Escritor alemán
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EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y
fallecido en Visp (Suiza) en 1977.
Nacido en el seno de una familia de empresarios
de clase media alta, participó en la Primera
Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F rankfurt,
estudios que no concluyó, así como tampoco los de
ciencias, iniciados con posterioridad en la Universidad de
Heidelberg. A comienzos de los años veinte comenzó a
colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre
1926 y 1938 residió en un pequeño pueblo en las
cercanías de Salzburgo, desde donde emigró a Suiza en
1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí
trabajó como agricultor, y continuó entregado su obra
literaria, hasta que, en 1945, regresó a Alemania como
encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En
1958 fijó su residencia de manera definitiva en Suiza.
Sus comienzos literarios se sitúan dentro del movimiento
expresionista, tal como puede verse en las obras
E tituladas Encrucijada (1920) y Pancracio se
despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su
producción literaria no puede enmarcarse en
absoluto dentro de un movimiento concreto,
aunque en un principio se inclinó de manera
decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como
hizo en la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925),
en la que, utilizando el dialecto como recurso literario,
describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece
también Catalina Knie (1929), centrada en el entorno del
circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que
su protagonista, ayudado por un uniforme de capitán, es
capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar, y
también en El general del diablo (1946), en la que
Zuckmayer plantea el problema de la resistencia durante
la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico.
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
EL PODER DE LA PALABRA
scritor alemán, nacido en
Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en
Visp (Suiza) en 1977. Nacido en el seno de una
familia de empresarios de clase media alta, participó en la
Primera Guerra Mundial, y posteriormente estudió
derecho y humanidades en la Universidad de F
rankfurt, estudios que no concluyó, así como tampoco los de ciencias, iniciados
con posterioridad en la Universidad de Heidelberg. A comienzos de los años veinte
comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros. Entre 1926 y 1938
residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró
a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos. Allí trabajó como
agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a
Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos. En 1958 fijó
su residencia de manera definitiva en Suiza. Sus comienzos literarios se sitúan
dentro del movimiento expresionista, tal como puede verse en las obras tituladas
Encrucijada (1920) y Pancracio se despierta o los de detrás del bosque (1925). A
pesar de esta línea tan clara, el resto de su producción literaria no puede
enmarcarse en absoluto dentro de un movimiento concreto, aunque en un principio
se inclinó de manera decidida hacia el teatro de carácter popular, tal como hizo en
la obra que le dio fama, El alegre viñedo (1925), en la que, utilizando el dialecto
como recurso literario, describió a la perfección el entorno social en el que se
desarrolla la pieza. A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo. Esta técnica alcanza su punto culminante en El
capitán de Köpenick (1931), una tragicomedia en la que su protagonista, ayudado
por un uniforme de capitán, es capaz de burlarse de todo el férreo sistema militar,
y también en El general del diablo (1946), en la que Zuckmayer plantea el
problema de la resistencia durante la guerra. Escribió también algunos guiones
cinematográficos, y un texto de carácter autobiográfico, Como si fuera una parte
de mí (1967) que, no obstante, no tuvo demasiada acogida.
E
Escritor alemán, nacido en Nackenhein/Rheinhessen en 1896 y fallecido en Visp (Suiza) en 1977.
A comienzos de los años veinte comenzó a colaborar como dramaturgo en distintos teatros.
Entre 1926 y 1938 residió en un pequeño pueblo en las cercanías de Salzburgo, desde donde emigró a Suiza en 1938 y, un año más tarde, a los Estados Unidos.
Allí trabajó como agricultor, y continuó entregado su obra literaria, hasta que, en 1945, regresó a Alemania como encargado civil del gobierno de los Estados Unidos.
A este mismo grupo pertenece también Catalina Knie (1929),
centrada en el entorno del circo.
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