GRIEGOS EN TOLEDO EN EL SIGLO DE...

12
GRIEGOS EN TOLEDO EN EL SIGLO DE ORO. RESUMEN: La llegada a Toledo de Antonio de Covarrubias, gr.an coleccionista de códices griegos, atrajo a esa ciudad a Antonio Calosinás, corredor de libros y copista de manuscritos griegos. La estancia allí de Doménicos Theotocópulos atrajo también a Toledo a mendicantes grie- gos que vinieron a España a pedir limosnas para rescatar cautivos de los turcos. PALABRAS CLAVE: Antonio de Covarrubias, Antonio Calosinás, Doméni- cos Theotopoulos. ABSTRACT: The arrival of Antonio de Covarrubias to Toledo, a pas- sionate collector of Greek codices, involved the visit to this city of Anto- nio Calosinas, a Greek bookseller a nd copyist of manuscripts. The stay there of Domenicos Theotocopou los attracted also to this city many mendicants who carne to Spain see king alms to rescue captives from the Turks. KEY WORDS: Antonio de Covarrubias, Antonio Calosinas, Domenicos Theotocopoulos. Quiero expresar mi agradecimiento al Excmo. Sr. D. José Manuel Pita Andrade por sus valiosas indicaciones bibliográficas y a D. Miguel Cortés Arrese, Vicerrector de la Universi- dad de Castilla-La Mancha, por permitirme reproducir en Erytheia el texto de mi intervención en el curso "Toledo y Bizancio" por él dirigido en otoño del 2001, que publicará el Servicio de Publicaciones de dicha Universidad. 187 Erythela 23 (2002) 187-198

Transcript of GRIEGOS EN TOLEDO EN EL SIGLO DE...

GRIEGOS EN TOLEDO EN EL SIGLO DE ORO.

RESUMEN: La llegada a Toledo de Antonio de Covarrubias, gr.an coleccionista de códices griegos, atrajo a esa ciudad a Antonio Calosinás, corredor de libros y copista de manuscritos griegos. La estancia allí de Doménicos Theotocópulos atrajo también a Toledo a mendicantes grie­gos que vinieron a España a pedir limosnas para rescatar cautivos de los turcos.

PALABRAS CLAVE: Antonio de Covarrubias, Antonio Calosinás, Doméni­cos Theotocópoulos.

ABSTRACT: The arrival of Antonio de Covarrubias to Toledo, a pas­sionate collector of Greek codices, involved the visit to this city of Anto­nio Calosinas, a Greek bookseller and copyist of manuscripts. The stay there of Domenicos Theotocopoulos attracted also to this city many mendicants who carne to Spain seeking alms to rescue captives from the Turks.

KEY WORDS: Antonio de Covarrubias, Antonio Calosinas, Domenicos Theotocopoulos.

Quiero expresar mi agradecimiento al Excmo. Sr. D. José Manuel Pita Andrade por sus valiosas indicaciones bibliográficas y a D. Miguel Cortés Arrese, Vicerrector de la Universi­dad de Castilla-La Mancha, por permitirme reproducir en Erytheia el texto de mi intervención en el curso "Toledo y Bizancio" por él dirigido en otoño del 2001, que publicará el Servicio de Publicaciones de dicha Universidad.

187 Erythela 23 (2002) 187-198

Luis Gn. fEHNÁNDF.Z ·Griegos en Toledo en el Siglo de Oro·

Son varias las causas que provocaron una afluencia inusitada de grie­gos en la ciudad imperial de Toledo a finales del siglo XVI y en los prime­ros años del siguiente. En torno a 1580 hay una limitada inmigración de profesionales cualificados, copistas y libreros, estrechamente vinculada a la gran figura de don Antonio de Covarrubias y Leiva (Toledo, 1514-1602)1. Con la instalación del Greco en Toledo se produce lo que actualmente se llama "efecto llamada" y acuden a su lado deudos y familiares. A principios del siglo XVII tiene lugar una oleada inmigratoria que no pretende echar raíces en la ciudad, sino recorrer los principales lugares de España reco­giendo limosnas para rescatar cautivos del turco. Algo parecido, como hemos tenido ocasión de comprobar, a lo que ocurrió en proporciones mucho mayores en época de los Reyes Católicos2 cuanto aun estaba muy reciente la toma de Constantinopla.

Que la llegada de Antonio Covarrubias atrajera a Toledo el tipo de inmigrantes mencionado implica que el terreno estaba de algún modo abo­nado para que allí arraigaran éstos. Un incipiente, aunque algo tardío, inte­rés local por el conocimiento del griego a comienzos de la centuria, cuyos precursores fueron los hermanos Vergara, uno de ellos Juan, canónigo de la Catedral y otro, Francisco, catedrático de esta lengua en Alcalá, condujo a la creación de una cátedra dedicada a su enseñanza en la Universidad de Santa Catalina en 15523, que ocupó, junto con la de retórica, un buen humanista, Alvar Gómez de Castro, hasta su muerte el 16 de septiembre de

1 Sobre este personaje es fundamental el estudio de GREGORJO DE ANDRÉS, ·El helenismo del canónigo toledano Antonio de Covanubias. Un capítulo del humanismo en Toledo en el siglo XVI·, Hispania Sacra 40 (1988) 237-313.

2 Cf. Luis G1L, ·Griegos en España (siglos XV-XVII)•, Erytheia 18 (1997) 111-132, en pp. 111-113.

3 El colegio de Santa Catalina, fundado por don Francisco Álvarez de Toledo en 1485, se acrecentó por bula de Inocencio VIII del 8 de mayo de dicho año en forma de universidad con ocho cátedras de teología, ambos derechos y artes liberales y doce colegiales internos, pero sin derecho a conferir grados. Concedido éste por bula de León X del 22 de febrero de 1520, le fue confirmado por Carlos V y doña Juana, quienes aprobaron las constituciones que redactó don Bernardino Zapata, protonotario, maestrescuela y canónigo de la catedral, e l 12 de mayo de 1529. A partir de entonces el primitivo colegio de Santa Catalina pudo llamarse "Universidad Real y Pontificia". La bula de Paulo III de 23 de julio de 1535 le concedía el fuero universitario a efectos judiciales. En 1552, Bernardino de Alcaraz, sobrino del fundador, dio un nuevo impulso al centro elevando a veintidós el número de sus cátedras, entre ellas una de griego. Dependiente del Colegio de Santa Catalina a modo de Escuela menor funcio­naba un Estudio de Gramática, a cargo de un maestro y dos repetidores. Sobre todo esto, cf. JULIO PORRES, Constituciones antiguas de la Universidad de Toledo , Publicaciones del Centro Universitario de Toledo, Universidad Complutense, Madrid, s. f., pp. 4-9.

Erytheia 23 (2002) 187-198 188

LUIS GIL fERNANDEZ ·Griegos en Toledo en el Siglo de Oro-

15804. La presencia de esta cátedra propició una tímida demanda de textos griegos que se acrecentaría en las dos últimas décadas de la centuria.

El 9 de septiembre de 1580 tomó posesión como canónigo y maestres­cuela de la Universidad Antonio de Covarrubias, que había sido catedrático de lnstituta en Salamanca de 1558 a 1560, oidor de la Chancillería de Gra­nada desde 1561 a 1569 y oídor de la de Valladolid desde entonces hasta su incorporación, en 1573 o 1574, al Consejo Real de Castilla que presidía su hermano. Su gran sordera obligó a Felipe II a removerlo del cargo de consejero, pero le compensó con el nombramiento de canónigo del cabil­do toledano y maestrescuela, pese al obstáculo de su condición seglar sal­vado con la oportuna licencia de la Santa Sede. Su llegada a Toledo y su gestión como maestrescuela de Santa Catalina tuvieron importantes reper­cusiones no sólo en la docencia de la lengua helénica, sino en la forma­ción de un rico patrimonio bibliográfico en esta ciudad, gracias sobre todo a su rica colección de códices griegos.

Los hermanos Covarrubias habían sido enviados por Felipe II a la ter­cera fase del Concilio de Trento a título de representantes de Castilla y León, como culto obispo que era Diego, el mayor (1512-1577), y afamado letrado Antonio. Y en esta ciudad se les despertó a ambos, como también le ocurrió en el primer período del Concilio (1545-1549) al embajador de Carlos V don Diego Hurtado de Mendoza, la afición a los códices griegos. A Trento, efectivamente, acudía un enjambre de libreros y pendolistas que ponían en venta manuscritos traídos de los monasterios de Oriente o se ofrecían a copiar los códices griegos que los padres conciliares les indica­ran. Era por entonces el principal de estos copistas Andrés Darmario5 de Monembasía, a cuyas órdenes trabajaban entre otros Nicolás Turrianós,

4 Alvar Gómez de Castro instalado en Toledo hacia 1550, después de una corta estancia en Blacos y en Guadalajara tras dejar Alcalá en 1548, algún tipo de vinculación debía de tener por esta fecha con el colegio de Santa Catalina. Aprobada la ampliación de éste por julio 111 en bula papal del 19 de enero de 1553, Bernardino de Alcaraz encarga en su testamento de 5 de marzo de 1556 a Bernardino de Sandoval, a Pedro Vázquez y a juan de Vergara la ejecu­ción de su proyecto. Fallecidos ese mismo año Alcaraz y Vergara, Sandoval y Vázquez lo lle­varon a efecto; cf. ANTONIO ALVAI! EZQUERRA, Acercamiento a la poesía de Álvar Cómez de Cas­tro (Ensayo de una biografía y edición de su poesía latina), Tesis doctoral Complutense, mecanografiada, Madrid, 1979, tomo !, p. 130. Y así puede decir con cierta parte de rnzón Nicolás Antonio que Alvar Gómez de Castro profesó lem1s latinas y griegas en Alcalá ·donec evocatus Toletum a Bernardino Sandovalio, qui recens in ea urbe novam erexertll scholam. eo concessit Grc1ecorum literas Rhetoricaeque artis regulas auditores doctunis· (Bibliotbeca His­pana Nova 1 58 ss).

S Sobre su persona, cf. L. G1L, art. cit. , pp. 130-131.

189 Erytheia 23 (2002) 187-198

LUIS GIL FERNÁNDEZ ·Griegos en To ledo en el Siglo de Oro·

llamado por los españoles Nicolás de Ja Torre6, y Antonio Calosinás. A Ja terminación del Concilio, siguiendo los pasos de los Covarrubias, Jos dos últimos vinieron a España donde se establecieron definitivamente, en tanto que Andrés Darmario siguió yendo y viniendo desde su oficina veneciana a Ja península ibérica. Nicolás Turrianós se instaló en Segovia y trabajó para su obispo don Diego, y después para Felipe II en El Escorial; Calosi­nás hizo lo mismo para el hermano del prelado, el maestrescuela don Antonio.

Antonio Calosinás, natural de Rhytion (Creta), ya en 1561 se trasladó a Venecia con un códice para venderlo. Durante el Concilio de Trento reci­bió encargos, aparte de Jos hermanos Covarrubias, de Martín Pérez de Ayala, obispo de Segovia. A finales de 1563 viene a España y se instala en Toledo , donde copia códices para Jos Covarrubias y el arcediano de la catedral, García de Loaysa, y se gradúa en medicina. En 1569 estaba como colegial en el Trilingüe de Alcalá de Henares y en esta ciudad revalida su título de médico. Entre 1570 y 1600 ejerce esta profesión en Madrid y en Toledo. Como tal es posible que tratara a Demetrio Phocás, un compatrio­ta suyo, de una dolencia que tenía ·en las partes de detrás· y siguiera pres­cribiendo los lavatorios de vino que éste se venía aplicando y dieron pie a la malintencionada denuncia de su criado Nicolao a Ja Inquisición. Al menos, fue testigo presencial de un violento enfrentamiento de éste con su amo, si como propone Caro Baroja el médico griego que figura en Jos documentos del Santo Oficio con el nombre de Antonio Calafina no es otro que nuestro Antonio Calosinás7.

A la muerte de Álvar Gómez de Castro, Antonio Calosinás opositó con otros tres candidatos a la regencia de griego de la Universidad de Santa Catalina, aduciendo entre sus méritos el ser natural de Creta, pero Ja plaza le fue concedida a un protegido del Cardenal Gaspar Quiroga, Andrés Schott, un humanista flamenco de origen escocés que adunaba a sus sóli­dos conocimientos de las lenguas clásicas Ja lealtad a Felipe 11 y el afecto sincero a España. Pero por desgracia su docencia duró poco. Al finalizar el curso de 1583 abandonó Toledo atraído por Ja mayor remuneración que le ofrecía la Universidad de Zaragoza que inauguraba entonces sus ense­ñanzas.

6 Cf. G. DE A>.1DRÉS, El cretense Nicolás de la Torre, copista griego de Felipe JI. Biografía. Documentos. Copias. Facsímiles, Madrid, 1969.

7 Cf. el capítulo IV (•Intermedio helénico-) de El Señor Inquisidor y otras vidas por ofi­cio, Madrid, Alianza Editorial, 1968, pp. 147-158.

Erytheia 23 (2002) 187-198 190

LUIS GIL FERNÁNDEZ ·Griegos en Toledo en el Siglo de Oro·

Don Antonio de Covarrubias pudo cubrir la vacante dejada por Schott con otro buen humanista flamenco discípulo suyo y único aspirante al puesto, Pedro Pantino, a quien protegía el canónigo García de Loaysa, futuro arzobispo de Toledo y gran bibliófilo. Gracias a Loaysa, de quien fue bibliotecario y colaborador, Pantino llegó a capellán de Felipe II, lo que le permitió consultar los ricos fondos de la biblioteca de El Escorial. Para desgracia del helenismo toledano, Pantino se fue de España como capellán del Archiduque Carlos que iba de gobernador a los Países Bajos. Allí llegó a ser deán de Santa Gúdula en Bruselas, donde murió en 1611 dejando su biblioteca en herencia a su amigo Andrés Schott. Después de Pantino, la cátedra de griego entró en plena decadencias.

El Greco se instaló en Toledo en 1577 y mantuvo una estrecha relación con Antonio de Covarrubias, cimentada en las comunes aficiones. Doméni­cos Theotocópulos era un buen conocedor del griego clásico y poseía una biblioteca, si no abundante, al menos selecta9, con impresos de ]enofonte, Luciano, Plutarco, Homero, Isócrates y Eurípides, y sentía una profunda admiración por Covarrubias como sabio y como persona . En una anotación personal a un pasaje de un Vitrubio de su propiedad le califica de ·milagro de la naturaleza•, pues en él se hermanaban no sólo la ·elocuencia y ele­gancia ciceroniana y el perfecto conocimiento de la lengua griega, sino también una infinita bondad y prudencia·" Y quien de ese modo se expla­yaba para uso íntimo está completamente a salvo de cualquier sospecha de adulación interesada. El afecto respetuoso que el cretense profesaba a don

s El único profesor del que se cienen noticias es e l Dr. D. Macías Bermúdez de Guzmán y Cuéllar, que en una pecición elevada al claustro plenario el 16 de febrero de 1644 asegura llevar diez años regentando las cácedras de Vísperas de Leyes y Griego; cf. TEóFILO LozovA ELZt\URDlA, ·El griego en la Universidad de Toledo·, Cuadernos de Filología Clásica 16 (1979-1980) 177-198, en p. 183.

9 En el invencario de los bienes del Greco realizado el 12 de Abril y 7 de Julio de 1614 (Prococolo de juan Sánchez de Soria) figura la siguience ·Memoria de libros griegos: j osefo de belo Judaico, Lexicon, Xenofonce, Sínodo tridencino, Demóscenes, Isócraces, Omero, S. Juscino mártir, S. Dionisio, Política de Aristóciles, Tescamenco nuebo y biejo en 5 comos, Física de Aris­cóciles, Luziano en dos comos, Bice di Plucarco, Filosofía moral de Plucarco, Constitucio nes de los S'º' Apóscoles, Fábulas de !sopo, Oraziones de S. Juº Grisóscomo, Eurípides, Polícica de Aristótiles, Omelias de S. Basilio, Filópono en los libros de anima, Oraciones éticas de S. Basi­lio, Ypócrates, San Dionisio de Celesti yerarquía, Arte midoro, Ariani de belo alexandri·. El amanuense, que debía de escribir al dictado del notario, transcribe como pronuncia (confun­de v y b) y corta las palabras como le place (Arte midoro). Las mayúsculas y acencos son nuestros. Véase e l doc. 52 en Fl!ANCISCO DE BORJA DE SAN ROMAN y FERNÁNDEZ, El Greco en Tole­do. Nuevas investigaciones acerca de la vida y obras de Dominico 1beotocópuli, Madrid, Libre­ría General de Viccoriano Suárez, Calle de Preciados, 48, 1910, pp. 195-196.

191 Erytheia 23 (2002) 187-198

LUIS GIL FERNÁNDEZ ·Griegos e n Toledo en el Siglo de Oro·

Antonio de Covarrubias parece reflejarse en los tres espléndidos retratos que le hizo: el custodiado actualmente en el Museo del Louvre, el de la Casa del Greco de Toledo que forma pareja con el de su hermano don Diego y el que figura en el "Entierro del Conde Orgaz". En la almoneda de la biblioteca de Antonio de Covarrubias efectuada tras su fallecimiento, el pintor tuvo el detalle de adquirir un Jenofonte impreso con anotaciones de su mano que hoy se exhibe en la Casa del Greco.

En un momento poco oportuno, cuando el pintor atravesaba ciertos apuros económicos, se presentó a mediados de 1603 en Toledo, viejo y achacoso, su hermano mayor, Manusso Theotocópulos que había llevado una vida azarosa muy diferente de la de Doménicos. Recaudador de impuestos en Creta, corsario durante la guerra turco-véneta, cañoneó por error una nave de Ragusa con un cargamento de galleta para la flota vene­ciana, por lo que fue encarcelado. Deudor insolvente de la Señoría de Venecia, fue de nuevo metido en prisión y puesto de nuevo en libertad para que pudiera alimentar a sus cuatro hijos y reunir en doce años el montante del débito. Los últimos años de su vida antes de su llegada a Toledo los pasó en Venecia y a España vino huyendo quizá de pagos que no podía efectuar. Murió en Toledo el 13 de diciembre de 1604, tras haber recibido todos los sacramentos, y fue enterrado en la parroquia de San Cristóbal, vecina de la de Santo Tomé donde residía el Greco10.

Con Manusso llegó también un grupo de griegos de la más varia condi­ción. Todos, sin embargo, compartían esa condición de mendicantes a que una despiadada extorsión les reducía. Era en efecto costumbre de los tur­cos, cuando cautivaban en corso o metían en prisión por cualquier causa a un grupo de personas, la de soltar algunas para que reunieran de la cari­dad el importe del rescate que exigían para liberar al resto. Y tanto el Greco como sus familiares se vieron implicados de alguna manera en las pretensiones de sus compatriotas. En el grupo de recién llegados figuraban unos cuantos que no eran griegos sino de otras cristiandades orientales.

10 En e l Libro de e nterramientos de 1604 a 1630, fol. 94 v, Archivo parroquial de Santo Tomé, figura esta partida: ·este día [13 de diciembre de 1604 ] fa lesció manuel griego. No hizo t(estamento). Enteróse en san xpotabl. R(ecibió) todos los sacramentos·. Al margen: ·manuel griego·; cf. FRANCISCO DE BORJA SAN ROMÁN, El Greco en Toledo. Vida y obra ele Doménico Tbeo­tocópuli, Editorial Zocodover, Toledo, 1982, doc. XVI, p . 321. Se trata de la 2' edición de la obra citada anteriormente, enrique cida con una biografía del autor. Muy plausiblemente éste cree que e l citado documento se refiere a Manusso, cuyo frágil estado de salud consta por otros documentos. Sobre Ja familia del Greco y sobre Manusso e n especial, cf. FERNANDO MA­RÍAS, El Greco. Biografía de un pintor exlravagante, Nerea, Madrid, 1997, pp. 25-28.

Erytheia 23 (2002) 187-198 192

LUIS GIL FERNANDEZ ·Griegos en Toledo en el Siglo de Oro·

Eran, según la lista confeccionada por Francisco de Borja de San Román 11,

los siguientes:

·Yanoda Bayboda, príncipe de Moldavia; Martheros, arzobispo de Santa Cruz de Acta Mar, en la Armenia Mayor; Dionisia Paleólogo, obis­po de Aeto (isla de Ítaca), Angelo Castro, obispo de Lepanto; Jerónimo Cocunari, obispo también, se indica en los documentos sin precisar la diócesis; Estephano Jamartho, clérigo, cura de la ciudad de Sarnata en la Morea; fray Sabba de la orden de San Basilio, en el convento de Santa María de la Iberia, de la provincia de Macedonia; fray Niquíforo de la misma orden, en el convento de Nuestra Señora de la Caridad, en la provincia de Lepanto; Jorge Cocunari, gobernador, vecino y natural de la isla de Spiro; Constantino, capitán; Jorge de Atenas; Tomasso Trechello, nacido en Lefcosia (Nicosia), capital de la isla de Chipre; Estado Icóno­mo y Jorge lcónomo su hijo, naturales de la ciudad de Arta, en la pro­vincia de Lepanto• ..

El primero12 pretendía rescatar a sus mujer e hijos; Estéphano Jamar­tho, a su hijo y algunos familiares; Jorge Cocunari, a su mujer y cuatro hijos; el capitán Constantino, a su hijo y algunos marineros; Tomasso Tre­chello, a su mujer Cebriana y a su hijo Jerónimo Tomás; Miguel Zuquí, a su mujer e hijos; Jorge de Atenas, a seis cautivos. Las intenciones de los reli­giosos eran parecidas. El arzobispo Martheros quería redimir a algunos clé­rigos de su diócesis; fray Sabba a seis frailes de su monasterio y los orna­mentos de éste que se llevaron los turcos después de destruirlo. Únicamente se salía de lo habitual Dionisia Paleólogo que, según interpre­ta San Román, aspiraba a la "restitución de su obispado de Aeta". ·En cuan­to a Angelo Castro, Jerónimo Cocunari, Estacio y Jorge Icónomo, los datos son imprecisos., comenta dicho autor13.

Por suerte, algunos de los dramatis personae de esta lista son conoci­dos por otras fuentes. l. K. Hassiotis14 ha documentado la estancia en Sala­manca en 1603 de fray Sabbas, que después se quedaría de maestro de

11 Op. cit.2. p. 295. El autor tomó estos datos de los protocolos notariales DE M. D!Az, 1602-8 y P. GAL\N. 1602.

12 Su aparente apellido alude a su calidad principesca: vaivoda (eslavo vuivod) era el título que se daba a los soberanos de Moldavia, Valaquia y Tr.msilvania.

13 Op. cit.2, p. 295. 14 ·Espana y los movimientos antiturcos en Macedonia en los siglos XVI y XVII·, XápLS

BtoaaKa:l.[as. Homenaje a Luis Gil. Madrid, Editorial Complutense, 1994, pp. 685-719, en p. 691.

193 Erytheia 23 (2002) 187-198

L UIS GIL fERNÁNDEZ ·Griegos en Toledo en el Siglo de Oro·

griego en El Escorial. Don Dionisio Paleólogo es e l mismo personaje que elevó una petición de limosna al cabildo de la ciudad de Sevilla que fue leída y discutida el 22 de noviembre de 1602 y ha publicado Juan Gil15. Se trata del obispo de Acto (no 'Aeto') y Angelocastro (topónimo y no antro­pónimo) en Lepanto, al cual tras una larga estancia en Roma (nada menos que seis años), protegido por e l Santo Padre, le entraron según parece pri­sas por regresar a su diócesis,

·porque ay peligro que por su ausens;ia su iglesia no se haga mez­quita según los avisos que de e llo ha tenido, fuera del tormento que padecen aquellos pobres que sa lieron sus fiadores, cuyas vidas, perso­nas y almas peligran•.

Pero, eso sí, antes de emprender la vuelta a casa quería recorrer

·diversos lugares de la Christiandad para valerse de la pía ayuda de los príncipes christianos y sus pueblos a fin de poder rede mir su Yglesia de las manos de los turcos y los christianos que quedaron en renes (sic) y salieron fiadores en una deuda grosíssima causada sobre su obispado por su antes:essor•.

Y como hemos visto, entre los diversos lugares de la Cristiandad donde el obispo Dionisio recabó ·la pía ayuda de los príncipes christianos y sus pueblos• figuraron por lo menos Toledo y Sevilla.

De las gestiones realizadas por el Greco y sus familiares a favor de sus compatriotas San Román ha podido documentar algunas. El pintor y su hijo Jorge Manuel figuran como testigos de la otorgación de una escritura por parte de fray Sabba, ·de la orden de San Basilio de la provincia de Macedo­nia, griego conventual en el monasterio de Santa María de Yberia de la dicha provincia· el 7 de enero de 160316 facultando a Demetrio Zuquí, ·griego residente en Toledo·, para pedir limosnas, en todo el obispado de Cuenca, a fin de rescatar a ·seis frailes del dicho monasterio y los orna­mentos dél que están en poder de los turcos•. Ambos juran conocerle y que se llama .. como de suso dice ...

15 ·Griegos en España·, Habis 21 (1990)165-171, en pp. 166-167. 16 Prot. DE M . DfAZ, 1603, fol. 47, cf. doc. XI en F RANCISCO DE BORJA SAN Ro~·L\N, op. cif.2,

p. 316.

Erythcia 23 (2002) ISi-198 194

LUIS GIL FERNANDEZ ·Griegos en Toledo en el Siglo de Oro·

El 25 de diciembre de 1603 otorga testamento Tommasso Trechellol7, ·griego natural de Lefcosia de la isla de Cipre•. Pide ser sepultado en la iglesia de Santiago, declara deber a la huéspeda de la Posada de la Higue­ra ·onze reales de onze días de posada·, tener una licencia del Ilustrísimo arzobispo de Toledo para pedir limosna cuyo original se encuentra en poder del impresor Pedro Rodríguez, a quien ha entregado ocho reales para su impresión. Afirma que el señor Manuso guarda una provisión real , una licencia de la Cruzada y otra del señor nuncio para pedir limosna en el arzobispado de Toledo que hasta el momento no ha usado y declara ser su voluntad ·que el susodicho señor use de los dichos recaudos dando poder a quien quisiere para nombrar personas que pidan la dicha limosna y para recibirla·. Encarga a Manuso enviar el montante de lo recolectado a Vene­cia al "arzobispo Gabriel de Philadelphia griego", para que lo remita a Ja ciudad de Lefcosia en Chipre ·a un sazerdote frayle monaco predicador lla­mado Panfenio en e l monasterio de Zonati• a fin de que se lo entregue a su mujer Cibriana y a su hijo Gerónimo ·que biben en Ja dicha ciudad junto al dicho monasterio de Zonati•. Nombra heredero a su hijo Gerónimo y por ·alvazea y testamentario y executor· del testamento a Manusso. Son testigos ·Miguel Zuquí y Dimitrio Zuquí su hijo y Jorge Ycónomo griegos residentes en Toledo .. , los cuales declaran conocer al otorgante ·y llamarse como de suso dize•. Actúan también de testigos Gregario de Zamora y su hijo Juan de Zamora vecinos de Toledo, y como Trechello no puede firmar el testa­mento ·por la gravedad de su enfermedad y no escrebir sino griego•, lo firma en su lugar Miguel Zuchi.

El 14 de Julio de 1604, Jorge Preboste, el fiel amigo del Greco, figura como testigo en la revocación de un poder dado por Jorge Cocunari, grie­go, a Juan Bueno, familiar del Santo Oficio para cobrar ciertas limosnasis. Muerto ya Trechelo, el 22 de Octubre de 1604, Manusso Theotocópuli soli­cita ante e l señor Tomás de GamarraI9, alcalde ordinario de Toledo ·por el señor don Alonso de Cárcamo corregidor y justicia mayor en ella y su tierra por su majestad·, que se haga una información sobre las licencias concedi­das a Tomás Trechelo ·para efeto de poder pedir limosna para el rrescate de Gerónimo Tomás y Cebriana su madre que están en poder de turcos•. Como estas licencias no se han usado, al haber fallecido Trechelo, y su albacea por ser viejo e impedido no ha podido ·acudir a la dicha cobranza., el tér-

I7 Prot. DE MIGUEL DiAz, 1603, fol 1.513, doc. XII, op. cit.2, pp. 316-317. IH Prot. DE MIGUEL DiAz, 1604, fol. 567. doc. XIII, op. cit.2, p . 317. I9 Prot. DE MIGUEL DiAZ, 1604, fol. 1.510, doc. XIV, op. cit.2, p. 316.

195 Erytheia 23 (2002) 187-198

L UIS GIL fERNÁNDEZ ·Griegos en Toledo en e l Siglo de Oro·

mino de ellas se ha pasado, por lo que, previa información, pide que se les conceda una prórroga. En dicha información juran y firman como testigos Francisco Preboste20, .. que vive en casa de Dominico Theotocópuli•, Jorge Manuel Theotocópuli21 y el boticario Manuel Sánchez de Mendoza22, los cuales afirman haber conocido a Trechelo y haber visto las licencias ·de su santidad y del señor nuncio de España y del Iltmo. de Toledo y del señor Comisario general de la santa Cruzada· que le facultaban para pedir limos­na. Declaran saber que Manusso Theotocópuli es su albacea y conocer su enfermedad e impedimento para el uso de dichas licencias.

El 29 de octubre de 1604 Manusso Theotocópuli da un poder a Pedro Sánchez de Mendoza23 para que en su nombre pueda comparecer .. ante su santidad y su Reverendíssimo nuncio de España y ante los señores del con­sexo supremo de su magestad y del señor comisario General de la santa Cruzada y el Iltmo. de Toledo y les pedir y suplicar se sirvan de prorrogar y alargar por el más tiempo que fuere posible las licencias que [. . .) sacó el dicho Tomás Trechelo para pedir limosna•.

El 7 de abril de 1605 otorga testamento Estacio Icónomo ·natural de la ciudad de Arta en la probincia de Lepanto•, ordena ser enterrado en la igle­sia del señor Santiago, se refiere a sus cuentas pendientes con diversas per­sonas de Madrid, Toledo y Zaragoza, declara herederos a sus hijos Teojare, Jorge, Mateo (a la sazón en Roma en el Colegio de San Atanasio), Miguel, Juan y Apóstolo, y nombra albaceas para Toledo a Doménico Theotocópu­li y para su tierra a su mujer Crisante. Actuan de testigos cuatro vecinos de Toledo y Dimitrio Zuqui, que firma el documento, al no poderlo hacer el restante por la gravedad de su estado y no saber escribir en castellano.

Pero la intervención más importante de Doménico Theotocópuli a favor de sus compatriotas tuvo lugar cinco años después de su instalación en Toledo y nada menos que ante el tribunal del Santo Oficio en la causa contra Demetrio Phocás y Michel Rizo Carcandil, griego24. En ella juró

20 !bid. , p. 319. 21 !bid., p. 319-320. 22 !bid., p. 320. 23 Prot. DE MIGUEL DfAZ, 1604, fo! 1.404, op. cit.2, pp. 320-321. 24 La causa ha sido estudiada por ]os~ MARTf v MoNsó, ·Domínico Theotocópuli, intér­

prete griego·, Boletín de k1 Sociedad Ce1stellanc1 de Excursiones, Año 1, nº 11, Valladolid, noviembre de 1903, pp. 146-149, y por juuo C ARO BAROJA, op. cit. (en nota 7), pp. 150-155, y a e lla nos hemos referido con cierta amplitud en :irt. cit. (en nota 2), pp. 116-118.]. Martí no citaba el lugar donde dicha causa se conserva (AHN, Inquisición de Toledo, leg. 196, núm. 171).

Erythcia 23 (2002) 187-198 196

LUIS GIL FERNANDEZ ·Griegos en Toledo en el Siglo de Oro·

"interpretar bien y fielmente lo que [. .. ) passare y lo que el reo en ella dixe­re y respondiere•, así como guardar secreto so pena de excomunión "late sentencia" de cuanto hubiere visto y oído. El pintor tuvo la satisfacción de ver premiadas sus molestias de fiel intérprete en las ocho sesiones que duró el juicio25, primero con el nombramiento de un procurador a Carcan­dil por ser menor de 25 años, y después con la plena absolución de éste y la de su amo Demetrio Phocás. El Santo Oficio de la Inquisición hizo esta vez justicia.

Recordemos brevemente los hechos. Demetrio Phocás era un renega­do griego de cierta posición económica que sintiéndose en peligro buscó refugio en Italia dejando a los suyos en prisión. Reconciliado con la Igle­sia, el Papa le concedió una bula que le permitía pedir limosna para res­catar a los suyos. Con este motivo y el de peregrinar a Santiago vino a España acompañado de su criado Miguel Rizo Carcandil, un adolescente de diecisiete o dieciocho años que también había sido forzado a renegar y asimismo se reconcilió con la Iglesia en Italia. La mala suerte quiso que Demetrio Phocás tomara a su servicio a un compatriota llamado Nicolao, ladrón y aficionado a la bebida, con el que tuvo un violento enfrenta­miento en Toledo en presencia de un médico también griego llamado Antonio Calafina (Calosinás). Por todo ello fue despedido. En venganza el tal Nicola denunció a la Inquisición a su antiguo amo de criptomahometis­mo, basándose en que

·hi~o el guadoch diez ve~es en diferentes parres e tiempo como los turcos se lauan: lauandose pies y manos y otras parres de su cuerpo y las parres vergon~osas y abajaua y al~aua la cabe\:a como moro y que q(ua)ndo rre~a rre~aua en griego al modo turquesco con manos y pos­tura que los tvrcos vsan·.

Al muchacho le acusó de apóstata y encubridor de herejes, según se desprende del tenor de la acusación del fiscal a Michael Rizo Carcandil, como hereje de impostura de la Santa fe católica y encubridor de herejes por no haber denunciado los lavatorios y rezos de su amo. El muchacho alegó que su amo se lavaba de esa guisa con vino para curarse .. un mal del cual le salía alg(un)as vezes materia•, añadió que jamás le había visto hacer ceremonias de turco y precisó que el autor de aquella calumnia "era un

25 Tuvieron lugar ¿seas en Mayo de 1582, el 13 y 21 de Agosto, el 27 de Noviembre, el 7 y el 10 de Diciembre.

197 Erythcia 23 (2002) 187-198

LUIS GIL FERNÁNDEZ -Griegos en Toledo en el Siglo de Oro-

Nicola Griego q(ue) venía con su amo•. Esta declaración fue decisiva. El muchacho conocía el nombre del denunciante, algo que jamás revelaba el Santo Oficio a los encartados, lo que puso en evidencia la falsedad de la acusación.

Facultad de Filología A303 Universidad Complutense 28040 MADRID

Erytheia 23 (2002) 187· 198

Luis GIL FERNÁNDEZ

198