González, C. El restaurador como artista intérptrete. 2009

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    1 Escuela Nacional de Conservacin, Restauracin y Museografa Manuel del Castillo Negrete Memorias 2o Foro Acadmico 2009

    Escuela Nacional de Conservacin, Restauracin y Museografa Manuel del Castillo Negrete INAH

    Memorias

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    2 Escuela Nacional de Conservacin, Restauracin y Museografa Manuel del Castillo Negrete Memorias 2o Foro Acadmico 2009

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    La pintura mural del ex-convento de

    Tlahuelilpan, la relacin con el espacio

    arquitectnico y su significado

    La restauracin de la pintura mural

    del Palacio de Tetitla

    Presentacin del proyecto de restau-

    racin del mural El canto y la msica

    de Rufino Tamayo

    Tcnica de manufactura de un estan-

    darte tarahumara.

    El camino de la frmula:el caso del uso

    de tiourea para limpieza de plata

    La conformacin terica de la res-tauracin a partir de la investigacin

    cientfica

    El restaurador como artista

    intrprete

    Museo nmada, el museo como

    espectculo

    49

    58

    55Curador y musegrafo como media-

    dores de las experiencias sensible y

    cognoscitiva en el pblico visitante del

    museo de arte

    El Museo Comunitario: Una herramien-

    ta para la preservacin del patrimonio

    cultural desde los espacios urbanos

    Amaranta Gonzlez Hurtado

    Sergio Sandoval Arias

    Ingrid Karina Jimnez Cosme

    Rest. Daniel Snchez Villavicencio

    Ariadna Rodrguez Corte

    Priscila Villeda Ramrez

    Jannen Contreras Vargas.

    Manlio Favio Salinas Nolasco

    Carolusa Gonzlez Tirado

    Scarlet Roco Galindo Monteagudo

    Francisco Javier Mateos Parra

    Danilo I. Duarte P.

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    Mucho se ha discutido sobre el tipo de trabajoque desarrollamos los restauradores. Dentro y

    fuera del mbito de la restauracin, hay quien la

    considera como una labor cientfica porque quie-

    nes nos dedicamos a ella compartimos ciertos

    mtodos de trabajo con las ciencias sociales y

    las ciancias naturales. Hay otros que la estiman

    como una labor ms artesanal o tcnica debido a

    que las acciones de restauracin son parecidas

    a las que ejecutan los artesanos y los tcnicos.

    Quisiera aadir un tercer elemento a la discusin,

    comparando el trabajo del restaurador con el de

    cierto tipo de artistas denominados intrpretes.

    Este tema de discusin no es nuevo, ya que en

    muchas universidades de Europa la carrera de

    restauracin est ubicada en las facultades de

    artes aplicadas y diseo, o incluso en Espaa, la

    restauracin y conservacin de obras de arte se

    incluye dentro de la carrera de artes plsticas.

    En Mxico hemos dejado de lado esta perspecti-

    va de la restauracin; la discusin siempre se ha

    centrado en probar si somos tcnicos o cientfi-

    cos. Pero poco hemos explorado la parte artstica

    de nuestro quehacer.

    El restaurador

    Carolusa Gonzlez Tirado

    Profesora del Seminario-Taller de

    Conservacin de Papel y Obra Grfica.

    Entendiendo que las artes interpretativas son

    aquellas que presentan al pblico las creaciones

    de otros artistas, incluiremos en este grupo a los

    actores de teatro y cine, los msicos ejecutantes

    de algn instrumento, los cantantes, los bailari-

    nes. Estaremos de acuerdo que no es lo mismo

    ir a ver la pera Elixir de Amor y escuchar una

    furtiva lacrima cantada por Fernando de la Mora

    o por el difunto Luciano Pavarotti. La pera Elixir

    de Amor fue escrita por Gaetano Donizetti y es-trenada en 1832. El artista creador es Donizetti, y

    a Pavarotti y De la Mora se les entrega la misma

    partitura, pero el resultado de la interpretacin

    no es igual. Lo que el pblico recibe no es lo mismo.

    En este sentido sabemos que no es igual ver la

    pelcula El resplandorde 1980, dirigida por Stanley

    Kubric y basada en la Novela de Stephen King, en

    donde aparece Jack Nicholson. O ver la serie de te-

    levisinThe Shiningde 1997 dirigida por Mick Garris

    y protagonizada por Steven Weber. Aunque est

    basada en el mismo libro, el impacto que produce

    en el espectador es diferente.

    Es claro que una pintura cambia antes y des-

    pus de una restauracin, baste recordar el caso

    de la limpieza del Juicio final de Miguel Angel reali-

    zada a principios de los aos noventa. O el caso de

    la Ronda Nocturna, de Rembrand, que durante la

    restauracin de los aos ochenta fue despojada

    de varias capas de barnices oscurecidos, y aho-

    ra recibe el nombre de Retrato de la compaa

    del capitn Frans Banning Cocq. Aunque en la

    prctica es imposible, sera interesante imaginar

    el experimento de ver cmo dos restauradores

    limpiaran la misma pintura, cmo se vera esa

    pintura despus de haber sido restaurada por el

    restaurador X o el restaurador Y.

    Tal vez, si John Ruskin hubiese sido el encar-

    gado de dirigir la limpieza del Juicio Final, hubiera

    indicado a los restauradores una limpieza con

    brocha suave, para eliminar el polvo superficial.

    En el hipottico caso de que Cesare Brandi hu-

    biese dirigido la limpieza del mismo fresco tal vez

    hubiera limpiado con gasolina blanca la superficiepara eliminar capas de holln de las velas. Pero

    Colalucci fue ms all, eliminando capas de holln

    y recubrimientos anteriores de gomas y colas,

    incluso eliminando los paos que Il Braghetto-

    ne aadiera a las partes pudendas de algunos

    personajes 40 aos despus de que Miguel Angel

    los pintara.

    La importancia

    de la interpretacinLas diferencias entre una pintura restaurada

    por fulano o por mengano pueden deberse a va-

    rias razones: la habilidad manual de cada uno de

    ellos, sus conocimientos tcnicos y cientficos o el

    juicio crtico, la interpretacin que cada uno hace

    de la obra deteriorada y de cmo deber verse

    una vez restaurada.

    Hay personas que poseen habilidades manua-

    les sorprendentes, son capaces de manejar el hi-

    sopo, el bistur, el pincel, como extensiones de su

    propia mano, y ms all, abrasionan, rascan, pre-

    como artista intrpretecomo artista intrprete

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    paran la mezcla de color exacto y la aplican con

    una fina lnea en el sitio preciso; son excelentes

    tcnicos. Tal vez quienes ingresan a la escuela de

    restauracin ya tienen desarrollada esta capaci-

    dad y durante la licenciatura solo la refinan.

    Por otra parte estn los conocimientos sobremateriales y tcnicas de restauracin, que pocos

    poseen antes de ingresar a la licenciatura y la

    mayora la adquieren durante el transcurso de la

    carrera. El saber elegir qu materiales y mtodos

    aplicar en cada caso, segn las caractersticas de

    la obra, y cuales son los posibles resultados, de-

    penden de muchas cosas: si el restaurador estu-

    di o se form en la prctica, cundo estudi, que

    tanto investiga, lee, se actualiza.

    El tercer factor que hemos mencionado, la

    interpretacin, el juicio crtico, es el que discu-

    tiremos a continuacin. En trminos simples, lospodemos definir como la correcta aplicacin de la

    teora de la restauracin. Aunque sabemos que

    esto de la teora de la restauracin y su aplicacin

    no es tan sencillo.

    Adems de poseer ciertas habilidades manua-

    les y un entrenamiento para realizar las opera-

    ciones tcnicas que conlleva la restauracin, el

    restaurador debe tener ciertos conocimientos

    cientficos que le permitan entender los resul-

    tados de los exmenes practicados al objeto con

    el fin de conocer sus materiales y tcnicas de

    manufactura, as como la manera en que stos

    han cambiado a travs del tiempo transcurrido

    desde su creacin. El restaurador debe tambin

    tener conocimientos de historia de la cultura ma-

    terial (arte y arqueologa) para poder apreciar

    la importancia de un objeto y poder ubicarlo en

    su contexto histrico y artstico, aunado a esto,

    debe haber desarrollado las facultades crticas

    necesarias para recibir y apreciar los atributos

    estticos de los objetos (Caple, 2000). El restau-

    rador debe ser capaz de revisar toda la historia

    del objeto y diferenciar entre la apariencia y fun-

    cin original (hasta donde el caso lo permita) y las

    modificaciones posteriores; el conservador no

    solamente debe estudiar los textos relevantes

    sino que tambin debe ser capaz de leer al objeto

    mismo para reconocer las huellas de su historia

    (Melucco Vaccaro, 1996 a). Este concepto de leerel objeto mismo es lo que Jaime Cama def ine como

    dialogar con la obra, y que muchos de nosotros

    hemos tardado aos en entender.

    Antes de plantear la pregunta sobre cmo

    restaurar, es necesario preguntarse qu con-

    servar y para quin (Melucco Vaccaro, 1996 a). Yo

    creo que la pregunta sobre qu conservar puede

    tener distintos matices. En el caso de colecciones

    de cientos o miles de objetos, la respuesta puede

    indicar cules de estos objetos merecen ser una

    intervencin de restauracin, cules pueden ser

    conservados y cuales pueden ser dados de baja dela coleccin o destinados a la investigacin como

    ejemplares de sacrificio. En el caso de un objeto

    en particular, la pregunta adquiere otro carcter.

    La respuesta a la pregunta sobre qu restaurar

    no es tan simple como Se debe restaurar este

    objeto; es ms compleja, implica cuestionarse

    cuales son las caractersticas de este objeto que

    deben ser restauradas y solo puede ser respon-

    dida de manera adecuada si el conservador ha

    sabido leer el artefacto mismo.

    Al restaurar un objeto, no solo es importante

    tener en mente los principios ticos de la conser-

    vacin, tales como la reversibilidad, o la mnima

    intervencin, es esencial haber establecido de

    antemano cual es el fin de la restauracin, qu

    es lo que uno pretende lograr mediante el tra-

    tamiento de restauracin. El ingls Cris Caple

    (2000) considera que la conservacin puede tener

    tres objetivos fundamentales: revelacin, inves-

    tigacin y preservacin.

    La preservacin o conservacin preventiva

    no implica ningn tipo de interpretacin o juicio

    crtico. Simplemente mantenemos el objeto en

    ciertas condiciones que garantizan que la ve-

    locidad de deterioro va a disminuir de manera

    considerable. El objeto va a permanecer tal como

    est ahora por mucho ms tiempo, no se quita ni

    se pone nada. En realidad, al hacer conservacin

    preventiva el restaurador no contribuye en esemomento a tener un mejor entendimiento del ob-

    jeto, de su significado, un mayor conocimiento del

    pasado. Tal vez, si alguien en el futuro examina

    ese documento o lo restaura, podr aportar da-

    tos o revelar ciertas cualidades del objeto, pero

    en el momento presente, el restaurador no est

    generando conocimientos nuevos ni alterando la

    manera en la que el objeto es apreciado.

    La investigacin aporta datos nuevos sobre el

    objeto, sus materiales, su tcnica de manufactu-

    ra, su funcin, su uso. Aumenta nuestro conoci-

    miento del objeto en particular y del pasado engeneral. Actualmente existen muchas tcnicas

    de anlisis no invasivas, que no alteran al objeto;

    incluso muchas tcnicas de anlisis que son inva-

    sivas y destructivas, implican la toma de mues-

    tras tan pequeas que las cualidades generales

    de la obra no se ven alteradas. En la mayora de

    los casos esta informacin solo es accesible para

    especialistas; en algunos casos, mediante ciertos

    recursos museogrficos, esta informacin puede

    llegar al pblico general. Los datos generados por

    la investigacin nos ayudan a apreciar diferentes

    cualidades de la obra, pero no la a lteran, no le qui-

    tan ni le ponen nada, no la modifican. No implican

    un juicio crtico ni una interpretacin que modifi-

    que directamente al objeto, sin embargo aumen-

    tan en mucho nuestro conocimiento del pasado.

    La seleccin de materiales y tcnicas nos llevan

    a intuir intenciones de quien encarga o ejecuta la

    obra, las modificaciones posteriores tienen tam-

    bin una razn. En algunos casos, los materiales y

    tcnicas de manufactura son bastante tradicio-

    nales, en otras ocasiones, se utilizaron combina-

    ciones poco comunes o innovadoras. Para ciertos

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    ejemplares se podra pensar que la seleccin de

    materiales responde a gusto personal o capricho

    del autor o de quin encarga la obra. En algunos

    casos el uso de materias primas y la manera de

    procesarlas responde a preceptos litrgicos, re-

    glas cannicas, usos y costumbres. En otros elempleo de nuevos materiales o tcnicas reflejan

    situaciones de ms amplio alcance: el invento de

    un material o proceso, cambios en gustos o en la

    moda, influencias de otros mbitos de la tecnolo-

    ga (Gonzlez, 2004).

    Lo que Caple llama revelacin, que seran las

    operaciones propias de restauracin: limpieza,

    resane, reintegracin, modifican directamente

    al objeto, le quitan y le ponen material, alteran el

    objeto en s, su forma, su color, su integridad. Es-

    tas operaciones implican un fuerte juicio crtico,

    una interpretacin, una responsabilidad cultural.Esto no es nada nuevo, ya Philippot lo haba se-

    alado desde los aos ochenta, la amplia visin de

    este autor no est limitada a las consideraciones

    tcnicas como son las recetas individuales o los

    mtodos de tratamiento; l aborda la esencia del

    problema enfatizando los temas generales en los

    que se apoyan las elecciones particulares (Meluc-

    co Vaccaro, 1996 a). Y a pesar de que en los lti-

    mos veinte o treinta aos los restauradores nos

    hemos apoyado mucho en la ciencia, aplicada a la

    arqueometra o a las pruebas de nuevos mater ia-

    les para restauracin, y formamos equipos inter-

    disciplinarios con historiadores, arquelogos, bi-

    logos, qumicos, fsicos, entre otros, las decisiones

    de restauracin no son cientficamente objetivas,

    no pueden ser consideradas como la nica solu-

    cin posible de manera absoluta y contundente.

    Brandi, inspirado en la filosofa de Benedeto Cro-

    ce, arrib a la idea fundamental de que cualquier

    restauracin, an la ms hbil y acertada, tiene

    un carcter relativo, parcial y transitorio, ya que

    siempre estar marcada por el clima cultural en el

    que se ejecut (Melucco Vaccaro, 1996 a).

    Estas dos ltimas metas de la restauracin, la

    investigacin y la revelacin, contribuyen de ma-

    nera inmediata a nuestro conocimiento del pasa-

    do, a nuestra apreciacin del objeto (Caple, 2000).

    Existen ejemplos de obras que han sido desfi-

    guradas mediante procesos de restauracin. Enalgunos casos, esto podra atribuirse a la poca

    habilidad manual de quin ejecuta el trabajo. En

    otras situaciones, el error reside en una mala

    seleccin de los materiales y tcnicas empleadas

    para la restauracin. Pero en muchas ocasiones

    el problema es de interpretacin; si el restaura-

    dor no entiende el objeto que tiene en sus manos,

    si no es capaz de apreciar sus cualidades par-

    ticulares, es imposible que pueda dirigir las ac-

    ciones de restauracin hacia la recuperacin de

    esas cualidades intrnsecas del objeto. Es como

    ponernos a caminar sin saber a que punto que-remos llegar. Una mala restauracin distorsio-

    na nuestra apreciacin del objeto y esto influye

    en la manera en la que concebimos el pasado. El

    ejercicio de la restauracin implica una fuerte

    responsabilidad cultural. Un ejemplo muy claro

    de esto es la mscara de Pakal II. Despus de su

    hallazgo en 1952 fue restaurada de cierta mane-

    ra, y durante casi 50 aos fue vista y estudiada

    una mscara de un rostro hinchado, que, como

    dijo Jaime Cama, en cierto momento en vez de

    parecer un glorioso gobernante maya pareca el

    duende Bubuln(Personaje para el pblico infan-

    til, Televisin mexicana, Mxico 197 5-81). En el ao

    2000 se iniciaron los estudios de este mosaico

    de piedra verde que culminaron en la obra res-

    taurada en 2003. En la restauracin de los aos

    cincuenta hubo ciertos problemas en la eleccin

    de los materiales empleados para unir y montar

    la mscara, pero el problema fundamental era de

    interpretacin de la obra. Aun cuando los adhe-

    sivos y pastas utilizados en los cincuenta para

    armar la mscara no hubieran sido los que ahora

    se consideran ms adecuados, aun cuando la ha-

    bilidad manual de quien arm la mscara no fuera

    extraordinaria, si el objeto hubiera sido inter-

    pretado de la manera correcta, el resultado de

    la restauracin no hubiera sido tan desastroso.

    Una mala interpretacin del objeto es tan nociva

    como una mala seleccin de materiales y tcnicaso una deficiente habilidad manual del restaurador.

    Otro caso que puede servir para ilustrar el

    problema de la interpretacin es el de una escul-

    tura helenstica, el Laoconte, descubierta en el

    siglo XVI, con notables faltantes. La restauracin

    ms antigua que se conoce complet los faltantes

    de esta obra. Durante siglos, la escultura fue co-

    nocida con esa imagen. Siglos despus se encon-

    tr el brazo original de Laoconte. En la restau-

    racin de la segunda mitad del siglo XX se decidi

    eliminar los agregados anteriores y colocar en su

    lugar el brazo original. Sin pensar en la poca enla que se hizo cada una de las intervenciones, y

    nos enfocamos solamente en el resultado, es evi-

    dente que la escultura tiene notables diferencias

    y que el impacto que produce en el espectador es

    diferente(Philippot, 1996).

    Este caso nos puede llevar a discutir, como lo

    discutieron los restauradores que intervinieron

    esta obra, la pertinencia de eliminar intervencio-

    nes anteriores, y cambiar as la manera en que

    la obra es conocida. Esto se puede resumir se-

    alando que se decidi eliminar la interpretacin

    manierista de una escultura clsica, que Brandi

    definira como la segunda historicidad de la obra,

    y cuyo impacto en la conciencia humana se man-

    tuvo durante siglos, para darle preferencia a la

    interpretacin moderna (segunda mitad del siglo

    XX), que intenta recuperar la intencin original de

    quin esculpi la obra. No es mi intencin juzgar

    cual de estas interpretaciones es mejor, o ms

    correcta, o ms vlida o respetuosa, como dira

    Brandi: cada una estuvo marcada por el clima

    cultural de su poca. Mi objetivo es solo sealar

    que la percepcin de la obra es diferente.

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    La enseanza de la

    interpretacin en

    restauracinSi consideramos que la interpretacin de un ob-

    jeto (llmese obra de arte o bien cultural) es un

    paso fundamental previo a la decisin de los tra-

    tamientos de restauracin a ejecutar, entonces

    es evidente que un restaurador debe saber in-

    terpretar el objeto que tiene en sus manos para

    poder realizar una buena restauracin. En qu

    momento aprende un restaurador a interpretar

    un objeto? Cmo aprende el restaurador a in-

    terpretar el objeto a restaurar?

    En el curso de los estudios de licenciatura enrestauracin de bienes muebles se debe ensear

    a los alumnos a interpretar los objetos que son

    restaurados. Sin embargo, dentro de los objeti-

    vos de la Licenciatura en Restauracin de Bienes

    Muebles no se contempla especficamente este

    punto, tampoco se menciona en la estructura del

    plan, ni en el perfil de egreso, ni en la descripcin

    del eje terico metodolgico. Pareciera que la

    cuestin de la interpretacin se sugiere solamen-

    te con frases como respeto a los bienes cultura-

    les tangibles y su devenir en el tiempo, as como

    la manera responsable de ejercer la profesin.,

    apego a criterios tericos, el sentido tico,

    actitudes para aplicar criterios, etc.

    En otras licenciaturas que forman intrpretes,

    como sera el caso de los msicos instrumentis-

    tas, no existe una asignatura especfica de inter-

    pretacin. Los msicos aprenden interpretacin

    con su profesor de instrumento. Y la manera en la

    cual un profesor ensea a sus alumnos a interpre-

    tar la msica tampoco est sistematizada, cada

    profesor ensea a su manera (Herreras, 2009).

    Entonces, en el caso de los msicos, la calidad de

    interpretacin que se puede esperar de cierto

    individuo no depende nicamente de su grado

    acadmico, ni de sus conocimientos y habilidades

    tcnicas, depende en mucho de las personas que

    intervinieron en su formacin. Por esta razn,

    sus curricula adquieren la siguiente forma:

    Atanacio Enrquez, estudi la Licenciatura

    Instrumentista en Guitarra, bajo la ctedra

    del distinguido maestro Juan Carlos Laguna.

    Su formacin se ha fortalecido a travs de

    distintas participaciones en diversos festiva-

    les y clases magistrales con reconocidos eje-

    cutantes de la guitarra, entre los cuales des-

    tacan: Joaqun Clerch, de Cuba; Martha Master

    y Jason Vieux. Estados Unidos; Francisco Gil y

    Pablo Garibay, Mxico; Denis Azabagic, Bosnia;

    Adriano del Sal, Italia; Eduardo Garrido, Espa-a, y Eduardo Isaac, Argentina.

    En la licenciatura en restauracin no existe

    una asignatura especfica en la cual se ensee

    al alumno un mtodo para interpretar una obra.

    Los alumnos aprenden a interpretar los objetos

    dentro del Seminario Taller y los programas de

    stos no describen la manera en la cual esto se

    ensea a los alumnos. Es evidente que dentro

    de los Seminarios-Talleres, los alumnos inter-

    pretan los objetos que restauran, ya sea antes,

    durante o despus de la intervencin. Al revisar

    las ponencias presentadas en el Foro Acadmico

    2008 de la ENCRyM se puede constatar esto. Sin

    embargo, pareciera que la interpretacin no es

    homognea, que vara en calidad y nivel de pro-

    fundidad. Estas variaciones se podran atribuir a

    diferentes factores: los conocimientos y a ptitu-

    des personales de cada alumno, las caracters-

    ticas del objeto a restaurar, el seminario-taller

    en el cual se realiz el trabajo, el o los profesores

    que participaron en ese seminario taller en un

    semestre dado.

    Pareciera entonces que el caso de los restau-

    radores es similar al de los msicos. Que en buena

    medida uno aprende a interpretar con su profe-

    sor de taller. Entonces, la calidad de interpreta-

    cin de un restaurador no depende solamente del

    programa que estudi, ni de sus conocimientos yhabilidades, sino de las personas que intervinie-

    ron en su formac in. Tal vez yo debera cambiar la

    estructura de mi curriculum y escribir:

    Carolusa Gonzlez Tirado, Licenciada en Res-

    tauracin de Bienes Muebles. Estudi restaura-

    cin de cermica con Luciano Cedillo y Luz de Lo-

    urdes Herbert, mural con Martha Tapia y Sergio

    Montero, caballete con Liliana Giorguli, etc.

    Y quien lea mi curriculum sabr que mi manera

    de interpretar un objeto es muy distinta de al-guien que estudi con otros profesores.

    La responsabilidad

    cultural del restaurador

    Sin embargo, y para terminar, debo recalcar una

    gran diferencia entre los restauradores y otr os

    artistas intrpretes. Si yo compro un disco de

    Fernando de la Mora y no me gusta como inter-

    preta una furtiva lacrima, puedo tirar ese CD

    a la basura e ir a la tienda y comprarme un disco

    que contenga la misma aria interpretada por Lu-

    ciano Pavarotti que me guste ms. Yo puedo ver

    la pelcula de El Nombre de la Rosa, dirigida por

    Arnaud, o puedo comprar la traduccin al espaol

    de la novela, o puedo comprar el texto en italiano

    y leerlo. Pero, si voy a la Capilla Sixtina y no me

    gusta la restauracin de Colalucci .... no puedo ir

    a otra Capilla Sixtina a ver la interpretacin que

    otro restaurador hizo sobre el Juicio Final, no

    puedo viajar en el tiempo y ver la pintura original

    de Miguel Angel.

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    47 Escuela Nacional de Conservacin, Restauracin y Museografa Manuel del Castillo Negrete Memorias 2o Foro Acadmico 2009

    Con esto quiero recalcar la gran responsabi-

    lidad cultural que implica cualquier proceso de

    restauracin. En el caso de las artes escnicas,

    la obra original permanece sin alteracin y puede

    ser interpretada por otra persona en cualquier

    momento. En el caso de la restauracin, la obraoriginal se modifica, en mayor o menor grado, de-

    pendiendo del caso en par ticular. Aquellas opera-

    ciones de restauracin que implican agregar algo

    nuevo a la obra, como son: la unin de fragmentos,

    la reposicin de faltantes, la reintegracin, la apli-

    cacin de barnices o capas de proteccin, pueden

    ser consideradas reversibles. En este sentido,

    dejan abierta la posibilidad de nuevas interpreta-

    ciones a futuro. Sin embargo, las operaciones que

    implican remover material, como es el caso de la

    limpieza, son absolutamente irreversibles.

    La relevancia de las operaciones de limpieza hasido reconocida y por esta razn el concepto de

    ptina ha adquirido importancia al discutir cues-

    tiones sobre teora de la restauracin.

    Aunque hay autores que aparentemente pre-

    fieren dejar los objetos sin limpiar, ya sea para

    evitar la prdida irreparable de restos de acaba-

    dos superficiales o por considerar que estaremos

    ms en contacto con la mente del artista al dejar

    la obra con su ptina que al removerla (Brandi,

    1949). O bien, porque se cree que las huellas del

    uso y del envejecimiento se alteran severamente

    durante la restauracin, aun cuando sean respe-

    tadas de manera consciente por los restaurado-

    res, el resultado puede ser un efecto inadecua-

    do. La superficie adquiere una apariencia que no

    existe en la naturaleza (Van de Wetering, 1996).

    Yo creo que algunos de los materiales que se han

    formado o depositado en la superficie del objeto

    deben ser eliminados.

    Al eliminar toda la suciedad y los productos de

    alteracin le estamos dando a un objeto antiguo

    la apariencia de nuevo, lo cual crea una con-

    tradiccin histrica, una discordancia dentro del

    mismo objeto que es un tipo de falsificacin (Phili-

    ppot, 1966). Es como si una persona de raza negra

    tuviera piel clara y nariz respingada. El resultado

    es una especie de mscara o momia que ya no tie-

    ne una expresin natural de persona. Lo mismo

    pasa con los objetos, un objeto mal restauradopierde su expresin de objeto antiguo; creado

    por cierta persona en cierta poca, que ha so-

    brevivido aos o siglos y ha ido cambiando con el

    tiempo, queda convertido en un objeto estilizado

    de nuestra propia poca (van de Wetering, 1996).

    Yo creo que tanto Cesare Brandi como Ernst

    van de Wetering prefieren no realizar ningn

    proceso de limpieza para evitar caer en este

    extremo. En este sentido yo coincido con ellos:

    si una obra no se restaura, si no se le hace nin-

    gn tratamiento de limpieza, la obra se seguir

    deteriorando poco a poco, y tal vez se acabe dedestruir en 20, 50, 100 o 200 aos. Pero en este

    tiempo la obra seguir conteniendo toda la infor-

    macin que posee, y otras personas pueden es-

    tudiar sus diferentes aspectos, y tal vez, dentro

    de algunos aos alguien pueda realizar un trata-

    miento de restauracin adecuado para este ob-

    jeto en particular. Pero, si a la obra se le somete

    a una restauracin inadecuada, en pocas horas

    perderemos mucha informacin que ya nadie po-

    dr estudiar nunca, es ms, es probable que ni si-

    quiera nos demos cuenta de cuanta informacin

    estemos perdiendo. Muchas veces estos trata-

    mientos errneos acortan muchsimo la vida de

    la obra, al eliminar la ptina protectora podemos

    reducir su tiempo de vida a la mitad, o a un cuarto

    de la expectativa original. Adems, sin importar

    si una obra dura 20, 50, 100 aos, se debe con-

    siderar que una obra mal restaurada transmite

    informacin distorsionada. En vez de contribuir a

    nuestro conocimiento del pasado, puede contri-

    buir a nuestra confusin.

    Para que un restaurador pueda decidir qu

    tratamiento de limpieza utilizar en un caso es-

    pecfico debe determinar previamente cul es el

    nivel de limpieza deseable en ese objeto, es decir,

    cul deber ser el aspecto del objeto despus de la

    limpieza. De acuerdo con los lineamientos tericos

    y ticos que guan la prctica de la restauracin,

    se debe eliminar toda la suciedad y los productosde alteracin que desfiguran la apariencia del ob-

    jeto y en la superficie deber quedar nicamente

    la ptina del objeto. Paul Philippot seala que la

    ptina est constituida por las alteraciones fsi-

    co-qumicas de los materiales originales, las cua-

    les son inevitables y generalmente irreversibles,

    y seala que cuando estas alterac iones son con-

    sideradas como distorsiones del valor formal del

    objeto y ya no un acrecentamiento de su calidad

    esttica, el objeto no puede ser definido objetiva-

    mente y, por lo tanto, se transforma nuevamente

    en materia de interpretacin crtica y responsa-bilidad cultural (Philippot, 1973).

    Es necesario definir entonces, para cada caso,

    cual es la ptina de ese objeto en particular para

    poder distinguir entre sta y el material que debe

    ser eliminado. Ese aspecto de la superficie, que

    porta las huellas del tiempo que el objeto ha so-

    brevivido, se define mediant e un trmino que es a

    la vez ambiguo y complejo: la ptina. Esta dificul-

    tad fue detectada ya desde hace ms de 40 aos

    por el mismo Philippot al escribir que la ptina no

    es un concepto fsico o qumico sino un concepto

    crtico. La ptina es la combinacin de las altera-

    ciones normales que afectan la apariencia de un

    objeto sin desfigurarlo. Restaurar, segn esta

    nocin de normalidad no niega el concepto de p-

    tina tan slo revela que el concepto no concierne

    al material sino que surge del mbito de la crti-

    ca y siempre implica un juicio esttico (Philippot,

    1966). Al momento de evaluar cada caso para

    decidir hasta que grado debe llegar la limpieza de

    una obra, es necesario incluir criterios estticos

    e histricos para evitar caer en la subjetividad

    del gusto personal. Este sera indudablemente el

  • 8/3/2019 Gonzlez, C. El restaurador como artista intrptrete. 2009

    8/848 Escuela Nacional de Conservacin, Restauracin y Museografa Manuel del Castillo Negrete Memorias 2o Foro Acadmico 2009

    procedimiento cada vez que un restaurador eva-

    de el problema crtico porque no lo tom en cuen-

    ta. Entonces, la objetividad de la restauracin es

    ilusoria al emplear un criterio material en vez de

    un juicio crtico. La apreciacin de la ptina, en

    general se basa en una comparacin mental entrela apariencia actual del objeto, -o de las diferen-

    tes apariencias que podra tener segn el grado

    de limpiezacon la idea de cmo se imagina que

    debi haber sido la apariencia original del objeto

    (Philippot, 1966).

    Nuestro juicio debe estar basado en evidencia

    objetiva:

    Datos histricos, en particular historia del

    arte e historia de la tecnologa.

    Datos sobre los materiales presentes en el

    artefacto a restaurar.

    No debemos olvidar tampoco que muchos ob-

    jetos han sido intervenidos en el pasado. Es nece-

    sario conocer los objetivos de las intervenciones,

    as como los materiales y mtodos utilizados con

    mayor frecuencia por los restauradores o repa-

    radores de diferentes pocas y escuelas para po-

    der explicar ciertas alteraciones en los objetos. A

    lo largo de la historia ha habido reparaciones que

    tienden a limpiar lo que consideran mugre, mien-

    tras que otras intervenciones tienden a tapar o

    repintar esa suciedad. Toda esta informacin es

    necesaria para poder evaluar las alteraciones

    que presente la superficie de un objeto, y poder

    decidir si son una ptina o un dao que desfigura

    al objeto.

    Conclusiones

    El restaurador deber asumirse, de manera con-

    siente e intencionada como un artista intrprete,

    en el entendido de que la manera en que l inter-

    prete la obra a restaurar, determina la forma y

    el grado en el que el pblico apreciar la obra en

    cuestin. O bien asumirse como un crtico de arte,

    cuya interpretacin de la obra al ser restaurada

    determinar la apreciacin que el pblico podr

    tener de sta. Es indispensable que el restaura-

    dor asuma de manera consciente su responsabi-lidad cultural para evitar caer en subjetividades

    de apreciacin personal o aplicacin indiscrimina-

    da de recursos de restauracin.

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