El diario de hoy manglar 2
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El Diario de Hoy www.elsalvador.com • Viernes, 9 de marzo de 2012 NACIONAL // 41
glera. Porque cuando no haypescado hay cangrejo”.
Señales de alertaLa investigación realizadapor el biólogo César FunesÁbrego apunta que GaritaPalmeraestáen unazonaconbaja pendiente, por lo que lasinundaciones son de grandesproporciones. A esto se sumaque la barrera natural que re-presenta el manglar ha veni-do de más a menos.
Las lluvias y crecidas de ríosprovocadas por la 12-E inun-daron la zona con agua dulce.Esta afectó al manglar, unbosque que vive del ir y venirde agua del mar: “Pero si elagua se queda estancada, ma-ta al manglar”, señala FunesÁbrego.
El 29 de febrero, durante unrecorrido por lo que antes fueun tupido bosque de mangle,El Diario de Hoy constató queel suelo está lleno de raíces demangle blanco... Ese es el ras-tro que queda del mangle queahogó la crecida. “Pueden ser
ocho manzanas de mangleseco aquí”, afirma MauricioLemus Polanco, sobre El Plande la manglera del Tamarin-do”. Los árboles que sobrevi-vieron son los más antiguos,cuyos troncos gruesos resis-tieron la fuerza de la crecida yla baja salinidad del agua es-tancada. Pero entre raíz y ra-íz, es posible encontrar algu-nos retoños : “Son las semi-llas que se salvaron”, comen-ta Mauricio.
Funes Ábrego visitó la zona15 días después de las inunda-ciones del año pasado y cons-tató que ya no había punches.¿La razón?: “El cangrejo nosoporta la salinidad baja delagua dulce y el 90% del aguaque entró al manglar era dul-ce”, explica. El investigadoragregó que hay 1.6 madrigue-ras de punches por metrocuadrado cuando debería ha-ber seis por metro cuadrado.
Pero además de la disminu-ciónenlapoblacióndecangre-jos, otra evidencia del deterio-ro de la zona es la cantidad de
“El 30 de mayo a la 2:00 de lamañana, empezó a botar lascasas”. Así recuerda NicolasaAlvarado del Cid cómo la tor-menta Aghata se ensañó conlos habitantes de Garita Pal-mera en 2010.
Pero no solo los humanos sevieron afectados. MauricioLemus Polanco explica queen esa época del año, el man-gle está botando la semilla oha botado parte de ella.
Enpalabrasdeestepescadory curilero: “Toda esa semillase la llevó la chorrera, algunasramitas que quedaron son al-gunos ralitos palos que hannacido, lo que está en lo altosehamuertooestáchiquito...No hay producción de made-
“Los manglares hanquedado destruidos” y lasemilla se la llevó el aguaLos habitantes de elcaserío El Tamarindoreconocen la necesidadde reforestar y tienensus propias ideas sobrecómo hacerlo.
ra”. Pese a que las plántulasnuevas de mangle son esca-sas en la zona, los pobladoressiguen buscando leña en lamanglera.
“Como aquí solo gente po-brehay,cuandounotienene-cesidad de cortar un palito, seatreve a cortarlo”, reconoceun poblador de la zona que pi-de reservar su identidad.
Lemus Polanco consideraque la única forma de lograrque el mangle se recupere estrayendo semillas de manglede otras partes del país, irri-gando la zona y contando convigilancia suficiente para im-pedir la tala.
Respecto a la propuesta dereactivar los drenajes natura-les del zanjón El Aguacate, ElChino y La Danta, Lemus Po-lanco es escéptico. Recuerdaque la bocana está asolvada.Los pescadores que salen delos canales del manglar em-pujan sus lanchas para salir al
mar porque el agua no es pro-funda. “Para hacer una cosade estas, la alcaldía debe estaral cuidado de la bocana, al no-más taparse, dragarla... Por-quesisemantienetapada...Sise llena aquí (en el manglar),el palito (nuevo) tiene quemorirse”, considera.
Al respecto, la UNES recor-dó que, según las leyes, losbosques salados son propie-dad del Estado: “Institucio-nes como el MARN, el MAG ylos gobiernos municipalestienen responsabilidades ensu protección y administra-ción”. Consideran que aún“falta un mayor esfuerzo ins-titucional, tanto en investi-gación, como en la gestión ycoordinación para la búsque-da de soluciones para el ma-nejo adecuado de este ecosis-tema”. De lo contrario, quie-nes habitan la zona volverána sufrir las consecuencias dela falta de previsión.
“Se necesita laparticipación deinstituciones delgobierno porquehay que hacerobras mayores. Esimprescindibleidentificar lasacciones para queingrese agua dulcea esteecosistema”.CARLOS FLORESTécnico en gestión delagua, UNES
La altura promedio de los mangles en esta zona es de 16 metros,cuando lo normal es que midan 31. FOTO EDH / MARVIN RECINOS
árboles talados. En la zona hayun promedio de 1,200 árbolestalados por hectárea en un to-tal de 100 hectáreas taladas:unos talan para usar la leña co-mo madera; otros para darlecultivar la tierra.
Para contrarrestar el daño ymitigar el impacto de futurastormentas y del cambio climá-tico, la UICN u la UNES imple-mentan en la zona un plan deadaptación como parte delproyecto regional “Gestióndel agua para la adaptación alCambio Climático”.
Este mes, iniciarán una ca-pacitación a las comunidadesa fin de concientizar sobre lafunción que desempeña elmanglar y sobre los benefi-cios que les traería el uso sos-tenible de dicho recurso.
“El manejo (sostenible) noes decirles ‘no extraiga’, sino‘extraiga cierta cantidad’ y‘en ciertas áreas’”, matiza Fu-nes Ábrego.
Durante la capacitacióntambién se discutirá con lospobladores de la zona las me-
didas a tomar para recuperarel manglar y evitar futurasinundaciones.
Una de las propuestas es ge-nerar alternativas de drenajeal río Paz, para que los efectosde las inundaciones sean me-nores. Esto consistiría en ha-bilitar drenajes naturales co-mo los zanjones El Aguacate,La Danta y El Chino. Debidoa la sedimentación y de laagricultura intensiva, estoshan perdido su capacidad dedrenaje. Recuperar esa capa-cidad según, el estudio de laUICN y la UNES, le inyectaríaagua dulce al manglar y dis-minuiría las inundaciones.
Pese a la reseque dad del suelo, entre las raí-ces es posible ver algunas plantas de mangle.
La tala del manglar es otra de las causas deldeterioro de este bosque.
Mauricio Lemus Polanco muestra plantas demangle blanco secas por falta de agua.
FOTOS EDH / MARVIN RECINOS