LA NUEVA JERUSALEM 1.doc

7/28/2019 LA NUEVA JERUSALEM 1.doc

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LA NUEVA JERUSALEM

Sam Fife

Apocalipsis 21:22-25.

22. Yno vi en ella templo; porque el Seor Dios To-dopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

23. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de lunaque brillen en ella porque; la gloria de Dios la ilu-mina, y el Cordero es su lumbrera.

24. Y las naciones que hubieren sido salvas andarna la luz de ella y los reyes de la tierra traernsugloria y honor a ella.

25. Sus puertas nunca sern cerradas de da, puesall no habr noche.

Hace pocos meses en un culto matutino, mientrasme preparaba para ensear sobre este pasaje de laEscritura, de repente el Espritu de Dios me hablpoderosamente una pequea frase compuesta detres palabras, y me dijo que en esta frase estabanlas respuestas a todos los problemas de la humani-dad. Estas tres palabras son en el Espritu. En-tonces El me explic que no importa la prueba, ni latribulacin que viniese en la vida, si tan solo pudiese

entrar en el Espritu y esperase en el Seor, enton-ces el Espritu le mostrara la cosa buena que Diosestaba obrando en el por medio de la tribulacin oprueba; entonces de repente el problema cesara deser un problema y se transformara en una bendi-cin, el monte sera un llano, la oscuridad secambia-ra en luz, y la noche en da, y uno estaran

morando el la Ciudad donde no hay noche. Entoncesel Es-pritu me explic que la nica razn por la cualnues-tras pruebas y tribulaciones por las quepasamos en esta vida, llegan a ser problemas para

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nosotros, y muchas veces nos causan trastornosnerviosos, es porque nos salimos del Espritu ytratamos de enfren tar la vida en la carne, ennuestras propias fuerzas e inteligencia y sabidura, ypor lo tanto cuando las pruebas y presiones vienensobre nosotros, no tenemos la direccin delEspritu Santo para que sepa-mos porque el granDios de bondad permite que pasemos por talescosas; pero si tan solo record-semos la frasecita.en el Espritu, y nos arrodillare-mos delante del

Seor; entrsemos en el Espritu, esperando en elSeor, entonces el Espritu Santo nos mostrara esacosa buena que Dios est obran-do en nosotrosmediante la prueba, para preparar- nos para unaeternidad victoriosa; entonces el pro-blema cesarade ser un problema y se transformara en unabendicin, el monte se allanara, la oscuridad se

cambiarla en luz, y la noche en da, y podremosmorar para siempre en esa cuidad donde no haynoche.

La Escritura que hemos leido para el fundamentode nuestro mensaje se encuentra en Ap.21, ese capitulo en la Biblia que describe a la Ciudad Santa, la

Nueva Jerusaln, la cual vio Juan descender deDios. Para que uno pueda entender la gran verdadque se encuentra aqu, un debe de entender que laCiudad Santa, la Nueva Jerusaln, no es ningunaciudad literal que vendr a est tierra, desdeel cieloalgn da, como muchos Cristianos y ministros carnales interpretando las Escrituras han pensado que se-r, pero hay dos versculos enel cap. 21 que aclaranque nosotros, la Iglesia, la Esposa de Cristo, somosla Nueva Jerusaln de Dios. Al estudiar estos dosversculos encontramos que dos veces aqu en Ap.

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21, la Biblia menciona la Nueva Jerusaln como laEsposa de Cristo.

En el versculo 2 Juan dijo que vio a la Nueva Je-rusaln, la Ciudad Santa, descender del cielo dispuesta como una esposa ataviada para su marido.Luego en los versculos 9 y lO el ngel le dijo aJuan: Ven aqu, yo te mostrar la desposada, la Es-posa del Cordero. Y me llev en el Espritu a unmonte grande y alto, y me mostr la gran ciudad santa de Jerusaln, que se refiere a la Esposa del Cor-

dero, del versculo 9. As que encontramos dos ve-ces aqu que la Biblia llama a la Nueva Jerusaln, laEsposa de Cristo.

Ahora bien, si sabemos cosa alguna del NuevoTestamento, sabemos que en muchos otros lugaresen l, la Biblia tambin nos llama a nosotros,

quienes somos la Iglesia, la Esposa de Cristo,Cuando descu brimos esta verdad, la conclusin a lacual llegamos es que no hay dos esposas de Cristoen la Biblia, porque la Biblia no da a Cristo dosesposas, pero la verdad sencilla es que cuando senos dice la Nueva Jerusaln es la Esposa de Cristo,y tambin se nos dice que son la Iglesia son la

Esposa de Cristo, en-tonces las dos son iguales, sonidnticas. La Iglesia es la Nueva Jerusaln, y laNueva Jerusaln somos nosotros, la Iglesia, laEsposa de Cristo, en esa hora cuando hayamoscrecido a la medida de la estatura de la plenitud deCristo y hayamos sido cambiados enincorruptibilidad, para que la naturaleza de Cristo,que es la naturaleza de Dios, est morando en noso-tros en plenitud, y Dios estar morando en suCiudad Santa aqu en la tierra.

Es una vergenza que durante tanto tempo el pue

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blo de Dios, en su interpretacin carnal de lasEscritu ras, haya pensado que la Ciudad Santa deDios era alguna ciudad literal que vendra a la tierrade forma literal, desde el cielo, algn da. Pero slocuando hayan sido liberados de este conceptocarnal y comi- encen a ver que nosotros, la Esposade Cristo, o la Ciudad de Dios, estamosdescendiendo lentamente del cielo con cada lnea yprecepto de Verdad que obra la naturaleza de Diosen nosotros, solo entonces estarn preparados

para comenzar a entender el misterio glorioso quese encuentra en la declaracin de Juan aqu cuandol dijo: Sus puertas nunca sern cerradas de da,pues all no habr noche. Juan, al describir estavisin gloriosa de la Ciudad Santa, estaba viendoese estado ltimo en Dios a que el Espritu de Diosnos esta llevando en esta hora cuan do habremos

crecido a la medida de la estatura de la plenitud deCristo, y la naturaleza de Cristo, que es la naturalezade Dios, habr venido en nosotros en toda su gloriaincorruptible, y por lo tanto Dios estar morando enla Nueva Jerusaln. la Ciudad Santa.

Querido lector, Puedes ascender hoy da lo sufi-

cientemente alto fuera de tu propia naturaleza tancarnal y natural, y subir en el Espritu, de tal modoque puedes ver ms all de los smbolos carnalesque Dios utiliza aqu, y ver las gloriosas realidadesespirituales que ellos describen, que han de ser cumplidas en ti y en mi? Puedes ver que cuando Juandice que sus calles son de oro puro, puesto que eloro en el misterio de las Escrituras, es el nico metalen el mundo que es incorruptible y que no pierde sulustre, y que es, por lo tanto, un tipo y figura de lanaturaleza incorruptible de Dios, que no puede sertentada ni pierde su lustre? As que cuando la Biblia

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dice que las calles son de oro puro, solamente esthablando de ti y de m, habiendo llegado a un andarperfecto y eterno en la naturaleza incorruptible deDios mismo. Puedes ver que cuando la Biblia diceY su luz es como piedra de jaspe, clara como elcristal, que puesto que en cualquier lugar de la Bi-blia luz habla de verdad, solo est diciendo que enesta hora la Verdad en nosotros habr sido purifica-da de toda oscuridad y de todo error, y seremos pu-ros y claros como el cristal? Puedes ver que la Bi-

blia misma, dada a nosotros por los verdaderosauto-res que el Espritu Santo ha utilizado endiferentes siglos para escribir sus libros, es slo larevelacin progresiva y divina de la Casa de Dios, laCiudad de Dios, que ha de venir en ti y en m enestos ltimos das?

Durante siglos, desde el tiempo de la cada, el hombre ha vagado en las tinieblas de este mundo, bus-cando, procurando, siempre clamando desde lo pro-fundo de su ser, por obtener la respuesta a la pre-gunta: Dnde est Dios? Dnde est Su ciudad?En que clase de casa habita? y Dnde est elcamino que yo debo tomar para llegar all, para que

le conozca tal como El es? Y por las generaciones,muchos falsos sacerdotes y falsos profetas han dadomuchas respuestas falsas a estas preguntas,motiva- dos por invisibles dioses de espritusdemonacos, quienes, desde el reino invisible de losespritus, han establecido sistemas falsos de religinen esta tierra, que han ofrecido a la humanidadrespuestas falsas que eran callejones sin salida a lagran pregunta, el gran clamor del corazn que surgede dentro del hombre, desde su cada, Dnde estDios. Su ciu-dad, Su casa, y el camino que me lleveall, para que le conozca tal como El es?

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Pero desde la cada, mientras que el hombre habuscado, dando traspis en las tinieblas, por obtener

la respuesta a esta pregunta. Dios mismo se ha pro-curado abrir paso desde los cielos espirituales y revelar la respuesta a la humanidad: pero para poder ha-cer esto. El tena que tener un hombre por el cualpudiese obrar, para revelar a la humanidad la res-puesta a esta gran pregunta. Por lo tanto, desde eltiempo de la cada, por muchos cientos de aos, los

ojos de Dios han estado buscando por sobre la fazde la tierra, procurando hallar un hombre que estaralo suficientemente rendido a Su Espritu para que Elpudiese levantarle lo suficiente como para hacerleentrar en la esfera espiritual por el cual El Pudiesecomenzar a revelar la respuesta a esta granpregunta.

El primer hombre que encontr fue un joven llamado Jacob, quien haba engaado a Esau quitndolela primogenitura, y por razn de que su hermanoEsau estaba enfadado con l y amenaz matarle,Jacob tuvo que dejar la casa de su padre. Dios le hall un da, caminando fatigado por el camino que le

conducira a la casa del hermano de su madre. La-bn, donde se diriga para escapar la ira de su her-mano Esau. Pero al anochecer, Jacob, cansado,triste y fatigado, se ech al lado del camino y pusosu cabeza sobre una piedra, y al dormir tuvo unsueo.

En el sueo l vio una escalera ascendiendo de la

tierra hacia el cielo, y los ngeles de Dios ascendien-do y descendiendo sobre ella, y en lo alto de la esca-lera l vio a Dios, y Dios le habl dndole una pro-mesa maravillosa y diciendo: La tierra en que ests

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acostado te la dar ti y a tu descendencia. He aquyo estoy contigo, y te guardar por dondequiera quefueres, y volver a traerte a esta tierra; porque no tedejar hasta que haya hecho lo que te he dicho.

La escalera que vio Jacob, por supuesto, era elplan redentor de Dios en Cristo, que une el cielo conla tierra, y sobre la cual los ngeles, los espritus mi-nistradores, enviados a ministramos a nosotros, quienes somos los herederos de salvacin, ascienden ydescienden.

Hay que entender que cuando Dios dio a Jacob esta promesa gloriosa. La tierra en que ests te la da-r a ti y a tu descendencia, El no hablaba solamentede unos metros cuadrados, o unas hectreas alrede-dor de donde estaba acostado Jacob, sino que El estaba hablando de toda la tierra dentro de nosotros

mismos.Tambin hay que entender que cuando Dios le dio

esta promesa gloriosa a Jacob, no era solamenteuna promesa para Jacob, sino que era para nosotrostambin. Todas las promesas de Dios que fueron da-das Abraham, Isaac, y Jacob no fueron dadas a ellossolamente, sino que fueron dada a ellos y a su sitien

te, la que vendra despus de ellos. Y nosotros so-mos la simiente de Abraham, Isaac y Jacob, median-te Jess, porque Jess descendi de Abraham,Isaac y Jacob y nosotros nacimos de la simiente deJess, Por lo tanto somos la simiente de Abraham.Isaac y Jacob mediante Jess. As que cada promesa que Dios dio a nuestros padres no fue dada a

ellos solamente, sino que a ellos y a su simiente. Esnuestra promesa tambin.

Al escribir este artculo, yo estoy en Nairobi, Ken-ya, frica del Este, y Dios me dice, La tierra en que

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ests acostado, te la he dado. Algunas semanas antes de esto estuve ministrando en Japn, despusen Taiwn, luego en Hong Kong, en Malasia, enCeiln. Todo lugar donde me acost, la promesa deDios me fue dada, Toda la tierra en que ests acos-tado, te la he dado. Y Dios te dice a ti, amado don-dequiera que ests en esta hora, California, Mxico,Nueva York, Sud-Amrica, Toda la tierra en que es-ts acostado, te la he dado. La promesa no terminaall, pues Dios nos dice, Y he aqu estoy contigo, y

te guardar por dondequiera que fueres. No te deja-r ni te desamparare hasta que haya hecho lo que tehe dicho.

Luego, la Biblia nos dice que Jacob se despertde su sueo, sueo diciendo: Cuan terrible es esteIugar No es otra cosa que casa de Dios y puerta

del cielo. Y derram aceite sobre la piedra que usocomo su cabecera, y proclam ese lugar Casa deDios. En la revelacin progresiva de Dios, concer-niente al tema de la Casa de Dios, este es el primerpaso que Dios tom para traer la Casa de Dios des-de el cielo hacia la tierra. Durante los siguientes 400aos o ms despus de eso para todos los descen-

dientes de Jacob, quienes eran los nicos que estaban adorando al Dios verdadero, la casa de Dios erala piedra sobre la cual Jacob haba derramado elaceite. No importaba donde estuvieran aun cuandoestaban lejos del lugar, cuando oraban, ellos fijabansus ojos hacia esa piedra donde su padre Jacob sehaba encontrado con Dios sobrenaturalmente, yoraban hacia ese lugar.

Antes de esto Jacob nunca se haba encontradocon Dios en una experiencia tan poderosa y sobrenaturalAs que el crey con todo su corazn que el

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rea alrededor de esa piedra era el nico lugar en elmundo donde moraba Dios, y as lo ense a susdescendientes. Pues en esos das los hombres notenan la revelacin de que Dioses un Espritu Omnipotente que estaen todas partes, como lo entende-mos hoy en da, Esta revelacin fue dada primera-mente por Jess cuando El vino al mundo, y por lotanto, habiendotenido, Jacob una experiencia tan sobrenatural con Dios en ese Iugar, pens que ese erael Iugar particular donde Dios moraba, y dijo Cuan

terrible es este lugar. No es otra cosa que la casa deDios ypuerta del cielo.

Por supuesto esa piedra con aceite, que fuela primera piedra que Dios coloc para la edificacin deSu casa aqu en la tierra,era solo un tipo de Jess;quien vino hace dos mil aos, y se hizo una roca,

con aceite derramada sobre El; y la Bibliadice queEl era la piedra que los edificadores desecharon,que vino a ser la cabeza del ngulo.

Durante cientos deaos despus de la experien-cia de Jacob con Dios, la revelacin msalta de lacasa de Dios que tena la humanidad era unapiedra

junto al camino con aceite derramado sobre ella, y

todos los descendientes de Jacob creancon todo sucorazn que el lugar alrededor dela piedra era el lu-gar donde Dios moraba sobre la faz de la tierra, yque era verdaderamente laCasa de Dios. Sin embargo esta no era laplenitud de la revelacin dela CasaDios que Dios deseabadar a la humanidad, y por lotanto, durante los prximos 400 a 500 aos, los ojos

de Dioscontinuaban buscando porhallar otro hom-bre que El pudiese alzar lo suficiente en el Espritupara que mediante l. Diospudiese dar a lahumani-dad una revelacin ms plena de la Casa de Dios.

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Por fin El encontr uno, un prncipe joven llamadoMoiss. Aunque fue criado en la casa de Faran co-mo prncipe en Egipto sin saber que haba nacidoIsraelita, el sinti una afinidad extraa con los escla-vos Israelitas. Por fin se hizo tan fuerte esa afinidadcon ellos que se encontr con un tremendo deseo deliberarlos de su esclavitud. Pero en su ardor juvenil,el mato a un hombre. Por eso Dios tuvo que llevarselo al desierto y dejarlo all cuidando al rebao de ove

jas para quebrantarlo durante los prximos cuarenta

aos. Cuando Dios haba terminado de tratar con ly lehaba vuelto del desierto, se dice que Moisserams manso que todos los hombres que haba en latierra.

As que Dios tenaun vaso preparado que estabarendido lo suficientemente a El como para poder lla-

marlo a un monte para darle una revelacin ms plena de la Casa de Dios, una revelacin del modelo divino pata construir el Tabernculode Dios, que Moi-ss levant, un Tabernculo de tres divisiones, el

Atrio de afuera, el Lugar Santo, y el Lugar Santsimo,construidode tablasde madera de acacia cubiertasde oro, y mantenidas juntas por medio de cinco barr-

as de oro, tambin hechas

de madera de acaciacubiertasde oro..

Por supuesto ese Tabernculo que Moiss erigien el desierto soloera un tipo de ti y de m y del Cu-erpo de Cristo, el verdadero Tabernculo de Dios,que el EsprituSanto, nuestro Moiss celestial, estedificando en esta era del Nuevo Testamento. Aquel

tabernculo fue construido de tablas de madera cu-biertas de oro, y en el simbolismo de la Escritura,madera esun tipo de la naturaleza humana. El oroes simblico de la naturaleza sobrenatural e incorrup

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tible de Dios. Madera cubierta de oro es el hombrecubierto de la naturaleza sobrenatural de Dios. Porlo tanto, cada uno de nosotros, cuando hemos sidobau tizados en el Espritu, y hemos sido cubiertosdel oro de la uncin de Dios, hemos venido a seruna tabla en el Tabernculo deDios.

Las cinco barras de madera que unan las tablasde madera, todas cubiertas de oro, son solamente ti-pos de los 5 ministeriosde los Apstoles,Profetas,

Evangelistas, Pastores y Maestros, que unen al pue-blo de Dios en un Tabernculo Santo, hombres quetienen la naturaleza humana, que son madera, cu-biertos por el oro de launcin de Dios,para ejercersus ministerios.

Asque, en la revelacin progresiva ydivina de laCasa de Dios, la piedra con aceite derramado sobreella, haba llegado a ser un Tabernculo hecho decortinas que Moiss erigi, que fue llevado a travsdel desierto de lugar en lugar por ms de 40 aos,siempre buscando un reposo final en Jerusaln,Ciudad de Dios.

Esto, por supuesto, es un tipo para revelarnosque

somos peregrinos extranjeros en este mundo enesta edad presente; y no tenemos un lugar dereposo fi-nal, sino que somos el Tabernculo deDios, movien- donos adelante en el Espritu, deverdad en verdad,de lnea en lnea,de precepto enprecepto, siempre buscando nuestro lugar de reposofinal, que no en-contraremos hasta que hayamos

crecido a la medida de la estatura de la plenitud deCristo, y vengamos a Jerusaln, que ha llegado aser la Nueva Jerusaln, la Ciudad de Dios.

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Es una vergenza que hoy haya tantos cristianostan necios que procuran acumular sus bienes y susfortunas y su seguridad en este mundo y en estaedad presente, temerosos de salir hacia adelante enel Espritu, temerosos de llegar a ser lo que somosen realidad, peregrinos y extranjeros en este mundoen esta edad, no entendiendo que no vamos aencontrar nuestro lugar de reposo final hasta quellegue la prxima edad, el milenio de Cristo en estemundo a travs de nosotros.

De modo que, durante los prximos 400 o 500aos despus de que Moiss levant el tabernculoen el desierto, la revelacin ms alta de la Casa deDios que tuvo la humanidad era la de un Taberncu-lo de tres partes, hecho de cortinas. Despus de es-to, cuando los Israelitas oraban, ya no miraban hacia

la piedra junto al camino sobre la cual Jacob de-rram aceite, sino que oraban con sus rostros haciael Tabernculo, porque era all ahora, donde la nubede la gloria de Dios moraba.

Sin embargo, an esto no era la revelacin plenade la Casa de Dios que Dios quera dar a la humanidad, y por lo tanto los ojos de Dios contemplaban to-

da la tierra para encontrar a un hombre al cual po-dra alzar lo suficiente en el Espritu, para que El pu-diera revelarle una revelacin ms plena de lo queera en realidad la Casa de Dios: y despus de algu-nos siglos El hall a ese hombre en David, un pastorcillo de ovejas, quien cuando estaba solo en el de-sierto, la uncin de Dios moraba tan pesadamente

sobre l, y estaba de tal manera rendido al Espritude Dios que Dios poda revelarle la relacin verdade-ra del hombre con Dios en ese gran salmo, el salmo23, que l siempre cantara Jehov es mi Pastor, na

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da me faltar, en lugares de delicados pastos me ha-r descansar, junto a aguas de reposo me pastorea-r, confortar mi alma, me guiar por sendas de justicia por amor de Su nombre; aunque ande en vallede sombra de muerte, no temer mal alguno, porqueT estars conmigo, Tu vara, y Tu callado me infun-dirn aliento; aderezas mesa delante de m en pre-sencia de mis angustiadores, unges mi cabeza conaceite, mi copa est rebosando, ciertamente el bieny la misericordia me seguirn todos los das de mi

vida, y en la casa de Jehov morar por largos das.

As que Dios ungi a David, y habiendo llegado aser Rey de Israel y establecido el reino en Israel, laBiblia dice que David prepar los materiales para laconstruccin de una casa para Dios que sera unarevelacin ms grande y ms plena a la humanidad

de lo que era en realidad la Casa de Dios, de lo quelo fue el Tabernculo que erigi Moiss en el desier-to. Y luego, habiendo alistado los materiales antesde su muerte, l entreg el reino a Salomn, y Salo-mn su hijo, el hombre de sabidura que Dios ungicon ms uncin que cualquier otro antes de l, Edifi-c el Templo de Dios; y Dios llen el templo con su

gloria, de tal manera que los sacerdotes no pudieronministrar. As que el Tabernculo en el desierto llegoa ser mas que un templo hecho de piedras, puestoque nunca se volvera a mover ya que sus das dede peregrinacin haban llegado a su fin.

Por lo tanto, despus de esto, cuando los hom-bres oraban ya no lo hacan mirando hacia el Taber-

nculo en el desierto como la casa de Dios, sino queahora oraban mirando hacia el templo que haba ed-ficado Salomn en Jerusaln, y durante centenaresde aos despus de esto, la revelacin ms alta de

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la Casa de Dios sobre la faz de la tierra, fue el grantemplo que Salomn haba edificado en Jerusaln.

Sin embargo, an esta no era la revelacin plenaacerca de la Casa de Dios que Dios quera dar a lahumanidad, porque a pesar de haber sido construidacon piedras hermosas, bien esculpidas, todava eranpiedras sin vida, y aquel templo haba sido hechocon manos de hombres y Dios haba dicho en Su Palabra que El no habitara en templo hecho de hom-

bres. Aquel templo fue nicamente un tipo carnal y fsico del verdadero templo de Dios que El iba a edifi-car ms adelante. Por lo tanto los ojos de Dios conti-nuaban buscando por sobre la faz de la tierra por en-contrar a otro hombre al cual El pudiese alzar anms en el Espritu, y por medio del cual pudieseedificar un Templo Vivo; por supuesto Dios no pudo

encontrar a tal hombre en la tierra.Hace dos mil aos, Dios vino en persona y se en-

carn en este mundo, naciendo como un beb en unpesebre, cuyo nombre fue Jess. Con la venida deJess al mundo el templo que Salomn edific, he-cho de piedras muertas, ces de ser la Casa deDios, y durante los prximos 33 aos y medio, la re-

velacin ms alta acerca de la Casa de Dios a la hu-manidad fue un Templo Vivo, llamado Jess de Na-zaret; y fue ese templo al cual Jess se refiri cuan-do El habl a los escribas y fariseos diciendo. Des-truid este Templo, y yo en 3 d las lo levantar, por-que la Biblia afirma claramente que El hablaba delTemplo de Su Cuerpo. Cuando El dijo, En 3 das lo

levantar, El no estaba meramente refirindose a supropia resurreccin el tercer da despus de Su crucicifixin, sino que estaba diciendo que en tres gradesdas de festividad; la Fiesta de la Pascua, la Fiesta

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de Pentecosts y la Fiesta de los Tabernculos. Ellevantara un Templo corporal de muchos miembros,que Su Espritu llenara en plenitud; del cual ese templo fsico, tanto el templo que edific Salomn comoSu propio cuerpo, eran slo un tipo.

Por lo tanto Jess mismo, durante los 33 aos ymedio que estuvo aqu, si bien El era la revelacinms alta a la humanidad acerca de la Casa de Diosen ese tiempo. El no fue la revelacin plena queDios quera darle a la humanidad acerca de Su Ca-

sa, porque su cuerpo era slo un cuerpo individual, yDios quera un Ser Corporal, Quien al final, deberallenar un Cuerpo de muchos miembros. Por lo tantoJess vino para ser la Cabeza del ngulo de esteTemplo corporal de muchos miembros que Diosedificara.

As puesesa piedra junto al camino en el desiertosobre la cual Jacob derram el aceite, la cualvino aser la piedra fundamental para el Tabernculo y eltemplo que vino despus, fue tipo de Jess con elaceite de la uncin derramado sobre El cuando Elestuvo aqu sobre la tierra.El era la Roca, la Cabezadel ngulo, el fundamento para el Tabernculo y el

Templo corporal demuchos miembros que Dios Edi-ficara despus de El. As que,en el da de Pente-costs en el aposentoalto, Jess, la Roca, cuandoSu Espritu vino a morar en Su Cuerpo de muchosmiembros cuando vino sobre los 120 discpulos en elaposento alto, lleg a ser el Tabernculo Vivo deDios,del cual el tabernculoque levant Moissen

el desierto,era un tipo. Y al moverse, los doce Aps-toles, a travs de la tierra en el primer siglo espar-ciendo el Evangelio, y al ser salvos 3000almas en elda dePentecosts, y5000 salvos y bautizados en elEspritucuando el cojofue sanado en el templo,fue

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cuando las tablas del Tabernculo de Dios estabansiendo cubiertas deoro, y almanifestarse los cincoministerios, las cinco barras de oro que las unan enun Tabernculo, comenzaron a ser puestas en suslugares, y durante los prximos cien aos la Casa deDios fue un Tabernculo Vivo, tablas de madera cu-biertas de oro, hombres con la naturaleza humanacubierta con la uncin de Dios, sostenidos en suslu-gares por 5 barras de oro o 5 ministeriosespirituales, movindose a travs de la tierra y

viajando de un lu-gar en lugar en su peregrinajehacia la Nueva Jerusaln.

Pero despusdel primer siglo, la IglesiaCatlicaRomana y su organizacin, tomaron control, el pue-blo de Dios perdi su uncin yel bautismo en el Esptu Santo fue quitado de la iglesia,como tambin los

dones del espritu. Como resultado los dos minste-rios fundamentales de Apstoles y Profetas desapa-recieron tambin y ya no haba 5 barras de oro paramantener unido al Tabernculo, como consecuenciaesta se deshizo, y el Tabernculo de Dios fue puestoen cautiverio a Babilonia durante 1900aos de esclavitud al cristianismo organizado y denominacional,

prcticamente

desapareciendo de sobre la faz de latierra.

Pero en el ao 1500 Dios hall y ungi a MartnLutero, comenzando as el gran movimiento de laRestauracin de Dios. Mediante Martn Lutero, Diosrestaur la doctrinade justificacin por medio de lafe. Ms tarde,mediante John Wesley, fue restaurada

la experiencia sobrenatural del nuevo nacimientodonde creyente poda entraruna experiencia perso-naly sobrenatural con Jess. Luego ms tarde, me-diante el gran movimiento Pentecostal de Dios. El

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restaur el Bautismo del Espritu Santo y los 9 donesdel Espritu.

En estos ltimos das, el ministerio espiritual quin-tuple y el Tabernculo Vivo de Dios, estn siendoes- parcidos nuevamente a travs de la tierra eneste gran mover de Dios de los ltimos tiempos.Todava est viajando por el desierto todava yendode lugar en lugar, acercndose a lameta del viaje, laNuevaJerusaln, donde a medida que creemos a la

medida de la estatura de la plenitud de Cristo, y locorruptible se vista de incorrupcin el Tabernculohecho de cor tinas ser reemplazado por el templohecho de pie-dras vivas que somos nosotros. Amedida que Dios quita de nosotros toda oscuridad,la luz clara como el Cristal del jaspe, se manifestaraen nosotros, y al ser cambiados a la naturaleza

incorruptible se Dios, la senda de Dios cubierta deoro, se manifestar en no-sotros; y elTemplo hechode piedras vivas llegar a ser no solamente la Casade Dios, sino que tambin la Ciudad de Dios, laNueva Jerusaln. Entonces fi-nalmente tendremos larespuesta a la gran pregunta Dnde est Dios?Dnde est Su Ciudad? Don de esta la casa en

que habita, y que camino puedo tomar para llegarall?, La respuesta a esta pregunta ser: El est enSu cuerpo, y Su Ciudad es Su Cuer po, y la Casa, elTemplo donde El habita en Su Ciu- dad, es SuCuerpo, y el camino que uno puede to-mar parallegar hasta all es el Camino de la Cruz, el caminode la muerte al yo, la muerte al individualis-mo, paraencontrar un lugar como miembro en el Cuerpoincorruptible de Cristo, el Templo de Dios, en laCiudad de Dios. Entonces al final todos estaremosexperimentalmente morando en la Ciudad donde nohaynoche.

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Pero el gran misterio que queremos dejaros esque no tenemos que esperar hasta que hayamos

experimentado el ser cambiados en incorruptibilidadpara poder morar en la Ciudaddonde no hay noche;porque todo eso que ha de manifestarse ennosotrosexperimentalmente enun futuro puede ser cumplidoen nosotros en el Esprituahora mismo, s recorda-mos esa fraseen el Espritu y si andamos en el Es-pritu. EnRo.8:29, la Biblia nos dice que ahora mis-

mo todas las cosas ayudan bien a los que aman alSeor, quienes son los llamados conforme a Supropsito.

Muchos cristianos han dejado de entender esta Escritura, y a menudo han citado la primera parte de lamisma diciendo que la Biblia esta diciendo que todaslas cosas a ayudan a bien a los queaman al Seor.Pero laBiblia no diceque todas las cosas ayudan abien a los queaman Seor sinoque dice quetodaslas cosas ayudan a bien a los que aman al Seorquienes son los llamados conforme a Su propsito.Esta es la gran clave del misterio, No es conforme anuestro propsito que todas las cosas ayudan abien, sino que es conforme a Supropsito. Nuestro

propsito siempre ha sido el de subir a un lugar mselevado en este mundo, y en las cosas y riquezas deeste mundo, conseguir una posicin mejor y msgrande en este sistema; pero Su propsito siempreha sido el de hacernos bajar a la muerte al yo, hastaque no tengamos ms deseos por las cosasde estemundo.

As que la cosa que ha confundido a muchos Cris-tianos, de modo que no puedan entender realmenteesta palabra todas las cosas ayudan a bien a los

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que son llamados conforme a Su propsito, es por-que ellos han pensado que deca sencillamente,To-das las cosas ayudan a bien los que aman al Se-or. Por lo tanto han procurado ascender en lo queconcierne a este mundo, y cuando Dios ha permitidoque Satans rodee su camino, cada vez que han procurado subir, obligndoles a bajar hacia la muerte alyo, despojndoles de las cosas de este mundo, ellosse han preguntado si todas las cosas estaban verda-deramente obrando para su bien. Sin embargo, lo

estaban, no conforme a nuestro propsito, sino queconforme a Su propsito.

Cuando entendemos esta gran verdad, no importala prueba, no importa la tribulacin, no importan lascosas que vienen en contra nuestra, si tan solo en-tramos en el Espritu y esperamos en el Seor, en-

tonces el Espritu Santo nos mostrar esa cosa bue-na que Dios est obrando en nosotros para llevarnosal cumplimiento de Su propsito, y el problema seruna bendicin, los montes se allanarn, la oscuridadse cambiar en luz, la noche en da, y ahora mismo,podernos estar morando en la Ciudad donde no haynoche.

El Antiguo Testamento revela un tipo interesanteconcerniente esto. Cuando los Israelitas fueron tra-dos a travs del Mar Rojo de Egipto, ellos no tenanque esperar hasta llegar a Jerusaln para estar mo-rando en la Ciudad donde no hay noche, pues esta-ban morando en esta Ciudad todo el tiempo, desdeel momento cuando salieron de Egipto a travs del

Mar Rojo. Porque la Biblia dice que en cuanto hab-an cruzado el Mar Rojo, ellos fueron bautizados enla columna de nube que los guiaba de da y por laco-lumna de fuego que cubra el campamento de no-

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che, dndoles as luz; y nunca hubo un tiempo du-rante esos 40 aos en el desierto donde no tuvieronluz porque la columna de nube les guiaba de da,mostrndoles cada paso que deban de tomar en sucamino hacia la tierra prometida, de modo quenunca estaban en oscuridad, y tambin de nochecuando la oscuridad descenda sobre elcampamento en el de-sierto de Sina, la columna defuego alumbraba el campamento de Israel con unaluz perfecta. Por lo tanto durante esos 40 aos ellos

estaban morando en la Ciudad donde no hay noche.

Este es un tipo para revelarnos que no tenemosque esperar hasta el momento en que experimental-mente seamos absolutamente perfectos y estemoscambiados en incorruptibilidad para poder morar enla Ciudad de Dios donde no hay noche. Si solamente

permanecemos en el Espritu ahora mismo, todo eltiempo, podemos morar en la Ciudad donde no haynoche. Porque los Israelitas, siendo bautizados en lacolumna de nube y de fuego, tan pronto como pasa-ron el Mar Rojo, era tipo de nosotros siendo bauti-zados en el Espritu Santo en cuanto somos salvosmediante la Sangre Roja de Jess. Y la columna de

nube que iba delante de ellos para guiarles duranteel da, era tipo de la uncin que nos es dada mediante nuestro bautismo en el Espritu que va delante denosotros para guiamos a nuestra tierra prometida.

Y por lo tanto cuando no es el tiempo para queseamos probados o para crecer mediante la tribula-cin, sino que el Espritu sencillamente est

guindo-nos hacia adelante en nuestro viaje,entonces la co-lumna de nube la uncin ir delantenuestra y nos mostrar cada vuelta y cada verdad enla cual debe-mos andar para entrar en nuestra Tierra

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Prometida. Pero cuando es tiempo para quecrezcamos por me-dio de las pruebas y Dios permiteque pasemos por la noche de tribulacin y laspruebas y tentaciones descienden sobre nosotros,entonces es el momento de mantenemos en elEspritu, y la columna de nube se transformar enuna columna de fuego, fuego pu-rificador que nosrevelar esa cosa buena que Dios est obrando ennosotros por medio de la prueba que estamospasando. Por lo tanto el problema ser una

bendicin, la montaa se allanar, la oscuridad secambiar en luz, y la noche en da, y ahora mis-mopodremos morar en la Ciudad donde no hay noche.

Por eso es que la Escritura dice hablando acercade nosotros y de la verdadera Ciudad Santa quesus puertas nunca se cerrarn de da, pues all no

habr noche. En la Jerusaln del Antiguo Testamento cuando llegaba la puesta del sol y la oscuridaddescenda sobre la Ciudad, entonces los atalayas deIsrael tenan que cerrar esas tremendas puertas y te-nan que poner una gran barra de hierro contra ellaspara mantenerlas cerradas, porque ellos saban quebajo la cubierta de la oscuridad los espas enemigos,

los filisteos, estaran movindose a travs de los mu-ros durante todas las noches; buscando, mirando,explorando, para ver si hubiese alguna rendija en elmuro, donde ellos pudiesen entrar y desde adentrodemolerlos y llevarlos nuevamente cautivos.

Este es un tipo para revelarnos hoy en da quecuando nos permitimos entrar en esclavitud a algntipo de espritu de crtica, de celos, de envidia, o al-gn espritu de codicia por las cosas de este mundo,entonces nuestro Sol, la luz de nuestro sol verda-dero, Jess, comienza a ponerse: y empezamos a

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ser cubiertos por un manto de oscuridad y cuandosucede esto, inmediatamente tenemos que cerrar lapuerta de nuestra mente. Porque, podis estar segu-ros que si no hacemos esto y nos permitimos venirbajo ese tipo de espritu y esa clase de oscuridad,entonces los espas filisteos estarn alrededor de losmuros de nuestra Ciudad, buscando, explorando,siempre tratando de encontrar algn lugar dbil don-de puedan comenzar a inyectar pensamientos ennuestras mentes, por medio de los cuales puedan

entrar en nosotros y obrar desde adentro para de-moler y minar nuestra Ciudad y hacernos descenderuna vez ms al cautiverio de Satans y las obras dela carne.

Especialmente hoy en da al mirar alrededor nues-tro al mundo y al ver la oscuridad que comienza a

descender sobre l, y la gran tribulacin de 7 aos ysus tinieblas que se acercan, la hora ha venido paracerrar las puertas de nuestras mentes, porque pode-mos aseguraros que al descender la noche de tinie-blas sobre el mundo, durante esos 7 aos de tribula-cin, los espritus filisteos van a estar buscando,explorando, siempre tratando de encontrar algn lu-

gar dbil en nuestros muros de verdad y del Espritude Dios, para ver si pueden entrar y comenzar desdeadentro a derribar nuestra Ciudad y arrastrarnos denuevo al cautiverio.

Pero la hora vendr cuando la hora degran tribu-lacin habr llegado asu fin, y habremos crecido alamedida dela estatura de laplenitud de Cristo, y lo

corruptible se vestirde incorrupcin y un tendremosnecesidad de que Jess, comonuestro Sol Reden-tor, haga resplandecer sobre nosotros la luz de laverdad redentora, porque El estar morando en no-

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