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Este documento ha sido creado en el marco del proyecto titulado “Manejo de la biodiversidad de la dehesa para aumentar su resiliencia frente al cambio climático” con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la convocatoria de ayudas para la realización de proyectos en materia de Adaptación al Cambio Climático 2017. “Las opiniones y documentación aportadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor o autores de los mismos, y no reflejan necesariamente los puntos de vista de las entidades que apoyan económicamente el proyecto”

Editor Víctor Rolo

Contribuciones al texto Gerardo Moreno Gonzalo Palomo

Créditos fotográficos Ana Hernández: página 5 María Catalán: página 6 César Martín: página 7 (Izquierda) Gonzalo Palomo: página 8 Víctor Rolo: portada y página 9

Cita recomendada Rolo, V. 2019. Acciones para la adaptación de la dehesa al cambio climático. Universidad de Extremadura. Plasencia (Cáceres)

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Impacto, Vulnerabilidad y Adaptación de la dehesa al Cambio Climático

Teniendo en cuenta que, en su mayoría, la dehesa es un sistema ganadero extensivo, su mayor vulnerabilidad frente al cambio climático reside en su alta dependencia del agua de lluvia, tanto para consumo directo del ganado como para la producción de pastos³. La reducción de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas conllevará, por tanto, una reducción de la capacidad de producción de pastos, bellotas y otros recursos de la dehesa.

Las proyecciones climáticas para finales de siglo predicen una aridificación del suroeste de la Península Ibérica¹. En particular, en las zonas que actualmente están ocupadas por dehesas, los veranos serán más secos y calurosos, la sequía estival durará más y la probabilidad de olas de calor, precipitaciones tormentosas y periodos de escasez de lluvias aumentará. Además, el cambio climático también podría afectar a la salud animal, produciéndose un aumento de las muertes y enfermedades relacionadas con el clima.

Número de impactos (mayor riesgo de sequía, incendios, plagas,…) observados o predichos relacionados con el cambio climático en las principales áreas biogeográficas de Europa. Fuente: EEA².

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Un aprovechamiento eficiente de los recursos de la dehesa es el primer paso para mejorar su capacidad de adaptación frente al cambio climático. Esta mejora garantizaría su sostenibilidad y su resiliencia frente a eventos climáticos extremos. Además, si estas medidas también promueven la mitigación de los efectos del cambio

climático, como por ejemplo el secuestro de carbono en el suelo, el beneficio de su adopción sería doble.

En el presente documento se describen una serie de manejos que promueven el uso eficiente de los recursos de la dehesa, con el fin de mejorar su capacidad de adaptación frente al cambio climático. Se han seleccionado

cinco acciones divididas en dos grandes grupos: las que mejoran la capacidad productiva de la dehesa de forma directa, con el manejo de pastos y forrajes, o indirecta, con la mejora del suelo y la captación de agua de lluvia.

Las medidas de mitigación y adaptación seleccionadas para el uso eficiente de los recursos de la dehesa incluyen: la mejora del manejo de los pastos de la dehesa mediante la siembra de praderas de leguminosas y la práctica de pastoreo adaptativo, la plantación de bancos forrajeros de especies leñosas para suplir los periodos de escasez de pastos herbáceos, la incorporación de los restos de poda como fuente de la materia orgánica al suelo y la creación de líneas clave para potenciar el aprovechamiento del agua de lluvia. La adaptación al cambio climático no tiene una solución concreta. Otras medidas de adaptación, no incluidas en este documento, abogan por la mejora en la gestión ganadera o sobre aspectos socioeconómicos³. Sin embargo, todas estas medidas tienen en común que, si se aumenta la diversidad de recursos y se mejora su aprovechamiento, la dehesa estará mejor preparada para sobrellevar los impactos del cambio climático.

Capacidad de adaptación Capacidad de los sistemas, las instituciones, los humanos y otros organismos para adaptarse ante posibles daños, aprovechar las oportunidades o afrontar las consecuencias.

ResilienciaCapacidad de un ecosistema de absorber las alteraciones y reorganizarse, manteniendo similares funciones, estructura y relaciones.

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Los pastos anuales constituyen la base principal de la alimentación del ganado de la dehesa. Cualquier mejora en cantidad, calidad y estacionalidad de los pastos facilitará, por tanto, la sostenibilidad económica de las explotaciones ganaderas extensivas. La introducción de leguminosas es una herramienta de mejora de pastos que permite aumentar la calidad y producción de los pastos⁴, disminuir la dependencia de insumos externos, reducir costes de producción y mejorar las propiedades del suelo⁵.

¿Qué hay que saber?• Las semillas inoculadas con Rizobium facilitan la implantación de la pradera.• Antes de la siembra hay que fertilizar con fósforo.• La siembra directa (o con mínimo laboreo) reduce el riesgo de erosión del laboreo

tradicional, aunque debe elegirse bien el momento de siembra.• La mezcla idónea de especies depende del tipo de suelo y condiciones locales.

Los pastos ricos en l e g u m i n o s a s aumentan la cantidad de materia orgánica del suelo. Como resultado se mejora la capacidad de retención de agua y la disponibilidad de nutrientes. En un escenario de aumento de la aridez y de la incidencia de eventos climáticos extremos como la sequía, la siembra de leguminosas es clave para minimizar la vulnerabilidad frente al cambio climático y mejorar la adaptación de las explotaciones ganaderas extensivas.

Siembra de Leguminosas Cultivando biodiversidad

Dehesa sembrada con una mezcla biodiversa de leguminosas.

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El pastoreo adaptativo se basa en respetar los tiempos de recuperación de los pastizales⁶. Una buena recuperación del pasto maximiza su productividad a la vez que genera otros beneficios ambientales como el aumento de la materia orgánica en el suelo, mejora la capacidad de retención de agua y ayuda a conservar la biodiversidad. En la práctica, el pastoreo adaptativo supone aumentar la relación de cercas por rebaño o lote manejado y planificar el pastoreo de acuerdo a las condiciones previas de nuestra unidad de explotación y a la calidad de las distintas cercas según la

época del año.

Pastoreo adaptativo Respetando la recuperación de los pastos

Los resultados han de ser controlados para adaptar las decisiones tomadas a la realidad de nuestra finca. Así, se puede adaptar el plan de pastoreo según el estado del pasto. Hay diversas

metodologías de pastoreo adaptativo, la mayoría de ellas desarrolladas en el mundo anglosajón: mob grazing, cell grazing, rotational grazing, multi-paddock grazing y manejo holístico. La trashumancia y el pastoreo dirigido serían dos ejemplos ancestrales utilizados tanto en la Península Ibérica como en la dehesa.

¿Qué hay que saber?• Definir el contexto de la unidad de explotación. • Planificación del pastoreo estimando tiempo de recuperación de nuestros pastos

según época del año y calidad de las diferentes cercas. • Monitorizar resultados y gestionar iterativamente. • Es conveniente compaginar el plan de pastoreo con una planificación financiera

anual y un buen diseño de la finca a largo plazo cuando comiencen a evidenciarse los resultados ganaderos, ambientales y económicos del modelo.

Pastoreo planificado holístico en finca Mundos Nuevos (Retamal de Llerena, Badajoz)

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El uso de piensos y concentrados para alimentar al ganado durante los periodos de escasez de pastos es cada vez más costoso y amenaza la sostenibilidad financiera de muchas explotaciones. En un escenario de cambio climático donde los patrones de lluvias se verán alterados, las necesidades de insumos externos pueden aumentar. Los bancos forrajeros de especies leñosas son una fuente alternativa de proteína que suplen la escasez de pastos durante los periodos secos.

¿Qué hay que saber?• Tienen una alta producción y, en general, bajo contenido en taninos.• Su sistema radicular profundo les permite soportar los periodos de sequía.• Son multipropósito, producen, entre otros, leña, alimento para abejas o semillas.• Reducen los riesgos de erosión cuando se implementan en laderas.

El uso de e s p e c i e s leñosas como forraje es una práctica tradicional en varios sistemas de la Península Ibérica, aunque limitado a especies locales. En muchas partes del mundo se está introduciendo nuevas especies no locales que optimizan el uso de esta práctica. Por ejemplo, las moreras (Morus spp) son una especie cuyo uso está aumentando. Las moreras tienen un alto contenido de proteínas (15-28%) y una alta digestibilidad (>80%) con producciones en torno a 0.2-1.4 Mg de materia seca de hojas por hectárea7. En general, la presencia de estos cultivos permanentes también tiene otros beneficios ambientales como evitar la erosión, mejorar el suelo o la biodiversidad. Sin embargo, todavía existe poco conocimiento y regulación sobre las especies disponibles, implantación y uso.

Bancos forrajeros leñosos Llenando la despensa para el verano

Iquierda: Preparación de un banco forrajero de Tagasaste (Chamaecytisus proliferus) en la dehesa boyal de Villasbuenas

de Gata (Cáceres).

Derecha: Plantación de Morus spp. para alimentar el ganado

en verano (Galicia)⁷.

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La quema de los restos de poda finos es una práctica común en la dehesa. Aunque esta práctica es neutra en términos de balance de carbono, pues devuelve a la atmósfera el carbono que ya había sido fijado, tampoco ayuda a mitigar los efectos de cambio climático. La transformación de los restos de poda en biocarbones mediante pirólisis es una alternativa que favorece el secuestro de carbono a largo plazo, a la vez que sirve como enmienda para los suelos8. La pirólisis de los restos de poda produce un biocarbón que retiene en torno al 80 % de carbono y que una vez aplicado al suelo mejora la retención de agua y nutrientes, además de permanecer en el suelo durante largos periodos de tiempo (de cientos a miles de años).

Gestión de restos de podaMejora el suelo y vencerás

El biocarbón es estéril cuando se produce, pero se ha observado que tiene un papel beneficioso en los microorganismos del suelo esenciales para mejorar la

disponibilidad de nutrientes y la estructura del suelo. El uso del biocarbón está en una fase preliminar. Se necesita más investigación para conocer qué productos y sistemas de producción son óptimos para mejorar las condiciones de un suelo específico.

¿Qué hay que saber?• La pirólisis convierte biomasa en combustibles útiles a temperaturas moderadas.• El biocarbón puede secuestrar carbono durante siglos.• El biocarbón mejora la retención de nutrientes y aguas de los suelos.• Se han descrito más de 50 usos del biocarbón.

Aprovechamiento de los restos de poda como enmienda del suelo en Finca Casablanca (Oliva de Plasencia, Cáceres).

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La capacidad para captar y almacenar agua es una propiedad fundamental del suelo que determina en gran medida la producción de pastos. En un escenario de aumento de la aridez, será fundamental desarrollar estrategias que mejoren por un lado la captación de agua y por otro restauren la funcionalidad de suelos degradados. El diseño de línea clave se ha propuesto como una técnica de mejora de la captación de agua de lluvia y reducción de la compactación de los suelos9. La técnica, en su forma más básica, consiste en un laboreo especial usando un subsolador adaptado con unas puntas finas.

Línea ClaveMejora del almacenamiento de agua edáfica

¿Qué hay que saber?• La técnica de línea clave es un laboreo especial considerando el relieve.• Mejora la infiltración y reduce la compactación.• Evita la acumulación de agua al redistribuirla en el paisaje• Existen aperos comerciales, pero se pueden adaptar otros tradicionales.

El fundamento de esta técnica consiste en capturar el agua de zonas de acumulación (vaguadas) y moverla a zonas más secas (cerros) siguiendo el contorno del relieve. Para ello es importante identificar el punto clave, es decir, el punto más alto del relieve que separa las zonas que no retienen agua de las zonas que retienen agua. Labrando a la misma cota (mínima caída del 1-2%) siguiendo este punto se crea la primera línea clave. Los beneficios potenciales de este tipo de laboreo son la mejora de la infiltración y distribución del agua y la reducción de la compactación. Estas líneas sirven como zonas de acumulación de suelo favoreciendo la colonización de plantas y a largo plazo la acumulación de materia orgánica.

Laboreo en línea clave en finca Mundos Nuevos (Retamal de Llerena, Badajoz).

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Las prácticas propuestas en este documento tienen una aplicación real en la dehesa. Manejos, como la siembra de leguminosas, son muy conocidos y se llevan practicando desde hace varios años. Otras prácticas, como el biocarbón o las líneas clave, son más novedosas y todavía tienen escasa implantación. El hecho es que todas ellas se están utilizando en diversas dehesas del territorio nacional. Este grupo de dehesas forman una red de dehesas que hemos llamado “Red de dehesas amigas del clima” porque las mejoras que están haciendo contribuyen a reducir los riesgos asociados al cambio climático. Un ejemplo paradigmático de las mejoras que se pueden conseguir con estas prácticas se encuentra en la dehesa gestionada por los hermanos Pedro y Juan Luís Domínguez Campa en Retamal de Llerena, Badajoz (www.mundosnuevos.es). Tras años practicando un manejo convencional, se dieron cuenta que estaban perdiendo todo el potencial de su suelo. Además, observaron que el laboreo que seguían desperdiciaba el agua de lluvia al potenciar la escorrentía y cronificaba el encharcamiento en las vaguadas. A partir de ese momento decidieron incorporar la técnica de línea clave, la siembra directa de leguminosas y el manejo adaptativo. Este cambio de modelo de gestión les ha permitido evitar la continua degradación de su finca y, al mismo tiempo, mejorar su capacidad de adaptación frente al cambio climático.La adopción de estas prácticas no son una fórmula mágica. Para algunas de ellas existe escasa evidencia científica de su efectividad potencial, mientras que para otras existe un escaso desarrollo normativo para su implantación. Sin embargo, en su conjunto, el fin último de estas prácticas es promover un aprovechamiento racional y efectivo de los recursos disponibles en la dehesa, alargar los ciclos vegetativos y mejorar la calidad del suelo. Elementos clave para estar preparados ante un escenario de clima cambiante.

Una red de dehesas amigas del clima

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1. IPCC. Climate change 2014: Synthesis report. Contribution of Working Groups I, II and III to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel of Climate Change. (IPCC, 2014).

2. EEA. Climate Change, Impacts and Vulnerability in Europe. (2017).

3. Rubio, A. & Roig, S. Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en los sistemas extensivos de producción ganadera en España. Oficina Española de Cambio Climático. (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, 2017).

4. Hernández-Esteban, A., López-Díaz, M. L., Cáceres, Y. & Moreno, G. Are sown legume-rich pastures effective allies for the profitability and sustainability of Mediterranean dehesas? Agroforest Syst (2018). doi:10.1007/s10457-018-0307-6

5. González, F. & Maya, V. Mejora de pastos de secano en Extremadrua. (CICYTEX, 2015).

6. Steffens, T., Grissom, G., Barnes, M., Provenza, F. & Roath, R. Adaptive grazing management for recovery: Know why you’re moving from paddock to paddock. Rangelands 35, 28–34 (2013).

7. Mosquera-Losada, M. R., Fernadez-Lorenzo, J. L., Rigueiro-Rodriguez, A. & Ferreiro-Domínguez, N. Mulberry (Morus spp.) for livestock feeding. A useful source of protein. (2017).

8. Hyland, C. & Sarmah, A. K. Advances and Innovations in biochar production and utilization for improving environmental quality. in bioenergy research: Advances and applications (eds. Gupta, V. K., Tuohy, M. G., Kubicek, C. P., Saddler, J. & Xu, F.) 435–446 (Elsevier, 2014). doi:10.1016/B978-0-444-59561-4.00025-5

9. Savory, A. & Duncan, T. Regenerating agriculture to sustain civilization. in Land Restoration (eds. Chabay, I., Frick, M. & Helgeson, J.) 289–309 (Academic Press, 2016). doi:10.1016/B978-0-12-801231-4.00023-9

Referencias

Mejorar el manejo de los pastos de la dehesa para aumentar su capacidad de adaptación al cambio climático

Usar bancos forrajeros de leñosas para suplir periodos de escasez de pastos

Mejorar la gestión de los restos de poda para la incorporación eficiente de la materia orgánica al suelo

Potenciar la recarga de agua en el suelo mediante la reducción de las pérdidas de agua de lluvia por escorrentía

Mejora de los pastos y cultivos de leguminosas

C O N E L A P O Y O D E

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