Cuentos de Lobos y Vampiros

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  • CUENTOSDE

    LOBOS Y VAMPIROS

    Carol Leons

  • Introduccin

    Hace mucho, mucho tiempo, en un bosque muy lejano, viva una manada de lobos. Pero no eran lobos comunes y corrientes, ya que llevaban siglos transformndose en hombres. Con el paso del tiempo, se haban adaptado a la vida de los humanos, reunindose en clanes y formando pueblos que posean todas las comodidades de una ciudad humana, donde las grandes familias se unan unas a otras, aumentando su fuerza. Eran bellos y poderosos, conteniendo en su interior tanto la fuerza de su lado animal, como la inteligencia de su lado humano. Su taza de natalidad era alta y pronto se extendieron por todo lugar y era, llegando hasta la poca moderna. Durante la luna llena, la energa de cada lobo aumentaba al doble, ya que no todos tenan el mismo poder: algunos eran ms rpidos, otros ms fuertes, otros mejores cazadores, otros tenan buena percepcin sensorial.Y solo haba algo a lo que los lobos teman: Sus enemigos mortales, los vampiros.

    Los vampiros eran casi tan antiguos como los lobos, nacidos segn las leyendas de la ms profunda oscuridad. Nadie saba quien haba sido el primer vampiro, pero sus genes pasaron de una generacin a otra, durmiendo en algunos humanos para ser despertados al recibir el mordisco de uno de los suyos. El virus contenido apareca entonces, y perdan sus recuerdos humanos para transformarse en caminantes nocturnos. Podan comer comida normal, pero la sangre les daba fuerza y poderes especiales. La luz tambin les afectaba, ya que el virus activo causaba fotofobia, y podan sufrir ceguera o graves quemaduras, pero sanaban con rapidez. Se reunan en castas divididas por su ascendencia: los vampiros nacidos de vampiros eran la lite, viviendo con la opulencia de la nobleza en ricas mansiones, mientras que los humanos convertidos por la activacin del virus eran de baja clase, transformndose en sus sirvientes y vasallos.

    Ambas razas eran ms fuertes, ms giles y vivan mucho ms tiempo que los humanos promedio. Por eso quizs, y por envidia, estos siempre les haban temido y perseguido, aunque con poco xito. En el pasado tanto lobos como vampiros se haban odiado a muerte, dndose caza unos a otros sin descanso, hasta que la peligrosa expansin de los humanos en sus territorios, la mejora de sus armas con los avances de la tecnologa y el aumento de su maldad, les hizo fijar una tregua. Para ello, los cabezas de ambos grupos fijaron una vez al ao una semana en el calendario lunar, durante la cual se llevaba a cabo una gran fiesta, en la que tanto lobos como vampiros eran bienvenidos en territorio contrario, para durante 7 das disfrutar de la compaa de unos y otros. Y si haba suerte, encontrar pareja en el bando enemigo. Esperaban que la unin de ambos grupos creara una raza ms fuerte y unida contra la amenaza que representaban los humanos.

  • El Pintor y el Barman

    Maikel tena la fecha de la fiesta marcada en su calendario. Llevaba la cuenta de los das

    con sumo cuidado, entre una y otra faena en la gran mansin. Ese mes haba estado ms

    torpe de lo habitual, pero no poda evitarlo. Soaba con ese da desde que haba alcanzado la

    mayora de edad vamprica y se haba enterado del encuentro anual entre lobos y vampiros.

    Su padre nunca le haba hablado de ello y a veces se preguntaba porqu. Bueno, era obvio

    que los lobos le disgustaban, y aunque siempre haba odo a su seor y a sus hijos hablar

    mal de ellos, las cosas que haba estado leyendo desde entonces en los libros que haba

    conseguido de la biblioteca (al menos sobre la especie animal) decan que eran pacficos y

    sociables. Era cierto que coman carne muerta, lo que era bastante asqueroso para un

    vampiro que tomaba sangre viva, pero Quin era l para juzgar? Adems, l era un vampiro

    de baja clase, torpe y poco atractivo, como se encargaban de decirle todos los das, sin

    talento ms que para hacer el ridculo. Pensaba que quizs, ya que era tan mal vampiro,

    pudiese encontrar entre los lobos a alguien que le aceptase a su lado, si eran tan sociables

    como los libros aseguraban. Echaba de menos a su padre. Haca ms de tres aos que haba

    muerto y an cuando hubiese dejado de pintar al entrar al servicio de su seor, Maikel

    conservaba su ltimo cuadro a buen recaudo detrs del respaldo de su cama, y todas las

    maanas le miraba antes de irse a dormir.

    Esa noche le haban castigado en la cocina a fregar todos los cacharros y los suelos, despus

    de romper la botella de vino que iba a servirse en la cena de esa noche en la mesa principal.

    Romperla no hubiera significado nada, ya que haban muchas ms en la bodega, pero dio la

    mala suerte de que ese da le tocaba ayudar a servir la cena, y la botella se le resbal de las

    manos justo frente a la copa del hijo mayor, quien qued todo empapado por el rojo lquido.

    Luego de gritarle por ms de 10 minutos, el mayordomo le mand a su castigo y all estaba,

  • suspirando mientras miraba la luna volverse poco a poco ms llena, sealando el da de la

    fiesta. En la mansin no se hablaba de ello, y pareca que los vampiros solteros de la casa no

    estaban interesados en buscar pareja entre los lobos. Si nadie iba a ir al bosque del norte,

    donde estaba el pueblo ms cercano, Maikel no tendra quien le llevase hasta all. Bueno,

    estaba preparado para esa posibilidad. Le haba llevado un tiempo juntar comida y unas

    bolsas de sangre para su viaje. An tena tiempo, y si todo sala bien, lograra llegar al

    pueblo por el camino en el bosque, poco antes del inicio de la fiesta.

    Esa maana, mientras todos dorman, Maikel se bebi las dos bolsas de sangre. Esperaba

    que le ayudaran a soportar la larga caminata bajo el sol, mientras se alejaba de la mansin.

    Cogi el bolso donde llevaba algo de ropa, la comida y el cuadro de su padre, para salir de

    la gran casa. El sol le ceg por un momento con su claridad y el virus vamprico grit en l.

    El sol era un enemigo que produca feroces quemaduras y poda dejarles ciegos

    permanentemente, pero Maikel y su padre tenan un secreto. Antes de ser mordido y su virus

    activado, su padre haba amado los colores y las composiciones de luz. Cuando se

    transform, sus ojos se adaptaron al cambio, permitindole ver an con ms claridad a pesar

    del sol. Solo tena que esperar un poco y sus ojos se adaptaban, haciendo que los colores

    resaltaran y brillaran an ms en sus pupilas nuevas. Maikel haba heredado esa cualidad,

    junto con el amor por la pintura, que su padre haba alentado en secreto mientras vivan en

    la mansin. Muchos vampiros de alta clase se jactaban de sus poderes como nacidos de

    sangre vamprica, creyendo que eran los nicos. l no saba si era un poder o no, pero

    amaba la luz que le mostraba un mundo brillante y bello, el nico que conoca, ya que su

    padre le haba mordido muy joven y no tena recuerdos de su vida humana. Por eso por las

    noches estaba tan sooliento, ya que mientras los otros dorman, l se dedicaba a mirar por

    la ventana y degustar la belleza del mundo diurno.

    Se cubri bien la piel, ya que aunque sus ojos vean, su piel poda quemarse con facilidad

    mientras andaba por el camino. No lament dejar la mansin atrs, pues si bien su seor les

    haba salvado de la miseria que traa la sed de sangre y la persecucin de los humanos,

    dndoles trabajo en su casa, ellos haban pagado con creces, su padre con su pintura y l con

    buena parte de su juventud. Ahora quera encontrar algo que le perteneciera solo a l. Haba

    dejado una carta, sealando su renuncia y su agradecimiento por los aos bajo la tutela de su

    seor. Su padre le haba enseado a ser siempre agradecido.

    A medio da ya llevaba avanzado un buen trecho, y el sol que estaba en lo ms alto del cielo

  • le dijo que era hora de parar. Sus clulas de vampiro se regeneraban durante cuatro o cinco

    horas despus del medio da, lo que haca a su cuerpo entrar en un estado de coma durante

    ese tiempo. Claro que poda dormir cuando quisiera a lo largo del da, pero la etapa ms

    profunda e importante del sueo vamprico eran esas pocas horas. Si un vampiro no entraba

    en el coma se transformaba en nosferatu, un estado de frenes salvaje, cuya nica cura era

    la muerte. La falta de sangre tambin produca locura, pero un vampiro poda resistir hasta

    un mes y medio sin beber antes de sucumbir, y era mucho ms fcil de matar debido a su

    debilidad. El estado nosferatu se daba tambin en el primer y segundo ao de vida de un

    vampiro tanto nacido como despertado, como una forma primitiva de auto conservacin,

    que les serva para protegerse de las amenazas del mundo y desarrollar su potencial

    vamprico. l no recordaba su fase de nosferatu, ya que afortunadamente haba tenido a su

    padre para que le cuidara durante ese tiempo.

    Se ech sobre la hierba, a la sombra de unos matorrales y se cubri bien con su chaqueta

    para protegerse del sol, dejando a su cuerpo entrar en el coma. No tuvo sueos y cuando

    despert, continu su camino siempre al norte, hacia su destino.

    Matt termin de llevar los vasos y platos a la cocina, apilndolos en el fregadero lleno de

    espuma, dando un buen bostezo. Haba sido una larga semana tras la fiesta, con tanto lobo y

    vampiro pululando alrededor, el amor y las hormonas flotando en el aire. Haba tenido

    suficiente de aquello. La ltima parejita que vino, una hermosa hembra vampiro y el hijo de

    Tom el herrero, le dieron nuseas cada vez que los miraba por tantos besos y arrumacos. La

    vampiro no estaba mal, pero l prefera un buen cuerpo masculino al que someter a su

    voluntad, an cuando su complexin delgada y su metro sesenta enviaran mensajes errneos

    a los machos a su alrededor, quienes se crean con el deber de ser ellos los servidos,

    llevndose un buen par de patadas en su nombre al intentar someterlo. Matt saba que su

    hermano Marcus se parta de la risa a su costa, cada vez que algn nuevo lobo en el pueblo

    intentaba pasarse de listo, intentando agarrar su trasero o sentarle en su regazo al verle servir

    en el Demon Wolf, negocio que su padre les haba heredado, para salir aullando como un

    cachorro con la cola entre las patas al conocer la furia de sus puos y garras. Matt poda ser

    ms ligero y pequeo que el lobo promedio, pero era fuerte y gil, y eso sin contar las

    noches de luna llena cuando el poder de su lobo se desataba por completo. Marcus se haba

    casado haca un ao con su novia de toda la vida y ahora pasaba casi todo su tiempo en casa

  • cuidando de su familia, dejando el manejo del bar a su hermano pequeo, mientras l se

    encargaba de administrar los gastos y las facturas. No les iba mal, pero a menudo Matt

    extraaba la presencia de su padre, tan confortadora en ocasiones, sobre todo cuando se

    senta tan solo y perdido como esa noche. Respir con fuerza, pasndose la mano por la cara

    para espabilarse. Necesitaba dormir un poco, esa semana no haba parado. En la parte

    superior del bar haba un amplio cuarto que usaba de vivienda, junto al bao. No era como

    tener una casa con jardn, pero le daba intimidad, sobre todo cuando tena a alguien con

    quien compartir la noche. Desde cundo que no...? Algunos meses, tal vez. Haba perdido la

    cuenta ya. No es que no quisiera, es que no haba con quien. Conoca a prcticamente todo

    el pueblo, y para su mala suerte, todos saban de su mal carcter. Bueno, que se fueran al

    infierno. Pronto encontrara a algn nuevo lobo que se ajustara a sus deseos y cuando lo

    hallara, no le dejara salir de la cama en semanas.

    Volvi al bar para acabar de limpiar antes de fregar el suelo. Sali para tirar la bolsa de

    basura al cubo fuera del local, cuando vio una figura sentada en la entrada. Estaba de

    espaldas a la luz que sala de las ventanas, pero pudo notar que no le conoca de nada,

    adems de que su olor era totalmente distinto, una mezcla de hierbas y tierra, con algo

    salino y oxido. Vampiro? Qu estaba haciendo all? La fiesta se haba terminado haca un

    par de noches, an cuando las parejas mixtas an estaban decidiendo si vivir all o en sus

    faustas mansiones. Esos vampiros engredos... El vampiro le mir en ese momento y casi

    pudo ver el desconcierto en sus ojos. Se puso en pie de un salto, solo para tropezar con el

    escaln de la entrada y caer cmicamente al suelo. Nada de la grcil soltura de un vampiro

    comn y mordiente. Matt tuvo que reprimir la risa, mirando divertido como el recin

    llegado bebedor de plasma, se pona torpemente de pie. El olor a hierbas y hojas del bosque

    le lleg con ms claridad, viendo su pose tmida al tener que enfrentarle tras su fallida

    huida, acomodando un bolso viejo sobre su hombro, con la ropa rada y sucia de polvo.

    Frunci el ceo confundido.

    -Pero, T de dnde sales?- consult sin poder evitarlo. El vampiro apret la correa del bolso

    hasta hacerla crujir, bajando la mirada, algo asustado.

    -Lo siento, seor. Solo quera descansar un poco. Me ir y no le molestar ms- sus palabras

    le llenaron an ms de curiosidad. Por lo que haba visto, los vampiros eran de todo menos

    humildes y tmidos. ste pareca asustado. Matt dio un paso acercndose a l y le vio

    retroceder con horror.

  • -Cuidado- dijo, al verle a punto de volver a tropezar con el escaln. El vampiro logr

    evadirlo justo a tiempo, pero se le cay el bolso del hombro. Matt le oy dar un ahogado

    gemido de alarma, cuando se acerc para levantarle del suelo- Toma.

    -Gracias. Lo siento- volvi a disculparse, tomndolo de su mano con dedos temblorosos.

    Matt aspir con fuerza. Hojas, tierra y frutos del bosque llenaron su nariz con su aroma

    cercano. Le mir fijamente.

    -Bueno, ahora sabes que no voy a morderte. Responde a mi pregunta. Quin eres y de dnde

    sales.

    -Me llamo Maikel y vengo del bosque sur. Bueno, exactamente de la mansin del seor De

    Ville que era quin nos tena contratados a mi padre y a m. Pero l muri hace tres aos y

    yo quera conocer el mundo. No es que no lo conozca ya que he ledo muchos libros y visto

    documentales, pero quera salir y ver como era todo por m mismo y dej la mansin para

    venir porque ninguno de ellos all quera asistir a la fiesta, pero yo quera venir y ver como

    era todo...

    -Venas a la fiesta?- interrumpi su parloteo, y le vio asentir ilusionado- La fiesta de lobos y

    vampiros?

    -S. He caminado cuatro noches por el bosque para llegar. S que hoy es la ltima noche de

    la fiesta pero estaba un poco cansado y por eso me retras. Me sent un momento aqu para

    coger fuerzas antes de ir, y s que no tengo ropa adecuada para bailar pero no creo que

    importe mucho... Tampoco bailo muy bien, bueno nunca he bailado pero Hay que bailar?

    Estoy un poco nervioso as que no s si me quedar mucho rato pero quiero mirar. Sabe

    usted dnde est? A dnde tengo que ir? Le agradecera si me indicara el camino... Es que es

    la primera vez que vengo y no s a donde ir...

    Matt sacudi la cabeza ante su acelerado parloteo sin fin, alzando una mano para detenerle.

    -Maikel, verdad? Siento decrtelo, pero la fiesta acab hace dos das. Creo que calculaste un

    poco mal el tiempo- Su corazn dio un salto de culpa al ver sus ojos abrirse consternados.

    -Ha... ha acabado?- pregunt con un hilo de voz y slo pudo asentir en silencio. Le vio bajar

    la cabeza y quedarse mirando el suelo con gesto derrotado.

    -Pero an hay vampiros por aqu. Alguno podr llevarte de regreso...

    -No puedo regresar. Abandon la mansin de mi seor y renunci a mi puesto. No tengo a

    donde ir- le oy decir en un murmullo apesadumbrado. Se mordi los labios. Por qu

    demonios se senta tan acongojado al verle? No era su culpa. Si haba llegado tarde y si lo

  • haba dejado todo para venir a la fiesta, ese vampiro loco era el nico responsable... Mierda,

    Entonces porque se senta tan mal? Su cabeza an estaba gacha y derrotada. Poda ver con la

    luz de la entrada que sus rizos oscuros estaban revueltos de hojas. Quin en el mundo lo

    dejaba todo atrs por una incierta promesa de encontrar pareja? Muchos, le dijo su mente, tu

    padre lo hizo.

    -Mira, de verdad lamento que... bueno, hayas llegado tarde a la fiesta. Pero no te rindas. An

    quedan lobos que podran valer la pena- dijo sin saber porqu. Le vio alzar los ojos y darle

    esa mirada ilusionada otra vez.

    -No me echarn del pueblo si me ven? Soy un vampiro- consult de pronto preocupado.

    Matt reprimi una sonrisa. S, uno terrorfico con esos grandes ojos de cachorro perdido,

    torpe y adems parloteador. Cualquier lobo saldra corriendo presa del pnico al verle. Not

    que era unos buenos 10 centmetros ms alto que l, pero su actitud le haca parecer mucho

    ms frgil.

    -Naa, no somos de los que echan a los extraos nada ms verles. No creo que haya

    problema- su corazn dio un salto por razones muy distintas, al verle sonrer de una manera

    que haca opacar la luz de la entrada.

    -Oh, entonces lo que deca el libro era verdad. Los lobos son animales muy sociables y

    pacficos!

    -Bueno... hay de todo- alz una ceja, intentando controlar a su corazn para que dejara de

    latirle en la entrepierna, al notar la radiante luz en sus ojos. Mir el bolso que tena

    nuevamente colgado del hombro. Al cogerlo le haba parecido muy ligero- Dnde pensabas

    quedarte a dormir esta noche?

    -Puedo dormir en el bosque. Lo he hecho durante estos das No es problema. Y tambin

    puedo encontrar comida all...

    -En el bosque? Has cazado animales?

    -No, no. Soy un vampiro de baja clase, as que nunca he mordido a un donante. Pero no lo

    hara, sobre todo a esas pobres cositas peludas que andan por all...

    Sus palabras le hicieron sonrer, aunque le llenaba de curiosidad su comentario de ser un

    vampiro de baja clase, No eran todos nobles y snob? Por lo visto no. Mir al chico, quien

    tena la vista perdida en la azul inmensidad del cielo nocturno.

    -Adems, en el bosque se pueden ver todas las estrellas y las constelaciones. Mi padre deca

    que si se escuchaba la noche con atencin, se podran or todos los secretos del universo-

  • Sus palabras eran mitad de aoranza, mitad de fascinacin y Matt se encontr perdiendo a

    su vez la mirada en el nocturno. Cuando volvi los ojos, se encontr con su sonrisa- Gracias

    por hablar conmigo. Cre que no conocera a ningn lobo amable, an cuando viniera.

    Muchas gracias y que tenga una buena noche- dijo, volvindose para empezar a caminar

    alejndose de l y Matt se qued de piedra.

    -A dnde vas?

    -Al bosque. Necesito descansar un poco- Sus palabras le recordaron que el pobre chico

    haba vagado entre la espesura por cuatro das. Adems, si no esperaba encontrar gente

    amable, Qu haca all? Por qu lo haba dejado todo atrs?

    -Espera. Ven, entra. Vamos, entra al local- insisti al ver que no se mova. Maikel se volvi

    hacia l, mirndole con sus grandes ojos abiertos.

    -Pero... soy un vampiro...

    -Y yo un lobo. Entra y te pondr algo caliente de comer. Quieres o no?- su radiante sonrisa

    le contest antes que sus palabras.

    -S. Gracias, seor lobo.

    -Matt, me llamo Matt... Seor lobo- protest divertido, volvindose para entrar seguido

    por el chico.

    A Maikel le gust el local nada ms entrar. Haba mucha luz en l, y aunque los olores del

    alcohol y el tabaco se confundan con el de la comida, no le disgustaron. Eran como una

    sinfona de aromas con vida propia. El ambiente era clido y familiar, y se encontr

    admirando los cuadros que colgaban encima de la barra, hermosas pinturas de paisajes y

    bodegones. Cerr la boca que se le haba quedado abierta, cuando vio que Matt le miraba.

    -Te gustan?- dijo alzando una ceja dudoso.

    -Son muy hermosos. Mi padre pintaba, sabes? Lo haca antes de ser mordido y

    transformado. Poco despus sigui pintando, pero necesitbamos sangre y entr al servicio

    del seor DeVille y despus de un tiempo dej de pintar. Yo s que le hubiese gustado

    continuar, pero haba mucho trabajo en la mansin y no tena tiempo. Creo que quizs eso

    fue tambin causa de su muerte. Bueno, era un hombre viejo, as que era su tiempo.

    -Mi padre tambin muri, hace algunos aos. Este bar era suyo y nos lo dej a mi hermano

    y a m. No s de donde sac los cuadros, pero creo que eran de un familiar de mi madre- le

    oy decir. Sus palabras le admiraron.

  • -Tienes un hermano?

    -S, es de una camada anterior. Est casado y tiene un hijo- respondi, poniendo un

    sandwich de queso caliente frente a l y una taza de t humeante. Se le llen de saliva la

    boca y le dio un mordisco hambriento, disfrutando de su sabor. Se ruboriz de vergenza al

    or a Matt rer suavemente. Aunque su risa tena un timbre muy agradable.

    -Oh, yo quisiera tener ms familia. Mi madre muri cuando yo nac y solo estbamos mi

    padre y yo. El vampiro que le mordi le abandon a su suerte.

    -Yo pens que todos nacan siendo vampiros- pregunt con curiosidad. Maikel movi la

    cabeza, tragando el resto del pan de un bocado, dando un sorbo al t. Estaba dulce y

    deliciosamente caliente.

    -Solo los vampiros de alta clase nacen de otros vampiros. Los que somos mordidos e

    infectados con el virus que nos transforma, somos de baja clase. Se supone que el vampiro

    que te muerde crea un vnculo contigo, pero no siempre es as. Hay muchos vampiros

    inconscientes por all- protest, triste por que lo duro que tuvo que haber sido para su padre

    sobreponerse a la transformacin en su etapa de nosferatu y cuidar de su hijo al mismo

    tiempo- Mi padre me transform a m, para no tener que sentir la tentacin de beber de mi

    sangre cuando el hambre le acosara. Pero eramos pobres y no pudimos conseguir ningn

    donante humano que nos diera su sangre. Por eso mi padre entr al servicio del seor De

    Ville.

    -Y l aprovech de explotar a tu padre mientras estaba a su servicio.

    Las palabras de Matt le sobresaltaron, y aunque hubiese deseado negarlas, en el fondo saba

    que eran verdad.

    -Mi padre era el mayordomo de la casa. El seor De Ville no fue cruel, pero... creo que no

    supo entender su corazn de artista.

    -Lo lamento, Maikel. Lo has pasado bastante mal- oy la tristeza en su voz y la vio en sus

    ojos. Sonri, an cuando senta dolor en su corazn por los recuerdos, agradecido de que

    Matt fuese un lobo tan amable.

    -Al final pudo descansar. Y no es que halla dejado de amar la pintura. Deca que al igual que

    la luna en el cielo vuelve a llenarse cada noche, el corazn de un artista siempre est lleno

    de ideas e ilusiones, que volvern a l para tomar vida... Mira, sta fue su ltima creacin-

    dijo sacando con orgullo el pequeo cuadro de su bolso, para extenderlo hacia el lobo por

    sobre la barra. ste lo tom, mirndolo con atencin.

  • -Es un bonito cuadro. Y ste es un azul poco comn.

    -Es ail. Mi padre lo haca con ptalos de flor de aciano- sinti que sus ojos se empaaban y

    los escondi, volviendo a beber del t. Su dulzor le calm un poco la tristeza.

    A Matt le gust el cuadro, un bonito paisaje marino, aunque l no saba nada de pintura.

    Pero lo que ms le gust fueron las palabras del chico, su voz, el cario con el que hablaba

    de su padre y sus ojos, que ahora poda ver con la luz del local, de un color miel brillante,

    empapados de sentimientos. Crea que los vampiros eran todos arrogantes y altaneros, pero

    Maikel era todo dulzura. Bueno, normal, con esos enormes ojos de cachorro. Lo vio

    agarrarse de pronto al tazn de t con fuerza y tambalearse un poco. Sali de la barra

    preocupado y le sostuvo casi al momento justo antes de que se cayera del taburete.

    -Ests bien?

    -Solo... solo estoy un poco cansado...- le dijo su voz dbilmente, los ojos entrecerrados por

    un instante y le pareci que estaba ms exhausto de lo que deca. Adems de que no tena ni

    un rastro de color en su piel, los labios blancos.

    -En serio? Ests plido- su corazn dio un salto preocupado al verle sonrer dbilmente.

    -Bueno, soy un vampiro. No somos precisamente de piel bronceada- sus palabras le hicieron

    sonrer. Le ayud a bajarse del taburete y le sostuvo con firmeza contra s.

    -Al menos no has perdido el sentido del humor. Ven, subamos para que duermas un poco-

    intent acercarle a la escalera que llevaba al piso superior, pero el chico se resisti un poco.

    Matt le vio mirarle con esos grande ojos suyos, llenos de preocupacin.

    -Puedo ir al bosque...

    -Ni hablar. Ests agotado. Has estado caminando cuatro das. Nadie merece una cama ms

    que t- le asegur, sintiendo el latido intenso de su corazn en el estmago. Haca mucho

    que no dejaba a nadie subir...- Bueno, tendrs que conformarte con el sof, pero te aseguro

    que es cmodo...

    -Eres muy amable. No s como agradecrtelo, Matt.

    -Se me ocurren un par de ideas- se le escap a su lbido, atajndola de inmediato. El pobre

    chico estaba agotado! No poda ser como ese seor De Ville que se haba aprovechado de su

    padre... l era mejor que eso- Bueno, puedes ayudarme maana en la cocina. Odio fregar.

    -Claro. Yo ayudaba siempre que poda en la mansin, aunque solan regaarme por romper

    cosas. Pero tendr cuidado! Lo prometo- Matt sonri al ver su gesto espantado. As que no

  • solo era torpe al ponerse de pie...

    Le gui hasta la escalera, ayudndole a subir. Entraron en la amplia habitacin y le sent en

    el sof. Era grande y cmodo, lo usaba a veces para leer. La cama estaba ms all junto a la

    ventana, una cama doble y confortable que haba conocido el fuego del amor varios meses

    antes... Matt tosi incmodo, al sentir el estremecimiento en su vientre al pensarlo y ver los

    ojos del chico fijos en l en ese mismo momento.

    -Qutate los zapatos. Ir por unas cuantas mantas y tus cosas abajo.

    -Oh, el cuadro- le record su voz preocupada. Matt sonri.

    -Tranquilo, lo traer tambin.

    -Gracias, Matt.

    El tono afectuoso en su voz al decir su nombre, hizo a su lobo retorcerse de gusto en su

    interior.

    -Ahora vengo- sali a prisa de all, intentando disimular su conmocin Qu tena ese

    vampiro para hacerlo sentir as?

    -Es un buen chico, es de sentimientos limpios y huele bien- le dijo su lobo, que hasta ese

    momento haba permanecido en silencio. Matt sola charlar con l cuando se senta solo-

    Hay que protegerle.

    -Ha venido al baile a buscar pareja. No es asunto nuestro.

    -Podramos ser su pareja. Sera asunto nuestro.

    -No. No quiero los con vampiros- a su mente volvi la imagen de sus ojos grandes y su

    hermosa sonrisa- No, no. Nada de vampiros. Quiero mi sangre dentro de mi cuerpo. Dnde

    pertenece.

    -Me agrada. Huele a bosque.

    Era intil discutir con l, sobre todo porque Matt saba que no ganara. A l tambin le

    agradaba. Subi el bolso y el cuadro, cogiendo mantas del armario del pasillo. Al entrar en

    la habitacin, lo primero que vio fue un pie blanco marfil asomando por el borde del sof.

    Sonri, acercndose para ver al chico dormido, con el otro zapato a medio sacar. Dej el

    bolso en el suelo a su lado y le acomod con cuidado, librndole del zapato y estirando las

    mantas sobre l. Apenas se movi. Sac una almohada de la cama y la puso bajo su cabeza.

    Al tocar su pelo, la suavidad de sus rizos hizo que sus dedos se quedaran atrapados all,

    acaricindole un rato, su lobo susurrndole al odo que le protegiera.

  • Esa madrugada se levant con ms nimos, an cuando la falta de sangre le estaba pasando

    factura. Saba que en algn momento tendra que atacar algn cuello peludo de algn pobre

    animal del bosque, pero resistira todo lo que pudiese. Adems, no poda fallarle a Matt.

    Haba sido amable con l, an cuando era un vampiro desconocido salido de la nada. Baj

    con cuidado las escaleras y entr en la cocina. Vio las cosas apiladas en el fregadero y

    comenz a limpiarlas. Se senta contento de poder serle til antes de marcharse. Volvera al

    bosque y buscara el camino hacia la carretera. Con suerte, quizs hallara otro grupo de

    vampiros que le diesen cobijo y alimento, aunque en realidad lo que quera era pintar. S, tal

    vez se quedara para siempre en los bosques pintando, hasta que la muerte por falta de

    sangre le hiciera sucumbir. Al menos de ese modo no tendra que humillarse ante nadie, y

    podra estar de nuevo con su padre. Haba un cielo para los vampiros, eso le haba dicho l

    siempre, as que volveran a encontrarse. Solo lamentaba no poder volver a ver a Matt. Era

    un buen lobo.

    Se despert de golpe, cuando su lobo le dijo que el vampiro ya no estaba. Sali de la cama

    de un salto y baj las escaleras inquieto. El aire volvi a sus pulmones cuando le vio en la

    cocina, fregando cacharros.

    -Qu haces a estas horas?

    -Lo... lo siento... cre que podra ser til- vio sus ojos temblar, enormes de miedo cuando se

    aproxim a l. Se detuvo y dio un suspiro.

    -Tranquilo, no voy a hacerte dao- era la segunda vez que se lo deca, pero le pona de los

    nervios verle tan asustado- Lo pregunto porque son apenas las 6. Y anoche nos acostamos a

    las 2. Solo has dormido 4 horas.

    -Oh, los vampiros necesitamos de 4 a 5 hora en promedio para dormir, aunque lo hacemos al

    medio da cuando el sol est en lo ms alto... Yo en lo personal prefiero una pequea siesta

    nocturna que me de margen para soportar mejor la luz del da y as poder observar las cosas

    que no se ven por la noche, porque hay mucho que ver y no quiero perdrmelo...

    All iba su parloteo de nuevo. Matt lo tom como una seal para acercarse a l.

    -Deja eso y vuelve a la cama. Adems, si sigues igual de plido, tendr que llevarte al

    bosque a comer- dijo mirando su rostro preocupado, en el que se marcaban claramente las

    ojeras, la piel algo ms acartonada que la noche anterior y esos finos labios de apenas un

    rosa apagado... Su corazn dio un salto, al ver el pesar en sus ojos.

  • -Oh, no. No por favor! Estoy bien, en serio. Lo superar. S que parezco dbil, pero soy un

    vampiro fuerte. No necesito sangre... no an. Por favor, no me hagas matar a nada peludo-

    suplic y casi pudo ver lgrimas en sus ojos. Los vampiros lloraban? Bueno, coman, as

    que era claro que posean otros fluidos.

    -Nunca he conocido a un vampiro que se niegue a comer- dijo a medias preocupado y

    divertido por sus palabras, poniendo una mano sobre su mejilla blanca y tan fra, que casi le

    quem los dedos- Pero necesitas alimentarte, Maikel. Lo necesitas para vivir.

    -Estar bien- le dijo con voz suave y ojos que de pronto se oscurecieron en lo que Matt

    identific como deseo, pero fue breve, pues Maikel se apart de su contacto. El lobo se

    quej, deseando volver a tocar su fra piel- No necesito sangre, estar bien.

    -Por cunto tiempo? Cunto puede sobrevivir un vampiro sin beber?- intent buscar sus

    ojos, pero el chico se haba vuelto al fregadero y esquiv su mirada.

    -Estar bien.

    -Maikel, mrame- insisti, tirando de su brazo y volvindole hacia l. Se qued mudo al ver

    la pena y la resolucin en su mirada- Maikel...

    -Gracias por cuidar de m. Regresar al bosque cuando acabe con esto. No te preocupes,

    estar bien.

    Sus palabras hicieron a su corazn latir de prisa adolorido, el lobo aullando dentro de l.

    -Qu piensas hacer? Quedarte en el bosque para siempre?- sinti su pulso temblar al verle

    arriscar los hombros y la furia apoderarse de l cuando le dio una vez ms la espalda- No

    queras encontrar una pareja en la fiesta?

    -Nadie me querra de todos modos. No soy bueno para nada, ms que para hacer el ridculo-

    le oy decir y el lobo ara dentro de l, provocndole un sordo dolor.

    -Eso no es cierto. Mrame, Maikel- volvi a cogerle del brazo y sta vez no se resisti, pero

    su mirada se mantuvo baja- Crees que a tu padre le gustara orte hablar as? Crees que es

    justo que te rindas ahora? Lo dejaste todo atrs por una razn... Crees que est bien?

    -Pero qu puedo hacer, Matt? Dime, quin me querra si no tengo nada que ofrecer. Solo

    se... fregar a medias, cuando no estoy rompiendo cosas, y pensando en pintar cuando

    debera centrarme en lo que realmente importa- protest adolorido. Matt le solt y sostuvo

    su rostro entre las manos, mirando sus ojos cercanos que temblaban con tanta tristeza que

    traspasaron su corazn.

    -Pero eres un pintor. Es lo que eres. Vampiro o no, si quieres pintar es lo que debes hacer.

  • No te niegues ese derecho, ahora que lo has conseguido. Eres libre. Debes perseguir tu

    sueo, no rendirte...

    -Pero yo... No quiero matar a un ser vivo para vivir. No es justo- murmur y las lgrimas

    que se juntaron en sus ojos se derramaron por entre sus dedos. Matt crey que seran fras,

    pero eran clidas. Eran lgrimas que quizs provenan de su propio corazn.

    -Protgele. T puedes hacerlo. Hazlo- orden su lobo y ya no tuvo dudas. Se acerc a la

    mesa y sac un cuchillo del aparador. Le vio mirarle con horror, cuando se hizo un corte en

    la mueca.

    -Matt!

    -Dame un vaso, rpido, antes de que la herida se cierre.

    -Pero... pero...

    -Vamos, Maikel. A prisa- le urgi y a pesar de su conmocin, el chico le alarg uno de los

    que haba limpiado. Matt dej la sangre caer all y lami la herida para cerrarla del todo-

    Toma, bebe. No es lo mismo que morder, pero te mantendr con fuerzas... eso espero- dijo

    alargndole el vaso. Maikel le mir, con lgrimas an cayendo por sus ojos- Vamos, que se

    enfra- le urgi otra vez. El chico tom el vaso con dedos temblorosos y lo acerc a su boca,

    bebindose en contenido con lentitud, casi con reverencia. Matt se encontr resistiendo la

    ereccin que hizo presa de l, al ver el sensual movimiento de su cuello al tragar y el

    hermoso sonrojo que hizo presa de su piel antes plida, dndole un aire luminoso y lujurioso

    a la vez, con los ojos hmedos y los labios hinchados- Creo... creo que ha funcionado- dijo

    en un intento por romper el hipntico silencio en el que le haba sumido su contemplacin.

    Vio a Maikel dar un paso hacia l y su cuerpo enloqueci de deseo, al sentir el suave calor

    que irradiaba de su presencia. Todo eso era producto de su sangre? Vaya, s lo hubiera

    sabido antes...

    -Gracias, Matt. No sabes lo mucho que significa para m. No s como agradecrtelo.

    -De rodillas y con tu boca en el lugar correcto- le dict su lbido y su lobo le dio un

    mordisco para que recobrara la compostura.

    -Es nuestro, es nuestro. Pareja...

    -No- dijo en alto, deteniendo el frenes del lobo. Vio a Maikel fruncir el ceo confundido-

    Digo, que no hay nada que agradecer. Adems, necesito un poco de ayuda aqu. No ha sido

    gratis.

    -Oh, Matt. Eso significa que puedo quedarme?- se dio cuenta de lo que haba dicho cuando

  • oy su voz ilusionada, y abri la boca para retractarse, pero el brillo de sus ojos le detuvo.

    -No puedo pagarte un salario...

    -No importa! No necesito mucho, solo algo de comer y un sitio donde dormir. Por favor,

    deja que me quede, al menos por unos das. Ser til. Lo prometo!- Y como prueba de sus

    palabras, el vaso que sostena en su mano sali volando en ese instante y choc contra el

    muro, hacindose aicos. Ambos se quedaron atnitos mirando los restos- Lo... lo siento...-

    comenz a decir con voz llorosa, pero Matt no pudo orle, ahogado por las carcajadas. El

    lobo dentro de l salt feliz como un cachorro.

    Despus de limpiar y tomar un buen desayuno que Matt prepar para ambos, no haba

    mucho ms que hacer. Maikel an estaba atnito porque el lobo le hubiera dado su sangre,

    evitndole tener que cometer un asesinato y dejndole quedarse junto a l. Si tuviera el

    poder, caminara sobre las nubes en ese momento. Se ech a temblar de anhelo y felicidad

    cuando le vio acercarse a l.

    -Estaba pensando en dar un paseo por el bosque. Bueno, ya s que te has pasado all la

    mayor parte de estos das, pero hay un sitio al que mi padre sola llevarnos en el verano a

    nadar, y pens que te gustara verlo.

    -Oh, s, s. Me encantara, Matt. Vamos all!- dijo entusiasmado y le vio sonrer con ganas.

    Matt tena una sonrisa y una risa hermosa, abierta y franca que le haca sentir muy a salvo.

    La gente en la mansin rara vez se rea con tanta libertad. Bueno, a costa de su torpeza s

    que se rean, al igual que Matt, pero era con burla, mientras que el lobo pareca de verdad

    contento. Le sigui hasta la puerta, y frunci la mirada ante la luz del sol.

    -Olvid que a los vampiros les hace dao el sol en los ojos- oy su voz preocupada,

    guindole de vuelta al interior. Maikel los restreg con fuerza.

    -Yo s puedo soportar el sol, aunque tengo que esperar un poco para acostumbrarme a la

    intensidad de la luz. Y protegerme la piel del contacto directo. Ah, y dormir al medio da.

    Eso es algo que no puedo evitar. Mi cuerpo se desactiva solo por 4 o 5 horas.

    -Las del sueo promedio y eso- dijo, y le admir que lo recordara.

    -S, as es. En ese tiempo nuestro cuerpo se repara. Supongo que para los ms guapos

    significa algo as como una siesta de belleza- brome. Matt le mir con una sonrisa.

    -Bueno, si an quieres salir me llevar la almohada- respondi a su vez, guindole un ojo-

    Para hacer ms cmoda tu siesta de belleza.

  • -Yo estar bien en cualquier rincn donde no me de la luz. La verdad es que me gustara

    mucho conocer el sitio donde tu padre te llevaba. Si no es problema para ti, que de pronto

    caiga dormido...

    -Ninguno. Vamos. Espera, tmate unos minutos para acostumbrarte- pidi, abriendo la

    puerta sin dejarle salir, sostenindole con cuidado del brazo. Maikel se sinti contento al

    saber que quera cuidarle. Eso le haca sentir feliz, como cuando su padre estaba vivo.

    -Mi padre tambin soportaba bien la luz del sol, sabes? Deca que era porque su vampiro

    quera pintar.

    -Tu padre era un buen artista. Me encantara ver como pinta su hijo- sus palabras le

    sorprendieron, mirndole fijamente durante un momento. Los ojos de Matt tenan un claro

    color azul, igual que el cielo de una tarde de verano. Era un color muy hermoso- Ests bien

    ya?

    -S, ya puedo ver.

    -Vamos. Espera!- volvi a detenerle antes de cruzar la puerta y le vio sacarse la chaqueta

    para echrsela encima, protegindole del contacto directo con el sol- Luego buscaremos un

    camino a la sombra de los rboles.

    -De acuerdo, Matt.

    Echaron a andar por el sendero, perdindose en medio del bosque, dejando el pueblo atrs.

    Maikel estaba encantado. Caminar por el bosque en compaa era mucho mejor que hacerlo

    solo. Adems la sangre que Matt le haba dado le haca sentirse mucho ms fuerte y

    recuperado; haba sido deliciosa, lo ms delicioso que nunca haba probado, pues como

    vampiro de baja clase no tena derecho a beber directamente de un donante, sino de bolsas

    de plasma que haban sido almacenadas. l nunca se haba quejado, pues le mantenan con

    fuerzas, y cuando era pequeo su padre le haba dejado beber de l. Pero la sangre de Matt

    era dulce y especiada, con un fuerte sabor a vida que se haba transmitido por todo su

    cuerpo, despertando los sentidos en su piel. Los colores que ahora vea entre el bosque, el

    calor del sol que se filtraba por su ropa, los olores de la naturaleza, parecan ms vivos y

    ms despiertos que nunca. Todo gracias a su sangre. Le mir caminar a su lado, su rostro

    sereno, su andar confiado y tranquilo, y se sinti completamente a salvo. Otros vampiros, y

    otros lobos que haba podido atisbar a su llegada al pueblo, le causaban miedo. Matt era el

    nico que senta no le hara dao. Y podra quedarse a su lado un par de das ms.

    Mir la senda por donde caminaban, protegida del sol por la alta cpula de rboles que se

  • entrelazaban sobre sus cabezas. El canto de los pjaros acompaaba sus pasos y el viento

    que sacuda las ramas, con su lenguaje de silbidos les saludaba. Era un paraje tranquilo y

    hermoso. Pronto sus odos de vampiro le trajeron el rumor del agua. Mir a Matt, quin

    sonri, apuntndole a un lado. Tras pasar unos altos matorrales, Maikel vio el agua de la

    laguna, resplandeciente con la luz de la media maana. Sus ojos se abrieron inmensos

    contemplando la plcida belleza del lugar, las aguas movindose suavemente con la brisa,

    los juncos de la orilla balancendose en una dulce danza, los insectos jugando con sus

    sombras en la cristalina superficie.

    -Oh, Matt Es tan hermoso!- no pudo evitar exclamar. Vio la sonrisa de orgullo del lobo.

    -Mi padre nos traa aqu cada verano de pequeos, y con mi hermano seguamos viniendo de

    mayores a pescar. Bueno, no hay peces, pero nos gustaba estar aqu. Despus de su muerte y

    la boda de Marcus, no he venido mucho.

    -Es un buen lugar para conservar los buenos momentos. Me gustara mucho pintarlo-

    admiti, disfrutando el juego de luz y agua a su vista, el verde de las hojas, el dorado de las

    hierbas bajas y las flores, el azul cristalino del agua. Todo era un caleidoscopio de colores

    tan bellos que sinti una profunda reverencia. Cuando mir a Matt, ste le miraba con una

    extraa luz en sus ojos, entre clida y llena de aoranza. Maikel sinti ganas de apretarse

    fuerte contra l y absorber todo el calor de su cuerpo, empapndose de su esencia vital.

    Haca mucho que se senta solo, abandonado en un mundo que le pareca fro y sin forma

    entre las paredes de la gran mansin, lejos de la luz y el calor que haba conocido junto a su

    padre en la pequea buhardilla, donde haba despertado con sus ojos de vampiro. Eran

    pobres, pero se tenan el uno al otro, y el mundo les perteneca para ser contemplado y

    alabado por el color de sus pinceles. Muchas veces haban recolectado hierbas del campo

    para hacer pintura, y mendigado viejas sbanas donde poder pintar. Su padre se haba

    alimentado de ratas, pjaros y otros animales callejeros para darle de beber, y aunque no

    siempre era suficiente, y Maikel recordaba haber pasado hambre muchos das, estaban

    juntos y la risa de su padre nunca faltaba entre las estrechas paredes. Sinti la pena oprimir

    su pecho de pronto. Ahora estaba solo y haba dejado las paredes de su encierro atrs con la

    gran mansin. El mundo era otra vez suyo, pero deseaba tener alguien con quin

    compartirlo Querra Matt compartirlo con l?

    -Vamos a sentarnos aqu un momento- oy su voz y vio que apuntaba a un grupo de rboles

    no lejos. Le sigui hasta all y se sent a su lado. Se quedaron all un rato sin decir nada,

  • contemplando la tranquilidad del lago. Sinti de pronto el peso del sueo entrar en su

    cuerpo, que anunciaba la llegada del medio da.

    -Matt- dijo y casi sonri al ver los atentos y bellos ojos azules que le miraron- Lo siento,

    pero creo que necesito dormir un poco.

    -Claro. Adelante. Quiero decir, ya es la hora. Tmbate y descansa.

    -Gracias- dijo mirando la hierba y buscando el mejor lugar para no estar expuesto al sol. Sus

    ojos encontraron el hueco tibio de su regazo y contempl la idea de pedir que le dejara

    dormir all Sera muy atrevido si se lo pidiera? No saba si Matt tena a alguien en su vida

    que compartiera su espacio vital, pero crey que no, ya que viva solo en el bar. Se encontr

    con sus ojos y enrojeci sin querer.

    -Qu ocurre?- pregunt al verle inquieto. El vampiro sacudi la cabeza, an ruborizado,

    apartando la mirada de la suya. Matt se pregunt si sera algn ritual de vampiros antes de

    dormir, que no quera que viese.

    -Me preguntaba si... Bueno, s que no nos conocemos de nada, pero...- le vio morderse los

    labios y su estmago dio un salto de ganas mal contenidas. Por qu el maldito tena que ser

    tan sexy? Despus de beber su sangre, bueno incluso antes de ello, los gestos y las cosas que

    haca, le hacan desear echrsele encima de pronto y marcarlo como suyo. Supuso que

    mucho era culpa del lobo en su interior. Pero no poda estar del todo seguro...

    -Qu pasa Maikel?- pregunt alzando una ceja y atajando al lobo, antes de que ste dijera

    algo que no quera or .Vio que el rubor en su rostro aumentaba y se mordi por dentro.

    -Puedo dormir cerca de ti? Me... me sentira mucho ms a salvo... Puedo? Por favor- dijo el

    chico casi sin aliento, dndole esa mirada con ojos de cachorro perdido de la que no poda

    escapar. Demonios...

    -Claro- dijo, disimulando su conmocin y los saltitos de felicidad que daba el lobo dentro de

    su pecho. Maikel sonri dulcemente, y casi dio un salto de sorpresa al sentirle acomodarse

    en su regazo. Y el chico pareca tan inocente... Pero el gesto no le molest, y se descubri

    acomodando el peso de su cabeza sobre sus piernas, disfrutando de su cercana. Incluso

    puso la chaqueta encima de l para que no le llegara nada de sol. En pocos minutos vio que

    se quedaba absolutamente quieto, ni siquiera pareca respirar.

    -Maikel?- pregunt preocupado, pasando una mano por su mejilla hacia su nariz para ver si

    respiraba. Su piel era suave aunque fra, y not una muy leve respiracin que calm su

  • inquietud. Se qued contemplndolo. Nunca haba visto a un vampiro dormir, bueno, nunca

    haba visto a un vampiro tan de cerca que si bajaba el rostro podra besar esos suaves labios

    rosas...- Hey, no te pases. Ya sabes que no quiero problemas en mi vida. Y un chupador de

    sangre, no es precisamente lo que se llamara un compaero ideal...

    -Compaero, s, s- corrobor el lobo. Matt rod los ojos.

    -No oyes nada de lo que te digo.

    -A tomado nuestra sangre. Nos pertenece. Debemos cuidar de l. Es nuestro.

    -No. Qu haya tomado de mi... nuestra sangre, no lo hace nada nuestro...

    -Hay que protegerlo. Nos pertenece.

    Testarudo lobo. Pero al mirar el rostro dormido en su regazo, Matt tuvo una extraa

    sensacin de calma y familiaridad. Era increble que solo le conociera de la noche anterior,

    pareca como si llevasen juntos mucho tiempo. El vampiro era dulce y sincero, aunque un

    poco torpe, pero de alguna forma extraa le pareca encantador. Suspir. Qu iba a hacer

    ahora? Porque una vez que a su lobo se le meta algo en la cabeza...

    Unas cuantas horas despus se despert, estirndose con cuidado para no mover a su

    vampiro. Se haba quedado dormido con la espalda apoyada contra el rbol, acunado por la

    dulce paz del lago y por algo ms que intuyo vena del chico. Quizs los vampiros incitaban

    al sueo con el suyo, pero encontr que no poda resistirse a echar una cabezadita al ver su

    pacfico rostro dormido. Los recuerdos de su padre vinieron a l, su sonrisa junto al lago, su

    voz, su acogedora presencia siempre que le necesitaba, siempre paciente. Le echaba mucho

    de menos. Vio que el chico en su regazo se mova con suavidad y sonri sin querer. Quin le

    iba a decir que un da dormira junto a un vampiro en su laguna? Su padre sin duda hubiera

    echado un par de buenas carcajadas y le hubiera dicho que adelante, que las diferencias no

    importaban, si lo esencial estaba all.... Espera, Esencial? Qu era eso de lo esencial?

    -Matt- oy su voz, en un susurro ronco por el sueo que le pareci perturbadoramente sexy.

    Adems de su sonrisa. Casi lament la perdida del peso de su cabeza sobre sus piernas. El

    chico se sacudi los rizos y le dio una suave sonrisa.

    -Has dormido bien?- pregunt para disimular los latidos irregulares de su corazn.

    -S. Muchas gracias. Espero no haber sido una molestia- se disculp y Matt se hall

    deseando tirarle sobre la hierba, hacindole cosas que...

    -No. No ha sido nada. Por qu no caminamos un poco?- se puso de pie sin esperar su

    respuesta. Maikel se puso de pie a su lado. Anduvieron un rato por la orilla del lago y Matt

  • revivi con ms fuerza la presencia de su padre. Eran poco despus de las cinco y el sol

    brillaba con tonos dorados sobre el agua. Pronto tendran que regresar al bar para preparar

    las faenas del da- Tienes hambre, Maikel? Regresaremos dentro de un rato y comeremos

    algo- se volvi a mirarle, pero no le vio. Frunci el ceo preocupado, mirando el agua. Se

    habra tropezado y cado? Pero no haba escuchado salpicar agua. Mir hacia el camino

    entre los rboles- Maikel? Dnde ests?- llam inquieto, el lobo urgindole a buscarlo.

    -Matt! Ven, Mira lo que he encontrado!- oy su voz en un claro no lejos. Corri hasta all

    preocupado y le vio agachado a los pies de un rbol, junto a unas flores de hermoso color

    azul. Vio la alegra y la ilusin en sus ojos- Son flores de aciano!!- exclam con una enorme

    sonrisa. Matt se acerc, mirndolas interesado.

    -Las del cuadro de tu padre.

    -S. Es una seal. Estoy seguro de que desea que vuelva a pintar- le asegur su voz, y los

    ojos que le miraron tenan un dulce brillo de aoranza. Vio que sus dedos largos y plidos

    acariciaban los ptalos de las flores.

    -Bien, entonces A qu esperas? Coge las que necesites y nos las llevaremos.

    -Pero... no tengo pinceles, ni lienzo... Aunque puedo comprar algo de papel y usar mechones

    de mi pelo para pintar- le oy decir, cogindose un corto rizo y tironendolo como para

    sacarlo en ese mismo momento. Matt sonri.

    -Tranquilo. Tengo algn material en el bar. Algunas cosas que dej mi sobrino la ltima vez

    que estuvo, ya sabes pintura, pinceles y papel. No es mucho, pero puedes utilizarlo- minti.

    Vio sus ojos abrirse otra vez enormes y la hermosa sonrisa florecer en su rostro. Dios, le

    encantaba su sonrisa. El lobo le dio su aprobacin.

    -Oh, Matt. Muchas, muchas gracias!

    -No es nada. Vamos, no te quedes all. Coge tus flores y vamos a comer algo.

    -S- le vio coger con cuidado unas pocas de ellas y hacer un pequeo ramillete.

    -Crees que sern suficientes?

    -El tinte de la flor de aciano es muy intenso. Adems, no quiero llevarlas todas. Tienen

    derecho a crecer al sol- dijo de esa manera tan suya, que le hizo recordar a como se haba

    puesto ante la sola idea de tener que matar a un animal para seguir con vida. Quin dira que

    iba a conocer a un vampiro amigo de la vida natural? Lo prximo que sabra de l, sera que

    se unira los grupos rescatistas de animales o estara por all protestando por sus derechos.

    La idea le hizo sonrer.

  • Regresaron con el sol de la tarde dorando las copas de los rboles por sobre sus cabezas.

    Haba ms actividad en el pueblo que esa maana y Matt salud a varios de sus amigos al

    verles, una vez que salieron del bosque por otro camino ms cerca de las calles. Volvi el

    rostro, viendo el compungido gesto del vampiro, casi hundindose en la chaqueta para

    esconderse cuando alguien pasaba cerca, pegndose a l levemente en busca de proteccin.

    Eso le hizo sonrer. Su vampiro era tmido. Pero bueno, era normal, l tampoco estara muy

    tranquilo si estuviera en una calle llena de chupasangres.

    -Vamos- le tom del brazo y le mantuvo cerca de s mientras se acercaban al bar. Not que

    le segua dcil y ms tranquilo. Era un buen chico. Y casi no notaba ya la diferencia de

    altura con la suya. Nada ms entrar en la cocina, le vio buscar un cuenco para poner las

    flores y sentarse a la mesa para empezar a quitarles los ptalos. Se vea que el artista en l

    estaba vido por pintar- Voy a prepararnos algo de comer.

    -Oh, djame ayudarte- intent ponindose de pie, pero Matt le detuvo con un gesto.

    -T ocpate de lo tuyo. Qu necesitas para hacer la pintura?

    -Solo un poco de aceite, y un pao para prensar las flores- Matt le alarg ambas cosas y

    disfrut al ver de nuevo aquella sonrisa luminosa. Se volvi hacia la cocina y prepar algo

    rpido en una cazuela, dejndole al fuego. Se acerc a la puerta, mientras le vea

    concentrado en su tarea.

    -Vuelvo en un minuto.

    -De acuerdo. Ten cuidado afuera- le pidi mirando sus ojos preocupado. Matt sonri. S,

    tendra cuidado de los lobos malos que tanto le asustaban, aunque l fuera uno de ellos.

    Sali a la calle y se dirigui a comprar los materiales para hacer feliz a su vampiro.

    Maikel prens los ptalos de las flores y vio el hermoso color que se destilaba. Le traa

    tantos recuerdos! El aceite era de cocina y el prensado bastante rstico, pero no le import.

    Iba a volver a pintar, a traer a la vida los colores que tanto haba amado su padre. El solo

    pensamiento enviaba escalofros por su piel. Vio a Matt regresar y alargarle una caja de

    pinceles, una paleta de acuarelas y un block grande de hojas blancas para pintar. Se qued

    atnito.

    -Pero, esto es de tu sobrino? Parece material profesional- dijo mirando los artculos.

    -Qu puedo decir. A su padre le gusta consentirle- La mentira era obvia, ya que todo estaba

    nuevo, y no tena marcas de dedos pequeos y llenos de pintura. Su gesto le emocion.

  • -Gracias, Matt. No sabes lo mucho que significa para m todo esto- y lo deca de corazn,

    pues nadie hara tanto por un desconocido. Y menos un vampiro, siendo como se supona

    eran enemigos naturales, con tregua o sin ella.

    -Djate de tonteras. Venga, vamos a comer antes de que se enfre- le exhort y Maikel se

    encontr sonriendo feliz, emocionado al ver su gesto tan generoso y falto de pretensin. Era

    tan diferente a las cosas que haba odo en la mansin! Que los lobos eran seres salvajes y

    primitivos, sin una onza de bondad en ellos. Bueno, l no lo crea, pero orlo decir todos los

    das, lo haca difcil de evitar pensar a veces...

    -Yo creo que eres genial. Un lobo genial- le dijo con orgullo, y le vio alzar una ceja

    divertida.

    -Gracias. S que lo soy. Modestia aparte- brome y eso le hizo rer. Se senta feliz de poder

    estar a su lado, de haberle conocido. No se senta una nulidad a su lado, como lo haba

    sentido tantas veces en la mansin. Llev los platos a la mesa, con cuidado de no dejar caer

    nada y se sent a esperarle para comer. Comieron en silencio y Maikel hizo su decisin.

    Pintara algo para l, algo hermoso, que fuera un bello recuerdo para que no le olvidara

    cuando sus caminos se separaran. La sola idea le dola de una manera que no haba sentido

    desde la muerte de su padre, pero era un hecho que tendra que enfrentar. Por mucho que lo

    deseara, no podra estar por siempre a su lado. Matt se mereca encontrar a una buena loba

    entre su gente, con quin tener lobitos y ser feliz. l tena su pintura y siempre podra

    encontrar un sitio en el bosque donde vivir. Aunque la idea de tener que morder a algn

    animal para sobrevivir no le seduca nada.

    -No te ha gustado?- pregunt inquieto, al verle hacer una mueca mirando el plato. El chico

    neg con fuerza.

    -Est delicioso, Matt. Lo siento, solo pensaba en otra cosa.

    -En qu?- consult curioso y le vio ruborizarse.

    -Cuellos peludos- sus palabras casi le hicieron atragantarse de una carcajada.

    -Necesitas ms sangre?

    -No, no... estaba pensando en el futuro. No necesito ms sangre. Y muchas gracias por

    darme un poco de la tuya. Ha sido genial... bueno, t eres genial, pero el hecho de

    compartirla conmigo ha sido genial y muy generoso, aunque no nos conocemos de nada y

    yo...

  • -Vale, vale, tranquilo. Respira. Te vas a ahogar si hablas tanto sin parar- le aleccion. Al

    parecer, empezaba a parlotear como un poseso cuando se pona nervioso. Le vio tomar una

    profunda respiracin para calmarse.

    -Solo quera agradecerte. La sangre que me diste me valdr por un tiempo.

    -Por cunto?

    -Algunos das- respondi sin ms aclaraciones, volviendo a comer. Matt frunci el ceo. Y

    luego qu?

    -Y despus qu, piensas morder animales en el bosque?- no pudo evitar preguntar y le vio

    hacer un gesto de asco, que casi le arranca una sonrisa. Le vio arriscar los hombros,

    hundiendo la mirada en el plato.

    -Ya me las arreglar.

    -No. Es nuestro. Solo beber de nosotros- protest el lobo. Matt apret el puo, mirndole

    intensamente.

    -Bueno, cre que venas a buscar una pareja en el baile. Te piensas rendir entonces?-

    consult y su corazn empez a latir irregularmente. Maikel volvi a arriscar los hombros.

    -No lo s. No creo que nadie me quiera a su lado- dijo casi en un murmullo.

    -Es nuestro!- volvi a insistir el lobo y Matt le orden callar.

    -No lo sabrs si no lo intentas- insisti a su vez, clavando la mirada en los ojos de tono miel

    que se suspendieron de los suyos. Le vio sonrer con timidez.

    -Tal vez... Tienes razn. No pierdo nada. Lo peor que pueden decirme es no- admiti por

    fin.

    -Lo ves? Seguro que encontrars a alguien bueno para ti- dijo y un puo de dolor sordo

    golpe su pecho. Alguien, alguien ms?... Oy al lobo gruir en protesta. Pero, hey! Maikel

    era un buen chico, mereca encontrar una vida mejor. l no tena mucho que ofrecer

    tampoco.

    -T has sido bueno conmigo- le oy decir, y la luz dulce en sus ojos le dej mudo por un

    momento.

    -Bueno, eres fcil de tratar. Y nada pomposo, como otros vampiros que he visto- dijo,

    apartando un poco la mirada, algo sonrojado sin saber porqu. Vio sus ojos abrirse con

    sorpresa.

    -Has conocido a otros vampiros?

    -Los das de la fiesta. Algunos pasaron por aqu. Pens que todos erais unos engredos,

  • siempre a la moda y mirando a todo el mundo por encima del hombro.

    -Oh, esos solo son los vampiros de alta clase. Son de la nobleza y creen que nadie es mejor

    que ellos- le sorprendi el tono resentido de su voz y la amargura en su gesto. Pareca que

    no le haban tratado muy bien en ese lugar. Bueno, ya le haba contado lo de su padre, pero

    no imagin que le haban maltratado tambin. Eso le hizo enfadar.

    -Hey, no creo que ninguno de ellos tenga tus dotes de pintor. Seguro que carecen de todo

    talento- dijo, seguro de que nadie podra competir contra el pincel de su vampiro... Suyo...

    Su lobo dio su gruido de aprobacin. Le vio sonrer con timidez.

    -An no has visto ninguna de mis pinturas. Espera primero a verlas- advirti y volvi a

    comer de su plato. Matt neg con la cabeza. Estaba seguro de que su vampiro tena mucho

    talento, lo vea en sus ojos, en sus manos. Viva y respiraba de su arte.

    Cuando acabaron de comer, no dej que le ayudase, alentndolo a subir a la habitacin para

    acabar con su destilado de flores y empezar a usar los materiales. Le vio subir contento, y

    not que la sonrisa no abandonaba su cara mientras regresaba al bar, para aprestarlo a la

    llegada de su clientela habitual. Haca cunto no se senta tan contento? Quin iba a decirle

    que tener bajo su techo a un vampiro pintor le iba a hacer tan feliz.

    La jornada de trabajo transcurri normal, con pocos incidentes, bueno nunca pasaba nada

    fuera de lo comn, pero Matt se encontr ansioso de regresar a sus habitaciones. Supuso que

    solo era curiosidad por ver lo que Maikel haca, ya que no haba asomado ni la punta de la

    nariz desde que haba subido. Pens en llevarle algo de comer, pero entre una cosa y otra no

    haba podido. Por fin, cuando cerr el local, subi con rapidez cargando el plato de

    bocadillos que haba preparado para l. Al entrar en la habitacin, el olor de la pintura llen

    su nariz. Le vio de pie frente a una silla que haba improvisado como atril, dando toques

    sobre una hoja con el pincel, su camiseta y manos llenas de manchitas coloridas. Haba

    varias hojas repartidas por all, estratgicamente colocadas para que se secaran.

    -Oh, hola Matt. Quieres que baje a ayudarte?- le salud, dndole una sonrisa clida que le

    lleg al corazn.

    -No. He cerrado ya.

    -Has... has cerrado? Pero, qu hora es?- consult sorprendido. Sus palabras le hicieron

    sonrer.

    -Casi la una. Hoy ha estado tranquilo, as que he cerrado antes- le vio mascullar

    sorprendido.

  • -Lo siento... me he... perdido un poco...- se disculp. Matt se acerc y le estir el plato de

    bocadillos, que tom con dedos manchados. Eso le hizo sonrer an ms.

    -No pasa nada. Y como te dije, ha estado tranquilo. Has estado pintando todo el tiempo?

    Puedo verlos?- pidi, acercndose a una de las hojas en el suelo. La imagen de una ventana

    abierta, con un puente de piedra cubierto de enredaderas con flores llen su retina. Pareca

    tan real, an cuando los colores se difuminaban a la distancia, como si estuviesen envueltos

    por la niebla- Vaya. Es... muy bonito- no supo que ms decir. Alz los ojos y vio la sonrisa

    tmida y el sonrojo del vampiro- Tienes mucho talento, Maikel.

    -Son solo cosas que recuerdo de mi niez. La ventana por la que miraba la ciudad en la

    boardilla donde vivamos, el olor de la madreselva en primavera. Todos son recuerdos de

    aquella poca feliz.

    -Es muy hermoso. Es un bello recuerdo- dijo sin soltar el que tena en su mano, mirando

    otros de calles empedradas que suban, de campos abiertos y dorados por la hierba, de

    pjaros aferrados a cuerdas con ropa tendida. Pero extraamente, ninguno de formas

    humanas. Pens que querra pintar a su padre. Se acerc donde estaba la hoja sobre la silla,

    pero el cuerpo del vampiro se interpuso en su camino.

    -An no est listo- dijo con ojos muy abiertos, casi con pnico y Matt se detuvo.

    -Podr verlo cuando acabes?- pidi, y un deseo impaciente por verlo le llen de improviso.

    Maikel tena mucho talento, y no solo en la mezcla de sus colores y dibujos, sino en lo

    mucho que estos expresaban y transmitan. Era como mirar en lo profundo de su corazn.

    Su lobo estaba sin palabras, y l mismo estaba mudo y absorto en su contemplacin. Le vio

    sonrer otra vez con timidez y apartar los ojos de los suyos.

    -Es... es algo que quiero a darle a mi pareja. Quiero que sienta que vale la pena tenerme a su

    lado- dijo de una forma que le hizo estremecer, primero de tristeza y luego de enojo.

    -Sera un idiota s no te valorara. Eres un gran artista, Maikel. No lo dudes nunca- dijo con

    fuerza y su propio tono le sorprendi. El lobo aull en su interior, rabioso.

    -Mo, mo. l es mo!

    -Gracias- oy su voz y vio su sonrisa agradecida.

    -Voy a acabar abajo. Ordena y lmpiate un poco, antes de irnos a dormir- dijo, intentando

    que ese extrao pesar que le coma por dentro no se notara.

    -Lo har Puedo ayudarte abajo?

    -No, no hace falta- dijo antes de salir por la puerta y bajar la escalera con prisa.

  • Maikel suspir, mirando la hoja sobre la silla, lamentando la mentira. Guard las cosas y la

    dej a buen recaudo para que se secara, limpiando las manchas que haban cado en el suelo

    y lavndose en el bao. Cuando Matt subi otra vez, ya estaba en el sof cubierto por sus

    mantas. Le sonri, oyndole ponerse el piyama y meterse a la cama.

    -Qu duermas bien, Maikel- le despidi su voz, apagando la luz.

    -T tambin, Matt.

    -Buenas noches.

    -Buenas noches- y cerr los ojos en la oscuridad, dejndose acunar por la profunda

    respiracin del lobo que le haba acogido y protegido, salvndole de s mismo y de la

    soledad, evocando el calor del cuerpo que le haba acunado aquella tarde frente al lago,

    antes de que el sueo le venciera.

    Al amanecer se levant, mirando un instante la sombra de su cuerpo dormido en la cama,

    aorando como antes su calor. Baj en silencio la escalera, dispuesto a ser de utilidad, ya

    que se haba pasado toda la tarde pintando, olvidado de que estaba all para ayudar a Matt

    con su negocio. Al menos por unos das, hasta que encontrara una pareja... Si la encontraba.

    En ello estaba perdida su mente, cuando al abrir la puerta de la cocina vio una enorme figura

    apoyada contra el muro. El desconocido le mir y Maikel not la larga melena oscura que

    cubra la cabeza grande, de duras facciones masculinas, el ancho pecho, los musculosos

    brazos y las enormes manos que sostenan unos papeles. Cunto medira? Dos metros?

    -Quin eres t?- pregunt el gigante, dando un paso hacia l y el pnico se desat en su

    interior.

    -Ma...

    -Ma?

    -MAAAATT!!!- grit con toda la fuerza de sus pulmones.

    Matt abri los ojos de golpe, la respiracin acelerada en su pecho.

    -Nuestro cachorro est en peligro!- rugi el lobo dentro de su pecho y un gruido sordo

    escap de su boca. Salt fuera de la cama, las piernas musculosas cubiertas de vello y los

    brazos convertidos en garras, los colmillos abrindose paso en sus mandbulas modificadas.

    Su media transformacin era su poder. Poda dejar salir en su cuerpo de hombre las partes

    del lobo que necesitaba para luchar. La mayora de hombres lobo o eran humanos, o eran

  • lobos, su transformacin era siempre completa de un lado u otro. l tambin poda, pero su

    poder consista en manejar la transformacin a su antojo. Y ello implicaba una conexin

    constante con su parte animal. Se deca que este poder estaba solo permitido a los alfas de

    las manadas, pero para l siempre haba sido algo natural. Aunque la posicin de alfa no le

    seduca para nada. Era demasiado esfuerzo y poca diversin. El lobo en l le prest la

    velocidad y la fuerza, y se dej caer de un salto por la escalera al suelo del bar, dndole una

    buena patada a la puerta, para entrar con un rugido poderoso en la cocina. De inmediato el

    vampiro se ocult a su espalda y se apret con fuerza contra l. Matt rugi al intruso en

    amenaza.

    -Vaya entrada, hermanito. Si te levantas as todas las maanas, nos quedaremos sin local-

    escuch. El lobo se detuvo en seco.

    -Marcus- rugi con voz rasposa.

    -Sip. Buenos das t tambin- dijo acercndose a la puerta, que se haba quedado colgando

    inerte de un solo gozne- Esto tendr que salir de tu salario.

    -Qu haces aqu?- gru, mientras la transformacin retroceda. Sinti a su espalda el calor

    cercano y los temblores del vampiro. Sus brazos le rodeaban la cintura, apretndole con

    fuerza y el latido de su corazn martilleaba en su espalda. Pas las manos sobre su piel para

    estrecharle ms contra s, infundindole calor para tranquilizarle- Es un poco temprano, no

    crees?- rega, ya con su voz normal, y le vio alzar una ceja curioso.

    -Vena por las facturas, para revisarlas antes de llevar a Vitor al dentista. Est cambiando los

    caninos.

    -Vaya. Eso debe doler- dijo recordando cuando cambi los suyos. Sinti en su cuello el

    aliento de Maikel. Volvi un poco el rostro y se encontr con su mirada cercana llena de

    preguntas- Tranquilo, es solo mi hermano. Es un tipo grande, pero inofensivo.

    -Her... hermano?- balbuce, y de pronto pareci recordar. Matt sinti como soltaba el agarre

    de su cintura un poco- Hermano.

    -S. Se encarga de la parte administrativa del bar. Todo lo aburrido.

    -Gracias. Y tu amigo es?- pregunt mirndole y Matt sinti que hunda en rostro en su

    cuello.

    -Maikel. Es un vampiro del sur que vena a la fiesta de la tregua.

    -Pero, la fiesta ya termin- dijo su hermano alzando una ceja. Matt arrisc los hombros.

    Not que el vampiro pareca an asustado, sin querer separarse de l, buscando su

  • proteccin. Y not que sus manos no haban dejado de apretarle tambin contra s. Su lobo

    no quera dejarle ir.

    -Ven, no hay peligro- dijo haciendo un esfuerzo supremo y separndose de l. Vio la mirada

    desolada en sus ojos, que le caus un salto en el corazn y la consecuente protesta de su

    lobo, pero no poda ceder a su debilidad. Tom la mano del vampiro y se acerc a su

    hermano. Como antes, Maikel le sigui dcilmente- Mira l es Marcus. Marcus, ste es

    Maikel.

    -Hola, Maikel. Siento que nos hallamos conocido as, pero es un placer- dijo estirando una

    mano cordial, que el vampiro tom y apret tambin.

    -Buenos das. Igualmente... Y... yo tambin lo siento- balbuce nervioso. Matt casi sonri,

    entrelazando con fuerza sus dedos con los del vampiro para darle apoyo.

    -Tranquilo, solo fue un mal entendido. Vamos a desayunar- sugiri mirando a Marcus, quin

    asinti. Llev al chico hasta la mesa y le sent all, acercndose luego a la cocina- Huevos

    con jamn?

    -S, gracias. La verdad es que Matt es un excelente cocinero- le asegur al chico, quin

    asinti con sonrisa tmida.

    -A ver que dice Missi cuando te oiga- brome Matt, poniendo la sartn al fuego y cascando

    los huevos. Puso otra solo para huevos, ya que Maikel no coma carne. Cuando volvi un

    poco la vista, vio que ste le miraba, al parecer menos nervioso, pero con ojos que le pedan

    no le abandonase- Por qu no pones los platos en la mesa?- le pidi, y sonri al verle

    levantarse de inmediato para acercarse a la alacena. Eso le ayudara a ponerse menos

    nervioso. No saba porque el chico era tan tmido cuando haba ms gente al rededor.

    Marcus se qued en la mesa, echndole un vistazo a las facturas. De reojo vio al tembloroso

    y plido vampiro que haba encontrado esa maana en su cocina, moverse con cuidado y

    casi grcilmente mientras pona los platos y cubiertos en la mesa. Tuvo buen cuidado de no

    moverse cuando pas a su lado, ya que not su nerviosismo, y se sorprendi al ver la sonrisa

    florecer en su rostro cuando recibi alguna palabra de su hermano. Pareca un cachorrito

    atento a las rdenes de su amo, feliz de complacer. La idea le pareci divertida. Matt

    siempre haba sido muy independiente, antisocial a su manera, ya que le gustaba que las

    cosas se hicieran como l quera o lo dejaba y se marchaba. Se pareca mucho al carcter de

    su padre. Y le sorprendi lo dulcemente que trataba al vampiro, casi con el cuidado que

  • tendra con un amante, aunque no le haba conocido ninguna relacin que durara ms de una

    semana. Vio los ojos del vampiro, enormes e inocentes, asustados cuando not que clavaba

    la mirada en l, retrocediendo un par de pasos sin querer. No se pareca en nada a los

    vampiros que haba visto la semana de la fiesta, seguros e incluso un tanto arrogantes.

    Aunque haba odo que no eran malos tipos cuando se los conoca. ste pareca un ratoncillo

    aterrorizado antes las zarpas de un gato. Eso le hizo sonrer. Not que se calm en cuanto su

    hermano se sent a la mesa con ellos, poniendo su silla ms cerca de la suya.

    -Y entonces, Maik Venas a buscar pareja en la fiesta?- le pregunt luego de zamparse una

    buena cucharada de huevos con jamn, deliciosos como siempre. Mmh, la receta familiar. El

    vampiro se atragant, tosiendo mientras Matt le daba palmaditas en la espalda.

    -Yo... solo... quera... pintar- consigui decir a medias.

    -Maikel tiene mucho talento. Es un gran pintor. Trabajaba en la mansin de... no me acuerdo

    el nombre. Pero bueno, atraves todo el bosque para venir a la fiesta- dijo su hermano con

    orgullo, acariciando su espalda. Sonri al ver al vampiro enrojecer.

    -Lstima que llegaras un poco tarde. Pero eso se puede arreglar. Hay un par de bellas lobas

    solteras que podra presentarte- dijo con toda intensin, viendo el gesto de su hermano

    endurecerse, aunque no dijo nada. Esto se pona divertido.

    -Yo, no... Gracias, pero las mujeres no me... yo no...- comenz a balbucear otra vez, pasando

    del rojo al carmes. Marcus arrisc los hombros.

    -Prefieres un lobo? No hay problema. Conozco a varios sin pareja, que podran estar

    interesados. La mayora estaban enamorados de mi hermano, pero ya se han curado-

    molest hacindole un guio, pero Matt y el chico se miraban estupefactos.

    -Te gustan los machos?

    -Te atraen los hombres?- se preguntaron al mismo tiempo. Marcus mir de uno al otro al

    verles echarse a rer, alzando una ceja curioso.

    -Pens que te gustaban las chicas.

    -Y yo a ti las lobas- respondi su hermano, sin dejar de sonrerle. Marcus dio una tosecilla

    para hacerse notar.

    -Entonces, Qu te parece si esta tarde me traigo algunos amigos al bar y as les conoces?

    Quizs pueda surgir algo ms- dijo guindole el ojo esta vez al vampiro, que se ruboriz

    suavemente.

    -No estara mal. Pero promet ayudar a Matt en el bar- dijo bajando la mirada y con sonrisa

  • tmida. Marcus mir a su hermano y le vio apretar tanto las mandbulas que los huesos se

    marcaron en su rostro.

    -No creo que eso sea un problema, verdad hermanito? Un vampiro tan lindo y talentoso no

    debera estar soltero, no crees? Seguro que esta noche encuentra al lobo de su destino- dijo

    con toda intensin, viendo la mirada asesina que le lanz Matt. Siempre tan igual... Mir el

    reloj en su mueca- Mejor me voy. Missi me est esperando con Vitor.

    -Gracias por venir- oy a su hermano mascullar de una forma que le dijo senta totalmente

    lo contrario.

    -Esta tarde vendr a traerte tu novio!- asegur al vampiro antes de escapar por la puerta,

    rindose con ganas en el exterior.

    Matt mir a Maikel, quien se haba quedado en sonrojado silencio sentado a la mesa. El

    lobo gru y refunfu en protesta. Apret los puos para mantener la cordura. Ese

    Marcus... Por qu tena que meterse donde no le llamaban?

    -Maldita sea- mascull, raspando la sartn y dejndola caer dentro del fregadero con fuerza.

    Se volvi al or la exclamacin ahogada del vampiro, viendo sus ojos abiertos con miedo-

    Lo siento, se me ha escapado de las manos.

    -No importa. A m me pasaba todo el tiempo en la mansin- dijo con una suave sonrisa

    comprensiva. Matt se pas la mano por la cara. Esa sonrisa, todas ellas, todas sus

    expresiones... - Tu... tu hermano es muy agradable- le oy decir. Le mir y vio sus ojos

    mirarle preocupados. El color en ellos cambiaba con la luz, como un bote de miel en la

    ventana. Eran hermosos...

    -Mos. No son de nadie ms, solo mos- reclam el lobo herido. Matt suspir. Cuntas ms

    locuras le quedaban por hacer? Nunca se haba sentido tan perdido, y al mismo tiempo tan...

    tan vivo...

    -Bueno. Veremos lo que pase esta tarde- pens y vio su ceo fruncirse, dndose cuenta de

    que lo haba dicho en voz alta- Quiero decir... De qu estbamos hablando?

    -De que tu hermano es agradable.

    -Bueno, tiene sus momentos. No es un mal tipo- admiti acercndose al fregadero para lavar

    la sartn, cuando sinti el calor de su presencia a su espalda. Su cuerpo explot de

    sensaciones, recordando los brazos en su cintura, el latido de su corazn contra su piel, el

    aliento en su cuello.

  • -Es muy amable de buscar a alguien para m. Quizs, quizs esta tarde pueda conocer a

    alguien especial.

    -No... no! Mo! Es mo!- grit su lobo, arandole desesperado.

    -Djale ir. Es lo mejor. Qu haramos con un vampiro en nuestras vidas?- le detuvo Matt,

    pero su dolor tambin le hiri. Se qued en silencio mientras limpiaban, dejando a Maikel

    terminar de lavar mientras l suba a cambiarse y bajaba para limpiar el bar.

    Despus de acabar, Matt le propuso dar una vuelta. Evit el camino principal, sabiendo lo

    nervioso que le pona la presencia de otros lobos, y le llev otra vez por la senda del bosque

    hacia el lago. Al menos all se senta ms en paz. Cuando lleg la hora de su sueo

    vamprico, Maikel se recost a su lado, ya no en su regazo como antes, y si bien lament

    que no lo hiciera, no dijo nada al respecto. Mejor acostumbrarse antes de que se marchara.

    Oy claro el aullido de su lobo, dicindole que no le dejara partir de su lado. Se qued

    mirando su rostro largamente, tratando de grabar en su retina su imagen. Sus dedos

    acariciaron los castaos rizos del dormido vampiro, disfrutando de su suavidad. Baj por sus

    ojos, tocando sus pestaas, sus prpados, el puente de su nariz, sus labios. Lanz un suspiro,

    soltndole y apartndose para ponerse de pie y acercarse a la laguna.

    -Qu quieres que haga con un vampiro? Adems, le gusta pintar y yo de pintura no s nada.

    Adems... adems...

    Se le acababan las razones. Qu ms razones haba para no tenerle a su lado? La nica y la

    ms poderosa de todas. Perderle, como haba perdido a su padre, a su hermano, an cuando

    ste segua cerca. No quera estar solo de nuevo, pero saba que todos acababan al final

    dejndole, marchndose a hacer sus vidas y no tena ganas de volver a tener que lamerse las

    heridas, solo y abandonado. Era mejor si pona sus fuerzas en lo nico que vala la pena, que

    estaba all y all estara hasta el final: su negocio. Se volvi y el dolor aguijone su pecho

    cuando mir al vampiro dormido en la hierba. Era un lobo solitario, haba decidido serlo,

    pero en el fondo, muy en el fondo, an quera encontrar a alguien especial.

    Maikel despert y pens que se haba quedado solo. Se alz de un salto y mir alrededor

    presa del pnico. Matt le haba abandonado? Busc con la mirada y no le vio. Aquella

    maana se haba llevado un susto de muerte, Quizs estaba enojado con l por asustarse de

    su hermano? Sus ojos se llenaron de sbitas lgrimas.

    -Hey, ya te has despertado. Qu pasa?- oy su voz preocupada, girndose para verle de pie

  • a su espalda.

    -Matt!- solloz, acercndose a l.

    -Qu pasa? Has tenido un mal sueo? Te ha picado un bicho mientras dormas?- consult

    con voz inquieta, mirndole alarmado. Maikel se sec las lgrimas y sorbi. Siempre haba

    sido un vampiro muy llorn.

    -Pens.. cre que te habas marchado. Qu estaras enojado conmigo por lo de esta maana-

    admiti. Cuando le mir, le vio sonrer con ganas.

    -No seas bobo. Por qu iba a enojarme? Mi hermano es un buen tipo, pero creme, si no

    fuera mi hermano, tambin me dara miedo su aspecto- sus palabras le hicieron sonrer.

    Sinti una mano clida tocar su mejilla, secando las lgrimas- Mi padre tambin era un

    hombre grande. Yo soy el nico que ha heredado el fsico de nuestra madre. Pero no te

    engaes. Soy mucho ms peligroso que Marcus.

    -Yo creo que eres genial- asegur, mirndole con orgullo. Matt tena un pelo oscuro y

    espeso, una piel de suave tinte dorado en la que resaltaban muy bien sus ojos azules. Era

    masculino y hermoso. Maikel dese tener a mano papel y lpiz para dibujarle- Me gustara

    pintarte- se le escap decir y se sonroj al ver su mirada sorprendida.

    -Pens que no pintabas retratos. Quiero decir, ayer todo lo que pintaste fueron paisajes. Cre

    que haras el retrato de tu padre- sus palabras despertaron el sentimiento en l. Baj la

    mirada, dando un suspiro profundo que sinti le desgarraba el alma.

    -No puedo pintar a mi padre... An... duele demasiado- admiti, ms para s mismo que

    para l. Oy la suave exclamacin de Matt.

    -Lo siento. Lo siento mucho Maikel, no quera...

    -No, est bien. Es solo que an no he superado su prdida.

    -Bueno, es normal. La verdad es que no s si es algo que pueda superarse. Yo tambin

    extrao al mo. Yo no pinto, pero bueno, tengo su local- sus palabras le dijeron que intentaba

    consolarle. Sonri pensando en su propio dolor, en las razones y pensamientos que llevaba

    tanto tiempo escondidos en su corazn.

    -A veces creo que es una maldicin ser un vampiro- admiti y vio su ceo fruncirse.

    Regres al rbol frente al que haba dormido y se sent. Matt se sent junto a l.

    -Por qu dices eso? No te gusta ser vampiro por lo de tener que morder animales?

    -No. No me gusta saber que an tengo un largo tiempo por vivir. Antes no me importaba,

    porque mi padre estaba conmigo. El mundo tena el brillo y el color que sus ojos me

  • mostraban. Estaba vivo porque l lo estaba. Pero ahora... todo es tan oscuro y tan sombro-

    admiti y sus ojos se llenaron de lgrimas, evocando el pasado- Cre que estaba prisionero

    en la mansin, que sus paredes me tenan atrapado en su gris oscuridad, en su soledad, por

    eso quera escapar. Pero no sirvi de nada... el pozo, el vaco sigue aqu- dijo apretando la

    mano sobre su corazn- El mundo es bello y luminoso, mis ojos lo pueden ver... Pero no me

    hace feliz. No puedo ser feliz Matt, Por qu ya no puedo ser feliz?- consult con

    desesperacin, mirando los ojos que le observaban tan cerca, tan preocupados- Quiero ver el

    mundo como l me lo mostr, como lo senta cuando estaba a su lado, pero no puedo... he

    perdido la luz. Estoy ciego. En un mundo lleno de belleza, yo estoy ciego y camino entre las

    sombras- logr decir antes de que los sollozos cortaran su voz. Sinti los brazos de Matt

    rodearle y el calor de su cuerpo apretarse al suyo.

    -No ests ciego. Solo dolido. Es tu pena la que habla. Ayer, cuando mir tus pinturas pude

    verte de verdad, la luz que desprendes, el amor en tus recuerdos. Eso no es obra de un

    hombre ciego.

    -Yo no quiero vivir en este mundo, Matt. Ya no quiero vivir ms- solloz contra l y sinti

    como le apretaba con ms fuerza. Se sostuvo de l y dej que la pena que lo inundaba desde

    haca tanto fluyera de l. Qu ms poda hacer? Cuntas noches oscuras haba pasado

    mirando la luna, solitario desde su ventana, aorando el pasado que no volvera, el calor del

    amor que ya no estaba a su lado. Si la vida era esto, soledad y sombras, ya no quera vivir.

    Matt le sostuvo contra l y le dej llorar, sintiendo el estremecimiento en su pecho. La tarde

    caa ya, pero no le import. El dolor de Maikel era real, tan real y profundo como el suyo

    propio. No saba si podra encontrar palabras para aliviarle, pero deseaba estar all,

    sostenerle con fuerza para que no cayera. Lo necesitaba, porque l mismo tambin

    tambaleaba. Cuando su llanto se calm, acarici su pelo con suavidad.

    -Maikel, no digas que no quieres vivir. An hay mucho que no has visto, personas que no

    has conocido. Y eres valiente, dime, Quin cruzara todo un bosque durante cuatro das para

    llegar hasta aqu? Y tienes la pintura. No crees que tu padre estara orgulloso de saber lo

    mucho que te has esforzado y lo bien que empleas tu talento? No te rindas, no dejes de

    luchar an. Vers que vale la pena- le asegur, mirando los ojos hmedos que se alzaron

    para mirarle, escondido an en su pecho.

    -No soy valiente. Solo soy un vampiro torpe y desesperado- sus palabras le hicieron sonrer.

  • -Vale, un poco torpe y algo desesperado. Pero tener valor no significa no tener miedo. Es

    cuando a pesar de tu miedo lo intentas, y no te rindes por el camino- le asegur. Maikel le

    mir, volviendo a apretarse contra su pecho.

    -Los lobos me dan miedo. Quera conocerles, pero cuando les vi esa noche en el pueblo, me

    dieron mucho miedo.

    -En serio?

    -Por eso estaba sentado fuera del bar. Estaba decidiendo si marcharme de regreso al bosque

    o no. Pero tena un poco de fro y por eso me qued cerca de la luz- sus palabras le

    sorprendieron. Si hubiese tardado solo un poco ms en salir, nunca se hubieran conocido,

    nunca habran compartido risas y lgrimas, nunca le habra tenido entre sus brazos.

    Maikel alz el rostro y vio la preocupacin en su cara. Mir el reloj en su mueca. Eran casi

    las 6, le haba hecho perder un buen par de horas, Qu egosta de su parte! Pero su calor era

    tan cercano y confortador que no haba podido evitarlo. Se separ de l de mala gana y se

    puso de pie, estirando una mano en su direccin. Matt le mir confuso.

    -Tenemos que regresar.

    -Maikel...

    -Agradezco tu inters, Matt, pero no deseo hablar ms ahora. Podemos hacerlo luego?- le

    pidi. Su mano apret la suya y disfrut de su calor cuando se puso de pie, y le solt con

    suavidad.

    -Est bien. Vamos de regreso. Tampoco hemos comido y debes tener hambre- dijo

    preocupado. Sus palabras afectuosas, sus gestos siempre tan atentos, los extraara... Trat

    de darle una sonrisa tranquilizadora.

    -Estoy bien- vio que frunca el ceo, pero no dijo nada. Tomaron el camino de regreso y

    mientras Matt estaba en la cocina, Maikel subi a la habitacin. Sac la hoja ya seca de su

    escondite y la puso sobre su almohada, mirndola. No, no tena porque perderle, quizs si

    luchaba con todas sus fuerzas, si se agarraba a su esperanza, pero... No tena nada ms que

    darle Aceptara Matt lo poco que poda ofrecerle? Apret su corazn con la mano, el latido

    intenso y adolorido.

    -Por favor... deja que me quede a tu lado...

    Comieron en silencio, Matt mirndole preocupado al verle picotear apenas la comida.

  • Entenda su pena, el dolor de la prdida, pero le asustaban sus palabras; no quera vivir... Y

    si cometa una locura? Al menos ya no haba sol, as que no haba riesgo de que quisiera

    rostizarse como un pavo, pero...

    -Qu pasa, no sabe bien?- consult preocupado y vio sus ojos alzarse hacia l, an con ese

    velo de tristeza que le rompa el corazn.

    -No, est muy bien. Es... solo estoy un poco nervioso, por lo de esta tarde- sus palabras le

    recordaron la amenaza de su hermano. Maldita sea! Era el peor de los momentos. Y si

    Maikel se enganchaba a una de esas sanguijuelas lobunas? Bueno, al menos as olvidara la

    idea de morir, pero... Su lobo protest con energa y por una vez le dio la razn. Mierda, no

    quera admitirlo, pero quera al vampiro para s, lo necesitaba. Y Maikel no estara con nadie

    mejor cuidado que con l.

    -Eso es. Es nuestro. Le cuidaremos- aprob el lobo.

    -No tienes que ponerte nervioso, Maikel. Eres muy guapo y dulce, y talentoso. Y cualquier

    lobo estara orgulloso de tenerte a su lado- asegur mirando sus ojos y le vio sonrojarse

    levemente. Su lobo aprob sus palabras, incitndole a continuar preparando el terreno- Si yo

    estuviera en su lugar, estara dando saltos de felicidad...

    -Gracias- dijo con una de sus hermosas sonrisas, que le dej mudo y fascinado por un

    momento, hasta que el lobo le urgi a continuar. Sinti que el corazn le lata en la boca,

    nervioso por primera vez. Nunca se haba declarado antes.

    -La verdad es que... Si t quieres, yo podra.. Ya sabes, t y yo... Aqu en el bar... Quiero

    decir, que puedes quedarte todo lo que quieras en el bar- intent, fallando miserablemente y

    oyendo gruir a su lobo en reproche.

    -Oh, Matt, me encanta es