Historia Del Capitalismo

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Historia del capitalismo Fernand Braudel sitúa los orígenes del capitalismo en la Edad Media, en algunas pequeñas ciudades comerciantes. La historia del capitalismo ha sido objeto de gran- des debates sociológicos, económicos e históricos des- de el siglo XIX El comercio existe desde que surgió la civilización, pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra, en sustitución del feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a «realizar true- ques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De esta forma al capitalismo, al igual que al sistema de precios y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna. [1] Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se or- ganizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomen- taron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantida- des de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX. Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del em- presario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias. El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma Protestante. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales (y posteriormente el Estado de Derecho como sistema político y el liberalismo clási- co como ideología) que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalis- mo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento económico, lo cual generó industrialización en las regiones del norte. 1 Orígenes de una civilización 1.1 El capitalismo medieval El gran canal de Venecia, por Turner (v. 1835). 1

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Aquí se describe la historia del capitalismo, sus inicios y la actualidad de este programa economico

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Historia del capitalismo

Fernand Braudel sitúa los orígenes del capitalismo en la EdadMedia, en algunas pequeñas ciudades comerciantes.

La historia del capitalismo ha sido objeto de gran-des debates sociológicos, económicos e históricos des-de el siglo XIX El comercio existe desde que surgió lacivilización, pero el capitalismo como sistema económicono apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra, en sustitucióndel feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanossiempre han tenido una fuerte tendencia a «realizar true-ques, cambios e intercambios de unas cosas por otras».De esta forma al capitalismo, al igual que al sistema deprecios y la economía de mercado, se le atribuye unorigen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.[1]

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambiofue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se or-ganizaron en Europa occidental desde el siglo XI hastael siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de lossiglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomen-taron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento delNuevoMundo y la entrada en Europa de ingentes cantida-des de metales preciosos provenientes de aquellas tierras.El orden económico resultante de estos acontecimientosfue un sistema en el que predominaba lo comercial omercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía enintercambiar bienes y no en producirlos. La importancia

de la producción no se hizo patente hasta la Revoluciónindustrial que tuvo lugar en el siglo XIX.Sin embargo, ya antes del inicio de la industrializaciónhabía aparecido una de las figuras más características delcapitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, elindividuo que asume riesgos económicos no personales.Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de unaactividad con el fin de obtener beneficios en el futuro;puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad deobtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidasson dos resultados posibles, por lo que el papel del em-presario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas oganancias.El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fueallanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de laReforma Protestante. Estos movimientos cambiaron deforma drástica la sociedad, facilitando la aparición de losmodernos Estados nacionales (y posteriormente el Estadode Derecho como sistema político y el liberalismo clási-co como ideología) que proporcionaron las condicionesnecesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalis-mo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posiblegracias a la acumulación del excedente económico quegeneraba el empresario privado y a la reinversión de esteexcedente para generar mayor crecimiento económico, locual generó industrialización en las regiones del norte.

1 Orígenes de una civilización

1.1 El capitalismo medieval

El gran canal de Venecia, por Turner (v. 1835).

1

juan
Resaltado
juan
Resaltado

2 1 ORÍGENES DE UNA CIVILIZACIÓN

Para Fernand Braudel (la Dinámica del capitalismo,1985), el capitalismo es una “civilización” con raíces an-tiguas, ya habiendo conocido horas prestigiosas, tales co-mo las grandes ciudades-estados comerciantes: Venecia,Génova y Amberes, entre otros. pero las actividades sonminoritarias hasta el siglo XVIII. Werner Sombart (El ca-pitalismomoderno, 1902) fecha la emergencia de la civili-zación burguesa y del espíritu de empresa en el siglo XIV,en Florencia.Así como lo muestra Braudel, encontramos en la Edadmedia las primeras manifestaciones del capitalismo co-mercial en Italia y en los Países Bajos. El comercio marí-timo con Oriente, en respuesta a las cruzadas, enriquecióa las ciudades italianas, mientras que en los Países Ba-jos, a la desembocadura del Rin, que hacía el lazo entreItalia y Europa del Norte, dominada por la Liga Hanseá-tica. En las grandes ciudades, los vendedores de paños yde las sederías adoptan métodos capitalistas de gestión.Efectúan ventas al por mayor, establecen mostradores yvenden sus productos en conjunto en las grandes feriaseuropeas. Se abastecen de materias primas tanto en Eu-ropa como en Levante. En esta época turbada de la Edadmedia, ajustan sus pagos por letras de cambio, menos pe-ligrosas que el transporte de metales preciosos. De estaforma, lógicamente se desarrollan, en paralelo del capi-talismo comercial, las primeras actividades bancarias delcapitalismo financiero: depósitos, préstamos sobre pren-das, letra de cambio, seguros para las embarcaciones.Estos capitalistas se enriquecen extendiendo su influen-cia económica sobre el conjunto de Occidente cristiano,creando así lo que Braudel llama una “economía-mundo”.En su análisis, Braudel distingue la “economía de merca-do” del capitalismo, este último constituyendo un tipo de“contra mercado”. Según él, la economía de mercado (esdecir la economía local en aquella época) está dominadapor las reglas y los cambios leales, porque sometida a lacompetencia y a la transparencia relativa, el capitalismointenta evitarlo en el comercio lejano con el fin de librarsede reglas y de desarrollar cambios desiguales como nue-vas fuentes de enriquecimiento.Podemos observar que desde la Antigüedad, sistemasidénticos habían sido puestos en práctica por los fenicios,griegos, los Cartagineses y los romanos. Estos sistemasfueron marcados no obstante más por el imperialismo yel esclavismo que por el capitalismo. A través del mundo,otras formas de capitalismo comercial se desarrollaron demanera precoz en la época feudal (bajo la dinastía Mingen China por ejemplo).

1.1.1 Vida urbana

En las grandes ciudades especializadas de Europa, el arte-sanado, volcado esencialmente hacia la exportación, estádominado por los grandes comerciantes y pañeros, aun-que las relaciones económicas entre artesanos y vende-dores se emparientan en el salariado. Los comerciantes

controlan a la vez la adquisición de materias primas ríoarriba y la venta de los productos terminados río abajo.La población urbana ya se diferencia en varias clases eco-nómicas distintas y ricas para algunos, pobres para otros.La ciudad de Florencia es el ejemplo perfecto: encontra-mos allí muy temprano a banqueros que desarrollan su-cursales a través de Europa y esclavizan la industria enbúsqueda de su provecho. Entre ellos grandes familias,tal es el caso de los Médicis, quienes crean las primerasrelaciones “privilegiadas” entre el mundo de los negociosy el mundo político.También en este periodo el matemático Luca Pacioli fijalas bases del comercio al crear los Estados Financierosen los que se fija la terminologia y la manera de calcularlas relaciones comerciales básicas, por lo cual Florenciabrillara durante mucho tiempo como el principal centrobancario de Europa.

1.1.2 Aparición de las bolsas a finales de la EdadMedia

Según Fernand Braudel, la aparición de las primerasBolsas ocurre en el siglo XIV en estas ciudades italianasdonde el comercio es permanente (contrariamente a lasferias medievales que se celebran sobre períodos limita-dos) y donde se concentran lo esencial de las actividadesfinancieras.Es no obstante la creación en 1409 de la Bolsa de Brujas,un hotel dedicado al intercambio de mercancías, letras decambio y efectos de comercio, que marca un punto de in-flexión en el desarrollo de las actividades financieras. Elplaza se impone rápidamente gracias a la abertura de supuerto, gracias a la fama de sus ferias comerciales y gra-cias al clima de tolerancia y de libertad que aprovechanvendedores e inversionistas de todo origen. Son los mis-mos triunfos que permitirán luego a la plaza de Amberes(creada en 1460) desarrollarse al principio del Renaci-miento. Se podía leer en su frontis: Ad usum mercatorumcujusque gentis ac linguae (“Para uso de los vendedoresde todos los países y de todas lenguas”).

1.2 Renacimiento y Reforma

1.2.1 La ética protestante

Max Weber (en su obra La Ética protestante y el espíri-tu del capitalismo escrita en 1904/05) considera que laemergencia del capitalismo moderno data de la Reforma.Teniendo como base una acta sociológica, vincula el espí-ritu del capitalismo moderno a la mentalidad protestantey lo ve pues como el resultado de una evolución lenta na-cida de la Reforma, y más generalmente de una evoluciónreligiosa que se hace en el sentido de un “desencanto dela gente”. Observamos por otra parte que formas esporá-dicas de capitalismo financiero habían sido desarrolladasdesde hace mucho tiempo por los lombardos y los judíos,

1.2 Renacimiento y Reforma 3

no sometidos a las coacciones religiosas del catolicismo.Es por otra parte a éstos últimos que Werner Sombart (ElCapitalismo moderno) atribuirá el génesis del capitalismomoderno.Según Weber, el capitalismo occidental corresponde a laaparición de un espíritu nuevo, de una revolución cultural.Weber empleo entonces el término capitalismo moderno“para caracterizar la búsqueda racional y sistemática delprovecho por el ejercicio de una profesión”. Más que lariqueza, cuyo deseo no es nuevo, es el espíritu de acumu-lación que se impone como vector de ascensión social.Esta nueva ética se difunde gracias a la emergencia denuevos valores: el ahorro, la disciplina, la conciencia pro-fesional. Esta última permite por ejemplo la aparición deuna élite obrera que, más allá del salario, se preocupa dela calidad de su obra. El trabajo se hace un fin en sí. En pa-ralelo emerge un personaje emblemático, el empresario,que busca un éxito profesional provechoso a la sociedaden conjunto.El contexto favorable para esta evolución de los valoreses el de la Reforma. Para Max Weber, la ética del oficioviene del luteranismo que anima a cada creyente a seguirsu vocación, y que hace del éxito profesional un signo deelección divina. En efecto, los creyentes ordinarios, sa-biendo que no tienen la maestría de su salvación (lógicade la predestinación), intentan ardientemente encontraren su vida privada los signos de esta predestinación, co-mo el éxito profesional, con el fin de atenuar su angus-tia enfrente de la muerte y frente del juicio que la sigue.Por otro lado el informe directo a Dios preconizado porla religión protestante acelera el proceso de “desencantodel mundo” (Suprimiendo el número de prácticas religio-sas por ejemplo), lo que concurre a la emergencia de laracionalidad. Ya, Karl Marx había observado un procesode desengaño escribiendo:

“La burguesía (...) Ahogó los escalofríos sagra-dos del éxtasis religioso, del entusiasmo caba-lleresco, del sentimentalismo a cuatro céntimosen las aguas helados del cálculo egoísta.”Manifiesto del Partido Comunista, 1848.

Esta racionalización permite la aparición de nuevos dog-mas que fundan el espíritu del capitalismo:

“La repugnancia en el trabajo es el síntoma dela ausencia de gracia.”,“El tiempo es precioso, infinitamente porquecada hora perdida es sustraída del trabajo queconcurre a la gloria de Dios.”Max Weber, La Ética protestante y el espíritudel capitalismo.

MaxWeber ilustra sus propósitos en un texto de BenjaminFranklin, revelador según él de las nuevas mentalidades:

“El que pierde cinco chelines pierde no sólo es-ta suma, sino que también todo lo que habríapodido ganar utilizándole en los asuntos, lo queconstituirá una cantidad de dinero considera-ble, a medida que el hombre joven envejezca.”Advice to a young tradesman, 1748.

Las tesis de Weber han sido muy criticadas. El lazo en-tre el dogma de la predestinación y el espíritu del capita-lismo es muy paradójico, debido a que un fiel tiene quebuscar signos de elección mientras que el dogma afirma lapredestinación como de de todas maneras impenetrable.Historiadores invalidan esta concomitancia de ambos fe-nómenos (Braudel por ejemplo, que fecha el capitalismoen un período anterior a la Reforma).

1.2.2 El espíritu de innovación

La Biblia de Gutenberg (1450–1454), una de las primeras pro-ducciones estandarizadas en gran número.

Según Lewis Mumford (Técnicas y civilizaciones, 1950),el sistema técnico del Renacimiento anuncia el futuroeconómico del mundo occidental.El siglo XV vive por ejemplo la puesta a punto dela imprenta en caracteres móviles (la "tipografía") deGutenberg. Cuidadoso de preservar mientras puede lossecretos de sus búsquedas, forzado a préstamos moneta-rios importantes, es en cierto modo el arquetipo de losfuturos capitalistas. Su objetivo es responder a una pe-tición insatisfecha: la petición de cultura de los espírituscada vez menos analfabetos del Renacimiento. Si era pre-ciso hacer publicaciones en gran escala de libros mayores,rápidamente va a surgir la petición de realizar una pro-ducción más diversificada. La difusión de la Biblia a usopersonal contribuye al vuelo de la Reforma, mientras queésta aumenta a cambio la demanda. En parte permitidapor los progresos de la metalurgia, la tipografía le abaste-ce a cambio de desembocaduras. Interés por la mecánica,las primicias de la “standardización”, producciones degrandes series, preocupaciones de la "productividad" y elespíritu de innovación... Si bien habrá que esperar paraver avances similares en la industria textil y así estimu-lar el despegue industrial, la imprenta muestra bien que

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el mantillo del capitalismo es más antiguo. Respecto a laimprenta, Max Weber hace ver que ya existía desde hacemucho tiempo en China y seguramente en la India, perocomo numerosas técnicas, heredadas a veces de la An-tigüedad (la fuerza del vapor fue conocida por ejemploen el Antiguo Egipto), debió esperar para poder insertar-se en un conjunto de técnicas coherentes y complemen-tarias para poder imponerse. No lo hizo por otra partesin encontrar oposición, particularmente por parte de loscopistas medievales.

1.2.3 Hacia un nuevo sistema técnico

El nuevo sistema técnico que surge en el Renacimientopermite la irrupción de ciertos principios del capitalismomoderno como el mejoramiento de la productividad, laeconomía de mano de obra, el aumento de la producciónen volumen y su diversificación, e incluso la inversión.Se apoya en algunas innovaciones como el alto horno,la imprenta o el sistema biela-manivela, el aumento enpotencia de los grandes sectores industriales (metalurgia,explotaciónminera) y la utilización corriente de una fuen-te de energía (hidráulica). Este sistema, que persistiráhasta mediados del siglo XVIII, arrastrará la adopción deun sistema social que servirá para sembrar el inicio de uncapitalismo naciente y enterrar un régimen feudal que nohabrá sabido inscribirse en esta mudanza en profundidad.

1.2.4 El mercantilismo

A partir del siglo XVI, el pensamiento económico ya noestá dominado más por los teólogos, sino por los pensa-dores laicos que se preocupan en primer lugar de la fuerzadel Estado: los mercantilistas. Con el fin de asegurar la ex-pansión de la riqueza del Príncipe, los valores religiososson olvidados. Poca importancia tiene que la usura sea unpecado o no, los gobernantes no se preocupan más que talo cual política comercial no sea cristiana: solo cuenta laRazón de Estado. Este pensamiento no es el del capita-lismo, visto que se preocupa sólo de la importancia de lafuerza del Estado y no del desarrollo de la riqueza particu-lar. No obstante, primero porque contribuye eliminandolos valores religiosos, luego porque puede encontrar in-terés en el desarrollo de los asuntos particulares, preparalas evoluciones futuras. A menudo la creación de mono-polios por el Estado constituía un compromiso entre elenriquecimiento de los vendedores y el involucramien-to de la fuerza pública en las actividades más lucrativas.Fue por ejemplo el caso de las diferentes Compañías deIndias.

1.2.5 Evoluciones jurídicas y monetarias

En el siglo XVII, Holanda adquiere importantes facto-rías en la India y desarrolla el comercio de las especias,de la pimienta en particular; se estableció en Japón y

Una «obligación» de la Compañía Holandesa de las IndiasOrientales, emitida en 1623.

comercia con la China. Se hace el nuevo centro de la“economía-mundo” según Braudel. En 1602, funda la pri-mera Compañía de las Indias Orientales: es la primeragran “sociedad por acciones”. Sus dividendos a menudoascendían 15, hasta 25%. De 3100 florines, las accionessubieron hasta los 17000 florines a finales del siglo. Estasacciones estuvieron sometidas a especulaciones incesan-tes, alimentadas por los rumores más infundados, inclusopor campañas organizadas de desinformación. La Com-pañía emitió también obligaciones. La Compañía Britá-nica de las Indias Orientales tomaría después el relevo yel modelo inspira la creación de compañías en la industriametalúrgica y textil, el papel, etc.

Salida de los veleros de la Compañía holandesa de las IndiasOrientales, por Hendrick Cornelisz (v. 1630–1640).

En paralelo, el flujo de oro desde las colonias de Améri-ca permite a partir del siglo XVI una estimulación de loscambios, un perfeccionamiento de los métodos de pagoy de las técnicas monetarias. Las primeras monedas di-visionarias son golpeadas, las monedas fiduciarias viviránuna expansión importante, los primeros billetes aparecen.En el resto del mundo, los cambios quedan limitados porel uso de “monedas metálicas en la infancia”.Holanda conoce también la primera burbuja especulativade la Historia, la Tulipomanía. En los años 1630, el preciode los tulipanes vive una elevación fuerte, al alcanzar aveces la cebolla el precio de una casa burguesa. Cuando

1.3 La emergencia del capitalismo 5

esto se volvió manifiestamente irracional, el primer crackde la Historia se produjo.

1.3 La emergencia del capitalismo

El Síndico de los pañeros, por Rembrandt (1662). Obra de en-cargo, simboliza tanto el éxito de la burguesía así como la pujan-za de Ámsterdam

No obstante, la emergencia del capitalismo es asociadamás a menudo con las primicias de la revolución indus-trial, y en particular al siglo XVIII. Las formas modernasde propiedad privada de los medios de producción y desalariado se desarrollan durante este período.

1.3.1 Evolución de las relaciones sociales

Durante el período artesanal, el capitalismo conoce for-mas anteriores a la fábrica o a la manufactura. Laagricultura induce períodos de actividad débil (la tem-porada muerta sobre todo) y los fabricantes de las ciu-dades se interesan rápidamente por esta mano de obraregularmente ociosa. El trabajo a domicilio, o "domesticsystem", va a desarrollarse. Les permite a los artesanos yfabricantes cederles en subcontacto una parte de su pro-ducción a las familias campesinas. En el marco más espe-cífico de “putting-out system”, los empresarios abastecena los trabajadores rurales (y siempre a domicilio) de ma-terias primas, incluso instrumentos, luego vienen para re-cuperar a cambio de un salario el producto transformado,que será a veces terminado en los talleres urbanos. Estesistema tiene, por ejemplo, un interés superior en el mar-co de la producción textil. Si no se puede cualificar talesmétodos de capitalistas, son muy anunciadoras de las fu-turas relaciones sociales entre empresarios y asalariados.

1.3.2 Signos de declive del artesanado

Las innovaciones de principios de la revolución indus-trial quedan accesibles a los pequeños artesanos (cf. ima-gen del “spinning-jenny” al lado) y todavía no requierenla concentración del capitalismo industrial. Asistimos sin

El spinning-jenny de James Hargreaves, inventado en 1765, de-cuplicaba la productividad del hilandero; 20000 fueron vendi-das antes de 1790.

embargo a las primeras grandes concentraciones esporá-dicas, sin lazo con el maquinismo vinculadas a produc-ciones particulares, por ejemplo como la impresión sobretela. Esta última necesita terrenos extendidos con el fin deblanquear las telas, piezas inmensas donde secarlos. Re-quiere herramientas diversificadas y complejas, y arrastracantidades importantes de telas y colorantes. Tras esto,necesita la reagrupación de obreros especialistas en ta-reas distintas. Finalmente, las numerosas formas de pro-ducciones, todavía no mecanizadas, se llevan las primerasgrandes concentraciones de capitales y de mano de obra.La cuestión de la accesibilidad del capital a los más hu-mildes es esencial en el análisis marxista. En efecto, Marxdistingue dos formas diferentes de propiedad privada: ladel trabajador que posee la fuerza de trabajo y la vende alcapitalista y la burguesía que posee los medios de produc-ción y emplea la fuerza de trabajo de los proletarios. Laprimera forma histórica corresponde al desarrollo del ar-tesanado y de la pequeña agricultura. La segunda forma,vinculada a la apropiación de los medios de producciónpor la burguesía (o la nobleza), permite la aparición de lagran industria, las grandes propiedades agrícolas, del tra-bajador asalariado y pues del conjunto de los mecanismosque fundan el modo de producción capitalista.

1.3.3 Apropiación de las tierras

En el campo, el sistema feudal perdura mucho tiempo(la servidumbre es abolida sólo en 1861 en Rusia, lo quelo hace un caso excepcional). En 1727, la Enclosure Act(Acta de campos cerrados) permite a los “lords” británi-cos apropiarse y cercar los campos. Antes, la propiedadvolvía a los municipios, y los campos fueron explotadospor el conjunto de los campesinos locales quienes juntossacaban provecho de las cosechas. No obstante los prime-ros campos cerrados son más antiguos y datan del sigloXV. Los trastornos que provocan ya marcan los espíritus

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de la época: Tomás Moro ya denuncia en Utopía (1516)las consecuencias sociales de los balbuceos del capitalis-mo naciente y describe un mundo alternativo, un imagi-nario marcado por un estilo de vida que se emparientacon el comunismo. El proceso largo de cercado de cam-pos y el impuesto de los derechos de propiedad sobre loscampos va a crear una distinción nítida entre el propie-tario y el asalariado (los antiguos pequeños explotadoresse hacen los asalariados de los “landlords”). Francia co-noce en este campo un fenómeno diferente al principiodel siglo XIX: el Código Civil de Francia, que dispersalas tierras entre los herederos en el momento de la defun-ción, frenando el desarrollo de las grandes propiedadesdel capitalismo agrícola.

Primera página de la edición original del Código Civil Francésde 1804.

En plena transición demográfica, esta apropiación es elhecho de un interés nuevo para el mundo agrario porparte de las élites británicas, que desean desarrollar unaagricultura a alto rendimiento, y lucrativa, basándose enel modelo de Holanda y de Flandes. Esta apropiación con-llevará inmediatamente una actividad e inversiones im-portantes, por el mismo hecho de la instalación de lascercas. Sobre el modelo de las Islas Británicas, la propie-dad privada de las tierras se extiende a través de Europay de las Américas, no sin encontrar oposiciones, particu-larmente morales:

“El primero que, habiendo vallado un terreno,se le ocurrió decir: esto me pertenece, y en-contró gentes lo suficientemente simples paracreerle, fue el verdadero fundador de la so-ciedad civil. Cuántos crímenes, muertos, mi-serias y horrores no hubiera evitado al género

humano el que, arrancando las estacas o relle-nando el foso, hubiera gritado a sus semejan-tes: guardáos de escuchar a este impostor; es-táis perdidos si olvidáis que los frutos son detodos y que la tierra no es de nadie”Jean-Jacques Rousseau, Discursos sobre el ori-gen y los fundamentos de la desigualdad en loshombres. Segunda parte. 1755

La legitimidad histórica del capitalismo agrario esencial-mente se encuentra en su efecto directo: la Revoluciónagrícola. Así como lo mostróMaxWeber, la introducciónde la idea de provecho individual permitió la emergenciadel racionalismo en la producción, la fuente principal dela productividad:

“Cuando los frutos de todos son y que la tie-rra no pertenece a nadie, la tierra produce sólobrezos y bosques.”Jean-Baptiste Say

Los progresos de la agricultura capitalista fueron nece-sarios para alimentar a una población y el crecimientoexponencial (lo que pasa en Gran Bretaña, la poblaciónaumenta de 6 a 18 millones entre 1750 y 1850) hacía te-mer a los más pesimistas (Thomas Malthus en particular)sobre un fin desastroso.

1.4 El advenimiento político del capitalis-mo

Según Braudel, el capitalismo puede establecerse profun-damente sólo allí dónde las leyes se lo permiten y asegu-ran su desarrollo:

“Hay condiciones sociales que empujan y ledan éxito al capitalismo. Éste exige cierta tran-quilidad del orden social, así como una cier-ta neutralidad, o debilidad, o complacencia delEstado.”La Dinámica del Capitalismo.

La constitución de economías capitalistas tales como lasconocemos supuso entonces importantes cambios legis-lativos que instauraban la propiedad privada del capital yun mercado del trabajo. Estos cambios son sólo la mani-festación de la toma del poder en el seno del Estado porla burguesía, una de las etapas esenciales de la lucha declases.

1.4.1 Propiedad privada y medios de producción

EnGran Bretaña, el voto del Enclosure Act marca el adve-nimiento de la propiedad privada del capital, es seguidoen el siglo XIX de la liberalización del accionariado. En

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1825, la Bubble Act, que limitaba el tamaño de las empre-sas, es revocado. En 1856, la creación de sociedades anó-nimas es liberada de toda coacción. Es el principio de ladominación de las teorías del laissez-faire (dejar hacer),deseando limitar la intervención del Estado en la econo-mía: ideología difundida en Gran Bretaña por los autoresde la escuela clásica inglesa.[2]

En Francia, en respuesta a los movimientos revoluciona-rios de la capital, los castillos de los campos son asaltadosa fines de julio de 1789 por los campesinos que discuten lapropiedad señorial. En la noche del 4 de agosto de 1789,los privilegios de la nobleza son abolidos y la haciendaes abierta desde entonces a la burguesía, mientras que ladesaparición de numerosos impuestos del Antiguo Régi-men permite de (re)lanzar la inversión. El 26 de agosto,la propiedad privada, “bajo los auspicios del Ser supre-mo”, es reconocida en la Declaración de los Derechos delHombre y del Ciudadano como un derecho inalienable.En los Estados Unidos, desde la colonización, la propie-dad privada de las tierras fue la regla. No obstante, lalegislación americana pudo mostrarse muy favorable ha-cia los menos ricos y supo, gracias a la inmensidad delterritorio, hacer de la propiedad privada de la tierra unanoción fundamental defendida por los más humildes (noesclavos). Una ley de 1862 les concede en efecto la pro-piedad privada de 160 agrimensuras a los pioneros. LaHomestead Act, ofrece un jardín para que cultiven los eu-ropeos desprovistos, estimulando los flujos migratorioshacia los Estados Unidos.

1.4.2 Mercado del trabajo

En Gran Bretaña, los economistas clásicos de finales delsiglo XVIII y de principios de siglo XIX van a concentrarsus críticas en las leyes establecidas con el fin de permitirla emergencia de leyes que favorezcan el mercado. Here-dados del siglo XVII, las poor laws británicas ofrecían víalas parroquias una asistencia a los indigentes otorgándolesun trabajo de workhouses, incluso les daban de limosnaalgunos productos necesarios para su supervivencia. Losgrandes clásicos de la economía (Adam Smith, ThomasMalthus y David Ricardo) se ensañaron contra este sis-tema que impediría la movilidad de los trabajadores. En1834, la casi derogación de estas leyes fuerza a los pobresa mudarse a la ciudad con el fin de evitar el hambre, en-contrando por la venta de su fuerza de trabajo los recursosnecesarios para su supervivencia.En Francia, la constitución del mercado del trabajo y lalibertad de los capitales es permitida en junio de 1791 porla Loi Le Chapelier, que prohíbe toda libertad de asocia-ción: corporaciones, asociaciones y coaliciones (es decirsindicatos y paros).En los Estados Unidos, es la 13º enmienda de laConstitución que abole la esclavitud el 18 de diciembre de1865, que concluye la liberalización del trabajo en con-junto de los sectores de actividad.

2 Historia del capitalismomoderno

2.1 Introducción

La máquina a vapor, ejemplo típico de la necesaria concentra-ción de los capitales.

Mientras que la legislación favorecía a la burguesía, larevolución industrial se embala a inicios del siglo XIX.Las producciones cada vez más importantes en volumen,y los productos cada vez más complejos, necesitan inver-siones cada vez más grandes. Es el caso en la industria na-ciente, pero también en la agricultura donde las grandesmáquinas (las segadoras trilladoras desde 1834) hacen suaparición. La desviación creciente entre el coste de es-tas máquinas y los salarios, así como la limitación de losbienes comunes y la dureza del trabajo, contribuyen seg-mentando la sociedad en dos grupos muy distintos: lospropietarios del capital, y aquellos a los que Marx llama-rá más tarde los "proletarios". Las fábricas se desarrollan,los campesinos son llevados desde sus campos para re-unirlos en las ciudades y vender su fuerza de trabajo enla industria.En un siglo, el triunfo del capitalismo industrial trans-formó una sociedad tradicional, rural y agrícola, en unasociedad urbana e industrial. El éxodo rural, combinadoen la explosión demográfica, despobló los campos y losobreros llegaron para amontonarse en los suburbios de lasgrandes ciudades industriales. Esta concentración huma-na, asociada con la miseria obrera y con la desocupación(la “armada de reserva” descrita por Marx), contribuye ala emergencia de la conciencia de clase en el seno del pro-letariado. Antes una miseria agrícola por lo menos igual,posiblemente a menudo peor no arrastraba tales proble-mas sociales a causa de la ausencia de concentración. Lospaisajes se transformaron profundamente, las “ciudadeshongo” se multiplican, los grandes centros económicos sereconstruyeron (París por Haussmann), las regiones car-boneras son desfiguradas, entre otros cambios tormento-sos.Siempre al plano social, el “capitalismo gerencial”(Alfred Chandler, La mano visible de los gerentes) queemerge a la vuelta de los dos siglos provoca nuevas dis-

8 2 HISTORIA DEL CAPITALISMO MODERNO

tinciones entre “propietarios”, “empresarios”, “obreros” y“gerentes”. Desde entonces, los provechos de los propie-tarios son cada vez menos legítimos y se emparientan auna renta, ya que no es más que la remuneración de su ta-lento como emprendedor. No obstante, las familias ricasde rentistas son reemplazadas por empresarios de geniodados a fines del siglo XIX (Siemens, Edison, Ford y másrecientemente Bill Gates), como la fue en su tiempo lanobleza.Después de la Segunda Guerra mundial, un período defuerte crecimiento económico, “Treinta Gloriosos” (JeanFourastié) en Francia, lleva a numerosas economías delNorte a la sociedad de consumo, mientras que se imponeuna clase media, mientras que los niveles de vida tiendena uniformarse.El último cuarto del siglo XX es marcado por la abertu-ra creciente de los mercados financieros y por la nivela-ción de los niveles de vida. Los accionistas minoritariosse multiplican, el accionariado asalariado se desarrolla,así como los fondos de pensiones en los países anglosa-jones. Pero sobre todo, a finales del siglo XX es marcadopor la caída del sistema económico alternativo ejercidoen los países del "bloque comunista" (entre los que al-gunos consideran que constituían de verdad una formaestatal del capitalismo)[3] teniendo en lo sucesivo econo-mías de transición. El capitalismo entonces es dominantebajo su forma liberal, pero sectores con modos diferentesde funcionamiento coexisten (economía social, economíapública, profesiones liberales), éstas representan entre el50 y el 60% del PIB en los países desarrollados, lo quehace relativo el peso de la economía capitalista en estassociedades.

2.2 Asentamiento de la economía de mer-cado

Según Karl Polanyi (La Gran Transformación, los oríge-nes de nuestro tiempo, 1944), Occidente conoció desdefinales del siglo XV, una generalización de las relacionesdel mercado. Nota sin embargo que la preponderancia deéstos sobre las relaciones tradicionales, basadas por ejem-plo en el don, la servidumbre, el trabajo en equipo se vuel-ve efectiva sólo en el siglo XIX. Es en efecto durante esteperíodo cuando se coloca en Occidente una civilizacióncuya economía reposa en el mercado autorregulador, elEstado liberal, el patrón oro como el sistema monetariointernacional, y el equilibrio fuerzas desde el fin de lasguerras napoleónicas.Para describir esta transformación, K. Polanyi repite elejemplo del advenimiento del mercado del trabajo enGran Bretaña. El sistema tradicional encuadraba el tra-bajo debido a importantes restricciones jurídicas. Lascorporaciones imponían reglas, más basadas en la cos-tumbre que en las leyes del mercado, concerniendo tantolas relaciones entre dueños, compañeros y aprendices, co-mo las condiciones de trabajo o los salarios. Estos últimos

fueron por ejemplo anualmente evaluados por funciona-rios.Pero hacia 1795, jueces de Speenhamland, un pueblo deGran Bretaña, habían decidido conceder complementosde salarios, incluso una renta mínima a los indigentes. Es-ta decisión inspiró Gran Bretaña entera y la instauraciónde un mercado del trabajo, basado en la idea liberal quesólo el trabajo debe ser fuente de renta, se topaba con laidea caritativa que quienquiera tiene un “derecho a vivir”.Este obstáculo, criticado por los clásicos de la economíay algunos filósofos utilitaristas fue finalmente levantadoen 1834 con la desaparición de las poor laws.El dogma del mercado autoregulado se impone entoncesen Gran Bretaña (y más tarde en el Reino Unido), y escompletado por nuevas medidas que van a formar un sis-tema coherente propicio para la expansión del gran capi-talismo. Con el fin de garantizar la regulación del merca-do, se indexa la emisión monetaria sobre el respaldo-oroen 1844. Esta disciplina monetaria, adoptada por la in-mensa mayoría de las naciones en la segunda mitad delsiglo XIX permite la estabilización, o la autorregulación,al seguir balanzas de pagos, el principio de los puntos deentrada y de salida de oro. Este rigor monetario indu-ce una deflación continua en el siglo XIX que conlleva-rá a una reducción proporcional de los salarios nomina-les (con el fin de garantizar los provechos), que sólo lasduras leyes del mercado pueden imponerles a los traba-jadores. También, con el fin de garantizar una estabilidaddel poder adquisitivo de los trabajadores, a pesar de lareducción de los salarios nominales, el libre comercio seimpone como medio de alimentar la baja de los preciospor la importación de productos extranjeros a menorescostos, desde la abolición de las Corn Laws (leyes pro-teccionistas sobre el trigo) en 1846.

2.3 Siglos XIX yXX: historia de la empresa

El capitalismo se hace en el siglo XIX esencialmente fa-miliar (a excepción de algunas grandes sociedades ya evo-cadas). Los nombres de las grandes familias más cono-cidas industriales y financieras en nuestros días evocansiempre este período: Rothschild, Schneider, Siemens,Agnelli, etc. Es en una óptica familiar que se desarrolla elgran capitalismo: se ponen de acuerdo para evitar la dis-persión de la empresa entre los herederos, mientras quelas “fusiones” de la época se hacen por la intervención dealianzas matrimoniales.En la segunda mitad del siglo, una nueva burguesía se im-pone, no la de las propietarias pero sí la de los diploma-dos. En Francia por ejemplo, las Grandes Escuelas abas-tecen lo esencial de los nuevos empresarios (Armand Peu-geot, André Citroën, etc.). Pero la llegada de estos diplo-mados a la cabeza de las grandes empresas no quebrantóla tradición familiar. El desarrollo de la legislación sobrelas sociedades anónimas (liberalización total en 1856 enel Reino unido, 1867 en Francia y 1870 en Prusia), pro-

2.4 Siglos XIX y XX: capitalismo y salario 9

gresivamente permite a los capitales anónimos juntarse alas grandes dinastías industriales.En Capitalismo, socialismo y democracia (1942), JosephSchumpeter advierte que estas evoluciones jurídicas ha-rán finalmente desaparecer la función de empresario-innovador y que “al romanticismo de las aventuras comer-ciales antiguas sucede[rá] el prosaísmo”. La desaparicióndel empresario, entendido en el sentido del siglo XIX, lle-va según Schumpeter a la desaparición de la iniciativa ca-pitalista. La “evaporación de la sustancia de la propiedad”perjudica a la vitalidad de la economía, y aparte sus mis-mos éxitos, “la evolución capitalista, sustituyendo a unpaquete de simples acciones en las paredes y a las má-quinas de una fábrica, desvitaliza la noción de progreso”.Finalmente, Schumpeter teme que el capitalismo desapa-rezca en provecho del socialismo.En el siglo XX, las evoluciones de las producciones, latalla de las empresas y la complejidad de su gestión em-pujan a numerosos economistas a anunciar el fin del po-der de los propietarios del capital en provecho de los “ge-rentes”. John Kenneth Galbraith preve que el poder en elseno de la empresa pasa “de modo inevitable e irrevoca-ble, del individuo al grupo, porque el grupo es el únicoen poseer las informaciones necesarias para la decisión.Aunque los estatutos de la sociedad anónima colocan elpoder en las manos de sus propietarios, los imperativosde la tecnología y de la planificación los despojan paratransmitirlos a la tecnoestructura”. Prestamos asistenciaa una “revolución gerencial” (corporate revolution), dondeel gerente toma el relevo del empresario. Los equilibriosentre los diferentes caracteres del capitalismo sutilmen-te lo transformaron: el objetivo esencial es en lo sucesivomenos el provecho (que preocupaba al empresario pro-pietario) y los dividendos (preocupaciones del accionis-ta) que la ampliación de la empresa y de su prosperidad,entre las que dependen la remuneración y el prestigio delos gerentes. La acumulación del capital se hace la nuevaprioridad.Las evoluciones más recientes de la empresa se traducenno obstante en un regreso a la fuerza de los propietarios.El accionista vuelve a ser la finalidad de la empresa. Nose trata generalmente más de un individuo, sino a menu-do de un fondo de inversión o de fondos de pensiones,o de bancos encargados de hacer fructificar el ahorro delos depositantes, exigentes que sean pequeños o grandes.La lógica de la “rentabilidad financiera” repite la ventajasobre la de la rentabilidad económica. Más en condicio-nes de cumplir estos nuevos objetivos se quedan los ge-rentes que, aunque habiendo perdido su poder de orien-tación en provecho de lo que se llamará en lo sucesivoel “gobierno de empresa” corporate governance, obtienensalarios siempre mayores.Ciertos economistas discuten esta nueva fuerza de los ac-cionistas en el seno de la empresa. Para Joseph Stiglitz(Cuando el capitalismo pierde la cabeza, 2004) las em-presas están siempre en las manos de los gerentes y de los

contables que no abastecen a los accionistas de los datosefectivos sobre la salud de las empresas y no vacilan enrobar a estos últimos vía maniobras financieras incom-prendidas, en particular la distribución de stock-option.

2.4 Siglos XIX y XX: capitalismo y salario

2.4.1 ¿La máquina contra el obrero?

Esta problemática se hace ilustre desde los principios dela primera revolución industrial. Las modificaciones deltrabajo y de su organización engendradas por la llegadade máquinas significa para los trabajadores una fuente decesantía, pero sobre todo de degradación. Adam Smith(Investigación sobre la naturaleza y las causas de la ri-queza de las naciones, 1776) reconoce que el desarrollodel maquinismo y la división del trabajo embrutecen a loshombres y hacen considerarlas como máquinas simples ala hora de realizar el mismo gesto simple cada día. En1811, los obreros del Nottinghamshire se rebelan, inspi-rados por la leyenda del célebre Robin Hood, bajo la di-rección de un mítico Ned Ludd, para destruir las máqui-nas, hechas sus enemigas. De allí se inspiraría en 1831 la“rebelión de los Tejedores de seda” (obreros lioneses dela seda). De hecho, para los capitalistas, la máquina pri-mó mucho tiempo sobre el hombre. Es al último a quiense adapta. Cuando un accidente lo priva de un brazo, secambia al hombre sin inquietarse por la adecuación de lamáquina. Cuando la máquina y algunos de sus componen-tes son de accesos difíciles, se emplea a los niños, cuyatalla permite ir a lugares poco accesibles.Desde un punto de vista general, los estudios sobre perío-dos largos mostraron que el resultado de la introducciónde las máquinas era más complejo que la competenciaúnica hacia el trabajador, ya que hace también crear nue-vos puestos más calificados (aparición de los ingenieros)en paralelo antiguos puestos de obreros. Más tarde, lasmáquinas pudieron reducir también las penurias y la du-ración del trabajo cuando su concepción tomaba en con-sideración esta aproximación. Les permitieron a los hom-bres acceder también a una sociedad donde los bienes sonmás abundantes gracias al aumento de la productividad.Ciertos autores, entusiastas de cara a la alta productividadde los sectores primarios y secundarios, confiando en larobotización, no dudaron en profetizar “el fin del trabajo”(Jeremy Rifkin, 1996), y adelantaron el advenimiento deuna economía esencialmente concentrada hacia los servi-cios para las personas (“la producción del hombre para elhombre”, según Robert Boyer).

2.4.2 Los derechos sociales

“Desconsolados, reducidos a la alternativa demorir de hambre o de arrancarle a su dueñopor el terror la más pronta condescendencia asu petición. "

10 2 HISTORIA DEL CAPITALISMO MODERNO

Adam Smith, Investigación sobre la naturalezay las causas de la riqueza de las naciones, 1776

Bajo la presión del desarrollo del movimiento obrero y dela cuestión social, el legislador tendrá que reaccionar paramejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Lasleyes progresivamente van a mejorar el tiempo de trabajo,las condiciones de trabajo, la edad mínima para trabajar,el acceso a los ciudados, a la “jubilación”, etc. Desde 1833en el Reino Unido con la Factory Act, que limita a las 9al día el trabajo de los niños de menos de 13 años, sedará un precedente para depurar estas situaciones. Estosprogresos humanos lentamente se hacen, en el marco deun informe permanente de fuerzas.Este período ve también desarrollarse de nuevas formasde solidaridad entre trabajadores que se auto-organizanpara hacer frente a un diario vivir duro. Las formas mo-dernas de la economía social se les desarrollan en oposi-ción al capitalismo y les proponen servicios a los asala-riados. Primeramente, las primeras mutuales sirven parafinanciar los entierros, luego extienden su campo de ac-ción al financiamiento de los días de huelgas, luego a lasbajas por enfermedad y retiros.Ciertos grandes dueños no serán insensibles a la miseriadel mundo obrero, y se harán ilustres por su paternalismo,por su filantropía y sus métodos de trabajo tanto vanguar-distas como competitivos. Robert Owen comenzó así aponer las bases del movimiento cooperativo en su fábricade New Lanark, proponiéndoles a sus obreros tanto clasesnocturnas, como jardines para sus niños.

2.4.3 Los salarios

Más tarde, Henry Ford comprenderá que la insatisfac-ción del obrero, engendrada por los métodos de traba-jo tayloristas, se hace en detrimento de la productividad,y propondrá salarios muy por encima del mercado conel fin de limitar la rotación del personal y de ganarse laconfianza de una mano de obra vuelta difícil de reclutarsobre puestos poco valorizantes de producción en líneaen un período sin paro. Este pensamiento se generali-zará y acabará en el "compromiso fordista" de los años1945-1970, el período sobre el cual la parte de los sa-larios en el valor añadido va a progresar en detrimentode la parte relativa del provecho. No obstante, la produc-tividad siempre acrecienta asalariados satisfechos de sussalarios, permitiendo aumentar los provechos en lo abso-luto: es aquí dónde aparece la idea de compromiso. El findel compromiso fordista, desde los años 1970 o 1980 se-gún los países, va sin embargo a arrastrar un movimientoinverso siempre corriente, en el cual la parte del provechoprogresa rápidamente en detrimento de los salarios.Modelos más recientes de organización del trabajo, talcomo el "toyotismo", invitan al asalariado a hacer partede sus reflexiones sobre el proceso de producción, permi-tiéndole hacer una influencia sobre la máquina, o por lo

Henry Ford.

menos de tener la ilusión.

2.5 Siglos XIX y XX: evolución de las pos-turas políticas del capitalismo

2.5.1 Capitalismo agrícola contra capitalismo in-dustrial

La Guerra de Secesión es a menudo interpretada como el con-flicto de una sociedad tradicional y agrícola oponiéndose a lamarcha hacia el capitalismo industrial (Batalla de Fredericks-burg, 13 de diciembre de 1862)

La oposición entre los grandes capitalistas agrícolas yotras partes de la población no va a tardar en manifes-tarse a pesar de la revolución agrícola. En 1776, AdamSmith escribió:

2.5 Siglos XIX y XX: evolución de las posturas políticas del capitalismo 11

“A los propietarios, como a todos los demáshombres, les gusta recoger allí dónde no sem-braron.”

El capitalismo agrícola, que procura alimentar la subidade los precios por el proteccionismo (vía Corn Laws), vaentonces a oponerse al capitalismo industrial. En 1810, eleconomista y parlamentario David Ricardo (Ensayo so-bre la influencia del precio bajo del trigo) piensa que laapertura del país a las importaciones agrícolas permitirá,gracias a la debilidad del precio de las subsistencias, redu-cir los salarios y pues favorecer la industria. De hecho, esun lobby de industriales de los textiles (la Anti Corn LawsLeague) que, al término de una batalla política inciertacontra los grandes propietarios de bienes inmuebles, ha-rán revocar las Corn Laws en 1846. El capitalismo liberalconsiguió entonces uno de sus primeros triunfos.A la inversa, en los Estados Unidos, el Sur, que reposaen una agricultura esclavista, es librecambista, mientrasque el Norte, que desarrolla un capitalismo industrial, esproteccionista. Durante décadas precediendo la Guerrade Secesión, propietarios del Sur pretextaban por otraparte que la condición del obrero del Norte sólo era rara-mente envidiable a la del esclavo del Sur. A menudo de-nunciaban pues el apetito que los capitalistas disimulabandetrás de los discursos abolicionistas. La imposición delcapitalismo se tradujo pues por un anclaje profundo dela economía en el proteccionismo que permitió un vuelorápido de nuevos ramas de la industria.

2.5.2 Capitalismo y democracia

Según Raymond Aron (Dieciocho lecciones sobre la socie-dad industrial, 1962), el capitalismo necesita en su evolu-ción aumentar la calificación de la mano de obra con el finde garantizar la perennidad del crecimiento económico.Esta calificación aumentada provoca la emergencia de lasaspiraciones igualitarias. La sociedad capitalista conducesegún él naturalmente a la democracia “porque es funda-da no sobre desigualdades de estatuto, sobre la herenciao sobre el nacimiento, pero sí sobre la función cumpli-da por cada uno”. La democratización hace sensible a lapoblación al pleno empleo, a la disminución del tiempode trabajo, a la reducción de las desigualdades de rentas,lo que finalmente acaba en una intervención creciente delEstado y en una aparición de numerosas formas de con-trapoderes.Para Joseph Schumpeter (Capitalismo, socialismo y de-mocracia, 1942), es la aparición del capitalismo y laemergencia de una élite burguesa que permitió el éxitode la democracia abasteciéndole de hombres capaces decolocar una estructura burocrática eficaz. Si el socialismotambién puede ser democrático, es menos apto que el ca-pitalismo:

“Una clase cuyos intereses son los mejor servi-dos por una política de no intervención pone en

práctica más fácilmente la discreción democrá-tica que no sabrían hacerlo clases que tiendena vivir a expensas del Estado”.(Ibid.)

No obstante, por razones similares a las expuestas mástarde por Raymond Aron, la democratización a menudolleva a una socialización de la democracia y a un retrocesodel capitalismo.Rosa Luxemburg considera que en la sociedad capitalista“las instituciones categóricamente democráticas son, encuanto a su contenido, sólo unos instrumentos de los in-tereses de la clase dominante”.[4] Según ella, la democra-cia sería impedida por el funcionamiento del capitalismo,que coloca una sola clase social en la dirección de la so-ciedad.

2.5.3 Capitalismo y patriotismo

Según Michel Aglietta (Regulación y crisis del capitalis-mo, 1976), el éxito del capitalismo en los Estados Unidosestá vinculado al “mito de la Frontera”. La idea originalde la organización de un espacio geográfico gigantescose habría transformado en una ideología favorable parael capitalismo: “el que expresa la capacidad de la naciónamericana que polariza las actividades industriales en unsentido de progreso.” La asimilación de la ventaja de lagran industria a la construcción de la nación en la con-ciencia popular habría permitido justificar el conjunto delas degradaciones del proceso de producción (taylorismo,luego fordismo) necesarias para la realización de los pro-vechos de los capitalistas.

“Es por eso que la burguesía industrial pudohacer avalar posteriormente por el conjunto dela nación las transformaciones tecnológicas in-ducidas por la plusvalía relativa presentándoloscomo la edificación de una “nueva frontera"".(Ibid.)

En la Historia, el patriotismo sería pues un instrumentoque permitiría justificar los sacrificios de los trabajado-res en provecho del gran capitalismo: es por ejemplo laconclusión que sacarán ciertos “peludos” volviendo de lastrincheras de la Primera Guerra Mundial y que compro-bará el enriquecimiento nuevo de numerosos industriales.Es cosa de ver la frase de Anatole France: “creemosmorirpor la patria; morimos para industriales”.

2.5.4 Confrontación de los poderes políticos y lospoderes privados

Una de las preocupaciones mayores de la acumulacióndel capital material fue la acumulación de poder que es-to significaba. Las grandes manufacturas durante mucho

12 2 HISTORIA DEL CAPITALISMO MODERNO

tiempo han sido controladas estrechamente por el Estado(como por ejemplo las manufacturas de Colbert) con elfin de limitar la constitución de formas de poder privado.La creación de sociedades sin el aval del Parlamento esconcedida sólo en 1825 en Gran Bretaña (derogación dela Bubble Act). La liberalización completa de la creaciónde sociedades anónimas es concluida sólo en 1856 en elReino Unido.Hasta antes de la Revolución rusa, es en los Estados Uni-dos dónde semanifiestan las primeras oposiciones entre elpoder político y las grandes empresas capitalistas. El ca-pitalismo bajo la forma del liberalismo económico apa-rece y preconiza la competencia por una nueva organi-zación del mercado como la prenda de eficacia, mientrasque las formas precedentes de capitalismo tenían una ten-dencia a la concentración y a la armonía. En esta óptica li-beral, la creación de monopolios es contrariada por leyesanti-trust. Ellas serán puestos en práctica por TheodoreRoosevelt que particularmente se opondrá a John D. Roc-kefeller y a J.P. Morgan. Antes, los Estados del Sur ha-bían provocado la guerra de Secesión proclamando su in-dependencia, temiendo verse imponer el modelo del norte(opuesto a su sistema esclavista) por el gobierno federalrepublicano de Abraham Lincoln.

2.5.5 Colaboración de los poderes políticos y los po-deres privados

En la historia reciente, las tentativas de nacionalizacionesde los bienes materiales de las grandes empresas trans-nacionales provocaron la caída de ciertos gobiernos: eldel Salvador Allende en 1973 en Chile (derrocado porun golpe de Estado militar alentado desde Washington).En 1956, la nacionalización del Canal de Suez por el go-bierno egipcio de Nasser, provocó la entrada en guerrade Francia, del Reino Unido y de Israel. Al contrario,en nuestros días, las privatizaciones de las empresas seacompañan casi sistemáticamente de movimientos socia-les y de protestas. La cuestión del capitalismo, por su na-turaleza jurídica, es fuente de presiones y de desequili-brios políticos.Para John Kenneth Galbraith:

“El sistema industrial inextricablemente estávinculado al Estado. No escapa de nadie que,de muchos modos, la gran empresa moderna esun brazo del Estado, y éste mismo, en las cir-cunstancias importantes, es un instrumento delsistema industrial”.El Nuevo Estado industrial, 1967

Según Galbraith, las grandes empresas americanas de lasegunda mitad del siglo XX se acaparan un poder excesi-vo con el fin de colocar a su provecho una economía plani-ficada. El peligro de guerras que tiene como único objetoabastecer de mercados a la industria del armamento parti-

cularmente es evocado. Algunos años antes, el presidentenorteamericano había declarado por otra parte:

“Jamás debemos permitir que el complejomilitar-industrial amenace nuestras libertadeso el proceso democrático”.Dwight David Eisenhower, Último discurso ala nación del presidente de los Estados Unidos,el 29 de enero de 1961

El liberalismo y sus teorías más fundamentales son porlo demás extraídas desde capitalismo industrial. Según lateoría de la “hilera invertida”, es el consumo que se adaptaa la producción gracias al hostigamiento y gracias a lasnecesidades creadas por la publicidad. Insiste pues en lanecesidad de la existencia de “poderes compensadores”,y en el papel esencial de la educación en la emancipacióndel individuo.Los lazos entre el mundo político y las grandes empre-sas regularmente son objeto de polémicas. Pensamos porejemplo en las vinculadas a la guerra de Iraq, o a las crí-ticas hechas al modo de financiamiento de las campañaselectorales en los Estados Unidos.

2.5.6 El capitalismo contra las veleidades de la re-gulación del Estado en el siglo XX

A lo largo del siglo XX, la abertura del capitalismo ha si-do limitada en parte por las crisis económicas y la emer-gencia de modelos económicos alternativos: las guerrasmundiales, el bloque comunista, el nazismo en Alemaniay sobre todo la crisis económica de los años 1930.Es en efecto en el curso de esta década el capitalismo de-bió hacer frente a los desafíos más importantes desde suadvenimiento en el siglo XVIII. La crisis trajo una en-trega(descuento) en cuestión del “capitalismo salvaje” ydel liberalismo. Por ejemplo, la teoría económica enton-ces dominante (Keynesianismo) preconizaba la interven-ción pública (John Maynard Keynes, Teoría general delempleo, el interés y el dinero, 1936) para regular las dis-funciones de un sistema económico que cualificaba im-perfecto y fundamentalmente inestable.Después de la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo delos Estados de bienestar se acompañó de una toma decontrol por el Estado de las sociedades más grandes in-dustriales, comerciales y bancarias en numerosos países.Los sistemas de seguridad particular en cuanto a ellos ha-bían reemplazado por una toma en carga colectiva de losriesgos a escala estatal. Apreciamos entonces economíasmixtas, donde el capitalismo no debía dominar en lo su-cesivo, pero sí coexistir con sistemas económicos alter-nativos.No obstante, en respuesta al shock petrolero y en respues-ta a la crisis económica de los años 1970, los fundamen-tos teóricos de la intervención pública y de la regulación

3.1 Los capitalismos nacionales 13

del capitalismo fueron retomados. El regreso de las po-líticas liberales y la privatización de faldones enteros dela economía marcó la vuelta del capitalismo privado co-mo sistema dominante de las economías de mercado. Porotro lado, los años 1990 fueron marcados por la desapari-ción progresiva de los sistemas alternativos en los paísesdel antiguo bloque comunista y en los numerosos paísesen vías de desarrollo.

3 La expansión del capitalismo: delos capitales nacionales a los ca-pitales multinacionales

El ascenso del capitalismo ha sido animado por el nacio-nalismo económico y el mercantilismo (ver más arriba).Al principio de los años 1950, Charles Wilson, directorgeneral de General Motors, declaraba “lo que es buenopara General Motors es bueno para los Estados Unidosy recíprocamente”. Un siglo antes, Karl Marx explicabaque el capitalismo requería un mercado protegido don-de despachar sus productos, el nacionalismo era prime-ramente la mejor manera de garantizárselo:

“El mercado es la primera escuela donde laburguesía se entera del nacionalismo".

Después, la convergencia de los intereses nacionales y delos del capitalismo es cada vezmás discutida, y parece queel capitalismo procura librarse de coacciones nacionaleshaciéndose el motor de la universalización económica.

3.1 Los capitalismos nacionales

La historia económica de las diferentes naciones desde elsiglo XIX llevó a que el capitalismo tomará formas difi-rentes de un país a otro.

El capitalismo británico El crecimiento del capita-lismo británico en el siglo XIX ha sido fuertemente mar-cado por un libre comercio mezclado a la tradición delmercantilismo comercial. Esta evolución contra-naturallevó a la constitución de un Imperio colonial importantey a la inserción muy precoz del país en la división inter-nacional del trabajo (la parte de la población agrícola sevolvió ampliamente minoritaria en el Reino Unido desdeel siglo XIX). Importando desde sus colonias las mate-rias primas, el Reino Unido se convirtió en el siglo XIXen el “taller del mundo”. Heraldo del liberalismo a travésde un mundo proteccionista, el Reino Unido conoció noobstante un paréntesis marcado por la emergencia de unEstado “providencia” que advenía como consecuencia dela Segunda Guerra Mundial, antes de volver a ser a par-tir de los años 1980 uno de los ejemplos del capitalismoliberal anglosajón.

El capitalismo estadounidense Si capitalismo esta-dounidense y capitalismo británico son agrupados en losucesivo bajo la etiqueta de “capitalismo anglosajón ",sus historias respectivas son sin embargo muy diferen-tes. El capitalismo norteamericano estuvo hasta fines dela primera Guerra Mundial marcado por un proteccio-nismo importante. A finales del siglo XIX, el capitalismoestadounidense conoció una concentración importante enla inmensa mayoría de las ramas de la economía, la cons-titución de los trustes. Así se fusionaban (o se aliaban)los bancos, las compañías petroleras, etcétera. Aunquese considera el modelo americano contemporáneo pró-ximo al del Reino Unido, es decir como liberal, el Es-tado juega sin embargo un papel importante en el sos-tén de sus empresas como lo muestran las intervencio-nes proteccionistas recientes, los encargos importantes aciertas industrias lo que empuja a ciertos economistas acualificar a los Estados Unidos de país mercantilista.

El capitalismo renano El modelo de Alemania es másreciente, por el mismo hecho de la constitución más tar-día de este Estado (1870). Desde su origen se ha marcadopor una alta carga social (desde Otto von Bismarck), unaintervención fuerte del Estado en las actividades econó-micas, y una concentración importante de las empresas,formando así los konzern. Esta concentración se hizo enuna lógica totalmente diferente de la de la concentraciónamericana, ya que consistió en la aproximación de secto-res diferentes y complementarios de actividad, por ejem-plo una implicación fuerte del sector bancario en conjun-to con las grandes ramas de la economía. Desde el fin dela Segunda Guerra Mundial, con la llegada de la social-democracia, Alemania también consiguió desarrollar unsistema sindical eficaz donde la colaboración entre em-presarios y representantes del personal asegura una esta-bilidad relativa, y un índice bajo de huelgas que contrastacon el índice elevado de sindicalización.

El capitalismo nipón Los orígenes del capitalismo seencuentran en la intervención vigorosa del Estado. Es enefecto el Estado que, centralizando las antiguas rentas delas grandes familias feudales, va a desarrollar la industriabajo la era Meiji (a partir de 1868) antes de confiárselaa estas últimas. Los principios del capitalismo nipón sonsemejantes a los del capitalismo alemán en el modo en elque son concentradas las empresas. El Estado desempeñasiempre un papel importante que importa en la economía,particularmente vía la intervención del MITI (Ministe-rio de industria y comercio). Al plano social, las grandesempresas mantienen con sus asalariados relaciones privi-legiadas basadas en la seguridad del empleo y a cambiola devoción a la empresa por parte del asalariado.

143 LAEXPANSIÓNDELCAPITALISMO:DELOSCAPITALESNACIONALESALOSCAPITALESMULTINACIONALES

3.1.1 Evolución reciente de los grandes modelos

En su obra de 1991, Capitalismo contra capitalismo,Michel Albert analizó las evoluciones de los dos gran-des modelos, el modelo “neoamericano” (o anglosajón)y el modelo “renano” (Alemán, pero también de paísesescandinavos, Austria, Suiza, y parcialmente Japón).Para Michell Albert, las realizaciones económicas norte-americanas desde la llegada al poder de Ronald Reaganen 1981 se tienen que relativizar. El crecimiento fuertedel capitalismo neoamericano es según él el hecho de ex-periencia de los años anteriores a la liberalización de laeconomía operada por este presidente. Este crecimientotambién ha sido marcado por una acentuación del dualis-mo social y de las desigualdades, mientras que la eco-nomía conoce desequilibrios peligrosos (déficits presu-puestarios y exteriores): “Se echan a cuerpo perdido enla deuda para el consumo, el goce inmediato”. Por otrolado la economía es amenazada por la preponderancia delos mercados financieros y de sus exigencias.Al contrario el modelo renano concede una parte me-nos importante a la economía de mercado vía la inter-vención de organismos diversos. Los salarios son fijadospor ejemplo por los convenios colectivos, la antigüedad,etc. Las grandes empresas no están consideradas comobienes mercantes sino como una comunidad “industrial-financiera” donde los bancos toman una responsabilidadde largo plazo. La economía social de mercado alema-na encarna por otro lado una síntesis entre el capitalismoliberal y algunos preceptos de la socialdemocracia. Me-nos generador de desigualdades sociales, fundado sobreequilibrios económicos sólidos (pensando en el rigor mo-netario alemán), el capitalismo renano parece pues supe-rior.Sin embargo el capitalismo renano conoce numerosasdificultades. La cohesión social sería amenazada por lasubida del individualismo mientras que la globalizaciónfinanciera regresa a los bancos a su papel tradicional. Laconfrontación de ambos tipos de capitalismo gira pues afavor del menos perfecto (en la opinión de Michel Al-bert), es decir del modelo neoamericano. Finalmente, es-ta evolución tiende a orientar el capitalismo francés haciael modelo anglosajón.Pensemos lo que pensemos de las opiniones de MiguelAlbert sobre la calidad de tal o cual modelo, observamosque el hundimiento de las sociedades socialistas no sig-nificó la desaparición de las alternativas entre sistemaseconómicos diferentes.

3.2 Capitalismo, colonialismo,imperialismo y guerra

3.2.1 El imperialismo

La emergencia del capitalismo en el siglo XV coincidecon las primeras grandes olas de colonizaciones al Nuevo

Mundo, aunque no nacen uno del otro. La influencia dela economía sobre las relaciones de fuerza de los Esta-dos, un acercamiento teórico y económico que identificaen realidad al mercantilismo, causó que se asocie erró-neamente al capitalismo con el imperialismo en vez de almismo mercantilismo más antiguo. Ya en el siglo XVIII,Voltaire, más bien entusiasmado, subrayaba que los ven-dedores eran más útiles para la potencia de su país quepara las personas nobles:

“El comercio, que enriqueció a los ciudadanosen Inglaterra, contribuyó haciéndolos libres, yesta libertad extendió el comercio a su vuelta;de ahí se formó la grandeza del Estado. Es elcomercio que estableció poco a poco las fuer-zas navales por las que los Ingleses son los due-ños de los mares. Tienen hoy en día cerca dedoscientos buques de guerra. La posteridad sa-brá posiblemente con sorpresa que una peque-ña isla que sí tiene sólo un poco de plomo, esta-ño, tierra de batán y lana grosera, se volvió porsu comercio bastante poderosa para enviar, en1723,[5] tres flotas a la vez a tres extremidadesdel mundo...”Cartas inglesas

De hecho, el Reino Unido impone violentamente su co-mercio al mundo en el siglo XIX. Por ejemplo, el opio enChina (guerra del opio, 1838-1842).Al principio del siglo XX, pensadores, marxistas parala inmensa mayoría, asociaron el fenómeno de la mul-tinacionalización de las empresas y del colonialismo, condesarrollo del capitalismo, haciendo el imperialismo suestadio supremo.En 1913, Rosa Luxemburg se explica en La Acumula-ción del capital, que la reproducción del sistema capita-lista necesita la abertura continua de nuevos mercados ysu implantación en las regiones geográficas de las que estátodavía ausente. Así según Rosa Luxemburg, el imperia-lismo lleva inevitablemente a la guerra.Ilustrando la importancia económica de las colonias, don-de más bien refleja la importancia que se les atribuía enla época posiblemente sin razón, Jules Ferry le declaró ala Cámara francesa que “la política colonial era hija dela política industrial”. En efecto, a medida que su desa-rrollo y a medida que ocurre la emergencia económica denuevos países, el acceso al mercado y el reparto de ellosse vuelven cada vez más problemáticos. Pero la constitu-ción de mercados coloniales exclusivos es limitada por eltamaño del planeta. El tiempo del mundo finito comienza(según la expresión del poeta Paul Valéry[6]) y los anta-gonismos entre las grandes potencias económicas puedenencontrarse de allí sólo exacerbadas.Es así como, crisis y conflictos les oponen repetidas ve-ces Reino Unido a Francia (Incidente de Fachoda en1898), los británicos a colonos neerlandeses (Guerras

3.2 Capitalismo, colonialismo, imperialismo y guerra 15

de los Bóer del 1899 a 1902), Francia a Alemania (enMarruecos en 1905-1906 luego en 1911), entre muchasotras. Jean Jaurès, opositor la Primera guerra mundial,declaró que “el capitalismo llevaba la guerra como el nu-barrón lleva la tormenta”.En 1916, Lenin explica en El imperialismo, fase superiordel capitalismo, que la concentración del capital lleva aun estadio de la historia del capitalismo marcado por lasposiciones de monopolios de las grandes empresas indus-triales y financieras. Confrontadas con la baja tendenciosadel índice de provecho (teoría marxista que considera quelos índices de provechos del capitalismo tienden a bajarnaturalmente en el largo plazo), las grandes empresas in-tentan invertir sobre los mercados extranjeros con el finde recuperar los niveles fuertes de provecho. Las grandesempresas nacionales entonces se entienden para repartir-se el mundo. Lenin toma por ejemplo el caso de AEG(Alemania) y de General Electric (Estados Unidos) en eldominio de la electricidad.

“Lo que caracterizaba el antiguo capitalismodonde reinaba la libre competencia, era la ex-portación de las mercancías. Lo que caracteri-za el capitalismo donde reinan los monopolios,es la exportación de los capitales.”(Ibid.)

La naturaleza belicosa del capitalismo ha sido discutidamucho. Numerosos liberales hicieron ver que el impe-rialismo también se había revelado como una tendenciarecurrente de la Unión Soviética. En las Etapas del creci-miento económico (1960),WalterWhitmanRostow, pien-sa que la guerra propiamente no está vinculada al capita-lismo, sino más simplemente al desarrollo económico. Laemergencia de una nueva fuerza económica, que sea ca-pitalista u otra, significa la aparición de una adecuaciónentre los equilibrios geopolíticos pasados y las relacionesnuevas de fuerzas. La discusión en cuestión para la naciónemergente de los tratados pasados naturalmente lleva a laguerra.

3.2.2 Balance de la colonización por el capitalismooccidental

Desde el punto de vista de Fernand Braudel, si el capita-lismo se funda en el comercio lejano, las colonias desem-peñaron un papel positivo. No obstante la concomitanciadel colonialismo y del capitalismo no es tan evidente enlos hechos. Los grandes imperios coloniales que fueronEspaña y Portugal no conocieron por ejemplo el desa-rrollo del capitalismo industrial antes del siglo XX. Alcontrario, naciones como Alemania y Japón, y sobre todolos Estados Unidos, han sabido desarrollar un capitalismoeficaz aunque prácticamente no poseen colonias.Ciertos historiadores subrayaron el papel depravado delas colonias en el desarrollo económico de las metrópolis.

Estas últimas, constituyendo desembocaduras “fáciles”,desempeñaron el papel de mercados cautivos, es decirque desanimaron la inversión material sobre el territorionacional desviando volúmenes importantes de capitaleshacia el exterior.Algunos consideran que los esfuerzos de conquista, perosobre todo de organización de los territorios ocupados,costaron más que el beneficio que dieron a las economíascapitalistas de Europa. La teoría de Karl Marx del “pillajecolonial”[7] es pues, dudosa.En 1867, Karl Marx explicaba:

“El descubrimiento de las comarcas auríferas yargentíferas de América, la reducción de los in-dígenas a la esclavitud, su enterramiento en lasminas o su exterminio, los comienzos de con-quista y de pillaje en las Indias orientales, latransformación de África en una suerte de co-nejera comercial para la caza de pieles negras;he aquí los procedimientos idílicos de acumu-lación primitiva que señalan la era capitalistaen su aurora.”[8]

Marx ve en la colonización el origen de los capitales ne-cesarios para el vuelo del capitalismo. Éstos provendrían:

• de la expropiación de las tierras en las colonias,

• de la creación de monopolios de derechos (ver lasCompañías de Indias más arriba),

• de la explotación y de la postura en esclavitud de lapoblación indígena,

• mercados entonces abastecidas por las industrias fa-bricantes de Europa.

Desde la sociología económica originada por JosephSchumpeter surgió la réplica a la anterior premisa mar-xista:

“El problema de la acumulación originaria sepresentó primero a muchos autores, principal-mente a Marx y los marxistas, que adherían auna teoría de la explotación del interés y que,por lo tanto, tuvieron que hacer frente a la cues-tión de cómo los explotadores se aseguraron elcontrol de una reserva inicial de 'capital' (co-mo sea que se defina) con el cual explotar - unacuestión que la teoría es per se incapaz de res-ponder, y la cual sólo puede responderse, ob-viamente, de una manera irreconciliable con laidea de explotación”[9]

Schumpeter argumentó que el imperialismo no pudo serun sistema de arranque necesario para el capitalismo, yaque el capitalista debió entonces disponer de un capital

163 LAEXPANSIÓNDELCAPITALISMO:DELOSCAPITALESNACIONALESALOSCAPITALESMULTINACIONALES

previo para lograr el poder social que lo transformara enimperialista. Tampoco el capitalismo podría haber sidonecesario para fortalecer el imperialismo, ya que el im-perialismo fue preexistente al capitalismo. Schumpeterconsideraba que Marx se había visto forzado a argumen-tar que el capitalismo requería de la violencia y el impe-rialismo: en primer lugar para ponerse en marcha con unbotín inicial y para desposeer a una población que así po-dría ser inducida a entrar en las relaciones capitalistas encondición de obreros, y, a continuación, como una for-ma para superar los mortales contradicciones generadasdentro de las relaciones capitalistas a lo largo del tiempo.Sin embargo, para el autor, esto es autocontradictorio, yel imperialismo no es otra cosa que un impulso atávicoque persigue un Estado en forma independiente de losintereses económicos de las clases burguesas.

“El imperialismo es una de las herencias de lamonarquía absoluta o de Estado. Nunca podríahaber evolucionado de la 'lógica interna' del ca-pitalismo. Sus fuentes provienen de la políticade los príncipes y las costumbres de un ambien-te pre-capitalista. Pero incluso no es imperialis-mo la exportación de unmonopolio, y éste nun-ca se habría transformado en imperialista porlas solas manos de una burguesía pacífica. Siesto ocurrió es sólo porque la máquina de gue-rra, junto a su ambiente social, fue producto deuna clase marcialmente orientada (es decir, lanobleza) que se mantuvo a sí misma en una po-sición dominante y con la cual pudieron aliarsetodos los diversos intereses de los productoresde armamento que formaban la burguesía de laguerra. Esta alianza mantuvo viva los instintosde lucha y las ideas de dominación, y estas a suvez llevaron a relaciones sociales que tal vez enúltima instancia se pueden explicar en términosde las relaciones de producción, pero no comoun producto de las relaciones productivas delcapitalismo por sí mismo.”[10]

En una tesis fechada en 1984, Imperio colonial y capi-talismo francés, historia de un divorcio, Jacques Marsei-lle se pregunta si el Imperio colonial fue un freno o unmotor para el desarrollo del capitalismo francés. Segúnél, la importancia del Imperio para el capitalismo francésfue sólo una apariencia estadística. En efecto, las grandescompañías supieron sacar provecho de la credulidad delos ahorradores para atraer capitales que a menudo no to-maban formas materiales en las colonias. Por otro lado,los productos importados las colonias no eran unos pro-ductos raros ni productos cuyos precios sustancialmenteeran inferiores a los precios internacionales. A partir dela crisis de los años 1930, son los sectores económicosen decadencia los que se acapararon los mercados colo-niales, mientras que los sectores fuentes de innovación seinteresaron en realidad muy raramente. Algunos consi-deran pues que el Imperio no fue la fuente del progreso

económico.Una conciencia de este fenómeno progresivamente tras-tocó la opinión de las élites en cuanto a los beneficios delcolonialismo, mientras que la opinión pública, a pesar deestar rápidamente opuesta al colonialismo, por razonesmorales, conservaba la idea que éste estaba favorable pa-ra Francia. El problema de los mercados cautivos primeroha sido identificado como una fuente de falta de motiva-ción a la innovación para las empresas nacionales, no alser necesaria ésta última en un contexto de ausencia decompetencia por parte de los países extranjeros. El resul-tado sería entonces de este punto de vista una pérdida decompetitividad frente a otras economías avanzadas. Sóloel régimen de Vichy en un tiempo preconizó el desarro-llo industrial de las colonias, apuntando que el comerciocon economías desarrolladas era más provechoso que elcon países subdesarrollados. Al finalizar la Segunda Gue-rra Mundial, los capitalistas cedieron al "complejo holan-dés". En efecto, la constatación del crecimiento excep-cional de la economía de los Países Bajos en respuestaal abandono en 1949 de Indonesia enturbiaba la tesis co-rrientemente admitida sobre la influencia económica po-sitiva del Imperio.Finalmente, la tesis de Jacques Marseille se opone a lade Karl Marx sobre el papel del pillaje colonial. SegúnMarseille, es notable que el desarrollo reciente del capi-talismo, pidió al contrario, un abandono de las colonias,un “divorcio por mutuo consentimiento”[11] entre ambaspartes: no serían pues razones económicas las que expli-carían según Marseille el afecto de las metrópolis a algu-nas de sus colonias, sino más bien razones políticas y mi-litares. El Imperio habría constituido de hecho una “bolade hierro” que trabaría la modernización del capitalismofrancés. Si uno de los divorciados ampliamente sacó pro-vecho de eso, la metrópoli, el caso del segundo es másmatizado. Si ciertas antiguas colonias supieron desarro-llar un capitalismo eficaz en respuesta a su emancipación,los numerosos países, África particularmente, tienen ennuestros días rentas per cápita inferiores a aquellos quetenían antes de su independencia.En su obra de 1994,Mitos y paradojas de la historia eco-nómica, Paul Bairoch comparte la tesis de Jacques Mar-seille:

“En vísperas de la primera guerra mundial,el 98% de los minerales metálicos utilizadosen los países desarrollados venían del mundodesarrollado; la cifra era del 80% para las fi-bras textiles y, como lo vimos, de más de 100%para la energía.” (Ibid.)

Sólo algunos productos raros conllevaban una dependen-cia enfrente de las colonias: el caucho, los fosfatos natura-les, entre otros. Al contrario, los países del Tercer Mundoeranmuy dependientes de los mercados de las metrópolis,porque aunque las metrópolis fueron casi autosuficientes,las colonias exportaban a ellas más de 90% de sus mate-

3.3 El capitalismo mundial 17

rias primas.Paul Bairoch apunta no obstante que las consecuenciasde la colonización fueron desastrosas: “si occidente ape-nas ganó al colonialismo, esto no significa que el TercerMundo no hubiera perdido allí mucho”. Los territorioscolonizados no compartieron la prosperidad de sus me-trópolis y, según Angus Maddison, el PIB de la inmensamayoría de ellos se estancó entre 1820 y 1953.¿Hay que imputar este balance al capitalismo? Para KarlMarx, “la riqueza colonial tiene sólo un fundamento natu-ral: la esclavitud”,[12] pero Paul Bairoch subraya que oc-cidente no fue el único colonizador.

3.3 El capitalismo mundial

3.3.1 De la «economía-mundo» a la economía mun-dial

En el sentido de Braudel, hay que entender “mundo” co-mo un conjunto económico coherente. Desde entonces,pueden coexistir varias “economías-mundos”, que for-man diferentes conjuntos económicos. Así las grandesciudades mercantes son los centros de conjuntos econó-micos coherentes a la escala de un continente, o de unmar (el Mediterráneo en el siglo XVI para las ciudadesitalianas por ejemplo):

“Un pedazo del planeta económicamente au-tónomo, capaz por lo esencial de bastarse y alcual sus enlaces y sus cambios interiores con-fieren una unidad cierta y orgánica”.

Sólo con la revolución industrial a finales del siglo XVIIIempieza un proceso que hará de Londres el centro de una“economía-mundo” a escala mundial. Será sobrepasadamás tarde por Nueva York, hacia 1929.El estudio paralelo de ambos términos no es gratuito,porque se tiende a reencontrar las características de las“economías-mundos” del Renacimiento en la economíamundial actual.

• La “economía-mundo” siempre está dominada porun polo urbano, una ciudad capitalista que asegurael papel de centro decisorio y logístico. Este análisispuede ser llevado a la preponderancia de la Tríada(Europa, Japón, América del Norte) que concentrael 75% del comercio mundial y de sus grandes me-galópolis (Londres, Nueva York, Tokio), que con-centran una parte similar de las operaciones finan-cieras del planeta. El 94% de las casas matrices deempresas multinacionales se localizan en la Tríada.

• Una división en zonas sucesivas fuertemente jerar-quizadas que son objeto de una división internacio-nal del trabajo. Encontramos cerca de las ciudadesdominantes las actividades decisorias y de alto va-lor añadido (la Tríada), luego alejándose de polos

encontramos economías cada vez menos avanzadasy subordinadas a las economías dominantes (los paí-ses en vías de desarrollo que se dedican a las activi-dades de mano de obra), luego en la periferia, paísesolvidados y aislados, fuera de la actividad económi-ca mundial (los países menos avanzados).

Podemos pues considerar que es una larga evolución deesquemas existentes desde el Renacimiento que progre-sivamente llevó al capitalismo a constituir una economíauniversalizada.

3.3.2 Multinacionalización de las empresas

Las primeras multinacionales modernas datan de media-dos del siglo XIX. En calidad de ejemplo, Samuel Coltrealiza la primera inversión norteamericana en el ReinoUnido en 1852 con el fin de hacer producir allí su revól-ver. Singer, fabricante norteamericano de máquinas decoser se instala en Europa a partir de 1867. Estas empre-sas, la mayoría de las veces británicas, abren la voz de lainternacionalización productiva. Son seguidas en los añosde la Gran depresión (1873-1896) por el primer grupode grandes empresas nacionales: General Electric, AEG,Nestlé, Kodak, United Fruit, etc. En 1908, Henry Fordabre su primera fábrica en Europa, en Mánchester. Laestrategia de instalación sobre los mercados extranjerosen verano más tarde modificada por la desreglamentacióny la modernización de los mercados financieros permitie-ron el intercambio de financieros activos a escala planeta-ria. Los grandes grupos se fusionan con empresas extra-ñas (uno de los ejemplos clásicos es Royal Dutch Shell,compañía anglo-holandesa fundada en 1908). Podemospor ejemplo apreciar que las empresas “francesas” coti-zadas en la CAC 40 son en término medio poseídas pormás del 40% por inversionistas extranjeros.Para Robert Reich (La Economía mundializada, 1991),la economía-nación tiende a desaparecer en provecho deuna red mundial en la cual las empresas dejan la produc-ción standardizada a los países en vías de desarrollo, loque no refleja una pérdida de competitividad de los paísesricos (podemos anotar por ejemplo que el solo 10% delprecio de un computador está vinculado a su producciónpropiamente dicha), ya que conservan la mayoría de lasveces las actividades de concepción. Finalmente la pro-ducción es dispersada sobre el planeta con el fin de sacarprovecho de las ventajas de cada región.Desde el punto de vista social, el efecto de esta mudan-za del capitalismo es un crecimiento de las desigualdadesen el plano nacional. Los trabajadores menos cualificadosson puestos en competencia con los de países del TercerMundo, mientras que los “manipuladores de ideas” sa-can provecho de mercados gigantescos. En efecto la idea(software, gestión, patente, etc.), producida una vez, semultiplica a coste casi nulo una infinidad de veces, lo quesignifica para su diseñador una renta proporcional al ta-maño del mercado.

18 4 ¿HACIA UN «CAPITALISMO COGNITIVO»?

4 ¿Hacia un «capitalismo cogniti-vo»?

La pérdida de valor del trabajo no cualificado, e inclu-so del capital material (cada vez más delocalizado en lospaíses pobres) arrastra una toma de importancia siemprecreciente del capital inmaterial (la propiedad intelectual)y del conocimiento técnico y de la destreza de los traba-jadores (el capital humano).

4.1 La propiedad intelectual

Hacia los siglos XIII y XIV, progresivamente se libra enEuropa un nuevo concepto: el privilegio. Los privilegiospresentan tres características:

• Existencia de una demanda argumentada;

• Apreciación del interés público por las autoridades;

• Concesión de un monopolio de explotación limitadoen el tiempo y en el espacio.

Pero es enVenecia dónde aparece la patente bajo su formamoderna.Venecia es en aquella época un medio cosmopolita y em-prendedor y siempre en movimiento. Por otro lado todolo que se remite a la gestión del agua y otros dispositivosacuáticos es su ámbito predilecto. Es por eso que Vene-cia habría librado en 1421 un privilegio que realmente seemparentaría con una patente de invención. El número deprivilegios se multiplicó en el curso de los cincuenta añosque siguieron y el sistema se extendió a otros ámbitos pa-ra hacerse uno de los principales medios de transmisióndel progreso comercial e industrial de la República.En 1474 el procedimiento es bastante rodado para quelas autoridades decidan, por un voto del Senado (116 sícontra 10 no y 3 abstenciones), integrar la experiencia ad-quirida redactando una ley. Este texto histórico, conocidobajo el nombre de Parte Veneziana, enuncia por primeravez los cuatro principios de base que justifican la creaciónde toda ley sobre las patentes:

• Estímulo a la actividad inventiva;

• Compensación de los gastos incurridos por el inven-tor;

• Derecho del inventor sobre su creación; y sobre todo

• utilidad social de la invención.

Para ser objeto de un privilegio, la invención debe ser:

• “Nueva”, es decir jamás haber sido realizada antessobre el territorio de la República (novedad local);

• “Ingeniosa” (concepto de la no evidencia); y

• “al punto, para ser utilizada y ser aplicada” (concep-to de la utilidad).

En el Reino Unido, la primera ley sobre las patentes deinvención (statute of monopolies) fue votada por el Par-lamento inglés en 1623. Desde el Renacimiento, las nu-merosas ciudades les reconocían privilegios a los inven-tores. En Francia, el Antiguo Régimen les asegura tam-bién derechos. Es Beaumarchais quien hará, durante laRevolución francesa, votar derechos de autor. Es el mejorejemplo del lazo sustancial del capitalismo al Derecho,porque nada más que la violencia del Estado puede pre-venir la copia. El Reino Unido de la revolución industrialse garantizará la exclusividad de sus innovaciones impi-diendo la salida de toda máquina hasta 1843.En nuestros días, las patentes plantean problemas éticosen los dominios médicos mientras que se plantea la cues-tión del patentación viva (el genoma humano en particu-lar). Las patentes sobre el software, los algoritmos y losmétodos de asuntos son también cada vez más critica-dos, sus detractores que temen un efecto opuesto sobrela innovación y algunos un factor desestabilizante del ca-pitalismo (Causa Research In Motion versus Blackberry,Causa Microsoft versus Eolas, etc.). La evolución de lossoportes informáticos y los métodos de intercambio, talcomo el peer-to-peer, muestran bien que la perennidaddel capitalismo reposa en la voluntad y la capacidad delEstado que asegura la protección de la propiedad privada.Más específicamente, se trata en realidad de poder mone-tizar lo que hasta allí tenía sólo un valor vago. Hasta unaépoca reciente, la propiedad intelectual fue asegurada porel hecho que su violación necesitaba capitales importan-tes (Fábricas de reproducción de CD, Fábrica destinada aproducir un producto que viola una patente, etc.) y sobretodo el producto terminado (nacida de la violación) eraun producto físico. De esta forma, aunque la noción depropiedad intelectual no estuvo bien establecida, un pro-ducto físico (entonces la propiedad no era ambigua) veníaa materializar aquello y los falsificadores potenciales va-cilaban en invertir el capital en una empresa que sabíancondenable (y condenada) al mediano plazo. El coste dereproducción y sobre todo la ausencia de naturaleza “físi-ca” de los bienes imitados hoy volaron estas dos barreras.Esta nueva situación creó una necesidad para el sistemacapitalista: el de definir claramente los límites, las reglasy los medios de protección de la propiedad intelectual conel fin de poder monetizarla de modo fiable. El fracaso deeste proceso arrastraría modificaciones profundas en laestructura del capitalismo actual.Sin embargo teóricos favorables al capitalismo y la pro-piedad privada, enmarcados en la tradición del liberalis-mo clásico sostienen que los derechos de propiedad inclu-yen derechos sobre recursos tangibles (recursos escasos,inmanentes o creados, inmuebles o muebles) pero que amedida que nos alejamos de lo tangible (corpóreo) hacia

19

lo intangible, las cosas se vuelven más difusas. Esta ten-dencia contra la propiedad intelectual dentro del capita-lismo liberal contemporáneo sostiene que un sistema dederechos de propiedad sobre “objetos ideales” requierenecesariamente la violación de otros derechos de propie-dad, es decir, del uso de la propiedad tangible como sedesee.[13]

4.2 La emergencia del «capital humano»

Debemos el análisis más conocido del “capital humano”al economista norteamericano Gary Becker (Human Ca-pital, 1964). Define el conjunto de las aptitudes y las ha-bilidades acumuladas por el individuo y susceptibles dedesempeñar un papel en el proceso de producción. Es laforma de capital cuya consideración es la más reciente.Desempeña un papel que crece en una sociedad cada vezmás terciarizada y donde la investigación y las cienciastienen un sitio crucial.Este capital es sustancial al individuo y parece pues im-probable que se le pueda desposeer. Existen no obstanteunas excepciones notables. Los asalariados que dejan suempresa pueden estar sometidos por ejemplo a una cláu-sula de no-competencia, impidiéndoles entonces que unaempresa competidora aproveche sus conocimientos porun cierto tiempo. Pero el capital humano pone verdade-ros problemas: la “fuga de cerebros” por ejemplo (altosdiplomados formados a expensas de un Estado y que otrosaprovechan). De la misma forma, el riesgo de perder a susasalariados desanima a las empresas de ofrecerles una for-mación onerosa. El capital humano representa una formade capital de la que el capitalista todavía no puede apro-piarse.Las evoluciones descritas por estos dos últimos párrafos,aceleradas por el proceso de universalización, hacen a al-gunos considerar el paso a un nuevo tipo de economía(“economía del saber” que algunos se esmeran en lla-mar “capitalismo cognitivo”) en la cual los derechos depropiedad sobre el capital serían más limitados. En cali-dad de ejemplo el filósofo altermundialista de inspiraciónmarxista Antonio Negri estima que:

“El trabajador, hoy, no necesita más instru-mentos de trabajo (es decir de capital fijo) quesean puestos a su disposición por el capital. Elcapital fijo más importante, el que determinalos diferenciales de productividad, en lo suce-sivo se encuentra en el cerebro de la gente quetrabaja: es la máquina-herramienta que cadauno de nosotros lleva en él. Es esto la nove-dad absolutamente esencial de la vida produc-tiva hoy.”.[14]

Esta tesis queda por contestar.

5 Referencias y notas[1] Refundar el capitalismo: Una misión imposible (origen y

actualidad del capitalismo), por Guillermo Hirschfeld

[2] De hecho constatado por autores británicos

[3] No son pocos los teóricos, historiadores, economistas, mi-litantes, que han analizado a la URSS como una eco-nomía capitalista : Anton Pannekoek, Herman Gorter,Ante Ciliga, Guy Debord, Otto Rühle, Maximilien Ru-bel, Cornelius Castoriadis, Rudolf Rocker, Claude Lefort,René Lefeuvre, Karl Korsch, Alain Guillerm, Daniel Gué-rin, Mansoor Hekmat, etc.

[4] ¿Reforma social o revolución? (1899)

[5] 1726 de hecho

[6] Miradas sobre el mundo actual, Paul Valéry, 1945

[7] Karl Marx, El Capital

[8] Karl Marx, El Capital, Libro I, capítulo XXXI

[9] Joseph Schumpeter, Los ciclos económicos

[10] Joseph Schumpeter, Sociología del imperialismo

[11] Jacques Marseille es profesor de historia económica y so-cial en París I.

[12] Karl Marx, El Capital, Libro I, capítulo XXXIII

[13] Contra la propiedad intelectual. Libro de Stephan Kin-sella. Traducido por Mariano Bas Uribe y publicado enLiberalismo.org

[14] Antonio Negri, Exil, Mil y una noches, 1997

6 Fuentes

Bibliografía consultada:

• Tomás Moro, Utopía, 1516

• Voltaire, Cartas inglesas, 1734

• Jean-Jacques Rousseau, Discursos sobre el origen ylos fundamentos de la desigualdad en los hombres,1755

• Adam Smith, Investigación sobre la naturaleza y lascausas de la riqueza de las naciones, 1776

• Thomas Robert Malthus, Ensayo sobre el principiode la población, 1798

• Jean-Baptiste Say, Tratado de economía política,1803

• David Ricardo, Principios de economía política e im-puestos, 1817

• Karl Marx, Manifiesto del Partido Comunista, 1848

20 7 VÉASE TAMBIÉN

• Karl Marx, El Capital, 1867

• Werner Sombart, El capitalismo moderno, 1902

• Max Weber, La ética protestante y el espíritu del ca-pitalismo, (1904-1905, 1920)

• Rosa Luxemburg, La acumulación del capital, 1913

• Vladminir Ilytch Ulianov (Lenin), El imperialismo,fase superior del capitalismo, 1916

• John Maynard Keynes, Teoría general del empleo,interés y el dinero, 1936

• Joseph Aloys Schumpeter, Capitalismo, socialismo ydemocracia, 1942

• Karl Polanyi, La gran transformación, 1944

• Walt Whitman, Las etapas del crecimiento económi-co, 1960

• Raymond Aron, Dieciocho lecciones sobre la socie-dad industrializada, 1962

• Gary Becker, Capital humano, 1964

• John Kenneth Galbraith, El nuevo Estado industrial,1967

• Michel Aglietta, Regulación y crisis del capitalismo,1976

• Alfred Chandler, La mano visible de los gerentes,1977

• Fernand Braudel, La dinámica del capitalismo, 1985

• Michel Albert, Capitalismo contra capitalismo, 1991

• Robert Reich, La economía mundializada,1991

• Joseph Stiglitz, Cuando el capitalismo pierde la ca-beza, 2004

• Alain Bihr, La Prehistoria del capital, 2006

• René Fernández Montt, Concentración de la Propie-dad en Latinoamérica, 2011

Otra bibliografía:

• Michel Beaud, Historia del capitalismo, de 1500 al2000 ;

• Fernand Braudel:

• Civilización, economía y capitalismo, LGF, 3tomos,

• La Dinámica del capitalismo, Flammarion(versión sintética de la obra anterior) ;

• Hélène Rey-Valette, Agnès d'Artigues,Historia eco-nómica del capitalismo industrial, Vuibert ;

• Claude Jessua, El Capitalismo, PUF, colección Quesais-je ;

7 Véase también• Liberalismo económico

• Comercio internacional

• El capitalismo y los historiadores, libro del PremioNobel Friedrich Hayek que analiza y cuestiona elanálisis historiográfico dominante de marxistas, es-tructuralistas y keynesianos sobre las condiciones dela Revolución Industrial, el nacimiento del capitalis-mo y el rol del Estado moderno.

21

Empire State Building, símbolo del capitalismo estadounidense.

Caricatura política que muestra la división de China entre laspotencias europeas, fines de la década de 1890.

La patente del “Hebern single-rotor machine” (máquina de He-bern), patente número 1510441 fechado en 1918

22 8 TEXTO E IMÁGENES DE ORIGEN, COLABORADORES Y LICENCIAS

8 Texto e imágenes de origen, colaboradores y licencias

8.1 Texto• Historia del capitalismo Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_capitalismo?oldid=83018980 Colaboradores: Airunp, Ma-

gister Mathematicae, Yrbot, Varano, Morza, Cheveri, Nihilo, BOTpolicia, CEM-bot, Laura Fiorucci, Gafotas, Martínhache, Ángel LuisAlfaro, Isha, Angheltamo, CommonsDelinker, TXiKiBoT, Humberto, Bedwyr, Waldoz, Jmvkrecords, Rémih, Manuel Trujillo Berges,VolkovBot, Technopat, Tláloc, Lahi, Matdrodes, Mrexcel, BlackBeast, Muro Bot, Edmenb, PaintBot, Sageo, Anual, Aleposta, Tirithel,HUB, StarBOT, Nicop, Habitas, Botellín, Leonpolanco, Gallowolf, Alfonso Márquez, Jfayads, UA31, JMSAMOS, Taty2007, AVBOT,LucienBOT, Ezarate, Diegusjaimes, Arjuno3, Andreasmperu, SuperBraulio13, Jkbw, Ricardogpn, Botarel, Cachimbomba, PatruBOT, Al-danaN, Dark Bane, Jorge c2010, Foundling, AVIADOR, Africanus, KLBot2, MetroBot, SYNAD, Johnbot, Elvisor, Syum90, MaKiNeoH,Xabi69, Wiki110999, Jarould, JuanCalamidad y Anónimos: 127

8.2 Imágenes• Archivo:Battle_of_Fredericksburg,_Dec_13,_1862.png Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e8/Battle_of_

Fredericksburg%2C_Dec_13%2C_1862.png Licencia: Public domain Colaboradores: PGA - Kurz & Allison--Battle of Fredericksburg (Dsize) [P&P] Reproduction Number: LC-DIG-pga-01851 (digital file from original print) LC-USZC4-1757 (color film copy transparency)LC-USZ62-11345 (b&w film copy neg.)http://www.loc.gov/pictures/item/91482051/ Artista original: Kurz & Allison, Art Publishers, Chicago, U.S.A.

• Archivo:China_imperialism_cartoon.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/32/China_imperialism_cartoon.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: An illustration from supplement to “Le Petit Journal”, 16th January 1898. Thisreproduction from <a data-x-rel='nofollow' class='external text' href='http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k716261c/f8/'>Bibliothèquenationale de France</a> Artista original: Henri Meyer

• Archivo:Code_Civil_1804.png Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e7/Code_Civil_1804.png Licencia: Publicdomain Colaboradores: Scanned image on Gallica Artista original: Imprimerie nationale

• Archivo:Empirestatebldg.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9f/Empirestatebldg.jpg Licencia: CC-BY-SA-3.0 Colaboradores: originally uploaded to the English Wikipedia on 08:36, 16 January 2003. 200x855 (31924 bytes) (Empire StateBuilding, New York (personal snapshot)) Artista original: Montrealais

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• Archivo:Hendrick_Cornelisz._Vroom_001.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/1b/Hendrick_Cornelisz._Vroom_001.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. Artista original: Hendrik Cornelisz. Vroom (1562/1563–1640)

• Archivo:Henry_ford_1919.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/18/Henry_ford_1919.jpg Licencia: Publicdomain Colaboradores: Esta imagen está disponible en la División de Impresiones y Fotografías de la Biblioteca del Congreso de los EstadosUnidos bajo el código digital cph.3c11278.Esta etiqueta no indica el estado de copyright del trabajo adjunto. Es necesario una etiqueta normal de copyright. Para más información vea Commons:Sobrelas licencias. Artista original: Hartsook, photographer.

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