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CATEQUESIS DE JOVENES SUFRES Y OTROS SUFREN JUNTO A TI INTRODUCCION El dolor y el sufrimiento están presentes en la historia de las personas. La propia experiencia nos confirma a cada uno la realidad del dolor y el sufrimiento en la vida. Hay sufrimientos físicos y morales. Algunos son consecuencia de nuestra propia naturaleza: la enfermedad, la debilidad física, los achaques de la edad, la pérdida de un ser querido... Otros obedecen a causas naturales: desastres naturales, víctimas de inundaciones, terremotos Algunos son ocasionados por el abuso de la libertad del hombre sobre los demás o sobre sí mismo: opresión, violencia, abuso de poder, violaciones, droga, alcoholismo. .. Y hay también sufrimientos que provienen de la entrega y el servicio a los demás: sacri-ficio de una madre junto a su niño enfermo, privaciones de un misionero o voluntario por atender a los más desheredados... Los jóvenes también sufren. Más de lo que pudieran sugerir las apariencias ante su plenitud vital y alegría desbordante. ¿Cómo vivir hoy humanamente el propio sufrimiento? ¿Cómo reaccionar ante el dolor de los demás? • Esta Catequesis pretende enfrentar a los jó- venes con su propio dolor, con el sufrimiento a su alrededor... Y enseñarles a encontrarle sentido, un por qué y un para qué, al estilo de Jesús, y a aliviarlo, si es posible, derramando sobre las llagas del que sufre el bálsamo reconfortante del amor. La Catequesis puede desarrollarse en tres sesiones o en un Encuentro/Convivencia en torno al tema del dolor. OBJETIVOS 1. Tomar conciencia de la realidad del dolor en nuestra vida y en la vida de otros jóvenes. 2. Tratar de averiguar las causas posibles y, si está en nuestra mano, aplicarle soluciones. 3. Sensibilizarnos ante la presencia de numerosos enfermos y personas que sufren a nuestro alrededor. 4. Analizar la postura de Jesús frente al dolor y a los enfermos, y revisar a su luz, nuestras propias propias actitudes y conducta frente al sufrimiento propio o ajeno. 5. Acercarnos a los que sufren con nuestra presencia y compañía y aliviar el dolor con más amor. 1. Abrir los ojos ante la realidad del sufrimiento  Es verdad que sufres ; pero otros sufren ju nto a ti 1.1 El sufrimiento de los jóvenes • Los jóvenes también sufren. Más de lo que se puede pensar. Podemos tratar de que enumeren ellos la lista de sus sufrimientos físicos o psicológicos. Siempre es mejor partir de su vida, de su realidad, que darle nosotros la lista ya hecha. Pero a veces les cuesta romper el hielo y afrontar directamente, en lluvia de ideas, la lista de sus posibles sufrimientos. Por ello podemos valernos del método indirecto sugerido en la ficha adjunta "Completamiento de frases incompletas". Sufrimiento de los jóvenes Para realizar el ejercicio 1. Repartir una copia de la ficha siguiente  para cada dos . 2. Por parejas uno va diciendo la frase y la concluye con lo que en ese momento espontá- neamente le sale, sin pensarlo demasiado. La otra persona escucha con atención. 3. Después se cambian los papeles: la otra  persona escucha y el p rimero habla. 4. Al final comentan entre ellos lo que ha salido y los sentimientos que han experimen- tado. 5. Por último, todos juntos comentan en grupo lo que ha salido y qué han sentido y descubierto al hacer este ejercicio.

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Catequesis sobre el dolor y el sufrimiento.

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C A T E Q U E S I S D E J O V E N E S

SUFRES Y OTROS SUFREN JUNTO A TI

INTRODUCCION

El dolor y el sufrimiento están presentes en la

historia de las personas. La propia experiencia

nos confirma a cada uno la realidad del dolor y

el sufrimiento en la vida. Hay sufrimientos

físicos y morales.

Algunos son consecuencia de nuestra propia

naturaleza: la enfermedad, la debilidad física,

los achaques de la edad, la pérdida de un ser

querido...

Otros obedecen a causas naturales: desastres

naturales, víctimas de inundaciones, terremotos

Algunos son ocasionados por el abuso de la

libertad del hombre sobre los demás o sobre sí

mismo: opresión, violencia, abuso de poder,

violaciones, droga, alcoholismo...

Y hay también sufrimientos que provienen de

la entrega y el servicio a los demás: sacri-ficio

de una madre junto a su niño enfermo,

privaciones de un misionero o voluntario por

atender a los más desheredados...

Los jóvenes también sufren. Más de lo que

pudieran sugerir las apariencias ante su plenitud

vital y alegría desbordante.

¿Cómo vivir hoy humanamente el propio

sufrimiento? ¿Cómo reaccionar ante el dolor de

los demás?

• Esta Catequesis pretende enfrentar a los jó-

venes con su propio dolor, con el sufrimiento a

su alrededor... Y enseñarles a encontrarle

sentido, un por qué y un para qué, al estilo de

Jesús, y a aliviarlo, si es posible, derramandosobre las llagas del que sufre el bálsamo

reconfortante del amor.

La Catequesis puede desarrollarse en tres

sesiones o en un Encuentro/Convivencia en

torno al tema del dolor.

OBJETIVOS

1. Tomar conciencia de la realidad del dolor

en nuestra vida y en la vida de otros jóvenes.

2. Tratar de averiguar las causas posibles y, siestá en nuestra mano, aplicarle soluciones.

3. Sensibilizarnos ante la presencia de

numerosos enfermos y personas que sufren a

nuestro alrededor.

4. Analizar la postura de Jesús frente al dolor

y a los enfermos, y revisar a su luz, nuestras

propias propias actitudes y conducta frente al

sufrimiento propio o ajeno.

5. Acercarnos a los que sufren con nuestra

presencia y compañía y aliviar el dolor con más

amor.

1. Abrir los ojos ante la realidad del

sufrimiento

 Es verdad que sufres; pero otros sufren junto

a ti

1.1 El sufrimiento de los jóvenes

• Los jóvenes también sufren. Más de lo que

se puede pensar. Podemos tratar de que

enumeren ellos la lista de sus sufrimientos

físicos o psicológicos. Siempre es mejor partir

de su vida, de su realidad, que darle nosotros lalista ya hecha. Pero a veces les cuesta romper el

hielo y afrontar directamente, en lluvia de ideas,

la lista de sus posibles sufrimientos. Por ello

podemos valernos del método indirecto sugerido

en la ficha adjunta "Completamiento de frases

incompletas".

Sufrimiento de los jóvenes

Para realizar el ejercicio

1. Repartir una copia de la ficha siguiente para cada dos.

2. Por parejas uno va diciendo la frase y la

concluye con lo que en ese momento espontá-

neamente le sale, sin pensarlo demasiado. La

otra persona escucha con atención.

3. Después se cambian los papeles: la otra

 persona escucha y el primero habla.

4. Al final comentan entre ellos lo que ha

salido y los sentimientos que han experimen-

tado.

5. Por último, todos juntos comentan en grupo

lo que ha salido y qué han sentido y descubierto

al hacer este ejercicio.

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COMPLETAR LAS FRASES SIGUIENTES

- Soy joven y me gusta la vida, pero a veces...

- Como joven siento a veces que...

- Lo que me ha causado mayor dolor en mi

vida es...

- A veces me da pena de...- Lo que más temo en la vida es...

- Yo pienso que lo que más hace sufrir a los

 jóvenes es...

- Lo que más me ha hecho sufrir a mí ha

sido...

- Hoy también sufro porque..

- Cuando veo a alguien que sufre yo...

- Si estuviera enfermo durante un año, yo ...

- Si tras un accidente grave me quedaraparalítico, yo ...

- Si me anunciaran que tenía un cáncer

irreversible, yo ...

1.2 Mucha gente sufre a nuestro alrededor

Hay mucha gente que sufre a nuestro

alrededor. Cada día el periódico o la tele nos

traen noticias del mundo del dolor: hambre,

guerras, catástrofes naturales, accidentes,

violencia, sida, terrorismo ... Pero nosotros

volvemos la vista y no queremos enterarnos.

• Podemos invitar a los jóvenes a hacer una

selección de noticias que nos hablen del mundo

del dolor, recortando fotos o titulares en

diversos periódicos o semanarios. Pueden

exponerse en un mural o cartelón grande

elaborado por grupos.

• Otra modalidad posible es dividirles en

grupos y tratar de hacer relación del sufri-

miento de la gente en los diversos continentes:

en Europa, en Asia, en Africa, etc... O porbarrios o estamentos de la sociedad: barrios

residenciales, suburbios, zonas rurales.. Que no

se ciñan sólo al dolor físico, que intenten

personalizar al máximo: niños abandonados,

gente con hambre, adolescentes incompren-

didos, jóvenes en la prostitución, matrimonios

rotos, enfermos de hospitales, desahuciados del

sida, ancianos solos...

Importa que tomen conciencia de que no sólo

ellos sufren sino que mucha otra gente sufre, y

más, a su alrededor.

Al final tienen que flotar dos o tres preguntas:

1. Todo esto ¿por qué? ¿Cuáles son las causas

de todo este dolor? ¿Tiene algún sentido?

2. Y tanto sufrimiento ¿para qué? ¿Nos

interpela de algún modo el sufrimiento de los

demás?

2. Jesús frente al dolor y la enfermedad

 Jesús no quiere el dolor pero lo acepta en sl

mismo y lo combate en los demás

El dolor está presente en nuestras vidas. Y

vemos que muchos otros sufren a nuestro

alrededor. La historia del hombre sigue siendo

una historia de sufrimientos, fracasos y penas.

Pero Jesús ¿pasó también por esta experiencia

del dolor? ¿Cómo lo vivió él? Y ¿cuál fue su

actitud frente al dolor y al sufrimiento de los

demás?

2.1 Jesús sufrió como nosotros

Jesús quiso ser semejante a nosotros "en todo

menos en el pecado". Jesús no ama el

sufrimiento ni lo busca, pero sabe aceptarlo,

cuando lo encuentra en su propia vida y lo

asume como ocasión de mostrar su amor y

confianza en el Padre (Jn 14,31; Lc 23,46) y su

amor y solidaridad incondicional a los hombres

(Lc 23,34). En el Evangelio se nos presenta

como un hombre que vive la vida en plenitud,

con una profunda alegría interior que le brota de

la vivencia gozosa del Padre y de su dedicación

a la causa del Reino, la pasión de su vida.

Pero esta vivencia no le priva de la expe-

riencia propia del dolor ni le aleja del sufri-

miento de la gente que vive a su alrededor.

Ya desde niño experimenta el rigor de los

elementos por la falta de alojarniento adecuado

(Lc 2,7), la fatiga que proviene del trabajo en el

taller...

En su vida pública siente el hambre (Mt 14, 4,

2), el cansancio (Jn 4,6), la sed (Jn 4,7), la

incomprensión de los suyos, la persecución por

parte de quienes ostentan el poder religioso y

civil de su tiempo.

Pero es, sobre todo, en su Pasión donde Jesús

de Nazaret se nos presenta como el "varón de

dolores". En ella Jesús vive la más viva

experiencia de dolor y sufrimiento en todos los

aspectos de su personalidad humana.

Podemos iniciar el contacto directo de losmiembros del grupo con los textos que nos

reflejan tres aspectos de la pasión y el

sufrimiento experimentado por Jesús:

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-La Pasión del corazón: traición de Judas,

abandono de sus amigos, negación de Pedro,

dolor de su madre, fracaso de su predicación,

soledad y abandono, burlas de sus enemigos...

- La Pasión de su honor: verguenza de su

dignidad mancillada, burlas de los soldados,

degradación ridícula de tribunal en tribunal,humillación al ser pospuesto a Barrabás,

exposición vergonzosa ante la plebe, insultos e

imprecaciones mientras agoniza en la cruz...

I. Dividir los miembros de la catequesis en

tres grupos

2. Cada grupo busca los textos

correspondientes a uno de los tres aspectos de la

pasión de Jesús

3. Hace un breve comentario intentando

cotejar los sufrimientos de Cristo, con los

experimentados por los jóvenes en el aspecto

que le ha correspondido

4. Puesta en común de estos comentarios y de

los sentimientos experimentados por los

miembros del grupo.

JESUS LOS JOVENES

Pasión del corazón Mt 26, 36-46

Mc 14, 32-42

Lc 22, 39-46

Sufrimiento sicológico

Pasión de su honor Mt 26, 14-16

Mt 26, 47-69

Mt 27, 11-45

Sufrimiento moral

Pasión de la sangre Mt 27, 27-35

Lc 23, 33-46

Jn 19, 1-30

Sufrimiento físico

- La Pasión de la sangre: sudor de sangre en el

huerto, flagelación coronación de espinas,

camino hacia el Calvario con la cruz a cuestas,

expolio de las vestiduras adheridas a su cuerpo

en llaga viva, crucifixión, lenta y angustiosa

agonía, muerte por asfixia en la cruz...

2.2. Jesús frente al dolor de los demás

• Jesús se conmueve y se identifica con los

que sufren (Mt 9,36; 14,14; 15,32; 25,35-40)

• Jesús se acerca a los enfermos con amor

- Unas veces ellos salen a su encuentro (Mt

9,27)

- Otras, son traidos por los familiares o amigos

(Mc 2,4)

-En ocasiones es el mismo Jesús quien se

acerca a ellos o los llama (Lc 13,12; 18,40) .

• Jesús los acoge, los reintegra en la vida

social y les devuelve la salud (Mt 15,28; Mc

1,41; 7,3435; 8,2; Lc 18,42; Jn 5, 6-8)

• Jesús, no sólo cura la enfermedad, sino que

libera de la culpa y abre a la amistad con Dios

(Mc 2,5; 7,34; Jn 5,14).

• Jesús nos dice cuál debe ser la relación con

el que sufre. No pasar de largo, sino pararse

 junto a él, entrar en sintonía con él -com-

padecerse- y prestarle ayuda, vendar sus heridas

y acompañarle a quien pueda curar su

enfermedad (Lc 10,2937).

Estas actitudes de Jesús frente al dolor,

pueden ser extraídas en grupo, compulsando las

citas evangélicas. Cabe también hacer un  Role

 playing representando la Parábola del Buen

Samaritano (Lc 10, 29-37) con personajes y ante

una situación de hoy (vg. accidente en la

carretera). Tratar de rehuir la comicidad y

proclamar el texto del Evangelio antes o después

de la representación.

La actitudes de Jesús nos ayudan a vislum-

brar desde la fe el sentido del dolor y de la cruz,

su significado redentor. Pero, sobre todo, nos

enseñan a descubrir su para qué: Jesús se somete

a la cruz para cumplir la voluntad del Padre,

para hacer llegar el Reino, como ocasión de

manifestar el amor a Dios y a sus semejantes.

3. NUESTRO COMPROMISO FRENTE AL

DOLOR

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Tu amor alivia el dolor

Hemos visto que el dolor es una experiencia

personal, difícil de expresar con palabras. Todos

tenemos que enfrentarnos en nuestra vida con la

realidad del sufrimiento.

Jesús también pasó por esta experiencia

humana y nos enseñó cómo debemos vivirlo

personalmente y cómo debemos enfrentarnos

con la realidad del dolor y la enfermedad a

nuestro alrededor.

¿Cuál deber ser nuestra actitud frente al

sufrimiento propio y nuestra relación con los

enfermos y con todos los que sufren?

3.1. Actitud ante el sufrimiento propio

La actitud cristiana frente al dolor no es una

actitud masoquista, aunque así se ha presenta-do, a veces. La cruz de Cristo se ha utilizado a

veces para justificar el sufrimiento humano

exhortando a una pasiva resignación que des-

carta de antemano toda lucha por superarlo. Se

ha predicado, a veces, un ascetismo que

considera el sufrimiento como un valor o se ha

invitado a la provocación del dolor o a la

aceptación de muchos sufrimientos o situaciones

dolorosas injustas. E, incluso, se ha llegado a

predicar la imagen de un dios que se complace

en la sangre y el dolor, a quien hay que aplacarcon sufrimientos reparadores.

Pero esa imagen de Dios o de Cristo nada

tienen que ver con la imagen del Padre-el Abba-

que nos presenta Jesús en el Evangelio, ni con

Jesús de Nazaret comprometido por la causa de

la Vida y por combatir el dolor y toda causa de

sufrimiento a su alrededor, ni con la doctrina

actual de la Iglesia sobre el sufrimiento y el

dolor.

• Para una actitud correcta frente al dolor

podemos valernos de algunos testimonios depersonas que sufren y valorarlos desde un punto

de vista cristiano.

Testimonios

 Dar lectura a los testimonios o repartirlo en

un folio copiado y comentar las diversas

actitudes desde un punto de vista cristiano.

Un camino a seguir

Encarnación, 58 años. Con psoriasis desde los

quince. Gradualmente paralítica, sin podermoverse de la cama.

-"He aprendido a escuchar. He aprendido a

aceptar. Es muy importante aceptar las

limitaciones que te impone la enfermedad

aunque sea poco a poco. He intentado sacar

provecho de mi vida enferma. Mi vida no debía

ser inútil. Hacerlo todo por amor y aceptarlo

todo como signo de amor. Y entender que laenfermedad no es un castigo, sino un camino a

seguir".

Todo es gracia

Manuel Lozano Garrido, periodista y escritor.

Más de 25 años con parálisis progresiva.

Muchos años sin moverse de su sillón de ruedas.

Ultimamente se quedó ciego.

"La enfermedad descubre una nueva

dimensión. Soy lento para escribir y también

necesito tiempo para ver las cosas, pero hoy séque a pesar de lo trágico de la enfermedad, es-

toy cumpliendo un destino. Me siento alegre. Y

busco la alegría. He dado muchas clases de

alegría, aunque llevo muchos años sin cantar".

Antes de morir dejó este recordatorio: "Ami-

gos, durante un tiempo no nos veremos; me

adelanto al encuentro con el Padre; os agradezco

que hayáis estado junto a mi muerte como

estuvieseis junto a mi sillón de ruedas. Cuidad

de Lucky (su hermana Lucía) y recordad que

todo es Gracia".

 Muhas cosas han tomado un aspecto distinto

José Carreras, el tenor catalán, diagnosticado

de leucemia, decía en unas declaraciones al New

York Times:

"Muchas cosas han tomado para mí un as-

pecto distinto. Cosas que antes eran importan-

tes, ahora lo son menos, mientras que las más

simples se convierten en un lujo extraordina-

rio... Mis circustancias me acercaron a la

religión.

Recé y descubrí cosas muy positivas; ahora

trato de ayudar a la gente que se halla en la

situación en que yo estuve".

 Me ha servido para acercarme más a Dios

José Luis Pinillos, catedráticos de psicología

de la Complutense, bilbaíno de nacimiento,

científico riguroso y autor de numerosos libros

de su especialidad, cristiano convencido y

practicante al que diagnosticaron cáncer y lamuerte próxima:

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"Al principio experimenté una fase de rebelión

radical, de negación ante la evidencia del

diagnóstico. Después intenté reaccionar,

manteniendo a rajatabla todos mis compro-

misos y mis proyectos de futuro. Esta actitud es

fundamental. Mi experiencia me ha enseñado

muchas cosas: cuando uno se encuentra cerca dela muerte, dejas de dar importancia a cosas que

no la tienen. Y para mí, que soy una persona

creyente, todo aquello me ha servido para

acercarme más a Dios y profundizar en mis

creencias".

Sólo siento el dolor, la impotencia y la rabia

Ana, 22 años, en segundo de pedagogía,

comentando un pasaje de la Resurrección de

Jesús:

"¡Qué envidia poder creer como los discípulos

de Jesús! ¡Qué envidia de los creyentes en la

resurrección, en la vuelta a la vida de un Amigo!

Pero yo sólo siento el dolor, la impotencia, la

rabia ante la pérdida de la gente que quiero, sin

encontrar respuesta a mis preguntas y con un

continuo miedo al no saber ni dónde están, ni

cómo están... Y no es que no quiera creer, es

que no puedo... Sé que los demás no me pueden

ayudar y que la búsqueda es personal... De veras

que yo también busco, porque necesito creer en

algo. Hay veces en que mis gritos por encontrarrespuesta son tan fuertes que se me hacen

insoportables. No estoy segura de poder

encontrar eso que me falta y que necesito para

tapar mi vacío interior. ¡¡¡¿Dónde está?!!!"

Valoración de actitudes

Caben dos modalidades:

a. Entregar a cada uno por escrito la lista de

las frases. Cada cual va puntuando de cinco a

uno el grado de mayor a menor acuerdo con lasmismas.

b. El animador catequista las va proclamando

de una en una y los oyentes manifiestan su

grado de aceptación, según el baremo siguiente:

Totalmente de acuerdo: las dos manos alzadas;

bastante de acuerdo: mano alzada; Indiferente:

brazos cruzados; Bastante en desacuerdo:

 pulgar hacia abajo; Totalmente en desacuerdo:

brazo hacia abajo.

• También se pueden valorar las actitudes

siguientes u otras semejantes.

1. Rebeldía: ¿ por qué tuvo que tocarme a mí?

2. Aceptación: A pesar de todo yo sé que Dios

me quiere.

3. Protesta: Alguien tiene la culpa de lo que

me está pasando.

4. Desesperanza: Dios me ha abandonado.

5. Reconocimiento de los aspectos positivos:El dolor me ayuda a descubrir los buenos

sentimientos de los demás.

6. Lástima: ¡Qué desgraciado soy!

7. Amargura: La felicidad ya no existe para

mí.

8. Fatalismo: hay personas que han nacido

para sufrir.

9. Unión con Cristo: El toma mi carga y la

suaviza.

10. Hundimiento: Yo ya no puedo hacer nadaen la vida.

11. Oración: Senor, ayúdame, que ya no

puedo más...

12. Pesimismo: Esto es un castigo de Dios.

13. Humor: No hay mal que por bien no

venga.

14. Of renda: Suplo en mi carne lo que falta a

la Pasión por Cristo. Lo of rezco por los

misioneros y los voluntarios.

15. ...

 3. Actitud ante el sufrimiento de los demás

Las actitudes de Cristo son una llamada y una

invitación concreta para nuestras actitudes frente

a los enfermos y los que sufren. Podemos llegar

también a una valoración de nuestras propias

actitudes mediante las actividades siguientes.

 Lluvia de ideas:

- Ir anotando en la pizarra o en un mural lasactitudes posibles frente al dolor de los demás,

sin valorarlas en un primer momento, y

admitiendo cualquier respuesta que apunte.

- En un segundo tiempo, el grupo va

calificando en positivo o en negativo, según las

actitudes se correspondan más o menos con un

estilo de vida cristiano.

Valoracion de actitudes

También se puede hacer el ejercicio devaloración de actitudes y puntuándolas como en

el número anterior.

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Testimonios

Se pueden leer o repartir por escrito como en

el caso anterior.

Son ellos quienes nos dan

"Somos novios. Llevamos cinco años en latarea de acompañar al enfermo en el Hospital

Oncológico. Para muchos enfermos, somos una

de las pocas o la única visita que reciben...

Parece que cada viernes somos nosotros los que

vamos a dar, pero al salir del Hospital nos

damos cuenta que realmente han sido los

enfermos quienes nos han dado... Nos dan

grandes lecciones que no vienen en los libros de

Teología: ellos, los que sufren son los preferidos

de Dios y eso se les nota en la cara... Cuando

salimos del Hospital sólo podemos decir que no

hemos hecho nada más que lo que teníamos que

hacer..." Marta y Jesús

 Intentamos ser felices juntos

"Soy estudiante y tengo 21 años. A lo largo

del año me dedico a acompañar a enfermos y

minusválidos de mi ciudad, con los que tengo

muy buenas relaciones de amistad: salimos, nos

divertimos, tratamos temas variados, oramos

 juntos... Intentamos ser felices con lo que Dios

nos da. Al ver un minusválido veo ahora unapersona, alguien con quien compartir en Iglesi y

eso es fabuloso. Ellos me han aportado su

persona, su cariño y, a veces, su dolor..."

 He prendido a valorar la naturaleza, la

salud...

"Vivo en Madrid. En mi contacto con los

enfermos he aprendido a valorar la vida, la

salud, la naturaleza... Nunca me había parado a

pensar lo bonitas que son las amapolas en las

cunetas de las carreteras hasta que una enferma

en su lecho del dolor me dijo: ¡Qué bonito debe

estar el campo ahora, con los árboles llenos de

hojas y los campos todos verdes con las

amapolas en medio de los trigales! Desde

entonces he aprendido a dar otro sentido a la

naturaleza...E igual, con la salud: cuando llego a

casa y veo sanos a todos los míos no puedo

menos de decir: ¡Graeias, Señor, por estar todos

bien!" Santos

 Ellos a mí me hacen muy feliz

«Soy una chica de 18 años y me siento muy

atraída por las personas que presentan alguna

minusvalía física. Siempre pensé que eran ellos

quienes necesitaban nuestra ayuda y debíamos

ser amables y cariñosos eon ellos. Pero en la

eonviveneia eon ellos me he dado cuenta que no

es así: que son ellos quienes nos ayudan a

nosotros... Yo no sé si estando con ellos los

hago felices; lo que sí puedo decir es que ellos a

mí me hacen feliz". Asunción

 Las limitaciones enriquecen a las personas

"Somos una pareja de jóvenes que nos

conocimos en un movimiento de Iglesia

dedicado a las personas con deficiencias. Al

eabo de siete años hemos descubierto que las

limitaciones físicas muchas veces no

disminuyen a las personas por lo que son mucho

más que por la fachada o apariencia. Hoy

sabemos que Dios está en cada uno de nosotrosy nos ama sin hacer distineiones entre enfermos

y sanos...". Manuel y Marta

3.3 Cómo ayudar a los que sufren

Sin duda que todos los testimonios anteriores

nos mueven a querer eoneretar un servieio más

eereano los enfermos y a todos lo que sufren.

Pero, ¿eómo haeerlo? El testimonio siguiente

puede ayudarno a intentar aportar una mirada de

cariño, una sonrisa y unas manos puestas a su

servicio.

Más corazón en las manos

Tiene 26 años. Es auxiliar geriátrico,

diseñador de moda y pintor. Trabaja en

Barcelona. Lo deja todo y se marcha a la India a

cuidar leprosos con la madre Teresa de Calcuta.

Preguntado si hay que tener una vocaclón

especial para tratar y servir a ancianos y

enfermos, responde: -"Lo que hay que tener es

una mirada, una sonrisa y unas manos".Una mirada: hay miradas que se interesan por

uno, miradas que confortan, miradas de paz,

miradas de bondad, miradas que infunden ánimo

y esperanza, miradas capaces de transmitir

compasión, afecto y ternura.

Una sonrisa: Se ha dicho que, después de

todo, sólo hay en el mundo tres cosas de valor:

ser bueno, hacer el bien y manifestarlo con una

plácida sonrisa. O.S. Marden escribió: "La

sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única

capaz de mover lo inamovible".

Unas manos: Los biógrafos de San Camilo de

Lelis cuentan que enseñaba a los novicios cómo

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debían mudar de ropa a los enfermos y cómo

debían hacerles sus camas. Sabía que una cama

puede representar un elemento de gran alivio

para el enfermo, pero también un tormento y

que las manos tenían una gran importancia.

Dicen que, a veces, aconsejaba: -"¡Quiero ver

más afecto materno! Hemos de poner más

corazón, más alma en las manos".

(J.M. Alimbau, Palabras para el silencio,

Ediciones STJ 1994)

Orientaciones y compromisos concretos

He aquí una lista de rientaciones que pueden

yudamos a concretar uestro servicio a los

nfermos y a los que ufren. Han sido laboradas

por un grupo e jóvenes y podemos añadir otras.

Se trata de que escojamos nuestro ompromiso

concreto de servicio.

Nuestro compromiso on los enfermos será un

servicio a Jesús porque él está presente en todos

los que sufren: "Estuve enfermo y vinisteis a

verme" (Mt 25,36).

Posibles compromisos

1. Acercarse al enfermo con sinceridad.

2. Ponerse en su lugar y tratar de comprender

sus reacciones.

3. Tratar de conocerle en su historia y susvalores.

4. Ponerse a su disposición para cuanto

necesite.

5. Compartir la realidad que él vive sin

dedicarse a teorizar.

6. Evitar palabras vacías de sentido sobre el

dolor y la salud.

7. Procurar aliviarle su dolor.

8. Infundirle ánimos y esperanza.

9. Hacer nuestros sus sufrimientos.

10. Distraerle de sus preocupaciones.

11. Rexionar personalmente sobre el sentido

del dolor.

12. Orar por él y con él -si lo desea- desde su

vida.

13. Ayudarle a recorrer su propio camino y a

su ritmo.

14. Hacerle sentirse útil.

15. Ayudarle a madurar en su fe y en su amor.

16. Sacarle de sí mismo y abrirle a los demás.

17. Acercarle a Jesús, sin sermonear.18. Ayudarle a encontrar el sentido a su dolor.

19. Ponernos juntos a la escucha de lo que

Dios quiere.

20. Hacerle sentirse querido y aceptado.

21. Acompañarle en silencio.

22. Darle ocasión para desahogarse y decir lo

que quiere.

23. Llevarle un buen libro.24. Comentarle buenas noticias de la familia o

los amigos.

25. Respetarle profundamente.

A MI ME LO HICISTEIS

Estuve enfeno y me llamaste por mi nombre.

Estuve enferrno y venías cada mañana

sonriente a decirme: ¡Buenos días!

Estuve enfermo y fui para ti alguien y no algo.

Estuve enfermo y aceptaste con paciencia mis

impaciencias.

Estuve enfermo y siempre que venías a verme

me dabas paz.

Estuve enfermo, llegué con miedo y apurado y

me acogiste con cariño.

Estuve enfermo y diste vuelta a mi almohada

para que estuviera mejor.

Estuve enfermo y me tratabas con

competencia.

Estuve enferrno y me diste lo que más

necesitaba: cariño. comprensión, escucha y

amor.

Estuve enfermo y me diste a Dios.

Pedro Núñez.