J. N. Postgate. Grupo Domestico y Familia.

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J. N. Postgate. Grupo domestico y familia. Para realizar un estudio demográfico en Mesopotamia, la distinción entre familia y grupo domestico es fundamental. Mientras que la familia está formada por miembros relacionados por sangre o matrimonio, con limites que son inevitables vagos, un grupo domestico incluye las correspondencia, y sus límites en el momento dado debería ser más o menos preciso. Para el gobierno, para los administradores y los arqueólogos el grupo domestico es un concepto mucho más sencillo de manejar, mientras que la familia, cuyos miembros puede tener vínculos de consistencia y proximidad variables, es mucho menos accesible. Tradicionalmente se toma de la antropología el término familia “nuclear” y “extensa”, pero no se debe permitir que sugieran la existencia de una inoportunamente rígidamente polaridad dual. Existen formas intermedias, y a lo largo del tiempo la misma familia o grupo familiar pueden pasar de un tipo a otro. Un grupo domestico formado por una sola <unidad conyugal> puede ser llamado <siempre>; a uno con más de una unidad familiar conyugal puede resultar conveniente denominarlo <grupo domestico múltiple>; en el caso en el grupo domestico simple se vea aumentado por una nueva generación el termino <grupo domestico de familia expandida> es menos ambiguo que algunos otros. Una <familia extensa> se refiere a <todos los parientes que se encuentran en contacto habitual con una persona, con independencia de si viven con él>. Puede darse perfectamente el caso de una <familia extensa> compuesta de <grupos domésticos simples> el hecho de que los miembros de una familia así no vivan juntos no tiene por qué disminuir su importancia social, que es especialmente notable en el campo de la posesión de tierras y de las costumbres matrimoniales. El grupo domestico y sus miembros. Las casas mesopotámicas del tercer milenio con frecuencia eran grandes y estaban bien diseñadas, en torno a un patio cuadrado. Al igual que sucede con una población, cuanto mayor fuera la casa o grupo domestico, más claramente diferenciadas estaban sus actividades y más fácil resulta identificarlas. Puede distinguirse entre las habitaciones de recepción, la cocina, el patio, y los hogares y las instalaciones de agua normales. Otros usos, como el almacenamiento o los establos, son más difíciles de detectar, pero las mejores en las técnicas arqueológicas y en la observación hacen pensar que se encontrará respuesta a algunas de estas preguntas. El principal cambio a lo largo del tiempo se refiere al tamaño de la casa de la ciudad: la muestra aun es inadecuada, pero mientras que Fara y Abu Salabikh varias <casas urbanas> sobrepasa los 400 m2 de superficie, el tamaño medio de las casas paleobabilónicas de Ur, es inferior a los 100 m2. Las razones no están claras: la presencia del espacio en una ciudad muy habitada y activa podría ser un factor a tener en cuenta, pero la relativa abundancia de

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J. N. Postgate. Grupo domestico y familia.

Para realizar un estudio demográfico en Mesopotamia, la distinción entre familia y grupo domestico es fundamental. Mientras que la familia está formada por miembros relacionados por sangre o matrimonio, con limites que son inevitables vagos, un grupo domestico incluye las correspondencia, y sus límites en el momento dado debería ser más o menos preciso. Para el gobierno, para los administradores y los arqueólogos el grupo domestico es un concepto mucho más sencillo de manejar, mientras que la familia, cuyos miembros puede tener vínculos de consistencia y proximidad variables, es mucho menos accesible. Tradicionalmente se toma de la antropología el término familia “nuclear” y “extensa”, pero no se debe permitir que sugieran la existencia de una inoportunamente rígidamente polaridad dual. Existen formas intermedias, y a lo largo del tiempo la misma familia o grupo familiar pueden pasar de un tipo a otro. Un grupo domestico formado por una sola <unidad conyugal> puede ser llamado <siempre>; a uno con más de una unidad familiar conyugal puede resultar conveniente denominarlo <grupo domestico múltiple>; en el caso en el grupo domestico simple se vea aumentado por una nueva generación el termino <grupo domestico de familia expandida> es menos ambiguo que algunos otros. Una <familia extensa> se refiere a <todos los parientes que se encuentran en contacto habitual con una persona, con independencia de si viven con él>. Puede darse perfectamente el caso de una <familia extensa> compuesta de <grupos domésticos simples> el hecho de que los miembros de una familia así no vivan juntos no tiene por qué disminuir su importancia social, que es especialmente notable en el campo de la posesión de tierras y de las costumbres matrimoniales.

El grupo domestico y sus miembros.

Las casas mesopotámicas del tercer milenio con frecuencia eran grandes y estaban bien diseñadas, en torno a un patio cuadrado. Al igual que sucede con una población, cuanto mayor fuera la casa o grupo domestico, más claramente diferenciadas estaban sus actividades y más fácil resulta identificarlas. Puede distinguirse entre las habitaciones de recepción, la cocina, el patio, y los hogares y las instalaciones de agua normales. Otros usos, como el almacenamiento o los establos, son más difíciles de detectar, pero las mejores en las técnicas arqueológicas y en la observación hacen pensar que se encontrará respuesta a algunas de estas preguntas.

El principal cambio a lo largo del tiempo se refiere al tamaño de la casa de la ciudad: la muestra aun es inadecuada, pero mientras que Fara y Abu Salabikh varias <casas urbanas> sobrepasa los 400 m2 de superficie, el tamaño medio de las casas paleobabilónicas de Ur, es inferior a los 100 m2. Las razones no están claras: la presencia del espacio en una ciudad muy habitada y activa podría ser un factor a tener en cuenta, pero la relativa abundancia de documentos de venta en los que se alude a la existencia de solares desocupados sugiere que ésta no era la única razón. Resulta tentador interpretar las diferencias como reflejo de un cambio en la estructura residencial de la sociedad, incluidos cambios en el tamaño y/o complejidad del grupo domestico. En teoría la arqueología podría ayudarnos: al igual que el plano de la ciudad se presenta más a traicionar la experiencia de distritos urbanos que de clanes, el plano de la casa se corresponde con el grupo domestico más que con la familia.

La dificultad de correlacionar grupo domestico y familia en las fuentes textuales. La cuestión es qué los derechos coparcelarios de la familia extensa a la tierra y casa coinciden con una residencia común en una casa o en un conjunto de casas vecinas. Por diversas razones la corresidencia de <grupos domésticos> <múltiples> o de <familias extensas> es más frecuente en la vida rural que en la urbana. El que una familia mantenga la corresidencia depende en gran medida de las condiciones externas: en el interior de una ciudad la disponibilidad finita de espacio combinado con los derechos de propiedad existentes obliga a separarse a una familia en crecimiento, mientras que a un gran grupo le resulta mucho más fácil mantenerse unido en el campo. No obstante, es importante valorar el hecho de que la disolución de la corresidencia y la consecuente división de derechos sobre la propiedad urbana no minan necesariamente el papel teórico o practico de la familia extensa en lo relativo a matrimonios y posesión de tierras.

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La disposición de una zona de viviendas en Abu Salabikh, al comienzo de Periodo Protodinastico sugiere una etapa en la que la ciudad estaba formada por recintos independientes que bien podrían haber alojado a familias extensas corrientes. En las fuentes textuales, la información sobre los hábitos de ocupación durante el tercer milenio es muy escasa, pero la frecuente suposición de que la residencia conjunta de grupos de base familiar era más frecuente en las ciudades más antiguas recibe cierto apoyo de las ventas de casas en Fara a comienzos del periodo Protodinástico III, en donde parece que los parientes también eran vecinos. Existe cierta información sobre la descendencia patrilineal durante el tercer milenio, pero estamos mejor informados sobre el periodo paleobabilónico, cuando la unidas normal de era claramente patrilineal y patrilocal. Y la línea masculina de descendencia era un importante ingrediente social. Los hombres son identificados por el nombre de su padre. Tener un hijo y heredero era muy importante: te proporcionaba apoyo en la ancianidad, y aplacaba tu espíritu tras la muerte. Una pareja sin hijos tenia diversas posibilidades –la adopción era un acto legal bien establecido, o el marido podía optar por reconocer a los hijos de una de sus esclavas. La esposa también podía protegerse de un divorcio al proporcionar su propia esclava, con quien el hombre podía tener hijos, que serian tratados como de la esposa.

Los hijos y las hijas vivían en la casa del padre hasta que la abandonaban para ir a otro grupo domestico, bien porque crearan uno propio o porque se incorporaran a uno mediante casamiento.

Un texto procedente de Kish, proporciona una clara imagen de las condiciones de residencia en una ciudad babilónica septentrional. La mayor parte de los grupos domésticos son o bien <simples> -una pareja casada con descendencia- o <extensos> -un solo grupo domestico < con la adición de uno o más parientes, además de la descendencia>-: hay hermanas solteras, madres, viudas, y hermanos quizás aun menores de edad. Lo que no encontramos son <grupos domésticos de familias múltiples>, formados por <dos o más unidades familiares conyugales conectadas por parentesco o matrimonio>. Es cierto que el grupo domestico puede incluir también a una esclava, con sus hijos, pero en estos casos no hay esclavos, y se ha de considerar que ella es una concubina, y en consecuencia miembro de una sola unidad familiar conyugal <triangular>.

La familia extensa y la propiedad de la tierra.

Aunque es posible que al madurar un asentamiento se produzca la disolución de un lazo de residencia, esto no implica necesariamente el debilitamiento de la familia extensa. A menudo se asume que cuanto más arcaica sea la sociedad, más fuerte es el papel de las <familias extensas>, y entre los historiadores de Mesopotamia tiene peso la opinión que atribuye un papel mucho más activo a la familia extensa en un momento temprano del tercer milenio qué en momentos posteriores, durante el periodo paleobabilónico. Se basa en la información existente sobre la propiedad conjunta de la tierra. Diakonoff, quien demostró a partir de de los más antiguos documentos de la venta de tierras, que los parientes del vendedor estaban presentes no sólo como testigos de la transacción, sino también como receptores de pagos del comprador. En algunos casos las ventas las hacen de forma conjunta hermanos u otros parientes. El caso más extremo es el del obelisco de Munistusu que da cuenta de campos en el noroeste del país, comprados por el segundo rey de la Dinastía de Akkad a cuatro grupos extensos de propietarios, en su mayoría emparentados: los propietarios (señores) del campo se diferencian de quienes tienen derechos menos directos sobre la propiedad, denominados <señores hermanos del campo>. Es difícil excluir la posibilidad de que el patrón de propiedad de la tierra en la región de Akkad sea de fecha relativamente reciente y refleje condiciones tribales similares a las existentes después del triunfo casita, pero parece que también está demostrada la presencia de un patrón similar en la región de Lagash. Al igual que sucede en las comunidades rurales en todo el mundo, existen fuerte fuertes incentivos de carácter práctico para no dividir la tierra y para cultivarla de forma conjunta: la división entre las partes iguales de la tierra dedicada a la agricultura entre sucesivas generaciones de hermanos puede llevar a un grado insostenible de fragmentación. Al problema del reducido tamaño se unen las complicaciones de la alternancia del barbecho, y del acceso al agua de riego, que también está vinculado a la propiedad de la tierra. Existen dos estrategias posibles: reducir la igualdad de la división, dejando así una parte mayor en manos del hijo

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primogénito, o dividirla en absoluto, explotándola de forma comunal. Dadas las ventajas tangibles del cultivo conjunto, no resulta sorprendente que las familias se mantuvieran juntas.

No se conservan documentos de la venta de tierras del periodo de Ur III, y en momentos posteriores las ventas de campos en la babilonia meridional son muy escasos, lo que llevo a Diakonoff a escribir que “aparentemente la venta de tierras estuvo prohibida en el Reino de Larsa y anteriormente en el Reino de Ur”. Al faltar los documentos de venta resulta difícil conocer en qué forma se vieron afectados los patrones de propiedad de la tierra por alteraciones producidas al finales de las dinastías de Akkad y de Ur III, pero los contratos de arrendamiento de tierras parecen confirmar la importancia de la familia extensa en la Ur paleobabilónica, revelando la propiedad conjunta de los campos arrendados en un grupo de textos en los que <el grupo típico de poseedores consistía en no menos de ocho hombres con plenos derechos de propiedad>. Los textos relativos a herencias proceden de Nippur, muestran al menos un caso en el que la división entre hermanos de un terreno en la ciudad se definió por escrito, pero solo se llevo a cabo sobre el terreno de una generación más tarde. Esto contrasta fuertemente con la opinión de un distinguido historiador del derecho de la Antigua Mesopotamia, quien niega la importancia de la familia extensa en las fuentes paleobabilónicas, aunque no se contradiga directamente.

Las diferencias de opiniones de carácter tan radical, giran en torno al contexto social de la documentación. Las fuentes están sesgadas, lo que deriva en diferentes interpretaciones. El problema deriva de la naturaleza de los documentos legales y de lo que registran. Tanto la ley, en la medida en que se interesa por los derechos de propiedad y por la responsabilidad, y por la burocracia gubernamental prefieren tratar con individuos más que con grupos extensos. El gobierno prefiere ver la tierra en poder de un solo propietario identificable o a un único propietario principal. El hecho de que los otros miembros de la familia ya no aparezcan en los documentos del periodo paleobabilónico no refleja necesariamente una disminución en su papel: puede ser simplemente que desde el punto de vista legal la documentación solo requiera la recepción del precio de la venta por un único propietario reconocido legalmente. Es perfectamente posible que, al igual que en el periodo anterior, las convenciones sociales hicieran que hubiera componentes de la familia extensa implicados y que todavía recibieran obsequios. Resultaría difícil rechazar el punto de vista contrario, de que es precisamente con motivo de una venta de tierras cuando vemos resucitar los vínculos familiares, para acatar la normativa legal, vínculos que de otra manera son poco más que un vestigio arcaico.

PROPIEDAD Y SUCESIÓN.

Padre e hijo.

Como hemos visto, las condiciones en las ciudades son mucho menos favorables para la propiedad conjunta; el examen de complejos documentos de herencia de época paleobabilónica deja claro que, al menos en la ciudad, los derechos de propiedad residían habitualmente en la unidad familiar simple. Desde la muerte del cabeza de un grupo domestico se consideraría normal que se produjera un reparto entre los hermanos. Tenemos documentos en los que figura la división de las posesiones paternas entre los herederos. Se podían incluir todo lo que no fuera perecedero. Tierra, casa, muebles, animales y esclavos, pero también cargos del templo, deuda y obligaciones. El principio subyacente es el sistema patrilineal en el cual la propiedad era dividida entre los hijos, o, mejor, entre cada línea masculina superviviente, dado que los hijos varones de un heredero muerto también heredaban. Aquí los prolongados esfuerzos de los tíos malvados para poner reparos a la paternidad de un bebe nacido póstumamente.

Había dos grandes modificaciones de la regla general de que todos los hijos heredaban parte iguales. El cabeza de grupo domestico podía hacer donaciones en vida que no se contabilizaban en la división de las propiedades. Era especialmente relevante en relación con las hijas. Se esperaba que un padre proporcionara a cada hija una dote adecuada, y si esto no se había hecho antes de su muerte, los hijos estaban obligados a reservar parte de las propiedades con este fin. A no ser que la muchacha muriera o dejara a la familia de su esposo sin hijos, esta propiedad se perdía para las posesiones patrimoniales, ya que sus hijos representaban una inversión viva en otro grupo patrimonial. De igual forma, en aquellos casos en los que una muchacha iba a ser sacerdotisa, los hermanos tenían que proporcionarle ayuda; a su

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muerte esperaban recuperar tales recursos, pero éste era un tema controvertido que produjo muchos litigios, dado que algunas de las damas sacerdotisas preferían dejar sus bienes a hijas adoptivas.la otra modificación difiere ciudad a ciudad según la costumbre local. Se utilizaban procedimientos variados para favorecer al hijo mayor: podía recibir dos partes en vez de una, obtener una determinada proporción extra de propiedad total, y podía tener derecho a elegir su parte, mientras que las demas se distribuían por sorteo. En lo relativo a los bienes inmuebles. La venta de edificios por parte de los hermanos conllevaba problemas muy diferentes de los relativos de la tierra. Después de la muerte del padre era normal, que el patrimonio fuera dividido físicamente y que al menos los hermanos casados establecieran grupos domésticos independientes si no lo habían hecho ya. El hijo mayor puede que haya tenido ciertos privilegios y obligaciones; por ejemplo, en Nippur los cargos del templo recaían en él, y habitualmente tendría derecho propietario a la casa familiar; si ésta era lo bastante grande, algunas veces se dividía para alojar a varios de los hermanos, por separado, con las consiguientes modificaciones en lo referente a su uso de habitaciones y forma de acceso. Sin embargo, a menudo la casa sería demasiado pequeña para ser dividida, y al estar rodeada por otras propiedades no habría espacio para su ampliación. La residencia en grupos domésticos simples puede ser la consecuencia práctica del hacinamiento urbano, y probablemente supuso la norma.

Un motivo por el cual el hijo mayor normalmente recibiría la casa familiar puede haber estado relacionado con sus obligaciones, ya que en algunos lugares y periodos las tumbas de los antepasados se encontraba bajo el edificio. Era frecuente enterrar a los muertos dentro de los cuatro muros de la casa, aunque también podían existir cementerios tanto dentro de los muros como fuera. Era una práctica habitual hacer libaciones sobre la tumba del antepasado, a intervalos que sin duda estaban determinados por la tradición. En esta ceremonia conocida como kisega, se vertía agua sobre la tumba y se depositaban ofrendas de alimentos, mientras se recitaban oraciones en las que se nombraba al difunto. Tanto en los textos como en el Cementerio de Ur existe consiberable información sobre los aspectos prácticos de tales libaciones, su importancia en la conservación de la identidad patrilineal y la autoconciencia del grupo queda de manifiesto en la inclusión de una lista de antepasados en las oraciones. Aunque las obligaciones del heredero principal sólo están decretadas explícitamente en textos que no proceden del corazón de Mesopotamia (de Susa y Nizu), la obligación del hijo mayor de realizar estas ceremonias, y de esta forma de ostentar la representación del linaje, está implícita en los documentos relativos a herencias procedentes de Nippur, en los que el hijo mayor recibe de forma regular en su parte preferente <la mesa de ofrendas del santuario>.

Se carece de información sobre la presencia de santuarios en la casa familiar con anterioridad al periodo de Ur III, pero en una división de herencias de Larsa de época paleobabilónica el hijo mayor recibe <una parte, junto con el santuario>, y en Ur las casas tienen las casas separadas y aparentemente dedicadas a santuario, asociados al panteón familiar de ladrillo cocido. Con más frecuencia, la función de santuario la desempeñaba una de las salas de recepción. Habitualmente existe un pequeño pedestal rectangular en una esquina de la habitación, asociado con un hogar o chimenea. Estos altares probablemente fueron creados para el culto del dios personal del cabeza del grupo domestico, o el dios de la familia. Ciertamente los individuos tenían sus dioses personales. Por otra parte, sabemos que los grupos basados en parentesco también tenían sus propios dioses y diosas, cuyo culto tenía tanto de declaración de identidad con un grupo social como el culto a un dios de la ciudad.

Esposas e hijas.

En la Mesopotamia arcaica el matrimonio era tanto un vinculo entre familias, o grupos más amplios, como entre individuos, al igual que las hijas de Sulgi podían ser enviadas como prometidas a sus más difíciles enemigos, las consideraciones de poder y prestigio local deben haber dictado la elección de esposo o prometida en muchos matrimonios entre familias corrientes. Un único texto de de Ur que no tiene carácter legal, sino que es un memorándum en el que se registran los gastos en que incurrió el padre de una novia durante las negociaciones que llevaron al matrimonio de su hija con un miembro de una familia de Larsa. Queda clara la implicación tanto de las dos familias como la de dos individuos. Se registra la existencia de obsequios, pagos o gastos durante un periodo de al menos cuatro meses. El texto nos proporciona un

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marco para afirmaciones aisladas presentes en otras fuentes, como es el caso de de diversas clases de obsequios mencionados en textos léxicos, entre ellas <contribuciones de ovejas de los parientes políticos> y <contribución de ovejas de las mujeres>, o mencionan una fiesta Kirrum en las leyes reales.

Aunque sin duda las costumbres variaron según la época y el lugar, podemos distinguir al menos cuatro fases en el proceso de casamiento: 1) Compromiso. 2) Intercambios o pagos de refuerzo: A- por parte del novio; B- por la parte de la novia. 3) el desplazamiento físico de la muchacha a la casa de su suegro. 4) la cohabitación con el esposo.

Existen diversas razones para el carácter premioso de estas disposiciones: después de haber llegado a un acuerdo se necesita tiempo para preparar las ceremonias finales de la boda y, dado que los bienes implicamos eran relativamente considerables, podía ser necesario contar con cierto tiempo para reunirlos. Además es posible que la muchacha, o incluso el novio, fueran demasiado jóvenes para que tuviera lugar el matrimonio en su forma completa. Los documentos se interesan por los derechos de propiedad: en donde existe propiedad, habrá disputas, y las leyes se centraran en los aspectos conflictivos. Uno de ellos que aparece en un código, es el de la definición legal de matrimonio: a los ojos de la ley el <contrato> constituye la condición para a existencia de matrimonio, pero está acompañado de la fiesta.

Los expertos en temas legales consideraron durante mucho tiempo que el contrato debe de haberse hecho por escrito, pero se ha demostrado que era un acuerdo oral, solemnizado en formas que deben de remontarse a momentos anteriores a la existencia de documentos escritos: sin duda incluía actos formales o simbólicos y también determinadas palabras. Los documentos del periodo de Ur III muestran que el compromiso matrimonial, conllevaba un juramento en nombre del rey, pero esto solo tiene que haber sido la forma habitual de formalizar cualquier acuerdo legal, y no algo propio del matrimonio. Se puede reconstruir alguna expresión relacionada con el matrimonio: la legalización de un divorcio requiere el uso de las formas orales <no eres mi marido>, <no eres mi esposa>, y estas anulan las palabras citadas en un texto de boda de un texto mágico: <llenare tu regazo con plata y oro. Tu eres mi esposa, yo soy tu marido>.

Sin embargo, estas palabras se cruzan entre la novia y el novio, y no parecen ser el <contrato> del que hablan las leyes, que tenían lugar entre dos familias, representadas habitualmente por los padres, lo que la familia del novio parece estar asegurándose mediante el acuerdo y el consiguiente pago es el derecho de la muchacha. Se trata de un pago inicial de carácter precautorio o un signo de buena fe. El siguiente paso varía. Ella podía continuar viviendo en la casa de su padre o trasladarse a la casa de su suegro a vivir allí. La novia vendrá con la dote, quizá algunas veces conservada para ella durante años. El acuerdo no prescribía el matrimonio con una persona en particular, sino simplemente con un miembro de la familia. Esto es sintomático del hecho de que la novia se casaba en el seno de un grupo patrilineal, no con un individuo.

Por otra parte, cuando la muchacha permanecía en la casa de sus padres, se dice que el novio <visita la casa del suegro> y comienza la consumación del proceso de matrimonio, sin duda con el acompañamiento de ceremonias tradicionales: en este caso el comprometido vendría a la casa del suegro con acompañante masculino, y algunas veces permanecerían en la casa del suegro durante cierto tiempo. Durante esta etapa una cama tiene cierto protagonismo. Lugar adecuado para hacer el amor. Aparecen en los documentos relativos a la dote.

Dado que los códigos de leyes y los contratos legales se preocupan habitualmente de los derechos de propiedad, nos hablan menos del lado humano del vínculo matrimonial. La virginidad de la novia era motivo de preocupación: en la conclusión de un contrato de matrimonio se dice que el marido <soltó el alfiler de su vagina>. Esto se puede atribuir al fuerte deseo de la familia de asegurarse de que es su propia línea masculina la que se perpetuara, y que por supuesto está acompañado por la creencia de que la esposa, o la novia en casa del suegro, se comportara de forma respetable y permanecerá bajo la mirada de la familia. Por otra parte, no es una simple posesión común de la familia: las leyes dejan claro la existencia de fuertes tabúes en relación al incesto: si un suegro <conociera> a una novia llevada a su casa

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para uno de sus hijos, la ley exige una multa de plata y la muchacha es liberada. Si, por otra parte, en hijo ya hubiera cohabitado con ella, se habría producido incesto y el padre sería condenado a ser ahogado.

La separación.

Aunque tanto según la ley como la costumbre las mujeres de la antigua Mesopotamia parecen haber sido tratadas de forma más equitativa que en muchas sociedades más recientes, la compilación léxica ana ittisu deja claro que no existía una completa igualdad: <si una esposa rechaza al marido y dice “no eres mi marido”, la arrojaran al rio. Si un marido dice a su esposa “no eres mi esposa”, él pagara ½ mina de plata>. En momentos posteriores del periodo paleobabilónico los contratos de matrimonio a menudo contienen clausulas que se refieren a la eventualidad del divorcio: si una mujer rechaza su matrimonio es condenada a muerte. Es cierto que se trate de condiciones de un contrato, en el que ella, o al menos su familia, era una de las partes, pero el contraste con el rechazo del contrato por parte del hombre sigue siendo igual de severo, dado que el documento puede determinar la cantidad de plata a pagar como compensación, que habitualmente es inferior a una mina. El divorcio iniciado por el marido iba acompañado del acto simbólico de cortar el dobladillo de la túnica de la esposa.

Da la impresión de que el divorcio no era aceptable sin causa grave, y el estigma social unido a un divorcio no razonable aparece en la opinión comunal. Las causas graves más frecuentes alegadas eran mal comportamiento por parte de la esposa o un matrimonio sin hijos. Se ha de recordar que el matrimonio es un vinculo entre familias, y el objeto del matrimonio dentro de cada de familia es asegurar la presencia de hijos que perpetúen la línea masculina. Esto no suponía que un matrimonio infértil sometiera de forma automática a la esposa a la afrenta de divorcio, dado que la ley y la costumbre le permitía proporcionar hijos a la familia al aportar una esclava como sustituta suya. Los hijos de esta unión eran tratados en todos los aspectos como hijos suyos, y cuando la ley dice <ella no le ha permitido tener hijos>, tiene en mente tanto la maternidad normal como esta maternidad delegada. El mismo principio se aplica en el caso de una sacerdotisa, que podía casarse pero no cohabitar con su esposo. No resulta sorprendente que ciertos datos indiquen que las condiciones de divorcio se veían afectadas radicalmente por el hecho de sí la esposa había tenido hijos o no, pues en el primer caso se encontraba vinculada a la familia patrilineal con independencia de si las partes afectadas lo desean o no. Sí no había tenido hijos, a la familia del marido le resultaba indiferente si regresaba a casa de su padre o iba a otro sitio.

Mujeres fuera del grupo domestico patrilineal.

Por el carácter de los documentos legales, conocemos poco de las mujeres que se encontraban fuera del marco del grupo domestico patrilineal. Las viudas eran miembros indefensos de la sociedad que merecían la caridad del gobernante justo. Si una esposa rechazada o una viuda no regresaba al grupo domestico de su padre, podía <seguir al hombre de su corazón> existían prostitutas y se las asociaba a los espacios públicos de la cuidad. Las fuentes no nos indican si las <esposas de la cerveza> eran respetables mujeres casadas o no. Sin duda, algunos de los huérfanos y de los hijos ilegítimos terminaron en los templos, pero esto no significa necesariamente que no fueran explotados, dado que es posible que la costumbre de la prostitución en los templos estuviera en vigor en la época paleobabilónica.

Poligamia.

La escasa información disponible tanto del segundo como del tercer milenio confirma el predominio de un hombre una esposa. Un hombre no podía tener más de una esposa reconocida de manera formal en un momento dado. Los códigos de leyes como las actuaciones de los tribunales lo confirman. Conocemos una excepción, cuando la primera esposa a quedado incapacitada a causa de una enfermedad el código permite al esposo tomar una segunda mujer. Por otra parte, resulta claro que las esclavas podían ser tomadas como concubinas, tanto si eran aportadas por la esposa como sí pertenecían al hombre. Los códigos legales permiten que los hijos de tales uniones hereden del padre, y esto nos lleva a considerar la posición de los esclavos dentro del grupo domestico de forma más general.

Los esclavos domésticos.

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Mientras que la lista de grupos domésticos de Kish solo incluye esclavas, no existe duda de que podían figurar como miembros de residentes del grupo familiar. Se les menciona al igual que al resto de las propiedades en las divisiones de herencias, y son frecuentemente vendidos. Sus hijos pertenecían a sus propietarios, y un esclavo nacido de en casa era mencionado como tal. En el periodo paleobabilónico los esclavos de los bordes de las montañas de Mesopotamia eran populares, y algunos mercaderes se especializaban en el comercio de esclavos. Algunos esclavos intentaban escapar, y los códigos de leyes muestran que la pérdida de un esclavo sería anunciada por el pregomero público, y que los ciudadanos no estaban obligados a devolver a un huido. Sin embargo a menos que un esclavo tuviera tendencia a la huida o la violencia, generalmente él/ella no era objeto de medidas para limitar sus movimientos, era normal una marca para los esclavos, quizás no fuera nada más que un peinado característico.

La manumisión o liberación de un esclavo, debería ir acompañada de la eliminación de la marca de la esclavitud por parte de un barbero y sin duda es por lo que la manumisión se conocía formalmente como <limpiar la frente>. Los hijos de esclavos liberados son libres, y los códigos legales se preocupan del fruto de la unión de una persona libre y un esclavo y con derecho a propiedad, como es el caso de hijos de matrimonios totalmente libres y mixtos, en todos estos casos se suele asumir que estamos hablando de esclavos normales, no de esclavos por deudas que también podían residir con el grupo domestico, aunque de forma temporal. También ellos eran liberados, bien mediante el pago de la deuda o como consecuencia de una anulación.