Imaginando el Perú post pandemia

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Imaginando el Perú post pandemia 1 Héctor Béjar Germán Alarco Otoniel Velasco Milciades Ruiz Augusto Lostaunau Moscol Ilustraciones: Fanny Palacios Imaginando el Perú post pandemia Edición N° 1 | Julio 2020

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Imaginando el Perú post pandemia

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Héctor BéjarGermán AlarcoOtoniel VelascoMilciades Ruiz

Augusto Lostaunau Moscol

Ilustraciones: Fanny Palacios

Imaginandoel Perú postpandemia

Edición N° 1 | Julio 2020

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Hemos sido educados para pensar en el futuro como si fuera una proyección de las estadísticas

pasadas. Como si el pais camina cubriendo vacíos, tapando huecos año a año, por décadas. Y sigue hablándose de cantidad y no de calidad. El Congreso aprueba 6% del presupuesto para educación y el ejecutivo intenta cubrir el déficit de salud abriendo más y más camas. Le llaman crecimiento.

La imaginación no ha sido ni de lejos la preocupación de los gobernantes en este último siglo, incluso el poder se resistió a cambiar la sociedad feudal casi esclavista existentes antes del 68 y lo tuvo que liderar las FFAA con Velasco Alvarado. En las últimas 4 décadas la ausencia de imaginación fue peor: cinco expresidentes y seis comandantes generales de nuestras FFAAs tomaron el Estado como botín dejando el control del pais al capital internacional, al mercado y sus angurrientos agentes locales.

El drama de los caídos por la pandemia no es casual, es producto de décadas que el Perú ha perdido porque no ha tenido clase dirigente ni siquiera clase dominante quizá clase parasitaria. Una sociedad ficticia indeseable, ha sido vivida realmente por millones de peruanos y nos ha costado caro.

Hacer lo imposible y pasar a una utopía deseable, esperanzadora, realizable corresponde a la nueva generación. Es la tarea urgente y no es fácil, pero hay que empezarla con energía, convicción, mucho profesionalismo y seriedad. Empezamos con esta primera entrega. Será una saga de propuestas, ideas, convicciones sobre Perú y el futuro que merecemos.

No será fácil la tarea que tenemos por delante. Estamos en un escenario en que la esencia del pensamiento capitalista domina los medios, los partidos políticos mayoritarios, la academia y las instituciones públicas mientras que la mayoría de la población carece de organización y liderazgos cuyos poderes de negociación el estado mismo ha limitado para sostenerse indemne.

La ventaja es que el consenso del modelo se ha roto. La hegemonía cultural se ha quebrado por el minúsculo bichito que inundo el mundo y que puso en evidencia la necesidad de cambio estructurales profundos, los mismos que hay que darle forma, sentido y que no sea una simple amenaza sino una realidad y que ayude al movimiento social a constituirse como agente real de cambio. En eso estamos.

Grupo Emancipador Peru#grupoemancipadorperu

PRESENTACION

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Fanny Palacios

Héctor Béjar

Germán Alarco

Otoniel Velasco

Augusto Lostaunau Moscol

Milciades Ruiz

Relación de Autores en esta edición

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Los habitantes de estos territorios nunca dejaron de combatir contra los invasores extracontinentales.

Manco Inca hizo temblar a los españoles.

Las familias reales cusqueñas se retiraron hasta Vilcabamba y allí resistieron muchos años.

Los pueblos del sur andino se levantaron en el Taki Onjoy.

Los invasores nunca pudieron derrotar a Juan Santos Atahualpa.

Túpac Amaru y Túpac Katari encabezaron la primera gran revuelta de carácter nacional: quechuas, aimaras, criollos, mestizos, negros, todos juntos contra los corregidores y el poder colonial.

San Martín declaró la independencia en 1821. Pero los españoles realistas seguían en la sierra.

Bolívar y Sucre lograron la capitulación de Ayacucho en 1824. La Serna capituló, pero la metrópoli de Madrid no reconoció la independencia peruana.

España intentó someter nuevamente al Perú, pero su flota fue derrotada por el pueblo peruano encabezado por Pedro y José Gálvez, el 2 de mayo de 1866.

Recién en 1879, el mismo año en que comenzaba la guerra con Chile, y después de haber sido derrotada en

1866, España aceptó firmar el Tratado que reconocía legalmente la independencia del Perú, durante el gobierno de Pedro Gálvez y Mariano Ignacio Prado.

La independencia simbólica fue proclamada el 28 de julio de 1821.

La independencia militar fue conseguida en Ayacucho en 1824 y en el Callao en 1866.

La independencia legal fue lograda en 1879.

Pero el Perú pasó de depender de la metrópoli española a la metrópoli inglesa. Y después, a la metrópoli norteamericana. Y ahora proporciona tributos en cobre y oro al gobierno mundial de los bancos y los especuladores. Los cipayos y virreyes del poder colonialista contemporáneo nos gobiernan.

La lucha por la independencia del Perú es un proceso que empezó con Manco Inca y los incas de Vilcabamba, siguió con el Taki Onqoy, continuó con Juan Santos Atahualpa, Túpac Amaru, Juan Bustamante, Pedro Atusparia, miles de dirigentes y combatientes indígenas, afrodescendientes y del pueblo en general. Ese proceso no ha terminado.

Quienes estamos contra el sistema injusto que nos oprime, somos activos integrantes de ese proceso histórico. Seamos orgullosos de ello. La independencia verdadera, política, mental, social y económica, puede estar cerca. Depende de nosotros.

UNA REBELIÓN QUE NO HA TERMINADOHéctor Béjar

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HACIA UN CONSENSO POST COVID- 19Otoniel Velasco Fernández

1. Presentación del Consejo de Ministros ante el Congreso de la República para pedir el voto de confianza

En su presentación al Congreso de la República para pedir el voto de confianza el primer ministro Vicente Zeballos manifestó entre otros temas lo siguiente:

“ El COVID-19 no solo ha evidenciado las falencias de nuestro sistema de salud, ha mostrado las limitaciones estructurales de nuestro Estado. … Desde que ocurrió el primer caso positivo de contagio, consideramos que la vida de los peruanos estaba primero. Por ello, a pesar de los efectos económicos que tenía, decretamos la cuarentena y con ello devino la inmovilización de la sociedad y por consiguiente de toda actividad económica…..Pero la dimensión económica es también una dimensión humana. Hemos desplegado toda nuestra capacidad fiscal, la más grande de la historia económica peruana ascendente a 17 puntos porcentuales del PBI, con el objetivo central de proteger a las personas de bajos ingresos y reactivar el aparato productivo…..Necesitamos dar crédito a la gran y mediana empresa, para reactivar la cadena de pagos a proveedores y el empleo formal, pero a la vez apoyar con la misma fuerza a las pequeñas y microempresas para impulsar la economía popular y promover el empleo masivo de los independientes y emprendedores en un entorno de nueva convivencia y cooperación entre todos. El desarrollo social consideramos que hoy pasa por varios aspectos centrales….. tenemos que seguir extendiendo los servicios de salud y corregir las deficiencias estructurales que se han visto reflejadas en esta emergencia: necesitamos reforzar la existencia de una sola y única autoridad de salud, necesitamos un sistema de salud eficiente, moderno y accesible, que esté presente en su primer nivel de atención en todo el país …... Otro tema vital, es el fortalecimiento de los sistemas de salud mental comunitaria …..El tema de educación es también urgente. Tenemos que desarrollar estrategias que nos permitan brindar un servicio de calidad, cubrir la nueva demanda, mantener el distanciamiento social y asegurar condiciones básicas de agua y desagüe en las escuelas. Asimismo, tenemos que atender los problemas que se están comenzando a presentar en la educación superior por el abandono de los estudios. ….

En el Acuerdo Nacional, se ha propuesto una campaña nacional a la que se ha denominado: Hambre Cero. Se busca con ella que todos nos solidaricemos y atendamos a los pobres de nuestro país, para que accedan a una alimentación saludable y a los elementos de protección personal indispensables. Desde el gobierno manifestamos nuestro total apoyo a esta campaña. Asimismo, vamos a impulsar programas de empleo temporal para que a través de los gobiernos locales, regionales y de los sectores (transportes, saneamiento, educación y salud), se generen puestos de trabajo en mantenimiento de infraestructura y pequeños proyectos de inversión pública……En la coyuntura que actualmente vivimos se ha hecho también evidente que nuestro sistema de pensiones requiere una reforma integral….Nuestro principal punto de coincidencia es que queremos garantizar pensiones dignas para los peruanos y peruanas. por eso necesitamos sumar esfuerzos hacia ese objetivo. …..El fortalecimiento del proceso de descentralización debe tener un énfasis especial en la capacidad que tengamos para intervenir en los pueblos originarios.….Este es un desafío enorme, pero es evidente que nuestra gente en las zonas más alejadas de la Amazonia requiere una atención diferenciada que les permita hacer frente al confinamiento territorial. ……Otro tema sobre el cual tenemos que formular una estrategia integral es sobre el retorno de los migrantes a las regiones. ……. Este es un nuevo fenómeno que nos pone ante el reto de diseñar una estrategia que incluya a los migrantes en el desarrollo provincial y regional. …. es evidente que tenemos que hacer ajustes en las competencias y responsabilidades de los distintos niveles de gobierno… Proponemos, por ello, que este se realice desde el Consejo de Coordinación Intergubernamental, que constituiremos formalmente en las próximas semanas. …Estamos ad portas del Bicentenario, y esta realidad que nos está tocando afrontar cuestiona un modo de vida basado en el egoísmo y la codicia, donde lo único que importa es la ganancia propia, incluso si es a costa del vecino, cuyos derechos no importa atropellar. …En esa línea de pensamiento, entendemos el Bicentenario como la oportunidad que tenemos como Nación de sentar las bases del país que queremos dejar a las nuevas generaciones y para ello estamos trabajando en diversos frentes, como los que he tenido el honor de compartir con la representación nacional. Permítanme destacar adicionalmente, dentro

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de las iniciativas que venimos impulsando, el programa “Voluntarios del Bicentenario”, que ya antes demostró su eficiencia y éxito en la organización de los Juegos Panamericanos del 2019…no nos engañemos, somos más los que obramos con solidaridad y nos inspiramos en el ejemplo de los voluntarios. Sin duda, también de los médicos, enfermeras, agentes penitenciarios, policías y militares que no dudan en arriesgar su comodidad o su integridad pensando en el bien común…. Desde que empezamos el gobierno señalamos y pusimos como lema que guía todas nuestras acciones: El Perú Primero. En efecto, el Perú está primero, pero eso significa en estas circunstancias que la salud está primero, y que aspiramos a tener servicios universales, óptimos, modernos y de calidad que garanticen su prestación efectiva. 2. Propuesta al Bicentenario

Compartimos estos planteamientos pero al mismo tiempo proponemos algunas medidas adicionales para lograr un “desarrollo sostenible” (económica, social, ambiental e institucionalmente) y en este sentido consideramos que se han colocado en la agenda política seis problemas sustantivos del país que deberán resolverse en base a un consenso político.

Los seis problemas sustantivos son los siguientes: a) Reforma política, b)Reforma del aparato estatal, c) Reforma fiscal, d) Diversificaciòn productiva, e) Desarrollo territorial y f) Regionalización.

a. Reforma políticaEl sistema político electoral conformado por los organismos electorales, la ONPE, JNE y RENIEC y por los partidos políticos y movimientos políticos regionales, ha colapsado y se requiere una reforma profunda que tenga como objetivo garantizar la democracia y la gobernabilidad y elegir a los mejores en los cargos públicos. Urge fortalecer la democracia interna en las agrupaciones políticas, el control de los gastos de campaña y el compromiso al servicio del país vinculando la ética con la política

Hace algunos años la Plataforma por la Reforma Política y Electoral (foro inpulsado por el JNE, ONPE, RENIEC, Asociación Civil Transparencia, PNUD, Idea Internacional, el Consejo de la Prensa Peruana y la Defensoría del Pueblo) elaboró una propuesta de reforma política, moderna y con objetivos precisos en los proyectos de Código Electoral y de la Ley de Partidos Políticos que los organismos del sistema electoral presentaron al Congreso y que este se negó a debatir, a pesar de los graves vicios que acarrea su falta, por ejemplo que el no financiamiento público de los grupos políticos induzca a éstos a aceptar financiamiento muchas veces ilegal o proveniente del narcotráfico y el crimen organizado.

Considerando que la penetración del Estado en todo el territorio nacional es limitada es de esperar que las presiones de la sociedad civil y las recomendaciones de la comisión designada por el gobierno y presidida por Fernando Tuesta por un cambio político estructural recogidas por el Presidente Vizcarra quien ha conminado al Congreso de la República a aprobar las leyes correspondientes, logremos un nuevo consenso en el

contexto de la Agenda 2030 de NNUU a la que el país se ha comprometido.

b. Reforma del EstadoSe requiere que la élite política del país acuerde el fortalecimiento del aparato estatal para consolidar la soberanía nacional, proporcionar seguridad a toda la población y conducir el desarrollo del país en una acción sinérgica con el capital privado nacional y extranjero, la sociedad civil y el movimiento laboral del país.

Al respecto, es necesario:

i) Profundizar la reforma del sistema de justicia, la reforma del sistema electoral y la reforma fiscal, en el contexto de la lucha contra la corrupción.

ii) Lograr que el aparato estatal esté al servicio de toda la población del país, que sea integrado por servidores civiles de carrera seleccionados y promo-vidos con estrictos criterios meritocráticos y que tenga una organización que fortalezca el proceso de descentralización, sin perjuicio de asegurar el rol del Gobierno Nacional de preservar la unidad e indivisibilidad del Estado peruano.

iii) Aprobar una nueva Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y nuevas leyes de organización y funciones de los ministerios que fortalezcan la capacidad de los organismos del gobierno nacional de formular políticas, fiscalizar a los gobiernos descentralizados y proporcionarles asistencia técnica y financiera para que asuman con eficiencia y eficacia la mayoría de actividades ejecutivas.

iv) Desconcentrar el excesivo poder que desde el gobierno de Fujimori se ha otorgado al Ministerio de Economía y Finanzas, el que debe denominarse Ministerio de Finanzas con la misión explícita de asegurar el financiamiento de los planes y el equilibrio de las finanzas públicas en el contexto de la legislación pertinente, y transferir al propuesto Ministerio de Planeamiento (ver recomendación xi) la asignación anual del gasto público incluyendo el sistema nacional de inversión pública hoy denominado INVIERTE PERÙ, la formulación y seguimiento del Plan Nacional ee Infreetructura para la Competitividad (PNIC).

v) Revisar la normatividad relativa a la descentralización compatibilizándola con la nueva ley del Poder Ejecutivo

vi) Nuevas leyes que normen los sistemas administrativos nacionales sistemas que mantienen una clara concepción centralista.

vii) Definir en una ley de competencias el rol que corresponde a cada uno de los tres niveles de gobierno, evitando las duplicaciones existentes y establecer con claridad, respetando las competencias exclusivas asignadas por ley, que la normativa del gobierno nacional es vinculante con todos los niveles de gobierno, que la de los gobiernos regionales es vinculante para los gobiernos provinciales y distritales de su ámbito territorial, y que la normativa provincial es vinculante con los distritos de su correspondiente territorio.

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viii) Reorganizar los procedimientos de intervención de los organismos nacionales de control (Fiscalía, Contraloría, Ministerio Público, OSCE, MEF, etc.), que han sido ineficaces y en algunos casos han permitido los actos de corrupción tanto a nivel nacional como en varios gobiernos regionales y locales. Recordando que el presidente Vizcarra ha reorgaizado y fortalecido la Contraloría General de la República que ha iniciado un moderno programa de control.

ix) Dotar al gobierno nacional de instrumentos efectivos de intervención en el caso de gobernadores regionales o alcaldes que desacaten las leyes nacionales o hagan aprobar disposiciones claramente inconstitucionales.

x) Fortalecer el Programa de Capacitación y Asistencia Técnica a los gobiernos descentralizados asegurando la activa participación de las universidades y centros superiores de enseñanza de la correspondiente circunscripción

xi) Adoptar el planeamiento estratégico como instrumento de gobierno para lo que es necesario fortalecer la capacidad de coordinación y compatibilización de las políticas públicas y en este sentido se propone la creación del Ministerio de Planeamiento (MIPLAN), para que: a) Se constituya en el órgano central del sistema de planeamiento a largo, mediano y corto plazo a fin de asegurar que los presupuestos públicos sean la expresión financiera de los planes de desarrollo, b) Asegure una acción sinérgica intersectorial e intergubernamental en la formulación y ejecución de las políticas públicas, c) Participe en la formulación del Marco Macro Económico Multianual así como en la formulación del Presupuesto General de la República para que estos instrumentos expresen la Política General del Gobierno (o el Plan Nacional de Desarrollo-PND) y los planes de desarrollo nacional y subnacional, d) Monitorear el cumplimiento de la Política General del Gobierno o del PND, y formular informes periódicos a ser presentados al Presidente de la República y al Presidente del Consejo de Ministros, para su consideración, e) Establecer comisiones de coordinación MEF/BCR/MIPLAN, f) Asegurar la compatibilización de los planes de desarrollo concertado con la Política General del Gobierno y con los planes operativos institucionales (POIs),

xii) Fortalecer el rol del Primer Ministro como articulador y coordinador de la acción gubernamental con el respaldo técnico del Ministerio de Planeamiento.

xiii) Masificar la titulación de predios urbanos y rurales para lo que el gobierno nacional deberá impulsar convenios con los gobiernos regionales y locales y asegurar el correspondiente apoyo técnico, en particular para el levantamiento catastral

xiv) El INEI debe presentar sistemáticamente información estadística detallada por Lima Metropolitana, y los 24 departamentos (incluyendo a Lima Provincias como el departamento de Lima)

c. Reforma fiscalEs conveniente recordar que en el Acuerdo Nacional se

convino entre otras metas lograr al 2021 que la presión tributaria alcanzara el 18%/PBI, estando lejos de esa meta y comprobando que el Estado no llega a cubrir todo el territorio nacional ni tiene cómo asegurar el financiamiento de la universalización de la salud, los servicios públicos de educación y la infrasetrructura pública, es necesaria e impostergable una reforma que eleve significativamente la presión tributaria y mejore la proporción entre tributos directos y tributos indirectos y en este sentido tomando en cuenta lo señalado por Luis Arias Minaya, asumimos la Hoja de Ruta para la Justicia Fiscal en el Perú que él propone y que a continuación glosamos y editamos:

‘’ Tasas impositivas del IGV e impuesto a la renta de las empresas:

i) Mantener la tasa general del IGV en 18%, dado que esta se encuentra por debajo del promedio de los países de la OCDE, que es 19,2%. A mediano plazo, evaluar la introducción de una tasa reducida para bienes y servicios consumidos casi exclusivamente por los deciles más pobres (primer y segundo decil).

ii) Propender a mediano plazo a una tasa uniforme del impuesto a la renta de empresas de 28%, la que debe incluir al sector agropecuario y agroindustrial moderno (hoy con tasas de 15%). Esta reducción acerca la tasa al promedio de los países de la OCDE, que es 25%, y es coherente con la tendencia de reducción que se observa a nivel internacional, y asegura la atracción de inversiones.

iii) Para compensar los menores ingresos por la reducción de la tasa del impuesto a la renta de empresas: a) la tasa de distribución de dividendos debe elevarse a 10%, b) el criterio del devengado debe extenderse a todas las actividades económicas, eliminando el trato preferencial a los servicios de telecomunicaciones y energía eléctrica, y c) deben revisarse los beneficios de deducciones que no correspondan a las buenas prácticas internacionales.’’

‘’ Exoneraciones: Racionalizar las exoneraciones tributarias en dos etapas.

i) En la primera, eliminar las siguientes: a) Las de IGV e ISC en la Amazonía, sustituyéndolas por inversión directa en la región, como se hizo en San Martín, b) Las de IGV de servicios educativos realizados por entidades privadas, c) La inafectación del IGV de pólizas de seguro de vida, d) El drawback “ciego” que se aplica en la actualidad, e) El IGV a juegos y apuestas, f) La del impuesto a la renta y crédito por reinversión de universidades privadas.

ii) En la segunda etapa, solo deben quedar exoneraciones que beneficien a los sectores de más bajos ingresos (primer y segundo decil de la distribución del ingreso)’’.

‘’Regímenes especiales para pequeños contribuyentes:

i) Revisar los regímenes especiales para pequeños contribuyentes estableciendo un umbral pequeño, distinto del umbral que define a la micro y pequeña empresa para fines laborales. Este umbral puede ser igual al que actualmente se aplica para el RUS, (S/ 96

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000 anuales). ii) Crear un régimen simplificado del IGV y otro para el

impuesto a la renta. Las tasas deben ser similares a las del régimen general, pero el cumplimiento de las obligaciones formales (declaraciones, libros contables, etc.) debe ser simple.

iii) En el mediano plazo, el RUS y el RER deben ser eliminados’’.

‘’Impuesto a la renta personal (IRP):

Ampliar la base del IRP. Para ello:

i) Deben pagar este impuesto todas las personas con ingresos superiores a cinco UIT (En la actualidad, este monto equivale a dos sueldos mínimos). Evaluar elevar la tasa mínima de 8% a 10% de manera que se igualaría con el promedio OCDE. La mayor recaudación que se obtenga se destinará a ampliar los presupuestos de educación y salud.

ii) Deberán gravarse todas las rentas de capital (dividendos, intereses, ganancias de capital y alquileres) con una tasa de 10%.

iii) Evaluar todas las exoneraciones de este impuesto’’.

‘’Impuesto predial:

i) Ajustar progresivamente la base del impuesto predial al valor de mercado.

ii) Implementar un catastro nacional administrado por una entidad o agencia en el gobierno nacional. El catastro debe construirse sobre la base de un código único del predio. La administración del impuesto predial debe continuar en manos de los gobiernos locales.

iii) Promover la constitución del Sistema de Administración Tributaria (SAT) en cada una de las provincias del país. Establecer el incentivo de impuestos de alcabala provinciales a las provincias que constituyan SAT.

iv) Fortalecer los programas de incentivos a la gestión municipal’’.

‘’Los impuestos a las industrias extractivas

i) Preservar las bases y lineamientos generales del sistema impositivo derivado del Acuerdo Minero. Un régimen estable y técnicamente adecuado ayudará en el futuro a prescindir de la suscripción de Convenios de Estabilidad Jurídica CEJ.

ii) Fortalecer los recursos del Fondo de Adelanto Social (FAS), destinado a financiar programas, proyectos y/o actividades orientados a cerrar o reducir brechas sociales en espacios geográficos donde se desarrollarán diversas actividades económicas.

iii) Regular adecuadamente las compensaciones por externalidades negativas creadas por la actividad minera (contaminación, deterioro de infraestructura, aumento de costos, entre otros), de conformidad con el principio de “Quien contamina paga”.

iv) Revisar el sistema de transferencias del canon y de las regalías con el objetivo de mejorar su equidad.

v) Para fortalecer la transparencia de las industrias

extractivas, eliminar la reserva tributaria en los sectores minería, gas y petróleo, en los que el Estado es el propietario de los recursos naturales’’.

‘’El combate a la evasión y elusión tributaria

i) Aprobar el reglamento de la norma antielusiva general (Norma XVI), teniendo en cuenta los siguientes criterios: a) Norma de carácter general aplicable según los criterios establecidos en el Decreto Legislativo N.° 1121, b) Norma aplicable a los actos, hechos y situaciones producidos a partir del 19 de julio de 2012, c) Establecer un procedimiento administrativo en el que un comité interno de alto nivel de la Sunat determine los casos de auditoría en los que ha habido elusión. Asimismo, establecer la obligación de la Sunat de difundir todos los casos que se determinen como elusión tributaria.

ii) Regular adecuadamente la facultad de la Sunat en cuanto a acceso al secreto bancario.

iii) Fortalecer la fiscalización tributaria de costos, en particular, en las industrias extractivas’’.

‘’La evasión internacional, los precios de transferencia y los paraísos fiscales:

i) Continuar con la adecuación de las normas a los estándares internacionales de la OCDE.

ii) Ampliar la investigación académica para tener estimados más completos de las diversas modalidades de evasión en las operaciones internacionales.

iii) Priorizar la selección y capacitación de personal especialista en fiscalización de precios de transferencia.

iv) Ratificar en el Congreso el Convenio sobre Asistencia Administrativa Mutua en materia fiscal.

v) Implementar el intercambio de información automático que establece el Convenio sobre Asistencia Administrativa Mutua en materia fiscal, cumpliendo con todos los protocolos y requisitos’’.

‘’El fortalecimiento de la Sunat:

i) Priorizar la elaboración periódica y oportuna de cuentas nacionales, censos económicos y tablas insumo-producto. Estos son insumos importantes para las estimaciones de la evasión global, sectorial y regional.

ii) Fortalecer a la Sunat con cuadros profesionales especialistas en el análisis y diagnóstico de la evasión tributaria.

iii) Elaborar y difundir estudios anuales de estimaciones de la tasa de evasión del IGV y del impuesto a la renta. En el caso del IRP, se debe poner especial énfasis en la evasión de rentas de cuarta categoría (profesionales) y de primera categoría (alquileres).

iv) Elaborar y difundir estudios preliminares trimestrales de estimaciones de la tasa de evasión del IGV y del impuesto a la renta, utilizando variables proxy, tales como la productividad.

v) Elaborar y difundir estudios que identifiquen las causas y modalidades de la evasión tributaria sectorial, regional y por tamaño del contribuyente.

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vi) Diseñar e implementar estrategias para combatir la evasión tributaria por impuestos, con especial énfasis en la evasión de renta personal de profesionales y de alquileres, sectorial, regional y por tamaño de contribuyente’’

A la propuesta de Arias Minaya le añadiría otorgar por ley atribuciones a los gobiernos regionales para la generación de recursos propios, entre los cuales pueden ser:

i) El establecimiento del Canon Hìdrico en beneficio de los departamentos originarios del recurso agua dulce, de este modo haríamos que la población urbana y los departamentos de costa que se benefician con las aguas contribuyan al desarrollo de las provincias alto andinas (el caso paradigmático es el de Ica y Huancavelica).

ii) El impuesto predial rústico que ahora recaudan teóricamente los municipios, pero que en la práctica no lo hacen por falta de catastros y adecuada titulación de las tierras. Ademàs las tasas deben ser progresivas en función de la extensión de los predios

c. Diversificaciòn productivaUna vez màs estamos comprobando la extrema vulnerabilidad del país a los precios internacionales de nuestras exportaciones, mayoritariamente constituidas por productos con escaso valor agregado. Es hora de buscar motores adicionales empezando por dar mayores niveles de procesamiento a los concentrados mineros, los productos forestales, agrícolas y pesqueros.

Aprovechemos que tenemos fuentes baratas de energía renovable y que el mundo cada vez tiene mayor preocupaciòn por la contaminación ambiental generada fundamentalmente por los derivados de hidrocarburos. En este sentido debemos promover la fabricación de paneles solares aprovechando que el Perú es uno de los países con mayor radiación solar.

Ante el abandono de Trump del compromiso de EE.UU de luchar contra el cambio climático negociemos con el gobierno chino para que cierren sus refinerìas obsoletas altamente contaminantes y que las mineras chinas en Perù instalen refinerìas modernas con energía barata no contaminante. Asì ganarà el pueblo chino y se concretarà el liderazgo de ese país en la defensa del medio ambiente. (el tema puede implementarse en la Planta Metalúrgica de la Oroya que debería procesar el mineral de Toromocho y en el corredor minero Las Bambas-Chumbivilcas-Espínar), en este sentido debemos eliminar la devolución de impuestos a la importación de insumos para concentrados mineros y mantenerlos solo para refinados. Por otra parte la exportación de refinados disminuirá considerablemente el volumen exportado (solo el 50% de los concentrados son metales el resto es tierra) se reduce el costo de los fletes y la contaminación por el transporte marítimo (que se hace con derivados del petróleo) y además recuperamos las trazas de otros metales que contienen los concentrados y que hoy benefician a quienes los refinan.

Considerando que se viene la era de los automotores y

ferrocarriles eléctricos se debe promover la utilización del litio y el cobre en la fabricación de baterías de larga duración y del hierro de Apurímac y las Pampas del Pongo en Nazca en la producción de acero para la industria ferroviaria y naviera.

En hidrocarburos teniendo en cuenta que tenemos suficientes reservas de gas natural es necesario masificar su uso domiciliar y destinarlo fundamentalmente a la producción de petroquímicos asegurando la construcción del Gasoducto del Sur y la instalación de una planta de petroquímicos en el puerto de Ilo. Asimismo, hay que fortalecer Petroperú completando la modernización de la refinería de Talara, y con la integración vertical de sus operaciones, con lotes propios de producción de crudo ante el evidente fracaso de la privatización en el sector de hidrocarburos y una cadena de grifos para la distribución del carburante..

Promover la industria de derivados forestales como acabados para viviendas, celulosa y otros, y la explotación de los bosques amazónicos protegiendo su rol de absorvedor de gases contaminantes.

Impulsar la acuicultura y la producción de harina de anchoveta para consumo humano directo.

Otra línea importante es promover las exportaciones no tradicionales, en particular la industria textil de fibra de alpaca y vicuña, metalmecánica, etc. evitando las oscilaciones de la tasa de cambio que se debería mantener lo màs elevada posible.

La diversificación productiva debe contar con el decidido apoyo del Estado para lo cual, entre otra medidas debemos fortalecer COFIDE dándole atribuciones de banca de primer piso y dotándole de un Fondo de Inversiones por US$ 10 mil millones con parte de las RIN de propiedad del Estado que actualmente tenemos acumuladas bajo la custodia del BCRP. Al respecto recordemos que el monto total de esas reservas estatales alcanza US$ 43 mil millones .

d. Desarrollo territorial Para resolver los problemas del desarrollo territorial se propone las siguientes medidas:

i) El MIPLAN debe asegurar la coordinación y compatibilización que en el desarro territorial corresponde al Ministerio de Vivienda (desarrollo urbano) MTC (infraestructura) y MINAGRI (desarrollo rural),y a otros ministerios, con un enfoque multisectorial que promueva la integración física de las cuencas hidrográficas mediante adecuadas vías de transporte, que priorice la competitividad territorial, promueva alianzas público privadas, identifique y fortalezca el rol que desempeñan las ciudades como centros económicos y culturales, asegure la acción concertada del gobierno nacional con los gobiernos descentralizados y logre que los yacimientos mineros e hidrocarburíferos se transformen en ejes de polos de desarrollo local.

ii) Superar el déficit de infraestructura cuya magnitud

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exige que la inversión pública se mantenga por lo menos al 6% del PBI, se mejore significativamente la capacidad de gestión del sector público, única forma de reducir los costos logísticos de las exportaciones que se estiman en 29% del costo total (un estándar internacional aceptable es 10%) y asegurar un fluido comercio interior así como la movilización de la población en forma segura.

iii) Promover proyectos de forestación y reforestación en los suelos de la sierra no aptos para la agricultura ni la ganadería, mediante convenios entre las comunidades y las empresas mineras, así como un programa masivo de construcción de reservorios de agua dulce, la generalización del riego tecnificado y las defensas ribereñas de los principales ríos (Marañón, Mantaro, Pampas, Apurímac, Vilcanota y Urubamba).

iv) Solucionar los conflictos de límites distritales y provinciales, teniendo en cuenta que según la Dirección Nacional Técnica de Demarcación Territorial el 80% de los distritos y un 90% de las provincias del país solo tienen límites de hecho, convocando a comités técnicos de concertación ciudadana para las delimitaciones

pendientes, a tal efecto es necesario promover el catastro masivo de tierras y su correspondiente titulación.

e. La regionalización pendienteLa conformación de regiones exige un cambio en la mentalidad de la población en general y en particular en la de las élites del interior del país. Como paso previo a cualquier propuesta de regionalización cobran particular importancia las políticas relativas a reducir la brecha de infraestructura básica y las políticas correspondientes a los recursos naturales.

La Estrategia de Regionalización propuesta se fundamenta en los siguientes criterios: Las regiones a construir deben ser ámbitos de planificación del desarrollo del territorio y no ámbitos político- administrativos que reemplacen a los gobiernos regionales, y denominarse Mancomunidades de Planificaciòn Territorial (MPT), comprendiendo varios departamentos vecinos.

Una primera aproximación para la conformación de MPTs sería la siguiente: (Cuadro 1) y Mapa 1.

Las MPTs propuestas tendrán una población y un tamaño económico que hagan contrapeso a Lima Metropolitana y al ser atravesadas por los ejes viales transoceánicos facilitarán la consolidación de los corredores económicos transversales y constituirán espacios de integración sudamericana: la Nororiental con el norte de Brasil vía Iquitos-Manaos, la Centrooriental con el centro de Brasil vía Pucallpa-Cruzeiro do Sul y la Suroriental con el sur

º Poblac. Trib Int. Contrib/ Crédito/

miles 2018 % S/ pc S/.pc Pob. % VAB

PERÚ 31,562.1 100.0% 15,407 1,884 29.8% 40.6%

LIMA METROPOLITANA 1/ 9,687.9 44.3% 22,260 5,335 46.6% 69.1%

NORORIENTAL 2/ 8,502.8 17.5% 10,030 332 21.3% 23.8%CENTRORIENTAL 3/ 4,723.6 14.6% 15,025 656 24.2% 15.4%

SURORIENTAL 4/ 6,681.0 23.5% 17,119 590 29.2% 3.0%

La Libertad, Lambayeque, Loreto, Piura, San Martín y Tumbes. 3/. Deptos.: Ancash, Huànuco,

Cuadro 1 Perù. Indicadores de las MPTs de Planificaciòn Territorial propuestas. 2018

VAB (S/2007)

1/Provincia de Lima y Provincia Constitucional del Callao . 2/Deptos.: Amazonas, Cajamarca,

Pasco, Junín, Ucayali y Lima (excepto provincia: Lima). 4/Deptos.: Ica, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cusco, Madre de Dios, Arequipa, Moquegua, Tacna y PunoFuente: Población: Estimados por el autor a base INEI. Perú. Censo 2017. VAB.ïdem cuadro 27, según deptos cuadro 4. Resto:Ídem cuadros 29 y 32 Elab. proía

de Brasil (vía Iñapari-Río Branco), con el oeste de Bolivia (Desaguadero-La Paz) y el norte de Chile.(Tacna-Arica).

Mientras Lima Metropolitana muestra una economía sustentada en la manufactura y los servicios las otras MPTs muestran una economía con elevada presencia de los sectores primarios, con predominio de la minería en la Centroriental y las Suroriental (Cuadro 2).

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PERÚ LM 1/ MPTNOR MPTCOR MPTSORPEA ocupada (miles) 16,776.5 5,288.9 4,813.5 2,742.9 3,931.2Agricultura y pesca 24.7% 0.7% 35.0% 38.3% 34.6%Minería 1.1% 0.4% 0.6% 1.4% 2.6%Manufactura 9.0% 12.7% 8.4% 6.0% 6.7%Construcción 6.0% 6.9% 5.1% 5.5% 6.2%Comercio 18.8% 22.7% 17.9% 16.2% 17.6%Servicios no personales 4.2% 5.1% 3.1% 3.7% 9.1%Servicos personales 4.9% 5.8% 4.7% 4.0% 4.5%Hogares 10.0% 15.2% 7.5% 7.3% 3.6%

Cuadro 3. Perú. PEA ocupada por grandes sectores, según MPT, 2018

Fuente: PEA oc.:INEI C.E. 2019 c. 7.16 y Evoluc. de los Indicad. de Empleo e Ingreso por deptos. C. 2.11 y 2.12 2007-2018. Elab. propia

Agricul. Mine- Manufac- Adm. Púb. OtrosZPT y pesca ría tura y Defensa

PERÚ 5.8% 12.4% 13.3% 5.1% 63.5%LIMA METROPOLITANA 1/ 0.05% 0.03% 18.9% 5.6% 75.4%NORORIENTAL 13.9% 9.5% 11.8% 6.9% 58.0%CENTRORIENTAL 15.2% 34.5% 9.0% 5.7% 35.6%SURORIENTAL 8.2% 32.1% 11.8% 4.4% 43.5%

con indicadores de Ancash, excepto Minería que se supone que el 90% de Lima-Callao

Cuadro 2. Perú. Estructura del VAB de las MPTs de Planificaciòn Territorial. 2018 (a precios 2007)

Callao, corresponde a Lima Provincias

1/Estimado deduciendo lo que correspondería a Lima Provincias que se ha calculado

Fuente: INEI. PBI por departamentos 2007-2018 Cuadro: 1

Mapa 1. Zonas de Planificaciòn Territorial

La Población Económicamente Activa en Lima Metropolitana (Cuadro 3) es mínima en agricultura, pesca y minería, en tanto que en comercio y servicios muestra tasas superiores al promedio nacional y al de las otras MPTs, las que presentan una mayoría de su PEA ocupada en agricultura y pesca.

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Introducción

La actual pandemia del Covid-19 está sacudiendo al mundo. La magnitud y cercanía de los fallecidos e infectados por este virus; así como sus severos impactos económicos ha generado diversos planteamientos a nivel internacional sobre si se debe y puede mantener el actual rumbo de las cosas. Las esferas de discusión son diversas incluyendo la dinámica individual, social, cultural, laboral, económica, estatal, política, ambiental, internacional y estratégica, entre otras. Las conjeturas sobre el presente y el futuro global y del Perú en particular son numerosas. ¿Otra interrogante es si detonará un cambio sistémico?

Es indiscutible que el coronavirus ha modificado las formas en que se relacionan las personas. Sin embargo, se desconoce la duración y perseverancia de estas prácticas. También hay que señalar que se ha observado mucha irresponsabilidad en los países que reanudaron sus actividades, incluidas las económicas. El peligro de rebrote está a la vuelta de la esquina en todas partes. La pandemia parecería integrarnos en el ámbito familiar, pero nos aísla y atomiza a nivel social. La comunicación tradicional ha cedido lugar a otra que intensifica en el uso de los medios digitales y virtuales; se tienen ventajas evidentes para los que están en posibilidades de

hacerlo marginando al resto, pero también hay quienes plantean que con el uso más intensivo de esas tecnologías y las conexas se promueve más la robotización e inteligencia artificial que reduce el contenido de mano de obra por unidad de producto.

En todas partes del mundo la reducción de la población ocupada ha sido dramática por la suspensión de actividades económicas y de los flujos económicos. Aquí en Lima Metropolitana en el trimestre abril –junio de 2020 respecto del mismo trimestre del año anterior el desempleo aumentó en cien mil personas y la población económica inactiva se elevó en 2.7 millones de trabajadores: 36% de la población total en edad de trabajar (Inei, 2020). La cuestión es si las economías recuperarían al menos sus niveles de producto previos, y si estos permitirían reponer los empleos y la ocupación perdidas. Sobre el particular, luego de una natural recuperación inicial de magnitud desconocida, al parecer dominaría una perspectiva negativa que suma al impacto del Covid-19, las tendencias de los cambios tecnológicos en curso, la desglobalización y ralentización de la economía mundial. Con todos estos elementos, los resultados probables serían una reducción de los sueldos y salarios, mayores niveles de desempleo, subempleo y de población económica inactiva, que retroalimentarían una mayor precarización del trabajo.

¿Consolidación o fin del neoliberalismo peruano?*

Germán Alarco: Profesor investigador de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico [email protected]

*Se agradece el apoyo de Martin Astocondor como asistente de investigación; a César Castillo por la compilación y ordenamiento de los aportes de los pensadores a nivel internacional que se incluyó en un documento previo; y a Patricia del Hierro por los comentarios a una versión inicial de este artículo.

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Los elementos anteriores serían, con los mayores niveles de desigualdad, el caldo de cultivo que podría afectar más el tejido social impulsando reacciones de parte de la ciudadanía y la sociedad civil. Estas respuestas se circunscribirían a legítimas expresiones solidarias de supervivencia; u otras de mayor alcance y perspectiva a nivel local, regional, nacional o internacional que impulsen ajustes en el actual modelo económico. El resultado final sería obviamente desconocido. La actual pandemia parece reforzaría el modelo económico neoliberal en el corto plazo, para más adelante generar las condiciones para su ajuste o transformación, si es que emergen las ideas y los actores para generar esos cambios. Tanto la emergencia como su sostenibilidad en el tiempo dependerán de su coherencia, la capacidad de lograr nuevos consensos y de articular respuestas frente a toda la sociedad, incluyendo a los grupos de poder económico, mediático y aliados que sostienen el modelo actual.

La paradoja es que tanto en el corto como en el mediano plazo la presencia de Estado será mayor a nivel internacional. En el primer horizonte con la implantación masiva de políticas keynesianas en el campo monetario y fiscal, mismas que se comenzaron a aplicar frente a la depresión de los años treinta del siglo XX, en la crisis financiera internacional 2008-20091 y con las numerosas pequeñas intervenciones a partir de finales de los años cuarenta del siglo XX. La ideología neoliberal pretenderá en el mediano plazo mantener su dominio en un mundo impulsado por la presencia estatal; le deberá la vida. Sin embargo, al tratar de soslayar este mayor posicionamiento, con las otras tendencias y riesgos internacionales en juego, el camino al fracaso sería más corto.

Las contradicciones en el Perú se perciben más 1 La implantación de las políticas fiscal y monetaria anticíclicas para hacer frente a la crisis financiera internacional 2008-2009 fue prolongada, casi diez años.

intensas que en otras partes a menos de un año de las elecciones para el Poder Ejecutivo y Legislativo y los cambios consecuentes. Para suerte de todos no se ha producido un desborde social a pesar de la magnitud de la caída del producto, la pérdida de empleo y ocupación y de ingresos. Los cambios recientes del Presidente del Consejo de Ministros tampoco abonan en positivo al fortalecer la posición de los poderes económicos y mediáticos. Este y el próximo año del Bicentenario estarán enmarcados por una gran lucha por la supervivencia de amplios sectores populares y medios. Quién sabe si con una amplia discusión sobre las urgencias del corto, mediano y largo plazo.

Este artículo tiene cinco secciones. En la primera parte se repasa cuáles son las características del modelo económico neoliberal. En la segunda sección se presenta una discusión sucinta sobre los temas que se están debatiendo a nivel internacional y algunas conjeturas sobre lo que podría ocurrir en diferentes esferas. En tercer lugar, se reflexiona sobre cuáles son los elementos que detonan esos momentos de quiebre a partir de revisar las últimas transiciones económicas. En la cuarta sección se anotan los principales temas a tomar en consideración para lograr un nuevo consenso económico en el Perú. Por último, se discute sobre los actores para los cambios. A pesar de su importancia no se analiza la importancia de contar con argumentos sólidos, respuestas coherentes y viables que garantizarían la sostenibilidad de los ajustes en el modelo económico que se propongan.

El modelo económico neoliberal

Escalante (2015) señala que el neoliberalismo es en primer lugar un programa intelectual, es decir, un conjunto de ideas cuya trama básica es compartida por economistas,

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filósofos, sociólogos, juristas, a los que es fácil identificar. Tienen algunas ideas comunes, también desacuerdos, a veces importantes; los identifica el propósito de restaurar el liberalismo, amenazado por las tendencias “colectivistas” de mediados del siglo veinte. También es un programa político: una serie de leyes, arreglos institucionales, criterios de política económica, fiscal, derivados de aquellas ideas, y que tienen el propósito de frenar, y contrarrestar las ideas anteriores. Las formas en que ese neoliberalismo se encarna en sociedades particulares son muy diversas en contenido y escala. Hay diversas variantes de neoliberalismo como de capitalismo.

Según Escalante son tres las ideas básicas del neoliberalismo y muchas las complementarias según nosotros (Alarco, 2019). Menos Estado o un Estado al servicio del mercado. El mercado que procesa información, proporciona señales y como expresión material de la “libertad” de todos los agentes económicos. La superioridad técnica, moral y lógica de lo privado sobre lo público. Otras ideas o principios relevantes son suponer la racionalidad de todos los agentes económicos y su comportamiento atemporal orientado hacia la maximización individualizada de ganancias. La separación entre la economía positiva (lo que es “objetivo”) y la normativa (lo que debe ser). Los agentes económicos con capacidad de previsión perfecta; y la necesidad de simetría de poderes de los diferentes agentes económicos en los mercados repudiando cualquier concertación entre agentes económicos (aún entre los más débiles).

Por otra parte, suponen que todos los mercados de bienes y servicios operan en condiciones de competencia perfecta. Libre movilidad de factores sin restricción alguna. La inutilidad de la intervención del Estado (no existe el interés público), salvo la corrección de algunas

externalidades. La privatización de actividades como política clave. Por otra parte, también destacan la estabilidad permanente sin la intervención estatal (ausencia de incertidumbre o esta es mínima). La flexibilidad plena en los mercados (precios y salarios). Los sueldos y salarios determinados por criterios técnicos (productividad marginal del trabajo) y exclusivamente como costo de producción, minimizando su impacto sobre la demanda. La irrelevancia de la problemática distributiva (la eficiencia sobre la equidad), entre otros temas.

Los supuestos anteriores serían útiles para demostrar, según ellos, que la economía neoliberal conduciría a los mejores resultados respecto de cualquier otra opción posible. Sin embargo, son muy limitativos y su levantamiento conduce a situaciones de menor bienestar o negativos. El neoliberalismo peruano adquiere una forma concreta a través del denominado Consenso de Lima (Levitsky, 2013) que es más radical y ortodoxo que el Consenso de Washington. Aquí los intereses particulares conducen siempre al interés colectivo. Se procura un Estado Mínimo con reducida presión tributaria. Ninguna empresa pública es justificable. No cabe intervención estatal alguna en los mercados. Se debe promover la apertura comercial y financiera total. El Estado debe limitarse a la promoción de la igualdad de oportunidades, sin enfrentar la elevada desigualdad. La inversión privada es el único motor del crecimiento económico y los sectores extractivos su puntal. Los sobrecostos laborales, los conflictos sociales y la tramitología son la única causa para el menor crecimiento económico, entre otros (Alarco, 2017b).

Afirmar que el modelo neoliberal peruano debe ser ajustado, no es en absoluto recusar al capitalismo donde la bases son la propiedad privada de los medios de producción y la

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existencia de mercados; tampoco es criticar que el manejo de cualquier economía se realiza dentro de determinados parámetros. Nadie estaría de acuerdo con pronunciados déficits fiscales, ni que este se financie con crédito del Banco Central. El endeudamiento externo no es ilimitado, como tampoco se puede fijar una paridad cambiaria artificial o controlar precios como política permanente, entre otras acciones erradas. El ajuste del modelo del crecimiento económico no va por allí. Se trata en cambio de poner a los ciudadanos al centro; darle más espacio al planeamiento estratégico nacional alineado con señales de mercado; tener acciones más decididas con relación a la diversificación productiva sin abandonar toda la minería que sea viable con altos estándares ambientales y sociales; endogenizar la política monetaria anticíclica a través de nuevas funciones al BCRP manteniendo su autonomía y la imposibilidad de financiar al gobierno. Asimismo, establecer mecanismos semiautomáticos en el caso de la política fiscal contracíclica; llevar a cabo una transición ecológica y proporcionar mayor capacidad de Estado en términos de recursos y habilidades, entre otras. Se pretendería un nuevo balance entre Estado-mercado evitando que los trabajadores sean una simple pieza de recambio.

Muchos repiten equivocadamente que es nuestra fortaleza fiscal la que permitiría tener ahora un amplio programa de reactivación con base a la política fiscal anticíclica. Ese atributo no es válido cuando la presión tributaria del Perú en 2018 es de sólo 16.4% del PBI por debajo del estándar de América Latina y el Caribe de 23.1% y 34.3% para los países miembros de la OCDE (2019 y 2020). Lo que ocurre es que nuestro país acumuló elevados superávits fiscales como resultado de menores niveles de gasto corriente y de infraestructura, incluido el sector de salud

pública. Las grandes carencias sanitarias se deben precisamente a esa falta de inversiones, aunque en el campo neoliberal hay quien ahora cínica y ridículamente plantea que si se invertía años atrás la capacidad instalada ociosa antes de la pandemia del Covíd-19 hubiera sido elevada (Alonso, 2020).

Discusiones internacionales y conjeturas

Los países que tuvieron las mejores respuestas contra la emergencia sanitaria del Covid-19 han sido los que tienen Estados fuertes y más ciudadanía como China, Corea del Sur y Japón; efectivamente no se trata de los Estados grandes porque desafortunadamente varios de estos fueron los más golpeados: España, Francia e Italia, a pesar de sus mejores sistemas sanitarios públicos. Ni que hablar de EE.UU. cuya respuesta fue tardía y desarticulada sin liderazgo interno y menos internacional. En América Latina, destacaron Costa Rica, Cuba y el Uruguay, aunque países pequeños. Todavía falta tiempo para establecer un balance definitivo en esta esfera; hay que esperar el diseño e implantación de las respuestas por el lado de lo económico.

Los países menos afectados fueron los que tienen más ciudadanos partiendo de la idea de que estos son los que respetan la regla de convivencia. En cambio, los que tienen una ciudadanía precaria, con un tejido social fragmentado y poco sentido de pertenencia fueron de los más impactados. Más que el autoritarismo como modelo, se debe recurrir al republicanismo que descansa en el auto gobierno democrático, la ausencia de dominación y la virtud cívica concebida como la disposición del ciudadano a dejar de lado sus intereses particulares en aras del bien común. Las virtudes cívicas incluyen el ser tolerante, deliberar con los otros, ser solidario y actuar con

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justicia y autonomía (Richter Morales, 2019).

El filósofo Žižek (2020) interpretó que esta pandemia es un golpe lento contra el sistema capitalista global y contra el capitalismo autoritario chino. Él piensa que esta llega acompañada con la posibilidad de pensar en una sociedad alternativa. Han (2020) advierte que la biopolítica digital para enfrentar la crisis sanitaria ha implicado romper con la reserva legal de la información personal; teme por la despersonalización y ruptura del espacio autónomo de las personas. Por otra parte, Chomsky (2020), lee esta crisis como otra falla colosal del neoliberalismo, del cual hay que extraer enseñanzas y evitar retrocesos en algunas políticas como las reformas ambientales. Otros autores como Butler (2020) nos invita a repensar las políticas económicas y los servicios públicos a nivel político; se trataría de garantizar una distribución equitativa de los servicios de salud por la vía pública.

Por su parte, O´Neill (2020) llama a fortalecer las acciones de coordinación y cooperación para un mundo sostenible post-pandemia; y no de competencia de mercado como sucede en el neoliberalismo. Harvey (2020) señala que la situación del empleo en el capitalismo contemporáneo refleja el grado álgido de la crisis; en particular para los que él llama trabajadores esenciales respecto de los trabajadores a distancia. En la misma dirección, Mazzucatto (2020) plantea que la crisis de coronavirus está exponiendo la creciente precariedad del trabajo caracterizada por la economía de plataformas y el deterioro del poder de negociación de los trabajadores tras un buen tiempo de aplicación de las políticas neoliberales. Azmanova (2020) incide en la precariedad de la vida que caracteriza al capitalismo contemporáneo, abundante en desprotección del trabajo y privatización de los bienes y servicios públicos. Al respecto, enfatiza

en la aplicación de políticas enfocadas hacia las necesidades humanas y no en las ganancias (Apostolidis y Azmanova, 2020).

Ya se ha comentado que el Covid-19 ha modificado las formas en que interactúan las personas. Efectivamente, se ha intensificado el uso de las tecnologías digitales para acortar las mayores distancias físicas; a la par pueden establecerse muchas conjeturas sobre si esta implicaría cambios más profundos. Una esfera donde se están generando mejoras positivas es en el tema ambiental. Tanto en el Perú como internacionalmente el aislamiento social generó mayor atención por el ambiente. La necesidad de una relación más armoniosa con éste parece involucrar a un número más numeroso de personas; aunque ignoramos la solidez de sus convicciones y de la fuerza de los poderes económicos que insisten en reanudar la producción en lo mismo y en la forma de siempre. También habría mayor consenso en la perspectiva estratégica, ya que muchos se han manifestado en la necesidad de intensificar la cooperación internacional; más allá de la discusión tradicional sobre un mundo bipolar o multipolar hacia otro apolar (De Rivero, 2020). Sin embargo, a la par que se plantea una mayor cooperación internacional, la pandemia nos aísla económicamente, otorgando más espacios a posturas localistas respecto de una mayor integración de los mercados en los ámbitos de los movimientos de las personas, comercio de bienes y servicios, inversiones y flujos de capitales.

La esfera laboral no se ve nada bien, ni ahora ni para el mediano plazo. Se tendría mayores niveles de desempleo, subempleo e incremento de la población económica inactiva respecto de la opción de alcanzar más empleo y ocupación decente. La precarización laboral y salarial serían la característica de amplios segmentos

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de la población en edad de trabajar2, frente a otros menos numerosos adecuadamente ocupados. En los económico, ya se comentó, que hay y habrá una mayor presencia estatal para hacer frente a la crisis; sin embargo, hay muchos en el ámbito nacional que insisten en las mismas recetas neoliberales de siempre. Las conjeturas son mayores en las otras esferas como la individual, social, cultural y política donde se ubica un extremo negativo y el positivo. No existen tendencias generales, sino que la posición en el continuo dependería del comportamiento y reacción de las sociedades, los diferentes estratos y grupos sociales.

También la pandemia ha mostrado muchas expresiones de solidaridad entre las personas, pero a la par el Covid-19 las separa intensificando el egoísmo. En la esfera social nos movemos entre el individualismo y el Bien común. En la esfera cultural tenemos en el extremo a lo light (Rojas, 2005) y el descarte frente a una cultura de valores. Se ha visto que en lo político nos movemos entre quienes piensan que se promueve el autoritarismo versus el Republicanismo basado en la construcción de ciudadanía a favor del bien común. La discusión sigue abierta.

Elementos para los momentos de quiebre

En el último siglo hemos vivido varias transiciones; no siempre para bien. De fase más icónica del capitalismo imperialista y concentrador del ingreso denominada como la “Bella Época” (1880-1914) se pasó a un periodo cruento de la Primera Guerra Mundial, hiperinflación, gran depresión, fascismo y la Segunda Guerra Mundial, interrumpidos solo por los “gloriosos 20s”. De ahí transitamos por elementos objetivos, la conjunción de voluntades y la acción política 2 La aparente mayor protección a los adultos mayores los deja sin empleo y sin posibilidad alguna de trabajar.

a la Edad de Oro de Capitalismo; ese periodo de las sociedades y Estados de bienestar donde se procuraba el balance entre capital y trabajo. También a tiempos de la Guerra Fría y de la lucha por la hegemonía internacional con la URSS en campos diversos como la carrera espacial y la nuclear. Este fue el periodo donde se obtuvieron las mayores tasas de crecimiento económico tanto internacional como a nivel nacional, pero donde todo no fue maravilloso porque nos olvidamos del campo, medio ambiente y de los pueblos originarios. Luego transitamos al neoliberalismo universal y al peruano.

Los factores objetivos de esa transición fueron diversos. En primer lugar, la ruptura del sistema de paridades cambiarias fijas establecido en Bretton Woods en 1971 que generó inestabilidad en la economía internacional; luego vinieron los shocks petroleros de 1973 y 1978-1979 que generaron estancamiento e inflación. Con estos fenómenos se abrió el espacio perfecto para que la teoría monetarista de Friedman, los ofertistas con Laffer y libertarios con Hayek ganaran espacios. También contribuyeron al cambio los grupos de poder económico vinculados especialmente al capital financiero y los más globalizados; los organismos financieros internacionales apoyaron en la misma dirección. La crisis y los desarrollos teóricos dieron contenido a M. Tatcher y R. Reagan, mismos que llegaron al poder soportados por amplios sectores sociales. La revolución conservadora alcanzó el poder vendiendo como modelo una sociedad consumista donde todos tendrían la posibilidad de beneficiarse. Pero no todo quedó ahí; el rompimiento de la URSS, la caída de los socialismos reales y la conversión China lo reforzaron. A la par, las respuestas socialdemócratas tradicionales fueron

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capturadas por los grupos de poder y se alejaron de la población perdiendo el poder en muchas de sus sociedades.

La consolidación del modelo neoliberal peruano y su sustento ideológico en el Consenso de Lima fue resultado de la sumatoria de un conjunto de sucesos históricos que van desde la crisis económica y el recambio de la segunda fase del gobierno militar. A esta contribuyó significativamente el terrorismo y la crisis económica detonada durante los últimos años del primer gobierno de Alan García. Los mayores niveles de pobreza, marginalidad y desborde informal fueron el espacio perfecto para la doctrina del emprendedurismo, el todo vale y el sálvese quien pueda. A su vez el auge de los precios de las materias primas y de las entradas de capital de la primera década del siglo XXI contribuyeron a su consolidación. Quizás, la epidemia del cólera con su desafortunado hito en 1991 con 2,909 fallecidos y 322,562 ciudadanos enfermos sirvieron a la construcción de este consenso conservador. Lo anterior, sin olvidar el rol de los poderes económicos y mediáticos locales aliados con la tecnocracia.

Nadie sabe si estamos o no ahora en un momento de quiebre. Tanto a nivel internacional como en el Perú el futuro se ve cada vez más complejo y retador. A los elementos tradicionales del cambio climático, crisis hídrica, destrucción de la biodiversidad, cambios demográficos, crisis energética, entre otros, ahora se suman los relativos a la desglobalización y ralentización de la economía mundial, el cambio tecnológico que reduce tanto contenido de mano de obra como materias primas por unidad de producto y la incapacidad de enfrentar shocks exógenos como el Covid-19 y otras enfermedades infecciosas por venir. Roubini (2020) nos acaba de pintar un panorama económico entre gris y negro para

esta década que ahora nuevamente denomina como perdida; de estancamiento prolongado.

Noah Harai (2018) plantea que los cambios tecnológicos en inteligencia artificial-robótica, biotecnología e infotecnología (Big Data) no solo generarían desempleo y subempleo masivo, más inestabilidad social y política y mayor desigualdad, sino que reducirían la resistencia emocional de las personas y podrían presentarse dictaduras digitales. Se abren interrogantes: ¿se podría enfrentar este panorama con una visión de libre mercado o se requeriría de Estados más eficaces y eficiente?, ¿cómo se garantizaría la libertad de elección de los individuos?

La ausencia de una respuesta articulada desde los Estados y concertada a nivel internacional podría generar múltiples problemas en las diferentes esferas económica, social y política. El mayor impacto se podría observar en el mercado laboral con un desequilibrio estructural entre oferta y demanda de trabajo. Una mayor demanda para segmentos más calificados de la fuerza de trabajo, pero menor para los más numerosos de menos calificados. Tanto el desempleo, subempleo y la población económicamente inactiva se elevaría generando a la par más pobreza, precarización, pauperización y elevada desigualdad respecto de los sectores más ricos y medios de la sociedad. De allí la desintegración, descomposición social y la violencia podrían estar a la vuelta de la esquina.

A nivel estrictamente económico un escenario de estancamiento prolongado de la economía internacional generaría serios impactos negativos en una economía como la peruana y frente a los cuales habría que estar preparados. El menor crecimiento económico de las economías desarrolladas tradicionales contribuiría a la desaceleración de la China impactando tanto en la demanda como en los precios de nuestras

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materias primas afectando la balanza de pagos y desfasando las decisiones de inversión ya que estas dependen principalmente de los precios de los sectores exportadores (Magud y Sosa, 2015).

Las menores exportaciones impactarían negativamente sobre los ingresos y después sobre el gasto público. Sólo las menores tasas de interés internacional abrirían dos caminos; si fueran efectivas podrían promover la formación de burbujas en los precios de los activos incluyendo los commodities3. La otra opción es la trampa de la liquidez y la deflación que retroalimentarían la desaceleración productiva internacional. Estos serían dos escenarios, entre los negativos, frente a los cuales deberíamos estar preparados.

Cueto (2020) nos recuerda que con la historia de las epidemias se esconden serias crisis políticas. Nos refiere que en la Edad Media cuando la peste mató a la mitad de la población europea, se socavó el poder de los reyes, de los señores feudales y de la iglesia que crearían las bases del Renacimiento. Con este comentario hay esperanzas entre los que creen que esta pandemia puede contribuir a cambios más significativos. Sin embargo, no hay que olvidar que otras grandes epidemias como la viruela, la fiebre amarilla, la gripe española, el ébola y el cólera, entre otras, extremadamente severas y más dañinas que la actual no generaron cambio alguno o estos fueron poco importantes.

Bases para un nuevo contrato social

A la tradicional bandera de los movimientos y partidos progresistas de lograr un nuevo consenso económico, social y ambiental, se están sumando otras fuerzas y grupos sociales.

3 Que crecen a la par de que las economías aceleran su crecimiento en el corto plazo, pero posterior-mente estallan generando crisis en los mercados de valores, de capitales y crisis financieras que rápidamente impactan en el sector productivo y la economía en general.

Sin embargo, no son la mayoría. Los grupos de poder han logrado insertar en la mente de segmentos importantes de la población que esta propuesta es una posición radical que afectaría las posibilidades de crecimiento económico y por tanto de la recuperación de sus condiciones de vida. Efectivamente, plantear una asamblea o congreso constituyente ahora o el próximo año podría no ser oportuno al no contar con un apoyo significativo de la población. Somos de la idea que hay que situarnos en una posición intermedia que postule modificaciones concretas a la Carta Magna; no son tiempos para discutirla totalmente. Hay que reconocer también que diversos temas no requieren cambios. A partir de esas modificaciones constitucionales hay que avanzar en las leyes y reglamentos que correspondan para hacerlas viables.

Se puede partir desde los temas más vinculado a la pandemia y a las necesidades de las personas fortaleciendo la garantía plena a los derechos a la alimentación sana y suficiente, salud, educación en todos los niveles, vivienda digna y acceso a servicios públicos de calidad, accesibles y asequibles. Hay que relievar la importancia de las personas y ciudadanos al centro y los negocios como un medio, no un fin en sí mismo. Se debe insistir en un Estado con mayores capacidades y recursos, eficaz y eficiente en un nuevo balance más equilibrado con el mercado. Descentralización fiscal a la par de gobiernos regionales y locales con mayores recursos y responsabilidades. De acuerdo a los nuevos tiempos hay que enfatizar en un Estado para la transición ecológica con ordenamiento territorial y economía circular. Asimismo, mejorar el rol de los trabajadores, la defensa de los derechos laborales y sus remuneraciones incluida la

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mención explícita a la remuneración mínima vital. También sería positivo la priorización de las modalidades empresariales autogestionarias y cooperativas.

En línea con lo anterior habría que establecer constitucionalmente la priorización de la defensa de los derechos los consumidores o usuarios finales respecto de los otros actores en Indecopi y los reguladores sectoriales. Durante la pandemia tuvieron comportamientos sesgados a favor de las empresas reguladas afectando el interés público. De manera complementaria habría que insistir en el establecimiento de buenas prácticas de gobierno corporativo y de responsabilidad social empresarial en todas las empresas públicas de los diferentes niveles de gobierno.

En una mirada con perspectiva para el mediano y largo plazo se debe destacar la importancia del planeamiento estratégico en los diferentes ámbitos nacional, regional y local; como base del resto de sistemas de gestión pública en particular del presupuesto, programación de la inversión pública y de coordinación de inversiones en asociaciones público privadas. No se trata de volver a fórmulas del pasado, sino que se alinee el planeamiento con señales de mercado, sea integral, ágil, oportuno y útil. En la Constitución debe priorizarse las actividades de ciencia, tecnología e innovación entendiéndolas como el vehículo para hacer frente al futuro a través de nuevos y mejores procesos de producción y a la mejora de la calidad de vida de la población. Otra palabra que debe quedar impresa es la necesidad de diversificar nuestro aparato productivo sin menoscabo de las actividades extractivas desarrolladas en armonía con el ambiente y la sociedad.

Como en la Constitución chilena hay que establecer mayores facultades de intervención

y regulación en condiciones de emergencia nacional. La Carta Magna debe incluir una preocupación para frenar la elevada desigualdad y los instrumentos para mitigarla. Sentar las bases para alcanzar una mayor justicia fiscal (progresividad tributaria) dotando al Estado de mayores recursos, exigiendo eficacia y eficiencia en el ejercicio del gasto público. Hay otros temas importantes como igualar el trato a la inversión extranjera al nivel de la nacional; la priorización de los Derechos Humanos y de las instancias internas para la solución de controversias como promueve la Unctad. Endogenizar las respuestas de la política monetaria y fiscal anticíclica ante reducciones significativas en los niveles de ocupación y empleo. No debemos olvidar que así lo hace la Reserva Federal y el gobierno en los EE.UU.

Actores para el cambio

Se ha comentado que los ajustes o cambios en los modelos de crecimiento económico se producen tanto por condiciones objetivas y subjetivas que involucran sectores sociales específicos y actores que los movilizan para lograr un nuevo consenso. Desde K. Marx la discusión entre los factores económicos (fuerzas productivas y relaciones de producción) y de la superestructura (el mundo de las ideas e instituciones) como impulsores de los cambios sigue abierta. Piketty (2019) se define como menos determinista, otorgándole mucho espacio a la ideología definida como un conjunto de ideas y de discursos a priori plausibles y que tienen la finalidad de describir el modo en que debería estructurarse una sociedad, tanto en su dimensión social como económica y política.

La ideología dominante es la base de un nuevo consenso económico y social; una narrativa (presuntamente de la mayoría) que une y articula los diferentes componentes de un modelo de

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organización social. Les da sentido incorporando un régimen de propiedad y político particulares. Sin embargo, la construcción de ese consenso con base a una ideología determinada requiere de grupos sociales y personas que lo hagan posible. López (2020) nos recuerda a Gramsci que planteaba que los hombres toman conciencia de las contradicciones de la estructura y las resuelven en el campo de la política. El ajuste del modelo económico requiere propuestas precisas promovidas e impulsadas por sectores sociales y actores específicos; asimismo, exige tanto los cambios legales e institucionales necesarios como la capacidad de llevar a la práctica las propuestas. Ni los factores objetivos, ni el marco normativo son suficientes.

La lista de actores con capacidad para promover los cambios puede ser diversa, pero nunca cerrada o definitiva ya que se construye de manera continua en el tiempo: aparecen, fortalecen, debilitan y desaparecen. Hay actores económicos, sociales y políticos. Dentro de los económicos hay que excluir en primera instancia a los grupos de poder económico, mediático y la tecnocracia a su servicio que no son conscientes de los retos del presente y el futuro. Insisten en la inserción internacional como productores de materia primas, procuran mantener el rol del Estado mínimo y que todo se resuelva por el sector privado y los mercados. Antes de que se finalizara la paralización obligatoria de labores de actividades no esenciales insistían en reactivar la producción en todos los sectores con base a autoregulación, como si alguna vez hubiera funcionado. Ahora presionan por mayores facilidades y más apoyos a las actividades extractivas y en propuestas insólitas como desregular aún más el mercado laboral, cuando este está totalmente desregulado en la práctica. Por el momento, casi todos están ensimismados por los buenos precios del oro

creyendo que serán sostenibles en el tiempo y que se generalizarán para todo el sector minero.

Es probable que el sector empresarial de micro y pequeñas empresas sea más lúcido en las actuales circunstancias, más aún cuando está relegado de Reactiva Perú y de los fondos de apoyo. Sin embargo, a pesar de su gran importancia en la economía nacional tienen desafortunadamente influencia limitada. En el caso de los trabajadores dependientes, son los sindicalizados los que por su trayectoria tendrían las mayores posibilidades de movilización a favor de los cambios; sin embargo, por su cada vez menor importancia relativa respecto del total de trabajadores, su condición etaria y los serios problemas de sobre oferta de mano de obra sus posibilidades de acción se ven limitadas. De igual forma, a excepción de las organizaciones de campesinas locales, regionales y nacionales, las posibilidades de acción para los trabajadores independientes son reducidas. Desafortunadamente, todos estos actores en virtud de las actuales circunstancias estarían muy enfrascados en la sobrevivencia.

En el campo de los actores sociales se pueden cifrar mayores esperanzas. Tanto los organizaciones no gubernamentales, colegios profesionales y universidades (principalmente públicas) podrían tener un mayor rol protagónico en el liderazgo a favor de los ajustes y cambios; aunque también hay espacio para organizaciones indígenas, vecinales, barriales y populares en general, y sus agrupaciones de nivel superior. En el campo de lo político a pesar de la atomización, poca institucionalidad, personalismo y presencia de outsiders hay algunas oportunidades en el campo del centro y los movimientos progresistas.

Sin embargo, ese centro reagrupado deseado por muchos como Dargent (2020b) es gelatinoso.

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Tafur (2020) invoca por un centro no mediocre; incorporando en la agenda propuestas que corresponden al movimiento conservador tales como la flexibilización inteligente del mercado laboral (¿?), la privatización de Sedapal y Petroperú, y la reactivación de los proyectos mineros congelados (vgr. Tía María principalmente). Por otra parte, no hay que olvidar que esas opciones de “centro” de las últimas décadas terminaron en insistir en más de lo mismo del modelo económico, incluyendo el gobierno supuestamente progresista del Pdte. Humala.

El movimiento progresista también se presenta fragmentado y encabezado en algunos casos por líderes regionales y otros con una agenda imbuida de elementos racistas y xenofóbicos. Hay agendas definidas, pero también otras difusas; al igual que el personalismo que se presenta en los otros grandes campos políticos y que dificultan la unidad. El horizonte al 2021 se muestra complejo con un conjunto excesivamente numeroso de agrupaciones políticas; sin contar la maleabilidad de muchos de los movimientos regionales. Un Poder Ejecutivo débil y un Congreso de la República totalmente fragmentado seguirían atentando contra la gobernabilidad del país; al mismo tiempo mantendría los espacios para que los grupos económicos y mediáticos mantengan su dominio sobre una agenda tradicional contraria a la construcción de un nuevo consenso económico, social y ambiental. Afirma Dargent (2020) que las agendas son titánicas pero los políticos débiles. La tarea de la unidad programática para la transformación es difícil pero urgente.

Reflexiones finales

Son tiempos de más y mejor Estado en un balance más equilibrado con el mercado. Sin embargo, la dinámica peruana muchas veces no camina en

la misma dirección que el mundo. La probable derrota de Trump ante Biden en las elecciones norteamericanas de noviembre de 2020 sería una buena señal para algunos cambios a nivel global como una mayor cooperación internacional, el retorno de la agenda ambiental, la mejora del acceso a la salud y educación característicos de la plataforma del Partido Demócrata, entre otros. En nuestra región hay algunas experiencias internacionales que podrían ser útiles para la transformación tales como los desafortunados fracasos en los controles sanitarios de los gobiernos conservadores de Brasil y Ecuador; en la misma línea se ubicaría Chile que desde 2019 sufre fuertes convulsiones sociales, habiendo dejado de ser el modelo a imitar. En todas partes se requieren de más recursos para el Estado limitando la posibilidad de que se desate una mayor competencia internacional por reducir la presión tributaria y algunos impuestos en particular.

Tampoco hay que cifrar muchas esperanzas en lo que ocurra en el mundo; ya que los ajustes o cambios deberán gestarse y procesarse internamente. Hay condiciones objetivas que promueven los cambios; aunque quizás no son de la envergadura respecto de las que ocurrieron en otros momentos del tiempo. La desglobalización y la ralentización económica en un escenario económico como el planteado por Roubini (2020) son dos elementos que contribuyen a poner en discusión el modelo de crecimiento económico a nivel internacional. Los otros retos del presente y futuro, y el Covid-19 abonan en la misma dirección. Asimismo, con esta pandemia algunos liderazgos internacionales se han desvanecido por el inadecuado desempeño en la emergencia sanitaria; queda por ver que ocurrirá en el campo de la reactivación económica. Los fenómenos económicos internacionales tendrían un severo impacto

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especialmente en las economías productoras de materias primas, como la nuestra. Se abren algunos espacios y muchas enseñanzas; quizás también mayores márgenes de acción ya que la mayoría de los Estados estarán abocados a sus estrategias de recuperación económica. Son tiempos para una creatividad responsable. No sólo se trata de fortalecer de una vez por todas nuestros precarios sistemas de salud. Es la oportunidad para que algunas palabras tomen sentido real: planeamiento estratégico, proyecto nacional, transformación institucional, diversificación productiva, ciencia, tecnología e innovación, reducir las elevadas desigualdades y la transición ecológica, entre otras.

Estamos en momentos convulsionados. Se debe retomar los planteamientos de Concheiro (2011) quien señalaba que hay que mirar alto y lejos. Que se necesita modificar los paradigmas que guían nuestros pensamientos; tener acceso a los activos físicos e intelectuales que nos permitan lograr más control sobre nuestro futuro y de la

energía colectiva que nos permita desarrollarnos. Reitera que hoy no es el idealismo el que nos empuja a cambiar y a soñar en nuevos caminos; es la necesidad la que lo hace. Sin duda se requieren medios para lograr los objetivos, pero los medios también se construyen finalizaba el autor.

Hay que convencer incluso a los poderes económicos y mediáticos que se necesitan los cambios. Que la misma ruta del pasado no nos conducirá a un buen puerto. Es imprescindible construir un nuevo consenso económico, social y ambiental. Aquí se ha expuesto de que los ajustes al modelo económico son posibles y deseables; que no significan un salto al vacío si se reflexionan y maduran con responsabilidad. Se ha presentado una lista abierta de temas importantes para considerar. Toca ahora a los sectores sociales y a los actores políticos llevarlos a práctica. La tarea es inmensa y el tiempo corto.

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En 1974, la Asamblea General de la ONU aprobó (https://digitallibrary.un.org/record/218450? ln=en) el Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), que fue impulsado por el Movimiento de Países No Alineados (MPNA). La resolución estableció un plan claro para la transformación estructural del sistema mundo, que en ese momento estaba al borde de una crisis. Sin embargo, el NOEI fue dejado de lado y el orden mundial fue tomando forma en una dirección neoliberal; esta orientación profundizó la crisis y nos trajo a este callejón sin salida para las posibilidades humanas.

Nuestro equipo del Instituto Tricontinental de Investigación Social desarrolló un programa de diez puntos para un mundo post COVID-19. La semana pasada, presenté este programa en la Conferencia de Alto Nivel sobre Economía postpandemia, organizada por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). El resto de este boletín está compuesto por ese programa, que espero que sea adoptado por el Movimiento de Países No Alineados, quienes podrían llevarlo a discusión a la Asamblea General de la ONU. Realmente necesitamos un Nuevo Orden Económico Internacional.

1. Atacar la pandemia mundial.

Nuestra prioridad es atacar la pandemia mundial. Para este objetivo, es central aumentar y orientar la producción del sector público hacia mascarillas, equipos de protección, respiradores, hospitales

de campaña y pruebas para toda la población, como ya sucede en Vietnam y Venezuela. Se debe establecer el control de lxs trabajadorxs sobre las condiciones de trabajo para que ellxs —que están en la mejor posición para tomar esas decisiones— puedan tener garantizado un ambiente de trabajo higiénico. Ante la ausencia de acción pública adecuada, los gobiernos necesitan crear planes de trabajo para contratar personas en proyectos que rompan la cadena de contagio y que garanticen que el pueblo tenga alimentación, vestido y buena salud.

Tales acciones públicas podrían aprender de las cooperativas en Kerala (India) y de los Comités de Defensa de la Revolución en Cuba. La fuerza laboral de sectores clausurados, como el turismo, debería ser contratada inmediatamente para empleos que contrarresten la pandemia.

2. Ampliar la solidaridad médica.

Un frente unido del Sur Global debe rechazar los límites impuestos por el FMI y los acreedores a los salarios de la administración pública; debido a estos límites, los países del Sur han estado perdiendo personal médico en beneficio de los Estados del Atlántico Norte. Los preciados recursos estatales deben ser utilizados para ampliar la educación médica pública y para capacitar a trabajadorxs de la salud dentro de las comunidades para proveer atención sanitaria pública. El internacionalismo médico del ALBA, liderado por las brigadas cubanas, debe convertirse en modelo para el mundo a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El internacionalismo médico chino jugaría un

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social(https://www.thetricontinental.org/es/).

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papel clave aquí, mientras EE. UU. abandona la OMS. Todo el sector de salud privado debe ser nacionalizado y se deben crear centros médicos más pequeños para que las personas puedan acceder fácilmente a las instalaciones públicas de salud. Los gobiernos deben retirar los planes de seguros públicos dirigidos a la atención médica privada; en otras palabras, no más subsidios públicos para el sistema de salud privado. Se deben fortalecer los sistemas públicos de salud, incluyendo la producción de equipos médicos y medicamentos, y la distribución de medicamentos esenciales (cuyos precios deben ser regulados).

3. Crear un patrimonio intelectual común.

El Sur Global debe presionar para que se anule el Acuerdo sobre los ADPIC (Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual

relacionados con el Comercio), que otorga derechos irrestrictos de propiedad sobre bienes que deben ser parte del patrimonio mundial. Esto aplica directamente a la vacuna contra la covid-19, que debe ofrecerse para la producción sin consideraciones de ganancias ni derechos de propiedad intelectual. Esto aplica igualmente a cualquier fármaco, muchos de los cuales son producidos con financiamiento público —cuyas ganancias son apropiadas por privados—, y debe aplicar a las tecnologías energéticas que rápidamente nos conducirían de los combustibles fósiles a combustibles renovables, así como a la tecnología de comunicación (como el 5G). A corto plazo, los estados del Sur Global deben mejorar los mecanismos para la transferencia de ciencia y tecnología entre sí.

4. Cancelar la deuda.

Cálculos razonables señalan que los países del Sur Global deben 11 billones de dólares en deuda externa, y se estima que solo el servicio

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de la deuda de este año es de 3,9 billones. Con la recesión del coronavirus, tales pagos son impensables. El alivio de la deuda debe ir más allá de los 47 “países menos desarrollados” e incluir a todos los países del Sur Global; este alivio no debe ser solo un aplazamiento, sino que debe ser la cancelación de la deuda (tanto de acreedores públicos como privados). Debe formarse una alianza internacional amplia para presionar a los acreedores a cancelar la deuda, para que todos los recursos que van al servicio de la deuda sean canalizados completamente hacia las necesidades más urgentes de la sociedad.

5. Expandir la solidaridad alimentaria.

La mitad de la población mundial lucha contra el hambre. La soberanía alimentaria y la solidaridad alimentaria son antídotos esenciales, como ha sido demostrado por plataformas como La Vía Campesina. Debe disputarse el control empresarial sobre la agricultura y debe convertirse la producción de alimentos en una prioridad de derechos humanos. Se deben dirigir fondos hacia la ampliación de la producción de alimentos; es necesario que estos fondos se inviertan en infraestructura para la producción agraria (incluyendo la ampliación de proyectos tales como un Banco de Semillas del ALBA). Se deben fortalecer los sistemas universales de distribución de alimentos para otorgar mayores ingresos a lxs agricultorxs y para garantizar la distribución de alimentos a los pueblos. A su vez, un paisaje rural más robusto descongestionaría las ciudades y atraería a personas a vivir vidas plenas en áreas rurales.

6. Mejorar e invertir en el sector público.

El coronashock (https://www.thetricontinental.org/es/estudios/) ha demostrado que el sector privado simplemente no es capaz de abordar las emergencias y mucho menos las necesidades humanas. Los países del Sur Global deben liderar haciendo una defensa robusta del sector público, no solo para la producción de bienes

y servicios clave (medicamentos y alimentos), sino también para todo lo que es esencial para la vida moderna: más viviendas públicas, más transporte público, más WiFi público y más educación pública. Haberle permitido al sector del lucro convertir en mercancía estas partes de la vida humana ha erosionado nuestra capacidad de construir una sociedad civilizada.

7. Implementar impuestos a las fortunas.

Actualmente, cerca de 32 billones de dólares reposan en paraísos fiscales

( h t t p s : / / w w w. t h e t r i c o n t i n e n t a l . o r g / e s /documento-de-trabajo-no-1-en-las-ruinas-del-presente/) en el extranjero y montos desconocidos de dinero simplemente no son contados a la hora de cobrar impuestos. Dos cosas son necesarias: primero, recuperar los flujos financieros ilícitos, y segundo, que los impuestos a las fortunas sean debidamente aplicados sobre los altos escalones de la burguesía y de los terratenientes ricos, así como a los financistas y a aquellos envueltos en la especulación financiera. Estos fondos serían suficientes para redirigir prioridades hacia eliminar la pobreza, el hambre, el analfabetismo, la indigencia y las condiciones indignas de vida a nivel mundial.

8. Establecer controles de capital.

Sin controles al capital, un país no tiene soberanía económica efectiva. Los países del Sur Global deben crear una plataforma internacional que comprometa a cada uno a imponer controles de capital; este es un tema político que no puede ser implementado por un solo país. Los controles de capital son medidas tomadas por un gobierno para regular el flujo de las finanzas dentro y fuera del país. Tales controles incluyen impuestos a transacciones, requisitos mínimos de permanencia y límites sobre la cantidad de divisas que se pueden mover a través de las fronteras. Los controles de capital y el control

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democrático sobre el Banco Central prevendrían la fuga de capitales y debería darle soberanía a los gobiernos sobre sus divisas y su economía.

9. Pasar a un comercio regional no basado en el dólar.

La desdolarización es una parte esencial de un nuevo programa. El 60% de las reservas del mundo están en dólares y el comercio mundial se conduce principalmente en dólares. El complejo dólar-Wall Street tiene casi asfixiadas a las finanzas y al comercio internacional; no sorprende que las sanciones unilaterales de EE. UU. sean capaces de tener un impacto catastrófico sobre países no necesariamente porque ellos dependan del dólar, sino porque sus socios comerciales están inmersos en él. El dólar se ha convertido en un arma para socavar el desarrollo. Es necesario desempolvar sistemas alternativos de pago como el Sucre y crear nuevas instituciones financieras globales para facilitar las transferencias electrónicas. A corto plazo, esto podría comenzar con servicios regionales no basados en el dólar, aunque es necesario que las instituciones globales hagan a un lado la inmensa ventaja que el dólar como divisa global le otorga a Estados Unidos. Asimismo, existe una necesidad de fortalecer bloques comerciales regionales que acepten el trueque como mecanismo de pago.

10. Centralizar la planificación, descentralizar la acción pública.

La pandemia nos ha demostrado el poder de la planificación central y la importancia de la acción pública descentralizada. Las economías a las que no se les permite planificar el uso de sus recursos se tambalearon ante el virus. Es necesario establecer mecanismos participativos de planificación central a una escala cada vez mayor y reorientar la producción mundial hacia las necesidades, no hacia las ganancias. Estos planes deben basarse en un gran aporte democrático y deben ser transparentes con el público. La planificación central permitiría la nacionalización de sectores como la minería (incluyendo la producción energética), la producción y el procesamiento a gran escala de alimentos, y el turismo; estos se colocarían bajo el control de lxs trabajadorxs a través de cooperativas. Sería un instrumento para minimizar el despilfarro, incluyendo el derroche en gastos militares. El mejoramiento del autogobierno local y la producción cooperativa, así como las asociaciones y los sindicatos populares, permitirán que la vida social se haga cada vez más democrática.

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Fanny PalaciosIlustraciones

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LA MUJER EN LA INDEPENDENCIA

En 1965, la abogada y educadora Judith Prieto Zegarra publicó su libro Así Hicieron las Mujeres en Perú (Talleres Gráficos ERV, Lima), donde presentó hechos realizados por mujeres durante el periodo de la Independencia. Es un homenaje a la mujer peruana frente al sesquicentenario (1971) de la Independencia del Perú.

Durante la rebelión de Juan Santos Atahualpa, se destacó Ana de Tarma, quien dirigió a un grupo de mujeres guerrilleras que lucharon al lado de sus familias. Sus órdenes fueron acatadas por 52 mujeres que formaron su regimiento. Luchó en las batallas del Río de la Sal y de Nijandaris donde los realistas fueron vencidos. Su nombre circuló en los cuarteles españoles como sinónimo de arrojo y valentía.

Durante el levantamiento de Huarochirí (1750), mujeres como María Gregoria se encargaron de armar a las mujeres del lugar para unirse en la lucha contra las autoridades españolas. Cuando Francisco Ximenes Inca –su esposo y líder del movimiento- fue capturado, ella escapó y reorganizó a los lugareños con el objetivo de continuar la insurgencia.

Juana Moreno, dirigió el levantamiento de Llata de 1777. El Teniente Corregidor General Domingo de la Cajiga llegó a Llata a fines de julio de 1777 e inmediatamente impuso el cobro de los tributos a los indígenas. Utilizando métodos violentos, De la Cajiga obligó el pago de los tributos, lo cual determinó la indignación de los habitantes del lugar. Juana Moreno organizó a los indígenas y asaltaron la casa del Teniente Corregidor, siendo ajusticiado por los cargos de exterminador de la raza.

La Revolución de Túpac Amaru y Micaela Bastidas de 1780, fue la respuesta de mayor violencia contra el régimen colonial impuesto en toda América. Conocidas son: Micaela Bastidas (máxima lideresa de los ejércitos revolucionarios); Tomasa Tito Condemayta (Cacica

de Acos); Marcela Castro; Úrsula Pereda; Francisca Herrera; Catalina de Zalas y Pachacuti, Manuela Tito Condori; Margarita Condori; Ventura Monjarras; Antonia de Castro; Nocilasa Torres; Susana Aguirre; Antonia de Castro y Cecilia Túpac Amaru. Además, en el Alto Perú: Bartolina Sisa (Esposa de Julián Túpac Katari y Gregoria Apaza. Incluso, 17 mujeres fueron sentenciadas al destierro perpetuo, entre ellas tenemos a: Andrea Cozcamaita; Santusa Castro; Paula Noguera; Bartola Escobedo y Santusa Canqui. Mientras que a 19 mujeres se les confiscó todos sus bienes, entre ellas están: Isidora Escobedo; Ascencia Castro; Dionisia Caguaytapa; Catalina Guancachoque; María Cruz Guamancoponga; Gloria Maique y Andrea Uscamanco.

En 1783, Felipe Velasco encabezó el levantamiento indígena de Huarochirí. Velasco se hacía llamar Túpac Inca Yupanqui y sostenía ser pariente de Túpac Amaru. Su esposa, Manuela Marticorena se puso al mando de los ejércitos campesinos. Nicolás Almendras junto a su esposa Manuela Rodríguez se unieron al movimiento encabezando la guerrilla de los pastores. Igualmente, Ciriaco Flores se puso a dirigir el movimiento. Pese a las victorias, el corregidor Felipe Carrera logró convencer a los indígenas que las cosas cambiarían. Entonces los líderes fueron traicionados. Los varones fueron azotados mientras que Manuela Marticorena y Manuela Rodríguez recluidas en un beaterio por 10 años y, posteriormente, desterradas.

Melchora Toledo y Juana Molina (madre e hija respectivamente), en 1790, fueron acusadas de sedición en el pueblo de Huancané. En el expediente judicial se puede leer que ambas eran parte de un Círculo Femenino de las Regiones del Sur, que constantemente conspiraba contra España y predicaba la Libertad del Perú.

Ese mismo año, pero en Lima, Isabel de Orbea fue denunciada ante el Tribunal del Santo Oficio por el delito de “Filósofa”. Orbea participaba del ambiente literario de la capital. Desarrolló ideas independentistas, denunciando

INDEPENDENCIA DEL PERÚ: REALIDAD Y CELEBRACIONES-UNA REFLEXIÓN EN MEDIO DE LA PANDEMIA Y RUMBO AL BICENTENARIO-

Augusto Lostaunau Moscol

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la opresión de España sobre América. Su casa se convirtió en un centro de conspiraciones, apoyo a la Independencia y protección de perseguidos. Pese a la persecución, Isabel de Orbea jamás traicionó sus ideales, se mantuvo firme como independentista. En 1822, junto a Fermina de la Quintana, realizó la famosa recolección de joyas y alhajas entre las damas de la alta sociedad limeña. Fue el 29 de octubre cuando las mujeres aristocráticas de Lima, se desprendieron de sus objetos suntuosos para financiar las campañas militares. El propio General José de San Martín, la condecoró con la Orden del Sol y fue reconocida como Dama Patriótica de la Gesta Independentista.

En junio de 1793, se produjo el levantamiento indígena en Parinacochas. Liderados por Micaela Valeriana, María López, Ambrosia Huamán (indígenas) y Romualda Balbuena (mestiza), los indígenas protestaron contra el aumento abusivo de los tributos. Además, rememoraron la Revolución de Túpac Amaru y Micaela Bastidas.

Gertrudis Castro, Simona Vilelas, María Salazar e Isidora Álvarez, participaron activamente en el levantamiento de Ferreñafe, del 25 de mayo de 1795. La sublevación fue duramente reprimida, originando que muchos escapen a las regiones andinas, pero se ordenó la persecución. Los varones capturados fueron condenados a muerte; mientras las mujeres azotadas públicamente y luego desterradas a otros virreinatos. El cumplimiento de las condenas siempre fueron público con la intención de causar temor entre los indígenas y campesinos; pero eso sólo determinó mayor repudio contra España y el sistema colonial.

En 1803, una mujer que ha pasado a la historia como Mercedes “La Comediante”, fue denunciada en Lima ante el tribunal del Santo oficio. Se le acusó de leer libros prohibidos y prestarlos entre sus amistades. Se le encontró –como prueba incriminatoria- el libro El Sofá, del francés Claude Prosper Jolyot de Crebillon. Un “cuento moral” escrito en 1740, que se ubica entre la sátira y la frivolidad. Pero, su tratamiento sobre costumbres de otras sociedades no católicas, determinó que fuese de lectura prohibida.

El 15 de enero de 1804, se inició el juicio contra los indígenas lambayecanos que dirigieron las protestas contra España. Fue el cacique José Dámaso Temoche, quien elevó los tributos. Mujeres como María Natividad Sono y Paulina Huerta, formaron –junto a sus esposos- un contingente de resistencia. Tomaron la Iglesia Matriz y atacaron el Cabildo, y la casa del cacique Temoche. Los ejércitos realistas tomaron el control. Los varones fueron encarcelados y las mujeres azotadas en forma pública.

En 1807, un grupo de mujeres fueron denunciadas ante el Tribunal del santo oficio por el delito de leer libros prohibidos. Mariana de Orbegoso, Condesa de Olmos, quien participó activamente de los grupos literarios de la capital -siendo reconocida públicamente como escritora notable-, así como en la difusión de ideas independentistas, fue acusada de leer Abelardo y Eloísa,

libro de autor anónimo, donde narra la decisión de Eloísa de mantener una relación sentimental con el joven filósofo Abelardo. Decisión que fue tomada pese a la oposición de su familia. Libro prohibido porque destaca la “libertad de las mujeres” en tomar sus propias decisiones.

Otras mujeres denunciadas ante el Tribunal del Santo Oficio, fueron Manuela Plat, María Candelaria Palomeque y Mercedes Arnao, todas ellas escritoras reconocidas y de familias distinguidas (con todo lo que eso significa al interior de una sociedad aristocrática y colonial), quienes por poseer, circular y leer libros prohibidos, tuvieron que pasar por los calabozos de la persecución ideológica.

Brígida Silva de Ochoa, fue una dama patriota que actuó con determinación en varios levantamientos populares y apoyó las tropas independentistas llegadas desde el exterior. Existen muchos documentos escritos por los líderes de las expediciones libertarias que la nombran y agradecen sus esfuerzos y decisión de mantenerse al lado de la Independencia del Perú. Incluso, Bernardo de Monteagudo la consideró “más valiente que muchos hombres”. Por ello, se le otorgó el privilegio de la Banda de Seda de Patriota. E, incluso, se le otorgó un diploma -11 de enero de 1822- como reconocimiento oficial del Estado Peruano, a sus labores y sacrificios por la Patria.

Juana Toribia Ara, patriota tacneña que pregonó los ideales patriotas y anti españoles. Alojó a los hermanos Pallardeli, cuando se encontraban proscritos por las leyes coloniales. Participó en las luchas de su región. Escapó al Alto Perú, pero fue detenida en Oruro, pero la corrupción de España significó que pueda entregar 10mil pesos a cambio de dejarla fugar. Se refugió en las Yungas, donde salió para buscar la libertad de su esposo Manuel Calderón de la Barca.

En el levantamiento cuzqueño de 1814, fueron muchas las mujeres que se colocaron en las filas patriotas para terminar con la dominación española. Juana Noin; Vicenta Eguino; Simona Josefa Mansaneda; Ramona Senosain y Paliza; Ventura Ccalamanqui; Martina Aranguri; Magdalena Zenteno; etc. ofrendaron sus vidas siguiendo sus ideales de libertad. Su contribución es reconocida por los pueblos del sur andino peruano. Pese a ello, la Historia Oficial practicada por los “académicos” les ha negado un reconocimiento nacional.

Josefa Carrillo, Marquesa de Castrillón, en 1919, fue denunciada ante el Tribunal del santo Oficio, por poseer y circular libros prohibidos. El Arte de Amar de Ovidio, Eloísa y Abelardo, El Sofa, entre otros textos, fueron la prueba de sus acciones ilegales. En realidad, ella pregonaba la independencia en todas las reuniones de la alta sociedad limeña, originando el malestar entre la mayoría de los varones aristócratas y hacendados limeños que estaban a favor de España. Los varones de la aristocracia colonial limeña veían con desagrado la Independencia y el final del sistema colonial que tanto les favorecía. Por ello, muchos fueron parte del Regimiento Real de Lima o Real Infante

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Don Carlos, que apoyó decididamente al Virrey Fernando de Abascal en sus luchas contra las Juntas de Gobierno. La historiadora Celia Wu Brading, en su libro Generales y Diplomáticos, ha demostrado que gran cantidad de altos oficiales del Ejército del Perú – a inicios de la República- se formaron militarmente en los ejércitos españoles. Así, Los generales Francisco Salazar; Domingo Tristán; Agustín Gamarra; Antonio Gutiérrez de la Fuente; Juan Salazar y Carrillo; Pío Tristán; Antonio Vigil; Ramón Castilla; José María Raygada; etc. pertenecieron a los ejércitos de su majestad. En cambio, Toribio de Luzuriaga se formó como patriota y luchó en la independencia de Argentina, Chile y el Perú, pese a ello, la Historia Oficial siempre le ha dado un espacio menor. Mujeres patriotas enfrentando a varones realistas.

Una pregunta válida es: ¿Por qué tantas mujeres ante los Tribunales del Santo oficio por leer y difundir obras literarias? ¿Novelas o cuentos? José Carlos Mariátegui responde:

“La ficción no es libre. Más que descubrirnos lo maravilloso, parece destinada a revelarnos lo real. La fantasía, cuando no nos acerca a la realidad, nos sirve bien poco. Los filósofos se valen de conceptos falsos para arribar a la verdad. Los literatos usan la ficción con el mismo objeto. La fantasía no tiene valor sino cuando crea algo real. Esta es su limitación. Este es su drama”.

La lectura de obras literarias, permite que se realice una contrastación entre lo real y la ficción. Entonces, si lo real es percibido como calamitoso o injusto; entonces, la ficción puede servir como ejemplo para construir una idea de “como deber ser la sociedad”. Durante la Independencia, la literatura ocupó un rol muy importante para “pensar el Perú” de manera distinta. Y las mujeres intervinieron mucho en ese intento de construir un Perú muy diferente al colonial. Lástima que la política se nutre tan poco de la literatura. Leer es subversivo, pero hacer leer es verdaderamente revolucionario. Por ello, el control sobre lo que se lee era importante para las fuerzas represivas del Estado Colonial. Una herencia colonial que hasta hoy perdura.

EL CENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y EL DISCURSO DE LEGUÍA DEL 28 DE JULIO DE 1921

De manera abrupta, tumultuosa y violenta, el candidato Augusto B. Leguía se hizo de la Presidencia del Perú en 1919. Año de las grandes protestas de las masas capitalinas y peruanas en general. Los obreros conquistando la extensión de la Jornada Laboral de Ocho Horas; Miles de mujeres protestando contra la carestía de la Vida; los estudiantes de San Marcos en huelga general por la Reforma Universitaria; miles de mujeres y varones –de todas las edades- en las calles de Lima rechazando a la Oligarquía Civilista de las Tres Familias (Prado, Pardo y Miró-Quesada) e imponiendo en el Palacio a Leguía. Ayer conspicuo civilista.

Ya en el poder, Leguía se encargó de perseguir a sus enemigos políticos. Sus socios civilistas de ayer; eran sus

enemigos de hoy. Se han tejido muchas versiones. Él mismo logró impulsar una desde el cargo de Presidente de la República. Para ello, utilizó los Discursos Presidenciales del 28 de Julio ante el Congreso de la República. En 1921 dijo:

“Acatando disposición constitucional, cumplo el deber de daros cuenta de la marcha del Estado, desde el 29 de julio de 1920 hasta la fecha; fecha magna y gloriosa que nos reúne en el recinto de la ley, esta vez bajo el imperio de una intensa emoción. La República conmemora el primer centenario de su emancipación política; y este hecho que recoge nuestro ánimo en cálido éxtasis de amor y de gratitud para con los próceres que nos dieron libertad y patria, exige que consagremos homenaje solemne a su memoria”.

El 18 de enero de 1920, el presidente Augusto Leguía promulgó la Constitución Política del Perú que fue redactada por la Asamblea Nacional de 1919. Vale decir que, Leguía tomó el poder y el mismo año convocó a una Asamblea Nacional que fue la encargada de elaborar una nueva Constitución Política para el país. Aunque, en su discurso de 1921, indicó que con su presencia en el Congreso de la República cumple con lo establecido constitucionalmente, no existe ningún artículo que lo obligase a ello. Era más parte de una tradición protocolar de celebraciones de Fiestas Patrias.

Además, resulta interesante que al hacer mención del primer Centenario de la Independencia (1821-1921), lo relacione directamente con un homenaje a los próceres que dieron la libertad al Perú. Rinde un homenaje de la patria a esos peruanos que participaron directamente en las luchas independentistas y que terminaron con el yugo español que duró casi tres siglos. Pero, inmediatamente añade que:

“Palabras de sincero afecto y merecido encomio debo aquí a la Madre España, altamente hidalga y noble, y aún más gloriosa en su generoso olvido de nuestras pasadas querellas de familia; y a la gran República Argentina, nuestra hermana primogénita, copartícipe primordial en esta fiesta que es estrictamente suya, como que, con sus legiones y tesoros, consagróse a la gran empresa de la emancipación americana, americanizando con su altruismo y abnegación el empuje redentor de sus denodados hijos, acudiendo a nuestro auxilio un siglo hace y viniendo hoy a confundirse con sus hermanos del Perú en la celebración de la magna fecha, realzada con el culto que rendimos a la memoria del ínclito San Martín”.

Se puede percibir que el discurso del 28 de julio de 1921 fue, principalmente, una suerte de pedir disculpas a España por haber logrado la independencia y, a su vez, un agradecimiento porque ella –siendo la “Madre Patria”- supo “olvidar generosamente” esa afrenta del Perú para con su “hidalguía y nobleza”. Leguía, no es el primero en indicar que España es “hidalga y noble”, la totalidad de hispanistas que controlaban las cátedras en la universidad de San Marcos indicaban lo mismo en sus discursos. Además, los impulsadores de la idea que el Perú era un “País Mestizo” siempre han sostenido –desde un determinismo biológico- que nuestra nacionalidad se

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sustenta en la nobleza e inteligencia de España y el color y tenacidad de los Andes.

Además, reconoce en sobremanera la participación de los ejércitos extranjeros que arribaron a nuestras costas con la finalidad de “auxiliar” a los peruanos. De una sola pluma borra los cientos de levantamientos indígenas y campesinos ocurridos a lo largo de todo el siglo XVIII. Desconoce totalmente la magnitud y la importancia de la Revolución de 1780 liderada por Micaela Bastidas y Túpac Amaru. Mejor dicho, su discurso tiene como base ideológica, la teoría de la Independencia del Perú impuesta por las clases dominantes. Aquella que rescata la participación de los ejércitos llegados de otras latitudes; de los representantes de las clases dominantes coloniales y de los documentos elaborados por las mismas. Una característica que no se ha perdido hasta la actualidad. Incluso hoy –en pleno siglo XXI- existen historiadores de pacotilla que desprecian la Revolución de 1780 e indican que jamás logró el impacto social que verdaderamente alcanzó en toda la América Colonial.

Hasta 1821, Lima fue una plaza fuerte del colonialismo español. Esa situación no fue producto de la presencia de importantes y poderosos contingentes del ejército imperial en nuestra ciudad; por el contrario, las tropas españolas en Lima fueron muy pocas y débiles. Lo que hizo posible la dominación férrea de España sobre Lima es la lealtad de la clase dominante limeña a la corona española. Y, mucho más, la lealtad de la clase dominante limeña a las ingentes cantidades de dinero que la corona española les permitió usufructuar y acumular. La clase dominante limeña siempre vio con espanto y desprecio la independencia del Perú. Pero, le temía mucho más a la muchedumbre. Su temor y asco a la chusma hizo que las clases dominantes siempre vivan cómodamente junto a la dominación colonial imperial de Madrid. Y, en julio de 1821, cuando las tropas dirigidas por el Mariscal José de la Serna –a la sazón último Virrey del Perú- dejaron Lima, inmediatamente pidieron ayuda a los ejércitos –compuestos por cientos de indígenas y negros nacidos en el Perú- dirigidos por el General José de San Martín. Las clases dominantes limeñas fueron independentistas “de último momento”; tan igual como han sido “demócratas de último momento” y “burgueses de último momento” durante los últimos doscientos años.

En su discurso de 1921, Leguía anotó que:

“La presencia entre nosotros de las embajadas y plenipotencias acreditadas por la mayoría de los pueblos del orbe y, entre ellas, la del Santo Jefe de la Iglesia Universal, impónenme el gratísimo deber de enviarles en esta ocasión, pública y solemnemente, en nombre de la República toda, así nuestro saludo cordial y caluroso, como la expresión de nuestro agradecimiento por haber querido honrarnos visitando nuestro hogar y participando en él, del justo regocijo que hoy llena el corazón de los peruanos. La concurrencia de los pueblos que se han dignado acudir a nuestro llamamiento y el acto de presencia de sus distinguidísimos representantes, además de significar una íntima comunidad de aspiraciones, es una prueba más,

palpable y satisfactoria, de la consolidación de amistosos vínculos que, tras la catástrofe postrera, hanse establecido entre todas las naciones”.

No cabe duda que el discurso de Leguía se encuentra envuelto en la ideología de las clases dominantes del Perú de inicios del siglo XX. Reconoce la presencia de la Iglesia católica –la cual también formó parte de la violenta conquista y la brutal imposición de occidente sobre las sociedades andinas- en las celebraciones del Centenario. Este reconocimiento forma parte de la manera de entender el proceso de formación de una nación peruana mestiza, que fue planteada por los intelectuales de la Generación del 900. Según ese discurso, el Perú sería una nación mestiza porque habla un mismo idioma (Castellano); tiene una religión (el Cristianismo Católico) y un territorio (heredado del Tawantinsuyu). Así, el Perú de 1921 tiene parte de indígena y parte de occidental. Entonces, las otras naciones de América que comparten con el Perú el idioma y la religión son nuestras hermanas. Nace Hispanoamérica. Algún confuso ideológico, para oponerse, utilizó siempre Indoamérica, siendo otro concepto inadecuado para interpretar la realidad del Perú y del continente. Igual que Latinoamérica. Son términos racistas. Actualmente, otros términos racistas como Afroperuano o Italoperuano, son nulos al momento de interpretar la realidad peruana de inicios del siglo XXI. Una clara influencia de la educación racista impartida desde la escuela y la universidad por Sebastián Lorente.

Sebastián Lorente fue educador y director del colegio Nuestra Señora de Guadalupe, durante la segunda parte del siglo XIX. En dicho colegio se educaban los niños y adolescentes provenientes de las clases dominantes. Es interesante reconocer que muchas de las ideas del profesor son asumidas como verdades insuperables por los educandos a su cargo. Así, varias generaciones de limeños repitieron los pensamientos y las palabras de este educador español. El educador español Sebastián Lorente escribió que:

“El indio no tiene el atrevimiento del salteador de caminos, y por eso no es para los robos en grande. Mandad sin inquietud una carga de plata con solo el conductor, que llegará a su destino. Si dejasteis olvidada una prenda valiosa en la calle o en el campo, nadie se atreverá a tomarla. Pero los objetos de poca monta los sustraerá el indio a vuestra propia vista, casi de vuestras manos. Nada le inspira el respeto a los bienes ajenos, y todo le mueve a desconocer la propiedad; así que no puede acercársenos sin robar algo, una bagatela, un harapo, un utensilio de que ya no hacíamos aprecio. Sacará la yuca y la carne de la olla, y las enterrará provisionalmente en la cocina; escarbará la tierra para llevarse las papas que acaba de sembrar por nuestra cuenta, sin cuidarse del considerable desfalco que su pequeño hurto ocasiona en la cosecha. Al trasquilar el ganado ocultará algún vellón entre las espinas y piedritas”.

Entonces, si el indio es un ladrón de poca monta, la servidumbre de origen andino que trabajaba en las casas de la clase dominante, era la principal sospechosa de la

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pérdida de alimentos, objetos de segunda o “harapos”. El indio era ratero porque así es su conducta desde el nacimiento pero, un ratero menor, una especie de ave de rapiña, se le debe de vigilar porque sus robos de menor cuantía con el tiempo se convierten en grandes pérdidas para los patrones. Quizás por ello, la clase dominante en el mercado siempre compra los alimentos exactos. Una forma de contabilizar las existencias y evitar el robo de “la sirvienta” o “del muchacho” que trabaja en la casa. Lorente les enseñó a los miembros de la clase dominante peruana a despreciar al indio por ratero pero, no sólo enseñó eso en sus clases en el colegio Guadalupe.

Y, luego, Leguía hace hincapié en la decisión de no invitar a Chile. Dice:

“Con pesar, exceptuamos de nuestra invitación al pueblo que, cuarenta años ha, rompió las tradiciones de fraternidad americana, enarbolando el pendón de la conquista en el continente, sin haber, hasta ahora, dado muestras de reacción ni de arrepentimiento. La exclusión era merecida e inevitable. Nuestra dignidad ultrajada no permitía otra cosa. Mientras el ofensor gratuito no reforme su conducta y renuncié a sus métodos inveterados de violación del derecho, el Perú no podrá extenderle su mano amiga en reposición de vínculos un día fraternales y sinceros. Sin embargo, con clara visión de su fabuloso porvenir y un espíritu exento de pasiones mezquinas, perdonará las ofensas del hermano extraviado cuando este, renegando de su ya viejo proceder, pruebe haberse hecho digno de volver sin tacha ni vergüenza, al regazo común americano”.

Toda clase dominante incapaz de poder elaborar un proyecto político que la transforme en clase dirigente y gobernar –desde sus propios intereses- un país, se vale constantemente de la creación de enemigos y externos para lograr cohesionar –bajo su dirección- a los amplios sectores sociales pobres y extremadamente pobres. Es parte de su populismo. Entre 1879 y 1883, el Perú se vio enfrascado en una guerra contra Chile. La causa principal fue el afán económico del imperialismo capitalista inglés por controlar, explotar y beneficiarse en forma directa de los yacimientos de salitre existentes en el extremo sur del Perú y el litoral boliviano. Un extremo sur y un litoral totalmente abandonado por las clases dominantes centralistas limeñas y norteñas. Entonces, el Centenario de la Independencia fue un momento muy útil para que el Presidente Augusto B. Leguía, demuestre a las muchedumbre (hoy los medios de comunicación de la extrema derecha le llaman población), que él y su gobierno, también consideran al pueblo chileno un enemigo del Perú.

Patrioterismo, Chauvinismo e Historia deformada intencionalmente por los intelectuales al servicio económico de las clases dominantes, siempre han servido para mantener distraídas a las clases populares. El gobierno de Leguía que representó los intereses estadounidenses y de la oligarquía peruana, no fue la excepción. Las celebraciones del Centenario de la Independencia del Perú, pasaron a nuestra historia como

una simple anécdota; no sirvió para transformar la realidad social, económica, cultural y política del país. Hoy, rumbo al Bicentenario, la historia amenaza con repetirse.

EL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y EL DISCURSO DE VELASCO DEL 28 DE JULIO DE 1971

El 3 de octubre de 1968, el país fue testigo de otro golpe de Estado. Ahora, era el General Juan Velasco Alvarado quien asumía la Presidencia del Perú en forma violenta. Aunque, el gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry era repudiado por la gran mayoría de peruanos que fueron testigos del llamado Escándalo de la Pagina 11. Así, el golpe de Estado gozó del aplauso de diversos sectores de la sociedad peruana. El nuevo gobierno militar, cosechó mayor simpatía cuando, el 9 de octubre de 1968, la International Petroleum Company (IPC) fue expulsada de nuestro territorio y se produjo la nacionalización del petróleo. La prensa de la época bautizó esa jornada como Día de la Dignidad Nacional. Y, el 24 de junio de 1969, la Ley de Reforma Agraria, terminó de transformar el Perú al eliminar la hacienda y a la oligarquía. Dejamos de ser un país semifeudal para siempre. Entramos a lo era del capitalismo mundial.

Para celebrar el Sesquicentenario de la Independencia del Perú, el gobierno militar creo distintas comisiones. Una de las más activas fue la denominada Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, que fue presidida por el General Juan Mendoza Rodríguez. Integrada por intelectuales como: Guillermo Lohmann Villena (Ministerio de Relaciones Exteriores); Alberto Tauro del Pino (CONUP); Luis Ulloa (Confederación de Instituciones Profesionales, Universitarias y Liberales del Perú); Armando Nieto Vélez (Asamblea Episcopal del Perú); Aurelio Miró-Quesada Sosa (Academia Nacional de Historia); Ella Dunbar Temple (Sociedad Peruana de Historia); José Agustín de la Puente Candamo (Instituto Riva-Agüero); Gustavo Pons Muzzo (Instituto Sanmartiniano del Perú); Augusto Tamayo Vargas (Sociedad Bolivariana del Perú); Félix Denegri Luna (Instituto Libertador Ramón Castilla); Estuardo Núñez (Biblioteca Nacional del Perú); Guillermo Durand Flórez (Archivo Nacional); entre otros. Una pléyade de intelectuales provenientes de diferentes universidades como San Marcos o la PUCP, quienes trabajaron arduamente en la publicación de la formidable Colección Documental de la Independencia del Perú, se puede decir que fue la primera digitalización de nuestros archivos. Todo ello dirigido por un régimen militar que algunos de sus descendientes ha tildado de comunista.

En el discurso por 28 de julio de 1971, Velasco indicó que:

“Este año la celebración de nuestra independencia tiene un significado especial. Hace siglo y medio advinimos a la vida republicana, rompiendo para siempre los lazos de coloniaje que habían prevalecido durante trescientos años. Aquella gesta heroica que nos hizo libres representa un punto focal en nuestro desenvolvimiento histórico. Culminación parcial de un viejo proceso liberador hondamente enraizado en el sentir de nuestro pueblo,

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esa declaración de independencia, sin embargo, no fue suficiente para garantizar de manera efectiva nuestra verdadera emancipación. Rompimos, sí, las cadenas del directo vasallaje extranjero, pero no pudimos, a partir de allí, afirmar el camino de la liberación auténtica y permanente de nuestra nacionalidad”.

Podemos percibir que en su discurso, Velasco tiene una mirada de la Independencia Inconclusa. Es decir, la proclamación realizada el 28 de julio de 1821 por el General José de San Martín, fue solamente un rompimiento político (formal) con la dominación del imperio español. Más, en la realidad económica, social y cultural, esa dominación se mantuvo por mucho tiempo más, incluso, se trasladó de Madrid a Londres, y luego a Washington. Pasamos de una dominación colonial hispánica a una dominación económica inglesa y estadounidense. En su discurso, Juan Velasco Alvarado hace referencia –en forma implícita- a los acontecimientos del 9 de octubre de 1968, como una manera de interpretar que la real independencia aun no se ha logrado. Además, Velasco indicó que:

“Nuestra primera independencia fue, por eso, una gran conquista histórica inconclusa, porque, fundamentalmente, las condiciones reales de vida de la inmensa mayoría de peruanos permanecieron, en esencia, inalteradas. No pudimos o no supimos, como nación, darle a la independencia del tutelaje colonial la dimensión de un hecho que significara el inicio de la transformación efectiva de nuestra naciente sociedad republicana. El pueblo auténtico del Perú, en mucho gestor del aliento que hizo posible la liquidación de la colonia, no fue el verdadero beneficiario de la victoria independentista. Continuó siendo un pueblo explotado y misérrimo, cuya pobreza fue el sustento final de la inmensa fortuna de quienes, en realidad, fueron los herederos de la riqueza y del poder que antes en gran parte estuvieron en manos extranjeras”.

Luego de la independencia formal de 1821, la economía peruana siguió bajo el control de manos extranjeras: el guano para los ingleses; el caucho para cualquier extranjero; el petróleo para los estadounidenses; los minerales también; etc. La clase dominante se conformó con ser una simple bisagra entre los intereses económicos de las empresas extranjeras y la explotación del indígena campesino y obrero del Perú. Fueron los Kurakas del capital en el siglo XIX y XX. Actualmente lo siguen siendo. La explotación del español hacia el peruano, se convirtió en la explotación de la empresa extranjera sobre el peruano y la explotación de la clase dominante peruana sobre las grandes mayorías del Perú. Los campos de batalla en Junín y Ayacucho se regaron de la sangre de miles de campesinos y pobres del Perú, pero fueron los que poco o nada recibieron por su contribución a la Independencia. De vasallos del Rey de España pasaron a convertirse en Siervos de algún oligarca. La Independencia de 1821 no significó nada para las grandes mayorías del Perú.

Es así que Velasco sentencia:

“En resumen, nuestro pueblo fue el triunfador silencioso, olvidado y anónimo, de una batalla histórica dada en su

nombre y que debió beneficiarlo. Perdido el sentido más profundo de la epopeya por la libertad, el Perú fue un país a lo largo de cuya vida republicana los males de su pueblo permanecieron intocados”.

Pero, Velasco también utilizó las celebraciones del Sesquicentenario de nuestra Independencia para realizar un enfoque de continuidad-ruptura. Es decir, existió una continuidad histórica hasta cierto momento y, luego, se produce una ruptura. Ese momento histórico de continuidad-ruptura es su gobierno. Por ello, agrega que:

“Ahora, al cabo de ciento cincuenta años, este sombrío pero verdadero panorama ha empezado a cambiar radicalmente. Hoy nuestro pueblo retorna al camino de su antigua tradición libertaria y, otra vez, se pone en marcha para culminar la tarea inconclusa que nos legaron los próceres de nuestra primera Independencia. Hoy los hombres de este pueblo luchamos para realizar a plenitud un gran legado histórico. Hoy estamos luchando por hacer realidad en el Perú el ideal de justicia que nuestros antepasados no pudieron conquistar cuando dieron sus vidas y su esfuerzo para hacernos libres”.

Es decir, 150 años después de la “Primera Independencia”, se ha empezado a gestar una “Segunda Independencia”. La primera quedó inconclusa; por el contrario, la segunda será una “verdadera” que permitirá al país retornar al camino histórico que fue obligado a abandonar de manera violenta en 1533. Ese momento que marcará un antes y un después será el 3 de octubre de 1968. Lo asume de manera firme cuando indicó que:

“La Revolución Peruana es la continuadora histórica de nuestra primera gesta libertaria. Estamos luchando no sólo para crear un ordenamiento de justicia, sino también para liberar definitivamente a nuestra patria del yugo económico del poder extranjero. Sin embargo, nuestra Revolución no representa únicamente un ideal de reivindicación económica, ni tan sólo un anhelo de justicia social. Queremos que nuestro pueblo libere todo su potencial de creación para ser el verdadero forjador de una sociedad nueva en la que todos sientan el orgullo de saberse libres, conscientes de su dignidad de hombres, seguros de ser los ciudadanos de un país que con conciencia hace su historia porque en verdad la vive. Nuestra segunda independencia debe ser una realización integral que abarque todos los ámbitos de nuestra realidad, que tenga un significado directo y verdadero para cada hombre y para cada mujer de nuestro pueblo y que torne luminosa y vivida la noción de una patria que todos sepamos sentir como la obra de nuestro propio esfuerzo, como el diario quehacer de nuestro empeño”.

De esta forma, Velasco logra encausar el proceso iniciado y liderado por él en 1968 con una continuidad histórica mayor. Y, donde el punto de inflexión se encuentra el 3 de octubre. Pero, sólo lo anuncia como el comienzo de algo mucho mayor, una gran gesta que le permitirá a las grandes mayorías de peruanos alcanzar su utopía (o paradigma para estar de moda como los posmodernos). Esa utopía que era ser verdaderamente libres y auténticos

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se encarnaba en la figura de Túpac Amaru, el verdadero iniciador de nuestra independencia y liberación nacional. Así, el nacimiento del Perú como Nación sería el 4 de noviembre de 1780. Su afirmación histórica, el 3 de octubre de 1968. Mientras que, la Reforma Agraria de 1969, el momento donde el siervo se convierte en propietario. No es una utopía socialista; por el contrario, es el paradigma liberal capitalista. Hacer de cada ser humano, un propietario de su destino.

El sueño del Sesquicentenario se reafirma cuando Velasco indicó que:

“Recusando la pretendida validez de los viejos y ya periclitados modelos de organización político-económica hoy aún en boga, la Revolución Peruana se enrumba hacia la construcción de una sociedad solidaria de participación plena en la cual los sectores sociales tradicionalmente marginados tengan acceso a los distintos niveles de todas las dimensiones del poder. Comprendemos muy bien que los grandes ideales libertarios y humanistas de nuestra Revolución serían por completo inalcanzables si no modificáramos de manera substancial las relaciones de poder económico en el Perú. Ningún hombre puede ser libre mientras viva explotado. De allí que la justicia sea para nosotros una dimensión esencial de la libertad. Y de allí que para nosotros la lucha por una sociedad libre sea fundamentalmente también lucha por la justicia social”.

Las celebraciones del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, celebrados en julio de 1971, fueron el momento preciso para indicar que el proceso iniciado en 1968, no forma parte de los “viejos modelos”. Vale decir: no es ni liberal ni socialista. Ni Adam Smith ni Karl Marx. Pero, en la práctica, siempre fue un proceso hacia el capitalismo. Velasco dice:

Nada de esto podríamos lograr dentro de la moral social de un individualismo egoísta y estéril que torna a los hombres enemigos de otros hombres y que exalta las formas más extremas y, en verdad, menos humanas de competencia, de rivalidad, de explotación. Pero tampoco lo podríamos lograr dentro de la moralidad social de un sistema que hunde al hombre en la más ominosa dominación de un estado monopolizador de todas las formas de poder”.

El General Juan Velasco Alvarado hizo del Sesquicentenario un momento de interpretación y crítica al proceso histórico republicano de los últimos 150 años. Logros y frustraciones. Sueños y Pesadillas. Frente al Bicentenario, ¿cuál será el balance?

PANDEMIA Y BICENTENARIO

Ad portas de iniciar la fiesta del Bicentenario, nuestro país se encuentra en medio de la Pandemia COVID 19 que va enlutando miles de familias a nivel mundial y local. Desde el gobierno, ya se preparaban para festejar. Por ello, se conformaron las llamadas Comisiones del Bicentenario, las cuales, tenían como principal trabajo, maquillar y decorar la realidad histórica del país frente al 2021. Mejor dicho, las susodichas comisiones no tenían ninguna

función de interpretar los hechos de los últimos dos siglos; por el contrario, sólo tenían que hacer mirar a todos hacia otro lado. Pero, el Estado de Emergencia decretado –en forma tardía- por el Ejecutivo, dejó sin ningún piso los intentos de celebrar el Bicentenario.

Fue la Revolución de Túpac Amaru y Micaela Bastidas el acontecimiento que prácticamente desnudó el Perú Colonial de los siglos XVI; XVII y XVIII. Fue la Guerra contra Chile el acontecimiento que desnudó el Perú Republicano del siglo XIX. Fue la violencia política interna el acontecimiento que desnudó el Perú Republicano del siglo XX. Es la Pandemia del COVID 19 que prácticamente ha desnudado el Perú Neoliberal de inicios del siglo XXI, y –junto con ello- el fracaso que ha significado el Perú Republicano de los últimos 200 años.

Esta Pandemia COVID 19 ha dejado en evidencia la inexistencia de un sistema de salud; de un sistema de educación; de un sistema para enfrentar emergencias nacionales; de un sistema penitenciario; de un sistema de seguridad nacional; etc. Mejor dicho, gracias al COVID 19 ha quedado demostrado que el Perú es un país informal. Que los gobiernos son informales. Que los Poderes del Estado son informales. Que no existe un concepto elaborado de ciudadanía. Estamos en el país del “sálvese quien pueda” o “sálvese quien tenga dinero para hacerlo”. El Estado no funciona. No porque –como sostienen radical y sectariamente los neoliberales- el Estado sea incapaz de poder funcionar; sino porque existen intereses económicos y políticos que no permiten que el Estado funcione. Nunca dejamos el Estado Patrimonial. Simplemente pasó de ser patrimonio de la Oligarquía para convertirse en patrimonio de los grupos políticos en el poder. Que, en muchos casos, coinciden en su origen social.

Según el portal de la Organización Mundial de la Salud (OMS):

“Un sistema de salud comprende todas las organizaciones, instituciones, recursos y personas cuya finalidad primordial es mejorar la salud. Fortalecer los sistemas de salud significa abordar las limitaciones principales relacionadas con la dotación de personal y la infraestructura sanitarios, los productos de salud (como equipo y medicamentos), y la logística, el seguimiento de los progresos y la financiación eficaz del sector. Es la suma de todas las organizaciones, instituciones y recursos cuya finalidad primordial es mejorar la salud…Un sistema de salud necesita personal, fondos, información, suministros, transporte, comunicaciones y orientación y dirección generales. También tiene que prestar servicios que respondan a las necesidades y sean equitativos desde el punto de vista financiero, al tiempo que se dispensa un trato digno a los usuarios”.

Bajo esa premisa, el Perú carece –desde siempre- de un sistema nacional de salud. Mejor dicho, no basta con tener sólo las partes; sino, todas las partes deben estar perfectamente interconectadas para lograr formar el todo. Por ello, establecer una política de salud que permita crear y mantener un sistema de salud no es simplemente: inaugurar hospitales. Los hospitales por si solos no son

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un sistema de salud. Eso ha quedado evidenciado en esta crisis. Tenemos un Ministerio de Salud que no tiene como objetivo la salud de los peruanos dentro del Perú. Los Ministros de Salud han sido simplemente figuras decorativas sin mayor poder de decisión. Y, lo único que han hecho es lograr que la salud se convierta en un buen negocio y un mejor negociado. Privatización y corrupción en salud ha significado que miles de peruanos tengan la idea que es mejor “comprar” un seguro médico que exigir derecho universal a la salud. Pero, lo que consolida éste pensamiento, es la existencia de corrupción en el sector salud. Entonces, las cosas no funcionan y, cuando funcionan, es gracias a la corrupción. Entonces, es mejor escapar de ello. Resultado: la privatización de la salud. El neoliberalismo pregonó ética; hoy muchos recién han comprendido que la ética no existe para los neoliberales. Hasta la muerte puede ser un gran negocio (y un mejor negociado).

La UNESCO sostiene que:

“La educación primaria y secundaria básica permite a los individuos adquirir habilidades y competencias fundamentales para convertirse en ciudadanos empoderados capaces de participar activamente en su cultura, sociedad y economía. Además, los años de escolarización constituyen un espacio clave para generar conectividades e interacciones positivas entre grupos sociales y culturales diversos y durante los mismos se construyen y transmiten valores y actitudes compartidas indispensables para la vida en sociedad y el desarrollo del capital y la cohesión social en la comunidad”.

En nuestro país, la educación está muy lejos de alcanzar los objetivos planteados por la UNESCO. La inexistencia de un sistema educativo y la falta total de objetivos ha generado que la escuela primaria y secundaria sea vista sólo como el antecedente directo de la universidad. Los niños peruanos asisten casi 14 años de su vida a la escuela para terminar frente a un examen de admisión. El ingreso o no ingreso a la universidad, es uno de los factores que determina la idea de aceptar o rechazar la calidad y la importancia de un determinado colegio. Entonces, los que ingresen a la universidad sólo tendrán la posibilidad de seguir prolongando su enfrentamiento con la realidad del país; por el contrario, los que no ingresen a la universidad serán inmediatamente parte de los problemas que aquejan el país. No existe otra mirada frente a la educación. Por ello, en tiempos de CORONAVIRUS, los padres rechazan otra forma de enseñanza que no sea la presencial. Se supone que los niños aprenden en el aula. Hemos olvidado que los niños primero deben aprender en hogar. Y, lo que es peor, un Ministerio de Educación sin ninguna reacción. Lerdo. Lento. Una burocracia que sólo ve en la educación un pretexto para lograr un sueldo del Estado. Totalmente incapaz. Los “especialistas” del Ministerio de Educación son totalmente nulos en el aula. Teóricos puros que se asustan cuando deben asistir a una cita con la realidad. Incapaces de evaluar lo real de la crisis. Parece que el 2020 en educación ya lo hemos perdido; pero no por el COVID 19, sino por el Ministerio de Educación.

Según el doctor Sergio Cámara Arroyo:

“Siguiendo a Téllez Aguilera, podemos definir la expresión «sistema penitenciario» como el conjunto de principios fundamentales que informan la ejecución de las penas y medidas privativas de libertad dentro de un ordenamiento jurídico. En este sentido, debemos distinguir el concepto de sistema penitenciario (que conforma «el todo»), de otros términos como el de régimen penitenciario, que hace referencia al conjunto de normas o medidas que persiguen la consecución de una convivencia ordenada y pacífica que permita alcanzar en el establecimiento la consecución de los principios del sistema penitenciario. De este modo, los modernos sistemas penitenciarios incluyen tanto la clasificación de los reclusos, el régimen y tratamiento penitenciarios, como el régimen disciplinario y la asistencia social al penado”.

La lectura de la cita anterior, nos demuestra que en el Perú no tenemos un sistema penitenciario. Es sabido que la justicia no es ciega. Que la balanza se inclina hacia el más poderoso. Que en las cárceles no están todos los que deben estar. Que en las cárceles están muchos que no deberían estar. Sin sistema penitenciario, tampoco existe régimen penitenciario. Un procesado o un sentenciado son enviados a la cárcel que se le ocurra a la justicia. Incluso, algunos están “recluidos” en instalaciones que no son cárceles. Lo que hace imposible saber si verdaderamente están “presos”. A ello, el hacinamiento y la corrupción, han deformado totalmente el sentido de “resocialización”. Para muchos es mejor que no exista resocialización. De existir, ya no habría coimas.

Y, es que el Estado de Emergencia también ha evidenciado que no se puede combatir el virus de la corrupción que existe de manera estructural en el Perú. Celebraremos en Bicentenario de la República de la Corrupción. Millones y millones de soles robados de las arcas del Estado para beneficiar a un ciento de individuos que hacen de la política un negociado, y del gobierno un teatro de operaciones.

Y, el Perú no se reactivará porque estará guiado por un Plan Nacional de Reactivación; el Perú se reactivará porque es la imperiosa necesidad de las grandes mayorías. En el Perú se puede morir de COVID 19. Pero, también se puede morir de tuberculosis. También se puede morir de hambre. De diabetes. Asesinado en la vía pública. Atropellado por un conductor ebrio que cruzó la luz roja y que en la comisaría puede “arreglar” el examen toxicológico.

Para millones de peruanos. Para los más pobres. El COVID 19 es simplemente otra posibilidad de morir. Quedarse en casa sin trabajar los aproxima mucho más a la muerte. Salir de su casa es sólo un albur.

Mientras tanto, el Bicentenario será una buena oportunidad para seguir succionando las arcas del Estado.

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El presente artículo analiza las condiciones de la crisis que nos agobia, y plantea propuestas para iniciar una reconstrucción equitativa con justicia social en la perspectiva de una nueva república en las nuevas condiciones mundiales. ¿Con qué criterio vamos a emprender la reconstrucción? ¿Con el de los gobernantes actuales? ¿Con el de los que vienen, en las próximas elecciones generales? ¿Con el enfoque de las instituciones empresariales? ¿Podemos cambiar el diseño de la república “bicentenaria”?

Estamos en el “mes de la patria”, fatídico para los dueños originarios del territorio peruano que perdieron su patria el Tahuantinsuyo, pues los usurpadores colonialistas se la arrebataron suplantándolos hasta hoy. Aun, los descendientes de Juan De la Torre, uno de los 13 de la Isla del Gallo que acompañaron a Pizarro, como son Raúl Diez Canseco y Víctor A. García Belaunde, se disputan la candidatura presidencial para el 2021.

La economía mundial y nacional están destrozadas. El crecimiento global se proyecta en –4.9%, Latinoamérica -9,4% y Perú -14%. Los negocios están arruinados porque la pandemia ha roto todas las conexiones del engranaje del sistema por las que circula el dinero. Los siguientes gráficos muestran la situación al mes de abril de dos rumbos opuestos: Desarrollo de la pandemia y pérdida del empleo, pero el descalabro es en todas las actividades humanas. Esta situación ha emporado a la fecha.

Días transcurridos desde que el contagio llegó a 1/millón de habitantes.

Se presume que después de la pandemia, el mundo ya no será el mismo, dando por hecho un cambio que transformará nuestra vivencia en el planeta. Esto significaría un proceso de reconstrucción del sistema vigente. ¿Qué tanto de cierto hay es esta hipótesis?

Hay muchos aspectos a considerar y la factibilidad de las posibilidades tienen muchas implicancias, por la confrontación de intereses en pugna y la envergadura del cambio esperado y posible, desde el nivel local hasta el global. ¿Cómo afrontar esta tarea? Las respuestas difieren, porque no todos sufren la crisis por igual, ni todos piensan igual sobre lo que se debe hacer.

Los grandes empresarios tienen una visión del problema y los neoliberales solo ven cifras de rentabilidad, competitividad, mercado, flujos financieros, sin importar el sufrimiento humano, pues para ellos, solo cuenta el costo beneficio privado y nada más. Por eso, las soluciones que propugnan las diversas clases sociales tienen el sesgo de sus propios intereses. Entonces, lo que es bueno para las instituciones empresariales podría no serlo para las instituciones populares.

El ¿Qué hacer? depende de quien lo diga. Si pensamos solamente en nuestro caso particular, nuestra perspectiva será según nuestra conveniencia. Si lo hacemos pensando solamente en nuestro grupo político o clase social, será otra la perspectiva. Pero si pensamos como país, la dimensión de nuestra perspectiva adquiere otras connotaciones. Cada percepción ideológica conduce a plantear soluciones en correspondencia con ella.

Pero por encima de todo, hay intereses de peso internacional que ven el mundo como su dominio, desdeñando lo que aspiren las sociedades dominadas. Son solo siete los países poderosos que deciden lo que

RECONSTRUCCIÓNCON JUSTICIA SOCIALEscribe: Milcíades Ruiz

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harán con nosotros, en esta crisis global. El G7, tiene el manejo financiero, militar, tecnológico y político de los principales ductos de la economía mundial. Los pequeños ductos económicos “no tienen vela en este entierro”. A estos, solo les queda acoplarse a lo que decidan los dueños de los grandes ductos.

Pero entonces, ¿de qué sirve devanarnos los sesos, haciendo propuestas sobre lo que hay que hacer, si no son tomadas en cuenta por quienes deciden? La historia nos dice que las ideas, pueden adquirir relevancia en un momento dado y cambiar el rumbo social, si es que guardan concordancia con las condiciones imperantes para su factibilidad. Así sucedió con las doctrinas que cambiaron el sistema monárquico por la república burguesa, la independización colonial y los sucesivos cambios de constitución republicana.

Es verdad que, en el actual sistema, el ¿Qué hacer? no lo deciden los que más sufren que son mayoría sino, los que menos padecen, que son minoría. Todos los gobernantes dicen defender los intereses del país, pero este, ha sido acondicionado en favor de las minorías dominantes. Por consiguiente, todo el manejo de la crisis nacional, tiene ese sello. Detrás de cada solución política están los intereses minoritarios. Es así como nos gobiernan.

Pero algo tenemos que hacer para revertir esta injusticia. Por lo menos aportar ideas y propuestas factibles. “El que calla, otorga” dice el refrán popular, y si las minorías someten a las mayorías, es porque estas, lo permiten. Si nos someten por el poder del dinero, hay que encontrar la forma de contrarrestar esta maldad, con el poder popular que anule las inequidades. Solo así, podremos cambiar este sistema de dominación social reemplazándolo por uno distinto, que nos libere de la opresión del dinero.

Estamos como al inicio de la república. Los colonialistas posesionados del poder fueron los que decidieron por los dueños originarios del territorio nacional que eran mayoría. Decían que lo hacían por ellos. “Vosotros indios, sois el primer objeto de nuestros cuidados. Nos acordamos de lo que habéis padecido, y trabajamos por haceros felices en el día. Vais a ser nobles, instruidos, propietarios, y representareis entre los hombres todo lo que es debido a vuestras virtudes” (Proclama del I congreso constituyente).

Era mentira. Los usurpadores construyeron el país a su conveniencia. Esta visión de los gobernantes no ha cambiado, porque así está concebida nuestra república “bicentenaria”. Siempre nos dicen que es por nuestro bien. Como ahora, que se justifica el manejo empírico de la pandemia y la crisis, anunciando “fases” desfasadas, mesetas que suben, “Reactiva Perú” que favorece a empresas delincuenciales, “Arranca Perú” para los “arrancados”, y otras lisonjas, diciendo que lo hacen por el “interés nacional”. ¿?

El pequeño grupo gubernamental que no representa a nadie, decide con decretos de urgencia absolutista, sin planificación ni estrategia, programas sueltos de reactivación económica, destinando fondos indiscriminadamente, sin prioridades ni selectividad. Entre las empresas beneficiarias de “Reactiva Perú” figuran

aquellas que han robado al país, y otras intervenidas por la fiscalía por tala ilegal, que deforestan la Amazonía, debilitando nuestra protección ante el cambio climático y las epidemias que genera. ¿Ese es el interés nacional?

¿Con qué criterio entonces, deberíamos emprender la reconstrucción? ¿Con el de los gobernantes actuales? ¿Con el de los que vienen, en las próximas elecciones generales? ¿Con el enfoque de las instituciones empresariales? ¿Es factible una reconstrucción que responda a las aspiraciones populares? ¿Es justo que todo el peso de la crisis recaiga sobre los más desprotegidos? ¿Vamos a dejar que esta injusticia impere sin hacer nada? ¿Podremos cambiar el rumbo del país?

No sabemos lo que nos espera. Sobre lo que hará la cúpula gobernante, sobre lo que dejaremos que hagan con nosotros, y lo que hagamos o no, en este momento histórico. Hay asuntos que están a nuestro alcance resolver, pero no, sobre los cuales no tenemos poder de decisión. He allí el problema. Si no tenemos participación en las decisiones, estamos perdidos. Estamos obligados a forzar decisiones favorables con ideas y acciones, actuando juntos a la vez. Si no lo hacemos, no habrá cambio.

Nos saldrán al encuentro con la “Mesa de diálogo”, “Acuerdo Nacional” “Nuevo pacto social”, “Nueva convivencia” y otras lisonjas. Esa fue la trampa que tendieron a los agricultores del valle de Tambo en huelga contra el proyecto minero “Tía María”. No podían negarse al diálogo. Pero en esa mesa, había una veintena de representantes del gobierno y de la empresa minera; contra una sola representación popular. Estaban en total desventaja. No cayeron en la trampa e hicieron prevalecer su causa.

Eso puede suceder ahora haciendo que las minorías sean mayoría y viceversa. Hace 18 años que lo vienen haciendo con el “Acuerdo Nacional”, organismo del gobierno al que son convocados incluso los gremios sindicales en minoría, que son utilizados para aparentar un consenso, que resulta estéril. Los acuerdos no se traducen en disposiciones legales de ejecución inmediata. Este camino ha sido falso.

Las minorías mandan sobre las mayorías por diferencia de poder. La influencia de aquellas sobre el gobierno, es efectiva porque su organización institucionalizada tiene el peso político que les permite eficacia en la defensa de sus intereses. Su fortaleza organizativa les otorga mayor poder de negociación. Comparen las instituciones que poseen las minorías, con las instituciones populares en número y poder, político, sector por sector.

Comprobarán que, del lado popular, no hay instituciones con capacidad equiparable a la CONFIEP, Cámaras de Comercio, Sociedad de Industrias, Sociedad de Minería y petróleo, Asociación de Exportadores, Cámara Peruana de la Construcción, etc. No podemos seguir dando la batalla con gremios populares minusválidos. Tenemos que fortalecer nuestras filas. Es verdad que el dinero es la fortaleza de las minorías. Pero en diversas oportunidades se ha demostrado que tenemos nuestras fortalezas en la geografía, unión, ideales, valentía. En eso no nos ganan.

Con esas fortalezas hemos hecho huir del gobierno a los cabecillas de la dictadura fujimontesinista, protegidos por

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las fuerzas armadas y policiales. La masa de jóvenes, hicieron retroceder y derogar la ley laboral que los perjudicaba (pulpines), y los agricultores del valle de Tambo (como los campesinos de Cajamarca) hicieron retroceder con su firmeza a la alianza depredadora gobierno/transnacional minera. Cuando el pueblo se propone, hace prevalecer su fuerza. Pero esta, se desvanece por falta de fortaleza institucionalizada.

Los logros de estos hechos históricos no fueron obtenidos por consenso con nuestros enemigos, ni por acuerdo nacional político, sino, por movilización popular que fue ganando terreno hasta tener capacidad de imponer condiciones. No es lo mismo negociar en frío que negociar actuando y poniendo al adversario en condiciones de aceptar bajo presión. Podemos colegir entonces que, si queremos participar en las decisiones sobre la reconstrucción nacional con justicia, tenemos que adquirir esa capacidad de negociación.

Va entonces mi primera propuesta: Organización popular. No me refiero a una organización de corte ideológico, sino en función a los intereses concretos compartidos por los sectores laborales que funcionen como sindicatos sectoriales, no partidistas, en estos momentos de emergencia. La crisis ha arrojado a la calle a millones de víctimas del desempleo. Vendedores ambulantes surgen por todos lados como sangrado social, pero lejos de recibir ayuda son reprimidos por las autoridades, pues estas, “no han perdido el empleo”.

No se comprende el valor estratégico de este sector en la reconstrucción económica. Todos ellos comparten la misma desgracia, no porque la buscaron, sino porque fueron decantados por la crisis. Ellos necesitan organizarse como fuerza social para tener capacidad de negociación en la solución de su problemática. Pero este caso, es solo un ejemplo de lo que se tiene que hacer en todos los sectores populares afectados: campesinos, albañiles, transportistas, trabajadores de producción especializada, servicios, etc. No hay conquistas sociales sin lucha. Es momento de prepararnos para la acción. Construir institucionalidad sostenible.

No olvidemos que, tenemos una experiencia abandonada que, en otros tiempos dieron resultados. Me refiero a las asambleas populares y frentes de defensa. En esta perspectiva, también hay otras alternativas legales, que pueden tomar cuerpo desde los cabildos distritales, donde es más fácil forzar la participación en las decisiones. Si se logra que los cabildos distritales tengan predominancia en el gobierno local, con participación popular en las decisiones, entonces habrá cambio local, con equidad, transparencia y justicia.

Esa es la ruta a seguir desde el nivel local hasta el nacional. Al no haber confianza en la capacidad de los gobernantes para conducir la reconstrucción, tenemos que asumir una actitud de lucha que garantice una reconstrucción con justicia, con equidad, eficiencia y sensatez. Participación del pueblo en las decisiones es un objetivo que deberíamos proponernos, pero organizadamente, no con improvisaciones. Este es un prerrequisito para una reconstrucción con justicia social.

En cuanto al manejo de la crisis económica lo que propongo para la emergencia es, la inmediata declaración de austeridad estatal, para reducir el gasto hasta lo indispensable y reorientar los saldos en función de la estrategia nacional de reconstrucción con justicia. Ello significa una reformulación del presupuesto nacional ajustando las partidas por emergencia. Pero también declarar en emergencia los servicios básicos, a fin de reducir costos al máximo para bajar precios al mínimo posible y aplicar tarifas diferenciadas que compensen las desigualdades de capacidad de pago.

La otra propuesta urgente es la reestructuración del régimen tributario equitativo, incluyendo la entidad administradora SUNAT. Estamos en una situación de emergencia nacional que amerita la eliminación de privilegios, malas prácticas contables, favoritismos y otros vicios tributarios. En el plano alimentario es urgente el apoyo de las tropas de la marina en la recolección de alimentos disponibles en nuestro mar para apoyar las iniciativas populares de olla común.

Pero junto con las propuestas de medidas de emergencia, es necesario proponer un plan nacional de reconstrucción con justicia en el corto, mediano y largo plazos. Es inconcebible reconstruir sin objetivos ni metas, sin plan, ni estrategia. Una estrategia de manejo diferenciado y compensaciones, nos permitirá equilibrar desigualdades y desventajas: Mejorar lo débil con lo que se pueda sacar de lo fuerte.

Muchas fortunas se erigen a costa de la desgracia de los demás, y si la pandemia hace millonarios a quienes se aprovechan de la necesidad, corresponde aplicar la norma de la compensación de equidad. Esta misma norma debería aplicarse a los gastos de la próxima campaña electoral para evitar la desigualdad de condiciones, las retribuciones políticas por apoyo financiero externo, el fraude y otras maniobras electoreras delincuenciales. Hay pues infinitas fórmulas de manejo creativo de una crisis.

Hay que ver lo que tenemos; asunto por asunto, para saber con lo que podemos contar. Por ejemplo, tenemos una inmensidad de alimentos en los recursos naturales de nuestro mar que son mal utilizados llevándolos al extranjero. Entonces tenemos que impedir la exportación de productos hidrobiológicos para poder combatir el hambre y la desnutrición ocasionados por la crisis. Es paradójico que pasemos hambre con ollas comunes de bajo valor alimenticio, teniendo tanta riqueza proteica marina que se va fuera del país. Si no lo hace el gobierno, tendremos que movilizarnos y luchar, hasta lograrlo.

Esta política de estado, debe regir para todos los alimentos de exportación, mediante cuotas establecidas priorizando el consumo interno de emergencia. No puede ser que estando en crisis alimentaria, las transnacionales que exportan nuestros productos alimenticios como negocio lucrativo, se enriquezcan a costa del hambre del pueblo.

Tampoco deberíamos dejar que todo lo resuelva el gobierno, esperando con los brazos cruzados. A nosotros también corresponde tomar iniciativas apelando a nuestra creatividad. El “taxicholo”, fue una creatividad popular

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surgida de la crisis de la década de 1980. La agricultura urbana propiciada por las municipalidades provechando toda área disponible puede ser una alternativa de auxilio a las ollas comunes, en zonas periféricas de grandes urbes. Pero también tenemos que ser creativos en nuestras modalidades de lucha, haciendo uso de la tecnología digital.

Obviamente si no queremos volver a la normalidad pre pandemia, sino construir un futuro diferente, no hay razón para continuar con la vigente constitución, ni con el corrupto sistema electoral antidemocrático. La banca de fomento, eliminada por el neoliberalismo de Fujimori, es necesario restablecerla como instrumento estratégico de desarrollo. Esta palanca financiera podría ser la clave para una rápida recuperación económica.

En la perspectiva de edificar una nueva república, una de las propuestas básicas es la renovación del Estado, concebido este como aparato administrativo de gobierno, ajustado a los objetivos de la reconstrucción, para que funcione con mística de eficiencia. Necesitamos un aparato estatal de alto rendimiento en dinamizar los emprendimientos y la productividad social. El diseño de una nueva república implica un nuevo diseño de organización social y económico. eliminando los mecanismos negativos al desarrollo.

La vigente división política del territorio, es heredada de la colonia y, deformada en la república por intereses políticos. Los corregimientos pasaron a ser intendencias, la república solo les cambió de nombre llamándolos departamentos y luego regiones. Es incoherente tener un solo sistema administrativo, para realidades diferentes de costa. sierra y selva. Los gobernantes que deciden no entienden lo que es vivir en la selva. Deciden sobre lo que les es ajeno.

El río Santa tiene una orilla para cada región limítrofe, partiendo en dos un valle integrado en todos los aspectos. El departamento de Lima tiene tres regiones en una, y hay valles que pertenecen a tres regiones siendo una sola unidad socioeconómica. Esto es aberrante. Nadie mejor que su propia población para decidir sobre sus recursos naturales y proyectar su desarrollo con sus propios medios, sin estar sujetos a autoridades extrañas. La burocracia advenediza no entiende la idiosincrasia local ni habla la lengua aborigen de su jurisdicción.

Una nueva administración confederada sobre la base de valles y zonas integradas, que establecen sus propias normas jurisdiccionales incluyendo las electorales significa cambiar la actual división política que se arrastra desde el virreinato. El gobierno de valles autónomos es una opción más equitativa de una nueva democracia, y no, como el actual sistema electoral que les impone autoridades que ni siquiera conocen.

Una nueva república debería tener un nuevo ordenamiento territorial. Miles de distritos y provincias han sido creados solo por maquinaciones políticas cuyas burocracias son carga presupuestal, focos de corrupción e ineptitud. La nueva república no debería seguir con una división política de administración geográfica irracional.

Pero esta propuesta que requiere mayor explicación de sus fundamentos, es solo una de las muchas que podemos aportar para un plan de reconstrucción para el corto, mediano y largo plazos.

En este momento, lo más urgente es reacondicionar nuestra economía a las necesidades de la población para salir de la crisis. No tiene sentido garantizar créditos a empresas que tienen rota la conexión económica y todavía no está restablecida. Los bancos colocan todo lo que pueden a estos prestatarios porque están garantizados por el Estado. Si no cumplen, lo paga el estado. Es decir: nosotros. Aun restableciendo todas las conexiones averiadas por la pandemia, no hay posibilidades de que los negocios recuperen su plenitud.

La totalidad mundial está en estado calamitoso y en proceso lento de rehabilitación. En estas condiciones, hacer cambios no es fácil. Todo dependerá de nuestra habilidad para adecuarnos al proceso con el mejor rendimiento posible. Todavía no sabemos cómo manejarán la crisis, los países que gravitan en nuestra economía.

Mientras tanto, tenemos que manejar lo nuestro, con la mayor eficiencia social y económica. Pero esto, es solo un deseo. Lo real es que nuestro sistema, impide la unidad nacional en torno a objetivos comunes. Peor ahora que hay manifiesta ineptitud en los órganos de gobierno, que por otro lado ya se están yendo y no tienen mayor interés que, en completar su periodo. Debido al sistema electoral vigente, tampoco hay garantías de la idoneidad de los órganos de gobierno entrantes.

Entonces, aunque necesitamos un comando unificado para la conducción de la reconstrucción con justicia, que trascienda más allá de las actuales circunstancias políticas, estas propuestas se las lleva el viento. Lo ideal sería tener un comando con representatividad equitativa de todos los sectores, incluyendo la fuerzas armadas y policiales, en proporción al porcentaje laboral de cada cual. Pero claro, soñar no cuesta nada.

Realistamente, si no tenemos participación en las decisiones, no nos queda otra alternativa que la presión, para forzarlas a la equidad. Y esta es una propuesta para nuestras filas. Hagamos uso de todos los medios disponibles: redes sociales, prensa digital, comunicados, pronunciamientos firmados, movilizaciones, medidas de fuerza y todo aquello que eleve nuestra capacidad de negociación. Movilización sin tregua. Pero hagámoslo responsablemente, cubriendo nuestros puntos débiles y potenciando nuestras fortalezas.

De lo que se trata ahora es de movilizar el circulante económico donde ha desaparecido, como lo hacemos con la trasfusión sanguínea. Los tejidos a los que no llegue la liquidez fenecerán y eso hay que evitar. Todos tenemos derecho a la vida, sin discriminación alguna. Al igual que en una sequía, todos buscan el agua para sobrevivir y no se la podemos negar a nadie. Hay que compartir los abrevaderos y siempre que se pueda, llevar el agua a los que se mueren de sed. La equidad es un contrapeso a las desigualdades.

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Economía es movimiento. Cuanto más vueltas da el circulante, entonces la economía crecerá con mayor rapidez. El motor de esta circulación es el comercio. La velocidad con que circule depende de la demanda. Pero esta, depende de la liquidez. El sistema capitalista que nos rige, gira en torno a la demanda y oferta. Dicho de otro modo, es el mercado el que determina la circulación. El mercado pequeño no tiene capacidad de movilización como si lo tienen los mercados grandes superpoblados y es allí, a lo que hay que apuntar. A los grandes motores.

El mercado pequeño no genera empleo como lo hace un mercado grande. Pero en las actuales condiciones

los mercados grandes han bajado de ritmo generando desempleo. Lo que menos han bajado de nivel, son los mercados de primera necesidad. Esto ya nos va dando idea de las primeras consideraciones a tener en cuenta en un plan de reconstrucción. ¿Por dónde empezar? ¿Cómo proceder? Esto es ya materia de la estrategia a seguir para conseguir los objetivos del plan y eso, nos llevaría a un plan, más allá que este simple artículo.

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