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Materials diversos. Textos, dades, cronologies, síntesis.

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Dossier de materials per a Histria de 2n de batxillerat Textos, dades, cronologies, textos de sntesi. [ndex a la darrera pgina] Professor: Albert Mart

002TEORIA DE LA HISTRIAQu s la histria? - narraci ordenada i verdica de fets del passat - cincia que estableix el rigor de la narraci histrica La Histria pot il.lustrar sobre les lleis de levoluci de la societat per no pot determinar-ne el sentit. Aix s propi de la filosofia o de la teologia de la histria. Perqu la historia s a tots els plans destudi? - Els Estats la necessiten per legitimar-se i enquadrar els sbdits o ciutadans, reforant en ells el sentiment nacional com. Amb aquest fi sel.leccionen els conflictes (de classe, de llengua, de religi) donant-los rellevncia o no segons convingui. Tot i aix ens pot ser til per conixer millor la realitat social i donar-nos pistes per a poder intervenir-hi. Una histria de la histria Primeres cultures Grecs i romans Edat Mitjana Il.lustraci (s.XVIII) Escola escocesa (s.XVIII) Romanticisme (s.XIX) Positivisme (s.XIX) Materialisme histric (s.XIX) Idealisme neokanti (s.XIX) Escola dels Annales (s.XX) Neopositivisme (s.XX) La histria a Espanya S. XVIII S. XIX Desprs del 98 Desprs de 1939 Anys 70 Narracions mtiques, crniques reials. Nissaga dels ciutadans i exemple de conducta. Primers esforos de veracitat i exactitud. Esquema teolgic (histria de la salvaci). Canons de gesta. Crniques reials o familiars. Diaris. Comptabilitats privades i llistes dimpostos (capbreus). Recerca de les causes de levoluci i la diferncia entre societats (Montesquieu) Valoraci de leconomia. Quatre estadis: cacera, ramaderia, agricultura, comer (Adam Smith). Lligat al nacionalisme. Recerca de les arrels comunes (esperit nacional, Volksgeist). Influncia de lidealisme filosfic de Hegel. A. Comte: llei dels tres estadis (metafsic,filosfic, cientfic). Histria basada en la sociologia, entesa com una fsica social, construda amb el mateix mtode que les cincies de la natura. K. Marx: lestructura econmica duna societat determina en ltima instancia la superestructura poltica-jurdica-ideolgica. Els veritables actors de la histria sn les classes socials. La histria s el domini de lindividual; no s possible establir-ne lleis. Max Weber: tipus ideals. Spengler-Toynbee: frmules circulars. B. Croce: relativisme extrem (cada poca t la seva prpia ra). L. Fbvre, E. Bloch...: integraci multidisciplinar de tots els aspectes de la vida social. No s possible establir lleis interpretatives dels fets. New Economic History: s de tcniques economtriques i models matemtics. K. Popper: mtode hipottic-deductiu. Teoria de la societat oberta. Il.lustraci (P. Mariana). Influncia del romanticisme, liberal (Lafuente) o reaccionari (Menndez y Pelayo), al servei del nacionalisme espanyol. Tamb influncia del romanticisme a la Renaixena catalana (Mil i Fontanals). Debat ideolgic sobre la identitat dEspanya (Unamuno, Ganivet, Maeztu), reprs a partir de 1914 (Ortega , Maran, i els historiadors Menndez Pidal y Amrico Castro) Repressi i exili dels intel.lectuals. Histria oficial providencialista (nacional-catolicisme). Influncies europees: Escola dels Annales , marxisme (P. Vilar, Fontana), neopositivisme.

Tendncies i polmiques actuals - Tendncia a mtodes o lnies dinvestigaci molt unilaterals: . s preferent de la informtica, la deconstrucci de textos, la climatologia, lecologia... . histria de les mentalitats, de la vida quotidiana, de la dona... microhistria - La fi del marxisme?; Fukuyama i el final de la histria; Huntington i el xoc de civilitzacions - Histria dEspanya vs. Histria de Catalunya, dEuskadi? - Revifalla del nacionalisme espanyol; patriotisme constitucional vs. nacionalisme identitari. - Revisionisme: reavaluaci del franquisme, negaci de lopressi lingstica Alguns aspectes importants del mtode cientfic a la histria - Relaci i diferenciaci amb altres disciplines (filosofia, prospectiva, sociologia, antropologia, economia, ecologia, estadstica...) - Sel.lecci de fonts i tractament de la informaci - Determinaci de lmbit de temps i espai - Articulaci i prioritzaci dels diferents aspectes de la vida social (economia, poltica, lleis, cultura i ideologia) - Objectivitat, empatia i distanciament - Acurada formulaci del marc teric de recerca, de les hiptesis i del mtode per verificar-les.

EL SOCIALISME MARXISTA

003

a."En la produccin social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de produccin corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de produccin constituye la estructura econmica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurdica y poltica y a la que corresponden formas sociales determinadas de conciencia. El modo de produccin de la vida material condiciona el proceso de vida social, poltica e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina su conciencia. Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productoras de la sociedad entran en contradiccin con las relaciones de produccin existentes o, lo cual no es ms que su expresin jurdica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se haban movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de estas fuerzas. Entonces se abre una era de revolucin social. El cambio que se ha producido en la base econmica trastorna ms o menos lenta o rpidamente toda la colosal superestructura. Al considerar tales trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las condiciones econmicas de produccin -que se debe comprobar fielmente con ayuda de las ciencias fsicas y naturales- y las formas jurdicas, polticas, religiosas, artsticas o filosficas; en una palabra, las formas ideolgicas bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo resuelven. As como no se juzga a un individuo por la idea que l tenga de s mismo, tampoco se puede juzgar tal poca de trastorno por la conciencia de s misma; es preciso, por el contrario, explicar esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto que existe entre las fuerzas productoras sociales y los medios de produccin. Una sociedad no desaparece nunca antes de que sean desarrolladas todas las fuerzas productoras que puede contener, y las relaciones de produccin nuevas y superiores no se sustituyen jams en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de estas relaciones hayan sido incubadas en el seno mismo de la vieja sociedad. Por eso la humanidad no se propone nunca ms que los problemas que puede resolver, pues, mirando de ms cerca, se ver siempre que el problema mismo no se presenta ms que cuando las condiciones materiales para resolverlo existen o se encuentran en estado de existir. Esbozados a grandes rasgos, los modos de produccin asiticos, antiguos, feudales y burgueses modernos pueden ser designados como tantas pocas progresivas de la formacin social econmica. Las relaciones burguesas de produccin son la ltima forma antagnica del proceso de produccin social, no en el sentido de un antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que nace de las condiciones sociales de existencia de los individuos; las fuerzas productoras que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para resolver este antagonismo. Con esta formacin social termina, pues, la prehistoria de la sociedad humana." MARX, K. (1859): Contribucin a la crtica de ia economa poltica.

b.Bonaparte representa a una clase, que es, adems, la clase ms numerosa de la sociedad francesa: los campesinos parcelarios. As como los Borbones eran la dinasta de los grandes terratenientes y los Orlans la dinasta del dinero, los Bonapartes son la dinasta de los campesinos, es decir, de la masa del pueblo francs. Los campesinos parcelarios forman una masa inmensa, cuyos individuos viven en idntica situacin, pero sin que entre ellos existan muchas relaciones. E1 modo de produccin los asla a unos de otros, en vez de establecer relaciones mutuas entre ellos. [] Son, por tanto, incapaces de hacer valer su inters de clase en su propio nombre, ya sea por medio de un parlamento o por medio de una asamblea. No pueden representarse sino que tienen que ser representados. Su representante tiene que aparecer al mismo tiempo como su seor, como una autoridad por encima de ellos, como un poder ilimitado de gobierno que les proteja de las dems clases y les enve desde lo alto la lluvia y el sol. Por consiguiente, la influencia poltica de los campesinos parcelarios encuentra su ltima expresin en el hecho de que el poder ejecutivo someta bajo su mando a la sociedad. La tradicin histrica hizo nacer en el campesino francs la fe milagrosa de que un hombre llamado Napolen le devolvera todo su esplendor. Y se encontr un individuo que se hace pasar por tal hombre, por ostentar el nombre de Napolen gracias a que el Code Napolon ordena: La recherche de la paternit est interdite. [] La idea fija del sobrino se realiz porque coincida con la idea fija de la clase ms numerosa de los franceses. [] Despus de que la primera revolucin haba convertido a los campesinos semisiervos en propietarios libres de su tierra, Napolen consolid y reglament las condiciones bajo las cuales podran explotar sin que nadie les molestase el suelo de Francia que se les acababa de asignar, satisfaciendo su afn juvenil de propiedad. [] Pero en el transcurso del siglo XIX pas a ocupar el puesto de los seores feudales el usurero de la ciudad, las servidumbres feudales del suelo fueron sustituidas por la hipoteca, y la aristocrtica propiedad territorial fue suplantada por el capital burgus. La parcela del campesino slo es ya el pretexto que permite al capitalista sacar de la tierra ganancia, intereses y renta, dejando al agricultor que se las arregle para sacar como pueda su salario. [] El Code Napolon no es ya ms que el cdigo de los embargos, de las subastas y de las adjudicaciones forzosas. [] Pero entindase bien. La dinasta de Bonaparte no representa al campesino revolucionario, sino el campesino conservador. [] No representa la ilustracin, sino la supersticin del campesino, no su juicio sino su prejuicio, no su porvenir sino su pasado. MARX, K (1852): El 18 de Brumario de Luis Bonaparte.

004 a. UNA TEORIA DE LA HISTRIA"Del estudio somero que hemos hecho, se deduce una consecuencia lgica: la de que el hombre, miles de aos antes de nuestra era, haba llegado a disfrutar de un estado de cultura floreciente: se haba interesado ya por muchos de los problemas que continan hoy moviendo nuestro inters, y se haba sentido indudablemente religioso. Y tengamos tambin en cuenta la perfeccin de nuestros primeros padres, al ser creados por Dios. Todo ello nos induce a pensar que el pretendido estado de barbarie de la humanidad primitiva, seguramente no pasa de ser una suposicin sin grandes fundamentos que la abonen. Los pueblos se han ido sucediendo en la historia de la Tierra, gozando algunos de pocas brillantes, a las cuales han seguido otras de decadencia: las primeras, casi siempre, han sido coronadas por perodos de materialismo, de ansia de placeres, de ociosidad o de excesiva libertad de costumbres; todas estas causas han motivado luego, ms o menos pronto, una regresin o decadencia. Las pocas en que una cultura se va formando, son pocas de trabajo paciente y obscuro, de austeridad, casi siempre de exaltacin del espritu religioso, es decir, son las que determinan un verdadero valor espiritual en aquella cultura y las que marcan el avance de la misma. Nosotros disfrutamos y contribuimos a la formacin de la cultura del occidente europeo: esta cultura, superior sin duda a todas las que han existido, seguir probablemente la misma trayectoria o curso que han ido siguiendo todas las dems: es decir, elevarse ms o menos, para comenzar un da su marcha regresiva o de prdida de valor. [ ... ] Hay quien supone que esta cultura nuestra ha llegado ya al punto ms elevado que pudo alcanzar y que se inician en ella los primeros chispazos de su decadencia. No es a propsito este libro, ni tampoco nos atreveramos a ello, el comentar si esto puede parecer cierto o no. Es, por otra parte, casi seguro, que nosotros no podremos apreciar esto nunca, ya que nuestra vida es un soplo comparada con la larga vida de una cultura; y los primeros sntomas de decadencia suelen manifestarse tan veladamente, que slo los espritus muy afinados pueden llegar a percibirlos. Es cierto que, despus del Renacimiento, nuestra cultura ha sido incapaz de crear un estilo nuevo en arquitectura, como tambin lo es que ningn ideal colectivo mueve hoy activamente nuestras ansias de mejoramiento moral: ideal colectivo que lo tuvieron muy fuerte y arraigado aquellas generaciones que lucharon por el triunfo del cristianismo. Pero teniendo en cuenta que las pocas de trabajo, (de austeridad, de elevacin moral y de religiosidad) caracterizan los tiempos de ascensin de las culturas, hagamos todo lo posible para que un ideal ennoblecedor prevalezca entre nosotros; pues al hacerlo as infundiremos, de hecho, nuevos vigores a nuestra cultura. " PLA CARGOL, J. (1925-39): Las Civilizaciones (libro de lectura escolar).

b. DATES

I FETS NOTABLES

Antes de J C. Siglos. CL (?) Llegada de los primeros pobladores prehistricos. XXX(?) Llegada de los primeros probables ascendientes de los Iberos XI Colonizacin Fenicia. XI Irrupcin de celtas en Catalua. VII. Colonizacin Griega. VI. Llegada de Celtas (hacia el 600) y Cartagineses (535?). Aos 238. Venida de Amlcar Barca 228. Batalla de Hlice. Muerte de Amlcar Barca. 219. Glorioso fin de Sagunto. 218. Venida de los Romanos. 205. Fin de la dominacin cartaginesa. 133. Herosmo de Numancia. 38. Era Hispnica. 19. Dominacin total de Espaa por los romanos. I. NACIMIENTO DE NUESTRO SEOR JESUCRISTO. Despus de J C (Aos) 38. Predicacin del Cristanismo por Santiago el Mayor. 40. Venida de Mara Santsima en carne mortal a Zaragoza. 409. Invasin de los Brbaros. 587. Conversin de Recaredo al Catolicismo. 711. Invasin Musulmana. Batalla de la Janda. 718. Don Pelayo. Batalla de Covadonga. 756. Emirato de Crdoba, independiente de Damasco. 1035. Fundacin de los reinos de Castilla y de Aragn. 1037. Unin de Len y Castill, con Fernando 1 el Grande. 1085. Conquista de Toledo por Alfonso VI. 1118. Conquista de Zaragoza por Alfonso 1 el Batallador, de Aragn. 1212. Batalla de las Navas de Tolosa. 1162. Unin de Aragn y Catalua, con Alfonso II. 1230. Unin definitiva de Len y Castilla, con Fernando III el Santo. 1236. Conquista de Crdoba por San Fernando. 1238. Conquista de Valencia por Jaime I el Conquistador. 1248. Conquista de Sevilla por San Fernando. 1294. Herosmo de Guzmn el Bueno. 1302. Expedicin catalo-aragonesa a Oriente con Roger de Flor. 1340. Batalla del Salado, ganada por Alfonso XI. 1474. Proclamacin de los Reyes Catlicos. 1492. Conquista de Granada. Descubrimiento de Amrica. 1504. Muerte de Isabel la Catlica, 1506. Muerte de Coln en Valladolid. 1512. Conquista de Navarra por Fernando el Catlico 1513. Descubrimiento del Pacfico por Vasco Nez de Balboa. 1515. Anexin de Navarra. 1517. Venida de Carlos I a Espaa. 1519. Carlos I es proclamado Emperador de Alemania. 1521. Conquista de Mjico por Hernn Corts. 1522. Juan Sebastin Elcano regresa de dar la vuelta al Mundo. 1525. Batalla de Pava. 1533. Conquista del Per por Francisco Pizarro. 1571. Batalla de Lepanto. 1580. Anexin de Portugal. 1700. Proclamacin de Felipe V. Empieza la Dinasta Borbnica. 1808. Guerra de la Independencia. Batalla de Bailn. 1814. Regreso de Fernando VII. 1868. Revolucin que destrona a Isabel II. 1873. Proclamacin de la primera Repblica. 1874. Proclamacin de Alfonso XII. 1902. Proclamacin de Alfonso XIII. 1923. Dictadura de Primo de Rivera. 1931. Proclamacin de la segunda Repblica. 1936. Alzamiento Nacional. Franco, Jefe del Estado. 1939. Termina la Guerra de Liberacin. 1953. Concordato con la Santa Sede. H de Espaa-segundo grado (1957). Ed. Luis Vives.

005

a.

ESPAA Y LOS ESPAOLES

Quin no descubre en la situacin geogrfica de Espaa la particular misin que est llamada a cumplir en el desarrollo del magnfico programa de la vida del mundo? Cuartel el ms occidental de Europa, encerrado por la naturaleza entre los Pirineos y los mares, divididas sus comarcas por profundos ros y montaas elevadsimas, como delineadas y colocadas por las manos del Artfice, parece fabricado su territorio para encerrar en s otras tantas sociedades, otros tantos pueblos, otras tantas pequeas naciones que, sin embargo, han de amalgamarse en una sola y comn nacionalidad que corresponda a los grandes lmites que geogrficamente lo separan de las otras grandes localidades europeas. Y a pesar de tener tan en relieve designados los naturales lmites, jams pueblo alguno sufri tantas invasiones. El Oriente, el Norte y el Medioda, la Europa y el frica, todos se conjuran sucesivamente contra l. Pero tampoco ninguno ha opuesto una resistencia tan perseverante y tenaz a la conquista. A fuerza de tenacidad y de paciencia acaba por gastarlos a todos y por vivir ms que ellos. El valor, primera virtud de los espaoles; la tendencia al aislamiento, el instinto conservador y el apego a lo pasado; la confianza en su Dios y el amor a su religin; la constancia en los desastres y el sufrimiento en los infortunios; la bravura, la disciplina, hija del orgullo y de la alta estima de s mismo; esa especie de soberbia que, sin dejar de aprovechar alguna vez a la independencia colectiva, perjudica comnmente por arrastrar demasiado a la independencia individual, germen fecundo de acciones heroicas y temerarias que as produce abundancia de intrpidos guerreros como ocasiona escasez de hbiles y entendidos generales; la sobriedad y templanza que conduce al desapego del trabajo, todas estas cualidades, que se conservan siempre, hacen de Espaa un pueblo singular." LAFUENTE, M. (1806-1866)

b.

LA UNIDAD DE ESPAA

Espaa debe su primer elemento de unidad en la lengua, en el arte, en el derecho, al latinismo, al romanismo. Pero faltaba otra unidad ms profunda, la unidad de la creencia. Slo por ella adquiere un pueblo vida propia y conciencia de su fuerza unnime; slo por ella se legitiman y arraigan sus instituciones; Esta unidad se la dio a Espaa el Cristianismo. [ ... ] El sentimiento de patria es moderno; no hay patria en aqullos siglos [es refereix a lEdat Mitjana], no la hay en rigor hasta el Renacimiento; pero hay una fe, un bautismo, una grey, un Pastor, una Iglesia, una liturgia, una cruzada eterna y una legin de santos que combate por nosotros... [ ... ] Dichosa edad aquella, [s. XVI] de prestigios y maravillas, edad de juventud y de robusta vida! Espaa era o se crea el pueblo de Dios [ ... ] Nada pareca ni resultaba imposible: la fe de aquellos hombres, que parecan guarnecidos de triple lmina de bronce, era la fe que mueve de su lugar las montaas. Por eso en los arcanos de Dios les estaba guardado sonar la palabra de Cristo en las ms brbaras gentilidades, el hundir en el golfo de Corinto las soberbias naves del tirano de Grecia y salvar, por ministerio del joven de Austria, la Europa Occidental del segundo y postrer amago del Islamismo; el romper las huestes luteranas en las marismas btavas, con la espada en la boca y el agua a la cintura, y entregar a la Iglesia Romana cien pueblos por cada uno que les arrebataba la hereja. Espaa, evangelizadora de la mitad del orbe; Espaa, martillo de los herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio..., esa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El da en que acabe de perderse, Espaa volver al cantonalismo de los arvacos y de los vetones, o de los reyes de Taifas." MENNDEZ Y PELAYO, M. (1856-1912)

c.

LA VOCACIN DE ESPAA

"En todos los pueblos hay cientficos, artistas, moralistas, juristas y sacerdotes. Dios da estas vocaciones. El que cumple su vocacin triunfa, el que no la cumple fracasa. Porque Dios da a cada uno su vocacin y si no la cumple le castiga. [ ... ] Tambin las patrias han recibido de Dios una vocacin cuyos hijos han de cumplir todos juntos, adems de la suya propia. Por eso Grecia representa la Ciencia, Italia el Arte, Espaa la Cultura moral, es decir, la propagacin y defensa de las cosas buenas que el hombre necesita para salvarse. S, Espaa como tu ciudad, ha tenido hombres con vocacin para la ciencia, pero sobre todo han sobresalido los telogos que estudiaron la ciencia de Dios. Tambin ha tenido famossimos pintores, escultores y arquitectos, pero sus obras cumbres estn llenas de religiosidad. Son cuadros religiosos, imgenes de santos, templos y catedrales. Todo en nuestra Patria rezuma espiritualidad y como vers luego en este librito, los espaoles han sido los campeones en la defensa y propagacin de la Moral y la Religin. Es que Espaa tiene la vocacin de propagar y defender los valores del espritu. En esa propagacin y en esa defensa est la misin de todos los espaoles, que hemos de cumplir si no queremos hacernos reos del castigo divino. Esa vocacin fue cumplida por nuestros antepasados cuando Espaa fue Grande y gloriosa. Y cuando esa vocacin fue olvidada y no cumplida, Espaa fue derrotada y decadente. PATRISONANCIAS, Formacin del Espritu Nacional para nios (1955) Terrassa.

POLMIQUES ACTUALS

006

a.[] Nada de lo que ha sucedido en la poltica o la economa mundiales en los ltimos diez aos contradice, en mi opinin, la conclusin de que la democracia liberal y la economa de mercado son las nicas alternativas viables para la sociedad actual. [] Mi razonamiento era que la historia [] est dirigida por dos fuerzas bsicas; la evolucin de las ciencias naturales y la tecnologa, que establece las bases para la modernizacin econmica, y la lucha por el reconocimiento, que, en ltima instancia, exige un sistema poltico que reconozca los derechos humanos universales. Al contrario que los marxistas, yo afirmaba que este proceso de evolucin histrica no culminaba en el socialismo, sino en la democracia y en la economa de mercado. [] a pesar de las penurias y los reveses [los conflictos polticos y econmicos de los aos noventa] no se est produciendo, como afirma George Soros, una crisis general del capitalismo. Hay al menos dos razones importantes para el progreso indefinido de la mundializacin. En primer lugar, no hay una alternativa de modelo de desarrollo viable que prometa mejores resultados, ni siquiera tras la crisis de 1997-1998. [] La segunda razn por la que no es probable que se invierta el sentido de la mundializacin est relacionada con la tecnologa. La mundializacin actual est respaldada por la revolucin en la tecnologa de la informacin que ha llevado el telfono, el fax, la radio, la televisin y la Internet a los rincones ms remotos de la Tierra. Estos cambios dan autonoma a los individuos y son profundamente democratizadores en muchos niveles. [] El perodo transcurrido desde la Revolucin Francesa ha sido testigo de diferentes doctrinas que esperaban superar los lmites de la naturaleza humana mediante la creacin de un nuevo tipo de ser humano, que no estuviera sometido a los prejuicios y limitaciones del pasado. El rotundo fracaso de estos experimentos a finales del siglo XX nos mostr los lmites del constructivismo social y refrend un orden liberal y basado en el mercado, [] Pero a lo mejor las herramientas de los constructivistas del siglo XX, desde las primeras socializaciones de la infancia y el psicoanlisis hasta la agitprop y los campos de trabajo, son sencillamente demasiado burdos como para alterar efectivamente el substrato natural de la conducta humana. El carcter abierto de las actuales ciencias naturales indica que la biotecnologa nos aportar en las dos generaciones prximas las herramientas que nos van a permitir alcanzar lo que no consiguieron los ingenieros sociales del pasado. En ese punto, habremos concludo definitivamente la historia humana porque habremos abolido los seres humanos como tales. Y entonces comenzar una nueva historia poshumana. FUKUYAMA, F. (1999): Pensando sobre el fin de la historia diez aos despus

b.[] Sostengo que una de las trampas ms hbiles de la cultura convergente ha sido la recuperacin selectiva de la memoria, despus del olvido franquista. Y sostengo ms an: son tan significativos los homenajes como los silencios, los hroes recuperados como los ignorados, las fechas recordadas tanto como las olvidadas. El nacionalismo oficial ha inventado una memoria de Catalua a la medida de su poltica, y en esta memoria, no todos estaban cmodos ni todos caban. La historia institucional es pues, una historia inventada? Lo es puesto que se ha configurado sobre silencios y manipulaciones. Dos grandes manipulaciones: la tradicin catalanista es de derechas; y no ha existido un nacionalismo de izquierdas. El nico permitido en la memoria, el de la ERC mtica, ha sido adecuadamente devorado, digerido y deglutido, hasta el punto en que Maci y Companys no son ms que el antecedente ilustre del propio Pujol. Mientras hemos celebrado con pompa y boato las Bases de Manresa, como si fueran el renacimiento de la patria, la Catalua oficial ha ignorado todo aquello que ligaba la misma patria a una preocupacin social o incluso revolucionaria. Han existido las Bases, pero no ha existido Valent Almirall - habra tenido la Creu de Sant Jordi? ni Roca i Farreres, ni el sindicalismo catalanista, ni la fuerte tradicin del anarquismo, ni casi, si me apuran, el propio republicanismo. Mientras hemos homenajeado a Camb que en sus das de gloria ayud, con su dinero, a bombardear Barcelona hemos negado el pan y la sal a gente tan importante como el Noi del Sucre, Ferrer i Gurdia, Peir, Federica Montseny, e incluso el Companys sindicalista. [] Ni federalistas, ni revolucionarios catalanistas, ni libertarios, ni sindicalistas, nada ha quedado con suficiente cuerpo como para conformar un recuerdo slido. Y sin embargo fue lo realmente slido que existi. [] As la historia antes de Pujol no ha sido otra cosa que el prembulo para preparar el pujolismo. La izquierda tendr la obligacin de recuperar para la memoria colectiva, la memoria real. [] RAHOLA, P.: Reconstruir la memoria, a EL PAS 16.09.00.

TEXTOS IDEOLGICS .1

007

a.La Natura ha fet els homes tan iguals en les facultats del cos i de lesperit que si b un home s, de vegades, evidentment ms fort de cos o ms llest denteniment que un altre, quan es considera en conjunt, la diferncia entre home i home no s tan important perqu hom, basant-se en ella, no pugui reclamar per a ell qualsevol benefici [] Aquesta s la causa de que si dos homes volen la mateixa cosa, i de cap manera no poden disfrutar-ne ambds, esdevenen enemics i [] intenten danihilar-se o subjugarse mtuament. [] HOBBES, T. (1651): Leviathan.

b.s tan sols en la meva persona en qui rau el poder sobir. Noms de mi reben la seva autoritat i la seva existncia els meus tribunals. A mi tan sols pertany el poder legislatiu, sense dependre de ning i sense compartir-lo amb ning. Tot lordre pblic emana de mi, i jo en sc el guardi suprem. El meu poble s un amb mi. Els drets i interessos de la naci estan units necessriament als meus, i reposen a les meves mans.LLUS XIV (1766): Declaraci al Parlament de Pars.,

c. Per a comprendre b en qu consisteix el poder poltic [] caldr considerar quin s lestat en que es troben naturalment els homes, s a dir: un estat de completa llibertat per a ordenar els seus actes i per a disposar de les seves propietats i de les seves persones com millor els plagui, dins dels lmits de la llei natural, sense necessitat de demanar perms, i sense dependre de la voluntat daltri. s tamb un estat digualtat, on tot poder i tota jurisdicci sn recprocs, on ning t ms que un altre, doncs no hi ha res ms evident que el que ssers de la mateixa espcie i rang idntic, nascuts per a participar sense distinci de tots els avantatges de la natura i per a servir-se de les mateixes facultats, siguin tamb iguals entre ells, sense subordinaci ni submissi. [] Per tot i que aquest estat natural sigui un estat de llibertat, no ho s de llicncia [] t una llei natural per la que es governa, i aquesta llei obliga tothom. La ra que coincideix amb aquesta llei ensenya []que, essent iguals i independents, ning ha de danyar un altre en la seva vida, salut, llibertat o possessions [] LOCKE, J.( 1690) : Dos treballs del govern civil.

d.Trobar una forma dassociaci que defensi i protegeixi amb tota la fora comuna la persona i els bns de cada associat, i per la qual, unint-se cadasc a tots, no obeeixi sin a si mateix i romangui tan lliure com abans. Aquest s el problema fonamental, la soluci del qual el dna el contracte social. [] El que hom perd pel contracte social s la seva llibertat natural i un dret il.limitat a tot all que el tempta i pot assolir; el que guanya s la llibertat civil i la propietat de tot el que posseeix. Per no enganyar-se en aquestes compensacions, cal distingir b la llibertat natural, que no t altres lmits que les forces de lindividu, de la llibertat civil, que est limitada per la voluntat general, i la possessi, que no s sin lefecte de la fora o el dret del primer ocupant de la propietat, que tan sols es pot basar en un ttol positiu. [] El contracte social estableix la igualtat entre els ciutadans, de tal manera que tots han de gaudir dels mateixos drets . ROUSSEAU, J.J. (1762): El contracte social.

e.El que sense cap mena de dubte tothom es proposa s el propi inters. [] Generalment, ning no sinteressa a priori per promoure linters pblic [] noms es pensa en els beneficis propis, per sovint aquests negocis comporten millores socials que lindividu no havia previst: aix s condut per una mena de m invisible cap a un fi el b pblic que no tenia en la seva intenci inicial. [] Tot home, sempre que no violi les lleis de la justcia, ha de ser perfectament lliure per triar el mitj que li sembli millor per aconseguir lideal de vida que vol i els seus interessos. Els productes que crea han de poder sortir a competir amb els de qualsevol altre individu del gnere hum. [] El sobir noms sha docupar de tres obligacions principals: [extractat] protegir la societat de la violncia i de la invasi dun altre pas, protegir els ciutadans de la violncia i la injustcia daltres ciutadans, i crear determinades obres i establiments pblics en que linters dun o alguns particulars no sarribaria a satisfer, sin que ha de ser en inters de tota la societat. SMITH, Adam (1776): La riquesa de les nacions.

f.A cada Estat hi ha tres classes de poders: el legislatiu, lexecutiu de les coses que pertanyen al dret de gents i lexecutiu daquelles que pertanyen al civil. [] Aquest ltim sanomenar poder judicial, i laltre, simplement poder executiu. La llibertat poltica, en un ciutad, s la tranquil.litat de lesperit que prov de la conscincia de seguretat que t cadasc, i per gaudir-ne s precs un govern de tal mena que cap ciutad tingui motiu de tmer-ne un altre. Quan els poders legislatiu i executiu es troben reunits en una mateixa persona o corporaci, aleshores no hi ha llibertat, perqu s de tmer que el Monarca o el Senat facin lleis tirniques per a executar-les de la mateixa manera. Aix succeeix tamb quan el poder judicial no est seperat del poder legislatiu i de lexecutiu. Estant unit al primer, limperi sobre la vida i la llibertat dels ciutadans seria arbitrari, per ser un mateix el jutge i el legislador, i estant unit al segon seria tirnic, perqu el jutge gaudiria de la fora dun agressor. MONTESQUIEU (1785): Lesperit de les lleis.

TEXTOS IDEOLGICS. 2

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a.He demanat la paraula per proposar alguns articles addicionals importants referents a la Declaraci dels Drets de lHome i del Ciutad. En primer lloc proposar alguns articles necessaris per a completar la vostra teoria sobre la propietat. Que aquestes paraules no alarmin ning! nimes de cntir, que noms us agrada lor, no us vull tocar els vostres tresors, per impur que en sigui lorigen! Realment no feia falta una revoluci per explicar a lunivers que lextrema desproporci de les fortunes s lorigen de molts mals i de molts crims, per tamb estem convenuts que la igualtat de bns s una quimera Heu multiplicat els articles per a assegurar la llibertat ms gran en lexercici de la propietat, i no heu dit res per a determinar-ne el carcter legtim. Aix la vostra declaraci sembla feta no per als homes sin per als rics, per als acaparadors, especuladors o tirans. Us proposo reformar aquests vicis consagrant les veritats segents: [] Art. 11. La societat est obligada a procurar la subsistncia de tots els seus membres, proporcionant-los feina o assegurant els mitjans dexistncia als que estan incapacitats per a treballar [] Art. 12. Els ajuts necessaris per a la indigncia sn un deute del ric amb el pobre. La llei ha de determinar la manera com sha de saldar aquest deute. Art. 27. Quan el govern viola els drets del poble, la insurrecci del poble sencer i de cada part del poble s el ms sant dels deures. Art. 28. Quan un ciutad est mancat de garantia social, s de dret natural que ell mateix defensi tots els seus drets. Art. 29. En ambds casos, sotmetre a formes legals la resistncia a lopressi s lltim refinament de la tirania. [] ROBESPIERRE, M. (1793, 24.04): discurs a la Convenci.

c.

Des de temps immemorials sens diu amb hipocresia: "els homes sn iguals", i des de temps immemorials la ms monstruosa desigualtat pesa sobre el gnere hum. La igualtat mai no ha estat ms que una bella per estril ficci de la realitat. [] D'ara endavant volem viure i morir iguals; tal i com hem nascut; volem la igualtat real o la mort. La revoluci francesa no s res ms que el principi d'una altra revoluci molt ms gran, molt ms solemne, una revoluci que ser la darrera [...] no volem noms la igualtat escrita en els drets de lhome; la volem entre nosaltres, sota el sostre de les nostres cases. Estem disposats a tot per obtenir-la; per ella estem disposats a fer taula rasa. Demanem una cosa ms sublim i ms equitativa, el b com i la comunitat de bns. Prou de propietat individual, que la terra no s de ning: els seus fruits sn per a tothom. No podem acceptar que la majoria dels homes treballi i su per al servei i per al plaer d'una minoria [].tots tenim les mateixes necessitats i les mateixes facultats; que hi hagi una mateixa educaci per a tots, una mateixa aIimentaci. Noms hi ha un sol i un aire per a tots [...]. Poble de Frana: obre els ulls i el cor a la plenitud de la felicitat; reconeix i proclama amb nosaltres la repblica dels iguals. BABEUF, J. N.(1796): Manifest dels Iguals.

d.Tots els homes sn germans. On no existeix igualtat la llibertat s una mentida []. Els treballadors han estat esclaus, han estat serfs, avui sn assalariats, cal fer-los arribar a lestat dassociats. Noms pot assolir-se aquesta fita per lacci dun poder democrtic. Un poder democrtic s aquell que t la sobirania popular per principi, el sufragi universal per origen, i per objectiu, la realitzaci de la frmula llibertat, igualtat, fraternitat. [] Leducaci dels ciutadans ha de ser comuna i gratuta Correspon a lEstat prendre les iniciatives de les reformes industrials i aconseguir una organitzaci del treball que millori la condici dels assalariats Cal substituir lorganitzaci del crdit individual per la del crdit de lEstat. LEstat, fins a lemancipaci del proletariat, ha de ser el banquer dels pobres LEstat ha de garantir treball al ciutad fort i saludable; al malalt i al vell li deu ajut i protecci extracte de BLANC, L. (1848): publicat a La Reforma.

b.El treball societari [] ha de diferir completament de les formes que ens el fan tan odis en el seu estat actual. Cal que la indstria societria, perqu arribi a ser atraient, compleixi les condicions segents: - que cada treballador associat sigui retribut per dividend i no pas per salari. - que cadasc, home, dona o infant, sigui retribut en proporci a les tres facultats: capital, treball i talent. - que les sessions industrials siguin variades unes vuit vegades al dia, ja que lentusiasme no es pot mantenir ms duna hora i mitja o dues hores [] - que siguin exercides en companyia damics reunits espontniament, estimulats per rivalitats molt actives. - que els tallers i els conreus presentin a lobrer laliment de lelegncia i la netedat. - que la divisi del treball es porti a un grau superior per a assignar a cada sexe i edat les funcions escaients. - que en aquesta distribuci cadasc, home, dona o infant, gaudeixi plenament del dret al treball o a intervenir en qualsevol moment en aquesta o aquella branca del treball que decideixi escollir, sempre que justifiqui la seva bona fe i aptitud FOURIER, Ch. (1804): Lharmonia universal i el falansteri.

e.Nosaltres, productors associats, no tenim necessitat de lEstat [] No volem ms govern de lhome sobre lhome, ni ms explotaci de lhome per lhome. El socialisme s el contrari del governamentalisme. Volem que les mines, els canals, els ferrocarrils siguin lliurats a les associacions obreres, i que aquests els explotin sota la seva prpia responsabilitat.Volem que aquestes associacions siguin una gran federaci, unides pel vincle com de la repblica democrtica i social. Existeix el mutualisme quan en una indstria els obrers, en lloc de treballar per un empresari que els paga i es guarda la seva producci, treballen els uns pels altres i comparteixen una producci comuna de la qual es reparteixen els beneficis. Sols la federaci pot donar satisfacci a les necessitats de les classes laborioses i resoldre el conflicte entre el capital i el treball. PROUDHON, J. (1851): Idea general de la revoluci.

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a.Ja hem vist abans que el primer pas de la revoluci obrera s l'enlairament del proletariat a la categoria de classe dominant, la conquesta de la democrcia per mitj de la lluita. El proletariat aprofitar el seu domini poltic per arrencar progressivament tot el capital a la burgesia, per centralitzar tots els instruments de producci en mans de l'Estat, s a dir, del proletariat organitzat en classe dominant, i per augmentar el ms rpidament possible el conjunt de les forces de producci. D'antuvi, aix noms pot ocrrer, naturalment, per mitj d'atacs desptics al dret de propietat i al rgim burgs de producci; grcies, doncs, a mesures que semblen econmicament insuficients i insostenibles, per que sn superades en el curs del moviment i que sn imprescindibles com a recurs per a subvertir tota la forma de producci. Aquestes mesures, s clar, seran diferents segons cada pas. De totes maneres, per als pasos ms avanats, podran sser aplicades gaireb com a norma general, les segents: 1.Expropiaci de la propietat rstica i aplicaci de la renda territorial a les despeses de l'Estat; 2. Forts impostos progressius; 3. Abolici del dret dherncia; 4. Confiscaci dels bns de tots els emigrats i rebels; 5. Centralitzaci del crdit en mans de l'Estat mitjanant una banca nacional amb capital de l'Estat i monopoli exclusiu; 6. Centralitzaci del mitjans de transport en mans de l'Estat; 7. Augment de les fbriques nacionals i dels instruments de producci, rompuda dels erms i millorament dels conreus d'acord amb un pla general; 8. Treball obligatori per a tothom, creaci d'exrcits industrials, especialment per a l'agricultura; 9. Explotaci combinada de l'agricultura i la indstria; acci a favor de la desaparici progressiva de la diferncia entre la ciutat i el camp; 10. Instrucci pblica i gratuita de tots els infants; supressi, en la seva forma actual, del treball dels menors a les fbriques. Coordinaci de la instrucci amb la producci material, etc. Un cop desaparegudes les diferncies de classe en el transcurs de l'evoluci i un cop concentrada tota la producci en mans dels individus associats, el poder pblic perd el seu carcter poltic. El poder poltic, en la seva veritable accepci, s el poder organitzat d'una classe per oprimir-ne una altra. Si en la lluita contra la burgesia, el proletariat s'uneix per constituir necessriament una classe, si en virtut d'una revoluci serigeix en classe dominant, i com a tal classe dominant aboleix violentamente el vell rgim de producci, suprimeix, amb aquest rgim de producci, les condicions d'existncia dels antagonismes de classe, les classes en general i, per tant, el seu propi predomini com a classe. L'antiga societat burgesa, amb les seves classes i els seus antagonismes de classe, s substituda per una associaci en que el lliure desenvolupament de cadasc s la condici per al lliure desenvolupament de tots plegats.

c.El nostre programa socialista exigeix i ha dexigir irrenunciablement: 1. La igualtat poltica, econmica i social de totes les classes i tots els pobles de la terra. 2. Labolici de la propietat hereditria. 3. Lapropiaci de la terra per les associacions agrcoles, i del capital i de tots els mitjans de producci per les associacions industrials. 4. Labolici de lordenament jurdic de la famlia patriarcal, basat exclusivament en el dret a heretar la propietat, com tamb lequiparaci dels drets poltics, econmics i socials de lhome i la dona. 5. La criana i leducaci dels infants dambds sexes fins a la majoria dedat; sentn que la formaci cientfica i terica, en la que sinclouen els nivells ms alts de formaci, ser igual i obligatria per a tots. Lescola substitur lesglsia i far innecessaris els codis penals, els policies, els cstigs, les presons i els botxins.BAKUNIN, M. (1866?) Els fonaments econmics i socials de lanarquisme.

d.La base de tota lorganitzaci poltica dun pas ha de ser la comuna absolutament autnoma, sempre representada per la majoria dels sufragis de tots els habitants adults, homes i dones sense distinci. Cada pas, cada naci, cada poble -petit o gran, dbil o fort-, cada regi, cada provncia i cada comuna tnen el dret absolut de disposar de la seva sort, de determinar la seva prpia existncia, descollir les seves aliances, dunir-se i separar-se, dacord amb la seva voluntat i amb les seves necessitats i sense cap mirament respecte dels suposats drets histrics ni de les necessitats poltiques, comercials o estratgiques del Estats. La uni de les parts en un tot , per ser de deb, feconda i forta, ha de ser autnticament lliure [] Aquesta societat es composar duna multitud dassociacions federades per a tot all que reclama aquesta forma dagrupaci: federacions doficis per a la producci en general, agrcola, industrial, intel.lectual, artstica; municipis encarregats dorganitzar el consum, proporcionant allotjament, enllumenat, aliments, servei sanitari, etc.; federaci dels municipis entre ells, i daquests amb les organitzacions dofici i, finalment, grups ms amplis .[]. Hi haur llibertat total per a desenvolupar noves formes de producci, invents i organitzaci, i la iniciativa individual ser estimulada, al contrari que amb la tendncia a la uniformitat i centralitzaci. A ms, aquesta societat no estar cristal.litzada en formes concretes i invariables, sin que canviar contnuament daspecte, perqu ser un organisme viu i subjecte a levoluci, sense que hi hagi necessitat de govern, perqu el lliure acord i la federaci el substituran en totes les funcions que lEstat considera ara com a prpies, i tamb perqu havent-se redut les causes de conflicte, els que hi hagi es podran sotmetre fcilment a larbitratge. KROPOTKIN, P. (1870-1900?)

MARX, K. (1848): Manifest comunista.

b.Sc un amant fantic de la llibertat [] No de la llibertat formal, atorgada i mesurada per lEstat, mentida eterna que no representa ms que els privilegis duns pocs, fundats damunt lesclavatge de tots [] No, jo defenso lnica llibertat digna daquest nom; la llibertat que consisteix en el ple desenvolupament de les potncies materials, intel.lec-tuals i morals que es troben latents dintre de cadasc [] aquesta llibertat sha destablir al mn mitjanant lorganitzaci espontnia del treball, [] no per lacci tutelar de lEstat.BAKUNIN, M.(1873?): La Comuna de Pars i la noci de lEstat.

DECLARACI DE DRETS DE LHOME I DEL CIUTAD

010

Els representants del poble francs, constituts en Assemblea Nacional, considerant que la ignorncia, loblit o el menyspreu dels drets de lhome sn les niques causes dels mals pblics i de la corrupci dels Governs, han decidit exposar, en una declaraci solemne, els drets naturals, inalienables i sagrats de lhome, a fi de que aquesta declaraci, constantment present per a tots els membres del cos social, li recordi permanentment els seus drets i deures, a fi de que els actes del Poder legislatiu i els del Poder executiu, podent sser comparats en cada moment amb la meta de tota instituci poltica, siguin ms respectats: a fi de que les reclamacions dels ciutadans, fonamentades des dara en principis simples i incontestables es dirigeixin sempre al manteniment de la constituci i a la felicitat de tots. En conseqncia, lAssemblea Nacional reconeix i declara, en presncia i sota els auspicis de lsser Suprem, els segents drets de lhome i del ciutad: Art. 1. Els homes neixen i romanen lliures i iguals en drets. Les distincions socials noms poden fundar-se en la utilitat comuna. Art. 2. La meta de tota associaci poltica s la conservaci dels drets naturals i imprescriptibles de lhome. Aquests drets sn: la llibertat, la propietat, la seguretat i la resistncia a lopressi. Art. 3. Lorigen de tota sobirania resideix essencialmente en la naci. Cap rgan ni cap individu no pot exercir autoritat que no nemani expressament. Art. 4. La llibertat consisteix en poder fer tot el que no danya els altres. Aix, lexercici dels drets naturals de cada home no t ms lmits que els que asseguren als altres membres de la societat el gaudi daquests mateixos drets. Aquests lmits noms poden ser determinats per la Llei. Art. 5. La Llei no pot prohibir ms que les acciones danyoses per a la societat. Tot el que no s prohibit per la Llei no pot ser impedit, i ning no pot ser obligat a fer el que aquesta no ordena. Art. 6. La Llei s lexpressi de la voluntat general. Tots els ciutadans tenen el dret de participar personalment o per mitj dels seus representants a la seva formaci. Ha de ser la mateixa per a tots, tant si protegeix como si castiga. Essent tots els ciutadans iguals davant della, sn per igual admisibles a totes les dignitats, llocs i funcions pbliques, segons la seva capacitat i sense altra distinci que la de les seves virtuts i els seus talents. Art. 7. Ning no pot ser acusat, detingut ni empresonat sin en els casos determinats per la Llei i segons les formes que hi sn prescrites. Els que sol.liciten, faciliten, executen o fan executar ordres arbitrries han de ser castigats: per tot ciutad cridat o requerit en virtut del que la Llei estableix ha dober immediatament: esdev culpable per resistncia. Art. 8. La Llei no ha destablir ms que penes estrictes i evidentment necessries, i ning no pot ser castigat sin en virtud duna Llei establerta i promulgada amb anterioritat al delicte i legalment aplicada. Art. 9. Essent tota persona presumpta innocent fins que sigui declarada culpable, si es jutja indispensable la seva detenci, la Llei ha de reprimir severamente tot rigor que no sigui necessari per a asegurar-se de la seva persona. Art 10. Ning no ha de ser inquietat per les seves opinions, dhuc religioses, mentre la seva manifestaci no alteri lordre pblic establert per la Llei. Art. 11. La lliure comunicaci dels pensaments i de les opinions s un dels drets ms preuats de lhome: tot ciutad pot, per tant, parlar, escriure i imprimir lliurement, salvada la responsabilitat que labs daquesta llibertat produeixi en els casos determinats per la Llei. Art. 12. La garantia dels drets de lhome i del ciutad necessita una fora pblica. Aquesta fora sinstitueix, per tant, a benefici de tots i no per a utilitat particular dels qui la tenen a crrec. Art. 13. Per al manteniment de la fora pblica i per a les despeses dadministraci s indispensable una contribuci comuna: ha de ser repartida igualment entre tots els ciutadans en ra de les seves possibilitats. Art. 14. Tots els ciutadans tenen el dret de verificar per s mateixos o pels seus representants la necessitat de la contribuci pblica, dacceptar-la lliurement, de vigilar-ne ls i de determinar-ne la quota, la base, la recaptaci i la durada. Art. 15. La societat t el dret de demanar comptes de la seva administraci a tot agent pblic. Art. 16. Tota societat on la garantia dels drets no est asegurada ni la separaci de poders establerta, no t Constituci. Art. 17. Essent la propietat un dret inviolable i sagrat, ning no en pot ser privat sin quan la necessitat pblica, legalment constatada, ho exigeixi clarament i amb la condici duna indemnitzaci justa i prvia. ASSEMBLEA NACIONAL de Frana (1789).

011 CRONOLOGIA S. XIX1808 1812 1813 1820 1823 1830 1832 1833 1834 1835 1836 1837 1839 1840 1842 1843 1845 1847 1848 1854 1855 1856 1861 1864 1865 1866 1868 1869 1870 1871 1873 Guerra del francs o dIndependncia *Constituci de Cdiz Ferran VII: restauraci de labsolutisme Congrs de Viena: Santa Aliana antiliberal Guerra dindependncia a les ndies, crisi industrial a la pennsula Pronunciament de Riego: Trienni Liberal *Restablerta la Constituci de 1812 Intervenci: els cent Mil Fills de St Llus. Dcada Ominosa Revolucions liberals a Europa Ferran VII contra els apostlics: 1 Guerra Carlina Regncia de Ma. Cristina *Estatut Reial Crema de convents i del vapor Bonaplata Desamortitzaci de Mendizbal *Constituci progressista Conveni de Bergara Cau Ma. Cristina. Regncia dEspartero #Primeres societats obreres #Revolta i bombardeig de Barcelona Isabel II. Govern de Narvez. Dcada Moderada *Constituci moderada 2.Guerra Carlina Revolucions liberals a Europa Vicalvarada: Espartero. Bienni progressista Desamortitzaci de Madoz. Llei de Ferrocarrils Cop dODonnell. Govern dUni Liberal. Guerra de sescessi als USA. Fam del cot #Fundaci de lAIT #Congrs de societats obreres a Barcelona Guerra austroprussiana Revoluci de Setembre (Prim, Serrano, Topete). Cau Isabel II *Constituci democrtica Aranzel lliurecanvista (Figuerola) Guerra francoprussiana; Comuna de Pars #Congrs Obrer espanyol: predomini anarquista Monarquia dAmadeu de Savoia 3. Guerra Carlina Unificaci dItlia i Alemanya Repblica federal (Figueras, Pi i Margall, Salmern) *Constituci federalista nonata Insurrecions cantonals Repblica unitria (Castelar) Repressi del cantonalisme i del moviment obrer Cop de Pava Pronunciament de Sagunt. Restauraci: Alfons XII *Constituci. Sufragi censitari Febre dor; esperculaci Pau de Zanjn a Cuba #PSOE (Pablo Iglesias) Regncia de Ma. Cristina. Sufragi universal Memorial de Greuges Fil.loxera. Crisi econmica Lliga Regionalista (Prat de la Riba) #UGT Aranzel proteccionista Bases de Manresa PNB (Sabino Arana) Grito de Baire (Mart): guerra a Cuba Guerra amb USA: prdua de Cuba i Filipines

1874 1876 1878 1879 1885 1886 1887 1888 1891 1892 1894 1895 1898

012LA GUERRA DEL FRANCS O DINDEPENDNCIA (1808-1814)CRONOLOGIA 1808 17-19 MAR ABR 2 MAI 6 JUN JUN-JUL 19 JUL 21 SET NOV-DEC GEN JUL GEN FEB ABR-MAI SET JUN 19 MAR JUN 22 JUL 17 MAR 21 JUN 1 OCT 22 MAR 4 MAI 11 MAI 28 MAI Mot d'Aranjuez. Carles IV abdica en Ferran VII. Entrevista amb Napole i abdicaci de Baiona. Aixecament a Madrid. Murat passa a presidir la Junta de Govern. Juntes. Josep I rei. Primera batalla del Bruc. Assemblea de notables a Baiona. Constituci atorgada. Bailn. Retirada francesa a l'Ebre. (JUN-AGO: primer setge de Saragossa) Constituci de la Junta Central. Napole a Espanya: reforos. (DEC-FEB 1809: 2on. setge de Saragossa). Decrets imperials contra senyories, Inquisici, convents, duanes. Josep I a Madrid. Victria de Wellington a Talavera. Invasi d'Andalusia. La Junta Central dna pas a una Regncia. El Nord de l'Ebre sota administraci imperial directa. Setge de Lleida Les Corts de Cdiz es declaren sobiranes. Cau Tarragona. Constituci de Cdiz. Campanya de Rssia.Napole retira forces d'Espanya Batalla dArapiles. Evacuaci dAndalusia. Josep I evacua Madrid. Batalla de Vitoria. Josep I retorna a Frana. Corts Ordinries. Ferran VII retorna a Espanya. Restabliment de labsolutisme. Ferran VII entra a Madrid. Evacuaci de Barcelona.

1809 1810

1811 1812 1813 1814

FORCES MILITARS Francesos: de 110.000 a 1808 a 250.000 (en alguns moments 350.000). Espanyols. exrct de 100.000 (desarticulat a finals de 1808) + uns 40.000 guerrillers Anglesos: 60.000 INSTITUCIONS La Junta de Govern deixada per Ferran VII i el Consell de Castella, aix com la immensa majoria de les autoritats tradicionals col.laboren o no soposen als francesos. La Junta Central es forma sense aclarir si dirigeix o coordina les Juntes Provincials. La Junta Central forma una secci executiva i una comissi per preparar les Corts. Per aix fa una consulta i crea juntes especfiques. La dissoluci de la Junta Central i formaci de la Regncia paralitzen un moment el procs revolucionari, fins que les Corts es declaren sobiranes.

013 CONSTITUCI DE 1812Art. 3 Art. 4 Art. 8 Art. 9 Art 12 Art. 14 Art. 15 Art. 16 Art. 27 Art. 31 Art. 34 Art. 35 Art. 91 Art. 92 Art. 108 Art. 142 Art. 147 Art. 170 Art. 242 Art. 248 Art. 339 Art. 366 Art. 371

(sel.lecci)

- La soberana reside esencialmente en la nacin y, por lo mismo, pertenece a sta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales. - La nacin est obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y los dems derechos legtimos de todos los individuos que la componen. - Tambin est obligado todo espaol, sin distincin alguna, a contribuir en proporcin de sus haberes para los gastos del Estado. - Est asimismo obligado todo espaol a defender la patria con las armas cuando sea llamado por la ley. - La religin de la nacin espaola es y ser perpetuamente la catlica, apostlica, romana, nica verdadera. La nacin la protege por leyes sabias y justas, y prohibe el ejercicio de cualquier otra. - El Gobierno de la nacin espaola es una Monarqua moderada hereditaria. - La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el rey. - La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el rey. - Las Cortes son la reunin de todos los diputados que representan la nacin, nombrados por los ciudadanos en la forma que se dir. - Por cada 70.000 almas de poblacin [ ... ] habr un diputado de Cortes. - Para la eleccin de los diputados de Cortes se celebrarn juntas electorales de parroquia, de partido y de provincia. - Las juntas electorales de parroquia se compondrn de todos los ciudadanos avecindados y residentes en el territorio de la parroquia respectiva [ ... ] - Para ser Diputado de Cortes se requiere ser ciudadano que est en el ejercicio de sus derechos, mayor de veinticinco aos y que haya nacido en la provincia o est avecindado en ella con residencia a lo menos de siete aos [ ... ] - Se requiere adems, para ser Diputado de Cortes, tener una renta anual proporcionada, procedente de bienes propios. - Los diputados se renovarn en su totalidad cada dos aos. - El Rey tiene la sancin de las leyes. - Si el Rey negare la sancin, no se volver a tratar del mismo asunto en las Cortes de aquel ao; pero podr hacerse en las del siguiente. - La potestad de hacer ejecutar las leyes reside exclusivamente en el Rey, y su autoridad se extiende a todo cuanto conduce a la conservacin del orden pblico en lo interior y a la seguridad del Estado en lo exterior, conforme a la Constitucin y a las leyes. - La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y crirninales pertenece exclusivamente a los tribunales. - En los negocios comunes, civiles y criminales, no habr ms que un solo fuero para toda clase de personas. - Las contribuciones se repartirn entre todos los espaoles con proporcin a sus facultades, sin excepcin ni privilegio alguno. - En todos los pueblos de la Monarqua se establecern escuelas de primeras letras, en las que se ensear a los nios a leer, escribir y contar, y el catecismo de la religin catlica [ ... ] - Todos los espaoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas polticas sin necesidad de licencia, revisin o aprobacin alguna anterior a la publicacin, bajo las restricciones y responsabilidad que establezcan las leyes.

014 LA ESPAA REVOLUCIONARIA[...] Todas las guerras de independencia sostenidas contra Francia tienen de comn la impronta de la regeneracin unida a la impronta reaccionaria; pero en ninguna parte tanto como en Espaa. El rey apareca en la imaginacin del pueblo con la aureola de un prncipe novelesco agraviado y encarcelado por un bandolero gigante. Las pocas ms fascinadoras y populares del pasado estaban envueltas en las tradiciones sagradas y milagrosas de la .guerra de la cruz contra la media luna; y una gran parte de las clases inferiores estaba acostumbrada a vestir el hbito de los mendicantes y a vivir del santo patrimonio de la Iglesia. Un autor espaol, don ]os Clemente Carnicero, public entre los aos 1814 y 1816 la siguiente serie de libros: Napolen, el verdadero Quijote de Europa; Sucesos principales de la gloriosa revolucin de Espaa; El justo restablecimiento de la Inquisicin. Es suficiente mencionar los ttulos de las obras para comprender este aspecto de la revolucin espaola que vemos en los diferentes manifiestos de las juntas provinciales, todos los cuales clamaban en pro del rey, de la santa religin y de la patria y algunos incluso decan al pueblo que la salvacin de su alma est en juego y en peligro eminente. No obstante, si bien es verdad que los campesinos, los habitantes de los pueblos del interior y el numeroso ejrcito de mendigos, con hbito o sin l, todos ellos profundamente imbudos de prejuicios religiosos y polticas, formaban la gran mayora del partido nacional, este partido contaba, por otra parte, con una minora activa e influyente para la que el alzamiento popular contra la invasin francesa era la seal de la regeneracin poltica y social de Espaa. Componan esta minora los habitantes de los puertos de mar, de las ciudades comerciales y parte de las capitales de provincia donde, bajo el reinado de Carlos V [Carlos III?] se haban desarrollado hasta cierto punto las condiciones materiales de la sociedad moderna. Los apoyaba la parte ms culta de las clases superiores y medias -escritores, mdicos, abogados e incluso clrigos-, para quienes los Pirineos no haban sido una barrera suficiente contra la invasin de la filosofa del siglo XVIII. Autntica declaracin de principios de esta faccin es el clebre informe de Jovellanos sobre el mejoramiento de la agricultura y la ley agraria, publicado en 1795 y elaborado por orden del Consejo Real de Castilla. Existan tambin, en fin, los jvenes de las clases medias, tales como los estudiantes universitarios, que haban adoptado ardientemente las aspiraciones y los principios de la revolucin francesa y que, por un momento, llegaron a esperar que su patria se regenerara con la ayuda de Francia. Mientras no se trataba ms que de la defensa comn del pas, la unidad de las dos grandes banderas del partido nacional era completa. Su antagonismo no apareci hasta que se vieron frente a frente en las Cortes, en el campo de batalla por la nueva Constitucin que deban redactar. La minora revolucionaria, con objeto de estimular el espritu patritico del pueblo, no dud en apelar a los prejuicios nacionales de la vieja fe popular. Por muy ventajosa que pareciera esta tctica para los fines inmediatos de la resistencia nacional, no poda menos de ser funesta para dicha minora cuando lleg el momento propicio de parapetarse los intereses conservadores de la vieja sociedad tras esos mismos prejuicios y pasiones populares con vistas a defenderse de los planes genuinos y ulteriores de los revolucionarios. K.MARX, New York Daily Tribune (25 de septiembre de 1854) Fuente: K. MARX y F. ENGELS, Revolucin en Espaa, pp. 17-18.

015

a.

DEL MANIFEST DE LOS PERSAS

b. FERRAN DEROGA LA CONSTITUCI[ ] las leyes que en lo sucesivo hayan de servir de norma para las acciones de mis sbditos sern establecidas con acuerdo de las Cortes. Por manera que estas bases pueden servir de seguro anuncio de mis reales intenciones en el gobierno de que me voy a encargar, y har conocer a todos, no un dspota ni un tirano sino un rey y un padre de sus vasallos. Por tanto, habiendo sido lo que unnimemente me han informado personas respetables por su celo y conocimiento, y lo que acerca de cuanto aqu se me ha expuesto en representaciones que de varias partes de reino se me han dirigido, en las cuales se expresa la repugnancia y disgusto con que as la Constitucin formada en las Cortes generales y extraordinarias, como los dems establecimientos polticos de nuevo introducidos son miradas en las provincias, y los perjuicios y males que han venido de ellos, y se aumentaran si Yo autorizase con mi consentimiento y jurase aquella Constitucin; conformndome con tan decididas y generales demostraciones de la voluntad de mis pueblos y por ser ellas justas y fundadas, declaro que mi real nimo es no solamente no jurar ni acceder a dicha Constitucin ni a decreto alguno de las Cortes generales y extraordinarias, y de las ordinarias actualmente abiertas, a saber, los que sean depresivos de los derechos y prerrogativas de mi soberana, establecidas por la Constitucin y las leyes en que de largo tiempo ha vivido, sino el declarar aquella constitucin y tales derechos nulos y de ningn valor y efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiese pasado jams tales actos, y se quitasen de en medio del tiempo, y sin obligacin, en mis pueblos y sbditos de cualquiera clase y condicin a cumplirlos y guardarlos. Mayo de 1814

Quisiramos grabar en el corazn de todos, como lo est en el nuestro, el convencimiento de que la democracia se funda en la inestabilidad e inconstancia; y de su misma formacin saca los peligros de su fin. [...] La nobleza siempre aspira a distinciones; el pueblo siempre intenta igualdades: ste vive receloso de que aqulla llegue a dominar y la nobleza teme que aqul no la iguale: si, pues, la discordia consume los gobiernos, el que se funda en tan desunidos principios, siempre ha de estar amenazado de su fin. [... ] La monarqua absoluta (voz que por igual causa oye el pueblo con harta equivocacin) es una obra de la razn y de la inteligencia: est subordinada a la ley divina, a la justicia y a las reglas fundamentales del estado: fue establecida por derecho de conquista, o por la sumisin voluntaria de los primeros hombres que eligieron sus Reyes. As que el Soberano absoluto no tiene facultad de usar sin razn de su autoridad (derecho que no quiso tener el mismo Dios): por esto ha sido necesario que el poder soberano fuese absoluto, para prescribir a los sbditos todo lo que mira al inters comn, y obliga a la obediencia a los que se niegan a ella. El deseo medio que debemos pedir, trasladando al papel nuestros votos, y el de nuestras provincias, es con arreglo a las leyes, fueros, usos y costumbres de Espaa. Ojal no hubiese materia harto cumplida para que V. M. repita al reino el decreto que dict en Bayona, y manifieste (segn la indicada ley de Partida) la necesidad de remediar lo actuado en Cdiz, que a este fin se proceda a celebrar Cortes con la solemnidad, y en la forma en que se celebraron las antiguas: que entre tanto se mantenga ilesa la Constitucin espaola observada por tantos siglos, y las leyes y fueros que a su virtud se acordaron: que se suspendan los efectos de la Constitucin, y decretos dictados en Cdiz, y que las nuevas Cortes tomen en consideracin su nulidad, su injusticia [ ... ] Adreat a Ferran VII amb data 12 de abril de 1814.

c. FERRAN VII ACATA LA CONSTITUCI[ ... ] He odo vuestros votos, y cual tierno Padre he condescendido a lo que mis hijos reputan conducente a su felicidad. He jurado esa Constitucin por la cual suspirbais, y ser siempre su ms firme apoyo. Ya he tomado las medidas oportunas para la propia convocatoria de las Cortes. En ellas, reunido a vuestros Representantes, me gozar de concurrir a la grande obra de la prosperidad nacional. Espaoles: vuestra gloria es la nica que mi corazn ambiciona. Mi alma no apetece sino veros en torno a mi trono unidos, pacficos y dichosos. Confiad, pues, en vuestro rey, que os habla con la efusin sincera que le inspiran las circunstancias en que os hallis y el sentimiento ntimo de los altos deberes que le impuso la Providencia. [ ... ] Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional; y mostrando a la Europa un modelo de sabidura, orden y perfecta moderacin en una crisis que en otras naciones ha sido acompaada de lgrimas y desgracias, hagamos admirar y reverenciar el nombre espaol, al mismo tiempo que labrarnos por siglos nuestra felicidad y nuestra gloria. FERNANDO VII, 10 de marzo de 1820.

d.

COMENA LA DCADA OMINOSA

Bien pblicos y notorios fueron a todos mis vasallos los escandalosos sucesos que precedieron, acompaaron y siguieron al establecimiento de la democrtica Constitucin de Cdiz en el mes de marzo de 1820; la ms criminal situacin, la ms vergonzosa cobarda, el desacato ms horrible a mi Real Persona y la violacin ms inevitable, fueron los elementos empleados para variar esencialmente el gobierno paternal de mis reinos en un cdigo democrtico, origen fecundo de desastres y de desgracias. [ ] Sentado ya otra vez en el trono de San Fernando por la mano sabia y justa del Omnipotente, por las generosas resoluciones de mis poderosos aliados y por los denodados esfuerzos de mi primo, el duque de Angulema y su valiente ejrcito, deseando proveer el remedio a las ms urgentes necesidades de mis pueblos, y manifestar a todo el mundo mi verdadera libertad he venido en decretar los siguiente: 1.' Son nulos y de ningn valor los actos del gobierno llamado constitucional (de cualquier clase y condicin que sean) que ha dominado a mis pueblos [ ], declarando, como declaro, que en toda esta poca he carecido de libertad; obligado a sancionar las leyes y a expedir las rdenes, decretos y reglamentos que contra mi voluntad se meditaban y se expedan en el mismo gobierno. 2.' Apruebo todo cuanto se ha decretado por la Junta Provisional de Gobierno y por la Regencia del Reino. FERNANDO VII Puerto de Santa Mara, 1 de octubre de 1823.

016

a.

PRONUNCIAMIENTO DE RIEGOEl ejrcito nacional, al pronunciarse por la Constitucin de la Monarqua Espaola. promulgada en Cdiz por sus legtimos representantes no tratan de ningn modo de atentar a los derechos del legtimo monarca que ella reconoce: mas convencido de que todas las operaciones de su Gobierno, por una fatalidad tan funesta como incomprensible, slo han contribuido a hacer desgraciada a una Nacin que hizo tantos sacrificios por sancionarla, cree que slo este pronunciamiento puede salvarla, tanto a ella como al Prncipe del estado de nulidad en que se encuentra. No trata el ejrcito de atentar a las propiedades ni a las personas, ni tampoco de hacer innovaciones que la equidad, la justicia y la religin de nuestros padres nos autorizan; no es un espritu de sedicin: no son los movimientos de una efervescencia efmera los resortes que la animan: el ms puro patriotismo, los deseos ms ardientes por la felicidad de su pas, le han dictado el juramento ms solemne de derramar la ltima gota de sangre por verlos satisfechos. El resto de la milicia espaola. que no ha perdonado sacrificio alguno para la salvacin, el honor y la gloria de la patria: la Nacin entera que ha dado al universo tan brillantes pruebas de herosmo, no podr menos que aplaudir los sentimientos y resolucin tan firmes de sus individuos. Esta idea tan satisfactoria ser el premio de sus trabajos; y su ejemplo ser seguido de cuantos abriguen un corazn elevado y generoso. Cdiz, 1820.

b.

ELS ULTRES ES GIREN CONTRA FERRAN VIIEspaoles! El deplorable estado de nuestra amada patria y el eminente peligro en que se hallan la religin y el trono, por la casi consumada traicin de nuestros gobernantes, ha cubierto de luto el corazn de los buenos y llenado de terror a los menos fuertes de nuestros compatriotas. Es llegado el caso de ver inutilizados todos los esfuerzos que nos ha costado el restablecimiento del antiguo orden de cosas, porque ste va a desaparecer de nuestro suelo segn todas las apariencias. La sangre que vertieron en la ltima lucha nuestros ms decididos campeones es ya olvidada, o es considerada por nuestros enemigos con el ms escandaloso vilipendio. Lo peor de todo es que el mismo monarca, el mismo prncipe a quien hemos arrancado dos veces de la esclavitud comprando su libertad con nuestra propia sangre, Fernando en fin, es un activo instrumento de la ms maquiavlica conspiracin que jams vieron los siglos; Horrorizaos! [ ] De este modo, veremos que, restituido el monarca a la legitimidad y soberana de sus derechos, y asentado nuevamente en el trono absoluto de sus antepasados - con el imponente apoyo de un ejrcito extranjero -, lejos de sacar el mejor partido posible de tan ventajosa posicin, para consolidar su gobierno, lo ha comprometido nuevamente con su posterior conducta, y ha desplegado a mayor abundamiento, con mucho mayor furor y con escndalo de sus augustos aliados, la natural propensin de su alma hacia la ingratitud, y la incapacidad moral y fsica que le hacen absolutamente indigno de la corona. [ ] Manifest de la Federaci de Reialistes Purs (1826)

c.

PROCLAMA CARLISTAVizcanos: Una faccin anti-religiosa y anti-monrquica se ha apoderado del mando durante la larga enfermedad de nuestro difunto rey, y trata de ir adquiriendo ascendientes para exponeros sin defensa a los ataques de la revolucin y de la anarqua que combatimos en 1823. Sus partidarios aparentan que consideran las leyes antiguas y fundamentales del reino abolidas por otras nuevas, y despus de haber alterado el orden de sucesin al trono con una audacia de que no presenta otro ejemplar la historia, quieren hacer a Espaa cmplice de sus abominables maquinaciones que la propaganda revolucionaria inventa para destruir el orden social en Europa. Con tal objeto se traman intrigas pblicas y privadas, y la clebre fidelidad de este glorioso pas no puede escaparse completamente de sus ramificaciones. Vizcanos: la lealtad que anima a vuestros corazones estaba contenida mientras la existencia del monarca opona una barrera a la manifestacin de vuestras opiniones; pero ahora que la Providencia ha tenido por conveniente llamarle a mejor vida, os ha electrizado el patriotismo ms noble y puro, y rompiendo las cadenas de la esclavitud que os queran imponer, habis proclamado a vuestro legtimo soberano el magnnimo y virtuoso D. Carlos Mara Isidro de Borbn, que se os ha presentado rodeado del amor de todos los espaoles, para cicatrizar las llagas que el genio destructor del orden social os haba causado. Vizcanos: Perseverad como todos los buenos espaoles en vuestra valerosa resolucin. La Diputacin que se halla a vuestro frente dar la seal a vuestro celo y entusiasmo, y cuando vuestros esfuerzos, unidos a los del resto de Espaa hayan conseguido colocar en el trono de San Fernando a vuestro muy amado monarca D. Carlos V, qu felicidad ser la vuestra, pues habris demostrado al mundo entero que no habis degenerado y que sois dignos sucesores de vuestros ilustres e intrpidos ascendientes! Proclama de la Diputaci de Biscaia, octubre de 1833

c. a. IDEOLOGIA DEL CARLISME[ ] Contrayndonos al asunto de que se trata, la verdadera sensatez consiste en no transigir con la revolucin, en no satisfacer las desmesuradas exigencias del insolente populacho: en reprimir el fatal espritu de innovacin, de que adolece este siglo presuntuoso; en mejorar insensiblemente la suerte de los pueblos, sin el estruendo bullicioso del partido regenerador; en rectificar las costumbres pblicas sobre las bases de la moral evanglica: sta es la copia de la verdadera sensatez; su original es el rey don Carlos, es su gobierno y el pueblo heroico que los defiende. [ ... ] Desde que la revolucin, para poner en movimiento las masas populares y hacerlas el fatal instrumento de sus designios, afect destruir la sencilla y virtuosa ignorancia de las gentes [ ] Cunto ms conveniente hubiera sido continuar bajo el pretendido oscurantismo y dejarse el pueblo conducir por la voluntad de sus reyes! [ ... ] Pero. y ser cierto que el pueblo espaol ha sido dirigido como un rebao lo es, a la voluntad y capricho de un pastor? No es cierto: pudo haber algn abuso, algn desorden en uno u otro ramo de la pblica administracin: pero una opresin permanente, sistemtica, no ha existido en manera alguna: y an ms, ni puede existir hoy en Europa, ni pudo existir de algunos siglos a esta parte una arbitrariedad cual suponen hubo en Espaa hasta la muerte de Fernando. [ ... ] La Gaceta Oficial Carlista en CARLOS SECO, Trptico Carlista

017 LA SUPRESSI DEL RGIM FORAL

Ley de 25 de octubre de 1839 sobre los Fueros Doa Isabel II por la Gracia de Dios y de la Constitucin de la Monarqua espaola Reina de las Espaas; y durante su menor edad, la Reina viuda Doa Mara Cristina de Borbn, su Augusta Madre, como Reina Gobernadora del Reino: a todos los que en la presente vieren y entendieren sabed: Que las Cortes han decretado y Nos sancionado lo siguiente: Artculo 1. Se confirman los Fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra, sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarqua. Artculo 2. El Gobierno tan pronto como la oportunidad lo permita y oyendo antes a las Provincias Vascongadas y a Navarra, propondr a las Cortes la modificacin indispensable que en los mencionados Fueros reclame el inters de las mismas, concilindolo con el general de la Nacin y de la Constitucin de la Monarqua, resolviendo entre tanto provisionalmente, y en la forma y sentido expresados, las dudas y dificultades que puedan ofrecerse, dando de ello cuenta a las Cortes.

b.

ELS FURS

Los fueros vascos establecan la negativa a cumplir el servicio militar en tiempo de paz. Durante las guerras lo cumplan slo cuando los enfrentamientos se producan en su territorio. Si se vean obligados a continuarlo fuera de su zona deban percibir una soldada o salario. Tambin establecan la exencin de impuestos, que haba sido concedida por los monarcas en el siglo XVI a cambio del pago de una determinada cantidad. Se haba reconocido tambin el derecho a que la barrera aduanera exterior se situase en el Ebro en lugar de en la costa cantbrica. La administracin en cada provincia o seoro (Vizcaya, Guipzcoa, lava) la ejerca una Junta provincial integrada por los delegados de cada municipio, que podan pertenecer a cualquier estamento. La de Vizcaya se reuna en tomo al centenario roble de Guernica. Cada Junta tena amplias atribuciones: reparto y cobro de impuestos, nombramiento de jueces y policas Poda incluso vetar determinadas decisiones del rey, leyes o sentencias generales del Reino en aplicacin del privilegio denominado Pase Foral. Garantizaba adems la existencia de tierras comunales al servicio de los habitantes de todo el pueblo.

Ley de 21 de julio de 1876 sobre los Fueros Artculo 1. Los deberes que la Constitucin poltica ha impuesto siempre a todos los espaoles de acudir al servicio de las armas cuando la Ley los llama, y de contribuir en proporcin de sus haberes a los gastos del Estado se extendern como los derechos constitucionales se extienden a los habitantes de las provincias de Vizcaya, Guipzcoa y lava del mismo modo que a los de las dems de la Nacin. Artculo 2. Por virtud de lo dispuesto en el artculo anterior las tres provincias referidas quedan obligadas desde la publicacin de esta Ley a presentar, en los casos de quintas o reemplazos ordinarios y extraordinarios del Ejrcito, el cupo de hombres que les correspondan con arreglo a las Leyes. Artculo 3. Quedan igualmente obligadas desde la publicacin de esta Ley las provincias de Vizcaya, Guipzcoa y lava a pagar, en la proporcin que les corresponda y con destino a los gastos pblicos, las contribuciones, rentas e impuestos ordinarios y extraordinarios que se consignen en los presupuestos generales del Estado. Artculo 4. Se autoriza al Gobierno para que dando en su da cuenta a las Cortes y teniendo presentes la Ley de 19de Setiembre de 1837 y la de 16 de Agosto de 1841 y el Decreto de 29 de Octubre del mismo ao, proceda a acordar con audiencia de las provincias de lava, Guipzcoa y Vizcaya, si lo juzga oportuno, todas las reformas que en su antiguo rgimen foral lo exijan, as el bienestar de los pueblos vascongados como el buen gobierno y la seguridad de la Nacin. Artculo 5. Se autoriza tambin al Gobierno, dando en su da cuenta a las Cortes: Primero. Para dejar al arbitrio de las Diputaciones los medios de presentar sus respectivos cupos de hombres en los casos de quintas ordinarias y extraordinarias. Segundo. Para hacer las modificaciones de forma que reclamen las circunstancia; locales y la experiencia aconseje, a fin de facilitar el cumplimiento del art. 3.' de esta Ley.

018CONSTITUCI DE 1837 (sel.lecci)Doa Isabel II, por la gracia de Dios y la Constitucin de la Monarqua espaola [ ] sabed: Que las Cortes generales han decretado y sancionado, y Nos de conformidad aceptado lo siguiente: Siendo la voluntad de la Nacin revisar, en uso de su soberana, la Constitucin poltica promulgada en Cdiz a diecinueve de marzo de mil ochocientos doce, las Cortes generales decretan y sancionan la siguiente Constitucin de la Monarqua espaola: Art. 2. Art. 4. Art. 5. Art. 6. Art. 7. Art. 9. Art. 10. Art. 11 . Art. 12. Art. 13. Art. 15. Art. 17. Art. 21. Art. 22. Art. 23. Art. 26. Art. 36. Art. 44. Art. 45. Art. 47. Art. 61. Todos los espaoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con sujecin a las leyes. La calificacin de los delitos de imprenta corresponde exclusivamente a los jurados. Unos mismos cdigos regirn en toda la Monarqua y en ellos no se establecer ms que un solo fuero para todos los espaoles en los juicios comunes, civiles y criminales. Todos los espaoles son admisibles a los empleos y cargos pblicos, segn su mrito y capacidad. Todo espaol est obligado a defender la Patria con las armas cuando sea llamado por la ley, y a contribuir en proporcin de sus haberes para los gastos del Estado. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningn espaol, ni allanada su casa, sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban. Ningn espaol puede ser procesado ni sentenciado sino por el Juez o Tribunal competente en virtud de leyes anteriores al delito y en la forma que stas prescriban. No se impondr jams la pena de confiscacin de bienes, y ningn espaol ser privado de su propiedad, sino por causa justificada de utilidad comn, previa la correspondiente indemnizacin. La Nacin se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religin Catlica que profesan los espaoles. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey. Las Cortes se componen de dos cuerpos colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados. Los senadores son nombrados por el Rey a propuesta, en lista triple, de los electores que en cada provincia nombran los diputados a Cortes. Para ser senador se requiere ser espaol, mayor de cuarenta aos y tener los medios de subsistencia y las dems circunstancias que determine la ley electoral. Cada provincia nombrar un diputado a los menos por cada cincuenta mil almas de su poblacin. Los diputados se elegirn por el mtodo directo. Para ser diputado se requiere ser espaol, del estado seglar, haber cumplido veinticinco aos y tener las dems circunstancias que exija la ley electoral. Las Cortes se renen todos los aos. Corresponde al Rey convocarlas, suspenderlas y cerrar sus sesiones, y disolver el Congreso de los Diputados; pero con la obligacin, en este Itimo caso, de convocar otras Cortes y reunirlas dentro de tres meses. El Rey y cada uno de los Cuerpos Colegisladores tiene la iniciativa de las leyes. La persona del Rey es sagrada e inviolable, y no est sujeta a responsabilidad. Son responsables los ministros. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey Adems de las prerrogativas que la Constitucin seala al Rey, le corresponde: [ ] Nombrar y separar libremente los ministros. Todo lo que el Rey mandare o dispusiere en el ejercicio de su autoridad deber ser firmado por el Ministro a quien corresponda [ ... ]

a. UNA PROPOSTA FALLIDA DE DESAMORTITZACI

019

El Estado, sin que se pueda decir cosa en contrario, cumple igualmente que pagando de una vez toda su deuda, pagando el inters correspondiente. Sentados estos antecedentes, la cuestin que hay que resolver es la siguiente: el Gobierno debe pagar de una vez toda su deuda dando fincas en lugar de dinero, o convendra que arriende en enfiteusis todas estas fincas y reparta su renta entre los acreedores? Hacer ver que el segundo mtodo es el nico justo, el nico compatible con la prosperidad futura de nuestra industria, el nico conveniente a los intereses de los acreedores. el nico popular, y, por consiguiente, ventajoso al sostn del trono de Isabel II, el nico que no perjudica a la clase propietaria, el nico, en fin, por cuyo medio se puede mejorar la suerte de la desgraciada clase proletaria desatendida en todas pocas y por todos los gobiernos, es lo que me propongo hacer ver. Con el sistema enfitutico, todas las familias de la clase proletaria seran dueas del dominio til de la tierra que cultivasen, y, por consiguiente, interesadas en sostener las reformas y el trono de Isabel, pues en ellas veran cifrado su bienestar. Por el contrario, el sistema de vender las fincas, har la suerte de esta numerosa clase ms desgraciada de que es an en la actualidad, y, por consiguiente, les har odiosa la reforma y el orden existente de cosas. Ser posible que nuestro gobierno, a costa de tan graves inconvenientes, se desentienda de abrazar la nica medida capaz de sacar a la clase ms numerosa de la sociedad del estado de abyeccin y de miseria en que se halla? Malograra nuestro gobierno la oportunidad rara y sin igual apreciable que se le presenta, sin tener que vulnerar ningn derecho ni que excitar ninguna queja fundada, de regenerar Espaa, formando as su Ley Agraria, esto es, distribuyendo del modo ms equitativo y ventajoso la propiedad de la tierra, que es don de la naturaleza y no producto de la industria del hombre, de cuya justa distribucin penden la consolidacin de las instituciones fundamentales de los pueblos y el bienestar de los asociados.FLREZ ESTRADA. Del uso que debe hacerse de los bienes nacionales El Espaol, febrer 1836

b. LA DESAMORTITZACI DE MENDIZBALAtendiendo a la necesidad y conveniencia de disminuir la deuda pblica consolidada y de entregar al inters individual la masa de bienes races, que han venido a ser propiedad de la nacin, a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ellos las ventajas que no podran conseguirse por entero en su actual estado, o que se demoraran con notable detrimento de la riqueza nacional, otro tanto tiempo como se tardara en proceder a su venta [ ] conformndome con lo propuesto por el Consejo de Ministros, en nombre de mi excelsa hija la reina doa Isabel II, he venido a decretar lo siguiente: Art. 1. Quedan declarados en venta desde ahora todos los bienes races de cualquier clase, que hubiesen pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas extinguidas, y los dems que hayan sido adjudicados a la nacin por cualquier ttulo o motivo, y tambin los que en adelante lo fuesen desde el acto de su adjudicacin. Art. 10. El pago del precio del remate se har de uno de estos dos modos: o en ttulos de la deuda consolidada o en dinero efectivo. Art. 11. Los ttulos de la deuda consolidada que se dieran en pago del importe del remate se admitirn por todo su valor nominal. Gaceta de Madrid, 21 de febrer de 1836

BALAN DE LA DESAMORTITZACIVOLUM TOTAL DE LES VENDES, A PREUS DE REMATADA, EN MILIONS DE RALS DE BILLETAPES FINQUES DEL CLERO FINQUES DE PROPIS ALTRES FINQUES TOTAL FINQUES CENSOS I EMFITEUSI TOTAL VENDES

1798-1808 1821-1823 1836-1849 1855-1856 1859-1867 1868-1895 TOTALS:

1392.8 99.9 3820.1 323.8 1275.9 ? 6911.5

83.9 159.8 2028.7 ? 2188.5 283.1 911.9 ? 1278.9

1476.7 99.9 3820.1 766.7 4216.5 2876.4 13252.6

150.6 635.3 147.7 222.3 1155.9

1627.2 99.9 4455.4 941.4 4438.3 2876.4 14435.5

020EL CARLISME.(1)

Apunts per a una millor comprensi del fenmen.

s un moviment antiliberal, tradicionalista. El seu lema: Religi, Rei, Lleis Antigues. Les seves arrels es remunten al segon perode del regnat de Ferran VII (apostlics... malcontents) i cristalitza a la mort de Ferran VII. Protagonitza 3 guerres (1833-40, 1846-49, 1872-76), encara t un paper important a la Guerra Civil 1936-39, i desapareix com a fora poltica rellevant als primers anys de la Transici (1977). El nucli del partit carl va ser un sector dels nobles i eclesistics col.laboradors de Ferran VII, els Ultres o Apostlics, que al 1823 volien escombrar tota resta del liberalisme del Trienni. La seva fora de xoc: les milcies absolutistas del Trienni. La seva batalla, contra els absolutistes moderats que van rodejar Ferran VII per imperatiu de la situaci econmica i de les pressions de la Santa Aliana. La seva bandera va ser el restabliment de la Inquisici. La seva alternativa, Carles M Isidre.

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(4) Lxit del moviment rau en la instrumentalitzaci poltica dun descontent popular preexistent, que aproxima sectors abans enfrontats contra un enemic com (limparable canvi econmic, social i poltic en curs des de principis de segle, s a dir, lemergncia de la societat capitalista-burgesa) indicat ideolgicament com fruit duna conspiraci dels enemics de Du. Mentre un sector de loligarquia lluita per mantenir els seus privilegis, un ampli sector popular lluita contra uns canvis que amenacen lestabilitat del seu sistema de vida (no gens privilegiat). (5) Elements generals de descontent popular: - la baixa continuada dels preus dels cereals, combinada amb la pressi fiscal i la monetaritzaci de leconomia. - les conseqncies de la desamortitzaci i de la supressi dels senyorius: prdua de drets consuetudinaris, revisi darrendaments, ms precarietat, prdua de laccs a les terres comunals... - el ressentiment per lenriquiment dun sector burgs, (comerciants, intermediaris, compradors de terres desmortitzades) identificat amb el liberalisme. - la pervivncia de trets ideolgics de lAntic Rgim, alimentats per lEsglsia: - el desordreve del mal govern: el rei s com un pare, per lenganyen. - la por de que els canvis alterin els principis morals: el respecte a les jerarquies, lautoritat dels pares, lestabilitat del matrimoni, el sistema dherncies, el rol dels sexes... Elements propis dalgunes contrades, on el carlisme arrela ms: - situaci dempobriment: per dificultats dadaptar-se a lagricultura comercial, per la runa de la indstria domstica i rural i de lartesania, per les crisis de la nova indstria, per la modificaci del rgim de duanes i aranzels. - societat amb forts vincles clientelars que lliguen els pagesos als notables rurals i al clero. - un altre element de descontent van ser les quintes, element que la guerra va aguditzar. Per tamb els carlins van quintar a la zona que controlaven. (6) La qesti dels furs no es pot llegir en clau de nacionalisme modern. I s que el carlisme no era partidari de labsolutisme ents com a despotisme ms o menys il.lustrat, sin com un sistema de delegaci i contraps de poders amb els diferents nivells de les oligarquies territorials. El sistema foral dautogovern era fortament oligrquic: es tractava, doncs, de la defensa dels privilegis dels notables rurals. Altrament, tamb hi va haver liberals foralistes. El carlisme desenvolupa la propaganda foral de cara al poble al mateix ritme que creix el republicanisme federal. (7) La composici dels combatents carlins s molt variada: jornalers sense feina, pagesos, artesans arrunats, capellans i frares, i fins i tot obrers en atur. La guerra legitimava una mena de venjana social contra els poderosos, que al cap i a fi va derivar en formes de bandolerisme. Amb els anys, molts membres de loligarquia van passar del carlisme als liberals moderats. Les partides van ser dirigides cada cop ms per capitostos dextracci popular, i a moltes comarques de Catalunya, el descontent camperol va passar a nodrir partides guerrilleres republicanes.

021 a.CONSTITUCI DE 1845*Doa Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitucin de la Monarqua espaola. Reina de las Espaas [ ... ] Que siendo nuestra voluntad y la de las Cortes del reino regularizar y poner en consonancia con las necesidades actuales del Estado los antiguos fueros y libertades de estos Reinos. y la intervencin que sus Cortes han tenido en todos los tiempos en los negocios graves de la Monarqua modificando al efecto la Constitucin promulgada el 18 de junio de 1837, hemos venido, en unin y de acuerdo con las Cortes actualmente reunidas, en decretar y sancionar la siguiente Constitucin de la Monarqua espaola: [] Art. 2. Todos los espaoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con sujecin a las leyes. Art. 11. La Religin de la Nacin espaola es la Catlica, Apostlica, Romana. El Estado se obliga a mantener el culto y sus ministros. Art. 13. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados. Art. 14. El nmero de senadores es ilimitado; su nombramiento pertenece al Rey. Art. 15. Slo podrn ser nombrados senadores los espaoles que, adems de tener treinta aos cumplidos, pertenezcan a las clases siguientes: [segueix una llista d'alts carrecs poltics, eclesistics i militars de lEstat i els membres de la gran noblesa (Grandes de Espaa)]. Los comprendidos en las categoras anteriores debern adems disfrutar 30.000 reales de renta, procedente de bienes propios o de sueldos de los empleos [ ] Ttu