Jose Pellicer- El anarquista íntegro

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  • 7/30/2019 Jose Pellicer- El anarquista ntegro

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    Miquel Amors

    Jos PellicerEl anarquista ntegroVida y obra del fundador de la

    heroica Columna de Hierro

    Virus editorial

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    2009 de la presente edicin, Virus editorial 2009 del texto, Miquel Amors

    Creative Commons

    LICENCIA CREATIVE COMMONSautora - no derivados - no comerc ial 1.0

    Miquel Amors

    Jos Pellicer. El anarquista ntegro

    Vida y obra del fundador de la heroica Columna de Hierro

    Maquetacin y cubierta:Virus editorial

    Primera edicin:marzo 2009

    Lallevir SL / VIRUS editorial

    C/ Aurora, 23 baixos 08001 Barcelona

    T. / Fax: 93 441 38 14

    C/e.: [email protected]

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    Imprenta LUNA

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    Tel.: 94 416 75 18

    Fax.: 94 415 32 98

    C/e.: [email protected]

    ISBN-13: 978-84-92559-02-2

    Depsito legal:

    ndice

    I. La vida est en las semillas 5

    II. Tierra y libertad! sta es nuestra consigna 31

    III. Pellicer, el insurrecto 61

    IV. 19 de julio, principio de aurora 89

    V. La Columna de Hierro era una colectividad 115

    VI. Peligro en la retaguardia 141

    VII. Nosotros somos nosotros 171

    VIII. De hierro es nuestra voluntad y de hierro 197ha de ser nuestro avance

    IX. Atemperarse o morir 227

    X. Ni un preso revolucionario en las crceles 249

    XI. Los funerales de la anarqua 279

    XII. Toda Espaa fue una crcel 319

    XIII. Ofreced ores a los rebeldes que fracasaron 339

    Bibliotecas y archivos consultados 367

    Bibliografa 368

    ndice onomstico 376

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    I.La vida est en las semillasSi es cierto que la inancia guarda el secreto de la madurez, si es verdad quecomo deca Wordsworth el nio es el padre del hombre, para saber de lacalidad humana de Jos Pellicer adulto bastara con haberle conocido en susprimeros aos. Fue un nio tranquilo, carioso y compasivo, del que se guar-dan ancdotas sobre su extrema sensibilidad ante las privaciones y el suri-miento ajeno. Quiz la crianza ue demasiado conortable para un chico deimaginacin ardiente, pero lo cierto es que no mostr nunca la inclinacinempresarial de la amilia. Tampoco la educacin escolar y religiosa ejerci sucoaccin de modo ecaz, al no impedir que sus tempranas aspiraciones juve-niles chocaran con la s normas morales que le haban inculcado. Ya adolescen-te, no admita vestir de orma dierente a la de cualquier trabajador, y un daen que la madre se empe en comprarle un traje, reaccion regalndoselo

    al primer desvalido con el que se cruz. La igualdad entre los hombres habaalcanzado pronto en Pellicer el grado de certeza metasica.Se asom al mundo el 27 de abril de 1912 en El Grao, poblado martimo

    anexionado a Valencia quince aos antes, el ao en que adoquinaron sus ca-lles. El padre, Pedro Pellicer Pellicer, era comerciante de granos; la madre,Virginia Ganda Pla, perteneca a la alta burguesa valenciana. Era hija deVicente Ganda, exportador de v inos del Grao desde 1885, una mujer creyen-te y muy devota. El padre, en cambio, era ms liberal. Le llevaba veinte aosa la madre, a la que conoci en Sant Isidre. Tena propiedades en el lugar, all

    La mayora de los carteles incluidos en estas pginas son obra de

    Eleuterio Bausset, autor de los cuatro carteles editados por la Columna

    de Hierro. El cartel que puede verse bajo estas lneas ue el primero de

    todos, y ue diseado por Bausset al poco de conocer a Jos Pellicer.

    En ninguna de las uentes consultadas hemos conseguido localizar

    una biograa del cartelista de la columna. Sirvan estas pginas para

    recordar su trabajo.

    [Bausset]

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    por el camino viejo de Picaa; unos viedos la alquera Maroto que ha-ba ido a vendimiar. Despus de un noviazgo en regla, con el beneplcito de laamilia, se cas con Virginia. Pedro era de buen corazn y sola ocuparse delos nios abandonados que encontraba por la calle. Sola decir: en toda ami-lia debera haber un anarquista. En la suya tuvo a tres. Todos nacieron en elGrao, en una casa de la calle del Cristo, donde tena el almacn de granos. Elmayor de los hermanos se llam como l, Pedro; Jos era el segundo; Lola te-na tres aos menos que Jos y Vicente era el pequeo, pues vino a l mundo ennoviembre de 1919. Los cuatro estuvieron siempre muy unidos.

    En 1917 se incendi el almacn y la amilia se traslad a l centro de Valen-cia, a la plaza de l a Redencin, n. 3. Pedro y Jos estudiaron en el Colegio San

    Jos, de los padres jesuitas, junto al ro,que tena reputacin de liberal y era elcolegio de los burgueses valencianos. Se deca que los escasos coches que habaen Valencia por aquellos aos aparcaban en su puerta (la gente rica todavapreera pasearse en aetn); el primer Austin en circular por la ciudad ue elde su padre. Lgicamente, hicieron la primera comunin y recibieron ampliaormacin religiosa. Eran buenos alumnos, despiertos y bien educados. Noeran dados a las habituales costumbres de la chiquillera como lanzarse pie-dras, burlarse de los transentes y repicar aldabas.Los veranos los pasaban enla nca que el abuelo tena en Agullent, donde se curaban de la tristeza de lasclases. Pedro era un poco ms alto que Jos y de dierente carcter. Jos eraserio, soador y arrojado; Pedro era simptico, habilidoso y pacco.

    Pedro estudi taquimecanograa en la Academia Mart, donde conoceraa su utura mujer, y tambin algo de qumica. Jos no quiso seguir estudiandodespus de pasar por el instituto. Aprendi rudimentos de mecanograa ydelineacin en alguna parte, e ing ls y rancs por correspondencia. No habasido un rebelde en la escuela, pero ni el elitismo jesuita ni el catolicismo de lamadre le causaron mella. Se tomaba la religin a broma y ante las procesiones

    se permita a lguna burla inocente; irreverencia menor que simplemente habadespertado junto con ese ser dormido que algunos llevan dentro y que lespredispone para la sinceridad y la libertad. Era perseverante y tenaz ; su primoEnrique Reyna cont la historia de una mula arisca de la nca El Churroque sus padres tenan en Requena, a la que Jos no par de saltarle encimahasta conseguir domarla. Su hermano Vicente recordaba un caso parecidocon una yegua de la alquera Maroto. En el colegio entabl una amistad dura-dera con Fidel Garca-Berlanga Mart, hermano del uturo cineasta, hijo deun exportador de vinos y diputado en Las Cortes, y nieto del undador de la

    saga, el clebre poltico y deensor de los intereses vincolas Fidel Garca Ber-langa. Dado el negocio comn, es de suponer que las amilias respectivasueran amigas. Fidel era un gran conversador y comparta con Jos su curiosi-dad innata por las cosas ; con el tiempo llegara a acumular una variada erudi-cin. Aunque la evolucin de ambos sigui caminos dispares, el mutuo apre-cio que sentan el uno por el otro perdur.

    Los jvenes suelen ser poco atrevidos, cobardes incluso si se les pone al l-mite. Su inconormismo resulta una cortina de humo; solamente son rebeldesaquellos que, como Jos, llevan el germen de antiguo, como el rosal su rosa osu espina el cardo, en palabras del anarquista argentino Rodolo GonzlezPacheco (con quien ms adelante tuvo tratos). Lea todo lo que le caa entre

    manos; a los veinte aos ya haba devorado un sinn de literatura. Sus librosavoritos ueron El Peregrino de las Estrellasde Jack London, y una biograade Espartaco, pero tambin tena predileccin por El Quijote, La Divina Co-media, La Vida es Sueo o las obras de Stean Zweig. Quera discutirlo todo,no respetaba ninguna creencia establecida y no cerraba los ojos ni ante lo queestaba de acuerdo. La duda otorgaba dignidad a su incipiente pensamiento. Susentido de la justicia era innato, su generosidad, sin lmites, y su anhelo desaber, ortsimo; todo esto combinado iba a dar como resultado un intensodeseo de vivir y actuar que pugnaba por darse a los dems sin preocuparse delpeligro. La Valencia burguesa de 1920 estaba en expansin y bullendo de ac-tividad constructora. Abundaban en ella los hechos injustos que, sin duda,precipitaron acontecimientos interiores y produjeron un rechazo del presente,el que conduce a no reconocerse en el mundo y a enrentarse contra l. Elanarquismo ue el equipaje ideolgico de ese enrentamiento, el ideal que vis-ti su entusiasmo por la vida y su amor al prjimo. A los diecisis aos ya tenael carn de la CNT, entonces ilega l1.

    El padre tuvo contratiempos econmicos tras la guerra del 14 pero no lleg

    a arruinarse, aunque tuvo que desprenderse de la alquera Maroto. La ata-lidad quiso que contrajera una enermedad pulmonar que los mdicos con-undieron con la tuberculosis. Mal tratada, su salud se deterior y termin porallecer en 19292, quedando la amilia en situacin apurada. La madre venditodo lo que le quedaba para poder segu ir adelante. Para ayudarla, Jos se puso

    1 En el relato de su interrogatorio por el SIM dice que perteneca a la CNT desde 1928. Docu-mentos del Comit Regional de Levante, PS Barcelona 150.2 Testimonio del mdico de la amilia Fernando Sastre Olamendi, en el Sumarsimo 6981-V-39.

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    a trabajar de pen. Como el abuelo Vicente no se daba por enterado del apuroamiliar, Jos le mand una carta recordndole la situacin en la que se encon-traba la hija, es decir, Virginia, su madre. El abuelo, conmovido, dio trabajoen el negocio amiliar a su hermano Pedro, que ocup la plaza de qumico enlas bodegas de la calle de la Madera, n. 9-15, en el Grao, acabadas de undary que todava existen. A la muerte del padre, la amilia se mud a una casa enla calle del doctor Simarro. A Jos le encantaba la msica y el cine, discutacon los amigos y observaba lo que suceda en la calle, desarrollando esa agu-deza tctica que siempre alta a quienes jams se han mojado en los aconte-cimientos. Ese querer implicarse le alejara del camino distante del intelectual.A medida que iba ampliando su biblioteca, anotaba en los mrgenes de los li-

    bros sus juicios de lector, lo mismo sobre literatura que sobre losoa. Opi-naba que los libros son la libertad del pensamiento. Sentencias similarespodan leerse en la revistaEstudios, a la que estaba abonado. Alguien lleg acalicarle de misterioso, inteligente y proundo. Su secreto es que amaba laverdad y, por decirlo en palabras que le eran amiliares, la verdad tiene la azimperturbable y los que la han amado la tendrn como ella.

    Valencia era en buena parte republicana, anticlerical y anarquista, as queoreca buena materia para poner a prueba la imperturbabilidad de Jos, aci-litando el encuentro de su ideal libertario con su personalidad discreta, desin-teresada y humana. Equipado con un consistente bagaje cultural, completsus conocimientos con literatura social. Entre sus lecturas cabe citar Esbozo deuna Moral sin Obligacin ni Sancin, de Jean-Marie Guyau, Kropotkinso-bre todo mucho Kropotkin3, Reclus, Malatesta, algo de Bakunin, Faure,Anselmo Lorenzo, Fabbri, Salvochea, etc., que ueron asimilados con natura-lidad, pero que encendieron su nimo 4. Lo que quera no era ser el mejor,aspiracin de los mediocres, sino volver mejores a los dems, prueba de gran-deza. Necesitaba para ello una causa, no el aburrimiento existencial, por lo

    que requera accin, no quietud. Se la proporcionaran las masas obreras queempezaron a agitarse durante la cada de la dictadura de Primo de Rivera.

    3 Progreso Fernndez menciona en la entrevista de Bicicleta, revista de comunicaciones libertarias,n. 11, 1977, la gran infuencia de los libros La Conquista del Pan, Campos, Fbricas y TalleresyElApoyo Mutuo. Curiosamente el alineamiento de Kropotkin a avor del bando aliado durante la Pri-mera Guerra Mundial igual que Ricardo Mella no repercuti en su prestigio, al menos entrelos anarquistas espaoles, a pesar de que todos eran pacistas.4 Podramos completar el cuadro de lecturas de Pellicer sin equivocarnos demasiado leyendo ellibro de Javier Navarro,A la Revolucin por la Cultura.

    En un cuarto de siglo la sociedad valenciana haba pasado de ser una sociedadagraria a otra en proceso de industrializacin. La gran masa de obreros queafuan a Valencia durante esa transormacin no se senta representada porningn partido; solamente los principios anarcosindicalistas podan refejarsus aspiraciones. La previsora burguesa valenciana intuy el peligro de losproletarios que su prosperidad amontonaba y, en 1903, mand construir unacrcel modelo en los connes con Mislata, que pronto se vio muy recuen-tada. La represin legal no ue suciente para desarticular el movimientoobrero y la burguesa apoy entonces el golpe de Estado de Primo de Rivera.La Dictadura dur seis aos, al nal de los cuales no quedaba nada del sin-dicalismo en pie. La nica publicacin libertaria que subsista aprovech la

    menor presin de la censura para colar un mensaje al proletariado:

    Los seis aos transcurridos han sido prdigos en enseanzas que no debenolvidarse, puesto que ellas han sido pagadas bien caras. La clase trabajadora

    principalmente debe sacar de la experiencia la conciencia de la responsabilidady de su propio valor. Sobre ella debe cimentarse la organizacin, con plena con-ciencia de su uerza y de su eectividad moral e ideolgica, basada en un rme yamplio espritu de clase. Esta es una hora de reconstruccin inapreciable queimporta mucho no desaprovechar. Conviene que se insista sobre ello. De la ca-

    pacitacin y de la preparacin orgnica que en estos momentos sepan aumentarlos espritus ecunimes y serenos, depende en gran parte el porvenir y la conquis-ta de las reivindicaciones sociales que sin duda han de ponerse en juego en prxi-mos acontecimientos.5

    Si la clase obrera quera contar en la crisis de la Monarqua tena que orga-nizarse. A partir de mayo de 1930, la CNT public de nuevo SolidaridadObreradando directrices para la reorganizacin de los sindicatos nicos. Los

    primeros en hacerlo ueron los sindicatos de la Madera, Construccin y Me-talurgia, siguiendo los de la Alimentacin, Transporte, Productos Qumicos...De inmediato, la Conederacin se encontr con los Comits Paritarios de laDictadura, por lo que su primera reivindicacin ue el reconocimiento delSindicato nico y el n de la mediacin de la autoridad en los confictos la-borales. La mejor ocasin surgi en el sector de la Madera, cuando el recinreorganizado sindicato vio rechazadas las bases que haba presentado a la pa-

    5 Editorial, Del momento poltico, Estudios, n. 79, marzo de 1930.

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    tronal y ue a la huelga en noviembre, coincidiendo con los panaderos, losobreros de la Naval, los de Productos Qumicos y los del ramo de la piedraarticial. Para orzar una salida el Comit Regional convoc una huelga ge-neral para el 9 de diciembre. Piquetes recorrieron la capital para que cerrarancines, bares y comercios. Frente a Postres Mart , en la entonces plaza de Emi-lio Castelar, el secretario del Sindicato nico de la Metalurgia, Santiago Gar-ca, ue muerto por un v igilante privado. La reaccin de los obreros no se hizoesperar. La huelga abarc todas las bricas y talleres; el centro de la ciudadue tomado. Se produjeron vuelcos de coches y apedreamiento de tranvas.Intervino la Fuerza Pblica y carg la Guardia Civil; Accin Proletaria, rga-no de los Sindicatos nicos de Levante, ue suspendida. Los obreros de mu-

    chas comarcas se sumaron a la huelga que se prolong varios das al coincidircon el llamamiento del Comit Nacional a la huelga general en protesta porel usilamiento de Fermn Galn y Garca Hernndez, sublevados en Jaca. Seproclam la Ley Marcial y Valencia ue tomada militarmente. La clausura delos locales obreros no se levant hasta la llegada de la Repblica.

    Jos entr a trabajar de contable y administrador en las Bodegas Cast illo deLiria, y aunque en 1940 declarara ante el tribunal militar haberse aliadoal Sindicato Mercantil en las chas carcelarias gura como empleado deocinas lo cierto es que entr en el Sindicato de la Construccin, el msanarquista de todos. Su hermano Pedro tambin recuentaba el mismo sindi-cato, domiciliado en la vieja Casa del Pueblo, calle Gracia n. 68, en el barriochino, el antiguo barrio de los artesanos sederos, ya degradado. El ebanistaManzanera encontraba a ambos inteligentes y despiertos, amantes de la viday de la razn [...] jvenes esbeltos, de estatura a lta; medan 1,80 o 1,85 respec-tivamente [...] dos adalides de la idea generosa, de la lucha grande y del amorhumano universal6.Si la vida les haca ser altruistas, la ra zn les volva intran-

    sigentes. La intransigencia es el realismo del ideal. Con el abuelo le ue biena Jos hasta que en un momento de alta de brazos por huelga quiso obligarlea reclutar peones entre sus compaeros a jornales ridculos. La propuesta leindign muchsimo y, ante su rotunda negativa, el abuelo tuvo unas palabrasque le sentaron peor, puesto que le agarr por las solapas y le advirt i: cuandoesto cambie lo va a pasar muy mal. El incidente no pas a mayores por la in-tervencin de Pedro, pero Jos, no pudiendo ms, se despidi. En lo sucesivo

    6 Elas Manzanera, Documento histrico, 1981.

    hara trabajos ocasionales y se sacara a lgn jornal como albail. Ms o menospor entonces los hermanos conocieron a un personaje de gran prestigio en losmedios obreros anarquistas: Progreso Fernndez. Su hija Libertad recuerda:

    Conoc a Pellicer cuando apenas tena tres o cuatro aos; mi recuerdo esmuy positivo, recuentaba a diario la casa de mis padres y yo era un juguete

    para todos los que la recuentaban: l siempre jugaba conmigo, pues su carc-ter era muy aable y carioso. Todos estos encuentros se dieron continuamentehasta que vino la Revolucin Espaola.7

    Progreso, de Liria, haba contribuido a la ormacin de la Conederacin

    Regional de Levante de la CNT en 1918 y haba sido uno de los undadoresde la FAI. En aquellos momentos ormaba parte del grupo de anidad Luz yVida y deenda la reorganizacin de la CNT con nalidad libertaria; su es-trella estaba en alza. Miguel Gimnez, tambin undador de la FAI, escribisobre l:

    Hasta ahora destaca por su carcter uerte e infexible. Franco y vehemen-te, tiene esa claridad de al pan, pan, y al vino, vino [...] As l es uno de losms ardientes deensores y sostenedor invariable del propugnado Movimiento

    Anarquista como cuerpo orgnico, uerte y revolucionario. Podramos ext en-dernos en detalle sobre el punto de que sera el Lpez Arango del movimientoobrero del pas si no uera por la circunstancia de que entre todos sean tantos,los sindicalistas, [a los] que el anarquismo an produce inquietudes singula-res, y los anarquistas, [a los] que la puntualizacin anrquica les causa toda-va trastornos en la cabeza.8

    El libro de Lpez Arango y Abad de Santilln El Anarquismo en el Movi-

    miento Obrero ser undamental para Jos Pellicer en la ormacin de una ideaclara y concreta de las dierencias entre movimiento obrero anarquista ySindicalismo9. Subrayar especialmente el siguiente prrao: El Sindicato no

    7 Carta de Libertad Fernndez a Coral Pellicer, 20-XI-2002. Esa temprana amistad con Progresotambin me ue conrmada por Isidro Guardia.8 Figuras revolucionarias. Progreso Fernndez, Solidaridad Obrera, Valencia, 18-VI-1932.9 Pepe lo calic de valioso y de ormidable exposicin y anlisis de lo que signican el Anar-quismo y el Sindicalismo, que en las circunstancias actuales mereca ser ledo con atencin. Notadel Ateneo de Divulgacin Anarquista rmada por s u secretario Jos Pellicer, Solidaridad Obrera,

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    es una doctrina. Es un medio de accin, bueno o malo, segn las ideas que sedebaten en su seno y determinan su orientacin. El libro, concluyendo sobrelas polmicas de la FORA (Federacin Obrera Regional Argentina), abogabapor la organizacin obrera inspirada directamente en tcticas anarquista s, re-chazando no slo el papel revolucionario de los sindicatos en s mismos, sino sumisin organizadora de la produccin en una sociedad libre. Segn los argenti-nos, el sindicalismo de la Carta de Amiens no revitalizaba el anarquismo, sinoque lo enterraba. Esa visin antisindicalista del otro lado del Atlntico ue bienrecibida en ste, dadas tanto la allida experiencia sindical de los aos veinteque los libertarios ibricos trataron de superar undando la FAI, como la direc-cin reormista tomada por los sindicatos ta l como se estaban reconstruyendo.

    Los hermanos Pellicer eran naturistas y vegetarianos, atrados por temascomo la salud, la alimentacin racional, la educacin sexual y la liberacin dela mujer. Tambin eran partidarios del control de natalidad como medidapaliativa de la miseria de las poblaciones ignorantes y sojuzgadas. El tema dela eugenesia proporcion un motivo para que Pepe revelara su vena de humornegro. Comentando el trco de nios chinos en un artculo, tras denunciarla estulticia del Estado imperial y lamentar como anarquista la docilidad delpueblo chino, zahera la hipocresa moral de la burguesa occidental con unairona al modo de Swit:

    En todo esto al menos las mujeres europeas salen beneciosas. Por muchomenos dinero que les cue sta un parto eliz pueden adquirir un muequito concarita de porcelana con el que no hay que preocuparse lo m s mnimo, pues son

    cil y econmicamente reemplazables. Las mujeres chinas son ecundas paride-ras y si se lo proponen y se les paga bien (lo que es de esperar una vez se acredite el

    producto) pueden abastecer de rorros a todas las amilias europeas [...] no sien-do de extraar que cualquier da veamos aparecer en las calles de las principales

    ciudades los ojos oblicuos de los hijos del Celeste Imperio que vestidos ad hoc ycon la misma tranquilidad que hace poco orecan collares, orecern la nuevamercanca haciendo vibrar nuestros tmpanos con la siguiente rclame:

    Quiere usted un beb, seora burguesa? Por poco dinero puede adquiriruno de estos encantadores muequitos de carne que tan pronto nos hacen rercomo enadar... entonces puede estrellarle los sesos contra el santo suelo. Nadiele pedir explicaciones. Si uera un lul intervendra la Sociedad Protectora

    Valencia, n. 36, 26-XI-1931.

    de Animales y quin sabe si tambin la Sociedad de Naciones! Pero se trata deun chinito (o chinita) y para esto an no han surgido altruistas que se preocu-

    pen de ormarles una Sociedad Protect ora. En todo caso, con 50 o 60 ptas.obtendr otro. Si compra ms de uno, importante rebaja. Facilidades para el

    pago! A plazos ! Pronto, que se terminan! Compre un mocoso, seora!10

    Al caer la dictadura de Primo de Rivera apenas quedaban en la regin diez odoce grupos anarquistas organizados en los pueblos campesinos y uno sloen Valencia. En el resto del pas, aparte de Catalua, la FAI apenas exista.El murciano Juan Lpez deenda la part icipacin de la CNT en los ComitsParitarios, y muchos cenetistas haban continuado su trabajo sindical bajo la

    Dictadura dentro del Sindicato Libre o de la UGT, adquiriendo maneras bas-tardas que resultaban sospechosas en las comisiones reorganizadoras que aho-ra dirigan. Los viejos militantes de prestigio iban por libre y la negativa habi-tual de los anarquistas a desempear cargos sindicales haba puesto a la CNTen manos de militantes relacionados con el Partido de Unin RepublicanaAutonomista (PUR A), versin loca l del republicanismo populista undadapor el escritor Blasco Ibez. Constitua la primera uerza poltica valenciana,uribundamente antisocialista, cercana en muchos aspectos al Partido Radicalde Lerroux11. En 1930 los lazos con el PURA eran evidentes, especialmenteentre los obreros portuarios. Ello se deba tanto a la deensa de obreros cene-tistas que los abogados blasquistas haban llevado a cabo en aquellos aos,como a la participacin conjunta en conspiraciones contra la Dictadura. Enla intentona dirigida por el ex ministro de la Monarqua Snchez Guerra, losdirigentes valencianos de la CNT se haban comprometido a respetar el nuevorgimen y no declarar huelgas, aun ajustndose a las leyes, hasta pasados losseis meses. El escndalo se multiplicaba al contemplar el Comit Nacional,cuyo secretario era ngel Pestaa, atrapado por sus concesiones a los polticos

    en el Pacto de San Sebastin. La vergenza de una CNT en manos de po-10 Jos Pellicer, Se venden hijos!.., Solidaridad Obrera, Valencia, 22-X-1932.11 Militantes con cargos como Miguel Palomares y Domingo Torres (del Transporte), Diego Parray Jos Borrull (de la Madera), Francisco Fenollar (de la Metalurgia), etc., se codeaban con republi-canos autonomistas como Vicente Marco Miranda, Sigrido Blasco y Pedro Vargas. Enrique Selvi,de la Madera, haba ormado parte de un Comit Paritario. El diario El Pueblo, rgano del blas-quismo, era avorable a la CNT. Todava en 1931 el gobernador civil de Valencia, Francisco Rubio,deca que la mayora de obreros sindicalistas de la ciudad eran rancamente republicanos y queel grupo anarquista es insignicante; ver Llus Ysern Lagarda. El moviment obrer i la Repblica,1930-1932, 1987.

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    lticos representados por la taia masnico-sindicalera haban llevado a losanarquistas a dar la batalla en los sindicatos, reconstruyndose en manos deblasquistas, seudoanarquistas y sindicalistas neutros. Al cabo de un ao, entreambos bandos la lucha ha llegado a ta l grado que se ha transormado en cues-tin de vida o muerte12. Si entre los obreros recin aliados reinaba un op-timismo que conduca cilmente a la huelga general y despertaba esperanzasrevolucionarias, desconando totalmente de la Repblica, quienes domina-ban los resortes de la Organizacin pensaban que era e l momento de ensayarnuevos mtodos y nuevas tcticas aprovechando la legalidad, por lo queeran contrarios a las huelgas y trataban de comprometer a los trabajadores enla tregua de seis meses. Deseaban convertirse en un peso extraparlamentario

    decisivo en la poltica, para lo cual necesitaban una organizacin potente ydisciplinada, no una en constante agitacin. El pueblo si bien estuvo prepa-rado para derrocar a la Monarqua resultaba, segn ellos, no estar preparadopara la revolucin social. Eran momentos de colaborar con los hombres de laRepblica, tal como proclamaba el maniesto La misin de la clase obrera enesta hora, aprobado en el Pleno Regional de abril. Enrente tenan a quienesno esperaban nada del nuevo rgimen y crean que no haba que detenerse enhonduras orgnicas ni en consideraciones polticas, desviando as a las masasde sus objetivos revolucionarios. Lo ms urgente para ellos era reorzar la co-rriente revolucionaria dentro de la CNT. Contaban con la redaccin deAccinProletaria, encabezada por Julio Madrid, uno de los undadores del Sindicatode la Construccin, que en su segundo nmero adverta:

    Cuando oigis hablar de sindicalismo no os detengis a la primera arma-cin y mirad qu es lo que hay detrs de ella. Y acordaros de que no es sindi-calismo verdadero aquel que por uno u otro camino intenta empear las or-

    ganizaciones econmicas de los obreros en luchas que no son de ndole

    econmica y revolucionaria, que no se basan en la accin directa y que encambio tienden a encaramar a tales o cuales individuos sobre las espaldas delos ms por medio de las delegaciones de poderes y de mandatos polticos, decualquier clase que sean.13

    12 Inorme que la Regional Levantina presenta al Congreso de Regionales que se celebrar el 30de julio de 1932, en IISG de msterdam. Destacados moderados como Domingo Torres, AntonioPla, Fenollar y Arlandis eran o haban sido masones. En lo reerente a los compromisos, ver Lasconspiraciones contra la Dictadura, de Vicente Marco Miranda.13Accin Proletaria, n. 2, Valencia, noviembre de 1930.

    La publicacin ue clausurada en diciembre y la redaccin, encarcelada enenero de 1931. Le sucedi Solidaridad, semanario subtitulado rgano de losSindicatos de Levante. Aecto a la Conederacin Nacional del Trabajo, con lamisma lnea antirreormista. En contra de la mayora moderada, los Progreso,Rueda, Ballesteros, Candel, Herranz, Madrid, etc., intentaban imprimir des-de el Sindicato de la Construccin un tono revolucionario a la accin sindical.En marzo sacaron un maniesto donde la posicin llamada poco despusasta quedaba bien expresada:

    Cada da se multiplican los motivos por los cuales la clase trabajadoratiene que luchar diariamente si quiere obtener el verdadero resultado de sus

    luchas; nadie con ms derecho, ms desinteresadamente, ni mejor que losmismos trabajadores, para pensar y resolver sus mltiples problemas [...]Las dierentes ormas de gobierno, la rmula corporativista, etc., slo pue-

    den aprovechar a la clase trabajadora como un emplasto en una pata de palo.Los problemas del capital y el trabajo, dmosles las vueltas que queramos, notienen ms que una rmula: la uerza. Y mientras los trabajadores no seconvenzan de esto y presten su concurso unnime a esta solucin, seremos vc-timas de la rapacidad burguesa, esclavos de su tirana.

    La clase obrera en Espaa no puede circunscribirse a programas mnimos,dada la situacin polticosocial de sta. El aumento de salario y la disminu-cin de jornada, ante la crisis econmica de Espaa, el capital no los otorga-r, ni aun en aquellos casos extremos. Y si el capitalismo, por no poder niquerer, se niega a atender nuestras ms perentorias necesidades, qu hacer?

    Dejarnos morir villanamente como cobardes? No.Los trabajadores espaoles no estamos huranos de soluciones, ni altos de

    sentido ideolgico.Nuestra CNT, nuestros sindicatos de industria, engrosados por las alan-

    ges de obreros espaoles, deben dar y darn la batalla en breve para conquis-tar la riqueza de la tierra, ruto del esuerzo de nuestros brazos y detentadapor una casta parasitaria engendro de mentecatos, secos de sentimientos hu-manos y exentos de nobles pensamientos.

    Trabajadores de la construccin! Por nuest ra emancipacin integral, porla Justicia y por la igualdad econmica, todos al Sindicato nico de la Cons-truccin para vencer o morir dignamente.

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    Por la Administrativa, el secretario, 21 de marzo de 1931. 14

    La otra tarea que urga era la reconstruccin de la misma FAI. A principiosde 1930 lo que quedaba de FAI en Levante haba celebrado un Pleno queacord trabajar por la reorganizacin de los grupos, nombr un Comit deRelaciones que residira en Elda (Alicante) y constat la necesidad de celebrarun Congreso Nacional. No es seguro que Pellicer, quien tendra entoncesdiecisiete aos, asistiese, aunque ya andaba metido en harina. Fontaura, deElda, describa la tesitura por la que pasaba el anarquismo:

    Respecto a la FAI, es menester que los anarquistas, aectos o no a este orga-

    nismo, se ocupen de l; no por lo que ha sido hasta ahora, sino por lo quepuede llegar a ser a uerza de voluntad, de energa y de clarividencia [...]Hace alta plantearnos el dilema de ser o no ser. O reconocemos la necesidadde la organizacin anarquista, o la consideramos innecesaria. Si optamos porlo primero, debemos procurar todos, grupos e individuos, que esta organiza-cin responda a los nes para los que ha sido creada [...] Sobre todo es de ne-cesidad una organizacin en la que cuando alguna de sus partes contraiga uncompromiso, sepa adjudicarse la debida responsabilidad.15

    Los valencianos queran un anarquismo que abarcase todas sus variantes ycumpliese todos los acuerdos. Tras el Pleno, el mencionado Comit publicuna circular que pugnaba por la reorganizacin de los grupos, por intensicarla labor dentro de los sindicatos y por celebrar un congreso que plasmase lasaspiraciones cratas. En abril de 1931, el Comit lanz una segunda circularinsistiendo...

    ... acerca de la tan imperiosa necesidad de vigorizar el movimiento anar-

    quista, sin perder de vista los tan interesantes problemas a resolver, mxime enlos momentos actuales, cuando sin gran esuerzo podemos comprobar el desqui-ciamiento del tinglado capitalista y la inutilidad de cuantos mtodos guberna-mentales se han puesto y pretenden poner en prctica. Ni dictaduras rgidas ydespticas, ni democracias, por ms que a stas pretendan enrolarlas en un

    14 Solidaridad, n. 1, Valencia, 28-III-1931.15 Evelio G. Fontaura, Qu hace la FAI?,Accin Social Obrera, Sant Feliu de Guxols, 15-III-1930.

    plano halageo y prometedor, no lo salvarn de la irreparable salida porquede manera alguna pueden responder a la s explicaciones que tiene concebidas laHumanidad presente.16

    Solamente un grupo en Valencia luchaba contra la indierencia de la mayoray el individualismo de las viejas glorias, la Agrupacin Anarquista Revolucio-naria, apenas un puado de jvenes voluntariosos aunque poco duchos en lasluchas sindicales, entre los cuales se ha llaba Jos Pellicer. Algunos, como Ma-nuel Gimeno, de su mismo barrio, pertenecan al Sindicato de Artes Grca s,uno de los pocos que dispona de biblioteca, que Pellicer recuent al principio.En sus recuerdos, el moderado Raimundo Jimnez, apodado Cabezas, dijo

    con cierta displicencia que eran muchachos de escasa preparacin cultural,apenas si llevaban el esculido bagaje de la escuela primaria completa. Perosu avidez por saber era tan grande, su sensibilidad tan anada, que hubieraasombrado a cualquier observador. Lean mucho y discutan ms; manejabancitas y conceptos como verdades axiomticas que el candor sublimaba 17. Sereera concretamente al grupo Jvenes Libres, pero lo mismo poda aplicar-se a los dems. Haban sido los nicos en armar el racaso de los regmenesdemocrticos y el peligro que su implantacin representaba para la verdaderalucha del proletariado18. Calicaban las elecciones de abril de arsa y decanque, al votar, el pueblo productor abdicaba totalmente de su personalidad yde su soberana para elegir nuevos tiranos, que cual los anteriores le asesina-ran en el momento en que exigiera violentamente un poco ms de libertady de bienestar. La Repblica se iba a aduear de la situacin para evitar larevolucin social libertaria y por eso recomendaban a los proletarios que seabstuviesen de votar y que se lanzaran a la accin violenta19.

    El advenimiento de la Repblica el 14 de abril sirvi pa ra poner en libertada los presos anarquistas. Pedro Mateu, el metalrgico que ejecut al presiden-

    te del Gobierno Dato, responsable ltimo de los atentados contra sindicalistasen Barcelona, ue sacado del penal de San Miguel a hombros. La AgrupacinAnarquista haba hecho acto de presencia en el mitin del 1. de Mayo con un

    16 El Comit Regional Levantino de la FAI a todos los grupos y camaradas compenetrados y deacuerdo con los postulados de la FAI, Solidaridad Obrera, Barcelona, 1-IV-1931.17 Ramn de las Casas, Rquiem por mis amigos muertos, 1975.18 Progreso Fernndez, La FAI y la CNT (II), Solidaridad Obrera, Valencia, 27-VIII-1932.19 Maniesto de la Agrupacin de Anarquista de Valencia, Tierra y Libertad, Barcelona, n. 31,26-IX-1931.

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    carteln que proclamaba su adhesin a la FAI. Los jvenes anarquistas dabana la propaganda un gran valor, pues de ella dependa la organizacin del anar-quismo revolucionario. Contaban con apoyos en la redaccin de Solidaridad,en pueblos campesinos y zonas castigadas por el paro como el Puerto de San-gunto, en el Sindicato de la Construccin, en el de Productos Qumicos(Francisco Pascual), en Higiene y Aseo y en el de la Alimentacin (Meleciolvarez, S. Cariena). Precisamente este ltimo sindicato, que agrupaba prin-cipalmente a camareros, pinches de cocina y panaderos, se propona crear unabiblioteca y abrir un saln para conerencias sobre temas de ideologa liberta-ria y cientcos. La Agrupacin Anarquista capt la idea y convoc a todoslos trabajadores, especialmente a los jvenes adherentes de los sindicatos aec-

    tos a la CNT20

    a una reunin en el local del sindicato, plaza de Cisneros, n.5, con vistas a undar un ateneo. La reunin ue un xito y el 3 de mayo abrisus puertas el Ateneo de Divulgacin Anarquista del Centro, en el mismo lo-cal. Solamente haba otro ateneo de similares caractersticas en la vecina Mis-lata, el Ateneo Cientco de Divu lgacin Social, dirigido por los Rueda, padree hijo. El 10 de mayo hubo la primera charla en el Ateneo del Centro, quecorri a cargo del militante Antonio Badal Porro, sobre la vida del veteranobatallador Montaana, y adems un estival literario 21.

    Una oleada anticlerical se maniest espontneamente por toda Espaa, ycomo consecuencia de ella en Valencia ueron incendiados un par de conventosde monjas y varios colegios religiosos, entre ellos el de los jesuitas. Los anar-quistas valencianos no tuvieron nada que ver, pues en la ciudad sus enemigosprincipales eran los burgueses, no las sotanas. En junio tuvo lugar el acto depresentacin del Ateneo22, en el que seguramente ue nombrado secretario JosPellicer, el joven ms animoso y preparado de todos, de una cultura uera de locomn. Inmediatamente se organizaron lecturas y excursiones campestres con

    nes de debate, como la jira a La Dehesa23

    . Cuando ya el Comit Regionalde Elda pareca arrojar la toalla24, el Ateneo del Centro ue la palanca de la re-

    20Solidaridad, n. 6, 2-V-1931.21Solidaridad, n. 7, 9-V-1931.22Tierra y Libertad, Barcelona, 20-VI-1931.23 Desde Valencia. Gira libertaria, Solidaridad Obrera, Barcelona, 17-VII-1931.24 La Agrupacin Anarquista se haba dirigido por carta al Comit Regional con echa del 11 deabril en demanda de inormes sobre el movimiento anarquista en Alicante y Murcia sin recibirrespuesta. Nueva carta en Solidaridad, 30-V-31.

    organizacin de la FAI valenciana merced a un intenso trabajo de propaganday un sostn incondicional a los presos. Fue el centro que ms maniest solida-ridad con ellos, abriendo suscripciones, recogiendo ayudas y diundiendo suscomunicados. La deensa de los presos inclua a los que haban cometido ex-propiaciones, repudiados por los bomberos, como indica la nota que Pellicerinsert en la Solide Valencia: El producto de la suscripcin (18 ptas.) que sehizo el domingo pasado pro compaeros detenidos en el asalto al ultramarinosRoca ha sido repartido equitativamente entre ellos25. Pellicer llevara la causade los presos tan al pie de la letra que nunca tuvo un cntimo en el bolsillo yapenas conserv unos pantalones para ponerse, dando a los compaeros quelo necesitaban ms que l todo el dinero y la ropa que posea26.

    Los reormistas haban saludado la llegada de la Repblica como hecho re-volucionario y conquista del pueblo, por lo que caba colaborar con ellaadoptando una accin constructiva y rechazar el enrentamiento. Atraer alos trabajadores a los sindicatos para ampliar las libertades polticas y lograrque los derechos econmicos ueran reconocidos. Y nalmente reestructurarla CNT y dotarla de una poderosa burocracia mediante la creacin de Fede-raciones Nacionales de Industria. En una trayectoria similar a la de la social-democracia alemana, la revolucin social quedaba pospuesta para el nal deuna larga evolucin organizativa y pedaggica de las masa s, avorecida por unparlamentarismo indirecto en orma de presin moral y crtica. Ni siquierarehusaban llamarse anarquistas, que eso siempre ha costado poco. Actuabanperectamente conjuntados y dominaban los resortes de la Organizacin, asaber, el Comit Nacional, todos los Comits Regionales salvo Centro y An-daluca, y la mayora de los sindicatos de Galicia, Asturias y Norte.

    Juan Lpez, que ya haba tratado de l levar la CNT a los Comits Parita-rios de la Dictadura, haba expuesto el programa reormista en las pginas de

    la Solide Barcelona27

    ; y justo despus, el Primero de Mayo, ante 22.000 per-sonas que ocupaban la plaza de toros de Valencia, Sebastin Clar, en nombredel Comit Nacional, expona la tesis de la revolucin como el nal de un

    25 Ateneo de Divulgacin Anarquista, Solidaridad Obrera, Valencia, n. 34, 14-XI-1931, notarmada por Pellicer. Esta Soli reapareci como rgano de la Conederacin Regional Levantina.Portavoz de la Conederacin Nacional del Trabajo.26 Testimonio de Vicente Pellicer, entrevistado el 13-VII-2005.27 Ante un nuevo periodo poltico econmico de la Historia de Espaa, Solidaridad Obrera,Barcelona, 16-IV-1931.

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    largo proceso de preparacin orgnica: Nuestros sindicatos estn tan bienorientados que ellos son las clulas de una utura estructura social y cuandoestn sucientemente preparados con el Control de Comits de Fbrica yTaller y Control de Conjunto, ser entonces cuando haremos nuestra revolu-cin. Hbilmente, al sealar a los monrquicos como los enemigos, colocabaal proletariado junto a los republicanos y a la CNT junto a la poltica burgue-sa: La CNT no es republicana, no puede serlo, pero sabr, si alguien preten-de resucitar la monarqua, dar la sangre de sus militantes para impedirlo. Masno se diga que somos enemigos de la Repblica, porque sin nosotros no hu-biera venido28. La respuesta a sus insinuaciones apareci en una editorial deSolidaridad: Es labor negativa, labor antianrquica y anticonederal la de

    querer presentar nuestra enemistad patente y acentuada hacia la Repblica,conusamente, con palabras insustanciales y ambiguas. Obrar as es verdade-ramente un peligro para el porvenir de la CNT [...] Nosotros, como anarquis-tas, como sindicalista s revolucionarios, tenemos que declararnos abiertos ene-migos porque en verdad lo somos del Gobierno republicano, como losomos de todos los gobiernos existentes y de los que puedan venir. No sola-mente porque la Repblica sea un Estado y como tal enemiga de la libertad ydeensora del capitalismo, sino porque es una repblica reaccionaria y conser-vadora, que prolonga la legislacin laboral de la Dictadura y ametralla a lostrabajadores que piden pan y justicia29.

    La resurreccin del sindicalismo de antes del Congreso de La Comedia lle-vaba como corolario la conviccin de que el anarquismo no poda dar a l proleta-riado instrumentos adecuados para la revolucin y menos para la reconstruc-cin de la sociedad utura. Esa maniobra tena la virtud de exasperar a losanarquistas, a los que se trataba de calmar apelando a la unidad sindical, conevidente alta de resultados. La redaccin de Solidaridadtoc a rebato contraJuan Lpez y sus propsitos:

    Los anarquistas que verdaderamente amen el comunismo libertario nodeben en manera alguna dejar el campo abierto a los paladines del reormis-mo sindical, sino que deben estar en la brecha luchando continuamente yencauzando el sindicalismo por su verdadero camino. La unidad de tenden-

    28 Solidaridad, Valencia, n. 6, 2-V-1931. En cuanto al papel de los sindicatos, los anarquistasrespondan que querer perpetuar el sindicalismo es querer eternizar las clases, en Anarquismo ysindicalismo, Tierra y Libertad, 29-XI-1930.29 ... y contra la Repblica..., Solidaridad, n. 10, 30-V-1931.

    cias es la proposicin de los que siempre quisieron que la CNT uera la orga-nizacin de la ambigedad y de la conusin, cuya proposicin no ser nuncaaceptada ni realizada, a no ser que los anarquistas dejen de ser lo que son. 30

    Durante el Congreso Extraordinario de la CNT llamado del Conservato-rio, celebrado en junio de 1931, en Madrid, ambas tendencias se vieron las ca-ras. La avanzadi lla del reormismo, los Villaverde, Galo Dez, Can, SegundoBlanco, etc., bien cubiertos por Lpez, Peir, Pestaa y Mira, present unaponencia sobre la posicin de la CNT rente a las Cortes Constituyentes. Enrealidad era un programa mnimo de reivindicaciones polticas que la CNTexiga del Estado: escuelas laicas, ormacin de maestros, acceso obrero a las

    universidades, libertad de prensa, inversiones como solucin al paro, garantasindividuales, derecho de reunin y de huelga, no mediacin gubernativa enlos confictos laborales y juicio a los responsables del terrorismo blanco, Buga-llal y Martnez Anido (en los mtines tambin pedan el de Alonso XIII, soli-citud que se olvid en el Congreso). La consecucin de dichas reivindicacio-nes era indispensable para la buena marcha de la Organiz acin en el periodoconstructivo, es decir, en el periodo de leal oposicin. La ponencia constituauna desviacin palmaria de los principios conederales como claramente ex-puso Feliciano Benito, delegado de Carpinteros del Hormign de Madrid,porque...

    ... el solo hecho de ormular unas peticiones al pueblo, ante l as Cortes Cons-tituyentes, implica el reconocimiento de su ecacia, cuando a los militantes de laConederacin nos consta, o deba constarnos, que tales rganos legislativos sonun engranaje burgus, por medio del cual se pretende consolidar el rgimen deexplotacin constante, por lo cual nuestro deber de idealistas es ensear al puebloel camino de su emancipacin e ilustrarle acerca del hecho y su signicacin.

    Que toda la legislacin burguesa y sus leyes tienden a conservar los privile-gios del rgimen imperante, y aunque en apariencia promulguen alguna ley ensentido democrtico, sta nunca sera eectiva sin la uerza de la organizacin,de donde se deduce que slo nuestra unin es una garanta eectiva, siendo, porlo tanto, cosa muerta y sin valor todo cuanto las Cortes pudieran legislar. 31

    30 Nota de redaccin, Solidaridad, n. 11, 6-VI-1931.31 Doceava sesin, tema octavo, enMemoria del Congreso Extraordinario celebrado en Madrid enjunio de 1931, CNT, Barcelona, s. .

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    Progreso Fernndez, por Construccin de Valencia, intervino en el debate:

    El programa que ha presentado la ponencia es un programa rancamentecolaboracionista. La ponencia ha emitido una serie de reivindicaciones deorden econmico, jurdico y poltico a presentar, si no directamente a las Cons-tituyentes, s como bandera de batalla en el momento actual. Esas reivindica-ciones mnimas o mximas presuponen el que la Conederacin en este mo-mento, que es un momento revolucionario, se declare vencida. Sera hacer deintermediario sin entablar combate ante el Gobierno y el Estado [...] si el es-tado actual de cosas lograse dar satisaccin a lo que el dictamen emite, seraestrangular la revolucin en marcha, sera inculcar en el proletariado espaol

    una mentalidad poltica y jurdica en perjuicio de los principios que inormana la Conederacin [...] nuestras luchas, nuestros principios no pueden garan-tizarse nunca por un Estado por democrtico que sea [...] cuando asoma el

    peligro de una revolucin y las entidades de lucha vemos que las leyes son letramuerta, y son letra muerta porque el problema social es un problema de uer-za, no debemos ignorar, y parece que lo ignoramos, que la estructura econ-mica es la base donde se asienta la estructura poltica.

    Para Progreso si la CNT no constaba nicamente de anarquistas, s que loeran sus objetivos, y por lo tanto, no poda adoptar tcticas contrarias a ellos.Si la CNT no estaba preparada para el combate social, como decan los reor-mistas, no lo estara jams. El pueblo haba sido engaado con la Repblica yla CNT haba contribuido al engao,

    ... y hoy decimos, como ayer, que el capitalismo est en quiebra, que todoslos partidos polticos estn racasados, que el momento actual es revoluciona-rio, y si no sabemos colocarnos a la altura de las circunstancias, se va a repe-

    tir el enmeno de 1919, que por alta de visin clara de los acontecimientosno se hizo nada. Y nos encontramos en igual camino. La Conederacin nopuede ser, ni es, la UGT. Si queris que la Conederacin se coloque en unplano de respeto con l a legalidad, no hay ms remedio que abandonar lastrayectorias de la Conederacin. Y entonces veris que la Conederacin ser

    perseguida y l a UGT no ser perseguida, y esto e s porque es un organismo decolaboracin de clases. El momento actual es un momento libertario. LaConederacin, en vez de pedir programas mnimos o mximos, debe traba-

    jar de rme para llegar a un estado de combate y lanzarse cuanto antes a larevolucin social.32

    Ante la actitud de los ponentes que insistan en su respeto a los principios,Progreso consider intil proseguir la discusin e hizo que constase en acta suprotesta. La ponencia ue aprobada por mayora, como lo haban sido las Fe-deraciones de Industria.

    La corriente mayoritaria en el Congreso haba maniestado ruidosamentesu hostilidad a la presencia de la FAI, y solamente aquellos anarquistas conmandato sindical pudieron participar en l. Sin embargo, la FAI era todavaun peligro remoto para el reormismo; apenas eran unos cuantos grupos dis-

    persos por la Pennsula. Los anarquista s presentes aprovecharon la ocasin delCongreso para celebrar un pleno peninsular en el que jaron su posicin, lade que el momento era revolucionario y no haba que dejarse arrastra r por loscantos de sirena de la poltica. Asimismo acordaron incrementar su presenciaen los sindicatos, los comits y los ateneos, organizar una excursin nacionalde propaganda y publicar un diario anarquista de diusin nacional.

    Las consecuencias del Congreso se hicieron notar enseguida. Solidaridaddej de publicarse y en su lugar volvi la antigua cabecera de SolidaridadObrera, con la intencin de refejar la lnea denida por aqul. Numerosashuelgas se declararon, lo cual ue excusa para que la Federacin Local valen-ciana abortara cualquier intento de solidaridad con los obreros muertos en elparque Mara Luisa de Sevilla o con los presos amotinados de la Modelo deBarcelona. Por otra parte, haba varios confictos sin resolver en la propia ciu-dad, en el textil, vidrio, productos qumicos y alimentacin. Los camareros ycocineros estaban en huelga desde julio. Es ms que probable que Pellicerparticipara de alguna orma en dicha huelga, pues el Ateneo de DivulgacinAnarquista estaba en el local del Sindicato de la Alimentacin. Los huelguistas

    reclamaron la solidaridad del resto de los trabajadores proponiendo una huel-ga general que la Federacin Local no aprob. Entonces convocaron una asam-blea que ue inmediatamente desautorizada por el Comit Regional. La huelgade los camareros se prolong hasta octubre. El Gobierno respondi a todas la shuelgas armndose con una Ley de Deensa de la Repblica. Los grupos anar-quistas, implicndose cada vez ms en los confictos, ueron perseguidos y las

    32 Ibdem. Progreso haba sido nombrado delegado para el Congreso en una magna asamblea delSindicato habida el 31 de mayo.

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    crceles se llenaron de libertarios. Para evitar que el e scndalo de los encarce-lados estimulase an ms la lucha de clases, el Gobierno prohibi todos losmtines pro presos, lo que en cierto modo avoreci a los dirigentes bomberosal impedir el cuestionamiento pblico de los Comits. El anarquista MedinaGonzlez, director de la Solide Valencia y colaborador de Estudios, ue obliga-do por el Comit Regional a dimitir tras haber publicado crticas a Pestaa yal Comit Nacional. En Catalua la direccin reormista de la CNT no tuvotanta suerte y ue perdiendo el control de la Organizacin. Los dirigentes re-ormistas reaccionaron lanzando el maniesto de los treinta, donde carica-turizaban y condenaban las tcticas revolucionarias. El conusionismo reinan-te y la actitud de muchos, que se plegaban a las exigencias de una corriente,

    contemporizadora y poltica, que amenaza con destruir la ortaleza ideolgicay antipoltica de nuestro movimiento obrero libertario 33, empuj a la Agru-pacin Anarquista de Valencia a publicar tambin un maniesto con el n deorientar a los grupos que iban organizndose y a los obreros que se iban sepa-rando de la direccin reormista. En su redaccin debi participar Pellicer y elmaniesto apareci en Tierra y Libertad, portavoz de la FAI catalana. Para laAgrupacin la crtica anarquista al parlamentarismo y a la democracia se habavisto rpidamente conrmada por los hechos:

    Hoy en Repblica, como ayer en Monarqua, vivimos los trabajadores yparticularmente los anarquistas bajo el dominio de un gobierno dictatorial ,reaccionario, sin garantas de nada, [en el que] estamos pendientes de la vo-luntad de unos cuantos.

    Con ms elocuencia de lo que pudiramos hacerlo nosotros lo dicen losasesinatos gubernamentales de Pasajes, Granada, Mlaga, Logroo y ltima-mente las masacres horrorosas de Sevilla, Zaragoza, Barcelona, con aplicacio-nes de la criminal ley de ugas, cometidas en los dems sitios contra los traba-

    jadores. En los meses que est la Repblica tiene ya en su haber macabro msde doscientos asesinatos.Hasta el ejrcito, mantenido segn los parlanchines de la poltica para la

    deensa nacional, pero segn nosotros para deender los intereses del capitalismo,de la religin y del Estado, ha tenido que descargar sus usiles y caones contra ese

    pueblo tan soberano, tan culto antes de la tragicomedia del 14 de abril, pero tanvejado, escarnecido y maltratado hoy por los que sin l, sin su momento de cobar-

    33 Maniesto de la Agrupacin Anarquista de Valencia, Tierra y Libertad, 26-IX-1931.

    da, no estaran encaramados en los puestos de dominacin que representa siem-pre el gobierno.

    Es que a los anarquistas nos extraa que la Repblica no haya resuelto nisiquiera en parte el problema de la libertad y bienestar relativo para los tra-bajadores? No. Esperbamos que la Repblica de aqu obrara de este modo,

    ya que viene , como el rgimen anterior, a deender por todos los medios losintereses del capitalismo del cual es su ms genuina representacin.

    La democracia espaola no poda ser de otra manera que sus hermanas deotros pases y ya veis que all, trabajadores, se respetan las libertades en tantoque stas no representen un peligro para los privilegios de los que mandan yexplotan [...]

    La democracia es una de las ormas de explotacin burguesa. La ba se de lademocracia, como de los dems regmenes polticos, es el mantenimiento portodos los medios de la esclavitud de los trabajadores. La democracia es el ltimoreugio del capitalismo, que se dispone a eternizar su dominacin bajo ormasengaosas de libertades cticias. La democracia no es ms que uno de los aspec-tos, el ms peligroso, de la dictadura burguesa gubernamental contra las alan-

    ges proletarias [...]La solucin nuestra, la de los anarquistas, que al mismo tiempo es la del

    pueblo, es la de conseguir no un nuevo gobierno, sino la desaparicin de todoslos gobiernos; no amortiguar los eectos deletreos del capitalismo, sino abolirtotalmente el capitalismo; no repartir un tanto la propiedad privada, sino anu-lar dicha propiedad privada; no diundir los privilegios econmicos y polticos,sino exterminar de raz dichos privilegios; no mantener bajo nuevas ormas alasalariado, sino acabar con el salario; no consentir tampoco que se entronice esaconcepcin marxista [de] todo el poder a los Sindicatos, que no es ms que el

    predominio de la Sindicalocracia sobre el trabajo manual, sino ningn poder anadie. En una palabra: toma de posesin de la tierra, de las bricas, de todos

    los centros de produccin, establecimiento de la igualdad econmica para todos,organizacin ederalista del trabajo til y libre a la base de la Comuna liberta-ria, ederada con las comunas locales, comarcales y r egionales para el intercam-bio de productos, del arte, de la ciencia y de todo cuanto sirva para engrandecer

    y humanizar la vida nueva. Comunismo anarquista, creo que es lo que quere-mos como solucin inmediata a nuestro problema, el problema del pueblo.

    Ahora bien, para conseguir l o que acabamos de bosquejar no queda mscamino que el de la revolucin social violenta, hecha por el pueblo y los anar-quistas, la revolucin sin concomitancias ni colaboraciones polticas, que no

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    haran ms que como hicieron en el pasado: paralizar dicha revolucin enbenecio slo de los partidos polticos.

    El momento es propicio para desencadenar esa revolucin sin esperar rde-nes de Comits, ni de los jees sindicalistas, ni de nadie, porque de aguardaresto tal vez no llegase nunca la hora. Cuando la situacin es revolucionariacomo la actual, las insurrecciones encontrarn el momento de la accin deconjunto sin la cual no hay triuno posible [...]

    Es necesario, pues, no dejar escapar este momento revolucionario; es msnecesario an no dejar que se estabilice la Repblica, pues con ello se estran-

    gularan decenas de aos y quin sabe si siglos!La revolucin social por etapas que vienen propagando los polticos reor-

    mistas Pestaa, Peir y dems bomberos es un sosma igual a lo del periodopreparatorio, que necesitara un plazo de muchos aos para estar dispuesto alataque. Los trabajadores deben hacer caso omiso de semejantes soluciones, de-ben de disponerse a actuar por encima de todo y de todos. O la revolucin socialo la continuacin de la esclavitud por tiempo indenido. Ese es el dilema.

    El capitalismo en todas las ormas de gobierno, todos los valores sociales,todo, todo, est en completa bancarrota. Slo el anarquismo queda en pie, in-clume, sin racasar; slo l es la nica garanta y esperanza revolucionaria deliberacin total del pueblo y de todos los hombres. En esta hora, pues, suprema,en este momento en que la burguesa y los representantes del privilegio se predis-

    ponen a consolidar el latrocinio y expoliacin del pueblo productor por mediode las Cortes Constituyentes, ste, saltando por encima de ellas, debe proceder ala insurreccin armada, a la huelga general revolucionaria para abatir de unsolo golpe el podero capitalista estatal y reemplazarlo en seguida por una socie-dad en que no sea posible la explotacin del hombre por el hombre.

    Viva el pueblo libre! Viva el comunismo anrquico!34

    El maniesto, que puede considerarse representativo de la FAI de Valencia,coincide en grandes lneas con el nimo insurreccional del proletariado revolu-cionario y del anarquismo ibrico en aquellas echas, pero presenta rasgos espe-ccos tales como la preerencia del calicativo anarquista o anrquicosobre libertario, la valoracin negativa del 14 de abril, la omisin de la palabraequvoca de ascismo para reerirse a la dictadura burguesa y el rechazo tantode los sindicatos como instrumentos de poder revolucionario como de la buro-

    34 Ibdem.

    cracia sindical asociada, la sindicalocracia, en contraposicin a puntos devista muy infuyentes como los de Durruti y Garca Oliver. Oponan la co-muna, es decir, el municipio, al sindicato; tambin negaban radicalmente lanecesidad de un periodo de transicin y las alianza s con organizaciones polti-cas, uesen obreras o no. Para los anarquistas valencianos la revolucin tampo-co necesitaba programa pues era un proceso espontneo que se poda avorecernicamente con un mximo de propaganda y un mnimo de organizacin.

    Pellicer ue el mart illo de los bomberos de la Federacin Local o del ComitRegional de la CNT, con los que discuti en dierentes ocasiones. Como laentrada era gratuita y abierta a los no atenestas, aqullos aprovecharon su

    ausencia y la de sus compaeros de la junta administrativa para irrumpir enel Ateneo y verter tendenciosos conceptos. Pellicer respondi convocandouna asamblea general para aclarar esto y tratar de paso asuntos pendientes 35.A part ir de noviembre la Solivalenciana, todava dirigida por Medina, em-pez a publicar notas que inormaban de las actividades del Ateneo, como laconerencia de Edelmiro Asensio sobre El origen de las religiones o la crea-cin de un servicio de librera. La librera tuvo problemas debido al abuso deconanza de algunos que se llevaban libros y no pagaban, recayendo la deudade las editoriales en los responsables del Ateneo. Para alguien a quien muchosdenieron como un hombre el a la palabra dada, la inormalidad debaresultar muy irritante; Pellicer lleg a amenazar con publicar una lista de mo-rosos36. Mas adelante se quiso omentar la lectura mediante una ria de libros,pero hubo dicultades por el retraso en la devolucin de los talonarios 37.

    Sin prisas pero sin pausa, el anarquismo se iba organizando en la regin. EnValencia, aparte del Ateneo, haba al menos siete grupos coordinados en unaFederacin Local: la Agrupacin Anarquista Revolucionaria, Autodidactas, ElDbil, Tierra Libre, Tierra y Libertad, Luz y Acracia y Juventud Anarquista.

    Haba llegado el momento de analizar la situacin y dar un paso adelante en laorganizacin regional de la FAI. La Federacin Local de Grupos de Valenciaconvoc entonces un Pleno Regional para el 5 y 6 de diciembre, al que asist ie-ron 26 delegaciones directas. Pellicer asisti en representacin del Ateneo.Otros que se dieron a conocer ueron Matas Herranz, Jan y Progreso

    35 Valencia. Ateneo de Divulgacin Anarquista, Solidaridad Obrera, Barcelona, 11-X-1931.36 En Solidaridad Obrera, Valencia, 14-XI-1931, 26-XI-1931 y 19-III-1932.37 Ver notas en Solidaridad Obrera, Valencia, 21-V y 25-VI-1932.

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    La vida est en las semillas

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    todos de la Construccin, Camilo Albert, de Sueca, y Gregorio Ballesteros,por los campesinos. El pleno comenz con las quejas del Comit Regional, quejusticaba su escasa operatividad por el escaso apoyo de los grupos, que por larepresin u otras causas no cotizaban ni respondan a las cartas y circulares. Acontinuacin se raticaron en la presencia de la FAI en los Comits Pro Presosde la CNT, la tan trada trabazn, punto de batalla contra los reormistasdurante todo 1932. El delegado de la Agrupacin Anarquista daba razones yresuma el estado de la cuestin entre aqullos y los anarquistas,...

    ... por cuanto puede darse el caso de que caiga algn compaero que, ya seapor su proesin u otras causas, puede no estar conederado, quedando entonces

    abandonado. Adems, parece que los llamados sindicalistas no se dan muchaprisa en auxiliar a los compaeros que caen. Y ahora quieren inventar la mo-dalidad de que no sea ayudado todo aquel que sea apresado cometiendo algnasalto, expropiacin u otro acto revolucionario parecido, que ellos consideranviolento. Debemos procurar estar unidos todo lo ms posible a la CNT a nde que no se presente a la FAI como su enemiga, como est ocurriendo ahora.No debemos por qu temer una escisin entre nosotros y los sindicalistas puros,cuando en realidad ya existe.

    El punto sobre la actitud que deben adoptar los grupos anarquistas ante lasdesviaciones en los medios conederales encresp los nimos sobre la conduc-ta de ciertos elementos que desprestigiaban la Conederacin, algunos des-aprensivos que hacen lo que les v iene en gana, la ambicin de algunos entes,la sujecin moral a los Comits, etc., hasta que Pellicer cort pidiendo que sezanjase el asunto por extenderse demasiado y se tomase un acuerdo en rme queincluyese la protesta de los Sindicatos en el prximo Pleno por los hechos de-nunciados. Se acord que...

    ... la CNT en estos momentos se encuentra desviada en sus tcticas y na-lidades de cuyo mal slo es causa el sindicalismo autosuciente con careta delibertario. As pues, no cabe otra solucin que oponerse abiertamente contraesa modalidad autoritaria para volver de nuevo al movimiento obrero demtodo y nalidades anarquistas. Para la consecucin de nuestro acuerdodebemos captarnos la simpata de los trabajadores para poder desplazar de loscargos orientadores a ese atajo de sindicalistas polticos.

    La segunda sesin del Pleno de Grupos trat el tema de la represin. Larespuesta era un movimiento revolucionario. Hubo quien propuso una cuotapara suragar los gastos, y Pellicer exigi que aquel a quien se le conasenondos rindiese detalladas cuentas de su empleo. Entenda adems que lo delas cuotas incumba a los Comits al Comit de Relaciones, al ComitRevolucionario y no a los grupos. Finalmente se acept una proposicinpresentada por la Agrupacin Anarquista Revolucionaria:

    Que los anarquistas procuremos rpidamente infuenciar en nuestros res-pectivos Sindicatos y en el resto de trabajadores para que sin demora se vaya auna huelga o movimiento revolucionario que ponga a raya los desmanes repre-

    sivos y dictatoriales de los republicanos y si una vez en la calle hay probabili-dad de ir ms adelante, impulsar al pueblo hacia la Revolucin.38

    Este punto es de capital importancia pues indica el objetivo que persiguie-ron los anarquistas en los movimientos insurreccionales impulsados durantelos dos aos siguientes. El Pleno termin armando la necesidad de celebrarun congreso de la FAI unos das antes que el de la CNT y dejando a la Fede-racin Local de Valencia la responsabilidad de ormar un nuevo Comit deRelaciones, cuyo secretario iba a ser Pellicer.

    En los das sucesivos el Ateneo de Divulgacin Anarquista se emple aondo en el debate revolucionario. Un aviso de Pellicer en la Soliinvitaba adiscutir sobre Sindica lismo y Anarquismo, Posicin, Tctica e Ideologa dela CNT en el momento actual y Solucin de los problemas post-revolucin39,temas que apuntaban contra el estricto sindica lismo de la mayora cenetistalocal.

    38 Citas extradas del Acta del Pleno de Grupos Anarquistas de Levante, celebrado en Valencia losdas 5 y 6 de diciembre, Tierra y Libertad, 23-I, 6-II y 13-II-1932.39 Aviso, Solidaridad Obrera, Valencia, 19-XII-1931.

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    II.Tierra y libertad!,sta es nuestra consigna

    Entre los trabajadores valencianos dominaba el desaliento, que unos atribuanal desencanto con la Repblica o a l paro y otros a la alta de decisin revolu-cionaria de los Comits. El apagauegos Antonio Pla, del Sindicato Mer-cantil, aada otro motivo: el pugilato estpido alimentado y sostenido porvarios militantes de los diversos Sindicatos atribuyndose unos la exclusividaddel anarquismo mientras tratan de reormistas a todos los dems, y los otros,culpando de insensatos y equivocados a los primeros, hasta haberse llegado acrear en el seno de los Sindicatos y Comits una atmsera verdaderamenteirrespirable, de la que se apartan los compaeros ms calicados para recluirseen sus casas1.Los anarquistas estaban siendo eliminados de las juntas direc-tivas de los sindicatos con mayora reormista. El temor de los partidarios de

    Lpez, Pestaa y Peir a que el radicalismo arruinase la organizacin sindicalera tanto que llegaban incluso a ver con agrado las medidas policiales contrala FAI.

    Si la intencin de Pla era calmar la tensin, el eecto obtenido ue el opues-to. Los anarquistas estaban siendo eliminados de las juntas directivas de lossindicatos con mayora reormista. El temor de los partidarios de Lpez, Pesta-a y Peir a que el radicalismo arruinase la organizacin sindical era tanto que

    1 En Solidaridad Obrera, Valencia, 2-I-1932.

    [Bausset]

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    llegaban incluso a ver con agrado las medida s policiales contra la FAI. Las dostendencias ueron al Pleno de Murcia con las espadas en alto, ta l como demos-traban algunos puntos a tratar, particularmente el punto 15: Entiende elCongreso que ha habido desviacin de los principios ideolgicos de la CNT?,y el punto 16: Actitud ante la indisciplina de los Sindicatos en relacin alcumplimiento de los acuerdos y al planteamiento de los confictos.

    El Pleno empez con una protesta por no haberse invitado a la FAI. El tonoue subiendo con la lectura del inorme del Comit Regional, desaprobado pormuchos delegados. El delegado de Productos Qumicos de Valencia entendaque no se ha refejado el verdadero espritu de la realidad y que la Organiza-cin en vez de un acicate de rebelda ha sido un dique de contencin al espri-

    tu de rebelda de los trabajadores. El Pleno ue suspendido por el gobernadorcivil en respuesta a la negativa de los delegados a la presencia de la autoridaden l. Prosigui clandestino en Al icante. El Comit Regional tuvo que respon-der de su comportamiento ante la huelga de los camareros y de la dimisin deMedina. Tambin de la ruinosa situacin de Solidaridad Obrera, portavoz quemuchos sindicatos rechazaban comprar a causa de su orientacin reormista.Cervera, secretario del C. R., present su dimisin irrevocable. El principalobjetivo de los reormistas, la raticacin de las Federaciones Nacionales deIndustria, no se logr por oposicin de la mayora de los delegados, por lo quepresionaron para liquidar el Pleno. A partir de entonces no dejaron de obstruirlas sesiones e impedir que sus contrincantes se expresasen con normalidad. ElPleno termin sin que se discutiera el punto 15 y se tratase de las andanzas delsecretario ngel Pestaa, pero los radica les haban conseguido un xito nota-ble, el nombramiento de Flix Valero, del Sindicato Fabril y Textil, como se-cretario de un nuevo Comit Regional compuesto por compaeros.

    La poltica contemporizadora del Comit Nacional no haba logrado detener

    la represin republicana sino ms bien lo contrario, por lo que el recurso a lahuelga general revolucionaria se abri pa so en la conciencia de los trabajado-res como el nico medio de ponerle n, coincidiendo con la FAI. La oca sinla brind el apoyo al movimiento insurreccional de Fgols y los mineros de lacuenca alta del Llobregat. El movimiento prendi sobre todo en los pueblosvalencianos de la Huerta y la Ribera. En Sollana proclamaron el comunis-mo libertario. Triunaron los obreros y campesinos en algunos sin la menorviolencia ni dao a las personas, y pusieron tanto cuidado en no imponer susideas por la uerza que respetaron los bienes de particulares y aun las riquezas.

    La regional levantina de la FAI pact con el C. R. y la F. L. de Sindicatos deValencia la no obstruccin al movimiento de solidaridad con los mineros,pero esta ltima se ech atrs a las primeras de cambio. El Comit de Rela-ciones de la FAI inorm del caso en el Pleno Peninsular de julio:

    Buena prueba del ambiente a avor de la FAI ue el movimiento del 17 deenero proclamado por nosotros y que hubiese secundado la Regin juntamentecon la ciudad a no ser por las maniobras de esa gentuza [la F. L.] que man-daron alsos delegados a los pueblos comprometidos y tiraron un maniesto

    rmado por la Federacin Local en e l que se ordenaba la vuelta al t rabajo yque los trabajadores rompan con rabia [...] pero que obedecan porque habla-

    ba en nombre de la Conederacin, y la FAI, cuyo era el movimiento, no tenaan el prestigio para colocarse en oposicin con probabilidades de ganar. Apesar de e sa jugada que nos hicieron contrariando una promesa de neutrali-dad, conseguimos un paro de medio da y la gesta de Puerto Sagunto que, desalir bien, el movimiento se hubiese repetido en muchos otros pueblos.2

    En consecuencia, entiende esta Regional [de Levante] que ya es hora deque salgamos al paso de esa canalla poltico-sindicalera y a tal eecto proponeque en nombre de la FAI edite el Comit Peninsular un maniesto en el cualacertadamente se expusiese a los trabajadores el peligro real de estos escisio-nistas3.

    Previamente, el Pleno Regional de Grupos, al que asista Pellicer, acordque no haba lugar a responsabilidad por entender que todos hemos procedi-do de buena e pero el C. R. insiste en que, caso de movimiento, no se haganeco los Grupos de rdenes o indicaciones que no emanen del Comit para queno vuelva a repeti rse lo del 17, en el que mientras el Comit [Revolucionario]lo ignoraba los Grupos paralizaron la accin por las alsas noticias de indivi-

    duos de los que no debieran haber hecho caso4

    .La respuesta del Gobierno al movimiento insurreccional no se hizo espe-rar: el scal de la Repblica puso a la FAI uera de la ley, y a la puesta en

    2 Comit Regional de Levante FAI Inorme que la Regional Levantina presenta al Congreso deRegionales que se celebra el 30 de julio de 1932, archivo del C. P. de la FAI en el IISG de mster-dam.3 Ms asuntos generales, archivo del C. P. de la FAI, en el IISG.4 Acuerdos tomados en el Pleno Regional Levantino de Grupos Anarquistas celebrado el 18 dejunio de 1932, archivo del C. P. de la FAI en el IISG.

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    marcha de Jurados Mixtos sigui la promulgacin de una nueva ley de asocia-ciones en abril. Hubo detenciones en masa por toda la Pennsula. En Valen-cia, arbitrariamente, la Guardia Civil o la Polica eectuaban registros en lo-cales obreros y ateneos, amontonando en un camin a todo el personal queencontraban y llevndoselo detenido a Gobernacin, donde lo otograabany lo chaban como asistente a una reunin clandestina. Ni que decir tiene quela posesin de una pistola implicaba un delito contra la Repblica. Traslargas esperas, de la misma orma arbitraria, a unos los soltaban y a otros losllevaban a la crcel celular.

    En la crcel Pellicer se relacion con esorzados anarquistas de accincomo Prometeo Lpez, Ramn Gumbau, Saturnino Prez, Jan, Enrique

    Poquet insurrecto de Sollana, como Gumbau y Salvador Rodilla, deLiria, procesado por tenencia de armas, hermano del que ser uno de sus msallegados, Pascual Rodilla. Pellicer, que se pasara el ao entrando y saliendode calabozos, comenz su historial carcelario por entonces. La crcel Modeloconstaba de tres galeras con sus respectivos patios: el de los presos por delitosde sangre, el de los ladrones y el de los homosexuales. Los detenidos polticosy sindicalistas se distribuan entre los dos primeros. Al entrar se suran diezdas de incomunicacin la cuarentena o periodo que se pasaban leyen-do. Haba celdas comunes, con una ventana alta, una joaina, un tabureteatado con cadena a una tabla sujeta a la pared, que ser va de mesa, y un ret re-te. Tambin las haba individuales, para presos distinguidos, y de castigo. Lavida estaba regulada por toques de corneta: diana, misa, rancho, escuela, cel-das, etc. En los patios se hablaba o se jugaba al rontn; para discutir, mejorla peluquera. Al anochecer, el ltimo recuento; despus, los cabos reco-rran las galeras pasando cerrojos, hasta que se tocaba silencio. As todos losdas. Hasta mediados de marzo Jos no sali de la crcel celular. Junto conotros dos cay bajo la jurisdiccin militar, y ms tarde ue procesado por

    atentado5

    . Posiblemente le trataran de implicar en el estallido de arteactosque hubo en el Grao. Del ambiente que encontr algo nos dice la refexinque hizo posteriormente un periodista relacionado con l:

    Dentro de las crceles los hombres de la Revolucin iban raguando en supensamiento toda una sociedad nueva. En la crcel se ven con claridad las

    5 Comit Pro Presos de Levante, Relacin de los procesos en cuya tramitacin interviene esteComit, Solidaridad Obrera, Valencia, 30-VII-1932.

    cosas que los hombres de la calle no alcanzan a comprender. La crcel, paralos revolucionarios, es algo as como un mundo aislado en el que las ideas

    pugnan impacientemente por convertirse en hechos magncos. En hechos queson la leccin para los hombres del porvenir y el estmulo para los del presente.En la crcel se aprendieron muchas cosas. En la crcel se aprendieron tantascosas que la Revolucin es ya casi como una especie de consecuencia de esos dasllenos de soledad, llenos de pensamientos elocuentes y altivos.6

    En la ergstula yacan ms de doscientos presos revolucionarios. El 8 deebrero por la noche, los guardias ueron abriendo celdas y sacando a la genteque los jueces consideraban peligrosa para el rgimen a n de deportarla a

    Guinea Ecuatorial, en virtud de la Ley de Deensa de la Repblica. En lasCortes los socialistas haban votado a avor de la deportacin y los blasquistasse haban abstenido. Ciento veintitrs trabajadores ueron embarcados y con-ducidos en las peores condiciones a Las Palmas. Una vez en las Canarias,ueron transeridos a las bodegas del Buenos Aires, en compaa de otros anar-cosindicalistas catalanes y andaluces. Haba quienes haban sido detenidosantes del movimiento, como Progreso Fernndez y Juan Rueda (padre), oquienes como Juan Molina haban intentado imprimir un manies to sin con-seguirlo, o quienes simplemente haban sido vctimas de la Direccin Sidero-metalrgica del Puerto de Sagunto como Marcos Villar, que ya no pertenecaa la CNT, y los hermanos Blesa. Pocos eran conocidos uera del mbito valen-ciano aparte de Manuel Prez Feliu, el Nano, y Toms Cano Ruiz; SantiagoTronchoni y ngel Gmez de la Higuera (compaero de Pellicer, artesano dela construccin) se daran a conocer ms tarde. A par tir de entonces el gober-nador civil, el social ista Doporto, y el jee de Polica de la ciudad y su provin-cia, Sesea, emprendieron su particular campaa contra la CNT con el obje-tivo de avorecer el desarrollo truncado de la central socialista: los comits de

    huelga ueron perseguidos (el del conficto de la SAFE ue detenido), se clau-suraron locales, no se aceptaron los reglamentos presentados por nuevos sin-dicatos, se encarcel a los mi litantes sorprendidos en actos de propaganda porpueblos (por ejemplo, a Jos Espaa) o se les mantuvo en prisin sin cargos,como gubernativos (casos de Herranz y Nadal). El retorno de los deporta-dos y la libertad de accin sindical se convertiran en las principales reivindi-caciones de la CNT, tal como proclam el Pleno de Locales y Comarcales demarzo. De paso quedaba el nuevo Comit Regional acultado para resolver el

    6 Ben-Krimo, Con la Columna de Hierro, Nosotros, 19-III-1937.

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    problema del semanario Solidaridad Obrera, al que una redaccin y adminis-tracin reormistas haban llevado a la bancarrota.

    Pellicer llevaba tiempo esquivando a la Polica, la cual iba en pos de lospapeles de la FAI, cuando public su primer artculo. Para Pellicer los mo-mentos dramticos atravesados no eran algo local sino que ormaban parte deun proceso mundial en el que...

    ... los trabajadores despiertan del prolongado letargo en el que estaban su-midos y las ideas de redencin dan tal potencia al esuerzo revolucionario desus msculos que en todas partes amenaza derrocar los regmenes de tirana yexplotacin.

    Es un hecho, terrible constatacin para todos los gobernantes y dictadores,la pronta desaparicin de los Estados burgueses. La hora de venganza y salva-cin se aproxima a pasos ms que agigantados y esto no son armac iones nues-tras, sino verdades cuya realidad es bien patente. El Oriente y Europa hiervenen una inmensa hoguera que amenaza propagarse a los dems pases.

    Pellicer pasaba revista a los problemas de Francia, Inglaterra, Alemania, laRusia estalinista, el rica colonial, Japn y el resto del mundo. En todaspartes haba pueblos sedientos de libertad y dispuestos a conquistarla, perola punta de lanza era Espaa:

    Aqu el problema social se ha agudizado de tal orma que el estallido no sehar esperar. El obrero comprende que se le ha deraudado y no parece dis-

    puesto a consentirl o. Esperaba que l a Repblica le traera alguna mejora yahora resulta que la Monarqua y la Dictadura al compararlas quedan san-ticadas ante los hechos cometidos por la nia. Se da cuenta del burdo en-

    gao de que ha sido vctima y quiere dar una leccin a los que se atrevieron a

    humillar su dignidad y atropellar sus derechos.. Es intil que este Gobiernointente aniquilar la excitacin reinante con medidas represivas. Intil asimis-mo el que llene las crceles de trabajadores y deporte a quienes no cometieronotro delito que abrir los ojos al pueblo. El estallido, lo volvemos a repetir, nose har esperar. Ha sido tanto lo acumulado que slo alta la gota que desbor-de el vaso [...]

    Valor y decisin, compaeros. El parto de la Humanidad es doloroso cualtodos los partos y, como stos, signica la prdida de cierta cantidad de sangre

    por la conquista de un nuevo ser. Su transormacin de crislida en mariposa,de repugnante estircol en radiante liblula est ocasionando grandes dolores,como los espasmos de una era herida de muerte van aminorando hasta llega-do el momento del hecho violento en que el ltimo desesperado zarpazo delenemigo aniquilado, arrancando un pedazo de carne a su viril rival, anuncieque se ha dado a luz una nueva orma social en la que los individuos podrndesenvolverse libremente en la completa posesin de sus acultades sicas eintelectuales, emancipados moral y econmicamente.

    La Anarqua!7

    Mientras tanto, Pellicer se ocupaba de los presos. En el estado de cuentas

    de marzo del Comit Pro Presos de Levante guran cinco entradas corres-pondientes a otras tantas colectas del Ateneo de Divulgacin Anarquista porvalor total de doscientas pesetas. En otro momento guran 42,75 pesetasentregadas por el camarada Pellicer para P. [presos] 8. Eran tantas las nece-sidades que cuando empezaron las vistas de los procesos, el Comit no pudoseguir pagando subsidios a las amilias y el Sindicato de la Construccin de-cidi organizar colectas todos los sbados. Otros sindicatos radicales siguie-ron su ejemplo logrando que el CPP uncionara con relativa normalidad. Eltrabajo en el Ateneo, que apareca con las siglas FAI, segua su curso; en unanota Pellicer convocaba a todos los compaeros para el 24 de abril a unaasamblea general con objeto de tratar diversos asuntos de inters. Esperamosacudiris todos porque la buena marcha del Ateneo as lo requiere9. Se trata-ron asuntos que concernan a colectas, librera, rias y organizacin de giras.Por tener mayor importancia de lo que parece, reproducimos ntegramente elanuncio de la gira del 15 de mayo:

    Gozando de un clima primaveral y reconociendo la necesidad que senti-

    mos todos de desembrollar nuestro cerebro aturdido por el mecanismo de lavida ciudadana, con un da de campo en unin de amiliares y compaerosanes este Ateneo ha organizado una gira a La Caada para el prximo do-mingo 15. Cuantos deseen tomar parte acudirn a la estacin (Puente de

    Madera) hasta las siete de la maana, hora de partida .

    7 Jos Pellicer, El Parto de la Humanidad, Solidaridad Obrera, Valencia, 19-III-1932.8 Solidaridad Obrera, Valencia 19-III y 2-IV-1932.9 Solidaridad Obrera, Valencia, 24-IV-1932.

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    Los compaeros a quienes sus quehaceres impidan acudir puntualmente,pueden hacerlo ms tarde en el punto de destino, puesto que hay servicio detrenes cada media hora. Un domingo entre pinos, admirando y gozando lasbellezas que nos orece la Natura, en plena conraternidad y olvidados, aun-que slo por unas horas, de la rutina diaria, es un aliciente al que esperamossabrn responder los compaeros.

    Quedan pues invitados todos los anarquistas y simpatizantes.El secretario, Jos Pellicer.10

    Las salidas al campo acercaban a la naturaleza, que para los anarquistasera el lugar de la libertad, y servan como ejercicio de compaerismo y rater-

    nidad. No quedaba la cosa ah, pues se l levaban a cabo lecturas, debates, actosde propaganda y colectas para los presos, incluso tenan lugar reuniones or-males, donde se decidan acciones y se establecan contactos entre grupos depueblos prximos y hasta se constituan ederaciones comarcales. Eso tam-bin lo saban las autoridades, que no dudaban en mandar a la Guardia Civiltras ellas. Si el ateneo era el instrumento idneo de la accin pedaggica anar-quista, la excursin era el medio adecuado para su aplicacin concreta. Des-velaba el verdadero combate del anarquista, el combate por las ideas.

    Los enemigos de la FAI la teman por creerla un poder tentacular en lasombra, alma de todas las conspiraciones, cuando debieran hacerlo por poseeralgo mucho peor, un ideal de emancipacin de los oprimidos. Pellicer lo ex-pres en prosa potica:

    F.A.I. Trptico cuyo recuerdo llena de pavor a la mezquina burguesa es-paola.

    Rutilante emblema; pesadilla del capitalismo que ve en estas letras elMENE TE KEL de su Apocalipsis.

    Tridente; arma ormidable en manos del Neptuno de la Anarqua que sabrhundirlo en el corazn (si tiene) del Estado, dando n a su neasta dictadura.Trilitero que signica en s cuanto de humano y revolucionario hay en el

    anarquismo.Heraldo anunciador de una nueva sociedad carente de explotacin y de

    atavismos que traban el libre desenvolvimiento del individuo, moral y si-camente.

    10Solidaridad Obrera, Valencia, 14-V-1932.

    Esto es la FAI, la FEDERACIN ANARQUISTA IBRICA (con todaslas letras, aun a trueque de que los pobres de corazn suran un colapso).Clarn de combate en la guerra por la Libertad y trpode sobre el que sentarsus bases el advenimiento de la justicia.

    Piqueta demoledora de la podredumbre actual y Fragua llameante encuyo uego se orjar una Espaa nueva. Faro de la Humanidad doliente.

    Letras simblicas que son la avanzada de l Gran Hecho y a cuya sombra seagrupan todos los anarquistas de voluntad, conscientes del rol a desempearen la mele social.

    Ansiosos del momento en que, dando el empujn denitivo, puedan tum-bar patas arriba el mascarn del Estado.

    Martillo que romper las cadenas que esclavizan al proletar iado e ndiceque les sealar las luminosas y anchas sendas de la Liberacin, apartndolesde los tortuosos senderos de la Tirana.

    Esplndido Mar de ideas cuyo azul bruido no basta para enturbiar el vildesage de la calumnia; vertedero repugnante que esputan sus enemigos ate-rrorizados ante el avance arrollador de sus olas en crispacin.

    Como el Mar tiene la dulce belleza de la calma y la imponente energa dela accin, y como ste es calicado de monstruo cuando se desembaraza de losaudaces que intentan cabalgar en su lomo.

    Tambin como l sabr en un da de indignacin barrer los ambiciososdiques que dicultan su marcha por el Innito Social en pro de la Regenera-cin, sintiendo despus de la Tempestad alumbrar sus entonces pac cas aguas

    por el resplandeciente sol de la ANARQUA.11

    El tema de los deportados acerc posiciones en la CNT que hasta haca pocoeran encontradas. Contribuy a ello el xito del mitin del 27 de marzo, al queasistieron ms de veinte mil personas. Un editorial de la Solidaba la consigna:

    SE IMPONE SER CORDIALES Y CONSTRUCTIVOS POR LOSPRESOS Y DEPORTADOS. Un problema que va ntimamente vinculado ala existencia y la dignidad de nuestra organizacin. Porque en realidad losdeportados y los presos actuales, vctimas del rgimen republicano, no son msque los cados en los primeros combates que preludian la batalla decisiva.12

    11 Pellicer, Clich. FAI, Solidaridad Obrera, Valencia, 11-VI-32.12 Editorial, Solidaridad Obrera, Valencia, 26-III-1932.

  • 7/30/2019 Jose Pellicer- El anarquista ntegro

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    Miquel Amors Jos Pellicer. El anarquista ntegro

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    Tierra y libertad!, sta es nuestra consigna

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    El dolor y la rabia por la muerte del primer depor tado, Antonio Soler Fal-cn, de Sallent, allecido por gastroenteritis, estrecharon lazos, y el mitin delPrimero de Mayo dio otro paso en ese sentido. Das despus el gobernadorDoporto recogi diversos ejemplares de la Solidel 7 de mayo y el 30 de abril,abriendo al semanario dos procesos por injurias a su perso