El Duelo de Jacob Por José

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El Duelo de Jacob por Jose. Duelo de cuerpo ausente. Enviaron la túnica de colores a su padre, con este mensaje: "Esto hemos hallado; reconoce ahora si es o no la túnica de tu hijo". Cuando él la reconoció, dijo: "Es la túnica de mi hijo; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado". Entonces Jacob rasgó sus vestidos, se puso ropa áspera sobre su cintura y guardó luto por su hijo durante muchos días. Gen 37:32-34 R95 Alumno: Vladimir Valiente Salinas.

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El duelo de cuerpo ausente.

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El Duelo de Jacob por Jose.

Duelo de cuerpo ausente.

Enviaron la túnica de colores a su padre, con este mensaje: "Esto hemos hallado; reconoce ahora si es o no la túnica de tu hijo".

Cuando él la reconoció, dijo: "Es la túnica de mi hijo; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado".

Entonces Jacob rasgó sus vestidos, se puso ropa áspera sobre su cintura y guardó luto por su hijo durante muchos días.

Gen 37:32-34 R95

Alumno: Vladimir Valiente Salinas.

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Introducción.

En este trabajo se abordara el tema del duelo en situaciones especiales, en este caso

por desaparición. Se analizara el modo en que reacciono Jacob, al saber de la

“muerte” de su hijo Jose.

El duelo.

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida

(pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.).

Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida,

el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta

que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo

de la historia.

El duelo es la reacción de la psique ante la pérdida de una persona, animal, objeto

o evento significativo. Se trata de una reacción principalmente emocional y

comportametal en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo afectivo se

rompe.1

Fases del duelo.

1. Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida

2. Fase de Enfado, Indiferencia o Ira: Estado de euforia por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones causales y culpabilidad.

3. Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda.

4. Fase de Dolor Emocional. Se experimenta tristeza por la pérdida. Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo.

5. Fase de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo mismo aceptar que olvidar.

1 NAVARRO Serer, Mariano (2006). «La muerte y el duelo como experiencia vital: acompañando el proceso de

morir.». Información psicológica (88). pág. 17.

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Christopher Fauré presenta las siguientes etapas2:

1. Choque, estupor y negación.

2. Huida/búsqueda

3. Desestructuración

4. Restructuración.

Duelo por desaparición.

Dentro de la primera fase, según Christopher Fauré, se hace necesario “ver para

creer” y así poner fin a la negación. Se necesita ver para creer, porque, sin la

confirmación visual, ¿Cómo acallar esa duda insidiosa que nos hace esperar, sin

descanso, un posible regreso?3

El caso de las desapariciones abre una importante pregunta a la teoría que

el psicoanálisis tiene sobre el duelo, pues es un fenómeno que rompe la lógica

interna que este proceso implica. Si decíamos que el trabajo del duelo

requiere una prueba de realidad que testifique que el objeto amado ya no

existe, en los casos de las desapariciones esta prueba pareciera ausente ante

la falta de un cadáver o de algún elemento que confronte al sujeto con la

pérdida real. Esto ha llevado a que se afirme con frecuencia que es imposible

elaborar el duelo cuando no hay una prueba de realidad que confirme la pérdida.

La desaparición es sinónimo de ocultamiento, de silencio, de no existencia, de

miedo, de olvido, de intimidación, de ruptura del tejido social. Es la destrucción de

un proyecto de vida, no solo del desaparecido, sino también de quienes lo rodean.

La desaparición es un gran "NO": no se da información, no hay culpables, no existe

un cuerpo, no hay una tumba, no hay rastro, no se está vivo, no se ha muerto.

Etapa de Incertidumbre y Búsqueda4

2 FAURÉ, Christopher. Vivir el duelo, la pérdida de un ser querido. Barcelona: Editorial Kairos, 1995, p. 43. 3 Ibíd., p. 48. 4 GUTIERREZ, Carolina. Procesos de duelo en familiares de víctimas de desaparición forzada.

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Enterados de la muerte de un ser querido, el proceso de duelo suele comenzar protegiéndonos a nosotros mismos del dolor que produce cualquier pérdida significativa. Es difícil concebir un mundo en ausencia de la persona que falleció. En la historia de Jacob y la desaparición de Jose, podemos ver como el padre reacciona ante la posibilidad de no volver a ver a su hijo más querido:

Entonces Jacob rasgó sus vestidos, se puso ropa áspera sobre su cintura y guardó luto por su hijo durante muchos días.

(Gen 37:34 R95) El relato bíblico señala que Jacob guardo luto por su hijo por muchos días, esto demuestra el profundo dolor que le causo la separación de su hijo. Es importante en el proceso del duelo, tener la certeza de la muerte. Por eso, para poder decir definitivamente adiós, el ser humano inventó mil formas de rituales, que evidencian la perdida a la que nos hemos enfrentado y prolongan nuestra cercanía a él. Dentro de estos rituales, enterrar un cuerpo, por doloroso que sea es el primer paso para nuestra recuperación. A Jacob se le negó este ritual, pues al haber sido Jose “despedazado por una bestia”, no se contaba con un cuerpo para poder realizar los rituales correspondientes. En un proceso de duelo normal se habla entonces de un estado inicial de negación, pero la desaparición es en sí una negación acompañada de una incertidumbre dolorosa. Enfrentada a una desaparición, la familia da comienzo a la búsqueda hasta en el último rincón. Aunque el relato bíblico no señala si esta búsqueda se dio, es de esperar que el patriarca intentara dar con el paradero de su hijo. La búsqueda incansable se asocia a la negación, a la incredulidad, a la irrealidad. Jacob tenía la necesidad como todas las personas que sufren una perdida, de confirmar sus sospechas sobre la muerte de su hijo. Este proceso trasciende el concepto de duelo, pues lo único en lo que se relacionan la muerte y la desaparición son el dolor, pero en la desaparición no hay un cuerpo, no hay un nombre, no hay una tumba, no hubo funeral, no hay certidumbre. Sin un cuerpo para enterrar no se marca la línea que separa a los vivos de los muertos. Confrontación

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Las personas enfrentadas a pérdidas violentas y traumáticas piensan que una vez

iniciado el proceso de duelo este nunca finalizara.

Muchos años después de la desaparición de Jose, cuando los hijos de Jacob

viajaron a Egipto para buscar alimentos y volvieron, al contar los hechos a Jacob y

la entrevista con el primer ministro de Egipto (Jose), es evidente por su respuesta

que aun existía dolor y la incertidumbre por la pérdida de su amado hijo y:

Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón

tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas. (Gen 42:36 R60)

Es interesante que Jacob diga: “Jose no parece”, esto indica la falta de una prueba

física sobre la muerte de Jose, que Jacob aun no tenía. Luego cuando sus hijos le

señalan la necesidad de que su hermano menor viaje con ellos a Egipto, la

respuesta de Jacob demuestra cómo se confronto con la realidad:

Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.(Gen 42:38-1 R60)

En este punto Jacob acepta la realidad: “no descenderá mi hijo con vosotros, pues

su hermano ha muerto”.

Es importante notar también la respuesta de Judá a Jose cuando viajan por

segunda vez a Egipto por alimentos, Judá refiere a Jose las siguientes palabras de

Jacob:

Entonces tu siervo mi padre nos dijo: Vosotros sabéis que dos hijos me dio a luz mi mujer; y el uno salió de mi presencia, y pienso de cierto que fue despedazado, y hasta ahora no lo he visto. (Gen 44:27-28 R60)

Las palabras de Jacob: “hasta ahora no lo he visto” demuestran la incertidumbre de todas las familias que sufren la desaparición. No se cierra el ciclo hasta ver la prueba final de la perdida. Jacob no había tenido la oportunidad de dar el último adiós a su hijo y por esta razón casi 20 años después aun expresa su necesidad de la prueba del deceso. Conclusión. Como ya hemos señalado antes, la prueba de muerte, los ritos fúnebres, la despedida, y todos los elementos que incluye el acto de despedir a la persona fallecida, son parte fundamental del duelo y la recuperación. Es evidente por la historia de Jacob, que la falta de estos pasos afecta el proceso de duelo – recuperación. Nunca sabremos porque con el privilegio que contaba Jacob como especial escogido de Dios, este último nunca le dio a conocer la realidad de donde

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se encontraba su hijo. O porque razón Jose siento el primer ministro de la nación más poderosa de aquel entonces, no trató de entran en contacto con su padre. Lo que si nos dice el texto es que al final todo el sufrimiento y el dolor de Jacob fue borrado por el hecho de reencontrar a su amado hijo:

Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives. (Gen 46:30 R60)

Al fin Jacob pudo saciar lo que su alma necesitaba, ver a su hijo, tal vez lo que nunca imagino fue verle con vida, este fue el punto final para su dolor, así finalmente se sano la herida.