Diccionario de perfumesPerfumes de flores

Angélica: Conócete a ti mismo. Hierba de los ángeles, que desvela la esencia oculta de las cosas. Remedio para todos los males, perfume suavísimo, meloso y envolvente. Favorece un conocimiento que va a lo profundo.

Caléndula: No tengas miedo. Flor del sol, alivia y refresca. Reconforta con su deliciosa fragancia. Libera de los malos pensamientos.

Énula: No seas tímido. Perfume precioso, dorado como las flores que reciben la luz del sol. Acompaña el crecimiento interior, da seguridad y ayuda a expresar los sentimientos del corazón. Ahuyenta toda clase de temor.

Franchipán: Fascinación sin igual. Extraído de la flor de la Plumeria, es rotundo, voluptuoso, intensamente floral. Es la esencia de la feminidad que nace y se abre a la vida.

Genista: Valor. Rico como el color de las flores, es un perfume embriagador, fresco, con una nota floral emocionante. Anuncia la primavera, el paso de lo viejo a lo nuevo. Ayuda a no desanimarse.

Geranio: Intensidad. Perfume concreto y enérgico, recuerda al de la rosa sin poseer su refinamiento. Flor femenina por excelencia, es símbolo de belleza, decoro y humildad.

Helicriso: Te comprendo. Dulce como la miel y amargo como un alba cuando no ha habido descanso, su perfume es intenso, potente como la bondad. Hay que usarlo con moderación, mezclándolo con fragancias delicadas como las rosas, capaces de abrazar su sensibilidad. Une el corazón y la mente, la pasión y la sensatez. Evoca la compasión.

Jaguarzo: Sonríe. Semejante a una pequeña rosa, delicado y gracioso, tiene un aroma envolvente, penetrante y especiado que infunde calor al deshacer el hielo del alma. Evoca la capacidad de sonreír y amar.

Jazmín: Sensualidad. Flor de la noche, solo desprende su perfume al amanecer o al anochecer. Embriagador, cálido, evoca el mundo mágico, reduce sus confines. Sensual, fácilmente adaptable. El placer está escondido en sus pequeños pétalos blancos, percibirlo no es más que el comienzo.

Lavanda: Contra el estrés. Este complejo perfume seduce y hechiza. Refresca y purifica el espíritu, aleja el cansancio, el miedo y la ansiedad.

Lirio azul: Confía en mí. Precioso y esencial como el agua, el aire, la tierra y el fuego, es un perfume intenso y luminoso. Aleja las tensiones y renueva la confianza del alma.

Magnolia: Verdad. Una mirada no basta, raramente los ojos perciben lo que se oculta detrás de las apariencias. Perfume intenso, brillante, ilumina la mente y favorece el conocimiento interior, libera la energía necesaria para afrontar los secretos, las mentiras, lo que parece pero raras veces es.

Manzanilla: Serenidad. Es el perfume de la calma. Intensamente floral y cálido. Potencia la claridad de pensamiento. Combate la agitación mental.

Milenrama: Equilibrio interior. Es el perfume del cielo y la tierra juntos. Aromático y resinoso, favorece la armonía donde reina el contraste, induce a la claridad, anima el espíritu.

Mimosa: Sé feliz. Intensamente floral, el perfume de las flores de mimosa proporciona alegría y vitalidad. Atenúa la tristeza, induce al diálogo.

Narciso: Deseo. Intensamente sensual y embriagador, es el perfume del placer y del erotismo.

Nardo: No temas cambiar. Blanco, intenso, dulce y seductor, es el perfume de la audacia y de la conciencia. Estimula la creatividad, evoca la fuerza del cambio.

Neroli: Cásate conmigo. Extraído de las flores del naranjo, es la esencia celestial de los pétalos de la flor. Es el perfume de la paz. Evoca los buenos sentimientos. Abre el camino al amor.

Rosa: Amor. Esencia difícil de obtener, dulce y leve, es el símbolo de los sentimientos y de las emociones. Favorece la iniciativa personal y las artes.

Verbena: Está de buen humor. Cálido y envolvente, el perfume de verbena calma y alegra. Favorece la socialización.

Violeta: Elegancia y discreción. Es el perfume de la feminidad dulce y delicada. Tranquiliza y tonifica.

Ylang-ylang: Libera los sentimientos ocultos. Cálido y femenino, otorga la capacidad de superar la desilusión y la ofensa. Debido a su naturaleza, ayuda a expresar la poesía que anida en el alma.

Perfumes de frutos, bayas y hierbas aromáticasAlbahaca: Está contento. Perfume espléndido, profundamente aromático,

fresco y especiado. Eleva la mente y el espíritu, además de liberar al corazón de la melancolía.

Bergamota: Esperanza. Ágil y burbujeante, proporciona energía y ligereza cuando las expectativas se marchitan bajo el peso de la monotonía. Ilumina el camino y ayuda a vislumbrar las alternativas.

Canela: Te seduzco. Perfume denso, sensual, intensamente femenino. Exótico y especiado. Pasional y cálido como el sol de los lugares lejanos donde nace.

Cardamomo: Atracción. Envolvente, dulce y levemente especiado, es el perfume del eros. Estimula el espíritu y evoca la predisposición a compartir.

Citronela: Entusiasmo. Estimulante, dirige las energías. Perfume de limón, aromático e intenso.

Clavo: Dulzura. Intensamente especiado, dulce y aromático, es el perfume de la ternura, ayuda a soportar la espera, favorece la transición.

Comino: Pasión. Misterioso, profundo, delicado pero al mismo tiempo cálido y envolvente. Induce a la apertura, refuerza el eros.

Enebro: Purifica el espíritu. Intenso y balsámico. Neutraliza la negatividad, apacigua, aleja los malestares y los miedos. Purifica el ambiente y el alma.

Haba tonka: Generosidad. Alegre como un rayo de sol, es un perfume suave, cálido. Relaja el ánimo más inquieto, induce a la armonía y a la predisposición a compartir.

Heno: Calma. Perfume antiguo, ancestral como los del fuego, el mar y la tierra. Profundamente grabado en el alma antigua que todos poseemos. Evoca la tranquilidad.

Hinojo: Ahuyenta los pensamientos negativos. Agradable, aromático. Aleja el miedo, las dudas, y ayuda a afrontar las situaciones difíciles.

Hisopo: Pureza. Es el perfume suave y fresquísimo de un amanecer recién nacido. Conserva de la mañana la ligereza y la despreocupación. Estimula la concentración, aclara las ideas. Como todas las hierbas rituales, favorece la meditación.

Limón: Racionalidad. Es el perfume de la razón. Intenso, fresquísimo, envolvente. Destierra el exceso, induce a la reflexión. Modera la inestabilidad. Rechaza el peso oscuro del alma.

Mandarina: Despreocupación. Delicado, burbujeante y fresco. Conduce a la ingenuidad de la infancia. Alegra y proporciona ligereza.

Mejorana: Contra el dolor. Calmante y reconfortante. Aleja el temor de la soledad, refuerza el espíritu, alivia el sufrimiento de la pérdida.

Melisa: Consuelo. Proporciona alivio y disipa el temor de lo desconocido. Ayuda a superar los disgustos, induce a la conciencia del propio yo.

Menta: Creatividad. Fresco y tonificante, aúna las ideas y las aclara, estimula la fantasía, atenúa la arrogancia y favorece el juicio.

Naranja: Alegría. El fruto dorado del jardín de las Hespérides prospera al sol y mantiene su luz y su calor. El precioso aceite se concentra en la corteza. Combate la tristeza.

Nuez moscada: Determinación. Perfume especiado, profundo, picante. Favorece la decisión, estimula el valor, induce a la acción.

Pimienta negra: Perseverancia. Despierta los sentidos, concentra la fuerza interior. Enseña que, cuando parece que uno ha perdido el camino, con frecuencia solo está desorientado.

Romero: Me ocupo de ti. Rocío marino que protege y anima, estimula el valor, evoca la fortaleza. Induce a la perspicacia y a la claridad.

Salvia: Sabiduría. Perfume fresco y suave, ahuyenta la duda. Favorece el sentido común, la agudeza de los sentidos y la memoria.

Tomillo: Da energía. Reconstituyente. Disipa la confusión, predispone a la lógica, desvanece la incertidumbre del sueño. Renueva la estabilidad mental.

Vainilla: Te protejo. El perfume de la infancia, dulce y cálido. Proporciona bienestar, buen humor, ayuda a afrontar las dificultades, mitiga las tensiones. Armoniza con la piel. Unas gotas unen y guían los gestos del corazón.

Perfumes de maderas, resinas y hojas de árbolAbedul: Bienestar. Perfume intenso y aromático, envolvente y terapéutico.

Libera la mente del peso del dolor, relaja el espíritu, favorece la recuperación física e intelectual.

Alcanfor: Sé decidido. Fuerte y profundamente balsámico, es el perfume del valor, de la firmeza. Refuerza la voluntad.

Benjuí: Combate la ansiedad. Al igual que el gran árbol del que se extrae su oscura resina infunde serenidad, así su esencia balsámica, densa y penetrante, ahuyenta las preocupaciones. Permite a la energía espiritual encontrar fuerza y prepara para la meditación.

Cedro: Reflexión. Su esencia, extraída de la madera, es una de las más antiguas. Fortalece el espíritu y lo protege. Ayuda a mantener la lucidez, el equilibrio, el sentido de las proporciones. Evoca la observación más profunda.

Ciprés: Te apoyo. Agradable, delicado y aromático, el perfume de su madera refresca, relaja y ahuyenta los problemas. Ayuda en los cambios, fortalece el alma y la prepara para afrontar las pruebas más arduas.

Elemí: Conciencia. Perfume aromático y penetrante. Reequilibrante, evoca la paz. Agrupa los miedos más ocultos y los saca a la luz. Aparta las ilusiones y conduce de vuelta a la realidad.

Eucalipto: Positividad. Intenso, vegetal, purificante. Ahuyenta la negatividad, induce a la respiración profunda, conduce de vuelta a la razón.

Gálbano: Armonía. Intensamente especiado y vegetal, es el perfume de la naturaleza y del bosque. Atenúa la cólera.

Incienso: Medita. Su perfume es único, fresco y suavemente alcanforado. Ralentiza la respiración e induce a un estado de calma y serenidad, evocando la espiritualidad más profunda. Predispone a la meditación y a la oración.

Mirra: Seguridad. Más terrenal y concreto que el incienso, es un perfume que representa el vínculo entre el espíritu y la realidad. Fuerte, sólido, ninguna vacilación. Es el perfume de la constancia y de la transparencia de los sentimientos.

Mirto: Perdóname. Sempervirente, mágico, precioso. Intenso y profundamente aromático, serena el espíritu, ahuyenta la rabia y el rencor. Es el perfume de la serenidad, de la esencia misma del alma.

Musgo de roble. No sientas añoranza. Intenso, penetrante, ancestral, es el perfume de la constancia y de la fuerza. Destierra la decepción que oprime el alma cuando la conciencia del error se filtra en las certezas ilusorias. Atenúa la nostalgia de lo que podía ser y no ha sido.

Opopónaco o mirra dulce: Optimismo. Delicado, balsámico, intensamente floral, es el perfume de la serenidad.

Pachulí: Sé misterioso. Sensual y exótico, es el perfume embriagador de la vida. Favorece la decisión.

Palo de rosa: No esperes. Suave, afrutada, con leves toques especiados, esta esencia de árboles tropicales es el perfume de la confianza, de la serenidad. Evoca el dulce dolor de la espera y de la esperanza.

Petitgrain: Concentración. Extraído de las preciosas hojas de la naranja, este perfume despierta el espíritu, despeja la mente, ayuda a tomar decisiones importantes.

Pino: Firmeza. Sólido y tenaz, es el árbol de la fortaleza. No se dobla ni se parte. Su perfume es balsámico, aromático; induce al valor, estimula la confianza en uno mismo.

Sándalo: Tentación. Potente, misterioso y envolvente, es el perfume del eros. Enormemente complejo, agudiza los sentidos, abre el corazón y renueva los sentimientos.

Vetiver: Resistencia. Tenaz e invencible, es el perfume cargado y complejo de la tierra. Fresco, húmedo, vegetal. Da fuerza, induce a la apertura hacia el prójimo, al perdón de uno mismo.

Perfumes de origen animalÁmbar gris: Belleza. Delicioso y seductor, es el perfume más antiguo que

atrae a las mujeres. Transportado por el mar, que lo deposita en las playas como un don precioso, conserva su fascinación misteriosa y profunda. Evoca el despertar de la feminidad, la elegancia, el calor de una noche de verano.

Cera de abeja: Delicadeza. Cálido y amable, el perfume de la cera conserva el poder de la naturaleza, de las flores y de los pólenes.

Cuero: Sé fuerte. Animal, intenso, de vigorosa personalidad, es el perfume de la energía primordial y de la fuerza viril.