Presidencia de la República del Ecuador  

 

 

 

 

INFORME A LA NACIÓN

CUARTO ANIVERSARIO DEL MANDATO

Machala, 15 de enero de 2011

 

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Queridas compañeras, queridos compañeros:

Hoy, se cumplen cuatro años de un sueño colectivo, de la esperanza renacida. Un saludo fraterno, revolucionario, bolivariano y alfarista; con mucho orgullo: bolivariano y alfarista. Un abrazo cariñoso a todas y a todos en la provincia del Oro, a la Patria entera. Un abrazo para nuestros hermanos migrantes que, poco a poco, están regresando. Un abrazo interminable a las luchadoras y los luchadores que, día a día, forjan el mañana de dignidad que soñamos y que merecemos. Las banderas de la revolución ciudadana están flameando por todo lo alto, este amanecer de dignidades brilla más fuerte cada día. Hombres y mujeres, cholos, indios, negros, blancos, mestizos, montubios, chazos, con el alma llena de banderas, constituyen el corazón del pueblo.

¡Viva el Ecuador!

Hace cuatro años la institucionalidad política en nuestro país, había colapsado, estaba sumida en el caos, estaba atrapada en las garras de la corrupción, despedazada por las voracidades políticas. La Patria estuvo secuestrada durante mucho tiempo;

 

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entrampada en los bolsillos de los grupos de poder, en las chequeras de la oligarquía, en las cuentas de la banca financiera internacional; enredada en los tentáculos de la partidocracia, sucia, en la miseria, con hambre, desempleada, insalubre, sin caminos, sin destino.

Teníamos un Ecuador injusto, una nación inmovilizada por las lacras de la miseria; un viejo país secuestrado por grupos de poder, que habían propiciado el desmantelamiento del Estado; un Ecuador postrado en el caos, en la anarquía, en donde se enseñoreaba la partidocracia más nefasta, que gobernó de espaldas a las grandes mayorías, que representaba a los intereses financieros internacionales; vende patrias, que hablaban en español pero pensaban en inglés, que tenían su corazón en el bolsillo.

Millones de hombres y mujeres ansiaban un cambio profundo, que modificara para siempre ese pasado de oprobio y de vergüenza; ese pasado en el que, los dueños del país, nos escamotearon el desarrollo.

Por eso es que en las urnas el 25 de noviembre de 2006, las grandes mayorías

 

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decidieron actuar con urgencia, con amor, para rescatar a la Patria, para sacudirle el alma, limpiarle la cara y ponerle a caminar con sus propios pies por un sendero de dignidad y soberanía hacia un futuro digno, repartido entre todas, entre todos. Dijimos con el poeta Otto René Castillo: ¡Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño!

Este cuarto aniversario de la revolución ciudadana, marca un hito histórico en el Ecuador que, hasta antes de nuestro gobierno, estuvo marcado por la inestabilidad política, por el caos económico, por la corrupción rampante y el desamparo de los sectores más pobres del país. Los rotundos triunfos electorales de la Revolución Ciudadana nos han permitido enrumbar al Ecuador. Hoy, gozamos de propuestas claras. Tenemos una Nueva Constitución, un Plan Nacional para el Buen Vivir. Tenemos políticas de Estado para el mediano y largo plazo, para cambiar los cimientos estructurales de la sociedad. La Patria volvió. Todo esto habría sido imposible en el contexto de la inestabilidad anterior.

Hemos pasado de una anarquía política

 

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absolutamente destructiva y sin “norte”, a una propuesta histórica con un “sur” muy bien señalado, y todo esto, con el abrumador respaldo de la ciudadanía.

De acuerdo a las anteriores normas constitucionales, hoy sería el momento de entregar el poder; pero, felizmente, ahora el poder está en manos del pueblo y, con la abrumadora victoria de abril de 2009, tenemos dos años más para cumplir con el mandato de las ecuatorianas y ecuatorianos, que confiaron en nuestra propuesta de cambios profundos, rápidos y en paz. Esto nos remite a la pregunta ¿Qué Ecuador es el que estaríamos entregando ahora? Por fortuna tenemos la frente en alto, para hablar de nuestro trabajo, tenemos las manos limpias, los corazones ardientes. Podemos hablar de un “antes” y un “después” de nuestro Gobierno: los cambios se consolidan, la Patria progresa de verdad, la Revolución Ciudadana ¡no tiene vuelta atrás!

Después de cuatro años, el Ecuador ya no es el mismo, -ni de lejos-, ya no es el país que nos dejaron los neoliberales, plagado de vicios, de carencias elementales, de evasores

 

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de impuestos, de gente acostumbrada a mandar como en su hacienda; subsisten poderes fácticos, espacios pertinaces de accionar político disfrazado de actividad periodística, pero ya no somos el país de nadie; ahora, LA PATRIA YA ES DE TODOS.

En el 2006, cuando presentamos nuestra propuesta, sin compromisos con nadie, sin componendas, sin transigir con los grupos de poder, sin abatir nuestras banderas de dignidad, dijimos que era necesario, impostergable, que vuelva la paz, el trabajo, la confianza, la dignidad y alcanzamos una victoria inédita, un triunfo electoral de inmensas proporciones, con el que ratificamos nuestro compromiso inamovible con los humildes, con los desamparados, con los desheredados, con los pobres.

Entendimos, con claridad absoluta, que no fuimos elegidos para administrar un sistema corrupto, construido sobre la inequidad, la injusticia, la explotación y el desamparo; a nosotros se nos eligió para cambiar de raíz ese sistema perverso que había destruido nuestra democracia, nuestra economía y nuestra

 

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sociedad; ese sistema que privilegió a los poderosos y que ha sumido durante muchos años a las grandes mayorías en la miseria, porque si pocos atesoran mucho, muchos carecen de todo.

Nuestro mayor esfuerzo se relaciona con la transformación del Estado, seguido por el cambio del sistema económico, la construcción de la igualdad y la recuperación de la soberanía nacional. La revolución ciudadana se fundamenta en los principios que reconocen que el ser humano es el principio y fin de la vida política y de la vida económica.

Queridas compañeras, queridos compañeros:

La nueva política social, es emancipadora, rompe cadenas de explotación, de dominación, permite que las ciudadanas y los ciudadanos se reconozcan como actores clave del desarrollo social y económico, dentro y fuera del país. Esta es una política social que protege y promueve los derechos de los migrantes. Se fundamenta en una gestión articulada, moderna, eficiente, transparente, con lineamientos y metas claras, donde el Estado ejerce la rectoría, pero actúa en forma

 

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desconcentrada y descentralizada en los territorios, defendiendo el interés público y construyendo ciudadanía.

En el 2007 recibimos un país en donde el gasto social por persona, llegó a ser: ¡la cuarta parte del promedio latinoamericano! El gasto social en el Gobierno de la Revolución Ciudadana es una prioridad. Entre el 2006 y 2010, el gasto social tuvo un incremento del 130%, pasando de USD 1.934 millones a 4.443 millones.

Antes, el sector de la Salud Pública se encontraba desfinanciado y con serios problemas de calidad de infraestructura y equipamiento. El acceso a los servicios era inequitativo y existía un uso ineficiente de los recursos. Sin calidad, sin calidez. Los pacientes, para completar su atención, tenían que pagar por medicamentos e insumos.

Ahora, en salud, hemos invertido más de 3.433 millones de dólares. A los que ahora se adicionan 400 millones más por la declaración de emergencia para el año

 

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2011. En el pasado, en el viejo país, quien no tenía dinero para pagar por atención médica, por medicinas… ¡Se moría! Encontramos un país hundido en la desesperanza, con hospitales destartalados, con gente muriendo en las veredas por falta de dinero para someterse a un procedimiento quirúrgico… Hoy, el sistema de salud pública, los hospitales y dispensarios, están llenos, algunos incluso SATURADOS por la presencia de ciudadanos y ciudadanas que acuden a recibir atención en el sistema público, porque han recuperado la confianza, porque ya no tienen que pagar la consulta, porque en el Ecuador de hoy existe salud para todas y todos, ya no salud para pobres…

Ahora se realizan 116.200 consultas diarias, para lo cual, estamos contratando 18.090 profesionales de la salud, para mejorar la cobertura de atención. Se han construido 132 establecimientos nuevos (en el 2010 se entregaron: el Hospital de Macas, el Centro Materno Ahuano en el Napo, el Nuevo Hospital de Milagro, el Centro Materno Infantil Oramas

 

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Gonzáles, y el Nuevo Hospital de Francisco de Orellana). Le apostamos al desarrollo equitativo; es decir, las obras se realizan en todo el territorio nacional, no solo en las principales ciudades.

Se han remodelado 497 establecimientos. En el 2010 se entregó: la Ampliación de la Maternidad del Guasmo, el Área de Hemodiálisis Isidro Ayora; se ampliaron las áreas de servicios del Hospital de El Ángel, del Subcentro de Salud de Urcuquí; se ha realizado la ampliación y remodelación del Subcentro de Salud de Guanujo. 13 Hospitales fueron mejorados, ampliados y equipados en sus áreas de Emergencia, los centros quirúrgicos, de esterilización, las unidades de cuidados intensivos y de neonatología.

En verdad, es bastante lo que hemos avanzado, pero es impresionante lo que nos falta por hacer. A todos los ecuatorianos de buena fe les consta que no hemos hecho todo lo que habríamos querido; pero, no hemos dejado de hacer todo lo que ha estado a nuestro alcance en la búsqueda del bien común. Hoy, que iniciamos una

 

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nueva etapa no les pedimos que comprendan nuestras carencias, lo que les pedimos a las ecuatorianas, a los ecuatorianos, es que reconozcamos como objetivos comunes los proyectos, los planes y las obras que estamos ejecutando para construir un nuevo Ecuador; esa Patria Altiva y Soberana en la que han soñado tantas generaciones desde los tiempos de Eugenio Espejo, de los mártires del 2 de Agosto y las gestas independentistas del 9 de Octubre y del 24 de Mayo; desde Daquilema, desde las montoneras alfaristas y la hermosa revolución de 1895. Desde todas las luchas sociales del siglo XX, entre ellas el 15 de noviembre de 1922, “La Gloriosa” de 1944, las luchas estudiantiles, obreras, campesinas de los años 60 y 70; desde los levantamientos indígenas de los años 90; desde todas esas manifestaciones fecundas de rebeldía, de patriotismo, de esperanza.

Con la presencia tutelar de la espada de Simón Bolívar, con el ejemplo de Eloy Alfaro, con la fuerza renacida del pueblo, de la Patria Nueva, no vamos a dejar que se desprecien los logros, que se desmerezca lo avanzado, que se minimicen las conquistas; y para ello, que no nos falte corazón, que no nos falte

 

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compromiso, que no nos falte inteligencia, pasión, el aliento, el infinito amor…

El primero de nuestros objetivos: la Transformación Democrática del Estado, está en marcha. Hemos construido democracia en estos cuatro años. Recibimos un país fracturado, calificado como ingobernable, en donde la institucionalidad estaba destrozada; pero, desde los primeros días de enero de 2007, iniciamos en el Ecuador un verdadero cambio de época, no una época de cambios. Estamos haciendo historia. En los últimos 4 años, hemos librado una dura lucha para democratizar la sociedad. Después de décadas de inestabilidad política, que culminaron en la sucesión de 6 presidentes en 10 años, hemos logrado que un gobierno democrático, elegido en las urnas, cumpla con su período; por fin, estamos alcanzando un nivel aceptable de estabilidad política.

Pese a que, desde el primer día, ha existido conspiración, la gran mayoría de las ecuatorianas y ecuatorianos resolvió convocar a la Asamblea Constituyente, para suscribir un pacto de convivencia colectiva; ahora,

 

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tenemos una nueva Carta Política, que rompe totalmente con el régimen de prebendas y privilegios consagrado en la Constitución del 98; y con ello, estamos logrando desmantelar ese viejo orden para construir una nueva institucionalidad. Entre todos redactamos la Constitución, entre todos la aprobamos, entre todos estamos aportando para que se establezcan las leyes fundamentales que institucionalicen de una vez y para siempre al Estado, superando el dogma neoliberal y las democracias aparentes que nos tenían cautivos de esa entelequia llamada mercado.

Recuperamos un sentido, una identidad nacional que respeta la dignidad y los derechos, que ha desarrollado inéditos niveles de confianza ciudadana en la acción del gobierno, que está orientada a la consecución del bien común; por eso, el pueblo nos ha confirmado su confianza en siete procesos electorales consecutivos. En las últimas elecciones presidenciales ¡ganamos en una sola vuelta!

En el pasado, en lo económico, vivimos un “macro-descalabro”, una cadena de asaltos legales, una práctica terrible del despojo. La

 

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partidocracia, la banca y el capital internacional, elaboraron a espaldas del pueblo una verdadera arma de destrucción masiva: la Constitución de 1998 y, se establecieron disposiciones transitorias que posibilitaron la quiebra de los bancos, el feriado bancario, el atraco, el robo más grande que se ha llevado a efecto en contra de miles y miles de depositantes, en contra del Estado: más de ocho mil seiscientos millones de dólares. ¿Se imaginan cuántos colegios, hospitales, desayunos escolares, medicinas, caminos, se podrían haber hecho con esa cantidad de dinero, se imaginan?

Teníamos hasta hace muy poco, banqueros que quebraron y que, sin embargo, seguían viviendo prósperos, prófugos de la justicia ecuatoriana; pero hoy, que hemos procedido a incautar los bienes de quienes fueron los responsables de este atraco criminal; ahora, los mismos que permitieron el atraco, los cómplices y encubridores, se levantan en contra de nuestra propuesta de presente y de futuro, que tiene que ver con la construcción del bienestar común, la solidaridad, el respeto a la naturaleza.

 

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Nosotros, no queremos una sociedad de pobres, no tiene por qué ser así, no hay ninguna ley física que así lo imponga; esa pobreza, esa miseria, esa desigualdad es fruto de sistemas políticos y económicos perversos que estamos cambiando. Queremos, por el contrario, una sociedad con desarrollo equitativo, una sociedad justa, solidaria digna, soberana. Estamos generando un estado de bienestar para que la sociedad tenga asegurada una vida digna, con empleo, salud gratuita, seguridad social para todas y todos los ecuatorianos. Estamos trabajando para mejorar la calidad y esperanza de vida; y, para desarrollar las capacidades y potencialidades de la población.

Vamos hacia la construcción de un sistema económico justo, democrático, productivo, solidario y sostenible, basado en la distribución equitativa de los beneficios del desarrollo. Y para eso, empezamos por renegociar soberanamente la deuda externa que nos quitaba el aliento, que nos rompía la esperanza. Gracias a una decisión política soberana, la deuda externa se redujo considerablemente por la recompra de los bonos Global 2012 y 2030 en el año 2009,

 

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dejando un amplio margen para contratar más financiamiento para el desarrollo del país. Esto ahorra al Ecuador más de un millón de dólares diarios, con los que podemos planificar y ejecutar muchas obras a lo largo y ancho del país. De allí viene el dinero para la ejecución de las obras más importantes, de una gestión honesta, comprometida con los grandes objetivos nacionales.

Los que no reconocen la administración de manos limpias, de mentes lúcidas y de corazones ardientes por la Patria, son aquellos que siempre medraron de las sombras, de los negocios escondidos, de las conspiraciones; pero, cada vez más, las ecuatorianas, los ecuatorianos, asumen una actitud ciudadana, solidaria, democrática, responsable con el país, con la naturaleza, con el prójimo.

Los recursos para la inversión pública, para la obra pública, para mejorar el salario de los maestros, de los oficiales y soldados de nuestras Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional; los recursos que entrega el Banco de Desarrollo a los gobiernos locales, los recursos que reciben las Juntas Parroquiales, la educación, la salud, la vivienda… etcétera…

 

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provienen del manejo eficiente, responsable, patriótico, transparente, inteligente, del manejo de la economía. El SRI ha demostrado niveles de eficiencia en la recaudación, cifras record: 26 mil millones de dólares recaudados en los últimos CUATRO años, entre el 2007 y el 2011; son, 4 mil millones de dólares más que lo recaudado en los OCHO años anteriores, entre 1999 y 2007. Ahora pagan los que más tienen, los que antes no pagaban. ¿Y por qué no pagaban? La respuesta es obvia: porque gobernaban ellos o gobernaban sus fieles sirvientes, sus guardianes, sus lacayos… ¡Nunca más! ¡Prohibido olvidar! Otra fuente de ingresos son los ahorros por la buena administración de recursos; por ejemplo: los ahorros en las compras públicas, desde que se implementó el mecanismo de subasta inversa. Son miles de millones de dólares ahorrados anualmente, que antes se iban en pago de sobreprecios; hablamos de un ahorro del 20 y 25% en compras que ascienden cada año a miles de millones de dólares a cargo del Estado.

Allí están los recursos que financian la obra pública, allí está la inversión pública, multiplicada por diez o más en estos años. NO

 

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solo es el precio del petróleo, porque si bien ingresa más, también sale más; porque somos dependientes de la importación de derivados que, en la medida que sube el precio del crudo, también suben. Tres mil millones de dólares y más es el gasto inevitable en el que tenemos que incurrir cada año, para solventar la importación de derivados de petróleo. Tenemos saldo en contra en la balanza comercial, porque tuvimos la emergencia eléctrica y el país tuvo que adquirir, de urgencia, centrales térmicas.

A propósito, en estos momentos no hay ninguna posibilidad de que este año haya racionamiento eléctrico, aunque el estiaje hubiera sido fuerte; porque ahora contamos con Mazar, inaugurada hace poco; Paute, Pisayambo, Daule – Peripa; con ello, tenemos suficiente energía almacenada para enfrentar el estiaje. Para superar los niveles de cobertura del servicio eléctrico, que desde el 98 al 2006 fue a nivel nacional del 89%

Estamos trabajando aceleradamente en gigantescos Proyectos Hidroeléctricos: Chontal, con 355 millones de inversión para producir 180 mega vatios; Quijos, con 96

 

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millones de inversión, para generar 50 megavatios; Sopladora, con 722 millones de inversión, para 487megavatios; Chespí, con 668 millones de inversión, generará 420 megavatios; Toachi – Pilatón, 506 millones de inversión, 253 megavatios. El 2011 pasará a la historia como el año de la Revolución en la Generación Eléctrica.

Se ha iniciado el proyecto más grande de la historia nacional en cuanto a generación de energía eléctrica: el Proyecto Coca Codo Sinclair, con 1.979 millones de inversión, para la generación de 1.500 megavatios, que nos permitirá cubrir las demandas nacionales y hasta exportar electricidad.

Compañeras, compañeros:

Ellos, los más conspicuos representantes de la partidocracia y de los poderes fácticos, los eternos conspiradores, comprometieron nuestro petróleo, ya sea por medio de los contratos de participación que le daban 80 por ciento o más a las compañías privadas y el 20 por ciento o menos a los ecuatorianos, a los dueños del recurso… Regalaban nuestro petróleo a través de fideicomisos y mecanismos de pago preanunciado de la

 

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deuda externa, a través de vergonzosas cartas de intención…

En el período 2007-2010 hemos multiplicado casi por cinco la inversión en las empresas petroleras públicas, en comparación con el período 2001-2006. Las cifras son elocuentes: 932 millones frente a 4.408 millones de inversión; es decir, en cuatro años 4.7 veces más que lo invertido en los seis años anteriores. El petróleo ha pasado a ser 100% del Estado, es decir de todas y todos los ecuatorianos. El 12% de utilidades que ahora van a las comunidades de la zona de influencia hidrocarburífera, representará 130 millones de dólares anuales para obras de su interés. Por fin, las comunidades serán las primeras en beneficiarse del petróleo existente en sus territorios adyacentes. “El aceite de piedra”, el “oro negro”, ahora ya es de todos los ecuatorianos.

¿De dónde salen los recursos para realizar la ingente obra pública de la revolución ciudadana; de dónde sale la plata para mejorar, para construir, para ampliar las carreteras y los caminos de la patria, cientos, miles de kilómetros?

 

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Prohibido olvidar. Recibimos un país con carreteras destrozadas, sin puentes, en donde se perdían ingentes sumas de dinero en repuestos para los vehículos que se desbarataban por las condiciones precarias de nuestros caminos a nivel nacional. Recuerden que, para citar un ejemplo, la vía Guamote Macas, llevaba esperando su realización más de cien años; ahora, tenemos la más gigantesca red vial que se ha construido nunca: en solo cuatro años de revolución vial se ha invertido 3.000 millones de dólares, en más de 6.600 Km de vías intervenidas. Actualmente, existen 187 obras de infraestructura en curso en las diferentes provincias y 23 proyectos en estudio. Así mismo, 12 proyectos aeroportuarios con un monto de 173.4 millones de dólares. Estas obras, sin duda, mejoran la conectividad, impulsan el desarrollo económico, social, turístico y productivo de los pueblos del Ecuador.

En educación, el pasado Ecuador se caracterizó por la existencia de todo tipo de barreras: económicas, geográficas y culturales, no existían reales posibilidades de acceso universal, había una muy limitada

 

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oferta, la infraestructura estaba en mal estado, existía déficit de docentes y muy baja calidad; desde enero de 2007 hasta noviembre de 2010, hemos invertido más de 7.391 millones de dólares; es decir: casi tres veces más que los dos gobiernos anteriores.

Trabajamos en serio por el futuro, hemos logrado bajar los niveles de pobreza, resolviendo las necesidades básicas insatisfechas; además, ya no se paga matrículas en los centros educativos y se eliminaron las “contribuciones voluntarias; cerca de un millón de niñas y niños recibieron uniformes escolares gratuitos; un millón quinientos mil estudiantes de básica, recibieron desayuno y almuerzo escolar; se han entregado DOS MILLONES SEICIENTOS MIL textos escolares; se han construido o reparado 3.938 escuelas en todo el territorio nacional; están estregadas y en funcionamiento 10 Unidades Educativas del Milenio; las familias se benefician de programas como Aliméntate Ecuador, el Bono de Desarrollo Humano, incrementado a 35 dólares; ya no se paga por atención en hospitales.

 

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El buen vivir se construye cuando nadie deja de enviar a la escuela a sus hijos por falta de recursos, porque la educación está a cargo de maestros evaluados, motivados y bien remunerados, que no paralizan sus actividades cada año, que ejercen una profesión que es apostolado, vocación… Se pensaba que aquello era imposible, que en el Ecuador jamás se lograría resolver el problema educativo. Sin educación de calidad no hay revolución posible, no hay buen vivir, no hay Patria ni hay nada. Educación de calidad, desde los primeros niveles hasta la Universidad. Educación inclusiva, que tenga en cuenta el carácter multicultural y plurinacional de nuestra sociedad, que tome en cuenta y fortalezca esa diversidad que nos enriquece, que nos distingue. Se acaban de aprobar en esta semana las leyes pertinentes, para regular la educación intercultural y para homologar los salarios del magisterio.

En el 2007, recibimos un país en donde los maestros ¿pueden creerlo?, se resistían a ser evaluados. Recibimos un país en donde la educación era un negocio, en donde era poco menos que imposible pensar en una reforma, en una nueva Ley de Educación Superior; en

 

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donde no se rendían cuentas, en donde no se planificaba y no había modo de armonizar las necesidades de la economía con las políticas educativas. Universidades divorciadas de la sociedad. Ni hablar de las “universidades de garaje” que en buena hora fueron cerradas por no reunir los mínimos requisitos académicos y materiales. Sin educación de excelencia, sin técnicos y profesionales de primera, sin investigadores, sin profesores, sin académicos, sin planificadores, inventores, ingenieros… sin visionarios, sin patriotas calificados al más alto nivel, no hay revolución posible, no habrá buen vivir ni equidad ni patria solidaria ni nada.

La inversión en vivienda: DOSCIENTAS CUARENTA Y UN MIL soluciones habitacionales, construidas a lo largo y ancho de la Patria, entre los sectores menos favorecidos, en diversos planes habitacionales, con una inversión total de 923 millones 511 mil dólares. Hemos construido más vivienda popular que todos los gobiernos juntos en la historia ecuatoriana… Son esos resultados los que nos autorizan a levantar una política de ninguna tolerancia a las invasiones, a esos

 

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mecanismos perversos de desangre, de estafa masiva a la ciudadanía, a los más pobres entre los pobres como es el tráfico de tierras, como son las invasiones orquestadas por “avivatos” que actúan tras las sombras, que “venden” y hacen pingües ganancias con la angustia de la gente, con las necesidades básicas insatisfechas de la gente más pobre, con la angustia de los que migran del campo a las ciudades y constituyen cinturones de miseria, masas clientelares, fuerzas de choque de los grupos dominantes. ¡Qué ironía: los más pobres convertidos en escudo humano para defender los privilegios de sus opresores!

El bono de vivienda, ahora de 5.000 dólares, constituye un incentivo al ahorro y a la capacidad demostrada históricamente por los pobres, de ser los más puntuales a la hora de ahorrar. Las cifras de lo hecho por el MIDUVI en estos cuatro años son elocuentes: 241.250 soluciones habitacionales; 441 proyectos de agua potable y saneamiento; 27.154 bonos de titulación; 19.516 escrituras; 31 proyectos de regeneración urbana; 8 planes de ordenamiento territorial; entre otras realizaciones…

 

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La reducción del déficit de vivienda, es otra manifestación de las políticas de desarrollo equitativo e incluyente, que permiten que la pobreza por Necesidades Básicas Insatisfechas se haya reducido del 82% al 72.2%, en estos cuatro años.

Compañeras, compañeros:

Así como el sol se refleja en cada gota de agua; así, la verdadera esencia de una sociedad se refleja en la manera en que trata a las personas con discapacidades. La Misión Solidaria Manuela Espejo, que ha llevado adelante, con gran acierto, con cariño y con respeto, la Vicepresidencia de la República, es un signo de los nuevos tiempos, al privilegiar la calidad de vida de aquellos que fueron, socialmente, los más olvidados de entre los olvidados. Especialistas cubanos, ecuatorianos y venezolanos, identificaron a 294.166 personas con discapacidad, de las cuales 22.148 son casos críticos; se entregaron 70 mil ayudas técnicas. Con la Misión Solidaria Manuela Espejo, se buscó dotar al Ecuador de una base científica sobre la cual delinear políticas de atención y prevención a este sector y establecer planes y programas

 

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adecuados a la realidad nacional.

La Misión Joaquín Gallegos Lara toma la posta y atiende a los casos críticos: comenzó el proceso de entrega de 240 dólares mensuales a los familiares que cuidan a sus hijos, a sus padres, a los parientes más cercanos que sufren discapacidad severa.

No hay futuro posible sin grandes sueños; por eso, nuestra Patria, ecuatorial y andina, fue prefigurada en la sangre de nuestros próceres, en el delirio de nuestro Libertador, en la revolución montonera de Eloy Alfaro, en el día a día de nuestros trabajadores, comerciantes informales, obreros, amas de casa, campesinos y maestros, en nuestros ciudadanos y ciudadanas, en las escuelas, en los campos y ciudades, en el esfuerzo cariñoso de nuestros migrantes, en el espíritu de todos y cada uno de nosotros; y empieza a ser prefigurada nuevamente en el proyecto político que ha logrado la adhesión reiterada del pueblo ecuatoriano.

Por eso, aquí no pueden prosperar los intentos sediciosos, los golpes de Estado, los afanes de sembrar el caos, la anarquía… El pasado 30 de septiembre, fue el pueblo movilizado a

 

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nivel nacional quien impidió que tome vuelo la anarquía en la que soñaban los golpistas agazapados, que esperaban que se desate el caos, como fruto de haber dejado sin resguardo policial las calles, las plazas y los campos de la Patria, para hacerse del poder.

La decisión del pueblo en las calles, en las plazas, enfrentó la anarquía creada por las fuerzas oscuras que se mantienen tras bastidores, colocadas al resguardo de las sombras. Algunos oficiales y miembros de la tropa policial cayeron en un primer momento en el engaño urdido por cuatro infiltrados, por unos pocos delincuentes encubiertos, que respondiendo a consignas políticas, reproduciendo mentiras, sembrando equívocos, deshonraron el uniforme de esa noble Institución. La justicia está actuando, porque el perdón y olvido en estos casos es lo más parecido a la impunidad. Fueron unos pocos los que actuaron con alevosía y ventaja, los que dispararon a matar; los que cobardemente, buscando expresamente asesinar al Presidente de la República dispararon contra personal sanitario, contra indefensos ocupantes de ambulancias. Lo peor del ser humano afloró aquel fatídico día. Y

 

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tenemos una Patria esperando, tenemos niños y jóvenes anhelando superarse, formarse, crecer sanos de alma y cuerpo, para entregar lo mejor de sí a su Patria. ¿¡Qué ejemplo les dejamos a ellas, a ellos!? La sociedad exige reparaciones inexcusables. ¿Qué les vamos a decir a los familiares, a las madres, a las esposas, a los hijos de esos héroes que derramaron su sangre el 30 de septiembre, para defender la vida de las autoridades legítimamente constituidas? No de Rafael Correa sino del Primer Mandatario, del Jefe de Estado; para defender la dignidad de quien fuera elegido por el voto popular, por el Soberano, para ejercer la máxima representación de la Patria: el Presidente Constitucional de la República del Ecuador.

Queridas compañeras, queridos compañeros:

La fuerza, la decisión del pueblo debe hacerse sentir en relación a la justicia; sin justicia, no existirá desarrollo. No nos engañemos ni un instante: sin buenos jueces, con aptitud y actitud, es decir, sabios y con vocación de justicia, no habrá sistema que funcione ni leyes que sirvan.

No hay horizonte de progreso real, de paz

 

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social, de buen vivir posible, allí donde campea el hampa, allí donde los ciudadanos y ciudadanas pierden el bien más preciado: la tranquilidad, la paz, el derecho a caminar sin miedo por las calles. Es el bienestar de las ciudadanas y los ciudadanos, la tranquilidad de los niños y los jóvenes, lo que ante todo nos debe preocupar, empezando con aquellos que están en situación más vulnerable.

Siempre se deben respetar las garantías, los derechos humanos, el debido proceso, pero con energía debemos garantizar la seguridad de nuestros pueblos, la seguridad ciudadana. Creemos en la rehabilitación a través de un adecuado proceso de reinserción social. La sola pena, la sola extensión de penas o su acumulación jamás son suficientes, pero pueden ser necesarias, no pueden ser estas medidas excluidas en el análisis para enfrentar un problema tan grande como la inseguridad. Pensamos que en Ecuador vamos a lograr resultados positivos con un tratamiento inteligente dirigido a delitos puntuales, a cierto tipo de crímenes que ya estamos enfrentando con toda entereza.

La idea de justicia inalcanzable, por verla cada

 

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vez más lejana, nos llevaba a la desesperanza; hoy, por voluntad mayoritaria de nuestras ciudadanas, de nuestros ciudadanos, tiene que transformarse la justicia, tiene que crearse justicia, como un verdadero servicio público.

Estos sistemas no pueden ser propiedad de nadie, peor aún de gremios o intereses privados; peor aún pueden ser instancias que vulneren nuestras soberanías. Ya no podemos ni debemos culpar a vecinos o ajenos; no podemos ya acusar a superados destinos manifiestos, no podemos endilgar nuestros deberes a nadie, somos responsables de nuestra propia historia; porque desde ahora lo que hagamos o dejemos de hacer por nuestra patria, por la Patria Grande, es nuestra responsabilidad. Sobre las bases de lo mejor de nuestra historia, que siempre ha sido de lucha; desde nuestros sueños y esperanzas, inauguremos el futuro.

Sin los cambios necesarios en justicia ¿cómo podemos profundizar la democracia? ¿Cómo podemos seguir avanzando si hay fuerzas retardatarias que pretenden detenernos? Si tenemos que legislar directamente con el

 

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pueblo ecuatoriano, así lo haremos, como lo hicimos al inicio de nuestro Gobierno cuando llegamos sin un solo diputado, sin un solo alcalde, sin un solo prefecto y barrimos a la partidocracia.

Así, peleando cada palmo, cada transformación, cada paso, es como hemos avanzado en estos cuatro años, gobernando directamente con las ciudadanas, con los ciudadanos, en ese contacto profundo, enriquecedor de mandatarios y mandantes, ese diálogo directo y permanente que tenemos con la ciudadanía de todos los rincones de la Patria; diálogo que hemos logrado casa por casa, calle por calle, a través de los enlaces semanales y a través de los gabinetes itinerantes.

A este Presidente no le pueden “contar” lo que ocurre con las carreteras, con las instituciones, con los proyectos, con las políticas que el gobierno pone en práctica a lo largo y ancho de la Patria; no admitimos “informes” de segunda o tercera mano, nos enteramos por nuestros propios ojos, les tomamos el pulso a las provincias, a las capitales de provincia, pero también a los

 

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cantones, a las parroquias. Conocemos de primera mano la realidad del Ecuador profundo, en la costa, en la sierra, en la amazonia, en la región insular… Mantenemos una profunda sintonía, una comunicación directa con nuestro pueblo, con sus autoridades locales. Con la revolución ciudadana se han fortalecido, por ejemplo, por primera vez, y adquirido verdadera existencia las Juntas Parroquiales, antes sometidas a condiciones mendicantes; por eso, y porque el pueblo siente que es actor, protagonista de su propio destino, dueño del poder, vigilante de los actos de sus mandatarios…

Hemos enfrentado a enemigos muy poderosos, a grupos que no han tenido escrúpulos en mentir de manera contumaz, descarada; en manipular delicados sentimientos, creencias, elementos sagrados del imaginario popular; todo, por no perder sus privilegios, sus espacios, por no perder los hilos con que siempre han controlado y manipulado nuestro país.

Nos hemos enfrentado al enorme poder mediático, relevo de la partidocracia en ruinas, voz directa de los poderosos,

 

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instrumento al servicio de intereses que actúan y siempre han actuado a espaldas del pueblo, del público cautivo al que le han secuestrado los oídos, que todavía algunas veces hasta les cree; público, por suerte, cada vez menos numeroso, cada vez más escaso.

Hemos atravesado por jornadas muy duras pero, siempre hemos sentido y nos ha inspirado la fe popular, la decisión, el coraje, la voluntad de cambio de ustedes compañeros, del pueblo ecuatoriano. Las revoluciones, el cambio no lo hace un hombre -¡qué va!-, no lo hace un gobierno, las hacen los pueblos y es el pueblo ecuatoriano el que tiene en sus manos este proceso.

Hemos querido celebrar estos cuatro años de gobierno aquí, en El Oro, donde siempre hemos sido imbatibles, Provincia que sufrió tantos años de la postración y el olvido, y fue víctima de conflictos internacionales hoy totalmente superados. Nunca te vamos a fallar, El Oro querido.

Nunca te vamos a defraudar, Patria adorada.

¡Ánimo, lo mejor está por venir. Ya estamos cosechando lo que con tanto esfuerzo hemos

 

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sembrado. Nuestra Revolución ya es leyenda!

¡Hasta la victoria siempre!

Rafael Correa Delgado

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR