Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

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HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

No está permitida la reproducción total o parcial de esta obra ni su tratamiento informático, ni la transmisión por cualquier medio o método, sin autorización escrita de la Editorial.

DERECHOS RESERVADOS © 2011, Venancio Salcines y Esther Barros

ISBN: 978-84-614-9263-3

D.L.: C 807-2011

Editor: Escuela de Finanzas, S.L.Salvador de Madariaga nº 5015176, Oleiros (La Coruña)[email protected]

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H I S T O R I A D E LP E N S A M I E N T OE C O N Ó M I C O :

D E G R E C I A A L

M A R G I N A L I S M O

X CV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

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Í N D I C E7

P R Ó L O G O

9

D E S D E E L I N I C I O D E L O S T I E M P O S H A S T A E L P E N S A M I E N T O E S C O L Á S T I C O

3 1

E L P E N S A M I E N T O E C O N Ó M I C O E S C O L Á S T I C O

5 1

L A E C L O S I Ó N D E E U R O P A : E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E

T R A N S V E R S A L

6 3

L O S M E R C A N T I L I S M O S

8 5

E L P E N S A M I E N T O E C O N Ó M I C O I T A L I A N O : L A A B S T R A C C I Ó N C O M O C A M I N O

9 9

L A B Ú S Q U E D A F R A N C E S A D E U N S I S T E M A E C O N Ó M I C O : L O S F I S I Ó C R A T A S

1 1 3

N A C E U N A C I E N C I A

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1 2 5

L A C O N S T R U C C I Ó N D E U N S I S T E M A : A D A M S M I T H

1 5 3

L A E C L O S I Ó N D E L P E N S A M I E N T O C L Á S I C O

1 8 3

M A R X Y L A E C O N O M Í A S O C I A L I S T A

1 9 7

D E L D E B A T E F I L O S Ó F I C O A L E C O N Ó M I C O

2 1 9

U N M O D E L O E C O N Ó M I C O D E E L E C C I Ó N

2 4 7

U N A T E O R Í A I N T E R M E D I A D E L A D E M A N D A

2 5 7

E Q U I L I B R I O G E N E R A L WA L R A S I A N O : U N S I S T E M A E C O N Ó M I C O E N

I N T E R C O N E X I Ó N

2 8 5

U N A T E O R Í A I N T E R M E D I A D E L A D E M A N D A

2 9 9

B I B L I O G R A F Í A

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Al abrir las páginas de este libro y ojear los primeros capítulos podrá observar que esta Historia nace muy atrás, en los primeros siglos. Al igual que Joseph Alois Schumpeter, el gran maestro austríaco, miramos al pa-

sado para poder entender el presente. Nos sumergimos en la fi-losofía griega y esencialmente en Jenofonte y Aristóteles porque en ellos yacen los cimientos de la Teoría de la Elección del siglo XIX. Podíamos haberlos admirado por su influencia en la escuela escolástica, especialmente a Aristóteles, pero creemos que sus lecciones han llegado hasta la antesala del conocimiento que se muestra hoy en las clases de microeconomía y por ello entende-mos fundamental su saber.

El mercantilismo, tantas veces tan despreciado por los pensado-res del siglo XIX y algunos del XX, lo consideramos crucial para entender mejor el comportamiento actual de muchas naciones. Vemos, por ejemplo, fascinante los paralelismos entre el mercan-tilismo español y el comportamiento reciente de algunos líderes regionales. O sin ir tan lejos, mirando la política exterior nor-teamericana sentimos ver la conducta de alguna de las grandes naciones de los siglos XVI y XVII.

P R Ó L O G O

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PROLOGO8

El libro avanza acorde el paso del tiempo, de este modo el lector, usted, puede ir siguiendo las diferentes escuelas según estas se asentaban en la sociedad de su época. Abordamos con detalle, porque no podía ser de otro modo, el pensamiento clásico. Y aunque Schumpeter es nuestra gran inspiración, su opinión nos marca siempre que nos ubicamos en la duda, hemos de decir que hemos ponderado a Smith en un mayor grado en que él lo hu-biera hecho. Cada vez que lo releemos encontramos en el maes-tro escocés nuevas e inéditas grandezas y ese sentimiento hemos querido trasladarlo a este trabajo.

A Marx le hemos dedicado menos espacio y esfuerzo que el que le hubieran dedicado muchos de nuestros colegas, pero es poca ya la luz que vemos en sus trabajos y opinamos, sin ánimo de acertar, que el tiempo no lo tratará mejor.

Caímos rendidos, como no, por el marginalismo. La fuerza de la revolución utilitarista de 1871 sigue presente todavía hoy. Quien desee avanzar en la microeconomía avanzada ha de saber y co-nocer a los primeros utilitaristas económicos. La potencia de sus escritos y la fuerza de sus razonamientos la consideramos crucial y por ello hemos realzado a Carl Menger, Stanley Jevons y Leon Walras.

Por lo demás, indicar que este es un libro cocinado de modo lento, empezamos a elaborarlo a finales del siglo XX, son más de diez años de trabajo. Son años de lectura, reflexión y posterior redacción. Muchos temas los hemos debatido en clase con nues-tros estudiantes, el modo de entender y comprender nuestras ex-plicaciones nos llevaban de nuevo a volver a redactar un capítulo o mejorar una explicación. Estamos, en fin, ante una obra viva. Hoy leen la primera edición, mañana esperamos que lean una se-gunda, que sin lugar a dudas sera más completa y robusta que la anterior, ya que en ella habremos introducido los pensamientos de nuestros estudiantes más inquietos y la de aquellos colegas que se acerquen a debatir con nosotros.

Venancio Salcines & Esther Barros, La Coruña (España), Marzo 2011.

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D E S D E E L I N I C I O D E L O S T I E M P O S H A S T A E L

P E N S A M I E N T OE S C O L Á S T I C O

[ I . 1 P R I M E R A S C O N T R I B U C I O N E S A L A N Á L I S I S E C O N Ó M I C O ]

[ I . 2 J E N O F O N T E , L A E C O N O M Í A C O M O A D M I N I S T R A C I Ó N D E B I E N E S ]

[ I . 3 P R O T Á G O R A S : L A A P O R T A C I Ó N S O F I S T A ]

[ I . 4 P L A T Ó N O L A V I S I Ó N R A C I O N A L I S T A ]

[ I . 5 A R I S T Ó T E L E S , E L G R A N M A E S T R O ]

[ I . 6 R O M A Y E L C R I S T I A N I S M O P R I M I T I V O ]

[ I . 7 L A I G L E S I A C R I S T I A N A , S U S P R I N C I P I O S ]

[ N O T A S ]

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

D E S D E E L I N I C I O D E L O S T I E M P O S H A S T A

E L P E N S A M I E N T OE S C O L Á S T I C O

[ I . 1 P R I M E R A S C O N T R I B U C I O N E S A L A N Á L I S I S E C O N Ó M I C O ]

Cuando los estudiantes de la Es-paña de postguerra comenza-ban el estudio de la Economía Política, lo primero que leían en

sus manuales es que no puede hablarse de doctrinas económicas en su consideración de exposición científica y sistemática de los problemas fundamentales de nuestra ciencia hasta el siglo XVIII, con la Escuela Fisiocrática. Así se lo indicaban Perianes y Forns (1946) a los estudiantes de Derecho de la Universidad de Madrid. Si el es-

Los economistas del siglo XX iniciaron su

formación despreciando todas las doctrinas en

desuso.El análisis económico

previo a la Escuela Clásica, fue el que

recibió el mayor de los desprecios.

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DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…12

tudiante pertenecía a la Universidad de Barcelona posiblemente profundizaría en la Historia de la Economía de J. Algarra (1941)1. Indicaba este profesor barcelonés que nuestra ciencia es absolu-tamente moderna, pues ni en la antigüedad ni en la Edad Media conocemos teoría alguna de Economía política. A pesar de haber alcanzado en los tiempos clásicos, tanto la actividad producto-ra como todo el rodaje económico, muy alta perfección, ello no dio lugar a ningún análisis teórico: sólo algunos hombres muy eminentes, y aún en contados casos, se fijaron en los problemas prácticos de la vida económica y dedujeron conclusiones bastan-tes generales. Las obras económicas de aquellas remotas edades son por lo común dignas de escasa estima2.

Muchos manuales de economía, principal-mente los británicos, iban mucho más lejos e ignoraban todas las escuelas. Se aupaban, muy en línea con el estilo actual, sobre los

avances de la revolución hicksiana y los economistas de la Lon-don School of Economics. Los alumnos de América Latina, y en especial los argentinos y los mexicanos, se formaban a través de los libros que componían la serie de Economía que dirigía Daniel Cosío Villegas para el Fondo de Cultura Económica (FCE). Uno de los principales manuales del FCE estaba escrito por Frede-ric Benham (1938)3 y su denominación original era Economics: A General Textbook for Students, aunque los estudiantes de habla hispana lo conocieron como Curso Superior de Economía.

El siglo XX nació menospreciando a todas aquellas doctrinas económicas que se consideraban superadas. El mundo se dividía entre los defensores del capitalismo y el comunismo. En medio de esta lucha ideológica sangrienta no parecía rentable hacer “per-der el tiempo” al estudiante explicándole doctrinas en “desuso”. Sin embargo, si retrocedemos en el tiempo hasta el periodo de entreguerras y leemos a los economistas de la década los vein-te4, como René Gonnard (1930) o anteriores, como A. Souchon (1905) o Guiraud (1905)5, observamos una mayor atención ha-cia el pensamiento griego.

Aunque, como indica Schumpeter (1954), verdaderamente, si hablamos de pensamiento económico en general, y no de escue-

Muchos manuales de principios del siglo XX ignoraban las escuelas anteriores.

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HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

las, entonces podremos encontrar antecedentes en las civilizacio-nes antiguas.

[ D E L E S T E P R O V I E N E N L O S P R I M E R O S R A Y O S D E L U Z ]

Las teocracias asiria y babilónica habían desarrollado las institu-ciones monetarias, conociendo el crédito y la banca (2.000 a.C.). Las enseñanzas de Kung Fu-tse (551-478 a. C.), más conocido como Confucio, cinco si-glos antes de Cristo, preconizarón una mo-ral destinada a permitir el perfecto gobierno del pueblo. Intentaban convertir al hombre en un ser superior para beneficio de la colec-tividad. Este pensador chino y los discípulos de su obra mostraron un perfecto razonamiento sobre el sistema económico en China. Su trabajo, sumado al de sus seguidores, como Mencio, de nombre Mong-Tsu (372-288 a.C.), señalaron métodos de política económica y control de cambios que indu-dablemente hacen pensar en la existencia de algún razonamiento científico6. De hecho, con ellos, las bases mitológicas chinas pali-decen ante las especulaciones filosóficas, y la tradición, tan suma-mente religiosa, empieza a perder gran parte de sus prerrogativas. En cuanto al análisis económico griego, parece sorprendente su debilidad cuando se piensa en el brillante desarrollo económico que alcanzaron en el campo de los hechos, y también en la ampli-tud que adquirieron entre ellos otras cien-cias sociales y morales como la política y la ética. Siendo el pensamiento griego mucho más psicológico que el occidental, ¿por qué no utilizó la economía política en Grecia in-vestigaciones comparables a las que pusie-ron a tanta altura las ciencias inmediatas?, Souchon (1905)7.

[ L A A B U N D A N C I A E S T A R E Ñ I D A C O N E L P E N S A M I E N T O E C O N Ó M I C O ]

Como afirma Gonnared (1930), la economía política de los grie-gos es incompleta y, desde muchos puntos de vista, rudimentaria;

La clave económica se incorpora a las corrientes amplias

de pensamiento para satisfacer las

necesidades de saber de los gobernantes.

A los filósofos griegos no les preocupaba la Economía. Era para ellos un tema menor.

La preocupación aristotélica de teorizar

sobre la felicidad, permitió, mucho tiempo después, profundizar en la Teoría Subjetiva del

Valor.

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pero además y principalmente, no se destaca como ciencia inde-pendiente. No se la considera más que como una dependencia de la política o de la moral. Debe notarse que las obras en las cuales tenemos que buscar las ideas helénicas en materia de economía, no las exponen más que de un modo incidental. Generalmente esta exposición es con motivo de teorías políticas o éticas. De esta eclipse y de esta subordinación del pensamiento económico griego se han dado diferentes explicaciones. A juicio de Gonnard (1930)8, sólo dos de ellas parecen dignas de atención: en primer lugar, la extremada preocupación que los griegos tenían por el Estado, distraía su mirada de los fenómenos económicos, los más alejados, por su naturaleza, del Estado, los menos sometidos a su acción. Por otra parte, hay que tener en cuenta que estos mismos fenómenos económicos eran infinitamente menos visibles e im-presionantes que hoy.

Tal y como indica Schumpeter (1954) en su Historia del Análisis Económico, por lo que se nos alcanza, un análisis económico rudi-mentario es un elemento menor – muy modesto – de la herencia que hemos recibido de nuestros antepasados culturales, los anti-guos griegos. Al igual que su matemática y su geometría, que su astronomía, su mecánica y su óptica, también su economía es la raíz de toda la que ha venido después. A diferencia de los logros en esos otros campos mencionados, su economía no alcanzó un estatuto de independencia, ni siquiera entidad clasificatoria pro-pia. Los griegos fundían sus razonamientos económicos con su filosofía general del estado y de la sociedad, y pocas veces trata-ron sustantivamente un tema de economía.

Frecuentemente, se indica que los escasos fragmentos científicos disponibles del pensamiento económico griego se encuentran en Platón (427-347 a. C.) y Aristóteles (384-322 a. C.), olvidando en muchas ocasiones las aportaciones de Protágoras (490-415 a. C.) y Jenofonte (430-355 a. C.).

[ I . 2 J E N O F O N T E , L A E C O N O M Í A C O M O A D M I N I S T R A C I Ó N D E B I E N E S ]

El primero de estos maestros griegos, Jenofonte (444-354 a. C.), ha sido más conocido por su carácter de general griego, que por

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

su labor como filósofo, discípulo de Sócra-tes (469-399 a. C.) o historiador. La Ciro-pedia, la más antigua de las novelas histó-ricas, se vincula a su nombre, algo que no ocurre cuando se menciona Economía o De las Rentas.

En la última de sus obras mencionadas, De las Rentas, aborda la gestión económica de los esclavos utilizados en algunas de las explotaciones mineras de Atenas. El macizo del Laurion, al sur de Atenas, era una zona de explotación de plomo argentífero. Este hecho provocaba una concentración humana cuya impor-tancia varió según la actividad o negligencia de la administra-ción pública y la riqueza o la escasez de los yacimientos cono-cidos. Como propietario de los yacimientos, el estado ateniense los arrendaba a los explotadores, reservándose el monopolio de la plata obtenida después del tratamiento del mineral. En estas explotaciones había invertidas grandes cantidades de dinero o capital. Los explotadores destinaban estas ingentes cantidades de dinero a abrir las galerías y a adquirir los materiales y la mano de obra, que era esclava. Esta mano de obra, aunque es-clava, suponía un elevado coste para el explotador de las minas, ya que, generalmente se la alquilaba a empresarios, cuyo único fin comercial era arrendar mano de obra esclava. Los empresa-rios esclavistas conformaban de facto un monopolio que estran-gulaba la actividad minera ateniense al controlar la oferta de mano de obra, con objeto de elevar su precio.

La propuesta de Jenofonte, descrita en De las Rentas, fue re-servar esta especulación para el Estado. Este, capaz de invertir cantidades más considerables en la adquisición de esclavos, se habría asegurado no sólo el producto de su alquiler, sino tam-bién las correspondientes entradas de dinero acrecentadas por el desarrollo de las explotaciones mineras, que ahora ya no verían estrangulada su actividad económica por el alto precio de esta mano de obra. Esta idea de Jenofonte entronca en la enorme preocupación que tenían los pensadores griegos de los proble-mas de estado, pero con la particularidad, de que por primera vez, la economía está reflejada de un modo sustantivo.

Aunque se pueden extraer de Jenofonte lecciones

interesantes sobre el marginalismo, sus ideas

no influyeron en los economistas subjetivistas

del siglo XIX.

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Pero, la obra que debe ser considerada su buque insignia como economista es su Eco-nomía. Este escrito, como indican Ekelund y Hébert (1992), debe ser considerado un himno a la ciencia de la administración. De Economía se extrae la lección de que un buen administrador se esfuerza por in-crementar el tamaño del excedente econó-mico de su unidad de producción. Esto se logra a través de la habilidad, el orden y

uno de los principios económicos fundamentales - que veremos esbozado también en Platón - la especialización. En el caso de Jenofonte, se referirá a la especialización del trabajo.

[ C U A N T A M Á S C O M I D A M E N O S P L A C E R ]

Algunos autores han creído ver en Jenofonte una preocupación por los problemas del valor, de modo similar al detectado pos-teriormente en Aristóteles9. Con la salvedad, que la influencia posterior de Aristóteles en los marginalistas (siglo XIX) está con-trastada y la de Jenofonte, no.

El subjetivismo a la hora de analizar el problema del valor se ob-serva en Jenofonte cuando argumenta que el hombre inteligente utiliza la percepción y la razón para extraer de la naturaleza lo que es necesario para satisfacer las necesidades humanas y evitar las incomodidades. Este pensamiento era coherente con la doc-trina hedonista. Los primeros esbozos de la doctrina utilitarista a mediados del s. XIX fueron tildados en su momento de hedo-nistas. Destacamos también de este discurso su utilización del concepto de necesidad como eje articulador. Este concepto será un bloque transversal que recorrerá el análisis económico del va-lor, tanto en su vertiente objetiva como subjetiva.

Sobre el concepto de marginalidad, se ha querido ver en un ejem-plo de Jenofonte, relacionado con el consumo de alimentos, un esbozo de esta idea. Plantea que cuanto mayor es el número de platos superfluos o añadidos que se ponen delante de una per-sona, más pronto le invade una sensación de hartazgo; y así, en lo que respeta a la duración de su placer, también el hombre al que se le ofrecen muchas posibilidades está peor que el que

Jenofonte aporta la primera noción conocida de marginalidad.Hace hincapié en que cuanto mayor es el número de platos superfluos o añadidos que se ponen delante de una persona, más pronto le invade una sensación de hartazgo.

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HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

disfruta moderadamente de la vida. Pero donde entronca Jeno-fonte directamente con la preocupación de los subjetivistas del siglo XIX, es en su concepción de los bienes. Este tema, que fue tratado de un modo muy detallado por alguno de los principales marginalistas, como Menger en 1871, fue genialmente esbozado por este filosofo griego al explicar la utilidad de una flauta: Este instrumento musical, para quien sabe tocarlo es un bien, y para quien no sabe, no lo es más que piedras inútiles. Jenofonte, con esta explicación está relacionando los bienes con las satisfaccio-nes de necesidades. De un modo más elaborado, pero estructu-ralmente igual, planteó el austríaco Carl Menger su concepto de bien en el último tercio del siglo XIX.

[ I . 3 P R O T Á G O R A S : L A A P O R T A C I Ó N S O F I S T A ]

Antes de relatar las aportaciones de Platón y Aristóteles es nece-sario mencionar a Protágoras. Este filósofo griego pertenecía al cuerpo intelectual y moral de los “sofistas”. En sí, este nombre, que significa “hombre de saber” no debe tener una connotación peyorativa, aunque la polémica tendencio-sa y agria llevada contra ellos, en particular por Platón, les valió una mala reputación, que se refleja en la actual connotación de la palabra sofista.

Rebasaban, los sofistas, ampliamente el marco de la filosofía, abordando todos los aspectos del saber, desde un método tildado en su esencia de revolucionario. Sin ningún cuidado por preocu-paciones abstractas, proclamaban, según la frase de su más fa-moso representante, Protágoras, que “El hombre es la medida de todas las cosas”10. No es difícil sospechar que, desde este punto de vista filosófico se pudiera esconder, como así es, la idea matriz de la teoría del valor trabajo11 y la del individualismo subjetivo.

Protágoras adelantó dos concepto básicos de la teoría económi-ca moderna: a) El método de evaluación de los individuos como agentes maximizadores de utilidad y b) El uso de la evaluación hedonista en la medición de la utilidad12. Estos dos conceptos

Protágoras genera la idea base de que el hombre es

la medida de todas las cosas.

El individualismo, sostén de las teorías utilitaristas

del siglo XIX, dice lo mismo.

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que se extraen de Protágoras están en plena consonancia con las doctrinas sofistas, que con un desprecio total de las tradiciones y por el ejercicio del espíritu crítico, intentaban plantear el subje-tivismo negando la posibilidad de ningún conocimiento objetivo. Planteaban los sofistas y por tanto Protágoras, que era su prime-ra espada, la imposibilidad de afirmar o negar la existencia de los dioses, igualmente la imposibilidad de considerar la ley como algo más que una realidad humana y sometida al capricho de los hombres. Y al mismo tiempo animaban a sus discípulos a buscar los éxitos por encima de todo, a no reconocer una verdad y una justicia absolutas superiores y distintas a lo útil.

[ I . 4 P L A T Ó N O L A V I S I Ó N R A C I O N A L I S T A

La visión subjetiva de Protágoras en nada fue compartida por Platón, quien hacía descansar sus pensamientos sobre el pe-destal del racionalismo. Ciertamente Pla-tón estaba mucho más cerca de la visión de Jenofonte que de la del sofista Protágo-ras. Combinaba la idea de especialización y división del trabajo con los razonamien-

tos más abstractos de la idea de ciudad-estado, que era para los griegos la única forma posible de existencia civilizada.

En la República se observa con claridad la aplicación de estas ideas. Muestra como la polis griega y por extensión cualquier tipo de ciudad, se conforma de personas que tienen la capacidad de satisfacer las necesidades de otras personas - los artesanos, los militares, los religiosos.. – de modo que se va generando un ente agregador de personas, una ciudad. Por tanto, es la búsque-da y el estudio de la polis griega por excelencia la que le conduce a la idea de especialización.

[ L A P O L I S I D E A L G E N E R A C L AV E S E C O N Ó M I C A S ]

Los problemas de producción los aborda, Platón, también inmer-sos en su búsqueda de ciudad ideal. En este caso, será a la hora de plantear el sistema de clases sociales reinante. La existencia

La existencia de una clase gobernante es bastante complicado sin la producción de bienes. Potenciales problemas de escasez obligan a abordar las tareas productivas y mercantiles.

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HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

de una clase gobernante es bastante complicada sin la produc-ción de bienes. Es por ello necesario abordar las tareas producti-vas y mercantiles.

Su visión de la sociedad ideal como algo absoluto y estático le hacía considerar como un mal – aunque necesario – al dinero y al comercio. Estos dos elementos tenían la virtud, y aun la tienen, de alterar el status quo social.

El último de los elementos que se pueden extraer de la obra de Platón es su concepción del dinero como instrumento de inter-cambio (Politeia II, 371). Aunque no se puede afirmar que haya vertido ninguna opinión precisa acerca de la naturaleza del dine-ro, sí podemos aseverar que su hostilidad con el uso del oro y la plata, o su idea de una moneda local que no tiene validez como medio de pago fuera del estado emisor, concuerdan con las con-secuencias lógicas de una teoría para la cual el valor del dinero es independiente del material con el que se elaboren las monedas. Este hecho, a juicio de numerosos historiadores del análisis eco-nómico, como Schumpeter (1954), permiten ver a Platón como el primer defensor conocido de una de las dos teorías fundamen-tales del dinero, igual que Aristóteles se puede presentar como el primer defensor conocido de la otra. No obstante, es muy im-probable que esas dos teorías a las que se refiere Schumpeter (1954) hayan nacido con la obra de estos dos grandes maestros de Grecia.

La gran debilidad de la economía política de Platón es que no la abordó de un modo sustantivo, sólo la utilizó como un instru-mento más dentro de un modelo racionalista, donde el objetivo era alcanzar una polis ideal. No obstante, no debemos nunca olvidar su idea de especialización, extraída de su teoría de las castas, y la idea del dinero como un símbolo arbitrado para faci-litar el intercambio.

[ I . 5 A R I S T Ó T E L E S , E L G R A N M A E S T R O ]

Es indudable que en los trabajos de Aristóteles se puede encon-trar una intención analítica ausente en la obra de Platón. Este

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hecho, y la rapidez con la que se propaga-ron sus obras en Occidente, justifican su preponderancia.

El itinerario recorrido por los libros de Aristóteles para llegar desde la lejana Gre-cia hasta la indómita Europa Central pasó por la actual España. Después de la con-

quista de Alejandría por los árabes en el año 642, la cultura y la lengua de Grecia pervivió, bajo el dominio musulmán hasta el siglo IX. Durante estos doscientos años transcurridos desde la entrada en Alejandría, se tradujeron una gran cantidad de obras griegas al árabe, y entre ellas las de Aristóteles, estando la prin-cipal correa de transmisión del conocimiento científico helénico en la escuela de Hunain ibn Ishaq (809-873). Serán las traduc-ciones al latín de las obras de Muhammad ibn Rusd, más co-nocido por Averroes (1126-1198), las que muestren de nuevo a Occidente la grandeza del pensamiento griego.

[ L A S É T I C A S O L A C A J A D E P A N D O R A D E L A N Á L I S I S E C O N Ó M I C O G R I E G O ]

La gran obra, la primera que hizo desper-tar el pensamiento europeo de la Edad Me-dia fue la Ética. Los iniciados en el campo de la filosofía saben que se trata de varios tratados aristotélicos, que en su conjunto reciben el nombre de Las Éticas. El prime-ro de ellos es la denominada Ética Nicomá-quea, sobre esta y la segunda de las éticas, la Ética Eudemia surgieron dudas sobre su

autenticidad, se pensó si fueran Nicómaco o Eudemo de Rodas o, tal vez, Eudemo de Chipre, el contemporáneo de Teofrasto, a quienes había que atribuir su autoría. Lo que parece evidente es, sin embargo, que ninguna de las dos obras fueron escritos dedi-cados a Nicómaco o a Eudamo, respectivamente; no sólo porque el concepto de dedicatoria, tal como hace suponer la equívoca traducción del título, era absolutamente ajeno a la época de Aris-tóteles13, sino, sobre todo, por el carácter de las publicaciones aristotélicas que, al menos las que han llegado hasta nosotros,

Es el verdadero maestro. De Aristóteles bebieron todos los grandes pensadores, en especial los padres, o quizás deberíamos decir abuelos, de la microeconomía moderna.

Aristóteles deslumbró a los religiosos de la edad media (escolásticos), a los filósofos del siglo XVIII (los clásicos) y a los teóricos de la abstracción del siglo XIX (los marginalistas). Es decir, a todos aquellos preocupados por el valor.

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nos permiten descubrir la extraña relación, vista desde nuestros criterios, que los escritores griegos de la época platónica o aristo-télica tenían con sus propios escritos. Los nombres propios que, adjetivamente aparecen en los títulos de las dos Éticas podrían deberse, en el caso de Nicómaco, a que éste fue el corrector y el editor del escrito de su padre. Más difícil de explicar es el sen-tido del nombre de Eudemo en la Ética Eudemia. Por razones bastantes complejas, y que no abordaremos en este libro, este trabajo ha sido considerado como una obra no original de Aristó-teles. No obstante, la suposición más aceptada actualmente en el campo de la filosofía es que por el estilo de la obra no se puede atribuir a Eudemo de Rodas, sino que constituye una colección de escritos fragmentarios de Aristóteles, dados a conocer por Eu-demo de Rodas.

[ L O S F O G O N A Z O S D E A R I S T Ó T E L E S ]

Pero, ¿Qué fue aquello que deslumbró a los pensadores escolásti-cos, a los economistas clásicos o a los marginalistas del siglo XIX como Menger? No todos los economistas han mirado, buscado o encontrado lo mismo en la obra de este pensador griego.

Hablar de dinero en Aristóteles es introducirnos en una larga tra-dición que recorre, al igual que una columna vertebral, el cuer-po histórico de la Edad Media, el Renacimiento y llega con ex-traordinaria fuerza hasta el cuerpo teórico de Adam Smith. Esta visión aristotélica comienza en el libro V 5, 1133a de la Ética Nicomáquea. En ese apartado indica que todas las cosas que se intercambian deben ser, de alguna manera, comparables y ese papel lo juega la moneda.

Para esto se ha introducido, la moneda, que es de algún modo, algo intermedio, porque todo lo mide, de suerte que mide también el exceso y el defecto: cuántos pares de sandalias equivalen a una casa o a un determinado alimento. Es preciso, pues, que entre el arquitecto y el zapatero haya la misma relación que hay entre una cantidad de zapatos y una casa o tal alimento. Pues, de otro modo, no habrá cambio ni asociación. Pero esta proporción no será posible, si los bienes no son, de alguna manera, iguales. Es menester, por tanto, que todo se mida por una sola cosa, como se dijo antes. En realidad, esta cosa es la necesidad que todo lo

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mantiene unido; porque si los hombres no necesitaran nada o no lo necesitaran por igual, no habría cambio o no tal cambio. Pero la moneda ha venido a ser como una especie de sustituto de la necesidad en virtud de una convención, y por eso se llama así, porque no es por naturaleza sino por ley, y está en nuestras manos cambiarla o inutilizarla. Ética Nicomáquea, V 5 1133a14

[ L A S N E C E S I D A D E S S O N S U B J E T I VA S ]

Al abordar el tema del dinero se introdu-ce, como no podía ser de otro modo, en el carácter subjetivo de las necesidades, afir-mando:

Que la necesidad, como una especie de uni-dad lo mantiene todo unido, está claro por el hecho de que, cuando las dos partes, ya am-bas o una sola, no tienen necesidad una de otra, no hacen el cambio como cuando una

necesita lo que tiene la otra, por ejemplo, vino o trigo. Ética Ni-comáquea, V 5 1133b

En este párrafo queda claro que el valor de las cosas está relacio-nado con las necesidad que se tiene de las mismas. Y dado que esta cita está englobada en el marco del dinero y del precio de las cosas, se podría deducir que es el precio que estamos dispuestos a pagar el que mantiene relación directa con nuestra necesidad de las cosas.

El dinero juega también en la obra aristotélica un papel de ga-rante de la satisfacción de necesidades futuras. Con el dinero podemos adquirir productos que no necesitemos en el momento presente pero podamos necesitar en el futuro:

En cuanto al cambio futuro, si ahora no ne-cesitamos nada, pero podemos necesitar lue-go, la moneda sirve como garante, porque el que tiene dinero debe poder adquirir. Ética Nicomáquea, V 5 1133b

Los economistas clásicos beben de las aportaciones de Aristóteles a las teorías del contrato social, de la

La escuela neoclásica siempre ha considerado que las necesidades humanas son subjetivas. La escuela austriaca, desde Menger hasta Mises y Rothbard, opina lo mismo. Por el contrario, el marxismo defendía la existencia de necesidades objetivas.

El dinero para poder jugar su papel de medio de cambio, tiene que ser útil y con valor de cambio. Por ello, se estima por su peso y calidad.

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propiedad o del dinero entre otras. En particular, Adam Smith extrae de Política la visión del dinero de Aristóteles. El eco-nomista escocés defiende la existencia de casas de moneda que certifiquen la pureza del metal utilizado en la elaboración de las monedas, y para ello recurre a Aristóteles.

Para evitar estos abusos [se refiere Smith a los abusos cometidos por aquellos que adulteran con metales pobres las monedas de oro o plata] facilitar los cambios y fomentar por este procedi-miento el comercio y la industria, en todas sus manifestaciones, se consideró necesario, en cuantos países se adelantaron algo en el camino del progreso, colocar un sello público sobre cantidades determinadas de aquellos metales que acostumbran a usar esas naciones para comprar todo género de mercancías. Tal es el ori-gen de la moneda acuñada y de aquellos establecimientos públi-cos llamados “Casas de Moneda”, instituciones que guardan un gran parecido con las oficinas (Lonjas) que inspeccionan y sellan los tejidos de lana y lino. Págs 26 y 27 de Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, [1776]1958.

De hecho, Aristóteles, está planteando la proposición de que el dinero para servir como medio de cambio tiene que ser una de las mercancías que ayuda a intercam-biar. Es decir, tiene que ser una cosa útil y con valor de cambio, independientemente de su función monetaria. De este modo, la mercancía moneda se estima por su peso y por su calidad, al igual que las personas hacen con el resto de las mercancías para calcular su valor. Esta teoría del dinero se denominó metalismo o teoría metalista del dinero. En lo referente al interés, nunca com-prendió por que una mercancía, como el dinero, pueda crecer al pasar de unas manos a otras. Ese hecho, que sí fue estudiado por los doctores escolásticos, fue definido y repudiado por Aristóte-les, quien lo definió como usura

[ ¡ Q U E C A R O E S T E N E R E S C L AV O S ! ]

La visión aristotélica de los orígenes del Estado, de la propiedad privada y de la esclavitud influyó también de un modo importan-te en los pensadores de los siglos XVII y XVIII. En lo referente a la esclavitud, hizo un profundo análisis económico que le llevó

No entiende que una mercancía pueda crecer

de valor al pasar de unas manos a otras.

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a la conclusión de que el trabajo esclavizado era el más caro de todos. Adam Smith (1958) retoma el discurso aristotélico al re-ferirse a la baja productividad de los esclavos:

La experiencia de todos los siglos y naciones demuestra que una obra hecha por esclavos es más cara que otra alguna. Un hombre que no tiene la posibilidad de adquirir propiedad o dominio, no puede tener otro interés sino el de comer lo más que pueda y trabajar lo menos que sea posible [....] para mantener cinco mil hombres ociosos (gente de guerra que se suponía necesaria para la defensa), juntamente con sus mujeres y criados, se necesitaría [se está refiriendo Smith a la baja productividad de los campos agrícolas cuando están en manos de esclavos], dice aquél, un territorio de ilimitada extensión y fertilidad, como los llanos de Babilonia. Pág. 348 de Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, [1776]1958.

Como se pudo comprobar en esta cita de Smith, los economistas clásicos retoman la idea aristotélica de que los esclavos intenta-ran maximizar su ingesta alimenticia y minimizar su esfuerzo.

Este discurso sobre la esclavitud está re-cogido dentro de uno mayor que, al igual que en Europa en los siglos XVII y XVIII, recorrió Grecia en el siglo V a. C.: el con-trato social.

Ha sido tal la influencia de Aristóteles en este campo que todos los grandes pensadores europeos de la época lo tiene presente, por ejemplo, Jean Jacques Rousseau en el Contrato Social recurre a él prácticamente en la totalidad del capítulo X del libro III, que trata del abuso del gobierno y de su inclinación a degenerar.

Será en Política I, 8-11 y en Ética V, 5 donde podemos encon-trar la economía pura de Aristóteles, o como diría Schumpeter (1954), la embrional economía pura. No observó, sin embargo, Schumpeter que no es necesario acudir hasta el libro V de la Éti-ca Nicomáquea (E.N.) para encontrar aspectos teóricos de ver-dadero interés. En el libro I de la E.N. muestra que la actividad

Los escritos de Aristóteles marcan numerosos debates posteriores, como el de la rentabilidad económica de la esclavitud o la necesidad de un contrato social.

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

humana tiende siempre a alcanzar algún fin. Al menos esto se debe de interpretar de la siguiente afirmación aristotélica15: toda actividad humana tiene un fin y el de la economía es la riqueza. Si a esta afirmación añadimos el concepto de necesidad, interpretán-dolo como un objetivo a alcanzar, estaríamos poniendo los raíles para un tren que nos conduce a una parada denominada teoría subjetiva del valor.

[ O T R O L E G A D O M Á S : L A N O C I Ó N D E VA L O R ]

Sin ánimo de restar importancia a sus apor-taciones sobre el interés y el dinero o el con-trato social entre otras, hemos de destacar su aportación en el tema del valor. Su teoría de la existencia de una escala ordinal de ne-cesidades caló con fuerza en Carl Menger, quien desarrolló una teoría subjetiva del valor sustentada, entre otros, en el concepto de necesidad y en una tabla de necesidades, donde ordena las mismas bajo el criterio de prioridad para el ser humano. Realmente, Aristóteles no sólo distinguió entre valor de uso y valor de cambio tan claramente como cualquier autor posterior, sino que, además ha notado que el segundo fenómeno se deriva de un modo u otro del primero. Observó, también, la importancia de los incrementos marginales en la teoría del valor, en Tópicos, 118b 15, Aristóteles expone que,

...una cosa es más deseable si, cuando se añade a un bien inferior, hace que el conjunto se convierta en un bien mayor. Asimismo, se debe juzgar por medio de la sustracción: porque la cosa cuya sus-tracción hace que el resto se convierta en un bien inferior debe con-siderarse como un bien mayor, independientemente de la razón por la que dicha sustracción convierta al resto en un bien inferior16.

Una mente con tal capacidad analítica no podía dejar de com-prender los conceptos de escasez y valor de uso. Si hacemos uso de la famosa paradoja de Adam Smith sobre el valor del agua y de los diamantes, podemos decir que la misma podría haber sido solucionada por Aristóteles. Al menos eso se intuye a la luz de la siguiente cita

Sus textos, fueron releídos por algunos de los

principales marginalistas del siglo XIX.

La teoría subjetiva del valor parece tener sus orígenes en Aristóteles

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....el oro es una cosa mejor que el hierro, aunque menos útil: es difícil de obtener, y por tanto su posesión tiene más valor [....] lo que a menudo es útil supera a lo que raramente es útil. Tópicos, 1364a 20-25.

[ I . 6 R O M A Y E L C R I S T I A N I S M O P R I M I T I V O ]

Los seis primeros siglos de la era cristiana son un eslabón más de la fuerte cadena de pensamiento griego. Roma, como Imperio, hacía frente a un gran número de problemas de carácter económico. Sin embargo, la clase intelectual romana no abordó de modo sustantivo el análisis económico. Los pensa-dores clásicos han analizado con profundidad los documentos ro-manos, como los dejados por Séneca (4 a.C. – 65 d.C) o Dion Casio17 (170 d.C. – 235. d.C.) entre otros, pero ha sido la mayoría de las ocasiones para buscar respuestas a problemas importantes de su época, como la esclavitud o la acuñación de monedas, más que con objeto de encontrar un análisis económico estructurado.

Sirva de ejemplo la utilización que Smith realiza de la obra De Ira del pensador cordobés, Séneca. El escritor escocés recurre a esta para justificar que, en la época romana, existía un magistra-do que tenía por único objeto defender o proteger a los esclavos de Roma. Esta figura defensora de los escasos derechos de la población esclava fue creada en tiempos del Emperador Augusto (68 a.C.-14 d.C.). Según cuenta los historiadores romanos, este magistrado lo mandó crear Augusto después de observar a Vedio Pollion ordenar que, como castigo a una falta leve, uno de sus esclavos fuera descuartizado y tirado al estanque de los peces18.

No debe pensar el lector, que Smith recurre a los pensadores romanos como una mera muestra de erudición. Lo hace siem-pre con una gran capacidad analítica y para extraer lecciones aplicables a la política económica del momento. En el ejemplo del magistrado de esclavos, Smith, intenta, primeramente, jus-tificar su existencia e implantación en las colonias europeas del s. XVII, y, en segundo lugar, mostrar que cuando Roma era go-bernada por un Emperador, como Augusto, el magistrado podía hacer su labor sin injerencias, mientras que, en los tiempos de la

Roma, lecciones para la historia económica pero no para la historia de la

Economía

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

República, cuando los esclavistas tenían capacidad para poner y sacar mandatario, el magistrado tenía muy poca independencia. Observamos por tanto, un análisis que va más allá del puramente económico, y se encardina en la dirección de la separación de los poderes del estado.

[ E l D E r E c h o r o m a n o : E l c o r p u s D E J u s t i n i a n o ]

El derecho romano ha sido la gran reali-zación de la sociedad romana, su gran herencia. Ha sido su derecho común, jus gentium19, un depósito de principios eco-nómicos, que más tarde relucieron en el análisis económico de la Edad Media. Las principales lecciones, de carácter econó-mico, las encontramos en el Corpus de Jus-tiniano (528-533).

En el año 528 de nuestra Era el emperador Justiniano creó una co-misión de juristas presidida por su ministro de Hacienda, Tribonia-no, para que redujera a dimensiones manejables la amplia colección de leyes y literatura jurídica. Este Corpus, nombre de la recopilación dirigida por Triboniano, se dividía en las Institutiones, las Digestae y el Codex20. De estas tres partes, únicamente la segunda, el Digesto o Digestae, es de verdadero interés para el análisis económico. En ella se recogen numerosos escritos realizados por los jurisconsultos. Estos no sólo tenían carácter normativo, sino también explicativo. Y es esta últi-ma faceta, la explicativa, la que muestra el análisis económico romano. La fijación de precios, las situaciones monopolísticas, la propiedad, la moneda y su valor intrínseco entre otros temas, fueron abordados por los jurisconsultos y expuestos en la Digesta. Lo lamentable para la eco-nomía es que estos escritos fueron redactados y analizados en función de su principio básico, crear principios jurídicos y no económicos. No obstante, les debemos definiciones, por ejemplo, del precio, del dinero, la compraventa, etc. Estas definiciones han servido, sin lugar a dudas, de campo abonado para posteriores siembras del análisis económico.

[ I . 7 L A I G L E S I A C R I S T I A N A , S U S P R I N C I P I O S ]

La Iglesia cristiana, como institución, en ningún momento de su historia ha aspirado a realizar una reforma social, salvo en el

La fijación de precios, las situaciones

monopolísticas, la propiedad, la moneda

y su valor intrínseco entre otros temas, fueron

abordados por los jurisconsultos

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DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…28

sentido de reforma del comportamiento moral. Por esto, en la época primitiva de esta religión sus más elegantes maestros no sintieron la necesidad de desarrollar trabajos analíticos de ca-rácter científico en economía política. En este sentido, ni en Cle-mente de Alejandría (150-215), ni en Tertuliano (155-222), san Cipriano (200-258), Lactancio (260-340), san Ambrosio (340-397), san Juan Crisóstomo (347-407) o san Agustín (354-430) podemos encontrar aportaciones teóricas.

Plantea Schumpeter (1954) que san Agustín en De civitate dei y en Confesiones muestra rasgos de pensamiento analítico. Algunos autores como Ekelund y Hérbert (1992) o Dempsey (1935) van más allá e indican que San Agustín mostró un camino hacia una teoría subjetiva del valor. Aunque San Agustín ha sido la correa de transmisión del pensamiento platónico, en su concepto de las necesidades se acerca de un modo

importante al pensamiento aristotélico, donde las necesidades se determinan individualmente.

En De civitate dei, San Agustín plantea que cada cosa recibe un valor diferente proporcionado a su uso. Plantea que un caballo resulta con mucha frecuencia más caro que un esclavo y una joya más preciosa que una sirvienta. Menciona, San Agustín, que, cada hombre tiene la capacidad de formar su mente como desee, resaltando que hay poco acuerdo entre la elección de un hombre que tiene verdadera necesidad de un objeto y del que ansía su posesión solamente por placer.

No podemos olvidar, sin embargo, que la Iglesia nunca ha pro-metido un paraíso económico aquí en la Tierra. Es por ello que, al menos en aquel momento, el cómo y el porqué de los mecanis-mos económicos carecía de interés para sus superiores.

Aunque el Imperio de Oriente sobrevivió al de Occidente du-rante mil años más, dirigido por una de las mejores burocracias que haya existido en el mundo, no ha quedado rastro de un pen-samiento analítico en economía. Se sabe que trataron una gran cantidad de problemas, de carácter jurídico, monetario, comer-

La Iglesia nunca ha prometido un paraíso económico aquí en la Tierra. El cómo y el porqué de los mecanismos económicos carecía de interés para sus superiores.Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios

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V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

cial, agrícola o fiscal. Es por ello que se supone que alguno de sus más ilustres intelectuales ha tenido que converger en el mundo del análisis en la economía, pero, como nos recuerda Schumpe-ter (1954), no ha quedado ningún rastro. Tampoco la corte del emperador Carlomagno, ni toda la época que él marcó, aportó aspectos de mención al análisis económico.

Debates Abiertos1. ¿Por qué motivo las teocracias asirías y babilónicas se acerca-ron al análisis económico?

2. Una Grecia pobre y sin recursos, ¿hubiera dedicado el mismo esfuerzo a desarrollar el mundo de las ideas?

3. Si una necesidad es subjetiva, ¿la puede intentar satisfacer el estado?

4. ¿Cree que el desarrollo del Estado y el del saber económico van unidos?

5. ¿Se puede extraer el concepto de marginalidad de la obra de Aristóteles?

N O T A S

1 La Historia de la Economía de Algarra (1941) era una versión al español de la 12ª edición de los Grundiss zum Studium der Politidchen Oekonomie de J. Conrad. El Doctor Algarra había realizado esta traducción resúmen por encargo de las libre-rias Victoriano Suárez (Madrid) y José Bosch (Barcelona), que deseaban ofrecer a los estudiantes de derecho un versión española de un manual que había tenido éxito en un país de referencia. En este caso el manual elegido era el vigente en la Alemania Nazi, el J. Conrad, muy influenciado por la Nueva Escuela Historicista de Schmoller.

2 Algarra, J. (1941), pp. 13-14.

3 La primera edición al español fue en 1941.

4 René Gonnard terminó su libro en Lyon en el año 1928, aunque no fue editado hasta 1930. La versión al español data de 1931.

5 La sección I del capítulo primero de Gonnard, dedicado al pensamiento griego, utiliza como referencias principales Las teorías económicas de la Grecia antigua de A. Souchon (1905), Estudios económicos acerca de la antigüedad de Guiraud (1905), y La economía antigua de Totain (¿?) entre otros.

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DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…30

6 El pensamiento económico chino ha sido poco referenciado, de hecho, salvo Schumpeter (1954), pocos manuales han recogido la existencia de un pensamiento económico en Oriente. Para una mayor profundización recomendamos los trabajos utilizados por Joseph A. Schumpeter (1954) para realizar su análisis: Huan Chang Chen (1911) The Economic Principles of Confucius and His School; E.D. Thomas (1927) Chinese Political Thought y S.Y. Ly (1936) Les grandes courants de la pensée économique chinoise dans l´antiquité.

7 Citado en Gonnard, R. (1930), p. 15.

8 Gonnard, R. (1930), p. 16.

9 Se recomienda para una visión inicial la lectura de Ekelund R.B. y Hébert R.F. (1992), y para una mayor profundización Lowry, S. Todd (1987) The Archaeology of Economic Ideas. N.C.: Duke University Press

10 Esta frase figura en el diálogo de Platón que lleva su mismo nombre, donde se le atribuye a Protágoras esa frase.

11 Véase Lowry, S.T. (1987).

12 Esta visión de Protágoras ha sido expuesta en Lowry, S.T. (1987).

13 Esta postura la plantea Emilio Lledó en la introducción a la Ética Nicomaquea y a la Ética Eudemia en la edición de 1985 de la Editorial Gredos, Madrid. Este autor a su vez se basa en la obra de Werner Jaeger Studien zur Enstehungsgeschichte der Metaphysik des Aristóteles, Berlín, 1912 y en su traducción al castellano de esta obra de Jaeger realizada por José Gaos y que se puede encontrar en Aristóteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, México, 1946.

14 El carácter artificial o ficticio de la moneda, cuyo valor radica en un acuerdo tácito de los contratantes también fue tratado en Política I 9, 1257b.

15 I-1,5 y I-1-10 de E.N.

16 Cita tomada de Ekelund y Hébert (1992). No obstante, el lector que desee una selección de fuentes originales sobre los pensadores griegos expuestos en este ca-pítulo puede consultar Monroe, A.E. (1924) Early Economic Thougt. Cambridge, Mass.: Harvard University Press.

17 Dión Casio escribió una monumental Historia de Roma, que comprendía desde la llegada de Eneas a Italia hasta el año 229 de nuestra Era, compuesta de 80 libros.

18 Relatado en Adam Smith(1958), pág. 523

19 El cuerpo jurídico que regulaba las relaciones comerciales, entre otras, entre los no ciudadanos o entre ciudadanos y no ciudadanos

20 Las Institutiones era un manual para principiantes que se basa en el de Gayo, las Digestae, constaba de una gran cantidad de extractos de trabajos realizados por los juriconsultos, y el Codex estaba formado por todos los estatutos imperiales en vigor.

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[ I I . 1 L A I M P O R T A N C I A D E T O L E D O ]

[ I I . 2 L A C O N S T R U C C I Ó N D E L P E N S A M I E N T O E S C O L Á S T I C O ]

[ I I . 3 E L P R I M E R O D E L O S M A E S T R O S E S C O L Á S T I C O S : A L B E R T O M A G N O ]

[ I I . 4 E L A N Á L I S I S D E S A N T O T O M Á S D E A Q U I N O ]

[ I I . 5 D E S A R R O L L O S E S C O L Á S T I C O S S O B R E L A T E O R Í A D E L VA L O R ]

[ I I . 6 L O S O T R O S T E M A S E S C O L Á S T I C O S : D I N E R O , R I Q U E Z A , I N T E R É S Y U S U R A ]

[ I I . 7 L A E S C U E L A D E S A L A M A N C A O L A V I E J A E S C O L Á S T I C A ]

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E L P E N S A M I E N T O E C O N Ó M I C O

E S C O L Á S T I C O

[ I I . 1 L A I M P O R T A N C I A D E T O L E D O ]

La humanidad tiene que dar un salto de más de cinco siglos para encontrar una estrella que brille con luz propia, Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Será en esa época, siglo XIII, donde la economía a la par que la sociología, formen parte de la teología moral, o ética, que a su vez era parte de la teología sobrenatural y de la teología natural.

[ l a a y u D a m u s u l m a n a ]

Pero, este ligero haz de luz que entra por las rendijas del siglo XIII proviene del re-descubrimiento de la cultura griega, y en lo relativo al análisis económico, por el reencuentro de los hombres con la figura

Estos pensadores árabes permitieron que una

cadena de producción del conocimiento empezase a

funcionar

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…34

de Aristóteles. Se debió esto al trabajo realizado por aquellos que tradujeron, del árabe al latín, las obras griegas.

Entre los pensadores árabes influidos por Aristóteles, y trans-misores del mismo, destaca como pionero y generador de una escuela - en la que se inscribiría Averroes (1126-1198) - el maes-tro zaragozano Avempace (1090-1139). Este erudito aragonés destacó en las facetas de médico, astrónomo y poeta. Destacó, de cara a la historia, su proclama de la importancia de la razón, incluso para el conocimiento religioso.

El cordobés Averroes, uno de los grandes pensadores españoles, realizó diversos tratados filosóficos influidos por Aristóteles, a quien ensalzó en todo momento. Sus dos principios fundamen-tales, sin trascendencia directa para el pensamiento económico, fueron la eternidad del mundo y el intelecto activo, la inteligencia común del genero humano, distinta de la individual. Estos pensa-dores árabes, con sus traducciones al árabe de las obras griegas y sus comentarios sobre las mismas, enriquecieron el pensamiento de Occidente, y permitieron que una cadena de producción del conocimiento empezase a funcionar. Estamos hablando de las traducciones del árabe al romance y de éste al latín. Como era lógico, esto tenía que producirse en las zonas de contacto entre las culturas árabe y cristiana. Estos lugares fueron Sicilia, y con mayor esplendor, Toledo.

Desde estos dos lugares se enviaron al resto de Europa versiones latinas y de otros autores griegos, así como de sus divulgadores y comentaristas árabes. A finales del siglo XII, una parte impor-tante de las obras de Aristóteles habían sido traducidas al latín. La Ética Nicomáquea, en su versión comentada por Averroes, fue la primera traducción al latín. La realizó en 1240 Hermann, apodado el Alemán, desde Toledo. Esta traducción sería el hilo de pólvora que provocaría la expansión por toda Europa del pen-samiento aristotélico. Poco después, en 1246, Roberto Grosse-teste (1168?-1235?), Obispo de Lincoln, tradujo directamente del griego, Ética. Con la publicación al latín de estas dos obras ya estaban creadas las bases de la escolástica aristotélica.

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35HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ L A R A Z Ó N N O E S T A R E Ñ I D A C O N L A F E ]

Los escolásticos se proponían, por enci-ma de todo, armonizar la razón con la fe, supeditando la primera a la segunda; ex-hibían una fuerte vinculación a las ideas y a los principios. Utilizaban para ello una combinación de los siguientes elementos: La filosofía de Aristóteles, la Sagrada Es-critura, textos de los Padres de la Iglesia y, el derecho romano y el canónico. Su me-todología consistía en formular una expo-sición muy detallada de las opiniones a re-futar. Posteriormente, se daba respuesta, se sometían a examen las opiniones diver-gentes y se generaba una documentación sobre el tema tratado. Todo este proceso no era ajeno al peso de la autoridad. Se utilizaban con frecuencia, en las argumen-taciones, citas de autoridades para fortalecer la opinión expues-ta en el texto. Este proceso era de naturaleza deductiva, aspecto por el cual la escolástica llegó a ser muy criticada. Su deductivis-mo dependía más de la fe y del peso de la autoridad, que de la lógica aristotélica.

La fuerte relación que tuvo Aristóteles con el pensamiento es-colástico llevó a muchos pensadores a identificar plenamen-te al maestro griego con este sistema filosófico-teológico. Por ello, aquellos que atacaron, en épocas posteriores al siglo XIII, la metodología escolástica lo hacían lanzando sus dardos hacia Aristóteles. Las críticas llegaron desde diversos frentes. Uno de ellos, el representado por Gassendi (1592-1655)1, quien utili-zaba una defensa de los métodos experimentales como medio para cuestionar la filosofía escolástica. El insigne médico, von Hohenheim, más conocido por Paracelso (1490?-1541), quemó solemnemente los libros de Aristóteles antes de empezar su en-señanza médica, y Francis Bacon (1561-1626) adoptó la causa de la ciencia inductiva contraponiéndola, a lo que el consideraba, especulación escolástica y aristotélica. Pero todas estas críticas, se levantan injustas a juicio de Schumpeter (1954), “pues si la

Los escolásticos se proponían, por encima de todo, armonizar la razón

con la fe.Su metodología consistía

en, formular una exposición muy detallada de las opiniones a refutar,

se sometían a examen las opiniones divergentes

y se generaba una documentación sobre el

tema tratado. Se utilizaban con

frecuencia citas de autoridades para

fortalecer la opinión expuesta en el texto. Este proceso era de naturaleza

deductiva,

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…36

obra de Aristóteles emite algún mensaje, ese mensaje es precisa-mente el de la investigación empírica”.

[ I I . 2 L A C O N S T R U C C I Ó N D E L P E N S A M I E N T O E S C O L Á S T I C O ]

Este pensamiento escolástico se construyó con las aportacio-nes de Alberto Magno y principalmente de Tomás de Aquino, como ya comentamos, pero también con la ayuda de Duns Sco-to (1274-1308), Guillermo Occam2 (1299-1349), Enrique de Frimaria (1245-1340), Buridan (1295-1358) y Gerardo Odonis (1290-1349).

El siglo XIII, denominado el período clásico de la escolástica, en cuanto a su vertiente teológica y filosófica, implicó una revolución en el campo de las ideas. Y aunque la consolidación y culminación de este sistema es producto de Tomás de Aquino, el mismo se de-

Tradición Escolástica

Escuela Franciscana

GrossetesteDuns ScotoOccam

Escuela Dominica

Alberto MagnoTomas de AquinoEnrique de FrimariaJean Buridan

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37HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

sarrolló bajo dos escuelas, la franciscana y la dominica. La última de ellas, la dominica, se caracterizaba por preocuparse más que la franciscana por los aspectos que unían a la religión con la épo-ca en la que se situaban, así como por la fundamentación de su doctrina en el razonamiento lógico. La franciscana se preocupaba más por la defensa de algunas de las virtudes más tradicionales del cristianismo, que a juicio de esta escuela, la Iglesia parecía olvidar en su intento de ser más realista o dominica.

El principal exponente de la escolástica, Tomás de Aquino, se encuentra adscrito a la escuela dominica. La franciscana contará con el Obispo de Lincoln, Duns Scoto u Occam entre sus más claros exponentes. El segundo de ellos, el profesor escocés Duns Scoto, bebió del mismo maestro que Tomás de Aquino, Alberto Magno, aunque llegó a diferentes conclusiones. Quiere esto de-cir, que las posturas marcadas por estas escuelas tenían un mayor impacto en la propia vida de la Iglesia Católica que en el desarro-llo metodológico del análisis económico realizado.

[ I I . 3 E L P R I M E R O D E L O S M A E S T R O S E S C O L Á S T I C O S : A L B E R T O M A G N O ]

La primera escolástica con influencia en el análisis económico solemos encontrarla en el maestro de santo Tomás de Aquino, san Alberto Magno (1206-1280)3. Este filóso-fo ejerció el cargo de obispo de Regens-burgo, enseñó en París, al igual que antes lo había hecho Grosseteste, y posterior-mente lo hicieron santo Tomás de Aquino, Duns Scoto o Jean Buridan entre otros.

Por sus conocimientos enciclopédicos mereció de sus contempo-ráneos el título de Doctor Universalis. El campo de sus estudios abarcó principalmente las Ciencias Naturales, la Filosofía y la Teología, y en todas estas áreas acusó la huella de Aristóteles.

Este doctor de la Iglesia ha pasado a la historia del Análisis Eco-nómico por dos causas, la primera, su papel de maestro o mentor

San Alberto Magno legó su visión del trabajo

como un elemento que influye en el precio de los

bienes.Observó el nexo de unión entre precio de mercado y

costes de producción

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…38

de santo Tomás de Aquino, y en segundo lugar, por sus comenta-rios a la Ética a Nicómaco.

Su lectura de la conocida obra de Aristóteles permitió, que le-gase al pensamiento escolástico su visión del trabajo como un elemento que influye en el precio de los bienes4. Argumentó que las cosas se pueden valorar bajo el prisma de un orden natural y de un orden económico. Bajo este último tipo de orden, el eco-nómico, los bienes se miden en relación con el trabajo, que es el determinante fundamental del coste de producción. Observó el nexo de unión entre precio de mercado y costes de producción, sugiriendo que si el primero de ellos, el precio, no cubre al se-gundo, los costes, entonces la producción cesará. Está visión, considerada analítica a ojos de Langholm (1979), podría llegar a interpretarse como un salto cualitativo importante en el análisis económico de la época. Está mostrando la existencia del precio como un valor de equilibrio, y estableciendo una variable endó-gena, es decir, sobre la que se puede actuar, los costes, como reguladora del valor.

[ L A T E O R Í A D E L VA L O R T R A B A J O Q U E N U N C A E X I S T I Ó ]

Ciertamente, san Alberto Magno estaba lejos de presentar una visión sistemática de la determinación del precio de merca-do, y sus comentarios podrían haber servi-do para fertilizar la tierra de la Teoría Ob-jetiva del Valor. Posiblemente, así hubiera

ocurrido si los escolásticos tuvieran las mismas inquietudes que Adam Smith o Karl Marx. Pero nunca debemos de olvidarnos que los problemas que preocupan a los escolásticos son diferentes de los que preocuparon a los economistas clásicos o a los neoclá-sicos, por citar a alguna de las doctrinas económicas más rele-vantes de la historia. Es cierto que la manera en que los autores escolásticos acentúan el elemento de remuneración de algunas actividades socialmente útiles ha provocado la opinión, posible-mente correcta, de que la fuente del derecho moral al producto del propio trabajo se puede encontrar en la literatura escolásti-ca, empezando por la obra de san Alberto Magno. Pero también

Los problemas que preocupan a San Alberto Magno son diferentes de los que preocuparon a los economistas clásicos o a los neoclásicos

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39HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

ha provocado la creencia de que los escolásticos formularan una teoría analítica del valor fundada en el trabajo, o sea, que expli-caran el fenómeno del valor por el hecho de que las mercancías cuestan trabajo. Siguiendo las palabras de Schumpeter (1954), no hay ninguna relación lógica entre la mera acentuación de la necesidad moral o económica de remunerar el trabajo, y lo que se conoce técnicamente como teoría del valor-trabajo.

[ I I . 4 E L A N Á L I S I S D E S A N T O T O M Á S D E A Q U I N O ]

Como ya hemos dicho, el verdadero protagonista del pensamien-to escolástico fue santo Tomás de Aquino, y aunque no tuvo nin-gún enfrentamiento con su maestro, san Alberto Magno, sí se dio cuenta inmediatamente que la teoría del trabajo de san Alberto debía ser mejorada. Para ello, recurrió a los antecedentes de la escolástica, san Agustín.

Podía santo Tomás haber recurrido a la clasificación tradicional de las necesidades humanas, observable en Política de Aristó-teles, o haber observado la relación entre placer y necesidad en De civitate dei de San Agustín. Cualquiera de los dos caminos hubiesen permitido un fuerte desarrollo de la teoría subjetiva del valor. Pero no eligió ninguno de los dos, extrajo, eso sí, la idea de necesidades de San Agustín, pero no la relacionó con el placer y sí con un ordenamiento moral.

[ E L P R E C I O J U S T O , P R I N C I P A L P R E O C U P A C I Ó N E C O N Ó M I C A ]

Es indudable que el derecho romano y el concepto de precio justo se impone sobre la necesidad de hallar la verdadera medida del valor. Deja, no obstante, para la poste-ridad, la relación entre precio y necesidad. De hecho, la indigentia o necesidad, será un concepto sobre el que trabajarán otros pensadores, y cuya importancia, de modo paulatino, se irá acrecentando.

El discurso sobre economía pura que se encuentra en santo To-más era rudimentario y versaba en gran medida sobre el justo precio. La parte interesante del discurso acerca del precio justo,

Para Santo Tomás, el derecho romano y el

concepto de precio justo se impone sobre la necesidad

de hallar la verdadera medida del valor

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…40

es decir, el precio que asegura la equivalencia de la justicia con-mutativa, es estrictamente aristotélico y se tiene que interpretar exactamente igual que se ha interpretado el texto de Aristóteles. El quantitas valoris de Santo Tomás no es nada diferente del pre-cio, sino un simple y normal precio competitivo. La distinción que parece trazar entre precio y valor no es una distinción entre precio y algo que no fuera precio, sino una distinción entre el precio pagado en una determinada transacción y el precio que consiste en la estimación pública de la mercancía. Esta no es otra que el precio normal competitivo, o valor, en el sentido de precio normal competitivo cuando este precio existe. Analizar la justicia implicaba estudiar las fuerzas de mercado. En la medida que el discurso de santo Tomás de Aquino sirvió para analizar la idea de justicia, sirvió igualmente para denunciar a las fuerzas de mercado como antagonistas de esta.

[ L A I N D I G E N T I A O N E C E S I D A D I N D I V I D U A L ]

El concepto de indigentia, extraído de Ética, utilizado por Santo Tomás de Aquino recorrió un largo camino antes de llegar a él. El primero en utilizarlo fue Averroes. El filósofo cordobés no lo tra-duciría, sí haría esta labor el traductor toledano el Alemán, tam-bién conocido por Hermann. El Obispo de Lincoln, Grosseteste, no sabemos hasta qué punto influido por este traductor, utilizó de nuevo indigentia en su Translatio Lincolniensis de la obra de Aristóteles. Este hecho marcó las posteriores traducciones, in-terpretándose la indigentia como necesidad. Lo que no estaba claro era el papel de la necesidad en la búsqueda del justo precio.

Santo Tomás de Aquino desarrolla la indigentia aplicándola al individuo y no a la colectividad. No hubiera sido complicado extrapolar ese concepto a la sociedad. Es lógico pensar que si un individuo necesita comer, también lo necesiten el resto de los individuos, y si un individuo demanda alimentos, para satisfa-cer esa necesidad, el resto de los individuos también demandan alimentos. Estaríamos hablando, por tanto, de demanda de mer-cado, en lugar de demanda individual. Obsérvese, que al hablar de demanda, estamos diciendo cantidad deseada, aquella que querrían tener las personas. La demanda individual como una

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función determinada por el precio, la renta, otros precios, entre otros determinantes, no surgirá con el pensamiento escolástico. Sí surgirá el proceso de agregación, el paso de lo individual a lo colectivo. Lo realizará Enrique de Frimaria.

[ I I . 5 D E S A R R O L L O S E S C O L Á S T I C O S S O B R E L A T E O R Í A D E L VA L O R ]

San Alberto Magno había inclinado el aná-lisis económico escolástico hacia el lado de los costes, analizando el trabajo. Santo To-más de Aquino, inclinó el análisis hacia el lado de la demanda. Pero quien realmente inclinó la formula tomista a favor de una demanda colectiva, por no usar el concep-to de demanda agregada, fue Enrique de Frimaria. Santo Tomás le había dejado el campo muy abonado, lo que aprovechó para realizar alguna incursión valiosa en la teoría del valor.

Enrique de Frimaria adelantó en la Sententia totius libri Ethico-rum la noción de que el valor está determinado por la necesidad común de algo que es escaso. Esta sentencia nos muestra, en pri-mer lugar, que la necesidad es algo colectivo, y en segundo lugar, que la escasez se relaciona con el precio de los bienes. Un nuevo docente de la Universidad de París, en este caso su Rector, Jean Buridan, desarrolla, siguiendo la estela marcada por Aquino y Frimaria y por los averroístas de París, el concepto de demanda. Sus obras de interés para el análisis económico son Quaestiones in decem libros Ethicorum Aristotelis y Quaestiones super octo libros Politicorum Aristotelis. Establece su versión de la distinción entre indigentia individual y communis indigentia. Amplía este concepto a los bienes de lujo, y se acerca enormemente al concepto deno-minado actualmente como demanda efecti-va, al relacionar la indigentia con el deseo respaldado por la capacidad de pago.

Si necesitamos x, demandamos x; si x es abundante, más abundante que la canti-

Enrique de Frimaria adelantó la noción de que el valor esta determinado

por la necesidad común de algo que es escaso.

Nos muestra, en primer lugar, que la necesidad

es algo colectivo, y en segundo lugar, que la

escasez se relaciona con el precio de los bienes.

Scoto, ha sido el gran autor de la tradición

escolástica que liga el valor de las cosas al

trabajo necesario para obtenerlas.

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…42

dad en que lo necesitamos, entonces x no tiene precio; es un bien no económico. Si, por el contrario, x no alcanza para satisfacer nuestra necesidad, entonces x tiene un precio; es un bien econó-mico. Este razonamiento no lo harían los escolásticos, será fruto de uno de los grandes economistas de la historia de la humani-dad, Carl Menger. Es indudable que el legado de Jean Buridan y de los anteriores escolásticos no consistió en un pozo seco, sino con una cantidad de agua lo suficientemente amplia como para poder alimentar las inquietudes y los razonamientos de los que vendrían después.

[ L A A P O R T A C I Ó N F R A N C I S C A N A ]

La línea de pensamiento abierta por san Alberto Magno, tendrá continuidad en los franciscanos Gerardo Odonis y John Duns Scoto.

El último de ellos, Scoto, ha sido a juicio de numerosos economistas, como Argemí

(1987)5, “el gran autor de la tradición escolástica que liga el valor de las cosas al trabajo necesario para obtenerlas”. Pero es necesario recordar que, cuando Scoto relaciona el precio justo con el coste, es decir, con el gasto de dinero y esfuerzo del productor, posiblemente está pensando que su aportación no es más que un criterio más pre-ciso de la justicia conmutativa escolástica. No obstante, es necesario reconocer que Scoto descubrió la condición de equilibrio competiti-vo más tarde conocida como ley del coste (siglo XIX). Este mérito, sin lugar a dudas, no es baladí, pues si identificamos el precio justo de un bien con su valor común competitivo, como hizo Duns Scoto, y si igualamos además ese precio justo con el coste del bien, tendre-mos implícitamente la ley del coste.

El otro franciscano mencionado anteriormente, Odonis6, se cen-tró en la escasez y en la calidad de las habilidades productivas

humanas, lo que le llevó a una teoría de las diferencias de salarios que distinguían entre las eficiencias relativas de las distin-tas habilidades y el coste relativo de adqui-rir estas habilidades. La teoría de Odonis le permitía explicar por qué gana más un

Odonis, se centró en la escasez y en la calidad de las habilidades productivas humanas, lo que le llevó a una teoría de las diferencias de salarios

Odonis, se centró en la escasez y en la calidad de las habilidades productivas humanas, lo que le llevó a una teoría de las diferencias de salarios

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43HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

maestro de obras de una catedral, que un cantero que abastece a la misma de piedra. Su teoría le llevó a inferir que las personas que tienen habilidades escasas confieren a los productos que ela-boran un precio más alto.

[ L A S Í N T E S I S D E O D O N I S ]

Como ya hemos visto, a los escolásticos, siempre se les ha divi-dido en grupos, bien fuera para resaltar su orden religiosa, fran-ciscana o dominica, o bien fuera para resaltar su ligadura con la ley del coste (san Alberto Magno) o la Ley de la Demanda (santo Tomás de Aquino). Al franciscano Gerardo Odonis, se le suele encuadrar, en el plano del análisis económico, en un apartado de síntesis entre las dos trayectorias expuestas.

El pensamiento económico escolástico se centraba fundamen-talmente en la idea de la justicia, de hecho bastantes de los tra-tados escolásticos incluían los vocablos iustitia et iure. Y como hemos visto, gran parte de los avances mostrados, se hacían con objeto de profundizar en la justicia conmutativa. Esto mo-tivó que no prestara atención a los problemas específicamente económicos, por ejemplo la hacienda pública, de la cual se ig-noraban en el estudio los efectos de los gastos públicos o las consecuencias de la imposición, por ejemplo. Lo que más les interesaba a los escolásticos, en este caso expuesto, era la justi-cia de la imposición. Un tema abordado con profundidad fue la teoría cuantitativa del dinero.

[ I I . 6 L O S O T R O S T E M A S E S C O L Á S T I C O S : D I N E R O , R I Q U E Z A , I N T E R É S Y U S U R A ]

Todos los temas escolásticos comienzan en Aristóteles. En este caso, la diferencia es que no se inicia únicamente en su Ética, sino también en la Política e incluso en la Metafísica.

Estudiar la teoría del valor escolástica significaba caminar por dos vías, una que nacía en san Alberto Magno y otra que salía de santo Tomás de Aquino. En el tema del dinero y la riqueza, las es-trellas que brillarán con luz propia son Nicolás Oresme (1320?-

Todos los temas escolásticos comienzan

en la Ética, la Política e incluso en la Metafísica

de Aristóteles

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…44

1382)7 y Jean Buridan. En especial, el primero de ellos, aunque no es de desdeñar la influencia de Jean Buridan en Oresme, como tampoco se debe obviar la del monje español Guiu Terrena. Pero, para poder conocer la verdadera importancia de las aportaciones escolásticas, debemos conocer el tratamiento que Aristóteles le dio al tema del dinero.

[ L A É T I C A , L A J U S T I C I A Y E L D I N E R O ]

En el libro V de la Ética, Aristóteles habla de la justicia, y discute sobre la misma en las transacciones comerciales. Esta consis-te en la igualdad entre los bienes entrega-dos y los recibidos, y para ello, a juicio de este filósofo griego, fue inventado el dine-

ro. En Política discute la crematística, inspirada por la invención del dinero, e intenta explicar la naturaleza de la verdadera rique-za y el papel propio del dinero en la comunidad.

Terrena8, discípulo de Buridan, realizó una colección de cuestio-nes sobre la Ética de Aristóteles. Su obra la podemos diseccionar en dos apartados, el primero dedicado al análisis del intercambio, el cual se favorece con el uso del dinero; el segundo se dedica al estudio del beneficio de los mercaderes. Resaltamos de la aporta-ción de Terrena su preocupación por mantener la estabilidad en el valor del dinero, para poder favorecer el intercambio.

Las aportaciones del maestro de Terrena, Buridan, se separan ligeramente del camino que los aristotélicos habían marcado en relación con la naturaleza del dinero. Trata el problema de la adulteración, describiendo los numerosos métodos que existen para adulterar el dinero y condenando a quien las realiza, por ejemplo, a los reyes franceses. Estos tenían la práctica extendida de adulterar la moneda.

En cuanto al concepto de riqueza, distingue Buridan entre rique-za natural per se y riqueza natural per accidens. La primera está formada por las cosas necesarias, mientras que la segunda está constituida por el dinero.

La estrella que brilló con más luz, no fue el monje catalán, Terrena, ni Buridan, sino uno de sus más aventajados discípulos, Nicolás Ores-

La adulteración del dinero viola el principio de bien común.Provoca una reducción de intercambio y reduce el volumen de comercio.

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45HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

me. De su extensa obra recogemos únicamente su Tractatus, que trata sobre el origen y funciones del dinero, para qué sirve, y cómo debe ser constituido y mantenido para que sea fiel a sus objetivos.

Como ya hemos indicado en una nota a pie anterior, la preocu-pación principal de Oresme no es distinta a la de Buridan, y esta viene a ser la adulteración del dinero. Enumera los numerosos perjuicios que este acto, la adulteración, ocasiona, pero lo hace siempre bajo la base de que el dinero pertenece a la comunidad y fue instituido para el bien común. Relaciona su discurso moral con la visión escolástica del fraude. Entre los daños que la adul-teración realiza al intercambio, menciona la incertidumbre y la reducción del volumen de comercio.

Aunque la función más importante del dinero es facilitar el in-tercambio, asume que el dinero es también un depósito de ri-queza. No será, sin embargo, lo natural contemplar al dinero como riqueza, ya que todas las cosas tienen un uso apropiado, y el del dinero no es guardarlo, ni prestarlo, ni venderlo. Estamos frente a una teoría del dinero-mercancía, no del dinero-signo. El esfuerzo analítico de Oresme intentaba mostrar que las mo-nedas eran un excelente instrumento para facilitar el intercam-bio, y que estas no debían ser adulteradas, ya que este hecho provocaría una desconfianza entre los mercaderes y un retroce-so de las relaciones mercantiles.

Ahora bien, en el momento que el dine-ro se generaliza como medio de pago, ad-quiere la propiedad de capital, puede ser prestado, tomado en préstamo o acumu-lado. Entramos por tanto en dos aspectos relevantes: el interés y la usura. Dos temas de importancia crucial en la Edad Media.

[ ¡ Q U É D U R O E R A S E R B A N Q U E R O ! ]

La idea central que recorría el pensamiento escolástico era que el cobro de interés no es correcto. El concilio de Nicea (787)9, pro-hibió la práctica del préstamo remunerado entre los clérigos y en la época del Emperador Carlomagno se extendió esta prohibición a todos los cristianos.

El concepto de riesgo no entraba en el análisis

escolástico. Lo habitual, es que

el préstamo estuviera avalado por unas

posesiones de un valor muy superior al dinero solicitado en préstamo.

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…46

El interés era considerado por los escolásticos como una compen-sación por la pérdida de beneficios experimentada por el presta-mista, que no podía dar un uso alternativo a su dinero mientras estuviera en manos de otro. El concepto de riesgo no entraba en el análisis escolástico, ya que lo habitual era que el préstamo estuvie-ra avalado por unas posesiones de un valor muy superior al dinero solicitado en préstamo.

No obstante, la prohibición de recibir intereses no era general, había excepciones. Existía, por ejemplo, el census, que era un ins-trumento financiero muy primitivo, mezcla de hipoteca y renta vitalicia, donde el prestatario incurría en la obligación de pagar un rendimiento anual de la propiedad otorgada y rentable. Al mar-gen de las excepciones otorgadas por la Iglesia Católica, el desa-rrollo económico de la Edad Media generalizaba, en la medida que se expandía la figura del prestamista o pequeño banquero, el uso del interés. Esto provocó un comportamiento de la economía real muy distante del moral recomendado. Las crisis o cismas que se dieron en el seno de la Iglesia Católica y la posterior Reforma protestante hizo cambiar a la Iglesia sus posiciones morales.

[ I I . 7 L A E S C U E L A D E S A L A M A N C A O L A V I E J A E S C O L Á S T I C A ]

A partir del siglo XVI existen en los distin-tos países europeos diversidad de ideas y de autores. En el caso de España, en ese momento primera potencia mundial, se produce un renacimiento de la escolástica. Las cuestiones jurídicas, políticas y econó-micas serán a las que se preste una mayor atención en el Reino de España. El entor-no histórico que marca este renacimiento cultural es la llegada de los españoles al continente americano.

[ L A E Q U I D A D Y L A J U S T I C I A P O R E N C I M A D E T O D O ]

En el mismo año en que Cristóbal Colón divisa las costas de América nace10 Francisco de Vitoria (1492-1546), fundador de la

Su preocupación era resolver los conflictos morales de los creyentes y consecuentemente de los comerciantes y mercaderes católicos.

Destacaron por sus trabajos sobre el dinero, pero también estudiaron el valor.

La escuela austriaca considera que algunos de sus predecesores pertenecen a la de Salamana.

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Escuela de Salamanca11. A pesar de que no existen trabajos suyos publicados, únicamente referencias realizadas sobre él por sus discípulos, este insigne pensador se convirtió en una referencia obligada, no sólo dentro del campo de la economía, sino también del Derecho. Entre sus discípulos más sobresalientes destacan Domingo de Soto (1498-1560), Juan de Medina (1490-1546), Martín de Azpilcueta (1492-1586). Otros autores, algo posterio-res en el tiempo, son Tomás de Mercado (1525?-1575), Domingo de Bañez (1527-1604) y Luis de Molina (1535-1601). Con clara influencia en el siglo XVII podemos destacar a Francisco Suarez (1548-1617) y a Juan de Lugo (1583-1660).

La preocupación moral de estos teólogos-juristas es la salvación espiritual del hombre y el cumplimiento de las reglas de equidad y justicia en todo momento, incluidos las de carácter económi-co. Al igual que a los escolásticos, su preocupación no eran las cuestiones económicas en sí mismas, sino poder resolver los con-flictos morales que los creyentes les planteaban. En particular, las planteadas por los mercaderes o comerciantes católicos. Ana-lizaron, por tanto, la ayuda a los pobres, la actividad mercantil, el dinero, la banca, el interés, el comercio internacional, y como no podía ser menos, el justo precio y la usura. Su sana obsesión por dar respuesta a todos los interrogantes les llevó también a profundizar en los aspectos impositivos, pero bajo la óptica de la equidad, no de la influencia del gasto público como motor de desarrollo. Un área donde alcanzaron un elevado grado de desa-rrollo fue en la teoría monetaria.

El siglo XIV se acuesta con el Tractatus escolástico de Nicolás Oresme, que, como ya hemos dicho, profundiza sobre el origen y funciones del dinero, para qué sirve, y cómo debe ser constituido y mantenido para que sea fiel a sus objetivos. El análisis econó-mico español de los siglos XVI y XVII no se aleja excesivamente de las preocupaciones de Oresme, y se centra en la teoría mone-taria. Esta época de la historia verá las primeras exposiciones de la teoría cuantitativa y la teoría de la paridad del poder adquisi-tivo de la moneda.

A mediados del siglo XVI, en 1556, Martín de Azpilicueta12 pú-blica un Comentario resolutorio de cambios, donde se observa con

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…48

nitidez la relación entre aumento de la masa monetaria y la su-bida de los precios. Sólo trece años después de la publicación de Comentario... de Azpilicueta, Tomás de Mercado saca a la luz su Suma de tratos y contratos (1569), lo que le acredita como un profundo conocedor de los mecanismos comerciales de su época, y elaborador, como indica Schumpeter (1954), de su teoría cuan-titativa del dinero.

Tres son las estrellas que, a juicio de Dempsey (1935), brillaron con más fuerza en este firmamento: Luis de Molina, el belga Leonardo Lessius (1554-1623), discípulo de Francisco Suarez, y Juan de Lugo. Lo cierto es que esta escuela, de corte escolástico, desarrolló perfectamente las tres funciones del dinero: medio de cambio, deposito de valor y garantía de necesidades futuras.

Pero no fue la teoría monetaria la única área donde sentó cátedra la escuela escolástica. Sus análisis sobre la teoría del valor-traba-jo, sobre la que hicimos referencia en el capítulo anterior al ha-blar de san Alberto Magno, o la teoría del valor-utilidad traspa-saron las fronteras de España y el umbral del tiempo. La primera de ellas, la teoría del valor-trabajo, fue estudiada con detalle por Adam Smith, y la teoría subjetiva se canalizó hacía Europa cen-tral, pasando por Francia, y llegando a los primeros marginalis-tas, en especial a los que provienen de la Universidad de Viena.

Debates Abiertos1. ¿Cuál fue la principal aportación de los pensadores musul-manes?

2. ¿Es tan evidente, como así le parecía a san Alberto Magno, el nexo de unión entre costes y precios de mercado?

3. ¿Por qué la principal función del dinero era el intercambio y no ser un generador de riqueza?

4. ¿Cuál es la principal preocupación de la escolástica?

5. ¿La Economía es en sí una preocupación para estos pensado-res de profundas raíces religiosas?

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N O T A S

1 A quien Schumpeter (1954) tilda de ser un escolástico antiescolástico. Es decir, de criticar a Aristóteles, utilizando para ello una metodología aceptada por el pensa-miento aristotélico.

2 Este filósofo inglés pertenecía a la Orden Franciscana, y desde ella combatió al Papa como soberano temporal, y en colaboración con el general de la Orden Fran-ciscana publicó un manifiesto en el que declaraba hereje al pontífice Juan XXII.

3 Al margen de la influencia de los maestros árabes, se ha de recordar que la escolás-tica como sistema filosófico-teológico tiene antecedentes en San Agustín, Boecio (470-524) y San Juan Damasceno (m. 754).

4 Este apartado y los siguientes de este capítulo utilizan como principal referencia el trabajo realizado por Odd Langholm, Price and Value in the Aristotelian Tradition.

5 Esta cita en particular es tomada de Jordi Pascual, redactor de los capítulos 1 y 2 de Argemí (1987)

6 Odonis fue obispo y alcanzó el grado de Ministro General de la Orden Franciscana.

7 La obra de interés de Oresme para el análisis económico es Tractatus de origine et iure nec non et de mutationibus monetrum, que traducido al castellano, Tratado sobre el origen, naturaleza, función y cambios de la moneda.

La pregunta que intentaba responder Oresme en su libro era:

¿es lícito que el príncipe fije a su antojo el valor de la moneda?.

Se considera el tratado de Oresme como el primer libro dedicado enteramente a un tema de Economía.

Las obras de interés de Buridan han sido mencionadas anteriormente.

8 La aportación al análisis económico de Guiu Terrena se ha extraído del excelente trabajo de Jordi Pascual, el cual se puede observar en Argemí (1987)

9 Ciudad de la región de Anatolia y actualmente denominada Isnik. En esta ciudad se han celebrado dos Concilios ecuménicos: el de 325, contra el arrianismo, y el de 787, contra los iconoclastas.

10 No existe datos que permitan atestiguar con certeza la fecha de nacimiento de Francisco de Vitoria, uno de los años que se consideran probables es 1492, otras fechas posibles son 1493 y 1480.

11 El lector que desee profundizar en la Escuela de Salamanca debería consultar Gri-ce-Hutchinson, M. (1952) The School of Salamanca. Readings in Spanish monetary theory, 1544-1605, Oxford. Previamente a la lectura de Grice-Hutchinson (1952) recomendamos las aportaciones de Luis Perdices Blas a Iglesia de la , J. (1994) y de Jordi Pascual a Argemí (1987). Otras lecturas recomendadas son Beltran, L. (1989) Historia de las Doctrinas Económicas, Teide. Barcelona y Estapé, F. (1990) Introducción al pensamiento económico. Una perspectiva española. Espasa-Calpe, Madrid. El lector que desee realizar un alto nivel de profundización sobre los arbi-

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…50

tristas y los proyectistas debería consultar los trabajos de investigación de Perdices (1992) y Perdices (1993) y Baeck, L. (1988).

12 Conocido por el apelativo de Doctor Navarro, fue profesor de la Universidad de Cahors y rector de la de Coimbra. Fue afamado canonista, defendió al padre Las Casas de las acusaciones de las que era objeto, siendo relevante, aunque no para el análisis económico, su Manual de Confesores y Penitentes.

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L A E C L O S I Ó N D E E U R O P A :

E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E T R A N S V E R S A L

[ I I I . 1 E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E ]

[ I I I . 2 L A R I Q U E Z A ]

[ I I I . 3 E L C O M E R C I O E X T E R I O R C O M O I N S T R U M E N T O ]

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L A E C L O S I Ó N D E E U R O P A :

E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E

T R A N S V E R S A L

[ I I I . 1 E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E ]

Las ideas mercantilistas han dado origen a una controversia entre los historiadores de las ideas. Las opiniones de estos autores han acabado sumidas no sólo en la conde-na, sino incluso en el desprecio de la gran mayoría de economistas del siglo XIX. Estos no vieron en sus opiniones más que errores; y, en la discusión de sus predeceso-res, los economistas del s. XIX desarrollaron una práctica según la cual para barrer de en medio la obra de un autor bastaba con

Las reglas de von Hornick (1864)

ayudan a visualizar los pilares del pensamiento

mercantilista.

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LA ECLOSIÓN DE EUROPA: EL MERCANTILISMO…54

atribuirle la mera sombra de mercantilismo. Lo cierto, sin embar-go, es que el análisis económico de las principales potencias eu-ropeas ha estado más de dos siglos girando alrededor del trabajo de un grupo de hombres, que Mirabeu en 1763 denominó como mercantilistas.

El vocablo mercantilismo fue utilizado por primera vez para defi-nir el sistema de ideas económicas que predominaba desde hacía más de cien años en la Europa desarrollada, es decir, España, Francia, Inglaterra, Holanda, Italia, Flandes, y Escandinavia.

La razón de que este sistema de ideas no tuviera un eje vertebra-dor claro puede responder a varias razones: la falta de cohesión de los escritores mercantilistas, el desconocimiento del trabajo de otros, la ausencia de un aparato analítico estándar, etc. Es por estas razones que resulta imposible encontrar un escritor que represente con cierta holgura al resto de los mercantilistas.

No obstante, el lector que desee hacerse una composición de lugar sobre las reglas principales de una economía mercantilista, debe conocer las reglas de von Hornick. Este abogado austriaco publicó en 1684 un manifiesto mercantilista sustentado en nueve puntos:

1. Cada centímetro cuadrado del suelo de un país debe ser utilizado para la agricultura, la minería o las manufacturas.

2. Las materias primas que se encuentren en una nación de-ben ser utilizadas en manufacturas nacionales, porque los bienes acabados aportan un mayor valor añadido que las materias primas.

3. Que se fomente una población grande y laboriosa o traba-jadora.

4. Se ha de prohibir toda exportación de oro y plata, y todo el dinero nacional ha de mantenerse en circulación.

5. Ha de obstaculizarse, en la medida de lo posible, todas las importaciones de bienes extranjeros.

6. Cuando sean indispensables determinadas importaciones, estas deben obtenerse de primera mano y no como una

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55HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

reexportación, y su pago se debe hacer a cuenta de bienes nacionales, y no de oro y plata.

7. En la medida en que sean posibles importaciones, estas de-ben realizarse de materias primas que puedan servir para generar la producción nacional de bienes terminados.

8. Que se busquen constantemente oportunidades para ven-der el excedente de manufacturas de un país a los extranje-ros, en la medida en que se pueda, a cambio de oro y plata.

9. Que no se permita ninguna importación si los bienes im-portados existen de modo suficiente y adecuado en el país.

Sin lugar a dudas, los puntos expuestos por Philipp Wilhelm von Hornick no serían aceptados por todos los mercantilistas. Pero es, indudablemente, una visión simplificada y clarificadora del pensamiento mercantilista. En todo caso, es útil para el lector, de cara a comprender este tema.

[ I I I . 2 L A R I Q U E Z A ]

Tampoco debe obviar el lector que un espec-tro fantasmal recorría Europa en el perio-do mercantilista: el miedo a terminar como España. La envidiable situación española de principios del siglo XVI se muestra a ojo de estos hombres de modo terrorífica: Es rica en metales preciosos, pero pobre, muy pobre, en producción y con una balanza de pagos enormemente desfavorable.

El miedo al espectro español combinado con las respuestas a las siguientes pregun-tas y los puntos doctrinales de von Hornick sirven para aclarar bastante el pensamiento mercantilista:

La cuestión primordial era ¿Cómo se enriquece una nación?

La respuesta a esta pregunta requería responder a una primera cuestión previa: ¿Qué es una nación? ¿Quiénes la integran?.

Los estados modernos empiezan a ser

conscientes de que deben generar una estructura

gubernamental, una administración pública.

Los nuevos estados necesitan dinero para

generar y mantener su estructura, nace la necesidad de ser rico

como país.

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LA ECLOSIÓN DE EUROPA: EL MERCANTILISMO…56

Responder a estas dos preguntas resultaba sencillo y por otra parte clarificante: Una nación se compone de la suma de los in-dividuos que la integran.

La lógica más aplastante les indicaba por tanto que será rica una nación si lo es cada uno de los individuos.

Pudiera parecer que el proceso de pregunta-respuesta se había terminado, pero realmente faltaba por llegar una de las pregun-tas más difíciles: ¿Quién es rico?.

Si esa misma pregunta nos la hacemos a nosotros mismos, ¿Qué responderíamos?, posiblemente nuestra mente volase rápida-mente hacia alguna de las personas o personajes a los que ta-chamos de ricos. Podríamos pensar en algún empresario/a que con la venta de su producción obtiene grandes beneficios, o en una persona a la que le ha tocado un gran premio de la lotería. Indudablemente los dos son ricos, de hecho podríamos afirmar que ambos tienen mucho dinero. Quizás el agraciado/a por la lotería tenga en el momento presente más liquidez, pero ambos, si materializan su patrimonio tendrán algo que les caracteriza: mucho dinero.

LAS PREGUNTAS MERCANTILISTAS

En un principio se preguntaron:

¿cómo sE EnriquEcE una nación?

Antes de poder responder, volvieron a preguntarse:

¿qué Es una nación? ¿quiénEs la intEgran?

La respuesta más lógica era: la integran los individuos que la com-ponen; por tanto, sería rica una nación si lo eran sus componentes.

Llegaba aquí la otra pregunta,

¿qué Es sEr rico?

La respuesta fue unánime: Ser rico es tener oro y plata

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57HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ ¡ ¡ Q U I É N C O L O N I Z A S E A M É R I C A ! ! ]

No obstante, si la respuesta la meditáramos un poco más, y nos preguntaran ¿en lugar de quién se querría poner: del empresario o del agraciado por la lotería?, muchos, la mayoría, pensarían que en el lugar del agraciado por la lotería. Pero, también con total seguridad, saben que quien tiene más posibilidades de dejar una gran legado a sus herederos es el empresario y no el agraciado por la lotería.

Ahora, por un momento, ubíquese en el pasado, coloque su men-te en el siglo XVII. ¿Cuál cree que podría ser el sustitutivo de un beneficioso golpe del azar, como bien podría ser en la actualidad un gran premio de la lotería? ¿descubrir una mina de oro en su propiedad?, quizás.

Lo cierto es que la respuesta de los mercantilistas a la pregunta ¿Quién es rico? Fue: es rico el que tiene mucho dinero.

Resulta sencillo concluir que será rica una nación si tiene mucho dinero, si tiene mucho oro y plata.

El camino hacia la riqueza parecía ya prácticamente despejado, únicamente tenemos que descubrir como una nación puede lle-gar a poseer metales preciosos.

Y una nación puede alcanzar, mediante dos vías, importantes te-nencias de oro y plata; la primera, explotando las minas de estos metales.

Por tal motivo recomendaban los defensores de las ideas mer-cantilistas que se explotarán las minas de metales preciosos. Tal era la defensa de la explotación de estas minas, que la rentabilidad del empresario llegaba a quedar en un segundo plano. Si la mina no era rentable al menos se transvasaba el fruto de ella, sus metales, a los traba-jadores que la explotaban, y estos, con el fruto de su esfuerzo consumirían bienes y, por tanto, podrían a circular ese oro y esa plata por la nación.

Si no se puede ser rico a través de un premio de la lotería

(colonización de América), entonces habrá que trabajar,

porque lo que no se cuestiona es el deseo de ser rico.

Es necesario trabajar de un modo inteligente, esto quiere decir que debemos producir

lo que otros no fabrican y venderle a quien tenga oro y

plata.

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LA ECLOSIÓN DE EUROPA: EL MERCANTILISMO…58

Estas explotaciones directas estarían, con su generación de oro y plata, provocando un aumento de la oferta monetaria. Este in-cremento determinaría, por un lado un incremento de los precios y de los beneficios empresariales, y por otro lado, una reducción del tipo de interés. Ambos efectos son causa de una reducción del desempleo.

En segundo lugar, encontramos otra vía para alcanzar el oro y la plata deseados: El comercio exterior.

[ I V. 3 E L C O M E R C I O E X T E R I O R C O M O I N S T R U M E N T O ]

Una nación también puede llegar por el comercio a poseer oro y plata, si exporta mercancías. Si la nación le vende mercan-cías a los extranjeros, estos pagarán con metales preciosos y fluirá, por tanto, dine-ro hacia las arcas de la nación exportado-ra. Obviamente, eran conscientes que los productos manufacturados representan un

valor mucho mayor que las materias primas que lo incorporan, por ello, las materias primas nunca deben venderse e incluso, si es necesario, deben adquirirlas en el extranjero.

Los economistas clásicos despreciaron las ideas mercantilistas, pero es justo indicar que, gracias a las máximas de estos pensa-dores, muchas coronas europeas no cometieron grandes errores. Actualmente, cuando uno observa la situación de la mayoría de los países petrolíferos, no puede por menos que, acordarse de la España Imperial de Carlos V, tan rica y a la vez tan pobre. Posiblemente, hoy, en el siglo XXI, todavía muchas naciones no han concluido que la base de su riqueza futura no reside en los ingresos gubernamentales, sino en la riqueza de sus ciudadanos.

[ L A S P U N T U A L I Z A C I O N E S K E Y N E S I A N A S A L A B A L A N Z A C O M E R C I A L ]

Indicaba Keynes(1936)1 que si consideramos una sociedad que tenga una unidad de salarios estable y características nacionales que determinen la propensión a consumir y la preferencia por la

Los productos manufacturados representan un valor mucho mayor que las materias primas que lo incorporan, por ello, las materias primas nunca deben venderse.

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59HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

liquidez y un sistema monetario que ligue de una manera rígi-da la cantidad de dinero con la existencia de metales preciosos, será esencial para el mantenimiento de la prosperidad que las autoridades presten atención al estado de la balanza comercial. Una balanza comercial favorable, opinaba Keynes (1936) será extremadamente alentadora a condición de que no sea demasia-do grande; mientras una desfavorable puede producir pronto un estado de depresión persistente. Una balanza comercial favora-ble en el fondo tiene el mismo efecto que un conjunto de minas de oro y plata: incrementa la oferta monetaria.

El razonamiento mercantilista presentaba algunos defectos, al menos Keynes(1936) así lo consideraba al afirmar que existen dos limitaciones al éxito de esta política que no deben olvidarse. Si la tasa de interés nacional desciende tanto que el volumen de inversión recibe un estímulo de tal grado que eleva la ocupación a un nivel que pasa por alguno de los puntos críticos, en los cua-les sube la unidad de salarios, se producirá una subida de los costes productivos. Esta dinámica actuará negativamente sobre la balanza comercial.

Por otra parte, si la tasa de interés interna cae tan bajo en re-lación con las tasas de interés en cualquier otra parte y esto es-timula un volumen de préstamos al extranjero que sea despro-porcionado a la balanza favorable, esto puede ocasionar un flujo de metales preciosos suficiente para hacer que se contraríen las ventajas previamente obtenidas2.

El economista catalán Argemí(1987) reprodujo la visión Keynesia-na3 de los programas mercantilistas a partir del siguiente esquema:

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LA ECLOSIÓN DE EUROPA: EL MERCANTILISMO…60

Estas dos vías expuestas, balanza comercial favorable o explotación monetaria, susten-tan la coherencia teórica de los programas mercantilistas. La búsqueda del desarrollo y el pleno empleo son los dos principales objetivos de este tipo de políticas.

Conseguir estos objetivos obligaba a re-glamentar el comercio del país con el ex-terior; hay que prohibir la importación de productos fabricados extranjeros (pues para pagarlos tiene que salir oro) y, por el

contrario, fomentar, por cuantos medios sea posible, la expor-tación de productos industriales nacionales. La exportación de materias primas ha de prohibirse y permitir la importación. Para impedir que saliese el oro se llegaba a prohibir a los que cobra-ban una pensión del Estado disfrutarla en el extranjero, e incluso negaban la posibilidad de que los nacionales jugasen a loterías extranjeras, procurando, en la medida de lo posible, que los ex-tranjeros jugasen en las nacionales.

Para comprobar la eficacia de las normas dictadas por el Estado, los empleados de aduanas debían llevar una estadística perfecta de la exportación e importación de mercancías, y se debía influir para que la Balanza Comercial, denominada en aquellos tiem-pos Balanza de Comercio, fuese lo más satisfactoria posible. Es

La balanza comercial debe ser favorable, es decir las exportaciones de bienes deben ser superiores a las importaciones. Lo contrario implicaría que pagaríamos más oro del que recibiríamos.Consecuentemente, para la lógica mercantilista, seríamos más pobres.

Balanza Comercial Favorable

Manipulación monetaria o explotación directa

Tratado de la Moneda de Keynes

Entrada de dinero

Aumento oferta monetaria

Aumento de precios y BFOS

Teoría general de Keynes

Disminución tipo de interés

Aumento inversión

Aumento del empleo

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61HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

decir, que la exportación, en su globalidad, fuese mayor que la importación, porque la diferencia tendría que saldarse con oro.

Si todas las naciones desarrolladas de la época, es decir, las po-tencias europeas, aplicasen las ideas mercantilistas, entonces no existiría comercio entre los países. Todos ellos desearían ex-portar mercancías manufacturadas e importar materias primas. Para ello, se planteaban tratados bilaterales, donde cada nación permitía la importación de algunos productos manufacturados de poca importancia para la industria local. Por ejemplo, la im-portación de vino de Porto no era perjudicial para la industria agropecuaria británica.

[ D O S E S T R A T E G I A S : M O N O P O L I O C O N L A S C O L O N I A S , C O M P E T E N C I A E N L A M E T R Ó P O L I ]

La situación ideal de un mercantilista sería encontrar una nación que vende todas sus materias primas, que se nie-ga a generar industria local y que ad-quiere a su nación todos sus productos manufacturados. Esta panacea existió. Se llamaban colonias. Muchas poten-cias europeas prohibieron tajantemen-te a sus colonos el implantar industria local, y les animaron a dedicarse a tareas ligadas al sector prima-rio, es decir, generar alimentos para la metrópoli, producir lana para sus telares, y extraer metales preciosos para la Corona.

Los mercantilistas, entre otros aspectos, apoyaban robustamente la idea de que el monopolio y la cooperación cuasimonopolística, cualesquiera que sean sus efectos en la industria y el comercio na-cionales, cumple una misión esencial en el comercio internacional. No olvidemos, por otra parte, la etapa histórica en la que estamos inmersos. Hasta mediado el siglo XVIII – y hasta más tarde en cier-tas partes del mundo – el comercio no fue posible más que bajo la protección de medidas ad hoc que los comerciantes mismos tenían que tomar y realizar en gran parte. Esta situación no implicaba inevitablemente una acción monopolística, pero sí que significaba organización y cooperación, y estas se podían ampliar fácilmente también a los precios y a la política comercial en general.

Las colonias representaban el cliente ideal, aportaban

materias primas (se empobrecían) y compraban

productos elaborados (enriquecían a la metrópoli).El monopolio solo debía regir

las relaciones coloniales, en el interior, debía primar la

competencia.

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LA ECLOSIÓN DE EUROPA: EL MERCANTILISMO…62

Frente a actitudes cuasimonopolísticas de cara al comercio in-ternacional, plantearon medidas liberales en el comercio domés-tico. Intentaron fomentar y desarrollar la industria de sus países respectivos. Las concesiones para establecer una manufactura se otorgaban al primero que la solicitase, ignorando en numero-sas ocasiones las disposiciones manifestadas por los gremios en cuanto al tiempo de aprendizaje. Igualmente hacían caso omiso de la religión del solicitante (católico, protestante, judío). Los concesionarios fueron protegidos por el Estado, bien facilitán-doles el Estado bienes inmuebles, o concediéndoles préstamos sin intereses.

La ignorancia a los gremios y las acusaciones de estos se saldaron con la implantación de reglamentos industriales que tenían como objetivo asegurar, no sólo la calidad del producto, sino también el proceso de producción.

Debates Abiertos1. ¿Qué elementos provocan la eclosión del pensamiento mer-cantilista?

2. ¿Existen naciones que todavía se comporten como las anti-guas colonias?

3. ¿Cuándo es un pueblo realmente rico?

4. Dejando al margen España ¿La ausencia de colonias perjudi-có o favoreció a las grandes monarquías europeas?

5. ¿Las relaciones Norte Sur reproducen el esquema mercanti-lista?

N O T A S

1 Keynes (1936), páginas 298 y 299 de la edición al español de 1943.

2 Recomendamos la lectura del capítulo 23 “Notas sobre el mercantilismo, las leyes sobre la usura, el dinero sellado y las teorías del subconsumo” de la edición al espa-ñol de Keynes (1943).

3 Este esquema se basa en el expuesto en la página 50 de Argemí (1987). Recomen-damos la lectura de su capítulo “La visión mercantil del mundo”.

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L O S M E R C A N T I L I S M O S

[ I V. 1 E L M E R C A N T I L I S M O E S P A Ñ O L : A R B I T R I S T A S Y P R O Y E C T I S T A S ]

[ I V. 2 A R B I T R I S T A S Y P R O Y E C T I S T A S : L O S I M P U E S T O S ]

[ I V. 3 A R B I T R I S T A S Y P R O Y E C T I S T A S : E L C O M E R C I O E X T E R I O R ]

[ I V. 4 P R I N C I P A L E S E S P A D A S E S P A Ñ O L A S D E L O S S I G L O S X V I , X V I I Y X V I I I ]

[ I V. 5 L O S C A M E R A L I S T A S ]

[ I V. 6 E L E S T A D O D E B I E N E S T A R O V O N J U S T I ]

[ I V. 7 C O L B E R T O U N M O D E L O D E G E S T I Ó N ]

[ I V. 8 E L M E R C A N T I L I S M O B R I T Á N I C O ]

[ I V. 9 E L M E R C A N T I L I S M O B R I T Á N I C O : L A E D U C A C I Ó N Y E L T R A B A J O ]

Page 64: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo
Page 65: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

LOS MERCANTILISMOS

[ I V. 1 E L M E R C A N T I L I S M O E S P A Ñ O L : A R B I T R I S T A S Y P R O Y E C T I S T A S ]

En España, el siglo XVI no gira sólo alre-dedor de los teólogos-juristas escolásticos. Existen, aunque poco divulgados, autores no estigmatizados con el problema de la moralidad y la justicia1. Un grupo, no re-ducido, de pensadores se ocupan exclusivamente de lo que hoy denominaríamos economía aplicada. Analizan los problemas de España con objeto de solucionar sus males y alcanzar mayores niveles de desarrollo nacional. Sus escritos llegaban al soberano, la corte y otras instituciones del gobierno de España. En ellas, con frecuencia, proponían curas universales para los males so-ciales, o planteaban proyectos sobre algún problema en particu-lar, que a veces era insignificante2. En numerosas ocasiones no escribían tratados completos. Lo frecuente era que se limitasen a proponer proyectos o arbitrios. A estos autores del siglo XVI

No intentan crear teoría económica.

Se engloban en lo que hoy definiríamos como

una Economía aplicada.

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LOS MERCANTILISMOS 66

y XVII se les denomina arbitristas. A los adscritos al XVIII se les confiere el apela-tivo de proyectistas.

No es esta una estela del conocimiento que surja de la nada. En el siglo XV, una obra y un autor, De regis et boni principis officio de Diomede Carafa, muestra que, más allá de los escolásticos, existen autores que cono-

cen los problemas prácticos de la política económica. Este conde y duque napolitano deseaba un presupuesto equilibrado con un elevado margen para los gastos benéficos y no gustaba de los em-préstitos forzosos, a los cuales llegó a comparar con el robo. En materia impositiva propugnaba por impuestos claros, equitativos y moderados, que no alejasen al capital del país ni oprimieran el trabajo, al cual consideraba como la fuente de riqueza. Estas y otras recomendaciones eran el eje vertebrador de su libro, y aunque todas ellas estaban basadas o realizadas con muy buen sentido, no puede nunca afirmarse que fueran realizadas como un intento de analizar, de realizar teoría económica. Esta marca de agua que lleva impresa la obra de Carafa se observará poste-riormente en las obras de los pensadores españoles del XVI, XVII y XVIII, excepto los miembros de la Escuela de Salamanca3.

Entre los arbitristas destacan Luis de Ortiz, Martín González de Cellorigo, Pedro Fernández de Navarrete, Sancho de Moncada, Damián de Olivares y Francisco Martínez de Mata. En el siglo XVIII, entre los proyectistas, destacaron Jerónimo de Uztáriz, Bernardo de Ulloa, Bernardo Ward y Pedro Rodríguez de Cam-pomanes. Todos ellos buscan la causa del menor desarrollo de España, y la solución a ese mal.

[ ¿ E s p a ñ a D E c a D E n t E ? ]

Es frecuente leer que España entra en el siglo XVII en un pro-ceso de decadencia. Esto se interpreta en numerosas ocasiones como una marcha atrás, de modo similar a como tipificamos una crisis económica: decrecimiento.

No obstante, hemos de recordar a Smith, quien en el siglo XVIII indica:

El grado de decadencia de España en el siglo XVII es cuestionable. No intentan crear teoría económica.En todo caso, los mercantilitas españoles les preocupaba saber las causas de nuestro subdesarrollo relativo.

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67HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Se supone que España y Portugal han experimentado un efecti-vo atraso. Portugal, sin embargo, no es sino una pequeña parte de Europa, y la decadencia de España no es tan grande como vulgarmente se cree. En los comienzos del siglo XVI, España era un país muy pobre, aun comparado con Francia, que se enriqueció enormemente a partir de entonces. Es de todos co-nocida la observación de Carlos V, que tanto viajó por ambos países, cuando decía que todo abundaba en Francia y faltaba en España. Pág. 195 de Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, [1776]1958.

Al margen de la discusión sobre el grado de decadencia de España, en la que po-dríamos entrar a la luz de la cita de Adam Smith, lo cierto es que el modo en que fue administrada la entrada masiva de oro y plata en el territorio nacional desalentó a la agricultura y a la manufactura. Esto fue observado con cla-ridad por los economistas clásicos ingleses. Será en los siglos XVIII y XIX.

[ ¿ q u é p o t E n c i a m o s ? ]

Los arbitristas observan, ya en la España del siglo XVII, que la verdadera riqueza no consiste en tener ingentes cantidades de oro y plata:

… que la verdadera riqueza no consiste en tener labrado, acu-ñado, o en pasta, mucho oro, y mucha plata, que con la pri-mera consunción se acaba, sino en aquellas cosas, que aunque con el uso se consumen, en su género se conservan, por medio de la subrogación..... González de Cellorigo, M. [1600](1991) Memorial de la política necesaria y útil restauración a la repú-blica de España y estados de ella y del desempeño universal de estos reinos. Edición y estudio preliminar de José L. Pérez de Ayala, Instituto de Estudios Fiscales. Madrid4.

El análisis económico de estos pensadores españoles les lleva a sugerir que una rique-za natural, un desarrollo sostenible, pro-viene de la industria5. Ponen, igualmente

Se opina que los españoles, a causa de su

riqueza en oro y plata, han abandonado y en otros casos demorado, numerosas actividades

productivas.

No existía uniformidad a la hora de seleccionar

los sectores económicos a potenciar.

Page 68: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

LOS MERCANTILISMOS 68

de relieve, que la paradoja de la decadencia de su país - que tie-ne abundancia de oro, plata y materias primas – se sustenta en el abandono de tareas productivas; las cuales han sido asumi-das por otras naciones. La salida de esta decadencia, debe estar acompañada por el fomento de los sectores productivos.

Si el lector abandona por un momento esta mirada histórica y cen-tra su atención en algunos de los países petrolíferos, podrá encon-trar numerosas similitudes entre su comportamiento como nación y el que tuvo en su momento el Reino de España. Es por ello que en numerosas ocasiones el debate histórico no hace más que enri-quecer el presente y ayudar a dar soluciones a problemas actuales.

La elección de los sectores productivos que fomentar no generó uniformidad entre los arbitristas y los proyectistas. Unos, como Fernández de Navarrete o Lope de Deza, defendían la agricul-tura como motor de desarrollo. La industria, por su importante valor añadido, era defendida por Ortiz, Moncada, Damián de Olivares o Jerónimo de Uztariz, entre otros. Y como era lógico, algunos defendieron el desarrollo de todos los sectores econó-micos, estamos hablando de Bernardo Ward y Pedro Rodríguez de Campomanes. Está última defensa parece más lógica, ya que permite trabajar sobre las potencialidades especificas de cada te-rritorio de España y no abandonar ningún actividad económica.

No obstante, no sólo es la elección de un sector productivo la solución al problema crucial del desarrollo. También la hacienda pública recaudó parte de sus atenciones.

[ I V. 2 A R B I T R I S T A S Y P R O Y E C T I S T A S : L O S I M P U E S T O S ]

En aquellos momentos las colonias españolas, a diferencia de las inglesas, tenían que contribuir con la defensa de la madre patria y el sostenimiento de su gobierno civil, lo que implicaba impuestos menos moderados por parte española. Los colonos ingleses tenían un mayor incentivo a la acumulación, porque al ser menor su carga fiscal, se podían apropiar de una parte mayor de su producto. Esta acumulación fue utilizada poste-riormente para movilizar una mayor cantidad de trabajo. De este modo, por ejemplo, podría conseguirse que una nación

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69HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

tuviera su principal factor productivo, el trabajo, más eficazmente utilizado. Esta preocupación fue fundamental en la obra de Campomanes6. Aunque hace referen-cia Pedro Rodríguez de Campomanes a los impuestos de la guerra como una ame-naza a las fábricas españolas.

Lo cierto, es que el derroche de la hacienda española fue también muy elevado. Adam Smith hace referencia a Juan Ulloa y su Vo-yage historique para relatar el pampo y el fasto utilizado para el recibimiento de un nuevo virrey en el Perú. Comentaba Smith (1766) que estas ce-remonias no sólo equivalían a una pesada contribución sobre las personas acaudaladas del país, las cuales tenían que satisfacerlas en tales ocasiones, sino que servían para difundir, entre ellos, hábitos de vanidad y dispendio. Por eso hay que considerarlas, no sólo como contribuciones ocasionales muy duras, sino como impuestos perpetuos de la misma naturaleza, aún más pesados, por representar la contribución ruinosa que conlleva el lujo y la extravagancia.

No únicamente el fasto y la guerra asolaban las arcas del país y alejaban la atención del auténtico desarrollo económico. El gobierno eclesiástico de las colonias, y por extensión de la me-trópoli, se caracterizaba por su opresión. No sólo los diezmos eran muy frecuentes, sino que existía una gran muchedumbre de frailes mendicantes, cuyas colectas eran consagradas por la reli-gión, viniendo a representar así la más gravosa contribución que se puede establecer sobre la gente pobre, a la cual se enseñaba con la máxima insistencia que es un deber dar limosna, y un gra-ve pecado negársela a aquellos que son los mayores acaparadores de tierra, tanto en España como en las tierras americanas.

Problemas similares a los españoles se dieron en Portugal y Fran-cia, y de hecho también en esos países se desarrolló un análisis económico, que no doctrina, de cierta importancia. Los proble-mas de economía aplicada en Francia fueron estudiados por los seguidores de Jean-Baptiste Colbert.

Campomanes resalta que las guerras son una amenaza para

las fabricas, se comen recursos gubernamentales.

Adam Smith no es tan generoso como

Campomanes y destaca el derroche de la

aristocracia española.

El pueblo llano debía sufrir las esquilmaciones

de los religiosos.

Page 70: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

LOS MERCANTILISMOS 70

[ I V. 3 A R B I T R I S T A S Y P R O Y E C T I S T A S : E L C O M E R C I O E X T E R I O R ]

El modo de abordar las relaciones comer-ciales de la metrópoli con sus colonias, o con el resto de las naciones fue un tema de importancia radical, que en el caso de los mercantilistas ingleses, llegó prácticamen-te a monopolizar su análisis económico.

En el caso de España existieron diversas opiniones Luis de Ortiz, Sancho de Mon-cada, Damián de Olivares y Francisco Martínez de la Mata aceptan la idea, de carácter transversal en la Europa de ese

momento, de que es casi imposible el crecimiento de todas las naciones al mismo tiempo. Si una nación crece es a costa de otra. En términos actuales diríamos que la demanda de mercado euro-pea no podía crecer más, había llegado a su máximo, por ello, si un productor incrementaba sus ventas, entiéndase una nación, es que la otra había reducido su cuota de mercado.

No resulta, por tanto, descabellado que bajo esa opinión estos economistas españoles defendieran la nacionalización de la eco-nomía española, para que los productores españoles pudieran obtener un mayor rendimiento a su mercado, que era España y las colonias.

No existió, sin embargo, un criterio único en el análisis comer-cial del momento. Incluso, se escucharon voces defensoras del librecambismo, como la de Alberto Struzzi y Joseph Dormer. No obstante, la visión proteccionista fue más generalizada y llegó a imperar.

[ I V. 4 P R I N C I PA L E S E S PA D A S E S PA Ñ O L A S D E L O S S I G L O S X V I , X V I I Y X V I I I ]

Una búsqueda de las voces consideradas de mayor autoridad en-tre los autores mencionados anteriormente, desde los siglos XVI al XVIII, nos conduce a Luis de Ortiz como uno de los más des-tacados de su época, el siglo XVI. En 1558 realiza en Memorial

La visión proteccionista tenía más defensores que la librecambista.

Se consideraba que el mercado mundial no podía crecer, por tanto, la mejora comercial de una de las grandes monarquías europeas supondría una perdida absoluta y relativa para las demás.

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71HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

al Rey para que no salgan dineros de estos reinos de España uno de los mejores pro-gramas conocidos sobre desarrollo indus-trial, trabajo que ha sido considerado de temprano “cuasi-sistema”7.

No es fácil dirimir sobre quién, entre los antes mencionados, es el autor más signifi-cativo del XVII, pero posiblemente Pedro Fernández Navarrete con sus Discursos de 1621 se lleve esa mención. Este autor, funcionario de la inquisi-ción, mostró una notable independencia respecto a la tendencia de su época. Mostró un juicio muy acertado al mantener que un proceso normal de industrialización habría ayudado de un modo muy importante a solucionar los problemas de España. No de-jaba de destacar en su obra que el valor añadido a las materias primas por el trabajo humano es mucho más importante que el oro y la plata.

Entre los proyectistas destaca Jerónimo de Uztáriz (1670-1732). Este es el autor español por excelencia del siglo XVIII. Su obra Theórica y práctica de comercio y marina fue traducida a los prin-cipales idiomas de la época, el inglés y el francés. Aunque el títu-lo haga referencia a los problemas de comercio y marítimos, en realidad trata ampliamente casi todos los problemas típicos de su época: problemática fiscal, relaciones mercantiles monopolís-ticas, población, etc. En lo referente al análisis económico, no se despega de la marca de agua de Carafa, es decir, no contiene análisis teórico. Entiende por teoría, crítica y recomendación, distinguidas de la presentación de hechos.

Aunque estos autores españoles tuvieron un gran predicamento en las cuestiones de política económica, no fue España la única gran nación preocupada por la economía práctica. Los estados alemanes, al igual que las otras grandes potencias europeas, tu-vieron un grupo pensadores preocupados por la economía prác-tica. Fueron los denominados cameralistas.

En el siglo XVI destacó Luis de Ortiz, en el

siglo XVII, Jerónimo de Uztáriz.

A pesar de su preocupación por el

devenir económico de España y de su

Imperio, no crean teoría económica.

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LOS MERCANTILISMOS 72

[ I V. 5 C A M E R A L I S T A S Y C O L B E R T I S T A S : L A S A P O R T A C I O N E S A L E M A N A S Y F R A N C E S A ]

Será en el nacimiento del siglo XVII cuan-do por primera vez un libro utilice el nom-bre de Economía Política. Fue Antoine de Montchrétien en 1615 con su tratado Traicté de l´Oeconomie Politique8. El indi-cativo elegido por Montchrétien indica que no se está hablando de la economía del hogar, sino de la nación. Estamos por

otra parte en una fase histórica, determinada por el nacimiento de los estados modernos. Estamos situados en el nacimiento del sistema capitalista, no es por ello de extrañar que las relaciones económicas internacionales fuesen una de las preocupaciones principales de los autores de esta época.

La denominada Edad Moderna es, como todo el mundo sabe, el periodo de la lucha del poder central de los nuevos Estados con los diferentes organismos de carácter autónomo y corporativo. Los señores territoriales, herederos de la época feudal, intenta-ban en todas partes fundir en una unidad política los diversos territorios, con frecuencia heterogéneos, que estaban bajo su si-lla de mando, administrarlos con fortaleza y en la medida en que fuera posible, aumentarlos.

Esta necesidad del poder aristocrático generó un aparato buro-crático y un ejército permanente. Ambas cosas provocaron un ligero incremento de los gastos. La aristocracia, empezaba a ne-cesitar no sólo ser poderosa, sino también ser rica. Los monar-cas empezaron a preguntarse cómo hacer para que sus súbditos tuvieran mayores ingresos, y de este modo poder incrementar los ingresos de la corona. De este modo aparece la Economía Política en la vida de los Estados. Ahora bien, no nace como una doctrina, se genera como un arte práctico de gobierno.

[ I V. 6 L O S C A M E R A L I S T A S ]

Una mirada a los estados alemanes nos conduce a los cameralis-tas. El nombre de cameralistas o kameralist, en alemán, está de-

En 1615 por primera vez un libro utiliza el nombre de Economía Política, lo escribió Antoine de Montchrétien.Con este nombre quiere dejar claro que habla de la Economía de la nación, no del hogar.

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73HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

rivado del nombre de las tesorerías de los príncipes territoriales, las camerae. Exis-tía en los estados alemanes una demanda constante de formación para aquellos jó-venes que se preparaban para la carrera pública. Durante el siglo XVIII, esta for-mación alcanza tal grado de solidez que se llegan a instituir cátedras de los que se daría a llamar ciencia cameralista o ciencia del estado (Staatswissenschaft).

A partir del siglo XV, se hizo corriente que los cameralistas empezaran a fijar por escrito sus ideas acerca del gobierno y la economía de sus países, y particularmen-te sobre el modo de gobernar la hacienda pública9. Estos ad-ministradores eran gente de carácter práctico, acostumbrados a la actividad de gobierno. Por ello, sus libros tendían a ser más trabajos tipo informe o memorándum, y por supuesto diferían enormemente de las obras de los escolásticos y de los filósofos del derecho natural.

El carácter prolífico de los cameralistas coincide con el deseo –presente en todos los estados modernos europeos– de saber so-bre los aspectos económicos de las naciones. Durante todo el siglo XVIII, únicamente en los estados alemanes llegan a existir 170 publicaciones periódicas con material económico.

Entre la abundancia del cameralismo cabe destacar tres autores, Joham Becker (1635-1682), Joham Heinrich Gottlob von Justi (1717-1771) y Joseph von Sonnenfels (1732-1817). El primero de los mencionados, Becker, publicó en 1668 el Discurso sobre las causas de los progresos o de la decadencia de los imperios, ciudades o repúblicas.

Los cameralistas eran personas formadas para ejercer una carrera en la administración pública.

Eran pragmáticos y acostumbrados al ritmo gubernamental.

Sus libros encajaban más en la categoría de informe o memorando.

Diferían enormemente de las obras de los escolásticos y de los filósofos del derecho

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LOS MERCANTILISMOS 74

[ I V. 7 E L E S T A D O D E B I E N E S T A R O V O N J U S T I ]

Joham Heinrich Gottlob von Justi, más co-nocido por Justi, repartió su vida entre la enseñanza y la administración de empre-sas públicas, lo que le permitía afrontar la cosa pública con una amplia formación intelectual. Estudia los problemas econó-micos del Estado asumiendo que este tie-ne una responsabilidad clara por las con-diciones de vida morales y económicas. El tema de investigación de Justi es lo que

los historiadores alemanes han llamado Wohlfahrtsstaat y que en nuestra lengua significa estado del bienestar. Le preocupaba, en particular, la responsabilidad del estado en materia de empleo, generación de alimentos, es decir, la subsistencia de los miem-bros de su nación.

Esta preocupación de Justi es totalmente actual, y en este senti-do, se puede decir que su discurso económico estaba adelantado para su tiempo. El premio Nobel de Economía de 1998, el hindú Amartya Sen, reconocida autoridad en Economía del Bienestar, entre otras materias, ha expresado en más de una ocasión que en los países democráticos no existen hambrunas. La justificación de su aseveración, es decir, por qué no se mueren de hambre oleadas de personas en los estados democráticos, nos acerca a la idea de responsabilidad del Estado de Justi. Las naciones demo-cráticas se siente obligadas con su pueblo, mientras que los esta-dos dictatoriales no se sienten responsables ante sus ciudadanos, ni en el campo de la ética, ni en el de la practicidad; ya que estos no los han elegido como gobernantes, ni tienen capacidad de ex-pulsarlos del poder.

El campo de la responsabilidad es mucho más amplio que el de la pura subsistencia, por ello, Justi, enumera el embellecimiento de las ciudades, el seguro contra incendios, la educación o la hi-giene como conceptos que también deben estar bajo el paraguas protector del estado.

A Justi le preocupaba la responsabilidad del estado en materia de empleo y generación de alimentos.

Defendía que la industria y el comercio necesitaban, para su desarrollo, un marco de seguridad y libertad.

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75HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

De un planificador público como Justi cabría esperar un salto adelante y escuchar una propuesta de industria pública, o de fuerte intervención industrial. No fue ese, sin embargo, el caso. No era ciego a la lógica intrínseca de los fenómenos económicos, era consciente del funcionamiento del mercado, y la intervención pública sólo la sostenía para fines determinados y en circunstan-cias particulares. De hecho, Justi formuló como idea central que el comercio y la industria necesitan una situación de libertad y de seguridad.

Este autor no se situaba en posiciones extremas prácticamente en ningún aspecto económico. En cuanto al comercio interna-cional, consideraba que sólo algunas veces puede ser beneficioso para una nación elevados aranceles o prohibiciones de importa-ción, pero en general no se debía gravar las importaciones más allá del 10% ad valorem.

Posterior a Justi se encuentra Sonnenfels. Este berlinés, hijo de un rabino, emigró a Viena, donde se convirtió en una de las estre-llas brillantes de la Viena Imperial de finales del siglo XVIII. Fue el primer profesor de política y ciencia cameralista en la Univer-sidad de Viena, y como alto funcionario intervino en diversas re-formas legislativas, teniendo contacto con el emperador José II.

En su Grundsätze der Polizey, Handlung und Finanzwissenschaft ha mostrado cotas, en algunas aspectos, superiores a las de Justi. Su influencia en el imperio Austro-Húngaro fue tan importante que su libro fue texto oficial en el imperio hasta 1848.

[ i V. 8 c o l b E r t o u n m o D E l o D E g E s t i ó n ]

Mientras el imperio Austro-Húngaro se formaba siguiendo las indicaciones de Sonnenfels, algo más al sur, en Francia, triunfaban las ideas de Jean-Baptiste Col-bert (1619-1683), ministro de hacienda del rey Luis XIV.

Se comenta que este alto funcionario de la corte francesa era un administrador honra-do, eficiente, capaz de incrementar la recau-

Colbert es el precursor de la industria estatal,

denominada en la Francia de la época,

manufactures royales.

Aplica con eficiencia las ideas mercantilistas.

Aplica en Francia las máximas mercantilistas.

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LOS MERCANTILISMOS 76

dación o mejorar los métodos administrativos. Es decir, el ministro de hacienda que cualquier gobernante desearía tener a su lado.

Aunque ha recibido numerosas críticas10, prácticamente nadie cuestionó nunca su eficaz gestión al cargo de las finanzas de Francia. Sí existe más consenso al decir que sus ideas más defen-didas no son originales: La defensa de la industria, el comercio como un juego de suma cero (sólo se crece a costa del rival), gra-vámenes a la importación, estimul´a la exportación, creación de un marco favorable a la adquisición de materias primas.

Sí se le confiere un alto grado de originalidad a su idea de fundar manufactures royales, o lo que es lo mismo, empresas públicas ma-nufactureras. No olvidemos que la palabra pública tiene en ese momento el significado de empresas reales o propiedad del rey.

La idea que está implantando Colbert en Francia, no es más que la adaptación de otra que recorre toda Europa, la planifi-cación estatal y la utilización del erario público como elemento enriquecedor.

Sólo un monarca es rico, si lo es su pueblo, si no ¿A quién se le van a recaudar impuestos? Para qué puede desear su riqueza el monarca. Hubiera sido precioso saber que era para asumir la responsabilidad que le confiere Justi, pero no fue así. Se necesita para soportar la nueva estructura de Estado, donde está implíci-ta una necesidad, aunque no nueva, si acrecentada, la militar, la guerra. El imperialismo es costoso.

[ i V. 9 E l m E r c a n t i l i s m o b r i t á n i c o ]

England´s treasure by foreign trade o La Riqueza de Inglaterra me-diante el Comercio Exterior, publicada en 1664 por Thomas Mun, mercader que triunfó en el comercio exterior y dirigente de la poderosa East India Company, es la obra tenida como ejemplo del mercantilismo británico.

De modo previo a realizar una lectura de la obra de Mun(1664) se debe estudiar un pequeño trabajo editado por él, donde ana-liza el comercio exterior con las Indias Orientales. Argumentaba Mun(1664) que la pérdida de metales preciosos provocada por la compra de especies orientales estaba claramente justificada.

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77HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Estos productos llegados del lejano orien-te eran fundamentales para Inglaterra, ya fuera, por su utilización como un input más, o bien, porque simplemente al reex-portarlos a otras naciones se obtiene con creces el oro pagado en las Indias.

En La Riqueza de Inglaterra generaliza la capacidad analítica demostrada en su obra previa. Plantea, lo que ya ha sido explicado anteriormente, que el comercio exterior es la forma ideal de aumentar la riqueza de una nación. Respecto a otros elementos como la suntuosidad y el lujo, es coheren-te con la tradición inglesa de deplorar el lujo excesivo, por considerarlo un derro-che. No obstante, si somos correctos en nuestro análisis, deberíamos decir que es coherente con la línea mercantilista en ge-neral. El derroche y el fasto como modo de actuar, por ejemplo el mostrado por los españoles en sus colonias americanas cada vez que llegaba un nuevo virrey, no fue aplaudido tampoco por los primeros mercantilistas españoles.

Lo que sí es más representativo de Mun que de otros mercanti-listas europeos, es que acentúa su crítica al lujo si este conlleva gastos en el exterior. Pocas obras se consolidan de modo instan-táneo como un Tótem simbólico de su época, y por supuesto la obra cumbre de Mun no será una excepción.

No podía ser considerada representativa de su época por varias razones, una de ellas, es que significaba conferirle una respe-tabilidad intelectual excesiva a la East India Company. En todo caso, más frentes que el puramente mercantil tenía abiertos este mercader inglés. Uno de ellos fue su divergencia con los prime-ros mercantilistas, aquellos denominados actualmente como bu-llonistas, y que se caracterizaron por no desear que la moneda saliese de las fronteras nacionales.

Defiende Mun, que es positivo para Inglaterra

desprenderse de oro y plata para poder obtener

las especies orientales. Esta idea iba en contra del

pensamiento bullonista.

El comercio y la manipulación de las

especies, defiende Mun, proporcionará nuevas

oportunidades de negocio a Inglaterra.

En el comercio exterior esta el eje del desarrollo

inglés, a juicio de uno de los principales

representantes del mercantilismo inglés,

Thomas Mun.

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LOS MERCANTILISMOS 78

Esta fuga de moneda no preocupó a Mun, quien opinaba que es-tas volverían como demanda exterior de productos nacionales. Es decir, con ellas se pagarían a los ingleses la venta de sus pro-ductos nacionales.

No sólo a Mun le preocupaba La Riqueza de Inglaterra, Edward Misselden (1608-1654), destacado miembro de los Merchant Adventurers, en su obra Free Trade, or the means to make trade flourish11 (1622) achacaba a la East India el ser la causante, por haber exportado plata, de la crisis comercial de 1620. Posterior-mente, con su pase a las filas de las East India Company suavizó sus criticas, y expuso que exportar plata no es tan perjudicial. Si esta se utiliza para pagar especies no implica daños a la economía nacional, ya que la reexportación de estos productos de la India permite recuperar la plata exportada. Como se puede observar, el razonamiento de Misselden es muy similar al trabajo de Mun previo a La Riqueza de Inglaterra.

La intención de Misselden era responder a los ataques lanza-dos por un flamenco afincado en Inglaterra, Gerard de Malynes (1586-1641). Ya hemos mostrado anteriormente que Misselden fue en sus primeros tiempos bullonista, es decir, contrario a la exportación de metales preciosos; esto no impidió que replicase con fuerza a Gerard de Malynes, bullonista convencido.

De este autor flamenco debemos de recordar que fue el primero en emplear el concepto de balanza comercial.

[ i V. 1 0 E l m E r c a n t i l i s m o b r i t á n i c o : l a E D u c a c i ó n y E l t r a b a J o ]

¡Cuantas analogías existen todavía en el mundo entre la historia de las naciones europeas y el estado actual de muchas naciones subdesarrolladas! Ese es siempre el pensamiento que le surge al autor de este trabajo cada vez que aborda el tema de la educa-ción. Autores, históricamente enmarcados en la era mercantilis-ta pero catalogados por Marx como pre-clásicos, valga el ejem-plo de Sir W. Petty, no representan perfectamente el análisis de su época. Por primera vez se razonó, es el caso de Petty, que un trabajador formado es un trabajador más productivo. Esta afir-

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79HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

mación, que al lector le debe parecer tan obvia, es toda una revelación en su época.

El mantenimiento de remuneraciones bajas y una población creciente fue un elemento nítido en la literatura mercantilista, sirva de ejemplo esta cita de Edgar Furniss per-teneciente a su trabajo The Position of the Laborer in a System of Nationalism (1957):

..... los estratos más bajos de las clases trabajadoras se mantuvieran tan abun-dantes como fuera posible, porque In-glaterra confiaba en los miembros de este grupo para conseguir el poder eco-nómico que había de llevarla a la victoria en la lucha de las naciones por la supremacía mundial. Así, el destino de la na-ción estaba condicionado a la existencia de una numerosa po-blación de trabajadores no cualificados, llevada por la estricta competencia entre ellos a una vida de laboriosidad constante, con unos salarios mínimos: sumisión y contento eran caracterís-ticas útiles para una población semejante y estas características podían fomentarse mediante la destrucción de la ambición so-cial entre sus miembros12.

La propuesta de que el trabajo debía de mantenerse a niveles de subsistencia no sólo perduran durante la época mercantilista, sino que corresponden con el escenario que Smith observa en la Es-cocia donde él vive. Existía la creencia en aquella época - hoy en día más personas de las que pensamos opinan lo mismo - que el sufrimiento es terapéutico (obviamente el ajeno) y que un obrero siempre tendrá tendencia a ser gandul y perezoso. No serán estas las únicas virtudes que los mercantilistas observen en la clase tra-bajadora. Este mismo estrato social, dada su baja catadura moral, ante un sueldo superior, sólo se comportaría de modo grosero, libertino y derrochón. Parecía lógico, por tanto, que el temor a ver embriagados a sus trabajadores fortaleciese su intención de no subirles sus remuneraciones. Como decía, Arthur Young en su Eastern Tour (1771), cualquiera, excepto un idiota, sabe que las cla-ses inferiores deben mantenerse pobres o nunca serán laboriosas.

Nacen las primeras voces que defienden la

relación entre formación y productividad y por tanto,

el interés social de que la clase obrera se forme.

La mayoría de los mercantilistas siguen

pensando al igual que Young (1771), es decir

que “Cualquiera, excepto un idiota, sabe que las clases inferiores deben

mantenerse pobres o nunca serán laboriosas”

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LOS MERCANTILISMOS 80

Voces más extremas que las de Young se escucharon en la era mercantilista. Gerard de Mandeville, argumentó que a los niños pobres y a los huérfanos no se les debía dar educación a cargo del erario público. Lo que es tanto como decir que no deben reci-bir educación. De hecho, Mandeville planteaba que la educación arruina al que merece ser pobre. Comprendía que el saber leer, o escribir, es muy necesario para aquellos cuyos negocios así lo requieren, pero muy perjudicial para el pobre. Llegando a afir-mar que la asistencia a la escuela es holgazanería. Cuanto más tiempo continúen los pequeños en este tipo de vida tan cómodo – afirmaba Mandeville todo lleno de razón - más ineptos serán cuando lleguen a hombres.

¿Siguen vigentes las ideas de Mandeville? No diga en alto la res-puesta. En todo caso, tenga la seguridad de que durante algún tiempo más siguieron perdurando estas en la Europa de las po-tencias coloniales.

[ i V. 1 1 E l m E r c a n t i l i s m o b r i t á n i c o : l a o f E r t a D E t r a b a J o ]

No se puede afirmar que su concepción de la clase trabajadora fuese fruto de un pro-fundo análisis, más bien fue resultado del componente cultural de su época. En todo caso, esto no evitó que sus concepciones influyeran en sus razonamientos sobre el mercado de trabajo, y en particular sobre la oferta de trabajo.

Por todos es sabido, actualmente, que a mayor remuneración mayor número de personas se declaran activas o dispuestas a trabajar. Es por ello que los incrementos del salario mínimo in-crementan la población activa de una nación. Igualmente está constatado que aquellas regiones con un salario real superior no presentan una menor oferta de trabajo.

Aunque los mercantilistas no utilizaban ni el aparato gráfico ni el matemático, si plasmamos sus creencias a los mismos, podría-mos decir que la curva de oferta de trabajo de un trabajador ten-dría para ellos forma de boomerang, es decir, un primer tramo

La curva de oferta de trabajo individual mercantilista tendría un primer tramo positivo y un segundo negativo.

El punto de inflexión estaría cercano al salario de supervivencia.

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81HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

de pendiente positiva, NI>0, y un segundo tramo, NII<0, de pen-diente negativa. Intentaban con ello reflejar un efecto ocio: Dado un nivel de renta personal, determinado por el salario real, una parte considerable de la población activa no desearía incremen-tar su carga diaria de trabajo. Es más, se correría el riesgo de que la redujesen. Indudablemente, esta idea, presenta visos de reali-dad cuando se analiza individualmente. Dada una utilidad mar-ginal de la riqueza negativa, U(w)<0, se puede alcanzar un punto donde futuros incrementos de renta no compensen pérdidas de utilidad provocadas por disponer de un menor tiempo libre.

Esta situación es visible en determinados directivos o profesiona-les liberales, los cuales, con un nivel de renta muy elevado, recha-zan asumir nuevas cargas laborales con objeto de no reducir más su escaso tiempo de ocio. Hoy en día, al igual que los mercanti-listas, todavía muchas personas opinan que si la clase trabajadora recibe una remuneración salarial real mayor dedicarían un menor tiempo al trabajo13. Esta afirmación, que a nivel microeconómico puede ocurrir, no pasaría, ceteris paribus, a nivel macroeconó-mico. En el momento en que los trabajadores redujeran su carga horaria se reduciría igualmente su productividad, esto implicaría una bajada de la producción nacional, lo que indudablemente provoca una reducción de la renta nacional y consecuentemente de los salarios de los trabajadores. A no ser que la renta nacio-nal se redujese por la vía de los beneficios de los dueños de las empresas. Si así fuera, apenas nada habría cambiado, estos em-presarios o accionistas verían reducido su estímulo a la inversión provocando una reducción en este componente de la demanda, lo que generaría otra nueva reducción de la renta nacional, y esta sí provocaría una bajada general de los salarios reales.

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LOS MERCANTILISMOS 82

Sólo existe una posibilidad de que esto no ocurriera, es decir, que la curva de oferta de trabajo tipo boomerang se mantuviera: los incrementos salariales deberían ir precedidos de incrementos de productividad. Esto, como el lector ya debe imaginar, deben ir acompañados por fuertes inversiones en nuevas tecnologías, es decir, en factor capital.

A partir de un salario real W1 y con una oferta de trabajo N1, sucesivas mejoras salariales reales provocarán reducciones de la oferta de trabajo, de modo que, con un salario real mayor, W1, existirá una menor oferta de trabajo, N1. Esto, a nivel macroeco-nómico, no puede ocurrir, porque una oferta de trabajo N1 im-plica un nivel de producción nacional inferior, y por lo tanto, una renta personal disponible también inferior.

Pero, seamos realistas, esto puede ocurrir en nuestros tiempos, para niveles de renta muy altos y gracias a importantes mejoras de productividad, pero nunca en la época mercantilista. En ese mo-mento de la historia los incrementos de productividad eran difíci-les de conseguir, y generalmente venían acompañados de mejoras organizativas más que por la implementación de capital o tecnolo-gía nueva. La clase social predominante en la época mercantilista,

SALARIOS REALES (W)

0

CURVA DE OFERTA DE TRABAJO INDIVIDUAL

W1

W2

N I N II

OFERTA DE TRABAJO (NÚMERO DE HORAS)

W3

El salario de

supervivencia sería

cercano a W2

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83HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

la aristocracia y la alta burguesía, mostraba comportamientos y razonamientos clasistas y ello se trasladaba a sus escritos econó-micos. Uno de ellos, era suponer que la clase obrera trabajaba ex-clusivamente para sobrevivir, consecuentemente, todo incremento salarial que superase al salario de supervivencia sería destinado al derroche. Consecuentemente, para nadie sería apropiado una mejora salarial de la clase obrera. La sociedad civil saldría perjudi-cada, bajo este razonamiento, porque se potenciaría la vagancia, el alcoholismo y la promiscuidad, poniendo en peligro la producción nacional y el estado espiritual de la clase obrera.

Recuérdese que salvo Sir W. Petty y algún otro mercantilista in-fluido por sus ideas, el análisis general era que el trabajador no debía ser formado.

Debates Abiertos1. ¿Percibe alguna diferencia entre el mercantilismo de España, Alemania, Francia e Inglaterra?2. En un entorno caracterizado por la existencia de una clase obrera ubicada bajo el umbral de la pobreza, si se producen mejoras saláriales bruscas ¿Qué efectos tendrían en la oferta de trabajo? Sería indiferente a estos efectos que la subida salarial fuera estructural o coyuntural.

3. La percepción del estado en la Europa continental siempre ha sido diferente a la percibida en el Reino Unido, cree que ha in-fluido en esto las corrientes mercantilistas de Francia y Alemania.

N O T A S

1 El tratado de Domingo de Soto se denomina De iustitia et iure, al igual que los de Lessius o Lesio (Leonardo de Leys), Molina y Lugo. El título de sus tratados indica claramente la preocupación fundamental de los salmantinos.

2 Un gran cantidad de estos documentos y memorándums están documentados en la colección de títulos realizada por Correa Calderón.

3 José Larraz López en La época del mercantilismo en Castilla, 1500-1700, habla de una escuela española – la Escuela de Salamanca – de economistas en el siglo XVI, formada por escolásticos tardíos. A juicio de Schumpeter (1954), es justificada la afirmación de Larraz, no obstante, el resto de economistas españoles del siglo XVI no conforman escuela, aunque la mayoría fueran clérigos.

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LOS MERCANTILISMOS 84

4 Esta cita ha sido extraída de la aportación de Perdices a Iglesia de la, J. (1994)

5 En esos momentos el vocablo industria tiene una acepción más amplia que la actual de sector económico concreto.

6 Su escrito más importante desde una visión actual es Discurso sobre el fomento de la industria popular (1774). Este trabajo fue elogiado por McCulloch, uno de los más insignes economistas británicos del siglo XIX. Se afirma, por parte de Schum-peter (1954) p. 215, que este pensador español tenía muy poco que aprender de Smith, si es que realmente tenía algo que aprender. A finales del siglo XX el Insti-tuto de Estudios Fiscales de Madrid ha editado varios trabajos de Campomanes. Existe una edición, realizada por esta institución, de 1975 sobre sus Discursos…

7 Se considera “cuasi-sistema”, a un programa de desarrollo industrial y comercial, donde los autores, en este caso, el autor recomendaba o combatía políticas con-cordes con esos programas u hostiles a ellos, y razonaban desde el punto de vista de problemas concretos. Sabían como relacionar un problema con otro y como reducirlos a principios unificadores.

8 Este es el único aspecto digno de comentar de la obra de Montchrétien.

9 La Bibliographie der Kameralwissennschaften de Magdalene Humpert (1935-1937), recoge unos 14.000 títulos, aunque la mayoría de los cuales no entran en el campo temático de la historia del análisis económico.

10 El británico John Clapham, en una reseña publicada en Economic History y rea-lizada al libro de C.W. Cole (1943) Colbert and a Century of French Mercantilism, menciona que Colbert no tuvo ni una sola idea original y era un gran estúpido.

11 Libre comercio, o medios para hacer florecer el comercio.

12 Esta cita de Edgar Furniss ha sido extraída de Ekelund, R. & Hébert, R. (1992)

13 Esa idea todavía sigue extendida entre los empresarios de numerosos países pobres o en vías de desarrollo. En una ocasión, un empresario de la hostelería de la pana-meña ciudad de David, me indicaba – todo cargado de razón a su entender – que si un obrero panameño ha ganado en dos horas su jornal deja de trabajar porque ya ha cubierto el día. Le confería a esa clase trabajadora la carencia del deseo de acumulación de capital. Deseo, que a todas luces él sí se enorgullecía de poseer.

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C A M I N O

[ V. 1 E L P E N S A M I E N T O E C O N Ó M I C O I T A L I A N O ]

[ V. 2 E L M O D E L O D E C E VA O L A P R I M E R A A P L I C A C I Ó N D E L A S M A T E M Á T I C A S A L A N Á L I S I S E C O N Ó M I C O ]

[ V. 3 L A F I L O S O F Í A N A T U R A L C O M O H E R R A M I E N T A ]

[ V. 4 N Á P O L E S Y M I L Á N , L O S D O S E J E S ]

[ V. 5 E L VA L O R Y E L P R E C I O ]

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C A M I N O

[ V. I E L P E N S A M I E N T O E C O N Ó M I C O I T A L I A N O ]

El pensamiento económico italiano se en-riqueció con las continuas contribuciones de alemanes, franceses, españoles e in-gleses. Esto, no obstante, no evitó que se formara una tradición sólida y ligeramente distinta a la de su entorno más cercano. Esta comienza con la búsqueda desarrollada por los mercaderes italianos renacentistas de instrumentos de solución a sus problemas económicos.

Galileo indica que la escasez y la abundancia

es lo que provoca que las cosas sean estimadas

o despreciadas.

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO ITALIANO… 88

Durante el siglo XVI destaca Bernardo Davanzati (1529-1600) al que casi se le podría definir como un proto-utilitarista. Este autor relacionaba al dinero con la felicidad, o mejor dicho, consi-deraba al dinero como la segunda causa de una vida feliz. Desta-có también por apoyar la teoría metalista del dinero.

[ L A S P R I M E R A S A D Q U I S I C I O N E S T E Ó R I C A S : G A L I L E O , M O N T A N A R I Y

C E VA ]

Las primeras adquisiciones teóricas provienen o tienen sus raíces entre los artesanos, artistas o físicos del siglo XVII. Era un grupo tan heterogéneo, que incluso podemos incluir dentro del mismo a Galileo Galilei (1563-1642)1, quien en su Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo2 reflexiona sobre la paradoja del valor entre el agua y los diamantes, indicando que es la escasez y la abundancia lo que hace que las cosas sean estimadas o despre-ciadas por el vulgo.

Dado el entorno científico y técnico en el que la economía empieza a desarrollarse, no es extraño que sea un discípulo de Ga-lileo, el jurista y físico Geminiano Monta-nari (1633-1687), el mascaron de proa del

siglo XVII italiano. Él ha dejado para el análisis económico las siguientes huellas:

a. El precio de un objeto está, acorde con la paradoja del agua y los diamantes, relacionado con su escasez y su utilidad.

b. De modo análogo a la medición del espacio y del tiempo, en que el uno se expresa en términos del otro, el concepto de valor de una mercancía sólo tiene significado como re-ferencia de la cantidad dada de otro bien, si entre ambos existe una relación de substitución entre bienes.

c. Las relaciones de equivalencia entre los bienes cambian acor-de a las necesidades reales, las cuales son traducidas en can-tidades monetarias o en una demanda efectiva. Estas tienen como objetivo fundamental “obtener un bien” o “evitar un mal”.

d. El sistema de flujo de mercancías de Montanari.

Las relaciones de equivalencia entre los bienes cambia acorde a las necesidades reales, Montanari (1633-1687).

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89HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

El italiano Montanari planteaba que las necesidades y los bienes son medibles en cantidades; las necesidades se manifiestan en cantidades de dinero necesarias para poder saciarlas, al igual que los bienes, que también se representan por las cantidades de dinero necesarias para que el mercader se las entregue al comprador. Ambos ele-mentos, necesidades y mercancías forman un sistema que alcan-za el equilibrio por sí mismo, al igual que el agua en un sistema hidráulico. El dinero sale por el mismo valor en que las mercan-cías entran.

Es indudable que Geminiano Montanari apostaba por el merca-do como agente regulador, al menos eso se interpreta de su afir-mación de que el equilibrio económico está determinado por la competencia de una miríada3 de pequeños operadores y no por la

MERCADO

NECESIDADESREALES(FAMILIAS)

El sist. de flujo de Montanari

Montanari, indica que el equilibrio económico

esta compuesto por la competencia de un

número muy elevado de pequeños competidores

y no por la influencia de un decreto

gubernamental.

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO ITALIANO… 90

influencia de un decreto gubernamental4. A nivel metodológico consideraba que la economía es una parte de la filosofía natural y debe ser estudiada con los mismos métodos: cálculo y apertura de mente a los hechos.

Un desarrollo parcial del trabajo5 de Montanari se encuentra en Giovanni Ceva (1647-1734). Tiene a gala este seguidor del discí-pulo de Galileo, que fue por otra parte un miembro destacado de la escuela italiana de ingeniería hidráulica, el haber hecho la pri-mera aplicación de las matemáticas a la economía. Decía Ceva que para comprender los principios de las cosas debemos cons-truir modelos racionales que estén sustentados por supuestos, ya que, de no ser así, nos moveríamos siempre en la oscuridad de la noche. Un modo de abordar estos modelos son las matemáticas.

[ V. 2 E L M O D E L O D E C E VA O L A P R I M E R A A P L I C A C I Ó N D E L A S M A T E M Á T I C A S A L A N Á L I S I S E C O N Ó M I C O ]

Este modelo representa un intento por demostrar, con la ayuda de la abstracción, los efectos sobre un estado de equilibrio de cambios determinados exógenamente.

Se representa una economía abierta con dos sectores, el manu-facturero y el agrícola, y con dos tipos de dinero: metales precio-sos, los cuales sirven como medio internacional de pago, y vellones (monedas de cobre) que sólo se utilizan en el mercado doméstico.

Las variables del modelo son:

a. La población o la relación entre vellones gastado para la subsistencia y la oferta de productos de alimentación. De-notaremos esta variable por POBLACIÓN.

b. El flujo de oro y plata gastado en productos manufactura-dos por artesanos locales. Lo denotaremos por FLUJO DE ORO Y PLATA.

c. La tasa de intercambio de los metales preciosos en térmi-nos de vellones o moneda de sólo circulación interna. De-notaremos esta variable por TASA DE INTERCAMBIO.

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91HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

TIEMPOPOBLACIÓN

p

FLUJO DE ORO Y PLATA

Π

TASA DE INTERCAMBIO

Ω

I a b α

L a e β

K d e λ

Ceva plantea su modelo para diferentes momentos del tiempo, realizando el siguiente razonamiento:

Si be

ba

= , y da

mb

= ,

entonces: da

be

:ma

= , ya que:

da

be

: :ma

mbba

= =

Suponiendo, que en equilibrio los valores adoptan la unidad, tendremos que:

1ma=

Si se produce un desequilibrio que provo-que daños a alguna categoría social, a los agricultores o a los artesanos productores de manufacturas, entonces.

1!ma

El productor de productos agrícolas es el dañado cuando:

11ma

Veamos el razonamiento de Ceva, si

11ma

Ceva, con este modelo, indica cómo

se comporta la tasa de intercambio de metales preciosos con respecto

a los vellones, ante cambios en la población o en el flujo de metales

preciosos

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO ITALIANO… 92

es porque 2m a , es decir, que en el momento K del tiempo es necesario dar más vellones por adquirir las mismas cantidades de metales preciosos.

¿Quién tiene vellones, porque es la moneda en la que cobra su producción, y desea metales preciosos para adquirir productos manufacturados?

La clase productiva que no se dedica a las manufacturas, los agri-cultores. Tenemos claro quién es el perjudicado, veamos ahora por qué 2m a .

Sólo puede serlo por dos causas, o bien que el numerador de la ecuación se haya reducido, y esto ocurre si el flujo de oro y plata se reduce (e), o bien, que el denominador haya crecido, y esto pasa si crece la población (d).

Si en el momento K la población ha crecido, existen mayores requerimientos de metales preciosos y su oferta al no variar, lo lógico es que se incremente su precio en vellones, es decir, su tasa de intercambio.

Planteaba Ceva como solución a este caso, que el gobierno debía realizar una nueva emisión de vellones. Como es sabido, desde la perspectiva actual, un incremento de la población posibilita un incremento de la masa monetaria sin incurrir en graves riesgos inflacionistas.

Lo que no deja de ser sorprendente es que Ceva, con este mode-lo, indique cómo se comporta la tasa de intercambio de metales preciosos con respecto a los vellones ante cambios en la pobla-ción o en el flujo de metales preciosos. Como colofón, indicar que recomienda la intervención del príncipe ante desequilibrios en la balanza de pagos y asegurar el flujo de la renta.

[ V. 3 L A F I L O S O F Í A N A T U R A L C O M O H E R R A M I E N T A ]

Es realmente incuestionable que esta capacidad de análisis señala un cambio importante en el campo de la intelectualidad italiana. La revolución intelectual que supone la física newtoniana trans-forma muchas maneras de pensar y de abordar la ciencia. Algu-

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93HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

nos clérigos y aristócratas comienzan a utilizar la filosofía natural como una herramienta intelectual, permitiendo que el pensamien-to económico italiano sea considerado uno de los más brillantes, dentro del campo del análisis económico previo a Smith.

Un objetivo claro de parte de sus pensadores fue profundizar en su concepto de felicitá pubblica, que hoy denominaríamos como sistema público de bienestar. De todos modos, el pensamiento italiano era algo más que un conjunto de sesudos estudios sobre la administración pública. Llegó a ser pionero6 en determinados temas, lo que implicó un profundo análisis económico:

a. Proporcionaron el primer tratamien-to algebraico de un problema econó-mico, como hemos visto en el trabajo de Giovanni Ceva (1711).

b. Realizaron la teoría más completa del valor del siglo XVIII (1751, 1769).

c. Desarrollaron el más exhaustivo es-tudio monetario (1751).

d. Mostraron las curvas de demanda, diseñadas por Pietro Ve-rri, para gasto constante;

e. Instauraron las primeras cátedras de Economía Política. Las sillas doctas fueron ocupadas por Genovesi (Nápoles, 1754), Beccaria7 (Milán, 1769), Paradisi (Modena, 1772) y Sergio (Palermo, 1779).

[ V. 4 N Á P O L E S Y M I L Á N , L O S D O S E J E S ]

El pensamiento italiano se agrupa en dos escuelas, la primera de ellas reúne a los denominados economisti napolitani y como es fácil suponer, se concentra alrededor de la Universidad de Nápo-les. Se encuentran entre sus miembros: Carlo Antonio Broggia, Fernando Galiani (1728-87), Antonio Genovesi (1712-1769), Gaetano Filangeri y Giuseppe Palmieri(1721-1794?).

Compartían con los mercantilistas, especialmente con los cameralistas de

Justi, la preocupación por alcanzar el mayor

bienestar público. Se diferenciaban de

ellos en su capacidad analítica, muy superior.

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO ITALIANO… 94

La historia del análisis económico ha puesto en un lugar de ma-yor privilegio las aportaciones de Genovesi y Giuseppe Palmieri, Marqués de Martignano.

El primero de ellos, Genovesi, dejó constancia, a través de sus Lezioni di economía civile de la más amplia exposición sobre economía utilitarista del bienestar de su época. Y el segundo, Palmieri realizó un brillante estudio sobre la economía del bien-estar en sus Riflessioni sulla pubblica felicità relativamente al reg-no di Napoli8.

La denominada escuela milanesa agrupó a Gianrinaldo Carli, Ce-sare Bonesana (1738-94), más conocido como Cesare Beccaria9, Pietro Verri (1728-97) y Giovambattista Vasco (1733-96). Uno de sus miembros, Cesare Beccaria, fue denominado por Schum-peter (1954) el Smith italiano.

[ V. 5 E L V A L O R Y E L P R E C I O ]

Los más prominentes economistas italianos abordaron el núcleo duro de la teoría económica, el problema del valor: Ferdinando Galiani, Cesare Beccaria, Pietro Verri y Giammaria Ortes. Par-tieron del trabajo de Montanari para realizar un producto cientí-fico mucho más elaborado.

El valor tiene un significado sólo en términos relativos, y está ex-plicado por la escasez y la utilidad, o siguiendo a Galiani (1751) en Della monetta, por la relación entre la cantidad existente de una cosa y los usos que las personas pueden hacer de ella.

Se considera que la única gran aportación de Giammaria Or-tes10 al análisis económico es su aportación a la teoría maltu-siana de la población, pero lo cierto es que su interpretación de la paradoja del valor no deja de ser muy atractiva por su gran capacidad analítica.

Considera Ortes que la paradoja del agua y los diamantes se re-suelve analizándola con relación al valor de los bienes. Mantiene que este está en función de la demanda y la oferta, representán-dose del siguiente modo:

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95HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

v massarichiesta

= o bien, v mr

=

La medida del valor de Ortes traducido a nuestros términos sería:

demvalor

andacantidadx

x

x= ;

dv qx

x

x=

Al indicar cantidad, se sobrentiende que nos referimos a la can-tidad existente del elemento o mercancía x.

Con respecto al agua, indicaba que si esta es extremadamente abundante, tan abundante, que no es comparable su abundancia con la de cualquier otro tipo de bien, entonces:

qa 3= , lo que implica que,

qd d

v 0aa

a a

3= = =

Es decir, el valor del agua es cero cuando esta existe en cantidades infinitas. Se in-terpreta, por tanto, que a mayor cantidad, ceteris paribus, el valor de un bien tiende a reducirse. La relación opuesta es, por tan-to, obvia.

El caso de los diamantes se resuelve supo-niendo que su cantidad es cero,

Si, q 0d = , entonces,

dv

0dd 3= =

En la medida del valor de Ortes, cuando introducimos otros va-lores, como por ejemplo:

d 10x = y q 5x = , entonces, v 510

2x = =

Significa que la demanda es dos veces la cantidad existente.

La cantidad demandada y la cantidad ofertada fueron estudiadas por Beccaria, uno de los pensadores italianos más respetados. Estas vienen determinadas por la capacidad de compra y las ne-cesidades del comprador, en el caso de la oferta, Beccaria consi-

Siguiendo la formula de Ortes, el valor del agua

es cero cuando esta existe en cantidades infinitas.

Se interpreta, por tanto, que a mayor cantidad, ceteris paribus, el valor

de un bien tiende a reducirse.

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO ITALIANO… 96

deraba como determinante principal el gasto en alimentación de los trabajadores y la eficiencia organizativa.

Verri10 desarrolló estos dos argumentos, oferta y demanda, y planteó que el precio dependía de dos factores, la aparente abun-dancia de los bienes y la necesidad que se siente de ellos.

PRECIO (SEGÚN VERRI)

Si el número de compradores se incremen-ta, la demanda se incrementa, y el precio, ceteris paribus, se incrementa. La relación entre oferta y precio es la siguiente, al cre-cer el número de ofertantes, el precio, ce-teris paribus, decrece.

No fue este el único análisis sobre la demanda realizada en la Italia del siglo XVIII. La curva de demanda para gasto constante, aportación de este funcionario austríaco que fue Verri parte de los si-guientes supuestos:

a. La demanda de gasto constante del tri-go tiene la forma:

d=p.q,

donde p es el precio, q la cantidad y d una constante.

Abundancia NecesidadDEPENDE DE

DEPENDE DE

NÚMERO DE COMPRADORES

DEPENDE DE

NÚMERO DE VENDEDORES

Siguiendo a Verri:Si el número de compradores se incrementa, entonces el precio se incrementa. Si el número de ofertantes crece, entonces el precio decrece.

Un incremento de los precios de los productos de la cesta de la compra (trigo), implica una menor renta real de los obreros. Esto provocaría un incremento del precio de la mano de obra, lo que supondría una subida del precio de los productos.

Vierri nos está diciendo que la inflación genera inflación.

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97HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

b. El precio de las manufacturas varía en proporción al precio del trigo.

Se supone que el trigo es un componente muy impor-tante de la dieta de los trabajadores, y por tanto de sus escasos presupuestos familiares.

Un incremento en su precio indica un incremento en el precio de la mano de obra, el cual se traslada al precio final de las manufacturas.

Se reside en una economía cerrada11.

c. Dado este escenario, que fue, por otra parte, bastante real, se deduce que si la cosecha de trigo es el doble, su precio será la mitad, consecuentemente bajará el precio de las ma-nufacturas en una cantidad, que también podría acercarse a la mitad; lo que permitiría todo ello, un importante creci-miento en el volumen de ahorro nacional.

Debates Abiertos1. La generación del saber económico en la Italia del XVI al XVIII considera que ha seguido el mismo camino que en Fran-cia, Alemania o España. Considera que la situación política de Italia podría haber influido en su desarrollo científico.

2. El pensamiento económico italiano ¿puede ser tildado de mercantilista?

3. ¿Por qué se centran en la búsqueda del valor?

N O T A S

1 Como es bien sabido se le debe a este matemático, físico y astrónomo italiano el descubrimiento de las leyes del peso, la invención del termómetro, del telescopio,... Fue acusado de sostener las doctrinas de Copérnico sobre la inmovilidad del sol y del movimiento de la tierra. Fue procesado por la inquisición a obligado a retrac-tarse. Estuvo preso en el palacio de la villa Médicis, en la Piazza di Spagna, centro del barrio español de la Roma pontificia.

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO ITALIANO… 98

2 Se editó en 1629, existe una reedición del año 1982. Traducción literal al castellano del vocablo inglés: myriad, debe traducirse por diez

mil, o por un número muy grande. En este caso particular, se refiere a un elevado número de operadores.

3 Las citas de Montanari utilizadas han sido traducidas del trabajo en inglés de Bian-chini, que se puede consultar en Walker (1989), al castellano por el autor de este libro. No obstante, debo informar que estas se corresponden con los siguientes trabajos: G. Montanari (1680) Della moneta. Tratato mercantile in SCIEP, Parte Antica, T.III, pp. 65, 85-93, 152-3, 231, 246; Idem, (1687) Breve trattato del valore delle monete in tutti gli Stati in SCIEP, Parte Antica, T. III; F. Cusin (1940) Gemi-niano Montanari e la teoría del valore in Studi Urbinati, Serie B, pp. III-38.

4 Se extrae, de la siguiente cita, que Bianchini considera la aportación de Montanari como un paradigma y que Giovanni Ceva ha realizado un primer desarrollo parcial de este: A first partial development of the scientific paradigm of Montanari is found in Giovanni Ceva... A mi juicio se le confiere, a este discípulo de Galileo, una respon-sabilidad excesiva en el desarrollo del análisis económico.

5 Para esta parte se utiliza como referencia principal el trabajo de Marco Bianchini: Some fundamental aspects of Italian eighteenth-century economic thought, el cual es un capítulo de Donald A. Walker (editor) (1989) Perspectives on the history of economic thouht.

6 A los dos años de ocuparla, la cambió por un puesto en la administración de Milán, en la cual se mantuvo hasta su muerte.

7 Salió a la luz en el año 1787, otras obras de interés son sus Pensieri economici…(1789) o su Della richezza nazionale (1792).

8 El apelatico de Beccaria lo tenía por ostentar el marquesado de Beccaria.

9 J.A. Schumpeter encabeza la opinión de que la única gran aportación de Ortes fue su aportación a la teoría maltusiana de la población. Opinando igualmente que no consigue ver mucha matemática en la obra de Ortes, incluso cuando C de Franchis publicó G. Ortes, un sistema d´economia matemática. En este caso, y como excepción, no compartimos la opinión de Schumpeter, y le atribuimos un papel importante también en la teoría del valor.

10 Este desatacado italiano fue un importante funcionario de la administración aus-tríaca en Milán.

11 Este es un supuesto implícito que Verri no menciona.

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L A B Ú S Q U E D A F R A N C E S A

D E U N S I S T E M A E C O N Ó M I C O : L O S

F I S I Ó C R A T A S

[ V I . 1 P R I M E R A S C O N T R I B U C I O N E S A L A D O C T R I N A F I S I Ó C R A T A ]

[ V I . 2 E L C U E S T I O N A M I E N T O D E L M E R C A N T I L I S M O Y E L N A C I M I E N T O D E L A F I S I O C R A C I A   : P I E R R E L E P E S A N T D E B O I S G U I L L E B E R T ]

[ V I . 3 L A M A D R E N A T U R A L E Z A : L O S F I S I Ó C R A T A S Y Q U E S N A Y ]

[ V I . 4 L A T E O R Í A F I S I O C R Á T I C A ]

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L A B Ú S Q U E D A F R A N C E S A

D E U N S I S T E M A E C O N Ó M I C O : L O S

F I S I Ó C R A T A S

[ V I . 1 P R I M E R A S C O N T R I B U C I O N E S A L A D O C T R I N A F I S I Ó C R A T A ]

El reinado de Luis XIV, más conocido como rey sol, comenzó un año después de la muerte de Galileo, en 1643, cuando este contaba con sólo cinco años de edad y justo al término del reinado de su padre, el rey Luis XIII El Justo. No obstante, el primer gobierno de este rey1, siendo mayor de edad, no se produce hasta 1661, donde Colbert ten-drá el puesto de primer ministro.

La situación de Francia, a finales del siglo

XVII, es la de un país que oprime a su clase campesina, verdadero

sostén del Estado.

Page 102: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

LA BÚSQUEDA FRANCESA… 102

Durante la etapa en que era menor de edad, sus ejércitos tuvieron que enfrentarse a numerosas batallas, Rocroi, Castellmare, etc., y a importantes turbulencias en el interior del país. Siendo mayor de edad guerreó con Inglaterra, Holanda y Suecia, se apoderó de Flandes y de Alsacia e intervino en la guerra de sucesión de España, para apoyar a su nieto Felipe V. Esta guerra de sucesión española, que había seguido a la guerra de la gran alianza, estaba acrecentando el nivel de pobreza de Francia. Este país iba camino de mostrar entre sus capas más desfa-vorecidas una situación de miseria nacional. La situación de Francia, a finales del siglo XVII, es la de un país que oprime hasta lo imposible a su clase campesina, porque, a causa de los privilegios tributarios de la nobleza y del clero, recaen sobre ella todas las cargas del Estado2.

[ L A P O B R E Z A D E L P U E B L O , S Í N T O M A D E D E C A D E N C I A ]

En ese marco de opresión se empiezan a escuchar a comienzos del siglo XVIII las voces de Boisguillebert y del famoso ma-riscal Vauban, a los que la pobreza de los campesinos les conmueven enormemente.

En esa situación es normal que la aporta-ción del noble francés Sébastien Le Pres-tre (1633-1707), Señor de Vauban, y más conocido como Mariscal Vauban destaque a los ojos de la corte francesa como un rayo en una noche cerrada.

Este prolífico escritor había escrito sobre numerosos temas: fortificaciones, guerra, marina, agricultura, colonización, etc. La realización de todos estos trabajos le gran-jeaban una mayor respetabilidad entre el poder aristocrático, y su cercanía al rey hubiera ido en aumento3 si no publicara el Project d´une dixme royale (1707) o Proyecto de un diezmo real. Esta obra mostrará a los ojos de la nobleza francesa cómo la hacienda pública es algo más que un arte de recaudar impuestos. Es también un mecanismo claro de política económica. Su correcta utilización puede reordenar la actividad económica y ser soporte del desarrollo de una nación.

El Mariscal Vauban propone implantar un dixme royale o diezmo

real.

El objetivo de Vauban era eliminar el amasijo irracional de impuestos

que habían ido generándose y creciendo

de modo asistemático y sustituirlos por un

impuesto general de la renta.

Lo relevante de la propuesta de Vauban es el rupturismo de su

propuesta.

Page 103: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

103HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

La intención del dixme royale era eliminar el amasijo irracional de impuestos que habían ido generándose y creciendo de modo asistemático y sustituirlos por un impuesto general de la renta que se aplicase a toda clase de ingresos. El tipo impositivo sería variable, estando el tipo máximo fijado en el 10%.

La preocupación por la decadencia de Francia no es monopo-lio del Mariscal Vauban. Sí es cierto, sin embargo, que en ese momento de la historia pocos compartían su análisis económi-co. Unos de sus más allegados, analíticamente hablando, fueron Boisguillibert y el abad de Saint-Pierre (1658-1743).

Se dice que la sociedad de naciones tiene su primer defensor en el abad de Saint-Pierre, y la estadística su creador en el Mariscal de Vauban, pero de cara a la economía será el primero de ellos, Boisguillebert, el que deje una mayor impronta en la Historia del Análisis Económico.

[ V I . 2 E L C U E S T I O N A M I E N T O D E L M E R C A N T I L I S M O Y E L N A C I M I E N T O D E L A F I S I O C R A C I A : P I E R R E L E P E S A N T D E B O I S G U I L L E B E R T ]

Boisguillebert ejerció su carrera de funcionario público, magis-trado provincial, en la francesa ciudad de Ruan. Entre 1665 y 1707 publica sus cinco obras más importantes. Sus trabajos no intentaron buscar un tratamiento sistemático de los principios de la decadencia francesa del siglo XVII.

La opinión de que la tenencia de oro y plata no hace feliz a una nación, pues los metales preciosos tienen únicamente la función de servir como dinero, y este servicio también puede prestarlo a veces el papel moneda, morceu de papier que diría Boisguillebert, empieza a recorrer las mentes de algunos intelectuales franceses cercanos al monarca.

Un pueblo es rico si está provisto de todos aquellos bienes nece-sarios para la vida. De este modo creían responder a la pregunta mercantilista:

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LA BÚSQUEDA FRANCESA… 104

¿Cuándo un pueblo es rico?

La importancia de la velocidad de circulación del dinero y de los sustitutos de este se reconocen en el pensamiento de Boisguillebert.

Su carácter de precursor de los fisiócratas4 estaría, a juicio de Schumpeter, en su carácter de enérgico defensor de los intereses agrarios. En todo caso, le recriminó a los mercantilistas el haber destinado o discriminado positivamente los recursos de la nación hacia la producción manufacturera, en detrimento de la agrícola.

La economía como un organismo de elementos interdependien-tes se observa en su obra con claridad al leer su crítica a la prohi-bición a la exportación de granos de Colbert.

Su razonamiento es sencillo: la mayoría de la población ocupada francesa se encuentra en la agricultura, y uno de los principales componente de la renta agraria son los granos. Si estos granos se producen, de modo que se genera un exceso de oferta, se ob-serva una reducción del precio de los granos y de la renta agra-ria. Consecuentemente, ¿qué habría que hacer?, suavizar el ciclo,

LA RESPUESTA DE BOISGUILLEBERT A LAS PRE-GUNTAS MERCANTILISTAS¿cómo sE EnriquEcE una nación?

Para poder responder, los mercantilistas se preguntaron:¿qué Es una nación? ¿quiénEs la intEgran?

La respuesta más lógica era: la integran los individuos que la componen; por tanto, sería rica una nación si lo eran sus compo-

nentes.Llegaba aquí la otra pregunta, la esencial, y donde los fisiócratas

dan una respuesta diferente¿qué Es sEr rico?

La respuesta mercantilista fue unánime: Ser rico es tener oro y plata

Boisguillebert indica que un Pueblo es rico si está provisto de todos aquellos bienes necesarios para la vida

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105HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

¿Cómo?, permitiendo exportar el grano excedentario en épocas de sobrepro-ducción5. Medida a la que se oponía Colbert.

Indudablemente, razonamientos como este muestran la importancia de la agri-cultura. Pero, si la mayoría de la po-blación ocupada estuviese en el sector manufacturero, ¿Le daría Boisguillebert la misma importancia a la agricultura? De la respuesta que le demos a esa pregunta saca-remos, valga la redundancia, la respuesta a la pregunta ¿Es Bois-guillebert el antecesor de los fisiócratas?

[ E L C A O S T R I B U T A R I O A Z U Z A L A S M E N T E S ]

El caos tributario que se vivía en Fran-cia provocó la existencia de varias pro-puestas de reforma fiscal, unas impul-sadas por los fisiócratas y otras por el Mariscal Vauban. Boisguillebert tam-bién lanzó fuertes críticas al sistema fiscal vigente. Consideraba que las ta-sas a la exportación, las barreras inter-nas al tráfico, la interferencia estatal reguladora en los sectores productivos y la viciosa gestión del impuesto más importante, la taille, desolaban el campo y actuaban como una fuerte res-tricción al consumo. De hecho, llegó a afirmar que entre 1665 y 1695 la renta nacional de Francia había disminuido en un 50%6.

Bajo nuestra óptica actual, cada vez que utilizamos la palabra consumo y consumidor estamos pensando en la población en general. En el caso de Boisguillibert no es así, el consumidor francés del siglo XVII lo sitúa en la figura del terrateniente. Esta diferencia de óptica no reduce calidad a su analítica, únicamente nos muestra la estructura social de Francia, y más concretamen-te reflejaba la visión que Boisguillibert tiene sobre la realidad social francesa.

Boisguillebert propone la exportación de materias

primas (esencialmente grano) cuando existen situaciones de

sobreproducción.

La exportación coyuntural permitiría generar una subida

de precios e incrementar la renta agraria.

Al preguntarse como se hace rico un pueblo, numerosos

intelectuales empiezan a entonar la frase:

pauvres paysans, pauvre royaume;pauvre royaume,

pauvre roi.

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LA BÚSQUEDA FRANCESA… 106

[ V I . 3 L A M A D R E N A T U R A L E Z A : L O S F I S I Ó C R A T A S Y Q U E S N A Y ]

La naturaleza proporciona la materia necesaria para producir to-dos los bienes, entonces parecerá normal que giremos nuestra vis-ta hacia la tierra. Al preguntarse cómo se hace rico un pueblo, un número cada vez mayor de intelectuales extienden la siguiente frase: pauvres paysans, pauvre royaume; pauvre royaume, pauvre roi.

A comienzos del siglo XVIII, en 1715, fallece el Rey Sol. En ese momento muchos franceses ponen su mirada en el reinado de Enrique IV y en la de su ministro agrarista Sully. Lo hacen por-que el panorama presente es desolador para las capas más desfa-vorecidas, el campesinado. El escenario que les deja como legado Luis XIV y su primer ministro Colbert está plagado de indus-trialismo e intolerancia. Elementos ambos que combinados en dosis altas revulsiona el tejido social francés, que es, no debemos olvidarlo, eminentemente agrario. Si a este marco le añadimos un sentir entre algunos intelectuales de vuelta a la naturaleza (Rousseau), o de no despreciar el buen sentido campesino (Vol-taire), estamos, desde luego, creando un cuadro muy distinto al mercantilismo.

[ E L C A R I S M Á T I C O Q U E S N A Y ]

Ya a mediados del siglo XVIII, casi cincuenta años después de que Boisguillebert intentara concienciar a sus coetáneos de los problemas de Francia, un médico del rey Luis XV, el Dr. Ques-nay, publica en 1758 el Tableau Economique.

Este trabajo se convirtió en el principal exponente de un grupo de hombres que fueron conocidos en su época por el so-brenombre de Les Economistes, aunque a la historia del pensamiento económico han llegado con el nombre de Physiocrates, o en castellano, Fisiócratas.

El Dr. Quesnay, hijo de un abogado de poco éxito, fue sobre todo un médico cirujano. Su carrera médica fue brillante, y no se le

Fueron conocidos en su época por el sobrenombre de Les Economistes, aunque a la historia del pensamiento económico han llegado con el nombre de Physiocrates.

La fidelidad que sintieron los fisiócratas hacia Quesnay, es sólo comparable a la que sienten los marxistas hacia Marx.

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presupone mucho tiempo para otras aficiones, salvo que estas fue-ran para él una autentica pasión. Este fue el caso de la economía.

Madame Pompadour actuó de protectora de este ilustre médico francés, que llegó a ser secretario general de la Academia de Ci-rugía. Esta situación le permitió gozar de una posición privilegia-da en la vida intelectual de Versalles. Los restantes miembros del grupo de Les Economistes fueron Mirabeu, Le Trosne, Baudeau, Dupont y Mercier de la Riviére. Todos ellos fueron discípulos de Quesnay, y ejercieron esa función - la de discípulo – en su sentido más estricto. Absorbieron y aceptaron la enseñanza del maestro con una fidelidad que no tiene más que dos réplicas en toda la historia de la economía: la fidelidad de los marxistas ortodoxos al mensaje del carismático Marx, y la fidelidad de los Keynesianos ortodoxos al discurso de Keynes.

Quizá el primero de sus discípulos, Victor Riquetti, marqués de Mirabeu, fue también el principal. Este aristócrata provenzal es-cribió Lámi des hommes ou Traité sur la population, una obra que le daría una gran popularidad entre toda la sociedad parisina, la clase aristócrata y el pueblo llano. En esencia su obra defendía que la riqueza de un reino dependía del tamaño de su población. Gracias a esa popularidad obtenida por su libro fue llamado a la corte por la amante del rey, madame Pompadour. Fue en ese momento donde conoció al Dr. Quesnay, convirtiéndose a partir de entonces en su discípulo.

La Escuela de los Fisiócratas introdujo en la ciencia dos ideas nuevas que estaban en los antípodas del sistema mercantil.

1. La existencia de un orden natural y esencial de las sociedades humanas. Esta idea central se ajusta literalmente al título de un libro de un conocido fisiócra-ta, Mercier de la Rivière.

2. La agricultura tiene prioridad sobre el comercio y la industria. Para este grupo de economistas, solo la tierra, es decir, la naturaleza, es la fuente de la riqueza. Únicamente la tierra genera producto neto, pudiendo

Las dos grandes ideas de ruptura

con el pensamiento mercantilista fueron:

La existencia de un orden natural.

La agricultura es la fuente de la riqueza.

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LA BÚSQUEDA FRANCESA… 108

afirmar que las restantes clases de la sociedad, al margen de la agricultura, son clases estériles.

Estas dos ideas, pilares de la escuela fisiócrata, eran suficientes argumentos para generar una escuela científica. No obstante, los fuertes lazos personales y doctrinales les confirió un comporta-miento de grupo. De hecho, en su momento llegaron a ser tilda-dos de secta. Lo cierto es que sus miembros debían de prometer fidelidad a un maestro y a una doctrina. Esta cohesión interna, que en principio puede entenderse como una virtud, fue, de he-cho, un grave inconveniente para la propagación de los ideales fisiócratas. Muchos pensadores de su época se negaron a incor-porarse a este grupo cerrado.

A pesar de estas críticas a su comportamiento cerrado, algunos prestigiosos científicos extranjeros mantuvieron contactos con este grupo, destacando los realizados con científicos italianos y alemanes. En el caso de los primeros, italianos, las relaciones fueron principalmente formales, en este caso se encontrarían Genovesi, Beccaria y Verri. Las adhesiones a su doctrina fueron más importantes en Alemania, donde llegaron a generar un gran entusiasmo en algunos científicos. En esta línea se encontrarían Schlettwein y Mauvillon.

[ V I . 4 L A T E O R Í A F I S I O C R Á T I C A ]

Por el cuerpo de un ser humano circula sangre, la cual puede transportar elementos positivos para el ser humano, o elementos negativos. Si la persona propietaria de ese cuerpo decide intro-ducir en su sangre sustancias nocivas, es posible que muy pronto, en algún lugar de su cuerpo salga un sarpullido, una irritación o algún otro síntoma que muestre al exterior los daños provocados por esa sustancia nociva. Esta escena de carácter médico bien pudo estar en el subconsciente del Dr. Quesnay al afirmar que el proceso de interacción económica se concibe como un flujo circular de renta y gasto.

Hay que elegir un elemento clave en el proceso circular –opinaba el Dr. Quesnay– y estudiar los efectos que sobre la economía en su conjunto provocan las actuaciones de política económica ejer-cidas sobre él. Algo muy similar a buscar los sarpullidos de una

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109HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

sustancia nociva introducida en el cuerpo humano, o, para no ser acusados de negati-vos, la acción positiva de alguna medicina.

Su concepción del flujo circular de la ren-ta y el gasto se soporta en tres pilares: la agricultura, clase productiva; artesanos, que es una clase estéril, y los propietarios.

La columna central, la productiva, es la agricultura. En ella se engloba no sólo a los agricultores, sino también a los ganaderos y a los mineros; es decir, a aquellos que actúan de un modo primario sobre la ma-dre naturaleza. El segundo sostén de este flujo circular es la clase llamada de los ar-tesanos. Esta abarca también a los profe-sionales, comerciantes y criados, entre otros. El tercer pilar está compuesto por los propietarios, y dentro de estos se encuentran los nobles y los clérigos propietarios de tierras.

El flujo circular tiene un corazón que bombea sangre a todo el cuerpo y también a sí mismo. Este es el sector agrícola, quien destina una parte de su renta a autoconsumo y otra parte al resto de los sectores económicos.

El sector de artesanos recibe rentas enviadas desde el sector agrí-cola como pago de los servicios y manufacturas que le prestan, y el sector de los propietarios recibe sus rentas como cobro de ren-tas de alquiler de tierras y cobro de impuestos. Estos dos últimos sectores no generan excedente en sus actividades (grave error fisiócrata!!) y lo misma cantidad que reciben la gastan, ¿Cómo?.

Lo ingresado por los artesanos es gastado en la adquisición de alimentos y materias primas; y las rentas de los propietarios son gastadas en servicios y/o manufacturas de los artesanos y en ad-quisición de alimentos. Este flujo circular se puede observar con nitidez gráfica a continuación. Denotamos con un I y un rectán-gulo al sector de los agricultores o sector primario, con un círculo y un II el sector artesanal y de servicios, y por último, el número

Su concepción del flujo circular de la renta y el gasto se soporta en tres pilares: la agricultura,

clase productiva; artesanos, que es una

clase estéril, y los propietarios

El flujo circular tiene un corazón que bombea sangre a todo el cuerpo

y también a si mismo. Este es el sector agrícola,

quien destina una parte de su renta a

autoconsumo y otra parte al resto de los sectores

económicos..

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LA BÚSQUEDA FRANCESA… 110

III representa a los dueños del principal factor productivo, al menos a juicio de los fisiócratas, la tierra.

Retomar el ejemplo del Dr. Quesnay sin lugar a dudas aclarará un poco más su concepto de flujo circular: La riqueza proveniente del anterior año agrícola es de 5.000 millones de francos de los cua-les, 2.000 millones de destinan a mantenimiento del propio sec-tor agrícola, otros 2.000 millones se destinan a pagos de rentas e impuestos, por lo tanto, irán destinados a la clase de propietarios, mientras que el sector artesanal recibe del agrícola la cuantía de 1.000 millones, como pago de servicios y manufacturas.

Dado que nos encontramos ante un flujo es natural observar el camino de vuelta de estas salidas monetarias: 2.000 millones de francos de entre los 5.000 millones de francos no retornan por-

I

AGRICULTORES

II

ARTESANOS

III

PROPIETARIOS

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111HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

que nunca han salido del propio sector agrícola. De los 3.000 millones que sí han salido, 1.000 millones retornan como pago de los propietarios al sector agrícola por concepto de alimentos, y los otros 2.000 se los paga el sector artesanal por concepto de materias primas y alimentos.

I

AGRICULTORES

II

ARTESANOS

III

PROPIETARIOS

Autoconsumo2.000 MM.

Recibe de losPropietarios 1.000 MM.como pago por Alimentos

Recibe de los Artesanos2.000 MM. como pagopor Alimentos

Recibe 1.000 MM.como pago pormanufacturas

Recibe pagos por rentase impuestos por valor de2.000 MM.

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LA BÚSQUEDA FRANCESA… 112

Debates Abiertos

1. ¿Cuándo un pueblo es rico?

2. Hasta qué punto el nacimiento de la escuela fisiocrática está vinculado con el entorno de pobreza en que vivía el pueblo francés.

3. ¿Es posible trasformar la estructura económica de Francia, como así deseaba Colbert potenciando el desarrollo de la industria, teniendo al grueso de la sociedad carente de alimentos?

N O T A S

1 Su madre Ana de Austria ostentó la regencia, asesorada por el cardenal Mazarino, hasta su mayoría de edad.

2 La Taille era el impuesto sobre la propiedad. Del mismo estaban exentos los prin-cipales propietarios: nobleza y clero. La aplicación de los tipos era caprichosa y en una misma zona podían existir de modo arbitrario diferentes tipos impositivos.

3 La obra Project d´une dixme royale de Sébastien Le Prestre fue quemada pública-mente para escarnio público. El enojo del rey ante esta obra, no sólo estaba moti-vado por su proyecto de reforma fiscal, sino también por su estilo crítico.

4 Aspecto este, el de precursor de la doctrina fisiocrática, que por otra no genera un consenso generalizado. Se considera, por algunos economistas, que su obra muestra el organismo económico como un sistema de equilibrio de magnitudes interdependientes. Una visión como esta alejaría indudablemente a este autor del posterior trabajo de Quesnay.

5 Véase la obra de Boisguillibert (1707) Traité des grains France.

6 Véase el trabajo de Boisguillibert (1695) Le Detail de la France.

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NACE UNA CIENCIA

[ V I I . 1 L O S P R I M E R O S P A D R E S ]

[ V I I . 2 S I R W I L L I A M P E T T Y ]

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NACE UNA CIENCIA

[ V I I . 1 L O S P R I M E R O S P A D R E S ]

Debe existir entre los seres humanos una especie de obsesión por individualizar par-te de la historia. Faceta esta que no sólo supone un esfuerzo impresionante de sín-tesis, sino que también conduce en nume-rosas ocasiones al error conceptual. Valga el siguiente ejemplo: Siglo XVI, el esplendor español, época histórica donde la pobla-ción en general pasaba hambre y España empezaba a hundir sus raíces en el subdesarrollo, o esta otra, la grandeza de Francia coincide con el Rey Sol. Cuando es sabido que la grandeza de la corte francesa era únicamente eso, de la corte; el resto de la ciu-dadanía quedaba muy alejada de lo que hoy en día entendemos como grandeza de un pueblo, que es un bienestar compartido. Y la nación francesa, que sepamos, al igual que la española, la componían en aquel momento todo su pueblo.

La Ciencia, toda la Ciencia, a diferencia de los seres humanos,

siempre tiene varios padres y madres.

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NACE UNA CIENCIA116

Ese intento de resumir los acontecimientos históricos es, sin lu-gar a dudas, no sólo engaños o sino también generador de mitos. Esa obsesión también se repite al querer buscar padres de las cosas. Y en este caso, lo que se busca, no podía ser menos, es el padre de la Ciencia Económica.

En esta ardua tarea no existe un consenso claro, ni creo que se alcance nunca, pero los nombres propuestos son Petty, Quesnay, Smith y en especial Cantillon (1680?-1734). En este capítulo intentaremos mostrar las aportaciones de tres de estos cuatro economistas: Petty, Cantillon y Quesnay. Al último de ellos lo veremos en el siguiente capítulo.

[ V I I . 2 S I R W I L L I A M P E T T Y ]

Es indudable que Petty (1623-1687) fue un hombre polifacético. Al menos eso se concluye al saber que ejerció de médico, académico, agrimensor, hombre de nego-cios, y como no, economista. Se le acusa de buscar la fama y la popularidad. De he-cho, y en este sentido, se narra con fre-cuencia una anécdota suya de cuando él era profesor de anatomía en Oxford: En 1650 revivió a una muchacha ahorcada por infanticidio. Posteriormente se publicó un trabajo anónimo titulado Noticias desde la muerte, que se cree redactado, al menos en parte, por él. En ese artículo se vitorean las técnicas médicas utilizadas por el Dr. Petty.

Lo cierto es que la misma humanidad que utilizó para salvar a esta muchacha la planteó en alguno de sus escritos. Fue uno de los primeros economistas de su época que opinó que la formación incrementaba la productividad de las personas, y por ello, una ad-ministración eficaz debía rodearse de personas educadas. Es por esto que se le menciona como uno de los economistas pioneros de la Economía de la Educación. Algo más allá fue Karl Marx al con-siderarlo fundador de la economía política moderna. Lo que con toda seguridad no podía imaginarse este aristócrata inglés es que su fama póstuma se la debe a Karl Marx y al historicismo alemán, más particularmente a Roscher.

A Petty, Karl Marx, lo consideró fundador de la Economía Política

moderna.

Defendió, en contra de la opinión de su

tiempo, que la formación incrementaba la

productividad de las personas.

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117HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ E L M É T O D O ]

Utilizar un método científico diferente es siempre una gran osadía, lo es en la actualidad y lo fue en el pasado. Sólo a los grandes economistas se les perdona e incluso a veces se les aplaude por ha-ber ido contracorriente. En general, suele ser muy arriesgado, de cara al apoyo de la profesión, plantear cambios radicales. Ahora bien, los grandes saltos no se hacen sin red, generalmen-te un cambio de método está acompañado de una vanguardia de pensadores, en numerosas ocasiones del área de la filosofía, que allanan el camino al economista.

Lo cierto es que Petty fue un economista positivista mucho antes de que el positivismo se impusiera en el análisis científico. Estaba convencido que la introducción de métodos cuantitativos produ-cía un análisis más riguroso de los acontecimientos sociales.

Como no podía ser menos, detrás de sus ideas se encontraba Francis Bacon (1561-1626). Este filósofo inglés es uno de los fundadores del método inductivo, también denominado antigua-mente método experimental. Fue gran canciller de Jacobo I; com-batió la filosofía escolástica y el saber puramente libresco. Exigió de la ciencia que ayudara al hombre a dominar la naturaleza. Sus ideas científicas están condensadas en su obra Novum Organum1, trabajo que se proponía mejorar el Organon de Aristóteles. Se cree que detrás de sus obras está la influencia, no declarada, del español Luis Vives.

De su obra cumbre, Novum Organum, extraemos su visión del papel de los empiristas y de los racionalistas, y expone el de los inductivistas. Estos últimos, donde se incluye Petty, son una fu-sión entre el empirismo y el racionalismo.

Francis Bacon compara a los empiristas con las hormigas. Estas se dedican a recolectar y usar el material recolectado. A los raciona-listas los equipara con las arañas. Estas realizan su producción, las telarañas, con una sustancia producida por ellas mismas. El lector ha de reconocer que esta frase de Bacon es demoledora para los teóricos que se alejan completamente de la realidad.

Petty, fue un economista positivista mucho antes de que el positivismo se impusiera en el análisis

científico.

Defendía la introducción de métodos cuantitativos.

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NACE UNA CIENCIA118

La abeja, símbolo, por otra parte, de una de las familias más importantes de Roma en el siglo XVII, la familia Barberini2, fue el utilizado para referirse a los inductivis-tas. La abeja opta por un método interme-dio: recoge su sustancia de las flores del jardín y del campo – es decir, no se aleja del mundo en el que vive - pero la transforma y la absorbe con una fuerza que procede de ella misma. Considera que el verdadero trabajo de la filosofía no se aleja mucho de la realizada por la abeja:

No es muy diferente la verdadera tarea de la filosofía, esta ni se apoya sólo en las fuerzas de la mente, ni adopta la materia con la que

trabaja de la historia natural o de los experimentos mecánicos y la deposita en la memoria del mismo modo en el que la encuentra, sino que la introduce en el entendimiento modificada y digerida.

Su enfoque positivista lo plasma con claridad en sus intenciones investigadoras. Manifiesta que ha decidido expresarse a base de números, pesos y medidas, y utilizar sólo argumentos con senti-do. Pero, lo que es realmente revelador, porque muestra un inicio claro hacía la economía positiva (concepto este, por cierto, que no se acuñó hasta mediados del siglo XIX) es su intención de de-jar fuera de consideración aquellos argumentos que dependen de las mentes, opiniones, apetitos y pasiones mundanas.

Sin lugar a dudas, este economista fue un teórico para los cuales la ciencia es medición. Uno de esos teóricos que forjan instru-mentos analíticos adecuados para manejar hechos numéricos y desprecian cordialmente todos los demás; uno de esos teóricos cuyas generalizaciones son la combinación de cifras y razona-miento, nunca tolerados separadamente3.

[ E L D I N E R O ]

Uno de los temas que desarrolló con mayor precisión fueron los relativos a la teoría monetaria. Reconoció las tres funciones del dinero: patrón de valor, medio de cambio y depósito de valor.

Bacon compara a los empiristas con hormigas, Recolectan y usan el material recolectado.

Los racionalistas, serían como las arañas. Trabajan con una sustancia producida por ellas mismas.

Los inductivistas serían como abejas, recogen su sustancia de su entorno, la trasforman y la absorben.

Petty sería una mezcla entre empirista y racionalista

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119HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Pero su principal contribución fue su uso del concepto de velocidad de circulación para determinar la cantidad óptima de di-nero. Este hecho le convierte en un prede-cesor importante de Locke y Cantillon.

Su faceta de médico le hacía buscar ana-logías con el ser humano para comprender o explicar determinados comportamien-tos económicos - algo similar le ocurre a la mayoría de los médicos que realizan análisis económico – y por ello observaba al dinero como la grasa del cuerpo político. Si abunda en demasía a menudo impide su agilidad y si es poca sig-nifica que esté enfermo. Esta comparación la llevó un poco más lejos. Afirmaba que, al igual que la grasa lubrica el movimiento de los músculos, satisface la necesidad de víveres, llena las cavi-dades desiguales y embellece el cuerpo, así hace el dinero en el Estado, acelerando su acción, obteniéndolo en el extranjero en momentos de escasez en el interior, y facilitando las cuentas en razón de su divisibilidad.

[ L A I N F L U E N C I A D E P E T T Y : L O C K E . ]

El pensamiento de Petty influyó de modo considerable en la obra de Locke (1632-1704), justamente en la única obra que le da derecho a figurar en la historia del análisis económico: Some Considerations of the Consequences of the Lowering of Interest, and Raising the Value of Money, 1692. Aunque muchos manuales le dedican una parte importante de su desarrollo a la obra de Loc-ke, este libro es coincidente con el pensamiento de Schumpeter, quien afirma que no es posible ver en esa obra una gran aporta-ción al análisis monetario, y menos una aportación perfecta. Son frecuentes los deslices y, cualquiera que sea el grado de origina-lidad subjetiva de esas páginas, hay en ellas muy poco que no estuviera dicho ya, con igual bondad o todavía mejor, por otros autores de la misma época aproximadamente4.

Al margen de la opinión de Schumpeter, que siempre es conside-rada como extremadamente relevante por el autor de este libro, debemos indicar que Locke planteó una teoría cuantitativa sim-ple. Opinaba que respecto al comercio doméstico (comercio in-

Petty reconoció las tres funciones de dinero,

patrón de valor, medio de cambio y depósito de

valor.

Su principal contribución fue el uso del concepto de velocidad de circulación

del dinero.

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NACE UNA CIENCIA120

terior o nacional), puede servir como dinero cualquier mercancía aceptada por sus habitantes. Siempre y cuando, este dinero cum-pla las siguientes dos funciones: a) sirva como unidad de cuenta y b) pueda ser utilizado como fianza o tenga poder/capacidad para obtener bienes concretos.

Si cambiamos de mercado, es decir, si pasamos de un mercado na-cional a uno internacional entonces cambian algunas cosas (esto ya se ha visto en el apartado de pensamiento italiano). Se conside-ra que el único dinero valido en las relaciones internacionales es el soportado por el oro y la plata. Ya que estos metales son universal-mente aceptados. La cantidad de dinero de uso internacional, es decir, de oro y plata, está directamente relacionado con el volumen del comercio internacional de la nación en cuestión.

[ V I I . 3 R I C H A R D C A N T I L L O N : L A E C O N O M Í A C O M O U N C O N J U N T O I N T E R R E L A C I O N A D O . ]

No se conoce con certeza su fecha de naci-miento, pero se estima que fue en 1680. Se da por cierto que murió asesinado en Lon-dres por uno de sus criados, lo mató despe-chado por haber sido despedido, queman-do la casa de su ex-empleador con ánimo de eliminar pruebas de su delito.

Su origen era irlandés, pero ejercía de banquero en París, por ello siempre ha sido considerado francés. De él decía Stanley Je-vons que el primer tratado sistemático sobre economía fue escri-to probablemente por un banquero de apellido español, nacido de una familia irlandesa en el condado de Kerry, educado quién sabe donde, que tenía su negocio en París, pero que fue asesina-do evidentemente en Albermale Street, Londres5. Fue este padre del marginalismo, Stanley Jevons6, quien al acuñar los Ensayos de Cantillon como cuna de la economía lanzó al estrellato del siglo XIX a este comerciante y banquero de apellido español. Esta afirmación se vuelve más cierta en el caso británico, ya que en Francia se puede decir que prácticamente nunca lo olvidaron.

Stanley Jevons, al acuñar los Ensayos de Cantillon como cuna de la economía lanzó al estrellato del siglo

XIX a este comerciante y banquero irlandés de

apellido español.

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121HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

En cuanto al apelativo de cuna de la econo-mía, reproducimos una vez más la opinión de Schumpeter:

La estimación de Jevons es excesiva. Nada tan desafortunado como llamar al Essai “cuna de la economía”: si algo no puede ser es precisamente cuna7.

La estructura sistemática y pedagógica de sus Ensayos ayudó a que esta obra fuera divulgada. Tuvo también la suerte de que bastante tiempo antes de su publicación –no olvidemos que la obra tardó dos déca-das en salir publicada- fuera exaltada por Gournay y el hombre de moda en Francia, Mirabeu.

Se menciona con frecuencia que Cantillon es discípulo de Petty. Esta mención es claramente errónea. Sí se-ría correcto decir que alcanzó metas más elevadas que Petty, uti-lizando los mismos métodos que este. No tenía el estilo, que se le presupone a un discípulo, de caminar girando la cabeza hacía atrás cada momento, como queriendo observar las indicaciones correctoras de su maestro. Este banquero de París tenía su pro-pia linterna que le indicaba el camino. Únicamente puso en sus alforjas el aspecto metodológico de Petty, y sin mirar nunca hacía atrás se puso a andar, llegando mucho más lejos que Sir. W. Petty.

Este camino andado le llevó, como a todos los pioneros, a ser uno de los primeros en observar fenómenos que otros no alcanzan a ver. Fue uno de los primeros economistas en hacer una distinción entre precio de mercado y precio normal (valeur intrinsique lo de-nominaría Cantillon). El precio de mercado estaría determinado por la oferta y la demanda, mientras que el precio normal estaba determinado por el coste. La referencia al precio normal le obligó a teorizar sobre los costes, y en este sentido, no se alejó excesiva-mente de la visión escolástica. Define el coste a partir del trabajo y de la tierra que entran en la producción de cada mercancía.

Metodológicamente era similar a Petty.

Utilizó el análisis estadístico y la

observación para desarrollar sus teorías.

Se encuentra próximo a la visión escolástica de

los costes.

Su visión del flujo circular de la renta es

previa a la de Quesnay.

Su papel frente a Quesnay es el mismo

que jugó Ricardo frente a Marx, aportar

herramientas analíticas.

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NACE UNA CIENCIA122

Introdujo el crecimiento de la población como un elemento inte-grante del proceso económico (con toda seguridad este tuvo que ser uno de los aspectos que encandiló a Mirabeu con la obra de Cantillon). No sólo los especialistas en demografía económica deben buscar sus raíces en Cantillon, también los expertos en economía urbana deben girar su cabeza hacia este intelectual. Sus explicaciones económicas de la localización de las ciudades y de los centros de producción son una de las primeras aportacio-nes en esta área de la Economía.

Los aspectos monetarios fueron abordados por la casi totalidad de los economistas desde la creación de las monedas como medio de pago8, por ello, es lógico esperar que un banquero del siglo XVIII abarcase también esta faceta, máxime si realiza una obra donde muestra la interrelación de los actores económicos. Su aportación principal fue mostrar que las variaciones de la velocidad de circu-lación son equivalentes a las de la masa monetaria, y a la vez estas determinan una parte de las variaciones de los precios.

Los sectores sociales ya fueran estudiados por Boisguillibert, quien planteaba dos clases sociales: los ricos y los pobres. Su coexistencia la planteaba del siguiente modo: las personas más fuertes se apoderan utilizando crime et violence de los medios de producción, gracias a ello no necesitan trabajar. En su camino de atesoramiento de riqueza, los poderosos discriminan a favor de la moneda. Es decir, prefieren atesorar dinero antes que bienes, y así desprecian a la economía real y perturban el ciclo económico.

Cantillon no realizará un análisis sociológico al uso de Boisgui-llebert, pero sí entenderá que la actividad económica no está al margen de la estructura social y del equilibrio económico. Den-tro de este marco conceptual estudia los flujos de renta entre los principales sectores de la economía. En el esquema económico de Cantillon, el empresario es un agente que paga rentas con-tractuales a precios ciertos, mientras que espera recibir rentas por sus ventas, las cuales se realizarán a precios inciertos. La libre concurrencia y la incertidumbre de su mercado conduce a que sus remuneraciones se aproximen al valor normal de sus servicios. El papel de la tierra como fuente de la riqueza, tan pal-pable en el trabajo de Boisguillebert, parece asomar varias veces

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123HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

en el Essai de Cantillon, y lo hace de un modo especial al afirmar que todas las clases de la sociedad y todos los hombres del estado dependen de los propietarios de la tierra. Bajo esa máxima cons-truirá su sistema circular.

Otros aspectos de interés que abarcó fue la descripción del me-canismo de ajuste de los precios de los productos enmarcados en las relaciones internacionales.

Debates Abiertos

1. ¿Existe teoría económica sin observación empírica?

2. Para la ciencia económica, ¿qué es más relevante, las aportacio-nes de Petty y Cantillon, o el método utilizado para obtenerlas?

3. La reflexión sobre el precio de mercado y el precio normal de Cantillon, supone un avance o un retroceso, si la comparamos con las aportaciones de los pensadores italianos.

N O T A S

1 Una de sus obras más conocidas, aunque no de interés para nosotros, es Nova At-lantis, donde muestra un estado utópico, científicamente organizado.

2 Entre los destacados miembros de la familia Barberini se encuentra el Papa Urbano III. Su biblioteca llegó a rivalizar en importancia con la del Vaticano.

3 Schumpeter (1954)

4 Schumpeter (1954) página 339, nota a pie.

5 Cantillon (1950) [1755] Ensayo.... pág. 230

6 El marginalismo tiene varios padres, Jevons fue uno de ellos.

7 Schumpeter (1954) página 260, nota a pie.

8 Véanse las aportaciones de Platón y Aristóteles.

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L A C O N S T R U C C I Ó N D E U N S I S T E M A :

A D A M S M I T H

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[ V I I I . 3 L A S F U E N T E S D E S U S A B E R ]

[ V I I I . 4 A S P E C T O S M I C R O E C O N Ó M I C O S ]

[ V I I I . 5 A S P E C T O S M A C R O E C O N Ó M I C O S ]

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L A C O N S T R U C C I Ó N D E U N S I S T E M A :

A D A M S M I T H

[ V I I I . 1 L A C O N S T R U C C I Ó N D E U N S I S T E M A ]

Unicamente dieciocho años después de la publicación del Tableau de Quesnay, un profesor escocés, Adam Smith, publi-ca Una Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones. Este trabajo es utilizado como una marca, como una muesca muy profunda en la empuña-dura del análisis económico. Se considera el nacimiento de una nueva etapa, la clási-ca, y dará una preeminencia incontestable durante más de cien años a la escuela bri-tánica de economía.

El pensamiento deductivo se va imponiendo poco a

poco.

Las alforjas de los pensadores cada vez llevan menos

herramientas escolásticas

Partiendo de la experiencia se pueden

deducir características de la naturaleza humana,

y a partir de ellas, se pueden derivar leyes

económicas.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…128

Al margen del nuevo camino metodológico abierto por Petty y arropado por Francis Bacon, podemos indicar que desde sus pri-meras formulaciones, el pensamiento económico ha estado orien-tado a la búsqueda de crecientes niveles de generalidad, otorgando un mayor peso al análisis deductivo. Partiendo de la experiencia, a la que se consideraba fuente del conocimiento, se podían deducir las características de la naturaleza humana o premisas básicas y, tomando éstas como referencia, mediante un proceso deductivo, se derivaban las leyes o principios que regulan la vida económica.

La correspondencia existente entre las premisas básicas y la rea-lidad junto con la corrección del proceso deductivo, marcaban el grado de veracidad de las conclusiones. Una vez finalizado este proceso, la contrastación de la teoría con la realidad no servía para validarla y únicamente era útil para determinar las posibi-lidades de actuación de los elementos estudiados y la presencia de causas perturbadoras. En este sentido, las premisas básicas, que son proposiciones extraídas del sentido común, tienen una importancia capital en el análisis económico ya que, en ausencia de causas perturbadoras, permiten deducir como conclusiones principios y leyes veraces.

[ V I I I . 2 A D A M S M I T H : E L L A D O P E R S O N A L ]

Mencionan Ekelund y Hébert(1992) que cualquier libro que se imprime doscien-tos años después de su aparición merece atención. Y La Riqueza de las Naciones de Smith, como decimos de modo abreviado, todavía se lee y edita. Va un poco más le-jos J. A. Schumpeter cuando indica que, es sin lugar a dudas, el economista más famo-so –no llegó a conocer la popularidad que los políticos del último cuarto del siglo XX le han dado a J. M. Keynes- de todos los tiempos, y que su libro, no es sólo es el de más éxito entre los libros de economía, sino que con la posible excepción del Origin of Species de Darwin, es el libro de ciencia de más éxito de la historia de la humanidad.

Smith era humano, trabajador, metódico, sereno y alejado de la

pasiones de la vida. Fue profesor en Edimburgo

(1748-1751), en la cercana Glasgow (1751-

1763) y posteriormente en Oxford.

Tuvo el grado de tutor del joven duque de Bucleuch,

con el que recorrió toda Francia.

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129HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Este ilustre economista nació en la población escocesa de Kircal-dy en 1723. Fue hijo único de una madre muy longeva –alcanzó la edad de noventa años– y un padre al que no llegó a conocer, pues murió antes de que naciese. Salvo su relación maternal no se le conoce ninguna otra mujer en su vida, fuera en el aspecto que fuera. Indudablemente este elemento no es relevante para cono-cer su economía, pero sí es indicador de su naturaleza humana, siempre trabajadora, metódica, serena y alejada de la pasiones de la vida1. Fue profesor en Edimburgo (1748-1751), en la cercana Glasgow (1751-1763) y posteriormente en la de Oxford. Tuvo el grado de tutor del joven duque de Bucleuch, con el que conoció toda Francia. Empleo que no le impidió afirmar que:

.... se ha ido introduciendo cada vez más la costumbre de hacer viajar a los jóvenes por naciones extranjeras, inmediatamente que salen de la Escuela, [....]. Generalmente se oye decir que la juven-tud vuelve de este modo a su patria con una instrucción más com-pleta. Un joven que sale de su patria a los diecisiete o dieciocho años [....] es difícil que en esa época de su vida no haga progresos. Generalmente suele adquirir en el transcurso de sus viajes el co-nocimiento de uno o dos idiomas extranjeros [....]. En cuanto a lo demás, vuelve a su casa más presuntuoso, más indisciplinado, menos apegado a los buenos principios, y más incapaz de una se-ria dedicación al estudio o a los negocios que si durante ese corto espacio de tiempo hubiera permanecido entre los suyos. Pág. 681.

Al margen de que no viera muy formativas las estancias de los jóvenes aristócratas en el extranjero, lo cierto es que su estancia por Europa le proporcionó nuevos conocimientos y su trabajo de tutor le confirió una importante y sana independencia económica.

El camino del saber y de la investigación están guiados hoy en día por la especialización. En aquellos momentos de la historia el conocimiento global todavía se consideraba alcanzable por una mente humana. Esto no quiere decir que, ni Smith ni los demás intelectuales de su época, intentaran aglutinar toda la ciencia co-nocida. Indica que el campo exclusivo de la economía lo veían estrecho, por ello, era frecuente que realizasen trabajos en otras áreas colaterales. Este sentimiento en Smith se materializó prin-cipalmente en su Theory of Moral Sentiments de 1759.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…130

[ V I I I . 3 L A S F U E N T E S D E S U S A B E R ]

El esqueleto del análisis smithiano bebe de la fuente escolástica y de los filósofos del derecho natural, bebida que le fue mostra-da por su maestro Hutchenson. En algu-nas ocasiones se ha otorgado un enfoque metodológico común a los pensadores clá-sicos, sin embargo, existen importantes di-ferencias entre ellos. En el caso de Smith y su influencia escolástica podemos decir que él fue un maestro relojero que articu-ló en un reloj todas las piezas que le pro-porcionaron por separado los escolásticos. Es cierto que los filósofos iusnaturalistas nunca dieron un esquema completo arti-culado, pero es igualmente cierto que ya habían explicitado por separado todas las piezas de este esquema2.

Francis Hutchenson, el maestro de Adam Smith fue profesor de filosofía moral en la universidad de Glasgow, cargo que también ocupó A. Smith. Sería el estudio de esta área, la filosofía moral, el camino por el cual entrase la tradición escolástica en el pensa-miento de Adam Smith.

La economía, al igual que otras áreas del saber, eran elementos auxiliares dentro de la escolástica. En el siglo XVIII el cre-cimiento de todos estos componentes no centrales del marco jurídico y las nuevas áreas de investigación hicieron que el mar-co en el que se sostenía estallase. La ju-risprudencia natural pasó a convertirse en una nueva especialidad, dejó de ser el cuer-po central. Había nacido un nuevo cuerpo donde el carácter primario del mismo no era de base jurídica. Esta nueva estructu-ra adquirió el nombre de filosofía moral. La utilización del vocablo filosofía tenía la acepción de suma de ciencias, adquiría la

Fue un maestro relojero que articuló en un reloj

todas las piezas que le proporcionaron por

separado los escolásticos

Francis Hutchenson, profesor de filosofia

moral, fue el maestro de Adam Smith

Sería el estudio de la filosofía moral, el

camino de entrada del pensamiento escolástico

en Smith.

Un elemento fundamental diferenciará a Smith de

Hutchenson: su visión de la filosofía moral como

un sistema integrado.

El nacimiento de la filosofía moral llevaba

implícito la búsqueda de unos principios generales,

y por ello, el maestro de Smith había construido un sistema completo de

filosofía moral.

Esa tarea, considerada factible por Hutchenson

fue considerada ya imposible por Smith

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131HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

filosofía moral el significado de las philosophicae disciplinae de santo Tomás. Esta se levantaba en contraposición de la filosofía natural, que englobaba a las ciencias naturales y las matemáticas.

La ética natural, la jurisprudencia natural y la política, donde se incluía la economía y la hacienda pública, conformaban las componentes de la filosofía moral. Podemos decir que la filosofía moral englobaba lo que hoy entendemos como ciencias sociales.

Si recordamos que Hutchenson fue profesor de filosofía moral, que Smith también, y que esta proviene de la tardía escolástica, tendremos un elemento más de juicio y de comprensión sobre la obra de Smith.

Un elemento fundamental diferenciará a Smith de Hutchenson: su visión de la filosofía moral como un sistema integrado. El na-cimiento de la filosofía moral llevaba implícito la búsqueda de unos principios generales, y por ello, el maestro de Smith había construido un sistema completo de filosofía moral. Esa tarea, considerada factible por Hutchenson, fue considerada ya impo-sible por Smith3.

El continuo crecimiento de los componentes de la filosofía moral provocó una nueva especialización. Empiezan a surgir filósofos especializados en el estudio de la política, y en particular de la economía. Estamos ya ante intelectuales que se centran en la economía política.

El filosofo escocés, Adam Smith (1776) en su obra Una Inves-tigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Na-ciones, combina la teoría con abundante evidencia empírica. En este sentido, su análisis deja de ser puramente deductivo, y es por ello que diversos autores de distintos enfoques consideran a Smith como uno de sus predecesores. Para algunos historiado-res, como Blaug, Adam Smith resulta ser un caso especialmente sorprendente ya que, de hecho, empleó formas de razonamiento diferentes en las distintas partes de su obra4.

La aportación de Smith es relevante en el comienzo de la singla-dura de la Economía, pero sería excesivo, como en muchas oca-siones se hace, asignarle el papel de fundador exclusivo, puesto

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…132

que cuando Smith escribió su obra no sólo existía una considerable bibliografía sobre todos los aspectos de la Economía, sino que ya se habían realizado intentos serios de construir sistemas económicos: Boisgui-llibert, Petty, Cantillon, Quesnay; y se ha-bían elaborado un número importante de cuasi-sistemas: el mercantilismo español, el británico, el pensamiento italiano, el ca-meralismo alemán o el colbertismo francés. En cualquier caso, la obra de Smith tiene derecho a ser considerada como un pun-to de referencia de los aspectos más sig-nificativos del análisis económico clásico, como son la teoría objetiva del valor y el crecimiento económico. Dos aspectos es-tos que habían preocupado enormemente a los intelectuales previos a él. El problema del valor presenta una larga corriente de pensamiento que nace en la época griega, continúa en san Agustín, pasa por el pen-samiento tomista, alcanza a la Escuela de Salamanca, hace parada y fonda en el pen-samiento italiano de los siglos XVII y XVIII y, aunque es posible que hubieran llegado hasta Adam Smith las aportaciones italianas para alimentar una búsqueda objetiva del valor, no tenemos constancia de ello. Parece más correcto pensar que su mirada se dirigió hacia el pensamiento griego y el escolás-tico. Las lecturas confesadas que ha hecho de pensadores italia-nos se ciñen a trabajo generalmente de carácter histórico como: Principi di storia civile della Republica di Venezia de Vettor Sandi o Della Historia d´Italia de Guicciardini, entre otras.

El camino que tuvo que recorrer el problema del valor para lle-gar hasta los marginalistas, principalmente los más sensibles a la escolástica, como por ejemplo el austríaco Menger, fue similar, con la diferencia de que en este caso alimentaron a una teoría subjetiva.

El problema del valor presenta una larga

corriente de pensamiento que nace en la época

griega, continúa en san Agustín, pasa por el

pensamiento tomista, alcanza a la Escuela de Salamanca, hace

parada y fonda en el pensamiento italiano de los siglos XVII y XVIII.

No existen indicios de que Adam

Smith conociese las aportaciones italianas.

Todo hace pensar que su mirada se dirigió hacia el

pensamiento griego y el escolástico.

Las lecturas confesadas que ha hecho de

pensadores italianos se ciñen a trabajos

generalmente de carácter histórico.

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133HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Una búsqueda de los economistas que influyeron de un modo directo en su obra no es sencilla. Si recurrimos a nuestro tótem sagrado, la Historia del Análisis Económico de J. A. Schumpeter, se nos indicarán a Pufendorf y Cantillon, Harris, Locke, Bar-bon y Petty como fuentes del conocimiento de Smith, indicando que estas son las mencionadas por Marshall en sus Principles. Aunque no sugiere explícitamente Schumpeter a Hume como un pensador que haya influido en Smith, lo cierto es que las referen-cias a él en La riqueza de las Naciones son varias, destacando la utilización por Smith de su idea: Todo el mundo se compra con el trabajo. Expuesta en la página 12 del apartado Of Commerce de los Political Discourses de Hume.

Una búsqueda en la fuente original5 de la obra cumbre de Mar-shall6, Principles of Economics, comienza con la idea que hemos anunciado ya anteriormente, Smith no fue el único gran econo-mista de su tiempo. Un poco antes de que él escribiera La Riqueza de las Naciones, Steuart y Hume habían hecho importantes apor-taciones a la teoría económica, y excelentes estudios de hechos o circunstancias económicas habían sido publicadas por Anderson y Young. Pero Smith tuvo el alcance suficiente como para incluir lo mejor de todos sus contemporáneos, franceses e ingleses7. Resi-dió, indica Marshall8, durante una larga temporada en Francia en conversación personal con los fisiócratas; hizo un cuidadoso estu-dio de la filosofía inglesa y francesa de su época, y conoció prácti-camente lo que existía en todo el mundo por su amplios viajes y su intima relación con los hombres de negocios escoceses.

[ V I I I . 3 L A T E O R Í A D E L VA L O R ]

Como ya señalamos anteriormente la obra de Smith es un punto de referencia de los aspectos más significativos del análisis económico clásico: La teoría objetiva del valor y el crecimiento económico. En lo referente a la noción de valor indicar que para Smith está íntimamente conectado con la riqueza, o más propiamente con la naturaleza de la riqueza9. Y en esta línea cree encontrar los principios básicos de

Es la actividad productiva del hombre la

que genera riqueza.

Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las

cosas necesarias para su vida

El trabajo es la medida real del valor de cambio de toda clase de bienes

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…134

este concepto en la propia organización de los procesos produc-tivos, ya que, en la práctica, todos los elementos que constituyen la riqueza de una sociedad, con excepción de los recursos natu-rales, son el resultado del proceso de producción. Luego, es la actividad productiva del hombre lo que genera la riqueza.

En muchas ocasiones, por no decir la mayoría, lo más útil para entender a un autor es recurrir a la lectura de su trabajo original. Esta recomendación se agudiza en el caso de Smith, la claridad con la que se expresa permite que se recomiende la lectura de su trabajo a cualquier interesado en la Economía. Para el aspecto del valor, recordemos de modo literal su visión:

Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida10. Pero una vez establecida la división del trabajo, es sólo una parte muy pequeña de las mismas la que se puede procurar con el esfuerzo personal. La mayor parte de ellas se conseguirán mediante el trabajo de otras personas, y será rico o pobre, de acuerdo con la cantidad de trabajo ajeno de que pueda disponer o se halle en condiciones de adquirir. En consecuencia, el valor de cualquier bien, para la persona que lo posee y que no piense usarlo o con-sumirlo, sino cambiarlo por otros, es igual a la cantidad de tra-bajo que pueda adquirir o de que pueda disponer por mediación suya. El trabajo, por consiguiente, es la medida real del valor de cambio de toda clase de bienes, pág. 31.

En Smith se esconde la idea de que el pre-cio real de cualquier cosa son las penas y los sudores que su adquisición supone. Nos estamos refiriendo a las gotas de su-dor que derramó el trabajador o el agricul-tor que produjo el artículo en cuestión:

Lo que realmente vale para el que ya la ha adquirido (la cosa en cuestión) y desea disponer de ella, o cambiarla por otros bienes, son las penas y fatigas de que lo librarán, pág. 31.

La pregunta mercantilista de qué es un pueblo rico, es respondida por Smith de modo similar a como

en su momento lo hizo Boisguillebert.

Marshall ya recordó que Smith se había imbuido

de filosofía inglesa y francesa.

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135HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

El dinero dispensa al que lo posee de la fatiga que conlleva traba-jar para poder adquirir los bienes necesarios, estamos adquirien-do, por tanto, trabajo.

La riqueza, el otro gran concepto ligado al valor, la interpreta como poder. No poder político o militar. Es el poder de adquirir los medios para alcanzar ese poder civil o militar, o simplemente el poder adquirir bienes de mercado. Es, en el fondo, la facultad de poder adquirir trabajo ajeno.

Aunque el trabajo determina de forma sustancial el valor de los bienes para los clásicos, Smith es el principal representante. Lo cierto es que no podemos pensar que al adquirir un bien estemos comprando x horas de penas e y horas de sudor, parece obvio, y también se lo pareció a Smith, quien afirmaba que aunque el trabajo es la medida real del valor en cambio de todos los bienes, generalmente no es la medida por la cual se estima ese valor. Ad-mitía Smith una dificultad en averiguar la relación proporcional que existe entre cantidades diferentes de trabajo. Parecía lógico pensar –aunque los avances tecnológicos no tuvieran el impacto de hoy en día- que el tiempo que se gasta en dos tareas distintas no siempre determina de una manera exclusiva esa proporción. Comprendía que a la teoría del valor-trabajo había que introdu-cirle el componente tecnológico y la experiencia11:

Una hora de trabajo penoso contiene a veces más esfuerzo que dos horas de una labor fácil, y más trabajo, también, la aplicación de una hora de trabajo en una profesión cuyo aprendizaje requiere el tra-bajo de diez años, que un mes de activi-dad en una labor ordinaria y de fácil eje-cución. Más no es fácil hallar una medida idónea del ingenio y del esfuerzo, pág 32.

El ajuste final entre dos bienes responde a las características pro-pias del mercado. Pero es indudable que el patrón de referencia es el trabajo. Entonces ¿Qué es el dinero? El precio nominal de los bienes. Entiende que en algunas ocasiones será necesario en-tregar más monedas de oro por un producto y otras menos, pero

Las cosas que tienen un gran valor en uso tienen

comúnmente escaso o ningún valor en cambio,

y por el contrario, las que tienen un gran valor en

cambio no tienen, muchas veces, sino un pequeño

valor en uso, o ninguno.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…136

esto está exclusivamente ligado a la productividad de las minas de metales preciosos. Estamos hablando de valor de cambio.

Pero, ya indica el propio Smith en la última página del capítulo IV lo que Marshall (1990)12 nos recuerda en la página 51 de sus Principles, o Schumpeter(1954) nos recuerda en la página 358 de su Historia: que la palabra valor tiene en Smith dos significa-dos, en ocasiones expresa la utilidad de algún objeto y en otras ocasiones la capacidad de compra de los bienes13.

Se indican todas estas referencias porque uno de los aspectos más destacados de la teoría objetiva del valor de Smith, por no decir de la Escuela Clásica, o como diría algún economista fran-cés, de la Escuela Inglesa, es la distinción entre valor de uso y valor de cambio y la imposibilidad de resolver la paradoja del agua y los diamantes.

¿Recuerda el lector el apartado referente al pensamiento italia-no? Dentro de un par de párrafos lo retomaremos, pero ahora veamos lo que dice Smith sobre el valor. Estamos en la última página del capítulo IV de La Riqueza de las Naciones:

...la palabra VALOR tiene dos significados diferentes, pues a ve-ces expresa la utilidad de un objeto particular, y, otras, la ca-pacidad de comprar otros bienes, capacidad que se deriva de la posesión del dinero. Al primero lo podemos llamar valor en uso, y al segundo valor en cambio. Las cosas que tienen un gran valor en uso tienen comúnmente escaso o ningún valor en cambio, y por el contrario, las que tienen un gran valor en cambio no tienen, muchas veces, sino un pequeño valor en uso, o ninguno. No hay nada más útil que el agua, pero con ella apenas se puede com-prar cosa alguna ni recibir nada en cambio. Por el contrario, el diamante apenas tiene valor en uso, pero generalmente se puede adquirir, a cambio de él, una gran cantidad de otros bienes.

Para investigar los principios que regulan el valor en cambio, de las mercancías, procuraremos poner en claro,.....

A partir de ese último párrafo que termina: procuraremos poner en claro....... Adam Smith se centra exclusivamente en el valor de cambio, olvidándose por completo del valor de uso. Elimina el

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137HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

primero – afirma Schumpeter (1954)– aludiendo a lo que antes se ha llamado la “paradoja del valor” –Smith pensaba, evidente-mente , que esa paradoja obstaculizaba el camino de avance -, con lo cual ha cerrado para las dos o tres generaciones siguientes la puerta que tan prometedoramente habían abierto sus predece-sores franceses e italianos. Por mucho que se diga de lo bien que ha “reconocido la función de la demanda”, no es posible pasar por alto este hecho.

[ V I I I . 4 A S P E C T O S M I C R O E C O N Ó M I C O S ]

Visto el apartado anterior sobre valor es fácil concluir que la organización de la producción determina los principios bá-sicos del valor y, esta descansa sobre las características técnicas de los procesos de producción así como en la propia estructu-ra institucional. La producción se organiza –indica Smith- en torno a tres grupos so-ciales, terratenientes, capitalistas y traba-jadores; participando cada uno de ellos de forma diferente en el proceso productivo y percibiendo también una parte diferente de la riqueza creada durante el mismo.

Esta riqueza se percibe en forma de ren-tas de la tierra, beneficios empresariales y salarios. Los valores concretos que tendrán estas tres variables de carácter distributivo oscilan en cada sociedad en torno a sus valores medios, lo que Smith denomina tasas naturales, de renta, beneficio y salarios.

[ L A R E N T A ]

Es considerada como el precio que se paga por el uso de la tierra. Es naturalmente, el precio más elevado que el colono se halla en condi-ciones de pagar en las circunstancias en que la tierra se encuentra.

Al estipularse las cláusulas de arrendamiento –menciona Smith14- el propietario se las compone para no dejar al colono sino aquella porción del producto que es necesaria para mantener el capital

La producción se organiza en torno a tres grupos sociales,

terratenientes, capitalistas y trabajadores.

Participa cada uno de ellos de forma diferente

en el proceso productivo, percibiendo también

una parte diferente de la riqueza.

La riqueza se percibe en forma de rentas de

la tierra, beneficios empresariales y salarios.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…138

que proporciona la simiente, paga el trabajo, compra y mantiene el ganado, conjuntamente con los otros instrumentos de labor, y además los beneficios ordinarios del capital destinado a la la-branza de la región.

En consecuencia, decía en La Riqueza de las Naciones este pro-fesor escocés:

La renta de la tierra, considerada como un precio que se paga por su uso, es naturalmente un precio de monopolio. No guarda proporción con las mejoras que el propietario pudiera haber he-cho en ella, ni con lo que la tierra puede rendir, sino más bien con lo que el colono esté dispuesto a dar, pág. 141.

Parece entenderse de las palabras de Smith que la renta es como un pago residual: la parte del producto anual que queda después de pagar todos los costes de producción, sin olvidar que el bene-ficio ordinario también se incluye entre estos costes. De esto se concluye que la renta está determinada por el precio en lugar de ser determinante. Él mismo indica de modo claro que la renta en-tra en la composición del precio de las mercancías de una manera diferente a como lo hacen los salarios y los beneficios:

Que los salarios o beneficios sean altos o bajos determinan que los precios sean, a su vez, elevados o módicos, mientras que una renta alta o baja es consecuencia del precio. El precio de una mercancía particular es elevado o bajo porque es necesario pagar salarios o beneficios altos o cortos para hacerla llegar hasta el mercado. Pero el que ese precio sea bajo o alto, o más o menos el suficiente para pagar aquellos salarios y beneficios, da origen a

que la renta de la tierra sea mayor o menor, o que no haya absolutamente renta., pág. 141 y 142.

[ L O S S A L A R I O S ]

El producto del trabajo constituye la re-compensa natural o salario del trabajo. Así de rotundo comienza Smith su capítulo VIII, De los salarios del trabajo. Continúa diciendo que en el estado originario de la

En el estado originario de la sociedad, que precede a la apropiación de la tierra y a la acumulación del capital, el producto íntegro del trabajo pertenecía al trabajador.

No había entonces propietarios ni patronos con quienes compartir el producto del trabajador.

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139HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

sociedad, que precede a la apropiación de la tierra y a la acumulación del capital, el producto íntegro del trabajo pertenece al trabajador. No había entonces propieta-rios ni patronos con quienes compartirlo.

Si ese proceso acumulativo de capital nunca se hubiera producido parece lógico pensar, sugiere Smith, que los salarios del trabajo habrían aumentado en consonan-cia clara con los incrementos de producti-vidad del trabajador. Todas las mercancías estarían acompañadas de una menor car-ga de trabajo, con lo cual estas se habrían intercambiado por productos que también, lógicamente llevan incorporado un menor número de horas de trabajo.

No es difícil deducir, bajo este razonamiento, que en una socie-dad donde el empresario no se apropia de los incrementos de productividad del trabajador, este pasará a tener cada vez un ma-yor salario real, y por tanto una mayor nivel de bienestar.

Adam Smith nos despierta rápidamente de ese sueño de paraíso terrenal y nos recuerda que tan pronto como la tierra se convier-te en propiedad privada, el propietario exige una parte de todo cuanto producto obtiene o recolecta en ella el trabajador. Su ren-ta es la primera deducción que se hace del producto del trabajo aplicado a la tierra.

El egoísmo como motor del desarrollo y determinante del com-portamiento económico surge en el obra de Smith repetidas ve-ces, en el caso del salario también aparece:

Rara vez ocurre que la persona que cultiva la tierra disponga de lo necesario para mantenerse hasta la recolección. La sub-sistencia que se le adelanta procede generalmente del capital de un amo, el granjero que lo emplea, y que no tendría interés en ocuparlo sino participando en el producto del trabajador, salvo el caso de que su capital le fuera devuelto con un beneficio. Este

El egoísmo como motor del desarrollo

y determinante del comportamiento

económico surge en el obra de Smith repetidas

veces.

Tan pronto como la tierra se convierte en propiedad

privada, el propietario exige una parte de todo cuanto producto obtiene

o recolecta en ella el trabajador.

La renta del terrateniente es la primera deducción

que se hace del producto del trabajo aplicado a la

tierra.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…140

beneficio viene a ser la segunda deducción que se hace del pro-ducto del trabajo empleado en la tierra, pág. 64.

Esta misma exposición de Smith, encuadrada dentro de una teoría de los salarios, nos lleva también a una teoría clásica del capital: Sólo con capital acumulado es posible generar trabajo. Con este stock de capital se atiende el mantenimiento de la clase trabajadora, por lo tanto, el prestamista de ese capital (el capita-lista) está facultado o legitimado para apropiarse del excedente del trabajador. Hablar de excedente y de apropiación conduce de modo inevitable al concepto de salario de equilibrio y, como no, a teorías demográficas.

La oferta y la demanda eran conceptos que no se le escapaban a Smith, apliquémoslos al mercado laboral de la época: El mercado está formado por mano de obra no especializada, con lo cual, es factible encontrar un trabajador que suplante a otro. Bajo ese entorno podemos intentar responder a las siguientes preguntas: (véase el siguiente cuadro)

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141HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ E L B E N E F I C I O Y E L T I P O D E I N T E R É S ]

Es imposible conocer el beneficio anual promedio –al menos eso pensaba Smith- debido a las constantes fluctuaciones que sufren los negocios. Influyen en él no sólo las variaciones en el precio de las mercancías, objeto de su negocio, sino la buena o mala fortuna de sus rivales y clientes, y mil otros accidentes a que se hallan expuestos los artículos transportados por tierra o por mar, o que se encuentran en almacén. Por tales causas los beneficios

PREGUNTAS AL MERCADO LABORALSi existe una gran oferta de mano de obra.

¿qué ocurrirá con su prEcio?....,bajaría.

¿hasta quE punto baJará?Hasta aquel en el que ese exceso de oferta desaparezca.

(aun no se habían producido los grandes flujos migratorios, como el que se producirá poco tiempo después

en Irlanda). ¿cuánDo DEsaparEcE?

Cuando haya menos trabajadores. Y esto se produce porque se incrementa, al bajar el

salario real, el índice de mortalidad infantil. Y si hay menos niños/as en la actualidad existirán en el futuro menos

trabajadores/as. Lógicamente si hay pocos niños entonces la oferta de mano de obra tenderá a bajar y a incrementarse el

salario real. Pero, si este crece...

¿quE ocurrE con la mortaliDaD infantil?baja.

Ya se pueden imaginar lo que pasará a medio plazo: Se incrementará la oferta de mano de obra y se reducirá el

salario real, se vuelve de nuevo a repetir el proceso. Y todo el es como un ovillo de lana que gira alrededor de una aguja. La

aguja es el salario de supervivencia.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…142

del capital no sólo varían de año en año, sino de día en día y aun de hora en hora. Afirmaba Smith que era imposible averiguar el beneficio medio de todos los negocios que se efectúan en un gran reino, y absolutamente imposible indagar, con un aceptable gra-do de precisión, cuál haya podido ser antiguamente o en tiempos remotos. La relación entre beneficios actuales y tipo de interés la observa con nitidez:

Representa Smith una función del tipo de interés de la forma:

.i b fosa=

siendo:

0$a

por tanto, cuando los beneficios se incre-mentan también se incrementa el tipo de interés15. Si el empresario obtiene o espera obtener grandes beneficios entonces paga-rá grandes cantidades de dinero (tipo de interés) por obtenerlo:

Puede aceptarse como máxima general que, en cualquier parte donde se hagan grandes utilidades recurriendo al uso del dinero, se pagará también una buena suma por utili-zarlo; y que, cuanto menos se gane, menos se

En cualquier parte donde se hagan grandes utilidades recurriendo al uso del dinero, se pagará también una buena suma por utilizarlo.

Implícitamente vincula tipo de interés al beneficio esperado a la vez que nos introduce en el concepto de la sensibilidad de la inversión al tipo de interés.

b1

b0

i0 i1

BENEFICIOS PRESENTES

Tipo de Interés

i

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143HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

dará corrientemente por su uso. Por consiguiente, en estas con-diciones, cuando el interés corriente en el mercado varía en un país, podemos asegurar que también varían en el los beneficios ordinarios del capital, bajando si aquel baja y subiendo si aquel sube, pág 86.

Esta claro que Smith sólo examinó el tipo de interés desde el lado de la demanda privada de créditos/prestamos, no abordó la de-manda de la Corona. Como es bien sabido, el poder público pue-de convertirse, al acaparar ella una parte importante del ahorro nacional, en un elemento distorsionador.

En los capítulos anteriores, cuando abor-damos el pensamiento tomista y los pensa-dores escolásticos mostramos también su preocupación por el concepto de la usu-ra. En Smith, de ascendencia escolástica, tampoco podía faltar este concepto. La di-ferencia radical es que Smith ya contempla en toda su obra el egoísmo humano. Esta característica de los seres humanos puede ser vista como un defecto de las personas, pero es sin lugar a dudas, un elemento positivo en el desarrollo humano y consus-tancial con el sistema capitalista. Es motor de la actividad eco-nómica.

Este razonamiento es un paso de gigante a la hora de separar a la economía del brazo de la filosofía. Elimina el componente ético del comportamiento humano y prepara las bases para que alguien 94 años después, Stanley Jevons, diga que el objetivo del ser humano es maximizar su placer.

Aunque Smith no llegó, posiblemente tampoco lo buscaba ni tam-poco existían las bases suficientes para conseguirlo (Bentham y Mill fueron posteriores a Smith) al concepto subjetivo del valor, sí fue coherente con ese abandono de las fuertes cargas éticas que mediatizaron a otros pensadores.

Al hablar de interés y de usura considera que sólo se debe con-siderar como tal a aquellos operaciones donde el tipo de interés excede del precio de equilibrio de mercado. Si el gobierno fija un

Al reconocer el papel motivador del egoísmo

humano está eliminando el componente ético del

comportamiento humano y preparando las bases

para que alguien 94 años después diga que el objetivo del ser humano es maximizar su placer.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…144

tipo máximo este debe superar al de mercado. Y en todo caso, nunca se debe prohibir el solicitar un tipo de interés por prestar un dinero:

En el reinado de Eduardo VI, el celo religioso proscribió todo interés. Pero esta prohibición, como otras muchas de su especie, se dice que no tuvo efecto alguno y que acaso agravó, en lugar de disminuir, la plaga de usura, pág 86.

Refiriéndose a las decisiones sobre tipos máximos de diferentes monarcas asevera sobre aquellas que considera correctas:

Todas ellas siguieron y no precedieron el movimiento de la tasa de interés en el mercado, o sea, la tasa de interés que pagan ordinariamente las personas que gozan de buen crédito, por las sumas que toman prestadas. Desde los tiempos de la reina Ana el interés del cinco (el tipo de interés a partir del cual se considera-ba usura16) por ciento parece que fue siempre más bien un poco superior que inferior al tipo de mercado.

[ V I I I . 5 A S P E C T O S M A C R O E C O N Ó M I C O S ]

La opinión de que la teoría del crecimien-to de Smith comienza con el concepto de división del trabajo está muy com-partida, Schumpeter (1954) o Ekelund y Hèber (1992). Incluso llega a afirmar Schumpeter (1954) que nadie ni antes ni después de Smith le ha dado tanta im-portancia a este concepto. Schumpeter acertó al considerar un elemento clave o mejor dicho, que el elemento clave era la división del trabajo. Este concepto, divi-

sión del trabajo, proviene directamente y de modo reconocido por Smith de la obra del francés Mandeville. Lo que sí pode-mos considerar es que el vocablo división del trabajo fue acu-ñado, que no desarrollado, por primera vez por Adam Smith. El concepto de división del trabajo como factor del desarrollo fue utilizado, no se sabe con seguridad si por primera vez, por Man-deville, en su obra Fable of the Bees, pt. II (1729), dial. VI, p. 355. Lo realmente cierto, porque así lo reconoce el propio Smith, es

El elemento clave de la teoría del crecimiento de Smith es su concepto de división del trabajo.

Una vez más el pensamiento francés influye en la obra de Smith.

Smith se aproximó a este concepto gracias a la obra de Mandeville

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145HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

que él tuvo su primera oportunidad de escucharlo en esta obra, especialmente en los diálogos entre Cleo y Horacio17:

Cleo:.... tan pronto como los hombres se gobiernan por leyes es-critas, todo lo demás sobreviene rápidamente... Ningún grupo de seres humanos, si disfruta de paz y no teme a sus vecinos, permanecerá mucho tiempo sin aprender a dividir y subdividir su trabajo-

HoraCio: No te entiendo.

Cleo: El hombre, como ya indiqué anteriormente, se complace por naturaleza en imitar lo que ve hacer a otros, y ello es la ra-zón de que así procedan los pueblos salvajes: tal circunstancia les impide mejorar su condición, aunque siempre desean tal cosa: pero si uno se dedica por completo a confeccionar arcos y flechas, mientras que otro provee alimentos, un tercero construye una cho-za, un cuarto hace vestidos, y un quinto utensilios, no sólo serán útiles uno a uno, sino que sus ocupaciones mismas registrarán, en el mismo número de años, progresos más importantes que si cada uno de los cinco practica todo género de trabajos.

HoraCio: Creo que tienes toda la razón, y la verdad de cuanto afirmas en ningún otro ejemplo se advierte en forma tan ostensi-ble como en la producción de relojes, que ha alcanzado un nivel más alto de perfección del que hasta ahora se hubiera logrado si el conjunto de la tarea hubiera estado confiado a una sola per-sona; más aún, estoy persuadido de que la abundancia de relojes de torre y de bolsillo, de que gozamos, como la precisión y belle-za de esos mecanismos, se deben principalmente a la división de ese arte en numerosas ramas.

Después de leer el dialogo entre Cleo y Horacio, y la reconocida influencia que en Smith generó, es difícil dudar que la división del trabajo no es causa del desarrollo de las naciones. En todo caso, y con animo de consolidar este razonamiento, véase el pri-mer párrafo de La Riqueza de las Naciones.

El PROGRESO18 más importante en las facultades productivas del trabajo, y gran parte de la aptitud, destreza y sensatez con

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…146

que éste se aplica o dirige, por doquier, parecen ser consecuencia de la división del trabajo, pág 7.

Recordemos su conocido ejemplo de la fábrica de alfileres, es francamente pedagógico. Tiene la virtud de enseñar con claridad los beneficios de la división del trabajo:

Tomemos como ejemplo una manufactura de poca importancia, pero a cuya división del trabajo se ha hecho muchas veces refe-rencia: la de fabricar alfileres. Un obrero que no haya sido adies-trado en esta clase de tarea (convertida por virtud de la división del trabajo en un oficio nuevo) y que no esté acostumbrado a manejar la maquinaria que en él se utiliza (cuya invención ha derivado, probablemente, de la división del trabajo), por más que trabaje, apenas podría hacer un alfiler al día, y desde luego no podría confeccionar más de veinte. Pero dada la manera como se practica hoy día la fabricación de alfileres, no sólo la fabrica-ción misma constituye un oficio aparte, sino que está dividida en varios ramos, la mayor parte de los cuales también constituyen otros tanto oficios distintos.

Un obrero estira el alambre,

otro lo endereza,

un tercero lo va cortando en trozos iguales,

un cuarto hace la punta,

un quinto obrero está ocupado en limar el extremo donde se va a colocar la cabeza:

a su vez la confección de la cabeza requiere dos o tres operaciones distintas:

fijarla es un trabajo especial,

esmaltar los alfileres, otro, y

todavía es un oficio distinto colocarlos en el papel.

En fin, el importante trabajo de hacer un alfiler queda dividido de esta manera en unas dieciocho operaciones distintas,... pág 8

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147HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

A modo de resumen decir que Smith ob-serva en la división del trabajo tres ven-tajas, todas ellas conducentes a un mayor desarrollo económico:

a. Un ahorro de tiempo. Se produce más en menos tiempo;

b. Invención de maquinaria, fruto de la generación de nuevos oficios y

c. Un mayor efecto experiencia en los trabajadores, es decir, más habilidad a la hora de realizar sus tareas.

Era una idea popular en el siglo XVIII y todavía lo es en el siglo XXI considerar que la riqueza consiste en tener dinero. De he-cho, se solía y se suele decir de un hombre rico que vale mucho dinero, y de un hombre pobre que vale poco. De uno ahorrador, o que desea enriquecerse, siempre se ha dicho, y el siglo XVIII no es una excepción, que es muy amante del dinero; y de otro que sea generoso, que lo mira con indiferencia. Por tanto, enri-quecerse consiste, en lenguaje del pueblo, en adquirir dinero. La riqueza y el dinero funcionan o ejercen de sinónimos.

Un país se supone que es generalmente rico, de la misma manera que una persona, cuando abunda en dinero, y el atesorar oro y plata se considera el camino más corto y seguro de enriquecerse.

El dinero tiene varias funciones, una de las descritas por Smith fue la de instrumento de comercio, la otra como medida de valor. Respecto a la primera, el oro y la plata fue-ron durante muchos cientos de años (aún hoy lo es, aunque en un grado infinita-mente menor) el instrumento de comercio utilizado. Con esos metales preciosos se podía comprar cualquier bien de mercado. Parecía lógico que la gente y en la misma medida las naciones deseasen ese oro y esa plata; con ella podían emplear ejércitos mercenarios con los que conquistar nuevas naciones, construir nuevos palacios o sencilla-mente comprar la voluntad de algún Papa.

El dinero constituye una parte del capital

nacional, pero ya hemos dicho que es una parte muy pequeña, y la que

deja una utilidad menor, Smith.

¡Que lejos quedan ya las ideas mercantilistas de

acumulación obsesiva de oro y plata!

La división del trabajo genera las siguientes

ventajas:

Ahorro de tiempo.

Invención de maquinaria.

Nuevos oficios.

Mayor efecto experiencia en los trabajadores.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…148

No todas las naciones han considerado a estos metales como un instrumento del comercio, pero sí todas han tenido un elemento que ha sido utilizado para comerciar y como medida de valor.

Los españoles asignaban sus recursos para la conquista de Amé-rica en función de las probabilidades de que hubiera oro y plata en las tierras aun no conquistadas. Los indígenas que no dispo-nían de metales preciosos no sabían en esos momentos que el cielo les había sonreído. La misma motivación para la conquista tuvieron otros imperios. Los secretarios del gran Khan19 en cier-ta ocasión mostraron curiosidad por Francia, no preguntaron si había oro y plata en sus tierras, como hacía el imperio español, se informaron de la importancia de la cabaña vacuna, ovina y equi-na. Para ellos, estos animales eran su instrumento de comercio y su medida del valor de las cosas.

Pero, y a vista de nuestros ojos, parece bastante claro que la ri-queza de un país no depende de su cantidad de oro y plata.

En todo caso, Smith ya tenía bastante claro que la misma medi-da que utilizamos para describir la riqueza personal no es válida para definir la riqueza nacional, y que este no es más que una pequeña parte del capital de una nación:

El dinero, no cabe dudarlo, constituye una parte del capital na-cional, pero ya hemos dicho que es una parte muy pequeña, y la que deja una utilidad menor, pág. 386.

Recurre Smith –para explicar su teoría- al ejemplo de un merca-der. Indica que si un mercader encuentra que es más fácil com-prar mercancías con dinero, que dinero con mercancías, no es porque aquél sea el que represente esencialmente la riqueza con preferencia a los demás bienes, sino porque el dinero es el instru-mento común y reconocido del comercio. El comerciante –conti-núa Smith- obtiene más utilidades vendiendo que comprando, de manera que siempre, por lo general, desea más bien cambiar sus mercancías por dinero que a la inversa. De todos modos –aquí comienza la distinción entre la riqueza nacional y la personal- aunque un mercader particular, cuyos almacenes estén abarro-tados de género y mercancías, caiga en la ruina por verse en la

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imposibilidad de vender, en el momento oportuno, una nación o un país no corren el mismo riesgo.

Todo el capital de un mercader suele consistir en géneros pere-cederos, destinados a la adquisición de dinero; pero lo que en una nación se puede destinar a adquirir oro y plata en los países vecinos no es todo el producto nacional de la tierra y del tra-bajo, sino en parte muy pequeña, porque la mayor proporción circula y se consume entre sus mismos individuos, y aun de aquel sobrante que se remite al exterior, la mayor proporción se desti-na a la adquisición de mercancías extranjeras. Por consiguiente, aunque una nación no pueda encontrar oro y plata a cambio de aquellos géneros, destinados a la adquisición de dichos metales, no quedará arruinada. Sufrirá, sin duda, ciertos trastornos y se verá obligada a recurrir a alguno de los expedientes que suplen la falta de moneda. Pero el producto anual de su tierra y de su trabajo será el mismo, o casi el mismo, que solía ser antes20.

Como se ha podido comprobar ahora, aunque en el capítulo so-bre el mercantilismo ya lo mencionamos, Smith diverge profun-damente respecto al mercantilismo. La verdadera dimensión de la riqueza nacional no está en el valor del oro y de la plata que circula por sus ciudades, sino en el valor de cambio del producto nacional. Es decir, el producto de la tierra y el trabajo.

El problema de Smith eran realmente dos, por un lado un mero problema de contabilidad nacional. Tenía muy claro que la ri-queza nacional es la suma de los valores de cambio de todos los productos de una nación. ¿Qué le ocurrió a Smith? Que no supo contabilizar a esos productos que no son tangibles, de cara a incorporarlos a la larga suma de productos que comprende la riqueza de una nación. Y por otra parte, consideró que sus acti-vidades, al no ser generadoras de productos tangibles, o válidos para ser contabilizados, no fomentaban el objetivo del crecimien-to económico.

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA…150

Debates Abiertos1. ¿Considera correcta la visión de Smith como un pensador que se dedicó a juntar las piezas de un puzzle ya existente.?

2. ¿Qué debería potenciar una nación para poder competir en el orden mundial?

3. ¿Hasta qué punto la división del trabajo determina la produc-tividad de una empresa y por extensión el nivel de crecimiento de una nación?

N O T A S

1 La vida de Smith contrasta con la de Schumpeter, uno de los economistas que me-jor lo entendió. Este economista mencionó que aspiraba en su vida a ser el número uno en tres cosas: como economista, jinete y amante. Falleció mencionando que sólo había alcanzado la primera posición en dos. ¿Cuáles son?, en sólo una tenemos verdadera capacidad de análisis, huelga decir que es en su faceta de economista, y en ella alcanzó un posición muy alta.

2 Schumpeter (1954), pág. 225.

3 Schumpeter (1954), pág. 182.

4 Véase Blaug (1985)

5 Schumpeter trabajó con la cuarta edición, la del año 1898. En este libro se utiliza la octava edición, de 1920, reedición de 1990.

6 Marshall (1990) pág. 626.

7 En este último aspecto hemos de indicar que el pensamiento francés no fue crucial para el desarrollo de La Riqueza de las Naciones. Está demostrado que antes de partir hacia Francia con el duque de Bucleuch ya tenía realizado un borrador de esta obra, véase Schumpeter (1954). Aunque es innegable que antes de publicar su versión definitiva había leído los trabajos de Mirabeu, Quesnay o Mercier de La Rivière.

8 Marshall (1990) pág. 626.

9 Marshall (1990), en la página 51 indica al referirse al concepto de valor para Smith que The notion of value is intimately connected with that of Wealth.

10 Frase inspirada en la idea de Cantillon de que: En si misma la riqueza no es otra cosa que los alimentos, las comodidades y las cosas superfluas que hacen agradable la vida, página 13 de la edición de 1950 del Fondo de Cultura Económica, lógicamente de su Obra Ensayo....

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11 El concepto de efecto experiencia fue desarrollado en el siglo XX, y explica porque en numerosas ocasiones es más rentable absorber una empresa que crearla, para be-neficiarse del efecto experiencia de los empleados de la empresa en funcionamiento.

12 Marshall (1990), pág. 51.

13 Para este concepto se inspiró en el Leviatán de Hobbes, según manifiesta el propio Smith en la segunda página del capítulo V de La Riqueza de las Naciones.

14 Smith, (1958) pág. 140.

15 No tiene por qué ser necesariamente la función lineal. A nota a pie de la página 86, Smith asume explícitamente que estas pueden tener diferentes formas. Lo sugiere al indicar que no siempre tienen que ser proporcionales las subidas entre tipo de interés e incrementos de beneficios.

16 Aclaración del autor.

17 Cita recogida de Smith (1958), páginas 7 y 8.

18 Las letras mayúsculas con las que se ha escrito Progreso aparecen en la obra origi-nal, no es una licencia del autor de este libro.

19 Adam Smith, (1958), nota a pie de la página 378.

20 Adam Smith (1958), página 386.

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L A E C L O S I Ó ND E L P E N S A M I E N T O

C L Á S I C O

[ I X . 1 L A P R I M E R A O L A : E L M A R Q U É S D E C O N D O R C E T Y C A R L O S M A R T I N E Z D E I R U J O ]

[ I X . 2 T H O M A S R O B E R T M A L T H U S : A S P E C T O S D E S U V I D A ]

[ I X . 3 E N S A Y O S S O B R E E L P R I N C I P I O D E L A P O B L A C I Ó N ]

[ I X . 4 D AV I D R I C A R D O D E L VA L L E : A S P E C T O S D E S U V I D A ]

[ I X . 5 A S P E C T O S M E T O D O L Ó G I C O S ]

[ I X . 6 L A D O C T R I N A C L Á S I C A D E L A R E N T A : E L M O D E L O D E L G R A N O ]

[ I X . 6 L A S A P O R T A C I O N E S G E R M A N A S : T H Ü N E N Y G O S S E N ]

[ I X . 7 E L Ú L T I M O D E L O S C L Á S I C O S : J . S . M I L L ]

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L A E C L O S I Ó ND E L P E N S A M I E N T O

C L Á S I C O

[ I X . 1 L A P R I M E R A O L A : E L M A R Q U É S D E C O N D O R C E T Y C A R L O S M A R T I N E Z D E I R U J O ]

El impacto de la Riqueza de las Naciones entre los gobiernos y la clase intelectual europea es prácticamente inmediato. A poco años de su publicación, en 1792 la Imprenta Real de España in-troduce la obra de la principal obra de Smith en España. Esta pri-mera ola del pensamiento clásico en el mundo de lenga española, aterriza a través de una traducción que Cárlos Martínez de Irujo hace del compendio realizado por el Marqués de Condorcet en lengua francesa. Se accede a traducir e imprimir el compendio que el Marqués de Condorcet hizó de La Riqueza de las Naciones por ser una obra conocida y de gran prestigio, o como indicaba Martinez de Irujo (1792)

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO156

“La Riqueza de las Naciones es ya obra muy conocida, y acreditada para detenerme en hacer su elogio: el nombre del Marqués de Condorcet que ha hecho el análisis que pre-sentamos, es un testimonio del aprecio que debe merecer esta obra que aunque magistral en su clase, será casi inútil para los que lean sin principios. Esta es una obra facultativa, abstracta y profunda; en ella se manifiesta la composición, y organización económica y política de los estados, y los medios de man-tenerlos y fortificarlos; se desmenuzan los pri-meros elementos de una ciencia hasta aquí poco conocida en España”.

En ese momento de la historia el mundo se interpreta dividido entre un puñado de naciones avanzadas y un amplio espectro de zonas poco exploradas y pobladas por sociedades con un nivel de desarrollo económico inferior. El egocentrista europeo del si-glo XVIII o del XIX tendía a definir como salvajes carentes de necesidades a todos aquellos que no estaban inmersos en el de-venir cristiano de Occidente. El incremento de la población y de la riqueza provocaba, a juicio de la intelectualidad de la época, un crecimiento de sus necesidades materiales. El desarrollo de la sociedad mercantil es interpretado como una consecuencia del crecimiento de las necesidades humanas. Esta nueva situación merecía también una nueva ciencia que ayudara a entender y ges-

tionar los nuevos acontecimientos sociales y económicos. En este marco histórico la aportación de Smith es interpretada como algo más que el nacimiento del primer sis-tema. Es asumido como el banderín de en-ganche de los defensores de la economía política. En este sentido indicaba Martínez de Irujo(1792)1 que

“la economía política es la brújula que puede dirigir a quien tenga en su mano las riendas del gobierno para el desempeño de tan gran-de empresa. Esto hace ver la importancia de

Esta obra (refiriéndose Carlos Martínez de Irujo a La Riqueza de las Naciones) que, aunque magistral en su clase, será casi inútil para los que lean sin principios.

Esta es una obra facultativa, abstracta y profunda [...] se desmenuzan los primeros elementos de una ciencia hasta aquí poco conocida en España.

“Desengañémonos, no basta querer hacer un Palacio, y tener amontonados los materiales, es necesario que la arquitectura trace el plan, aplique los medios y forme el edificio. La economía política es la mano arquitectónica que ha de dirigir la obra grande de la pública prosperidad”, Martínez de Irujo(1792).

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157HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

una ciencia que influye tanto en la pública felicidad: su buena aplicación es la que, para decirlo así, arrastra el arado, y fertili-za las campiñas; la que mueve las industriosas máquinas de las fábricas, y la que despliega las velas, que para nuestra comodi-dad traen de los países más remotos las diversas producciones que la naturaleza ha sembrado por toda la superficie del globo”.

A finales del siglo XVIII Europa se caracterizaba por su impulso febril. Se intentaba fomentar la agricultura, promover la indus-tria y proteger el comercio. Se vive una época de abundancia en el plano de las ideas empresariales y del desarrollo social, como indica Martínez de Irujo(1792)

“Desengañémonos, no basta querer hacer un Palacio, y tener amontonados los materiales, es necesario que la arquitectura trace el plan, aplique los medios y forme el edificio. La econo-mía política es la mano arquitectónica que ha de dirigir la obra grande de la pública prosperidad. Háganse familiares sus cono-cimientos; cundan, y esparzanse las buenas ideas, y destierre al fin la verdad al error de un Imperio que por nuestra desgracia ha tenido muchos años”.

Bajo la visión de Martinez de Irujo (1792), aquel que quiera co-nocer las causas de la riqueza de las naciones debería tener claro un primer concepto que esboza Smith: el trabajo anual de una nación medido por el número de trabajadores ocupados. Es de-cir, la productividad media del trabajo. Tener claro este concepto permite poder caminar en la búsqueda del siguiente, es decir,

averiguar ¿qué determina esta productivi-dad?. La agilidad y la destreza del traba-jador, así como la razón en la que están los empleados ocupados son las respuestas que Martinez de Irujo encuentra en Smith. El Marqués de Condorcet va un poco más alla en su consideración. Comienza su “Examen de la obra intitulada, Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones” in-dicando que

“Aquel que quiera conocer las causas de la riqueza de las naciones debería tener claro un primer concepto que esboza Smith:

el trabajo anual de una nación medido por el número de trabajadores ocupados. Es decir, la productividad media del trabajo”. Martínez de Irujo (1792).

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO158

“El Autor de la obra que analizamos considera al trabajo, como origen de todas las riquezas de las naciones, y bajo este concepto examina en el libro primero las causas productivas del trabajo, y el orden con que sus productos se han ido distribuyendo natural-mente entre las diferentes clases de la Sociedad”.

Aunque se considera que los efectos de la división del trabajo son los mismos en todas las artes, no en todas ellas se puede alcanzar el mismo nivel de subdivisión. Este aspecto le merece especial atención al Marqués de Condorcet, que llega a indicar

“¿No habrá sido el conocimiento de esta ventaja la causa de que los diferentes oficios formen hoy otros tantos empleos separados? ¿y no vemos esta división mucho mayor en los países que han lle-gado al grado más alto de la industria, y de la cultura?”.

Del desarrollo lógico de Smith se pueden concluir las preguntas del Marqués de Condorcet y también sus respuestas. No obstan-te, es justo reconocer que para ligar división del trabajo a desa-rrollo industrial es necesario hablar como paso previo del desa-rrollo de las necesidades humanas. Smith podría haberlo hecho perfectamente, pero deseaba llegar a otra meta, que el juzgaba más importante: el tamaño del mercado. Una nación más pro-ductiva tiene una mayor cuota mundial de mercado y por tanto un mayor nivel de bienestar, y por otra parte, dado que él con-sidera que el trabajo está vinculado al valor de cambio, es fácil concluir que una mayor productividad implica una mayor capaci-dad de compra y consecuentemente un mayor nivel de bienestar.

[ i X . 2 t h o m a s r o b E r t m a l t h u s : a s p E c t o s D E s u V i D a ]

Thomas Malthus (1766-1834) nació po-cos años antes que Smith sacará a la luz su obra más brillante, La Riqueza de las Naciones, en una familia de clase media, formada por clérigos y boticarios. Recibió una de las mejores educaciones posibles de su padre, Daniel Malthus, quien era amigo de Hume y Rousseau.

Malthus, aunque tuvo como tutor a un declarado revolucionario, Gilbert Wakefield, que conoció la cárcel por apoyar a las ideas exportadas por la Francia revolucionaria, no le quedó un sesgo muy fuerte hacía el lema de igualdad, libertad y fraternidad

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159HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Aunque tuvo como tutor a un declarado revolucionario, Gilbert Wakefield, que conoció la cárcel por apoyar a las ideas exporta-das por la Francia revolucionaria, no le quedó un sesgo muy fuer-te hacía el lema de igualdad, libertad y fraternidad. Tampoco fue partícipe de esa fiebre revolucionaria y optimista que anunciaba el fin de los males sociales. Por lo general, se decantaba Malthus hacia el lado de los terratenientes, es decir, hacia el lado de los reaccionarios. Tenía, no obstante, una esmerada educación que le permitía mostrar un pensamiento difícilmente manipulable.

Con dieciocho años entró en el Jesús College de Cambridge. En este centro se preparó para la carrera, grado que adquirió con sólo veintidós años. Continuó como fellow en Cambridge a la vez que estudiaba para alcanzar el grado de Master of Arts, distinción que alcanzó a los 25 años.

Poco más tarde, a los 32 años, en 1798, publica, de modo anón-imo An Essay on the Principle of Population as It Affects the fu-ture Improvement of Society, with Remarks on the Speculations of Mr. Godwin, M. Condorcet, and Other Writers. En esta obra, no sólo construye su teoría de la población, sino que arrebate con-tra el optimismo revolucionario de dos conocidos filósofos de su época, Godwin y Condorcet. Ellos, posiblemente cargados de gran ingenuidad, describieron una sociedad libre de la guerra, los crímenes, el gobierno, la enfermedad y la angustia entre otros males. El libro de Smith se publicó sólo nueve años después de comenzar la revolución francesa. Era lógico que bastantes pen-sadores opinasen que en una sociedad sin un gobierno tiránico y con una mayor distribución de la renta hubiera una reducción clara de los delitos o de las guerras caprichosas. En todo caso, el reverendo Malthus nunca se dejó contagiar por esas “fiebres” venidas de Francia.

A los 39 años, en 1805, ocupa una cátedra de economía política en un College patrocinado por la poderosa Compañía de las Indias Orientales, y, ya desde la altura que da ocupar un puesto significado en la Universidad pública, Una indagación sobre la naturaleza y las causas de la renta y de los principios que la regu-lan (1815).

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO160

[ i X . 3 E n s a y o s s o b r E E l p r i n c i p i o D E l a p o b l a c i ó n ]

Esta obra sufrió diferentes modificaciones, y por ello se puede hablar de las ediciones de 1803, 1806, 1807, 1817 y 1826, y la última que culminó en A Summary View of the Principle of Population, publicado en 1830. En todo caso, se debe aclarar que la estructura inicial de la obra se mantiene en todo momento. Buscó un mayor refina-miento del trabajo con las sucesivas edi-

ciones, no un cambio estructural.

Los entornos históricos determinan en gran manera a los escrito-res, aunque estos sean economistas y deseen hacer una obra de carácter positivo. Por ello, debemos recordar, siguiendo a Barbé (1996), que aquella época se caracteriza por dos conflictos de clase2:

• El de los terratenientes con los empresarios capitalistas. Malthus fue un exponente de la clase terrateniente, mientras que Ricardo lo fue de la capitalista.

• El de los empresarios con los trabajadores que, ante las misé-rrimas condiciones de trabajo, se lanzaban a frecuentes revo-luciones sociales.

Este último conflicto fue el que determinó en mayor grado Un ensayo sobre el Principio de la Población. En esta obra se observa con nitidez la influencia de la obra de Smith. Esta, que es conside-rada el punto de referencia del pensamiento económico clásico, suscitó que diversos autores profundizaran en distintos aspectos de la misma. No es necesario decir que Malthus se centró en el estudio del crecimiento demográfico y en la influencia que éste tenía en la determinación de los salarios. El lector que ha leído con detenimiento el capítulo anterior entenderá perfectamente el razonamiento de Malthus y la importancia que le confiere al salario de supervivencia.

Aquella época, según Barbé, se caracterizó por dos conflictos de clase:

El de los terratenientes con los empresarios capitalistas.

El de los empresarios con los trabajadores.

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161HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Los dos pilares del pensamiento maltusiano se pueden represen-tar por dos funciones, una representativa del crecimiento de la población:

P P Pt t t1 1a= +- -

en donde el sufijo t es representativo del tiempo, por ello, el mo-mento t quiere decir al final de una época o un periodo y el mo-mento t-1 representa una situación anterior. La ecuación mues-tra que la población en el momento t es la que había hasta el período anterior más la que creció en ese periodo. El crecimiento en el período t-1 se representa por a .

Esta función de crecimiento de la población también se puede representar como:

P P1t t 1a= + -^ h

Dado que nos referimos a una serie temporal esta expresión que-daría como:

1P P1tta= +^ h

mostrando un crecimiento de carácter exponencial. ¿Cuál es el movimiento exponencial que tiene Malthus en la cabeza? Fami-lias de cuatro hijos que se reproducen exponencialmente, es de-cir, que todos sus miembros tienen a su vez cuatro hijos, y así sucesivamente.

Por cierto, Malthus sólo tuvo tres hijos. Debemos comprender que él pensaba en una media significativa...... Y su objetivo, claro está, no era tanto calcular la población nacional o mundial, sino advertir de los riesgos inherentes al crecimiento de la población.

Población DESARROLLO DE LA POBLACIÓN.(ACORDE A UN CRECIMIENTO EXPONENCIAL)

2 t-2 Padres

4 t-1 Hijo 1 Hijo 2 Hijo 3 Hijo 4

16 t 4 hijos 4 hijos 4 hijos 4 hijos

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO162

¿Donde estaban los riesgos? En el carácter inelástico de la oferta. ¿Qué quiere esto decir?. Significa que la producción alimenticia no puede crecer a ritmos muy elevados:

Desde que el agricultor decide plantar hasta que esta producción llega al mercado, pasa un tiempo muy superior al de otras activi-dades productivas. Como por ejemplo la construcción de barriles de vino, o ya mirando en nuestro propio tiempo, con el replicado de CD de música o datos.

La tierra es escasa. Esta es la principal causa. Si existen más personas para alimentarse es necesario que aumenten el número de hectáreas de cultivo. Pero la oferta de tierras fértiles no uti-lizadas es reducida, y, lo que es más importante, finita. Existen rendimientos decrecientes. Quiere esto decir, que a medida que ampliamos nuestras tierras de cultivo las nuevas hectáreas gene-ran menos producción que las viejas. Está claro que Malthus no consideró mejoras tecnológicas aplicables al sector agrario.

La mano de obra emigra hacia las nuevas áreas industriales. ¿Cómo incrementar la producción agraria sin jornaleros?

Algunos de esos problemas no tendrían una solución difícil. El retardo en la producción del punto uno, era un problema no ex-

cesivamente importante, al fin y al cabo es un retraso de una cosecha. El tercer punto tendría solución a medio plazo gracias a la ley de la oferta y la demanda. Llegaría un momento que la mano de obra del campo fuera tan escasa que subiría de un modo considerable su remuneración, y conse-cuentemente alteraría el flujo migratorio. Lo que no tiene solución es que la tierra es limitada. Aunque nuevas tecnologías pue-den generar rendimientos no decrecientes en el campo. Pero hay algo peor –o eso pensaba Malthus-, mientras exista tierra cultivable crecerá la producción agraria, pero ¿a qué ritmos? ¿al mismo que la po-

Lo que no tiene solución es que la tierra es limitada.

Aunque nuevas tecnologías pueden generar rendimientos no decrecientes en el campo, hay algo peor –o eso pensaba Malthus-. Mientras exista tierra cultivable crecerá la producción agraria, pero ¿a qué ritmos? ¿al mismo que la población?. Si no fuera así existiría un desfase en los crecimientos que abocaría al hambre y a la desolación.

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163HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

blación? si no fuera así existiría un desfase en los crecimientos que abocaría al hambre y a la desolación.

Veamos como entendía Malthus el crecimiento de la producción:

A A At t t1 1b= +- -

Lo observaba como una función donde los alimentos al final del periodo será igual a los alimentos del momento t-1 más el incre-mento que hubiera sobre el periodo inicial A0.

La componente b de la ecuación es la tasa de crecimiento de la agricultura. Si en el año t-1 existe una producción de 1.000 Tn. de cereales y la tasa de crecimiento es del 20% entonces en el momento t la producción de alimentos será de:

,A 800 0 20 800 960t #= + =

En el cuadro siguiente podremos observar la brecha que se abre cuando se considera un crecimiento exponencial en población y uno lineal en alimentación.

En t0 la población tenía 100 kg. de alimentos año por persona, en el momento t-1 pasa cada persona a disponer de 60 kg. de alimen-tos por año y en el último momento, el t, cada habitante tendrá exclusivamente 18 kg./año. Un panorama realmente desolador.

DESARROLLO DE LA POBLACIÓN Y LA ALIMENTACIÓN.(acorde a un crecimiento exponencial de cuatro hijos y un creci-miento lineal en alimentación de un 20%)

Población Comida año Comida/persona

2 200 kg. 100 kg. Padres

4 200+0,20*200=240 60 kg. 4 hijos

16 240+0,20*240=288 18 kg. 16 nietos

Pero, ¿Pensaba el reverendo Malthus que la gente reproduciría y engendraría hijos para enviarlos a un mundo tan desolador? Sí.

Opinaba que a la clase trabajadora le era imposible contenerse. Los pobres –juzgaba él- no tienen la educación moral de la clase

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO164

de los propietarios, sino que son unos alocados. Para Malthus, los pobres se lo pulen todo en la taberna y además, asocia el <<beber, jugar y las perversiones>> con la falta de continencia se-xual: ya se sabe ¡vuelven a casa bebidos, y la mujer y la población pagan las consecuencias3!. Estas opiniones no nos deben de ex-trañar, las escuchamos ya en muchos mercantilistas. La diferen-cia de Malthus respecto a ellos, es que no es ni un aristócrata ni un importante comerciante, es un reverendo de clase media.

En todo caso, nunca llegará la sociedad a un punto donde la bre-cha entre alimentación y población sea muy grande. Por qué??. Por el mecanismo de regulación que supone tener salarios de supervivencia.

Retomamos la teoría de salarios de Smith, ahora en boca de Malthus.

¿Qué ocurrirá si crece mucha la población, más que la producción nacional? Que existe un exceso de mano de obra. ¿Qué ocurre con los sueldos de la clase trabajadora? Disminuyen. ¿Qué ocurre con la natalidad? Se reduce porque se incrementa considerable-mente la mortalidad infantil. A medio plazo ese decrecimiento de la población provoca una reducción del exceso de mano de obra, creándose una ligera subida salarial, que nos lleva a… Nos colocaríamos en una situación cuasi-estacionaria que giraría al-rededor de las variaciones de los salarios reales.

Piense ahora el lector que sube de modo ininterrumpido el sala-rio real, alguien diría y ¿por qué tiene que subir el poder adqui-sitivo de los obreros si los empresarios no parecen dispuestos a darles mejoras salariales? Sencillamente porque se unen llegadas de alimentos desde las colonias que abaratan la cesta de la com-pra, lo que se llama subida del poder adquisitivo o salario real, y por las protestas laborales de los trabajadores que empujan al alza sus salarios.

Si la población siguiera creciendo Malthus considera que existe otros factores que actúan como una restricción al crecimiento. Era lo que él denomina frenos positivos y negativos. Los frenos positivos son los que aumentan las muertes y los preventivos los factores que reducen los nacimientos. Un conocido autor mar-

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xista, citado por Barbé (1996), como es Hunt, resalta en su His-tory of Economic Thought la siguiente cita de Malthus:

Tendríamos que reprobar los remedios específicos contra las en-fermedades. Los niños han de morir si no es que se les hace espa-cio con la muerte de adultos.

Realmente es una frase chocante, no generar nuevas medicinas para que de este modo se mueran los adultos y dejen su trozo de pan a los niños. ¿Esto es lo que realmente quiso decir este econo-mista británico? En todo caso, la muerte por enfermedad era uno más de los factores positivos que regulaban la población.

Distinción DE malthus EntrE frEnos positiVos y prEVEntiVos

FRENOS POSITIVOS.INCREMENTAN LA MORTALIDAD

FRENOS PREVENTIVOS.ACTÚAN SOBRE LA NATALIDAD

Guerra Anticoncepción

Hambre Aborto

Enfermedades infecciosas: Peste, cólera.. Restricción moral

Entre los factores preventivos se encontraría el aborto, el cual, en coherencia con su pensamiento religioso, despreciaba, llegan-do a decir sobre este que es un arte indecoroso para ocultar las consecuencias de una unión irregular. ¿Pensaría que sólo abor-taban las mujeres solteras? No entendía tampoco las medidas anticonceptivas, salvo las restricciones morales. El pensamiento de Malthus es claramente el de un economista que también es profundamente religioso, y por tanto sólo entiende las relaciones sexuales como instrumento para la procreación. Teniendo este concepto claro se comprende perfectamente todo lo demás, su postura sobre el aborto, o la contracepción, o muchas más.

La teoría de la población de Malthus constituyó la base de otro elemento principal de la Escuela Clásica, como fue la teoría de la renta diferencial. En coherencia con su teoría, Malthus aban-dona, en cierta medida, el enfoque del crecimiento basado en coste y la oferta, para dar un cierto papel a la demanda, lo que

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO166

llevó a que pueda considerarse, en cierto modo, un antecesor de lo que será el pensamiento keynesiano, al que nos referiremos más adelante.

[ I X . 4 D AV I D R I C A R D O D E L VA L L E : A S P E C T O S D E S U V I D A ]

David Ricardo (1772-1823) nació en el seno de una familia nu-merosa, compuesta por quince miembros. Su padre era un judío sefardí, perteneciente a la comunidad portuguesa de Amsterdam, que tenía la profesión de corredor de bolsa, operando en la plaza de Londres. Aunque este joyero sefardí se instaló en Londres en 1760, no trasladó a su hijo David a la capital del Reino Unido hasta 1786. Llega a Londres el joven Ricardo con 14 años, pro-veniente de la escuela judía de Amsterdam, la Talmud-Tora. Su educación holandesa y la cercanía a su padre no le confirió otros conocimientos que aquellos de carácter comercial, los cuales le ayudaron a obtener una respetable fortuna y una merecida fama de sagaz financiero. Aunque el grueso de su acaudalado patrimo-nio lo obtuvo al final de la guerra napoleónica, en 1814, fruto de su papel de intermediario financiero gubernamental.

Una fecha clave en la vida de Ricardo es 1799. Sus vacaciones de este año son ya un clásico en cualquier apartado biográfico de la obra de David Ricardo. Podrán los diferentes autores citar o no el nombre de su madre, Abigail Delvalle; podrán recordarnos la edad de su casamiento con Priscilla Ann Wilkinson o no, 21 años; podrán incluso obviar algunos autores la localidad veranie-ga donde transcurrió su estancia de 1799, Bath. Pero lo que nun-ca hará ningún autor, es olvidar de citar que en 1799, mientras su mujer se recuperaba de problemas de salud en la ciudad turística de Bath, el joven y acaudalado David Ricardo, contaba con 27 años, cogió entre sus manos la obra de Adam Smith, La Riqueza de las Naciones, y quedó absorto con su lectura. En ese momento nace para la Ciencia Económica un nuevo maestro y un nuevo sistema, el sistema ricardiano.

David Ricardo pudo retirarse sólo trece años después, a los cua-renta años, tras comprar una finca, Gatcomb´s Park, para poder ser miembro del Parlamento e intervenir en la vida política britá-

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nica. Su amistad con el antiguo Rector de Saint Andrews y padre de John Stuart Mill, James Mill, le llevó a intervenir directamen-te en los temas económicos y posteriormente a redactar en 1817 su obra magna: Principles of Political Economy and Taxation4. Su modelo del grano, que explicaremos más adelante, se publicó dos años antes, en 1815, su nombre original es Essay on the Influence of a Low Price of Corn on the Profits of Stock, aunque es conocido generalmente como Ensayo acerca de los beneficios5.

[ I X . 5 A S P E C T O S M E T O D O L Ó G I C O S ]

David Ricardo (1817) fue, entre otros as-pectos, el principal responsable de introdu-cir, en el campo metodológico, las teorías abstractas y puramente deductivas. Ricar-do6 desarrolló el sistema teórico de Smith a través del razonamiento deductivo, es decir, utilizando el análisis lógico para in-vestigar con la mayor precisión posible las implicaciones de los diversos supuestos.

Si la Ciencia Económica es esencialmente una máquina de análisis, método de pen-samiento más bien que un cuerpo de resul-tados sustantivos, Ricardo inventó literal-mente la técnica de la economía. Hemos reemplazado sus confusas pruebas numé-ricas por demostraciones geométricas más elegantes, pero la mayor parte del tiempo empleamos todavía un modo de razona-miento que Ricardo hizo familiar. Su genio para las abstraccio-nes heroicas produjo uno de los modelos más impresionantes, juzgando por su alcance y su importancia práctica, en toda la historia de la teoría económica: tomando un gran conjunto de problemas importantes con un modelo analítico simple de unas cuantas variables estratégicas, obtuvo Ricardo conclusiones no-tables, orientadas hacia la acción práctica7.

Sin embargo, a pesar de las palabras elogiosas que muchos eco-nomistas dedican a Ricardo, no existe una completa unanimidad

Sus defensores afirman que tomando un gran

conjunto de problemas importantes con un

modelo analítico simple de unas cuantas variables

estratégicas, fue capaz de obtener conclusiones

notables.

Sus críticos sostienen que el razonamiento

de Ricardo implicaba la parcelación del

sistema teórico en cosas dadas y suposiciones

simplificadoras, de tal manera que el resultado

final no era sino un conjunto de relaciones

simplistas.

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO168

respecto al carácter de la influencia metodológica de Ricardo. A este respecto se ha aplicado el calificativo de vicio ricardiano al método empleado por Ricardo en sus teorías económicas8. Los defensores de esta crítica sostienen que el razonamiento de Ri-cardo implicaba la parcelación del sistema teórico en cosas dadas y suposiciones simplificadoras, de tal manera que el resultado final no era sino un conjunto de relaciones simplistas.

Las dos visiones anteriores9 pueden conciliarse si se considera que el problema del método ricardiano no está en los métodos abstractos y ni siquiera en los supuestos simplificadores, pues dada la situación en que se encontraba la Economía de la época, es difícil ver cómo se podrían haber hecho razonamientos deduc-tivos de otra forma. El problema estaría más bien en la excesiva confianza puesta en las predicciones derivadas de esos modelos tan simplificadores. Las críticas se centraron en que la pretensión

del análisis de Ricardo era no sólo extraer implicaciones de determinados supuestos, sino determinar las leyes, en mismo plano que las de la geometría euclídea y la mecá-nica newtoniana, que regían el funciona-miento de las economías10.

En el ámbito del enfoque metodológico antes señalado, trató David Ricardo de aclarar los factores que intervienen en la determinación del valor o precio de los bie-nes. Para este propósito, Ricardo formuló la teoría del valor-trabajo de acuerdo con la cual el valor de los bienes está determinado por la cantidad de trabajo que lleva incor-porada, de una manera directa o indirecta, su producción. Entonces, en el contexto de esta teoría, la tasa a la que se intercambian dos mercancías es igual a la relación de tra-bajo que contienen. De hecho, esta ley que rige el intercambio de bienes, es el funda-mento de la ley de la ventaja comparativa de Ricardo que justifica que el comercio de bienes entre los países es beneficioso, si

Formuló la teoría del valor-trabajo de acuerdo con la cual el valor de los bienes está determinado por la cantidad de trabajo que lleva incorporada, de una manera directa o indirecta, su producción. Entonces, en el contexto de esta teoría, la tasa a la que se intercambian dos mercancías es igual a la relación de trabajo que contienen.

La ley de la ventaja comparativa de Ricardo, justifica que el comercio de bienes entre los países es beneficioso, si cada uno de ellos se especializa en la producción de aquellos bienes que puede producir de forma relativamente más barata.

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cada uno de ellos se especializa en la producción de aquellos bie-nes que puede producir de forma relativamente más barata. Esta formulación supuso una notable profundización y generalización de la ley de la ventaja absoluta que anteriormente había formula-do Smith.

Ricardo profundizó también en lo que suele denominarse teoría ricardiana de la renta, utilizando para ello su conocido modelo del grano en el que se establece que la renta es un fenómeno diferencial relacionado con la escasez natural de tierras compa-rativamente más fértiles.

[ I X . 6 L A D O C T R I N A C L Á S I C A D E L A R E N T A : E L M O D E L O D E L G R A N O ]

El tipo de razonamiento ricardiano, el denominado vicio ricardia-no11, puede verse con claridad en Ensayo acerca de los beneficios. A pesar de la crítica que recibe este razonamiento por su elevado grado de abstracción, es necesario reconocer que tiene una gran capacidad explicatoria.

La abstracción comienza por el escenario en el que se produce esta actividad económica de producción de granos. Nos muestra, David Ricardo, un país aislado12 que tiene una superficie agrícola concentrada en una sola explotación. Este terrateniente arrienda la tierra a un empresario, el cual se hace cargo de la explotación, de la adquisición de los otros dos factores de producción: capital y trabajo.

Nos muestra David Ricardo que la utilización intensiva de mano de obra y capital, factor trabajo, sobre una extensión de tierra conduce a rendimientos decrecientes y estos terminarán gene-rando, si no lo evitamos, un producto marginal negativo (en lugar de sumar, resta).

Los rendimientos decrecientes en capital y trabajo aplicables a una extensión fija de tierra fueron tratados por David Ricardo. Contó para ello con los trabajos realizados por Sir Edward West y Thomas Malthus. Bastante antes de que West o Malthus comen-zaran sus estudios sobre la renta, un agricultor escocés, James Anderson (1739-1808)13 publicó un folleto, en 1777, que esta-

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO170

blecía de forma aún embrionaria el principio de los rendimientos decrecientes. Es este el trabajo que debe considerarse como el generador de una saga sobre el estudio de la renta que alcanzaría su mayor esplendor en la figura de David Ricardo.

[ L O S A N T E C E S O R E S D E R I C A R D O ]

Pero, ¿Qué fue aquello que aventuraron los antecesores de David Ricardo?.

Malthus en su An Inquiry into the Natu-re and Progress of Rent indica que la causa del precio monetario comparativamente alto del grano es su precio real compara-tivamente costoso, o la mayor cantidad de capital y trabajo que debe emplearse para producirlo; y la razón por la que el precio real del grano es más alto y aumenta con-tinuamente en los países que ya son ricos, y siguen progresando en prosperidad y po-blación, tiene que encontrarse en la nece-

sidad de recurrir a tierras cada vez más pobres [....] que exigen un gasto mayor para trabajarlas.

A la hora de abordar el precio del producto, el mismo Malthus indica que el precio del producto en todo país progresivo debe ser exactamente igual al coste de producción en la tierra de peor calidad que de hecho se esté cultivando; o al coste de ob-tener un producto adicional en la antigua tierra, que produce sólo los rendimientos habituales del capital agrícola, con poca o ninguna renta.

Opinaba Malthus que siempre le conven-drá, a cualquier agricultor que pueda dis-poner de capital, invertirlo en su tierra si el producto adicional resultante le compensa por completo los beneficios de capital aun-que no produzca nada para el propietario de la tierra.

Malthus indica que el precio del producto en todo país progresivo debe ser exactamente igual al coste de producción en la tierra de peor calidad que de hecho se esté cultivando; o al coste de obtener un producto adicional en la antigua tierra, que produce sólo los rendimientos habituales del capital agrícola, con poca o ninguna renta.

En numerosas ocasiones, incluso se puede afirmar que con carácter general, antes de que se cultiven tierras de inferior calidad, el capital puede emplearse de manera más productiva en las tierras que se encuentran bajo cultivo.

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Esta aseveración de Malthus nos permite entender los antece-dentes del concepto de renta en Ricardo, quien la definió como lo que se paga por el uso de las energías originarias e indestruc-tibles del suelo. Renta que, por otra parte, no aparece en lo que él denominaba el margen (aquellas tierras a las que recurrimos cuando ya no existen más tierras fértiles) y aparece en las tierras fértiles en el momento en que se ponen en cultivo las tierras menos deseadas. Indicaba David Ricardo en los Principios de eco-nomía política y tributación que con el progreso de la sociedad, cuando se inicia el cultivo de la tierra de segundo grado de ferti-lidad, principia inmediatamente la renta en la tierra de primera calidad, y la magnitud de dicha renta dependerá de la diferencia en la calidad de estas dos porciones de tierra.

Observaba Ricardo que en numerosas ocasiones, incluso se pue-de afirmar que con carácter general, antes de que se cultiven las números 2, 3, 4 o 514, o tierras de inferior calidad, el capital puede emplearse de manera más productiva en las tierras que se encuentran bajo cultivo. Acaso resulte que duplicando el capital ordinario empleado en la número 1, a pesar de que el producto no se duplique, pueda incrementarse en una cantidad tal que exceda la que podría obtenerse en la tierra número 3 empleando el mismo capital.

Ricardo demostró, como ya indicamos anteriormente, que exis-tían rendimientos decrecientes tanto en el margen intensivo como en el extensivo, entendiendo como margen intensivo una mayor utilización de factores aplicados a la misma tierra, y como margen extensivo, la misma cantidad de factores aplicada a dife-rentes clases de renta.

En el cuadro siguiente podremos observar con claridad la exposición teórica de Ricardo. Las primeras columnas de este cuadro muestran las unidades de factores de producción que se van a utilizar en la explotación de la tierra. Estos son capital (k) y trabajo (L).

Se supone que ambos factores se incorporan por igual al proceso de producción de cereales, es decir, que se incorporan en canti-dades fijas. Podemos suponer un hombre y un apero de labranza. Las tierras están ordenadas por nivel de fertilidad, siendo la nú-

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO172

mero 1 la más fértil, y la número 5 la tierra menos deseada por los agricultores.

El producto total lo simbolizamos como PT, y el producto mar-ginal, o aquel que obtenemos gracias a la incorporación de una unidad más de factor trabajo y capital, lo denominamos PM. El producto total referente a la tierra 1 se denota como PT1, en el caso del producto marginal se denota como PM1, y así respecti-vamente para cada tipo de tierra.

PRODUCCIÓN DE GRANOS

K,L

Producto total (PT) y Marginal (PM)según tipo de tierra

Tierra 1 Tierra 2 Tierra 3 Tierra 4PT1 PM1 PT2 PM2 PT3 PM3 PT4 PM4

0 0 0 0 01 100 100 80 80 60 60 50 502 180 80 140 60 110 50 90 403 240 60 190 50 150 40 120 304 290 50 230 40 180 30 140 20

Margen Intensivo Uno

Margen Intensivo

Dos

Margen Intensivo

Tres

Margen IntensivoCuatro

Existen rendimientos decrecientes dentro de cada tipo de tierra o, dicho en términos ricardianos, existen rendimientos decre-cientes en cada margen intensivo. La producción total se incre-menta, pero a un ritmo decreciente. Si observamos el margen intensivo uno veremos que la primera unidad de capital y trabajo provoca un incremento en la producción total de 100 celemines. Un segundo trabajador incrementa la producción en 80 celemi-nes, PM1=80, generando un producto total de 180 celemines. Sucesivos incrementos de capital y trabajo se manifiestan en in-crementos cada vez menores de producción total. Si observamos de nuevo el cuadro anterior y nos fijamos en el margen intensivo dos, podremos ver que la producción total para una unidad de capital y trabajo es de 90 celemines, cantidad inferior a la produ-cida por las mismas unidades de capital y trabajo en el margen intensivo uno. Esta relación se mantiene en las sucesivas unida-des de capital y trabajo.

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Siempre que comparemos la producción de las mismas unidades de factores productivos en dos tierras diferentes podremos ob-servar que estas generan una mayor producción total y marginal en la tierra más fértil. Esta observación nos conduce a la defini-ción de renta de Ricardo como la diferencia entre el producto ob-tenido por el empleo de dos cantidades iguales de capital y trabajo. Supongamos, a partir del cuadro anterior, que disponemos de dos tierras, la tierra uno y la dos, y en cada una de ellas introdu-cimos una unidad de capital y trabajo. ¿Cuál será la renta de la tierra uno? La diferencia entre el producto de la mejor tierra y el de peor tierra, en este caso: 100 celemines – 80 celemines = 20 celemines. Pero, ¿Cuál sería la renta de la tierra uno si estamos también explotando la tierra tres con una unidad de tierra y tra-bajo? Será la producción de la tierra uno menos lo producido por la tierra tres: 100 celemines - 60 celemines = 30 celemines.

Una última pregunta que podríamos hacernos es ¿Cuál es la ren-ta de la tierra uno respecto a la tierra tres si utilizamos dos unidades de capital y trabajo? Respecto a la primera unidad se-ría 100 celemines – 80 celemines = 20 cel. , frente a la segunda tendríamos 80 celemines – 60 celemines = 20 cel. Por lo tanto, la renta de dos unidades de capital y trabajo es la suma de ambas diferencias, 40 celemines.

INGRESOS

K,LIngreso Total (IT) y Marginal (IM)

según tipo de tierra. Precio del celemín: 4 euros

IT1 IM1 IT2 IM2 IT3 IM3 IT4 IM40 0 0 0 01 400 400 320 320 240 240 200 2002 720 320 560 240 440 200 360 1603 960 240 760 200 600 160 480 1204 1160 200 920 160 720 120 560 80

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO174

COSTES

K,LCoste total (PT) y Marginal (PM)

según tipo de tierra. Coste unidad de capital y trabajo: 400 euros

CT1 CM1 CT2 CM2 CT3 CM3 CT4 CM40 0 0 0 01 400 400 400 400 400 400 400 4002 800 400 800 400 800 400 800 4003 1200 400 1200 400 1200 400 1200 4004 1600 400 1600 400 1600 400 1600 400

El primero de los cuadros observados, producto total y marginal, nos permite obtener una tabla de ingresos y otra costes. Si su-ponemos que cada celemín lo podemos vender en el mercado de cereales a cuatro euros, y que cada unidad de capital y trabajo le suponen al empresario cuatrocientos euros, obtendremos los dos cuadros anteriores, de ingresos y costes.

El empresario produce hasta el punto donde su ingreso marginal es igual a su coste marginal, es decir, donde IM=CM. Para los precios del celemín y de los factores descrito anteriormente, el empresario únicamente explotará la tierra uno con una unidad de capital y trabajo. Pero, ¿Qué ocurriría si nuestro país sufriera un bloqueo como el ejercido por Napoleón y no pudiese adquirir cereales en el extranjero? Lógicamente, a igual demanda si se reduce la oferta, sube el precio. Supongamos que este asciende a 8 euros, tendríamos el siguiente cuadro:

INGRESOS

K,LIngreso Total (IT) y Marginal (IM)

según tipo de tierra. Precio del celemín: 8 euros

IT1 IM1 IT2 IM2 IT3 IM3 IT4 IM40 0 0 0 01 800 800 640 640 480 480 400 4002 1440 640 1120 480 880 400 720 3203 1920 480 1520 400 1200 320 960 2404 2320 400 1840 320 1440 240 1120 160

Ahora la situación ha variado ostensiblemente, de producir úni-camente 100 celemines15 pasamos a producir 640 celemines. Una subida en el precio incrementa considerablemente la producción

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175HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

de cereales. Con esta nueva situación pasaremos a realizar las siguientes asignaciones y producciones:

PRODUCCIÓN DE GRANOS

K,L

Producto total (PT) y Marginal (PM)según tipo de tierra

Para precio 8 euros/celemín

Tierra 1 Tierra 2 Tierra 3 Tierra 4PT1 PM1 PT2 PM2 PT3 PM3 PT4 PM4

0 0 0 0 01 100 100 80 80 60 60 50 502 180 80 140 60 110 503 240 60 190 504 290 50

Total producción: 290+190+110+50: 640 cel.

Asignaremos cuatro unidades de K y L a la tierra uno, tres uni-dades de K y L a la tierra dos, dos unidades a la tierra tres y una unidad a la tierra cuatro.

[ I X . 7 L A T E O R Í A D E L VA L O R T R A B A J O ]

Existen importantes diferencias en la in-terpretación de la teoría del valor trabajo de Ricardo. El problema central planteado en los Principios de economía política y tributación es observar los cambios rela-tivos de la renta respecto a los factores de producción y observar el efecto de estos sobre la acumulación de capital y el creci-miento económico.

Se supone que un producto que lleva incor-porado una gran cantidad de mano de obra tendrá un valor mayor. Es decir, se plantea la existencia de una relación directa entre número de horas que lleva incorporado un bien y su valor. Hasta aquí, ninguna ob-jeción. Ricardo opinaba que como norma era válido, pero que existían algunas ex-cepciones dignas de mencionar y tener en cuenta. Obviamente estas observaciones de David Ricardo mejoraban considerable-mente la teoría del valor trabajo de Smith.

Supone que un producto que lleva incorporado una gran cantidad de

mano de obra tendrá un valor mayor. Es decir, se plantea la existencia de

una relación directa entre número de horas que

lleva incorporado un bien y su valor.

Distinguió entre capital fijo y capital circulante y comprendió que el valor

aumentará a medida que aumente la proporción entre el capital fijo y el circulante y a medida

que aumente la duración del capital.

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO176

La primera excepción se planteó para el caso de los bienes no reproducibles. Existen ciertos bienes –planteaba Ricardo- cuyo valor está determinado tan sólo por su escasez. Ningún trabajo puede aumentar la cantidad de dichos bienes y, por tanto, su valor no puede ser reproducido por una mayor oferta de los mismos. El valor de una botella de vino Vega-Sicilia o una pintura de Goya no están ligados al número de horas incorporado en su elaboración.

No fue esta una objeción considerada de gran interés para Ri-cardo, tenían más bien para él un carácter anecdótico. No exis-ten, bajo su consideración, muchos productos que cumplan estas condiciones. Por tanto, tiene poca influencia para la actividad económica. El lector observará que plantear la escasez como un determinante de poca importancia implicaba un desconocimien-to de la denominada actualmente ley de la demanda.

[ E L P E S O D E L C A P I T A L ]

Sus aportaciones más importantes de la teoría del valor trabajo se realizaron sobre la importancia del capital. Distinguió en-tre capital fijo y capital circulante y com-prendió que el valor aumentará a medida que aumente la proporción entre el capital fijo y el circulante y a medida que aumente

la duración del capital.

En sus principios de economía política y tributación plantea un ejemplo realmente brillante para comprender el papel del capital en la generación del valor. Parte del supuesto de dos personas o empresarios que contratan cada una de ellas a cien personas durante un año. El objetivo de cada uno de ellos es construir una máquina. Una tercera persona contrata igualmente a cien trabajadores, pero con objeto de cultivar maíz. Si el trabajo in-corporado en los bienes determina su valor, entonces –siguiendo a Ricardo- las dos máquinas y la cosecha de maíz tendrán el mis-mo valor.

Supongamos que al año siguiente uno de los empresarios utiliza su máquina y cien personas en producir paño; que el otro empresario utiliza igualmente su máquina e igual número de trabajadores en

El capital utilizado en la producción repercute positivamente en el valor del producto.

El capital/tiempo empleado tiene que ser recompensado.

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177HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

producir tejidos de algodón y que el tercer empresario, el agricul-tor, de nuevo cultiva maíz con una plantilla de cien jornaleros.

En este segundo año todos los empresarios han utilizado igual cantidad de factor trabajo, pero el fabricante de paños, a diferen-cia del empresario agrario, ha obtenido una producción resulta-do de emplear doscientos trabajadores, lo mismo se puede decir del productor de tejidos de algodón.

En consecuencia –indicaba Ricardo- si el maíz tuviera un valor de 500 libras, el paño y los tejidos de algodón deberían tener un valor de 1.000 libras. Pero la diferencia no será únicamente del doble, sino más del doble, ya que las utilidades del capital de los dos manufactureros en el primer año han sido agregadas a sus capitales, mientras que las del agricultor han sido gastadas y dis-frutadas. Por consiguiente –aseveraba David Ricardo- debido a los diferentes grados de durabilidad del capital tendrán un valor no precisamente proporcional a la cantidad de trabajo utiliza-da en ellos, sino algo mayor para compensar el mayor lapsus de tiempo que debe transcurrir hasta que los bienes más valiosos puedan situarse en el mercado.

Podemos concretar las aportaciones de este ejemplo de los ma-nufactureros y el empresario agrícola en dos puntos:

a. El capital utilizado en la producción repercute positiva-mente en el valor del producto.

b. El capital/tiempo empleado tiene que ser recompensado.

Estamos, por tanto, observando, por primera vez, a un econo-mista clásico plantear que el capital debe ser remunerado.

En este modelo, donde todos los valores se expresan en términos del bien grano, fijada la tasa de salario a su nivel de subsistencia, las condiciones técnicas de producción en las tierras marginales determinan el excedente de producción o producto neto y, por tanto, la tasa de beneficio. Como resultado de la competencia, esta tasa de beneficio, determinada de esta manera, regula la tasa de beneficio en las restantes actividades del sistema económico.

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO178

Con este modelo sencillo, se puede analizar en qué medida la evolución de los precios y los salarios monetarios afecta a la tasa de beneficio de la industria, ajustándola a la de las tierras margi-nales. Esto es así porque la tasa de beneficio de la agricultura no resultará afectada por las variables monetarias ya que sus inputs salariales y no salariales se expresan en función del grano.

[ L A P O B L A C I Ó N ]

En el modelo de Ricardo, el crecimiento de la población, resultado del crecimien-to económico, induce una caída en la tasa de beneficio, aún cuando la tasa de salario real no varíe, ya que, debido a la ley de los rendimientos marginales decrecientes, se-ría necesario emplear más cantidad de tra-bajo por unidad de producto. Esto supone un freno a la acumulación de capital y, de este modo, la economía alcanza el estado estacionario. En definitiva, a diferencia de lo que ocurría en el análisis de Smith, las tasas de renta, salarios y beneficios son tres variables interdependientes en el mo-delo de Ricardo.

Finalmente, en relación con el análisis de Ricardo, cabe señalar que sus aportaciones no se han limitado a la teoría de la renta o del comercio internacional. También son susceptibles de consi-deración sus aportaciones al estudio de los aspectos monetarios. Así, basándose en la teoría cuantitativa del dinero, determinó que los saldos desfavorables de la balanza comercial de un país eran consecuencia de la emisión excesiva de moneda.

Desde la perspectiva actual, en la explicación de Ricardo, pare-ce extraño la omisión de la demanda. ¿Quiere esto decir que Ri-cardo no reconoció la influencia de la demanda en el precio?. La respuesta a esto tiene componentes negativos y afirmativos. Por una parte, Ricardo atribuyó a los cambios en la demanda el he-cho de que, en determinados períodos, los precios de los bienes aumentaban y descendían rápidamente. Por otra parte, sin em-bargo, consideraba estas variaciones como producto de una situa-

El crecimiento de la población, resultado del crecimiento económico, induce una caída en la tasa de beneficio, aun cuando la tasa de salario real no varíe, ya que, debido a la ley de los rendimientos marginales decrecientes, sería necesario emplear más cantidad de trabajo por unidad de producto. Esto supone un freno a acumulación de capital y, de este modo, la economía alcanza el estado estacionario.

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ción anormal que sólo hacía que el precio de mercado divergiera temporalmente del valor-trabajo. Como no se había resuel-to realmente la paradoja del valor de uso, Ricardo no atribuía a la demanda más que un valor transitorio en la determinación del valor de cambio. Por ello, en el análisis de Ricardo los valores de cambio a largo plazo dependían exclusivamente de los costes de trabajo asociados a la producción.

Además, del desarrollo realizado por Ri-cardo y Malthus de la obra de Smith, ha habido otros desarrollos alternativos que, siguiendo a Backhouse (1988), podemos resumir agrupándolos en la Escuela Francesa, la Escuela Crítica Inglesa, la Escuela Alemana y, en un plano más individual, J.S. Mill.

En la Escuela Francesa, entre cuyos representantes más destaca-dos podemos citar a Say, Cournot y Depuit, se criticó el análisis de Ricardo, fundamentalmente en lo que se refiere a su teoría del valor. En este sentido, J.B. Say, además de su conocida teoría de los mercados (la ley de Say), desarrolló una teoría del valor basa-da en la utilidad. Por su parte, Cournot consideró que los térmi-nos de utilidad y escasez en los que Say fundamentó su análisis, estaban definidos de forma imprecisa y planteó que el valor de los bienes sólo tiene sentido en términos de valor relativo. Final-mente, Dupuit introdujo conceptos fundamentales relacionados con la utilidad.

Dentro de los críticos ingleses pueden destacarse Bailey y Long-field. El primero criticó la visión clásica del valor en general al sos-tener que no se puede encontrar una medida invariable del valor, puesto que éste es una relación entre mercancías y no algo intrín-seco a ellas. Así, entiende que la escasez es, en última instancia, la causa del valor. El segundo autor, Longfield, relacionó la utilidad y el coste de producción por medio de la oferta y la demanda.

En esta controversia de ideas respecto a la formación del valor, tam-bién merece destacarse la aportación conciliadora de Senior. En la

Los críticos ingleses a Ricardo, entre ellos,

Bailey y Longfield criticaron la visión clásica

del valor en general al sostener que no se puede

encontrar una medida invariable del valor, puesto

que éste es una relación entre mercancías y no algo

intrínseco a ellas.Así, entienden que la escasez es, en última

instancia, la causa del valor.

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO180

concepción de Senior el valor de los bienes está explicado por tres tipos de factores: la utilidad que reportase su consumo, el grado en que pueden ser intercambiables y la limitación de su oferta. Asimis-mo, profundizó en la idea de utilidad avanzada por Say y Dupuit.

[ I X . 6 L A S A P O R T A C I O N E S G E R M A N A S : T H Ü N E N Y G O S S E N ]

En lo referente a la Escuela Alemana, pueden destacarse los trabajos de Johann Heinrich von Thünen y Gossen. El prime-ro utilizó elementos del cálculo diferen-cial con el objeto de obtener una teoría de los beneficios y los salarios basada en la productividad marginal. A su vez, Gossen puede considerarse un antecesor de las teorías maximizadoras de la utilidad que más tarde impulsaron y desarrollaron Carl Menger, Stanley Jevons y León Walras. Aunque algunos autores hacen referencia a Gossen como antecedente de Jevons. Esto se considera incorrecto por otros

analistas del pensamiento económico. Las voces más arriesga-das intentan mostrar a Gossen como propulsor del concepto de necesidad de Menger, aunque otros autores como Hayek (1934) descartan esta posibilidad. En todo caso, como nos recuerda el Prof. Ekelund de la Universidad de Auburn, Gossen no consi-guió vender un ejemplar en vida de su obra. A los pocos años de editar personalmente su trabajo, este funcionario prusiano volvió una vez más junto a su editor para preguntarle si se había ven-dido alguna copia de su opera prima, ante su respuesta negativa y ofendido por el escaso eco de su trabajo, retiró todos sus libros de la editorial, y agregándolos a los que tenía en su casa, hizo una pira funeraria de su obra. A los pocos años falleció de una grave enfermedad. Que se conozcan, no quedan copias de su libro, y que la trascendencia de su trabajo sea fruto de los que otros autores han trasmitido de ella, es el motivo por el que el trabajo de Gossen, o la denominada ley de Gossen de las necesidades humanas, se divulgó con gran lentitud por la Europa del s. XIX.

Thünen utilizó elementos del cálculo diferencial con el objeto de obtener una teoría de los beneficios y los salarios basada en la productividad marginal. A su vez, Gossen puede considerarse un antecesor de las teorías maximizadoras de la utilidad, que más tarde impulsaron y desarrollaron Carl Menger, Stanley Jevons y León Walras

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181HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ I X . 7 E L Ú L T I M O D E L O S C L Á S I C O S : J . S . M I L L ]

Por último, y no menos importante, sino todo lo contrario, debe destacarse la aportación de J.S. Mill (1848). En el ámbito del valor, Mill distinguió, al igual que Smith, entre valor natural y valor de mercado. Reconoció la influencia de la escasez en el va-lor a través de la demanda, y, en síntesis, consideraba que el va-lor era un concepto relativo cuyos determinantes se analizaban mediante la oferta y la demanda. En lo referente al problema de la producción y la distribución, consideró esencial la distinción entre trabajo productivo e improductivo para explicar el proceso de acumulación de capital. En este sentido, su posición puede en-cuadrarse dentro del análisis del crecimiento de Smith. En cuanto al análisis del problema de la distribución, Mill formuló una im-portante limitación a la teoría ricardiana de los salarios al intro-ducir lo que llamó “grupos no competidores”. La idea era que el trabajo se podía agrupar en grupos de trabajo homogéneo, pero entre ellos no existía competencia, dada la imposibilidad de mo-vilidad de trabajadores entre distintos grupos. Por otra parte, Mill consideraba que las leyes que rigen la distribución del producto social eran susceptibles de modificación, ya que, como resultado del incremento del nivel educativo de la población, se controlaría la tasa de natalidad y, de este modo, se produciría un incremento de los salarios reales. Por tanto, en la visión de Mill, el excedente neto, motor del crecimiento económico, debe incluir, además de las rentas y beneficios, la subida de los salarios reales.

Finalmente, quizá una de las aportaciones más relevantes de Mill se sitúa en el campo de la economía internacional. Mill introdujo, en el análisis del comercio internacional, la teoría de la demanda recíproca, la cual, basándose en las leyes de la oferta y la deman-da, permite determinar las cantidades óptimas intercambiadas entre los países así como la relación real de intercambio.

En definitiva, tal como se establece en Screpanti y Zamagni (1997), en la obra de Mill se entremezclan una serie de pensa-mientos y problemáticas teóricas que hacen que pueda ser con-siderada de transición entre el pensamiento económico clásico y neoclásico.

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LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO CLÁSICO182

Debates Abiertos

1. Carlos Martínez de Irujo destaca de la obra de Smith su con-cepto de división del trabajo. ¿Creé que la España de Martínez de Irujo sería muy diferente de la Francia que anhelaba Colbert?

2. ¿Existen naciones, como la India, que puedan estar viviendo un problema maltusiano?

3. El valor es algo intrínseco a las mercancías, ¿o no? ¿Tendrían razón los críticos ingleses a Ricardo?

N O T A S

1 Las citas relativas a Carlos Martinez de Irujo están tomadas del Discurso Prelimi-nar del Traductor a la versión en español del Compendio de la obra inglesa intitu-lada Riqueza de las Naciones, realizado por el Marqués de Condorcet.

2 Así nos lo recuerdan Barbé, Ll. (1996) en su capítulo 5 y Hunt, E.K. (1979) en las páginas dedicadas a Malthus.

3 Cita sobre Malthus extraída de Barbé, Ll (1986)

4 Principios de economía política y tributación.

5 Essay on profits.

6 Esto ha sido señalado con detalle por Spiegel (1987)

7 Blaug (1985), p. 182-183.

8 Calificativo utilizado por Schumpeter (1994)

9 Lideradas por Blaug (1985) y Schumpeter (1994)

10 Backhouse (1988)

11 Se denomina vicio ricardiano a aquellos trabajos académicos que presentan un elevado grado de abstracción.

12 Situación muy similar, por otra parte, a la que estaba sufriendo Gran Bretaña en ese momento. Los navíos franceses bloqueaban las relaciones comerciales de Gran Bretaña con el resto del mundo. Esto provocó que el precio del cereal británico aumentará entre 1790 y 1810 a un promedio del 18% anual.

13 Fue el inventor del arado escocés.

14 Mayor número menor fertilidad, es decir, peor tierra de cultivo.

15 La producción resultante de igualar el coste marginal al ingreso marginal cuando el coste de los factores es 400 euros por unidad y 4 euros el precio del celemín.

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M A R X Y L AE C O N O M Í A S O C I A L I S T A

[ X . 1 L A S E S C U E L A S S O C I A L I S T A S Y L O S M A R X I S T A S ]

[ X . 2 K A R L M A R X ]

[ X . 3 E L C A P I T A L ]

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M A R X Y L A E C O N O M Í A S O C I A L I S T A

[ I X . 1 L A S E S C U E L A S S O C I A L I S T A S Y L O S M A R X I S T A S ]

Es necesario distinguir varias direcciones. Aunque la concepción socialista de la vida es antiquísima, una visión científica de la misma no se da hasta el siglo XVIII.

A los primeros pensadores socialistas podemos clasificarlos bajo la forma general de socialistas utópicos, y sus precedentes se encuentran ya en Platón. Con el resurgimiento de los escritos platónicos, en el renacimiento, las ideas transformadoras de las sociedad vuelven a ocupar su asiento en el salón de las ideas. To-más Moro, en el siglo XVI, con su obra Utopía y Campanella, en la misma época, con su Ciudad del Sol, son los más interesantes y representativos. Otras dos obras de menor interés pero también relevantes son Viaje a Icaria de Cabet y Océano de Harrington.

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MARX Y LA ECONOMÍA SOCIALISTA186

En todas ellas se abordan problemas de or-den social, con escaso contenido económi-co y sin ninguna consideración científica. Claro es que estos autores, como algunos otros, por ser anteriores a la escuela clási-ca, no pueden ser citados como reacciona-rios de ella. La reacción no se inicia, como se ha indicado, hasta el siglo XVIII, y estos no constituyen más que un precedente de las doctrinas colectivistas.

El término socialismo es un concepto ge-neral que abarca aquellas teorías y tenden-cias que quieren sustituir o remplazar el orden económico y social fundado sobre el individualismo por un estado social de carácter igualitario.

Entre los predecesores de los socialis-tas científicos tenemos una serie de au-tores que desarrollan sus teorías en el siglo XVII y otros más importantes que viven durante el siglo XVIII y principios del siguiente, los cuales son: Saint Simon (1780-1825); Sismondi (1773-1842); Ro-bert Owen (1771-1858), y Carlos Fourier (1772-1827). Todos ellos se encuentran influidos por una serie de escritores ante-riores, coetáneos de la Revolución Fran-cesa, como fueron Morelly, Mably, Bris-sot, Dodwin, Hall y Thomson.

Se considera a Johann Karl Rodbertus (1805-1875) como el fundador del socia-lismo científico. Este escritor alemán con-denaba la lucha de clases y la revolución y era básicamente un monárquico conserva-dor. Presentaba un claro entusiasmo por un cierto tipo de socialismo. Sentía atrac-

ción por cierto modo de socialismo de Estado, que por otra par-

El marxismo es una religión.

Para el creyente muestra un sistema de fines últimos que dan un sentido a la vida.

Sus fieles ven la existencia de normas absolutas que permiten juzgar los acontecimientos.

En segundo lugar, aporta una guía para alcanzar los fines buscados, lo que implica un plan de salvación y la denuncia de aquellos planes que deben ser evitados a la humanidad.

El término socialismo es un concepto general que abarca aquellas teorías y tendencias que quieren sustituir o remplazar el orden económico y social fundado sobre el individualismo por un estado social de carácter igualitario.

Johann Karl Rodbertus (1805-1875) es considerado como el fundador del socialismo científico.

Condenaba la lucha de clases y la revolución y era básicamente un monárquico conservador.

Sentía atracción por cierto modo de socialismo de estado

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187HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

te, resultaba aceptable para una gran parte del público. Plantea-ba la tesis de que lo único que sustrae al trabajador parte de su producto es la estructura institucional, de ahí que plantee que esta sea de carácter estatal. Aunque desde los tiempos actuales podríamos pensar en un proceso nacionalizador para transfor-mar la estructura institucional, la propuesta de Rodbertus fue la vía fiscal. Se convierte este autor, al realizar esta propuesta, en uno de los pioneros a la hora de reivindicar el uso de los impuestos para otros usos diferentes al del erario público.

[ X . 2 K A R L M A R X ]

No obstante, el socialismo científico tiene un personaje tan des-tacado como Karl Marx. Solamente Quesnay y otro gran econo-mista, J. M. Keynes, han obtenido un nivel de fidelidad por parte de sus discípulos comparable al recibido por Marx.

Joseph Alois Schumpeter comienza su conocida obra Diez gran-des economistas de Marx a Keynes por el Marx profeta. Con este hecho, este gran economista que es Schumpeter, intenta poner de relieve un carácter propio del marxismo. El marxismo es una religión. Para el creyente muestra un sistema de fines últimos que dan un sentido a la vida. Sus fieles ven la existencia de nor-mas absolutas que permiten juzgar los acontecimientos. En se-gundo lugar, aporta una guía para alcanzar los fines buscados, lo que implica un plan de salvación y la denuncia de aquellos planes que deben ser evitados a la humanidad. Podríamos incluso decir que el marxismo sería de aquellas religiones que prometen el cie-lo aquí en la Tierra, y no más allá de la muerte.

Aunque este carácter religioso del marxismo no es el más impor-tante, si sirve para mostrar porqué una obra como la de Marx alcanza la inmortalidad. Otros científicos ha tenido la historia de categoría igual o superior a la suya, y, sin embargo, no han al-canzado un sitio en el Olimpo de los dioses, como sí lo ha hecho Karl Marx.

En el marco de mediados del siglo XIX, el mensaje de Marx llegó a representar para millones de obreros, de corazones humanos, un nuevo sentido de la vida. La mayoría de estos hombres iban guiados por un arsenal de consignas de partido, por una gran

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MARX Y LA ECONOMÍA SOCIALISTA188

cantidad de expresiones encendidas, de acusaciones y de gestos coléricos que estimulaban la movilización de las clases más des-favorecidas. Ciertamente, un número importante de los segui-dores de Marx no llegaba a comprender enteramente el mensaje que se quería transmitir.

[ E N M A R C A D O E N S U É P O C A ]

El materialismo mecanicista se imponía entre las mentes mejor amuebladas de la época, y la sociedad en general presentaba una tendencia racionalista y materialista, no toleraban ningún credo que no pre-sentase connotaciones científicas o pseu-docientíficas. Si el marxismo únicamente mostrase un deseo de alcanzar unas metas de paraíso terrenal y no celestial, no hubie-ra generado el fervor popular que provocó. El marxismo conquistó una adhesión en-tusiasta porque predicó desde una actitud

analítica y con la vista puesta en las necesidades más profunda-mente sentidas de los hombres. Los seguidores de Marx tenían el convencimiento de que terminarían alcanzando la victoria.

El discurso político suele venir acompañado generalmente del sen-timentalismo, no fue este el caso de Karl Marx, que eludió todo mensaje en torno a la belleza del ideal socialista, separándose de este modo de los denominados socialistas utópicos. Estuvo, igual-mente, alejado de esa tendencia, tan característicamente burgue-sa, de glorificar al trabajador. Su postura fue más bien distante hacía los problemas coyunturales y centrada en objetivos sociales que estaban mucho más lejos que el simple día a día. Al igual que todo profeta, no se considera mensajero de su propia obra, sino de

su Dios. En el caso de Marx, la deidad en nombre de quien hablaba era la lógica del proceso dialéctico de la historia.

La principal obra de este maestro alemán, que es Marx, fue el Capital, trabajo que contiene la esencia de todo el marxismo. Su concepción se asienta en dos pilares bá-

El marxismo conquistó una adhesión entusiasta porque predicó desde una actitud analítica y con la vista puesta en las necesidades más profundamente sentidas de los hombres.

Se consideró mensajero de su Dios. La deidad en nombre de quien hablaba era la lógica del proceso dialéctico de la historia.

Su concepción se asienta en dos pilares básicos: uno, es el sentido evolucionista de la historia, tomado de la filosofía de Hegel; otro, su concepto de valor, que Marx toma de la Escuela Clásica inglesa.

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189HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

sicos: uno, es el sentido evolucionista de la historia, tomado de la filosofía de Hegel; otro, su concepto de valor, que Marx toma de la Escuela Clásica inglesa y concretamente de David Ricardo en su enunciado “las cosas valen por lo que cuesta producirlas”, esto es, por el trabajo a ellas incorporadas.

[ E L C A R Á C T E R H E G E L I A N O D E M A R X ]

Respecto al primero de los pilares básicos de Marx, el carácter hegeliano de su obra y su pensamiento, no existe un consenso amplio. Sobre ello, Schumpeter(1997) co-menta que Marx sería propiamente neohe-geliano; es decir, aceptaba las opiniones y métodos fundamentales de Hegel, pero re-chazaba, sustituyéndolas en buena medida por sus opuestas, las tesis conservadoras que otros muchos discípulos extraían de la filosofía del maestro. El mismo Marx, en el prefacio a la segunda edición del primer volumen de El Capital, afirma que, nun-ca subordinó la ciencia positiva a la meta-física. Realmente el lector de las obras de Marx podrá observar que los razonamien-tos expuestas en estas se apoyan general-mente sobre hechos sociales y que ninguna de las fuentes empleadas para elaborar sus tesis pertenecía al dominio de la filosofía.

La visión materialista del desarrollo histórico es de corte hege-liano, de hecho, no se puede afirmar que la interpretación de la historia de Marx sea más profundamente materialista que la del propio Hegel.

En honor a ese concepto de materialismo, se ha pregonado mu-chas veces, por voces poco informadas pero seguidoras del mar-xismo, que las religiones, los sistemas metafísicos, las escuelas ar-tísticas, las ideas éticas y las decisiones políticas pueden reducirse a motivaciones económicas. Cuando realmente, lo que propugna la visión materialista de Marx, es que las condiciones económicas contribuyen a configurar las instituciones de carácter metafísico,

Lo que propugna la visión materialista de Marx, es que las condiciones

económicas contribuyen a configurar las

instituciones de carácter metafísico, y a explicar su

nacimiento y su caída

Su interpretación económica de la historia

se resume en dos proposiciones.

1.- El determinante fundamental de las estructuras sociales

está constituido por las condiciones o formas de la

producción.

2.- Las formas de producción tienen su

lógica propia.

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MARX Y LA ECONOMÍA SOCIALISTA190

y a explicar su nacimiento y su caída. De hecho, su interpretación económica de la historia se resume en dos proposiciones:

a. El determinante fundamental de las estructuras sociales está constituido por las condiciones o formas de la produc-ción. Estas estructuras sociales crean las acciones y las ci-vilizaciones. El ejemplo de los molinos utilizado por Marx, clarifica esta idea: El molino movido por brazos humanos crea las sociedades feudales y el molino de vapor las socie-dades capitalistas.

b. Las formas de producción tienen su lógica propia. Estas for-mas mudan de acuerdo a sus propias necesidades, teniendo la capacidad de engendrar a las que han de sucederla. Si retomamos el ejemplo de los molinos, podemos decir que la molienda a brazo crea una situación social y económica tal que la adopción de nuevos sistemas de tracción para el molino se presenta como una necesidad; esta de tal impor-tancia, que los propios agentes sociales - piénsese en los braceros como un grupo social de futuros desempleados - serían incapaces de frenar. Por otra parte, el nuevo molino de vapor crea unas nuevas funciones y posiciones sociales, nuevas maneras de entender las cosas, que se desarrollan hasta sobrepasar los límites de su propia estructura.

[ X . 3 E L C A P I T A L ]

El Capital constituye la continuación de su libro Contribución a la crítica de la economía política publicado en 1859. En el capítulo primero de El Capital de-sarrolla muchos puntos que no hacían más que esbozarse en Contribución. En

este capítulo trata de un modo sencillo el análisis de la mercancía y trata con gran claridad el concepto de valor. Plantea Marx que la forma del valor, que cobra cuerpo en la forma dinero, no puede ser más sencilla y llana. Y, sin embargo, el espíritu del hombre se ha pasado más de dos mil años forcejeando en vano por explicársela, a pesar de haber conseguido, por lo menos de un modo aproximado, analizar formas mucho más complicadas y preñadas de contenido.

La forma de mercancía que adopta el producto del trabajo o la forma de valor que reviste la mercancía, es la célula económica de la sociedad burguesa.

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191HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

¿Por qué? Porque es más fácil estudiar el organismo desarrollado que la misma célula. En el análisis de las formas económicas de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos. El único me-dio de que disponemos, aseveraba Marx, es la capacidad de abs-tracción. La forma de mercancía que adopta el producto del trabajo o la forma de valor que reviste la mercancía es la célula económica de la sociedad burguesa.

A Marx no le interesaba criticar el mayor o menor grado de desa-rrollo de las contradicciones sociales que brotan de las leyes natu-rales de la producción capitalista. Como decía Marx, los países in-dustrialmente más desarrollados no hacen más que poner delante de los países menos desarrollados el espejo de su propio porvenir. Le interesaba estas leyes de por sí, estas tendencias que actúan y se imponen con férrea necesidad.

Algunos han tildado, ya desde los comienzos del siglo XX, a los marxistas de no ser una escuela. Argumentaban para ello la adhe-sión a una doctrina política, pero como muy bien advierte Schum-peter(1954), la adhesión a un credo puede afectar al carácter científico del trabajo de un grupo, pero no puede destruirlo.

Los marxistas realizaron un trabajo analí-tico, aceptaron un maestro y una doctrina y trabajaron en contacto íntimo, aunque no siempre armonioso.

En la primera de sus tesis, el marxismo supone que el hombre sólo se mueve por consideraciones de tipo material y econó-mico. Es su llamada y corrección al con-cepto ricardiano del valor.

En la segunda de sus tesis, supone que to-das las cosas que se compran y venden, es decir, todos los bienes económicos, al es-tar en una relación de cambio, es porque existen entre ellos “algo” que les es común. Ese “algo” es capaz de establecer la propor-ción del valor de los bienes que se cambian. Marx nos indica que ese “algo” en común a

Todos los bienes económicos, al estar en

una relación de cambio, es porque existe entre ellos

“algo” que les es común. Ese “algo” en común

a todas las mercancías sólo puede ser el trabajo

humano.

La diferencia de precio entre la primera mercancía sin elaborar (cuero, por ejemplo) y el producto definitivo (zapatos) origina la

ganancia del capitalista, de donde se deduce que el valor del producto último ha aumentado gracias al trabajo incorporado a la

materia prima.

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MARX Y LA ECONOMÍA SOCIALISTA192

todas las mercancías sólo puede ser el trabajo humano que ha cos-tado producirlas u obtenerlas. Pero agrega más, y ello supone su enmienda y corrección al concepto ricardiano del valor, el trabajo no hay que considerarle como el específicamente empleado en la obtención de una mercancía concreta, sino el trabajo medio social-mente necesario.

Con las dos tesis enunciadas – la del materialismo histórico y la de la teoría del valor – va Marx a proporcionarse los elementos necesarios para la construcción total de su sistema.

Por la teoría del valor sienta el principio de que, en una sociedad capitalista (como la de su tiempo), el propietario de los medios de producción y dueño del dinero adquiere las materias primas y la mano de obra para la producción u obtención del producto definitivo. La diferencia de precio entre la primera mercancía sin elaborar (cuero, por ejemplo) y el producto definitivo (zapatos) origina la ganancia del capitalista, de donde se deduce que el valor del producto último ha aumentado gracias al trabajo incor-porado a la materia prima. Pero el capitalista - dice Marx - no remunera al obrero con el producto íntegro de su trabajo. El sa-lario pagado al trabajador es siempre menor; Marx supone que, por ejemplo, de las ocho horas de jornal en una fabrica, el em-presario capitalista paga al obrero un salario que corresponde a su remuneración integra por el trabajo desarrollado, por ejemplo, cinco horas; las tres horas restantes, proporcionan, según él, un valor que ya no va a manos del trabajador, sino del propietario, dueño de los bienes de los productos definitivos. A este segundo valor lo llama Marx plusvalía, o sea, aquella cantidad de trabajo no pagada al obrero por el capitalista.

A esto llegó Marx después de un análisis de la economía capi-talista, en la que distingue dos ciclos: el primero, en el que los cambios se verifican bajo el orden mercancía-dinero-mercancía. En el segundo ciclo los cambios adoptan esta otra formula: dine-ro-mercancía-dinero. En este segundo movimiento de cambio el interés de la operación radica en que la cantidad de dinero última es mayor que la que se anticipó en el comienzo.

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193HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

En el primer ciclo -dice Marx- no se da la plusvalía, el movimiento empieza y acaba en la mercancía. En el segundo ciclo, en cambio, la plusvalía es la norma. Siendo el dinero el principio y el fin de la cadena, re-sulta vano cambiar un euro para obtener otro euro nada más: se hará el cambio para obtener un beneficio mayor. Entonces re-sulta que la única mercancía que puede ori-ginar ese aumento de valor es el trabajo. El capitalista pone en circulación, inicialmen-te, su dinero y compra las materias primas y el trabajo necesario para la obtención de la mercancía o producto definitivo, que, revendida, proporciona nuevamente dinero. Como lo que se paga al trabajador es menos que lo que realmente vale y produce, he aquí el beneficio capita-lista de la plusvalía.

El capital engendra la plusvalía que, a su vez, aumenta el ca-pital; todo el interés de los capitalistas reside en el ahorro, que aboca en uno de los vaticinios marxistas de mayor interés: la acumulación y concentración creciente de capitales. Disminuye el número de sus tenedores o poseedores, pero se aumenta y con-centran las explotaciones. Este proceso acumulativo de capitales lleva consigo el aumento del proletariado y, que bajo un estado de opresión burguesa iría generando continuas pérdidas en el nivel de vida de la clase proletaria. Marx, como hemos mostrado, asigna a la acumulación del capital la causa del pauperismo de las clases medias; se inicia así, según él, el primer estadio que ha de acarrear la implantación del comunismo: la proletarización de las clases sociales.

[ L A L U C H A D E C L A S E S ]

Del segundo de los principios fundamentales, y que se refiere a la conceptualización filosófica de las tesis marxistas como filosofía inspirada en el materialismo histórico. Marx viene a conceptuar que la sociedad liberal y capitalista ha producido una digresión en las clases sociales que aboca a la lucha de las mismas por la constante diferenciación entre capitalistas, burgueses y proleta-

El capitalista pone en circulación, inicialmente,

su dinero y compra las materias primas y el

trabajo necesario para la obtención de la mercancía o producto definitivo, que,

revendida, proporciona nuevamente dinero.

Como lo que se paga al trabajador es menos que

lo que realmente vale y produce, he aquí el

beneficio capitalista de la plusvalía.

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MARX Y LA ECONOMÍA SOCIALISTA194

riado. La lucha de clases está enunciada en Marx como una de las realizaciones de su programa político. La lucha de clases es la consecuencia necesaria para un sistema que, como el marxismo, preconizaba la re-volución social después de haberse llegado al máximo en la disgregación de los valores éticos informadores de cualquier otro sis-tema político. La acumulación de capitales vendría a favorecerla porque el acapara-miento de unos pocos de todos los medios de producción y, en consecuencia, de la ri-queza, haría más patente la discordancia de lo social en sólo dos términos: capita-listas y proletarios. Cuando tal concentra-ción llegase al máximo habría de hacerse la revolución de las masas. Instaurándose así, en su primera fase, la dictadura del proleta-

riado, que socializaría los medios de producción hasta que llegase el momento en que hubiera de abolirse esta.

Las tesis críticas de Marx cuestionaron la propia esencia de la sociedad capitalista. La idea clásica de equilibrio entre las clases sociales y la distribución del producto, es rechazada por Marx. Desde la perspectiva marxista, hay una clase social dominada, perjudicada en distribución de la renta (la clase del trabajo) y, por ello, la evolución de las sociedades se caracteriza por el con-flicto permanente.

Así, mientras una determinada clase goce de autoridad y privi-legios, surgirá un conflicto para cambiar el orden establecido. Marx entiende que esta situación de conflicto (desigual distribu-ción de la renta, el “ejército” de desempleados, los fenómenos de monopolio, etcétera) es ignorada por los economistas clásicos. Entonces, dado este funcionamiento de las sociedades, las “rela-ciones de producción” están sometidas a un cambio permanente y, por esa razón, la interpretación de la Escuela Clásica del equi-librio económico, para Marx, carecía de interés.

Mientras una determinada clase goce de autoridad y privilegios, surgirá un conflicto para cambiar el orden establecido. Entiende que esta situación de conflicto (desigual distribución de la renta, el “ejército” de desempleados, los fenómenos de monopolio, etcétera) es ignorada por los economistas clásicos.

Explica la determinación del salario por variables tales como el grado de organización y poder relativo de la clase trabajadora.

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195HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Desde la concepción de una sociedad en conflicto, Marx explica la determinación del salario por variables tales como el gra-do de organización y poder relativo de la clase trabajadora y las variaciones en el “ejército de reserva”. Finalmente, en lo referente al análisis del crecimiento o, en su terminología, proceso de acumulación del sistema capitalista, el análisis de Marx conduce a la predicción de un empobreci-miento progresivo de la clase trabajadora que desencadenará, como ya hemos men-cionado anteriormente, un conflicto defi-nitivo y la ruptura del sistema, con el acceso del proletariado a clase dominante.

El trabajo científico de carácter marxista ha tenido, prácticamen-te desde siempre, a sus mejores artesanos en Rusia y en Alema-nia. Desde luego, hasta el periodo de posguerra de la segunda guerra mundial no existieron marxistas destacados fuera de estos dos países.

La conquista del sector socialista de la intelectualidad rusa por el marxismo se debió en gran medida a que la especulación mar-xista resultó afín al espíritu ruso. Marx fue el autor que los eco-nomistas rusos intentaban dominar a fondo, incluso aquellos que eran críticos con los enunciados marxistas. El más insigne de los críticos fue Tugan-Baranovski.

En el caso de Alemania, la propagación del marxismo vino de la mano del partido socialdemócrata y de la adopción por parte de este del marxismo como ideología troncal del partido (1891). La organización del partido socialdemócrata apoyó con enorme pasión a los intelectuales marxistas ortodoxos, abandonando a aquellos otros, que aun siendo socialistas, no promulgaban con el marxismo. La fuerza de este empuje partidario promovió que una parte importante de los socialistas se unieran a las filas del marxismo.

La conquista del sector socialista de la

intelectualidad rusa por el marxismo se debió en

gran medida a que la especulación marxista resultó afín al espíritu

ruso.

Marx fue el autor que los economistas rusos

intentaban dominar a fondo, incluso aquellos

que eran críticos con los enunciados marxistas.

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MARX Y LA ECONOMÍA SOCIALISTA196

El Partido Socialdemócrata en Alemania estuvo liderado hasta 1895 por Friedrich Engels, patriarca del partido, quien dispu-so hasta su muerte de una autoridad rara vez discutida - con la salvedad de Rosa Luxemburg - pero nunca derrotada en ningún terreno salvo el de la táctica. A su muerte, el papel de patriarca recayó en Karl Kautsky. Aunque conoció a Marx y le fue abso-lutamente fiel y leal, nunca pudo ejercer de sumo sacerdote del marxismo alemán, entre otras cosas, porque no era absolutamen-te rígido, sino que era capaz de hacer concesiones a los discre-pantes sobre cuestiones particulares dentro del círculo interno de autores del partido.

Debates Abiertos

1. ¿Es el marxismo una religión para sus seguidores?

2. ¿Considera correcta la visión hegeliana de la historia?

3. ¿Los elementos que determinaba la lucha de clases, siguen vigentes en Europa? y ¿en América Latina?

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D E L D E B A T E F I L O S Ó F I C O A L

E C O N Ó M I C O

[ X I . 1 L A A P L I C A C I Ó N E C O N Ó M I C A D E U N C O N C E P T O F I L O S Ó F I C O : L A U T I L I D A D ]

[ X I . 2 U N A T E O R Í A D E L A E L E C C I Ó N M A R G I N A L I S T A ]

[ X I . 3 L A C O N S T R U C C I Ó N D E U N N U E V O S I S T E M A E C O N Ó M I C O : ¿ P O R D O N D E E M P E Z A M O S ? ]

[ X I . 4 L O S B I E N E S E C O N Ó M I C O S ]

[ X I . 5 E L C O N C E P T O D E P R E V I S I Ó N ]

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D E L D E B A T E F I L O S Ó F I C O A L

E C O N Ó M I C O

[ X I . 1 L A A P L I C A C I Ó N E C O N Ó M I C A D E U N C O N C E P T O F I L O S Ó F I C O : L A U T I L I D A D ]

El Utilitarismo, doctrina económica que nace en el siglo XIX y que permanece como dominante en el siglo XX, tiene a Jere-my Bentham y John Stuart Mill1 como principales artífices. No obstante sus concepciones sobre esta doctrina son distintas. La primera, vinculada a Jeremy Bentham, descansa su concepción del utilitarismo en tres supuestos psicológicos. Los cuales son:

1. El único objeto posible de voluntad o deseo es el placer o la ausencia de dolor.

2. El placer es susceptible de medida o, lo que es lo mismo, todos los placeres son cualitativamente iguales.

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO200

3. Los placeres de distintas personas pueden compararse entre sí.

John Stuart Mill sustenta la doctrina uti-litarista en el carácter social del hombre. Cree2 Mill que el ser humano es sensible a la situación social que le rodea y por tanto de modo implícito asume la existencia de un sistema de valores comunes para la so-ciedad, los cuales son determinantes a la hora de alcanzar su propia felicidad.

El debate abierto por estas discrepancias influyó no solo en el campo de la filosofía, también se hizo patente en el desarrollo de la teoría económica. La Economía Políti-ca3 y el razonamiento lógico de Mill, al-canzaron sobre la segunda mitad del siglo

XIX una época de gran esplendor, pero sería el benthanmismo a través del marginalismo, el que tendría una mayor influencia en el desarrollo de la teoría económica neoclásica. Es decir, en la teoría económica predominante actualmente.

Mientras Mill publicaba con éxito Utilitarianism, Stanley Jevons - uno de los padres del marginalismo y benthamista - formula las nociones marginalistas básicas para la explicación de la econo-mía desde la perspectiva del intercambio y el comportamiento humano en Brief Account of a General Mathematical Theory of Political Economy.4

[XI.2 UNA TEORÍA DE LA ELECCIÓN MARGINALISTA]

Una década más tarde de que saliera a la luz Utilitarianism, se da a conocer la Theory of Political Economy5 de Jevons, donde de-sarrolla, sustentándose en Bentham, la

teoría del comportamiento humano a partir de lo que el denomi-nó Theory of Plasure and Pain (Teoría de los placeres y las penas):

El Utilitarismo, doctrina económica que nace en el siglo XIX y que permanece como dominante en el siglo XXI, tiene a Jeremy Bentham y John Stuart Mill como principales artífices

John Stuart Mill sustenta la doctrina utilitarista en el carácter social del hombre

Fue el benthanmismo, a través del marginalismo, el que tendría una mayor influencia en el desarrollo de la teoría económica neoclásica

Jevons desarrolla, sustentándose en Bentham, la teoría del comportamiento humano

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201HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Pleasure and Pain as Quantities

PROCEEDING to consider how pleasure and pain can be es-timated as magnitudes, we must undoubtedly accept what Ben-tham has laid down upon this subject.

To a person, [he says] considered by himself, the value of a plea-sure or a pain, considered by itself, will be greater or less accor-ding to the four following circumstances:

(1) Its intensity.

(2) Its duration.

(3) Its certainty or uncertainty.

(4) Its propinquity or remoteness.

These are the circumstances wich are to be considered in estima-ting a pleasure or a pain considerd each of them by itself.*

Bentham goes on to consider three other circumstances wich rela-te to the ultimate and complete result of any act or feeling; these are […] These three last circumstances are of high importances as regards the theory of morals; but they will not enter into the more simple and restricted problem wich we attempt to solve in economics6.

De modo simultáneo a Jevons, Walras y Menger desarrollan mo-delos de elección del consumidor7 dando lugar al comienzo de la economía neoclásica8. La coincidencia temporal en la aparición de los trabajos de estos tres grandes eco-nomistas propició una homogeneización de la teoría de la utilidad marginal que será cuestionada posteriormente por des-tacados miembros de la escuela austríaca9. A juicio de los economistas liberales ads-critos a esta escuela económica, en Jevons y Walras la utilidad marginal es un simple “añadido” en un modelo matemático de equilibrio en el que el proceso humano de acción brilla por su ausencia, y que se

De modo simultáneo a Jevons, Walras y Menger

desarrollan modelos de elección del consumidor

dando lugar al comienzo de la economía

neoclásica

La riqueza teórica expuesta en los trabajos

de estos tres genios del siglo XIX nos permite observar una inmensa

gama de matices

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO202

mantiene inalterado al margen de que en el mismo se introduzca o no la ley de la utilidad marginal. Por el contrario, para Menger la teoría de la utilidad marginal es una necesidad ontológica o consecuencia esencial de su propia concepción del proceso diná-mico de la acción humana.

[IGUALES PERO DISTINTOS]

Realmente, y sin entrar en polémicas con los economistas austríacos, la riqueza teórica expuesta en los trabajos de es-tos tres genios del siglo XIX nos permite observar una in-mensa gama de matices. Homogeneizar el trabajo de estos tres economistas tiene un virtud que es en sí misma un defecto. Es una virtud en la medida en que al estudiante que se acaba de introducir en la Teoría Económica le proporciona una visión sen-cilla, yo incluso diría que a veces hasta infantil, del posiblemente mayor esfuerzo teórico que se haya hecho en el campo de la Ciencia Económica.

Presenta el defecto de convertir un arco iris en un arco de un solo color. La variedad de aspectos abordados por Jevons, Walras y Menger no solo es una muestra de un trabajo prolífico, es tam-bién el indicador de futuras líneas de investigación que marcaron nuestros conocimientos actuales o que incluso están delimitando las fronteras del conocimiento en la Teoría de la Elección.

Los modelos de equilibrio general, tema que se suele abordar en últimos cursos de carrera o en cursos de postgrado, no pueden dejar nunca de mirar al modelo de equilibrio general walrasiano.

Tres premios nobeles de los últimos años, como Amartya Sen, Harsanyi o Gary Becker, por no hablar del prestigioso Kevin Lancaster, han abordado en alguna de sus obras conceptos ya planteados por Carl Menger. Nos estamos refiriendo a los atribu-tos de los bienes (Becker y Lancaster) o al orden de preferencias (Sen y Harsanyi).

El intercambio ha protagonizado parte del trabajo de estos auto-res, pero quizás debamos buscar en los trabajos de Jevons y Pare-to (discípulo de Walras) las aportaciones de mayor trascendencia.

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203HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Pero, antes de conocer los fundamentos de la Teoría del Intercambio, sería positivo comprender dos conceptos que son crucia-les para entender las bases de la Teoría de la Utilidad Ordinal: el bien y el orden de prioridades.

El lector podrá acercarse a ellos a través del conocimiento de la obra de Carl Menger.

El eje de la actividad económica está en el intercambio y en el concepto de utilidad. Estos conceptos los abordaremos con la visión de Stanley Jevons.

Por último, no debemos olvidar que el sistema económico fun-ciona como un todo integrado o interrelacionado. Los modelos económicos que intentan explicar este funcionamiento son los llamados de equilibrio general. Entenderemos las bases de su funcionamiento a través del expuesto por Leon Walras.

[ X I . 3 L A C O N S T R U C C I Ó N D E U N N U E V O S I S T E M A E C O N Ó M I C O : ¿ P O R D O N D E E M P E Z A M O S ? ]

Carl Menger fue, hasta su entrada en la Universidad, un alto funcionario de la corte Austro-Húngara. Aunque había tenido una exquisita formación no provenía de los círculos académicos. Al contrario que otros grandes padres de la Teoría Económica, no hereda de un gran maestro lo que hoy denominaríamos una línea de investigación. Otea Menger el horizonte del saber y de-cide construir la piedra angular de su obra, su Teoría del Valor, a partir de .......

Pero, aquí se le presenta un interrogante. ¿Por dónde se debe co-menzar a construir ?. Esta es una pregunta que actualmente no se hace. ¿Por qué?, quizás porque se respondió ya en el siglo XIX.

La aclaración sobre lo que es un bien fue considerada en esa mis-ma época, y Menger fue un claro ejemplo de ello. Era el primer

Utilizaremos a Menger para acercarnos a los

conceptos de bien y orden de prioridades.

El eje de la actividad económica está en el

intercambio y en el concepto de utilidad.

Estos conceptos los abordaremos con la

visión de Stanley Jevons.

El concepto de equilibrio general lo estudiaremos

a través de la mirada de Walras.

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO204

peldaño que había que ascender para poder construir una Teoría del Valor.

Ese esfuerzo intelectual realizado en el último tercio del siglo XIX relajó y relaja los esfuerzos de numerosos economistas del campo de la Teoría de la Elección. De hecho, numerosos ma-nuales de Economía Política destinan una parte de sus capítulos introductorios a mostrar diferentes clasificaciones de bienes.

[ E L B I E N , E L P R I M E R P A S O ]

Una comprensión de la teoría del valor de Menger, como no podía ser menos, co-mienza con la Teoría General del Bien. El cuidado que Menger mostró a la hora de desarrollar esta teoría, nos puede servir para comprender la importancia que tie-ne en el desarrollo posterior de su trabajo. Por otra parte, si hiciéramos nuestro el ra-

zonamiento lógico10 que Stuart Mill utilizó para elaborar el índi-ce de sus Principios de Economía Política, podríamos afirmar que la importancia de la teoría general del bien en el desarrollo de su teoría del valor era tal que no se podía aplazar para ninguna otra parte de sus Grundsätze o Principios11.

Comienza destacando las perspectivas y relaciones necesarias para pasar del concepto de cosa al de bien12:

1. Una necesidad humana

2. Que la cosa tenga tales cualidades que la capaciten para mantener una relación o conexión causal con la satisfac-ción de dicha necesidad.

3. Conocimiento, por parte del hombre, de esta relación causal.

4. Poder de disposición sobre la cosa, de tal modo que pueda ser utilizada de hecho para la satisfacción de la menciona-da necesidad.

Uno de los conceptos fundamentales y que destacó Menger con claridad es que la cualidad de bien no es algo intrínseco de los bienes mismos, es decir, no es una propiedad de los bienes, sino

La cualidad de bien no es algo intrínseco de los bienes mismos, es decir, no es una propiedad de los bienes, sino que se nos presenta únicamente como una relación que algunas cosas tienen con los hombres.

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205HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

que se nos presenta únicamente como una relación que algunas cosas tienen con los hombres. Al realizar este análisis sobre la esencia de los bienes, Menger retoma y mejora los avances de la Teoría del Bien13. Para Menger los hombres emplean las cantida-des de bienes disponibles para satisfacer sus necesidades de la manera más completa posible14. Como resultado de esta relación entre necesidad y la cantidad de bienes disponibles, puede darse una triple posibilidad15:

La primera posibilidad, respecto a la mayoría de los bienes, se registra siempre. De modo que, forzosamente debe quedar in-satisfecha una parte de las necesidades cubiertas por los bienes ligados a dichas necesidades. La principal consecuencia que se deriva de este hecho es que los hombres bajo el objetivo de satis-facer todo lo posible sus necesidades, se esforzarán en16:

1. Mantener aquella cantidad parcial de los bienes de que disponen en la relación cuantitativa anteriormente existente.

La idea que subyace es que, dado que no tenemos saciada nuestra necesidad, estan-do bajo el primer supuesto, intentaremos, por lo menos, que no disminuya la canti-dad disponible.

2. Conservar las propiedades útiles de dichos bienes. [.....] toda utilización inadecuada de cantidades parciales de estos bienes tiene como consecuencia inevitable que también quedará insatisfecha una parte de aquellas necesidades que podrían haber sido cubiertas con una utilización racional de la masa total de bienes disponibles.

Menger introduce, en este desarrollo, un elemento que será cru-cial en su desarrollo teórico, la capacidad previsora de los hom-bres, esta pretende satisfacer los siguientes fines:

3. Hacer una elección entre las necesidades más importantes, que satisfacen con las cantidades de bienes de que disponen, y aquellas otras que tienen que resignarse a dejar insatisfechas.

En esta referencia de Carl Menger podemos observar un elemen-to que es crucial dentro de su teoría del valor: el individuo reali-za una priorización de necesidades de modo que satisfaga antes las necesarias, resignándose a dejar insatisfechas aquellas menos

El individuo realiza una priorización de

necesidades, de modo que satisfaga antes las

necesarias, resignándose a dejar insatisfechas

aquellas menos necesarias

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO206

necesarias. Este comportamiento del individuo supondría poste-riormente una de las bases sobre las se articularían importantes debates sobre la existencia o no de ordenación lexicográfica den-tro de la teoría mengeriana del valor.

4. Alcanzar con una cantidad parcial dada dentro de la relación cuantitativa de bienes, y mediante un empleo racional, el mayor éxito posible, o bien, un éxito determinado con la menor cantidad posible. Dicho con otras palabras, utilizar las cantidades de bienes de consumo directo y sobre todo las cantidades de medios de producción de que disponen de una manera objetiva y racional, para satisfacer sus necesidades del mejor modo posible.

Es posible que muchos lectores no familiarizados con la axio-mática de la Teoría de la Elección no alcancen a ver la impor-tancia de este debate. La ausencia de ordenación lexicográfica es un axioma fundamental de la teoría de la utilidad neoclásica. La existencia de ordenación lexicográfica impide la existencia de sustituibilidad entre bienes e imposibilita la existencia de curvas de indiferencia. Se observaría ordenación lexicográfica si afirmá-ramos que las necesidades están jerarquizadas, y no se satisface la necesidad n hasta que no se haya alcanzado la saciedad en la necesidad n-1.

[ X I . 4 L O S B I E N E S E C O N Ó M I C O S ]

Después de haber leído la pregunta ante-rior estamos ya en situación de definir los bienes económicos. Estos serían aquellos que cumplen la característica de que la necesidad de los mismos es mayor que su cantidad disponible, siendo por tanto los no económicos aquellos donde la necesi-dad de estos es menor que la cantidad dis-ponible de los mismos.

Esta definición expuesta es, lógicamente, coherente con las cau-sas de por qué los bienes pasan de no económicos a económicos:

….las causas por las que unos bienes no económicos pasan a ser económicos son de dos clases. O se deben a un aumento de la ne-cesidad o a una disminución de las cantidades disponibles.

La reducción del número de bienes no económicos va ligado con el crecimiento de las necesidades humanas, y este a su vez, va ligado con el desarrollo cultural de las poblaciones

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207HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Las causas más importantes de las que se deriva un aumento de la demanda son:

1. el aumento de la población, sobre todo cuando se produce una acumulación local de la misma.

2. el desarrollo de las necesidades humanas, en virtud del cual aumentan las necesidades de una misma población, y

3. los progresos humanos en el conocimiento de la conexión cau-sal entre las cosas y su bienestar, a través del cual surgen nuevas aplicaciones utilitarias de estos bienes17.

Como sugiere Menger, la reducción del número de bienes no económicos va ligado con el crecimiento de las necesidades hu-manas, y este a su vez, va ligado con el desarrollo cultural de las poblaciones. Nos muestra este autor la existencia de otros bienes, que no son naturales, es decir están desarrollados por la sociedad y es tan fácil adquirirlos que la gente no les da un valor económico.

Un mismo bien, como él explica, puede ser a la vez económico y no económico, y esto a causa de que este disponga de diferen-tes niveles de calidades

A la hora de abordar la visión mengeriana de los bienes económicos, no podemos ol-vidar citar a los bienes de orden superior (los bienes intermedios, por ejemplo, las ruedas en un coche, los huevos en una tor-tilla española) en los siguientes sentidos:

…..ningún bien de orden superior puede alcanzar o reclamar para sí carácter eco-nómico si no es apto para la producción de bienes económicos de orden inferior18.

[ X I . 5 ] [ E L C O N C E P T O D E P R E V I S I Ó N ]

La actividad económica como una planificación en orden al futu-ro es otro de los conceptos que arraiga en la literatura económica a partir del marginalismo. El elemento de planificación temporal

A juicio de Menger, todos los seres humanos

planifican su futuro. Pero, aquellos con nivel cultural más elevado se diferencian por prever la satisfacción de sus

necesidades no sólo para cortos períodos de tiempo, sino para espacios temporales

mucho más prolongados.

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO208

es latente en toda la obra de Carl Menger y llega a este escenario arrastrado de la mano por el principal concepto que ya hemos visto, el de bien.

Aunque anteriormente pudimos observar indicios del carácter pre-visor del hombre, no obstante el carácter no atemporal de los Grund-sätze de Menger, exigen que le dediquemos una especial atención.

El prever la satisfacción de necesidades es un atributo inherente a la condición humana, y como Menger aclara en el siguiente párrafo, un mayor desarrollo económico no altera este atributo:

….ni siquiera el salvaje australiano se dedica a la caza sólo cuando tiene hambre, o construye su choza sólo cuando ya ha comenzado el crudo invierno y se halla inmediatamente expuesto a los calamitosos rigores del clima. Pero lo que distingue a los hombres de elevadas culturas de los restantes agentes económicos es que prevén la satisfacción de sus necesidades no sólo para cortos períodos de tiempo, sino para espacios temporales mucho más prolongados, procuran poner a seguro esta satisfacción por muchos años, incluso para toda su vida y, de ordinario, su pre-ocupación va incluso más lejos, de modo que tampoco a sus des-cendientes les falten medios necesarios para que a su vez puedan alcanzar este objetivo19.

Las cantidades de bienes de primer orden necesarias para la sa-tisfacción de una necesidad concreta durante un período de tiem-po vienen determinadas de manera inmediata por la necesidad. Existiendo una mayor o menor incertidumbre sobre si dentro de los períodos de tiempo que restan por venir se dejaran sentir o no unas determinadas necesidades.

Los bienes de primer orden necesarios para satisfacer las nece-sidades de una secuencia temporal dependen de las necesidades que sepamos previstas y previsibles, es decir de las necesidades ciertas, pero también el hombre es consciente de que desco-noce si tendrá necesidad o no de determinados bienes, y en un afán de ser previsor tendrá en cuenta esas inciertas nece-sidades. Las necesidades ciertas no nos permiten asegurar las cantidades necesarias de los bienes de primer orden, las cuales son desconocidas.

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209HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ L A S N E C E S I D A D E S I N C I E R T A S ]

Obviamente, las necesidades inciertas im-plican igualmente un desconocimiento de las cantidades necesarias de bienes de pri-mer orden, pero el afán de previsión impli-cará la adopción de las medidas necesarias para poder acoger cualquiera de esas nece-sidades imprevistas. Utilizando los ejem-plos de Carl Menger, la gente que vive en el campo tendrá en la medida de sus posi-bilidades una farmacia doméstica o en todo caso un cierto número de medicinas para los casos imprevistos. Los fondistas y hoteleros tienen sus propios extintores de incendios para conservar su propiedad si se produce fuego, armas para defenderlas en caso necesario, o cajas fuertes a prueba de fuego y hurtos. En este caso de las necesidades incier-tas, Menger considera que los hombres sólo consideran cubierta la necesidad cuando disponen de cantidades de bienes suficientes para todos los casos previsibles. “Así pues, la incertidumbre exis-tente sobre si la necesidad de un bien se presentará o no dentro del plazo de tiempo de nuestra previsión no excluye la preocupación por la eventual satisfacción de la misma. Por consiguiente, de esta circunstancia no se sigue que se ponga en duda nuestra necesidad de los bienes precisos para su satisfacción. Al contrario, los hombres procuran, en la medida en que disponen de los medios ne-cesarios, atender a la satisfacción eventual de esta necesidad y, siempre que se trata de determinar el volumen de su necesidad total, incluyen también en sus previsiones los bienes requeridos para alcanzar los ob-jetivos antes mencionados”.

Otro elemento que nosotros resaltamos de la teoría del valor de Menger es la valora-ción cuidadosa que los hombres realizan de sus actos concretos de satisfacción de sus necesidades, y como estos guían hasta don-

Menger considera que los hombres sólo consideran

cubierta la necesidad cuando disponen de cantidades de bienes

suficientes para todos los casos previsibles. La incertidumbre

existente sobre si la necesidad de un bien se presentará o no dentro del plazo de tiempo de

nuestra previsión, no excluye la preocupación

por la eventual satisfacción de la misma.

Si los actores, como nos indica Menger, valoran

cuidadosamente sus actos con objeto de buscar la

más completa satisfacción de sus necesidades, es lógico esperar que en estos juegue un papel

importante el efecto experiencia o aprendizaje

que se traslada de modo generacional.

Si esto fuera así, estaríamos observando un mecanismo procedimental

de satisfacción de necesidades.

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO210

de le es posible la actividad encaminada a la satisfacción de sus diferentes necesidades:

…. podemos observar en todas partes cómo los agentes económi-cos contrapesan cuidadosamente la importancia relativa de to-dos y cada uno de los actos concretos que llevan a la satisfacción de sus diferentes necesidades en general y a la satisfacción más o menos completa de las necesidades de cada individuo y cómo guían hasta donde le es posible la actividad encaminada a la plena satisfacción de sus necesidades (economía) por los resulta-dos de esta comprobación20.

Aunque Menger realiza estas aseveraciones con objeto de desta-car valoraciones distintas de los bienes, nosotros realizamos otra interpretación complementaria a esta. Si los actores, como nos indica Menger, valoran cuidadosamente sus actos con objeto de buscar la más completa satisfacción de sus necesidades, es lógico esperar que en estos juegue un papel importante el efecto expe-riencia o aprendizaje que se traslada de modo generacional, den-tro de los distintos grupos sociales. Si esto así fuera, estaríamos observando un mecanismo procedimental de satisfacción de nece-sidades, el cual por otra parte no niega la existencia de diferentes valoraciones de los medios, sino que se superpone a las escalas de preferencias subjetivas características de la teoría tradicional.

La capacidad de desarrollo de las necesidades humanas actúa, como sugiere Menger, incrementando las necesidades, las cuales a su vez llevan asociadas un número de bienes de primer orden concreto.

Estudia Menger la posibilidad de que las necesidades creciesen hasta el infinito, para aseverar que esta circunstancia no debe ser temida, porque en el caso de que así fuera, será lógicamente tam-bién dentro de un marco temporal que tendría que superar am-pliamente al que el hombre tiene para prever su comportamiento económico. Asume, por lo tanto, la posibilidad del crecimiento infinito de las necesidades, pero no dentro del espacio planifica-dor que tiene el hombre, y que este posible conjunto infinito de necesidades va siempre asociado a un conjunto finito de bienes. La cuestión que podría subyacer dentro de este nuevo determi-

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211HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

nante de los bienes de primer orden sería la posible incapacidad de previsión del ser humano que podría surgir si trabajase con un conjunto infinito de necesidades, pero al marcar la base de que el horizonte planificador recoge un número finito de necesidades elimina este problema:

… se deduce que la necesidad humana de bienes de consumo directo es una magnitud para cuya determinación cuantitativa respecto del futuro no existen dificultades de principio. Se trata de una magnitud a propósito de la cual los hombres se esfuerzan por tener ideas claras a través de una actividad enderezada a la satisfacción de sus necesidades y que se halla en realidad dentro de los límites de lo posible cuando lo que se analiza es su nece-sidad práctica. Así se deduce, en primer lugar, del hecho de que los espacios temporales a que se extiende la previsión del hombre son limitados y, en segundo lugar, de que también es limitado el grado de exactitud requerido para que esta actividad previsora consiga sus objetivos prácticos21.

La cita seguidamente expuesta fortalece la visión no atemporal, pero introduce como novedad la sugerencia de incluir un factor de descuento que nos muestre un peso descendente a medida que aumente la secuencia temporal. No obstante, este factor de descuento podría quedar recogido en el propio proceso de prio-rización de necesidades:

El hombre dirige siempre su temerosa preocupación a asegurarse los medios de consumo necesarios para la conservación de su vida y de su bienestar en el presente y en el próximo futuro [...] En efecto, en la medida en que la conservación de nuestra vida de-pende de la satisfacción de nuestras necesidades, es evidente que la seguridad de la satisfacción de las necesidades de los espacios temporales más próximos tiene prioridad sobre la de los espacios más distantes22.

Es el conocimiento de la distinta significación que tiene para los hombres la satisfacción de las distintas necesidades y cada uno de los actos concretos de la misma la primera causa de la diferen-cia del valor de los bienes.

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO212

Si una cantidad de bienes se contrapo-ne a unas necesidades cuya satisfacción es de muy diversa significación para los hombres, estos comenzaran por intentar cubrir aquellas necesidades cuya satisfac-ción tiene para estos la máxima importan-cia, intentarán satisfacer sus necesidades prioritarias antes que sus necesidades me-nos prioritarias. Toda persona económica procurara satisfacer sus necesidades más perentorias, renunciando a las menos im-

portantes y, por consiguiente, sólo dejará de satisfacerse aquellas que tuvieran para esta persona una menor significación.

Los bienes necesarios o requeridos por el consumidor menge-riano, serán aquellas cantidades que un hombre necesita para satisfacer sus necesidades23:

….And we shall therefore call a person´s requirements those quan-tities of goods that are necessary to satisfy his needs whithin the time period covered by his plans.

La secuencia temporal que engloba está definición es aquella a la que el hombre extiende su capacidad de previsión. Es decir el ac-tor intenta satisfacer todas las necesidades que le puedan surgir dentro del tiempo que él pueda prever.

La adquisición de sus bienes no está pensada bajo la óptica de la necesidad actual. Esta palabra en Menger tiene dos significados, por un lado designa las cantidades de bienes requeridas para la satisfacción de las necesidades de una persona, y por otra parte las cantidades que probablemente consumirá esta persona. En este último sentido cabe decir que las necesidades serán mayores según sean los niveles de renta del consumidor24.

En cuanto a la necesidad de los hombres, esta es únicamente ha-cia los bienes del primer orden o bienes de consumo inmediato:

Los hombres sólo sienten necesidad de los bienes de primer or-den, es decir de aquellos que pueden ser inmediatamente em-pleados para la satisfacción de las necesidades humanas25.

Cuando la necesidad es mayor que la cantidad disponible, los hombres se esfuerzan en satisfacer sus necesidades de la forma más completa que es posible. Ese esfuerzo genera la actividad económica, y el conocimiento de este fenómeno promueve la aparición del valor de los bienes

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213HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Cuando la necesidad es mayor que la cantidad disponible, los hombres se esfuerzan en satisfacer sus necesidades de la forma más completa que es posible. Ese esfuerzo genera la actividad económica, y el conocimiento de este fenómeno promueve la aparición del valor de los bienes:

Valor es la significación que unos concretos bienes o cantidades parciales de bienes adquieren para nosotros, cuando somos cons-cientes de que dependemos de ellos para la satisfacción de nuestras necesidades26.

….. el valor de cada uno de los bienes es una magnitud muy diferente, que no pocas veces cambia incluso respecto de un mismo bien. [….] Los bienes de que disponemos no tiene valor para nosotros en razón de sí mismos[....] lo único que importa es su capacidad para satisfacer nuestras necesidades. [….] Los hombres trasladan esta significa-ción a aquellos bienes sin cuya disposición no podrían cubrir sus necesidades, es decir, la trasladan a los bienes económicos. [….] Se deduce claramente que la diferencia de la magnitud del valor de cada bien concreto se fundamenta -tal como podemos obser-varlo en nuestras propias vidas- en la diferencia de la magnitud de la significación que tienen para nosotros aquellas necesidades cuya satisfacción depende de aquel bien.

En cuanto al concepto de posesión de bienes, los define como la totalidad de bienes de que dispone un individuo para la sa-tisfacción de sus necesidades. Nos sugiere, por otra parte, que no podemos entender la posesión de estos como una cantidad caprichosamente acumulada, sino como el reflejo de sus necesi-dades, como un todo articulado, que no puede ser aumentado o disminuido de forma sustancial sin que se vea comprometida la realización del objetivo total.

Los bienes de que disponemos no tiene

valor para nosotros en razón de sí mismos[....] lo

único que importa es su capacidad para satisfacer

nuestras necesidades

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO214

Debates Abiertos1. Stuart Mill, en Utilirianism sugiere que optar por la vía su-puestamente “egoísta” de Bentham sería similar a desear ser un “cerdo satisfecho” en lugar de un “sabio insatisfecho”. Bajo su opinión, qué opción creé que elegirían la mayoría de las personas que usted conoce.

2. Considera que la teoría microeconómica ha optado por la ver-sión del “cerdo satisfecho”, es decir, por un agente maximizador al que solo le pregunta su vector de mercancías o x.

3. Un bien per se ¿tiene algún significado para los economistas? Algunos economistas opinan que lo único relevante de los bienes son sus características, ¿Creé que Menger opina lo mismo?

N O T A S1 Jeremy Bentham frecuentaba la casa en Londres de James Mill, padre de John

Stuart Mill. Fruto de esa relación de amistad llegó a ejercer de maestro de J. S. Mill.

2 John Stuart Mill (1863) en “Utilitarianism” “Aunque en grados desiguales, el afecto por los individuos y un interés sincero en el bien público son posibles para todo ser hu-mano rectamente educado.” pp. 39-40. “Para aquellos que no sienten afecto ni por los individuos ni por la comunidad, los estímulos que ofrece la vida son muy restringidos; en todo caso, disminuyen cuando se acerca el tiempo en que todos los intereses egoístas han de cesar por la muerte. En cambio, los que dejan seres queridos, y, especialmente, los que han cultivado un sentimiento de simpatía por los intereses colectivos de la humanidad retienen frente a la muerte un interés por la vida tan intenso como cuando poseían el vigor de la juventud y de la salud.” pp. 38-39.

3 Las principales obras de Mill en el campo de la economía fueron: “The traveller”. 1823; “Essays on Some Unsettled Questions of Political Economy”. 1844; “Principles of Political Economy”. 1848.

4 Trabajo enviado por Stanley Jevons a la Asociación Británica para el Avance de las Ciencias y que se recoge en el apéndice III de W.S. Jevons (1871) “Theory of Poli-tical Economy”. Londres.

5 La Theory of Political Economy ha sido descrita como “one of the four or five great books of nineteenth-century English political economy” por Allyn A. Young (1912) “Jevon´s Theory of Political Economy” American Economic Review vol. V.

* An introduction to the Principles of Morals and Legislation, 2nd ed., 1823, vol. I, p. 49. The earliest writer who, so far as I know, has treated pleasure and pain in a

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215HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

definitely manner, is Francis Hutcheson, in his Essay on the Nature and Conduct of The Passions and Affections, 1728, pp. 34-43, 126, etc.

6 Theory of Political Economy. Edited by R.D. Collison Black. England. 1970, pp. 94 y 95.

7 La importancia de la valoración marginal en la decisión del consumidor ya había sido explorada con anterioridad, hasta el punto que Schumpeter (1954) acusa a A. Smith de rechazar por puro desconocimiento la perspectiva subjetiva del valor y de formular muy desacertadamente la “Paradoja del Valor” que ocasionaría una fractu-ra en la Teoría Económica “History Of Economic Analysis” Oxford University Press. Existe traducción al castellano de Sacristan, M. García Duran, J.A. y Serra, N. con el título “Historia del Análisis Económico” Editorial Ariel. 1994. Las aportaciones españolas en este tema no deben despreciarse y así Huerta de Soto, J. recuerda en (1994) “Estudios de Economía Política” Unión Editorial, S.A. Madrid. Que “no hay que olvidar que el primer teórico en enunciar completamente la ley de la utilidad marginal, siguiendo la tradición subjetivista de los escolásticos españoles de los siglos XVI y XVII, fue el español Jaime Balmes, que 27 años antes que el propio Menger, no sólo resolvió la paradoja del valor de los economistas clásicos ingleses, sino que además expuso con todo detalle la teoría subjetiva del valor basada en la utilidad marginal en su notabilísimo artículo publicado el 7 de septiembre de 1844, titulado “Verdadera idea del valor o reflexiones sobre el origen, naturaleza y variedad de los precios” Obras completas, Vol. V, B.A.C., Madrid 1949, pp. 615-624.

8 Véase a Von Hayek, F.A. en (1934) “Carl Menger” Economica, New Series, 1 (4), pp 393-420. Cuando menciona que “The year 1871, in wich both Jevon´s Theory of Political Economy and menger´s Grundsätze appeared, is now generally and with justi-ce regarded as the beginning of the modern period in the development of economics”.

9 A juicio de Huerta de Soto, Jesús (1994) “es imprescindible <<deshomogeneizar>> la teoría de la utilidad marginal, tal y como fue naturalmente desarrollada por Men-ger, de las leyes de utilidad marginal que simultáneamente fueron enunciadas por Jevons y Walras. Véase también en la misma línea el artículo de William J. Jaffé (1976) “Menger, Jevons and Walras de-homogenized” Economic Inquiry, nº 14 (4) pp. 511-524.

10 John Stuart Mill a la hora de abordar su capítulo I denominado El valor, justifica su posición en el libro tercero de sus principios diciendo “El asunto que vamos a tratar ahora ocupa un lugar tan conspicuo e importante en la economía política que a juicio de algunos pensadores sus límites se confunden con los de la ciencia misma. […] Si esas denominaciones (nota: a la posibilidad de que a la ciencia económica se la denomine ciencia de los valores) me hubieran parecido lógicamente correctas, habría tenido que situar la discusión de las leyes elementales del valor al comienzo de nuestro estudio, en lugar de aplazarlo hasta la Tercera Parte.” Traducción de Teodoro Ortiz para Fondo de Cultura Económica. p. 385. Madrid 1978.

11 Usamos el vocablo alemán Grundsätze para referirnos a los Principios de Economía Política realizados por Carl Menger.

12 Véase p. 48 de Menger(1871) en la traducción al castellano de Unión Editorial.

13 Soden en (1805) Nationalökonomie definía a los bienes como los medios de sub-sistencia. Un año más tarde von Jacob mejoraba este término en Grundsätze der Nationalökonomie, diciendo que Todo cuanto sirve para la satisfacción de las necesi-

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DEL DEBATE FILOSÓFICO AL ECONÓMICO216

dades humanas. Fulda se mostrará más cercano a la idea de causalidad mengeriana al afirmar en (1820) Kammeralwissenschaften Todo aquello que es reconocido como utilizable para la satisfacción de una verdadera necesidad humana. Sin embargo su visión de los bienes encajó más con la visión malthusiana, que había comenzado con Smith, de analizar los bienes como intento de fijar el concepto de riqueza, acercándose a Malthus al sustentar este concepto exclusivamente en la corporeidad de los bienes.

14 La investigación de la naturaleza de los bienes económicos tenía como objeto fijar el concepto de riqueza en el ámbito de la economía individual. Dentro de esta línea fue crucial el enfoque de Adam Smith en su Wealth of Nations, según la visión que Menger da de Smith, la circunstancia de que un bien nos permita disponer de trabajo o valor de intercambio es, en virtud de una prolongación consecuente de la teoría de este autor, el criterio de su carácter como objeto de riqueza. Menger re-cuerda que Say tenía idéntico punto de vista. En Traité d´êconomie politique, 1803, este autor distingue los bienes que tienen valor de intercambio y aquellos otros que no lo tienen y excluye a estos últimos del círculo de los objetos de riqueza. Malthus, apoyándose en A. Smith situó al principio el criterio del carácter de riqueza de los bienes exclusivamente basándose en la corporeidad de los mismos. Limitar el con-cepto de riqueza únicamente a los bienes materiales fue una opinión extensamente compartida en la época no sólo por los economistas británicos, sino también por los economistas alemanes, Storch (1815), Fulda (1820), Oberdonfer (1822), Rau (1826), Lotz (1837), Bernhardi (1849). No obstante, autores que siguieron la línea de Smith, como Say (1828), Mac Culloch (1864) o Hermann (1832) mantuvieron que limitar el concepto de riqueza de los bienes materiales conllevaba reducir de modo injustificado el campo de aplicación de este concepto, algo, que por otra parte reconoce Malthus (1836) en los Principles:

“Some modern writers who do not choose to adopt the language of Adam Smith, and yet see the confusion wich would arise from including under the head of wealth, every kind of benefit or gratificaction of wich man is susceptible, have confined the definition to those objects alone, whether material or inmaterial, wich have value is exchange. This definition is certainly preferable to the more comprehensive one just noticed, but by no means to the extent wich might at first be supposed.”

No obstante, entre los contemporáneos a Menger empieza a imponerse la vincu-lación de la riqueza a los bienes con valor de intercambio, tanto entre la economía política inglesa como en la francesa. Estas dos escuelas planteaban el marco de los bienes que son objeto de riqueza y los que no, mientras que la alemana a partir de Hermann(1832) profundiza mucho más al contraponer los bienes económicos (objetos de la economía) a los bienes libres.

Menger, con su tratamiento de los bienes, intentó dejar cerrado un debate, que a juicio de él, se demostró que seguía abierto cuando Roscher en su Manual (1843) definía a los bienes económicos como aquellos que entran en la circulación comer-cial, y posteriormente en su System (1857) amplía su definición para denominarlos como aquello que pueden comercializarse o fomentan al menos el comercio.

15 Relación reseñada en C. Menger (1983) p 83

16 Menger (1871) pp. 83 y 84

17 Menger (1983) p 91

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217HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

18 Menger (1983) p 95

19 Menger (1983) p 70

20 Menger (1983) p 114

21 Menger (1983) p 70

22 Menger (1983) p 70

23 Menger (1871): cita de la edición realizada por New York University Press en 1981, p 78. No se ha optado, como ha sido habitual, por seleccionar los textos de la traducción al castellano de Unión editorial por estar, para este caso en particular, en desacuerdo con dicha traducción.

24 Este sentido de la palabra era utilizado por los comerciantes de la Austria de Men-ger y se podía entender como demanda previsible.

25 Menger (1983) p 71.

26 Menger (1983) p 102.

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U N M O D E L O E C O N Ó M I C O D E E L E C C I Ó N

[ X I I . 1 E L D O L O R Y E L P L A C E R . E L C A M I N O H A C I A L A U T I L I D A D ]

[ X I I . 2 L A L E Y D E L A VA R I A C I Ó N D E L A U T I L I D A D ]

[ X I I . 3 T E O R Í A D E L A D I S T R I B U C I Ó N ]

[ X I I . 4 T E O R Í A D E L A D I S T R I B U C I Ó N : M E R C A N C Í A S P E R E C E D E R A S ]

[ X I I . 5 H A C Í A U N A T E O R Í A D E L I N T E R C A M B I O ]

[ X I I . 6 C O N S I D E R A C I O N E S F I N A L E S S O B R E L A A P O R T A C I Ó N M A R G I N A L I S T A D E J E V O N S ]

Page 220: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo
Page 221: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

U N M O D E L O E C O N Ó M I C O D E

E L E C C I Ó N

[ X I I . 1 E L D O L O R Y E L P L A C E R . E L C A M I N O H A C I A L A U T I L I D A D ]

El placer y el dolor son los ejes sobre los que se mueve el cálculo de la economía, al menos así pensaba Stanley Jevons.

Los individuos tratan de maximizar su placer con el mínimo esfuerzo

posible

Dolor Placer

Objetivo Humano

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN222

Los seres humanos buscan, al más fiel espíritu de Bentham, la búsqueda del placer. Y esta determina la base del comportamien-to humano. De hecho, podríamos decir que los individuos tratan de maximizar su placer con el mínimo esfuerzo posible.

Las mercancías serían, en consonancia con lo anterior, cualquier objeto, sustancia, acción o servicios que pueda suministrar pla-cer o evitar dolor.

El vocablo utilidad se utilizará en Jevons para indicar una cuali-dad abstracta en virtud de la cual un objeto sirve a nuestros pro-pósitos y se hace merecedor de catalogarse como mercancía.

De cara a seguir comprendiendo a Jevons, hagamos ahora el si-guiente razonamiento.

Si el intercambio es la base de la actividad económica, entonces,

¿Cuál es la base material o tangible del in-tercambio?.

Las mercancías (en el sentido que Jevons le confiere a esa palabra).

¿De qué depende la catalogación de un objeto como mercancía?

de la utilidad. Por tanto,

¿qué es lo primero que deberíamos estudiar para poder comprender la base de la actividad económica?

La Utilidad.

Un razonamiento similar debió de utilizar Jevons. Por ello, consi-dera que la economía debe fundarse en un estudio de la utilidad, jugando un papel crucial en este desarrollo las necesidades y los deseos de las personas.

Hace especial hincapié Jevons en este aspecto, quizás porque esta visión le alejaba de la opinión de J. S. Mill, el verdadero faro de su época1. Recurre para ello con frecuencia a la literatu-ra económica francesa. Bastiat2 argumentaba que Necesidades, Esfuerzos, Satisfacción. Este es el círculo de la Economía Política.

Jevons considera que la economía debe fundarse en un estudio de la utilidad, jugando un papel crucial en este desarrollo las necesidades y los deseos de las personas

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223HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Algunos economistas franceses incluso llegaban a comenzar sus trabajos teóricos por la necesidad, lo que da imagen de la impor-tancia que jugaba en su marco teórico este concepto3. Para argu-mentar que la Economía encuentra su base científica en la Teoría del Consumo recurre a T. E. Banfield quien impartió un curso en la Universidad de Cambridge en 18444. Jevons hace suyo su razonamiento, el mismo que se expone a continuación:

El hombre experimenta, en común con las bestias, las necesida-des inferiores. Las ansias del hambre y la sed, los efectos del calor y el frío, de la sequía y de la humedad son, sin duda, acentuados por la conciencia de que él no tiene por qué estar sometido a tales penalidades. La experiencia muestra, empero, que las privacio-nes de diversas clases afectan a los hombres en grado diferente según las circunstancias en que tienen lugar. Para algunos hom-bres es intolerable la privación de ciertos gozos, cuya pérdida no es ni siquiera percibida por otros. De la misma forma, algunos sacrificarán todo lo que a otros les es más querido por la gratifi-cación de anhelos y aspiraciones que son incompresibles para sus prójimos. Sobre esta compleja base de necesidades inferiores y aspiraciones superiores, tiene el economista político que construir la teoría de la producción y el consumo.

Un examen de la naturaleza e inten-sidad de las necesidades del hombre muestra que esta relación entre ella da al economista político su base científica. La primera proposición de la teoría del consumo es que “la satisfacción de cada necesidad inferior en la escala crea un deseo de carácter superior”. Si el deseo superior existía antes de la satisfacción de la necesidad primaria, se hace más intenso cuando se elimina esta última. La eliminación de una necesidad primaria, normal-mente despierta la sensibilidad de más de una privación secun-daria: así, una completa disponibilidad de comida corriente no sólo excita la delicadeza en el comer, sino que despierta la aten-ción al vestido. El grado superior en la escala de necesidades, el del placer derivado de las bellezas de la naturaleza y el arte, está habitualmente confinado a los hombres que se han liberado

Se puede medir la velocidad del sonido, el

impacto de los terremotos, la distancia, el tiempo,

etc. No era, pensaba Jevons, difícil pensar

que la utilidad también podría ser medible. Si no

en ese momento, quizás en el futuro.

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN224

de todas las privaciones inferiores. Así, la demanda y el consumo de objetos de gozo refinado tienen su palanca en la felicidad con que son satisfechas las necesidades primarias. Ésta es, en conse-cuencia, la clave de la verdadera teoría del valor. Sin valor re-lativo en los objetos a cuya adquisición dirigimos nuestro poder, no habría fundamento para la Economía Política como ciencia5.

[ X I I . 2 L A L E Y D E L A V A R I A C I Ó N D E L A U T I L I D A D ]

En aquella época, los avance científicos y técnicos eran conti-nuos. Ya había comenzado la revolución industrial y una nebu-losa de cartesianismo impregnaba el ambiente. Todo o casi todo era medible. Se puede medir la velocidad del sonido, el impacto de lo terremotos, la distancia, el tiempo, etc. No era difícil que se pensará que la utilidad también podría ser medible. Si no en ese momento, quizás en el futuro.

Por otra parte, Jevons necesitaba ese concepto: la utilidad como medida para construir su ley de la variación de la utilidad. Real-mente, ese supuesto es restrictivo. Pero lo que aporta esa teoría fue y es de tanta trascendencia, que no parece un peaje tan eleva-do, dado lo mucho que nos permitió avanzar. Jevons distingue en-tre dos tipos de utilidad: La utilidad total proveniente de cualquier mercancía y la utilidad ligada a cada porción particular de ella6. Utiliza un ejemplo relacionado con una comida para explicar su propuesta: Supongamos una persona que distribuye toda la comi-da del día en 10 partes y se la obliga a prescindir de determinadas partes. Las utilidades de las primeras porciones son indetermina-das, ya que dependemos de su consumo para poder sobrevivir. Las últimas porciones tienen un valor muy inferior. Su consumo no es necesario para la vida humana y, por otra parte, el consumidor ya ha satisfecho la mayoría de sus requerimientos alimenticios, sean cuales sean estos, por ejemplo, proteínas, grasas, gula, etc.

Cabría hacernos ahora una pregunta: ¿Cuál es la Utilidad Total?. Esta vendrá representada por el área total, es decir es la suma de todos los rectángulos expuestos en el gráfico. Si distribuimos la comida diaria en infinitos trozos en lugar de 10, nos daría una gráfica del siguiente tipo:

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225HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Utilidad ligada al consumo de una porción

Como es observable tendría una forma ligeramente distinta. Aho-ra se ha utilizado una curva en lugar de varios rectángulos. Sin embargo, el significado es exactamente el mismo: Las primeros porciones de alimentos aportan una utilidad muy superior al de las demás. Y esta máxima es indiferente al número de porciones en que dividamos el eje de abscisas o eje de porciones de comi-das al día. Cuando esto ocurre, es que nos situamos ante una ley: La ley de la variación de la Utilidad.

No obstante, esta ley debe ser definida con más exactitud, paso que daremos al tratar la Utilidad Total y el Grado de Utilidad.

Consideremos a x como una mercancía y u la utilidad total pro-cedente de x. La utilidad total, u, es una función de x; es decir, variará de un modo continuo y regular.

Por otra parte, recordemos que los matemáticos usan el signo ∆ precediendo a un signo de cantidad, tal como x, para indicar que se toma en consideración una cantidad de la misma naturaleza que x, pero pequeña en relación a x.

De esta forma ∆x significa una pequeña parte de x, y x+∆x es en consecuencia una cantidad un poco mayor que x.

Si suponemos, en aras del argumento, que el grado de utilidad es uniforme en todo ∆x (lo que es prácticamente cierto debido a su pequeñez), hallaremos el grado de utilidad correspondiente dividiendo ∆u por ∆x7.

y0

y1

x0 x 1 PORCIONES DE ALIMENTOS DE UN DÍA

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN226

Las consideraciones expuestas por Jevons se ilustran perfecta-mente en la gráfica anterior, donde oa representa x, y ab es el grado de utilidad en el punto a. Si incrementamos ahora x en la pequeña cantidad aa´ o ∆x, la utilidad aumenta en el pequeño rectángulo abb´a´, o ∆u; y como un rectángulo es el producto de sus lados, hallamos que la longitud de la línea ab, se representa por la fracción ∆u/∆x.

Sin embargo puede considerarse que la utilidad de una mercan-cía varía con perfecta continuidad, de forma que cometemos un pequeño error al suponerla uniforme sobre todo al intervalo ∆x. Para evitar esto, se puede imaginar que el intervalo ∆x se reduce a un tamaño infinitamente pequeño, disminuyendo ∆u con él. Cuanto menores sean las cantidades, más aproximadamente ten-dremos una expresión correcta para ab, el grado de utilidad en el punto a. De esta forma, el límite de esta fracción ∆u/∆x o, como se expresa normalmente, du/dx, es el grado de utilidad corres-pondiente a la cantidad de mercancía x. El grado de utilidad es, citando textualmente a Stanley Jevons, en lenguaje matemático, el cociente diferencial de u considerado como una función de x, y será el mismo otra función de x8.

Como norma, siempre que hablamos de utilidad marginal (vo-cablo todavía no utilizado en esta época) o del grado de utilidad (vocablo utilizado por Jevons) nos estamos refiriendo al último acto de consumo. Por ello, consideró Jevons que la expresión más correcta para este concepto era grado final de utilidad.

y

b b´

o a a´ x

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227HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Aunque pudiéramos conocer la utilidad total, el área de la curva completa, no parece que su conocimiento revierta gran impor-tancia. Utiliza Jevons el siguiente razonamiento para fortalecer su aseveración:

Ser capaces de estimar el disfrute total de una persona sería algo interesante, pero no sería realmente tan importante como poder estimar las adicciones y sustraccio-nes a su disfrute que ocasionan las cir-cunstancias.

De la misma forma, una persona muy rica puede ser realmente incapaz de formarse una idea precisa de su riqueza total; pero puede, a pesar de ello, tener noticia exacta de su renta y su gasto, es decir, de las adicciones y sustracciones a la misma9.

[ X I I . 3 T E O R Í A D E L A D I S T R I B U C I Ó N : U S O S D I F E R E N T E S D E L A S M E R C A N C Í A S ]

Muchos artículos pueden ser usados para propósitos diferentes. Así bienes tan simples como la cebada podía ser utilizada para la elaboración de la cerveza, la alimentación del ganado o para ela-borar el pan. Bajo esta premisa no es descabellado suponer que un individuo posee un determinado inventario o stock, (s), de un bien y que éste será susceptible de ser utilizado en usos diferentes.

La cantidad dedicada a cada uso será x e y, teniendo que cumplir forzosamente que:

s = x+ y

¿Que elegirá el individuo?. Aquello que le ofrezca una mayor ven-taja en el momento. Y, ¿cuándo dejará de hacer modificaciones?. Cuando queda satisfecho con la distribución realizada, lo que se producirá cuando ambos usos le proporcionen el mismo grado final de utilidad. Es decir,

du dx du dy1 2= ,

Estimar el disfrute total de una persona sería

algo interesante, pero no sería realmente tan

importante como poder estimar las adicciones

y sustracciones a su disfrute que ocasionan las

circunstancias.

Page 228: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN228

siendo,

du1 la variación de la utilidad provocada por la variación asignada al uso x en dx,

du2 la variación de la utilidad provocada por la variación asignada al uso y en dy.

El grado de utilidad final de los distintos usos se iguala. Alguna mente despierta podría estar pensando ahora mismo:

Muy bien, esto parece lógico, pero... ¿Esa relación de intercambio también se producirá en los casos extremos?. Una teoría del intercam-bio no se debe diseñar para un escenario idílico de la campiña inglesa y el consumo de cebada. ¿Qué ocurrirá, por ejemplo, con el consumo de la carne de caballo, en una ciudad del siglo XIX sitiada?.

Es indudable, que una ciudad en esa época de la historia, necesi-taba o utilizaba principalmente a los caballos como un elemento de transporte y, en menor medida como un uso alimentario. En una situación de guerra, y ante la ausencia de víveres es previ-sible, como ocurrió realmente en París, que la población use el caballo como alimento. En este caso tendríamos que:

du dx du dyalimentacióncaballo

transportecaballo2

Este ejemplo, que está basado en uno citado por Jevons, conti-núa con la siguiente deducción. ¿Se imagina alguien una ciudad sitiada que no reserve al menos una pequeña cantidad de caba-llos como ayuda necesaria e imprescindible a la locomoción de las tropas? Y, ¿qué marcará esa pequeña cantidad?

El grado de utilidad final de ambos usos. En el momento en que el grado final de utilidad del uso del caballo como alimentación sea inferior al del uso como elemento de transporte se dejará de consumir carne de caballo.

El individuo dejará de hacer modificaciones cuando quede satisfecho con la distribución realizada, lo que se producirá cuando ambos usos le proporcionen el mismo grado final de utilidad.

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229HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ X I I . 4 T E O R Í A D E L A D I S T R I B U C I Ó N : M E R C A N C Í A S P E R E C E D E R A S ]

Las mercancías se pueden dividir entre no perecederas y perecederas. Si analizamos la distribución de las primeras en el tiempo podemos aventurar una regla o norma con mucha facilidad: el grado final de utilidad de las mercancías en el tiempo será igual.

Veamos ahora una aclaración de esta afir-mación. Denotemos como v el grado final de utilidad, y como v1 el grado final de utilidad en el momento uno, t1. Al no ser las mercancías perecederas podemos suponer que se percibirán todos los placeres y dolores futuros como si fueran iguales.

Por tanto, si una mercancía tiene que distribuirse en el tiempo diez días, entonces los grados finales de utilidad serían:

…v v v v1 2 3 10= = = = .

Si planteamos la situación para n días entonces tendría que cum-plirse que:

…v v v vn1 2 3= = = = .

La situación, no obstante, no está tan clara cuando nos plan-teamos el caso de mercancías perecederas. En esa situación no sabemos con certeza cuánto tiempo van a durar esas mercancías. Si la guardamos diez días podría ser inservible, en ese caso ha-bríamos sacrificado una parte de su utilidad. Pero, ¿no tenemos, por regla general, una idea de la probabilidad qué existe de que dure una mercancía?.

Cuando acudimos, por ejemplo, a la tienda de alimentación y adquirimos dos kilos de manzanas, sabemos que se mantendrán en buen estado 5 días, a lo mejor 6, incluso puede que lleguen a durar 7 u 8 días. Podemos saber, incluso, la probabilidad de que eso ocurra.

Si analizamos la distribución de las

primeras en el tiempo podemos aventurar una

regla o norma con mucha facilidad: el grado

final de utilidad de las mercancías en el tiempo

será igual.

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN230

Denotemos como , , ,…p p p1 2 8 las probabilidades de que perma-nezca la utilidad de estas mercancías. Lógicamente estas proba-bilidades son decrecientes:

…p p p1 2 82 2 2 .

Quiere esto decir que, la probabilidad de que permanezca la uti-lidad de las manzanas el primer día es mayor que la probabilidad de que permanezca el segundo día y así sucesivamente.

Ante una disyuntiva de distribución temporal, ¿cómo reaccio-namos?.

Lo más lógico es que comamos más manzanas el primer día que el segundo. De hecho, dejaremos para el octavo día el menor número de manzanas. ¿Por qué?. Porque la probabilidad de que estén defectuosas es muy elevada.

Este razonamiento nos permite aseverar algo más. Si las cantida-des asignadas temporalmente se reducen, entonces ¿qué ocurre con el grado final de utilidad?

Crecerá. Como ya se sabe, menores can-tidades proporcionan un mayor grado final de utilidad. Por tanto, ante una dis-tribución de las mercancías desigual en el tiempo, de modo que se asignen mayores cantidades al inicio del periodo que al final tendremos:

…v v v1 2 81 1 1 ,

y dado que:

…p p p1 2 82 2 2 ,

estaremos en una situación de equilibrio cuando:

…p p pv v v1 1 2 2 8 8= = = .

Esta condición trasladada a una situación de n períodos tempo-rales sería:

Contempla Jevons la existencia en los seres humanos de un efecto lejanía.

Intenta mostrar, este efecto, la influencia del tiempo en los sentimientos de placer y dolor.

Se considera que un sentimiento futuro siempre es menos influyente que uno presente.

Page 231: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

231HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

…p p pv v vn n1 1 2 2= = = .

Contempla Jevons la existencia en los seres humanos de un efec-to, al que denominamos efecto lejanía. Intenta mostrar, este efec-to, la influencia del tiempo en los sentimientos de placer y dolor. Se considera que un sentimiento futuro siempre es menos influ-yente que uno presente.

Esta influencia del tiempo en las sensaciones estaría representa-da por:

, , ,…q q q qn1 2 3 ,

que son fracciones indeterminadas que expresan las relaciones entre los placeres y los dolores presentes y aquellos de cuya an-ticipación surgen.

Con un stock de mercancías en mano, nuestra tendencia será distribuirlo de forma que se cumpla la siguiente ecuación10:

…v p q v p q v p qn n n1 1 1 2 2 2= = .

Nos muestra Jevons, con esta ecuación, una distribución de mer-cancías perecederas que tiene en cuenta el efecto lejanía.

La introducción de este elemento, el tiempo, en su modelización de la Teoría de la Distribución, es otro exponente de la brillantez del trabajo de Jevons. Tendrían que pasar bastantes décadas para que la Teoría Económica plantease de un modo solvente el de-sarrollo natural del trabajo de Jevons: funciones de utilidad que tienen en cuenta la variable tiempo.

[ X I I . 5 H A C Í A U N A T E O R Í A D E L I N T E R C A M B I O ]

La utilidad, reflexiona Jevons, surge del hecho de que las mer-cancías sean puestas, en cantidades y tiempo adecuadas, en po-sesión de personas que las necesiten. Y, ¿cómo se efectúa esto?. Principalmente a través del intercambio. Por tanto, para poder entender la Ciencia de la Economía es imprescindible la perfecta comprensión de la Teoría del Intercambio.

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN232

El concepto de valor encontraba en los economistas italianos definiciones muy sesudas, y que en todo caso eliminaban o escapaban de la profunda ambigüedad a la que estaba sujeta este término en la litera-tura económica británica. Desconocemos si Jevons era conocedor de los anteceden-tes italianos, pero sí se puede afirmar que consideraba que el valor estaba sujeto a una completa ambigüedad y a un carácter no científico11:

Adam Smith llamó la atención sobre la extre-ma diferencia de significado entre valor de uso y valor de cam-bio, y es habitual entre los escritores económicos precaver a sus lectores contra la confusión de las ideas a que están expuestos. Pero yo no creo que ni los escritores ni los lectores puedan evitar la confusión en tanto sigan utilizando la palabra. A pesar de la más aguda sensación de peligro, a menudo me descubro a mí mismo usando la palabra inapropiadamente, y no creo que los mejores autores escapen del peligro.

Si hay algo seguro acerca del valor de cambio, afirmaba Jevons, es que no significa en absoluto un objeto, sino una circunstancia de un objeto. El valor implica una relación, expresa simplemente la circunstancia de su intercambio en una cierta relación por al-guna otra sustancia.

Por regla general, Jevons utiliza numerosos ejemplos para hacer más comprensible su Teoría. En este caso no existe ninguna excep-ción. Aclara el concepto de valor poniendo el siguiente ejemplo:

Si una tonelada de hierro en barras se intercambia en un merca-do por una onza de oro en lingotes, ni el hierro ni el oro son valor, ni tampoco hay valor en el hierro ni en el oro. El concepto de valor se refiere únicamente al hecho o circunstancia de que uno se intercambia por el otro. Por tanto es científicamente incorrec-to decir que el valor de la tonelada de hierro es la onza de oro. Convertimos así el valor en una cosa concreta. Y, por supuesto, es igualmente incorrecto decir que el valor de la onza de oro es la

La utilidad, reflexiona Jevons, surge del hecho de que las mercancías sean puestas, en cantidades y tiempo adecuadas, en posesión de personas que las necesiten. Y, ¿cómo se efectúa esto?. A través del intercambio. Por tanto, para entender la Ciencia Económica es imprescindible la perfecta comprensión de la Teoría del Intercambio

Page 233: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

233HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

tonelada de hierro. La expresión más correcta y segura es que el valor de la tonelada de hierro es igual al valor de la onza de oro, o que sus valores están en relación uno a uno.

[ L A T E O R Í A D E L I N T E R C A M B I O ]

Un concepto que resulta esencial, de cara a plantear una Teoría del Intercambio, es el mercado.

Por mercado se entiende, en la obra de Je-vons12, dos o más personas que negocian sobre dos o más mercancías, cuyas exis-tencias e intenciones de intercambio son conocidas.

Se concluye de lo anterior que, las personas que desconocían la relación de intercambio prevalente o cuyas existencias no estén disponibles por falta de comunicación no deben ser considerados como parte del mercado.

A la hora de hacer estas definiciones Jevons tiene en su mente los mercados que él conoce, como eran en Londres el Stock Market (La Bolsa), el Corn Market (Mercado del Cereal), el Coal Mar-ket (Mercado del Carbón), el Sugar Market (Mercado del Azú-car) o el Cotton Market de Manchester entre otros.

De su observación él concluye que son lugares públicos donde se exponen a la venta provisiones y otros objetos; y que una gran ciudad puede contener tantos mercados como ramas importan-tes del comercio existan.

Pero la idea central del mercado es su papel de centro de inter-cambio. Ésta prevalece sobre cualquier otra, incluso sobre la lo-calización de los agentes que intervienen en el mismo. Esta con-cepción se puede ver con claridad en la siguiente cita de Jevons:

La localización [...] no es necesaria. Los comerciantes pueden es-tar diseminados en una población entera, o una región de un país, y sin embargo constituir un mercado si están, por medio de las fe-rias, reuniones, listas de precios publicadas, oficina de correos o de otra forma, en estrecha comunicación mutua. Así, la expresión co-

La idea central del mercado es su papel de centro de intercambio.

Ésta prevalece sobre cualquier otra, incluso

sobre la localización de los agentes que

intervienen en el mismo.

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN234

rriente mercado de dinero no indica ninguna situación geográfica. Se aplica al conjunto de los banqueros, capitalistas y otros comercian-tes que prestan o toman en préstamos dinero, y que constantemente intercambian información relativa a la marcha del negocio.

Toda Teoría tiene siempre supuestos, es decir, condiciones necesarias para que la Teoría dé los resultados esperados. Aunque oteemos la realidad e intentemos plasmarla de un modo fiel, siempre suele ser nece-sario asumir algunos supuestos. La Teoría del Intercambio de Jevons no es una excep-ción y requiere que las existencias secretas o desconocidas de una mercancía deben ser consideradas fuera de mercado, en tanto y cuanto estás sean secretas y desconocidas.

Debe haber competencia libre para que el mercado funcione co-rrectamente. Los agentes deben realizar su intercambio desde la óptica de sus necesidades e intereses privados. No debe haber confabulación para absorber o retener los suministros con objeto de producir relaciones artificiales de intercambio.

La perfecta información es una de las condiciones necesarias, en Jevons, para que funcione correctamente el mercado. Un merca-do, en esta lógica, es teóricamente perfecto sólo cuando todos los agentes tienen un conocimiento perfecto de las condiciones de oferta y demanda y de la consiguiente relación de intercambio. La carencia de información o el secreto en las relaciones de inter-cambio sólo conduce, según Jevons, al beneficio de los especula-dores, que ganan con grandes fluctuaciones de precios:

El bienestar de millones tanto de consumidores como de produc-tores depende del conocimiento preciso de los precios de las exis-tencias de algodón y cereal. Y no sería, por consiguiente, ningu-na intromisión injustificable en la libertad del individuo requerir cualquier información sobre las existencias disponibles13.

La perfecta información es una de las condiciones necesarias, en Jevons, para que funcione correctamente el mercado.

Un mercado es teóricamente perfecto sólo cuando todos los agentes tienen un conocimiento perfecto de las condiciones de oferta y demanda y de la consiguiente relación de intercambio.

La carencia de información o el secreto en las relaciones de intercambio sólo conduce, según Jevons, al beneficio de los especuladores.

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235HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Antes de abordar el comportamiento teó-rico de los agentes ante el intercambio, es necesario abordar la definición de cuerpo comerciante y la Ley de la Indiferencia.

Cuerpo comerciante es cualquier grupo de vendedores o compradores. Puede ser un solo individuo, el total de la población de un país, un continente....

Quiere esto indicar que los principios del intercambio son los mismos independien-temente del tamaño del mercado consi-derado. La agregación presenta una sola objeción, que las leyes económicas que representan la conducta de grandes agre-gados de individuos, nunca representarán exactamente la conducta de un individuo concreto.

La Ley de la Indiferencia está lejos del concepto de indiferencia que se utilizará a partir de la Revolución Hicksiana14; y en esen-cia es muy sencillo:

En el mismo mercado abierto, en cualquier momento, no puede haber dos precios para el mismo tipo de artículo15.

Cuando una mercancía es perfectamente homogénea no pueden existir dos precios diferentes para ella. La lógica subyacente es aplastante, el consumidor elegiría siempre la de menor precio.

Si buscamos la piedra angular de la Teoría del Intercambio y de los principales problemas de la economía tenemos que fijarnos en la siguiente proposición:

La relación de intercambio entre dos mercancías cualesquiera será el recíproco de la relación entre los grados finales de utili-dad de las cantidades de mercancía disponibles para el consumo después de completado el intercambio16.

Introduce Jevons un ejemplo que aclara perfectamente su idea del intercambio. Piense el lector en la existencia de un cuerpo

Cuando una mercancía es perfectamente

homogénea no pueden existir dos precios

diferentes para ella.

La lógica subyacente es aplastante, el consumidor

elegiría siempre la de menor precio.

¿Cómo se determinará en que momento el

intercambio deja de ser beneficioso?

Para responder a esto se debe recurrir tanto a la relación de intercambio

como a los grados de utilidad, es decir, la

utilidad marginal

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN236

comerciante que posee únicamente grano, y otro que sólo posee carne de vaca. En estas circunstancias está asegurado el inter-cambio. Todos incrementarán bastante su utilidad si intercam-bian sus bienes. Pero... ¿Cómo se determinará en qué momento el intercambio deja de ser beneficioso? Para responder a esto se debe recurrir tanto a la relación de intercambio como a los gra-dos de utilidad, es decir, la utilidad marginal.

Si uno de los cuerpos comerciantes, por ejemplo el poseedor de carne, encontrara más provechoso un kilogramo de cereales que uno de carne, intentara proseguir el intercambio. De hecho, el intercambio proseguirá hasta que cada parte haya obtenido todo el provecho posible, y si se intercambiara más sobrevendría una pérdida de utilidad. Ambos cuerpos comerciantes quedan satis-fechos y en equilibrio, y los grados de utilidad han alcanzado por así decirlo su nivel.

En esta gráfica están representadas, de modo similar al ejemplo anterior, las utilidades marginales de dos cuerpos comerciantes.

El primer cuerpo comerciante, que representa al bien uno, ve representada su utilidad marginal en la curva pqr. El segundo cuerpo, representativo del bien dos, se corresponde con la curva

d f c e a´ a m b´ b

q

p

r p´

Utilidades marginales de

dos cuerpos

comerciantes

Page 237: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

237HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

p´qr´. Ésta representa una curva de utilidad marginal invertida y superpuesta a la del bien uno.

Una lectura del eje de abscisas de izquierda a derecha representa una sustitución del bien dos por el bien uno. Es decir, a medida que nos movemos hacia la derecha el cuerpo comerciante del bien dos cede unidades a cambio de tener unidades extras del bien uno.

El paso de a´ hacía a debe interpretarse como un mayor incre-mento de bienes del tipo uno y una reducción del tipo dos.

Observe que cuando la cantidad del bien dos se reduce, la utili-dad marginal de ese bien, obviamente, tiene que crecer.

En el caso del bien uno, si nos movemos hacia la derecha cada vez tenemos mayores cantidades de este. Consecuentemente se observa una reducción de la utilidad marginal. Hay que recordar que cuanto más abundante es un bien, menos satisface una uni-dad adicional del mismo.

d f

c e

a´ a m b´ b

q

p

r p´

Crece, según nos movemos

hacia la derecha, la utilidad

marginal del bien dos porque

cada vez tenemos menores

unidades del mismo

Page 238: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN238

Observe en el gráfico como a medida que nos dirigimos hacía r la utilidad marginal decrece.

Después del punto m , si nos movemos hacia la derecha, nos re-porta más utilidad marginal el bien dos (curva p´qr´) que el bien uno. No tiene sentido, por tanto, que sigamos intercambiando bienes del tipo dos por bienes del tipo uno. El punto de equilibrio lo situamos en m.

La misma lectura, para una situación donde el cuerpo comer-ciante del bien tipo uno cede bienes para conseguir los del tipo dos, se haría si leyéramos la anterior gráfica desde la derecha hacia la izquierda. En este caso un paso de b hacia b´ debe inter-pretarse como un incremento del bien tipo dos y un decremento del bien tipo uno.

[ L A T E O R Í A D E L I N T E R C A M B I O : F O R M U L A C I Ó N M A T E M Á T I C A ]

El razonamiento expuesto anteriormente se va a representar a través de símbolos. Se denotará por dx un pequeño incremento de la mercancía x. Con objeto de respetar el ejemplo anterior diremos que x representa el grano, y que por tanto un dx es un pequeño incremento de grano. El bien y representará a la carne y un dy representa un ligero incremento de carne.

El punto de partida es considerar que tanto la carne como el grano son mercancías homogéneas. Es decir, no se pueden inter-

d f

a´ a m b´ b

q

p

r p´

Decrece, según nosmovemos hacíala derecha, la utilidadmarginaldel bien uno porquecada vez tenemostenemos mayoresunidades del mismo

Page 239: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

239HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

cambiar en el mismo mercado ninguna de sus partes a una rela-ción diferente de la de las partes restantes.

Por tanto, si x es la cantidad total de grano dada a cambio de y, siendo y la cantidad total de carne recibida, y debe estar en la misma relación con x que y con x.

Tenemos, entonces, que

dxdy

xy

=, ó dy x

ydx=

En un estado de equilibrio, las utilidades de estos incrementos deben ser iguales en el caso de cada participante, para que no sea deseable ni más ni menos intercambio.

Ahora bien, el incremento de carne, dy, es y/x veces tan grande como el incremento de grano, dx, de forma que, para que sus uti-lidades sean iguales, el grado de utilidad de la carne debe ser x/y veces tan grande como el grado de utilidad del grano.

Esto permite a Jevons llegar al principio de que los grados de uti-lidad de las mercancías intercambiadas deben estar en proporción inversa a los incrementos intercambiados17.

Supónganse ahora que el primer cuerpo comerciante, que se de-nota como A, poseía originalmente la cantidad a de grano, y que el segundo cuerpo, B, poseía la cantidad b de carne. Dado que el intercambio se basa en dar x de grano por y de carne, la situa-ción después del intercambio es la siguiente:

El cuerpo comerciante A (poseedor de la cantidad original a de grano) tiene

a-x de grano e y de carne.

El cuerpo comerciante B (poseedor de la cantidad original b de carne) tiene

b-y de carne y x de grano.

Veamos ahora los diferentes grados finales de utilidad o utilida-des marginales asociados a las cantidades anteriores.

Page 240: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN240

El grado final de utilidad o utilidad marginal del grano para A se denota como

a x1z -^ h.

El grado final de utilidad o utilidad marginal que le proporciona la cantidad recibida x para el cuerpo comerciante B es

x2z ^ h.

Es decir, a x1z -^ h es la utilidad marginal que le confiere a A la cantidad de grano que no ha intercambiado, y x2z ^ h es la utilidad marginal que le confiere a B la cantidad de grano que ha obteni-do del intercambio con A.

El cuerpo comerciante A cedió grano a cambio de carne, esa carne que ha recibido, y, le proporciona la siguiente utilidad marginal:

y1W ^ h.

La utilidad marginal que el cuerpo comerciante B obtiene de sus niveles de existencias (b-y), después del intercambio es la siguiente:

b y2W -^ h.

Por tanto, respecto al cuerpo comerciante A tenemos que de la cantidad que le queda después de intercambiar obtiene el si-guiente grado final de utilidad o utilidad marginal:

a x1z -^ h,

y recibe, a través de la carne que ha obtenido en el intercambio, la siguiente utilidad marginal:

y1W ^ h.

Para el caso de B, sería

b y2W -^ h,

respecto a sus existencias de carne, y

Page 241: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

241HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

x2z ^ h,

respecto al grano obtenido en el intercambio.

Antes de continuar es necesario recordar un aspecto de la ley de la indiferencia de Jevons, en particular la indicación de que en un acto de intercambio los últimos incrementos deben intercam-biarse a la misma relación que las cantidades totales intercam-biadas. Lo que se puede expresar como:

dxdy

xy

= ó bien, x dy dx y=

El cuerpo comerciante A no estará satisfecho, por tanto, hasta que se cumpla la siguiente ecuación:

a x dx y dy1 1z W- =^ ^h h ,

ó

y

a x dydx

1

1

z

W

-=

^^

hh

.

Sustituyendo en la ecuación dydx x

y= , obtenemos que

y

a xxy

1

1z

W

-=

^^

hh

.

Exactamente lo mismo tiene que ocurrir para el cuerpo comer-ciante B. Como indica Jevons, debe derivar una utilidad exacta-mente igual de los incrementos finales, de otro modo le interesará intercambiar más o menos, y estorbará las condiciones del intercam-bio. En consecuencia, debe cumplirse la siguiente ecuación18:

b y dy dx x2 2z z- =^ ^h h ,

o, sustituyendo al igual que se ha hecho anteriormente,

b y dy

x dxxy2

2z

z

-=

^^

hh

.

Esto permite concluir que, siempre que dos mercancías se inter-cambien una por otra, y se puede dar o recibir más o menos en

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UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN242

cantidades infinitamente pequeñas, las cantidades intercambia-das deben satisfacer la siguiente igualdad:

y b y dy

x dxxya x

2

2

1

1z

z

z

W -= =

-

^^

^^

hh

hh

.

[ L A I M P O R T A N C I A D E L C O S T E D E T R A N S A C C I Ó N E N L A T E O R Í A D E L

I N T E R C A M B I O ]

El propio Jevons cree percibir con clari-dad que su Teoría del Intercambio es teó-ricamente perfecta. Reconoce sin embar-go, que utiliza un supuesto algo irreal: la acción del intercambio puede hacerse sin costes económicos. Esto le obliga a plan-tearse una adecuación de su modelo a esta situación característica del mundo real del

comercio. No obstante, es tal la solidez del modelo de Jevons que demostrará que no es necesario un cambio en el tronco teórico de su Teoría del Intercambio. Realmente solucionará este pro-blema con una lógica pasmosa, solo propia de las mentes claras y estructuradas.

Una de las principales trabas al intercambio, y por tanto, a este desarrollo, proviene de los llamados costes de transacción. Éstos están constituidos por una gran variedad de conceptos, desde las cargas de los representantes, los agentes comerciales, embala-dores, estibadores, puertos, impuestos.... Todas estas son cargas que necesaria o innecesariamente encarecen el producto y des-virtúan en algunos casos el intercambio del mismo.

Lo cierto es que sea cual sea el modo en que deban satisfacerse estas cargas, se pueden concebir como pagadas por la entrega de una cierta fracción de la mercancía recibida. El montante de las cargas o bien es habitualmente proporcional a la cantidad de bienes o lo podemos trasladar a una cuantía proporcional, y si se expresa en dinero, puede considerarse como convertido en dinero.

La Teoría del Intercambio de Jevons es teóricamente perfecta. Reconoce sin embargo, que utiliza un supuesto algo irreal: la acción del intercambio puede hacerse sin costes económicos

Page 243: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

243HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

De este modo, si A da x en intercambio, ocurrirá que ésta no será la cantidad recibida por B. En buena lógica una parte de x es deducida previamente, de modo que el cuerpo comerciante B recibirá la cantidad mx, tal que, mx<x.

En este caso, y suponiendo que sólo el cuerpo comerciante A asume costes de transacción, tendríamos que el cuerpo comer-ciante B realizaría el intercambio bajo la siguiente condición:

b y

mxmxy

2

2z

W -=

^^

hh

,

o bien,

b y

m mxxy

2

2z

W -=

^^

hh

.

Dado que lo lógico es que ambas partes sufran costes de transac-ción, lo normal es que A no reciba el total de y, sino una cantidad inferior, como por ejemplo ny. En este caso la ecuación que re-presentaría su comportamiento ante el intercambio sería

y xny

n

a x

1

1z

W=

-

^^

hh

,

o bien,

y xy

n n

a x

1

1z

W=

-

^^

hh

.

Si ambos cuerpos comerciantes se ajustan a las ecuaciones des-critas tendremos que la ecuación del comercio entorpecido sería19:

y xy

b y

m mx

n n

a x

2

2

1

1z z

WW= =

-

-

^^

^^

hh

hh

.

Como indica Jevons, esta ecuación no representa una relación de intercambio, sino dos relaciones. Y cuanto más difieran éstas, menos ventaja habrá en el intercambio. Es obvio que A tiene o que quedar satisfecho con menos de la segunda mercancía o entregar más de la suya propia al adquirirla. Lo mismo diríamos para el cuerpo comerciante B.

Page 244: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN244

[ X I I . 6 C O N S I D E R A C I O N E S F I N A L E S S O B R E L A A P O R T A C I Ó N M A R G I N A L I S T A D E J E V O N S ]

La condición de igualdad plasmada por Je-vons en su Teoría del Intercambio supuso un gran avance respecto a la Teoría Eco-nómica vigente en su tiempo. Hasta este momento sólo existía una vaga noción de que las condiciones de intercambio se po-dían expresar en forma de ecuación. Qui-zás el autor más claro a este respeto fue el prolífico J.S. Mill quien en sus Principles of Political Economy20 indicó que la idea de una relación entre la demanda y la oferta está fuera de lugar, y no tiene nada que ver con el asunto. La analogía apropiada para Mill era la de una ecuación. En ésta, la de-

manda y la oferta se harán iguales.

Como ya hemos podido ver, la propuesta de Jevons no sólo es más sólida, sino que se basa en dos ecuaciones, cada una relativa a un agente, o a un cuerpo comerciante, si deseamos utilizar su propio vocablo.

Las diferencias entre Jevons y Mill no sólo abarcaban este aspec-to. Quizás por ello, se puede explicar la acritud de él hacia Mill y que se desprende de la siguiente cita:

Mill habla de una ecuación como analogía matemática apro-piada. Pero si es que la economía ha de ser una ciencia, no debe tratar simplemente de analogías. Debe razonar con verdaderas ecuaciones, como todas las demás ciencias que han alcanzado plenamente su carácter sistemático [...] Su ecuación [refiriéndo-se a la expuesta por Mill] establece que la cantidad de mercan-cía dada por A es igual a la cantidad de mercancía recibida por B. Esto parece a primera vista una mera tautología, porque esta igualdad debe existir necesariamente si es que tiene lugar algún intercambio21.

La escuela clásica, de la cual Mill era un claro representante, parecía

no percatarse de la existencia de dos intereses

diferentes, los cuales tienen que coincidir

para que se produzca el intercambio.

Esto implica asumir que hay dos partes

y dos cantidades en cada intercambio

consecuentemente dos ecuaciones.

Page 245: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

245HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

La Teoría del Valor22 de Mill no alcanza a llegar a la raíz del asun-to. La ausencia del concepto de marginalidad en su obra es la causa básica. Una consecuencia de este desconocimiento es no percatarse de la existencia de dos intereses diferentes, los cuales tienen que coincidir para que se produzca el intercambio. Esto implica asumir que hay dos partes y dos cantidades en cada in-tercambio y, por lo tanto, tiene que haber dos ecuaciones.

En la relación de igualdad de Jevons se puede contemplar la mer-cancía x como la cantidad demandada por una parte y ofrecida por otra; de forma similar, la mercancía y es la cantidad ofrecida por una parte y demandada por otra. Cuando las dos ecuaciones se cumplen de modo simultáneo, se supone que x e y de una ecua-ción son iguales a los de la otra. Lo que le lleva a decir a Jevons “que las leyes de la oferta y la demanda son así un resultado de lo que me parece la verdadera teoría del valor o el intercambio”.

Debates Abiertos1. Hasta qué punto la búsqueda del placer o la huida del dolor respon-de a nuestro comportamiento básico.

2. El altruismo se podría englobar como un camino para la obtención de placer.

3. La ausencia de acuerdo implica falta de intereses comunes. Según la teoría de Jevons, y variando, por ejemplo, el nivel de stock ¿podría darse un acuerdo sin variar las partes a intercambiar?

N O T A S1 La obra de Jevons supuso una revolución en su época. Esto implica una ruptura

con el pasado, y este estaba simbolizado por J. S. Mill. De hecho, Jevons llegó a explicar Economía Política siguiendo el manual de Mill. En aquellos tiempos no tenía Jevons el suficiente prestigio profesional como para que se le permitiese no impartir la Biblia de la época, el Mill.

2 Harmonies of Political Economy, en traducción al inglés de P. J. Stirling, 1860, p. 65.

3 Un ejemplo de ello es Courcelle-Seneuil, quien comenzó su tratado con una defini-ción de necesidad: Le besoin économique est un desir qui a pour but la possession et la jouissance d´un object materiel. Esta cita es observable en su trabajo Traité Théorique et Practique d´Économie Politique, 2da edición, París, 1867, Tomo I, p. 25.

Page 246: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UN MODELO ECONÓMICO DE ELECCIÓN246

4 El curso que Banfield impartió en La Universidad de Cambridge fue publicado posteriormente con el título The Organization of Labour.

5 Jevons (1998), pág. 96 y 97.

6 Jevons (1998) p. 98.

7 Jevons (1998) p. 102.

8 Jevons (1998) p. 102.

9 Jevons (1998) p. 103.

10 Jevons (1998) p. 116.

11 Consúltense las afirmaciones que Stanley Jevons hace al respecto en Jevons (1998) p. 120.

12 Jevons, en su definición de mercado se sostiene en dos referentes: el economista francés Cournot y su visión del mundo real. Respecto a Cournot destaca que en Re-cherches sur les principes mathématiques de la théorie des richesse, París, 1838; define el mercado con brevedad y precisión admirables.

13 Jevons (1998) p. 127. Una vez más Jevons intenta trasladar su visión de la realidad al campo de la Teoría Económica. Esta misma cita está muy ligada a la costumbre, que él considera modélica, imperante en la lonja de Billingsgate de fijar cada ma-ñana en un lugar ostensible una relación de clase y cantidad de mercancías.

14 El Profesor Hicks desde su atalaya en la London School of Economics fue el aban-derado de una revolución en el saber microeconómico. La etapa que él lideró, y que se gestó en el periodo de entreguerras, se ha dado a conocer, en honor a su apellido, como Revolución Hicksiana. Gran parte de la microeconomía actual es fruto del conocimiento generado a partir de ese estallido del saber.

15 Jevons (1998) p. 130.

16 Jevons (1998) pp. 132 y 131.

17 Jevons (1998) p. 135.

18 Jevons (1998) p. 136.

19 Jevons (1998) p. 142

20 Libro III, cap. II, sec. IV.

21 Jevons (1998) p. 137

22 El objetivo de la Teoría del Intercambio de Jevons es el mismo que el de la Teoría del Valor de J.S. Mill.

Page 247: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

U N A T E O R Í A I N T E R M E D I A D E L A

D E M A N D A

[ X I I I . 1 M A X I M I Z A C I Ó N D E L A U T I L I D A D : A N Á L I S I S D E U N Ú N I C O P R O D U C T O ]

[ X I I I . 2 M A X I M I Z A C I Ó N D E L A U T I L I D A D : A N Á L I S I S P A R A N B I E N E S ]

[ X I I I . 3 L A U T I L I D A D M A R G I N A L D E L D I N E R O ]

Page 248: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo
Page 249: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

U N A T E O R Í A I N T E R M E D I A D E L A

D E M A N D A

[ X I I I . 1 M A X I M I Z A C I Ó N D E L A U T I L I D A D : A N Á L I S I S D E U N Ú N I C O P R O D U C T O ]

La lectura de este capítulo se puede anto-jar innecesaria para muchos economistas o estudiantes de último curso. No obstante, para aquellos que todavía tienen conoci-mientos incipientes de economía, o para otros que deciden, desde otras disciplinas, asomarse a algunos de los conocimientos de este libro, es necesario para alcanzar a ver la fuerza del pensamiento marginalista.

Un concepto fundamental que heredamos de los marginalis-tas del siglo XIX es la idea básica de que el consumidor intenta

El agente maximizador (el consumidor)

realizará sus compras hasta el nivel en que la utilidad marginal de la última unidad

adquirida sea igual al precio de esta.

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UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA250

maximizar su utilidad total. Es decir, el consumidor o agente en cuestión intenta obtener la mayor satisfacción de sus actos. Si esa satisfacción se obtiene realizando actos de consumo y en su papel de consumidor, entonces diremos que intenta maximizar su utilidad. Si se mantiene constante el consumo de todos los productos, excepto el de uno (el que se desea estudiar), se podrá analizar el comportamiento maximizador del consumidor y obte-ner su curva de demanda.

La idea básica es enfrentar al agente consumidor con el precio de mercado del producto en cuestión. Esta idea se sostiene en otras dos, que esconden conceptos cruciales de la Teoría del Consu-midor. Por un lado, el precio actúa como un indicador de la can-tidad de la que hay que prescindir para obtener cada unidad de este producto. Por otro, el consumidor aumentará su utilidad realizando más compras, siempre y cuando, el valor que otorgue a esta compra sea superior a su precio

Bajo estas dos ideas se hizo un posterior razonamiento: El agen-te maximizador (el consumidor) realizará sus compras hasta el nivel en que la utilidad marginal de la última unidad adquirida sea igual al precio de esta.

En la tabla siguiente se puede observar un ejemplo de lo expuesto en el párrafo anterior. Se muestra tanto el precio por libro (20 euros) como la utilidad marginal de cada uno de ellos. Acorde con lo expuesto anteriormente, parece claro que el agente adquirirá 8 libros de ciencia-ficción. Los anteriores libros le proporcionan una utilidad marginal superior a la de su precio, mientras que, los libros noveno y décimo le generan una utilidad marginal menor.

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251HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

UTILIDAD TOTAL Y MARGINAL RELACIONADA CON LA LECTURA DE LIBROS DE CIENCIA FICCIÓN DE UN CONSUMIDOR DETERMINADO

NÚMERO DE LIBROSDE CIENCIA FICCIÓN LEÍ-

DOS AL AÑOPRECIO DE CADA LIBRO UTILIDAD MARGINAL

0 20 -----1 20 3002 20 2003 20 1204 20 805 20 506 20 307 20 258 20 209 20 10

10 20 5

Lo expuesto anteriormente permite afirmar: Para aquellos ca-sos, en que todos los productos no varían excepto uno: La curva de utilidad marginal del producto que varía representa su curva de demanda.

[ X I I I . 2 M A X I M I Z A C I Ó N D E L A U T I L I D A D : A N Á L I S I S P A R A N B I E N E S ]

Pobre sería una teoría si no tuviese capa-cidad para ser generalizada. En este caso, para ser aplicada al consumo de todos los bienes al alcance del consumidor. Las ideas básicas expuestas en el apartado anterior no deben variar para abordar esta nuevo análisis. No obstante, algo debe cambiar.

No se puede seguir afirmando que, el consumidor tenderá a situarse en el punto en que el precio del producto sea igual a la utilidad marginal del mismo: p x= UM x ¿Por qué? Esta condición exi-

ge que los precios de todos los bienes sean iguales. Esto es, un supuesto imposible de cumplir. Los precios de todos los productos no pueden ser nunca iguales, ni siquiera en una sociedad muy primitiva, donde el número

Los precios de todos los productos no pueden

ser nunca iguales, ni siquiera en una

sociedad muy primitiva, donde el número de

bienes económicos pudiera ser muy

reducido.

Qué sería, por tanto, lo lógico:

Exigirle a los bienes que nos proporcionen la

misma utilidad.

Page 252: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA252

de bienes económicos pudiera ser muy reducido. Qué sería, por tanto, lo lógico. Exigirle a los bienes que nos proporcio-nen la misma utilidad.

Por ejemplo, y manteniendo la practicidad de los útiles como recurso pedagógico: Tenemos dos bienes, naranjas valencianas y kiwis gallegos. Las naranjas cuestan un euro el kilogramo, los kiwis valen el doble, dos euros. La utilidad marginal del siguiente consumo de kiwis es de 400, la de naranjas de 150 ¿Qué se com-praría? La utilidad marginal de un euro gastado en un kilogramo de naranjas es de 150, mientras que gastado en un kilogramo de kiwis proporciona un valor de 200:

1150

150

2400

200

pUM

pUM

naranjas

naranjas

kiwis

kiwis

= =

= =

En este caso, parece claro que un consumidor que intente maxi-mizar su utilidad adquirirá kiwis en lugar de naranjas, ya que:

PUM

PUM

naranjas

naranjas

kiwis

kiwis1

Parecerá lógico, por tanto, que la condición que se requiere para que un consumidor maximice su utilidad para dos productos es que:

UM UMp px

x

y

y1

Lo que significa que el consumidor asigna su gasto de manera que la utilidad ganada por la última unidad monetaria gastada en los mismos sea la misma.

Esta ecuación se ha convertido, por su potencia explicativa, en la ecuación fundamental de la teoría de la demanda basada en la utilidad. Está indicando que un agente demandará cada pro-ducto hasta el punto en que sea igual la utilidad marginal de ese bien con la gastada en cualquier otro producto. El cumplimiento de esta ecuación implica que el consumidor no puede aumentar su utilidad total desplazando una unidad monetaria de gasto de un bien a otro.

Page 253: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

253HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

La ecuación anterior puede reordenarse de modo que aporte una nueva perspectiva del comportamiento del consumidor:

UMpp

px

x

y

y1

El cociente de los precios, px/py, representa el mercado de bienes. El consumidor se enfrenta al mismo, pero sin capacidad de mo-dificación de los mismos. Se comporta como un agente precio-aceptante. Es decir, se ve obligado a aceptar los precios del mer-cado. Su capacidad de compra e intervención en el mismo es tan baja que se muestra como insignificante. Entonces si se produce una modificación de los precios, ¿Cuál es la capacidad de inter-vención del consumidor?

El consumidor sólo domina una parte de la ecuación anterior, el cociente de las utilidades marginales:

UMUM

x

y

Supongamos que, los precios de x y de y eran respectivamente 2 y 4. Los valores de las utilidades marginales eran 200 y 400 respectivamente. Bajo esa situación de precios, la ecuación fun-damental de la Teoría de la Demanda para un mundo de solo dos productos era:

UM

p

UM

p

200

4

400100

2 y

y

x

x

= =^^

^^

hh

hh

o bien,

UM

UM

p

p

400

200

4

21 2

y y

x x

= =^^

^^

hh

hh

Una situación de cambio de precios altera de modo inmediato la anterior ecuación. Supongamos que el precio de y baja en el mer-cado y pasa a tener el valor 2. El cociente de precios se modifica y de ser:

p

p

4

21 2

y

x

=^^hh

Page 254: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA254

pasa a ser,

p

p1

2

2

y

x

=^^hh

con lo que,

UM

UM

p

p

400

200

2

2x

yy

x

1^^

^^

hh

hh

el consumidor si desea maximizar su utilidad adquirirá en sus nue-vos actos de consumos exclusivamente bienes y. Esto lo realizará hasta el momento en que la utilidad marginal del bien y tenga el valor de 200. En ese momento se situará de nuevo en equilibrio.

UM

UM

p

p

200

200

2

21

y

x

y

x

= =^^

^^

hh

hh

El consumidor, por tanto, en situación de ceteris paribus, ante una bajada del precio de un bien incrementará su cantidad de-mandada del mismo, hasta el punto en que la utilidad marginal de esta iguale a la del resto de los bienes. Esto nos permite afirmar que la curva de demanda de un bien tiene pendiente negativa.

La condición que se requiere para que un consumidor maximice su utilidad para el caso de n bienes es que:

…UMp

UMp

UMp

UMp

1

2

2

3

3

n

n

1= = = =

[ X I I I . 3 L A U T I L I D A D M A R G I N A L D E L D I N E R O ]

Dado que el dinero representa el poder general de compra, se va sustituir en la siguiente ecuación todos los n bienes menos el primero por la mercancía dinero.

…UMp

UMp

UMp

UMp

1

2

2

3

3

n

n

1= = = =

Esto proporciona la siguiente ecuación:

UMp

UMp

1

d

d

1=

Page 255: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

255HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

La utilidad marginal del dinero, representada por UMd, es la uti-lidad marginal derivada de gastar 1 euro de poder de compra adicional y distribuirla óptimamente entre todos los bienes. Por tanto, al ser:

UM UMp 1d

d d=

podemos reescribir la anterior ecuación,

UM UMp p1

d

d

1 =

como,

UM p UMd1 1=

Esto nos permite afirmar que, cuando el precio de uno de los bienes, p1, disminuye, entonces la utilidad marginal del dinero también disminuye.

Una bajada del precio de uno de los bienes provoca un incremento real de la renta, que se supone que se gasta óptimamente entre todos los bienes. Estas nuevas adquisiciones de bienes generan una menor utilidad marginal en cada uno de los n productos.

Por un lado, debemos recordar que las variaciones del precio de un producto implican variaciones en la utilidad marginal del mismo. Como ya se ha demostrado anteriormente, una variación (bajada) en el precio de un bien implica una variación (incre-mento) en el consumo del mismo, y por lo tanto una variación (reducción) en su utilidad marginal:

x p x x UM1 1 1& &/D D D D^ ^h h

Por otra parte, y dado que es necesario que se mantenga la con-dición de igualdad de cara a no violar la conducta maximizadora del consumidor, tenemos que se destinará una parte del incre-mento real de la renta que supone esta bajada del precio al resto de los bienes, lo que equivale a una reducción de la UMd:

Por lo tanto, cuando el precio de un bien se reduce:

La utilidad marginal del dinero se reduce conforme

se incrementa la renta

Page 256: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA256

UM p UMd1 1. . .=

Lo que permite afirmar que la utilidad marginal del dinero se reduce conforme se incrementa la renta.

Page 257: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

E Q U I L I B R I O G E N E R A L

WA L R A S I A N O :U N S I S T E M A E C O N Ó M I C O

E N I N T E R C O N E X I Ó N

[ X I V. 1 L O S M E R C A D O S ]

[ X I V. 2 E L A N Á L I S I S M A R S H A L L I A N O ]

[ X I V. 3 L A A C T I V I D A D E C O N Ó M I C A C O M O U N S I S T E M A ]

[ X I V. 4 L O S D O S G R A N D E S M E R C A D O S WA L R A S I A N O S ]

[ X I V. 5 E Q U I L I B R I O G E N E R A L : C O N D I C I O N E S P A R A E L I N D I V I D U O I ]

[ X I V. 6 C O N D I C I O N E S D E E Q U I L I B R I O G E N E R A L : P R O B L E M A E C O N Ó M I C O ]

[ X I V. 7 E Q U I L I B R I O G E N E R A L : C O N D I C I O N E S P A R A E L C O N J U N T O D E L M E R C A D O ]

Page 258: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo
Page 259: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

E Q U I L I B R I O G E N E R A L

WA L R A S I A N O :U N S I S T E M A E C O N Ó M I C O

E N I N T E R C O N E X I Ó N

[ X I V. 1 L O S M E R C A D O S ]

Como ya se mencionó en los capítulos dedicados a los econó-micastas de la escuela clásica, Cournot y Dupuit pueden consi-derarse los antecesores de la Escuela Neoclásica Francesa. La aportación de Cournot al estudio del comportamiento de los mercados fue muy relevante. Así tenemos su análisis del compor-tamiento duopolístico, el cual fue ampliado y modificado por las contribuciones de Bertrand y Edgeworth. El análisis de los mer-cados de Cournot, introduciendo los efectos de las variaciones conjeturales respecto al comportamiento de las empresas rivales,

Page 260: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…260

constituye la base de muchos de los análisis microeconómicos modernos. En la misma línea, las contribuciones de Dupuit al análisis de la utilidad marginal y la demanda, pueden considerar-se uno de orígenes de la teoría del consumidor y de la Economía del Bienestar.

Para continuar con las contribuciones marginalistas que apare-cieron en escena a partir de 1870, resumiremos, a continuación, las aportaciones de dos de los autores más representativos del análisis neoclásico: Alfred Marshall que publicó sus Principles of Economics en 1890, y León Walras con su obra Elements of Pure Economics publicada en 1874. A pesar de que Marshall y Walras son contemporáneos, las aportaciones de Walras fueron difun-didas con anterioridad a las de Marshall debido sobre todo al retraso en Marshall en la publicación de sus ideas.

[ X I V. 2 E L A N Á L I S I S M A R S H A L L I A N O ]

A pesar del fascinante trabajo de Jevons y posteriormente Ed-geworth, debemos recalcar que la persona que más ha influido en el pensamiento económico inglés posterior a la revolución margi-nalista ha sido Alfred Marshall(1842-1924). Como nos recuerda Negishi(1989)1, a diferencia de Jevons, Marshall no atacó los postulados clásicos ni rechazó los mismos. Por esta razón a él y a sus seguidores, la escuela de Cambridge, les llamaron original-mente economistas neo-clásicos.

Por otra parte, parece indiscutible que el análisis de equilibrio parcial de Marshall es un complemento indispensable al análisis del equilibrio general de Walras, y que ambos, conjuntamente, constituyeron las bases del pensamiento económico actual.

Según Marshall, el problema fundamental era la determinación de los precios en el mercado. Para la resolución de este proble-ma, era necesario introducir la demanda como una relación entre el precio y la cantidad. La derivación de esta relación se basaba en el concepto de utilidad marginal decreciente que implica una relación inversa entre el precio del bien y la cantidad demandada, suponiendo que la renta, los gustos y los precios de los demás bienes no variaran. En cambio, la curva de oferta refleja, con restricciones similares a las de la demanda, los costes marginales

Page 261: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

261HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

crecientes. En este contexto, Marshall demostró que la demanda y la oferta determinaban simultáneamente el precio. Como se-ñaló Marshall, de la misma manera que no podemos saber cuál de las dos hojas de una tijera corta, tampoco podemos saber si es la demanda o la oferta únicamente la que determina el precio. Tradicionalmente, este análisis se muestra gráficamente por la famosa aspa.

Así pues, sólo desde la aportación de Marshall se resolvió la co-nocida paradoja del agua y los diamantes. Los precios reflejan tanto el valor marginal que conceden los demandantes a los bie-nes como los costes marginales de producirlos. Desde este punto de vista, el agua tiene un precio bajo porque posee tanto un bajo valor marginal como un bajo coste marginal de producción. En cambio, los diamantes tienen un precio elevado porque tienen tanto un valor marginal elevado, al ser relativamente escasos, como un elevado coste marginal de producción.

De forma semejante fue tratado el problema de la distribución en el análisis de Marshall, ya que eran las fuerzas del mercado de factores, la oferta y la demanda, lo que determinaba el valor de las variables distributivas. Entonces, si las rentas percibidas por los factores estaban determinadas por su contribución al proceso productivo, el enfoque de la distribución neoclásico, de acuerdo con Barber (1990), supone una ruptura del planteamiento clá-sico en el que la distribución estaba relacionada con las clases sociales.

Aunque el análisis marshalliano ha constituido un instrumento útil y versátil, al estudiar cada mercado por separado, es un aná-lisis de equilibrio parcial. Para algunas cuestiones, este análisis limitado a un solo mercado puede ser un instrumento operati-vo adecuado. Sin embargo, para otras cuestiones más generales, esta perspectiva limitada puede impedir el estudio de importan-tes interrelaciones entre los mercados. Para analizar las cues-tiones generales, es necesario un modelo en el que se reflejen debidamente las relaciones entre los diversos mercados y agen-tes económicos. A este propósito sirvió la aportación de Walras ya que en su modelo de equilibrio general el comportamiento de las fuerzas de oferta y demanda en un mercado dependen,

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EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…262

adicionalmente, de los precios que se establecen en los demás mercados. Por consiguiente, en el modelo de Walras los merca-dos están interrelacionados de tal forma que hacen compatibles las acciones de los distintos agentes que en ellos intervienen y, de este modo, se alcanza un estado de equilibrio general, donde las perturbaciones en un mercado se difunden a todos los demás. En este contexto, se desarrolla la denominada ley de Walras que establece que, dados los gustos de los agentes y su restricción presupuestaria, la suma de los excesos de demanda u oferta de los bienes en todos los mercados debe igualarse a cero.

[ X I V. 1 L A A C T I V I D A D E C O N Ó M I C A C O M O U N S I S T E M A ]

El modelo de Walras, formalizado a través de la representación de la economía por medio de un sistema de ecuaciones simul-táneas, solamente tenía solución determinada si se utilizaba un numerario del sistema (es decir, un bien en términos del cual se expresaba el valor de los demás bienes) puesto que en el sistema había una incógnita más que el número de ecuaciones. De esta manera, aunque expresando los precios en términos relativos, la aportación de Walras sentó las bases necesarias para que las in-vestigaciones posteriores estudiaran de una manera formalizada la economía en su conjunto. Este modelo, combinado con los conceptos marshallianos de demanda y competencia perfecta y la idea clásica de Say de que la oferta crea su propia demanda, hizo posible que, más tarde, Fisher (1907) y Pigou (1929) configura-ran un modelo, con rasgos de equilibrio general competitivo, re-presentativo del funcionamiento de la economía como un todo y con el que se podían estudiar las problemáticas económicas que preocupaban a los economistas de la Escuela Clásica. Para ello, se agregaron los bienes y los agentes en cinco tipos de mercados: mercado de bienes de nueva producción, mercado de bienes ya producidos, mercado de trabajo, mercado de dinero y mercado de bonos. De esta manera, surgió lo que años más tarde se ha denominado Modelo Clásico de macroeconomía2.

Pero el análisis walrasiano también fue desarrollado en otras di-recciones. En esta línea, en los primeros años del siglo XX, Pareto y Edgeworth utilizaron dicho análisis para estudiar las condiciones

Page 263: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

263HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

de producción e intercambio que constitu-yen los fundamentos de la moderna Econo-mía del Bienestar, es decir, el estudio de las cuestiones normativas sobre la convenien-cia social de distintos mecanismos econó-micos. Estos economistas contribuyeron a definir de una manera más precisa el con-cepto de “eficiencia económica” y a mos-trar las condiciones en las que los mercados pueden alcanzar ese objetivo.

Todos aquellos que dedican su vida a algo tan intangible como es el conocimiento no pueden esperar una recompensa mayor que el reconocimiento de la profesión. Aunque Leon Walras generó escuela (su discípulo más destacado fue Wilfredo Pareto) no tuvo en vida toda la in-fluencia doctrinal que se podría esperar.

Cada intercambio, sugiere Walras, que se produce en el siste-ma económico, por ejemplo, cada adquisición que se realice en cualquiera de las tiendas a las que se acude diariamente, influyen sobre el valor de todos los bienes del sistema. Si existe interdependencia en el sistema, entonces cualquier aumento en la demanda de un bien debe significar un exceso de oferta de otros bienes. La idea de equilibrio general se sostiene sobre una interconexión general de todo el sistema, por ello, una variación en el precio de un bien que está en una situación de desequi-librio (la oferta no es igual a la deman-da) afectará al resto de los mercados que componen el sistema, los cuales reaccio-narán generando nuevos cambios.

[ L A S N O C I O N E S B Á S I C A S WA L R A S I A N A S ]

La noción de capital preocupaba seria-mente a todos aquellos economistas que estudiaban o analizaban la producción. Walras no era una excepción y aborda este problema diferencian-do entre factores de producción y los servicios que proporcionan

La idea de equilibrio general se sostiene sobre una interconexión general de todo el sistema, por ello, una variación en el precio de un bien que esta en una situación de desequilibrio (la oferta no es igual a la demanda) afectará al resto de los mercados que componen el sistema, los cuales reaccionarán generando nuevos cambios.

Diferencia entre factores de producción

y los servicios que proporcionan estos.

Los factores de producción son tres: La

tierra, el trabajo y el capital.

Cada uno de ellos genera sus servicios productivos.

Page 264: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…264

estos. Los factores de producción son tres: La tierra, el trabajo y el capital. Cada uno de ellos genera sus servicios.

Un diseñador de software es un factor productivo y el software que el genera es el servicio productivo correspondiente a ese fac-tor. Un ordenador que funcione y cumpla su misión es factor productivo capital y el servicio que proporciona es el servicio productivo ligado al factor capital. Pero ese mismo ordenador pasados 8 años puede no ser más que chatarra, en ese caso, el mismo ordenador, al ser entregado a un establecimiento de des-guaces, pasa a ser un servicio productivo.

Como ha podido observar, un mismo elemento puede tener la cualidad de ser factor productivo o servicio productivo. Si pen-samos en el tercer factor productivo, la tierra, ocurre lo mismo. Una vid proporciona uva. Su fruto es el servicio productivo. Si decidimos arrancar algunas cepas enfermas y utilizarlas como leña, entonces estas pasan a ser servicio productivo.

De lo expuesto en los párrafos anteriores se puede concluir que a los recursos productivos o factores productivos les une una característica: admiten más de un solo uso. Se pueden utilizar repetidamente y no se desgastan aparentemente. De hecho, pue-den ser inagotables (por ejemplo, algunos recursos naturales?) o depreciarse muy lentamente. Los servicios productivos se ca-racterizan por lo contrario. Su servicio no va más allá de un solo uso. Los productores o empresarios lo que hacen es adquirir los servicios productivos, aunque en muchas ocasiones el propieta-rio del factor de producción es el mismo empresario. A la hora de hacer una inversión en lo que denominamos actualmente capital fijo (por ejemplo, adquirir una nave industrial); una empresa (por ejemplo, familiar) puede asumir ella, con sus recursos familiares, toda la inversión. En ese caso, la empresa deberá remunerar el capital a su propietario (la propia familia), y el coste de la remu-neración debe figurar como un mayor coste del producto ofre-cido por la empresa. Si, por el contrario, la familia propietaria no tiene o no desea utilizar sus propios recursos, debe recurrir a capital ajeno (prestamistas o entidades financieras). El capital ajeno deberá ser remunerado, y el coste de esta remuneración es

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265HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

lo que hoy denominamos costes financieros. Obviamente, enca-recen el coste del producto o servicio ofrecido.

Como hemos podido observar, siempre adquirimos (pagando por ello una contraprestación) el servicio productivo correspondien-te a cada recurso o factor. Y lo hacemos al margen de quien sea el propietario del mismo.

[ C Ó M O E S E L M E R C A D O D O N D E N O S M O V E M O S ]

El empresario y su comportamiento es, de he-cho, un factor clave en sistema de equilibrio general walrasiano. Los alumnos de microeco-nomía habrán visto, al abordar el tema de competencia perfecta, cómo se comportan los empresarios cuando se sitúan en una estructu-ra de mercado caracterizada por:

a. Todas las empresas de la industria ven-den un producto idéntico. Es decir, el producto ofrecido es homogéneo.

b. Existe información perfecta. Los compradores conocen la naturaleza del producto que se vende y los precios que co-bra cada empresa.

c. Cuota de mercado muy reducida. El nivel de producción de la empresa es mínimo comparado con el de la industria. Es decir, la empresa tiene una cuota de mercado insignifi-cante.

d. La empresa es precio aceptante. No le va a interesar vender a un precio más alto que el de mercado: nadie le compraría. Tampoco ofrecerá su producto a un precio inferior: ¿Por qué dejar de ingresar dinero?. Su producción al ser tan in-significante sobre su mercado, no tiene problemas de venta al precio estipulado.

e. Libertad de entrada y salida en el mercado. Es decir, si el empresario desea entrar en el sector no encontrará barreras que se lo impidan (permisos gubernamentales, carencias de suelo, gran escasez de alguno de los factores...). Tampoco

El productor walrasiano se mueve en una

estructura de mercado de competencia perfecta.

En el siglo XIX, donde los principales mercados

eran agrarios, no parecían descabellados

los supuestos de competencia perfecta.

Page 266: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…266

tendrá grandes problemas para salir del mercado, es decir, podrá liquidar con comodidad su empresa.

Un mercado donde se cumplan estos supuestos se denomina de “competencia perfecta”. El productor walrasiano realiza sus ac-ciones sujeto a este marco. Y su propio comportamiento racional o maximizador de beneficio lo conduce siempre a posiciones de equilibrio.

Veamos varios ejemplos: ¿Qué ocurrirá si el precio de venta de las mercancías excede su coste de producción (no olvide que en el coste de producción ya va incluida la remuneración del capital)? ¿Qué haría usted?. ¿Incrementar la producción? Pero, si todos incrementamos la producción, ¿qué ocurrirá? Bajarán los precios, ¿hasta...?.

Hasta..... el punto donde el precio sea igual que los costes de producción. Nos situaría-mos entonces en una situación de equilibrio. ¿Y si los precios siguen bajando y se encuen-tran por debajo de los costes productivos?. Entonces se incurrirá en perdidas. Algunas empresas pueden sobrellevar esa situación más tiempo que otras. Las más débiles se irán antes del mercado. Su ausencia permi-tirá que se reduzca la oferta de la industria y suba el precio del producto.

[ X I V. 2 L O S D O S G R A N D E S M E R C A D O S WA L R A S I A N O S ]

De cara al desarrollo de su modelo de equilibrio general plantea dos mercados: el de servicios y el de productos. En el primero de ellos, el de servicios, el papel de oferente corre a cargo de los propietarios de los factores productivos o recursos productivos. Los empresarios son los demandantes de los servicios.

Los propietarios de la tierra ofrecen sus predios, edificios, ins-talaciones industriales y la remuneración que obtienen a cambio de estos servicios productivos que ofrecen a los empresarios se denomina rentas.

El modelo de equilibrio general plantea dos

mercados: el de servicios y el de productos.

El primero de ellos, el de servicios, el papel de

oferente corre a cargo de los propietarios de los factores productivos.

Los empresarios son los demandantes de los

servicios.

Page 267: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

267HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

MERCADO WALRASIANO DE SERVICIOS PRODUCTIVOS

Ocurre de modo similar con el resto de los servicios productivos. El propietario del capital recibe como remuneración intereses. El interés del capital es por tanto en la economía walrasiana el cobro por el servicio del capital. El último de los factores produc-tivos es el trabajo. El empresario remunera el servicio del trabajo con el salario. Como hemos visto, todos los servicios productivos tienen un precio que se denomina renta (factor trabajo), interés (factor capital) y salario (factor tierra).

OFERTA

Serv

icio

s P

rodu

ctiv

os

Em

pres

ario

s

DEMANDA

Page 268: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…268

MERCADO WALRASIANO DE SERVICIOS PRODUCTIVOS

Los empresarios y los propietarios de los servicios productivos interactúan en otro mercado: en el de productos acabados.

Con la remuneración obtenida por ofrecer sus servicios producti-vos a los empresarios, estos adquieren los bienes y servicios que oferta la clase empresarial.

En el mercado de productos acabados el papel del oferente lo ocupa el empresario y los demandantes son los propietarios de los recursos.

OFERTA

Serv

icio

s P

rodu

ctiv

os

Em

pres

ario

sDEMANDA

Servicios de la tierra

Servicio del Capital

Servicio del Trabajo

Rentas

Interés

Salarios

Page 269: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

269HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

MERCADO WALRASIANO DE PRODUCTOS ACABADOS

El equilibrio en ambos mercados se obtiene cuando la demanda es igual a la oferta. Un desequilibrio en un mercado afecta al otro de modo irremediable.

Pensemos por un solo momento que ocurriría si no existiera equilibrio en el mercado de servicios productivos. Por ejemplo, a causa de un desequilibrio provocado por un desajuste entre la demanda y la oferta de trabajo. Esta situación provocaría un exceso de oferta en el mercado de productos. Muchos de los pro-ductos terminados no se podrían vender porque no existiría un demandante para ellos.

La actividad económica es un sistema interrelacionado. Un des-ajuste en un mercado afecta a todo el sistema.

OFERTA

Pro

piet

ario

s de

los

Serv

icio

s P

rodu

ctiv

os

Em

pres

ario

s: G

ener

ador

esde

Pro

duct

os A

caba

dos

DEMANDA

Page 270: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…270

[ X I V. 3 E Q U I L I B R I O G E N E R A L : C O N D I C I O N E S PA R A E L I N D I V I D U O 3]

Consideramos que:

[ 1 . - L A F U N C I Ó N D E U T I L I D A D : ]

r q{= ^ h

representa la función de utilidad marginal. El concepto de utili-dad marginal era denominado por el vocablo de origen francés rareté, de ahí la letra r.

Aunque sólo consideraremos una única función: r q{= ^ h, Walras planteó dos fun-ciones de utilidad marginal una para los bienes de consumo:

r qx {= ^ h

Y otra para los servicios productivos:

r qsp {= ^ h

[ 2 . - L O S P R E C I O S D E L O S S E R V I C I O S P R O D U C T I V O S E S T Á N D A D O S ]

Debemos de recordar que nos situamos en una estructura de mercado de competencia perfecta. Donde ni el empresario ni el demandante tiene capacidad por si solos para mover los precios. Ambos son precio aceptantes. Los precios de los servicios o re-cursos productivos los describimos como:

,

,

,

,

,

,

………

p

p

p

p

p

p

p

p

p

p

p

p

k

w

l

k

w

l

k

w

l

k

w

l

n

n

n

l

l

l

m

m

m

n

n

n

4precios de los servicios productivos

donde:

, , , ,…k k k knl m n

representan los diferentes servicios que proporciona el factor capital, k. Hay n servicios en todos los factores productivos: k (capital), w (salario) y l (tierra). Los servicios del trabajo, w, se representan como:

Los precios de los servicios productivos están dados.

Todos son precio aceptantes, es decir, no pueden negociar los precios.

Page 271: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

271HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

, , , ,…w w w wnl m n

Pudiendo ser w ´ el trabajo de un operador informático, w ´´ el trabajo de un maestro y w ´´´ el servicio que proporciona un Pre-sidente del Gobierno. En el caso de la tie-rra, l, sería:

, , , ,…l l l lnl m n

Siendo l ´ la tierra que se utiliza, por ejemplo, en parques nacio-nales. La tierra utilizada en la agricultura podría ser l ´´ y, la uti-lizada como basurero municipal podría ser perfectamente l ´´´

. Existen, como ya se ha mencionado anteriormente, n servicios productivos. Aunque se ha comentado que Walras denominaba al precio del servicio del capital, interés, salario, al servicio del trabajo y, renta, al servicio de la tierra; se denota el precio de los diferentes servicios del capital como:

, , , ,…p p pp k k kk nl m n

El salario o precio del servicio del trabajo como:

, , , ,…p p ppw w w wnl m n

Las rentas de la tierra o servicio del factor tierra se denotan:

, , , ,…p p ppl l l lnl m n

[ 3 . - L O S P R E C I O S D E L O S P R O D U C T O S T E R M I N A D O S E S T Á N D A D O S ]

El consumidor no tiene la capacidad de negociar los precios de los productos de consumo que adquiere.

Los precios de los bienes de consumo se denotan como:

, , , ,…p p ppa b c m

siendo los bienes terminados:

a, b, c,..., m

Hay n servicios entodos los factores

productivos: k (capital),

w (salario) y l (tierra).

Page 272: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…272

Por lo tanto:

pa es el precio del bien a y así respectivamente para el resto de los bienes

Existen m bienes terminados, el consumidor se situaría por tanto en un espacio definido en ℜm.

En consonancia con la literatura económica clásica elige un bien como numerario (numéraire). Es decir, todos los bienes se expre-san en función de ese bien. El bien elegido es el a, y por tanto, pa= 1 .

[ 4 . - T O D O S L O S I N D I V I D U O S T I E N E N A S I G N A D A S U N A S D O T A C I O N E S

I N I C I A L E S D E F A C T O R E S ( Q K , Q W, Q L ) , S I E N D O Q I ≥ 0 / I = { K , W, L } ]

Las dotaciones se describen como:

,

,

,

,

,

,

………

q

q

q

q

q

q

q

q

q

q

q

q

k

w

l

k

w

l

k

w

l

k

w

l

n

n

n

l

l

l

m

m

m

n

n

n

4

dotaciones iniciales de factores

En muchos casos la dotaciones iniciales son cero. Es decir, existen muchas perso-nas que no tienen dotaciones iniciales en alguno de los factores, por ejemplo, capital para poder prestar o invertir en sus pro-pios negocios, por tanto, para estos indivi-duos tendríamos que qk=0.

En muchos casos tampoco se es propietario del factor tierra. No era nada extraño encontrar, y menos en la Suiza del siglo XIX, donde trabajaba Leon Walras, personas que no tenían dotaciones iniciales del factor tierra (ql=0).

Con nuestra cultura actual es, sin embargo, muy difícil suponer que alguien tenga qw=0, con la excepción de aquellos que no desean salir al mercado a ofrecer sus dotaciones. En estos casos indicaríamos que la cantidad ofrecida es cero. No debemos olvi-dar, que bajo la perspectiva del siglo XIX, podían existir muchas personas con dotaciones iniciales cero en el factor trabajo.

Todos los individuos tienen asignadas unas dotaciones iniciales de factores, qi.

Estas dotaciones son qi≥0

Page 273: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

273HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ 5 . - L A S C A N T I D A D E S O F E R T A D A S D E S E R V I C I O S P R O D U C T I V O S , , , ,o i k w li 6 = " ,

T I E N E N VA L O R E S P O S I T I V O S , o 0>i. L A S C A N T I D A D E S D E M A N D A D A S ,

P O R E L C O N T R A R I O , A D Q U I E R E N VA L O R E S N E G A T I V O S , o 0i 1 ]

Las cantidades demandadas y ofrecidas se representan como:

,

,

,

,

,

,

, ,

, ,

, ,

………o

o

o

o

o

o

o

o

o

o

o

o

k

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w

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k

w

l

k

w

l

n

n

n

l

l

l

m

m

m

n

n

n

4

Cantidades demandadas y ofrecidas

[ 6 . - L A S C A N T I D A D E S D E M A N D A D A S A L O S P R E C I O S D E E Q U I L I B R I O S E

D E F I N E N C O M O : ]

, , ,, …d d dd mb ca siendo:

dj ≥0 / j={a ,b,...,m}

[ 7 . - L O S C O E F I C I E N T E S T É C N I C O S D E P R O D U C C I Ó N R E P R E S E N T A N L A S

C A N T I D A D E S D E C A D A S E R V I C I O P R O D U C T I V O U T I L I Z A D A S E N L A

P R O D U C C I Ó N D E U N A U N I D A D D E P R O D U C T O . ]

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

………

…………

…………

…………

a

a

a

a

a

a

a

a

a

a

a

a

b

b

b

b

b

b

b

b

b

b

b

b

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c

c

c

c

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c

c

c

c

c

c

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m

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k

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n

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m

n

n

n

l

l

l

m

m

m

n

n

n

_

`

a

bbbbbbbbb

bbbbbbbbb

Coeficientes técnicos

Page 274: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…274

Los subíndices de cada bien muestran los servicios productivos utilizados. Obvia-mente, existe la posibilidad de que muchos coeficientes técnicos adquieran el valor 0.

Esto ocurre cuando no se requieren determinados servicios pro-ductivos para su elaboración. Veamos un coeficiente al azar, por ejemplo, ck´ . Este indicará los servicios del capital k´ utilizados en la elaboración del bien c.

[ 8 . - L O S C O E F I C I E N T E S T É C N I C O S D E P R O D U C C I Ó N S O N F I J O S . E S T O I M P L I C A Q U E : ]

No existen problemas de amortización de los bienes de capital.

No existe escasez de ahorro.

No existe escasez de mano de obra.

[ X I V. 4 C O N D I C I O N E S D E E Q U I L I B R I O G E N E R A L : P R O B L E M A E C O N Ó M I C O ]

Las condiciones de equilibrio general para el individuo se plan-tean en el siguiente sistema de ecuaciones. Estas forman de he-cho el problema económico a resolver.

[ I . - L A R E S T R I C C I Ó N P R E S U P U E S T A R I A ]

Esta restricción indica que:

El dinero asignado a la adquisición de bienes de consumo o pro-ductos terminados adquiridos por el individuo, no puede ser di-ferente al recibido por la “venta” o “alquiler” de los servicios pro-ductivos inherentes a los factores productivos de su propiedad.

… …

…d d d d

o p o p o p o p o p

o p o p o p o pa

w w w w l l l l l l

b c m k k k k k k w w

n n n n

n n+ + + +

+ + + + + +

= + + + + +l l m m l l

m m l l m m [I]

[ I I . - C O N D I C I O N E S G E N E R A L E S D E M Á X I M A S A T I S F A C C I Ó N . ]

El lado izquierdo de la siguiente ecuación indica o representa la utilidad marginal derivada del uso del servicio productivo k´. El lado derecho indica el precio del recurso productivo k´ por la utilidad marginal del bien a.

Los coeficientes técnicos de producción implican la inexistencia de escasez en el ahorro.

Page 275: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

275HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

q o p dk k k k a a{ {- =l l l l^ ^h h

Observe el lector que se ha dicho uso del servicio productivo. Esto es debido a que nos referimos a q ok k-l l^ h, que es la diferen-cia entre la dotación inicial y el servicio ofertado. Si ofertáramos todas nuestra dotaciones iniciales tendríamos que q ok k-l l^ h= 0.

El sistema correspondiente al sistema general de máxima

satisfacción sería:

………………………

………………………

………………………

………………………

………………………

………………………

q o

q o p d

q o p d

q o p d

q o p d

q o p d

q o p d

q o p d

q o p d

d

p d

p d

k k k

k k k k a a

k k k k a a

w w w w a a

w w w a a

w a a

l l l l a a

l a a

l a a

b b

w

w w w

l l l

l l l

k a a

b a a

n n n n

n n n n

n n n n

z

z z

z z

z z

z z

z z

z z

z z

z z

z

z

z

-

-

- =

- =

- =

- =

- =

- =

- =

=

=

=

l l l l

m m m m

l l l l

m m m m

l l l l

m m m m

^ ^^ ^

^ ^

^ ^^ ^

^ ^

^ ^^ ^

^ ^

^ ^

h hh h

h h

h hh h

h h

h hh h

h h

h h

De cara a interpretar [II] es útil recordar la solución al problema de maximización de la utilidad de un individuo condicionada a su restricción presupuestaria4:

………

u p

u p

u p

u pn n

1 1

2 2

3 3

m

m

m

m

=

=

=

=

donde, U1, U2 y Un representan:

, , ,…u xU

u xU

u xU

2 nn

11 22

222

22

= = =

[II]

[III]

Page 276: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…276

Siendo el multiplicador de Lagrange que representa la utilidad marginal de la renta.

Debemos recordar, también, que Walras adoptó el supuesto de que el bien a o bien 1 ejercía de numerario del resto de los bie-nes, de modo p1=1. Por lo que tendríamos que:

1u p u u1 1 1 1& &m m m= = =

Si la igualdad u1= λ la introducimos en [III] tendremos:

………

u

u u p

u u p

u u pn n n

1 1

2 2 2

3 3 3

m=

=

=

=

Si lo trasladamos a la notación walrasiana tendríamos:

………

d p d

d p d

d p d

d p d

a a

a

a a

c c c

b d d a

m m m

b b b a a

z z

z z

z z

z z

=

=

=

=^ ^^ ^^ ^

^ ^

h hh hh h

h h

Dado que el equilibrio general walrasiano consta de dos tipos de incógnitas (demandas y ofertas), tendremos m+n ecuaciones para resolver m+n incógnitas.

Estas incógnitas se expresan en términos de los precios que es-tán dados (recuerde las consideraciones 2 y 3). Las funciones de oferta y demanda de los individuos adoptarán la forma:

Funciones de oferta o demanda de los recursos productivos.

, , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , ,

… … … …… … … …… … … …

o f p p p p p p p p p

o f p p p p p p p p p

o f p p p p p p p p p

k k k k w w l l b

w w k k w w l l b c d

k k w w l l b c d

c d

l l

=

=

=

l l l m l m l m

l l l m l m l m

l l l m l m l m

^^^

hhh

Recuérdese que pa es el precio del numerario y adquiere el valor 1.

[IV]

u1= λm

Page 277: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

277HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Funciones de demanda de los bienes finales o productos termi-nados

, , , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , , ,

… … … …… … … …… … … …

……………………………………………………… … … …

d f p p p p p p p p p p

d f p p p p p p p p p p

d f p p p p p p p p p p

d f p p p p p p p p p p

b b k k w w l l b c d m

c c k k w w l l b c d m

d d k k w w l l b c d m

k k w w l l b c d mm m

=

=

=

=

l m l m l m

l m l m l m

l m l m l m

l m l m l m

^^^

^

hhh

h

Leon Walras establece que la demanda del bien A queda estable-cida según [I].

[ X I V. 5 E Q U I L I B R I O G E N E R A L : C O N D I C I O N E S P A R A E L C O N J U N T O D E L M E R C A D O ]

El proceso de agregación, es decir, el camino que se recorre al tratar al conjunto de la sociedad en lugar de a un solo individuo implica una serie de redefiniciones:

a. Ofertas y demandas de servicios productivos del mercado:

; ; ;

; ; ;

; ; ;

……

O o O o O o

O o O o O o

O o Ol o O o

k k k k k k

w w ww w w

l l l l l

= = =

= = =

= = =m

l l m m n n

l l m m n n

l l m n n

// /// /// /

b. Demandas de mercado de bienes finales o productos ter-minados:

; ; ;…d D d D dDa a b b c c= = =// /

c. Funciones de oferta de mercado o demanda de mercado de servicios productivos.

; ; ;

; ; ;

; ; ;

……

F f F f F f

F f F f F f

F f F f F f

k k k k k k

w w w w w w

l l l l l l

= = =

= = =

= = =

l l m m n n

l l m m n n

l l m m n n

// /// /// /

El equilibrio general de mercado está definido por los siguientes sistemas de ecuaciones, los cuales muestran las condiciones de equilibrio en el mercado en conjunto.

Page 278: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…278

C.E. 1.- Las cantidades ofrecidas de servicios productivos están en función de los precios. Estás están en función de los precios de los ser-vicios productivos, pk ´ , pl´ , pw ´ . .. , y en función de los precios de los productos terminados, pb , pc , pd .. .:

Sistema 1

, , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , ,

… … … …… … … …… … … …

O F p p p p p p p p p

O F p p p p p p p p p

O F p p p p p p p p p

k k k k w w l l b c d

k k w w l l b c d

k k w w l l b c d

w w

l l

=

=

=

l l l m l m l m

l l l m l m l m

l l l m l m l m

^^^

hhh

C.E. 2.- Las cantidades demandadas de productos acabados es-tán en función de los precios.

Al igual que las cantidades ofrecidas de los servicios productivos, las cantidades demandadas de los productos acabados, dependen igualmente de los precios de los servicios productivos y de los productos terminados:

Sistema 2

, , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , ,

, , , , , , , , , , , ,

… … … …… … … …… … … …

……………………………………………………… … … …

F p p p p p p p p p

D F p p p p p p p p p

D F p p p p p p p p p

D F p p p p p p p p p

D k k w w l l b c d

k k w w l l b c d

k k w w l l b c d

k k w w l l b c d

b b

c c

d d

m m

=

=

=

=

l m l m l m

l m l m l m

l m l m l m

l m l m l m

^^^

^

hhh

h

siendo,

… …D O p O p O p D p D p D pa k k l l w w b b c c d d= + + + - + + +l l l l l l^ h

donde: Da representa la restricción presupuestaria agregada.

C.E. 3.- No existen recursos ociosos.

La oferta de mercado de un servicio productivo es utilizada en su tota-lidad en la elaboración de bienes finales, los cuales son absorbidos por la demanda de mercado.

Page 279: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

279HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Sistema 3

……

…………………………………………

…………………………………………

O a D b D c D m D

O a D b D c D m D

O a D b D c D m D

O a D b D c D m D

O a D b D c D m D

O a D b D c D m D

k k a k b k c k m

a b c m

a b c l

l a b c

a b c

a b c

k k k k k

l l l l

l l l l

w w w w w

w w w w w

= + + + +

= + + + +

= + + + +

= + + + +

= + + + +

= + + + +

l l l l l

m m m m m

l l l l l

m m m m m

l l l l l

m m m m m

Significando:

…O a D b D c D m Dk k a k b k c k m= + + + +l l l l l

Que la cantidad ofrecida del servicio productivo k´ es igual al sumatorio de cantidad empleadas del mismo en la elaboración de productos finales multiplicada por la demanda de esos pro-ductos:

O i Dk k i

i a

m

==

l l/pudiendo quedar el sistema 3 como:

Sistema 4

…………

…………

O i D

O i D

O i D

O i D

O i D

O i D

k k i

i a

m

i

i a

m

i

i a

m

i

i a

m

i

i a

m

i

i a

m

k k

l l

l l

w w

w w

=

=

=

=

=

=

=

=

=

=

=

=

l l

m m

l l

m m

l l

m m

//

//

//

C.E. 4.- El mercado se encuentra en situación de beneficio cero.

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EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…280

Los empresarios están obteniendo la rentabilidad sobre el capi-tal esperada. Esa situación, denominada también como beneficio cero, es la que determina la actividad empresarial. Esta presenta como principal implicación que el mercado se encuentra en equi-librio, esto quiere decir, entre otras cosas, que no existen en ese momento ni entradas ni salidas de empresas de las industrias que componen el mercado en conjunto.

Sistema 5

… …

… …

… …

………………………………………………………………… …

p a p a p a p a p a p a p

a p a p a pp p p p p p p

p p pp p p p p p p

p p p

p p p p p p p

p p p

b b b b b b

b b bc c c c c c

c c c

m m m m m m

m m m

a k k k l l l l

w w

k k k k k k l l l l l l

w w w w w w

k k k k k k l l l l l l

w w w w w w

k k k k k k l l l l l l

w w w w w w

k k k l l

w w w w

b

c

m

= + + + + + + +

+ + + += + + + + + + +

+ + + += + + + + + + +

+ + + +

= + + + + + + +

+ + + +

l l m m n n l l m m n n

l l m m n n

l l m m n n l l m m n n

l l m m n n

l l m m n n l l m m n n

l l m m n n

l l m m n n l l m m n n

l l m m n n

recordamos que Pa ejerce de numerario, por tanto, y dado que Pa =1, podría representarse como:

… …a p a p a p a p a p a p

a p a p a p

1 k k k k k k l l l l l l

w w w w w w

= + + + + + + +

+ + + +

l l m m n n l l m m n n

l l m m n n

La condición de equlibrio cuatro exige, como se puede ver en el sistema 5, que los precios de los productos finales sean iguales a los costes de producir los mismos.

Los cuatro sistemas de ecuaciones del modelo de equilibrio ge-neral están determinados por:

Las n-ésimas cantidades ofrecidas de servicios productivos:

, , , , , ,…O O O O O Ok l w k l wn n nl l l .

Las m-ésimas cantidades demandadas de servicios productivos:

, , , ,…D D D Da b c m

Los n-ésimos precios de los servicios productivos:

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281HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

, , , , , ,…p p p p p pk l w k l wn n nl l l

Los m-1 precios de bienes finales o productos terminados:

, , , ,…p p p pb c d m

Los precios de los bienes finales van desde Pb hasta Pm, ya que recordamos al lector que Pa=1.

Existen, como puede observarse del sistema de ecuaciones ante-riores, un total de 2m+2n ecuaciones.

No obstante, si multiplicamos las ecuaciones del sistema 3 por los precios de los servicios productivos y las ecuaciones del sistema 5 por las cantidades demandadas de productos acabados (sistema 2) y sumamos cada sistema por separado, observaremos que los miembros de la derecha de los dos sistemas serán iguales.

Se podrá obtener gracias a este calculo la ecuación de la restric-ción presupuestaria (véase sistema 2):

… …D O p O p O p D p D p D pa k k l l w w b b c c d d= + + + - + + +l l l l l l

Esto nos permite decir que hay tan sólo 2n+2m-1 ecuaciones in-dependientes para resolver el mismo número de incógnitas.

Tendríamos por tanto un sistema de 2n+2m-1 lo que nos permite afirmar que el sistema puede ser determinado.

Aunque el modelo de equilibrio general walrasiano ha sufrido numerosas críticas, quizás una de las más importantes bajo una visión neoclásica es que el modelo no asegura una solución única y positiva. Esto crítica equivalía a decir que el modelo en situa-ción de equilibrio no asegura una situación de equilibrio.

De todos modos, donde existen críticos existen también defen-sores. Un profesor austríaco, Wald demostró que previa utiliza-ción de los siguientes supuestos si existe equilibrio:

[ L A S C O N D I C I O N E S P A R A E L E Q U I L I B R I O WA L R A S I A N O D E WA L D ]

E.W.W.1. Que las ofertas de los recursos productivos sean posi-tivas.

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EQUILIBRIO GENERAL WALRASIANO…282

E.W.W.2. Que todos los coeficientes técnicos de producción sean cero o positivos.

E.W.W.3. Que al menos un servicio productivo tome parte en la pro-Que al menos un servicio productivo tome parte en la pro-ducción de cada mercancía.

E.W.W.4. Que la función de demanda esté definida para toda cantidad positiva del bien i-ésimo y sea siempre positiva, continua y monótona decreciente5

Todos los supuestos que Wald considera necesarios para asegurar una única solución en el modelo walrasiano están, a juicio de este matemá-tico vienés, implícitos en la obra de Leon Walras.

La dificultad para introducir el dinero en el modelo de equilibrio gene-ral walrasiano es quizás, después de la demostración de Wald, la crítica que en la actualidad tiene una mayor importancia.

Debates Abiertos

1. Hasta qué punto los acontecimientos económicos de una zona pueden afectar al comercio mundial y por extensión a nuestros hogares. ¿Vivimos ya en una economía globalizada? ¿La globali-zación es un fenómenos propio de los países desarrollados y en vías de desarrollo o afecta a todo el planeta?

2. Pueden existir dotaciones iniciales negativas. Sería el caso de personas que supongan una carga para los demás.

3. ¿La Economía puede, fuera del plano teórico, estar en situa-ción de equilibrio?

N O T A S1 Negishi(1989), p. 345.

2 El término macroeconomía fue acuñado por Ragnar Frish en 1933, como una forma de analizar los problemas económicos considerando la economía como un todo, frente al análisis del comportamiento individual de los agentes y sus interre-laciones en los mercados de los que se ocupa la microeconomía. Por tanto, tiene fundamento la afirmación de que el modelo clásico de macroeconomía tenía su fuente en la microeconomía neoclásica.

3 Este apartado y el siguiente han sido tratados con enorme claridad por Méndez Ibisate en Iglesia de la, Jesús (Coordinador) (1993) Ensayos sobre el Pensamiento

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283HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Económico. La aportación de F. Méndez Ibisate corresponde al capítulo denomina-do El enfoque microeconómico: marginalismo y neoclásicos. Para la realización de este apartado del libro nos hemos inspirado en la estructura expositiva de F. Méndez Ibisate (1993). Un mayor desarrollo de este apartado sin tener que recurrir al propio Walras se puede observar en el capítulo 7 de Negishi (1989), denominado Walras and the General Equilibrium Theory.

4 Explicación propuesta por Méndez Ibisate, F (1993).

5 Referenciado en Méndez Ibisate, F. (1993). Una mayor profundización en el trabajo de Wald requiere consultar: Stigler, Gerge, J. (1941). Production and Distribuction Theories. The Macmillan Co. Nueva York.

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U N A T E O R Í A I N T E R M E D I A D E L A

D E M A N D A

[ X V. 1 E D G E W O R T H : L A E V O L U C I Ó N D E L P E N S A M I E N T O U T I L I T A R I S T A ]

[ X V. 2 C A L C U L O E C O N Ó M I C O E N E D G E W O R T H ]

[ X V. 3 L A I N D E T E R M I N A C I Ó N D E L C O N T R A T O ]

[ X V. 4 L A L Í N E A D E I N D I F E R E N C I A Y L A C U R VA D E C O N T R A T O ]

[ X V. 5 E L S I G N I F I C A D O D E L A A P O R T A C I Ó N D E E D G E W O R T H ]

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U N A T E O R Í A I N T E R M E D I A D E L A

D E M A N D A

[ X V. 1 E D G E W O R T H : L A E V O L U C I Ó N D E L P E N S A M I E N T O U T I L I T A R I S T A ]

Este brillante economista irlandés, de origen acomodado, nació el 8 de febrero de 1845 en el pueblo de Edgeworthstown. El he-cho de pertenecer a una familia aristócrata anglo-irlandesa y muy numerosa, le permitió gozar de parientes muy vinculados a algu-nos de los principales intelectuales de la época. Por su amistad con Jeremy Bentham o con David Ricardo deberíamos destacar a la novelista Mary Edgeworth, tía de su padre.

Aunque su formación inicial estuvo estrechamente vinculada a la literatura y los estudios clásicos, no fue en estas áreas en las que deseó trabajar. Después de terminar la carrera de Derecho se inició, de modo autodidacta o al menos al margen de los estu-dios oficiales, en el mundo de las matemáticas. Y aunque trabajó

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UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA288

enseñando griego en el Belford College, sus inquietudes inves-tigadoras estaban, ya en ese momento, en la moral y en la ética. Descontento con el paradigma investigador de su época, buscaba nuevas respuestas, o mejor dicho, nuevas estrategias de análisis de problemas clásicos como la distribución o el intercambio. En 1877, aún siendo profesor de griego en Belford, publica New and Old Methods of Ethics, su primer libro, donde ya hace gala de profesar pleitesía al saber utilitarista. Al margen de esta obra, pa-rece ser su trabajo como profesor adjunto de Lógica en el King´s College, el que pone de manifiesto públicamente su vía metodo-lógica, desarrollada nítidamente un año más tarde, en 1881, en Psicología Matemática.

Al igual que Jevons, de la lógica pasa a la Economía Política. En el caso de este autor su carrera es más brillante y ausente de sombras que la de su admirado Jevons. No obstante, tuvie-ron que transcurrir ocho años desde su entrada en el prestigioso King´s College, en 1888 y siete años desde la publicación de su gran obra, para obtener la cátedra Tooke, desde la cual pudo en-señar Ciencia Económica. En 1891, como colofón a su carrera, obtiene la cátedra de Economía Política, también conocida como cátedra Drummond, en Oxford, convirtiéndose de este modo en uno de los sucesores de Señor y titular de la misma hasta 1922, prácticamente hasta su muerte, que acaeció en 1926.

Aunque el carisma personal solo parece hacerse necesario en el mundo del espectáculo, la política o las relaciones empresariales, lo cierto es que, en el fanganoso camino de la Ciencia también es una virtud deseable. Edgeworth, fue calificado de excéntrico y tímido1 en su carácter. Adjetivos similares recibiría, por parte de Keynes2, quien indica en un artículo publicado en el año del fallecimiento de Edgeworth y en la revista que él había codirigido desde 1891 hasta su fallecimiento, Economic Journal, que3 en:

Mathematical Psychis exhibe sin reservas la plenitud del saber, la originalidad y habilidad de su mente. Se trata de un libro muy excéntrico y expuesto a la burla; en sus trabajos posteriores, creo, Edgeworth ya no dio rienda suelta a su naturaleza íntima.

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289HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Ciertamente, la opinión de Keynes(1931) o de González(2000) sobre su carácter, es también compartida por Schumpeter(1971), quien afirma que4:

Era por un lado, sumamente sensible y, por otro, más que modes-to; se contentaba con sentarse en segunda fila, detrás de Mars-hall, al que exaltaba como un héroe, era vacilante en la conver-sación, ausente y distraído hasta lo patológico, pésimo orador y profesor de lección magistral, y personalmente ineficaz; creo que la descripción más exacta consiste en decir que no tenía nada de jefe o dirigente.

[ X V. 2 C A L C U L O E C O N Ó M I C O E N E D G E W O R T H ]

Inicia Edgeworth(1881) la definición de su cálculo económico recordando que el primer principio de la economía es que todo agente actúa por su propio interés. Lejos queda ya la afirmación de Smith en ese mismo sentido y lejos quedan también los tiempos en que la filosofía moral pare-cía dominar el reducido espacio del pensa-miento económico.

Diferencia Edgeworth entre dos tipos de acciones, la primera puede, a su juicio, denominarse guerra, mientras que la segunda sería contrato. Toda situación en la que un agente actúa sin el consentimiento de los otros afectados estaría enmarcado en la primera de las situaciones, mientras que actuaciones con consen-timiento pertenecerían al ámbito del contrato.

Dicho esto, vale preguntarse si la competencia económica es paz o guerra. Ambas cosas, responde Edgeworth. Es paz o pac-to entre contratantes durante la vigencia del contrato y guerra cuando alguno de los agentes recontrata sin el consentimiento de los demás.

[ E L C A M P O D E L A C O M P E T E N C I A ]

El campo de competencia, como así lo denomina Edgeworth, está integrado por todos los individuos que quieren y pueden recon-

El agente maximizador (el consumidor)

realizará sus compras hasta el nivel en que la utilidad marginal de la última unidad

adquirida sea igual al precio de esta.

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UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA290

tratar sobre los artículos sometidos a consideración. Si se compa-rase el campo de competencia con una subasta, se diría que está integrado por el subastador y todos los que desean ofrecer un precio superior a la última postura. A medida que el proceso de subasta se desarrollase, el número de pujadores o negociantes se reduciría. Se diría, siguiendo con el símil, que el campo se reduce de tal modo que en el último momento, en el de la adjudicación, llega a desaparecer.

Para una situación particular, es lógica la desaparición del campo de competencia. Pero, en la vida real o de modo general, cuando una se extingue otra nace. No obstante, Edgeworth, al genera-lizar el campo de competencia no piensa tanto en una subasta, como en un mercado al que acuden multitud de compradores, o como diría él, de contratantes. El lector que recuerde las apor-taciones de Jevons a la teoría del intercambio podrá ver en el trabajo de Edgeworth una cierta similitud revestida de un mayor grado de sofisticación matemática.

Supone Edgeworth la existencia de un mercado compuesto por:

• Número indefinido de negociantes: X.

• Una mercancía: x.

• Número indefinido de contratantes: Y

• Una mercancía: y.

Este mercado, compuesto por dos tipos de agentes, X e Y, se agota al alcanzar la situación de equilibrio. Si el campo de com-petencia es, además, de carácter perfecto, entonces exhibe cier-tas propiedades favorables al cálculo matemático. Al hacer esta afirmación, está pensando Edgeworth en la física matemática, en la teoría de los átomos y en el cálculo diferencial.

La ingeniería social está ya más cerca de los escritos económicos que los viejos tratados escolásticos, cargados de principios y tan deudores de aportaciones anteriores. No necesita Edgeworth bi-bliografía básica de apoyo, ni llenar sus libros de notas a pie que confirmen que bebe de fuentes inmaculadas del saber. La lógica matemática, aquella que fue el carro triunfal de Jevons, y el cal-

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culo diferencial le bastan para hacer teoría. Indudablemente, el pensamiento económico camina ya alejado de las aulas de filoso-fía y se mueve en busca del equilibrio, el verdadero grial de los aspirantes a convertir a la economía en una Ciencia.

Las propiedades matemáticas o condiciones de un campo perfec-to son cuatro, un par referible a la multiplicidad o continuidad y otro referido a la divisibilidad o fluidez.

[ L A C O M P E T E N C I A ]

El mercado está sujetos a los siguientes axiomas de partida5.

I. Cualquier individuo es libre para recontratar con cualquier otro número indefinido. Es decir, cualquier X puede con-tratar con cualquier Y.

II. Cualquier individuo es libre para contratar con cualquier número indefinido. Cualquier X puede tratar con cualquier número de Y.

Los dos primeras axiomas implican la divisibilidad de x o de cada artículo de contrato. Si se pensara que x es arroz o azúcar, en-tonces sería fácil pensar y asumir la divisibilidad indefinida de x.

III. Cualquier individuo es libre para recontratar con otro inde-pendientemente de cualquier tercera parte. Es decir, cual-quier Y puede aceptar la oferta de cualquier X, indepen-dientemente de otros Y.

IV. Cualquier individuo es libre para contratar con otro inde-pendientemente de una tercera parte.

Edgeworth advirtió, como ya se habrá observado, que existe una cierta semejanza entre la relación de la primera con la segunda condición, y de la tercera con la cuarta. La quiebra de la primera implica la de la segunda, pero no a la inversa, y la tercera y cuarta se relacionan del mismo modo6.

Estos cuatro axiomas están acompañados de tres definiciones:

D.I. Un ajuste es un contrato que se puede variar con el consen-timiento de todas las personas implicadas.

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UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA292

D.II. Un ajuste final es un ajuste que no se puede variar por re-contrato dentro del campo de competencia.

D.III. El contrato es indeterminado cuando existe un número in-definido de ajustes finales.

[ X V. 3 L A I N D E T E R M I N A C I Ó N D E L C O N T R A T O ]

Sobre la indeterminación del contrato caben tres posibilidades; que estemos sin competencia perfecta y por tanto sea indetermi-nado (α), que nos encontremos en competencia perfecta y por tanto sea determinado (β) o que nos encontremos con más o menos competencia perfecta, entonces será más o menos inde-terminado (γ).

[ D E M O S T R A C I Ó N ]

Supongamos dos individuos, X e Y, cuyo interés depende de dos cantidades variables que ellos están dispuestos a no variar sin consentimiento mutuo. Las porciones intercambiadas, de modo similar al modelo propuesto por Jevons, serán x e y.

La utilidad de X previa al intercambio es:

a1U ^ h

La utilidad que le queda al individuo X después de desprenderse de la porción x, será:

a x1U -^ h

El sujeto X se desprende de su porción x a cambio de una de y. Por tanto, de cara a definir su utilidad, se debe incorporar la que le proporciona su nueva porción de y:

y1W ^ h

Por tanto, la utilidad de X después del intercambio sería:

Utilidad de X a x y1 1U W= - +^ ^h h

La utilidad de la otra parte, bajo el mismo razonamiento, será:

Utilidad de x b yY 2 2U W= + -^ ^h h

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293HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Si se generaliza el caso particular y se denomina P a la utilidad de X, y F(x,y) al lado derecho de la ecuación, se podría describir la definición anterior como:

,P F x y= ^ h

de tal modo que:

,F x yP

1=^ h

De modo similar, se puede denotar como Π a la utilidad de Y, siendo la ecuación:

,x yP U= ^ h

o bien:

,x y1

PU

=^ h

diferenciando tendríamos la siguiente condición de igualdad:

dxdP

dyd

ddP

dd

y xP P

=

Esta ecuación es muy similar a la planteada por Jevons en su re-lación de intercambio. De hecho, Jevons indica que:

debe derivar una utilidad exactamente igual de los incrementos fina-les, de otro modo le interesará intercambiar más o menos, y estorbará las condiciones del intercambio. En consecuencia, debe cumplirse la siguiente ecuación7:

b y dy x dx2 2zW - =^ ^h h ,

Esta misma ecuación se reproduce para el caso del cuerpo co-merciante uno o siguiendo las palabras de Jevons, esto permite concluir que, siempre que dos mercancías se intercambien una por otra, y se puede dar o recibir más o menos en cantidades infinitamente pequeñas, las cantidades intercambiadas deben sa-tisfacer la siguiente igualdad, la cual aporta un significado similar al propuesto por Edgeworth:

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UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA294

a x dx

y xy

b y

x21

1 2

z z

W W

-= =

-^^

^^

hh

hh

Pero, a Edgeworth, a diferencia de Jevons le interesa hablar de ajustes. Desea saber en cuál se pondrán de acuerdo, y para ello propone profundizar en la ecuación de igualdad mostrada anteriormente.Plantea una superficie definida por:

,P F x y 0- =^ h

Siendo P la longitud de la ordenada trazada desde cualquier pun-to del plano de xy. Gráficamente la expresión de Edgeworth se ajustaría al siguiente gráfico:

Realiza el mismo razonamiento para el otro agente, de tal modo que la superficie sería: ,x y 0P U- =^ h , y Π la longitud de la orde-nada. Un gráfico que englobase a los dos agentes o contratantes sería de la forma:

P

x

y

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295HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

Cuando el agente Y pasa del punto A al B, incrementa su utilidad total, ya que pasa de un punto de utilidad Π0 a otro de utilidad Π1. En el punto B el sujeto Y obtiene, al tener más porciones de x e y, una mayor utilidad. El paso de A a B es beneficioso para Y, pero perjudicial para el sujeto X. Cualquier dirección en la que se mueva X o Y supondrá una mejora para uno de ellos y un empeoramiento para el otro.

Como indica Edgeworth, se puede demostrar que el lugar geométrico del punto, que él denomina deseado, es decir, del punto (x,y), es tal que, en cualquier dirección en la que demos un paso infinitamente pequeño, P y Π no aumentan a la vez. El lugar geométrico de este punto deseado lo denominará curva de contrato. Los puntos expuestos anteriormente coinciden con la definición expuesta por Edgeworth. No obstante, este autor no recurre fácilmente al aparato gráfico para realizar sus exposicio-nes. Prefiere metodológicamente utilizar el lenguaje matemático y dejar para el lector la capacidad de abstracción gráfica.

[ X V. 4 L A L Í N E A D E I N D I F E R E N C I A Y L A C U R VA D E C O N T R A T O ]

La axiomática moderna reclamó la noción de conjuntos de indife-rencia para poder cumplir el axioma de ordenación simple o com-pleta de las preferencias. Pero, la primera vez que vemos reclamar por un autor una curva, llamada aquí línea, de indiferencia es en Psicología Matemática de Edgeworth, y lo hace para denotar aque-llos movimientos que puede realizar P dentro del la superficie P-F(x,y)=0 de (x,y) y en los cuales ni gana ni pierde utilidad.

En primer lugar Edgeworth considera en qué direcciones puede X moverse, en longitud ρ, desde cualquier punto (x,y). Dado que la adición a P es

cos sendxdP

dxdP

t i i+a ak k

siendo ρ cos θ = dx y ρ sen θ = dy, se muestra evidente que X sólo se moverá a un lado de una determinada línea, la línea de indife-rencia, siendo su ecuación:

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UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA296

xdxdP

ydydP

0g h- + - =^ a ^ ch k h m

La línea de indiferencia de Edgeworth se corresponde con el si-guiente gráfico. Si se trazara una línea que uniese los puntos ABC se obtendría una línea de fuerza o línea de preferencia. El mismo razonamiento es extensivo para el sujeto Y.

Por tanto, ambos sujetos no desearán moverse cuando sus líneas de indiferencia sean coincidentes, por ello se extrae que la con-dición necesaria es:

0dxdP

dyd

dydP

ddx

P P- =a c c ck m m m

El movimiento para las partes es posible, en tanto que, una parte no pierda y la otra gane. El punto de equilibrio, en esta lógica, puede describirse como un máximo relativo. Es decir, una situa-ción en la que siendo la utilidad del sujeto X sea un máximo y la de Y sea constante.

Sea:

P=P-c(Π-Π*)

Donde c es una constante y Π* es el valor de Π que se supone dado. Entonces, como indica Edgeworth, P es un máximo sólo cuando:

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297HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

0dyd

dydydP

cdd

dxdxdP

cx

P P+ -- =c cm m

de donde tenemos la curva de contrato.

[ X V. 5 E L S I G N I F I C A D O D E L A A P O R T A C I Ó N D E E D G E W O R T H ]

¿Qué mueve a los agentes cuándo participan en un mercado? Aunque Smith ya había respondido perfectamente a esa pregun-ta, Edgeworth esperaba una respuesta más sofisticada, encon-trando en Jevons la materia prima con la que poder construir el armazón de su respuesta y en los matemáticos Lagrange y Ha-milton8 las herramientas necesarias.

La acción humana estaría, bajo la óptica de Edgeworth, gober-nada por una fuerza-placer. De tal modo que el equilibrio se alcanza cuando la energía-placer total de los contratantes es un máximo relativo9.

El descubrimiento y la modelización matemática de la fuerza pla-cer como llave que abre la puerta al enigma del arbitraje, hacen que Edgeworth se sienta sabedor de un nuevo paradigma investi-gador. Sus respuestas dejan atrás, al menos así lo siente él, no sólo los sesudos pensamientos de los moralistas, sino también a toda una larga lista de filósofos, desde Platón hasta Herbert Spencer10:

La equidad y la <<justicia distributiva>> son encantadoras en las páginas de Herbert Spencer y deleitaron a Dugald Stewart con la apariencia de la certeza matemática, pero ¿cómo serían aplicables a la distribución de un producto conjunto entre cooperadores?[...] La justicia requiere estar informada por algún principio más definido, como Mill y Sidgwick razonan bien. La estrella de la justicia no proporciona una guía cierta [...] a menos que refleje los rayos de una lumbrera superior: el utilitarismo.

El utilitarismo es, en la mente de Edgeworth, el gran descubri-miento, la piedra filosofal del saber, un oráculo al que preguntar y que siempre responde. Únicamente en el campo de la religión siente este autor que la doctrina utilitarista pueda no dar las res-puestas adecuadas. No obstante y como afirma Edgeworth, la

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UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA DEMANDA298

base requerida de arbitraje entre contratantes económicos es evi-dentemente algún ajuste, y el ajuste utilitario puede seleccionarse, en ausencia de cualquier otro principio de selección, en virtud de sus peculiaridades morales: satisfaciendo la simpatía de cada uno hacia los demás, el sentido de la justicia y la equidad utilitarista.

N O T A S1 Manuel Jesús González (2000), p.11 en el “Estudio Preliminar” a “Psicología Ma-

temática” (1881)[2000].

2 La cita posterior de Keynes sobre la obra de Edgeworth ha sido tomadas de Manuel Jesús González(2000).

3 La primera publicación del trabajo de Keynes es en 1926 en Economic Journal.Posteriormente se volvió a publicar varias veces. La cita mostrada en este caso co-rresponde, como indica M.J. González a Keynes, J.M. (1931), Essays in Persuasion en E. Johnson, D. Moggridge y Sir A. Robinson (eds) (1971-1989), The Collected Writings of John Maynard Keynes. p.254.

4 Schumpeter (1971), p. 910

5 Edgeworth (1881)[2000], p. 61

6 Edgeworth (1881)[2000], p. 62

7 Jevons (1998) p. 136.

8 Edgeworth (1881)[2000], p. 52

9 Edgeworth (1881)[2000], p. 66. Sujeto a las siguientes condicones:

1ª Condición: Que la energía placer de X e Y, considerados cada uno como función de las variables x e y, tienen que ser funciones de los mismos valores. En el lenguaje metafórico utilizado por Edgeworth :Que los placeres del coche-ro han de guiar a sus caballos juntos sobre el plano de xy

2ª Condición: Que la línea de fuerza resultante ha de estar continuamente entre las líneas de las respectivas fuerzas placer.

El tronco de caballos no debe ser empujado en una dirección contraria a la prefe-rencia de uno u otro individuo

10 Edgeworth(1881)[2000], p. 89

Page 299: Historia del Pensamiento Económico. De Grecia al Marginalismo

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