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INSTITUTO DE HUMANIDADES Programa de Estudios Juegos de lenguaje y formas de vida: una introducción a la filosofía del lenguaje del Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas Periodo Académico : Primer Semestre 2014 Profesor : Juan Ormeño Karzulovic Mail : [email protected] I. DESCRIPCIÓN. ¿Cómo es que las palabras i.e. signos convencionales- pueden referirse al mundo, a los hablantes que las profieren y a sí mismas? Piensa en el maullido de un gato o en el balbuceo de un niño de meses; creemos que ambas cosas tienen algún propósito: llamar la atención sobre algo en ellos (el gato, el niño) o en su entorno (p. ej. ratón, auto). Pero no cumplen ese propósito del mismo modo en que lo haría una oración. Ciertamente el maullido y el balbuceo comunican algo o son indicio o señal de algo, como el humo lo es del fuego. Pero las oraciones no parecen comunicar de la misma manera, pues para entenderlas no se requiere buscar nada de lo que sean señal o indicio. Por último, ni el maullido ni el balbuceo ni el humo parecen per se capaces de referirse a sí mismos, como sí puede hacerlo la expresión: “ ‘Luna’ tiene cuatro letras”. Ahora bien, ¿es esa pregunta una pregunta filosófica? Depende: podemos explicar cómo el sonido “luna” es usado en español para referirse al satélite natural de la tierra; cómo los niños hispanohablantes aprenden a usar el signo; qué otros signos en otros idiomas son usados para la misma función; qué tipo de palabra es y cómo ese tipo de palabra (vgr. un substantivo) puede combinarse en español con otros tipos de palabras para producir una oración, etc. Ninguna de estas respetables actividades es filosófica per se. Pero podemos, además, observando que las palabras y las oraciones tienen significado, preguntarnos de modo más general: ¿Qué es el significado? (o, más enrevesadamente: ¿qué significa la expresión ‘significado’?). Esta pregunta ya es filosófica (para bien o para mal), en parte importante porque exige una respuesta en principio aplicable a cualquier expresión significativa. En lo que sigue, resumo una breve (y reciente) historia de un tipo de respuesta a esa pregunta A fines del s. XIX y a principios del s. XX tuvo lugar una revolución en la lógica (aquella disciplina de la que Kant pudo decir que nada había avanzado desde Aristóteles), cuyo iniciador fue Gottlob Frege (1848-1925). Interesado, ante todo, en la fundación lógica de la matemática, Frege propuso una escritura simbólica (que llamó “conceptografía”) en la que, a diferencia del uso típico del lenguaje natural, sólo debía expresarse aquello que era necesario para establecer la verdad de un razonamiento. Pero es obvio que en el lenguaje natural hay mucho más; de ahí que Frege haya comparado a este último con el ojo o la mano (órganos de uso múltiple) y a su propia escritura simbólica con el microscopio (un instrumento diseñado con un sólo propósito e inútil para todo lo demás). Para saber cómo puede diseñarse un lenguaje que preserve sólo una característica de las muchas que el lenguaje natural tiene, es necesario tener alguna teoría que explique cómo ciertos signos lingüísticos (en particular, palabras y oraciones) expresan algo (por ejemplo, pensamientos acerca de uno mismo, del mundo o acerca del propio pensamiento, y que, además, tengan la propiedad de ser pensamientos verdaderos o falsos). Esto llevó a Frege a proponer, siquiera en principio, una teoría del significado aplicable al lenguaje natural.

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INSTITUTO DE HUMANIDADES

Programa de Estudios

Juegos de lenguaje y formas de vida: una introducción a la filosofía del lenguaje del Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas

Periodo Académico : Primer Semestre 2014

Profesor : Juan Ormeño Karzulovic

Mail : [email protected]

I. DESCRIPCIÓN.

¿Cómo es que las palabras –i.e. signos convencionales- pueden referirse al mundo,

a los hablantes que las profieren y a sí mismas? Piensa en el maullido de un gato o

en el balbuceo de un niño de meses; creemos que ambas cosas tienen algún

propósito: llamar la atención sobre algo en ellos (el gato, el niño) o en su entorno

(p. ej. ratón, auto). Pero no cumplen ese propósito del mismo modo en que lo haría

una oración. Ciertamente el maullido y el balbuceo comunican algo o son indicio o

señal de algo, como el humo lo es del fuego. Pero las oraciones no parecen

comunicar de la misma manera, pues para entenderlas no se requiere buscar nada

de lo que sean señal o indicio. Por último, ni el maullido ni el balbuceo ni el humo

parecen per se capaces de referirse a sí mismos, como sí puede hacerlo la

expresión: “ ‘Luna’ tiene cuatro letras”.

Ahora bien, ¿es esa pregunta una pregunta filosófica? Depende: podemos explicar

cómo el sonido “luna” es usado en español para referirse al satélite natural de la

tierra; cómo los niños hispanohablantes aprenden a usar el signo; qué otros signos

en otros idiomas son usados para la misma función; qué tipo de palabra es y cómo

ese tipo de palabra (vgr. un substantivo) puede combinarse en español con otros

tipos de palabras para producir una oración, etc. Ninguna de estas respetables

actividades es filosófica per se. Pero podemos, además, observando que las

palabras y las oraciones tienen significado, preguntarnos de modo más general:

¿Qué es el significado? (o, más enrevesadamente: ¿qué significa la expresión

‘significado’?). Esta pregunta ya es filosófica (para bien o para mal), en parte

importante porque exige una respuesta en principio aplicable a cualquier expresión

significativa. En lo que sigue, resumo una breve (y reciente) historia de un tipo de

respuesta a esa pregunta

A fines del s. XIX y a principios del s. XX tuvo lugar una revolución en la lógica

(aquella disciplina de la que Kant pudo decir que nada había avanzado desde

Aristóteles), cuyo iniciador fue Gottlob Frege (1848-1925). Interesado, ante todo,

en la fundación lógica de la matemática, Frege propuso una escritura simbólica

(que llamó “conceptografía”) en la que, a diferencia del uso típico del lenguaje

natural, sólo debía expresarse aquello que era necesario para establecer la verdad

de un razonamiento. Pero es obvio que en el lenguaje natural hay mucho más; de

ahí que Frege haya comparado a este último con el ojo o la mano (órganos de uso

múltiple) y a su propia escritura simbólica con el microscopio (un instrumento

diseñado con un sólo propósito e inútil para todo lo demás). Para saber cómo puede

diseñarse un lenguaje que preserve sólo una característica de las muchas que el

lenguaje natural tiene, es necesario tener alguna teoría que explique cómo ciertos

signos lingüísticos (en particular, palabras y oraciones) expresan algo (por

ejemplo, pensamientos acerca de uno mismo, del mundo o acerca del propio

pensamiento, y que, además, tengan la propiedad de ser pensamientos verdaderos

o falsos). Esto llevó a Frege a proponer, siquiera en principio, una teoría del

significado aplicable al lenguaje natural.

Pero no fue a Frege, sino a Bertrand Russell (1872-1970), a quien se le ocurrió que

podíamos entender mejor el lenguaje natural si, analizando las expresiones

lingüísticas comunes y descomponiéndolas en unidades más básicas, accedíamos a

la gramática lógica profunda de esas expresiones. Frege pretendía diseñar un

lenguaje simbólico que mostrase sin ambigüedad lo que es necesario para la

ciencia; Russell, en cambio, vio en la lógica y en el análisis lógico de los enunciados

lingüísticos, un medio para desambiguar el lenguaje natural; mejorarlo, si Uds.

quieren (“En la práctica, el lenguaje es siempre más o menos vago, ya que lo que

afirmamos no es totalmente preciso”)1. La idea es extraña, pero está vinculada con

la peculiar concepción del lenguaje de Russell, según la cual “toda la función del

lenguaje consiste en tener significado y sólo cumple esta función satisfactoriamente

en la medida en que se aproxima al lenguaje ideal que nosotros postulamos”2. Y el

lenguaje tiene significado en la medida en que es capaz de afirmar o negar hechos.

Según esto, sólo son “significativas” las oraciones que pueden ser verdaderas o

falsas –una enorme ironía, si se tiene en cuenta que tanto en sus escritos

científicos como en sus escritos populares, de divulgación o de combate, Russell

hacía gala de una prosa de estilo mordaz, que le valió el Nobel de Literatura en

1950. Sólo las oraciones descriptivas tienen, pues, “significado”; puede que otro

tipo de oraciones no sean absurdas o sinsentido; pero carecen de valor cognitivo.

Influido por Russell y por Frege, el en aquél entonces joven ingeniero aeronáutico

austriaco Ludwig Wittgenstein (1889-1951) propuso, en el Tractatus logico-

philosophicus (c. 1922), una teoría general del significado, aplicable en principio

tanto al lenguaje natural como al simbolismo de la lógica, que se convirtió en la

verdadera piedra fundacional de la filosofía analítica del lenguaje. Según esta

teoría, el lenguaje comparte, tanto con el pensamiento (aquello de lo que el

lenguaje es manifestación pública) como con el mundo (aquello sobre lo que el

pensamiento versa), la misma “forma lógica”. Precisamente por ello, es posible que

el lenguaje “figure” posibles estados de cosas, algunos de los cuáles son el caso y

son, por tanto, “hechos”. La idea básica es que sólo tiene sentido (significado)

aquello que es expresable en el lenguaje y por medio de él: las oraciones (y los

pensamientos) son “figuras” de los hechos, si es que son verdaderas. El que sean

falsas no altera su carácter figurativo. Una consecuencia de esta teoría es, con

todo, curiosa y digna de mención: aquellos enunciados que no figuran hechos,

reales o posibles, carecen de sentido: esto incluye enunciados evaluativos como los

enunciados éticos, como también enunciados acerca de la forma lógica de todos los

enunciados con sentido (esto es, el propio Tractatus).

En las Investigaciones filosóficas, que son el resultado más o menos misceláneo de

consideraciones acerca del lenguaje que se prolongaron por casi 20 años,

Wittgenstein nos presenta, en cambio, una imagen del lenguaje y de lo que

hacemos con él (p.e.: pensar, comunicarnos, diseñar una máquina, inventar un

chiste, expresar nuestros estados mentales) en la que éste aparece como un

conjunto de prácticas e instituciones sociales, más o menos determinadas por el

tipo de criaturas que los seres humanos somos. Para expresar la idea de que el

significado de palabras y oraciones depende de su uso en determinados contextos,

Wittgenstein acuñó la expresión “juego de lenguaje”. Y para delimitar, en algún

sentido, el tipo de contextos en los que las palabras y oraciones son usadas de

modo normal, acuñó el concepto de “forma de vida”.

Una manera plausible de interpretar estas ideas es sostener que en algún momento

Wittgenstein se dio cuenta de que la pregunta filosófica: “¿Qué es el significado?”

1 Introducción de Bertrand Russell al Tractatus de Wittgenstein (2002), p. 186.

2 Íbid.

no puede ser contestada sino teniendo como marco el uso ordinario del lenguaje

natural (en lugar de la lógica, digamos). Pero una vez que la situamos en su seno,

la pregunta parece mal planteada o engañosa o de importancia bien limitada.

Lo que haremos en el curso será leer una porción significativa de las

Investigaciones filosóficas para, en relación a una pregunta filosófica acerca del

significado, reflexionar acerca de la filosofía y sus métodos argumentativos. Para

ello, empezaremos por otras preguntas filosóficas (vgr. ¿qué es la filosofía? ¿Cuáles

son sus objetos de estudio (de haberlos)? ¿Cuáles son sus preguntas

fundamentales?); luego leeremos algunos textos de Frege, Russell, Strawson y el

primer Wittgenstein, para preparar el terreno y calentar los motores, y, finalmente,

abordaremos nuestro texto principal.

II. OBJETIVOS.

El objetivo general de este curso es capacitar a los alumnos para que puedan, en

torno a un tema específico –en este caso, la filosofía del lenguaje del segundo

Wittgenstein-, aprender a leer textos filosóficos y a argumentar en torno a

problemas teóricos utilizando ejemplos y analogías, por medio de los cuales poner a

prueba diversas tesis.

Los objetivos específicos son:

- que los alumnos conozcan algunos textos filosóficos ya clásicos acerca de la

filosofía del lenguaje, en particular, las Investigaciones filosóficas de

Wittgenstein;

- que se familiaricen con una forma analítica de leer textos filosóficos (es

decir, en función de los argumentos que estos textos sostienen);

- que aprendan a utilizar fuentes secundarias como apoyo a la interpretación

de los textos principales;

- y que produzcan un ensayo crítico sobre los temas del curso.

III. METODOLOGÍA DE TRABAJO.

- Número de sesiones: 16

- Explicar las características de la clase: Algunas sesiones serán expositivas, pero

se privilegiarán sesiones de interpretación conjunta de los textos y exposiciones

de los alumnos.

- Posibilidades de contacto del alumno con el profesor y ayudante (si el curso

tuviese) fuera del horario formal de clases: [email protected].

-

IV. CONTENIDOS.

1) Introducción: ¿Por qué una filosofía del lenguaje, en lugar de una ontología o

una epistemología? O, en otras palabras, ¿por qué una filosofía del lenguaje en

lugar de una filosofía de la realidad o de nuestro modo de acceder a ella?

1. La reflexión filosófica acerca del lenguaje y su relación con la reflexión

acerca del ser, el conocimiento y la subjetividad.

2. Lógica y filosofía del lenguaje: la distinción de Frege entre “sentido” y

“referencia”

3. Cómo se refiere nuestro pensamiento a objetos: “nombres” y descripciones

definidas (o Russell vs. Strawson).

4. La teoría figurativa del significado en el Tractatus de Wittgenstein.

2) Las Investigaciones filosóficas

1. Crítica de la teoría referencial del significado: lo que la palabra designa no es

el ‘significado’ de la palabra (o las palabras no deben entenderse como

representantes de los objetos a los que designan). Pero no porque algunas

palabras no designen, sino porque las palabras cumplen diversos roles en

diversos contextos, designan cosas muy distintas, etc. (§§ 1-64).

a) La noción de “juegos de lenguaje” se refiere al contexto de uso de las

palabras y sirve como contraste a otro tipo de contexto de uso: el que

proveen sistemas de reglas gramaticales o lógicos (§§ 1-25).

b) La paradoja de la definición ostensiva: ¿cómo puede contar como

definición, explicación o descripción del significado de una palabra el

apuntar aquello que la palabra designa si este “apuntar” puede ser

interpretado de maneras diversas en cada caso? Para que la “definición

ostensiva” pueda hacer su papel Ud. ya debe saber qué es lo que está

preguntando cuando pregunta “¿y cómo se llama eso”? (§§ 26-38).

c) “Pero si la palabra tiene significado porque nombra un objeto, entonces

ese objeto debe existir”. La crítica a la idea del “verdadero nombre”, esa

palabra que engancharía a nuestro lenguaje con el mundo y del carácter

primitivo (inanalizable) de ese nombre (o la autocrítica de W. a la teoría

de los objetos simples del Tractatus (§§39-64).

2. Crítica de la teoría del significado basado en sistemas de reglas lógicas o

sintácticas. Hablar un lenguaje es comportarse de acuerdo a reglas (o, al

menos, comportarse de modo regular). ¿Podemos dar cuenta de aquellas

reglas (o de las regularidades) cuya satisfacción haría que ese

comportamiento contase como “hablar un lenguaje” (en lugar de otra cosa)?

(§§ 65-133).

d) En el Tractatus, W. buscaba la “forma general de la proposición”, es

decir: aquella regla con la que cualquier proposición, cualquier unidad de

sentido debía cumplir para tener significado. Aquí propone la noción de

“parecido de familia” para negar la idea de que haya algo así como una

regla o estructura común a todo fragmento de lenguaje significativo y

para situar en algún contexto la práctica de explicar nuestro lenguaje

señalando las reglas que lo gobiernan (§§ 65-88).

e) Pero si no hay una esencia común a toda unidad significativa (conceptos,

oraciones, etc.), ni un conjunto especificable de reglas o criterios que

expliquen la capacidad de las palabras de tener significado –esto es, que

constituyan la “fuente última” y autónoma de cualquier explicación

fundamental, entonces ¿podría el lenguaje cotidiano reivindicar para sí

semejante rol? En la teoría anterior, esa era la función de la lógica (o,

más generalmente, de la filosofía)(§§ 89-133)

3. La paradoja del seguimiento de reglas. Significar y entender son conceptos

inseparables, pues no entendemos palabras u oraciones cuyos significados

desconocemos. Pero parece que entender el significado de X es, como

vimos, equivalente a comportarse de acuerdo a reglas o a comportarse de

modo regular. Pero la regularidad es un criterio impreciso para entender qué

significa “entender” una oración o una palabra, pues una regla puede

interpretarse de modo que cualquier conducta pueda hacerse compatible con

ella. En rigor, hablar un lenguaje es participar en una institución, dominar

una técnica (§§ 134-242).

4. Los argumentos en contra de un lenguaje privado (§§ 243-268). Si el

lenguaje es una práctica social (intersubjetiva, comunal, pública), ¿cómo

puede el hablante utilizar el lenguaje para expresar episodios privados?

¿Cómo se enganchan las palabras de dolor, por ejemplo, a las sensaciones

de dolor a las que estas se refieren? La tesis de Wittgenstein es que, a este

respecto, las palabras no describen (o reportan) un estado interno (privado,

inaccesible para los demás), sino que expresan ese estado.

5. Instituciones, prácticas sociales y forma de vida.

V. EVALUACIÓN.

- Un pequeño ensayo sobre temas propuestos por el profesor, que equivaldrá a

un 40% de la nota final.

- Una exposición o preparación de una parte de la sesión: 20%.

- Un ensayo final más amplio: 40%.

VI. CRONOGRAMA DE TRABAJO

Se solicita que pueda planificar sesión por sesión, indicando brevemente la

temática a abordar, la lectura que exigirá obligatoria y la lectura adicional.

1. 09 de marzo TEMA: ¿Por qué una filosofía del lenguaje y no una ontología o una filosofía de la conciencia?

LECTURA: Tugendhat, Lecciones 1-3.

2. 16 de marzo TEMA: Lógica y filosofía del lenguaje. La distinción qu Frege hizo entre “sentido” y “referencia”.

LECTURA: Frege, “Sentido y referencia”

3. 23 de marzo TEMA: Cómo se refiere nuestro pensamiento a objetos: “nombres” y descripciones definidas (o Russell vs. Strawson). LECTURA: Russell “Descripciones”; Strawson “Sobre el referir”.

4. 30 de marzo TEMA: La teoría figurativa del significado en el

Tractatus de Wittgenstein.

LECTURA: Wittgenstein, Tractatus (selección).

5. 06 de abril TEMA: Las Investigaciones filosóficas. Crítica de la teoría referencial del significado (§§ 1-64). a) Juegos de lenguaje y contextos de uso (§§ 1-25)

LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 1-25.

6. 13 de abril TEMA: Las Investigaciones filosóficas. Crítica de la teoría

referencial del significado (§§ 1-64). b) Paradojas de la definición ostensiva (§§ 26-38)

LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 26-38.

7. 20 de abril TEMA: Las Investigaciones filosóficas I. Crítica de la teoría referencial del significado (§§ 1-64).

c) Nombres y objetos simples. Crítica de la versión tractariana de cómo se engancha nuestro lenguaje al mundo (§§ 39-64).

LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 39-64.

8. 27 de abril TEMA: Las Investigaciones filosóficas II. Crítica de la

teoría del significado basado en sistemas de reglas

lógicas o sintácticas (§§65-133).

d) Crítica a la idea de que todo fragmento significativo

del lenguaje tenga una estructura, esencia o forma

común; la noción de “parecidos de familia” ocupa su

lugar (§§65-88). LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 65-88.

9. 04 de mayo TEMA: Las Investigaciones filosóficas II. Si hay reglas, ¿cuáles son y cómo especificarlas? Lógica, filosofía y uso cotidiano del lenguaje (§§ 88-133).

LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 88-133.

10. 11 de Mayo TEMA: Las Investigaciones filosóficas III. La paradoja del

seguimiento de reglas (§§ 134-242). Primera parte (§§ 134-199)

LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 134-199.

11. 18 de mayo TEMA: Las Investigaciones filosóficas III. La paradoja del seguimiento de reglas (§§ 134-242). Segunda parte (§§ 200-242).

LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 200-242.

12. 25 de mayo TEMA: Las Investigaciones filosóficas IV. La crítica a la

idea de un lenguaje privado (§§ 243-268). LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 243-255.

13. 01 de junio TEMA: Las Investigaciones filosóficas IV. La crítica a la

idea de una definición ostensiva privada. LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 256-268

14. 08 de junio TEMA: Prácticas sociales y reglas. LECTURA: Wittgenstein, IF, §§ 82-85, 125, 199, 206-208,

242, 441.

15. 15 de junio TEMA: La expresión “forma(s) de vida”. LECTURA: Wittgentein, IF, §§ 19, 23, 241, 325.

16. 22 de junio TEMA: La influencia de Wittgenstein

VII. NORMAS ADMINISTRATIVAS Y PEDAGÓGICAS DEL CURSO.

1. ASISTENCIA:

Se considera que el porcentaje de asistencia requerido para todos los cursos será

del 80%. Sin embargo cada profesor decidirá el porcentaje de asistencia que

considera adecuado pero, una vez señalado en su syllabus, debe ser consistente y

mantenerlo.

El porcentaje mínimo de asistencia para el curso (nombre del curso) es de

xx%.

2. SOBRE LA NO ENTREGA DE EVALUACIONES:

Para el caso de las evaluaciones no entregadas, el profesor decidirá un criterio

que considere adecuado pero, una vez señalado en su syllabus, debe ser

consistente y mantenerlo.

En caso de que los/las docentes acepten certificados médicos para justificar la no

entrega de una evaluación, éstos serán recibidos por la coordinadora académica

sólo hasta una semana después de la fecha del plazo de entrega, y será

responsabilidad del estudiante hacerla llegar dentro del plazo indicado.

Existirá una nota “P” (Pendiente), calificación que se aplicará al estudiante que, por

motivos justificados o por razones de fuerza mayor debidamente acreditadas, no

haya podido cumplir con las evaluaciones finales del curso o actividad en que se ha

inscrito. Dicha calificación permitirá al estudiante inscribirse en cursos para los

cuales constituye requisito aquel cuya calificación hubiere quedado pendiente.

La nota “P” (Pendiente) deberá ser autorizada por el Comité Académico de Magíster

o, en su defecto, el Director del programa, debiendo el académico responsable del

curso o actividad fijar al estudiante las exigencias que deberá cumplir para obtener

la calificación definitiva.

Si el estudiante no diere cumplimiento a lo señalado anteriormente, en el plazo que

se fije que no podrá ser superior a 1 semestre, será calificado en el respectivo

ramo, con nota final uno (1.0).

Ver en http://www.udp.cl/usuarios/reglamentoudp/estudiantepostgrado.htm

3. INTEGRIDAD ACADÉMICA: El Reglamento del Estudiante de Postgrado

(articulo 13) establece severas sanciones para casos de plagio, copia, falsificación y

uso indebido de documentos, que van desde la nota mínima en la evaluación hasta

la expulsión de la Universidad. Disponible en:

http://www.udp.cl/usuarios/reglamentoudp/estudiantepostgrado.htm

Para las citas y referencias bibliográficas, el Instituto sugiere utilizar el formato

Chicago Manual Style para Humanidades. En la Base de datos EBSCO

(http://support.ebsco.com/help/index.php?help_id=36), podrán encontrar éste y

otros formatos de citación. Adicionalmente, se sugiere revisar el Chicago-Style

Citation Quick Guide, donde se detalla con claridad el uso del formato de Chicago:

http://www.chicagomanualofstyle.org/tools_citationguide.html

VIII. BIBLIOGRAFÍA. Señalar autor, titulo y referencias de edición (Editorial, año).

Acero, J.J. (ed.) (1998) Filosofía del lenguaje I: cuestiones semánticas. Madrid: Trotta/CSIC.*

Bustos, E. (2000) Filosofía del lenguaje. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.*

Cavell, S. (2003) Reivindicaciones de la razón: Wittgenstein, escepticismo, moralidad y tragedia. Madrid: Síntesis.*

Cordua, C. (2013) Wittgenstein. Santiago: UDP.*

Dascal, M. (ed.) (1999) Filosofía del lenguaje II: pragmática. Madrid: Trotta/CSIC.*

Frege, G. (1998) Ensayos de semántica y filosofía de la lógica. Madrid: Tecnos.*

Glock, H-J. y J. Hyman (eds.) Wittgenstein and analytic philosophy. Essays for P.M.S. Hacker. Oxford: Oxford University Press.**

Heaton, J. y J. Groves (2002) Wittgenstein para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente.**

Kripke, S. (2006) Wittgenstein:a propósito de reglas y lenguaje privado. Una exposición elemental. Madrid: Tecnos.**

Lugg, A. (2000) Wittgenstein’s Investigations 1-133. A guide and interpretation. London/NY: Routledge.**

Stern, D. (2004) Wittgenstein’s Philosophical Investigations. An introduction. Cambridge: Cambridge University Press.**

Tugendhat, E. y U. Wolf (1997) Propedéutica lógico-semántica. Barcelona: Anthropos.*

Tugendhat, E. (2003) Introducción a la filosofía analítica. Barcelona: Gedisa.**

Valdés Villanueva, L. (1999) La búsqueda del significado: lecturas de filosofía del lenguaje. Madrid: Tecnos.*

Wittgenstein, L. (1984) Los cuadernos azul y marrón. Madrid: Tecnos.*

Wittgenstein, L. (2002) Tractatus logico-philosophicus. Madrid: Alianza.*

Wittgenstein, L. (1998) Investigaciones filosóficas. Barcelona: Crítica.*

* Disponible en biblioteca UDP.

** Disponible en versión digital (PDF)