El estrés y el afrontamiento

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El estrés y el afrontamiento Cuando existe un desajuste percibido entre las demandas y los recursos que el individuo percibe que tiene en de-terminada situación (Lazarus y Folkman, 1984; Lazarus, 1993a). Los individuos tienen que cambiar, o bien el estresor, o bien cómo lo interpretan para que parezca más favorable. Este esfuerzo se denomina afrontamiento. El afrontamiento se considera un proceso dinámico que incluye toda una serie de conocimientos y conductas que surgen de las valoraciones primaria y secundaria de los sucesos, y de las emociones relacionadas con los mismos. El afrontamiento es cualquier cosa que haga el individuo para reducir el impacto de un elemento estresante, real o percibido, y, puesto que las valoraciones evocan emociones, se puede lograr el afrontamiento alterando o reduciendo las emociones negativas, o centrándose directamente en el factor estresante «objetivo». El afrontamiento no consigue inevitablemente suprimir el estresor, pero consigue superar la situación de diversas maneras, por ejemplo, do- minando nuevas habilidades para asumir el estrés, tolerarlo, volver a valorarlo o minimizarlo. Por tanto, el afrontamiento trata de conseguir la adaptación. Tipos de afrontamiento: 1. Afrontamiento orientado a los problemas (función de resolución de problemas), es decir, los esfuerzos de afrontamiento instrumental (conductuales y/o cognitivos) dirigidos al estresor para reducir las demandas que impone o para aumentar los recursos propios. Las estrategias incluyen planificar el cambio del estresor o cómo comportarse para controlarlo; la supresión de las actividades competidoras para centrarse en la forma de afrontar el estresor; buscar apoyo práctico o información para alterar el estresor; y confrontar la fuente del estrés. versus Afrontamiento orientado a las emociones (función de

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El estrés y el afrontamiento

Cuando existe un desajuste percibido entre las demandas y los recursos que el individuo percibe que tiene en de-terminada situación (Lazarus y Folkman, 1984; Lazarus, 1993a). Los individuos tienen que cambiar, o bien el estresor, o bien cómo lo interpretan para que parezca más favorable. Este esfuerzo se denomina afrontamiento.

El afrontamiento se considera un proceso dinámico que incluye toda una serie de conocimientos y conductas que surgen de las valoraciones primaria y secundaria de los sucesos, y de las emociones relacionadas con los mismos. El afrontamiento es cualquier cosa que haga el individuo para reducir el impacto de un elemento estresante, real o percibido, y, puesto que las valoraciones evocan emociones, se puede lograr el afrontamiento alterando o reduciendo las emociones negativas, o centrándose directamente en el factor estresante «objetivo». El afrontamiento no consigue inevitablemente suprimir el estresor, pero consigue superar la situación de diversas maneras, por ejemplo, do- minando nuevas habilidades para asumir el estrés, tolerarlo, volver a valorarlo o minimizarlo. Por tanto, el afrontamiento trata de conseguir la adaptación.

Tipos de afrontamiento:

1. Afrontamiento orientado a los problemas (función de resolución de problemas), es decir, los esfuerzos de afrontamiento instrumental (conductuales y/o cognitivos) dirigidos al estresor para reducir las demandas que impone o para aumentar los recursos propios. Las estrategias incluyen planificar el cambio del estresor o cómo comportarse para controlarlo; la supresión de las actividades competidoras para centrarse en la forma de afrontar el estresor; buscar apoyo práctico o información para alterar el estresor; y confrontar la fuente del estrés.

versus

Afrontamiento orientado a las emociones (función de regulación de las emociones), es decir, fundamental, pero no únicamente, esfuerzos de afrontamiento cognitivo dirigidos a abordar la respuesta emocional al estresor; búsqueda de apoyo emocional; desahogarse; rezar (Lazarus y Folkman, 1984; Folkman y Lazarus, 1988: cuestionario sobre los modos de afrontamiento; Carver, Scheier y Weintraub, 1989: escala COPE, Escala multidimensional de evaluación de los estilos generales de afrontamiento).

En relación con esta distinción, Endler, Parker, Summerfeldt (1998) han dividido el afrontamiento en orientado a la emoción (estrategias orientadas hacia el individuo, como soñar despierto, respuestas emocionales o preocupación por uno mismo); orientado a la tarea (estrategias para resolver, minimizar o volver a conceptualizar el problema) y orientado a la evitación [incluye la distracción o diversión social (escala CISS)].

2. Enfoque atencional, vigilante, activo, de monitorización, se ocupa de

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abordar la fuente de estrés e intentar resolver el problema mediante, por ejemplo, búsqueda de información al respecto, o hacer esfuerzos activos, cognitivos y conductuales, para abordar la fuente del estrés (véase también estilos de afrontamiento).

versus

Enfoque evitativo, pasivo, atenuador, es decir, se ocupa de evitar o minimizar la amenaza del estresor; a veces está centrado en las emociones, a veces incluye evitar la situación; por ejemplo, la distracción pensando en cosas agradables o haciendo otras actividades para no pensar en el estresor.

Krohne (1993) describió la evitación cognitiva y la vigilancia como dos «súper-estrategias» de afrontamiento que consideraba como dos dimensiones ortogonales de atención orientación y que podían reflejar la personalidad subyacente (estilos de afrontamiento: véase una sección posterior).

Cohen y Lazarus (1979) describían cinco formas de afrontamiento principales, y cada una contribuye a una adaptación exitosa al estresor:

1.Reducción de las condiciones externas perniciosas.

2.Tolerancia o ajuste a los sucesos negativos.

3.Mantenimiento de un autoimagen positiva.

4.Mantenimiento del equilibrio emocional y reducción del estrés emocional.

5.Mantenimiento de una relación satisfactoria con el entorno o con los demás.

Conducta tipo A

Una serie de características, manierismos y conductas que incluyen competitividad, urgencia temporal, impaciencia, hostilidad a flor de piel, patrones de habla rápidos y vigorosos, y una conducta expresiva. Se ha estudiado mucho en relación con la etiología de las enfermedades cardiovasculares donde parece que la hostilidad es central.

Conducta tipo C

Un conjunto de características de la personalidad que se manifiestan como respuestas de afrontamiento estoicas, pasivas y no emocionales. Se cree que está más relacionada con un elevado riesgo de padecer cáncer.

Conducta tipo D

Un tipo de personalidad caracterizado por una elevada afectividad negativa e

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inhibición social.

Este tipo de personalidad se caracteriza por el «distres» (malestar emocional) con individuos que obtienen una puntuación elevada en afectividad negativa e inhibición social (que se define como «la evitación de peligros potenciales de las relaciones sociales, como la desaprobación o la falta de recompensa por parte de los demás».

Bibliografía

Morrison, V., y Bennett, P. (2008).Psicología de la salud. Madrid: Pearson Educación.