La Antipsiquiatria. Critica a La Razon Psiquiatrica

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    NORTE DE SALUDMENTAL n 25 2006 PAG 814

    ORIGINALES Y REVISIONES

    La antipsiquiatra:

    crtica a la razn psiquitricaManuel Desviat

    [email protected]

    No hace mucho, una revista mexicana, Sub-jetividad y Cultura, me preguntaba, le pregunta-ba a varios especialistas de la psiquiatra y lapsicologa, sobre la antipsiquiatra.18 Las pre-guntas se centraban en qu fue la antipsiquia-tra, cuales sus aportaciones y fracasos, y sobretodo, sobre su posible vigencia. Pregunta quequizs en Espaa, en Europa, sera irrelevante.Solo en el mundo marginal de colectivos de ex

    psiquiatrizados, en grupos de contrapsicologa,o en algunos jvenes okupas alternativos hevisto reeditado en fascines textos, con ms fre-cuencia fragmentos,de la literatura antipsiqui-trica. El pensamiento nico ha desplazado acualquier intento de teorizacin crtica.En rea-lidad,el pragmatismo dominante,la primaca dela tcnica, del cmo que oculta el por qu, haarrinconado a toda forma de teora psicopato-lgica, a todo tipo de indagacin, critica o no,

    sobre las razones y procesos del enfermar ps-quico. Son tiempos acomodaticios para el pri-mer mundo, donde se huye de la memoria his-trica, de la conciencia social, del compromiso.Donde el pensamiento progresista de los msjvenes puede reducirse a la defensa de lasfocas, los espacios verdes, la protesta por lasguerras y la defensa del espacio privado. En psi-quiatra, a una hueca prctica, la llamada biol-gica, fundamentada en el compendio de ensa-

    yos psicofarmacolgicos, en una etapa de sudesarrollo cientfico tan inaugural que elefecto de los frmacos (utilizo un smil deMiguel Roca, tan poco sospechoso de antibio-lgicoa) an siendo relativamente eficaz, toda-va es algo semejante a matar moscas a cao-nazos, por su falta de precisin y sus consi-guientes efectos secundarios.

    Por otra parte, el movimiento antipsiqui-trico no lleg nunca a poner contra las cuer-das a la psiquiatra.Su radicalismo fue un revul-sivo, la exigencia de otra prctica,de otra mira-da psiquitrica. Ha sido el avance de una ideo-loga biologicista que reduce la enfermedadmental a las ciencias moleculares del cerebro yuna demanda social proteica (que busca en lapsiquiatra prontas soluciones a todo tipo defrustraciones y carencias),quienes propiciaron,

    varias dcadas despus, como advierte el LibroBlanco de la Psiquiatra francesa (2003)22, la cri-sis de la psiquiatra.Esta vez no es la crtica a larazn psiquitrica, sino el rechazo a la razn deser de la psiquiatra (y consecuentemente de lapsicopatologa), disciplina necesitada de la sn-tesis, de la trabazn con otras disciplinas nomdicas, que no puede hallarse sino es en laencrucijada entre las dimensiones somticas,psicolgicas y sociales de la persona.

    a Comentario en una mesa redonda que compart con Miguel Roca en Santiago de Compostela, en unas jornadas dela AEN en 1999.

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    LA ANTIPSIQUIATRA: CRTICA A LA RAZN PSIQUITRICA

    Para Subjetividad y cultura, revista progresis-ta de psicologa, donde se dan cita el psicoan-lisis, la salud pblica, la psiquiatra y el marxis-mo (en el trasfondo siempre Fromm, tan influ-

    yente en la cultura mexicana, presente an laobra de la escuela de Francfort), la preguntasobre la antipsiquiatra, se inscribe en una rea-lidad muy distinta; una realidad, como en elresto de pases de Amrica Latina, donde lalucha contra la miseria y la alienacin lleva amirar a los manicomios, lleva a un movimientode reforma psiquitrica: donde el discurso delos movimientos de salud mental trata de cam-biar las formas de vida y no solo la asistenciapsiquitrica. De perto ningum normal, procla-ma uno de los eslganes del movimiento brasi-leo de salud mental, una frase que podrahaber sido suscrita por un antipsiquiatra en losaos 70 del pasado siglo. Para nosotros, lanecesidad es otra. Otro el momento. Paranosotros, recuperar los textos de la vanguardiaantipsiquitrica, no dejar en el olvido sus tesis(en cualquier caso, ensancharon los limites del

    pensamiento psiquitrico y cultural, aportandouna mirada diferente entroncada a la diversidady la incertidumbre de la complejidad psicopa-tolgica), significa abrir una brecha en la estre-cha cerca del pragmatismo dominante; significadespertar inquietudes que interpelen eseintento tramposo de reconstruir todo el uni-verso desde el pensamiento biolgico, con unsolo lenguaje y un pensamiento nico.

    El momento histrico

    La antipsiquiatra es la manifestacin en elcampo de las disciplinas de la salud mental dela profunda crisis de las ciencias, del arte, de laideologa, de los valores en suma de la sociedaden las dcadas que siguieron al fin de la Segun-da Guerra Mundial; crisis que culminar en larebelin de mayo del 68. Una Nueva Izquierda

    sacude el pensamiento de la poca, cuestionan-

    do tanto las teoras polticas y sindicales con-vencionales como sus formas de organizacin.En el anlisis poltico est presente la visin delas nuevas formas de capitalismo que tienden a

    convertir la totalidad de la vida en objeto dedominacin, trocando toda subjetividad y acti-vidad en objetividad cosificada. A la peticinmarxista de trasformar el mundo, se une, reco-giendo el espritu de las vanguardias artsticas,la proclama de Rimbaud de cambiar la vida.Pensamos que hay que cambiar el mundo, escri-be Guy Debord, el idelogo del Mayo francs,la rebelin que conmocion el mundo, y pidepara ello la disolucin de la poltica en la vida,del trabajo en la vidab,17. Desde la filosofa, lasociologa, el psicoanlisis, la cultura y la poltica,pensadores como Lefebvre, Marcuse, Reich,Adorno, Brown, Gabel hacen ver que la libera-cin del hombre no puede definirse solo entrminos de explotacin econmica y repre-sin poltica, dejando de lado la multidimensio-nalidad de la existencia humana y sus formacio-nes sociales. Cualquier revolucin que quiera

    tener en cuenta las verdaderas necesidades delhombre, tiene que considerar la opresin psi-colgica, rompiendo la dicotoma entre lo indi-vidual y lo poltico: debe llevar la subversin ala esfera privada, la familia, la ciudad,el ocio. Sontiempos de revuelta estudiantil, de huelgas sinprecedentes y de una rebelin ciudadana quedej sin Estado a Francia durante semanas yestupefactos y atemorizados a los gobiernosdel mundo entero.Tiempos de la protesta ame-

    rikana, del movimiento hippie la internacio-nal juvenil de Jerry Rubin: del asiento traserode los coches,del amor a ritmo de Elvis, se pasaal Black Power y las manifestaciones contra laguerra de Vietnam. Tiempos de crecimientoeconmico y de crisis de las instituciones,donde, de nuevo, Pars ser el eco multiplica-dor, tras el cuestionamiento sin precedentesdel orden social contemporneo de mayo del

    68.

    b Recientemente he escrito sobre la importancia de Guy Debord y el movimiento de Socialismo y Barbarie en larevista topos, 1, 2004.

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    Psiquiatra y antipsiquiatra

    Es David Cooperc quien utiliza por primeravez el trmino para describir una experiencia,Villa 21, realizada en un pabelln de un hospital

    psiquitrico de Londres10. Psiquiatra comoprctica alternativa a la psiquiatra tradicional,frente a la violencia institucional, cuestionandoel hospital, yendo ms all de la comunidadteraputica, en una prctica que va ensayar unclima de libertad para los pacientes, sin vio-lencia ni restricciones. Y ser en la obra deCooper y de Rolanld Laing, en la antipsiquiatrainglesa, donde debemos situar en sentido

    estricto la antipsiquiatra, aunque hoy eltrmino se haya generalizado para sealar todoel movimiento antiinstitucional y reformadorpsiquitrico de los aos sesenta y setenta delpasado siglo. Desde el SPK (colectivo socialistade pacientes de la clnica de Heilderberg,que predica la insurreccin armada42, hastalas mquinas deseantes de Deleuze y Guatta-ri12, de Gentis24;25 a Octave o Maud Mannoni41;de Basaglia13;5 y Jervis2831 a Toms Szasz4449;

    de las experiencias inglesas a las denuncias dela situacin asistencial durante la represinfranquista13;14;26. Critica global e ideolgica de lapsiquiatra, sobre todo de su proceder mdico,nosogrfico y diagnstico,que llega a proclamarla inexistencia de la enfermedad mental, mitoo artefacto seudomdico, trivializando oidealizando la psicopatologa al mirarla sesga-damente a travs de genioslocos: Artaud,Hderlin, Nietzsche.

    JeanPaul Sartre, escribe en el prefacio aRazn y violencia39, un estudio sobre la obra delfilosofo existencialista escrito por Laing encolaboracin con David Cooper en 1964,que la enfermedad mental es la salida que el

    organismo libre, en su unidad total, inventa parapoder vivir una situacin no vivible. En esteensayo se estudia la obra sartriana a travs dela Critica de la razn dialctica y de la obrade Sartre sobre Genet. Aparece el ser para

    s de la fenomenologa existencial, dividido sincesar contra s mismo, roto, condenado en lanecesidad de su libertad y de su compromiso.Dialctica entre el acto libre, y el compromisoalienado, las manos sucias de la transformacinsociald. Imposible sartriano que marcar laconciencia crtica de varias generaciones deintelectuales de izquierdase. Fenomenologaexistencial que fundamenta junto con los tra-

    bajos de la Escuela de Palo Alto8;27

    sobrefamilias de pacientes esquizofrnicos y un psi-coanlisis donde se vislumbra Winnicott, losfundamentos de la antipsiquiatra inglesa. Es enla Clnica Tavistock, donde Ronald David Laingempez su entrenamiento psicoanaltico.Win-nicott (sin duda, uno de los pensadores msoriginales y de ms influencia en el psicoanlisisy la psiquiatra pblica inglesa), supervisa aLaing durante su formacin en el Instituto de la

    Sociedad Psicoanaltica Britnica. El inters deWinnicott por el trabajo psicoanaltico conpacientes psicticos y su concepcin delfalsoyof y de la regresin hacen que sea unreferente en esta primera etapa de Laing, y engeneral para las comunidades teraputicasfundadas por los antipsiquiatras ingleses. EnEl Yo dividido34 y en El Yo y los otros32, hayuna gran deuda con Winnicott. Dos librosque quiz se encuentren entre las msimportantes aportaciones tericas de laantipsiquiatra, y en los que Laing introduce elconcepto de inseguridad antolgica el yoconstituido de forma defectuosa no puede conla pluralidad de papeles y la hiptesis delorigen social de la esquizofrenia.

    c Es el titulo de un libro de David Cooper, Pshichiatry and antipsychiatry.Tavistock Publ, 1967, el que acua eltrmino antipsiquiatra.

    d JeanPaul Sartre. Les mains sales. Paris : Gallimard, 1950.

    e En Razn y Violencia, Laing y Cooper parten del anlisis de Questions de mthode y de Critique de la raisondialectique y de Saint Genet, comedien et mrtir, de JP Sartre.

    f El falso self ser una defensa ante la inadecuada actitud de la figura materna a las necesidades del nio; mientras queuna madre suficientemente buena que satisface las necesidades es esencial a la constitucin del verdadero self.

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    No me abraces, pues te castigar Perosi no lo haces, te castigar. El sujeto se veatrapado por dos rdenes de mensajes y unode ellos niega al otro. Situaciones falsas einsostenibles, el doble vnculo de la antro-

    pologa de la comunicacin, principios de laescuela de Palo Alto que Laing incorpora asus estudios de familias esquizofrnicas y a sudiscurso en general sobre las formas de ali-neacin social.Doble vnculo que anuda lasrelaciones intersubjetivas, de tal suerte que hayuna imposibilidad absoluta de salir de la tram-pa, de la alineacin en el Otro. El Yo y los Otros.Individuo y sociedad.Alineacin recproca que

    afecta, segn Laing, a cualquier grupo social, seacual sea su estructura o su ideologa32; 40. ParaLaing y Cooper, el tema central es la psicosis,ms concretamente, la esquizofrenia. Piensanque si para el psicoanlisis la puerta de entradafue la histeria para la nueva psiquiatra,es la psi-cosis. Para ambos la patologa psiquitrica debeconsiderarse una experiencia, un viaje, un pasa-je. Es necesario dejar libertad a las personas enconflicto, en crisis, con problemas mentales (se

    duda que sea una enfermedad) para realizar suviaje, para efectuar una regresin. Una expe-riencia que acompaa el terapeuta: ese ser supapel. Con este ideario, fundan, junto conAaron Esterson, en 1965 la Philadelphia Asso-ciation, para intentar cambiar segn consta enlos estatutos el modo en que los hechos dela salud mental y de la enfermedad mental sonvistos por muchas personas. Asociacin queestablece una red de comunidades en Londrespara personas aquejadas de problemas menta-les, que creen que la sociedad les va a des-truir, en palabras de Laing21. Casas antipsiqui-tricas donde las mentes perdidas podrancurarse volvindose locas entre personas queven la locura como una oportunidad de moriry renacer. Un viaje por la locura como oportu-nidad de reconstituir su yo autntico. Fueron

    tres casas por las que pasaron 316 personasentre junio 1965 y septiembre de 197443. Enellas se realizaba la inmersin en los fantasmasde la mente, en el delirio. Una regresin que vaa denominarse metanoica Metanoia es una

    palabra del Nuevo Testamento, traducida porarrepentimiento y que literalmente significacambio de opinin. Una especie de sucesinmuerte renacimiento de la que, si se lleva acabo con xito, la persona regresa al mundosintindose recin nacida, refrescada y reinte-grada a un nivel ms alto de funcionamientoque antes35. La ms conocida des estas casas,Kingsley Hall, un edificio situado en el East End

    de Londres, en el que vivi un ao el propioLaing, se convirti en punto de encuentro delmovimiento contracultural ingls de los aossesenta: socilogos de la New Left, dirigentesdel movimiento procomuna y poetas, artis-tas, msicos, bailarines y fotgrafos de vanguar-dia; la Free School of London, se reuni all porprimera vez y fue sede de clases de la AntiUni-versidad de Londresg. La psicosis, en especialuna de sus expresiones, el delirio, se divulga

    como una creacin lrica, como una va sagradaque el hombre transita despus de romper lascadenas de la razn. La esquizofrenia, es paraLaing y sus compaeros de la Philadelphia Asso-ciation, una tentativa triunfante para no adap-tarse a las seudo realidades sociales. RadicalPsiquiatra que acusa a la sociedad alienante. Seproduce una mitificacin de la locura: el locoque en realidad est sano y del sano que estloco9;33;3638.

    En el terreno puramente teraputico, tienesentido la pregunta que se hace Jervis, en Elmito de la antipsiquiatra11;31;31: es realmenteposible ayudar de forma antipsiquitrica a unapersona afecta (y oprimida) de lo que se llamaun trastorno mental? Parece que la experienciano ratific las experiencias inglesas. El propio

    g Desde el 1 de junio de 1965, fecha de su apertura, hasta 1968, vivieron, segn nos cuenta Laing en Esquizofrenia ypresin social, en Kingsley Hall ciento nueve personas durante perodos de 30 ms das. Por esos aos surgen otrascomunidades asociadas, al igual que hay una experiencia precedente,Villa 21 desarrollada por Cooper en unpabelln de un gran hospital de Londres (ms de 2000 camas) de 1962 a 1966. Experiencia relatada en un captulode Psiquiatra y antipsiquiatra.

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    Laing le cuenta a Jervis que en Kingley Hall lastcnicas psicoanalticas tienen un lugar, comolas tcnicas de la psiquiatra para salir de losapuros que el cuidado informal y silvestrepuede ocasionar. Por otra parte, la mitificacin

    de la locura entraa el riesgo de erigir la irra-cionalidad, y por tanto un nihilismo conserva-dor, un laissez faire, en la nica alternativa enuna sociedad cuyas contradicciones polticas,econmicas y sociales precipitan, favorecen oproducen la enfermedad mental. El loco, o tr-minos ms apropiados, el enfermo mental, noes un representante de la libertad y el genio,todo lo contrario: es una persona doblemente

    alienada; por su desvalimiento como enfermo,por la fragilidad a la que le suele lleva su enfer-medad y por el abandono y estigma social queesta produce. La locura no es genial, todo locontrario: lleva al sufrimiento y la devastacinmientras domina el episodio o la enfermedadse cronifica en el deterioro psquico.

    No es de extraar que la antipsiquiatrainglesa, al menos en sus dos protagonistas

    principales, Laing y Cooper, acabara en el misti-cismo y la intoxicacin alcohlica suicida. Nique de Razn y violencia, se pasar al manifiestoorgsmico de Cooper: el mensaje debe serpan y orgasmo: de lo contrario, podremosvivir aunque para nada, podremos crear unarevolucin que, en ltima instancia, no merezcala pena.El leivmotives el orgasmo la mayor can-tidad posible de veces, por todos los mediosposibles, dentro del contexto de un amor noposesivo11

    La institucin negaday la coordinadora psiquitrica

    El caso del Reino Unido, con su ServicioNacional de Salud, y sus altas prestacionessociales, entonces paradigmticas de un Estadodel Bienestar, no es el caso italiano, ni estadou-

    nidense ni espaol, donde estaban por cons-truir unos servicios pblicos sanitarios. Losmovimientos sociales, en especial en la univer-sidad de los aos sesenta del pasado siglo,

    crean un momento propicio para la luchaantiinstitucional en el que se desarrolla lareforma psiquitrica. Unas reformas, la italiana,con Psiquiatra Democrtica, los movimientoscomunitarios en EEUU o en Canad,que se ins-

    criben ms en el posibilismo de la reforma asis-tencial: vaciar los manicomios, crear alternati-vas en la propia comunidad: la desinstitucional-zacin, que en una propuesta radical, que pongaentre parntesis la enfermedad mental y la psi-quiatra. En el caso de Espaa, adems, el movi-miento alternativo de los jvenes psiquiatras yprofesionales de la salud mental se convirtigracias a la dictadura en un movimiento polti-

    co en lucha por las libertades: no cupo la antip-siquiatra. La reforma psiquitrica, la mejora dela atencin a los enfermos mentales, no podadesligarse de la lucha contra la dictadura deFranco. Ni pudo despus descoserse, una vezllegada la democracia, de la necesaria recons-truccin de la sociedad civil y sus institucionesy servicios18;19;43. Otra cosa es que algunos desus postulados, al igual que sucedi con larevuelta de Mayo, impregnasen la conciencia

    social de gran parte de una generacin, quejug un papel importante en la Reforma psi-quitrica espaola16.

    En cuanto al movimiento italiano,aunque enla presentacin de su libro manifiesto: Listitu-zione negata, punto de partida del movimientoantiinstitucional italiano, Basaglia se definacomo antipsiquiatra, la alternativa italiana essobre todo un movimiento de reforma asisten-cial, dentro del posibilismo poltico de la coyun-tura italiana inscrito en el juego de los partidospolticos y de los sindicatos , lo que le permitela modificacin legislativa, la ley italiana 180,quesupone uno de los momentos culminantes delproceso de desinstitucionalizacin al suprimirnormativamente los manicomios, verdaderacondicin de posibilidad de toda reforma17; 23;2830;50;51. No es en la radicalidad de la denuncia,

    sino en su mbito de actuacin, donde pode-mos encontrar la diferencia entre la antipsi-quiatra inglesa y la reforma italiana. En vez debuscar la marginalidad de las comunidades

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    teraputicas de Laing y Cooper, situadas fueradel aparato de salud no por casualidad elNational Health Service era en aquel momen-to uno de los sistemas y modelos de atencinsanitarios ms avanzado y socialmente progre-

    sista del mundo y de todo consenso ciudadano,Psiquiatra democrtica se inscribe en lopublico con una clara intencionalidad poltica.Hoy el movimiento basagliano forma parte delos procesos desinstitucionalzadores que cons-tituyen lo que ha venido en llamarse ReformaPsiquitrica, cuyo objetivo era fundamental-mente (y sigue siendo) el cierre del hospitalpsiquitrico y la creacin de alternativas en la

    propia comunidad. Con el desarrollo de estosprocesos anclados en la realidad asistencial, enla necesidad de cambiar la situacin de la aten-cin a los enfermos mentales, desde unadimensin pblica y universal, la antipsiquiatraqueda reducida a un movimiento contracultu-ral, un desacuerdo que pone en cuestin tantola enfermedad mental como la psiquiatra. Laantipsiquiatra actu al modo de una vanguardiaartstica, como impacto, como revulsivo, en

    tanto construccin de una realidad utpica cri-tica a la razn psiquitrica, que ha servido,como sealaba en otro lugar15;20, para dinamitarlos lmites entre razn y locura, ya rotos teri-camente por Freud, en la conciencia de lapoca, al igual que para evidenciar la importan-cia de la alineacin en la produccin de laenfermedad mental.

    De las implicaciones polticas, como intelec-tuales comprometidos con su momento hist-rico, son prueba los siguientes prrafos extra-dos de un libro de Laing publicado en 197123;por otra parte, de indiscutible actualidad.

    Mientras no podamos elevar nuestro pen-samiento hasta superar la oposicin entreEllos y Nosotros, entre buenos y malos, lasituacin seguir como hasta ahora. Lanica alternativa es que los buenos exter-minen a los malos y los malos a los buenos.La empresa no parece demasiado difcil niimprobable si se considera que, en nuestra

    opinin, nosotros somos los buenos y elloslos malos, y en su opinin,ellos son los bue-nos y nosotros los malos Millones depersonas han muerto en este siglo, ymuchas personas ms, entre las que, segntodo permite suponer, estaremos incluidosmuchos de nosotros y de nuestros hijos.Morirn, estrangulados por ese nudo que,en apariencia, somos incapaces de des-atar El nudo parece relativamente simple,

    pero se halla muy, pero muy ajustado entorno, por as decir, de la garganta de lahumanidad entera Pero, no lo creanporque yo lo digo: mrense en el espejo ycomprubenlo.

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