El lado oscuro de las tarjetas.

“Pago mínimo”

Una tarjeta de crédito en estos momentos de la vida la vemos tan indispensable como el aire que respiramos, o incluso más importante, ya que puede “arreglarnos” la vida o de plano hacernos un calvario de ella.

Pero que es lo que hace la diferencia entre vivir un calvario a tener una excelente relación entre la tarjeta y nuestra persona, realmente no es como buscarle seis pies al gato o descubrir el hilo negro.

Todo está en el buen manejo que le demos a la tarjeta, todo está entre si queremos comprar eso que no ocupamos y tanto deseamos, y comprar lo que realmente necesitamos. Aunque siendo sinceros, creo que lo de los seis pies al gato suena más sencillo.

Bueno primero hay que entender que ninguna tarjeta de crédito es en sí buena o mala, ya que depende mucho del estilo de vida que tengamos y del uso que le destinemos.

Actualmente hay un poco más de 130 tarjetas de crédito en el mercado, que cubren distintas necesidades, para distintas personas, solo es cuestión de ver cuál es la que más se adapta a nuestro estilo de vida.

¿Entonces donde una tarjeta que está diseñada a cubrir necesidades se vuelve parte del lado oscuro? La respuesta sería: en ese momento donde empezamos a hacer un uso desmedido por “cubrir” esas necesidades inexistentes y en lugar de cubrir el pago para no generar intereses nos limitamos a dar el pago mínimo.

¿Entonces qué hacer para darle un buen

uso?

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Primero que nada muchas veces nos limitamos a hacer solo el pago mínimo, lo cual es el peor error que muchos hacemos, ya que al pagar el mínimo solo estamos cubriendo los intereses generados y abonando nada a la deuda.

Lo único que lograremos dando el pago mínimo es que el tiempo para liquidar el adeudo se incremente y solo estemos pagando intereses muy altos y de que nos costara algo 100 peso terminaremos pagado 180 o más.

Nuestra tarjeta no es un ingreso extra, como tal es un préstamo y hay que pagarlo, y dependiendo el uso que le demos a nuestra tarjeta será lo que terminemos pagando. Por lo tanto hay que estar conscientes que nuestro nivel de endeudamiento no debe pasar del 30% de nuestro ingreso.

Si compramos algo hay que estar seguros de que podemos cubrir el monto que nos indican para no pagar intereses, de esa forma no tendremos problemas con nuestra tarjeta.

Igual hay que estar conscientes de que beneficios nos ofrece nuestra tarjeta, para darle un mejor uso, por eso no hay que limitarnos a ver cuál es solamente nuestro límite de crédito, también hay que tomar en cuenta, que tasa de interés nos manejaran, nuestra fecha de corte y de pago, que tipo de seguro nos ofrecen promociones y preguntar constantemente sobre nuestro saldo.

Realmente no es algo de mucha ciencia y modificando esas cositas

cambiara mucho nuestra percepción sobre las tarjetas.

Así que recordemos; pagar el mínimo es igual a un calvario con una deuda “impagable” y si realizo el pago para no generar intereses, es igual a… no sé, pero estaremos más tranquilos.

Pero bien dicen que no todo termina y pagaron por siempre felices y sin problemas, seguiremos comprando por impulso y dando solo el pago mínimo, y después nos daremos de topes como un ritual.

La ventaja es que hoy en día existen reparadoras de crédito, las cuales nos ayudan a negociar esas deudas vencidas que tenemos, y se salieron de nuestras manos, ¿la ventaja? Nos ayudan a liquidar con la mitad o menos y la Condusef nos da buena referencia de ellos, entre las reparadoras más destacadas está DeudaFin, que nos ofrece un buen servicio, y de mucha confianza.

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