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    Textos para la reflexin

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    PEDAGOGA / educacin popular.Textos para la reflexin

    1. Sirvent,Mara Teresa.

    2. Freire, Paulo.

    "Educar en la Argentina Actual.Lacrisis social, econmica y poltica, escenarios del

    desmembramiento del sistema educativo".

    "Alfabetizacin y ciudadana".

    FORMACIN DE FORMADORES

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    EDUCAR EN LA ARGENTI NA ACTUAL.

    LA CRISIS SOCIAL, ECONOMICA Y POLITICA, ESCENARIO DEL

    DESMEMBRAMIENTO DEL SISTEMA EDUCATIVO.

    Mara Teresa Sirvent

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    EDUCAR EN LA ARGENTI NA ACTUAL.

    LA CRISIS SOCIAL, ECONOMICA Y POLITICA, ESCENARIO DEL

    DESMEMBRAMIENTO DEL SISTEMA EDUCATIVO.

    Mara Teresa Sirvent

    Exposicin realizada en el Centro Nueva Tierra. Espacio Freire. 14 y 15 de septiembrede 2002.

    Mi exposicin abarcar dos aspectos:

    1. Retomar el significado y caractersticas bsicas de la Educacin Popular.2. Ubicar la misma en un proceso histrico a partir de la terminacin de la dictadura

    militar hasta nuestros das

    1. Retomar el significado y caractersticas bsicas de la Educacin Popular.

    Es evidente que el campo de las experiencias de educacin popular ha sido siempreheterogneo en sus prcticas y enfoques. Sin embargo existe un ciertoconsenso en aceptar una serie de rasgos comunes a estas experiencias yen aceptar que la educacin popular es un abordaje orientador de un cambio dentro y/ofuera de la escuela. Es posible introducir la perspectiva de la educacin popular para eldesarrollo del curriculum de la educacin formal.

    Cules son entonces los rasgos aceptados como comunes de esta perspectiva deEducacin Popular?

    a. en primer lugar su dimensin socio-poltica:se parte de una visin de nuestrasociedad (latinoamericana y Argentina) surcada desde siempre y horadada cada vezms por la creciente agudizacin de la injusticia social y la dominacin. Y se asumeuna visin de la transformacin social asociada al crecimiento de la capacidad de lossectores populares de participar realmente en las decisiones que afectan su vidacotidiana, capacidad de participacin entendida como un proceso histrico de conquistay aprendizaje.

    b. Su dimensin popular:en cuanto a los sujetos de su accin - los sujetos histricosde un profundo cambio social, la base social de una transformacin - y a sus objetivosque apuntan a servir de instrumento de apoyo a la participacin, a la organizacinpopular y a la construccin de su proyecto poltico social.

    c. Su dimensin epistemolgica:la educacin popular concibe al conocimiento comouna construccin colectiva y dialctica de ida y vuelta constante entre teora y prctica;entre conocimiento cientfico y conocimiento cotidiano. En este sentido se opone

    diametralmente a la bajada de lnea o al adoctrinamiento aunque esta lnea doctrinariasea la que desde la perspectiva del educador o del animador socio-cultural sea la msconsistente con un proceso de cambio real acorde con los intereses objetivos delgrupo.

    d. Sus aspectos metodolgicos:no nos referimos especficamente a las tcnicas detrabajo sino a los modelos de accin pedaggica y didctica que aseguren la produccincolectiva y el crecimiento del grupo hacia su autonoma de decisiones. Todos sabemosque no se trata ni de reproducir la educacin bancaria de la que nos hablaba Freirepero llenndola de un contenido liberador. No es liberador. Ni tampoco significa unasuerte de populismo pedaggico donde el educador o el animador se niega a smismo minimizando e incluso anulando el papel activo del educador....pero no esfcil. Como alguna vez dijo el mismo Freire ... yo no he dicho que el educador no

    deba ensear, sino que debe pensar qu ensear y cmo...

    Desde este marco de referencia, voy a tomar los objetivos de la educacin popular segndiferentes momentos de nuestra historia desde el fin de la dictadura militar hasta nuestros

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    das. Estas son reflexiones surgidas de nuestras investigaciones y de nuestros trabajosde educacin popular1 a lo largo de estos aos en Capital Federal y Gran Buenos Aires.Pensamos que hemos podido consolidar algunos conceptos que nos han servido y tal vezan sirvan para analizar la realidad y para orientar nuestras estrategias de educacinpopular.

    2.Ubicar la Educacin Popular en un proceso histrico segn tres momentosdistinguidos en nuestros trabajos

    Es obvio que es imposible hablar de educacin popular en un vaco histrico. Nosotrosque fuimos trabajando en educacin popular desde los inicios de los aos 60 vivimos esasdcadas donde la Educacin Popular entraba a jugar claramente como soporte de laconstruccin del conocimiento necesario para la elaboracin de un proyecto popular delsujeto histrico del cambio social como por ejemplo la clase obrera organizada en laszonas urbanas y facilitador de su crecimiento participativo. No son estas las caractersticasde nuestro contexto histrico.Actualmente es importante sealar, como siempre lo hicimos, el carcter profundamenteregresivo, injusto y absurdo de este momento histrico que vivimos, neo-liberal en sueconoma y neo-conservador en su modelo poltico. Es un retroceso de la historia y de lahumanidad. Es un retroceso en la conquista y concrecin de los valores, necesidades yderechos que hacen a la larga lucha histrica por una JUSTICIA SOCIAL y por unaparticipacin real. Pero tambin es importante sealar, que como producto de lascontradicciones sociales se va dando la emergencia de nuevos movimientos sociales,posibles sujetos histricos del cambio social, posibles grmenes negadores delneoconservadurismo: sus posibles sepultureros.

    Nos preguntamos: Cmo descubrir e identificar los ncleos de accin de la educacinpopular en este contexto histrico actual?Cmo apoyar o fortalecer las acciones de los nuevos movimientos sociales emergentes?

    Nuestros trabajos nos ayudan a distinguir tres grandes momentos

    PRIMER MOMENTO: 1984-1989

    Recin salidos de la dictadura vamos diagnosticando un campo desbastado en la sociedadcivil; una aguda situacin de debilidad de la sociedad civil. Aparecen fuertemente unaserie de fenmenos que obturaban la posibilidad de una reconstruccin a pesar de lavoluntad y la fuerza de reconstruccin de las organizaciones populares y de la bsquedade la democratizacin de nuestras instituciones sociales y educativas.

    El objetivo entonces de nuestras acciones de educacin popular buscaba apoyarel fortalecimiento de la trama organizativa de los sectores populares y su

    constitucin como sujetos polticos de la democracia.En nuestra inmersin amasando el barro de la realidad fuimos detectando una serie derasgos de la vida cotidiana y asociacional que operaban como obstculos del fortalecimientode la trama organizativa. Pudimos visualizar como una historia social y poltica del pas yla cruenta dictadura militar no haba pasado en vano: haba dejado sus huellas en la formaen que pensbamos, sentamos y actubamos en nuestra vida cotidiana, en nuestramanera de ver la realidad, inhibiendo no slo nuestras posibilidades de participar sinoincluso, negndonos la posibilidad o ahogando en nosotros mismos el sentir la necesidadde participar. Cobraba realidad una histrica pero ms que nunca vigente pregunta deGramsci: Cmo hacen las clases dominantes para gobernar sin empleo de la fuerza?Obviamente, actuando sobre nuestras conciencias y nuestras maneras de representar,teorizar y pensar sobre nuestra vida cotidiana.

    As vimos emerger, en nuestras investigaciones y trabajos, frente a nosotros y en nosotrosmismos:

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    La apata participativa y el no te mets

    El miedo carcomiendo cualquier pequeo impulso para la accin comprometida

    El olvido histrico en trminos de una historia cercenada y fragmentada como productode la represin y del miedo. Este concepto de olvido histrico fue un conceptoemergente en nuestras investigaciones en la voz de los vecinos que participaban enlas instancias participativas de la investigacin, instancias de educacin popular. Comodeca uno de los miembros vecinales de nuestros grupos de trabajo:

    Pero si nosotros mismos nos pusimos una tela emplstica enla cabeza...

    Nos han hecho un lavado de cerebro para tener miedo y noparticipar

    La internalizacin y validacin como formas legtimas de hacer poltica institucionalde mecanismos profundamente antiparticipativos: como el clientelismo, el internismo,el matonismo (una suerte de prcticas de terrorismo institucional a la manera delterrorismo de Estado) , y la coaptacin. Mecanismos que se infiltraron en lasorganizaciones populares y en nuestras universidades.

    As fuimos testigos a partir del ao 1988 de un nuevo proceso de destruccin, dedesmovilizacin y de fragmentacin de los movimientos populares , en respuesta a embatesde afuera y de adentro. Este debilitamiento se deba por un lado a mecanismos derepresin muy sutiles generados por el poder establecido y por el otro a las estructurasautoritarias, las rencillas internas, el matonismo, el clientelismo y la coaptacin que invadino solo el movimiento popular sino tambin los mbitos profesionales y acadmicos.Estos mecanismos fueron socavando las organizaciones sindicales y populares y nuestrosmbitos de trabajo en una suerte de tener el enemigo adentro. Con una agravante ancladoen nuestra historia de represin, sangre, muertes y desapariciones: la evocacin constanteen la poblacin de los fantasmas de la represin y el miedo.

    Comenzamos a conceptualizar estos fenmenos como MULTIPLES POBREZAS: una

    pobreza de proteccin, una pobreza poltica y de participacin, una pobreza de comprensin,para identificar y analizar el impacto que el neoconservadurismo del ajuste y la pobrezafue dejando en nuestra vida cotidiana. Nos referimos no slo a la pobreza econmica, sinotambin a una compleja realidad de pobrezas en plural. Decamos en un artculo de larevista Nueva Tierra: Somos pobres de proteccin, de participacin, pero ricos en miedoalmacenado. Se necesita poco para abrir compuertas y que este miedo vuelva a aparecer2 .

    Fuimos as descubriendo objetivos especficos para nuestras acciones de educacinpopular, no slo en el mbito de las asociaciones barriales sino tambin ennuestros trabajos y talleres con docentes de la escuela:

    a. el reconocimiento en nosotros y en los otros de las marcas de una historia social y

    poltica cruenta;b. la reconstruccin de una memoria colectiva fragmentada y cercenadac. la identificacin de los mecanismos institucionales, de los mecanismos de poder y

    las representaciones sociales que inhiban la posibilidad de un crecimiento en laparticipacin social.

    En este perodo aprendimos que el aprendizaje de la participacin real es un largo y difcilproceso de aprendizaje; ms largo y difcil que la apropiacin de los conocimientosacadmicos necesarios para nuestra vida profesional y cotidiana. Fuimos viendo que losmecanismos antiparticipativos que habamos aprendido, se legitiman y reproducen en lavida asociacional y cotidiana. Y son muy difciles de quebrar.

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    SEGUNDO MOMENTO: 1989-2001 LOS 90 Y EL PROCESO DE IMPLEMENTACIN YCONSOLIDACIN DEL NEOCONSERVADURISMO.

    Dos aspectos van apareciendo en este contexto:

    a. la evidencia que nos permiti aseverar como hiptesis de trabajo que elneoconservadurismo en Argentina encontr una tierra arrasada donde floreci sin

    muchos vendavales o nevadas. Que las condiciones de la sociedad argentina yaestaban dadas para la implementacin del modelo neoconservador del ajuste y lapobreza, casi sin enfrentar una resistencia organizada;

    b. que este contexto se iba perfilando cada vez ms hostil a la participacin social y a laeducacin popular. Y no slo en la sociedad civil sino tambin en el mbito de laeducacin. Comenzamos a asistir en nuestros mbitos acadmicos a un supuestovelatorio de la educacin popular y de la participacin. La educacin popular hamuerto... ...la participacin ha muerto.... escuchbamos decir en nuestras aulasuniversitarias. No fue fcil seguir trabajando y formando cuadros en educacin popu-lar. Habamos pasado de un boom en el 84, 85 a ver nuestras aulas vacas a partirdel 89. Muchos intelectuales tambin, formadores de mentalidades nuevas habansido coaptados....

    Y no era casualidad este contexto de riesgo para la participacin. La nocin de participacinreal entra en franca contradiccin con la filosofa poltica neoconservadora, como dicensus espritus rectores que plantean en sus escritos una lucha entre dos principiosirreconciliables: el mercado y la organizacin popular. Se visualiza una enemistad mortalque no conoce camino intermedio.

    Varios son los fenmenos que agravan la situacin de mltiples pobrezas:

    a. la desocupacin: el miedo a la prdida de empleo agudiza la pobreza de proteccin,el miedo a la sancin por el discenso, el miedo a la participacin. La desocupacines uno de los mecanismos privilegiados de control social. Nos decan en nuestrostrabajos los jvenes y adultos frases tales como:

    Yo hice el paro, lo estimul, a los que no se plegaron lesaumentaron y a nosotros nos echaron

    Antes ramos explotados, ahora peor que eso, nos tratan como

    ratas pero no podemos reaccionar... perdemos el empleo de

    ratas pero empleo al fin. Da de comer...

    No es acaso esta desproteccin la que enfrenta el educador en su desasosiegofrente a cambios que descalifican su saber cotidiano, que no se apoyan en sus visiones

    de las situaciones problemticas, que muchas veces lo sealan como el nico cul-pable y que incluso colocan en zona de riesgo su estabilidad profesional?

    Todas estas expresiones son manifestaciones de violencia que generan sensacionesde desamparo y soledad.

    b. La agudizacin de los factores inhibitorios ya detectados en el perodo anteriorque profundiza la pobreza de participacin, como por ejemplo:

    La agudizacin del individualismo y la crisis de participacin que va disolviendo lasparticipaciones en organizaciones formales dando lugar a lo que identificamos comolas participaciones de emergencia, 3 situaciones de reclamo colectivos en barrios y

    comunidades con objetivos a corto plazo, de poca duracin en el tiempo (a vecespocas horas) que reproducen la fragmentacin y los mecanismos de disolucin de lastramas organizativas

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    La agudizacin de factores inhibitorios como crisis de identidad colectiva, crisis depertenencia, crisis de confianza y credibilidad, fragmentacin, el egosmo, elclientelismo poltico, el accionar de los punteros polticos, el partidismo, la manipulaciny coaptacin por parte de los organismos de gobierno, etc. Y fundamentalmente

    c. La consolidacin del pensamiento nico: una suerte de ... doctrina viscosa queinsensiblemente envuelve cualquier razonamiento rebelde, lo inhibe, lo perturba,

    lo paraliza y acaba por ahogarlo4

    .

    Una manera de ver o analizar la realidad por la cual consciente oinconscientemente fuimos legitimando esta realidad regresiva, injusta y absurda que vivimoscomo la que tiene que ser y no puede ser de otra manera. Fuimos aceptando los versosdel neoliberalismo, sin ver alternativas. Es el fenmeno de la naturalizacin de la injusticia,la explotacin y la pobreza en nuestras mentes. Naturalizacin que agudiza la pobreza decomprensin e inhibe el desarrollo de un pensamiento crtico.

    Es el efecto del genocidio en nuestras mentes (...)El terror no permite al ser humano adquirir conciencia de smismo... enmudece... aterra, y en ese sentido el nivel depercepcin de la realidad est adecuado al miedo que produce,ver y decir cosas que no son toleradas por el Poder. Te divide lacabeza; no pods imaginar siquiera porque el imaginario vienede afuera y se mete en vos(Len Rozitchner El destacadoes nuestro)

    As fuimos conceptualizando el poder y sus mecanismos de dominacin en lacomplejidad de sus diversas formas de manifestarse. Una de esas formas es la quelos propios cientistas polticos denuncian como la forma ms perversa de ejercicio depoder: el impedir que la gente vea las injusticias a travs de la conformacin de suspensamientos, percepciones, conocimientos y preferencias, en tal sentido que acepten

    su rol en el orden existente de cosas. Ya sea porque no se ve otra alternativa oporque ven este orden como natural e incambiable o porque lo evalan como ordendivino y beneficioso. Es una manera de ejercicio del poderpara prevenir a la gente dehacer y a veces an de pensar. La lucha de clases se juega tambin en como pensamosla realidad, se juega tambin en el mundo del pensamiento... en el mundo de lossignificados que le atribuimos a nuestro entorno cotidiano.

    En este contexto, nos planteamos como objetivos de la educacin popular,generar espacios de anlisis de esta compleja realidad de desempleo ymecanismos de poder para:

    1. enfrentar la tendencia a naturalizar la realidad como la nica posible. Como lo que

    tienen que ser...y que no puede ser de otra manera;2. enfrentar la tendencia a convertirse de vctimas en victimarios......es decir enculpables de su propia situacin

    3. enfrentar la tendencia a encontrar chivos emisarios culpables de la situacin demiseria y pobreza como los bolivianos y paraguayos agudizando la fragmentacinsocial.

    4. identificar los mecanismos de poder, especialmente los ms sutiles paraenfrentarlos

    Esto implic fundamentalmente trabajar en lo que denominamos el taln deAquiles del pensamiento nico. Este pensamiento nico, este ejercicio tan perversodel poder se conforma a travs de procesos de aprendizajes formales y no-formales. La

    construccin de este pensamiento es la resultante de un proceso de educacin,de aprendizaje; no es algo gentico. Por tanto la educacin dentro o fuera de laescuela puede ser instrumento de reforzarlo o desbaratarlo. Lo que se construye

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    se descontruye.

    Paralelamente vemos el surgimiento de nuevas fuerzas: obreros desocupados, poblacionessumidas en la pobreza y en la pobreza extrema, los piqueteros, grupos que van apareciendocon picos de crecimiento y de decrecimiento diversos sujetos en todos los sectoresaplastados, expoliados por el capital. Tenamos la expectativa que aqu desde estas basesse estaba gestando tal vez los nuevos sepultureros del neoliberalismo y que debamos de

    alguna manera apoyar desde nuestras acciones de educacin popular el avance haciauna coordinacin mayor. Pero slo una visin fugaz.... Con algunos de sus representantes,por ejemplo, comenzbamos a hablar de intentar colectivamente una investigacin histricasobre la destruccin del movimiento villero para descubrir las fuerzas que llevaron a sudestruccin y enfrentarlas para no repetirlas....

    TERCER MOMENTO: DICIEMBRE 2001-AHORA

    Nuevamente la realidad sorprende y desafa todos los ms exquisitos pronsticos delos cientficos sociales. Cuando se hablaba de catstrofe social y de patologascolectivas surgen nuevas formas de protesta social y de movimientos sociales quedesafan nuestras categoras tericas y nos introducen en un nuevo y desafiantetiempo histrico. Complejo, muy complejo. Vivimos una cultura popular y cotidianadonde se confrontan, se tensionan las fuerzas de la resistencia y las fuerzas de laaceptacin. Es el campo de la cultura popular como uno de los escenarios de la luchaa favor y en contra de una cultura de los poderosos. Es la cultura popular como elruedo del consentimiento y la resistencia. Esta complejidad se nos aparece en nuestroda a da, por ejemplo en aspectos tales como:

    1. por una lado en una suerte de despertar a la participacin y a la conciencia denosotros como sujetos histricos: las asambleas populares, los piqueteros, elmovimiento de trabajadores desocupados, las tomas de fbricas: Brukman, Impa,etc es una explosin de una futura organizacin Hay signos y pistas muy fuertesde ruptura del abroquelamiento del pensamiento nico. Signos y pistas que

    debemos fortalecer en un proceso educativo permanente. Espontneamente sedan procesos de aprendizajes que deben ser apoyados y fortalecidos. Hay unamayor sensibilidad y reconocimiento de la necesidad de participar. Aparecenuevamente la posibilidad de una participacin organizada.

    2. Pero por el otro lado, decimos la posibilidad... pues los fantasmas acechan. A losfactores antes sealados, que no se han vencido de la noche a la maana hoyobservamos en nuestros trabajos la agudizacin de la situacin de desesperanzay miedo con la imagen de una juventud sin esperanza condenada al fracaso y a lamuerte. La juventud est ms desprotegida que nunca Cuando el joven no leinteresa ms al dirigente, al narco, es boleta Ahora van a morir Ahora losmatan Volvemos hablar de los desaparecidos sociales como ya denuncibamos

    en el 95. Tambin en la escuela (investigaciones del Programa InstitucionesEducativas del IICE. Direccin Lidia Fernandez) los maestros hablan de la muerte;algunos dicen ...tal vez nosotros recibimos un nio en realidad ya muerto escomo si la realidad que habamos diagnosticado en los barrios se va infiltrando enla escuela.....

    3. La complejidad del mbito poltico partidario: este panorama que demanda anlisisde realidad desde el que se vayan todos hasta las alternativas de eleccinpartidaria.

    4. La situacin de pobreza educativa de nuestros jvenes y adultos que ya no estnen la escuela (situacin educativa de riesgo) Nuestras investigaciones desde elao 1997 muestran el alto porcentaje de poblacin econmicamente activa de 15

    aos y ms (75% segn Censo 1991) en la Repblica Argentina que no haterminado la escuela primaria, o se ha quedado en primaria completa sin poderavanzar a la enseanza media y los menos alcanzando algunos escalones de la

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    escuela secundaria. En la poblacin de jvenes y adultos provenientes de hogarespobres esta cifra alcanza y supera el 90% en todas las regiones del pas. .

    Nos planteamos: Cmo ayudar desde la educacin popular a que el poder dominante noconsiga ya ms transformar sus intereses en nuestro sentido comn?

    Tal vez podamos plantearnos como objetivos de la educacin popular

    1. Identificar y fortalecer los procesos de aprendizaje social que se van dandoespontneamente como resultante de la participacin en los nuevos movimientossociales; que a veces se traducen en demanda social por espacios de aprendizajeespecficos.

    2. Apoyar la identificacin de nuevas necesidades y demandas sociales por un aprendizajepermanente como las necesidades por un aprendizaje de los jvenes y adultos en laorganizacin de las fbricas tomadas.

    3. Enfrentar la realidad de la desesperanza y la muerte en la visin del nio y deladolescente.

    4. Identificar y enfrentar los fantasmas de los mecanismos antiparticipativos como porejemplo el internismo y la fragmentacin que amenazan el crecimiento y laconsolidacin de los movimientos sociales y de una base social organizada del campopopular.

    5. Generar amplios espacios de anlisis colectivo de la coyuntura poltica institucional.6. Enfrentar la realidad del alto porcentaje de poblacin en situacin de pobreza educativa

    (situacin educativa de riesgo) generando una demanda social por una poltica educativaque otorgue prioridad a las diversas instancias de una educacin permanente dejvenes y adultos, hoy destruida y descalificada.

    1 Nos referimos a los trabajos del Programa de Investigaciones Desarrollo Socio-Cultural y

    Educacin Permanente del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educacin de la Facultad

    de Filosofa y Letras de la UBA bajo la direccin de Mara Teresa Sirvent2 Sirvent Mara TeresaQu est pasando con la educacin? Revista Nueva TierraAo 6 Nro.18

    Agosto 1992 Pags. 5 a 103 Expresin atribuida por Sandra Llosa, miembro del equipo de trabajo en una investigacin

    participativa realizada en la Ribera de Quilmes4

    En Pensamiento crtico Vs. Pensamiento nico Le Monde Diplomatique, edicin espaola (L-Press), 1998

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    ALFABETI ZACI N Y CI UDADAN A

    Paulo Freire

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    El proyecto Escuelas de Ciudadanaes una iniciativa promovida por el

    CENTRO NU EVA TI ERRA

    Coord inacin Genera l : Nstor Borri y Fernando Larrambebere

    Equipo:Mara Pa Pawlowicz, Herminia Vega, Mara

    Luz Presa, Sergio Castanetto, Diego Jaimes,Carolina Balderrama, Mirta Braida y

    Sebastin Prevotel.

    Piedras 575 PB - C10701AAKCapital Federal - Argentina

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