“MATRIZ ENERGETICA ECUATORIANA DIAGNOSTICO Y ALTERNATIVAS DE DIVERSIFICACION”

El Ecuador, país productor de petróleo, ha sido beneficiado por el incremento de los precios del crudo durante los últimos años. Sin embargo, parte de esta bonanza se diluye debido a que se requiere de derivados del petróleo importados ya que el país carece de la infraestructura y la producción de derivados suficientes para satisfacer la demanda interna, la cual está artificialmente inflada debido a los subsidios existentes en los precios de los combustibles que fomentan a un mayor consumo.

El subsidio al precio de los combustibles, implica un traslado del costo a la sociedad debido a que los gastos del Estado son financiados en su mayoría por ingresos tributarios, además de que tienen un costo de oportunidad al no ser usados en otro tipos de políticas públicas, como lo son: la inversión pública (carreteras, infraestructuras productivas, telecomunicaciones, incentivos a la industria, etc.) o el gasto social (ampliar la cobertura y calidad de escuelas, creación de hospitales, lugares de esparcimiento, entre otros

TABLA. Subsidio de los combustibles

Los tres países que proporcionan mayores subsidios, de los 26 países analizados, estos son: Venezuela, México y Argentina, alcanzan conjuntamente el 74% de subsidios otorgados en la región; y si agregamos a Ecuador y Colombia (es decir, los 5 países con mayor nivel de subsidio medido en millones de dólares), equivalen al 89% del total de subsidios de AL y C, esto es, 23,2 millones de dólares.

El Ecuador, pese a ser un país petrolero con reservas probadas de aproximadamente 4,517 millones de barriles, que equivale al 0,33% de las reservas mundiales, y una producción promedio de 172,8 millones barriles anuales durante la última década1, carece de la capacidad suficiente de refinamiento y la tecnología apropiada para satisfacer la totalidad de la demanda interna, dependiendo entonces de importaciones de combustibles fósiles para cubrir el déficit en este mercado.

En el figura 2.8, se observa la evolución de los subsidios que el Estado aporta por cada barril importado de acuerdo al tipo de

combustible fósil.