Capítulo 6 Aspectos Clínicos de la Gripe · El impacto anual del virus de la influenza en una ......

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Capítulo 6Aspectos Clínicos de la Gripe

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Capítulo 6.- Aspectos Clínicos de la Gripe

A. Introducción: Características generales de la Gripe

B. Patogénesis de la infección gripal

C. Clínica

D. La Gripe en los niños

E. Complicaciones del proceso gripal

F. Complicaciones en los niños

G. Complicaciones en el caso de la Pandemia de Gripe A H1N1

2009.-

H. Recuperación tras la infección gripal

I. Diagnóstico de la Gripe

J. Impacto de la infección gripal

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CAPITULO 6.-

A. INTRODUCCIÓN: CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA GRIPE

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A. INTRODUCCION: CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA GRIPE

Cada año, un numero importante de ciudadanos, que puede oscilar entre el

5% al 20% de la población mundial, sufrirá un cuadro respiratorio agudo,

febril, que comienza de forma abrupta y progresiva con intensa afectación

del estado general, producido por la infección por el virus gripal. Este es un

virus dotado con una gran capacidad de adaptación que le convierte en un

virus en continua evolución de una forma casi perfecta, cuyo reservorio

natural son las aves silvestres y desde ahí es capaz de evolucionar y

adaptarse a otros reservorios donde se incluyen los mamíferos.

El virus de la gripe es impredecible y muy variable, esa variabilidad se

presenta en todas las formas analizables, tanto en la infección como en la

enfermedad: su forma de presentación, la duración, la intensidad, los virus

implicados y sobretodo la correlación de las cepas vacunales y gripales en

términos de eficacia.

Su aparición es generalmente estacional a finales de otoño o principios de

invierno en cada uno de los hemisferios, viéndose afectados prácticamente

todos los grupos de edad, aunque no con la misma frecuencia e intensidad.

El impacto anual del virus de la influenza en una población como la

española con unos 42 millones de habitantes es importante ya que un 5-

10% llegarían a infectarse, de los cuales el 50% desarrollarán síntomas, con

el consiguiente uso de recursos asistenciales y algunos terminarán siendo

hospitalizados y lamentablemente un numero variable de personas, entre

1.000 a 3.000, todos los años mueren por causa de la gripe estacional.

Es evidente que existe un riesgo desproporcionado en cuanto a morbilidad y

mortalidad causada por este virus, sobretodo en niños, en pacientes con

cuadros crónicos, personas de edad avanzada, pero es importante recordar

que no son los únicos que se ven afectados por esta enfermedad, ya que

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dependiendo de la naturaleza del virus, también personas sin patologías

previas puede sufrir los peores efectos de la infección gripal.

La infección por el virus gripal se trasmite por contacto directo con

secreciones, que expele la persona infectada al hablar, toser o estornudar,

en forma de partículas grandes o pequeñas; y también por contacto

indirecto, a través de las manos u objetos infectados. En cualquier caso, es

una infección altamente contagiosa. El tiempo que pasa entre el momento

del contagio al comienzo de los síntomas es breve, entre 1 a 3 días, siendo

en el caso del adulto, contagiante desde 1 día antes del comienzo de los

síntomas hasta 1 semana después, lo que da idea del potencial de

transmisión del virus gripal.

Cuando aparece una epidemia de gripe en una comunidad, lo hace de una

forma muy característica, su comienzo es súbito y de corta duración,

alcanzando el pico de mayor actividad en pocas semanas siendo su duración

total de 4 a 8 semanas. Su distribución es amplia afectando a importantes

grupos de población, y su presencia se hace notar por el rápido incremento

de cuadros de infección respiratoria aguda en la población, especialmente

en la infantil, donde puede afectar a un 30% de niños, con el consiguiente

aumento del absentismo escolar, aumento de las visitas médicas, masiva

utilización de los servicios de urgencia, servicios hospitalarios y bajas

laborales.

Uno de los puntos mas importantes a considerar en el impacto de la gripe,

es que en la gripe estacional, no todos los grupos de la población sufren de

la misma forma la presencia de la infección gripal, siendo como es conocido

mucho más frecuente la infección por virus gripal A en los grupos más

jóvenes, en quienes la tasa de ataque, es máxima (entre el 20 y el 30%) en

los niños de 0 a 4, de 5 a 9 años y de 10 a 19 años , para decaer en los

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grupos de edad de mas de 20 años (tasa de ataque de gripe inferior al

10%)

En el caso de la infección por el virus gripal tipo B, la tasa de ataque es muy

elevada entre niños hasta los 10 años, para descender posteriormente en el

resto de los grupos de edad

En el bien conocido caso del aumento de mortalidad coincidente con las

epidemias de gripe, Serflung et al, hacen un análisis de 3 epidemias en los

EEUU, comprobando que ese aumentó de la mortalidad afecta sobre todo a:

1.- Personas de mas de 75 años con una tasa de mortalidad de 70 /100.000

2.- Personas de entre 65 y 74 con una tasa de 25/100.000

3.- Niños menores de 1 año y adultos entre 45 a 64 años con una tasa de

mortalidad de 8 a 9/100.000

Si esta es la descripción de un escenario de gripe que tanto en el hemisferio

Norte como en el hemisferio Sur, aparece todos los años coincidiendo con

determinadas condiciones de temperatura y humedad, no siempre las

expectativas producidas por el virus gripal son iguales. En efecto, la historia

de la humanidad nos ha mostrado que la infección por el virus gripal

presenta otro aspecto más preocupante y es el que cada cierto tiempo, sin

poder establecer una ecuación que nos diga cuando, el virus gripal aparece

amenazante produciendo epidemias que se extienden por todos los

continentes en cortos periodos de tiempo y en sucesivas oleadas. Son las

bien conocidas pandemias que no solo aparecen fuera de la época habitual

de la gripe, sino que también lo hacen afectando preferentemente a grupos

de población distintos de los habituales en la gripe estacional. Ante esta

amenaza, surgen lógicamente muchas preguntas, que van desde el mero

escepticismo hasta el pánico no contenido, generando una alarma que

algunos podrían pensar si esta o no justificada.

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Evidentemente, el protagonista de esta situación, el virus gripal, tiene una

gran capacidad para generar una seria amenaza sobre la salud de los

ciudadanos a nivel mundial. El virus gripal presenta una estructura

organizada con una capacidad para replicarse a nivel celular que lo

convierten en un modelo de virus prácticamente único en su carácter de

generar posibles nuevas variantes, algunas de ellas con un marcado cambio

en su estructura antigénica y/o en su genio patogénico capaz de provocar

una infección a escala mundial, en el caso de que la mayoría de la población

no tuviera mecanismos de respuesta inmunológicos para hacer frente a la

infección. Por lo tanto, es la propia estructura del virus gripal y su carga

genómica, los verdaderos responsables de la generación de una variante

capaz de mantener en alerta a los servicios sanitarios del mundo,

generando una seria amenaza para el ser humano.

En el caso del virus gripal, nos enfrentamos con un virus que tiene un gran

potencial para provocar una diseminación rápida, por su capacidad

altamente contagiante, presente ya en exudados nasofaríngeos antes de la

aparición de los síntomas, relativamente resistente al medio ambiente, con

un reservorio natural que es capaz de afectar a diferentes tipos de

animales tanto silvestres como domésticos, y que en definitiva le convierten

en un virus con una gran capacidad para su rápida expansión a nivel

comunitario, regional, nacional, continental e incluso mundial siempre y

cuando se den una serie de circunstancias que favorezcan ese potencial.

Con este panorama, sin duda la percepción sobre el virus gripal ha ido

forzosamente cambiando desde una perspectiva de escasa repercusión

sobre la salud, incluso de banalidad, obviamente falsa, hasta la de

convertirse en una seria amenaza con repercusiones socio sanitarias

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extremadamente importantes que ha generado alarmas y sobre todo

preocupación entre las autoridades sanitarias y la población en general.

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B. PATOGENESIS DE LA INFECCIÓN GRIPAL

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B. PATOGENESIS DE LA INFECCIÓN GRIPAL

En los humanos, el virus gripal presenta un elevado tropismo por el epitelio

del tracto respiratorio superior, y con menor frecuencia por el tracto

inferior, gracias a la presencia de receptores celulares específicos, a los que

se adhiere la Hemaglutinina. Luego, el virus gripal, penetra en la célula

para iniciar el proceso de replicación que dará lugar a la producción de miles

de nuevas partículas virales. La liberación de estos nuevos virus desde la

célula infectada por la acción de la Neuraminidasa, sirve para iniciar un

nuevo proceso infeccioso, llegando a nuevas células o nuevos huéspedes,

diseminándose rápidamente, mientras la célula afectada muere por la

acción directa de ese proceso de replicación. Este proceso dura solamente

unas pocas horas y a las 24 horas post infección, la concentración de virus

gripales en faringe y mucosa nasal ya es elevada, aumentando la

concentración del virus en las siguientes 24 a 48 horas.

Ante esta situación, la célula que ha sido infectada por el virus gripal,

pierde su capacidad funcional, con lo que tras unos días post infección

gripal, los tejidos afectados muestran alteraciones morfológicas evidentes

con una intensa inflamación del tracto respiratorio afectado, mayor que la

producida por otros virus respiratorios distintos del virus gripal. A nivel

celular, lo más notable es la perdida de su función de motilidad, de limpieza

y eliminación de microorganismos, con lo que el riesgo de contaminación y

sobreinfección bacteriana es, por la modificación del terreno, mucho mayor,

lo que le convierte en un verdadero caldo de cultivo especialmente para

patógenos bacterianos, presentes en la zona afectada.

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Es improbable la presencia de una viremia en el trascurso de la infección

gripal.

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C. CLÍNICA

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C. CLÍNICA

Aunque dependiendo del virus gripal, puede haber casos asintomáticos, la

clínica habitual de la gripe incluye signos y síntomas bien conocidos tanto

en niños como en adultos, como fiebre elevada, intenso dolor de cabeza,

mialgia, tos, rinitis y síntomas oculares, siendo destacable la intensa

afectación del estado general. El cuadro clínico más típico, en el caso de

gripe no complicada, se suele presentar con la triada clásica de fiebre alta,

cefaleas y dolor muscular de inicio abrupto seguido de síntomas

respiratorios.

La gravedad de la infección gripal es mayor en determinados grupos de

población que globalmente considerados incluirían a:

Los muy pequeños.

Los mayores.

Los inmunocomprometidos, incluidos los pacientes con alteraciones

metabólicas, diabetes, urémicos, renales.

Enfermos crónicos.

Pacientes afectos de cuadros cardiacos y pulmonares.

Aunque sin duda los que mayor riesgo de complicaciones presentan en este

grupo serian:

Los hospitalizados por neumonía o gripe anteriores.

Edad de más de 80 años.

Los que se encuentran en edades entre los 65 y 80 años con cuadros

de cáncer, enfermedad cardiaca, enfermedad pulmonar, los que se

encuentran en diálisis, los que presentan demencia o han sufrido

algún episodio de accidente cerebrovascular.

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El periodo de incubación es, por lo general, de 18 a 36 horas, aunque puede

llegar a ser de hasta tres días. Ocasionalmente puede aparecer un periodo

prodrómico leve, consistente en tos, malestar general y sensación de frío,

pero el comienzo brusco es mucho más característico. El síntoma inicial que

aparece con mayor frecuencia es la fiebre con temperatura de mas de

38,5ºC, acompañada o no de escalofríos, y una cefalea importante,

generalizada o frontal. En muchos casos existe una alteración del estado

general, que hace que el paciente prefiera estar en cama y aparecen

mialgias especialmente en extremidades inferiores y región lumbo-sacra.

Dentro de la evolución natural del cuadro gripal se pueden dar varias

opciones, la mas común es que los síntomas vayan gradualmente cediendo,

especialmente la fiebre y los dolores, si bien pueden persistir durante una

semana. Una variante, que se presenta con relativa frecuencia, consiste en

una disminución rápida de la temperatura después del pico inicial con una

nueva elevación al día siguiente. Lo habitual es que la gravedad de los

síntomas de la enfermedad lleven un curso paralelo a la elevación y

duración de la fiebre. Toda la sintomatología respiratoria puede estar ya

presente desde el inicio de la enfermedad, pero desde luego se hace más

prominente cuando las manifestaciones clínicas sistémicas y la fiebre

comienzan a ceder. En la mayor parte de los casos nos encontramos con

estornudos, rinorrea y obstrucción nasal, siendo menos frecuente la

aparición de ronquera. En más de las tres cuartas partes de los casos se

desarrolla tos durante el transcurso de la enfermedad, siendo de carácter

productiva en la tercera parte de los mismos. Es casi invariable la presencia

de un cierto grado de postración que, generalmente, constituye la

manifestación más prominente y alarmante. Por toda esta serie de

manifestaciones clínicas esta enfermedad repercute en la utilización de

recursos sanitarios, consultas, hospitalización, atención domiciliaria, uso de

antimicrobianos, absentismo laboral y escolar, etc.

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Algunos síntomas de la gripe son comunes a todas las edades; sin embargo

otros son más específicos de determinados grupos de edad. Por ejemplo, en

ancianos es frecuente la aparición de disnea o la producción de esputo,

mientras que en niños son síntomas frecuentes la fiebre, otitis media, las

convulsiones y las molestias abdominales. Los pacientes

inmunocomprometidos no presentan unas manifestaciones clínicas de la

gripe significativamente distintas de los sujetos sanos, aunque sí se ha

demostrado que la enfermedad puede tener una mayor duración y que el

virus puede persistir replicándose durante semanas o meses.

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D. LA GRIPE EN LOS NIÑOS

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D. LA GRIPE EN LOS NIÑOS

Los niños tienen un papel esencial en la diseminación del virus gripal,

influyendo notablemente en las peculiaridades y gravedad de las

epidemias. La enfermedad se propaga entre los más pequeños de forma

rápida dada la aglomeración de niños en guarderías y colegios; la tasa de

ataque en preescolares y escolares es superior al 30% siendo más elevada

en los que acuden a guarderías. Los niños son los mayores diseminadores

de la enfermedad debido a que excretan virus desde una semana antes y

hasta una después del inicio de los síntomas clínicos, mientras que el adulto

solo lo hace desde dos días antes hasta cinco después de iniciada la

enfermedad. También la carga viral de virus excretados es marcadamente

mayor en el niño que en el adulto.

La gripe en los niños no produce una mortalidad elevada, pero sí es motivo

de un elevado consumo de recursos sanitarios. Las consultas pediátricas

llegan a incrementarse en un 50-100% y por lo tanto crece

considerablemente el consumo de antibióticos y el número de ingresos

hospitalarios. Esta situación es especialmente frecuente en los lactantes, los

niños sanos menores de 24 meses y en los que padecen una enfermedad de

base (diabetes, nefropatías, tumores muscoviscidosis, neumopatías

crónicas, inmunodepresión).

La enfermedad en la edad infantil tiene un indudable impacto

socioeconómico porque comporta un notable absentismo escolar y faltas al

trabajo por parte de los padres que, o se contagian, o deben cuidar a sus

hijos mientras están enfermos.

En definitiva en la edad pediátrica, la presencia de gripe anual, se refleja

en que:

1.- La mayoría de los niños se tratan como pacientes ambulatorios.

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2.- Hay un aumento del absentismo escolar o de guarderías que conlleva

implícitamente un aumento del absentismo laboral de los padres.

3.- Hay un aumento considerable de las consultas médicas y de las visitas a

urgencias.

4.- No son infrecuentes las complicaciones que exigirán hospitalización,

especialmente entre los más pequeños.

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E. COMPLICACIONES DEL PROCESO GRIPAL

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E. COMPLICACIONES DEL PROCESO GRIPAL

La razón por la que los virus gripales, además de la enfermedad, tienen un

especial impacto posterior, es porque predisponen a los pacientes

infectados a un número importante de complicaciones, tanto de naturaleza

infecciosa como no infecciosa, algunas de ellas muy frecuentes como es el

caso de las otitis medias agudas en niños, o sinusitis y neumonías. Quizás

uno de los aspectos más interesantes a señalar es que los virus gripales son

capaces de desestabilizar cuadros crónicos que el paciente ya presentaba

cuando sufrió la infección gripal, es decir, provocan exacerbaciones,

complicaciones agudas de su proceso crónico, habitualmente de naturaleza

cardiaca o respiratoria. De hecho, las complicaciones cardiacas, son

probablemente la complicación mas frecuente observada tras una infección

gripal en el conjunto de la población. No hay que olvidar que en el caso de

los niños y los muy mayores, la deshidratación podría estar presente tras

sufrir un proceso gripal. También deberíamos pensar que puede que existan

algunos factores genéticos relacionados con la presencia de complicaciones

y en este sentido podrían propiciar cierta inclinación hacia el desarrollo de

esa combinación letal de virus y bacterias (gripe y S. aureus /S.

pneumoniae).

Dentro de las complicaciones observadas con ocasión de la última pandemia

en 2009, sobresalían los daños neurológicos, asociados a la infección gripal

en niños y adultos jóvenes, considerando que es una de las complicaciones

emergentes en los últimos años.

Podríamos sistematizar las complicaciones responsables del aumento de los

ingresos hospitalarios y del aumento de la mortalidad en dos grandes

apartados:

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1.- Complicaciones infecciosas.-

Dentro de las complicaciones infecciosas, las complicaciones respiratorias

son las más frecuentes y dentro de estas hay que destacar:

Crup en niños pequeños.

Otitis media aguda en niños.

Neumonía primaria por el virus gripal.

Infección bacteriana secundaria (neumonía) por:

Streptococcus pneumoniae.

Staphlyococcus aureus.

Hemophilus influenzae.

2.- Complicaciones no infecciosas

Asimismo existen otras complicaciones que sin ser infecciosas, pueden ser

responsables de un elevado número de complicaciones, y por ello tienen

una gran importancia desde el punto de vista patogénico. En la actualidad

estamos conociendo como la mortalidad asociada al virus de la gripe e

incluso al nuevo virus pandémico no tiene que ver de forma exclusiva, con

complicaciones de tipo infeccioso, ya que solamente una parte de ellos

sufren esa condición, sino que tiene que ver más con la alteración de sus

componentes crónicos entre los que destaca el hecho de que la mayor parte

de las muertes atribuibles a gripe podría ser debido a alteraciones de tipo

cardiaco. En ese sentido, es posible hacer un llamamiento a los

profesionales, en considerar la vacunación antigripal en todos aquellos

pacientes que sufran problemas relacionados con el área cardiovascular y

circulatoria, pero no solamente los enfermos cardiacos sino también los

hipertensos, a pesar de que la hipertensión no sea uno de esos elementos

que figuran en los manuales para hacer frente a la gripe mediante la

vacunación.

Se pueden enumerar como complicaciones no infecciosas, entre otras:

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a- Complicaciones de la funcionalidad cardiaca, incluyendo infarto miocardio

b.- Miositis, rara aunque mas frecuente en niños.

c.- Síndrome de Reye, afectación hepática (acúmulos grasos) y del SNC

(edema cerebral), con mayor riesgo para niños, y los que toman aspirina.

d.- Afectación sistema nerviosos periférico (Síndrome Guillan-Barré).

e.- Estudios recientes apuntan hacia la posibilidad de encefalopatía

especialmente en los menores de 21 años.

Recordar que las causas más importantes de mortalidad tras infección gripal

están asociadas con Neumonía bacteriana y Fallo cardiaco y que el 90% de

estas muertes ocurren en personas de más de 65 años, en las epidemias de

gripe estacional.

Las hospitalizaciones asociadas a gripe aumentan durante los periodos de

epidemia gripal, como refleja el trabajo de WW Thompson quien analizando

el numero de hospitalizaciones anuales por cuadros respiratorios y

circulatorios en EEUU con hospitalizaciones en épocas sin brotes de gripe,

comprobó que pueden aumentar un 40% en comparación, manteniéndose

de forma mas o menos constante a lo largo de los años desde 1979 hasta

2001 y siendo máxima entre los pacientes considerados de riesgo elevado

de sufrir complicaciones.

En el caso de hospitalización por problemas respiratorios con tasas de de

alrededor de 40/10.000, mas de la mitad de estos son considerados

pacientes de alto riesgo y especialmente en los sujetos de mas de 65 años.

Muy importante es comprobar que es lo que ocurre con los niños entre 0 a 4

años, el segundo grupo mas importante de hospitalización por enfermedad

respiratoria, en donde la tasa es de 36/10.000, pero a diferencia del grupo

anterior solamente el 10% según Glezen et al., estaría considerado como

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niños de alto riesgo para sufrir complicaciones Izurieta et al., analiza los

subgrupos etarios desde menores de 2 años hasta el de 5 a 17, reflejando

un aumento considerable en los niños menores de 2 años considerados de

alto riesgo con tasas de 1.000/100.000 para descender hasta tasas de

hospitalización por enfermedad aguda respiratoria a 300/100.000

Neuzil et al, publican las observaciones realizadas en las hospitalizaciones

por problemas cardiorrespiratorios en invierno en EEUU en adultos y

señalan que aquellos con condiciones de alto riesgo, presentan tasas muy

superiores a los pacientes sin esas condiciones en todos los grupos

estudiados, 18-49 años 6,8/1000 vs. 0,8/1000, grupo de 50 a 64 años

4/1000 vs. 1,6/1000 y en los de mas de 65 años 10,6/1000 vs. 4,8/1000

Por otra parte, aunque la mayor tasa de complicaciones, hospitalizaciones y

mortalidad se da entre los de más de 65 años, en algunas temporadas de

gripe, un impacto importante aparece en sujetos menores de 65 años.

Desde un punto de vista teórico, se podrían observar diferencias según el

virus gripal responsable de las epidemias. Tradicionalmente se ha aceptado

que el virus gripal tipo A H3N2, tiende a tener un mayor impacto en la salud

poblacional en términos de hospitalizaciones y neumonía asociada a gripe.

El virus gripal tipo B, y el antiguo virus estacional gripal tipo A H1N1

tendrían menos impacto poblacional pero afectarían en mayor medida a

personas más jóvenes que el virus H3N2.

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F. COMPLICACIONES EN LOS NIÑOS

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F. COMPLICACIONES EN LOS NIÑOS

También los niños sanos sufren las consecuencias de la infección gripal,

especialmente los menores de 2 años. Estos niños pequeños y los muy

pequeños, son la parte de la población más susceptible a la infección por el

virus gripal, por su falta de experiencias gripales anteriores, es decir no

presentan inmunidad previa a ninguno de los virus gripales. En los niños

menores de 1 año, las tasas de hospitalizaciones por complicaciones del

cuadro gripal, pueden ser similares a las de los adultos mayores. Por ello,

los niños presentan dos componentes esenciales para el virus gripal:

1.- Su elevada susceptibilidad: el virus infecta rápidamente a este grupo de

población, siendo los verdaderos centinelas de la infección gripal, a partir de

los cuales se extiende rápidamente por el efecto guardería, colegios,… a

otros niños y a la población general, por que son mas eliminadores de virus

y durante mas tiempo, dos semanas.

2.- La posibilidad en los más pequeños, de complicaciones de gripe.

Cada vez, son más las sociedades científicas instituciones que abogan por

inmunizar a los niños para limitar la circulación del virus en una

comunidad, y también para evitar en los más pequeños la aparición de

complicaciones tras la infección gripal. Un tercer elemento a considerar en

la vacunación a los niños, es limitar el absentismo no solo escolar sino

también el laboral, de sus cuidadores, los padres.

Es evidente que cualquier niño, que presenta algún problema de salud,

debe ser protegido frente a la gripe, al estar considerados como grupo de

riesgo, lo mismo que los niños entre los 6 a los 18 meses de edad que

reciben aspirina por largos periodos de tiempo, deben ser vacunados cada

año.

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Neuzil et al., analizan lo ocurrido en el aumento de hospitalizaciones por

problemas cardiorrespiratorios, en las epidemias gripales en EEUU entre

1974 a 1993, en los niños entre menores de 6 meses hasta los 15 años,

comprobando que las tasas anuales /10.000 oscilan entre 10 para los

menos de 6 meses, 45 en los comprendidos entre 6 a 12 meses, 20 en los

de 1 a 3 años, 10 entre los de 3 a 5 años y menos de 10 entre los de 5 a 15

años Recientemente, Poehling hace una llamada de atención sobre el

impacto de la infección gripal en niños, que pasa desapercibida de forma

mayoritaria, ya que muy pocas infecciones gripales en niños son

clínicamente evidentes, a pesar de que las consultas medicas de niños en

épocas de gripe son entre 10 a 250 veces mas frecuentes que las

hospitalizaciones

Las embarazadas, también están incluidos dentro del grupo de personas

que pueden sufrir complicaciones, bien por la tolerancia inmune

desarrollada durante el embarazo o bien por la mayor demanda

cardiorrespiratoria de los últimos meses de embarazo. En cualquier caso,

las embarazadas tienen un riesgo 2 a 5 veces mayor de sufrir

complicaciones que las mujeres de su misma edad no embarazadas.

Asimismo, debe contemplarse la circunstancia del posible efecto de la

infección gripal sobre el feto, aspecto no bien aclarado, pero en donde

existe una circunstancia que favorece a las mujeres embarazadas que se

vacunan frente a la gripe, y es la de la protección al recién nacido, ya que

como es bien sabido a los neonatos, no se les puede vacunar de gripe hasta

que cumplan 6 meses de edad, por tanto o se vacuna la madre embarazada

para trasferir protección de forma pasiva, que durara entre 4 a 6 meses, o

se vacunan todos los convivientes familiares del recién nacido, para generar

un entorno seguro frente a la gripe.

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G. COMPLICACIONES EN EL CASO DE LA PANDEMIA DE GRIPE A H1N1 2009

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G. COMPLICACIONES EN EL CASO DE LA PANDEMIA DE GRIPE A

H1N1 2009

Aunque dotado del mismo potencial patogénico que otros virus estaciones,

el virus pandémico, fue capaz de provocar una serie de alteraciones

diferentes a los de la gripe estacional, como es el caso de que su mayor

actividad se concentró en niños mayores y adultos jóvenes, sin afectar de

forma significativa a los mayores de 60 años, particularmente protegidos en

esa pandemia.

Los pacientes con problemas médicos cardiopulmonares, fueron

considerados grupo de riesgo al igual que en el caso de la gripe estacional.

No obstante, muchas de las complicaciones se dieron en personas

previamente sanas, adultos jóvenes con obesidad mórbida y en sujetos con

enfermedades respiratorias, que configuraron junto con embarazadas los

grupos de riesgo mas importantes para este nuevo virus pandémico. En

muchos de estos casos, las complicaciones pulmonares fueron lo mas

habitual, en forma de neumonía gripal primaria, en el caso de sujetos

adultos, que podían progresar rápidamente a un distrés respiratorio agudo,

necesitando de ventilación asistida. En el caso de niños, la infección

bacteriana secundaria era la mas frecuentemente observada, especialmente

la neumonía producida por S aureus, incluido el meticilin resistente, con una

tasa de mortalidad elevada. Asimismo, también se han descrito, aunque con

menor frecuencia las complicaciones neurológicas y cardiacas.

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H. RECUPERACIÓN TRAS LA INFECCIÓN GRIPAL

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H. RECUPERACIÓN TRAS LA INFECCIÓN GRIPAL

La presencia del virus gripal en el tracto respiratorio, provoca la aparición

de un mecanismo de defensa a nivel local, que trata de retardar los efectos

de la infección, dando tiempo a que el sistema inmunológico general

prepare sus mecanismos mas adaptados a las características del virus

gripal. En este mecanismo de respuesta participarán células y productos

que participan en varias fases:

- Inflamatoria a nivel local y general (activación del Interferón y células

NK).

- Neutralización del virus gripal (linfocitos B, producción de anticuerpos,

células memoria).

- Instauración de una mecanismo de defensa celular citolitico (linfocitos T,

producción de citoquinas, mecanismos citolíticos).

- Reparación de tejidos, que en este orden de acontecimientos, será el

ultimo en aparecer.

Sin duda, la reacción más importante en el caso de la infección gripal es la

puesta en marcha de un sistema de respuesta inmunológica general, con la

producción de un número importante de citoquinas inflamatorias, que son

responsables en gran medida de los síntomas gripales especialmente los

relacionados con fiebre, mialgia y afectación del estado general.

Habitualmente, la gripe es una infección limitada al sistema respiratorio,

siendo reconocida como una enfermedad autolimitada excepto en el caso de

una ausencia completa de inmunidad, que se da en los que nunca han sido

previamente infectados por un virus gripal, o en el de los pacientes que son

incapaces de producir una respuesta inmune adecuada, es decir en los muy

jóvenes y en los mayores, presentando una mayor tendencia a la aparición

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de complicaciones respiratorias, neumonías primarias o sobreinfecciones

bacterianas.

Un caso extremo sería el de que aparezca un nuevo subtipo de virus gripal

A, hacia el que no hay una inmunidad preexistente, como en el caso de

emergencia de una cepa pandémica, en el que incluso adultos muy jóvenes

podrían sucumbir dentro de las primeras 48 horas del comienzo de los

síntomas debido a la extraordinaria producción de una respuesta

inflamatoria que llevara a la producción de un síndrome de distress

respiratorio. Este fenómeno es lo que ha llamado la atención en la

pandemia gripal de 1918, en donde los mas afectados fueron adultos

jóvenes entre 18 y 30 años, en los que la infección gripal provoco una

reacción exagerada del sistema inmunitario, provocando lo que se ha

denominado “tormenta de citoquinas”, por lo que aquellas personas con un

sistema inmune mas potente, fueron las mas afectadas, las que mas

sufrieron los efectos letales de la infección gripal.

En el caso de la protección inmune frente a la reinfección por virus gripal,

intervienen de forma especial, los anticuerpos producidos frente a las

proteínas de superficie HA y N, siendo mas importantes los producidos

frente a la Hemaglutinina por su carácter de anticuerpos neutralizantes. Por

otra parte, las clases de Inmunoglobulina con carácter anticuerpo que

intervienen en este proceso de protección son IgA e Ig G, esta última es

menos eficiente que IgA, pero permanece durante más tiempo.

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I. DIAGNÓSTICO DE LA GRIPE

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I. DIAGNÓSTICO DE LA GRIPE

El seguimiento adecuado de pacientes con enfermedad respiratoria depende

tanto de la precisión del diagnóstico como de su precocidad. La información

de vigilancia de la gripe y las pruebas diagnósticas pueden contribuir al

juicio clínico y a tomar las decisiones sobre el tratamiento. Por ejemplo, el

diagnóstico precoz de la gripe puede reducir el uso inapropiado de

antibióticos y considerar la opción de usar tratamiento antiviral. La precisión

del diagnóstico clínico de la gripe basándose solo en los síntomas es

limitada, aunque durante una epidemia o brote de gripe, el 70% de los

adultos sin enfermedad previa, con los síntomas típicos, tendrán gripe

confirmada por el laboratorio, sin que este diagnostico virológico modifique

las perspectivas de tratamiento. Sin embargo, la confirmación por el

laboratorio de gripe, puede ser altamente beneficiosa cuando el virus gripal,

todavía no esta circulando ampliamente en la comunidad o en el caso de

personas con problemas médicos conocidos que podrían modificar la forma

de presentación y evolución de la posible gripe o en el caso de los viajeros.

Tres aspectos hay que tener en cuenta respecto a las pruebas de

laboratorio de confirmación de gripe:

1.- Los valores predictivos negativos y positivos de las diferentes pruebas

varían con la prevalencia de gripe en la población.

2.- Las pruebas de laboratorio deben ser interpretadas conjuntamente con

la información clínica y epidemiológica.

3.- Si existe suficiente sospecha clínica para iniciar el tratamiento con

antivirales, no debe esperarse a tener la información sobre el diagnostico de

laboratorio.

Actualmente existen una gran variedad de pruebas disponibles para la gripe

que incluyen cultivo vírico, serología, prueba rápida de antígeno, PCR y PCR

218

a tiempo real, y tinciones de inmunofluorescencia. Las muestras con mejor

rendimiento para el diagnostico son las nasofaríngeas obtenidas al principio

de la enfermedad y en los niños los aspirados o frotis nasales. Hay pruebas

diagnósticas rápidas que permiten detectar virus influenza en 30 minutos,

pero de utilidad muy limitada por las importantes diferencias en la

sensibilidad (10 al 71%) y especificidad, por tanto una prueba rápida

negativa no descarta la existencia de una infección gripal, habría que

pensar entonces en el cultivo o en las pruebas moleculares, PCR y PCR a

Tiempo Real, que es sin duda la mas sensible y especifica, capaces de

diferenciar tipos y subtipos de virus gripales. Se puede disponer de

resultados a las 4-6 horas tras la recepción de la muestra en el laboratorio

Las tinciones con inmunofluorescencia, representan una buena herramienta

diagnostica, pero solo en manos de los muy expertos, permite diferenciar si

el cuadro es o no gripal e incluso si hay otros virus respiratorios distintos, la

muestra a examinar debe contener células epiteliales respiratorias.

El cultivo de virus, a través del cultivo celular convencional o el más rápido

mediante la utilización de un procedimiento denominado “shell vial”, es una

técnica que posibilita información importante sobre la presencia o no de

virus gripal y su sensibilidad a los antivirales. Requiere algunos días para

comprobarlo y es menos sensible que las pruebas moleculares.

Las pruebas serológicas, solo sirven actualmente para fines

epidemiológicos, y no clínicos.

En cualquier caso, las muestras obtenidas deben ser remitidas al laboratorio

lo antes posible y si no fuera así, mantenerlas refrigeradas pero nunca

congeladas.

219

A Quien Practicar Una Prueba De Diagnostico De Laboratorio De

Gripe Durante Un Brote Estacional De Gripe

1.- Cualquier persona inmunocompetente, perteneciente a los grupos de

riesgo conocidos, con síntomas respiratorios agudos, febril, dentro de los

primeros 5 días del comienzo del cuadro (AII).

2.- Sujetos inmunocomprometidos con cuadro febril respiratorio,

independientemente del tiempo del comienzo del cuadro (AII).

3- Sujetos hospitalizados de cualquier edad con fiebre y síntomas

respiratorios.

4. Personas mayores y niños pequeños con sospecha de fiebre o sepsis de

origen desconocido.

5.- Niños con fiebre y síntomas respiratorios que acuden a consulta.

6.- Personas de cualquier edad que han desarrollado fiebre y síntomas

respiratorios agudos durante la hospitalización.

7.- Cualquier persona con un cuadro respiratorio febril, aunque no este

incluido en grupos de riesgo, simplemente con fines de vigilancia de gripe

local.

220

J. IMPACTO DE LA INFECCIÓN GRIPAL

221

J. IMPACTO DE LA INFECCIÓN GRIPAL

Como ya se ha comentado, la infección gripal en una comunidad, supone un

aumento de la morbimortalidad global y especifica por gripe y que

invariablemente conlleva además un aumento de:

Atención en los Servicios de Urgencias Hospitalarias.

Demanda de atención domiciliaria.

Consultas médicas.

Absentismo laboral de las personas afectadas.

Absentismo laboral de los cuidadores de personas afectadas.

Absentismo escolar.

Los parámetros en cuanto a la utilización de recursos sanitarios se ven

considerablemente aumentados en caso de epidemias de gripe, como es el

caso de las consultas médicas en asistencia primaria. La frecuencia de

consultas ambulatorias oscila entre un 28% para los niños menores de

5años, 18% en los de 5 a 9 años y un 10% en el resto de los grupos de

edad entre 15 y mayores de 55 años.

En el caso de niños Neuzil et al., hace un análisis durante las epidemias de

gripe de 1974 a 1993 del aumento de consultas en asistencia primaria y

también el aumento del consumo de antimicrobianos en niños

comprendidos entre menores de 6 meses hasta los 15 años, comprobando

que:

1.- El aumento del número de consultas es mayor en los menores de 1 año.

2.- La prescripción de antimicrobianos no va en paralelo con el numero de

consultas ya que en los grupos menores la prescripción de antimicrobianos

se establece en 1 cada 2 o 3 visitas al pediatra, mientras que en edades

mayores la situación cambia considerablemente prescribiéndose

222

antimicrobianos en 2 de cada 3 visitas entre los comprendidos entre 1 a 3

años, pasando a que los que se encuentran entre los 3 a 15 años de edad

cada visita a la consulta se acompaña de una prescripción de

antimicrobianos.

En definitiva, la gripe es una enfermedad que conlleva un aumento de la

morbimortalidad especialmente entre los muy jóvenes, los muy mayores,

los que presentan problemas cardiorrespiratorios y otras enfermedades

crónicas, los inmunodeprimidos y las embarazadas.

Según la OMS, a nivel mundial existen más de 1.000 millones de personas

que presentan un riesgo especial para sufrir las complicaciones de la

infección gripal, incluida la muerte.

Cada año, la gripe provoca a nivel mundial:

- De 3 a 5 millones de personas con enfermedad grave.

- Entre 250.000-500.000 muertes por gripe. Incluso en los países

desarrollados la tasa de mortalidad relacionada con gripe es de 100 por

cada millón de habitantes.

Los más afectados por la mortalidad son los mayores de 60 años. En este

grupo de edad se producen el 95% de las muertes, que se desglosan en:

- Un 12% entre los comprendidos entre 60-69 años.

- Un 29% en el grupo de 70 a 79 años.

- Un 54% entre los de más de 80 años.

Para un futuro, y a menos de que se adopten medidas de protección y

prevención estrictas, el panorama no va a ser mejor ya que el numero de

personas de más de 80 años aumentara, como también lo hará el de

223

personas con condiciones patológicas crónicas, mayor numero de

inmunosuprimidos, con lo que tanto el numero de hospitalizaciones como el

de mortalidad asociadas a la gripe, irán en aumento, así como el de los

costos derivados del incremento de la hospitalización, pérdida de días

laborables, aumento del absentismo escolar, etc. Por ello, la vacunación

antigripal debe ser incrementada teniendo en cuenta el impacto

multifactorial sobre la población.

224

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