón, y olvidan así que sin santidad nadie verá
al Señor.
Sea quien sea la persona, o crease quien se crea, así haya
alcanzado y logrado en cualquier área de la vida, ya sea
personal o ministerial, y esté en lugares y puestos de privilegio;
debe de saber que, sin santidad, nadie vera al Señor.
Pero qué tan importante es que un hijo de Dios, sea
verdaderamente humilde?
El Salmo 147.6, nos dice que, Jehová exalta al humilde y
humilla a los impíos hasta la tierra, o en términos más
comunes, al impío lo humilla por el suelo, hasta los más bajo, y
no porque Dios sea un Dios que se complace en humillar, sino
que cada quien siembra lo que quiera, y definitivamente
cosechará lo que haya sembrado.
Acá podemos ver en este Salmo, como el ser humilde te llevará
a tener un grado de exaltación, y no precisamente por haber
competido, y lo mejor aún, que el premio no será el que tu
buscas, sino que aún mejor, el que Dios te vaya a dar y de la
manera en la que Dios te vaya a exaltar, que no será muy
parecida quizá, en la que tú y yo muchas veces nos
imaginamos.
Debemos de tomar en cuenta la definición de la palabra, impío,
ya que muchos la relacionan solamente con el pecador que no
conoce a Cristo, entonces se desentienden que este término
pueda estar siendo un estilo de vida en sus vidas.
Veamos cómo esta definición nos muestra que el impío es
alguien que carece de la virtud de la piedad o de fe en Dios.
Por lo tanto que, si los creyentes carecen de piedad, aunque
tengan el mayor de los puestos nombrados o inventados,
entonces son impíos .Los creyentes que carecen de piedad, se
comportan como impíos, a los cuales el Señor los humillará;
pero quienes se humillan son realmente imitadores de Cristo,
pues no carecen de piedad, así como Jesús nunca careció de
piedad y amor.
Hebreos 6.10 nos recuerda que Dios, definitivamente dará un
pago por tu buena obra, así que entonces no hay porque
buscar de la manera inadecuada, la bendición espiritual.
Porque Dios no es injusto, tampoco debemos de ser injustos, y
así mostrar la misma solicitud, hasta el final, sabiendo que Dios
no olvida nuestra obra, y trabajo en amor, que hayamos
mostrado en su nombre.
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el
Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y
manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada
uno recibirá su alabanza de Dios. Así que nunca olvides que no
hemos sido creados para competir con tal de buscar la
alabanza y el reconocimiento, sino que hemos sido puestos por
Dios, para servir a los santos, sabiendo que Dios mismo se
encargará, no solo en este mundo, sino que también en la
eternidad, dará la alabanza a cada uno.(1Corintios4.5).
No puede un hijo de Dios, ser falto de virtud alguna que se
manifieste en el fruto del Espíritu. Si de tal manera Dios amó, y
nosotros debemos de amar como Dios nos amó, entonces
nunca debe de faltar el servicio, los unos a los otros,
mayormente a los de la casa.
Deberíamos entonces, hacernos esta pregunta.
¿Por quién murió Cristo, y para que resucitó?
Definitivamente Jesús murió, por todos, y resucitó para darnos
vida eterna juntamente con él, y nos hizo coherederos de su
naturaleza santa y eterna.
Entonces bien, si Cristo lo hizo por y para todo aquel que en él
crea, entonces por qué deberíamos nosotros pretender el
querer tener algo tan maravilloso, solamente para nosotros? No
estaríamos siendo un poco egoístas?
Juan 3.16 Nos enseña que, De tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su unigénito hijo, para que todo aquel que en él
crea no se pierda, si no que tenga vida eterna.
Una opción que todo ser humano tiene; no para unos
solamente, sino para todo aquel que crea. Y cómo privar de
esa bendición, a otros. Todos tenemos la posibilidad de vivir
para él, y de ser salvos por él.
“Dios no hace acepciones”
Ahora bien, si Dios, siendo Dios, no hace acepción de
personas, porqué nosotros sí las hacemos?
Santiago 2.1”Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro
glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”.
Hay quienes lastimosamente, sin importar quienes se salven o
no, prefieren pasar por encima de los demás, compitiendo por
un puesto, dentro del ministerio, dejando de lado la
restauración de quienes están necesitados.
Pero porqué dejar pasar la
oportunidad de ser competente, por
ser competitivo, cuando más bien
Jesús nos dice que debe de haber en
nosotros, ese mismo sentir que hubo
en él, por la humanidad?
Entonces queda claro, mi querido
hermano, que en nuestros corazones
el único deseo que debe de arraigarse
cada día más, es el mismo deseo que
hubo en el corazón de Jesús. Ese
deseo de que los hombres procedan al
arrepentimiento, y cada quien pueda
volver al Dios que los creó.
No debería de haber entonces, ningún motivo alguno por el
cual estemos aferrados más a un ministerio, que al mismo
Señor del ministerio. No porque el ministerio no sea importante,
sino para que sea el Señor, quien nos ponga en lugares de
honra, y no sea en nuestras fuerzas ni en nuestro parecer, y así
Haya pues en
vosotros ese mismo
sentir que hubo
también en Cristo
Jesús, Señor nuestro,
el cual siendo en
forma de Dios, no
estimó el ser igual a
Dios como cosa a
que
aferrarse.Filipenses2
.5
cuando estemos en ese puesto de privilegio, sirvamos al señor
con toda libertad y amor, y ni tu ni yo lleguemos a competir con
nadie, sabiendo que somos uno, en Cristo.
Deuteronomio 10.17: Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y
Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace
acepción de personas, ni toma cohecho;
Quizá muchos dirán; bueno, yo me aferro al ministerio, por
amor a las almas, y si no me aferro al puesto en el que sirvo,
cómo demuestro a las personas, que el Señor es el que salva?
¡Ya lo dijiste!
El Señor es el que salva, por lo tanto, si nos aferramos a él,
hará él en nosotros, será él quien fluya y nosotros solamente
seremos ese vaso de honra, que el Señor quiere usar, y no
esos vasos de deshonra.
La altivez y la autosuficiencia podrían jugar un papel muy
importante en nuestras vidas, si no estamos humildemente y
confiadamente tomados de la mano del Señor. Lo podemos
leer en la palabra, cuando aquellos hombres en aquel día le
dirán al Señor; Señor, Señor.
En tu nombre hicimos esto, hicimos lo otro, logramos tanto que
ni tiempo me daba de buscarte, te servía mucho, así que
debería de recibir un mejor premio que todo lo que obtuve?
Y qué les dirá el Señor?
Apartaos de mí, hacedores de maldad, no os conozco.
Dependiendo de cuál sea tu meta, así será tu carrera
Depende de dónde tengas, y en quien tengas puesta tu mirada,
lo que te hará tomar el rumbo correcto o incorrecto en la vida.
Será dependiendo de esto, lo que nos llevará a convertir
nuestra carrera en una competencia. No olvidando, que
nacimos para servir y no para competir.
Capí tulo 9” Carrera hacia la eternidad
n esta carrera hacia la eternidad, tenemos nuestra meta
es Cristo, y digo nuestra porque no todos tienen la
misma meta, o no todos tienen puestos los ojos en
Jesús, pues en ese trayecto hacia la meta, es muy
posiblemente que nos vayamos a encontrar con alguien que
busque satisfacer su sentimiento de superioridad y no la
voluntad de Dios. Siempre vamos a encontrarnos con alguien
que, definitivamente es mejor que nosotros en cuestión de
cualidades y destreza, aunque dependerá cien por ciento de ti
y de mí, si desperdiciamos la carrera, convirtiéndola en un
campo de batalla.
El que alguna persona sea muy buena en lo que se
desempeña; eso no lo hace mejor persona que nadie, es bueno
y mejor en lo que hace, pero no mejor que nadie, delante del
Señor.
Recuerda los talentos?
A esos tres hombres, su Señor le dio talentos a cada uno, y el
deber de cada uno era hacer de ese talento, algo mejor para su
Señor. El que uno hubiera recibido más que otro, no quería
decir que al que tuviera menos, se le habría de demandar
menos, los tres debían de hacer lo mismo, aunque no hubieran
recibido la misma cantidad.
El Señor de estos hombres, veía a los tres por igual, no importó
que uno tuviera cinco, otro dos, y otro solamente uno.
Vemos cuando el Señor les pide cuentas; fue a los tres y les
pidió cuentas a los tres; ellos sabían que lo que estaban
administrando no era de ellos, ni para ellos, sino que era de su
Señor, y para su Señor, y al final era el Señor, quien les iba a
dar la recompensa a cada uno.
E
No es de asombrarse que aun dentro de las congregaciones,
existen quienes se creen mejor que otros. Obviamente no
podemos negar que hay quienes hacen mejor las cosas que
otros, pero eso no quiere decir que el Señor los prefiera más a
unos que otros; eso no va a sorprender al Señor, recordemos
que lo que Dios mira, es el corazón, y un corazón contrito y
humillado, no desprecia el Señor.
Dentro de las congregaciones en donde he tenido la
oportunidad de servir, la mayoría de competencia entre
hermanos, se ve dentro de los grupos de música, aunque
siempre hay uno que otro grupo de hermanos que compiten
contra otros grupos que precisamente no son de música. Por
ejemplo podemos prestar atención, de como el grupo de
matrimonios es mejor que el grupo de diáconos, entonces las
personas dicen que quienes deberían de servir, deberían de
ser los matrimonios y no los diáconos, entre otras cosas por
ejemplo.
Quedémonos con los grupos de música
En los músicos por ejemplo, siempre hay quien toque mejor
que otro, y también hay quienes se creen mejor que otros,
aunque el problema nos es que se crea mejor, sino que el
problema es cómo trate a quien nos es tan bueno como él o
como ella y que tanto le afecte el ego, recuerda (Aires de
grandeza), eso no debería de ser motivo para decir; ho!, yo soy
el mejor y nadie me quitará esta gloria.
Aunque esto ocurre en la mayoría de las congregaciones,
gracias a Dios en mi congregación no pasamos por ese
problema, lo digo porque soy parte del grupo de música, y
puedo decir que de mi líder de música, no estoy hablando,
jajaja; pero voy a hablar, preste mucha atención.
Sabe; cuando yo no conocía a Cristo, la mayor parte de mi
juventud, la pasaba cantando en las esquinas de mi barrio, y
eran horas y horas, cantando canciones que en nada
glorificaban a Dios. Aprendí un poco a cantar de quien hoy sigo
aprendiendo, y con quien hoy alabo el nombre del Señor en la
congregación donde asisto, con quien antes solía pasar largas
madrugadas cantando en las frías calles de mi barrio, con mi
gran amigo Edgar.
Cuando uno aprende a hacer lo que sea, de alguien que es
mejor que tú muy probablemente lo que hagas, lo vas a hacer
bien, o puede que hasta lo llegues a hacer mejor.
Dentro del cristianismo, todo lo que se hace, se hace con el
mismo fin, todo por una misma causa, con un solo propósito, o
por lo menos eso es lo que debería de ser, y como debería de
hacerse. Fuera del cristianismo, o fuera del cuerpo de Cristo,
muchos lo harán de una manera competitiva, buscando su
propia gloria.
Puedo reconocer que, de quien aprendí, él sigue siendo mejor
cantante que yo, pero aun así, no compito contra él para
figurar,pero con quien sí compito es conmigo mismo para llegar
a hacerlo mejor para la gloria del Señor, y así no olvido nunca,
que son mejor dos, que uno.
Recuerdo las palabras de un amigo que decía: “Si alguien
quiere ser mejor que mí, entonces que lo haga bien y yo le
ayudaré a que lo haga mejor”.
Alguien que conoce muy bien, cuál es su rumbo, siempre será
una columna de apoyo para quienes estén a su lado.
Sirviendo con Amor:
Yo nací, no como muchos creyente nacen en un hogar
cristiano; al contrario, nací en un hogar dividido, un matrimonio
separado
, y si una
figura
paterna a
mi lado,
pero con una madre ejemplar, esforzada y valiente. Pero no les
voy a hablar de mí, sino más bien de quien les voy a hablar, es
de mi mamá.
No nacimos para competir, nacimos para ser
parte de un cuerpo que se ayuda mutuamente,
y servir con amor sin fingimiento.
No conocí a Cristo, sino hasta mis veintitrés años de edad, pero
mi madre conoció a Cristo, muchos años antes que yo, y en mi
juventud podía ver como verdaderamente mi madre amaba al
Señor, y le servía con amor.
Lastimosamente, mi madre hoy en día no asiste a ninguna
congregación, y eso me llevó a preguntarle en una ocasión, el
por qué el motivo de que ella no volviera a una Iglesia.
Ya les mencioné que no nacimos para competir?
Ha sí, verdad! Amaos los unos a los otros, sin fingimiento
alguno. Cuando tú y yo servimos a otros, debemos entender
algo muy importante; no solo Dios es glorificado, pues no solo
le estamos sirviendo al Señor, sino que también nos estamos
sirviendo a nosotros mismos.
En una ocasión, Jesús estaba con sus discípulos y comenzó a
lavar los pies de quienes estaban junto a él; sabías esto
vedad?
Juan 13.5, nos muestra como Jesús siendo el Señor, comenzó
a servir a los demás, y más aún, estaba haciendo algo que los
demás deberían de haber estado haciendo por él, al fin y al
cavo él era el Señor y como no debería de haber sido adorado.
Mas él hacía esto, con el propósito de enseñarles una lección a
sus discípulos, lección que debemos poner en practica cada
día de nuestras vidas y con todo aquel que está a nuestro lado.
El Señor les dijo a sus discípulos, que él no venía a ser servido,
sino que más bien había venido a servir.
Acaso no es digno de admirar y de ser tomado como ejemplo,
pues esto nos enseña que así mismo nosotros debemos de
hacer lo mismo, y tener ese mismo amor, y la misma humildad,
siendo reflejo de Jesús. El Señor de señores, sirviendo a los
hombres, digno de ser alabado.
Entonces mi madre me contestó: Yo conocí al Señor, y desde
que le entregué mi vida a él, sabía que así debía de ser
ejemplo de que era Cristo reflejado en mis acciones y estilo de
vida misma. Tenía claro de que debía de ser ejemplo de que él
verdaderamente moraba en mi corazón, por lo tanto, debía
andar como él anduvo, sirviendo por amor, y sin esperar nada a
cambio.
En la congregación donde yo asistía, me dijo mi madre, nunca
fui parte específica de algún ministerio como hoy en día se
hace. Muchas veces las mismas personas se privan de servir
con libertad, por el solo hecho de creer que solo son parte del
ministerio tal, y no son parte del otro ministerio tal.
Los miembros de las congregaciones hacen distinciones de
cada ministerio, y así no se permiten ellos mismos, poder servir
en otra cosa. Hay quienes llegan a decir, bueno, como mi
ministerio no es el de ser pastor, o evangelista; entonces ni
predico ni evangelizo. Y que tal tu familia? No debes de
pastorear a tu esposa, a tus hijos, a tus hermanos? Acaso el
ser cristiano evangélico, no es llevar las buenas nuevas de
salvación a toda persona, no es acaso el ministerio de todos
los creyentes, el ministerio de la reconciliación? Probablemente
no hemos aún entendido, que el mismo Señor Jesús, se movió
en el servicio de todos los ministerios, y hemos dividido tanto
los ministerios por rango, que dejamos pasar la oportunidad de
que Dios se manifieste en medio de su pueblo.
Pero un día; me dijo mi madre, se me acercó una mujer que
servía en el diaconado, y me dijo: Usted cree que va a venir a
esta Iglesia a quitarme el campo, usted es una metiche, de
todo anda haciendo para llamar la atención. Luego cada vez
que yo servía y la veía a ella, me sentía muy incómoda de
saber que existía alguien a quien yo le era molestia. No era
fácil estar en ese lugar después de saber que yo le era estorbo
a ella, o por lo menos eso era lo que ella sentía, y no lo que yo
hacía, pues cada vez que yo servía, lo hacía de todo corazón,
sabiendo que lo que hacía, lo hacía como para el Señor.
Entonces dejé de asistir poco a poco, hasta que un día el
Pastor me preguntó que por qué no había vuelto, si él sabía
que yo amaba al Señor y que me gustaba servir con todo el
corazón, qué fue lo que pasó? Pero nunca dije lo que en
realidad había sucedió en ese lugar, y nunca más volví, me dijo
mi mamá.
Que triste que esto está pasando en la mayoría de
congregaciones, y que por ese sentido de superioridad en el
corazón de muchos líderes en su mayoría, otros están siendo
lastimados lamentablemente por quienes deberían de estar
siendo quienes levantan y edifican. Pero más bien se vuelven
parte del Proverbio que dice que el impío hace obra falsa.
(Proverbios 11.18)
Este es uno de tantos tristes ejemplos de alguien más que
pasa su vida ministerial compitiendo, con tal de tener un mejor
puesto, y así lograr sobresalir.
Gálatas 5.13.Dice: Porque vosotros hermanos, a libertad
fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como
ocasión para la carne; sino servíos por amor los unos a los
otros.
Cosa que no entendía esta mujer, que lo que estaba haciendo
más bien, era competir contra alguien con quien bebería más
bien de estar sirviendo. No podemos olvidar que un creyente
que compite, lastima no solamente a los demás, sino que
también se perjudica así mismo, atrayendo una consecuencia
espiritual para su propia vida, de una manera eterna.
A esta libertad es a la que se refiere el Apóstol Pablo, a la
libertad que no permite que nada de lo que el mundo utiliza
como artimaña, para ganancias deshonestas, vengan a
perjudicar a quienes conforman el cuerpo de Cristo.
Han pasado ya muchos años y mi madre no volvió a una
congregación; no sé si la mujer que la había lastimado, aún
tendrá su gran puesto de privilegio, ese puesto que cegó su
verdadero propósito en ese lugar donde Dios le había permitido
servir, pero si aún lo estuviera ejerciendo, es lastimosamente
alguien más que prefiere un puesto en esta tierra, más que una
eternidad con el Señor. El más grande problemas de quienes
hacen tal mal dentro de las congregaciones, es que creen que
el Señor se está agradando con ellos y ellas por lo que han
logrado.
Muchos; y quizás tú seas uno de esos que dicen para sí, ¡Que
bien Señor, nadie me pudo quitar el puesto, Satanás no me
pudo mover! Déjame decirte que no es Satanás quien quería
quitarte tu puesto, eras tú quien no querías hacer la voluntad
de Dios, sirviendo por amor a los demás, y preferiste más las
añadiduras del Señor, que al mismo Señor. Pues a la libertad
que Dios te ha llamado, le has estado dando la espalda y te
has vuelto esclavo de tu pobre codicia, y estas tomando otro
rumbo de la verdadera carrera hacia la eternidad, convirtiendo
la carrera, en tu triste competencia.
Capí tulo 10” Juntos y en armonía
oy en día dentro de la religiosidad, y digo religiosidad,
porque un verdadero hijo de Dios, habita junto a los
demás, en armonía y no dividido en la soledad de su
egocentrismo; hay quienes sirven por amor, y hay quienes
compiten por falta de amor.
Salmo 133.1 ¡Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los
hermanos juntos en armonía!
Jesús en tiempos antiguos, nunca le decía a quienes querían
verse en apariencia bien por fuera; religiosos, el Señor les
decía, hipócritas. Pues un hipócrita y veamos la definición de
tales personas, como alguien que finge una cualidad,
sentimiento, virtud u opinión que no tiene.
Así hoy en día vivimos un cristianismo, y discúlpeme si le
ofende, pero como dice el dicho, “Al que le cae el guante, que
se lo plante “así que no te vas a sentir mal cuando se use una
palabra que denuncia el mal comportamiento de un individuo, si
tú no estás viviendo en esa condición, entonces no te vas a
ofender, y si estás viviendo en esa condición y te sientes un
poco ofendido, pues déjame decirte que estas aun a tiempo de
cambiar esa mala actitud que en nada está glorificando el
nombre de Jesús.
Dice el Proverbio, (Proverbios 11.9), que el hipócrita con su
boca daña a su prójimo y este es despreciable al Señor, cuánto
no más despreciable será el que no solo daña con su boca,
sino que también lo hace con sus actos?
Recuerda que del mundo se puede esperar cualquier cosa,
pero de un hijo de Dios no se puede esperar lo mismo que
cualquier persona que no haya sido redimida haría. No olvides
que vuestra vana manera de vivir, ya pasó, y que ahora todas
las cosa viejas pasaron y fueron hechas nuevas.
H
Quienes verdaderamente viven sus vidas en santidad; y
siguiendo a Jesús, son quienes son ejemplo del carácter de
Cristo.
Una de las tantas cosas que me llaman mucho la atención en
la palabra, es cuando Pedro niega a Jesús, y no tanto porque
lo niegue, sino porque a pesar del mal momento que Pedro
pasó, siempre se podía notar una característica de Jesús en su
vida, tanto así que mientras él lo negaba y se escondía entre la
multitud, las personas le decían: Verdaderamente tú eres de
ellos; porque eres Galileo, y tu manera de hablar es semejante
a la de ellos, este es de ellos decían, pues definitivamente
había estado con Jesús, y ya hacía unos tres años.
(Marcos 14.66:70)Probablemente en ese momento, Pedro no
estaba en armonía, pero se le notaba que había estado
caminando con Jesús; dice un dicho muy cierto, dime con quién
andas y te diré quién eres, y además ,lo que bien se aprende,
nunca se olvida. Después de ese día, Pedro nunca más volvió
a ser quien antes fue.
Que importante es la armonía, y verdaderamente ser un
cristiano, en el verdadero significado de la definición de
cristiano como un seguidor de Jesucristo, y no solo como
seguidor, pues en tiempos de Jesús, muchos solamente lo
seguían pero por buscar alguna sanidad o con un fin lucrativo,
como lo hizo Judas Iscariote. Pero seguir a Jesús, e imitarlo,
eso es otra cosa, por eso en esto se define la
palabra”Cristiano”El que cree en Jesús como suficiente y único
Señor y salvador, y no solo cree, sino que le sigue, y le imita.
Es ahí entonces que podremos decir y pesar, si aún nosotros
mismos, dentro y fuera de una congregación, somos o no
verdaderamente cristianos, que no solo se llaman ser
cristianos, sino que también reflejan las características de
Cristo, más que sus propias características.
Que bueno que es, juntos y en armonía.
En una ocasión, cuando buscaba una editorial para poder
sacar al mercado este libro, me asesoré con varios hombres y
mujeres que sé que han escrito, muchos me ayudaron con sus
recomendaciones, pero hay uno en especial, que no
precisamente me ayudó. Recuerdo que en una tarde me
acerqué a un ex ministro de seguridad de la republica
costarricense, y le pregunté que si el sabría de alguna editorial,
pues yo estaba escribiendo un libro y sabía que era más fácil si
me apoyaba una editorial; pero me respondió que no tenía ni
idea de ninguna editorial. A los pocos meses me enteré que su
esposa estaba escribiendo un libro; y además él ya había
escrito también, por lo tanto, era claro que en realidad ellos si
conocían de alguna editorial que quizá me pudieran ayudar.
Si bien es cierto que nadie está en la obligación de ayudar a
otros, lo que quiero rescatar de todo esto es el hecho de que
muchas veces las personas solamente están juntas pero no en
armonía, cada quien busca lo suyo, y no piensan en los demás.
Muchos creen que solo ellos pueden tener el derecho a
superarse, y no permiten ni quieren que los demás puedan
lograr impactar no solo a una nación, sino también impactar a
todo el mundo.
Esto me pasó en el ámbito secular, pero lamentablemente esto
también está ocurriendo dentro del ministerio, con el mismo
pueblo de Dios, que debería de estar unido, juntos y en
armonía.
Por eso; hablando de quien compite dentro del ministerio,
quienes tales hacen, están muy
lejos de ser verdaderos cristianos, y
son en realidad como decía Jesús,
hipócritas, pues fingen una cualidad
que no tienen.
Son lobos rapases que han
adoptado las características del
mundo, más que las características
de Cristo, que dañan con sus bocas
y destruyen con sus hechos.
Recuerdas la historia de mi madre?
Ciertamente ella es un ejemplo de
muchos otros ejemplos de personas que han sido y que están
siendo obstaculizados para crecer, por quienes pasan sus
Mateo 23.13, Mas ay
de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas!
Porque cerráis el reino
de los cielos delante de
los hombres; púes ni
entráis vosotros, ni
dejáis entrar a los que
están entrando.
vidas compitiendo con el fin de alcanzar un mejor puesto dentro
del ministerio. Si esto estuviese ocurriendo en el ámbito
secular, probablemente podría ser justificable, pues es el
mundo y son sus pasiones; y no sería de extrañarse que estén
sucediendo esas cosas en el ámbito secular, pues no conocen
al Señor.
Pero como nuestra ciudadanía no es de este mundo, y
nuestras pasiones no son conforme a las obras de la carne,
entonces no puede ni debe de existir la competencia espiritual
en nuestras vidas naturales.
Así que quienes viven un cristianismo siendo hipócritas, no
están más que cerrando el reino de los cielos a los que
verdaderamente quieren entrar al reino de los cielos, y vivir
conforme al reino de los cielos en esta tierra.
Muchos de los líderes religiosos que están viviendo sus vidas
de esta manera tan despreciable delante del Señor, creen que
están siendo competentes, pero por su necio corazón no
arrepentido, están siendo incompetentes, y lo que es aún peor,
están siendo enemigos de la fe, pues ni el mismo Señor vino a
condenar al mundo, sino que vino para que el mundo sea
salvo. Cuanto no más con nuestro hermano en la fe,
deberíamos de estar unidos y cuidándonos los unos a los
otros?
”Quien no es con nosotros, es contra nosotros” Es tiempo de
cosechar y no tiempo de desparramar, sin embargo muchos
hoy en día no atienden al llamado, y desparraman las riquezas
espirituales, en reinos perecederos.
Jesús dijo a sus discípulos en una ocasión. (Mateo12.30)Quien
no es conmigo es contra mí; y el que conmigo no recoge,
desparrama.
Te has puesto a pensar si realmente estás con Jesús, o contra
Jesús?
Muchas veces, como lo he venido repitiendo, estamos tan
cegados a creer que ha como vivimos nuestras vidas, es más
que suficiente para agradar a Dios.
Recuerdo en una ocasión se me acercó un amigo y me dijo:
Jeffrey, le puedo pedir un favor? Claro, le contesté.
Le pido que por favor, cuando usted vea que yo estoy actuando
de una manera inadecuada, por favor hágamelo saber.
Porqué le pregunté.
Es que muchas veces; me dijo, creemos que actuamos de la
manera correcta, y eso ciega nuestros corazones, más aun
cuando alguien se nos acerca y nos da una palmada en la
espalda, diciéndonos;¡Te felicito, lo has hecho súper bien!, por
eso le pido que nunca deje de corregirme, si ve que me estoy
equivocando.
Sabe mi amado amigo y hermano en Cristo; nunca nadie me
había pedido algo tan digno de admirar, más cuando lo
escuchas de alguien que sirve en un ministerio, solamente
alguien con humildad podría, y estaría dispuesto a aceptar la
corrección.
Cuanto no más seguirán desparramando, quienes han estado
compitiendo dentro de un ministerio? Por eso, si tú eres de los
que has estado compitiendo, y no te dejas ver a ti mismo los
errores que estas cometiendo, detente, y no sigas más.
“Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de
los malos perecerá”. (Salmo 1.6)
Y has como dice la escritura, cuando Dios le recomendó a
Jeremías diciendo.
Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad
por las sendas antiguas, cual sea el buen camino, y andad por
él, y hallaréis descanso para vuestra alma.
Mas dijeron: No andaremos. Jeremías 6.16 No seas tú uno de
los que no quieran andar en el camino, recuerda que quien
muestra el camino, no solo conoce al camino, sino que también
camina como se debe caminar por el camino, juntos y en
armonía.
Capí tulo 11” No hay competencia buena
xiste una gran diferencia entre la competencia natural, a
la carrera espiritual, bueno ,no vayas a decir que es
necesario competir, creyendo que es como una carrera
de atletismo. Al contrario, debemos reconocer que la carrera a
la que tú y yo como hijos de Dios estamos llamados a correr,
no tiene nada que ver con lo que comúnmente conocemos hoy
en día como competencia. Por eso hacia el llamado a tomar en
cuenta el concepto de competencia, no lo olvides. Si bien es
cierto en una carrera en este mundo, se corre para competir, no
así en la carrera espiritual.
En la competencia natural, de cualquier disciplina que sea,
usted tiene y debe dejar atrás a quien pueda ver que es mejor
que usted, alcanzar a quien esté más cerca de la meta, y
dejarlo atrás. Pues si no alcanzas a quien va adelante, y se
traspasa, es muy probable que vayas a perder; y acá sí que
solo uno se podrá llevar el premio. Aunque en estas carreras
comunes, todos podrán cruzar la meta, no todos van a obtener
el primer lugar, y no hay nada más gratificante que competir y
obtener el premio, o a quien le gustaría esforzarse, competir y
recibir el último lugar, aun aunque reciba el segundo lugar, eso
no es suficiente. El premio será para el que arrase con todos, y
aun así deberá de sujetarse a respetar el reglamento de dicha
competencia, pues no se puede hacer trampa.
No podrás perjudicar a tu oponente, solamente deberás de dar
lo mejor de ti, y arrasan sin trampa, si los jueces se dan cuenta
que has hecho trampa con tal de ganar, será sin duda, una
descalificación inmediata.
E
Pero en la carrera espiritual es muy diferente, si bien es cierto,
también debes respetar las reglas y no debes de hacer trampa.
En esta carrera espiritual, usted no compite contra nadie, o no
debería competir contra nadie, y si lo quiere hacer, deberá ser
solamente contra usted mismo.
De igual manera, deberás alcanzar a quien va adelante, pero
no para pasarle por encima, sino para que juntos, ayudando al
que viene atrás, puedan cruzar juntos la meta.
“Quien quiera ser el mayor deberá ser menor”
Uno de los consejos que no es tan agradable para quienes
corren tras un puesto ministerial que llene su ego, es este, que
sea menor. El competidor no busca la unidad, sino que por
querer ser mejor que otros, olvida el ser menor, y prefiere ser
mejor, no tomando en cuenta que para el Señor, el ser menor
es ser mejor.
No trato de decir que sea malo el ser mejor, claro que cada día
debemos de ser mejores personas, mejores amigos, mejores
Padres, o esposos, mejores hijos y mejores Hijos de Dios, así
el Señor es glorificado, cuando tú, cada día demuestras que
Cristo vive en ti, siempre siendo mejores, conforme a la medida
del varón perfecto, que fue mejor hijo, obediente hasta la
muerte, y que se hizo menor, para que tú y yo fuésemos
mejores.
Recuerdo en una ocasión le decía el patrón para el cual
trabajo, a uno de sus amigos; “Le presento a los dos mejores
activos que tengo trabajando para mí”, saben, eso me llenó de
orgullo al
escuchar decir
eso de mi jefe.
Pero qué pasaría
si por saber que
para otro soy
mejor, dejo de
hacer mis deberes dentro del trabajo, y me conformo con
solamente haber escuchado que soy el mejor?
¡Juntos hasta la meta!
Filipenses 3.14 Prosigo a la meta, al
premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús.
El saber que somos mejores en lo que hacemos, no nos hace
ser mejores que otros, y si dejásemos de hacer las cosas de la
mejor manera, entonces dejaríamos en ese momento, de ser
los mejores.
Así mismo ocurre en el ministerio, debemos siempre hacer las
cosas como para el Señor, siempre de la mejor manera, y solo
así quien se hace menor, llegará a ser mayor, pues no piensa
en ser, sino que agradable a quien lo ha amado.
Llamados a reconciliar
Cada creyente ha sido llamado a ser reconciliador del mundo
para con Dios, por medio de Jesucristo, como si Dios rogase a
cada ser humano, sin importar raza o color. Para que todos
conozcan el camino al Padre, el verdadero camino, porque hay
muchos caminos, pero solo hay un camino que lleva al Padre; y
este es Jesucristo.
Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene
al Padre, sino por mí.
(Juan 14.6)
Este es el principal propósito de cada creyente, ser
reconciliador del mundo para Cristo, conocer el camino, y
mostrar el camino que es Jesús. Esto es en lo que cada hijo de
Dios debería de estar ocupado, y no debería de estar
perdiendo el tiempo en pretender figurar, porque al final, de que
le sirve al hombre, ganar el mundo, si pierde su alma? Acaso
no dice la palabra que haciendo volver a alguien del error, se
cubrirán con esto multitud de pecados? Que será más
provechoso, acaso no es mejor ser verdaderamente una nación
santa, que anuncia con su propia vida, las virtudes de aquel
que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable por el
amor de Jesús?
2Corintios 5.20 Porque somos embajadores en nombre de
Cristo, como si Dios rogase por medio de Nosotros; os rogamos
en nombre de Cristo reconciliaos con Dios.
Y así sea esto progresivo, hasta que todos los hombres
procedan al arrepentimiento, y salven sus almas, y puedan
gozar lo que tú y yo vamos a gozar por los siglos de los siglos.
No debemos de olvidar, que debe de haber en todo momento
el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús Señor nuestro, que
no se aferró a un ministerio, a una posición, o incluso a la gran
fama que tuvo, sino que lo que amaba era hacer la voluntad de
su Padre.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus
pisadas; no devolviendo mal por mal, ni maldición por
maldición, sino por el contrario,bendiciendo,sabiendo que
fuisteis llamados para que heredaseis
bendición.1Pedro2.21:22.
Pero lastimosamente no todos han obedecido a su llamado,
sino que, en lugar de rogar a los hombres para que sean
reconciliados con el Señor, más bien al contrario, pareciera que
les ruegan a Dios para que aparte de sus vidas a todo aquel
que ellos o ellas crean que les pueden quitar el ministerio en el
que creen servir, sin pensar en que el hombre lo que necesita
es ser reconciliado.
Los escuchamos en las predicaciones de hoy en día, en lugar
de enseñar la unidad en el espíritu, se enseña sobre la
abundancia material, haciendo que los nuevos miembros se
vuelvan egoístas, pues aprenden así a correr tras las
añadiduras, dejando de lado el buscar primeramente el reino
de Dios y su justicia, y por ese motivo los nuevos creyentes
pareciera que no creen, pues ni viven en justicia, y ni hacen
justicia.
Haciendo que el cristianismo cada día dependa menos de
Cristo, pues si dependiera para ellos de Cristo, entonces se
enseñaría a Cristo, y a cómo vivir como Cristo, para así agradar
al Padre, tanto como el Padre se agradó con Cristo. Muchos de
los mensajes de hoy en día, no son precisamente animar al
pueblo para que sirvan al Señor, sino que son, casi
sigilosamente acomodados para que los hombres dependan de
un líder, sabiendo nosotros que cada uno de nosotros somos
real sacerdocio, y no se planea sino lo contrario a seguir juntos
la buena carrera y cruzar la meta
A todos nos dio Dios, el ministerio de la reconciliación; así que
no es necesario que compitas mas para obtener algo que ya
todos tenemos. Decía en una ocasión,mi amigo el Pastor
Moisés Salgado, “Si en donde el Señor te ha puesto, eres el
tercero, o el segundo al mando, entonces se el mejor tercero, o
el mejor segundo, pero se siempre el mejor”.
No esperes tener un número uno en tu frente para poder ser
ese número uno para el Señor, recuerda que todos delante del
Señor, ya somos los numero uno, y que todos esos número
uno, deben de llegar juntos a la meta, y no solo llegar a la
meta, sino que, también deben de cruzar la meta, porque no
debemos de olvidar de que hay una meta y que no solo se trata
de llegar, sino de cruzar, pues muchos ese día llegarán, pero
no podrán cruzar.
Hay una meta
Hay una meta, nos dice el Apóstol Pablo, y hay una manera de
llegar, y de cómo llegar, para no tan solo llegar, sino para poder
cruzar.
Filipenses3.13 Hermanos, yo mismo, no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago; olvidando ciertamente lo que
queda atrás; y extendiéndome a lo que está adelante.
Note muy cuidadosamente mi querido hermano, que Pablo no
dice, olvidando a todos, no olvida al que está atrás, sino que
olvida lo que está atrás, para así extenderse a lo que está
adelante, que es la vida eterna con Cristo Jesús.
Como llegaría a la meta que es Cristo, si no me interesara por
quienes necesitan también llegar, esos por quienes también
Cristo murió y resucitó. Es cierto que la salvación es personal,
pero eso no quiere decir que no deba de dar mi vida por los
demás, al fin y al cavo debo recordar que mi vida ya no es mía,
pues un día se la entregué al Señor para que el fuese el dueño
de mi vida, y que fuese yo, instrumento en sus manos, como
vaso de honra.
Esto de que nuestras vidas ahora son para el servicio del
Señor, es como que te manden a hacer un mandado al
supermercado, y cuando vuelvas a casa con el mandado, te
pregunte quien te envió, ¿Me trajiste lo que te mandé a
comprar? Y tras de eso le respondas a quien te confió enviarte
a ti a ir y hacer lo que te pidió, o no! No traje nada, me compré
algo para mi nada más. ¿Alguna vez te has preguntado, cómo
vas a llegar a casa sin lo que te habían pedido que llevaras?
Acaso en lo natural, no buscas otro supermercado, hasta
encontrar que en ese lugar si haya lo que debes de llevar, y así
llegar con lo que debes de llegar, y decirle al que te envió, uffff,
me costó conseguirlo, pero acá tienes, lo que me pediste.
“Buen siervo fiel, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré,
entra al gozo de tu Señor”.
Quién puede olvidar la copa de Oro 2015 en Estados Unidos de
Norteamérica?
Nadie, verdad! Mucho menos cuando la prensa a nivel mundial
criticó los partidos de México contra Costa Rica, y el otro gran
polémico partido de México contra Panamá. Muchos medios, sino
es que todos, llegaron a la conclusión del gran favoritismo de la
Concacaf a favor de Mexico,tanto así que en los reportajes, los
mismos Mexicanos decían, que nunca había existido penal por parte
de Costa Rica, ni mucho menos los dos penales inexistentes en
contra de Panamá a favor de México.
Cuan triste e indignante es cuando aún en lo natural suceden estas
cosas, que manchan la imagen del futbol, pero aún más triste e
indignante es cuando el favoritismo corrompe el corazón de los
creyentes. No solo podría hacer esto que el amor de otros se enfríe,
sino que aquellos que se mueven solamente bajo influencia y no
bajo la mano poderosa del Señor, también se verán perjudicados.
La carrera a la eternidad no trata de a cuántos dejaste atrás
con tal de alcanzar y lograr grandes puestos dentro del
ministerio, aunque si bien es cierto debemos de buscar siempre
lo mejor, no es ese el rumbo correcto, eso es solo un beneficio
dado al esfuerzo de un creyente, pero no es ese el punto
exacto que debemos e seguir. La carrera a la eternidad trata de
que no bebes de dejar a nadie atrás, sino que debes de ayudar
a que todos puedan llegar hasta el final, para que juntos
gocemos de la presencia del Señor, por la eternidad.
Acá unas preguntas que no pueden faltar en nuestros corazones.
A cuántos, desde que conoces al Señor, que has visto que han
quedado atrás, les has ayudado para que estén adelante?
Siguen hacia adelante, o has dejado de tomar sus manos para
que juntos sean siervos fieles la Señor?
Está en tu corazón, ese sentir que hubo también en Cristo?
Sabes, el Señor entregó su vida por amor, a los demás, así que
pues; debemos de dar nuestras vidas por amor a los demás, y
con ese mismo amor.
Qué tan grande es tu amor, qué estás dispuesto a hacer, y aun
a dejar de hacer, por amor?
Estarás en realidad, amando a tu prójimo, o solamente has
estado compitiendo?
Para estas preguntas que deberíamos de hacernos, y
contestarlas con la más grande sinceridad, solo hay una
respuesta.
San Juan 15.13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno
ponga su vida por sus amigos.
Que importante es correr la buena carrera, y el tener a tu lado a
un buen amigo con quien correrla, y además; ser tú y yo, un
buen amigo para quien está a nuestro alrededor. Eso nos
debería de hacer pensar en escoger mejor nuestras amistades,
y caminar con los que con corazones limpios, invocan al Señor,
eso sí, sin dejar de ayudar a quienes aún no tienen sus
corazones tan limpios.
Por eso le decía Pablo a Timoteo; huye de las pasiones
juveniles, y sigue la justicia, osea, la medida perfecta, ni más ni
menos, sigue la fe, el amor y la paz, con los que de corazón
limpio invocan al Señor. Pero parece que muchas veces se nos
olvida que somos un cuerpo que debe de estar unido, unánime
y en armonía.
No puede ser posible que muchas veces andemos como si no
conociéramos al Señor, y andemos dentro de las
congregaciones, defraudando y compitiendo, manipulando, y
deshonrando los hermanos, con tal de alcanzar un buen
puesto, o el primer lugar, solo para satisfacer el ego. Efesios
4.17 Esto, pues digo y requiero en el Señor; que ya no andéis
como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
Mi querido hermano; no se trata de pasarle por encima a otros;
sino que se trata de ser de columna de apoyo para todos.
Como podré decir que estoy amando a Dios a quien no veo, y
no estoy amando a mi hermano a quien veo, no es esto lo que
nos enseña la palabra? Amarás
acaso solamente a Dios, y no
amaras a tu hermano, cuando dice
el Señor que amarás a Dios y
también deberás amar a tu
hermano como a ti mismo?
Debemos recordar en todo
momento, que Cristo es la cabeza
y nosotros el cuerpo, que debe de
estar unido a la cabeza.
Mira lo que le sucedió a Satanás cuando quiso ser él la cabeza;
aunque quizás tú no estés pretendiendo ser Dios, pero si etas
pretendiendo ser el que esté por encima de todos, tomar solo
tú las decisiones en el ministerio, aunque esas decisiones no
sean tan buenas como te parecen que sean.
Analizar en todo momento en cómo nos estamos conduciendo
por los caminos, es de fundamental importancia para nuestro
servicio ministerial, no vaya a ser y estemos siendo piedras de
tropiezo para la obra que el Señor quiere y está haciendo.
El Apóstol Pablo, nos lo recuerda una vez más, y es que
debemos de seguir la verdad, y ayudarnos mutuamente
(Efesios4.15:16)Sino que siguiendo la verdad en amor,(Muchos
siguen la verdad por seguirla, pero solo es correcto lo que se
hace, cuando se hace en amor),y continúan diciendo:
Colosenses 1.18 Y él es la
cabeza del cuerpo que es
la Iglesia, él que es el
principio, el primogénito
de entre los muertos,
para que en todo tenga
la preeminencia;
crezcamos en todo,(y notemos que Pablo no dice: Crezco en
todo, sino que dice,crezcamos,todos en todo)en aquel que es la
cabeza, esto es,Cristo,de quien todo el cuerpo bien concertado y
unido entre sí,(otra vez nos aclara que el cuerpo debe estar
unido)unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente,(Entonces porqué estas tan empeñado por
competir, si más bien deberías de estar ayudando a los
demás)así es como cada uno, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor.
Entonces, ya que cada miembro recibe del Señor, su
crecimiento cuando se ayuda mutuamente, esto quiere decir
que no necesitamos estar perdiendo más el tiempo en
competencias que solo traen consecuencias espirituales para
nuestras vidas, y más bien, deberíamos de apoyarnos
mutuamente, edificándonos en amor.
Tristemente al final de la vida de muchos, solamente
terminarán; no la carrera, sino terminarán su competencia,
llenos de tantos ministerios y
grandes puestos, llenos de fama y
gloria, con un nombre reconocido,
pero con, lastimosamente un cien
por ciento de seguridad que van a
escuchar la voz del Señor, que les
dirá, “Apartaos de mí, hacedores de
maldad”.
Podremos haber alcanzado
grandes cosas dentro del
ministerio, mi querido amigo, quizás pudimos haber abierto
miles de grupos, o aún, haberle dado alimento al hambriento, y
dado abrigo al desamparado, o dado miles de enseñanzas, o
escrito miles de canciones, he incluso podríamos haber viajado
a miles de lugares llevando en apariencia el mensaje del
evangelio, que si no hubo verdadero amor por el prójimo, de
nada me sirvió todo lo que pude lograr.
He visto como cada día
llegan personas a las
congregaciones, pero
también he visto como
hay quienes los echan
fuera, con sus malas
actitudes, por su estilo
de vida competitivo.
Por eso ten cuidado de como consigues las cosas, dentro y
fuera del ministerio, pues sino, estarías solamente acumulando
ira para el día de la ira. Por lo tanto si has estado pisoteando a
quien deberías de estar levantando, entonces nada eres, o
nada soy.
Capí tulo 12” Consecuencia espiritual
uántos, a través de la vida, hombres y mujeres han sido
dañados por quienes no han entendido cual es
verdaderamente la buena carrera hacia la eternidad.
Hombres y mujeres que no solamente han sido instrumentos
para que el mundo no conozca a Cristo, sino que también han
sido causantes de dolor, y cómplices para apartar a quienes
han querido y han necesitado ser restaurados y levantados por
el poder de Jesús, haciendo que muchos de los que aún no
conocen una congregación, no vayan, y haciendo que los que
aún asisten, no vuelvan por el daño que estos causan a quien
sea que se les cruce en su camino. Lo que es peor, hacen que
las personas no quieran venir a los pies de Cristo.
He visto como muchos llegan cada día a las congregaciones,
buscando a alguien que les pueda brindar una mano amiga,
pero tristemente también he visto como muchos más de los que
llegan, se van lastimados por quienes están al frente,
compitiendo por un puesto y no sirviendo como un cuerpo.
Muchos son quienes con sus malas actitudes y sus corazones
llenos de competencia y arrogancia, opacan el reflejo del amor
de Cristo en sus vidas, no permitiendo ser guía para quienes
necesitan ser guiados., viviendo sus vidas como si Cristo no
existiera en su interior, obteniendo así una gran consecuencia
para su pobre corazón no arrepentido.
Consecuencia
”Alguna vez te has preguntado, cómo sería tu vida, si no
hubieses tomado aquella mala decisión?
¿Qué hubiese pasado si yo, en aquel semáforo, hubiese
tomado la mala decisión de competir?
C
En el momento en que tomamos la mala decisión de competir;
es cuando hemos olvidado la ruta que deberíamos haber
estado siguiendo, y comenzamos a caminar por nuestro propio
camino, según nuestras reglas, creyendo lo que creemos que
debe ser, y olvidando lo verdadero.
Cuando tomamos la decisión de competir, estamos pasando a
olvidar la ruta que debíamos haber seguido, y comenzamos a
tomar otra ruta; la incorrecta.
Naturalmente, si yo hubiese competido y hubiese tomado otra
ruta, probablemente hubiese podido ocurrir un accidente y no
solo yo me habría visto perjudicado, sino también se habrían
visto perjudicados quienes estaban a mi lado.
Así mismo ocurre cuando alguien compite ministerialmente
contra alguien de su mismo cuerpo, no solo se ve perjudicado,
sino que también se verá perjudicado, no solo uno, sino que
todos sus miembros. Pues como dice la palabra; si se duele
uno, se duelen todos, y lo podemos ver de una forma muy
natural.
Si a ti te duele el estómago, acaso no se verá perjudicado el
resto del cuerpo? O con solo una pequeña cortadura en un
dedo, acaso no se resiente todo el cuerpo? Claro que sí!
Por eso antes de tomar la mala decisión de competir, piénsalo
muy bien, qué beneficio podrás obtener, ninguno.
No seas piedra de tropiezo para lo que el Señor quiere hacer
con otros, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos.
Muchas veces habrá personas dentro del liderazgo en tu
congregación, que te dirán que les estorbas, y aunque no te lo
digan, ellos sentirán que tú le eres estorbo para su
egocentrismo. Te digo esto porque lamentablemente, esto
ocurre dentro de las congregaciones a nivel mundial, hay
quienes pasan sus vidas ministeriales, desechando a quienes
están a su lado en el servicio, con el fin de ser ellos el único
centro de atracción. Te diré como le dijo Pablo a Timoteo;
apártate de los tales, no sea y caigas en el mismo juego de
competencia, y te veas a ti mismo siendo un competidor más.
No te desvíes ni a derecha ni a izquierda, y puedas decir al
final de tus días; He peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la fe.
2Timoteo 4.7 Dice: He peleado la buena batalla, (No dice que
ha peleado la buena competencia) por lo demás, me esta
guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que
aman su venida. Así que recuerda, que no hay competencia
buena dentro del ministerio, más que con la que es contra
nuestra propia humanidad.
En el transcurso de los tiempos ha habido y habrán aún,
quienes corran la buena carrera, estos son quienes deberás
tomar de la mano, pues son los que con corazón limpio,
desean ser agradables al Señor.
2Timoteo2.20 Pero en una casa grande, no solamente hay
utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de
barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.
Mas tú, sé un instrumento que honra y glorifica el nombre del
Señor, y no deshonres a quienes están, no solo a tu lado, sino
que también están a tu cuidado, y corre conforme a la buena
voluntad del Señor, con piedad y contentamiento, ayudando a
quienes aún vienen atrás. No seas uno más que ha envanecido
su corazón, con las cosas de este mundo, y recuerda la
doctrina de la piedad que es conforme al amor de nuestro
Señor Jesuucristo.1Timoteo Si alguno enseña otra cosa y no se
conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo. Y
a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, o
en el concepto de la palabra, se está comportando con orgullo
o superioridad frente a los demás, siendo despectivo y
desconsiderado.
Por lo tanto, esta clase de personas con este carácter, te
pueden perjudicar, o en el caso de que seas tú quien te has
envanecido, podrías perjudicar a alguien más.
Cuando un creyente se ha envanecido en su corazón, es claro
que no va a necesitar de nadie más que de él o ella. Es muy
probable que todo lo quiera hacer, aun sin tener la suficiente
experiencia, claro está que Dios es quien pone las palabras en
el corazón del hombre, y es Dios quien va a guiar a sus hijos a
hacer y decir lo correcto, siempre y cuando ese él o ella, no se
hayan envanecido, ya que existe un problema cuando Dios te
llama a hacer algo y te abre las puertas y las oportunidades
para que tú le sirvas y él pueda ser glorificado. Pero si ese
creyente que ya ha sido escogido para toda buena obra, llegara
a envanecerse, lastimosamente no hará conforme a la voz de
Dios, pues recuerde que quien se envanece, no necesita a
nadie más que él, por lo tanto aunque Dios le diga lo que tiene
y como tiene que hacerlo, ese él o ella, no lo harán, pues
actuarán conforme a su propio criterio, pues han creído que
son lo mejor de lo mejor y están creyendo que todo cuanto
hagan o digan, es agradable y conforme a la voluntad de Dios.
Ellos no van a reconocer que están equivocados, pues creen
que el rumbo que han venido llevando, es el camino correcto,
pero recuerden que, están envanecidos.
Antes de contarte la siguiente historia, quiero que te hagas una
pregunta. ¿Qué hubiese pasado con Jesús, si hubiese
convertido las piedras en pan? ¿Qué hubiese pasado en su
corazón si hubiera recibido todos los reinos el mundo, a cambio
de que se postrara y adorara a satanás?
Quizás estés pensando que eso jamás hubiese podido haber
ocurrido por el hecho de la divinidad de Jesús, Pero déjame
decirte que aún el mismo Jesús en su humanidad, despojado
de sí mismo como Dios para poder estar en la tierra como
hombre, tuvo que tomar cada día de su ejemplar vida, la
decisión de ser obediente hasta la muerte, y de vivir una vida
en santidad, cosa que tú y yo debemos también de hacer, y de
vivir.
Cada uno de nosotros debemos de tomar cada día, decisiones
que marcaran nuestras vidas de una forma positiva, o de una
forma negativa, para bien o para mal.
Uno de los más grandes problemas dentro del ministerio, no es
en sí el ministerio, obviamente que ningún ministerio es malo,
pues Dios no hace nada malo, pues todo don perfecto proviene
de Dios, pero quien sí es el principal problema dentro de un
ministerio, es el ministro, pues está expuesto a que cada día
pueda tomar una buena o mala decisión.
La mayoría de ministros dentro de las congregaciones, son
hombres y mujeres que están abiertos para cualquier persona,
y una de las cosas en las cuales pasan más tiempo ocupados,
es en la consejería. Siempre hay alguien que necesita ser
escuchado, y siempre hay alguien que necesita ser ministrado,
pues es un deber, el orar los unos por los otros.
El sabio ve el mal y se aparta
Uno de los problemas más vistos dentro del ministerio, es el
adulterio o la fornicación entre los miembros de una
congregación,muchos de los que se han visto más afectados a
caer en dicha situación, son los consejeros o los líderes,ya que
siempre son quienes son los mas buscados a ayudar por el tipo
de posición que emprenden. Casi siempre esos consejeros son
los líderes de cada grupo, pues son en apariencia quienes
están más capacitados para dicha tarea, aunque cabe resaltar
que todos hemos sido llamados para anunciar las virtudes de
aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Pero supongamos que un líder que se ha envanecido, va a
darle consejería a una mujer que viene del mundo, y quiere
conocer a Cristo y cambiar su vana manera de vivir, se acerca
a un líder, ya sea hombre o mujer, pues cree que ese líder le
puede ayudar con el problema que tiene con los deseos de
este mundo y viene arrastrando unas cadenas del mundo de la
pornografía.Esta mujer, aunque no conoce al señor, parece
que tiene la sabiduría para no contarle su problema a un
hombre, (sabia decisión), entonces busca a una mujer, pues es
sin duda alguna que las mujeres entre sí, se entienden un poco
mejor, o por lo menos tienen mucha más confianza de contarse
las cosas, y le cuenta su gran problema, pero siempre con ese
deseo de que alguien que conoce al Señor, le ayude.
Recuerdo escuchar la voz de mi abuelo, ya que él siempre me
decía: “Mi amor; recuerde siempre, si usted no sabe algo, es
mejor que pregunte, y busque ayuda de el que sepa, nadie nace
aprendido”
Y esto no solo me recuerda a mi abuelo, sino que me recuerda
algo mucho más importante; la palabra del Señor.
1Corintios 3.18 Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno de
vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio a fin
de llegar a ser sabio.
Dentro de las congregaciones donde no hay unidad, ni
humildad para buscar ayuda de otros miembros, puede que lo
más simple, se vuelva lo más difícil, recuerdan que dije que
mejor son dos que uno?
Esta mujer escuchó el problema, pero no supo cómo ayudar a
la mujer, por lo tanto llama a su líder y le cuenta la situación,
sabiamente acude a alguien más, aunque tristemente deja a su
amigo solo, por lo tanto queda él a solas con una mujer que
tiene que contar su situación, para poder obtener una
respuesta que le ayude a salir de su problema.
Puedo estar casi seguro que en toda congregación, siempre
hay un equipo de muchas personas, (pues un equipo no se
comprende de solo un individuo)que siempre están dispuestas
a ayudar, pero parece que esta historia es una mas de tantas
otras en donde la autosuficiencia juega una mala partida,y en
esta ocasión parece que ese líder se sentía tan autosuficiente y
además muy capacitado como para no buscar a alguien más.
Estos consejeros optaron por hacer las cosas a su manera,
solos, y lo que ocurre tras esta situación no es precisamente
que el Señor se vea glorificado.Hay quienes terminan siendo
tentados y se aprovechan de la situación,y es allí donde
muchos se dejan llevar por su debilidad, dañando así no solo
su vida, sino la de quienes confían en ellos.
Definitivamente nunca es bueno estar solo, Dios lo sabe, el
Señor mismo dijo en una ocasión, “no es bueno que el hombre
esté solo”, por eso líderes, ministros, siervos, sean sabios y
prudentes, cuando vean el mal, mejor apártate de él.
Pero dígale esto a un líder que se cree autosuficiente, y que se
ha envanecido, y lo único que va a escuchar de él o ella será
un “No me estorben, yo soy quien ha sido llamado, nadie me va
a quitar mi puesto,yo sé lo que estoy haciendo”.
Sabes mi querido hermano, lastimosamente este tipo de
situaciones terminan mal, todo porque alguien no puede
entender que somos un cuerpo en Jesús.
Tristemente en la mayoría de los casos, todo termina mal, pues
como puede salir algo bien, cuando no hay unidad?
Estos casos terminan no solo con una persona herida y sin la
ayuda que se necesita, todo por alguien que se siente superior
a los demás,y en lugar de terminar bien, más bien comenzó;un
líder que en lugar de ser competente, se convierte en un
creyente
competitivo, creyendo que va por el buen camino, a pesar de
su mal proceder. Esto es lo que puede llegar a pasar en tu
vida, si llegaras a creer que no necesitas a nadie más a tu lado,
por desconsiderar ser parte de un cuerpo, que tiene miembros
en los que se puede apoyar y confiar. Característica de un
competidor, que gracias a su sentido de superioridad, obtiene
para sí una gran consecuencia espiritual. Aunque muchos dirán
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
y que estas situaciones son para bien, una de las cosas que
deben de quedar claras, es que Dios no quiere que tu hagas lo
incorrecto para aprender una lección, pues el amor no hace
nada indebido, y quien ama a Dios, no hace lo incorrecto.
Tristemente quienes se han envanecido, muy probablemente
no van a reconocer que han tomado otro rumbo, pues están
seguros de que lo que hacen es verdaderamente la voluntad de
Dios, pues creen que por lo que han logrado alcanzar, están
siendo bendecidos por Dios; y no se dan cuenta que en
realidad lo que están es delirando en su corazón.
1Timoteo 6.3:4 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a
las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina
que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y
delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las
cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y
privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de
ganancia; apártate de los tales.
Tan claro como el agua es lo que Pablo está diciendo y
denunciando, que quienes no se conforman primeramente a la
piedad, son quienes están aún bajo el yugo de la esclavitud y
deliran de ser, a pesar de su mal comportamiento, agradables
al Señor.
Existen dos caminos que llevan al hombre a competir, y son
principalmente, lo que en principio decía Pablo, “El
conformismo”. Podríamos en cualquiera de los casos, poder
conformarnos a la sana doctrina, o conformarnos a este siglo,
que así llegaremos a tener dos tipos de características
reflejadas en nuestras vidas.
Ser hijos de Dios competentes, o ser hijos de Dios, competitivos.
Ahora bien, ser competentes dentro del ministerio, nos llevará a
ser agradables a Dios y a recibir de él la recompensa, pero ser
competitivos dentro del cuerpo de Cristo, solamente nos hará
obtener una gran consecuencia espiritual, aunque también
podríamos alcanzar grandes beneficios, pero no departe de
Dios.
Quienes no han permitido la soberbia, no pleitean, no deliran,
no blasfeman, no son corruptos de entendimiento, y no toman
la piedad como fuente de ganancia deshonesta, son quienes se
verán cada día de sus vidas, propensos a que otros quieran
competir contra ellos.
Pues así como la carne es contra el Espíritu y el Espíritu es
contra la carne, así lo que viven en la carne y no conforme al
Espíritu, siempre estarán en contra de quienes viven en el
Espíritu quieren agradar al Señor.
Lo contrario de lo que ocurrió con Jesús, pues él no confió en
sí mismo, como cosa a que aferrarse, sino que confió en el
Padre, y decidió ser obediente al Señor, aún por encima de
haber podido obtener un beneficio momentáneo, y así eso le
llevó a obtener no solo para él; un mejor resultado, y no una
consecuencia espiritual.
Capí tulo13” La buena relación
ue importante es todo aquello que atesoramos en
nuestro corazón, tan importante es, que dependiendo lo
que sea, ya sea bueno o malo, que no solo estará allí,
sino que también fluirá de nuestro interior a nuestro exterior, y
esto impactará
El entorno en el que vivimos, ya sea para bien o para mal, para
bendición o para maldición, para honra o para deshonra.
Alguna vez te has llegado a preguntar, porqué convertir una
buena relación en una mala competencia? Jesús nunca nos dio
un mal ejemplo de haber sido egoísta, aun a pesar de saber
que él merece toda la gloria.
Juan nos muestra un momento de tantos en donde podemos
ver el amor del Señor y lo claro que tenía él, el propósito que
venía a cumplir, y a quien quería agradar.
San Juan 17.10 Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; he sido
glorificado en ellos.
Una buena relación siempre va a buscar el bien del otro, esa es
la preeminencia del amor, el amor no busca lo suyo. Que gran
ejemplo vemos en Jesús, el mismo Señor, no siendo egoísta, y
a la vez pensando no solo en él, sino que rogando por los que
un día han de creer.
Mas no ruego solamente por estos, dice el Señor, sino también
por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Por la
palabra de estos hombres que estaban aprendiendo de su
maestro, a tener una buena relación no solo entre ellos, sino
Q
que a apartar todo egoísmo que les pudiese perjudicar en lo
que habían sido llamados a hacer.
Cómo podríamos nosotros estar haciendo lo contrario?
Solamente si no estamos teniendo una buena relación con el
Señor, es muy probable que tampoco tengamos una buena
relación con los demás. El que cada uno de nosotros, nos
estemos santificando más todavía, eso nos permitirá correr una
buena carrera, y no solo buena, sino también de una manera
exitosa.
Analizando nuestro corazón
Dependiendo de cómo estés viviendo la vida, no solo
ministerialmente, sino también comúnmente en todos los
aspectos tanto como hijo de Dios, así como esposo,
compañero amigo, incluso hasta como vecino. Es así que
podrás notar fácilmente si eres un buen corredor que tiene
claro cuál es tu rumbo, o si eres un mal competidor. Quizás
hayas escuchado el dicho popular que dice: Dime con quién
andas y te diré quién eres. Pues te voy a decir uno que tiene
que ver más con tu corazón, al que yo le prestaría aún más
cuidado. “Dime lo que crees y te diré como andas.
Quieres que te diga, mi querido amigo, porqué has estado
compitiendo? Pues es por lo que has estado creyendo, sin
duda alguna, has estado creyendo que esa manera de
conseguir el éxito dentro del ministerio, crees que es la correcta
porque te ha estado dando resultados. Pero recuerda que no
todas las maneras de conseguir lo que en teoría es bueno, son
tan buenas como parecen.
El conformismo y la falta de intimidad en una relación estrecha
con Dios; están pasando la factura en estos tiempos finales.
Hoy en día los ministros tienen más reuniones que minutos con
sus familias, tienen más cultos que intimidad con el Señor.
Muchos están más tiempo soñando con los lugares que desean
visitar, que preocupados por las almas que aún no conocen al
Señor. Hay más deseo por un puesto por alcanzar, y menos
deseo de ser mansos y humildes de corazón.
Muchos de los músicos dentro de las congregaciones desean
solamente ser famosos y dar grandes conciertos, en lugar de
ser santos y dar gran gloria al que merece toda la alabanza y
adoración. Los maestros enseñan mentira, y la mentira le
enseña al maestro. La falta de santidad está haciendo correr a
los hombres tras el primer lugar, y olvidan así a quien viene
atrás, con quien más bien deberían de cruzar la meta a la
eternidad.
Los hombres quieren ser real sacerdocio, pero sin ser
sacerdotes y solamente quieren la
realeza.
Sin santidad nadie verá al Señor,
pero los hombres hoy han
inventado su propia santidad,
creyendo que aun así podrán ver
al Señor, engañándose a sí
mismos y engañando a otros.
Decía el Señor miguel Núñez, de
la organización soldados de
Jesucristo, estas palabras que me
inquietan cada día más a
comprobar si realmente estamos
viviendo como Dios quiere y no
como nosotros creemos que Dios
quiere. Y él decía que,
“Una buena intención con una
teología errada no produce
buenos resultados”. Sin duda alguna así es la vida del
competidor ministerial, cree muchas veces tener una buena
intención, pero camina basándose en lo que él o ella creen, y
no en lo que es correcto y agradable al Señor.
Sin santidad nadie verá al Señor, es lo que Señor nos dice en
su palabra, por eso nada de lo que logres, si no lo lograste
viviendo en santidad, por más bueno que parezca, no le dará la
gloria a Dios; pues sin santidad es muy difícil llegar a hacer lo
correcto, y por lo contrarios es más fácil hacer lo incorrecto.
1 Pedro 2.9 Mas vosotros
sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis
las virtudes de aquel que
os llamó de las tinieblas
a su luz admirable;
vosotros que en otro
tiempo no erais pueblo,
pero que ahora sois
pueblo de Dios; que en
otro tiempo no habíais
alcanzado misericordia,
pero ahora habéis
alcanzado misericordia.
Así es como sin santidad, muchos están corriendo la carrera
hacia la eternidad con un gran engaño en sus corazones,
creyendo que no solamente llegarán, sino que también
creyendo que podrán cruzar.
Cómo podrías correr la buena carrera sin santidad?, imposible
verdad! Pues sin santidad llegarás a romper las reglas, pues
pensarás en que no es incorrecto nada de lo que estés,
pensando, haciendo, y diciendo.
Debemos de recordar que las reglas no se hicieron para
romperlas, y que además debemos de sujetarnos a las reglas,
pues las reglas se hicieron para ser respetadas. Por eso,
cuánto no más deberían de ser nuestras vidas sujetas a la
voluntad de Dios; no son acaso las leyes, un motivo para no
hacernos caer en el error? El Señor no hizo las leyes
solamente porque él no quiere que tu disfrutes de lo que él
hizo, al contrario, él sabe más que nadie, todo lo que te puede
hacer daño, y te ama tanto que aun en nuestra desobediencia,
él nos dice en todo momento; “Cuidado hijo, te vas a lastimar,
no hagas esto, no vayas por ahí, entre muchas otras cosas.
“Porque él te ama y no quiere verte mal, es por eso que nos
pide correr la buena carrera de la mejor manera, para no
solamente poder llegar, sino para también poder cruzar.
Lo podemos ver en lo natural; lo correcto dentro de cualquier
disciplina es que tú puedas ganar sin tener que hacer trampa,
(Alguna vez has ganado haciendo trampa, no se disfruta el triunfo
verdad, jajaja), siempre, respetando las reglas. Entonces,
cuánto no más dentro de la nueva vida en Cristo, deberíamos
de correr, en santidad, en unidad, y en amor. O acaso Dios
hará una excepción solo porque tu estas en un lugar de
privilegio, a diferencia de los demás que quizás están
empezando a asistir a una congregación, o que quizás no son
hijos de un miembro de tu Iglesia? No somos todos los que
hemos entregado nuestras vidas a Jesús, hijos de un mismo
Padre y Dios de todas las cosas?
El que quizás dentro de un ministerio hayas podido alcanzar
más, eso no te da libertad para hacer lo incorrecto, al contrario,
te capacita para ser ejemplo y tomar de la mano a quien
necesita ser alcanzado, pues esa es nuestra responsabilidad.
Deuteronomio 10.17 “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de
dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que
no hace acepción de personas, ni toma cohecho; que hace
justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al
extranjero dándole pan y vestido”.
Ya sé que estás pensando, acepción no es lo mismo que
excepción; pues veamos el concepto de acepción de personas
como la preferencia, sin una razón que lo justifique; por una
persona o varias entre otras.
Curioso no, Dios no tiene preferencias entre unas personas y
otras, pero nosotros sus hijos, quienes deberían de ser ejemplo
del amor de Dios, si las tenemos.
Y veamos como la palabra excepción nos muestra el mismo
favoritismo, tanto así que hacer excepción es excluir a una
persona o cosa de la generalidad o de la regla común.
Y Dios, ni tiene por favorito a nadie, ni excluye a nadie, por lo
tanto quienes llegan a ser hijos de Dios, son todos los que
creen, y allí no hay exclusión, y quienes son hijos de Dios,
debemos de vivir conforme a la voluntad de Dios, ves como acá
no hay preferencias para que unos hagan y otros no hagan lo
que es o no lo correcto.
Romanos 2.11:13, nos lo confirma una vez más. “porque no hay
acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin
ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo
la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los
oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la
ley serán justificados.
Así que cada hombre y mujer, sea quien sea, llámese como se
llame, crease lo que se crea, así haya logrado lo que haya
logrado, sea Pastor, Evangelista, Profeta, Maestro, o Apóstol,
así haya llorado mil horas, así haya abierto miles de Iglesias, o
haya echado fuera a miles de demonios, o predicado en
muchas naciones, déjame decirte que sin santidad nadie verá
al Señor.
Aunque seas el más grande de entre los hombres, o tengas
grandes cargos bajo tu autoridad, o hayas obtenido grandes
títulos y sirvas en todos los ministerios, y hayas podido
alcanzar la fama, y te creas estar en un nivel espiritual, superior
a los demás; si no vives en santidad, no podrás ver al Señor.
Podrás llegar a la meta, pero no podrás cruzarla, y eso sí sería
decepcionante no poder alcanzar, la salvación. Llegar hasta el
final, y no poder cruzar, sería como trabajar y al final no recibir
el pago.
Existe un dicho entre los hombres, que habla de “la famosa
argolla”, lo has escuchado?
Pues hay quienes dicen que lo más triste de la argolla, es no
estar en ella, aunque yo siempre he criticado este término que
se utiliza para el favoritismo y la exclusión de unos entre otros,
por el simple motivo que dentro del cuerpo de Cristo no puede
existir ni debe de existir este tipo de situaciones.
Quienes sirven por favoritismo, son muy probablemente
hombres y mujeres que no harán lo correcto, pues lo que
hacen o dicen lo hacen no por la nueva naturaleza que tienen
en Cristo, sino que es más por obligación y sin verdadero amor;
ya que ese llamado puesto ministerial en el que se les ha
confiado estar, es muy probablemente el lugar donde aún no
deberían de estár.No porque no hayan sido llamados, sino
porque quizás hubiese sido mejor que aprendiesen a tener
primeramente una estrecha amistad con el Señor, para que así
no llegasen a caer en una mala relación de competencia y
error, contra los miembros del mismo cuerpo.
Ahora bien; cómo saber que estamos viviendo en la santidad
que Dios nos pide que vivamos, o veámoslo de otra manera
para no llegar a justificarnos.
¿Cómo saber que no estamos viviendo en santidad?
Sencillo, pues todas las características de un hombre y una
mujer que viven en santidad, son las mismas características de
Cristo en la tierra.
Hay muchos que sostienen esto, eso sí, sin ningún
fundamento, y lo que dicen es que; aunque sea de arrastras se
puede entrar a la patria celestial, y que Dios sabe que nosotros
no podemos lograr vivir jamás acá en la tierra como Jesús
vivió, pues sostienen que Cristo sí pudo por ser Dios, pero eso
no es lo que la palabra de Dios nos enseña, y podemos ver en
Gálatas 5.19:21, las características de una vida que no se está
viviendo en santidad.
Gálatas 5.19:21
“Y manifiestas son las obras de la carne que
son:adulterio,fornicación,inmundicia,lascivia,idolatría
,hechicerías,enemistades,pleitos,celos,iras,contiendas,disensio
nes,herejías,envidias,homicidios,borracheras,orgías,y cosas
semejantes a estas; acerca os amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino
de Dios”.
Así que si estas características han estado más por encima de
lo que Dios ha establecido que es agradable a él, han estado
en ti y en mí, pues déjame decirte que en una vida así, no hay
santidad.
Bueno dirás, hay algunas cosas que sí tengo, pero hay otras
que ya las he dejado por completo, y sé que no me dominan.
Que tal, siempre buscamos las justificaciones a conveniencia,
pero veamos lo que dice el Señor en Apocalipsis 3.15.Yo
conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío
o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te
vomitaré de mi boca.
Acaso hay alguna razón para hacer algunas cosas y otras no?
Cada árbol da un fruto según su especie, pues jamás he visto
un árbol de manzanas, dar naranjas como fruto. Pero
curiosamente vemos en los hijos de Dios como árboles que
somos, muchas veces dar frutos diferentes al fruto del Espíritu
que mora en nosotros.
Pero por lo menos yo no estoy compitiendo, me dirás. Acaso
quien se ha conformado a este siglo, no es amigo del mundo, y
no dice la palabra que quien se considera amigo del mundo,
está siendo enemigo de Dios. Y qué es la enemistad, sino una
obra de la carne.
Qué clase de relación estas teniendo con el Señor? Si has
estado teniendo celos y contiendas, pleitos y envidias, déjame
decirte que es porque has estado compitiendo dentro del
ministerio, y ciegamente no te has dado cuenta de lo que has
estado haciendo.
Quiero que sepas que si has estado compitiendo, lo mejor será
que te detengas.
De qué te servirá ganar el mundo, la fama, y el renombre de
entre los hombres, si al final vas a perder tu alma?
Es tiempo de imitar a Cristo, o acaso no es posible? No dice
Pablo que seamos imitadores de él, así como él era imitador de
Cristo. (1Corintios 11.1)
Es tiempo de cruzar la meta, y solo hay una manera de poderla
cruzar, y esa manera es viviendo en santidad. Solamente
quienes han estado teniendo una buena relación con el Señor,
son quienes no ven el ministerio como ocasión para competir,
púes han aprendido a tener una buena relación con otros, no
viéndolos como inferiores, sino que viéndolos como un cuerpo.
Efesios 5.2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y
se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios
en olor fragante.
Así andemos nosotros, como obreros que no tienen nada de
que avergonzarse, siendo a Dios, ese olor fragante, por nuestra
buena relación.
Capí tulo 14” Cruzando la meta
a competencia ministerial, es sin duda alguna, uno de los
más grandes obstáculos en el crecimiento de cada
creyente. Por este motivo es que debemos de analizar
muy cuidadosamente nuestro corazón a la luz de la palabra,
para dejar de lado todo aquello que nos esté llevando por este
camino de competitividad.
Mira de dónde has caído, y presta atención en donde estás,
pues no vaya a ser que llegues hasta el final, y delante del
trono de Dios solamente escuches la voz de tu Señor que te
diga: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para
el diablo y sus ángeles. (Mateo25.41)No vaya a ser que llegues
a querer cruzar la meta pero no puedas hacerlo por no haber
vivido haciendo la verdadera voluntad de tu Señor.
Podemos ver como en los postreros tiempos, al multiplicarse la
maldad, el corazón de otros pocos se enfría. Lamentablemente
los hombres cada día están amando más la hipocresía y
cambiando la gloria de Dios, haciéndose necios,
envaneciéndose en sus razonamientos, y agradándose más en
las cosas que perecen, caminando en sus propios fundamentos
y apartando de sus vidas la fe, sin la cual es imposible agradar
a Dios.
Muchos se creen sabios en sus propios caminos, creyendo que
podrán recibir de Dios, lo que la palabra declara, pero olvidan
que la fe sin obras es muerta.
Hoy en día es muy sencillo engañarse a uno mismo, dentro de
cualquier ministerio, solo tienes que aparentar haber hecho
cualquier cosa, guiado aparentemente de la mano del Señor,
aun si tu corazón no se deleita en él, y muchos te aplaudirán y
así te sentirás que estás caminando bajo la voluntad de Dios, y
L
creerás que de esa manera es como debes de seguir
actuando, pero es camino que conduce a muerte.
No santificarte más todavía, te convierte en un contrincante
del Señor.
Dice un dicho popular; que hay quienes, “ni pican leña, ni
prestan el hacha”. Esto lo podemos comparar con quienes
pasan sus vidas, interrumpiendo el servicio de quienes aman
hacer lo correcto delante del Señor.
Son quienes estuvieron en el ministerio, pero no corriendo la
buena carrera, sino que estuvieron buscando cada día de sus
vidas, sobresalir de entre los demás, aun sin importarles ser un
cuerpo en unidad. Estos son quienes llegaran a la meta, pues
todo ojo lo verá, y toda rodilla se doblará, y toda lengua
confesará que Jesucristo es el Señor, para gloria del Padre,
pero no todos entrarán al gozo eterno, y no podrán cruzar, por
haber hecho de su carrera, una competencia.
Podemos ver como en la competencia no solamente se podrían
ver perjudicadas nuestras propias vidas, sino que podrían verse
perjudicadas las vidas de quienes verdaderamente anhelan
avanzar.
Existe en el corazón de quienes compiten, un gran
conformismo a vivir en esa envoltura de superioridad, que ni
siquiera aceptan la exhortación de quienes no desean verlos
caer más. (2 Samuel 11.3)Envío David a preguntar por aquella
mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de
Urías heteo.
El rey David en una ocasión fue exhortado por un profeta, tras
haber engañado y matado a un hombre con tal de encubrir un
mal que había cometido, habiéndose acostado y embarazado a
la mujer e ese hombre al que mandó a matar, olvidando que no
hay nada oculto que no venga a la luz, como si pudiésemos
escondernos del Señor.
Pero con la gran diferencia, de que David reconoció su error, y
tuvo la humildad de humillarse delante del Señor. (2 Samuel
12.13)Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y
Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no
morirás.
Si David hubiese sido un rey competitivo, es muy
probablemente que cuando el profeta lo estuviese exhortando,
quizás el rey le hubiera dicho; cállate, no me digas nada, acaso
no ves que yo soy el rey? Otro carácter que me podría estar
dando la señal de que estamos permitiendo el sentido de
superioridad en nuestros corazones.
Este es el problema que puede ocasionar el creer que estamos
en un nivel espiritual más elevado que los demás, no
permitiendo a nadie, que nos pueda encarar, aún por más que
nos digan la verdad, llegaríamos a estar siempre en contra de
quienes tal hagan con nosotros, llegando al punto aun así de
decir que quienes están exhortándonos, están siendo utilizados
por satanás para estorbar en nuestro ministerio.
Tristemente a quienes se les han segado los ojos con el brillo
de la popularidad, y para quienes han escrito sus propias
doctrinas en las tablas de su
corazón, será cada vez menos
sencillo, hacerles caer en la razón,
aunque alguno se levantase de
entre los muertos.
Lucas 16.31 Mas Abraham le dijo:
Si no oyen a Moisés y a los profetas,
tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los
muertos.
Santidad quiero; dice el Señor, y
no sacrificio y holocausto, que
cualquiera lo haría.
A decir verdad, esto es algo
muchas veces difícil de discernir
dentro de las congregaciones de
hoy en día, pues los hombres hoy
corren tras los hombres, dejando así el poner su mirada en
Jesús.
Lucas 20.46:47
Guardaos de los
escribas, que gustan de
andar con ropas largas,
y aman las salutaciones
en las plazas, y las
primeras sillas en las
sinagogas, y los
primeros asientos en
las cenas; que devoran
las casas de las viudas,
y por pretexto hacen
largas oraciones; éstos
recibirán mayor
condenación.
Hoy en día se levantan en apariencia, hombres y mujeres
llenos del Espíritu Santo, según dicen ellos, y los hombres les
creen no por el reflejo de Cristo en ellos, sino por los puestos y
logros que han llegado a alcanzar, cosa que cualquiera puede
lograr con un poco de engaño, ingenio, mentira y apariencia,
sin dejar de lado el complemento perfecto, la competencia.
Estos son; dice Lucas, los que se llevan todo, y dañan a otros.
Hoy en día, hay muchos que piensan que pueden ser
agradables al Señor, sin tan siquiera vivir para el Señor, creen
que con el hecho de hacer una buena obra, eso les es
suficiente para heredar la vida eterna, olvidando así que nadie
se salva por obras, para que nadie se gloríe, sino que debemos
de; eso sí, hacer obras dignas de arrepentimiento. No porque
las obras nos justifican, para nada, pues quien nos justifica es
aquel que derramó toda su sangre en la cruz del calvario, pero
lo que si hacen nuestras obras, es demostrarle al Señor, cuan
arrepentidos estamos, y cuan agradecidos estamos con él, por
su grande amor. Porque él nos amó primero, queremos
nosotros amarle de verdad, con nuestras vidas en servicio y
amor a él.
Un ejemplo de un hombre que a pesar de escuchar muy
claramente lo que Dios quería hacer, pero que creyó que era
mejor como él mismo lo interpretaba, fue nuestro gran amigo
Saúl.
Saúl creyó haber agradado al Señor, haciendo lo que él creía
que era lo correcto, esto me recuerda las palabras que me
decía mi amigo Rusvelt; Jeffrey, me decía, por favor, cuando me
veas hacer lo incorrecto, no dude en decírmelo, pues si no me lo
dices, entonces yo voy a creer que estoy siendo agradable al
Señor, aun si estoy haciendo lo malo.
Mas Saúl hizo lo contrario a lo que Jehová le había mandado a
hacer, y esto vino a ser, la ruina para su propia vida.
1 Samuel 15.19 /15.22 ¿Porqué, pues, no has oído la voz de
Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos
de Jehová?
Samuel había dado la palabra de Jehová a Saúl, para que
hiciera todo conforme el Señor había dicho, pues sabia Dios
que eso era lo mejor para sus hijos, mas Saúl no lo hizo así,
sino que creyó tener una mejor idea de la que Dios había dado.
Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y
víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el
prestar atención que la grosura de los carneros.
Lo que Dios ha establecido para cada uno de nosotros, es
mejor que lo que tú y yo podamos planear para nuestras
propias vidas, aún por encima de cualquier plan para glorificar
al Señor, pues es Dios quien sabe lo que verdaderamente le
trae gloria a él, o acaso vas a decirle tú al Señor: Mira Dios, yo
sé que a ti te gusta esto, pero yo te voy a dar esto, créeme que
te va a gustar más”. No verdad, jamás podremos pensar en que
nuestros pensamientos son mejor que los pensamientos de
Dios, ni mejores nuestros caminos que sus caminos.
Por eso debemos de tener siempre delante del Señor, un
corazón contrito y humillado, pues así podemos estar seguros
de que esto es lo que no despreciará jamás, el Señor, y así
podremos no solamente llegar a la meta, sino también que
podremos cruzarla, y estar por la eternidad al lado de nuestro
amado Señor.
Lastimosamente muchos solamente tienen escrita la palabra
santidad, en sus biblias y no en sus vidas, algo de lo que tú y
yo, debemos de cuidarnos, y buscar la santidad.
El camino del Señor es perfecto
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Isaías 55.8
Mira que no dice la palabra, espera la santidad, que ella te
encontrará, dice: Buscad la santidad, sin la cual nadie verá al
Señor.
En estos tiempos, aunque la palabra santidad está escrita en la
Biblia de todos, en la mente de muchos, pero en el corazón de
pocos, debemos quienes amamos al Señor, mostrar la misma
solicitud hasta el final, pues en todo tiempo debe de alumbrar
Cristo en nuestros corazones, y los hombres deberán de ser
alumbrados por esa luz que fluye de nuestro interior.
En muchos lugares podrán haber hombres y mujeres que
solamente busquen el ser superiores a otros, más tu mi querido
hermano, no seas uno más de ellos, y se ejemplo en todo.
Sabiendo de quien has aprendido, entendiendo que no vale lo
que tanto hagas para el Señor, sino que entendiendo que lo
que vale es como lo hagas, con un corazón limpio delante del
Dios de los espíritus, en espíritu y verdad.
Siempre habrán quienes movidos por sus pasiones egoístas,
quieran derribarte, a estos evita, más no los dejes atrás, pues
aunque tengan apariencia de piedad y no la vivan, el Señor nos
ha puesto para edificar, y no para derribar.
Juntos podremos cruzar la meta, eso sí; sin pasar por encima d
los demás, sino que alcanzando a quienes van adelante,
ayudando a quienes vienen atrás, para así juntos poder ver esa
bandera a cuadros, que anuncia la victoria de un Pueblo que
fue rescatado de las tinieblas a la luz admirable, para gloria de
nuestro Señor Jesucristo.
Recuerda que la luz verde no te da la opción de competir, sino
que la luz verde lo que te indica es que puedes avanzar, por el
camino en el que tenemos que caminar, este es Jesús, y así
seguir el rumbo, al lugar donde tú y yo necesitamos llegar, a
nuestra patria celestial.
Buen siervo fiel
Sea usted siempre fiel al Señor, ame a su prójimo como a
usted mismo, y apártese de vosotros, toda altives, todo
egoísmo, toda envidia, toda gritería, toda mentira y todo
conformismo, sabiendo que el Señor es galardonador de los
que le buscan.
Hebreos 11.6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que
es galardonador de los que le buscan.
No permitas que las corrientes de este mundo, vengan a ser
causa de tropiezo para tu vida espiritual, recuerda que una
consecuencia natural, puede ser una eterna consecuencia
espiritual para ti.
Procura con diligencia presentarte a Dios, como obrero que no
tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
No te canses de hacer el bien, aviva el fuego dl don que hay en
ti, y da testimonio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Apártate de toda contienda, sabiendo que para nada es
provechosa y no olvides que el más grande es el amor.
No hagas de la buena carrera, un camino con obstáculos, que
luego no te permitan caminar correctamente siendo luz en
medio de las tinieblas
2Timoteo 2.15Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de verdad.
Capí tulo 15” Nacimos para servir y no para
competir
l pasar de los años, he podido así como muchos, ser
testigo de cómo en muchos lugares hay aún quienes se
sienten superiores a los demás, y ahora que tengo la
oportunidad de escribir este libro, mi gran deseo es que cada
creyente pueda estar en comunión y unidad con los que con
corazón limpio, invocan el nombre del Señor.
Esperando a que cada uno de ustedes, medite en esto, y siga
la fe, no con obras muertas ni apariencias de hipócritas que
usan la palabra para ganancias deshonestas, sino que con un
amor sin fingimiento, crezcamos en todo, sabiendo que la
venida del Señor está pronta a suceder, y que no vendrá él por
quienes han pasado sus vidas compitiendo entre sí, sino que
vendrá por un pueblo que no solo espera, sino que unidos en
armonía, también aman su venida, demostrándolo con un estilo
de vida santo, sin mancha y sin arruga.
Porque los que son de la carne piensan en las cosa de la carne;
pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Romanos 8.5
Definitivamente y sin duda alguna, una de las ventajas de
pensar correctamente con respecto a todo, pero aún más
importante con las cosas del Espíritu, es que no solo vamos a
ser agradables a Dios, sino que definitivamente, vamos a estar
completamente seguros de que lo que estemos haciendo, será
siempre lo correcto, siempre bajo la misión y la visión, no
nuestra; sino la del Señor, sabiendo que mejor es dar que
recibir.
A
Aun el mismo Jesús, no pensaba en él, sino que pensaba en
los demás, ejemplo que podemos ver en el siguiente
comentario.
El momento en donde el mismo Señor con su gran poder,
escucha de la voz de satanás, decir: Si eres el hijo de Dios, di a
esta piedra que se convierta en pan, cosa que sin duda
alguna, Jesús podría haber hecho. (Lucas4.3:4)Mas Jesús
entendiendo y aceptando su propósito aún por encima de su
divinidad, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra de Dios. Pero algo de, y en lo que Jesús
pensaba, era en los demás, veamos lo que un poco de tiempo
más adelante ocurriría en las bodas de Caná. (Juan
2.1:11)Faltó en ese momento el vino, y la petición a que él con
su poder pudiera ayudar a los demás, se hizo evidente. Jesús
les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta
arriba. Solo, en el desierto llegó el susurro, “No hay pan. Di que
estas piedras se conviertan en pan “Ahora bien, en las fiestas
de las bodas llega el susurro, “No hay vino”, y Jesús convirtió el
agua en vino. Que maravilloso ver esta imagen de servicio en
ambos actos, la determinación que Jesús tiene al saber y
entender que el poder que él tiene, no es más que para la
gloria de su Padre, más él en el desierto no lo utiliza para su
propio beneficio. Él convirtió el agua en vino para los demás,
pero para sí mismo no convirtió las piedras en pan, vemos la
misma petición, una palabra que susurra a su oído, para su
favor y la otra para el favor de los demás, mas él tenía claro lo
que era mejor para él, servir a los demás, pues él no vino para
ser servido, sino para servir, un ejemplo de un servicio
desinteresado, que ganó su corona en el calvario, por el hecho
de despojarse de sí mismo, por amor a los otros. Así mismo se
demuestra en nuestras vidas que tenemos poder, con la única
diferencia de que muchas veces lo queremos aprovechar para
nuestro beneficio, sin darnos cuenta que al utilizarlo para el
beneficio de los demás, estaríamos ganando aún más de lo
que pudiésemos obtener por nuestras propias fuerzas.
Por lo tanto debemos de conducirnos en amor, gozo, paz,
mansedumbre, y templanza, sin buscar nada más que el bien
para los miembros del cuerpo de Cristo, pues quien ve tener
necesidad a su hermano y mayormente para los de su propia
casa, y cierra contra él su corazón, adonde está el amor de
Cristo en nuestros corazones.
Pero si piensas en las cosas del Espíritu, siempre harás
entonces, morir las cosas de la carne, que son contra la
voluntad de Dios.
Somos un pueblo adquirido por Dios, no para tener el control
de los demás y usarlos a nuestro antojo y deseo, sino para
anunciar con nuestras actitudes a los demás, las mismas
virtudes de aquel, que mora en nuestros corazones, el mismo
que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Y nótese que
al anunciar, lo debemos de hacer no solamente con palabras,
deberá de ser con nuestras propias vidas, delante de los
hombres que conocen y que no conocen al Señor.
No olvidemos que el siervo no es más que su Señor, y nosotros
definitivamente no somos los Señores, sino más bien los
siervos del Señor; pues él es quien está por encima de todos, y
no nosotros por encima de nadie.
Quizás alguna vez llegaste a escuchar decir a alguien en tu
congregación, vámonos que allá viene aquel hermano, o
algunas veces deseaste más estar en tu casa porque hay más
paz en tu hogar que en tu congregación.
Debemos de ser ejemplo en todo lugar, así que si eres amable
en tu casa, también deberías de ser amable en tu
congregación, y si eres un pan de Dios en tu congregación, que
no se te quite cuando llegues a tu casa, sabiendo y
entendiendo que somos hijos de Dios con todos y en todo. No
seas de los o las que cuando ponen un pie en la Iglesia, todos
empiezan a correr como si fueras un tipo de leproso, aunque
algo de lepra espiritual muy probablemente hay en ti, si eres
con los que no es agradable compartir.
Serás quizás de los que dice el Señor, que deben de ser
soportados, jajaja, quizás algún día cambie, dirán de ti.
Muchas veces escuché decir en momentos cuando las
congregaciones anunciaban un paseo, ho, que bonito, pero que
pereza si va aquel hermano yo no voy.
Recuerda que lo más vil y despreciable escogió Dios, para
avergonzar a lo sabio de este mundo.
La clave para poder correr esta carrera espiritual en un mundo
natural, es sin duda alguna,
amándonos los unos a los otros,
solo así nos podremos soportar
los unos a los otros, y no nos
haríamos daño los unos a los
otros. Pues sin amor, será muy
posible que hagas tropezar a
otros, y no recibirás el premio si
no cruzas la meta.
No habrá ningún premio para quienes hagan tropezar a los que
Cristo salvó, y por los que también murió y resucitó.
Si por la competencia consiguieras alcanzar la fama y la
popularidad dentro del ministerio, y aun sigues pisoteando a
quienes deberías de estar levantando, entonces de nada te
estaría sirviendo correr, en vano has estado logrando lo que ni
has traído ni aun te llevarás.
Debemos de tener muy claro, que no hemos vuelto a nacer,
para seguir siendo los mismos que cuando no conocíamos al
Señor, pues si antes competíamos sin Cristo, no así lo
deberíamos de estar haciendo ahora que el Señor nos ha
hecho libres. Somos nuevas criaturas que han dejado las cosas
viejas en el pasado, no pretendamos traerlas a nuestra nueva
naturaleza con el pretexto de usarlo para la gloria de Dios,
porque la competencia no glorifica en nada al Señor, pues
somos uno en Jesús y no unos más superiores que otros, pues
la medida que debemos seguir es a la estatura del varón
perfecto.
2Corintios 5.17
Sin amor es imposible
cruzar la meta, y si no
cruzas tampoco
recibirás el premio que
el Señor ha preparado
para quienes le aman.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Es sin duda alguna que el conformismo y la falta de intimidad
con Dios, es la que está pasando la factura en estos tiempos
finales.
Las palabras de un gran amigo, Geovanny Mora, me hacen
cada día recordar que precisamente eso mismo hacía el Señor.
Recuerdo que cada vez que debíamos servir, este gran hombre
nos decía: “Hagan que servirle al Señor a su lado, sea cada vez
más agradable, que los hombres y mujeres que están a tu lado,
anhelen y se sientan felices, de que tu estés con ellos”.
Recuerda que si no hay amor, nada soy.
Pensando en los demás.
1Juan 4.20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su
hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano que
ha visto, ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
Tú y yo hemos sido creados con amor, por el Dios que nos
ama, para que todo aquello que hagamos, lo hagamos con
amor, y ese deseo de competencia de hoy en día dentro de
cada ministerio, no es más que un egoísmo copiado del
mundo, cosa que no es agradable al Señor, pues la palabra
nos exhorta a no imitar las cosas del mundo.
1Juan 2.1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no
pequéis. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre,
a Jesucristo el justo. Él es la expiación por nuestros pecados, y
no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el
mundo. En esto sabemos que nosotros le hemos conocido: en
que guardamos sus mandamientos.
Podría hablar del mundo, en cuanto a competencia se refiere,
pero parecería ilógico, o extraño que aún el mundo está más
unido, claro que de una forma errónea o equivocada, que aún
el mismo creyente. Hoy en día vemos como el mundo se une
por una causa, y el creyente se divide por cualquier causa,
podemos ver como el mundo se ha vuelto más humanista, y el
creyente más egoísta. Sabemos que quien compite, no es más
que un egoísta que busca su propio logro, pues no piensa nada
más que en él mismo, y nadie más, cosa que lamentablemente
el cristianismo ha estado adoptando del mundo, cuando pensar
en uno mismo, debería de ser lo último en lo que se piense.
Claro está que no podemos descuidar una salvación tan
grande, pero ha esto no es a lo que me refiero, sino a estar
siempre deseosos de ser bendición a los demás, pues quien
sabe hacer lo bueno y no lo hace, se le cuenta como pecado.
Por lo tanto deberíamos de estar buscando hacer cada día, lo
bueno, recordando que hemos sido creados con amor, para dar
con amor. Pues el que ve a su hermano tener necesidad, y
cierra contra él su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en
él?
Un sueño bajo las gradas
Recuerdo el momento en cuando tuve el sueño de escribir un
libro, pensaba que era imposible y tardé seis años creyendo
que nunca lo iba a poder lograr, hasta que comencé a
escribirlo. Hasta el día de hoy he podido ver como
lastimosamente las personas solamente, y aun dentro del
ministerio, se dejan llevar por las influencias personales.
Si no eres famoso, no te ayudan, pues creen que no habrá un
beneficio personal, ya que no eres tan famoso que digamos,
como para que su nombre sea también reconocido. Es en este
momento que quiero que hacer notoria mi tristeza delante de
ustedes, al ver como se me cerraron tantas puertas de
editoriales, y de personas que están dedicadas al “crecimiento
de la obra del Señor”, solo por el hecho de no estar, como
dicen muchos ,en la popularidad(argolla).Hoy le doy gracias al
Señor, por no estar dentro de esa tan humana y común
popularidad(argolla),pues quienes dependen de los hombres y
no de Dios, tristemente están desperdiciando el poder
desarrollar la capacidad que Dios nos ha dado, pues no nos ha
dado Dios, Espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio
propio. Cuando aprendes a depender de Dios y no de los
hombres, aunque obviamente Dios usa a los hombres para
beneficiarte a ti, entonces ahí es cuando sabe mejor la victoria,
pues es cuando el Señor se glorifica en, y con tu vida.
Quizás muchos nunca se enteraron de mis viajes al extranjero,
solo quienes estuvieron escuchándome cuando estuve allá, o
muchos acá nunca vieron mi cara cuando se escribía de mí en
otro país, o no veían mi rostro en la televisión cunado era
entrevistado en otro país, o aún muchos no me han visto
ayudar a quienes han necesitado ropa o alimento, o no han
visto mi nombre en grandes revistas. Quizás por no ser de la
farándula, sea por eso que no me han querido ayudar, pero
ciertamente el Señor lo ha visto todo y no se deja impresionar
de nada, pues todo lo que hagamos, ya sea de palabra o de
acción, debemos hacerlo como para el Señor.
No quiero la fama, no busco el poder, solo quiero ser alguien
más que el Señor utiliza para que su nombre sea glorificado.
Hoy puedo decir que he dado lo mejor de mí, pues un sueño
aún no es realidad con solo el hecho de llegarlo a comenzar,
sino que un sueño es real, cuando lo logras terminar.
Mi sueño bajo las gradas es este libro, que aunque poco a
poco mientras bajo las gradas del lugar donde trabajo, en los
momentos en donde me sobraban pocos minutos para escribir,
lo pude terminar, no esperando obtener ninguna ganancia
económica, más que la ganancia de poder impactar las vidas
de quienes han sido llamados para servir, pues no es lo que se
ve lo que más vale, sino lo que se hace, y como se hace, y
para quien se hace; que hoy puedo decir una vez más; que el
Señor es mi ayudador.
Muchos de quienes me conocen, han quedado impresionados
al ver como un simple misceláneo, sin títulos universitarios, ni
millones en sus cuentas bancarias, ha podido lograr algo que
todos pueden hacer, pero que no todos se esfuerzan por
cumplir, sus sueños.
Por eso, déjame animarte a seguir adelante, puestos los ojos
en el autor y consumador de la fe, en Jesucristo, corriendo la
buena carrera, sabiendo que el Señor traerá la recompensa a
cada uno. No debemos de olvidar que Dios lo que mira es tu
corazón, así que solamente cumple lo que se te ha
encomendado, se fiel, integro, obediente, y ten cuidado de ti
mismo, y entonces un día estarás delante del Rey de reyes y
Señor de señores, y escucharás de su boca decir: Buen siervo
fiel, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré, entra en el
gozo de tu Señor.
Recuerda que para Dios no hay nada imposible, y que a lo más
vil y despreciable escogió el Señor, para avergonzar lo sabio
de este mundo. En el Señor nunca hay límites para alcanzar lo
que el Señor ha establecido para ti, los limites los pones tú, por
eso no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios, está
contigo por donde vas, él es tu buen pastor, solo se obediente
a su voz.
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por
los hermanos.
1Juan 3.16
Así tú y yo hemos sido llamados a ser cabeza y no cola, y
recuerda que la cabeza es quien guía a la cola, o acaso la cola
guía a la cabeza? Somos luz en medio de la oscuridad, y sal
que sazona la tierra.
Sé que no es bueno que hable de los demás, pero esta vez lo
voy a hacer contra mi propia carne, jaja, sí, les voy a hablar de
mi esposa.
Una de las cosas por las que más discutimos en casa, y como
todos los que están casados debe de saber que dentro del
matrimonio muchas veces se discute por cualquier cosa. Pero
esto que les voy a decir, no es cualquier cosa, saben, soy uno
de los que aman deleitar el paladar con buen sazón en las
carnes y todo cuanto se cocine, y a mis esposa no le gusta
usar mucha sal en las comidas, y en una de tantas a las que no
le pone mucha sal, es al arroz.
Nunca he tenido que comer comida de un hospital, pero he
escuchado a quienes han estado internados, que una de las
más grandes tristezas, no es precisamente la enfermedad,
sino, la falta de sal en las comidas, jaja. Así que si alguna vez
tú has tenido que comer arroz sin sal, creo que podrías
entender de lo que hablo.
Así mismo ocurre con el creyente que no da sabor a los demás,
no dan ganas de probarlo, aunque lo que este trayendo, sea un
gran alimento, no lo olvides, pues si habéis resucitado con
Cristo, como nos recuerda la palabra, entonces busquemos las
cosa de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Colosenses 3.6 Sea vuestra palabra siempre con gracia,
sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a
cada uno.
Que importante es pensar en los demás, pues no debemos de
hacer a los otros lo que no queremos que hagan con nosotros.
Tarde de café
Cada tarde, al ser las tres en punto, me reúno con mis
compañeros de trabajo, para disfrutar de una deliciosa taza de
café, mmm, bueno! Delicioso, dependiendo de quién haga el
café.
Tengo un compañero al cual le gusta hacer el café muy, pero
muy fuerte, tan fuerte que a la hora de servirlo en un vaso,
parece tinta negra, y además es tan fuerte que en lugar de
saber a café, sabe como a cacao puro; bueno, pero la verdad
es que solo a él le gusta ese café, el que él hace para él.
Es por eso que antes que él haga el café a su gusto, yo suelo
apresurarme para hacerlo antes que él lo haga, y así el café
sea agradable y deleitoso para todos, tanto así que cuando yo
hago el café, él dice: Que buen café!
Pero qué tendrá que ver esto con la vida cristiana, si es
solamente un café?
En realidad la comparación del café a la vida del creyente no
tiene nada de parecido, pero la actitud sí que tiene que ver en
mucho, pues esto es lo que ocurre dentro de la competencia
ministerial.
Siempre hay alguien que cree que lo que está haciendo es
agradable a los demás, sus malas
actitudes contra los demás, o
hasta sus enojos, aunque
probablemente por respeto, es que
nadie te va a decir que es de mal
gusto tu cafecito
espiritual,jaja,nadie lo va a querer
tomar.
Debemos; antes de hacer
cualquier cosa, detenernos y pensar no solamente en nosotros,
sino que también debemos de pensar en los demás, ya que no
todos anhelan pasar el resto de sus vidas perdiendo el tiempo
compitiendo entre sí. O acaso a ti te gustaría pasar el resto de
tu vida ministerial al lado de quienes te son tropiezo?
A ningún creyente le será deleitoso un obstáculo de
crecimiento espiritual, que le deje un sin sabor de boca, no hay
nada mejor que poder saborear una buena relación, para juntos
darle la gloria a Dios.
Esto es lo que pasa con nuestro compañero, nadie se deleita
con su café, aunque él sabe que a nadie le gusta ese café, él lo
sigue haciendo tan fuerte como lo hace, pues no piensa nada
más que en él.
Por eso te decía: Antes de ti, piensa en los demás, y así
estarás pensando verdaderamente en ti, sabiendo que
definitivamente, lo que el hombre siembre, eso será lo que va a
cosechar.
1 Juan 2.15 No améis
al mundo, ni las cosas
que están en el mundo.
Si alguno ama al
mundo, el amor del
Padre no está en él.
Proverbios 5.21 Porque los caminos del hombre están ante los
ojos de Jehová, y él considera todas sus veredas.
Acaso podremos escondernos de la presencia del Señor, para
que él no vea nuestro caminar. No debemos de olvidar que
esta nueva vida que tenemos en Cristo Jesús, Señor nuestro,
es para servir y no para competir.
Porque todo lo que podemos ver del mundo, mi querido
hermano, esos deseos de superioridad, es estilo de vida de
competencia ministerial, y toda esa vanagloria. No es lo que el
Señor ha establecido para que tú y yo vivamos.
No olvides que son mejor dos que uno; ningún sentido tiene la
buena carrera, si la corres solo, ya que te podrías tropezar
contigo mismo, y nadie habría a tu lado para poderte levantar.
Esto me recuerda en una ocasión en cuando estábamos
esperando a nuestro primer hijo Ian; como yo estaba
acostumbrado a caminar rápido; recuerdan? Entonces en
muchas ocasiones dejaba a mi esposa atrás, o tenía que
tomarla de la mano y hacer que caminara más rápido, eso sí,
se me olvidaba que ella estaba embarazada.
Poco a poco logré que mi esposa caminara más rápido, hasta
que un día se dio cuenta que la estaba haciendo seguir mis
pasos a la velocidad que yo estaba tan acostumbrado a
caminar, y me dijo: Hey, ve más lento, yo no estoy tan
acostumbrada a caminar así.
Espiritualmente como hijos de Dios, no estamos llamados para
dejar a nadie atrás, tampoco estamos llamados a no ayudar a
que todos crezcamos en todo, sino que hemos sido puestos
para que los hombres conozcan la salvación que proviene de lo
alto.
Por eso, analiza, piensa, medita, y mira cómo has estado
caminando, y te ha dejado de importar a quien está a tu lado, y
si es así, es porque has hecho de esta carrera, una
competencia.
Confía en Jehová y has el bien, cuida tu corazón de no ser tú,
quien estés dañando a alguien más, solo por preferir obtener
un puesto en tu congregación.
Recuerda que lo que haces a otros, te lo haces a ti mismo, y
que cuando haces algo, ese algo es para el Señor.
Qué clase de ofrenda le estás dando a tu Dios, ofrenda
agradable como Abel que escogió de los primogénitos de sus
ovejas, de lo más gordo de ellas. O estás haciendo que con tu
manera de vivir, el Señor no mire con agrado tu ofrenda, como
tampoco miró el Señor con agrado la ofrenda de Caín, por
ensañarse contra su propio hermano? (Génesis 4.3:6).
Es hora de tomar de la mano a quien camina más lento que tú,
y no soltarlo, para juntos, y cruzar la meta.
Recuerda que Jehová es quien disputa con los que contra ti
contienden, él es quien pelea contra quienes te combaten.
Salmo 35.1
Es necesario que aprendamos a pedirle al Señor, no que nos
dé un puesto, sino primeramente a que podamos aprender a
como hemos de andar (Salmo352.8) Para así no llegar a ser
como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento…
(Salmo32.9).
No seas como los que se han conformado a este siglo, y han
apartado su oído del consejo del Señor, sino más bien sigue la
paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Santifícate más todavía, y nótese que dice: “Más”, no que un
poco, o que hoy sí y mañana no, sino que debe de ser más,
todavía. Porque muchos dolores habrán para el impío; mas al
que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
El semáforo está en verde
La luz verde está frente a ti, será tu decisión, te aconsejo que
no vale la pena competir; Dios te ha llamado a ser un obrero
entre tanta mies, porque la mies es mucha, más los obreros
son pocos, y entre tanto caos, es necesario que hombres y
mujeres que aman al Señor, marquen siempre la diferencia.
Recuerda que el verdadero éxito espiritual, no es lograr
muchas cosas, ni tampoco alcanzar la fama en este mundo,
pues es mejor hacer tesoros donde ni la polilla ni el ladrón, te
puedan quitar lo que Dios te ha permitido tener, haced pues
tesoros en el cielo, porque el verdadero éxito es poder ser un
siervo fiel, que llega hasta el final para poder ver un día, cara a
cara a su Señor, tal y como él es, en su grandeza y su poder, y
poder escuchar del Señor decir: Buen siervo fiel, en lo poco
has sido fiel, en lo mucho te pondré, entra al gozo de tu Señor.
Cuan glorioso será ese día, eso sí es poder llegar a decir un
día, obtuve lo más grandioso que alguien puede llegar a tener,
estar de frente al Señor, por toda la eternidad.
Satanás solamente quiere que aceptes lo incorrecto, no solo
para tu vida natural, sino también en tu vida espiritual, para
hacerte creer que estas caminando en rectitud de corazón, y
que no puedas ver que necesitas cada día, rendirte en
obediencia y amor al Señor, él quiere hacer de ti, una piedra de
tropiezo dentro de cualquier ministerio, necesita que alguien
que esté adentro, dañe lo que está adentro. No olvides que él
es padre de mentira, no es natural hacer tropezar a tu
hermano, por eso mira muy bien lo que has estado haciendo, y
si en dado caso tienes que arrepentirte, es mejor que lo hagas
ahora, no vaya a ser que luego sea demasiado tarde.
Obstáculos de crecimiento
En el mundo, hoy en día hay quienes de una u otra manera
natural, han impactado tanto a quienes han estado a su lado,
como también a las naciones. Algunos han impactado para
bien, y otros para mal; esto de una forma natural, aún sin ser
guiados por el Señor, pues han sido hombres y mujeres que no
han conocido a Dios.
Cuánto no más deberíamos de impactar, quienes hemos sido
conocidos por Dios, y que ahora conocemos al Señor, y que
podemos ser guiados de una manera espiritual, no conforme a
nuestros pensamientos, sino conforme a la voluntad de Dios.
Acaso no es nuestro deber, impactar al mundo de una forma
espiritual, para que ese impacto sea reflejado de una manera
natural, tanto así que esa forma espiritual, sea más natural que
aún lo comúnmente natural, y así con seguridad palpable,
podamos decir, ciertamente el reino de Dios ha venido a
nuestras vidas, y nos movamos conforme a ese reino espiritual,
pero en la tierra? Que las huellas que dejas en este mundo;
sean un gran ejemplo para, no solo a quienes te rodean, sino
que sea de beneficio para las futuras generaciones.
No seas uno más en tu congregación, que adhiere a su vida,
un obstáculo de crecimiento, y se de quienes adoptan un estilo
de vida que agrada en todo momento al Señor.
Recuerda que la obra es del Señor; y que tú solamente eres un
administrador, que no solo administra, sino que cuida y
embellece lo que el Señor ha puesto en tus manos, que debe
de cumplir la voluntad de Dios, y ser una columna de apoyo,
con quienes con un corazón limpio invocan el nombre del
Señor, y no ser de los que lastiman y estorban a los miembros
del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Si la competencia ha venido a ser en tu vida, lo que dentro del
ministerio al Señor te ha permitido alcanzar grandes cosas;
basta ya de seguir viviendo de esta manera, pues no estás mas
que guardando como en saco roto, no seas una víctima más
que se engaña y engaña otros.
Recuerda que en Jesús hay libertad, y somos uno en Jesús.
Acaso no es más favorable descansar, bajo la sombra de un
buen árbol? Pero si arrancas ese árbol, cómo quedará sombra
en qué descansar, acaso no será esa sombra para tu propio
provecho?
Así Dios nos ha puesto para sembrar, y no para derribar, nos
ha puesto para regar y no para lastimar.
Él es quien dará el crecimiento y pondrá a quien él desee, en el
lugar donde él desee, así que no te sientas celoso por quien el
Señor está levantando, al final todo lo que hagamos, lo
debemos de hacer como para el Señor, y nuestro gozo es
saber que todos vamos creciendo, para gloria de su nombre.
Muchos hombres y mujeres a nivel secular, han tenido en
muchas ocasiones, la necesidad de que otros les ayuden para
lograr sus sueños. Muchos son los que ven necesario tener
socios para llegar a conseguir aún más de lo que solos han
podido obtener.
Por lo tanto, si así es en lo que perece, cuánto no más
importante es en lo que no perece, en lo espiritual?
“Cuando llegues a entender que quienes están a tu lado,
pueden ser de gran ayuda para tu vida; entonces allí será
cuando harás prosperar tu camino, pues estando unidos, es
como y cuando el Señor se agradará de ti, sabiendo que esa
es su voluntad, y así verdaderamente estarás creciendo en tu
ministerio, y en todas las áreas de tu vida”.
Quizás eres muy reconocido, quizás la fama es tu amiga; pues
déjame decirte que no hay ningún problema en eso, al
contrario, aprovecha esa oportunidad para poder llevar la
palabra a miles de personas. Aún Jesús era muy famoso, su
fama era tal que dice la palabra que su fama crecía; se
extendía más y más;(Lucas 5.15), aun los gobernadores como
Herodes, (Mateo 14.1), oyeron la fama de Jesús, mas Jesús
nunca permitió que esa fama se le subiera a la cabeza, y
dañara así su corazón, siempre hizo y fue ese hijo obediente al
Padre que amó por sobretodo, hacer la voluntad del Dios al
que servía con todo su ser.
Apocalipsis 2.5 Recuerda por tanto de dónde has caído y
arrepiéntete y has las primeras obras; pues si no, vendré
pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, sino te hubieres
arrepentido.
“La bandera a cuadros, ya está agitándose; juntos vamos a
cruzar la meta”.
En sus marcas, listos…
“Recuerda que esto no es una competencia, es la carrera hacia
la eternidad”.
¿Quieres llegar?
Entonces no olvides que la competencia no busca la unidad,
sino que busca el logro personal, y tú y yo somos un cuerpo en
Jesús, que no busca lo suyo, sino que se goza de la verdad.
1Crorintios 8.9 “Pero mirad que esta libertad vuestra no venga
a ser tropezadero para los débiles”.