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  • Conocer Valladolid 2011

  • Los autores

    I.S.B.N.: 978-84-96864-69-6Depsito Legal: VA-882/2012

    Una publicacin de:

    Real Academia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin"Casa de Cervantes", Calle del Rastro, n 2. 47001 Valladolid 983 398 004 | www.realacademiaconcepcion.net

    Edicin: AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID

    Impresin: Imprenta Municipal

    Primera edicin: noviembre de 2012Impreso en Espaa. Printed in Spain

    Este volumen rene las contribuciones cientficas presentadasen el V Curso Conocer Valladolid, celebrado en la RealAcademia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin deValladolid, entre los das 2 y 23 de noviembre del ao 2011.

  • NDICE

    La Villa Romana de Prado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13MARGARITA SNCHEZ SIMN | Arqueloga

    Criptas en Valladolid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29JAVIER BLANCO MARTN | Arquitecto

    Ms all de la Ciudad de los Almirantes. Arquitectura subterrneaen Medina de Rioseco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

    RAMN PREZ DE CASTRO | Profesor de H. del Arte. Universidad de Valladolid

    Torres mudjares de Valladolid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61JOS IGNACIO SNCHEZ RIVERA | Profesor titular de la Universidad de Valladolid

    El ingenio de Zubiaurre en el Pisuerga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77NICOLS GARCA TAPIA | Acadmico

    El Plan Cort y su influencia en la ciudad actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99EDUARDO CARAZO LEFORT | Catedrtico ETS Arquitectura. Univ. de Valladolid

    El arte en las clausuras vallisoletanas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121JOS IGNACIO HERNNDEZ REDONDO | Conservador del M.N. de Escultura

    El Beato de Valcabado, de la Universidad de Valladolid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137PILAR RODRGUEZ MARN | Directora de la biblioteca de Santa Cruz

    La coleccin de la Real Academia de la Pursima Concepcin . . . . . . . . . . . . . . 159JESS URREA FERNNDEZ | Acadmico

    Historiadores e historias de Valladolid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177MARA ANTONIA FERNNDEZ DEL HOYO | Acadmica

    Toros y toreros en Valladolid durante los siglos XVII y XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . 201LOURDES AMIGO VZQUEZ | Doctora en historia

    Valladolid segn la visin de los viajeros extranjeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229AGUSTN GARCA SIMN | Editor y escritor

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    Desde los comienzos de la Academia su funcin ha sido la enseanza. Primero eldibujo, luego las bellas artes y la arquitectura, tambin las disciplinas tcnicas yfinalmente la msica. El paso del tiempo hizo perder el sentido pedaggico que lailustracin imprimi a la institucin y sta se reorient, sin perder su tutela sobrelas artsticas, pero asumiendo adems un papel en la conservacin del patrimoniomediante la encomienda o la creacin de museos.

    Esa funcin didctica contina hoy viva entre los propsitos de la Academia. Laopinin, orientacin y dictamen sobre materias que afectan a monumentos, con-juntos urbanos, elementos culturales, acerbo inmaterial, arqueologa, etc., suponen,adems de un deber, el establecimiento de unos principios y la creacin de unosfines que pueden contribuir a mantener la herencia patrimonial con el fin de trans-mitirla lo menos mermada posible.

    Otra frmula de cumplir con los fines de la Academia consiste en difundir cient-ficamente la investigacin que realizan sus miembros o convertirse en tribuna dequienes tienen algo que aportar en este mismo sentido. La celebracin de cursos yseminarios surge como el vehculo ms apropiado, que resultara limitado si nofuera acompaada con la publicacin de dichos estudios.

    Precisamente este volumen es el fruto del V curso Conocer Valladolid y la varie-dad y amplitud de su contenido indican las preocupaciones acadmicas. La mejorforma de dejar constancia es levantar acta comprometindonos, por escrito, sobrelos temas tratados, poniendo de relieve su inters o importancia y haciendo part-cipes de ello a investigadores, interesados o curiosos.

    Al grano de arena que la Academia desea aportar en esta direccin se suma el delAyuntamiento, que colabora, generosamente, en la edicin de una coleccin queaade valor a la ciudad.

    JESS URREAPresidente de la Real Academia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin

  • La Real Academia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin inici en 2007 un pro-grama de cursos de divulgacin sobre el patrimonio cultural de Valladolid, que-riendo contribuir con l a la sensibilizacin social y a la valoracin de nuestro sin-gular legado histrico.

    Los cursos estn destinados a personas de todas las edades, interesados en conocersu ciudad y provincia, se programan anualmente y contemplan temas de arqueo-loga, arquitectura, urbanismo, arte y patrimonio inmaterial, complementndosecon visitas especiales a lugares de inters.

    www.realacademiaconcepcion.net

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  • Conocer Valladolid 2011/2012. V Curso de patrimonio cultural

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    Real Academia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin

    Programa. Noviembre de 2011

    I. VALLADOLID SUBTERRNEO

    Mircoles, 2. La Villa Romana de Prado.Margarita Snchez Simn. Arqueloga.

    Jueves, 3. Criptas en Valladolid. Javier Blanco Martn. Arquitecto.

    Viernes, 4. Ms all de la Ciudad de los Almirantes. Arqueologa ypatrimonio oculto de Medina de Rioseco. Ramn Prez de Castro.Profesor de H. del Arte UVa.

    VISITA: Cripta capilla de San Juan. El Salvador.

    II. VALLADOLID. ARQUITECTURA Y URBANISMO

    Lunes, 7. Torres mudjares de Valladolid. Jos Ignacio Snchez Rivera. Profesortitular UVa.

    Martes, 8. El Ingenio de Zubiaurre en el Pisuerga. Nicols Garca Tapia.Acadmico.

    Mircoles, 9. El Plan Cort y su influencia en la ciudad actual. EduardoCarazo Lefort. Catedrtico ETS Arquitectura UVa.

    VISITA: Monasterio de Las Huelgas

    III. VALLADOLID ARTSTICO

    Lunes, 14. El arte en las clausuras vallisoletanas. Jos Ignacio HernndezRedondo. Conservador del MNE.

    Martes, 15. El Beato de Valcabado, de la Universidad de Valladolid. PilarRodrguez Marn. Directora de la biblioteca de Santa Cruz.

    Mircoles, 16. La coleccin de la Real Academia de la Pursima Concepcin.Jess Urrea Fernndez. Acadmico.

    VISITA: Biblioteca de Santa Cruz.

    IV. VALLADOLID INTANGIBLE

    Lunes, 21. Historiadores e historias de Valladolid.Mara Antonia Fernndez delHoyo. Acadmica.

    Martes, 22. Toros y toreros en Valladolid durante los siglos XVII y XVIII.Lourdes Amigo Vzquez. Doctora en historia.

    Mircoles, 23. Valladolid segn la visin de los viajeros extranjeros. AgustnGarca Simn. Editor y escritor.

    VISITA: Museo del Toro.

  • IVALLADOLID SUBTERRNEO

    La villa romana de Prado:un reto para la ciudad de Valladolid

    MARGARITA SNCHEZ SIMN | ARQUELOGA

    Criptas en ValladolidJAVIER BLANCO MARTN | ARQUITECTO

    Ms all de la Ciudad de los Almirantes.Arqueologa y patrimonio oculto de Medina de Rioseco

    RAMN PREZ DE CASTRO | PROFESOR DE H. DEL ARTE DE LA UVA

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  • Real Academia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin

    La villa romana de Prado:un reto para la ciudad de Valladolid

    MARGARITA SNCHEZ SIMN | Arqueloga. Doctora por laUniversidad de Valladolid

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    Conocer Valladolid 2011/2012. V Curso de patrimonio cultural

    Muy desconocido es, fuera del mbito especializado, la existencia en el propioValladolid de restos de hbitat romano, entre ellos los del asentamiento rural quetratamos en este artculo: la villa de Prado. Quizs alguno de los lectores rememo-re noticias que aparecieron en los medios de comunicacin cuando se desarrolla-ron las intervenciones arqueolgicas en los aos noventa del siglo pasado. O qui-zs recuerden las reivindicaciones de una asociacin de vecinos que ha llegadoincluso a editar un libro (Prez, 2011). Y si les digo que la villa de Prado se locali-za junto al nuevo estadio de ftbol Jos Zorrilla, quizs muestren esa cara de estu-por con la que me he topado en otras ocasiones. Y no es para menos! ya que pode-mos decir que se trata de uno de los restos de nuestro patrimonio arqueolgico msolvidados por los vallisoletanos; y tambin muy olvidado desde el punto devista urbanstico (aunque se encuentra recogido en el PGOU de Valladolid, en elcatlogo de yacimientos arqueolgicos, ficha n 132) como evidencia el lamentableaspecto que ofrece este Bien de Inters Cultural (BIC). Pues, efectivamente, se tratade un BIC (incoado el 26 de enero de 1981), un valor destacado y excepcional denuestro patrimonio cultural.

  • Fotografa area con la localizacin del BIC Villa de Prado [http://maps.google.es/]

    La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

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    Para que nos situemos, el yacimiento se localiza en la margen derecha del roPisuerga, como deca antes, muy prximo al estadio. La zona, profundamentemodificada en las ltimas dcadas, se parece poco a la descripcin que de ella hacaF. Wattenberg en un trabajo que nunca lleg a publicarse1: una ligera inclina-cin del terreno que se corta por un lado por el llamado Camino Hondo que con-duce a Arroyo de la Encomienda y por el otro lado por un conjunto de pequeascuestas que descienden al cauce natural Ya pocas personas recordarn topni-mos como los de La Guijarrona, La Gallinera, las Veledas, El Gotern, CaminoHondo del Cao Morante, Fuente del Cao Morante; otros s los mantenemosan en nuestro vocabulario habitual como Las Contiendas.

    Al pie de este cerro, muy cerca de la fuente sealada, F. Wattenberg y S. Rivera des-cubrieron en el transcurso de unas excursiones en 1951 (hoy en da diramos unaprospeccin arqueolgica), varios manchones cenicientos que enseguida atrajeronsu atencin. Inspeccionaron las tierras situadas al oeste del Camino Hondo, al surdel Camino Viejo de Zaratn y prximas a la Fuente del Cao Morante, encon-trando restos evidentes de una ocupacin rural (campesina) de poca romana. Yaintuan que se trataba de una villa romana tarda, es decir de una granja que apro-vechaba la frtil vega con una orientacin econmica agropecuaria durante el BajoImperio Romano (siglos III - V d.C). Caracterstico de esta forma dispersa de hbi-tat es que cuente con una o varias construcciones lujosas de carcter residencial (conpisos de mosaico, bellas decoraciones parietales y otros elementos ornamentales)

    1 Agradecemos a doa E.Wattenberg Garca que nos haya dejado consultar e incorporar a este artcu-

    lo datos que don F.Wattenberg recoge en ese trabajo indito titulado La villa romana de Prado (Valladolid).

  • que eran habitadas o frecuentadas por los propietarios del fundus (la propiedad).Junto al palacio (pars urbana), las termas (balneum) y otros edificios que los agrno-mos latinos denominan urbanos, estn los rsticos (pars rustica): graneros, establos,cobertizos, almacenes, eras, almazaras, prensas, bodegas, instalaciones productivas yartesanales y las casas donde habitaban los siervos y esclavos.

    Esta descripcin es bien conocida por el pblico que visita villas adecuadas museo-graficamente. Lo que probablemente ya no lo sea tanto es que este tipo de granjano se habitan slo durante los siglos IV y V, sino tambin en fechas anteriores(siglos I al III) y posteriores (siglos VI y VII?), momento al que se correspondenlas adaptaciones que se hacen de los espacios domsticos suntuosos para su uso confines bien productivos, bien artesanales, o bien residenciales pero de naturalezamuy modesta. Por tanto, la ocupacin de estas alqueras no termina en el siglo V,sino que se puede prolongar en el tiempo. La de Prado es un ejemplo ms de villaen la que se identifican buena parte de estos aspectos.

    Como toda explotacin rstica, la villa de Prado no estaba aislada; diferentes cami-nos que surcaban estas tierras permitan el trnsito de personas y mercancas entrelos diferentes lugares habitados. Uno de estos se identifica en una va secundaria,la XXIV del Itinerario de Antonino que, desde Simancas, ncleo a cuyo mbitoadministrativo deba pertenecer, continuaba hacia el Este en este tramo paralelo alPisuerga. Entre los asentamientos coetneos prximos, adems de la mencionadaSimancas, hay que mencionar el que en la orilla izquierda del Pisuerga (Saquero ySerrano; 1991) coexiste durante toda la poca romana.

    Investigaciones arqueolgicas en la villa de Prado

    Las excavaciones arqueolgicas de los aos 1952 a 1954

    S. Rivera y F. Wattenberg realizaron excavaciones entre 1952 y 1954 cuyos resulta-dos cientficos se dieron a conocer principalmente por el segundo de estos investi-gadores en la revista Boletn del Seminario de Arte y Arqueologa, publicacin del porentonces recientemente creado Seminario de Arte y Arqueologa de la Facultad deLetras de la Universidad de Valladolid (Rivera, 1952, Rivera y Wattenberg, 1954,Wattenberg. 1962, 1964); y tambin en La regin Vaccea (Wattenberg, 1959) y en laCarta arqueolgica de Espaa. Valladolid (Palol y Wattenberg, 1974). Estos trabajosrecogen las bases de la interpretacin arqueolgica de la villa, de sus edificacionesy de su evolucin cronolgica y siguen siendo fundamentales en nuestros das apesar de ser incompletos, entre otras cosas porque no se pudo exhumar la totalidadde la casa. Pronto el yacimiento se incluira en otro tipo de estudios, ya de carcter

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    Margarita Snchez Simn

  • ms general, como son los del poblamiento de la zona (Garca, 1975) y los catlo-gos de quintas de la Pennsula (Georges, 1979 y Fernndez, 1982); y sus mosaicosarrancados aos antes y expuestos en el Museo de Valladolid seran objeto de unnuevo estudio monogrfico (Torres, 1988). El listado de trabajos que menciono noes exhaustivo, pero s recoge los principales.

    A lo largo de todas estas publicaciones se van describiendo los restos exhumados yaportando datos sobre su funcionalidad y cronologa. Algunas de las interpretacio-nes que aparecen en las ms antiguas dejan paso a otras, fruto de la reflexin y delestudio; por ello no es que exista una aparente contradiccin entre ellas, es el resul-tado de un avance en la investigacin. Muy clarificador a este respecto es el origi-nal indito de F. Wattenberg que he podido consultar. Se trata de un texto de reco-pilacin y estudio conjunto de todos los resultados de las intervenciones de losaos 50, una informacin coherente en la que me baso para resumir el estado dela cuestin sobre la villa de Prado hasta la dcada de los ochenta; aunque referidoa aspectos cronolgicos e interpretativos, introducir los datos que aparecen en laspublicaciones de 1962 y 1974.

    Entre 1952 y 1954 se excav principalmente en un sector en el que se documenta-ron un par de construcciones superpuestas, pero tambin se sondean otras zonas:1) al oeste de un largo muro interpretado como encerradero cuyos resultados fue-ron estriles, 2) al este de los edificios, tambin con resultados negativos y 3) al sur,en los cenizales, hallndose numerosos restos cermicos y de fauna. Se busc conafn la necrpolis, pero no se encontr.

    Plano con el resultadode las excavacionesde 1952-1954(F.Wattenberg, 1962).

    La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

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  • El edificio con el mosaico de Diana. Reconstruccin segn F.Wattenberg.

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    Margarita Snchez Simn

  • El Mosaicode Diana(FotoMuseo deValladolid).

    La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

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    Respecto a las construcciones se identifican dos parcialmente superpuestas. Una esun edificio al que se accede a travs de un prtico, que cuenta con una nave trans-versal y tres estancias abiertas a ella; la central la principal es absidada, con pers-tasis y en el suelo apareci el mosaico que representa a Diana cazadora acompaa-da de los bustos de las Estaciones. Se ha interpretado primero como un santuarioy luego como un triclinio (comedor). El segundo edificio es evidentemente poste-rior. Se corresponde con una casa de peristilo entre cuyas habitaciones destaca elsaln de recepciones (oecus) y 3 cubculos ms en la cruja oeste. Estas cuatro estan-cias tenan suelos musivos polcromos (denominados de los cantharus, del Crismn,

  • Los mosaicos de la fase de la villa con peristilo (F.Wattenberg, 1964).

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    Margarita Snchez Simn

    de las crteras, absidal y de las esvsticas) que reproducen composiciones con moti-vos geomtricos, animales, vegetales u otros como un pequeo Crismn. Ademsse hallaron dos hipocaustos; uno claramente relacionado con el patio y el otro msal este. Las cronologas que se asignaron a cada uno de los edificios en un primermomento fueron de finales del siglo III para el de Diana y de comienzos del siglo IVpara la villa de peristilo. En la Carta Arqueolgica de Espaa de 1974 se mencionanlas fechas de la segunda mitad del siglo II para la fase del triclinio y siglo IV parala posterior.

    Las excavaciones arqueolgicas de 1981 y 1982

    Casi 40 aos despus, y en palabras de F. Regueras, nuevas excavaciones trataronde poner orden en una documentacin arqueolgica y planimtrica cuya parciali-dad haba marcado siempre la valoracin del complejo (Regueras, 2007, 48). Culera la circunstancia que aconsejaba nuevos estudios? La respuesta est en las obrasde remodelacin urbanstica relacionadas con la construccin del nuevo estadio deftbol Jos Zorrilla. Por ese motivo R. Gimeno entre los aos 1981 y 1982 intervi-no en el rea del vertedero, en el edificio de Diana, en la villa de peristilo, en las

  • La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

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    termas y realiz diversos sondeos cuyos resultados fueron negativos. Los objetivosperseguidos eran los de delimitar el espacio ocupado por el BIC y caracterizararqueolgica y planimtricamente las construcciones. Las conclusiones de esos tra-bajos interesantsimas para el conocimiento del asentamiento rural nunca llega-ron a publicarse. Las conozco gracias a la amable cesin que R. Gimeno me hizode ellas hace unos aos.

    Las excavaciones arqueolgicas de los aos 1989 a 1994

    En esos aos al amparo de la firma de sucesivos convenios entre la Universidad deValladolid, la Junta de Castilla y Len y la Diputacin de Valladolid, se realizaronvarias intervenciones a cargo de B. Saquero y J. M. Serrano (1989), J. Quintana(1990), C. Herrero y M. Snchez (1991), I. Centeno, R. Heredero y M. Snchez(1992-1993) y la ltima en 1994 por M. Snchez. Entre los objetivos estaban el deverificar el estado de conservacin de los restos arqueolgicos, el de reconocer einterpretar algunas construcciones y el de delimitar el yacimiento, inmerso comose encontraba en un sector de fuerte presin urbanstica. Diferentes publicaciones(Serrano y Saquero, 1991, Herrero y Snchez, 1992, Heredero, Centeno y Snchez,1997, Snchez, 1997) dan cuenta de las novedosas aportaciones a la investigacinque supusieron esas excavaciones, destacando la identificacin, caracterizacin yplasmacin planimtrica de los sectores urbano, termal, rstico y del vertedero. Asimismo se reconoce una serie de estructuras negativas (zanjas y hoyos) que se rela-cionan con el ltimo momento de ocupacin, cuando el palacio ya no deba serfrecuentado por los propietarios y probablemente se haba iniciado ya su ruina. Enlo que respecta a la delimitacin del BIC, se establecieron sus lmites y se le asig-n una superficie de unas 3,5 has que qued convenientemente protegida de laactividad edilicia, aunque no de la degradacin que el paso del tiempo y algunasactuaciones desafortunadas (como por ejemplo el haberse convertido temporal-mente en zona de vertido de escombros) han supuesto.

    La excavacin del ao 2010

    Por ltimo mencionaremos una reciente excavacin en 2010. Con motivo de lasobras del Parque Forestal Cerro de las Contiendas hubo la oportunidad de realizartres sondeos en un sector del vertedero (Quintana, 2011). Los trabajos realizadospor la empresa Alacet Arquelogos han documentado la estratigrafa del vertederoy han proporcionado dataciones idnticas (siglo III/inicios del siglo IV) a las yaaportadas por las excavaciones de R. Gimeno.

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    Margarita Snchez Simn

    ConclusionesLa villa de Prado, un asentamiento rural en la orilla derecha del ro Pisuerga

    Apartado tras apartado hemos explicado cronolgicamente cules han sido las eta-pas en el estudio del yacimiento as como las principales aportaciones de cada una.En ese recorrido he dedicado conscientemente ms espacio a los trabajos de F.Wattenberg, pues son una parte esencial sobre la que pivota el resto de las investi-gaciones que, aaden nuevos datos, matizan e incluso corrigen sus interpretacio-nes. En este epgrafe vamos a realizar una breve sntesis de toda la informacin dela que disponemos; una imagen que aunque creemos coherente, tiene lagunas,imprecisiones, dudas y preguntas que hoy por hoy y con lo que conocemos nopueden ser contestadas.

    La villa de Prado. Una ocupacin estable de carcter rural desde al menosel siglo III

    En la orilla derecha del Pisuerga, en una terraza fluvial suavemente ondulada al piedel cerro testigo de Las Contiendas, se identifica una ocupacin rural al menosdesde el siglo III En la eleccin del lugar debi jugar un papel importante la fuen-te natural y el arroyo (denominados actualmente de El Cao Morante) y la seguraexistencia de caminos antiguos que quizs hubieran perdurado a travs del tiempohasta hace unas dcadas.

    De esta fase inicial slo conocemos el lugar en el que se arrojaron los residuos gene-rados durante el siglo III y primera mitad del IV: el vertedero. Nada sobre el para-je en el que estuvieron las casas, ni de los edificios de naturaleza agropecuaria yartesanal, ni de la necrpolis, por citar algunos de los elementos que deben perdu-rar bajo el subsuelo. A lo que no sabemos hemos de aadir lo que s, como es queen la planificacin de este hbitat se designa una zona concreta para los desechos,sin duda marginal, en una pequea vaguada. Otro dato que se puede suponer esque el asentamiento no debe estar muy alejado pues hemos de tener presente laadecuacin entre el esfuerzo que implica el acarreo de basuras y escombros con laimprescindible salubridad de la zona de viviendas.

    Respecto a la cronologa inicial y final del vertedero, hemos de tener en cuenta quelas zonas que se han sondeado ofrecen esta datacin comprendida entre el siglo IIIy la primera mitad del IV; quizs otras zonas an no investigadas tengan datos quenos permitiran ampliar el periodo cronolgico de los vertidos a momentos ante-riores y/o posteriores. En este sentido hemos de recordar que F. Wattenberg publi-ca materiales del siglo II y que este investigador excav tambin en el vertedero dedonde podran (o no) proceder estos restos ms tempranos.

  • La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

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    La villa de Prado. El edificio pavimentado con el mosaico de Diana

    Relacionado con este asentamiento est el edificio con el mosaico de Diana, al queen otros trabajos nos hemos referido como Fase I (de las construcciones). Se trata deuna edificacin que a priori est aislada, ya que en el estado actual de la investigacinno es posible relacionarla con otras. Su aspecto debi ser suntuoso y debi contar,segn relata Wattenberg, con un prtico de entrada. En el interior, y en este punto ladescripcin que ofrecemos se basa en las excavaciones realizadas en 1994, hay una

    Plano del yacimiento con la sealizacin de cada uno de los elementos del hbitat identificados(M. Snchez, 1997).

  • gran sala rectangular (9 por 5 m) y otra transversal de cabecera absidada (6 por 7 m)en el eje axial. Esta ltima es hipstila, con perstasis que bordea un mosaico quemuestra a la diosa Diana acompaada de las representaciones de las Estaciones.Adems haba otros motivos que reproducan esquemas de aparejo isodomo y dehexgonos. Sus paredes estaban pintadas. En cuanto a la funcionalidad, que se tratade un espacio de representacin, eso es evidente; aunque el hecho de no habersedocumentado ms elementos dificulta enormemente su interpretacin.

    En lo que respecta a la cronologa, F. Wattenberg ha propuesto las de los siglos IIy IV basndose siempre en el estudio de los mosaicos; esta ltima es defendida tam-bin por en un artculo por M. Torres. Lo que es indiscutible es que es anterior alsegundo de los edificios construidos en ese mismo emplazamiento.

    La villa de Prado. La villa tarda

    El edifico con el mosaico de Diana se destruye; sobre sus restos se levanta otro: lapars urbana, el palacio, de una villa. Junto a l, y formando parte de un mismo plan-teamiento y organizacin del espacio, se edifican las termas y las construccionesrelacionadas con la pars rustica de la explotacin.

    La pars urbana no se ha excavado por completo. Conocemos un patio porticado(cuadrangular de 8 m de lado), diversas estancias con pavimentos musivos (deno-minados de los cantharus, del Crismn, de las crteras, absidal y de las esvsticas)

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    Margarita Snchez Simn

    La villa de peristilocon indicacin delas estancias.1: Peristilo.2, 3 y 5: salas conmosaicos.4: saln u oecus.6 y 7: hipocaustos.(Dibujo de J. M.Serrano y B.Saquero basado enel original de F.Wattenberg).

  • en la cruja oeste entre las que destaca una con cabecera absidada, posible oecus,otra al Este que cont con un hipocausto (gloria) y diversos muros pertenecientesa varias menos definidas. Durante el periodo en que estuvo ocupada la casa sufridiversas remodelaciones y reparaciones entre las que mencionaremos que se tapiaal menos la parte inferior de los intercolumnios del peristilo, y se cierra un vano enla habitacin 2, momento cuando se le dota de suelo de mosaico.

    El balneum est separado del palacio unos 70 m, hacia el Este. Es un edificio rec-tangular (ms de 16 m de longitud por 9 de anchura) que cuenta con todos los ele-mentos esenciales de este tipo de instalaciones: apoditerium (vestuario), frigidarium(sala de bao fra), tepidarium (sala de bao caliente) y caldarium (sala de baocaliente) sobre hipocausto. Los dueos de la granja y sus invitados disfrutaran asde una costumbre tan romana como la de tomar un bao, que se inicia en el ves-tuario y que consiste en un recorrido por estancias fra, templada y caliente pararetroceder en orden inverso y terminar con un reconfortante bao de agua fra.Tambin en este edificio se ha detectado alguna reforma.

    De la pars rustica se han identificado parcialmente varios edificios alargados (deunos 3 m de anchura) caractersticos de este tipo de construcciones agropecuariasy que se conocen en otras villas.

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    La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

    Las termas (M. Snchez, 1997).

  • Margarita Snchez Simn

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    La villa de Prado. La villa tarda: datos sobre el uso final de la pars urbana

    Como ya comentbamos al principio de este artculo, las villas tardas suelen mos-trar signos de abandono como residencias lujosas pasando a convertirse en instala-ciones agrcolas, manufactureras, artesanales, de almacenamiento o incluso encasas mucho ms modestas. En el caso que nos ocupa el registro arqueolgicohabla de que antes de que el peristilo y parte de las habitaciones con suelo demosaico se destruyeran a causa de un incendio, en el patio y los pasillos se desa-rrollaban una serie de actividades probablemente relacionadas con la fundicin (ypor qu no, con el acopio) de piezas metlicas. De hecho resulta llamativo queentre los escombros se encontraran varias, entre ellas un pie de bronce de una cr-tera, un badil, una vaina y quizs su cuchillo tipo Simancas, otra hoja de cuchillo,

    Vista parcialde uno de los

    edificiosidentificadoscon la pars

    rustica (FotoI. Centeno, R.Heredero yM. Snchez).

    Las termas(Foto J.Quintana).

  • anillas, restos informes de metal y gran cantidad de escorias a las que hacen men-cin los diarios de excavacin de 1981 y 1982. Tambin se ha visto que en un sec-tor del patio se haban apilado varias tejas planas, quizs fruto del expolio de esteedificio o de otros cercanos.

    Ms evidencias que nos hablan de la degradacin del rea residencial son una seriede amontonamientos de escombros y diversas zanjas y hoyos que se practicaron enlas proximidades. El porqu se hicieron, quizs est relacionado con la necesitadde extraer tierra para levantar otras edificaciones. En cualquier caso, al final acaba-ron colmatadas con basuras del hbitat cercano. Creemos que si existen basurerosen el rea inmediata a la pars urbana es porque ya se ha convertido en una zonadegradada; seguramente cuando esto sucede ya no es frecuentada por el dominus;quizs en su interior tienen cabida las actividades a las que antes hemos aludido uotras indeterminadas. Asociadas a estas basuras aparecen algunos fragmentos decermica que se pueden datar a partir de la segunda mitad del siglo IV.

    Otras evidencias: el abastecimiento de aguas almonasterio de Nuestra Seora de Prado

    No quiero terminar esta comunicacin sin hacer siquiera una brevsima referenciaa otro elemento muy destacado que forma parte de este yacimiento: una infraes-tructura hidrulica que abasteci de agua potable al monasterio jernimo y que seconstruye en 1690 (Heredero, Centeno y Snchez, 1996). De ella hemos identifi-cado la gran arca de captacin junto al arroyo de El Cao Morante, de cuya baseparte una tubera cilndrica de cermica que discurre por el interior de una estruc-tura de argamasa y piedras; otra salida en este mismo depsito, pero situada a unos50 cm de la tapa se corresponde con el cauce de un aliviadero o rebosadero, comose menciona en la documentacin escrita de la poca. Este sistema atraviesa las tie-rras que fueron compradas con ese fin por la congregacin religiosa y en las queestaba la villa romana, cuyos restos se vieron daados.

    EplogoLa villa de Prado, un reto para la ciudad de Valladolid

    As he titulado esta charla pues creo que tanto con respecto al conocimiento einterpretacin cientfica como desde la perspectiva de su integracin plena y ade-cuada en la trama urbana, este yacimiento es un reto para nuestra cuidad. De lo

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    La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

  • expuesto en estas pginas se deduce que es mucha la informacin recabada a lolargo de aos de investigacin, que si me lo permiten se ha desarrollado a trom-picones debido a condicionantes exgenos a la propia Ciencia Arqueolgica, perodeterminantes en la continuidad de los estudios. Y tambin se comprende que sonabundantes las cuestiones que se nos escapan pues no tenemos suficientes datospara responderlas. Por ello los lectores habrn echado en falta que no haya tratadociertos temas en este texto; en algunos casos, como por ejemplo los mosaicos, sedebe al carcter ms divulgativo y breve de mi intervencin; en otros, como unamayor precisin cronolgica, a un volumen de datos suficientes y coherentes. Lamanera ms adecuada de completar la interpretacin de villa de Prado es median-te un amplio programa de excavaciones arqueolgicas y de estudios complementa-rios que abarquen la totalidad del BIC.

    En segundo lugar, y no menos importante, cabe entender que supone todo un retoconseguir su plena integracin urbana. Y no nos referimos a su delimitacin, pro-teccin o valoracin pues hace dcadas que est perfectamente recogido en dife-rentes leyes y normas de la ciudad o de la comunidad autnoma. Nos referimos aque no se comprende bien cmo este BIC, reconocido como tal por sus singularese importantes valores patrimoniales, sigue siendo un completo desconocido para laciudadana, un terreno baldo, en el medio de un entorno perfectamente urbani-zado.

    BIBLIOGRAFA

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    [email protected]

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    La villa romana de Prado: un reto para la ciudad de Valladolid

  • Conocer Valladolid 2011/2012. V Curso de patrimonio cultural

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    Criptas de Valladolid

    FCO. JAVIER BLANCO MARTN | Arquitecto. Profesor de laE.S.T. Arquitectura de Valladolid

    Real Academia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin

    Cripta. Segn la Real Academia Espaola (Del lat. crypta, y este del gr. ).f. Lugar subterrneo en que se acostumbraba enterrar a los muertos.f. Piso subterrneo destinado al culto en una iglesia.f. Bot. Oquedad ms o menos profunda en un parnquima.

    Todo lo relacionado con la muerte, para el ser humano, ha estado y est muy pre-sente durante su vida con reflexiones infinitas, interrogantes sin respuestas, miste-rios del ms all, donde se conjugan lo siniestro, lo extrao, lo oculto, inheren-te a la propia condicin del hombre. Es un tema tan extenso como culturas ycivilizaciones podamos explorar, con infinidad de particularidades y generalidades,y por tanto inabordable. Materia sobre la que se ha escrito siempre y mucho, sinembargo en los elementos ms cercanos como son las criptas que aqu recopilamosde la ciudad de Valladolid, apenas encontramos documentacin tanto de los moti-vos precisos de su ejecucin y su concepcin arquitectnica como de los ritualesde enterramiento en ellas.

    Si exploramos en culturas anteriores descubrimos que desde la antigedad existendistintos modos de enterramiento basados en la proteccin y ocultacin de losdifuntos. Entre ellos encontramos criptas o cavidades realizadas en el terreno comoen el Valle de los Reyes en Egipto, o ms cercanas en el tiempo y en su sentido reli-gioso como las catacumbas cristianas. Se crearon infinidad de recorridos, la histo-ria generalmente ha ligado su origen a que sirvieran como lugar para esconderse u

  • Criptas de Valladolid

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    ocultarse, sin embargo todo indica quefueron desde su origen lugares planifica-dos para el enterramiento de los difun-tos; sencillamente tenan una religindiferente que no renda pleitesa ni alemperador ni a los dioses paganos de lapoca, sino que tena sus propias creen-cias, su propia manera de manifestarlo,con muchos de sus muertos martiriza-dos y llevados a las catacumbas, despustambin llevaron a sus familiares col-mando esa red subterrnea.

    El Hipogeo de la Va Latina2, en Roma,es una magnfica muestra de estas ciuda-des subterrneas. Su interior era extensoy complejo con capillas y hornacinas or-namentadas con pinturas murales, co-lumnas, etc., reflejo de la cultura artsticaimperante en esa poca en Roma pero destinadas a un fin concreto, el enterramien-to. Mientras, los romanos seguan con las incineraciones y colocando los sepulcrosen superficie.

    Esto se mantendr hasta el Edicto del 313 con el emperador Constantino que per-mitir la coexistencia de distintos credos, dejando los cristianos de ser perseguidospor su religin y pasando esos lugares a utilizarse como lugar de encuentro, de en-terramiento y de liturgia en memoria de los mrtires y de los seres queridos.

    Durante la Edad Median hay un mercado extendido por Europa de reliquias; adiferencia de creencias anteriores donde el icono era lo ms apreciado, a las reli-quias se las conceder una finalidad milagrosa, de salvacin. Toda iglesia precisabauna reliquia de un santo o un mrtir colocndose en el lugar donde iban a ser vene-radas, de ah que muchas iglesias tuvieran criptas para ello.

    Las criptas, en principio, cuando su fin trataba de ser un lugar para la veneracinde reliquias, se configuraban de tal modo que pudieran circundarse en torno a unelemento o pieza central donde estuviera recogida la reliquia, presentando unaentrada y una salida, con un recorrido continuo para la visita. La cripta de SanPedro del Vaticano ser la primera o de las primeras de este tipo, cuya datacinalcanza el siglo VI. En este caso se tratara de la confessio, una cripta bajo el pavi-mento del altar, en la que se hallaba la tumba del mrtir o confesor de la fe. En elsiglo IX nos encontramos la cripta de San Lucio en Coria (Cceres), con una peque-a estancia para celebrar misas.

    El fossor1 era el encargado de excavar elterreno trazando galeras subterrneas

    moldeables y practicables. Su representacinse encontr en una pintura mural en lascatacumbas de la Va Latina de Roma.

    1 Imagen de SUBAS, E.; SINZ, E.; CAMIRUAGA, I., y DE LA IGLESIA M.A.: La arquitectura del Hipogeode Va Latina en Roma. Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y Len Este. Burgos, 1994.

    2 SUBAS, E.; SINZ, E.; CAMIRUAGA, I. y DE LA IGLESIA M. A.: op.cit.

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    Fco. Javier Blanco Martn

    El concepto de cripta es de gran alcance. De una idea teocntrica que tiene el cris-tianismo desde la Edad Media todo gira en torno a Dios se llegar en el Renaci-miento al antropocentrismo el hombre ocupa un lugar sealado, de manera queen las iglesias las capillas se hacen en el interior cobrando los enterramientos una re-levancia importante, pues a diferencia con otras religiones (idea del ms all) la per-durabilidad del difunto y su recuerdo se convierte en un fin, tanto del promotorcomo de su proyectista.

    Como elemento hito tenemos el mausoleo de San Pietro in Montorio, proyectadopor Donato Bramante en un punto lgido de la ciudad de Roma donde se conser-va la roca en que se supone que San Pedro clav la cruz; se erigi como una capi-lla sobre una cripta para el enterramiento.En la famosa capilla de los Medicci de la catedral de Florencia, Miguel ngel creaun cuerpo decorado con esculturas, bajo relieves, sarcfagos que sern el cnit deconservacin del difunto para mayor gloria en la siguiente vida.

    Dentro de las ms ostentosas nos encontramos la cripta imperial de VienaKaiser-gruft, de la familia Habsburgo, con un edificio destinado exclusivamente para ente-rramientos, donde las salas son infinitas, amplindose a lo largo del tiempo consepulcros de gran calidad escultrica.

    Ms prxima tenemos la cripta del Monasterio de El Escorial, una pieza perfecta-mente planificada desde su origen en 1617 por los arquitectos Juan Gmez deMora y Juan Bautista Crescenzi. Sin embargo aqu expondremos ejemplos msmodestos.

    Cripta de San Pedro del Vaticano (izquierda)y galera subterrnea de la Va Latina deRoma3.

    3 Imagen de SUBAS, E.; SINZ, E.; CAMIRUAGA, I. y DE LA IGLESIA M. A.: op.cit.

  • Criptas de Valladolid

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    Siete criptas vallisoletanas4

    Se trata de siete criptas modernas (s. XV-XVII), dentro de un contexto homogneoen el tiempo, la tradicin, la religin y el lugar, modestas en tamao y pretensin.Son piezas sencillas, poco o nada documentadas, pues se trataba de enterramientosde personajes singulares de la ciudad que crearon un lugar, sin mayores aspiracio-nes, para su futura vida.

    Los libros de difuntos tampoco aportan luz respecto a la ubicacin y la configura-cin de las criptas, salvo alguna excepcin. Los ms pudientes se enterraban en elinterior de las iglesias o conventos, dependiendo de su ubicacin tenan un costediferente, el cual aumentaba en el caso de las iglesias segn su cercana a la cabe-cera Tefanes Egido5 recoge e interpreta un esquema en el que estn grafiadas laslosas, existente en la sacrista de la Parroquia de San Miguel de 1776, constando loscostes de las sepulturas dependiendo de la ubicacin dentro del temploen tornoa 800 reales las ms prximas al altar y las ms alejadas unos 22 reales. Las capillaslaterales tambin tenan un coste importante. Generalmente se reservaba el altar al

    Templete de San Pietro in Montorio en Roma. Donato Bramante, hacia 1502 1510. ActualAcademia de Espaa. Perspectiva de un estudio previo de Bramante. (Galera de los Uffizi,Florencia).

    4 Agradecimiento a Tefanes Egido, Eloisa Wattenberg, Joaqun Garca, Manuel Arias, Javier Arias, laempresa de arqueologa STRATO, S.L., prrocos y personas que han facilitado documentacin y acceso a lostemplos aqu referidos. Salvo indicacin expresa, las fotografas y dibujos que acompaan al artculo hansido realizados por el autor del texto.

    5 TEFANES EGIDO.La religiosidad colectiva de los vallisoletanos. Valladolid en el siglo XVIII. Ateneode Valladolid, 1984.

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    Fco. Javier Blanco Martn

    estamento eclesistico, las capillas laterales a las familias aristocrticas y el prtico dela puerta a los ms desfavorecidos. A todo ello hay que aadir el ritual de las misasdedicadas a posteriori, un gran negocio del cual la iglesia se resisti a prescindir.

    Este artculo se limita a una recopilacin, a ttulo de inventario abierto a un estu-dio ms exhaustivo, de siete criptas conocidas, sin embargo el nmero real de lasque existen en la ciudad es incierto dado que es un tema sobre el que apenas haydatos documentales as como tampoco elementos visibles fcilmente reconocibles,obviamente por estar ocultos bajo la cota cero y en desuso. Aunque entendemosservir para iniciar un anlisis arquitectnico, observando que algunas de ellas res-ponden a un proyecto arquitectnico en s mismo e integrado en el proyecto delconjunto de edificio. La prohibicin de los enterramientos en el interior de los edi-ficios y dentro de los ncleos de poblacin, lo que ya era una norma generalizadaen otros pases, fue establecida por Carlos III mediante una Real Pragmtica de 1787,por motivos de higiene y salud pblica, con la creacin de cementerios fuera de losncleos de poblacin. Se siguieron enterrando en el interior de las iglesias o en suscementerios, reducindose paulatinamente hasta el siglo XIX. Todo ello tendra quever con la fuente de ingresos de las arcas eclesiales, lo relacionado con el rito de lamuerte, sepelios solemnes, misas, novenas, etc.

    Aqu vemos que no se conciben las criptas como monumentos funerarios o mau-soleos. En algunos casos alcanza a la totalidad del edificio como panten o capillafuneraria para la familia benefactora. Dada la poca no encontramos en ningunade estas criptas vallisoletanas la funcin de veneracin de reliquias entendida comolugar de peregrinacin y por lo tanto no hay una idea de visita con un recorridocomo antes apuntbamos en las criptas de San Pedro del Vaticano y de San Luciode Coria. Se tratara ms bien de la ocultacin de la muerte, a la vez de un espaciosingular para su honra. Normalmente se creaban capillas particulares, en contra-prestacin, para los benefactores de las iglesias.

    Casi todas estaban provistas de aireacin natural por medio de pequeas ventanas,lo que nos permite pensar que deban servir principalmente como pudrideros, aun-que con el tiempo, por distintas razones se convirtieran en lugares permanentes deenterramiento. La pretensin del promotor sera la de ocupar un espacio seerodentro del templo en una hornacina o un arcosolio. Algunas de estas criptas sonmuy pequeas con lo que se utilizaran como osarios. En ninguna de ellas se hanlocalizado decoraciones con pinturas murales, aunque hay constancia de que algu-nas s fueron pintadas. Excepcionalmente aparece graficado algn texto alusivo aalgn difunto. Al tratarse de espacios insalubres, sucesivamente se encalaban conel fin de paliar este problema de ah que las criptas que tuvieran algn tipo de deco-racin no se conserve o estn cubiertas por estas capas de sucesivos encalados.

    Tambin se da el caso contrario, en el que se contrata la construccin y no se llegaa ejecutar, como es el ejemplo de la capilla de los condes de Fuensaldaa en el Mo-nasterio de San Benito, a tenor del contrato de obras, sin embargo durante las exca-vaciones arqueolgicas no se encontr ningn elemento o resto que atestiguara suejecucin.

  • Cripta de la iglesia de Santa Mara Magdalena

    Esta cripta destaca por su gran tamao en comparacin con el resto de las que eneste artculo veremos. Fue mandada construir por Pedro de Lagasca, virrey del Per,luego obispo de Palencia y ms tarde obispo de Sigenza, lugar donde muri.

    El edificio fue construido sobre una iglesia del siglo XII, de la que no quedan restosreconocidos, por el arquitecto Rodrigo Gil de Hontan. La fachada principal estpresidida por un escudo de gran tamao en honor al mecenas ejecutado por el

    Santa Mara Magdalena. Esquemas de la cripta (planta y seccin transversal de la iglesia por eltransepto).

    Criptas de Valladolid

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    Interior de la cripta de Santa Mara Magdalena.

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    Fco. Javier Blanco Martn

    escultor Juan Esteban Jordn,lo que da cuenta de la intencio-nalidad de hacerse una gran ca-pilla funeraria.

    Al erigirse el templo se mantu-vo la capilla de los Corral, aun-que el esquema del proyectoobedece a una iglesia en formade cruz latina con capillas late-rales, de lo que slo se pudo eje-cutar la nave central y las piezasdel lado del Evangelio (capillasy brazo del transepto), sin em-bargo el lado de la Epstola don-de se encontraba la capilla deldoctor Corral no lleg a su tr-mino, quizs esto tenga relacincon la forma y localizacin de lacripta.

    La cripta se localiza bajo el tran-septo y la cabecera, ocupandoprcticamente la superficie deestos espacios. Es de planta cua-drangular, con simetra axial, sinembargo est desplazada respec-to al eje de la iglesia, como antesapuntbamos con relacin alproyecto inconcluso de plantade cruz latina para la iglesia. Es-to nos podra dar la pista de quela cripta se concibe como unelemento coetneo a la cons-truccin de la iglesia. Sorprendepor su tamao (16 m de longi-

    tud cada uno de sus lados y con una altura mxima a los 4 m), de planta basilical ode saln, resuelta con una cuadrcula de nueve bvedas de crucera (3 X 3), no hayun elemento que marque la direccin, salvo un mnimo altar frente al acceso. Seaccede por unas escaleras que descienden desde de la sacrista situada en el lado delEvangelio. Los paramentos estn encalados y no se aprecian restos de decoracin pic-trica en las superficies. El pavimento est parcialmente oculto por costrones de caly baldosas cermicas, debajo de las cuales en las zonas descarnadas se aprecia un sola-do de canto rodado delimitado por un encintado de losas de piedra caliza reflejandola proyeccin de los arcos fajones. La construccin es de ladrillo, tanto los arcos como

    Superposicin de las plantas de la iglesia y la cripta.Sta. Mara Magdalena.

  • Criptas de Valladolid

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    las plementeras. Los arcos descargan en basas tambin de ladrillo. Perimetralmente ala cripta la recorre un zcalo de ladrillo a modo de repisa que servira para aposentara los difuntos amortajados. Este zcalo es hueco, en alguna zona est abierto y seobserva que sirvi de foso corrido. Frente a la calidad constructiva de la iglesia la crip-ta desmerece, los arcos no guardan geometras bien trazadas, las dimensiones de loselementos son diferentes entre s, etc.

    En el interior de la cripta permanecen los restos de un desvencijado retablo y de unantiguo altar. Un cuadrante de este espacio est cerrado por una instalacin de cale-faccin. Existen cuatro ventanucos en las partes altas que funcionaban como respi-raderos que se abren al exterior del templo en los muros del altar mayor y del Evan-gelio. Aunque no tenemos conocimiento de rituales mortuorios en la cripta, statiene unas dimensiones importantes que permiten pensar que pudiera oficiarsealgn tipo de ceremonia. Salvando las diferencias nos podra recordar, en cuanto ala distribucin y altura, a la cripta o iglesia baja de la catedral de Santander6.

    Cripta de la iglesia de El Salvador

    La iglesia de El Salvador se asent sobre una ermita medieval dedicada a SantaElena, de la que aparentemente no queda ninguna estructura, erigindose la nuevafbrica a finales del siglo XV, momento en el que se encarga la realizacin de unacapilla funeraria dedicada a San Juan Bautista para la familia de los Gonzlez deIllescas, oidor de la Audiencia y consejero de los Reyes Catlicos.

    Se conoca una cripta, localizada bajo la cabecera de dicha capilla. En una recien-te restauracin de la capilla7 se localiz una segunda cripta anexa y comunicada pormedio de una pequea puerta. Al conjunto ahora descubierto se accede por unaestrecha escalera que parte del lado derecho de la cabecera de la capilla, alcanzan-do la primera cripta. La segunda cripta descubierta es ms baja, quizs obedezca amantener dos ventanucos existentes en el muro de separacin entre ambas, abier-tos al interior de la capilla al igual que otros dos ms con el consiguiente olor dedescomposicin. Esta diferencia de niveles permitira tener un rellano mas alto enla zona del altar con respecto al resto de suelo de la capilla.

    Las criptas son pequeas: la primera tiene unas dimensiones en planta de 4,86 X2,82 m y en altura de 2,65 (variable por zonas); la segunda tambin es rectangular

    6 O tambin iglesia baja, construida a principios del s. XIII por el abad Juan Domnguez, que tambinlevant la segunda colegiata gtica de Valladolid.

    7 En 2005-2006 la Fundacin del Patrimonio Histrico de Castilla y Len, siendo el arquitecto EduardoGonzlez Fraile, promovi la restauracin de la capilla de San Juan Bautista en la que se llev a cabo un tra-tamiento de humedades, para ello se trataron los suelos en el interior y en el exterior (cmara de aireacin).

  • y mide en planta 3,40 X 2,28 m con una altura de 1,50 m. Estas dimensiones mues-tran una insuficiente capacidad para oficiar algn tipo de ceremonia, quizs se tra-tase de un mero pudridero, donde el difunto pasara un tiempo hasta que sedegradaba para posteriormente ser colocado en un sarcfago. Ambas criptas tienenuna cubricin de bvedas de can rebajadas construidas en sillera de piedra cali-za, casi planas. Los muros son mixtos de sillera y mampostera de piedra caliza. Seencontraron en ellas numerosos restos de nios por lo que se piensa que quizs seutilizara como cementerio de prvulos.

    Fco. Javier Blanco Martn

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    Interior de la primera cripta de la iglesia de El Salvador.

  • Tambin en el desarrollo de las tareas de arqueologa se descubrieron unas sepul-turas en superficie tanto en el interior como en la calle, algunas de ellas antropo-mrficas talladas en el terreno, posiblemente las ms antiguas localizadas en la ciu-dad, corresponderan a la poca de la primitiva ermita de Santa Elena. Laslocalizadas en el interior de la capilla se pueden visualizar parcialmente porque seha superpuesto un nuevo pavimento de vidrio transparente.

    Cripta de la iglesia conventual de San Agustn

    La iglesia de San Agustn se asienta sobre una primitiva iglesia de principios delsiglo XV, ciento cincuenta aos despus se derribara para construir la que hoyconocemos parcialmente. Es de planta de cruz latina con la cabecera ochavada,de una sola nave central con capillas entre contrafuertes. Con el tiempo se le iranaadiendo otros espacios dedicados a la orden conventual de San Agustn, comoson el claustro, otras capillas tardas y el colegio de San Gabriel.

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    Criptas de Valladolid

    El Salvador. Superposicin de las plantas de la iglesia y las criptas (izquierda) y esquemas delas criptas.

  • Durante la ltima restauracin y rehabilitacin para Archivo Municipal8, en la capi-lla de la familia de un importante banquero, Fabio Nelli, anexa al transepto en ellado del Evangelio, se encontr una pequea cripta. Del interior de la capilla solose conoce una fotografa de la bveda, cubierta con un casquete esfrico muy reba-jado, apoyada sobre pechinas, con una decoracin de finales del XVI y principiosdel XVII, yeseras con puntas de diamante.

    Fco. Javier Blanco Martn

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    8 En 2000-2004, se realiz la adaptacin a Archivo Municipal, por parte del Ayuntamiento deValladolid, siendo los arquitectos Primitivo Gonzlez y Gabriel Gallegos.

    San Agustn.Esquemas de lacripta (arriba) ysuperposicin delas plantas de laiglesia y las criptas.

  • La cripta se localiza en el centro de la capilla. En el interior se descubri un orantede alabastro incompleto. El espacio es pequeo, podra haber tenido algn enterra-miento puntual, o simplemente ser un pudridero o un osario. Es de planta rectan-gular (3,96 X 2,95 m), cubierta por una bveda de can de medio punto (altura ala clave 2,45 m) La bveda es de ladrillo y se asienta sobre un muro de mamposte-ra, y no tiene salidas de aireacin. La escalera de bajada es oblicua a la direccin dela cripta lo que podra obedecer a que tuviera que sortear algn elemento en la partesuperior, bien un elemento escultrico, un sepulcro o un baldaquino.

    Se sabe que Fabio Nelli compr al colegio de San Gabriel un espacio para otra capi-lla ms modesta, en el lado del transepto opuesto a la anterior, el de la Epstola,pero de la que no hay ms referencias, y en la que debi haber una cripta.

    Tambin, tanto en el interior como en el exterior del templo se hallaron tumbasantropomrficas, aunque al encontrarse el convento extramuros no tendra por qutratarse de un camposanto, salvo para los propios difuntos del convento.

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    Criptas de Valladolid

    Interior de la cripta de San Agustn.

  • Cripta de la iglesia de San Benito El viejo

    La iglesia en s nace como una capilla funeraria sobre una ermita medieval, ya susanteriores propietarios posean el palacio, hoy conocido como Casa del Sol, vin-culado a la iglesia. A finales del siglo XVI, don Diego Sarmiento de Acua, condede Gondomar, comprara el palacio y terminara la iglesia en cuya cripta mand serenterrado. En 1629 Francisco de Praves dio las trazas de la reedificacin.

    Esta iglesia posee una de las criptas ms famosas en la ciudad. Estuvo profusamen-te decorada con pinturas murales que el conde encarg a los pintores Pedro DezMinaya y su hijo Diego Valentn Daz. A esta fama tambin contribuiran poste-riormente los controvertidos traslados de los restos mortuorios del propio conde ysu hijo, hasta que finalmente regresaron a la cripta en 1991.

    La planta de la iglesia es una sencilla cruz latina, vinculada al palacio. La cripta sehizo integrada en el proyecto como se constata en la documentacin.

    Fco. Javier Blanco Martn

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    San Benito El viejo. Interior de la cripta, con el sepulcro del conde de Gondomar. Fotografafacilitada por Manuel Arias.

  • Desde el punto de vista de la concepcin del edificio como un todo, la cripta da for-ma al espacio del altar, puesto que el nivel del suelo de la iglesia aqu se eleva res-pecto al resto de la nave. De tal modo que la disposicin y forma se cien a la plan-ta de cabecera, as la estructura de la bveda de la cripta configura el nivel del suelo.La cripta es una sala de planta rectangular (aprox. 9 X 4,20 m) cubierta por una bve-da de can con arco carpanel de tres centros interrumpida, en el sentido transver-sal, por cuatro tramos de lunetos. Los dos tramos centrales son de mayores dimen-siones y estn provistos de nichos de dos tamaos diferentes, es de suponer queunos se destinaran para albergar nios y otros para adultos; y dos tramos extremosms pequeos siendo uno el de acceso. La nica decoracin que aparece es unadoble faja de yeso herreriano en pilastras y arcos fajones de separacin entre lostramos. Las enunciadas pinturas murales encargadas por el conde desaparecieron yahora se muestra con un encalado liso. El acceso se realiza desde una escalera situa-da en el altar, en el lado del Evangelio. Consta de un respiradero que abre a la callede Cadenas de San Gregorio en el muro del fondo, opuesto al de la escalera. El pavi-mento es un solado cermico de formato cuadrado.

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    Criptas de Valladolid

    San Benito El Viejo. Secciones de la cripta ysuperposicin de las plantas de la iglesia(derecha).

  • Cripta de la iglesia de San Martn

    La iglesia, reedificada sobre una anterior romnica de la que queda visible solo latorre, fue proyectada por Diego de Praves y finalizada por Francisco de Praves, enlos cnones imperantes de la poca, correspondientes al clasicismo ortodoxo. En1960 se derrumba la cubierta. La iglesia original se ampla a lo largo de la historiay entre las capillas que se aaden, la primera del lado del Evangelio, fue construi-da por el obispo don Fresno de Galdo.

    La cripta se localiz durante las excavaciones realizadas en la ltima restauracin9

    de la iglesia. Su acceso es difcil, est parcialmente tabicada y con rellenos de tie-rra. La cripta con respecto a la capilla est descentrada, quizs para sortear el pesode un retablo. Era tradicin que los retablos de las capillas estuvieran colocados uorientados en la pared ms prxima de la cabecera.

    Fco. Javier Blanco Martn

    [43]

    9 En 2007-2008 la Fundacin del Patrimonio Histrico de Castilla y Len, siendo los arquitectos JosCaedo, Jess de los Ojos, Jos Mara Varona y Pedro Carreo, promovi la restauracin integral del templo,como operacin mayor fue la nueva cubricin. Las excavaciones arqueolgicas fueron llevadas a cabo porStrato, S.L. que nos ha facilitado la documentacin grfica.

    Iglesia de San Martn. Interior de la cripta de los Galdo. Fotografa facilitada por Strato, S.L.

  • La cripta es una sencilla sala abovedada de planta rectangular (aprox. 6 X 4 m), labveda tiene un trazado de arco carpanel de tres centros, hoy da se encuentraapuntalada con unos pies derechos de madera. Las superficies estn encaladas conalgunas notas pintadas. Consta de un respiradero que abre al interior de la propiacapilla. Presenta una serie de nichos bajos sobre una repisa hueca a modo de fosocorrido.

    Tambin durante las excavaciones se localizaron otras dos pequeas cavidades, unabajo la cabecera y otra algo mayor en el lado del Evangelio del transepto. La mspequea, posiblemente fuera un osario, con una entrada mnima en el techo.

    [44]

    Criptas de Valladolid

    San Martn.Esquemas de la criptade los Galdo (abajo)y superposicin delas plantas de laiglesia y las criptas.

  • Cripta de la iglesia de Ntra. Sra. Portaceli del convento de las MM. Dominicas.Las Calderonas.

    El convento franciscano fue fundado en 1601 por doa Mariana de Paz (Corts).Su nombre se debe a don Rodrigo Caldern, marqus de Sieteiglesias, que cambila regla pasndola a la Orden de Dominicos. De ah que en Valladolid se le conoz-ca como el Convento de Las Calderonas. Rodrigo Caldern, ajusticiado en Madriden 1621, fue enterrado en el convento junto con su padre Francisco Caldern,cuyas tumbas estn adornadas con esculturas funerarias.

    Se construy sobre antiguas casas palaciegas que an conservan sus portadas. Elarquitecto pudo ser Francisco de Mora o Diego de Praves. La iglesia presenta formade cruz latina y es de una sola nave.

    Este caso se adscribe, al igual que la cripta de San Benito El Viejo, al modelo decripta proyectada previamente al inicio de las obras, dado que su disposicin yforma se ajustan a un elemento como es la cabecera, donde la cripta se encuentrabajo el altar, quedando elevado respecto al nivel del resto de la iglesia, de tal mane-ra que es la propia bveda de la cripta la que configura el nivel del suelo. Se tratade una sala de planta rectangular (7,63 X 4,48 m), cubierta por una bveda de cande medio punto (altura a la clave 3,77 m) y tres tramos de lunetos. Desconocemos

    Fco. Javier Blanco Martn

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    Iglesia de Ntra. Sra. Portaceli. Interior de la cripta.

  • si existen ocultos nichos en los mu-ros laterales como como los hay enotros ejemplos como el de la igle-sia de San Benito El Viejo, aun-que no sera descartable dado queel muro donde se abre el respirade-ro tiene un grosor importante.Hoy da no presenta decoracinalguna salvo una moldura de yesoen un sencillo altar situado alfondo frente a la entrada. Estencalada y pintada sucesivas vecescon lo que no se aprecian pinturasmurales. Consta de un respiraderoque se abre en el muro lateral queen proyeccin corresponde con elmuro de la cabecera/altar de laiglesia. Presenta un pavimento deguijo con formas geomtricas en-cintadas con losas de piedra caliza.El acceso se realiza por la sacristaubicada en el lado de la Epstolajunto a la cabecera, a travs de unaescalera de ladrillo, con una salaabovedada previa en el mismo ni-vel de la cripta. La forma coincidecon la proyeccin del presbiterio,de menores dimensiones, se entien-de que por una cuestin construc-tiva y estructural en aras de no mer-mar la resistencia del apoyo de losmuros del templo.

    Cripta de la iglesia de Ntra. Sra. de las Angustias

    La iglesia se construye (15971606) gracias al mecenazgo de cofrades, principalmen-te ricos mercaderes, especialmente a Martn Snchez de Aranzamendi y su esposaLuisa de Rivera. Martn solicita ser enterrado en una sepultura sencilla. No se sabecon precisin quin fue el arquitecto, salvo que Juan de Nates proyect la fachadaclasicista.

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    Criptas de Valladolid

    Superposicin de la planta de la iglesia yla cripta de Ntra. Sra. de Portaceli.

  • La cripta se localiza bajo el transepto. Se trata de una sencilla sala abovedada deplanta rectangular (6,30 X 3,45 m.), dicha bveda (altura a la clave 1,85 m) es reba-jada y est formada por grandes sillares de piedra caliza que arrancan del suelo.Perimetralmente la recorre un basamento de piedra (64 cm), el cual posiblementeservira para apoyar los difuntos una vez amortajados. Consta de un respiradero queabre a la calle de la Magaa, por el propio muro de cierre de la cabecera. El suelo

    Fco. Javier Blanco Martn

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    Superposicin de la planta de laiglesia y la cripta e imagen delinterior de la cripta de Ntra. Sra.de las Angustias

  • interior es de tierra asentada. El nivel del suelo de la iglesia no se vio alterado por lacripta. Originalmente el acceso se realizaba por la puerta lateral derecha del murodel altar, con un paso lateral en medio de la cripta. El acceso actualmente se realizaen el centro del transepto por medio de una trampilla, se alter por la instalacindel sistema de calefaccin, rompiendo una parte de la bveda. En el interior, al inte-rrumpir la bveda por un nuevo forjado (madera y acero), se estrech desde la mitadhacia los pies con muros de ladrillo para apoyar las vigas nuevas.

    [48]

    Criptas de Valladolid

  • [49]

    Definido el concepto de Patrimonio como un conjunto de obras en las que unacomunidad reconoce sus valores especficos y particulares y con los cuales se identifica (Cartade Cracovia, 2000), es imprescindible un (re)conocimiento previo de sus valoresmateriales e inmateriales. Pretendemos llamar la atencin sobre la existencia y esta-do de conservacin de ciertos elementos escondidos en el subsuelo de Medina deRioseco que merecen alcanzar tal consideracin aunque slo sea para asegurarse susupervivencia.

    Con ciertas excepciones elogiables, el panorama es bastante desolador. Pero aunpuede encauzarse. A pesar de la temprana declaracin como conjunto histrico (8-IV-1965), poco se ha avanzado en la recuperacin de la arquitectura civil en super-ficie y mucho menos en la arquitectura subterrnea, con notables prdidas enambos casos. Las tipologas que abordamos se remontan fundamentalmente a unmomento en el que la ciudad experiment su mayor desarrollo econmico (conacento ferial, comercial y artesanal) y demogrfico, lo que trajo consigo un floreci-miento urbanstico y cultural. Se trata de arquitecturas ligadas a unos usos extin-guidos, lo que las hace especialmente sugerentes.

    Real Academia de Bellas Artes de la Pursima Concepcin

    Ms all de la Ciudad de los AlmirantesArquitectura subterrnea en Medina de Rioseco

    RAMN PREZ DE CASTRO | Profesor de H del Arte. Universidad de Valladolid

    Conocer Valladolid 2010/2011. IV Curso de patrimonio cultural

  • Medina de Rioseco, apellidada machaconamente como la ciudad de los Almiran-tes, tiene una deuda pendiente consigo misma, la de descubrirse ms all de los bri-llantes ejemplos artsticos de la Edad Moderna1 que siguen marcando su perfil, lamisma silueta que plasmara C. Vernet en 18082.

    Por falta de espacio nos centraremos en dos tipologas concretas. Al margen que-dan otras como los pozos de nieve3 o las criptas funerarias4.

    Canalizaciones de agua

    En la ciudad del Sequillo tan slo algunos pozos particulares y un escaso nmerode fuentes pblicas permitan su abastecimiento: caos como el de San Sebastin,cuyas aguas se triplicaron gracias a las filtraciones del Canal5, el intermitente delMatadero (trasladado en el siglo XX al Corro del Asado) o el de Santa Clara (de losburros), adems de otros ms distantes como las fuentes de la Tierra, del Carmen o laNueva (del cementerio). Sobre todas destacaba la Fuente de San Francisco o de los Cuatrocaos, la ms frecuentada de la localidad y ubicada en el bullicioso punto de acce-so desde Valladolid, una desahogada plazuela a la que se abran el convento fran-ciscano y el palacio de los Almirantes. Garca Escobar describe su aspecto en un

    Ms all de la Ciudad de los Almirantes. Arquitectura subterrnea en Medina de Rioseco

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    1 Sobre todo gracias a los esfuerzos de E. GARCA CHICO como El arte en Castilla. Los templos riose-canos. Valladolid, 1927; La ciudad de losAlmirantes.Valladolid, 1946; o el CatlogoMonumental ().Medinade Rioseco, Valladolid, 1956; a los que sumamos E. WATTENBERG GARCA, Catlogo Monumental ().Medina de Rioseco, Valladolid, 2003.

    2 Conservado en el Muse National du Chteau de Versailles, T. CASQUETE RODRGUEZ, Una visinindita de Rioseco. Medina de Rioseco. Semana Santa, n 22, 1999, pp. 64-65.

    3 Existieron varios, constndonos su uso desde las primeras dcadas del siglo XVII y hasta bien entra-do el XIX. Destacan los que posea la penitencial de laVera Cruz que el Catastro de Ensenada describe comodos pozos de nieve inmediatos a la fortaleza desta ziudad propios de dicho hospital de los quales uno est sinuso y el otro suele llenarse a expensas de algunos devotos y al presente est arrendado en 1.100 reales y con-fronta con huerta y camino que va a las eras. VV. AA. La Semana Santa en la Tierra de Campos vallisoletana.Valladolid, 2003, pp. 237-238; AHN, Nobleza, Osuna, C. 4313, D. 69-73, 28-III-1862. AHPVa, Prot. 8808, 14-I-1647; Prot. 9317, 14-III-1752; Prot. 9309, 1742 (alquiler y condiciones de la venta de hielo). Una tem-prana referencia en P. CORELLA, La casa arbitrio de la nieve y hielos del reino y de Madrid (1607-1863),Mlanges de la Casa de Velzquez, t. 25, 1989, p. 181.

    4 Hemos localizado y estudiado las desaparecidas del convento de Valdescopezo y la fortaleza (cita-das por Garca Escobar), la de los Almirantes en San Francisco, la de la capilla de los Benavente y dos en laiglesia de Santa Cruz: la del presbiterio, concluida por Felipe Berrojo (1664) y la de la capilla de los MedinaPrado, ya existente en 1647 y que fue antiguamente osario parroquial, como indica una inscripcin en elexterior del templo.

    5 Las aguas del Canal llegaron en XI-1849. Dos aos despus (27-VIII-1851) las filtraciones habanaumentado tanto su caudal de agua y que en atencin almal estado en que se encuentra la denominada cua-tro caos pudiera ponerse dos de estos en lugar de uno que tiene la primera. Las mejoras se evaluaron en5.930 reales y comenzaron con celeridad, participando en ellas Antonio Martnez, aparejador de las obrasdel Canal (12-V-1852).

  • grabado publicado en 1852 donde an podemos ver la primitiva fuente antes de larenovacin que sufri en 18586. sta y la de Santa Clara reciban las aguas de unaimportante canalizacin subterrnea que an se conserva. Casi imperceptibles,cubiertas de maleza, aparecen una serie de arcas rectangulares de piedra sillera concubierta de bveda de can que sobresalen ligeramente de la superficie. Entre unay otra existen registros cuadrangulares que servan para el mantenimiento e inspec-cin del caudal. Su rastro puede seguirse en paralelo a la actual N-601. La conduc-cin se surte de los manantiales existentes en las faldas del pramo, los mismos queabastecan de aguas al prximo convento franciscano de Valdescopezo, donde anse conserva la Fuente de la Samaritana. Calculamos que su recorrido supera los cincokilmetros, longitud semejante al ms conocido Viaje de Argales de Valladolid.Aunque el ejemplo riosecano no posee su grandeza, sin duda ha de sealarse comouno de los ms destacados de la regin. As se describa en 1758: teniendo su origen

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    Ramn Prez de Castro

    6 R. PREZ DE CASTRO y F. REGUERAS GRANDE, Ventura Garca Escobar,Medina de Rioseco, Camposy Torozos en el Semanario Pintoresco Espaol. Valladolid, 2009, pp. 69 y 98-99. En 1858 se inaugur laactual fuente de los Cuatro caos, hoy desplazada ligeramente de su emplazamiento original.

    Ventura Garca Escobar: La antigua Forum. Medina de Rioseco en Semanario pintorescoespaol. Madrid, 1852.

  • en las alturas de Valdebater a distancia de tres cuartos de legua a la parte de SE., viene porun dilatado y costoso acueducto que atravesando el puente de San Francisco vierte sus aguasen la plaza de este nombre por cuatro bocas, abasteciendo sus raudales la mayor parte delvecindario.

    Las ms antiguas referencias se fechan en 1512, en plena expansin ferial de la loca-lidad: se trata de una licencia real para destinar los impuestos de la sisa del vinopara el traer a ella cierta agua para el proveimiento della7. Las obras se iniciaron inme-diatamente y tres aos despus nos constan los trabajos de Gonzalo Rodrguez deToro y Francisco Garca maestros de aguas vecinos de Guadalupe, quienes contrata-ron a jornal la obra del cao, sus muros y sus arcas de piedra y ladrillo desde laalberca del puente de Posada (o Mayor) hasta donde nace el dicho cao e ms si fueremenester8. En 1522 aparece ligado a la obra el vallisoletano Juan de Glvez, reali-zando nuevas arcas y canalizaciones para meter las aguas de Carravieja9. En 1545Jernimo del Corral dio su parecer junto a Esteban Baos sobre las obras de loscaos10. Ms tarde, en 1593, Juan de Hermosa y el fontanero Gonzalo de Brcenarepararon sta y otras fuentes11.

    Desde entonces los arreglos fueron ms o menos continuados12 por parte de losveedores de albailera, obras y fontanera que cada ao nombraba la ciudad, queen no pocas ocasiones descuidaron su conservacin. La obstruccin por sedimen-tos y heladas, la construccin de la nueva carretera13 o, simplemente, la falta demantenimiento, produjeron no pocas roturas y faltas de suministro. En su venidaa la poblacin, el acueducto daba parte de sus aguas al convento y fuente de SantaClara. La interrupcin del caudal motiv un pleito entre la comunidad religiosa ylos representantes del municipio que incluy un dibujo de Felipe Berrojo (1683) yque sirvi a Andrs Gmez del Rebollar para construir sendas arcas a un lado y otro

    Ms all de la Ciudad de los Almirantes. Arquitectura subterrnea en Medina de Rioseco

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    7 El documento del AHMMR en E. GARCA CHICO, Los privilegios de Medina de Rioseco. Boletn dela Academia de Bellas Artes de Valladolid, n 6, 1932, pp. 317-318.

    8 E. GARCA CHICO, Documentos para la historia de Medina de Rioseco, BRABBPC, n 196, 1947,pp. 107-108.

    9 dem.10 E. GARCA CHICO, Documentos para el estudio del Arte en Castilla. Escultores.Valladolid, 1941, p. 21.11 E. GARCA CHICO,Documentospara el estudiodelArte enCastilla.Arquitectos,Valladolid, 1940, p. 160.12 As, por ejemplo, en 1804 el maestro Manuel Becilla valor su arreglo en 5.500 reales, siendo la

    nica de que se abastece (AHMMR, 114, 11v, 21-VII-1803 y 7-II-1804). En 1813 Pedro Garca Gonzlez pre-sent un proyecto para su reforma (116-826, 25-I-1813). Otras en 1823 o 1845 realizadas por NemesioSipos a consecuencia de los trabajos de la carretera de Valladolid (117-850, 14-II-1845). Quejas por su malestado se suceden en 1849 y 1850, con memorial de Luis de Torres (26-VI-1850). Tambin en 1856 se urgia su reparo en vista de que algn da falte el agua en el cao de San Sebastin (119-853, fols. 106-111); lasobras comenzaron inmediatamente, solicitndose ms mano de obra en enero del ao siguiente y para locual el ayuntamiento vendi las acciones que posea en el Ferrocarril del Norte o los uniformes de la MiliciaNacional. Los labradores transportaron con sus carros los materiales desde las canteras (19-IX-1857) y fue-ron evaluadas en 12.000 reales (15-IX-1858).

    13 En 1853 la fuente estaba obstruida por haber consentido construir sobre un trozo de ella prximoal arca de depsito de aguas la calzada o carretera de Valladolid a Len, que pudo dirigirse por otro sitio,AHMMR, 118-851, 7-III-1853.

  • del muro conventual14. Tambin de ella se beneficiaban los frailes del convento deSan Francisco15 o la ms tarda Fuente del Prncipe (1857).

    En 1770 la situacin de la caera era tan lamentable que se procedi a su reformay ampliacin16. De aquella empresa se han conservado dos interesantes proyectosdibujados por Manuel Snchez Escandn y Fulgencio Sipos17. Realmente corres-ponden a una ampliacin o ramificacin del mismo desde el convento de SantaClara a lo largo del margen derecho del Sequillo para el suministro del lavadero dela Horquilla18, la pescadera para remojar la truchuela para el avasto del comn y lospaseos de la Horquilla y la Alameda, plantaciones ilustradas de chopos y lamosque tanto ocuparan a Ventura Garca, abuelo del homnimo poeta romntico. Elambicioso proyecto inclua la obra y reparo de la casa de la Pescadera, que fue con-tratada en 1773 por Toms Riesgo y Urbano Sipos19, as como la limpieza de todoel encae desde el prado de los mrtires (frente al actual matadero industrial). Cercadel convento de Santa Clara, as como en el barrio de Ajjar, se localizaban variosestablecimientos tintoreros que se aprovecharan igualmente de sus aguas.

    Con la llegada de la red de abastecimiento, bien entrado el siglo XX, la antiguacanalizacin fue definitivamente abandonada.

    An se conserva otra curiosa canalizacin que conduce sus aguas hasta la ermita deNuestra Seora de Castilviejo desde una loma prxima. Se contrat en 1602 (pocosdas despus del milagro de su Cristo) con Pedro de la Brcena Hoyos, maestromayor de las fuentes de Valladolid, actuando como fiador el arquitecto Juan deNates (y en su nombre el cantero trasmerano Juan del Yermo o Liermo)20. Las aguas

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    Ramn Prez de Castro

    14AHMMR, 148-2317; M. deVIGURI y J. L. SNCHEZ, Arquitectura en la Tierra de Campos y el Cerrato.Madrid, 1993, pp. 39-42; ARCHVa, Pl. civiles, Fernando Alonso, F, 2087, 5. En 1858 las monjas solicitaron denuevo tomar el agua de uno de los gigantones que descansa en la pared del mismo, AHMMR, 119-854, fol.54, 12-VI-1858.

    15 AHN, Clero, libr. 16.401, fol. 234.16 En 1766 se realiz un importante arreglo de la misma, que incluye las condiciones para la obra, en

    AHPVa, Prot. 9337, s. fol.17 M. de VIGURI y J. L. SNCHEZ, Arquitectura en la Tierra de Campos y el Cerrato. Dibujos y docu-

    mentos. Siglos XVI y XVIII.Madrid, 1993, pp. 43-49. Intervinieron como veedores y peritos Manuel Godoy yel madrileo Andrs Rodrguez. Este proyecto vendra a sustituir a otro descrito en 1758: a la salida delpuente de San Francisco y frente al convento de Santa Clara, otro acueducto que descolgndose por el mismoparaje que el de los Cuatro Caos, vierte sus aguas en el lavadero de la Horquilla que es de bastante mbito ylas restantes en un capaz y dilatado estanque que sirve para dar agua al ganado mayor, surtindose de l todoel de los vecinos y forasteros y la caballera cuando hay tropa acuartelada, cuyas aguas tienen la singularidadde engordar el ganado.

    18 Junto al arco de San Francisco exista otro lavadero cubierto que fue demolido en 1856 (AHMMR,119-853, 29-X-1856).

    19AHPVa, Prot. 9534, fol. 367, 9-II-1773. Incluyen declaraciones de Fulgencio Sipos y Francisco Mauro.20 AHPVa, Prot. 8661, 11-VIII-1602. La obra se remat en 660 ducados y Brcena se comprometi a

    visitar la obra cada quince das. Se incluy un poder (Valladolid, 29-VII-1602) de Brcena y Nates a los can-teros Mateo Vlez de Brcena, Juan de Cueto y Juan de Liermo para acudir a Rioseco a contratar la obra.Tambin se anexan las bajas realizadas por Brcena y Juan de Ancillo Cerecedo, fontanero de Argonos o lalicencia del obispo palentino (3-VI-1602).

  • se deban de traer desde su nacimiento en el trmino de Villabrgima, inmediato alcual est la ermita, construyendo un abrevadero para que en l tengan servicio los gana-dos de los vecinos de la villa de Villabrgima. Para ello fue necesaria la firma de unacuerdo con los habitantes de esa poblacin. Segn las condiciones, se realiz unacaja en el manantial, comunicndose por una canalizacin con arquetas cada 50varas, terminando en otra semejante a la altura de la ermita donde se dividan lasdestinadas a la alberca del ganado y a la fuente. Esta caera fue reparada en variasocasiones, como en 176921, 181822 o 1876, cuando se construy la fuente actual23.

    Bodegas

    Es imposible desarrollar ahora toda la importancia histrica y arquitectnica deestos elementos, que horadan todo el subsuelo del caso histrico. Recientementese ha podido constatar su importancia gracias al levantamiento planimtrico quede 23 de ellas ha realizado un equipo dirigido por el arquitecto Flix Jov, un estu-dio que deber ampliarse urgentemente desde una ptica multidisciplinar parapoder comprender la importancia arquitectnica, histrica, econmica y antropo-lgica que es evidente que poseen, ligndolas al desarrollo de la produccin vin-cola entre los siglos XV y XX, de la que poseemos muchos datos, destacando espe-cialmente sus ordenanzas de 151324. Valgan unas pinceladas.

    Se trata de estructuras ntimamente ligadas al desarrollo ferial y econmico de lapoblacin. Se construyeron bajo el casero, aprovechando la prctica totalidad del

    Ms all de la Ciudad de los Almirantes. Arquitectura subterrnea en Medina de Rioseco

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    21 AHPVa, Prot. 9327, fols. 113-118, 5-III-1679. El maestro de obras Manuel Matas se oblig a repa-rar la caera, desembarazando el arca y la fuente de la puerta accesoria de la ermita. Firm las condicionesUrbano Sipos.

    22El agua, alivio de las innumerables personas que concurren a su funcin se haba interrumpidodesde haca unos aos. En 1815 se nombr una comisin para su reparo. Finalmente las obras se remata-ron en Gregorio Becilla por 430 reales, quien hizo los arcaduces que faltaban o estaban quebrados e hizoel piln del calibre que se manifiesta que tuvo anteriormente. Libro de la cofrada de N. S. de Castilviejo,18-VIII-1815, 8-VII y 14-VIII-1818 .

    23AHMMR, 122-861, 15-IV-1876. La fuente se traslad unas cuatro varas hasta la cabecera del paseoy planto realizado en 1875. Para ello hubo que convencer tambin y disuadir [a los de Villabrgima] y evi-tar cualquier choque o colisin que pudiera sobrevenir entre personas inconscientes y acaloradas de ambospueblos, por efecto de las amenazas de algunos vecinos deVillabrgima ya conocidas y divulgadas en Rioseco.El proyecto llevaba un piln para el ganado en la parte trasera por no perder las costumbres de muy antiguoestablecidas. El debate fue acalorado pues implicaba el movimiento de la raya de trmino, Libro de la cofra-da, 18-IV-1875.

    24 Las ordenanzas en AHMMR, 138-1119. Se conservan algunas copias en ARCHVa, Pl. civiles,Zarandona y Balboa, Olv, caja 1994; Prez Alonso, F, caja 1012, 2; Zarandona y Balboa, Olv, caja 3322,1 otambin Prez Alonso, F, 2417, 2. Han sido transcritas parcialmente en C. DUQUE HERRERO, Vino, lagaresy bodega, Valladolid, 2006, p. 263

  • solar y extendindose a lo largo de las vas pblicas al ser ste un terreno concejil.Muchas fueron las disputas dirimidas en el tribunal vallisoletano por denuncias devecinos que vean peligrar sus casas ante la construccin en su subsuelo de bode-gas, dado lo enmaraado de la trama urbana25, en una prctica muy extendida26.

    Hasta fechas recientes existi una preocupacin constante por su conservacin,tanto por el conjunto en s mismo como porque su deterioro afectaba a la estabili-dad de las viviendas y de las vas pblicas. As, se control sistemticamente el pasode carruajes pesados27 y de ciertas actividades industriales que podan provocar suatronamiento28, y se tuvo especial cuidado en evitar las filtraciones de agua, graciasal empedrado29. El tupido entramado subterrneo facilitaba las filtraciones entreunas y otras, y no fueron inhabituales las inundaciones de varias de ellas por des-cuidos30, de modo que en el siglo XIX el propio Regimiento se vio obligado a com-prar bombas de achique para su extraccin.

    Todos estos problemas histricos han crecido exponencialmente en nuestros das conel trfico rodado y, muy especialmente, con las continuas filtraciones que se produ-cen desde la obsoleta red de abastecimiento. Si a ello sumamos el desconocimientode su existencia, su uso como escombreras particulares, las agresivas intervenciones

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    Ramn Prez de Castro

    25 Por ejemplo, en 1550 Pedro Maldonado denunci al bordador Gregorio de Benavente por haber-se adentrado en sus casas encubiertamente. ste se defendi indicando que la cueva estaba hecha por loconcejil y calle pblica lo que pudo muy bien hacer y ocupar conforme la costumbre que en esta villa () asse a usado e acostumbrado en esta villa de tiempo inmemorial a esta parte porque de otra manera ningunapersona podra hacer cueva sin que entrase por lo bajo de otra casa e todas las cuevas de la dicha villa estndesta manera. Declararon como testigos los canteros Juan de la Cabauela y su oficial Juan del Solar o ladel cuevero Gonzalo Guerra, que fueron sus constructores, quienes sealaron la necesidad de recubrirla decantera por los desprendimientos de tierras porque dicen que va el agua por unas colagas sobre la cueva,ARCHVa, Pl. civiles, Zarandona yWals, OLV, 1339, 2.

    26 En 1548 Cristbal de Ahumada denunci una de estas invasiones en la calle de La Ra con peligrode sus casas que son las mejores e ms principales () porque son en la Ra della donde es la contratacin delas ferias, ARCHVa,Alonso Rodrguez, F, 622, 7. Un caso parecido en 1566 al campanario de Santiago (Masas,F, 354, 3).

    27 En 1786 Joaqun Vzquez de Prada tuvo un pleito por el arreglo del hundimiento de su bodega yde una parte de la calle pblica por el trnsito de unos carros cargados de lea por el corro de Santa Mara,a pesar de la prohibicin de que circularan por ella carros pesados ARCHVa, Taboada, F, caja 3515, 2

    28 Por ejemplo, entre 1586 y 1592 se dirimi otro pleito sobre el dao que poda causar el oficio decalderero en la bodega del mercader Juan de Cabreros, en la calle de cerrajeras, a pesar de ser un lugar tra-dicional para este gremio, ARCHVa, Fernando Alonso, F, 590, 6. Este mismo problema aparece intermitente-mente: en 1839 se prohibi la circulacin de los carros sin rueda blanca, AHMMR, 117-848, fol. 4

    29 Problema constante desde el s. XVI. En 1841 el ayuntamiento se preocup por la cantidad de aguaestancada que estaba perjudicando a las bodegas y amenazando la ruina de varias casas, ordenando la revi-sin del empedrado. El levantamiento del empedrado artesonado en 1850 origin daos a las casas con lasfiltraciones de las aguas a las bodegas de que abundan esta ciudad y que son un recuerdo de la gran cosechade vino que se haca; ramo de riqueza que desde su desaparicin ha desaparecido tambin su antigua prospe-ridad y nombrada, con repetidos hundimientos y el consiguiente peligro de edificios y personas, AHMMR,caja 117, n 850, 8-II-1841 y caja 118, n 851, 7-III-1851.

    30 En 1746 varios vecinos pleitearon por el pago de los reparos producidos por esas filtraciones en elcorro de Santa Ana. Tras examinar varias bodegas se concluy que el problema proceda del pozo de la cuevade Juana de Aplicanos, cuyas aguas rebosaban y se transmitan de unas a otras,ARCHVa, Quevedo, OLV, 34, 7.

  • de las nuevas edificaciones, el estado general de abandono o la lamentable ausen-cia de una normativa municipal31, no debe extraar que cada cierto tiempo se repi-tan estas situaciones. Muy graves fueron las inundaciones de 2004, 2005 o 2011,que urgen a un definitivo estudio y puesta en valor de estas estructuras, y no slopor los problemas colaterales que generan sus hundimientos.

    En un somero recorrido por ms de una treintena de ellas hemos comprobado lamagnitud de sus sisas (algunas de ms de 20 m de largo y 4 de alto) as como su cui-dada ejecucin, generalmente con paredes de mampostera que sustentan bvedasde can de excelente sillera. Las bodegas se beneficiaron tambin de la presenciade los canteros que levantaron sus templos parroquiales. La documentacin sealala actividad de arquitectos y maestros de cantera como Juan de Carranza 1562, Juande Hermosa, Gmez del Rebollar, Juan del Castillo, Juan Gmez de Cisniega,Baltasar Godoy, Felipe Berrojo de Isla, Pedro de Nates, Antonio del Solar, AndrsGarca de la Sierra, Antonio de la Carrera, Francisco Lpez, Miguel de Aranaz, Pe-dro de Sierra, Mateo Sipos o el dominico Fray Pablo Bugallo, por citar algunos.

    Con motivo de la construccin de grandes edificios como la iglesia de Santa Cruz,no faltaron pleitos, expropiaciones y daos en las bodegas vecinas, que igualmen-te terminaron en los tribunales32. Cuando, en 1689, Felipe Berrojo levant la nuevacabecera de la iglesia penitencial de la Quinta Angustia, hubo de reforzar concien-zudamente las bodegas ubicadas bajo ella. Hoy nada queda del conjunto, pero hasobrevivido la cueva y los fuertes murallones que levant Berrojo.

    De especial inters es el plano levantado en 1752 por Miguel de Aranaz de la bode-ga de Manuel Garca Ceano ubicada entre las calles de Paeros y Ropa Vieja, juntoa la plaza mayor33, con motivo del pleito mantenido entre sus herederos. Se puedetomar como ejemplo de una estructura en pleno funcionamiento, con su taberni-lla para la venta directa del vino cosechero, unos establecimientos que hasta entra-do el siglo XX se conocieron como ppilis.

    Muchas de estas bodegas carecan de lagar ante la falta de espacio, de modo que lauva se prensaba en dependencias secundarias ubicadas en la periferia (matadero,ronda de San Francisco, barrio de Santiago, etc.). Excepcionales son algunos casosde viviendas de antiguos terratenientes ubicadas en el corazn de la ciudad comolas de las familias Acua (antes de los Alonso, en la Ra) o San Jos (antes de losMiranda, calle Santa Mara), que disponan de amplios lagares en superficie de los

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    Ms all de la Ciudad de los Almirantes. Arquitectura subterrnea en Medina de Rioseco

    31 En el Proyecto de PECH (2006) tan slo se indica que deber documentarse la existencia o no debodegas tradicionales susceptibles de proteccin. Resulta increble comprobar cmo ni una de ellas apareceentre los elementos catalogados: absoluta invisibilidad.

    32 ARCHVa, Taboada, OLV, 868, 11. Juan de Villasante denunci en 1556 los daos producidos en sucasa y bodega al haber almacenado gran cantidad de piedra en la superficie. Al recorrer varias de las bode-gas de esta zona (alguna descubierta en excavaciones arqueolgicas recientes), se comprueba este hecho.As, por ejemplo, tras sentencia de la justicia ordinaria, la parroquia pag a Juan de Agero el rrepar