Lappasade - El Analizador y El Analista

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l Analizador y el Analista Georges Lapassade El analizador busca descomponer la realidad de sus elementos; la descomposición es exactamente la definición del análisis. Pero el análisis es cosa del hombre, es el trabajo del pensamiento; en cambio, el analizador es un dispositivo experimental, un intermediario entre el analizador y la realidad. El conocimiento no es inmediato, pasa por la intermediación de dispositivos analizadores. Existen 2 tipos de analizadores: los analizadores del físico que son los Analizadores Construidos, que son los dispositivos construidos por el experimentalista. Y los Analizadores Naturales que funcionan según el modelo de los analizadores construidos. Pero en ambos casos los analizadores producen una descomposición de la realidad material en elementos, sin intervención de un pensamiento consciente. El Análisis se efectúa en el analizador y a través de él, pero no podría haber un análisis sin un Analista que es el hombre. Existe una polisemia del término. El término tomado por Freud, que pasa al lenguaje corriente es analista, abreviatura de la palabra “Psicoanalista”. El analista es aquel cuya actividad consiste en descomponer un material para encontrar sus sentidos ocultos. Ese material lo integran los relatos del sueño y las asociaciones libre ¿pero cómo se ha producido ese maerial para el análisis? A lo que Freud responde: ese material lo produce el dispositivo psicoanalítico; que en lenguaje freudiano, éste es, el “ceremonial de la cura” que es a la vez el diván y el sillón, la regla del “decirlo todo” y las instituciones de la relación analítica, horarios, distribución de sesiones y honorarios pagados al analista. La relación que se establece con el analista es una relación de transferencia. El analista es el sustituto simbólico de personajes que intervienen en la formación del inconsciente. Como objeto de transferencia y por el hecho de responder con la contratransferencia, el analista es al mismo tiempo un analizador. Son 2 funciones muy diferentes; en su función de analista decodifica

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l Analizador y el Analista Georges Lapassade

El analizador busca descomponer la realidad de sus elementos; la descomposición es exactamente la definición del análisis. Pero el análisis es cosa del hombre, es el trabajo del pensamiento; en cambio, el analizador es un dispositivo experimental, un intermediario entre el analizador y la realidad.

El conocimiento no es inmediato, pasa por la intermediación de dispositivos analizadores.

Existen 2 tipos de analizadores: los analizadores del físico que son los Analizadores Construidos, que son los dispositivos construidos por el experimentalista. Y los Analizadores Naturales que funcionan según el modelo de los analizadores construidos.

Pero en ambos casos los analizadores producen una descomposición de la realidad material en elementos, sin intervención de un pensamiento consciente. El Análisis se efectúa en el analizador y a través de él, pero no podría haber un análisis sin un Analista que es el hombre.

Existe una polisemia del término. El término tomado por Freud, que pasa al lenguaje corriente es analista, abreviatura de la palabra “Psicoanalista”. El analista es aquel cuya actividad consiste en descomponer un material para encontrar sus sentidos ocultos. Ese material lo integran los relatos del sueño y las asociaciones libre ¿pero cómo se ha producido ese maerial para el análisis? A lo que Freud responde: ese material lo produce el dispositivo psicoanalítico; que en lenguaje freudiano, éste es, el “ceremonial de la cura” que es a la vez el diván y el sillón, la regla del “decirlo todo” y las instituciones de la relación analítica, horarios, distribución de sesiones y honorarios pagados al analista.

La relación que se establece con el analista es una relación de transferencia. El analista es el sustituto simbólico de personajes que intervienen en la formación del inconsciente.

Como objeto de transferencia y por el hecho de responder con la contratransferencia, el analista es al mismo tiempo un analizador. Son 2 funciones muy diferentes; en su función de analista decodifica los mensajes simbólicos, los interpreta dentro del marco de un sistema teórico articulado. Pero, en su función de analizador, el analista es un provocador de lo imaginario.

La psicoterapia institucional ha encontrado y trasladado la eficacia del analizador freudiano. Las instituciones de la cura, el sillón, y el diván son reemplazadas por las instituciones hospitalarias, que pasan a ser, como en la cura denominada “dual”, analizadores de lo imaginario. Por este camino institucional se va a prepara luego una nueva pedagogía

Pero antes de abordar la nueva pedagogía, a mitad de camino aparece una técnica, la invención de los test, realizada por Binet en 1905, que permite determinar en el caso de cada individuo una edad mental, pero Binet ya conocía otro uso, complementario, del test, lo que Daniel Lagache denomina, en 1942, empleo clínico de los tests.

La idea de un empleo clínico de los test consiste en hacerlos servir para dos usos a la vez y al mismo tiempo: el uso “métrico” y el uso “clínico”. Cuando Daniel Lagache pasa al empleo clínico de lo que él denomina un “material experimental”, ¿Qué propone? Pues, actuar de manera que el clínico construya, para asegurar su diagnostico, analizadores, o que utilice un analizador que ya está ahí,

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entre los útiles del psicólogo; y es el Test. Es decir, utiliza el test como un dispositivo analizador y no solo como un instrumento de medición y análisis estadístico.

Ya vemos que el psicoanálisis y la psicometría implican dispositivos analizadores. Otra técnica inventada poco después, en primer término el psicodrama, utiliza analizadores pero sin nombrarlos.

Al reemplazar el diván por la escena psicodramática, Moreno quiso fundar una nueva terapéutica al mismo tiempo que otra antropología, otra concepción de la infancia y el hombre.

La teatralización abre un nuevo campo de lo imaginario por su reproducción en la escena teatral. Dentro del campo psicodramático denominado analizador a todo lo que ocurre a teatralizar lo imaginario y el deseo. En el psicodrama, el espacio escénico define un campo analizador al que se ha trasladado la vida real, imaginaria y simbólica, dramatizándola, reproduciéndola, para que los sujetos la retomen. El analizador es lo que hace surgir el deseo y produce al mismo tiempo su simbolización.

Ahora abordando el terreno de la pedagogía. En 1959 publicó un ensayo sobre la función de la pedagogía del T. Group; la técnica del T. Group ha surgido indirectamente de experiencias de dinámica de grupo efectuadas en laboratorio.

El análisis del grupo y de su maduración ocultaba, al menos parcialmente, otra dimensión de esa situación, que se definía, no obstante, como una situación de formación: la dimensión institucional de la relación con el saber. En el grupo hay, un “monitor” que no transmite, un saber de acuerdo con las reglas de la pedagogía tradicional. Este es el analista del grupo, su función consiste en analizar lo que sucede cuando cierto número de personas su ubica en el analizador denominado T. Group; funciona implícitamente mientras no se lo digo, como un analizador de las relaciones humanas y pedagógica con el saber.

El papel más importante de la pedagogía institucional se sitúa entre 1963 y 1968 cuando aún no se habían “recuperado” y difundido por doquier. Ya se sabe como la búsqueda se desarrolló a partir de la introducción en Francia de los métodos de la dinámica de grupos y de la no directividad. De ahí, hubo de salir la autogestión pedagógica. La autogestión se la señalaba en los primeros años como una desviación, y que funcionaba de ese modo, como un analizador.

Con la sublevación de mayo del 68 se ha descubierto la importancia de los analizadores sociales. Se ha empleado en el lenguaje institucionalista actual el concepto de “resistencia al análisis” tomado de Freud. La resistencia es “en la cura psicoanalítica todo aquello que se opone a la libre asociación de ideas y al progreso de la cura.

El concepto de analizador si impuso como una necesidad para comprender acontecimientos sociales, está llamado a satisfacer una función dentro de las ciencias sociales e históricas. Se pasa de esta manera al socioanálisis.

En la práctica del análisis institucional sólo se puede avanzar con la condición de ubicar dentro del campo del análisis dispositivos que deben catalizar las significaciones y permitir cercar y analizar lo que justo hasta entonces estaba disperso y disimulado en el conjunto del sistema. La ubicación de los analizadores ya forma parte del análisis. Es trabajo primero de aquellos a los que en las ciencias humanas de hoy se llama analistas.