Cultura de Paz

Para que comencemos hacer realidad esta Cultura de Paz, les invitamos a seguir las siguientes recomendaciones.

Tenga una escucha activa.

Sea cortés, no realice una conversación privada mientras se expone.

Celular en la modalidad de vibrador y/o silencio.

Cultura de Paz

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .Donde hay odio, que lleve yo el Amor.Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.Donde haya discordia, que lleve yo la Unión. Donde haya duda, que lleve yo la Fe.Donde haya error, que lleve yo la Verdad.Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;ser comprendido, sino comprender;ser amado, como amar.Porque es:Dando , que se recibe;Perdonando, que se es perdonado;Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.

ORACIÓN SIMPLE DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

Nuestra experiencia

““Cultura de Paz”Cultura de Paz”

Fundamentos SSCC ( Proyecto Educativo )AlumnosQue sean niños y jóvenes de mentalidad abierta, capaces de respetar las opiniones, los valores y las tradiciones de otras personas y culturas.

Padres Que se reconozcan como los primeros educadores.Que sepan amar, capaces de escuchar y dar tiempo para comunicarse y acompañarse.Que enfrenten sus crisis, y que en situaciones de ruptura mantengan los lazos fraternos, la preocupación por el otro y por el bien de los hijos.

Cultura de Paz

Ser o no ser padres?? … He ahí el dilema

Somos muchos los padres decididos a no repetir los mismos errores que cometieron nuestros padres inconscientemente con nosotros… … Y en el esfuerzo de corregir algunas acciones de una disciplina rigurosa a la que nos vimos sometido en el pasado, ahora somos más dedicados y comprensivos… pero a la vez más débiles e inseguros.


Lo grave de todo esto, es que estamos lidiando con unos niños y jóvenes más agresivos, poderosos e “igualados” a nosotros.


En el intento de ser los padres que quisimos tener, en dejar de lado los momentos que no quisimos vivir como hijos … pasamos de un extremo a otro.


Fuimos hijos retados por nuestros padres y ahora padres retados por nuestros hijos. Fuimos hijos que temíamos a la autoridad de nuestros padres y hoy somos padres que tememos a nuestros hijos.


Hemos crecido bajo el mando de nuestros padres y ahora vivimos bajo el yugo de nuestros hijos. Hemos aceptado que nuestros hijos no nos respeten y lo que es peor … no nos damos cuenta de ello.


En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, las relaciones al interior de la familia han cambiado en forma radical. Somos distintos.


Antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus ordenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.


Pero en la medida que las fronteras jerárquicas entre padres e hijos se van desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen… aunque poco los respeten.


Hoy son los hijos los que esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal, que les acepten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y su forma de vivir…. Y además que les patrocinen lo que necesiten para tal fin.


Los roles se invirtieron… y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para poder ganárselos. Esto explica, el esfuerzo que hoy hacen tantos padres por se amigos de sus hijos.


Llegado un momento, los extremos se tocan… si el autoritarismo del pasado nos llenó a momentos de temor hacia nuestros padres… hoy nuestra forma de actuar y nuestra falta de claridad, llena a nuestros hijos de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.


Los hijos necesitan percibir durante la niñez y su juventud que estamos a la cabeza de sus vidas, como lideres capaces de sujetarlos cuando no se puedan contener y de guiarlos mientras no sepan hacia donde ir.


Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga. Debemos encontrar el equilibrio entre el ayer y el hoy… rescatemos lo positivo. El dar normas y limites a nuestros hijos les permitirá confiar en nuestra idoneidad para guiar sus vidas mientras lo requieran, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos rendidos a su voluntad.


Ser padres, significa dar vida, dar amor, colaborar en la formación de una persona… nuestro hijo, apoyándolo en las dimensiones físicas, psicológicas, sociales y espirituales. Debemos desterrar la idea de tener hijos perfectos, no existen. Cada hijo es un universo único y distinto. Por otra parte debemos aceptar que somos padres con limitaciones…


El rol de padres no tiene horarios o periodos delimitados. Las necesidades de los hijos van cambiando acorde en la edad que se encuentren. Los hijos son en gran medida el reflejo de la actitud de los padres, por lo mismo, es importante ser consecuentes. Desarrollar el sentido del humor, el vivir con alegría y el saber gozar la vida.


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Ser padres es la oportunidad que nos da Dios para hacer de este mundo algo mejor.


• Me siento identificado con alguna parte de lo expuesto? • Cómo fueron mis padres? ( Fortalezas y debilidades )• Cómo crees que te ven tus hijos en tu rol de padre?

Les invitamos a participar en nuestra próxima

No perdamos tiempo, hoy es el momento de hacer, de crecer y amar… mañana puede ser tarde.

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