Emigración Europa

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La emigración española a Europa en el siglo XX analiza los destinos tradicionales de nuestros trabajadores a la hora de buscar un puesto de trabajo, un nuevo medio de vida en el extranjero o un refugio motivado por coyunturas de intolerancia ideológica y exilio. Su incorporación a una Europa que buscaba primero una recuperación saneada tras los grandes conflictos bélicos, y después un nuevo desarrollo y hegemonía mundial.

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Susana ALBA MONTESERÍN / Alicia ALTED VIGIL / José BABIANOMORA / Luís M. CALVO SALGADO / Francisco DURÁN VILLA / AnaFERNÁNDEZ ASPERILLA / Mª José FERNÁNDEZ VICENTE / JulioHERNÁNDEZ BORGE / X. Amancio LIÑARES GIRAUT / Mª EstherOLVEIRA OLVEIRA / Vicente PEÑA SAAVEDRA / Alicia POZO-GUTIÉRREZ / Ana RUIZ SÁNCHEZ / Gloria SANZ LAFUENTE

COLABORADORES:

La emigraciónespañola a Europaen el siglo XX

EXTERIOR

G R U P OE S PA Ñ A

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Editor y Director: Francisco Gómez-SotoCoordinador: X. Amancio Liñares GirautPortada: Foto facilitada a España Exterior por Antonio Muñoz (Alemania)Maquetación: Daniel SoteloFotografías: Archivo España ExteriorImpresión: Imaxedixital. VigoEditado por: Anuarios España Selecta, S.L.

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Depósito Legal: VG 1474-2009ISBN: 978-84-613-7124-2

Esta acción se desarrolla dentro del Programa de ayudaspara Proyectos e Investigación promovida por la DirecciónGeneral de la Ciudadanía Española en el Exterior, enaplicación de la Orden TAS/874/2007 de 28 de marzo de2007. (BOE de 5 de abril).

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GUÍA DE LECTURA

X. Amancio LIÑARES GIRAUT 9

Las fuentes estadísticas españolas sobre la emigración a Europa.

Julio HERNÁNDEZ BORGE 17

La política emigratoria española y la emigración a Europa.

Francisco DURÁN VILLA 35

Emigración española a Europa y trabajo.José BABIANO 59

El desarrollo del asociacionismo en la emigración española a Europa durante el siglo XX.

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA 77

Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana de los emigrantes españoles en Europa.

Susana ALBA MONTESERÍN 95

La educación como anhelo: programas institucionales y experiencias comunitarias de carácter formativo

para los emigrantes españoles en Europa.Mª Esther OLVEIRA OLVEIRA /

Vicente PEÑA SAAVEDRA 115

ÍndiceLA EMIGRACIÓNESPAÑOLA A EUROPAEN EL SIGLO XX

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Contribuciones literarias de la emigración.149 Ana RUIZ

La emigración política a Europa. El exilio.169 Alicia ALTED VIGIL

Un balance sobre la intermediación laboral y la integración sectorial de los trabajadores españoles en la República Federal Alemana, 1960–1975.

191 Gloria SANZ LAFUNTE

La última ola migratoria de españoles a Francia.213 María José FERNÁNDEZ VICENTE

Emigración española en Suiza y asociacionismo.231 Luís M. CALVO SALGADO

La emigración española al Reino Unido, 1960–1974.245 Alicia POZO-GUTIÉRREZ

Gallegos en Europa: historias de emigración y retorno.267 X. Amancio LIÑARES GIRAUT

Índice

LA EMIGRACIÓNESPAÑOLA A EUROPA

EN EL SIGLO XX

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Du rante los siglos XIX y XX, en dive rsos pe-r í o d o s , se pro d u j e ron oleadas de ex i l i a d o spolíticos de distintas orientaciones y sig-

nos; asimismo, como consecuencia de la Guerra Ci-vil española y de la dictadura , a partir de 1939 co-mienza a pro d u c i rse un éxodo de re f u giados políti-cos y una emigración de carácter económico a otro sp a í s e s , m o t ivada por las duras circunstancias de lap o s g u e rra que se viven en España, y at raída por lasbuenas pers p e c t ivas de trabajo y el mayor nivel devida derivado del crecimiento económico ex i s t e n t een esos países.

Ley 40/2006, de 14 de diciembre,del Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior.

Exposición de motivos, I, 3.

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La emigración española a Euro p a , f ruto de circ u n s t a n-cias adve rsas y dive rs a s , no es un fenómeno re c i e n t e.En tiempos más alejados, Fra n c i a , Po rt u gal o Gra n

B retaña se destacaban como destinos tradicionales a la horade buscar un puesto de trab a j o , un nu evo medio de vida en elex t ra n j e ro o un re f u gio motivado por coy u n t u ras de intolera n-cia ideológica y el consiguiente exilio. Pe ro es durante las egunda mitad del siglo XX cuando resulta más alta y signi-fi c at iva esta nu eva marea migrat o ri a , con tra zos incluso det s u n a m i .

S u p e rada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), e lviejo continente i n i c i aba una dura tarea de re c o n s t ru c c i ó nposbélica. Europa había sido arrasada en dos ocasionesd u rante las últimas décadas. La pri m e ra confl agración mu n-dial (1914-1918), a pesar de ser definida en su época como la

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Guía de lectura

Coordinador

X. Amancio LIÑARES GIRAUT

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G ran Guerra, se había quedado muy pequeña en compara-ción con el enorme desastre, en todos los sentidos, que con-l l evó la Seg u n d a , y que supuso la aniquilación del temibl eEje Roma-Berl í n - To k i o , o , lo que es lo mismo: la derrota delfascismo y del nazismo a cargo de las potencias aliadas. Sep rodujo entonces un gran alivio multinacional y la ap e rt u rade una fase de re c u p e ración de aquel trauma históri c o , p a ra laque se necesitaban cuantiosos re c u rsos económicos y huma-n o s .

Por otra part e, E s p a ñ a , t ras su propia Guerra Civ i l( 1 9 3 6 - 1 9 3 9 ) , v ivía un período de régimen autocrático, al que,a la falta de libertades cívicas y democráticas, se le sumab auna muy penosa situación económica derivada de la posgue-rra , a d o rnada con tra s n o chados delirios imperiales. Era unaEspaña militari z a d a , de miseri a , rep resión y ensimismamien-to. La autarquía de la década de 1940 –vocacional del fra n-q u i s m o , mas también forzada por la comunidad intern a c i o-nal– dio paso a una cierta liberalización económica del régi-men dictat o ri a l , a partir de los años 1950 y a la puesta enm a rcha del denominado Plan de Estabilización (1959) y otra sf ó rmulas tecnocráticas.

En este contexto hallamos de nu evo en el mundo con-temporáneo una conve rgencia entre España y Euro p a , a trav é sde la emigración. Una economía española con serias difi c u l-tades –que no cubría los endémicos desequilibrios entrep o blación y re c u rsos– empujaba una mano de obra joven ypoco cualificada a los caminos de la emigración euro p e a , q u ese sumaba (y en mu chos casos suplantaba ya) a los tra d i c i o-nales destinos migrat o rios a A m é rica. El nu evo éxodo se

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i n c rementó notablemente desde los años sesenta, d ebido a lanecesidad de conseguir mano de obra industrial y del sectors e rvicios en no pocos países euro p e o s , que ya crecían a unritmo económico a veces incluso espectacular. Los go b i e rn o sde Franco también estimu l aban esta emigración en medio deld e s a rro l l i s m o: al país le sobraba población en relación a lospuestos de trabajo disponibles y se agradecía como un manála entrada de divisas para llevar adelante los planes de un des-a rrollo endóge n o , auxiliado además por las remesas de unt u rismo ex t ra n j e ro en auge.

Analizar esta emigración de miles de trab a j a d o res deEspaña –que se prolongó en el tiempo hasta los años fi n a l e sdel siglo XX– a esta Europa que bu s c aba pri m e ro una re c u-p e ración saneada y después un nu evo desarrollo y hege m o n í amundial –re c o n s t rucción y ex p a n s i ó n – , es el propósito deeste trabajo de inve s t i ga c i ó n , que ahora se publ i c a .

A la hora de idear el presente vo l u m e n , los aspectosque el G rupo España Exteri o r c o n s i d e ra de mayor re l eva n-cia para inve s t i gar e incorp o rar al libro La emigración espa -ñola a Europa en el siglo XX son los que se condensan en losítems que citamos a continu a c i ó n : las cifras de la pobl a c i ó nespañola que emigró al continente europeo; el marco legi s l a-t ivo que define la situación de los emigrantes españoles enE u ropa; la participación sociopolítica de los emigrantes a tra-vés del asociacionismo en el ex t ra n j e ro; la vida cotidiana denu e s t ros emigrantes en sus nu evas ciudades europeas; lasituación lab o ral de los trab a j a d o res españoles en Europa; elre agrupamiento familiar en el país de destino; niños y jóve-n e s , hijos de emigra n t e s , y su pro blemática educat iva en las

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

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escuelas europeas; las dificultades de unos idiomas descono-cidos; el papel específico desempeñado por las mu j e res en lae m i gración europea; los Centros Españoles como lugar dee n c u e n t ro , a c ogida y fo rmación sociocultural; el impactoeconómico de las remesas de los emigrantes europeos en laeconomía española; el exilio a Europa; las creaciones litera-rias de ciudadanos españoles en la diáspora europea; re c ogi-da de testimonios y ex p e riencias personales de los emigra n-tes españoles residentes en países europeos y re t o rnados; lae m i gración española a Europa desde un punto de vista socio-l ó gi c o .

No hemos querido soslayar ningún aspecto re l eva n t e,aún perc atándonos de que resultaría casi imposible tratar latotalidad de los ítems de re fe rencia en una obra de estasc a racterísticas y extensión. Y de nu evo hemos contactadop a ra afrontar la tarea editorial con aquellos especialistas quec reíamos poseedores de un bagaje y traye c t o ria pro fe s i o n a li n d u d ables en la mat e ria. En los nombres de Susana A l b a ,A l i c i a A l t e d, Jo s é B ab i a n o , Luís M. C a l vo , Pa c o D u r á n ,A n a Fe rnández A s p e ri l l a, Mª Jo s é Fe rnández Vi c e n t e,Julio Hernández Borge, Mª Esther O l ve i ra , Vicente Pe ñ a ,A l i c i a Po zo - G u t i é rre z , A n a Ruiz y Gloria Sanz, q u i e n e sgustosamente han acompañado durante los últimos meses aAmancio Liñare s en este periplo migrat o rio euro p e o , h ehallado un mag n í fico equipo de colab o ra d o res. Invito a losl e c t o res a que ap rendan y disfruten con estos c u a d e rnos dev i a j e que se re flejan ordenadamente en el índice del libro , yque en cierto sentido, a d e m á s , i n cl u yen páginas de unosactuales c a h i e rs de doleánces; hojas de quejas por los aspec-

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tos negat ivos –no los olvidemos– del hecho de ve rse obl i ga-do a emigra r. A algunos de estos cualificados v i a j e ros m ap aa rri b a , siguiendo los espacios migrat o rios del viejo continen-t e, ya los conocía al haber compartido ave n t u ras bibl i ogr á fi-cas precedentes. Otros se incorp o ran ahora a nu e s t ras rutas. Yel resultado se evidencia en esta suge s t iva bitácora de re fl e-xiones y letras que encierra mu chos y va riados conocimien-tos. No se trata de un producto hebén. Muy al contra ri o : s u scontenidos nada fútiles resultan intere s a n t e s , ap o rtando nu e-vos datos y pers p e c t ivas a este caminar de nu e s t ros conciuda-danos por las ge ografías europeas. Me siento contento de vo l-ver a viajar con estas pers o n a s , y permítaseme destacar mip e rsonal sat i s facción por haber encontrado ahora en esta ru t aintelectual de migraciones y exilios a la pro fe s o ra A l i c i aA l t e d, a quien ya le leía sus publicaciones en mis años deestudiante unive rs i t a rio en Compostela.

El Grupo España Exterior posee una extensa traye c t o-ria info rm at iva y ex p e riencia contra s t a d a , también en el sec-tor de la edición de libros centrados en temática de emigra-ción. Va nu t riendo de títulos suge rentes una biblioteca espe-cializada en el poliédri c o , mu l t i fo rme y misceláneo mundo delas migra c i o n e s , y poniéndola al servicio de los lectores inte-re s a d o s , en ge n e ra l , y de manera especial de la ciudadaníaespañola en el ex t e ri o r. Pueden citarse las recientes obra sCiudadanos Españoles en el mundo. Situación actual y re c o -rrido histórico ( 2 0 0 8 ) , El pro t agonismo de la mujer en lasc o rrientes migrat o rias españolas e Hijos y nietos de la emi -gración española. Las ge n e raciones del re t o rno ( a m b o sp u blicados en 2009), que tan buena acogida han tenido en los

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

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ambientes académicos y unive rs i t a ri o s , a d m i n i s t ra c i o n e srelacionadas con el mundo de la emigra c i ó n , medios dec o municación y comunidades españolas en el ex t ra n j e ro. Yen esta ocasión ha considerado interesante estudiar y desta-c a r, d e n t ro de los movimientos migrat o rios españoles, e lp apel que la emigración a Europa en la pasada centuria harep resentado en nu e s t ra sociedad, incidiendo en distintosaspectos de esta realidad que tanto ha contri buido –económi-c a m e n t e, c u l t u ra l m e n t e, s o c i o l ó gicamente– a la confo rm a-ción de la sociedad española actual.

Quizás su proximidad en el tiempo ha sido uno de losm o t ivos por los cuales se ha analizado aún escasamente elfenómeno de la emigración española a Europa a lo largo delsiglo XX, con menos ri gor y profundidad de lo que mere c eesta importante re a l i d a d. Tal vez también la falta de pers p e c-t iva y la complejidad de las sociedades de acogida sea otrom o t ivo para que todavía falten tantas inve s t i gaciones quea rrojen luz sobre esta parte tan esencial de la emigra c i ó nespañola como un hecho histórico de pri m e ra mag n i t u d. Elámbito de la emigración al continente ameri c a n o , a ve c e sacompañada de dosis de romanticismo y ep o p eya , p a rece queha centrado más hasta ahora el interés de los histori a d o res ye n s ayistas del mundo contemporáneo. Escribía Hora c i o : “ L o sque at raviesan los mares cambian de cielo pero no de condi-ción”. El poeta cl á s i c o , l í rico y sat í ri c o , casi definía a la per-fección la realidad de mu chos seres humanos tra n s t e rra d o s ,en cualquier lat i t u d. Nos toca ahora re fe ri rnos a ellos en elm a rco europeo. Emigrantes españoles –sí–, aunque fi j a ran suvecindad en nu evos países y accediesen a sus destinos lab o-

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rales utilizando otros medios de tra n s p o rt e. De ahí, p u e s , l o scontenidos innova d o res de la presente colectánea de estudioss e c t o riales. Por todo lo ex p re s a d o , el libro mitiga tantasausencias y llena de contenidos una parte tan signifi c at iva dela historia de las migraciones en nu e s t ro país, combinando elaspecto div u l gat ivo con el carácter científico y académico ennu e s t ro singular v i a j e por Europa.

G u a rdo estas últimas líneas de la “Guía de lectura ”p a ra poner de re l i eve mis agra d e c i m i e n t o s , s i e m p re pert i n e n-tes en una obra colectiva. En lugar destacado, o t ra ve z ,mu chas gracias al director ge n e ral del Grupo España Exteri o ry editor de esta obra , Francisco Gómez-Soto, que a lo largode este año 2009 ha enriquecido sus empresas de comu n i c a-ción con nu evos y útiles re c u rsos info rm á t i c o s , h a c i é n d o l a smás unive rsales a través de Internet. Sin su interés y pat ro c i-n i o , nu e s t ro apasionante y documentado viaje libre s c o e u ro-p e o , p a ra mejor entender la huella de la emigración española,no sería posibl e, y seg u ramente se quedaría sólo en proye c t o .Vayan mis felicitaciones para él y su plantilla de colab o ra d o-res. No es mi deseo obviar tampoco los nombres de PilarC agi a o , Xosé M. Núñez Seixas y Ramón Vi l l a res –pro fe s o re sde la Facultad de Geografía e Historia en la Unive rsidad deS a n t i ago de Compostela, por sus dire c t rices y suge re n c i a s – ;del fi l ó l ogo y pro fesor de ga l l ego en Secundari a , A n t o n i oPuentes Chao –por sus cuidadas observaciones lingüísticas–y de José Luis Andújar Po s e, s i e m p re dispuesto a venir en miayuda para re s o l ver los intríngulis de la Info rmática. En plu-ra l , agradecimiento al esfuerzo del grupo de reputados inve s-t i ga d o res y docentes del ámbito unive rs i t a rio –mis colegas de

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

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v i a j e – , que colab o ran en La emigración española a Euro p aen el siglo XX con sus ap o rtaciones académicas, p re s t i gi a n d oeste libro. Y, por supuesto, a algunos de mis ve c i n o s , a ñ o satrás emigrantes ga l l egos en Euro p a , quienes me han perm i-tido re t rat a rlos y re c oger sus testimonios, sus re l atos biogr á-fi c o s , p a ra incl u i rlos resumidamente en el presente vo l u m e n .A gradezco también su colab o ra c i ó n , complicidad y compre n-sión a mi entorno familiar más próximo, p o rq u e, como enocasiones anteri o res con otros tránsitos y tareas bibl i ogr á fi-c a s , este trabajo ha supuesto ro b a rles mu chas horas de ocioen mutua y grata compañía.

Nos espera ya la Europa de nu e s t ros emigrantes. Va m o sa saber algo más sobre nu e s t ro pasado más re c i e n t e, d e s c u-b riendo las páginas tan intensas de La emigración española aE u ropa en el siglo XX.

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Las fuentes estadísticasespañolas sobre lae m i gración a Euro p a

Julio HERNÁNDEZ BORGE.Profesor titular y coordinadorde la Cátedra Unesco sobreMigraciones de la Universidadde Santiago de Compostela, decuyo actual Departamento deGeografía fue el primer direc-tor, centra sus investigacionesen temas geodemográficosreferidos a Galicia y España,entre los que destacan los rela-tivos a los movimientos migra-torios sobre los que tienenumerosas publicaciones comoautor, colaborador o coordina-dor, entre las que cabe citar:La emigración en el cine:diversos enfoques (2009),Mujer y emigración. Una pers -pectiva plural (2008), Pasado epresente do fenómeno migrato -rio galego en Europa (2007),Los estudios sobre la emigra -ción interior gallega (2004), Lainmigración exterior en Galicia(2003), Las investigacionessobre la emigración gallega apaíses europeos (2002),Mujeres en la emigración exte -rior española de finales delsiglo XIX (2001), El retornoreciente de emigrantes españo -les (2000), La política migrato -ria española con Iberoaméricadurante el gobierno de Franco(1999), La mujer en la legisla -ción migratoria española(1998), Guía bibliográfica deemigración galega (1992) yTres millóns de galegos (1990).

Las estadísticas españolas sobre movimientos migra-t o rios empezaron a publ i c a rse con un gran re t ra s os o b re las re l at ivas a otros aspectos de la pobl a c i ó n .

Fue a finales de 1856 (el 3 de nov i e m b re) cuando se creó laComisión Estadística General del Reino que, t ras cambiarsu nombre por el de Junta de Estadística, l l evó a cabo confe cha de re fe rencia 21 de mayo de 1857 el primer Censo dep o blación realizado por inscripción nominal y directa detodos los habitantes. Esta misma Ju n t a , además de hacer unnu evo Censo en 1860, empezó a publicar en 1863 una seri eestadística sobre el “ M ovimiento Nat u ral de la Po bl a c i ó n ”c u yos datos comienzan en 1858. Por el contra ri o , p a ra lasm i graciones hubo que esperar a 1882 en que, por un RealD e c reto de 6 de mayo , se encomendó al InstitutoG e ogr á fico y Estadístico (here d e ro desde 1873 de los orga-

Doctor en Geografía y Coordinador de la CátedraUnesco sobre Migraciones de la Universidad de

Santiago de Compostela

Julio HERNÁNDEZ BORGE

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nismos antes citados) la elab o ración de estadísticas re fe ridas a lasm i graciones ex t e ri o re s .

El primer vo l u m e n , denominado “Estadística de la emigra-ción e inmigración de España en los años de 1882 a 1890”, ap a-reció en 1891, con unos treinta años de re t raso con relación a lasp ri m e ras estadísticas censales o del movimiento nat u ral de lap o blación. A él le siguió una larga serie de publicaciones que, c o nel tiempo, c a m b i a ron de denominación (de 1912 a 1922 pasaron al l a m a rse “Estadística de pasajeros por mar”, de 1923 a 1956“Estadística del movimiento de buques y pasajeros por mar” ydespués de esta fe cha “Estadística de tráfico marítimo”), p e rom a n t u v i e ron su ra s go defi n i d o r : c o n t abilizar los pasajeros embar-cados o desembarcados en los puertos españoles con destino op rocedencia ex t ra n j e ra (o colonial). Por ello, aunque en la épocas o b re la que esta fuente facilita datos (finales del siglo XIX y pri-m e ra mitad del XX) los conceptos pasajero y emigrante estab a nbastante próximos, no eran idénticos, al ser más amplio el pri m e-ro. Por otra part e, por lo que se re fi e re a Euro p a , aunque vienencl a s i ficadas las entradas y las salidas desde o hacia puertos de estec o n t i n e n t e, no quedan re c ogidos todos los desplazamientos espa-c i a l e s , siendo especialmente grave esta carencia en los que notenían la necesidad de utilizar el barco como era el caso de los dospaíses con los que España, fundamentalmente por ra zones de pro-ximidad ge ogr á fi c a , t u vo una mayor relación de carácter migrat o-ri o : Po rt u gal y Fra n c i a .

A l go pare c i d o , p e ro con carácter todavía más re s t ri c t ivo ,podría decirse de otra fuente estadística, iniciada a principios delsiglo XX por el Consejo Superior de Emigra c i ó n , pues contab i l i-z aba como emigrantes a los que se ajustaban a lo establecido en

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Las fuentes estadísticas españolassobre la emigración a Europa

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la Ley de emigración de 21 de diciembre de 1907: “españoles quese pro p o n gan abandonar el terri t o rio pat ri o , con pasaje re t ri bu i -do o gratuito de terc e ra cl a s e, o de otra que el Consejo Superi o rde Emigración decl a re equiva l e n t e, y con destino a cualquierpunto de A m é ri c a , Asia u Oceanía” ( a rtículo 2º). Se asimila ale m i grante con el pasajero marítimo con billete de terc e ra cl a s e,p e ro en este caso no se tiene en cuenta Europa entre los destinos.Bien es ve rdad que la emigración española más nu m e rosa en estaépoca era la tra n s o c e á n i c a , p e ro en las pri m e ras décadas del sigloX X , especialmente a partir de los años de la I Guerra Mundial sei n c re m e n t a ron las salidas hacia Fra n c i a , q u e, por otra part e, s ehacían básicamente por vía terre s t re. La segunda Ley española dee m i gración (de 20 de diciembre de 1924) modificó lige ramente elc o n c epto legal de emigrante al señalar en su artículo 2º que seránc o n s i d e rados como tales “los españoles o sus familias que, p o rcausa de trab a j o , abandonen el terri t o rio nacional para establ e -c e rse fuera de él defi n i t iva o tempora l m e n t e ”. Pe ro la identifi c a-ción del emigrante con el pasajero por vía marítima con billete det e rc e ra clase o asimilada se seguiría manteniendo en esta seri eestadística y en la de su continu a d o ra (las Estadísticas de emigra-ción que comenzó a publicar el Ministerio de Trabajo tras la gue-rra civil). Es por ello por lo que en los años cincuenta, c u a n d oempieza a competir con el barco el tra n s p o rte aére o , se tiene quea cl a rar el concepto legal de emigrante mediante una Orden deP residencia de 6 de nov i e m b re de 1957, e s p e c i ficándose qued i cho concepto “no se verá afectado por el vehículo en que lae m i gración se re a l i c e ”.

En esta Orden de finales de 1957, y esto si que es un cam-bio signifi c at ivo , se señalaba además que tampoco afectaría al

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

La segunda Leyespañola de emi-gración (de 20 dediciembre de1924) modificóligeramente elconcepto legalde emigrante alseñalar en suartículo 2º queserán considera-dos como tales“los españoles osus familias que,por causa de tra-bajo, abandonenel territorionacional paraestablecersefuera de él defi-nitiva o tempo-ralmente”.

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c o n c epto legal de emigrante “el país ex t ra n j e ro en que aquél see s t abl e z c a ”, lo que re fleja la nu eva realidad migrat o ria que see s t aba gestando en España en esos años. Aunque la emigra c i ó nu l t ra m a rina seguía siendo la corriente mayo ri t a ri a , e m p e z aban aser cada vez más nu m e rosas las salidas hacia países del continen-te euro p e o , que a lo largo del séptimo decenio del siglo XX y enlos tres pri m e ros años del octavo se conve rtirían en masiva s , a ltiempo que decl i n aba la emigración clásica diri gida hacia elN u evo Mundo. Estos cambios están relacionados con la políticai n t e rnacional de España tras su ingreso en la O. N. U. en 1955, q u efue abandonando el aislacionismo en que se encontraba inmersa yque en el terreno migrat o rio se plasmó en la entrada de nu e s t ropaís en el C.I.M.E. (Comité Interg u b e rnamental para lasM i graciones Europeas) en 1956.

A partir también de 1956, mediante la creación del InstitutoEspañol de Emigración (I.E.E.) por Ley de 17 de julio, se incre-mentó la acción directa del go b i e rno franquista sobre las salidas alex t ra n j e ro , p e rm i t i e n d o , cuando no fo m e n t a n d o , aquellas de tipoeconómico. El Instituto estuvo adscrito inicialmente a laP residencia del go b i e rn o , p e ro por Decreto de 9 de mayo de 1958pasó a depender del Ministerio de Trabajo ante la necesidad dec o o rdinar las cuestiones de emigración y empleo. Fruto de estanu eva política fue la fi rma de A c u e rdos migrat o rios con distintospaíses de nu e s t ro continente, tales como Bélgica (28 de nov i e m-b re de 1956), Alemania (29 de marzo de 1960), Francia (25 dee n e ro de 1961), Suiza (2 de marzo de 1961), Holanda (8 de ab ri lde 1961) y Au s t ria (2 de mayo de 1962), que contri buirían a des-a rrollar la emigración a Euro p a , h e cho que también impulsaría eldenominado “Plan de Estabilización Económica” de 1959 que

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puso fin a dos decenios de política “ a u t á rquica”. Estos cambiosa c e l e ra ron el éxodo ru ra l , una parte del cual intensificó el pro c e-so de urbanización español, p e ro otra parte salió hacia Euro p a ,c o n t ri bu yendo con sus remesas de divisas a poner en práctica losPlanes de desarrollo económico de los años sesenta.

Tanto la Ley de 22 de diciembre de 1960 de Je fat u ra delEstado (Bases de ordenación de la emigra c i ó n ) , como la Ley33/1971 de 21 de julio de emigración se adaptan a esta nu eva re a-lidad en que Europa se conve rtirá en el principal continente dere c ep c i ó n , por lo que desde el punto de vista legal ya no se equi-p a ra la emigración con ningún tipo de desplazamiento o destinoc o n c retos al señalarse que es “la salida del terri t o rio nacional deciudadanos españoles para establ e c e rse defi n i t iva o tempora l -mente en el ex t ra n j e ro ” ( a rt. 1º2. de la Ley de 1960).

LAS FUENTES ESTADÍSTICAS DE LA ETA PADE LA EMIGRACIÓN MASIVA A EURO PA

El crecimiento de las salidas hacia países europeos diol u gar a la ap a rición de estadísticas sobre este movimiento demo-gr á fi c o , c u ya publicación empezaría en 1962 por el I.E.E. median-te unos fascículos denominados inicialmente “Estudios migrat o-ri o s ” (el número 1 re c ogía las estadísticas de dicho año), que pos-t e ri o rm e n t e, a partir de 1968 y con carácter anu a l , p a s a ron a deno-m i n a rse “ E m i gración española asistida. Estadística del año...” .Desde los años ochenta continúa la publicación de datos (dentrode distintos dep a rtamentos del Ministerio de Trab a j o ) , p e ro en unnu evo contexto migrat o rio español al descender la intensidad delas salidas y, t ras la integración de España en la Unión Euro p e a ,aumentar las entradas hasta conve rt i rse en país de inmigra c i ó n .

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

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Todo ello llevó a la desap a rición del I.E.E. en 1991 pasando susfunciones a la Dirección General de Migraciones (R.D.1458/1991 de 11 de octubre ) .

La serie estadística básica para conocer el volumen y lasc a racterísticas ge n e rales de los emigrantes españoles a Europa sei n i c i a , p u e s , en 1962. Pe ro antes de esta fe ch a , la Dire c c i ó nG e n e ral de Empleo del Ministerio de Trabajo en su seri e“Estadísticas de migración ex t e ri o r ” , básicamente centradas en lassalidas tra n s o c e á n i c a s , o f recía algunos datos sobre la emigra c i ó na países euro p e o s , d e rivada de la marcha de aquellas personas quese fueron acogiendo a los A c u e rdos migrat o rios de España cond ive rsos países.

La característica principal de las estadísticas del I.E.E. ap a-rece especificada en el ep í gra fe de su denominación “ E m i gra c i ó nespañola asistida”. Es decir, re c oge los datos de las personas ques a l i e ron hacia distintos países europeos con algún tipo de asisten-cia por parte de este Instituto, que recibía y, a través de sus

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Españoles en Holandaen los años 80.

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D e l egaciones Prov i n c i a l e s , d i s t ri buía las ofe rtas de trabajo de lospaíses demandantes, siendo en estas Delegaciones donde los inte-resados en emigrar pre s e n t aban sus solicitudes. La asistencia pri n-cipal era , p u e s , la gestión del contrato de trab a j o , p e ro ademáspodía haber ayudas relacionadas con la tramitación del pasap o rt e,el viaje o la instalación en el país de destino. Por todo ello estafuente estadística da, como es sobradamente conocido, una cuan-t i ficación parcial del fenómeno migrat o ri o , ya que las pers o n a sque salieron al margen del Instituto, los denominados “no asisti-d o s ” o “ cl a n d e s t i n o s ” , que march a ron individualmente o, mu ch a sve c e s , i n m e rsos en cadenas migrat o rias con pasap o rte de turi s t ano ap a recen en ninguna estadística española (al igual que hab í ao c u rrido con otros flujos anteri o rm e n t e, como los exiliados de lag u e rra civil). La emigración no asistida fue muy importante en losp ri m e ros años de iniciarse este movimiento demogr á fico hasta elpunto de que el propio I.E.E. reconocía que tenía un vo l u m e ns i m i l a r, cuando no superior al de la asistida1, por lo que para teneruna cuantificación más real de las cifras de la emigración conti-nental española hay que acudir a las estadísticas de inmigra c i ó nde los países re c ep t o re s2. Esta infrava l o ración de los datos ofi c i a-les españoles era mayor en algunos colectivos como las mu j e re s( mu chas salían de España amparadas por fa m i l i a res y/o amigo sp a ra trabajar en buena medida en el servicio doméstico) o losniños (casi no están rep resentados en las estadísticas por no trat a r-se de población lab o ra l ) .

Con el paso de los años el volumen de la emigración noasistida fue disminu ye n d o , de modo que en 1972 el I.E.E. lae s t i m aba en un 10% de la total (Atlas, 1 9 7 2 ) , p e ro sobre todose reduciría a partir de 1974 en que la recesión económica

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(1)En un Informe sobre laemigración en 1965 elI.E.E. señalaba que “estacorriente migratoria [lano asistida] es de verda-dera importancia, hastael punto que sobrepasaaquella otra asistida encifras superiores a los23.000 emigrantes”(Informe, 1966, 38).Además en la p. 101 sedetalla el cálculo de laemigración no asistidaanualmente y por paísesde destino.

(2)Como muestra de lasinnumerables publicacio-nes que facilitan infor-mación de estas estadís-ticas, citaremos la obrade Sánchez López (1970)realizada cuando la emi-gración a Europa alcan-zaba mayor intensidad.En la pág. 26 se presentaun cuadro con datosanuales (1960-1967) delos emigrados españolessegún las estadísticas deocho países de destino.

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i n t e rn a c i o n a l , l i gada en sus orígenes al encarecimiento de losp recios del petróleo, h i zo que los países re c ep t o res endure c i e-sen sus condiciones de admisión, por lo que fue cada vez másdifícil legalizar su situación a aquellos que salían de Españacon pasap o rte de turi s t a .

O t ro aspecto que conviene destacar en las estadísticas delI.E.E. es la distinción que hacen entre la emigración “ p e rm a n e n-t e ” (con un contrato de trabajo de una duración de un año o más)y la de “ t e m p o ra d a ” ( p a ra un trabajo o campaña determ i n a d a , q u een la práctica se re fería a los desplazamientos para trabajar end ive rsas campañas agrícolas francesas). Recoge n , p u e s , no eln ú m e ro anual de emigra n t e s , sino el de salidas, con lo cual “ u ne m i grante que salió en 1962 pudo vo l ver a España en 1965 y denu evo marchar en 1972” ( P u yo l , 1 9 7 6 , 482). A partir de 1983 sep resenta una nu eva cat ego r í a , la emigración “ t e m p o ra l ” re fe rida aaquellos contratos de duración superior a tres meses e infe rior aun año.

LOS DATOS DE LAS ESTA D Í S T I C A SDE EMIGRACIÓN A S I S T I DA

Las estadísticas del I.E.E. perm i t e n , p u e s , conocer la evo l u-ción de la emigración española a Euro p a , p e ro , al re fe ri rse a lose m i grantes “ p e rm a n e n t e s ” a s i s t i d o s , h ay que tomarlas como algoi n d i c at ivo de las tendencias ge n e rales. Pa ra analizar esta evo l u-ción iniciaremos la secuencia en 1961, p rimer año del séptimodecenio del siglo XX, y la fi n a l i z a remos en 1985, por ser el ante-rior al de la entrada de España en la Unión Europea. En la gr á fi c aque re c oge los datos de estos 25 años (fi g. 1) puede ap re c i a rse lai m p o rtancia que tuvieron las salidas hasta principios de los años

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Aunque la emi-gración ultrama-rina seguía sien-do la corriente

mayoritaria,empezaban a ser

cada vez másnumerosas las

salidas hacia paí-ses del continen-te europeo, que

a lo largo delséptimo deceniodel siglo XX y enlos tres primerosaños del octavose convertiríanen masivas, al

tiempo que decli-naba la emigra-

ción clásica diri-gida hacia el

Nuevo Mundo.

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s e t e n t a , con va l o res anuales que llega ron a ap rox i m a rse o a supe-rar las 100.000 personas; sólo el año 1967 mu e s t ra una caída de lae m i gra c i ó n , relacionada con una recesión económica que afe c t óespecialmente a las salidas diri gidas a Alemania. Por el contra ri o ,desde mediados de los años setenta el número de emigrantes sesitúa dentro de va l o res re l at ivamente bajos (de un promedio anu a lde 104.658 en el trienio 1971-73 se bajó a 50.695 en 1974, 2 0 . 6 1 8en 1975 y 11.336 en 1977, el año de menor intensidad emigrat o-ria) con el valor añadido de que, a d e m á s , se trata de cifras mu ch omás fi ables al tener poca importancia la emigración no asistida.Por otra parte las salidas regi s t radas desde 1974 se diri gi e ro nm ayo ri t a riamente a Suiza, país que, a dife rencia de otras nacionesvecinas que impusieron grandes re s t ri c c i o n e s , c o n t i nuó acogi e n-do trab a j a d o res españoles (Hernández y Durán, 1 9 8 9 ) , si bien pre-d o m i n a ron los contratos tempora l e s3 p a ra trabajar en la constru c-ción o en la hostelería.

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(3)Por afectar sólo al des-glose de los últimos tresaños se ha preferidosumar los emigrantespermanentes y los tem-porales entre 1983 y1985 para presentar laevolución general. Estosúltimos en el trienio1983-85 representaron lamayor parte del total delas salidas a Europa(88,63%); de ellos losdos tercios fueron aSuiza.

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D e n t ro de la distri bución por sexos queda plasmada en lagr á fica citada la sobre rrep resentación masculina que existe en lasc i f ras de emigrantes asistidos4, por lo que la curva evo l u t iva de losva rones es muy similar a la de la emigración total. Evidentementelos hombres fueron mu cho más nu m e rosos que las mu j e res den-t ro de esta corriente y en la mayor parte de los países, con laex c epción del Reino Unido, p e ro no en la pro p o rción que nosre flejan las estadísticas del I.E.E. (casi el 83% entre 1962 y 1973,los años de mayor emigra c i ó n ) .

Las estadísticas oficiales también permiten llevar a cabo unanálisis espacial de la emigra c i ó n , si bien la escala a la que des-cienden es poco detallada: el Estado en los países de destino y lap rovincia en el caso de la procedencia. Pa ra estos aspectos y paraseñalar las características de nu e s t ros emigrantes nos centra re m o sen los años en que la corriente europea afectó a un mayor núme-ro de pers o n a s .

En el destino de la emigración continental, que en el perío-do 1962-1973 registró un total de salidas próximo al millón dep e rsonas (987.485), t res países ab s o r b i e ron la casi totalidad de lose m i grantes “ p e rm a n e n t e s ” a s i s t i d o s : A l e m a n i a , que solió ocuparel primer puesto hasta 1970 (salvo en 1967 y 1968 por la re c e s i ó ncitada más arri b a ) , Suiza que se colocó en pri m e ra posición a par-tir de 1971 (ya lo había hecho antes en 1967) con porcentajes pró-ximos o superi o res al 50% (cifras superadas muy ampliamentedesde finales de los años setenta) y Fra n c i a , que ha pre s e n t a d ounas menores oscilaciones anuales.

A mu cha distancia fi g u ran Holanda, Reino Unido u otro spaíses europeos hacia los que salieron españoles a través delI.E.E. (Cuadro I).

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(4)En una encuesta a emi-

grantes españoles retor-nados, a la pregunta desi cuando salieron reci-bieron asistencia por el

I.E.E. respondió negativa-mente el 45% de los

hombres y el 68% de lasmujeres (Castillo, 1980,23). Otro ejemplo, éste

de carácter microterrito-rial, lo encontramos enlas historias de vida de

quince emigrantes conti-nentales gallegas de un

área rural (Saviñao) yotra urbana (A Coruña).Sólo una declaró haberrecurrido a la “emigra-

ción asistida” (vid. López1999 y Martínez 1999).

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Cuadro I: Destino de los emigrantes españoles entre 1962 y 1973P A Í S E S % sobre el total de salidasA l e m a n i a 3 8 , 2 0

B é l g i c a 0 , 5 1

F r a n c i a 2 1 , 9 4

H o l a n d a 3 , 8 8

Reino Unido 1 , 2 8

S u i z a 3 3 , 8 8

Otros países 0 , 3 3

F u e n t e : I.E.E. y elaboración personal

En cuanto al ori gen ge ogr á fico de nu e s t ros emigrantes hayque señalar que la corriente diri gida a Europa constituyó un fe n ó-meno que, si bien afectó a todo el terri t o rio nacional, se polari z óen va rias comunidades autónomas (fi g. 2), e n t re las que sobre s a-len Andalucía (29,88%) y Galicia (23,02%), s eguidas por Castillay León, la Comunidad Va l e n c i a n a , E x t re m a d u ra y Madrid (entreel 10,88% de la pri m e ra y el 5,85% de la última). Del resto sóloson destacables Murcia (3,90%: en este caso se trata de una solap rovincia) y Cataluña (2,43%: una de las comunidades con mayo rp o blación absoluta). Sin duda el ra s go más ori ginal de esta distri-bución espacial dentro de España lo presenta Galicia por hab e rsido en el pasado una de las regiones que más part i c i p a ron en lae m i gración a A m é rica y que se suma ahora a esta nu eva corri e n-t e, a dife rencia de otras (como A s t u ri a s , C a n t ab ria o el País Va s c o ,que tuvieron importancia en las salidas ultra m a ri n a s , p e ro queapenas participan en la emigración continental). Por otra parte lac o munidad ga l l ega en los pri m e ros años de la década de los sesen-ta todavía continuó alimentando un re l at ivamente importante fl u j ot ra n s o c e á n i c o , lo que hizo que coex i s t i e ran en ella estas dos

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Las estadísticasoficiales tambiénpermiten llevar acabo un análisisespacial de laemigración, sibien la escala ala que descien-den es pocodetallada: elEstado en los paí-ses de destino yla provincia en elcaso de la proce-dencia.

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c o rrientes migrat o rias ex t e ri o re s , a dife rencia de las re s t a n t e sregiones españolas (vid. Hernández Borge, 1 9 7 6 ) .

Por provincias son lógicamente las encuadradas en lasc o munidades autónomas que pre s e n t a ron una mayor intensidade m i grat o ria las que ocupan los principales luga re s , p e ro conv i e n eresaltar a Ourense con algo más del 10% del total de emigra n t e se s p a ñ o l e s , ocupando un primer lugar muy destacado, s eguida porA Coru ñ a , M a d ri d, G ranada y Sevilla (con va l o res superi o res a5%) y por Va l e n c i a , C ó rd o b a , Po n t eve d ra , C á d i z , Ja é n , Badajoz yM á l aga (con porcentajes comprendidos entre 3 y 5).

Además de info rmar del ori gen y del destino, en las estadís-ticas del I.E.E. encontramos datos sobre determinadas cara c t e r í s-ticas de los emigrantes españoles re fe ridas a edad, estado civil ya c t ividad pro fe s i o n a l , también cl a s i ficados según provincias desalida y principales países de llega d a .

La edad de nuestros emigrantes continentales refleja clara-mente que se trató de un flujo de carácter laboral, destinado acubrir aquellas actividades profesionales menos demandadas por

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los trabajadores autóctonos de los países de destino, que eran lasque requerían poca cualificación para su desempeño y que reci-bían salarios bajos, al combinarse en los países demandantes unimportante crecimiento económico con la llegada a la edad deincorporación al mercado del trabajo de generaciones poconumerosas (por haber nacido en épocas de baja natalidad) ymejor formadas cultural y profesionalmente que las precedentes.Por todo ello son las personas con edades comprendidas entre 20y 39 años las que dan los porcentajes más elevados (Cuadro II),estando poco presentes los adultos maduros y, sobre todo, los“viejos” (incluimos en esta denominación a los mayores de 54años) y los niños, que por el carácter de las estadísticas estáninfrarrepresentados. La combinación de la edad con el sexomuestra diferencias poco importantes.

Cuadro II: Edad de los emigrantes españoles a Europa (1963-1973)< 1 5 1 5 - 1 9 2 0 - 2 4 2 5 - 2 9 3 0 - 3 4 3 5 - 3 9 4 0 - 4 4 4 5 - 4 9 < 5 5

% TOTAL 0 , 7 1 1 1 , 2 4 1 9 , 7 1 2 1 , 6 3 1 7 , 0 5 1 4 , 4 1 9 , 3 4 5 , 4 0 0 , 4 9

% H o m b r e s 0 , 4 5 1 0 , 1 3 1 7 , 8 4 2 2 , 2 7 1 7 , 9 2 1 5 , 3 9 9 , 9 1 5 , 6 2 0 , 4 7

% Mujeres 1 , 9 9 1 6 , 7 1 2 8 , 9 9 1 8 , 4 8 1 2 , 7 8 9 , 5 8 6 , 5 5 4 , 3 2 0 , 6 1

F u e n t e : I.E.E. y elaboración personal.

Al ser mayo ri t a rias las personas con edades encuadra d a sen la población adulta joven es lógico que casados (56,37%) ys o l t e ros (43,22%) sean los estados civiles mayo ri t a ri o s , t a m-bién en este caso con no demasiadas dife rencias en su distri bu-ción por sexos (Cuadro III), con ex c epción de la viudez, d o n d elas mu j e res son pro p o rcionalmente bastante más nu m e ro s a sque los hombre s .

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Además de infor-mar del origen ydel destino, enlas estadísticasdel I.E.E. encon-tramos datossobre determina-das característi-cas de los emi-grantes españolesreferidas a edad,estado civil yactividad profe-sional, tambiénclasificadossegún provinciasde salida y prin-cipales países dellegada.

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Cuadro III: Estado civil de los emigrantes españoles a Europa (1963-1973)S o l t e r o s C a s a d o s V i u d o s

T O T A L 4 3 , 2 2 % 5 6 , 3 7 % 0 , 4 1 %

H o m b r e s 4 2 , 6 2 % 5 7 , 1 5 % 0 , 2 3 %

M u j e r e s 4 6 , 2 0 % 5 2 , 5 1 % 1 , 2 9 %

Fuente: I.E.E. y elaboración personal.

Por último, las estadísticas del I.E.E. informan también delos grupos profesionales5 de los emigrantes (Cuadro IV), lo quenos permite constatar las actividades en que las necesidades demano de obra por parte de los países demandantes eran más altas:determinadas ramas del sector industrial (incluyendo la construc-ción y la minería) y del sector servicios. Por ello vemos la pre-ponderancia clara del grupo 7/8 (artesanos y trabajadores indus-triales, peones no incluidos en otros grupos), seguido del 4 (agri-cultores, pescadores, cazadores, trabajadores forestales y asimi-lados) y del 11 (mujeres sin profesión y niños menores de quin-ce años, en el que están incluidas muchas mujeres que trabajarí-an en el servicio doméstico, donde es más fácil de conseguirempleo).

Cuadro IV: Grupos profesionales de los emigrantes españoles aEuropa (1963-1973). Porcentaje %.

0 1 2 3 4 5 6 7 / 8 9 1 0 1 1

0 , 1 3 0 , 0 0 0 , 3 5 0 , 2 6 2 8 , 6 9 0 , 5 4 1 , 1 6 5 6 , 4 3 2 , 6 0 0 , 3 7 9 , 4 5

F u e n t e : I.E.E. y elaboración personal.

Además de toda esta información referida a los emigrantes“permanentes”, las estadísticas del I.E.E. también facilitan datossobre la emigración de temporada a Francia, que recogen las per-sonas que salían contratadas para trabajar en diferentes campañas

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(5)Las estadísticas españo-las establecen once gru-

pos profesionales: 0.Trabajadores profesiona-

les, técnicos y asimila-dos; 1. Administradores,gerentes y directores; 2.Empleados de oficina; 3.

Vendedores; 4.Agricultores, pescadores,

cazadores, trabajadoresforestales y asimilados;5. Mineros, canteros y

trabajadores asimilados;6. Trabajadores de los

transportes y comunica-ciones; 7/8. Artesanos y

trabajadores industriales,peones no incluidos en

otros grupos; 9.Trabajadores de los ser-vicios, de los deportes y

las diversiones; 10.Trabajadores que no

pueden ser clasificadossegún la ocupación; 11.Mujeres sin profesión y

niños menores de quinceaños.

Page 31: Emigración Europa

agrícolas del vecino país, como el arroz (plantelistas y arroceros),remolacha (bina, repaso y arranque), recolección de frutas ylegumbres y, sobre todo, vendimia. Aunque también en este caso,fueron muchos los españoles que salieron al margen de los orga-nismos oficiales, el número de los contabilizados en las estadís-ticas muestra el carácter masivo del fenómeno, pues hasta finalesde los años setenta se aproximaba o superaba los 100.000 anua-les (Cuadro V). En cuanto al origen dentro de España cabe des-tacar la fuerte participación de las regiones mediterr á n e a s(Comunidad Valenciana, Murcia y varias provincias andaluzas),así como la casi nula aportación de gallegos, tan presentes en laemigración permanente. La disminución de este flujo se inició enlos años ochenta, presentando progresivamente cifras cada vezmás bajas, que a finales del siglo XX oscilaban entre cinco y sietemil personas con cambios tanto en el origen geográfico como ensu composición (Vilar y Vilar, 1999, 61-62).

Cuadro V: Emigrantes de temporada a Francia (1963-1973)A r r o z R e m o l a c h a V e n d i m i a O t r o s T o t a l

Promedio anual 2 . 6 2 9 1 8 . 6 6 6 6 7 . 2 7 9 1 2 . 1 5 7 1 0 0 . 7 3 0

% 2 , 6 1 1 8 , 5 3 6 6 , 7 9 1 2 , 0 7 1 0 0 , 0 0

F u e n t e : I.E.E. y elaboración personal.

A MODO DE CONCLUSIÓNLas fuentes estadísticas re fe ridas a la etapa de la gra n

e m i gración a Europa de los años sesenta y principios de lossetenta del siglo XX, al re c oger las info rmaciones de sólo unap a rte de los emigrantes (los asistidos), son insuficientes parac u a n t i ficar el volumen total de los que saliero n , que algunos

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

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a u t o res evalúan en 2.000.000 para el período 1960-1973 con unre t o rno de 800.000-1.000.000 (Sanz, 2 0 0 8 , 95). Pe ro las “ e s t a-dísticas de emigrantes asistidos” nos permiten conocer el pro-ceso evo l u t ivo , las características de las personas que part i c i p a-ron en el fl u j o , los destinos principales y las provincias españo-las de procedencia y, a pesar de sus defi c i e n c i a s , s u p u s i e ron ungran avance con respecto a épocas precedentes en las que losdesplazamientos espaciales con destino a países del continentee u ropeo no eran re c ogidos en ninguna fuente o, si lo eran (casode la serie de pasajeros por mar), la insuficiencia era muy grave.

Complemento de estas estadísticas son dive rsas publ i c a c i o-nes del I.E.E. o de otros Dep a rtamentos del Ministerio de Trab a j o ,como los “ I n fo rm e s ” , “ M e m o ri a s ” , “A t l a s ” o “A nu a ri o s ” , no tantopor los datos que fa c i l i t a n , como por sus info rmaciones y comen-t a rios sobre la emigración a países euro p e o s .

Por último, además de las estadísticas señaladas, c o n t a-mos en España con fuentes de info rmación indirectas que per-miten ap rox i m a rnos a este fenómeno migrat o rio como son losCensos de Po blación (analizando la localización en los distin-tos países de la población “ a u s e n t e ” de su domicilio hab i t u a l ,d ato re c ogido entre 1877 y 1991), los regi s t ros consulares o,p a ra las épocas más re c i e n t e s , el Censo Electoral de ResidentesAusentes (C.E.R.A.).

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La política emigrat o ri aespañola y la emigra c i ó na Euro p a

Francisco R. DURÁN VILLA.Alcanza el grado de doctorcon la tesis titulada La emi -gración española al ReinoUnido. Calificada con Aptocum Laude, le fue concedidoel Premio Extraordinario deDoctorado en el curso 1996-97.Director del Departamento deGeografía. Miembro delArquivo da Emigración Galega(Consello da Cultura Galega).Su línea de investigación prin-cipal es la dedicada al estudiode los movimientos migratorioshacia Europa tras la SegundaGuerra Mundial.Publicaciones: La emigracióngallega al Reino Unido,Santiago, 1985; Veintiséis añosde emigración gallega aEuropa: de la Estabilización ala integración en la CEE (1959-1986), Santiago, 1989; Guíabibliográfica de emigracióngalega, Santiago, 1992; La emi -gración y su reglamentaciónjurídica en España, Santiago,2003; A Real SociedadeEconómica de Amigos do Paísante o problema social da emi -gración en Galicia, Santiago,2006; Soas e á aventura: asgalegas en Londres, Santiago2007.

Cuando se pro mu l gan la Ley Orgánica 7/1985 de 1 dejulio s o b re dere chos y libertades de los ex t ra n j e ro sen España –denominada comúnmente como Ley de

E x t ranjería– y su Reglamento de ejecución de 26 de mayo delaño siguiente, en respuesta al mandato constitucional re c ogi-do en el artículo 13 del Título I (De los dere chos y deb e re sf u n d a m e n t a l e s) por el que los ex t ra n j e ros gozarán en Españade las libertades públicas que ga rantiza el presente Título enlos términos que establezcan los Tratados y la Ley, se cierraun largo período de casi 175 años en el que transitamos desdeel reconocimiento implícito de la libertad de emigrar en laConstitución de 1812 al reconocimiento explícito de Españacomo país de inmigración.

Las disposiciones de distinto ra n go y procedencia quehan regulado y regulan la emigración no han cesado de pro-

Licenciado en Geografía e Historia. Doctor enGeografía y profesor titular de Análisis Geográfico

Regional en el Departamento de Geografía de la USC.

Francisco R. DURÁN VILLA

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l i fe rar por su propio carácter coy u n t u ral desde la ap a rición de la yalejana en el tiempo Real Orden circular del Ministerio de laG o b e rnación de 16 de sep t i e m b re de 1853, que reg u l a ri z aba lassalidas para las colonias españolas y para los Estados de A m é ri c a .D u rante el siglo XX mientras que han sido múltiples los intentosrealizados por el legislador para sistemat i z a rlas y actualizarlas conp retensión de ge n e ra l i d a d, intentos que se han mat e rializado en lasd i fe rentes leyes de emigración publ i c a d a s , no ha ocurrido lomismo con la norm at iva para los ex t ra n j e ros hasta 1985, c u yaúnica síntesis de principios se mantenía inva ri able desde que entróen vigor el Real Decreto de 17 de nov i e m b re de 1852, que establ e-ce por pri m e ra ve z los dere chos de ex t ranjería en España. Laamplia decl a ración de principios que deriva del pre c epto constitu-cional antes aludido se mantiene ap a rentemente en la legi s l a c i ó nre l at iva a su capacidad civil según se desprende del artículo 27 delC ó d i go civil modificado por la Ley 5/1982 de 13 de julio, por elque los ex t ra n j e ros gozarán de los mismos dere chos que la Leyconcede a los nacionales, aunque si se realiza un análisis de fo rm ap o rm e n o rizada de los pre c eptos de la Ley Civil se compru eba queson mu chas las ex c epciones contempladas, con la consiguientere s t ricción de los dere chos en este campo, unas re s t ricciones quese hacen tanto más signifi c at ivas cuando se comparan con las que-j a s , demandas y re ivindicaciones efectuadas al respecto por losd i fe rentes Gobiernos de España o por los propios trab a j a d o re sespañoles emigrantes ante los re s p o n s ables políticos de los Estadose u ropeos de acogi d a .

La presencia de ex t ra n j e ro s , y en particular los ori gi n a ri o sde España, en los países de Europa centro-occidental no es unfenómeno tan reciente como normalmente se suele aducir. Los

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m o t ivos de su emigra c i ó n , i n d ependientemente de los exilios deci-monónicos de afra n c e s a d o s , l i b e rales y carlistas –por citar sólo losmás import a n t e s – , están directamente relacionados con la ex p a n-sión del capitalismo y más concretamente con los dife rentes pro c e-sos de industri a l i z a c i ó n .

La polarización asociada al desarrollo de la industria en elsiglo XIX y en las pri m e ras décadas de la centuria posterior fuesinónimo de concentración espacial tanto de actividades y deriquezas producidas como de población y empleo en las nu eva sregiones industriales y en mu chas de las viejas ciudades euro p e a s ,unas ciudades que gracias al desarrollo de los tra n s p o rtes se con-v i rt i e ron en centros de producción y distri bución a gran escala,d ive rs i ficando con ello sus estru c t u ras funcionales tra d i c i o n a l e s .En el marco de las ventajas comparat ivas que ofrecían estos fo c o sde crecimiento industrial y económico el éxodo dominante es elque procede de las zonas ru ra l e s , p e ro no es ex cl u s ivo. Este tra s va-se masivo de población del campo a la urbe y los desplazamientosi n t e rnacionales que van a tener lugar desde las márgenes at l á n t i c ay mediterránea de Europa traspasados los años centrales del sigloXX responden a los modelos de desigualdad propios del cap i t a l i s-mo industrial y fo rd i s t a , en los que el centro y la peri fe ri a , a u n q u ec o n t rap u e s t o s , se van a mantener ligados por fuertes mecanismosde interd ep e n d e n c i a , c u yo ejemplo más característico es la dire c-ción contra ria de los flujos de mano de obra y de cap i t a l e s , que per-m i t i e ron ge n e rar importantes procesos de conve rgencia social ye s p a c i a l , que se están viendo alterados con el advenimiento de lal ó gica del global a partir de los años ochenta del siglo XX.

Hace ya mu chos años que en el deb ate histori ogr á fico sobrela revolución industrial existen autores que tiende a restar impor-

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La presencia deextranjeros, y enparticular los ori-ginarios deEspaña, en lospaíses de Europacentro-occidentalno es un fenóme-no tan recientecomo normal-mente se sueleaducir.

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tancia al proceso de modernización de la agri c u l t u ra , es decir, a laumento de la pro d u c t iv i d a d, de los beneficios y a la libera l i z a c i ó nde campesinas y campesinos como principal factor de la industri a-l i z a c i ó n , e insisten en su incapacidad para suministrar en solitari oel capital y la mano de obra necesarios para el desarrollo de lai n d u s t ria. A este respecto la incorp o ración de la mujer y de losniños y las niñas a las fábricas puede responder y responde a unp roceso complejo en el que concurren la necesidad de completarlos ingresos de la fa m i l i a , la búsqueda de una mano de obra bara-ta por el empre s a riado y a las dificultades crecientes para mov i l i-zar la re s e rva nacional de trab a j a d o res masculinos por las conse-cuencias nocivas del proceso de industri a l i z a c i ó n , por el imagi n a-rio social de éxito y progreso asociado al éxodo ultra m a rino entodas sus direcciones y, t a m b i é n , por el desarrollo de los medios det ra n s p o rte marítimo a partir de los años centrales del siglo XIX.A d e m á s , también hay autores que han hecho hincapié en la deb i l i-dad del crecimiento vege t at ivo de las ciudades, un crecimiento que,a pesar de los altos índices de nat a l i d a d, es incapaz de ap o rtar lose fe c t ivos suficientes para sat i s facer la demanda de un merc a d ol ab o ral en continua ex p a n s i ó n , por las difíciles condiciones de tra-bajo y hab i t abilidad del pro l e t a ri a d o , como se desprende de losi n fo rmes Vi l l e rmé y A s h l ey elab o rados a mediados de siglo XIXen Francia y en el Reino Unido re s p e c t iva m e n t e.

En este contexto no es ex t raño que se desarro l l a ra en para-lelo al éxodo ru ral un movimiento de mano de obra intern a c i o n a len Europa occidental, l ato sensu, de fo rma coetánea al desarro l l ode los procesos de industrialización y en mu chas ocasiones comopaso previo a un desplazamiento de mayor distancia. En un contex-to en el que los trab a j a d o res no dejan de ser más que un instru m e n-

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to fácilmente re e m p l a z abl e, estos contingentes foráneos al sert o d avía más vulnerables que los propios nacionales –pues menores su capacidad re iv i n d i c at iva– van a ser utilizados en mu chas oca-siones como instrumento de control de los salarios. La ausencia den o rm at ivas migrat o rias en consonancia con el liberalismo re i n a n t ey con la vigencia del permiso de permisión favo reció la mov i l i d a d,como lo atestiguan los crecientes volúmenes de ex t ra n j e ros regi s-t rados en los censos de A l e m a n i a , Fra n c i a , I n g l at e rra y Suiza amedida que avanzamos en el tiempo, aunque su existencia se vioe n s o m b recida tanto por la magnitud del éxodo ru ral como por lae m i gración de europeos en masa hacia A m é rica y en menor medi-da hacia A s i a , Á f rica y Au s t ralia.

Por ello tenemos que insistir en que la emigración económi-ca intra e u ropea posterior a la Segunda Guerra Mundial, en vez des eguir presentándola como una ru p t u ra con el modelo tra d i c i o n a l ,como un cambio brusco de destino en la corriente ultra m a ri n asecular (SAU V Y, A. et MONDRIOT, C. 1962; GARCÍAF E R N Á N D E Z , 1 9 6 5 ) , tenemos que interp re t a rla como la continu i-dad de un dilatado e inv i s i ble proceso decimonónico en el que par-t i c i p a ron casi siempre los mismos pro t ago n i s t a s : i rl a n d e s e s , i t a l i a-n o s , p o l a c o s , españoles y portugueses. Los estudios, por ejemplo,de J. A. JACKSON y H, STIRN de 1963 y 1964 re s p e c t iva m e n t e,y los publicados en 1966 por A. PROST y H. M. HAGMANN nohacen más que rat i ficar la amplitud temporal de este pro c e s o .

Los pasados años cincuenta y sesenta se cara c t e ri z a ron porel incremento del volumen de los desplazamientos y por la dive r-s i ficación y enriquecimiento del mosaico de procedencias con lai n c o rp o ración de los flujos y los procesos consiguientes de los quep roceden de Gre c i a , de Tu rquía y con los ori gi n a rios de los terri t o-

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rios coloniales en vías de emancipación. La magnitud del mov i-miento desveló y puso en tela de juicio la escasa capacidad quetenían las ab i e rtas sociedades europeas de acogi d a , i n cluso las demás larga tra d i c i ó n , p a ra aseg u rar la participación plena las dife-rentes culturas en el seno de las propias por muy próxima que estasf u e ran. El fracaso de las medidas asimilacionistas de aquellos años–con otorgar la nacionalidad no basta para que se produzca la inte-gración– y el frecuente intento de hacer recaer la re s p o n s ab i l i d a dde la integración sobre los inmigrantes casi con carácter ex cl u s ivoha propiciado que algunos colectivo s , los culturalmente menos afi-n e s , estén en situación de ri e s go de marginalidad o de ex cl u s i ó nsocial en la actualidad, no como un acto vo l u n t a rio libremente asu-mido sino como consecuencia de sus dife rencias sociocultura l e s .

1.- ACCIÓN TUTELAR Y PAT E R NA L I S M ODesde un punto de vista lega l , la emigración de españoles

hacia Europa se hace visible con la pro mu l gación por medio delReal Decreto de 20 de diciembre de 1924 de la nu eva Ley yR eglamento de Emigración. El nu evo concepto de emigra n t e, ad i fe rencia del pre c e d e n t e, c o n s i d e ra como tales a los españoles ysus familias que por causa de trabajo abandonen el terri t o ri onacional para establ e c e rse fuera de él defi n i t iva o tempora l m e n t e.El destino ultra m a rino o las condiciones del billete –clase y grat u i-dad– dejan de definir a esta fi g u ra para centra rse en el carácter lab o-ral de los flujos económicos y en la duración de la ex p at ri a c i ó n ,s o b re todo porque la contratación temporal parece que ha tenidouna importancia fundamental en el ámbito europeo desde el sigloX I X , aunque como se ha demostrado posteri o rmente con los ga s -t a r b e i t e r de los años 1960s, ésta no ha constituido una solución

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Desde un puntode vista legal, la

emigración deespañoles haciaEuropa se hace

visible con lapromulgaciónpor medio del

Real Decreto de20 de diciembre

de 1924 de lanueva Ley y

Reglamento deEmigración.

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óptima y los Gobiernos no han tenido más remedio que acab a ra c eptando la estabilización. Entre las modificaciones signifi c at iva sque introduce su articulado con respecto a la precedente está la cre-ación de la Dirección General de Emigración –en sustitución delConsejo Superior– dependiente del Ministerio de Trab a j o , que tienee n t re otros el importante cometido de la tutela en el ex t e ri o r. Tre saños después de su instaura c i ó n , por medio del Real Decreto de 6de sep t i e m b re, se tra n s fo rma en Dirección General de Acción socialy Emigra c i ó n , pues de orden económico y social son los móvilesque desarra i gan a la población trab a j a d o ra del país, e n ri q u e c i e n-do con ello su contenido y ampliando su campo de actuación. Comocomplemento a esa acción tutelar en los países de acogida y en con-sonancia con la actitud pat e rnalista que mantiene el legi s l a d o r, s ec rean las Juntas de Emigración en los consulados, que van a ser lase n c a rgadas de administrar el tesoro del emigra n t e, que se ap l i c a r áex cl u s ivamente en beneficio y rep at riación de los españoles que lon e c e s i t e n.

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Disfrutando de unatarde de domingo enAlemania.

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No obstante, es necesario insistir en que esta Ley se enmar-ca en un nu evo contexto de la migración internacional como con-secuencia de los cambios que se han producido al término de la pri-m e ra guerra mundial. Mientras que hasta esos momentos se asistea una gran libertad de movimientos a distintas escalas, p o rque losnu evos Estados nacionales europeos fueron capaces de constru i rsus propias ciudadanías sin menoscabo del dere cho a ra d i c a rse ensus terri t o rios de otros nacionales al amparo de una norma de dere-cho internacional consuetudinario de sólida tradición humanitari a ,el pasap o rte se impone como documento de identificación en elviaje y como instrumento de control del movimiento de fro n t e ra s ,a partir de la Confe rencia celeb rada al respecto en París por elComité Provisional de la Sociedad de Naciones el 21 de octubre1920. El dere cho de entrada a partir de ahora no sólo se re s t ri n gi-rá a los ex t ra n j e ros paulat i n a m e n t e, sino que los go b i e rnos en ele j e rcicio de su autoridad podrán denega rl o1.

O t ro hecho signifi c at ivo en estos años y directamente re l a-cionado con la guerra , fue la introducción de procedimientos admi-n i s t rat ivos de ex t ranjería para los desplazamientos lab o ra l e s .Francia fue pionera con la c a rta de identidad (c a rte d’identité) en1917; dos años después en el Reino Unido se introduce el p e rm i s ode trabajo (wo rk perm i t) , que en el caso francés iría implícito en elc o n t rato de trab a j o hasta su disociación después de 1945; y el c e r -t i ficado médico – o bl i gat o rio para ejercer una actividad re mu n e ra-da– como instrumentos de control y reg u l a rización y también dep rotección de la mano de obra nacional, más abundante a partir de1918 por la licencia de las tropas tras la fi rma del armisticio. EnFra n c i a , el país que más españoles acoge, la política discri m i n at o-ria en favor de los trab a j a d o res nacionales y de los foráneos re s i-

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(1)Real Decreto disponien -

do que los súbditosextranjeros, para entrar

en territorio español,deberán traer pasaportesexpedidos y visados en laforma que se indica, queacrediten su identidad, ypara residir en el Reino,obtener la autorización

correspondiente; y decla -rando que los súbditos

españoles que regresen ala Patria, también debe -

rán estar provistos depasaporte (Gaceta de

Madrid, de 4 de mayo de1922).

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dentes se re c oge en la Ley de 11 de agosto de 1926, que establ e c emedidas punitivas para aquellos empre s a rios que contraten ex t ra n-j e ros de fo rma irreg u l a r, sancionándolos con penas que oscilane n t re los 500 y los 1.000 francos. De acuerdo con la nu eva norm a-t iva , se considera trabajador irregular a aquel que en el momentode cruzar el puesto fro n t e ri zo no esté en posesión de un contrato det rabajo visado por la autoridad competente y de un cert i fi c a d omédico expedido por un fa c u l t at ivo acreditado por un cónsul fra n-cés. La infracción de este requisito será sancionada con la dep o rt a-ción.

No obstante, p a ra algunos autores ex p e rtos en el tema e lc o n t rol de fro n t e ras no era muy estricto. Muchos españoles decl a -raban al pasar la fro n t e ra que no iban a Francia a trab a j a r. Unavez situados en terri t o rio fra n c é s , acudían al circuito de la “ e m i -gración en cadena”, a la ayuda de parientes o paisanos, y solíane n c o n t rar pat rono sin difi c u l t a d ( E S PA Ñ O L E S, 1976). Frente aesta ap re c i a c i ó n , la Real Orden de 3 de enero de 1930, s o b re losrequisitos que deben cumplir los que pretendan emigrar a Fra n c i a ,p a rece indicar lo contra ri o : a nu m e rosos obre ros españoles ale n t rar en Francia se les estampa en el pasap o rte la anotación “ d eno poder ocupar un empleo asalari a d o ” p rivándoles de obtenersus tarjetas de identidad y por tanto de encontrar colocación, p o rc u ya causa acuden a los Consulados a fin de que se les rep at r í epor carecer de re c u rsos. Encarezco a V. E. se adv i e rta a los jorn a -l e ros que soliciten el pasap o rte que sólo con un contrato de trab a -jo probado y autorizado por la autoridad fra n c e s a , podrán logra rel permiso de residir y trabajar en Fra n c i a2. El número 1 delBoletín de la Inspección General de Emigración correspondiente albienio 1930-1931 info rma que el total de españoles que entra ro n

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(2)Real Orden nº 13 de 3de enero de 1930 sobrerequisitos que debencumplir los que preten -dan emigrar a Francia(Gaceta de Madrid, de 4de enero de 1930). Es laprimera normativa legalespañola específica paraun país europeo.

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o ficialmente en Francia en 1929 asciende a 18.974 trab a j a d o re s , d elos cuales algo más del 85% para ocuparse en la agri c u l t u ra , m i e n-t ras que los reg u l a rizados ascendieron a 9.442.

Los difíciles momentos por los que at raviesa la coloniaespañola en Fra n c i a , c u yo volumen supera los 250.000 re s i-dentes en 1921, además de incrementar el número de rep at ri a-dos hace que el pro blema de la emigración española enFra n c i a , de la emigración española, en un país euro p e o , salte alos medios de comu n i c a c i ó n , al igual que en tantas ocasionesh abía ocurrido con algunos Estados ultra m a rinos. De especiali m p o rtancia por su trascendencia social fue la labor de info r-mación y denuncia realizada por la Confe rencia deM e t ropolitanos españoles, que se tradujo en la creación de laAsociación de San Rafael para centralizar y organizar las dife-rentes actuaciones filantrópicas dedicadas a la atención deestos emigrantes en 1926; en un info rme de las misiones espa -ñ o l a s e s t ablecidas en el año 1927; tres pastorales del card e n a lp rimado –Seg u ra y Sáez– en 1928, 1929 y 1930; y de un modoespecial destaca el Memorial remitido al Rey A l fonso XIII el17 de mayo de 1928. Directamente relacionado con estasacciones de denuncia nació el S e c re t a riado de Misiones p a rae m i grantes; se cre a ron en 1929 los p at ro n atos provinciales ylocales de acción social y emigra c i ó n, p a ra que los que seex p atrían no se hallen por falta de cultura ge n e ral o pro fe s i o -nal en condiciones de infe ri o ridad… en los países de emigra -c i ó n; también en ese año se constituye ron en Francia y enPo rt u ga l , en esas otras tierras ex t ra n j e ras más cercanas dondetambién existen fuertes núcleos de compat riotas emigra d o s,los p at ro n atos españoles de emigra c i ó n, p a ra la pro t e c c i ó n

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c u l t u ra l , física (salud), económica y social de los trab a j a d o re s;y se difunde una cada vez mayor y más ve raz info rmación a lose m i grantes sobre la situación de la emigración en Europa en elBoletín de la Subdirección General de Emigra c i ó n .

En el tránsito de los años veinte a los treinta, cuando pare-ce que comienza a visibilizarse esta corriente continental, el esta-llido de la crisis mundial y los acontecimientos que se precipita-ron sucesivamente en la década posterior interrumpieron los flu-jos de trabajadores con los países europeos, flujos que en muchasocasiones constituían, como ya se ha dicho, un primer eslabón enel marco de un proyecto migratorio personal más amplio y dis-tante. Salvo en el caso francés, tendremos que esperar hasta 1946para que vuelvan a reanudarse de forma espontánea las salidas,en consonancia con las demandas respectivas del mercado de tra-bajo y en particular con los intereses de los grandes gruposempresariales. Los mecanismos generalizados de gestión y con-trol de la inmigración vendrán a posteriori y se codificarán mayo-ritariamente en el decenio siguiente. No obstante, la actividadlegislativa española de los primeros años treinta apunta en ladirección del mencionado proceso de visibilización, como se des-prende de la promulgación en 1930 de la Real Orden sobre losrequisitos que deben cumplir los que pretendan emigrar a Franciay del Real Decreto que suprime la cartera de identidad e imponeel pasaporte para emigrar; del Tratado de trabajo y asistenciasocial con Francia y del Concierto entre los Gobiernos español yalemán la supresión recíproca del visado de pasaportes para losciudadanos alemanes y españoles que deseen entrar en sus res-pectivos territorios en 1932; y del Acuerdo de practicantes conFrancia firmado al año siguiente.

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En 1946, una Orden del Ministerio de Trabajo de 29 dem a r zo re s t ablece pre c eptos del texto refundido de la Ley yR eglamento 20 diciembre 1924 de emigra c i ó n , p o rque te rm i n a d ala contienda mundial y en trances de normal re a nudación del trá -fico de las líneas de ultra m a r, se hace necesario poner a punto loss e rvicios de emigra c i ó n , re c o rdando el estricto cumplimiento delas vigentes Leyes sobre la mat e ri a . De nu evo las autori d a d e sg u b e rn at ivas polarizan su atención en los desplazamientos ameri-canos e ignoran los que se re a nudan de fo rma clandestina cond i rección a Europa y al norte de Áfri c a , por el cierre de la fro n t e racon Francia y por la resolución condenat o ria de la ONU en 1946.

Difícil es precisar y clasificar los diferentes modelos deemigrantes que aparecen en estos momentos. En muchas ocasio-nes la concurrencia de varios factores en la decisión de partir nosimpide catalogarlos abiertamente como emigrantes económicos,sobre todo cuando los motivos políticos afloran de uno u otromodo, antes o después de la expatriación. Así, en los primerosaños posteriores al armisticio de 1945 se asiste a la difusión delos movimientos de reagrupación de las familias de los refugia-dos que habían sido regularizados por el gobierno francés con uncertificado de identidad y viaje que los homologaba a los nansen;los que escapan por temor a la represión del régimen; los deser-tores del ejército franquista; los que ven frustrada su promociónpersonal y profesional por haber sufrido purgas o condenas, oaquellos que por medio de la rehabilitación de las viejas cadenasmigratorias optan por cruzar las fronteras escapando de la difícilsituación socioeconómica de España. Independientemente de lascausas y de las identidades grupales simbólicas, todos acabaríancompartiendo espacios y sociabilidades y asimilarían por ósmo-

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sis un fuerte contenido político e ideológico, que despertó amuchos y a muchas emigrantes al compromiso político y social ya la lucha por las libertades.

2.- INTERVENCIÓN Y GESTIÓN DE FLUJOSA mediados de la década de los años cincuenta comienza a

n o t a rse un cambio de actitud en el discurso oficial frente a la emi-gración. La no injere n c i a , el dejar hacer sustentado sobre una liber-tad de emigración decimonónica de corte liberal que sostienen loss e c t o res más inmovilistas del régi m e n , va dejando paso a laimplantación de un nu evo modelo intervencionista estatal de cl a rom atiz económico por los tecnócratas. Al igual que ocurre en losEstados de acogi d a , los movimientos migrat o rios van a ser con-templados a partir de ahora como auténticas transacciones comer-ciales en la que los emigrantes se incorp o ran al capítulo de lasex p o rtaciones. De acuerdo con la Ley de ordenación de la emigra-ción de 1962, el Gobiern o , respetando la libertad individual de

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Presencia de lacolectividad andaluzaen la Feria de Bruselas.

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e m i gra c i ó n , d e s a rrollará su actividad en mat e ria emigrat o ria dea c u e rdo con las dire c t rices de la ordenación del trabajo en régi -men de pleno empleo, p a ra lo cual adoptará con pre fe rencia el sis -tema de operaciones y programas asistidos por él, d e n o m i n a d ocomo e m i gración asistida, que es la que tiene lugar ajustándose ap l a n e s , o p e raciones o programas ap robados por el Gobierno o consu intervención y cuenta con su ayuda técnica y económica.

Detrás de este cambio de actitud se encuentran toda unas e rie de fa c t o res que hacen necesario revisar la norm at iva vige n t e,fa c t o res tales como la incapacidad del mercado de mano de obrade la industria en nu e s t ro país para absorber a los expulsados de lai nve rsión sectorial que está teniendo lugar entre las actividades pri-m a rias y las manu fa c t u ras; la creciente demanda de divisas paraapuntalar el proceso de industrialización y desarrollo; y la necesi-dad del régimen de disponer de un instrumento que actúe de vál-vula reg u l a d o ra de la confl i c t ividad sociolab o ral. A d e m á s , la emi-gración se entendía, y de ello da fe la Ley sobre bases de su ord e-nación de 22 de diciembre de 1960, como un amplio campo deposibilidades ab i e rtas ante la libertad del individuo y, al pro p i ot i e m p o , fuente poderosa de vínculos y relaciones entre pueblos quepuede pro p o rcionar resultados beneficiosos… no sólo al que emi -gra y a sus fa m i l i a re s , sino en bien ge n e ral de los países, tanto deo ri gen como de establ e c i m i e n t o .

Este cambio de mentalidad coincide en el tiempo con unae s p i ral de crecimiento económico alto y continuado en los paísesmás avanzados de Euro p a , m at e rializada en un intenso proceso dei n d u s t ri a l i z a c i ó n , en consonancia con una situación de plenoe m p l e o , es decir, con tasas de paro muy bajas alimentadas sólopor desempleo fri c c i o n a l , y con la re c epción por llamada de con-

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t i n gentes de trab a j a d o res procedentes de la peri fe ria mediterr á n e a ,c u yos ap o rtes van a ser decisivos para el mantenimiento de la tasamedia de ganancias. El desarrollo y la ge n e ralización de los pro-cedimientos administrat ivos de entrada y establecimiento asocia-dos a esta inmigración económica a partir de 1945 hacen necesa-ria una revisión de nu e s t ra norm at iva y urgen al establ e c i m i e n t ode acuerdos bilat e rales sobre emigración contrat a c i ó n , c o l o c a c i ó ny seg u ridad social para dar respuesta a las peculiaridades de losdistintos llamamientos.

Los primeros síntomas de cambio tienen lugar en los añoscentrales del siglo XX con la adhesión de España al ComitéIntergubernamental para las Migraciones Europeas (C.I.M.E.),organismo creado en la Conferencia de Bruselas de 1951 a ins-tancia de Bélgica y los Estados Unidos, y en la promulgación dela Ley de 17 de julio de 1956 por la que se crea el InstitutoEspañol de Emigración (I.E.E.), que fue adscrito en principio a laPresidencia del Gobierno y traspasado con posterioridad alMinisterio de Trabajo, pues a él compete la regulación de los pla-nes y operaciones de la emigración asistida en función de lasnecesidades nacionales y de la coyuntura social y económica. Elnuevo Instituto, que tiene a su cargo el desarrollar con sujecióna las leyes vigentes la política emigrat o ria del Gobiern o(DURÁN, F. y PÉREZ, Mª L, 2003), es una corporación deDerecho Público que con las características y funciones previstasen la Ley creadora, tiene la consideración jurídico-administrativade entidad oficial de la seguridad social para el desarrollo de lapolítica tuitiva del Gobierno en materia de emigración. A él se leencomienda en régimen de descentralización administrativa laacción tutelar del emigrante a imagen y semejanza de la tutoría

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civil, por lo que tiene que concertar con las empresas u organis-mos extranjeros los sistemas de selección como paso previo a lacontratación; la labor de orientación e información gratuita de losemigrantes; la preparación y capacitación profesional; y tambiénel facilitarles la obtención de los medios económicos, enseres einstrumentos de trabajo en el país de recepción, proponiendo alGobierno las fórmulas crediticias más aconsejables. En el exte-rior está representado en esencia por las Agregadurías Laborales,que nacidas en la órbita de la organización sindical acabaronsiendo supeditadas al Instituto en el momento de su adscripcióna Trabajo el 9 de mayo de 1958. En virtud de la Ley deEmigración de 1962 las Agregadurías tienen encomendadas larecepción y asistencia de los inmigrantes mientras cumple conlas formalidades impuestas al efectuar la entrada en el país deacogida; la información y el asesoramiento para que puedan for-malizar las obligaciones administrativas derivadas de su nuevaresidencia; así como la asistencia en el orden jurídico y laboral.

Con posteri o ridad y en coherencia con los principios quei n s p i ran el Movimiento Nacional y la filosofía lab o ral se crean laComisión Sindical de Emigra c i ó n , p a ra conocer y re s o l ver aque-llas cuestiones re l at ivas a la emigración dentro de la estricta com-petencia sindical, y la Dirección General de Empleo, que entre susfunciones está la de encauzar los movimientos migrat o rios dentroy fuera del país.

En consonancia con la intervención pública que acompañaa los movimientos migratorios en la fase posterior a la SegundaGuerra Mundial y con sistemas de reclutamiento organizados porlos Gobiernos receptores en Europa, bien directamente o pormedio de los representantes de los empresarios y sus organizacio-

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nes, para rellenar los nichos laborales que no son capaces decubrir con los trabajadores nacionales o extranjeros establecidos,forzaron a las autoridades españolas a suscribir tratados bilatera-les de emigración para facilitar y encauzar la entrada y perma-nencia en sus territorios, así como para elegir el lugar de residen-cia y asegurar la libertad de los desplazamientos. No obstante, laconcesión de esos permisos se va a regular siempre con arreglo alas disposiciones vigentes, después de que se notifiquen oficial-mente las necesidades de mano de obra no cubiertas y de su veri-ficación por los servicios administrativos competentes, comopaso previo a la autorización para efectuar el reclutamiento pormedio de la concesión de un rígido sistema de permisos de vigen-cia casi siempre anual, aunque renovable por dos o tres años, enprevisión de las fluctuaciones del mercado laboral. Con posterio-ridad se fueron suscribiendo convenios de seguridad social deforma paulatina, para garantizar los beneficios adquiridos o encurso de adquisición por los emigrantes y sus familias y el disfru-te de las prestaciones correspondientes.

Las nuevas exigencias dejaron obsoleta la vieja Ley de1924 y obligaron a una revisión y puesta al día de las normativasen curso, que comienza con la delegación legislativa que se mate-rializa en la Ley sobre bases de ordenación de la emigración de1960, y toma cuerpo en el texto articulado de la Ley de ordena-ción de la emigración de mayo de 1962, culminando el procesocon la puesta al día realizada en la Ley de emigración de 1971, laúltima promulgada en España por la no materialización del pro-yecto anunciado en Ginebra por el entonces director del Instituto,José Luis García López, en enero de 1981. La nueva Ley, envigor desde el 21 de julio de aquel año, a diferencia de las prece-

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Los primeros sín-tomas de cambiotienen lugar enlos años centra-les del siglo XXcon la adhesiónde España alComitéIntergubernamental para lasMigracionesEuropeas(C.I.M.E.), orga-nismo creado enla Conferenciade Bruselas de1951 a instanciade Bélgica y losEstados Unidos, yen la promulga-ción de la Ley de17 de julio de1956 por la quese crea elInstituto Españolde Emigración(I.E.E.).

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dentes emprende una línea más en consonancia con la problemá -tica social que suscita el hecho migratorio y se centra menos enla proclamación del derecho a emigrar, en la regulación de losprocesos y en definir el contenido y alcance de la acción tutelar.

En ella se re c ogen de fo rma actualizada los cri t e rios máss i g n i fi c at ivos de cl a s i ficación que se fueron perfilando en lasdécadas precedentes. Así distingue entre la emigración perm a n e n-t e, la que se realiza por tiempo indeterminado o superior a un año;la temporal por un plazo infe rior a un año; la de tempora d a , l i m i-tada a trabajos cíclicos o estacionales; y la fro n t e riza. Por pri m e-ra vez en el dere cho migrat o rio español se va a distinguir entrere t o rn o , que engloba a todos aquellos que regresan vo l u n t a ri a-mente a España por sus propios medios con carácter defi n i t ivo , yrep at riación –vo l u n t a ria o fo r zo s a – , que es aquella que se re a l i z apor cuenta parcial o total del Estado. De este modo al ab o rdar elr é gimen jurídico de la emigración se explicita que la acción pro-t e c t o ra del Estado ab a rca la totalidad del pro c e s o , y en virtud see j e rcerá sobre la prep a ración de la emigra c i ó n , el viaje de ida, l aestancia en el ex t ra n j e ro y los viajes de re t o rno o de rep at ri a c i ó n .

Es particularmente interesante por novedoso el Título IIIrelativo a la asistencia social del emigrante. En él a la tradicionalprotección general se le incorporan las asistencias educativa delemigrante y de sus hijos en todos los niveles, ciclos y modalida-des de acuerdo con la Ley de Educación de 1970; la de caráctereconómico por medio de la concesión de créditos o ayudas definanciación tanto a cooperativas de emigrantes que tengan comoobjeto la construcción de viviendas en España, como a lasEmpresas asociativas que proyectaren crear o hubieren creadolos emigrantes a efecto de su retorno definitivo a la Patria, o

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individualmente a falta de tales cooperativas o empresas; la quese ejerce en el exterior, que contempla como novedad la creaciónde las Casas de España, para fomentar la convivencia entre losespañoles y mantener viva la relación de los emigrantes y loshijos con la patria; y por último la familiar, centrada en los pro-cesos de reagrupación, que serán llevados a cabo por el IEE, biendirectamente o por concierto preferente con la OrganizaciónSindical. El deterioro de las relaciones entre el Gobierno y laSanta Sede, entre el Gobierno y la jerarquía española, y la laborno siempre entendida de las capellanías en el exterior por partede nuestras autoridades diplomáticas le restan protagonismo a laIglesia en uno de sus campos tradicional es de actuación.

El procedimiento administrativo para atender las ofertas deempleo procedentes de exterior se articula en cuatro fases en vir-tud de la Orden de 15 de noviembre de 1960: reclutamiento e ins -cripción (Art.- 2º), en la que el trabajador tiene que formalizar laoportuna demanda de inscripción en la oficina del Servicio de

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Colocación correspondiente a su lugar de residencia; preselec -ción de los candidatos (Art. 5º), por medio del reconocimientomédico y profesional realizado por la que la Oficina Provincialde Colocación, de acuerdo con el Delegado Provincial del I.E.E;documentación y la selección definitiva de los candidatos (Art.6º) por el Instituto una vez superada la fase anterior; y, la última,traslado de los trabajadores emigrantes en la que el Delegadoprovincial comunicará la fecha de salida a Madrid, a la empresacontratante y a los propios interesados. No obstante, este proce-dimiento general se va a matizar en virtud de existencia o no deun Acuerdo de emigración y de las condiciones particulares esta-blecidas en cada uno de los Tratados subscritos por el GobiernoEspañol: Bélgica en 1956; Alemania en 1960; Francia, Suiza yHolanda en 1961: y Austria en 1962.

La fo rmalización de estos instrumentos intern a c i o n a l e ssupuso el tra s vase de la selección defi n i t iva desde las autori d a d e sdiplomáticas y consulare s , s a l vo en el caso belga , a las misionesradicadas en Madrid –la francesa y la austriaca– y en Irún en el casode Francia. En Suiza interviene la Oficina Fe d e ral de la Industri a ,A rtes y Oficios y Trabajo por medio de los rep resentantes ofi c i a l e sde las asociaciones de pro fesionales o de utilidad pública deb i d a-mente autorizados para este fin por la mencionada Oficina Fe d e ra l .

N o rmalmente los organismos re s p o n s ables de la inmigra-ción remiten directamente o por medio de sus rep resentantes alI . E . E , las ofe rtas de trabajo –innominadas y nominat ivas– para suap robación. Por norma ge n e ra l , las pri m e ras siguen las fases delp roceso emigrat o rio descri t o , e n c a rgándose las autoridades de emi-gración de la pre s e l e c c i ó n , m i e n t ras que la selección defi n i t iva y lap rovisión de los permisos y del contrato de trabajo corresponde a

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las del país de inmigración. Las ofe rtas nominat ivas por norm age n e ral las remiten los organismos de inmigración al interesado yal Instituto, quién se encargará de iniciar un proceso similar a lasque no tienen consignadas el nombre. Pa ra este tipo de contrat a-ción es necesario que el trabajador pre s t a ra con anteri o ridad suss e rvicios en la misma empresa; que sea familiar de algún emplea-do o del empre s a ri o , o simplemente porque existen relaciones deamistad personal con el último. En el caso de Bélgica y de Au s t ri ano existe selección defi n i t iva por el país re c ep t o r, es el pro p i oI.E.E. el que se encarga de la documentación, del re c o n o c i m i e n t omédico y de la solicitud del visado de entrada del trabajador en sust e rri t o ri o s .

Por lo que respecta a la contratación de temporada anónimao nominat iva , que se destina mayo ri t a riamente a ocupar empleosagr í c o l a s , en el caso fra n c é s , en virtud del A c u e rdo complementa-rio re l at ivos a los trab a j a d o res de temporada de 25 de enero de1 9 6 1 , se sigue un procedimiento muy similar al de al emigra c i ó np e rm a n e n t e. La misión en Irún de la Office Nat i o n a ld ’ I m m i gration (ONI) procederá al examen pro fesional de los pre-sentados por las autoridades españolas en los locales designadospor el Servicio de Nacional de Encuadramiento y Colocación ypodrá realizar también el reconocimiento médico de los seleccio-nados en sus demarcaciones de residencia. Los trab a j a d o res det e m p o rada entrarán en terri t o rio francés amparados por su pasa -p o rte nacional provisto de un visado de entrada francés de unad u ración igual, al menos, a la del contrato de trabajo. Dura n t eeste período dicho visado suplirá al permiso de re s i d e n c i a .

En el caso del Reino Unido, al no existir un A c u e rdo pordejadez de las autoridades españolas competentes (DURÁN

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V I L L A , 1997 y 2007), la A gregaduría estableció una serie de con-venios con las agencias de colocación bri t á n i c a s , que son las encar-gadas de canalizar directamente las ofe rtas de trabajo nominadas einnominadas al I.E.E., a quien corresponde sólo el re clutamiento ya la inscri p c i ó n , por no estar sometidos por ley ni a la pre s e l e c c i ó nni a la selección defi n i t iva médica y pro fe s i o n a l .

El balance de este período a tenor de los índices de irreg u-l a ridad que acompañan a este desplazamiento europeo no hace másque confi rmar el fracaso de la emigración asistida auspiciado porlas autoridades franquistas. La lentitud de los trámites por un ex c e-so de bu ro c ra c i a , la falta de atención por parte de las autori d a d e sespañolas radicadas en el ex t e ri o r, la imposibilidad de salir alex t ra n j e ro tras una ex p e riencia previa de fracaso si previamente nose sufragan los gastos de la rep at riación (BA B I A N O, J. yFERNÁNDEZ A S P E R I L L A , A . , 2002) y la presión y facilidad delos empre s a rios para contratar al margen de los cauces lega l e sunido a la frecuencia y facilidad de los procesos de regulación enlos países re c ep t o res son, e n t re otra s , las ra zones que nos ex p l i c a nlos desplazamientos masivos canalizados a través de las re d e sm i grat o rias tejidas entre los luga res de ori gen y los de destino.

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E m i gración españolaa Europa y trab a j o

José BABIANO MORA.En la Fundación 1º de Mayo dirige el Área deArchivos, Documentación eHistoria. Es especialista en Historia del Trabajo eHistoria de la Emigración, asícomo en el tratamiento de las fuentesdocumentales para el estudiode ambas materias. Es autor de varios libros y devarias decenas de artículosaparecidos en publicaciones científicas espa-ñolas y francesas.

Fue un cambio en la demanda de fuerza de trabajo loque hizo que el ciclo migratorio ultramarino conclu-yese y la emigración española se dirigiera al conti-

nente europeo a partir de los años cincuenta del siglo XX.Efectivamente, pues los países de América Latina habíancomenzado a levantar barreras a la inmigración durante elperíodo de entreguerras y a demandar, a diferencia delpasado, mano de obra de cierta cualificación.

Inversamente, en los países centrales de EuropaOccidental la capacidad de absorción de mano de obra des-cualificada fue enorme. Tras iniciarse el crecimiento eco-nómico de la segunda posguerra, primero se agotaron laspropias reservas nacionales de mano de obra, incorporandomasivamente a las mujeres y al campesinado al mercadolaboral. Luego, para evitar una competencia entre las

Doctor en Historia Contemporánea.

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empresas por la fuerza de trabajo que ampliaría los costes de pro-ducción de bienes y servicios en el capítulo de salarios, se abrie-ron las fronteras a la inmigración de trabajadores de las coloniasy excolonias, así como de la cuenca del Mediterráneo, como fueel caso de los españoles.

¿Por qué los países de inmigración de Europa Occidentalpudieron absorber mano de obra descualificada, a diferencia deAmérica Latina? Fundamentalmente resultó posible gracias a lareorganización fordiana de la producción. Es decir, debido a queen la gran industria europea se introdujo una tecnología rígida yla división extrema del trabajo. En efecto, la industria europea dela segunda posguerra fue una industria de producción en masa, agran escala. Es decir, una industria en la que las ganancias en pro-ductividad se basaban en abaratar los costes por unidad de pro-ducto. Este abaratamiento se obtenía a base de fabricar seriesmuy largas del mismo modelo. Es justamente para este tipo deproducción para el que la tecnología rígida resulta particularmen-te adecuada. Porque se trata de una tecnología habilitada paraefectuar una serie de operaciones muy limitada. Pero dado quelas series que se fabrican son muy largas, el uso de la maquinariaserá muy prolongado, de manera que la amortización de lasinversiones en este capítulo quedaba asegurada. Al mismo tiem-po, que la tecnología sea rígida no quiere decir que no resultemoderna o avanzada en su contexto, pero si que es susceptible deun manejo relativamente sencillo.

Junto a la tecnología rígida se introdujo, de modo comple-mentario, la división del trabajo, que hizo que las tareas comple-jas se desmenuzasen en operaciones simples y repetitivas, capa-ces de ser observadas y sometidas al cronometraje. A su vez, el

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cronometraje, la medida temporal de los gestos productivos, per-mite remuneraciones según el rendimiento, además de un mayorde la fuerza laboral en planta. Las operaciones sencillas en lafabricación fueron la clave para la absorción de mano de obradescualificada –como era la mano de obra española y, en general,la procedente de los países emisores– en una industria moderna yde tecnología avanzada. El caso arquetípico, por lo que a la emi-gración española se refiere, fue la industria alemana y particular-mente la industria siderometalúrgica. En efecto, pues fue enindustrias como la del automóvil, la fabricación de máquinas-herramientas, o de electrodomésticos donde trabajaron los espa-ñoles, siendo reclutados para los puestos más bajos de la jerar-quía social y organizativa de las empresas (Sanz Díaz, 2008).

Bien es cierto que en Francia y Suiza, la distribución de lamano de obra española resultó más diversificada. Así, por ejem-plo, en el Hexágono, la construcción –entendiendo como tal tantola edificación de edificios como la obra pública– tuvo un pesomuy importante como puerto de entrada de los españoles al mer-cado laboral francés. De este modo, durante los años sesenta, fueel sector que más españoles ocupaba. Y aún la agricultura, másallá del trabajo estacional en las campañas agrícolas –vendimia,remolacha y arroz– que empleaban a más de cien mil españolescada temporada, ocupaba a una proporción significativa de nues-tros emigrantes. De hecho estos dos sectores, construcción yagricultura, según el Censo francés de 1968 representaban lamayoría de la mano de obra masculina española en ese país(Rubio, 1974). Esto no dejaba de dibujar una situación peculiarfrente a lo que puede considerarse como “modelo alemán”. Y nosólo por lo que se refiere a los hombres, sino también por lo que

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¿Por qué los paí-ses de inmigra-ción de EuropaOccidentalpudieron absor-ber mano deobra descualifi-cada, a diferen-cia de AméricaLatina?Fundamentalmente resultó posiblegracias a la reor-ganización for-diana de la pro-ducción. Esdecir, debido aque en la granindustria europease introdujo unatecnología rígiday la divisiónextrema del tra-bajo.

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respecta al trabajo femenino. En efecto, pues en Francia, a dife-rencia de Alemania, las mujeres españolas no trabajaron mayori-tariamente en la industria, sino en el servicio doméstico, que seconvirtió en el principal nicho del mercado laboral francés paralas españolas. No obstante, una parte de las mismas se ocupó enla manufactura, como en la industria textil, por ejemplo y aún enotros servicios diferentes al doméstico, aunque siempre de bajacualificación, como el comercio, el cuidado de personas depen-dientes o la limpieza de locales públicos (Fernández Asperilla,1998; Oso, 2004).

En Suiza, el empleo de los españoles, como el de cualquierotro inmigrante en la Confederación Helvética, estuvo marcadopor el “permiso de temporero”. Se trataba de un permiso queobligaba a los trabajadores a retornar al final de cada temporada,siendo ésta de un máximo de nueve meses. La construcción–cuyos trabajos se interrumpían en el duro invierno suizo– y lahostelería, durante la temporada turística, eran dos de las activi-dades estacionarias más importantes y en las que, desde luego,podíamos encontrar españoles enrolados. El “estatuto del tempo-rero”, no sólo obligaba a rotar sino que llevaba asociadas algunascondiciones más, como la imposibilidad de emplearse en distin-to oficio o cantón de los que aparecían en el contrato o la prohi-bición del reagrupamiento familiar (Babiano y Farré, 2002).

Por lo que respecta al trabajo de las mujeres, debemoshacer algunas observaciones. Los datos oficiales españoles, refe-ridos a los años sesenta y primeros setenta indican que las muje-res emigraron a Europa en menor número que los hombres. Sinembargo es necesario subrayar que muchas mujeres se desplaza-ron al continente para reagruparse con sus esposos y, por lo

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común, la reagrupación se efectuaba al margen de los cauces ofi-ciales de la emigración asistida, controlada por el IEE. Sinembargo, toda vez que se insertaban en los países de destino, lasmujeres entraron en el mercado laboral de manera más frecuentede lo que paralelamente lo hicieron en España. Este fenómeno sehallaba en consonancia con la estrategia migratoria fundada enacumular la mayor cantidad de ahorros para retornar lo antesposible y rehacer la vida de nuevo en España.

Ahora bien, que en Europa las mujeres se integrasen en elmercado de trabajo más que en España, no quiere decir quemuchas veces no se vieran exentas de ejercer trabajos irregulares,tal y como también sucedió en la sociedad de origen. Igualmente,sus trayectorias laborales en Europa resultaron más fragmentadasque las de sus compañeros varones y tuvieron menos oportunida-des para progresar pro fesionalmente (Babiano y Fe rn á n d e zAsperilla, 2009a). Sobre este asunto insistiremos un poco másadelante.

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Chapista español enGinebra (Suiza).

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El trabajo de hombres y mu j e res en la emigración euro p e ap e rmitió aliviar las tensiones del mercado de trabajo españold u rante el franquismo. Inicialmente, se pensó que este trab a j oh i zo posible reducir el desempleo en España hasta su prácticad e s ap a rición en un momento determinado. Sin embargo ,Ródenas (1994) vino a corregir ese análisis, p o rque se basaba enun cálculo que básicamente no tenía en cuenta los re t o rnos quea nualmente se producían a lo largo del periodo de emigra c i ó n .Tenía razón. A h o ra bien, a continuación concluía que la emigra-ción en lugar de reducir el desempleo lo que había producido erala rotación de la mano de obra española. Pe ro en este punto see q u ivo c aba. Y lo hacía debido a que no tenía en cuenta dos con-s i d e raciones muy importantes. En primer lugar porque utilizab ad atos oficiales españoles. Si embargo , c u a l q u i e ra que esté fa m i-l i a rizado con los procesos migrat o rios de esos años conoce quetales datos siempre se situaron por debajo de las cifras ofre c i d a spor los organismos oficiales de los países de acogida. En seg u n-do luga r, casi es obvio decirl o , no tenía en cuenta los datos dee m i gración irreg u l a r. Siendo así, los cálculos de Ródenas empe-queñecen en flujo migrat o rio. De modo que, en efe c t o , la emi-gración de los años sesenta y pri m e ros setenta, e fe c t iva m e n t eredujo la tasa de desempleo en España, aunque para demostra r-lo haya que re c u rrir a otra lógica arg u m e n t at iva que la emplea-da por los pri m e ros análisis demogr á ficos y económicos de quedisponíamos.

Por otro lado, el tipo de trabajos industriales, agrícolas ode la construcción que, como hemos visto más arriba, ocupabanlos españoles eran todos ellos de baja cualificación, de caráctersubordinado y repetitivo. Eran, igualmente, los empleos que lle-

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El trabajo dehombres y muje-res en la emigra-

ción europeapermitió aliviar

las tensiones delmercado de tra-

bajo españoldurante el fran-

quismo.

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vaban asociados los riesgos más elevados de accidentalidad, lasmayores exposiciones a ambientes tóxicos y las operaciones máspeligrosas. Es decir, los españoles al ocuparse en los peoresempleos también padecían las peores condiciones de seguridad yde salud laboral. Condiciones a las que había que añadir algunossíndromes y patologías asociados a la condición de trabajadoremigrante. Para empezar, tal y como acertadamente señaló elboletín sindical de la RFA en lengua española, Grito, los trabaja-dores extranjeros, al desconocer la lengua de la sociedad de aco-gida, a menudo ignoraban las instrucciones que en materia deseguridad aparecían en carteles y otros indicadores en las instala-ciones industriales. Esto incrementaba los riesgos de sufrir algúnaccidente. Sin embargo, este fenómeno de falta de comprensióny de información no se reducía a la “atmósfera industrial”. Se tra-taba, muy al contrario, de un aspecto más amplio. De tal suerteque los españoles solían contar cuando llegaban a Suiza, Franciao Alemania con muy poca o nula información relativa a los usosadministrativos, las relaciones laborales o, en suma, la cultura dela sociedad de acogida. La acción del IEE para corregir esta cues-tión resultó completamente ineficaz. Muchos trabajadores espa-ñoles reclutados a través de expediciones de “emigración asisti-da” se encontraron con sorpresas desagradables al descubrir quelos puestos de trabajo o las condiciones del contrato laboral a losque accedían en el extranjero diferían de lo que habían creídoentender al enrolarse en España.

Asimismo, la carga de trabajo excesiva –como en el casode las empleadas del hogar internas– o el fuerte ritmo de las cade-nas de producción –en el caso de la industria– solía provocar fati-ga nerviosa. Por añadidura, durante los primeros años fueron

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habituales las enfermedades pulmonares, contraídas debido alfrío invernal. También las úlceras y otras patologías estomacalesaparecieron, como consecuencia de las dificultades de los espa-ñoles para adaptarse a la dieta que en los países de acogidamuchas residencias de empresa les proporcionaban, como en loscasos de Holanda o Alemania (Babiano, 2004).

La dureza del trabajo, la carencia de una cultura industrial,el tipo de empleos que hemos visto y la ignorancia de la lenguay de la propia sociedad de acogida causaron efectos sobre lasalud física y psíquica de los españoles. Estos efectos derivadosdel trabajo han ido acompañando a los emigrantes a lo largo delconjunto de su trayectoria, de manera que se han proyectado enpatologías que, teniendo un origen remoto, se expresan en elmomento de la jubilación (Martínez Veiga, 2000).

Por otra parte, el shock producido por el cúmulo de cir-cunstancias que rodeaban al trabajo de los emigrantes dio lugar auna serie de desajustes y conflictos, principalmente en los prime-

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Mano de obraespañola para Europa

en los años 60.

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ros años de la emigración. Así podemos comprobarlo a través delos informes remitidos a Madrid a comienzos de los años sesen-ta por el agregado laboral español en Bruselas. Estos informeshacen referencia a casos vividos por los españoles tanto enBélgica como en Holanda, pues ambos países formaron parte dela misma demarcación hasta que se desagregó la agregaduríalaboral. Lo que estos informes indican es que numerosos gruposde españoles se negaban a trabajar porque encontraban que lascondiciones de trabajo diferían de las que creían que iban aencontrar al firmar el contrato en España o bien porque el salariopercibido era distinto al esperado, toda vez que se les habían des-contado los impuestos y cargas sociales al salario bruto. No fuerara la ocasión en que estos conflictos se zanjaron con la expul-sión de los españoles y su vuelta a casa (Babiano y FernándezAsperilla, 2009b).

La falta de adaptación inicial al trabajo en la emigración sereflejaba asimismo en la rotación en el empleo dentro del país deacogida. De este modo, sabemos que tanto en Alemania como enFrancia los españoles protagonizaron una alta tasa de rotación.Esto sería propio de migraciones temporales relativamente cor-tas, como el caso de Alemania (Sanz Díaz, 2008). En Francia, asu vez, se ha venido a sugerir que fue la crisis de la economía loque hizo fijar a los españoles en el empleo y dar fin una alta rota-ción en el mismo, tanto de los hombres como de las mujeres(Fernández Vicente, 2008). Sin embargo, son necesarias aquíalgunas observaciones. En primer lugar, más allá de los efectosde la crisis económica de los primeros años setenta, en la medi-da en que se prolongan las estancias en el país de acogida, comosucede en Francia, disminuye la rotación en el empleo. De ese

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Muchos trabaja-dores españolesreclutados a tra-vés de expedicio-nes de “emigra-ción asistida” seencontraron consorpresas des-agradables aldescubrir que lospuestos de traba-jo o las condicio-nes del contratolaboral a los queaccedían en elextranjero diferí-an de lo quehabían creídoentender al enro-larse en España.

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modo, los emigrantes van a ir forjando una trayectoria laboral enla que se observa un cierto ascenso profesional desde los inicia-les empleos carentes de toda cualificación hacia trabajos comoprofesionales de oficio. Quiere decir esto, si observamos el casode la construcción, por ejemplo, que trabajadores que iniciaronsu trayectoria laboral en la emigración como peones se han reti-rado como gruístas, calefactores, electricistas o cualquiera otraprofesión del sector. Esto implica una cierta carrera profesional,aunque siempre en el contexto del trabajo de “cuello azul”, asícomo una permanencia estable en el sector, tal y como pusieronde relieve Martínez Veiga (2000) y sus colaboradores en la únicaencuesta reciente a emigrados jubilados que conocemos.

Pero, tal y como suele ocurrir, la variable de género intro-duce algunas diferencias en las trayectorias profesionales. Demanera que las mujeres de primera generación han rotado hori-zontalmente por más tiempo que los hombres en el empleo y hantenido, en consecuencia, menos oportunidades para desarrollartrayectorias profesionales ascendentes. Esto ha sido así, debido aque las mujeres han interrumpido su actividad laboral a lo largode su vida activa, siempre para hacerse cargo del cuidado de laspersonas dependientes del entorno familiar; es decir, que hanabandonado el trabajo al ser madres, para cuidar a sus hijos yposteriormente lo han vuelto a hacer para cuidar a alguna perso-na anciana o enferma de la familia. De este modo han tenido unatrayectoria laboral fragmentada, o al menos más fragmentada queen el caso de los hombres. A ello han contribuido también perma-nencias más prolongadas que las de los hombres en empleossumergidos, carentes de derechos. Aceptar un empleo negro fue,con frecuencia, una preferencia de las propias mujeres, porque de

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ese modo eludían impuestos y el pago de seguros y maximizabanlos ingresos del grupo doméstico. Se trataba, en fin, de una exi-gencia de la propia estrategia migratoria de ahorro y retorno.Claro está que, pasado el tiempo, esta estrategia no ha hecho sinorepercutir negativamente en las pensiones que perciben estasmujeres a la hora de su jubilación (Fernández Asperilla, 2000).

Otro elemento central para el estudio del trabajo en la emi-gración es el papel jugado por los sindicatos. Dado que duranteel periodo estudiado en España los sindicatos estaban prohibidos–excepción hecha del remedo oficial, que eran los sindicatos ver-ticales–, un poco más adelante haremos alguna mención a lasorganizaciones sindicales de oposición para ver hasta qué puntojugaron un papel entre la emigración económica. Perro antesvamos a referirnos a los sindicatos en los países de acogida.Conviene hacerlo por tres razones. En primer lugar, porque losindicatos desempeñan un papel fundamental de intermediaciónen el mercado de trabajo. En segundo lugar, porque, además, enrelación a los inmigrantes extranjeros pueden jugar bien un papel“nacionalizador”, o de integración, si se prefiere, o bien ahondaren las líneas de exclusión. Y por último, debemos tener en cuen-ta que el periodo que estudiamos es en Europa la época de con-ducción keynesiana de la macroeconomía. Y en ese contexto lasorganizaciones sindicales participaron de manera central en la“gobernanza” de diversas políticas y economías europeas.

Ahora bien, en realidad sabemos muy poco sobre estacuestión. La recopilación efectuada Pennix y Roosblad (2000)contempla la política de los sindicatos europeos hacia la inmigra-ción en general, pero no incluye un estudio desagregado porcolonias que nos hubiera permitido saber algo más sobre la rela-

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ción entre el sindicalismo europeo y los españoles. Para el casode Francia solemos repetir una y otra vez la tasa de sindicaliza-ción de los extranjeros en Francia para este periodo que propor-cionó Schor (1995). A continuación extrapolamos esa tasa a losespañoles (Babiano, 2001; Fernández Vicente, 2008, por ejem-plo). No obstante, deberíamos tener en cuenta algunas cuestio-nes. En primer lugar, Francia es de los países centrales europeosel de más baja tasa de afiliación, aún durante los treinta glorio -sos. Desde este punto de vista, el comportamiento de los inmi-grantes extranjeros, incluidos los españoles, no resultó muy dife-rente del de los trabajadores franceses. Pero si queremos avanzaren el conocimiento de esta cuestión, será preciso efectuar estu-dios de tipo regional o local, en aquellas zonas de fuerte presen-cia española, como París, Languedoc Rusillon o Lyon. Sabemosasí, que en algunos departamentos del sur en el Congreso de laFederación Agraria de la CGT la mitad de sus delegados eranespañoles (Babiano y Fernández Asperilla, 2009b). Y eso que,por lo común, en los órganos sindicales la representación de losinmigrantes extranjeros era menor que entre la afiliación en gene-ral, como hemos tenido ocasión de comprobar para el caso de laFederación de la Construcción de la CGT (Babiano, 2008).

El conocimiento sobre el sindicalismo alemán con respec-to de los inmigrantes españoles también es muy parcial. AntonioMuñoz (2008) ha estudiado la política de la IG Metall hacia losespañoles durante los primeros años sesenta y el éxito obtenidopor la federación metalúrgica en materia de afiliación. De mane-ra que el caso alemán contradice la baja afiliación atribuida alsindicalismo francés. Tanto la DGB como la IG Metall editaronprensa específica para los trabajadores españoles en su lengua

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materna, organizaron permanencia en sus locales para atenderconsultas –en general estas permanencias eran atendidas por sin-dicalistas de origen español– y animaron la creación de clubes ycentros culturales para los españoles. El sindicalismo alemántambién organizó movilizaciones de solidaridad antifranquista,como sucedió con ocasión de las huelgas de la minería asturianadurante la primavera de 1962 o el fusilamiento de Julián Grimaual año siguiente.

Todavía sabemos menos sobre el sindicalismo helvético ysu relación con la mano de obra española. Los sindicatos suizos–la USS socialdemócrata y la CSC cristiana– consideraban quedada la estancia temporal de los inmigrantes y su rotación, no seafiliarían sindicalmente de una manera estable. Por consiguiente,no hicieron esfuerzos por reclutarles. Al menos inicialmente.Además, por lo que se refería a los italianos, la dirección de laUSS, dentro de su cultura de guerra fría, pensaba que estabanmuy infiltrados por el PCI. De manera que no deseaba que mili-tantes y cuadros comunistas trasalpinos entrasen en la organiza-ción y agitasen sus bases. Fueron, en todo caso, los sindicatoscristianos, los primeros en acabar con este tipo de reticencias ylos que antes emprendieron una acción específica hacia la inmi-gración, incluida la española (Stenauer y von Allmen, 2000).

En general, los sindicatos de los países europeos recepto-res de mano de obra extranjera mantuvieron una posición osci-lante entre la defensa de la mano de obra nacional frente a lacompetencia de los inmigrantes extranjeros y la solidaridad conestos trabajadores, al considerarles como parte de la clase obrerapropia. En este contexto, articularon una serie de dispositivos,para tratar de captar a la mano de obra extranjera y en particular

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En general, lossindicatos de lospaíses europeosreceptores demano de obraextranjera man-tuvieron unaposición oscilan-te entre la defen-sa de la mano deobra nacionalfrente a la com-petencia de losinmigrantesextranjeros y lasolidaridad conestos trabajado-res, al conside-rarles comoparte de la claseobrera propia.

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a los españoles. Así editaron boletines en lengua española; orga-nizaron oficinas para asesorar sobre temas laborales y sociales,generalmente atendidas por miembros de los sindicatos de origenespañol, para poder atender en castellano a los inmigrantes denuestro país; estimularon la creación de centros españoles decarácter cultural y recreativo. Todo ello fue puesto en marcha, porejemplo, por los sindicatos franceses –en particular la CGT y mástarde, la CFDT– y la confederación sindical alemana, la DGB ysu federación metalúrgica, IG Metall.

Por otra part e, a nunciábamos un poco más atrás un comen-t a rio sobre el posible papel que las organizaciones sindicales espa-ñolas –pers eguidas y en situación de clandestinidad en el interi o rdel país– pudieron jugar en relación a la propia emigración. Lop ri m e ro que tenemos que tener en cuenta es que cuando el fl u j om i grat o rio hacia Europa adquiera dimensiones de gran escala, ac o m i e n zos de los años sesenta, las organizaciones sindicales delp e riodo rep u blicano –la CNT y la UGT– llevan más de dos déca-das de ex i l i o , fundamentalmente radicado en Francia. Sus cuadro sy militantes no sólo han enve j e c i d o , sino que en tanto que orga n i-zaciones del exilio han sufrido los reveses políticos que éste últi-mo en su conjunto ha padecido. Se trata del asentamiento de lad i c t a d u ra , reconocida internacionalmente en 1953 y de la deb i l i-dad de la resistencia en el interi o r. A n cladas política y cultura l-mente en 1939, la CNT y la UGT no logra ron establecer lazo ssólidos con los emigrados de los años sesenta. A h o ra bien, en elcaso de la UGT, c u yo ap a rato de Toulouse contro l aba férre a m e n-te a su militancia en Fra n c i a , dispuso de núcleos de militantes enlos años sesenta en países como Bélgica Suiza y sobe todoAlemania. Se trat aba de militantes que no habían participado en la

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G u e rra Civ i l , d ebido a su edad. Pe rtenecían a una nu eva ge n e ra-ción. Estos militantes empre n d i e ro n , más allá del antifra n q u i s m o ,una acción sindical diri gida hacia los españoles, al ab ri go de laso rganizaciones sindicales socialdemócratas de los países de aco-gida. A h o ra bien, en cuanto esta actividad escap aba al control dela dirección de To u l o u s e, ésta no dudaba en desautori z a rla y disol-ver la organización. El caso más evidente es el de la Fe d e ra c i ó nde la UGT de Alemania (Muñoz, 2008). Por eso, cuando en 1976la UGT vuelva a celeb rar un congreso de nu evo en España,Redondo señalará en el I n fo rme de ge s t i ó n la debilidad del trab a-jo ugetista desarrollado hacia la emigración durante todos esosaños anteri o res (Babiano y Fe rnández A s p e ri l l a , 2 0 0 9 b ) .

En cuanto a las Comisiones Obreras, su vertebración en elinterior va a producirse paralelamente al proceso migratorio. Enla primavera de 1962, a raíz de las huelgas del carbón en Asturiasse organizaron en Bélgica –donde desde 1956 se había configu-rado una colonia de mineros españoles– una serie de Peñas

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Obreras de Solidaridad. La experiencia se trasladó a otros paísesde inmigración, con ese mismo nombre o bien bajo la denomina-ción de Comisiones Obreras de Solidaridad. El propósito de estosorganismos, que se coordinaron tanto a nivel nacional comoeuropeo, no era otro que hacer propaganda de las luchas obrerasen España y recabar la solidaridad hacia ellas entre la emigra-ción. Surgieron y se desarrollaron en el seno de ésta. Ahora bien,a la altura de 1970, tomaron conciencia de que su labor antifran-quista resultaba muy limitada y que debían articular un programay una acción que contemplaran la defensa de los derechos e inte-reses de la propia emigración, entre ellos los que afectaban a sucondición laboral. Ese giro de lo estrictamente político a lo socialfavoreció la movilización reivindicativa entre los emigrantes(Babiano y Fernández Asperilla, 2009).

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El desarrollo delasociacionismo en lae m i gración española aE u ropa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA.Trabaja en el Centro deDocumentación de laEmigración Española y es pro-fesora tutora de HistoriaContemporánea en la UNED.Es autora de Mineros, sirvien -tas y militantes. Medio siglo deemigración española enBélgica (Madrid, 2006) y coau-tora de Miradas de Emigrantes.Imágenes de la vida y culturade la emigración española enEuropa en el siglo XX (Madrid,2004), de Guía de fuentes parael estudio de la emigraciónespañola (Madrid, 2008) y deSituaciones de exclusión de losemigrantes españoles ancianosen Europa (París, 2000). Hapublicado más de una veintenade artículos y capítulos delibro sobre la historia de laemigración española en publi-caciones especializadas y revis-tas en España, Francia, Bélgicay Luxemburgo.

El asociacionismo étnico está ligado al desarrollo delos movimientos migrat o rios contemporáneos. Seha repetido en las migraciones de dive rsos gru p o s

nacionales como los italianos, los port u g u e s e s , los turc o s ,los marroquíes y, por supuesto, los españoles. En lasm i graciones españolas al ex t e ri o r, cuenta con una largat radición respecto de la emigración a A m é ri c a , que seremonta al siglo XIX. A ú n , en pleno siglo XXI, p e rv ive ncon pujanza en países como A rge n t i n a , U ru g u ay, Cuba oB rasil organizaciones decimonónicas, que nacieron comoAsociaciones de Socorros Mutuos. A menu d o , m a n t i e n e ni m p o rtantes pat rimonios inmobiliarios que incl u yen insta-laciones sociales, s a n i t a ri a s , d ep o rt ivas y cultura l e s , d o n d ese desarrolla y se re c rea la vida y la cultura española1. Sine m b a rgo , aquí analizamos su ve rtiente euro p e a , m e n o s

Doctora en Historia Contemporánea.

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

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conocida al ser un fenómeno más tardío como lo fue la pro p i ae m i gración al viejo continente, con la ex c epción de Fra n c i a , q u ep resenta ciertas peculiari d a d e s2. Así es, pues el asociacionismoestá ligado al desarrollo del proceso migrat o rio en los países dea c ogida. Por ello, en Fra n c i a , a medidos del siglo XX, ex i s t í a nya organizaciones como el Hogar de los Españoles de la PlaineSaint Denis, el Solar Español de Burd e o s , el Centro Español dePe rpignan o la Colonia Española de Béziers , de antecedentesmás re m o t o s3.

1. EL A S O C I ACIONISMO ESPAÑOL EN EL ÚLT I M OTERCIO DEL SIGLO XIX Y A PRINCIPIOS DE SIGLOXX EN FRANCIA

Como la salida de emigrantes con destino al vecino paísse produjo desde finales del siglo XIX, existen allí ve s t i gios delasociacionismo decimonónico. Más tard e, la presencia de espa-ñ o l e s , lejos de re d u c i rse se incrementó en las tres pri m e ras déca-das del siglo XX, en especial, hasta la pri m e ra guerra mu n d i a l4.La tradicional emigración a A m é rica se detuvo por el peligroque durante la Gran Guerra suponía la armada alemana para last ravesías marítimas. Por ello, e n t re 1914 y 1918 at rave s a ron losP i rineos alrededor de 250.000 personas y, e n t re 1921 y 1936, l o sespañoles se conv i rt i e ron en la terc e ra nacionalidad de inmi-grantes más nu m e rosa. A partir de ese momento, el flujo dismi-nuyó debido a la crisis económica y a las ex p e c t at ivas que elt ri u n fo del Frente Popular en España suscitó entre nu m e ro s o st rab a j a d o res. Ya en plena dictadura fra n q u i s t a , el Hex á gono esuno de los principales destinos, junto con Alemania y Suiza, d elos emigrantes españoles. Y es a partir de la década de los años

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

(1)Ver Xosé Manoel

NUÑEZ SEIXAS, “Lesparoisses d’autre mer:

politique, leadership etassociationnisme régio-

nal galicien à BuenosAires et à La Havane

(1890-1930)”, Exils etmigrations ibèriques au

XX siècle, 1998, nº 5, pp.131-177 ; Moisés

LLORDÉN MIÑAMBRES,“Las asociaciones de

inmigrantes españoles enAmérica. Algunas res-

puestas a los desequili-brios y carencias de la

emigración a ultramar”,Exils et migrations ibèri -ques au XX siècle, 1998,

nº 5 pp. 79-130.También Alejandro E.

FERNÁNDEZ, “Los galle-gos dentro de la colecti-vidad y las asociaciones

españolas en el primertercio del siglo XX” y

Marcelino FERNÁNDEZSANTIAGO,

“Asociacionismo gallegoen Buenos Aires (1936-

1960)” en Xosé NUÑEZSEIXAS, La Galicia

Austral. La inmigracióngallega en la Argentina,Buenos Aires, Editorial

Biblo, 2001, pp. 139-161 y 181-203.

( 2 )La emigración a Europa

en Ana FERNÁNDEZASPERILLA, “La emigra-ción española a Europa

como exportación demano de obra: el fenóme-

no migratorio a Europadurante el franquismo”,

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s e s e n t a , y en especial en la de los setenta, cuando el fe n ó m e n oalcanza su máxima ex p resión en Euro p a5.

Los ejemplos antes citados ilustran también el ori gen delasociacionismo en Europa en la segunda mitad del siglo XX,pues en líneas ge n e ra l e s , responde a las mismas posibilidades:un asociacionismo de carácter oficial/ semioficial u otro re s u l-tado de la autoorganización de los emigrados. En el primer casose trata de asociaciones impulsadas por el go b i e rn o , bien dire c-tamente o de manera indire c t a , con el auxilio de la iglesia cat ó-l i c a , como en el Hogar de los Españoles o el Solar Español deB u rdeos. En el segundo caso, son los pro t agonistas de los pro-cesos migrat o ri o s , como ocurre en la Colonia Española deB é z i e rs o en el Centro Español de Pe rp i g n a n , los fundadores delos centros.

Si nos detenemos en el caso del Hogar de los Españolesde la Plaine-Saint Denis, o b s e rvamos que su ori gen se sitúa en1 9 2 6 , como una sociedad de socorros mu t u o s , que tenía comoo b j e t ivo el socorro mutuo entre sus socios en todas las vicisitu -des de la vida, c o n fo rme a las circunstancias y al estado de fo n -d o s6. Ofrecía a los socios un seg u ro de enfe rm e d a d, a s i s t e n c i amédica y medicinas, y les imponía la obl i gación de pagar lascuotas y de asistir a las asambleas de la organización. La inicia-t iva , que contó con el respaldo de la monarquía española,d e mu e s t ra la doble pretensión respecto de la emigración econó-mica en el ex t e ri o r. Por un lado se bu s c aba el auxilio a los trab a-j a d o re s , que encontraban dificultades cuando la salud o el trab a-jo les fa l l ab a7. Por otro lado, se pers eguía contro l a rles política-m e n t e, p a ra evitar las posibles influencias que los exiliados anar-quistas o rep u blicanos ejerc i e ran sobre ellos en el primer terc i o

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

Historia Social, nº 30,1998, pp. 61-81. De lamisma autora, “El cambiodel ciclo migratorio”, enAbdón MATEOS, L aEspaña de los cincuenta,Madrid, Editorial Eneida,2008, pp. 369-385.

(3)Sobre la emigración aFrancia en el s. XX,Javier RUBIO, La emi -gración española aFrancia, Barcelona,Ariel, 1974. Así comoNatacha LILLO, Le PetiteEspagne de la Plaine-Saint Denis, París,Autrement, 2004, y losartículos del monográfi-co, N. LILLO (coord.),“Espagnols et Portugaisen France au XX siècle.Travail et polítiquesmigratoires », Exils etmigrations ibériques auXXe siècle, 2006, nº 2.Más reciente, NatachaLILLO (dir.), Italiens,Espagnols et Portugais enFrance au XX siècle,regards croisés, París,Publibook, 2007.Asimismo, el monográfi-co de Lorenzo DELGA-DO sobre la emigraciónespañola a Francia en elsiglo XX, de la revistaHispania, 2002, nº 211 yJosé BABIANO, “El vín-culo del trabajo: los emi-grantes españoles en laFrancia de los TreintaGloriosos”, Migraciones& Exilios, 2001, nº 2, pp.9-39.

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del siglo XX8. La intervención de la iglesia en la sociedad erad e c i s iva , pues además de la cri s t i a n i z a c i ó n , ev i t aba la identifi c a-ción de los emigrados con organizaciones políticas considera d a sp e l i gro s a s , les pro p o rc i o n aba asistencia social y les envolvía enun ambiente ultra c o n s e rva d o r, como evidencia el hecho de que afinales de la década de los años treinta y principios de los cua-renta del siglo XX, los padres del pat ro n ato re l i gioso de SaintDenis colab o raban con la Fa l a n ge para contactar con los obre ro sde Saint-Denis y Au b e rv i l l i e rs9.

Las circunstancias son semejantes en Burdeos. A l l í , en ladécada de los años ve i n t e, la mayoría de los emigrados era np o b res que vivían en unas condiciones dep l o rables. Venidos detodas las regiones de España, h ab i t aban con sus nu m e rosas fa m i-lias en barracas insalubres o en miserables casuchas. Ap e n a sga n aban un sueldo suficiente para cubrir las necesidades de suh ogar y eran tratados por los pat ronos franceses de manera inhu-mana. En 1920 se creó en Burdeos el Solar Español; lo diri gió elp a d re Garamendi -re l i gioso español-, y una orden real de 24 dee n e ro de 1928 reconocía su utilidad pública. Aunque no se cons-tituyó como una organización en la que los socios pagaban unac u o t a , p ronto se fundó una mutua de seg u ros médico-fa rm a c é u-ticos y a cambio de un módico pre c i o , un equipo médico at e n-día a los españoles, i n cluidos los indigentes. Como en el casop re c e d e n t e, tenía dos comités –de damas y de cab a l l e ros– pre s i-didos por la Condesa de Gabía y el Conde de Miranda re s p e c t i-va m e n t e. A m b o s , bajo la presidencia de honor de los reye sA l fonso XIII y la reina Vi c t o ri a , se encargaban de ap o rtar unae ficaz ayuda. El go b i e rno español subve n c i o n aba la institución,que contaba además con la ap o rtación de la caridad públ i c a , q u e

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

(4)Natacha LILLO, “LesEspagnols en France

dans l’entre deux guerresà travers l’ exemple duLanguedoc-Rousillon”,

Exils et migrations ibéri -ques au XXe siècle.

Espagnols et portugais enFrance au XX e siècle.

Travail et politiquesmigratoires, 2006, nº 2,

pp. 11-57.

(5)Ver los artículos de JoséBABIANO MORA, “Lesemigrés espagnoles en

France: associationnismeet identité culturelle”,

Migrance, 2002, nº 21,pp. 80-92. Del mismo

autor, “Emigración, iden-tidad y vida asociativa:

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2002, nº 211, pp. 561-57; José BABIANO y Ana

FERNÁNDEZ ASPERI-LLA, El asociacionismo

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(6)Citado en Ana

FERNÁNDEZ ASPERI-LLA, “Los emigrantes

españoles en París a fina-les del siglo XIX y en elprimer tercio del siglo

XX. La sociedad de soco-rros mutuos el Hogar delos Españoles”, Hispania,

2002, nº 211, pp.505-520.

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se asumía el resto de ga s t o s1 0. Entre sus instalaciones se encon-t raba el secre t a riado de la obra , el casino, clases sep a radas paraniños y niñas, una bibl i o t e c a , un dispensario y una iglesia. Lao b ra contaba con filiales en Cenon, F l o riac y Bouscat , donde seatendía a la colonia los jueves y domingos. Entre sus funcionese s t aba la de una acción educadora , destinada a los hijos de losespañoles que vivían en las condiciones más miserables. Ene fe c t o , pues a comienzos de los años tre i n t a , e n t re 600 y 700niños fre c u e n t aban semanalmente el Solar. Allí se les pre s t ab auna ayuda mat e rial y se les inculcaban principios morales y re l i-giosos cat ó l i c o s , a través de confe re n c i a s , de misas, de cat e q u e-sis y de otras actividades de ocio. Por supuesto, la acción re l i-giosa tenía un peso decisivo en la obra realizada por el SolarEspañol de Burdeos.

O t ros servicios que se pre s t aban a la colonia consistían enuna bolsa de trab a j o , s o b re todo para las domésticas; asesora-miento jurídico; la rep at riación de emigrantes que no tenían

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(7)El rey Alfonso XIII envióen 1913 al capellán realGabriel Palmer a París,bajo las órdenes de laembajada, con la misiónde fundar una obra reli-giosa y patriótica quemejorase las difícilescondiciones de los emi-grantes españoles, másdetalladamente, Ibidem.

(8)Nos hemos referido aeste aspecto en AnaFERNÁNDEZ ASPERI-LLA, “Los emigrantesespañoles…”, cit.

Reunión deAsociaciones Españolasen Alemania.

Page 82: Emigración Europa

d e re cho a ser atendidos en los hospitales franceses; la gestión yt raducción de documentos civ i l e s , m i l i t a res o re l i giosos; un ser-vicio de vigilancia sobre los jóve n e s , y en especial, s o b re las ch i-cas de buenas familias españolas, que eran enviadas a colegi o sf ranceses para completar su fo rmación. El Solar organizó lo quese denominó Homenaje a la ve j e z , que consistió en la suscri p-ción de ap o rtaciones part i c u l a res para la constitución de un cap i-tal que perm i t i e ra rep a rtir una ayuda diaria entre los indige n t e sespañoles sin dere cho al seg u ro de ve j e z1 1.

El otro modelo asociat ivo lo rep resenta la ColoniaEspañola de Bèziers , que nació en 1889 también como unasociedad de socorros mu t u o s , impulsada por los propios emi-grados. Un grupo de españoles, e n t re los que destacaron Ju a nN at y Antonio Campillo, se encarga ron de fundar la Sociedadde Socorros Mutuos y Frat e rnidad de Españoles en Béziers. Elm o t ivo era que los españoles no tenían dere cho a cuidados hos-p i t a l a rios en Fra n c i a1 2. A cambio del pago de una cuota, se ase-g u raba a los socios la asistencia sanitari a , así como una pre s t a-ción dinera ria diaria para sufragar los gastos de las medicinas ylas operaciones en caso de enfe rmedad o accidente. Cuando lasmu j e res daban a luz recibían una única compensación económi-ca. En caso de mu e rt e, la sociedad hacía los honores al fa l l e c i-d o , a c o m p a ñ aba al fére t ro y compensaba a la viuda con 75 fra n-cos. No obstante, el ejercicio de la solidaridad no se redujo a loe s t ablecido en los reg l a m e n t o s , sino que se extendió a otras cir-cunstancias que afe c t a ron a los compat ri o t a s , como rep at ri a c i o-nes de emigrantes fallecidos en Fra n c i a , gastos para la defe n s ajurídica en caso de conflicto lab o ral o incl u s o , se hicieron cam-pañas de re c ogidas de fondos destinados en 1926 a los soldados

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

( 9 )Benito Bermejo explica

como el Hogar y las instala-ciones de la Plaine-Saint

Denis se convirtieron en unescenario dominado por la

Falange al menos desde1938 y hasta 1942, enBenito BERMEJO, “La

Falange española enFrancia”, Josefina CUESTA

BUSTILLO y Benito BER-MEJO (coords.), E m i g r a c i ó n

y exilio. Españoles enFrancia 1936-1939, Madrid,

Eudema, 1996, pp. 228-239.

( 1 0 )En España, las damas en

los roperos recogían fon-dos que destinaban a sufra-

gar los gastos de la ropa yde la comida que se repar-

tían entre sus menestero-sos hermanos de la emigra-

ción en Francia, en S o l a rEspagnol de Bordeaux. Son

action sur les Emigrants,Burdeos, 1930.

( 1 1 )La Información procede de

Solar Espagnol deB o r d e a u x..cit.

( 1 2 )Esta asociación tuvo cierto

carácter pionero, y elzapatero Nat fue nombra-

do miembro del ConsejoSuperior de la Mutualidaden Francia en 1905, según

Luis IGLESIAS y AnneMarie SABATIÉ, Más de unsiglo de memoria. La colo -nia española (1889-2009),

2009, Bèziers.

Page 83: Emigración Europa

i nválidos de la guerra de Marruecos. La solidaridad se ex t e n d i óa la población fra n c e s a , de modo que la asociación participó enactos para recaudar fondos destinados a organizaciones benéfi-cas y de cari d a d. La ex p resión máxima del principio de solida-ridad se evidencia hacia los compat ri o t a s , la sociedad de ori ge ny la sociedad de acogi d a , s o b re todo durante la Pri m e ra y laS egunda Guerra Mundial, cuando se intensifica la ayuda pre s-tada a las víctimas francesas de las contiendas. Numero s o sactos simbolizan el interés de los españoles por lo que les ocu-rre a los fra n c e s e s , se trat a , sin duda, de un innegable deseo dei n t egra c i ó n , que no siempre encuentra el mismo corre l ato porp a rte de la sociedad francesa. Así lo demu e s t ra la perc ep c i ó nque desde la pre fe c t u ra de Bèzieres se tiene de los jorn a l e ro se s p a ñ o l e s , que re c o rren los campos en busca de trabajo dura n t ela vendimia. Estos trab a j a d o res son considerados vago s , s ed e c reta la vigilancia sobre ellos y se les impide re u n i rse en unade las avenidas más importantes de la ciudad. Como en loscasos pre c e d e n t e s , además de los socios corri e n t e s , se re c o n o c ela existencia de socios honora rios y de socios pro t e c t o res. Noo b s t a n t e, no todo es solidari d a d. Si la Colonia Española deB é z i e rs ap o s t ó , en sus oríge n e s , muy fuerte por la pro t e c c i ó ns o c i a l , conjugó esta actividad con el desarrollo de manife s t a c i o-nes cultura l e s , en las que estuvieron más implicadas otras orga-nizaciones de emigrantes como el Casal Cat a l á , c reado en 1925,el Ateneo Español, la Sociedad España Recre at iva o el CentroEspañol. A s i m i s m o , el dep o rt e, a través del equipo de fútbol elHispania Dep o rt ivo , t u vo un destacado pap e l1 3. Otro ra s go dis-t i n t ivo de la orga n i z a c i ó n , f rente a la re l i giosidad de las la ante-ri o re s , fue la laicidad.

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(13)La actuación del equipofue brillante pero cesócon la ocupación alema-na y el gobierno delGeneral Petain, que loprohibió al estar única-mente integrado porespañoles, en Luis IGLE-SIAS y Anne MarieSABATIÉ, Más de unsiglo de memoria, cit.,pp. 39-40.

Page 84: Emigración Europa

A lo largo del primer cuarto del siglo XX, la sociedad fuedistinguida con dive rsas condecoraciones oficiales y en 1939a d q u i rió una sede. Entre los 95 socios que ap o rt a ron los fo n d o sn e c e s a rios para la compra del local, destacan las siguientes pro-fe s i o n e s : j o rn a l e ro s , a l b a ñ i l e s , c o m e rc i a n t e s , s a s t re s , ch ó fe re s ,c a rp i n t e ro s , m e c á n i c o s , z ap at e ro s , j a rd i n e ro s , b a r b e ro s , e l e c t ri-c i s t a s , h e rre ro s , p a n a d e ro s , p i n t o re s , t i n t o re ro s , modistas ei m p re s o res. Es decir, el componente popular de los socios re s u l-ta más que ev i d e n t e, si nos atenemos a sus oficios y pro fesiones.

D u rante el período de la ocupación nazi y de la Seg u n d aG u e rra Mundial, la actividad de la Colonia Española ex p e ri m e n-ta cierta parálisis. No obstante, la llegada de re f u giados políti-c o s , que huyen de España tras la victoria de Fra n c o , c o n d i c i o n atambién la vida de la asociación durante esta etapa difícil. Losexiliados encuentran en Béziers una institución cre a d a , por yp a ra los emigrantes económicos, que los acoge y facilita las re l a-ciones con la sociedad francesa. Es decir, si la oleada de emigra-dos económicos de la década de los sesenta contó con el ap oyode los exiliados políticos de 1939. A su ve z , los últimos encon-t ra ro n , en el momento de su llega d a , la ayuda de los emigra n t e se c o n ó m i c o s , o rganizados en Béziers desde finales del siglo XIX.

En los años sesenta, la fi rma de acuerdos de emigra c i ó ny acuerdo bilat e rales de seg u ridad social entre los go b i e rn o sespañol y de los países de acogida permitió el acceso de losespañoles a la seg u ridad social de los últimos. Como conse-cuencia del desarrollo del estado de bienestar euro p e o , p e rd í av i gencia la función ori ginal de socorro mutuo con la que nacie-ron las citadas instituciones. En caso de enfe rm e d a d, vejez od e s e m p l e o , el estado brindaría la necesaria protección. Éste es

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

Si nos detenemosen el caso delHogar de los

Españoles de laPlaine-Saint

Denis, observa-mos que su ori-gen se sitúa en

1926, como unasociedad de

socorros mutuos,que tenía como

objetivo el soco -rro mutuo entre

sus socios entodas las vicisitu -

des de la vida,conforme a las

circunstancias yal estado de fon -

dos.

Page 85: Emigración Europa

uno de los ra s gos que dife renciará el asociacionismo españolen A m é rica y en Europa.

2. DESARROLLO Y AUGE DEL A S O C I ACIONISMO ENLA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX (1950-1982)

A partir de la segunda mitad de los años cincuenta y hastamediados de la década de los setenta, se activa el proceso migra-t o rio económico al ex t e rior más masivo de la historia contempo-ránea española. Respecto de movimientos migrat o rios anteri o-re s , el destino pri o ri t a rio deja de ser A m é ri c a , los trab a j a d o res sed i ri gen ahora hacia Fra n c i a , Alemania y Suiza, y en menormedida a Bélgi c a , H o l a n d a , L u xe m bu rgo o Inglat e rra. Es decir,a las economías más desarrolladas de Europa occidental.

La nu eva oleada migrat o ria supone la re a c t ivación delm ovimiento asociat ivo en Fra n c i a , y su nacimiento en otros paí-ses europeos. De modo que en las ciudades y pequeñas localida-des donde se establecen los trab a j a d o res termina naciendo un

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

Actividad en el CentroGallego Semente Novade Amsterdam(Holanda).

Page 86: Emigración Europa

pequeño centro , club o asociación. El tejido asociat ivo se fo rt a-lece en la medida en la que se incrementa la presencia de trab a-j a d o res españoles en Euro p a , en especial como consecuencia delos procesos de re agru p a m i e n t o , que reúnen a las familias en lospaíses de acogida. Se produce entonces la ap a rición de fe d e ra-ciones o de coord i n a d o ras que agrupan a estos pequeños núcl e-os orga n i z at ivos de carácter local.

El ori gen del asociacionismo surgido en Europa a part i rde la segunda mitad de la anterior centuria se asemeja al de laso rganizaciones decimonónicas o del primer tercio del siglo XXen Francia. El impulso de ciertos centros responde a la iniciat i-va gubern a m e n t a l , que encuentra en ellos el instrumento paraaplicar su política migrat o ria.

La política era impulsada por el Instituto Español deE m i gra c i ó n , e n c a rgado del control de los flujos y de atender lasnecesidades de los trab a j a d o res en el ex t ra n j e ro. Se partía de quelos emigrados debían ser pro t egidos en el momento de la su sali-d a , cuando permanecían en el ex t ra n j e ro y al re t o rn a r. Esta lab o rt u i t iva devino en una suerte de pat e rnalismo gubernamental quep ri o rizó la vigilancia sobre la protección social, dada la escasezde medios que se destinó a la última1 4. Ciertas asociaciones dee m i grantes eran subvencionadas por el go b i e rno y las autori d a-des españoles en el ex t e ri o r, el embajador, el cónsul o el agrega-do lab o ral -dependiente del Ministerio de Trabajo- las visitab a ncon frecuencia y presidían sus actos. Citaremos algunos ejem-plos. La Peña Española de Bru s e l a s , de carácter cultural y re c re-at ivo , e s t aba subvencionada por la A gregaduría Lab o ral y losj u eves y domingos recibía la visita del párroco español. A la pri-m e ra junta dire c t iva del Hogar Español de Lieja asistía en

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

El origen del aso-ciacionismo sur-gido en Europa a

partir de lasegunda mitad dela anterior centu-ria se asemeja alde las organiza-

ciones decimonó-nicas o del pri-mer tercio del

siglo XX enFrancia.

Page 87: Emigración Europa

n ov i e m b re de 1958 el agregado lab o ral; el embajador visitaba en1959 el Hogar de Limbu rgo e inauguraba en 1965 el centro Soly Sombra. Incluso el ministro de Trabajo Fe rnando Suárez entre-gaba en 1974 los tro feos a los ga n a d o res del campeonato de ra n aen el barrio español de Saint Gilles de Bruselas. En 1965 laA gregaduría Lab o ral mantenía relaciones de pat ro n a z go y ap oyocon veintiún centro s , equipos de fútbol y peñas taurinas deB é l gica. Tres años después, el número se elevaba a veintiséis yse situaban en las localidades donde se concentraban los españo-l e s : B ru s e l a s , L i e j a , L i m bu rgo , G a n t e, Vi l vo rd e, Ve rv i e rs , e t c é-t e ra. En los locales de las asociaciones que el go b i e rno conside-radas adeptas al régi m e n , p a s aban consulta los asistentes socia-les de la A gregaduría Lab o ra l , acudían los párrocos españoles,se env i aba prensa y películas editadas en el país de ori ge n , s eo b s e q u i aba con productos españoles a los socios, y a ve c e s , s ei m p a rtían clases de lengua y cultura1 5. La relación de la adminis-t ración con estas organizaciones no se dio con las que se cre a ro npor el impulso de los propios emigra n t e s , i n fluidos a menu d opor organizaciones políticas opositoras al fra n q u i s m o , en espe-c i a l , por el Pa rtido Comunista de España.

N u m e rosos de estos centro s , nacidos del impulso de lose m i gra d o s , a d o p t a ron el nombre de poetas que simbolizan elexilio y la rep resión fra n q u i s t a , a la vez que los espíritus másselectos de la cultura española. Era el caso de los clubs Garc í aL o rca de Bru s e l a s , L i e j a , R e n n e s - C rissier –Suiza-; del ClubAntonio Machado de Londres y de Luxe m bu rgo o del ClubMiguel Hernández de Herstal y Utre ch , e n t re otros. Se homena-j e aba así a intelectuales comprometidos con los va l o res rep u bl i-canos durante la contienda civil española. La elección de estos

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

( 1 4 )A este aspecto nos

hemos referido en AnaFERNÁNDEZ ASPERILLA,“El cambio del ciclomigratorio”, cit.

( 1 5 )En Ana FERNÁNDEZASPERILLA, M i n e r o s ,Sirvientas y Militantes.Medio siglo de emigra -ción española en Bélgica,Madrid, Fundación 1º deMayo, 2006, pp. 18-21.

Page 88: Emigración Europa

n o m b res respondía sin duda al componente popular que pre s i d í asus obras litera rias y con el que re s u l t aba fácil identificar a lae m i gración económica. Otros centros adoptaron el nombre delpintor Pablo Picasso, como era el de Montreuil. Sin duda, e s t a sdenominaciones eran una buena tarjeta de presentación en lassociedades de acogida. No en va n o , en la municipalidad deM o n t re u i l , t radicionalmente comu n i s t a , el nombre de la asocia-c i ó n , i d e n t i ficado con uno de los pintores españoles más unive r-s a l e s , s i m p atizante del ideario comunista y vinculado a la cultu-ra fra n c e s a , o t o rgaba a la colonia allí asentada una imagen quec o n e c t aba bien con el entorn o .

Algunos centro s , como el Lorca de Bru s e l a s , c o n t a ro ncon el ap oyo de antiguos bri gadista intern a c i o n a l e s , que hab í a np a rticipado en la contienda española. Otras asociaciones estu-v i e ron directamente auspiciadas por el Pa rtido Comunista deE s p a ñ a , como fue el caso de Iberia Cultura en Fra n c i a .N u m e rosas de estas organizaciones étnicas desarro l l a ron enE u ropa una identidad antifranquista más o menos acusada, q u eh i zo imposible las relaciones con la administración española enel ex t e rior durante la dictadura. Sólo tras la mu e rte del ge n e ra lFranco y el comienzo de la transición democrática comenzó und i á l ogo con lo que se denominó el Movimiento A s o c i at ivo , q u eculminaría con la celeb ración del Congreso Democrático deAsociaciones de Emigrantes Españolas en Euro p a , c e l eb rado enPalma de Mallorca en junio 1982.

El antifranquismo no fue la única seña de identidad delasociacionismo español en Europa16. Numerosas organizacionessurgieron con el firme propósito de mejorar las expectativas edu-cativas de la segunda generación. Eran las asociaciones de padres

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

( 1 6 )Al antifranquismo de losemigrantes económicos

hemos dedicado nuestraatención en Ana

FERNÁNDEZ ASPERILLA,“Identidades cruzadas.

Mujeres españolas exiliadasy emigradas económicas

durante la DictaduraFranquista”, en Ana

FERNÁNDEZ ASPERILLA,Mujeres bajo el franquis -

mo: compromiso antifran -q u i s t a, Madrid, AMESDE,2009, pp. 185-209, y José

BABIANO y AnaFERNÁNDEZ ASPERILLA,

“Algo más que trabajo,algo más que ahorro”, enAlicia ALTED (coord.), D ela España que emigra a la

España que acoge, Madrid,Fundación Largo

Caballero, 2006, pp. 351-365.

( 1 7 )Sobre todo a partir de la

década de los años setenta,cuando los emigrantes lle-

garon a la conclusión deque el proceso migratoriosería más largo de lo pre-

visto y trajeron a sus fami-lias a los países de acogida.

( 1 8 )Ver el artículo de Susana

ALBA MONTESERÍN,“Trabajo, ahorro y retorno:

la vida cotidiana de losemigrantes españoles enEuropa”, en X. Amancio

LIÑARES GIRAUT (coord.),La emigración española a

Europa en el siglo XX,Vigo, Grupo España

Exterior, 2009, pp. 95-113.

Page 89: Emigración Europa

de familia, que se extendieron por la geografía europea. Esteobjetivo, ausente en los primeros momentos del ciclo migratorio,se incorporó más tarde, como uno de los fines prioritarios para lasorganizaciones étnicas17. Es decir, para las que nacieron con estefin concreto y para las que lo habían hecho antes, sin reparar enque se trataba de un aspecto fundamental, que garantizaba elfuturo de las familias, en los países de acogida y origen.Citaremos algunos ejemplos, como la Asociación de Padres deFamilia de los barrios de Rodhelheim, B o ckenheim ySossenheim de Franckfurt o la Asociación de Padres de FamiliaEspañoles de Gallus, en la misma ciudad alemana. En amboscasos, eran organizaciones locales que se federaron a nivel nacio-nal y europeo. Las reivindicaciones de las asociaciones depadres, donde el protagonismo femenino fue muy destacado,giraron en torno a la creación de clases de lengua y cultura mater-na para la segunda generación, así como a la organización de cla-ses de apoyo a los deberes, para que los niños contaran, en la rea-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

Congreso de lasAsociaciones de Padresde Familia en Francia.

Page 90: Emigración Europa

lización de las tareas escolares, con la ayuda que sus progenito-res no podían prestarles, al no dominar el idioma alemán, francésu holandés. No obstante, el componente antifranquista y la mejo-ra de las clases de lengua y cultura no fueron los únicos rasgoscaracterísticos del asociacionismo en Europa. Los centros se con-virtieron, sobre todo y en primer lugar, en espacios de encuentroen los que disfrutar de ratos de ocio, hablar en español, intercam-biar informaciones, compartir los problemas cotidianos y encon-trar el apoyo y la solidaridad de los compatriotas, que la adminis-tración no brindaba. Allí se organizarían todo tipo de actos recre-ativos y culturales como fiestas, comidas, reuniones, festivales dela canción, concursos de pintura, actuaciones teatrales, proyec-ción de películas, actuaciones de grupos folklóricos, recitales depoesía, seminarios formativos, conferencias, clases de corte yconfección, etcétera18. Asimismo, no fue menos importante elpapel que el asociacionismo cumplió como mecanismo de rela-ción con las administraciones de los países implicados en los flu-jos migratorios. De este modo, se convirtió en un mecanismo deadaptación de los españoles a los países de acogida19.

Sin duda, uno de los momentos culminantes del asociacio-nismo español en Europa fue la celeb ración del primer Congre s oDemocrático de Asociaciones de Emigrantes Españoles en Euro p a ,en 1982, en Palma de Mallorc a2 0. Al congreso asistieron doscientosd e l ega d o s , rep resentantes de once países y de cerca de un millar deasociaciones. Su gestación fue larga y las conve rsaciones con laa d m i n i s t ración habían comenzado seis años antes. El re t raso en suc e l eb ración se debió a cierto temor gubernamental por las tenden-cias supuestamente izquierdistas de los emigrados en Euro p a , f re n-te a los de A m é ri c a , a los que se consideraba más conserva d o re s2 1.

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

( 1 9 )Ver José BABIANO y AnaFERNÁNDEZ ASPERILLA,“El asociacionismo comoestrategia cultural…”, cit.

( 2 0 )Ver Coro LOMAS y Julián

PANIAGUA, “El movi-miento asociativo de lostrabajadores emigrantes

en Europa”, Eloisa BAENAy Francisco Javier

FERNÁNDEZ ROCA,Tercer Encuentro de

Investigadores sobre elfranquismo y la transición,

Sevilla, Muñoz MoyaEditor, 1998, pp. 417-426.

( 2 1 )“La unidad como meta”,

Carta de España, 1982,julio nº 272, pp. 21-28.

( 2 2 )Integrada por tres repre-sentantes, democrática-mente elegidos en una

asamblea a la que asistie-ron 150 personas Para

una descripción más por-menorizada del encuentronacional de Luxemburgo,

Ana FERNÁNDEZ ASPERI-LLA, La emigración espa -

ñola en Luxemburgo.Inventario del Fondo

Documental del Centrocultura y Recreativo Real

Madrid de Esch SurA l z e t t e, Madrid,

Fundación 1º de Mayo,1996.

( 2 3 )Ver Carta de España,

nº 143, 1971.

Page 91: Emigración Europa

La iniciat iva de celeb rar un congreso de esa nat u raleza seo ri ginó en Luxe m bu rgo. Allí el go b i e rno convocó en 1975 a lasp rincipales entidades nacionales de inmigrantes –italianos, p o r-t u g u e s e s , y u go s l avos y españoles– a una Confe rencia Nacionalde Inmigra c i ó n , p a ra conocer sus pro blemas y buscar solucio-nes. La delegación española consideró interesante ex t rapolar laex p e riencia a las organizaciones de españoles del viejo conti-n e n t e2 2. Sobre todo porque en 1971 el Instituto Español deE m i gración organizó el IV Congreso de la Emigra c i ó n. Por pri-m e ra vez asistieron a él rep resentantes de la emigración enE u ro p a , aunque la parte más crítica del asociacionismo quedóal marge n2 3.

Los emigrantes españoles en Luxe m bu rgo se dispusiero npues a organizar el encuentro , c u rsando invitaciones a tre i n t aasociaciones. Recibieron respuesta de veintisiete y al acto asis-t i e ron cincuenta delegados de A l e m a n i a , B é l gi c a , H o l a n d a ,I n g l at e rra , L u xe m bu rgo , Suiza y Francia. El evento tuvo luga rlos días 24 y 25 de enero de 1976 y los rep resentantes asociat i-vos reunidos en Luxe m bu rgo concl u ye ron que la eficaz defe n s ade sus intereses dependía de su capacidad de orga n i z a rse comoe m i gra n t e s , pues los organismos gubernamentales ignoraban susa s p i raciones y les impedían participar en los acuerdos y conve-nios bilat e rales. Comenzaba así un intenso esfuerzo orga n i z at i-vo que culminaría en 1982.

Los contactos de rep resentantes de organizaciones dee m i grantes de siete países europeos se rep i t i e ron de nu evo enParís los días 28 y 29 de enero de 1976. Sería en la capital fra n-cesa donde se creo una comisión coord i n a d o ra euro p e a , e n c a r-gada de asumir las tareas orga n i z at ivas que desembocarían en el

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

Numerosos deestos centros,nacidos delimpulso de losemigrados, adop-taron el nombrede poetas quesimbolizan el exi-lio y la represiónfranquista, a lavez que los espí-ritus más selectosde la culturaespañola.

Page 92: Emigración Europa

C o n greso Democrático de la Emigración de Palma de Mallorc a .Po s t e ri o rm e n t e, se le denominaría Comisión Gestora Europea yse crearían Comisiones Gestoras Nacionales. Antes de la cele-b ración del Congreso de Asociaciones de Pa l m a , se celeb ra ro nfases nacionales prep a rat o rias en todos los países europeos quee nv i a ron delegados al mismo.

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El desarrollo del asociacionismo en la emigraciónespañola a Europa durante el siglo XX

Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

Page 93: Emigración Europa

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Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA

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Page 95: Emigración Europa

Trab a j o , a h o rro y re t o rn o :la vida cotidiana de lose m i grantes españoles enE u ro p a

Susana ALBA MONTESERÍN.Desde 2003 trabaja en elCentro de Documentación delas Migraciones, de laFundación 1º de Mayo. Esespecialista en el tratamientode fuentes documentales sobrelos movimientos migratorios.Es coautora de Guía deFuentes para el estudio de laemigración Española (2008) yde Miradas de emigrantes.Imágenes de la vida y culturade la emigración española enEuropa en el siglo XX (2004).Asimismo, ha escrito comuni-caciones sobre el tema en con-gresos de Historia y ha redacta-do, como coautora, artículosen revistas especializadas, des-tacando, “Migraciones yArchivos. Las llaves de lainvestigación histórica en laEspaña Contemporánea”(2008), en la Revista de archi -veros de la Comunidad deMadrid o “Fuentes para el estu-dio de la emigración española:el Centro de Documentaciónde la Emigración Española(CDEE) de la Fundación 1º deMayo” (2006), en Tábula:Estudios Archivísticos deCastilla y León. Éxodos y docu -mentos.

Las características sociológicas de los protagonistas,el contexto de la sociedad de partida, las condicio-nes de acogida, así como el conjunto de estrategias

que orquestaron para resolver sus dificultades diarias, fue-ron determinantes de la vida de los emigrantes españoles enla segunda mitad del siglo XX1.

Respecto del perfil sociológico de los emigradosespañoles a Europa, conviene recordar que en su mayoríaeran jóvenes solteros, con buena salud, de origen rural, conbajos niveles de formación, cualificación escasa y con pocoo ningún conocimiento del idioma extranjero. Numérica-mente la presencia de mujeres fue al principio menor2.Antes de partir al exterior, su currículum profesional estu-vo ligado a los empleos que brindaron las sociedades rura-les de origen. Es decir, empleos de peonaje en la agricultu-

Licenciada en Historia del Arte.

Susana ALBA MONTESERÍN

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ra o la ganadería, por cuenta ajena o en pequeñas explotacionesfamiliares, o en el servicio doméstico. La única experiencia labo-ral de las mujeres, al margen de las tareas agrícolas, fue la deaprendizas en sastrerías o la de criadas, en sus localidades de ori-gen o en las ciudades industriales donde se trasladaron para ser-vir, protagonizando una emigración interior3. Antes de partir alextranjero, los varones emigraron previamente a las ciudadesespañolas que estaban industri a l i z á n d o s e. Allí encontra ro nempleo en las grandes fábricas o en la construcción y se instala-ron muy precariamente en los suburbios4.

Los trabajadores que optaron por la emigración exteriorpertenecían a la generación de la posguerra, que no había vividola guerra civil como adultos, sino como niños o adolescentes. Noobstante sufrieron sus efectos, que se acentuaron en los que eranhijos de los vencidos en la guerra civil. Entre las consecuenciasestuvo la incorporación temprana del colectivo al mercado de tra-bajo: el 77,3 por ciento empezó a trabajar con menos de catorceaños y el 37,8 por ciento antes de los diez años. Se trataba puesde un colectivo sin infancia, sin escuela y sin juegos. Desde elpunto de vista formativo, más del once por ciento eran completa-mente analfabetos, más del veinticinco por ciento nunca fue a laescuela, pero aprendieron a leer y a escribir; más del sesenta porciento asistieron alguna vez al colegio, aunque sólo el treinta porciento de los últimos completaron los estudios primarios, y másdel sesenta por ciento no los finalizó. Sólo un dos y medio porciento hizo estudios de formación profesional de primer grado eidéntico porcentaje alcanzó el segundo grado5. Este bagaje edu-cativo y profesional condicionó las posibilidades de integración yel modo de vida que llevaron en los países de acogida.

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

( 1 )Es decir, fue importante

la formación de unasubcultura obrera; ver al

respecto el estudio deTeresa MIRRI LARRU-BIA, “Migrantes en las

jóvenes sociedadesindustriales: integracióny diferenciación social”,

Historia Social, 1996,nº 26, pp. 79-90.

( 2 )Ver José BABIANO y

Ana FERNÁNDEZ ASPE-RILLA, “Mujeres y traba-

jo en la emigraciónespañola a Europa en los

años sesenta”, en X.Amancio LIÑARES

(coord.), El protagonis -mo de la mujer en lascorrientes migratorias

e s p a ñ o l a s, GrupoEspaña Exterior, Vigo,

2009, pp. 81-101.

( 3 )Sobre la experiencia

previa como sirvientasde las españolas, AnaFERNÁNDEZ ASPERI-

LLA, Mineros, sirvientasy militantes. Medio siglode emigración española

en Bélgica, Madrid,Fundación 1º de Mayo,1996. Sobre el trabajo

de aprendizas en sastre-rías, de la misma autora,

Mujeres, emigraciónespañola y asociacionis -

mo étnico (París en lasegunda mitad del siglo

X X ), Documento deTrabajo, Madrid,

Fundación 1º de Mayo,Doc. 3/2006.

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Page 97: Emigración Europa

Además de las características sociológicas, derivadas delcontexto sociopolítico del país de origen, otras circunstanciasinfluyeron en la vida cotidiana. Estaban relacionadas con el pro-yecto migratorio que forjaron antes de la partida. En concreto,con la idea de trabajar lo máximo posible para obtener en el plazomás breve los ahorros que les permitieran regresar a España yadquirir una vivienda en propiedad o iniciar un negocio familiar.Por ello, si existe un elemento que permita describir el modo devida en el extranjero es sin duda la actividad laboral.

TRABAJO, TIEMPO DE OCIO Y SOCIABILIDADLa cotidianeidad de los emigrados españoles en los países

europeos de acogida giró en torno al trabajo. La forma de conse-guir cierto capital, lo más rápidamente posible, fue incrementarlas jornadas laborales, que se hicieron interminables.

Habitualmente los españoles estuvieron pluriempleados.Es decir, salían del trabajo principal, donde realizaron horasextraordinarias, y de allí se dirigieron a otros empleos, para com-pletar sus agotadoras jornadas con horas suplementarias. Estashoras complementarias las dedicaron a realizar la limpieza de ofi-cinas o de casas particulares, el cuidado de ancianos o de niños,labores de jardinería o tareas agrícolas.

Hombres y mujeres trabajaron hasta la extenuación parareunir los ansiados ahorros. Por ello, en mayor medida que enEspaña, las mujeres se incorporaron al mercado laboral, lo queinfluyó en su vida cotidiana. Así es, pues al trabajo asalariadosumaron las tareas del hogar, que en general no compartieron conlos hombres, como era tradición en España. De ello se derivó unestrés superior y un cansancio infinito para ellas, y las consi-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(4)Para el caso de Madrid,ver J. BABIANO,Emigrantes, cronóme -tros y huelgas. Un estu -dio sobre el trabajo ylos trabajadores duran -te el franquismo(Madrid, 1951-1977).Madrid, Siglo XXI,1995; para el caso deBilbao, José AntonioPÉREZ, Los años delacero: la transforma -ción del mundo laboralen el área industrial delGran Bilbao, Madrid,Biblioteca Nueva,2002.

(5)Los datos están toma-dos de AnaFERNÁNDEZ ASPERI-LLA, “¡Que treinta añosno es nada… entre laexclusión y la fragilidadsocial: los emigrantesespañoles de terceraedad retornados”, enUbaldo MARTÍNEZVEIGA, Situaciones deexclusión de los emi -grantes españolesancianos en Europa,París, FACEEF et all,2000, pág. 231. Si loscomparamos con lapoblación de la mismageneración que sequedó en España, des-cubrimos que el nivelformativo de los prime-ros fue ligeramentesuperior.

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guientes secuelas desde el punto de vista de la salud6. A menudo,el trabajo femenino se realizó en la economía sumergida porqueasí lo prefirieron los empresarios o porque fue la estrategia paraincrementar el ahorro, al eludir la presión fiscal derivada de unosingresos superiores. También el trabajo masculino tuvo lugar,aunque en menor porcentaje que el femenino, en la economíasumergida. En especial, cuando se trataba de los empleos suple-mentarios, que se realizaron al margen de la ocupación principal7.

Los trabajos que realizaron los españoles fueron los peorpagados, los más duros y los más peligrosos. Exigieron esfuerzofísico y fueron frecuentes las lesiones, las enfermedades profe-sionales y los accidentes8. La falta de comprensión del idioma, ladescualificación y su condición de extranjeros no fomentaron lapromoción profesional de los emigrantes, sino el estancamientoen los niveles jerárquicamente más bajos de las empresas. Noobstante, a pesar de la dureza de las condiciones laborales, resul-taron más ventajosas que las del país de origen9. Así es, pues lasmujeres empleadas por ejemplo en el servicio doméstico veníande un contexto laboral en España casi servil10.

El lugar de trabajo se conv i rtió en el único espacio dondelos emigrantes establ e c i e ron relaciones con la población autóc-t o n a , aunque los intercambios con los compañeros o los jefe se s t u v i e ro n , s o b re todo al pri n c i p i o , limitados por la falta dedominio de la lengua. Y también por el hecho de que, p a ra fa c i-litar la organización del trabajo o como consecuencia de ella, l o se m i grantes españoles fo rm a ron parte de equipos integrados porc o m p at riotas o por emigrados de otras nacionalidades –italianos,p o rt u g u e s e s , m a rro q u í e s , t u rcos o argelinos–. A menu d o , p a rafacilitar la comunicación con los ex t ra n j e ros hubo ciertas empre-

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

(6)Lo novedoso no fue eltrabajo femenino, sino

el contexto y las condi-ciones –algunas muje-res pasaron desde unaaldea gallega sin elec-

tricidad, servicio oagua corriente a una

ciudad industrial comoEindhoven–; ver Ana

FERNÁNDEZ ASPERI-LLA y Coro LOMAS,

“Condición, traballo exénero na emigración

española dos añossesenta”, Dez Eme,

2001, nº 4, pp. 22-32.Fue asimismo impor-

tante la emigracióncomo estrategia de rup-tura, que señala para la

emigración interiorCristina BORDERÍAS,

“Emigración y trayecto-rias sociales femeni-

nas”, Historia Social,1993, nº 17, pp. 75-97.

(7)Este hecho ha sido

ampliamente documen-tado por Ana

FERNÁNDEZ ASPERI-LLA en diversos traba-

jos, citamos aquí, ¡Quetreinta años no es

nada…cit., así como en“Émigration et retour:

la première génerationd’ émigrants espagnolsen Europe”, Migrance,

2002, nº 21, pp. 92-105.

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sas que contrat a ron intérp re t e s , o simplemente, que encarga ro nesta tarea a un trabajador español, que poseía un mayor conoci-miento del idioma. Sobre todo al pri n c i p i o , la labor de los tra-d u c t o res resultó decisiva. Fue necesaria en el lugar de trabajo yf u e ra , pues cualquier gestión administrat iva re q u i rió del ap oyoex t e rno. Este ap oyo se hizo trascendental cuando hubo que acu-dir al médico y ex p l i c a rle los síntomas. Pe ro también en otra sc i rcunstancias diari a s , como hacer una operación bancaria o ir ala compra , ya que en las décadas de los sesenta no eran fre c u e n-tes los autoservicios sino el pequeño comerc i o , donde los espa-ñoles utilizaron la mímica para hacer comprender a los ve n d e d o-res los productos que deseaban adquiri r. Con el tiempo, los hijosse conv i rt i e ron en los intérp retes de sus padre s , lo que les hizom a d u rar pre m at u ra m e n t e1 1.

El tiempo de ocio fue escaso y lo invirtieron en recuperar-se del agotador esfuerzo que les exigió la actividad laboral, encontactar con los compatriotas y, en la medida de lo posible, en

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(8)Ver al respecto José

BABIANO, “La emigra-ción de trabajadores enEuropa y las condicio-nes de salud laboral ala luz de la experienciahistórica española”, LaMutua. Revista técnicade salud laboral y pre -vención, 2004, nº 11,segunda época, pp. 73-86.

Fiesta Miss TerceraEdad en Rombas(Francia).

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recrear ciertas pautas de la cultura popular del país de origen. Noinvirtieron las horas de recreo en socializarse en el país de acogi-da ni en perfeccionar el idioma. Las condiciones de partida nocontribuyeron a emprender estas empresas. Ni la educación for-mal extremadamente débil con la que contaban ni la formaciónimpartida por el Instituto Español de Emigración, a través de loscursos de formación ambiental, eran los mejores instrumentospara ello. Además, la idea del retorno rápido, fomentado por lapropia administración española y que se retroalimentaba en con-tacto con los compatriotas, les condujo en dirección opuesta aesforzarse por integrarse en el país de acogida.

El tiempo libre se inv i rtió en ganar más dinero , en obtenermás re c u rsos y en pro c u rar no dilap i d a rlos en fo rm a c i ó n , d ive r-s i o n e s , espectáculos u otras actividades lúdico fe s t ivas. Estoimpuso un estilo de vida y unos hábitos de consumo ex t re m a d a-mente austero s1 2. A d e m á s , condujo a un modelo re c re at ivo re l a-cionado con el país de salida y no con el de acogida. En pri m e rl u gar porq u e, ya lo hemos ex p l i c a d o , tenía sentido dentro de lae s t rat egia migrat o ria de ahorro y re t o rn o , y en segundo luga r,p o rque resultó más barato y accesibl e. Así es, si la vida diari at ra s c u rría de casa al trabajo y del trabajo a casa, los fines des e m a n a , la familia al completo acudía a alguna de las asociacio-nes que los emigrantes españoles cre a ro n , diseminadas a lo largode la ge ografía euro p e a1 3. Allí donde hubo colectivos de españo-les surgi e ron centros o puntos de encuentro para re u n i rs e, ch a r-l a r, t ra s m i t i rse noticias de España, comentar las ofe rtas dee m p l e o , ay u d a rse a encontrar una viv i e n d a , ap oya rse en los trá-mites administrat ivos que la emigración obl i gaba a realizar y aponer en marcha iniciat ivas re c re at ivas. Se orga n i z a ron así fi e s-

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

(9)Ver José BABIANO, “El

mundo que quedóatrás: el contexto de lasociedad de partida enel proceso de la inmi-

gración española aAustralia”, IgnacioGARCÍA & Agustín

MARAVER, Memoriesof migration: Españoles

en Australia(Seminario), Sydney,

The Spanish HeritageFoundation, 1999, pp.73-87. Respecto de la

mejora experimentadapor algunas mujeres,

ver los testimonios utili-zados en Ana

FERNÁNDEZ ASPERI-LLA, Mineros, sirvientas

y militantes. Mediosiglo de emigración

española en Bélgica,Madrid, Fundación 1º

de Mayo, 2006, pp. 61-62.

(10)Según se desprende de

numerosos testimonios.Hubo mujeres que tra-bajaron a cambio de lacomida. Pero tambiénse resalta en los testi-monios masculinos la

dignificación de lascondiciones laborales,

salariales y en cuanto altrato recibido por parte

de los empresarios enEuropa, Ver Ana

FERNÁNDEZ ASPERI-LLA, Mineros, sirvientas

y militantes, cit., pág.128.

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t a s , con música, b a i l e s , comida y actuaciones de artistas del paísde ori gen que las amenizab a n1 4. El esquema de las fiestas serepetía por las localidades europeas donde hubo colectivos det rab a j a d o res españoles, de modo que podemos hablar de u nmodelo re c re at ivo1 5. No obstante, también se celeb ra ron otro tipode actividades como misas, c o n c u rsos de mises, ro m e r í a s , j u e-go s , ri fa s , clases de costura , de fl a m e n c o , de guitarra española ode gaita -ga l l ega o asturi a n a - , p a rtidos de fútbol y rep re s e n t a c i o-nes teat ra l e s1 6.

En los centros se organizó una oferta lúdica para toda lafamilia, en especial los fines de semana: los hombres jugaron alas cartas, bebieron, charlaron o incluso “hicieron política”; lasmujeres se reunieron, intercambiaron experiencias, cocinaron,prepararon platos típicos, limpiaron los locales de la asociación,bailaron flamenco, asistieron a las clases de costura, etcétera. Engeneral, las mujeres garantizaron que las horas que las familiascompartían discurrieran de la forma más satisfactoria y agradableposible. Con el máximo confort y bienestar17. Hasta la adolescen-cia, los niños acudieron con sus padres a las asociaciones. Allí seencontraron con los hijos de otros españoles, jugaron, se empa-paron del ambiente, asistieron a las clases de lengua y cultura eincluso, en algunos casos, llegaron a formar parejas. A veces tam-bién compartieron la asistencia a colonias de vacaciones, organi-zadas por la administración española. No obstante, según sehicieron mayores, el mundo recreado por sus mayores, la socie-dad de origen, fue visto como una especie de lastre, que les impe-día identificarse con el país de residencia y les estigmatizabacomo extranjeros. Por ello, se alejaron de las redes étnicas quelos mayores habían tejido en los países de acogida. Aunque los

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(11)Así fue pues les cargóde responsabilidadesque suelen perteneceral mundo de los adul-tos. Les dotó tambiénde un “cierto poder”,que pudo influir en lasrelaciones paterno-filia-les, al otorgarles unpapel inusual.

(12)No compartimos quelas pautas de consumode los emigrados enEuropa estuvieran muypor debajo de las de lostrabajadores en España.Aunque su modo devida fue más austeroque el de la poblaciónautóctona, los hábitosde consumo de los tra-bajadores en Españaestuvieron también enniveles muy bajos. Laprimera premisa laplantea Laura OSO,Españolas en París:estrategias de ahorro yconsumo en las migra -ciones internacionales,Barcelona, Bellaterra,2004.

(13)Ver al respecto, JoséBABIANO,“Emigración, identidady vida asociativa: losespañoles en la Franciade los años sesenta”,Hispania, 2002, nº 211,pp. 561-576.

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padres se preocuparon porque tuvieran un espacio de ocio dentrode los centros creados por la primera generación, el esfuerzo fueun fracaso. La atracción que la oferta recreativa de los países deacogida ejerció sobre la segunda generación superó a la que losmayores les ofrecieron enlatada en las organizaciones étnicas.

En las asociaciones adquirió relevancia la recreación detradiciones españolas en las celebraciones y fiestas.

Especialmente significativo era la fiesta de la Navidad, eldía de fin de año o la fiesta de los Reyes Magos. El día de navi-dad o el de fin de año, se organizaban cenas, a las que asistían lasfamilias españolas, se amenizaban, por supuesto, con música ybailes españoles y se tomaban las doce uvas. El seis de enero, serecreaba la festividad de los tres Reyes Magos. Tres adultos dis-frazados entregaban regalos a los hijos de los emigrantes. A estasfiestas tradicionales fueron añadiéndose otras destacadas celebra-ciones, como el día de la Hispanidad, el día de la madre o el fes-tival de la sidra18. Con el tiempo, se incorporaron ciertas festivi-dades de los países de residencia, como fue por ejemplo el día deSan Nicolás o el carnaval. A menudo, los locales de las asocia-ciones se convirtieron en los espacios privados donde se celebra-ron banquetes con motivo de bautizos, comuniones, cumpleañosy bodas19. De nuevo, esto permitió a los españoles encontrarse yforjar lazos de solidaridad, que les protegieron frente a los avata-res de la vida en el extranjero.

El baile flamenco contó con una gran acogida entre la ofer-ta de ocio de las asociaciones. Fue quizás de las actividades quemás éxito alcanzaron, traspasando incluso los límites de la colo-nia española. De este modo, consiguió atraer a personas de lasociedad de acogida, que asistían a las clases. Numerosos centros

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

(14)Ver al respecto Ana

FERNÁNDEZ ASPERI-LLA, Mineros, sirvientas

y militantes. Mediosiglo de emigración

española en Bélgica,Madrid, Fundación 1º

de Mayo.

(15)La idea del modelo

recreativo la tomamosde Alf LÜDTKE, “Sobre

los conceptos de vidacotidiana, articulacio-nes de las necesidadesy “Conciencia proleta-

ria”, Historia Social,1991, nº 10, pp. 41-61.

(16)Ver los programas demano y la colección

fotográfica de las repre-sentaciones teatrales

entre 1948 y 1957 delgrupo de teatro aficio-nado del Solar Español

de Burdeos. Entre lasobra representadas cita-mos “La herida lumino-

sa”, “El último toro”,“Coro vasco”, “Los

novios de mis hijas”,“Rondalla”, etcétera.

Ver en Centro deDocumentación de lasMigraciones. Sección

Emigración, de laFundación 1º de Mayo

(a partir de ahoraCDM-SEE). Asimismo,

para otros aspectos dela vida cotidiana de los

españoles en Europa,una buena fuente son

las fotografías,

5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 102

Page 103: Emigración Europa

contaron con sus propios grupos folklóricos, integrados por losniños a los que enseñaron a bailar desde pequeños. Los gruposhicieron giras por los centros españoles de las localidades de losalrededores. Otras tradiciones como la gallega, la asturiana o lavalenciana también fueron recreadas por los grupos de baile y porlas organizaciones étnicas20.

Los grupos de baile implicaban a todos los miembros de lafamilia. Por supuesto a los niños y jóvenes que los integraban,pero también a las madres, que se encargaron de confeccionar lostrajes, y a los padres, que se ocuparon de concertar las actuacio-nes y de trasladar a los integrantes del grupo hasta los lugaresdonde se celebraban. Tuvieron así un fuerte componente interge-neracional, que cumplió el papel de unir a padres e hijos en tornoa la idea de España. Como el baile se relaciona con los sentimien-tos, contribuyó a intensificar la identificación emocional de lasegunda generación con España.

La gastronomía ocupó asimismo un lugar siempre centralen este tipo de celebraciones étnicas. Sin duda, la paella adquirióuna popularidad que trascendió a las colonias de españoles, yllegó a ser conocida por la población de las localidades dondevivieron los españoles. Se hicieron paellas gigantes, como actosp ú blicos que culminaron ciertas manifestaciones de culturapopular, en ciudades como París, Bèziers, Thonon-les Bains. Nosconsta que incluso en la pequeña localidad de Lavelanet, unaespañola se especializó en su preparación y se la requería parahacerlas en todo tipo de actos, organizados por españoles, france-ses o por inmigrantes de otras nacionalidades. Los churros, comoproducto típicamente español, eran asimismo muy celebrados ysolían incluirse como manjar en las fiestas españolas21.

- 103

La emigración española aEuropa en el siglo XX

incluidas en SusanaALBA, José BABIANO YAna FERNÁNDEZASPERILLA, Miradas deemigrantes…, cit., AnaFERNÁNDEZ ASPERI-LLA, Mineros, sirvientasy militantes…, cit.

(17)Ver Susana ALBA, JoséBABIANO y AnaFERNÁNDEZ ASPERI-LLA, Miradas de emi -grantes…cit., pp. 90-91.

(18)Ver Imágenes de laEmigración: colecciónde carteles del CDEE,cit. 01/48.

(19)Ver Susana ALBA, JoséBABIANO y AnaFERNÁNDEZ ASPERI-LLA, Miradas de emi -grantes…cit., pp. 66-70.

(20)En Bélgica se celebra-ron eventos, organiza-dos por asociaciones,como “3 días porAndalucía”, “LaSemana Andaluza”, “Eldía de Asturias enBélgica” o “El Día deAragón”, Ver Imágenesde la Emigración: colec -ción de carteles delCDEE, Madrid, Centrode Documentación delas Migraciones.Sección EmigraciónEspañola, de laFundación 1º de Mayo,

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El deporte tuvo también una importancia notable. En espe-cial el fútbol. Fueron habituales los equipos de fútbol, pero tam-bién existió afición por el ciclismo22. Como el baile, el deporte, enespecial el fútbol, tiene la virtualidad de fomentar la identidad degrupo, más que otro tipo de actividades, además permitió el inter-cambio con los compatriotas, con la sociedad de destino y coninmigrantes de otras nacionalidades.

Gran parte del tiempo libre se concentró en las vacaciones,que los emigrantes aprovecharon para regresar sistemáticamentea España y visitar a sus parientes. El contacto anual renovó elproyecto de retorno y fortaleció los lazos con el país de acogida.Existió en este punto una gran diferencia con los emigrados aAmérica u Oceanía. Así es, pues los últimos, al espaciar sus via-jes de vuelta, debido al elevado precio de los billetes, a las largasdistancias y a la dureza de las travesías, en barco o en avión, fue-ron debilitando sus vínculos con el país de origen.

No obstante, la vida cotidiana estuvo también determinadapor las sociedades de acogida, que no ofrecieron grandes facili-dades para el aprendizaje del idioma y a veces mostraron racis-mo hacia los españoles. Un ejemplo nos permite ilustrarlo: en elpueblo holandés de Schimmert, en la provincia de Limburg, losvecinos protestaron en 1970 para evitar la llegada de trescientosespañoles, que iban a trabajar a dos fábricas situadas a las afue-ras del pueblo. Para evitarlo, una comisión de protesta escribiócartas al príncipe, al ministro holandés y al embajador de España.El argumento utilizado fue que no existía ninguna fórmula derecreo para ellos23. Tampoco los países de acogida fueron muyprevisores en cuanto a facilitar las condiciones residenciales o laintegración de la segunda generación en el sistema educativo.

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

sig. 1/16, 1/15; 1/004;01/008, 01/040,

01/042; 01/77, 01/078;01/85;01/86. Gruposfolklóricos ataviados

con trajes gallegos,asturianos, andaluces o

valencianos en ciuda-des como Bruselas,

Lieja o Vénissieux enSusana ALBA, José

BABIANO y AnaFERNÁNDEZ ASPERI-LLA, Miradas de emi -

grantes. Imágenes de lavida y cultura de la

emigración española enEuropa en el siglo XX,Madrid, Fundación 1º

de Mayo, 2004, pp. 96-98.

(21)Ver José BABIANO

(coord.), Guía de fuen -tes para el estudio de la

emigración española,Madrid, Fundación 1ºde Mayo, 2008, pág.

199, así como AnaFERNÁNDEZ ASPERI-

LLA, Mineros, sirvientasy militantes. Mediosiglo de emigración

española en Bélgica,Madrid, Fundación 1º

de Mayo, 2006, pp. 122y 83. También, Susana

ALBA, José BABIANO yAna FERNÁNDEZ

ASPERILLA, Miradas deemigrantes…cit., pp. 86

y 89.

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Respecto de las viviendas, las condiciones de habitabilidad fue-ron especialmente duras, y a menudo, un problema que debieronsolventar los propios emigrados. Así fue, pues en el mejor de loscasos, las empresas facilitaron el alojamiento de los trabajadores,pero no el de las familias. Otro factor determinante del modo devida fue la tendencia de los emigrantes a concentrarse en ciertosbarrios étnicos, típicamente españoles, como fue el de Midi enBruselas, la Cité en Lieja, los alrededores de la calle Kléber enBurdeos o la Plaine de Saint-Denis en Francia, que llegó a cono-cerse como La Pequeña España24. La concentración facilitó, encierto sentido, la vida cotidiana, ya que la vecindad de otras fami-lias de compatriotas era un factor de sociabilidad y de solidari-dad. Además, en el barrio solían establecerse comercios especia-lizados en productos del país de origen.

También ex i s t i e ron bare s , que se conv i rt i e ron en puntos dee n c u e n t ro para los hombre s , rep roduciéndose los pat rones cultura-les del país de ori ge n , así como parroquias o misiones cat ó l i c a s .Fo rmando parte del paisaje se encontra ron nu m e rosas sucursales debancos españoles que se ab ri e ron para facilitar a los emigrados eli n greso de sus ahorros. Pe ro a la ve z , la concentración de los barri o sétnicos dificultó la integración en los países de acogi d a , dando luga ra una suerte de ambientes cerrados o a comunidades paralelas quec o nv iv í a n , con las del país de acogi d a , p e ro sin mezcl a rs e. Dosejemplos ilustrat ivos se encuentran en la ciudad de París. El pri m e-ro es el de las españolas que trab a j a ron como criadas en las casase l egantes del distrito XVI de la capital. Por la mañana ocuparon susj o rnadas en el servicio de estas casas y una vez concl u i d a s , d e s ap a-recían para re cl u i rse en las l oge s, d i m i nutas habitaciones en las qued o rm í a n , en la parte superior de los edificios.

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(22)Como demuestra laexistencia de un equipociclista en el ClubGarcía Lorca deBruselas, Susana ALBA,José BABIANO, AnaFERNÁNDEZ, Miradasde emigrantes.Imágenes de la vida ycultura de la emigra -ción española enEuropa en el siglo XX,cit., pág. 109.

(23)Ver “Noticiario deHolanda”, UniónEspañola, octubre1970, pág. 4, consulta-do en Centro deDocumentación de lasMigraciones- SecciónEmigración Española,de la Fundación 1º deMayo. Otros testimo-nios de racismo en AnaFERNÁNDEZ ASPERI-LLA y Coro LOMASLARA, Emigración yvida laboral: la corres -pondencia como fuentede documentación his -tórica, Ofrim: publica-ción especializada deinmigración. Historiasde vida e inmigración.Suplementos, junio, 8,pp. 91-92.

(24)Ver Natacha LILLO, LaPetite Espagne de laPlaine Saint-Denis,1900-1980, París,Autrement, 2004

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Page 106: Emigración Europa

Su vida se desarrolló casi enteramente en estos barrios ele-gantes pues en la Rue de la Pompe estaba la Misión Española,donde oían misa y participaban de las actividades que allí seorganizaron. La Misión era un punto de encuentro, una referen-cia para la colonia española, a la que acudían sobre todo lasmujeres, buscando ayuda para encontrar empleo como domésti-cas. Algunas muchachas de servicio se sacaron allí el certificadode escolaridad. En el mismo barrio se instaló también un institu-to, donde se impartió el bachillerato español e igualmente seabrieron sucursales de bancos españoles25. No obstante, comohemos dicho, la comunidad española integrada sobre todo pordomésticas y la burguesía parisina que vivía en este barrio resi-dencial, convivieron dándose la espalda. Las primeras intentaronasí preservar su identidad nacional, frente al asimilacionismocaracterístico de la política de inmigración francesa. Era sin dudasu respuesta frente al sentimiento de superioridad que les trasmi-tían los franceses, que les aceptaban sin conflictos pero les con-sideraban como un colectivo de trabajadores subordinados.

El segundo ejemplo se re fi e re a la vida de las fa m i l i a sespañolas en las porterías. Como en el caso pre c e d e n t e, las por-terías parisinas estuvieron ocupadas por españoles y port u g u e-ses. Eran recintos destinados a la familia del port e ro , que no re u-nían unas mínimas condiciones de hab i t ab i l i d a d. No disponíande baño o ducha y sus dimensiones fueron muy reducidas. Noo b s t a n t e, d u rante períodos pro l o n gados allí viv i e ron nu m e ro s a sfamilias españolas. Se pre s e n t a ron como una altern at iva queo f recía ciertas ve n t a j a s , s o b re todo porq u e, como se pensab a , l ae m i gración era una realidad temporal breve. Las ventajas fuero nque perm i t i e ron ahorrar los gastos de alquiler, de luz o de cale-

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

(25)Ver Lorenzo DEL-

GADO, “La enseñanzade los emigrantes”,

Hispania, 2002, nº 211,521-520.

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fa c c i ó n , lo que encajó con el estilo de vida austero impuesto porel proyecto migrat o rio. Como se ha comentado, el proyecto sec o n s t ruyó sobre la triada del trab a j o , el ahorro y el re t o rno. Otraventaja era que perm i t i e ron a las mu j e res la obtención de unosi n gre s o s , por la limpieza de las escalera s , y a la vez cuidar a sushijos. Fue pues el l u gar idóneo donde coincidieron familia y tra-bajo. Las limitaciones de las viviendas de las porterías obl i ga ro na acudir a re c u rsos como ir a bañarse los fines de semana a esta-blecimientos públicos o como, en el caso de un diri gente de laFAC E E F, él y sus hermanos subían a dormir a una hab i t a c i ó nque los señores les pre s t ab a n , p a ra permitir a sus padres tenerc i e rta intimidad. Como en el caso pre c e d e n t e, las l oge s p a ra lasmu j e res solteras o las porterías para las fa m i l i a s , f u e ron estrat e-gias que no contri bu ye ron al intercambio con la sociedad de aco-gida. A pesar de la cercanía que suponía compart i r, s o b re todoen el primer caso, un espacio privado como era el hogar fa m i l i a r,no se establ e c i e ron re l a c i o n e s , d i s c u rriendo la existencia de

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

El lugar de traba-jo se convirtió enel único espaciodonde los emi-grantes estable-cieron relacionescon la poblaciónautóctona, aun-que los intercam-bios con los com-pañeros o losjefes estuvieron,sobre todo alprincipio, limita-dos por la faltade dominio de lalengua.

Asistentes al VIIcongreso nacional dela FACEEF en Francia.

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unos y otros para l e l a m e n t e, sin cru z a rs e, sin mezcl a rse o sini n t e r fe ri rse en ningún punto. En una suerte de indife rencia sinre c o n o c i m i e n t o , que ilustra bien cierta parte de la vida cotidianade los emigrados. No podemos saber si fue la condición deex t ra n j e ros o las dife rencias sociales, o ambas a la ve z , las queexplican el fe n ó m e n o2 6. Lo que si resulta fácil es imaginar el sen-timiento que la falta de reconocimiento debió ge n e rar en unasp e rsonas que, sin duda, c o n t ri bu ye ron con su actividad diaria arelanzar las economías europeas.

LA FAMILIALa vida familiar formó parte sustancial de la cotidianeidad.

En la emigración, la familia quedó dividida. Mientras el padre, lamadre o algún otro miembro se marcharon al extranjero, el restode componentes quedó en España. A partir sobre todo de la déca-da de los años setenta, se produjeron procesos de reagrupamien-to familiar.

Las separaciones estuvieron siempre en la base de los pro-cesos migratorios, ya fuera al comienzo, en una fase intermediao al finalizar la emigración. Es decir, en el momento del retorno27.Las separaciones familiares fueron una fuente de problemas paralos emigrantes. En especial, cuando los hijos permanecieron en elpaís de origen, al cuidado de parientes o internos en colegios,pues su presencia en el país de trabajo implicaba un aumento delos gastos en términos de dinero y tiempo. Pero también genera-ron problemas cuando fueron conducidos, en plena adolescencia,a los países de acogida. Allí sufrieron problemas de integraciónen general y en la escuela en particular, más agudos que cuandoles llevaron siendo más pequeños.

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

Además de lasc a r a c t e r í s t i c a s

s o c i o l ó g i c a s ,derivadas del

contexto socio-político del paísde origen, otras

c i r c u n s t a n c i a sinfluyeron en lavida cotidiana.

Estaban relacio-nadas con el pro-yecto migratorio

que forjaronantes de la parti-da. En concreto,

con la idea detrabajar lo máxi-mo posible para

obtener en elplazo más brevelos ahorros queles permitieran

regresar aEspaña y adquirir

una vivienda enpropiedad o ini-ciar un negocio

familiar.

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Page 109: Emigración Europa

La separación familiar implicó el envió de dinero y dificul-tó las relaciones entre padres e hijos, pero también entre los cón-yuges. Fue casi un mito, del que se hizo eco Rosalía de Castro yaen el siglo XIX, cuando se refirió a las mujeres que quedaron enEspaña como las viudas de vivos. Los conflictos intergeneracio-nales se acentuaron porque la convivencia entre padres e hijos selimitó a los veranos, cuando finalizaba el curso escolar y losniños eran trasladados al país de acogida, o incluso al mes devacaciones, cuando los padres regresaban a España. El ahorro yla actividad laboral intensiva de los progenitores fueron factoresdecisivos. Traer a los hijos al país de acogida reducía la posibili-dad de trabajar y de ahorrar. Por ello, sobre todo al principio, loshijos se quedaron en el país de origen. La prolongación de la emi-gración enfrió también los afectos con otros miembros de lafamilia. De modo que cuando retornaron, los emigrantes creye-ron que no los acogieron ni apoyaron como ellos esperaban. Estarealidad se percibe sobre todo cuando vemos el curso de la

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(26)Ver I. TABOADA LEO-NETTI, M. GILLON, Lesimmigrés des Meauxquartiers. La commu -nauté espagnole dans leXVI e arrondissementde París, París, L’Harmattan, 1987.

(27)Cuando la primerageneración retornaba aEspaña, a menudo deja-ba, en el país de acogi-da, a los hijos y a losnietos.

Familias españolascelebran la Navidaden Mannheim(Alemania).

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correspondencia entre los emigrados y sus familias, bastanteintensa al principio y más espaciada según iba pasando el tiem-po. A modo de conclusión, el modo de vivir de los emigrados enEuropa estuvo, esencialmente, ordenado por tres factores: el tra-bajo, el ahorro y el retorno. No obstante, entretejidos en ellos, sevivieron también momentos placenteros, relacionados con lasociabilidad, la fiesta y la recreación de la cultura de popular delpaís de origen. Las diferencias en la vida cotidiana dependierondel país de residencia, así como del género.

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Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidianade los emigrantes españoles en Europa

Susana ALBAMONTESERÍN

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Page 111: Emigración Europa

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Susana ALBAMONTESERÍN

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La educación como anhelo:programas institucionales yexperiencias comunitarias decarácter formativo para losemigrantes españoles en Europa

María Esther OLVEIRA OLVEIRA.Licenciada en Filosofía yCiencias de la Educación(Sección Pedagogía) desde1991 por la Universidad deSantiago de Compostela, y doc-tora en Pedagogía desde 1998por la USC. Es profesora titularde Universidad en elDepartamento de Teoría de laEducación, Historia de laEducación y Pedagogía Socialdesde 2003. Desarrolla sulabor docente en el ámbito dela educación atendiendo atemáticas diversas: economíade la educación, formación yrecursos humanos en las orga-nizaciones sociales y laborales,pedagogía gerontológica, etc.Ejerce labores de investigaciónen distintos proyectos para laXunta de Galicia y la USC bajolas temáticas de emigración einmigración, multiculturalidad,interculturalidad, educaciónelectrónica, formación del pro-fesorado, intervención pedagó-gica, voluntariado y políticaeducativa.

C O N T E X T UA L I Z ACIÓN GENERAL Y COORDENA DA SLa emigración española a Europa es una emigración

“antigua”, pues comienza, con notables variantes interterri-toriales, hacia el ocaso del siglo XIX, pero no va a registrarperfiles de torrencialidad hasta después de la SegundaGuerra Mundial, cuando gradualmente se transforma en unauténtico fenómeno de masas. A lo largo de su historiaadoptó las diversas variantes propias de los movimientostraslativos de población en sus expresiones temporal o defi-nitiva, individual o colectiva, económica o política, demano de obra no especializada o de tipo repoblador1.

Cuando la corriente demográfica adquiere grandesdimensiones, inmediatamente se promulga en los países dedestino la reglamentación para extranjeros. En este sentido,se adopta en cada caso un arsenal de medidas jurídicas y

Mª Esther OLVEIRA OLVEIRAVicente PEÑA SAAVEDRA

Profesores de Historia de la Educaciónen la Universidad de Santiago de Compostela

Page 115: Emigración Europa

administrativas orientadas primordialmente a fijar la identidad delos extranjeros y a controlar sus entradas y salidas. Los distintosEstados les imponen a los foráneos, para legalizar su situación, elrequisito ineludible de contar con papeles de acreditación perso-nal a fin de posibilitar su cuantificación estadística, normativizarsu inserción y vigilar sus andanzas y periplos. Podemos afirmarque estos primeros documentos identificativos fueron los antece-dentes de la carta de estancia o residencia vigentes hasta el reco-nocimiento de España como miembro de la Unión Europea.

Los países europeos requieren de la fuerza de trabajoextranjera para dinamizar y fortalecer sus economías, debido aldéficit poblacional y, particularmente, de operarios que padecen,como consecuencia de la progresiva baja natalidad y de las pér-didas humanas originadas por la Primera Gran Guerra. Esta emi-gración temprana no muestra señales ni deseos de integrarse, eincluso su incorporación y adaptación a los nuevos enclaves deconvivencia resulta de ordinario ardua y compleja, puesto que suproyecto migratorio inicial consiste en permanecer en los escena-rios de acogida un tiempo corto, hasta que la situación de su lugarde procedencia mejore. Por lo tanto, tiende a evitar el apego y adistanciarse emocionalmente del entorno ecológico de residen-cia, procurando ignorar o soslayar todo cuanto le rodea.

Tras la contienda civil española, miles de republicanos yafines se refugiaron en el país vecino, asumiendo el gobiernofrancés la responsabilidad de diseminarlos por todo su territorio.Con la caída del último frente republicano en Cataluña llegó aFrancia un voluminoso éxodo de medio millón de personas. Enlos años siguientes, numerosos opositores al régimen franquistacruzaron clandestinamente las fronteras pirenaicas, bien fuese

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La educación como anhelo

Mª EstherOLVEIRA OLVEIRA

VicentePEÑA SAAVEDRA

Vicente PEÑA SAAVEDRA.Profesor de Historia de la

Educación en laUniversidad de Santiago

de Compostela, dondecoordina el Master de

Investigación enEducación, Diversidade

Cultural eD e s e n v o l v e m e n t oC o m u n i t a r i o y el

Programa de DoctoradoTeoría e Historia da

E d u c a c i ó n, distinguidocon Mención de Calidad

por el Ministerio deEducación. Actualmentedirige el proyecto virtual

As escolas dae m i g r a c i ó n, patrocinado

por el Arquivo daEmigración del Consello

da Cultura Galega, delque es miembro de la

Comisión Técnica homó-nima desde el año 1993.

Participó en el estudioAnálise pedagóxica daemigración galega en

Europa. Perspectivas nomarco da Unión [ 1 9 9 5 -

1997]. E intervino endiversos programas de

indagación en torno a lasvertientes educativa y

cultural de la emigracióntransoceánica y continen-

tal (ss. XVII-XXI), auspi-ciados y financiados ins-

titucionalmente.

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Page 116: Emigración Europa

para quedarse en tierras francófonas, bien como puente transito-rio para dirigirse más tarde a América. La composición social deeste colectivo era muy diversa: universitarios, funcionarios, inte-lectuales, artistas, militares, técnicos, políticos, burguesía, etc. Elrégimen autoritario recién instaurado favorecía la deserción yprecipitaba la huida de los cerebros disidentes y de los sectorescríticos con la dictadura.

Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, igual quehabía sucedido después de la Primera, se alcanza un consenso encuanto a la necesidad de provisión de mano de obra extranjera.En algunos países europeos (Francia por ejemplo) los trabajosque se emprenden inmediatamente, al finalizar la conflagración,van orientados a reconstruir el país, respondiendo a las preocupa-ciones políticas consideradas fundamentales en aquel momento.Y se centran de manera prioritaria en dos aspectos: conseguirasalariados de otros pueblos y lograr un alto nivel de asimilaciónde aquellos inmigrantes que ya llevaban tiempo asentados en elpaís de acogida.

A mediados de la década de 1950 la política ex t e rior deEspaña sufre un sensible cambio, al perc at a rse el go b i e rno de lasventajas económicas que puede rep o rt a rle el contingente huma-n o , ya copioso, radicado fuera de sus fro n t e ras. La política espa-ñola desde finales del decenio de los 50 ab ri ga una pre o c u p a c i ó nnu eva : s u p e rv i s a r, regular y tutelar el fenómeno migrat o ri o , c o nel propósito de que este capital pro d u c t ivo ex p o rtado al ex t ra n-j e ro tra n s fi e ra sus ahorros a sus pagos de partida. Pa ra eso esi m p re s c i n d i ble que los ausentes no rompan los lazos que losunen a su país de ori ge n , ni tampoco se quieb ren o diluyan susp royectos de regreso. Esto propicia un nu evo gi ro en la estrat e-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(1)Para mayor informaciónveáse NOIRIEL, G.(1988): Le creuset fran -çais. Histoire de l’immi -gration XIX-XX siècles.Paris, Seuil, p.152.

Autor o coautor de 20libros y de más de 80artículos y colaboracio-nes científicas en publi-caciones de su especia-lidad. Ejerció el comisa-riado de varias exposi-ciones de temática edu-cativa y migratoria. Fueel primer coordinadorcientífico del MuseoPedagóxico de Galicia(MUPEGA) [2001-2007]. Y en estosmomentos co-modera laRed Iberoamericanapara la Investigación yDifusión del PatrimonioHistórico-Educativo(RIDPHE), que iniciódesde Buenos Aires en2007.

...

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gia gubernamental que a partir de ahora no sólo favo rece las sali-das hacia otros luga re s , sino que autoriza y pro mu eve la instala-ción de emisoras de re cl u t a m i e n t o , p ri m e ro en Barcelona yl u ego en Irún (Acuerdo de 17 de marzo de 1956). Estos canalesde captación de mano de obra barata se verán fo rtalecidos ysecundados por las empresas personales encargadas de la distri-bución y colocación de los trab a j a d o res en Fra n c i a , Suiza yA l e m a n i a , f u n d a m e n t a l m e n t e2.

En 1956 se funda el Instituto Español de Emigra c i ó n(I.E.E) que tendrá como objetivos controlar las salidas de los tra-b a j a d o res que demandaban su ayuda y aseg u rar la asistencia delos españoles en el ex t ra n j e ro. En la actualidad, las tareas detutela sobre este colectivo le competen a la Dirección General dela Ciudadanía Española en el Exteri o r. Sus funciones pri m o rd i a-les son el ap oyo y la promoción cultural y lab o ral de los ciuda-danos españoles en el ex t e rior y de las familias a su cargo , a s ícomo la atención de carácter social y la integración de los re t o r-nados a España3.

El extraordinario flujo migratorio hacia Europa que segenera en nuestro país es el resultado de la concomitancia entreel ciclo de expansión acelerada de la industrialización por el cualatraviesan los territorios de acogida y la correlativa carencia demano de obra en los mismos, facultando a los países menos des-arrollados para que se liberen de sus “excedentes” laborales,supuestamente improductivos. La emigración constituye un fenó-meno estructural y no meramente coyuntural, como se ha preten-dido, sobre todo en los años de expansión continental, cuando seafirmaba que su etiología sólo obedecía a la escasez de operariosen ciertos contextos. Sin embargo, hoy se constata sin dificultad

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(2)Veáse TABOADA-LEO-

NETTI, I. (1986):“L’immigration espagno-

le et la langue deCervantes”. Migrants-

Formations, (67), p. 20.

(3)Una información máspormenorizada puede

obtenerse en:http://www.mtin.es/es/inf

gral/organi/OM17.html[consultada el 4 de

noviembre de 2009].

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que la emigración persiste incluso en los períodos de estanca-miento y de palmaria recesión económica.

En la actualidad, la emigración no cabe considerarla yaúnicamente como un trasvase mecánico y automático de fuerzade trabajo que se reclama o solicita en un determinado momentoy que más tarde se devuelve cuando ya no se estima necesaria ose percibe como contraproducente. El relevo generacional de loscolectivos partícipes en la dinámica errante va imprimiendocarácter en los núcleos receptores, y sus demandas se encauzanpaulatinamente a la adquisición de los derechos plenos de ciuda-danía. El descenso de la emigración en los últimos años se plan-tea ante todo como corolario de las medidas restrictivas adopta-das por los gobiernos y no como fiel indicador de la superaciónde precariedades por parte de ciertos sectores de la poblaciónespañola. Por lo demás, el hecho de ser reconocidos como con-ciudadanos europeos ha difuminado el traslado de nuestras gen-tes al interior de los países comprendidos en la UE.

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Venta de publicacionesespañolas en París (Francia), en los años 80.

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MARCO SOCIOPOLÍTICO DE LA EMIGRACIÓN Y EL RETORNO

Las demandas de diversos colectivos con una fuerte cargade compromiso social potencian que los inmigrantes acaben sien-do conceptuados y valorados como personas con una cultura eidentidad propias en los países de recepción. Lo que implicaráarticular políticas sociales que supondrán establecer, por unaparte, programas de cooperación y desarrollo y, por otra, acuer-dos que minimicen o eviten la entrada de nuevos trabajadores,procurando combatir la emigración clandestina y, complementa-riamente, fomentar una presumible estrategia de retorno basadaen la promoción de la enseñanza de la lengua y la cultura del paísde origen o ascendencia.

El gobierno español oteó en la emigración una alternativamomentánea para solventar sus problemas, por lo que decidiótomar parte activa en el asunto, reglamentándola y responsabili-zándose de numerosos servicios que permitiesen mantener lacorriente y a los efectivos que la engrosaban bajo su control. Paracorroborar esta afirmación y acercarnos a su plasmación real, dis-tinguiremos tres etapas: de 1956 a 1970, caracterizada por unaasistencia económica; de 1971 a 1990, significada por el bienes -tar social, y de 1991 en adelante, marcada por los procesos deintegración intercultural y el regreso a las localidades emisoras oa sus núcleos urbanos rectores de los contingentes emigrados,hoy oficialmente reconocidos como ciudadanos europeos resi-dentes en el exterior4.

En cuanto a la primera etapa, cabe señalar que hacia su tér-mino, a la altura de 1969, los países vecinos de Francia,Alemania y Suiza ocupan los primeros lugares como receptores

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(4)Para un estudio más por-menorizado pueden con-

sultarse los periodosseñalados por PARRA, F.

(1978): La emigraciónespañola a Francia 1962-

1977. I.E.E., Madrid.

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de mano de obra trabajadora española. El I.E.E. desempeñaentonces un rol importante, intensificando las medidas para quelos ausentes no pierdan el arraigo en el país de origen, porque lacontinuidad de un compromiso económico práctico y efectivo porparte del emigrante con su tierra nativa va incardinado a la vita-lidad de los lazos que lo mantienen unido a su solar de proceden-cia con la idea de regreso al mismo. Estas disposiciones de nuevocuño, troqueladas por una visión netamente economicista, relega-ban a la marginalidad los aspectos educativos, culturales y socia-les. Durante este período, las demandas de los españoles protago-nistas de la emigración económica estaban encaminadas, antetodo, a regularizar su situación legal, fundamentalmente parapoder asentarse en el país de acogida.

La etapa del bienestar social modifica las aspiraciones delcolectivo emigrante y los compromisos sociopolíticos de losEstados implicados. Los españoles que siempre intentaron pre-servar las identidades culturales, permitir el ejercicio de suopción religiosa y asegurar la expresión de las diferencias inhe-rentes a la idiosincrasia de las personas, reclaman abiertamenteque tales derechos sean garantizados en las naciones de acogidacon la mediación y el amparo de su país de origen. Este nuevomarco favorece la consolidación de los avances legales. La ley,33/71 del 21 de julio tomará ya en cuenta los extremos anterior-mente mencionados, aunque seguirá asimismo propiciando unaacción de carácter asistencial. El I.E.E. dirige sus actuacionespara proteger fuera de España a los ciudadanos bajo su cobertu-ra. Pero también amplía la labor protectora del Estado sobre losemigrantes en materia de derechos civiles y políticos, formacióneducativa, profesional y asistencia social. En esta ley ya se apre-

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cian las propuestas de creación de centros y asociaciones queoptimicen la convivencia de los españoles en el exterior. En 1979se procede a una reestructuración orgánica y funcional del I.E.E.con el fin de potenciar los objetivos de la nueva política migrato-ria del incipiente Estado democrático, favoreciendo la creaciónde la Subdirección General de Participación en Acción Culturalcon la finalidad de fomentar la cooperación de las asociaciones,así como la elaboración de programas educativos y culturales enfavor de los emigrantes y de sus hijos. Otra de las decisionesreseñables consistió en poner en marcha “una comisión mixta deorganizaciones nacionales, de asociaciones de padres de familiaemigrantes en Europa y el I.E.E.”, que tenía como finalidad estu-diar los problemas educativos de la emigración española en todoslos países del Continente.

Los Estados europeos receptores de grandes avalanchas deefectivos humanos en los años 80 rompen el consenso “insercio-nista”, en favor de la integración escolar de los hijos de los emi-grantes. El objetivo de esta política integradora cuenta con dosejes: la incorporación escolar ordinaria de los niños con el propó-sito de prepararlos para la vida económica futura, de una parte, y,de otra, la posibilidad de mantener un contacto con su lengua ysu cultura maternas, si así lo desean.

La última etapa va a desencadenar todo un cambio jurídi-co en las dos décadas que cubre. Con la ratificación del Tratadode Mastrich en 1992, se le imprime un impulso decisivo a lasituación de los sujetos de raíz foránea radicados en los diversospaíses de acogida de la Unión; porque, independientemente delgrado de asimilación alcanzado, un inmigrante que no vota no esun ciudadano con todos los derechos inherentes a tal condición.

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En la actualidad, bajo ciertos requerimientos de estancia, losnacionalizados en cualquiera de los países miembros de la U.E.pueden participar en las elecciones europeas y municipales. De loanterior se derivan dos categorías de ciudadanos extranjeros: losque proceden de la Unión Europea y los que son originarios delos demás países. El control de los flujos migratorios se organizaentonces a nivel europeo, mientras que las políticas de integra-ción se transfieren al plano local. Queda establecida de este modouna diferenciación nítida y rotunda entre residentes europeos yresidentes no europeos.

Finalmente, teniendo en cuenta el ámbito de referenciaterritorial que nos concierne, resulta oportuno subrayar que en laactualidad asistimos a un cierto “olvido” por parte de las instan-cias españolas con respecto a la emigración y sus componentes.La inconclusa radicación de los ausentes en el país de destino, eldesempleo y la crisis económica, son factores que operan comocondicionantes activadores del regreso. Pero también existenotras razones. Tras la entrada de España en la UE, las institucio-nes culturales implantadas en el exterior pasan a ser espacios deprestigio abiertos a otros europeos, más que enclaves para losespañoles radicados en los respectivos países.

LA EDUCACIÓN COMO EXPECTATIVA Y EMPEÑOComenzaremos señalando que cuando se trata de recabar

el testimonio directo de los emigrantes españoles en Europa acer-ca de las propias problemáticas percibidas como más relevantes,la impresión que domina en un primer momento es la de que nohay grandes escollos que afecten a la integración ni a otros asun-tos de profundo calado. Pero tras un sondeo inicial, enseguida

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El emigranteespañol se sientemiembro delcolectivo panhis-pánico, perotambién compo-nente de hecho yderecho de unacomunidad oregión que leconfieren rasgosidiosincrásicosdiferenciales (serandaluz, serextremeño, sergallego, ser cata-lán... constituyencategorías autóc-tonas).

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surgen demandas y supuestas situaciones de malestar, principal-mente en torno a los medios, estrategias y recursos para mante-ner y transmitir a los descendientes las claves identitarias de susculturas de origen5. El emigrante español se siente miembro delcolectivo panhispánico, pero también componente de hecho yderecho de una comunidad o región que le confieren rasgos idio-sincrásicos diferenciales (ser andaluz, ser extremeño, ser gallego,ser catalán... constituyen categorías autóctonas). Ese sentimientode pertenencia ha sido uno de los factores que ha venido favore-ciendo a lo largo de todas estas décadas la vigencia de un carác-ter genuino, en virtud del cual los emigrados y sus descendienteshan procurado no perder sus patrones culturales vernáculos y, almismo tiempo, han solicitado de forma recurrente a las autorida-des de su país matriz la disponibilidad de los medios necesariospara poder acceder a las clases complementarias de lengua y cul-tura españolas.

Las demandas educativas se concretan esencialmente en elámbito de la formación y de la adquisición lingüística del códigodel país de acogida o de origen por dos razones complementariascuando hablamos de la primera o de la segunda generaciones. Enel caso del idioma del espacio de acogida, la lengua es la princi-pal barrera con la que al llegar se encuentra el emigrante de pri-mera generación, ya que la mayoría de ellos se ausentan sinconocerla en absoluto. Tienen, pues, que aprender rápidamentelas claves básicas de la comunicación lingüística para poderdefenderse, siendo con frecuencia el dominio de ésta tan débil ydeficiente que dificulta en gran medida la integración y coadyu-va a mantener, cuando no a acentuar, las diferencias con losautóctonos y con los demás colectivos inmigrantes. Sin embargo,

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(5)OLVEIRA, M. E. (2000):O interculturalismo na

nova Europa. Bases paraun programa de inter -

vención socioeducativanas colectividades espa -

ñolas en Francia.Santiago de Compostela,

Xunta de Galicia, pp.163-177.

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en las segundas generaciones el problema se plantea en otros tér-minos cualitativamente distintos: estos jóvenes serán bilingües,pero sólo lograrán una competencia relativa y dispar para expre-sarse en las dos lenguas. No obstante, conviene matizar quemuchos de ellos acaban manejando sin problemas la lengua delpaís de acogida de sus ascendientes, lo que en sí comporta unhecho positivo. Y lo es porque el joven español al poseer un buendominio del idioma propio del país de residencia, se encuentrafacultado para interaccionar con los ciudadanos autóctonos yentablar relaciones de amistad con ellos en condiciones parita-rias, no sintiéndose excluido ni discriminado. Con todo, sueleacontecer que después de algunos años se aprecia un mestizajeentre las dos lenguas, que es a su vez el resultado de la conviven-cia entre dos culturas sin pertenecer de lleno a ninguna de ellas.

La mayoría de los emigrantes intenta que sus hijos alcan-cen el dominio lingüístico pleno del respectivo territorio de asen-tamiento, enviándolos a escuelas públicas. Este alumnado, for-mado en los sistemas educativos de los países de acogida, noparece distinguirse de sus compañeros de educación infantil oprimaria en el plano oral de la esfera idiomática. Pero en el planoescrito se encuentra en una situación un poco distinta, ya que setrata de lenguas que poseen representaciones gráficas diferentesa las habladas.

Con respecto al conocimiento y empleo de la lengua delpaís de origen, la comunidad española emigrante es la que utili-za con más frecuencia su idioma nativo y la que acredita mayorpreocupación por transmitírsela a sus hijos. La ponderación delcódigo usado y del valor cultural del mismo emerge como uno delos factores que probablemente haya permitido que España se

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Las demandaseducativas seconcretan esen-cialmente en elámbito de la for-mación y de laadquisición lin-güística del códi-go del país deacogida o de ori-gen por dos razo-nes complemen-tarias cuandohablamos de laprimera o de lasegunda genera-ciones.

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erija en uno de los pocos países que consiguió obtener delParlamento central por vía constitucional la cooficialidad idiomá-tica en sus Comunidades Autónomas con lengua propia. PeroEspaña, en tanto que identidad nacional, es portadora de una his-toria y de una cultura que todo español, con independencia de suadscripción territorial específica, considera de interés hacersuyas. Esta identidad nacional, que aparentemente prima por loregular frente a la diferencial de cada región, se expresa, se trans-mite y se conserva por mediación de la lengua. Los emigrantesson conscientes de que desde el momento en que sus hijos mani-fiestan signos de distanciamiento respecto al país de origen,deben movilizarse para encontrar soluciones y, de ordinario, nohallan otra mejor que la de ofrecerles cursos de lengua y culturaespañolas, incluso en los supuestos de que el gallego, el cataláno el euskera constituyan su habla habitual. Como contrapeso alsistema escolar del país receptor, las familias emigrantes y laAdministración española articularon un sistema de enseñanzaespañol paralelo en el extranjero para que los chicos, adolescen-tes y jóvenes españoles siguiesen manteniendo allí el uso del cas-tellano.

Esta situación favorece que el estudio y aprendizaje de lalengua se opere desde la dualidad. Esto es, por una parte, la len-gua entendida como vehículo comunicativo, herramienta de tratoque permite corroborar el éxito escolar y social; y, por otra, lalengua como referente identitario; es decir, en tanto que instru-mento de enraizamiento, como utillaje que permite ubicarse en elcontexto comunitario. El futuro de una lengua minoritaria depen-de de sus condiciones de transferencia y de las actitudes que lospadres fomenten en los hijos. Estas actitudes se configurarán a

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La mayoría delos emigrantes

intenta que sushijos alcancen eldominio lingüís-

tico pleno delrespectivo terri-torio de asenta-miento, envián-dolos a escuelas

públicas.

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partir de diferentes factores como: la postura de la familia haciala lengua de identidad, la frecuencia de las estancias en el país deorigen y los lazos establecidos con sus gentes, y la percepcióndesde el ámbito escolar de la propia lengua, asociada a su valo-ración y utilidad a nivel internacional. El castellano constituyeuno de los idiomas más estudiados como segunda lengua. Nocuenta con el prestigio de ser la “más difícil”, pero sí con el atri-buto de figurar entre las más habladas en el mundo, y este rasgomotiva a los jóvenes de manera positiva hacia su adquisición ydominio.

EXPERIENCIAS EDUCATIVAS COMUNITARIASEl sistema de representación de la emigración se rige por

los Consejos de Residentes Españoles en el extranjero. Su ámbi-to de actuación abarca la inserción de los alumnos españoles enel sistema educativo del país de residencia, así como el manteni-miento de los vínculos culturales con España y, en general, lasactividades educativas de España en el exterior, allí donde noexista Consejo escolar. Otra órbita de intervención destacableatañe a la acción social y cultural en favor de los españoles, quese concreta en actividades orientadas a mantener la vinculacióncon la realidad del país de procedencia, así como a relacionarsecon las comunidades radicadas en el país de acogida. Estas ini-ciativas se dirigen a todos los segmentos etarios (niños, jóvenes,adultos y mayores).

Ninguna sociedad puede asegurar la igualdad de oportuni-dades si el sistema educativo afianza la discriminación o es impa-sible ante ella6. Ninguna sociedad pluricultural –y todas las euro-peas tienen que aceptar su diversidad– puede reconocer su plura-

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(6)Puede cotejarse OLVEI-RA, M. E. y otros (2005):“Modelos culturales.Cuestiones conceptualespara el desarrollo deestrategias de interven-ción”. En S. Peiró:Nuevos espacios y nue -vos entornos de educa -ción, Alicante, ClubUniversitario, pp. 175-176.

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lismo sólo en los dominios jurídico y filosófico, sin desarrollarsimultáneamente una política activa en todos los frentes: socio-económico, legislativo, educativo y cultural. Sería vano pensarque el retraso acumulado en uno de dichos ámbitos (por ejemploel sistema educativo) puede llegar a compensarse con el progre-so en cualquier otro sector.

El dispositivo actual de escolarización de los hijos de losemigrantes mudó progresivamente desde hace más de 40 años.Cuando se estimaba que la emigración era temporal, la enseñan-za para ellos se organizaba principalmente por parte del país deo ri gen mediante iniciat ivas part i c u l a res. Con el tiempo, l aAdministración se percató de que un número considerable deemigrantes quedaría para siempre en los países de acogida. Yentonces los servicios de educación de éstos tuvieron que impli-carse de lleno en la materia. Ya el 25 de julio de 1977 laComunidad Económica Europea presentó una Directiva (dir.77/486/CE) que marcará una etapa importante al imponerles a losEstados miembros la adopción de medidas específicas de escola-rización para los hijos de los emigrantes en cooperación con lospaíses de origen y la puesta en funcionamiento de pautas concre-tas para la enseñanza de la lengua materna y de la cultura de ori-gen, teniendo la posibilidad de organizarse libremente cada país.Esta directiva adquiere rango de ley en julio de 1981.

D u rante mu cho tiempo, los sistemas de educación públ i-c o s , tanto de los países emisores como re c ep t o re s , se desintere-s a ron de la educación de los emigra n t e s , y subsidiariamente des-e m p e ñ a ron un rol decisivo en su fo rmación las propias comu n i-dades emigradas a través de la promoción y el pat rocinio demúltiples ex p e riencias. La UNESCO ha reconocido que las aso-

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ciaciones de trab a j a d o res emigrantes se sintieron obl i gadas aasumir las re s p o n s abilidades de las demandas culturales y edu-c at ivas de sus comunidades humanas por la insuficiencia de laacción institucional7.

La evolución de la acción educativa dirigida a los hijos delos emigrantes españoles se concreta en cuatro momentos muysingulares: el primero en 1970, cuando se constata la falta de unaauténtica propuesta institucional en materia de educación para elmentado colectivo. Los únicos cursos que se programan son losorganizados por formaciones de tipo religioso. El número deniños de origen español se incrementa con el reagrupamientofamiliar. El problema de su educación se formula en las parro-quias y en las asociaciones donde se encuentran los españoles.Comienzan a impartirse enseñanzas paralelas de la lengua y lacultura españolas, para asegurarles a las segundas generacionesla reinserción en los sistemas escolares del país de origen de susancestros, ante la previsible expectativa de retorno.

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(7)Para más informaciónconsultar: UNESCO(1978): Rapport desynthèse sur les attenteset les aspirations des tra -vailleurs migrants enmatière d’éducation etformation. Document detravail. Y UNESCO(1978): L’éducation destravailleurs migrants etde leurs familles. Paris,UNESCO.

En el Colegio EspañolCañada Blanch deLondres (Reino Unido).

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(8)Orden Ministerial de 28

de julio de 1969, BOE.de 4 de agosto.

(9)Orden Ministerial de 14

de julio de 1977, BOE de16 de julio.

La presión de los padres y la consideración de las conse-cuencias que el abandono cultural de los españoles residentes enEuropa podía comportar, obligaron al gobierno de nuestro país aimpartir, desde 1971, clases complementarias de lengua españo-la para el alumnado escolarizado en los sistemas educativos delos diferentes Estados europeos. El período de 1970 a 1975 esdecisivo en la institucionalización del sistema educativo españolen el extranjero. Se crean las oficinas de Educación vinculadas alas Embajadas, que serán las responsables de la dirección y de laorganización de las enseñanzas destinadas a los trabajadores emi-grantes y a sus hijos.

El órgano que centraliza esta tarea es el “Consejo EscolarPrimario para los Emigrantes Españoles”8 (se funda con el obje-tivo de crear, atender y dotar las clases complementarias de len-gua y cultura españolas), que se convierte en 1977 en la “Junta dePromoción Educativa de los Emigrantes Españoles”9. La preocu-pación fundamental por estos tiempos es de tipo marcadamentecuantitativo: escolarizar al mayor número de alumnos. Se desea-ba satisfacer la demanda de escolarización sin un soporte teóricosólido. Desde este instante se exigirá la asistencia a las clases deespañol como condición indispensable para la obtención de equi-valencias.

Un segundo momento arranca a partir de 1975, que escuando el sistema escolar para los hijos de los emigrantes se con-solida. Surge una nueva inquietud en cuanto a la calidad de lasenseñanzas. El dilema se centra en la necesidad de una educaciónpara el retorno o para la instalación permanente en el país de aco-gida. En algunos países se autorizan los cursos de lengua extran-jera en los locales escolares fuera del horario de clase. Se pone el

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acento, según las orientaciones de los organismos internacionalesque se ocupan del tema, sobre las propiedades de una enseñanzaintegrada en el horario escolar, que aventaja las opciones de lasclases complementarias. Se les atribuye también un relieve supe-rior a los aspectos cualitativos de la educación (métodos, objeti-vos, planificación, formación de los enseñantes, etc.).

La penúltima etapa se inicia a partir de 1981, cuando aflo-ra una nueva concepción del proceso educativo del hijo del emi-grante. El regreso o la permanencia no pueden ser la disyuntivaque determine los objetivos de la acción educativa. Se debe dejara cada individuo la oportunidad de decidir, proporcionándole laformación necesaria. Hay que facilitarle al joven emigrante eléxito escolar y profesional, así como una integración en la socie-dad donde vive, preservando además su identidad cultural y lin-güística. La Administración educativa española no supo hacerlefrente a este cambio fundamental. Su actitud pasiva –reflejo deuna política anti-asociativa– la distanció aún más de los emigran-tes. En octubre de 1983, se establece una nueva organización delas clases de lengua y cultura, que intenta reproducir en el extran-jero –en la medida de lo posible– el modelo escolar vigente en laEspaña metropolitana. Se reúnen bajo un criterio de tipo geográ-fico varias unidades escolares que son coordinadas por unDirector de los cursos. Estos organismos, producto de la reinte-gración, reciben el nombre de “Agrupaciones Escolares”. El pro-fesorado constituye la “Junta de Profesores” y los padres apare-cen representados en el “Consejo Asesor”, el cual tiene un carác-ter exclusivamente consultivo. Este consejo se encuentra forma-do por dos delegados de los docentes y dos delegados de los pro-genitores.

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La presión de lospadres y la con-sideración de lasc o n s e c u e n c i a sque el abandonocultural de losespañoles resi-dentes en Europapodía compor-tar, obligaron algobierno denuestro país aimpartir, desde1971, clasesc o m p l e m e n t a r i a sde lengua espa-ñola para elalumnado esco-larizado en lossistemas educati-vos de los dife-rentes Estadose u r o p e o s .

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La oposición de las asociaciones de emigrantes se hizo oírenseguida, y la postura fue unánime. Las agrupaciones se consi-deraron discriminadas con respeto a la ley en vigor en España,donde la representación de los padres en los centros era mayor yaquéllos gozaban de más poder decisorio. Reclamaron su dere-cho a participar en la toma de determinaciones referentes a laeducación de sus hijos, como lo hacían las asociaciones demadres y padres en España (AMPA). Sin embargo, sus demandasaún no fueron escuchadas.

El 29 de abril de 1987 se publica el decreto que regulará apartir de esta fecha la acción educativa en el extranjero. En estedecreto se hace mención a la nueva situación que se abre para losespañoles residentes en Europa después de la adhesión de Españaa la Comunidad Económica Europea. Este acontecimiento con-dujo a la modificación organizativa de las enseñanzas destinadasa los emigrantes españoles. El mencionado Decreto 564/1987 de15 de abril, aporta la posibilidad de un cambio fundamental: loscursos de lengua y cultura españolas dejan de configurar una con-dición para obtener las equivalencias de estudio en España.Desde este momento las equivalencias serán automáticas. Elobjetivo de los cursos consiste, exclusivamente, en el aprendiza-je de la lengua española. Estos cursos pierden su carácter escolary, consecuentemente, se desprenden de ciertos aspectos propiosdel esquema académico reglado.

Las “agrupaciones escolares” se convierten en “agrupacio-nes de lengua y cultura española”, que reunirán al profesorado detodos los niveles del sistema educativo de una misma zona geo-gráfica. Se les otorga la posibilidad de organizar cursos de espa-ñol para extranjeros, destinados a la obtención de un certificado

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expedido por el Ministerio de Educación y Ciencia. Esto permi-tirá imprimirle una nueva orientación a la acción educativa espa-ñola en el exterior, cuando el número de alumnos de origen espa-ñol resulte insuficiente. La lectura que se puede hacer de este dis-curso conduce a la tendencia a asimilar los cursos de lengua ycultura españolas para las segundas generaciones a los cursos deespañol para extranjeros, y así empiezan a surgir secciones bilin-gües en centros propios de los países de acogida y en centros detitularidad española en el exterior.

La participación de los padres se canaliza medianteConsejos Escolares Nacionales con facultades de índole informa-tiva y consultiva. Este decreto elimina toda posibilidad de parti-cipación efectiva de los padres en cuestiones que les conciernendirectamente. La intervención de los padres emigrantes en el pro-ceso educativo siempre fue muy reducida, a pesar de los ambicio-sos objetivos iniciales de la Administración española. Podemosconcluir sosteniendo que este decreto contribuyó a marginar a laspersonas hasta entonces más involucradas, ya que excluye la coo-peración positiva de los progenitores10.

La última fase corresponde a la que delimita la sociedad delas nuevas tecnologías y la llegada de Internet a través de las TICsal ámbito educativo. Ya desde finales de los 90, pero de formacada vez más evidente a partir de los albores del siglo actual, seadvierte una presencia creciente de materiales y recursos infor-máticos para el apoyo y la promoción de la lengua y la culturaespañolas en plataformas virtuales, resortes que cada vez adquie-ren mayor predicamento11. Las Nuevas Tecnologías en el umbraldel siglo XXI, también en el dominio de las migraciones, encie-rran variadas posibilidades. Y pasan a convertirse no sólo en un

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(10)Real Decreto 564/1987,de 15 de abril por el quese regula la acción edu-cativa en el exterior(BOE, 102, 29 de junio,p. 12.623).

(11)Para mayor informaciónpuede verse la red elec-trónica de didáctica delespañol como lenguaextranjera:http://www.mepsyd.es/redele/revista/caballero.shtml [consultada el 4 denoviembre de 2009].

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dispositivo de verosímil y más preciso control sino, además, enuna útil y potente herramienta de divulgación y de acercamientoa los residentes en el exterior.

Retomando la experiencia educativa en el marco europeo,hemos de hablar de tres modalidades de escolarización para loshijos de los emigrantes españoles: las clases diferidas, las clasesintegradas y los colegios bilingües.

Las clases dife ri d a s son aquellas en las que la mayoría delos alumnos españoles de pri m a ria en los países europeos re c i b e nla educación en castellano a través de los denominados cursos dife-ridos –tres horas a la semana–, bien después del hora rio escolar,bien los sábados. En estas clases se re agrupan los discentes de und i s t ri t o , localidad o zona ge ogr á fica. Las sesiones académicas sed e s a rrollan en colegios públ i c o s , p rivados o en centros sociocultu-rales. Por lo reg u l a r, los estudiantes se reúnen sin distinción deedad o de nivel lingüístico. Los alumnos, ya sobre c a rgados de tra-bajo escolar, no están motivados para el ap rendizaje del español.En tales condiciones, la acción fo rm at iva del pro fesor se encuentramuy limitada. Estos cursos le aseg u raban al alumnado la obtenciónde la equivalencia de los estudios efectuados en los países de re s i-dencia con los estudios del mismo nivel en España. En el caso deregresar al país de ori ge n , los que habían seguido estas clases com-p l e m e n t a rias eran admitidos provisionalmente en el nivel quec o rrespondería a su edad para observar su adaptación. Si no cum-plían los mínimos serían enviados a un nivel infe ri o r. En algunosc e n t ros también se fi j aba como requisito superar un examen qued i l u c i d aba el nivel de conocimientos.

La segunda modalidad de clases de cultura y lengua espa-ñolas es la denominada de los cursos integrados. En este caso, las

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clases del idioma del país de origen o ascendencia forman partedel currículo del alumno, ocupando un tercio del tiempo pedagó-gico. El profesorado se halla teóricamente integrado en la vida dela escuela. Se esgrime como la solución más recomendable a cri-terio de los organismos internacionales. Sin embargo, en la reali-dad cotidiana, los resultados no han venido respondiendo a lasexpectativas puestas en esta modalidad. A lo largo de casi treslustros (1976-1990) se suscitó un debate acerca de la convenien-cia de un modelo u otro. Las diferentes asociaciones de emigran-tes españoles defienden opiniones divergentes en cuanto a laorganización de los cursos de lengua y cultura. Con respeto a estamodalidad (cursos integrados), las asociaciones de madres ypadres emigrantes reconocían que incluso si la mejor elección erala de los cursos integrados, los diferidos podían ser necesarios enalgunos casos como mal menor, ya que no resulta factible utilizarun solo criterio para la estructuración de la variante académica:hay que tener en cuenta siempre las diferencias intrínsecas exis-

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Patio del ColegioEspañol FedericoGarcía Lorca en París(Francia).

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tentes en los colectivos, bien sean de tipo geográfico, cultural,escolar, etc.

Desde una óptica global y un enfoque didáctico más sóli-do podemos señalar ciertas ventajas de las clases integradas fren-te a las diferidas: el educando no está tan sobrecargado de traba-jo y se respeta su tiempo de ocio, no tiene que realizar desplaza-mientos de unos centros a otros, las clases de lengua y culturaforman parte de su escolaridad global, el castellano configura unamateria entre la totalidad del currículo ordinario del alumnado yse hace más fácil organizar grupos homogéneos de estudiantes, locual debería favorecer también la consecución de resultados mássatisfactorios. Sin embargo, la ausencia de motivación en los edu-candos, la imposibilidad de establecer grupos homogéneos porfalta de matriculados, la escasa aceptación que a veces registra-ron en el profesorado del país de acogida, al percibirlos como unaintrusión en su espacio, y la poca proyección en la vida de laescuela, condujeron a que las clases integradas no hubiesenmerecido toda la aceptación que cabría esperar ellas.

Los centros bilingües fueron creados con el objetivo deconseguir la inserción del alumnado en la escolaridad española,hecho que determina su utilidad sólo para familias que se encuen-tran desplazadas por un tiempo reducido. En la práctica no sonsino establecimientos públicos que reciben importantes subven-ciones, porque se ocupan de todo el currículo obligatorio del sis-tema educativo español. Frecuentan estos colegios más que loshijos de emigrantes, los de los diplomáticos, profesionales demultinacionales, educadores, etc.

El profesorado que atiende a las necesidades educativasdel colectivo infantil y juvenil en el exterior ha de pertenecer a

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los cuerpos docentes de la enseñanza pública con una prepara-ción específica para ocuparse de un colectivo con una problemá-tica concreta, por lo que su función no se reduce al mero trasla-do de los contenidos programáticos impartidos en España alnuevo ámbito educativo. La selección del profesorado fue parejaal desarrollo histórico de las clases de lengua y cultura. Al prin-cipio los profesores también tenían la condición de emigrantes,los contratos eran ilimitados y no existía un proyecto de futuropara este grupo de enseñantes. Con la creciente demanda de cur-sos de español, en un primer momento fue necesario improvisar.El profesorado era contratado entre los miembros cualificados dela comunidad española para ejercer esta función.

En la actualidad, el pro fe s o rado es nombrado en comi-sión de servicios por un período de tres años, p ro rrogable poro t ro de la misma dura c i ó n , p revio info rme favo rable del orga-nismo competente. Esta nu eva organización permite una mejorp l a n i ficación de la acción educat iva , así como la posibilidad decontemplar una fo rmación específica para los candidatos selec-cionados. Este proceso fo rm at ivo no se limita a documentarl o ss o b re la situación con la que se encontrarán a su llegada en losámbitos administrat ivo , escolar y social. Los enseñantes re c i-birán una ve rd a d e ra prep a ración pedag ó gi c a , p a ra que puedanre s o l ver situaciones muy dife rentes a las habituales en su lab o rcotidiana anteri o r.

Para conseguir una acción educativa integral con las comu-nidades de emigrantes es imprescindible una intervención múlti-ple en la cual tienen que confluir profesorado, investigadores,asistentes sociales, padres, directivos de centros culturales, res-ponsables de medios de comunicación, animadores, monitores y

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Para conseguiruna acción edu-cativa integralcon las comuni-dades de emi-grantes esi m p r e s c i n d i b l euna intervenciónmúltiple en lacual tienen queconfluir profeso-rado, investiga-dores, asistentessociales, padres,directivos decentros cultura-les, responsablesde medios dec o m u n i c a c i ó n ,a n i m a d o r e s ,monitores yr e p r e s e n t a n t e sde la vida aso-c i a t i v a .

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representantes de la vida asociativa. Esta acción implica unacapacitación idónea de los educadores, un reciclaje periódico yuna constante revisión de la experiencia práctica. Sólo procedien-do de este modo nos hallaremos ante una acción pedagógica plu-ridisciplinar que tiene en cuenta todos los factores culturales ysociales implicados en la formación de las segundas generacio-nes y aun de las subsiguientes.

A día de hoy, la situación del profesorado que posee suplaza en propiedad es la característica de quien mantiene losderechos adquiridos por su orden de nombramiento y no puedeser revocado del cargo salvo por incumplimiento pedagógico dela función asignada en el extranjero, por incoación de un expe-diente disciplinario o por la supresión de la enseñanza españolaen el país donde se encuentra destinado.

PROGRAMAS INSTITUCIONALES VIGENTESDel corpus emanado de diversa jurisprudencia se despren-

de que el Estado ha de erigirse en el garante del bienestar de laciudadanía española afincada en el exterior. Para hacer efectivoeste derecho, a lo largo de los años, varios departamentos –hastael actual Ministerio de Trabajo e Inmigración– han creado servi-cios para atender a la población española esparcida por los cincocontinentes. Hemos de señalar que en el caso de los residentes enEuropa, la Dirección General de la Ciudadanía en el Exteriortiene encomendadas las funciones de apoyo y promoción educa-tiva, cultural y laboral de los emigrantes y de los familiares a sucargo, así como la atención social y la integración laboral de losretornados a España. El gran calado de estas funciones no se eje-cuta e implementa desde una Administración en exclusiva, sino

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que la mayoría de las veces cuenta con la colaboración de variasAdministraciones y organismos que hacen posible el desarrollode multitud de programas adaptados a realidades y situacionesconcretas. Las múltiples competencias de la Dirección Generalde Ciudadanía en el Exterior se llevan a cabo a través de catorceprogramas de ayudas y subvenciones que se estructuran en seissecciones desde las que se da cabida a: las necesidades extraordi-narias de los retornados; la integración sociolaboral, la orienta-ción profesional y la promoción del empleo; la promoción edu-cativa y cultural; la acción corporativa de las instituciones y aso-ciaciones; la integración de las personas mayores, y el desplieguede proyectos concretos en el ámbito migratorio12.

Ciñéndonos a los diversos ámbitos de intervención, enun-ciaremos y glosaremos con brevedad algunos de los programasactivos, auspiciados desde la Administración pública española:

Programa Educativo. Comprende tres tipos de ayudas:a) De p romoción educat iva en el ex t e ri o r, desde el

c u a l , como ya hemos señalado, se pretende favo recer elacceso a los dive rsos niveles educat ivos de de la ciudada-nía española residente en el ex t e ri o r. Pa ra el desarrollo deeste progra m a , además de toda la infra e s t ru c t u ra y moda-lidades de enseñanza ex i s t e n t e s , el pro fe s o rado disponede un gran volumen de mat e rial didáctico a su alcance.Sin embargo , la pro blemática específica en modo algunoqueda re s u e l t a , ya que no se trata de ofrecer copiosas can-tidades de instrumental educat ivo , sino de pro p o rc i o n a runas herramientas pedag ó gicas adaptadas a los alumnos ya las clases. Una de las críticas más seve ras que se le ha

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(12)Para una informaciónmás detallada, véase:http://www.ciudada-niaexterior.mtin.es/es/actuaciones/ficha-progra-mas-ayu.htm [consultadael 4 de noviembre de2009].

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h e cho a este programa atañe a la falta de un utillaje didác-tico creado por el propio pro fe s o rado y ajustado a las cir-cunstancias part i c u l a res en las que trabaja y debe ap l i c a r-lo. En la actualidad, y desde el marco de la UE, ex i s t e nequipos de docentes encargados de diseñar y elab o ra rre c u rsos didácticos específicos para estos alumnos. Laselección de un plantel de enseñantes idóneo es otro de lostemas más notables y acuciantes, ya que conviene quesean ex p e rtos conocedores de las necesidades y las difi-cultades existentes en el contexto de ap rendizaje dondevan a desempeñar su lab o r, p a rtiendo su praxis de la coti-dianeidad del colectivo al que se diri gen. Este progra m ase presenta como un marco de re fe rencia fl ex i ble qued eberá ser adaptado a las situaciones específicas de cadagrupo de alumnos, s egún los re s p e c t ivos países. Los nive-les y ámbitos educat ivos que se imparten a los españolesen el ex t ra n j e ro son la educación pri m a ri a , la educacións e c u n d a ri a , la educación permanente de adultos (estasenseñanzas van encaminadas a fa c i l i t a rles a los alumnosla obtención del título de Educación Básica, re c i b i e n d ouna prep a ración adecuada y compat i ble con su trab a j o ;a d e m á s , también se organizan actividades sociocultura l e sva riadas en colab o ración con las asociaciones de emigra n-t e s ) , y la unive rs i t a ria a través de la Unive rsidad aDistancia (las segundas ge n e raciones pueden seguir estu-dios unive rs i t a rios mediante la participación en los curs o sque imparte la Unive rsidad Nacional de Educación aDistancia (UNED), que hoy cuenta con una ofe rta mu yd ive rs i fi c a d a ) .

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b) Las becas Reina Sofía, que tienen como fi nayudar a los españoles residentes en el ex t e rior care n t e sde los medios económicos necesarios para poder curs a restudios superi o res en el sistema unive rs i t a rio español orealizar cursos de posgrado y fo rmación específica enE s p a ñ a .

c) Por último cabe señalar las ayudas para prácti -cas unive rs i t a ri a s, que contri bu yen a sufragar parc i a l-mente los gastos de desplazamiento a España de losestudiantes de las unive rsidades españolas que re s i d e nen el ex t e ri o r, de manera que les resulte fa c t i ble re a l i z a raquellas prácticas cat a l ogadas como obl i gat o ri a s .

Programa de jóvenes. Dirigido al colectivo juvenil espa-ñol, con edades comprendidas entre los 13 y los 29 años, radica-do en el exterior o que se desplaza a Europa para tomar parte enactividades de formación y prácticas profesionales. Este progra-ma integra dos acciones destinadas a este sector etario:

a) Las subvenciones orientadas a posibilitar la inser -ción de la población joven en el mercado laboral o a agi-lizar su promoción profesional.

b) Las ayudas para actividades canalizadas a c o n o c e rla realidad española y re forzar lazos culturales y de identi -d a d con España. Por medio de ellas se fomentan la part i c i-pación de la juventud en actividades art í s t i c o - c u l t u rales ylos viajes culturales para los hijos de los emigra n t e s .

Programa de mujeres. Se presenta como una oferta vehi-culada hacia todas las entidades, asociaciones y colectivos de

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carácter público o privado que trabajan a favor de las mujeres,contribuyendo tanto a su inserción laboral y profesional como alimpulso de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, ademásde a la prevención de situaciones de violencia de género. El pro-grama oferta dos tipos de ayudas: una de formación para elempleo y el mercado laboral, dirigida a mujeres españolas conedades superiores a 35 años y que buscan un trabajo o que dese-an materializar su retorno a España; y otra de prestaciones paracasos de vulnerabilidad.

Programa de mayores y dependientes. En lo tocante a latemática socio-asistencial –igual que a la asistencia en el exte-rior–, la ley señala que se crearán servicios que tengan por obje-to la recepción, acogida o el alojamiento temporal en centros ade-cuados. La población “diana” comprende al colectivo de 60 años,si es pensionista, o a los mayores de 65, en general. Por ello, esteprograma también se desglosa en dos clases de ayudas:

a) Para actividades asistenciales y de atención amayores y dependientes, con las que se aspira a facilitarlesla realización de tareas encauzadas a mejorar sus condicio-nes de vida. Tales acciones han de ser desarrolladas porasociaciones y centros de españoles en el exterior u otrasentidades cuyo objeto estribe en la asistencia socio-sanita-ria a este colectivo. Da cobertura, asimismo, a la acogida eintegración de los mayores que deseen retornar, albergán-dolos en residencias específicas, cuando se estime necesa-rio, y fomentado el uso de los hogares de día como agen-cias socializadoras de los mismos en su nuevo entorno deconvivencia.

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b) Para viajes de mayores a España, a través de loscuales se procura favorecer el reencuentro de los ausentescon la sociedad española, así como el disfrute de los bene-ficios sociales aquí existentes. Este aporte se concreta ennu m e rosos supuestos en viajes costeados por laAdministración española con el fin de participar en el pro-grama de Vacaciones para Mayores que patrocina elMinisterio de Trabajo e Inmigración a través del InstitutoNacional de Servicios Sociales (INSERSO).

Programa de asociaciones. Se implanta con el objetivo decontribuir a la financiación de los gastos habituales derivados dela gestión y del funcionamiento de las asociaciones, centros yfederaciones de los españoles en el exterior. Puede participar enél cualquiera de estas entidades que cuente con un número de afi-liados entre 50 y 1.000 y se proponga acometer actuaciones decarácter social, cultural o educativo sin ánimo de lucro.

P rograma de centro s. C o n t ri bu ye a sufragar los costesde obras nu evas o de re h abilitación y adaptación de las sedesde los centros y de sus múltiples instalaciones. El programa vad i ri gido a las fe d e raciones y agrupaciones de españoles en elex t e rior que realizan una labor asistencial. Se considera cl avep a ra ga rantizar la superv ivencia del antiguo asociacionismo yla integración fo rmal del colectivo español, ya que en los tiem-pos actuales estos grupos difícilmente podrían sobrev ivir sinunas instalaciones adecuadas y sin las correspondientes sub-venciones que les permitiesen acondicionar y acomodar susespacios de conve rgencia a las nu evas necesidades de la socie-

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( 1 3 )Todos estos programas se

pueden consultar en:h t t p : / / w w w . c i u d a d a n i a e x-t e r i o r . m t i n . e s / e s / a c t u a c i o-n e s / f i c h a - p r o g r a m a s -ayu.htm. También en sunormativa reguladora bási-ca, accesible igualmente através de la Red. Véanse: ORDEN TIN/58/2009, de21 de enero, por la que semodifica la OrdenTAS/874/2007, de 28 demarzo, por la que se esta-blecen las bases regulado-ras de la concesión desubvenciones destinadas alos programas de actua-ción para la ciudadaníaespañola en el exterior ylos retornados (BOE nº 23de 27 de enero).ORDEN TIN/2004/2008,de 26 de junio, por laque se modifica laORDEN TAS/874/2007, de28 de marzo, por la quese establecen las basesreguladoras de la conce-sión de subvenciones des-tinadas a los programas deactuación para la ciudada-nía española en el exteriory los retornados (BOE n º166 de 10 de julio).

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dad del siglo XXI. La cuota de los socios en modo algunoc u b re gastos tan cuantiosos como los derivados de la re m o d e-lación o el mantenimiento de locales comu n i t a ri o s , a c t u a c i o n e sque resultarían inv i ables sin la ayuda de las A d m i n i s t ra c i o n e sp ú blicas. Pa ra poder concurrir a estas ay u d a s , las entidadesd eberán estar inscritas en el Censo de Asociaciones y Centro sde la Dirección General de Ciudadanía Española en el Exteri o r,con dos años de antelación.

Programa de retorno. Engloba las ayudas para informa-ción y asesoramiento de los retornados. Se pueden acoger a esteprograma las instituciones españolas o extranjeras, públicas oprivadas radicadas en España o en el exterior.

P rograma de proyectos de inve s t i ga c i ó n. Con él se pers i g u efomentar la realización de estudios que incrementen el conocimien-to histórico o actual de los españoles residentes en el ex t e rior y delc o l e c t ivo re t o rnado. Se incentiva la ejecución de propuestas ve ri fi-c ables con intervención directa en la comunidad española establ e-cida en el ex t e ri o r. La convo c at o ria se encuentra ab i e rta a pers o n a sf í s i c a s , entidades públicas (unive rsidades) o privadas que posean uncl a ro fin social, a s i s t e n c i a l , i n fo rm at ivo , c u l t u ral o educat ivo .

Programa de comunicación. Se bifurca en dos variantes:una de ellas para la suscripción a publicaciones periódicas espe-cializadas; y la otra para el desarrollo de actividades y experien-cias en el ámbito de la comunicación, destinadas al colectivoemigrante, a través de cualquier medio escrito o audiovisual, yasea prensa en soporte impreso, radio, televisión o Internet13.

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ORDEN TAS/874/2007, de28 de marzo, por la que

se establecen las basesreguladoras de la conce-

sión de subvenciones, des-tinadas a los programas deactuación para la ciudada-nía española en el exterior

y los retornados (B O E n º82 de 5 de abril).

ORDEN TIN/2378/2009,de 28 de agosto, por la

que se modifica laORDEN TAS/874/2007, de

28 de marzo, por la quese establecen las bases

reguladoras de la conce-sión de subvenciones des-

tinadas a los programas deactuación para la ciudada-nía española en el exteriory los retornados. (B O E n º218 de 9 de septiembre)

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Contribuciones literariasde la emigración

Ana RUIZ SÁNCHEZ.Ha realizado el DoctoradoEuropeo en Filología Alemanay es Premio Extraordinario dela Universidad Complutensede Madrid (UCM). Su labor investigadora se hacentrado en la llamadaLiteratura Intercultural enEuropa. Coordina el SeminarioPermanente para el Estudio delas LiteraturasDesterritorializadas en Europa,que agrupa en la actualidad ajóvenes investigadores decinco países. Ha colaboradocomo asesora en temas deLibertad Religiosa y DerechosHumanos en diferentes proyec-tos, siendo coordinadora deredacción de la Declaración deMarzo (www.pactodeconviven-cia.org). Desde 2009 es direc-tora de los Cursos de Españolpara Extranjeros de laUniversidad InternacionalMenéndez Pelayo (UIMP).

El interés en realizar estudios sistemáticos de carác-ter académico sobre el corpus de literatura de emi-gración de origen español en Europa es relativa-

mente reciente en comparación con lo sucedido con otrasnacionalidades. Dadas las limitaciones de espacio editorialdel presente volumen sintetizaremos las principales refle-xiones en tres apartados: realizaremos un breve recorridodel surgimiento de la producción literaria de emigrantes enAlemania como ejemplo de lo sucedido en uno de los des-tinos prioritarios de emigración; analizaremos las principa-les contribuciones de este tipo de literatura vista desde losinicios del siglo XXI; y finalmente nos permitiremos unasreflexiones sobre su papel respecto a la memoria culturalnacional y europea, y a su futuro. La producción literaria delos emigrantes en Alemania no presenta a priori mayor

Profesora del Departamento de Lingüística,Lenguas Modernas, Lógica y Filosofía de la Ciencia,Teoría de Literatura y Literatura Comparada en la

Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Ana RUIZ

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relevancia que la producida en Francia, Suiza, Bélgica u otroslugares. Nos sirve sin embargo para ejemplificar característicascomunes a todas ellas. De ahí su elección.

1. BREVE ANÁLISIS DEL SURGIMIENTO DE LAPRODUCCIÓN LITERARIA DE EMIGRANTES ENALEMANIA

La naturaleza, el volumen y la dispersión del material quecompone el corpus de literatura de emigración española enAlemania han hecho inestimable para la investigación la ayudade emigrantes que por iniciativa privada han recopilado duranteaños las revistas, autoediciones, obras y documentos gráficos dediferentes tipos que documentan las afirmaciones que ahoraexponemos. Porque el rasgo quizá más característico de estemovimiento literario frente a otras nacionalidades, es el marcadocarácter individual, quijotesco incluso, de las iniciativas. Durantedécadas, fueron personas, que no instituciones, quienes aglutina-ron en torno a sí iniciativas culturales significativas. El profundodesconocimiento y desinterés institucional de España por incen-tivar propuestas culturales generadas por los propios emigrantesabocó desde el principio a toda iniciativa cultural de carácter lite-rario –con excepción de los concursos de redacción organizadoscon la finalidad de fomentar el uso del español en la segundageneración– al ámbito privado; se centra así la actividad en elesfuerzo personal, intelectual y económico de los mismos auto-res, incapaces por sí solos de hacer cuajar iniciativas coordinadasde carácter suprarregional con una mínima pervivencia. Escasafue también, con excepciones notables en los autores José A.Oliver, Guillermo Aparicio o Antonio Hernando, la relación de

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Contribuciones literariasde la emigración

Ana RUIZ SÁNCHEZ

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los autores españoles con los círculos literarios de otras naciona-lidades. Como colectivo y por evidentes razones lingüísticas, seentró en contacto con autores del mundo iberoamericano enAlemania en una relación plagada de amores y desamores. Noencontraremos por lo tanto en el ámbito de la emigración espa-ñola en Alemania una reflexión sobre el hecho literario tanamplia y fructífera como la que tuvo lugar entre los emigrantesitalianos, ni la fuerza y coordinación de las iniciativas turcas. Ysin embargo y a pesar de todo, encontramos una producción lite-raria que comparte las características principales de la literaturade emigración y que a su vez aporta elementos de debate sin loscuales el panorama global se vería empobrecido.

Entre los autores podríamos señalar dos grupos: aquéllosen quienes la experiencia de la emigración es decisiva comomotor para la producción literaria, en su gran mayoría sin forma-ción académica y que escriben por lo general en su lengua mater-na, sea ésta español, gallego o catalán, no habiéndose encontra-do hasta el momento textos en vasco. El género por excelenciaserá la poesía. La mayoría de ellos publicarán en revistas y no lle-gan a consolidar su trayectoria literaria. Entre todos ellos tienenespecial relevancia Patricio Chamizo (1936) –teatro y novela– yAntonio Hernando –poesía–.

En un segundo grupo encontramos autores con formaciónacadémica y con una vocación literaria más arraigada. Sus moti-vos para emigrar no fueron estrictamente económicos, así que laemigración es un tema entre otros, más o menos presente, perosin continuidad. Entre ellos encontramos más variedad de géne-ros: escriben sobre todo novela, pero también poesía, ensayo yteatro. Tras iniciar su producción literaria en español, cambian su

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En 1967 aparecepublicada enEspaña la novelaEn un lugar deAlemania.Novela de lostrabajadoresespañoles, dePatricioChamizo, escritacomo pieza deteatro en 1964 yestrenada enoctubre de esemismo año enFrankfurt.Chamizo habíallegado aAlemania en1963 para traba-jar como obreroen el servicio decorreos del aero-puerto deFrankfurt.

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lengua literaria al alemán o practican un bilingüismo fáctico. Sonentre otros Víctor Canicio (1937), Guillermo Aparicio (1940),Teresa Cervantes, Heleno Saña (1930).

Si bien en 1960 se fi rma el Convenio Bilat e ral deContratación con España, iniciándose así oficialmente un movi-miento migratorio, literariamente los primeros textos aparecen en1964, año en el que también aparece Arrivederci, Deutschland deGianni Bertagnoli, obra fundamental dentro de la producciónemigrante italiana. La producción literaria que con ellas arrancapuede ser dividida en tres grandes etapas coincidentes grossomodo con las décadas: una primera etapa que se desarrolla en ladécada de los sesenta-setenta, una segunda etapa que llegaríahasta finales de los ochenta y una tercera etapa iniciada en losaños noventa, que coincide con una nueva era en la historia deAlemania, y que como ésta todavía no ha concluido.

LOS INICIOSEn 1967 ap a rece publicada en España la novela En un

l u gar de Alemania. Novela de los trab a j a d o res españoles, d ePat ricio Chamizo , e s c rita como pieza de teat ro en 1964 y estre-nada en octubre de ese mismo año en Fra n k f u rt. Chamizo hab í al l egado a Alemania en 1963 para trabajar como obre ro en el ser-vicio de correos del aero p u e rto de Fra n k f u rt. Toma la pluma antela necesidad de describir de la fo rma más dramática posible –deahí su elección inicial del género teat ral– la realidad en la quev ivían los emigrantes españoles: s o l o s , aislados de su entorn ofamiliar y de un entorno social que ellos sienten como hostil ycon escasas posibilidades de defensa. Con ese motivo eligeconscientemente centra rse más en la dimensión social del tema

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e l egido que en la calidad litera ri a , rep roduciendo con afán derealismo las peculiaridades lingüísticas según su ori gen ge ogr á-fico y el nivel cultural de los pers o n a j e s , y re nunciando a todoa d o rno estilístico.

Sin embargo , la producción litera ria de la mayoría de lose m i grantes en esta época no tiene la densidad y extensión quee n c o n t ramos en la obra de Chamizo. Son mu chos los emigra n t e sque optan por dar fo rma litera ria a su pensamiento. En opiniónde Florencio Domínguez escriben más por una necesidad dec o municación que por vo c a c i ó n , más por soledad que por afán dei l u s t ra c i ó n , más por desahogo que por afán lúdico, y por encimade todos estos fa c t o re s , por la posibilidad de ve rse ellos mismosen la ficción litera ria con sus señas de identidad intactas. Lam ayoría de ellos apenas tenía estudios -a pesar de la pro h i b i c i ó nex p resa de emigrar que el go b i e rno español dirigía a pers o n a sa n a l fab e t a s – , nunca habían escrito antes y ni hubieran escrito sino hubiera sido por la ex p e riencia de la emigración. Hay en esta

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Presentación del libroAventuras en la nostal -gia, sobre la GuerraCivil Española, enLondres (Reino Unido).

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época una cl a ra pre fe rencia por la poesía, por su mayor breve d a den la elab o ración y por sus mayo res posibilidades de publ i c a c i ó n .P redominan las fo rmas populares (copla y romance) frente a lascultas (soneto o décima), y el ve rso libre sin rima. Los temasmás re c u rrentes eran la emigración en sí, v ivida como una situa-ción injusta , la nostalgia de los seres queri d o s , la pat ria (bien seap u ebl o , región o país) vista desde dife rentes pers p e c t iva s , c o nn o s t a l gi a , con pat ri o t i s m o , o con una visión crítica frente a laactuación del go b i e rno español y de la Iglesia Cat ó l i c a , la bús-queda de una identidad pro p i a , la observación crítica o asombra-da del entorno alemán, y finalmente otros temas de carácter másge n e ral como son el amor, asuntos morales y temas fa n t á s t i c o s .El lector implícito era siempre español, bien sea el colectivo emi-gra n t e, bien sea la familia. Ante el aumento de dicho interés lite-ra ri o , c u riosamente centrado más en escribir que en leer, a l g u n a srevistas info rm at ivas para emigrantes empiezan a publicar dich apoesía esporádicamente o – dado el volumen de la pro d u c c i ó nrecibida– creando una sección para ello. Como texto de re fe re n-cia para el estudio de esta producción remitimos a la antolog í aH u é r fanos de sol en estas tierra s, p u blicada por Epifa n i oDomínguez y Karl-Heinz Anton en la revista H i s p a n o ra m a( 1 9 8 9 ) , en la que se re c ogen cien poesías publicadas entre 1974y 1978 en la revista del Movimiento llamada 7 Fe ch a s en las sec-ciones “La poesía del emigra n t e ” y “ E m i gro t e c a ” , c o o rd i n a d aesta última por el escritor Víctor Canicio. Así nacen también, afinales de los setenta, una serie de revistas litera ri a s , la mayo r í ade vida muy breve, como fuero n : El Mundillo de Gelsenkirch e n ,que luego pasará a titularse S u b a h n s t ru ch e n b a ch e n buscando cond i cho título un efecto humorístico al mezclar español y alemán;

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Al Marge n en We t z l a r, El mundillo. Revista litera ria libre emi -gra n t e, d i ri gida al colectivo internacional de emigrantes españo-les en Europa. Entre todas ellas, sin duda alguna, fue Viento Sur,revista litera ria publicada en Hambu rgo y diri gida por el pintorandaluz Nono Carrillo y su mujer Remedios Quintana la quealcanzó mayo res logros.

Al calor de estas revistas aparecen dos figuras que ejercenfunciones de críticos literarios: la figura del coordinador de lassecciones literarias que decidía en muchos casos cual de las poe-sías “menos malas” se publicaban; y la del lector, persona emi-grada también, con cierta cultura, a quien el pre-escritor le soli-citaba de manera privada los servicios de corrección de los tex-tos. Víctor Canicio, Ricardo Bada, Epifanio Domínguez enGelsenkirchen, y sobre todo Nono Carrillo en Hamburgo ejercie-ron estas labores.

Junto a este corpus de entidad menor, ap a recen en la décadade los setenta las siguientes nove l a s : H i s t o ria de la misteriosa des -ap a rición de Po r fi ria Santillana, f regona española en un paíss u p e rd e s a rrollado de José Martín – A rt a j o , p u blicada en Méjicoen 1970 después de haber sido censurada en España; Los ex t ra ñ o sp e regrinos de Hambu rgo (1971) y El cuarto Reich (1972) deTo rc u ato Miguel; y las tres obras con las que Víctor Canicio, e s c ri-tor y traductor español de re n o m b re afincado en A l e m a n i a , se daráa conocer: ¡Contamos contigo! Krónikas de la e m i gra c i ó n( B a rc e l o n a , 1 9 7 2 ) , P ronto sabré emigrar ( B a rc e l o n a , 1974) y Vi d ade un emigrante español. Testimonio auténtico de un obre ro quee m i gró a A l e m a n i a ( B a rc e l o n a , 1 9 7 9 ) .

Los años ochenta traen aires nu evos a esta literat u ra , p e rm i-tiendo que ciertas iniciat ivas se consoliden. Empiezan a ap a re c e r

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Los años ochentatraen aires nue-vos a esta litera-tura, permitiendoque ciertas ini-ciativas se conso-liden. Empiezana aparecer escri-tos de autoresespañoles enantologías sobreliteratura de emi-gración.

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escitos de autores españoles en antologías sobre literat u ra de emi-gración. Así por ejemplo, ap a recen textos de Antonio Hern a n d oen Im neuen Land (1980) y junto a Guillermo Ap a ricio enA n n ä h e ru n gen (1982) editadas por F. Biondi en la serie Südw i n d ;junto con Hernando encontramos a un jovencísimo José F. A g ü e raO l iver en Z w i s chen Fab rik und Bahnhof ( B re m e n , 1981) –quep u blica también en Z w i s chen zwei Giga n t e n ( 1 9 8 3 ) – , en D a sU n s i ch t b a re sagen (1983) y con Dies ist nicht die Welt die wirs u chen. Ausländer in Deutschland ( E s s e n , 1983). Junto a ellosap a recen otros autores de menor re n o m b re : C o n chita Hern a n d o ,hija del poeta, José Bosch y Barre ra , Jose Luis Gordillo Leal... Sep roduce por lo tanto un mayor contacto con autores e iniciat iva se m i grantes de otras nacionalidades, lo que dará a la literat u ra deo ri gen español un mayor carácter interc u l t u ral. El autor dejará ded i ri gi rse a un lector potencial español e incluirá como re c eptor desu obra a otras minorías emigrantes y al público alemán en ge n e-ra l , viéndose en la necesidad de publicar –y ciertos autores dee s c ribir– en alemán. El tema de la emigración continúa pre s e n t een la traye c t o ria de la mayoría de los escri t o re s , p e ro se ab re ent o rno a él todo un abanico de posibilidades: junto al trat a m i e n t op u ramente litera ri o , se opta también por la mediación bicultura l ,la re fl exión sobre el lenguaje y el estudio mismo de la cre a c i ó nl i t e ra ria entre emigrantes. Encontramos por lo tanto una mayo re l ab o ración. Se abandona prácticamente la re fe rencia al país deo ri gen y se centra el punto de vista en el país de acogida. Mejorac o n s i d e rablemente la calidad litera ria de los autores que continú-an escri b i e n d o .

Los años 80 serán también la época dorada de Viento Sur,la mejor revista literaria de la emigración de origen español.

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Dicha revista nació como cuaderno de la tertulia literaria “ElButacón”, de Hamburgo. Dirigida por el matrimonio formado porNono Carrillo y Remedios Quintana, su primer número apareceen la navidad de 1977. Se publicó de manera ininterrumpidahasta el invierno de 1993, fecha en la que ambos dejan la direc-ción de la revista pensando retornar a España. Tras una pausa dedos años reaparecerá Viento Sur en el verano de 1996, con sunúmero 29, bajo la dirección de José Napoleón Mariona (autorque escribe habitualmente bajo el pseudónimo de ChemaGrande) y con un nuevo formato perdiendo en nuestra opinión laoriginalidad y la buena maquetación que hacían de Viento Suruna de las mejores revistas literarias de la emigración hispana enAlemania. Viento Sur tiene un lugar propio en la literatura deemigración española por varias razones: se aprecia un incremen-to sustancial de la calidad de los textos publicados respecto aotras revistas, aún sin perder de vista su propósito de ser vocerode la literatura de emigrantes. En sus páginas encontraremos porejemplo textos de un joven Luis Sepúlveda, novelista desconoci-do entonces y mundialmente conocido en la actualidad. Al nacerdentro del marco de la tertulia literaria “El Butacón”, uno decuyos principales fines era la promoción cultural del emigrante através de la literatura –en sus dos vertientes de lector y escritor–se empezó exhortando vehementemente a la lectura de los gran-des maestros de la literatura en lengua española y se invitó a par-ticipar en la tertulia de una u otra manera a autores de renombrede paso por Hamburgo (Camilo José Cela, Miguel Barnet, RosaMontero, Noel Navarro entre otros). Cada visita tuvo su reflejoen la revista, a través de textos, informes o autogramas. Tambiénsu diseño presenta una significativa calidad gráfica, siendo deci-

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siva en esta labor la dirección del pintor Nono Carrillo. VientoSur convocaba además anualmente un concurso literario que yaen su tercera convocatoria logró difusión internacional. Estalabor de gestión cultural tuvo sus frutos: a partir de Viento Sursurgen propuestas con más o menos éxito de nuevas revistas lite-rarias dentro y fuera de Alemania, y fue en el ámbito de la emi-gración española la publicación independiente que más larga vidaha tenido.

Los sucesos históricos vividos en Alemania a partir de1989 son de tal calado que no dejan indiferentes a estos escrito-res. Y también entre ellos se marca en cierta forma una cesurarespecto a lo vivido anteriormente. La pregunta sobre la identi-dad, tema central de la literatura de la emigración, se hace rele-vante súbitamente para toda la sociedad de acogida. El interéspor la literatura de emigración decae o se ve relegado por losacontecimientos. Los emigrantes españoles que continúan enAlemania están integrados en mayor o menor medida, ya hanreconstruido sus referencias culturales y en cierto modo su iden-tidad, centrados en la sociedad de acogida. Carece de sentidocontinuar hablando de la experiencia de la emigración. Se hasaturado el tema, no hay nada nuevo que decir. La segunda gene-ración pierde el interés por seguir conociendo el idioma y la cul-tura de sus padres, con lo que pierden peso las iniciativas cultu-rales con estos fines.

Y sin embargo, los escritores emigrantes –aquellos que nohan muerto o retornado todavía– toman de una u otra forma lapalabra en sus escritos o, en los casos de aquellos dedicados alperiodismo, a través del ejercicio de su profesión. Y lo hacendesde una conciencia crítica, desde una fortaleza moral que no

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Los sucesos histó-ricos vividos en

Alemania a partirde 1989 son de

tal calado que nodejan indiferen-tes a estos escri-tores. Y también

entre ellos semarca en cierta

forma una cesurarespecto a lo

vivido anterior-mente. La pre-gunta sobre la

identidad, temacentral de la lite-ratura de la emi-gración, se hacerelevante súbita-mente para toda

la sociedad deacogida.

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deja pasar desapercibidos sucesos como los ataques xenófobos ainmigrantes en Mölln o Solingen. Atrás quedó la irresoluble dudasobre la identidad, que minaba al autor frente a la sociedad deacogida. Se aprecia en los textos ahora una seguridad que nace dela convicción de poder y a la vez deber aportar algo a una socie-dad en construcción, la alemana.

Sin lugar a duda, la figura literaria de mayor significaciónen esta tercera etapa todavía sin concluir es la persona y obra lite-raria de José F. A. Oliver, poeta hijo de emigrantes españolescuya obra bien merece un estudio detallado. El análisis de algu-nas de sus obras nos muestra con claridad las características cla-ves de la producción de la segunda y tercera generación de escri-tores interculturales, aquellos que si bien han nacido ya en lasociedad que acogió a sus padres o abuelos emigrantes y han sidoescolarizados y socializados en la lengua de dicha sociedad –enel caso de Oliver el alemán–, mantienen en sus obras un procedercreativo en el que conviven dos o más lenguas y memorias histó-rico-culturales, huellas de procesos migratorios que en la mayo-ría de los casos ellos ya no han vivido en primera persona.

2. CONTRIBUCIONES LITERARIAS DE LA EMIGRACIÓN La principal aportación desde el punto de vista literario de

lo descrito con anterioridad es ser parte constituyente de un nutri-do corpus multicultural de literatura de emigración en Alemaniaque ha desembocado, cual río poderoso que se desborda, en unestallido de literaturas polifónicas que rebosa por encima de lascategorías establecidas y transforma la literatura europea, hacien-do extraordinariamente complejos su estudio y clasificación. Estanueva literatura en Alemania fue definida por Carmine Chiellino

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bajo la denominación de “Literatura Intercultural” (2000). Hoyestamos ya en disposición de afirmar que existe una literaturaintercultural europea, producida por autores que en el momentocreativo, tienen a su disposición como materia de trabajo más deuna lengua y memoria histórico-cultural.

Esta literat u ra interc u l t u ral europea se nu t re de la pro d u c-ción ge n e rada por las migraciones llegadas a Centro e u ropa pro-cedentes del Mediterráneo (a partir de 1955), a la que se hanañadido sucesivamente las ap o rtadas por el exilio político pro c e-dente de los países del Este (a partir de 1968), de Lat i n o a m é ri c a(a partir de 1973), de países de Oriente Próximo como ElL í b a n o , S i ria e Irán (en la década de los setenta), del re a s e n t a-miento de dive rsas minorías fruto de los conflictos balcánicos delos 80 y 90, y de las migraciones procedentes del Lejano Ori e n t ey de África.

Como apunta Chiellino (2000), en apenas cinco décadasesta literatura supracultural ha ganado una diversidad lingüísticacomo nunca se había sucedido dentro de la literatura europea. Laexistencia de voces extranjeras dentro de una literatura nacionalno es nueva en absoluto. No es necesario referirse a países confuerte pasado colonial, incluso en el ámbito de la lengua alema-na se podrían citar nombres de grandes autores emigrantes o exi-liados de todas las épocas: Thomasin von Circlaria, Elías Canetti,Adelbert von Chamisso y las elecciones lingüísticas a las que sevieron enfrentados Franz Kafka, Paul Anczel (alias Paul Celan),Rose Ausländer y Jurek Becker entre otros muchos. Sin embar-go, es la intensidad del fenómeno la que permite hablar de lanovedad que supone esta literatura producida por emigrantesdentro del panorama europeo, por la extensa nómina de autores,

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la diversidad de procedencia, la cantidad de obras producidas, supluralidad lingüística e impacto social.

Una mirada atenta a la literat u ra europea permite encuadrar alos autores españoles citados hasta ahora como antecedentes de unm ovimiento litera rio de destacada re l evancia artística y cre c i e n t evisibilidad político-sociológica en la actualidad. Sirva como mu e s-t ra , la concesión de los Nobel de Literat u ra a Gao Xingjian (2000),o en el 2009 a la autora rumano-alemana Herta Müller (nacida en1953). Junto a Antonio Hernando (1936-1986), G u i l l e rmo Ap a ri c i o( 1 9 4 0 ) , y José F. A. Oliver (1961) de ori gen español, fo rman parte deeste movimiento en lengua alemana nombres de tres ge n e ra c i o n e s :Franco Biondi (1947), M a risa Fe n oglio (1933) y Gino Chiellino(1946) de ori gen italiano; Eleni To rossi (1947) entre la minoría gri e-ga; A ras Ören (1939), Aysel Özakin (1942), H abib Bekta (1951),Z e h ra Ç›rak (1960), y la ya conocida en España Emine Sev gi Özda-mar (1946), e n t re otros mu chos autores de ori gen turco; Libu s eM o n í ková (1930) y Ota Filip (1930) de Chequia, Zé do Rock (1956)de Brasil; Galsan T s ch i n ag (nació a principios de la década de los 40en Mongo l i a ) , H i s a ko Mat s u b a ra (1935) y Yo ko Tawada (1960), d eJap ó n , residentes en su mayoría en suelo alemán. Listados similare spodemos hacer si repasamos la literat u ra actual en lengua fra n c e s a ,i n g l e s a , n e e rl a n d é s , y otras. Todos ellos constituyen la ve rtiente másactual y quizá menos conocida de una tradición litera ria interc u l t u-ral presente en Europa a través de iconos tradicionales como sonH e i n ri ch Heine, Jo rge Semprún, Paul Celan, Jo s eph Bro d s ky,H e i n ri ch Mann y otros autores que considero estrat é gicos para lac o rrecta comprensión de la ve rtiente litera ria del fenómeno migrat o-rio en nu e s t ro país, así como para una adecuada va l o ración de la lite-rat u ra interc u l t u ral como va n g u a rdia litera ria.

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La literat u ra se ha conve rtido así en espejo priv i l egi a d ode una sociedad confi g u rada en la actualidad no sólo por ciuda-danos monolingües y monocultura l e s , sino por ciudadanos quep o rtan dentro de sí va rias lenguas y memorias históri c o - c u l t u-rales que conv iven con mayor o menor difi c u l t a d, y demandantanto a la sociedad de ori gen como a la de acogida un espacio( v i t a l , a rt í s t i c o , j u r í d i c o , e t c.) para desarrollar proyectos de vidai n t e rc u l t u rales.

En este momento podemos también afi rmar quemu chas de las controve rsias ge n e radas en los orígenes de lal i t e rat u ra de emigración han perdido toda su virulencia y hanpasado a ser anecdóticas para el estudio de la actual literat u-ra interc u l t u ral. Atrás quedaron con el tiempo el menospre c i opor la calidad estético-litera ria en lengua alemana, las discu-siones en torno a la pertenencia o no de los autores al colec-t ivo de trab a j a d o res emigra n t e s , la necesidad de autenticidad,la ideología de izquierd a s , el anticolonialismo y la adscri p-ción a la literat u ra social.

Como se ha señalado, las vías de enriquecimiento yconsolidación de la literat u ra interc u l t u ral se han alimentadosin pausa a través de los acontecimientos históricos viv i d o sd u rante las últimas cinco décadas. A los frutos artísticos de lae m i gración económica hubieron de sumarse los provo c a d o spor el exilio y la rep at riación de millares de personas. Comocomenta Chiellino, la pers p e c t iva con la que se contemplanestos fenómenos no es la misma según la observen los auto-res o la sociedad de acogida. Pa ra los alemanes, i n m i gra c i ó n ,exilio y rep at riación son tres caminos dife rentes que condu-cen a un mismo fi n : el asentamiento en una sociedad de aco-

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gida que les ofrece bienestar socio-económico y pro t e c c i ó njurídica. Sin embargo , p a ra los emigra n t e s , exiliados y rep a-t riados estos caminos se ab ren como múltiples encru c i j a d a s ,con resoluciones individuales y colectivas muy dive rsas re s-pecto a la consideración del pasado y a las pers p e c t ivas re fe-rentes al futuro. Al proye c t a rse dicho pasado y dicho futuros o b re espacios culturales dife re n t e s , los conceptos fundamen-tales al ser humano –tiempo y espacio– y a la literat u ramisma –el pacto de entendimiento con el lector nacional at ravés de una lengua y una memoria históri c o - c u l t u ral com-p a rtida– pierden su equilibrio y cobran nu evas y dife re n t e sdimensiones. Mientras que la sociedad de acogida da pri o ri-dad absoluta al espacio, le niega al emigrante su pasado (lalengua y la memoria históri c o - c u l t u ra l , la traye c t o ria vital ylos propios conflictos internos). Frente a esta concep c i ó n , l o si n m i gra n t e s , exiliados y rep at riados dan pri o ridad al tiempo,puesto que para ellos la nu eva realidad es únicamente la con-

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Encuentro de jóvenesen Suiza.

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t i nuación de su historia personal y colectiva previa. El con-flicto del espacio frente a tiempo vividos en lenguas dife re n-t e s , e s t ru c t u ra litera riamente las obras junto con la pre s e n c i aen dife rentes planos de todas las lenguas presentes (ap re c i a-ble a través de la inserción en la lengua de la obra de dive r-sos elementos que constru yen una segunda o terc e ra lenguacomo latencia); de especial interés para el análisis litera ri oresulta el volumen L i ebe und Interk u l t u ra l i t ä t (2001) deChiellino. Si bien la literat u ra de emigración parecía surgir dela imperiosa necesidad de comu n i c a c i ó n , los proyectos esté-ticos interc u l t u rales posteri o res parecen acoger en su seno elintenso trabajo de integración en una misma persona de estaf u e rte discrepancia.

Reconocida e integrada institucional y canónicamente demanera insuficiente, lo cierto es que esta literatura interculturalse ha convertido en toda su amplitud –por la bibliografía prima-ria y secundaria generada– en una parte integrante de la realidadc u l t u ral europea actual. Su ex p resión litera ri a , que seg ú nChiellino ha convivido en suelo europeo con corrientes específi-cas –en alemán la poesía concreta, en Europa como la literaturade mayo del 68, la literatura social, la literatura de mujeres, entreotras–, muestra en la actualidad una autonomía estética suficien-te. No resulta apropiado a juzgar por su volumen seguir conside-rándola una literatura “menor”, ni parece que se vayan a cumplirlos deseos de aquellos que insisten en considerar las actualesidentidades nacionales, Alemania por ejemplo, como entidadesmonoculturales, pues lejos de debilitarse con el paso del tiempoen la tercera generación este fenómeno literario cada vez parececobrar más fuerza.

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En este momentopodemos tam-

bién afirmar quemuchas de lascontroversias

generadas en losorígenes de la

literatura de emi-gración han per-

dido toda suvirulencia y han

pasado a seranecdóticas para

el estudio de laactual literatura

intercultural.

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3. MEMORIA CULTURAL NACIONAL Y EUROPEA,Y SU FUTURO

E u ropa saluda hoy este corpus dentro de una corriente queab oga por la construcción de una ciudadanía europea. Pe ro esteespacio litera rio transnacional posee una condición de corpus at e -rra d o que ge n e ra serios pro blemas de inserción en los cánones lite-ra ri o s , c u l t u rales y sociopolíticos cotidianos tanto de las culturas ylenguas de salida como en las de llegada. Al incorp o rar este corp u sal viejo deb ate de las literat u ras postcoloniales (anglófonas y fra n-c ó fonas) se ab ren nu evas pers p e c t ivas de análisis.

La primera es la literatura intercultural en Alemania care-ce de pasado colonial: estas obras y autores se insertan en unaliteratura y una nación con las que no poseen una relación por unpasado colonial común. Es por lo tanto con esta literatura con laque irrumpe en masa1, la alteridad en el corazón cultural alemán.Tampoco lo tiene inserto en su memoria histórica2. El hecho deque la literatura intercultural alemana no está producida por auto-res provenientes de antiguas colonias, determina a su vez dos desus rasgos fundamentales: la ausencia de nexo de pertenenciaprevio, ni histórico, ni lingüístico entre los autores y la sociedadde acogida; y como consecuencia de ello la inadecuación para suanálisis del binomio colonizador-colonizado, habitual en losestudios postcoloniales. De esta manera esta nueva literatura sedescarga de un factor de tensión determinante de la forma poéti-ca y hace necesario nuevos parámetros hermenéuticos: Creemosque igual que los estudios sobre mujeres y los estudios de géne-ro representaron una auténtica frontera del saber contemporáneo,los estudios sobre interculturalidad y desterritorialización loserán en el siglo XXI. Si durante los dos siglos anteriores, lo

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(1)Aunque no olvidemos aElías Canetti o Adelbertvon Chamisso, entreotros.

(2)En Alemania existe unalarga trayectoria derecuperación de pobla-ción, pero siempre den-tro del marco que podrí-amos denominar diáspo -ra alemana, que en nin-gún caso se asocia a pro-cesos explícitos propiosde una potencia coloni-zadora.

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nacional fue una de las categorías que organizaron la producción,análisis y recepción literaria –tal como lo hicieron en otro tiem-po la clase, la raza o el género–, en la actualidad se ha visto sinembargo ya superada y puesta en tela de juicio por quienes des-territorializados traspasan los límites de sus literaturas y lenguasnacionales. Sólo a través de su literatura comprendemos sus dife-rentes visiones del mundo y las distintas poéticas y políticas quecaracterizan los discursos de autores, obras y movimientosmigrantes pertenecientes a la memoria intercultural europea.

Esta literatura constituye en sí mismo y en su desarrollometaliterario un foro de debate entre los mismos individuos ycolectivos inmigrantes, y en ella se encuentra reflejados, discuti-dos y contrastados los numerosos discursos existentes: el yo poé-tico es una fuente inestimable de historia de vida, y la ficción lite-raria se convierte en campo de experimentación y observatoriointercultural por excelencia. Frente a los textos meramente dis-cursivos, a través de la literatura se pueden apreciar los efectosmás íntimos en el ámbito personal, familiar y social de los proce-sos y discursos en marcha. Al desarrollarse además en diferenteslenguas, se constituye en medio de comunicación privilegiadoentre todos los colectivos implicados. La actividad metaliterariaasociada a esta literatura (lecturas públicas, encuentros, etc.) haabierto también caminos concretos de integración que han ayuda-do al reconocimiento paulatino de la aportación intelectual en lasociedad de acogida de los representantes más destacados de estaliteratura, convertidos en interlocutores sociales de prestigio.

Para concluir permítame el lector una referencia breve anuestro país. España participa en esta literatura intercultural. Larecuperación del exilio ha hecho posible inventariar y analizar un

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corpus interesantísimo de textos, que quizás deberían releerse nosólo como memoria nacional, sino como parte de la memoriaintercultural europea. Pero queda pendiente otorgar a la migra-ción económica la dignidad que merece. La literatura producidapor los emigrantes españoles obliga a invertir la mirada sobre elproceso migratorio, que deja de ser experiencia exclusivamentetraumática, mutiladora del ser, para convertirse además en fenó-meno creativo y contribución multicultural tanto para la sociedadde origen como para la de acogida. Esta recuperación de lamemoria no encuentra su significación únicamente como meroejercicio académico. Contiene un enorme carácter proyectivo: entanto que memoria permanentemente reactualizada se hace cadavez más relevante la inserción de lo recordado en el marco de lareflexión que se realiza en nuestro país sobre el creciente fenó-meno de la inmigración. Nuestra memoria de emigración ha deformar parte indispensable del debate, subvirtiendo, reelaboran-do, incorporando o rechazando determinados elementos. Seconstituiría así en observador y observatorio privilegiado para elestudio de la cultura de nuestra comunidad en sus dimensionesactuales y en aquellas que habrá de afrontar.

Nos atrevemos además a afirmar que en España se estágestando en el seno de la inmigración con destino en nuestro paísun corpus de literatura de origen no español, semejante en parteal que produjeron nuestros emigrantes en Europa. No obstante, elfenómeno de creación literaria en procesos migratorios exige porsu misma naturaleza, tanto en su dimensión personal como colec-tiva, de un tiempo suficiente que le permita adquirir visibilidad,volumen y madurez suficiente para convertirse en objeto de estu-dio y en interlocutor relevante. El tiempo tiene la palabra.

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Más que meras palabras escritas en un estante, la literatu-ra es, como afirma João Luis Lisboa, memoria permanentementereactualizada. Quizá en ningún otro sitio como en la literatura depoblaciones desterritorializadas esta dimensión de reactualizar lamemoria se haga tan evidente y tan necesaria para que el serhumano se entienda así mismo concebido en sus auténticasdimensiones. España debe afrontar por lo tanto con responsabili-dad su papel en la reconstrucción de su propia memoria intercul-tural, como parte indivisible a su vez de la memoria europea. Yambas han de realizarse concebidas siempre como proyecto sinconcluir, puesto que mientras haya movimiento migratorio cual-quiera que sea su causa, habrá nueva memoria intercultural. Sólode esta manera el atlas que ahora contemplamos aparecerá en susverdaderas dimensiones, plural, denso, polifónico y siempre enconstante movimiento.

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Contribuciones literariasde la emigración

Ana RUIZ SÁNCHEZ

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La emigración políticaa Europa. El ex i l i o

A l i c i a ALTED VIGIL.Sus investigaciones tienen comoeje la historia política y sociocultu-ral españolas en el siglo XX. Suslíneas de investigación en la actua-lidad son “El exilio republicanoespañol de 1939”, “La incidenciade los conflictos bélicos en losniños a lo largo del siglo XX” y“Los movimientos migratorios enla España contemporánea”. Hapublicado cerca de cien monogra-fías en obras colectivas y publica-ciones periódicas. Ha realizado laedición de obras colectivas como:La oposición al régimen deF r a n c o, 1990, 3 vols.; Triunfo ensu época, 1995; Manuel Azaña.Pensamiento y acción, 1996;Literatura y cultura del exilio espa -ñol de 1939 en Francia, 1998; L acultura del exilio republicanoespañol de 1939, 2003, 2 vols.; E lexilio republicano español enToulouse (1939-1999), 2003. Haparticipado y participa en proyec-tos financiados en convocatoriaspúblicas. Entre ellos: La emigra -ción española en Francia; H i s t o r i ade las relaciones hispano-mexica -nas durante el siglo XX; El exiliocientífico como expresión de laciencia y la cultura de Madrid;Españoles en Rusia, 1936-1999;Función de la imagen mecánicaen la memoria de la guerra civil.También en proyectos financiadospor entidades privadas: De laEspaña que emigra a la Españaque acoge, Historia Oral delSindicalismo Socialista. Colaboracomo experta con la ANEP yforma parte de la Red de investiga-

El forzado exilio de una parte de la población tras laderrota republicana en la guerra, en 1939, fue unade las consecuencias de la implacable represión

que llevaron a cabo los franquistas contra los vencidos enla contienda.

Más que de exilio hay que hablar de exilios, ya quepresentó un carácter muy diverso, debido a la distinta pro-cedencia geográfica, composición demográfica y social,diversificación profesional y de militancia política de susintegrantes; a lo que se une las diferencias provocadas porel asentamiento en diferentes países de Europa y América.Incluso se puede rastrear la presencia de algunos en paísestan alejados ge ogr á ficamente como China, I n d o n e s i a ,Indochina o Australia. El grueso de los exiliados se queda-ron en Francia y México, en menor medida en la Unión

Profesora titular, acreditada catedrática en elDepartamento de Historia Contemporánea de la

UNED, Madrid.

Alicia ALTED VIGIL

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Soviética y Argelia, pero además de estos países, hubo otros endonde también arraigaron colectivos, eso sí, en número pequeñoen relación con los dos primeros. En realidad, uno de los rasgosque va a caracterizar la vida de una gran parte de los exiliados,fue su movilidad a través de varios países, convertidos en lugaresde tránsito con una provisionalidad que las más de las veces dura-ba varios años.

El exilio no fue muy importante desde un punto de vistanumérico, si lo encuadramos en el ámbito de los desplazamien-tos de población por motivos políticos de la Europa de entregue-rras, pero hay tres aspectos que lo van a hacer singular frente aotros coetáneos, y en relación con anteriores exilios producidosen España. En primer lugar su larga duración. En segundo térmi-no la reconstitución en el exilio, en 1945, de las instituciones dela República que se mantuvieron vigentes, con el reconocimien-to diplomático oficial de México y Yugoslavia hasta 1977. Porúltimo, el aspecto que considero más relevante: el valor cualitati-vo de este exilio. Como ha escrito Juan Marichal (1995:291),“todo exilio revela siempre la densidad cultural de un país y la deEspaña en 1936 era la más alta de toda su historia. Porque elmedio siglo 1886-1936 es, sin duda alguna, la segunda ‘Edad deOro’ de la cultura española”. Esta relevancia cultural y científicade España en los años treinta se había truncado con la guerracivil. Fueron varios miles los escritores, artistas, científicos,investigadores en las áreas de las ciencias humanas y sociales,pedagogos, maestros...; que tomaron el camino del exilio. Enmuchos casos no tenían una militancia política determinada, peroen todos si que hubo un compromiso indiscutible con unaRepública que encarnaba los valores de libertad y democracia, y

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Alicia ALTED VIGIL

ción Europea: Exilios.Pertenece a consejos deredacción de revistas, hasido comisaria de variasexposiciones y ha coordi-nado diversos encuentroscientíficos, así como la rea-lización de varios docu-mentales. Dirige variastesis doctorales y es miem-bro de la Junta Directivade la AEMIC, que edita lar e v i s t aM i g r a c i o n e s & E x i l i o s. Entresus libros publicados: L arevista Filosofía y Letras.Aproximación a la vidauniversitaria en las prime -ras décadas del siglo XX(1981), Política del nuevoEstado sobre el patrimoniocultural y la educacióndurante la guerra civile s p a ñ o l a (1984), E lArchivo de la RepúblicaEspañola en el exilio,1945-1977 (1993), L o sniños de la Guerra deEspaña en la UniónSoviética. De la evacua -ción al retorno, 1937-1999 (colab. con EncarnaNicolás y Roger González,1999), Disidencias en elfranquismo (1939-1975)(colab. con EncarnaNicolás, 1999), V i r g i l i oBotella Pastor: EntreMemorias. Las finanzasdel gobierno republicanoen el exilio (2002), L u i sAmado-Blanco y DavidArias. Cartas desde el exi -lio (1939-1969) (Edc. de A.Alted y Roger González,2003), y La voz de losvencidos. El exilio republi -cano de 1939 (2005).

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que hacía de la educación y de la cultura su bandera para el pro-greso social y económico del país.

A lo largo de la guerra se pro d u j e ron desplazamientos dep o blación y evacuaciones forzadas por las fro n t e ras de Francia yPo rt u ga l , al compás del avance de los frentes de lucha. En diciem-b re de 1938 se inició la ofe n s iva final contra Cataluña. El 15 dee n e ro de 1939 caía Ta rrago n a , el 26, B a rcelona y el 4 de feb re ro ,G e rona. Desde mediados de enero las carre t e ras que conducían aFrancia reb o s aban de gentes hambri e n t a s , at u rd i d a s , q u e, con lasescasas pertenencias que podían arra s t rar consigo , t rat aban dealcanzar la fro n t e ra bajo la lluvia, el frío, la nieve, el viento y, s o b ret o d o , las bombas. El go b i e rno rep u blicano había intentado encau-zar esta marea humana que huía por miedo a las rep resalias de losve n c e d o re s , p e ro la dramática situación lo desbordó. El mismogo b i e rno se vio inmerso en un éxodo que de Madrid le había lleva-do a Va l e n c i a , después a Barc e l o n a , G e ro n a , Fi g u e ras y como últi-ma etap a , a pri m e ros de feb re ro , a la fro n t e ra con Fra n c i a .

En poco más de tres semanas atravesaron la frontera unas465.000 personas, pero es difícil considerar globalmente a todascomo exiliadas. Muchas de ellas eran mujeres, niños, ancianos,inválidos... sin responsabilidades políticas ni militares, que sehabían visto impelidos a marchar empujados por el miedo físicoo psicológico de los últimos momentos de una guerra perdida.Los republicanos no fueron acogidos en Francia como esperabande un país que consideraba el “derecho de asilo” como su bande-ra. Inmerso en una fuerte crisis económica patente desde 1930,las actuaciones del gobierno estaban mediatizadas por la doblepresión de una clase obrera fuertemente reivindicativa, y de unaderecha reaccionaria dominada por grupos fascistas y xenófobos.

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En poco más detres semanasatravesaron lafrontera unas465.000 perso-nas, pero es difí-cil considerarglobalmente atodas como exi-liadas. Muchasde ellas eranmujeres, niños,ancianos, inváli-dos... sin respon-sabilidades polí-ticas ni militares,que se habíanvisto impelidos amarchar empuja-dos por el miedofísico o psicoló-gico de los últi-mos momentosde una guerraperdida.

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Ya mencioné la pluralidad del exilio en función de unaserie de variables una de las cuales era la distinta procedenciageográfica de los exiliados. Al respecto, los desplazamientos depoblación civil que tuvieron lugar durante la guerra, produjeronuna movilidad y dispersión por toda la geografía española. Porotra parte, las evacuaciones llevaban a Francia grupos de despla-zados de distinta procedencia. Con ocasión de la campaña en elFrente Norte fueron sobre todo vascos y asturianos, y cuandoempezaron las campañas en los frentes de Aragón y Cataluña, losmayores contingentes de evacuados procedieron de estas regio-nes. Pero también hay que tener en cuenta que, conforme avan-zaba la guerra, cada vez llegaba un mayor número de refugiadosde otros lugares a Cataluña. Por ello, en el éxodo de finales deenero y principios de febrero de 1939, había españoles de casitodas las regiones del país.

Si seguimos las estimaciones de Javier Rubio (1977, vol. I:265-275), que hoy por hoy nos siguen pareciendo las más fiables,los porcentajes regionales de refugiados varían en relación con lapoblación que permaneció en Francia y con la que reemigró aLatinoamérica, en particular a México. Con respecto a Francia,Cataluña (con un 36’5 %) y Aragón (con un 18 %) ocupan losprimeros lugares. Este es un rasgo específico del éxodo de 1939,pues la emigración a Francia había procedido tradicionalmentede la zona de Levante. Ahora el porcentaje de exiliados prove-niente de las provincias de Murcia, Valencia, Alicante y Castellónes del 14’1 %. En cuanto a México, Cataluña sigue en primer tér-mino con un 21’8 % del volumen total de refugiados en ese país,después el País Vasco, Cantabria y Asturias con un 17’2 %;Castilla-La Mancha, con un 16’1 %; Levante con un 10’7 %;

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Aragón con un 6’1 % y un porcentaje del 28’1 % procedente delas restantes regiones.

Desde una pers p e c t iva socio-pro fesional se ha tendido ae s t ablecer una dife renciación entre el exilio euro p e o , f rancés pora n t o n o m a s i a , y el ameri c a n o , en especial México. Francia fue elpaís que acogió un mayor volumen de exiliados que, en gran medi-d a , p e rtenecían a los sectores agrícola e industrial (tra n s p o rt e,m e t a l u rgi a , m e c á n i c a , e l e c t ricidad y constru c c i ó n ) , no obstantehubo un pequeño grupo integrado en el sector terc i a ri o , más desa-rrollado y dive rs i ficado que en las emigraciones precedentes. Eneste sentido hay que tener en cuenta que en este país, s o b re todo enlos dep a rtamentos meri d i o n a l e s , se asentaron los exiliados con unn ivel socio pro fesional más modesto y en una gran pro p o rción demilitancia anarquista y socialista. Constituye ron el grueso de lasunidades de combatientes que, junto con los servicios auxiliare s ,p a s a ron la fro n t e ra en los meses de enero y feb re ro de 1939. Comoes lógico había una gran pro p o rción de va rones jóve n e s .

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Congreso sobre elexilio republicano.

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A México, en cambio, fue un número relativamente eleva-do de profesionales liberales, políticos e intelectuales, aunquetambién hubo campesinos y gentes de oficios diversos, que pose-ían un nivel de cualificación superior al de la media de la Españade esos años, que contribuyeron al desarrollo de la vida económi-ca de la sociedad receptora. Lo mismo ocurrió en otros paísescomo República Dominicana, Argentina o Colombia, de lo cualse derivarían importantes consecuencias para la vida socio-eco-nómica y cultural de esos países.

Dos últimos aspectos que me interesa destacar se refierena la diversidad social y profesional de esa marea humana, que engran parte, acabó en los campos de concentración franceses, y alhecho de que, aunque el sustrato político común era la pertenen-cia a la Izquierda, las diferentes culturas políticas de socialistas,comunistas, republicanos y anarquistas, así como los enfrenta-mientos que se produjeron como consecuencia de las actuacionesdurante la guerra y de la derrota, hicieron muy difícil en ocasio-nes la convivencia entre los exiliados.

Los españoles constituyeron, desde el primer momento, unproblema, tanto desde el punto de vista político como económi-co para el gobierno francés; de ahí que se mostrara especialmen-te interesado en fomentar la repatriación a España o la reemigra-ción a terceros países. Es cierto que una gran parte de esa mareahumana que pasó la frontera eran personas sin verdadera con-ciencia política, a las que el miedo les había empujado a huir.Esto, unido a la mala acogida de que fueron objeto en la fronte-ra, hizo que muchas decidieran regresar, aunque también huboretornos forzados de mujeres y niños a los que se obligó a subira trenes que iban directamente hacia la frontera española. No

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obstante, el gobierno francés se comprometió a garantizar elderecho de asilo a aquellos refugiados para los que la repatriaciónsignificaba un riesgo para sus vidas. Pero no siempre fue así,como lo ponen de manifiesto las extradiciones que se produjerondurante la ocupación alemana de Francia, en los años de laSegunda Guerra Mundial.

De acuerdo con Javier Rubio (1996: 43, 44 y 57), a finalesde 1939 habían vuelto a España unas 360.000 personas. “Esdecir, aproximadamente las dos terceras partes del total de refu-giados españoles que, desde principios de 1939, tenía, o habíarecibido la Francia metropolitana, regresan a España a lo largodel año en que termina la guerra civil”. Recordemos que a esas465.000 personas del éxodo hay que añadir las cerca de 50.000que estaban en ese país como consecuencia de los desplazamien-tos producidos durante la guerra.

El 14 de diciembre de 1939, el ministro del Interior AlbertSarraut, estimaba, ante la Cámara de Diputados francesa, quequedaban en Francia unos 140. 000 exiliados de los que 40.000eran mujeres y niños y el resto antiguos combatientes en su casimayoría. Si aceptamos las apreciaciones y cálculos procedentesde los propios exiliados, en especial de los anarquistas, esta cifrase elevaría en unos 30.000-40.000 refugiados más. Esto coincidecon la cifra de 180.000 exiliados que da Denis Rolland (1991:53)para ese mismo mes de diciembre.

Como se indicó, e n t re el 27 de enero y el 10 de feb re ro de1939 at ravesó la fro n t e ra cerca de medio millón de personas. Deesta manera , en poco más de tres semanas unas 465.000 pers o n a sl l ega ron al dep a rtamento de Pirineos Ori e n t a l e s , c o s t e ro y agr í c o-l a , que entonces no llegaba a los 250.000 habitantes. Las re a c c i o-

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Los españolesconstituyeron,desde el primermomento, unproblema, tantodesde el puntode vista políticocomo económicopara el gobiernofrancés; de ahíque se mostraraespecialmenteinteresado enfomentar la repa-triación a Españao la reemigracióna terceros países.

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nes de esta población ante los exiliados fueron dive rs a s : de simpa-tía y lástima por su dep l o rable situación, de temor por el daño quep u d i e ran hacer a las granjas y campos de cultivo , de ap re h e n s i ó nante el hecho de que pudieran ser port a d o res de enfe rm e d a d e sc o n t agiosas o de re ch a zo por la imagen negat iva que se hab í adifundido de los “ ro j o s ” , de aspecto desaliñado y sucio, a u n q u ea rroga n t e, y de los que cabía esperar todo tipo de fe ch o r í a s .

Una vez atravesada la frontera, los exiliados eran agrupa-dos en campos de “triage” donde se procedía a su distribución.Los niños, mujeres, ancianos y enfermos eran conducidos en tre-nes hacia localidades del centro o el oeste de Francia. A los hom-bres civiles y a los antiguos combatientes del ejército republica-no, se les dirigía hacia los campos de internamiento o concentra-ción donde, además, hubo mujeres y niños. Una de las conse-cuencias de esta dispersión fue la separación de las familias. Laangustia de la búsqueda y el empeño por el reagrupamiento fue-ron una constante en la vida de estos españoles durante los pri-meros meses de su estancia en el país.

La acogida a la población civil en los distintos lugaresadonde fue conducida, estuvo condicionada por la actitud políti-ca de las autoridades locales y de la mayoría de la población. Eslógico pensar que en aquellos pueblos y ciudades donde predo-minaba la izquierda, las muestras de solidaridad y simpatía hicie-ran más llevadera la vida de estas personas. Para alojarlas sere q u i s a ron cuart e l e s , antiguas pri s i o n e s , n aves industri a l e s ,escuelas, conventos o castillos, muchos de ellos desocupados detiempo atrás y en mal estado de conservación. En la medida de loposible se facilitó la asistencia de los niños a la escuela, el ingre-so en hospitales de las personas enfermas y la acogida en residen-

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cias de los más ancianos. Se organizaron actos para recaudar ropay otros enseres y se procuró que encontraran trabajo para podersubsistir cuanto antes por sus propios medios. Algunos gruposfamiliares no fueron a estos albergues porque tenían parientes enFrancia que les acogieron, o bien porque hubo, entre la poblaciónfrancesa, personas que les ofrecieron alojamiento y trabajo, enespecial en actividades agrícolas.

Los problemas planteados por las inadecuadas instalacio-nes y el hacinamiento de los campos de Argelès y Saint-Cyprien,llevó al gobierno a la creación de otro campo en la playa deBarcarès, en el mismo departamento de Pirineos Orientales. Deforma paralela se emprendió una política de organización de nue-vos campos en otros departamentos a fin de reducir el número derefugiados en los de las playas del Rosellón. Los dos primerosque se construyeron, fueron el de Agde (Hérault) y el de Bram(Aude). Un poco posteriores son los de Gurs (Béarn) y el deJudes en el pueblo de Septfonds (Tarn et Garonne).

Aparte de los castigos que sufrieron los españoles interna-dos en los campos en lo que llamaban el “hipódromo” o el “cua-drilátero”, hubo centros con un régimen especial destinados aaquellos refugiados considerados peligrosos. El caso extremo fuela fortaleza de Collioure. Como campos disciplinarios el deVernet-d’Ariège y el de Rieucros (Lozère).

En la pri m ave ra de 1939 se re s p i raba en Europa un ambien-te de guerra. En lo que concierne a los españoles, el Ministerio delI n t e rior estaba preocupado por el hecho de que las rep at ri a c i o n e sa España se producían a un ritmo más lento de lo prev i s t o , al igualque las re e m i graciones a terc e ros países. Mientra s , en los camposse amontonaban miles de hombres en edad lab o ra l , i n a c t ivos y

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Una vez atrave-sada la frontera,los exiliados eranagrupados encampos de “tria-ge” donde seprocedía a su dis-tribución. Losniños, mujeres,ancianos y enfer-mos eran condu-cidos en treneshacia localidadesdel centro o eloeste de Francia.A los hombresciviles y a losantiguos comba-tientes del ejérci-to republicano,se les dirigíahacia los camposde internamientoo concentracióndonde, además,hubo mujeres yniños.

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mantenidos por el go b i e rno. Sin embargo , esta situación cambiót ras la pro mu l gación del decreto de 12 de ab ril por el que se obl i-gaba a los ex t ra n j e ros sin nacionalidad (ap á t ridas) y a otro sex t ra n j e ros del sexo masculino, e n t re los 20 y los 48 años y bene-ficiados por el dere cho de asilo, a trabajar para las autori d a d e sm i l i t a res francesas. En aplicación de este decre t o , a los españolesse les ofre c i e ron cuat ro opciones: ser contratados a título indiv i-dual por pat ronos agrícolas o industriales que acudían a los cam-pos en busca de mano de obra , ap u n t a rse a una Compañía deTrab a j a d o res Extra n j e ro s , en la Legión Extra n j e ra o bien en losB atallones de Marcha de Vo l u n t a rios Extra n j e ro s .

Se calcula que en la industria bélica trabajaron unos40.000 españoles. A las Compañías de Trabajadores Extranjerosestuvieron adscritos unos 55.000. Por último, en torno a 6.000 seenrolaron en los Batallones de Marcha o en la Legión. Los repu-blicanos españoles combatieron junto a los franceses en diversaslíneas de frentes desde Noruega hasta Argelia. También, desdeépoca temprana participaron de manera activa en la Resistencia ysu actuación fue decisiva para la liberación de algunas zonas delsur de Francia. En el curso de esta lucha, muchos españoles fue-ron hechos prisioneros y deportados a los campos de exterminioalemanes. En el campo de Mauthausen fueron internados algomás de 7.000, de los que morirían 5.000. En otros campos comoBuchenwald, Bergen-Belsen, Dachau, Auschwitz... estuvieron entorno a 1.000, de los que fallecieron 200.

A principios de 1945 la imagen y la situación de los exilia-dos en Francia habían cambiado de manera sustancial con rela-ción a 1939. Por una parte, se había disipado ese temor hacia el“rojo” considerado como persona “non grata”. Su actuación en

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los frentes y en la retaguardia durante la guerra, así como su par-ticipación en la Resistencia y Liberación, contribuyeron a ello.De otro lado, el gobierno necesitaba de manera urgente mano deobra para la reconstrucción del país. Estos factores, entre otros,fueron los que llevaron a regularizar la residencia en Francia delos republicanos españoles, que hasta entonces habían estado enuna situación administrativa y laboral muy precarias. Así, undecreto de 15 de marzo de 1945 promulgado por el gobierno pro-visional de la República Francesa, ampliaba a los españoles losbeneficios de la Convención de Ginebra de 28 de octubre de1933, relativa al Estatuto Internacional de los Refugiados (“réfu-giés statuaires”). El certificado que se les extendió, tomó el nom-bre de “certificado de identidad y de viaje”, y su expedición serealizaría a través de una “ O ficina Central de Refugi a d o sEspañoles” con sede en París. Amparados por el Estatuto deGinebra, a los refugiados españoles no se les aplicarían a partirde ahora las leyes y reglamentos para la protección del mercadofrancés de trabajo, a la vez que recibían un trato favorable de laseguridad social. En este sentido, el refugiado español iba a tenerahora más ventajas que sus compatriotas de la inmigración eco-nómica, y por eso no puede extrañar que los españoles que deforma clandestina entraron en Francia en los años posteriores a1945 para trabajar, tratasen de pasar por refugiados políticos.

Con respecto a la naturalización, el código francés denacionalidad de 19 de octubre de 1945 aumentó de tres a cincoaños el tiempo de residencia para solicitar la naturalización,aspecto este que ya no afectaba a los españoles que llegaron aeste país en 1939. Además, los refugiados extranjeros que hubie-ran combatido durante la Segunda Guerra Mundial, junto a los

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franceses, estaban dispensados del tiempo de residencia. No obs-tante, en estos primeros años se naturalizaron muy pocos españo-les porque, con la victoria de los aliados, parecía inminente elregreso a España.

Tras la liberación de Francia, los republicanos que se que-daron en el país, se establecieron en las zonas de tradicional asen-tamiento de la colonia de antiguos residentes económicos, esdecir, en el Mediodía de Francia y en París y su región. Esta últi-ma ciudad, junto con Toulouse en el Midi, se convirtieron en lascapitales del exilio de 1939.

Desde 1950, y de fo rma paralela a la progre s iva norm a l i z a-ción de las relaciones hispano-fra n c e s a s , el número de re f u gi a d o sfue disminu yendo de manera constante por fa l l e c i m i e n t o s , n at u ra-lizaciones o integración en la colonia española, pasando entoncesdel estatuto de re f u giado al de emigrante económico. En 1962 lacolonia española en Francia era de 441.658 pers o n a s , más 180.000n at u ralizados de ori gen español. Era la más nu m e rosa después delos italianos. El número de re f u giados ascendía a 80.452. En 1971esta última cifra se había reducido a 40.360, rep resentando un 6’4% del total de inmigrantes españoles en este país.

Entre los exiliados de la primera generación el proceso denaturalización fue tardío y en número no significativamente alto.No se puede olvidar que en Francia, a diferencia de otros paísesdel continente americano, el exilio preservó más su carácter mili-tante, combativo y comprometido. Esto se explica por los rasgosque configuran el exilio francés. En general hubo un gran deseode salir adelante y de demostrar seriedad en el trabajo, así comola fuerza de sus principios, al margen de rupturas y escisionesque “ahogaron” políticamente el exilio.

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El nivel educativo entre los exiliados de primera genera-ción era bajo, lo que no impidió que desarrollaran una rica acti-vidad cultural. Hay que señalar como estos refugiados se esfor-zaron por dar a sus hijos estudios medios o superiores para quepudieran progresar en la sociedad que les había acogido. Loshijos de los refugiados fueron buenos alumnos en las escuelasfrancesas y se integraron bien en la sociedad, a pesar de que enlos años de infancia y adolescencia vivieron inmersos en elambiente del lugar de origen de sus padres.

Los refugiados mantuvieron una actividad vinculada a sumilitancia política o sindical. Además, crearon asociaciones demuy diverso carácter y alimentaron numerosas manifestacionesculturales como medio de mantener su identidad de origen.

Una de las expresiones culturales más fructíferas de losrefugiados en Francia fue la prensa. Geneviève Dreyfus (1999:272 y ss) ha rastreado cerca de 600 títulos de publicaciones perió-dicas entre 1939 y 1975 en Francia y África del Norte. La mayo-ría de estas publicaciones eran órganos de expresión del gobier-no de la República, de los gobiernos autónomos catalán y vascoy de partidos políticos y organizaciones sindicales. Presentabanun carácter muy diverso. En gran medida eran publicacionesdonde primaba la orientación política, pero se editaron tambiénrevistas culturales de gran interés. En ellas escribieron parte delos ensayistas, narradores, dramaturgos o poetas que residían enFrancia. En la prensa de los libertarios hay que destacar las ilus-traciones, además de las reseñas sobre actividades culturales o lasrelaciones de libros de las editoriales creadas por ellos.

De los restantes países euro p e o s , el que acogió mayo rn ú m e ro de exiliados después de Fra n c i a , fue la Unión Sov i é t i c a .

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Desde 1950, y deforma paralela ala progresivanormalización delas relacioneshispano-france-sas, el número derefugiados fuedisminuyendo demanera constan-te por falleci-mientos, naturali-zaciones o inte-gración en lacolonia española,pasando enton-ces del estatutode refugiado alde emigranteeconómico.

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El exilio en este país presenta básicamente cuat ro cara c t e r í s t i c a sque lo singularizan frente al exilio rep u blicano en otros países deE u ropa y A m é rica. El ra s go más dife renciador es que el colectivode españoles nu m é ricamente más importante que se encontraba enese país al finalizar la guerra civ i l , e ra el de los casi 3.000 niñosque fueron evacuados en va rias expediciones en 1937 y 1938.Junto a ellos había otros colectivos que fueron durante la guerra :el de los maestros y personal auxiliar (educadores) que acompa-ñ a ron a los menores en las ex p e d i c i o n e s , el de los alumnos pilo-tos que iban a estudiar a las escuelas de aviación sov i é t i c a s , y elde los tripulantes de los barcos españoles que se encontraban enese país o navegando hacia él cuando terminó la guerra .

El exilio político, y este es un segundo aspecto, f u epequeño en cuanto a su vo l u m e n , y tuvo un carácter muy selec-t ivo con respecto a la adscripción política de sus integra n t e s ,que llega ron a la Unión Soviética en re e m i gración desdeFrancia o el Norte de Áfri c a .

Un tercer elemento que personaliza este exilio es que, engran parte, el nivel social y cultural de los emigrados políticosadultos era medio-bajo. Fueron pocos los escritores, artistas,científicos..., que se exiliaron a este país y los que lo hicierontenían un claro compromiso político, como en los casos del pin-tor Alberto Sánchez, el escritor César M. Arconada, el médicoJuan Planelles o el arquitecto Luis Lacasa, por citar algunosejemplos. Esto no se contradice con la importancia que, una vezen la Unión Soviética, revistieron, por una parte, las distintasactividades profesionales de los exiliados adultos y, por la otra,las aportaciones a la vida social y cultural soviéticas de los jóve-nes que fueron evacuados siendo niños.

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De los restantespaíses europeos,

el que acogiómayor número

de exiliados des-pués de Francia,

fue la UniónSoviética.

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Por último hay que constatar que, a diferencia de otros paí-ses de acogida, no había españoles residiendo en la UniónSoviética a la altura de 1936. Entre ambos países los contactospolíticos y culturales se habían hecho de forma individual, o através de grupos muy reducidos de personas que viajaban de unoa otro país por tiempo limitado, casi siempre, y con cometidosconcretos. En los albores del estallido de la Segunda GuerraMundial se encontraban en la Unión Soviética en torno a 4.500españoles. Aunque constituían un grupo relativamente pequeño,era la primera vez que ese país acogía un volumen tal de españo-les. Con el paso de los años ese número no aumentó, sino que, apartir de los años cincuenta, empezó a reducirse de forma signi-ficativa debido a las repatriaciones, retornos individuales, reemi-graciones a otros países y fallecimientos.

Hubo también exiliados españoles en un número muy re d u-cido en los antiguos países de Este. Casi todos fueron en re e m i gra-ción desde la Unión Sov i é t i c a , la clandestinidad en España o bien

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Exiliados españolesvisitan el Parlamentoen Madrid.

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desde Francia. Eran militantes o simpatizantes del PCE y en algu-nos casos iban con cometidos concretos. Durante la década de 1940los núcleos más importantes del PCE eran Moscú, B e l grado y Pa r í s .La ru p t u ra de Stalin con el presidente Tito de Yu go s l av i a , en 1948,h i zo que los comunistas españoles residentes en este país, lo ab a n-d o n a s e n , e s t abl e c i é n d o s e, en su mayo r í a , en Checoslovaquia end o n d e, a principios de los años cincuenta, residían 191 rep a rt i d o se n t re las ciudades de Praga y Ústí nad Labem. En Hungr í a , la colo-nia de 113 españoles se concentraba en Budapest. En cuanto aPo l o n i a , el ochenta por ciento de los 144 comunistas llegados a estep a í s , v ivían en Va rs ovia y el resto en Kat ow i c e.

Hay que tener en cuenta que una parte de estos comunistashabía sido deportada previamente a Córcega y al Norte de África(Argelia) cuando, en 1950, Francia declaró ilegal al PCE. Parasalvarlos de una posible extradición a España, Dolores Ibárruri sedirigió a los presidentes de Checoslovaquia, Polonia y Hungría,con el fin de que les diera asilo político. De esta manera, unos100 deportados con sus familias salieron con dirección al puertopolaco de Gdynia, de donde fueron trasladados a Varsovia. Desdeaquí, sendos grupos partieron para Praga y Budapest.

Con respecto a la presencia de exiliados en la Rep ú bl i c aDemocrática A l e m a n a , se produjo también a partir de principios de1 9 5 0 , y se div i d i e ron en va rios grupos. Pri m e ro llega ron unos cuan-tos diri gentes del PCE con sus fa m i l i a s , expulsados de Francia. A lol a rgo de la década llega ron otros hombres que habían tenido enalgún momento cierta re l evancia en el Pa rt i d o , al igual que algunosintelectuales como Manuel Sánchez A rcas o Jo s ep Renau.

En los años sesenta llegaron desde la clandestinidad enEspaña un grupo de estudiantes e intelectuales comunistas en su

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Hubo tambiénexiliados españo-les en un númeromuy reducido enlos antiguos paí-

ses de Este.

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condición de perseguidos políticos. También vinieron a la RDAex presos políticos y simples militantes y cuadros medios que seestablecieron en torno a las ciudades de Leipzig, Dresden, yChemnitz, en la región de Sajonia, la más industrializada delpaís. Entre 1964 y 1969 funcionó en la ciudad de Teupitz, cerca-na a Berlín, una escuela del PCE en la que se impartían cursillosde tres meses de instrucción “político-técnica” para la lucha clan-destina. Por ella pasarían varios centenares de militantes y diri-gentes del PCE, de sus juventudes y de Comisiones Obreras pro-cedentes de distintos lugares de España.

Por último, durante la década de los sesenta, llegó aBulgaria un número reducido de exiliados (en torno a veinte) que,sin embargo, desempeñaron un papel importante en la enseñanzadel castellano y en la divulgación de la cultura del país de origeny del de acogida (TABAKOVA, 2003, vol. II: 553). Casi todosestos exiliados llegaron con una recomendación del ComitéEjecutivo del PCE que tenía su sede en Praga. Procedían de otrospaíses y tenían un largo itinerario de exilio. Con anterioridad, en1948, había llegado el pintor José Sancha, voluntario en elEjército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Llegó con suesposa, hija del escritor búlgaro Liudmil Stoyanor. Durante losveinte años que permaneció en este país fue una de las figurasmás destacadas de la vida cultural búlgara. Su primera exposi-ción, con cuadros que trajo de México en 1948, fue todo un acon-tecimiento en el panorama artístico de Sofía. En este país siguiópintando, se dedicó también a dibujar las escenografías de pro-ducciones cinematográficas y teatrales y a ilustrar libros infanti-les. Pero las contribuciones más importantes de los exiliados fue-ron las de traductores y profesores de español y comentaristas en

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la sección española de Radio Sofía. A principios de los añossesenta la Revolución cubana produjo gran entusiasmo enBulgaria. Se establecieron contactos entre los dos países y crecióla demanda de estudios de español. Entre los que se dedicaron asatisfacer esa demanda, está el periodista Fernando Revuelta, quecon sus artículos contribuyó a que los búlgaros conocieran mejorEspaña y su literatura.

En el resto de Europa hubo pequeños grupos de exiliados enI n g l at e rra , Suiza y Bélgica ya que, como indiqué, los go b i e rnos nose mostra ron en ningún momento predispuestos a la acogi d a .

El gobierno inglés no favoreció la inmigración de republi-canos españoles, pero no se opuso a admitirles de manera indivi-dual o en pequeños grupos. Si exceptuamos el grupo de los cercade 4.000 niños vascos evacuados durante la guerra civil, el núme-ro de españoles en este país fue del orden de unas 350 personas.Algunos eran marineros vascos que se quedaron en Inglaterracuando cayó el Frente Norte. Hubo también un núcleo de más de60 libertarios entre los que sobresalió, en el ámbito intelectual, elperiodista, escritor y poeta José García Pradas que había dirigidoel diario CNT y colaborado con los dirigentes libertarios que apo-yaron al coronel Casado. Otro libertario, Manuel Salgado, desta-có en el sector de la hostelería, llegando a regentar un grupo dehoteles en Londres tras la guerra mundial.

Varios republicanos españoles, en gran parte vascos, quese encontraban en la zona de Dunkerque, en la península deBretaña, y en torno a Burdeos, se refugiaron en Gran Bretaña trasla ocupación alemana de Francia, en junio de 1940. A ese paísllegaron poco después combatientes españoles enrolados en laLegión Extranjera francesa que participaron en la batalla de

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Narvik en Noruega. Estos españoles y otros que ya se encontra-ban en el país, trabajaron en fábricas inglesas contribuyendo asíal esfuerzo bélico. Hubo también españoles vinculados a losServicios de Información Británicos.

De los políticos, el más significado fue Juan Negrín. Otrospolíticos acogidos por Gran Bretaña fueron Manuel de Irujo, JoséAntonio Balbontín, Luis de A raquistain y Salvador deMadariaga, que era además un reconocido diplomático y escritor.Mencionemos también al musicólogo Eduardo Martínez Torner,al compositor Robert Gerhat, a los escritores Esteban SalazarChapela y Antonio Barea, y entre los científicos a ArturoDuperier y José Trueta.

De los 5.000 niños que fueron evacuados a Bélgica dura n t ela guerra , se quedaron aquí ya como exiliados algo más de 500, l am ayoría acogidos en familias adoptivas. En algunos casos, l o sp a d res de niños que se encontraban en este país, se desplazaro ndesde Fra n c i a , adonde llega ron en el éxodo de principios de 1939 aB é l gica para re c u p e rar a sus hijos. Las situaciones que se pro d u j e-ron en el re e n c u e n t ro de estos menores con sus proge n i t o re s , f u e ro nd ive rsas. Una de estas fue la decisión de los padres biológicos dep e rmanecer en Bélgica junto con los hijos, quienes de esta manerac o n t i nu aban manteniendo el contacto con la familia adoptiva .

Aparte de estas familias vinculadas a los niños, fueronescasos los exiliados que pasaron a Bélgica en reemigracióndesde Francia en 1939. Entre los intelectuales destacan el poetay periodista catalán José Carner que, desde México, estableció suresidencia en Bruselas en 1947, y el compositor alicantino OscarEsplá. Tras la independencia de Marruecos en 1956, fueronvarios los españoles exiliados en este país que llegaron a Bélgica.

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De los 5.000niños que fueronevacuados aBélgica durantela guerra, se que-daron aquí yacomo exiliadosalgo más de 500,la mayoría acogi-dos en familiasadoptivas.

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Se asentaron en torno a Gante, con su industria textil y en la zonaminera de Lieja.

Suiza reconoció al régimen de Franco el 14 de febrero de1939 y, a pesar de su postura neutral durante la guerra, habíaadoptado desde el principio una actitud pragmática en la que pri-maba la salvaguarda de los intereses económicos por encima deconsideraciones de índole ideológica. Tras el reconocimiento, elgobierno suizo cerró sus fronteras al exilio español. No aceptó ensu territorio la presencia del presidente de la República españolaManuel Azaña, quien, después de haber cruzado la frontera conFrancia a pie el 4 de febrero, se estableció durante algunos mesesen casa de su cuñado Cipriano Rivas-Cherif, que había sido cón-sul de la República en Ginebra, situada en el pueblo francés deCollonges-sous-Saléve muy cerca de la frontera con Suiza.

No obstante esto, se asentaron en este país algunos exilia-dos acogidos cuando la invasión alemana de la zona libre deFrancia: los exconsellers de la Generalitat Josep Tarradellas,Ventura Gassol y Carles Marti Feced, el ex ministro del Gobiernode Negrín, Mariano Ansó, la diputada Clara Campoamor o elaviador Josep Canudes. También se aceptó a aquellos que ibanpreviamente contratados por empresas, instituciones docentes uorganismos internacionales con sede en ese país. En estos casosllegaron con posterioridad, en reemigración desde otros países ypara una residencia temporal.

En suma y con excepción de Francia, la presencia de exi-liados republicanos en Europa no fue muy numerosa, pero de unamanera u otra, un buen número de ellos dejaron su impronta enel país que les acogió.

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Un balance sobre la interm e d i a c i ó nl ab o ral y la integración sectorial delos trab a j a d o res españoles en laR ep ú blica Fe d e ral Alemana 1960-75

Gloria SANZ LAFUENTE.Con la financiación del Institutfür Europäische Geschichte deMaguncia llevó a cabo unainvestigación sobre la emigra-ción de la población agrariaespañola a la RFA (2004-2005). Ha participado endiversas reuniones nacionalese internacionales y cuenta conla publicación de un balancede investigación sobre emigra-ción en el Zeitschrift fürAgrargeschichte undAgrarsoziologie. Su labor se hacentrado en el estudio de laemigración a la RFA y sus tra-bajos han aparecido, entreotras en revistas comoMigraciones & Exilios eInvestigaciones de HistoriaEconómica. Recientemente haeditado un volumen junto aJoseba de la Torre con el títuloMigraciones y coyuntura eco -nómica del franquismo a latransición (Universidad deZaragoza, 2009). En éste hanparticipado varios especialistasen la emigración interior yexterior entre los años 40 y los70. Es miembro del equipoinvestigador que ha llevado acabo la historia del InstitutoEspañol de Emigración, con elapoyo del Ministerio deTrabajo e Inmigración.

INTRODUCCIÓNAunque el mercado laboral no es el único espacio de

relación que generan los flujos migratorios entre dos paí-ses, el progresivo vínculo entre dos mercados de trabajo,distantes entre sí, es un eje central para estudiar las cone-xiones producidas por los movimientos migratorios haciaEuropa. Uno de los rasgos comunes de la historia laboralespañola de la primera mitad del siglo XX fue la distanciaexistente entre la demanda y la oferta de trabajo.1 Elsubempleo, el desempleo y la presión de un excedenteestructural de trabajo, que se combinó con procesos migra-torios interiores y exteriores, eran ya aspectos básicos delfuncionamiento del mercado laboral en España durante elprimer tercio del XX.2 La desagrarización y el posteriorcrecimiento desequilibrado del desarrollismo no hicieron

Profesora de Historia Económica de laUniversidad Pública de Navarra.

Gloria SANZ LAFUENTE

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sino contribuir a la reanudación de un proceso de emigración,que se dirigió hacia Sudamérica en los cincuenta y hacia Europadesde mediados de esa misma década.

En el caso de la RFA , la búsqueda coordinada de mano deo b ra fuera de sus fro n t e ras no era nu eva , puesto que ya se hab í ap roducido en momentos anteri o res a la Segunda Guerra Mundial.3

Además de esta ex p e riencia prev i a , desde los cincuenta se limitóla posibilidad de contar con trab a j a d o res de las tradicionales áre a sde ori gen de la emigra c i ó n , como era el caso de la gran pro p i e d a ddel este –ahora en la RDA– y de países limítro fes como Po l o n i a .A comienzos de los cincuenta, t o d avía continuó una emigra c i ó nt radicional procedente de zonas limítro fes como Au s t ria yHolanda. La propia fi rma del primer A c u e rdo sobre Migra c i ó n ,c o n t ratación y colocación de trab a j a d o res con Italia, en 1955,rep re s e n t aba también una cierta continuidad de la presencia det rab a j a d o res italianos en fe chas anteri o res. No obstante, e s t ea c u e rdo conducía a un espectacular incremento en las cifras dee m i grantes procedentes de este país y al mismo se sumaban pos-t e ri o rmente los establecidos con otro s , que en gran medida, e s t a-ban situados al margen de las áreas de ori gen de la mano de obraex t ra n j e ra en la RFA. Este era el caso de Grecia y España en 1960y también, de Tu rquía (1961), Po rt u gal (1964), M a rruecos (1963-1 9 6 6 ) , Túnez (1965) y Yu go s l avia (1968). Si por un lado, l a“c o o rdinación en la contratación de mano de obra ex t ra n j e ra”4

pasó a ser un objetivo de la política lab o ral y económica fe d e ra l ,por otro , la gestión de los contratos y salidas también fo rmó part ede la actividad de un organismo oficial como era el InstitutoEspañol de Emigración. Tras la crisis de 1973 se daban por fi n a-lizadas estas actividades oficiales de contratación.

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Gloria SANZ LAFUENTE

(1)Alcaide (2003), pp. 168 yss. Otros análisis anterio-

res en Malo de Molina(1984). Serrano y Malode Molina (1979), esp.

pp. 85-228. Pedreño(1990), pp. 395-419.Toharia (1998), p. 8.

Vilar Rodríguez (2004),Pp. 81-126.

(2)Maluquer de Motes y

Llonch (2005), p. 1162.

(3)Schmuhl (2003), p. 19 y

40, 435 y ss.

(4)Weber (2003), pp. 324

121.

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En primer lugar, el objetivo de este trabajo es valorar lalabor de mediación laboral de ambos estados en el volumen ycomposición de la emigración. En segundo lugar, se trata de ofre-cer un balance cuantitativo y sectorial de la integración de losemigrantes españoles en el mercado de trabajo alemán, estable-ciendo comparaciones con la población ocupada autóctona y conlos trabajadores emigrantes de otros países.

1. SOBRE LA INTERMEDIACIÓN OFICIAL EN ELPROCESO DE CONTRATACIÓN LABORAL 1960-1973

Tal y como ha estudiado Carlos Sanz Díaz, el sistema deGastarbeiter partía de un acuerdo bilateral y de la implantaciónde un sistema de intermediación laboral gestionado desde laOficina de Colocación y Seguro de Desempleo –Bundesanstalfür Arbeitsvermittlung und Arbeitslosenversicherung (BAVAV),más adelante Bundesanstalt für Arbeit (BAA)– y por el InstitutoEspañol de Emigración (1956).5 A esta intervención oficial sesumó, además, la capacidad de integración laboral de aquellosque optaban por otras vías no oficiales de introducción en el mer-cado laboral de la RFA.6 Como se ponía de manifiesto en las reu-niones de la Comisión Alemana y los representantes del IEE acomienzos de los 60, las relaciones laborales entre ambos paísesse habían iniciado ya de forma previa a la firma del acuerdo. Noen vano, éstas planteaban el problema de qué hacer con aquellosque se habían desplazado al margen de los canales oficiales. Estalabor de mediación oficial en el proceso de contratación laboralen la RFA, no solamente partía de un intento de regulación de laemigración sino que se observaba como un componente básicode la política laboral en ambos países. En su concepción política,

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(5)Sanz Díaz (2004),(2006), pp. 289-306(2008), pp. 255-288.

(6)Herbert (2001).

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la intermediación era tanto un mecanismo de control del volumeny composición –en la RFA y en España– como una forma deintervención sobre los límites formales que debía tener el proce-so de contratación –duración, tipo de contrato, área, etcétera– enunos mercados de trabajo sujetos a jerarquías laborales, salaria-les y formativas. La finalidad era que estas relaciones se mantu-viesen sujetas al control –en el caso de España y de la RFA– y enla medida de lo posible en el ámbito del mercado de trabajo for-mal –en el caso de la RFA– para que no se desarrollasen fuera deél. El avance del estado de bienestar en la RFA se encontraba,además, detrás de esta intervención.

Si tomamos como referencia el interés por actuar en elvolumen de la oferta de trabajadores, la intermediación oficial enla RFA partía del “agotamiento de las reservas de mano deobra”, como señalaba el Ministro de Economía y posterior can-ciller, Ludwig Erhard (CDU). El argumento esgrimido en lasdeliberaciones del consejo de ministros federal para proceder a laorganización de flujos migratorios hacia la RFA fue la reducciónde la ofe rta de trabajo. La idea del pleno empleo–Vollbeschäftigung– se convirtió en un objetivo central del pro-grama económico de la nueva República Federal pero comenzó aser observado como un problema añadido desde mediados de loscincuenta. El desplazamiento del campo a la ciudad en busca desalarios industriales más elevados había puesto a los sectorescampesinos alemanes –todavía con un 13.3% de la poblaciónactiva– en pie de guerra en los años cincuenta, demandando alEstado una solución ante la falta de trabajadores. Algo similarocurría con la construcción durante los picos de mayor actividaden el año y también, con la minería. En medio de una coyuntura

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Gloria SANZ LAFUENTE

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de crecimiento, de periodos de formación más amplios en lapoblación joven y de procesos de sustitución entre sectores eco-nómicos, la tasa de paro pasaba de 12,2%, a comienzos de 1950,7

–todavía marcada por el lastre de la posguerra y con la presenciade los refugiados y huidos tras la guerra– a niveles por debajo del1% entre 1961 y 1966.

En el caso de España no era el pleno empleo sino elsubempleo el que marcaba una aproximación nueva hacia la emi-gración. Pese a que los servicios estadísticos no incorporaron estarealidad con series temporales y mantuvieron estadísticas depleno empleo, en el informe elaborado por Enrique Larroque ypublicado por el Ministerio de Trabajo, la emigración era obser-vada como algo positivo y se consideraba un “factor de correc -ción..(…) que permite colocar en el exterior a los excedentes rea -les.”8 Esta visión de la emigración como “factor corrector” y suconsideración como motor de desarrollo apareció tanto en laspublicaciones del IEE, como en las declaraciones de Ministros de

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(7)Abelshauser (2004), pp.300 y ss.

(8)Larroque (1961), pp. 46,47 y 50.

Tercera generación enel Bajo Rhin(Alemania).

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Trabajo y de Directores Generales de empleo, como fue el casode Juan Manuel Villar Mir y de Manuel Alonso Olea.9 Ademásdel apoyo oficial, otros factores contribuyeron al desplazamien-to. Los bajos salarios –en relación con los existentes en otros paí-ses europeos– se combinaban con una proporción importante degasto familiar invertido en productos de primera necesidad comola comida o el vestido –58% del presupuesto familiar en 1968– loque derivaba en escasas posibilidades de ahorro y de un consumodiversificado.10

La intermediación oficial conjunta de funcionarios de laRFA y de España no gestionó toda la oferta y demanda de traba-jo existente pero si lo hizo en un porcentaje elevado. Si tomamoscomo referencia los datos recopilados en las memorias delBAVAV y BAA para el periodo comprendido entre 1960 y 1973,hay que señalar que alrededor de un 30% de los trabajadoresespañoles que llegaron a la RFA entre 1960 y 1973 lo hicieronfuera de de los cauces oficiales de contratación. Estas cifras seelevan al 45% si salimos de la información laboral y comparamoslos contratos establecidos con la intermediación oficial y losdatos del flujo de llegada de emigración de la Oficina Federal deEstadística.

Esta labor de mediación oficial no fue siempre igual. Si en1960 solamente el 38% de los trabajadores que llegaron a la RFAeran emigrantes que habían utilizado la intermediación laboraloficial –asistidos–, este número ascendía al 89% en 1973. Sobrela base de los datos de la RFA, el sistema de intermediación ofi-cial evolucionó y se perfeccionó en su capacidad de gestión denuevos contratos desde España. No obstante, este incremento dela intermediación laboral oficial se vio jalonado por importantes

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Balance sobre intermediación laboral y laintegración de los trabajadores en la RFA

Gloria SANZ LAFUENTE

(9)Sanz Lafuente (2006), p.

29-30.

(10)Carreras y Tafunell

(2003), pp. 331-365.

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diferencias de género.11 Si los hombres emigrados a la RFA conun contrato gestionado por medio del IEE y de la ComisiónAlemana representaban el 61% del flujo migratorio masculinodesde España entre 1960 y 1973, estas cifras solamente fuerondel 38% en el caso de las mujeres. La intermediación laboral ofi-cial habría funcionado en el caso de los hombres pero no habríasido así para las mujeres, que habrían entrado en la RFA al mar-gen de los canales oficiales de contratación con el objetivo de lareagrupación familiar y/o de la emigración laboral.

2. BALANCE CUANTITATIVO DE LA INTEGRACIÓNDE LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES EN LA RFA

El proceso de integración de trabajadores en el mercadolaboral alemán fue en gran medida rotatorio12 y menos definitivo.Este hecho marcó las actividades de una parte considerable de laemigración a la RFA entre finales de los cincuenta y comienzosde los 70. Aunque resulta muy difícil cuantificar este fenómeno,si tomamos los datos de Francisco Sánchez López para el perio-do comprendido entre 1960 y 1967, un 77,3% de los italianos, un58,7% de los griegos 67,3% de los emigrantes españoles en laRFA habían vuelto a sus países de origen13 tras estancias de unosaños. Por otro lado, si comparamos las cifras globales con las deotros países encontraríamos ciclos heterogéneos en su inicio eintensidad. El caso español se asemeja a las trayectorias seguidaspor Italia, Grecia o Portugal –más tardío éste último en suscomienzos– pero se aleja del crecimiento y asentamiento poste-rior de Turquía.

Si en 1960 había alrededor de 16.000 personas ocupadasen la RFA, su número había ascendido a más de 180.000 en 1965.

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(11)Sanz Lafuente (2009).

(12)Weicken (1969), pp. 76-81

(13)Sánchez López (1969), p.52. Cazorla Pérez (1989)p. 25. Romano-García(1995) pp. 468-481.Breitenbach (1982), p.36. Garmendia (1970)(1981).

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La cifra máxima se alcanzaba en 1971 con 186.000 trabajadores.Los emigrantes españoles comenzaron siendo, en los inicios delos años sesenta, el 11% del total de trabajadores extranjeros enel mercado laboral alemán. En 1964 y 1965 alcanzaban su cuotamáxima con un 15%. A partir de aquí estas cifras iban a dismi-nuir hasta situarse en el 6% de 1975. En esta fecha España era elcuarto país con más trabajadores en el mercado laboral alemán(6,1%), muy por debajo de Turquía (26,6%), Yugoslavia (20,4%),Italia (14,3%) e incluso por debajo de Grecia (9,6%).

Las cifras de población española ocupada en el merc a d ol ab o ral alemán no hicieron sino incre m e n t a rse hasta la crisis eco-nómica de 1966/67.1 4 En medio de una coy u n t u ra de despidos, l a scomisiones alemanas en el ex t ra n j e ro re d u j e ron el número de lasc o n t rataciones recibiendo instrucciones para comprobar la ex i s t e n-cia de parados en la RFA –alemanes y ex t ra n j e ros– en las O fi c i n a s

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Balance sobre intermediación laboral y laintegración de los trabajadores en la RFA

Gloria SANZ LAFUENTE

(14)Abelshauser (2004) pp.

319-320.

Gráfico 1. Evolución comparativa de los trabajadores extranjerosen Alemania 1960-1975

Fuente: BAVAV, BAA ( 1962 - 1973), Amtliche NachrichtenBundesanstalt für Arbeit 1975. * Datos septiembre

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fe d e rales de Colocación, antes de canalizar las demandas de lase m p resas a las comisiones alemanas con sede en los países de surde Europa. Junto a esta re s t ricción en la contratación de nu evos tra-b a j a d o res emigra n t e s , su labor se centró en atender peticiones re l a-cionadas con sectores cualificados y con demandas de trab a j ofe m e n i n o .1 5 Como se subrayaba en el info rme del año 1967,1 6 l o sdespidos se ap l i c a ro n , en especial, a peones y a otro personal pocoe s p e c i a l i z a d o , que era mu cho más fácil de sustituir que los trab a-j a d o res cualificados. El ciclo de emigración intra e u ropea en laR FA , s o b re la base de los países del sur de Europa y de Tu rq u í a ,e s t aba llegando a su fin a mediados de los años 70 y en algunosc a s o s , como España y Yu go s l av i a , el descenso del número de tra-b a j a d o res ap a recía ya en 1972.1 7

Pese a esta evolución ge n e ra l , el estudio de casos dee m p resas concretas permite observar comportamientos dife-renciados en el marco de las crisis coy u n t u rales. La pre s e n c i ade trab a j a d o res españoles en la empresa OPEL y su compara-ción con los ciclos de las tasas de paro en Alemania re s u l t amuy signifi c at iva al re s p e c t o , ap a reciendo descensos en eln ú m e ro de trab a j a d o res en la crisis de 1967 y también, antes de1973. No era así en el caso de la empresa Bahlsen, en la quee s t aban empleadas más de 670 mu j e res españolas en diciembrede 1965, que pasaron a ser 179 en el mismo mes de 1967.1 8 L ap ri m e ra crisis de 1966/67 significó en Bahlsen un progre s ivod e cl ive de los niveles de ocupación de trab a j a d o ras españolas,ya iniciado en 1966, que no se re c u p e raría con posteri o ri d a d.En el caso de OPEL, si la crisis de 1973 incidió en el descen-so de la ocupación de trab a j a d o res ex t ra n j e ro s , iniciado en1 9 7 2 , el cómputo total de la mano de obra emigrante se re c u-

- 199

La emigración española aEuropa en el siglo XX

(15)BA B/119/4146Bechäftigung undArbeitsvermittlung...02.05.1967/31.07.196.

(16)BAVAV (1968) p. 29.

(17)Schmuhl (2003), p. 523.

(18)Sobre Bahlsen Mattes(2005) p. 290.

Page 198: Emigración Europa

p e raba en 1975. A partir de esta fe ch a , se ge n e raba en estae m p resa una progre s iva sustitución de trab a j a d o res italianos,gri egos y españoles –en cl a ro descenso migrat o rio y en pro c e-so de re t o rno– por trab a j a d o res turc o s , con una amplia incor-p o ración en el peonaje de la industria del automóvil.

200 -

Balance sobre intermediación laboral y laintegración de los trabajadores en la RFA

Gloria SANZ LAFUENTE

Cuadro 1. Evolución de la población española residente y ocupada en Alemania 1960-1975

1958 1.137 1.4941959 1.885 2.1501960 32.220 26.703 16.459 5,01961 55.079 51.117 61.819 11,31962 63.594 54.893 94.049 13,2 69.746 74,16 24.303 25,841963 63.215 51.715 119.559 14,4 85.225 71,28 34.334 28,721964 83.200 65.872 151.073 15,3 108.159 71,59 42.914 28,411965 83.733 65.146 182.754 15,0 130.029 71,15 52.725 28,851966 55.851 38.634 178.154 13,6 122.826 68,94 55.328 31,061967 18.462 7.785 177.033 118.028 66,67 11,9 70.935 60,10 47.093 39,901968 39.578 31.995 174.989 115.864 66,21 10,6 75.316 65,00 40.548 35,001969 61.014 50.086 206.895 143.058 69,15 9,5 97..992 68,50 45.066 31,501970 62.969 48.863 245.530 171.671 69,92 8,8 121125 70,56 50.546 29,441971 54.064 37.530 270.350 186.585 69,02 8,3 132.649 71,09 53.936 28,911972 46.351 28.675 267348 184.203 68,90 7,8 128.492 69,76 55.711 30,241973 47.874 287.021 179.157 62,42 7,6 124.035 69,23 55.122 30,771974 15.712 272.676 149.718 54,91 6,5 102.136 68,22 47.582 31,781975 9.772 247.447 124.533 50,33 6,1 84.450 67,81 40.083 32,19

Fuente:BAVAV, BAA (1962-1973), Amtliche Nachrichten Bundesanstalt für Arbeit 1975.-1958-1959 Datos mes de julio.1960-1975 Datos mes de septiembre*Llegadas paso de frontera..Zuzug über die Grenzen Deutschlands. Statistsiches Bundesamt** Contabilizado por medio de los permisos de trabajo y tarjeta de legitimación de los contratos oficiales*** % de los trabajadores ocupados españoles sobre el total de ocupados extranjeros en Alemania

Llegada LlegadaT**

Resid. Ocup. %Ocup/Res

% O c /t o t a l* * *

Hombresocup

% Mujeresocup

%

Page 199: Emigración Europa

En pers p e c t iva compara d a , el porcentaje de mu j e res tra-b a j a d o ras españolas en la RFA , s o b re el total de la pobl a c i ó nespañola ocupada, fue siempre el más elevado junto a Gre c i a .La introducción de las mu j e res ex t ra n j e ras en el mercado det rabajo alemán distaba de ser un fenómeno de fácil homoge n e i-zación y pre s e n t aba cara c t e res específicos en cada uno de losgrupos nacionales, al igual que ocurr í a , por otro lado, con elcaso de los hombres. Independientemente de que también sed e s a rrollase un mercado de trabajo info rmal en su caso –asis-t e n c i a , l i m p i e z a , e t c é t e ra– de difícil contab i l i z a c i ó n , las cifra so ficiales de ocupación mu e s t ran un incremento de su pre s e n c i aen el total de la población española ocupada en la RFA entre1960 y 1973.

Desde el punto de vista de la ofe rt a , la emigración hab í ai n c rementado la tendencia de las mu j e res españolas hacia laa c t ividad lab o ral asalariada más visible dentro del merc a d omás fo rm a l , aspectos éste último, que coincide con otras inve s-

- 201

La emigración española aEuropa en el siglo XX

Si en 1960 habíaalrededor de16.000 personasocupadas en laRFA, su númerohabía ascendidoa más de180.000 en1965. La ciframáxima se alcan-zaba en 1971con 186.000 tra-bajadores. Losemigrantes espa-ñoles comenza-ron siendo, enlos inicios de losaños sesenta, el11% del total detrabajadoresextranjeros en elmercado laboralalemán. En 1964y 1965 alcanza-ban su cuotamáxima con un15%.

Gráfico 2. Evolución del número de trabajadores españolesen OPEL (Alemania) 1966-1975

Fuente: Sonnenberger (2003), p. 471 con los datos de Dresler (1988).

Page 200: Emigración Europa

t i gaciones re a l i z a d a s .1 9 Si atendemos a los resultados de lai nve s t i gación llevada a cabo por el Ministerio de Trabajo de laR FA en 1968 y 1972,2 0 el elevado porcentaje de mu j e re s , en elcaso de Gre c i a , estaría relacionado por la presencia de pare j a sj ó venes desplazadas, m i e n t ras que en España existía un mayo rn ú m e ro de población masculina casada y sep a rada de la fa m i-lia así como de población femenina soltera .2 1 Queda por anali-z a r, no obstante, si se produjo una distinta participación de lasmu j e res respecto a los hombres en el re t o rno como mecanismop a ra explicar el incremento en sus cifras de ocupación.

3. “TRABAJANDO EN INDUSTRIA”. UN BALANCESECTORIAL DE LA OCUPACIÓN EN LA RFA, 1960-1973

Pese a las iniciales re fe rencias a las demandas de trab a-j a d o res en la minería, en la construcción o a la agri c u l t u ra ,como sectores defi c i t a rios de mano de obra a mediados de loscincuenta en la RFA , fue la industria el sector re c ogió a lam ayor parte de los trab a j a d o res españoles y era éste el querep re s e n t aba los porcentajes más elevados de ocupación y dep a rticipación en el PIB dentro de la RFA. El sector siderúrgi-c o / m e t a l ú rgico y el de otras industrias manu fa c t u re ras rep re-s e n t a ron más del 70% de la ocupación ge n e ral entre 1961 y1973 con escasas dife rencias en su evolución. Un leve incre-mento de la actividad femenina en el terc i a rio y un descenso dela participación procentual de los hombres en trabajos másd u ro s , como la minería, o estacionales y con salarios másb a j o s , como la constru c c i ó n , son los dos únicos elementos decambio a destacar en medio del dominio constante del trab a j oi n d u s t rial.

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Balance sobre intermediación laboral y laintegración de los trabajadores en la RFA

Gloria SANZ LAFUENTE

(19)Sarasua (2001), pp. 29-

59.

(20)BAA (1970), (1973).

(21)BAA (1972), p. 53.

Page 201: Emigración Europa

La concentración en un único sector y su continuidad en eltiempo, aleja el caso de la integración laboral de los emigrantesen la RFA de otros mercados laborales europeos. Así, para el casode Francia, María José Fernández Vicente ha señalado cómodurante los años cincuenta, la inserción mayoritaria de los emi-grantes españoles se producía en el sector agrario. Un sector quequedó después en manos de la emigración estacional. Durante lossesenta, tanto la construcción como los servicios se convirtieronen las áreas mayoritarias de ocupación en Francia. Por su parte,en Suiza, Luis Calvo ha constatado una mayor presencia de fenó-menos de sustitución de población nativa por trabajadores extran-jeros en la industria y en los servicios en los sesenta, disminuyen-do la primera en los setenta en favor de la construcción.22

Con la integración en el mercado lab o ral alemán se re d u-jo considerablemente la segregación ocupacional por sectore s

- 203

La emigración española aEuropa en el siglo XX

En perspectivacomparada, elporcentaje demujeres trabaja-doras españolasen la RFA, sobreel total de lapoblación espa-ñola ocupada,fue siempre elmás elevadojunto a Grecia.

Gráfico 3. Evolución comparativa del porcentaje de mujeresemigrantes ocupadas en Alemania sobre el total de trabajadoresocupados de cada país. 1962-1975

Fuente: Sanz Lafuente (2006) BAVAV (1962 -1973), AmtlicheNachrichten Bundesanstalt für Arbeit 1975

Page 202: Emigración Europa

e n t re hombres y mu j e res ya que ambos trab a j a ron mayo ri t a ri a-mente en industria. No obstante, c o n t i nuó existiendo una seg-mentación salarial entre ambos en la RFA. La sideru rgia ym e t a l u rgia –con mayo res salarios– fueron áreas con mayo rp o rcentaje de trab a j a d o re s , m i e n t ras que las otras industrias det ra n s fo rmación –conservas y tex t i l , en especial– mantuviero nlos niveles de ocupación femenina más elevados.

La ge n e ración de mercados de trabajo sectoriales distin-tos para los emigrantes y para la población alemana se pone dem a n i fiesto si comparamos la participación en la ocupacióni n d u s t rial de los emigrantes españoles y de los trab a j a d o re salemanes (cuadro 2).

La industria también era el sector básico de ocupaciónp a ra la población alemana pero su presencia porcentual era

204 -

Balance sobre intermediación laboral y laintegración de los trabajadores en la RFA

Gloria SANZ LAFUENTE

(22)Fernández Vicente

(2008): pp. 243-245.Calvo Salgado (2008): p.

298.

Gráfico 4. Evolución de los sectores de ocupación de la población trabajadora española en Alemania 1961-1973(hombres y mujeres)

Fuente: BAVAV, BAA ( 1962-1973)

Page 203: Emigración Europa

mu cho más reducida que la de los trab a j a d o res españoles.2 3 A s í ,si en 1966 alrededor de un 48% de la población ocupada ale-mana trab a j aba en la industri a , en el caso de los emigra n t e sespañoles la cifra ascendía al 71%. Este desajuste era todav í am ayor si comparamos el número de mu j e res alemanas que tra-b a j aban en industria en el mismo año (33%) y el de las mu j e-res españolas (80%). Nos encontramos aquí con una mayo rp resencia de la población autóctona en el terc i a rio mientra sque los emigrantes españoles pre d o m i n aban en el peonajei n d u s t rial. Ni el terc i a ri o , ni el pri m a ri o , ni la constru c c i ó nc o n s t i t u ye ron áreas signifi c at ivas de ocupación para los trab a-d o res emigrantes españoles en la RFA.

No todos los trab a j a d o res ex t ra n j e ros que llega ron a laR FA procedentes del sur de Europa se integra ron en la mismap ro p o rción en la industria. Si comparamos la presencia de lost rab a j a d o res ex t ra n j e ros en el sector de la metalurgia y de las i d e ru rgia se ponen de manifiesto dife rencias porcentuales sig-

- 205

La emigración española aEuropa en el siglo XX

(23)Mooser (1998) pp.362-376.

Cuadro 2. Comparación de porcentajes de ocupación en industriade trabajadores alemanes y españoles sobre las cifras totales de ocu-pación

Trabajadores alemanes Trabajadores españoles1966 48,5 71,11971 48,6 70,91973 48,0 70,6

Mujeres alemanas Mujeres españolas1966 33,6 80,41970 34,1 77,71974 33,3 72,1

Fuente: BAVAV ( 1962-1973), Amtliche Nachrichten Bundesanstalt für Arbeit1975.Statistisches Jahrbuch 1976 für die Bundesrepublik Deutschland.Statistisches Bundesamt

Page 204: Emigración Europa

n i fi c at ivas. Si los trab a j a d o res italianos tuvieron un pro m e d i ode ocupación en este sector del 33% entre 1965 y 1973, e n t relos gri egos la cifra alcanza un 51% y llega al 44% entre los tra-b a j a d o res españoles. A d e m á s , esta heterogeneidad se mantuvoconstante durante todo el periodo analizado. En el caso de lasmu j e res trab a j a d o ras emigra n t e s , estas dife rencias fuero nm e n o re s , p roduciéndose una elevada concentración de su ocu-pación en otras industrias de tra n s fo rmación.

Va rios elementos infl u ye ron en las dife rencias sectori a-les de la ocupación masculina ex t ra n j e ra en la RFA. Desdemediados de los años cincuenta se ge n e r ó , en el caso de Italia,una ex p e riencia de emigraciones estacionales vinculadas alsector de la constru c c i ó n , que no se dio en gran medida entrelos españoles y los gri egos.

Por otro lado, las redes de la emigra c i ó n , e n t e n d i d a scomo redes personales asociadas a empre s a s , d e s e m p e ñ a ro ntambién su labor ge n e rando procesos de concentración mayo-res alrededor de un sector frente a otro. Junto a ello hay queseñalar la labor de empresas concretas en su búsqueda de tra-b a j a d o res en un determinado país o la presencia de demandasn o m i n at ivas o no en la gestión de las comisiones alemanasasentadas en los dife rentes países. Una vez ge n e ra d a s , e s t a sredes se re t ro a l i m e n t a ro n , alterándose únicamente en los va l o-res cuantitat ivos por los ciclos coy u n t u rales como la crisis de1966/67.

Fi n a l m e n t e, además de una distinta distri bución sectori a ldel empleo entre la población autóctona y la emigra n t e, si sec o n s i d e ra la cat egoría lab o ral dentro de la empresa tambiéne n c o n t ramos dife rencias signifi c at ivas. Si tomamos como re fe-

206 -

Balance sobre intermediación laboral y laintegración de los trabajadores en la RFA

Gloria SANZ LAFUENTE

La generación demercados de tra-

bajo sectorialesdistintos para los

emigrantes ypara la poblaciónalemana se ponede manifiesto sicomparamos la

participación enla ocupación

industrial de losemigrantes espa-

ñoles y de lostrabajadores ale-

manes.

Page 205: Emigración Europa

rencia la plantilla de trab a j a d o res ex t ra n j e ros de la empre s aquímica M e rck en Darmstadt en 1974, todos ellos –con laex c epción de los trab a j a d o res austriacos– estaban ocupadoscomo peones asalariados en porcentajes superi o res al 85%,–86,7% en el caso de los trab a j a d o res españoles–.2 4 Los estu-dios realizados por el BAVAV en 1968 y 1972, en los que sere c ogía la cat egoría lab o ral de los trab a j a d o res españoles en lase m p resas mostraban una concentración de estos en los nive l e sde menor cualificación lab o ral.

Esa escasa posibilidad de movilidad interna dentro de lae m p resa conv ivió en la RFA con una elevada tasa de ro t a c i ó ni n t e r- e m p re s a rial en búsqueda de mejores salari o s , por parte delos trab a j a d o res emigra n t e s .2 5 O t ro elemento que separó a lost rab a j a d o res españoles –y también al resto de trab a j a d o re sex t ra n j e ros– de los alemanes fue la elevada presencia de losp ri m e ros en las empresas con más de 500 empleados.

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(24)Firmenarchiv Merck(Darmstadt). Betriebsrat.J.40- 260. Liste der aus -ländischen Mitarbeiter.Stand 31.12.1974

(25)BAA (1969), (1973).

Consejo de Residentesde Renania del Norte -Westfalia (Alemania).

Page 206: Emigración Europa

Cuadro 3. Distribución de los trabajadores españoles, extranjeros yalemanes en la RFA según en tamaño de la empresa 1968/1972 (%)

Trabajadores Trabajadores Trabajadoresespañoles extranjeros alemanes**

RFA RFA (Total)Hombres Mujeres Hombres Mujeres Total

Tamañode la empresa 1968 1972 1968 1972 1968 1972 1968 1972 1970Hasta 50trabajadores 15 16 14 18 21 21 20 19 43,7De 50 a 200 trabajadores 18 17 20 13 21 19 20 20 19,6De 200 a 500trabajadores 14 15 18 21 15 15 17 18 12,6Más de 500trabajadores 53 50 48 45 43 43 43 41 24,1Sin datos 2 3 2 2

100 100 100 100 100 100 100 100 100

* Estimaciones de la investigación federal: 1968 (1230 encuestas, 1% pob.esp. ocupada)1972 (1659 encuestas, 0.9% pob. esp. ocupada) ** 1970 Wirtschaft und Statistik, 9/1972. Fuente: BAA (1969) (1972)

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Balance sobre intermediación laboral y laintegración de los trabajadores en la RFA

Gloria SANZ LAFUENTE

(26)Sanz Lafuente (2006b),

pp. 475-487.

Medianas y grandes empresas industriales centradas en la pro-ducción fo rdista y el consumo de masas, que demandaban tra-bajo escasamente cualifi c a d o , se conv i rt i e ron en las pri n c i p a-les re c ep t o ras de la nu eva mano de obra de los peones indus-t riales emigrantes en la RFA .2 6

Page 207: Emigración Europa

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212 -

Page 211: Emigración Europa

La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZVICENTE (Badajoz, 1975).En la actualidad es profesoratitular de la Universidad deParis-Est, donde ejerce su laborde docente e investigadora. Sutrabajo de investigación se hacentrado en el estudio de laúltima ola migratoria españolacon destino a la Argentina(1945-1955) y a Francia (1955-1975), abordando tanto cues-tiones relativas a las políticasmigratorias de los Estadoscomo a las estrategias de lospropios emigrantes. Es autorade Émigrer sous Franco.Politiques publiques et straté -gies individuelles dans l’émi -gration espagnole versl’Argentine et vers la France,1945-1965 (ANRT Diffusion,2005) y coautora de Historiadel Instituto Español deEmigración. La política migra -toria exterior de España y elIEE del Franquismo a laTransición (Publicaciones delMinisterio de Trabajo eInmigración, 2009).

Por su cercanía física, España cuenta con una impor-tante tradición de emigración a Francia. De hecho,la última ola migratoria que analizaremos a conti-

nuación no hizo sino alimentar la importante colonia espa-ñola establecida en el país vecino.

Ve remos en un primer ap a rtado cuales fueron lasc a racterísticas principales así como la evolución de estaúltima corriente migrat o ria a Francia. Se dedicará uns egundo ap a rtado al análisis de las dife rentes estrat egi a sm i grat o rias que marc a ron la salida de estos miles de emi-grantes al país vecino. El tercer ep í gra fe ve rsará sobre lai n s e rción del emigrante español en el mercado lab o ra lf rancés y, p a ra term i n a r, el cuarto y último ap a rtado sec e n t rará en el ocio y la vida familiar de los españoles enFra n c i a .

Doctora en Historia por la Universidad de París 7.

María José FERNÁNDEZ VICENTE

Page 212: Emigración Europa

RADIOGRAFÍA DE LA ÚLTIMA OLA MIGRATORIAESPAÑOLA A FRANCIA

A mediados de los años 50 del siglo XX, cuando se iniciala que será la última ola migratoria, la colonia española enFrancia la componían unos 288.000 españoles. Una gran parte deesta colonia la formaban los exiliados de la guerra civil llegadosmasivamente al final de la guerra, siendo el resto de sus miem-bros antiguos emigrantes instalados en Francia durante el perio-do de entreguerras1.

Se pueden distinguir dos fases en esta última corrientemigratoria a Francia. Una primera iría desde mediados de losaños 50 hasta 1964, etapa durante la cual la emigración españolapresentó un movimiento ascendente, multiplicándose por 10 elnúmero de emigrantes entre el inicio y el final del periodo (de9.415 emigrantes en 1956 se pasó a 92.849 en 1964)2. De hecho,a principios de los 60 la emigración española fue la que más indi-viduos aportó a Francia, antes de ser desbancada, a mediados dela década, por las corrientes portuguesa y magrebí. Este impor-tante flujo migratorio duplicó el número de españoles instaladosen Francia, superándose en el censo de 1968 la barrera de los600.000.

La etapa iniciada en 1965 marcó el inicio del decl ive deeste flujo. Las sucesivas crisis y recesiones de que fue objetola economía francesa a fines de los 60 y en la pri m e ra mitad delos años 70, así como la desviación de gran parte de la corri e n-te migrat o ria continental hacia destinos considerados comomás at ra c t ivos (RFA y Suiza sobre todo) explican el progre s i-vo descenso del flujo migrat o rio al país vecino. De los 76.101españoles que emigra ron a Francia en 1965 se pasó a uno 3.900

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La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

(1)Sobre la emigración delperiodo de entreguerras

véase Lillo (2006) ysobre el exilio español aFrancia Dreyfus-Armand

(2003).

(2) Cifras del Office

National d’Immigrationfrancés recogidas en

Rubio (1974), p. 296.

Page 213: Emigración Europa

en 1975, c i f ras que siguieron disminu yendo a fines de la déca-d a , m a rcando el final de una larga y fru c t í fe ra tradición migra-t o ria así como el inicio del decl ive de la colonia española en elpaís vecino.

A estos trabajadores denominados “permanentes” habríaque añadir los numerosos temporeros que año tras año cruzan lafrontera para desempeñar tareas agrícolas en el país vecino.

- 215

La emigración española aEuropa en el siglo XX

Hasta principiosde los 60, laszonas tradiciona-les de implanta-ción de la emi-gración españolahabían sido losdepartamentosrurales del sur deFrancia, la cuen-ca del Ródano entorno a Lyon asícomo París y susalrededores. Sinembargo, a partirde la década delos 60 asistimos auna neta predi-lección de laemigración espa-ñola por estasdos últimasregiones en detri-mento de la pri-mera.

Gráfico 1: Población española en Francia

Fuente: Censos franceses

Gráfico 2: Emigración de trabajadores españoles a Francia, 1951-1975

Fuente: ONI

Page 214: Emigración Europa

Hasta principios de los 60, las zonas tradicionales deimplantación de la emigración española habían sido los departa-mentos rurales del sur de Francia, la cuenca del Ródano en tornoa Lyon así como París y sus alrededores. Sin embargo, a partir dela década de los 60 asistimos a una neta predilección de la emi-gración española por estas dos últimas regiones en detrimento dela primera. Los españoles se orientaron así masivamente haciaParís y sus alrededores, las cuencas industriales lionesa y marse-llesa así como, aunque en bastante menor medida, algunas zonasmineras e industriales del norte de Francia.

En cuanto al origen geográfico de los emigrantes, a la tra-dicional migración de levantinos se le añadieron en estos añosemigrantes procedentes de las provincias de Andalucía oriental,así como de Galicia y de León. Las labores de prospección lleva-das a cabo por las autoridades del Office National d’Immigrationfrancés así como los programas de emigración asistida puestos enmarcha por ambos países –y en los que se privilegió la contrata-ción de trabajadores y jornaleros de las zonas rurales más atrasa-

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La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

Gráfico 3: Emigración de temporeros a Francia, 1955-1975

Fuente: ONI

Page 215: Emigración Europa

das y con mayor índice de paro– orientaron hacia el país vecinoa trabajadores de regiones con escasa tradición de emigración alextranjero (como era el caso de Andalucía) o para las que Franciano había sido un destino tradicional (como por ejemplo Galicia).

Como sus predecesores de la etapa de entreguerras, losemigrantes españoles de los años 50 y 60 pensaban marchar aFrancia solamente unos años, los suficientes como para ahorrarlo más rápidamente el dinero necesario para abrir un bar, unatienda o comprar un taxi o una vivienda en España, elementoscon los que mejorarían sus condiciones de vida en el país que lesvio nacer. Se trataba en general de hombres procedentes delmedio rural, en su mayor parte minifundistas o jornaleros.Desprovistos de cualificación profesional, estos emigrantes ocu-paron los peldaños más bajos de la escala laboral francesa, traba-jando como simples peones en la industria automovilística, en lasiderurgia, la construcción o en las obras públicas3.

Pero sin duda una de las principales características de laemigración española a Francia durante estos años fue su caráctermarcadamente familiar. Deseosos de hacer de estas numerosasllegadas de españoles una “inmigración de trabajo y de pobla -miento”4, las autoridades galas, a diferencia de sus homólogossuizos o alemanes, dieron muchas facilidades para que el emi-grante español trajese a su familia. Esta instalación del núcleofamiliar en Francia fue, tal y como se verá más adelante, unimportante factor, si no de integración sí al menos de arraigo deestos nuevos inmigrantes, los cuales vieron a menudo alejarse ydiluirse en el tiempo el tan añorado y deseado retorno.

A su llegada a Fra n c i a , uno de los principales pro bl e m a sque tuvieron que afrontar los emigrantes españoles fue la grave cri-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(3) Lillo (2006), p. 285.

(4) Viet (1998), p. 269.

Page 216: Emigración Europa

sis en mat e ria de alojamiento que sufrían en estos años las gra n d e sciudades francesas. A su llegada a Fra n c i a , la mayor parte de lose m i grantes españoles no tuvo más remedio que instalarse en pre c a-rios e insalubres barrios de la peri fe ria; otros mu chos se hacinaro nen las famosas ch a m b res de bonne o habitaciones que los edifi c i o sbu rgueses destinaban a las criadas o bien en pensiones barat a s .5

LAS ESTRATEGIAS MIGRATORIAS EN LAEMIGRACIÓN ESPAÑOLA A FRANCIA

Los años en que transcurrió esta corriente migratoria estu-vieron marcados por la voluntad de los Estados, tanto de emigra-ción como de inmigración, de intervenir activamente en los flu-jos migratorios, abandonando el tradicional laissez faire de épo-cas anteriores. Esta intervención perseguía 4 objetivos fundamen-tales: controlar los flujos, planificarlos en función de las necesi-dades de las economías correspondientes, canalizarlos hacia lasregiones con mayor déficit de mano de obra y seleccionar a losemigrantes en función de la situación del mercado laboral de lospaíses de origen y de llegada.

Durante los treinta años de expansión económica conque se saldó el final de la Segunda Guerra Mundial –los llama-dos Treinta Gloriosos– el fuerte déficit de mano de obra hizoque las autoridades galas favoreciesen la llegada de trabajadoresextranjeros, sobre todo de trabajadores originarios de las nacio-nes católicas del sur de Europa, considerados como fácilmenteasimilables y contrapunto ideal a la inmigración proveniente delas antiguas colonias francesas del norte de África.6

Esta demanda fue bien recibida por los actores políticosfranquistas, conscientes de las ventajas que esta emigración tenía

218 -

La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

Durante los trein-ta años de expan-

sión económicacon que se saldó

el final de laSegunda GuerraMundial –los lla-

m a d o s T r e i n t aG l o r i o s o s– el

fuerte déficit demano de obra

hizo que las auto-ridades galas

favoreciesen lallegada de traba-jadores extranje-

ros, sobre todode trabajadores

originarios de lasnaciones católi-

cas del sur deEuropa, conside-

rados como fácil-mente asimilables

y contrapuntoideal a la inmigra-ción proveniente

de las antiguascolonias france-sas del norte de

Á f r i c a .

Page 217: Emigración Europa

para España. Esta corriente emigratoria, se decía, no solamentepodía amortiguar los efectos negativos de los programa de esta-bilización y desarrollo económico, sino que incluso podía contri-buir al éxito mismo de estos planes. Por un lado, las remesas delos emigrantes supondrían una importante inyección de las tandeseadas como escasas divisas; por otro lado, este fenómenomigratorio habría de propiciar la creación de un espacio de diá-logo y de negociación con los países de la Europa desarrollada,sobre todo de cara a una posible entrada de España en la CEE; ypor último, la política migratoria debía servir para evacuar laimportante mano de obra excedente con que se había saldado laestabilización de la economía española. Por todo este abanico derazones, el Estado español debía favorecer la emigración, tratan-do al mismo tiempo de controlarla.7

Para ponerse de acuerdo sobre la manera de llevar a caboesta transferencia de mano de obra y tratar de controlar todo elproceso, Francia y España firmaron un acuerdo bilateral de emi-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(5)Lillo (2006), p. 285.

(6) Viet (1998), pp. 273-274.

(7) Fernández Vicente(2009), p. 280.

En Toulouse (Francia).

Page 218: Emigración Europa

gración en enero de 1961. En este acuerdo se establecía que laemigración española a Francia debía llevarse a cabo medianteP rogramas de Emigración asistida mediante los cuales elInstituto Español de Emigración (IEE) por parte española y elOffice National d’Immigration (ONI) por parte francesa se encar-garían de organizar la emigración española a Francia, seleccio-nando a los candidatos idóneos8. Se trataba así de implicar aambos países en la lucha contra “una emigración clandestina eilegal hacia Francia cuya vigilancia escapa por completo al con-trol de este Instituto, bien porque los interesados salen de Españacon pasaporte ordinario – falsificando su propia profesión –, bienporque son insuficientes las medidas arbitradas por la DirecciónGeneral de Seguridad, bajo cuya responsabilidad está la conce-sión del visado de salida”.9

Empero, esta modalidad de emigración estatal tuvo escasoéxito en la emigración española a Francia. La incertidumbre queconllevaba el proceso de selección profesional y médica de loscandidatos y lo complicado, lento y desesperadamente burocráti-co de todos los trámites vinculados a estos programas migrato-rios acabaron desanimando a muchos candidatos a la emigración.La mayor parte de los emigrantes españoles que marcharon aFrancia durante la década de los 60 lo hicieron de manera espon-tánea, esto es, con un simple pasaporte de turista, escapando asíal control que los Estados español y francés quisieron ejercersobre este flujo.10

La emigración espontánea a Fra n c i a , tanto de los emigra n t e scomo de sus fa m i l i a s , t riunfó durante la década de los 60, c o n s t i t u-yendo entre el 70-80% de la emigración de trab a j a d o res a este país.Ante su éxito, los Estados español y francés decidieron cerrar los

220 -

La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

(8) Fernández Vicente

(2005), pp. 117-140.

(9) Carta del Director del

IEE al Ministro deTrabajo, 16 de junio de1958. Archivo Central

del Ministerio delTrabajo (ACMT) Dep. 1

Secretaría GeneralTécnica – Rel. Entrega nº103 de 22-05-73- Legajo

21-22 (E-329).

(10) Fernández Vicente

(2007).

(11) Entrevista a Ramona, 11

de diciembre de 2003.Los nombres en cursivahacen referencia a seu-

dónimos atribuidos apersonas entrevistadas

que solicitaron conservarel anonimato.

(12) Entrevista a Esteban, 12de diciembre de 2003.

Page 219: Emigración Europa

o j o s , en la medida en que sus sectores económicos se benefi c i ab a nde este tra n s vase masivo de trab a j a d o res escasamente cualifi c a d o s .I n d i re c t a m e n t e, y sin querer admitirl o , ambos países fueron incl u s ocómplices del éxito de esta emigración irreg u l a r : el Estado fra n c é spor la facilidad con la que reg u l a ri z aba a los españoles que tras emi-grar con un simple pasap o rte de turista encontraban un trabajo; y elEstado español por la facilidad con que otorgaba el susodicho pasa-p o rte de turista a personas de las que se sospech aba viajaban porm o t ivos pro fesionales y no de ocio y/o turismo. De hech o , el únicoobstáculo que se le pre s e n t aba al emigrante para obtener un pasa-p o rte de turista era la ru t i n a ria pregunta de: “ ¿ Viaja usted para bu s -car trabajo? Po rque en ese caso debería diri gi rse a las oficinas delI E E … ” , c u ya respuesta conocía muy bien el emigra n t e : “ Yo mevine como turista. El pasap o rte lo conseguí fácilmente porque unaa m i ga me había dicho que si el policía me preg u n t aba si yo ibap a ra trabajar tenía que responder que no, que venía a visitar a unosa m i gos. Y así lo hice.”11; o según otro testimonio: “ Pa ra obtener elp a s ap o rte de turista había que ir a la policía y decir que ibas a ve ra unos amigos a Pa r í s .”12

Las cosas cambiaron durante la década de los 70, cuandolos cada vez menos emigrantes españoles que marchaban aFrancia tuvieron que adaptar sus estrategias migratorias a un con-texto más represivo y fiscalizador. En septiembre de 1972 –en uncontexto de recesión económica y aumento del paro en el paísvecino–, las autoridades galas aprobaron la Circular Fontanetdestinada a frenar la inmigración. Se ponía así fin al liberalismode los años anteriores, inaugurándose un periodo de rigor y con-trol en materia de entrada de mano de obra extranjera. Se estable-cía así que cualquier empleador que desease contratar a un traba-

- 221

La emigración española aEuropa en el siglo XX

La emigraciónespontánea aFrancia, tanto delos emigrantescomo de susfamilias, triunfódurante la déca-da de los 60,constituyendoentre el 70-80%de la emigraciónde trabajadores aeste país. Ante suéxito, los Estadosespañol y francésdecidieron cerrarlos ojos, en lamedida en quesus sectores eco-nómicos se bene-ficiaban de estetransvase masivode trabajadoresescasamente cua-lificados.

Page 220: Emigración Europa

jador extranjero debía pasar primero por la Agencia Nacional delEmpleo; además, ya no sería suficiente una simple promesa deempleo para obtener la Carte de Travail, sino que pasaba a sernecesario presentar un contrato de trabajo. Y por si fuera poco,para obtener las tarjetas de residente y de trabajador el trabajadorextranjero debía presentar un certificado del empleador que ates-tiguase que disponía de un alojamiento no calificado como insa-lubre; tarjetas que serían expedidas conjuntamente y poseerían lamisma vigencia, causando apuros al trabajador parado que debie-se renovar su tarjeta de residente.13

INSERCIÓN DEL EMIGRANTE ESPAÑOLEN EL MUNDO LABORAL FRANCÉS

La inserción de los inmigrantes españoles en el mercadolaboral francés estuvo marcada, por un lado, por la importanciacreciente de la demanda proveniente de los sectores secundario yterciario, y por otro, por la importante disminución de la inmigra-ción agrícola, mayoritaria en las etapas anteriores14. El transvasede trabajadores desde el sector primario hacia el secundario y ter-ciario caracterizó la economía francesa de los llamados TreintaGloriosos (1945-1975), lo cual explica que los españoles optasencada vez más por los departamentos industriales del norte deFrancia y de las regiones de Lyon y Marsella, en detrimento delos tradicionales departamentos de acogida ubicados en el sur ysureste de Francia (cf. supra). Estos departamentos industriales,situados en torno a las grandes urbes francesas, fueron igualmen-te los destinos preferidos por las mujeres emigrantes, que encon-traban trabajo en estas ciudades como criadas en el seno de lasfamilias burguesas.

222 -

La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

(13)Díaz-Plaja (1974), pp.

250-251.

(14) Disminución que no

afectó al cada vez másimportante fenómeno de

los trabajadores agríco-las estacionales, que

marchaban cada año aFrancia para trabajar enactividades agrícolas detemporada vinculadas a

la recolección en la ven-dimia, la remolacha o el

arroz. Cf. Gráfico 3.

Page 221: Emigración Europa

Cuadro 1: Españoles en la población activa francesa (% sobre activos)1946 1968

Agricultura 37 14,5Industria 35 55Servicios 28 30

Fuente: RUBIO (1974), pp. 347 y 349

Esta distri bución de los españoles en el seno de la pobl a-ción activa francesa difería en muy poco del perfil socio-pro fe-sional del resto de los inmigrantes instalados en Francia dura n-te estos años. La única dife rencia signifi c at iva fue la mayo rp resencia de mu j e res españolas en el mercado lab o ral fra n c é s .De hech o , la colonia española fue en estos años una de las quep resentó una mayor tasa de trab a j a d o res femeninos entre lap o blación activa.

Con un 26% de mano de obra femenina en 1968, la pro-p o rción de mu j e res en la población activa española se situab apor encima, no solamente de la existente en las otras dos gra n-des colonias ex t ra n j e ras instaladas en Francia (italiana y port u-g u e s a ) , sino también de la pro p o rción existente en la pro p i acolonia española de la etapa de entreg u e rra s .1 5 La import a n t ee m i gración familiar y la nu m e rosa emigración específi c a m e n-te lab o ral de mu j e res que march aban a Francia para trabajar enel servicio doméstico1 6 f u e ron los dos principales fa c t o res queexplican esta peculiaridad de la emigración española de estosa ñ o s .1 7

Como la mayoría de los trabajadores llegados a Francia enestos años, los trabajadores españoles ocuparon puestos poco onada cualificados, situándose por lo general en lo más bajo de laescala socio-profesional del país vecino.

- 223

La emigración española aEuropa en el siglo XX

(15)Rubio (1974), p. 370.

(16) A modo de ejemplo, másde la mitad de lasextranjeras que trabaja-ban en Francia en el ser-vicio doméstico en 1968eran españolas. Rubio(1974), pp. 362-363.

(17) Rubio (1974), pp. 360-361.

Page 222: Emigración Europa

Cuadro 2: Principales actividades de los inmigrantes instalados enFrancia, 1968-1971

Españoles Inmigración todas nacionalidades

Agricultura 10 8,8Siderurgia e industria mecánicas 15,2 14,3Construcción 26,5 35,2Comercio 5,7 7Servicio doméstico 20,2 11Fuente: Rubio (1974), p.350

En cuanto a la inserción de los trabajadores españoles enel mercado laboral francés, las condiciones en que ésta se produ-jo variaron en función de la modalidad migratoria adoptada. Porlo general, los emigrantes llegados de manera irregular se inser-taron de manera menos ventajosa en el mercado laboral francésque sus compatriotas llegados con un contrato de trabajo. Su con-dición de inmigrantes irregulares –agravada por el desconoci-miento de la lengua, cultura y costumbres del país de acogida–les impidió a menudo negociar el contenido del contrato de tra-bajo.18 Los sectores con más presencia de trabajadores irregularesfueron la construcción, el servicio doméstico y las campañasagrícolas, lo cual se debía a que dichos sectores eran los tradicio-nales puertos de entrada en el mercado laboral.19

Cuando la crisis económica empezó a amenazar la impor-tantísima ecuación emigración-trabajo-ahorro, numerosos traba-jadores españoles optaron por adelantar la fecha de retorno.Adelanto que se vio favorecido por la política de fomento alretorno –el llamado Plan Barre– lanzada en abril de 1977, y queconsistió en otorgar 10.000 francos a aquellos inmigrantes enparo que optasen por el retorno definitivo (mediante entrega de la

224 -

La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

La vida asociati-va constituyó unelemento verte-

brador de lasactividades deocio y tiempo

libre de numero-sos emigrantes

españoles instala-dos en Francia.

Según los resulta-dos de una

encuesta realiza-da por Guy

Hermet, a media-dos de los 60 el47% de los emi-

grantes españolesinstalados en

Francia pertene-cía a algún cen-

tro o agrupación.

Page 223: Emigración Europa

tarjeta de residencia) y que renunciasen a los derechos socialesque le correspondían por sus años de cotización en Francia20.Portugueses y españoles fueron los dos grupos nacionales quemás se acogieron a este plan. En 1977 y 1978, unos 9.340 espa-ñoles y 13.818 portugueses optaron por acogerse a él.21

OCIO Y VIDA FAMILIAR DE LOS ESPAÑOLES EN FRANCIA

La vida asociativa constituyó un elemento vertebrador delas actividades de ocio y tiempo libre de numerosos emigrantesespañoles instalados en Francia. Según los resultados de unaencuesta realizada por Guy Hermet, a mediados de los 60 el 47%de los emigrantes españoles instalados en Francia pertenecía aalgún centro o agrupación.22

En función de la temática y de su orientación ideológica,la socióloga Taboada-Leonetti clasifica las asociaciones y centrosde españoles en Francia en tres grupos. Por un lado se sitúan unaserie de centros impulsados por exiliados de la guerra civil; fuer-temente politizados, estos centros antifranquistas nacieron en losaños anteriores a esta ola migratoria. A pesar de su carácter mar-

- 225

La emigración española aEuropa en el siglo XX

(18) Sobre la inserción laboralde los españoles enFrancia, véase: FernándezVicente (2008).

(19) Babiano (2001), p. 18.

(20) Viet (1998), p. 386.

( 2 1 )Parra Luna (1981), p.1 2 7 .

(22) Hermet (1969), pp. 14-15.

Cuadro 3: Calificación profesional de los inmigrantes en Francia,1967-1971

Españoles Inmigración todas nacionalidades

Peones 44,6 42,0Obreros especializados 27,8 31,9Obreros calificados 27,3 24,4Cuadros supletorios y medios 0,3 1,7

Fuente: Rubio (1974), p. 359

Page 224: Emigración Europa

cadamente político, sus actividades fueron meramente cultura-les23. La llegada masiva de emigrantes durante los años 60 diolugar al nacimiento de un segundo tipo de asociaciones marcada-mente apolíticas cuyo objetivo fundamental era re c rear elambiente español. Se trataba de lugares de ocio y tiempo libre enlos que los españoles se reunían para charlar, jugar a las cartas,degustar productos de la tierra, etc. Estas asociaciones organiza-ban igualmente bailes y excusiones así como eventos culturalestales como exposiciones de artistas españoles, cursos de guitarray baile flamenco, etc. Y por fin el tercer grupo lo formaban unconjunto de asociaciones surgidas a partir de la segunda mitad delos años 60 con el objetivo de solucionar el problema de la edu-cación de los hijos y la necesidad de mantener vivos en éstos elconocimiento de la lengua materna. Nacieron así numerosas aso-ciaciones de padres de familia apoyadas y avaladas por los curasde la Misiones Católicas Españolas y destinadas a fomentar elconocimiento de la cultura y lengua españolas.24

En efe c t o , la educación de los hijos fue una de las pri n c i-pales preocupaciones de los emigrantes españoles instalados enFrancia. Pro p o rcionar una mejor educación a sus hijos se conv i rt i óen el l e i t m o t iv de las familias emigrantes españolas de los años 60-7 0 , que accedían así a una oportunidad de movilidad ascendenteque el sistema educat ivo de la posguerra franquista no pudo darl e s .2 5

Estas numerosas e insistentes reivindicaciones ante lasautoridades españolas dieron sus frutos, modestos en los prime-ros años y mayores aunque siempre insuficientes a partir de ladécada de los 70. En 1960 existían en Francia 6 escuelas españo-las a cargo de maestros enviados por el gobierno español y enseptiembre de 1967 empezaba a funcionar el Liceo español de

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La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

(23) La Ley de asociacionesfrancesa de 1901 exige

que las asociaciones pre-sentes en territorio fran-

cés sean “apolíticas”,persiguiéndose cualquier

actividad de carácterpolítico realizada en su

seno.

(24)Taboada-Leonetti (1987),

pp. 155-159.

(25)Oso Casas (2008), p. 65.

Page 225: Emigración Europa

París. Estas escuelas –en las que se impartían clases de lenguaespañola aderezadas de algunos rudimentos de literatura, geogra-fía e historia de España– se localizaban en las zonas en que lacolonia española era más numerosa, como era el caso de ciuda-des como Beziers o Biarritz (ambas con una escuela) así comoMarsella o París (ambas con dos escuelas cada una).26

En 1969 empezaron a orga n i z a rse en los locales de laMisión Católica de la calle parisina de la Po m p e clases comple-m e n t a rias de lengua y cultura españolas a cargo de pro fe s o res lle-gados de España. Estas cl a s e s , destinadas a dotar a los niños espa-ñoles de un barniz de cultura española y consolidar su español,e ran impartidas en los locales de colegios e institutos franceses obien en los de las Misiones cat ó l i c a s e s p a ñ o l a s , multiplicándose sun ú m e ro en los años siguientes. Pa ra l e l a m e n t e, este mismo año sefi rm aba un Convenio hispano-francés de Cooperación Cultura l ,C i e n t í fica y Técnica por el que se establ e c í a , e n t re otras cuestiones,“el compromiso mutuo de pro m over el conocimiento de la lengua

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(26)Delgado Gómez-Escalonilla (2002), p.553.

Por las calles de París(Francia).

Page 226: Emigración Europa

y la cultura del otro país, favo reciendo su enseñanza en todos losn iveles y en toda clase de establecimientos en que los progra m a so ficiales establecidos por la ley prev i e ran el estudio de una lenguav iva ex t ra n j e ra ”2 7.Del mismo modo, el susodicho texto establ e c í aque ambos países reconocerían los estudios, c o n c u rsos y ex á m e n e srealizados en cada uno de los dos países, e s t ableciéndose para elloun sistema de conva l i d a c i o n e s.2 8

La década de los 70 estuvo marcada por el progresivodeclive de la emigración española a Francia y la prolongación dela estancia de muchos emigrantes, lo cual hizo que el tema de laeducación de los hijos pasase a ser una preocupación cada vezmayor para la colonia española. El gobierno franquista creaba asíen 1971 un Consejo escolar para la extensión educativa de losemigrantes, organismo encargado de velar por el buen funciona-miento de los diferentes dispositivos de lengua y cultura españo-las establecidos en los países europeos receptores de emigrantesespañoles. Del mismo modo, las autoridades españolas estable-cieron un programa de becas para los hijos de emigrantes quedeseasen continuar sus estudios en España.29

El acceso a la educación fue para estos hijos de emigran-tes la principal vía de integración en la sociedad francesa, propi-ciando un mayor arraigo de los emigrantes en la sociedad en aco-gida; arraigo que puso a menudo en entredicho el proyecto inicialde ahorro y regreso a España. Según un estudio realizado porMuñoz Anatol relativo a la familia española en Francia, si loshijos se había integrado con éxito en la escuela francesa hasta elpunto de que se pensaba que éstos pudiesen realizar estudiosmedios e incluso superiores, la familia optaba a menudo por pro-longar indefinidamente su estancia en el país de acogida.30

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La última ola migratoriade españoles a Francia

María José FERNÁNDEZ VICENTE

(27)Delgado Gómez-

Escalonilla (2002), pp.555-556.

(28)Convenio de

Cooperación Cultural,Científica y Técnica

entre la RepúblicaFrancesa y España, 7 de

febrero de 1969 (BOE23/12/1969).

(29)Oso Casas (2008), p. 85

(30)Muñoz Anatol (1972)

Page 227: Emigración Europa

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Page 229: Emigración Europa

Emigración española enSuiza y asociacionismo

Luís M. CALVO SALGADO(A Coruña, 1965). Estudió Historia y LiteraturaPopular Europea en las univer-sidades de Santiago deCompostela y Zurich (Suiza).En esta última institución, en laque se ha doctorado en 1998,imparte cursos en materias deHistoria y Etnografía. Ha edita-do con otros autores diversoslibros relacionados con la emi-gración española, como Migración y exilio españolesen el siglo XX (Iberoamericana)o Historia del Instituto Español de Emigración: delFranquismo a la Democracia(Ministerio de Trabajo eInmigración). Es además autorde un documental sobre laGuerra Civil española: HansHutter. Un suizo en la GuerraCivil española.En la historia de la emigración española en Suiza y

de su asociacionismo hay que distinguir dos etapas:la del franquismo y la de la democracia. La prime-

ra está marcada por un fuerte control político y la segundapor una democratización de las relaciones entre las asocia-ciones y la administración española. Antes de abordar estatemática conviene dar un pequeño repaso a la bibliografíaexistente sobre la emigración española en Suiza. Entre losnumerosos estudios sobre temas relacionados con la inmi-gración en Suiza llamaba la atención durante mucho tiem-po la relativa falta de interés de los investigadores por lahistoria de la inmigración española, algo que se ha idocorrigiendo en parte en los últimos años. Entre los historia-dores españoles afincados en España este tema ha desper-tado hasta ahora poco interés. En el campo de la historia

Doctor en Historia y Literatura Popular Europeapor la Universidad de Zurich (Suiza)

Luís M. CALVO SALGADO

Page 230: Emigración Europa

económica destaca la tesina no publicada de Angeles Astray deVelasco1, en el de la historia social la tampoco publicada deMichael Lammatsch2, y en el de la historia de las relaciones bila-terales entre España y Suiza los valiosos trabajos de SebastienFarré3 y de Matthias Hirt, que se ocupa de la actitud de las auto-ridades suizas ante la inmigración italiana y española entre 1960y 1972.4 Mari Cruz Alonso Antolín publicó un estudio que inclu-ye datos sobre Suiza, pero no se centra sólo en este país5, y entrelas investigaciones de los antropólogos hay que reseñar las inves-tigaciones de Buechler sobre la emigración gallega.6 En el ámbi-to de la geografía humana contamos con la tesis de MarinaRichter sobre la integración y la identidad de los migrantes espa-ñoles7, y la segunda generación ha sido tratada por los sociólogosClaudio Bolzmann, Rosita Fibbi y Marie Vial.8 Sobre el retornode migrantes gallegos se puede consultar en internet la tesina deMarianne Helfer.9

El asociacionismo de los emigrantes españoles en Suiza pre-ocupó mu cho a las autoridades de la dictadura. Una de las fo rm a sde intervención más eficaces de la administración española dura n-te el franquismo a través de los agregados lab o rales consistía en lafinanciación parcial de los centros asociat ivos. Las ayudas se otor-gaban en el marco de los Planes Asistenciales para Suiza ap ro b a-dos por el Fondo Nacional de Protección al Trabajo y con el ap oyode la embajada y los consulados, con los que a menudo surg í a np ro blemas de competencias.1 0 En los años 60 se empezaron a ela-b o rar info rmes sobre cada centro para justificar la concesión de lasayudas. Los info rmes de la propuesta de solicitud para el año 1965,por ejemplo, f u e ron redactados por los cónsules y no por el agre-ga d o , p recisamente como consecuencia de las luchas por la com-

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Emigración española enSuiza y asociacionismo

Luís M. CALVO SALGADO

(1)Astray de Velasco

(1977).

(2)Lammatsch (1999).

(3)Farré (1996), (2001) y

(2002).

(4)Hirt (2006).

(5)Alonso Antolín (1983).

(6)Buechler y Buechler

(1975) y (1987).

(7)Richter (2006).

(8)Bolzmann, Fibbi y Vial

(2003).

(9)Helfer (2007).

(10)Informe sobre las nor-

mas de ejecución y desa-rrollo del Plan

Asistencial para Suiza,aprobado por el FondoNacional de Protección

al Trabajo, de Manueldel Valle Pando, 5 deagosto de 1963, AGA

(Archivo General de laAdministración) AISS-

SRE, R-2522.

Page 231: Emigración Europa

petencia en el rep a rto de ay u d a s , y luego enviados por el embaja-dor al IEE. Dado que son los más detallados de esa pri m e ra etap ason también los que mejor revelan los cri t e rios empleados para jus-t i ficar las subvenciones que se pedían y que coincidían en líneasge n e rales con los cri t e rios de los agregados y que era n : el grado dea c t ividad y los re c u rsos de los centro s , la colab o ración con lasa u t o ridades españolas, sea a través de los consulados o de la agre-ga d u r í a , el ap oyo , al menos inicial, de la Misión Católica o de losc apellanes españoles y la participación de personas de clase media(no del ámbito de los trab a j a d o res) en la dirección de los centro saunque no fuesen españoles.1 1 A s í , por ejemplo, s o b re el centro deVevey se decía: “ Posee una Junta dire c t iva de elementos competen-t e s , en la que como Presidente fi g u ra el Sr. Müller, I n ge n i e ro de lacasa Nestlé.”1 2

O t ro de los medios de la agregaduría para intervenir en elu n ive rso asociat ivo español consistía en la difusión de la pro p aga n-da franquista mediante el envío de mat e rial cultural para los cen-t ros en el que se transmitían va l o res pat rióticos y una imagen posi-t iva de España.1 3 En la “nota re s u m e n ” de las actividades desarro-lladas en 1965 por la agregaduría lab o ral se info rm aba de que éstamantenía “contactos perm a n e n t e s ” con 30 capellanías y 56 centro se s p a ñ o l e s , a los que distri buía mat e rial “ c u l t u ra l , d ep o rt ivo y re c re-at ivo ” p a ra 14 bibl i o t e c a s , 10 bibliotecas infa n t i l e s , y concre t a-mente se mencionaban unos 300 ejemplares de “ G e ografía deE s p a ñ a ” , 300 de “ H i s t o ria de España”, 60 mapas de España y “ 5 0lotes de discos de música popular, regional o infa n t i l ” .1 4

La táctica de “compra” de la fidelidad de los centros consubvenciones y envíos de material no logró soportar la presión delos movimientos políticos y huelguísticos de los emigrantes espa-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(11)Planes Asistencialescorrespondientes a estepaís para el año 1965.Propuesta de solicitud decréditos con cargo a losFondos del PatronatoNacional de Protecciónal Trabajo. Embajada deEspaña en Berna. AGAAISS-SRE, R-2549.

(12)Informe de Manel Oñósde Plandolit, Consuladode España en Ginebra,Ginebra 14 de septiem-bre de 1964. AGA AISS-SRE, R-2549.

(13)Fernández Vicente(2009).

(14)Nota resumen de activi-dades de la AgregaduríaLaboral durante el año1965. (En estos datos seexpresan las actividadesde las Oficinas de Bernay Ginebra, pero sin teneren cuenta las de nuestrosAsesores Laborales enBasilea, Sion, St. Gall yZúrich). AGA AISS-SRE,R-2549.

Page 232: Emigración Europa

ñoles en Suiza que alcanzaron su mayor intensidad entre 1968 y1974.15 Esta agitada etapa coincidió, en parte, con la actividad dealgunos de los agregados laborales con un perfil más político,como era el caso de Antonio de la Huerta Ferrer (1967-1971).Sus informes ofrecían una gran cantidad de datos así como aná-lisis de la situación muy característicos de la OrganizaciónSindical Española (el sindicato vertical) en la etapa final del fran-quismo y fruto, al mismo tiempo, de la fuerte tensión existente enel movimiento asociativo español en Suiza. Antonio de la HuertaFerrer era doctor en derecho y ex-procurador en Cortes. Habíaejercido como profesor de Derecho Procesal en la Universidad ydesempeñado cargos de Secretario de Despacho de la SecretaríaGeneral de la OSE, Secretario General de la VicesecretaríaNacional de Ordenación Económica y Secretario General de laHermandad Sindical Nacional de Labradores y Ganaderos. En elmomento de su nombramiento era Jefe del Sector Agrario de laVicesecretaría Nacional de Ordenación Económica.16

Lo peor de todo, a su modo de ver, para el universo asocia-tivo español era la existencia de la Asociación de TrabajadoresEspañoles en Suiza (ATEES) desde 1969.17 Esta asociación apa-recía como “un conglomerado de grupos y grupúsculos con pos-turas e ideologías distintas y aún opuestas entre sí”, desde losmás o menos “bienintencionados” a los “extremistas”, dirigida ydominada por miembros del PCE. Aparentemente su finalidadera la defensa de los intereses de los españoles en Suiza, y así, sumodo de actuación consistía en la “denuncia de hechos concretosde injusticia – que la realidad les ofrece abundantemente”, perono para atacar esos hechos y sus causas, sino “a las personas y alas autoridades”. Es decir, era “la tradicional y archisabida tácti-

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Emigración española enSuiza y asociacionismo

Luís M. CALVO SALGADO

(15)Ireland (1990), pp. 147-173; Spillmann (2005).

(16)Currículum vitae de

Antonio Huerta Ferrercon carta de José Solís

Ruiz al Ministro deAsuntos Exteriores

Fernando Castiella sobreel nombramiento de

Antonio Huerta Ferrercomo agregado laboralen Suiza, 6 de septiem-

bre de 1967. AGA AISS-SRE, R-2680.

(17)Sobre el control de las

autoridades suizas de lasactividades de la ATEES

véase Hirt (2006), pp.447-461.

Page 233: Emigración Europa

ca del partido comunista” que se basaba en “no aparecer en lasprimeras filas, sino tan solo en los momentos tácticamente inte-resantes y decisivos”. Los dirigentes más peligrosos eran pocos,pero se movían por todo el país: “Montero, Aranda, Parras...”18

Tampoco le resultaba tranquilizador el hecho de que sedesconociese el número real de sus miembros. La asociaciónhablaba de 8.000, pero el agregado matizaba que aunque muchossiguiesen sus directrices en un momento dado, no estaban deacuerdo con sus maneras de actuar. Siempre tratando de descu-brir fisuras en la asociación y de mostrar el carácter manipuladorde sus dirigentes afirmaba: “Buen número suelen decir, en char-la abierta y sincera, que la ATEES se sobrepasa [subrayado en eloriginal]: “Nosotros no queremos hacer política; lo que deseamoses que nuestros derechos sean respetados. Y la ATEES puede serútil para ello.”19

L o c a l i z aba sus núcleos más importantes en las ciudades ocantones “donde el partido comunista suizo es más fuerte”. Y

- 235

La emigración española aEuropa en el siglo XX

(18)Panorama político de laemigración española, deAntonio Huerta Ferrer,Berna, 17 de junio de1971. AGA AISS-SRE, R-7431, pp. 5-6.

(19)Panorama político de laemigración española, deAntonio Huerta Ferrer,Berna, 17 de junio de1971. AGA AISS-SRE, R-7431, p. 5.

Trabajadoresespañoles en Suiza en los años 80.

Page 234: Emigración Europa

s e ñ a l aba que “el estilo, el vo c abu l a rio y el sistema que cara c t e-rizan los muy pocos documentos que hasta ahora han difundido,son completamente impropios de un trab a j a d o r, aun muy cuali-ficado”. Pa ra explicar por qué, s egún él, el PCE tenía más fuer-za entre los emigrantes españoles en Suiza que el PCI entre losi t a l i a n o s , una afi rmación de muy dudosa credibilidad pero que les e rvía para dar mayor dra m atismo a su arg u m e n t a c i ó n , alude ala situación de legalidad del partido en Italia y a su fuerza envo t o s , que provo c aba que “el interés y la re n t abilidad de ‘ t rab a-j a r ’ a sus obre ros fuera de sus fro n t e ra s ” fuese muy infe ri o r. A lre fe ri rse a las huelgas re c i e n t e s , distinguía entre las de la meta-l u rgia gi n eb rina de ese año, que habían tenido a los italianoscomo pro t ago n i s t a s , y las de la constru c c i ó n , donde los huel-guistas “a partir de ab ril del año pasado, son siempre españoles.P recisamente porque es el sector de la emigración peor trat a d oen sus condiciones lab o ra l e s , de vida y humanas; y el que tienemás pers o n a l i d a d ” .2 0

En las memorias sobre las actividades de la agregaduríalaboral de los años posteriores se incluyeron referencias al con-trol político hasta 1974. La referida al año 1971, elaborada porJosé María Navarro, aludía a la actividad tendente a “extender loscontactos y tratar de recuperar los Centros españoles existentesen Suiza que pasan de cien”. Con visitas e información se logró“recuperar Centros como el de Biel, Solothurn, Casa de Españade Lausanne, Peña Gallega, etc.”21 El informe sobre 1972 consta-taba que:

“La ayuda a las nuevas entidades gallegas (que duplican en muchoscasos los centros existentes en cada localidad, legalmente recono-cidos por el Instituto Español de Emigración creando problemas),ha planteado numerosas dificultades que continuarán el año próxi-

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Emigración española enSuiza y asociacionismo

Luís M. CALVO SALGADO

(20)Panorama político de laemigración española, de

Antonio Huerta Ferrer,Berna, 17 de junio de

1971. AGA AISS-SRE, R-7431, pp. 6-7.

(21)Consejería Laboral en la

Embajada española enBerna: Memoria sobre

las actividades de laAgregaduría Laboral de

Berna en el año 1971,p. 2.

(22)Consejería Laboral en la

Embajada española enBerna: Memoria sobre

las actividades de laAgregaduría Laboral de

Berna en el año 1972,p. 3.

(23)Calvo Salgado (2000),

pp. 14-17.

(24)Consejería Laboral en la

Embajada española enBerna: Memoria sobre

las actividades másimportantes de la

Agregaduría Laboral-Delegación del IEE enBerna en el año 1973,

p. 2.

(25)Esta imporancia ha sido

señalada por AlonsoMontero (1995), p. 178.

Page 235: Emigración Europa

mo [...] apoyándose en las cualidades migratorias gallegas y en suapoliticismo constructivo al que es difícil atacar desde entidadessubversivas. Únicamente, los esfuerzos en este sentido realizadosdesde Ginebra por “Nossa Galizia” [sic], claramente politizada,puede ser inconveniente para nuestros sutiles esfuerzos.”22

La asociación A Nosa Galiza se conv i rtió de hecho enuna de las agrupaciones más poderosas y políticamente acti-vas de toda Suiza continuando su actividad durante la tra n s i-ción y existiendo hasta hoy en día.2 3 El info rme dedicado a lasa c t ividades en 1973 celeb rab a , en cualquier caso, una ciert av i c t o ria sobre la ATEES gracias a las subvenciones otorga d a sa los Centro s : “En este sentido podemos decir que rep re s e n-tantes de la AT E E S, en reciente reunión celeb rada enL a u s a n n e, han reconocido lo difícil de su lab o r, s o b re todo enel orden pro s e l i t i s t a , ante esta política de ayuda a los Centro spor parte del IEE.”2 4

LA ETAPA DEMOCRÁTICALas relaciones de las asociaciones españolas con la admi-

nistración se transformaron durante el período de transición a lademocracia. A continuación me centraré en el caso del asociacio-nismo gallego en Suiza por ser la emigración gallega la másrepresentativa dentro del colectivo de la emigración española enSuiza en esta etapa. Las asociaciones gallegas en Ginebra desta-can sobre las del resto de Suiza porque la ciudad acogía a un grannúmero de emigrantes gallegos y porque los centros contaban,entre otras cosas, con el apoyo de intelectuales emigrados queposeían una mayor conciencia política que la mayoría de los tra-bajadores y que se esforzaban por dinamizar la vida cultural de lacolonia gallega desde 1967.25

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

Entre los nume-rosos estudiossobre temas rela-cionados con lainmigración enSuiza llamaba laatención durantemucho tiempo larelativa falta deinterés de losinvestigadorespor la historia dela inmigraciónespañola, algoque se ha idocorrigiendo enparte en los últi-mos años. Entrelos historiadoresespañoles afinca-dos en Españaeste tema ha des-pertado hastaahora poco inte-rés.

Page 236: Emigración Europa

El primer y más importante centro gallego en Ginebra fuey es aún hoy el ya citado de A Nosa Galiza. En él se editaba unapublicación periódica con el mismo nombre. En un número deesta que salió en el año 1979 aparece un artículo firmado porManuel Cruz, que dice ser “un gallego de vacaciones”, en el queel autor trata precisamente de la evolución de esta sociedad galle-ga.26 Nos interesa leerlo con atención no sólo porque describebrevemente las etapas por las que la había pasado la sociedadhasta entonces, sino porque muestra que los centros gallegos eranámbitos de acción socio-cultural que en algunos casos pretendí-an crear con sus actividades un espacio público de opinión y dedebate político, pero que normalmente trataban más bien deampliar la esfera de la privacidad con actividades de tiempo libre:

“[La asociación] pasó una primera fase que llamaríamosde “sentimentalismo”, en que el fin inmediato era el de estable-cer una vía de relaciones entre los gallegos que vivían en el can-tón ginebrino y juntarlos a todos en una sala que fuese suya, endonde pudiesen conversar, cantar y aturuxar en el idioma natal.Cumplida esta primera necesidad, fueron sintiendo otros deseos,y surgió una segunda etapa, la creación de un equipo de fútbol,de un cuadro artístico que representase algunas obritas del reper-torio gallego, logrando un estimulante éxito. La intervención depoetas y escritores traídos de la tierra para dar conferencias sobreasuntos de actualidad, así como la publicación periódica de unboletín editado por los mismos socios con el nombre de A NosaGaliza enaltece a la sociedad dada su notable perfección. [Hayque añadir] que la iniciación de una pequeña biblioteca circulan-te entre los miembros y la galantería de la donación [del local]que se hace cada viernes por la noche para que también los sud-

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Emigración española enSuiza y asociacionismo

Luís M. CALVO SALGADO

La asociación ANosa Galiza se

convirtió dehecho en una delas agrupacionesmás poderosas y

políticamenteactivas de toda

Suiza continuan-do su actividad

durante la transi-ción y existiendohasta hoy en día.

Page 237: Emigración Europa

americanos se sientan un poco en su casa y calmen sus nostal-gias, y al mismo tiempo nos muestren la originalidad de su ricofolclore [...].

Pensamos que falta una tercera etapa, una nueva fase máspráctica que trate de atender y de cuidar las necesidades másurgentes e importantes que puedan presentársele a todo emigran-te. ¿Cómo? Hay tres campos que pensamos son de la mayorimportancia y fundamentales si queremos ayudar a mitigar lavida dura en la emigración. Primero que el emigrante tenga tra-bajo, por lo tanto urge colaborar con él para ayudarle a buscarlo,segundo problema: cuando se decide a traer la familia se le debede prestar la misma ayuda para encontrar vivienda; y tercero: laescuela para los hijos que pienso que no será difícil solucionarcon la colaboración del consulado, y por parte de todos los socioscon la máxima voluntad e interés.”27

Al hablar de la tercera etapa, el autor hace referencia a loque él cree que deberían ser los objetivos de la sociedad en el

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(26)A nosa Galiza,Septiembre 1979.

(27)Traducción del gallego:Luís M. Calvo Salgado.

Reunión del Consejode Residentes (CRE)en Berna (Suiza).

Page 238: Emigración Europa

futuro. No se da cuenta de que la mayor parte de esas funcioneseran cumplidas ya en la asociación o fuera de ella sin necesidadde institucionalizarlas y de darles con ello un carácter extremada-mente formal. Las relaciones interpersonales entre los emigran-tes emparentados entre sí o procedentes de las mismas localida-des había adquirido una dinámica tal que cumplía las funcionesque Manuel Cruz reclamaba para la sociedad.

Se puede sostener la tesis de que en algunos casos estasredes sociales actuaban en competencia con centros y que enotros se complementaban con ellos. Depende, entre otras cosas,del tamaño de la población en la que los emigrantes se encontra-ban y de las características de la emigración de cada lugar: laslocalidades pequeñas con pocos emigrantes no favorecían la apa-rición de centros o sociedades, pero sí las grandes urbes. Así, enel caso de una ciudad como Ginebra, que llegó a contar con grancantidad de emigrantes gallegos en los años setenta, las posibili-dades de diversificación de los lugares de encuentro eran muchomayores que en localidades pequeñas. Es de suponer que en laslocalidades pequeñas las visitas de fin de semana o las comidascon la familia ocupaban la mayor parte del tiempo libre en comúnsin dejar mucho espacio para acudir a centros y sociedades situa-das normalmente en núcleos urbanos relativamente alejados.28

En las publicaciones de las sociedades encontramos untópico muy rep e t i d o : la falta de part i c i p a c i ó n , s o b re todo activa ,de los miembros de la colonia ga l l ega en Suiza. Son quejas queh ay que ver en el contexto de esa competencia entre los centro scomo núcleo de sociabilidad y las redes sociales info rmales delas familias y las amistades. Una competencia que se da sobretodo allí donde las dos maneras de re l a c i o n a rse son posibl e s , e s

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Emigración española enSuiza y asociacionismo

Luís M. CALVO SALGADO

(28)Sobre los encuentros

cotidianos y las relacio-nes interpersonales de

los emigrantes gallegosen Suiza véase Buechler

(1975) y (1987).

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d e c i r, en las ciudades. En el mismo texto de Manuel Cruz sehace re fe rencia a estos temas re c u rrentes entre los miembros delas asociaciones, p e ro viéndolo con un trágico pesimismo comouna característica de lo que él considera la fo rma de ser de losga l l ego s :

“Cuando se habla de la marcha de la Sociedad, que noso-tros vemos llenos de entusiasmo y optimismo, se quejan losmiembros de la directiva del excesivo trabajo que pesa sobreellos, de la falta de colaboración que encuentran entre los miem-bros. Yo, de verdad, no conozco este problema, pero lo tenemosallá en la tierra en otras sociedades. Es un poco general que elgallego se comporte así; falta de entusiasmo en estas cuestiones.[...] Nosotros los gallegos, basculamos hacia la disgregación,hacia la separación, nos aliamos en nuestros consabidos mentide-ros del ghetto, como le llaman los americanos. Nosotros, sabedo-res de nuestra condición, tenemos que luchar contra ella procu-rando la agrupación y la unión, porque es ahí donde está nuestrafuerza.”

Si bien la queja por la poca participación se repite a menu-do en estas publicaciones, no falta en ellas tampoco el lamentopor la desunión de los emigrantes incluso cuando viven en lamisma ciudad. A principios de los años setenta empiezan a sen-tirse las divergencias entre los partidos de izquierda de ámbitoespañol y aquellos que se definen como nacionalistas gallegos.Esta tensión se refleja en el movimiento asociativo de los emi-grantes gallegos en Suiza. En 1973 se crea la Irmandade Galegana Suíza en la misma ciudad de Ginebra. A partir de mediados delos setenta podemos seguir en las publicaciones de la nueva y laantigua sociedad como se desarrollan sus actividades a veces de

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

Es de suponerque en las locali-dades pequeñaslas visitas de finde semana o lascomidas con lafamilia ocupabanla mayor partedel tiempo libreen común sindejar muchoespacio para acu-dir a centros ysociedades situa-das normalmenteen núcleos urba-nos relativamen-te alejados.

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modo paralelo, en algunas ocasiones con enfrentamientos simbó-licos (como, por ejemplo, en partidos de fútbol) y siempre sobreel transfondo de la oposición ideológica entre las dos, aunque sinaludir a ella directamente.

La publicación de la I.G.S. llevaba el nombre Irmandade ypublicaba artículos sobre política, fútbol (en especial sobre elclub de la asociación), sobre problemas laborales y psicológicos,e incluso sobre biología e historia. No difiere mucho, en general,de la publicación de A Nosa Galiza. Pero la línea política de laI.G.S. estaba directamente ligada a lo que en aquel entonces erael Bloque Nacional Popular Galego, un frente formado por parti-dos que en el año 1977 aún eran ilegales. En razón de este hecho,la asociación mandó, por ejemplo, en aquel año una nota de pro-testa a varios periódicos gallegos.29

Los años setenta fueron una época de gran actividad aso-ciativa entre los emigrantes españoles en Suiza y en especialentre los gallegos. La creación de centros y sociedades es algopropio de momentos de fuertes cambios sociales y políticos. Loscentros favorecen en esos momentos la posibilidad de aminorarla inseguridad en los modos de comportamiento que surge comoconsecuencia de los problemas de adaptación a una nueva situa-ción o a una sociedad diferente. La coyuntura política españolaanunciaba además el comienzo de la transición a la democraciacon muchas inquietudes e incertidumbres sobre el futuro políti-co. Los centros gallegos, como el resto de las asociaciones deemigrantes, apoyaban o ampliaban una estructura social de laemigración que en muchos casos resultaba insuficiente.

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Emigración española enSuiza y asociacionismo

Luís M. CALVO SALGADO

(29)Irmandade, Nr. 3, 1977.

Page 241: Emigración Europa

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Page 243: Emigración Europa

La emigración española alReino Unido, 1 9 6 0 - 1 9 7 4

Alicia POZO-GUTIÉRREZ.Es miembro del Centro deInvestigación de EstudiosTransnacionales y del Grupode Trabajo de Historias deVida. Ha investigado la emigra-ción española y portuguesa alsur de Inglaterra y en estosmomentos dirige un proyectode historia oral sobre niñosespañoles evacuados al ReinoUnido durante la Guerra Civilespañola. Ha publicado lossiguientes trabajos sobre laemigración española al ReinoUnido: “Morcilla negra, sellosrepublicanos y clubes españo-les: comunidad, identidad ynostalgia entre emigrantesespañoles en el Reino Unido”,en Revista del Seminario deHistoria Mexicana del CentroUniversitario de Los Lagos /Universidad de GuadalajaraLagos de Moreno, Jalisco,México (2006); “From neglectto re-discovery: language andidentity amongst Spanishmigrants in the UK”, enInternational Journal of IberianStudies” (2006); “Prácticas aso-ciativas, integración e identi-dad”, Madrid, Fundación 1 deMayo (2005); “Presencia espa-ñola en el sur de Inglaterra:una emigración silenciosa einvisible”, en Migraciones yExilios - Cuadernos de laAsociación para el Estudio delos Exilios y MigracionesIbéricos Contemporáneos(2003).

Este capítulo traza una panorámica ge n e ral de loque fue la emigración al Reino Unido entre1960 y 1974, i l u s t rando algunos de sus ra s go s

c a racterísticos a través de ex t ractos de testimonios ora-les re c ogidos entre españoles que hoy se encuentra nasentados de fo rma permanente en los condados deH a m p s h i re y Dors e t , en la costa centro-sur del país. At ravés de estas fuentes podemos acerc a rnos a lo quesupuso esta migración para sus pro t ago n i s t a s , a d e n t r á n-donos en su pro blemática específica y ex a m i n a n d oalgunos aspectos de las traye c t o rias de integración queadoptó este colectivo a su llegada al Reino Unido.

Docente investigadora en el área de Estudios Hispánicos yLusófonos del Departamento de Lenguas Modernas de la

Universidad de Southampton, en el Reino Unido.

Alicia POZO-GUTIÉRREZ

Page 244: Emigración Europa

UNA EMIGRACIÓN INDEPENDIENTE EN EL ORIGENPERO CONTROLADA EN EL DESTINO

Una de las características más notables de la emigraciónespañola al Reino Unido es su carácter independiente y diverso,no solamente desde el punto de vista de los perfiles y motivacio-nes de quienes la integraron, sino también en lo que respecta a lamanera en que se llevó a cabo. A diferencia de la mayor parte delos españoles que emigraron durante el periodo del desarrollismoa países de la Europa industrial continental, aquellos que partie-ron hacia el Reino Unido lo hicieron en su mayoría de formaindividual y al margen del conocimiento y control del aparato deemigración asistida que pusiera en marcha el régimen franquistaa partir de mediados de los años cincuenta.

En lo que respecta al Reino Unido, España no llegó a sus-cribir acuerdos bilaterales de emigración tal como lo hiciera conFrancia, la República Federal de Alemania, Suiza y otros paíseseuropeos ansiosos de mano de obra extranjera necesaria para ali-mentar el proyecto de reconstrucción económica e industrial dela segunda posguerra. Los españoles que emigraron al ReinoUnido normalmente utilizaron recursos e información suminis-tradas por redes sociales informales, es decir, familiares y amigosque les proporcionaban los permisos de trabajo necesarios o a tra-vés de agencias intermediarias que les facilitaban los trámitesburocráticos a cambio de una cantidad de dinero.

Los permisos de trabajo eran expedidos por el Home Officey vinculaban a los emigrantes a puestos de trabajo específicos,principalmente en el sector del servicio doméstico, ya fuera enhoteles, restaurantes, hospitales, residencias y casas privadas, oen el sector de la minería. Esto suponía para los emigrantes salir

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La emigración española alReino Unido, 1960-1974

Alicia POZO-GUTIÉRREZ

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de España con pasaporte de turista y regularizar su situación alllegar al Reino Unido haciendo efectivo el permiso de trabajoante las autoridades británicas.

Este tipo de emigración independiente, que escapaba alestricto control que de los flujos migratorios pretendía mantenerel régimen a través del Instituto Español de Emigración e institu-ciones a él vinculadas, era considerado por las autoridades fran-quistas clandestina, o cuando menos, irregular. Sin embargo, seestima que al menos el 90% de los españoles que emigraron alReino Unido lo hicieron por esta vía1. De hecho, algunos autoressostienen que una parte considerable de la emigración española aEuropa en este periodo se realizó al margen del control directo delas autoridades españolas.2

Debido a este carácter independiente de la emigraciónespañola al Reino Unido en este periodo (1960-1974), y a lamanera individual y semi-informal en que se llevó a cabo, esteepisodio migratorio no ha sido tan documentado desde la oficia-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

(1)Durán Villa, F. (1985) Laemigración gallega alReino Unido, Santiagode Compostela: Caixa deGalicia.

Emigrante español enel Reino Unidoempleado en lahostelería, 1967.

Page 246: Emigración Europa

lidad como otras migraciones españolas a Europa, lo que haceque, por un lado, sea difícil de cuantificar con exactitud, y porotro, se conozca poco sobre las experiencias de la primera gene-ración de emigrantes llegados a este país. Esto limita la exactitudde las cifras y datos estadísticos que se tienen al respecto.

Si el régimen se esforzaba en controlar la emigración, elReino Unido también operaba una política inmigratoria de estric-to control a través de la legislación que se aplicaba a los extran-jeros, y que estaba recogida en la normativa de la Alien Order de19533. Esta establecía una serie de requisitos previos a la entradaen el Reino Unido que incluían: poseer de un permiso de traba-jo válido por un año, susceptible de ser renovado por tres años;presentar un pasaporte o documento de identidad y completaruna tarjeta de embarque distribuida por la compañía de transpor-te. Si el emigrante no tenía un permiso de trabajo debía conven-cer al oficial de inmigración de que disponía del dinero necesariopara mantenerse durante su estancia sin la necesitad de recurrir aasistencia de los fondos públicos. De ser así, se le permitía laentrada en el país por tres meses y se le sellaba su pasaporte indi-cando claramente prohibición de trabajar.

Al llegar a la frontera, competía a los oficiales de inmigra-ción permitir o no la entrada al país. De existir dudas, el emigran-te podía ser sometido a un interrogatorio. Aún reuniendo todoslos requisitos citados, y aún siéndole permitida la entrada, el emi-grante estaba sujeto a toda una serie de restricciones. Durante losprimeros cuatro años en el Reino Unido no podía cambiar de sec-tor de trabajo sin el permiso previo del Ministerio de Trabajo.Tampoco podía cambiar de profesión sin la autorización expresadel Secretario de Estado. Las autoridades británicas, no obstante,

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La emigración española alReino Unido, 1960-1974

Alicia POZO-GUTIÉRREZ

(2)Según Puyol Antolín

(1979: 77) tan solo un1.26% de españoles emi-

graron al Reino Unidode forma asistida.

Estébanez Álvarez por suparte, sostiene quedurante el periodo

de1962-1970 el númerototal de emigrantes asis-

tidos por el InstitutoEspañol de Emigración

fue de 673,651, unacifra muy por debajo delas estimaciones extraí-

das de las estadísticas delos países de destino, las

cuales se elevan a1,879,247 (1998: 78-79).Este desfase corrobora laalta incidencia de la emi-

gración clandestina.

(3)Castles, S. and Kosacks,

G. (1973) ImmigrantWorkers and Class

Structure in WesternEurope, Oxford: Oxford

University Press.

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podían modificar estos requisitos y condiciones en cualquiermomento.

Una vez habiendo sat i s fe cho estos re q u e rimientos yhabiendo obtenido permiso para entrar en el país por un mínimode tres meses, todos los extranjeros adultos años tenían la obliga-ción de inscribirse en el registro de la oficina local de policía. Allídebían presentar su permiso de trabajo, pasaporte y dos fotogra-fías. Esto les permitía obtener el Certificate of Registration, ofamoso libro verde, tal como lo denominaban y aún recuerdan losemigrantes españoles.

El libro verde servía como documento de identidad y debíaser presentado en cualquier momento en que un policía u oficialde inmigración lo pidiese. Además, los emigrantes debían repor-tar a las autoridades británicas cualquier modificación en sus cir-cunstancias mientras permanecieran en el país, por ejemplo, uncambio dirección, en un plazo de 72 horas.

A los extranjeros que entraban en el país con pasaporte deturista y sin permiso de trabajo se les concedía permiso para per-manecer en el Reino Unido durante tres meses, teniendo que soli-citar una extensión durante ese periodo si querían prolongar suestancia. De obtener la ex t e n s i ó n , tenían que solicitar elCertificado de Residencia igualmente, para lo cual era necesarioque indicaran los datos de sus patrocinadores o sponsors en elReino Unido. Los sponsors pasaban así a ser responsables deinformar a las autoridades de cualquier cambio en las circunstan-cias del emigrante.

Como puede constatarse, a pesar de la flexibilidad quesuponía emigrar de forma independiente, las condiciones de tra-bajo y residencia en Gran Bretaña eran muy restringidas y limi-

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

Una de las carac-terísticas másnotables de laemigración espa-ñola al ReinoUnido es sucarácter indepen-diente y diverso,no solamentedesde el puntode vista de losperfiles y motiva-ciones de quie-nes la integraron,sino también enlo que respecta ala manera en quese llevó a cabo.

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taban considerablemente las oportunidades laborales y de movi-miento del emigrante español, quien estaba obligado a permane-cer en el sector del trabajo doméstico durante cuatro años antesde poder ejercer libremente su profesión, trabajar en otros secto-res o establecer un negocio. Esto corrobora la idea de que la emi-gración a menudo conlleva una devaluación de las habilidades ypercepción del estatus social de los emigrantes, como es el casofrecuente de muchos españoles que emigraron no tanto por unanecesidad económica acuciante sino para mejorar sus oportuni-dades y calidad de vida, como indica el siguiente testimonio deAna, una gallega que emigró al Reino Unido con su marido en1963 para trabajar en una mansión:

A los 4 años ya podías trabajar donde querías. Los primeros 4 años,no es que fuéramos señoritos o gente muy pudiente en España, peromi madre tenía una señora para fregar las escaleras y cosas deestas, ¿me entiendes? Y meterme yo a fregarle a otro. No es quefuera, ¿cómo te diría yo? una rebaja muy grande, porque estás endiferente país y tienes que hacer, pero no estabas acostumbrado, noera aquello lo nuestro. Y mi marido, de estar en la carrera militar atener que limpiar las botas de los demás... Era la cosa un poco dura.(Ana, nacida en 1936, emigró a Gran Bretaña en 1962. Dejó a suhija recién nacida en Galicia al cuidado de la abuela)4.

En las historias de vida los españoles que emigraron pormotivos puramente económicos surge con frecuencia el recuerdodel momento de la ‘manumisión’, o liberación de las restriccio-nes a las que estaban sujetos durante los primeros años en base alas prescripciones de la Alien Order de 1953:

No dejaban venir niños ni embarazadas y si eran embarazadasantes de ser libres, también volvían pa España, porque no querían

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Alicia POZO-GUTIÉRREZ

(4)Los nombres de las per-sonas entrevistadas han

sido sustituidos para pre-servar su anonimato.

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tener gente a quien tener que ayudar. Yo vine un año. Mi maridovino por un año y renovó. Yo volví después y a los 3 años ya éra-mos libres, que era una suerte ser libre, pues tenía que ser a los 4años. Y nos perdonaron un año a los dos. Debió de ser la manage-ress que nos arreglaba todo.(Eva, nacida en 1929, emigró a Gran Bretaña en 1962 para traba -jar con su marido en un hotel. Dejó a sus hijos en Galicia siendocuidados por la abuela)

Como en el caso de Ana y Eva, fueron muchas las mujeresemigrantes que dejaron a sus hijos al cuidado de sus madres enEspaña. Esto les facilitaba la entrada en el Reino Unido, pues elpaís obstaculizaba la inmigración de dependientes para así limi-tar los gastos públicos que pudiesen derivarse de la reunificaciónfamiliar, por ejemplo, en servicios de salud, educación o vivien-da. Al mismo tiempo, las mujeres, liberadas del cuidado de loshijos, podían maximizar su capacidad de trabajo y ahorro de caraa un rápido retorno a España.

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La emigración española aEuropa en el siglo XX

A los extranjerosque entraban enel país con pasa-porte de turista ysin permiso detrabajo se lesconcedía permi-so para permane-cer en el ReinoUnido durantetres meses,teniendo quesolicitar unaextensión duran-te ese periodo siquerían prolon-gar su estancia.

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La metáfora de la libertad en suspenso que se pone demanifiesto en el testimonio de Eva, como en el de muchos otrosespañoles que emigraron al Reino Unido, sugiere que los cuatroaños de restricciones laborales y meticuloso control administrati-vo al que estaban sometidos por las autoridades británicas eranvividos como una especie de penitencia, que solo finalizaba alrecibir la comunicación oficial del Home Office informándoles desu ‘libertad’.

Al obtener la ansiada libertad de las re s t ricciones impues-tas por la política migrat o ria británica y lograr la residencia per-manente en el país, los emigrantes españoles ya podían traer asus hijos y otros dep e n d i e n t e s , así como crear familias en elReino Unido y competir en el mercado lab o rar por cualquierpuesto de trabajo en la medida en que su fo rm a c i ó n , ex p e ri e n c i al ab o ral y, s o b re todo, conocimientos de la lengua inglesa se lop e rm i t i e ran. Sin embargo , gran parte de los emigrantes españo-les perm a n e c i e ron empleados en sectores lab o rales no cualifi c a-d o s , lo que hoy se traduce en la escasa cuantía de sus pensionesde jubilación y en algunos casos en situaciones próximas a lam a rginalidad social.5

La única manera de evitar las restricciones a la libertadlaboral al entrar al país era poseer una profesión u oficio especia-lizado que estuviera en alta demanda en el Reino Unido, a seme-janza de lo que se denomina hoy en día migración de cerebros.No obstante, los españoles que llegaron de este modo al ReinoUnido, para ocupar trabajos especializados específicos, a menu-do recibieron salarios inferiores a los de nativos o experimenta-ron dificultades a la hora de ascender hasta probar su valía en elpuesto. Algunos incluso tuvieron que convalidar o rehacer sus

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(5)Para más información

sobre la situación de losemigrantes ancianos en

Europa ver AnaFernández Asperilla:

“¡Que treinta años no esnada...! Entre la exclu-

sión y la fragilidadsocial: los emigrantes de

tercera edad retorna-dos”, en UbaldoMartínez ( dir.):

Situaciones de exclusiónde los emigrantes ancia -

nos en Europa. París,FACEEF et al., 2000,

págs. 217-265.

Page 251: Emigración Europa

estudios en el Reino Unido para obtener titulaciones fácilmentereconocibles y que gozaban por tanto de mayor credibilidad pro-fesional en el país.

MOTIVOS PARA EMIGRAR: LO ECONÓMICO,LO POLÍTICO Y LO SOCIAL

La explicación que se suele dar a la emigración españoladurante este periodo es casi siempre económica, es decir: losemigrantes salían de España en busca de trabajos y oportunida-des que no encontraban en su país y regresaban al cabo de losaños tras haber conseguido ahorrar una cantidad de dinero que lespermitiera mejorar sus condiciones de vida, adquiriendo, porejemplo, una vivienda o un local para abrir un negocio. Es ciertoque este fue el proyecto migratorio de muchos de los españolesque emigraron al Reino Unido. Sin embargo, al escuchar las his-torias de vida de los que se establecieron permanentemente eneste país, se pone de manifiesto que el contexto político y socialde la España que dejaron atrás también jugó un papel importanteen sus trayectorias migratorias, como ilustran los siguientesextractos de la entrevista de vida realizada a Jacinta. Nacida en1 9 4 3 , p ri m e ro emigró con su familia de Jaén a Madri d.Posteriormente, en 1964, emigró a Gran Bretaña, donde ya sehabían instalado una hermana y un tío.

Mi madre decidió que nos fuéramos a Madrid. Ella tomaba lasdecisiones pues mi padre era un hombre muy apocado, traumatiza-do por la guerra civil y por el año que pasó en la cárcel.Cuando regresé a España [1965] aún estaba Franco en el poder, lascosas no habían cambiado mucho, no había libertad de expresión,ni de prensa, por supuesto. La cosa me decepcionó, la prensa siem-pre hablaba de lo mismo; Franco ha inaugurado un pantano.

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Mi emigración ha sido lógicamente económica. Cuando tienes 18años quieres tener mu chas cosas y yo no tenía nada. Esto me creó unestado de fru s t ración. No se puede decir que he sido muy feliz enEspaña (...) Yo no estaba envuelta en política, nunca estuve en la uni-ve rs i d a d, y la transición yo pienso que se debió a los unive rs i t a ri o s ,p e ro inconscientemente es posible que lo político me afe c t a ra , p o rq u eyo veía mu cha dife rencia de clases. A mi me tocó lo peor, cl a ro .

Desencantada a su regreso a España tras su pri m e raestancia en Gran Bre t a ñ a , Jacinta re - e m i gró a Gran Bre t a ñ aen 1971, donde hoy reside permanentemente tras hab e rs ejubilado tras trabajar casi treinta y siete años como empleadadoméstica en hoteles y hospitales. Como en el caso deJa c i n t a , al indagar en las historias de vida de españoles queat ri bu yen su emigración a Gran Bretaña a motivos pri n c i p a l-mente económicos, desvinculándose de cualquier motiva c i ó no bviamente política, a veces encontramos que se trata de des-cendientes de familias que estuvieron vinculadas a laS egunda Rep ú blica durante la Guerra Civ i l , y que fuero nrep resaliadas directa o indirectamente durante la Dictadura .Tal es el caso de Eva :

Yo lo cuento porque era niña y lo viví. Mi padre dormía en unárbol, pero no era Franco el que venía a matarlo. Era aquella genteignorante de La Coruña. No sé si fueron a la escuela, eran de lasderechas, ¿no? ¿Y cómo se llamaba eso? Falangistas, eran falangis-tas. Que no les querían bien a los que no eran de sus ideas.

A la hora de analizar las motivaciones para emigrar dura n-te la dictadura de Fra n c o , el telón de fondo político no puede seri g n o rado como condicionante a largo plazo de las traye c t o rias demu chos individuos y familias españolas que decidieron emigra rpor ra zones económicas, i n cluso cuando los propios emigra n t e s

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Alicia POZO-GUTIÉRREZ

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d e s c a rtan lo político como motivación directa. Después de laG u e rra Civil española, la estrat egia de Franco para legitimizar elr é gimen a través de la violencia y del temor a la violencia no soloc o n t ri buyó a la eliminación de cualquier oposición política, s i n oque también desencadenó un miedo constante a la rep resión con-ducente a un deseo de pasar desap e rcibido. La perc epción des eg u ridad que conlleva el anonimato condujo en mu chos casos auna parálisis social, similar a una fo rma de mu e rte civ i l , y con ellala limitación o imposibilidad de participar activamente en el tipode iniciat ivas y actividades que son necesarias para mejorar lascondiciones de vida, por ejemplo, a través del trab a j o , los nego-c i o s , los interc a m b i o s , e t c. Desde esta pers p e c t iva , la ge n e ra c i ó nde la posguerra , a la que pertenecen los emigrantes españoles delt a rd o f ra n q u i s m o , h e redó una serie de limitaciones y un empobre-cimiento en sus condiciones de vidas cara c t e rizadas por la auto-s u ficiencia impuesta, la resistencia pasiva , el silencio y el aisla-miento social. Cuando a finales de los años cincuenta el régi m e n

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Jacinta, emigranteespañola en el ReinoUnido, 1971.

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ab re las puertas a la emigración como elemento cl ave de su polí-tica de desarrollo económico, mu chos de esos españoles que hab í-an permanecido en los márgenes socio-económicos del fra n q u i s-mo encuentran en la salida al ex t e rior la posibilidad de mejora rsus vidas. La emigración económica constituyó así para mu ch o sespañoles la última vía de escape de un régimen político opre s ivo .Al mismo tiempo, la tra n s fo rmación de los perd e d o res empobre-cidos de la Guerra Civil en una nu eva clase servil que podía serc o m o d i ficada y ex p o rtada a Europa en tiempos de conve n i e n c i aeconómica puede ser también interp retada como la última ve n-ganza de Franco frente a la Rep ú bl i c a .

En lo que respecta a la emigración al Reino Unido, el merohecho de que la salida de España se realizara principalmente almargen del aparato de emigración asistida del régimen es tam-bién indicativo de la preferencia de esta forma de migración pormuchos españoles, cuya procedencia social y política les hubieraimposibilitado pasar los filtros establecidos por las autoridadesespañolas. Como expresaba Pedro, un emigrante español entre-vistado en Lymington al cabo de cuarenta años de residencia enel Reino Unido tras haber experimentado un breve periodo deemigración asistida a Suiza:

La emigración a Inglaterra era mejor que la de Franco, mucho máslibre, te controlaban menos.

LAS ASOCIACIONES DE EMIGRANTES Como en otros países de destino de los emigrantes en

E u ro p a , los españoles que llega ron al Reino Unido cre a ron clubs yasociaciones culturales que fa c i l i t a ron las pri m e ras fases de su

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Alicia POZO-GUTIÉRREZ

Como en otrospaíses de destinode los emigrantes

en Europa, losespañoles que

llegaron al ReinoUnido crearon

clubs y asociacio-nes culturales

que facilitaronlas primeras fases

de su inserciónen la sociedad

británica al tiem-po que les permi-

tieron combatirla nostalgia y ali-mentar el sueñodel retorno con

sus compatriotas.

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i n s e rción en la sociedad británica al tiempo que les perm i t i e ro nc o m b atir la nostalgia y alimentar el sueño del re t o rno con sus com-p at riotas. Sin embargo , a dife rencia de otros países europeos con losque España había suscrito acuerdos migrat o ri o s , en el Reino Unidoresultó siempre más difícil cuantificar el volumen de la emigra c i ó ny asignar subvenciones que fa c i l i t a ran el mantenimiento de estosc e n t ros. Esto hizo que pro l i fe ra ran mu chas asociaciones de carácteri n d ep e n d i e n t e, a menudo concebidas en base a una identificación decarácter regi o n a l , como el emblemático Centro Galego de Londre s ,que continúa existiendo hoy en día6, o los ya desap a recidos CentroAndaluz Blas Infante y Centro Cultural Antonio Mach a d o , c u yo sn o m b res contenían inconfundibles matices socio-políticos y socio-c u l t u rales que los hacían suscep t i bles de ser interp retados comoc o n t ra rios en su ética y actividades al régimen de Fra n c o , lo cualnos re c u e rda de nu evo la compleja relación entre lo social y lo polí-tico en el contexto migrat o rio español de los años sesenta y setenta.Si los emigrantes salían de España sin una subjetividad o concien-ciación política de oposición al fra n q u i s m o , a menudo la desarro l l a-ban en el ex t e ri o r, al tener la oportunidad de ejercer libertades yd e re chos que en su país les estaban vedados y al entrar en contactocon emigrantes políticos y exiliados.

A pesar de no tener una estru c t u ra migrat o ria en el ReinoUnido propiamente establecida por los motivos citados anteri o r-m e n t e, las autoridades españolas cre a ron va rias Casas de España enel Reino Unido, como por ejemplo la de Londres en 19777, las cua-les no estuvieron exentas de polémica a lo largo de su ex i s t e n c i a .Por un lado se cri t i c aba la falta de democratización en sus estru c t u-ras de funcionamiento, s o b retodo a partir de la mu e rte de Franco en1975 y del inicio de la transición democrática en España, un pro c e-

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(6)Para más informaciónvisitar su página web:http://centrogalegodelon-dres.com/

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so que según los testimonios de mu chos emigrantes activos en elm ovimiento asociat ivo del Reino Unido tardó en ex t e n d e rse a lasCasas de España y a las instituciones españolas el ex t ra n j e ro .

La desap a rición gradual de las asociaciones y clubes españo-les en el Reino Unido a partir de mediados de los setenta y más aúnde los ochenta dan fe de dos fenómenos importantes en las traye c-t o rias de los españoles en el Reino Unido: por un lado, el re t o rno aEspaña a raíz de la crisis internacional de 1974, que es prácticamen-te coincidente en el tiempo con la mu e rte de Franco y con el iniciode un proceso de cambio político, lo cual nos re c u e rda de nu evo laa m b ivalencia y sinergia de los complejos contextos que rodean estae m i gración; y por otro , la integración progre s iva de los españolesque deciden asentarse permanentemente en el país. Ante estos pro-cesos de cambio político, social y cultural cabe preg u n t a rs e : ¿ Po rqué re t o rnan los emigra n t e s ? , ¿por la crisis económica mundial ylas nu evas re s t ricciones a la inmigración puestas en marcha en elReino Unido, así como en el resto de los países europeos que hastaese momento habían sido import a d o res de mano de obra ? , ¿o porlas pers p e c t ivas que se ab ren con el cambio político en España?, ¿ opor los dos motivo s ? , ¿y qué sucedió con los emigrantes que nore t o rn a ron? La parte final de este capítulo se centrará en esta últi-ma preg u n t a .

LA INTEGRAC I Ó N : DEL CONTEXTO MONOCULT U R A LDE LOS SESENTA A LA MULT I C U LT U R A L I DA D

Los españoles que llegaron al Reino Unido entre 1960 y1974 se encontraron con un modelo de integración de tipo asimi-lacionista en base al cual la expectativa era que el inmigranteabandonara gradualmente su cultural y lengua de origen para asi-

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Alicia POZO-GUTIÉRREZ

(7)Las Casas de España esta-

ban controladas por elInstituto Español de

Emigración a través delas Agregadurías

Laborales en el ReinoUnido, tal como estable-cía la Ley de Emigración

de 1971. Su misión erapreservar la identidad

cultural de los emigran-tes y mantener sus víncu-

los con España.

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milarse al estilo de vida y valores de la sociedad de acogida.Puesto que la emigración en este periodo se concebía como unamedida o estrategia temporal, tanto para el emigrante como parasus anfitriones, esta expectativa no parecía revestir mucha impor-tancia en la primera fase de la emigración. Sin embargo, en uncontexto de objetivos individuales y coyunturas económicas cam-biantes, en el que la estancia se va alargando y el retorno se vaposponiendo, los emigrantes se empiezan a dar cuenta de que yaestán inmersos en un proceso de integración. Esto es lo que ocu-rrió con los españoles en el Reino Unido, cuando ya superado elperiodo inicial de los cuatro primeros años de restricciones labo-rales, comienzan a crear familias y establecer lazos más fuertescon el país de destino de lo que quizá hubieran anticipado al salirde España.

Entre los factores que aceleraron la asimilación de los emi-grantes españoles en el Reino Unido, la llegada de la segundageneración es posiblemente el más importante.

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Residentes andalucesen Londres (ReinoUnido).

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Esto se pone especialmente de manifiesto en el contexto dela educación de los hijos en escuelas inglesas, donde, todavíalejos de los planteamientos del modelo multicultural que se deba-tiría en la década de los ochenta, se impartía un currículummonolingüe y monocultural. Los hijos nacidos fuera de España,al ser escolarizados en el Reino Unido contribuyeron así a la cre-ciente absorción de los padres a espacios de socialización britá-nicos. Si combinamos esto con la falta de recursos casi endémi-ca por parte de la administración española para poner en marchaun programa eficaz de clases de lengua y cultura española quellegara a todas las áreas de asentamiento del colectivo español, esfácil entender como algunos padres acabaron por tirar la toalla.La preocupación inicial era asegurar que la segunda generaciónnacida fuera de España no perdiera la lengua materna con vistasal retorno. Con ese fin se crearon las Asociaciones de Padres deFamilia, algunas de las cuales lograron establecer clases suple-mentarias en Centros de Comunidad británicos con ayuda de lasautoridades británicas locales y mínimas subvenciones de las ins-tituciones españolas. Los siguientes testimonios de tres emigran-tes ejemplifican las dificultades a las que se enfrentaron muchosespañoles a la hora de transmitir la lengua materna a los hijos:

Les hablábamos a los niños en español pero cuando empezaron a ira la escuela nos dijeron que teníamos que hablarles en inglés por-que no entendían a los profesores. (Dora, nacida en 1943, emigró al Reino Unido en 1962, casadacon un español)

Yo empecé a hablarles a mis hijos en español pero claro, ellos esta-ban constantemente con mi esposa y empezaron a hablar inglésantes que español. La alegría de poder conversar con mis hijos, ami no me importaba hablar en chino. Al mismo tiempo yo nunca

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estaba en casa sino trabajando, lo que quiere decir que tenía pocasoportunidades para machacarles. Machacarles ya no era natural.No querían, al final me cabreé y les hice una cinta. Si queréisaprender, escuchad. Resultado, que al final el único español queaprendían era cuando íbamos a España.(Ramón, nacido en 1938, llegó al Reino Unido en 1953, casadocon una inglesa)

Alguien mencionó que había una escuela de español elSouthampton, financiada por el gobierno español para los hijos delos emigrantes, entonces tomé la rienda para batallar para mante-nerla. Era tan obvio que el departamento, quien fuese, la conseje-ría de educación o consulado, alguien se había propuesto cerrarladiciendo que no había bastantes estudiantes, pero claro yo nunca vianunciado nada. El caso es que me informé del mínimo necesarioy eran 25. Entonces escribí a todos los españoles que pude encon-trar que se comprometían a llevar a sus hijos, pero cuando se loprobé a la embajada dijeron que tenía que ser 32. O sea que se habí-an propuesto cerrarla y desapareció.(Rosa, nacida en 1949, emigró al Reino Unido en 1969, casadacon un chileno)

O t ro factor importante que facilitó la rápida asimila-ción de los españoles en el Reino Unido fue su dispers i ó nge ogr á fica. En este sentido hay que distinguir entre aquellose m i grantes que se asentaron en Londres y los que se establ e-c i e ron en el resto del país, por ejemplo, en las zonas costera sdel sur donde mu chos se emplearon en la industria hotelera .La proximidad a Londre s , donde se concentraba la mayo r í ade los centros culturales españoles, fa c i l i t aba el acceso aespacios de socialización que fa c i l i t aban la conservación yt ransmisión de la lengua y la cultura de ori gen. A medida quelos emigrantes se alejaban de la cap i t a l , y se concentraban enn ú cleos menos nu m e ro s o s , e ra más difícil participar en acti-vidades culturales españolas, o , como indicaba Rosa en su

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Otro factorimportante que

facilitó la rápidaasimilación de

los españoles enel Reino Unido

fue su disper-sión geográfica.En este sentidohay que distin-

guir entre aque-llos emigrantesque se asenta-

ron en Londresy los que se

establecieron enel resto del país,por ejemplo, enlas zonas coste-

ras del surdonde muchos

se emplearon enla industria

hotelera.

t e s t i m o n i o , j u s t i ficar la necesidad de servicios subve n c i o n a-dos por el go b i e rno español.

LA IDENTIDAD EN RETRO S P E C T I VALa sociedad británica actual ya no se ri ge en base a un

modelo de incorp o ración de los inmigrantes de tipo asimilacio-nista sino mu l t i c u l t u ral. El modelo mu l t i c u l t u ral respeta yva l o ra la dife rencia. Los programas educat ivos de las escuelasinglesas actuales están dotados de re c u rsos para ayudar a pre-s e rvar la rica dive rsidad cultural del colectivo inmigrante delpaís. Te ó ri c a m e n t e, el modelo mu l t i c u l t u ral va l o ra , respeta ei n c o rp o ra la dife rencia cultural. Los beneficios de estos plante-amientos no obstante, l l ega ron tarde para la pri m e ra y seg u n d age n e ración de españoles asentados en el Reino Unido en elp e riodo bajo consideración en este capítulo migrat o rio. Lo queel modelo mu l t i c u l t u ral ha fa c i l i t a d o , no obstante, es el quemu chos españoles, la mayoría ya jubilados de sus trabajos yt ras años de realizar enormes esfuerzos por lograr la integra-ción social, c u l t u ral y económica en la medida de su fo rm a c i ó ny cap a c i d a d e s , h ayan comenzado a re d e s c u b ri r, p ri m e ro tími-damente y después de una manera más ab i e rt a , una lengua yc u l t u ra mat e rnas que en mu chos casos se había fosilizado. Y esi n t e resante constatar que esto está sucediendo en un contex t oen el que la cultura española y todo lo hispano en ge n e ra lgozan de gran popularidad a nivel global.

Esto explica el que las antiguas asociaciones de emi-grantes hayan ido desap a reciendo o tra n s fo rmándose en aso-ciaciones cultura l e s , donde el fin principal ya no es proveer alos emigrantes con un espacio en el que re m e m o rar la madre

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p at ria y soñar con el imposible re t o rno sino ex p l o rar y re i n t e r-p retar la cultura de su país de ori gen y al mismo tiempo com-p a rt i rla con su sociedad anfi t ri o n a .8 Sin embargo , a la hora ded e finir sus pautas de identificación en la actualidad, se hacep atente la inev i t able ambigüedad de sentimientos. ¿Es acaso lae m i gración un viaje sin re t o rno? Va l gan los siguientes ex t ra c-tos para concluir a modo de mosaico ilustrat ivo mostra n d oc o m o , d e n t ro de la dive rsidad en lo que respecta al sentido dep e rtenencia del emigra n t e, se repite la pauta identifi c at iva del‘ni me siento de aquí ni de allá’:

De haber cambiado el pasap o rte hubiese sido en la época fra n-quista. Entonces no quería ser española. A h o ra , aunque no mes i e n t a , you know, e s p a ñ o l a , en un momento en que hay democra-cia no hay necesidad. ( R o s a )

P re fi e ro considera rme simplemente ex t ra n j e ra , ni emigra n t eespañola ni ciudadana británica. ( M a nu e l a )

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(8)Para un análisis másdetallado de la trayecto-ria de las asociacionesespañolas en el ReinoUnido, véase Pozo-Gutiérrez, A. (2005)Emigración española enInglaterra: prácticas aso -ciativas, integración eidentidad, Documentode Trabajo DOC 2/2005,Madrid: Fundación 1 deMayo.

Homenaje al párrocoespañol, ErnestoAtanes, en Londres(Reino Unido).

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Cuando voy a España me siento ex t raña. No estás al cien porcien. En Inglat e rra , m i e n t ras no hablo la boca me siento comoellos. Así que hablo ya me dicen “¿de dónde eres?”. ( A n a )

La vida aquí es más sosegada. Si voy a España, al cabo de tre ssemanas me canso del ru i d o , del jaleo, no puedo tener una con-ve rsación sosegada. ( R a m ó n )

C l a ro que vo l veré algún día. Me estoy haciendo una casa enA g u a d u l c e. El sol está ahí todos los días, te vas al mercado y estálleno de fru t a , tomas café al fre s c o , no necesitas calefa c c i ó n , n ia l fo m b ra s , la vida es más alegre. . . ( M a ri o )

M a rio aún no ha regresado a España.

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Bibliografía

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X. Amancio LIÑARES GIRAUT(Negreira, 1961). Licenciado en Geografía eHistoria (especialidad de Hª.Contemporánea) por laUniversidad de Santiago deCompostela. Es catedrático deGeografía e Historia en el IES«Xulián Magariños» de su pue-blo natal y profesor de Linguae Cultura de Galicia en laEscuela Universitaria deTraballo Social de la USC. Hapublicado, como autor o coau-tor, una treintena de librossobre temas históricos, agra-rios, turísticos, biográficos yliterarios. Entre sus obras, conreferencias a la emigración y alexilio están: O Val de Barcala,1900–1936. Agrarismo, vidapolítica, emigración e cultura(Feiraco, 1986); (Ed.) O cente -nario de Castelao na lembran -za, 1986 (Fundación Castelao,1997); Maruxa na Casa-Museode Rosalía (Fundación Rosalíade Castro, 1999) –con G.Rey–; «Diccionario» AntónAvilés de Taramancos(tresCtres, 2003) –con A.Puentes–. En esa misma edito-rial han visto la luz en 2007,Ramón Martínez López; Prensae comarca. Medios de comuni -cación en Negreira, A Baña eBrión no século XX (Premio deEnsayo Manuel Murguía 2006,de la Deputación da Coruña)–con O. Lista– y Son para a“Unión Barcalesa de LaHabana” (1907-2007). Es autorde artículos de temática migra-

Una pru eba irre f u t able de la intensidad del fe n ó-meno migrat o rio ga l l ego a Europa la tenemosen nu e s t ro entorno vital más próximo. Negre i ra

es una localidad que suma 3.400 habitantes (2009), d i s-tante unos 20 km de Santiago de Compostela, c apital delayuntamiento homónimo (poco más de 7.000 h., t a m b i é nen 2009) y cab e c e ra de la comarca nat u ral de Barcala. Suc o n t i n gente humano se distri bu ye en 18 parro q u i a s , c o nmás de 80 entidades singulares de población (2006). Esd e s t a c able en Negre i ra el proceso de urbanización viv i d odesde la década de 1960 –la villa concentraba entoncessólo el 21% de la población municipal– hasta hoy, c u a n-do en el núcleo rector vive casi la mitad (48,3%) del totalde habitantes negre i reses o nicra rienses. Y en el cre c i-miento de esta localidad del suroeste coruñés ha tenido

X. Amancio LIÑARES GIRAUTCatedrático de Geografía e Historia en el IES «Xulián

Magariños» de su pueblo natal y profesor de Lingua e Cultura deGalicia en la Escuela Universitaria de Traballo Social de la USC.

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Gallegos en Europa:historias de emigracióny retorno

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mu cho que ver el éxodo ru ra l , p e ro sobre todo el re t o rno denu e s t ros emigra n t e s , así como, desde tiempos más re c i e n t e s ,los ap o rtes de la inmigra c i ó n , que llega aquí desde Marru e c o s ,I b e ro a m é rica y también procedente de países europeos (187ex t ra n j e ros en 2008, que rep resentan tan sólo el 2,8% del totalp o bl a c i o n a l )1.

Esta profunda huella migrat o ria se visibiliza simplementecon la afi rmación siguiente: p a ra la realización del presente tra-bajo de h i s t o rias de vida, en un círculo de 300 metros alre d e d o rde nu e s t ro domicilio fa m i l i a r, hemos podido entrevistar y obte-ner los testimonios de estas ocho pers o n a s , todas ellas con añosde vida en cuat ro países euro p e o s : A l e m a n i a , Fra n c i a , R e i n oUnido y Suiza. Ese era nu e s t ro objetivo para su inserción en estevo l u m e n , c e n t rado en la emigración española a Europa en elsiglo XX. Pe ro tampoco tendríamos que desplazarnos a unam ayor distancia si en estas ch a rlas quisiéramos incorp o rar losre l atos de emigrantes ga l l egos procedentes de A m é ri c a , de otro spuntos de España, o de población inmigrante residente ahorae n t re nosotro s .

No somos los barcaleses un caso singular, una excepción,ya que circunstancias muy semejantes podrían darse al realizaresta tarea en muchas poblaciones gallegas, todas ellas partícipesde una intensa riada migratoria.

La totalidad de estas entrevistas biogr á ficas se han des-a rrollado utilizando el idioma ga l l ego como vehículo ex p re s i-vo. Sólo debemos puntualizar que en dos casos se incorp o ra ro nen nu e s t ras ch a rlas el castellano y el fra n c é s , d ebido a que unade nu e s t ras interl o c u t o ras –Obdulia Prieto– nació en un puebl ode Zamora (aunque fo rma mat rimonio con un ga l l ego , M a nu e l

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X. AmancioLIÑARES GIRAUT

toria en prensa y revis-tas, así como de las sec-ciones Letras da diáspo -ra y Nas veas da diás -pora, publicadas entre1994 y 2001, sobreescritores y textos galle-gos vinculados a la emi-gración. Ha coordinadolos libros editados porel Grupo EspañaExterior, Ciudadanosespañoles en el mundo.Situación actual y reco -rrido histórico (2008), Elprotagonismo de lamujer en las corrientesmigratorias españolas(2009), Hijos y nietosde la emigración espa -ñola. Las generacionesdel retorno (2009) ytambién el presentevolumen.

(1)Datos extraídos de X. A.

LIÑARES GIRAUT,Negreira. Guía turística,

Concello de Negreira,2009.

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Quintáns) y el otro pro t agonista –Olivier Cantero – , hijo dega l l ego s , ha pasado toda su vida en Pa r í s , hasta el re t o rno eneste año 2009. Y es que este grupo de emigra n t e s , todos ellosde procedencia ru ra l , ha mantenido su lengua ve rnácula a tra-vés del tiempo, tanto durante su estancia en dive rsos paísese u ro p e os como en la actualidad, cuando siguen utilizándolac o t i d i a n a m e n t e, ya re i n t egrados a su tierra nat iva.

S u b raya m o s , por tanto, q u e, dadas las características deeste libro , las opiniones re c ogidas han sido traducidas y tra n s-c ritas en su totalidad al idioma castellano. Como bien puedeo b s e rva rs e, la cuestión lingüística fo rma parte de todo el entra-mado de la emigración. La lengua mat e rna y propia –el ga l l e-go– se re s e rva para las vivencias más íntimas, p e rsonales yfa m i l i a res; mientras que la B abel idiomática –castellano, f ra n-c é s , i n g l é s , alemán– ap a rece en sus vidas como algo necesari o ,d ebido a las relaciones con el ámbito español y a las circ u n s-tancias más ofi c i a l e s , l ab o rales así como de inserción en lassociedades políglotas a las que se han diri gido como emigra n-tes. También es común denominador el hecho de que esos idio-mas europeos llega ron todos ellos a entenderlos y pra c t i c a rl o ssolamente en su ve rtiente ora l , p o rque la fo rmación de base deescasos estudios pri m a rios en estos emigrantes –además,ex cl u s ivamente en castellano, con la ex c epción aquí del fra n-cés escolar de Olivier Cantero – , sus pro l o n gadas jornadas det rab a j o , y su pensamiento siempre en el regre s o , no les hanfacilitado el cultivo de la escri t u ra , siendo en la práctica ágra-fos en esas lenguas que les sonaban tan ex t rañas. Tan sólo elpaso de los años en esos países foráneos consiguió que se fa m i-l i a rizasen con sus habl a s , p e ro más que nada en la ora l i d a d.

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TESTIMONIOS DE GALLEGOS EMIGRANTES EN EUROPA

Nombre: Jesús Vieito Casal.

Lugar y fecha de nacimiento:Lañas, A Baña (A Coruña).20/5/1939.

Edad: 70 años.

Países de emigración: Brasil y Alemania (destino másprolongado).

Años vividos en la emigración: 22 (1959-1981).

Año del retorno definitivo: 1981.

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: jubilado.

Nombre: Irene González Varela.

Lugar y fecha de nacimiento: Lañas, A Baña (A Coruña).12/11/1940.

Edad: 69 años.

Países de emigración: Brasil y Alemania (destino másprolongado).

Años vividos en la emigración: 20 (1960-1980).

Año del retorno definitivo: 1980.

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: jubilada.

Jesús e Irene son matrimonio y tienen un hijo, José Manuel VieitoGonzález (1965). (Entrevista: 19/10/2009).

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EN ALEMANIA

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Jesús (o C h u ch o, fa m i l i a rmente) Vieito e Irene Gonzálezp roceden del ru ral campesino ga l l ego , como la casi totalidad denu e s t ros entrevistados. Los dos fo rm aban parte de un núcleo fa m i-liar tradicional; eran vástagos de un mat rimonio con cinco hijos.Sus re s p e c t ivas fa m i l i a s , de la misma parroquia bañesa, t e n í a nl ab ranza en casa. En ellas trab a j a ron ambos, y con pocas horas deescuela pri m a ri a , en su infancia y adolescencia. “En nu e s t ra casa,además de va c a s , teníamos dos pares de bu eye s , p o rque nos dedi-cábamos también al tra n s p o rte local de madera. Mi hermano Ti n ot rab a j aba en la mina y Che estaba en el servicio militar, así que yotenía que trabajar en casa” ( Jesús). Ya a partir de los años de lap u b e rt a d, la pareja conv i rtió su at racción mutua en un pre c o zn ov i a z go entre dos jóvenes “ muy conocidos los dos” y ve c i n o s .

Con veinte años recién cumplidos, Jesús decidió tomar elcamino de la emigración, llevando para Brasil un baúl y unamaleta. Además, mejor ir a probar fortuna lejos que tener que

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incorporarse al servicio militar obligatorio “a perder el tiempo”,nos dice, que lo ocuparía casi dos años. Para preparar el viaje,además de ayudar en la explotación agraria paterna, aprendiódurante unos meses el oficio de zapatero, que le serviría para supronta inserción laboral en la populosa São Paulo. Un agentededicado a enviar mozos emigrantes de la comarca a América–Ceferino Forján– le gestionó el primer billete para embarcar enVigo. Al principio pensaba en que su destino sería Venezuela,p e ro le info rm a ron sobre las dificultades coy u n t u rales delmomento en el país bolivariano, “que había rumores de que esta-ba poniéndose muy mal”. Además unos primos que ya tenía asen-tados en Brasil –naturales de Lens (Ames)– les facilitarían lascosas nada más llegar al trópico sur, a la grandiosidad de Brasil:

Marché porque se iba mucha gente, y se comentaba que aquelloera una América, en el sentido de tierra de fortuna. Pero esa pros-peridad no resultaría tan fácil. Me dijeron mis primos: “vienespara acá, que no hay ningún problema”. Yo aquí estaba sin oficio,dedicado sólo a la labranza en casa. Irene y yo éramos noviosdesde al menos dos años antes, y esta separación de ella y de latierra natal fue el primer desgarro en esa decisión. Pero nos uníala idea de que aquí no había futuro y que tendríamos que resolver-lo buscándolo por el mundo adelante. El barco español en quemarché se llamaba Monte Uber, creo recordar, y el viaje durócatorce días, hasta que llegamos a Río de Janeiro. El primer des-tino fue la ciudad de Santos, pero mi primo no apareció. Ellosvivían en un barrio de São Paulo, y tardé unos días en localizar-los, porque habían cambiado su domicilio recientemente. Aquít e n go que agradecer la ayuda de un ponteve d r é s , l l a m a d oModesto, que ya estaba más acostumbrado a andar por el mundo.Tras varias peripecias, se produjo el encuentro con mi pariente, al

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X. AmancioLIÑARES GIRAUT

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que pude localizar gracias a mi vecino José Casal. Allí, en un arra-bal de São Paulo comenzó mi vida de emigrante, trabajando comozapatero, primero en una factoría pequeña, de siete empleados,haciendo esos zapatos italianos de tipo mocasines, pero despuéspasé a una fábrica italiana de unos trescientos trabajadores.Siempre en el oficio del calzado (JESÚS).

Su estancia en Brasil se prolongó durante seis años (1959-1965). Pero sólo permaneció soltero los primeros meses, porquepronto se casó “por poderes” con Irene, y ella no tardó en reunir-se con él (13/11/1961) en aquel extrarradio paulista. Jesús se diri-gió al consulado y después a una iglesia, con testigos, “para arre-glar los papeles de la boda”. E Irene celebraba su ceremonia ybanquete nupcial en su parroquia de Lañas, el 10 de diciembre de1960, coincidiendo con la fiesta de la patrona, Santa Eulalia. Eneste casamiento “por poder”, la moza lucía un vestido azul mari-no con un velo y estuvo acompañada de su futuro suegro, quedesempeñaba ante el altar el papel de novio. Su cuñado Alfonsoejerció de padrino.

No era algo extraño esto; en aquel entonces había muchas bodaspor poder, debido a la emigración. Chucho le escribió una carta asu padre, en la que le manifestaba su intención de casarse conmi-go. Mi futuro suegro estaba en un prado y comentó el tema conmi padre. “Me ha escrito mi hijo, diciéndome que se quiere casarcon Irene, ¿y a ti que te parece?”, le preguntó a mi padre. Y el res-pondió: “mira, que no se casen aún, porque mi hija es muy joven,aún tienen tiempo más adelante. Me hace falta para ayudar en eltrabajo de la casa”. Pero mi suegro le contestó: “oye, mi hijo esjoven, pero tiene el sentido muy completo, es muy inteligente,

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buen rapaz y formal. Y porque sean jóvenes pueden llegar a tenermuchas cosas, igual que los viejos. Déjalos que se casen”.No quise que una hermana mía, emigrante en Venezuela, meenviase un vestido blanco de novia. En aquel tiempo eso solo seponía en las ciudades. Yo le dije ante ese ofrecimiento que se olvi-dase del tema, que si iba vestida de blanco nupcial, hablarían demí en la parroquia. Y hay otra anécdota del día de esta curiosaboda. El cura le dijo a mi suegro: “José, hoy estarás contento, por-que tienes dos mujeres”, a lo que él respondió: “la joven no espara mí, que es para mi hijo. Yo ya tengo una vieja”.La Acción Católica me arregló los papeles en A Coruña. Los faci-litaban por el tema de la reunión familiar. Cuando llegué a Brasiltrabajé en empresas textiles. El clima no me sentó bien. Meemplearon en una fábrica de portugueses y austriacos. Recuerdoque fue cuando mataron a Kennedy en Estados Unidos. Vivíamosen una casa pequeña, de planta baja, aneja a la de nuestros primos.Después quedé embarazada y dejé de trabajar (IRENE).

El joven mat rimonio todavía hacía planes de futuro enB ra s i l , ante el próximo nacimiento de su único hijo. Compra ro nun solar con la intención de asentarse en São Paulo. Incl u s oa d q u i ri e ron los hierro s , a rena y puertas para empezar a cons-t ruir su vivienda fa m i l i a r. Pe ro sobre todo a C h u cho el clima yla alimentación no le sentaban bien. Se encontraba mu ch a sveces delicado de salud. Las fe i j o a d a s y la dieta brasileña lee s t ro p e aban el intestino. Las consultas médicas privadas –casilas únicas existentes– le re s u l t aban caras y frecuentes. Esas cir-cunstancias los mov i e ron a contactar con otro pri m o , e m i gra n-te en A l e m a n i a , que se comprometió a bu s c a rles trabajo allí ylos animó en su re t o rno a Galicia, p a ra inmediatamente re c a l a ren el país ge rmánico.

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Fueron casi seis años en Brasil, y con idea de permanecer allí.Pero yo me encontraba siempre mal. El clima y las comidas mesentaban fatal. Era un calor sofocante, con una alta humedad Losservicios sanitarios eran escasos, privados y caros. Preparamoslos papeles en el consulado alemán. Vendimos el solar. La fábricame debía seis meses de sueldo, y llegué a un acuerdo con la direc-ción, por el que me pagaron entregándome cien pares de zapatos.Regresamos a España en un barco francés (JESÚS).

Fi n a l m e n t e, se despre n d i e ron de todo y se fueron. De vuel-ta a la tierra mat ri c i a l , el tiempo ap u raba para intentar el comien-zo de una nu eva vida de emigrantes en centro e u ropa. Los visadosde entrada a Alemania caducaban en un plazo de tres meses. Je s ú sse marcharía pronto para allá. Mientras tanto, I rene se conve rtía enla madre de José Manu e l , “di a luz en la casa de mis padre s , d eb a-jo de la ch i m e n e a , en ab ril de 1965”. Pasado tan sólo un mes, s ereencontró con C h u cho en su nu evo destino, “ p o rque el 30 dem ayo me caducaba el permiso para poder establ e c e rme enAlemania con mi mari d o ” ( I rene). El bebé quedaba en la aldea,inicialmente en el domicilio mat e rno. Pe ro en pocos meses quedóa cargo de sus abuelos y tíos pat e rn o s , en donde tra n s c u rri e ron losaños de su infancia. Jesús e Irene pasaron ahora a vivir y trab a j a rd u ro en Münster- H i l t ru p , no lejos de Düsseldorf, en Essen.

Para establecerse en Alemania tenían que justificar quedisponían de una habitación o vivienda. Su primo Secundino lesfacilitó este primer hogar.

En los pri m e ros meses de la llegada estuvimos en una hab i t a c i ó npequeña. Después pasamos a un ap a rtamento con tres cuart o s , baño y

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cocina pequeña que compartíamos tres mat rimonios de emigra n t e s .Después ya dispusimos de una vivienda de mayor amplitud y calidad.En Alemania además estuvieron mis hermanos A l fonso y Lola. Y delos hermanos de Ire n e, t res también fueron emigrantes (JESÚS).

D u rante los 16 años de trabajo en aquellas tierras teutonas,Jesús tuvo que abandonar su especialidad en suelas y pieles dez ap atos y ap render todos los secretos de las pinturas industri a l e s .En toda su vida lab o ral en Alemania trabajó en la misma empre s a(Basf Farben & Fa s e rn AG. Max-winkelman Stra s e ) , aunque re a l i-zando tareas distintas, cada vez más sofisticadas. Llegó a prep a ra rél mismo las mezclas de pinturas y los colores para los mu e s t ra ri o sde coch e s , que luego se env i aban a los concesionarios cuando salí-an nu evos modelos de automóviles al mercado. Era una gran fa c-toría con más de tres mil opera ri o s , la mayoría alemanes, d e d i c a d aa la fab ricación de pinturas y otros productos químicos, que “ o c u-p aba en extensión tanto como el casco urbano de Negre i ra ” , n o sd e s c ribe Jesús Vieito. Según nos indica también, su primer ap e l l i-do era pro nunciado por los alemanes casi como fi e i t o ( h e l e ch o , e nga l l ego ) , y a él no le gustaba. De ahí que pre fería que le llamasenh e rr C a s a l , señor Casal (su apellido mat e rno). También se diri g í a na el como h e rr Jesus. Se ex t ra ñ aban mu cho con su nombre, “ p o r-que allí Jesus es Dios”, puntualiza Ire n e.

Al principio mi trabajo consistía en distri buir los líquidos y pintu-ras por la factoría. Tenía que lleva rles estos productos a los quími-cos en los lab o rat o rios. Unos seis meses o así. También cada seismeses se celeb raban asambleas de obre ros en la fábri c a , en el pro-pio hora rio de trab a j o , p a ra tratar asuntos lab o rales. No re c u e rd osituaciones tensas o confl i c t ivas allí. El maestro jefe alemán mequería mu cho. Tu ve que ap render los número s , p o rque práctica-

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mente yo no había tenido escuela. El hora rio lab o ral iba, de lunesa viern e s , desde las siete de la mañana a las cuat ro menos cuart ode la tard e, con un descanso matinal de quince minutos para el des-ayuno y un tiempo para comer de tres cuartos de hora (JESÚS).

Mas la jornada laboral de este bañés era mucho más dila-tada: “Trabajaba mucho más, tanto dentro como fuera de laempresa. En la fábrica hacía horas extras. Tengo empezado a lassiete de la mañana, terminar a las cuatro de la tarde, ir a casa,empezar de nuevo a las seis de la tarde, parar para cenar y a lasnueve y media continuar trabajando hasta las seis de la madruga-da del sábado y no parar después hasta la una del mediodía de esesábado. ¡Muchas veces!” (Jesús). Eso en la empresa, pero sucarga laboral se completaba también fuera, realizando labores dejardinería para el director de su fábrica y hostelería, en dondeJesús preparaba ensaladas, fregaba platos o freía patatas en algu-nos hoteles, hasta las once de la noche.

Quedé muy contento del trato de mis jefes y de los alemanes.El aspecto lab o ral era maravilloso. A mí me ap re c i aba todo elmundo. En buena hora lo diga , que otros no hablan así. Not u ve ningún pro blema con los alemanes, i n cluso jugaba a lasc a rtas con ellos. También es cierto que siempre colaboré conaquella gente y nunca re chacé ningún trabajo. Pa ra nosotro se ra una segunda pat ria. Teníamos un mes de va c a c i o n e s , q u eiba aumentando en un día cada año. En los últimos años lle-gamos a acumular seis semanas de va c a c i o n e s , que ap rove-chábamos para venir a España. No cobrábamos los llamadospuntos por los hijos, al trabajar ambos, mi esposa y yo. Se losp agaban además a los que tenían va rios hijos, y ese no eranu e s t ro caso (JESÚS).

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Durante los 16años de trabajoen aquellas tie-rras teutonas,Jesús tuvo queabandonar suespecialidad ensuelas y pieles dezapatos y apren-der todos lossecretos de laspinturas indus-triales. En todasu vida laboralen Alemania tra-bajó en la mismaempresa (BasfFarben & FasernAG. Max-winkel-man Strase), aun-que realizandotareas distintas,cada vez mássofisticadas.

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Chucho conserva con lógico cariño y orgullo el Certificadoque la empresa Basf le entregó en los momentos previos a suretorno, con fecha 31/7/1981. El original en alemán se lo tradujouna intérprete y asistenta social para españoles, R. Meurer. Juntoa su firma en el documento, plasmaron un cuño de Cáritas, de laCaritasverband für die diözese Münster. Asistencia Social paraespañoles. En él puede leerse, entre otros detalles que: “Hemosconocido al señor Vieito Casal como un colaborador diligente,concienzudo, y cumplidor de sus deberes (…). Debido a su buenadisposición a colaborar objetivamente y ayudar siempre, disfrutódel aprecio tanto de sus superiores como de todos los colabora-dores. Lamentamos mucho que (…) regrese a su patria Espana[sic] antes de lo previsto por motivos personales. Le deseamosmucha buena suerte para el futuro”.

La experiencia laboral de Irene González en Alemaniacomenzó también nada más llegar a Münster-Hiltrup, en aquellaprimavera de 1965. Empezó trabajando en un hospital regido porreligiosas, despachando la alimentación a los pacientes. Sus difi-cultades iniciales se debían al desconocimiento del idioma, quepodían generar confusiones en el reparto de esas comidas para losenfermos. Desde el principio contó siempre con la ayuda de unsacerdote alemán, que servía de guía y apoyo a los trabajadoresespañoles. “El pater o pastor se llamaba herr Henssil”, aclara. Enese centro hospitalario mantuvo el empleo durante unos seisaños, también entre las 7 y las 15.45 h. Y, al igual que Jesús, com-pletaba su actividad laboral con otras tres horas haciendo limpie-za de oficinas y un comercio de textil. Por lo tanto, tampoco losfines de semana eran libres completamente para el ocio, debido aestas horas extras como limpiadora.

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El trabajo en aquel hospital, que era un convento y hospital, en elque había monjas y médicos, me resultó complicado al pri n c i p i opor desconocer el idioma. Trab a j aba en la cocina y tenía que serv i rla comida a los enfe rmos. Me repetía a mi misma: u n o , dos tre s ,e i n s , z we i , d re i , u n o , d o s , t re s , e i n s , z we i , d re i … , p o rque podíamosa rmar confusiones con las bandejas nu m e radas para los enfe rmos ysu alimentación adecuada. ¡Era un rollo! Debíamos ap render lasp a l ab ras básicas, los nombres de los menús. Las monjas no queríanque dejase el trab a j o , cuando decidí ir a solicitar empleo a la mismaf á b rica que mi esposo. Decían que yo era muy limpia y ordenada yque podría vo l ver a trabajar allí en horas libre s , en fines de semanao fe s t ivos. Y así lo hice durante un tiempo. Cuando decidí pedir tra-bajo en la fábrica de pintura s , también repetía por el camino la fra s eque debería pro nunciar al llegar allí: I ch möchte an den dolmetsch e rge h e n , I ch möchte an den dolmetscher ge h e n … , que signifi c a : yoq u i e ro ir al intérp re t e. La policía del ex t e rior de la fábrica me con-dujo a su despacho. Era un hombre bien guap o , por cierto. Me re c i-bió amablemente y me indicó que podría empezar ya al día siguien-t e. Así lo hice (IRENE).

Antes de finalizar esta conve rs a c i ó n , el mat rimonio Vi e i t o -González aún comentó otros aspectos de su estancia en A l e m a n i a : e ltema de los hora ri o s , de la adaptación a los hábitos del país, los pro-blemas inducidos por la ausencia de su hijo, su tiempo de ocio, s uidea del re t o rno…; pero sobre todo insistían en lo mu cho que hab í a nt rab a j a d o , en que de los alemanes tienen que hablar “ s i e m p re bien”.Estando allá, gi raban sus ahorros a España y, pensando siempre en elre t o rn o , se prep a raban para su nu eva vida en el regreso defi n i t ivo .C o m p ra ron un piso en A Coruña y otro en Santiago. A d q u i ri e ron unsolar en Negre i ra (“lo compramos por teléfo n o ” ) , p a ra levantar une d i ficio con bajo comercial y cuat ro altura s .

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Su poco tiempo libre lo dedicaban a los juegos de bara j a , apasear y asistían a la misa católica dominical. C h u ch o i n cl u s oayudó a la creación de un centro re c re at ivo de emigrantes enM ü n s t e r- H i l t rup (“Fui el socio número cinco y fo rmé parte de lad i re c t iva del Centro Español de Hiltrup”). El local se inauguró enun espacio priva d o , y después la fábrica les prestó unas dep e n d e n-cias (“Lo fuimos prep a rando en horas libre s , gracias sobre todo alimpulso de un emigrante asturi a n o , Joaquín Vallina. Era un centrosocial para todos los españoles, p o rque en la factoría debíamos sermás de tre s c i e n t o s ” , n a rra Jesús). En él se celeb raban bailes, fi e s-t a s , a c t ividades ga s t ronómicas con comidas españolas…

Allí tienes que adaptarte a sus costumbres. Por ejemplo, en lascalles no hay nadie después de la nueve de la noche. A partir delas siete todos los niños están ya en la cama. Pasadas esas horasno puede haber ruido alguno. ¡Tienes que adaptarte! Ahora no sé;parece que cambió, pero entonces era así. Solíamos venir de vaca-ciones coincidiendo con la fiesta de San Francisco, en octubre, ennuestra parroquia de Lañas (IRENE).

Quieren subrayar también lo duro que resulta el dejar a unhijo en la tierra nativa, al cuidado de sus familiares, para queambos cónyuges puedan trabajar. No le aconsejan a nadie estaexperiencia que juzgan traumática. “Un hijo sólo no se debe tenernunca. Y no debe dejarse al cuidado de nadie”, afirma Irene con-vencida, y Chucho asiente.

José Manuel viajó en va rias ocasiones a A l e m a n i a , d u rante losve ranos. Estudió en Santiago y en Negre i ra. Hasta que se fi rm óun convenio hispano-alemán, s o b re los años setenta, casi ningún

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e m i grante tenía sus hijos allá. Había pro blemas de falta dev ivienda. El idioma y la vivienda fueron los dos pro blemas mási m p o rtantes. Yo creo más bien que no los querían en el país. Esec o nvenio permitía más la re u n i ficación fa m i l i a r. Cuando el niñotenía tres años nos planteamos lleva rlo con nosotro s , p e ro elp ropio abuelo nos pidió que no lo hiciésemos. “ Yo voy a mori rp ro n t o ” , d e c í a , “y dejadlo aquí conmigo hasta que yo fa l t e ” .Ellos lo habían criado. Nuestro hijo les llamaba padres a ellos,p o rque los niños llaman padres a quienes ven y están con ellos.Pa ra José Manu e l , cuando ve n í a m o s , n o s o t ros éramos dos des-conocidos. Es cosa de compre n d e r. Ta rdó mu cho tiempo enmantener la confianza con nosotros. La adaptación fue mu ycomplicada (IRENE).

Al final yo ganaba bien allá, y no pensábamos en venir. Tenía unsueldazo. El director de la fábrica, al que le arreglaba el jardín desu casa, me aconsejaba: “Jesús: trae a tu hijo, porque ya es mayory puede estudiar aquí. Vosotros estáis muy bien en Alemania”.Pero el niño no quería ir (JESÚS).

Con el regre s o , I rene ab rió un comercio de tex t i l(Confecciones Irene) y Jesús se empleó en las Bodegas SanMauro, en Negreira, hasta 1993. A los 56 años ya decidió no tra-bajar más fuera de casa. Se dedicó a ayudar a su esposa en la tien-da y en las tareas hogareñas. Ahora ambos están jubilados, se pre-ocupan de sus descendientes, en especial de Miguel, su tambiénúnico nieto y reciben sus rentas inmobiliarias –varios alquileres–además de las pensiones que reciben de A l e m a n i a , de laSeguridad Social española y también algo de Brasil. Aunquereconocen que, como es lógico por su tiempo vivido y cotizadoallá, la mayor aportación les llega desde el país del Rhin.

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Nombre: María Dolores Negreira Fajín.

Lugar y fecha de nacimiento: Ons, Brión (A Coruña).17/4/1943.

Edad: 66 años.

Países de emigración: Venezuela y Francia (destino másprolongado).

Años vividos en la emigración: 46 (1963-2009).

Año del retorno definitivo: 2009.

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: jubilada.

Nombre: Olivier Cantero Negreira.

Lugar y fecha de nacimiento: París (Francia). 11/6/1981.

Edad: 28 años.

País de emigración: Francia.

Años vividos en la emigración: 28.

Año del retorno definitivo: 2009.

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: cursos de formación en centros para dis-capacitados.

María y Olivier son madre e hijo (Entrevista: 20/10/2009).

EN FRANCIA

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Una buena parte de la realidad y proyecto vital de MaríaN egre i ra y su familia se estre l l aban contra el asfalto de una carre t e-ra catalana. Allí mismo, en ese fatídico accidente de tráfico del ve ra-no de 1987, fallecía su esposo –Antonio Cantero , de Guitiri z( L u go ) – , ella sufría heridas leve s , p e ro Oliv i e r, su único hijo de seisaños se go l p e aba fuertemente en la cabeza. Los tres salían despedi-dos del vehículo… Como consecuencia, al niño le quedarían unasgraves lesiones que también determ i n a ron su futuro vital: una hemi-plejia y lesiones cereb rales. Coraje y entere z a : tales fueron las acti-tudes que marc a ron a María desde aquel funesto acontecimiento. Enel automóvil destrozado quedaban también los restos de todos losplanes de esta familia ga l l ega emigrante en París. Tra u m at i z a d o s ,María Negre i ra , v i u d a , y Olivier Cantero , h u é r fano y con minu s va-l í a , tendrían que emprender una nu eva vida.

María nació en Salaño Pe q u e n o , una aldea de Ons, en elmunicipio coruñés de Brión. Pe rtenece a una familia nu m e ro s a , d e

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o cho herm a n o s , cinco va rones y tres mu j e res. Un hogar con lasc a rencias de la posguerra , d i g n i d a d, humildad y pobreza. Una fa m i-lia pro l e t a ria. Sus padres eran caseros y la vivienda se situaba mu ypróxima y dependiente de la Casa de A l m e s t ro , ésta con ap a ri e n c i ade p a zo de medianas dimensiones, en la que mandaba –y mu ch o –el señor César Soto Velasco. Los Negre i ra también poseían unaspocas tierra s , por la línea mat e rna de los Fajín. Su padre ap o rt aba ala economía familiar su salario como albañil. “Pude ir muy poco ala escuela de la aldea”. Su primer trabajo fuera de casa la llevó a lap a rroquia próxima de Vi c e s o , a ayudar a otro lab rador en el cuida-do del ganado. “ También trabajé en el servicio doméstico en la casade los A l m e s t ro , siendo muy joven. Aquellos señores querían quet rabajásemos todos en su entorn o , como caseros a su servicio. Aellos les iba bien con nu e s t ro trabajo allí, p e ro resultaría ruinoso simis hermanos y yo no decidiésemos marchar por el mundo comoe m i grantes. Allí no tendríamos futuro ” , a fi rma María con ro t u n d i-d a d. Desde Ons, con 16 años, se diri gió a la ciudad de A Coru ñ a ,p o rque la llevó allí una tía. Desempeñó va rios trabajos como asis-t e n t a , i n cluso en el consulado de Venezuela. Guarda buena memo-ria del trato dispensado por alguna de esas familias a las que serv í aen las tareas domésticas: “ e s t aba contenta; me trat aban como sifuese su hija. Ganaba quinientas pesetas al mes; allí me daban camay comida, toda la semana. Era en la calle Riazor”. Sin embargodecidió march a rse a Ve n e z u e l a .

Me llamó una hermana que ya estaba casada en Caracas. Todos mish e rm a n o s , menos Oliv i a , h abían ya dejado nu e s t ra casa de Salaño yt rab a j aban en distintos luga re s : O u re n s e, Z a m o ra , M o n d rag ó n ,Venezuela. Más tarde algunos de ellos se diri gi e ron a París. March é

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en un barc o , que se llamaba Montserrat , desde A Coru ñ a , que mel l evó a La Guaira , y me instalé en Caracas. Fueron trece días de viaje:A Coru ñ a , Vi go , Te n e ri fe, Las Palmas…; lo pasé muy bien. En lac apital ve n e zolana trabajé también como empleada de hoga r, con unm at rimonio de un portugués y una ve n e zolana. Cuidaba a un niño dec u at ro años. Estuve siempre con ellos, p e ro no me gustaba el ambien-te ni la gente de allí. Mi hermana Carmen regre s ab a , y no quise que-d a rme sola. El clima ve n e zolano era maravilloso. Acudía a los bailesde la Hermandad Gallega e incluso tuve un novio de Oure n s e.D u rante algo más de un año viví de nu evo en A Coru ñ a , p o rque leay u d aba a mi hermana en el Bar Negre i ra , que había ab i e rto cuandore t o rnó de Venezuela. Después decidí emigrar a Fra n c i a , en donde mesentí acogida gustosamente por mi familia. Viajé en tren y no pensa-ba en la dificultad inicial del idioma. Otra vez trabajé en la asistenciad o m é s t i c a , a h o ra con una familia parisina (MARÍA).

En aquel hogar francés ap rendió las pri m e ras palab ra s , q u ele enseñaba su pat ro n a , p a ra que ella rep i t i e s e : c o u t e a u , fo u rch e t t e,a s s i e t e, va s e …, c u ch i l l o , t e n e d o r, p l at o , vaso (“¡Ay, m a d re mía,tener que meter todo eso en la cabeza!”). Estaba mu chas hora s ,i n cluso dormía allí y ese empleo lo mantuvo dos años; el trabajo noe ra agobiante y le daban los fines de semana libres. Dice conocer amu chos emigrantes escl avos del trab a j o , “si podían, t rab a j aban lasve i n t i c u at ro horas del día, p e ro yo no soy así”. En su tiempo de ociop a s e ab a , asistía a las misas católicas y a los bailes de los centros dee m i grados. “ I n cluso Olivier fue bautizado por un cura español”,comenta. Conoció un par de hoga res más como empleada de serv i-c i o , “ s i e m p re como employée de maison” – ap o s t i l l a – , p e ro dura n t elas últimas dos décadas permaneció con los mismos jefe s , en unarelación muy amistosa, c u a s i fa m i l i a r.

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En aquel hogarfrancés aprendiólas primeras pala-bras, que le ense-ñaba su patrona,para que ellarepitiese: coute -au, fourchette,assiete, vase…,cuchillo, tene-dor, plato, vaso(“¡Ay, madremía, tener quemeter todo esoen la cabeza!”).Estaba muchashoras, inclusodormía allí y eseempleo lo mantu-vo dos años; eltrabajo no eraagobiante y ledaban los finesde semana libres.

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Trabajé veinte años en la casa de un mat rimonio. Ella es una doctoradentista y él, p rotésico. Limpiaba la cl í n i c a , los ap a ratos y la viv i e n-d a , c o c i n ab a , l avab a , p l a n ch ab a … , en la rue D´Alésia. Desde que mec a s é , en 1980, v ivimos en un ap a rtamento de la avenida Paul Ap p e l ly dejé la habitación de soltera. Nuestro nov i a z go no duró ni un año.Antonio y yo nos conocimos en una cena de fin de año y ya nos casa-mos en el ve rano siguiente. Antonio trab a j aba como técnico de av i a-c i ó n , en la compañía Marcel Dassault Breguet Av i at i o n , en su fábri c ade las afueras de París. Olivier nació en 1981. Desde el año 66 ve n í aa Galicia todos los años. Los hermanos solíamos juntarnos en la fi e s-ta parroquial de Nuestra Señora. Me gustó el país francés y sus ge n-tes. Nunca me sentí despreciada ni discriminada. Ni siquiera me causóp ro blema el idioma. Hasta que lo ap re n d í , me entendía por señas.Tenía cl a ro que debería adap t a rme yo a sus leyes y costumbres; noellos a mí. Y para hacer compara c i o n e s , tendría que conocer la re fe-rencia de Madrid o Barcelona. No se puede comparar a la vida y a lagente de París con la de un pueblo ru ral y pequeño. Sólo puedo decirque todo bien, très bien, d u rante mis tantos años en Francia. Si noh u b i e ra ocurrido aquella desgracia… (MARÍA).

Ese ritmo cotidiano de una familia emigrante se tru n c ó , c o m oi n d i c a m o s , en el ve rano de 1987, c e rca de Barcelona. No era su ru t an o rmal para venir a España, p e ro en la capital catalana habían asisti-do a la fiesta de boda de un sobrino. Al día siguiente continu a r í a nviaje en ruta a Guitiriz y Ons. Era el 4 de agosto. Antonio perdió lavida en el acto, t ras aquel choque y salida de vía en la autopista.

No sé como fue. Dimos vueltas en la carre t e ra , el coche se puso dep i e. Me levanté. Mi marido estaba tirado. Pe rdí el conocimiento. Amí me lleva ron a un centro sanitario próximo, con pro blemas en unb ra zo , y a Olivier a un hospital de Léri d a , desde donde fue tra s l a d a-

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do en helicóptero al hospital infantil de Barcelona. Mi familia lleg óp ronto desde Barc e l o n a , p o rque en el coche había quedado tira d auna invitación de boda, y la policía pudo avisar a mis fa m i l i a res gra-cias a ese detalle. El accidente ocurrió a las ocho y veinte de lam a ñ a n a , y mis hermanos me comu n i c a ron el fallecimiento de mim a rido esa misma tard e. Lo enterramos en el cementerio de Ons. Yop e n s aba en regresar algún día defi n i t ivamente a Galicia, y pre fe r íque sus restos mortales se depositasen aquí, y no en Francia. Oliv i e re s t u vo ingresado doce días en un hospital barc e l o n é s , y después vo l-vimos directamente a París. Estuve un año sin trab a j a r, al cuidadodel niño, y muy tri s t e. Me ay u d aban dos asistentas. Pude educarl oen colegios públicos franceses de enseñanza especial, y quedóa m p a rado por la cobert u ra económica del seg u ro de la compañía delc o che (MARÍA).

A h o ra Olivier tiene 28 años. Mientras su madre trab a j ab a , é lacudió a un centro para personas discap a c i t a d a s , en la capital fra n-cesa. En todo este tiempo siempre regre s a ron de vacaciones aEspaña. María compró un piso en Negre i ra , cuando le faltó tambiénsu madre. A s i m i s m o , va rios de sus hermanos mu ri e ron en los últi-mos años. Es una mujer de carácter y decidida. “ Yo no podía estard ep rimida. No tenía personas en quien ap oya rm e. Estaba en Fra n c i asola con él”. Alcanzada ya la edad de su jubilación, María y su hijohan dejado París en este 2009. Pro c u rará que Olivier continúe aquícon sus cursos de fo rmación y ocupación. Estuvo pre s e n t e, c o m oab s t ra í d o , en esta conve rsación. Por el momento, solo habla yentiende el francés y se le hace difícil leer o escri b i r. Ella acaba dec o m p ra rse un coche nu evo , v iven los dos en su ap a rtamento de laRúa do Ta m b re, c e rcanos a los parientes que aún conserva n , y encompañía de su gata C a c a h u è t e.

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Nombre: José Antonio Villar Pérez.

Lugar y fecha de nacimiento: Aro, Negreira (A Coruña).13/9/1947.

Edad: 62 años.

País de emigración: Reino Unido.

Años vividos en la emigración: 10 (1972-1982).

Año del retorno definitivo: 1982.

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: hostelería.

Nombre: María Nieves Suárez Fariña.

Lugar y fecha de nacimiento: Aro, Negreira (A Coruña).9/5/1951.

Edad: 58 años.

País de emigración: Reino Unido.

Años vividos en la emigración: 9 (1972-1981).

Año del retorno definitivo: 1981

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: hostelería.

Antonio y Nieves son matrimonio y tienen dos hijos, José Antonio(1977) y Miguel (1989) Villar Suárez. (Entrevista: 21/10/2009).

EN GRAN BRETAÑA

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A Antonio Villar y a Nieves Suárez les gustó el nombre deFo n t a n a p a ra designar a la flamante cafetería que abrían en la part enu eva de Negre i ra durante el año 1982. “Nos gustó más llamarl eFontana que La Fuente, por ejemplo. Era un nombre que conocía-mos en Live rpool. Les llamaban Fontana a va rios establ e c i m i e n t o scon este nombre italiano en Inglat e rra”. En el pueblo y en la zo n ase regi s t ran otros nombres de bares y re s t a u rantes que re flejan lahuella de la emigra c i ó n : O ri e l , Z u ri ch , H e l ve t i a , London (mu ch o svecinos pro nu n c i aban Londón), Buenos A i re s , L ive rpool (“op o l o ” , le hemos oído en una ocasión a un paisano para re fe ri rse aesta parrillada de Mazari c o s ) , E u ro p a , Pa r í s , S u í z a …

Antonio forma parte de una familia labriega de cinco her-manos –tres hombres y dos mujeres–, de los cuales dos conocie-ron en primera persona la emigración a Gran Bretaña. Nieves erahija también del rural gallego, y su padre emigró a Brasil cuandoella contaba sólo once meses. No regresó. Pero sabe que su pro-

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genitor aún vive en aquella parte de América, en Río de Janeiro.Los dos son naturales de Aro (Negreira), una parroquia que hastael siglo XIX ejercía como capital del municipio y en la que situóen un tiempo la casa consistorial. Antonio asistió a una escuelaparticular en Pedralonga, en donde impartía clases y enseñaba lascuatro reglas de un modo altruista su tío José Villar, recientemen-te homenajeado por sacar del analfabetismo y enseñar las prime-ras letras a muchos niños aldeanos. La escuela oficial de SanVicente, en la que estudiaba Nieves, distaba unos cinco kilóme-tros, “los inviernos eran duros y las comunicaciones escasas ymalas. Esos eran los motivos por los que los niños de Pedralongay Tuñas recibíamos la enseñanza en una casa familiar arregladapara esa función”, recalca Antonio.

Se hicieron novios en la propia parroquia natal y cuandoen 1972 se establecieron en el entorno de Liverpool ya estabancasados, desde marzo de 1971. Una hermana de Antonio y sucuñado le enviaron un contrato de trabajo. Él casi tenía 25 años,y con anterioridad había trabajado como labrador y albañil, ade-más de cumplir con la mili en la marina, en acuartelamientos deFerrol y Cartagena. Nieves no tenía experiencia laboral fuera desu domicilio familiar. Ayudaba en el hogar y en el campo a sumadre, con aquel padre ausente.

Le escribí a mi cuñado y también me comuniqué con un ve c i n ode Zas. Me env i a ron un contrato para trabajar como camare ropor seis meses. Decidí ir sólo en pri n c i p i o , con ciertos temore s ,p o rque nunca había trabajado en la hostelería y no sabía nada deinglés. El tener allá a un familiar o amigo era una circ u n s t a n c i afundamental a la hora de elegir el país al que emigrabas. Lleg u é

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a Live rp o o l , vía Madri d, L o n d res y Manch e s t e r. El personal delas oficinas me trató de marav i l l a , de pri m e ra , eh. Puedo decirque para mi Inglat e rra es más que una segunda pat ria. Trab a j és i e m p re en re s t a u rantes. El pri m e ro fue el Bouleva rdR e s t a u ra n t , de cocina inglesa. Aunque el contrato era para unc a m a re ro de comedor, por mi falta de ex p e riencia y el descono-cimiento del idioma, pasé a trabajar en la cocina, haciendo detodo. El re s t a u rante estaba en Southport , una ciudad costera aunas sesenta millas al norte de Live rpool. Empecé ganado unassiete libras a la semana, y la habitación que me bu s c a ron mec o s t aba una libra y pico (ANTO N I O ) .

N i eves llegó a Gran Bre t a ñ a , como turi s t a , en sep t i e m b retambién del mismo 1972. Viajó en barco desde a Vi go a Live rp o o l .A Antonio no le agra d aba esa labor de trabajo entre fogones. Po rdisposiciones ofi c i a l e s , hasta pasados cuat ro años, t a m p o c opodría emplearse en otro sector que no fuese el hostelero , p o rejemplo en la constru c c i ó n , que conocía más. Pensó en regresar sino lo destinaban al re s t a u rante como camare ro , como wa i t e r: “ n oes que tuviese morri ñ a , p e ro no me encontraba a gusto trab a j a n d oen la cocina. Le dije a mi amigo Pe n a , p ro p i e t a rio en la actualidaddel re s t a u rante Sixto en Santiago , que al finalizar los seis meses,vo l vería a España”, nos cuenta. No obstante, al re n ova rle su con-t rato por un año y poder ser camare ro , cambió su idea. Pasó des-pués al Lobster Restaura n t –en Cro s by, localidad más próxima aL ive rpool– regentado por un fe rrolano y su hijo, d u rante casi otro sc u at ro años. Allí trab a j a ron los dos. “ Por las noches anotaba losn o m b res de los platos en inglés, p a ra re c o rd a rlos en el servicio dec o m e d o r : number one, number two … ” , dice Antonio. Su esposaga n aba su salario también en las tareas hosteleras. “Cuando lle-

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Nieves llegó aGran Bretaña,como turista, enseptiembre tam-bién del mismo1972. Viajó enbarco desde aVigo a Liverpool.A Antonio no leagradaba esalabor de trabajoentre fogones.Por disposicionesoficiales, hastapasados cuatroaños, tampocopodría emplearseen otro sectorque no fuese elhostelero, porejemplo en laconstrucción,que conocía más.

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g u é , descubrí que me encantaban aquellas tostadas con mantequi-lla y las chuletas de cerd o ” , re c u e rda Nieves. Y del L o b s t e r c a m-b i a ron al Fo n t a n a, de nu evo en Southport , que era de unos dueñosespañoles (otro fe rrolano) e ingleses. Ofrecía unas cat o rce mesasy apuntan que con muy buen servicio “y estaba siempre lleno”.“ Ya vivíamos entonces en un fl at [ ap a rt a m e n t o ] más amplio yc o n fo rt abl e ” , a cl a ran. El sueldo de Nieves en la cocina era establ e,p e ro el de Antonio como camare ro se infl aba mu cho con las pro-pinas. “ Vivíamos bien, y sin grandes sacri fi c i o s ” , coinciden ena fi rm a r. Fue su último destino lab o ral bri t á n i c o , aunque el barFontana sigue significando ahora en Negre i ra su propiedad y ocu-pación diari a , en donde trabajan además sus dos hijos, Jo s éAntonio y Miguel. El negocio de bar, t apas y bocadillos se ubicaen el bajo de su edificio de cuat ro plantas, que fueron constru ye n-do mientras aún estaban en la emigración. Todas esas calles dele n s a n che negreirés exhiben edificios y negocios que naciero n , e nbuena medida, con los dineros de la emigración a Europa en lasdécadas finales del siglo XX. En otras partes más antiguas delp u ebl o , las viviendas se irg u i e ron con los dineros de la anteri o re m i gración americana.

G u a rdan un grato re c u e rdo de sus condiciones de trab a j o .Antonio describe que su hora rio semanal era de 35 hora s , y teníandos días libre s , “los miércoles y jueve s , que librábamos juntos”.

Aprovechábamos las jornadas de descanso para salir, ir a cenar, ira lavar la ropa a la laundry [lavandería] viajar por los alrededo-res…; teníamos un coche Mini rojo, el típico pequeño vehículoinglés. ¡Como mister Bean! No hacíamos horas extras, porque yatrabajábamos bastante. Vivíamos más bien como una pareja joven

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que también disfrutaba de su vida en Inglaterra. Estábamos comosolteros. No éramos avariciosos. Nos gustaba estar con los ami-gos y familiares. Nos acercábamos a la Casa de España deLiverpool, en donde se servían comidas y se celebraban bailes.Intenté aprender el inglés escrito, asistí a algunas clases, pero senos resistía. La verdad es que solo llegamos a dominarlo en elhabla, con casi ninguna destreza en la escritura. A partir de losdos años allá, ya sabía prácticamente el mismo inglés que cuandoregresamos a España. Entendíamos bastante bien los noticieros opelículas de la televisión y nos defendíamos bien, por ejemplo,para ir a las consultas médicas (ANTONIO y NIEVES).

En los viajes vacacionales a la tierra natal –seis semanas,casi todos los años– observaban el contraste en el desarrollo deambos países. Dicen que llegaban a Galicia y encontraban siem-pre el mismo atraso. Las obras pendientes de acabar, año trasaño: aceras, alcantarillados, carreteras pésimas, etcétera. En 1977Nieves tuvo su primer hijo –Jose–, al que dejó en su casa fami-liar al cuidado de su madre y de una tía. Ella regresaría aSouthport, para no perder su empleo y seguir reuniendo dinerocon la idea puesta en el posterior retorno. Esos ahorros los envia-ban en su totalidad a los bancos de aquí, aprovechando las venta-jas de las cuenta de ahorro de emigrantes, “que te rentaban uninterés aproximado de un diez por ciento”.

Fue una decisión difícil. Lo más difícil. Sus cuatro primeros añosestuvimos sin él. Al principio pasamos un año y medio sin verlo.Jose empezó a ir a la escuela de Aro. Eso fue un elemento decisi-vo para pensar en volver, porque además también estaban mamáy una tía en casa. A mí me gustaría seguir allá, pero había que

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venir por este motivo, ya que de otra forma podríamos tener luegoproblemas de adaptación con nuestro hijo, si ya era demasiadogrande. Fue lo más negativo. Yo veía pasar a un bebé por la calley me quedaba mirando para él, preguntándome si nuestro hijosería ya como aquel. Si. Eso era triste. Y fastidiado. Once añosdespués, cuando ya nos encontrábamos instalados en Negreira,nació Miguel, en 1989 (NIEVES).

Yo tenía claro que cuando volviese quería ser autónomo y dueño,sin trabajar como empleado otra vez. Pensamos en montar algo depinturas, pero después nos decidimos por abrir el bar en el bajo dela casa. Otras inversiones en alguna ciudad nos parecían bastantee l evadas. Y optamos por montar nu e s t ra vida en Negre i ra(ANTONIO).

El contraste era muy gra n d e. Allá la gente se mostraba mu cho másc a l l a d a , menos ru i d o s a , más educada. Nos llamaba la atención elruido de alguna clientela en nu e s t ro negocio. Nunca lo hab í ac o m e n t a d o , ni siquiera a Antonio. Pe ro en una ocasión, me fui a ladespensa y me lamentaba por no haber quedado en Inglat e rra. ¡Mim a d re ! , que dife rencia. Allá tampoco notamos desprecio por part ede los ingleses por ser ex t ra n j e ros. Algunos ingleses incluso vinie-ron después aquí a visitarnos. La emigración valió la pena. Si vo l-viese a nacer, me gustaría hacer lo mismo, p e ro tal vez me queda-ría allá hasta la jubilación (NIEVES).

Aquellos eran los años británicos todavía cercanos al boomde los Beatles, nacidos y actuantes en los pubs de Liverpool.“También pudimos ver la bomba que le enviaron los alemanes alos ingleses en la guerra mundial. Está allí caída, como recuer-do”, apunta Nieves. Y su esposo recuerda que “nos enteramos de

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la muerte de Franco cuando estábamos trabajando en el Lobster,y vimos a Arias Navarro anunciándolo en el informativo de laBBC. Allí, en ese restaurante, también tuve ocasión de conocer afamosos juga d o res de go l f : S eve riano Ballestero s , Vi c e n t eFernández y Tony Millar”.

Del carácter de los ingleses, reconocen que “son algo pre-sumidos pero correctos. Eso si: valoran mucho lo suyo, siempreprimero lo suyo; no hacen como nosotros”. Y están pensandoahora en realizar un viaje turístico a aquellas tierras, que no vol-vieron a pisar desde hace más de veinticinco años. “Pero serásólo de visita”, matizan.

He detectado en esta charla con Antonio y Nieves –al igualque con otros entrevistados– una cierta satisfacción o incluso ide-alización (all right!) de los años que pasaron como trabajadoresinmigrantes en Europa. He notado un cierto resquemor, cercanoa una sensación de arrepentimiento, por la decisión del retornodefinitivo a Galicia. Me pregunto, ¿será porque aquellos fuerontiempos vividos con mucho esfuerzo, pero con un brío juvenil enuna edad activa, que ya se aleja?; ¿se deberá a esa idea de que“cualquier tiempo pasado fue mejor”?

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Nombre: Manuel Quintáns Vieito.

Lugar y fecha de nacimiento: Lañas, A Baña (A Coruña).28/4/1949.

Edad: 60 años.

Países de emigración: Francia y Suiza.

Años vividos en la emigración: 24.

Año del retorno definitivo: 1992.

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: constructor y promotor inmobiliario.

Nombre: Obdulia Prieto Mateos.

Lugar y fecha de nacimiento: Olleros de Tera, Calzadilla deTera (Zamora). 7/5/1955.

Edad: 54 años.

Países de emigración: Francia y Suiza.

Años vividos en la emigración: 20.

Año del retorno definitivo: 1992.

Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).

Ocupación actual: ama de casa.

Manuel y Obdulia son matrimonio y tienen una hija, María QuintánsPrieto (1978). (Entrevista: 25/10/2009).

EN SUIZA

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M a nuel Quintáns y Obdulia Prieto nos enseñaron amabl e-mente su nu eva casa. Es un chalet adosado, de piedra , m a d e ra sn o bl e s , excelentes mat e riales constru c t ivos y mobiliario. Conamplio sótano, dos coches en el ga raje –uno de ellos marc aM e rc e d e s - B e n z – , t e rreno alre d e d o r, iluminación de última ge n e ra-ción… Supone ya su terc e ra vivienda desde que decidieron re t o r-nar de Suiza a Negre i ra , en el año 1992. Las anteri o res eran pisosamplios. Pe ro cualquiera de estos domicilios rep resenta sólo unaminúscula parte del más de un centenar de viviendas –unos 120p i s o s , ap a rt a m e n t o s , casas y bajos comerciales– que han leva n t a d oy diseminado en el plano urbano de Negre i ra a lo largo de las dosúltimas décadas. Tanto esfuerzo constru c t ivo , tanta economía “ d e ll a d ri l l o ” , ha sido posible fo rmando sociedad con un pariente ri c o ,o asumiendo los ri e s gos y ganancias de tan abultada constru c c i ó ni n m o b i l i a ria a través de la sociedad pro m o t o ra Quintáns Pri e t oS. L . L . . , que re fleja los apellidos de ambos cóny u ges y los plasma

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en rótulos de venta o alquileres de pisos y locales de nego c i o .Algunas de las cl aves de su pro s p e ridad se hallan en su culto al tra-bajo y al ahorro , en su inquietud por ocupar los días con una acti-vidad pro d u c t iva , en unos hora rios lab o rales y autodisciplina deap a riencia ge rm á n i c a , así como en el propio desarrollo urbanísticode la localidad y los consiguientes beneficios para las empre s a sc o n s t ru c t o ra s .

Manolo nació en Cantalarra n a , una aldea de A Baña, en elseno de una familia de cinco hermanos. Allí se cri a ron junto a sum a d re, ya que el padre emigró a Ve n e z u e l a , “y no volví a ve rl ohasta que me casé”. Su progenitor re t o rnó ya mayor de A m é rica yen esa aldea pasó sus últimos días. En nu e s t ra ch a rla está pre s e n t eademás su perro Ti t o, que emite a veces unos ladri d o s , re c ogi d o stambién en la grabación. Les hace compañía, en ausencia de su hijaM a r í a , con empleo en Madri d. Y continuamos. “Somos tres hom-b res y dos mu j e re s , y yo soy el más joven de los herm a n o s ” .

Reconoce que casi no pisó la escuela. La dejó con once añosy empezó a trabajar como peón de albañil. A los 17 años emigró aB a rc e l o n a , p o rque no podía ir a Francia con menos de 18. EnC ataluña ya estaba una de sus herm a n a s , aunque él bu s c aba unmodus vive n d i i n d ep e n d i e n t e. A l l á , aquel joven entonces mu yrubio y hoy canoso, t rabajó en una fábrica de baldosas, en la cons-t ru c c i ó n , en las vías del tre n , “y también descargando vago n e s ” .

Me gusta todo lo relacionado con la albañilería: e n c o f ra r, c o l o-car plaqueta, t rabajos interi o res de cualquier tipo. Lo mío es elcemento. Decidí pasar pronto a Francia porque allí se ga n ab amás. Mi herm a n o , que estaba ya en Gex [no muy lejos de Lyo ny de la fro n t e ra suiza, a unos 12 km.], me envió un contrato. Enese tiempo vivía en unos barracones. Después, a los ve i n t i ú n

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años regresé para hacer la mili, en Cáceres y en Madri d. Pe ro miidea era vo l ver a Francia. A la vuelta, t rabajé con un amigo deR i b a d e o , que aún viene a visitarm e, y que había montado unae m p resa propia. Con mi contrato en Suiza, c ru z aba la fro n t e ra ad i a ri o , p o rque mi mujer y yo vivíamos en terri t o rio francés. Aveces tenía algún pro blema si tocaban controles en la aduana.En esta etapa ya pasábamos a tener un pequeño piso. La jorn a-da lab o ral empezaba a las siete de la mañana; de siete a doce yde una y media a seis y media. En la empresa nos dejaban losfines de semana libres. ¡Pe ro yo también trab a j aba en sábados yd o m i n gos! Hacía bri c o l ages por mi cuenta. Después, en Suiza,atendía conserjerías de edificios un par de hora s , t ras la jorn a d aen la construcción. Yo me ocupaba de los jardines y Obdulia delas escaleras. En Francia las empresas se llamaban Loredo y lasiguiente Gira u d. La de Suiza era Barman (MANOLO).

Obdulia había empezado su vida lab o ral a edad tempra n aen Zamora , como empleada de hoga r, a los 14 años. De allí pasó aVi go , cuidando un niño. Eran tres hermanos y logra ron empleos enVi go , San Sebastián y Francia. En Gex trabajó pri m e ro en un hotel,p e ro pronto pasó a un hospital, desempeñando lab o res de limpie-za. Su hora rio era semejante al de Manolo. Se conocieron en unafi e s t a , cuando asistieron al bautizo de un hijo de un emigrante deM a r í n , con amigos comunes. Cuando contra j e ron mat rimonio en1974 ella contaba sólo 18 años. El nov i a z go había durado nu evemeses. “ Tuvimos que ir a pedir permiso al obispado de A s t o rga ,por no llegar a la edad de veintiún años. Celeb ramos la boda en laiglesia de Lañas y con banquete en Negre i ra”. En 1981 se vivió unacaída importante de la construcción en el país ga l o , “y el go b i e rn ode Mitterrand estropeó las empresas pequeñas”, opina Manu e l .Eso influyó en su decisión de tra s l a d a rse a la vecina Suiza. Obdulia

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siguió en el hospital francés unos años más. Su nu eva y pequeñalocalidad helvética se llama Glan, de unos siete mil hab i t a n t e s , c o nN yo n , G i n eb ra y su gran lago o Lausanne como ciudades de re fe-rencia. A dife rencia de otros mat rimonios emigra n t e s , su pequeñaMaría –nacida ya en Francia– estuvo siempre con ellos, d ebido aque también tenían a la madre de Obdulia en casa, y podía cuidar-la. “Mi madre vivía con nosotros. Yo había quedado huérfana dep a d re a los doce años. Esa circunstancia nos ayudó mu cho en laatención a nu e s t ra hija, María. Así además pudo crecer hablando elcastellano de Zamora ” , nos acl a ra la señora Prieto. Cuando regre-san defi n i t iva m e n t e, la joven tiene 14 años y domina sin pro bl e m a sel francés y el español.

C o n fiesan que no part i c i p a ron casi nada de la vida asocia-t iva de los emigrantes ga l l egos o españoles, optando por adap t a rs emás al modo de vida francés y suizo. “En todas partes había emi-grantes de aquí, y nos relacionamos también con ellos, p e ro sobretodo en visitas a casas fa m i l i a res y compartiendo comidas fe s t iva s .Los franceses nos parecían más altivo s , i n cluso ra c i s t a s , p e ro esospaíses están muy bien organizados. Otra cosa positiva está en que,tanto en Francia como en Suiza, s aben re s o l ver los trámites y labu ro c racia con menos tiempo de demora y menos personal en laso ficinas”. Refi riéndose a la cuestión lingüística, a s eve ran que “ l l e-gamos a habl a r, a comprender y a leer el idioma francés. La escri-t u ra nos resulta más complicada”, coinciden en afi rmar ambos. Ytambién contestan con ro t u n d i d a d : la causa con mayor peso en ladecisión de venir de fo rma defi n i t iva para instalarse en Negre i rafue el futuro pro fesional de su hija, “ p a ra que estudiase aquí unac a rre ra. Nos decía que, o venía entonces, o después ya se ve r í a ,p o rque iría allá a la Unive rs i d a d, e n t ablaría relaciones con más

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ge n t e, y quizá como consecuencia de eso ya no se plantearía vo l-ver aquí”. Y, bajo estos condicionantes, Manolo se prep a raba paraese re t o rno próximo. El solar adquirido en la villa se fue ocupandocon su edificio de diez viv i e n d a s , en el que él mismo trab a j aba paraa d e l a n t a rlo y term i n a rl o , cuando venía en el inv i e rn o , ap rove ch a n-do su tiempo de vacaciones. Cuando regre s a ron en el 92 aún era nuna pareja jove n : M a n o l o , 42 años, y su esposa, 36. Y siguiero nt rabajando y pro s p e rando en el campo de la constru c c i ó n , p e roa h o ra como pro m o t o res y jefes. Obdulia también colaboró en estast a reas de albañilería, y ahora gestiona los alquileres y pap e l e o sva rios. Manolo insiste en que a él le lleva más idea el ladrillo y elcemento. Ta m b i é n , ya viviendo allá, c o m p ra ron un ap a rtamento dep l aya en Levante (Comarru ga) y otro piso en Santiago , c o m oi nve rsiones.

María se licenció en Empre s a riales en la USC, h i zo un mas-t e r, estudió y trabajó en Londres en el sector fa rmacéutico y ahorad e s e nv u e l ve su pro fesión en una empresa mu l t i n a c i o n a l , e nM a d ri d. Sus padres se sienten orgullosos de los méritos de su hijacomo buena estudiante, y están contentos porque creen que haalcanzado una buena posición lab o ral en su especialidad. “ D emomento quiere conocer mu n d o , p ro m o c i o n a rse en otros empleosy no trabajar aquí. Le ofrecimos la posibilidad de gestionar unai n m o b i l i a ria en Negre i ra , con base en nu e s t ros propios nego c i o sfa m i l i a re s , p e ro no quiso acep t a rl o ” , m a n i fiestan sus padre s .

No dudan en señalar que a ellos les costó adap t a rse a lanu eva situación, “ p o rque la mentalidad de la gente era distinta. Yoc reo que aún no estoy adaptado hoy. Te n go que re c o n o c e rlo así. Noh ay un día en el que no hable de Suiza. Si tuviese veinte añosm e n o s , vo l vería para allá. Un hombre si dispone de buena salud

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No dudan enseñalar que aellos les costóadaptarse a lanueva situación,“porque la men-talidad de lagente era distin-ta. Yo creo queaún no estoyadaptado hoy.Tengo que reco-nocerlo así. Nohay un día en elque no hable deSuiza. Si tuvieseveinte añosmenos, volveríapara allá. Unhombre si dispo-ne de buenasalud tiene quetrabajar, tieneque producir”,sostiene Manolo.

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tiene que trab a j a r, tiene que pro d u c i r ” , sostiene Manolo. Obdulia,por el contra ri o , dice que no echa de menos aquellos países, “ p o r-que me encuentro bien aquí, aunque no estamos pasando un bu e nmomento en España”. Manuel Quintáns sigue madru gando paraacudir al puesto de trabajo en su nu evo edificio en constru c c i ó n .“ S i e m p re quiero ser el pri m e ro en llegar por las mañanas y el quec i e rra las puertas por la noch e, al re m atar la jornada lab o ra l ” .A h o ra , ambos se quejan de la situación de crisis económica y de lop a radas que están en la actualidad las obra s , las ventas y alquilere sde pisos.

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Monumento al Emigrante enNegreira (A Coruña), obra del

escultor compostelano FernandoGarcía Blanco.

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