Ciencia, fotografía y violencia

download Ciencia, fotografía y violencia

of 13

Transcript of Ciencia, fotografía y violencia

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    1/13

    1

    Ciencia, fotografa y violencia

    Alejandro Martnez1 - Matilde Sacco2 - Liliana Tamagno3

    "...todo uso de la cmara implica necesariamente una agresin [...] fotografiar

    personas es violarlas, pues se las ve como jams se ven a s mismas y se les

    transforma en objetos que pueden ser posedos simblicamente" (Sontag 1981: 52).

    Resumen

    Este trabajo es el producto del anlisis e interpretacin de una experiencia de

    Beca Laboral realizada en el Laboratorio y Archivo Fotogrfico del Museo de La

    Plata, a la luz de los marcos de referencia tericos y los avances de la Lnea de

    Investigacin Etnicidad, Identidad, Interculturalidad. Indgenas en ciudad.Suponemos que la afirmacin de Susan Sontag de que fotografiar personas es una

    forma de violarlas, fue realizada metafricamente. Coincidimos con esa afirmacin

    que coloca a quien fotografa y al que es fotografiado en una relacin de desigualdad

    y asimetra que supone la apropiacin simblica del fotografiado por parte de quien

    fotografa. Sin embargo, el anlisis de las aproximadamente 300 fotografas que

    fueron rescatadas e identificadas super absolutamente el nivel de lo metafrico,

    para expresar con la mayor de las crudezas y sin los reparos de la posibilidad de

    algn censor, digamos con total poder e impunidad, el sometimiento al que los

    pueblos preexistentes a la llegada del invasor blanco fueron sometidos hace pocomenos de 100 aos en nuestro pas.

    El rescate, las primeras indagaciones e interrogantes

    El trabajo de rescate e identificacin de las aproximadamente 300 fotografas

    y los primeros anlisis se desarrollaron en el Laboratorio y Archivo Fotogrfico del

    Museo de La Plata. En ese lugar, ubicado en los subsuelos del Museo, se hallaban

    arrumbados dentro de un viejo mueble de madera, cerca de 160 negativos de vidrio,

    en formato de 18 X 24 centmetros. Las manchas de humedad, los hongos, la

    1Alumno avanzado de la Carrera de Antropologa. Pasante del Laboratorio de Investigaciones en

    Antropologa Social LIAS desde el 2003 y Becario del Laboratorio y Archivo Fotogrfico del Museo deLa Plata desde Agosto del 2004; ambos de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo.2

    Lic. en Comunicacin Social. Integrante del Laboratorio de Investigaciones en Antropologa SocialLIAS.3

    Directora del Laboratorio de Investigaciones en Antropologa Social LIAS y de la Lnea deInvestigacin Etnicidad, Identidad, Interculturalidad. Indgenas en ciudad.

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    2/13

    2

    oxidacin y la accin bacteriana que presentaban, permitan inferir que haban

    estado all, ocultos en las sombras, durante muchos aos.

    El fotgrafo Xavier Kriscautzky, quien desde hace casi un ao ha quedado a

    cargo de ese laboratorio, nos propuso la tarea de indagar en los archivos del Museo

    en busca de datos para poder referenciar aquellas fotografas, saber quin las haba

    tomado, cundo y en qu lugar. Si bien esto era necesario e imprescindible para

    comenzar la tarea de identificacin de estas imgenes, desde un comienzo nos

    sentimos sumamente atrados por saber quienes eran los que en ellas aparecan.

    Se comenz copiando a papel alrededor de una docena de negativos. Se

    trataba de retratos de indgenas, hombres y mujeres, algunas de ellas con sus hijos

    en brazos, otras con sus cabezas rapadas y muchos de ellos vestidos con harapos.

    Sentados y con el torso desnudo, vistos de frente y de perfil, nos recordaban

    vvidamente a las fotos de los archivos policiales. El fondo, completamente blanco, a

    fin de producir un fuerte contraste con los retratados, no ofreca ninguna referencia

    ni dato que permitiera dar cuenta de nuestros interrogantes. Una imagen sin

    contexto, un cuerpo aislado y recortado de lo que lo rodeaba, un cuerpo humano

    transformado en objeto.

    Otras fotografas nos mostraban a los indgenas de pie, desnudos por

    completo, llevando slo unos adornos y algn tatuaje; esta vez, de fondo, aparecan

    un piso de tierra, una pared de adobe, un pedazo de cielo y a veces, de costado,

    asomaban una pared blanca y una abertura, que formaban parte, seguramente, de

    un edificio mayor. Nuevamente se pona en evidencia la intencin -aunque esta vez

    no tan prolijamente lograda- de eliminar todo posible ruido, toda posible referencia.

    Los ojos del observador no deban distraerse, toda la atencin tena que

    concentrarse en esos retratos de cuerpos desnudos, capturados por la accin de la

    luz sobre los granos de plata.

    Estos fueron los datos que marcaron los comienzos de la investigacin. Por

    un lado, unas fotografas que, por sus caractersticas, podan haber sido tomadas

    entre los ltimos aos del siglo XIX y los primeros aos del siglo XX; un lapso de

    tiempo bastante amplio. Por otro lado, al tratarse de material documental propiedad

    del Museo de La Plata, haba sido obtenido casi con seguridad en nuestro pas y, a

    juzgar por sus collares, tatuajes y vestimenta, era probable que los retratados fueran

    indgenas originarios del Chaco.

    La bsqueda permiti dar con una publicacin del ao 1907, donde aparecan

    algunas de estas imgenes. Se trataba del Tomo II de la Seccin Antropologa de

    los Anales del Museo de La Plata, que estaba por entero dedicado a mostrar los

    resultados de una expedicin realizada en 1906, por el antroplogo Robert

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    3/13

    3

    Lehmann-Nitsche, al ingenio azucarero La Esperanza, en la provincia de Jujuy. Las

    fotografas haban sido tomadas por Carlos Bruch.

    Las imgenes y la posibilidad de referenciarlas

    Cuando se trabaja con fotografas acontece con frecuencia que no es sencillo

    el hecho de lograr referenciarlas, de descubrir quin las tom, cundo y en qu

    lugar. Se trata de una tarea que requiere no pocas horas de dedicacin y un

    metdico trabajo de bsqueda y que, aun as, puede conducir a resultados estriles.

    Los primeros indicios pueden encontrarse a travs del anlisis de las caractersticas

    tecnolgicas del fotograma, que nos indica, aunque ms no sea, un periodo de

    tiempo aproximado, dentro del cual se habran obtenido las imgenes. Tambin es

    posible obtener una fecha cercana, en algunos casos la fecha exacta, y dar adems

    con el nombre del fotgrafo; incluso, si no se hallan datos del lugar donde fue

    producida la imagen, se lo puede inferir a partir de la lectura detenida de los

    elementos que aparecen en ella.

    En el caso que nos ocupa, dimos con la publicacin donde parte de esas

    imgenes fueron utilizadas a manera de ilustracin, y que incluye los datos del

    fotgrafo, la fecha y el lugar en que fueron tomadas las imgenes, una serie de

    comentarios acerca del uso de la fotografa en este tipo de estudios e interesantes

    detalles sobre cmo fueron obtenidas las fotos y tambin sobre los trabajadores

    indgenas que aparecen en ellas. Gracias a la publicacin de esas imgenes, y a los

    datos que se brindan de ellas, nos fue posible determinar, a travs de un anlisis del

    estilo de las fotos y de los elementos que all aparecan, que la totalidad de los 160

    negativos de vidrio conservados en el archivo haban sido obtenidos en la misma

    expedicin, lo que nos permiti referenciar todo el resto de la coleccin,

    atribuyndole el mismo autor, fecha y lugar.

    Ofreceremos, entonces, algunas reflexiones acerca del papel de la fotografa

    como instrumento para la construccin de evidencia cientfica en el contexto ms

    amplio de la relacin entre ciencia, fotografa y violencia.

    La fotografa como instrumento del registro antropomtrico.

    La PARTE FOTOGRFICA de nuestro trabajo desempea efectivamente un

    papel principal en la presente obra. El valor de la fotografa para tales estudios es

    por todas partes tan reconocido que es innecesario ponderarla ms aqu[...] Para la

    descripcin se adoptaron formularios breves que contenan solamente aquellos

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    4/13

    4

    rasgos que no resaltan del estudio de la fotografa. Integrar por completo los

    formularios que se recomiendan en los gabinetes de antropologa, exige demasiado

    tiempo, y no da tampoco mayores resultados; mientras que la fotografa, por el

    contrario, permite, sin palabras de ms, y con ahorro de tiempo, un estudio prolijo en

    el gabinete, en el que uno puede trabajar con toda tranquilidad (Lehmann-Nitsche1907: 55).

    As se resalta el valor de la coleccin iconogrfica reunida en ese viaje de

    campaa, y a lo largo del texto se remite constantemente al atlas antropolgico

    publicado. La fotografa, adems de ser un medio de registro gil y eficaz,

    posibilitaba detener el tiempo, congelar un instante y presentar los cuerpos en

    formato reducido para poder manipularlos, observarlos y examinarlos. La fotografa

    no se contextualiza, esto no aparece como necesario; por el contrario pareciera ser

    expresin de la objetividad que se supone debe tener todo trabajo cientfico. En

    trminos de Barthes (1994: 106), los personajes que aquella representa no se

    mueven [...] estn anestesiados y clavados, como las mariposas, como verdaderas

    piezas de museo, disponibles para el anlisis pormenorizado y la observacin

    meticulosa del cientfico.

    Pero la concepcin de la fotografa como un mecanismo objetivo de

    observacin y representacin de la realidad, no provena solamente de los

    estudiosos de la antropologa somtica, para quienes este recurso resultaba tan

    valioso, sino que, como seala Susana Dobal, desde su invencin a mediados del

    siglo XIX la fotografa sera [...] asimilada como prueba de verdad en diversoscampos de la ciencia (antropologa, medicina, astronoma, arqueologa), adems de

    su uso en el contexto jurdico y criminal(Dobal 2001: 69. Nuestra traduccin).

    Sin embargo, ello no se lograba -como podra pensarse- con el solo accionar

    de la cmara; haba que preocuparse, adems, por crear las condiciones adecuadas

    para examinar en detalle a los retratados, deban aislarse cuidadosamente las

    variables en estudio -en este caso los rasgos fsicos-, eliminado toda posible

    distorsin que pudiera alterarlas, deban descontextualizarse los cuerpos y ser

    dispuestos en un nuevo orden regido por los protocolos cientficos del momento.

    A travs de la utilizacin de fondos completamente blancos, grises o muchas

    veces desenfocados, contra los cuales se tomaron las fotografas, se creaba un

    efecto de homogeneidad y uniformidad del contexto, sin mostrar ningn elemento

    que pudiera resaltar y hacer perder de vista la fisonoma y las proporciones de los

    retratados, quienes quedaban, de ese modo, completamente expuestos al ojo

    escrutador del analista. As, el aparato fotogrfico ofreca una representacin del

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    5/13

    5

    objeto en estudio, un instante recortado de su existencia real, lo suficientemente

    reducido como para ser examinado cmodamente en el laboratorio (ver Fig. 1).

    Fig. 1

    La particular concepcin de objetividad4 no impeda la aparicin de un planteo

    esttico frente a lo extico; no aparecen en esta coleccin, como s en otras, los

    retratados sosteniendo una regla, lo que refuerza el acto de medir, hace la foto ms

    exacta, ms densa, ms precisa, con mayor contenido informativo. En este sentido,

    el atlas publicado no se reduce a una muestra puramente antropomtrica. Como dice

    el autor: para conseguir algo de variedad y para no cansar la vista, hemos

    alternado los relevamientos matemticos con otros de ndole artstico y con

    fotografas de busto, con otras de medio o tres cuartos cuerpo; y en el mismo sentido

    tambin se ha arreglado la distribucin en las lminas, as que esperamos se evitarel cansancio de los que las estudian(Lehamnn-Nitsche 1907: 55), (ver Fig. 2).

    4No es objeto de este trabajo discutir el concepto de objetividad; sugerimos para ello las lecturas de

    Bourdieu y otros (1975); Schaff (1992) y Mc Kinney (1968).

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    6/13

    6

    Fig. 2

    El contexto de produccin de las fotografas

    No pudiendo evitar pensar no slo en los retratados, sino en el contexto en

    que fueron producidos los retratos, nos surgieron nuevos interrogantes.

    Comenzamos a preguntarnos acerca de las condiciones en que fue realizada esta

    investigacin y, ms precisamente, sobre la forma en que se relacionaron los

    investigadores con los personas que aparecen en las imgenes.

    No era sencillo resolver, en esa poca y desde la ciudad de La Plata, la

    planificacin y realizacin de una expedicin de esta ndole. La estrecha relacin de

    amistad que exista entre Samuel Lafone Quevedo, por ese entonces director del

    Museo de La Plata, y los hermanos Leach, ciudadanos ingleses dueos del Ingenio

    La Esperanza, jug un rol fundamental en ese sentido.

    Se decidi realizar el trabajo en ese ingenio aprovechando que hacia all

    afluyen en la poca de la cosecha de azcar, centenares y miles de indios de las

    diferentes tribus, llevados por caciques e intrpretes, para hacer los trabajos que

    slo exigen simple fuerza de brazos: estos indios, una vez terminada la temporada

    se dispersan y regresan sus hogares en el Chaco yBolivia [] El hecho de que se

    supusiera que haba que tener en cuenta, adems, la gran rapidez con que se

    extingue la poblacin indgena del continente sudamericano (Lehmann-Nitsche

    1907: 53-54), haca que la tarea cobrara aun ms significacin e incluso cierto grado

    de imprescindibilidad.

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    7/13

    7

    La neutralidad de los trminos no puede ser menos que interpretada como

    cierta forma de complicidad con el poder, ya que sabemos lo que implicaba ser

    mano de obra no calificada en los ingenios5. Slo as puede comprenderse la

    completa ausencia de referencias acerca de las condiciones de trabajo a que

    estaban sometidos los indgenas, a pesar de encontrarse frecuentemente en sus

    exmenes diarios con numerosas patologas directamente relacionadas con estas

    tareas. Por ejemplo, al hablar del mal estado en que se encontraban las dentaduras

    de los indgenas, se atribuye esto al modo singular de alimentacin: durante la

    temporada azucarera, los indgenas se alimentan exclusivamente de la caa fresca

    de azcar, masticndola continuamente, aun durante el trabajo. Las fibras

    celulodeas de la caa, bastante duras y rgidas, han de gastar en grado notable la

    corona dentaria, y por fermentacin del jugo se destruyen los dientes en un grado tal

    que tal vez no se observa en otra parte(Lehmann-Nitsche 1907: 67).

    As se extrajeron, en el menor tiempo posible, todos los datos que se

    consideraban importantes para conocer el origen del hombre americano: se tomaron

    medidas craneofaciales y de talla, se determin el color del cutis, color del iris, se les

    cort una muestra de cabello para estudiar su color y forma, se les examin la

    dentadura, el contorno de los pies, la membrana natatoria y hasta las uas de la

    mano. Como detalla el trabajo: Tocamos tambin con la dificultad de poder

    conseguir fotografas de cuerpo entero y desnudo, y en tales casos nos hemos

    contentado con tomarlas en las tres posiciones clsicas: de frente, de lado y de

    espalda(Lehamnn-Nitsche 1907: 55).

    La bsqueda de objetividad de esta clase de investigaciones implicaba, como

    ya dijimos, la construccin de una imagen de los sujetos en estudio

    descontextualizada de su entorno. En el caso que nos ocupa, esta

    descontextualizacin fue posibilitada y reforzada por el hecho de que los

    trabajadores indgenas fueran fotografiados fuera de su lugar de origen, de su propio

    territorio, como nos dice el autor: ...los individuos, ya fuera de su acostumbrado

    ambiente, son por lo mismo, ms accesibles investigaciones fsicas, y no se

    oponen a ellas como sucede en el propio terruo (Lehmann-Nitsche 1907: 54). Las

    razones por las que estaban fuera de su acostumbrado ambiente no importaban.

    No importaban el desarraigo posterior al aniquilamiento y al confinamiento. No

    importaban las condiciones de explotacin a las que eran sometidos en los ingenios,

    comparables a campos de concentracin. No importaba la violencia y el terror que

    5El Informe Bialet-Mass sobre el estado de las clases obreras argentinas a comienzos del siglo,

    que data de su recorrida por el norte del pas como Inspector de Trabajo en 1903, ya haba colocado

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    8/13

    8

    acompaaban los procesos de explotacin y producan el sometimiento, y que

    dieron lugar a creaciones mticas como las de El Familiar que, an hoy, contribuyen

    a disciplinar, en trminos foucaultianos, a las poblaciones campesino-indgenas del

    Chaco6.

    La violencia inscripta en las imgenes

    La lectura de estas imgenes desde los avances de nuestra lnea de

    investigacin7, nos conmina a alejarnos de toda neutralidad y de toda ingenuidad y,

    sin dejar de comprender el espritu de poca que orientaba el trabajo que aqu

    analizamos, nos conduce a quebrar con los supuestos del sentido comn (Bourdieu

    y otros 1975) y con los obstculos epistemolgicos (Bachelard 2000) que impiden

    conocer, en su complejidad y dimensin, la historia de la relacin entre los pueblos

    indgenas y quienes los conquistaron y colonizaron. Es imposible para nosotros,

    luego del vnculo establecido con los referentes de los pueblos indgenas a lo largo

    de nuestra investigacin, mirar e interpretar estas fotografas sin pensar en la

    violencia presente en aquella relacin.

    Izaguirre (1997) entiende la violencia como un vnculo, como una relacin

    social por la cual uno de los trminos realiza su poder acumulado, sealando que lo

    esencial al vnculo violento es el sometimiento de una de las partes y que las formas

    de violencia sistemtica sobre los cuerpos ms vulnerables revelan siempre la

    existencia de una relacin jerrquica y desigual socialmente aceptada, o sea que

    tiene una gnesis y una historia(Izaguirre 1997: 3).

    Siguiendo los trminos de esta autora, y trayendo a nuestra memoria los

    testimonios de la gente indgena con la que hemos trabajado (Tamagno 2003), las

    imgenes de esta coleccin nos revelan la existencia y el funcionamiento de

    relaciones violentas. Este registro fotogrfico no hubiera sido posible sin la existencia

    de esas relaciones violentas, de un ejercicio previo de la fuerza material naturalizada

    y normalizada, donde uno de los trminos se sita en el lugar del poder y la

    autoridad, a quien el otro le debe respeto y obediencia (Izaguirre 1997).

    Lehmann-Nitsche reconoce esta situacin cuando dice: Mr. Walter Leach,

    uno de los propietarios del gran ingenio azucarero de San Pedro de Jujuy, quien

    fuimos recomendados por el director del Museo, por su carcter amable y franco y

    ms de una denuncia en este sentido, poniendo nfasis en las condiciones de explotacin, hambre ymiseria encontradas en los ingenios y quebrachales.6

    Ver Gordillo (1997) y el video documental Diablo, familia y propiedad. Los crmenes del IngenioLedesma, de Fernando Krichmar.7

    A partir de lo que denominamos produccin de conocimiento conjunto con la gente indgena,dilogo con el campo y dilogo con la academia (Tamagno 2001 y Tamagno y otros 2002).

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    9/13

    9

    por esa bondad de corazn noble, desde aos atrs se haba ganado la confianza

    absoluta de los indgenas as que no se resistan a obedecer su indicacin de

    permitirnos un examen somtico de sus personas [] Don Walter nos hosped en

    su casa particular y puso nuestra disposicin un lugar adecuado para nuestros

    estudios, y al frente mismo de nuestra pieza, interesndose vivamente en nuestrostrabajos, al conocer su ndole; no se cansaba de mandarnos gente da da y cada

    maana, llevndonosla hasta personalmente, para ser examinada (Lehmann-

    Nitsche 1907: 54).

    Recordemos las figuras 1 y 2, donde los retratados se encuentran con el torso

    desnudo, algo que no era comn en ellos por lo menos all, en su lugar de trabajo8,

    sino que haba sido un requisito de los investigadores para cumplir con sus

    pretensiones cientficas y estticas. Tengamos en mente esas imgenes y

    observemos atentamente la figura 3, que sigue a continuacin.

    Fig. 3

    Al comparar estas imgenes se hace ms que evidente la relacin desigual y

    asimtrica sobre la que estas fotografas fueron construidas; relacin desigual,

    asimtrica y por lo tanto violenta, ante la cual no faltaba quien se resistiera.

    Observemos que la persona aqu retratada est cubriendo completamente su torso

    con una suerte de poncho, en una actitud por entero defensiva, negndose al

    desnudo, lo que queda reforzado por la mirada desafiante con que enfrenta la

    8Las fotos de dicha coleccin que fueran vistas, entre otras, por un referente toba en el libro

    Discurso e Imagen sobre el Indgena Chaqueo (Giordano, 2005) otro ejemplo actual de neutralidad,que exaspera, despertaron inmediatamente la afirmacin de que los desnudos no podan haberseconseguido sino en situaciones de presin y sujecin.

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    10/13

    10

    cmara. Esta actitud indcil, de resistencia frente al hecho de ser retratado sin ropas,

    nos lleva nuevamente a entender esto como una relacin donde un vnculo de poder

    se encuentra operando entre los indgenas y los investigadores. Es Foucault (1990)

    quien nos advierte respecto de la resistencia implcita en toda relacin de poder,

    poder que se realiza en tanto que es ejercido, generando a su vez, alguna forma de

    resistencia.

    Conclusiones

    El planteo de Kossoy (2001) sobre la significacin de las fotografas como

    documentos histricos, cuando afirma que la iconografa fotogrfica [...] podra

    proveer un amplio panel de informaciones visuales para nuestra mejor comprensin

    del pasado en sus mltiples aspectos (Kossoy 2001: 23), es un elemento ms para

    corroborar el hecho de que a medida que nos abocamos al conocimiento de las

    historias locales y regionales, aumenta la frecuencia con que aparecen en escena

    las tensiones entre indgenas, colonos extranjeros, misioneros religiosos,

    terratenientes y representantes del estado-nacin. Tensiones que evidencian

    realidades que distan de la utopa de la misin civilizadora. Tensiones respecto de

    las cuales la produccin acadmica, en tanto inteligencia, no ha estado ni est

    ajena9.

    Han sido centrales en esta tarea las afirmaciones de Peter Worsley (1966)

    cuando seala que la expansin colonial no fue ms que la expansin del modo

    capitalista de produccin impuesto por los conquistadores en su bsqueda de oro,

    siervos y almas, y que mientras prometan civilizacin se apropiaban del mundo

    convirtiendo a sus habitantes en mano de obra esclava; de Escudero (1992) cuando

    reconoce en la conquista de Amrica el mayor genocidio de la historia de la

    humanidad y de Eduardo Menndez (1972) cuando nos dice que el racismo fue el

    modo de relacin que Europa estableci con Amrica y que lejos de ser producto del

    desconocimiento tuvo una importante apoyatura cientfica que justific el exterminio.

    Es por ello que reaccionamos fuertemente cuando aun desde posturas que

    dicen reivindicar la cuestin indgena se pretende reconocer las injusticias del

    pasado sin ninguna referencia al presente; cuando al analizar los horrores de lo

    sucedido, estos se justifican como la consecuencia de las ideas de la poca. Esta

    justificacin fragmenta la historia de nuestra sociedad y evita tener en cuenta que

    9A pesar de que nos anima la intencin de quebrar con el etnocentrismo occidental, no nos excluimos

    en tanto acadmicos, de sus condicionamientos; lo que implica un constante revisar nuestrasprcticas y representaciones, frente a los condicionamientos del campo y de nuestra propia insercinde clase.

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    11/13

    11

    esa violencia y esas violaciones naturalizadas han contribuido a que vastos sectores

    de la poblacin de nuestro pas naturalicen, tambin, las violencias y las violaciones

    ms recientes.

    En un constante dilogo con la academia y dilogo con el campo revisando

    lo dicho con anterioridad sobre el pueblo toba a la luz de otros referentes tericos y

    de lo observado, dejndonos llevar por algunos acontecimientos no previstos y

    acompaando las necesidades, intereses y reclamos de la gente indgena-

    (Tamagno 2002), podemos afirmar que sin una revisin clara de la poltica

    implementada desde el poder con los pueblos indgenas, no podr comprenderse en

    su complejidad la crisis que como sociedad nos aqueja y que ha conducido a grados

    impensados en otros tiempos de desigualdad, entrega del patrimonio nacional,

    enajenacin y expresiones individuales de violencia.

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    12/13

    12

    Bibliografa

    Bachelard, G. 2000 La formacin del espritu cientfico. Siglo Veintiuno

    Editores, Mxico.

    Barthes, R. 1994 La cmara lcida. Nota sobre la fotografa. Ediciones Paids,

    Barcelona.

    Bialet-Mass, J. 1985 Informe sobre el estado de las clases obreras

    argentinas. Centro Editor de Amrica Latina, Buenos Aires.

    Bourdieu, P. y otros 1975 El Oficio del socilogo. Siglo XXI, Espaa.

    Dobal, S. 2001 Cincia e exotismo: os ndios na fotografia brasileira do sculo

    XIX. Cadernos de Antropologia e Imagem. Rio de Janeiro, 12 (1): 67-85.

    Escudero, J. 1992 El impacto epidemiolgico de la invasin europea de Amrica.

    Quinto centenario del colapso demogrfico. En: Ecologa Poltica N 2.

    Barcelona. Foucault, M. 1990 Historia de la Sexualidad. Siglo Veintiuno Editores, Buenos

    Aires.

    2000 Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisin. Siglo Veintiuno

    Editores, Mxico.

    Gordillo, G. 1997 Una experiencia cultural de explotacin y terror. El aliento de

    los diablos. En: Actas del V Congreso de Antropologa Social. UNLP. La Plata.

    Izaguirre, I. 1997 El poder en proceso: la violencia que no se ve. En: Actas del

    XXI Congreso de la Asociacin Latinoamericana de Sociologa. Universidad de

    San Pablo, Brasil.

    Kossoy, B. 2001 Fotografa e historia. Biblioteca de la Mirada, Buenos Aires.

    Lehamnn-Nitsche, R. 1907 Estudios antropolgicos sobre los Chiriguanos,

    Chorotes, Matacos y Tobas (Chaco Occidental). Anales del Museo de La Plata,

    T. I, Segunda Serie, Coni, Buenos Aires.

    Mc Kinney 1968 Tipologa constructiva y teora social. Amorrortu, Buenos

    Aires.

    Menendez, E. 1972 Racismo, colonialismo y violencia cientfica. En: Revista

    Transformaciones Centro Editor de Amrica Latina.

    Schaff, A. 1992 Historia y verdad. Enlace-Grijalbo, Mxico.

    Sontag, S. 1981 Sobre la fotografa. Editorial Sudamericana, Buenos Aires.

    Tamagno, L. 2001 Nam Qom huetaa na doqshi lma. Los Tobas en la casa

    del hombre blanco. Identidad, memoria y utopa. Ediciones Al Margen, La

    Plata.

  • 8/6/2019 Ciencia, fotografa y violencia

    13/13

    13

    2002 Testigos y protagonistas: Un proceso de construccin de

    conocimiento conjunto con vecinos Qom. Una forma de hacer investigacin y

    extensin universitaria. En: Segundas Jornadas de la Cuenca del Plata.

    Universidad nacional de Rosario, Rosario. Publicado en Actas CD- Rom.

    2003 Identidades, saberes, memoria histrica y prcticas

    comunitarias. Indgenas tobas migrantes en la ciudad de La Plata, capital de la

    provincia de Buenos aires, Argentina. En: Campos N 3. Universidad Federal de

    Paran, Brasil.

    Worsley, P. 1966El tercer mundo. Siglo XXI. Espaa.