“¿Cómo el pensamiento científico nos ayuda a una buena toma de decisiones?". DELIA HDEZ....
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2014
Presenta: DELIA HERNÁNDEZ
MIRANDA
“PENSAMIENTO CIENTÍFICO”
Titular: Dr. Carlos Gershenson
García
23/03/2014
“¿Cómo el pensamiento científico -aplicado a lo cotidiano de la
vida diaria- puede generar una toma de decisiones más
pertinente, adecuada y contextualizada a los tiempos actuales
contribuyendo a conformar una sociedad más culta, propositiva
e informada?... ” (Ensayo)
(Ensayo)
“¿Cómo el Pensamiento Científico -aplicado en lo cotidiano de la vida diaria- puede generar una toma de decisiones más pertinente, adecuada y contextualizada a los tiempos actuales contribuyendo a conformar una sociedad más culta, propositiva e informada?...”
Presenta:
Delia Hernández Miranda
• I. Introducción
“Las decisiones se toman con más criterio,
si se tiene suficiente conocimiento científico”
(J. I. Pérez Iglesias)1
Uno de los misterios más fascinantes que puede existir en nuestro entorno, es el descifrar los
impresionantes retos que nuestro hermoso planeta y la vida en general, presentan -y han
experimentado- no únicamente en los últimos siglos, sino desde los principios de la
humanidad misma, donde día con día, interpretar, reinterpretar y asumir nuevas posturas y
percepciones del mundo y del universo al que pertenecemos, se han vuelto parte del cotidiano
de nuestros días.
Al paso del tiempo, la consabida y consecuente evolución en todo sentido, nos arrojó
incuantificable acumulación de información –en un principio- y de percepciones particulares
o grupales (posteriormente), lo que condujo a un proceso de organización de las cosas e ideas
percibidas, en una serie de principios o de pensamientos que no perseguían otra cosa más que
intentar explicar el mundo y sus fenómenos hasta ese momento, incomprensibles.
Sin embargo, todo lo anterior no hubiese sido posible sin la presencia de la Ciencia, esto es, del
Pensamiento Científico, en absolutamente todos los ámbitos de nuestra existencia. En el real
cotidiano de la vida, podemos decir que ciertamente, todo cuanto existe, se suscita, acontece o
se evidencia, es producto de la ciencia; de esta manera, en este escrito conceptos como
verdad, métodos científicos, paradigmas, los límites de la ciencia, propagación de las
ideas, ética y toma de decisiones, son parte de lo que se incluye y se pretende presentar; no
obstante, lo que interesa destacar es, de qué manera el Pensamiento Científico aplicado a
nuestra vida cotidiana nos conlleva a la reflexión obligada: ¿La generación del Pensamiento
Científico aplicado en una adecuada toma de decisiones, nos puede ayudar a tener una
1 Entrevista realizada a Juan Ignacio Pérez Iglesias para el OEI y la Red Iberoamericana de
Comunicación y Divulgación Científica. Consultada en línea el 21 de marzo de 2014 desde:
http://www.oei.es/divulgacioncientifica/?J-I-Perez-Iglesias-Las-decisiones
mejor calidad de vida no únicamente en lo personal o familiar, sino en lo grupal o como
sociedad misma?
¿El Pensamiento Científico realmente nos puede permitir aspirar a conformar un mundo
mucho mejor basado en la convivencia de sociedades más propositivas e informadas y
por ende, más anhelantes de vivir y coexistir tomando buenas decisiones para todos?
Dar respuesta a estas interrogantes, es el punto nodal de este escrito.
• II. Sociedades más cultas y críticas: ¿anhelo materializable o simple ideal
humano?
“Queremos impulsarla irrupción del Pensamiento Científico
en la Cultura Popular”
Fundación Eduardo Punset 2
Las sociedades del siglo XXI, requieren en la actualidad de ciudadanos con un perfil definido
de personas con una mayor capacidad de adaptación al medio o contexto, una habilidad
funcional para la resolución de problemas y, principalmente, con una gran capacidad de toma
de decisiones reflexiva, consciente, ética y congruente con los valores universales que todos
debemos asumir y practicar. Los países y las sociedades, también se ven en la imperiosa
necesidad de que los grupos sociales se permeen de lo que se denomina “Cultura Científica”3
en todos los actos y situaciones vivenciales que se produzcan o se realicen, no importando el
contexto sociocultural, político, ideológico e incluso, religioso o idiosincrático. Para todo ello,
la irrupción del Pensamiento Científico (como bien dice Eduard Punset4) es necesaria en la
cultura popular, en el habla cotidiana de las personas, en los juegos de los niños y jóvenes y en
los hogares y escuelas de todos para poder ir acendrando en ellos, que nuestra maravillosa
vida y sus significaciones, deben siempre estar basadas en una buena toma de decisiones
2 Fundación Eduardo Punset. Tres ejes temáticos principales de la Misión de la Fundación Eduardo
Punset, consulta en línea el 21 de marzo de 2014 desde
http://www.fundacionpunset.org/la_fundacion.html 3 Vamos a entender por “Cultura Científica” todo aquello que, en la definición de Leonardo Vaccarezza
nos remite a “…( )…comprensión de la dinámica social de la ciencia, de manera que se tejen, en una
interrelación entre productores de conocimientos científicos y otros grupos sociales, todos ellos como
partícipes del devenir de la cultura, produciendo significados cuyos orígenes y justificaciones provienen
desde distintas prácticas, intereses, códigos normativos y relaciones de poder, entendiéndose como un
devenir continuo.” (Vaccarezza: 2008:110). Consultado el línea el 21 de marzo de 2014 desde:
http://www.razonypalabra.org.mx/N/n65/actual/aferrer_gleon.html 4 En algunos textos, espacios en la web, la “Fundación Punset” y el programa “REDES” por citar algunos,
el pensador y divulgador científico Eduard Punset es nombrado como Eduardo Punset (como es el
caso de su fundación). Para los efectos del presente escrito, Eduard Punset y Eduardo Punset, son la
referencia a la misma gran persona del divulgador científico y filósofo español.
realizada en base a la aplicación de ese pensamiento científico en todas las cosas que
hacemos, que vemos, que respiramos y hasta soñamos.
Tan necesario se está haciendo el que las sociedades, para ser más críticas, analíticas y justas y
poder –de esta forma- estar en condiciones societales de exigir mejores gobiernos y servicios
por parte de las administraciones públicas en cuestión, que universidades como la Universidad
del País Vasco (UPV/EHU) han inaugurado la “Cátedra de Cultura Científica”5 teniendo como
finalidad el contribuir a que la sociedad en su conjunto, se acerque a la ciencia y vincule ese
conocimiento científico a una toma de decisiones más consciente y reflexiva para asuntos de
gobierno, vida y democracia. Y en realidad, esta postura parece ser una muy buena idea: lo
que países como los nuestros requieren, es que al colectivo social se le doten de herramientas
intelectuales, culturales y sociales, que le permitan salir del marasmo societal que hace que
los jóvenes sigan modas, tendencias o adicciones absurdas, donde el contagio social en las
redes que se entretejen en las relaciones e interacciones humanas, haga que se privilegie el
criterio de unos como norma generalizada (y absoluta, que es lo peor) para todos.
La propagación de ideas basadas en la aplicación del pensamiento científico en las cosas
usuales y cotidianas de nuestra vida, nos permitirá una mejor percepción de todo cuanto nos
rodea, haciendo posible el que, por consecuencia, las decisiones que se tomen, puedan ser las
que mejor convengan tanto al uso de la verdad, del contexto, de la lengua y de todo cuanto nos
permita intentar conformar un mejor espacio de vida y de realización tanto personal como
social.
Acorde a todo lo anterior, si el pensamiento científico permea todos, absolutamente todos los
ámbitos de nuestra existencia, evidentemente nuestras sociedades, serán sociedades mucho
más informadas y mejor aún, más cultas, analíticas, exigentes, críticas pero, principalmente,
más justas y más humanas.
Cuestión preponderante –en lo personal- es que también se enfatice la valiosa e ineludible
importancia de una simbiosis aún, no concientizada: el binomio CIENCIA/CULTURA.
¿Por qué se destaca el comentario anterior?
Durante la evolución del ser humano, el hombre (desde la infinidad de aristas con que lo
queramos revisar o analizar) ha evidenciado que uno de los más grandes obstáculos para una
mejor comprensión del mundo o su desarrollo mismo como ser biopsicosocial, es el miedo
ante lo desconocido, el temor también ante lo que no se sabe o no se quiere conocer: en otras
palabras, el enfrentamiento del mundo y sus misterios tomando decisiones en base a la
ignorancia.
5 “Cátedra de Cultura Científica” de la Universidad del País Vasco, Campus Gipuzkoa, inaugurada el 10 de
septiembre de 2013 con la finalidad de contribuir a conformar sociedades más informadas en base a la
implementación de la Cultura Científica como parte inherente de los conocimientos generales de los
ciudadanos. Para mayor información, consultar en línea desde la siguiente dirección:
http://culturacientifica.com/catedra-de-cultura-cientifica/
Hablar de ignorancia cuando lo que interesa destacar es la implementación del pensamiento
científico en nuestras vidas como un elemento inherente a las mismas, no resulta
incongruente sino todo lo contrario. Cuando la ignorancia hace acto de presencia –destacando
el contexto de pensamiento científico que deseamos hacer permear- es cuando entonces,
también aparecen las pseudociencias y demás cuestiones alternativas que ofrecen
“explicaciones y solución a problemas” que aparentemente, la ciencia como tal, no ha sido
capaz de resolver o de clarificar satisfaciendo esa necesaria significación de comprensibilidad
del hombre hacia lo que no comprende o no tiene acceso a ello6.
Y esto es más bien, una no verdad generalizada, ya que mucho se hace uso en el campo de
actividades como las artes adivinatorias o incluso, de la salud, psicológicas o hasta de
desarrollo humano. El por qué la lectura de las cartas o del tarot –por ejemplo- son recursos
tan demandados por cierto sector de la población, obedece concretamente, a la falta de
conocimiento científico aplicado a lo cotidiano; luego entonces, por la necesaria e implícita
satisfacción a sus interrogantes, acuden a este tipo de actividades, asumiendo que, de forma
mágica o hasta milagrosa, la respuesta que tanto buscan finalmente ha sido satisfecha. Lo
mismo sucede en la Política e incluso, la Publicidad y Mercadotecnia; todo lo anterior, se
puede evidenciar en cualquier discurso publicitario, al allegarse de este tipo de herramientas
de lenguaje (y de cultura o de falta de cultura en general) tanto en promesas de campaña7 de
políticos o candidatos a puestos de elección popular como publicidad diseñada y realizada
para la comercialización de productos y/o servicios aprovechando la brecha entre
conocimiento y cultura que existe en prácticamente, gran sector de la población de las
sociedades de países como los nuestros.
Por tanto, hablar de la importancia del binomio CIENCIA/CULTURA en los tiempos actuales y
en grupos sociales de diversa índole o naturaleza como los que conforman las sociedades a las
que pertenecemos, es vital para hacer penetrar no únicamente el pensamiento científico en
todos los planos de la vida del hombre, sino también para vincular a la cultura misma como la
suma de todo cuanto es creado por el hombre para beneficio colectivo y que por ende, sirve
para explicar y entender de mejor manera, el mundo que nos rodea obteniendo con todo ello,
la tan anhelada cultura científica que permita una mejor toma de decisiones en lo individual
pero también en lo colectivo, con la anhelada pretensión de poder conformar, a futuro no muy
6 Como parte vital del curso (y en concordancia con todo lo visto y revisado), en el rubro de
“Pseudociencia”, se considera sumamente interesante el que, en España, ya se haya hecho voz pública en
contextos políticos de una postura en contra de las pseudociencias que ofrecen “remedios efectivos y
eficaces” –a la par de increíbles y hasta milagrosos (recordar “productos milagro”)- contrastando con lo
que, dicen, la ciencia no puede resolver. Se recomienda este artículo para mayor información al
respecto desde la postura que ofrece este escrito, mismo que valida lo revisado en el apartado
mencionado: http://esmateria.com/2012/12/27/una-voz-politica-contra-la-pseudociencia/ 7 La referencia directa es hacia la Tautología como aquélla figura retórica que se conoce como decir
mucho sin decir nada; esto es (y aplicado directamente en la Mercadotecnia Política que hace uso de la
Retórica inservible en los discursos de campaña haciendo uso –muchas de las veces- de ofrecimiento de
no verdades a partir de disertaciones donde una misma idea se dice redundantemente durante todo el
discurso, sin aportar (en realidad) nada nuevo y, lo que es peor, nada cierto o aplicablemente
verdadero. Ya ni qué decir de la Tautología utilizada en la publicidad hoy en día.
lejano, sociedades mejor informadas en todos los ámbitos y campos de su vida; más cultas y
con posibilidad de exigir gobiernos más justos, democráticos y preocupados genuinamente
por brindar servicios a la comunidad acorde con las necesidades no únicamente detectadas,
sino imperantes y realmente existentes.
• III. Conclusiones
“La desorientación del mundo actual, parte de la separación
del mundo técnico, científico y político de la lógica interior del hombre,
de sus valores, de su imaginación”
(Alan Touraine)
Se ha podido evidenciar que, efectivamente, para una buena toma de decisiones en el plano de
la vida del ser humano –sea éstas de la naturaleza que sean- el pensamiento científico es un
elemento ineludible e inherente de su misma cotidianeidad; ¿por qué? Porque se encuentra
implícito en todo cuanto nos rodea y de lo que está hecha nuestra existencia: todos los
avances científicos (como tales, siendo rigoristas), descubrimientos médicos, innovaciones
tecnológicas, teorías y presupuestos de índole social e interacciones de desarrollo humano
que, finalmente, no son sino el reflejo de los actos culturales que, como grupos sociales que
conforman a su vez, sociedades en evolución y desarrollo, tenemos que aprehender, asimilar y
aprovechar.
Ciertamente, ambicioso resulta el hablar de una cultura científica, cuando apenas estamos
hablando de que el concepto “pensamiento científico” se debe asumir como una herramienta
sumamente valiosa de enriquecimiento en todo sentido: en el lenguaje, en el conocimiento
mismo de las cosas que forman parte del entorno y de lo que nos rodea; en la comprensión de
la fenomenología sociológica y societal que hoy en día, transforma los contextos próximos a
los que pertenecemos o en los que nos desarrollamos como entes con vida propia, pero
también como microestructuras sociales que dependen –hablando bajo el presupuesto del
enfoque sistémico- también de muchas variables de las sociedades globalizadas (y
globalizantes) como lo es violencia, inseguridad, ignorancia, pobreza, marginación,
intolerancia y multiplicidad de más rubros que caracterizan al mundo en este siglo XXI.
¿De qué manera entonces, poder afirmar que el pensamiento científico, efectivamente, puede contribuir a mejorar nuestra calidad de vida (en lo individual y lo colectivo) al tomar mejores decisiones como personas pero también, como sociedad?
La ciencia y por ende, el pensamiento científico –como bien se sabe- tienen límites.
En efecto.
Y ésta es una cuestión ineludible, lo sabemos; sin embargo, el vincular los valores universales
y el pensamiento con bases científicas, bajo una ética que norme los criterios con que se vaya
a enfrentar una problemática de vida, sería un gran paso. Y como acción consecuente, a partir
de ello se tome un criterio discerniendo entre lo que es correcto o no, lo que conviene o no, lo
que puede ayudar a una persona pero quizá, provoque problemáticas mayores a otros, es una
forma pertinente y adecuada de contextualizar esa reiterada toma de decisiones.
Y si este actuar fundamentado en el decidir racional, ético, con sentido común, buscando el
contribuir a un beneficio social o colectivo y, principalmente, en base a la aplicación del
pensamiento científico en el real cotidiano de nuestra vida se refleja en estadios más
armoniosos de convivencia societal y política de los pueblos y países, entonces sí, efectivamente, se habrá contribuido a mejorar la calidad de vida de los pueblos y de las naciones ayudando entre todos, a construir un mundo mejor para coexistir e interactuar propositivamente en el tiempo presente y hacia el futuro.
Cuando menos, para quien escribe estas letras, pareciera ser la mayor aportación y conclusión
de este escrito.