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Hª de la Filosofía, Presocráticos y Sofistas, 1 Curso 2013-2014 Profesora Mª Paz López

Historia de la Filosofía

Los apuntes que vas a tener este curso en la materia de Historia de la Filosofía están elaborados para ser explicados, matizados o ampliados en las clases. Prescindiendo de las mismas, no son un recurso suficiente para una buena comprensión de la materia, ni para una buena preparación de los exámenes.


LA FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA Y LOS SOFISTAS

(Curso 2013-2014)

Tales de Mileto Parménides Heráclito Empédocles

0. Introducción

1. Principales problemas de la filosofía presocrática

2. Los pensadores más destacados

3. Los sofistas. Ideas principales

ACTIVIDAD INICIAL

1. ¿Conoces el nombre de algún filósofo presocrático ?

2. ¿Sabes dónde y cuándo surgió la filosofía ?

3. ¿Sabes qué es lo que diferencia a la filosofía del mito o la religión ?

4. ¿Sabes cuáles son los cuatro elementos?

5. ¿Qué entiendes por naturaleza? ¿Cómo explicarías su diversidad?

6. ¿Hay cierta regularidad en los cambios que se producen en la naturaleza? Si es que

la hay, ¿cómo explicarías dicha regularidad?

7. ¿Cuáles son los “ladrillos” de los que está hecho el universo?

0. INTRODUCCIÓN

“¡Qué extraño animal es el hombre! Nunca está en lo que tiene delante. Nos acaricia

sin que sepamos por qué y no cuando le acariciamos más, y cuando más a él nos

rendimos nos rechaza o nos castiga. No hay modo de saber lo que quiere, si es que lo

sabe él mismo. Siempre parece estar en otra cosa que en lo que está, y ni mira a lo que

mira.” M de Unamuno, Niebla


Recogiendo una idea que aparece en la novela Niebla de M. de Unamuno diremos que

"el hombre es un ser extraño"; ¿En qué consiste esa extrañeza? ¿Por qué afirma

Unamuno que el hombre es un ser extraño?

Por una parte, el hombre nunca está en lo que tiene delante, muchas veces está

pensando en otras cosas, distintas de aquellas que le rodean, se preocupa y se aflige

aunque no tenga hambre, y haya descansado, etc.. Esto se explica desde su capacidad

de abstracción y de reflexión que le distancian de lo inmediato, de lo que tiene

delante y le trasladan a otros espacios y a otros tiempos. Al ámbito de lo simbólico. De

esta forma se distancia de la realidad física que le rodea. Este distanciamiento le

permite, por una parte, crear una realidad alternativa, imaginaria; y por otra, interpretar

la realidad inmediata.

Por otra parte, en el ser humano hay un deseo y una necesidad de conocer. Esta

necesidad va más allá de lo biológicamente útil, de aquello que está relacionado con

sus necesidades biológicas. De ahí que se pregunte sobre el origen y estructura de la

naturaleza, ¿cómo se ha formado este complejo mundo en el que vivimos?; Sobre sus

posibilidades de conocimiento, es decir, ¿en qué medida nuestro conocimiento de la

realidad se corresponde con la realidad? ¿hasta que punto nos podemos fiar de él? Nos

preguntamos también sobre el origen y justificación de las normas éticas y morales.

¿por qué hemos de respetar ciertas normas? ¿provienen de Dios?, etc.

A lo largo de la historia de la humanidad, las respuestas a estas cuestiones se han

articulado desde distintas perspectivas y los universos simbólicos utilizados han sido,

entre otros, el mito, la religión, la filosofía, la ciencia, el arte, el cine, etc.

En el presente curso abordaremos algunas respuestas filosóficas: veremos cuáles son

los problemas que preocupan a los filósofos griegos y qué respuestas dan, y lo mismo

haremos respecto de la filosofía medieval, moderna y contemporánea.

En la filosofía griega el tema central es la naturaleza y los filósofos presocráticos,

Platón y Aristóteles nos ofrecen una explicación inmanente a la misma. Este tema se

continúa en la filosofía medieval, pero construyen una respuesta trascendente a la

naturaleza. Dios aparecerá como referencia última que de cuenta del origen y

desarrollo de la misma. En este contexto se sitúan las filosofías de Agustín de Hipona


y Tomás de Aquino. En la filosofía moderna el problema ya no es la naturaleza, sino

el ser humano y en particular, la razón y el conocimiento; el pensamiento de Descartes,

de Locke, de Hume, de Rousseau y de Kant responde a esta problemática. Por último,

en la filosofía contemporánea los problemas se atomizan y las explicaciones se

diversifican. Así encontramos una explicación materialista en Marx, una explicación

vitalista en Nietzsche y Ortega y Gasset; analítica en Wittgenstein, etc.

1. PRINCIPALES PROBLEMAS QUE ABORDAN LOS PRESOCRÁTICOS

a) La naturaleza.

El concepto de naturaleza o physis que está presente en la filosofía de los

presocráticos engloba, al menos, dos significados. Por una parte, la naturaleza de

una cosa designa lo que la cosa es, su esencia, aquello que la define y la

caracteriza. Y, por otra parte, por naturaleza se entiende el conjunto de todos los

seres del universo, exceptuando los fabricados por el ser humano. Usamos el

término naturaleza en el primer sentido cuando decimos “El pensar es propio de la

naturaleza humana” y utilizamos el término en el segundo sentido cuando decimos

que la contaminación está alterando el equilibrio que hay en la naturaleza.

Características de la naturaleza, entendida en este segundo sentido:

La naturaleza es plural y dinámica. En la naturaleza encontramos una diversidad

de seres que están en un continuo cambio. Pensemos en cualquier ser vivo, o en

otro elemento de la naturaleza como puede ser un río o en una montaña y

descubrimos en ellos este carácter dinámico. Ese dinamismo se rige por una ley,

todo acontece según un cierto orden, nada es arbitrario y, por tanto, los cambios

naturales se dan necesariamente. Además, esa ley que rige el acontecer y el

dinamismo de la naturaleza está inmersa en la propia naturaleza.

Pero un análisis racional y abstracto de la naturaleza pone de manifiesto que hay

algo que permanece constante a través de los cambios y hay algo que da unidad a

esa pluralidad:

- Hay algo que permanece a través de los cambios. Pensemos en un bebé y en

ese mismo individuo al cabo de cinco, quince o treinta años; se han producido

cambios importantes, sin embargo, le seguimos llamando por el mismo nombre


y no dudamos en considerar que es la misma persona. Cada siete años,

renovamos todas nuestras células, excepto las neuronas. Parece que cambiamos

para seguir siendo los mismos.

- Hay algo que unifica lo plural, hay elementos que unifican lo diverso; de ahí

que podamos hacer agrupaciones en el conjunto de los seres:

Minerales Seres inertes

seres Plantas

Seres vivos Animales irracionales

Seres humanos

Tenemos, por tanto, una naturaleza que es dinámica y plural, pero a la vez hay

algo en ella que permanece a través de los cambios y hay algo que unifica lo

plural.

Esta idea unificadora ofrece la posibilidad de explicar la naturaleza a través

de uno o unos pocos elementos; esto será el arjé.

b) El arjé

Por arjé se entiende esa realidad primera a partir de la cual se generan todas las

cosas que hay en la naturaleza; sería el origen de todo. Además, es también el

principio y sustrato de todas las cosas, en este sentido se encuentra presente en

todos los cambios y permanece inmutable a lo largo de todos ellos. Es la esencia

de las cosas y en algunos casos es también, el sustrato material. En tercer lugar,

a partir del arjé se podrá explicar el carácter dinámico de la naturaleza y su

pluralidad. Desde este último sentido, el arjé nos permitirá responder a las

preguntas siguientes: ¿Por qué cambian las cosas? ¿Por qué hay cosas distintas?

c) El conocimiento humano

En los orígenes de la filosofía encontramos ya el problema del conocimiento

sensible frente al conocimiento exclusivamente racional. Aparecen las siguientes

preguntas: ¿los sentidos son un instrumento válido para conocer la realidad? ¿qué

hacer cuando el conocimiento sensible no coincide con el conocimiento racional?


o Algunos autores como Tales, Anaxímenes y Anaximandro van a considerar

que ambos conocimientos se complementan y no hay tal contraposición entre

el conocimiento sensible y el conocimiento racional. En esta línea se situarán,

posteriormente, Aristóteles y Tomás de Aquino.

o Por el contrario, Parménides y Pitágoras se inclinarán por dar primacía a la

razón frente a los sentidos. Consideran que los sentidos ofrecen un

conocimiento engañoso, mientras que la razón conduce a un conocimiento

verdadero. En esta consideración del conocimiento se inscribe el pensamiento

de Platón.

2. LOS PENSADORES MÁS DESTACADOS

La búsqueda del arjé será el tema central la filosofía de los Presocráticos. A través

del arjé ofrecerán una explicación de la fisis –su carácter plural y dinámico-. En

dicha propuesta se apartarán de la explicación mítico-religiosa para fundamentarla

sobre la razón y los sentidos.

Los distintos pensadores se pueden agrupar de la siguiente manera:

A) La escuela de Mileto

B) La escuela de Elea

C) Heráclito

D) La escuela pitagórica

E) Los pluralistas

A) La escuela de Mileto: Tales, Anaxímenes y Anaximandro

Según la tradición, la filosofía nace en Mileto en el siglo VI a. de C.

Tales mantuvo que el arjé es el agua ¿por qué?

• Las características físicas: evaporación, condensación --> explica los

cambios y la pluralidad de la naturaleza.

• Su omnipresencia en todas las cosas.

• Los antecedentes míticos: En la mitología griega, en Homero, Océanos es

el padre y la génesis de todo. En la mitología egipcia (Fragmentos

presocráticos, alianza, p. 43)


eter ⇐ aire ⇐ agua ⇒ tierra

(⇐evaporación) (condensación⇒ )

Anaximandro mantuvo que el arjé era el "apeiron" (lo indeterminado, lo

ilimitado, etc.) Del apeiron comienzan a separarse sustancias opuestas entre sí

(frío-caliente, húmedo-seco)

Anexo 1, texto de Anaximandro

Anaxímenes, por su parte, mantuvo que el arjé era el aire. A través de los

procesos de rarefacción y condensación se explica el dinamismo y la pluralidad

de la naturaleza

alma⇐ fuego⇐ aire ⇒ viento ⇒nube ⇒ agua ⇒ tierra ⇒ piedra

B) Los eléatas: Parménides, Zenón (Leer poema de Parménides en Anexo 1)

Parménides vivió en Elea y allí fundó una escuela de filosofía hacía finales

del siglo VI a. C. Este filósofo distinguió dos vías de conocimiento:

• La vía de la verdad ...... razón, el pensar ⇒verdadera realidad ≡ el

SER

• La vía de la opinión ..... sentidos ⇒ apariencias, ilusiones, errores.

El SER es la verdadera realidad

A través de los sentidos captamos una realidad dinámica y cambiante, que no

es la verdadera realidad

Características del SER: ingenerado, imperecedero, uno, indivisible, inmóvil,

perfecto.

El arjé, para Parménides, no es algo físico y material que se pueda captar a

través de los sentidos.

Consecuencias que se derivan:

• La verdadera realidad no es múltiple ni dinámica, sino única e

inmutable


• Coincidencia entre pensar y realidad; el pensar descubre el SER. La

razón es el único instrumento de conocimiento que nos permite conocer

la realidad.

Estas dos notas son muy importantes porque aparecerán también en la filosofía

de Platón.

C) Heráclito de Éfeso. Fue contemporáneo de Parménides y mantiene una teoría

opuesta a este. Todo se encuentra en perpetuo cambio y devenir, la realidad no

sólo no es única, sino que está compuesta de contrarios que se necesitan

mutuamente para existir y conforman un equilibrio, una unidad. Mantiene,

también la existencia de un "logos" o ley que rige el cambio y el dinamismo de

la naturaleza. Todo sucede según ese "logos"

La razón humana sería una manifestación más de ese "logos" universal.

Al igual que los filósofos de Mileto, Heráclito propone un arjé físico; en este

caso el arjé será el fuego. El proceso para explicar la pluralidad que

encontramos en la naturaleza sería el siguiente:

(el fuego) EL Sol...... nubes.... tormenta.... lluvia.... mar.. tierra.

Leer Fragmentos, Alianza p. 133-144

D) Pitágoras

Entre los conceptos que aparecen en la filosofía de Pitágoras hemos de destacar

los siguientes:

• Importancia de las matemáticas para explicar la naturaleza. Se recuperará

esta idea con Galileo, kepler, etc. Esta concepción estará presente en la

física moderna.

• Los números son la esencia de las cosas. El arjé que propone: par/impar..

E) Los pluralistas

Parménides y Heráclito influyeron en los filósofos posteriores. De Parménides

tomarán la idea según la cual el ser no puede cambiar y de Heráclito, el

carácter dinámico y plural de la naturaleza.


Estos filósofos conjugarán ambas ideas. Por una parte, admiten la existencia de

un arjé múltiple asignándole las características del "ser" de Parménides, salvo

la unicidad -ingenerado, imperecedero y inmutable-, con lo cual el ser no

cambia; y por otra, consiguen explicar el dinamismo y el carácter plural de la

naturaleza mediante las distintas agrupaciones y disgregaciones de esa

realidades primigenias -del arjé-.

Entre los filósofos pluralista cabe citar a Anaxágoras, Empédocles y

Demócrito. A todos ellos los podemos situar cronológicamente en el siglo V a.

C.

Anaxágoras denominó a ese arjé múltiple homeomerías, estas homeomerías

serían cualitativamente distintas unas de otras y habría homeomerías de todos

los tipos en todas las cosas, pero en cada una de las cosas predominaría aquel

tipo de homeomería que esa cosa es.

A este arjé añade un principio activo: la nous o inteligencia ordenadora que

impulsa el movimiento de las homeomerías.

Para Empédocles, el arjé estaría compuesto por los cuatro elementos: tierra,

agua, aire y fuego. La combinación de los mismos y la proporción en que

entrarían en tal combinación daría origen a las distintas realidades que

conocemos y los reagrupamientos explicarían el cambio en la naturaleza.

¿Qué es lo que provoca las reagrupaciones? El Amor y la Discordia.

(En la actualidad se habla de fuerzas antagónicas, similares al Amor y la

Discordia, para explicar la tendencia a la autoorganización que está presente

en los seres vivos y la tendencia al máximo desorden –principio de entropía-

en un sistema que evoluciona espontáneamente.)

Demócrito, por su parte, formuló como arjé múltiple los átomos,

cualitativamente serían iguales entre sí, pero serían diferentes en cuanto a su

forma.


¿Cómo explicar la multiplicidad y el dinamismo de la naturaleza? Una especie

de torbellino impulsó a los átomos en todas las direcciones y después los

movimientos están provocados por los choques de unos átomos con otros.

3. LOS SOFISTAS. IDEAS PRINCIPALES

Encontramos, en el siglo V a. de C. en Atenas, unos personajes cultos que proceden

de otras ciudades, dominan la oratoria y se dedican a la enseñanza de la misma.

Entre ellos destacan Protágoras, Gorgias, Critias, y Calicles. Veamos, a

continuación qué ideas mantienen, las cuales suponen una innovación en la cultura

ateniense.

a. Escepticismo gnoseológico y relativismo gnoseológico y ético

Escepticismo. No podemos conocer la realidad, ni lo que las cosas son, sólo

podemos conocer aspectos o fenómenos de las cosas, aquello de lo que nos

informan nuestras sensaciones. No hay un criterio para establecer la verdad de lo

conocido, entendiendo por verdad el conocimiento de lo que las cosas son. Por

tanto, no existe una verdad objetiva.

Relativismo. Si no existe una verdad objetiva que pudiera ser universalmente

válida, entonces todo conocimiento es relativo; relativo a lo que nosotros somos,

pues toda información que tenemos de la realidad procede de nuestros sentidos y

estos sólo nos ofrecen ciertos aspectos de la misma. Y nuestro conocimiento de la

realidad es relativo a nuestra cultura ya que desde ella interpretamos lo que vemos.

Lo mismo le ocurre a las valoraciones ética o estéticas; en muchos lugares lo bello

y lo bueno tienen un contenido distinto.

b. Preocupación por los asuntos humanos y la educación: El giro

antropológico

Los sofistas se desentendieron de los temas cosmológicos de los presocráticos, no

tienen interés en la búsqueda del arjé y se inclinaron hacia los asuntos prácticos; hacia

las cuestiones morales y políticas. En algunos casos defienden un utilitarismo ético.

En el ámbito de las creencias y costumbres, llevaron a cabo una tarea desmitificadora

que puso en duda la existencia de los dioses y cuestiona la tradición. (A Sócrates le


acusan de no respetar las tradiciones y de impiedad y por ello será condenado a

muerte)

Introducen nuevos ideales pedagógicos distintos de la enseñanza elitista

tradicional: igualdad de los seres humanos, conciencia de sus límites de nuestro

conocimiento y preparación para la vida pública. En resumen, proponen una

educación abierta a todos y que prepare para la actividad política.

c. Valoración de la retórica y de la dialéctica

Los sofistas instruían a sus discípulos en las aptitudes retóricas y dialécticas, a

cambio de una remuneración económica. Estas enseñanzas no tienen como objeto

mostrar la verdad, sino que son consideradas como medios de persuasión y

sugestión orientadas a la defensa de los intereses particulares.

d. Contraposición fisis-nomos

En la tradición griega se considera natural aquello que está en la naturaleza o viene

determinado por la misma. En contraposición a este concepto está el convenio, el

acuerdo, aquello que es fruto de una convención entre los hombres –nomos-

Los sofistas, en oposición a la cultura tradicional, mantienen que el derecho y la

justicia no pertenecen a la physis, a lo natural, sino que se sitúan en el ámbito del

nomos, de aquello que es fruto del acuerdo y por tanto también de la revisión y del

desacuerdo.


ANEXO 1 : Textos

Anaximandro

A partir del “apeiron” (lo indeterminado, todo lo abarca y todo lo gobierna, es eterno y sin envejecimiento, es ingenerado y de él se engendran todas las cosas) empiezan a separarse sustancias opuestas entre sí: calor-frío, humedad-sequedad (dominio de una sobre otra � sustracción). En el apeiron se separan , por un proceso de rotación, esas sustancias contrarias entre sí. Lo frío ocupa el centro; en torno suyo gira una masa de fuego. El calor hace que se evapore una parte del agua: surge la tierra seca y se forma una cortina de vapor –el cielo-, por cuyos orificios se vislumbra el fuego exterior –las estrellas-.

Tomado de Tejedor Campomanes pág. 23,24 (Se puede consultar también Fragmentos Presocráticos en Alianza, pág.48-58) “Hay que decir y pensar siempre que el Ser existe, ya que es a él a quien corresponde la existencia, en tanto es negada a lo que no es. Te invito a que consideres todo esto, pero, a la vez, quiero prevenirte acerca de esta vía y sobre aquella otra por la que se lanzan los mortales ayunos de saber, que marchan errantes en todas las direcciones, como si se tratara de monstruos bicéfalos, porque es la perplejidad la que dirige su espíritu vacilante v, de esta manera, son llevados de aquí para allá: sordos, ciegos y llenos de asombro, como una turba indecisa en un camino en pos de todo para lo cual Ser y No-Ser parecen algo idéntico y diferente, lo cual es un andar y un desandar continuo, porque jamás fuerza alguna someterá el principio que el No-Ser sea. Pero tú, no obstante, aleja tu pensamiento de esta vía y no te dejes llevar por ella a causa de la fuerza rutinaria de la costumbre ni utilizando tus ojos irreflexivamente ni tus oídos que recogen todos los ecos, ni acaso tu lengua, y juzga, por el contrario, con razones como las que yo os he mostrado, que admiten múltiples pruebas. Sólo nos queda ahora hablar de una última vía, la de la existencia del Ser. Muchos indicios que ella nos muestra permiten afirmar que el Ser es increado e imperecedero, puesto que posee todos sus elementos, es inmóvil y no conoce fin. No fue jamás ni será. Ya que es ahora, en toda su integridad, uno v continuo; porque. En efecto, ¿qué origen podrías buscarle? ¿De dónde vendría su crecimiento? No te permitiré decir o pensar que haya podido venir del No-Ser, porque no se puede decir ni pensar que el Ser no sea. ¿Qué necesidad, pues, lo habría hecho surgir en un momento determinado, después y no antes, tomar su impulso de la nada o crecer? Por tanto, o ha de existir absolutamente o no ser del todo.


Jamás una fe vigorosa aceptará que de lo que no es pueda nacer una cosa distinta.

La decisión sobre este punto descansa en esto: es o no es. Pero una vez decidido es

necesario el abandono de uno de los caminos por- su carácter de impensable e

innominado, porque no es el verdadero; habrá que considerar, pues, el otro como

real y auténtico.”

PARMÉNIDES : Sobre la Naturaleza, VI-VIII

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